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ANDONI ALONSO E IÑAKI ARZOZ

Carta al
Horno ciberneticus
Un manual de Ciencia, Tecnología
y Sociedad activista para el siglo XXI

EDAF~ENSAYO
Cooruinación de la 'cric Pensamiento: AGLTSTÍ¡.; IZQUIERDO
,
© 2003. Andon; Alonso e lfiaki AmJl
Indice
o 2003, Del prologo. Carl Mitcharn
© 2003, De esla c<lic·;ón. Editorial EDAI', S. A. Jorge Juan. 30. 2ROOI Madrid.
Imagen de la ponada: © Ranul Hau,man" - VEGAP. Madrid, 2003

Diseiio de c'ubiena: Gerardn Domínguez

EdiloriaJ Eda( S. A..


Jorge Juan, 30, 28001 Madrid
hnp://www.edaLnet
edaf@edaLnel

F.dafy Morales, S. A.
Orienle, 180, n." 279. Colonia Moclezwna, 2da Sec.
15530 MéxicoD. F.
hnp:/lwww.edaf-y-morales.COm.ffiX
cdaf@edaf-y-ntorales,com.ffiX Págs.
Edaf del Plata, S. A.
Chile. 2222
1227 Bueno:s Aires. Argentina
Presentación: El fantasma de CTS, por Carl Mitcham 11
Edafall@inlcrar.coffi.ar

F.daf Antillas, Inc. Prólogo: Carta al Horno ciberneticus .. 29


A".1. T. Piñero, 1594
Caparra Terrace
San Juan. Puerto Rico (00921-14J3)
Capítulo I. Una breve historia del pensamiento
anlillas@edaf.nel sobre la tecnología . 37
EdafChile. S.A.
Huérfanos. 1178. Of. 506
Santiago - Chile El pensamiento sobre la tecnología en la historia 39
TelJFa:<: (562) 673 52 11
edafchileJ@lerrac!
l. Del comienzo de la tecnología y de la utopía 39
2. De la filosofía cristiana a la Nueva Atlántida 43
NOl'iembrr 2003
3. Las alternativas: el mecanicismo y elludismo 47
4. El impacto de las guerras mundiales y la filo-
cultura Libre sofía de la tecnología . 50
Queda p~~hihida. sa.l"o excepción previ'ta en la ley, cualquier forma de reproducción,
dlStnbuclOn, comunicación pública y lransformación de esta ohra sin contar Con la au. 5. Nuevas disciplinas sobre la ciencia y la tec-
l~nzación de lo, litulares de propiedad inlelectual. La infracción de los derecho.' men- nología . 59
clOnados puede "'" con,litut;va de delito centra la propiedad inlelectual (art. 270 Y si-
gmentes del Código Penal). El Centro EspaDo! de Derechos Reprográficos (CEDRO) 6. Los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad
vela por el respeto de Jos citados derechos. (CTS) . 66

De¡>ÓS;{O I1gal; M-44547-2003


¡SS.N.. 84-414-1372·X
Nuevos contextos del pensamiento sobre la tec-
nología . 72

PRII\TED 1'\ SPAr" I.\1PRESO E" ESPA:\JA 7. El pensamiento de la cibercultura . 72


IBERICA GRAflC, S.L. 8. El boom de la globalización . 77
CAUTA AL 1/0,'.10 ClBf.RNfTICliS blOICE

Págs. Págs.

9. Los mundos alternativos de la ciencia fic-


Las variables transversales de las tecnologías del
ción . 80
siglo XXI. Problemas e incertidumbres . 131
10. Desplegando las historias del futuro . 84
11. El poder de la divulgación científica .. 87
11. Las novedades de la tecnociencia . 132
12. Pensamiento sobre la tecnología en España e
Hispanoamérica . 91 12. Las revoluciones económicas . 134
13. Las tendencias de la sociedad global . 135
14. Los cambios geoestratégicos . 137
Capítulo 11. Una historia crítica del futuro desde 15. El nacimiento de la hiperpolltica . 138
CTS activista . 97 16. La hipótesis tecnohennética .. 140
17. La transformación del ser humano . 141
18. Los persistentes problemas éticos . 143
Las tecnologías del siglo XXI . 99 19. El riesgo de lo imprevisible . 145

1. Telecomunicaciones; la conexión total o la Capítulo IlI. CTS en acción . 147


superación de la brecha digital . 99
2. Transportes; consumo y velocidad frente a 1. CTS activista y la enseñanza . 148
opciones convivenciales . 103 2. CTS activista e hiperfilosoña . 150
3. Exploración espacial; más allá o más acá de 3. CTS activista y grupos . 152
las estrellas . 106 4. CTS activista y la ciencia-ficción . 155
4. Tecnología militar; la amenaza de la guerra 5. CTS y la cultura hispana . 158
global contra el ciudadano . 109 6. CTS activista y el quintacolumnismo de Cibe-
5. Medicina y biotecnología: para la longevidad ratenas ·· . 161
o para la supervivencia . 112
6. Ecología; entre el confort y la supervivencia. 115
Epílogo: Carta del Horno ciberneticus a los auto-
7. Inteligencia artificial y robótica; fantasías res o la frágil esperanza de los estudios CTS en
y utilidades . II8 el siglo XXI ••• Yuna Declaración activista como
8. Energía; agotamiento y contaminación frente respuesta . 163
a inagotabilidad y limpieza . 121
9. Artes; entre el ocio virtual y las nuevas vanguar- Coda epilogal: Reconociendo la crisis de CTS .. 166
dias ciberculturales . 125 Una modesta propuesta activista . 170
10. Arquitectura; de la casa inteligente a la casa Manifiesto de CTS crítico para una acción en
básica . 128 el siglo XXI . 172

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CARTA AL HOMO CfBERNE1JCUS

Págs. El fantasma de CTS


APÉNDICES:

A) Un Glosario básico para CTS ampliado............. 175


B) Antología de textos sobre tecnología 225
C) Modelo de investigación I acción de CTS activista 271
D) Bibliografía y filmografía 277

espectro recorre Europa; el espectro del comu-


«U nismo.» Esto escribía Karl Marx
N
(y Federico En-
gels) en 1848. Ciento cincuenta años después ya no se trata
del comunismo, sino del terrorismo. Pero sin la tecnología,
ni el comunismo ni el terrorismo podrían haberse converti-
do históricamente en amenazas globales, ni tampoco el co-
munismo se hubiera retirado históricamente de la escena
mundial. Tal como el presidente norteamericano George W.
Bush declaró en su Estrategia de Seguridad Nacional: «El
mayor peligro al que se enfrenta nuestra nación se encuen-
tra en el enfrentanúento entre radicalismo y tecnología».
Sin embargo, lo que Bush afirma respecto al interés na-
cional norteamericano en exclusiva podría afmnarse de todo
el mundo. Más aún, el «radicalismo» referido podría descri-
bir no solo el terrorismo justificado religiosamente, sino tam-
bién las políticas propias de Estados Unidos, por no mencio-
nar las negativas del turbocapitalismo a los esfuerzos para
moderar los impactos globales en el medio ambiente o para
limitar la transformación biotecnológica de la naturaleza que
la está convirtiendo en algo parecido a un artefacto humano.
El examen de estas cuestiones en el encuentro del radi-
calismo con la tecnología es de lo que tratan los estudios de
Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS), pero también sobre

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CARTA AL HOMO ClBERNETlCUS EL FANTASMA DECrS

más cuestiones que el comunismo y el terrorismo. Trata so- con entendimiento e inteligencia en el mundo contemporá-
bre cómo vivimos y como deberíamos vivir en una socie- neo, un mundo cada vez más definido por la sinergia entre
dad «high-tech» y «high-science» que estamos a punto de la ciencia, la tecnología y la sociedad.
crear, en parte conscientemente, en parte inconscientemen- En el curso de aproximadamente dos millones y medio
te. Desde luego, aunque la comparación pueda parecer hi- de años, la implicación del ser humano con la naturaleza,
perbólica, se podría afirmar de la relación entre la ciencia, es decir, aquello que no ha sido producido por los seres
la tecnología y la sociedad, que «es un espectro que recorre humanos, se ha visto complementada y a veces superada,
las universidades; el espectro de CTS)~. Los viejos poderes en cierto grado, por la implicación con lo artificial. La na-
de la universidad han entrado en una sagrada alianza para turaleza ha sido reemplazada por el artificio, constituyen-
exorcizar ese espectro: la ciencia y la ingeniería, las cien- do este el mundo inmediato en el cual todos nosotros nos
cias sociales y las humanidades alaban y al mismo tiempo movemos o desarrollamos nuestro ser. La preservación de
advierten en contra de los estudios interdisciplinares como la naturaleza ha sustituido al cultivo como forma típica de
CTS. Las disciplinas tradicionales con frecuencia se pre- la implicación humana como cultura material.
ocupan menos de que su trabajo escape a las fronteras esta- Hace algunos años tuve la ocasión de visitar el Museo
blecidas y se derramen en activismo transacadémico. Pero Nacional de Antropología en la ciudad de México, uno de
cuidado: la interdisciplinariedad puede ser vacía y confun- los grandes museos del mundo. En la Sala de los Orígenes,
dente, ¡por no decir lastrada ideológicamente! con sus exposiciones de las culturas paleolíticas hasta las
neolíticas, esto es, donde se muestra la manera como la
Esta Carta (abierta) al Horno cibemeticus se enfrenta
humanidad vivió aproximadamente desde hace cien mil
precisamente a esos peligros. Sin el deseo de realizar un pre-
hasta hace diez mil años, me impresionó ver cómo durante
facio a esta carta con un «Manifiesto CTS», perrnítaseme
miles de años el artificio humano era reducido, comparado
tratar de colocar este «manual activista» en su contexto, des-
con la naturaleza. El vestido y el refugio eran mínimos, la
cribiendo: 1) la necesidad de los estudios CTS, 2) la gama
naturaleza en forma de pieles de animales y muros de roca
actual de los acercamientos CTS y 3) delimitando un futuro
de las cuevas no separaban demasiado a los humanos de
para esta gama en nuestro mundo globalizado, que entiende
ella, más bien lo llevaba a estar en un contacto más directo
que el activismo tiene su lugar y su papel adecuados.
e inmediato con la experiencia humana diaria. Las lascas
se fabricaban al aire libre con el más limitado uso de he-
rramientas. Las manos humanas eran asistidas, primordial-
mente por el juicioso uso de los elementos naturales, del
1. La necesidad de los estudios CTS agua y del fuego para afilar y tallar la piedra. El alimento
se conseguía gracias a la recolección de frutas y plantas y
Los estudios sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad son la caza de los animales que la naturaleza proporcionaba
necesarios debido a las transformaciones históricas que por sí misma
han tenido lugar sobre las condiciones en las que viven los Aunque la Edad de Piedra no fue, a pesar de que a me-
seres humanos. Sin los estudios de CTS no es posible vivir nudo se considera así, dominada por la ignorancia y la su-

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CARTA AL HOMO ClBERNETICUS EL FANTASMA DE CTS

perstición, el intricado conocimiento de la «physis» o la cesamiento, productos para consumidores y sistemas me-
naturaleza de las gentes de cultura oral estaban profunda- diáticos de comunicación electrónica.
mente inmersas en el mito y el ritual. Del mismo modo La ropa y los refugios sintéticos nos separan y nos afslan
que los seres humanos no estaban separados de la naturale- de un mundo no humano; la mayoría de nosotros solo toca
za en la que vivían, tampoco las ciencias y las técnicas se plásticos y respira aire filtrado. La fabricación tiene lugar en
diferenciaban de las culturas que creaban y a las que con- espacios cerrados con máquinas que a su vez están fabrica-
tribuían. Incluso para los griegos, miles de años más tarde, das por otras máquinas y controladas por sistemas de proce-
la naturaleza (physis) daba inicialmente lugar no a la epis- samiento de la información. La comida se procesa, se empa-
reme (ciencia), sino a la poesis (praxis), un hacer más queta y se transporta a otros países y a 10 largo del mundo
como cultivo que como construcción. Por lo tanto, para para que se cocine en microondas y se consuma en aeropuer-
apreciar el conocimiento y la dinámica de este mundo pre- tos, o en cocinas que funcionan como terminales de aero-
alfabético de la prehistoria, se debe entender la mítica eco- puertos, con sus habitantes corriendo de aquí para allá, mien-
logía del Sol, de la Luna y las estrellas; del tótem y el tabú tras que los mismos seres humanos ya no son cazadores o
de plantas y animales; de la danza ritual y la decoración recolectores que viajan para comer. En vez de esto son turis-
del cuerpo. Lo que se podría denominar como fisio-lógico tas y empresarios que comen para viajar. La información
o terrestrío-logico, de ser una «forma de vida en el mun- desculturalizada se apila en fonnatos digitales para transmi-
do» -una forma que algunas veces se la desprecia fácil- tirla, hacerla accesible por medio de redes de comunicación
mente como animística- manifestada en sí misma por la activas comercialmente, tejidas sobre, alrededor y a través de
delicadeza de una vida y de pensamientos humanos que la naturaleza. La Luna y las estrellas son objetos para con-
ocupaban un particular nicho marginal entre la flora y la quistar y explotar antes que para alabar o contemplar.
fauna en un mundo que era más que humano. Entre el mundo natural prehistórico y los modos con-
Hoy esto ya no existe. El conocimiento de la peculiar temporáneos de vida tecnocientíñca surgieron, sin embar-
forma de estar en el mundo se divide entre la ciencia, la go, alrededor del 3000 antes de Cristo, lo que podríamos
tecnología, la economía y otras numerosas disciplinas, cada denominar como la forma de vida sociológica. De acuerdo
una estudiada independientemente. Por medio de una tec- con el importante historiador francés de las instituciones
nología basada en la ciencia y desarrollada para fines eco- Jacques Ellul, la humanidad ha conocido tres sucesivos
nómicos, la humanidad se ha dirigido hacia un mundo en el «medios» (milieux). En el medio prehistórico, o natural,
que la naturaleza juega un papel constantemente subordina- los seres humanos vivían por lo general en tribus nómadas,
do y de importancia decreciente. En este mundo «carpintea- pequeñas, con una mínima división del trabajo y de la or-
do» 1, o mejor, «ingenierizado», la naturaleza está cada vez ganización social. El contacto con la naturaleza era inme-
menos presente en la experiencia humana, y cada vez más diato y deterntinante.
mediatizada por un complejo y múltiple conjunto de mate- En el segundo medio, o medio social ---que comenzó
riales artificiales, estructuras a gran escala, sistemas de pro- originariamente en Egipto, Mesopotamia, India y China-c-,
se promovió el cultivo y la construcción a gran escala, por
I «Carpenterized» en el original. medio de una organización jerárquica y con códigos bien

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CARTA AL HOMO ClBERNETICUS EL FANTASMA DE CTS

articulados para el comportamiento social. A esta «terres- totalidad de forma contemplativa y no comprometida; la
trio-logia» le sucede la «socio-logía»: la lógica de la tierra tecnología premodema solo buscaba la modesta alteración
se sustituye por la lógica de los otros seres humanos; esto del mundo en la inmediatez del entorno humano. Lo que la
es, la mitología de la ética. La presencia de otros humanos moderna tecnociencia hace es convertir la teoría científica
en los campos de cultivo y en las ciudades amuralladas co- en uso práctico con el propósito de alterar la naturaleza ex-
mienza a proliferar al tiempo que disminuye la importan- tensivamente, y a la mayor profundidad que sea posible.
cia de la naturaleza: el tótem del animal es sustituido por La ciudad pequeña se expande en la metrópoli y el entorno
el tótem del rey. El habla se materializa en la escritura con natural, desde luego a escala planetaria, se vuelve en algo
la forma del alfabeto y esto se convierte en un don pura- no muy diferente a una explotación minero-agrícola para
mente humano para simbolizar el mundo hacia una repre- ser aprovechado, vigilado y administrado. El artefacto se
sentación no ya natural, sino estrictamente humana. Lo convierte en hábitat.
que las palabras escritas inscriben no es la cosa en una for- La nueva forma de vida tecnocientífica celebra rápida-
ma pictográfica, sino el fonema de la voz humana, en una mente sus logros. Desde las proyecciones anticipatorias de
forma contingente. La cultura comienza a llenarse con me- los primeros protagonistas de la modernidad como Cristó-
morias no solo de la presencia del entorno natural, sino de bal Colón (1451-1506), Francis Bacon (1561-1626) y
las palabras y hechos humanos. Por medio de este tipo René Descartes (1596-1650) a los grandes murales de Die-
de medio social nace la posibilidad de un tercer medio: el de go Rivera (1886-1957) y las páginas web promocionales
los artificios materiales. de la NASA, los poderes triunfantes de la ciencia y la tec-
En el tercer medio o tecnológico emerge, basado en nología se presentan como perfectos beneficios culturales
la organización social, una transformación de la ciencia, de la y sociales. La medicina, el transporte, las comunicaciones,
teoría a la práctica, de la tácita habilidad técnica a la técnica la educación, la economía, y un grupo de esferas relacio-
lograda sistemáticamente. La «socio-logfa» se reemplaza nadas con la vida humana, han sido potenciadas, recons-
por la «tecno-logía». La ciencia y la tecnología, concebidas truidas, transformadas.
así, en tanto que permanecen como disciplinas culturales e Pero se ha demostrado de forma dramática en estas
instituciones sociales diferentes, comienzan a alimentarse la mismas áreas que no siempre entendemos lo que hacemos.
una a la otra y a reforzarse entre sí. La tecnología se trans- La medicina de alta tecnología trae consigo nuevas enfer-
forma en ciencia aplicada, como por ejemplo en la ingenie- medades, los coches y aviones causan polución medioam-
ría, mientras que la ciencia se convierte a su vez en tecnolo- biental, las redes de ordenadores invaden lo privado y nos
gía teórica, como revela desde el uso del telescopio al abruman con información, las tecno-economfas aumentan
microscopio, pasando por la investigación espacial y las si- el estrés del trabajo y desplazan las fronteras culturales.
mulaciones por ordenador. La comercialización de este nue- Para entender la propia sociedad que estamos creando con
vo fenómeno de la tecnociencia reconstruye la sociedad a su nuestra ciencia y nuestra tecnología, lo que se requiere son
imagen y semejanza. estudios específicos de las relaciones entre ciencia, tecno-
Dicho de otro modo y de forma complementaria: la logía y sociedad. Solo este tipo de estudios nos permitirá
ciencia premoderna intentaba entender el mundo como una entender nuestro nuevo yo y actuar con inteligencia, como

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CARTA AL HaMO C/HERNHJeUS EL FANTASMA DE CTS

ciudadanos democráticos en el mundo tecnocientffico que traen consecuencias imprevistas. Inventamos el automóvil
nos rodea, alimenta y nos permite vivir. para sustituir al caballo, a fin de realizar los viajes más có-
modamente. Los efectos colaterales, que ocurren inmedia-
tamente, incluyen tanto la reducción del beneficioso estiér-
2. Una gama de acercamientos CTS col de los animales como la creación perjudicial de CO 2 y
otras emisiones de gases. Efectos secundarios y terciarios,
El mundo de los estudios de Ciencia, Tecnología y So- que tienen lugar en el tiempo y en combinación con otros
ciedad no es sin embargo unitario. Es diverso y con múlti- factores, son las ciudades suburbanas, acompañadas de
ples facetas. Desde luego, CTS ha sido interpretado tanto una revolución sexual, al servir el coche como dormitorio
como «ciencia, tecnología y sociedad» como «estudios de con ruedas y acelerar el ritmo de vida y contribuir al cam-
ciencia y tecnología» 2. Dada la complejidad de las relacio- bio global del clima.
nes CTS, esto era esperable. En este mundo uno puede dis- Durante la mitad del siglo xx la preocupación por en-
tinguir al menos siete aproximaciones a CTS, a veces sola- tender las consecuencias inesperadas de la ciencia y la tec-
padas entre sí. nología se enfocaron en ver tales efectos en el ámbito so-
Primero están los estudios macroestructuralistas de los cial -la reestructuración del trabajo, de las ciudades, del
historiadores sociales. Los principales representantes de ocio-e, promocionaron lo que conocemos como Asesora-
este acercamiento, entre los que se incluyen Lewis Mum- miento Tecnológico (AT). Respondiendo a la abundancia
ford y Jacques Elul. Técnica y civilización de Mumford de resultados negativos encontrados por esos asesoramien-
(1934) y La Technique de Elul (1954) proporcionan un tos, los AT llevaron también a realizar programas para tec-
amplio panorama de cómo las instituciones de la sociedad nologías alternativas o TA. A finales del siglo xx las preo-
se han visto transformadas por inventos tales como el re- cupaciones de los AT y los TA se dirigieron al entorno
loj, la imprenta y la energía industrial. Una de las cuestio- natural: la polución de los lagos, ríos y océanos, la conta-
nes básicas llevadas por esta escuela de CTS se refiere a minación del aire en las ciudades y luego las transforma-
los orígenes sociales e ideológicos de la tecnociencia en ciones causadas por el hombre en la atmósfera, el proble-
Europa, puesto que ha sido aquí donde enraizó primera- ma de los residuos, incluyendo aquí desde los envoltorios
mente esta nueva forma de ser en el mundo. ¿Qué humus de los consumidores al gasto de fuel y energía nuclear. Lo
de ideas, intereses y condiciones materiales hizo posible y que primero fue un problema dirigido a lo local se convir-
estimuló este desarrollo histórico único? tió en un problema global, como el agujero estratosférico
Segundo, hay una escuela CTS cuyo enfoque consiste de la capa de ozono y la destrucción de la biodiversidad.
en evaluar las consecuencias presentes y futuras de la cien- En tercer lugar llegaron los estudios, específicos, de la
cia y las tecnologías modernas. La tesis básica de esta es- política pública de la ciencia y la tecnología. Aquí la preo-
cuela es que las innovaciones tecnocientfficas casi siempre cupación no se dirigía tanto a la evaluación social de las
consecuencias externas, como a la economía interna y la
2 En inglés. STS sirve tanto para Scíence and Technology Studies como administración del cambio técnico y las instituciones de
para Science. Technology and Society. (N. de los A.) investigación y desarrollo. Junto a los recursos, el trabajo,

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CARTA AL /lOMO ClBERNUJCUS EL FANTASMA DE CTS

el capital y la estructura organizativa, la tecnología juega mas, cuando se trata en realidad de la dependencia de mul-
un papel único en las modernas empresas productivas. Los titud de diseños individuales y decisiones de marketing,
laboratorios comerciales de química y farmacéuticos, y los así como de apropiaciones culturales.
proyectos de gran tamaño, tales como el creado para desa- En sexto lugar, los estudios culturales de la ciencia y la
rrollar la bomba atómica, requieren formas especiales de tecnología acentúan las formas en los que diferentes mass-
administración. Los científicos e ingenieros no pueden ser media, desde el telégrafo, el teléfono y la radio, hasta el
dirigidos exactamente de la misma forma que otros traba- cine, la televisión y las películas, influyen en el arte, la re-
jadores, y la ciencia misma tiene ciertas características es- ligión, la política, el comercio, las formas en que pensa-
pecíficas cuando se le hace objeto del apoyo masivo de los mos acerca de nosotros mismos y de nuestro mundo. Los
gobiernos. Asimismo, existen relacionados análisis políti- estudios de cultura popular resaltan más aún nuestro en-
cos y debates sobre las prioridades de las inversiones pri- tendimiento del marketing, la apropiación y los sutiles po-
vadas y públicas en la tecnociencia. deres semióticos de la tecnociencia contemporánea. La fo-
En cuarto lugar, y en parte como intento de combinar tografía invita a la pintura a irse hacia el arte abstracto y
los temas de los estudios macroestructurales. la evaluación expresionista, la estructura de la novela se rehace para in-
tecnológica y los análisis de políticas específicas, se en- corporar el flash-back del cine, el debate político se adapta
cuentran las reflexiones filosóficas y éticas sobre la esen- al espacio cerrado y la estructura de atención de la televi-
cia y significado de la ciencia y la tecnología. Yendo más sión. Tal como las tecnologías se convierten en hechos in-
allá de las preocupaciones epistemológicas sobre la estruc- controvertibles del trabajo y del ocio, caminar se convierte
tura inherente del conocimiento científico, los estudios de en un ejercicio aeróbico y el montaje de los anuncios de la
filosofía de la tecnología hacen preguntas sobre los funda- radio y vídeo se aceleran para acomodarse a nuestros es-
mentos antropológicos de la tecnología, la metafísica del quivos oídos y ojos.
artificio y la ética de la vida y del trabajo tecnocientífico. Finalmente, el séptimo acercamiento de CTS acentúa
Los temas más ampliamente trabajados, sin embargo, se la necesidad de una mayor alfabetización del público sobre
preocupan de la ética aplicada, particularmente con rela- las propias ciencias, tecnologías y la ingeniería. ¿De qué
ción a las prácticas médicas y los ordenadores. otro modo, dicen los miembros de la comunidad técnica,
El quinto es 10 que podría llamarse como la escuela de puede una población democrática practicar una inteligente
microprácticas de CTS. En este acercamiento a los estu- participación en el mundo tecnocientífico? Tal como sus
dios CTS los sociólogos estudian al mínimo detalle las for- compatriotas de las ciencias sociales y humanas, muchos
mas en las que los actores e instituciones construyen las miembros de la comunidad tecnológica tratan, por medio
tecnociencias concretas. Abriendo la «caja negra» de las fuer- de la educación y alfabetización tecnológica y científica,
zas económicas y sociales, los constructivistas sociales llevamos de un consumo pasivo a una participación activa,
como, por ejemplo, Wiebe E. Bijker, en su On Bicycles, competente, sobre el mundo que estamos construyendo.
Bakelite ami Bulbs (1995), ha mostrado con fascinante de- ¿Dónde colocan estos siete acercamientos la gama de
talle las maneras en las que la perspectiva macroestructu- los estudios CTS? Tomados en conjunto, indican un inten-
ralista se asemeja a fuerzas técnicas y económicas autóno- to para entender la tecnociencia en su contexto social, cul-

20 21
CARTA AL HOMO C1BERNETlCUS EL fANTASMA DE crs

tural y medioambiental. Miran tanto hacia atrás, al pasado, El espectro luminoso de los estudios CTS es a buen se-
como hacia delante, al futuro. Si realmente y hasta qué guro la forrnación de un currículo de artes liberales. La for-
punto la visión de CTS da una amplia participación de un mación de la práctica educativa en Occidente, que comenzó
público bien informado en el mundo tecnocientífico es con la «paideia» griega y se desarrolló con la «humanitas»
un sueño o una promesa, queda su determinación al albur latina y las «artes liberales», se constituyó para lograr una
de nuestra historia. Se ha discutido, por ejemplo, que el libertad especial. La libertad implicada no trascendía el
mundo tecnocientifico puede haber adquirido tal profundi- mundo a la manera del éxtasis de un chamán o del yoga
dad e intensidad como para inutilizar la más profunda re- hindú y la meditación budista, sino que aspiraba a vivir en
flexión crítica sobre ello. ¿Toda crítica actual no se en- el punto más alto del mundo. Como tal, procuraba esta li-
cuentra más bien dentro de la tecnociencia en vez de bertad mundana de acción, dentro del orden cósmico -pri-
versar sobre ella? De acuerdo con Ivan Illich, la creencia mero dentro de los asuntos humanos y luego dentro del or-
dominante de que simplemente no hay alternativa para den cósmico-, una acción liberada del determinismo de
continuar con el proyecto tecnocientffico. junto a la común ser controlado por los otros y por cosas que uno no sabía y
experiencia de nosotros como «cyborgss antes que como de los errores que de esto podrían resultar.
humanos, nos ha hecho pasar un umbral más allá del cual Las artes liberales clásicas incluían así dos niveJes de
somos incapaces de cuestionamos nuestro proyecto tecno- estudio. El primero, el trívium, se enfocaba hacia el len-
científico en poco más que en sus dimensiones accidenta- guaje, que determina los asuntos intrahumanos: la gramáti-
les y poco importantes. Así, el último reto para los estu- ca, la retórica y la lógica. El segundo o quadrívium, se en-
dios CTS consiste, precisamente, en realizar una reflexión focaba a comprender el orden no humano o cósmico a
autocrítica de su actual contenido y contexto. ¿Es algo más través de la geometría, la aritmética, la música y la astro-
que el fantasma de una posibilidad? nomía. El primero elevaba a una posición especial entre
los seres humanos -a la posición de quien podía hablar
con habilidades lingüísticas y así dirigir a los demás por
3. Integrando el Activismo CTS medio del lenguaje, o sobre aquello que es fundamental
para traer a un ser humano a la comunidad-o El otro ele-
Los espectros pueden ser ominosos o luminosos, pue- vaba a una posición especial en el cosmos ---como quien
den provenir de la muerte o de la vida. En la teología cris- conocía el orden de las cosas que delimitaban a los seres
tiana el «espíritu santo» lleva la vida, pero a menudo a tra- humanos y podía vivir en armonía en ese orden.
vés del valle de la muerte. ¿Es posible que CTS, dentro de Una vida dentro de una armonía guiada matemática-
la estructura de la universidad, pueda funcionar como un mente con el cosmos era tal que en su misma obediencia
espíritu santo académico que nos lleve de la muerte de una alcanzaba especial gracia y belleza. No era necesario ser
vieja organización basada en disciplinas hacia la vida de derribado por la naturaleza o los dioses de la naturaleza,
una nueva interdisciplinariedad, a lo largo de un sendero pues esta obediencia servía para abstenerse de tendencias
que pueda ayudar también a transformar nuestro mundo que escapan a sus límites y que conducen a la tragedia.
tecnocientífico? Las historias de Prometeo, Dédalo e Ícaro, Hefestos y

22 23
EL FANTASMA DE CTS
CARTA AL HOMO ClBERN/;TICUS

bajo cuál lo haremos-, nos volveremos esclavos de nues-


otros son fábulas de advertencia que ayudaban a quienes tros propios productos y de sus consecuencias. El impulso
los escuchaban y les conminaban a aceptar como propor- tecnológico y económico, con sus imprevistos efectos y
cionados los numerosos límites de la condición humana conclusiones, comienza a controlar nuestras vidas en mo-
que la tecnología podría intentar trasgredir. dos que no son diferentes a los de los tiranos sofistas de
Una interpretación de los orígenes de la modernidad, Grecia y Roma.
tal como nació en las orillas del norte del Mediterráneo y El sueño de CTS consiste, por medio de sus reflexio-
en las tierras interiores de Europa, señala que corresponde nes críticas sobre nuestro mundo autocreado de artificios y
precisamente a un intento determinado de rechazar estos órdenes, en reclamar un dominio para esta libertad munda-
límites clásicos y de romper los lazos de esa proporcionali- na de acción. El sueño es tal que si bien no reemplaza al
dad dada. Sin embargo, no requiere de tal interpretación trívium, al menos lo completa junto con la historia, la so-
para advertir que, durante el Renacimiento, el artificio hu- ciología y la economía de la ciencia y la tecnología. y en
mano llegó a obtener mayoritariamente una nueva digni- vez del premoderno quadrívium ---que se ha transformado
dad. Esta, con la Revolución Industrial, encontró su expre- en un multiplicitum de física, química, biología, geología,
sión en la explosión cuantitativamente sin precedentes de psicología, biofísica, bioquímica, etc.-, este debe ser
numerosos logros tecnológicos. completado con una política de ciencia y tecnología. Solo
En aquel mundo la gramática, la retórica y la lógica entonces, de acuerdo con la visión de CTS, puede la ac-
progresivamente cesaron de ocupar un papel central en los ción humana tener esperanza de librarse del determinismo,
asuntos humanos. En ese mundo la aritmética y la geome- de ser controlada por otros o por cosas desconocidas, y de
tría se vuelven hacia nuevos propósitos: no se emplean los errores y tropiezos que inevitablemente resultan de
más para contemplar el orden y la belleza de la naturaleza. ello. Para este espectro luminoso, la Carta al Horno Ciber-
En vez de eso, se vuelven medios para «la conquista de la neticus hace una contribución abierta y abre la universidad
naturaleza a fin de aliviar el estado del hombre» (Bacon), a la acción más allá incluso que la interdisciplinariedad.
esfuerzos para hacemos a nosotros mismos «maestros y A través de esta acción los humanos tecnológicos pueden
poseedores» del mundo (Descartes). En el mundo resultan- llegar a ser más que tecnológicos, pueden ser capaces de
te, de minas de carbón, motores de vapor, ferrocarriles y convertirse en humanos.
aviones -por no mencionar telégrafos, teléfonos, radios,
películas y ordenadores-, el lenguaje se sustituye por la CARL MITCHAM, Los Álamos, 2003
ingeniería y la empresa. Los coches y el alumbrado públi-
co adquieren el aspecto de cosas dadas que una vez tenían
los árboles y estrellas. El artificio es la naturaleza.
En ese nuevo mundo la tecnología legisla el carácter
de la vida humana con el poder que una vez las leyes pose-
yeron. Entonces, si fallamos al ejercer una ciudadanía deli-
beratoria -hasta el punto de que declinemos debatir acer-
ca de si aceptamos vivir con cierta clase de tecnología, y
25
24
Iván Illich in memáríam (1926-2002),
por su enseñanza y su ejemplo.

De nada serviría ofrecer una ficción detallada de la so-


ciedad futura. Quiero dar una guía para la acción y dejar li-
bre curso a la imaginación. La vida dentro de una sociedad
convivencial y moderna nos reserva sorpresas que sobre-
pasan nuestra imaginación y nuestra esperanza. No pro-
pongo una utopía rrormativa, sino las condiciones formales
de un procedimiento que permita a cada colectividad ele-
gir continuamente su utopía realizable.

IvÁN ILUCH, La convivencialidad

Hago esto porque creo que la mayoría de las investiga-


ciones actualmente en curso acerca del futuro tienden a
abogar por incrementos aún mayores en la institucionaliza-
ción de valores y que debemos definir algunas condiciones
que permitieran que ocurriese precisamente lo contrario.
Precisamos investigaciones sobre el posible uso de la tec-
nología para crear instituciones que atiendan a la acción
recíproca, creativa y autónoma entre personas y a la emer-
gencia de valores que los tecnócratas no puedan controlar
sustancialmente. Necesitamos investigación en líneas ge-
nerales para la futurología actual.

IVÁN ILUCH, La sociedad desescolarirada

27
PRÓLOGO

Carta al Horno ciberneticus

Q UERIDü Horno ciberneticus:

Tu, lector curioso que empiezas a leer este libro, eres


nuestro interlocutor privilegiado, el Horno ciberneticus,
pero has de saber que nosotros, los autores, también 10 so-
mos. Este Horno ciberneticus es el nuevo ser humano, naci-
do en las postrimerías del xx como heredero directo del
HOf1W tecnologicus de la modernidad. Acabas de dar tus pri-
meros y vacilantes pasos en el incierto siglo XXI, en el que
supuestamente las promesas de la tecnología, y en especial
de la cibercultura, se van a cumplir, lo cual te llena alternati-
vamente de esperanza y de temor. No sabes a ciencia cierta
si esta galopante hipertecnologización te va a traer verdade-
ra prosperidad o te va a esclavizar, si realmente se convertirá
en herramienta providencial para los problemas del mundo
o, por el contrario, lo hundirá definitivamente en la injusti-
cia y la guerra. Como cualquier ciudadano, probablemente
te habrás topado con conflictos cotidianos en los que la tec-
nología era el factor determinante y, aunque adoptaste tu
propia opinión al respecto, hubieras preferido tener a tu dis-
posición ciertos conocimientos claros y útiles, mediante los
cuales formarte un criterio más definitivo y madurado. Sin-

29
CARTA AL HaMO CIIJER'W.TICVS PRÓLOGO, CARTA AL HaMO CfBERNETICUS

ceramente, esta es la situación en la que nos encontramos El problema resulta, sin embargo, Horno cibemeticus,
todos, porque la tecnología misma, en sus más diversas y que, atribulado frente a esta avalancha invasora de nuevas
sofisticadas variantes, parece ir por delante de nuestra ima- e insólitas tecnologías, te sientes inerme, ya que todas las
ginación y de nuestra vida cotidiana, como un caballo des- ideologías políticas o religiosas que atendías hasta ahora
bocado al que no podemos sujetar ni sabemos dirigir. para formar tu criterio, apenas saben qué decirte al respec-
En los últimos años hemos oído hablar en la prensa y la to y solo coinciden en proclamar tópicos confusos y gran-
televisión de la revolución digital y de la clonación, de dilocuentes sobre el bien del Progreso, icomo si eso fuera
bombas de neutrones y de cyborgs, del calentamiento del suficiente para tomar una decisión correcta en los intrinca-
planeta y de misiones espaciales a Marte .. " ¡ah!, y de dos dos pero decisivos debates que atormentan este mundo
posturas enfrentadas, las de los poderosos globalizadores futurista! Mas he ahí la paradoja: nosotros, el increíble
del G-7 frente a los ruidosos manifestantes de la antigloba- Horno cíbernetlcus del siglo XXI, con todos nuestros poten-
lización (o globalización alternativa). Pero esos grandes te- tes ordenadores conectados, a punto de crear inteligencias
mas han acabado por convertirse en una realidad cercana artificiales o de poblar otros mundos, no somos capaces de
que nos afecta directamente y que nos inquieta: así, hemos saber siquiera si los alimentos transgénicos que estamos
tenido que decidir sobre si nos hacemos un trasplante o nos consumiendo cada día -ese arroz de grano alargado o
colocamos una válvula artificial, o si en la región donde vi- esos lustrosos tomates- son verdaderamente sanos o con-
vimos se proyecta la construcción de un embalse, o si esta- tribuyen a acabar con el hambre ... No obstante, esta situa-
mos preocupados por los posibles efectos cancerígenos del ción es en parte un espejismo, porque desde hace casi un
teléfono móvil. "y por ello, progresivamente, estos espec- siglo el ser humano ya advirtió la importancia creciente
taculares cambios ya no son algo abstracto a lo que mira- del fenómeno tecnológico, y desde el ámbito del pensa-
mos con cierta desconfianza y lejanía, sino que nos están miento surgió la llamada filosofía de la tecnología, de la
afectando íntimamente, transmutándonos del heroico y pro- que derivan los actuales estudios de Ciencia, Tecnología y
meteico Horno tecnologicus en el enigmático Homo ciber- Sociedad (CTS), los cuales -c-creemos sinceramente-
neticus; un ser humano dependiente para bien o para mal de pueden ser esa ayuda inestimable para ayudarte y ayudar-
la tecnología más avanzada y especialmente de las cibertec- nos a abordar este problema global y vital de la tecnología
nologías. Todos estos motivos y razones, obviamente, nos con una pizca de sensatez...
han llevado a considerar que tener un criterio formado so- En el pasado inmediato, esta última disciplina ----en la
bre la tecnología es una necesidad urgente, más práctica que trabajan los autores de este libro-e- se ocupó, además
que teórica, para poder responder racional, humanamente, a de establecer sus bases teóricas, también de las grandes
nuestro presente y a nuestro futuro inmediato. De que lo tecnologías que sustentaron el extraordinario desarrollo in-
consigamos o no dependerá, hoy más que nunca, no solo dustrial de la modernidad y estudiaron las consecuencias
nuestra actitud ante la sociedad o la política, sino decisio- que para la sociedad tenía la tecnología de la energía nu-
nes concretas, personales, vitales y éticas, que marcarán el clear, del transporte, de la medicina, etc. Y en la actuali-
rumbo de nuestra existencia y probablemente también el des- dad ha de seguir atentamente su evolución, pues afectan,
tino de nuestros descendientes. con frecuencia dramáticamente, a millones de personas.

30 31
PRÓLOGO. CARTA AL HaMO C/BERNETlCUS
CARTA AL HaMO C/HERNfJICUS

Entonces se publicaron desde tratados fundacionales como un libro que no solo te ofrezca mera información, sino un
Meditaciones de la técnica, de Ortega y Gasset. hasta ma- enfoque crítico definido y explícito para que lo tomes
nuales tan útiles como Qué es la filosofía de la tecnología como punto de partida eficaz a fin de poder elaborar tu
de Carl Mitcham. Pero hoy el panorama, tú lo sabes bien, propia postura. Por eso, nuestro manual, dentro de la mo-
confundido Horno ctbemeticus. resulta sensiblemente di- deración expositiva que requiere el género, ha de compro-
ferente; desde la aparición de las cibertecnologias, el pro- meterse con la visión crítica hacia la tecnología que se ha-
ceso tecnológico no solo se ha acelerado, sino que ha sido lIaba ya en el origen de esta disciplina humanística.
redefinido, justamente por que todas las tecnologías ante- Porque en la actualidad, frente a la lucha entre tecnofanáti-
riores han adoptado los instrumentos y los modelos de las cos y luditas radicales, son más útiles que nunca las críti-
cibertecnologfas. Las telecomunicaciones, la informática, cas reflexivas. Con un toque de humor, nosotros los auto-
Internet, la realidad virtual, la inteligencia artificial, la ro- res, intelectuales dedicados desde hace una década al
bótica, la vida artificial o la bioingeniería son las nuevas estudio de la tecnología, nos definiríamos como apocalíp-
estrellas de la tecnología contemporánea, de ese híbrido ticos integrados (utilizando la terminología de Umberto
que llaman erecnociencia». Pero también, en esta nueva Eco), y nuestro propósito es justamente realizar juicios
sociedad de la información, todas las tecnologías anterio- apasionados, pero siempre documentados y meditados, so-
res -al estar mediadas por la digitalización- son igual- bre la tecnología y sobre el propio ser humano que habita
mente, en cierto modo, cibertecnologías. Por eso no somos esta era sorprendente de la cibercultura. Esperamos, queri-
ya meros Homines tecnologici como nuestros antepasados do Horno cibemeticus. compañero de fatigosas dudas, que
10 han sido casi desde el Paleolítico; somos Homines ci- comprendas el difícil equilibrio de nuestra postura, pero
bemeticis, los frutos de la definitiva y al parecer irreversi- también su honestidad.
ble revolución digital o cibercultural, que también ha No obstante, también hemos de advertirte, dada la no-
transformado la cultura, la economía y hasta tu mente, vedad de la materia tratada, y especialmente si tienes algu-
nuestra mente ... Y por ello, los estudios CTS, si quieren na referencia sobre ella, que proponemos un estudio de
superar su crisis identitaria finisecular, han de asumir este CTS singular y renovado, un CTS ampliado. que abarque
nuevo reto ---este nuevo paradigma tecnológico-e-, ofre- no solo todas las tecnologías últimas, sino todas las disci-
ciéndote los nuevos manuales que expliquen de manera plinas más allá de la filosofía que se ocupan de estas, e in-
clara y sencilla, aunque exploratoria y abierta, qué sucede cluso diversas manifestaciones artísticas como el cine y la
en este mundo que ya es (ciber)mundo y sobre qué alter- literatura de ciencia-ficción. En este aspecto divulgativo de
nativas personales puedes tomar. un manual, a veces una película o una novela resultan ser,
Querido y suspicaz Horno cibemeticus que lees este como síntesis o experimento mental sobre determinados
prólogo, acaso un tanto optimista y pretencioso, puede que eventos tecnológicos, infinitamente más eficaces que los a
seas un ciudadano anónimo dentro de tu comunidad, cons- veces abstrusos y especializados estudios de CTS al uso.
ciente de estos problemas, o acaso un profesor preocupado Un CTS ampliado significa en este sentido también un in-
por cómo explicar la desbordante complejidad del fenóme- tento por nuestra parte de que sea popular, accesible y útil
no tecnológico a tus alumnos. Verdaderamente necesitas para cualquier Horno cibemeücus con una cultura general,

32 33
CARTA AL HUMO ClBERNETICUS PRÓLOGO. CARTA AL HaMO ClBt:RNETICUS

pero sinceramente preocupado por comprender los conflic- Un manual que estrictamente se enfoca al aprendizaje de
tos tecnológicos de su entorno. CTS para aplicarlo a los conflictos tecnológicos con los
Por otra parte, siendo conscientes de tu condición de que te encuentres. Es hora que tanto tú como nosotros de-
Horno cibemeticus. que es también la nuestra, no podía- jemos la inconsciente infancia del Horno cíbemeticus y
mos ignorar la vertiente de manual cibercultural de nuestro comencemos a asumir la madurez reflexiva y participativa
ensayo, y por ello, aun convencidos de la perenne vigencia de los ciudadanos del siglo XXI, llamados más que a la glo-
del modelo del libro, no podemos evitar dotarlo, enrique- ria de los triunfos tecnológicos, a la impecable responsabi-
cerlo, con cierta vocación de CTS hiperfilosófico, esto es, lidad sobre su destino, para descubrir que hay más opcio-
interactiva y participativa a través de Internet y de una pá- nes que la esperanza o el temor. Nuestro manual de CTS
gina web complementaria. Nuestro modelo crs ampliado ampliado, cibercultural, hiperfilosófico y activista, preten-
y cibercultural sobre la propia tecnología de la cibercultu- de así enseñarte y enseñamos a través del rigor ético e in-
ra no tendría sentido si no pudieras servirte de Internet telectual, y un exigente compromiso social, cómo encarar
para buscar información y para intercambiar textos e ini- los retos del siglo XXI recién comenzado. Te ofrecerá por
ciativas con los autores y otros lectores activos. En este as- ello una Breve historia del pensamiento sobre la tecnolo-
pecto, por tanto, no puede ser un manual cerrado ni sacra- gía para que puedas situarte; a continuación trazará una
lizado por la supuesta autoridad de los autores, sino Historia critica del futuro desde crs activista, para que
abierto y progresivo (un manual como work in progress) conozcas las previsiones tecnocientíficas, los problemas
que siga de cerca la actualidad tecnológica y que recoja el derivados de ellas y las alternativas posibles; y para entrar
trabajo reflexivo de CTS generado en torno a este manual en la vertiente activista te ofrecemos una serie de apéndi-
por amigos y lectores, dando forma a lo que algunos auto- ces como son el Glosario básico para crs ampliado, la
res han denominado el intelectual colectivo de la cibercul- selecta Bibliograjta y Filmografía, una extensa Antología
tora, quizá el único que pueda enfrentarse con ciertas ga- de textos, e incluso un Modelo de investigación activista y
rantías de eficacia a los grandes retos tecnológicos que nos otros documentos activistas que podrás continuar desarro-
aguardan. llando a través de nuestra página web ...
En fin, querido y comprometido Horno cibemeticus. En fin, este es nuestro proyecto de CTS, un manual ac-
sentimos decirte que la mejor manera de abordar la difícil tivista, que en verdad pretende ser, más allá de esta Carta-
tarea de formarte un criterio CTS (esta es su primera y úl- Prólogo, un mensaje de alerta a cada Hamo cibemeticus,
tima lección), que te ayude a resolver los conflictos tecno- lanzado en una botella al piélago tecnológico de la vida
lógicos, es que te impliques activamente en su elaboración contemporánea, para que cada lector sepa que al menos
más allá de este manual, a través de nuevas y más amplias hay un archipiélago de naúfragos críticos a los que les une
lecturas, de navegación por la red, de discusiones y polé- precisamente lo que les separa, deseosos de comunicarse
micas, de generación de proyectos e iniciativas colecti- entre ellos y de crear una red activista.
vas... De ahí que el sentido último y la novedad de este Querido Horno cibemeücus. recibe un afectuoso salu-
manual es que intenta ser, dentro de sus limitaciones, un do de tus congéneres, que te invitan a que leas este manual
manual activista, para la acción después de la reflexión. activamente y por ello, especialmente, a que en esta era

34 35
neoepistolar del correo electrónico, nos enví~s de v~elta tu CAPÍTULOI
propia Carta al Horno ciberneticus con tus impresiones y
tus dudas, tus noticias y textos, y sobre todo tus propuestas Una breve historia del pensamiento
activistas ...
sobre la tecnología *
Auctores,
Homines Cibemetici
En Pamplona y Cáceres, enero de 2003

S ON ya numerosas, y de enfoque muy variado, las histo-


rias publicadas sobre el pensamiento de la ciencia y
la tecnología, ya sea desde la filosofía de la ciencia o de la
tecnología, la sociología y también la historia, los mismos
estudios CTS o la mera divulgación científica. Nuestro
propósito no es intentar una nueva y exhaustiva historia
desde alguna de estas disciplinas, sino proponer al lec-
tor un breve y sintético recorrido por los hitos más desta-
cados de todas ellas, desde una perspectiva particular, la
activista, que vertebra este manual. Aunque partimos espe-
cíficamente de los estudios CTS, para situar al lector lego
en el panorama amplio y multidisciplinar de la reflexión
sobre la tecnociencia, es preciso ampliar los límites acadé-
micos y el pensamiento filosófico. Así, nuestra historia del

• Este manual es una derivación en el ámbito de CTS de nuestro li-


bro La nueva Ciudad de Dios. Un juego cibercuirural sobre el tecno-
hermetismo (Siruela, Madrid. 2(02), al que se alude varias veces en el
texto, utilizando su terminología y neologismos como «tecno-herméti-
co». De hecho, este manual constituye el segundo paso, decididamente
activista, de sus propuesta, teóricas -aunque se puede seguir de mane-
ra independiente-e, dentro de un proyecto cibcrcultural de crítica de la
tecnología (www.siruela.comlncd).

36 37
CARTA AL HOMO C/BERNETlC(!S UNA BKEVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOOíA

pensamiento sobre la tecnología se permite plantear una los nuevo.s c,on.textos del pensamiento sobre la tecnología
suerte de CTS ampliado que absorbe las aportaciones y las en otras disciplinas, géneros y medios.
figuras afines de otras disciplinas, que muestren una mira-
da especialmente crítica y activista. Para que nuestra vi-
sión activista de CTS tenga sentido, hemos de inaugurar
una línea, en cierta medida heterodoxa, pero que no impi- El pensamiento sobre la tecnología en la historia
de que sea también reflexiva, sino que más bien lo exige.
Pues para llevar a cabo las propuestas y las acciones, pri-
l. Del comienzo de la tecnología y de la utopía
mero es preciso conocer, reflexionar y valorar el pensa-
miento sobre la tecnología y sus problemas de la manera
más amplia posible. La tecnología constituye un factor fundamental en la
Para esta breve historia todo aquel atisbo reflexivo so- historia de Occidente en tres sentidos: como realidad,
bre la tecnología es válido, aceptando incluso ideas prove- como proyecto y como sueño. Es importante recordar estas
nientes de más allá de las humanidades, como las que tres facetas porque son las que marcan la diferencia con
aporta, por ejemplo, la literatura de ciencia-ficción, tan im- otras cultura'> y sus correspondientes tecnologías. La tec-
portante en estas cuestiones. Tampoco podemos olvidar, de nología es una forma especial de cultura que afecta a los
acuerdo con esta perspectiva ampliada y activista, la im- demás productos culturales y que a su vez es modificada
portancia de la cibercultura, que ha venido a revolucionar por ellos, y así ha ocurrido hasta la época moderna. Si esto
todas las tecnologías y por ende el propio pensamiento so- es cierto, entonces es posible recorrer nuestra historia cul-
bre estas materias. No tendría sentido pretender un CTS tural y ver en cada momento los hitos que se han ido esta-
activista, en estos momentos, que no fuera fundamental- bleciendo en el tiempo. Desde luego en la época en que
mente cibercultural, en cuanto que abarca al pensamiento vivimos, la tecnología se ha convertido en un tema recu-
sobre la cibercultura y también los modos y maneras, pro- rrente desde ángulos muy diversos, incluido naturalmente
fundamente activista'>, de sus teorías, propuestas y accio- el pensamiento. Pero sería un error entender todo este es-
nes. En definitiva, nuestro CTS ampliado y activista no se- fuerzo reflexivo como algo que surge solo en el siglo xx.
ría tal si no fuera también un CTS cibercultural. Un CTS Las raíces del pensamiento sobre este tema son muy pro-
en esta deriva última inevitablemente político, hiperpolíti- fundas. Ello se debe a que la tecnología es también una
co, como iremos demostrando, al incluir también la refle- clave interpretativa fundamental, por lo que se puede afir-
xión sobre la globalización, las historias del futuro y la mar que nos explicamos qué somos a través de ella, en una
divulgación científica, ámbitos diversos en los que tam- suerte de pensamiento sub specie tecnologíca. Hemos oído
bién se decide la recepción social de la tecnología. En de- en numerosas ocasiones que es precisamente el desarrollo
finitiva, nuestra interpretación del pensamiento sobre la de la técnica lo que hace que el homu se convierta en sa-
tecnología (y sobre la tecnociencia en general) nos exige, a pienso Y en la actualidad, incluso se especula con que los
comienzos del siglo XXI, el conocimiento tanto del pensa- límites están ya en el cyborg, donde se estaría produciendo
miento filosófico de corte académico y universitario como el siguiente salto evolutivo. En este recorrido de varios mi-

38 39
CARTA AL HOMO ClIJERNf.TICUS UNA lIKEVE HISTORIA DEL PENSAMIHITO SOBRE LA TECNOLOGíA

les de años se percibe cómo esa realidad tecnológica del bIes a los procedimientos artesanales; así, la naturaleza
Horno sapiens se lanza al futuro en un proyecto que, con- produciría seres de forma similar a como los artesanos fa-
vertido a veces en sueño y a veces en pesadilla, va a deter- brican telas o vasijas. Por otra parte, curiosamente, será ya
minar el futuro de la humanidad. No son otra cosa los mi- el pitagorismo griego, el pensamiento de aquella secta que
tos griegos, como el de la Atlántida, que en muchos combinaba especulación matemática con mística religiosa,
sentidos marcan el talante occidental hacia la utopía. Esa el que colocará el primer pilar del proyecto tecno-herméti-
Atlántida, recordada por Platón en diversos diálogos (Cri- co de la tecnología occidental, que alcanza su plenitud en
tías, Timeo), como pasado perdido o ficción, pero donde se la cibercultura contemporánea.
recrea la primera utopía tecnológica, o tecnoutopía, que La realidad pitagórica estaba compuesta en su último
aparecerá como un tema recurrente en nuestro acervo cul- extremo por números, por lo que el estudio y desarrollo de
tural como forma de mitotecnología. las matemáticas deviene así en una suerte de contempla-
Son los griegos los primeros en establecer el primer ción de lo divino. Pitégoras adoptará con el tiempo la figu-
pensamiento sobre lo técnico. No en vano el m~to de Pro- ra del sabio hermético, del sacerdote de arcanos geométri-
meteo nos muestra cómo el fuego, una de las pnmeras tec- cos, cuya aura irá transmitiendo a otros legendarios
nologías, robado por un hombre a los dioses, es aqu~ll? magos, magos de la técnica, como el rey Salomón, mítico
que nos distingue de los animales y nos permite sobrevivir arquitecto del Templo de Jerusalén. De esta manera se
en un entorno hostil. En esa esfera de Jo mítico se encuen- asienta esta oscura y primordial convicción en el imagina-
tra otro relato que muestra ese interés primordial por lo rio humano de que el conocimiento técnico sirve para rea-
técnico: el mito de Ícaro. Hijo del perverso Dédalo (autor lizar maravillas. La tecnología, el pensamiento sobre la
de una maquinaria para que Perséfone pudiera mantener tecnología, contendrá así desde el principio ese ingrediente
un coito con un toro, y de esa unión nace el Minotauro), irracional de magia y maravilla, que no nos abandona ni
muere porque en su vuelo para escapar del Minotauro se siquiera en la actualidad. Durante el periodo de los sofis-
aproxima demasiado al Sol, que derrite sus alas de cera. El tas, la técnica se entiende como el proceso de humaniza-
mito sugiere así que el abuso de la técnica conduce al de- ción, tal como sostiene Protágoras. Anticipando en siglos
sastre porque tienta al hombre con el orgullo (hubris). En las propuestas del progreso material y apoyándose en el le-
el llamado albor del pensamiento occidental, en el paso del gado mitológico, afirma que gracias a ella los seres huma-
mitos al lagos, el helenista Benjamín Farrington (Mano y nos son capaces de sobrevivir en un entorno hostil. La pri-
cerebro en la antigua Grecia) propone que ese cambio se mera invención importante es, según Protágoras, el
debe en esencia a un modo de pensar técnico. Este método lenguaje, que permite la creación de sociedades como for-
habría de basarse por fuerza en la observación, experimen- ma de defenderse de los ataques de animales y de la dure-
tación y refinado de los procesos, lo que lleva a prestar un za de la naturaleza. Pero también es cierto que la técnica
interés más preciso por el entorno. El ámbito geográfico griega es diferente a la contemporánea, no solo por sus re-
donde nace esta nueva forma de pensar es, por encima de sultados, sino también por su concepción. La ciencia, el
todo, un lugar de comerciantes y técnicos que tienden a conocimiento de Jos procesos naturales, que marca la ori-
ver la naturaleza como un conjunto de procesos compara- ginalidad del pensamiento griego, se limita a un conoci-

40 41
UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTI) SOBRE LA TECNOLOGíA
CARTA AL HUMO C/BERNETICUS

miento especulativo, contemplativo, pero en su mayor par- nes), nos indican que existía un arte mecánico de gran
te, ajeno a sus posibles aplicaciones prácticas. complejidad, que lamentablemente se ha perdido. También
Tal vez el uso de esclavos, como propone Farrington, la excavación de túneles o el mismo faro de Alejandría son
fuera la causa del desinterés por construir maquinarias que muestras de una pericia técnica muy avanzada, que no se
ahorrasen esfuerzo físico. En cualquier caso, es curioso re- ajusta al tópico de un total desprecio griego de la tecnolo-
cordar cómo Calicles, en el Gorgias de Platón, utiliza la gía. Pero este ya es otro periodo histórico, tras la caída de
palabra bánausos (trabajador mecánico, artesano) como las grandes poíis como Atenas y Esparta, que ahora se en-
insulto, afirmando que nadie dejaría que su hija se casase cuentran subsumidas en el imperio creado por Alejandro
con un hombre de tan baja condición. Esta anécdota señala Magno, el gran mecenas de la tecnología y la filosofía de
una característica de la historia de nuestra tecnología que la Antigüedad. Justamente en una ciudad fundada por el
continuará hasta bien entrado el siglo XVI. Platón considera conquistador, en la Alejandría de Egipto -c-patria oculta de
que el verdadero conocimiento ha de residir no en qué sea la utópica Atléntida y motivo del fascinado género aegip-
la naturaleza, sino en las cualidades racionales y morales tiaka, de Heródoto o Hecateo de Abdera-c-, se funda la
del ser humano. Su obra codifica por primera vez la idea gran biblioteca que reúne varios cientos de miles de libros
de conocimiento del alma y de las virtudes o conocimiento y que además contaba con centros de investigación, colec-
humanístico, en contraposición al conocimiento de la natu- ciones de animales, etc. Alejandría terminará formando
raleza o científico. Sin embargo, su discípulo Aristóteles parte de la tradición tecnoutópica occidental hasta que Na-
no fue tan severo con esta división y aceptó que la obser- poleón, en el siglo XVTII, intentará reconstruir su anhelo to-
vación de la naturaleza sí merecía la atención del filósofo talizador durante su fracasada expedición a Egipto, esta
(y de ahí sus profundos tratados de biología comparativa). vez gracias a científicos franceses, con el matemático
De esta manera, su trabajo recopilatorio y su actitud inves- Charles Fourier a la cabeza, al impulsar la Descrípuon de
tigadora alentó el nacimiento de toda una generación de L 'Egypte, magna obra de la ciencia ilustrada, comparable a
griegos que se dedicó a la experimentación y construcción
la Encyclopédie.
de todo tipo de maquinarias. Por ello, no se puede pensar
que esta opinión elitista y despectiva respecto a la técnica
fue la tónica constante en la cultura griega. Al contrario, el
ingenio heleno tiene sus mejores representantes en Arquí-
2. De la filosofía cristiana a la Nueva Atlántida
medes, autor de diversos inventos como los espejos usto-
rios y la ley de la palanca, o en Herón de Alejandría, míti- Llegará la decadencia de Grecia y por Occidente pasa-
co fabricante de los primeros robots y autor de De rán los imperios, como el romano, cuya extraordinaria con-
Neumauca, un tratado sobre el vapor que anticipa el motor tribución a la tecnología ingenieril es bien conocida, pero
de la revolución industrial del siglo XIX. que no aportaron nada significativo respecto al pensamiento
Algunos descubrimientos arqueológicos sorprendentes, de la tecnología. Durante la Edad Media se mantiene la divi-
como la célebre máquina de Antiquitera (una especie de sión entre artes mecánicas y artes liberales porque el pensa-
reloj que reproduce el movimiento de algunas constelacio- miento regresa a la actitud contemplativa del saber, tras el

42 43
CARTA AL HOMO ClBt.RNt.T1CUS UNA BREVE IlISTORlA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOoíA

breve lapso alejandrino. Las artes mecánicas son propias de necesaria para que este recupere su bienestar en este mundo,
hombres de baja extracción, mientras que las artes liberales aunque su uso ha de ser armónico y equilibrado.
ttrivium y cuadrívium), como su propio nombre indica, son De acuerdo con David Noble (La religión de la tecno-
practicadas por hombres libres. Este pensamiento de origen logía), esta concepción de Hugo de San Víctor influye po-
platónico se perpetúa ahora porque lo más importante de la derosamente durante la llamada revolución científica del
vida humana se conoce por revelación de la divinidad. Por siglo XVI y XVII; la necesidad de buscar o, mejor dicho, re-
otra parte, el trabajo manual es simplemente un castigo construir la naturaleza humana con la ayuda del conoci-
ante el pecado original. .. Pero no sería justo resumir este miento y la tecnología es una idea tan poderosa y sugesti-
amplio periodo histórico de forma tan sumaria. El cristianis- va, que todavía hoy alienta el desarrollo tecnocientífico
mo aporta varias ideas sobre la tecnología, provenientes de actual. Por su parte, Roger Bacon inventa todo tipo de arti-
su origen hebreo, que se añaden al pensamiento griego. La lugios como las gafas bifocales y es capaz de predecir la
magia, como forma de prototecnologia, está presente en el construcción de aviones o submarinos, pero más importan-
cabalismo judaico, en la construcción de golems o criaturas te aún, propone la experimentación como forma de encon-
artificiales, y el cristianismo acepta la verdad de la magia trar la verdad, una verdad que es completamente necesaria
aunque la prohíbe por herética. En esta época comienza a a fin de salvar al ser humano del Anticristo. Y finalmente
tomar cuerpo el precedente de la química, la alquimia, que hay que recordar a Raimon Llull, pues este monje y escri-
es en realidad la versión práctica del hermetismo nacido en- tor mallorquín fue el primero que, basándose en el prece-
tre el siglo II y ID en Alejandría. Combinando filosofía grie- dente árabe de la zairja, imaginó la posibilidad de automa-
ga, cristianismo y religión neoegipcia, aparece una corriente tizar el pensamiento. Su máquina de pensar, dos círculos
de pensamiento en donde la magia activa, transformadora concéntricos divididos en casillas, que giran entre sí, cons-
del mundo, se convierte en una suerte de ideología subterrá- tituye la primera propuesta práctica para entender el razo-
nea que empapará el pensamiento tecnológico de nuestra namiento como un ars combinatoria; reducido el conoci-
cultura. En esta época se producen acontecimientos, descu- miento a sus partes mínimas, pensar no significaría otra
brimientos y concepciones filosóficas que marcan decisiva- cosa que combinar, lo que le permitía supuestamente razo-
mente la comprensión que tenemos de la tecnología. Jean nar mecánicamente la existencia de Dios. Esta concepción
Buridán, Pedro Grosseteste, Hugo de San Víctor, Roger Ba- es el planteamiento protocibercultural más importante de
con o Raimon Llull (Los filósofos medievales) son expo- la Edad Media y tendrá sus continuadores en lulistas como
nentes de esta fecunda diversidad. Grosseteste y Buridán in- Giordano Bruno, Marsilio Ficino o G. Leibniz, convirtién-
troducen de nuevo la necesidad del experimentalismo dose, según Martin Gardner (Máquinas y diagramas lógi-
aristotélico y de la observación de la naturaleza. Hugo de cos), en un antecedente de la informática.
San Víctor escribirá un tratado sobre las artes mecánicas, El Renacimiento es el periodo histórico en el que se al-
asignándoles un lugar considerable en el conjunto del cono- canza el momentum necesario tanto para el desarrollo tec-
cimiento humano. Su concepción de la tecnología es muy nológico occidental como para comenzar de manera estric-
diferente al de la cultura griega; dada la naturaleza pecadora ta y sistemática su reflexión. A partir de este periodo la
del ser humano a causa del pecado original, la tecnología es tecnología comienza a formar parte no ya de una faceta de

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CARTA AL HOMO ClBERNETICUS UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOGíA

la cultura sino de un proyecto general para el ser humano. el centro de la isla de Nueva Atlántida, los científicos inven-
Los propios artesanos o técnicos, como Georg Bauer (tam- tan y ofrecen sus ingenios a la sociedad, aunque al mismo
bién conocido como Agrícola, autor de De Re Metal/jea) o tiempo controlan el uso y el conocimiento, ya que pueden ser
Bemard de Palissy (artesano vidriero, buscador del esmalte potencialmente peligrosos. Y son los científicos quienes fi-
blanco), reclaman un lugar en la consideración del saber, en nalmente conducen a la sociedad a su verdadero orden y es-
contra del dietum de Platón. Sus voces son escuchadas por plendor. En su obra teórica La Instauratio Magna coloca las
los grandes de la época como Leonardo, Galileo o el mis- bases para ese progreso basado en la invención y el descubri-
mo Francis Bacon, quienes valoran con entusiasmo la ayu- miento que permitirá a la humanidad llegar a la perfección
da de los inventos mecánicos en la mejora de las condicio- social, una restauración de la naturaleza adánica,
nes de vida. Siguiendo las ideas de Rugo de San Víctor y
de Roger Bacon, es necesario reconstruir esa mítica Atlán-
tida platónica, a fin de que los seres humanos recuperen la 3. Las alternativas: el mecanicismo y elludismo
máxima expresión de su naturaleza. En un periodo relativa-
mente breve aparecen los grandes tratados utópicos en los
Justamente, este ideal que nace en la Nueva Atlántida,
que se propone una reconstrucción de la sociedad humana
de reconstrucción técnica de la sociedad, es el que impul-
en virtud del conocimiento científico. A partir de la Utopía
sará a la tecnología occidental a reconstruir, mentalmente
de Tomás Moro, el inventor del concepto de «utopía» o no-
desde luego, todo el universo. Ello es posible si en reali-
lugar, Occidente recupera su visión de una sociedad per-
dad el mundo, el universo, con todo lo que contiene, no es
fecta en la que las reformas sociales, la ingeniería social,
más que un inmenso autómata y los seres que en ellos ha-
van de la mano de las aportaciones tecnológicas.
bitan también lo son. Descartes (Tratado del hombre) pro-
Tomasso Campanella entiende que el nuevo pensamien-
pone el mecanicismo para explicar el comportamiento de
to científico conlleva un aumento de libertad, y por ello de-
los seres vivos, exceptuando el ser humano que posee un
fiende a Galileo Galilei. Su libro La ciudad del Sol es todo
un manual para el diseño de un Estado mundial (un lejano alma o res cogitans. Más consecuente, Julien Offroy de La
antecedente de la globalización) en el que el conocimiento Mertrie (El hombre-máquina) considera que incluso los se-
científico ha de ser una herramienta primordial para su buen res humanos son simplemente mecanismos más o menos
gobierno. Pero es sin duda en la utopía, de título tan signifi- complejos pero esencialmente no distintos a los autómatas
cativo, de la Nueva Atlántida, de Francis Bacon donde se que comienzan a proliferar precisamente en esa época. Y de
destila el pensamiento científico de la época de manera más ahí no es difícil llegar a la conclusión de que la grandeza
intensa y premonitoria. Bacon propone que el conocimiento del ser humano consiste precisamente en reproducir o in-
es básicamente poder, poder de transformar la naturaleza, y ventar mecanismos, emulando así a la naturaleza. La capa-
que los límites de esa transformación apenas existen. La in- cidad inventiva se convierte en el camino para recrear la
vención de la pólvora, la brújula o la imprenta son aconteci- naturaleza y al mismo tiempo para inventamos como seres
mientos que transforman a la humanidad de forma radical. humanos, y los únicos límites son los que nosotros decida-
En la Casa de Salomón, una suerte de laboratorio situado en mos. Esta euforia ante la ciencia y la técnica alcanza su

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CARTA AL HOMO ClRf.RNET/CUS UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOGÍA

máxima expresión en la labor del filósofo Augusto Comre, El desarrollo tecnológico no acontece sin provocar dis-
para quien el cientificismo es una prueba de la madurez de turbios, dificultades y graves problemas sociales. La revo-
la propia humanidad. En su Catecismo positivista, Comte lución industrial nos muestra un claro caso de este males-
predica ante una mujer la necesidad de la ciencia y la apa- tar en el ludismo, un movimiento que marca el signo de
rición del nuevo héroe, el ingeniero, que salvará a la hu- violencia de la tecnología moderna. También es el primer
manidad de los problemas a los que se enfrenta y que tam- caso de una visión de pensamiento plenamente activista en
bién la salvará de sí misma. En el final del siglo XIX, un la historia de la tecnología. Lo que comienza como una de-
momento esplendoroso de la cultura según George Steiner, fensa ante el trabajo y del modo de vida de los tejedores
se vive la convicción de que la ciencia y su aliada la tec- ingleses de 1830, acaba convirtiéndose en una actitud críti-
nología nos van a conducir hacia la utopía. ca, compartida aún hoy en día por grupos alternativos y fi-
Liberados del yugo de las condiciones que la naturale- lósofos como David Noble o John Kipatrick Sale, frente a
za nos impone y corregidas las enfermedades sociales que los perjuicios que .la aceleración tecnológica está causan-
la falta de racionalidad han impuesto en la humanidad, el do. La literatura toma cartas en el asunto, y entre los nu-
futuro aparece glorioso y su nombre es «progreso». Pero merosos autores que introducen un pensamiento crítico
junto a estas reflexiones optimistas pronto comienzan a respecto a la tecnología merece la pena destacar al menos
aparecer sombras en este aparentemente triunfal camino de estos cuatro: Samuel Butler, William Wordsworth, lord
la técnica. En un principio existe la confianza de una so- Byron y Mary Shelley. Butler expone en Erewhon un lu-
ciedad que realmente sea mejorada por la técnica, pero dismo avant la Iéttre, y propone por primera vez la idea de
para ello es necesario el establecimiento de un nuevo or- la evolución aplicada a la tecnología (una oculta crítica a
den social. Utopistas como Charles Fourier y el conde de Charles Darwin) como un camino peligroso que puede
Saint-Simon tratan de encontrar una alternativa al desarro- acabar con la humanidad. Wordsworth, desde la poesía,
llo científico-técnico, endurecido por el capital, que real- contrapone la belleza de la naturaleza intocada frente a la
mente haga posible una convivencia social armónica (cu- fealdad del fruto más granado de la revolución tecnológi-
riosamente, Julio Verne, uno de los primeros grandes ca, las ciudades. En su Inglaterra natal ve con horror cómo
escritores de ciencia-ficción muestra simpatías ante estos pequeños asentamientos como Manchester se transforman
proyectos utópicos donde la ciencia ordena y la tecnología de la noche a la mañana en centros fabriles con decenas de
facilita la vida en común). Pero estos proyectos utópicos, miles de trabajadores viviendo en condiciones penosas. El
de tecnología alternativa, buscando muchas veces la auto- humo de las chimeneas, el reloj y los turnos en las factorías
suficiencia, fracasan ante la apisonadora de un capitalismo marcan el ritmo de una vida a la vez despiadada y frenéti-
que encuentra en la tecnología su combustible principal: la ca, sin apenas tiempo libre para la reflexión. Londres se
competitividad. Y por ello no es de extrañar que las uto- transforma en una nueva cruel Babilonia que se alimenta
pías deriven, como la de León Tolstoi en su finca de Yas- de la sangre de los millares de trabajadores que la mantie-
naia Palian a, hacia una ascesis de lo técnico, hacia una nen en funcionamiento.
vuelta a la vida natural, evitando los excesos y conflictos Por su parte, Byron, en su alegato proludita en el Par-
del desarrollo generalizado. lamento británico. es testigo de la inflexibilidad del nuevo

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CARTA AL HOMO ClBERNET/CUS UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAM!ENTO SOBRE LA TECNOLOGfA

capital, pues para acabar con los disturbios de unos pocos Escherich, un entomólogo alemán, contempla las plagas
centenares de destructores de máquinas, el imperio acanto- de insectos como masas, no muy diferentes a las que in-
na más de diez mil soldados y ejecuta en la horca a más de fectan las ciudades y los países. A partir de sus trabajos se
una docena en un solo día. El progreso técnico entonces se desarrollará la técnica de fumigación, que en su último
presenta como una fuerza arrolladora, que destruye a todo término llevará a la creación del tristemente conocido Zy-
el que se oponga a su avance. Mary Shelley es consciente klon B, empleado en las cámaras de gas nazis. La Primera
de estas atrocidades pero da un paso más allá. Su Fran- Guerra Mundial será el estallido de la tormenta que mu-
kensteín o el moderno Prometeo. tantas veces nevado al chos temen, y, tras ella, Europa y el mundo no volverán a
cine y convertido en icono de la cibercultura cyborg, es ser iguales.
una conmovedora fábula crítica que resume como pocos Por primera vez el mundo asiste al potencial desenca-
ensayos la gran cantidad de los dilemas éticos a los que se denado de una tecnología que se vuelve contra el ser huma-
enfrentan los científicos de entonces y de ahora, tales no y lo destruye por millones. La investigación militar se
convierte en el motor de una tecnología que se presenta por
como la responsabilidad de las propias acciones, la incapa-
vez primera no como creadora de la utopía, sino como cau-
cidad de predicción de los resultados o el compromiso éti-
sante de una devastadora distopía. El gas, los conatos de
co ante el resto de la humanidad.
guerra biológica, la aviación, las comunicaciones con la
manipuladora propaganda a la cabeza ... todas estas tecno-
logías se convierten en herramientas para destruir las masas
4. El impacto de las guerras mundiales que el mismo capitalismo tecnológico-industrial ha recluta-
y la filosofía de la tecnología do en los decenios inmediatamente anteriores. Emst Jünger,
voluntario en el frente francés (Tempestades de acero), ve
Las nubes se siguen cerniendo sobre el cambio de si- con sus propios ojos una guerra en la que tanto recursos
glo y muchos escritores temen la debacle final. En París el materiales como humanos se administran del mismo modo.
dibujante Albert Robida imagina una guerra del futuro en Las nubes de gas que se extienden por la frontera franco-
la que predice escenas de combates aéreos y de submari- alemana no distinguen entre civiles, enemigos, animales o
nos, e incluso armas bacteriológicas o «miasmáticas». En plantas. Y en esta movilización de masas, recursos y técni-
Viena, patria de la física moderna (Ludwig Bolzmann), se ca, también los científicos son alistados para contribuir a la
presiente el malestar, e ingenieros como Robert van Mu- defensa, es decir, a la masacre del enemigo. Los grandes fí-
sil, convertidos en novelistas del espíritu de su tiempo, sicos alemanes de la época, Plank, Roetgen y otros, firman
analizan con temor la sociedad venidera. El culto a la má- un manifiesto An die Kultunvelt (Llamada al mundo civíli-
quina comienza a alistar a sus críticos y, de acuerdo con ::.udo) el4 de octubre de 1914 en el que apoyan a su país en
Karl Kraus, la modernidad nos tienta con inventos mara- la guerra. Parecidos manifiestos se publican en el lado alia-
villosos que revelan al tiempo nuestra incapacidad para do a favor de una ciencia patriótica, en la que los sabios
estar moralmente a su altura. Incluso la ciencia contempla son llamados a salvar al mundo civilizado solo de la barba-
esta nueva humanidad masificada como un peligro. Karl rie y destrucción enemigas. Paradójicamente, se entiende

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CARTA AL HOMO ClBEHNETICUS UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOGíA

que en pleno darwinismo social, la mejor ciencia y la tec- como crítica de la razón instrumental. José Ortega y Gas-
nología más eficaz, capaces de aniquilar al enemigo, es la ser, el pionero español en esta materia, en 1933 imparte un
prueba palmaria de una civilización superior. curso en la Universidad de Santander que se convertirá en
La Primera Guerra Mundial revela de forma brutal el un clásico: Meditaciones de la técnica. Se aborda la técni-
carácter que puede adoptar la tecnología. Y por ello es por ca como expresión de una cultura; cada una habrá de adop-
lo que su estudio filosófico adquiere poco a poco un carác- tar una tipo específico de invenciones que den respuesta a
ter sistemático. Ciertamente hay predecesores, como la sus valores. Por lo tanto, no existe la pretendida neutrali-
obra de Brnst Kapp, quien utiliza por primera vez la expre- dad tecnológica y hay que ser conscientes de que cada de-
sión «filosofía de la tecnología» a finales del siglo XIX. cisión tecnológica también lo es sobre nuestros valores, los
Pero justamente el valor ambiguo de lo tecnológico -me- cuales a menudo se escamotean tragados por la masa in-
jora de las condiciones humanas junto a su destrucción pa- forme de la sociedad contemporánea... De nuevo comien-
vorosa- lleva inmediatamente al análisis de su esencia, su zan a formarse las negras nubes que conducirán hacia el
fenomenología y su axiología. Se suceden escritos sobre el desastre de la Segunda Guerra Mundial.
tema de todo tipo, desde los económicos (Rathenau) a los En el interregno también se fragua, sorprendentemen-
sociológicos (Max Weber), en los que la efímera Repúbli- te, una comprensión novedosa de la ciencia en su relación
ca de Weimar, la perdedora de la primera gran guerra, se- con el pensamiento. En los años veinte, Ludwig Wittgens-
gún Tomás Maldonado (Técnica)' cultura), se convierte en tein retoma el trabajo filosófico, y en su Tracuuus afirma,
un semillero de estos análisis. Se advierte premura en es- como Weber, que los problemas vitales no pueden ser con-
tos planteamientos porque de alguna forma se intuye la po- siderados ni resueltos científicamente. En un prólogo no
sibilidad de otra gran crisis bélica a escala mundial. En su publicado para las lnvestigacíones filosóficas afirmará
conferencia de 1919, De la vocación interna a la ciencia, posteriormente que el espíritu de la época se manifiesta en
Weber entiende básicamente que la ciencia y la técnica se una homogeneización sin precedentes, gracias a la ciencia
han convertido ya en nuestro destino, pero que al mismo y la técnica, que son, junto a la industria, quienes organi-
tiempo son incapaces de damos el verdadero sentido de la zan las guerras. Sin embargo, y en oposición a su pensa-
vida y de las cosas. Sin embargo, al vivir en una cultura ra- miento, la nueva filosofía de la ciencia, surgida paralela-
cionalista, acostumbrada a que 10 científico calcule las de- mente a su compañera la filosofía de la tecnología,
cisiones, tendemos a abandonar nuestra responsabilidad especialmente el neopositivismo, cree que un adecuado or-
ante las decisiones vitales y dejamos que, como advierte denamiento de la razón solo puede ser obtenido desde el
Langdom Winner, la política no sea ya una técnica, sino desarrollo científico. El llamado Círculo de Viena plantea
más bien que la técnica se convierta en nuestra política. que debe ser el conocimiento científico lo que garantice la
y esta llamada de atención se extiende por todo Europa. claridad de pensamiento y por lo tanto la justa acción polí-
En Alemania el pensamiento de Martin Heidegger, el tica. U no de sus defensores más retóricos, Otto Neurath,
fundador oficioso de la filosofía de la tecnología, comien- trata de construir una enciclopedia unificada del pensa-
za a extenderse entre diversos ámbitos, y discípulos como miento que sirva para guía de la acción política, que ha de
Karl Lowith o Hans Jonas elaboran su propio pensamiento tener carácter marxista. La recién nacida URSS es el expe-

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CARTA AL HUMO C/BERNET/CUS t.:NA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOGÍA

rimento social donde la tecnología adquiere una puesta en ITa. Algunos intelectuales como Emst Jünger parecen fasci-
práctica más colosal. Lenin define el nuevo comunismo nados por la tecnología y el nuevo hombre, para el que pre-
como «soviets más electricidad» y la planificación centra- conizan una forma diferente de enfrentarse a la vida. Este
lizada del desarrollo del país lleva a delirantes proyectos hombre se enfrenta ante la máquina con un riesgo constan-
tecnológicos, tal como estudia Loren R. Graham (El fan- te, ya que esta le niega su interioridad, su cualidad humana,
tasma del ingeniero ejecutado); por ejemplo, la construc- pero asume el riesgo como un juego. El trabajador es una
ción del canal del mar Blanco, la presa de Dneprostoi o la respuesta ante el crecimiento de la masa esclavizada por la
ciudad siderúrgica de Magnitogorsk. Solo a principios de tecnología, en la que Jünger aboga por este «trabajador» de
los noventa se tendrá noticia cabal de lo que esta planifica- sangre fría, señor de la máquina y aventurero en un territo-
ción desorbitada conllevó: centenares de miles de muertos, rio desconocido. En cierto modo se crea todo un ambiente,
ejecuciones sumarias por no cumplir los imposibles objeti- cuya actitud se refleja en muchos autores, por ejemplo, en
vos productivos, descuido de las condiciones de la clase Oswald Spengler (Hombre y técnica), para quien la tecno-
trabajadora (que se suponía defendía el Partido) y una cada logía es producto del afán depredador de la naturaleza hu-
vez más maltrecha economía que todavía hoy está pagan- mana. Ciertamente, esta primera idea desaparecerá con el
do el ex bloque comunista por el colapso de la producción final de la guerra mundial. Lo mismo ocurre en Italia, don-
planificada. de el futurismo alaba la rapidez y la fuerza de coches y mo-
En pleno entusiasmo por las voces que apoyan un ré- tores, la poesía de las turbinas y el milagro de la electrici-
gimen basado en la defensa de los más desfavorecidos, dad. El fascismo acogerá este movimiento como impulsor
apenas se oyen a críticos como los ingenieros Peter Pal- de una nueva sociedad tecnoutópica, como ilustran en pro-
chinsky (ejecutado sumariamente) o Yevgeni Zamiatin yectos arquitectónicos de Antonio Saint'Ellia.
(autor de Nosotros, la primera novela de ciencia-ficción Durante el desarrollo de la guerra todas las partes en
distópica), perseguido por Stalin, y que en sus informes y conflicto optaron por el mismo camino: convertir la guerra
obras literarias advierte de los abusos de un sistema afecta- en un gigantesco proceso industrial. Esta alianza entre in-
do de gigantismo y que aplasta al pueblo con sus órdenes y dustria y tecnología al servicio de la guerra no estuvo
planes quinquenales, y que nos conducen hacia una disto- exenta de paradojas. Por ejemplo, de acuerdo con Edwin
pía cientificista. Black (lBM y el Holucausto), la gran multinacional de má-
Frente al comunismo, pero tomando muchos de los ele- quinas informáticas no hubiera conseguido su actual volu-
mentos de su política, el nazismo comienza a ascender y men de negocios a no ser por las ventas al régimen nazi.
pronto se convertirá en un sistema altamente tecnocrérico, Por otro lado, el Gobierno nazi no hubiera logrado tal per-
basando sus enunciados racistas en una biología evolucio- fección en la «limpieza racial» si no hubiera contado con
nista, en una concepción de la eugenesia social (de origen el apoyo de las tarjetas perforadas Hollerirh que IBM le
británico) y en una planificación ingenieril de la política. vendía. Las tarjetas y las máquinas permitieron a la buro-
En cualquier caso, el Estado nazi se organiza gracias a una cracia nazi elaborar los censos de los países ocupados y es-
profunda y detallada planificación, apostando decididamen- tablecer las líneas de parentesco y el consiguiente grado de
te por organizar la ciencia al servicio del Estado y la gue- «judeidad» de sus habitantes. Y esta venta se produjo in-

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CARTA AL ¡lOMO ClBFRNETlCUS U",\ BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOOfA

cluso cuando Alemania entró en guerra con Estados Uni- la tecnificación que han conducido al desastre de la Se-
dos. La Soah es un perfecto ejemplo de la increíble escala gunda Guerra Mundial. El fogonazo causado por las bom-
tecnológica, con la movilización de innumerables recur- bas de Hirosima y Nagasaki todavía no se ha disipado de
sos, para poder construir factorías de muerte en masa que los ojos y ya la carrera armamentística comienza con un
eran los campos de exterminio. Pero si se ha de elegir un ímpetu renovado. Las atrocidades nazis, realizadas en
proyecto que simbolice la escala de esta implicación entre nombre de la ciencia, se muestran en los juicios de Nú-
tecnología, industria y guerra, sin duda la construcción de remberg, en donde por primera vez se establece como
la bomba atómica es el caso paradigmático. Todo comien- norma ética para la medicina el «consentimiento informa-
za con una carta de los físicos afincados en EE. UU. ex- do», o dicho de otra forma, que el paciente sepa en todo
presando el temor de que la Alemania nazi construya una momento qué prácticas va a sufrir y consienta en que se le
bomba atómica. Aceptada esa posibilidad se comienza a realicen. En 1948 Georges Orwell escribe 1984, yen
desarrollar el programa Manhattann en Los Álamos, para 1953 Aldous Huxley Un mundo feliz, presentando las dos
adelantarse a esta eventualidad. versiones -c-comunista y capitalista- de la terrorífica
Muchos expertos colocan en este año, 1942, como el perspectiva de una sociedad guiada por la política totalita-
nacimiento de la «Big Science». y hay un objetivo, cons- ria y basada en el desarrollo tecnocientífico para su con-
truir una bomba, que en ese momento es solo una propues- trol. En todos los ámbitos, desde la prensa a la política, se
ta teórica plagada de infinidad de problemas técnicos e in- escribe sobre la deshumanización de la tecnología y sus
genieriles. Por eso, además de los grandes físicos como consecuencias totalitarias. Justamente en 1953, Heidegger
Richard Oppenheimer, Enrico Fermi y Richard Feymann, pronuncia, casi clandestinamente, su conferencia funda-
el Gobierno norteamericano ha de reclutar a gigantes em- mental, La pregunta por la técnica (curiosamente un Hei-
presariales como Du Pont, Unión Carbide y Kodak para degger todavía no «desnazificado» y oficialmente invita-
que resuelvan las cuestiones prácticas (construir las plan- do por la Academia Bávara de las Bellas Artes), y poco
tas de tratamiento del uranio en Handford, las técnicas de después se celebra el Coloquio de Darmstadt donde Orte-
separación de los isótopos o los problemas electromagnéti- ga habla del El mito del hombre más allá de la técnica (en
cos, respectivamente). La investigación se aborda como un Meditaciunes de la técnica). Heidegger expone cómo la
problema de management empresarial; el tiempo es pro- cultura occidental ha convertido a la tecnología en su des-
porcional al número de recursos, tanto humanos como eco- tino, ocultando la actitud respetuosa hacia el «sen> metafí-
nómicos, que se emplean para resolver el problema. Se sico que se alumbra en los seres humanos.
puede afirmar con razón que nos encontramos ante el pri- Esta actitud de admiración y respeto ante las cosas de-
mer caso de I + D + I (Investigación + Desarrollo + Imple- vendrá en el deseo de equilibrio con la naturaleza de algu-
mentación) de la historia contemporánea. nas corrientes ecológicas. La influencia de Heidegger será
Tras la guerra se extiende una desconfianza generali- muy poderosa en la filosofía de la tecnología, en la obra di-
zada ante el desarrollo científico y técnico. No es casual versa de Hans Jonas, Albert Borgmann o Hubert Dreyfus.
que en esos años aparezcan un continuado pensamiento La década de los 50 del siglo xx es testigo de numerosas
crítico y una llamada de advertencia ante los peligros de advertencias contra la tecnología desatada. Jacques Elull y

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CARTA AL HaMO ClBERNtTICUS UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOGÍA

Hans Jonas son dos de sus mayores críticos desde una pos- teamericano, que el desarrollo económico aportado por la
tura religiosa. Elull, un sociólogo francés católico, propon- tecnología es la verdadera baza para garantizar el mundo
drá en La societe technologique (El siglo xx y la técnica) la libre y democrático. Parece cierto que la tecnología mejora
aparición de una nueva forma de tecnología que se determi- las condiciones de vida, impulsa la alfabetización y au-
na por ella misma y que está fuera de todo control humano. menta la esperanza de vida, y justo cuando es posible crear
Esta tecnología, tal como afirmaron Ortega o Heidegger, es un bienestar generalizado, al alcance de las masas, es posi-
muy diferente de la técnica tradicional, pues se ha converti- ble hablar de libertad democrática. La herencia tecnológi-
do en un fin en sí misma. Jonas, discípulo de Heidegger ca, de la Segunda Guerra Mundial, en principio positiva,
afincado en EE. UU., tiene la misma impresión y considera también es enorme. Se han producido avances en la ener-
que al ocurrir este proceso de ensimismamiento tecnoló- gía atómica, la aviación, la medicina, la informática ... Los
gico corremos el peligro de destruir la vida en todo el científicos que antes trabajaban en el esfuerzo bélico anun-
planeta. De ahí la urgente necesidad de apelar a una ética cian una era de prosperidad que originará un creciente bie-
---como su «principio de responsabilidads-c- que sea capaz nestar durante la época de los sesenta. Como señala Lewis
de poner límites y salvamos de esa destrucción. Mumford, la unión de la investigación militar con sus apli-
Pero también la tecnología es, en estos momentos, una caciones civiles supondrá una continua cascada de paten-
necesidad ineludible para reconstruir una Europa y un Ja- tes y nuevos sistemas al alcance del gran público.
pón destruidos. La eficacia del desarrollo tecnológico, que y justamente este bienestar, enfrentado a una tensión
se ha demostrado tan alta en la guerra, puede convertirse política mundial --el conflicto entre las superpotencias-e,
en igualmente beneficiosa para la paz. Muchas organiza- lleva a temer una vuelta de la guerra que ahora aparece en
ciones científicas e ingenieriles se plantean esta actitud de conflictos localizados como el de Vietnam. Al tiempo que
vigilancia y uso correcto de la tecnología. Al fin y al cabo, surgen estos conflictos, y tal vez como respuesta de los
la tecnología es parte de la actividad humana y por ello es propios científicos y tecnólogos, comienza a generarse un
susceptible de valores, de «virtudes» en términos aristoté- pensamiento de clara apuesta por el progreso entendido
licos. En 1959 Charles Percy Snow habla, en las Conferen- como avance tecnológico. Este es el caso de Norbert Wie-
cias Redde, del abismo que ha ido creciendo entre dos mo- ner, quien intenta encontrar un equilibrio entre las innova-
dos de cultura occidental: la cultura científica y la cultura ciones técnicas y la sociedad (Inventar).
humanística (Las dos culturas). Tal vez si se tienden puen-
les sobre ese fractura sería posible un mayor control e ini-
ciativa ciudadana, y precisamente la tecnología puede ser 5. Nuevas disciplinas sobre la ciencia y la tecnología
una tercera vía para unir ambas (esta idea ya la había prefi-
gurado John Dewey en su The Public and its Control a La tecnología no fue materia de estudio continuado de
principios del siglo xx). Ese entusiasmo recorre paralelo a la filosofía tras la guerra, pero sí la ciencia. En los años cin-
las advertencias. Es la década en la que el presidente de cuenta y sesenta el neopositivismo comienza a eclipsarse y
EE. UU., Harry Trumao, promotor del Plan Marshall, afir- la ciencia se explica como la representación racional del
ma, en su Inaugural Address (1949) ante el Congreso nor- mundo sometida a un proceso de «falsación» (tal como

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CARTA AL /lOMO ClHr.RNn1CUS LNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOGÍA

propone Karl Popper). En esa tradición conviene recordar a permitido entender la ciencia como algo más cercano a la
Hans Reinchenbach y su división entre contexto de justifi- realidad social e histórica que naturalmente asignamos a
cación y contexto de descubrimiento, que será crucial para otras actividades humanas. Y esto también ha tenido su im-
entender el quehacer científico. El primero refiere cómo pacto en el estudio de la tecnología. La filosofía de la tecno-
una teoría dada se integra dentro del corpus científico; el logía, contando con los precedentes mencionados, adquiere
segundo, a las condiciones históricas y sociales en las que relevancia con la Escuela de Fráncfort (especialmente con
se producen tales descubrimientos científicos. En un princi- Jürgen Habermas y su discusión de la técnica moderna), que
pio, solo interesa el primero, pero las comentes posteriores, en los años setenta consideraba este tema de gran importan-
donde confluye la sociología del conocimiento científico; cia. Por otro lado, hay un acercamiento a la filosofía de la
la historia de la ciencia y de la tecnología, supondrán un tecnología desde su hermana la filosofía de la ciencia, espe-
cambio radical del planteamiento sobre la ciencia. Un his- cialmente con Mario Bunge. Bunge, con una postura aguda-
toriador, con interés en la filosofía de la ciencia, Thomas mente racionalista, considera el camino tecnológico como el
Kuhn, establece un cambio en la concepción del desarrollo único que permitirá' redimir a la condición humana de los
científico (Qué son las revoluciones cíenufícass. En su opi- peligros en los que se encuentra. Pero aparecen pronto otras
nión, la ciencia no trata de la acumulación progresiva de filosofías de la tecnología basadas en el pensamiento de
descubrimientos y acercamientos a la verdad (tal como pro- Husserl (Don TIlde), en el de Heidegger (Albert Borgmann)
ponía Popper con su método de falsación). sino de revolu- y en Dewey (Paul Durbin), que señalan el asentamiento de
ciones marcadas por «paradigmas» y con la práctica de dos una filosofía, a caballo entre la teoría (epistemología) y la
modos distintos de ciencia: ciencia normal (dentro del para- ética (activismo), que continúan creciendo en la actualidad.
digma) y ciencia posnormal (la practicada por el paradigma Por eso hay una diferencia específica para la filosofía de la
emergente o rival del corriente). tecnología, pues si bien tiene elementos epistemológicos
La idea de paradigma se convierte en una moneda co- provenientes en parte de la filosofía de la ciencia, es, dentro
mún en los distintos saberes y forma actualmente parte del de la división tradicional de la filosofía, de carácter práctico,
bagaje cultural contemporáneo. El planteamiento de Kuhn por sus implicaciones y voluntad éticas.
también recibió una radicalización, anarquizante, especial- El reflejo más importante de ese acercamiento de la
mente en la obra de Paul Feyerabend (Contra el método), ciencia a otras actividades humanas se percibe más clara-
donde el elemento social contamina de forma determinante mente en la aparición de la sociología del conocimiento
el método de investigación científica, proponiendo la expre- científico. Existe un precedente para esta en la sociología
siva sentencia «todo vale» (anything goes) a la hora de al- del conocimiento en Karl Manheim y en la obra primera de
canzar un determinado desarrollo científico. Por supuesto, Robert Merton, quienes investigaron la ciencia no tanto des-
estas concepciones del pensamiento científico no han sido de su interior sino de su contextualización social, esto es,
universalmente compartidas, y hay escuelas de filosofía de como el «producto final» de una actividad científica que se
la ciencia, como el estructuralismo. que aceptan parte de es- acomoda a la sociedad en la que se desarrolla. Pero si Kuhn
tos planteamientos pero no su consecuencia última. Sin em- tiene razón y existen rupturas en el pensamiento científico
bargo, es cierto que los trabajos de Kuhn y Feyerabend han -c-saltos entre paradigmas-c-, entonces quizá las razones

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CARTA AL I/OMO C/BERNETlCUS UNA BREVE HISTüRlA DEL PENSAMIENTü SOBRE LA TECNOLOGíA

para estos cambios se encuentren en el contexto social y no tfstica completamente irracional. El movimiento de Pug-
en el ámbito científico. Merton introducirá la noción de có- wash es un buen ejemplo de activismo científico para evitar
digo ético, de las normas, que las comunidades científicas el impacto de un conocimiento científico incontrolable. Jo-
incorporan en su trabajo y que suponen una evidente in- seph Rotblat es otro caso significativo de científico preocu-
fluencia social. A partir de esta irrupción de lo social en el pado por las implicaciones éticas de la ciencia, pues, aso-
desarrollo de la actividad científica surgirán los diversos ciado al proyecto Manhattan, lo abandonó cuando tuvo
programas de investigación como el Strong Program de constancia de que los alemanes no iban a desarrollar una
Edimburgo (David Bloor, Conocimiento e imaginario bomba atómica. Esto le costó innumerables persecuciones
social¡ o el trabajo de Harry Collins y Trevor Pinch (El go- hasta que le fue concedido el prerriio Nobel de la Paz. Carl
lem), donde el factor social interviene de forma decisiva en Mitcham señala la importancia de este pensamiento cientí-
el propio proceso de producción del conocimiento científi- fico ético en las diversas asociaciones creadas por los pro-
co. Incluso nacen investigaciones de corte antropológico, pios científicos para controlar éticamente su trabajo, como
como las de Bruno Latour (La vie dans le laboratoire), que la Federación de Científicos Americanos (FAS) o la Aso-
practica una «etnometodologfa de la ciencia», investigando ciación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS).
las prácticas en el laboratorio y el discurso que generan los Entre todos los eventos y reuniones de este signo merece la
científicos, esto es, su retórica (qué y cómo dicen lo que di- pena destacar la conferencia de Asilomar, donde los cientí-
cen). En su trabajo la ciencia es entendida como «acción»; ficos autolimitan su campo de investigación, en este caso el
cómo se producen determinados hechos, comunicaciones o ADN recombinante, estableciéndose un antes y un después
publicaciones que, luego, se aceptan como «ciencia». Lógi- en la ética científica, de carácter indudablemente organiza-
camente, esta indiscreta atención de la sociología hacia la da y activista. Con este hecho lo que los científicos apunta-
ciencia ha sido considerada por muchos científicos y filóso- ban ineludiblemente es que no todo conocimiento es lícito,
fos de la ciencia como una intromisión inaceptable. ni ético ni moral, aunque sea posible gracias a la ciencia.
y desde luego no se puede olvidar el protagonismo de De forma similar, los ingenieros y tecnólogos ya cuentan
los propios científicos en el pensamiento, tanto las extrapo- desde el siglo XIX con asociaciones que velan por la correc-
laciones científicas hacia la sociedad, la divulgación de la ta práctica deontológica, en sentido ético, de sus ac-
ciencia y la crítica de la ciencia. La última puede resultar tividades. Se trata de una visión cercana al humanismo de
quizá la más sorprendente, aunque tiene una larga trayecto- la tecnología, como señala Mitcham (Thinking Trough
ria. De hecho, el desarrollo de determinadas tecnologías co- Technology). Pero quizá el caso más notable de autocrítica
loca a los científicos ante dilemas éticos a los que deben científica sea el grupo liderado por el físico lean Marc
responder individualmente. Esos dilemas alentaron en el Lévy-Leblond, que entre las diversas críticas ---económica,
periodo de entreguerras el pacifismo ante la potencialidad social, política- define la aparición de un «cientificismo»
mortal de la ciencia aplicada a usos bélicos. Justo después como nueva fonna religiosa que suplanta a las demás reli-
de la guerra se funda la asociación «Átomos para la paz», a giones del mundo contemporáneo ((Auto)crítica de la cien-
la que pertenece el propio Einstein, en un intento de disua- cia). No obstante, en ocasiones, la crítica se dirige desde
dir a los gobiernos de perseverar en una carrera armamen- la ciencia a las humanidades, rechazando lo que se ha eti-

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CARTA AL NOMO C/BERNETlCI/S UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIE¡"'TQ SOBRE LA TliCNOLOGIA

quetado de forma muy vaga como «pensamiento pos- hora de enfrentarse a la cuestión de la técnologfa. Sin duda,
moderno», caracterizado como un enfoque crítico con la ra- si la división de Hans Reichenbach tiene vigor para el desa-
cionalidad tradicional y cercano a ese anything goes de Fe- rrollo científico, no puede decirse lo mismo respecto a la
yerabend. La manifestación más palpable de este rechazo la tecnología, ya que esta es una actividad social, comprende
protagonizó Alan Sokal en 1996 con su célebre texto paro- una serie de decisiones ante diversas posibilidades y un con-
dia y que finalmente se materializó en Imposturas intelec- texto histórico y político que es posible que la ciencia no
tuales (con Jean Bricmont). Considerándose a si mismo tenga (aunque los sociólogos actuales no estarían en absolu-
como el «Elliot Ness» de la intelectualidad contemporánea, to de acuerdo). A la vez, es en esta mitad del siglo xx cuan-
Sokal critica a un pensamiento que abusa de la retórica do comienza a conocerse una historia de la tecnología que
científica y cuyo mayor problema sea quizá su excesivo en- difiere del tradicional catálogo de hechos y avances al uso
claustramiento en los ámbitos académicos ... glorificando la inventiva humana. Sigfried Giedieon (La
Además de la sociología de la ciencia aparece la co- mecanización toma el mando) y Lewis Murnford (Técnica y
rrespondiente sociología de la tecnología. Ciertamente, el civilización) tratan de encontrar factores que expliquen el
cambio que produce la tecnología en la sociedad, el lla- desarrollo tecnológico histórico como una trayectoria social,
mado «impacto tecnológico», es tan evidente que no puede intentando hallar una visión global de por qué hemos elegi-
escapar a la mirada del analista social. La revolución in- do la senda tecnológica por la que caminamos. El primero
dustrial del siglo XIX es un buen ejemplo de cómo se rees- señala el afán de automatización sin límites, 10 que produce
tructura la sociedad de arriba abajo con la introducción de una tecnología desbocada. Mumford, por su parte, denuncia
los métodos de producción. Uno de los primeros en anali- la creación de una «megamáquinas (un complejo de tecno-
zar pormenorizadamente este hecho será precisamente logía y burocracia que se impone ante toda la sociedad, no
Karl Marx. Los medios de producción, amplificados tec- importa si se trata de la construcción de las pirámides o de
nológicamente, son el motor de la historia. Desde el punto la bomba atómica). En estos dos autores se hace patente no
de vista político, esta sociología es completamente necesa- solo el estudio desapasionado o meramente descriptivo de la
ria porque la falta de comprensión del impacto tecnológico historia de la tecnología, sino su deseo de proporcionar so-
en el tejido social puede conducirnos a situaciones indesea- luciones a un asunto que para entonces se sentía como una
bles. Esta falta de estudios provocó el fracaso de sistemas amenaza global que era necesario analizar.
tecnológicos de gran escala como el Minitel, la red infor- A menudo resulta muy difícil encontrar la diferencia-
mática francesa. Análisis ejemplares como los de Wieber ción neta entre divulgación y extrapolación científica. Lo
Bijke tratan de hacer comprensible el entramado de actores que comienza siendo el esfuerzo por acercar al profano un
y redes que se concitan en el hecho tecnológico, donde la conocimiento cada vez más esotérico y fragmentado acaba
industria, el sistema de patentes, la moda imperante, etc., convirtiéndose en ocasiones en la proclamación propagan-
son elementos fundamentales para comprender enteramen- dística de una ideología que no se quiere manifestar clara-
te el cambio tecnológico. mente, ya que contradice la propia esencia de lo científico:
La historia y la sociología de la ciencia tras la Segunda la claridad, racionalidad, provisionalidad y neutralidad.
Guerra Mundial suponen una novedad fundamental a la Quizá la forma más sorprendente de esta ideología, den un-

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CARTA AL HOMU C1Hl:.'RNETlCUS l;NA BREVE HISTORIA DEL PENSA,\11ENTO SOBRE LA TECNOLOGíA

ciada en parte por Feyerabend y Lévy-Leblond, sea un siendo fundamentalmente activista pero que pronto contó
cientificismo que ahora se vuelve sincrético respecto a la con el respaldo de las universidades. Carl Mitcham propo-
religión tradicional, aceptando soterradamente muchos de ne que el comienzo de los estudios CTS tiene lugar duran-
sus mitos trascendentes. Se sabe que la religiosidad, incluso te lo que se podría denominar como la primera revolución
el misticismo, está presente en muchos de los grandes cien- ecologista. La publicación, en 1962, del libro de Rachel
tíficos -Boyle, Newton, Cavendish, Maxwell, Einstein...- , Carson Primavera silenciosa, significa la referencia visi-
yen la actualidad se ha producido una suerte de nueva recu- ble del nacimiento de un movimiento de corte filosófico,
peración del diálogo con la religión alentada por una cierta ideológico y científico. En los años sesenta se produce una
ciencia, o ciertos científicos poco aurocríticos. Esta tenden- confluencia de inquietudes y corrientes culturales, en las
cia, que hemos denominado tecno-hermetismo. es una resu- que la filosofía juega un importante papel, que desemboca
rrección amplificada de una ciencia actual con un supuesto en un campo de estudios activista y académico conocido
poder salvífico. Ha aparecido una nutrida generación de como CTS. Así, el primer programa de CTS se introduce
científicos que mezclan las más absurdas extrapolaciones en 1969 en la Universidad de Stanford. A este le siguen
sociales y espirituales con una supuesta base teórica. Mez- los de las Universidades de Leigh (Pennsilvania, 1970),
clando religiosidades «New Age» con antiguallas filosóficas Massachusetts Institute of Technology (M.I.T., 1972) Y los
como el pensamiento de Joaquín de Fiore y Teilhard de de Penn State University (1973). En la actualidad se puede
Chardin, ven en el avance tecnocientífico el camino para hablar de una corriente CTS norteamericana, que continúa
fundar una agustiniana Nueva Ciudad de Dios (Andoni siendo la más poderosa, junto a la europea, en la que ha-
Alonso e Iñaki Arzoz). El físico Frank J. Tipler no tiene in- bría que incluir a países como Noruega -talleres de con-
conveniente en formular matemáticamente el Espíritu Santo sulta sobre ciencia, o «Science Workshops»-, Dinamarca
o muchos constructores de inteligencia artificial, en presu- ---comités sindicales de evaluación tecnocientífica-, Sue-
mir de ser descendientes del rabino L6w y estar creando re- cia -c-estudios sobre el futuro-e, Inglaterra y Francia -so-
almente el nuevo golem (Wiener, Minsky y Moravec). Otra ciologfa de la ciencia yla tecnología.
orientación de este tecnohennetismo es la tendencia teosófi- En estos años setenta surge una de las figuras más im-
ca de algunos físicos como David Bhom al mezclar pensa- portantes de CTS, Iván IlIich. Illich contempló la época
miento budista con la física de partículas o teorías cristianas Truman de entusiasmo por el desarrollo tecnológico y
con biología (Rupert Sheldrake). comprendió pronto las dificultades que esta gran empresa
iba a acarrear. Influido por Mumford y Elull, percibió
cómo el hombre contemporáneo se convierte en un «nee-
6. Los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad dy- (necesitado) de energía, educación y medicina. El mo-
(CTS) nopolio de estos servicios, junto a la apuesta por su ilimi-
tado crecimiento, eran, aparentemente, las soluciones para
Todos estos saberes -filosofía, historia, sociología, de la felicidad en esta tierra, pero de hecho conducían al de-
la ciencia y de la tecno1ogía- son los que producen el me- sastre ecológico, la homogeneización cultural y la iatrogé-
dio conceptual y académico para un debate que comenzó nesis médica (enfermedades causadas por la propia medi-

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CARTA AL HaMO CIBERNETICUS UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOGíA

cina). Illich también representa el inicio de la tendencia ac- el papel de 10 masculino en el diseño de la tecnología
tivista de CTS (de la que carecía su predecesora, la filoso- (Judy Wacjmann y Helen Longino, Science As Social
fía de la tecnología), cuyos planteamientos críticos sobre Knowledge).
la educación (La sociedad desescoíarízada) han inspira- Lo importante es que CTS abre un espacio social para la
do movimientos como el rechazo a las escuelas regladas discusión sobre temas de tecnología que no aparece en otras
de EE. UU. y Canadá. Símbolo de una época de transfor- disciplinas, debido a ese carácter activista que incide espe-
mación y crítica contra las instituciones, su pensamiento cialmente en los valores puestos en juego por la tecnología.
cambió en la década de los ochenta y noventa, volviéndose También es cierto que se ha producido un desplazamiento
más pesimista, respecto al poder mediador de CTS. de estos estudios hacia la política científica y la gestión de
Si es cierta la interpretación de Mitcham, hay que con- los programas de investigación, convirtiéndose así, en gran
ceder al activismo un fuerte papel en el desarrollo de los medida, en perfectamente institucionales. La política asume
estudios CTS. De hecho, muchos de esos centros CTS tra- la tecnociencia como parte de su programa y la universidad
tan de «democratizar» la tecnología, y se puede afinnar forma a los expertos teóricamente neutros que median entre
que tienen un evidente impacto social, como afirma Lang- científicos y políticos. Esto también es CTS y una de las
dom winner. La segunda generación de estudiosos CTS consecuencias de su voluntad activista al desplegarse en los
como Carl Mitcham (Thinking Through Technology), Al- cauces institucionales. Como también lo es, y muy positiva,
bert Borgmann (Crossing the Post Modern Divide), Lang- su introducción en la enseñanza reglada, y justamente en ese
dom Winner (La ballena y el reactor), Don Ihde (Techno- momento cuando la sociedad parece que puede asimilar de
logy and the Character of Contemporary Life) o Andrew manera natural la necesidad de control sobre la tecnología.
Feenberg (Critical Theory of Technology) es un buen No obstante, quizá la crítica más radical a los estudios de
ejemplo de cómo el pensamiento asimila el problema de la CTS la haya realizado el propio Illich (¿ El final de los estu-
tecnología como un elemento fundamental para entender dios CTS?), precisamente desde el interior de una disciplina
no solo la situación en la que vivimos, sino además una consagrada académica y socialmente. La sociedad se ha
característica determinante del ser humano: su capacidad acostumbrado a los desastres tecnológicos y ya no confía en
para crear y emplear instrumentos y la necesidad de esta- la ciencia como hace 70 años, pero se percibe que el desa-
blecer un código de valores al respecto. También, y a tenor rrollo tecnocientffico es la única posibilidad de seguir ade-
del panorama intelectual planteado anteriormente, es claro lante, porque no se ve otra manera de resolver los problemas
que estos estudios han de ser forzosamente interdisci- provocados por la propia tecnología.
pli nares. Pero tal como señala Stephen Cutcliffe (Ideas, Ma- Hemos entrado en la era de la hipertecnologización
chines and Values), es necesario ser cuidadoso con estas defi- acelerada, en la que la interpretación crítica del estudioso
niciones. En su opinión, todavía no existe un enfoque de CTS parece superflua por irrelevante para los grandes
realmente interdisciplinar que permita encontrar un mé- planes del todopoderoso progreso. El abuso de la termino-
todo unificado. Los estudios CTS han incorporado tam- logía políticamente correcta de la tecnología sostenible pa-
bién discusiones como el género, retomando así los traba- rece haber sido el único fruto de estos enfoques críticos
jos pioneros de Sandra Harding y otras feministas sobre que ha sobrevivido, pero algunos, como I1Iich, entienden

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CARTA ..\1. noso ClBER]VETlCI]S lTNA BREVE HISTORIA DH. PDISAMIENTO SOBREL<\. TEC~OLO(;íA

que se trata de pura retórica, porque el propio enunciado nitarios, globalizados- y de aplicación social y política
es contradictorio; si es sostenible, ha de pararse en algún que permite la misma cibertecnología de la informática y la
momento, y, si es desarrollo, sigue teniendo las mismas ca- red constituyen la otra cara de la moneda, positiva, y que
racterísticas que la idea tradicional de progreso. La úni- en absoluto ha de desdeñarse por estar alejada de los circui-
ca alternativa que tímidamente se abre paso es la de los tos académicos. Podría decirse que el pensamiento progre-
heterogéneos movimientos aruiglobalizacíón. aunque a ve- sista, abandonadas la ideologías tradicionales y los medios
ces también en estos movimientos cae una sombra de duda convencionales, se ha refugiado y renacido en el ciberespa-
sobre su eficacia, pues, al igual que en los estudios CTS, cio. La proliferación de plataformas reales-digitales y de
se puede producir el inevitable proceso de institucionaliza- comunidades virtuales donde el activisrno ha superado am-
ción, que los puede convertir en empresas multinacionales pliamente el conformismo reflexivo de CTS en crisis, pue-
solidarias, como aCUITe con algunas ONG ecologistas. Al- den abrirle los ojos a esta joven disciplina a nuevas y enri-
gunas organizaciones ecologistas tienen más poder econó- quecedoras experiencias. En este aspecto, hoy, el tema de la
mico que muchas de las empresas que dañan el medio am- tecnociencia ya no es más cuestión de meros especialistas
biente y entran en el juego de inversiones para rentabilizar sino de todos los ciudadanos, tal como los fundadores de
los fondos, a veces colaborando involuntariamente con la los estudios CTS afirmaron desde el principio. La invasión
degradación medioambiental. Lo que los estudios CTS, su- tecnológica ha llegado a tales extremos que, como en la
midos en una cierta crisis de éxito, no de identidad pero sí época de la guerra fría, se han encendido las luces de alar-
de objetivos y estrategias, no pueden ignorar, es el impacto ma. Las amenazas y los desafíos son tantos y de tal magni-
general de la revolución digital y de la globalización. La tud que el sentido de CTS ha de cambiar y adaptarse para
era de la globalización es una consecuencia de las teleco- dar respuesta a esta nueva era en la que vivimos. En conse-
municaciones y las cibertecnologfas, pero al mismo tiem- cuencia, nunca podremos prescindir de la reflexión -la
po redefine el pensamiento posible sobre la tecnología. De tradición filosófica de CTS-, pero la operatividad que
hecho, tal como Manuel Castells señala (La Galaxia Inter- buscaba al desligarse de la filosofía de la tecnología con-
net), nos encontramos ante un nuevo paradigma informa- vencional, ha de ser estimulada en este nuevo entorno ci-
cional que absorbe y redefine las tecnologías anteriores en bercultural y partidario de una globalización alternativa,
clave de bits. por nuevos usos y maneras activistas. Los estudios CTS de
Ante este panorama, los estudios CTS, dado el alcance la cibercultura deben entrar directamente en el debate so-
del impacto de la ciberculrura, en algunos casos entregados cial y aun en la construcción social de alternativas, para
a una refundación teórica, empiezan a comprender que, sin mediar entre los sordos poderes fácticos y la ineficacia de
abandonar su estudio de las tecnologías tradicionales, han cierto sector crítico, demasiado complaciente o atrapado to-
de volcarse en el estudio del decisivo impacto de las ciber- davía por el trasnochado utopismo antitecnológico de radi-
tecnologías. La cibercultura ha creado sus propios medios cales como Unabomber y Zerzan. No nos cabe duda de
de expresión y también diversas actitudes activistas que re- que, para salir de su peculiar crisis, los estudios CTS deben
quieren un análisis detallado de los estudios CTS. Los nue- desarrollar su vocación activista, una de cuyas primeras la-
vos modos de investigación -superdocumentados, comu- bores es acercarse a los nuevos contextos sobre el pensa-

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CARTA AL HOMO C/BERNETfCUS
UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIl'NTO SOBRE LA TEC!'IOLOGÍA

miento sobre la tecnología, en aras a ampliar sus conoci-


los autómatas de J. van Newmann (The Computer and the
mientos y sus métodos, y sobre todo, de buscar alianzas,
Brain) o del cyborg de Norbert Wiener (Dios & Golem
colaboraciones y simbiosis que puedan extender sus valo-
S.A.), la visión de la «aldea global» de las telecomunica-
res reflexivos, activistas y constructivos.
ciones de Marshall McLuhan (La Galaxia Gutenberg) o
las primeras «ciudades de la información» de John Mit-
chell (City of Bits) deben considerarse con pleno derecho
Nuevos contextos del pensamiento también como pensamiento de la cibercultura, ya que mar-
carán incluso su desarrollo posterior.
sobre la tecnología
Los debates sobre las tecnologías de los mass media, y
especialmente de la televisión, también protagonizaron el
7. El pensamiento de la cibercultura pensamiento de una incipiente teoría cibercultural con acti-
tudes tan reconocibles hoy en día como la moderación
El pensamiento sobre la tecnociencia ha sufrido un equidistante de Umberto Eco (Apocalípticos e integrados
verdadero vuelco con la llegada de las nuevas tecnologías en la cultura de masas) al proclamar la existencia de «apo-
de la información, que lo ha llevado más allá de los reduc- calípticos e integrados», o la postura radicalmente crítica
tos académicos. Este fenómeno global ha dado lugar inclu- del situacionista Guy Debord (La sociedad del espectáculo)
so a una verdadera cibercultura, cuya vertiente ensayística contra una sociedad mediada por la espectacularidad me-
se ocupa de la reflexión sobre la tecnología en general y de diética. Pero habremos de esperar al advenimiento de la ci-
las tecnologías digitales en particular, produciendo incluso bercultura para obtener las primeras visiones específicas y
un subgénero al que podríamos llamar ciberensayo o hi- gene~ales del fenómeno, como el análisis monumental, ya
perfilosofía. Gracias a los formatos digitales y a la red, han considerado como canónico, de Manuel Castells (La era de
cambiado radicalmente también los modos de crear y ex- la información) sobre el conjunto de cambios que afectan a
poner el pensamiento. Frente a la opinión común de que el la «sociedad de la información». La obra de este pensador,
pensamiento cibercultural es relativamente reciente, hemos bregado en la sociología de los movimientos sociales y ur-
de mantener la teoría heterodoxa de que este pensamiento banísticos, dibuja con vigoroso temple crítico el panorama
y la cibercultura que lo acoge es, en realidad, mucho más de la nueva complejidad que incluye nuevos conceptos
antiguo. De hecho, se halla presente en determinadas con- como «espacio de los flujos» o «ciudades duales» y hasta
cepciones de la tecnología, como podría ser el caso de una «sociedad-red» o una «virtualidad real», sin cuyo co-
Francis Bacon o Ramon Llull. Pero sin ánimo de polemi- nocimiento es imposible, por cierto, actuar cabalmente.
zar ni remontarnos a tan lejanas fechas, hemos de admitir Aparte de esta obra imprescindible, han surgido numerosos
razonablemente que el pensamiento cibercultural es al me- pensadores, especialmente en el ámbito norteamericano,
que han divulgado las nuevas tecnologías y su impacto en
nos anterior a la propia existencia de la cibercultura con-
la sociedad. Exceptuando los matices críticos de autores
temporánea, y sin el cual esta no hubiera sido posible. Así,
como Neil Postman (Tecnópolis) y Alvin Toffler (La terce-
por ejemplo, las teorías pioneras sobre la cibernética, con
ra ola) o Benjamin Wooley (Mundos virtuales), la mayoría
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CARTA AL HOMO ClBt.RNI:I1C1.iS UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIEJWO SOHRE LA TECNOLOGÍ/I

han saludado con entusiasmo acrítico la irrupción de las circulan en Internet, como los extropianos, los rae lianas,
nuevas tecnologías, el nacimiento del «ser digital», como los tecnopaganos o los criogenizadores (ver en Marc Dery,
sugiere el más famoso gurú de la cibercultura. Nicholas Velocidad de Escape), tiene gran predicamento entre la lA
Negroponte (El mundo digitaf), y una amplia colección de dura, como en Ray Kurzweill, Hans Moravec, Marvin
corifeos, a menudo con intereses empresariales en el fenó- Minsky y un largo etcétera de apóstoles divulgadores de la
meno, como Michael Dertouzos (Qué será), Esther Dyson buena nueva del robot superinteligente y la tecnología evo-
(Release 2.0) o el multimillonario dueño de Microsoft, Bill lucionista. En el contexto europeo, sin embargo, la actitud
Gates (Camino al futuro). Más interesantes y menos co- dominante en los intelectuales es la de una crítica extrema,
nocidas son las aportaciones de gentes de la cibercultura desde la visión apocalíptica de Paul Virilio (Cibermundo,
implicadas en su desarrollo desde la sociedad o las huma- la política de lo peor) sobre la aceleración, las máquinas
nidades, como las comunidades virtuales para Howard del arte o de la guerra, al escepticismo nihilista de lean
Rheingold (Realidad virtual), la nueva psicología de Sherry Baudrillard (El crimen. perfecto), quien gracias a su teoría
Turkle (La vida en la pantalla), la realidad virtual para Mi- del «simulacro), virtual que sustituye a la realidad se ha
chael Heym (The Meiaphysícs of Virtual Reality) o la polí- convertido en el abanderado de la crítica posmodema al fe-
tica para Langdom Wmner (La ballena y el reactor). La- nómeno. Desde una perspectiva activista, parecen más inte-
mentablemente, la cibercultura también ha generado una resantes las aportaciones independientes y de calado filosó-
corriente, que en otra parte hemos calificado de dígitalista. fico de André Robinet (Mitología, filosofía y cibernética),
imbuida de una filosofía tecnohermética que, recuperando Philippe Quéau (Lo virtual), y especialmente Tomás Mal-
los antiguos mitos herméticos, ya estaba presente en pensa- donado (Crítica de la razón informática), sobre la radical
dores cristianos como Pierre Teilhard de Chardin (El fenó- transformación de la cultura y el pensamiento.
meno humanos y Marshall McLuhan. No podemos agotar la ingente producción de pensa-
Una amplia gama de pensadores ciberculturales cada miento cibercultural. pero señalaremos dos fenómenos to-
vez se hallan más convencidos de que las cibertecnologías davía marginales pero ya significativos, como son la rela-
crearán un paraíso virtual en el ciberespacio, en el cual los ción entre la cibercultura y el pensamiento feminista, en el
seres humanos virtualizados navegaremos como ángeles de clásico sobre el cyborg de Donna Haraway (Ciencia, cy-
bits; estas desaforadas teorías, que ya han sido criticadas borgs y mujeres), o en Sadie Plant (Ceros + Unos), y el
por autores como David Noble (La religión de la tecnolo- pensamiento propiamente cibercultural que circula en for-
gía) o Margareth Wertheim (The Pearly Gates of Cybers- ma de proclamas o panfletos en la red, donde abundan las
pace), van desde el tecnocuerpo cósmico de Pierre Lévy posturas tecnorrealistas sobre la ética, las críticas globales
(L'Intelligence Colective) a la creación de dioses paródicos al descontrol de la tecnología de Bill Joy (Why the Future
del editor de Wired, Kevin Kelly (Out ofControl), y alcan- Does Need Usí, el clásico anarquista del terrorista Una-
zan su máxima expresión en la teoría del Punto Omega de bomber (El manifiesto Unabomber) o la Declaración de in-
Frank Tipler (La física de la inmortalidad), que propone la dependencia del ciberespacio, de John Perry Barlow. Por
creación de un dios artificial en el futuro. Este tecnohenne- otra parte, no podemos olvidar la creciente importancia del
tísmo, compartido por numerosas sectas digitalistas que pensamiento sobre el hipertexto, uno de los núcleos más in-

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CARTA AL HOMO C/BERNET/CUS UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOGÍA

novadores de la cibercultura, tras la aportación inicial de troyanos mantienen viva en el interior del Ciberimperio la
Vannevar Bush (As We May Ihink), o las implicaciones li- llama de una rebelión cívica y comunitaria que reflexiona
terarias recogidas por Georges P. Landow (Hipertexto), y, sobre la tecnología y al tiempo actúa para cambiarla. No
aunque todavía sea temprano para hablar de un pensamien- cabe duda de que la importancia del pensamiento cibercul-
to hipertextual, desarrollado en la red, el CD-ROM o los e- tural adquiere toda su dimensión activista a través de estos
books, salvo contadas excepciones experimentales como colectivos e iniciativas, que lo ponen en práctica con un
las de A. Rodríguez de las Heras (Navegando por la infor- alto nivel de compromiso social y de imaginación crítica.
mación). Gracias a los programas de hipertexto, el pensa-
miento se transforma en hiperpensamiento o hiperfilosofía,
una nueva fonna de abordar también la reflexión sobre la 8. El boom de la globalizacián
tecnología en general y la propia cibercultura, y de crear fo-
ros globales en la red, construyendo una Ciberatenas de in- El impacto de la globalización se ha convertido en la
temautas cívicos. En este sentido, no podemos olvidar las gran novedad en los ensayos relacionados con la tecnolo-
reflexiones de algunos autores sobre la creación de un nue- gía. Dado que la globalización es un fenómeno económi-
vo concepto de autoría, como las «inteligencias en cone- co, social y cultural provocado en gran medida por las
xión» de Derrick de Kerckhove (Inteligencias en cone- nuevas tecnologías de la información, el análisis de las
xión), cuyo desarrollo va más allá de la implantación de tecnologías específicas que lo impulsan ha cobrado una
una ciberdemocracia y se dirige hacia la práctica de una hi- singular importancia. El boom de la globalización ha pro-
perpolítica, tal como insinúa Tomás Maldonado (Crítica de ducido en apenas un lustro una avalancha de ensayos des-
la razón informática). de diversos ámbitos derivados, que van desde la nueva
En la red está fructificando este nuevo sentido político economía al multiculturalismo. Entre aquellos autores que
y activista, ya sea a través del llamado hacktivismo de los muestran una mirada crítica próxima a los postulados del
grupos de software libre y de wireless, con un nuevo con- movimiento antiglobalización -partidario más bien de
cepto de trabajo y libertad, ajeno al dogma capitalista y la una globalización altemativa-, se encuentran quizá los
ética protestante, tal como proponen Eric S. Raymond (The más atractivos desde la perspectiva activista. De los mu-
Cathedral and the Bazaar) o Pekka Himanen (La ética del chos que podríamos destacar sobre nueva economía, y
hacker), o directamente contraculturales como en las inicia- dentro de una visión moderada y reformista, podemos se-
tivas de las guerrillas de la información del enigmático co- ñalar a Edward Luttwak por su incisivo análisis del turbo-
lectivo literario Luther Blisset (Pánico en las redes). Inspi- capitalismo (Turbocapitalismo. Quiénes ganan y quiénes
rados a menudo por el aroma libertario de la primera pierden en la globalización) o a Joseph Stieglitz (El males-
cibercultura, estos colectivos, estrechamente conectados a tar de la globalización), asesor de economía de Clinton,
los grupos antiglobalización, están creando un archipiélago por el amplio eco que han tenido las duras opiniones de un
de «utopías piratas», como propone el agitador ciberanar- «traidor» a la clase globalizadora. En un nivel divulgativo-
quista Hakim Bey (TA.Z. Zonas Temporalmente Autóno- crítico y en nuestro país, son excelentes los ensayos de
mas), en el ciberespacio y la realidad, que como caballos Carlos Taibo y la labor de Joaquín Estefanía (Hij@, ¿qué

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CARTA AL HOMO C/BERl,'ETICUS LTKA BREVE IlISTORIA DEL PENSAMIENTO SOIlRE LA TECNOLOGíA

es la glubalización?), aunque tampoco podemos ignorar el tica, y especialmente su contribución al estudio de la tec-
enfoque contrario de J. B. Terceiro (Digitalismoy y de su nología de la globalización oficial y alternativa. En este
estudio específico del digitalismo. entendido en este caso aspecto hay que alabar la labor de editoriales independien-
como la nueva filosofía económica de la globalización ci- tes que han marcado una línea coherente al reflejar el pen-
bercultural. No obstante, el pensamiento más cercano al samiento heterogéneo del movimiento antiglobalización
activismo que propugnamos se halla en torno a colectivos (Icaria, Virus, Hiru, etc.) publicando regularmente los do-
intelectuales como ATTAC y que conciben la posibilidad cumentos de los foros y reuniones así como las colabora-
de una cierta globalización social que introduzca una serie ciones de los intelectuales próximos a este movimiento.
de elementos correctores en la globalización neoliberal, Junto a la nueva economía. el otro gran aspecto derivado
como la aplicación de la tasa Tobin -su bandera rei- de la globalización es el multiculturalismo, que ha encen-
vindicativa- o el salario básico, propuestas que lamenta- dido todavía más si cabe el debate intelectual, entre los
blemente solo pueden reclamarse en nuestro privilegiado partidarios de la globalización occidental y los que sostie-
primer mundo. En tomo a su revista, Le Monde Diploma- nen la validez del rnulticulturalismo. y tras el 11-S aún se
tique, se ha generado la expectativa de una internacional ha agudizado más el conflicto en el seno de la cultura occi-
crítica. capitaneada por su ubicuo editor, Ignacio Ramonet dental, que ve amenazada su convivencia y estabilidad so-
(La tiranía de la comunicación), interesado tanto por las cial por la emigración desde países islámicos. Frente a las
telecomunicaciones como por la nueva guerra, y que cuen- posiciones ultraconservadoras del fin de la historia de
ta además con figuras tan sugerentes como Susan George Francis Pukuyama, del choque de civilizaciones de Samuel
(El informe Lugano). Huntington o del equívoco interculturalismo o pluralismo
Desde una perspectiva más radical hay que reseñar los prooccidental de Giovanni Sartori (La sociedad multiétni-
ensayos del guro de Seattle, John Zerzan (Futuro Pri- ca, pluralismo, multiculturulismo y extranjeros), se man-
mitivo). un libertario partidario del neoarcaísmo (cuyos tiene una línea de pensamiento abierto y crítico, desde Wi-
partidarios, sin embargo, no rechazan el uso de la red). y la lliam Kymlicka (Ciudadanía multicultural) a Zygmunt
perspectiva totalizadora y renovada de la vieja izquierda Bauman (La globalización. Consecuencias humanas). Lo
europea de Toni Negri y Michel Hardt (Tmperio), que ha que subyace en el fondo de esta polémica no es tanto el
sido celebrada como el nuevo texto revolucionario de modelo más o menos integrador de la sociedad occidental
nuestra época. El problema de este nuevo filón, que afecta como la verdadera dimensión de nuestra futura cultura
a todo el espectro ideológico, es que es talla producción global, de sus valores democráticos, de los derechos hu-
ensayística bajo la sospechosa marca genérica de «globali- manos y del respeto a la diversidad cultural.
zación» que resulta difícil distinguir a priori las grandes Frente a la cultura uniformizadora y sintética de la glo-
aportaciones críticas de las divulgaciones bienintenciona- balización de corte norteamericano, denunciada certera-
das y los estudios temáticos exhaustivos del oportunismo mente por Naomi Klein (No Logo) como una cultura del
de determinadas operaciones editoriales. Desde una pers- consumismo de marcas. aparece la cultura de la diversidad
pectiva activista, es preciso examinar los títulos lanzados global y vernácula, regulada por la visión convivencial de
al mercado, comprobando su interés como propuesta prác- una multiculturalidad bien entendida. Siendo conscientes

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CARTA AL HOMO ClBERNET/CUS l'NA BREVE HISTORIA DEL PENSAM1ENTO SOBRE LA TECNOLOGfA

de que, en gran medida, el origen del conflicto de la globa- ámbito de las artes de la imaginación. La literatura de
lización y el multiculturalismo es el desigual reparto de la ciencia-ficción, género que ha capitalizado la mirada artís-
riqueza, por el bloqueo del acceso a la tecnología de la ma- tica sobre la tecnología (salvo contadas excepciones en la
yor parte del mundo, esto es, lo que se ha dado en llamar novela y la poesía convencionales), no es propiamente
respecto a las TIC la brecha digital; en este aspecto, hay pensamiento filosófico, pero desarrolla imaginariamente
que denunciar la voluntad disgregadora y racista de cierta propuestas reflexivas sobre las consecuencias de la tecno-
intelectualidad europea y norteamericana, cínicamente ciencia en la sociedad del futuro, planteadas por pensado-
convertida a posiciones de una ultraderecha vergonzante, res y científicos, hasta el punto de que, en numerosas oca-
que nutre ideológicamente ciertas restrictivas políticas eu- siones, se introduzcan planteamientos fronterizos entre la
ropeas de inmigración. Así, en panfletos racistas como el novela y el ensayo. En este aspecto, desde cierto punto de
celebrado La rabia y el orgullo, de Oriana Fallacci, se vista, la literatura de ciencia-ficción está relacionada con
mantienen falacias como la ineptitud intrínseca de la cultu- el subgénero filosófico de la utopía, al que también podría-
ra islámica para las ciencias, sin tener en cuenta sus apor- mos calificar de fronterizo o híbrido. Ya en las primeras
taciones a la filosofía y la ciencia medieval ni revisar el utopías de que tenemos noticia -la Atlántida platónica-,
papel que el acelerado progreso occidental ha jugado en el la tecnología juega un papel decisivo, lo que las convierte
rechazo de gran parte del mundo islámico a los valores de en verdaderas tecnoutopias. esto es, especulaciones imagi-
la modernidad y su apetencia, únicamente, por las «mara- narias de un mundo perfecto gracias, en gran medida, a la
villas» de la industrialización, la economía de mercado y aplicación planificada de la tecnología en la sociedad. Ob-
la tecnologización. Se observa, en general, en los estudios viamente, no todas las utopías son tecnoutopías, pues mu-
de la globalización, una carencia grave sobre el activismo, chas utopías están basadas en la ingeniería social, política
especialmente en todo lo relacionado con la tecnología, o religiosa, pero contorme avanzamos por la senda de la
mientras, paradójicamente, el activismo espontáneo pero industrialización, cada vez son más frecuentes. Así, desde
irreflexivo, salvo contadas excepciones como las de orga- La nueva Atlántida de Francis Bacon, la primera tecnouto-
nizaciones dedicadas a la globalización solidaria de las pía plena, pasando por La ciudad del Sol de Tomasso
nuevas tecnologías (Pangea, nodo50, Oikumene), se des- Campanella e incluso la puritana Cristianópolis de J. Va-
pliega sobre nuestro mundo globalizado, a través de la red, lentín de Andreae. la utopía arcaica de la edad de oro para-
en torno a grandes eventos como Porto Alegre y de nume- disíaca se va transformando en una tecnoutopía del futuro,
rosos proyectos solidarios y alternativos. basada en la tecnología, como en las utopías satíricas de
Samuel Butler (Erewhon) o J. S. Swift (Los viajes de Gu-
lliver), y finalmente en Edward Bellamy (El año 2000) o
Williarn Morris (Noticias de ninguna parte). Pero, curiosa-
9. Los mundos alternativos de la ciencia-ficción mente, en el momento en el que la tecnoutopía parece más
cercana, se consolida la ciencia-ficción moderna, y ya a
En nuestra rápida revisión del pensamiento sobre la partir de Julio Veme (París siglo XXI) o H. G. Wells (The
tecnología no podíamos evitar una rápida desviación por el Shape of things 10 Come), como una mirada reflexiva y

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CARTA AL HOMO C/HERNETICUS l'~'M BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOGÍA

crítica sobre la posibilidad incierta de la tecnoutopía y, que, justamente, reflexionemos y cambiemos de rumbo.
consiguientemente, sobre su reverso, la distopía. La cien- Incluso en la ciencia-ficción más popular, del tipo de Mi-
cia-ficción durante el siglo xx se convierte en un género chel Crichton, como La amenaza de Andrómeda o Parque
variado y multiforme, en el que aparte del entretenimiento Jurásico, sobre los peligros de la bioingeniría, llevadas al
fantástico de la space opera, contamos con una poderosa cinc, como en el caso de numerosos cuentos de P. K. Dick
línea dístópica, cuyo calado reflexivo es a menudo mucho (Blade Runner, Desafio total, Minority Report), podemos
más profundo que los tratados filosóficos de la época; las observar los graves conflictos provocados por la aplica-
distopías clásicas de Yegveni Zamiatin (Nosotros), George ción simulada de las tecnologías actuales. Pero también la
Orwell (1984), Aldous Huxley (Un mundo feliz), Ray amplia preparación de muchos novelistas de ciencia-fic-
Bradbury (Farenheit 45/), Brnst Jünger (Sobre los acanti- ción les ha permitido incursiones en el campo del ensayo,
lados de mánnol), Stanislav Lem (Memorias encontradas más allá de artículos ocasionales, donde han tenido la
en una bañera), etc., son solo una serie de ejemplos de la oportunidad de exponer las teorías y las bases científicas
alta calidad literaria y percepción reflexiva de la ciencia- de sus especulaciones imaginarias, como algunos clásicos
ficción, en sintonía con la literatura mainstream, que al- del género, Arthur C. Clarke (2001, una odisea en el espa-
canza hasta el ciberpunk de finales del siglo xx, con Wi- cio), Carl Sagan (Cosmos) o Isaac Asimov (Yo robot). En
lliam Gíbson (Neuromante) y Bruce Sterling (Islas en la algunos casos han demostrado una interesante actitud críti-
reá), donde se insiste en un interesante enfoque de Near ca, como Aldous Huxley (Nueva visita a un mundo fi?liz)
Future, que poco a poco vamos cumpliendo. sobre la bioingeniría, David Brin (The Transporent 50-
Pero no solo en las distopfas la ciencia-ficción ha desa- ciety) sobre la videovigilancia. o Bruce Sterling (The Hac-
rrollado un certero carácter reflexivo, que reflejan la varie- ker Crackdown) sobre la cibercultura hacker. Últimamen-
dad de intereses y temas de un género literario que incluso te, y en relación con la cibercultura de la red ---donde
podrían considerarse reflexiones imaginarias sobre la tec- proliferan páginas web dedicadas a los mejores escritores e
nología desde una perspectiva CTS. A modo de ejemplo, incluso promovidas por el1os-, hemos tenido la oportuni-
sobre todo en la época de la New Thing, de madurez del dad de conocer su pensamiento directa y regularmente,
género, Norman Spinrad (Incordiando a Jack Barron) nos cosa que antes había que adivinar o rastrear dificultosa-
habla de la manipulación de los mass media, la explota- mente a través de las [andom o publicaciones minoritarias
ción de las técnicas de longevidad y la realidad virtual; Ur- del género. Los mejores escritores de la última hornada,
sula K. Leguin (El nombre del mundo es bosque), sobre la como Neal Stephenson (La era del diamante), Stephen
opresión política y la ecología; David Brin (El efecto prác- Baxter o Greg Egan (El instante Aleph), se han convertido
tica), sobre un mundo dondc la tecnología sigue unas pau- gracias a este nuevo medio en referencias universales del
tas físicas alternativas que cambian la sociedad; J. G. Ba- pensamiento sobre la tecnociencia contemporánea, a través
llard (La sequía), de todo tipo de catástrofes, etc. En de las comunidades virtuales del ciberespacio que divul-
definitiva, la ciencia-ficción nos está hablando del futuro, gan y discuten sus hallazgos y visiones. En este contexto
pero también del presente, proyectando simulaciones de cibercultural se han producido interesantes e inquietantes
los efectos y el desarrollo de las actuales tecnologías, para aproximaciones entre los científicos que trabajan como no-

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CARTA AL HOMO CIBERNfT/CUS UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIEl'.T0 SOBRE LA TECNOLOGíA

velistas y los científicos aficionados a la ciencia-ficción. ria del futuro se abre paso como un género popular, pero
Se ha creado un magma cibercultural donde se promueve con una creciente credibilidad "científica". Pues cada vez
una tecnociencia altamente especulativa y fantástica, don- más claramente, la tecnociencia actual apuesta por el pro-
de se mezcla la física cuántica, la nanotecnología, la bioín- cedimiento de la simulación virtual en aras de una brillante
geniría y el cyborg, que ha dado lugar a uno de los focos tecnoutopía. Sin embargo, no todas las historias del futuro
más importantes de ese insidioso tecnohermetismo que ve- son igualmente optimistas, siendo quizá las más interesan-
nimos denunciando. La influencia de la ciencia-ficción es tes aquellas que plantean críticamente el riesgo de la catás-
grande, mayor de la que se cree (a través del cine, la tele- trofe y la posibilidad implícita de un futuro alternativo.
visión, los cómics, los videojuegos, etc.), pues va moldean- Las historias del futuro tienen su precedente más direc-
do la imaginería de los científicos y de la sociedad, y en su to en las profecías religiosas de visionarios y místicos del
difícil equilibrio entre la tecnoutopía y la tecnodistopía ámbito judeocristiano que ya desde la Biblia anunciaban la
siempre hallaremos interesantes elementos de reflexión so- parusía, la llegada al final de los tiempos del reino de Dios
bre el futuro de la tecnología, pero también acerca del pre- tras una serie de etapas política" globales, como en el caso
sente más inmediato, que parece haber entrado en una ace- del cisterciense Joaquín de Fiare, quien en el siglo XII
larada deriva futurista. anunció las tres edades de la humanidad. En este contexto,
el referente clásico, que da comienzo al género estricto, es
la Historia del futuro, del teólogo y misionero jesuita An-
tonio Vieria, que en el siglo XVII, basándose en las visio-
10. Desplegando las historias del futuro nes del poeta zapatero Bandarra, expuso su teoría sobre
el futuro Quinto Imperio mundial dominado por Portugal.
Uno de los más extraños y sugerentes géneros ensayis- A partir de entonces las historias del futuro van haciéndose
ticos que en los últimos tiempos ha abordado el tema de la menos teológicas y más políticas, mientras la ciencia toda-o
tecnología es la llamada historia del futuro. Un género, en vía juega a divulgar un prometedor futuro cósmico, inspi-
principio marginal, que bajo diferentes epígrafes y envol- rándose en fábulas de ciencia-ficción del tipo de las de Cy-
torios ha cobrado a finales del siglo xx y principios del XXI rano de Bergarac (Viaje a los Imperios del Sol y la Luna) o
un auge cada vez mayor. La especulación sobre un futuro, Bemard de Vouvier de la Fontenelle (Conversaciones so-
inmediato o lejano, provocado precisamente por el ritmo bre la pluralidad de los mundos). Durante el siglo XIX y
acelerado de los avances tecnocientfficos, fascina tanto a comienzos del xx son los tratados utópicos o de beligeran-
los propios científicos como al público en general. Bajo te geoestrategia política y la ciencia-ficción de Julio Veme
este impulso, ha empezado a proliferar una variopinta y H. G. Wells, los géneros que cumplen por separado el
gama de productos -libros de colaboraciones y artículos papel de la historia del futuro, hasta que, a finales del XX,
en revistas especialmente-e, desde la alta divulgación al bajo el dominio del espectro posmoderno del fin de los
más burdo profetismo tecnoentusiasta. Entre la prospectiva grandes relatos, se acepta la hibridación y el mestizaje de
basada en proyecciones de datos ciertos y de investigacio- los géneros, donde lo que importa es, en el sentido del an-
nes en curso y la imaginería de la ciencia-ficción, la histo- tropólogo Clifford Geertz, la calidad literaria de la «auto-

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CARTA AL HUMO CfBr.RNETlCUS UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOGíA

ría» de los científicos dedicados a las humanidades. Y de Kurzweill (La era de las máquinas espirituales), o divul-
esta manera es como la lógica aproximación de la discipli- gadores como Michio Kaku (Visiones) y Eirik Newth (Bre-
na histórica a la literatura de anticipación puede dar lugar a ve historia del futuro), ya han diseñado nuestro futuro hi-
frutos espurios pero tan fascinantes como la Breve historia pcrtecnológico, e incluso, como en el caso del físico Frank
del futuro del historiador Warren Wagar, donde se desplie- Tipler (La física de la inmortalidad), nada menos que has-
ga un posible futuro de la humanidad, basado en la especu- ta el fin de los tiempos. De esta manera, un género estimu-
lación tecnológico-política, que no está exento de ironía lante para la imaginación y la crítica de la tecnociencia co-
sobre la condición humana y sobre las propias bases teóri- rre el riesgo de volver al anticuado discurso visionario ,
cas de la disciplina histórica. Fruto de la misma síntesis es propio de la «religión de la tecnología» (David Noble) que
la llamada historia virtual, que tomando como ejemplo los creíamos haber dejado atrás. El futuro, en alas de la imagi-
mundos alternativos cada vez más habituales en la especu- nación determinista de la tecnociencía triunfante, se con-
lación científica o de los escritores de ciencia-ficción, re- vierte así en una entidad cuasirreal, cuya inexorabilidad
escribe, como experimento mental, ciertos pasajes de la nos permite prever su historia futura, no como ejercicio de
historia a partir de pequeños pero decisivos cambios en los una especulación abierta, sino como paraíso progresivo, tal
eventos históricos, políticos o tecnológicos, como en elli- como nos muestra en su complaciente homenaje el histo-
bro de Bruce Sterling y William Gibson, The Dífferencc riador J. M Sánchez Ron en El futuro es un país tranquilo.
Engine. Este historia especulativa, que ya había sido prac- No obstante, a pesar de todas estas voluntariosas historias
ticado bajo premisas menos fantasiosas por historiadores del futuro, hemos de seguir sosteniendo, como advierte el
como Arnold Toynbee (El desafío del futuro), adquiere un escritor de ciencia-ficción Broce Stcrling, que «el futuro
carácter fuertemente crítico hacia las consecuencias de la no está escrito», esto es, podemos seguir especulando so-
industrialización y la transformación urbana del planeta, bre él con cierto margen de esperanza para que finalmente
en sintonía con los primeros filósofos de la técnica como nos sorprenda con un futuro alternativo.
Lewis Mumfod. Pero es ahora cuando los presagios apoca-
lípticos de la guerra fría son abandonados y sustituidos por
nuevas visiones cicntificistas del futuro con un claro matiz
religioso. 11. El poder de la divulgación científica
En este novedoso panorama, los nuevos autores de las
historias del futuro son periodistas de divulgación científi- Uno de los ámbitos donde el pensamiento sobre la tec-
ca o científicos metidos en pingües labores divulgativas nociencia más se ha desarrollado en los últimos tiempos es
que, reuniendo las proyecciones simuladas de las diferen- el de la divulgación científica. Y sería imposible consignar
tes tecnologías, nos dibujan un maravilloso futuro, con fe- todos los autores que desde diversas procedencias ----de las
chas incluidas de los avances tecnológicos previstos. Cien- ciencias al periodismo especializado-- la han practicado
tíficos de prestigio como Freeman Dyson (Mundos del Con fortuna y cierto grado de reflexión, dada la ingente
futuro) o Stephen Hawking (Historia del tiempo), investi- cantidad de novedades editoriales. El público demanda
gadores enloquecidos como Hans Moravec (Rohot) o Ray ávidamente estos productos divulgativos y convierte en

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UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOGÍA
CARTA AL HOMO CfBERNETICUS

best sellers los libros de científicos de prestigio cuando in- numerosos los divulgadores de este tipo, sobre todo en el
tentan descender al nivel de los mortales para explicar sus ámbito norteamericano, ya que disponen de acceso directo
complicadas teorías. Sin embargo, a menudo, estos libros, a las fuentes de la investigación tecnológica y se nutren de
preparados por equipos de «negros» colaboradores, no son entrevistas a los científicos punteros; entre los más intere-
los mejores en este aspecto, aunque realmente triunfen con santes y conocidos de las últimas décadas podríamos men-
una combinación de abstrusos tecnicismos, glamurosas in- cionar a John Horgan, que en El fin de la ciencia incide
fografías y unas cuantas sentencias provocativas y enigmá- irónicamente en uno de los debates más candentes sobre el
ticas. Los libros de estrellas científicas del tipo de Stephen futuro de la ciencia, o Jeremy Rifkin, un atractivo todote-
Hawking como la celebérrima Historia del tiempo, o más rreno científico con gran olfato para abordar desde una crí-
recientemente, El universo en una cáscara de nuez, no tica constructiva las tecnologías que en un futuro inmedia-
venden verdadera divulgación «profesional» (comprensi- to van a ser decisivas, como la bioingeniería en El siglo de
ble para el gran público), sino especulaciones legítimas la biotecnología.
como verdades científicas, para acrecentar además de su Tampoco podemos olvidar la meritoria labor de algu-
cuenta corriente su aureola de sabios. Esta tendencia, que nos escritores a la hora de divulgar materias duras en for-
en algunos ámbitos llega a ser escandalosa, como en la lA, ma de manuales breves como Paul Strathern o Hans
tiene sin embargo su contrapunto en la tarea sostenida de Magnus Ezensberger, singular novelista y poeta, preocu-
otros científicos que, haciendo gala de un notable esfuerzo pado par divulgar la historia de la ciencia y las matemáti-
literario, escriben atractivos ensayos divulgativos con el cas (Los elixires de la ciencia), o curiosas incursiones de
ánimo de explicar y al tiempo polemizar honestamente, especialistas en otros campos como la deliciosa Historia
como en el caso emblemático del más célebre de todos del tornillo de Witold Ribzynski. Este panorama de la
ellos, Stephen Jay Gould, respecto a la biología y la evo- alta divulgación se complementa con las secciones cientí-
lución. Pero son muchos más los científicos menos co- ficas de la prensa, publicaciones populares y las c-rines
nocidos que, desde el campo que dominan, han sabido de Internet, donde parece inevitable que el espectáculo de
encontrar el equilibrio entre rigor y divulgación y, lamen- la tecnociencia gane siempre a la reflexión ponderada so-
tablemente, nunca aparecerán en las listas de los libros bre sus efectos. Este fenómeno es especialmente acusado
más vendidos. Hallar estos tratados, discretos pero suge- en la televisión, donde a pesar de la competencia y estilo
rentes -verdaderamente útiles-c-, se convierte en un pla- del documentalismo del ámbito anglosajón, con produc-
cer del descubrimiento y una labor de boca a boca para los tos tan elaborados como Cosmos, del famoso astrónomo
aficionados y los estudiantes. No obstante, para la mayoría C.arl Sagan, no podemos evitar la sensación de que, pre-
de lectores medios, sin formación científica, los ensayos C1~ame?te por ser un medio tan masivo para el gran pú-

más estimulantes son los escritos por periodistas o divul- blico «inocente», nunca se nos mostrará la vertiente os-
gadores especializados que saben dar forma atractiva y cura de la tecnociencia. A pesar de las manipulaciones y
comprensible a los temas de actualidad, al tiempo que no los abusos, no podemos prescindir de la divulgación, al
escatiman las críticas legítimas y muestran los problemas menos de ciertas publicaciones más exigentes --del nivel
derivados de las aplicaciones tecnológicas. Son también de Investigación y Ciencia o Mundo Cientifíco-:-: que nos

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CARTA Al. ¡lOMO ClBERNETICUS UNA BREVf<: HISTORIA DEI. PIjI'S¡\MIENTO SOHRE LA TECNOLOGíA

dan noticia de las investigaciones recientes, aunque la se- 12. Pensamiento sobre la tecnología en España
lección de temas, la excesiva especialización de las cola- e Hispanoamérica
boraciones y su pretendida objetividad escondan con fre-
cuencia una visión poco concienciada del rumbo de la Contra el tópico de que en España no se ha producido
tecnociencia actual. Y esta es la paradójica situación de ciencia de verdad, a nivel europeo, poco podemos hacer, si
la divulgación científica; está llena de fiascos especulati- nos atenemos a las cifras y, sobre todo, cuando uno de
vos y de visiones interesadas, pero igualmente nos resulta nuestros mayores pensadores, proclamó aquella castiza hu-
imprescindible para saber de la ciencia «a ciencia cierta» morada que parece haberse grabado a fuego en la concien-
y así poder contrastar, valorar y criticar, como intelectua- cia del país, esto es, el unamuniano que inventen ellos...
les y ciudadanos responsables. Esta situación resulta más Sin embargo, no siempre ha sido así, ni tiene por qué vol-
acusada todavía en nuestro país, con una media de desa- ver a serlo, pero en lo que a nuestro tema concierne tampo-
rrollo científico endémicamente bajo para nuestro entor- co debemos creer que paralelamente no se ha producido
no y por consiguiente una divulgación científica escasa y tampoco pensamiento sobre la tecnología. Y aclarar este
poco profesionalizada, además de mal editada en colec- punto es importante, porque tecnociencia y pensamiento se
ciones o publicaciones universitarias, y que vive funda- hallan íntimamente relacionados, y no se puede obtener la
mentalmente de tardías traducciones de originales norte- una sin el otro. Para comenzar nuestro sintético recorrido
americanos. En este sentido, con la cantidad de revistas debemos situarnos en la Edad Media, época en la que flo-
divulgativas que se publican en nuestro país (varias de recía el saber esotérico de la Cábala y de la protociencia
cada ramo), llama la atención que todavía no haya salido
alquímica de Amau de Vilanova, que, sin embargo, produ-
a la luz al menos una específicamente dedicada a la tec-
jo uno de los primeros hitos del pensamiento cibercultural,
nociencia española e hispanoamericana, no como signo
Ramon Llull, místico y escritor polifacético, al que debe-
chauvinista, sino como estímulo para los lectores y cien-
mos su Ars Magna o máquina hipcrtextual para demostrar
tíficos desamparados que malviven en nuestras universi-
la existencia de Dios. Lamentablemente, aparte de estas fi-
dades; no ya una revista alternativa sobre tecnociencia
guras señeras y aisladas, que de cuando en cuando salpi-
ética (deseable, pero hoy en día poco probable), sino una
simple revista entre histórica y divulgativa, del tipo de la can la biografía intelectual de nuestra tradición intelectual,
norteamericana American Heritage of lnvention & Tech- pocas aportaciones hemos de reseñar al pensamiento de la
nofogy. El poderoso instrumento que es actualmente la tecnología, como no sean ciertos tratados de Alfonso X o
divulgación científica, capaz de moldear la sociedad de de aristotélicos árabes como Azarquiel y recogidos por
nuestro tiempo a través de sus múltiples canales y de po- Juan Vernct (Historia de la ciencia en España). Nada hay
nerla al servicio del progreso tecnocientífico occidental, digno de mención hasta que, sorpresivamente, en el siglo
ha de ser atendido con especial atención; tanto para no xx, quizá por el declive del 98, se empieza a despertar un
perder de vista los hallazgos y debates decisivos como interés por el problema «nacional» de la tecnología entre
para denunciar sus excesos y los espejismos que dibuja pensadores y escritores como Ángel Ganivet, Pío Baraja y
sobre nuestras expectativas de futuro. Miguel de Unamuno, que abundan en el escepticismo au-

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CARTA AL HUMO C1BERNF/1CUS UNA BREVE HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA TECNOLOGfA

tárquico y cuasiludita de la época. La gran sorpresa es que aportaciones de grupos o colectivos que empiezan a apor-
de ese clima de desconfianza surge la figura casi providen- tar los primeros manuales, como el de José Luis López Ce-
cial de José Ortega y Gasset, quien con sus Meditaciones rezo, José López Luján y Marta González (Ciencia, tecno-
de la técnica se convierte, junto con su contemporáneo logía y sociedad: una introducción al estudio social de la
Martin Heidegger, en uno de los padres de la filosofía de ciencia y de la tecnología) o, en el País Vasco, el de Nica-
la tecnología. Su visión sobre la tecnología se caracteriza nor Ursúa, Andoni Alonso e Ignacio Ayestarán (Para com-
por un ponderado criticismo y refiriendo siempre el desa- prender Ciencia, Tecnología y Sociedad), o las colecciones
rrollo tecnológico a la cultura. Su obra sirve de inspiración sobre aspectos concretos de la tecnología como Cuestiones
y guía a una cierta escuela orteguiana que cuenta con dis- éticas de la ciencia y la tecnología en el siglo XXI o Cien-
cípulos como Manuel García Morente (Ensayos sobre el cia y política del riesgo. En conexión con las corrientes
progreso), quien se adelanta a Virilio al tratar críticamente europeas y norteamericanas, se empieza a crear un ámbito
la relación entre el progreso y la prisa, y que alcanza hasta de pensamiento sobre la tecnociencia que a duras penas,
Julián Marias (Cara y cruz de la electrónica), con su vi- podemos decir, empieza a normalizarse. En sintonía con
sión preocupada sobre el nuevo mundo de la electrónica. este resurgir del pensamiento académico sobre la tecnolo-
En ese contexto, otra figura aislada es la Juan David Gar- gía, también comienza, discretamente, a generarse un pen-
cía Bacca (Elogio de la técnica), cuya visión exaltada y samiento sobre la cibercultura, un país que todavía se halla
humanista de la tecnología nos muestra un pensador poli- a la cola de Europa en este aspecto. Las primeras incursio-
facético y singular que todavía hemos de reivindicar. El si- nes se las debemos al escritor vasco Federico Krutwig
guiente paso del pensamiento sobre la tecnología en nues- (Computer Shock Vasconia, año 2000), que propuso una
tro país aparece ya a raíz del impulso de la filosofía de la tecnoutopía nacionalista basada en la recuperación de una
ciencia internacional y los estudios CTS. primigenia cibernética de origen griego, o el pensador más
Respecto a la filosofía de la creencia, y ampliando contumazmente anarquista del país, A. G. Calvo, partida-
nuestra pesquisa al ámbito hispanoamericano, destacan fi- rio de la tecnología convivencial del ferrocarril pero ene-
lósofos internacionales como Mario Bunge (Crisis y re- migo del ordenador. A menudo las contribuciones más sig-
construcción de la filosofía), un rigorista extremo de la nificativas se las debemos todavía a la obra de pensadores
ciencia dura y del materialismo, y especialmente Javier que desde el exilio intelectual hacen sentir sus positivos
Echeverría, que ha compaginado sus análisis teóricos de efectos regeneradores sobre nuestra cultura, como el cata-
filosofía de la ciencia con la reflexión de la sociedad de la lán Manuel Castells (La Era de la Información), formado
información a través de su metáfora de «telépolis» (Telé- en Estados Unidos y convertido en una referencia mundial
polis), desde una perspectiva reformista y tecnorrealista de desde una postura comprensiva y crítica, del mismo modo
la cibercultura. La filosofía de la tecnología, con Ignacio que Ignacio Ramonet (La golosina visual) desde la cultura
Quintanilla (Tecné) o Ernesto Maíz Val1enilla (Fundamen- francófona y la resistencia activista del movimiento anti-
tos de la metatécnica) ... El ámbito de CTS quizá sea don- globalización, o Tomás Maldonado (Lo real)' lo virtual),
de realmente empiezan a surgir no solo figuras aisladas un argentino universal que desde Alemania e Italia ha revi-
como la de Javier Sanmartín (Los nuevos redentores), sino sado con el mayor equilibrio crítico desde la realidad vir-

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CARTA AL HUMO CJI3t~HNf.TICUS UI'A BREVE H!STORIA DEL PEKSAMIENTO SOBRE LA TEC~OI {lGiA

tual a la ciberdernocracia. Surgen así poco a poco especia- la potencia crítica de Francia, el pensamiento hispano de la
listas de ámbitos concretos de la cibercultura como Javier cibercultura empieza en nuestro ámbito cultural a hacer
Bustamante (Sociedad informatizada, ¿Sociedad deshuma- sentir su peso específicamente europeo y razonablemente
nizada?), con su interpretación CTS sobre la metáfora del crítico, como en el proyecto de CTS heterodoxo y ciber-
ordenador; Arcadio Rojo y sus múltiples proyectos sobre cultural de la Nueva Ciudad de Dios --en el que ha parti-
la informática y las tecnologías del pensamiento; Luis Ja- cipado algunos de los autores mencionados-c-, y dirigido a
yanes (Cíbersociedad. Los retos sociales ante el nuevo denunciar la filosofía tecnohermética en la tecnociencia
mundo digital), sobre el nacimiento de la cibersociedad; actual y a proponer una hiperfilosofía crítica y comunita-
Antonio Rodríguez de las Heras (Navegando por la infor- ria, que actúe en la red y en la sociedad a través de micro
mación), uno de los pioneros y creador de poéticos hiper- proyectos activistas.
textos; Juan Antonio Millán (De redes y saberes), creador
del Centro Virtual Cervantes y novelista de ciencia-fic-
ción, sobre la relación entre el conocimiento, el idioma y
la red; José B. Terceiro (Digitalismo), sobre la sociedad di-
gital y el digitalismo económico; José Luis González Qui-
ros (El porvenir de la razón en la era digital), sobre la
«ciberfilosoffa»: Fernando Contreras (El Cibermundo.
Dialéctica del discurso informático), sobre los videojue-
gas; o divulgadores críticos como Juan Luis Cebrián (La
Red) y periodistas reflexivos e inteligentes, siempre al
cabo de la actualidad, como Vicente Verdú (El planeta
americano), quien acuñó la feliz expresión de «Cíberamé-
rica», o Luis Ángel Hermana (EnRedAndo), un adelantado
del periodismo digital y de la revolución en la gestión del
conocimiento; pensadores como Félix Duque (Filosofía de
la técnica de la naturaleza), Raúl Trejo (La nueva alfom-
bra mágica), Alejandro Piscitelli (Cíberculturas 2.0); Juan
Carlos Pérez Jiménez (Imago Mundi), sobre el arte y las
tendencias del futuro, y Eduardo Subirats (La linterna má-
gica), con su lúcida mirada sobre el simulacro y la cultura
virtual; Ignacio Gómez de Liaño (El círculo de la sabidu-
ría), sobre los orígenes del arte de la memoria, o Romén
Gubem (Del bisonte a la realidad virtual), sobre el cine y
la realidad virtual, o Joaquim Dols, el mayor historiador de
la infograña. Aunque, sin la fuerza de Estados Unidos ni

94 95
CAPÍTULOIl

Una historia crítica


del futuro desde CTS activista

os hemos acostumbrado a que los estudios de CTS


N aborden las tecnologías y los conflictos del pasado
inmediato o remoto. Estos estudios nacen generalmente a
partir de un enfoque sosegadamente académico que podría
confundirse con el propio de la filosofía de la tecnología o
de la historia de la tecnología; tratamientos perfectamente
legítimos, pero que se alejan de nuestra perspectiva delibe-
radamente activista. Hemos de ser conscientes de que los
estudios CTS han entrado en una cierta crisis y, si quere-
mos que sigan teniendo sentido en el siglo XXI, es preciso
reformularlos. También hay que tener en cuenta que, desde
los años 60, se han extendido tecnologías revolucionarias.
como las tecnologías de la información, que es preciso va-
lorar junto al contexto económico, social y político radi-
calmente nuevo de la globalización. Ambos fenómenos,
estrechamente interrelacionados, nos obligan a repensar
autocríticamente la labor de CTS. Una de los maniobras
más obvias es, como ante toda crisis, volver a los orígenes
en los cuales hallaremos la razón del nacimiento de esta
disciplina, fronteriza con otras, pero con sus propias señas
de identidad, esto es, justamente, su vocación activista.
CTS nació en la época de la contestación social contra los

97
UNA HISTORIA CRÍTICA DEL FUTURO DESDE CTS ACTIVISTA
CARTA AL HOMO ClREHNETICUS

efectos negativos que la industrialización acelerada y la sible de la tecnociencia y la sociedad en el siglo XX!. Ba-
guerra tenían sobre la sociedad y el medio ambiente. Y aho- sándonos en los proyectos, datos y simulaciones de Jos
ra vivimos en una situación equivalente, pero exponencial- científicos, divulgadores y escritores de ciencia-ficción, di-
mente más peligrosa. En ambos momentos históricos, los bujaremos, no el futuro que va a ser -propósito reservado
intelectuales críticos con formación filosófica han sentido solo a los profetas o los agoreros-, sino ese futuro oficio-
la necesidad de intervenir activamente, solo que ahora su so que parece mostrarnos el progreso actual. Ejerciendo
participación se hace más urgente y los frentes abiertos nuestra mirada crítica, destacaremos sus fallos y contradic-
son más numerosos, puesto que hemos entrado en un mun- ciones en cada ámbito, para proponer las alternativas razo-
do globalizado y virtualizado sobre el que se ciernen las nables, que nos permitan salir del juego entre la utopía y la
mayores esperanzas y al tiempo las mayores amenazas. distopfa, hacia el equilibrio de la supervivencia. De esta
Y, siendo el estudio de los casos del pasado necesario, to- manera, para que CTS sea una disciplina de plena vigen-
davía lo es más el estudio de los casos posibles, previsi- cia, hemos de conocer las visiones del futuro más allá del
bles, del futuro. Si la tecnociencia actual trabaja a base de presente inmediato, a fin de encauzar eficazmente nuestra
simulaciones prospecti vas, los estudios CTS también han labor activista. Analizando los cambios en los aspectos
de abordar el estudio del futuro, con sus propias herra- más significativos de la ciencia, la tecnología y la sociedad
mientas conceptuales. Y es aquí donde se da la paradoja de del futuro, esperamos obtener al menos las claves de los
que para que un CTS sea verdaderamente activista y eficaz posibles problemas y conflictos, que nos guíen en nuestras
en el presente acelerado que vivimos ha de proyectarse iniciativas y proyectos activistas. Para ello hemos selec-
previsoramente sobre el futuro de las tecnologías. La ima- cionado una serie de diez ámbitos básicos de desarrollo
ginación del futuro que el capitalismo globalizador ha con- tecnológico que ya están en marcha, y los contrastaremos
solidado muestra un aspecto cada vez más disparatado y con una serie de variables que transversalmente influirán
tecnohermético, que hay que combatir en su propio terre- en todas ellas, ofreciéndonos un futuro relativamente
no. Por ello, los estudios de CTS, o al menos determinado abierto, de acuerdo con un modelo no determinista.
tipo de estudios como un manual divulgativo, deben ser
recreados en un nuevo género que combine el rigor de los
análisis razonables con la intención de proponer escenarios Las tecnologías del siglo XXI
alternativos.
Para elaborar este nuevo modelo ensayístico de CTS
1. Telecomunicaciones; la conexión total
nos vamos a servir en esta ocasión del molde de la llamada
historia del futuro, un subgénero hasta ahora marginal, li- o la superación de la brecha digital
terario y especulativo, de la ciencia-histórica que se conec-
ta con cierta ciencia-ficción, y al cual también hemos cali- A finales del siglo xx la revolución de las telecomuni-
ficado como de ensayo-ficción (véase prólogo en La caciones se convirtió en la causa principal del fenómeno
Nueva Ciudad de Dios). Nuestra intención es utilizar este de la globalización. cuyo impacto se dejó notar especial-
género para ofrecer un panorama crítico del desarrollo po- mente en los mass media y en las comunicaciones perso-

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CARIA AL HOMO C/BERNETICUS UNA HISTORIA CRíTICA DEL FUTURO DESDE CTS ACTIVISTA

nales, inaugurando una nueva era de comunicación cons- cas. proporcionando noticias o ficciones de una vividez es-
tante y fluida. A las tecnologías convencionales de la pectacular que desplacen definitivamente las dos dimen-
radio, la televisión o el teléfono, tuvimos que añadir la siones. Más cuestionables resultarían en este aspecto las
decisiva aportación de Internet, que también alcanzó a di- posibles combinaciones de las telecomunicaciones con la
gitalizar estas tecnologías. Las telecomunicaciones digita- realidad virtual a través de gafas inmersivas, que podrían
les refundaron la «aldea global» de Marshall McLuhan (La crear una adicción al verismo más fantástico y provocar
galaxia Gutenberg), a través de la red telefónica, el cable efectos perjudiciales para la vista o incluso el cáncer,
óptico o los satélites, pero sobre todo porque supieron au- como ya se denuncia respecto a la tecnología de los teléfo-
mentar sus servicios a la vez que diversificaban sus pro- nos móviles. Tampoco parece muy atractiva para un CTS
ductos. De esta manera, su uso se hizo masivo y popular y, concienciado la parafernalia ciberpunk de vaqueros cablea-
en este aspecto, ya se adivina como perfectamente factible dos como el Jonhny Mnemonic de WiIliam Gibson (Que-
la consecución de tecnología integrada multimedia que mando Cromo), verdaderos cyborgs con implantes capaces
reúna todos los servicios de las telecomunicaciones de ma- de navegar mentalmente por las redes y de convivir con
nera cada vez más práctica y manejable, en una serie de ar- sus entidades virtuales, o incluso de incorporar futuristas
tefactos adaptados a cada entorno o función; por un lado, gusano Cámaras, como las ideadas por A. C. Clarke y
una gama de aparatos domésticos para la casa o el trabajo Stephen Baxter (La luz de otros días), las cuales, gracias a
que sinteticen básicamente las funciones de agenda inteli- increíbles tecnologías cuánticas, nos permitan ver cual-
gente, ordenador, televisión y teléfono, con una o varias quier parte del universo o del tiempo.
pantallas interconectadas; y por otro lado, un abanico de Más cercano parece, sin embargo, la adopción de mini-
aparatos portátiles que, cumpliendo las mismas funciones, terminales exentas como visores monoculares conectados
se configure en una serie de productos cada vez más lige- a la red o «ansibles- equivalentes a los popularizados por
ros y miniaturizados. Ciertos portátiles y móviles con web- Ursula K. Leguin (Planeta del Exilio), que a modo de im-
cam se acercan a ese ideal, pero todavía pueden progresar plantes cocleares nos conecten a nuestra lA personal y a
mucho más. La ciencia-ficción ya nos ha ofrecido varias y través de ella, mediante órdenes subvocalizadas, a una red
sugerentes versiones del desarrollo de las tendencias ac- universal que salve incluso las distancias interestelares.
tuales en las telecomunicaciones. En pocos años las panta- Como se puede comprobar, la imaginativa senda por la
llas ultraplanas actuales se convertirán prácticamente en que camina el desarrollo de las telecomunicaciones se
paredes envolventes e interactivas, como la televisión ima- muestra tan prometedora como indeterminada. Sin embar-
ginada hace décadas por Ray Bradbury (Farenheit 451), y go, todo este entusiasmo queda enfriado por la impertinen-
nos conectarán a programas o paisajes en tiempo real; para te realidad de un mundo injustamente repartido, en el que
comunicamos personalmente utilizaremos la telepresencia la llamada «brecha digital» se traduce en el ahondamiento
holográfica, por lo que nuestros avatares podrán celebrar de una vieja brecha, casi abismal e insalvable, en las tele-
incluso reuniones virtuales on-Iine. Es incluso posible que comunicaciones. Mientras en nuestro cibennundo interco-
esta tecnología sirva también para las funciones de televi- nectado estamos experimentando el éxtasis diario de la
sión en 3-D, como en la película THX 1138, de George Lu- comunicación total como un uso trivial de chats y sms

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CARTA AL HUMO C/BER!'IETlCUS UNA HISTORIA CRÍTICA DEL FUTL'RO DESDE crs ACTIVISTA

(mensajes por móviles), en el Tercer Mundo todavía ni si- en palabras de BilI Gates. Siendo tan numerosos y comple-
quiera disponen de carreteras, vías férreas o red telefónica. jos los problemas en torno a las telecomunicaciones en la
Las cifras de 2002 señalan que la proporción mundial de era digital, lo que sí parece claro es que su desarrollo debe
conectados a la red es solo un 5 %, Y muchos críticos afir- convertirse en una prioridad universalizable --de ahí la
man que en realidad todos estos problemas solo son pe- necesidad de unos derechos humanos digitaíes-.-, sobre
queñas dificultades para un mundo obscenamente opulen- la cual han de levantarse otras muchas reivindicaciones.
to. Esto es, tres quintas parte de la humanidad se han
perdido la primera y la segunda revoluciones industriales,
y apenas alcanzan a la tercera, la de las telecomunicacio-
2. Transpones; consumo y velocidad
nes, a la espera de que, gracias a unos satélites cada vez
frente a opciones convivencíales
más accesibles, puedan conectarse a sus ordenadores y te-
léfonos móviles sin necesidad de mayores infraestructuras.
y paradójicamente, desde una perspectiva activista y prac- La industria del transporte se convirtió a 10 largo del
ticable de CTS, esta es la pobre y dudosa esperanza, pero siglo xx en uno de los ejes económicos del desarrollo tec-
únicamente si se sabe adaptarla a sus condiciones y necesi- nológico mundial. Desde la revolución de la rueda -como
dades, evitando entregarse a la vía desarrollista y proocci- demuestra George Basalla (La evolución de la tecnología),
dental de las telecomunicaciones, que tienen perdida de solo una de las opciones tecnológicas posibles-e, la huma-
antemano (cuando, por ejemplo, ya son, como' ciertas re- nidad no había sufrido un cambio tan radical, pues pasó de
giones de África, víctimas y esclavos de la salvaje indus- siglos de tracción animal y de lentitud, a la «aceleración»,
tria del coltrán, básica para la fabricación de los teléfonos de la cual nos habla Paul Virilio (Estética de la desapari-
móviles). En este aspecto, todavía tecnologías elementales ción). Especialmente los automóviles, no solo se han con-
y convivenciales como la radio o usos básicos de la ciber- vertido en el motor de las economías desarrolladas, sino en
cultura como el correo electrónico pueden suponer un el factor determinante de un nuevo modo de vida tecnoló-
avance real y hasta revolucionario para las telecomunica- gico dominado por la prisa y la ubicuidad. Las estadísticas
ciones del Tercer Mundo y del primero donde florecen las muestran que el dinero de una familia empleado en auto-
«zonas temporalmente autónomas» de Hakim Bey. En di- móviles equivale aproximadamente a doce años íntegros
chas zonas se está estimulando la creación de software li- de salario. Además, está la servidumbre del tiempo que se
bre como Linux y GNU, cuyo ejemplo puede suponer una emplea en su uso, a veces libre, pero cada vez más obliga-
verdadera revolución social en las telecomunicaciones y torio, y que puede llegar hasta tres horas diarias. El auto-
en una filosofía comunitarista de la vida digital, compati- móvil privado, frente a los transportes públicos y colecti-
ble con la globalización alternativa. Pero no nos engañe- vos como el autobús, el ferrocarril, el avión o el barco, es
mos; esta tendencia libertaria de la red se ve amenazada ya el símbolo del estatus tecnológico e individualista del
por un ansia cada vez mayor de fiscalización estatal y con- ciudadano occidental. Así, Wolfgang Schachs (For the
trol de contenidos, reforzado por el deseo economicista de Love of Automobiles) define al peatón como el lapso de
convertir la red en la «mayor calle comercial del mundo», tiempo que una persona emplea entre bajarse de un coche

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CARTA AL HOMO C/BERNEfJCUS UNA HiSTORIA CRíTICA DEL fUTURO DESDE crs ACTIVISTA

y subirse a otro. El coche del futuro, se nos ha prometido, mo pero, al menos, no contribuirán al efecto invernadero.
será incluso un vehículo inteligente que, gracias al GPS y No obstante, sigue subsistiendo el riesgo de una economía
a mapas informatizados, conducirá automáticamente a los excesivamente dependiente de la industria del automóvil,
viajeros por las nuevas autopistas seguras que surcarán cuya incertidumbre energética y fragilidad como bien de
medio mundo. Y de acuerdo con estos nuevos principios, consumo, a medio plazo, no puede convertirla en un pilar
solo un poco más tarde se convertirán en artefactos vola- de la tan anhelada sostenibilidad. Por otro lado, para un
dores supersónicos que nos llevarán instantáneamente a CTS activista, la sostenibilidad en los transportes se halla,
cualquier parte del mundo o directamente a nuestros apar- obviamente, en las energías no contaminantes pero tecno-
tamentos en babélicos rascacielos o villas campestres. La lógicamente accesibles y universales (que no reproduzcan
tecnología automovilística está empeñada en que hasta un la actual dependencia de los yacimientos petrolíferos), y
idiota pueda conducir un coche, porque los dispositivos sobre todo en la mejora y extensión de los transportes pú-
simplifican de tal manera su uso que no es necesario pen- blicos, que quizá nos obligarán a recuperar el momento
sar en lo que se hace. Y desde luego, los automóviles ac- tecnológico preautomóvil, en el que básicamente el ferro-
tuales, impenetrables en su tecnología incluso para los me- carril y los tranvías, como propone A. G. Calvo, traslada-
cánicos, están muy alejados de la idea convivencial del ban a la gente, sin suponer una ruptura con el lempo de la
transporte. ¿Quién es capaz de entender un motor contem- vida natural ni la contemplación del paisaje. Aun siendo
poráneo, lleno de sistemas informáticos y conveniente- realistas y suponiendo que los trenes bala o de levitación
mente cubierto a las miradas de, incluso, los propios mecá- magnética sustituyeran a los viejos trenes de vapor o eléc-
nicos? Añádase que posiblemente ningún otro sistema tricos en las grandes distancias, el mayor aprovechamiento
tecnológico ha cambiado tanto el paisaje natural y urbano, de este tipo de transporte sigue siendo una alternativa via-
por lo que las ciudades se piensan ya en términos del auto- ble al automóvil particular en las zonas urbanas y las cer-
móvil individual, como los desgraciados experimentos de canías. La historia de la tecnología del transporte se ha
la India (Chandigrah) y Brasil (Brasilia). Pero, descendien- convertido en un museo de artefactos fracasados, más por
do a las cuestiones básicas, el problema tecnológico del razones socioeconómicas que por falta de eficacia tecnoló-
transporte aparece hoy estrechamente relacionado con el gica, como el hovercraft o el hidroavión, que nos inducen
de la energía. a pensar en la posible recuperación y desarrollo de un
El agotamiento de los combustibles fósiles y su efecto transporte sostenible y convivencial. En este sentido, apar-
contaminante está impulsando discretamente la investiga- te de los transportes colectivos, y tal como propone Iván
ción hacia nuevos usos de las energías renovables y no Illich (Energía y equidad), hemos de valorar la posibilidad
contaminantes. A un nivel todavía experimental y propa- de relanzar esa máquina maravillosa de transporte indivi-
gandístico, los urbanos eléctricos o de biocombustibles ya dual que es la bicicleta, cuya adopción mayoritaria, a partir
empiezan a rodar por nuestras calles. También empiezan a de la experiencia de China y Holanda, podría suponer no
ser considerados como opciones viables los coches movi- solo un notable ahorro de energía y una mayor calidad de
dos por energía solar, gas o pilas de hidrógeno. No nos li- vida, sino un modelo de investigación tecnológica, si
berarán de la servidumbre tecnológica ni del individualis- la combinamos con energías renovables como la solar o la

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CARTA AL I/OMO C1Br.RNETlnJS UNA HISTORIA cnrrtcx DEL FUTURO DESDE CTS ACTIVISTA

eólica (ciclomotores). La verdadera revolución tecnológica (como el peróxido de hidrógeno), cuando todavía no con-
del transporte, más que en las visiones fururistas de mochi- tamos con motores de antirnateria, láseres impulsores o ve-
las voladoras, bólidos flotantes o naves interestelares, se las para aprovechar los vientos solares. A pesar de lo acos-
encuentra en el ámbito cotidiano; la aparición del Segway tumbrados que estamos, por películas poco rigurosas como
del inventor Dean Kamen, un patinete motorizado, supuso La guerra de las galaxias, afantasear con los viajes hipe-
un fiasco, al estar basada en una concepción capitalista y respaciales a velocidad-luz o con los sistemas de hiberna-
occidental, pero abre una vía para la exploración de trans- ción para los pilotos, la terca realidad es que no es proba-
portes pequeños y ligeros, que nos den libertad de movi- ble que con nuestra ciencia actual superemos las leyes de
miento a cambio de un gasto moderado. En cualquier caso, la relatividad. Así que, desde planteamientos más realistas,
tenemos que enfrentamos a la necesidad de una proporcio- las únicas opciones de desarrollo espacial más o menos
nalidad en la velocidad que garantice una verdadera igual- conjeturables son la construcción de bases permanentes or-
dad en el transporte. bitales o en la Luna y, a más largo plazo, la colonización
de Marte. Los objetivos inmediatos de esta proyección se-
rían la extracción de minerales valiosos y la progresiva
3. Exploración espacial; más allá o más acá emigración de los excedentes de población humana de la
de las estrellas Tierra. No obstante, pese a los planes científicos y a espe-
culaciones realistas tan convincentes como la imaginada
La exploración del espacio interestelar ha sido desde para Marte por Kim Stanley Robinson (en su trilogía sobre
antiguo uno de los sueños del ser humano. En la actuali- Marte), las dificultades siguen siendo extraordinarias. La
dad, gracias, más que a los poco espectaculares éxitos de mayor objeción para que en el presente siglo nos lancemos
los programas espaciales, a la ciencia-ficción popular, se si quiera a la conquista del sistema solar deriva de que el
ha convertido en una de las expectativas tecnológicas más mantenimiento de la carrera espacial está fundamentado en
firmes de la tecnociencia. Sin embargo, la llegada del una estructura política, económica, tecnológica y energéti-
hombre a la Luna, obsoletas estaciones espaciales como la ca, demasiado frágil como para garantizar el sobreesfuerzo
Mir rusa y las sondas espaciales como el Voyager, no justi- a gran escala que supondría impulsarlo en esa dirección.
fican en modo alguno el desmedido entusiasmo espacial El modelo de un progreso desarrcllista que nos hará
de los científicos. Los proyectos de la NASA, en una era inexorablemente alcanzar las estrellas es una mera suposi-
dominada por la rentabilidad y sin el acicate de la guerra ción fantacientífica, sobre todo cuando no hemos sido ca-
fría, no parecen justificables, y van deslizando esta indus- paces todavía de resolver los graves problemas «terrenos»
tria hacia el ridículo de los paseos turísticos de algunos como la superpoblación, el control de armas de destrucción
multimillonarios soñadores o a sofisticados experimentos masiva, el efecto invernadero, el hambre, etc. En verdad, el
farmacéuticos. El problema básico es el altísimo coste de enconamiento de cualquiera de estos problemas, o la com-
estos complejos programas y la limitación de los viajes, binación de todos ellos, puede provocar la paralización de
dadas las grandes distancias entre planetas y la escasa ve- nuestro «destino estelar» por décadas o siglos, mucho más
locidad alcanzada por los combustibles de los cohetes definitivamente que fracasos como la explosión del Cha-

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CARTA AL HOMO ClBERNETICUS UNA HISTORIA CRÍTICA DEL RJfL'RO DESDE CTS ACTIVISTA

llenger y el Columbia o las sondas perdidas. Sin embargo, nave estelar), que están siendo consideradas seriamente
el espacio inmediato sí que va a ser con toda probabilidad por los científicos, aunque otras, como los viajes de tele-
una vía de desarrollo tecnológico fundamental; al enjambre transportación a través de agujeros de gusano o la salva-
de omnipresentes satélites espías y militares, hay que aña- dora intervención de desconocidas tecnologías alieníge-
dir ahora la proliferación de satélites de telecomunicacio- nas, quedan aún en el ámbito de la fantasía. No sabemos
nes o de observación y, acaso en el futuro, de control del todavía siquiera si hubo vida en Marte o si -a pesar de la
clima, como el Ulises, lanzado por la Agencia Espacial Eu- ecuación de George Abbell sobre las probabilidades de
ropea. Incluso, es perfectamente previsible que en las pró- vida en el espacio que asigna entre 100 y 10,000 millones
ximas décadas se fabriquen estaciones científicas perma- de posibles civilizaciones extraterrestres- en el universo
nentes y espejos solares para conseguir energía, y, en todo hay vida inteligente. La inmensidad del cosmos puede ser
caso, que la exploración espacial se lleve a cabo únicamen- una fuente de posibilidades maravillosas, pero que no tie-
te por sondas habitadas por microrrobots. Incluso la NASA ne sentido explorar si no somos capaces de abrir la caja de
prevé para el 2012 el lanzamiento de transbordadores espa- Pandora de la tecnociencia en nuestro pequeño planeta.
ciales sin pilotos. Sobre las bases sólidas de una industria
espacial es posible edificar un programa espacial más lento
pero más seguro, aunque desde una perspectiva CTS tam- 4. Tecnología militar; la amenaza de la guerra
poco esté clara, al día de hoy, como prioridad, cuando hay global contra el ciudadano
problemas mucho más urgentes por resolver. Sin embargo,
tampoco podemos negar que a muy largo plazo necesite- Desde la actitud humanista de CTS no hay tecnología
mos también un desarrollo espacial sostenible; mediando militar que sea aceptable, y la única demanda genérica plau-
una moratoria terrestre hasta que resolvamos los problemas sible sería el fin de la guerra y la destrucción de todo arma-
ecológicos y sociales de la Tierra, nada habría de objetable mento, Ahora bien, vivimos en un mundo donde sigue im-
al envío de sondas exploratorias, a la construcción de bases perando la violencia en las relaciones internacionales, lo
en planetas y asteroides, e incluso a abrir el debate de la te- cual impulsa poderosamente la investigación en tecnología
rraformación que sería necesario para hacerlos habitables. militar. Si la época de la guerra fría fue peligrosa por la
La conversión del Sol en una enana roja ha puesto una amenaza nuclear, no lo es menos el contexto actual, en el
fecha final a nuestro acogedor planeta, si la frágil vida te- que esta no ha desaparecido en absoluto y se ha multiplica-
rrestre no es destruida antes por un gran meteorito; ambas do sin embargo la amenaza del uso de otras armas de des-
posibilidades nos parecen lejanas e irreales, pero son abso- trucción masiva, tanto por parte de los Estados como por or-
lutamente ciertas y requieren, a su medida y a su tiempo, el ganizaciones insurgentes y terroristas. En la nueva situación
desarrollo sensato de una carrera espacial alternativa. internacional, tras la Guerra del Golfo y el 11-S, el carácter
En este sentido, la ciencia-ficción ha planteado posi- imperialista de Estados Unidos y sus aliados ha salido refor-
bles soluciones a muchos problemas de este tipo como los zado y se han incrementado los presupuestos militares y de
ascensores espaciales de A. C. Clarke (Las fuentes del pa- investigación en armas convencionales como tanques y
raíso) o las naves generacionales de Brian W. Aldiss (La aviones, en nuevas bombas «limpias» de neutrones o de

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CARTA AL HOMO C/EERNETICUS UNA HISTORIA CRÍTICA DEL FUT¡;RO DESDE CTS ACTIVISTA

plasma y en las siniestras armas químicas y bacteriológicas. ción o los embargos; los terroristas fabrican armas baratas
Se ha pasado en un par de décadas de la guerra de las gala- (Tokio, Oklahoma, ll-S) y no se aprecia que organismos
xias de la era Reagan a la guerra contra el terrorismo global. internacionales como la ONU impulsen la firma de verda-
Porque ahora el enemigo no es tanto un bloque como en las deros y generales acuerdos de desarme, al menos, de las ar-
guerras del siglo xx, como un «Estado gamberro» como mas de destrucción masiva, ni que en muchos países si
Irak o una red terrorista global como AI-Qaeda, y sus armas quiera se prohíba la venta de armas de fuego. Es difícil re-
más eficaces son puramente artesanales, como se demostró convertir en masa la industria armamentística, excepto en
en los audaces golpes del 1I-S. Por otra parte, no cabe duda unos pocos casos como la aeronáutica. Y todavía su expor-
de que hemos entrado en una guerra posmodema y mediétí- tación sigue siendo una fuente de divisas importantes, in-
ca, tal como denunciaba Jean Baudrillard (La Guerra no ha cluso para España.
tenido lugar) al referirse a la del Golfo, que no habría existi- Empezamos a acostumbrarnos a vivir en un cierto clima
do sino como acontecimiento mediático, ya que eran meras de desasosiego social, de terror generalizado, entre los es-
operaciones policiales de la potencia hegemónica en la que pasmos bélicos de los Estados y la amenaza difusa de los
se escamotean los muertos en aras de presentar a la opinión descontentos armados, tengan o no motivaciones políticas.
pública un conflicto virtual. Según Robert D. Kaplan, ana- No obstante, la perspectiva para un futuro inmediato no es
lista que trabaja para la academia militar de West Point, en mejor; aunque estamos ensayando las «nuevas guerras del
el mundo se están preparando zonas de conflicto de difícil siglo XXb>, de las que nos habla Ignacio Ramonet (Las gue-
resolución -África, Oriente Medio--, donde el sueño ame- rras del siglo XXI), todavía no hemos puesto en práctica la
ricano de la democracia es más bien una pesadilla (La anar- ciberguerra, la verdadera amenaza global. Pero lo cierto es
quía que viene) y donde es difícil precisar qué tipo de po- que la «bomba informática» de Paul Virilio está a punto
lítica ha de llevarse a cabo. Así, desde la perspectiva del de estallar; hasta el momento, todo ha quedado reducido a
llamado «nuevo orden mundial», las guerras neocoloniales los sabotajes informáticos y al espionaje electrónico, a los
de pacificación se disfrazan de intervenciones humanitarias mail-bombing y la siembra de virus de los crackers. pero en
(Bosnia, Kosovo, etc.) cuando interesa (aparte quedan las cualquier momento podemos asistir a infoataques contra
matanzas tribales de Ruanda, etc.) o de «ataques preventi- servidores institucionales y contra los soportes digitales
vos», de acuerdo con la nueva y agresiva doctrina Rumsfeld de grandes infraestructuras --como pantanos, aeropuer-
(en su Memorándum para la ONU de marzo de 2002). La tos, etc.-, lo que puede reafirmar todavía más el caos te-
consecuencia es que, el panorama mundial, pese a la apa- rrorista como la nueva estrategia bélica. La red se ha con-
rente calma, interrumpida por breves estallidos ocasionales, vertido en el nuevo escenario de una guerra larvada, que
diversifica y extiende sus peligros para la población civil; sirve de coartada al (Ciber)Imperio norteamericano para
los grandes Estados investigan nuevas y terribles armas justificar la intrusión del sistema de vigilancia universal
mientras los pequeños Estados hacen acopio de armas, con- Echelon y de programas secretos como Carnivore
vencionales, los países del Tercer Mundo sufren las razias (http://www.epic.org) que atentan claramente contra las li-
imperiales, viven la plaga de las minas antipersonales o «el bertades civiles. Como colofón tecnológico en este aspecto,
hambre también es la guerra» (Willy Brandt), de la devasta- empezamos a sospechar la actuación de ciber-soldados en

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CARTA AL HOMO C/BHINETICUS UNA HiSTORIA CRíTICA DEL FUTURO DESDE CTS AcnVISTA

comandos especiales que con armas de última generación, los avances tecnológicos, desde la genómica a la telemedi-
trajes de camuflaje camaleónicos y conectados a ordenadores cina. Sin embargo, son muchos los aspectos oscuros o
con visores térmicos, los cuales, llevando a cabo operaciones cuestionables que han ido surgiendo, y más los que se adi-
localizadas, cambian el curso de las guerra". En un futuro, se vinan en un futuro inmediato. Uno de los más debatidos es
nos dice, estos comandos de intervención rápida, provistos el de la experimentación con animales, especialmente si,
de exoesqueletos, visores de realidad virtual y minibombas suponiendo que siga creciendo la sensibilidad social hacia
nucleares constituirán, junto con la superioridad aérea de for- el dolor provocado a los animales, se consigue, por ejem-
talezas volantes, el ejército multinacional que controlará el plo, el reconocimiento de los derechos de los simios, tal
mundo, como en las novelas de Joe Haldeman (La guerra in- como propone el proyecto «Gran Simio», impulsado entre
terminable). En realidad, se trata del efecto reductor de la otros por el filósofo ético Peter Singer (Liberación animal).
tecnología; los grandes ejércitos de masas del siglo XXI se En ese caso se interrumpiría la vía de los xenotrasplantes
convierten en pequeños batallones ultratecnologizados. Para del cerdo o de los simios, y se daría un impulso a los tras-
contrarrestar estas previsiones y actitudes belicistas, a la so- plantes humanos o artificiales, hasta ahora libres de mayo-
ciedad inerme, víctima final de toda catástrofe bélica, solo le res controversias, y que ya se han convertido en algo com-
queda apostar por la insumisión a los ejércitos y prácticas pa- pletamente habitual. Más dudosa parece, sin embargo, la
cifistas como la desobediencia civil. En este sentido, es muy aplicación de la genómica para el envejecimiento o la clo-
importante la denuncia de la industria armamentística y de la nación de órganos. Aunque la ciencia-ficción y «doctores
venta de arma" a países poco respetuosos con los derechos locos» como Richard Seed y Severino Antinori, financia-
humanos, a través de numerosas üNG (Desarme.org, dos por multimillonarios estériles y sectas ufológicas como
ACDA, ECAAR, entre otras) y el activismo responsable de los raelianos, nos han acostumbrado a este nuevo escenario
los científicos, suscribiendo manifiestos deontológicos con- biotecnológico, los gobiernos actuales se resisten todavía a
tra la investigación en tecnología militar como la FAS (Fede- dar ese paso, imponiendo restricciones a la investigación y
ración de Científicos Americanos). Frente a la tecnología de efímeras moratorias, dependientes cada vez mas del impla-
la guerra --el verdadero motor industrial de la investigación cable mercado. El debate de la clonación, una vez descifra-
actual- debiéramos apostar desde crs por su reconversión do el genoma humano, entre las promesas apresuradas y la
en tecnologías de la paz, que bien enfocadas podrían ser ren- fantasía más desbocada, nos ha introducido de lleno en uno
tables y contribuir al reparto de riqueza en el mundo. de los más agudos dilemas de la humanidad, que la bioética
difícilmente podrá resolver. Autores tan sensatos como Ja-
vier Sádaba (Hombres a la carta) nos proponen que tome-
5. Medicina y biotecnologia; para la longevidad mos en cuenta la posibilidad de la clonación, pero hay algo
o para la supervivencia que instintivamente parece repugnar a la idea de fabricar
«hijos a la carta» por procedimientos no naturales.
La investigación médica es una de las áreas que mayor La sombra siniestra de la eugenesia racial, que experi-
consenso social concitan. Bajo el imperativo del alarga- mentaron no solo los nazis, sino muchos gobiernos occi-
miento de la vida, aparentemente, nada hay que objetar a dentales en el siglo XX, se cierne sobre la biotecnología.

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CARTA AL HaMO ClIJERNETlCU~ UNA HISTORIA CRíTICA DEL FUTURO DESDE CTS ACTIVISTA

No en vano, filósofos como Hans Jonas reclamaron en su buscando nuevas patentes, para lo cual no dudan en expo-
tiempo un «principio de responsabilidad» por el que no liar las reservas naturales del Amazonas o incluso experi-
podemos transmitir consecuencias indeseadas a genera- mentar subrepticiamente con sus habitantes. Es decir, se
ciones futuras, o la vigencia ética del derecho al «consen- ha convertido en una todopoderosa institución industrial
timiento informado», formulado por primera vez en los que, bajo su máscara de benefactor patemalismo, no pue-
juicios de Nurenberg, como consecuencia de la barbarie de ser cuestionada ni en sus prácticas ni en sus fundamen-
eugenésica nazi. Como hemos señalado, parece que la tos. Tal como criticara Iván Illich (Medical Nemesis) no
medicina occidental busca más que la consecución de debemos sometemos al sistema médico imperante y, por
la «buena vida», el elixir, si no de la eterna juventud, sí de la el contrario, todavía debemos reclamar derechos tan ele-
longevidad máxima, que nos convertiría, en términos de mentales como el derecho a morir sin diagnóstico. La sa-
Broce Sterling (Fuego sagrado), en «posbumanos» o nue- grada misión que le ha encomendado el Estado ha ido pa-
vos seres humanoides que han de revisar su concepto del sando de la protección de la salud al alargamiento vital,
tiempo. Lo que subyace bajo este propósito, en el fondo, siendo conceptos completamente distintos. Por ello. ante
no es sino el triunfo faústico sobre la muerte, que ha ani- la amenaza de que la medicina olvide su humanidad. su
mado al imaginario tecnohermético desde la primera cien- humanismo y su vocación social, hemos de reivindicar
cia-ficción, en la criatura de Frankenstein de Mary She- otro tipo de medicina. enfocada a curar y paliar las taras y
Bey, un mito tantas veces revisitado y nunca agotado. y enfermedades de toda la población, que no niegue la con-
que incluso tiene una deriva paracientífica en la criogeni- dición mortal y sufriente del ser humano.
zación. Por supuesto que desde CTS no podemos oponer-
nos a una verdadera e integral medicina gerontológica,
ahora que la esperanza de vida ha atimentado, pero la 6. Ecología; entre el confort y la supervivencia
prioridad nunca podrá ser el anhelo de eternidad de los
privilegiados de Occidente, ni proyectos elitistas como la La ecología es la ciencia en la que más tempranamente
paraplejia de Christopher Reeves, el Supermán cinemato- se desarrolló una actitud activista. A mediados del siglo pa-
gráfico. o la ceguera del Ojo Dobelle, con implantes cere- sado los intelectuales y científicos críticos se apercibieron
brales. Mientras en el Tercer Mundo todavía subsisten de los grandes males provocados por el desarrollo indus-
plagas como la malaria (y científicos altruistas como El- trial descontrolado. Y descubrieron el lado oscuro de la tec-
kin Patarroyo no reciben financiación) y aún comparta- nociencia en forma de posible catástrofe global, ya que se
mos enfermedades como el cáncer o el sida, que amenaza estaba amenazando directamente la supervivencia del pla-
con devastar África, la investigación médica debe encau- neta. La contaminación atmosférica, el efecto invernadero,
zarse a mantener universalmente un estándar de vida y de la lluvia ácida o el agujero en la capa de ozono, se convir-
calidad de vida dignos para todos. La medicina cada vez tieron de pronto en cuestiones transnacionales, una suerte de
se hace más superfluamente sofisticada como en la medi- primera globalización del riesgo. Lamentablemente, a pesar
cina virtual, más erráticamente experimental, produciendo del peligro cierto y reconocido, y de los acuerdos suscritos
nuevas drogas sintéticas, y más agresivamente comercial, -como el célebre pero incumplido Protocolo de Kioto-c-.

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CARTA AL HOMO C/BERNETICUS UNA HlSTORIA CRÍTICA DEL FUTURO DESDE as ACTIVISTA

muy poco se ha avanzado en la contención de este riesgo que ni en el interior de los países industrializados o en vías
mayor compartido, que desde el cielo se cierne sobre todos de desarrollo se han tomado medidas, porque, de hecho, no
por igual, pues, contaminadores o no, todos estamos per- ha cambiado su filosofía optimista e irresponsable, que
diendo el planeta, haciéndolo, en primer lugar, irrespirable. muy bien podría resumirse en la máxima: los males que la
Para enmascarar este proceso, los gobiernos hacen declara- tecnociencia causa hoy ya los solucionará la tecnociencia
ciones rimbombantes, utilizando la retórica de lo sosteni- del mañana. Pero la magnitud de la catástrofe y la débil o
ble, acaso ralentizado la degradación con ciertas medidas, nula voluntad de las naciones líderes como Estados Unidos,
pero la realidad se impone, mostrando los primeros efectos solo auguran que cualquier respuesta será tardía. Las indus-
físicos: grandes urbes irrespirables, incremento de las tem- trias siguen contaminando la atmósfera, los ríos y los ma-
peraturas y deshielo de los polos, bosques destruidos, au- res; las grandes infraestructuras como autopistas se siguen
mento de los cánceres de piel, sequías endémicas, etc., es construyendo aunque pudiéramos utilizar otros medios de
decir, poco a poco vamos cumpliendo las expectativas de la transporte o se llenan nuevos pantanos, aunque sea para re-
ciencia-ficción catastrofista de J. G. Ballard (Zona de ca- gar campos de golf. No estamos dispuestos a renunciar a
tástrofe). Pero mientras este apocalipsis progresivo se desa- ninguno de los lujos y caprichos de la vida moderna por
rrolla tranquilamente ante nuestros ojos, tampoco somos unas vagas amenazas que, en cualquier circunstancia, solo
capaces de poner remedio a otros riesgos más localizados, afectarán a las generaciones venideras. La respuesta social
pero a la larga igualmente mortíferos. Todavía, pese a ante esta situación es amplia aunque difusa y no todo lo efi-
Chernobyl y a tantas movilizaciones populares, no hemos caz que debiera; las innumerables asociaciones, platafor-
clausurado todas las centrales nucleares; la selva amazóni- mas y ONG de carácter ecologista, aun relanzadas por el
ca se parece cada vez más a la «piel de zapa», quemada o movimiento antiglobalización, apenas han conseguido ani-
talada sin contemplaciones, del mismo modo que avanza la mar una superficial sensibilidad que se traduce en la acep-
deforestación en todo el mundo; especialmente en África el tación de productos ecológicos, que son consumidos por la
calentamiento global que provoca las sequías ya está cau- única y egoísta razón de que son más sanos, o la rutinaria
sando unas hambrunas permanentes; la biodiversidad botá- normalización del reciclaje de las basuras. Más allá de es-
nica y animal-verdadero patrimonio del planeta y sus ha- tos simbólicos tributos a la moda ecologista, la sociedad
bitantes- se va reduciendo drásticamente, desapareciendo occidental, directamente responsable de la amenaza global,
las primeras especies en vías de extinción, paradójicamen- es incapaz de comprometerse con un nuevo estilo de vida
te, al mismo tiempo que descubrimos las últimas en el vi- que, sin renunciar a ciertas ventajas tecnológicas, se regule
vero recóndito de las junglas de Vietnam ... Como podemos de manera que llegue a minimizar su impacto sobre la natu-
comprobar, el frente ecológico, abierto por autores pioneros raleza. Y este es el caso de los alimentos transgénicos, la
como Rachel Carson, es inmenso y abarca todas las catego- última y más perversa amenaza, que queremos obligar a en-
rías y niveles. Y aunque Occidente, excepto ocasionales sayar y pagar a la hambrienta África, como hace la empresa
trastornos como las inundaciones fortuitas, se crea a salvo Monsanto, pero que acabaremos consumiendo masivamen-
de sus peores consecuencias, solo ha aplazado ligeramente te, sin saber si arrasará la biodiversidad natural de la agri-
el impacto del desastre global. Lo escandaloso del caso es cultura. En este sentido ni siquiera es preciso suscribir la

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CARTA AL nouo C/Hf.RNETfCI/S U"'A HISTORIA CRíTICA DEL FL'TURü DESDE CTS ACTIVISTA

sugerente pero mística teoría de Gaia, formulada por los ha sido hasta ahora el breve recorrido de la inteligencia
biólogos James Lovelock (Las edades de Gaia) y Lynn artificial. Efectivamente, Kasparov fue derrotado por Big
Margulis (Planeta simbiótico), que bajo la advocación de la Blue, pero por otra parte no hemos conseguido construir
diosa griega de la tierra, pretende que todo el planeta es un más que torpes robots arácnidos (de acuerdo con el más
ser o sistema vivo autorregulado, una especie de equilibra- cauto enfoque ascendente, basado en la imitación de la
do ecosistema global, y que una de sus especies ---el ser biología). La vibrante polémica entre detractores de la in-
humano tan inteligente como poco sabio- está a punto teligencia artificial como H. Dreyfus (What Computers
de romper irreversiblemente. Sencillamente, desde una Still Can 't Do) y Roger Penrose (La nueva mente del em-
perspectiva objetiva y científica, medida en datos anuales perador) y sus entusiastas defensores, Marvin Minsky
----como los centímetros que sube el nivel del mar, amena- (The Society of Mind) y Hans Moravec (El hombre mecá-
zando a fecha fija zonas costeras y ciudades como Venecia nico), ha sido ganada únicamente por R2D2 y 3PO, es de-
o Nueva York-, ya sabemos que la catástrofe medioam- cir, por la ciencia-ficción. La cibernética impulsada por la
biental es más cierta que cualquier profecía. La actitud es- fantasía, desde su mítico origen en la figura cabalística
capista de los gobiernos y la sociedad en general solo nos del Golem, que suscribe su fundador N. Wiener (Dios &
plantea arteramente el sueño futurista del salto adelante; Golem SA.), al poético Pinocho de la película de Steven
cuando hayamos destruido nuestro planeta originario esta- Spielberg, lA, e incluso hasta las 3 leyes de la robótica
remos dispuestos para colonizar otros planetas (o los aliení- popularizadas por Isaac Asimov (Yo Robot), nos han obli-
genas nos salvarán, tanto da). Pero lo más absurdo de este gado a creer que el tópico fantástico del androide, entre la
tácito planteamiento es no solo que es profundamente in- robótica y la bioingeniería, es un dogma de la tecnocien-
moral, sino que es hoy por hoy una quimera irrealizable, cia. Pero el tiempo pasa y no conseguimos más que hábi-
antes del colapso medioambiental en este mismo siglo re- les simulaciones como el lA psiquiatra de Eliza o los pro-
cién comenzado. Pese a que hay sobradas razones para ser gramas «soñadores» de Igor Aleksander (Impossible
pesimista, desde CTS tenemos que seguir impulsando, pre- Minds). Las amenaza de que la lA rebeldes, como las
cisamente, el enfoque activista, especialmente para que las sondas de autómatas autorreplicantes de John van Neu-
jóvenes generaciones no cometan nuestros mismos errores mann o el superordenador totalitario que gobierne el mun-
y para que cuando la catástrofe se agudice hayan creado do, parecen haber sido aplazados hasta que la ciencia nos
una red alternativa que permita la supervivencia primero y, proporcione vías más realistas y sólidas de investigación.
a largo plazo, la regeneración del planeta. Sin embargo, eso no detiene a científicos fantasiosos, cre-
yentes acérrimos en el evolucionismo tecnológico, como
Ray Kurzweill (La era de las máquinas espirituales) o el
7. Inteligencia artificial y robótica; mismo Hans Moravec. cuando predice que el siguiente
fantasías y utilidades paso evolutivo de la humanidad es el robot consciente,
que nos eliminará del planeta o nos convertirá en sus
De ser una de las más firmes esperanzas de la tecno- mascotas. Incluso ha dibujado cómo serán estas curiosos
ciencia a convertirse en uno de los mayores fiascos; este seres: árboles artificiales que viajarán eternamente por el

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CARTA AL HOMO CfBERNET/CUS UNA HISTORIA CRITICA DEL FlITURO DESDE CTS ACTIVISTA

espacio a la busca y captura de información. En esta línea triales que inevitablemente dejan en el paro a trabajadores
descalabrada, son numerosos los seguidores que apuestan cualificados, lo cual, lógicamente, ha reactivado el debate
por el procedimiento de la descarga o copia de mentes en torno al ludismo. Por el momento, este y no otro es el
humanas en sucesivos clones, robots humanoides o meros debate en tomo al robot no inteligente; cómo reintegrar
soportes digitales como la red, como en la fascinante vi- en nuestra nueva economía tecnológica al ser humano, su
sión de un mundo virtual poblado de copias y entidades condición y sus saberes, para, evitando los trabajos más
informáticas de Greg Egan (Ciudad Permutación). En pesados y peligrosos gracias a sistemas automatizados o
este sentido, las investigaciones en nanotecnologfa de vi- robots, no condenarlo a la alienación o a la pobreza. La
sionarios como E. S. Drexler han venido a redoblar las programación, la robótica por realidad virtual o el orde-
esperanzas de los partidarios de la lA, superando incluso nador de ADN son, en estos momentos, amplias vías de
sus expectativas iniciales; en el futuro no solo podremos investigación, perfectamente legítimas, siempre y cuando
construir robots inteligentes o fusionarnos con ellos como se hallen al servicio del ser humano y se desarrollen den-
cyborgs, sino crear además formas nuevas de inteligencia tro de un orden de prioridades. De hecho, han sido contri-
no humana según nuestro capricho, moldeables a volun- buciones menos espectaculares, como los sistemas exper-
tad y adaptables a cualquier entorno, cuasi angélicas tos de la informática, las que realmente han mostrado su
como propone Miquel Barceló (El otoño de las estrellas) utilidad. Nadie atribuiría a estos sistemas verdadera inte-
O generadoras de materia ex nihilo, según Neal Stephen- ligencia, pero al mismo tiempo tienen aplicaciones incon-
son (La Era del Diamante). Pero todavía deberemos espe- testables, tal como el mundo ingenieril y de la banca han
rar a los ordenadores cuánticos de quinta generación para demostrado. El sueño del humanoide artificial puede es-
descubrir si algo de todo esto es siquiera posible o sim- perar, e incluso podemos prescindir de él en aras de una
plemente había una dificultad básica, un error de princi- lA verdaderamente útil, que se limite a asistimos y no a
pio en los planteamientos de la lA dura, al considerar la reemplazarnos.
metáfora del cerebro como un mero ordenador biológico.
No obstante, aun siendo esta todavía una posibilidad re-
mota, no podemos menos, desde CTS, que criticar esta 8. Energía; agotamiento y contaminación
visión cientificista y mecanicista del ser humano y de su frente a inagotabilidad y limpieza
inteligencia, que con el quimérico objetivo de crear ro-
bots inteligentes despilfarra los presupuestos de la ciencia El tema de la energía es un tema clásico de CTS y ca-
y la orienta además hacia un callejón sin salida. E inclu- pital para cualquier estudio sobre la tecnociencia actual.
so, si realmente fuera finalmente accesible en alguna me- Del mismo modo que nos preocupaba ayer, nos inquieta
dida la creación de lA consciente, nunca podríamos estar hoy, siempre con la incertidumbre del porvenir. Y tres son
de acuerdo en poblar el mundo de androides semiinteli- los problemas básicos que vienen asociados a la energía en
gentes que esclavizaran al ser humano. En parte, esto es el mundo industrializado: la contaminación, el agotamien-
lo que ya sucede con las actuales máquinas que invaden to y su carencia. En el comienzo de CTS, bajo la mirada
el horizonte vital del ser humano o con los robots indus- de la primera ecología, la energía nuclear fue masivamente

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CARTA Al HOMO CfBERNETlCUS UKA IllSTORIA CRíTICA DEI I'UTURO DESDE CTS ACTIVISTA

contestada. Escapes como el de Harrisburg (1979) Y sobre los países pobres es la carencia de fuentes de energía de
lodo explosiones como la de Chernobyl (1986), que deja- todo tipo, lo cual les obliga a sobrevivir con la energía hu-
ron un saldo de amplios territorios contaminados y de va- mana, de tracción animal, del carbón o de lo limitados re-
rios centenares de víctimas (aunque actualmente se mane- cursos forestales, en condiciones, con frecuencia, muy pre-
jan cifras de millones de afectados por la radiación y su carias o inhumanas. El problema de la energía ha sido
consecuente cáncer de tiroides), confirmaron las sospe- tratado acertadamente por Jeremy Rifkin (La economía del
chas: la energía nuclear, a pesar de las más estrictas me- hidrógeno), presentando una alternativa no centralista al
didas de seguridad, es una energía peligrosa y un riesgo actual modelo de distribución de la energía. Toda civiliza-
global. Los grupos ecologistas como Greenpeace han man- ción se caracteriza por un consumo de energía, y cuanto
tenido una intensa campaña antinuclear durante décadas, más sofisticada es, más necesita. Sin embargo, tal como
boicoteando el transporte de los residuos por tierra o por señala Illich (Energía y equidad), es necesaria una limita-
mar, y las sociedades más concienciadas han presionado ción en su uso, porque si no la distancia entre individuos y
para su cierre (en el País Vasco, aunque en gran medida países no hace más que' crecer, calculándose que para fina-
por las acciones de la banda armada ETA, se consiguió in- les de este mismo siglo XXI, la emisión de dióxido de car-
cluso el cierre de la central de Lemoniz antes de su apertu- bono, propia de los combustibles fósiles, podría aumentar
ra). No cabe duda de que la conciencia de una sociedad la media de temperatura terrestre en casi 5 grados. El pa-
cada vez más informada y preocupada por la salud, aboga norama de la energía se muestra así francamente preocu-
por su cierre progresivo, ya que el riesgo de accidentes o pante, especialmente por la ceguera de los gobiernos y los
ataques terroristas siempre estará presente, como nos ilus- organismos internacionales que, parapetados bajo la retó-
traron películas como Silkwood o El síndrome de China. rica de la sostenibilidad y de sucesivos acuerdos incum-
Por otra parte, el inexorable agotamiento de energías con- plidos, no se han preparado para el futuro inmediato. Lo
taminantes, que son el motor de la industria del transporte, sorprendente es que en realidad nunca han faltado las ener-
como el petróleo, ya fue advertido desde el Informe de gías no contaminantes, inagotables y a disposición de to-
Roma en 1972 y de manera más alarmante aún en 1991. dos, esto es, las llamadas energías renovables, como la eó-
Las cifras más pesimistas consideran que el petróleo real- lica o la solar. Estas energías, que han sido propuestas
mente aprovechable se agotará en la segunda década del como la alternativa por los grupos ecologistas y el movi-
2000 y los más optimistas, en la tercera. Por lo tanto, exis- miento antiglobalización, solo han despertado un relativo
te un acuerdo generalizado de que realmente estamos ante interés, coartado por los intereses de las multinacionales
un problema de escasez no demasiado lejano. El petróleo petroleras y de la economía globalizada, que temen no po-
es además un factor de clara inestabilidad política en el der controlar un mundo impulsado por una energía barata
mundo al estar situados los mayores yacimientos en zonas e igualitaria. La única energía renovable que ha sido adop-
de conficto geoestratégico como Oriente Medio (Arabia tada por estas instancias es la hidroeléctrica, pero bajo un
Saudí, lraq, etc.). Tampoco debemos olvidar que, aparte de modelo desarrollista y agresivo, que no respeta las pobla-
la contaminación y el agotamiento, que afecta a los países ciones arraigadas ni el ecosistema natural, corno en el caso
industrializados o en vías desarrollo, el mayor problema de del pantano de Narmada ---denunciado valientemente por

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CARTA AL HOMO C/BI:RNETICUS UNA HISTORIA CRÍTICA DEL FUTURO DESDE crs ACTIVISTA

la escritora india Arundaty Roy (El álgebra de la justicia dero futuro se halla sin duda en las energías renovables, ya
infinita}-, o la presa de las Tres Gargantas en China, que descubiertas pero todavía carentes de un verdadero impul-
desplazará a más de dos millones de habitantes. Frente a la so investigador, pero sobre todo en su aceptación social.
opción alternativa, a largo plazo la única viable, la tecno-
ciencia oficial vive de las esperanzas que le suministra la
investigación -la fusión fría, tantas veces aplazada- o 9. Artes; entre el ocio virtual
la fantasía de la ciencia-ficción, que promete la explota- y las nuevas vanguardias ciberculturales
ción de recursos en otros planetas del sistema solar o el
descubrimiento de energías misteriosas, proporcionadas La irrupción de las neovanguardias artísticas a finales
por benefactores alienígenas. En este sentido, una de las del siglo xx supuso la consagración de la deriva hermética del
más locas especulaciones científicas -la llamada esfera arte moderno, cada vez más alejado de los intereses del ciu-
de Dyson, un caparazón artificial para succionar toda la dadano común, que veía cómo perdía su «aura» sagrada de
energía del Sol (Freeman Dyson, Mundos delfuturo)- ha objeto único, según Walter Benjamin (iluminaciones), a
obtenido un amplio eco en la ciencia-ficción, como en la causa de la reproduetibilidad técnica de la imagen artística,
novela de Stephen Baxter (Las naves del tiempo). Frente a como la fotografía. Pero justo en ese momento empezó a
esta incierta expectativa de energías futuribles, la vía razo- gestarse la esperanza del arte digital como nueva forma de
nable, que puede dar estabilidad económica y ecológica al arte transvanguardista y, sobre todo, popular. Las bellas ar-
planeta, es la transición progresiva, a través de energías tes, con sus virajes retros y montajes espectaculares, no han
menos contaminantes como el gas (con el riesgo de una lo- conseguido seducir al gran público, que sigue prefiriendo la
calización conflictiva, como el petróleo, menos explotado artesanía de una pintura realista y convencional incluso a las
que este aunque también finito, pero no contaminante), ha- provocativas instalaciones neoconceptuales que apelan a los
cia las energías renovables. La actitud responsable desde gastados tabúes del sexo, la violencia o la religión. Sin em-
el activismo de CTS es impulsar la investigación en este bargo, este tecnoarte digital, en sus variadas formas, ha sido
ámbito, todavía poco explorado, y que se enfoque el desa- capaz de absorber el impulso experimental de las verdaderas
rrollo de sus múltiples aplicaciones desde la justicia social vanguardias. Su gran ventaja es que tiene a su disposición
y la ética ecológica, antes de que las grandes corporacio- un nuevo y poderoso medio, que demanda altas dosis de
nes se lancen a su explotación masiva, creando tantos pro- creatividad innovadora, y que se puede integrar en una flo-
blemas como en la hidroeléctrica o en la eólica. Podemos reciente industria del ocio masivo. Se confirma de esta ma-
imaginar un futuro basado en las energías renovables, que nera que el arte del presente y probablemente del futuro se
haya desterrado las viejas energías contaminantes, y que halle definitivamente vinculado al fenómeno de las teleco-
no sea enemigo de la investigación de nuevas fuentes municaciones, la informática e Internet. En el consumo ma-
como el hidrógeno, presentada por Jererny Rifkin como la sivo y universal de televisión y cine --el verdadero arte de
nueva panacea, siempre y cuando vayamos adoptando so- la globalización- ya se advierte el carácter del arte de la
cialmente los valores alternativos de un consumo respon- era digital; los noticiarios, los concursos, los reality shows,
sable basado en el ahorro y la adecuación al uso. El verda- los programa" de real tv., las series, los vídeos musicales,

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CARTA AL HOMO ClRERNET1CUS UNA HISTORIA CRÍTICA DEL FL'TURü DESDE CTS ACTIVISTA

los late night, los dibujos animados, las películas, etc., con digitales inspiradas por la globalización alternativa (como
su amplio circuito de televisión abierta o digital, el vídeo o Aleph.org, una muestra clara de cómo realizar un arte digi-
DVD, y ahora la red, a través de ordenadores personales y tal interactivo, con reflexión y con una evidente iruenciona-
teléfonos móviles mulrioperativos. van perfilando la sólida lidad política sobre la tecnología). En este sentido tienen
alianza de arte popular y nuevas tecnologías. En esta nove- mayor interés estos planteamientos de teenoartc autocrítico
dosa tesitura el arte contemporáneo no va a desaparecer, con la propia tecnología ---en la línea iniciada hace décadas
pero sí va a tener que plantearse el reto social y tecnológico, por artistas como Antoni Muntad.as- que las performances
como ya lo está haciendo una nueva generación de tecnoar- de exaltación cyborg, como las de Stelarc o Marcel lí. Antú-
tistas que trabajan en las nuevas disciplinas, desde el ciber- nez, que tanto predicamento tienen actualmente como arte
arte al net-art, que ha estudiado J. L. Brea (La era postme- futurista. Del mismo modo, tendencias de cine independien-
días, y entre las cuales destaca una curiosa forma de arte te como Dogma 95, realizadas con baratas cámaras digitales
híbrido que obtiene sugerentes mixturas fronteriza" al com- y con planteamientos artísticos rupturistas pueden abrir una
binar las técnicas tradicionales con diferentes procesos me- vía interesante en el monopolio de la gran industria. En el
cánicos y digitales. La infografía ha sufrido un espectacular ámbito de las letras, pese al correoso dominio del universo
desarrollo gracias a su integración en el cine de animación del papel impreso y del libro ya se van abriendo paso los
(de Tay Story a Shreck) y de efectos especiales (la última en- nuevos soportes digitales del e-book, el videolibro, el CD-
trega de Star Wars ya contiene un abrumador volumen de ROM o las páginas web y consiguientemente de los forma-
metraje digital); su objetivo a medio plazo parece ser la crea- tos hipertextuales. Y esta es ya sin duda la revolución pen-
ción de ficciones realistas generadas enteramente por orde- diente, la que en gran medida fusione todas las artes
nador (como Fi1Ul1 Fantasyí que proporcionen a la tecnolo- audiovisuales y literarias en un nuevo modelo interactivo,
gía de realidad virtual entornos creíbles para desarrollar una participativo y en varios niveles, dando lugar a géneros nue-
industria con múltiples aplicaciones. La amenaza de este vos de hiper-arte e hiper-pensamiento, que transformen
tipo de arte virtualista parece clara si se convierte en una nuestra visión de la realidad, potenciando, por ejemplo, vi-
adicción autista con visores, pero también puede derivar ha- siones alternativas del futuro a través de una renovada cien-
cia planteamientos más abiertos como las exposiciones ho- cia-ficción. En cualquier caso el arte del futuro será multi-
lográficas y los espectáculos parateatrales que sugiere el no- forme y di verso, pero desde un arte de técnica tradicional
velista de ciencia-ficción Nonnan Spinrad (Los jinetes de la hasta las formas más extrañas de arte evolutivo de la vida
antorcha). En este sentido, también hay que señalar la ambi- artificial, deberá tanto contar con las nuevas tecnologías
valencia del arte de los videojuegos, una nueva forma de como cuestionar su uso, convirtiendo esta temática crítica
tecnoarte interactivo que empieza ya a tener sus versiones en una de sus principales preocupaciones. Como advierte el
más exigentes y arriesgadas. No obstante, para un arte críti- teórico Joaquim Dais (Rupturas espacio-temporales), todo
co, más próximo a las posiciones de un CTS activista, pare- aquello que nos emociona es arte, más allá de las etiquetas,
cen más atractivas las vías heteróclitas del net-an que traba- y por ello durante mucho tiempo haremos convivir todas las
jan a través de comunidades virtuales hacktivistas creando formas de tecnoarte. que corresponden de hecho a los diver-
páginas y e-zines subversivas o llevando a cabo iniciativas sos niveles tecnológicos de un mundo contemporáneo en

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CARTA AL l/aMO ClBERNET1CUS UNA HISTORIA CRíTICA DEL FUTURO DESDE crs ACTIVISTA

transformación. Y, desde este planteamiento, no sería desca- visión flexible y esteticista de las posibilidades de las nue-
bellado pensar en una colaboración entre este CTS activista vas tecnologías arquitectónicas. Los brillantes arquitectos
y el tecnoarte crítico de la cibercultura en tomo a la preocu- del caos como Frank Gehry, Peter Bísenmann o Rem Kool-
pación compartida que supone la tecnología del futuro. haas (Living, Vivre, Leben), inauguran una era de la arqui-
tectura espectacular, que sirve de paradigma a la reno-
vación simbólica y económica de las grandes urbes del
10. Arquitectura; de la casa inteligente siglo xx, pero que no contagia, sin embargo, a los bloques
a la casa básica de viviendas, deudoras del más chato racionalismo, o los
chalés unifamiliares, construidos según un neorruralismo
La tecnología ha transformado radicalmente la casa kitsch. Parece que la renovación tecnológica que trajo la
moderna. A partir del racionalismo funcionalista, la con- modernidad a la arquitectura se hubiera estancado en una
cepción de la vivienda como «morada», en el sentido hei- estandarización condicionada ya sea por los presupuestos
deggeriano, es abandonada por la de «máquina de habitar» o por las funciones simbólicas de cada edificio. El experi-
de Le Corbusier (Hacia una arquitectura). Simultánea- mentalismo arquitectónico ha quedado reducido a «obras
mente asistimos al fin de la arquitectura vernácula en Oc- de arte» singulares y a rarezas de jóvenes pioneros, a la es-
cidente, a la nefasta proliferación de estilos neorrurales y pera de tiempos mejores. Pero donde se ha producido una
al improbable nacimiento del «regionalismo crítico» (Ken- verdadera revolución tecnológica, no ha sido en el exte-
neth Frampton, Historia crítica de la arquitectura moder- rior, las estructuras o los materiales, sino en el interior, en
na), una síntesis de lo vernáculo y lo moderno fundada en el ámbito doméstico. El sentido del habitar de Le Corbu-
una lectura esencialista de Heidegger (Construir, habitar, sier ha triunfado plenamente con la instauración de la
pensar). El paisaje urbano del planeta se puebla de ciuda- «casa inteligente», que ha informatizado, conectado y am-
des y zonas urbanas donde las nuevas casas tecnológicas, pliado los servicios de la casa moderna. A la cocina como
como villas o colmenas, han desplazado a la naturaleza y motor del cambio tecnológico de la casa, certeramente
roto el equilibrio entre naturaleza y razón práctica que pro- analizada por Siegfried Giedeon (La mecanización toma el
ponía la arquitectura vernácula. Solo en las grandes áreas mando), debemos añadir en la era digital la omnipresente
del Tercer Mundo subsiste ese estilo vernáculo, basado en tecnología para las telecomunicaciones, que es la misma
la autoconstrucción y los materiales naturales -a menu- que para el ocio; en una primera fase, de la cocina, la tele-
do degradado-e, que arquitectos sensibles como Hassan visión, el vídeo o el DVD, la radio, la torre musical o el te-
Fathy (Architecture for the Poor) pretenden adaptar a luga- léfono, hemos incorporado el ordenador personal, que en
res como Egipto, donde la pobreza hace posible una her- una segunda fase, todavía experimental, absorbería, digita-
mosa arquitectura moderna de adobe. El panorama, tras la lizándolas y automatizando todas las funciones de la casa
irrupción del movimiento posmoderno, no varía significa- y ofreciendo además un estilo de vida plenamente ciber-
tivamente en lo referente al uso de la tecnología; se recu- cultural. En esta nueva casa hipertecnológica e inteligente,
pera superficialmente el adorno ---considerado como deli- repleta de cacharrería más o menos útil, todo estaría co-
to desde A. Loos-, y en este aspecto se profundiza en una nectado a un ordenador central-una lA de voz seductora-

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CARTA AL HOMO CIHI:RNrllCUS UNA HISTORIA CRÍTICA DEL FUTURO DESDE CTS ACTIVISTA

mente monocorde en las películas de ciencia-ficción-e, utilizan energías renovables como la eólica y la solar. En
que a través de varias terminales nos informaría del estado este aspecto comunitarista sí que tendrían sentido una do-
de la casa y de sus habitantes. Frigoríficos conectados al mótica cibercultural, esto es, ciertas tecnologías de la ci-
supermercado, cocinas provistas de inagotables menús bercultura, como los programas de autoconstrucción digi-
electrónicos, calefacción y ventanas conectadas a un ter- talo la conexión universal a la red, para fortalecer los
mostato programado, pantallas multimedia de cristal Iíqui- vínculos vecinales a través de una comunidad virtual acti-
do o plasma en cada habitación, sala de juegos de reali- va. Nuestra prioridad no puede ser en ningún caso cons-
dad virtual, etc., e incluso un constante biochequeo de truir una utopía arquitectónica y urbanística a través de la
todas las funciones vitales de los habitantes de la casa, co- tecnología, sino utilizarla para recuperar una morada trans-
nectado a los servicios médicos. Así, el valor de la casa vernácula que sea realmente habitable. De Nueva York a
hipermoderna no será tanto la estética y menos su cuali- Calcuta las soluciones son múltiples, sobre todo si logra-
dad habitable, sino los lujos, y sobre todo su capacidad mos crear otro tipo de relaciones éticas entre los profesio-
tecnológica; una casa que cada vez se parece más a una nales de la arquitectura y los habitantes de las casas.
nave interestelar de lujo, provista de las altas prestaciones
de la «informática ubicua», dispuesta a proporcionar a sus
dueños los más altos niveles de confort, en la que su habi- Las variables transversales de las tecnologías
tante se refugia viajando de espaldas a la realidad. Frente a del siglo XXI. Problemas e incertidumbres
este modelo futurista. la tecnología todavía no ha conse-
guido cubrir las necesidades elementales para la población Nuestra breve incursión en la historia del futuro de las
creciente del planeta; los problemas de tráfico, contamina- tecnologías no estaría completa ni sería del todo honesta si
ción o desarticulación de las grandes capitales o, en mu- no expusiera como colofón una serie de variables que con-
chos países, simplemente, una vivienda digna provista de dicionan todos los posibles futuros, tanto los oficiosos
los servicios básicos para todos: estructuras fiables, espa- como los alternativos. La futurología como nueva discipli-
cio suficiente, electricidad, calor yagua corriente, nada na, y tal como la conciben instituciones como la UNESCO,
más ni nada menos ... Cuando los gurús de la cibercultura, ha de contemplar una serie de aspectos políticos, sociales y
como Bill Gates y Nicholas Negroponte, ya están diseñan- culturales que intervienen en el desarrollo de la tecnología.
do y viviendo en la casa inteligente, generando el «cosmo- En este sentido la coincidencia con los estudios CTS es to-
polita doméstico}, del que habla J. Echevenía (Cosmopoli- tal, ya que estos integran el análisis de los contextos, justo
tas domésticos). gran parte del mundo carece de un techo al contrario de cómo actúan los tecnoentusiastas evolucio-
propio donde guarecerse, como muchos jóvenes occidenta- nistas, para los cuales el propio proceso tecnocientífico
les o como los miserables habitantes de barriadas de fave- domina las variables contextuales siguiendo un modelo
las. Por ello, desde una actitud cívica de CTS, es preciso determinista. Y este es justamente el error más grave de la
investigar las posibilidades de la llamada arquitectura eco- mayoría de predicciones, que en su ciega fe cientificista
lógica, de las bioconstrucciones que recuperan materiales prescinden paradójicamente de algo tan científico como la
naturales o de las ecoaldeas que reciclan sus residuos y consideración de todos los factores de un problema.

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CARTA AL HOMO ClBHmETICUS UNA HISTORIA CRÍTICA DEL FUTURO DESDE CTS ACTIVISTA

Desde una óptica marcadamente ética, propia del CTS caciones como nuevos gadgets multimedia de telecomunica-
activista, se hace imprescindible la consideración crítica de ciones e incluso, si no se permite la clonación humana, la
los problemas actuales y factores inciertos que afectan y creación de plantas o animales de diseño o simples produc-
afectarán al desarrollo tecnológico en el presente siglo. Úni- tos de vida artificial (por ejemplo, para producir algún tipo
camente contrastando las previsiones con el contexto de va- de bioenergía, como ya investiga Craig Venter, uno de los
riables diversas podremos no solo ajustar nuestra visión fu- «padres» del genoma humano). Pero también, desde discipli-
turológica -eliminando las fantasías y Ias utopías de uno y nas tecnológicas menos espectaculares pero de uso más coti-
otro signo-e, sino prepararnos para las eventualidades poco diano, pueden surgir fenómenos sociales, como, por ejem-
previsibles, pero posibles, de un futuro que, pese a nuestro plo, a partir de nuevas drogas sintéticas o nuevos materiales,
escrutinio, seguirá permaneciendo abierto. Entre otras razo- cuyo éxito puede disparar una demanda masiva y la reorien-
nes, porque especulaciones futurológicas de este tipo, ya tación de la investigación tecnológica en general. No obstan-
sean teorías o novelas de ciencia-ficción, están cambiando te, las grandes novedades pendientes serían la fusión fría,
constantemente el propio futuro definitivo, y esperemos que tantas veces fraudulentamente anunciada como extrañamen-
sea para bien... A continuación comentamos brevemente las te postergada, y los ordenadores cuánticos, cuya potencia
variables más importantes para que el propio lector juzgue nos ayudaría a resolver problemas actualmente impractica-
su grado de intervención en el proceso tecnológico, teniendo bles. Sin olvidar el uso del hidrógeno como forma de energía
en cuenta que algunas todavía no se han manifestado, pero revolucionaria, ya que la producción y distribución de pilas
cuya aparición es más que probable a lo largo de un siglo de esta energía barata permitiría, según Jeremy Riflcin, una
complejo como pocos y apenas recién comenzado. descentralización energética semejante y paralela a la de In-
ternet. Con toda seguridad, en este siglo al menos, no conse-
guiremos alcanzar, acaso ni rozar, la mayoría de sueños tec-
11. Las novedades de la tecnociencia nológicos que se han anunciado; ni la inteligencia artificial
autoconsciente, ni la teletransportación, ni los viajes a velo-
Esta es una de las variables, en principio y si continúa el cidad luz, ni la máquina del tiempo, ni la nanotecnología
ritmo investigador actual, más seguras e importantes. Los omnipoderosa, ni el motor de antimateria, etc., aunque los
avances en la ciencia, y especialmente los inventos tecnoló- novelistas sigan calentando la cabeza de los científicos y se
gicos que ni siquiera sospechamos, van a alterar significati- publiquen teorías demasiado especulativas. Por otro lado, el
vamente nuestras predicciones. El ejemplo más claro lo tene- avance puramente teórico de las ciencias -si todavía no he-
mos en Internet, cuya aparición a finales del siglo xx ha mos topado con el límite que supone John Horgan (El fin de
generado la sociedad global, ha revolucionado a todas las la ciencia)-- puede proporcionamos interesantes perspecti-
tecnologías e incluso ha dado lugar a la ciberciencia; y sin vas y nuevas promesas, como la Teoría del Todo (TOE) que
embargo, no había sido imaginada si quiera por la más fanta- unificarla supuestamente todas las fuerzas de la física pero
siosa ciencia-ficción. Las novedades que en informática y no provocar cambios inmediatos en la tecnología. Sería, en
bioingeniería se van a producir van a determinar probable- definitiva, la interacción entre las novedades tecnocientíficas
mente el desarrollo del siglo XXI, aunque sean simples apli- «menores» y la sociedad -más que descubrimientos inaudi-

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CARTA AL HOMO C1BER1VI;:l1CUS ¡NA HiSTORIA CRíTICA DEL FUTURO DESDE CTS ACTIVISTA

tos- lo que va a generar los verdaderos e imprevisibles que además de los cambios imprevistos pero controlables de
cambios en el desarrollo tecnocientífico inmediato. la nueva economía global, puedan florecer, en este mismo
contexto globalizador y por fuerza de la necesidad, nuevas
formas de economía para la supervivencia. Una economía
12. Las revoluciones económicas heterodoxa y caótica, en los márgenes de los cauces oficia-
les, en el Tercer Mundo y en el Cuarto Mundo (bolsas de po-
La economía mundial, conforme vaya profundizando en breza en el Primer Mundo), pero que progresivamente puede
el modelo globalizador, que al día de hoy parece imparable, hacer sentir su peso en la economía global a lo largo del si-
puede enfrentarse a problemas y crisis inesperados. Se ha glo. Fenómenos como los microcréditos, el comercio justo o
convertido efectivamente en una especie de organismo uni- los circuitos alternativos de trueque sin dinero -c-curiosa-
ficado, pero por ello inevitablemente frágil e inestable, sus- mente una forma económica «subdesarrollada» practicada
ceptible de una afección contagiosa general a partir de cual- también en el corazón del Imperio, a través de Internet-
quiera de sus partes. Las amenazas externas son claras y pueden resucitar así ciertas formas económicas del pasado.
conocidas, desde el agotamiento del petróleo y los desastres De esta manera, entre los espasmos de la economía virtual
naturales, a los efectos de las guerras globales, pero más in- con sus crisis bursáti les irracionales y la incipiente economía
controlables aún parecen todavía las contradicciones estruc- solidaria e igualitaria de la pobreza (y si cualquier catástrofe
turales que soportan la nueva economía virtual izada. Para los no nos devuelve antes a la Edad Media), podemos suponer
defensores de este capitalismo globalizador neoliberal, ya que la variable económica puede modificar notablemente el
sean radicales o moderados, este es el único escenario econó- desarrollo de la tecnología.
mico posible, tras el colapso del socialismo real. Sin embar-
go, su modelo de libre mercado autorregulado y progreso in-
definido parece prescindir, de manera harto optimista, de 13. Las tendencias de la sociedad global
estas amenazas externas y contradicciones internas que igno-
ran nada menos que el fin de los recursos energéticos o los En principio esta puede parecer una variable poco im-
trastornos sociales que provocan las injusticias económicas. portante, en el sentido de que hasta ahora puede considerar-
El hecho es que mientras en Occidente ya nos estamos acos- se que sucedía al revés, que era la tecnología la que dictaba
tumbrando a los nuevos fenómenos de la maravillosa tecnoe- los cambios sociales. Sin embargo, una vez que la sociedad
conomía como la implantación del dinero electrónico o del global ha sido asentada de acuerdo con unos patrones cultu-
teletrabajo, en el Tercer Mundo no se resuelven, sino que au- rales comunes, comienza a generarse un estilo de vida unifi-
mentan, los problemas básicos de carencia de agua y alimen- cado e hipertecnológico que demanda una serie de tecnolo-
tos o de servicios básicos como la salud. Por otro lado, el gías, produciéndose así un imparable proceso de
movimiento por una globalización alternativa ha planteado realimentación. No cabe duda de que caminamos hacia una
algunas iniciativas, atendibles pero poco realistas de momen- especie de nueva sociedad, de carácter rnulricultural o inter-
to, como la tasa Tobin o la renta básica, que tampoco resol- cultural, en la que se ha de convivir en diversos grados y
verían el fondo de los problemas. Sin embargo, es posible contextos, desde la mera tolerancia hasta el mestizaje. Una

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CARTA AL HOMO C/BERNETICUS UNA HISTORIA CRíTICA DEL FUTURO DESDE eTS ACTIVISTA

sociedad de inmigraciones cruzadas en la que surgirán pro- 14. Los cambios geoestratégicos
blemas de adaptación y diversos modelos regionales, pero
que inexorablemente habrá de definirse como giocal. en La variable geoestratégica, aunque actualmente ahora
equilibrio fluctuante entre lo vernáculo y lo foráneo, que da pueda parecer estable, ha de ser tenida en cuenta a largo pla-
como resultado una nueva cultura de la globalización. Los zo. El reforzamiento del modelo hegemónico de Occidente,
rasgos de esta nueva cultura, además de la integración étni- liderado por Estados Unidos, puede, si no cambiar radical-
ca y cultural, vendrán marcados por fenómenos emergentes mente en el presente siglo, sí al menos variar de intensidad,
nacidos en el siglo xx, que se agudizarán notablemente; el entrar en decadencia o en conflicto con nuevos polos. Al día
envejecimiento de la población, la crisis definitiva de la fa- de hoy, vivimos bajo un dominio político y cultural de lo que
milia tradicional, la preponderancia del papel de la mujer, la ha sido calificado por sus críticos como de «Imperio- (Toni
ruptura de los clichés sexuales (con el advenimiento de la Negri/Michel Hardt), lo cual tiene su reflejo en el desarrollo
extraña diversidad que ya señala la Queer Theory), la crea- tecnológico e industrial. Esto se aprecia claramente en la tec-
ción de nuevas redes sociales estructurantes de la sociedad nología militar y en el- ámbito de la cibercultura, donde se
(como la", ONG o las comunidades virtuales), la explosión impone una determinada filosofía de producción y una serie
del ocio virtual, las nuevas fonnas de espiritualidad (desde de prioridades, que bajo otra situación geoestratégica podría
la New Age ecléctica al ecologismo panteísta), las nuevas cambiar sensiblemente. De hecho, la relativa pax americana
formas de trabajo, los nuevos hábitos alimenticios (de los de la que gozábamos tras el fin de la guerra fría, parece haber
transgénicos a la legalización de las drogas), el bilingüismo entrado en una nueva e incierta fase, tras el 11-5. El «nuevo
básico (o el rrilingüismo, con el inglés u otra lengua mestiza orden mundial» implantado por la nueva OTAN ha encontra-
como lingua franca), etc. Una sociedad global con una cul- do en la renovada estrategia del ataque preventivo de la era
tura unificada de estas características solo puede estar basa- Bush, un nuevo y difuso objetivo en el terrorismo en general
da en el mestizaje, el individualismo, la tecnofilia y el con- yen el islámico en particular. La posible deriva de las escara-
sumismo. Puede asemejarse al «mundo feliz» de Huxley, muzas neocoloniales (intervenciones solidarias como las de
pero será sin duda mucho más extraña y sin duda no estará Kosovo, contra «países gamberros» como Iraq, o contra Es-
exenta de tensiones. Lo que sí parece seguro es que estará tados terroristas como el Afganistán de los talibanes), puede
fuertemente vinculada a la tecnología, de una manera u otra, multiplicarse haciéndose eco de la perversa doctrina de Sa-
incluso desde la recuperación de alguna fonna de Iudismo muel Huntington sobre el «choque de civilizaciones». La
bien entendido, como la que propone el movimiento antí- guerra abierta contra la civilización islámica parece sin em-
globalización. En definitiva, una sociedad global ciertamen- bargo poco probable, aunque no descartable a largo plazo,
te fascinante, pero cuyas tendencias contrapuestas no nos así como la previsible rivalidad con el gigante chino. Hacien-
conducirán a ninguna utopía, sino acaso a una suerte de do un poco de política-ficción, pueden ser muchas las ame-
inestable escenario cyberpunk, con permanentes conflictos nazas al actual statu qua geoestratégico, desde guerras co-
sociales internos y económicos en el eje Norte-Sur, que aca- merciales con los dragones asiáticos hasta conflictos
so, con el tiempo, nos conduzca a su vez a otro nuevo mo- nucleares regionales (PakistánlIndia). Y también, la propia
delo social posglobalización. tecnología, puede ser la que provoque los cambios geoestra-

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CARTA AL HaMO C/HtRNFI1CIIS VC'lA HISTORIA CRÍTICA DEL fLTURO DESDE as ACTIVISTA

tégicos en la sociedad global, al poner en manos de países y fonnistas suaves» y «antiimperialistas pragmáticos», y «re-
grupos tecnologías como Internet, potencialmente peligrosas. volucionarios radicales» y «antiimperialistas radicales» en
Frente a los que piensan que el proceso unificador europeo y El hegemanisma de Estados Unidos y el desvanecimiento
el control político-militar euronorteamericano nos conduce del proyecto europeo), pero 10 que los unifica a todos, en
inexorablemente al gobierno mundial (deseable si es verda- gran medida en tomo al movimiento antiglobalización y el
deramente igualitario y democrático), mucho nos tememos hacktivismo, es la utilización de nuevos métodos de resis-
que con estos fundamentos solo pueda tener un sesgo elitista tencia y de acción directa, canalizada a través de las nuevas
y totalitario. La debilidad sumisa y manipulable de institu- tecnologías del cibennundo en que vivimos. Y por ello qui-
ciones globales como la ONU y el reconocido papel nortea- zá se ha confundido a menudo esta hiperpolftica, genuina-
mericano de interesada policía global al servicio de ocultos mente izquierdista, con la instauración de la ciberdemocra-
poderes fácticos, solo puede augurar un tiempo de conflictos cia, vendida y ensayada como la última frontera de la
que determinará el desarrollo de la tecnología en un sentido democracia institucional. Sin embargo, solo una ciberde-
negativo, para el control social y la guerra constante. rnocracia hiperpolúica puede suponer un verdadero cambio
tecnológico y social, un vuelco progresivo de modelo polí-
tico que intente resolver los problemas acuciantes del Ter-
15. El nacimiento de la hiperpolftica cer Mundo (al otro lado de la brecha digital), y también los
profundos déficits políticos (libertad de expresión, partici-
Una de las esperanzas que la globalización y la ciber- pación cívica, etc.) del Occidente privilegiado. Es más que
cultura han traído a este nuevo mundo tecnológico ha sido probable que la política formal se acerque en este siglo de
el todavía vacilante nacimiento de la «hiperpolítica» (Peter desaparición del Estado-nación (Manuel Castells) a las
Sloterdijk), esto es, un nuevo modo de hacer política más prácticas hiperpolfticas a través del señuelo de la ciberde-
allá de los partidos, profundizando en la democracia parti- mocracia, pero acaso solo alcancen a corromperla más a
cipativa y conectado al movimiento alternativo y a la resis- través de la manipulación cibermediática de partidos vir-
tencia cibercultural. Tras el fiasco del socialismo real y el tuales, partidos mercenarios e incluso de la formación de
espejismo de la tercera vía de A. Giddens, la izquierda su- una netocracia (Alexander Bard y Jan S6derquvist). Para
perviviente -c-ex comunistas, libertarios, ecologistas, movi- lograr una verdadera hiperpolítica, esta ha de estar basada
mientos sociales, etc.- empieza a generar una serie de en principios y valores y no solo en mecanismos, cuyo ob-
comportamientos políticos nuevos, en redes solidarias y en jetivo es regenerar el tejido social impidiendo totalitaris-
Internet, que plantean un nuevo nivel global biperpolíti- mos e integrismos de todo signo, y adaptándose a un nuevo
ca, más allá de la democracia formal y representativa. Es estilo de vida; por ejemplo, generando naciones virtuales o
esta una política de carácter no revolucionario y pacífico comunidades híbridas reales-virtuales, como plantea en sus
generalmente, pero decididamente rebelde e implosiva, últimas novelas Bruce Sterling (Distracción). La variable
que actúa desde dentro el sistema. Caben, de hecho, mu- hiperpolúica puede suponer un verdadero contrapunto al
chas opciones, desde el reformismo posibilista hasta el ma- desarrollo tecnológico, al recuperar el concepto de un co-
ximalismo utópico (el eje que Samir Amin traza entre «re- munitarismo abierto y crítico con la tecnología ---coinci-

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CARTA AL HaMO ClBERNET/CUS UNA HISTORIA CRÍTICA DEL FUTURO DESDE l.IS ACTIVISTA

dente con el CTS más activista y comprometido--, que pueden conceder en esta vida. Poco a poco, el ámbito privi-
acaso nos salve de sus peores consecuencias. legiado de la razón que es la ciencia cae presa de sectas
cientificistas de Internet y de teóricos exaltados de la vir-
tualidad, como Kevin Kelly. No pueden alterar la objetivi-
16. La hipótesis tecnohermética dad del método científico pero sí orientar progresivamente
la investigación tecnológica en una dirección perversa y an-
Habitualmente, esta variable especulativa no es tenida tisocial, éticamente imposible de compartir. Esta es la ame-
en cuenta, puesto que incide de forma radicalmente crítica naza sobre la cual el proyecto NCD (www.siruela.com/ncd).
sobre el proyecto tecnocientífico actual. Pero según una inspirado por un CTS activista y cibercultural, pretende re-
larga nómina de intelectuales críticos (D. Noble, M. Wer- flexionar colectivamente, incluso con la participación de
theim, etc.), lo que los autores han calificado como «filoso- los científicos y los propios tecnoherrnéticos, proponiendo
fía tecnohermérica» y «seudorreligion digitalista» puede un Manifiesto ciberateniense de la Alianza anti-tecno-her-
llegar a convertirse en un decisivo y aberrante condicionan- metica como punto de partida para el debate. La bioinge-
te del desarrollo tecnológico a todos niveles. Aunque per- niería, la nanotecnología, la inteligencia artificial, la ciber-
manezca oculto, el propósito último del modelo tecnológi- cultura e incluso la física, están siendo seducidas por este
co occidental parece haberse revelado finalmente gracias al peligroso paradigma tecnoherrnético que obviamente no va
advenimiento de la cibercultura y sus inmensas posibilida- a dar los frutos apetecidos, pero sí puede distraer a la tecno-
des, como se advierte en las fantasías (injconfesables de al- ciencia y a sus poderosos recursos durante este siglo de un
gunos científicos y escritores de ciencia-ficción. Así, he- modelo alternativo de desarrollo y de los nobles objetivos
mos conocido la buena noticia de que, según el físico Frank éticos que todavía la animan.
Tipler (La física de la inmortalidad) y sus acólitos, creare-
mos a Dios artificialmente en el futuro y generaremos un
paraíso virtual. El cientificismo desbocado que impregnaba 17. La transformación del ser humano
a gran parte del discurso científico desde Francis Bacon e
Isaac Newton parece querer construir la nueva «ciudad de En cualquier prognosis del futuro no debiera faltar, y sin
Dios» de San Agustín en el ciberespacio, transformándonos embargo casi es norma que brille por su ausencia, la variable
a los seres humanos en ángeles de bits, o generar la copia más elemental: el propio ser humano del futuro. Este es uno
digital del universo tal como la imagina Greg Egan (Ciu- de los errores básicos de la futurología científica, ya que pro-
dad permutación). Esta suerte de religión posmoderna y yecta para el ser hwnano venidero los objetivos del ser hu-
alucinada se une al mesianismo protestante norteamerica- mano actual, sin tener en cuenta las necesidades y las trans-
no, la nueva Roma ciberimperial, como ha señalado Harold formaciones que está sufriendo. Y lo que sí sabemos a
Bloom (Presagios del milenio), imbuida de un arraigado ciencia cierta es que el ser humano está trasmutándose rápi-
carácter gnóstico, para cumplir mediante la «magia de la damente en una criatura sensiblemente diferente, gracias al
tecnología» los mitos esotéricos (de la inmortalidad al do- impacto de la tecnología masiva. Físicamente se encamina,
ble digital) que las agotadas religiones convencionales no si no lo es ya, como nos advierte Donna Haraway, hacia el

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CARTA AL HOMO C/m:HNf.TICUS UNA HISTORIA CRíTICA DEL RJTURO DESDE CTS ACTIVISTA

modelo cyborg, síntesis de máquina y carne, generada por la"! logización cotidiana, va a ser una oscura variable tecnológi-
numerosas prótesis médicas y trasplantes, y paulatinamente, ca, que es preciso analizar y detener a tiempo, proponiendo
por chips experimentales como los que se ha implantado el frente al cyborg a nuestro Horno ciberneticus como figura
científico Kevin Warwick en su cuerpo para manejar ordena- positiva que, sin renunciar a la tecnología de vanguardia,
dores. Esta impresión se refuerza con la popularización de la preserva profundamente su humana condición.
cirugía estética y de las operaciones de cambio de sexo que
pueden convertirnos prácticamente en seres humanos a la
carta, poshumanos y transgenéricos. En esta línea, las tera- 18. Los persistentes problemas éticos
pias génicas de alargamiento vital o la clonación de miem-
bros humanos completan la idea de la esencial plasticidad Una prognosis absolutamente determinista, que conci-
del humano desde la perpectiva cyborg. Si se consigue al biera el desarrollo tecnológico como una pura fuerza de la
cabo del siglo recrear al «horno-plus) de Frederik Phol para naturaleza, nunca contemplaría esta variable: la orientación
adaptarlo a diversa'> condiciones ambientales y conectar y ética. Pero, con el ánimo de no ser pesimistas al sopesar este
potenciar artificialmente la mente humana mediante los or- juego trenzado de variables incontrolables, y aun a contra-
denadores, estaremos realmente a las puertas de una mons- corriente de lo que habitualmente acontece, vamos a supo-
truosa transformación del ser humano, cuyas demandas tec- ner que todavía puede influir algo tan vagaroso en estos
nológicas ---de más y mejor tecnología cyborg- puede tiempos como la ética. La concienciación ética del mundo
trasstocar el espíritu humanista de la ciencia y la ética huma- globalizado podría ser así ese factor impertinente que toda-
nas. Habrá que tener en cuenta que las severas transforma- vía trastornara la aparente marcha triunfal del cientificismo
ciones afectarán a la psique del individuo cyborg, planteando tecnohermético. De esta manera, cuestiones tan sangrantes
una insólita sociedad cyborg, como las que ya ha generado la como la solidaridad Norte-Sur en todas las materia... tecnoló-
heteroidentidad de los avatares en Internet, en la cual podrían gicas (agua, transgénicos, deforestación, salud, etc.) y espe-
plantearse escenarios grotescamente antinaturales como la cialmente en los derechos digitales universales, podría cam-
utopía asexuada de Michel Houellebecq (Las panículas ele- biar el futuro hacia un cierto reequilibrio compensatorio,
mentales) y demás pesadilla'! cyberpunk, pobladas de razas obviamente, si mediaran una serie de acuerdos internaciona-
tecnológicas y andróginos artificiales. El fin del humanismo, les, perfectamente practicables a través de organismos y
planteado provocativamente por Peter SJoterdijk (Reglas üNG, de transferencia tecnológica básica e integral (tecno-
para el parque humano) mediante la eugenesia genética pue- logía + formación = producción) y medidas tan elementales
de conducimos a un mundo dividido entre seres cyborg me- y clamorosas como la tasa Tobin. Por otro lado, todavía es
jorados y seres normales por convicción o por carencia de re- más atendible y urgente, pese a la ceguera de Estados Uni-
cursos económicos. Una nueva y extraña sociedad de clases, dos y otras potencias, el cumplimiento de acuerdos de pro-
que ya hemos comenzado a crear en Occidente gracias a tección ecológica como los protocolos de Río de Janeiro,
nuestra excesiva dependencia tecnológica y que gracias a la Kioto y Johanesburgo. Lamentablemente, a la larga, proble-
filosofía tecnohennética podemos impulsar definitivamente. mas tan graves y previsibles como la contaminación atmos-
La deshumanización del ser humano, generada por la tecno- férica o marina, el deshielo polar, la escasez de agua o nue-

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CARTA AL HOMO C!Bf;RNf."1ICUS Ul\A HISTORIA CRITICA DEL FUTURO DESDE CTS ACfIVISTA

vas plagas y enfermedades contagiosas, obligarán a los Es- den su brazo a torcer y asuman la variable ética, o que nue-
tados de la globalización a adoptar medidas, si acaso deses- vos organismos encaminados al gobierno mundial adquirie-
peradas pero mejores en última instancia que una inercial ran esas competencias y compromisos.
deriva hacia la catástrofe. Lo importante en esta situación es
que sean la presión hiperpolítica de la sociedad y la inter-
vención activista las que exijan a los Estados a adoptar y 19. El riesgo de lo imprevisible
aplicar mucho antes estas medidas, como son las prohibicio-
nes, moratorias, cambios legislativos, planes, etc. El ambi- Por último, no podemos olvidar que siempre, a pesar de
guo discurso de la sostenibilidad puede convertirse en un nuestros esfuerzos de futurología científica, nunca llegare-
bumerán ético si somos capaces de extender una conciencia mos a ser como esos aprendices de brujo (de profetas catas-
ética, laica, y universal, en la educación, los medios de co- trofistas a científicos tecnohennéticos) que ven demasiado
municación, el pensamiento, las artes y la política. Otro as- claro el futuro, por lo que debemos asumir que 10 imprevisi-
pecto tecnológico importante podría también ver alterado su ble puede ocurrir, y aUDIo impensable. Puede ser algún tipo
desarrollo, al entrar en conflicto no solo con la ética laica desconocido o improbable de megacatástrofe natural, ecoló-
sino con diversas morales religiosas, cual es el de la bioin- gica o bélica de la" muchas que hemos apuntado. Puede ser
geniería aplicada a los seres humanos. Aunque las grandes incluso que se confabulen una serie de microcatástrofes que
religiones han perdido la batalla de la fertilización in vitro, ni si quiera hemos advertido, pero que ya han empezado a
que consideran antinatura, puede que muestren una fiera re- hacer sentir sus efectos. Hasta podríamos asistir a una semi-
sistencia, en alianza con políticos conservadores y corrien- catástrofe positiva, que a modo de advertencia reorientara de
tes ecologistas, contra la manipulación genética (más allá de manera más equilibrada nuestro progreso tecnológico. Un re-
ciertas aplicaciones terapeúticas y de investigación) y la clo- volucionario descubrimiento tecnológico que suministrara
nación de seres humanos. Moratorias como la de Asilomar energía barata o cambiara nuestra percepción del mundo; la
así lo demuestran, y pese a la formidable presión de las mul- aparición de una nueva religión carismática o de un popular
tinacionales y de gran parte de la comunidad científica, pue- movimiento tecno-político-social a escala global; la anhelada
de suponer un serio retraso o incluso la cancelación de cier- llegada de un mensaje inteligente y descifrable del espacio
tas vías de desarrollo tecnológico éticamente cuestionables. gracias al programa SETl. .. Todo puede ocurrir a lo largo de
Desde el activismo CTS no reclamamos tanto una ética uni- este siglo, como en otros momentos claves de la historia. En
versal como la propuesta por el teólogo heterodoxo Hans la célebre clasificación de las civilizaciones extraterrestres
Küng (Proyecto de una ética mundial), sino un debate pre- propuesta por el astrónomo Nikolai Kardashev (The Physics
vio de ética tecnológica que examine en profundidad todas 01Extraterrestríal Civilizations), basada en el hipotético con-
las consecuencias, para que la variable ética fuera una con- sumo de energía, la TIerra pertenecería todavía al modelo O,
dición inexcusable de cualquier tecnología, con consecuen- (civilización científica pero no unificada políticamente) y
cias prácticas de obligado cumplimiento. Pese al descrédito puede, como especulan algunos agoreros, que en su paso al
de los grandes organismos internacionales como la ONU, el modelo 1 (planetario) se colapse y no pueda seguir su evolu-
G-7 o el FMI, puede que finalmente, a regañadientes, estos ción hasta los modelos II (estelar) y ID (galáctico). Sería una

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CARTA AL HOMO ClHERNET/rUS

gran tragedia para la humanidad. pero puede que también es- CAPÍTULO III
tas clasificaciones no sean sino bienintencionadas patrañas.
Lo que sí parece evidente es que, en cualquier circunstancia,
vamos a necesitar esas «nuevas cosmovisiones para moldear
CTS en acción
el futuro», que reclama Mario Bunge (Crisis y reconstruc-
ción de lafilosofía), un filósofo de la ciencia dogmático pero
en este caso atinado. ya que ni siquiera él puede sospechar
qué puede significar esto. Y un CTS activista, así como mo-
vimientos intelectuales afines, reflexivos, hiperpolíticos y
éticos, siempre serán necesarios para hacer frente a todas las
variables, incluso a las imprevisibles o impensables. ya sea
para procurar su controlo acaso dejarlas actuar libremente en RENTE a otros planteamientos anteriores de CTS, más
los procesos tecnológicos. F centrados en la teorización y el estudio de casos con-
cretos a posteriori, los tiempos que vivimos nos exigen
una renovación radical. En este sentido, se hace necesario
ese enfoque más práctico y activista que luche por intro-
ducir el criterio racional y sensible de CTS en los conflic-
tos tecnológicos y en la sociedad en general. No obstante,
esto no significa abandonar el carácter reflexivo y filosó-
fico que está en su origen. sino ampliarlo para darle un
sentido contemporáneo, especialmente en el contexto de
la globalización alternativa. Tampoco hay que entender
este planteamiento renovador de CTS como una llamada a
un compromiso político (o hiperpolítico), ya sea en parti-
dos convencionales o movimientos alternativos. Esta es
solo una de las opciones que un CTS ampliado y cibercul-
tural ha de explorar. pues son muchos los campos especí-
ficos donde un CTS activista puede encontrar tareas a su
medida. Los ámbitos de la educación, las üNG, la hiperfi-
losofía, la ciencia-ficción y la cultura hispana son algunos
de los más afines a la perspectiva de futuro que hemos
planteado en este manual y cuya importancia vamos a co-
mentar brevemente, al tiempo que hacemos un llama-
miento final al CTS activista y a una estrategia quituaco-
Iumnista.

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CARTA AL HUMO C/HERNET1CUS CTS EN ACCiÓN

l. CTS activista y la enseñanza diera convertirse en una aportación significativa en el tra-


tamiento de conflictos determinados. Un concepto tan na-
La enseñanza es uno de los campos naturales de desa- tural para la antropología como el «trabajo de campo» de-
rrollo de los estudios CTS. Hasta ahora, estos estudios se biera ser adoptado por los estudiantes y profesores CTS
han refugiado en las facultades universitarias -bajo diver- como procedimiento obligatorio, y hasta sus útimas conse-
sas asignaturas en tomo a lo tecnológico--, donde han te- cuencias, en el sentido de desarrollar un compromiso acti-
nido un desarrollo puramente académico. Lamentablemen- vista con la comunidad (ver Apéndice C). Los conflictos
te, en nuestro país \levamos un retraso al respecto de dos tecnológicos siempre se producen en el seno de una comu-
décadas. Sin embargo, una de las tareas más urgentes en nidad y es en ella donde idealmente debieran alcanzarse
este ámbito es precisamente la formación activista de los consensos lo más amplios posibles o al menos algún tipo
universitarios, que debieran entenderla como una forma de acuerdo satisfactorio. Esto también vale para la comuni-
ineludible de compromiso del intelectual con la sociedad. dad académica (de CTS a los científicos), que no ha de vi-
Sin perder sus propios criterios de objetividad e indepen- vir de espaldas a la sociedad. sino de manera receptiva al
dencia, el estado de cosas en el mundo hipertecnológico sentido comunitario de la misma. El contrapunto inevita-
que estamos construyendo, demanda la intervención de in- ble de este enfoque es que el tratamiento de los casos espe-
telectuales preparados con vocación social. Más que de cíficos no deben conducirnos a una especialización empo-
profetas apocalípticos o de consejeros conformistas, refu- brecedora, sino a valoraciones generales, propias de los
giados tras los libros o las aulas, la sociedad civil reclama problemas globales que nos afectan. Tampoco debemos
la participación de los intelectuales de CTS. con formación descuidar la formación interdisciplinar en CTS, que debe
especializada en las diversas áreas tecnológicas en conflic- incluir las materias habituales como la filosofía de la tec-
to. Este enfoque maduro de CTS debe ser entendido por nología o la ética y además aspectos diversos de la socio-
los universitarios. a los cuales, mejor de forma colectiva logía, la antropología o las artes y, en gran medida, de las
que individual, debiera verse más a menudo aportando sus ciencias experimentales y de informática. Todas estas dis-
conocimientos y criterios en el meollo de los conflictos ciplinas, tal como señala Susan Cozzens (en vistons of
tecnológicos, participando en iniciativas. organizaciones. STS), deberían fundirse en una sola área.
fOTOS. etc. La división que críticamente señalaba Steve Fu- Una de las bazas más importantes de un CTS activista
ller entre la High Church (académicos) enfrentada a la sería justamente que los científicos implicados en la pro-
Low Church (activistas) debe superarse en un nuevo con- ducción tecnológica e industrial adquieran conciencia de
texto que unifique los dos ámbitos, que entienda que CTS su responsabilidad y poder y se desdoblaran en intelectua-
es fundamentalmente una disciplina teórico-práctica, enca- les CTS. Esto ha ocurrido ya en varias ocasiones y con
minada a equilibrar la reflexión y la acción. En este aspec- gran acierto. como en el caso del movimiento Pugwash o
to, por ejemplo, la realización de trabajos académicos, de en las organizaciones deontológicas de ingenieros y cientí-
investigación. debiera enfocarse no solo al estudio de con- ficos. No estamos esperando que la opaca comunidad cien-
flictos pasados, sino a casos de actualidad en los que tanto tífica sufra una masiva «caída del caballo» tecnológico y
la investigación como la participación del doctorando pu- abandone su profesión, pero sí que cada vez más todos los

148 149
CARTA AL HOMO C/BERNU1C1!S crs EN ACc/()¡.¡

agentes tecnológicos -especialmente los científicos y téc- profundo; la complejidad progresivamente ampliada del
nicos- sean capaces de adoptar un sencillo filtro ético de propio estudio de la tecnología exige también que nuestras
CTS en su trabajo, cual es prever las consecuencias e im- maneras de comprender y mostrar sean progresivamente
plicaciones de sus investigaciones a largo plazo. Si esto se hiperfilosóficas. Los estudios CTS deben abrirse a las for-
consiguiera, no nos cabe duda de que la sociedad se aho- mas hipertextuales para abarcar todos sus extremos y ser al
rraría probablemente la mayoría de los conflictos tecnoló- mismo tiempo más flexibles y útiles para el nuevo
gicos que hoy se padecen. El otro aspecto educativo que es lector/usuario cibercultural. Los investigadores de CTS de-
preciso reforzar es la introducción de asignaturas específi- ben seguir publicando artículos y libros donde se les re-
cas o de conocimientos de CTS, de CTS activista, en otras quiera esos formatos, pero también deben ser capaces de
asignaturas (filosofía, conocimiento del medio, ética. etc.). producir hipertextos para CD-RüM, páginas web, los futu-
en los niveles de secundaria y primaria. La formación de ros e-books y cursos on-line. Tímidamente, en esta línea,
ciudadanos críticos y responsables, capaces de intervenir hasta el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología ha
en los conflictos locales o globales, comienza a esta tem- habilitado una página web, con los principales (a su enten-
prana edad en la que los jóvenes deciden ser sujetos pasi- der) web sites españoles sobre la materia; afortunadamente
vos o activos para su comunidad. El ambicioso objetivo hay una enorme cantidad de sitios independientes sobre el
consistiría en que, con el tiempo, políticos y profesores, tema (véanse los enlaces en nuestro site). Más allá de estos
entiendan que la tan demandada formación científica y tec- intentos, resulta prioritaria la integración hiperfilosófica de
nológica de calidad ha de comprender una formación hu- textos, vídeos e imágenes en formatos abiertos que recojan
manística complementaria de CTS. En definitiva, el inte- la heterogeneidad formal de las nuevas investigaciones. La
lectual universitario activista tiene, además de formar a sus producción CTS debe trascender la complaciente rutina
alumnos en el activismo, que organizar él mismo redes y del discurso filosófico más académico y, sirviéndose de los
grupos escolares universitarios y abrirse a la participación formatos hipertextuales, disponer ante la sociedad sus tra-
cívica, divulgando sus actividades entre el público y cola- bajos e iniciativas para que esta elabore sus propios crite-
borando en la resolución de los problemas comunes. rios. Los formatos hipertextuales convienen además al ac-
ceso y divulgación amplios a través de Internet, a la
participación desjerarquizada de los usuarios y a la crea-
2. CTS activista e hiperfilosofía ción de comunidades virtuales/reales implicadas en los
conflictos tecnológicos. Más que en ninguna otra discipli-
Si queremos que los estudios CTS del siglo XXI se ha- na humanística, es en los estudios CTS donde la hiperfilo-
llen verdaderamente atentos al espíritu de su tiempo, he- sofía puede encontrar un desarrollo renovador que los sa-
mos de aceptar con todas sus implicaciones la transforma- que de su crisis. Un CTS cibercultural no significa solo un
ción de la propia tecnociencia y de la sociedad, ambas CTS dedicado al estudio de las cibertecnologías -aun
cada vez más ciberculturales. Esto no significa únicamente siendo este uno de sus ámbitos nucleares-, sino una hi-
que los estudiosos de CTS utilicen el correo electrónico o perfilosofía en práctica, por su extensión a la sociedad ci-
pesquen información en la red. El cambio debe ser más vil, a través de las redes de la cibercultura crítica y activis-

ISO 151
CARTA AL HOMO C1BI:RNf~TICUS CTS EN ACCiÓN

tao Enlazando con el apartado anterior, resulta obligado necesarios, el verdadero sentido de CTS reside en que sus
que la formación completa de un intelectual o un grupo intelectuales se integren en la red de asociaciones, sindica-
universitario de CTS incluya la capacitación cibercultural tos, organizaciones y plataformas coyunturales o perma-
e hiperfilosófica básica para la producción de formatos hi- nentes que genera la sociedad para luchar por sus derechos
pertextuales e hipermedia. Y tampoco podemos olvidar en los conflictos tecnológicos, como la plataforma Nunca
que la hiperfilosofía ha de convertirse en una herramienta Máis surgida en Galicia como respuesta cívica a la catás-
cibercultural para trabajar en el ámbito de la hiperpolftica. trofe ecológica provocada por el petrolero Prestige. En el
Un investigador y partidario de CTS activista ha de ser pasado, asociaciones como Greenpeace o el movimiento
también un hiperfilósofo, a menudo una entidad comunita- Pugwash para la moratoria sobre el ADN recornbinante
ria en la red, capaz de hacer oír su voz en los foros virtua- pusieron los fundamentos de la participación desinteresada
les, donde está germinando esa hiperpolítica global que y entusiasta de los científicos concienciados en la reso-
se preocupa de la tecnología. Sin la hiperfilosofía crítica lución de los conflictos tecnológicos; del mismo modo,
(véase De teoría hiperfilosófica en La Nueva Ciudad de la sociedad de la infotmación ha generado sus propias
Dios) no podremos acceder a las claves de este siglo y me- organizaciones, tan diversas como la Electronic Frontier
nos preteder intervenir en él, así que una de las primeras Fundation, Pangea, los tecnorrealistas, las asociaciones
tareas es desarrollarla y ponerla en práctica a través de esta sindominio (httpJlsindominio.net) que se dedican a pro-
nueva forma de pensamiento. porcionar medios para el desarrollo comunitario de softwa-
re, o la miríada de comunidades Linux partidarias del soft-
ware libre. Su labor de crítica y control resulta esencial
3. CTS activista y grupos para que la cibercultura mantenga en cierta medida el espí-
ritu comunitario y libre de sus orígenes. Pero la oportuni-
Más allá de las facultades universitaria" y de las publi- dad realmente maravillosa de Internet ha sido la creación
caciones especializadas, el debate en tomo a la globaliza- de publicaciones electrónicas, foros y comunidades virtua-
ción ha abierto un nuevo escenario a los estudios CTS. les dedicadas a los mil y un conflictos tecnológicos que
Aunque no es reciente la participación de eexpertos» de azotan el planeta, desde grandes temas globales como
CTS en los clásicos conflictos tecnológicos de finales del Echelon o la bioingeniería a temas locales -c-no menos
siglo xx, como las centrales nucleares o los grandes em- importantes- como la construcción de un pantano en un
balses, es ahora cuando se ha demandado su intervención pequeño valle. Aún más, la prodigiosa interactividad de
en todo tipo de conflictos, y no solo como nombres pro- la red ha posibilitado el intercambio de información o el
pios de prestigio, sino como microcolectivos o como encuentro y la coordinación de iniciativas a un nivel glo-
miembros cualificados integrados en colectivos sociales balizado, impensable hace un par de décadas. Esta es la
más amplios. Existen asociaciones corporativas de CTS paradójica razón por la cual, frente a la globalización insti-
como la SPT (Society for Philosophy and Technology), tucional, poco preocupada por el enfoque CTS de sus pro-
que celebran congresos anuales sobre temas monográficos. yectos, haya surgido el movimiento por la globalización
y aunque este tipo de iniciativas y encuentros siempre son alternativa, tan visible en la calle pero coordinado a través

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CARTA AL HOMO ClBER,'it.TlCU.\ CTS EN ACCIÓN

de la red. La conciencia de un enfoque CTS se ha hecho apuestas firmes desde el activismo crítico y cibercultural
verdaderamente popular entre los sectores críticos de la so- que propugnamos.
ciedad y entre los jóvenes; el boom de las ONG ha atraído
a miles de personas voluntariosas hacia los conflictos tec-
nológicos y su aportación en muchos casos es positiva. Sin 4. CTS activista y la ciencia-ficción
embargo, desde una conciencia crítica y autocrítica de
CTS hay que aprender a diferenciar la ONG proguberna- Aparentemente, las artes no han protagonizado la re-
mental o puramente caritativa de aquella que realiza su ta- flexión sobre la tecnología ni se hallan vinculadas a los es-
rea sin atarse a las subvenciones oficiales y a una peligrosa tudios CTS. Esta tarea parece más propia de la filosofía y
complementariedad con los Estados, cuando hacen deja- del pensamiento abstracto. Sin embargo, ya desde antiguo,
ción de sus obligaciones sociales. Las ONG que quieran las artes se han ocupado de la tecnología y los problemas
mantener el genuino sentido crítico de CTS han de preser- sociales que provoca, y, especialmente, en paralelo a la fi-
var el espíritu independiente y reivindicativo, que camine losofía de la tecnología", a lo largo de todo el siglo xx. El
por la senda de la hiperpolítica. En este aspecto, el abanico carácter de su reflexión, a menudo más crítica y sensible
de estrategias activistas puede ser muy amplio e incluir que el de la misma filosofía, insiste en presentar la tecno-
desde la elaboración de informes técnicos hasta la práctica logía moderna como la amenaza definitiva para el ser hu-
de la desobediencia civil. Siempre dentro del más estricto mano. Las artes nos han ilustrado ampliamente sobre la
respeto a los derechos humanos y de la apuesta por la no deshumanización inherente a la tecnologización masiva,
violencia, las ONG y grupos antiglobalización pueden lle- ya desde las primeras décadas del siglo, en las bellas artes,
var la voz del enfoque CTS a la sociedad con un impacto y la literatura y el cine; así, por ejemplo, las obras de arte
una eficacia nunca antes soñada por los filósofos que la pioneras de George Grosz y Raoul Hausmann (El espíritu
crearon para la academia. Este parece el momento propicio de nuestro tiempo. Cabeza mecánica), la poesía de Rilke
para que, en el contexto de la creciente red social y ciber- (de las Elegías del Duino a Sonetos a Oifeo) o películas
cultural en tomo a la conflictividad tecnológica, los estu- como Tiempos modernos de Charles Chaplin o Metrópolis
diosos de CTS encuentren su verdadero lugar dentro del de Fritz Lang. Se prodría incluso realizar una completa
activismo contemporáneo y redescubran sus genuinas se- genealogía del arte preocupado por la tecnología, que ten-
nas de identidad, con frecuencia olvidadas. En este aspec- dría sus momentos de esplendor en las primeras vanguar-
to, es quizá el momento de que se creen o reformen las or- dias de entreguerras, como reflejo de la primera industria-
ganizaciones CTS de acuerdo con esta doble vocación, lización, y en el arte contemporáneo de las instalaciones,
práctica y activista. Estas renovadas asociaciones CTS, in- como reflejo de la revolución del vídeo. Sin embargo, esta
tegradas por especialistas diversos, debieran coordinarse visión crítica respecto a la tecnología ha encontrado su
entre ellas más eficazmente y al tiempo ofrecerse a otras máxima expresión en un género específico, como es la
iniciativas y asociaciones para asesorar y estudiar sus pro- ciencia-ficción. Ya en la obra de Mary W. Shelley, Fran-
blemas de cerca. No nos cabe duda de que la alianza de kenstein o el moderno Prometeo, que da comienzo
CTS con los grupos antiglobalización ha de ser una de las oficialmente al género, se nos muestra la tragedia del hom-

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CARTA AL JIOMO ClBERNI:I1CUS CTS EN ACCIÓN

bre artificial y la soberbia fatal del científico irresponsa- cia-ficción actual, que se ocupa en gran medida de la revo-
ble. Y a partir de ese primer hito, la ciencia-ficción en la lución digital, es curioso señalar cómo la corriente ciber-
literatura, y en el cine posteriormente (además de otros gé- punk, liderada por William Gibson y Bruce Sterling, es
neros tan populares como el cómic), ha procurado mostrar- una de las más distópicas de toda la historia del género,
nos junto a las maravillas del progreso -acaso con la in- pero a la vez de las más fascinadas por el estilo de vida
tención de conjurarlas-e, las posibles distopías provocadas tecnológico-cibercultural de hackers y cyborgs. En la ver-
por las nuevas tecnologías, siguiendo la estela de la novela sión cinematográfica de esta misma corriente, desde Blade
de Samuel Butler, Erewhon, como inicio de la literatura lu- Runner, de Ridley Scott, a The Matra, de los hermanos
dita. Obviamente, dentro de la ciencia-ficción no todos los wachowsky, observamos un fenómeno similar; a la crítica
subgéneros ni movimientos se han mostrado apocalípticos apocalíptica de un mundo degradado por la tecnología o
o si quiera críticos con la tecnociencia, pero podemos afir- convertido en una falsa realidad virtual, se contrapone, no
mar que este aspecto ha sido una constante en el género. solo la moda esteticista que generan, sino el hecho paradó-
Frente al afán puramente especulativo o de entretenimien- jico de que su realización ha supuesto una innovación tec-
to de la mayoría de obras de este género, las ficciones ma- nológica de la infografía. En este mundo de contradiccio-
yores han sido conscientes de los problemas tecnológicos nes virtuales, es curioso comprobar cómo las películas
en ciernes o por venir, como en los clásicos literarios No- digitales de carácter fantástico o de ciencia-ficción, dirigi-
sotros de Yevgeni Zamiatin, Un mundo feliz de Aldous das al público infantil pero cada vez más valoradas por la
Huxley o 1984 de George Orwell, o en películas emblemá- crítica (Hormigaz, Toys, Shreck: o Monstruos SA, o ciertos
ticas de diferentes épocas como Planeta prohibido de Fred anime japoneses, como los de Hayao Miyazaki). intentan
McLeod Wilcox, La amenaza de Andrómeda de Robert transmitir los valores humanistas que mucha ciencia-fic-
Wise, El planeta de los simios de Prankl¡n F. Schaffner o ción ha olvidado o relegado como poco relevante. No po-
2001, una odisea espacial de Stanley Kubrik. Estas ficcio- demos olvidar el papel de la verdadera ciencia-ficción cTÍ-
nes han actuado como experimentos mentales de posibles tica, de producción alternativa y alejada de la sospechosa
futuros, para servimos de advertencia ante los peligros de ambigüedad espectacular de Hollywood. Películas modes-
la falta de control y de la tiranía de la hipertecnologiza- tas pero ya de culto como n. de Oarren Aronofsky, o Cube,
ción. En este sentido, la ciencia-ficción actúa como simu- de Vicenzo Natali, representan el espíritu crítico original
lador mental colectivo para ayudar a la sociedad a com- de las artes de vanguardia. Es, pues, necesaria, una cien-
prender, asimilar y corregir los cambios. Aunque, por otro cia-ficción crítica de largo alcance, que no solo sea practi-
lado, la ciencia-ficción también estimula el proceso tecno- cada por científicos sino, por qué no, por investigadores de
lógico, alentando la imaginación de los científicos y de la CTS. No es una iniciativa descabellada pensar que se pro-
sociedad en general hacia nuevos proyectos y las fronteras duzca una literatura y un cine de ciencia-ficción que bus-
de la tecnociencia. Este doble papel, a veces ambiguo e quen la escenificación realista de un futuro inmediato, ale-
indiferenciado en numerosas ficciones, hace también que jado de engañosas utopías tanto como de complacientes
podamos señalar la existencia de una ciencia-ficción re- reformismos. La publicación de ciertas novelas tan riguro-
formista y otra decididamente crítica. Respecto a la cien- sas como críticas, como la serie sobre Marte de Kim Stan-

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CARTA AL HOMO ClBERNETlCUS
CTS EN ACCIÓN

ley Robinson, pueden ser un buen modelo para seguir, y el sentido del aserto «piensa globalmente, actúa localrnen-
debiera convertirse en la «Biblia de ciencia-ficción» de te». Los problemas tecnológicos son similares en todo el
la globalización alternativa. Las artes de vanguardia y la mundo, pero es preciso empezar a resolverlos desde el lugar
ciencia-ficción alternativa pueden convertirse no solo en concreto donde aparecen, abarcando varios niveles desde el
la mejor ilustración de los problemas CTS, sino también núcleo originario, ya sea valle, municipio o región, hasta el
de sus análisis críticos y de sus propuestas para el futuro país o países en los que se encuadran, y en el área cultural
inmediato. En la época de la cibercultura es más necesaria en el que tienen resonancia social. En nuestro caso particu-
que nunca la combinación de fuerzas de los esfuerzos teó- lar, el de investigadores de CTS castellanohablantes, el ám-
ricos y de las visiones artísticas, y quien sabe si el surgi- bito natural es sin duda el Estado español pero también His-
miento de géneros híbridos de ensayo y ficción, como el panoamérica, geografía múltiple a la que nos unen estrechos
ensayo-ficción o la historia del futuro, auspiciados quizá lazos culturales y de cooperación (aunque menos de los que
por el audaz experimentalismo de la hiperfilosofía (o el hi- desearíamos, también en CTS), y que al incardinarse en este
permedia). Aunque somos realistas respecto al papel trans- Tercer Mundo o en países en vías de desarrollo, viene su-
formador de la cultura y del arte en el proceso tecnológico, friendo a menudo el devastador efecto de una industrializa-
no debemos despreciar, sino alentar, su potencial como ción y tecnologización de la que los países privilegiados so-
concienciador ético de la sociedad. Necesitamos realmen- mos, si no siempre beneficiarios, al menos responsables
te, con urgencia, de una nueva vanguardia artística, afín al históricos. Baste con mencionar problemas tan decisivos
espíritu CTS y al activismo, y específicamente la ciencia- como la progresiva deforestación y destrucción de la biodi-
ficción puede ser ese género popular que abra el camino versidad de la Amazonia para comprender la magnitud del
entre dos colectivos de aficionados tan significativos como problema, cuyo efecto sentirá primero la propia Hispano-
son los jóvenes y los científicos. américa y, más tarde o más temprano, el resto del mundo.
Por ello, el conjunto de la comunidad hispana a ambos lados
del Atlántico es nuestro ámbito natural de trabajo, sin olvi-
5. CTS y la cultura hispana dar en absoluto la relación directa con la Europa comunita-
ria (a través de los diversos programas alfa de la Comunidad
El ámbito de investigación y actuación de CTS es sin Europea) y con Estados Unidos, con algunos de cuyos in-
duda cada vez més universal y globalizado. Los estudiosos vestigadores ya se han establecido sólidas relaciones (como
del Primer Mundo se interesan por los problemas tecnológi- los estudiosos CTS Carl Mitcham y Paul Durbin), pero que
cos del Tercer Mundo ---donde más se nota el brutal impac- convendría reforzar con proyectos conjuntos. En este aspec-
to de una tecnologización sin control-c-, y los intelectuales to hay que reivindicar la tradición hispana universalista en
del Tercer Mundo se prepararan en las universidades euro- tomo a la filosofía de la tecnología que ha producido figuras
peas y norteamericanas para volver a investigar la conflicti- tan relevantes como José Ortega y Gasset, junto con su coe-
vidad tecnológica de sus países de origen. No obstante, to- táneo Martin Heidegger, el fundador de la filosofía de la tec-
davía más importante que este enfoque globalizador de CTS nología, y con continuadores como Juan David Garcfa Bac-
es, lo que podríamos llamar, una visión «glocalizadora», en ca, verdadero puente entre España e Hispanoamérica desde

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CARTA AL HOMO C/BERNETICUS CTS EN ACCIÓN

el exilio republicano. Los estudios CTS en el ámbito hispa- giones del mundo globalizado, tienen todavía pendiente la
no ya empiezan a dar sus frutos y a normalizarse en el ámbi- asignatura del activismo, no porque en España e Hispano-
to educativo, a partir de grupos más o menos informales américa no haya una larga tradición activista, sino porque
---en tomo a libros de colaboraciones o revistas-, como los este parece no haber llegado a la universidad y menos a los
que han surgido en diversas comunidades autónomas; en círculos intelectuales, donde se cultiva asiduamente la figu-
Galicia, Madrid, Barcelona o en el País Vasco hasta ahora ra del intelectual orgánico o la del crítico de salón. Es preci-
no habían tenido demasiada fortuna, si se exceptúan casos so romper esa tendencia y, aprovechando el actual contexto
aislados. Han sido grupos de profesores de bachillerato (50- contestatario. reconvertir al menos parte del CTS hispano al
ria, Andalucía) quienes han promovido la publicación de activismo cibercultural y alternativo. En ese sentido, cabe
textos didácticos a partir de la reforma de estudios de bachi- destacar la labor de la Organización de Estados Iberoameri-
llerato. Actualmente hay una veintena de manuales sobre canos que dedica un importante esfuerzo a promocionar los
esta materia, casi todos a partir de los años 90. Pero ante- estudios CTS (como se puede comprobar en su página web)
riormente el INVESCIT (Instituto de Investigación en Cien- y que además está llevando a cabo una importante labor edi-
cia, Tecnología y Sociedad) promovió la creación de un torial en este campo. La cultura hispana en su conjunto, en
máster CTS desde finales de los 80, que fue el único habili- el eje España-América especialmente, pero con sus conexio-
tado en España. En 1993 se implantó esta asignatura en ba- nes europea y norteamericana, necesita encontrar un espacio
chillerato, pero como señalan José Antonio López Cerezo, crítico para los estudios CTS, y más aun, en sintonía con
Marta González y José Luis Luján (Ciencia, Tecnología y este enfoque activista, cibercultural y alternativo.
Sociedads. se ha hecho tarde y en contra de un sistema edu-
cativo jerarquizado con pocas posibilidades de éxito. A esta
tardía recepción hay que añadir que en nuestro país todavía 6. as activista y el quintacolwnnismo de Ciberaienas
no se ha encontrado el alto grado de conflictividad tecnoló-
gica que plantea, por ejemplo, la extensión de la ciberculru- Desde nuestro punto de vista, que auna deliberadamente
ra, que, dado nuestro retraso al respecto, si nos comparamos el enfoque de CTS activista a la cibercultnra -c-como espa-
con Estados Unidos, Japón o el resto de Europa, nos ha im- cio privilegiado y como herramienta- y al hecho cultural
pedido encontrar también nuestra propia voz crítica. El de- hispano (para reforzar justamente la conexión internacio-
bate entre dos modelos de globalización, que son también nal), es importante ir generando una red crítica global en
dos modelos de cibercultura, también empieza a escucharse tomo al pensamiento activista sobre la tecnología. A este
en nuestra cultura y en nuestras redes, pero todavía se halla germinal tejido humano lo hemos denominado Ciberatenas,
vinculada a debates esencialmente de carácter político, y no como la ciudad alternativa en cuyo foro virtual/real ha de
específicamente CTS. Esta es sin duda una labor primordial, desarrollarse una hiperfilosofía libre y contraria al paradig-
a la que el CTS hispano se debe aplicar sin demora, no solo ma tecnohermético, en aras de una hiperpolítica comprome-
para contribuir al debate global, sino para enfrentarse a retos tida. Esta metafórica e imaginaria ciudad-red, trenzada en el
cercanos como la ley sobre Internet o LSSI. Por otro lado, ciberespacio y en la realidad real, ha de unir a la diáspora
los estudios crs hispanos, como en general los de otras re- reflexiva de intelectuales hispanos, europeos o americanos,

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CARTA AL HUMO C/BERNETlCUS

dispersos y al tiempo conectados en el cibermundo, para EPÍLOGO


que podamos enfrentamos a los retos tecnológicos del siglo
XXI con una mínima eficacia. En este aspecto, los estudios
CTS han de buscar en el movimiento por la globalización Carta del Horno cibemetú:us a los
alternativa su desarrollo natural, que los saque de las univer- autores o la frágil esperanza de los
sidades y de los planes de estudio, para conferirles una di-
mensión verdaderamente social y no solo académica. De estudios CTS en el siglo XXI••• y una
esta manera, la creación de una red intelectual ciberatenien-
se puede ser una gran ayuda para potenciarlos teóricamente;
Declaración activista como respuesta
ahora es preciso crearla como una realidad operativa y no
solo como una entelequia virtual o puramente universitaria.
Nuestra propuesta estratégica, sin embargo, no pretende co-
menzar de cero, en un arrebato de purismo, sino servirse de
los cauces ya existentes en las propias universidades, las
Q
UE~~OS autores, e.studiosos de CTS, nomines ciber-
instituciones, las asociaciones, las empresas, los medios de netlcI como uno rrusmo:
comunicación, las artes, los laboratorios, etc., allí donde se He recibido su carta abierta -una carta apremiante,
crea, se debate o se decide sobre tecnología. A este plantea- seguida de un libro lleno de promesas- con sumo interés,
miento lo hemos denominado irónicamente quintacolumnis- pues como ustedes estoy profundamente preocupado por
mo, para significar nuestra apuesta por el trabajo desde den-
este nuevo siglo hipertecnológico. Igualmente he seguido
tro del sistema, como única vía, de carácter posibilista, de
su desarrollo en los diferentes capítulos en los que intentan
alterar el rumbo del progreso tecnológico. No se trata de
exponer un resumen de las características principales y los
promover un activismo clandestino, sino abierto y mediáti-
retos más urgentes de los estudios CTS de cara al futuro. Y
ca, capaz de introducir el espíritu alternativo, ético y partici-
he de decirles, primero, que me reconozco como ese Horno
pativo de CTS en todos los ámbitos, para sembrar en su in-
terior la semilla de la rebelión cívica. Y la formación del ser ciberneticus del futuro, pero que ya es del presente. Proba-
humano actual como un Homo cibemeticus crítico, a través blemente respondo al típico prototipo de ese Horno ciber-
de iniciativas activistas como este manual conectado a la neticus. aunque sin desearlo conscientemente; cuando ana-
red, ha de ser una de nuestra'> prioridades. lizo mi vida, compruebo que efectivamente la tecnología
está presente en todos sus aspectos -tengo electrodomés-
ticos, teléfonos, tarjetas de crédito, una televisión con ví-
deo y un pequeño coche utilitario-, y también soy un
usuario de las cibertecnologías, ya que dispongo, por razo-
nes de trabajo y de ocio, de un ordenador personal con su
correspondiente conexión a Internet. Nada extraordinario,
pero, sin embargo, suficiente para reconocer que mi estilo

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CARTA AL HOMO CIBERNETfCUS CARTA DEL HOMO ClBERNETIC/!S..

de vida urbano se halla moldeado por la omnipresente tec- El problema es que desde una óptica realista y después
nología. No tengo problema en reconocerlo; la tecnología de pensarlo mucho, no creo que los estudios CTS, ni la ci-
en general y las últimas cibertecnologías en particular ha- bercultura crítica ni el movimiento antiglobalización -ni
cen que esta mi vida de occidental medio sea más confor- aun todos ellos aliados o coordinados- sean capaces de
table y no creo que, a no ser por poderosas razones, estu- enfrentarse contra el imparable y desbocado progreso tec-
viera dispuesto a renunciar a sus evidentes ventajas, nológico. Pero mucho menos creo que, como ustedes de-
especialmente en lo referente a mi casa, la comunicación o nuncian, la falacia gubernamental de un falso desarrollo
la salud. Soy, como ven, un Horno cibemeticus del mon- sostenible, ni la invención de tecnologías salvadoras (ya
tón, agradecido hacia los adelantos de lo que llaman tecno- sea el ordenador cuántico, la fusión fría o la inteligencia ar-
ciencia... aunque también he de confesarles que sus textos tificial autoconsciente) podrán solucionar los problemas in-
no han hecho sino reafirmar mis dudas y mis inquietudes. mediatos del hambre, las guerras o la tiranía, y menos esa
Leo la prensa y veo la televisión, a veces echo un vistazo a perversa seudorreligión cientificista (en algunos de cuyos
alguna revista de divulgación científica y navego por la mitos he soñado como lector de ciencia-ficción) a tiem-
red, en fin, que soy un Horno cibemeticus medianamente po ... Sospecho que los enemigos del ser humano y de una
«informado», por lo que sé perfectamente de las amenazas tecnología humanista, que constituye la todopoderosa tec-
que trae mi estilo de vida tecnológico-cibercultural-occi- nociencia aliada a un poder político mundial de corte impe-
dental. Tanto para rní mismo, por la excesiva dependencia rialista, son tan abrumadoramente superiores que toda re-
de aparatos, muchas veces prescindibles, como para el pla- sistencia parece vana. Hemos alcanzado al comienzo del
neta, sobre todo en lo referente a la degradación ecológica siglo XXI una situación crítica en la que el ser humano, para
o al agotamiento de las energías. Y como internauta tam- bien o para mal, está embarcado en este proyecto tecnoló-
bién soy consciente del lado oscuro de la cibercultura, de gico de imparable progreso, y sospecho que ninguna rebe-
la existencia de inforricos e infopobres, de multinacionales lión cívica logrará pararlo o hacer que varíe su rumbo, si
informáticas depredadoras y de serios intentos de los go- acaso mitigar alguno de sus efectos más negativos e inme-
biernos por controlar la libertad de la red con programas diatos. Ante este convencimiento, los estudios CTS, e in-
secretos y leyes restrictivas, etc.: y ante todo ello mi «co- cluso su enfoque activista -y perdonen que se lo diga, vis-
razoncito» de hacker aficionado se rebela... Esto es lo que to su entusiasmo--, me parece una esperanza demasiado
quería decirles -y sé que mi opinión sería compartida por frágil para ser tenida en cuenta como una opción sólida y
otros muchos-, estoy contento de ser un Horno ciberneti- general. No obstante, al igual que hace una década mi mala
CUS, pero ¡me niego a ser convertido en una máquina hu- conciencia ecologista me obligaba a reciclar, a no usar el
mana, en un cyborg, en un creyente tecno-hermético, en coche si no era necesario o apoyar todas las campañas en
responsable de ninguna destrucción del planeta o de la es- defensa de la naturaleza en mi región, y me veo ahora im-
pecie humana! Por elJo, la propuesta de que a través de pelido naturalmente a tomar ciertas actitudes como negar-
esos estudios de CTS se creen iniciativas cívicas y activis- me a usar a todas horas el teléfono móvil o a participar de
tas en torno a la tecnología me parece una idea francamen- las cibercampañas contra Echelon, y por supuesto a recha-
te sugerente. zar la vida dentro de fantasías de la realidad virtual o la te-

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C\RTA AL /lOMO ClBERNEI1CIIS CARTA DEL HUMO CIBER.'i'ET1CUS, ..

levisión O a prestar mi cuerpo voluntariamente para que le todo, la paradoja de un CTS activista que se queda en mero
implanten un chip, como nos anuncian ciertas películas fu- texto, en un libro con ínfulas de manual activista, y para
turistas. Quiero ser como ustedes un Horno ciberneticus todo un siglo nada menos... Pero como autores debiéramos
crítico, y comparto los nobles ideales de este CTS activista contestarle a nuestro atribulado lector que el problema es
y cibercultural, pero sinceramente, ¿qué puede hacer un mucho más grave de lo que le parece, pues desde nuestro
ciudadano concienciado, un pobre intemauta de a pie, aun conocimiento directo de esta disciplina, los estudios CTS se
en su modesta medida, para contribuir efectivamente a que hallan inmersos en una crisis que propuestas renovadoras
no se cumplan los peores vaticinios? Puedo escribir y com- como la nuestra, ciertamente marginales en este Cibermun-
partir hiperfilosóficamente textos como esta carta en la red do y aun novedosas en el ámbito universitario, por sí solas
o participar en alguna ONO reivindicativa, pero me gus- no conseguirán salvarlos. Autores pioneros de CTS como el
taría saber si hay además alguna otra práctica o acción recientemente fallecido Iván Illich, incluso han anunciado la
-como ustedes predican insistentemente- que sirva de muerte de CTS, desde el momento en el que justamente
manera directa y aunque sea desde fuera de un CTS estric- estos estudios han sido 'asimilados académicamente y han
to, a mantener viva la llama de esa frágil esperanza de una proporcionado la coartada a los gobiernos en forma de com-
tecnología diferente, de un futuro alternativo y más huma- placientes consejeros y conceptos manipulables como «con-
no. y que quede claro que no busco el imposible de una trol del riesgo» o «desarrollo sostenible». Ante este panora-
utopía, tan solo la certeza de la supervivencia... ma, Illich, bebiendo de fuentes clásicas, retoma la idea de
Si tienen alguna idea, por fragmentaria o experimental «amistad» como único reducto de autenticidad y supervi-
que les parezca, me gustaría conocerla. vencia (idea parcialmente recogida por su discípulo, el liber-
Recibid un cordial e hiperfilosófico abrazo. tario cibercultural Hakim Bey, como «inmediatismo»).
Lo que en nuestra opinión subyace en esta propuesta es
Un atribulado Horno cibemeticus. la necesidad de retomar, incluso en los estudios CTS, algo
tan elemental como las relaciones humanas (más allá de las
puramente profesionales o gremiales), para fundamentar y
Coda epilogal: Reconociendo la crisis de CTS reconstruir un tejido social comunitario, capaz de regenerar
a su vez a la'> sociedades occidentales del materialismo y el
Obviamente, esta respuesta a nuestra Carta abierta al individualismo extremos. En este sentido, la idea de una
Homu cibemetícus del prólogo no es, antes de ser publicado entidad mental global ha sido recogida en la cibercultura en
este libro, la respuesta de un lector real. Es la respuesta que expresiones con diversos fines como el «intelectual colecti-
nosotros, los autores de este manual, debiéramos recibir vo» de carácter orgánico y seudomístico (Pierre Lévy) o las
como tales por parte de cualquier Horno cibemeticus razo- «inteligencias en conexión» (Derrick de Kerckhove), como
nable, el cual, por otra parte, nosotros también pretendemos magma creativo, pero la versión de esta sensibilidad que se
ser. Es así que nos hemos desdoblado en autores y al mismo acerca más a nuestro enfoque de CTS hacktivista es la de
tiempo en interlocutores autocríticos, para poder encarar las Tomás Maldonado, sobre el potencial del intelectual cívico
deficiencias y limitaciones de nuestro discurso, y sobre de la cibercultura (¿Qué es un intelectual?).

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CARTA AL HOMO ClBERNl:.TICUS CARTA DEL HOMO C1BER.II,'ETICUS..

La regeneración de un pensamiento social articulado El cumplimiento de estas promesas parece razonable


que vemos bullir en Internet y en los movimientos antiglo- -aun dentro de un cierto grado de incertidubre- para la
balización puede ser ese caldo de cultivo para el intelec- ciencia tecnohennética del siglo recién comenzado. Otras
tual comunitario o las comunidades amistosas, reales o vir- promesas como la obtención de nuevas fuentes de energía,
tuales, del CTS del futuro. No hay en este aspecto recetas las transformaciones de la nanotecnología o la creación de
mágicas, sino una callada y laboriosa tarea de persona a inteligencias artificiales autoconscientes, resultan a nues-
persona que solo puede dar sus frutos con el tiempo. tro juicio más dudosas, en tan corto espacio de tiempo (la
Los retos a los que se va a enfrentar CTS en el futuro llamada Ley de Moore no cuenta con los benditos impon-
-se llame así o de otras mil maneras, tanto da- van a ser derables de la historia humana). Ni que decir que otras
formidables. Lo que hasta hace un par de décadas eran ape- promesas, como la resurrección tras la criogenización, la
nas vagas amenazas, més propias de la ciencia-ficción catas- copia informática de inteligencias humanas en robots o
trofista, empiezan a provocar debates sociales e incluso a clones, la generación de inteligencias virtuales inmateria-
planteamos angustiosas dudas éticas. Los retos de la tecnolo- les, la conversión de animales en seres inteligentes o neo-
gía de la globalización y de la cibercultura van a ofrecemos humanos, la creación de una conciencia artificial cuasidi-
uno por uno todos los mitos del tecnohennetismo. Y lo más vina o los viajes en el tiempo, por mucho que estimulen a
dramático del caso es que frente a estos logros espectaculares ciertos delirantes científicos de prestigio, seguirá siendo
de la tecnociencia, no habremos sido capaces de resolver los terreno acotado para la fantasía de los escritores de cien-
problemas elementales por los que supuestamente esa misma cia-ficción. Aunque hemos de reconocer que su persistente
tecnociencia avanzó con pasos de gigante hasta hoy. Así, de búsqueda indicará el sentido fuertemente tecno-hermético
seguir el actual ritmo del proceso tecnológico (si antes no que impulsa a un gran sector de la tecnociencia y de la so-
acontece alguna hecatombe bélica, catástrofe natural inespe- ciedad. Lo curioso es que este escenario futurista ----que
rada o revolución social), parece razonable pensar que en dominará en el Primer Mundo, pero se hará sentir mal que
este siglo XXI veremos cumplidos una serie de promesas de bien en el resto--, puede ser calificado tanto de tecnouto-
la tecnociencia, sobre la que la ciencia-ficción ya nos ha ilus- pía como de tecnodistopía, según quien lo juzgue. Pero lo
trado con argumentos veraces y descubrimientos concretos. más sorprendente es que todas las visiones sobre este de-
No son en modo alguno nuestras previsiones, sino los punta- seado y fantástico mundo tecnológico nunca abarquen
les del diseño del futuro de la actual tecnociencia. Desde la conquistas tan básicas como el remedio del hambre y de la
perspectiva de esa disciplina emergente que es la historia del pobreza, la salvaguarda de nuestro patrimonio natural y
futuro, revisada críticamente desde el espíritu de crs, estos cultural, la eliminación de la violencia y la discriminación
van a ser los cuatro grandes retos tecnológicos del siglo XXI: o el acceso universal a las tecnologías más elementales...
y son precisamente estos los retos que interesan desde el
1. La creación del ser humano semiartificial o cyborg. enfoque social y humanista de la tecnología que propone
2. La manipulación extrema de la naturaleza terrestre. un crs crítico.
3. La hipertecnologización del hábitat humano. Sin embargo, en el escenario cibercultural que estarnos
4. La extensión de la cibercultura. dibujando, CTS debe implicarse en la crítica y seguimien-

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CARTA AL HOMO C/BERNETlCUS CARTA DEL HOMO CfBERNETlCUS,.,

to de estos proyectos para mitigar los efectos del progreso cus es que se convierta en una pieza clave para la renova-
y corregir su rumbo. En la medida que sea posible para ción de CTS en nuestro país y en general de nuestra acti-
que se atiendan estos problemas básicos de la humanidad, tud respecto al fenómeno tecnológico. Con este texto -
aquellos que logren su supervivencia a largo plazo en con- que resume el espíritu del libro- buscamos básicamente
diciones de dignidad, justicia y libertad. Y aunque esto no reacciones de cualquier tipo, ya sea adhesiones, críticas,
sea finalmente realizable o no esté del todo claro, ha de ser adendas o comentarios. Puede interesar especialmente a
buscado como imperativo ético por todos los investigado- otros estudiosos de CTS o de filosofía de la tecnología,
res-activistas de CTS. pero también a profesores de estas materias y a científicos,
y por supuesto a miembros de grupos o movimientos preo-
cupados por los efectos de la tecnología. Pero nuestra pro-
Una modesta propuesta activista puesta no quiere quedarse en un manifiesto al uso, no pre-
tende convertirse, corno suele ser habitual, en papel
Pese a nuestras disculpas y especulaciones, no hemos mojado. Su objetivo último es que pueda llegar a generar
cumplido todavía la principal demanda de nuestro interlo- una acción concreta sobre la tecnología. Asumirla, aun de
cutor ficticio: una acción concreta y directa que pueda lle- manera crítica e hiperfilosófica como preferimos, debe
var a cabo por su cuenta. En su respuesta ya apuntaba una implicar la realización de una acción puntual en este ámbi-
elogiable actitud de cambio personal que le llevaba a con- to y en un plazo abierto que comprende el presente siglo ...
trolar y humanizar el uso cotidiano de la tecnología (lo que Para que la interactividad de esta propuesta sea real-
Iván Illich llamaría una «ascesis tecnológica»). No nos mente eficaz, hemos abierto una página web donde ofre-
cabe ninguna duda de que la concienciación activa de este cemos al lector la posibilidad de implicarse en el proyecto
modelo de Homo cibemetícus crítico será determinante de CTS activista para el siglo XXI. Allí encontrará esta
para la supervivencia, personal y colectiva. Pero dentro de Declaración para poder descargarla y enviarla a sus ami-
ese conjunto de propuestas que cualquier ciudadano podría gos, y un lugar para enviar como respuesta, esta vez ver-
llevar a cabo, hemos de ser capaces, desde nuestra condi- daderamente real, sus propias Cartas electrónicas del
ción de autores de un manual de CTS, de proponer, aquí y Homo cíhemetícus. con sus opiniones sobre este libro y
ahora, una iniciativa que demuestre las posibilidades efec- sus adhesiones a la Declaración, o mejor aun, sobre sus
tivas y no solo retóricas de nuestra visión; una propuesta estudios y experiencias prácticas en torno a los problemas
derivada de CTS, cibercultural, hispana e internacional al tecnológicos y CTS. En este refugio virtual encontrará el
tiempo, y, por supuesto, generadora de cambios reales y lector diferentes sugerencias de Propuestas de CTS en ac-
efectivos, aunque sean diminutos ... Verdaderamente un ción para llevar a cabo que hemos escogido por su urgen-
gran reto para la aparentemente modesta propuesta que fi- cia (especialmente relacionadas con los temas del libro y
nalmente les vamos a ofrecer: la que hemos llamado De- de la ciberculrura), así como bibliografía complementaria,
claración de CTS crítico para una acción en el siglo XXI. otros artículos sobre tecnología y fragmentos de un ma-
La intención de esta breve declaración que ahora pre- nual de CTS. Dado el carácter cibercultural de nuestra
sentamos a la consideración del lector y Homo ciberneti- propuesta, esta página es el lugar idóneo para contribuir al

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CARTA AL HOM() CIBERNETlCUS CAJITA DEL HOMO ClBERNET/CUS...

crecimiento de ese ciberintelectual comunitario que nece- logía convivencial, humanista, ética, ecológica, pacífica,
sitamos en nuestra sociedad. solidaria y universal, y rechazamos en cambio una tecnolo-
No obstante, para aquellos lectores, quizá estudiantes gía clasista, cientijicista, militarista, destructiva y elitista.
urgidos por la necesidad de realizar algún trabajo sobre Reconocemos que el mayor peligro para el desarrollo libre
CTS, y sabedores de que cualquier primera acción debe y beneficioso de la tecnología es el proyecto imperialista
comenzar por el estudio y la reflexión, les ofrecemos un de crear una tecnología tecnohermética y economicista.
Modelo de investigación/acción de CTS activista, seguido cuyos dogmas y mitos sean controlados por ciertos cienüfi-
de un Glosario básico para CTS ampliado y a una Anto- cos y políticos, y que escape al control de la sociedad.
logía de textos sobre tecnología (con sus correspondientes Para orientar a los agentes de la transfonnación tec-
bibliografía y filmografía). Nuestro modelo de investiga- nológica del siglo XXI, los estudios de CTS han de encon-
ción ha de ser una propuesta cuyo rigor no deja de ser he- trar unas nuevas señas de identidad en el intelectual comu-
terodoxo, ya que incorpora esta vertiente activista, hasta nitario, cuyo activismo los lleve a generar no solo textos
ahora poco usual en CTS. sino acciones directas sobre los conflictos tecnológicos.
Con la esperanza de que nuestro Hamo cíbemeticus Utilizando todos los recursos al alcance de la sociedad ci-
encuentre un sentido activo a su preocupación y a su anhe- vil, los estudiosos de CTS y todos los ciudadanos han de
lo de colaborar por una tecnología más humana, le ofrece- implicarse en el desarrollo de estrategias sociales destina-
mos nuestra pequeña contribución textual-activista, en for- das a estudiar, controlar, mejorar, limitar o evitar el impac-
ma de Declaración, cuya ingenuidad en sus principios no to negativo de la tecnología. Respetando siempre los dere-
debe ocultar la firmeza en sus propósitos. chos humanos, son muchas las propuestas legítimas que se
pueden realizar desde la investigación interdisciplinar y
colectiva a la negociación política, desde las campañas
Manifiesto de CTS crítico para una acción multitudinarias a la desobediencia civil. Es hora de que la
en el siglo XXI conciencia ética de CTS se traduzca en acciones concretas
y directas. Dado que vivimos en la era de la cíbercultura;
Se nos ha anunciado que el siglo XXI va a ser sin duda estas iniciativas pueden canalitarse en gran medida a tra-
el tiempo de los grandes descubrimientos y de la tecnologí- vés de la red, al tiempo que serán las cibertecnologías una
zacíon absoluta del ser humano y de nuestro planeta. Pero de las principales preocupaciones de este CTS crítico.
este proceso puede presentar aspectos tanto positivos como Siendo coherentes con este planteamiento crítico de
negativos, y conducirnos a una tecnoutopía o a una tecno- CTS, nosotros, el Homo cíbemetlcus. nos comprometemos
distopía. Nosotros, el Hamo cibemeticus. nos reconocemos a divulgar y discutir las ideas contenidas en esta Declara-
hijos de nuestro tiempo y queremos participar del desarro- ción y, en consecuencia, a participar o generar una acción
llo tecnológico, pero en ningún caso convertimos en vícti- directa durante el tiempo que dure nuestra vida en este si-
mas de sus tiranías e injusticias. Deseamos que la Ciencia glo XXI, clave en la orientación de la tecnología humana.
y la Tecnología se hallen verdaderamente al servicio de la Sin la esperanza de que mi acción contribuya signifi-
Sociedad, y no al revés. Por ello, apostamos por una tecno- cativamente al rumbo de la tecnología, pero con el con-

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CARTA AL HOMO ClBERNE:11CUS

vencimiento de que sin ella ningún cambio será posible, APÉNDICE A:


ya sea a través de una acción puntual y efímera o una la-
bor continuada, declaro mi compromiso (personal o colec-
tivo) para con la sociedad tecnológica del siglo XXI. Un Glosario básico
PD.: Para enviar las adhesiones a la Declaración, las
para CTS ampliado
Cartas electrónicas del Hamo ciberneticus o consultar los
nuevos materiales y las propuestas de los autores del libro,
se halla a disposición de todos los lectores la página web:

homociberneticus.edafnet

y los correos de los autores de este manual: cierta manera podemos afirmar que, de acuerdo con

Andoni Alonso andonia@masbytes.es Iñaki Arzo? ina-


E N
Ludwig Wittgenstein, los estudios CTS son un «juego
de lenguaje» en torno al pensamiento y la acción sobre la
kiarzoz@masbytes.es tecnología. Y arriesgamos que es así porque de hecho de-
penden de una «forma de vida», caracterizada por el afán
de investigación y el compromiso social, como nos ha de-
mostrado en su breve historia. Durante los casi cuarenta
años que tienen estos estudios es posible anotar la apari-
ción creciente de un conjunto de términos -c-unos de crea-
ción propia, otros reapropiados de otros ámbitos cercanos
como la filosofía de la ciencia- que va conformando una
disciplina que trasciende sus propios límites. Incluso ya
hay tecnicismos propios de ella que han pasado a otros
campos, como «estudio de caso», «determinismo tecnoló-
gico», «política científica», «transferencia de tecnología»
y otros por el estilo. A este vocabulario clásico resulta ine-
vitable añadir un caudal de novedosos términos cibercultu-
rales por una simple razón: las nuevas tecnologías de la
comunicación son el resultado de una profunda y vasta ac-
tividad tecnocientífica que se retrotrae a siglos de historia,
que, al mismo tiempo, se han constituido como una de las
formas más poderosas de divulgación tecnocienuflca. Por
ello, si comprendemos este glosario básico (desde luego,

174 175
CARTA AL HOMO ClBERNETICUS APÉNDICE A

uno de los posibles), podremos entender el contexto teóri- cía-ficción como J. G. Ballard y Slanislav Lem han emplea-
co-práctico de CTS en la actualidad, ya que «su significa- do para elaborar sus glosarios del futuro, como el nuestro,
do es su USO)}, siguiendo de nuevo a Wittgenstein. De ahí entre la prospectiva y la imaginación.
que una de las tareas prioritarias del investigador de CTS A partir de este glosario básico que proponemos, son
sea divulgar sus conceptos desde una perspectiva crítica, a el lector y el estudiante los que deben añadir sus propios
fin de fundar con el debido rigor y conocimiento ese acti- comentarios críticos a los nuestros, así como proponer
visrno del que venimos hablando. otros términos que consideren igualmente básicos (para re-
A modo de glosario básico, presentamos a continua- mitirlos a la página web). Este es, por tanto, un glosario de
ción una serie de términos escogidos y comentados crítica- CTS ampliado, heterodoxo, abierto y progresivo ...
mente (evitando las puras definiciones) que nos parecen
fundamentales para entender el pensamiento actual sobre Activismo-Hacktivismo. Cuando Rachel Carson
la tecnología y los estudios CTS, en el sentido de que pro- (http://www.rachelcarson.org!), una de las pioneras del pensa-
ponemos una mirada sobre un CTS ampliado. Desde luego miento ecologista, escribe su Primavera silenciosa en los se-
que es un glosario ampliado por los ámbitos que abar- senta, es consciente que su texto no está destinado solamente a
ca, pero restringido a los términos más directamente signi- la discusión académica, sino que es más bien un infonne que
ficativos para un CTS actual, por lo que hemos tenido requiere una contestación práctica, una serie de medidas que
que dejar para otra ocasión términos interesantes (bioética. alejen la amenaza que pende sobre nosotros. Entiende que su
cientificismo, comunidad científica, digital, digitalismo, texto ha de servir para evitar una catástrofe en potencia, ocul-
ecología, energía, herramienta, instrumental, mecaniza- ta en la degradación del medio ambiente. Lo mismo se puede
ción, método científico, nueva economía, red, responsabi- decir sobre el casa del coche Corvair, que Ralph Nader
lidad, sabotaje, tecnocracia, tecnohermetismo, tecnorrealis- (http://www.nader.orglhistory_bollier.hnnl) llevó ante los tri-
tas, telecomunicaciones, transgénicos, realidad virtual, bunales y que movilizó a la sociedad civil norteamericana
etcétera) que se comentan suficientemente en capítulos an- en contra de la todopoderosa industria automovilística de los
teriores y en otros términos del glosario. Incluimos las refe- años 60. Es en este momento cuando comienzan a fundarse la"
rencias bibliográficas y de Internet que pueden resultar más primeras organizaciones de consumidores, para denunciar
importantes y al tiempo accesibles. Igualmente aparecen en las malas prácticas de las corporaciones, al tiempo que los es-
negrita los términos relacionados o próximos a los comen- tudios Cl'S, fundados también en la misma época, exigen el
tados e incluidos en el glosario, dado que como cualquier activismo social como forma de participación democrática.
«juego de lenguaje», este sobre el pensamiento de la tecno- Todo activismo lleva aparejado la definición de un conflicto
logía se halla articulado en una red de significados y usos de intereses que ha de negociarse y manejarse entre varios ac-
hipertextuales. Por último, advertimos que nuestro glosario tores. Y la última razón de este conflicto se encuentra en el
no es un diccionario de definiciones ---en todo caso un mi- riesgo posible o cierto provocado por la tecnología. El activis-
nidiccionario de autor-, sino un vocabulario comentado mo presenta al menos dos posibilidades. Primero, exige, para
de manera crítica, por lo que no está exento de la ironía y que la actuación no sea ciega, un conocimiento del problema y
de las alusiones literarias que, por ejemplo, autores de cien- de las razones económicas o políticas que subyacen. Desde

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CARTA AL HOMO C/BER,Iy'ETlCUS APÉNDICE A

esta perspectiva actúa como un control sobre el desarrollo de este término: La variabilidad de organismos vivos de cual-
tecnologías o sistemas que son cuestionados o rechazados por quier fuente, ya sea que se encuentren en ecosistemas te-
la sociedad. Pero también existe una tendencia de carácter ne- rrestres, marinos, aéreos, acuáticos y otros complejos eco-
tamente positivo que consiste en proponer alternativas reales a lógicos. Comprende la diversidad dentro de cada especie y
los diseños tecnológicos impuestos de arriba abajo. El ecolo- también entre las especies y ecosistemas de los que forman
gismo primero y después la filosofía hacker han tratado de parte. También se incluye en ese concepto los elementos in-
mostrar cómo es posible la autoorganización social en aras de tangibles que surgen de todo conocimiento, innovación y
crear alternativas tecnológicas funcionales y más humanizadas práctica tradicional, individual y colectiva con valor real o
que las que propone el actual sistema tecnocientífico. En la ac- potencial asociado a los recursos bioquímicos y genéticos,
tualidad el haclaivismo es quizá el movimiento cibercultural y protegido o no por los sistemas de propiedad intelectual o
creador de alternativas tecnológicas (como el software libre) sistemas sui genéris de registro. La biodiversidad compren-
más importante de la historia contemporánea. el cual, como de, de acuerdo con eSla: definición, un amplio espectro, no
todo 10 que termina formando parte de la cibercultura, ha solo referido a la biología, y por eso se ha añadido un tercer
transformado el sentido del activismo y redefiniéndolo de esta ámbito de preservación: la diversidad cultural propia del gé-
manera: El aatvísmo refiere a un uso normal, no intrusivo de nero humano. Culturas, lenguas, usos y costumbres son el
Internet en apoyo de un plan o causa. Las operaciones en esta patrimonio intangible de conocimientos que ha servido para
área incluyen navegar In weh para obtener información, cons- la supervivencia de la especie humana a lo largo de la histo-
truir sitios web y colocar materiales en ellos, transmitir publi- ria y que a su vez ha tenido un claro impacto en la biodiver-
caciones electrónicas y canas a través del correo electrónico sidad natural; los cultivos o la ganadería son ejemplos claros
y usar In red para discutir temas, formar coaliciones y pla- de este cambio o incremento de la biodiversidad, pues espe-
near actividades. El hacktivismo se refiere a la unión del cies como el perro o la vaca no existirían sin esa interven-
«hacking» y el activismo. Cubre operaciones como usar técni- ción humana mediada por la cultura. La diversidad genética
cas hacker contra blancos en Internet con el intento de ínte- garantiza la supervivencia ante enfermedades o cambios
rrumpír las operaciones normales. pero sin causar un daño serio medioambientales, pues facilita la adaptación a las dife-
(http://www.infowar.comlclass_2IOO/c1a<;.<;2_020400bj.shtml). El rentes variaciones al entorno. Y por ello la desaparición
activismo cívico para resolver los problema" tecnológicos, im- o reducción genética puede resultar tan peligrosa como la
plícito en as, ha sido redefinido como activismo cibercultural cultural, más aun en estos momentos, cuando ambas se en-
por el hacktivismo, y de hecho, en el contexto del movimien- cuentran directamente amenazadas por la globalización.
to por la globalización alternativa, puede suponer el naci- Pues incluso la existencia de un solo tipo de cultura unifor-
miento de una híperpoutica, que abarque tanto la realidad mizadora y globalizada vuelve vulnerable al ser humano, ya
como la red. que ante cualquier crisis su patrimonio heredado de posibles
soluciones se reduce drásticamente. La toma de conciencia
Biodiversidad, El Instituto Nacional de la Biodiversi- internacional al respecto se formalizó en los acuerdos de la
dad de Costa Rica (http://www.inbio.ac.cr). uno de los pio- cumbre de Río de Janeiro sobre el Medio Ambiente en
neros en tratar este tema, ofrece la siguiente definición de 1992, donde se firmaron convenios respecto a la biodiversi-

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CARTA AL HOMO C1BI::HNETlCUS APÉNDICE A

dad en conexión con la idea de desarrollo sostenible. En la nas confluyen en los análisis de los casos. De acuerdo con
redacción final del proyecto, Estados Unidos no suscribió Stephen Cutc1iffe (Ideas, Machines and Values), debemos
el acuerdo final por las discrepancias, especialmente econó- diferenciar en los estudios CTS, la interdíscíplinariedad, la
micas, respecto a cuestiones como la propiedad intelectual transdisciplinariedad y la multidisciplinariedad. La multi-
y las patentes posibles que podría generar la biodiversidad disciplinariedad refiere al agregado de varias disciplinas
(http://www.ecouncil.ac.cr/aboutlftp/riodoc.htm). La defen- ---economía, ciencias naturales, filosofía, ere.e- sobre un
sa del patrimonio planetario de la biodiversidad, natural y caso concreto, pero de forma yuxtapuesta. En la interdis-
cultural, ha de ser una de las prioridades básicas en el pensa- plinariedad se encuentra ya una mayor confluencia de en-
miento de la tecnología y Cl'S, ya que, en definitiva, en su foques aunque todavía no existe una verdadera integra-
conservación se cifra quizá la supervivencia de la humani- ción. La transdisdplinariedad sería el objetivo deseable,
dad como tal. Y esto no supone que, por ejemplo, intente- porque con ella se alcanzaría una visión unitaria que modi-
mos robar los conocimientos botánicos de los chamanes ficaría el enfoque de cada disciplina (http://www.lincpro-
amazónicos o que adoptemos teorías como la de Gaia (Ja- ject.org/toolkit/mcas/default.asp). El estudio de los casos
mes Lovelock), sino que preservemos, en la medida de lo concretos ha sido la piedra de toque específica de los estu-
posible, la integridad de sus delicados ecosistemas, por el dios CTS, donde han demostrado que más allá de la filoso-
bien de nuestra salud y de una sociedad verdaderamente fía de la ciencia o de la fiosofía de la tecnología, necesa-
multicultural. riamente abstractas y especulativas, se halla la concreción
insoslayable de los problemas y casos tecnológicos
Caso. Este término refiere directamente a la metodolo- localizados. No obstante, pese al refinamiento de sus mi-
gía básica de los estudios CTS. Los «estudios de caso» tra- croanálisis, CTS no debe olvidar nunca, y menos ahora,
tan de delimitar un objeto de estudio para extraer las méxi- los enfoques teóricos y genéricos que explican, en última
mas relaciones posibles; no solo se describe la tecnología instancia, el sentido dominante de los propios casos.
o los conocimientos implicados en ella, sino los actores
(quienes desarrollan las tecnologías), las redes sociales Catástrofe Por catástrofe se entiende la situación en la
que sufren sus consecuencias y las instituciones (gobier- que el ser humano pierde el control ante su entorno y este se
nos, empresas o centros de investigación) que se ven im- vuelve amenazador hasta el punto de que puede ser aniqui-
plicadas en cada situación. Los casos abarcan una materia lado. La catástrofe tecnológica se puede definir como la si-
heterogénea: desde la invención de la baquelita y la bici- tuación en la que el ser humano pierde el control sobre su
cleta (Wiebje Bijkers}, al desarrollo de la primera bomba entorno por un efecto inesperado, no calculado, de los siste-
atómica, pasando por los efectos del teléfono móvil o el mas tecnológicos. Se han imaginado toda una serie de situa-
uso del PYC en la fontanería doméstica. El estudio de un ciones o escenarios catastróficos: desde robots nanotecnoló-
caso concreto sirve para centrar la atención en la historia gicos (autómatas Yon Neumann) que se reproducen y
múltiple y diversa que la tecnología va tejiendo hacia un devoran la tierra, a escapes nucleares o modificaciones ge-
discutible progreso. Pero los estudios CTS no tienen una néticas que acaban con la biodiversidad y con todos los se-
metodología única para abordarlos, así que varias discipli- res vivos. La creación de una mente superior artificial que

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CARTA Al. HOMO CIIJf:RNETlCUS APÉNDICE A

se apoderase de las redes podría ser asimismo una catástrofe Aunque no podemos saber quién tiene razón, puede que ya
(tanto que el muy respetado físico Stephen Hawking se lo hayamos sentado las bases de la catástrofe global -que no
toma muy en serio y de ahí su apoyo a la eugenesia y la me- tiene por qué ser un Armagedón espectacular como en el
jora genética). Algunos escritores de ciencia-ficción como cine-, sino una progresiva destrucción o degradación del
1. G. Ballard han realizado su obra en tomo a la especula- planeta gracias a una serie de catástrofes combinadas (natu-
ción imaginaria de los mundos alternativos provocados des- rales, bélicas, energéticas, tecnológicas, etc.). No obstante,
pués de una catástrofe global, como en El mundo sumergido no hay que dejarse embargar por el catastrofismo sino, desde
o Zona de catástrofe. En su lúcido artículo «Cataclismos y una actitud responsable sobre la tecnología, intentar evitar
fatalidades» define un sentido primordial para la simulación que la catástrofe ocurra, o al menos mitigar sus efectos, a tra-
imaginaria de la catástrofe: Creo que el relato catastrófico, vés de los estudios CTS y del activismo/hacktivismo. Nues-
quienquiera que sea el que lo cuente, representa un acto tro objetivo es la supervivencia, y en ese sentido hay que re-
constructivo y positivo de la imaginación más que negativo, visar críticamente la exaltación del espíritu humano ante la
un intento por enfrentarse a un universo que evidentemente adversidad, pues ante una catástrofe verdaderamente global,
carece de sentido desafiándolo según sus propias reglas. de nada nos servirá (véase http.shubcap.clemson.eduó-sparks/
Podría preguntarse, sin embargo, si esa familiaridad cons- sfclass/Cosycathtm).
tante con la catástrofe, a través del cine, las noticias y las
novelas, no tiene finalmente el efecto negativo de acostum- CibercuJtura. Muchas de nuestras actividades cotidia-
brarnos a 10 peor, convirtiendo la representación del desastre nas se han visto profundamente transformadas por las lla-
en disfrute malsano y morboso, mientras somos incapaces madas Tecnologías de la Información y Comunicación
de resistirnos a los efectos de las catástrofes reales. Pues, (TIC). Esa transformación implica toda una revolución
además de las advertencias de la ciencia-ficción, de hecho, tecnológica, cultural y vital. De hecho, nos obliga a con-
nos enfrentamos a catástrofes reales como la de Bophal templar la aparición de la sociedad-red, magníficamente
(más de 330 víctimas) o Chernobyl (se estiman en 30 anua- descrita por Manuel Castells (La Era de la Información).
les), que nada tienen de falso profetismo apocalíptico. Otros y podemos decir que esta red informática y social ha crea-
cataclismos globales anunciados, como el del 2YK, el lla- do un nuevo escenario cultural, del que surge una cibercul-
mado efecto 2000, finalmente no ocurrieron, lo que no evita tura, que Ncal Stephenson define de manera bastante su-
que según algunos expertos las luces rojas estén parpadean- gerente: Nuestro concepto de ciberespacio, cibercultura y
do sobre el medio ambiente (como anuncian los autores del cihertodo es, más aun cuando nos preocupamos en darnos
informe del Club de Roma en su Más allá de los límites del cuenta, una idea europea, enraizada en el Deuteronomio,
crecimiento). Más allá del loable espíritu humano de supera- Sócrates, Galileo, Jefferson, Edison, Jobs, Wozniak, fa
ción y adaptación al nuevo escenario catastrófico, sin em- Glasnot, la Perestroica y fa Federación Unida de Planetas
bargo, las catástrofes reales y las catástrofes previsibles son (In the Kingdom 01 Mao Bell). Lo que está en juego es,
las que inquietan a la humanidad, cuyos políticos hacen oí- más allá de la tecnología, toda la tradición cultural de Oc-
dos sordos a los datos de las prospectivas científicas críticas cidente, desde la política a la religión, desde la economía a
y parecen escuchar solo a las profecías científicas optimistas. la percepción del futuro, lo cual nos ofrece una clave inter-

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CARTA AL HOMO ClBERNtT/CUS APÉNDICE A

pretatíva de nuestro historia. Así, deberíamos hablar de un la metodología de la ciencia). El cultivo de la ciencia ha
concepto ampliado de cibercultura que incluya a todos los marcado la diferencia específica de nuestra cultura occi-
pensadores, creadores y autores que desde el pasado hasta dental, si la comparamos con otras tradiciones culturales
el presente han aportado una contribución significativa a (africanas, orientales, amerindias ... ). La scientía, el saber,
nuestro modelo actual de cultura tecnológica o cibercultu- ha sido siempre un objeto preciado desde que los filósofos
ra (véase Andoni Alonso & Iñaki Arzoz, La Nueva Ciudad presocráticos intentaran dar explicaciones naturales a los
de Dios). El nacimiento de la cibercultura, entendida como hechos naturales, aunque todavía era entendida de forma
cibercultura ampliada, ha absorbido en gran medida a toda contemplativa. Aquí nos encontramos con un segundo sen-
la cultura anterior, convirtiéndose en el fenómeno de nues- tido del término, siguiendo a John Dewey, al entenderla
tro tiempo y en un hito de la historia de la civilización. como actitud ante la naturaleza y la búsqueda de la verdad.
Desde nuestra perspectiva cibercultural ahora somos capa- Esta curiosidad por conocer cómo funciona la naturaleza
ces de interpretar el proceso tecnocientffico como una con- evoluciona y en el siglo XVII se produce su eclosión dando
fluencia que se viene preparando desde tiempos remotos. lugar a una forma cultural sin parangón, que revoluciona
La cuestión, ahora, para CTS y para el conjunto de la ci- la concepción de la scientia precedente (Paolo Rossi, El
bercultura, es hacia dónde la orientamos. nacimiento de la ciencia moderna). La ciencia comienza a
convertirse progresivamente en un factor de gran peso so-
Ciencia. Ciencia sería, de acuerdo con una definición cial que consecuentemente le ha conferido un mayor prota-
más o menos canónica, la actividad racional descriptiva de gonismo en la historia. Ello ha permitido la acumulación
lo real sometida a un contexto de comprobación experi- sin precedentes de conocimiento científico, pero al mismo
mental y combinada con la discusión por parte de la comu- tiempo una creciente dificultad para poder interconectar
nidad de sus practicantes... Desde una perspectiva históri- esos conocimientos. Incluso las pocas ocasiones que se
ca, la ciencia consiste en la progresiva consecución de un presentan para esta unificación suponen un grado tal de
método científico riguroso y reglado, en la observación, abstracción que todavía se incrementa más la imposibi-
experimentación y explicitación de las leyes sobre los fe- lidad de comprender las nuevas teorías por parte del pú-
nómenos naturales. Galileo o Newton son considerados los blico. Tampoco hay que olvidar que la naturaleza de la
padres de este espíritu científico gracias a su capacidad ciencia ha ido cambiando progresivamente, al menos
para crear este método que se revela de gran poder expli- desde la perspectiva social. En los años sesenta, y gracias a
cativo, e introducir la matemática como elemento crucial teorías de la filosofía de la ciencia, como la del paradigma
para la consecución de las leyes. La contrastación de estas científico de Thomas Kuhn, comienza a establecerse
leyes y la creación de una comunidad científica ha permiti- una comprensión de la ciencia donde los factores contextua-
do su avance generalizado, sobre todo gracias a la especia- les, sociales, políticos y económicos, son cada vez más im-
lización en ámbitos cada vez más reducidos. En ella, como portantes para entenderla. Este acercamiento a lo social
decimos, la matemática juega un papel crucial, al ser capaz coincide precisamente con el nacimiento y expansión de
de traducir a un aparato formal los enunciados y leyes de los estudios CTS, produciéndose confluencias entre los
cada ciencia particular (Javier Echeverría, introducción a dos ámbitos (Collíns, H. M., Y Pinch. T., El Golem: Lo que

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CARTA AL HOMO C1BEHNf.TlCUS
APÉNDlCEA

todos deberíamos saber acerca de la ciencia). En los últi- premonitoriamente, acerca de un antecedente del cyborg, el
mos tiempos se viene hablando de «ciencia posnormal», modelo de ser humano de cierta cibercultura actual. El de-
entendida como la que aparece tras el eclipse del paradig- sarrollo de la ciencia-ficción a lo largo del siglo xx nos ha
ma vigente. La amenaza más cierta de la ciencia actual llevado desde los viajes espaciales a la creación de robots
más aun que los abusos posmodemos de la retórica cientí- inteligentes, proponiendo una serie de nuevas tecnologías
fica denunciados por Alan Sokal, es el cientificismo, en- que han guiado a menudo a los propios científicos (algunos,
tendido como modelo omniexplicativo y único horizonte como Marvin Minsky, también novelistas), y proyectando
para el ser humano, que acaba derivando en una espiritua- alternativamente el escenario de la utopía o de la distopía.
lización del proyecto científico y, fi.nalmente, en una seu- En este aspecto, y desde una perspectiva de CTS crítico, hay
dorreligión de sustitución, de carácter tecnohermético. que destacar, dentro de la corriente hard, la especulación
Esta concepción errónea de la ciencia se compone de una realista de tecnologías alternativas (por ejemplo, Kim SLm-
amalgama de la llamada ciencia basura (de la criogeniza- ley Robinson y su serie sobre la colonización de Marte) o la
ción a la nanotecnología cyborg), de una degradada cien- visión de la corriente cyberpunk (William Gibson, Broce
cia-ficción misticoide y una filosofía de la ciencia poética, SterJing, Nea1 Stephenson) en relación con la'> nuevas tecnolo-
practicada por algunos científicos exaltados. gías digitales, basculando entre la catástrofe y el activismo.
Paralelamente a este género se ha desarrollado el subgénero
Cíeecía-ñccíon. Este género artístico ha sido definido próximo de la ficción científica, que acaso comienza con
por Jorge de Abreu como: Aquel género literario que trata y Edwin A. Abbot y su Planilandia, como una ficción riguro-
expone cualquier problema. desarrolla cualquier trama y se sa y puramente demostrativa de la ciencia conocida, un
ubica en cualquier contexto; establece la relación, o la acti- acercamiento literario a la divulgación científica que tam-
tud, o la respuesta, o la suma de las tres, con la ciencia o bién han praclicado científicos de prestigio como el físico
ante ella. La ciencia-ficción describe las posibles socieda- George Gamow (El país de las mnravillas). La ciencia-fic-
des futuras, la política, la psicología de otros seres; todo ción se ha convertido, sobre todo a través del cine, en un gé-
ello enmarcado en una fría lógica que no contraviene la nero popular que moldea poderosamente no solo el desarro-
cordura de los personajes. aunque el lector se desquicie con 110 tecnocientffico, sino las expectativas profundas de la
ella (www.geocities.com/AreaSlNault/61561cygnus2.htm). propia sociedad de la globalización. Desde este punto de
Lo que no cabe duda es que este género se ha convertido en vista, se hace necesaria una severa autocrítica de su contri-
uno de los elementos culturalmente más importantes de la bución al irracionalismo tecnohennético del cientificismo y
tecnociencia actual. La especulación imaginaria sobre futu- la propuesta de nuevas corrientes humanistas que promue-
ros posibles generados por diferentes tecnologías actúa van las tecnologías alternativas (http://www.1ateral-ed.es/re-
como experimento mental y SOCIal para simular tanto los be- vistalarticuloslbarcelo73.htm1).
neficios como los perjuicios de estas. Pero ya en su origen
oficioso, en la obra de Mary Shelley Frankenstein o el mo- Científico. Al científico se lo podría definir genérica-
derno Prometen. se manifiesta la actitud fuertemente crítica mente como la persona que se dedica profesionalmente al
del género hacia el descontrol de la ciencia, en este caso, conocimiento de la naturaleza. Se trata de un término bas-

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CARTA AL HaMO ClBEkNETfCUS APÉNDICE A

tante nuevo en el vocabulario internacional. En un pnnci- trarse en los tiempos heroicos de Kepler o Newton que en
pio, lo que hoy denominamos como científico era entendi- la era de la tecnociencia. Sin embargo, pese a las críticas,
do en el pasado como el «homme de sciences», mientras la imagen altamente positiva del científico sigue ocupando
que «científico» designaba sin más al técnico que operaba un lugar importante en el imaginario colectivo del siglo
con los instrumentos (fue en el siglo XIX cuando William XXI, como la del mago o sacerdote de una visión cientifi-
Whewell utilizó el término «scientist» por primera vez). cista de la cultura y la sociedad, que ha dado lugar a un
Al convertirse la ciencia en una tarea cada vez más instru- cierto culto tecnohermético.
mental, el sujeto que la realizaba tuvo que implicarse pro-
gresivamente con el manejo de instrumentos y materiales Conflicto. Se puede definir el conflicto como la con-
(hasta llegar a la tecnociencia). Pero desde el siglo XIX traposición de diversos intereses y la lucha para que preva-
asistimos a una progresiva entronización de la figura del lezcan unos por encima de otros. El conflicto, lejos de ser
científico. En él se reúnen varios valores burgueses como un elemento negativo en las relaciones humanas, es más
la eficiencia, el sacrificio, el trabajo constante, la seriedad bien un principio de articulación y cambio social, en rea-
y el rigor. Al mismo tiempo se contempla la ciencia como lidad aquello que permite la mejora de determinados as-
una de las pocas posibilidades que le quedan al género hu- pectos de la gestión del poder y las relaciones de la ciu-
mano de alcanzar el equilibrio social y el bienestar físico. dadanía, esto es, su participación. Y si esto es cierto, la
Este papel de héroe, instaurado a finales del siglo XIX y tecnología, como motor moderno del cambio, es una fuen-
principios del siglo xx, está presente en la literatura y en el te interminable, para bien o para mal, de conflicto. La
cine, con figuras como Pasteur (Pasteur, Sacha Guitry, construcción de un embalse, que teóricamente puede signi-
1936) o Galileo (Galileo, Liliana Cavani, 1968). Poco a ficar el crecimiento de la producción eléctrica o de los re-
poco también aparece una contrafigura, la del «sabio loco» gadíos de zonas distantes, se convierte en un problema
capaz de destruir a sus semejantes o, más adelante, el suje- para los habitantes que verán anegadas sus tierras. Lo que
to sin escrúpulos que trabaja para corporaciones o gobier- este siglo nos ha enseñado es que el concepto de bien tec-
nos sin aplicar la menor ética. Este es el científico que nológico no es algo dado de antemano. Depende del estilo
practica frankenciencia (Greg Egan) y que la ciencia-fic- de vida que elijamos llevar; podemos imaginar una ciudad
ción ha presentado insistentemente (parece ser que un como las holandesas, donde el tráfico sea casi exclusiva-
científico escocés, Lindl, sirvió de inspiración para ese mente de bicicletas y tranvías, en vez de una organizada en
fundacional sabio loco de la ciencia-ficción, el fáustico tomo al coche. Es posible que este sistema sea menos ve-
doctor Víctor Frankenstein; http://www.terra.comJartelarti- loz (en términos generales) que aquel basado en la com-
culolhtml/art6937.htm). Esta contrafigura en el imaginario bustión interna, pero tal vez la limpieza del aire, la tran-
colectivo es en parte producto de los fuertes reveses que quilidad y la ausencia de ruido compensen de la lentitud, o
las sucesivas guerras mundiales y la guerra fría han provo- incluso la lentitud puede considerarse un bien estético y
cado en la sociedad del siglo xx. Pero los cambios no afec- vital. Esto indica que los conflictos causados por la tecno-
tan solo a la percepción que el público tiene del científico, logía son el resultado de una interacción social y que son
sino también a su propia actividad. No es lo mismo encon- motivados por una serie de efectos tanto esperados como

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CARTA AL HUMO ClBERNETlCUS APÉNDICE A

inesperados. El error consiste en depositar la solución de tíca. El objetivo de esta transformación puede ser, o bien
estos conflictos exclusivamente en manos de los expertos potenciar sus habilidades por encima de las barreras que
y los administradores, esperando que sean ellos los que re- la naturaleza le ha impuesto o bien garantizar su supervi-
presenten la voluntad de las diversas partes, o que encuen- vencia por medio de las máquinas. La idea de potenciar
tren la «mejor solución posible», entendida casi siempre las capacidades humanas, fue propuesta por Manfred Cly-
en términos técnicos y económicos. Las soluciones apro- nes y Nathan Kline a la NASA en 1960: cómo sería posi-
piadas dependen siempre del contexto en el cual se genera ble que un ser humano pudiera vivir en el espacio exterior
el conflicto, y la decisión para elegir un tipo de vida frente sin la asistencia de maquinaria, modificando sus funcio-
a otro -un modelo tecnológico por encima de otro- debe nes vitales. Una idea tan radical ha sido desarrollada por
estar basada en los intereses comunes, manifestados y va- numerosas novelas de ciencia-ficción (Frederik Pohl,
lorados por toda la comunidad implicada, no solo en la Homo Plus; la serie televisiva El homhre que valía seis mi-
mayor efectividad tecnológica, decidida por una tecnocra- llones de dólares; http://www.wam.umd.edu/-abbate/cy-
cia superior. La salud política de una sociedad debería me- borg/) y va calando en él imaginario popular, especialmen-
dirse entonces por la capacidad, no de evitar los conflictos, te en la presente cibercultura, como en las exaltaciones
sino de resolverlos satisfactoriamente y con el mayor con- artísticas de Stelarc y Marcel.lí Antúnez. La idea de ga-
tento de los ciudadanos. Las nuevas tecnologías de la in- rantizar la vida gracias a las máquinas pertenece a la me-
formación podrían ser un buen medio para alentar la parti- dicina, la cual ha hecho uso constante de dispositivos
cipación ciudadana, favorecer el activismo y solucionar o mecánicos para la supervivencia de individuos: marca-
convivir razonablemente con los conflictos. Siguiendo la pasos, corazones mecánicos, pulmones de acero, etc. La
tesis de Tomás Maldonado (Crítica de la razón informáti- asistencia de las máquinas plantea la utopía de un ser
ca), cualquiera puede acceder a la información necesaria que pueda vivir eternamente, pues el envejecimiento y
para tener una idea de lo que está en juego y, posterior- las enfermedades no serían otra cosa que defectos de
mente, realizar una crítica suficientemente sólida al res- piezas o mecanismos, fácilmente sustituibles. El así
pecto. Por otro lado, si existe una sociedad-red ciudadana autoproclarnado primer cyborg de la historia, Kevin War-
tal como propone Castells. se podría llevar a cabo un actí- wick, defensor de una evolución radical del ser humano
vismo!hacktivismo basado en las comunidades (virtuales (http://www.wired.com/wired/archive/8 .02/warwick.htrnl),
y reales) de intereses. Por otra parte, la posibilidad de inte- define a la perfección el entusiasmo tecnocrático: Nací
grar los diversos agentes del conflicto en la red podría ser humano. Pero esto fue un accidente del destino -simple-
un gran paso para coordinar y flexibilizar la negociación mente una cuestión de lugar y tiempo. Pienso que es algo
de los conflictos tecnológicos (httpJ/www.cat.org.uk/). sobre lo que tenemos poder para camhiarlo-. A partir de
la publicación del texto de Donna Haraway, A Cyborg
Cyborg. Según el Wehster:s Dictionarv un cyborg es Manifesto (en Ciencia, Cyborgsy Mujeres), el término ad-
una persona cuyo funcionamiento fisiológico está asistido quiere una dimensión completamente nueva, que se define
o depende de un dispostivo mecánico o electrónico. A es- como un ser híbrido que comparte tanto una realidad so-
tos elementos habría que añadir, ahora, la ingeniería gené- cial como un mundo de ficción: El cyborg es un organismo

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CARTA AL HOMO ClBERNET/CUS APÉNDICE A

cibernético, U1Ul fusión entre lo orgánico y lo técnico forjado implícita una visión de la tecnología como evolución, aun-
en una serie de prácticas culturales, históricas y técnicas. que de corte negativo, como se puede ver en la obra de Sa-
Los cyborgs no se refieren a la Máquina y lo Humano, como muel Butler Erewhon, en la que es precisamente la evolución
si tales Cosas y Sujetos existieran universalmente. Por lo de las máquinas, mucho más veloz que la humana, la que
tanto, el individuo de la sociedad occidental moderna, que se pone en peligro a la especie humana. En este aspecto negati-
desplaza en un coche con GPS, se comunica por medio de un vo, el determinismo tecnológico se aproxima al ludismo.
teléfono móvil y lleva su ordenador portátil para trabajar en Pero del mismo modo que hay una versión negativa, existe
las salas de espera de los aeropuertos es, de hecho, un otra versión que lo contempla como una fuerza altamente po-
cyborg. La tecnología que lleva encima funciona como una sitiva. Asumiendo que vivimos en una dinámica de progreso
amplificación o potenciación de sus sentidos (eaugrnen- y que el desarrollo tecnológico ha supuesto un aumento tanto
ting»), y por ello, en Occidente somos todos cyborgs, dada de la riqueza como de la esperanza de vida, el momento ac-
nuestra dependencia de los sistemas tecnológicos. Así, el cy- tual indica una dirección que no se puede torcer pero que,
borg, icono de la ciencia-ficción cibercultural y especialmen- al final, conseguirá construir una utopía. En este sentido
te de ciertas pesadillas tecnoherrnéticas, se vuelve una figura se puede hablar de un imperativo tecnológico como for-
problemática, que es preciso definir políticamente. ma de cumplir una misión que está inscrita en los genes de
los seres humanos y donde la tecnología asume el papel de
Determinismo tecnológico. Se entiende por detenninis- una «segunda naturaleza» a la que hay que dar cumpli-
roo tecnológico la concepción que asigna a la tecnología un miento. Este espíritu determinista y positivo se manifiesta
desarrollo autónomo, escapando al control del ser humano. ciberculturalmente en la carta magna de Internet, es-
En cierto sentido, esta concepción se halla relacionada con la crita por John Perry Barlow, Alvin Toffler y Esther Dyson
catástrofe, porque considera que al faltar los medios de con- (http://www.eff.org/-barlowlDeclaration-Final.html) don-
trol puede ocurrir cualquier situación imprevisible. Las razo- de podemos leer que la revolución digital del ciberespacio es
nes que se esgrimen para esta ausencia de control son varias, una necesidad histórica que conforma nuestro destino y al
desde razones económicas --el desarrollo económico, basa- cual es imposible negarse. Por otra parte, en la tecnociencia
do en la competencia, funciona por su cuenta y exige el cre- actual son numerosas las visiones deterministas del de-
cimiento autónomo de la t.ecnología para satisfacer esta diná- sarrollo tecnológico que secularizan el misticismo tecnoevo-
mica competitiva-, pasando por políticas --el aumento de lucionista de Pierre Teilhard de Chardin, como en Pierre
poder otorgado por la tecnología es básico para establecer un Lévy, Ray Kurzweill y, especialmente, Frank Tipler. Sin em-
verdadero bienestar social; la tecnocracia, que critica Lang- bargo, para un enfoque crítico y racional de CTS, este deter-
dom Winner en Tecnología Autónoma-, hasta culturales y minismo solo puede ser una ideología supersticiosa, volunta-
metafísicas, pues es precisamente esa confianza desmedida rista y, probablemente, interesada.
en la t.ecnología como medio para conseguir la utopía lo que
permite esa falta de control, como afirma Jacques Elull (El Divulgación tecnocientífica. La divulgación consistiría,
siglo xx y la técnica) o Martin Heidegger (La pregunta por de acuerdo con algunos expertos, en hacer accesible al públi-
la técnica). El determinismo tecnológico, por lo tanto, lleva co lego el significado y valor del descubrimiento científi-

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CARTA AL HaMO ClBERNU1C1JS
APÉC'lDlCE A

ca. Pero la divulgación. como todo acto comunicativo, tiene que los dos restantes tienen en castellano un claro matiz pe-
un emisor (el científico o la'> instituciones de investigación), yorativo. Y ello ocurre por lo paradójico de la actividad: el
un receptor (el público lego) y una serie de canales como los conocimiento superespecializado de la ciencia, que exige un
museos de ciencia. la prensa, los libros, la televisión y, re- trabajo y una disciplina férreos, no casa bien con lafrivoli-
cientemente, Internet. Cercana como está al mundo del pe- zacion. para las masas. Vulgarizar significa volver vulgar, y
riodismo, merece la pena preguntar por qué, cuándo, cómo, popularizar equivale a trivializar, hacer concesiones a partir
quién y qué. sobre este tipo especial de divulgación. Básica- de lo que es uno y puro. Wittgenstein era tajante respecto a
mente, la divulgación consiste en hacer accesibles una serie la divulgación científica: Todos estos libros que intentan po-
de contenidos, pero ¿por qué no se divulga el derecho y sí pularizar la ciencia son una abominación. Complacen la
las ciencias naturales? Una rápida respuesta podría ser la curiosidad de la gente que quiere asombrarse con las mara-
importancia social que esta materia tiene, es decir, se trata villas de la ciencia sin tener que esforzarse en hacer el tra-
de ofrecer los elementos de juicio; se nos dice que la divul- bajo duro que la comprensión de la ciencia implica. Un
gación es una necesidad política, ya que la vida democrática buen libro como el de Faraday The chemical History of a
exige para su correcto funcionamiento que sus ciudadanos Candle, Faraday examina un fenómeno sencillo, como la
otorguen su «consentimiento informado» ante la'! decisiones combustión de una vela, y muestra cóm() en realidad es un
sobre la'! tecnologías y sobre su futuro, en definitiva, para proceso muy complejo. Constantemente demuestra lo que
que su participación se haga efectiva. El para qué es múlti- dice con experimentos muy detallados. Hoy en día existe
ple; dada la cantidad de textos, libros, noticias, etc., da la una tendencia entre los cíentificos a aburrirse con su verda-
impresión de que debe existir un placer ante la divulgación, dero trabajo una vez que han llegado a la mitad de su vida,
tanto por parte de quien la realiza como por los consumido- )' se embarcan en absurdas especulaciones populares y se-
res de este tipo de materiales. Ese placer genera dinero y, mifilosoflcas (en Rush Rhees, Recuerdos de Wittgenstein).
una cada vez más, floreciente industria de ocio científico. No todos los científicos son partidarios de esta posible per-
Basta con comprobar la cantidad de colecciones de ensayo o versión, y a veces la razón para realizarla es convencer a po-
de ejemplares que venden revistas como Muy Interesante, líticos y público de la necesidad de realizar grandes inver-
American Scientífíc o La Récherche Scientifique. En nuestro siones en la ciencia, pues esta es la panacea para todos
país se nos dice que la divulgación científica debería servir nuestros males. A propósito de este desapego de muchos
para despertar la vocación de futuros científicos, dadas científicos respecto a la divulgación, tal vez hay que recor-
nuestras carencias seculares. El cuándo también parece fá- dar que estos trabajos, desde el punto de vista literario o en-
cilmente accesible: ahora, más que nunca, la tecnociencia sayístico, forman parte de un género menor y además alta-
remodela nuestra vida y de ahí que necesitemos comprender mente perecedero (muy cercano al periodismo y por lo tanto
más que nunca. Y el quién, en su inmensa mayoría. se com- tiene una rápida caducidad). Si aceptamos la idea de un pro-
pone de científicos, ensayistas y periodistas. Hasta aquí se greso científico, esto es, de una constante mejora, es claro
trata de la «doctrina oficial» por lo que merece la pena ver que los textos, los documentales y demás materiales divul-
las dificultades. Para empezar, la ciencia, ¿se divulga, popu- gativos pierden su validez rápidamente. Quizá en la divulga-
lariza o vulgariza? No es casual elegir el primer verbo. por- ción tecnológica se note aun más este fenómeno, pues el aná-

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CARTA AL HOMO ClBERNlJICVS APÉNDICE A

lisis de una tecnociencia cambiante y acelerada hace obso- de administrar la dotación genética de un individuo sin pedir
letos tanto el presente al que se refiere como, paradójica- su permiso, sin que exista algo así como un consentimiento
mente, al futuro que trata de predecir. Actualmente, Inter- informado, lo cual contradice un principio bioético básico
net supone uno de los medios más poderosos para la (Jean Bernard, Ú1 hioética). El segundo representa el inten-
divulgación científica (véase así el webring sobre divulga- to de actualizar la vieja ética filosófica, dado el avance de la
ción: hup://mailweb.udlap.mx/-alepb/webring.html), pero, tecnología digital, como lo demuestra el nacimiento de la
al mismo tiempo, la falta de control sobre la calidad y pre- nética. A diferencia de otros sistemas tecnológicos, la red
cisión de las páginas web supone un serio aviso sobre los forma parte de la vida cotidiana de millones de personas,
efectos que pudiera tener en el público. La divulgación es pero no de forma meramente pasiva, sino también activa.
un género cuestionable y perecedero, y, sin embargo, sigue En ese inmenso tráfico mundial, es necesario establecer una
siendo necesaria también para elaborar una visión crítica serie de principios del comportamiento que sirvan como
de la compleja tecnociencia actual. pauta de actuación. Con ello no se trata de legislar puntual-
mente sobre qué se debe o se puede hacer. Más bien, se trata
Ética/nética. Si algo han demostrado la ciencia y la tec- de impregnar de un espíritu de preocupación ética tanto el
nología modernas, es que el abandono de la ética por parte presente como el futuro de la red. En este sentido, uno de
de los filósofos ha sido excesivamente prematuro (Stephen los mejores códigos. por su brevedad y precisión, 10 ofrece
Toulmin, El puesto de la ética en la razón). Nunca han apa- la Computer Society [or Social Responsability, una asocia-
recido tantos dilemas éticos como los que proporcionan, por ción norteamericana de expertos informáticos preocupados
ejemplo, las tecnologías punteras de la genética, la infonná- por el impacto social de su trabajo. El código dice así:
tica o la medicina. Se trata de problemas para los cuales no
existen precedentes y donde las respuestas ya no pueden ob- Solo puede haber una red.
tenerse siempre de un sistema ético general, al modo de La gente es la supervisora, no la dueña de la red.
Aristóteles o Kant. Curiosamente, han sido los ingenieros y La gente tiene el derecho a comunicarse.
tecnólogos los primeros en crear códigos deontológicos, de La gente tiene el derecho a la privacidad.
buenas prácticas, para el control social de la tecnología, y La red debe estar ahierta y disponihle para todos.
solo más tarde los filósofos y pensadores humanistas se han La red dehe reflejar la diversidad de lo humano y no
interesado por esos problemas. La Conferencia de Asilomar homogeneizarlo.
(1975) fue un ejemplo de autolimitación desde el lado cien- La red no debe ser dominada por ningún individuo.
tífico, pues se estableció una moratoria para el estudio del institución o gobierno.
ADN recombinante. La tecnología es un continuo reto a
nuestra inteligencia ética. Dos ejemplos pueden indicar la En realidad, el propósito de esta nética o ética aplicada a
dificultad a la que nos enfrentamos: ¿es permisible la mejo- la red debiera servir para dotar de herramientas conceptuales
ra genética de los futuros niños", ¿debería existir un acceso a la participación ciudadana (hup://www.chem.vt.edu/et-
universal y gratuito a todos los contenidos que aparecen en hics/ethics.hrml ). No cabe duda de que desde CTS se deben
Internet? En el primer caso nos enfrentamos a la posibilidad impulsar la reflexión y la práctica éticas en todas las recnolo-

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CARTA AL HOMO C1BERNETfCUS APÉNDICE A

gfas, y ahora, especialmente, de una nética universal, ya que pone su propia regularización como disciplina universitaria
la red y la cibercultura van a mediar nuestra acceso y control y justamente su disposición a suministrar expertos en nego-
a todas ellas. ciaciones. Frente a esta cierta deriva elitista del experto
CTS, la concepción de CTS ampliado implica el activis-
Experto. Vivimos en una sociedad superespecializada molhacktivismo de la sociedad civil, en la que todos pue-
que necesita de expertos, la cual ha sido calificada a menu- den participar a cierto nivel, asumiendo un papel informati-
do, con cierta razón, como una dictadura de los expertos. vo, valorativo y decisorio que hasta ahora cumplen
La complejidad de la tecnociencia actual requiere también exclusiva e injustificadamente los expertos. Por ello necesi-
el asesoramiento de los expertos a la hora de tomar decisio- tamos de intelectuales ciudadanos con una preparación in-
nes de política científica y de resolver los conflictos tecno- tegral (científica, política, ética) que superen la categoría del
lógicos. y en este contexto, los expertos pueden convertirse experto y se pongan al servicio de la comunidad
en los peones de una estrategia cientificista de sesgo tecno- (http://www.cf.ac.uklsocsilkeslkes-links.html#KES y Da-
crático. Ante esta situación, cada vez resulta más frecuente niel S. Greenberg, The Poíuics ofPure Science).
que los afectados por los problemas tecnológicos o las
grandes infraestructuras busquen sus propios expertos para Eugenesia. Término compuesto de origen griego que
que les ofrezcan una postura crítica y alternativa. De esta significa «buen nacimiento». En la actualidad su significa-
manera, las universidades se han convertido en una fuente, do proviene de la tesis propuesta en 1883 por Charles Gal-
no solo de científicos y técnicos, sino de expertos con pre- ton, que consiste en aplicar los conocimientos científicos a
paración técnico-científica que asesoran (e incluso viven de la mejora de la raza humana, en formas no muy diferentes
asesorar) a instituciones y empresas privadas, cuando no de a como se empleaba hasta ahora con los animales. Ello
contraexpertos que nutren las plataformas de las ONG de la significaba introducir una fonna de ingeniería social basa-
globalización alternativa. Con frecuencia los conflictos da en el conocimiento aportado por la biología que abara-
tecnológicos se convierten en polémicas entre expertos de tase los costos que el Estado debería emplear en garantizar
uno u otro bando, cuando lo que subyace en el fondo es un el bienestar de sus ciudadanos, restringiendo el nacimiento
conflicto ideológico, político o ético entre visiones contra- de individuos desfavorecidos por taras o minusvalías. Su
puestas del desarrollo tecnológico. En esta coyuntura, los propuesta tuvo suficiente éxito como para que se fundara
estudiosos y profesores de CTS han actuado como expertos en Londres un Instituto de Eugenesia, bajo el amparo del
en conferencias o consejos, no tanto de las tecnologías im- Gobierno inglés. La historia de la eugenesia tiene varias
plicadas, como de los propios conflictos sociales que gene- etapas, atendiendo a los paradigmas dominantes en la bio-
ran. En su gran mayoría, dado el carácter esencialmente logía de cada momento. La eugenesia se transformó, con
crítico de su disciplina, han actuado éticamente, sin servir a el paradigma racial, en un factor altamente destructivo,
intereses espurios, por lo que sus criterios no han sido aten- como en el caso de la Alemania nazi o, en menor medida,
didos como se merecen. También se ha cuestionado, por en la Norteamérica segregacionista. Su aplicación se ex-
parte de algunos pioneros de CTS como Iván lllich, el inevi- tendió durante el principio del siglo xx a países como Ale-
table proceso de conformismo institucionalizador que su- mania. Inglaterra, Estados Unidos y Suecia (un juez como

198 199
CARTA AL HOMO ClRERNf.TICVS APÉ",DlCE A

Oliver Wendell Holmes fue un enardecido partidario de la Evolución, El naturalista británico Charles Darwin
esterilización eugénica que en Suecia duró hasta 1971) y propuso en 1859 la teoría de la evolución en El origen de
colisionó gravemente con los derechos fundamentales de las especies. De forma resumida, argumentó que hay tres
los individuos. La eugenesia ha representado uno de los mecanismos operantes en la evolución de los seres vivos:
capítulos más negros de la aplicación científica en el pasa- la lucha por la existencia (que contrapesa la tendencia a la
do, por lo que las discusiones deben realizarse con extraor- superpoblación de las especies), la selección natural (esa
dinario cuidado, dadas sus graves consecuencias. En la ac- lucha por la existencia lleva a la selección natural o super-
tualidad, con el paradigma de la ingeniería genética y el vivencia de los más dotados) y la adaptación al medio (la
estudio del genoma humano, que proponen la cura de selección natural ocurre en un entorno cambiante y produ-
defectos congénitos, se vuelve a reabrir el proceso. La ce mutaciones). El aspecto más controvertido de la teoría
polémica provocada por Peter Sloterdijk (Reglas para darwinista fue tratar de explicar por medio de elementos
el parque humano) y Jürgen Haberrnas (E/futuro de la na- naturales la diversidad de las especies, incluido el ser hu-
turaleza humana) es un hito en esta discusión que vuelve a mano. Las teorías naturalistas de Darwin fueron condena-
dividir a quienes apuestan por una decidida intervención das en su tiempo, pero conocieron cierto éxito filosófico
de la tecnología genética a fin de mejorar el «pool» genéti- (la filosofía de Herbert Spencer, basada en el más puro y
co humano y quienes defienden la libertad de los indivi- duro darwinismo social: solo los aptos tienen que sobrevi-
duos a no ser modificados sin su consentimiento previo vir económicamente) que acompañó su lenta pero sólida
(circunstancia que elimina toda mejora al margen de la sa- instauración. De hecho, la eugenesia nace de este espíritu
lud del futuro niño). De nuevo se plantean problemas so- evolucionista. Se da la paradoja de que en EE. UU., un
bre el uso y abuso de la tecnología que invade la esfera de país muy neodarwinista en muchos aspectos, hay todavía
lo privado, esto es, la política que alcanza a los individuos estados donde su enseñanza está prohibida. Sin embargo,
particulares, ya no solo en sus decisiones, sino también en es interesante notar que el darwinismo se ha trasladado ha-
su propia constitución física. Y por 10 tanto se trata de cia otros terrenos, abusando de su concepto central, la evo-
nuevo de un serio problema de ética tecnológica. En el lución. Desde el punto de vista tecnológico, este evolucio-
fondo del debate de esta neoeugenesia génica se encuentra nismo tiene diversos significados. Un sentido de la
el problema filosófico del (supuesto) fracaso del humanis- evolución tecnológica se basa en entender que los instru-
mo. No obstante, la sustitución de una visión obsoleta del mentos y sistemas forman parte de una suerte de «ecosiste-
humanismo por un cientificismo desaforado solo parece ma», en el que los más aptos sobreviven porque satisfacen
una manera de avivar el problema. ya que no resuelve sino mejor las condiciones del mercado. Esta idea se apoya asi-
que multiplica los interrogantes éticos. En este aspecto. si mismo en un concepto muy particular de progreso. Por
bien son discutibles ciertas tecnologías y usos de la genéti- ejemplo, el experto en inteligencia artificial y robótica
ca, la eugenesia parece un camino sin salida ética. de si- Hans Moravec considera que la tecnología es una exten-
niestro recuerdo y, en verdad, una de las amenazas más sión del programa evolutivo de la naturaleza en el ser hu-
graves a la especie humana tal como la conocemos y con- mano. De ahí que, según él, los próximos seres que ocu-
cebimos. parán el vértice de la escala evolutiva serán los robots

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CARTA AL HUMO ClBERNETfCUS APÉNDICE A

inteligentes (El hombre mecánico). El ser humano sería en- económica creciente del conjunto de los países del mundo,
tonces un eslabón más en la cadena y su producción tecnoló- provocada por el aumento del volumen y la variedad de las
gica, el resultado de un determinismo tecnológico que es- transacciones transfrorueriras de bienes y servicios, así
capa a su control. Pero hay indicios de que no siempre como de los flujos internacionales de capitales, al tiempo
ocurre de esta manera: el sistema de vídeo 2(K)() era muy su- que la difusión acelerada y generalizada de tecnología. Ob-
perior al VHS en cuanto a prestaciones y calidad de imagen, viamente, esta es la definición canónica de la globalización
y sin embargo las razones empresariales acabaron con él. La oficial y neoliberal, que insiste en el aspecto de innovación
tecnología en sí misma parecería una fuerza muy contraria al tecnológica que da lugar a la «nueva economía», asociada al
proceso evolutivo, pues se caracteriza por traer a la existen- fenómeno globalizador. Por tanto, es la tecnociencia occi-
cia entidades que aparecen gracias al ingenio humano, sin dental, y especialmente Internet, las que han creado las con-
formar parte ni de fuerzas preexistentes ni de azares: la tec- diciones de posibilidad para pensar en un espacio global, en
nología tiene una finalidad, un diseño y una mente que trata el que se rompen las barreras informacionales del espacio-
de controlar sus transformaciones y de ahí su impredecibili- tiempo. Aunque en el pasado ya se dieron fenómenos de ca-
dad. Aun así, la evolución se transforma en un reclamo pu- rácter globalizador como la extensión de ciertas religiones
blicitario para expresar la calidad del producto tecnológico proselitistas como el cristianismo o el proceso protoglobali-
en numerosos anuncios (eevolucionario» frente a «revolu- zador de la llamada mundialiracián. con la revolución de
cionario», como decía un anuncio de automóviles), transfor- los transportes y las primeras telecomunicaciones. De acuer-
mándose en un mero recurso retórico basado en la credibili- do con Peter Sloterdijk (Esferas), la globalización occiden-
dad de la ciencia. A pesar de todo, no cabe duda de que el tal comienza en el siglo XVI, cuando aparecen las primeras
evolucionismo tecnológico es una teoría muy atractiva, que esferas armilares y globos terráqueos, se introduce la cos-
mología copemicana y la Tierra deja de ser el centro del
domina en numerosas disciplinas y seudodisciplinas, como
universo, convirtiéndose en un globo aislado flotando en el
la «meméticas de Richard Dawkins (evolucionismo infor-
espacio. El esfuerzo tecnocientífico sería en realidad el in-
macional) y que desemboca en planteamientos tan irraciona-
tento de cubrir o crear una esfera de comunicaciones tecno-
les como la visión escatológica del Punto Omega, del físico
lógicas que nos proteja del viento helador del cosmos. La
Frank Tipler. Frente a esta corriente tecnoevolucionista,
globalización también se puede definir de manera más com-
otros autores como George Basalla (La evolución de la tec-
pleja como la consecución planetaria de una única forma so-
nología) plantean una visión diferente y antidetermista de la
cial universal caracterizada por un sistema político ---demo-
tecnología, que coincide con la expectativa crítica de CTS
cracia-, un sistema económico -libre mercado-e- y un
de que puede haber «tecnologías alternativas», mediadas por
sistema cultural -multiculturalismo occidental-c-, que de-
otros paradigmas culturales e históricos.
biera ser el patrón unificador para todos los pueblos y nacio-
nes. La globalización se manifiesta así en la intemacíonali-
Globalización. La globalización que designa difusa- zación (mercado mundial), transnacionalización (empresas
mente el momento histórico en el que vivimos se caracteri- o corporaciones multinacionales) y la aparición de institu-
za, según definición del FMI, por ser: la interdependencia ciones globales, sobre todo económicas, con poder sobre to-

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CARTA AL HOMO ClBERNETlCUS APÉNDICE A

das las naciones como el FMI, la üMe, el G-7 y otras pare- (http://www.spgloba1.orglspanishlforos/fglobalz.htm). Frente
cidas. Pero también existen otros aspectos negativos de la a la «globalización realmente existente» (Joaquín Estefanía),
globalización, cuando esta no abarca la universalización, o considerada como la plataforma tecnológica del enrrbocapi-
globalización de los valores y los derechos hwnanos. Zyg- talismo» (Edward Luttwak), surge así un movimiento hete-
munt Bauman considera que los sistemas politicos actuales rogéneo de nueva izquierda que pretende que, como dice su
están tan completamente sobrepasados por el flujo de los máxima, otro mundo es posible. De acuerdo con esta filoso-
acontecimientos que es necesario crear, con un enorme es- fía, los estudios CTS han contribuido a la idea de las tecno-
fuerzo de imaginación, otros sistemas políticos capaces de logías y energías alternativas, que harían posible un mundo
humanizar la globalización. Hay, en su opinión, muchos as- que distribuya la riqueza y respete el medio ambiente.
pectos negativos: La globaliracion divide tanto como une,
siendo las causas de la división idénticas a las que promo-
Ludismo. Se conoce como movimiento ludita a los
cionan la uniformiracion del globo. Lo que aparece como
grupos que protagonizaron las revueltas obreras organiza-
globalización para unos implica localización para otros: lo
das en los condados ingleses de Nottingham, Lancashire.
que indica una nueva libertad para algunos se convierte
Cheshire, Derbysbire, Leicester y York, que se producen
para muchos en un destino cruel y no querido. La movilidad
escala el rango del más alto de los valores más deseados
entre 1811 y 1813. El1íder de estas revueltas, un persona-
y la libertad para moverse, una mercancía perpetuamente je ficticio llamado Ned Ludd, inducía supuestamente a sus
escasa y desigual, se convierte rápidamente en en el ma- seguidores a la destrucción de los por entonces nuevos
yor factor de estratificación de nuestros últimos tiempos molinos que habían sustituido a la mano de obra de la
posmodemos. La sociedad individuaiírada. Los globalistas, zona. El Gobierno inglés se tomó muy en serio estos dis-
o globalizadores, son los dueños del mundo, mientras que los turbios y envió a más de 11.000 soldados para reprimir a
globalizados locales son quienes sufren todos sus aspectos los obreros. El poeta romántico lord Byron se erigió en
negativos. Quizá una forma de resistencia sea buscar un es- defensor de este movimiento, interviniendo en la Cámara
pacio intermedio que ha sido definido como «glocal». esto de los Lores para pedir comprensión ante la desesperación
es, una síntesis equilibrada y dinámica entre 10 local y lo glo- de trabajadores honrados que se veían forzados a luchar
bal, que minimice los efectos negativos de la globalización, por su subsistencia (http://trace.ntu.ac.uklwww/webwarp-
en gran medida gracias a las redes de participación cívica, weft/luddites/story.htm). Como refleja en su poema La
basadas en el viejo eslogan: Piensa globalmente y actúa lo- canción de los ludditas, en la que escribe: Así nosotros,
camente. En este sentido, los movimientos críticos contra la muchachos, así nosotros / moriremos luchando o vivire-
globalización, mal llarnados «antiglobalización», en realidad mos libres. / i Y abajo con todos los reyes excepto el Rey
partidarios de una globalización alternativa, han supuesto un Luddl Su impacto cultural fue considerable y algunos
ilusionante proyecto, que confiere un nuevo sentido cibercul- consideran que la célebre novela de Samuel Butler Erew-
tural a la política, entendida esta como una (hiper)política ba- hon es en realidad un alegato ludita. En realidad, la histo-
sada en la constitución de redes de activistas cívicos, aleja- ria nos muestra cómo este tipo de rebeliones contra la tec-
dos de las tradicionales estructuras jerárquicas de los partidos nología, debido a sus efectos en el trabajo y el salario, se

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CARTA AL HOMO ClRERNET1CUS APF:NDlCEA

repiten en muchos lugares y en épocas diferentes, como (Fheodore Kazynski). No es un movimiento homogéneo y
durante la introducción del vapor como fuente de energía. el estigma de la violencia puede en ocasiones desacreditar
Por extensión, el término se ha convertido en sinónimo una corriente de pensamiento sobre la tecnología que tiene
para todos los que rechazan o tienen miedo al cambio tec- sus elementos interesantes. Contribuciones al Iudismo con-
nológico. Jobo Kilkpatrick Sale, uno de los mayores estu- temporáneo las han realizado, entre otros, filósofos como
diosos actuales, afirma: En cualquier sitio en el que se en- Jacques Elull, David Noble, Andrew Peenberg o John Zer-
cuentren neoluditas tratarán de dar testimonio sobre la zan, y escritores como Thomas Pynchon (El arco iris de la
pequeña y secreta verdad que descansa en el corazón de la gravedad) que poco tienen que ver con los más radicales
experiencia moderna: a tuda lo que se presume como bene- (httpJ/carbon.cudenver.edu/-mryder/itc_datal1uddite.html),
ficioso, rápido, fácil, poderoso o valioso, la tecnología in- aunque el Manifiesto de Unabomber sea uno de los textos
dustrial le pone un precio y en el mundo contemporáneo sobre crítica de la tecnología más leídos en los últimos
ese precio siempre crece y siempre es más amenazante. tiempos .. Entre todos los neoluditas contemporáneos,
Desde luego, en la medida en que el industrialismo es ine- quizá el más extraño sea Bill Joy, pues, habiendo sido el
vitable e inherentemente descuidado con el destino colecti- director de una gran compañía de desarrollo informático,
vo de la humanidad o de la tierra, de los cuales extrae su Sun Microsystems, publicó en Wired un célebre y asustado
riqueza »-despues de todo, para el capitalismo eso son ex- artículo, El lado oscuro de la tecnología (hup://www.com-
temalídades-« parece cada vez más cierto llegar a un pa- monweallhc1ub.org/newsletJjoy.html). Paradójicamente,
roxismo de desigualdad económica y disturbios sociales, si Internet, uno de los sistemas tecnológicos más poderosos
no con la degradación y el agotamiento de la propia bioes- en la actualidad, sirve de medio de comunicación, inter-
[era (http://www.ensu.ucalgary.cal-terryIluddite/sale.html). cambio y coordinación entre los luditas contemporáneos.
Es cierto que todo cambio tecnológico supone una profun- Pero tal vez la contradicción sea aparente y lo que real-
da transformación, que suele afectar, sin posibilidad de mente busca elludismo es, en el fondo, encontrar una tec-
contestación, a amplios sectores de la población. Conse- nología más humana. Elludismo bien entendido ha de ser
cuentemente, es previsible la aparición de grupos que tra- uno de los ingredientes del CTS crítico y activista, no en
ten de resistirse a la violencia de este cambio, cuyo mode- el sentido tópico de una antitecnologfa radical, sino como
lo sea una sociedad con un perfil bajo de tecnología y que apuesta por una tecnología alternativa.
se modele en torno a un neoarcaísmo comunítarista y eco-
lógico. Elludismo ha sido y sigue siendo una filosofía po- Máquina. El desarrollo tecnológico occidental ha esta-
lítica de corte anarquista que ha proporcionado las críticas do basado en la preponderancia y desarrollo del concepto de
más fuertes al tecnologismo occidental, aunque lastrada máquina, como artefacto mecánico que sustituye las labores
por cierto irrealismo de principio y las tentaciones violen- pesadas que el ser humano llevaba a cabo gracias a ciertas
tas del sabotaje (su concepto nuclear), que pueden derivar técnicas o herramientas. De origen latino, nuestro dicciona-
en las contraproducentes guerrillas urbanas como el Black rio define la máquina como «artificio para aprovechar, diri-
Bloc antiglobalización (denunciado por Susan George) e gir o regular la acción de una fuerza», y su referencia remo-
incluso en el puro terrorismo, como el de Unabomber ta está en los molinos y otros dispositivos de la Antigüedad.

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CARTA AL HOMO ClBERNIJIC¡'S APÉNDICE A

La capacidad de generar cada vez más fuerza es lo que seña- toda su potencialidad en la época de la cibercultura, en la
la su desarrollo. Nuestro mundo hipertecnologizado se ha cual se ha producido la superrnéquina, el ordenador infor-
poblado de máquinas, útiles o inútiles, que conviven con mático que en sus diferentes versiones controla nuestra
nosotros cambiando progresivamente nuestro estilo de vida y, se augura, dará lugar incluso a una máquina expo-
vida. De hecho, nuestra vida actual sería inconcebible sin nencialmente más inteligente y poderosa, una entidad vir-
esas máquinas omnipresentes que nos sirven o nos esclavi- tualmente divina. Frente a esta exaltación tecnohermética
zan, como el televisor, el frigorífico, el teléfono o el auto- de la máquina, los estudios CTS comparten la idea huma-
móvil, hasta el punto que devoran y transfiguran a través de nista de producción solo de máquinas útiles y de su uso
las cibertecnologías el ámbito doméstico, desde que premo- convivencial y limitado de acuerdo con un enfoque pura-
nitoriamente la casa se convirtiera, tal como señalara Le mente instrumental (hup:llxroads.virginia.edul-MA01/Lis-
Corbusier, el padre de la arquitectura moderna, en una má- le/30homelassimilatelassimilate.html).
quina de habitar (Hacia una arquitectura). Los ámbitos y
los objetos se convierten en máquinas, cada vez más «inte- Paradigma. De acuerdo con Hans Blumenberg (Las
ligentes}" manejables y pequeños (a través del diseño mi- realidades en que vivimos), el físico y escritor Georg Lich-
niaturizado y la nanotecnología), hasta el extremo que pue- tenberg fue uno de los primeros en utilizar este término apli-
den proporcionarnos robots humanoides y amenazan con cado a la ciencia, en concreto a la astronomía. En 1962 el
convertimos en híbridas de máquina y carne, en cyborgs. físico e historiador de la ciencia Thomas Khun introdujo en
La visión mecanicista del hombre desde el Renacimineto a el estudio del desarrollo científico la perspectiva social, des-
Descartes (Paolo Rossi. Los filósofos y las máquinas) tiene cuidada hasta entonces. Conceptos como «revolución cientí-
su expresión más clara en su continuador, Julien Offroy de fica) o «paradigma» indicarfan cómo la ciencia, al igual que
La Mettrie y su El hombre máquina, que concibe al ser hu- otras disciplinas humanas, se desarrolla con saltos radicales
mano como un mero artefacto biológico. El triunfo de esta y terremotos epistemológicos. Cuando se establece un para-
visión mecanicista-maquinista en la vida y la sociedad, solo digma (por ejemplo, la cosmología aristotélica, lo que Kuhn
cuestionada por el marginal ludismo, nos ha conducido llama un momento de «ciencia normal»), sus miembros la
a las profecías disparatadas de la lA fuerte, de Marvin expanden e incluso se resisten a aceptar que diversos fenó-
Minsky y Hans Moravec, acerca de un mundo poshumano menos la contradigan. Solamente cuando se acumulan de-
poblado solo por nuestras herederas las máquinas inteligen- masiadas contradicciones, se produce un cambio brusco
tes o al escenario catastrófico, explotado por la ciencia- hacia otro paradigma con mayor poder explicativo y se pro-
ficción, de las máquinas autorreplicantes de Van Newman duce un avance revolucionario en la ciencia. El término, de
que atacan a la humanidad e infestan el universo. Esta con- feliz acuñación, ha tenido un éxito excesivo y a menudo se
cepción, aparte de proyecciones futuristas. ya tiene su reali- tri vializa su significado. El propio Kuhn reconoció que el
dad en el concepto de la «rnegaméquina» de Lewis Mum- término paradigma era confuso, de ahf que Margaret Mas-
ford (El miro de la máquina) que concibe la sociedad actual terman (Criticism and the Growth ofKnowledge) presentara
como una inmensa maquinaria humana al servicio de las una aguda crítica ante la diversidad de significados que se le
grandes obras de la tecnociencia. Esta tendencia adquiere asignan, al menos tres: metafísico, sociológico y constructi-

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CARTA AL HOMO CIBER.'iETICUS
APÉNDICE A

vista (también es interesante el artículo «The Nature of a Pa- negociación debiera ser el contexto habitual de las relacio-
radigm». de Imre Lakatos y Alan Musgrave). En cualquier nes entre las administraciones, las empresas privadas y los
caso, tiene su utilidad y sentido, como cuando Manuel Cas- ciudadanos, pero en nuestra sociedad tecnocrática, domina-
tells (La Galaxia Internet) define el momento actual como da por los expertos, los escenarios más usuales son la con-
«paradigma informacional», ya que caracteriza disciplinas frontación o el desprecio a las demandas cívicas. De ahí que
tan importantes de nuestro tiempo como la informática, la se haga cada vez mars urgente la redefinición del sentido de
genética o la nueva economía (http://www.emory.edulEDU- la participación propugnada por CTS o los grupos antiglo-
CATION/mfplKuhnsnap.html). La reflexión crítica sobre la balización, en el sentido de ampliar los cauces participati-
tecnología actual no puede así sustraerse del paradigma in- vos de carácter político. En este aspecto, una de las figuras
formacional, sobre el cual, no obstante, aparecen varias ver- más interesantes de participación directa, aunque también
siones, uno abierta y cibercultural, frente a otra de carácter de las menos ejercitadas, es la del referéndum. Por ejem-
determinista o tecnohennético. plo, los suizos votaron. si se debía permitir o no la ingenie-
ría genética (animales y plantas transgénicos) en su país.
Participación. La participación siempre ha sido uno de Finalmente, se aprobó continuar con este tipo de estudios
los elementos distintivos de la perspectiva CTS sobre la tec- (http://www.k1uyver.stm.tudelft.nVefb/tgppb/pdf/eng8.pdf.).
nociencia. No cabe duda de que gran parte del espíritu y del La participación ciudadana es un requisito inexcusable para
resolver los conflictos tecnológicos de forma pacífica y al
sentido de los estudios CTS es precisamente su puesta en
práctica, a través de diversos niveles de participación. Si la mismo tiempo para profundizar en una visión ampliada y no
solamente formalista de 10 que debe ser la democracia
divulgación de la tecnociencia ha de servir para hacer cons-
(http://www.bisn.orglSpanish/SApdx3.html).
cientes a los ciudadanos de cuáles son los peligros y hacia
dónde se dirigen los fondos que ellos pagan, el resultado fi-
Política científica. La política científica aparece en el
nal deseable debiera ser precisamente habilitar sistemas de
contexto de la Big Science (ciencia a gran escala) caracte-
participación y de toma de decisiones al respecto. No obs-
rizado por el uso de equipamientos caros y el trabajo de
tante, la historia de la tecnociencia moderna nos ha demos-
individuos superespecializados. El primer ejemplo de po-
trado que los casos de participación son siempre escasos y
lítica científica es seguramente el proyecto Manhattan
forzados en su mayoría por el descontento ciudadano. En
para construir la bomba atómica, en el cual se entiende
esta coyuntura, la apuesta por el activismo cívico es una de
que con suficientes medios y personal, en un plazo de
las vías disponibles más alentadoras para regenerar el tejido tiempo concreto (2 años) era posible conseguir un resulta-
social como garante de una aplicación ética de la tecnología. do práctico, en este caso la construcción de la bomba ató-
La participación de redes cívicas, ya sea a través de asocia- mica. Por 10 tanto, la tecnociencia adopta los métodos de
ciones, plataformas o comunidades virtuales, y especial- «management» de la industria, aunque esas planificacio-
mente las de carácter local, resulta imprescindible para evi- nes han existido antes (por ejemplo, en la Alemania nazi
tar los peligros de determinadas tecnologías y para avanzar con el ministro de Industria y Armamento Albert Speer).
en el desarrollo de tecnologías alternativas. El diálogo y la Es cierto que el personal científico es diferente a otro tipo

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CARTA AL HOMO ClBERNETICVS APÉNDICE A

de trabajadores, por lo que es necesaria una política espe- logías, terrenos ambos en los que se juega el desarrollo in-
cífica. En la actualidad, el dinero público dedicado a la in- mediato de nuestra sociedad.
vestigación tecnocientífica se ha convertido en un medi-
dor de desarrollo de los países. Así, EE. UU. dedica Progreso. El progreso, en la noción popular del térmi-
actualmente el 6 % de su PIB a esta materia; la EUE, una no, evoca la mejora de las condiciones para el género hu-
media del 2,3, y España. aproximadamente el 1,3 %. En mano en el transcurso del tiempo. En su origen. esta idea
este sentido, la política sobre la ciencia y la tecnología im- pertenece a la tradición cristiana, especialmente codificada
plica un supuesto «seguro» para el futuro. las bases del por San Agustín en La ciudad de Dios, e implica la com-
progreso económico y social, pues es el medio de conti- prensión del tiempo como una línea recta en la que el futu-
nuar siendo competitivos. En España se comienza a pen- ro se presenta como juicio escatológico, hacia la utopía sal-
sar en estas cuestiones con el Acta de 1986 para un plan vadora o la condena eterna. Esta idea del progreso fue
general de Ciencia y Tecnología. Y la importancia política adoptada por el pensamiento laico, especialmente por los
asignada es tal que en el año 2000 se crea el Ministerio de ilustrados franceses y los marxistas, para los cuales la ley
Ciencia y Tecnología (2000). Ahora la investigación apo- histórica predominante nos conduce a una situación paradi-
yada desde la política se divide en I + D (R & D, Research siaca, bien por la extensión del saber (la razón) o bien por
& Development: Investigación y Desarrollo) e 1 + D + I la lucha de clases. Por otro lado, tal como señala Don Ihde,
(R + D + T Research, Development and Implementation: hay dos actitudes simétricas respecto a él. Primeramente, se
Investigación, Desarrollo e Innovación). Pero esto es solo encuentran los que consideran que en su nombre se justifi-
una parte; la política científica debe también establecer los ca todo el esfuerzo tecnológico presente y que nos dirigi-
estándares éticos y legales del desarrollo científico. Asi- mos hacia una utopía (una evolución ineluctable, marcada
mismo, debería comprender la participación de la ciuda- por un misterioso detenninismo tecnológico). En este sen-
danía. ya que son sus fondos los que se gastan. Supuesta- tido, la tecnociencia actúa como guía para lograr el equili-
mente, son los comités de expertos y políticos los que brio de la sociedad, a través de cierta ingeniería social y de
deciden qué política tecnológica es la más adecuada para los avances tecnológicos, que debieran permitimos vivir
el país. Generalmente esto aparece en los programas de más felices. Es decir. el futuro siempre será mejor que el
los partidos, pero raramente se discute sobre ello pasado o el prese~te, a pesar de los fallos parciales que ha-
(http://www.ciencia.cVCienciaAlDia/volumen4/numerol/a llemos en el camino y que iremos subsanando con el tiem-
rticulos/articuloz.htrnl). Desde una perspectiva crítica y po, progresivamente. En contra de esta opinión se halla la
global de CTS, se hace necesario cada vez más revisar las de aquellos que consideran que el progreso tecnológico nos
políticas científicas de los gobiernos y los organismos in- está acercando. progresivamente, al desastre. A pesar de la
ternacionales, de manera que respondan a las demandas aparente mejora de las condiciones de vida (mayor riqueza,
sociales, a criterios razonables de desarrollo y a valoracio- longevidad, recursos médicos. etc.), al final del progreso,
nes éticas. En este aspecto, es preciso ser especialmente supuestamente sostenihle, nos encontraremos con un lími-
sensible y cuidadoso, respecto de la política científica en te, el agotamiento de los recursos o la guerra. esto es, el
el ámbito educativo y en la aplicación de las nuevas tecno- eonñicto o la catástrofe. Entre los denostadores del pro-

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CARTA AL HOMO ClBERNETlCUS APÉNDICE A

greso se encuentran los que piensan recuperar el mito de la Riesgo tecnológico. Se conoce por riesgo tecnológico
«Edad Dorada», una condición mítica y primordial de li- las consecuencias negativas que podrían darse ante la im-
bertad y felicidad, con frecuencia atecnológica, que vamos plantación de una innovación o de un sistema tecnológico
perdiendo progresivamente, como supone elludita radical nuevo. El riesgo ha sido un término empleado en las cien-
John Zerzan en su Futuro imperfecto. En otro sentido, cias naturales y en la matemática, tradicionalmente con me-
Agustín García Calvo, un pensador libertario más coheren- todologías estadística". Se han generado así diversos instru-
te y cercano a la visión convivencial de ciertas tecnologías mentos conceptuales como la teoría del juego y los árboles
(el ferrocarril, por ejemplo), denuncia la existencia de un de variantes, y en física y biología las popularizada" «teorías
devastador «progreso progresado» que todo lo justifica. En del caos». Pero junto a la comprensión cuantitativa existe
realidad, resulta tremendamente difícil evaluar si realmente una percepción del riesgo que tiene un elemento cualitativo,
existe progreso o no en la tecnociencia. Nos faltan datos pues depende del sujeto que 10 percibe. Esta percepción no
comparativos fiables y aun debiéramos definir previamente solo se encuentra mediada por motivos psicológicos, sino
los valores implicados en cada visión. Pero una reflexión también sociales y culturales. Por ello se puede hablar de
como la de Karl Kraus merece al menos nuestra atención: una construcción social del riesgo; por ejemplo, aunque el
¡No hay respiro para la cultura, y en estos tiempos la hu- viaje en automóvil es mucho más peligroso que el vuelo en
manidad yace sin vida junto a unos obras cuya invención le avión, una gran parte de la población considerará el segundo
ha costado tanta inteligencia que ya no le queda resto de como más aniesgado que el primero. En cualquier caso, la
ella para manejarlas. Hemos sido lo suficientemente com- percepción pública debería tener una importante incidencia
plejos como para construir máquinas y somos demasiado en la toma de decisiones, como participación, porque el
primitivos para ponerlas en funcionamiento. Estamos im- concepto de riesgo evoluciona de acuerdo con estos patro-
plantando un sistema de comunicación a escala mundial nes psicológicos, sociales y culturales. A pesar de la posible
sustentado en raquíticas líneas de pensamiento. De la te- disparidad de estas perspectivas sobre el riesgo, es cierto
rrible devastación producida por la prensa impresa aun no que existe una serie de elementos comunes a todo estudio
podemos ní formamos una idea. He11Ws inventado el avión, sobre el riesgo como la posibilidad de daños y beneficios
pero nuestra imaginación avanza a la velocidad de una di- inesperados y la incertidumbre respecto al resultado final.
ligencia. Automóviles, teléfonos y propagación masiva de De acuerdo con la visión del detenninismo tecnológico, no
la estupidez; ¿quién puede adivinar cómo estarán confor- tiene sentido hablar de riesgo, porque el sistema se desarro-
mados los cerebros de la generación venidera? (Contra los lla y autorregula por su cuenta y, en todo caso, se pueden
periodistas y otros contras). Finalmente, la valoración del realizar predicciones simuladas pero no combatir los cam-
progreso depende de nuesta visión ideológica del ser huma- bios. Emprender un cambio que implica riesgos solo tiene
no o de la sociedad, más allá del avance cierto de la tec- sentido cuando se puede obtener un beneficio y ello implica
nociencia, lo cual nos puede llevar a las paradojas de con- que puedan ocurrir efectos inesperados y dañinos. Pero de
siderar que no todo el aparente progreso tecnocientífico acuerdo con el especialista en el tema Ulrich Beck (La so-
suponga un progreso humano o, incluso, que en ciertos as- ciedad del riesgo: hacia una nueva modernidad). estamos
pectos quizá no sea necesario progresar. entrando en una etapa del riesgo que afecta a la estrucrura

214 215
CARTA AL HOMO ClRHINf.IICUS APÉNDICE A

social en su totalidad. Si bien es cierto que siempre han económica que satisface las necesidades de la generación
existido riesgos, atribuidos a causas naturales, divinas o me- presente sin afectar la capacidad de las generaciones futu-
tafísicas, ahora la principal causa del riesgo es la innovación ras de satisfacer sus propias necesidades. La sostenibiiídad
tecnológica. cuyo control escapa a las instituciones encarga- se basa en tres componentes: el económico, el social y el
das de la seguridad de los ciudadanos. Existe por tanto una ambiental. Los aspectos económicos de la sostenibilidad
sensación «difusa» de riesgo, aumentada por la falta de con- comprenden, entre otros, el rendimiento financiero, la re-
trol político y económico sobre las innovaciones tecnológi- muneración de empleados y las contribuciones a la comu-
cas, que quizá se manifiesta con un perfil de posible catás- nidad. Como ejemplos de los aspectos sociales están las
trofe, especialmente en el desarrollo genético (eugenesia), políticas de beneficio público, las normas de equidad labo-
el fin de la biodiversidad y la degradación del medio ral y el trato justo de empleados. En los aspectos ambien-
ambiente y las arrnas de destrucción masiva. El desarrollo tales se incluyen los efectos en el aire, agua, tierra, recur-
sostenible se convierte así en un modelo de desarrollo para sos naturales y salud de los humanos. Nótese que en la
paliar y controlar estos riesgos. Asimismo, el riesgo se ex- segunda definición se emplean conceptos que van más allá
tiende en dos ejes muy amplios en el espacio y el tiempo: de los medioambientales. La cuestión es hasta cierto punto
abarca a todo el planeta y también a las generaciones futu- simple; la capacidad de regeneración de la naturaleza es
ras. Beck señala también que el riesgo no se reparte igual- limitada. Y frente a la forma tradicional de entender el cre-
mente para todos los individuos; hay quienes pueden esca- cimiento económico, que no tiene en cuenta el medio am-
par o guarecerse mejor de ese riesgo, y hay quien vive a la biente, se propone como solución un modelo económico al-
intemperie de todos los riegos (http://www.gencat.es/me- ternativo que instaure ciertos límites. Así que se plantea la
diamb/revista/rev24-4.htm). Y en este aspecto, la valoración dialéctica entre crecimiento y desarrollo como dos términos
universal de los riesgos ha de ser la prioridad absoluta desde antagónicos, aunque en algunos discursos tiendan a confun-
un CTS crítico y activista, porque no es posible admitir éti- dirse. Pero este modelo no es nada sencillo de establecer.
camente los privilegios sociales y económicos a la hora de En la globalización la distribución de las fuentes de rique-
introducir una tecnología peligrosa. La es muy desigual. Controlar los recursos naturales es más
sencillo en EE. DU. o en Europa que en los países el Tercer
Sostenible. La definición más tradicional del término, Mundo, porque estos últimos tienen su principal fuente de
según el informe Brundtland (1990) es: El desarrollo que ingresos en la explotación y exportación de materias pri-
es capaz de satisfacer las necesidades actuales sin compro- mas. y necesariamente surgen conflictos entre los intereses
meter los recursos y posibilidades de las futuras generacio- industriales, los culturales y los ecológicos. Desde el punto
nes (hup://ccqc.pangea.org/castJsosteni/soscast.htm). Este de vista social hay que buscar un equilibrio, una participa-
informe sirvió de preparación para la Cumbre de Río de Ja- ción de la sociedad y la preservación de las diferentes cul-
neiro sobre el Medio Ambiente celebrada en 1992. Pero es turas. Desde el punto de vista económico hay que lograr la
posible ampliar esta definición aun más; de acuerdo con la remuneración justa de los trabajadores, satisfacer las nece-
compañía farmacéutica Bristol Meyers Squibb: El desarro- sidades individuales y un desarrollo agncola e industrial
llo sostenible, o sostenibílidad. se define como la actividad adecuados. Desde el punto de vista ecológico es necesaria

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CARTA AL HOMO C1BERNETlCUS AP~:NlJICE A

la preservación de la biodiversidad, el mantenimiento de síco por medio del uso imaginativo o ingenuo de todos los
los recursos naturales y la limpieza del agua y el aire. Pero. recursos disponibles. 3) No es otra cosa que el área de in-
en realidad, el sistema económico en el que vivimos no tie- teracción entre nosotros, como individuales, y nuestro en-
ne casi nada que ver con esto. A pesar de las diferentes ac- torno, sea natural o espiritual, natural o artificial (Thin-
tas y comisiones ministeriales, lo que realmente ocurre es king Thmugh Technology). También hay que recordar que
que vivimos en una economía de crecimiento, competitiva la técnica es una de las fuerzas en el proceso de hominiza-
y que arrasa los recursos naturales. El desarrollo sostenible ción, acaso la más importante, lo que le lleva a un autor
se ha convertido en la palabra mágica, en una idea que sir- como Juan David García Bacca a su defensa apasionada
ve para tranquilizar esa conciencia ecológica difusa y para como factor esencial de lo humano (Elogio de la técnica).
Si bien es cierto que algunas especies animales emplean
el marketing de las grandes compañías, que muestran así su
útiles rudimentarios para adaptar el medio a sus necesida-
cara más amable. Siendo conscientes de esta manipulación
des (entre los primates. los chimpancés y los gorilas), nin-
retórica, desde CTS es importante utilizar con precisión y
guna otra especie las ha desarrollado como el ser humano.
verdadero sentido este concepto. aunque la inquietante pre-
De acuerdo con Lewis Mumford, la técnica se extiende a
gunta de fondo es si, realmente, a partir de la visión actual
casi todos los dominios de la actividad humana. incluido el
del progreso y de la tecnoclencía occidental, es posible
lenguaje. por 10 que incluso formaría parte de nuestra his-
una verdadera sostenibilidad o todo es un espejismo y una
toria evolutiva.
falacia que desembocará en la catástrofe. Quizá sea tiempo
de buscar otras opciones, otras acepciones más restringidas
Tecnociencia: Este término fue acuñado en los años
y autocríticas del concepto. o acaso de sustituirlo definiti- sesenta por el filósofo de la ciencia Gastan Bachelard al
vamente por otro menos problemático y engañoso. proponer que en la actualidad es muy difícil separar los
dos ámbitos: el conocimiento puro y su aplicación prácti-
Técnica. Comúnmente se entiende como la habilidad ca. En 1987 el filósofo posmoderno Bruno Latour la re-
para conseguir un resultado, ya sea con el empleo de ins- toma y la hace popular como modelo explicativo de la
trumentos o únicamente gracias a la destreza manual, y se actividad científica en general. En este contexto, las inves-
diferenciaría de la tecnología porque no media todavía un tigaciones teóricas de los científicos se emprenden cada
conocimiento científico de carácter teórico. Su origen está vez con más frecuencia para conseguir un resultado prácti-
en el término griego techné y su versión latina es ars; de co. lo que se conoce como I + D (Investigación más Desa-
ahí la expresión. por ejemplo. de «artes mecánicas». tan en rrollo). por lo que es justo adscribir una fuerte relación, de
boga en el Renacimiento y la primera Revolución Indus- facto, entre la ciencia y la tecnología. Por otro lado. la
trial. En la actualidad es un término con múltiples acepcio- ciencia reclama la construcción de aparatos cada vez más
nes. en ocasiones difíciles de precisar. Carl Mitcham reco- sofisticados para poder continuar sus investigaciones, y
ge las siguientes definiciones: 1) El cómo se realizan las ante 10 cual Carl Mitcham propone (Thinking Through
cosas usualmente. 2) El esfuerzo para superar el entorno Technology) que podemos entender que la tecnología es
físico ... y los intentos de sojuzgar o controlar el medio fí- ciencia aplicada (las teorías y leyes que se encuentran en la

218 219
CARTA AL HOMO C1BERNETICf../S APÉNDICE A

ciencia), pero también que la ciencia es tecnología aplica- Tecnología, sería el conjunto de conocimientos basados a
da (el uso de instrumentos cada vez más sofisticados, su vez en conocimientos científicos que permiten la des-
creados ex profeso para la investigación científica). En este cripción, la explicación, el diseño y la aplicación de pro-
aspecto, es preciso recoger la crítica que Hans Blumenberg cedimientos para resolver o conseguir determinados resul-
señala respecto de las nuevas implicaciones interna'> de la tados (Tecnología: un enfoque filosófico). Si admitimos
tecnociencia: Tendencialmente, y debido a la separacián de esta diferencia, consecuentemente, debemos establecer un
instrumento y observador, el aspecto exterior de la «teoría», neto «antes» y «después» en la historia, a partir del mo-
en lo que se refiere a su modo de proceder, se va haciendo mento en el que la técnica da lugar a la tecnología. De
más normal mientras se aleja la ciencia intencionalmente acuerdo con José Sanmartín, no podemos hablar en sentido
del deseo de saber y de la capacidad de saber de la persona estricto de tecnología hasta que aparece la ciencia moder-
corriente. Esto significa, y también sobre todo, que cual- na, con Galileo y Newton. Lo que se produce antes, por
quiera no es capaz ya de comprender qué es lo que en aque- muy espectaculares que sean sus resultados -piénsese,
llos objetos puede absorber una vida de trabajo. Para con- por ejemplo, en la arquitectura egipcia o la ingeniería ro-
trarrestar esta divergencia de la normalidad, grupos cada mana-, no puede ser considerado más que como habilida-
vez más numerosos de publicistas intentan que la teoría y el des o destrezas de carácter técnico. Esta perspectiva, su-
teórico mantenRan su «interés» para un público que paga. pondría apoyar la convicción de Mario Bunge, de que los
Para ello, como no podría ser de otro modo, al trabajador verdaderos problemas humanos son aquellos que se pue-
teórico se le respeta con mayor rapidez cuanto más se acer- den plantear de forma ingenieril. es decir, en los que se
ca al fenotipo familiar del burócrata y reivindica justamente puede establecer un sistema de soluciones basadas en prin-
la seriedad que confiere sobre todo el trato con fuertes su- cipios teóricos. En cierto modo, esta división coincide con
mas de dinero (La risa de la muchacha tracia). En este co- el cambio que existe en la filosofía con respecto a los sa-
nexto social, un nuevo tipo de científico, como representan- beres prácticos, a las tecnés clásicas. No es casual que el
te del conglomerado tecnocientífico, se convierte a menudo primer filósofo que desarroJle una preocupación por lo tec-
en un servidor de los intereses espurios de los Estados y las nológico sea Prancis Bacon, uno de los primeros en inten-
empresas, a la búsqueda de un beneficio inmediato. tar cambiar también el modo de hacer filosofía. Resulta es-
(http://babitat.aq.upm.eslboletin/nI6/aefer.html). pecialmente reveladora su consideración del conocimiento
como conocimiento de causas -siguiendo hasta cierto
Tecnología. lean Pierre Séris considera que en reali- punto a Aristóteles-, pero solo del conocimiento de la
dad técnica y tecnología designan lo mismo, y que simple- causa eficiente como la fuente para conocer las leyes que
mente el segundo término «suena rnejor» y les encanta a rigen el calor, la materia, etc., para poder transformarlas.
los políticos (esto es propio de los polisílabos). Por otra Esto es, lo importante de ese conocimiento es el poder
parte, Ignacio Quintanilla propone una definición para práctico que genera. En esta misma línea se puede encua-
cada término, a fin de permitir su diferenciación; así, Téc- drar el pensamiento crítico de Heidegger sobre la tecnolo-
nica sería el conjunto de habilidades v conocimientos que gía. La ciencia moderna es precisamente la que transforma
sirven para resolver problemas prácticos, mientras que el mundo en un «estar a la mano» o estar a «disposición

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CARTA AL HOMO ClHf.RNErtCUS APÉNDICE A

de». Es interesante notar que la definición de Quintanilla utopías renancentistas: Las utopías más importantes del
sirve tanto para aquellos que consideran lo tecnológico tiempo, Crístíanopoíis. la Ciudad del Sol, por no decir
como un proceso altamente positivo -como Bunge- nada del fragmento de Bacon o de las obras menores de
como para aquellos que consideran que la tecnología supo- Cyrano de Bergerac, todas giran alrededor de la posibili-
ne la decadencia del pensamiento occidental, como Hei- dad de utilizar la máquina para lograr que el mundo sea
degger. Pero ya en los años cincuenta comienza a replantear- más perfecto: la máquina fue el sustituto de la justicia, de
se la cuestión de la técnica con otra perspectiva más fa sobriedad y del valor de Platón; incluso si lo era asi-
global. De acuerdo con Jacques Elull (El siglo XX y la téc- mismo de los ideales cristianos de la gracia y la reden-
nica), la technique. un concepto central para su crítica a la ción. La máquina se presentó como el nuevo demiurgo que
nueva sociedad tecnológica, es entendida como la totali- debía crear unos nuevos cielos y una tierra nueva. Al me-
dad de los métodos alcanzados racionalmente y que tiene nos, como el nuevo Moisés que había de conducir a una
absoluta eficiencia en cualquier campo de la actividad hu- humanidad bárbara a la Tierra de Promisión (Técnica y
mana. Esto es, la tecnología forma un sistema que impone civilización). La tecnología se convierte así. apoyada en
sus propias necesidades, de forma independiente al cálculo una ciega fe en el progreso, en el medio constructivo por
racional indicado antes, al menos desde la perspectiva so- excelencia de una utopía, transformada en tecno-utopía,
cial. Finalmente, la tecnología se encontrará envuelta en que continúa presente en la Ilustración francesa y el positi-
una nueva y controvertida asociación, a través del neolo- vismo de Comte durante el siglo XIX, hasta que, a partir del
gismo tecnociencia, que manifiesta acaso la visión de un siglo XX, comienza a proyectar una sombra amenazadora.
cierto «fin de la ciencia» teórica (John Horgan) derivado A comienzos del siglo, el género de la ciencia-ficción nos
de una visión tecnologicista de la misma. La tecnología si- muestra su contrafigura o «distopía» (1984, Nosotros, Un
gue siendo el tema teórico central de CTS, que requiere ser mundo feliz, Farenhelt 451, etc.), en la cual la tecnología
revisado críticamente y de manera constante para ir acla- es la causa de la tiranía, hasta que a finales del siglo y del
rando sus paradojas y problemas. milenio las distopías proliferan por doquier, como en el
cine (Mad Max, Blade Runner; Mínority report, etc.), dibu-
Utopía. En su origen griego, utopía significa «lugar jando ya el escenario de la pura catástrofe. Es en este mo-
inexistente». por lo que su territorio natural ha sido el pa- "mento cuando aparece en todo su esplendor la visión de la
pel impreso, a partir de su primera ubicación, la Utopía de utopía virtual del ciberespacio, como la reedición de la ci-
Tomás Moro. Estos territorios o ciudades imaginarias, en- vítas ei agustiniana o Nueva Ciudad de Dios, recuperando
tre la literatura y la política, siempre han sido proyectadas su filiación religiosa de carácter tecnohermético. Al mis-
con la esperanza de que posibiliten una vida perfecta, eli- mo tiempo, desde la cibercultura crítica parece resucitar
minando el dolor y el sufrimiento. Y ya desde el Renaci- una suerte de contrautopía anarquista alternativa, basada
miento el esfuerzo tecnológico occidental se ha orientado en las redes ciudadanas y en una tecnología convivencial
hacia la consecución de ese estado ideal, de máximo bien- dirigida a crear las comunidades reales-virtuales de la re-
estar, cuyo imaginario cristaliza en la figura de la utopía. sistencia. Esa es la idea que maneja el cyberpunk y teóri-
Lewis Mumford escribe al respecto de estas fundacionales cos como Hakim Bey en sus Zonas Temporalmente

222 223
CARTA AL HOMO C/Hr.RNUlCUS

Autónomas, calificadas como «utopías piratas» APÉNDICEB


(http://www.geocities.com/Athens/5534/bey.html ). La ta-
rea teórica y práctica más importante de CTS es, en última
instancia, determinar qué hay de cierto en las promesas de Antología de textos
la tecnoutopía para el futuro inmediato -y acaso clausu-
rar definitivamente su esperanza, como un concepto reac-
sobre tecnología
cionario-c-, para construir las microutopías alternativas y
razonables.

ON esta selección de fragmentos, que cubren desde la


C ciencia-ficción a la filosofía de la tecnología pasando
por la sociología o los estudios del futuro, tratamos de mos-
trar la diversidad de enfoques que esta materia tiene en el
mundo presente. Por supuesto existen precedentes, especial-
mente desde el siglo XVI, donde comienza a vislumbrarse la
importancia social de la tecnología, y como tal, aunque sea
brevemente, hemos de incluirlos. Claramente, el siglo xx ha
sido un buen semillero desde la filosofía de la tecnología,
para tematizar esta serie de problemas y hemos incluido un
apartado al respecto. Por otro lado, en todo el libro hemos
intentado mostrar también la importancia del conflicto y de
la polémica en la comprensión de la tecnología. Pero estas
discusiones, gracias a la red. adquieren ese sentido cibercul-
tural que define tan distintamente nuestra época y que nos
colocan en un nuevo contexto. Asimismo, hemos intentado
mostrar cómo, a diferencia de otras épocas, el pensamiento
hispano (en él abarcamos España e Hispanoamérica, tal
como propusimos en La Nueva Ciudad de Dios) ha produci-
do un muy valioso pensamiento CTS y también desde el
punto de vista cibercultural. Finalmente, hay que indicar
que la traducción de algunos textos originales es nuestra.

224 225
CARTA Al. HOMO ClBf:RNFTICUS APÉNDICEB

Antecedentes Conocemos relojes, fuentes artificiales, molinos y


otras máquinas similares que, habiendo sido realizadas por
Todo es número el hombre, sin embargo poseen fuerza para moverse de
Escuela Pitagórica modos distintos en virtud de sus propios medios; creo que
no sería capaz de imaginar tanta diversidad de movimien-
Déjame comenzar observando, primero, que fueron tos en esta, que supongo construida por la mano de Dios,
nueve mil la suma de los años que han transcurrido desde ni de atribuirle el artificio, como para que no tengáis moti-
que la mencionada guerra tuvo lugar entre los que habita- vo para pensar que pudiera ser aventajada por otra.
ban más allá de las Columnas de Hércules y los que vivían
RENÉ DESCARTES, Tratado del hombre
dentro de ellas: esta es la guerra que describiré. De un lado
de los combatientes se sabe que la ciudad de Atenas tuvo
Como en el nacimiento de las criaturas vivas, al princi-
un general que luchó en la guerra: del otro los combatien-
pio tienen una forma incompleta, así ocurre con todas las
tes fueron mandados por los reyes de la Atlántida, de la
innovaciones, pues son nacimientos del tiempo. Y sin em-
cual se decía que era una isla mayor que Libia y Asia, y
bargo, como aquellos que primeramente traen el honor a
que después se hundió por un terremoto, convirtiéndose en
su familia, son normalmente más valiosas que las que tie-
una barrera de barro insuperable para los navegantes que
nen más éxito. Pues el primer precedente (si es bueno) rara
navegaban desde ahí a cualquier parte del océano.
vez se consigue por imitación. Para mal de la naturaleza
PLATÓN, Criüas humana, ya que permanece pervertida, tiene como movi-
miento natural más fuerte la continuidad: pero lo bueno,
La filosofía se divide en teorética, práctica, mecánica y como movimiento forzado, es más fuerte en un principio.
lógica. Estas cuatro comprenden todo el conocimiento. Seguramente toda medicina es una innovación, y quien no
emplee nuevos remedios debe aguardar nuevos males ya
RuGO DE SAINT VICTOR,
que el tiempo es el gran innovador, y si el tiempo altera sin
Summa http://www.newadvent.urglcathenl07521c.htm
duda las cosas a peor, y la sabiduría y el consejo no las al-
Supongo que el cuerpo no es otra cosa que una estatua teran para mejor, ¿cuál será el final? Es verdad que lo que
o máquina de tierra a la que Dios da forma con el expreso se asienta por costumbre, aunque no sea bueno, al menos
propósito de que sea 10 más semejante a nosotros, de modo es adecuado. Y esas cosas que durante mucho tiempo han
que no solo confiere a la misma el color en su exterior y la ido juntas, es como si estuvieran aliadas entre sí; sin em-
fonna en todos nuestros miembros, sino que también dis- bargo, las cosas nuevas no encajan tan bien, y aunque ayu-
pone en su interior todas las piezas requeridas para lograr dan por su utilidad, causan problemas por su inconformi-
que se mueva, coma, respire y, en resumen, imite todas las dad. Además, son como extranjeros, más admirados pero
funciones que nos son propias, así como cuantas podemos menos favorecidos. Todo esto es verdad si el tiempo se de-
imaginar que no provienen sino de la materia y que no de- tuviera, pero se mueve tan claramente que la retención fu-
penden sino de la disposición de los órganos. tura de una costumbre es tan turbulenta como una innova-

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CARTA Al HUMO CIBERNETlCUS
APÉNDICEB

ción, y quienes reverencian demasiado a los viejos tiempos sepa ya quién es -porque al hallarse, en principio, capaz
no son sino una mofa para los nuevos. Sería bueno por lo de ser todo lo imaginable, ya no sabe qué es lo que efecti-
tanto que los hombres y sus innovaciones siguieran el vamente es.
ejemplo del tiempo mismo, que desde luego in~o~a grande
pero tranquilamente, y por grados, apenas percibible. Pues Josá ORTEGA y GASSET, Meditaciones de la técnica
de otra manera, todo lo que sea nuevo no se busca y a ve-
ces repara algo y conjunta con otra cosa. Y quie~ es favo- ¿Quién negaría que esto es correcto? Está claro que se
recido lo toma por una fortuna y agradece al tiempo, y rige por aquello que se tiene ante los ojos cuando se habla
quien es herido por error se lo imputa al autor. de la técnica. La definición instrumental de la técnica es
incluso correcta de un modo tan inquietante, que además
FRANCIS BACON, On Innovaüon. (Essays¡ es aplicable a la técnica moderna, de la que normalmente
se afirma, con una cierta razón, que, frente a la técnica ar-
Fllosofia de la tecnología tesanal de antes, es algo completamente distinto y por tan-
to nuevo. También la central energética, con sus turbinas y
Esta nueva conciencia de la técnica como tal coloca al sus generadores, es un medio fabricado por hombres para
hombre, por vez primera, en una situación radicalmen~e un fin puesto por los hombres. También el avión a reac-
distinta de la que nunca experimentó; en cierto modo, anu- ción y la máquina de alta frecuencia son medios para fines.
tética. Porque hasta ella había predominado en la idea que Por supuesto que una estación de radar es menos sencilla
el hombre tenía su vida, la conciencia de todo lo que podía que una veleta. Por supuesto que la fabricación de una má-
hacer, de lo que no podía hacer, de lo que era incapaz de quina de alta frecuencia necesita del juego combinado de
hacer; en suma, de su debilidad y de su limitación. Pero la distintos procesos de trabajo de la producción técnico-in-
idea que hoy tenemos -reavive ahora cada uno de uste~es dustrial. Por supuesto que una serrería, en un valle perdido
esa idea que tiene- nos coloca en la situación tragicómica de la Selva Negra, es un medio primitivo en comparación
---es decir, cómica, pero también trágica- de que cuando con una central hidroeléctrica del Rin.
se nos ocurre la cosa más extravagante nos sorprendemos Sigue siendo correcto que también la técnica moderna
en azoramiento porque en nuestra última sinceridad no nos es un medio para fines. De ahí que la representación ins-
atrevemos a asegurar que esa extravagancia ---el viaje a trumental de la técnica determine todos los esfuerzos por
los astros, por ejemplo-e- es imposible de realizar. Tene- colocar al hombre en el respecto correcto para con la técnica.
mos que, a lo mejor, en el momento de decir eso llegase un Todo está en manejar de un modo adecuado la técnica
periódico y nos comunicara que, habiéndose logrado pro- como medio. Lo que queremos, como se suele decir, es
porcionar a un proyectil una velocidad de salida superior a «tener la técnica en nuestras manos». Queremos dominarla.
la fuerza de la gravedad, se había colocado un objeto te- El querer dominarla se hace tanto más urgente cuanto ma-
rrestre en las inmediaciones de la Luna. Es decir, que el yor es la amenaza de la técnica de escapar al dominio del
hombre.
hombre está hoy, en su fondo, azorado por la conciencia de
su principal limitación. Y acaso ello contribuye a que no MARTIN HEIDEGGER, La pregunta por fa técnica

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CARTA AL HOMO ClBERNf.I1CUS APÉNDICE B

Así pues, en puridad, no es la vida en general,. sino la Iras aventuras. El hombre que en contrapeso debemos con-
vida humana la que debe considerarse como sujeto del seguir es nuevo solo por contraste con un periodo distor-
progreso. Lo que en el mundo progresa o puede progresar sionado. Revive demandas viejas como eras que deben ser
es el hombre y la transformación de la naturaleza por el satisfechas en nuestra civilización si queremos que esta no
hombre. Entiéndase que al decir «naturaleza» incluyo tam- colapse.
bién la humana. El hombre convierte en bienes na solo las Cada generación debe llevar tanto el peso del pasado
cosas que le rodean, los mares, los ríos, las piedras, los como la responsabilidad del futuro. El presente se ve cada
metales, los árboles, sino también su propia naturaleza hu- vez más como un mero eslabón entre el ayer y el mañana.
mana. La labor del hombre en este Planeta consiste en Nos preocupa poco la cuestión de si el hombre conse-
transformar las cosas indiferentes en bienes, en bonificar guirá alguna vez un estado de infinita perfección. Estamos
la realidad y mejorar de continuo lo ya bonificado, acer- más cerca de la sabiduría antigua que veía la posible evo-
cándole más a la perfección del valor puro. y también en lución moral que el curso del mundo debería tomar.
perfeccionarse a sí mismo, haciéndose cada vez más.:apaz Esto no significa' que debamos resignamos a la cruel-
de rectas estimaciones y más fecundo en la creacron de dad, la desesperanza o a la falta de remedio. Cada genera-
esos bienes en donde encarnan los valores. El progreso es ción debe encontrar una solución distinta para el mismo
la colonización del mundo y la educación del hombre. Y si problema: unir el abismo entre la realidad interior y exte-
a esta labor queremos darle nombre de cultura, entonces rior por medio de establecer un equilibrio dinámico que
puede decirse, con plenitud de sentido, que el progreso es gobierne sus relaciones.
el perfeccionamiento de la cultura. SIGFRED GIEDIEON, La mecanización toma el mando
y claro está que de esa labor no puede, no debe quedar
excluido ningún hombre. A todos incumbe en una u otra Una casa es una máquina de habitar. Baños, sol, agua
forma la función humana de crear bienes. Este universalis- caliente, agua fría, temperatura a voluntad, conservación
mo es todavía hoy muy deficiente. Muchas y grandes ma- de los alimentos, higiene, belleza mediante la proporción.
sas de pueblos hállanse aún apartadas de la convivencia Un sillón es una máquina de sentarse, etc. Maple ha mos-
que pudiéramos llamar cultural. Pero inevitablemente, por trado el camino. Los aguamaniles son máquinas de lavar-
fortuna, van siendo con rapidez incorporados los pueblos a se: Twyford los ha creado.
la colaboración universal, ecuménica. Esta unificación de Nuestra vida moderna, toda nuestra actividad, con ex-
la humanidad planteará sin duda problemas difíciles. Con- cepción de la hora del tilo y de la manzanilla, ha creado sus
fiemos en que los recursos inagotables del espíritu sepan objetos: su traje, su estilográfica, su «eversharp», su máqui-
vencer esas dificultades. na de escribir, su aparato telefónico, sus admirables muebles
MANUEL GARCÍA MORENTE, Ensayos sobre el progreso de oficina, los espejos Saint Gobain y los equipajes «Inno-
vation», la máquina de afeitar Gillette y la pipa inglesa, el
Es hora de que nos volvamos de nuevo humanos y que sombrero hongo y la «Iimousine», el paquebote y el avión.
permitamos a la escala humana gobernar sobre todas nues- LE CORBUSIER, Hacia una arquitectura

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APÉ."lDlCE B
CARTA AL HOMO ClRERNt:TICUS

Está claro que en la técnica están presentes los siguien- ploración con cohetes, ambas derivadas directamente de
tes elementos. Ante todo la ley de la naturaleza; la «técnica los planes de guerra, han sido las manifestaciones más
nunca está>!' en contraposición a la «ley natural», la técnica conspicuas de nuestras instalaciones más letales junto con
es siempre el cumplimiento de la ley natural. Pero con ello los sistemas de comunicaciones de los cuales dependemos.
no basta, dado que la naturaleza, abandonada a sí misma, El hecho que los nuevos medios de exterminio no sirvan a
cumple sus leyes en el tiempo y en el espacio y sin embar- ningún propósito humano presente o futuro, no importa su
go nunca da origen, por ejemplo, a una rueda en movimien- éxito en provocar una «sobremuerte», solo demuestra la
to. Es evidente que otros elementos derivan del espíritu hu- existencia de una capa profunda de irracionalidad psicótica
mano, pero esta afirmación no es suficiente. También un sobre la cual se asientan las fantasías de un arma absoluta,
paseo a la deriva del espíritu humano está en armonía con de un poder absoluto y de un control absoluto. Freud esta-
una ley natural, pero sin embargo no es una técnica. bleció un paralelismo entre los rituales mágicos de los así
Si bien es cierto que la ley natural y el espíritu humano llamados pueblos primitivos y las personalidades neuróti-
se unen en la técnica, queda por ver de qué naturaleza es cas de nuestro tiempo. Pero no existen prácticas en estas
este elemento específicamente humano en el campo de la culturas «atrasadas!') -c-cazadores de cabezas, caníbales o
técnica. practicantes de muertes por vudú- que sea comparable,
en su salvajismo primitivo y corrupción mental, a los pla-
FREDERICH DESSAUER, Filosofía de la técnica, nes de los científicos entrenados, tecnólogos y militares
en MALDONAOO, TOMÁS, Técnica y cultura para infligir muertes colectivas en la especial que los agen-
tes tecnológicos modernos han hecho posible. No es de ex-
Se puede establecer una diferencia entre la tecnología trañar que las nuevas generaciones contemplen a sus inme-
antigua y moderna: la primera se apoya en la guía primor- diatos ancestros con inexpresable horror y rabia.
dial de las habilidades sensoriomotrices, las máximas téc- Comparado con la constante dedicación a la muerte de
nicas y leyes descriptivas, mientras que la otra se apoya en nuestra cultura, el culto egipcio a la muerte, desarrollado
estos recursos a la vez que en reglas y teorías tecnológicas. durante la era de las pirámides con sus magníficas cons-
Uno debe mantener también que la presencia de las reglas trucciones, sus rituales mágicos y sus elaboradas técnicas
y teorías tecnológicas socava la importancia de las habili- de momificación, era una relativa exhibición inocente de
dades y las técnicas. Sería, sin embargo, interesante ver irracionalidad. De hecho, las destrucciones que acompaña-
cómo esas reglas y teorías tecnológicas hicieron posible el ron a las guerras de las primeras máquinas militares eran
nacimiento de la nueva ciencia moderna y cómo a su vez tan limitadas, dado su apoyo sobre la simple energía hu-
fueron capaces de hacer posible el diseño ingenieril. mana y sobre las herramientas manuales, que incluso los
CARL MITCHAM, Thinking Through Technology más extravagantes esfuerzos se podían reparar. Es nuestra
actual eliminación de todo límite la que 10 ha hecho posi-
Como todas las actuaciones técnicas modernas, la ca- ble solo gracias al avance de la ciencia y la tecnología, lo
pacidad de provocar la muerte en masa se ha expandido y que revela la verdadera naturaleza de esta cultura y la elec-
acelerado. Hasta ahora las explosiones nucleares y la ex- ción de su destino.

232 233
CARTA AL HUMO ClHf.R,Vr.TICUS
APÉNDICE fI

Sí, los sacerdotes y los guerreros de la megamáquina ya lo hemos hecho de forma rudimentaria con tranquili-
pueden exterminar a la humanidad; por ello, si John van zantes». Será posible, dice nuestro especialista, producir
Newmann está en 10 correcto, lo harán. Ningún simple la convicción o la impresión de felicidad sin una base real
instinto animal de agresión satisface esta creciente abe-
para ello. Nuestro hombre de la edad dorada, por lo tanto,
rración. Pero algo más que el instinto animal de supervi-
será capaz de «felicidad» en medio de la más completa
vencia -más que un inmenso crecimiento de alerta emo-
privación. ¿Para qué entonces se nos promete una como-
cional, preocupación moral y audacia- será necesario en
didad extraordinaria, higiene, conocimiento y nutrición si,
una escala planetaria si la humanidad ha de salvarse a sí
simplemente manipulando nuestro sistema nerviosa, po-
misma.
demos ser felices sin ellos? El último y flaco motivo que
LEWlS MUMFORD, La megamáquina posiblemente podíamos adscribir a la aventura técnica se
desvanece entonces en el aire gracias a la existencia de la
La filosofía de la tecnología, claramente, no es en sí técnica misma.
misma técnica y no debe serlo. Debe ser una reflexión filo- Pero ¿qué bien lleva a lanzar preguntas sobre los moti-
sófica y una crítica del fenómeno tecnología. Su papel, vos", ¿o por qué hacerlo? Todo eso debe ser el trabajo de
como toda «filosofía de... » no es muy distinto a la crítica algún intelectual miserable que respinga ante el progreso
literaria (o similar) respecto a un cuerpo de actividad espe- tecnológico. La actitud del científico, en cualquier caso, es
cializada. Pero también, como todo campo crítico, la tole- clara. La técnica existe porque es técnica. La edad de oro
rancia, por no decir la apreciación de la crítica, no se toma será porque será. Toda otra cuestión es superflua.
siempre de fonna fácil. Pero, del mismo modo que los es-
critores, artistas o actores (o en este caso los tecnólogos) JACQUES ELULL, El siglo xx y la técnica
pueden librarse de sus críticos, independientemente de lo
antagonistas o amigables que sean, por lo que este campo Que se pongan límites es el primer deber de «toda»
recientemente establecido y las tradiciones de la filosofía responsabilidad, sí, la condición de su existencia, pues
de la tecnología subsistirán a pesar de sus detractores. solo así es posible la sociedad, sin la cual el hombre no
puede ser, ni tampoco su poder sobre la naturaleza. Cuan-
DON IHDE, Philosophy ofTechnology do más libre es la sociedad en sí, o sea, cuanto menos mer-
mada resulte la libertad natural de las especies a través del
Ninguno de nuestros sabios hombres coloca siquiera dominio del hombre sobre los hombres, más evidente e
el final de todas estas maravillas. El por qué es resuelta- imprescindible se vuelve en las relaciones interpersonales
mente sobrepasado. La respuesta que se le ocurriría a el deber de la limitación voluntaria. Algo comparable su-
nuestros contemporáneos es: por mor de la felicidad. De- cede en la relación de la humanidad con la naturaleza. Nos
safortunadamente, no existe ya más cuestión al respecto. hemos tomado más libres en elJa gracias a nuestro poder, y
Uno de nuestros mejores especialistas en enfermedades esta misma libertad trae consigo obligaciones (esta vez, en
nerviosas escribe: «Seremos capaces de modificar las efecto, unilaterales). Yendo al mismo paso que los actos de
emociones, deseos y pensamientos del hombre tal como nuestro poder, nuestro deber bastaría para todo el globo y

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235
CARTA AL HaMO C1BERNETICUS APÉNDICE B

en el futuro lejano. Es el deber de todos nosotros, porque ¡Se ha extinguido! Se ha extinguido. ¿Se ha extingui-
somos coautores en las acciones y beneficiarios de las ga- do? Quizá los poderes de la edad de la máquina no son
nancias del poder colectivo. Aquí y ahora. así nos lo dice verdaderamente sobrenaturales, pero al menos parecen es-
el deber, debemos reprimir nuestro poder, o sea, reducir tar por encima del curso ordinario de la naturaleza para el
nuestro placer, en aras de una humanidad futura que nues- hombre de la calle. Quizá ya no consideramos que nuestro
tros ojos ya no podrán ver. ¿Está dotada nuestra naturaleza deber consista en dedicar estos grandes poderes a la mayor
moral también «para» esto, como lo está para la cercana gloria de Dios, pero aun nos parece impropio dedicarlos a
relación interpersonal? Justicia, respeto, piedad, amor; im- propósitos vanos y egoístas. Hay un pecado, que consiste
pulsos de este tipo, que dormitan en nosotros y que son en el uso de la magia de la automatización moderna para
despertados con la convivencia, nos ayudan a salir de la aumentar las utilidades personales o para desatar los terro-
estrechez del egoísmo. Nada parecido despierta en noso- res apocalípticos de la guerra nuclear. Si este pecado tuvie-
tros la abstracta personificación de una hipotética criatura ra que tener un nombre, dejemos que sea el de simonía o
humana futura; y el miedo a represalias desaparece aquí brujería.
por completo. [...} Mientras sea posible hacer un autómata, sea de
metal o meramente en principio, el estudio de su construc-
HANS lONAS, El principio de responsabilidad
ción y su teoría es una fase legítima de la curiosidad hu-
mana, y la inteligencia humana se estultifica cuando el
Las declaraciones que los contemporáneos saben hacer
hombre establece límites a su curiosidad. Sin embargo,
a propósito de la técnica ofrecen un magro botín. En espe-
hay aspectos de las razones de la automatización que van
cial resulta sorprendente que los técnicos no logren ni si-
más allá de una curiosidad legítima y son pecaminosos en
quiera inscribir su propia definición dentro de una imagen
sí mismos. Pueden ejemplificarse en el tipo particular de
que capte la vida en el conjunto de sus dimensiones.
ingeniero y organizador de la ingeniería que designaremos
La razón de esto es la siguiente: el técnico es sin duda
con el nombre de «adorador de artificios).
el representante del carácter especial de trabajo, pero lo
que a él no le es dado tener es una relación directa con el NOBERT WIENER, Dios & Golem S. A.
carácter total de trabajo. En los sitios donde falta tal rela-
ción ni puede decirse que haya. por muy excelentes que Para poseer una relación verdadera y efectiva con la
sean las prestaciones singulares, un orden que vincule y técnica es preciso ser algo más que un mero técnico. El
que en sí esté libre de contradicciones. La falta de totali- error que no permite que salgan bien las cuentas en ningu-
dad se exterioriza en la aparición de un especialismo de- no de los sitios donde se intentan relacionar la vida con la
senfrenado que intente elevar al rango decisivo el plantea- técnica es siempre el mismo -y da igual que la conclu-
miento particular de los problemas. Mas con ello no sión a que se llegue sea el rechazo o sea la aceptación-o
quedaría decidida ni una sola de las cuestiones significati- Ese error fundamental reside en poner al ser humano en re-
vas, aunque el mundo fuera objeto de una construcción lación inmediata con la técnica -ya viendo en él a su crea-
completa. dor, ya viendo en él a su víctima-o El ser humano aparece

236 237
CARTA AL HOMO C/BERNET/CUS APÉ:-IDlCE B

aquí o bien como un aprendiz de brujo que conjura unas hacia una meta cuidadosamente elegida en un marco deli-
fuerzas a cuyos efectos no es capaz de hacer frente o bien mitado. Ni el registro histórico, ni nuestra comprensión del
como el creador de un progreso ininterrumpido que corre papel actual de la tecnología en la sociedad justifican el re-
presuroso hacia unos paraísos artificiales. torno a la idea de que existe una conexión causal entre los
avances tecnológicos y la mejora general de la especie hu-
E~~sTJÜNGER,Eltrabajador
mana. Por ello, hay que descartar la popular pero ilusoria
noción de progreso tecnológico. En su lugar deberíamos
cultivar el aprecio por la diversidad del mundo producido,
Ciencia, Tecnología y Sociedad la fertilidad de la imaginación tecnológica y la grandeza y
antigüedad de la red de artefactos emparentados.
La reformulación del progreso tecnológico debería ser
aceptable para los contrincantes del debate tecnología GEORGE BASALLA, La evolución de la tecnología
frente a sociedad y satisfacer aun la condición de no reco-
pilar la evidencia del progreso más allá de límites tecnoló- El destino de Prometeo, como el de los héroes más trá-
gicos y culturales y durante largos periodos. Pero todavía gicos, está asociado al concepto de hubris, «orgullo des-
más importante es que todos estos ejemplos están en con- medido». Pero el orgullo, que en el drama lleva a la caída,
sonancia con la analogía evolutiva central de este libro. no es considerado pecaminoso por los grandes autores de
Desde Darwin, los evolucionistas orgánicos han sido rea- tragedia. Es un elemento esencial de la grandeza humana.
cios a aceptar la idea de que la vida evoluciona hacia un Es lo que inspira a los héroes a enfrentarse con el univer-
fin predeterminado. Hay que evitar la mención de la direc- so, a retar el statu quo. Prometeo desafió a Zeus y trajo el
ción, propósito o progreso en relación con la evolución or- conocimiento tecnológico a la raza humana. Prometeo fue
gánica porque se considera que introduce una especulación un revolucionario como lo fueron Gutenberg, Watt, Edison
metafísica en el discurso científico. y Ford. La tecnología es revolucionaria. Por lo tanto, la
Más bien, explico la diversidad artefactual como la hostilidad hacia la tecnología es antirrevolucionaria, esto
manifestación material del las diversas formas que hom- es, es reaccionaria. Este cargo generalmente se allana para
bres y mujeres han elegido a 10 largo de la historia para de- los ecologistas y otros enemigos de la tecnología. Como
finir y mantener su existencia. Aunque se han realizado las los antitecnologistas son tradicionalmente «liberales» en
elecciones conscientemente para satisfacer metas inmedia- sus actitudes, la idea de que son reaccionarios nos lleva a
tas, como la de volar en aparatos más pesados que el aire o una paradoja.
una mayor eficiencia del combustible para un motor de au- La visión trágica no se escapa de la paradoja; nos ense-
tomóvil, la suma total de estas elecciones no constituye el ña a vivir con ambigüedad. Es al tiempo revolucionaria y
progreso humano. cauta. Hubris. tal como se revela en el drama trágico, es
Una teoría operativa de la evolución exige que no haya un elemento esencial de creatividad; es también una falla
un progreso tecnológico en el sentido tradicional del tér- trágica que contribuye al fallo de la empresa humana. Sin
mino, pero acepta la posibilidad de un progreso limitado esfuerzo, sin embargo y sin osadía no somos nada. Walter

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CARTA AL HOMO ClBt.RNET/CIfS APÉNDICEB

Kcrr habló del «compromiso de la tragedia con la libertad, to de eficacia. Por tanto, estamos frente a un fenómeno cu-
de la impávida exploración de lo posible». «En el corazón yas formas concretas no son universales en sí mismas, no
de la tragedia», escribe, «alimentando su energía, perma- son necesarias, sino particulares y contingentes.
nece el hombre casi dios deseando un estado de cosas más
JAVIER BUSTAMANTE, Sociedad informatimda.
perfecto que cualquiera que exista ahora».
¿ sociedad deshumanizada?
Esta descripción del héroe trágico sirve bien, en mi
opinión, como definición de la empresa tecnológica.
Así pues, la ciencia es mucho más semejante al mito de
ROBERf FlDRMAN, The Existeruiai Píeasures ofEngineering lo que cualquier filosofía científica está dispuesta a recono-
cer. La ciencia constituye una de las muchas fonnas de
No es natural, sino cultural, ni tampoco es una nece- pensamiento desarrolladas por el hombre, pero no necesa-
sidad. No es natural, ya que son nuestro lenguaje, y el riamente la mejor. Es una fonna de pensamiento conspicua,
contexto social en el que se genera y manifiesta, los que estrepitosa e insolente, pero solo intrínsecamente superior a
determinan la noción de necesidad. La necesidad es un las demás para aquellos que ya han decidido en favor de
concepto socialmente construido, perfilado a partir de una cierta ideología, o que la han aceptado sin haber examinado
elaboración social y cultural. Tampoco es en sí mismo sus ventajas y sus límites. Y puesto que la aceptación y re-
una necesidad, ya que existe una distancia entre las necesi- chazo de ideologías debería dejarse en manos del indivi-
dades percibidas y las legisladas por la naturaleza. Por de- duo, resulta que la separación de Iglesia y Estado debe
finición, las necesidades que conocemos son tan solo complementarse con la separación de Estado Ciencia: la
aquellas que percibimos como tales, y volvemos con ello a institución religiosa más reciente, más agresiva, más dog-
la necesidad de elaborar la explicación de las mismas des- mática. Semejante separación quizá sea nuestra única opor-
de el reino de la cultura. tunidad de conseguir una humanidad que somos capaces de
Como consecuencia, debemos desechar la creencia se- realizar, pero que nunca hemos realizado plenamente.
gún la cual el progreso técnico obedece a una lógica inter- La idea de que la ciencia puede, y debe, regirse según
na y a un modelo de desarrollo universal necesario. El he- las reglas fijas y universales, es a la vez irrealista y perni-
cho de que el campo de problemas que la sociedad debe ciosa. Es «irrealista- porque supone una visión demasiado
resolver y el significado de los mismos varían de unos gru- simple del talento de los hombres y de las circunstancias
pos sociales a otros implica que las soluciones tecnológi- que animan, o producen, su desarrollo. y es «perniciosa»
cas a dichos problemas reflejan a su vez interpretaciones porque el intento de reforzar las reglas está condenado a
enfrentadas o conflictivas de factores políticos, morales y incrementar nuestra cualificación profesional a expensas
de otras índoles que intervendrán en el proceso de desarro- de nuestra humanidad. Además, semejante idea es «perju-
llo tecnológico. Como la innovación es consecuencia de dicial para la ciencia misma» porque olvida las complejas
dichos conflictos, ya sea por la negociación o por la impo- condiciones físicas e históricas que influyen sobre el cam-
sición, no podemos explicarla a partir del concepto de «ne- bio científico. Convierte la ciencia en algo menos agrada-
cesidad práctica» ni por el de la maximización del concep- ble y más dogmático: toda regla metodológica va asociada

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CARTA AL HOMO ClB/;"RNf:nCVS AP~;NDlCE B

a suposiciones cosmológicas, de modo que al usar la regla ñan «hechos científicos» del mismo modo que antes los
estamos dando por supuesto que dichas suposiciones son hechos o misterios religiosos. No se hace ningún intento
correctas. de despertar capacidades críticas.
PAUL FEYERABENO, Tratado contra el método EUGENIO MOYA, Crítica de la razón tecnoclensifíca

La ciencia ha sido institucionalizada y confirmada «Creo que nuestra misión es crear inteligencia artifi-
políticamente como un pilar básico de la sociedad. Así, cial -declaró abiertamente Edward Fredkin-; es el pró-
mientras que en las sociedades libres la aconfesionalidad ximo paso en la evolución.» Explicaba que han habido tres
obligó a una separación constitucional de Iglesia y Estado, grandes acontecimientos de igual importancia en la histo-
el Estado y la Ciencia funcionan en estrecha asociación. ria del universo. El primero fue la creación del universo; el
La misma existencia humana es sometida en todas sus fa- segundo, la aparición de la vida, y el tercero, el adveni-
cetas a un tratamiento científico que excluye cualquier miento de la Inteligencia Artificial. Lo último, según Pred-
otro punto de vista. Es solo la opinión de los científicos, de kin, es «una cuestión' que tiene que ver con todas las cues-
los expertos, la que cuenta. Este régimen epistemocrático tiones. En sentido abstracto, nada se le puede comparar.
excluye cualquier discusión pública y consciente de los Uno se pregunta por qué Dios no lo creó. Crear una supe-
ciudadanos hasta de asuntos que le afectan directamente: rinteligencia, mucho más brillante que nosotros, es algo
seguridad, salud, calidad de vida ... Por eso, aunque a la parecido a lo divino. Es la abstracción del universo físico,
ciencia o, más exactamente, a sus primeros desarrollos, le y es el punto final en esta dirección. Si hay preguntas a las
debemos la lucha contra el autoritarismo y la superstición que responder, así es como se van a responder. No puede
y, por tanto, nuestra mayor libertad intelectual, la ilustra- ocurrir nada de mayores consecuencias en este planeta».
ción de la humanidad; hoy resulta imprescindible, como «La empresa tiene carácter divino ---observó Pamela
reza uno de los ensayos de Peyerabend, defender a la so- McCorduck, entusiasta de la Inteligencia Artificial-. La in-
ciedad contra la ciencia. Su idea es que cualquier ideología vención ---el descubrimiento interno-- de dioses representa
que haga que el hombre cuestione las creencias heredadas nuestro compromiso con la trascendencia.» «Es difícil para
constituye una ayuda para ilustración. Una verdad que im- mí creer que ahí fuera todo es solo un accidente» -dijo
pera sin frenos ni equilibrio es un poderoso tirano que hay Predkin-c-. «El universo en sí mismo es el producto de
que derrocar, y cualquier falsedad que pueda ayudarnos en "algo que podríamos llamar inteligencia".» De este modo,
su derrocamiento ha de ser bienvenida. Así, del hecho de Fredkin veía implícitamente la evolución de la Inteligen-
que en los siglos XVII Y XVlIl la ciencia fuera nuestro mejor cia Artificial como un paso hacia una resolución final en-
instrumento de liberación e ilustración, no se sigue que lo tre el creador y lo creado, un retomo de la mente a su origen
continúe siendo. No hay nada inherente a la ciencia o a divino. Moravec compartía la misma visión escatológi-
cualquier otra tradición que la haga especialmente libera- ca. «Nuestra especulación finaliza en la superciviliza-
dora. Los hechos parecen avalarlo. Miremos el papel que ción -profetizó--. la síntesis de toda la vida del sistema
la ciencia juega en la educación. Desde la infancia, ense- solar, mejorándose constantemente y ampliándose, espar-

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CARTA AL HOMO ClBERNti1CIIS APÉNDICE B

ciéndose desde el Sol, convirtiendo la no vida en muerte. La transformación ocurrió en un par de centurias. Du-
[...I Este proceso podría convertir todo el universo en una rante este tiempo la certidumbre radical fue el cambio, a
extensa ciudad pensante [...] el universo pensante [...] una veces llamado progreso, otras veces desarrollo, otras creci-
eternidad de pura cerebración.. miento. En este proceso secular los hombres aducían haber
DAVID NOBLE, La religión de la tecnología descubierto «recursos» en la cultura y en la naturaleza---en
lo que habían sido sus ámbitos de comunidad- y los con-
Pero el estatus de la ciencia ha sido socavado progresi- virtieron en valores económicos. El historiador de la escasez
vamente por varios eventos mayores. Primero, la historia de relata la historia. Como la crema batida que se convierte
la ciencia ha mostrado, incluso a los científicos, que esta ha bruscamente en mantequilla, el Horno miserabilis aparece,
atravesado épocas completamente distintas de diferentes casi de la noche a la mañana, como una mutación del Homo
constelaciones en cuanto a contenidos básicos y enroques. economicus. el protagonista de la escasez. La generación
La ciencia no es un fenómeno ahistórico. Segundo, la socio- posterior a la Segunda Guerra Mundial presenció este cam-
logía de la ciencia ha proporcionado pruebas sobre el alto bio de estado en la naturaleza humana, del hombre común al
grado en que la ciencia moderna se define como tal, gracias hombre necesitado. La mitad de todos los individuos naci-
a las cantidades de inversiones que van a sus diferentes ra- dos sobre la tierra como horno son de esta nueva clase.
mas. Tercero. los escándalos científicos del tipo del ratón IVÁN ILUCH, Necesidades [en Sachs, Wolfgang (editor),
pintado o los falsos informes sobre el tratamiento del sida, Diccionario del desarrollo. Una guía del conocimiento
se han hecho, en general, ampliamente conocidos. como poder]
La situación es parecida con la tecnología. La autori-
dad de esta, que tuvo como respuesta la oposición de los No ha habido, por el momento, hasta donde podemos
sesenta y setenta, se ha visto desacreditada en muchas for- saber, ningún planteamiento epistemológico ludista, excep-
mas. Tómese, por ejemplo, la situación de la medicina. En to tal vez Paul Goodman. que lo propuso en una ocasión.
los sesenta existía la creencia general de que el poder del No estoy proponiendo echar mano del martillo, o nada que
progreso médico eliminaria la enfermedad o las plagas. se le parezca. Ni tampoco abogar por leyes que puedan da-
Con el sida en la palestra, y la aparición de nuevas epide- ñar la vida o la seguridad de nadie. La idea es que en deter-
mias, estas esperanzas no son viables en absoluto. Más minadas circunstancias puede resultar útil desmantelar o
aun, el movimiento popular por el suicidio con asistencia desconectar un sistema tecnológico con vistas a abrir la po-
médica se basa en el miedo general al sufrimiento, intensi- sibilidad de crear el espacio y la oportunidad de aprender.
ficado por las tecnologías médicas. Tanto la tecnología Las partes más importantes del orden tecnológico a este
como la ciencia han perdido lustre. respecto no se encuentran, de todos modos, en la estructura fí-
En una situación como esa, la llamada de CTS para una sica del aparato. Hemos intentado sugerir aquí que las tecno-
«alfabetización tecnológica» como paralelo a la «alfabetiza- logías a que hacemos referencia son en realidad «formas de
ción científica» es ahora menos convincente de lo que fue. vida>, -pautas de conciencia y conducta humanas adaptadas
IvÁN !LUCH, ¿E/final de los estudios CTS? a un fin racional y productivo-c-. El1udismo en este contexto,

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APÉNDICE B
CARTA AL HOMO C1HI:Rl','ETICUS

así pues, difícilmente podria hacer referencia al desmantela- Las condiciones de supervivencia son necesarias, pero
miento de cualquier pieza técnica. Se abocaría más bien al no suficientes para asegurar la justicia: la gente puede so-
análisis del elemento humano de la moderna tecnología so- brevivir en prisiones. Las condiciones para una distribu-
cial. Para ser más concretos, se trataría de tomar en cuenta al ción justa de los beneficios industriales son necesarias
menos lo siguiente: 1) Los tipos de dependencia humana y pero no suficientes para promover una producción convi-
conducta regularizada centradas en variedades concretas del vencial: la gente se puede volver esclava de sus máquinas.
aparato; 2) las pautas de actividad social que las técnicas ra- Las condiciones para el trabajo convivencial representan
cionalizadas imprimen en las relaciones humanas, y 3) las enmiendas estructurales que hacen posible la distribución
formas de vida cotidiana condicionadas por las redes tecnoló- justa de poderes sin precedentes.
gicas de gran escala. Más que de un ataque salvaje, se trataría IVÁN lLLlCH, La convívencialidad
de un proceso meticuloso orientado a restaurar el significado
de la cuestión: ¿Qué ocurre con nosotros mismos? Tal como lo veo, una respuesta razonable (apenas una so-
Una medida a tomar, por ejemplo, sería la de que de- lución) al problema de vivir en una desarrollada Tecnópolis
terminados grupos de individuos pudieran durante un pe- puede dividirse en dos partes: lo que los individuos pueden
riodo de tiempo, de manera consciente y mediante acuerdo hacer sin importar lo que la cultura está haciendo, y 10que la
previo, prescindir de determinadas técnicas y aparatos tec- cultura puede hacer independientemente de lo que hagan los
nológicos. Esto, seguramente, crearía experiencias de «ale- individuos. Comenzando por la cuestión de la respuesta indi-
jamiento» muy similares a las que experimentan los adic- vidual, debo decir que no tengo intención de ofrecer una lista
tos de la droga cuando intentan desintoxicarse. Dichas de «cómo» a la manera de los expertos que ridiculicé en el
experiencias deben ser cuidadosamente observadas, como capítulo 5, en nuestras «defensas rotas». Nadie es experto en
si se trataran de datos primarios, pudiendo analizarse a tra- cómo vivir la vida. Puedo, sin embargo, ofrecer un principio
vés de ellos las «necesidades» reales, los hábitos y las dis- cuasi talmúdico que me parece una guía efectiva para los que
funciones de manera completa. Sobre esta base resultaría quieran defenderse de los peores efectos de la Tecnópolis
posible examinar la estructura de las relaciones o la nueva americana. Es este: debes intentar ser un amoroso luchador
forma que tales relaciones podría llegar a adoptar. resistente. Esta es la doctrina, tal como diría Hillel.
LANGDOM WINNER, Tecnología autónoma
NEIL POSTMAN, Tecnápoiis
De donde nos encontramos ahora parten dos caminos ha-
cia la madurez tecnológica. Uno es el camino de liberación de
Cibercultura
la abundancia, el otro el de la liberación de la dependencia.
Ambos tienen el mismo destino: la reestructuración del espa- Pudiera parecer que todo esto tiene poco que ver con la
cio que ofrece a cada persona la experiencia, constantemente divisoria digital, o con Internet; pero creo que hay datos para
renovada, el saber que el centro del mundo es donde él vive. pensar lo contrario. La capacidad de la economía y del siste-
IVÁN ILLICH, Energía y equidad ma de información basados en Internet para conectar en red

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CARTA AL HOMO ClBEHNET1CUS APÉNDICE B

diferentes segmentos de las sociedades de todo el mundo ar- general de la humanidad sería que encontráramos un mo-
ticula los nodos clave en un sistema planetario dinámico. delo ajustado a dichos criterios mientras aun estemos a
mientras descarta aquellos segmentos de las sociedades y tiempo de evitar el drama de un planeta dividido por su
aquellos lugares que ofrecen poco interés desde el punto de propia creatividad.
vista de la generación de valor. Pero estos elementos descar-
MANUEL CASTELL5. La Galaxia Internet
tados tienen la capacidad para controlar a las personas y a los
recursos locales de sus países. así como a sus instituciones
Incluso en esta precipitada descripción, vemos inme-
políticas. Por tanto. las élites tratan de ejercer su poder sobre
diatamente los tonos pitagóricos en los sueños de la ciber-
las personas y el territorio para proporcionar el acceso de las
nética contemporánea. Todo lo que se descarga en un orde-
redes globales de dinero y pondera todo lo que aun quede de
nador debe ser necesariamente expresado en números
valor en el país, a cambio de la participación subordinada
-para ser precisos, en términos de «cero» y «unos-c-. El
de dichas élites en estas redes globales. Las personas margi-
sublimemente simple y al tiempo infinitamente maleable
nadas en este proceso. por su parte. tienden a utilizar una se-
código de ceros y unos es el conjunto edificador con el cual
rie de estrategias que no son necesariamente incompatibles:
se construye todo el ciberespacio. Más allá de los sueños de
sobreviven en la economía informal a escala local; tratan de
descargar la mente está esa profunda actitud pitagórica.
competir globalmente dentro de la'> redes de la economía cri-
Como los antiguos pitagóricos. los campeones en descargar
minal y se movilizan para obtener recursos de las élites loca-
informáticamente la mente contemplan la «esencia» del
les globalizadas, presionándolas para que compartan los be-
hombre como algo reductible numéricamente, como los pi-
neficios obtenidos gracias a su incorporación a las redes
tagóricos, su ciberalma es, en el fondo. matemática. El
globales. O bien se movilizan para constituir su propia
«verdadero» hogar del ciberalma no es el ámbito de la
agencia de intermediación con el sistema global. amena-
«carne», sino el eterno dominio de los datos digitales. Te-
zando al Estado con la separación o con la suplantación en
nemos aquí lo que Eliade denominaría como «criptorreli-
el Gobierno. gión», un sistema cuasirreligioso en el que el ciberespacio
MANUEL CA5TELLS, La Galaxia Internet retoma el papel concedido al espacio divino de los núme-
ros-dioses pitagóricos.
Si las cosas siguen como hasta ahora, es muy posible Los paralelismos entre los antiguos pitagóricos y los
que la divisoria digital siga ampliándose hasta que acabe nuevos ciberpitagóricos van aun más lejos. Una de las creen-
por sumir al mundo en una serie de crisis multidimensio- cia'> centrales de los antiguos pitagóricos era el eterno retor-
nales. El nuevo modelo de desarrollo requiere que supere- no del alma, una doctrina que algunos creen que Pitágoras
mos la divisoria digital planetaria. Para ello necesitamos tomó de la India. Como los hindúes, el maestro de Samas
una economía basada en Internet. impulsada por la capaci- creía que el alma se reencarnaba continuamente en una se-
dad de aprendizaje y generación de conocimientos, capaz rie de cuerpos físicos. Un proceso similar de metempsicosis
de operar dentro de las redes globales de valor y apoyada se describe en una cantidad de fantasías de ciencia-ficción,
por instituciones política legítimas y eficaces. El interés especialmente la de Rudy Rucker, Wetware y Software. En

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APÉNDICE B
CARTA AL HaMO ClBERNETfCUS

las innovaciones de Linux no es técnica, sino social: hasta


esas novelas, tras cargar al personaje principal en un com- el momento, Linux ha sido el proyecto que más lejos ha
putador central, se lo descarga periódicamente en una serie llevado el modelo del código abierto. El modelo de código
de cuerpos androides cada vez más sofisticados. Mientras
completamente abierto emula el modelo científico: parte
pasan los siglos se reencarna una y otra vez su ciberalma, de un individuo se enfrenta a un problema y publica su pri-
retomando cada tiempo al mundo físico tras refrescarse
mera solución. Otros interesados en el mismo problema se
continuamente en un «Vacío) ciberespacial.
suman al proceso de resolverlo. El carácter abierto del mo-
MARGARETH WERTHEIM, The Pearly Gates delo supone que todos tienen derecho a utilizar, comprobar
of Cyberspace y desarrollar esa solución libremente, lo que solo es posi-
ble si se publica el código fuente. La apertura también
No excluyo la posibilidad de que en mi posición, bas- conlleva la obligación de que cualquiera que construya a
tante crítica respecto de las realidades virtuales, pueda pasar partir del trabajo abierto de otros mantenga su trabajo
por alto un importante aspecto de la cuestión. ¿Es justo sos- igualmente abierto (esa es la idea original de Richard
tener que la naciente cultura de la virtualidad (o, si se me Stallman (1999) del «copyleñ»: todos los derechos reverti-
permite, de la hipetvirtualidad¡ deba configurar siempre y dos). Cuando este modelo se realiza en Internet, el resulta-
de todas las maneras una irreversible enajenación en nuestra do es una red global de personas que ponen a prueba ideas
relación con el mundo real? En otras palabras, ¿es correcto diferentes y que las combinan gradualmente en un sistema
excluir en principio que la frecuentación de las realidades impresionante. En la práctica, este tipo de desarrollo des-
virtuales pueda contribuir a un enriquecimiento, y no siem- centralizado requiere el tipo de grupos arbitrales que se
pre a un empobrecimiento de nuestra relación cognoscitiva utilizan en las publicaciones científicas: el desarrollo está
y, en última instancia, operativa con el mundo real? abierto a cualquiera, pero algunas personas sirven a la co-
[... ] En verdad, existe una ambivalencia de fondo en munidad en una función especial -a la que acceden por
las realidades virtuales y hasta en toda la cultura de la vir- sus méritos y que solo conservan en la medida en que sus
tualidad. Se trata, sin embargo, de una ambivalencia que opciones sean compartidas por la comunidad crítica en
debemos tener en cuenta si queremos (como realmente sentido amplio-- al responsabilizarse de una determinada
queremos) resistir la tentación de interpretar unilateral- parte del sistema y elegir las aportaciones que se incorpo-
mente el fenómeno, aun al precio de admitir cierta ambi- ran a él.
valencia en el planteamiento lógico de nuestro tratamiento.
PEKKA HIMANEN, La ética del hacker
TOMÁS MALDüNAlJü, Lo real y lo virtual y el espíritu de la era de la infonnación

Miles de programadores han participado en el desarro- En un mundo conectado, nuestra autonomía como per-
llo de Linux, por no mencionar el enorme número de usua- sonas individuales tiene que ser defendida en dos niveles.
rios, que puede contarse por millones. Es innegable que Para garantizar un grado razonable de autonomía indivi-
Linux ha sido uno de los éxitos recientes más sorprendente dual tenemos que resistir a la tentación de automatizarlo
del mundo informático. Sin embargo, la más importante de
251
250
CARTA AL HOMO C!Bf.RNfT/CUS APÉNDICE B

todo, incluyendo nuestras respuestas mentales, con una in- nos preparen para estas desordenadas confrontaciones,
teractividad y una hipertextualidad excesivas. En el nivel ningún entrenamiento sobre comportamiento social o co-
público, es responsabilidad de los gobiernos de todo el lectivo. A medida que aumenta nuestra conciencia global,
mundo ~Y pronto la condición para la supervivencia-e- más conscientes y celosos nos hacemos respecto a nuestras
proteger al dominio público de la toma de posesión y del identidades locales y de ahí la paradoja de la aldea global.
control de la industria privada. Lo hiperlocal se hace complemento necesario de 10 hiper-
La cuestión urgente es: ¿Cómo podemos proteger el global.
dominio público de la privatización por parte de las gran-
DERRICK DE KERCKHOVE, La piel de la cultura
des «industrias de la conciencia» (tomando prestada la
brillante frase de Hans Magnus Enzensberger)? Con el
Estos problemas se resolverán cuando tengamos mejo-
pretexto de mejorar la competitividad, las industrias de
res teorías e instrumentos. Mientras, el principal problema
cable y telecomunicaciones, que a menudo controlan los
al que nos enfrentamos no proviene de cuestiones filosófi-
grandes intereses editoriales y los medios, están presio-
cas sobre si el cerebm es una máquina o no. No existe la
nando para la adquisición y las fusiones. Mientras escribo
menor duda de que el cerebro no es otra cosa que una má-
esto, la más reciente de una serie de continuas y estratégi-
quina con una enonne cantidad de partes que funcionan de
cas fusiones y tomas de posesión de corporaciones que
acuerdo con las leyes físicas. Al respecto, no se puede de-
anhelan asegurar su dominio del mercado es la adquisi-
cir otra cosa que nuestra mente es simplemente unos pro-
ción por parte de la Disney de la red americana de televi-
cedimientos complejos. Los problemas serios provienen de
sión ABe. Las anteriores adquisiciones de la CBS por
que tenemos tan poca experiencia con máquinas de tal
parte de Sony y de la NBC por parte de la General Elec-
complejidad que no estamos preparados todavía para pen-
trie y, en Canadá, la adquisición del consorcio editorial
sar efectivamente en ellas.
Maclean Hunter por parte del gigante de los operadores
de cable Rogers Communications, están llevando a mono- MARVIN MINSKY, The Society of Mind
polios integrados verticalmente a oligopolios que merecen
más atención que las expresiones de interés respetuoso Internet es interesante para mí porque parece tener un
que han suscitado en el gobierno. potencial liberador, queremos encontrarle su aspecto psi-
codélico. Personalmente me encuentro cada vez más pesi-
DERRICK DE KERCKHüVE, Inteligencias en conexión
mista: parece que todas las trayectorias acaban en una re-
Las telecomunicaciones imponen una asociación for- ducción de nuestra autonomía.
zosa: hemos sido empujados hacia una situación implosiva HAKIM BEY, Cybemetics & Entheogenics:
y potencialmente explosiva. Las comunidades humanas vi- From Cyberspace lo Neurospace
viendo a velocidades diferentes, con niveles muy distintos
de pericia social, están siendo lanzadas una sobre otras sin Hoy, creo que es posible mantener una visión materia-
previo aviso o mediación alguna. No hay protocolos que lista y racional sobre los seres humanos sin sentir ese cho-

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CARTA AL /lOMO ClBERNETfCUS
APÉNDICE fI

que con las creencias sobre Dios y Su creación. Sin embar- mortales somos la huella de esa imperfección criminal-, el
go, el sentido de que uno ofende al Altísimo al hablar de exterminio futuro, el que resultaría de una determinación
los humanos como máquinas puede que se esconda en el absoluta del mundo y de sus elementos, no dejaría ninguna
inconsciente menos racional de muchos. huella. Ni siquiera tendríamos la ocasión de desaparecer.
De ahí que la confusión y el prejuicio que rodean a la Seríamos desintegrados en el Tiempo Real y la Realidad
frase «la máquina humana» depende de la interpretación Virtual mucho antes de que las estrellas se apagaran.
que se asigne al término «máquina». Claramente, una má-
quina es algo manufacturado por humanos, y en ese senti- lEAN BAUDRILLARD, El crimen perfecto
do un humano no puede ser una máquina. Pero la gente
que hace máquinas desarrolla habilidades que les permiten La escritura es, sobre todo, la tecnología de los «cy-
entender mecanismos complejos de la naturaleza. En este borgs», superficies grabadas al aguafuerte en estos años
sentido, el ser humano posee mecanismos prodigiosamente finales del siglo xx. La política de los «cyborge» es la lu-
complejos que los constructores de máquinas pueden tratar cha por el lenguaje y contra la comunicación perfecta, con-
de entender. Pretender entonces que tales mecanismos tra el código único que traduce a la perfección todos los
están impregnados con algún misterioso fluido que los dis- significados, el dogma central del falogocentrismo. Se
tingue de las «simples» máquinas solo retrasará el conoci- debe a eso el que la política de los «cyborgs» insista en el
miento que un adecuado análisis puede traer. ruido y sea partidaria de la polución, regodeándose en las
fusiones ilegítimas de animal con máquina. Son estos aco-
lOOR ALEKSANDER, lmpossible Minds plamientos los que hacen al Hombre y a la Mujer tan pro-
blemáticos, subvirtiendo la estructura del deseo, la fuerza
Con la realidad virtual y todas sus consecuencias he- imaginada para generar el lenguaje y el género, alterando
mos pasado al extremo de la técnica, a la técnica como fe- la estructura y los modos de reproducción de la identidad
nómeno extremo. Más allá del final, ya no hay reversibili- «occidental», de la naturaleza y de la cultura, del espejo y
dad, ni huellas, ni siquiera nostalgia del mundo anterior. del ojo, del esclavo y del amo, del cuerpo de la mente.
Esta hipótesis es mucho más grave que la de la alienación «Nosotras» no escogimos ser «cyborgs», pero escogemos
técnica, o el apresamiento heideggeriano. Es la de un pro- las bases de una política liberal y una epistemología que
yecto de desaparición irreversible, en la más pura lógica de imaginan las reproducciones de los individuos ante las
la especie. La de un mundo absolutamente real, en el que, más amplias multiplicaciones de los «textos».
contrariamente al artista de Michaux, habríamos sucumbi- Desde la perspectiva de los «cyborgs», libres de la nece-
do a la tentación de no dejar huellas. sidad de basar las politicas en «nuestra» posición privilegia-
Esta es la baza de la Virtualidad. Y no cabe duda de su da de la opresión que incorpora todas las otras dominaciones,
ambición absoluta. Si llegara a su término, esta realización la inocencia de lo meramente violado, cuyo fundamento está
radical sería el equivalente de un crimen perfecto. Mientras cerca de la naturaleza, podemos ver poderosas posibilidades.
que el crimen «original» nunca es perfecto y siempre deja Los determinismos y los marxismos han encallado en los im-
sus huellas -nosotros mismos en tanto que seres vivos y perativos epistemológicos occidentales para construir un su-

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CARTA AL HOMO ClBERN/;.TICUS APÉl"DICE B

jeto revolucionario desde la perspectiva de una jerarquía de Polémicas


opresiones y/o de una posición latente de superioridad moral,
de inocencia y de un mayor acercamiento a la naturaleza. 173. Si se permite que la" máquinas tomen sus propias
DONNA HARAWAY, Manifiesto cyborg, decisiones, no podemos conjeturar los resultados, porque es
en Ciencia, cyborgs y mujeres imposible adivinar cómo se comportarán tales máquinas.
Solo podemos señalar que la raza humana estará a merced de
La dominación estructural de la lógica organizacional las máquinas. Puede mantenerse que la raza humana no esta-
de redes y de la lógica relacional de flujos tiene conse- ría tan loca para dejar su poder en las máquinas. Pero no su-
cuencias sustanciales sobre la estructura social, todas las gerimos ni que la raza humana haga esto de forma voluntaria
que son a menudo consideradas como indicadores de la ni que las máquinas deseen adueñarse de ese poder. Lo que
nueva sociedad de la información. De hecho, son la mani- sugerimos es que la raza humana puede fácihnente permitir
festación de una tendencia profunda: la emergencia de flu- la deriva a una posición de tal dependencia sobre las máqui-
jos como materia desde la que nuestras sociedades están na" que no habría otra elección práctica más que aceptar to-
hechas. Hipotetizaré la consecuencia principal de tal mani- das las decisiones dela máquina. Como la sociedad y los
festación histórica: problemas a los que se enfrenta se vuelven cada vez más
-La habilidad de generar conocimiento nuevo y re- complejos y las máquinas se vuelven más inteligentes, la
coger información estratégica depende del acceso de los gente dejará la mayoría de las decisiones a estas, simplemen-
flujos de tal conocimiento e información, ya sean flujos te, porque las decisiones tomadas por las máquinas traerán
entre los centros de investigación o conocimiento privile- mejores resultados que las humanas. Finalmente, se llegará a
giado en el comercio de Wall Street. Es consecuencia de un estado en, que la" decisiones necesarias para mantener el
que el poder de las organizaciones y la fortuna de particu- sistema en marcha serán tan complejas que los seres huma-
lares dependa de sus posiciones respecto a tales recursos nos serán incapaces de hacerlo inteligentemente. En ese mo-
de conocimiento y de su capacidad para entender y proce- mento las máquinas tendrán el control efectivo. La gente no
sar realmente tal conocimiento. Es en este sentido funda- será capaz de, simplemente, desconectar las máquinas porque
mental en el que vivimos ahora en una sociedad de la in- serán tan dependientes que hacerlo equivaldría a un suicidio.
formación basada en el conocimiento. Pero el punto clave THEODOR KACKZINSKY, Unabomber Manifesto
a tener en mente es que no hay fuente privilegiada y sim-
ple de la ciencia o la información. El conocimiento es
En esta pujanza de la capacidad y del saber técnicos, el
también un flujo. Ningún investigador o centro de investi-
hombre se revela ante sí mismo como el más nuevo e in-
gación puede estudiar en aislamiento en la ciencia moder-
quietante de los huéspedes: como hacedor-de-soles y hace-
na. La inversión financiera puede ser hecha sin informa-
dor-de-vida. Así. se ve impulsado a colocarse en un posi-
ción especializada en el mercado, esto es, sobre un flujo
ción en la que ha de dar respuesta a la pregunta de si eso
de transacciones.
que él puede hacer en ese caso, y que hace. es realmente él
MANUEL CASTELLS, La Era de la lnformación mismo, y si en ese su hacer se encuentra cabe sí.

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CARTA AL flOMO ClBERNETlCUS APÉNDICE R

A la vista de los avances técnicos, no puede negarse perorganismo» integral en el que la salud de cada parte de-
que esta historia, en la medida en que es una historia del pende de la salud y el bienestar del sistema entero. Por
éxito del saber pudiente y del poder sapiente, también ha esto podrían acabar perdiendo los ingenieros genéticos su
de leerse como una historia de la verdad y del aparente do- posición dominante en beneficio de los ecóJogos, cuyo
minio sobre esta por parte de los hombres. Al mismo tiem- pensamiento sintoniza mejor con las conciencia biosférica.
po, es evidente que ella no puede ser sino una historia par- Si pasase esto, es posible que las biotecnologías alternati-
cial de la verdad y de su siempre fragmentaria captación vas pudiesen todavía triunfar en el siglo de la biotecnolo-
por parte de los hombres y de las empresas. Cuando el re- gía sobre las técnicas de empalme genético.
lámpago atómico se eleva sobre el desierto de Nuevo Mé-
JEREMY RIFKIN, El siglo de la biotecnología
xico, no está en juego ningún llegar-a-sí del hombre. Al
respecto, Oppenheimer fue bastante ingenioso cuando lla-
No es la primera vez que las sugestiones de una teoría
mó «Trinity» al primer ensayo nuclear; cuando Dol1y bala,
de la evolución que penetra en el mundo de la vida confor-
el espíritu no está enraizado en el hogar, en casa y cabe sí;
man el horizonte asociativo de las discusiones públicas. La
y cuando quienes la «produjeron» piensan en 10 Propio, lo
mezcla explosiva de darwinismo e ideología de libre co-
hacen solo en forma de patentes.
mercio que se extendió en el paso del siglo XIX al xx bajo
PETER SLOTEDIJK, El hombre autooperable el paraguas de la «pax britannica», se renueva actualmente
bajo el signo del globalizado neoliberalismo. Solo que ya
Debemos considerar la posibilidad muy real de que las no se trata de la generación total de nociones biológicas
nuevas técnicas de la ingeniería genética no puedan, en re- socialdarwinistas, sino el aflojamiento, fundamentado tan-
sumidas cuentas, cumplir muchas de sus promesas. Digo to médica como económicamente, de las «cadenas socio-
esto porque la mayoría de los biólogos moleculares, aun- morales» del avance biotecnológico. En este frente se de-
que usan el lenguaje del nuevo relato cosmológico, siguen baten hoy las concepciones políticas de Schroeder y Rau,
casados con la vieja forma de pensar industrial. Siguen del PDF y los «Verdes».
queriendo forzar los procesos vitales dentro de contextos Es verdad que no faltan especulaciones temerarias. Un
lineales; creen que es posible manipular el desarrollo gen a puñado de intelectuales completamente alucinados intenta
gen, como si un organismo fuera meramente el ensamblaje leer el futuro en los posos del café de un poshumanisrno de
de los genes individuales que lo constituyen. Es probable giro naturalista solo para seguir tramando contra la supues-
que este anticuado enfoque reduccionista de la biotecnolo- ta pared del tiempo -c-ehipermodemos» contra ehipemor-
gía, con su insistencia en la secuencialidad y la causalidad mal»- los consabidos motivos de una ideología muy ale-
estricta, tenga solo un éxito limitado. El siglo de la biorec- mana. Afortunadamente, el adiós elitista de la «ilusión de
nologfa acabará finalmente perteneciendo a los pensadores la igualdad» y al discurso de la justicia aun no tiene dema-
sistemáticos, los que ven la biología más como un «proce- siada fuerza de contagio. Las fantasías nietzscheanas de los
so» que como un «montaje de piezas» y para quienes el que se hacen valer a sí mismos, que ven en la «lucha entre
gen, el organismo, el ecosistema, la biosfera, son un «su- los pequeños y los grandes educadores del hombre»

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CARTA AL IIOMO C1BERNETICUS APÉNDICEB

el «conflicto fundamental de cualquier futuro» y animan a Día a día. río a río, bosque a bosque, montaña a monta-
las «principales fracciones culturales» a «ejercer el poder ña, cohete intercontinental a cohete intercontinental, bom-
de selección que prácticamente han conseguido», solo lle- ba atómica a bomba atómica, casi sin que nos demos cuen-
gan por ahora a la categoría de espectáculos mediéticos. ta, nos están rompiendo.
JÚRGEN HABERMAS, El futuro de la naturaleza humana Las grandes presas son para el «desarrollo» de una na-
ción 10 mismo que las bombas atómicas para su arsenal mi-
¿Por qué hemos decidido dedicar tanto tiempo a de- litar. Ambas son armas de destrucción en masa. Ambas son
nunciar estos abusos? ¿Representan un peligro real los armas que los gobiernos usan para dominar a su propio
posmodemos? Desde luego, para las ciencias naturales no, pueblo. Ambas son símbolos del siglo xx que señalan un
al menos por el momento. Los problemas con los que se momento de la historia en que la inteligencia humana ha
enfrentan hoy las ciencias naturales están relacionados dejado atrás su propio instinto de supervivencia. Ambas
fundamentalmente con el financiamiento de la investiga- son tristes testimonios de que la civilización se ha vuelto
ción y, concretamente, con la amenaza que supone para la contra sí misma. Representan la ruptura del vínculo ---o,
objetividad científica la progresiva sustitución de la finan- más que del vínculo, de la «compenetración»-- entre los
ciación pública por el patrocinio privado. Pero el posrno- seres humanos y el lugar en el que viven. Han embrollado
dernismo tiene muy poco que ver con todo esto. Sin em- la capacidad de conectar los huevos con las gallinas, la le-
bargo, obsérvese que los posmodernos y los relativistas no che con las vacas, los alimentos con los bosques, el agua
están en la mejor posición para «criticar» esta amenaza a con los ríos, el aire con la vida y la tierra con la existencia
la objetividad científica. desde el momento que niegan la humana.
objetividad incluso como meta. Son más bien las ciencias ¿Podemos deshacer el embrollo?
sociales las que sufren cuando los sinsentidos y los juegos Tal vez. Centímetro a centímetro. Bomba atómica a
de palabras a la moda sustituyen el análisis crítico y rigu- bomba atómica. Presa a presa. Tal vez riñendo guerras
roso de las realidades sociales. concretas de maneras concretas. Podríamos empezar en el
valle de Narmada.
ÁLAN SOKAL y PAUL BRICMONT, Imposturas intelectuales
ARUNDATH[ Rov, El álgebra de la justicia infinita
En la actualidad la naturaleza del poder se caracteriza
por su neutralidad. y está arropada por la redacción carga-
da de nuevos deseos de los artículos de las constituciones Historia del futuro
llenas de democracia. Y ese poder es ejercido por los re-
presentantes elegidos por un pueblo ostensiblemente libre.
El ser natural es el estado inercial del ser; el ser técni-
Sin embargo, ningún monarca, ningún déspota ni ningún
co es su estado dinámico. El estado inercial está abierto a
dictador de cualquier otra época de la historia de la civili-
futuro; el dinámico, al porvenir.
zación humana ha tenido acceso a armas como las que tie-
nen ahora a su disposición los gobernantes. JUAN DAVID GARCÍA BACCA, Elogio de la técnica

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CARTA AL HOMO ClHJ::R,VETlC/..'S APÉNDICE B

Debemos embarcamos en un gran y novedoso progra- nes? Además de realizar una aproximación histórica, nos
ma para hacer disponibles los beneficios de nuestros avan- puede ser de gran ayuda ser más concretos acerca de aque-
ces científicos y progreso industrial a fin de mejorar el cre- llo sobre 10que estamos especulando. El impacto de la au-
cimiento de las áreas subdesarrolladas. Más de la mitad de tomatización en la sociedad se condensa de forma clara en
la gente de este mundo vive en condiciones cercanas a la el impacto que tiene sobre las personas en particular. No
miseria. Su alimentación es inadecuada. Son víctimas de la existen cálculos generales para valorar los costes sociales
enfermedad. Su vida económica es primitiva y raquítica. y los beneficios de la automatización porque precisamente
Su pobreza es una barrera y esto amenaza no solo a ellos, estos costes y beneficios si los padece no los disfruta la
sino también a las áreas más prósperas. Creo que debería- misma gente, y porque la ganancia de un hombre es la pér-
mos hacer disponibles, a esas gentes amantes de la paz, el dida de otro. Por esta razón, al intentar valorar las conse-
beneficio de nuestra acumulación de conocimiento técni- cuencias sociales de este progreso, debemos aprender a
co, a fin de ayudarles a cumplir sus aspiraciones por una preguntar: progreso, ¿para quién?
vida mejor. Nuestro propósito debería ser ayudar a liberar
DAVID NOBLE, La locura de la automatización
a la gente del mundo, por medio de nuestros propios es-
fuerzos, a producir más comida, más ropa, más materiales
El próximo siglo será una buena época para nuevos co-
para casas y más poder mecánico para aligerar sus pesos.
mienzos. La tecnología guiada por la ética tiene poder para
HARRY TRuMAN, Acta de Bogotá ayudar a los miles de millones de personas pobres que hay
en todo el mundo. Una parte excesiva de la tecnología ac-
La aproximación típica consiste en especular sobre el tual se dedica a fabricar juguetes para los ricos. La ética
futuro, estimar el número de puestos de trabajo que se per- puede impulsar la tecnología en una nueva dirección, des-
derán o crearán. Pero esta aproximación es poco más que viándola de los juguetes para ricos y orientándola hacia las
un juego de adivinanzas, un juego sesgado, ya que el futu- necesidades de los pobres. La época es propicia para que
ro se verá negro o rosa en función de quién lo mire y de esto suceda. El sol, el genoma e Internet son tres fuerzas
quién pague por el pronóstico. Todo pronóstico crítico tie- revolucionarias que llegan con el nuevo siglo. Estas fuer-
ne su réplica en otro optimista. Una aproximación más sig- zas son lo bastante potentes para acabar con algunos de los
nificativa para estimar hacia donde nos dirigimos consiste peores males de nuestro tiempo, uno de los cuales es la po-
en examinar desde un punto de vista hisu..ico de dónde breza rural. En todo el mundo, y sobre todo en los países
venimos. La automatización no es un fenómeno nuevo. El pobres del Sur, millones de personas desesperadas dejan
propio concepto se forjó en 1947 para hacer referencia a la sus aldeas y emigran en masa a ciudades superpobladas.
maquinaria automática de transporte de la Industria auto- Existen ya en el mundo diez megaciudades con el doble de
movilística, y durante unos treinta años la traducción de población que Nueva York. Pronto habrá más. Ciudad
equipos de computadoras automáticas no h .lejado de au- de México es una de ellas. Una de las causas de migración
mentar. En esta experiencia se pueden ve' vS resultados; es el aumento de la población: la otra causa es la pobreza y
¿qué es lo que estos dicen", ¿cuáles son sus implicacio- la falta de empleo en las aldeas. Si queremos tener un futu-

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CART!\ AL HOMO C!Hf..RSE11CUS APÉNDICE B

ro decente, habrá que frenar la explosión demográfica y la hacerse gradualmente «autoconscientes» y, por tanto, plan-
pobreza. Muchos expertos en población afirman que si se tear una amenaza para nuestra existencia. Aunque esta
lograra mitigar la pobreza, la población se estabilizaría idea es totalmente especulativa, los científicos han dedica-
sola, como ha ocurrido en Europa y Japón. do no pocas reflexiones a la cuestión de cómo controlar
mejor a los robots a medida que estos asuman gradualmen-
FREEMAN DYSON, El sol, el genoma e Internet
te un número cada vez mayor de características humanas.
Irónicamente, hoy disponemos de mecanismos de es- MICHlü KAKU, Visiones
cucha infinitamente más potentes y omnipresentes que
todo lo previsto por Orwell en su novela. Sin embargo, se- Como en el interior de un holograma, cada parte del
guimos disfrutando de libertades democráticas básicas. Al mundo es un componente de un todo, aunque el mundo en-
releer 1984 nos sorprende comprobar hasta qué punto eran tero esté presente en cada una de sus partes. Del mismo
primitivos los métodos electrónicos descritos en el texto, modo, cada persona, en cada nación y cultura, abarca el
en comparación con los mecanismos actuales. Pero es po- mundo siendo, a la yez, una parte del mundo. La incerti-
sible que la influencia del ordenador y de Internet hayan dumbre surge de esta paradoja.
hecho aumentar, en vez de disminuir, nuestra libertad de La incertidumbre está también en relación con la rapidez
expresión y nuestro acceso a la información. Muchos han del cambio. No obstante, a menudo olvidamos que los dife-
saludado Internet como una fuerza intrínsecamente demo- rentes cambios ocurren todos al mismo ritmo. Algunos cam-
crática y descentralizadora, que debilita las cadenas de la bios son extremadamente rápidos, mientras que los otros tie-
dictadura y de los regímenes autoritarios. Los gobiernos nen lugar con lentitud. Los cambios económicos,
opresivos están en desventaja si la información puede di- tecnológicos y políticos son rápidos a menudo. Sin embargo,
seminarse por todo el mundo a un millón de personas con la capacidad de la gente y de las instituciones para adaptarse
solo pulsar una teda. Sin embargo, hay peligros reales. El tiende a ser más gradual. En el Club de Roma se conoce este
primero es la amenaza a las libertades civiles (intimidad, fenómeno como el intervalo humano. Es decir, la humanidad
censura, escuchas ilegales), que no harán otra cosa sino se encuentra en una carrera continua de ajuste a los cambios
agravarse en el próximo siglo. Cada generación de códigos rápidos que preceden su capacidad de adaptación.
secretos estimulará nuevos intentos de descifrarlos. El se- La futurologfa supone un compromiso con el cambio y
gundo peligro es la posibilidad real de que la revolución la acción que implica una voluntad de construir el futuro
informática arroje a la indigencia a millones de personas, más que adaptarnos simplemente. El ser humano se halla
sesgando de este modo la distribución de riqueza en este en el centro del compromiso de la futurología con el cam-
planeta. La sociedad podría convertirse cada vez más en bio. Esto entraña responsabilidad y valores éticos fuertes.
una nación de «ricos» y «pobres" de la información. Esto Con todo, a pesar de ladas nuestras herramientas intelec-
tuales y morales, los futurólogos todavía son incapaces de
sucede ya en pequeña escala, y se acelerará en el próximo
ofrecer las teorías de su disciplina.
siglo. Además, a finales del siglo XXI, quizá desde el 2050
hasta el 2100, existirá el peligro de que los robots puedan ELEüNüRA MASINI BARBIERI, Claves para el siglo XXI

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CARTA AL HOMO C1BERNt7lCI./S APÉNDICE B

Literatura y ciencia-ficción El cine sería el resultado donde vendrían a confundir-


se, para perderse, las filosofías y las artes dominantes, una
No hay seguridad --citando sus propias palabras- de suerte de confusión entre el alma humana y los lenguajes
que no se produzca el desarrollo final de la consciencia del alma/motor. La misma sucesión de las artes en la histo-
mecánica por el hecho de que ahora las máquinas tengan ria indica esta descomposición.
poca consciencia. Un molusco no tiene mucha conscien- PAUL VIRILIO, La estética de la desaparición
cia. Piense en el extraordinario avance que han hecho las
máquinas durante los últimos siglos y observe lo lenta- La ciencia-ficción es una literatura sobre mundos dis-
mente que avanzan los reinos animal y vegetal. Las má- tintos a los nuestros, una exploración a la pregunta ¿qué
quinas más organizadas no son criaturas del ayer, sino de pasaría si? Tendemos a proyectar tales mundos nuevos en
hace cinco minutos, por decirlo así, en comparación con el el futuro. Pero no hay razón por la que no debiéramos ex-
pasado. Suponga, para entrar en el razonamiento, que los tender ese «¿Y si't», al pasado, a fin de descubrir cómo po-
seres conscientes han existido desde hace veinte millones drían haber sido plausiblemente las cosas de otra forma.
de años, ¡y mire las zancadas que han hecho las máquinas De hecho, mantengo que toda la ciencia-ficción que puede
en los últimos mil! ¿No es posible que el mundo dure otros etiquetarse con una fecha marcada en el presente o futuro
veinte millones de años? Si es así, ¿en qué no se converti- del autor, finalmente se convertirá en una suerte de historia
rán al final? ¿No es más seguro acabar con el mal con un alternativa.
pellizco cuando está brotando y evitar que progrese?
¿Pero quién puede decir que el motor de vapor no tiene STEPHEN BAXTER, Branches in Time:
una clase de consciencia? ¿Dónde empieza la consciencia Alternate Histories Are True SF
y dónde acaba? ¿Quién puede marcar la línea divisoria? Epidemiología: Teoría de catástrofes a cámara lenta.
¿Quién puede marcar cualquier línea? ¿No está todo inte- Automóvil: Los millones de coches de este planeta
rrelacionado con todo? ¿No está la maquinaria vinculada están todos quietos y su movimiento aparente cons-
con la vida animal en una ínfima variedad de modos? La tituye el mayor sueño colectivo de la humanidad.
cáscara de un huevo de gallina está hecha de un delicado Transistor: Si la rueda es I en el sistema binario, el
material blanco, y es en todo como una máquina, del mis- transistor es cero, ¿pero qué sera 100000I?
mo modo que la huevera: la cáscara es un dispositivo para Retrovirus: Gérmenes nocivos que la ciencia-fic-
contener el huevo, del mismo modo que lo es la huevera ción podría haber inventado. Cuanto más avanza la
para contener la cáscara: ambas son fases de la misma fun- medicina moderna, más urgente es nuestra necesi-
ción. La gallina hace la cáscara dentro de ella, pero es pura dad de enfermedades que no conocemos.
cerámica. Ella hace su nido fuera de ella misma por pura
conveniencia, pero el nido no es más máquina que la cás- J. G. BAU.ARD, Ensayos y reseñas
cara. Una «máquina» solo es un dispositivo.
1. Ningún robot dañará a un ser humano o por inac-
SAMUEL BL'TI_ER, Erewhon ción permitiré que un ser humano se llegue a dañar.

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CARTA AL HOMO C1Hf.RNUJCUS APÉNDICE B

2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los ya se han extinguido otras formas de vida,
seres humanos excepto cuando tales órdenes puedan entrar yo diría que en beneficio nuestro.
en conflicto con la primera ley. ¿Dónde estaríamos ahora si los reptiles alados
3. Un robot debe proteger su propia existencia en tan- y los dinosaurios no se hubieran topado
to en cuanto tal protección no entre en conflicto con la pri- con algunas complicaciones? ¿Me comprende?
mera o segunda ley. De todo lo cual concluyo que no tiene sentido
un punto de vista demasiado estrecho
ISAAC ASIMOV, Yo Robot
sobre cualquier acontecimiento que nos concierna,
Presumamos por un momento [por ejemplo,
que el Titanic está a punto de hundirse, nuestra muerte. Claro que 10 que estoy diciendo,
aunque yo, ingeniero, poco dado a la fantasía, como ingeniero e inveterado bebedor de vino oporto,
sostengo que tal desenlace es bastante improbable no revela nada totalmente nuevo,
(¿Entonces?) de ahí que esté a punto de hundirme.
No hay que preocuparse mucho. Las estadísticas indican HANs MACNUS &7ENSBERGER, El hundimiento del Títanic
que en un momento dado pueden zozobrar una docena
de barcos que a nadie le importe, porque sus Tradicionalmente, ha existido un abismo enorme entre
nombres son Rosalind II o Bellavista las ciencias y las humanidades, una brecha entre la cultura
y no Titanic. No hay que olvidar que literaria, cuyo mundo formal es el arte y la política, y la
en este instante surcan los siete mares cultura de la ciencia, cuyo mundo es la ingeniería y la in-
millares de naves que llegarán puntualmente a puerto, dustria.
aunque nosotros nos ahoguemos. Pero ese vacío está llenándose a una velocidad insospe-
Además, toda innovación conlleva catástrofe: chada. Ahora la cultura tecnológica se ha salido de madre.
nuevas herramientas, nuevas teoría'>, nuevas emociones: Los avances de la ciencia son tan profundamente radicales,
eso es lo que se llama evolución. tan perturbadores, conflictivos y revolucionarios, que ya no
y así, aunque en nuestra discusión imaginemos se pueden controlar. La ciencia está penetrando en la cultu-
que todos los barcos se han de hundir en el mismo día, ra general de forma masiva, ya está en todas partes. La es-
en tal caso lo único que tenemos que hacer es tructura tradicional del poder, las instituciones de toda la
presentar algo nuevo: enormes planeadores en el cielo, vida, han perdido el control sobre el ritmo del cambio.
ballenas amaestradas, o nubes de hierro. y de pronto, se hace evidente una nueva alianza: la in-
de lo contrario, llevar vidas estáticas. tegración de la tecnología y la contracultura de los ochenta;
hace tiempo que los árboles lo practican con éxito. una alianza profana entre el mundo tecnológico y el mundo
Yen caso de la disidencia organizada, el mundo subterráneo de la
que no surjan ideas, peor para nosotros. Después de cultura pop, de la fluidez visionaria y de la anarquía de las
[todo calles.

268 269
CARTA AI.1I0MO ClBERNtT/CUS

La contracultura de los sesenta fue rural, romanticona, APÉNDICEC


anticientífica y antitecnológica. Pero siempre acechó en su
corazón una contradicción simbolizada por la guitarra
eléctrica. La tecnología del rack era como el filo agudo de Modelo de investigación!
un cuchillo. acción de CTS activista
BRUCE STERUNG, Mirrorshades

D N este Apéndice no vamos a plantear todos los modelos


Lposibles de trabajo-característicos de CTS. Vamos a limi-
tamos a desarrollar mínimamente y de manera esquemática
un modelo básico y abierto -mejorable- del CTS activista
que hemos planteado en el libro. Es, pues, esencialmente un
modelo enfocado hacia la acción, lo cual no merma las vir-
tualidades de otros planteamientos anteriores de corte acadé-
mico o filosófico, al contrario, lo amplía y le confiere un
fuerte sentido social, el objetivo último de todo CTS.
Este libro, en tanto manual activista de CTS, cumple así
con este Apéndice y otros contenidos con su exigencia acti-
vista, enfocando necesariamente su acción concreta, deriva-
da de la Declaración de CTS crítico para una acción en el
siglo XXI, con la elaboración de este modelo de investiga-
ción/acción para su aplicación, especialmente dirigida a los
estudiantes primerizos en esta materia.

Fase 1. Investigación

En la primera fase de cada proyecto de CTS activista


se hallan las claves de su desarrollo posterior, del que sur-
girá el tipo de elaboración (F2) y el carácter de la acción

270 271
CARTA AL /lOMO ClBERNETlCUS APÉNDlCEC

final (F3). La investigación sobre cualquier conflicto tec- rivados de la elección del formato. Las investigaciones
nológico puede abarcar desde un tema teórico a un caso CTS deben abrirse al horizonte epistemológico de los nue-
local. Lo importante es que la elección esté motivada por vos medios y ser al mismo tiempo accesibles a toda la so-
una fuerte implicación de algún tipo -vínculo autobiográ- ciedad civil.
fico, de conocimiento previo, etc.-, que sin menosprecio Estos serían los pasos que hay que seguir:
de una cierta objetividad, justamente, halle en el propio in-
vestigador o en el grupo de investigadores un fuerte impul- a) Elección de formato o formatos adecuados al
so personal y social que se convierta en activista. tema-caso/acción: artículo, libro, vídeo documental, pági-
Estos serían los pasos que hay que seguir: na web, hipertexto/hipennedia, novela de ciencia-ficción o
ensayo-ficción, híbridos, etc.
a) Elección del tema o caso.
b) Hipótesis del tema o caso. b) Contenidos:
e) Diseño específico de metodología y enfoque del es-
tudio. i) Historia del tema y antecedentes del caso.
d) Reparto de tareas en el grupo de investigación, si lo ii) Descripción del conflicto tecnológico.
hubiera. iii) Efectos positivos y negativos.
e) Búsqueda de fuentes informativas: hemeroteca, bi- iv) Actitudes sociales (aceptación, rechazo, mati-
bliografía/webgrafía general del conflicto y especí- ces, etc.).
fica del caso. v) Argumentos valorativos y éticos.
j) Trabajo de campo: fotografía, vídeo, grabación de vi) Autocrítica del planteamiento del estudio.
entrevistas a los implicados, afectados y agentes im- vii) Vetas abiertas: desarrollo hiperfilosófico, pro-
plicados. gresivo y colectivo del análisis del conflicto a
g) Diario de campo: ---desarrollo abierto de la hipóte- través de la red con propuestas.
sis, notas, cuestiones, etc., para la elaboración y la viii) Conclusiones abiertas, propuestas prácticas y
acción. planteamiento de los criterios de la acción.
ix) Relación de posibles nuevos trabajos de CTS
activista derivados.
Fase 2. Elaboración

En esta fase es necesario tener una mente abierta y fle- Fase 3. Acción
xible a la utilización de formatos convencionales, cuando
sean necesarios y útiles, al tiempo que para adoptar otros En esta fase final, el primer paso consiste en ser cons-
medios nuevos o versiones con un marcado carácter expre- cientes de los objetivos sociales que se pretenden, una vez
sivo, divulgativo y cibercultural. Del mismo modo, se pue- elaborado el trabajo de CTS. De acuerdo con nuestra visión
den elegir diferentes géneros ensayísticos (o híbridos) de- activista, para el intelectual de CTS cualquier objetivo,

272 273
CARTA AL HUMO ClBERNETlCUS APÉNDICE e

aparte de los puramente académicos, resulta legítimo. De la e) Paralización o no aplicación de determinada tec-
valoración de los objetivos puede resultar una estrategia nología.
abierta o combinada para cumplir uno de ellos o varios. f> Creación y aplicación de una alternativa tecnoló-
Las diferentes alternativas pueden ser complementarias. gica aplicable.
Cada problema puede tener un desarrollo eficaz en uno o en g) Generación de una plataforma reflexiva-activista
varios modelos de acción, dependiendo del caso o el objeti- permanente.
vo previo. De cualquier manera, hay que considerar aspec- h) Valoración de alternativas activistas y niveles de
tos nuevos y determinantes como la potenciación cibercul- intervención:
tural de esta fase activista, ya sea como divulgación a través
de los medios convencionales o de «guerrillas de comunica- l. Presentación de ponencias académicas, pu-
ción» o como coordinación y aglutinamiento de fuerzas a blicación de trabajos en prensa, revistas, li-
través de la red. Sigue siendo precisa una cuidadosa valora- bros, televisión, radio o páginas web.
ción de los límites de las acciones en el área de la desobe- 11. Colaboración con grupos organizados: aseso-
diencia civil. Partiendo del respeto a los derechos humanos ramiento, mediación, propuestas, etc.
y la no violencia, la frontera se halla en los diferentes tipos TIl. Creación de plataformas temporales, plantea-
de «sabotaje», desde la huelga (legal, generalmente) a la miento de iniciativas generales y campañas.
destrucción de bienes (ilegal, pero en determinadas circuns- IV. Realización de acciones concretas: iniciati-
tancias o en ciertos regímenes, ante un mal mayor que afec- vas judiciales o políticas, protestas o campa-
te de manera grave y directa a las personas, puede ser consi- ñas públicas, intervenciones mediáticas. ac-
derado). Por otra parte, más allá de los nuevos métodos de tos de desobediencia civil (performance,
resistencia y de acción de la desobediencia civil, son muy boicot, sabotaje, etc.).
amplias las posibilidades de actuación pacífica en la esfera V. Creación de comunidades virtuales/reales in-
posibilista de la conciliación y la negociación. terdísciplinares para el desarrollo progresivo,
interactivo y glocal de una problemática (y
Estos serían los pasos que hay que seguir:
contactos con otros grupos, etc.).
- Posibles objetivos: VI. Desarrollo de microproyectos sobre tecnolo-
gías alternativas.
a) Divulgación y concienciación sobre un tema o
conflicto tecnológico. El desarrollo de este modelo de CTS activista lógica-
b) Discusión y moratoria de una tecnología. mente puede sufrir múltiples alteraciones y adaptaciones.
e) Negociación política y/o cívica de su aplicación Por tanto, es únicamente un modelo básico que pretende
entre gobiernos y grupos. dibujar las aspiraciones operativas de este tipo de enfoque
d) Planteamiento de iniciativas judiciales y/o demo- de CTS. Dado su sentido abierto y progresivo, una de las
cráticas (por ejemplo, referéndum). tareas más útiles para los estudiantes activistas sería desa-

274 275
CARTA AL HOMO ClBERNITICUS

rrollar con nuevas consideraciones y opciones cada uno de APÉNDICED


sus niveles.
En este sentido, en la página web derivada de este li-
bro, el lector interesado y el estudiante activista encontra- Bibliografía y filmografía
rá, además de ejemplos textuales de este modelo, una sec-
ción de Propuestas de CTS en acción, para aplicarlas o
para adaptarlas a sus propias iniciativas.

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