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EL HIJO PRODIGO – Generoso, Despilfarra

Objetivo: Reconocer aspectos claves de esta parábola y hacer relación con vivencias de
una persona cuando se aparta de Dios.
1- Petición imprudente: Placeres que están fuera de tu vida de intimidad, fuera de tu
hogar, fuera de tu familia.
2- Repartición dolorosa: El padre con dolor y contra su voluntad, no era lo que él
quería; él quiere siempre lo mejor, Dios es un caballero (respeta tus decisiones)
siendo aún las incorrectas te permite tomarlas.
3- La separación: El muchacho se fue lo más lejano posible, donde no llegara la
influencia del papa, pasa entonces que derrochas tus principios, tus valores, morales e
intelectuales.
4- Una gran necesidad: Lejos de Dios sientes un gran vacío, ya se va la vanidad, los
sobregastos, vine la enfermedad, viene la soledad. La desobediencia te lleva a
situaciones humillantes. En aquella provincia había más atención a un cerdo que a
este muchacho.
Su amor y su misericordia no conocen límites. El único límite se lo podemos poner nosotros,
si es que nos negamos a recibirlo. Aquí Jesús nos enseña el verdadero corazón de Dios que
espera ansioso la vuelta de su hijo perdido en el mundo.
El razonar:
Recapacita sobre su mal proceder, en su mente floreció la cordura, y pensando en toda
aquella abundancia y bienestar que tenía al lado de su padre, en donde comparaba su
situación al lado de aquellos jornaleros al servicio de su padre que tenían la mejor comida,
cuando él ni siquiera podía comer del alimento para los cerdos.
El arrepentirse:
Viene entonces el arrepentimiento y con él la decisión de reconocer aquella triste vida lejos
del amor de su padre, de la gran necesidad que tenía de volverse a aquel que le había dado
la vida y pedir perdón y con toda humildad y sinceridad desde el fondo de su corazón, se
echa en sus brazos y experimenta la gran misericordia del padre quien le recibe lleno de
amor, porque aquel orgullo que caracterizaba al hijo ha desaparecido. Entonces el padre
lleno de amor le da el mejor recibimiento digno del hijo amado.
El hermano del hijo pródigo representa al fariseo, a un corazón lleno de amargura
y recelo, incapaz de experimentar el amor de Dios en su vida. (Lucas 15: 25-32). A
veces nos comportamos como el hijo mayor, tenemos envidia de nuestros hermanos en la fe
que son bendecidos por Dios, de personas que pensamos que les va mucho mejor que a
nosotros. Y olvidamos que Dios sabe de qué cosas tenemos necesidad y cuando nos las da.
Dios está esperando al hombre pecador, no importa cuál sea su condición ni qué tan mala
sea su vida de pecado, porque él está con los brazos abiertos cada día presto a recibir a
aquellos que con un corazón sincero y arrepentido.

Juan 3:16 Reina-Valera Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

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