Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Hace algunos años, en una linda casa en medio del campo vivía una familia de
tres hijos y su madre, la cual se unió al poco tiempo con un hombre, convirtiéndolo
en padrastro de los pequeños, pero; este tipo era muy violento, maltrataba a los
niños sin razón, les quitaba sus alimentos, les negaba el agua, hasta los golpeaba
solo por gusto.
Aunque trataba muy mal a los tres niños, parecía tener un odio mayor por la hija
de 10 años, a quien golpeaba de forma más salvaje, llegó un día hasta el punto de
arrojarla por las escaleras… y la pequeña murió al momento.
La casa pasó a manos de otra familia, que duró poco tiempo en ella, pues
escuchaban a menudo la voz de la pequeña pidiendo ayuda.
Las siguientes personas que habitaron esa casa, se quedaron el tiempo suficiente
para escucharla llorar y gritar en medio de la noche, hablando cuando la gente
estaba de espaldas y al voltear no veían nada… también golpeaba en ocasiones la
puerta para pedir un poco de agua, pero; lo más inquietante de su presencia, era
cuando se paraba en la escalera… pues no se sabe si estaba cuidando a los demás
para que no cayeran, o a propósito aparecía para tirarlos como lo hicieron con ella
y corrieran su misma suerte.
Siguen sin conocerse sus intenciones, pues hasta el momento el hecho de verla,
para muchas familias ha sido suficiente… y la casa ahora permanece abandonada
porque esa niña estará ahí por siempre.
Al pasar de los días, el hombre se sumía en una profunda depresión, pero no podía
evitar notar que su pequeña mostraba total entereza ante el hecho, animándolo en
todo momento. Sin saber que en realidad el buen ánimo de su hija se debía a saber
que su madre ya no estaba.
Una tarde la niña salió al parque con sus amigas, y su padre le encargó un corazón
de cerdo para la cena. Pero cuando terminó de jugar la carnicería estaba cerrada,
así que tubo la macabra idea de profanar la tumba de su madre y arrancarle el
corazón… así tampoco dudo en comerlo durante la cena junto a su padre.
Justo en este lugar se puede ver a un pequeño niño nativo americano, parado a
mitad del camino en su bicicleta, hay quienes solo lo observan, pero muchos otros
lo han golpeado, por la rapidez en la que aparece frente a los vehículos e un
momento a otro, al bajarse del auto a prestar ayuda al herido, este no está, ni
siquiera su bicicleta, pero se observan en los autos las abolladuras, o marcas de
manos ensangrentadas en el parachoques, algunos otros solo lo han visto ir de
rodillas por el camino todo herido, pero al acercarse hasta donde está, el chico
solo se desvanece. Y es porque se dice que hace algún tiempo ese niño fue
atropellado en ese preciso lugar de la carretera y enterrado en la primera fila del
Cementerio Timber Ridge.
Reno es otra ciudad a lo largo de la Ruta 66 que cuenta con su propia leyenda. Al
circular por ahí puede verse el fantasma de un hombre jorobado. Vistiendo un
abrigo marrón y un sombrero que le cubre los ojos. Le encanta aparecer en las
noches de niebla o de lluvia. Pidiendo aventón, quienes lo han llevado en sus
coches, dicen que es un tipo educado que agradece la buena acción y pide que lo
dejen en el camino pocos metros después, al reanudar la marcha puede verse que
el hombre camina frente al auto, sin importar cuánto se acelere no se le puede
rebasar, durante varios kilómetros se mantiene flotando al lado del camino hasta
que simplemente desaparece.