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MARIANA LUCÍA CONTRERAS - NICOLÁS STEVEN CABALLERO – BUDISMO

INTRODUCCIÓN

Mucho antes de la llegada de Jesucristo al mundo, los monjes y las personas en


occidente ya encontraban un refugio en Buda y en su enseñanza. Siddharta
Gotama se había convertido en la imagen divina de la paz del hombre, de la
auténtica felicidad e inteligencia alcanzada por él mismo, demostrando así que la
salvación al sufrimiento de la vida humana no solo era posible, sino que también
era vital lograr la salvación al sufrimiento espiritual. Por consiguiente, el budismo
fundamenta sus bases en la práctica moral constante, aquel devoto que coloque
en práctica las verdades de Buda junto con sus principios morales está en su
camino hacia la suprema iluminación, por lo tanto, en vez de solo permanecer en
una posición pasiva donde el seguidor únicamente crea y discuta sobre el
budismo; es necesario que éste ponga en hechos la doctrina (el dharma), así
pues, alcanzará a vivir por sí mismo la experiencia personal de liberación y
sanación que servirá como guía a otras personas.

ENUNCIACIÓN DEL PROBLEMA

El creyente budista reconoce frente a la comunidad y al mundo que él es el único


responsable de su proceso de liberación, él puede salvarse a sí mismo gracias a
su propio esfuerzo sin necesitar de la ayuda de los demás, puesto que Buda dice
que nadie más podrá hacerlo por él. Por consiguiente, ¿Qué sucede cuando el
hombre no logra entrar en el estado de perfecta liberación (el Nirvana)? Las
personas vacilan continuamente entre lo verdadero y lo falso, entre el bien y el
mal, para esto Buda enuncia: “yo sólo indico el camino”, es decir, Buda no puede
salvar porque cada uno es responsable de su salvación; pero ¿Por qué resulta
complicado llegar al Nirvana para los budistas?

LA EXPOSICIÓN DE LA TESIS
Al conquistar la inteligencia y la voluntad se llega al Nirvana. Este último se
considera el descanso perfecto que se alcanza dentro de la existencia, y es el
único destino aceptable para no continuar reencarnando después de la muerte
(Transmigración). Por consiguiente, el hombre debe comprender que más que
purificar la carne y el cuerpo de toda ilusión y deseo, es purificar el corazón. Llegar
al Nirvana o a la salvación espiritual no es un don, es un proceso que requiere que
el espíritu y el corazón estén purificados para lograr la ascensión mística, la
vivencia absoluta que define la vida intermedia.

LA ARGUMENTACIÓN

Hay tres joyas que definen al creyente: Buda, la doctrina (el Dharma) y la
comunidad (el Sangha), el hombre debe refugiarse en estas joyas como discípulos
en busca de su salvación, sin embargo, existen dos vías extremas que el creyente
tiene prohibidas: La vía del placer y la vía de la austeridad. Ambas son
consideradas como actos bajos, penosos, indignos, groseros inútiles y vulgares
que no conducen a ningún lado. Evitando los anteriores extremos, el hombre
descubre la esencia de la vida intermedia para luego entender por qué esta
conlleva a la paz, al conocimiento, a la clarividencia y al Nirvana; siendo aquí el
punto donde ya es posible enseñar la experiencia a otros.

Para dominar la voluntad y la inteligencia, el budista debe seguir el camino que


lleva a la supresión del dolor, el camino que va desde la ruptura de la ignorancia
hasta el Nirvana, deshaciéndose entonces de la falsa entidad que es el alma. En
consecuencia, el hombre debe aceptar el camino de los ocho tramos: visión
correcta, decisión correcta, palabra correcta, actividad correcta, modo de vida
correcto, esfuerzo correcto, atención correcta y concentración correcta.

LAS CONCLUSIONES: El hombre debe salvarse a sí mismo y alcanzar el Nirvana


por sus propios medios, depende de él renunciar a los deseos del corazón para
purificarse y someter su voluntad a la búsqueda del estado perfecto de liberación,
o sea, la salvación espiritual. Es aquí donde el budismo se fundamenta en la
experiencia espiritual, para luego poder transmitirla.

El budismo reinterpreta la religión hindú profundamente, puesto que esta basa sus
creencias en la reencarnación y el budismo considera que continuar la vida
presente en otra vida es seguir creando nuevos sufrimientos.

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