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Este documento forma parte de la producción

editorial del Centro Interamericano de Estudios


de Seguridad Social (CIESS), órgano de docencia,
capacitación e investigación de la Conferencia
Interamericana de Seguridad Social (CISS)
Se permite su reproducción total o parcial, en
copia digital o impresa; siempre y cuando se cite
la fuente y se reconozca la autoría.
EL ADULTO MAYOR EN
AMERICA LATINA.
Sus necesidades y sus
problemas médico sociales
CONFERENCIA INTERAMERICANA
DE SEGURIDAD SOCIAL

CENTRO INTERAMERICANO DE
ESTUDIOS DE SEGURIDAD SOCIAL

ORGANIZACION PANAMERICANA DE LA SALUD


OFICINA SANITARIA PANAMERICANA
OFICINA REGIONAL DE LA
ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD

1995
CATALOGACION EN PUBLICACION
CENTRO INTERAMERICANO DE ESTUDIOS DE SEGURIDAD SOCIAL

618.970980
C163ad
Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social.
México (D.F.)
El adulto mayor en América Latina. Sus necesidades y sus
problemas médicos sociales ; pres. de Alvaro Carranza
Urriolagoitia y José Luis Zeballos; pref. de Guillermo Fajardo
Ortiz. -- México : CIESS/OPS/OSP/OMS, 1995.
xi, 191 /30/ p.: ilus. ; 21 cm.

Incluye bibliografía.
Notas al pie de las págs.
(S E/G H)
ISBN 968-6748-07-5

I. Geriatría. 2. Ancianos - Latinoamérica. 3. Tercera edad.


Latinoamérica. I. Carranza Urriolagoitia, Alvaro, Director del
CIESS, 1992- , pres. II. Zeballos, José Luis,
Representante de la OPS/OMS en México, pres. III. Fajardo
Ortiz, Guillermo, pref. IV. OPS. V. OSP. VI. OMS. VII. t.

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser


reproducida, almacenada otrasmitida en manera alguna, ni por ningún medio, ya sea eléctrico,
químico, óptico, de grabación o fotocopia con fines lucrativos sin permiso previo del editor.

Editor: Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social


Calle San Ramón s/n esq. San Jerónimo,
San Jerónimo Lídice,
C.P. 10100 México, D. F.
Registro 3079

O Derechos reservados. 1995. Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social

ISBN: 968-6748-07-5

PORTADA: Estela maya que simboliza la solidaridad entre los jóvenes y los ancianos.

Diseño de la portada: José Luis Fernández Ledesma


PRESENTACION

Este libro "El adulto mayor en América Latina". Sus necesidades y sus
problemas médico sociales, representa el segundo esfuerzo conjunto del
Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social (CIESS) y de la
Organización Panamericana de la Salud (OPS), con el fin de dar a conocer
experiencias, estudios e investigaciones de expertos en cuestiones y proble-
mas médico-sociales de la tercera edad.

Gracias al esfuerzo de los doctores Genaro Vega Vega, Enrique Parra


Dávila y Guillermo Fajardo Ortiz fue posible reunir los trabajos que fueron
expuestos durante el Seminario Latinoamericano "Atención Social a la
Tercera Edad" (CIESS-OPS), realizado en este Centro del 5 al 9 de julio de
1994. La obra contiene una gran riqueza de experiencias e investigaciones
médico-sociales relativas al adulto mayor en América Latina. Esta es resul-
tado de un trabajo conjunto de trece autores, quienes reunieron y coordinaron
sus conocimientos personales institucionales. Los capítulos refieren y
correlacionan las características demográficas, de salud-enfermedad, socia-
les, económicas y de capacitación del adulto mayor; además se presentan y
analizan políticas y programas vigentes.

Expresamos las gracias a los autores de la obra por su valiosa y


desinteresada participación; sus aportaciones, son una contribución al mejor
conocimiento y resolución de los problemas médico-sociales de los adultos
mayores.

Cabe mencionar que los autores no siguen siempre la misma línea de


pensamiento, hay puntos devista diferentes, lo anterior significa la necesidad
de profundizar en este tema tan apasionante. Al plantear soluciones, habrá
que tener presente una estrecha colaboración entre el sector salud, la
seguridad social y de todos los servicios que se ocupan de una u otra forma
del tema, para que puedan llevarse a la práctica acciones médico-sociales
positivas que favorezcan en verdad al adulto mayor.

Estamos ciertos de que esta publicación motivará y dará lugar a profun-


dizar, estudiar y a investigar las verdaderas necesidades y problemas de
dicho grupo etario.

Hay muy pocos libros escritos en América Latina al respecto; de aquí que
esta obra será de indudable valor a un público académico muy amplio, no sólo
del campo de la medicina.

Dr. Alvaro Carranza Urriolagoitia Dr. José Luis Zeballos


Director del Centro Interamericano Representante de la
de Estudios de Seguridad Social OPS/OMS en México

México, D. F., abril de 1995.

iv
PREFACIO

Este libro reúne un importante contenido informativo, que será motivo de


análisis y reflexión sobre las necesidades y servicios al adulto mayor. Gran
parte de la eficacia de la publicación se debe a la ausencia de detalles
abrumadores; pese a su brevedad, sin embargo, presenta no sólo informa-
ción básicamente útil en cuanto a la situación general del adulto mayor y las
políticas de atención al mismo, sino también ofrece datos de interés histórico
y particular.

El libro es resultado de un trabajo conjunto, es un menú de conceptos y


prácticas en cuanto al adulto mayor en América Latina, tiene el propósito de
servir como introducción para estudios más avanzados sobre el tema.

Esta obra, es un solo acercamiento a los problemas, necesidades y


recursos del adulto mayor, se puede considerar como imprescindible para
todas las personas interesadas en el estudio del adulto mayor.

Dr. Guillermo Fajardo Ortiz


Compilador

México, D. F., abril de 1995.


INDICE

Página

PRESENTACION iii

PREFACION

I. TERCERA EDAD. ADULTO MAYOR 1


Dr. Guillermo Fajardo Ortiz

A. Introducción
B. Tercera edad
C. Cuarta edad
D. Adulto mayor
E. Otros términos
F. Los adultos mayores en otras épocas
G. Envejecimiento colectivo y envejecimiento individual
H. Otras manifestaciones
I. Gerontes famosos
J. Reflexión final y comentario

II. CARACTERISTICAS DEMOGRAFICAS GENERALES DE


LA POBLACION DE LA TERCERA EDAD EN EL MUNDO 13
Lic. Campos Ortega Cruz

A. Introducción
B. La población en el mundo
C. La población de 60 años y más

vii
Página

III. LA SALUD DEL ANCIANO EN LAS AMERICAS 35


Dr. Fernando Rocabado O.
Dr. Juan Manuel Sotelo F.

A. Indicadores demográficos relacionados con los an-


cianos
B. Aspectos sociales del problema
C. Problemas de salud entre los ancianos
D. La autonomía y la calidad de vida del anciano
E. Los programas y servicios de atención para los ancia-
nos

IV. LAS POLITICAS DE ATENCION INTEGRAL DE LOS 45


ANCIANOS
Dr. Jorge Castellanos Roba yo

A. Presentación de créditos
B. Planteamientos generales
C. Aspectos demográficos
D. Aspectos sociales
E. Los sistemas de protección social y salud
F. Formulación y contenido de políticas de atención
integral de los ancianos
G. Los programas y servicios específicos para la aten-
ción integral de los ancianos
H. Comentarios finales - una agenda para el resto de la
década de los noventa

viii
Página

V. LAS POLITICAS DEL INSTITUTO MEXICANO DEL SE- 85


GURO SOCIAL RELACIONADAS CON LA TERCERA EDAD
Lic. Francisco Campos Márquez

VI. PROGRAMAS Y EXPERIENCIAS PARA LA TERCERA 93


EDAD. SISTEMA NACIONAL PARA EL DESARROLLO INTE-
GRAL DE LA FAMILIA
Dra. Sadot de la Cruz Vera

A. Introducción
B. Programas para la atención de los ancianos
C. Programa de atención de día
D. Programa consejos de ancianos
E. Programa campamentos recreativos
F. Programa de subsidios económicos
G. Programa escuela para la madurez
H. Programa de apoyo. Formación de recursos huma-
nos
I. Programa de capacitación continua del personal
J. Programa de garantía de calidad de la atención de
usuarios

VII. CARACTERISTICAS BIO-PSICOSOCIALES DE NUES-


TROS ANCIANOS 105
Dr. Luis Miguel Gutiérrez Robledo

A. Introducción
B. El proceso de envejecimiento a nivel individual

ix
Página

C. Cambios demográficos y sociales


D. Consecuencias para la salud
E. Consumo de recursos destinados a la salud
F. Proyección a futuro de los cambios demográficos
G. La situación actual. Los problemas visibles
H. Los objetivos de la geriatría
I. Implicaciones asistenciales del proceso de envejeci-
miento

VIII. LA PERSONALIDAD DE LA TERCERA EDAD 121


Dr. Miguel Krassoievitch

A. Integridad del yo o desesperación


B. La sexualidad en la tercera edad

IX. LA VIDA SOCIAL DE LOS ANCIANOS: UNA PERSPEC- 131


TIVA ANTROPOLOGICA
Dr. Luis Alberto Vargas

A. La cultura y la vida humana


B. Las necesidades básicas del hombre
C. La situación biológica y psicológica de los ancianos
D. Las necesidades de los ancianos y su vida social
E. La solución social de las necesidades fisiológicas
F. La solución social de las necesidades de seguridad
G. La solución social de las necesidades de pertenencia
H. La solución social de las necesidades de estimación
I. La solución social de las necesidades de
auto rreal izaci ón
J. Comentarios finales

x
Página

X. EL PACIENTE ADULTO MAYOR CON DISCAPACIDAD 143


Dr. Felipe Martínez Arronte

A. Introducción
B. Modelo de discapacidad
C. El paciente discapacitado

XI. LA ESPERANZA Y APRENDIZAJE DEL ADULTO 153


MAYOR
Dr. Carlos D'Hyver

XII. LAS PENSIONES Y LAS JUBILACIONES 165


Dr. Manuel Barquín Calderón

A. Introducción
B. Diagnóstico
C. Condiciones sociales de los ancianos
D. Conclusiones
E. Recomendaciones

XIII. LA VEJEZ EN LA EPOCA PREHISPANICA 185


A. José Antonio Tascón Mendoza

xi
1. TERCERA EDAD. ADULTO MAYOR

Dr. Guillermo Fajardo Ortiz


Facultad de Medicina,
Universidad Nacional Autónoma de México

A. INTRODUCCION

No se pretende con estas líneas dar lugar a ideas originales, ni revelar


secretos, ni proporcionar recetas particulares, ni elaborar definiciones o
conceptos irrefutables; se desea crear inquietudes al revisar los términos
tercera edad, adulto mayor y otros semejantes, con el propósito de determinar
de qué grupo se está hablando y cuáles son sus características.

B. TERCERA EDAD

El término tercera edad surgió en Francia hacia 1950, lo acuñó el Dr. J.A.
Huet, uno de los iniciadores de la gerontología en dicho país; abarcó a
personas de cualquier edad, jubiladas y pensionadas, consideradas como de
baja productividad y bajo consumo, y poca o nula actividad laboral; el
concepto, posteriormente se precisó, caracterizando a jubilados y pensiona-
dos de arriba de 60 años de edad; lo anterior significaba que quienes
alcanzaban la sexta década de vida eran sujetos pasivos, una carga
económica, y social.

Las críticas a lo expresado pronto surgieron, fueron de diversa índole, se


señaló que era un eufemismo, un absurdo literario, que si existía una tercera
edad debía haber una primera edad y una segunda edad.

1
La Lic. M. De S. Alonso Ligero, española, criticó el concepto, diciendo: "Es
un grupo heterogéneo integrado por personas de diferentes generaciones,
que han tenido distintas condiciones de vida y de trabajo, que tienen diverso
nivel cultural. Los problemas de estas personas son distintos, produciéndose
las arbitrariedades de otorgar las mismas soluciones a situaciones diferentes
que se otorgan en función de una falsa idea de uniformidad"

C. CUARTA EDAD

Ha surgido otro término, complementario del anterior, que parece ser su


continuación; "Cuarta edad", abarcando a las personas de más de 80 años,
las que se caracterizan por la pérdida de la autonomía individual física y
psiquiatrización, o sea que hay una declinación marcada fisiológica, biológi-
ca, mental y social, nuevamente surgen comentarios, en la vida diaria se
puede acceder a la cuarta edad sin pasar por la tercera edad, ni contar con
80 años.

D. ADULTO MAYOR

En abril de 1994 la Organización Panamericana de la Salud decidió


emplear el término adulto mayor, significando personas de 65 ó más años de
edad, práctica que ya era aceptada por otros organismos.

E. OTROS TERMINOS

Hay vocablos similares, parecidos, sinónimos o equivalentes a adulto


mayor, algunos aceptables, otros familiares, otros groseros y también los hay
despectivos.

Una de las palabras más conocidas es viejo, el Diccionario Terminológico

2
de Ciencias Médicas lo define de la siguiente manera: "Edad senil, senectud,
período de la vida humana, cuyo comienzo se fija comúnmente en los sesenta
años, caracterizado por la declinación de todas las facultades". (2)

Otro término frecuente es el de anciano, varios diccionarios lo describen


así: "Dícese del hombre o la mujer de mucha edad", no aclaran qué significa
mucha edad, En el Nuevo Testamento la palabra anciano tuvo otra connota-
ción, se utilizó para designar a jefes de religiosos o para designar personajes
de la iglesia que tenían algún cargo directivo (presbíteros).

Un vocablo que se utiliza como sinónimo de viejo y de anciano es el de


senecto, en un anteproyecto de la Secretaría de Salud, se indica que senecto
"es la persona de 60 años de edad o más". (3)

Recientemente fue introducido un término nuevo vejentud, su creador el


Dr. Rodolfo V. Talice, uruguayo, quien escribió: "El vocablo no figura en
ningún diccionario de la Academia Española... Y no obstante; ¡qué bien luce
y suena! Es mejor que vejedad, ¿no es cierto", también Talice manifestó: "Se
es joven -o mejor- no se es todavía viejo, cuando se conserva capacidad de
iniciativa y se resiste la apetencia por permanecer apoltronado. El criterio
cuantitativo (cantidad de años) no basta para conceptuar la vejentud (que es
cualitativamente diferente de otras edades)" (4) .

A continuación se citan algunos términos que se identifican con la tercera


edad y adulto mayor: abuelo, agerásico, añejo, añoso, edad avanzada,
geronto, jubilado, longevo, provecto, retirado, senil.

Los términos anteriores, son conocidos en general, hay otros descorteses


u ofensivos, o en su caso poco habituales, se presentan a continuación
algunos: agerásico, arcaico, betabel, bola de años, carcamán, chocho,
guigue, dino, dinosaurio, el pure (Ven.) fósil, gerásico, huehue, jovato (Arg.),
jurásico, mamisco, Matusalén, momia, muchocho, muñeco di' antaño, ñaca,
pasita, perruco, pureto (Ven.) relingo, rucailo, rucasiano, rucancán, ruco,

3
vejarrón, vejel, vejento, vejestorio, Venus de milo, yerra, vetarro, veterano,
vetusco, viejazo, viejo verde, viernes, rabo verde; otros términos son: entrado
en años, de cuando el árbol de la Noche Triste estaba en maceta, de cuando
don Porfirio era conscripto, juventud acumulada, de la pelea pasada, sesentón,
setentón, ochentón, sexagenario, septuegenario, octagenario, veterano de
dos revoluciones.

En otras lenguas términos que significan adulto mayor son los siguientes:

IL EST GAGA (FR.)


VECCHIEZZA (IT.)
VIEILLESSE (FR.)
AGING (ING.)
ALTEREI (AL.)

En náhuatl y maya términos relacionados son los siguientes:

HUEHUE (NAHUATL)
IXPIYACOC (MAYA)
IXMUCAN (MAYA)

A grandes rasgos, este es el panorama en cuanto a sinónimos, "equiva-


lencias" y palabras conectadas con los conceptos adulto mayor y tercera
edad.

F. LOS ADULTOS MAYORES EN OTRAS EPOCAS

En la Roma Imperial el hombre era viejo a los 20 años, en la Edad Media


a los 25, en el siglo XVIII se era viejo a los 30 y hace 100 años a los 40; hoy
con frecuencia se es joven a los 50 años de edad.

4
Algunos escritos antiguos refieren que los hombres vivían varias décadas,
lo que es de dudarse, por ejemplo en el Antiguo Testamento se dice que los
patriarcas vivieron centenares de años; en otro documento histórico escrito
en el siglo VII A. de J. C. por el poeta griego Hesiodo, se habla de la Edad de
Oro, los hombres vivían varias décadas alegremente, sin penas, morían
como si les venciera el sueño. En Asia en el siglo IVA. de J. C. el Emperador
Amarillo en su obra clásica Medicina Interna, indica que las personas vivían
100 años, permanecían activas, sin mostrar decrepitud, las enfermedades y
muertes prematuras no se conocían.

Si se da un salto en el tiempo, hacia adelante, en Europa en el siglo XVIII


hubo cierto interés por la ancianidad, se publicaron algunos libros, entre ellos
destacan El Arte de Prolongar la Vida, de C.W. Hopeland y el Catecismo de
la Salud, de Faust.

G. ENVEJECIMIENTO COLECTIVO Y ENVEJECIMIENTO INDIVIDUAL

En base a los 65 años de edad se ha recurrido a un término estadístico,


el grado de vejez demográfica, es el porcentaje de personas de 65 y más años
en relación a toda la población; de acuerdo a lo anterior la Comisión
Demográfica de la ONU considera tres grupos poblacionales:

1. Población joven.- Las personas mayores de 65 años constituyen me-


nos del 4% de la población total.
2. Población madura.- Las personas de más de 65 años constituyen del 4
al 7%.
3. Población vieja.- Las personas de más de 65 años constituyen más del
7%.

En cualquier caso el umbral estadístico a partir de la cual una persona es


clasificada como mayor no es más que un artificio de carácter demográfico
o actuarial, no tiene valor alguno a nivel individual, sólo tiene validez práctica.

5
Lo anterior conduce a diferenciar el envejecimiento individual del enveje-
cimiento poblacional, el primero es irreversible o difícil de modificar; el
envejecimiento poblacional es un proceso demográfico, basta una baja
importante y duradera de la tasa de fecundidad para que la población
envejezca, otro factor básico es la disminución de la tasa de mortalidad en la
segunda mitad de la vida (aumento de la esperanza de vida); puede haber
un tercer factor, los movimientos migratorios, la emigración de jóvenes, las
inmigraciones de viejos; debe decirse que el envejecimiento es sobre todo un
problema de mujeres.

H. OTRAS MANIFESTACIONES

Desde el enfoque individual bio-psico-social hay varias manifestaciones


de envejecimiento. En términos salud-enfermedad aparecen daños crónico-
degenerativos, se encuentran problemas nutricionales, ya no hay capacidad
de reproducción, hay tendencia a la pasividad sexual, en relación a esto
último se presenta un fragmento de un escrito de f ray Bernardino de Sahagún
del Códice Florentino titulado "abuelas nuestras", en español de hace cuatro
siglos se escribió:

"Siendo vivo el señor de Tezcuco, llamado Nezahualcoyotzín, fueron


presas dos viejas, que tenían los cabellos blancos como la nieve de viejas,
y fueron presas porque adulteraron e hicieron traición a sus maridos, que eran
tan viejos como ellas, y unos mancebillos sacristanejos tuvieron acceso a
ellas. El señor Nezahualcoyotzín, cuando las llevaron a su presencia para que
las sentenciase, preguntó las diciendo: abuelas nuestras, ¿Es verdad, que
todavía tenéis deseo de deleite carnal? ¿Aún no estáis hartas siendo tan
viejas como sóis? ¿Qué sentiades cuando erades mozas? Decídmelo, pues
que estáis en mi presencia, por este caso. Ellas respondieron: señor nuestro
y rey, oiga vuestra alteza; vosotros los hombres cesáis de viejos de querer la
deleitación carnal, por haber frecuentádola en la juventud, porque se acaba

6
la potencia y la simiente humana; pero nosotras las mujeres nunca nos
hartamos, ni nos enfadamos de esta obra, porque es nuestro cuerpo como
una cima y como una barranca honda, que nunca se hincha, recibe todo
cuanto le echan y desea más y demanda más, y si esto no hacemos no
tenemos vida". Lo anterior parecería desmentir la idea de pasividad sexual
en el adulto mayor.

Se debe agregar que Sahagún "consagró su larga vida a comprender la


cultura y de modo especial la visión del mundo de las gentes de lengua
náhuatl, así como la idea que tenían ellos de sí mismos" 151.

Complementando el aspecto biológico, en los ancianos hay disminución


de la agudeza visual, de la capacidad auditiva y del vigor f ísico; la masticación
se encuentra afectada; se reduce la capacidad en el control homeostático y
en las respuestas a los cambios y al estrés. Intelectualmente hay respuestas
retardadas, pero se sigue aprendiendo. La declinación varía en forma
diferente en cada sistema y aparato. En este grupo etario la demanda de
servicios médicos aumenta en consulta externa, servicios de odontología y
hospitalización.

Las causas principales de mortalidad en América Latina en el grupo de


edad en estudio se refieren a tumores malignos, enfermedades
cardiovasculares, diabetes mellitus, influenza, neumonía y accidentes.

Los problemas de salud mental, se refieren a depresión, demencia o sea


la pérdida de la memoria y de la atención y la capacidad de aprendizaje,
alcoholismo, tabaquismo, medicalización y automedicación.

Desde el ángulo social el anciano va perdiendo sus roles; en cuanto a la


pareja, familia, trabajo (jubilación) y colectividad (amigos y sociedades), así
el anciano es desplazado y marginado, sus redes sociales se van diluyendo
(pérdida de cónyuge y allegados) y su poder se desvanece. Cabe subrayar
que llegar a ser adulto mayor, con frecuencia, conlleva la jubilación, el retiro

7
del trabajo, procedimiento que fue o quizás es una conquista, sin embargo
suele colocar a los hombres de edad en problemas: hay disminución del
ingreso económico, haciendo que los mismos se sientan improductivos. Al
respecto hay quienes argumentan que la jubilación no debe ser obligatoria ya
que excluye la capacidad y experiencia, es discriminatoria, favorece al
aislamiento social e incrementa la deuda social. Por otro lado en Estados
Unidos al año, uno de cada cuatro ancianos sufre abusos o es sujeto de
negligencia física, psicológica o financiera.

En base a todo lo expresado ¿Por qué se debe definir el grupo de adultos


mayores? El conflicto radica en que sus integrantes necesitan o requieren lo
mismo o más recursos que el resto de los miembros de la sociedad;
lamentablemente, no hay suficientes medios para todos, hay escasez de
recursos y los problemas son crecientes. La población de viejos está
aumentando, lo que conlleva a aspectos no sólo de tipo económicos, sino
también legales y éticos, problemas importantes tanto en magnitud como en
trascendencia social y costo económico. ¿Quién los mantendrá? ¿Quién les
costeará sus servicios? ¿Quién los apoyará? ¿Habrá necesidad de seleccio-
nar a quienes se les darán recursos? Debe añadirse que el envejecimiento
poblacional influye en la estructura de la familia, sociedad, sistemas de salud,
sistemas de educación y otros servicios sociales.

I. GERONTES FAMOSOS

A continuación se enlistan algunos gerontes famosos hombres que han


llegado a la cúspide después de tres veintenas de vida.

- Escipión El Viejo o El Africano (235-183 A. de J.C.), vivió más de siete


décadas, guerrero romano, fue vencedor del general cartaginés Aníbal.

- Confucio (551-479 A. de J.C.), filósofo chino, seguía enseñando a los 73


años.

8
- Miguel Angel Buonarroti (1475-1564), pintor, escultor, arquitecto y poeta
italiano, uno de los grandes artistas de la humanidad, fue una rareza en
su tiempo.

Johann Wolfgang Goethe (1749-1832), poeta alemán, tenía más de 80


años cuando terminó de escribir el drama titulado Fausto.

Giuseppe Verdi (1813-1901), compositor italiano, escribió Otelo, su gran


opera a los 74 años.

- Florence Nightingale (1820-1910), dama inglesa, fundadora de la moder-


na escuela de enfermería.

Pablo Picasso (1881-1973), pintor español, de obra multiforme.

Santiago Ramón yCajal(1852-1934), vivió 82 años, médico e investigador


español. Premio Nobel en 1906.

Alexis Carrel(1873-1944), vivió 71 años, médico y filósofofrancés, efectuó


estudios sobre trasplantes. Premio Nobel en 1912.

Simone de Beauvoir (1908— ), escritora francesa, escribió la Vejez,


documento lleno de citas con juicios agudos.

Winston Churchill (1874-1965), político inglés, fue nombrado primer


ministro cuando contaba 65 años.

Gabriela Mistral (1889-1957), poetista chilena. Premio Nobel en 1945.

Emmanuel Kant(1724-1804), filósofo alemán, uno de los pensadores más


ilustres de todos los tiempos.

9
Henry Miller (1891-1980), novelista norteamericano autor de Trópico de
Cáncer y Trópico de Capricornio, a los 80 años seguía mostrando vitalidad
y espíritu libre.

Más cerca de nosotros se encuentran:

- Porfirio Díaz (1830-1915)


- Fidel Velázquez (1900-vive)
- Rufina Tamayo (1899-1991)

J. REFLEXION FINAL Y COMENTARIO

Hay que contemplar a los adultos mayores como un grupo crucial de la


humanidad, como consecuencia de un proceso que no se sabe cuando se
inicia, pero sí cuando termina, es una superposición de edades, en la que, se
es niño, joven y adulto; es resultado de una compleja interacción de factores
fisiológicos, psicológicos y sociales, es decir el envejecimiento no sólo es un
proceso físico, sino también una actitud mental y una actitud social.

Una definición conceptual del adulto mayor debe tener en cuenta los
aspectos: demográfico, epidemiológico, administrativo-operativo, ecológico,
médico y cronológico; en otros términos el adulto mayor es multidimensional.

En la actualidad hay que contemplar el término adulto mayor a la luz del


liberalismo y el derrumbe de fronteras políticas, del nuevo bienestar, en que
el estado toma un papel regulador. El movimiento neoliberal pretende reducir
las acciones del Estado de modo que los negocios puedan expandirse
libremente, se está viviendo una época de transformación social, económica
y política, se está pasando de las economías de magnitud a las de valor, de
aquí que exista cierta desorientación en los adultos mayores, quienes sienten
desamparo. Ante esta situación hay que reformular la "conceptualización" del
adulto mayor otorgándole un marco polivalente dinámico, sensible, flexible,

10
humano, que admita la diversidad, salvaguardando el derecho del viudo, la
viuda, el jubilado, el anciano enfermo y el viejo discapacitado; lo importante
es que el adulto mayor no pierda el interés por las satisfacciones de la vida,
que se siga realizando algún trabajo físico e intelectual conforme a su
capacidad y que el resto de los hombres sigan beneficiándose de su
experiencia.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. Alonso Ligero, M. de S.: Problemática de los servicios sociales ante el


mito de la tercera edad. Conexión Salud. Octubre 1987; 4:32. Buenos
Aires, Arg.

2. Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas. Salvat Barcelona.


1979.

3. Anteproyecto. Norma técnica para el funcionamiento de establecimientos


que prestan servicios de asistencia social al senecto. SSA. 1993.

4. Talice, R.V.: Vejentud. Humano tesoro. Montevideo, Uruguay. 1992.


pp. 29 Y 50.

5. De León-Portilla, A.H: Perfil histórico de Sahagún. Universidad de


México. Marzo 1991; XLVI: 50.

11
II. CARACTERISTICAS DEMOGRAFICAS GENERALES
DE LA POBLACION DE LA TERCERA EDAD
EN EL MUNDO

Dr. Sergio Camposortega Cruz


Centro de Estudios de Población
Universidad Autónoma de Hidalgo

A. INTRODUCCION

Como consecuencia de la transición demográfica, la población mundial


ha observado un proceso de envejecimiento, especialmente notable en los
países desarrollados, que ha traído múltiples y notables consecuencias en
los más diversos aspectos de la vida de las sociedades.

Actualmente (1993), la población mundial de 60 años o más se estima


en alrededor de 525 millones de personas y en las próximas décadas se
prevé un fuerte aumento. De esta forma, hacia el año 2000 se estima que
habrá en el mundo 616 millones y en el 2025, alrededor de 1,209 millones
de personas de 60 años o más.

El estudio de las características de esta población adquiere por tanto cada


vez mayor importancia. En este sentido, en las páginas que siguen se
describen las principales características demográficas de la población de
la tercera edad (1) en el mundo, con especial referencia a la situación en
América Latina.

(1) Para efectos de este trabajo, se ha considerado que la tercera edad inicia a los 60 años.

13
B. LA POBLACION EN EL MUNDO

1. Evolución y perspectivas

La población total en el mundo a mediados de 1993 puede estimarse en


5,579.1 millones de personas y aumenta a una tasa anual de 1.73%. De
acuerdo a las más recientes estimaciones de las Naciones Unidas, en el año
2000 se estima que habrá 6,260.8 millones de personas y en el 2025,
alrededor de 8,504.2 millones.

Del total de la población mundial, 1,224.3 millones habitan en países


desarrollados, mientras que 4,354.8 millones habitan en países subdesa-
rrollados. La distribución por continentes y grandes regiones muestra las
siguientes cifras: Africa, 704.9 millones, América Latina 475.1, América del
Norte 281.8, Asia 3,293.1, Europa 501.9, Oceanía 27.6 y Comunidad de
Estados Independientes 294.6 millones de habitantes.

En Africa se presenta el mayor incremento relativo de población (3.02%


anual), que origina que su población se duplique cada 23 años. América
Latina crece a una tasa anual de 1.91%, por lo que cada 37 años duplica su
población. América del Norte tiene una tasa de 0.71%, la Comunidad de
Estados Independientes, de 0.68% y Europa de sólo 0.23% (a esta tasa, la
población se duplica cada 304 años). Asia presenta un ritmo de crecimiento
de 1.87% y Oceanía de 1.48%.

En los próximos años, la distribución de la población mundial sufrirá


diversas modificaciones, debido a los diferentes ritmos de crecimiento. En
este sentido, el continente que observará los mayores crecimientos es Africa,
cuya población aumentará a 866.6 millones de habitantes en el año 2000 y
a 1,596.9 millones en el 2025. Asia, por su parte, incrementará su población
a 3,712.5 millones en el año 2000 y a 4, 912.5 en el 2025. La población de

14
Cuadro 1

Evolución y perspectivas de la población mundial y de sus principa-


les regiones, 1500-2025 (millones de habitantes)

REGION 1500 1750 1800 1900 1930 1970 1990 2010 2025

Mundo 500 765 961 1,637 2,025 3,697 5,292 7,204 8,504

Africa 106 107 133 164 363 642 1,148 1,597


(60-153) (69-142) (115-154)

América Latina 40 13 20 61 104 285 448 629 757


(16-50) (12-20) (19-29) (61-78)

América del norte 2 6 82 133 226 276 311 332


(2-3) (6-7)

Asia 498 631 925 1,102 2,101 3,113 4,240 4,912


(408-595) (524-571)(853-1006

Europa 102 146 296 355 460 498 516 515

Oceanía 2 2 6 8 19 26 34 38

Comunidad 42 49 134 159 243 289 327 352


de estados (31-52) (46-66) (127-140)
independientes

FU ENTES: Bariben, J.: Essai sur Kévolution du nombre des hommes, Population, no.
1, 1979, pp. 13-25.
Naciones Unidas: World Population Prospects, 1990. Department of International
Economic and Social Affairs, Nueva York, 1991.
Durand, J.: Estimations de la population mondiale, 1750-2000. Congreso Mundial de
la Población, 1965, Naciones Unidas, Nueva York, 1967.
Sánchez-Albornoz, N.: La población de América Latina. Desde los tiempos precolom-
binos al año 2000. Alianza Editorial, Madrid, 1973.

15
GRAFICAS 1 Y 2

Evolución y perspectivas de la población


mundial y sus regiones, 1500-2025

laln el. edllonelp


10

0
1500 1750 1800 1000 1920 1960 1080 2000 2025 2100

— Mundo 1 Asia Africa


-9- Europa -><- América -o- Com. Edos. Indep.

Población del mundo por regiones, 1993.


(Población mundial 1993:5579.1 millones)
as.

/ffizeno• 102.2.

..mas ?New, a..

16
América Latina pasará de 448.1 millones en 1990, a 538.4 en el año 2000
y a 757.4 millones en el 2025, lo que significa un crecimiento promedio anual
de 1.02%. Las regiones más desarrolladas mostrarán, por el contrario,
mucho menores incrementos. De esta forma, la población de Europa pasará
de 498.4 millones en 1990, a 515.2 millones en 2025; la población de
América del Norte, de 275.9 en 1990 a 332.0 millones en 2025, y la población
de la Comunidad de Estados Independientes, de 288.6 a 352.1 millones
de habitantes en 1990 y 2025 respectivamente.

En 1990, el 63% de la población mundial habitaba en los diez países


más poblados del mundo: China (1,139 millones), India (853), Comunidad
de Estados independientes (289), Estados Unidos de América (249),
Indonesia (184), Brasil (150), Japón (123), Pakistán (123), Bangladesh (116)
y Nigeria (109 millones). En el 2025, la población de los diez países más
poblados representará el 60%: China (1,513 millones), India (1,442),
Comunidad de Estados Independientes (352), Estados Unidos de América
(300), Indonesia (286), Nigeria (281), Pakistán (267), Brasil (246),
Bangladesh (235) y México (144 millones).

2. ESTRUCTURA POR EDAD Y SEXO

Del total de la población mundial, el 50.3% son hombres y el 49.7% son


mujeres. En relación a la edad, el 32.3% (1,709.4 millones) tienen entre
0 y 14 años, el 61.5% (3,254.7 millones) tiene entre 15 y 64 años y el 6.2%
(328.1 millones) tienen 65•años o más.

17
Cuadro 2

Evolución y perspectivas de la población de los países más poblados, 1950-2025

Orden País 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 2020 2025
1 China 554,760 657,492 830,675 996,134 1139,060 1299,180 1395,328 1476,852 1512,585
2 India 357,561 442,344 554,911 688,856 853,094 1041,543 1223,483 1371,767 1442,386
3 Comunidad Edos.lndepend. 180,075 214,335 242,766 265,546 288,595 308,363 327,059 343,871 352,116
4 Estados Unidos de América 152,271 180,671 205,051 227,757 249,224 266,096 280,919 294,750 299,884
5 Indonesia 79,538 96,194 120,280 150,958 184,283 218,661 246,680 273,349 285,913
6 Nigeria 32,935 42,305 56,581 78,430 108,542 149,621 201,266 255,393 280,890
7 Pakistán 39,513 49,955 65,706 85,299 122,626 162,409 205,496 248,116 267,112
8 Brasil 53,444 72,594 95,847 121,286 150,368 179,487 207,454 233,817 245,809
9 Bangladesh 41,783 51,419 66,671 88,219 115,593 150,589 188,196 220,119 234,987
10 México 28,012 38,020 52,771 70,416 88,598 107,233 125,166 142,135 150.062
11 Japón 83,625 94,096 104,331 116,807 123,460 128,470 131,035 129,029 127,496
12 Viet Nam 29,954 34,743 42,729 53,700 66,693 82,427 97,396 110,638 117,491
13 Irán 16,913 21,554 28,429 38,900 54,607 68,759 87,776 105,966 113,831
14 Filipinas 20,988 27,561 37,540 48,317 62,413 77,473 92,095 105,384 111,509
15 Egipto 20,330 25,922 33,053 40,875 52,426 64,210 75,746 85,768 90,355
16 Turquía 20,809 27,509 35,321 44,438 55,868 66,789 75,281 83,744 87,701
17 Corea 30,083 35,792 46,542 56,384 64,566 72,520 78,784 83,106 84,694
18 Tailandia 20,010 26,392 35,745 46,718 55,702 63,670 71,594 78,118 80,911
19 Alemania (democ. + federal) 68,376 72,673 77,709 78,303 77,573 76,962 75,145 72,469 70,909
20 Francia 41,829 45,684 50,772 53,880 56,138 58,145 59,404 60,169 60,372
21 Reino Unido 50,616 52,372 55,632 56,330 57,237 58,393 58,973 59,544 59,658
22 Italia 47,104 50,200 53,822 56,434 57,061 57,195 56,199 54,138 52,964

Fuente: Naciones Unidas, World Population Prospects, 1990. Deparbmen of International Economic and Social Affairs, Nueva
York, 1991
GRAFICA 3

Evolución y perspectivas de población


de los países más poblados, 1950-2025

Millones
1600

1400
1200 -

1000 -

800

600
400

200 ...■■■■•■•

I I
0
1940 1950 1900 1970 1980 1990 2000 2010 2020 2030

China Estados Unidos —1— india


Indonesia C. Edos. leleeri•

19
Cuadro 3 (Parte 1)
Estructura por sexo y grandes grupos de edad de la población mundial, de
los países desarrollados los subdesarrollados y América Latina, 1980-2025

Región/Indicador 1980 1990 2000 2025

Mundo
Población total 4,448 D37 5,292,195 6,260,800 8,504,223
Hombres 2,235,497 2,664,036 3,154,623 4,272,160
Mujeres 2,212,540 2,628,159 3,106,177 4,232,063
Indice de masculinidad 101.04 101.37 101.56 100.95
0 - 14 1,565,709 1709,379 1,965,891 2,083,535
15 - 64 2,619,894 3,254,700 3,869,174 5,595,779
65 y + 262,434 328,116 425,734 824,910
0 - 14 (%) 35.2 32.3 31.4 24.5
15 - 64 (%) 58.9 61.5 61.8 65.8
65 y + (%) 5.9 6.2 6.8 9.7
Edad media 22.6 24.2 25.9 31.1

Países desarrollados
Población total 1,136,500 1,206,556 1,264,078 1,353,936
Hombres 549,257 585,202 616,625 664,557
Mujeres 587,243 621,054 647,453 689,379
Indice de masculinidad 93.53 94.28 95.24 96.40
0 - 14 262,532 258,203 252,816 241,001
15 - 64 743,271 802,360 838,084 855,688
65 y + 130,698 145,993 173,179 257,248
0- 14(%) 23.1 21.4 20.0 17.8
15 - 64 (%) 65.4 66.5 663 63.2
65 y + (%) 11.5 12.1 137 19.0
Edad media 31.4 33.7 36.4 40.8

Países subdesarrollados
Población total 3,311,537 4,085,638 4,996,722 7,150,287
Hombres 1,686,240 2,078,534 2,537,998 3,607,603
Mujeres 1,625,297 2,007,104 2,458,724 3,542,684
Indice de masculinidad 103.75 103.56 103.22 101.83
0 - 14 1,304,746 1,454,487 1,713,876 1844,774
15 - 64 1,874,330 2,447,297 3,033,010 4,747,791
65 y + 132,461 183,854 249,836 557,722
0 - 14 (%) 39.4 35.6 34.3 25.8
15 - 64 (%) 56.6 59.9 60.7 66.4
65 y + (%) 4.0 4.5 5.0 7.8
Edad media 20.0 22.0 23.7 29.6

20
Cuadro 3 (Parte II)
Estructura por sexo y grandes grupos de edad de la población mundial, de
los países desarrollados, los subdesarrollados y América Latina, 1980-2025

América Latina
Población total 362,686 448,076 538,439 757,391
Hombres 181,280 223523 268,167 375,522
Mujeres 181,406 224,553 270,272 381,869
Indice de masculinidad 99.93 99.54 99.22 98.34
0 - 14 142,536 160,411 176,070 194,649
15 - 64 204,192 266,157 333,294 497,606
65 y + 15,958 21,508 29,076 65,136
O - 14 (%) 39.3 35.8 32.7 25.7
15 - 64 (%) 56.3 59.4 61.9 65.7
65 y + (%) 4.4 4.8 5.4 8.6
Edad media 19.8 21.9 24.2 30.3

Fuente: Naciones Unidas, World Population Prospects, 1990, Department of International


Economic and Social Affairs, Nueva York, 1991.

21
GRAFICA 4 (PARTES 1 Y 2)

Evolución de la población por grandes


grupos de edad, 1950-2025
Mundo

Miles de millones
6

5-
-----
H
.---- ;

..--------
3

2
---
4
.----
--------. -------",,
1 ,----, :1
:- --;-;
--C---` ,--
- -C.-
1950 1990 2025

I= 0-14 15-65 l I 65 y +

Países más desarrollados

Millones
1000

BOO -

BOO -

,-----
>
H <::„..
---
00 -
".
..---
'<-} „.„...
..
0
./-.--
200
-----%
fi- .-----
1950 1990 2025

EN 0-14 r---C-1 15-65 l- "-) 65 y +

22
GRAFICA 4 (PARTES 3 Y 4)

Paises subdesarrollados

Miles de millones

1950 1990 2025

0-14 15-65 E• j65 y 4

América Latina

Millones
600

500

400 -

300

200

1950 1990 2025

Mi 0-14 P"---1 15-65 E 65 y +

23
La estructura por sexo y edad muestra fuertes desviaciones entre las
regiones más desarrolladas y las menos. De este modo, el número de
hombres por cada 100 mujeres es de sólo 94.3 en la regiones más
desarrolladas, contra 103.6 en las regiones menos desarrolladas (2) .

La estructura por edad de las regiones menos desarrolladas es mucho


más joven. En este sentido, en el total de estos países, el 35.6% tiene entre
O y 14 años, el 59% entre 15 y 64 años y el 4.5% cuenta con 65 años o más.
En las regiones desarrolladas existe una menor proporción de niños y un
mayor número de ancianos: 21.4% cuenta con menos de 15 años, 65.5% se
encuentra entre 15 y 64 y 12.15 tiene 65 años o más.

El continente más joven es Africa, en el que el 45% de la población


tiene menos de 15 años y sólo el 3% supera los 65 años, por el contrario,
en Europa únicamente el 19.5% del total son niños entre O y 14 años,
mientras que 13.4% cuentan con 65 años o más En América Latina, los niños
entre O y 14 años suman 160.4 millones (35.8%), las personas en edades
activas suman 266.2 millones (59.4%) y las personas de 65 ó más años
alcanzan los 21.5 millones de personas (4.8%).

C. LA POBLACIÓN DE 60 AÑOS Y MÁS

1. Evolución y estructura por edad y sexo

En 1990, la población que en el mundo tenía 60 años o más alcanzaba


la cifra de 486.9 millones de personas, de los cuales 158.8 millones tenían
entre 60 y 64 años, y 328.1 millones tenían 65 años o más. Respecto al sexo,
es posible observar que en la gran mayoría de los países existe una
proporción mayor de mujeres de la tercera edad que de hombres. Este hecho
se explica, por las diferentes probabilidades de muerte que sufren cada sexo,
(2) El mayor número de mujeres se debe principalmente a la mayor proporción de personas
de la tercera edad, ya que las mujeres presentan mayores tasas de sobrevivencia que los
hombres.

24
lo que se traduce en una sobremortalidad masculina en los diversos grupos
de edad (3) y, por ende, en una mayor esperanza de vida femenina yen una
mayor proporción de personas ancianas en este sexo.

La población de la tercera edad se ha incrementado fuertemente en las


últimas décadas. Así, las personas de 60 años o más han pasado de 201.3
millones en 1950, a 244.6 en 1960, a 306.9 en 1970, a 382.5 en 1980 y a
486.9 en 1990, lo que ha originado un aumento de la importancia relativa de
este grupo de edad: 8.0% en 1950, 8.3% en 1970 y 9.2% en 1990. Las tasas
de crecimiento definidas por esta evolución son del orden de 2.0% entre 1970
y 1980 y de 2.3% entre 1980 y 1990.

El grado de envejecimiento difiere considerablemente entre las regiones


desarrolladas y las subdesarrolladas. En este sentido, hacia 1990, en los
países menos desarrollados únicamente el 6.9% de la población ha llegado
a los 60 años y el 4.5% a los 65 años, mientras que en los países más
desarrollados, el 17.1% tiene 60 años o más y el 12.1% cuenta con 65 años
o más.

Africa cuenta con la menor cantidad de personas de la tercera edad en


términos relativos. Así, del total de su población sólo el 4.8% rebasa los 60
años y únicamente el 3.0% los 65 años. Por el contrario, Europa cuenta con
la mayor cantidad de personas pertenecientes a este grupo. Así, el 18.7%
es mayor de 60 años y el 13.4% es mayor de 65 años.

América Latina, por su parte, muestra una situación intermedia respecto


al grado de envejecimiento, ya que del total de población, 7.2% cuenta
con 60 años o más y 4.8% con 65 años o más. Al interior de América Latina,
en el Caribe de presenta la mayor cantidad de personas de la tercera edad,
en términos relativos, y en Centro América la más baja.

(3) Salvo en algunos países musulmanes, en el resto es posible observar una sobremortalidad
masculina en términos generales.

25
2. Perspectivas

La población de la tercera edad en el mundo experimentará en las


próximas décadas un fuerte aumento. A nivel global, las personas de la
tercera edad se incrementarán de 486.9 millones en 1990, a 613.6 millones
en el año 2000 y a 1,207.6 millones en el 2025, pasando por tanto su
importancia relativa, del 9.2% en el primer año al 14.2% en el último.

La población de 60 años y más crecerá en consecuencia a mayores tasas


que la población total y a partir del año 2010 cada vez con mayor intensidad.
De este modo, actualmente es posible observar un crecimiento del orden
de 2.4% en este grupo de población, contra 1.7% que se advierte en el total
poblacional. Entre 1990 y 2010, la tasa de crecimiento de la población de la
tercera edad prácticamente permanecerá constante, sin embargo a partir
del 2010, el crecimiento aumentará al 3.1%. Tasas de esta magnitud
originarán que la población anciana se duplique cada 23 años.

Europa, que actualmente es la población más envejecida, continuará


aumentando su población anciana, aunque a ritmos menores que el total
mundial y que los países subdesarrollados. No obstante, hacia el año 2025,
el 27% de la población europea tendrá 60 años o más y uno de cada cinco
europeos habrá alcanzado los 65 años o más.

En América Latina, la población de la tercera edad pasará de 32.2%


millones de personas en 1990, a 42.5 millones en 2000 y a 96.9 millones en
2025, aumentando su importancia relativa de 7.2°/ci en el primer año, a 7.91)/0
en el segundo y a 12.8% en el tercero.

Durante este período, se observarán por tanto incrementos relativos


anuales superiores al 3%. El grupo de 65 años y más crecerá a tasas un poco
mayores, pasando de 21.5 millones en 1990, a 29.1 millones en el año 2000
y a 65.1 millones en el 2025.

26
GRAFICAS 5 Y 6

Evolución y perspectivas de la población


de 60 y más de 65 años en el mundo, 1950

Miles
1400

1200

1000

BOO

500

400

200

1950 1960 1970 1980 1990 1996 2000 2010 2320 2025 2050 2040

— Población de 60 y + Población de 65 y +

Evolución de la población de la tercera


edad en el mundo y algunas subregiones,
1950-2025

Miles
BOO
700
000
500
400
300
200
100
O a e- w e ? ■
1940 1950 1980 1970 1980 1990 1995 2000 2010 2020 2025 2030 2040

— Asia —1— Africa América Latina


—°— Europa —°— América del Nortir*— Com. Edos. Indep.

27
Cuadro 4
Evolución y perspectivas de la población de la tercera edad en el mundo y sus regiones, 1950-2025
Región/Indicador 1950 1960 1970 1980 1990 1995 2000 2010 2020 2025

Mundo
Población total (miles) 2,516,443 3,019,653 3,697,849 4,448,037 5,292,195 5,770,286 6,260,800 7,204,343 8,091,628 8,504,223
Pobl. de 60 años o más (miles) 201,315 244,592 306,921 382,531 486,882 548,177 613,558 763,660 1,035,728 1,207,600
Relativos (%) 8.0 8.1 8.3 8.6 9.2 9.5 9.8 10.6 12.8 14.2
Crecimiento anual (%) 2.0 2.3 2.2 2.4 2.4 2.3 2.2 3.1 3.1
Pobi. de 65 años o más (miles) 128,339 160,042 199,684 262,434 328,116 375,069 425,734 525,917 703,972 824,910
Relativos (%) 5.1 5.3 5.4 5.9 6.2 6.5 6.8 7.3 8.7 9.7
Crecimiento anual (%) 2.2 2.2 2.8 2.3 27 2.6 2.1 3.0 3.2

Regiones desarrolladas
Población total (miles) 832,425 944,851 1,048,890 1,136,500 1,206,556 1,236,045 1,264,078 1,309,555 1,342,048 1,353,936
Pobl. de 60 años o más (miles) 94,896 118,106 148,942 173,885 206,321 220,016 236,383 267,149 319,407 345,254
Relativos (%) 11.4 12.5 14.2 15.3 17.1 17.8 18.7 20.4 23.8 25.5
Crecimiento anual (%) 2.2 2.3 1.6 1.7 1.3 1.4 1.2 1.8 1.6
Pobl. de 65 añoso más (miles) 63,264 80,312 100,693 130,698 145,993 160,686 173,179 193,814 233,516 257,248
Relativos (%) 7.6 8.5 9.6 11.5 12.1 13.0 13.7 14.8 17.4 19.0
Crecimiento anual (%) 2.4 2.3 2.6 1.1 1.9 1.5 1.1 1.9 2.0

Regiones subdesarrolladas
Población total (miles) 1,684,018 2,074,802 2,648,959 3,311,537 4,085,638 4,534,241 4,996,722 5,894,787 6,749,581 7,150,287
Pobl. de 60 años o más (miles) 106,093 126,563 158,938 208,627 281,909 331,000 379,751 495,162 647,960 858,034
Relativos (%) 6.3 6.1 6.0 6.3 6.9 7.3 7.6 8.4 9.6 12.0
Crecimiento anual (%) 1.8 2.3 2.8 3.1 3.3 2.8 2.7 2.7 5.8
Pobl. de 65 añoso más (miles) 63,993 78,842 98,011 132,461 183,854 213,109 249,836 330,108 472,471 557,722
Relativos (%) 3.8 3.8 3.7 4.0 4.5 4.7 5.0 5.6 7.0 7.8
Crecimiento anual (%) 2.1 2.2 3.1 3.3 3.0 3.2 2.8 3.7 3.4
Cuadro 4
Evolución y perspectivas de la población de la tercera edad en el mundo y sus regiones, 1950-2025
Región/Indicador 1950 1960 1970 1980 1990 1995 2000 2010 2020 2025

Africa
Población total (miles) 221,984 279,316 361,768 477,232 642,111 746,819 866,585 1,148,474 1,452,067 1,596,855
Pobl. de 60 añoso más (miles) 11,543 13,686 18088 22,907 30,821 35,847 41,596 57,424 84220 102.199
Relativos (%) 5.2 4.9 5.0 4.8 4.8 4.8 4.8 5.0 5.8 6.4
Crecimiento anual (%) 1.7 2.8 2.4 3.0 3.1 3.0 3.3 3.9 3.9
Pobl. de 65 añoso más (miles) 7,103 8,379 11,215 14,317 19,263 22,405 26,864 36,751 53,726 65,471
Relativos (%) 3.2 3.0 3.1 3.0 3.0 3.0 3.1 3.2 3.7 4.1
Crecimiento anual (%) 1.7 3.0 2.5 3.0 3.1 3.7 3.2 3.9 4.0

América Latina
Población total (miles) 165880 218,144 285,695 362,686 448076 493,080 538,439 628,766 716,294 757,391
Pobl. de 60 años o más (miles) 8,958 12,434 17,427 23,575 32261 36,981 42,537 57,218 81,658 96,946
Relativos (%) 5.4 5.7 6.1 6.5 7.2 7.5 7.9 9.1 11.4 12.8
Crecimiento anual (%) 3.3 3.4 3.1 3.2 2.8 2.8 3.0 3.6 3.5
Pobl. de 65 años o más (miles) 5,474 7,853 11,142 15,958 21,508 25,147 29,076 38,355 54,438 65,136
Relativos (%) 3.3 3.6 3.9 4.4 4.8 5.1 5.4 6.1 7.6 8.6
Crecimiento anual (%) 3.7 3.6 3.7 3.0 3.2 2.9 2.8 3.6 3.7

Caribe
Población total (miles) 17,045 20,446 24,890 29,179 33,685 36,127 38,546 43,291 48,130 50,476
Pobl. de 60 años o más (miles) 1,159 1,472 1,966 2,539 3,099 3,396 3,778 4,849 6,305 7,571
Relativos (%) 6.8 7.2 7.9 8.7 9.2 9.4 9.8 11.2 13.1 15.0
Crecimiento anual (%) 2.4 2.9 2.6 2.0 1.8 2.2 2.5 2.7 3.7
Pobl. de 65 años o más (miles) 750 941 1,294 1,751 2,190 2,421 2,621 3,377 4,428 5,048
Relativos (%) 4.4 4.6 5.2 6.0 6.5 6.7 6.8 7.8 9.2 10.0
Crecimiento anual (%) 2.3 3.2 3.1 2.3 2.0 1.6 2.6 2.7 2.7
Cuadro 4
Evolución y perspectivas de la población de la tercera edad en el mundo y sus regiones, 1950-2025
Región / Indicador 1950 1960 1970 1980 1990 1995 2000 2010 2020 2025

Centro América
Población total (miles) 37,241 50,456 69,666 92,678 117,676 131,281 145,135 172,935 200,160 213,183
Pobl. de 60 años o más (miles) 1,862 2,523 3,483 4,727 6,708 8,008 9,434 13,316 19,816 24,090
Relativos (VD) 5.0 5.0 5.0 5.1 5.7 6.1 6.5 7.7 9.9 11.3
Crecimiento anual (%) 3.1 3.3 3.1 3.6 3.6 3.3 3.5 4.1 4.0
Pobl. de 65 años o más (miles) 1,192 1,615 2,299 3,151 4,472 5,251 6,386 9,166 13,010 15,989
Relativos (%) 3.2 3.2 3.3 3.4 3.8 4.0 4.4 5.3 6.5 7.5
Crecimiento anual (%) 3.1 3.6 3.2 3.6 3.3 4.0 3.7 3.6 4.2

Sudamérica
Población total (miles) 111,594 147,242 191,138 240,829 296,716 325,672 354,759 412,540 468,004 493,732
Pobl. de 60 años o más (miles) 5,914 8,393 11,851 16,376 22,254 25,402 29,090 38,779 55,224 65,666
Relativos (%) 5.3 5.7 6.2 6.8 7.5 7.8 8.2 9.4 11.8 13.3
Crecimiento anual (%) 3.6 3.5 3.3 3.1 2.7 2.7 2.9 3.6 3.5
Pobl, de 65 años o más (miles) 3,571 5,301 7,646 10,837 14,836 17,261 19,687 25,990 36,972 44,436
Relativos (%) 3.2 3.6 40 4.5 5.0 5.3 5.6 6.3 7.9 9.0
Crecimiento anual (%) 4.0 3.7 3.5 3.2 3.1 2.9 2.7 3.6 3.7

Norte América
Población total (miles) 166,075 198,663 226,480 251910 275,865 285,843 294,712 311,205 326,387 331,957
Pobl. de 60 años o más (miles) 20,095 25,826 31,254 39,046 46,345 47,736 49,512 60,374 79,965 88,633
Relativos (%) 12.1 13.0 13.8 15.5 16.8 16.7 16.8 19.4 24.5 26.7
Crecimiento anual (%) 2.5 1.9 2.3 1.7 0.6 0.7 2.0 2.9 2.1
Pobl. de 65 años o más (miles) 13,452 18,078 21,742 27,962 34,483 36,588 37,723 42,324 57444 66,059
Relativos (%) 8.1 9.1 9.6 11.1 12.5 12.8 12.8 13.6 17.6 19.9
Crecimiento anual (%) 3.0 1.9 2.5 2.1 1.2 0.6 1.2 3.1 2.8
Cuadro 4
Evolución y perspectivas de la población de la tercera edad en el mundo y sus regiones, 1950-2025
Región / Indicador 1950 1960 1970 1980 1990 1995 2000 2010 2020 2025

Asia
Población total (miles) 1,377,259 1,668,343 2,101,869 2,583,436 3,112,695 3,413,343 3,712,542 4,239,523 4,699,827 4,912,484
Pobl. de 60 años o más (miles) 92,276 108,442 134,520 175,674 239,678 279,894 322,991 419,713 587,478 697,523
Relativos (%) 6.7 6.5 6.4 6,8 7.7 8.2 8.7 9.9 12.5 14.2
Crecimiento anual (%) 1.6 2.2 2.7 3.2 3.2 2.9 2.7 3.4 3.5
Pobl. de 65 años o más (miles) 55,090 68,402 84,075 113,671 155,635 184,321 215,327 279,809 399,485 471,598
Relativos (%) 4.0 4.1 4.0 4.4 5.0 5.4 5.8 6.6 8.5 9.6
Crecimiento anual (%) 2.2 2.1 3.1 3.2 3.4 3.2 2.7 3.6 3.4

Europa
Población total (miles) 392,523 425,070 459,942 484,429 498,371 504,247 510,015 515,734 516,401 515,212
Pobl. de 60 añoso más (miles) 50,635 61,210 76,810 81,869 93,195 97,824 103,023 113,461 129,617 139,107
Relativos (%) 12.9 14.4 167 16.9 18.7 19.4 20.2 22.0 25.1 27.0
Crecimiento anual (%) 1.9 2.3 0.6 1.3 1.0 1.0 1.0 1.3 1.4
Pobl. de 65 años o más (miles) 34,150 42,232 52,433 63,460 66,782 71,603 75,992 82,517 96,051 103,558
Relativos (%) 8.7 97 11.4 13.1 13.4 14.2 14.9 16.0 18.6 20.1
Crecimiento anual (%) 1.9 2.4 1.9 0.5 1.4 12 0.8 1.5 1.5

Oceanía
Población total (miles) 12,647 15,782 19,329 22,799 26,481 28,338 30,144 33,582 36,781 38,207
Pobl. de 60 años o más (miles) 1,429 1,704 2,088 2,667 3,390 3,627 3,919 5,004 6,510 7,336
Relativos (%) 11.3 10.8 10.8 117 12.8 12.8 13.0 14.9 17.7 19.2
Crecimiento anual (%) 1.8 2.1 2.5 2.4 1.4 1.6 2.5 2.7 2.4
Pobl. de 65 añoso más (miles) 949 1,168 1,411 1,824 2,383 2,664 2,864 3,425 4,634 5,311
Relativos (%) 7.5 7.4 7.3 8.0 9.0 9.4 9.5 10.2 12.6 13.9
Crecimiento anual (%) 2.1 1.9 2.6 2.7 2.3 1.5 1.8 3.1 2.8
Cuadro 4
Evolución y perspectivas de la población de la tercera edad en el mundo y sus regiones, 1950-2025
Región / Indicador 1950 1960 1970 1980 1990 1995 2000 2010 2020 2025

Comunidad de Edos. Indep.


Población total (miles) 180,075 214,335 242,766 265,546 288,595 298,616 308,363 327,059 343,871 352,116
Pobl. de 60 años o más (miles) 16,207 21,648 27,918 35,052 42,423 46,285 52,113 53,656 65,679 72,536
Relativos (%) 9.0 10.1 11.5 13.2 14.7 15.5 16.9 16.1 19.1 20.6
Crecimiento anual (%) 2.9 2.6 2.3 1.9 1.8 2.4 0.1 2.2 2.0
Pobl. de 65 añoso más (miles) 10,985 14,575 17,965 27,351 27,705 32,549 36,078 39,574 45,047 52,113
Relativos (%) 6.1 6.8 7.4 10.3 9.6 10.9 11.7 12.1 13.1 14.8
Crecimiento anual (%) 2.9 2.1 4.3 0.1 3.3 2.1 0.9 1.3 3.0

Fuente: Naciones Unidas, World Population Prospects, 1990. Population Studies No. 120, Nueva York, 1991
GRAFICAS 7 Y 8

Proporción de personas de 80 años y más


en el mundo y algunas regiones,
1950-2025

Por cien
30

25

20

15

10

0
1940 1950 1960 1970 1980 1990 1995 2000 2010 2020 2025 2030

-- Mundo Paises Desarrollados


Países Subdes. América Latina

Tasas de crecimiento de la población de


BO años y más en el mundo, 1950-2025

e Por cien

a —

5 e
-....

14400-1P5010501105010f0 -10701070110401050-1104019º0-100510051000013300-10102010-50200020-03052055-5550

— mora -I- eta.. o ..... aliao. -a- ey,„ ,w,d.,. --g- 1.440. „..

33
III. LA SALUD DEL ANCIANO EN LAS AMERICAS

Dr. Fernando Rocabado 0.,


Asesor en Promoción de la Salud
de la OPS/OMS en México

Dr. Juan Manuel Sotelo F.,


Representante de la OPS/OMS en México

A. INDICADORES DEMOGRAFICOS RELACIONADOS CON LOS


ANCIANOS

El mundo está sufriendo una transición demográfica que tiene un impacto


considerable en los aspectos socioeconómicos y de la organización social.
En los últimos años las tasas de fertilidad, así como las tasas de mortalidad en
los niños menores, han disminuido en casi todos los países. En todos ellos
existe una mayor o menor tendencia al aumento de la expectativa de vida
y las pirámides de población comienzan a mostrar un incremento de la
población adulta y anciana. Este fenómeno que ya ha sido observado en los
países desarrollados del norte y en especial en los de Europa Occidental,
comienza a reproducirse con características particulares en los países de
menor desarrollo, en el sur, y con cierta evidencia en los países de la América
Latina, donde el fenómeno demográfico de transición se caracteriza, enton-
ces, por el paso de un estado de alta fertilidad y alta mortalidad a un estado
de baja fertilidad y baja mortalidad, y de una baja proporción de personas
de este grupo etáreo.

En 1980 en los países desarrollados la proporción de personas mayores


de 60 años era de 15% en tanto que en los países de menor desarrollo era de
6.2%. En ambas regiones estas proporciones continuarán en aumento en los
próximos años.

35
Sin embargo, pese a lo que muestran los números relativos, en números
absolutos, la cantidad de personas por encima de 60 años es mayor en los
países de menor desarrollo, diferencia que, de acuerdo a las tendencias, se
irá incrementando en los próximos años. Sin embargo, la edad promedio de
los ancianos es mayor en los países desarrollados que en los no desarrollados.
Una mitad de éstos tienen más de 70 años, mientras que en los países de
menor desarrollo este porcentaje es sólo del 37%.

La distribución de edades entre los ancianos tiene considerable importan-


cia para la planificación y la administración de los servicios. Así, el índice
de dependencia es mayor entre los "verdaderamente ancianos", que son los
mayores de 75 años, que entre los "ancianos jóvenes", que son los que tienen
entre 65 y74 años de edad. Se entiende que estatasa de dependencia puede
variar en forma considerable de una población a otra, según la calidad del
envejecimiento.

Por lo tanto, la tendencia demográfica no solamente muestra que la


población se hace cada vez más anciana, sino, que los ancianos mismos están
tendiendo a vivir más tiempo. De acuerdo con las tendencias actuales, el
grupo etáreo mayor de 80 años es el que tiene una tasa de crecimiento más
alta, y se espera que con esta tendencia su número se vea duplicado hasta el
año dos mil.

En cuanto a la distribución por sexos, es sabido que las tasas de mortalidad


en la población de hombres es mayor que la tasa de mortalidad en la población
de mujeres. También se sabe que en todas las regiones existen más
nacimientos de varones que de mujeres, sin embargo, esta expresión de la
razón de masculinidad en los países desarrollados se iguala a los 35 años y a
partir de entonces el número de mujeres excede al de los hombres. En los
países en desarrollo la inversión de esta razón se da recién a los 60 años. A
esta edad, en los países desarrollados, la diferencia de expectativa de vida
entre ambos sexos es de 3.2 años a favor de las mujeres; en los países de
menor desarrollo esta diferencia es casi tres veces menor (1.3 años). La

36
diferencia en la relación entre ambos sexos se va incrementando en forma
considerable con la edad y con la muerte más temprana de los hombres. Estas
tendencias tienen una manifestación social muy especial para las ancianas,
debido al incremento de su dependencia y de su institucionalización u
hospitalización, a su estado civil de viudez en la época más frágil de su vida,
a la existencia de una sola persona en el hogar, al ingreso económico reducido
y al riesgo de pobreza.

Las Naciones Unidas estimaron en 1980 que la población mayor de 60 años


en Latinoamérica y el Caribe era de 23.300.000 personas, esperándose que,
de acuerdo con las tasas actuales de crecimiento, esta población ascienda
para el año 2000 a 41 millones de personas y a 93.300.000 personas para
el año 2025, lo que significaría, en menos de 45 años, un incremento desde
una proporción de 6.4% al 20.8%.

En relación a la expectativa de vida desde el nacimiento, se estima que


aumentará hasta 71.8 años en el año 2025, lo que representa un incremento
de 20.6 años desde 1.950 cuando el promedio de la expectativa de vida era
de 51.2 años.

Las cifras mencionadas están mostrando la compleja situación que se debe


enfrentar ahora y en el futuro inmediato para atender con servicios a los
ancianos del continente.

B. ASPECTOS SOCIALES DEL PROBLEMA

Las implicaciones en el área social son considerables, por el aumento de


un grupo de edad que es considerado como no productivo y que exige que la
sociedad tenga que comprometerse por su mantenimiento y supervivencia.

América Latina presenta algunas otras particularidades que hacen más


conflictiva la situación del grupo de ancianos. Así, el rápido crecimiento de
los centros urbanos en todos los países, los intensos flujos migratorios internos

37
y externos, generalmente compuestos por grupos de población joven, hacen
que las áreas rurales queden con contingentes importantes de población
vieja, generalmente sin protección por la falta de cobertura de los servicios
en estas áreas.

C. PROBLEMAS DE SALUD ENTRE LOS ANCIANOS

La morbilidad y las causas de muerte entre los ancianos varían en forma


considerable entre países y regiones, aunque con la misma tendencia al
aumento de la incidencia con la edad, principalmente, entre las mujeres. En
los países desarrollados tres cuartas partes de las muertes se deben a
enfermedad cardiovascular y cáncer, las primeras declinando en algunos de
estos países y aumentando en gran parte de los países en desarrollo.

Las mencionadas, que son las primeras causas de muerte, probablemente


no reflejan el perfil epidemiológico del anciano, que está sujeto a la aparición
de una serie de otros daños normalmente mal diagnosticados o clasificados,
tales como desórdenes en la locomoción, en el sentido de la vista, del oído,
la masticación, etcétera.

En general la morbilidad y su influencia en la mortalidad no está todavía bien


documentada en la mayor parte de los países del continente, salvo en los que
tienen mayor grado de desarrollo, donde se afirma que el aumento de
expectativa de vida entre los ancianos se debe a que los pacientes con
impedimentos viven más tiempo y, por otra parte, también, a que existiría
una disminución de la incidencia de las enfermedades que producen
impedimento.

Probablemente ambas situaciones estén influyendo en los cambios de la


tendencia de la mortalidad, que es evidente. Lo que no es evidente o no está
demostrado es que la morbilidad entre los ancianos haya disminuido. Los
datos que se disponen en la actualidad no permiten afirmar tal cosa. En
Canadá el porcentaje de ancianos institucionalizados aumentó de 6.4% en los

38
comienzos de la década del 7.0, a 7.8% en 1984. En Estados Unidos el
porcentaje de personas de edad que vivían en hogares de ancianos aumentó
de 3.7% en 1969 a 4.8% en 1977. Esta situación podría explicarse por un
aumento de la morbilidad, aunque es más probable que se deba al incremento
de ancianos más viejos y por lo tanto con mayor dependencia.

D. LA AUTONOMIA Y LA CALIDAD DE VIDA DEL ANCIANO

Si bien se utilizan indicadores demográficos como la expectativa de vida


para explicar los cambios que se viven y la importancia del grupo de los
ancianos, desde el punto de vista de la planificación de los servicios es mejor
medir la expectativa de vida activa o los índices de vida diaria activa o los
índices de incapacidad, que son indicadores más orientadores de las nece-
sidades y explican mejor la situación de su salud.

Con los conocimientos disponibles en la actualidad no es posible, en nuestro


continente, prevenir la mayoría de las enfermedades e incapacidades de la
edad anciana, con esa perspectiva se hace necesario estudiar los factores
de riesgo y la epidemiología de las enfermedades más frecuentes:
osteoartrosis, enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, demencia senil,
catarata senil, etc. De la misma manera se hace necesario estudiar los
factores de riesgo agravantes que inducen o pueden inducir de la enfermedad
a la molestia o al impedimento y de allí a la incapacidad. El método
epidemiológico debe servir para llevarnos a definir y medir el punto final a
partir del cual el anciano pierde su autonomía.

A través de la utilización de este tipo de criterios e indicadores, lo que se


busca es cambiar de alguna manera la filosofía con que se orientan los
servicios sociales y de salud, de manera que se busque no solamente
prolongar la vida sino el mantenimiento de la calidad de la vida tan largo como
sea posible. La calidad de la vida significa en gran medida la autonomía o
independencia de la persona.

39
Este tipo de enfoque o de metodología requiere, entonces, el manejo de
una serie de variables relacionadas con el conjunto de la actividad humana,
variables que son sociales, económicas y biológicas.

Las tasas de mortalidad e incapacidad varían entre clases sociales. En un


estudio en Massachusetts (EEUU) se comprobó que los ancianos pobres
tenían 2.4 años menos de expectativa de vida libre de discapacidad que sus
iguales de mejor situación socioeconómica.

Estas diferencias se ven también entre ancianos con diferente nivel socio
educativo. Así, en Canadá el porcentaje de incapacidad en ancianos con
menos de 8 años de formación académica era el doble que entre los que
poseían título universitario (43.4% y 22.5% respectivamente).

E. LOS PROGRAMAS Y SERVICIOS DE ATENCION PARA LOS


ANCIANOS

Las cif ras y los hechos señalados muestran que la atención de la población
creciente de ancianos se hace cada vez más prioritaria. Hasta ahora el interés
en desarrollar en América Latina servicios para los ancianos ha sido escaso,
prácticamente no existen programas estructurados y con recursos destinados
a apoyarlos en la mayor parte de los países de la región, aunque en los últimos
años han comenzado a detectarse cambios en la actitud de políticos,
planificadores y administradores, para hacer frente a las tendencias demográ-
ficas y de morbilidad.

Se puede afirmar que existe una gran brecha entre las necesidades de los
ancianos y los servicios que en realidad disponen. La mayoría queda al
cuidado de la familia o en instituciones y hogares con un mínimo de atención
médica o profesional.

Esta situación de negligencia y descuido en relación a los ancianos, se ha


visto reforzada y justificada por antecedentes históricos y por valores

40
socioculturales que reflejan una imagen negativa del envejecimiento y de la
vejez, situación que es más notoria en los países llamados desarrollados o
industrializados, donde los valores, las necesidades y los servicios se miden
invariablemente en términos de inversión y de ganancia económica o mone-
taria.

La Organización Panamericana de la Salud, tomando el mandato de su


Consejo Directivo y las Recomendaciones de las Naciones Unidas sobre el
tema, estableció desde 1983 un Programa Regional de Salud del Anciano,
que desde entonces se concentró en la tarea de promover, entre los países
miembros, el desarrollo de programas nacionales coherentes e integrados en
los servicios generales de salud existentes y en los programas homólogos de
los otros sectores involucrados en el problema.

Las estrategias desplegadas para el logro de este propósito se concentra-


ron en las siguientes áreas:

Promoción y profundización del conocimiento de la problemática del


anciano;
Estímulo a la investigación epidemiológica y clínica;
Apoyo técnico ala formación de recursos humanos;
Diseminación de la información y orientaciones en niveles políticos y de
la sociedad civil;
Cooperación técnica entre países .

La problemática de los ancianos exige la puesta en marcha de políticas


y programas específicamente orientados para este grupo de edad, de manera
que se busque asegurarles la disponibilidad de servicios sociales y de salud en
un contexto de integración real en la sociedad y en la producción. Sin embargo,
reconociendo las limitaciones en recursos materiales y humanos, es
importante proponer ideas sobre estrategias y acciones novedosas y adapta-
das a la realidad social y económica de cada país.

41
En relación a esto, la OPS propone las siguientes estrategias de acción:

1. Atención de salud para los ancianos integrada a los servicios de atención


primaria.

2. Promoción y reforzamiento al rol de la familia y de la propia comunidad


en el cuidado de los ancianos.

3. Provisión de servicios institucionales para cuidados de largo plazo e


internación de ancianos como último recurso Las instituciones para
ancianos deben procurar un ambiente familiar y la preservación de su
autonomía.

4. Acciones de promoción de la salud, prevención de la enfermedad y


postergación de la incapacidad.

5. Política de asignación de recursos de diferentes fuentes y atendiendo


factores tan importantes como vivienda, transporte, medio ambiente y
bienestar social. El nivel económico es el principal determinante de
salud, por lo tanto, deben desplegarse todos los esfuerzos necesarios
para asegurar un ingreso digno a las personas ancianas.

Con este fin se puede:

a. Búsqueda de la universalidad en la renta y la seguridad social.


b. Otorgamiento de concesiones especiales para los ancianos, ej:
vivienda, subsidios alimentarios, transporte y servicios de salud
gratuitos.
c. Fomento para el desarrollo de proyectos capaces de generar
ingresos para los ancianos y sus familias.
d. Oportunidades de trabajo, jubilación y renta más flexibles.

6. Finalmente, ampliación de los conocimientos a través de la investiga-


ción, tanto básica como aplicada, epidemiológica y operacional, útiles

42
desde todo punto de vista para orientar la planificación y la gerencia
de los programas para ancianos, principalmente de los más desprote-
gidos de entre ellos.

La tarea de servir y atender adecuadamente a las personas mayores y es


grande y por demás difícil, pero su ejecución a través de programas integrales
y de cobertura nacional comienza a ser verdaderamente impostergable.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. OPS/OMS: Las Condiciones de Salud en las Américas. Publicación


Científica No. 524, Washington, D.C., 1990.

2. Anzola, E: Towards an Integrated and Responsiye Plan of Action for the


Elderly in the Americas. PAHO (mimeógrafo), Washington, D.C., May,
1990.

3. OMS: La Salud en las Personas de Edad. Serie de Informes Técnicos


779. Ginebra, 1989.

4. OPS/OMS: La Salud de los Ancianos: una Preocupación de Todos.


Comunicación para la Salud No. 3 Washington, D.C., 1992.

OPS/OMS: Reunión de Consulta sobre Políticas de Salud para los


Ancianos para América Latina yel Caribe. Serie de Informes Técnicos
No. 24. Washington, D.C., 1992.

6. OPS/OMS: Programa de Promoción de la Salud de los Ancianos, para


Latinoamérica yel Caribe, Basados en la Investigación. Informe de un
Grupo de Trabajo, Programa de Salud del Adulto.

43
IV. LAS POLITICAS DE ATENCION INTEGRAL
DE LOS ANCIANOS

Dr. Jorge Castellanos Roba yo


Asesor OPS/OMS

A. PRESENTACION Y CREDITOS

Este capítulo está conformado fundamentalmente por extractos del infor-


me final de la Reunión de Consulta sobre formulación de políticas para los
ancianos en América Latina y el Caribe, realizada por el Programa Regional
de Políticas de Salud de la Organización Panamericana de la Salud en
Washington, D.C. de junio 29 a julio 11de 1992. El capítulo se complementa
con conceptos vertidos en el Taller sobre políticas en favor de las personas
de Edad, organizado por OPS/OMS y el Centro Latinoamericano de
Demografía (CELADE) con la colaboración del Centro Internacional de
Envejecimiento, Denville, N.J., Estados Unidos de América. El taller se
efectuó en la sede del CELADE en Santiago de Chile, del 2 al 6 de noviembre
de 1992.

El autor deja expresa constancia del amplio crédito que tienen y se les
reconoce, en los conceptos y lineamientos de acción que aquí se han
recopilado a los participantes en las dos reuniones mencionadas, y en
particular a los asesores regionales de la OPS/OMS, Lic. Cristina Puentes-
Marbides y Dr. Elías Anzola Pérez.

45
B. PLANTEAMIENTOS GENERALES

Los grupos de población de 60 años y más, en los países de América


Latina y el Caribe, muestran una tendencia de envejecimiento importante, en
términos absolutos y relativos. Las estimaciones preparadas por la
Organización de las Naciones Unidas (1) indican que de 23.3 millones,
equivalentes al 6.5% de la población total en 1980, esos grupos alcanzarán
'en el año 2000 los 42.5 millones, o sea el 7.9% del total, y para el 2.025 las
cifras llegarán a 96.9 millones o sea 12.8% de la población total estimada para
ese año. Los mayores volúmenes y proporciones, en la población total, de
estos grupos de edad avanzada, contribuyen un imperativo social para la
formulación de políticas públicas, pertinentes, y hacen ineludible el
desarrollo oportuno y suficiente de los servicios sociales y de salud, que
respondan en forma integral a las necesidades de atención de los ancianos
a medida que la población adulta se incorpora a esa condición.

En los países de América Latina, los ancianos fueron tradicionalmente


tratados con gran respeto y consideración. La edad madura o mejor, la
ancianidad, fue siempre valorada, y reconocida como depositaria de una
experiencia significativa y llena de sabiduría. De la misma manera, dentro
de la familia extendida prevalente, y en las comunidades como un todo, los
abuelos tuvieron un papel aceptado, productivo y activo. Esa valoración
social de los ancianos implicaba integración comunitaria y su interrelación
en diversas actividades con otros miembros de la familia o de la comunidad.
Frecuentemente, además significaba su participación en los procesos de
toma de decisiones sobre asuntos de interés comunitario, toda vez que sus
conocimientos y experiencias eran reconocidos como una contribución
importante para la sociedad.

Los movimientos políticos y económicos ocurridos en las últimas décadas,


particularmente, la concentración urbana de la población, los procesos
de industrialización, los cambios en el papel de la mujer, las transformaciones

(1) United Nations Projections, The World Aging Situation: Strategies and Polioles, U.N., New
York, 1985

46
en la fuerza de trabajo, la ampliación del sector informal, entre otros
fenómenos sociales, que se han dado en un escenario general caracterizado
por las presiones económicas, han transformado profundamente la
estructura y la organización de estas sociedades, influenciando sus valores
y tradiciones, con implicaciones definidas e insoslayables en la valoración
social de los ancianos, y en la determinación de su papel en la sociedad.

El aumento en el número absoluto de personas en estos segmentos


poblacionales ha implicado simultáneamente tanto una mayor demanda de
servicios médicos, como requerimientos más amplios de protección y
asistencia social, para las necesidades derivadas de la condiciones crónicas
que acompañan la longevidad. Este hecho demográfico se traduce en
presión adicional para los sistemas de salud en una carga más en términos
de costos económicos y sociales para los sistemas de salud de los países.

El conocimiento actual indica que los problemas inherentes a la atención


de la salud de los ancianos, se relacionan con una mayor demanda de
servicios, pero también con la necesidad de adecuación de los mismos. Se
reconoce la necesidad de un enfoque más amplio e integral que tome en
cuenta factores y condicionantes demográficos, sociales, culturales,
políticos y psicológicos, todos los cuales interactúan para determinar la
calidad de vida y por ende la situación de salud de los ancianos en los
distintos países.

En estas circunstancias, se acepta hoy que existe una urgencia cada vez
mayor de definir y ejecutar políticas públicas, orientadas a la atención integral
de los problemas de estos grupos de población, de acuerdo a la naturaleza
y características específicas de los problemas en cada sociedad nacional,
desde el punto de vista regional.

En este sentido, requieren consideración, en cada contexto nacional, las


diferentes situaciones demográficas y los diversos grados de desarrollo de
los países, que implican diferencias en sus programas de protección social,

47
incluyendo la atención de los ancianos. Así mismo se debe reconocer la
influencia decisiva que tienen el medio ambiente físico, la organización
social, los estándares de vida, y los patrones de comportamiento, en la
situación de salud de los individuos y los grupos sociales. En tercer lugar,
es perentoria la identificación de aquellos factores que en cada situación
nacional, influyen específicamente en la salud y el bienestar de los ancianos.
Por último, es igualmente necesario revisar las características de la organi-
zación de los servicios sociales y de salud, y su coordinación, y su capacidad
para responder de una manera integral a las necesidades de los grupos de
población de mayor edad.

C. ASPECTOS DEMOGRAFICOS

En América Latina y el Caribe, las estimaciones de la Organización


de Naciones Unidas (2) indican que de 23.3 millones (6.5% de la población
total) de mayores de 60 años en 1980, se llegará en el año 2.000 a 42.5
millones (7.9% del total), y para el año 2.025 esa cifra alcanzará los 96.9
millones (12.8% del total).

La situación de estos grupos de población en proceso de envejecimiento,


o sea, de 60 y más años, se ha convertido en un área importante, de interés
específico para la definición de políticas de salud, en un número creciente de
países de la Región.

Se reconoce que el crecimiento en términos absolutos y relativos, de esos


grupos poblacionales, obedece primordialmente a los siguientes factores:

La proporción de grupos jóvenes (0-15 años) en la población de la región


alcanzó sus índices más altos alrededor de 1970, decreciendo progresi-
vamente desde entonces.

(2) 'bid

48
La población envejeciente comenzó a crecer de una manera significativa
desde 1950, y a partir de entonces lo ha hecho con una rapidez mayor
que otros grupos de edad Las tasas anuales de crecimiento para este
segmento de población han sido más de 3°/D, en la mayoría de los países,
en las tres o cuatro últimas décadas.

La población en edad de retiro, usualmente alrededor de los 60 años, está


creciendo más rápidamente que la población en edad trabajadora en la
mayoría de los países de la región. En el resto, donde las tasas de
natalidad y de mortalidad han comenzado a declinar más recientemente,
esta divergencia comenzará a ocurrir en el futuro cercano (1990-1995)13).

Las estimaciones de crecimiento de estos grupos indican que en la


Región como un todo, entre 1980 y 2025 el total de la población crecerá
con un factor de 2.6%. Comparativamente, la población anciana crecerá,
con un factor del 4%. Existe, sin embargo, una marcada diferencia entre
las sub-regiones. Las tasas de crecimiento y las proporciones de los grupos
de 60 años y más tienden a ser más altas en América Central y los países
del Area Andina, que en América del Sur templada y el Caribe. Las tasas
de crecimiento son menores en Argentina, Uruguay y Chile, donde el hecho
demográfico del envejecimiento de la población ha sido reconocido desde
hace varios años. Contrastan las cifras de las otras dos sub-regiones, de
población eminentemente joven, en las que se esperan elevaciones sustan-
ciales de esos grupos poblacionales, lo que creará situaciones para las
cuales no parece haber adecuada preparación.

En relación con la distribución del crecimiento de la población entre los


grupos de mayor edad, las mismas proyecciones de las Naciones Unidas
citadas indican que: "La intensidad general del envejecimiento, medida en

(3) ECLAC: Social and economic issues of Social Security for the elderly in Latín America July
1990, p. 2-3)

49
términos de la proporción de la población anciana de más de 70 años
permanecerá relativamente baja". Sin embargo, visto en números absolutos,
el incremento real de los grupos de 70 años y más en varios países, Brasil
y México en particular, implicarán grandes demandas para los servicios de
protección social y de salud (4). En el Caribe, los grupos de 70 y más
alcanzarán 2.2 millones en el período en consideración (1980-2025) (5).

Desde el punto de vista de distribución por sexos al igual que ocurre en


las sociedades más evolucionadas, la proporción femenina de la población,
respecto al componente masculino, alcanzará una relación de 3:1 a 4:1,
especialmente a partir de los 70 años de edad.

Respecto a la localización geográfica de la población anciana, se estima


que del 70% al BO% de los grupos de 60y más años, está ya viviendo en áreas
urbanas, o lo estará para el año 2000 en dicha localización. Dentro de los
conglomerados urbanos, generalmente los ancianos constituyen un grupo
eminentemente marginal y desposeído desde el punto de vista individual,
familiar, social, económico y político.

D. ASPECTOS SOCIALES

En el marco de esta revisión esquemática conviene destacar algunas


características sociales de los ancianos en los países de América Latina:

En general se acepta que la posición de respeto y autoridad que en el


pasado se reconoció a las personas ancianas probablemente ligado al
escaso número de sobrevivientes sobre los 60 ó 70 años, se ha ido
debilitando aunque en grados variables según los países. Al parecer,
la "masificación" de ese grupo etáreo, ha condicionado una nueva
valoración de roles y conceptos éticos, lo cual en ocasiones se ha
traducido en situaciones de verdaderos conflictos inter-generacionales.
Esto, por supuesto, tiene un enorme impacto en la organización de la
sociedad.

(4) Ibid.
(5) The World Aging Situation - Strategies and Policies - UN, New York, 1985

50
Los estudios realizados en la Región, en particular la Encuesta de
Necesidades de los Ancianos (ENA), coordinada por la OPS/OMS, han
permitido conclusiones importantes, respecto a las características
sociales de los ancianos en la América Latina, entre las cuales se deben
destacar:

Una enorme heterogeneidad al interior de cada grupo nacional de


ancianos, lo cual obliga a una cuidadosa revisión en relación a grupo
etáreo, sexo, condición económica, nivel educativo, capacidad funcional,
situación geográfica, etcétera.

La gran mayoría de los entrevistados (más del 90%) viven en hogares


multigeneracionales, estando la variable "viven solos" reducida a menos
de 10%.

Se pueden distinguir subgrupos de mayor riesgo presente o futuro


especialmente mujeres viudas (o solteras), que viven en ámbito rural y
que tienen más de 70 años de edad.

La gran mayoría, más del 90%, de las personas de edad son independien-
tes, notándose una pequeña reducción a medida que se asciende en
la edad. Por otro lado, la mayoría, más del 90%, reconoce la disponibilidad
de ayuda si la necesitaran.

Aproximadamente sólo el 10% había asistido a servicios médicos en los


6 meses anteriores al estudio.

Con base en estas observaciones y considerando los requerimientos de


políticas de protección social y de salud, los dos aspectos críticos que más
afectan al bienestar de las personas en la tercera edad son la atención de
salud, y el mantenimiento del ingreso mediante las pensiones de retiro.

51
En relación con la situación de salud, necesidades de atención, se hace
usualmente una distinción de tres grupos de ancianos:

1. Los ancianos independientes, quienes constituyen aproximadamente


el 90% de la población mayor de 60 años. Este grupo en general goza
de buena salud, y sus necesidades se centran más en empleo,
seguridad del ingreso, vivienda, y otros programas generales de
seguridad social.

2. Los ancianos que tienen algún impedimento físico o psíquico, pero


que están en condición estable. Este grupo, además de la satisfacción
de las necesidades mencionadas para el anterior requiere servicios
de apoyo como transporte, visitas domiciliarias y otras.

3. Los ancianos que están enfermos, o descompensados debido a


problemas de salud. A este grupo corresponden en general los
ancianos de 75 años o más. Sus necesidades incluyen, en grado
variable, aquellas de los dos grupos anteriores, pero además,
requieren la utilización de servicios de salud complejos, usualmente
con tecnologías sofisticadas y de alto costo.

Desde el punto de vista del ingreso, con obvias implicaciones para la


adopción de políticas públicas, la pobreza es quizá la circunstancia más
perversa que afecta a los ancianos en la época actual en la Región. Estas
situaciones se han agudizado significativamente durante la última década,
lo cual ha hecho que los ancianos sean probablemente el grupo pobre de
más rápido crecimiento en los países de la Región. El aumento del
desempleo y sub-empleo, y las reducciones en el ingreso, frecuentemente
debido a la baja cuantía de las pensiones, que pueden ser de un tercio o
una cuarta parte del ingreso anterior a lajubilación, se combinan para afectar
las condiciones de vida de los grupos de 60 y más años. Las mujeres
parecen sufrir más en esta difícil situación. Tienden a casarse con hombre
mayores, sobreviviendo a sus esposos en períodos de seis a diez años. Bajo

52
la mayoría de los programas de seguridad social de la Región, las viudas
reciben solamente una proporción del ingreso (alrededor del 50-55%)
cuando mueren sus maridos jubilados. No es sorprendente entonces,
encontrar que las mujeres de 60 años y más y las viudas, constituyen uno
de los grupos más empobrecidos de las sociedades de América Latina y el
Caribe.

En este contexto, las soluciones para los problemas de los ancianos, que
constituyen un grupo muy vulnerable de la sociedad, se tornan especialmen-
te complejas. Es indispensable en primer lugar procurar circunstancias
sociales, culturales y ecológicas, esenciales para preservar su bienestar,
para lo cual se requieren acciones inmediatas e innovadoras y opciones
de políticas y estrategias, cuya aplicación sea viable en el cambiante
contexto político, social y económico de los países. Se requiere además la
organización y desarrollo de servicios acordes con las necesidades en las
diferentes situaciones nacionales. Es esencial, por otra parte, que las
soluciones que se diseñen no lleguen a estigmatizar a los grupos de tercera
edad, reforzando su marginalidad y dando lugar al desarrollo de una industria
de la vejez, como ha ocurrido en otras latitudes.

E. LOS SISTEMAS DE PROTECCION SOCIAL Y SALUD

1. Evolución de la protección social

Los países de la América Latina presentan estadios o grados muy


diversos de desarrollo, que obviamente, tienen amplias y variadas implicacio-
nes en la definición de políticas públicas y en los programas de protección
social, incluyendo la salud y la atención de los ancianos.

La expresión última de los hechos políticos, económicos y aún


tecnológicos que han incidido en el desarrollo histórico de los servicios de
salud y protección social en América Latina, con gran especificidad en cada

53
situación nacional, han marcado sin embargo algunas tendencias en el
alcance de los conceptos de política social y de protección social. Estos se
han desarrollado a través de los años de acuerdo con las diferentes
interpretaciones que las sociedades nacionales han otorgado, entre otros
aspectos, a los valores de equidad y de justicia social.

Es posible entonces, observar básicamente tres estadios o modalidades


de expresión de política social, que corresponderían a otros tantos
momentos de evolución o desarrollo del pensamiento político, y de la
conceptualización de las responsabilidades y función social del Estado.

En un primer estudio se hace manifiesta la acción del Estado, como


responsable de la protección social de los pobres, especialmente aquellos
que no pueden satisfacer sus necesidades básicas con el ingreso que
generan con su trabajo. En este caso la prestación de servicios se hace
usualmente a través de instituciones de caridad, juntas o comités de
beneficencia, o por programas de asistencia pública del Estado para los
indigentes. El resto de la población obtiene atención según su iniciativa,
y a su propio costo, y tiene por consiguiente la responsabilidad de
financiar directamente su atención.

En una segunda instancia de evolución, la acción del Estado, se interpreta


como una función para proteger a la fuerza laboral, especialmente
aquellos trabajadores asalariados involucrados en actividades comercia-
les e industriales, yen la provisión de servicios públicos. Las acciones,
para estos grupos, son llevadas a cabo por instituciones y programas de
seguros sociales que otorgan cobertura de atención para contingencias
relacionadas con enfermedad y pérdida del ingreso ya sea por jubilación,
retiro o por incapacidades ocupacionales. Los otros segmentos de la
población continúan dependiendo de la asistencia pública, y los grupos
de mayores ingresos crean sus propias formas de protección.

54
En una tercera situación, la acción del Estado se expresa como un
reconocimiento político y social, del derecho de todos y de cada uno de
los miembros de la sociedad a recibir protección adecuada para riesgos
sociales, incluyendo las contingencias de pérdida de la salud y el
mantenimiento del ingreso en la ancianidad. En estos casos, los progra-
mas deben tener cobertura universal, sin distinción con respecto a los
beneficios básicos para los diferentes grupos de población. Esta
concepción política corresponde a la definición y ejecución de programas
de seguridad social, orientados por los gobiernos y a menudo administra-
dos y financiados con su participación directa.

En el conjunto de la América Latina, solo un pequeño número de países


han logrado avanzar a la tercera etapa, y por tanto el establecimiento y
desarrollo de verdaderos programas de seguridad social, que respondan a
los principios básicos de integralidad, equidad y solidaridad. Las altas
proporciones de trabajadores no asalariados, en algunos países, el predo-
minio de las economías rurales en otros, pero por encima de todo, las
concepciones parciales y fragmentarias de la política social han afectado
ciertamente, la expansión de los esquemas de seguros sociales, y han
impedido su tránsito hacia verdaderos programas de seguridad social. Los
beneficios de la protección social, por otra parte, se han concentrado en la
mayoría de los países en los grupos más poderosos de los trabajadores y por
tanto más capaces de ejercer presión política para lograrlos.

La crisis económica de la década de los años '80, y los subsiguientes


procesos de ajuste en las economías nacionales han agravado,
obviamente, los problemas estructurales de equidad, que han surgido de esa
evolución. Como resultado final existen hoy grandes grupos de población
que han sido excluidos de los beneficios en la formulación y aplicación de
políticas sociales, incluidas la seguridad social y la atención de salud. Entre
los grupos de población excluidos, o marginados de las expresiones
programáticas y operativas de la política social, figuran casi siempre, los
ancianos. Ellos no tienen usualmente el suficiente poder para conformar un

55
grupo fuerte y sólido, que pueda ejercer presión política, y generar
preocupación y acciones apropiadas por parte de los gobiernos respectivos.

En estas circunstancias el bienestar de los ancianos, y el cuidado de


su salud, en general, no han sido en el pasado, ni lo son actualmente, áreas
prioritarias que hayan recibido consideración apropiada en la adopción de
políticas de protección social y de desarrollo de los sistemas de salud en los
países de América Latina y el Caribe. Es dudoso que esta situación se
modifique espontáneamente en el corto y el mediano plazo. Será necesario
entonces, iniciar acciones específicas acordes con la situación particular de
cada país, para incorporar la atención integral de salud de los ancianos, en
el contexto de la respectiva política social.

2. Los sistemas de seguridad social y la atención de los ancianos

En los países de América Latina y el Caribe, comenzando en los años


'20, se establecieron a lo largo de cuatro o cinco décadas, diversos esquemas
y modalidades de seguros sociales. Hacia fines de los años '60, todos los
países de la región habían concretado iniciativas en este campo, las cuales,
en su mayor parte siguieron el modelo de seguro social introducido por el
canciller Bismark a finales del siglo pasado en Alemania.

De acuerdo al período de creación, y a su grado de desarrollo, los


esquemas de seguros sociales, evolucionaron en unos pocos casos hacia
sistemas nacionales de seguridad social y alcanzaron proporciones impor-
tantes de cobertura de la población total. La mayoría sin embargo se han
mantenido dentro de un ritmo vegetativo acompañando apenas el crecimien-
to de la población.

Con excepción del sistema cubano, que recibe su financiación del Estado,
la mayoría de los esquemas de seguridad social de los países de América

56
Latina, comparten, la característica de su forma de financiación. Esta se
basa en contribuciones de empleados y empleadores, yen unos pocos casos
también en aportes del Estado. Las contribuciones corresponden a una
proporción de los salarios, que se determinan por ley.

Esta modalidad de financiamiento, pero principalmente la baja cobertura


de los sistemas, tiene claras y directas implicaciones para los ancianos, toda
vez que los programas de pensiones y de atención de salud están
restringidos a aquellos individuos que estuvieron afiliados al sistema por un
número determinado de años y que cumplan además otras condiciones, para
acceder a los beneficios correspondientes. Las pensiones son entonces
para la jubilación y no para la vejez, lo cual deja por fuera a una proporción
muy alta de los ancianos, en especial aquellos que no fueron trabajadores
asalariados. Para los que reciben pensiones, éstas usualmente correspon-
den a una proporción baja del salario, en tal forma que aún este grupo
enfrenta condiciones precarias para mantener un nivel de bienestar
aceptable.

Los sistemas de seguridad social, o mejor, de seguros sociales, en la


mayoría de la América Latina se concentran primordialmente en áreas
urbanas. Por lo tanto los ancianos que residen en zonas rurales no son en
general elegibles para recibir los beneficios de dichos sistemas. Por otra
parte, los programas categóricos organizados por riesgos sociales y
frecuentemente por ocupaciones (accidentes y enfermedades en general y
maternidad; empleados públicos, trabajadores de la industria, etc.). La
falta de coordinación entre esos programas, conforma un panorama de
acción pública fragmentada, que implica una dispersión y una utilización muy
pobre de los recursos.

En el marco general planteado resulta claro que la protección social para


los ancianos, como expresión de política pública, en la mayoría de los países
de América Latina, salvo unas pocas excepciones, prácticamente no existe.
Las acciones que en este campo se desarrollan, son el resultado de una

57
mezcla de iniciativas provenientes de instituciones de caridad, servicios
públicos de salud, gobiernos locales, programas de seguros sociales y
organizaciones no gubernamentales de diversa índole que, en la mayoría
de los casos, no están encuadrados en definiciones políticas de alcance
nacional. La naturaleza y características de esta mezcla de iniciativas
institucionales varían, por supuesto, según los países.

Lo anterior denota que la protección social de los ancianos en el ámbito


de los seguros sociales ha tenido una baja prioridad política en los procesos
de decisión y de asignación de recursos por parte de la mayoría de los
gobiernos. Esta situación, si no justificable, puede tener explicación en parte
porque el grupo poblacional constituido por los ancianos no había sido,
hasta ahora, muy numeroso, y por tanto los gobiernos identificaron otras
necesidades como más urgentes, en particular aquellas relacionadas con
la atención materno-infantil, el control de enfermedades transmisibles, la
educación, etc. Los ancianos, por otra parte, no han logrado situaciones de
organización suficientemente fuertes para hacer presencia nacional, obtener
espacio político, y ejercer presiones reivindicatorias.

En términos de atención de salud, la cobertura en promedio de la


seguridad social en 16 países de América Latina se estima alrededor del
62%.

En Cuba, Nicaragua y Chile, los residentes, incluidos los ancianos, en


principio están cubiertos por la ley, bajo combinaciones de la asistencia
pública, y los programas de seguro social estatales y privados. En los países
de habla inglesa del Caribe, todos los residentes tienen el derecho legal de
recibir atención de salud bajo los sistemas nacionales de salud. En los otros
países la mayor parte de los ancianos deben recurrir a la asistencia pública
o a entidades de beneficencia para obtener atención.

Con respecto a las pensiones, que es el otro programa mayor de la


seguridad social que puede beneficiar a los ancianos, la legislación

58
correspondiente cubre a todos los empleados asalariados en alrededor de 22
de los 36 países de la Región, seis de los cuales corresponden a América
Latina. En los restantes 14 países de América Latina, solo algunos grupos
asalariados estarían cubiertos por ese programa. En solo nueve países, las
leyes de pensiones son obligatorias para los trabajadores independientes o
por cuenta propia, aunque en 12 países esta protección puede obtenerse
voluntariamente. En solo ocho países, la población no asegurada es elegible
para pensiones no-contributarias, es decir, de asistencia social (6).

Resumiendo la situación, podría af irmarse que la protección social para


los ancianos a través de la seguridad social, en términos de la atención de
salud y el mantenimiento del ingreso (pensiones) está lejos de ser adecuada
en los países de la región latinoamericana. Los programas existentes se
concentran, en general, en los grupos que residen en zonas urbanas. Si
se considera que la seguridad social para los ancianos debe ser "preventiva
por naturaleza, mas que compensatoria o paliativa", es obvio que en los
países de América Latina y el Caribe hay una clara necesidad de desarrollar
programas más equitativos que garanticen accesibilidad a los beneficios
correspondientes para los grupos más pobres de la población, que son los
más necesitados.

F. FORMULACION Y CONTENIDO DE POLITICAS DE ATENCION


INTEGRAL DE LOS ANCIANOS

1. El proceso político

La adopción de políticas para mejorar las condiciones de vida y por tanto


de salud de los ancianos en los países de América Latina y el Caribe, de

(6) Mesa-Lago, C: Estudios varios para el Banco Mundial (1984-1991)

59
acuerdo con la revisión anterior, implica importantes cambios sociales. En la
mayoría de los países, estos cambios habrán de darse en un contexto de
escasos recursos y de transformaciones sustantivas de las funciones
públicas. La formulación de estas políticas públicas es ciertamente un
proceso político, que implica acuerdos y concertaciones con diversos
grupos e instituciones, cuya naturaleza y características variarán según
los países.

La bajísima, y casi ninguna prioridad que se asigna en general a la


atención de salud de los ancianos, constituye un gran lastre en este proceso,
que es indispensable eliminar. Se requieren acciones definidas que
empezarán por establecer y mantener una clara identidad del área de
atención de salud a los ancianos, la cual debe comenzar a aparecer con una
mayor nitidez en planes, programas, presupuestos y esquemas organiza-
cionales del sector salud. El establecimiento de esa identidad y su
consolidación, puede significar algún grado de conflicto con otras áreas
y programas con los cuales se entrará a competir por espacio político, y
principalmente por recursos. En función de esa competencia será
necesario allegar información que mejore el conocimiento de la tercera edad,
en quienes definen las políticas públicas, ya sean personas o instituciones,
para lograr que se reconozca la necesidad de tomar, en el contexto
respectivo de la gestión pública, claras decisiones en relación a la atención
integral de los ancianos.

Para mantener la identidad como grupo poblacional, es necesario


establecer una presencia política definida de los ancianos, mediante el
estímulo a la organización de grupos que se hagan reconocer en el conjunto
de la sociedad, aún a riesgo de aparecer excesivamente beligerantes. Este
sería un precio apenas módico para obtener presencia y espacio en las
decisiones de política que atañen a su salud y su bienestar. Constituidos
estos grupos, asociaciones, clubes, sociedades, etc., se deberá estimular
y apoyar su participación en el análisis de su propia situación, en la
identificación de problemas que los afectan, yen el diseño de las soluciones
correspondientes.Un tercer conjunto de acciones en este proceso político

60
para mantener visible el área de salud y atención integral de los ancianos,
se habrá de orientar al establecimiento en ésta, de objetivos programáticos,
y operacionales, claramente definidos. Un consenso básico respecto a la
importancia de esta área, y una vez obtenida su aceptación global como un
nuevo campo de actividad en el sector social, es indispensable consolidar
esos logros estableciendo los acuerdos y concertaciones que en cada
situación nacional permitan concretar acciones e instaurar programas defi-
nidos que den expresión operativa a las políticas adoptadas.

En todas estas acciones está envuelto un alto grado de compromiso y


negociación política, que por su misma naturaleza tiene un componente
cultural muy específico de cada situación nacional. En razón de que los
componentes culturales en estas políticas públicas son críticos y usualmen-
te muy complejos, es indispensable propiciar el trabajo interdisciplinario de
quienes adoptan este tipo de decisiones sociales para que de esa acción
compartida,. surja una consideración efectiva de los valores, creencias,
aspiraciones, etc., con respecto a la tercera edad.

2. El marco conceptual

La tercera edad, es decir los ancianos, se ha señalado, es un grupo de


importancia creciente en las sociedades latinoamericanas. Hasta ahora, los
sistemas de salud y los servicios sociales para los ancianos, han sido
generalmente iniciativa, y un área de trabajo de organismos voluntarios,
cuyos lineamientos políticos y operacionales han sido eminentemente insti-
tucionales. El reconocimiento que hoy se hace de la multisectorialidad de
la salud indica que las definiciones de políticas de salud y de bienestar, que
atañen a este grupo etéreo, aunque con un grado importante de especifici-
dad, no pueden ser segregadas del resto de las políticas sociales por
una parte, ni del conjunto de las políticas de salud por la otra.

61
La adopción de políticas de atención integral de los ancianos debe
entonces partir de dos premisas fundamentales, que son igualmente
válidas para las acciones de salud dirigidas a otros grupos poblacionales.
En primer lugar, la salud no es solo bienestar físico o ausencia de
enfermedad. El concepto de salud implica además una situación de equilibrio
con el medio ambiente físico y social, y la capacidad de satisfacer necesida-
des sentidas y de realizar aspiraciones por una mejor calidad de vida. En
segundo lugar, y como consecuencia de lo anterior, las acciones de salud,
dirigidas a los individuos y grupos poblacionales, para ser efectivas,
requieren el concurso de diversos sectores de la sociedad.

Aunque a estos principios han adherido todos los países de la Región


en las definiciones conjuntas de política y estrategias para encauzar las
acciones de la Organización Panamericana de la Salud, en la práctica los
diversos programas y actividades nacionales se siguen orientando hacia una
localización casi exclusiva en la enfermedad y su prevención convencional.
Sin detrimento de acciones, que obviamente continuarán siendo necesarias,
las políticas de atención integral de los ancianos, deben sustentarse en una
conceptualización más amplia, y contar con un espectro de actuaciones
igualmente mayor, que considere apropiadamente lo intersectorial, dando
particular atención a los determinante? sociales del bienestar y la salud, en
especial a las relaciones de ésta con el ingreso adecuado, la integración
social, y el control sobre el medio ambiente y los factores de riesgo, físicos
y sociales.

Dentro de este enfoque es necesario comprometer la adopción de


políticas públicas, en los diversos sectores, en función del bienestar y la
salud de los individuos y los grupos de población. La salud de los ancianos,
al igual que la del resto de la población, sólo se podrá mantener y desarrollar
si se ejercen acciones apropiadas en vivienda, saneamiento del medio
ambiente, educación, recreación, etc. El reconocimiento de estas
relaciones ha dado lugar a los enfoques denominados como "políticas
saludables", o "políticas públicas en apoyo de la salud", que es necesario
promover y apoyar.

62
En función de su salud, los diferentes grupos de la sociedad deben
participar en el desarrollo de las condiciones físicas y sociales que la
beneficien, incluyendo el lograr equidad y justicia en el acceso a los
programas generales de desarrollo de la infraestructura, y a los servicios de
atención de la salud.

La condición social de los ancianos es el resultado de una vida que ha


transcurrido en un tiempo histórico y social determinado. Los objetivos de
las políticas para promover el bienestar de este grupo deben entonces,
incorporar un interés específico en el mantenimiento del ingreso,
particularmente de los más vulnerables, entre ellos las mujeres. Las políticas
de atención integral de los ancianos deben incluir igualmente claros objetivos
en materia de atención de necesidades básicas, y deben orientarse a
mantener la integración en la sociedad de los individuos que envejecen.
Todo esto implica que esas políticas deben estar estrechamente interre-
lacionadas con las políticas laborales y con la extensión y el desarrollo de
los programas básicos de la seguridad social.

En el terreno operativo es necesario evitar la marginación de los ancianos,


que se produce con frecuencia en virtud de orientaciones programáticas que
tienden a enfatizar su diferenciación y por consiguiente, su separación de
las corrientes vitales de la sociedad. En este sentido las políticas de atención
integral de los ancianos deben incorporar objetivos para lograr que ellos
puedan actuar como recursos positivos en la comunidad, para su propio
beneficio y el de otros miembros de la sociedad. La participación de los
ancianos en iniciativas y propuestas de desarrollo comunitario, y en la
organización de grupos de auto-ayuda, es usualmente muy útil para los
proyectos en sí, y también para estimular la auto-estima de los ancianos y
su sentido de permanencia y realización.

Los procesos degenerativos y las enfermedades que normalmente


afectan a los ancianos, comienzan temprano en la edad adulta, y en gran
medida son la resultante de los estilos de vida. Las intervenciones tendientes

63
a eliminar o disminuir los factores y situaciones de riesgo a que están
expuestos los ancianos, no son generalmente diferentes de las que se
requieren para otros grupos de la población adulta. Por tanto las actividades
de prevención dirigidas a este grupo, para que sean efectivas, habrán de
ser iniciadas y ejercidas desde 2, 3 ó 4 décadas antes de que se llegue
a la tercera edad. La verdadera prevención primaria, por otra parte, requiere
que los programas sean diseñados y estructurados para alcanzar a toda la
población, y no solamente a aquellos individuos que ya acusan síntomas,
o que están sometidos a elevados factores de riesgos.

Desde una perspectiva global, la utilización eficiente de los recursos


organizacionales, tecnológicos y f ísicos de los servicios de salud requiere una
planeación integral que debe considerar al conjunto de la población y no
solamente a determinados grupos poblacionales. Los servicios de salud
para la atención de los ancianos no pueden entonces, estar separados del
resto del sistema de salud.

Los componentes y avances tecnológicos, diagnósticos y terapéuticos


de los servicios de salud, en especial aquellos de alto costo, deben ser
accesibles a toda la población; y no son ni pueden destinarse para el uso
exclusivo de los ancianos, aunque ellos hagan una mayor utilización de los
mismos. Por lo tanto, el desarrollo de esos servicios y facilidades, y los
esquemas de organización respectivos deben responder a la consideración
de necesidades de toda la población y evitar duplicaciones, que implican
mayores costos en inversión y en funcionamiento. Sin embargo, es
necesario evitar caer en el extremo opuesto, es decir, que los requerimientos
específicos de los varios grupos de edad, ancianos o niños, puedan ser
subvalorados o ignorados, o que se les asigne una importancia secundaria
en la planificación y el desarrollo de los servicios de salud. La experiencia
indica que esas necesidades se pueden y deben ser consideradas apropia-
damente dentro de un análisis integral que sustente el establecimiento de los
programas, y mediante el diseño de facilidades que sirvan a la comunidad
como un todo, en los ámbitos nacionales, regionales y locales.

64
Finalmente, las acciones para reorientar los procesos de formulación
de políticas de atención integral de los ancianos deben considerar los
cambios en el contexto y las transformaciones institucionales, que están
ocurriendo en el sector social de los países. Es preciso tener en cuenta las
reformas de la seguridad social, y la reestructuración de los servicios de
salud, que están en proceso en las diversas situaciones nacionales. Las
soluciones y esquemas organizacionales que se planteen deben ser
compatibles con los modelos de desarrollo socioeconómico adoptados
por los países respectivos, y tomar en consideración implicaciones de esos
modelos para la salud de la población en general, y del grupo de la tercera
edad o sea los ancianos, en particular.

3. Los componentes estratégicos

En el marco político y conceptual planteado, la formulación de políticas


de atención integral de los ancianos, necesariamente debe incluir señala-
mientos y orientaciones estratégicas que contribuyan a focalizar las
acciones y a cimentar la aplicación de los postulados políticos.

La gama de los posibles enfoques estratégicos de las políticas de atención


integral de los ancianos puede ser muy amplia y variada según los diversos
ámbitos en que esas políticas deban ser aplicadas.

Es evidente que los enfoques y acciones de prevención de enfermedades,


la educación en salud, y los cambios en los hábitos y estilos de vida
(ejercicio, cambios de dieta, etc.) que se preconizan para fomentar la salud
en todas las edades, incluidos los ancianos, tienen efectos benéficos aún en
períodos de edad avanzada. De igual manera, los cambios de legislación,
y la colaboración de servicios especialmente intersectoriales (vivienda,
salud, trabajo social) y también de unidades jurisdiccionales (municipios,
provincias, etc.) pueden constituir enfoques estratégicos importantes y
productivos en la atención integral de la tercera edad según las
circunstancias de cada situación nacional o local.

65
No obstante, desde un punto de vista práctico, esos diversos enfoques
podrían aglutinarse alrededor de cuatro grandes áreas; a saber: la
promoción de la salud, las acciones intersectoriales en el marco de las
relaciones de salud y desarrollo, la reformulación de los programas de
seguridad social, y el desarrollo integral de servicios sociales y de salud.
Estos abordajes se consideran especialmente relevantes en la situación
actual de la región, y por lo tanto dan mérito para algunas consideraciones
adicionales en cada uno de ellos.

a. El enfoque central de promoción de salud

El reconocimiento hoy ampliamiento difundido, aunque no plenamente


incorporado en los servicios, de la influencia decisiva del medio ambiente
físico, la organización social, los estilos de vida y los patrones de
comportamiento en el estado de salud de los individuos y los grupos
sociales, señala claramente que proteger y atender la salud, incluida la de
los ancianos, no es solamente una cuestión de sanar y cuidar a los
enfermos. Se abren en esta forma enormes posibilidades de nuevas
intervenciones para mantener y desarrollar la salud de los dif erentes grupos
poblacionales. Toda vez que la mayoría de los ancianos son "funcionales",
mental y físicamente, esas nuevas intervenciones en función de su atención
integral y su salud deben centrarse prioritariamente en mejorar las
circunstancias socioeconómicas que los rodean, y en lograr, para ese
propósito, la movilización de otros sectores, así como en persuadir a los
políticos y a las autoridades que deciden sobre los recursos, de la
importancia y los beneficios de invertir en actividades que promuevan la
salud de las comunidades y en este caso, de los ancianos en particular.

Como hoy se concibe, la promoción de la salud es una estrategia


renovada para provocar cambios en actitudes, valores y estilos de vida, y
lograr un comportamiento más saludable de los individuos y la sociedad en
general. Esta estrategia incluye además la reorientación de la acción de los
servicios en función del mantenimiento y el desarrollo de la salud individual

66
y colectiva. Con ese nuevo enfoque, los aspectos conceptuales y operacio-
nales de la promoción de la salud están aún en desarrollo; no obstante, se
espera que sus componentes sean diferentes y de mayor alcance que las
aproximaciones tradicionales de educación para la salud que se utilizaron
antes para el fomento de la salud. El objetivo de estos nuevos enfoques es
promover y propiciar acciones que contribuyan a alcanzar los niveles más
altos posibles de salud. Con esa concepción, la promoción de la salud
incorpora tanto las acciones individuales como las de la sociedad para
lograr el estado deseado de salud, y es parte integral de la estrategia de
atención primaria para alcanzar "salud para todos en el año 2000" {7) .

Para incorporar estos nuevos enfoques de promoción de la salud y


convertirlos en elementos del comportamiento diario de los individuos y de
las comunidades, es necesario ejercer un fuerte liderazgo desde los
servicios de salud, e introducir cambios apropiados en su organización. Es
además indispensable hacer accesible la información necesaria a quienes
toman las decisiones y definen las políticas en los cuerpos gubernamentales
y legislativos.

"Una intervención exitosa a este respecto requiere que el mensa-


je sea relevante para el interés de quienes definen la política; que
sea presentado por los canales que consideran confiables, y en
términos que ellos lo entiendan plenamente".

En este contexto, la promoción de la salud de los ancianos debe ser parte


de un movimiento general para mejorar las decisiones de política que atañen
tanto al estado de salud como a la atención de la misma a través de los
servicios. Esas definiciones de política deben orientarse además hacia
aquellas áreas o aspectos que son específicos para los grupos de la
población en proceso de envejecimiento.

(7) World Health Organization: Health Promo on: A call for Action. 1986.

67
b. Las relaciones salud y desarrollo, y el enfoque intersectorial.

Aunque se reconoce la influencia de factores y características del medio


ambiente físico y social en la salud, en la práctica se ha avanzado muy poco
para formalizar las relaciones intersectoriales con respecto a ésta. Las
formulaciones, "desarrollo y salud" o "salud y desarrollo", han sido apenas
un poco más que un "slogan" invocado desde hace varias décadas, pero sin
que se hayan logrado manifestaciones concretas a este respecto en los
procesos de planificación y en los planes de inversión de los países. A pesar
de que se aceptan las implicaciones del desarrollo en la salud, solo se podrían
citar muy pocos ejemplos en la región, de procesos de planificación del
desarrollo en los cuales la salud de los habitantes rurales y urbanos, haya
sido una consideración básica en el diseño de programas, por ejemplo de
agricultura, desarrollo industrial, transporte y comunicaciones, o educación.
El establecimiento de un enlace apropiado entre el mantenimiento de un
buen estado de salud de la población, y los planes de desarrollo, con pleno
reconocimiento de las implicaciones que éstos tienen en la primera, hace
necesario conceptualizar y aplicar un bien definido enfoque colaborativo que
conduzca a un desarrollo integral.

Este debe ser un proceso de doble vía: por una parte las instituciones de
atención de salud deben proveer información, y ayudar a los otros sectores
a identificar y a analizar implicaciones de sus respectivas actividades
productivas sobre la situación de salud de la población. Estos otros sectores
a su vez deberán adoptar "políticas saludables", es decir que promuevan
la salud, y realizar sus programas con una preocupación constante de los
efectos sobre la salud.

Existen posibilidades de muchas formas directas e indirectas, mediante


las cuales las instituciones de atención de la salud pueden colaborar o influir
en la acción de otros sectores tanto sociales como productivos, para obtener
esas "políticas saludables" y mejorar a través de éstas la salud y la atención
de salud de los ancianos. Sin embargo, para alcanzar esos propósitos será

68
necesario identificar la verdadera naturaleza de las relaciones intersectoria-
les, y tomar éstas apropiadamente en consideración al definir las acciones
correspondientes. El objetivo central debe ser el establecimiento y desarrollo
de una verdadera "Cultura de la Salud" la cual debe ser el enfoque que
lideree las definiciones de política y las actividades intersectoriales. En este
sentido, serán especialmente relevantes las acciones concertadas para la
definición y aplicación de las políticas de trabajo y empleo, y su relación
con los programas de retiro y jubilación de la seguridad social. Esa
coordinación o concertación será fundamental para asegurar a los ancianos
un ingreso apropiado, así como para mantener a éstos activos en cuanto
sea posible, y estimular su orgullo y autoestima como miembros útiles de
la sociedad.

La colaboración entre sectores con respecto a la salud debe tener lugar


en varios niveles de la gestión pública. Una vez que en los organismos de
cúpula se haya establecido el marco general de la acción intersectorial, y se
hayan definido los lineamientos de "Políticas Saludables", así como las
bases de los programas respectivos, será necesario actuar en la unidades
periféricas que ejecutarán esas decisiones. En los estados, departamentos,
provincias, y principalmente en los ámbitos locales, distritos y municipali-
dades, se deben lograr los enlaces y la coordinación necesarios para hacer
realmente "saludables" esas actividades de desarrollo. Es a este nivel
operacional donde las acciones intersectoriales serán beneficiosas en
relación con los ancianos. El desarrollo de los sistemas locales de salud,
con sus características específicas en cada comunidad, constituyen un
microescenario natural, donde se deben concentrar esfuerzos para obtener
mejores condiciones de vida y de salud para los individuos en proceso de
envejecimiento.

c. Reformulación de los sistemas de seguridad social

Los sistemas de seguridad social, en los países de América Latina, como


se mencionó anteriormente, en teoría al menos, cubren aproximadamente

69
un 60% de la población total. Dadas sus características, los beneficios
que otorgan estos sistemas dejan grandes vacíos de protección social, los
cuales afectan de manera directa a los grupos de ancianos. Para asegurar
la protección social apropiada de las personas en proceso de envejecimiento,
es indispensable lograr la universalización de la cobertura de estos esque-
mas de seguridad social. Las contingencias que afectan primordialmente
a los ancianos son por una parte la disminución del ingreso, y por la otra los
problemas de salud. Es entonces en estas dos áreas en donde se requieren
acciones específicas de la seguridad social en beneficio de los grupos de
ancianos.

Las instituciones que manejan estos programas se vieron seriamente


afectadas por la crisis de los años ochenta, y luego por los procesos de ajuste
de las economías, que hicieron mucho más profundos los problemas
estructurales que ya existían. No obstante, estas instituciones y sus
programas tienen todavía un gran potencial para contribuir a neutralizar
o disminuir el impacto en la población de las reformas y de las
reestructuraciones económicas. La seguridad social puede ayudar a
resolver problemas y vacíos de equidad y justicia social que en las
circunstancias actuales tienden a hacerse más profundas. Varios países
así lo han entendido, y están utilizando estas posibilidades de la seguridad
social en programas innovadores que benefician a sectores de bajos
recursos de la población. Entre las iniciativas específicas cabe destacar el
programa de solidaridad social del Instituto Mexicano del Seguro Social; la
coordinación de servicios a nivel local en Villanueva, Honduras, y la
extensión de beneficios a los trabajadores rurales y sus familiares en
Escuintla, Guatemala. En el mismo sentido se pueden mencionar las
orientaciones de las reformas de seguridad social que están ocurriendo en
diversos países; el grupo andino por ejemplo.

La extensión de cobertura a través del seguro social requiere, sin


embargo, algunas transformaciones y ajustes en los modelos de prestación
de servicios que utilizan esas instituciones y en los mecanismos de

70
financiamiento de los programas. La universalización de la cobertura,
particularmente a los ancianos, a través de los programas de los seguros
sociales existentes, sólo será posible si los gobiernos mejoran sus contribu-
ciones a esas entidades transformando esos esquemas en verdaderos
programas nacionales de seguridad social.

En varios países se han iniciado procesos de reforma de los seguros


sociales, y seguramente otros países seguirán ese ejemplo en el futuro
cercano. El gran peligro, sin embargo, surge de los intentos de privatización
de la seguridad social que están siendo propiciados y promovidos en los
países, dentro de los esquemas neoliberales que están actualmente en boga
en el continente. La extensión de cobertura de la protección social no tiene
que ser en todos los programas al mismo tiempo. Esta extensión puede
hacerse por etapas, empezando por ejemplo por la atención de salud, y
luego en el mantenimiento del ingreso. Más adelante se podría aplicar la
protección social en áreas de vivienda, educación, recreación, etc. La
extensión de la seguridad social para proteger a los ancianos, debe dar
especial atención a la situación de éstos en el sector informal. Estudios y
análisis realizados en varios países muestran que una alta proporción de los
jefes de familia por encima de los 60 años, son trabajadores independientes,
y por pertenecer a ese sector informal de la economía carecen de toda
protección por parte de los seguros sociales. De igual manera, la situación
de los ancianos en las áreas rurales, que hasta ahora han estado casi
abandonados, merece especial consideración.

d. Desarrollo integral de servicios de salud y servicios sociales.

Los servicios de salud para la atención de los ancianos, son parte de


los sistemas de salud de los países, y deben desarrollarse dentro de ese
marco de referencia. Se ha señalado ya la necesidad de enfatizar las
acciones de promoción de la salud, respondiendo a nuevos y más atractivos
enfoques. Se ha indicado igualmente, la importancia de coordinar,

71
particularmente en los ámbitos locales, el desarrollo de los servicios sociales
con los de salud. Este es un requerimiento básico para una atención de
buena calidad a los ancianos. Además de estos aspectos, ya mencionados,
es importante insistir en algunos otros de orden general, que deben ser
considerados en la definición de políticas públicas, para lograr un desarrollo
armónico de los servicios que beneficiará a los ancianos, y también a los otros
grupos poblacionales.

Se destacan así:

La importancia de entender la naturaleza multi-institucional y pluralística


de los servicios de salud, y por lo tanto la necesidad de fortalecer los
mecanismos y formas de interrelación de esas instituciones.

En el pasado se ha dado gran atención a los aspectos estructurales de


los sistemas de salud. En las circunstancias actuales es imperativo
centrar el interés en los componentes funcionales de los sistemas de
salud, entre los cuales se destacan, el financiamiento de los servicios,
los procesos de regulación, los métodos de contratación, los análisis de
costos, los modelos de atención, etcétera.

Los procesos de descentralización de la administración pública, y las


oportunidades que éstos ofrecen para el desarrollo de microsistemas
locales de salud, en los cuales se favorece extraordinariamente las
posibilidades de atención de los ancianos. Esos escenarios locales, son
el. ámbito natural para la participación de la población, incluidos los
ancianos, en el conocimiento de sus propias necesidades y en la solución
de sus problemas. De igual manera en esos escenarios locales, se
deberán realizar las acciones intersectoriales en función de la salud de
los ancianos, y se facilitará la coordinación de los recursos públicos y
privados para el mismo propósito.

La necesidad de definiciones de política pública en materia de seguros

72
privados y sus responsabilidades en la atención de los ancianos no
admite dilaciones. En términos generales, una causa fundamental de la
falta de cobertura de atención de salud en América Latina es la
inaccesibilidad financiera a los servicios. Con las tendencias de privatiza-
ción existentes, esos problemas de accesibilidad se tornan más críticos,
en particular para los ancianos, que son usualmente excluidos o no
aceptados en los esquemas de pre-pago y otras modalidades de seguros
privados. La elevación de las proporciones de población que viven en la
pobreza han contribuido a agravar esas situaciones.

En los próximos años, o décadas, en la mayoría de los países de América


Latina, el financiamiento de los servicios de salud será mixto, con
participación de fondos públicos, seguridad social, y recursos privados.
Un aspecto crucial en este sentido es la adopción de políticas públicas
que definan la función y el alcance de la actividad privada en esos
esquemas mixtos, para que ellos contribuyan realmente a la solución de
los problemas de cobertura, y no se conviertan en elementos de distorsión
de los objetivos del sistema.

Finalmente, la importancia del replanteamiento de modelos de atención,


tanto en los estratos iniciales de la prestación de servicios como en la
atención hospitalaria especializada, el estímulo a la competitividad entre
esos diferentes esquemas, y la efectividad con que se ejecuten las
acciones correspondientes.

G. LOS PROGRAMAS Y SERVICIOS ESPECIFICOS PARA LA ATENCION


INTEGRAL DE LOS ANCIANOS

Dos aspectos se plantean aquí:

1. La acción de las familias y los grupos comunitarios

73
Muchas de las posibilidades estratégicas para la aplicación de políticas
de salud de los ancianos giran alrededor de acciones de la familia y de los
grupos comunitarios. La familia en particular, es una fuente primordial de
apoyo emocional y social, y aún económico para sus miembros de edad
avanzada. En los años recientes, sin embargo, en publicaciones de diversas
entidades se plantean frecuentemente percepciones que tratan de idealizar
la familia del pasado, o lafamilia de las sociedades "no modernizadas". Estas
son obviamente interpretaciones equivocadas, un tanto nostálgicas, y por
supuesto desusadas, que fallan en reconocer que la organización de la
familia y de la vida familiar son dinámicas y han cambiado por influencia de
factores demográficos, y en respuesta a modificaciones e imperativos del
contexto social y económico de los países. Esto no significa que la familia con
sus características actuales haya perdido la capacidad de apoyar a sus
miembros ancianos. Esta se mantiene incluso cuando ellos viven separa-
damente. En consecuencia, las políticas de salud de los ancianos que
incorporan, acertadamente el fortalecimiento de la familia como uno de sus
componentes estratégicos, deben evitar la trampa de promover esquemas
semi-actualizados de lo que se considera fue la familia en el pasado. No se
trata de rescatar o actualizar interpretaciones míticas sino de desarrollar
innovativamente el potencial de apoyo emocional y de otros órdenes que
tiene la familia de hoy para sus miembros de edad avanzada.

De manera similar, diversas formas de organización de grupos


comunitarios, incluyendo grupos de auto-cuidado de los ancianos, cumplen
funciones importantes en relación con este segmento poblacional. Tales
organizaciones, al igual que aquellas que permiten a los ancianos hacer
presencia política, deben ser estimuladas y apoyadas.

2. Areas de servicios para la atención de los ancianos.

En el marco de los planteamientos anteriores, y con la debida


consideración de las circunstancias nacionales y locales, las políticas de

74
salud integral de los ancianos, deberán propiciar el desarrollo apropiado de
actividades y servicios sociales y de salud en las siguientes áreas:

a. En relación con la atención de salud:

- Promoción de la salud y educación.


- Atención médica general y atención hospitalaria incluida, la
accesibilidad a servicios terciarios de alta tecnología.
- Atención domiciliaria.

b. En relación con el mantenimiento del ingreso, el empleo y la educación:

Pensiones de retiro y otros programas de seguridad social.


Programas de educación y entrenamiento para el empleo.
Educación para el resto de la población respecto a los ancianos.

c. En relación con vivienda y servicios residenciales:

- Facilidades de habitación y residencia.


Reparación y mantenimiento a domicilio de equipos.
- Centros diurnos de atención.

d. Servicios de apoyo.

- Consejería y asistencia legal.


- Visitas y programas de asistencia domiciliaria.
- Asistencia directa a los familiares.

e. Servicios de nutrición.

- Educación nutricional.
- Entrega de nutrientes básicos.

75
f. Coordinación efectiva de los servicios sociales y de salud en los ámbitos
locales para responder integralmente a necesidades sociales de los
ancianos.

H. COMENTARIOS FINALES - UNA AGENDA PARA EL RESTO DE LA


DECADA DE LOS AÑOS NOVENTA

En la situación de dificultades económicas y financieras que enfrentan


los países de América Latina y el Caribe, es dudoso que se pueda desde un
comienzo apropiar recursos para sustentar la amplia gama de políticas
necesarias para satisfacer el total de necesidades de los ancianos. En estas
condiciones, con una visión práctica, se deben reconocer aquellas acciones
selectivas que puedan lograr un mayor impacto en el futuro inmediato, el
cual se extenderá por los años restantes de la presente década. Para este
período se sugiere considerar la definición selectiva de políticas públicas y
la realización de actividades, dentro de las siguientes cuatro áreas, y según
sea la situación nacional correspondiente:

1. Investigación y desarrollo del conocimiento.

a. Mejorar cuantitativa y cualitativamente el conocimiento y la compren-


sión de la situación de los ancianos. Investigación en aspectos críticos
orientada a definición de políticas.

b. Revisión y redefinición de los conceptos de ancianidad y de anciano


en el contexto social actual, reconociendo los factores de heterogenei-
dad en este grupo.

c. Conceptualización de las estrategias de promoción de salud


apropiadas para aplicación en los medios de América Latina y el Caribe.

76
d. Búsqueda y diseño de indicadores de calidad de vida, útiles para
sensibilizar a las autoridades y a los estamentos políticos en las
decisiones de política respecto a los ancianos.

2. Desarrollo estratégico de recursos humanos, incluyendo la creación


y orientación de grupos comunitarios y de auto-cuidado.

a. Educación de la población y de profesionales de diferentes disciplinas


en relación con la situación de los ancianos.

b. Sensibilización de entidades y personas en niveles decisorios respecto


a aspectos críticos relacionados con el bienestar de los ancianos.

c. Promoción y apoyo a la formación de grupos de ancianos con


capacidad de presencia política que presionen por aspectos y
decisiones que son de su interés.

d. Redefinición del rol de las mujeres, y del movimiento de mujeres, como


grupos de presión, en relación a los ancianos.

3. Reformulación y desarrollo de los sistemas de seguridad social y de salud.

a. Desarrollo de nuevos enfoques y esquemas organizacionales para


mejorar las políticas actuales y su aplicación en esta área.

b. Reconceptualización de los sistemas de salud, en función de los


objetivos de equidad, cobertura universal, y eficiencia; yen relación con
los procesos de descentralización, promoción y participación social.

c. Redefinición de roles y funciones institucionales en el sector público,


en relación con la organización general del sistema de salud, y la
atención de los ancianos en particular. Incluye la definición de

77
responsabilidades de los gobiernos centrales, regionales y locales, de
los ministerios de salud, de las entidades de seguridad social y de las
organizaciones no gubernamentales.

d. Desarrollo de nuevas formas definanciación y canalización de recursos


para la atención de salud de los ancianos, en el conjunto del sistema
de salud.

4. Mejoramiento del liderazgo y desarrollo de la cooperación técnica en el


área de salud de los ancianos.

a. Fortalecimiento de los procesos de formulación de políticas de salud y


conducción del sector público en este campo, y desarrollo de interre-
laciones con otros sectores relevantes.

b. Presentación de propuestas a los organismos de cooperación incluida


OPS/OMS, para promoción de estas nuevas áreas; movilización
de recursos técnicos y financieros hacia las mismas; y estímulo a las
inversiones orientadas a mejorar la calidad de vida de los ancianos.

La recopilación de estas sugerencias de campos o aspectos de interés


a ser considerados en la formulación de políticas de salud integral de los
ancianos no implica, como se señaló al comienzo de la sección, que se
deban acometer acciones en todas ellas. Por el contrario se trata más bien
de seleccionar dentro de este espectro aquellos aspectos que en cada
situación sean más relevantes y abordar prioritariamente su desarrollo. Es
fundamental, sin embargo, el reconocimiento de la necesidad de estimular
acciones definidas en beneficio de la salud de los ancianos, cuya atención por
mucho tiempo, ha estado relegada.

78
TABLA No. 1

PAISES LATINOAMERICANOS SELECCIONADOS


POBLACION DE 60 AÑOS Y MAS (EN MILES)
1980 A 2025

TASA DE
1980 CRECIMIENTO 2025
PAIS 1985-1990

No. POBLACION DE No.


%
(miles) 60 Y MAS AÑOS (miles)

ARGENTINA 3.437 2,18 6.818 15,76


BRASIL 7.464 3,47 31.816 13,78
CHILE 899 256 3.038 15 92
COLOMBIA 1 433 3_00 6_506 12,77
COSTA RICA 124 4,16 683 14 37
CUBA 1 016 1.99 2.752 20.27
REP DOMINICANA 260 4 28 1 515 13 16
mExIcC) 1599 3+43 117-51212,49___
PANAMÁ 122 216 520 14,18
PFRIJ 925 3.21 416_7 11 45
URUGUAY 432 1,70 685 17,43
VENEZUELA 698 4,09 4.494 11,46

Fuente: The World Aging Situation: Strategies and Polioles. U.N., New York, 1985.

79
TABLA No. 2

PAISES DEL CARIBE


PROPORCIONES DE POBLACION DE 60 AÑOS Y MAS
1980 - 2025

PAIS 1980 % 2025

BARBADOS 33 12,50 82 21,52


GUADALUPE 31 9,42 87 21,06
GUYANA 52 5,88 256 15,80
HAITI 323 5,56 1.025 5,59
JAMAICA 192 8,77 5,51 14,63
PUERTO RICO 326 8,87 1.321 20,43
TRINIDAD &
TOBAGO 88 7,53 358 20.01
W. IND. W. e) 30 7,33 96 12,92
OTROS PAISES 61 7,57 224 14,70
DEL CARIBE (**)

Fuente: The World Aging Situation: Strategies and Polioles. U.N. New York, 1985.

(1 Dominica, Grenada, St. Lucia, St. Vincent.


(**) Anguilla, Antigua & Barbuda, Bahamas, British Virgin Islands, Cayman Islands, Montserrat,
Netherland Antille, St. Cristopher, Turks and C. Islands and V.S. Virgin Islands.

80
TABLA No. 3

SISTEMAS DE SEGURIDAD SOCIAL - AMERICA LATINA


SEGUN: PERIODO APARICION
GRADO DE DESARROLLO (MADURACION)

Categoría Periodo Cobertura Costo Carga Mayor


aparición % % %
Población P81 Salarial Gasto

Pioneros. Pensiones
Arg-Bra-Cub 1920-30 61-100 6-15 25-56 44-79%
Chi-U ru-Cor

Jrnensieriiosi
Bol-Col-Ecu Salud
Mex-Pan-Par 1940-50 20-60 2-5 16-24 60-80%
Per-Ven

Tardíos: Salud
Els-Gua-Hai 1970-50 4-20 0.5-2 11-18 80%
Hon-Nic-Red

Fuente: Mesa-Lago, C. Estudios varios 1984-1990.

81
TABLA No. 4

SEGURIDAD SOCIAL EN AMERICA LATINA


COBERTURA Y EDAD DE RETIRO
CONO SUR Y PAISES DEL AREA ANDINA - 1990

País Cobertura Cobertura Edad de Promedio expectativa


% del total por pensio- retiro de vida a la edad
de la nes % de retiro
población población H-M H-M
1987-90 trabajadora
(2)(1) (2)(2) (3) (4)

PAISES DEL CONO SUR


Argentina 74,0 69 60-55 16,2 - 24,2
Brasil 89,0 96 65-60 14,2 - 18,3
Uruguay 73,0 81 65-55 16,2 - 24,1
Paraguay - 14 60-60 19,2 - 21,7
Chile 70,0 62 65-60 13,2 - 19,4

PAISES DEL AREA ANDINA


Bolivia 18,5 18 55-50 17,2 - 22,2
Colombia 21,0 22 ' 60-55 15,6 - 21,4
Ecuador 11,1 23 I 55-55 20,2 - 21,2
Perú 21,0 37 60-55 15,2 - 20,7
Venezuela 50,0 50 60-55 16,9 - 23,5

Fuentes:
(1) Columna 1: Mesa-Lago, C: Financiamiento de la Atención de Salud en América Latina y
el Caribe. Instituto Desarrollo Económico Banco Mundial, Washington D.C., 1990.
(2) Columnas 2, 3, 4: Mc. Greevy, William: Social Security in Latin America, lssues and Options
for the World Bank, Discussion . Paper 110, Washington D.C., 1990.

82
TABLA No. 5

SEGURIDAD SOCIAL EN AMERICA LATINA


COBERTURA Y EDAD DE RETIRO
MEXICO, AMERICA CENTRAL Y CARIBE LATINO, 1990

País Cobertura Cobertura Edad de Promedio


o/ del total por retiro expectativa
de la pensiones de vida a la edad retiro
población % de
1987-90 población 1-1- M H-M
trabajadora
(1)(1) (2)(2) (3) (4)

México 58(84) 42 65-65 14,4 - 15,7


PAISES DE AMERICA CENTRAL
Costa Rica 85,0 68 65-60 16,2 - 24,2
El Salvador 12,1(83) 12 65-65 14,2 - 18,3
Guatemala 13,0 33 65-60 16,2 - 24,1
Honduras 10,3(84) 13 60-55 19,2 - 21,7
Nicaragua 37,5(*) 19 60-55
Nicaragua 46,0 46 60-60 13,2 - 21,4

PAISES DEL CARIBE LATINO


Cuba - 93 60-55 17,2 - 22,2
Dominicana 5,9(*) 14 60-60 15,6 - 21,4
Haiti 2 55-55 20,2 - 21,2

FUENTES:
(1) Columna 1: Mesa -Lago, C: Financiamiento de la Atención de la Salud en América Latina
y el Caribe. Instituto Desarrollo Económico. Banco Mundial, Washington D.C., 1990.
(2)Columnas 2, 3, 4: Mc. Greevy, William: Social Security in Latin America, lssues and Options
for the World Bank: Discussion Pa per 110, Washington D.C., 1990.
(*) O PS/OMS

83
TABLA No. 6

POBLACION CUBIERTA, GASTO TOTAL Y GASTO EN SALUD


INSTITUCIONES DE SEGURIDAD SOCIAL DE
PAISES SELECCIONADOS DE AMERICA LATINA

Pob. Cubierta Gasto total Gasto en salud


% del total % del PIB % gasto total
1980 1980 1983

G rupo Andino:
Bolivia 25 3 40,9
Colombia 12 4 62,9
Ecuador 8 3 16,9
Perú 17 3 58,7
Venezuela 45 3 65,8
Brasil 96 5 33,7

Cono Sur
Argentina 79 10 27,1
Paraguay 18 2 -
Uruguay 69 11 8,8

Centro América:
Costa Rica 78 9 68,6
El Salvador 6 2 75,8
Guatemala 14 2 42,6
Honduras 7 3 91,3
Panamá 50 3 54,5
México 53 3 67,0

Caribe I atino'
República Dominicana 8 2 73,1

Fuente: Mesa - Lago C.: Economic and Financial Aspects of Social Security in Latin America
and the Caribbean, Tendencies, Problems and Alternativas for the year 2.000. May 1990.

84
V. LAS POLITICAS DEL INSTITUTO MEXICANO DEL
SEGURO SOCIAL RELACIONADAS
CON LA TERCERA EDAD

Lic. Francisco Márquez


Titular de la Unidad de Atención a Pensionados
Instituto Mexicano del Seguro Social

El Instituto Mexicano del Seguro Social, en su carácter de elemento


sustantivo de política social, a través de su historia ha contribuido a
solucionar las necesidades de la población, a combatir la pobreza, a
proteger y asegurar los medios esenciales de vida y a garantizar la paz social
en nuestro país.

A lo largo de su evolución se ha esforzado por equilibrar la suficiencia


de las prestaciones en servicios médicos, sociales y en dinero que brinda a
la población asegurada, haciendo realidad los principios que hace 50 años
le dieron origen.

La cobertura amplia de la seguridad social va desde antes del nacimiento


hasta después de la muerte, y otorga seguridad y protección en la
incapacidad por enfermedad, riesgos de trabajo, invalidez, orfandad,
cesación del trabajo por edad avanzada y muerte. Los beneficiarios de estas
contingencias adquieren la calidad de pensionados.

Entre los mexicanos el derecho a la pensión o la jubilación ha formado


parte de la historia, aún remota, y de la lucha de los trabajadores, aún desde
antes del nacimiento de la seguridad social en 1943. Los gremios petrolero
y ferrocarrilero son un buen ejemplo.

85
Para comprender con cabalidad la evolución y condición actual del sector
social representado por los pensionados, es necesario aceptar que los
fenómenos demográficos, económicos, culturales y sociales son elementos
que interactúan y se corresponden en relaciones causa efecto recíprocos.

De esta manera se explica que el aumento en la esperanza de vida se


haya superado en casi 30 años en las últimas cinco décadas, que las tasas
de mortalidad sean hoy la mitad de hace 30 años, que el número de
asegurados y beneficiarios de la seguridad social sea más de la mitad de
la población y que la cantidad de pensionados se duplique cada 8 años.

En 1993, la institución proporcionó servicios a más de 1 millón 300 mil


pensionados; comparado con el universo nacional de personas de la tercera
edad, la cobertura es de una tercera parte, sin considerar al 1 millón 100
familiares de los pensionados, y la población senescente que por solidaridad
recibe servicios.

En este orden de ideas, el proceso natural de envejecimiento relativo


de la población y la situación socioeconómica que priva entre los pensio-
nados, plantean a la seguridad social, hoy en día, retos y problemas de muy
diferente índole. En respuesta, el Instituto Mexicano del Seguro Social ha
definido políticas, programas y acciones rectoras para otorgar una atención
integral a los pensionados. Esta no se plantea sólo como compromiso
institucional explícito, sino como deber moral de la seguridad social y que
debiera ser compartido por todos los mexicanos.

Los logros que se han alcanzado de un año a la fecha, no son del todo
satisfactorios. Se considera que se ha avanzado, y en esta marcha los
aspectos de prevención, fomento, conservación y restauración de la salud
están cobrando auge con la aplicación de una gama de acciones contenidas
en el "programa de atención a la salud para pensionados", recientemente
implantado a nivel nacional.

86
Es conocido, que las enfermedades producidas por el envejecimiento
o accidentes, traen consigo minusvalías diversas que producen, en las
personas que las sufren, sentimientos de inseguridad y segregación social
y productiva. Por ello, a partir de un diagnóstico de salud específico del grupo
que se atiende y del control a través de una cartilla, se implantan acciones
a fin de prevenir y, en su caso, incidir en las enfermedades y padecimientos
crónico degenerativos.

Tenemos que reconocer la carencia de recursos humanos en geriatría


y gerontología. No obstante la complejidad que reviste su formación, se ha
iniciado, en coordinación con otras instituciones públicas y privadas, la
organización de simposia en estas ramas; se aspira con este tipo de eventos,
crear conciencia entre los diversos sectores que otorgan servicios a
población senecta, de lo apremiante que resulta la preparación de profesio-
nistas en esta rama y a sentar las bases que impulsen y promuevan el
desarrollo de investigaciones que permitan conocer la etiología de las
enfermedades propias de la vejez, su detección oportuna, tratamiento
adecuado y divulgación de los avances en esas materias: geriatría y
gerontología.

Por otra parte es incuestionable que este grupo se haya segregado por
diferentes factores de índole cultural; por una parte la sociedad, e incluso
la propia familia, lo margina en forma afectiva o violenta, y por otra
difícilmente comprende los cambios f ísicos y psicológicos propios del mismo
proceso, ocasionándole inestabilidad emocional y sentimientos de
autodestrucción, que lo sitúan frente a un futuro desalentador.

Ante esta situación se ha diseñado una campaña, que en breve se pondrá


en marcha bajo el lema "caminos por andar". Con ella se pretende, a través
de diversos medios impresos con mensajes de orientación y sensibilización,
enaltecer a los pensionados y personas de la tercera edad, al igual que
elevar su nivel de autoestima, rescatar, cultivar y transmitir a las actuales
y nuevas generaciones los grandes valores y conceptos que atañen a la
vejez.

87
Otro de los propósitos que se han trazado para ampliar la cobertura de
atención a pensionados es la creación de "centros de día". Estos espacios
se han concebido en instalaciones de los centros de seguridad social;
funcionan en el turno matutino bajo un esquema de actividades que
responden en gran medida a cubrir necesidades, expectativas y peculiari-
dades propias de los grupos que asisten y participan activamente en esos
centros.

Los programas que se desarrollan en esos espacios donde convergen los


pensionados tienden a fomentar la salud, propiciar la ocupación del tiempo
libre, fomentar la convivencia familiar, cultivar y en su caso desarrollar el
gusto por las bellas artes, música, danza, teatro, poesía, literatura, entre
otras, cobran vigencia en su persona. La activación física acorde a su
condición, diariamente se promueve; las actividades recreativas y sociales,
así como los juegos de mesa, están incluidos en el menú de opciones para
ser elegidas por ellos. Conferencias, pláticas y cursos sobre diversos tópicos
se organizan con periodicidad para mejorar su salud y apoyar la economía
familiar. En síntesis, a través de la aplicación de estos y otros programas,
se busca un mayor bienestar de esta población mediante su participación
directa, de la integración social y familiar y fomentar su autocuidado y su
independencia. A nivel nacional están funcionando 46 centros de día.

Es insoslayable que los problemas económicos que afectan a la


población pensionada son vigentes, analizar su nivel de vida actual nos
lleva a confirmar su situación desfavorable. Del global de personas de edad
mayor sólo una parte está protegida por los beneficios de la seguridad social.
En calidad de pensionados el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales
para los Trabajadores del Estado proporcionan a 2000 aproximadamente,
el Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas de México atiende
a cerca de 50 mil y el Instituto Mexicano del Seguro Social a 1 millón 300
mil pensionados. De lo anterior se desprende que de los 5 millones de
personas de más de 60 años, el 31% reciben las prestaciones económicas
derivadas de una pensión.

88
A estas desigualdades se suman las escasas oportunidades que tienen
para ingresar a la actividad productiva para mejorar su economía.

Este fenómeno no es de extrañarnos si se está consciente que vivimos


en una sociedad predominantemente mercantilista, que ha desvalorizado la
experiencia de los viejos y da preferencia a la población joven.

Por lo que compete al Instituto Mexicano del Seguro Social, las


prestaciones económicas que por ley se otorga a los pensionados han
sufrido reformas y adiciones, por lo extenso y complejo del tema, citaré las
modificaciones a partir de 1991. En ese año la cuantía de la pensión se
incrementó en un 10% al pasar del 70 al 80% del salario mínimo general para
el D.F.

En 1992, el Poder Legislativo aprobó de nueva cuenta un incremento del


10%, pasando del 80 al 90% del salario mínimo general; este porcentaje se
dispuso pagar en dos exhibiciones: 5% a partir de junio de ese mismo año
y el otro 5% se aumentó en enero del presente año. Conviene enfatizar
que estos incrementos son independientes de los que se deriven por
modificación a los salarios mínimos, el sistema actual de pensiones tiene
la característica de ser dinámico. Otros logros se traducen en la reducción
del tiempo de espera, 6 a 3 meses, para el otorgamiento de préstamos con
cargo a la pensión así como la regularización de pensiones de asegurados
provenientes del campo.

En la forma de pago, el sistema se ha modernizado y se realizan ajustes


para prestar este servicio con mayor eficiencia.

En el afán de aplicar nuevas fórmulas que apoyen al ingreso económico


de los pensionados se ha logrado en algunos estados de la República, el
otorgamiento de descuentos en el pago de servicios de predial y agua, en
tiendas comerciales y transporte público; también se promueve la dotación
de despensa.

89
El reingreso a la vida productiva de los pensionados que así lo deseen
es una acción, que si bien en forma limitada, se viene impulsando con la
formación de grupos de suministro para operar las cafeterías de los centros
de seguridad social y teatros, igualmente se apoya la organización de
cooperativas y venta de productos que ellos fabrican. Se les da preferencia
para que realicen actividades de jardinería, mantenimiento, vigilancia y
administrativas.

En el fortalecimiento de estas tareas, el Instituto Mexicano del Seguro


Social, promueve la participación de los sectores público, privado y social.-

El otro se refiere a la creación de un centro nacional geriátrico y geronto-


lógico. La concepción de este proyecto obedece entre otras causas, a la
ausencia de investigaciones en ambas ramas y por ende a la carencia de
directrices generales que definan los programas y acciones a observar por
las instituciones para atender a personas de edad mayor.

El tercero contempla la creación de casas para pensionados; su


funcionamiento será similar al de los centros de día y el esquema de
financiamiento y operación será a través de la concertación de diversos
factores.

La participación de organizaciones de pensionados y jubilados, en accio-


nes propositivas que den respuesta a sus demandas de bienestar, enriquece
el quehacer institucional, de ahí que el funcionamiento de la Comisión
Nacional Mixta entre el Instituto Mexicano del Seguro Socialy el Movimiento
Unificador Nacional de Jubilados y Pensionados, instancia creada en 1991,
ha permitido reorientar la estructura programática y funcional.

La tarea que en este sentido se viene realizando amplía sus beneficios


a través de la conformación de comisiones mixtas delegacionales y locales,
que han hecho posible que los planteamientos y problemas tengan resolu-
ción en el lugar que se presentan, con ello la desconcentración adquiere

90
mayor vigencia y se enriquece el sentido social y humano de los programas
de modernización.

En este contexto, el Instituto Mexicano del Seguro Social y sus directivos,


comprometidos con este sector de la población, dan un enfoque integral y
universal a su quehacer en las prestaciones médicas, económicas y sociales.

La búsqueda por encontrar nuevas fórmulas de atención para este sector


social no ha terminado, el camino por recorrer es interminable y requiere de
la suma de voluntades, recursos y capacidades de toda la sociedad.

91
VI. PROGRAMAS Y EXPERIENCIAS PARA
LA TERCERA EDAD

SISTEMA NACIONAL PARA EL DESARROLLO


INTEGRAL DE LA FAMILIA

Dra. Sadot de la Cruz Vera


Directora de Rehabilitación y Asistencia Social.
Sistema Nacional para el
Desarrollo Integral de la Familia

A. INTRODUCCION

El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) es un


organismo público descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio
propios y tiene como objetivos, entre otros, la promoción de la asistencia
social, la prestación de servicios en ese campo y la promoción de la
interrelación sistemática de acciones que en la materia lleven a cabo las
instituciones públicas.

Asimismo es una de las cuatro instituciones públicas que conforman el


Sistema Nacional de Salud de México. Como tal, es responsable de uno de
los ocho programas de acción denominado programa para el impulso de la
asistencia social, que describe a la asistencia social como un servicio de
salud que debe prestarse a todas aquellas personas que se encuentran
en estado de minusvalía, ya sea física, mental, económica o social para
contribuir a su bienestar e incorporarlas a una vida social satisfactoria y
económicamente productiva.

93
Los objetivos que dicho programa persigue son:

Proporcionar asistencia social a quienes lo requieran, para contribuir


a su bienestar.
Lograr la incorporación de los minusválidos de cualquier tipo a la
población productiva.
Fortalecer el desarrollo de la familia y de la comunidad, con miras a
prevenir la aparición de los problemas que ameritan la asistencia social
y manejar en forma adecuada los que se presenten.

Al respecto, la ley sobre el Sistema Nacional de Asistencia Social, rige


en toda la República Mexicana, sus disposiciones son de orden público e
interés social y tiene por objeto establecer las bases y procedimientos de un
sistema nacional de asistencia social que promueve la prestación de los
servicios de asistencia social y coordina el acceso de los mismos, garanti-
zando la concurrencia y colaboración de la federación, las entidades
federativas y los sectores social y privado.

Para los efectos de esta ley, la asistencia social es el conjunto de


acciones tendientes a modificar y mejorar las circunstancias de carácter
social que impidan al individuo su desarrollo integral, así como la
protección física, mental y social de personas en estado de necesidad,
desprotección o desventaja física y mental hasta lograr su incorporación a
una vida plena y productiva.

Los sujetos de la recepción de los servicios de asistencia social compren-


den a ancianos en desamparo, incapacidad, marginación o sujetos a
maltrato e indigentes.

Para el logro de sus objetivos el Sistema Nacional para el Desarrollo


Integral de la Familia tiene entre otras f unciones, operar establecimientos de
asistencia social en beneficio de ancianos desamparados, así como
fomentar y apoyar a las asociaciones o sociedades civiles y a todo tipo de

94
entidades privadas cuyo objeto sea la prestación de servicios de asistencia
social y realizar y promover la capacitación de recursos humanos para la
asistencia social.

El trabajo operativo de las unidades está normado por cuatro programas


institucionales, el que incluye la atención de los ancianos se denomina
programa de protección y asistencia a población en desamparo.

B. PROGRAMAS PARA LA ATENCION DE LOS ANCIANOS

El programa de protección y asistencia a población en desamparo se lleva


a cabo en las modalidades de cuidado permanente en las casas hogar del
DIF o en las casas hogar de asistencia privada, atención de día, consejo
de ancianos, hogares substitutos y subsidios económicos.

Para la primera, el sistema cuenta con 15 unidades operativas en la


República Mexicana y una capacidad instalada para 1194 ancianos. De
ellas, el Sistema Nacional DIF administra directamente cuatro casas hogar,
"Arturo Mundet", "Vicente García Torres", "Olga Tamayo", ubicadas en el
Distrito Federal, Cuernavaca, Morelos y Oaxaca.

Dichas instituciones albergan en total a 460 ancianos de 60 y más años,


todos los días del año las 24 horas.

Las plantas arquitectónicas están integradas por 10 áreas, de gobierno,


dormitorios para personas ambulantes, enfermería, terapia física, terapia
ocupacional, peluquería, comedor, auditorio, aulas y servicios generales.
Han sido readaptadas o construidas exprof eso para la atención integral de
los usuarios.

La estructura orgánica de las casas hogar está constituida por una


dirección y cuatro coordinaciones técnicas de las áreas médica, de trabajo
social, psicopedagogía y administrativa.

95
Los servicios prestados son de albergue, vestuario, alimentación, aten-
ción médica y paramédica especializadas, atención odontológica,
psicológica y pedagógica, terapia f ísica, terapia ocupacional, terapia recrea-
tiva y atención social.

El personal contratado está compuesto por 495 elementos, médicos


especialistas, médicos generales, odontólogos, enfermeras, psicólogos,
trabajadores sociales, terapistas físicos, gericultistas, nutriólogos, psicope-
dagogos, profesores y personal administrativo y de apoyo, además se
cuenta con pasantes en servicio social y recursos humanos en formación de
carreras afines.

En lo relativo a recursos materiales se dispone del mobiliario y equipo


acordes a los requerimientos de los ancianos.

En lo concerniente a los recursos financieros, la federación dispone de


un presupuesto que cubre las necesidades básicas cotidianas, de las
personas aisladas.

Es importante mencionar que sólo el 40% de los ancianos cubre una cuota
de recuperación mensual promedio de N$106.00.

Los programas de acción en cada una de las casas hogar comprenden:

- Programa médico
- Programa de enfermería
- Programa de rehabilitación
- Programa de nutrición
- Programa de gericultura
- Programa de psicología
- Programa de terapia recreativa
- Programa de atención social

96
El programa médico, fundamentalmente, se ocupa de educar para la
salud a los ancianos mediante pláticas acerca de las patologías más
frecuentes, su manejo y participación activa de los interesados; detectar
oportunamente los factores de riesgo de las enfermedades comunes en los
ancianos, atender debidamente a los usuarios al interior de las casas hogar
si se trata de padecimientos manejables en el primer nivel de atención o bien
referir a los ancianos a hospitales de segundo y tercer niveles de atención
cuando la naturaleza o gravedad de las entidades nosológicas lo demanden.
Asimismo, atender en las enfermerías a las personas que se encuentran en
fase terminal.

El programa de enfermería mantiene un control estricto de la población


con padecimientos diversos, a fin de identificar oportunamente cualquier
cambio en su estabilidad; verifica la toma de los medicamentos prescritos
a los sujetos ambulantes y presta atención permanente a los ancianos
dependientes.

El programa de rehabilitación tiene como propósito, mantener en


condiciones óptimas a los ancianos desde los puntos de vista físico y
psicológico impartiendo sesiones cotidianas de acondicionamiento físico o
desarrollando sus capacidades, habilidades e intereses ocupacionales en
los talleres de corte y confección, manualidades diversas, teatro, pintura o
música y tratar integralmente a los ancianos que presentan secuelas
incapacitantes o invalidantes.

El programa de nutrición asume la responsabilidad de programar la


administración de los insumos necesarios para la elaboración de los 28
menúes, verificar que los alimentos sean de óptima calidad, practicando al
azar estudios bacteriológicos a los alimentos perecederos, motivar a la
población para el consumo exclusivo de la dieta que le corresponde,
atendiendo a la patología que presenta.

El programa de gericultura comprende la atención integral de los ancianos

97
ambulantes, favoreciendo el mantenimiento de la independencia en las
actividades básicas cotidianas, reeducando a la población para eliminar
hábitos inadecuados y adquirir los que permitan la convivencia en una
sociedad limitada y diferente a su procedencia y verificando que cada uno de
los ancianos se incluya en los diferentes programas con que cuenta la unidad.

En lo referente al programa de psicología, se ocupa de establecer el


diagnóstico psicológico de ingreso de cada anciano para incluirlo en
sesiones terapéuticas de grupo o individuales según el caso, con la finalidad
de prestar el apoyo que disminuya o limite los cuadros depresivos comunes
en dichos usuarios, facilitar la interrelación armónica entre los ancianos,
disminuyendo los conflictos que reiteradamente se presentan, estimular
la participación de familiares y amistades para reintegrar al anciano a su
familia y mantener los vínculos con su comunidad, estimular las funciones
cerebrales superiores para su interacción social.

El programa de terapia recreativa, coadyuva al mantenimiento de la


socialización del anciano mediante visitas y paseos a museos, bibliotecas,
teatros, cines, fábricas, zoológicos, parques, zonas arqueológicas, centros
recreativos y otros.

El programa de atención social, verifica que la persona que ingresa a


las casas hogar sea sujeto de la asistencia social, es decir, que carezca de
recursos económicos para su subsistencia, de una vivienda digna o de
familia, o bien sufra de maltrato o rechazo familiar. Asimismo, ubica en
diversas casas hogar de la comunidad, a los ancianos que por diferentes
razones no es posible ingresarlos a nuestra institución. También auxilia al
núcleo familiar para que permanezca unido y sólo como última opción se
repare al anciano e ingrese a una casa hogar. Además, auxilia en los trámites
administrativos que necesitan hacer los ancianos, como cobrar sus
pensiones, acudir a consultas médicas o paramédicas extrainstitucionales,
etc., mantiene permanentemente informada a la familia de la situación que
guarda el anciano y promueve la atención de día y el cuidado de los ancianos
en la comunidad.

98
Los usuarios de las casas hogar receptores de la programación
mencionada, en un 65% corresponden al sexo femenino, la edad promedio
es de 77 años.

Las primeras diez causas de atención por enfermedad son:


hipertensión arterial sistémica, enfermedad articular degenerativa, enferme-
dad pulmonar obstructiva crónica, infecciones de vías respiratorias altas,
demencia senil, gastroenteritis, diabetes mellitus, traumatismos, insuficien-
cia venosa y cardiopatías mixtas.

En el perfil psicológico predomina la agresión verbal, socialización


deficiente, aislamiento, depresión e irritabilidad.

Los ancianos con familiares directos representan un 64%. Sobresale la


escolaridad de primaria. Sólo el 20% recibe pensión por jubilación.

Para atender a aquellos ancianos que no cubren el perfil de ingreso a


las casas hogar del DIF, se establece un convenio de colaboración
interinstitucional con casas hogar para ancianos de la asistencia privada,
merced al cual el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia
aporta una cantidad mensual y apoya en especie durante la estancia del
anciano, que coadyuvan a los gastos erogados por concepto de su atención
integral. El convenio señala que cualquiera de las partes previo aviso puede
cancelarlo, en cuyo caso el sistema se ocupará de los ancianos que hubiere
albergado.

C. PROGRAMA DE ATENCION DE DIA

Con la finalidad de ampliar la cobertura en la atención de los ancianos


y mantenerlos vinculados a su familia, el sistema ha instalado el programa
de atención de día al interior de las casas hogar para ancianos, en un horario
de 8:00 a 17:00 horas, de lunes a viernes.

99
Mediante esta estrategia los ancianos se incorporan a las actividades
previstas para aquellos que se encuentran asilados y reciben todos los
servicios a excepción de albergue, vestuario y un alimento.

De un total de 72 ancianos en este programa, el 64% cuenta con hijos,


el 21% carece de apoyo familiar y viven solos y el 15% tiene familiares
lejanos. La escolaridad sobresaliente corresponde a primaria.

D. PROGRAMA CONSEJOS DE ANCIANOS

Este programa se lleva a cabo en los centros de desarrollo de la


comunidad, centros familiares, centros de bienestar social y urbano,
cocinas populares y unidades de servicios integrales y puntos comunitarios
que los propios ancianos determinan, con la finalidad de promover la salud
mediante una cartilla de autocuidado, fomentar el cultivo y la producción
domiciliaria de alimentos, estimular el cuidado del medio ambiente y la
mejoría de la vivienda, impulsar las actividades ocupacionales, recreativas,
culturales, deportivas, sociales y cívicas. A la fecha nuestra institución
maneja 143 consejos de ancianos con un total de 4,400 personas.

E. PROGRAMA CAMPAMENTOS RECREATIVOS

Otra línea de acción del Sistema Nacional DI F es la atención a senectos


en siete campamentos recreativos ubicados en los estados de Aguascalien-
tes, Guerrero, Guanajuato, Nayarit, Veracruz, Sinaloa y Quintana Roo, en
donde gratuitamente se brinda hospedaje, alimentación y un programa
recreativo cultural durante cinco días, a cada grupo que libremente lo
demande. En 1992 se atendieron a 2,622 ancianos.

100
F. PROGRAMA DE SUBSIDIOS ECONOMICOS

La flexibilidad que nuestra institución tiene en materia de asistencia


social, permite proporcionar ayudas de todo tipo para resolver situaciones
apremiantes que presentan los usuarios, tales como ayudas económicas de
única vez y subsidios temporales para renta de vivienda, adquisición de
alimentos, medicamentos, pago de servicios médico-quirúrgicos, adquisi-
ción de lentes, ortesis, prótesis, pasajes terrestres, traslado de cadáveres
y otros.

G. PROGRAMA ESCUELA PARA LA MADUREZ

El conocimiento acerca de la vejez implica que la población abierta se


concientice de la necesidad de atender oportunamente a las personas de
la tercera edad. Por ello, la institución ha implantado al seno de las casas
hogar un programa de conferencias de educación para la salud que de
manera accesible explique la prevención de las principales enfermedades
de los ancianos, manifestaciones, complicaciones, manejo, limitación del
daño y atención de las secuelas.

H. PROGRAMAS DE APOYO. FORMACION DE RECURSOS HUMANOS

En nuestro país, a la fecha, hay insuficiencia de recursos humanos


médicos y paramédicos especializados en el manejo de los ancianos. Ante
tal situación, el sistema ha iniciado la especialidad médica de geriatría y
gerontología, de tiempo completo y duración de tres años. La formación de
los profesionales se lleva a cabo en las casas hogar para ancianos y
hospitales de segundo y tercer niveles de atención, lo que garantiza un perfil
curricular idóneo para cubrir los objetivos y metas institucionales en la
materia.

101
I. PROGRAMA DE CAPACITACION CONTINUA DEL PERSONAL

El fortalecimiento profesional para el desempeño laboral de los trabaja-


dores desencadena respuestas óptimas en su ejecución cotidiana, en el
ambiente laboral, en las manifestaciones actitudinales ante los usuarios, en
la toma de decisiones y en la motivación permanente para la superación
personal.

Para lograr estos objetivos se dispone de una hora diaria por trabajador
para que en su propia unidad operativa se capacite en quehaceres especí-
ficos, lo cual conduce a tener alrededor de 150 horas promedio por año de
enseñanza continua.

Por otra parte, el plan general de capacitación de la institución ofrece 70


cursos monográficos especializados en asistencia social, con una duración
de 1,400 horas, para personal de todo tipo, adscrito a las unidades
operativas de asistencia social.

J. PROGRAMA DE GARANTIA DE CALIDAD DE LA ATENCION DE


USUARIOS

Este programa tiene como propósito asegurar que las condiciones


organizacionales bajo las cuales se proporcionan los servicios de asistencia
social a senectos, sean propicias para otorgar el máximo beneficio a los
usuarios, con los menores riesgos y costos, mejorando la satisfacción de los
ancianos y de los trabajadores y disminuyendo los conflictos intraorganiza-
cionales.

El programa a un año de implementación, ha demostrado sus bondades


induciendo a los trabajadores a la adquisición de una cultura de mejora
continua de la calidad de la atención.

102
Es así como el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia,
acorde con las políticas que rigen su operación, da respuesta a las
necesidades de los ancianos desamparados.

103
VII. CARACTERISTICAS BIO-PSICO-SOCIALES
DE NUESTROS ANCIANOS

Dr. Luis Miguel Gutiérrez Robledo


Jefe del Servicio de Geriatría
Instituto Nacional de la Nutrición
"Salvador Zubirán" (INNSZ)

A. INTRODUCCION

La transición demográfica hacia el envejecimiento poblacional es un


fenómeno distintivo de este siglo. En la actualidad, poco más del 5% de
nuestros pobladores tienen más de 65 años, tal cifra habrá de triplicarse en
los próximos 25 años. La combinación del baby boom de los 50's con la caída
de las tasas de fertilidad y mortalidad perinatal nos conduce a un serio
problema: el envejecimiento demográfico. De persistir la tendencia actual,
donde el segmento de la población que más rápido crece es el de los
ancianos, el número de sujetos post-jubilados dependientes crecerá
mientras se contrae la f uerza de trabajo. Desde el punto de vista de la salud,
en conjunto los ancianos consumen los recursos sanitarios en mayor
proporción que otros segmentos de la población. Esto es particularmente
cierto para los mayores de 85 años. Como ejemplo podemos citar el INNSZ
donde el 30% de las camas están permanentemente ocupadas por mayores
de 65, mientras que los mismos representan menos del 7% de la población
nacional. Cabe señalar que tal situación es ya equiparable a lo que sucede
en naciones como los EEUU donde 30% de las camas de hospital están
ocupadas por ancianos. Los más grandes consumidores de medicamentos
son los sujetos de edad avanzada; 25% de la producción medicamentos
en EEUU fue consumida por este sector en 1985.

105
La compresión de la morbilidad es un fenómeno recientemente descrito,
que resulta del incremento de la esperanza de vida en salud. Las enferme-
dades tienden a presentarse cada vez más tarde en el curso de la existencia.
Permanece sin embargo, un lapso de tiempo aún considerable entre el
momento en que sobreviene un problema de salud grave y/o invalidante y
el momento del deceso, esto resulta de que el incremento de la esperanza
de vida ha sido significativamente mayor que el incremento de la esperanza
de vida en salud o que el incremento de la esperanza de vida libre de
invalidez.

Tal es el caso, por ejemplo, de la enfermedad cardiovascular, que crece


en frecuencia y tiende a convertirse en la principal causa de muerte entre
nuestra población de edad avanzada tal como ocurre ya en las sociedades
post-industriales. Los estudios de autopsia en los muy ancianos revelan
como el 70% de los nonagenarios presentan oclusiones ateroescleróticas de
al menos un vaso coronario, 45% tienen huellas de fibrosis o necrosis
miocárdica, 25% amiloidosis, 20% insuficiencia cardíaca y estenosis aórtica
en el 4% (Waller y Roberts). En Inglaterra 56% de los hombres y 51% de
las mujeres mayores de 75 años sufren de algún tipo de cardiopatía. De este
recuento estadístico se desprende la importancia de la patología cardiovas-
cular en el anciano, cabe además señalar que la enfermedad cardiovascular
determina con frecuencia una importante incapacidad funcional en virtud de
sus síntomas cardinales: disnea y angor.

B. EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO A NIVEL INDIVIDUAL

La senescencia o proceso fisiológico de envejecimiento, implica la


pérdida de adaptabilidad de un organismo a medida que el tiempo pasa.
La comparación entre sujetos jóvenes y ancianos puede servir como punto
de partida para una evaluación científica del envejecimiento humano. Sin
embargo no hay que perder de vista que las diferencias entre jóvenes y viejos
pueden obedecer a causas distintas al envejecimiento. Algunas de las
diferencias obedecen a:

106
1. Causas reales ligadas al envejecimiento que pueden ser extrínsecas
o intrínsecas.

2. Causas no ligadas al envejecimiento como la supervivencia selectiva,


los efectos de cohorte y la exposición diferencial.

Entre las diferencias entre jóvenes y viejos que no resultan del envejecer
figura la supervivencia selectiva, ciertamente quienes alcanzan los 90 años
o más no tienen las mismas características que los miembros de la cohorte
que mueren antes. Los efectos de cohorte tampoco están ligados a la edad,
sino en mayor medida a determinantes ambientales. Por ejemplo, las
modificaciones de la función mental observadas en los estudios
transversales son debidas en realidad a diferencias culturales entre las
generaciones. El fenómeno de la exposición diferencial refleja el hecho de
que los ancianos se ven con mayor frecuencia expuestos a condiciones
ambientales difíciles frente a las cuales son además más vulnerables vg. la
exposición al frío en alojamientos inadecuados.

El envejecimiento en sí mismo resulta de la interacción entre los factores


genéticos y las influencias extrínsecas ligadas al medio. El rol determinante
de los factores extrínsecos se ve ilustrado en la diversidad de patrones de
envejecimiento observados en personas que viven en ambientes disímbolos.

Las teorías biológicas que pretenden explicar los procesos íntimos del
envejecimiento pueden dividirse en dos: estocásticas, esto es, relativas a
procesos gobernados sólo por el azar que conducen a una serie de errores
de consecuencias catastróficas y propiciados por la interacción de factores
como los radicales libres, la capacidad de reparación del DNA y la eficiencia
de los mecanismos antioxidantes; y por otro lado, las teorías genéticas.

En cuanto a los factores genéticos se refiere, numerosos indicios nos


conducen a pensar que un número relativamente limitado de locus génicos

107
ejercen un efecto importante en el determinismo del envejecimiento intrínse-
co, es decir, sobre los procesos que fijan la duración de la vida máxima
potencial del hombre. La especificidad de la duración de la vida para cada
especie, la coincidencia en la esperanza de vida de los gemelos idénticos,
son algunos de los elementos que apoyan la participación de factores
genéticos. Hay que subrayar que las teorías arriba citadas no son mutuamen-
te excluyentes y parece claro que los procesos intrínsecos y extrínsecos
que conducen al envejecimiento son múltiples y han dado lugar a través
de la evolución a una duración máxima de la vida igual para todos en
promedio. La evolución por selección natural ha conducido a que el género
humano se haya adaptado para vivir en condiciones, en realidad distintas
a las que hoy integran el estilo de vida de la mayoría de los hombres. Es
así que ciertos elementos del proceso de envejecimiento intrínseco pueden
ser considerados resultantes de una falta de adaptación; es tal vez esto lo
que explica los problemas asociados a la edad tales como las enfermedades
vasculares causadas por los regímenes de alimentación modernos y la
osteoartrosis de las articulaciones que nunca se han adaptado a la
bipedestación.

Optando en materia de epidemiología analítica por el enfoque clásico,


fundamentado en los factores de riesgo, es posible comparar la salud y
el funcionamiento de los individuos en el seno de las poblaciones expuestas
de diferentes maneras a factores de envejecimiento extrínsecos. Por
ejemplo, si bien la relación que liga la incidencia creciente del cáncer a la
edad parece patente y ligada al envejecimiento intrínseco, las variaciones de
incidencias a lo largo del planeta indican como 70% de los casos obedecen
a una exposición acumulativa a carcinógenos presentes en el ambiente. La
relación que une la incidencia de los accidentes cerebrovasculares y la edad
es igualmente resultante de factores ambientales. La presbiacusia es
ejemplo de cambios ligados en forma intrínseca al envejecimiento, reforzada
por la exposición al ruido ambiental.

La compleja interacción entre los factores intrínsecos y extrínsecos

108
es sin duda diferente para cada individuo, esto nos conduce a la necesidad
de plantear la noción de "envejecimiento diferencial". A lo largo del curso de
la existencia la exposición diferencial a las variables ambientales en interac-
ción con cargas genéticas individuales conducen a una expresión única del
proceso de envejecimiento para cada individuo. El proceso de
diferenciación entre los individuos se continúa por toda la vida, determinando
ritmos y estilos peculiares de envejecer que varían no sólo entre los
individuos sino entre los distintos aparatos y sistemas de un mismo individuo
cuya función se deteriora a un ritmo diferente en función de la interacción
del envejecimiento, la enfermedad, la dieta y otras variables ambientales
según se demuestra a continuación.

Al parecer, en base al conocimiento actual, no podemos esperar


prolongar en el corto plazo la duración de la vida humana, ni eliminar los
aspectos de la incapacidad entre los ancianos que reflejan los límites
intrínsecos. En cambio, modificando los factores extrínsecos, podemos
aumentar la proporción de la población que es capaz de explotar al máximo
su potencial genético de longevidad en ausencia de incapacidades.

Tales nociones nos conducen a definir al envejecimiento como el


resultado efectivo de todos los procesos que conducen a un deterioro de la
capacidad de adaptación. Podemos estimar que el envejecimiento de tal o
cual individuo es más o menos cercano al óptimo, pero es inútil e incluso
peligroso el designar arbitrariamente, como tradicionalmente lo venimos
haciendo, ciertos efectos extrínsecos del envejecimiento como debidos a
"la enfermedad" y ciertos efectos intrínsecos como "normales". El peligro
principal de tal concepto estriba en las reacciones del personal de salud y
la sociedad frente a tales categorías de fenómenos. Un anciano afectado
por una "enfermedad" beneficia del apoyo de sus semejantes. Por el
contrario, tenemos tendencia a considerar el envejecimiento "normal" como
un mal inevitable que no merece ni compasión ni atención sanitaria. En la
práctica, es primordial el identificar en un anciano los elementos de un
problema funcional que justifiquen una terapéutica y llevar a cabo las
intervenciones procedentes incluyendo las protésicas.

109
C. CAMBIOS DEMOGRAFICOS Y SOCIALES

Los acelerados cambios demográficos que propician el envejecimiento de


las poblaciones no han dejado de afectar a nuestro país motivando una serie
de modificaciones que repercuten sobre: la economía, la estructura familiar
y las necesidades de atención sanitaria, entre otras (12).

La pirámide poblacional comienza a dar muestras de ello con un


ensanchamiento de su cúspide al tiempo que la base se estrecha. Sabemos
que 5% de nuestra población tiene en la actualidad más de 60 años: más de
4 millones de individuos distribuidos irregularmente, en proporciones que
varían del 13.3% en el D.F. al 0.2% en Quintana Roo. En general hay una
mayor proporción que vive en áreas urbanas aunque el número total de los
que residen en el medio rural es más grande (34'5) .

Alrededor del 20.2% de los hombres y del 62% de las mujeres son ya sea
viudos o solteros. Solamente 40% viven aun con sus hijos o en compañía
de algún otro familiar. Cuando comparten la misma casa, 15% viven con
al menos otras 4 personas en la misma habitación 13,5) . Aun cuando la
proporción de ancianos que viven en compañía de sus familias es
relativamente alta, esto no quiere decir que se encuentren en buenas
condiciones, esto se hace evidente al considerar que en sus viviendas 43%
no tienen agua potable, 42 % carecen de drenaje y 16.6 % de energía
eléctrica(3.4-5) sin mencionar las múltiples carencias económicas y
nutricionales que determinan que el medio ambiente, aunque familiar, les
sea hostil. Llama la atención como en la Encuesta de Necesidades de los
Ancianos en la Comunidad (ENAC), solo 3.3% de los entrevistados manifes-
taron tener necesidad de mejores condiciones de vida a pesar de las
carencias descritas lo cual ilustra además el problema que representan las
bajas expectativas por parte del anciano mismo16m.

Los índices de dependencia económica son una variable más que ha de


ser considerada en relación al envejecimiento de las poblaciones. En 1960,
15% de los mayores de 60 años continuaban integrados a la fuerza de

110
trabajo, para 1980, solo 7.6% permanecen activos y las tendencias en los
últimos años son al descenso de esta cifraI3.8,9). Ciertamente, la disminución
en la tasa de crecimiento de la población ayudaría a compensar este
incremento en el número de ancianos económicamente dependientes
permitiendo vislumbrar la posibilidad de redistribuir los recursos hoy desti-
nados preferentemente a la atención materno-infantil para favorecer al
anciano.

D. CONSECUENCIAS PARA LA SALUD

Desde el punto de vista de la salud, cabe señalar que: el incremento en


la esperanza de vida, que en la actualidad alcanza los 72 años para la mujer
y 68 para el hombre(5) , aunado a las mejores condiciones de vida y la mejoría
en la calidad de la atención médica conducen al fenómeno observado de
compresión de la morbilidad y de la mortalidad en los últimos decenios de
la existenciaffin, esto se refleja en el incremento observado en la tasa de
mortalidad del grupo que nos ocupa que ha pasado del 19.8% de la
mortalidad global en 1964, al 35.9 % en 1984(5). Las causas de mortalidad
obedecen, en primer término, a enfermedades crónico-degenerativas,
destaca el hecho de que, las enfermedades infecciosas pulmonares y
gastrointestinales ocupan aún el quinto y el sexto lugares reflejando la
coexistencia de patología prevalente en sociedades altamente industrializa-
das con la patología de la pobreza, haciendo patente la heterogeneidad
típica de las sociedades en desarrollo.

La prevalencia de las incapacidades es difícil de estimar en nuestro país


pues no existe un sistema de información que las registre en forma periódica.
La Encuesta Nacional de Invalideces efectuada en 1982(11) muestra sin
embargo claramente, cómo la prevalencia de las incapacidades se
incrementa en función de la edad, alcanzando tasas cercanas a los 1000/
100,000 habs. en los mayores de 60 años. La misma encuesta identificó
como causas más frecuentes de invalidez, la enfermedad articular, el trauma

111
y la ceguera. Es evidente que predominan las secuelas de tipo motor,
aunque no se exploró en la encuesta la prevalencia de secuelas invalidantes
por enfermedad mental.

En relación también con la invalidez, la ENA mostró como 6% de los


mayores de 60 años son parcialmente y 2% totalmente dependientes para
las actividades de la vida cotidiana. En los mayores de 80 años 40% tienen
al menos alguna incapacidad, por lo general en el área motora. La creciente
dependencia e invalidez en la edad avanzada aumentan la carga que debe
soportar el entorno y propicia una baja del umbral de tolerancia conduciendo
al deterioro de los lazos y el apoyo familiares como ha sido demostrado
por algunos autores en Brasil y Asia°2).

E. CONSUMO DE RECURSOS DESTINADOS A LA SALUD

No existen datos publicados respecto a la utilización de servicios por este


sector de la población en la generalidad de los servicios de salud. A título
de ejemplo podemos tomar la situación del I N NSZ, que corresponde a la
situación de un hospital general de tercer nivel. En este instituto 28% de las
camas se encuentran permanentemente ocupadas por mayores de 60 años.
Además el tiempo de estancia hospitalaria es significativamente mayor al
compararlo con el de los adultos jóvenes. El 21% de la consulta externa está
dirigida a este sector de la población(13).

Por otro lado la población de edad avanzada que ocupa estas camas
tiene características peculiares: por un lado, la prevalencia de deterioro
funcional muy alta y en los mayores de 80 años, un 40% son dependientea").
La fragilidad homeostatica propia de este grupo de edad se hace manifiesta
al observar la frecuencia con la que ocurren complicaciones de todos tipos
por grupos de edad en los pacientes del mismo insfitutof13).

112
F. PROYECCION A FUTURO DE LOS CAMBIOS DEMOGRAFICOS

Conociendo ya el panorama actual, que podemos esperar en los


próximos años. En los próximos 35 años el número de nuestros mayores
de 65 años se incrementará con una velocidad intermedia con respecto a
países industrializados como el Japón, o países de más lento desarrollo
como Nigeria(914,15). El crecimiento previsto representa de cualquier manera
un incremento de un 350 % de acuerdo con datos de las Naciones Unidasm.

G. LA SITUACION ACTUAL. LOS PROBLEMAS VISIBLES

Tal es la situación, y si bien la información es fragmentaria e incompleta,


basta para mostrar un panorama de la situación global y hacer resaltar los
más importantes problemas que desde ahora pueden ser identificados.

Sabemos pues que la inadecuación de la vivienda, la carencia de recursos


económicos y consecuente dependencia económica; la soledad y la
elevada prevalencia de minusvalía, constituyen los principales problemas
sociales y afectan a una población primordialmente femenina, que en mayor
proporción se encuentra en el área rural.

En relación a la salud, el fenómeno de compresión de la morbilidad"), la


fragilidad homeostática") y del apoyo social(17), y lafalta de apoyo suficiente
de parte del entorno inmediato determinan un desproporcionado consumo
de recursos destinados a la salud. Este fenómeno se ve acrecentado por un
progresivo deterioro funcional y la presencia de frecuentes complicaciones
que motivan repetidas y prolongadas hospitalizaciones"), además, la falta
de recursos estructurales para un seguimiento estrecho (vg hospital de día,
servicios domiciliarios), y la pobreza de recursos de muchas familias para
continuar el tratamiento y la rehabilitación luego del egreso, hacen que los
logros alcanzados durante la hospitalización se pierdan poco después del
alta").

113
Algunas enfermedades cuyas secuelas son altamente invalidantes pre-
valecen entre nuestros ancianos, tal es el caso de la diabetes y de la
hipertensión arterial, ambas susceptibles de control cuando son posibles
una detección precoz y un tratamiento oportuno021). Los tan frecuentes
problemas nutricionales, por sus graves repercusiones sobre la salud del
ancianot"), deben ser oportunamente detectados y combatidos a través
de educación nutricional y apoyo alimentario a los ancianos más desampa-
rados. La alta prevalencia de secuelas invalidantes hace necesaria la
eliminación de barreras arquitectónicas y el apoyo rehabilitatorio a través de
una extensión de los servicios destinados a este fin.

Por otro lado, un cierto número de ancianos enfermos y/o inválidos


requiere de una ayuda total, para desempeñar las actividades de la vida
cotidiana. En la actualidad no hay en el sector público sino contadas
instituciones para cuidados a largo plazo que acojan a este segmento de la
población o que den apoyo a los familiares que acceden a mantenerlos en
sus domicilios, con frecuencia a costa de enormes esfuerzost23).

H. LOS OBJETIVOS DE LA GERIATRIA

Frente a estos problemas la atención geriátrica debe tener como objetivos


la prevención del deterioro funcional, la mejoría de la calidad de vida a través
de la prevención, el diagnóstico y tratamiento oportunos y de esta manera,
contribuir a reforzar los lazos de apoyo familiar y la reinserción social del
anciano(24).

Tales objetivos variarán en función del sector de la población de ancianos


en cuestión y considerarán también a la familia como objeto de intervención
terapéutica(24).

En función de los objetivos, variarán también los servicios que básicamen-


te corresponden a: aquéllos que permiten el mantenimiento a domicilio,

114
aquéllos que permiten suplir al domicilio y los correspondientes a la atención
médica propiamente dicha, a todos sus niveles(18,"). La planeación de tales
servicios debe contemplar las necesidades resultantes de las peculiares
características del enfermo geriátrico y para tener éxito, tales servicios deben
de permitir el acceso de todo aquél que lo requiera, deben apoyarse en
una participación de la comunidad y requieren de una muy precisa coordi-
nación entre los proveedores de servicios involucrados, por último, la
flexibilidad es necesaria tomando en cuenta la amplia variabilidad que
presentan los casos individuales(25).

I. IMPLICACIONES ASISTENCIALES DEL PROCESO DE ENVEJECI-


MIENTO

El deterioro de los mecanismos homeostáticos con la edad tiene, entre


otras consecuencias, un aumento en la variabilidad interindividual de la
constantes biológicas y las funciones fisiológicas. Por ejemplo, puede ser
necesario llevar a cabo numerosas mediciones de una variable fisiológica
para alcanzar un nivel de precisión diagnóstica que en el joven se obtendría
con una determinación aislada. Además, la variabilidad entre individuos será
más pronunciada entre los viejos que entre los jóvenes como resultado de
la exposición diferencial al medio y a estilos de vida diferentes. Esta marcada
heterogeneidad de los ancianos es un desafío para los responsables de su
cuidado y atención.

Un cierto número de características de las enfermedades de la


ancianidad inciden sobre los requerimientos asistenciales. La naturaleza del
envejecimiento, tiene como característica distintiva la pérdida de adaptabili-
dad y la exposición acumulativa a procesos intrínsecos y extrínsecas. Sus
características son: estados patológicos múltiples, presentación inespecí-
f ica de la enfermedad, deterioro rápido en ausencia de tratamiento, elevada
incidencia de complicaciones de la enfermedad y iatrogénicas y por ende
la necesidad de una rehabilitación, con frecuencia prolongada.

115
Los servicios de salud y los servicios sociales deben reaccionar ante esta
realidad integrando el diagnóstico y la evaluación global en los sistemas de
tratamiento y rehabilitación. La ausencia de una tal integración tendrá por
consecuencia a la vez sufrimientos inútiles y una prolongación del estado
de dependencia entre los ancianos enfermos.

116
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119
VIII. LA PERSONALIDAD EN LA TERCERA EDAD

Dr. Miguel Krassoievitch

En el anciano la energía psíquica, en términos de energía del yo, ha sufrido


una merma. En otras palabras, el yo dispone de menores recursos energé-
ticos para hacer frente a los cambios, problemas y conflictos que se
presentan en el mundo externo e interno. Este hecho tiene por lo menos tres
consecuencias. La primera consiste en la posible insuficiencia de los
mecanismos psicológicos de defensa habituales, lo que puede precipitar una
descompensación. La segunda consecuencia es que al disponer de menor
energía, el aparato psíquico tiene que atender algunos asuntos considera-
dos más urgentes, en detrimento de otros. Un tercer aspecto es el del
contraste entre las fuerzas biológicas que siguen presentes (a veces incluso
están aumentadas) y los recursos para satisfacerlas que en general están
disminuidos. Así, el anciano al percibir impulsos que no son aceptables (por
ejemplo, el sexual) y que difícilmente podrían ser controlados, siente una
fuerte amenaza en cuanto a la autoestima.

La amenaza resulta habitualmente de la espera angustiosa de tres tipos


de hechos: 1) La pérdida de cualquier índole, desde la pérdida personal
(muerte del cónyuge enfermo) hasta la pérdida de la autoestima (por la
declinación propia del envejecimiento). 2) El "ataque", que consiste en
cualquier agresión externa capaz de producir una herida con el consiguiente
dolor. 3) La restricción, que resulta de cualquier fuerza externa que limita
la satisfacción de los impulsos y deseos. Las enfermedades físicas, la
angustia y el miedo, las actitudes de la familia y de la sociedad, suelen ser
restricciones importantes en el sujeto anciano (Zetzel , 1965).

La conjugación de estas tres amenazas está con frecuencia relacionada


con la aparición de un episodio depresivo.

121
Zetzel (1965) ha postulado que la ansiedad del anciano se asemeja a la
angustia de separación del niño, es decir que tiene su origen en el temor
a sufrir pérdidas o separaciones. Es una ansiedad depresiva que se
relaciona con el mundo externo y que aumenta con el paso de los años.
Tanto el grado de ansiedad por el temor a la pérdida o a la separación, como
la respuesta a pérdidas o separaciones reales, están muy influenciados por
las experiencias previas de este tipo y por la calidad de las relaciones que
ha tenido anteriormente el sujeto.

A. INTEGRIDAD DEL YO O DESESPERACION

Erikson es de los pocos autores, si no el único, que ha considerado el


desarrollo como un continuo que abarca toda la existencia, desde el
nacimiento hasta la muerte. Se trata, por lo tanto, de un proceso evolutivo,
basado en una secuencia de hechos biológicos, psicológicos y sociales. En
cada una de las fases del desarrollo el individuo debe afrontar y dominar un
problema fundamental o dilema, dado por dos fuerzas contrarias (crisis) que
exigen una solución o síntesis.

Del éxito de la síntesis depende que el individuo pueda pasar de una fase
a la siguiente.

La última etapa u "octava edad" del hombre como la denomina Erikson,


constituye la culminación de las anteriores y su síntesis se alcanza sólo
si se ha atravesado adecuadamente las etapas anteriores, es decir si se ha
logrado sintetizar o resolver los problemas fundamentales propios de cada
una de las fases. La integridad del yo que caracteriza la última fase del ciclo
vital sólo la alcanza, dice Erikson"... el individuo que en alguna forma ha
cuidado de cosas y personas y se ha adaptado a los triunfos y las
desilusiones inherentes al hecho de ser generador de otros seres humanos
o el generador de productos e ideas". Es una experiencia que transmite cierto
orden del mundo y sentido espiritual.

122
La integridad del yo significa además que el individuo ha aceptado
también que su existencia tiene fin y que pronto terminará. Implica
necesariamente un sentido de sabiduría y una filosofía de la vida que van más
allá del ciclo vital individual y que están relacionados directamente con el
futuro de nuevos ciclos de desarrollo. La persona que ha alcanzado la
integridad del yo siempre está lista para defender la dignidad de su propio
estilo de vida contra toda amenaza física o económica.

En realidad la integración yoica se va preparando a lo largo de la


existencia; es una integración "acumulada". "Cuando no se ha logrado al final
de la existencia, se teme a la muerte y no se acepta el único ciclo de la vida
como la esencial de la existencia. Aparecen entonces la desesperación y
el disgusto, porque "ahora el tiempo que queda es corto, demasiado corto
para intentar otra vida y para probar caminos alternativos para otra integri-
dad".

La desesperanza con frecuencia está oculta por muchas pequeñas


sensaciones de malestar. En cambio, la integridad yoica implica una
integración emocional que permite la participación y la aceptación de la
responsabilidad.

La integridad es para Erikson "la seguridad que obtiene el yo de su


inclinación al orden y el significado" (una integración emocional fiel a los
portadores de imágenes del pasado y dispuesto a tomar, y esencialmente a
renunciar, al liderazgo en el presente). Es la aceptación de un ciclo vital único
y propio, y de las personas que han llegado a ser significativas para él, como
algo que inevitablemente tenía que ser así y que no admite sustituciones.
Significa, pues, una manera nueva y diferente de amar a los propios padres,
sin desear que hayan sido diferentes, y una aceptación del hecho de que no
es responsable de su propia vida. Es un sentimiento de camaradería con
hombres y mujeres de épocas lejanas, que estaban empeñados en la
búsqueda de cosas diferentes y que han creado sistemas, objetos y
lenguajes que transmiten dignidad humana y amor.

123
Reminiscencia.- Un estudio de Mc Mahon y Rhudick (1973) mostró que
la reminiscencia, es decir el acto de pensar en las propias experiencias
pasadas o de relatarlas, tiene durante el envejecimiento un efecto adapta-
tivo, tanto a las condiciones externas, como las internas y proporciona una
protección contra la ansiedad y la depresión.

El recuerdo del pasado, el rememorar las experiencias anteriores de la


vida permite además el mantenimiento de la autoestima frente a la
disminución de la capacidad física e intelectual.

En general, las emociones determinan aquello que se olvida y deciden


lo que se recuerda. Durante la vejez los hechos del pasado tienen una mayor
carga emocional que los del presente y se convierten cada vez más en
percepciones conscientes. La sociedad actual a su vez, al recalcar la
importancia del éxito y de los logros, ejerce una influencia innegable sobre
el fenómeno de la reminiscencia del anciano, ya que ésta le permite recordar
y mostrar que ha logrado vivir muchos años, que el éxito se cifra en términos
de longevidad.

Los ancianos mejor adaptados a la senectud son aquellos que se parecen


a los viejos narradores de las sociedades primitivas. Como ellos, estos
ancianos narran hazañas y experiencias pasadas con evidente placer y sus
relatos son a la vez informativos y entretenidos y les permiten mantener una
adecuada autoestima al contribuir a la información de la sociedad actual.

Sin embargo, en nuestra época, la sociedad ofrece pocas oportunidades


para los viejos narradores y utiliza otros medios para registrar y evocar los
hechos pasados.

En suma, la reminiscencia actúa bajo el control del yo y varía de acuerdo


a la estructura de la personalidad. Permite la adaptación al envejecimiento
manteniendo la autoestima, el sentido de identidad, la elaboración de las
pérdidas personales y la posible contribución a la sociedad.

124
B. LA SEXUALIDAD EN LA TERCERA EDAD

Masters, Johnson y Kolodny (1989) refieren que alrededor del 5% de los


hombres que han rebasado los 60 años de edad pasan por un climaterio
masculino, caracterizado por síntomas tales como la disminución del apetito
sexual, debilidad general, cansancio y anorexia. Este estadio físico y mental
es consecuencia de la deficiencia de testosterona. En los demás hombres,
la presencia de niveles de andrógenos y la producción espermática, indican
que el climaterio no es corolario de la edad avanzada (Tapia Serrano, 1989).

En cuanto al ciclo de la respuesta sexual, también se producen cambios


durante el envejecimiento, como la disminución de la lubricación vaginal;
en el varón la respuesta eréctil es más lenta. En ambos sexos, se reduce
la tensión muscular (o miotonía). Es importante subrayar que ninguno de
los cambios apuntados impide el normal desempeño sexual.

Aun cuando el mal estado de salud y la falta de un compañero sexual


pueden dificultar el desempeño de la sexualidad, no existe razón alguna que
justifique por sí misma que las personas de edad deban renunciar a su vida
sexual o interrumpirla.

Es evidente que la forma de ejercer la sexualidad es el reflejo fiel de un


determinado estilo de relacionarse que tiene cada individuo. Hay quienes
temen la intimidad con sus semejantes y practican el sexo de manera
distante, diríamos casi "aséptica"; otros, lo hacen con temor e inseguridad,
porque sienten poca confianza en la aceptación de los demás y temen ser
rechazados; otros más, tienen propensión a someter y a humillar a su
compañero sexual y se comportan de esta misma manera en sus interac-
ciones sociales; y así sucesivamente. En otras palabras, cada ser humano
tiene una forma peculiar de relacionarse sexualmente y dicha forma
corresponde a la orientación prevaleciente de su estructura caracterológica.

En la actualidad, la tendencia es estudiar la función sexual humana en


abstracto, sin tomar en cuenta las pautas caracterológicas individuales,

125
grupales y sociales. Los estudios sobre la sexualidad durante el envejeci-
miento fueron realizados en su mayoría en los Estados Unidos y se refieren
principalmente a dos aspectos del sexo. El primero es el interés sexual que
se infiere en general a partir de pensamientos, conductas, sueños y fantasías
de tipo sexual. El segundo es la actividad sexual medible por la frecuencia
de las relaciones sexuales. Dichos estudios han permitido avanzar bastante
en el conocimiento de la sexualidad en la vejez. Un primer logro, y no de los
menores, ha sido dar por tierra con el mito de la vejez asexuada, ya que
existe coincidencia en los reportes que el interés sexual persiste en la
mayoría de los ancianos y con frecuencia, también la actividad sexual, hasta
edades avanzadas. En la actualidad este hecho no puede ser ignorado por
ningún investigador de los procesos del envejecimiento.

El mito del anciano y de la anciana asexuados tiene varios orígenes


y se debe tanto a los sujetos añosos como a los más jóvenes. Hasta hace
pocas décadas constituía una creencia casi absoluta y desde que existe
un interés creciente por la sexología, la gerontología y la geriatría, se ha
convertido en relativo, puesto que permanecen aún arraigados los
prejuicios referentes a la sexualidad de la última etapa de la vida.

Es muy probable que el mito de la vejez asexuada tenga una relación


directa, entre otros factores, con la dificultad que existe en la sociedad
occidental para considerar a los propios padres como personas dotadas de
sexo y como practicantes de la sexualidad. Esto es aún más sorprendente
si tomamos en cuenta que cada uno de nosotros constituye una prueba
tangible del ejercicio de la sexualidad parental. Son, con toda seguridad,
innumerables los factores que intervienen en este estado de cosas y no cabe
referirlos ni analizarlos aquí. Es posible que, desde el punto de vista
psicosocial, intervengan algunos que pueden ser señalados brevemente, En
primer lugar, reconocer la sexualidad de los ancianos, representantes
simbólicos de nuestros padres, implica reconocer al mismo tiempo sus
deseos sexuales y si nosotros también tenemos sexualidad y por lo tanto
deseos, existe la posibilidad de compartirlos con ellos, debido a la

126
familiaridad, la cercanía y la convivencia. Ello remite el tabú social del
incesto, fuertemente arraigado en nuestra cultura; una forma de contrarres-
tar el incesto podría ser precisamente negar la existencia de la sexualidad
parental y por extensión de todos los ancianos. Podría suceder, por otra
parte, que tal negación correspondiera además a una expresión de hostilidad,
de rechazo hacia esos padres colectivos que son los ancianos, de la misma
forma que se les rechaza y reprime socialmente por medio de una jubilación
insuficiente y del confinamiento en instituciones.

En general, se describe en los países occidentales una condición


femenina particularmente difícil, en cuanto a sexo se refiere. Las muestras
de deseo sexual y más aún las prácticas sexuales, vistas con cierta simpatía
en el varón envejecido, son severamente enjuiciadas en las ancianas; en
ellas, el matrimonio (o la relación) con hombres más jóvenes causa
escándalo. Su situación se torna más precaria, aun en los países con cierto
grado de libertad con respecto al sexo, puesto que la sobrevida femenina
es mayor y existe en la tercera edad un excedente de mujeres en relación
a los hombres.

Se sabe en la actualidad que persiste interés sexual en hombres y mujeres


hasta edades avanzadas, siendo más frecuente su permanencia en los
hombres. Podría suceder que la desaparición del interés sexual en algunas
mujeres se debiera a un mecanismo adaptativo, ante la situación adversa
para ejercer su sexualidad. En ellas, la presencia de un compañero, aceptado
socialmente y sexualmente activo (en general el esposo) es el factor más
importante para mantener la actividad sexual. En los hombres, ésta decrece
notablemente después de los 75 años, en tanto que el interés se conserva;
además, en ellos la actividad sexual depende menos del estado civil que las
mujeres. Algunos hombres afirmaron en la encuesta de Duke University que
con el tiempo su interés sexual había aumentado; tal vez esto podría
deberse a que es difícil para la población masculina confesar el decremento
o la ausencia de interés sexual, por las presiones sociales a las que están
sometidos los hombres en ese sentido.

127
Aunque en general la monotonía, la falta de imaginación y de ternura
inciden negativamente en el interés y la actividad sexual, el varón parece ser
más sensible a una práctica rutinaria del sexo. Otros factores negativos
descritos en el varón por Master y Johnson (1967) son la preocupación por
problemas profesionales y económicos, la fatiga, las enfermedades, los
excesos de alcohol y alimentos y el temor a fallar.

Hay acuerdo entre los autores, y la experiencia clínica lo confirma, que


en la tercera edad la práctica de la sexualidad y la satisfacción que se obtiene
de ella dependen de la vida sexual anterior. Quienes han estado interesados
y activos desde edades tempranas y además han disfrutado del sexo, podrán
seguir gozando de una vida sexual activa. Se ha dicho que se envejece tal
como se ha vivido; esto es cierto también para el sexo.

Es innegable que una característica general del organismo envejecido es


la disminución de la capacidad funcional de los órganos, aparatos y
sistemas. El sexo no tiene por qué contradecir esta premisa y requiere
también de una adaptación a condiciones nuevas. De ahí que algunos
autores hayan insistido que en la vejez el modelo propio de los jóvenes en
el que el coito, con la culminación del orgasmo, es el elemento central, no
es aplicable tal cual y que existen formas alternativas de acercamiento
sexual, como las manipulaciones, las caricias y, en general la intimidad
corporal.

En resumen, desde hace un par de décadas ha surgido, sobre todo en


los Estados Unidos, un interés marcado por la sexualidad en la senectud y
de los numerosos estudios llevados a cabo, se deduce que el sexo, lejos
de apagarse en la fase final de la vida, permanece y ocupa un lugar
importante en la existencia de los ancianos. Todos los especialistas
recomiendan que no se dejen de lado el interés y la actividad sexual en la
senectud; muchos afirman que es más nocivo para la salud física y mental
abandonar las prácticas sexuales que realizarlas con frecuencia.

128
Algunos predican con entusiasmo la necesidad de gozar del sexo en la
vejez, sin tomar en cuenta las peculiaridades individuales y sobre todo, sin
percatarse que si en esta prédica, el modelo es el de la sexualidad de la
población joven, podría crearse un estereotipo tal vez peor que el de una
vejez desexuada: el de una sexualidad que permanece sin cambios y sin los
ajustes necesarios a lo largo de los años.

129
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Erikson, EH.: Infancia y sociedad. Ediciones Hormé. Buenos Aires, 1970.

Krassoievitch, M.: Psicoterapia Geriátrica. Fondo de Cultura Económica,


México, en prensa.

Mc Mahon, A.W. (h) y Rhudick, P.J.: La reminiscencia en la vejez. Una


respuesta adaptativa. En: S. Levin y R.J. Kahana (compiladores) "Los
Procesos Psicológicos en el Envejecimiento". Ediciones Hormé. Buenos
Aires, 1973.

Masters, W.H. y Johnson, V.E.: Respuesta Sexual Humana. Inter-médica.


Buenos Aires. 1967.

Masters, W.H., Johnson, V.E. y Kolodny, R.C.: La Sexualidad Humana.


Volumen 2. Ediciones Grijalbo. Barcelona, 1989.

Tapia Serrano, R.: Climaterio masculino. Presentado en el curso: "Padeci-


mientos más frecuentes en la Senectud". VI Congreso Quinquenal de la
Academia Nacional de Medicina, México, D.F., 16 a 20 de octubre de 1989.

Zetzel, E.R.: Dynamics of the metapsychology of the aging process. En: M.A.
Berezin and S.H. Cath. "Geriatric Psychiatry: Grief,Loss and Emotonial
Disorders in the Aging Process". The Boston Society for Gerontologic
Psychiatry International Universities Press, Inc. New York, 1965.

130
IX. LA VIDA SOCIAL DE LOS ANCIANOS:
UNA PERSPECTIVA ANTROPOLOGICA

Dr. Luis Alberto Vargas


Facultad de Medicina e Instituto
de Investigaciones Antropológicas
Universidad Nacional Autónoma de México

A. LA CULTURA Y LA VIDA HUMANA

El devenir de la vida humana implica necesariamente la satisf acción


constante de necesidades biológicas, psicológicas y socioculturales. Al
llegar a la ancianidad las necesidades se modifican como resultado de las
alteraciones que sufre el organismo, la situación emocional y el lugar que se
ocupa dentro de la cultura y la sociedad.

Para los antropólogos la cultura fiene varias dimensiones, que intervienen


fuertemente en la génesis y la solución de las necesidades de la, vida
humana. En una reciente revisión, Anderson y Carter (1990) han propuesto
las siguientes dimensiones:

1. Las herramientas, que modifican o amplifican las capacidades biológicas


humanas:

a. Amplificadores sensoriales, por ejemplo: el telescopio y el reloj.

b. Amplificadores motores, por ejemplo: el cuchillo y el automóvil.

c. Amplificadores de las capacidades de razonamiento y de pensamiento,


por ejemplo: la escritura y la calculadora.

131
d. Modificadores de las funciones corporales, por ejemplo: las vacunas
y los anticonceptivos.

2. La organización social que comprende:

a. La clase, que combina los niveles económico, social y poder político.


b. El status o prestigio, que es el rango o posición social que se tiene
dentro del o los grupos a que se pertenece.
c. El rol, que incluye las actitudes, los valores y el comportamiento que la
sociedad asigna a las personas que tienen determinado status.

3. El lenguaje, como elemento que permite la transferencia de símbolos


y significados y facilita la aparición de la autoimagen.-

4. La crianza de los hijos, que se encarga de la reproducción de la cultura


y de asignar las posibilidades y los límites de la conducta.

5. La cosmovisión, que proporciona una explicación del mundo, la vida


humana, la muerte y las contradicciones que ello implica. Abarca a la
filosofía, la región, la ciencia, la magia y otros modelos explicativos.

B. LAS NECESIDADES BASICAS DEL HOMBRE

De acuerdo con Abraham H. Maslow, cada hombre tiene una serie de


necesidades básicas que se expresan gráficamente en forma de una
pirámide. En su base se encuentran las necesidades fundamentales, que en
caso de encontrarse satisfechas permiten la manifestación de otras, hasta
llegar al vértice. Dichas necesidades son:

1. Fisiológicas, que son resultado de lo que el hombre requiere como


mínimo para sobrevivir. Entre ellas se encuentran: respirar, comer, excre-
tar, conservar la temperatura, mantenerse hidratado, y otras. Estas

132
necesidades son tomadas en cuenta para la planeación de los espacios
destinados para el hombre, que ofrecen abrigo para las temperaturas
externas o la lluvia, lugares para la eliminación sanitaria de las excretas,
condiciones adecuadas de ventilación e iluminación, abastecimiento de
agua potable o la posibilidad de obtener alimento.

2. De seguridad, que se entiende también como estabilidad, independencia,


protección, o ausencia de miedo. Esta necesidad se manifiesta en dos
campos principales: el físico y el psicológico.

3. De pertenencia, que incluye al amor y al afecto. Esta necesidad se


satisface mediante el contacto con los integrantes de la comunidad:
vecinos, compañeros, amigos, y otros.

4. De estimación, que se manifiesta por dos conjuntos:

a. El deseo de fuerza, de logro, adecuación, maestría y competencia,


confianza ante el mundo, independencia y libertad.

b. El anhelo de prestigio, status, fama o gloria.

5. De autorrealización, que es el resultado de ser lo que se quiere y puede


ser. Esta necesidad se encuentra en el vértice de la pirámide y por lo tanto
es resultado de fuerzas psíquicas personales, pero que resultan de la
existencia plena dentro de un ambiente estimulante.

C. LA SITUACION BIOLOGICA Y PSICOLOGICA DE LOS ANCIANOS

Como todos los modelos, los anteriores son reduccionistas, sin embargo
permiten comprender las grandes líneas de una fenómeno, aunque desde
luego deben afinarse tomando en cuenta la complejidad de todo proceso,
particularmente de aquéllos cuyo protagonista es la especie humana. Para
integrar los dos modelos anteriores a los problemas sociales de los ancianos

133
repasemos ahora cuáles son sus principales problemas biológicos,
psicológicos y sociales.

La acumulación de los años afecta la forma y el funcionamiento del


cuerpo humano, independientemente de la salud. Las principales caracte-
rísticas de los problemas de los ancianos son:

1. Los problemas de salud de los ancianos están ocasionados por factores


intrínsecos (genéticos y derivados del proceso mismo del envejecimiento)
y extrínsecos (ocasionados por la acción del ambiente sobre las
personas). La solución de los primeros requiere de investigación
biomédica básica. El control de los factores ambientales es mejor
conocido, está más al alcance de la tecnología contemporánea, y es uno
de los objetivos básicos de la promoción de la salud.

2. Los problemas de salud de los ancianos aumentan con la edad. En


Latinoamérica dos terceras partes de los ancianos consideraron su salud
entre muy buena y regular, aunque la proporción de mujeres que hizo esta
afirmación fue menor. Más de la mitad de los ancianos latinoamericanos
declaró que sus problemas generales de salud les dificultaban realizar
algo que deseaban hacer, de siempre muy a menudo.

3. Entre los problemas frecuentes de los ancianos se encuentran los de la


visión, audición, y dentición. El aislamiento producido por la dificultad para
la comunicación es uno de los factores que más influye en la pérdida de
capacidad física y mental de los ancianos. La encuesta de necesidades
de los ancianos de la Organización Panamericana de la Salud mostró
que entre un tercio y la mitad de los entrevistados calificó su visión entre
mala y muy mala. La calificación de la audición pasó de mala y muy mala
en el 10% en los menores de 80 años a entre 20 y 33% entre los mayores
de esa edad. El equivalente para los problemas bucodentales pasó de 25
a 50% a partir de los 80 años. En la Encuesta de Necesidades de los
Ancianos en la Comunidad hecha en México durante 1981, conf irmó que

134
la agudeza auditiva disminuye paulatinamente con la edad, llegando a
manifestar problemas un poco más del 70% de los mayores de 85 años,
pero en contraste, solamente el 1.9% de los ancianos del medio urbano
y el 0.6% de los del rural, usan prótesis auditiva. El uso de lentes en
mayores de 60 años fue de 55% en las ciudades y de 33% en las áreas
suburbanas, siendo la visión lejana la más afectada.

4. En Argentina se encontró en 1985 que las principales causas de


morbilidad entre los ancianos fueron: enfermedades cardiovasculares,
de vías respiratorias, digestivas, cerebrovasculares, traumatismos y
envenenamientos, tumores malignos y otras. Las causas más frecuentes
de mortalidad fueron las metabólicas y nutricionales, cardiovasculares
y respiratorias. En Costa Rica durante 1985 se encontró que las mayores
causas de mortalidad entre mayores de 70 años fueron: enfermedades
del aparato circulatorio, del sistema osteomuscular y del tejido conjuntivo,
las respiratorias y las de la nutrición, glándulas endócrinas y
metabolismo. El mismo estudio mostró que las hospitalizaciones fueron
ocasionadas principalmente por: enfermedades isquémicas del corazón,
diabetes mellitus, hiperplasia prostática y obstrucción de las vías
respiratorias.

5. Entre los problemas de salud que requieren atención se encuentran: la


prevención de la aterosclerosis, de los problemas visuales, auditivos y
de la masticación, caídas, osteoporosis, incontinencia urinaria y fecal,
y los problemas causados por tratamientos médicos inadecuados.

6. Las caídas son uno de los problemas más importantes entre los ancianos,
ya que son causantes de incapacidad, discapacidad o cuando menos
inmovilidad, que suele agravar padecimientos preexistentes. Durante
1985 en Costa Rica las estancias hospitalarias, como consecuencia de
caídas fueron más frecuentes y más prolongadas (promedio: 13.4 días
entre los mayores de 60 años). En Estados Unidos los factores
predisponentes más comunes para las caídas entre los ancianos fueron:
uso de sedantes, problemas mentales, discapacidad en los miembros

135
inferiores, reflejos disminuidos, anomalías del equilibrio o la marcha y
patología del pie.

7. Los problemas de salud más frecuentes entre las mujeres ancianas están
constituidos por las enfermedades crónicas, siendo las más f recuentes las
cardiovasculares, tumores malignos, diabetes, obesidad, problemas
osteoarticulares y las alteraciones mentales.

8. Se cuenta con poca información sobre la naturaleza, gravedad y severi-


dad de las alteraciones mentales de los ancianos, sobre todo los no
hospitalizados. Pero se sabe que los problemas que deben ser recono-
cidos en los niveles primarios de atención son el delirio, la depresión, y
las psicosis paranoides. Una muestra pequeña estudiada en México
mostró que las neurosis fueron más frecuentes entre las mujeres y los
síndromes cerebrales sin psicosis, entre los hombres. En un estudio
sobre los aspectos psiquiátricos de los cuidados del anciano en
Latinoamérica, se llega, entre otras, a las siguientes conclusiones:

a) La salud mental de la población añosa de Latinoamérica presenta


evidentes signos de deterioro, deducibles de los indicadores
indirectos como son las tasas de mortalidad por suicidio, cirrosis
hepática y homicidio.

b) No se dispone de información fidedigna sobre la morbilidad


psiquiátrica de los ancianos de Latinoamérica, sin embargo los pocos
estudios llevados a cabo muestran importante patología mental entre
ellos, particularmente alcoholismo, depresiones, cuadros neuróticos
y las demencias secundarias y la de la enfermedad de Alzheimer.

Por lo que respecta a los problemas mentales, los más frecuentes y que
están ligados a la edad son: pérdida de la memoria a corto plazo y la dificultad
de llevar a cabo cálculos aritméticos de manera rápida. Algunas
enfermedades como la de Alzheimer sí afectan la capacidad intelectual,

136
pero se duda que dicha disminución ocurra como parte inherente al proceso
de envejecimiento.

9. El costo de la atención médica de los ancianos grava sobre la población


económicamente activa directa e indirectamente, ya que al aumentar el
número de ancianos, es menor la proporción de la población que trabaja.

D. LAS NECESIDADES DE LOS ANCIANOS Y SU VIDA SOCIAL

Con la información anterior contamos con los elementos para


comprender las necesidades sociales de los ancianos. La acumulación
de la edad tiene como principal efecto la limitación de la autonomía, gracias
al deterioro de las capacidades sensoriales, las necesidades particulares
para la alimentación, la osteoporosis y disminución de la agilidad corporal,
los problemas con el control de los esfínteres, las manifestaciones de
enfermedades crónicas acumuladas a lo largo de la vida, la pérdida de la
memoria y el riesgo de padecer caídas. De manera concomitante aumenta
la dependencia del exterior y la necesidad de ayuda. En la práctica y en su
estado más severo, esto se traduce en necesidad de apoyo para vestirse,
comer, subir escaleras y salir a la calle, lo que finalmente confina al anciano
a un cuarto o a una cama, con una pérdida casi completa de su autonomía.
Si aceptamos que el objetivo último de nuestras acciones en beneficio de los
ancianos es la satisfacción autónoma de sus necesidades básicas, en el
marco de la cultura, es posible analizar de mejor manera la vida social de este
grupo de edad.

E. LA SOLUCION SOCIAL DE LAS NECESIDADES FISIOLOGICAS

De acuerdo con la pirámide de Maslow el primer grupo de necesidades


son las fisiológicas, que son las más elementales y cuya insatisfacción
produce mayores problemas. Ellas dependen y a la vez posibilitan la vida

137
social de los ancianos, ya que tienen que ver con aspectos fundamentales
como respirar, beber, comer, dormir, eliminar las excretas, desplazarse,
estar abrigado y tantos otros, que son preocupación de la sociedad y que
casi siempre se procura satisfacer. La vida social va fundamentalmente
encaminada activamente hacia ellas. Son el motivo para la salida al mercado,
el pago de energía eléctrica, de agua, de mantenimiento del drenaje y de
buscar ayuda de los profesionales de las ciencias de la salud. Su
insatisfacción acerca a la invalidez o la muerte y por ello ocupan la base de
la pirámide.

La cultura ha desarrollado multitud de herramientas para satisfacer este


grupo primordial de necesidades. Los amplificadores sensoriales son de
suma utilidad en la vejez, cuando la percepción se encuentra abatida.
Consideremos la función de los anteojos, aparatos para la sordera, la
iluminación adecuada, la ropa y tantos otros elementos que ha aportado la
cultura. También debemos destacar los amplificadores motores como las
licuadoras, bastones, andaderas y tantos otros que permiten a los ancianos
explotar al máximo su decreciente fuerza, flexibilidad, coordinación y
elasticidad. La tecnología moderna ha elaborado multitud de amplificadores
de las capacidades de razonamiento, que por desgracia, tienen un costo alto
y no están al alcance de la mayoría de los ancianos. Entre ellos se encuentran
microcomputadoras que almacenan los números telefónicos y los marcan
directamente, despertadores que al tiempo que suenan encienden la
cafetera y la iluminación de la recamara, e incluso teléfonos "inteligentes"
que llaman a los servicios de urgencia si el anciano no los activa cada
determinado tiempo. Finalmente existen modificadores de las funciones
corporales aplicables en la tercera edad, como las vacunas contra la
neumonía, las prótesis de cadera y tantos otros.

En este terreno queda mucho por hacer. Los diseñadores de espacios y


objetos utilizados por los ancianos conocen de manera incompleta las
necesidades que deben satisfacer con criterio ergonómico. Como ejemplo
se puede citar a los obstáculos que debe vencer el anciano para usar el baño,
en la mayoría de los apartamentos actuales.

138
F. LA SOLUCION SOCIAL DE LAS NECESIDADES DE SEGURIDAD

La necesidad de seguridad se manifiesta en dos campos: el físico y el


psicológico. Para el primero se requiere de protección contra los agentes
físicos externos como la temperatura, la lluvia, los terremotos, y otros, cuya
satisfacción es relativamente sencilla, aunque represente un alto costo
económico. Tal vez sea más difícil la protección contra la propia sociedad.
Cada vez es más frecuente ser testigo del mal trato, despojo, abandono y
homicidio de los ancianos. Para ello la respuesta necesariamente es social.

Indudablemente la ancianidad va aparejada a la inseguridad.

En primer lugar la física: el cuerpo ya no responde "como antes", los


problemas de salud son más frecuentes y se sabe que cada día que pasa
la muerte está más cercana, sin saber cómo llegará, si se acompañará de
dolor o será precedida por la invalidez.

Habitualmente existe la duda sobre si los ahorros de toda una vida


alcanzarán para lograr una muerte digna. La muerte de los familiares y
amigos cercanos que precede a la propia ocasiona sensación de soledad,
que refuerza la inseguridad.

La sociedad cuenta con recursos adecuados para combatir esta


situación. Durante la crianza de los hijos se inculca el respeto y el apoyo a
los ancianos, normalmente existen sistemas de organización social que
aseguran una pensión, atención médica y un funeral adecuado. Sin
embargo siempre habrá ancianos que quedan solos al margen de la
sociedad y que requieren atención especial. Para ellos la sociedad debe
contar con sistemas especiales de apoyo.

Los componentes religiosos de la cosmovisión suelen brindar un gran


apoyo para la obtención de la seguridad, ya que proporcionan una explicación
sobre la vida humana y una esperanza para después de la muerte.

139
G. LA SOLUCION SOCIAL DE LAS NECESIDADES DE PERTENENCIA

El sentido de pertenencia de los ancianos depende en gran parte de su


vida anterior. Su desempeño dentro de la familia, el trabajo y la vida social
en general les otorga dicho sentido, pero puede reforzarse a través de
nuevos grupos, como ocurre con los que se forman en los clubes o centros
destinados a las personas ancianas.

A través de la crianza de los hijos se puede reforzar el valor de pertenecer


a ese grupo de edad. La organización social debe también procurar
encontrar roles adecuados para los ancianos. En algunas sociedades ellos
son los responsables de administrar lo que se ha llamado la pequeña justicia,
que se requiere en los problemas familiares, entre vecinos, o en problemas
mercantiles. Lo fundamental es que los ancianos ocupen un nicho activo en
la sociedad a través del cumplimiento de un verdadero rol social.

H. LA SOLUCION SOCIAL DE LAS NECESIDADES DE ESTIMACION

En cuanto más cercanas al vértice de la pirámide se encuentran las


necesidades humanas, más dependen del propio individuo que de su
entorno. Sin embargo, la sociedad puede establecer sistemas de estímulo o
reconocimiento para los ancianos. Por ejemplo, en algunos lugares se les
otorgan descuentos económicos para el transporte y para ciertas
actividades sociales como las de recreación. Pero lo más importante es
crear un clima afectivo positivo para los ancianos en general, lo que
solamente es posible a lo largo de la crianza de los hijos.

140
I.LA SOLUCION SOCIAL DE LAS NECESIDADES DE AUTORREALIZA-
CION

La autorrealización es un fenómeno personal que solamente puede


favorecer o reforzar la sociedad creando un ambiente adecuado. Es la
consecuencia final de la interacción entre el individuo y su entorno. Es la
cosecha que se hace en la vejez de lo sembrado a lo largo de la vida: bienes,
recursos económicos, amistades, intereses, amor y todo lo que resulta de
la vida misma.

J. COMENTARIOS FINALES

La vida implica necesidades biológicas, psicológicas y socioculturales


que se satisfacen a través de la sociedad. Pero el tránsito por el tiempo
ocasiona cambios en los organismos que modifican sus necesidades y
dificultan su satisfacción. La sociedad necesita responder a esta nueva
situación que presenta cada persona que llega a la ancianidad. Sin embargo,
ninguna sociedad humana está preparada para afrontar el creciente número
de ancianos que puebla nuestro planeta. Hasta ahora se habían empleado
pocos recursos, que no habían requerido de la organización que hoy hace
falta. La situación que se presenta es totalmente nueva. Por ejemplo, las
familias estaban capacitadas económica y emocionalmente para apoyar a
un abuelo, ahora lo deben hacer con más de uno, y que alcanzan edades
mayores que las del pasado. Los sistemas de atención médica tiene cada
vez mayor demanda. Los sistemas de pensiones se encuentran en crisis.
Los jóvenes no están preparados para envejecer y menos aún para brindar
apoyo y afecto a los ancianos.

Nuestro reto como personas comprometidas con la vida y la sociedad,


consiste en plantear soluciones novedosas y crear una verdadera cultura de
la atención del anciano.

141
X. EL PACIENTE ADULTO MAYOR CON DISCAPACIDAD

Dr. Felipe Martínez Arronte


Jefe de la División de Geriatría.
Hospital para Enfermos Crónicos "Dr. Gustavo Baz"
Estado de México

A. INTRODUCCION

Ser viejo, de bajos ingresos, del sexo femenino y pobre, son factores
asociados con alta probabilidad de tener limitaciones en sus capad. .des
funcionales.

Tradicionalmente la medicina se ha dirigido a los aspectos curativos de las


enfermedades, mas que al manejo prolongado de sus consecuencias, este
modelo es adecuado para condiciones agudas, mas no para pacientes
crónicos.

Kane menciona que los diagnósticos son un índice inadecuado de salud,


ya que el grado de severidad de una enfermedad con gran declinación
funcional es mayor que los mismos diagnósticos en general (1)

En cambio el usar una evaluación f uncional en un momento adecuado y de


una manera continua resultará en una monitorización del estado de salud y
en un bienestar psicosocial.

B. MODELO DE DISCAPACIDAD

La Organización Mundial de la Salud propuso en 1980 un modelo de


discapacidad para que sea conocido por todos los trabajadores de la salud.(2)

143
Este modelo presenta la siguiente clasificación en: alteración o daño,
discapacidad y finalmente invalidez o desventaja social .

A continuación se da la definición de cada uno de ellos.

Daño: Cualquier pérdida o anormalidad anatómica de la f unción fisiológica


de un órgano. Cuando el grado de limitaciónfuncional es suficiente, la dificultad
o incapacidad a realizar actividades de la vida diaria produce unadiscapacidad.

Discapacidad: Ocurre en la persona y representa cualquier restricción


de capacidad para realizar una actividad dentro de un rango, considerado
normal para una persona de la misma edad, cultura y educación.

Invalidez: Ocurre a nivel social cuando las condiciones son impuestas


a la persona, en tal forma que la pone en desventajas por las normas sociales,
políticas y limita al individuo, por los roles sociales esperados.

Con todo esto se le da una gran importancia a una evaluación funcional


integral que ncs va a ayudar a conocer las capacidades y limitaciones que un
individuo experimenta, através de algunos instrumentos que medirán laforma
de realizar actividades que son necesarias en la vida diaria.

Uno de los propósitos de analizar la capacidad funcional del paciente es


descubrir la presencia de necesidades no encontradas a todos los niveles:
médico, psicosocial y ambiental de ésta a todos los demás y de esta manera
desarrollar intervenciones apropiadas.

Existe una gran variedad de instrumentos que se aplican para conocer


la funcionalidad, el mejor será el más práctico que se está estudiando. Con
la evaluación se identificarán las necesidades del paciente como son los
recursos que se necesitan para brindar una ayuda adecuada. Estos recursos
pueden incluir apoyos de un servicio formal, ya sea de una institución o

144
de la comunicación, aquellos servicios pueden incluir transporte, atención
personal, actividades sociales, compra y preparación de alimentos, etcétera,

La evaluación funcional colecta información que representa a las expecta-


tivas individuales de vivir con discapacidad; análisis de estos resultados,
revelarán la reversibilidad de la discapacidad y las indicaciones para terapia
de rehabilitación. Por otra parte dará a conocer la dificultad del manejo de la
discapacidad del paciente, consideramos que es frecuente que identifique-
mos pacientes difíciles por lo tanto tenemos que conocer las características
de nuestro paciente con discapacidad.(3)

C. EL PACIENTE DISCAPACITADO

La discapacidad puede afectar alguna de las facultades que poseen los


seres humanos como pueden ser la movilidad, la comunicación o la interven-
ción social.

Esta discapacidad puede ser temporal o permanente, mayor o menor.(4)

Se tienen que evaluar el paciente desde el punto de vista clínico y funcional,


identificando todas las causas de inmovilidad, alteraciones en las
comunicaciones y pérdida de la interacción social.

Inmovilidad: La inmovilidad ocurre cuando por un defecto congénito daño


o enfermedad resulta dolor, limitación del movimiento, deformidad, incluyen
espasticidad, pérdidade la sensibilidad y por disminuida tolerancia al ejercicio
y alteración psicológica. Las capacidadesfuncionales del movimiento, pueden
ser evaluadas por la observación, a través de diferentes pruebas del autocui-
dado, conocida como actividades de la vida diaria.

Comunicación: Unicamente se menciona que los problemas de la


comunicación incluyen alteraciones del lenguaje, del habla y de la producción

145
de la voz, cuando un paciente presenta alguna de estas alteraciones se le
debe de dar una verdadera atención con la participación del especialista del
área y llevando a cabo las terapias recomendadas, ya que con frecuencia se
observa que los pacientes de edad avanzada no reciben ninguna atención en
este terreno.

Interacción social: Bajo circunstancias normales, todos tenemos la


necesidad de vivir con una f amilia y de pertenecer a una comunidad, ya que
en situaciones especiales se va a necesitar de su apoyo.

En el momento que se presenta una discapacidad se observan dificultades


de aceptación para el paciente, tanto en su casa como en la comunidad donde
vive y esto es debido a una serie de barreras físicas como son las escaleras,
las puertas de entrada estrechas, la no existencia de rampas, transporte
inadecuado, etcétera.

La sociedad mantiene estas barreras por desinterés e ignorancia, por otra


parte se piensa que tanto las familias como las comunidades rechazan al
discapacitado a través de la ausencia de autonomía para actuar.

Existen cuatro estados de respuesta emocional a la discapacidad:

1.- Negación
2.- Depresión y apatía
3.- Miedo, hostilidad y agresión
4.- Aceptación

Durante las primeras semanas la mayoría de pacientes niegan la severidad


real y la extensión de la alteraCión. Hay una negación en donde el paciente
expresa que no puede estar permanentemente paralítico y que va a caminar.
Esto puede persistir por semanas o meses, rara vez se acepta una explicación
de los verdaderos hechos.

146
Sin embargo la realidad llega a hacer aparente gradualmente y se va a
presentar la depresión o la apatía.

La severidad de esto varía y aquéllos que están a cargo del paciente,


deben vigilarlo pues en algún momento puede presentar intento de suicidio.

Para algunos la depresión puede prolongarse y durar varios años, en


cambio otros manifestarán rápidamente un estado de agresión, que para
quienes están a su alrededor ya sea familiares o personal del equipo de salud,
resultará en un principio difícil de manejar, pero para el paciente será un signo
positivo, ya que estará saliendo de su depresión para ubicarse en su realidad
y es el momento preciso para iniciar un programa de rehabilitación.

En la planeación de este programa es muy importante identificar una serie


de factores que puede dificultar la rehabilitación como puede ser:

1.- Alteración física severa


2.- Nivel educativo bajo
3.- Antecedentes de alteraciones en la personalidad
4.- Familia con actitudes de sobreprotección o de rechazo
5.- Actitud de indiferencia hacia el discapacitado

Todos estos factores ensombrecerán el propósito del paciente desde el


punto de vista de la rehabilitación, por otra parte un paciente con discapacidad
tendrá un buen pronóstico, cuando reúne los siguientes factores:

1.- Ausencia de un deterioro funcional muy severo


2.- Buen nivel educativo
3.- Personalidad estable
4.- Ligera agresividad
5.- Familia que ayuda, pero no sobreprotege
6.- Sociedad con recursos'')

Cuando se hayan identificado todos estos factores, que ayudarán a estable-

147
cer un pronóstico, se iniciará un programa de rehabilitación; para esto
es muy importante que el paciente conozca toda la información con respecto
a su discapacidad y a las metas de la rehabilitación y se debe comprometer
para que cumpla todas las indicaciones de dicho programa.

De igual manera debe participar la familia con responsabilidad e interés.

Es recomendable acudir al domicilio del paciente y hacer una evaluación


de su ambiente con la finalidad de identificar todas sus necesidades en el
propio lugar donde vive.

Todas las actividades que se le propongan al paciente, deben de darle


alguna satisfacción o esto se reflejará en el futuro comportamiento del
paciente. No se debe olvidar que el compromiso en alguna actividad, es
fortalecido cuando se le encuentra un significado a dicha actividad.(5)

Actualmente la rehabilitación moderna ha propuesto que los programas en


su mayoría sean ambulatorios, con el propósito de evitar la institucionali-
zación del paciente y por otra parte abatir los costos, sin embargo esto no
siempre ha sido posible y se requiere de algún apoyo institucional, pero debe
de tratar que este servicio sea brindado a través de programas de día, donde
el paciente pueda ir al hospital a recibir el tratamiento durante parte del día
y regresar a dormir a su domicilio.

Recomendaciones que se deben tener presentes en el adulto mayor con


discapacidad en su domicilio o en una institución:

1. En las instituciones deben existir rampas con pendiente baja


2. Los estacionamientos deben estar cerca de las áreas de vivienda de los
residentes.
3. Deben evitarse materiales de construcción que ocasionan una superficie
irregular.
4. Las vías de entrada deben ser amplias (80 a 90 cm.)

148
5. Deben instalarse pasamanos en los baños, alrededor de la regadera,
en el W.C. y en todos los lugares necesarios, por donde circula el
paciente.
6. Deben colocarse sistemas eléctricos y comunicaciones de emergen-
cia.

En el caso de residentes con sordera, se conectará una luz de emergencia


a los timbres.(6)

Todas estas recomendaciones son importantes, sobre todo en las


instituciones para que se les proporcione un ambiente más adecuado acorde
a las necesidades y les permita ser más independientes y tener más seguridad.

Por otra parte se ha observado que cuando un paciente es egresado a su


domicilio o a otra institución, después de haber recibido un tratamiento de
rehabilitación, el paciente presenta un deterioro a su funcionalidad después
de haber presentado una mejoría, se piensa que esto está en relación a que
los cuidadores primarios del paciente que en su mayoría son los propios
familiares no reciben la información apropiada, y por lo tanto no participan en
favorecer la independencia del paciente, en otras ocasiones el ambiente al
que regresan es inadecuado y en otros casos son pocos los participantes.

Con todo esto se debe trabajar a través de programas de entrenamiento


para los cuidadores, ya que aunque desconocerán cuál es exactamente en
la actualidad la situación del discapacitado geriátrico.

En México el porcentajede pacientes está incrementándose y únicamente


se dispone de los datos de la encuesta nacional de invalidez. Tabla 1.

Por todo esto se debe proponer mayor esfuerzo por los programas de
rehabilitación geriátrica con programas de día.

149
TABLA I

CAUSAS DE DISCAPACIDAD EN MAYORES DE 65 AÑOS


EN MEXICO

ARTROPATIA 25%

CEGUERA 19%

TRAUMA 17%

OTRAS 15%

SORDERA 11%

HEMIPLEJIA 7%

AMPUTACION 6%

(FUENTE: ENCUESTA NACIONAL DE INVALIDEZ)

150
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. Kane, Rosalie and Kane Robert: Uses and abuse of measurement in


long term care, assessing the elderly, Lexington Books, 1988, pp. 1

2. Granger, C,: Goals of rehabilitation of the disabled elderly: a conceptual


aproach, in aging and rehabilitation, Springer, 1986. pp 27-33

3. Rubenstein, L.: GeriatricAssesment, Clinics in Geriatric Medicine. 1990.


pp. 1-14

4. Hunt, T.: Rehabilitation of the aged patient primary care geriatrics. 1980.
pp. 91-95

5. Levine, R. and Gitlim, L,: A model to promote activity competence in


elders. The American Journal of Occupational Therapy. 1993. pp. 47:147-
153

6. Steinferd, E.: Adapting housing for older disabled people, housing the
aged. Elsevier 1987. pp. 332-339

151
XI. LA ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE
DEL ADULTO MAYOR

Dr. Carlos D'Hyver

La educación gratuita es una realidad en nuestro país. La primaria y la


secundaria, junto con la instrucción preescolar suman de 12 a 15 años de
estudios, teóricamente obligatorias, para toda la población.

Las leyes laborales contemplan la capacitación permanente en el trabajo,


como una responsabilidad compartida entre la empresa y trabajadores.

Pero los jubilados están excluidos, de esta forma 4'988,158 personas


de más de 60 años de edad se encuentran con dificultades educativas y
culturales (6.1% de la población total del país). No tienen derecho aparen-
temente de mantenerse al corriente de la evolución de un mundo que ellos
contribuyeron a crear. De los cerca de 5 millones de personas de la tercera
edad, 1.9 millones no contaban en 1990 con instrucción alguna, 1.6
millones no terminaron la primaria, 662 mil habían concluido este ciclo, y
poco más de medio millón tenían algún estudio postprimario. Compara-
tivamente las personas de más de 60 años de edad duplican en porcentaje
al grupo población de 1 5 años y más en la carencia de instrucción; 32.9% para
los primeros y de 13.4% para el segundo grupo (casi una de cada tres
personas sin instrucción, son de la tercera edad). Como es lógico pensar las
mujeres son las más perjudicadas ya que el 42.2% no tuvieron la oportunidad
de estudiar.

Estos datos nos demuestran que la población de edad avanzada que vive
esta situación actual se encuentra realmente desprotegida en el campo
cultural. Los esfuerzos que se realizan en la educación permanente son el

153
resultado del trabajo y ahínco de los actuales jubilados que desean una
superación; son los que gracias a su empeño de superación y desarrollo
humano lograrán los cambios legislativos que dieron origen a la formación
continua. La población teóricamente desprotegida es ávida de información
y educación, sin embargo se le relega bajo la consigna de que no será de
utilidad su capacitación; ya que productivamente hablando no dará benefi-
cios económicos, y este punto es el que prevalece en muchas de las personas
que tienen el poder de decisión.

Para una educación permanente, que tendrá lugar a través de toda la


existencia, deberá corresponder una psicología del desarrollo, que contribui-
rá a la caída de las barreras que la edad ha creado.

De acuerdo con Bishof y Bramley el envejecimiento humano debe ante


todo ser considerado como un proceso que se lleva a cabo todo el tiempo
que dure la existencia, y que la investigación científica debe estudiar como
tal, y no debe concretarse sólo en las últimas etapas de la vida.

El estudio del desarrollo humano y sus relaciones con la formación


tiene perspectivas que favorecen el desarrollo de una educación permanen-
te, que lejos de propiciar la segregación por edades, contribuye a la
comunicación intergeneracional.

Reconsiderar, a la luz de la experiencia de la formación de mayores,


las relaciones entre edad y formación y ver la vida humana como una mezcla
más armoniosa de tiempo de formación de producción y de placer. Los
diferentes componentes de la actividad humana, en lugar de ser como es el
caso actual en las sociedades occidentales, separadas y consecutivas,
deberán ser redistribuidas a lo largo de la vida.

Hay que poner en evidencia un aspecto ignorado de la formación de


adultos (la posibilidad de seguir una formación a través del tiempo y que
ésta se vea seguida de un aspecto productivo).

154
Hay que desarrollar una educación permanente integral, formular horas
de trabajo alternante con una jubilación a la carta y revalorizar la creación,
de esta manera las tres facetas de la progresión hacia una sociedad
verdaderamente educada, en la que el ser humano no verá su existencia
derivada en tres etapas sucesivas en donde las generaciones no sean
segregadas en grupos de edad.

El llegar a la edad de jubilación no es en sí un obstáculo a la formación.


Las personas grandes pueden aprender y lo hacen, y sus proyectos no son
incompatibles con los de los sujetos jóvenes, aun si la presencia de
estudiantes ancianos en los grupos de formación exige la utilización de
técnicas específicas.

Por el momento nos encontramos en presencia de una enseñanza


diferente, no solamente porque se trata de una enseñanza sin programa,
sin control ni restricción, sino porque es totalmente desinteresada; ya que no
se encuentra ligada a objetivos productivos (como los entendemos) y
tampoco busca la remuneración económica.

Enseñanza libremente escogida, sin obligaciones exteriores y sin resul-


tados a demostrar. Es una formación ligada a la persona que la escoge, de
acuerdo a su experiencia, a sus aspiraciones y a sus motivaciones
profundas.

La formación de adultos está siempre limitada en tiempo, mientras que la


educación del viejo no tiene límite.

Hasta ahora no se ha buscado que el fin sea la producción, sino un


desarrollo del ser humano viejo. La formación ha sido vista no como un fin
personal, sino en función de la rentabilidad económica que representa.

Podríamos hablar de las diferentes razones por las cuales los jubilados

155
quieren aprender y sin embargo hay una serie de obstáculos que se
imponen: la f uerza disminuye, la vista y el oído bajan, los gestos son menos
fáciles, el cuerpo tiende a la rigidez y a la aparición de dolores lo que
lleva a una disminución de la autoimagen.

Las dudas sobre las facultades mentales; los cambios en los deseos,
en las necesidades, en las aspiraciones. Para muchos, la inmensa mayoría
no cambian pero la sociedad los malinterpreta.

Un cambio de actitud colectiva llevaría a la posibilidad de utilizar la


experiencia y los conocimientos adquiridos en la vejez a una puesta en
servicio de los mismos que no sólo diera beneficios sociales y personales.

Los cambios pedagógicos necesarios para su buena utilización de


personas de edad avanzada contemplan la posibilidad de ser utilizadas en
sistemas educativos de otras edades.

Debemos considerar que existe placer al enseñar pero también placer


al aprender, este último poco valorizado y aceptado ya que generalmente nos
sentimos obligados, presionados, por un resultado.

La falta de comprensión del ideal a alcanzar y de los objetivos buscados


en cada materia dan como resultado dificultades personales y colectivas.
Si luchamos por una educación permanente acabaremos con la división
nefasta de educación, actividad, placer que no deben ser tres edades
diferentes sino tres dimensiones de la vida.

Para lograr enseñar y por lo tanto aprender se requiere de una cierta


cantidad de factores que cada uno por separado no llegaría a cubrir las
necesidades reales de ninguna de las partes (maestro-alumno).

El maestro debe de tener motivación; la cual puede dividirse a su vez en


la motivación interna, que significa compartir experiencia, conocimientos y

156
el placer que da ponerla en práctica. Esto es que para ser maestro no solo
se requiere del conocimiento básico sino del conocimiento práctico,
queremos decir que un profesor que no realiza, practica y demuestra sus
conocimientos es sólo una persona que desde el escritorio da los
conocimientos adquiridos mas no tendrán ni experiencia ni actualización
real. Generalmente nos encontramos delante de gente frustrada, amargada,
en donde no hay una motivación interna. Contraria a la existente en aquella
persona que día a día encuentra problemas que sus conocimientos ayudan
a resolver. La experiencia que la utilización continua del saber da al resolver
las dificultades diarias y compartir éstas.

Por otro lado está la motivación externa que está dada por los resultados
que se obtienen de los alumnos, representados por la utilidad que los
conocimientos adquiridos otorgan, en la vida diaria, la suma de experiencia
y del saber permiten ala persona de edad avanzada resolver problemas,
afrontar nuevos retos, utilizar la técnica moderna y verse favorecidos en lo
general.

Estos resultados dan al maestro una revalorización de su trabajo, este tipo


de motivación externa permite al educador trabajar con mayor ahínco.

Los maestros de personas de edad avanzada, se encuentran ante una


problemática pedagógica, misma que está en relación a los cambios que el
envejecimiento va produciendo en el ser humano. Un buen educador busca
la motivación que mueve al anciano a tomar un curso y basándose en esto
encamina una parte de sus técnicas; la mayor parte de los viejos siguen un
curso con el fin de entretenerse y pasar el tiempo, pocos lo hacen en el afán
de mejorar su nivel de trabajo, otros llevan a cabo su labor de aprendizaje
por superación personal y buscando una mayor integración grupa'. En
función de esto y del conocimiento que tenga el maestro de los fines
perseguidos buscará concentrar los intereses de las personas en los puntos
más afines posibles para lograr que la integración de los alumnos permita
llevar a cabo los planes de estudio.

157
Uno de los requisitos que son indispensables para un aprendizaje es el
poder de atención y concentración que se requiere. Los ancianos como los
niños pierden mucho el tiempo y se distraen con gran facilidad, esto se debe
a que la costumbre mental de la ley del menor esfuerzo hay que romperla.
En muchas ocasiones se deben de hacer ejercicios que fortalezcan estos
campos de la atención y concentración a base de juegos y concursos que
atraen a cualquiera, de tal manera que sirvan como punto de partida para
realizar la transmisión del conocimiento.

El programa que se siga debe contemplar una progresión de la


información, la actividad práctica que debe de realizarse permite que la
repetición de datos sea más fácilmente captada, estructurada y guardada;
aquello que tenga utilidad será desdeñado y olvidado con mayor facilidad.
Al explicar un problema, un tema debe de integrarse y relacionarse con
experiencias personales, dando así la posibilidad al viejo de las reminicen-
cias que tanto agradan a este tipo de personas. Una gran habilidad en el
re-encauzamiento del tema permite al instructor establecer límites de
participación.

La práctica nos indica que el tiempo que se debe otorgar a cada sesión
varía mucho, pero en general es necesario que sea corto 60-90 minutos
como máximo, dando un tiempo recuperación a través de un descanso, un
cambio de actividad, lo que permite una distracción y relajación de la tensión
que puede producirse.

Cada vez que se reinicia un tema es importante hacer relación con el


pasado inmediato de la clase previa; de tal forma que la persona logre
restablecer un vínculo de continuidad dentro del mismo tema.

Los pequeños concursos que se puedan establecer de manera práctica


ayudan al alumno a lograr una mayor atención, la repetición de datos en
estos momentos da la consolidación de la información que se requiere. Se

158
ha demostrado que para una gran parte de la población es útil la comparación
de sus virtudes y conocimientos. El reto del enfrentamiento personal con
otro compañero es estimulante. Si bien es cierto existen personas que no son
capaces de afrontar este período y es obligación del maestro identificar
estos sujetos, de tal forma que lo que se hace es utilizarlos como "réferis"
intermediarios entre los concursantes, favoreciendo el interés del grupo en
todo momento.

Por otro lado es necesario referirnos al viejo como sujeto que aprende;
esto es tan variable como personas existan, queremos decir que no todos
somos capaces de retener una información y menos aun utilizarla en nuestro
provecho.

La capacidad mental es individual, y varía no solamente en función de


una anatomía cerebral pre-existente sino de la eduCación que se recibe.
La utilización de las facultades mentales requiere de un entrenamiento
dirigido durante tantos años como existencia tenemos.

Se requiere del conocimiento de otros para obtener el nuestro; los padres,


los maestros de educación preescolar, escolar y sobre todo de la vida que a
través del tiempo nos guían hacia un acervo propio. Desde el más insignifi-
cante de los seres humanos hasta el más sabio buscan parámetros de
referencia que le permitan continuar su camino.

El cerebro en sí tiene límites mal definidos en cuanto a su capacidad


mental, ojalá sepamos utilizarla adecuadamente un día.

Se dice que la inteligencia y las aptitudes se desarrollan durante la


infancia y adolescencia, alcanzando su máximo potencial alrededor de los
30-35 años de edad para iniciar su disminución. Esta disminución se piensa
es debida a los cambios y transformaciones biológicas propias del enveje-
cimiento.

159
Esta creencia popular no ha podido comprobarse a pesar de las múltiples
investigaciones que se han efectuado. Al contrario, cada vez que se analiza
el tema salen a relucir personajes como Einstein, Winston Churchill, etc., que
demuestran lo contrario. Una vez más hemos de mencionar que el enveje-
cimiento es diferencial lo que significa que cada órgano que compone el
cuerpo humano envejece a ritmo diferente y que cada ser lo hace a su vez
de sus congéneres.

Las funciones intelectuales no disminuyen globalmente, aunque


cambian de una manera distinta y existen diferencias individuales en el modo
de cambiar.

La inteligencia, a pesar de ser usada con frecuencia como una capacidad


mental, ha tenido diferentes concepciones; algunos la utilizan para referirse
a la capacidad de adaptarse a situaciones nuevas, otros a la capacidad de
memoria, o como índice de la posibilidad de relacionarse y comprender
símbolos abstractos. Por lo que el funcionamiento intelectual contempla la
memoria, habilidades, vocabulario, experiencia, forma de resolver proble-
mas, etcétera.

Ojalá nuestra inteligencia nos permita adaptarnos para satisfacer adecua-


damente las necesidades biológicas, psicológicas y sociales en circunstan-
cias cambiantes ya que éstas varían enormemente a través del tiempo; ya
que no son las mismas a los 45-65 u 85 años de edad. Aquí es cuando
ponemos en entredicho lo que significa la inteligencia. Aunque tendremos
que aceptar que el medio ambiente que nos rodea influye enormemente en
estas variantes.

Se ha comprobado que las funciones intelectuales ligadas a la


inteligencia fluida (capacidad de adaptación a situaciones nuevas a través
de una aproximación lógica y sistemática, agilidad mental) disminuyen con
la edad, mientras que las relacionadas con la inteligencia cristalizada
(conocimientos acerca de asuntos materiales generales, vocabulario,
comprensión de lenguaje, etc.) aumentan con los años.

160
La inteligencia fluida la adquirimos a través de lo que aprendemos de los
hechos, acontecimientos o situaciones que nos ocurren en nuestro diario
vivir, y de la experiencia de nuestra conducta con las cosas (aprendizaje
incidental), reflejando el grado en que hemos desarrollado un estilo de
pensamiento particular, independiente de contenidos culturales.

La inteligencia cristalizada reflejaría el conocimiento que adquirimos


en el colegio, en la familia yen el trabajo (aprendizaje intencional), mostrando
el grado en que hemos incorporado conocimientos y destrezas culturales,
ya que el proceso de culturización va aumentando en el curso de la vida,
el conocimiento que refleja este tipo de inteligencia también tiende a
aumentar.

La pérdida en la rapidez de ejecución (lentificación) sería un proceso


primario del envejecimiento. Esta lentificación afecta diversos aspectos de
la conducta y el comportamiento en la persona de edad como son: velocidad
con que se actualiza una información o con que se evoca un recuerdo,
velocidad con que se resuelve un problema, rapidez de aprendizaje, tiempo
requerido para tomar una decisión, tiempo necesario para responder ante un
estímulo, etcétera.

Por esto es importante distinguir en la persona de edad avanzada las


capacidades que conocemos como habilidad y agilidad.

La habilidad es la capacidad para realizar una tarea determinada, la


agilidad es la velocidad con que la ejecutamos. Por eso la persona de edad
avanzada es hábil, sin embargo la agilidad disminuye.

La capacidad de aprendizaje: las personas de edad avanzada presentan,


en general, dificultades para procesar y retener información nueva, pero
una vez que la aprenden se comportan, en ese sentido, como los más
jóvenes.

161
La disminución en los rendimientos de aprendizaje se encuentra
relacionada con la lentificación y con la inseguridad.

Aprender algo significa mantenerse actualizado; por lo que ser, estar y


tener presencia es sumamente importante; las personas que no conocen el
presente porque no están informados o no lo aprenden, son relegadas yen
muchos casos consideradas anormales con enfermedades degenerativas.

El mundo cambia y la ciencia avanza a pasos gigantes, proponemos la


educación como el mejor medio de permanencia social, de actualización
diaria.

En el caso de los ancianos, se ha considerado por muchos años


inexistente la formación continua y la educación formal, sin embargo día
con día vemos como esto es f also y los viejos buscan aprender y actualizarse.

La evolución fisiológica hacia la vejez, la falta de entrenamiento de la


memoria hacen difícil el aprendizaje, donde las funciones cerebrales deben
de estar intactas para que sea posible su utilización. Para que una persona
de edad avanzada sea capaz de aprender es necesario llenar una serie de
requisitos además de tener su cerebro en posibilidades de funcionamiento
completo.

El cerebro humano requiere de una diversidad de factores para un


adecuado funcionamiento que dependen de otros órganos y sistemas como
es el caso de los nutrientes que dependen del aparato gastro-intestinal; la
oxigenación de la sangre que varía, de acuerdo a la función del corazón y
pulmones.

Sin embargo hay otros órganos que si bien no aportan materia prima
sí tienen que ver con la información que se recibe como es el caso del ojo
y el oído, que sin su actividad no sería posible tener los datos para el
adecuado procesamiento y funcionamiento.

162
Por otro lado existen factores que determinan la fuerza con que la
información se procesa y se acepta, éstos en algunos casos son muy
importantes, y son: atención - concentración - motivación y finalidad.

Estos factores socio-psicológicos pueden ser causa de olvido o


aprendizaje y se convierten en ciertas ocasiones en las bases de los
ejercicios de rehabilitación de la memoria.

163
XII. LAS PENSIONES Y LAS JUBILACIONES

Dr. Manuel Barquín Calderón


Facultad de Medicina,
Universidad Nacional Autónoma de México

A. INTRODUCCION

El resultado en las últimas décadas de la medicina preventiva, la curativa


y una paulatina mejora en sus condiciones de vida, ha propiciado un gradual
y progresivo envejecimiento en la estructura por edad de la especie humana.
Los avances han sido particularmente acentuados en los países desarrolla-
dos y se espera que aún en los subdesarrollados se observe dicho fenómeno
del año 2000 en adelante.

En México este proceso ha acontecido a finales del siglo actual, simultá-


neo a la ocurrencia de una fuerte disminución de la mortalidad a partir de la
terminación de la Revolución Mexicana (1920).

Así pues el grupo de edad de 60 y más años en México, que de acuerdo


con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, la población
de adultos mayores de 65 y más años será de más del 6% en el año 2000,
constituyendo una cantidad que oscilará entre 6 y 7 millones de mexicanos.

Por otra parte se ha observado tradicionalmente que ha habido una


diferencia significativa en todos los países y en todas las épocas, pues la
mujer presenta una sobrevivencia de dos a tres años, sobre los individuos
varones, sin que exista un estudio definitivo, se puede afirmar que la mayor
exposición a riesgos: accidentes, guerras, etc., y el desgaste que implica el

165
trabajo en los varones, así como algunos malos hábitos: alcoholismo,
tabaquismo, etc., contribuyen a determinar estas diferencias en la
sobrevivencia de los sexos; por lo que es importante considerar la incidencia
del trabajo en la sobrevivencia de la especie humana, máxime que en la
medidaque se desarrollan los países hay unatendencia a emparejarlas cifras
de población activa de ambos sexos y a incrementarse desde los 65 años de
edad, que aproximadamente corresponde a una reducción de 35% en la tasa
de mortalidad en la vejez, y contribuye con 2.7% a la ganancia de 31 años en
la esperanza de vida al nacer (Gráfica 1).

GRAFICA 1

Esperanza de vida al nacer (años) en


América Latina y Subregiones para
1980-1995 y 1995-2000

50

50

•o

BO

o
ARAS& lavaza Coto Par Sag Swirla Catire/ Salo Cut>. latino caribe

al talo-1015 17.] 105-11300 =2 a. swato


11•••••• Dalla Ja pila

166
El efecto del descenso de la mortalidad en el envejecimiento relativo de la
población mexicana durante el período posrevolucionario apenas se percibe
como una leve alza de la proporción de mayores de 65 años de 2.5% en 1930
a sólo 3.7 en 1990, debido a la alta fecundidad que provocó un mayor
aumento en la proporción de niños y jóvenes. No obstante en el progresivo
descenso en el nivel reproductivo a partir de 1970 y se espera que el proceso
se acelere en el futuro. La fracción de viejos alcanzará el 6.1% en 2010 y en
el muy largo plazo (2024) hasta el 19.8%, cuando la población del país sea
estacionaria.

Ante este progresivo e inevitable proceso de envejecimiento de la especie


humana, surge la interrogante acerca de la capacidad de las sociedades del
siglo XXI para generar los suficientes excedentes económicos que satisfagan
las demandas de una producción cada vez mayor de población vieja; según
una reciente valuación actuarial del Instituto Mexicano del Seguro Social
(I MSS), demuestra que a cuarenta y ocho años de su fundación los pensio-
nados por invalidez representaban el 2.4% de los trabajadores cotizantes; por
vejez el 3.3% y el total 5.7%. Las expectativas para el año 2000 prevén que
los pensionados representen el 3.7, 4.1 y 7.8%, respectivamente; y para 2040
cuando se haya cumplido un siglo de existencia del I MSS podrán alcanzar
hasta 12.8, 25.5 y 38.1% en las categorías mencionadas lo que hace pensar
que difícilmente podrán proteger a la población jubilada, en condiciones
satisfactorias, con los esquemas actuales.

B. DIAGNOSTICO

Las condiciones en que viven los ancianos en este país, según una
muestra representativa en individuos que viven en colonias populares en la
ciudad de México, de acuerdo con las investigaciones que realizan en forma
conjunta la Facultad de Medicina y la Escuela Nacional de Trabajo Social, con
el patrocinio de la Dirección General de Asuntos del Personal Académico

167
según los resultados de la investigación autorizada con la clave número
IN505191 (*), demuestran que este grupo de individuos de la tercera edad
está constituido por las dos terceras partes de individuos de sexo femenino
y una tercera parte del sexo masculino.

Las edades de este grupo poblacional en 61% se encuentran entre los 60


y 69 años de edad, el 28% pertenecen al grupo de 70 a 79 años, el 8% a la
década considerada entre los 80 a los 89 años y sólo el 3% sobrepasan los
noventa años. En un 60% son alfabetos y su estado civil es el siguiente: 61%
son casados, 31% viudos, solteros el 6% y divorciados el 2%. (Gráficas 2 y
3).
GRAFICA 2

Edad de los ancianos


Colonia Isidro Fabela Tialpan

250

200

150

100

50

60-69 70-79 80-89 + 90

Ancianos

(*) Se aplicó la encuesta de la OPS: La epidemiología del envejecimiento en América Latina


y el Caribe, en 406 residentes de la Col. Isidro Fabela.

168
SEXO DE LOS ANCIANOS

COLONIA ISIDRO FABELA. TLALPAN

CATEGORIA FRECUENCIA PORCENTAJE

Mujer 239 59%


Hombre 165 41%

Encuesta Fac. de Medicina y Esc. Nal. de Trabajo Social. UNAM

GRAFICA 3

ESTADO CIVIL DE LOS ANCIANOS

COLONIA ISIDRO FABELA. TLALPAN

CATEGORIAS FRECUENCIA PORCENTAJE

Casados 230 61%


Viudos 118 31%
Solteros 21 6%
Divorciados 7 2%

Encuesta Fac. Medicina y Esc. Nal. de Trabajo Social UNAM

169
En lo referente a escolaridad el 43% no tuvieron acceso a la educación el
40%; no terminaron la primaria y sólo lo hicieron el 13%; se inscribieron en
secundaria el 2% pero sólo terminaron el 1% y en esa misma proporción
tuvieron acceso a estudios universitarios. (Gráfica 3.1)

La mayor parte de los ancianos viven con su núcleo familiar un 36% con
sus hijos e hijas el 24% con otro tipo de familiar y el 23% con su cónyuge y
finalmente el 17% con una persona conviviente.

El 84% dicen estar muy satisfechos o por lo menos satisfechos con las
condiciones en que viven, pero una proporción mayor (un 45%) acusa
problemas de salud; en segundo lugar refieren diversos problemas el 19%
dificultades relacionadas con sus viviendas.

GRAMA 3.1

Escolaridad de los ancianos


Colonia Isidro Fabela Tialpan

Ninguna 1132
43%

Universidad 2
1%

Prim. Completa 48 Seo. Incompleta 8


13% 2X

Sec. Completa 3
IX

Prirn. Incompleta 150


40X

":22111.*I'dirtif VAtt

170
Sin embargo, la mayor parte de los ancianos (51%) consideran su salud
regular el 25% buena y sólo el 23% relata que su salud es mala entre estos
últimos se encontró que el 7% presentan algún grado de incapacidad
relacionada con la vista, la locomoción o la audición, lo que implica que cerca
del 29% hayan sido sujetos de rehabilitación.

Sin duda, la mayor incapacidad se relaciona con la dentición, pues cerca


del 20% carecen de piezas dentarias, y el 31% restante le faltan la mayoría
de éstas aún cuando sólo la mitad usa prótesis.

La incapacidad más importante se refiere al hecho de salir y hacer visitas,


y de preparar sus alimentos; aún cuando una proporción del 50% realiza
labores caseras, toman sus medicinas, se visten y peinan por sí solos; suben
escaleras, se bañan, se cortan las uñas de los pies, van al retrete o sanitario
y sólo la minoría tienen que ser ayudados por algún familiar.

Las personas que más ayudan a los ancianos en actividades de la vida


diaria son; en orden decreciente: (Gráfica 4).

GRÁFICA 4
Persona que más ayuda a los ancianos
en las actividades diarias
Calidad

Número de ancianos

40
Las hijas, el o la cónyuge, los hijos y otros familiares.

Las dos terceras partes de los ancianos utilizan servicios médicos y


dentales de instituciones de seguridad social y de éstos el 50%, el Instituto
Mexicano del Seguro Social, un 20% el Instituto de Seguridad y Servicios
Sociales para los Trabajadores del Estado, un 1% los Servicios de Petróleos
Mexicanos, y el resto otras instituciones. La proporción de gente satisfecha
con los servicios es mayor del 50% y el 7% manifestaron que dichos servicios
no son oportunos y cerca del 5% se quejaron de mal trato en relación con los
médicos y 2% de los ancianos se quejaron de maltrato del personal no
médico. (Gráfica 5)

GRAFICA 5

Instituciones a las que tienen derecho


los ancianos
Colonia Isidro Fabela, Thilpen

1MSS
201 50%

PINITC
6 1%
Atención Medica

M212242aTiFift

172
En lo referente a proveedores de servicio médico, los ancianos manifes-
taron un 43% que utilizan los médicos institucionales, un 31% acuden a
médicos privados, el 11% a la beneficencia pública o servicios estatales yen
proporciones que oscilan alrededor del 1% los enfermos ancianos acuden a
enfermeras, homeópatas, yerberos, boticarios y el 7% de los ancianos
afirmaron no consultar a nadie. (Gráfica 6).

GRAFICA 6

Personas o Instituciones que atienden


a los ancianos

Número de ancianos
*00

150

100

° So coonila 111d. bit 1100 1'nt. Ilefonano 00~0~ Yeelmo Botin bistre>. los4. Feb.

En lo referente a la atención dental la mitad de los ancianos se atienden


con dentistas particulares, y sólo el 24% acuden a instituciones públicas, el
1% beneficencia privada y el resto no se atienden con ningún odontólogo;
manifestando el 69% encontrarse muy satisfechos o satisfechos por lo menos
con el servicio dental.

173
Las enfermedades que dijeron afligirles más frecuentemente son de orden
degenerativo: diabetes, hipertensión arterial, artritis, diversas incapacidades
en las extremidades, agregado a esto, el 7% de los ancianos tienen tan poca
visión que se consideran ciegos y el 5% del grupo, tienen problemas de
audicion. (Gráfica 7).

Problemas de salud más frecuentes


en los ancianos
Colonia Isidro Fabela Tialpan

Diabetes 56
32%
P. Extremidades 24
14%

Artritis 42
24%

Hipertensión 52
30%

Ancianos

1:2•211r.t.lttaltre.""

En lo que se refiere a dentadura, a la mayoría le faltan piezas dentarias y


la décima parte de ellos están incapacitados para masticar.

Por supuesto, que las acciones que se deban ejecutar para que vivan más
años y en mejores condiciones incluyendo las socio-económicas, en lo
referente a ingresos principalmente deben enfocarse dentro de un contexto
más amplio en que se hagan programas, primero de: educación para la salud
para que estas personas de la tercera edad puedan conservar su salud y
capacidad por mucho tiempo.

174
A esta medida preventiva, hay que agregar el adiestramiento de los
familiares que desean cuidar en su domicilio a sus viejos y por último, tomar
las providencias necesarias para que los ancianos puedan ser admitidos a
hospitales generales o de especialidad; sean éstos convencionales o sólo
unidades médicas de día.

Completarán todas aquellas acciones que requieren la congruencia


internadel sector salud y la coherencia externa o extrasectorial que garantice
la suma de los esfuerzos de todos.

C. CONDICIONES SOCIALES DE LOS ANCIANOS

A este respecto, cabe aclarar, que la seguridad social juega un papel muy
importante en la condición económica de los ancianos, a pesar de que se
supone que este grupo poblacional está retirado, un 16% de éstos tienen un
trabajo remunerado y en la encuesta manifestaron: el 65% de ellos desean
trabajar por tener necesidades económicas. El 31% de los ancianos están
pensionados y la mayor parte de ellos se retiraron entre los 60 y 65 años de
edad. (Gráfica 8).

La mayor parte de los pensionados son por vejez, después por viudedad,
por años de servicio y sólo el 6% por invalidez. (Gráfica 8.1).

Aún cuando pudiera considerarse que su principal problema es el econó-


mico, los ancianos manifestaron que su salud es su principal preocupación.

175
GRAFICAS 8 Y 8.1

Edad de retira de los ancianos


Colonia Isidro Fabela

Porciento
40

30

20

10

O
44-59 60-64 65-89 70-74 75-79 80-84 85-90
Edad en 11114
Maliat• 17%1. Malgama tilá
anua

Tipo de pensión de los ancianos


Colonia isidro Fabela Tlalpan

Pens.noContrib. 0.5%
1

Viudez 25R Invalidez CR


30 8

Anos de servicio 27R


32

13.713t424t217'

176
En cuanto a ingresos mensuales se encontraron las siguientes proporcio-
nes:

NUEVOS PESOS ANCIANOS POR CIENTO

0 - 99 9 228%
100 - 199 18 4.56%
200 - 299 38 9.64%
300 - 399 54 13.20%
400 - 499 48 12.18%
500 - 599 31 7.86%
600 + 78 19.79%
NA 118 29.94%

394 99.95%

CONCLUSIONES

La colonia urbana llamada Isidro Fabela, es uno de tantos asentamientos


humanos irregulares de hace 30 o 40 años, de gente proveniente de las
regiones rurales del país y cuya exigencia a las autoridades municipales, dio
como consecuencia que tengan resueltos los problemas de saneamiento
básico, lo que les permite tener acceso a los aparatos eléctricos y electrónicos
caseros.

Los ancianos, aún considerando que poseen la casa en que viven, en su


mayor proporción no podrían subsistir con sólo la ayuda que les provee la
jubilación, cuyos montos, en la mayor parte de los casos son inferiores al
salario mínimo.

177
Esta situación les hace desear volver a trabajar lo cual implica; que en su
mayoría se jubilaron cuando aún tenían capacidad para laborar y quizá, la
dañina políticade pretender pensionar ancianos sanos, para dejar lugar a los
jóvenes; no sólo ha sido lesiva para los propios pervivientes de la tercera
edad; sino que muchas industrias han perdido sus más valiosos asesores,
dado que los pervivientes han almacenado una enorme cantidad de informa-
ción que en muchos casos es indispensable para el buen desempeño de una
negociación, fábrica o institución productora de servicios, los ancianos del
grupo estudiado acusan como principal problema su salud, lo cual se explica
porque el organismo humano se va desgastando perdiendo resistencia al
ataque de enfermedades, lo que es propio de todas estas edades, para lograr
el objetivo de ofrecer una atención de calidad a las personas que en la mayor
parte de los casos, han dejado la mejor parte de su vida y de salud al servicio
de la colectividad, se presentaran posteriormente algunas sugerencias.

Como marco de referencia legal para otorgar una mayor importancia a los
ancianos, identificando, en primer lugar, aquellos grupos de alto riesgo,
formular políticas que permitan el tratamiento eficiente y eficaz de los
ancianos concentrando los recursos en los lugares donde se presentan
pervivientes con más graves riesgos; así como apoyar a los grupos familiares
y comunitarios para atención del mencionado perviviente en su domicilio y
con su grupo familiar o bien desarrollando hospitales de día y clubes. Así
como ofrecer los servicios de rehabilitación cuando esto sea necesario.

La creación de las instituciones tanto médicas como sociales debe estar


de acuerdo con las necesidades sentidas; en este campo no se puede
desdeñar la responsabilidad de las instituciones de seguridad social, las
políticas, en resumen deben tratar de adaptar las orientaciones programáticas
de los organismos internacionales como la OPS/OMS que prescriben una
serie de puntos básicos.

178
RECOMENDACIONES

Sin duda, el anciano en la actualidad, en todos los países transcurre en


situación precaria y abandono familiar y social, que poco se diferencia de
cuando la humanidad nómada al cambiar de hábitat buscando otros terrenos
en donde recolectar y cazar, abandonaban a sus viejos e inválidos a toda
suerte de riesgos, considerando además que su incapacidad les impedía
colaborar en la adquisición de alimentos, resultando por esto, una ominosa
carga para la colectividad.

En la actualidad aún cuando las actitudes del grupo familiar o de la


comunidad no son diferentes hacia los ancianos y en muchos casos los
descendientes buscan o desean su pronta desaparición para disfrutar sus
posesiones, el hecho de vivir en sociedades organizadas y estables, conduce
a la creación de mecanismos sociales, que sin duda deben ser el apoyo más
importante para la sobrevivencia y bienestar de los ancianos.

Así pues, los sistemas de pensiones que tuvieron su origen en el principio


de la caridad cristiana o en las leyes de los pobres de los países anglosajones,
constituyen a veces el único apoyo efectivo para los ancianos; máxime, si la
evolución de las instituciones mencionadas desemboca un verdadero siste-
ma de seguridad social, cuyo apoyo económico, agregado a la atención
médica, resuelve las necesidades sentidas de los grupos de la tercera edad
que se han estado estudiando.

Sin embargo, la comunidad y la familia pueden complementar estos


apoyos proporcionando la alimentación y actividad física de sus viejos y
reforzando estas actividades, con la asesoría de profesionales formados
especialmente en el campo de la gerontología.

En cuanto a los sistemas de atención médica, sin duda los programas de


atención primaria a la salud, deben tener un gran impacto en el grupo de

179
personas de la tercera edad, promoviendo desde la prevención hasta el
diagnóstico oportuno y el tratamiento precoz, así como la rehabilitación
necesaria en caso de secuelas incapacitantes, que son la consecuencia de
las enfermedades crónicas degenerativas que se presentan en estas eda-
des.

En resumen, programas con congruencia intersectorial y coherencia


extrasectorial, son de recomendarse para la mejor atención para las personas
de edad avanzada, entre éstos las recomendaciones de la OPS/OMS,
constituyen recomendaciones que merecen tomarse en cuenta:

Otorgar a la salud del anciano mayor importancia dentro de las políticas


sociales y el proceso de desarrollo.
Mejorar la capacidad de análisis de situación e identificación de grupos de
alto riesgo.
Formular políticas y programas que persigan la equidad en salud con
respecto a otros grupos de edad y el desarrollo de servicios específicos.
Concentrar recursos en intervenciones eficaces contra daños y riesgos
que condicionen deterioro funcional.
Desarrollar alternativas a la institucionalización y mejorar las posibilidades
de apoyo familiar y comunitario al anciano sano o enfermo.

Finalmente, no se puede soslayar que no habrá sistemas de pensiones o


de seguridad social efectivos, cuando los países transitan por procesos
inflacionarios provocados, muchas veces, por desaciertos financieros o
corrupción, lo que hace obligatorio exigir un mayor compromiso de las
sociedades contemporáneas con toda la población en general y con los
grupos vulnerables: niños, mujeres en edad reproductiva y ancianos, a través
de las instituciones que apoyan estos grupos humanos.

En resumen las condiciones económicas de la inflación, han conducido a


los ancianos a la situación de sobrevivir y apoyarse en su grupo familiar, la
ventaja de ser en su mayor parte propietarios de la casa en que viven, ha

180
impelido a sus hijos a asociarse con ellos y apoyarlos económica y socialmen-
te, máxime que a la nueva generación le resulta muy difícil adquirir casa
propia, por lo que los ancianos están muy satisfechos; y sobre todo para sus
hijos el cuidado de sus menores le es indispensable para desarrollar una
actividad productiva. (Gráficas 9 y 9-1)

La vivienda de los ancianos


Colonia Isidro Fabela Tlelptun

70

BO

SO

40

SO

RO

10

o
Seth». Co.,. Cae. Pern.Cntl. m Pay. Yente Reata Fu.. Otee

Mega Mala

Grado de satisfacción de
los ancianos con su vida
Colonia Isidro Fabela Tlalpan

Satisfecho 314
84%

Insatisfecho 81
18%

Ancianos

tri.1,124:ra•lurt*"
Las pensiones y los ingresos que reciben, son totalmente insuficientes y los
satisf actores de que disfrutan: vivienda con: agua potable, drenaje, electrici-
dad que les permita accionar los aparatos electrodomésticos: televisión,
refrigeradores, en la mayor parte de las casas: teléfono, lavadoras eléctricas,
etc., son el resultado de vivir en una urbe a finales del siglo XX, cuyas
condiciones son muy diferentes de las que disfrutaron en su niñez post-
revolucionaria en una provincia.

Con todo, el papel de la seguridad social para la mayoría de los habitantes


de la colonia Isidro Fabela, ha sido muy importante, pues a pesar de ser
modesta la pensión, tanto el anciano como su cónyuge, tienen ingresos; de
otra manera, la carga que resultaría sostener al anciano sería más pesada
para su familia.

Es de recomendarse el estudio de algunos puntos adicionales por parte de


investigadores en este campo: tratar de aumentar en forma progresiva e
insensible la edad mínima de jubilación, el período de calificación y el monto
de las cuotas obrero-patronales.

Sin perjuicio de que las instituciones de seguridad social estudien con


mayor profundidad algunos puntos de los que se destacan en este trabajo.

1. Indexar en forma efectiva las pensiones en relación con el proceso


inflacionario.
2. Aumentar el período de calificación para obtener una pensión en el caso de
enfermedades generales, un mayor monto.
3. Procurar subir paulatinamente los montos de las cuotas, para que los
pervivientes disfruten de una mejor calidad de vida.
4. Subir paulatinamente la edad de jubilación o pensión.
5. Constituir un grupo de trabajo de muy alto rango académico que se avoque
a estudiar a fondo la problemática integral de los ancianos con el objeto de
ir instrumentando las medidas racionales que tengan que aplicarse en
todos los campos.

182
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las Instituciones Públicas y Privadas. Trabajo presentado en el II Seminario
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183
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184
XIII. LA VEJEZ EN LA EPOCA PREHISPANICA

Antropólogo José Antonio Tascón Mendoza


Centro Interamericano de Estudios
de Seguridad Social

Algunos aspectos de la vida cotidiana de la población prehispánica


de México han llegado hasta nosotros por medio de los cronistas coloniales,
cuyas obras contienen valiosa información. De esta forma es posible, pese
a la destrucción cultural que generó la conquista, conocer aspectos
importantes de la organización social, política y económica de los antiguos
mexicanos, así como cuestiones relacionadas con sus conocimientos y
prácticas médicas, su moral, religión, educación, etcétera.

Respecto a la división de las edades existente de la población en la


época prehispánica es poca la información con la que se cuenta. Sobresale
entre las fuentes el Códice Mendocino y los escritos de Fray Bernardino de
Sahagún, quien en su obra Historia General de las Cosas de Nueva España,
dejó asentada información en la que se tratan las actividades que se
realizaban en cada una de las etapas de la vida del varón y de la mujer.
De esta manera, se conservan algunos testimonios acerca de la situación
y el papel social que desempeñaban los ancianos, así como las
consideraciones y el respeto al que eran merecedores.

Al hablar de la vejez, los textos presentan el doble panorama de aquellos


individuos que han llegado a la edad avanzada en pleno uso de sus
facultades mentales, y de aquellos que, por haberla perdido, se han
convertido en una pesada carga. Se menciona a los primeros, cuando son

185
varones, como dueños del fuego del tonalli 0). Sus valores más grandes son
la experiencia, la posibilidad de transmitir a la familia los conocimientos
tradicionales, su autoridad, su ejemplo moral y, en términos generales, sus
dotes como instructores. En el caso de las ancianas, se hace resaltar en ellas
su carácter de elementos cohesivos de las familias, su calidad ejemplar, la
dirección que ejercen sobre las mujeres de la casa en lo que toca a las labores
manuales, y su naturaleza de símbolos de linaje. Los viejos malvados se
caracterizan como inútiles, incapaces de ser ejemplos de vida recta, y
deteriorados intelectualmente.

En el Códice Florentino (2), se asienta el concepto que los antiguos


mexicanos tenían del anciano:

Viejos
El viejo es cano, tiene la carne dura, es antiguo de muchos
días, es experto, ha esperimentado muchas cosas, gano
muchas cosas por sus trabajos. El buen viejo, tiene fama, y
honra, es persona de buenos consejos, y castigos, cuenta las
cosas antiguas, persona de buen ejemplo.

El mal viejo, finge mentiras, es mentiroso, borracho, y ladron,


es caduco, fanfarron, miente, finge.

(1) Entidad anímica, ponía al hombreen relación con el cosmos; fuerza vital que proporcionaba
al individuo vigor, valor, calor y que permitía su crecimiento. Su asiento principal se encontraba
en la cabeza. Podía abandonar el cuerpo a consecuencia de una fuerte impresión, lo que
originaba enfermedad. La creencia en esta esencia vital tiene vigencia entre algunos grupos
étnicos del país, en los que se ha sincretizado con el concepto cristiano del alma.
(2) Códice Florentino, libro décimo, "de los vicios y virtudes", Capítulo tercero, hoja 7. Edición
facsimilar, Secretaria de Gobernación, 1979.

186
Viejas
La vieja esta siempre en casa es casera, es guarda de la
casa.
La vieja honrada, manda a los de casa lo que han de hazer,
es lumbre, es espejo, es dechado. La vieja ruyn, es como
rincon, como escuridad, engaña, y deshonra.

El hombre que lograba sobrevivir a la guerra y a la enfermedad, y que


llegaba a una edad suficientemente venerable como para ser contado entre
los ancianos, que desempeñaban un papel tan importante en la familia y
política, podía disfrutar durante sus últimos años de unavida apacible y llena
de honores.

Si había sido militar o funcionario, recibía alojamiento y alimentos en


calidad de retirado. Incluso siendo simple macehualli, tomaba lugar en los
consejos de su barrio. Era el ancargado de pronunciar discursos en todas
las circunstancias ameritadas por la etiqueta y las costumbres. Respetado
por todos, daba sus consejos, amonestaba y advertía. En los banquetes y
en las comidas familiares se le permitía embriagarse sin temor a ofender a
sus deidades, en compañía de los hombres y las mujeres de su generación.

A partir de los trabajos de investigación del historiador Alfredo López


Austin (3) , se puede profundizar en la importancia del rol social asumido por
el anciano en la época prehispánica.

Se consideraba que la edad y los cargos desempeñados aumentaban la


fuerza del tonalli. Esta fuerza se relacionaba con la honra y como energía

(3) López Austin, Alfredo. Cuerpo humano e ideología. La concepción de los antiguos nahuas.
Tomo I, México, UNAM, 1984.

187
de naturaleza "caliente"; es decir, muy poderosa por su conexión con el Sol,
astro generador de la vida sobre la tierra. Dos de las palabras que
significaban "anciano" eran chicáhuac y pipinqui, ambas quieren decir,
"recio, fuerte". Estos términos no aludían a la fuerza física, sino a ese vigor
que se creía daban los años y la honra, y que se iban acumulando tanto en
el tonalli como en el teyolía (4) hasta hacer del muy anciano un ser
verdaderamente poderoso.

Cuando el fuego era acompañado de una inteligencia lúcida, hacía del


viejo la única persona que podía estar al frente de cargos de importancia. Lo
anterior queda claro en la palabra huehueyohuan que Fray Alonso de Molina
en su vocabulario Náhuatl (5) registra como "mis ministros de justicia"; el
sentido literal es "mis ancianos". Otra palabra que aparece en la obra de
este fraile es huehuetialía, "dar cargo y oficio honroso a otro"; literalmente
es "yo asiento a alguien como anciano".

Se llegaba a la ancianidad a los 52 años, esto es, cuando la vida del


individuo había transcurrido a lo largo de todos los años que componían el
ciclo indígena, cuando la persona había recibido las influencias de las 52
combinaciones posibles de los 13 numerales y los 4 signos numerales de
los años. Al respecto, en el Códice Magliabechiano se refiere:

Cuando esta figura dicha fenecía, y los individuos viejos


llegaban a ella a ser de este tipo, que habían pasado en
vida todas estas cuentas, que son cincuenta e dos, decían
que ya habían atado los años y eran viejos y jubilados.

Por la edad, los viejos merecían honores, consideraciones y privilegios.


La solidaridad social hacia los ancianos se refleja en los verbos huehuechi-

(4) También se llamaba Yolía. Era la principal entidad anímica, su mayor concentración se
encontraba en el corazón. Sólo se separaba del individuo tras la muerte. A ella se debían las
principales funciones de la conciencia.
(5) Molina, Alonso de. Vocabulario Náhuatl-Castellano. México, Ediciones Colofón, 1966

188
hua, ilamachihua y huehuetihua. Los dos primeros quieren decir "hacer
parcionero a otro de alguna cosa, "ser convidados a bodas, o ser
participantes de alguna cosa buena". Literalmente significan "hacer anciano
a alguno", "hacer anciana a alguna" y "hechos viejos".

La utilidad de estos hombres de avanzada edad en comunidades


sedentarias hacía necesario que se les rodeara con un halo protector
fundado en el respeto. Pero el temor acompañaba a la idea de admiración,
temor fundado en la naturaleza misma de la fuerza que el anciano iba
adquiriendo con los años y la fama. El tléyotl (honra, fama, esclarecimiento),
integrado por la absorción de la energía de todos los signos de los años,
llegaba a convertirse en una fuerza monstruosa cuando la vuelta del tiempo
se duplicaba. Podía acontecer que un hombre, después de haber llegado
a la ancianidad, viviera todavía un ciclo más y alcanzase a cumplir 104 años.
Entonces, sus vecinos y familiares tenían miedo y se apartaban de él,
diciendo que ya no era hombre, sino fiera animal.

De la fuerza del anciano nos hablan, en forma poética, los informantes de


Sahagún:

El abuelo, el abuelo de la gente. El abuelo de la gente es


duro, recio, cano, de cabeza blanca, Se hizo perezoso. Ya
no es de cualquier manera su corazón: se divinizó.

A pesar de que la fuerza del anciano decrecía al grado de que podía ser
calificado como "flojo", su corazón adquiría poder divino . El anciano era un
yoltéotl, como el artista, el inventor, el hombre muy sabio y el adivino, que
eran considerados seres de facultades extraordinarias. El aumento de la
fuerza vital era benéfico tanto para el mismo viejo como para su comunidad,
ya que tenía por corolario un acrecentamiento de sabiduría; sin embargo,
sus emanaciones eran temidas si la relación del viejo con los seres débiles
era demasiada próxima.

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Pero la inteligencia podía decrecer vertiginosamente con el avance de
los años, hasta hacer del viejo "por segunda vez un niño" (oppa piltontli).
En este caso la fuerza del tonalli, acompañada de la estupidez, hacía del
hombre muy viejo un ser dañino y monstruoso.

De acuerdo a su cosmovisión, los antiguos mexicanos concebían a la


tierra como un lugar de sufrimiento; sin embargo, la vejez era estimada como
un gran don de los dioses.

Vale la pena señalar que aún hoy, entre varios grupos étnicos de nuestro
país, se pueden observar supervivencias de estas creencias prehispánicas.
Por ejemplo, los nahuas y tzotziles hablan de la gran fuerza anímica de los
ancianos, que puede convertirlos en seres peligrosos. La "sombra" de los
viejos, según los nahuas, ha adquirido poder con los años, y puede dañar
a los niños, muy débiles de "sombra" (6), a través de la mirada. Para los
tzotziles la fuerza de los ancianos aumenta, tanto con la edad como por el
contacto que establecen con sus dioses, en el desempeño de los cargos
públicos. Los viejos, así, atesoran calor en sus corazones.

De igual manera las consideraciones y el respeto que recibían los viejos


todavía sobreviven en la sociedad indígena; así, es difícil ver a un viejo
indígena estar ocioso, pues siempre su grupo familiar se encarga de
asignarle una tarea de acuerdo a sus capacidades, que a pesar de estar
disminuidas, no dejan de ser útiles. Existen otras actividades dentro y fuera
de la familia en las que el anciano tiene la posibilidad de demostrar su
sabiduría y experiencia adquiridas con los años, al desempeñar importantes
cargos civiles o religiosos en bien de su comunidad. Quizá, este aspecto
coloque al anciano indígena en una condición relativamente mejor a la que
viven sus similares occidentales. Es claro que la actitud de los indígenas con

(6) Entidad anímica, sinónimo del tonalli o alma. Algunos autores opinan que probablemente
sea un concepto de origen africano, introducido por los contingentes de esclavos negros que
llegaron durante la Colonia y que fue asimilado por determinados grupos indígenas de México.

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respecto a sus ancianos es el resultado de una sabiduría adquirida a través
de los siglos, sabiduría que ve en el anciano el reflejo del futuro de cada
individuo. Sería una muestra de racionalidad el tomar ejemplo de ellos, y así
hacer sentir útiles a los viejos, además de brindarles el respeto del que han
sido despojados en nuestra actual sociedad.

191
DIRECTORIO

CONFERENCIA INTERAMERICANA DE ORGANIZACION PANAMERICANA DE


SEGURIDAD SOCIAL LA SALUD

LIC. GENARO BORREGO ESTRADA SIR GEORGE ALLEYNE


Presidente Director OPS/OMS

LIC. MA. ELVIRA CONTRERAS DRA. ELENA RESTREPO


SAUCEDO Directora de la División de Promoción y
Secretaria General Protección a la Salud, Washington, D.C.

DR. ELIAS ANZOLA


Asesor Regional del Programa de los
Ancianos OPS/OMS

DR. JOSE LUIS ZEBALLOS


Representante OPS/OMS en México

CENTRO INTERAMERICANO DE ESTUDIOS DE SEGURIDAD SOCIAL

DR. ALVARO CARRANZA URRIOLAGOITIA


Director

DR. GENARO VEGA VEGA


Tdular División Medicina Social
Compilación a cargo del doctor Guillermo Fajardo Ortiz, de la División de
Medicina Social del CIESS.

Apoyo en la captura: María de los Angeles Arellano Berrocal.

Para su edición se utilizaron los servicios de diseño por computación a


cargo del Area de Comunicación, Información y Relaciohes Públicas del
Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social, con la participa-
ción del licenciado Juan José Zermeño Córdova, Jefe del Area y de
Noemí de la Cerda Rodríguez y Julio Adolfo Galván Zárate.

Se terminó de imprimir en abril de 1995, con un tiraje de


2,000 ejemplares, más sobrantes para reposición.

Impreso en México, D. F., por Editorial Piensa, S. A. de C.V.,


Avenida México No. 89, Colonia Agrícola Pantitlán, México 08100, D. F.
Esta obra, selecci6n de trabajos escritos por destaca-
dos especialistas de America Latina, tiene como prop6-
sito introducir a los lectores a estudios mas avanzados.

- Cubrir temas generales.


- Explorar temas innovadores.
- Expresar diversos puntos de vista.
- Referir citas y expresiones de otras instituciones y
expertos, para dar a conocer el pensamiento del
autor.

Estos trabajos reflejan un gran interes, tanto por los


problemas te6ricos, como por los practicos, reciente-
mente planteados.

La amplia experiencia del Centro Interamericano de


Estudios de Seguridad Social y de la Organizaci6n
Panamericana de la Salud, se manifiesta al presentar
esta acertada recopilaci6n de trabajos.

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