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Compre solamente el pescado que esté refrigerado o que se exhiba sobre una capa gruesa de
hielo fresco que no se esté derritiendo (preferentemente, en una caja o bajo algún tipo de
cubierta).
El pescado debe tener un olor fresco y suave. Si hace olor malo, agrio o, especialmente, a
amoníaco, es un indicativo de que se encuentra en mal estado. Ese olor a amoníaco se intensifica
con la cocción, así que deseche cualquier producto con olores extraños.
La carne del pescado entero y de los filetes debe ser firme y brillante, con agallas de color rojo
brillante sin sustancia lechosa. La carne debe volver a su lugar después de presionarla. Los filetes
de pescado no deben presentar una decoloración, un oscurecimiento ni un desecamiento en los
bordes.
Las branquias han de ser de color rojo. Por su parte, las escamas no deben de presentarse
sueltas.
Los ojos del pescado deben ser claros, traslúcidos y sobresalir un poco, nunca estar hundidos.
PRECAUCIONES EN PESCADO Y MARISCO CONGELADO
Siguiendo con las recomendaciones, hay que tener en cuenta que “los pescados y mariscos
congelados se pueden descomponer si el pescado se descongela durante el traslado y se deja a
temperaturas cálidas durante demasiado tiempo”. Además:
No compre pescados ni mariscos congelados si el envase está abierto, rasgado o tiene los
bordes molidos.
Evite los envases que estén ubicados sobre la “línea de escarcha” o en la parte superior de
la caja de congelamiento.
Evite los paquetes que tengan señales de escarcha o cristales de hielo, ya que puede
significar que el pescado ha estado almacenado durante mucho tiempo o que se
descongeló y volvió a congelar.
TÉCNICAS CULINARIAS MÁS APROPIADAS PARA EL PESCADO
COCCIÓN EN AGUA
COCIDO O HERVIDO. Para que el pescado cocido quede bien, primero se necesita hacer un
buen caldo. Éste se prepara mediante un rehogado previo de verduras (ajo, cebolla o puerro, y
zanahoria), al que se añade agua y se deja cocer, a fuego medio, durante tres cuartos de hora
hasta que, tras retirar la espuma producida, se obtiene un caldo concentrado. Se introduce el
pescado en ese caldo y se cuece. La cocción ha de ser lenta y breve para que el pescado quede
bien jugoso.
ESCALFADO. El pescado se sumerge en agua hirviendo con un poco de sal y vinagre o zumo de
limón y se adereza al final con aceite crudo, con un refrito de ajos o se acompaña de guarniciones
y salsas variadas.
Preparar un buen caldo de pescado o "fumet"