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IV TEOLOGIA
BRO.HANNER
DOCENTE
GIRARDOT – CUNDINAMARCA
2018
Significado de ángeles
[<< En los siglos V y VI, en la exegesis patrística, la figura del ángel es
representada a veces con vestidos y carnes de color rojo, para significar su
naturaleza de fuego etéreo; así aparece en el arco de Santa María la Mayor en
Roma (siglo V) y en san Apolinar Nuevo en Ravena (siglo VI)>>5.] Desde [finales
del siglo IV se les asignan a los ángeles alas, nimbó y largos vestidos. En efecto,
<<en los siglos III Y IV el ángel es un joven por demás imberbe, y sin alas; sus
signos son un palio sobre la túnica, o bien una dalmática, y un rollo de pergamino
sostenido en la mano, que alude a su oficio de mensajero>>]. A finales del siglo
IV, en cambio, <<recibe las alas, por una generación de la figura de los querubines
y serafines, pero también por la influencia de las antiguas imágenes que
representaban la victoria alada. [Desde el siglo IV los ángeles son pintados con el
nimbo. San Miguel aparece con frecuencia en forma de guerrero armado>>6.
San Ireneo de León los padres rechazan con fuerza cualquier fuerza de
dualismo, y refutan la teoría de la emanación de los ángeles de la sustancia de
Dios, es decir, el ser producidos de la nada por obra de Dios, como cualquier otra
criatura, y los reconocen toralmente sometidos a Jesucristo.
San Agustín se preguntan por la cuestión de numero de los ángeles, que
frecuentemente resuelven aplicando al problema la parábola de la oveja perdida y
de las 99 ovejas fieles (identificadas con los ángeles), para llegar a concluir que
los ángeles están, respecto de los hombres del pasado, del presente y del futuro,
en una relación de 99 a 1. 7.
Aportes de Dionisio el pseudo- Areopagita
Fue la contribución de los quince capítulos de la Jerarquía celeste de Dionisio
Pseudo- Areopagita 8.
5 CARLETTI, C “Demone”. En: Bernardino (Di), A. Dizionario patrístico e di antichita cristiana, vol. 1. Marietti,
Turin, 1983, pp. 202-203
6 FLICK, M. IALSZEGHY, z. Il Creatore. L´inizio della savezza. Op. Cit., pp. 687- 688. Cf., también,
BUSSAGLI, M. Storia de gli angeli. Racconto di immagini e di idee. Rusconi, Milan, 1991, pp. 141- 187.
7 <<lejos de minimizar, como inconscientemente tenemos nosotros la tendencia a hacer, la importancia del
mundo invisible respeto al censoria, los cristianos de los primeros siglos insisten sobre la innumerabilidad,
anarithmetos, de las cortes angélicas>> (MARROU, H. I. “Un ange dechu, un ange pourtant”. En: AA. VV.
Satán. Op. Cit., pp. 28-43, 33)
8 hablamos de Dionisio el Pseudo- Areopagita en lugar de pseudo- Dionisio en Areopagita por las razones
que explica K. Ruh en Storia della mística occidentale, vol.1.: levacia patristiche ela telogia monástica del XII
secolo. Vita e pensiero, Milan 1995, p. 35.
Pone en el centro de toda la realidad a la Santa Trinidad en primer lugar, a la
jerarquía celeste, compuesta por los ángeles, y luego, a través de ella, a la
jerarquía terrestre, constituida por la iglesia. Centrando su atención sobre la
organización del mundo angélico, ordenados en tres niveles con una eterna cada
uno. Serafines (plenitud de amor, que atrae toda otra criatura angélica
inflamándola con su calor), los querubines (plenitud de contemplación del
esplendor trinitario, que comunica la sabiduría a los ángeles inferiores) y los
tronos (plenitud de inteligencia, que concede el sentarse junto al altísimo). El nivel
intermedio comprende las dominaciones (potencias de superación de toda
atracción de lo despreciable), virtudes o fuerzas (potencias de estabilidad en el
bien) y las potestades (potencias de armonía y paz). Y el orden más bajo, y por
tanto el más próximo a la humanidad, incluye los principados (dirigidos a la
protección de los pueblos y las ciudades), los Arcángeles (encargados de las
misiones terrenas más importantes y delicadas) y los Ángeles (transmisores del
misterio de Dios a los hombres).
Gracias a esta organización jerárquica la luminosidad vital de la trinidad se irradia
desde los grados superiores hasta los grados inferiores del mundo angélico. De
manera que se establece un singular enlace entre vida angelical y vida espiritual
humana, y la jerarquía celeste a sume la apariencia de una inmensa escalera de
Jacob que les permite a los hombres llegar hasta Dios imitando a los Ángeles.
Profundización de la doctrina de los demonios
Origen del mundo diabólico
Los padres, en el ámbito de la cuestión más general del origen del mal en el
mundo, del porqué de su presencia. No hablan de los demonios sino como de
criaturas que han decaído, no creadas como tales sino que han devenido
malvadas a causa de culpas personales. Entonces distinguen a los espíritus
malvados dos categorías, Diablo y Ángeles caídos de una parte, y demonios de
otra. San Justino, Atenagoras, Tertuliano considera posible, fundándose en Sb
2, 24, que la culpa de los demonios puede precisarse en el hecho de alimentar
envidia por Adán, creado a imagen de Dios.
Destino y capacidades operativas
Los padres concuerdan igualmente en aceptar que el principal intento del diablo y
de los demonios es alejar a los hombres de la comunión con Dios; entre cielo y
tierra hacen de todo para alejar a los hombres de Dios; causan enfermedades y
desgracias naturales; inventan artes nocivas, como la magia, la astrología
imitando los ritos cristianos y corrompen la sana enseñanza por medios de ritos y
de herejías; incitan a los hombres al pecado y al vicio; que por ello deben de ser
protegidos por medio de exorcismo y del mismo bautismo 9.
STUDER, B. “Demone”. En: Dizionario Patrístico e di Antichita Cristian, vol. 1. Op. Cit., pp. 910-918, 916-917
Sus acciones perniciosas vienen obstaculizadas por las intervenciones de los
ángeles buenos. Los demonios no pueden penetrar la parte interior de los
hombres. Aun causando sueños malvados en ellos y perturbando las almas
ansiosas no conocen los misterios del corazón sus ataques siguen siendo en el
fondo, siempre exteriores 10.
Naturaleza y poderes
Tertuliano afirma que los demonios poseen una sustancia material muy sutil pero
privada de la dignidad que se encuentra en los ángeles. Evagrio póntico el
elemento dominante de su cuerpo es el aire, mientras en cuerpo de los ángeles
prevalece el fuego, y en el de los hombres la tierra: los demonios resultan fríos
como el hielo.
Todos están persuadidos de que los demonios disponen de una inteligencia
superior a la humana, por lo cual están en capacidad de adivinar los pensamientos
y anticipar la información de eventos todavía no perceptibles, aunque ya en acto,
no realmente futuros. No pocos resaltan que ellos, pudiéndose mover, gracias a su
cuerpo sutil, con mucha velocidad, alcanzan a ver eventos, personas y cosas
todavía lejanas y escondidas y manifestarlas con anticipación a los hombres,
engañándolos sobre sus presuntos poderes divinos.
Confrontación con el paganismo
Dios creador y de Cristo respecto a los ángeles, con el consecuente rechazo de
toda forma de idolatría.
Los primeros siglos sobre la relación de las divinidades paganas con los
demonios. La concepción griega los demonios eran prevalentemente seres
benignos y dignos de honor, accesibles mediante oráculos, magias y
encantamientos. En la tradición hebreo-cristiana constituida en cambio una
verdadera abominación.
Tertuliano llama pompa diaboli, “pompa del diablo”, es decir, los espectáculos, las
ceremonias culturales, los honores públicos, la sesiones astrológicas, y todo lo
que se les parezca; que los creyentes rechazan sino que únicamente a los
espíritus malignos.
Tertuliano y Orígenes por una parte favorecieron la compresión del bautismo
como renuncia a Satanás y a sus “pompas” (ápice de la persecución desatada por
los demonios) pero ya los padres apostólicos, habían igualado los mártires,
vencedores de los demonios, a los ángeles, hallando así el camino a la
subsiguiente asimilación de la vida de los monjes (mártires incruentos y modelos
de la realidad cristiana) a la vida angélica.
10 Ibíd., p. 917
Gnosis, surgida entre el segundo y tercer siglo después de cristo, es la idea de un
proceso de emanación degradante que, extendiéndose desde Dios hasta el
hombre, da origen a una serie indefinida de <<eones>> y seres celestes o
<<ángeles>>, que a su vez crean el mundo material.
San Ireneo de Lyon afirma que el diablo, siendo una simple criatura, no puede
tener ningún poder sobre la creación. Maniqueísmo, principio de la positividad y
principio de la negatividad se traduce en un dualismo absoluto de bien y mal,
Agustín, elabora la doctrina de la no sustancialidad del mal, definiéndola como una
privación del bien.
Hasta el cuarto siglo <<ángeles>> fue uno de los nombres conferidos a Cristo
para designar su rol de envidiado del padre. Arrianos lo utilizaron para la
negación de la divinidad de Jesús
La experiencia del monaquismo.
Monaquismo es un gran impulso a la consolidación y profundización de la creencia
en los ángeles, y especialmente en los demonios, fue dado, a partir de finales del
tercer siglo, por la aparición y desarrollo del monaquismo 12.
Orígenes enseña que el arma preferida por los demonios es la tentación, por ser
más eficaz. Evagrio Póntico analiza la práctica del discernimiento de los espíritus,
distinguiendo los diversos estados psicológicos.
Juan Casino sostiene que el aire entre cielo y tierra está lleno de demonios.
Otras conexiones
Ya Orígenes y luego san Gregorio de Nisa, hablan de un derecho de Satanás
sobre los hombres, introducido por la aparición del pecado y sucesivamente
anulado por el ofrecimiento de la sangre y de la vida de Jesús como rescate. San
Ireneo, Orígenes, san Ambrosio, san Agustín y otros atribuyen la victoria de
Jesús sobre satanás a un juego de astucia de Dios que atrae al diablo con el cebo
de la humanidad de Jesús, para aprisionarlo con el anzuelo de su divinidad; o
como la consecuencia de un abuso de poder de parte del diablo.
Los padres la colocan por encima de los ángeles, considerados hasta entonces
como los más cercanos a Dios. (San Juan Damasceno) llega a atribuir a los
ángeles la tarea del servicio y la alabanza de la virgen.
Nicea (787) la oportunidad de pronunciarse sobre la cuestión de la incorporeidad
de los ángeles.
12 CF. RUSSELL, I. B. II principio delle tenebre. II male radícale e il poterce del bebe nella storia. Laterza,
Bari, 1990, pp. 83-89; Mara, M. G. “La lotta contro il demonio nella letteratura monástica del IV secolo”. En:
CORSINI, E. y COSTA, E. L`autunno del diavolo, vol. 1, Op., cit., pp. 265-278.
Intervenciones magistrales
El concilio local de Constantinopla del 543 condena a quien asimila a cristo a las
varias categorías de ángeles o a quien afirma, todo cuanto está en el cielo
constituye una realidad angélica, o a quien afirma que si fue crucificado por los
demonios, o a quien sostiene la provisionalidad de la condena de los demonios.
En el 561 el primer concilio, Braga, Portugal condena a cuantos afirman que los
ángeles son de la misma sustancias de Dios, o niegan que el diablo era primero
un ángel bueno creado por Dios, o le atribuyen la autoridad sobre los elementos
de la naturaleza, o creen que la formación del cuerpo humano y la creación son
obras suyas 20.
Concilio de Roma del 745 y el concilio Aquisgrán del 789 prohíbe la invocación
de los ángeles bajo nombres no bíblicos deducidos de fuentes apócrifas.
Referencia a los ángeles
(IV-V siglo) la Anáfora eucarística incorpora el sanctus, interpretado como
proclamación común de los hombres y de los ángeles. Tanto las liturgias como los
escritos de los padres hablan de un ángel del bautismo y de un ángel de la
penitencia, y atribuyen a los ángeles un rol de primer plano en la liturgia de los
enfermos y de los difuntos.
Desde el siglo IV se desarrolla el oriente el culto de los ángeles, especialmente de
san Miguel: siglo quinto se extiende a oriente, testimonio, realidad y la importancia
del mundo angélico para la vida de los hombres21.
Referencia a los demonios
En todos los ritos bautismales del siglo IV y V se encuentran exorcismo y
fórmulas de renuncia a satanás. Antes del final del siglo V, los esculpimos de la
antigua disciplina romana del bautismo apuntan casi exclusivamente a deliberar al
catecúmeno de la influencia demoniaca.
La idea de que el penitente excomulgado se encuentra bajo el poder de satanás
emerge en las oraciones para los penitentes públicos que se recitan durante la
misa (cf. Capítulo VIII de la constituciones Apostólicas). La misma fuente atribuye
un poder anti demoniaco al aceite para la unción de los enfermos.
Siglo III, además, se forma en occidente el grado eclesiástico del exorcista,
signado por la función por la casa de los demonios. Es verdad que ignorar o
marginar la realidad de los ángeles y de los demonios <<hace incomprensible la
liturgia en uno de los aspectos esenciales>>22.
Época medieval 24
24 cf. GOZZELINO, G. II misterio dell´uomo in cristo. Op. Cit., pp. 279, 283; LAVATORI, R. Gli angeli. Srrtoria
e pensiero. Op. Cit., pp. 119-164; - Satana. Un caso erío. Op. Cit., pp. 249-402; AMATO, A. “L´angelologia
nella tradizione della Chiesa”. En: AA.VV. Angeli e demoni. II dramma della storia tra il ed il bene ed il male.
Op. Cit., pp. 124-134;- “I demoni. Riflessione della tradicione e storia del dogma”. En: AA. VV. Angeli e
demoni. II dramma. II dramma della storia tra il bene ed il male. Op. Cit., pp. 305-314.
Ruperto de Deutz y Hugo de san Víctor subrayan la intrínseca estructura
Cristológica de la naturaleza angélica, sometida al verbo pues participa de su luz.
Los demonios se imponen la idea de que la caída de satanás se debió al orgullo
desmesurado por la ciencia y la belleza de que había sido dotado.
Desviaciones
Italia profesa en el plano doctrinal un rígido dualismo que se contra poner
frontalmente al monoteísmo cristiano. Enseña, en efecto que satanás es el
principio increado del mal y el creador de la materia; y que es inferior en cuanto a
potencia únicamente a Dios, que sin embargo ha creado solamente los seres
espirituales. Sostiene además que no existe ninguna verdadera trinidad, porque el
verbo y el espíritu Santo no son otra cosa que ángeles, afirma que los hombres
fueron creados ángeles y tomaron un cuerpo material. Declara que el Dios del
antiguo testamento es el diablo, y que los cuerpos de Jesús y de María (ella
también identificada con un ángel) era solo apariencia, al momento de la muerte,
hasta cuando se haga perfecto para luego resurgir como ángeles. Y precisa que
san Juan Bautista era un demonio y san Juan Evangelista un ángel, según
monoteísmo cristiano.
Concilio lateranense IV (1215)
El siglo XIII en la basílica del laterano concilio el tribunal ecuménico a prueba
dos de índole dogmática, asume la forma de una solemne profesión de fe
trinitaria e incorpora un explícito pronunciamiento sobre los ángeles y los
demonios 25. Creador de todas las cosas, visibles e invisibles, espirituales y
corpóreas: que con su omnipotencia creo de la nada, junto al comienzo del tiempo,
una y otra criatura, la espiritual y la corpórea, es decir los ángeles, y el mundo: y
luego la criatura humana, que pertenece de algún modo a la una y a la otra
compuesta de espíritu y de cuerpo. Porque el diablo y los otros demonios han
sido creados por Dios naturalmente buenos, pero se han hecho malos por sí
mismos, por propia iniciativa encanto al hombre él ha pecado bajo instigación del
diablo.
Los puntos relevantes son los siguientes. El único Dios, uno y trino, es el absoluto
creador de todo cuanto existe, sin excepción (el concilio habla de realidades
visibles e invisibles, espiritual y corpóreas, pero sin pronunciarse acerca de pura
espiritualidad de los ángeles). Dios es creador tanto de los ángeles. También el
Hombre es criatura de Dios, en su unidad de alma y cuerpo propiamente
interpretación albigense que ve en el hombre un ángel caído aprisionado en la
materia producida por satanás. Ni el diablo ni los demonios han sido creados
malignos, pero se hicieron tales por propia iniciativa. La condición del hombre es
diferente de la demoniaca, porque, siendo empujado a la culpa por el diablo, es
25 CF. MACCARRONE, M. “II IV consilio lateranense”. En: Divinitas, 5, 1961, pp. 270-298; “Quay, P. M.
Angels and Demons. The Teachhing of IV Lateran”. En: theological Studies, 42, 1981, pp. 20-45.
Menos responsable que él. Lejos de identificarse con la materia, el pecado viene
del espíritu.
Bernardo de Parma, la llamo el cuarto símbolo de la iglesia universal.
(<<Creamos firmemente y confesamos abiertamente>>). Trasladándose de un
“credo”, es limita, por tanto, a lo esencial.
Síntesis de santo Tomas de Aquino.
El siglo XIII sobre sale grandes sistemas teológicos, de la angelología y
demonología:
Contenidos
El santo doctor, apodado “angélico” justo por la relevancia de su tratado sobre los
ángeles, la tradición patrística y magisterial concernientes al carácter criatura de
los ángeles su jerarquía, la función de custodia de los hombres, la caída de
satanás, la condenación eterna de los demonios, por el hecho de poner como
fundamento de la hermenéutica del mundo angélico y demoniaco la noción de
“espíritu puro”.
La escala franciscana, para la cual ángeles y demonios son espíritus que
carecen de materia extensa pero no de materia metafísica 26. Santo tomas, para
quien ángeles y demonios son seres en los cuales está completamente ausente
toda forma de materia.
Pseudo-Areopagita, los ángeles son espíritus puros como Dios pero finitos como
los hombres reconoce en ellos aquel carácter de <<ser intermedio>> que ya los
antiguos habían adivinado, y los llaman <<sustancias separadas>> (o dotadas
solo de << forma >>, sin materia). Afirma que cada ángel constituye una especie
autónoma, diversa de las otras, y así acentúa su diferencia con los hombres.
Relanzando la doctrina del ángel custodio, enseña que la custodia del género
humano le ha sido confiado a todos los ángeles, y la de cada uno a un ángel en
particular perteneciente al orden menos elevado, por estar menos distantes en
perfección a el: ángel asignado desde el nacimiento, no solo desde el bautismo, y
que ejerce la función de protección mientras el hombre vive en la tierra, dejando
luego de ser custodio para hacerse correinante.
Demonios, el santo doctor. Respecto [al primer] punto coma explica que el
pecado de los ángeles rebeldes consistió en negarse a someterse al querer
superior de Dios por la soberbia decisión de asumirse a sí mismo como única e
incensurable regla de vida. [Al segundo] enseña que las penas de los demonios
comportan el oscurecimiento y disminución de la mente y el endurecimiento del
26 Es claro, entonces, que la doctrina escolástica de la materia espiritual de los ángeles no coincide con la
teoría patrística de los ángeles corpóreos. La primera en efecto, entiende la materia en sentido metafísico, y la
segunda en sentido físico como corporeidad menos densa.
Corazón (voluntad) en relación con las verdades sobrenaturales; no sin una
sujeción al tormento del fuego que, dada su condición de espíritus puros, resulta
muy misteriosa pero no por eso menos real. Sobre el [tercer] frente precisa que la
acción de los demonios puede alcanzar directamente el cuerpo, pero solo
indirectamente (mediante inspiraciones malignas y tentaciones) el intelecto y la
voluntad. Y profundiza en las modalidades. En cuanto a la última cuestión, insiste
sobre la concepción clásica del mal como privación del bien para mostrar que la
terrible paradoja del diablo está en haber escogido, rechazando a Dios, negarse al
propio bien.
La angelología y demonología de santo tomas ha influenciado profunda mente
la especulación teológica, la predicción, la catequesis, e incluso la literatura de los
siglos siguientes (se piensa en la divina comedia, de Dante Alighiri 28). Gracias a
ellas, la interpretación de los ángeles y de los demonios como espíritus puros se
hiso, han implantado establemente en el patrimonio doctrinal de la iglesia
Occidente.
Otros maestros
<<Doctor seráfico>> san Buenaventura de Bagnoregio, principal representante de
la escuela franciscana del siglo decimotercero y creador de una interpretación del
mundo angélico estrechamente dependiente del dogma de la trinidad.
Distinguiendo una jerarquía de tres coros de ángeles con tres órdenes cada uno,
enseña que cada uno de ellos se caracteriza por el empeño en la contemplación e
imitación de una de las tres personas divinas; la tensión dinámica de los ángeles,
y itinerario de la maduración de la vida espiritual del hombre implica una
asimilación a los nueve ordenes angélicos que se concreta en un itinerario de
nueve grados de elevación en la contemplación de la trinidad. Santo tomas,
considera que la naturaleza angélica se compone no solo de forma sino de
materia.
Franciscano, el <<doctor sutil>> Juan Duns Escoto radicaliza la semejanza del
mundo angélico al mundo humano agregando a la consideración de la tesis
bonaventuriana de los ángeles como síntesis de materia y forma la formación de
que también ellos conocen (si bien con mayor claridad y universalidad) en modo
discursivo y argumentativo, y ejercen la libertad no enteramente. Precisa además
que el objeto primario de los ángeles custodios reside en la protección de los
hombres del influjo de los demonios.
28 puede profundizase en LAVATORI, R, Gli angeli. Storia e pensiero. Op. Cit., pp. 155-161;- satana. Un
caso serio. Op. Cit., pp. 364-368.
Iconografía
Tradición artística, el mosaico de san Apolinar Nuevo en Ravena (siglo VI),
donde está representado en los vestidos de un bello joven aureolado distinguido
por el color violeta oscura, el diablo, Alto en el Alto como en el Bajo Medioevo, es
habitualmente presentado en negro y algunas veces en azul o violeta, para decir
que está constituido de aire oscuro, denso e inferior. Aprese en marrón, y aún más
en gris pálido, por ser el color de los enfermos y de los muertos. Desde el
undécimo siglo es retratado como un hombre o un ser pequeño y deforme. Luego,
tiende a convertirse en un compuesto monstruoso, un poco hombre y un poco
bestia, por demás desnudo, o vestido solamente con un taparrabos, para
representar el desorden sexual y la bestialidad. Privilegia, entre las formas
animalescas, la de una mona, un dragón o una serpiente, esta última con rostro de
hombre 29.
A partir del mismo periodo los ángeles son representados <<en vestidos
sacerdotales o diaconales; estos trajes largos fueron reemplazados más tarde por
vestidos femeninos, y así desde el 400 los ángeles fueron representados por niño
desnudos, retomando antiguas figuraciones paganas de niños y de genios>>.
29 CF. RUSSELL, I. B. II diávolo nel medioevo. Op. Cit., pp. 95-98, 153-156