A. La Experiencia de Emprender: Perspectivas Económica y Educativa Generalmente se habla del emprendimiento, como una actividad sustancialmente económica, incluso casi siempre se implica que debe desembocar necesariamente en la creación de una empresa. En esta serie de colaboraciones, intentaremos plantear un panorama más amplio y desde diferentes perspectivas para valorar la importancia que esta actividad tiene como “una experiencia de vida y para toda la vida”. La Importancia de Emprender a. Perspectiva Económica En términos generales, desde esta perspectiva, se considera que los emprendedores constituyen la base de la pirámide empresarial y para materializar sus iniciativas en negocios rentables, requieren estructurar un esquema que facilite la constitución de empresas, la permanencia de estas y su crecimiento en el mercado. Lo anterior se debe a que incentivando el espíritu emprendedor del individuo, se espera que al menos este asuma el reto de un proyecto de negocio que generar su autoempleo y en el mejor de los casos que evolucione transformándose en empresario llegando a plantearse la posibilidad de algo que implique el crear más fuentes de empleo, contando en éste caso con posibles apoyos económicos tanto en el sector público como privado. Desde esta perspectiva, se valora la aportación de los emprendedores como actores que contribuyen a la dinámica económica de su comunidad, de diversas formas, especialmente cuando se trata de casos de éxito, basados en una aplicación sistemática de las buenas prácticas desarrolladas en éste ámbito. En este sentido, la experiencia de emprender se valora como factor clave en la dinámica económica y por ello es que se establecen diversos mecanismos y estrategias para apoyarla e incentivarla. Al respecto, se ha detectado que un factor determinante para incrementar la probabilidad de éxito de una empresa que inicia o de un proyecto de emprendimiento, es participar en un proceso de incubación, en el que se proporcione un proceso de formación y acompañamiento sistemático, así como todo un entorno adecuado para ello. Por cierto, en este sentido el Estado de Puebla, por su red de incubadoras, la mayoría de ellas localizadas en Instituciones de Educación Superior, se ubica en el lugar número 12 respecto a la evaluación del Sistema Nacional de Incubadoras. b. Perspectiva Educativa Desde esta perspectiva, se plantea una arista muy significativa en relación a la relevancia de la experiencia de emprender, que resulta especialmente relevante por su trascendencia en el sentido amplio que deseamos compartir en este trabajo. La Educación debe formar individuos capaces de aprovechar y utilizar durante toda su vida cada oportunidad que se les presente para actualizar, profundizar, enriquecer sus conocimientos y realizarse como persona en un mundo en permanente cambio. La educación como su principal propósito tiene el desarrollar el potencial individual, contribuyendo con ello también a una transformación social. La Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI de la UNESCO estableció en 1993, presidida por Jacques Delors y un grupo de 14 expertos, soluciones y lineamientos para la educación en este siglo, basados en 4 pilares fundamentales que son: 1. Aprender a conocer (aprender conocimientos) Se refiere a la dimensión cognitiva, a adquirir instrumentos del conocimiento y los métodos para que el individuo conozca el mundo que le rodea, ejercitando la memoria, la atención y el pensamiento. 2. Aprender a hacer (desarrollar habilidades) Es aprender a poner en práctica los conocimientos, hacer frente a las situaciones que se nos presentan cotidianamente, encontrar nuevas formas de hacer algo, competencias que ayudan a enfrentar situaciones para una mejor calidad de vida. 3. Aprender a convivir (desarrollar actitudes y valores sociales) Se refiere a la dimensión social de la persona, se incluye el descubrimiento del otro, sus razones para discrepar y la empatía para interactuar y comprender a los demás para tender hacia objetivos comunes. Significa aprender a participar y cooperar con los demás. 4. Aprender a ser (desarrollar actitudes y valores personales) Significa que la persona desarrolle su potencial, logre un desarrollo integral, cuente con un pensamiento autónomo y crítico para hacer juicios propios, y decidir en diferentes circunstancias de la vida. Potenciar la libertad de pensamiento, la expresión de sentimientos y de imaginación para que sus talentos alcancen la plenitud, determinen su destino y colaboren en el progreso de la sociedad. Implica el desarrollo de la personalidad, la capacidad de autonomía y responsabilidad personal, para ser protagonista generando cambios que favorezcan el bien común. Sin embargo, es sumamente relevante puntualizar que hoy en día en América Latina el PRELAC (Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe) propone que se agregue un quinto pilar que es el de APRENDER A EMPRENDER. 5. Aprender a Emprender (desarrollar iniciativa y proactividad) Implica la formación de capacidades de iniciativa, de autogestión, de espíritu investigador y de análisis, para fijarse metas, para enfrentar con habilidad las contingencias y aprovechar las oportunidades que se presentan. El desarrollo de una actitud proactiva e innovadora que permita hacer propuestas y tomar la iniciativa para contribuir a la construcción de un futuro posible y sostenible. Es por ello que la educación debe fomentar especialmente en los jóvenes este pilar, para que el día de mañana este “emprendizaje” les sea útil para el resto de su vida. Este pilar, es la base para que los jóvenes puedan enfrentar el mundo profesional y laboral, de acuerdo a su proyecto de vida y lo que van logrando como personas desarrolladas de manera integral, ayudando además a promover un cambio social positivo. En los siguientes plantemientos, buscaremos enriquecer este panorama desde otras perspectivas, centradas en enfatizar la valoración de la experiencia de emprender como como “una experiencia de vida y para toda la vida”.
B. La Experiencia de Emprender: Perspectiva de Proyecto de Vida
En la primera parte de este trabajo, nos planteamos como propósito brindar un panorama más amplio y desde diferentes perspectivas para valorar la importancia que la actividad el emprender tiene como “una experiencia de vida y para toda la vida”. Sobre la importancia de emprender compartimos una reflexión sobre esta actividad generalmente entendida sólo como de naturaleza económica, y la ampliamos analizándola desde una perspectiva educativa, que en América Latina la incluye como uno de los 5 pilares a considerar para la educación en este Siglo XXI por la relevancia que tiene para el desarrollo humano y social. Enfatizamos que implica la formación de capacidades de iniciativa, autogestión, espíritu investigador y de análisis, fijarse metas, enfrentar con habilidad las contingencias y aprovechar las oportunidades que se presentan. El desarrollo de una actitud proactiva e innovadora que permite hacer propuestas y tomar iniciativa para contribuir a la construcción de un futuro deseable y sostenible. Toca ahora complementar esta reflexión, enfocado la actividad de emprender como “Perspectiva de Vida”, es decir, como parte importante de un “Proyecto de Vida”. c. Perspectiva de Proyecto de Vida Para plantear una reflexión significativa desde esta Perspectiva, con base en la relevancia que el emprender tiene en la conformación de un “Proyecto de Vida”, debemos establecer algunos puntos de partida, como los conceptos de “Ser Humano”, de “Calidad de Vida” y de “Proyecto de Vida”. Cuando se habla de “Calidad de Vida”, se hace referencia sólo a aspectos relacionados con un cierto “Bienestar”, es decir, “casa, vestido y sustento”, como sinónimo de seguridad económica o posesión de bienes materiales, se emplean indicadores económicos como el PIB, o en el mejor de los casos se incluyen aspectos relativos a la salud y acceso a los servicios públicos o a un cierto grado de escolaridad, que parecen ser lo que caracteriza más bien la “cantidad de vida”. Sin embargo, podemos identificar personas que entre más tienen resuelto su problema económico, más agravan su frustración, su depresión o su vacío existencial. Y existen a la vez personas que con escasos recursos, muestran elevados niveles de salud integral según el viejo dicho de que “rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita”. Así pues, Calidad de Vida, tiene que ver con algo más que economía o salud, abarca la totalidad del ser humano, incluyendo aspectos que se refieren al “Bienser” y que casi no contemplamos, por su estrecha relación con el concepto de “Ser Humano” que difícilmente hemos comprendido o concluido con suficiente claridad. Heredamos la limitada idea de que sólo somos seres “bio-psico-sociales”, sin duda hay algo más que considerar. Si nos asumiéramos como una “Unidad Eco-Bio-Psico-Social-Trascendente”, nuestra perspectiva de vida sería mucho más rica. Es decir, abarcando nuestras 5 dimensiones, ecológica, biológica, psicológica, social y trascendente. Por ejemplo, desde nuestra dimensión ecológica entenderíamos la necesidad de armonía con la naturaleza y nuestro entorno como hábitat y evitaríamos varios problemas de contaminación de todo tipo, igualmente al incorporar nuestra dimensión trascendente, de espiritualidad y cosmovisión, tal vez los actuales problemas de “vacío existencial” y de “falta de sentido en la vida” no estarían tan generalizados como V. Frankl y varios autores más lo afirman. Dimensión Ecológica Lo referente a mi relación con el mundo, a vivir y existir en unidad con mi entorno y naturaleza como una realidad espacial-temporal objetiva, como mi hábitat y como mi hogar compartido, la morada para prepararme y trascender. Los aspectos de higiene y conservación de mi ambiente, del uso consciente de mis recursos naturales, sobre todo los no renovables, etc. Lo relacionado con aspectos de mis Inteligencias Visual-Espacial y Natural, como el horizonte de la totalidad de mi espacio de experiencia vital. Dimensión Biológica Lo referente a la relación con mi corporalidad, mis características y funciones comunes a todo ser vivo: nacer, crecer, reproducirme y morir. Lo físico-corporal, lo orgánico y fisiológico, mi salud e higiene personal, mi alimentación y nutrición, mi motricidad gruesa y fina, mi acondicionamiento físico, mi práctica de algún ejercicio o deporte, mi relajación y manejo del estrés, etc. Lo relacionado con mis Inteligencias Kinestésico-Corporal y Musical (en su aspecto meramente sensorial). Dimensión Psicológica Lo referente a la relación con mi ser psíquico, mi conciencia de ser, de mis aspectos mental (intelectual, pensamiento) y/o emocional (afectivo, sentimiento). Los aspectos básicos de mi personalidad como: autoconocimiento, autoestima, autodeterminación, temperamento, carácter, voluntad, motivación, etc. y mi hambre de caricias, tiempo y reconocimiento. Lo relacionado con mis Inteligencias Intrapersonal y Lógico-Matemática. Lo relacionado con mi necesidad de búsqueda de vivir los universales de justicia, paz, libertad, amor, etc., en mí, para mí. Dimensión Social Lo relativo a mi relación con los demás, con el otro, con mis semejantes, mi sentido de pertenencia como una célula del tejido humano, y mi necesidad de servir a mi comunidad en particular y a la humanidad en general. Mis aspectos socioculturales, educativos, históricos, económicos, políticos, mi moralidad, mi intersubjetividad, etc. Lo relacionado con mis Inteligencias Interpersonal, Lingüística y Musical (en su aspecto de lenguaje de expresión). Lo relacionado con mi necesidad de búsqueda de vivir los universales de justicia, paz, libertad, amor, etc., para mis semejante y con mis semejantes. Dimensión Trascendente/Espiritual Lo relativo a mi sentido de finalidad (fin último) a partir de la libertad ontológica de mi espíritu humano; mi esfera de lo metafísico. Mi cosmovisión, lo que considero como: espiritual, superior, suprahumano, universal, valoral, axiológico, ético, teológico, etc. Mi mayor dinamismo o potencia humana en cuanto al carácter especulativo y trasformador que la identifican, que afecta e incide en aquello sobre lo que recae mi acción, mi aspiración a la excelencia, más allá de mi propio ser. Lo relacionado con mi Inteligencia Ética o Espiritual. Lo relacionado con mi necesidad de búsqueda de vivir los universales de justicia, paz, libertad, amor, etc., en sí mismos y como vehículo para trascender. Lo relacionado con mi necesidad de búsqueda de vivir los universales de Verdad, Belleza, Bien y Unidad, mi anhelo del bien máximo.
C. La Experiencia de Emprender y la Calidad de Vida
Hasta aquí, planteamos ya un panorama más amplio desde diferentes perspectivas para valorar la importancia que la actividad el emprender como “una experiencia de vida y para toda la vida”, tanto desde la perspectiva económica, como desde la educativa. Nos encontramos en el punto en que enfocamos nuestra reflexión desde el emprender como una “Perspectiva de Vida”, la cual requerimos complementar abordando como esta deriva en la clarificación de un “Proyecto de Vida” que a su vez encuadra cualquier Idea de Negocio que se plasma eventualmente en un “Proyecto de Negocio” finalmente. Esbozamos ya la necesidad de establecer como puntos de partida, los conceptos de “Ser Humano”, de “Calidad de Vida” y de “Proyecto de Vida”, planteando únicamente el primero de ellos, que se resume en lo siguiente: “El Ser Humano es una Unidad Eco-Bio-Psico-Social-Trascendente” Hemos descrito ya también lo que significa cada una de dichas dimensiones, toca ahora plantear más precisamente a partir de esta idea de ser humano, el concepto de “Calidad de Vida” Aproximación inicial Sin duda alguna los humanos somos los seres más complejos sobre la tierra, y nuestra facultad de pensar y reflexionar, hace que en varios momentos a lo largo de nuestra vida, nos hagamos preguntas que buscamos nos lleven a entender cada vez más nuestra esencia y nuestra existencia. Seguramente usted como casi todos se habrá preguntado alguna vez ¿Qué es “vivir bien”?, o ¿Qué es tener una “buena vida”?, o ¿Qué es tener “Calidad de Vida”?. Especialmente en la actualidad, este último término es frecuentemente mencionado, por políticos, psicólogos, educadores, investigadores y por los mismos ciudadanos en general, pero ¿qué significa?, ¿qué entender por Calidad de Vida?, sobre todo en medio del tipo de sociedad en que vivimos y con los supuestos “valores” que en ella se fomentan. Seguramente, esto requiere reflexionarse y comentarse ampliamente, por lo que los invitamos a hacerlo con nosotros y a seguir en esta línea de pensamiento. “Calidad” desde lo Cuantitativo hacia lo Cualitativo Calidad significa “cualidad o esencia”: Característica que da sello o distingue a un ente, que revela lo más representativo de su naturaleza, que lo hace valioso en sí mismo, único y distinto de otros entes. El Concepto de “Calidad de Vida”: Nos refiere necesariamente a la Vida específicamente Humana, a la existencia según la naturaleza humana Lo anterior, nos lleva a pensar que la respuesta a la pregunta sobre ¿Qué significa tener Calidad de Vida?, tiene una profunda relación entonces con nuestra idea de Ser Humano y por lo tanto de Vida Humana, es por eso que sugerimos entender la Calidad de Vida como: Definición inicial: “Grado en que corresponde mi Ser en Existencia con mi Ser en Potencia” Grado de correspondencia entre lo que soy y lo que: debo ser (mi misión), deseo ser (mi aspiración), y/o lo que decido y puedo ser (mi potencial), que si coincide me lleva a la Congruencia. Grado de Humanización que he logrado. Si en este punto de nuestra reflexión, incorporamos el concepto de Ser humano antes planteado, entonces podríamos integrar una definición más completa y completa, como se sugiere en seguid: Nueva Definición Calidad de Vida es el grado en que mi experiencia de existencia la vivo de manera autogestiva como adecuadas y satisfactorias relaciones conmigo mismo, con mis semejantes y con mi situación, según mi naturaleza Humana como Unidad Eco-Bio-Psico-Social-Trascendente ... que tanto mi forma de vivir... está basada en relaciones satisfactorias, conmigo mismo, con mis semejantes y con mi situación (entorno), va de acuerdo con mi naturaleza humana como UNIDAD ... Eco-Bio-Psico-Social- Trascendente, la manifiesto en mi ambiente cotidiano con comportamientos socialmente valiosos (virtuosos), y evoluciono como una Persona Autogestiva. En conclusión… Por tanto, la Calidad de Vida tiene que ver mucho más con nuestro “bienser”, que con simplemente nuestro “bienestar”, esto nos lleva a pensar que la respuesta a la pregunta sobre ¿Qué significa tener Calidad de Vida?, tiene una profunda relación entonces con nuestra idea de Ser Humano y por lo tanto de Vida Humana, es por eso que sugerimos entender la Calidad de Vida como “el grado de correspondencia entre mi ser en existencia y mi ser en potencia”, es decir, el grado en que soy realmente lo que podría llegar a ser, lo que estoy facultado para ser por mi naturaleza misma como ser humano. En conclusión, y de manera más amplia podríamos entender que mi Calidad de Vida es: “el grado en que vivo mi experiencia de existencia cotidiana, logrando adecuadas y satisfactorias relaciones conmigo mismo, con mis semejantes, con mi situación y entorno, desempeñándome plenamente como una unidad eco-bio-psico-social-trascendente con comportamientos y hábitos. Hasta aquí a partir de contar ya con estos dos pilares conceptuales, nuestra idea de Ser Humano y nuestra idea de Calidad de Vida alineadas o ya ligadas, toca ahora plantear el concepto de “Proyecto de Vida”, para completar nuestro propósito de integrar el enfoque de la experiencia de emprender como “Perspectiva de Vida” La Experiencia de Emprender y el Proyecto de Vida Nos acercamos al final de nuestra reflexión, que se ha centrado en conceptualizar la “experiencia de emprender” como una “Perspectiva de Vida”, y conforme a lo que establecimos en la parte anterior complementaremos este trayecto abordando la idea de cómo esta deriva en la clarificación de un “Proyecto de Vida” que inspira la Idea de Negocio que a su vez se plasmará en un “Proyecto de Negocio” finalmente. El Concepto de Proyecto de Vida Víctor Frankl plantea en su obra "El hombre en busca de sentido", que toda persona tiene una vocación o misión específica en la vida, que tiene un designio concreto que exige su cumplimiento, que la hace irremplazable e irrepetible. Entonces la misión de cada persona es única, así como su oportunidad de realizarla. Es un don que conlleva una responsabilidad individual, que sólo compete a cada uno de nosotros y es por ello que debemos descubrir nuestra Misión y la Visión en términos de vocación humana, como parte de nuestro proceso de Autorrealización. La reflexión sobre la vida, su esencia e importancia de gestionarla es un tema de gran actualidad, diversas disciplinas lo abordan, sin embargo sigue siendo una gran interrogante y una inquietud compleja, que aún se aspira a develar. Clarificar un Proyecto de Vida es identificar la vida como lo más importante, ya que hoy más que nunca es un imperativo aprender a vivirla, aprender a amarla, aprender a gozarla vida y sobre todo aprender a gestionarla. Según Chopra gestionar nuestra propia vida, sólo es posible si creemos en nosotros mismos, si nos autodescubrimos, si reconocemos nuestras habilidades y sobre todo si tenemos una Visión de gran alcance. Esta gestión es una tarea que exige interiorización; autoconocimiento y reconocimiento. Reflexionar sobre el Proyecto de Vida, relacionada con la experiencia de emprender, pretende asumir la importancia de llegar a plantear un Plan de Acción con visión, propósitos definidos, metas, estrategias y sobre todo la valoración de nuestra vida y de nuestro proyecto de emprendimiento. Un Proyecto de Vida sintetiza el planteamiento concreto de lo que elegimos Ser y Hacer a partir de nuestras Fortalezas y Debilidades, Oportunidades y Potencialidades, a fin de plantear por donde caminaremos y hacia dónde queremos ir, considerando nuestra Existencia como individuos y nuestra Esencia como Seres Humanos. Definiendo nuestro Proyecto de Vida Al definir nuestro Proyecto de Vida debemos incluir lo que pensamos y sentimos, nuestras aspiraciones, intereses y talentos, para desarrollar nuestro carácter y responder de forma adecuada a las condiciones que nos plantea el entorno. Para elaborar el Proyecto de Vida, es importante considerar aspectos como: el entorno, que implica buscar información sobre la forma de satisfacer nuestras inquietudes y alcanzar las metas propuestas; y la flexibilidad, pues los seres humanos poseemos múltiples intereses, habilidades y la capacidad de rectificar, además porque los resultados no dependen sólo de nosotros. El punto de partida es analizar nuestra situación actual, identificando los puntos siguientes: ¿Quiénes han sido las personas que más influencia han tenido en mi vida y por qué? ¿Cuáles han sido mis intereses y aspiraciones desde la infancia? ¿Qué experiencias me han marcado para ser lo que soy ahora? ¿Cuáles han sido en mis principales éxitos y fracasos? ¿Cuáles han sido mis decisiones más importantes? Esto corresponde a lo personal, lo propio, lo que depende de mí, que conviene plasmarlo en una Autobiografía, para reconocer en ella factores importantes a considerar. En seguida, para darle una dirección al Proyecto de Vida, requerimos clarificar nuestra propia Filosofía de Vida, que incluye: Nuestros Valores, que en síntesis son aquello por lo que estaríamos dispuestos a dar nuestra Vida, arriesgar nuestra Vida o dedicar nuestra Vida, y nos da el sentido de trascendencia. Nuestra Visión, que en síntesis, es la imagen mental que refleja la vivencia de nuestros Valores y de lo que consideramos nuestro futuro deseable a lograr, puesto en términos de imágenes para poder ser visualizado, Nuestra Misión, que se resume en plantear el camino para lograr nuestra Visión y trascender, clarificando: a quiénes nos enfocamos, qué necesidades buscamos satisfacerles, y cómo y de qué manera pretendemos hacerlo, iniciando con nosotros mismos. Para ampliar la reflexión sobre nuestra situación y lo que nos caracteriza, conviene honestamente analizar nuestros Rasgos de Personalidad para identificar lo que favorece y lo que limita el poner en práctica nuestra Filosofía de Vida, identificando: Debilidades: mis defectos, mis deficiencias, lo que me limita en la vida, Fortalezas: mis talentos, mis cualidades, lo que me distingue y me potencia para la vida, Complementando este análisis, fijamos nuestra atención en identificar lo que el propio entorno nos ofrece como obstáculos o como oportunidades para lograr nuestros propósitos, respondiendo: ¿Cuáles son las realidades que favorecen mis sueños? ¿Cuáles son las condiciones facilitadoras o impulsadoras de mi proyecto?. ¿Cuáles son las condiciones obstaculizadoras o inhibidoras para mi proyecto? Finalmente, nuestro Proyecto de Vida se concreta cuando a partir de lo anterior, nos planteamos Objetivos a corto, mediano y largo plazo, en nuestros diferentes ámbitos, y las acciones que nos pueden llevar a lograrlos, conviene preguntarlos: ¿Cómo puedo superar los impedimentos que la realidad me plantea para realizar mis objetivos? ¿Cómo aprovechar las oportunidades que la realidad me plantea para realizar mis objetivos? ¿Cuál será el plan de acción a seguir para lograr mis objetivos? Es en este contexto en el que debe quedar armonizado nuestro Proyecto de Emprendimiento para hacer de esta experiencia, una experiencia de vida verdaderamente trascendente.