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LA BONDAD DE DIOS

La bondad de Dios es otro atributo infinito e inmutable. Por


tanto, todo lo que Él hace es bueno. Podemos mirar algún
aspecto difícil de nuestra vida y sentir que el Señor no nos ha
manifestado esta característica. Sin embargo, las situaciones
desconcertantes y nuestro limitado entendimiento no alteran en
absoluto quien es Él. Una circunstancia puede no ser buena, pero
la bondad de Dios no depende de eso.

La Biblia nos dice que Dios es bueno para con todos, y que para
Él no hay acepción de personas .O bien la Biblia está diciendo la
verdad de que Dios muestra su bondad para con todos; o bien,
es falsa, y Dios solo es bueno cuando Él decide serlo y para con
quienes Él elija. A veces, quisiéramos que Él fuera menos
imparcial con su generosidad, cuando a las personas que
consideramos malas les está yendo bien en la vida. Jesús dijo que
el Señor “hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover
sobre justos e injustos” .Podemos tratar de argumentar que las
personas malas no merecen ser tratadas bien en esta vida. Pero
debemos recordar que nosotros, incluso como creyentes,
tampoco merecemos el favor del Padre celestial. Él nos lo da
libremente porque su naturaleza es ser bueno para con los que
ama, y Él ama a todo el mundo, tanto a los creyentes como a los
incrédulos.

La diferencia es esta: si deseamos recibir la totalidad de la


bondad de Dios, debemos creer en Él, aceptar su amor y vivir en
obediencia. A quienes le aman y andan en integridad, Él les
derrama la totalidad de su favor eternamente sin negarles nada

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