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Tema 3

Habilidades del Psicólogo y Técnicas Básicas de


Intervención

Habilidades y
competencias básicas del
psicólogo. Parte I
Índice
Esquema 3

Planteamiento del caso clínico 4


Habilidades del terapeuta 4

Material de estudio 5
3.1. Introducción y objetivos 5
3.2. Características y actitudes de los terapeutas que
facilitan la relación terapéutica 6
3.3. Factores que influyen en el establecimiento de
una buena relación terapéutica 9
3.4. El rol del terapeuta en las diferentes fases del
proceso terapéutico 12
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3.5. Competencias específicas del terapeuta 14


3.6. Referencias bibliográficas 17

Resolución del caso clínico 18

A fondo 20

Test 22
Esquema
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Habilidades del Psicólogo y Técnicas Básicas de Intervención 3


Tema 3. Esquema
Planteamiento del caso clínico

Habilidades del terapeuta

En este caso se pretenden mostrar algunas de las habilidades que el psicoterapeuta


ha de poner en práctica durante las sesiones. El objetivo que se persigue es que seas
capaz de identificar y reflexionar sobre el uso de estas habilidades, sobre si fomentan
la comunicación, mejoran la relación o si, por el contrario, no son útiles desde el
punto de vista terapéutico. A lo largo de este tema se presentarán y trabajarán
algunas de estas cuestiones.

Asimismo, en el apartado Resolución del caso clínico se ofrecerán algunas


valoraciones sobre este caso concreto.

Bender, L. (productor) y Van Sant, G. (director). (1998). El indomable Will Hunting


[película]. Estados Unidos: A Band Apart/Miramax. Disponible en el aula virtual en virtud
del artículo 32.4 de la Ley de Propiedad Intelectual.
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Habilidades del Psicólogo y Técnicas Básicas de Intervención


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Tema 3. Caso clínico
Material de estudio

3.1. Introducción y objetivos

En este tema se plantean algunas de las habilidades y competencias básicas que debe
tener un psicólogo, empezando por las motivaciones funcionales y disfuncionales
para elegir la profesión de psicólogo.

Hablaremos de las competencias específicas, como la capacidad para integrar


conocimientos teóricos, metodológicos y técnicos, planificar tratamientos, dar
instrucciones, etc.

Se mostrarán los diferentes factores que influyen en la relación terapéutica, como


la empatía, la cordialidad o la calidez. Y finalizaremos revisando los aspectos más
relevantes sobre el rol del terapeuta durante el trabajo con el paciente; por ejemplo,
directivo o no directivo, según el tipo de paciente, la problemática o el momento de
la intervención.

Los objetivos que se pretenden conseguir con este tema son los siguientes:

 Conocer cuáles son las habilidades necesarias de los psicólogos para un buen
ejercicio de la profesión, incluyendo aspectos recogidos en el código deontológico.
 Aprender cuáles son las habilidades específicas que se deben tener con población
adulta.
 Comprender aquellos factores que facilitan la relación terapéutica.
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 Atender a las necesidades de paciente y adaptarse a sus demandas siendo más o


menos directivo.

Habilidades del Psicólogo y Técnicas Básicas de Intervención


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Tema 3. Material de estudio
3.2. Características y actitudes de los terapeutas
que facilitan la relación terapéutica

Además de especificar las habilidades y competencias básicas del psicólogo, en este


apartado presentaremos los resultados de las investigaciones sobre las
características personales asociadas a la elección de la profesión de psicólogo.

En primer lugar, es importante indicar que quienes que ejerzan la profesión de


psicoterapeuta deben tener una formación adecuada para ello, siendo en este
aspecto muy importante la formación continuada y la supervisión de los casos por
otros profesionales. De esta forma, garantizamos la mejor atención para la salud
mental de las personas.

Respecto a las características personales de quienes eligen la profesión de


psicoterapeuta, una investigación diferencia entre motivaciones funcionales y
disfuncionales. Las primeras permiten un buen desempeño de la profesión, mientras
que las segundas interfieren de forma negativa.

MOTIVACIONES FUNCIONALES

Curiosidad (interés natural por las personas)

Capacidad de escucha, de conversación, de empatía y de comprensión, de conocer y


aceptar las propias emociones pudiendo tolerar y facilitar la expresión emocional del
cliente (discernimiento emocional)

Capacidad introspectiva (facilita la autoexploración de los clientes)


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Capacidad de autonegación de las gratificaciones personales (que permita centrarse en


las necesidades del cliente)

Tolerancia a la ambigüedad (soportar lo desconocido, las respuestas parciales y las


explicaciones incompletas)

Actitud no crítica (capacidad de cariño y paciencia)

Habilidades del Psicólogo y Técnicas Básicas de Intervención


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Tema 3. Material de estudio
MOTIVACIONES FUNCIONALES

Tolerancia a la intimidad

No sentirse incómodo en posiciones de responsabilidad (confortable con el poder, sin


llegar a la omnipotencia)

Sentido del humor (capacidad de reír empleada como recurso terapéutico)

Tabla 1. Motivaciones funcionales.

MOTIVACIONES DISFUNCIONALES

Búsqueda de la «autocuración»

Aflicción emocional

Posición de ayudar a otros a superar las propias cuestiones no superadas (manejo


vicario)

Soledad o asilamiento

Búsqueda de satisfacción de las necesidades propias de contacto e intimidad

Deseo de poder (necesidad de controlar e influir)

Necesidad de amor y oportunidad para expresas las propias actitudes de rebelión o


confrontación contra la autoridad (rebelión vicaria)

Tabla 2. Motivaciones disfuncionales.

Algunas de las variables de la Tabla 2 pueden llegar a impedir una adecuada distancia
terapéutica y dificultar la autonomía y el derecho a elegir de los pacientes, resultando
perjudicial para ellos.
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Se han estudiado también las características familiares asociadas a la elección de la


profesión de psicoterapeuta. Existe un estudio de los años 80 (Guy, 1987, citado en
Rivero, 2011) que encontró como rasgos característicos de las familias la figura de
una madre con un rol central, que con frecuencia comunica al futuro psicoterapeuta
sus propios problemas (esto puede facilitar mayor madurez emocional y cognitiva,

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Tema 3. Material de estudio
implicando una reciprocidad emocional alterada, en la que se genera una sensibilidad
y prioridad a las necesidades de los otros en las relaciones). En contraposición, halló
en la figura del padre un rol más pasivo y con poca interacción emocional con el hijo.
De todos modos, no contamos con suficientes estudios para determinar un perfil
típico de las familias de origen de los psicoterapeutas.

Revisadas las características personales asociadas a la elección de la profesión de


psicoterapeuta, ahora vamos a ver cuáles son las características del terapeuta que
optimizan los resultados terapéuticos, sabiendo que el nivel de competencia
terapéutica depende tanto de las cualidades personales del psicoterapeuta como de
su formación y experiencia en el manejo de las técnicas.

En la práctica psicológica, sobre todo en intervención con parejas y familias, es


habitual que haya dos coterapeutas, o un terapeuta y un equipo reflexivo. En este
último caso, lo habitual es que se cuente con una cámara Gesell y un espejo
bidireccional, de tal forma que haya un equipo de profesionales viendo la sesión
desde otra sala, pudiendo comunicarse con el terapeuta mediante un teléfono. Por
otro lado, es habitual hacer un descanso al final de la sesión durante el que el
terapeuta consulta con el equipo terapéutico sus reflexiones. La pareja o familia
siempre tiene que dar su consentimiento para la participación del equipo reflexivo.

En el caso de la coterapia, es muy importante que ambos profesionales tengan


hipótesis similares y estén coordinados.

Se considera que, para favorecer la eficacia del papel del psicoterapeuta, es necesario
que este, desde su propio modelo psicoterapéutico, se responsabilice de generar
hipótesis sobre el problema del paciente o cliente y planifique la intervención
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terapéutica por etapas secuenciales.

Es importante también compartir esta información con el paciente, ya que así será
más fácil que se implique en su proceso, pudiendo participar en la toma de

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Tema 3. Material de estudio
decisiones, evitando un papel pasivo, como simple receptor de las técnicas del
profesional.

Por último, en una profesión como la de psicólogo, es necesario mantener una


formación continuada que nos permita ir ampliando el repertorio teórico y técnico
para ofrecer los mejores tratamientos individualizados a cada persona en cada
momento. Asimismo, el psicólogo tiene la responsabilidad de detectar sus
necesidades de formación en áreas en las que tiene menores conocimientos o
mayores dificultades.

En los casos en los que, por falta de formación o experiencia, o por excesiva o escasa
implicación emocional, no estemos preparados para atender a un paciente de
manera óptima, es nuestra responsabilidad derivarlo a otro profesional que garantice
la mejor atención para ese paciente.

3.3. Factores que influyen en el establecimiento


de una buena relación terapéutica

Entendiendo siempre la psicoterapia como un espacio compartido entre paciente y


terapeuta que posibilita la generación de narrativas alternativas a la dominante que
trae inicialmente el paciente, es importante que el psicólogo cuente con una amplia
gama de habilidades para salir de esa narrativa inicial, impregnada de problemas y
sufrimiento.

A continuación, presentamos algunas actitudes y características del terapeuta que


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optimizan la relación terapéutica:

 Empatía. Entendida como la capacidad perceptiva: la capacidad para entender los


sentimientos del otro. Implicaría la capacidad para adoptar la perspectiva del otro,

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Tema 3. Material de estudio
pero también para reflejar su tono afectivo (Bárez, 2016). Es decir, el psicólogo ha
de ser capaz de ser empático: mantener un contacto emocional cercano, sin llegar
a verse invadido por las emociones del paciente, pero también mostrarse capaz
de activar determinados recursos, verbales y no verbales, para transmitir que
empatiza con él.

 Aceptación incondicional. Implica la disposición de validar de forma intencional la


experiencia del paciente, respetándola, por ser una persona merecedora de
dignidad, y aceptándola tal y como es. Puede ocurrir que, durante el proceso
terapéutico, surjan cuestiones relacionadas con el paciente (actitudes o
comportamientos) que choquen con las creencias y valores del terapeuta. Ante
esto, es importante no perder de vista que la relación entre paciente y terapeuta
es diferente de una relación de amistad, que tiene una función terapéutica y, como
tal, hay que ser capaz de recoger esa información, sin juzgar, y transformarla para
ayudar al paciente.

 Autenticidad, sinceridad, honestidad, y ser capaz de mostrar un alto grado de


naturalidad y espontaneidad que sean coherentes con la situación, sin que parezca
forzado.

 Cordialidad. Implica expresar interés y aprecio por el paciente de forma verbal o


no verbal. También implica saber expresar ánimo y aprobación cuando sea
oportuno. Algunas conductas no verbales que contribuyen a la cordialidad son el
contacto visual, la sonrisa, la expresión facial, la modulación de la voz, la postura
relajada, los asentimientos de cabeza y, según los casos, un grado discreto de
contacto físico. Como señalan Goldstein y Myers (1986), estas muestras de
cordialidad variarán en algunas fases de la intervención, ya que habrá muchos
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pacientes que, a medida que avanza la terapia, necesitarán menos


demostraciones explícitas de aceptación y aprobación.

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Tema 3. Material de estudio
 Calidez. Muy relacionado con la cordialidad, ser capaz de mostrar calidez implica
la afectividad en el trato, o trato amable, y la buena predisposición para hacer que
el paciente se sienta acogido y escuchado.

 Flexibilidad en el manejo de ideologías, teorías y métodos. Haber recibido una


buena formación teórica y práctica, y confiar en su propia habilidad y técnicas
terapéuticas. Saber adaptar sus métodos y técnicas a los problemas y
características de cada paciente; y estar abierto a la adquisición de nuevas
competencias.

 Adecuada competencia intelectual. Conocimiento amplio de diversas normas y


valores de los contextos socioculturales de los pacientes, y poder integrarlos, si
fuera necesario, en la intervención si el contexto del paciente afecta a los objetivos
del tratamiento.

 Dinamismo y energía en el trabajo. Hemos de ser realistas con nuestros límites


físicos y mentales. Hacer terapia cansa, por lo que se requiere una buena dosis de
energía; si nos mostramos pasivos, podríamos inspirar poca confianza y seguridad
al paciente. Además, debemos entrenar nuestra paciencia y persistencia, ya que
la consecución de resultados terapéuticos requiere tiempo y esfuerzo.

 Motivaciones constructivas y positivas, interés por las personas y su bienestar.


Búsqueda del beneficio del paciente, y respeto por sus iniciativas.

 Conocimiento de uno mismo: aspectos fuertes y débiles, limitaciones teóricas,


técnicas y personales. La autorregulación y el autoconocimiento son necesarios
para evitar que los propios problemas y dificultades del terapeuta interfieran en
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el tratamiento. Si las dificultades son importantes, es recomendable que el


terapeuta busque tratamiento para sí mismo. Además, una aplicación importante
del autoconocimiento es que el terapeuta se entrene en detectar cuándo se
producen fuertes reacciones emocionales a las respuestas de sus pacientes (lo que
se conoce como contratrasferencia).

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Tema 3. Material de estudio
 Sentimientos de competencia profesional. Muy relacionado con la supervisión y
la formación continuada del terapeuta.

 Sentimientos resueltos de poder. En caso de no tenerlos resueltos, podrían


ocasionar sentimientos de impotencia, dependencia o pasividad.

 Necesidades íntimas resueltas. Para ello, es muy importante la supervisión del


terapeuta.

3.4. El rol del terapeuta en las diferentes fases del


proceso terapéutico

Un elemento importante dentro del estilo terapéutico es el rol que adopta el


terapeuta con sus pacientes. También llamado grado de directividad, o la capacidad
del terapeuta para dar instrucciones, proporcionar información y retroalimentar al
paciente, animándolo a participar en la realización de determinadas tareas o
fomentando determinadas actitudes. Es una variable que ha de tenerse en cuenta
siempre, y que puede condicionar la consecución de los objetivos terapéuticos.

Saber cuándo ser más o menos directivo dependerá de diferentes factores: la


orientación del terapeuta, la edad y el tipo de paciente, las técnicas o estrategias que
se utilicen, el problema sobre el que se esté trabajando y el momento de la
intervención.

El rol que adopte el terapeuta debe estar en consonancia con las necesidades del
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paciente. No es terapéutico ni el exceso ni el defecto; si nos pasamos de directivos,


podríamos estar invalidando las acciones del paciente, y si nos quedamos cortos,
podríamos transmitir la sensación de que no le estamos ayudando de manera
adecuada.

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Tema 3. Material de estudio
A continuación, veremos algunas cuestiones básicas que cabe tener en cuenta
cuando hablamos del papel que ha de adoptar el terapeuta a lo largo de la
intervención:

 Si la situación lo permite, es mejor ser poco directivos, fomentando siempre que


sea el propio paciente quien ponga en marcha sus propios recursos.

 Durante las primeras sesiones, y en la fase de exploración y clarificación de los


problemas, es más útil ser menos directivo, permitiendo que el paciente exprese
libremente sus dificultades e ideas.

 El estilo directivo sería más recomendable en situaciones en las que es necesario


guiar al paciente, como en la aplicación de determinadas técnicas como la
intervención paradójica o el diálogo socrático; y en fases más avanzadas de la
intervención en las que se trabajan aspectos concretos.

 Ofrecer desde el inicio el grado de directividad que el paciente espera del


terapeuta. Habrá pacientes que demanden un mayor grado de dirección que
otros, y saber adaptarse puede contribuir a favorecer el establecimiento de una
alianza terapéutica adecuada. Por ejemplo, pacientes con un locus de control
externo se sentirán más cómodos con terapeutas que trabajen directivamente, en
comparación con pacientes con un locus de control interno.

 Independientemente del rol que adopte el terapeuta, es importante no reforzar


conductas que puedan ser perjudiciales, o problemas previos que pueda presentar
el paciente, siempre favoreciendo que sea él, y no otros, el responsable de sus
éxitos y fracasos, pero también de su recuperación. Para ello, podría ser útil definir
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la situación terapéutica en términos de responsabilidad del paciente para dirigir la


entrevista, tomar las decisiones o hablar de lo que le preocupa.

 Diferentes investigaciones han encontrado que terapeutas que adoptan estilos


menos directivos favorecen el insight y la autoexploración. Sin embargo, no todos

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Tema 3. Material de estudio
responderán bien a un estilo con poco grado de directividad. Por ejemplo,
pacientes que se muestran menos resistentes, o que acuden a terapia en
momentos de crisis y angustia intensa, con poca sensación de control, pueden
beneficiarse de un estilo más directivo que pacientes más resistentes o con mayor
sensación de control.

 Por último, hay que tener en cuenta el grado de reactancia del paciente a la hora
de adoptar un estilo u otro. Los pacientes con alto nivel de reactancia (es decir,
aquellos que tienen una mayor tendencia a rechazar órdenes o sugerencias de
otros) responderán mejor si se sienten menos controlados o dirigidos.

3.5. Competencias específicas del terapeuta

Se pueden incluir las siguientes:

 Capacidad para integrar conocimientos teóricos, metodológicos y técnicos; así


como para registrar los últimos desarrollos de la disciplina y ajustarlos a los
requerimientos y circunstancias de cada caso.

 Capacidad para planificar los tratamientos. Implica, desde la perspectiva que


corresponda, usar los conocimientos técnicos y metodológicos para extraer la
información útil (delimitar el tipo de problema, las variables que pueden
determinar su origen y las que contribuyen a mantenerlos en la actualidad),
organizarla e integrarla en un plan de trabajo; plantear objetivos alcanzables y
priorizarlos para resolver las demandas del paciente. También implica la capacidad
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de coordinarse con otros profesionales e incorporarlos para incrementar el


alcance de los logros conseguidos, y la aplicación de instrumentos variados y
específicos para cada caso.

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Tema 3. Material de estudio
 Emitir juicios clínicos. Ser capaz de integrar las vivencias, el contexto y la
problemática del paciente, ajustarlo a un modelo teórico y devolver la información
necesaria que le ayude a comprender lo que le ocurre, cumpliendo con los
requerimientos profesionales y científicos, y verificando con el paciente las
impresiones que ha obtenido desde su punto de vista.

 Dar instrucciones. Es la habilidad de proporcionar información y


retroalimentación, saber trasladar la información estructurada, así como delimitar
las tareas.

 Capacidad de resolución de problemas. Entendida como la eficacia y agilidad para


dar soluciones a problemas detectados, emprendiendo acciones correctoras, con
iniciativa y sentido común.

 Habilidades de redacción de informes. Es la capacidad para analizar, sintetizar y


organizar contenidos, describir instrumentos y facilitar la comprensión de los
datos y la información aportada, considerando las normas, estándares y guías
técnicas, con un estilo de redacción ajustado a unas demandas específicas
(informe psicológico clínico, de peritaje psicológico, forense, etc.).

 Adhesión a los principios éticos de la profesión. Cumplimiento de los principios


éticos y profesionales establecidos en el código deontológico. Por ejemplo, la
confidencialidad, las necesidades de derivación, la búsqueda de supervisión, evitar
las relaciones duales y paralelas, etc.

 Detección de posibles abandonos de la terapia por parte del paciente. Una parte
importante del trabajo del psicólogo será identificar aquellos elementos
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generadores de problemas, y así evitar posibles abandonos terapéuticos. Por


ejemplo, algunos elementos susceptibles de generar dificultades en el proceso
terapéutico son los siguientes: que el paciente no cumpla con las tareas y los
objetivos propuestos, o que el terapeuta haya podido generar en el paciente una

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Tema 3. Material de estudio
actitud de desconfianza o de resistencia al abordar de forma precipitada un tema
para el que no estaba preparado.

En estos casos, tener la capacidad de clarificar y confrontar las tensiones, ya sea


modificando aspectos de la intervención, identificando posibles miedos o atasco a
la hora de realizar las tareas, o explicando al paciente el sentido de las actuaciones
del terapeuta, es decir, siendo flexibles y mostrando empatía con sus dificultades,
puede ayudar a mejorar la relación y evitar, en casos extremos, el final del proceso.

Lección magistral: El papel del psicólogo en el proceso

En esta lección magistral se tratará, de forma más amplia, cuál es la función del
psicólogo y por qué es un error dar consejos sobre lo que tiene que hacer la persona
que acude al psicólogo.

Accede a la lección magistral a través del aula virtual


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Habilidades del Psicólogo y Técnicas Básicas de Intervención


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Tema 3. Material de estudio
3.6. Referencias bibliográficas

Bárez, N. B. (2016). Habilidades básicas del psicólogo sanitario. Madrid: CEF.

Goldstein, A. P. y Myers, C. R. (1986). Relationship-enhancement methods. En F. H.


Kanfer y A. P. Goldstein (eds.), Helping people change: A textbook of methods (3.a ed.,
pp. 19-65). Elmsford, NY: Pergamon.

Rivero, R. (2011). Materiales coaching PIR: Terapias psicológicas viii. Murcia:


Asociación Española de Psicología Clínica Cognitivo-Conductual.
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Tema 3. Material de estudio
Resolución del caso clínico
Habilidades del terapeuta

En el caso planteado al principio del tema, se presentaba una escena en la que el


protagonista de la historia, Will, está en la sesión con el terapeuta. Con este caso se
pretendía ofrecer una muestra del manejo de diferentes situaciones a través del uso
de las habilidades del terapeuta. A continuación, se muestran algunas reflexiones:

 Manejar el silencio. La escena comienza con ellos en la consulta, sin hablar. El


terapeuta silba y mira sus manos mientras se escucha el sonido del reloj de fondo.
Ninguno de los dos se muestra incómodo, el terapeuta tolera el silencio. Pasado
un tiempo, Will inicia la conversación espontáneamente contando un chiste.

 Uso de las experiencias personales del terapeuta. En el fragmento podemos ver


cómo el terapeuta reconduce al paciente, desde la broma inicial, a abordar un
tema más serio: la intimidad, y por qué Will prefiere no llamar a la chica que le
gusta («Esa chica ahora es perfecta y no quiero estropearlo»). Para ello, el
terapeuta cuenta la anécdota sobre sus defectos y los de su esposa, haciendo una
autorrevelación. Con esto pretende fomentar la reflexión en Will sobre la
necesidad de perfección («Quizá lo que te preocupa es que tú dejes de ser
perfecto»), y mostrar las dificultades con la intimidad y la necesidad de que los
demás no le defrauden. Mediante la autorrevelación, el terapeuta también
pretende que Will comprenda la importancia de compartir («Mi mujer sabía
muchas cosas sobre mí, conocía todos mis pecadillos») para mantener una
relación, y a la vez eliminar algunas creencias irracionales («La chica que conociste
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tampoco es perfecta»).

 Uso del humor. El terapeuta cuenta una anécdota sobre su esposa. Enlaza temas,
reduce la tensión, fomenta el acercamiento entre Will y él.

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Tema 3. Resolución del caso clínico
 Uso de un lenguaje ajustado a las necesidades del paciente. El terapeuta recurre
a un lenguaje sencillo, incluso usa un coloquialismo, «pringao», para dirigirse al él,
y luego usa otro adjetivo descalificativo para referirse a sí mismo («viejo chocho»),
ayudando a reducir la distancia entre paciente y terapeuta, fomentando la idea de
una relación de igualdad y de colaboración.

 «Yo enseño esta mierda, pero no sé muy bien cómo». Una frase que utiliza el
terapeuta para enfatizar la idea de que él, al igual que Will, no es un experto, y
que, a pesar de lo mucho que puedan saber sobre determinadas cosas, no lo saben
todo.

 Tolerar y responder las preguntas que el paciente puede hacer sobre la vida
personal del terapeuta. Cuando Will le pregunta si se volvería a casar, el terapeuta
responde con sinceridad (continúa reforzando la idea de que a veces es posible
compartir dudas o temores en terapia, siempre y cuando se haga en beneficio del
paciente y de la práctica psicoterapéutica, ya que, como se explicará en temas
posteriores, hay que tener mucho cuidado con las autorrevelaciones). Sin
embargo, la respuesta del terapeuta resulta incongruente con lo que había
indicado antes al paciente, y este se lo hace notar («Te has montando una filosofía
cojonuda; así podrás pasar el resto de tu vida sin conocer a nadie de verdad»),
pero el terapeuta evita continuar con el tema, señalando que la consulta ha
terminado.
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Tema 3. Resolución del caso clínico
A fondo
Entrevista a Fernando Colina, especialista en salud mental

Càceres, M. (23 de octubre de 2014). Entrevista – Fernando Colina, “Sobre la locura”


[fragmento de programa de televisión]. En I. Lorenzo (productor), Para todos La 2.
Barcelona: La 2.

En esta entrevista, Fernando Colina expone algunos aspectos relevantes en el


abordaje de problemas psicológicos.

Accede al vídeo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-entrevista-
fernando-colina-sobre-locura/2825003/
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Tema 3. A fondo
Qué locura de radio

Dado que la escucha es una de las habilidades terapéuticas más importantes,


proponemos visitar el espacio Qué locura de radio. Es un programa de actualidad
realizado por los usuarios del Centro de Día Parla para personas con problemas de
salud mental.

Los principales objetivos de este proyecto son fomentar la recuperación de los


usuarios y participar activamente en la lucha contra el estigma social, así como en la
construcción de una imagen positiva de las personas con problemas de salud mental.

Accede a los podcasts a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.ivoox.com/podcast-podcast-quelocuraderadio_sq_f1169846_1.html
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Tema 3. A fondo
Test
1. Entre los factores que influyen en la relación terapéutica, encontramos:
A. La capacidad de dar instrucciones al paciente.
B. El grado de directividad.
C. La cordialidad.
D. La capacidad para activar recursos verbales y no verbales.

2. Podemos decir que la empatía está formada por:


A. La capacidad perceptiva.
B. La aceptación incondicional del otro.
C. La capacidad de entender los sentimientos del otro.
D. A y C son correctas.

3. Durante el ejercicio profesional podemos necesitar buscar supervisión o


tratamiento, debido a que:
A. Podemos presentar reacciones emocionales a las respuestas del paciente y
no saber cómo gestionarlas.
B. Nuestra capacidad para emitir juicios clínicos se vea cuestionada.
C. No estemos consiguiendo objetivos terapéuticos rápidamente.
D. La supervisión es un requisito indispensable para poder ejercer como
profesionales de la salud.

4. Indica la respuesta incorrecta. Entre las características personales de las personas


que eligen la profesión de psicoterapeuta, encontramos las motivaciones
funcionales, que son:
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A. Tolerancia a la intimidad.
B. Capacidad de autogeneración.
C. Necesidad de influir y controlar.
D. Solo A y B son correctas.

Habilidades del Psicólogo y Técnicas Básicas de Intervención


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Tema 3. Test
5. La capacidad de detectar posibles abandonos implica, por parte del terapeuta:
A. Mantener su estilo o grado de directividad.
B. Capacidad de clarificar y confrontar las tensiones.
C. Persistir con las tareas propuestas, aunque el paciente no las entienda.
D. Mantener el plan de intervención, a pesar de las dificultades del paciente.

6. La capacidad del terapeuta para dar instrucciones, proporcionar información y


retroalimentar al paciente, animándolo a realizar tareas y fomentando
determinadas actitudes, es:
A. El grado de directividad.
B. Empatía.
C. Dar instrucciones.
D. La autenticidad.

7. La necesidad de formación continuada permite:


A. Ampliar el repertorio teórico y técnico.
B. Detectar las necesidades de formación.
C. Saber responder ante la implicación emocional.
D. Todas son correctas.

8. Entre las competencias específicas que ha de tener un psicoterapeuta,


encontramos:
A. Integrar conocimientos técnicos y metodológicos.
B. Dinamismo.
C. Conocerse a uno mismo.
D. Saber ser directivo con el paciente.
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Tema 3. Test
9. ¿Qué características familiares influyen en la elección de la profesión de
psicoterapeuta?
A. Tener un padre con un rol pasivo, que cuenta sus necesidades a sus hijos.
B. No se cuenta con suficientes datos para determinar el perfil típico.
C. Tener una madre con un rol central, pero poca interacción emocional.
D. Las características familiares no influyen en la elección de la profesión.

10. Ser más o menos directivos durante el proceso terapéutico dependerá de:
A. La fase de la intervención. En las primeras sesiones es mejor ser más
directivos.
B. Las necesidades del paciente. Los pacientes menos resistentes reciben mejor
un rol más directivo.
C. Si nos pasamos de directivos, puede dar la sensación de que no estamos
ayudando al paciente y provocar que se rompa la relación.
D. El estilo no directivo es mejor para las fases en las que hemos de aplicar
determinadas técnicas.
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Tema 3. Test

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