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Apr

Ph. Borgeaud, G. Cambiano, L. Canfora,


Y. Garlan, C. Mossé, O. Murray,
J. Redfield, Ch. Segal, M. Vegetti,
J.-P. Vernant

El hombre griego

- Edición de Jean-Pierre Vernant"7

Versión española de:


Pedro Bádenasde la Peña: Introducción, capítulos 1, 1 y MI y
revisión técnica . E mo
Antonio Bravo García: capitulos VI, VII y vin : .
José Antonio Ochoa Anadón: capítulos IV, Y y IX ¿e
Ss

Alianza Editorial
a
Título original:
L'uomo greco

INDICE

Primeraedición: 1993
Primera reimpresión: 1995

Introducción
El hombre griego, Jean-Pierre Verant ...oooo.oo.n o... 9
Capítulo 1
El hombre y la economía, Claude Mossé -.....o..o..... 33
Capítulo II
El militar, Yvon Garlan ...oooooooconoaaicorccccis 65
Capítulo JN
Hacersé hombre, Giuseppe Cambiano ...ooooooococco.. 101
Capítulo IV
El ciudadano, Luciano Canfora ooo 139
Apéndice documental ...oooocoooocccocr 165

Reservados todos los derechos. De conformidad con lo dispuesto en ci art. 534-bis del Capítulo Y. .
Código Penal vigente, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad El hombrey la vida doméstica, James Redfield ........ 177
quienes reprodujeren o plagiaren, en todoa en parte, una obraliteraria, artística o
científica fijada en cualquier tipo de soporte, sin la preceptiva autorización. Capítulo VI
El espectadory el oyente, Charles Segal .............. 211
1
Capítulo VI
El hombre y las formas de sociabilidad, Oswyn Murray 247

O 1991, Gius. Laterza «e Figli Spa, Roma-Bari Capítulo VHI


O Ed. cast.: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1993, 1995 El hombrey los dioses, Mario Vegetti .....ooooo.oooo.. 289
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; 28027 Madrid; teléf. 393 88 88
ISBN: 84-206-9657-9 Capítulo IX
Depósito legal: M. 23.352-1995
Impreso en Lavel, Gran Canaria, 12. Humanes (Madrid)
El rústico, Philippe Borgeaud -oooooocccoccccciciccos 323
Printed iñ Spain Los Autores ooo occocoo ooo 339

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Introducción
EL HOMBRE GRIEGO
Jean-Pierre Vernant
POOVLOCOOCLOPLICIOCSICILLLILEICIacaccE0.
¿Qué se quiere decir exactamente cuando hablamos del hom-
bre griego y en qué sentido estamos autorizados para realizar su re-
trato? La mera alusión en singular al concepto de hombre griego
constituye ya un problema. ¿Nos encontramos acaso, siempre y en
todo lugar, ante un mismo modelo de hombre, pese a la diversidad
de situaciones, de sistemas de vida, de regímenes políticos como
los que se dan de Atenas a Esparta, de Arcadia, Tesalia o el Epiro a
las ciudades de Asia Menor o a las colonias del mar Negro, de Italia
meridional o de Sicilia? Y este griego cuya imagen tratamosde fijar
¿será el derépoca arcaica, el héroe guerrero que canta Homera, o
ese otro, distinto en tantos aspectos, que Aristóteles definió en el si-
glo 1v como un «animal político»? Aunque los documentos de que
se disponehan llevado a centrar la investigación en el periodo clá-
sico y a enfocar nuestra atención en Atenas la mayoría de las veces,
el personaje que se nos perfila al final del estudio presenta, más que
una imagen unívoca, una figura que brilla con una multiplicidad
de facetas donde se reflejan los diversos puntos de vista que los au-
tores de esta obra han preferido primar. Veremosasí desfilar suce-
sivamente, según la óptica elegida, al griego en tanto que ciudada- *
no, hombrereligioso, militar, factor económico, doméstico, oyen-
El efebo rubio, cabeza de mármol de la Acrópolis. Primer cuarto del siglo v te y espectador, partícipe de diferentes formas de carácter social,
veremos a un hombre que, de la infancia a la edad adulta, recorre
un camino impuesto de pruebasy de etapas para convertirse en un
hombre en el pleno sentido de la palabra, conforme conel ideal
griego de realización del ser humano.
Aunque cada uno de los retratos trazados en esta galería pores-
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_ 12/Jean-Pierre Vernant El hombre griego/13

tudiosos modernos responde a un objetivo o a una cuestión par- mismo lo pude experimentar en mi juventud durante mi primer
ticular —¿qué significa para un griego ser ciudadano, soldado o ca- viaje a Grecia. Navegaba entonces de noche de una isla a otra; echa-
beza de familia?—, la serie de cuadros no constituye una sucesión do en cubierta contemplaba el cielo donde brillaba la luna, lumi-
de ensayos yuxtapuestos sino un conjunto de elementos que se en- noso rostro nocturno que extendía su claro reflejo, inmóvil o dan-
tremezclan y completan para formar una imagen original cuyo zante sobre la oscura superficie del mar. Yo me encontraba mara-
equivalente exacto no encontramos en ninguna otra parte. Este villado, fascinado poresta suave y extraña claridad que bañaba las
modelo construido porlos historiadores quiere eféctivamente po- olas dormidas; estaba emocionado, igual que ante una presencia
ner de manifiesto los rasgos característicos de las áctividades des- femenina, próxima y a la vez lejana, familiar y sin embargo inacce-
plegadasporlos antiguos griegos en los grandes sectores de la vida sible, cuyo resplandor hubiera venido a visitar la oscuridad de la
colectiva. No se trata de un esquema arbitrario, al contrario, para noche. Es Selene, me dije, nocturna, misteriosa y brillante, lo que
su estructuración se ha buscado el apoyo en una dofumentación lo estoy viendo es Selene. Muchos años después, cuando estaba vien-
más completa y precisa posible. Tampoco es un esquema «banal» do en la pantalla de mi televisor las imágenes del primerexplora-
en la medida en que, dejando al margen las generalizaciones sobre dorlunar saltando torpemente —metido en su escafandra de cos-
la naturaleza humana, se dedica a señalar lo quelos comporta- monauta— en el espacio difuso de un lugar desolado, tuve la im
mientos de los griegos implican de original: la forma propia de presión de estar ante un sacrilegio al que se unia la dolorosa sensa-
aplicar prácticas tan universalmente extendidas como las relacio- ción de que algo se rompía sin remedio: mi nieto, que como todos
nadas con la guerra, la religión, la economía, la política o la vida contempló aquellas imágenes, nunca podría mirarla luna como yo
doméstica. lo había hecho antes, con los ojos de un griego. La palabra Selene
Singularidad griega portanto. Sacarla a la luz significa adoptar se convirtió en una referencia puramente erudita: la luna tal como
desde el principio un punto de vista comparalivo y, en esta con- aparece en el cielo no responde ya a ese nombre.
frontación con otras culturas, ponerel acento, más allá de los ras- Noobstante, como el hombre es siempre un hombre, la ilusión
gos comunes, en las divergencias, las desviaciones, las distancias. es tenaz; si los historiadores' consiguieran reconstruir perfecta
Distancias, en primer lugar, respecto de nosotros en lo que se refie- mente el decorado en el que vivían los antiguos habrian cumplido
re a modos de actuar, pensar o sentir, que hasta tal punto nosresul- su misión, de manera que, cuandose los leyera, cada uno podría
tan familiares que nos parecen algo natural. Sin embargo hay que sentirse en la piel de un griego. Saint-Just no fue el-único, entre los
intentar desprenderse de estas sensaciones cuando nos referimos a revolucionarios, en imaginarse que le bastaba practicar«a la anti-
los griegos para no desenfocar la atención que sobre ellos pone- gua»las virtudes de la:sencillez, frugalidad, inflexibilidad para que
mos. Existen también distancias respecto de hombres de otras ¿po- el republicano de 1789 se identificara con el griego y con el roma-
cas de la antigúiedad y de otras civilizaciones distintas de la no. Fue Marx el que en La sagrada familia puso las cosas en su
griega. sitio:
Pero quizáel lector, aunque esté dispuesto a reconocer éon no-
Este errorse revela trágico cuando Saint-Just, el día de su ejecución, al se-
sotros la originalidad del caso griego, se vea tentado de hacer otra
ñalar el gran cuadro con los Derechos del Hombre, colgado en la sala de la
objeción preguntándonosporel término hombre. ¿Por qué el hom-
Conciergerie, exclama con un justificado orgullo: «Pero si soy yo el que ha
bre yno la civilización o la ciudad griega? Podría argisirse que es el hecho eso.» Pero precisamente ese cuadro proclamaba el derecho de un
contexto social y cultural el que está sometido a continuos cam- hombre que no puede ser el hombre de la comunidad antigua, porque tam-
bios; el hombre adapta sus comportamientos a dichas varia- poco las condiciones de existencia económicas e industriales son las de la
ciones pero en sí continúa siendo el mismo. ¿En qué se diferencia- antigúedad. —
ría el ojo del ciudadano de la Atenasdel siglo v a.C. del de nuestros
contemporáneos? Pero lo cierto es que en este libro el problema Como escribe Frangois Hartogal citar este pasaje: «El hombre
que se aborda no sonni el ojo ni el oído sino las formas griegas de de los derechos no puede ser el hombre de la ciudad antigua.» Y
servirse de ambos: la visión y la audición, su función, sus formas y menos aún puede serlo el ciudadano de los estados modernos, el
su respectiva consideración. Para que se me comprenda mejor seguidor de una religión monoteísta, el trabajador, el industrial o el
pondré un ejemplo y pido disculpas por lo que tenga de personal: financiero, el soldado de las guerras mundiales entre naciones, el
¿cómo podríamos mirar hoy la luna con los ojos de un griego? Yo padre de familia con esposae hijos, el individuo particular en la in-
14/Jean-Pierre Vernant El hombre griego/15

timidad de su vida personal, el joven, que continúa hoy teniendo, supuesto, como ocurre en todo estudio histórico— de la investiga-
tras la edad adulta, una adolescencia indefinidamente prolong ción que +he realizado sobre los cambios que afectan al hombre
ada.
Una vez dicho esto, ¿cuál debe ser la tarea del presentador en la griego entre los siglos vu y tv a.C., todo el panorama de actividades
introducción de una obra sobre el hombre griego? Desde lucgo no y funcionespsicológicas: representaciones del espacio, formas de
la de resumir o comentarlos textos que, en los terrenos de su la temporalidad, memoria, imaginación, voluntad, persona, prácti-
res-
Pectiva competencia, los helenistas más cualificados han tenido a cas simbólicasy utilización de los signos, modos de razonamiento,
bien confiarnosy porlo cual, en el umbral de este libro, les mues- instrumentos intelectuales. Deseariasituar;elperfila yos:rasgos:
tro mi más sincero agradecimiento. Antes que repetir o glosar lo ¿nteritoEsbozarbajosignorno delgriégo;siño.dél gñicioyñóso!
que los autores han sabido decir mejor que nadie, prefiero —en ese ¿Fos./No del griego tal como fue en sí mismo, tarea imposible por-
mismo espiritu comparativo— adoptar una perspectiva algo dife- que la idea misma carece de sentido, sino del griego tal como se
rente, una visión colateral con relación a la suya; cada uno se ha ce- nos presenta hoy al final de un recorrido que, a falta de un diálogo
fido efectivamente a limitar su análisis a un aspecto del tipo de directo, procede mediante un incesante ir y venir, de nosotros ha-
comportamiento, para destacar así, en la vida del griego antiguo, cia él, de él hacia nosotros, conjugando análisis objetivo y esfuerzo
una serie de planos distintos. Al abordar desde otro ángulo el mis- de simpatía; jugando con la distancia y la proximidad; alejándose-
mo problema y volver a centrar esta vez en torno al individuo todo nos para hacerse más cercano sin caer en la confusión y aproxi-
el entramado de hilos que han ido siendo desenmarañados, yo me mándosenos para captar mejorlas distancias a la vez que las afini-
preguntaría cuáles son —en las relaciones del hombre griego con dades.
lo divino, con la naturaleza, con los demás, consigo mismo— los Empecemos porlos dioses. resemartordivino”pe
Puntos importantes que conviene, tener en cuenta para definir con gricgo-y.cómose'sitúa el:Hombi relación conese concep 2 El
exactitud la «diferencia» que lo caracteriza en sus formas de ac- problema, formulado en estos términos, corre el riesgo de estar
tuar, de pensar, de sentir —y me atrevería a decir— en su manera mal planteado desde el principio. Las palabras no son inocentes; el
de estar en el mundo, en la sociedad, en su propio yo. término «dios» no evoca sólo en nuestro espíritu un ser único, eter-
La ambición de un proyecto así podría hacer sonreírsi no tuvie- no, absoluto, perfecto, transcendente, creador de todo lo que exis-
se dos justificaciones para arriesgarme a ello. En primer lugar no te, asociado con una serte de otras nociones afines, como lo sagra-
ha llegado todavía el momento, tras cuarenta años de investigacio- do, lo sobrenatural, la fe, la iglesia y su clero; de manera solidaria
nes llevadas a cabo, incluso en compañía de otros estudiosos, sobre con estos conceptos, nuestra idea de «dios» limita con un peculiar
lo que he dado en llamarhistoria interior del hombre griego y de * terreno de: la experiencia —el hecho religioso— cuyo lugar, fun-
aventurarme a realizar su correspondiente balancearriesgando ción, situación són claramente distintos de los demás componen-
conclusiones generales. Yo, a principios de los años sesenta, es- tes de la vida social. Lo sagrado se opone a lo profano, lo sobrenatu-
cribía: ' A ral al mundode la naturaleza, la fe ala incredulidad, el clero a los
laicos, y de la misma manera dios se separa de un universo que en
Aunquese tratede hechosreligiosos (mitos, rituales, representaciones figu-
cada momento depende por completo de él, porque es él quien lo
radas), de ciencia, de arte, de instituciones sociales, de hechostécnicos y
económicos, nosotros siempre los consideramos como obras creadas por
ha creado, y lo ha creado de la nada. Lasnunterosasdivinidadesdel
los hombres, expresión de una actividad mental organizada. A través de es-
tas obrasse investiga qué fue el hombreensí, este hombre gricgo, insepara-
ble del marco social y cultural del que es a un tiempo creador y pro-
ducto.

Al cabo de un cuarto de siglo sigo todavía suscribiendo los tér-


minos de esta declaración programática. Sin embargo, aunque
pueda parecer demasiado temerario por su ambición de alcanzar
rasgos demasiado generales, mi proyecto —y esta es mi segunda
justificación — es más modesto porque se encuentra más delimita- hombres?peroencima-de ellos *los-diosesforman-partei
do, Dejo a un lado los resultados -—parciales y provisionales, por grantedelicosmios:-
1

16/Jean-Pierre Vernant . El hombre griego/17

Todo esto significa que entre este mundo y lo divino no existe


un corte radical que separe para nosotros el orden de la naturaleza
del sobrenatural. La comprensión del mundo en que vivimos, tal y £rutan. La esperanza de una supervivencia del individuo después de*
como se presenta ante nuestros ojos y la búsqueda de lo divino no la muerte, distinta de la de mera sombra sin fuerza y sin conscien-
constituyen dos formas de aproximación divergentes u opuestas, cia en las tinieblas del Hades, no entra en el marco del comercio
sino dos actitudes que pueden coincídir o confundirse. La luna, el con la divinidad instituido por el culto ni, en todo caso, constituye
sol, la luz del día, la noche o bien una montaña, una gruta, una su fundamento ni es un elemento importante. La idea de una in-
fuente, un río o un bosque pueden percibirse y sentirse con la mis- mortalidad individual debía de resultarles muy extraña e incon-
ma actitud que se acoge a cualquiera delos grandes dioses del pan- gruente a los atenienses del siglo 1v a juzgar por las precauciones
teón. Todos esos elementos naturales provocan las mismas formas que Platón se siente obligado a tomar antes de afirmar, por boca de
de respeto y consideración admirativa que caracterizan las rela- Sócrates en el Fedón, que en cada uno de nosotros existe un alma
ciones del hombre con la divinidad. ¿Por dónde pasa entonces la inmortal. Ademása este alma, en la medida en que es imperecede-
frontera entre los humanosy los dioses? Por un lado, somos seres ra, se la concibe como una especie de divinidad, un daimoón, lejos
inseguros, efímeros, sometidos a las enfermedades, el envejeci- de confundirse con el individuo humano, en lo que hace de él un
miento y la muerte; nada de cuanto confiere valor'y brillo a la exis- ser singular, el alma se entronca con lo divino del cual.aquélla es
tencia (juventud, fuerza, belleza, gracia, valor, honor, gloria) deja como una partícula momentáneamente extraviada en este mundo.
de deteriorarse y desaparecer para siempre; tampoco existe nada Segunda consecuencia. Por infranqueable que parezca, dardis-
que no implique, frente a todo bien preciado, el correspondiente
mal, su contrario o su inseparable compañía. No hay así vida-sin
muerte, juventud sin vejez, esfuerzo sin cansancio, abundancia sin
trabajo, placersin sufrimiento. Aquíabajotodaluztieñe susombra, abajo arriba, de lo inferioralo:superior, la diferenciavva de lo me-
esplendor:su:caraoscuraFodo"lorcontra detóqueles:ocu- nos a lo más, de la privación a la plenitud, a través de unaescala de
valores que se extiende sin una verdadera interrupción, sin un
cambio completo de nivel que, debido a su inconmensú rabilidad,
2: divimidades, en el terreno que le corresponde, exige el paso de lo finito a lo infinito, de lo relativo a lo absoluto, de.
A . A A Ee
encárnalos poderes; capacidades, virtudes yfavores.de losque los lo temporal a lo eterno. Debido a que las perfecciones con que es-
hombres;a lolargode $u'vida pasajera; no pueder;sino dispoñer.en tán dotados los dioses son una prolongación lineal de las que se
forma'deunfugazy sombríoreflejo, como'en un sueño. Existe:en- manifiestan en el orden y belleza del mundo, la armonía feliz de
una ciudad regulada según la justicia, la elegancia de una vidalle-
nbre:gricgo-de épocaclásita amente.consciéntezde”, vada con mesura y control de uno mismo, láreligiosidaddelhoóm-
estardisparidad. Saberquerhayinaronterainfrangueableentre
loshombresylosdióses, a pesar de que los recursos del espíritu hu-
mano y de todolo que ha conseguido descubrir o inventara lo lar-
go del tiempo; el porvenir le sigue siendo indescifrable, la muerte quedependeY esque la existenciadelosnmortales no see basta :así
irremediable, los dioses fuera de su alcance, más allá de su inteli- misma. ENhechode-nace
a
gencia, al igual que resulta insostenible para su mirada el resplan- ciaTrespeci í”mismo; los padres, los ante-
dordel rostro de los inmortales. Por eso madelas:reglas-finda- pasados, los fundadores de un linaje, surgidos directamente de la
lasabiduriagritgarelativaralas relacionéstonlosdio: tierra o engendrados por un dios. Elbombrerdesde
Hombreno predepretenderienmodoalgun gualarse, encuentrayaunasituacióndedeuda”Deudaquezsesalc
dorelrhombrezmediamielaobservancia:de:loscritos tradi
ón —como algo consustancial con la naturaleza hu- rindeescrupulosanvente:aladivinidadél Homenaje:queéstarestá en
mana y contra lo que sería vano protestar— détodas las:carentias suderecho.deexigirle. Al tiempo que se implica un elemento de te-
gui acón
mpañan:necesaria ente-a-nuestra-condición-implicauna” morcon el que pueden alimentarse hasta el límite las angustias ob-
diverso orden.«En primerlugar, ¡el:gri sesivas de la persona supersticiosa, la devoción griega implica otro
AA .
18/Jean-Pierre Vernant
El hombre griego/19
aspecto muydistinto. Cuando se establece contacto con los dioses coronadospor el éxito, tanto en la paz como en la guerra, para con-
yse les hace, en cierto modo, presentes en medio de los mortales, quistar riqueza, honor, excelencia, para que la concordia reine en
el culto introduce en la vida humana una nueva dimensión, hecha la ciudad, la virtud en los corazones, la inteligencia en los espíritus,
de belleza, generosidad y comunión dichosa. A los dioses se los ce- el individuo tiene que ponerde su parte, a él le corresponde tomar
Icbra por medio de procesiones, cánticos, danzas, coros, juegos, la iniciativa y ponerse a la tarea sin escatimaresfuerzos. En toda la
certámenes, banquetes donde se participa en comúnde la carne de
esfera de los asuntos humanos cada uno debe iniciarla tarea y per-
los animales ofrecidos en los sacrificios. Eltritualifestivonaavez severar paratriunfar. Cúmpliendo eldebertcomoesdebidorsetie-
que¡otorga:alosinmortaleslaveneracióniquez “aparece: ventlasimayores:posibilidades:delgaramizarserlar
¡pararaquellós
queestán:
'-avocadosa.
alamuerte.como ina manerade
¡ónrdi-
vsiñas
Distancia y proximidad, ansiedad y gloria, dependencia y aulo-
nomía, resignación e iniciativa, entre estos polos opuestos pueden
contun brillorerre
eeresplendiccunanane:del PA - aparecer todaslas actitudes intermedias en función de los momen-
Como dice Platón, para llegar a ser verdaderos hombreslos ni- tos, de las circunstancias, de los individuos. Pero por muydiversos,
ños deben, desde sus primeros años, aprender a «vivir jugando y pormuy opuestos que sean estos elementos contingentes, no impli-
con juegos tales comos los sacrificios, los cánticos y las danzas» can ninguna incompatibilidad, todos se inscriben en un mismo
(Leyes, 803c). En cuanto a nosotros, el resto de los hombres, «los campode posibilidades, el abanico de éstas establece los límites en
dioses nos fueron dados no sólo como compañeros de fiesta sino cuyo interior puede actuar, según la forma que le es propia, la reli-
para procuramos el sentimiento del ritmo y la armonía unido al giosidad de los griegos, indica las vías múltiples, pero no indefini-
placer, con lo cual nos ponen en movimiento y dirigen nuestros das, que permiten este tipo de relación con lo divino tan caracterís-
grupos enlazándonos unos a otros con las cancionesy las danzas» tica del culto griego.
(Leyes, 653d-654a). En estos lazos que instituye el ritual entre los Y digo culto, no religión o fe. Como justamente hace observar
celebrantes se hallan también los dioses en acuerdo y sinfonía con Mario Vegetti, el primero de estos términos no tiene su equivalente
los hombres mediante el placentero juego de la fiesta. RPP ncTieunámbito«: religioso” eagrupe?institu:
un

exvicio.no aa ido Paraseñalar su


ditórancia:conel bárbaro, el griego proclama con orgullo que es
un hombrelibre, eleútheros, y la expresión «esclavo del dios», que
tan ampliamente documentada encontramosen otros pueblos, es
inusitada no sólo en la práctica cultural corriente, sino incluso M. Vegetti recuerda una anécdota muysignificativa: unos foras-
para designarlas funcionesreligiosas o sacerdotales de una divini- teros que han venido a visitar a Heráclito se detienen ante la puerta
dad, ya que se trata de ciudadanoslibres que ejercen a titulo oficial de su casa cuando le ven calentándose al fuego del hogar. Según
sus funciones sacerdotales. Libertad-esclavitud: para aquellos que Aristóteles, que intenta probar que tanto la observación de las es-
han conferido a'éstos dos términos, en el ámbito de la polis, su ple- trellas y los, movimientos celestes como el estudio de las cosas má
no y estricto significado, estas nociones aparecen recíprocamente humildes son igualmente dignos, Heráclito habría invitado a pasar
demasiado exclusivas para poderse aplicar ambas al mismo indivi- a sus huéspedes diciéndoles: «también ahí (en el hogar de la coci-
duo. El que es libre no puede ser esclavo o, mejordicho, no podría na) están los dioses» (De partibus animaliun ik, 5, 6452). Sin embar-
ser esclavo sin dejar inmediatamente de ser libre. A esto se unen
otras razones. Elmundo:de losdiosesestáto suficientementealeja
guarderpor relación:a aquél, acióm.FOA
realmentep
prropiós.¿Por esta razón no debería hablarse de «re-
súupropiaautonomíia;y sih cinbatgo 3ú
sú.distanciaTio.es tárita.como ligión» a propósito del hombre griego si no es adoptando las pre-
para ”quetel.hombre:se sienta impotente¡aplastado;,re:
reducido ata caucionesy reservas que parecen imponerse respecto dela noción
nadaraniclainfinitúdde lo divino. Para que sus esfuerzos se vean de divinidad.
20/Jcan-Pierre Vernant El hombre griego/21

Porlo que se refiere a la fe las cosas son aún más complicadas. ba: el mundo. Ademásde estar «lleno de dioses», según la célebre
Hoy día para nosotros la línea de demarcación en el plano religio- frase, ya se discutía eso cuando nos ocupábamosde lo divino. Un
so, se sea creyente o no, es nítida. Formarparte de una iglesia, ser mundo en el que lo divino está implícito en cada una de sus partes,
practicante de manera regular y creer en un cuerpo de verdades así como en su unidad y en su ordenamiento general. No porque el
constituidas en un credo con valor de dogma son los tres aspectos creador esté envuelto en lo que ha sacado de la nada y que, fuera y
del compromiso religioso. Nada de esto hay én Grecia; no existe lejos de él, lleva su sello, sino por el modo directo e íntimo de una
iglesia ni clero, ni tampoco hay dogma alguno. La! creencia en los presencia divina extendida allá por donde aparezca una de sus ma-
dioses no puede pues tomar la forma ni de pertenencia a una igle- nifestaciones.
sia, ni de la aceptación de un conjunto de propuestas presentadas La physis —término que traducimos por «naturaleza» cuando,
como verdaderas y que, en su calidad de materia revelada, se sus- según Aristóteles, decimos que los filósofos de la escuela de Mileto
traigan a la discusión y la crítica. El hecho de «creer» en los dioses fueron los primeros, en el siglo vi a.C., en acometer una historia
porparte del griego no se sitúa en un plano propiamente intelec- peri physeós, una investigación sobre la naturaleza— esta physis-
tual,no intenta crear un conocimiento de lo divino, ni tiene nin- naturaleza tiene poco en común con el objeto de nuestras ciencias
gún carácter doctrinal. En este sentido el terreno está libre para naturales o de la física. La physis es considerada una potencia ani-
que se desarrollen, al margen de la religión y sin conflicto abierto mada y viva porque hace crecer a las plantas, desplazarse a los se-
con ella, formas de búsqueda y reflexión cuyo fin será precisamen- rés vivos y mover a los astros.por sus órbitas celestes. Para el «físi-
te establecer un saber y alcanzar la verdad en cuanto que tal. co» Tales incluso las cosas inanimadas, como una piedra, partici-
El griego, portanto, no se encuentra, en un momentou otro, en pan de la psykhé que es a la vez soplo y alma, mientras que para no-
situación de tenerque elegir entre creencia y descreimiento. Cuan- sotros el primero de estos términos posee una connotación «física»
do se honra a los dioses conforme a las más sólidas tradiciones y y el segundo «espiritual». Animada, inspirada, viva, la naturaleza .
cuando se tiene confianza en la eficacia del culto practicado por está por su dinamismo cerca de lo divino, y por su animación cerca
sus antepasados y por todos los miembros de su comunidad, el fiel de lo que nosotros mismos somos en tanto que hombres. Por tomar
“puede manifestar una credulidad extrema, como el supersticioso la expresión que utiliza Aristóteles a propósito del fenómeno de los
ridiculizado por Teofrasto, o bien mostrar un prudente escepticis- sueños, la naturaleza es propiamente daimonía «demoníaca» (De
mo, como Protágoras, que considera imposible saber si los dioses divinatione per somnium2, 463b 12-15); y como en el corazón de
existen o no y que, tocante a ellos, no se puede conocer nada, o cada hombre el alma es un daímón, un demonio o «démon», entre
bien mantener una completa incredulidad, como Critias, que sos- lo divino, físico y humano existe algo más que continuidad: un pa-
tiene que los dioses han sido inventados para tener sometidos a los rentesco, una connaturalidad.
hombres. Pero la incredulidad tampoco es descreimiento, en el El mundoes tan bello como undios. A partirde finales del siglo
sentido que un cristiano puede dara este término. Poneren tela de vi el término empleado para designar al universo en su conjunto es
Pjuicio, dentro de un plano intelectual, la existencia de los dioses no el de kósmos; en los textos más antiguos esta palabra se aplica a lo
choca frontalmente con la pietas griega, con intención de arruinar- que está bien ordenado y regulado, tiene el. valor de ornamento
la, en lo que ésta tiene de esencial. No podemos imaginara Critias que presta gracia y belleza a aquello que adorna. Unido en su diver-
absteniéndose de participar en las ceremonias de culto o negándo- sidad, permanente a través del paso del tiempo, armonioso enel
se a hacersacrificios cuando fuera necesario. ¿Se trata quizá de hi- engarce de las partes que lo componen, el mundo es como una joya
pocresía? Hay que comprender que, al:ser la religión inseparable maravillosa, una obra de arte, un objeto precioso semejante a uno
de la vida civica, excluirse equivaldría a colocarse al margen de la de esos agálmata (estatua, estela o exvoto) cuya perfección les per-
sociedad, a dejar de ser lo que se es. Sin embargo, hay personas que mitía servir de ofrenda a un dios en el recinto de su santuario.
se sienten extrañasa la religión cívica y ajenasa la polis; su actitud El hombre contempla y admira este gran servivo que es el mun-
no depende del mayor o menor grado de incredulidad o de escepti- do en su integridad y del que él mismo forma parte. De entradaeste
cismo, muyal contrario, su fe y su implicación en movimientos universo se descubre e impone al hombre en su irrefutable reali-
sectarios con vocación mística, como el orfismo, es lo que las con- dad como un dato previo, anterior a toda experiencia posible. Para
| vierte en religiosa y socialmente marginadas. conocerel mundo el hombre no puede ponerse a sí misino como
Pero ya es hora de abordar otro de los temas que antes anuncia- puntode partida de su propio camino, como si para llegar a las co-
22/Jean-Pierre Vernant El hombre gricgo/23

sas tuviera que pasar por la conciencia. que tenemos de ellas. El


mundoal que apunta nuestro saber no se recoge «en nuestro espi-
ritu». Nada más alejado de la cultura griega que el cogito cartesia-
no, el «yo pienso» puesto como condición y fundamento de todo imagenyidesum
conocimiento del mundo, de uno mismo yde dios, o que la concep- Pero este «ver», tanto más preciado cuanto que es conocimien-
ción leibniziana según la cual cada individuo es una mónadaaisla- to y vida, los griegos no lo interpretan como nosotros —después de
da, sin puertas ni ventanas, que contiene en sí misma, como la sala que Descartes, entre otros, interviniera en esto— cuando distingui-
cerrada de un cíne, todo el desarrollo de la película que cuenta su mostres niveles en el fenómeno visual: primero la luz, luego la rea-
existencia. Para que el mundo pueda ser aprehendido por el hom- lidad física, sea una onda o un corpúsculo, y porúltimo el órgano
bre aquél no puede estar sometido a esta trasmutación que haría de del ojo, un mecanismo óptico, especie de cámara oscura, cuya fun-
él un hechode consciencia. Representarse el mundo no consiste ción es proyectar enla retina una imagen del objeto; con todo esto
en hacerlo presente en nuestro pensamiento. Es nuestro pensa- tenemos el acto propiamente fisico de percibir a distancia el objeto
miento el que forma parte del mundoy que
el es está
lápresente el
enn el contemplado. Entre el acto final de la percepción, que supone una
paa Ellrombre: instancia espiritual, una consciencia, un «yo», y el fenómeno mate-
do
y alqueco: y rial de la luz existe el mismo abismo que separa al sujeto humano
A mundo. Si este mundo del mundo exterior,

AA
le fuera extraño, como suponemoshoy, si fuera un puro objeto he- Porel contrario, paralos'griegosrlavisiónsóloEsposiblezentel
cho de extensión y movimiento, opuesto a un sujeto hecho de jui-
cio y pensamiento, el hombre sólo podría efectivamente comuni-
carse con él asimilándolo a su propia consciencia. Sin embargo, imarEl sol que ilumina todo es también,
paraelhombre-griegoelrmundonoesesteuniverso exteriorCosifi: en el cielo, un ojo que todo lo ve, y sí nuestro ojo ve es porque éste
eorseparado:delhombreporla:barrerainfranqueable:qued. = irradia una especie de luz comparable a la del sol. El rayo luminoso
(queda diritu; | 0 1 que emana del objeto y lo hace visible es de la misma naturaleza
hanna relación deintma comuñidadconelUniversoanimado que el rayo óptico salido del ojo y quele da la vista. Elobjeto:emisor
¿porquettodo:leZataéste! yal sujer ISTEpIOr los
Tayrayosiuminosos:ylosrayos-ó
Un ejemplo para hacer entender mejorlo que Gérard Simonde-
nomina «un estilo de presencia en el mundo yde presencia en sí
que no podemos comprender sin un serio esfuerzo de distancia-
ción metódica, que exige una verdadera restitución arqueológi- Como>Observa Charles
Mule enun estudio tituladoLa ltonitre
ca»!, Voy a referirme a la vista y la visión. Encla-cultura-griega;el et la vision dansla poésie grecque? diMismalénguatestimomaestá
rá ilegiado.. Hasta talpunto se le ambivalencia: Los verbos que designan la acción de ver, de mirar
valora que ocupa una posición sin igual en la economía de las capa- (blépein, dérkesthai, lessein) se emplean concomplemento
direc-

l
cidades humanas. En cierto sentido, el hombrees, en su naturaleza to referido no sólo al objeto haciaelque.se-dirige la mirada, sino
misma, mirada. Y esto por dos razones, ambas decisivas. En primer también la sustanciaígneo-luminosaque, el ojo proyecta_como
Jugar, very'saber:sonlarmismalcosaysi ideín «ver» y eidénal «saber» cuando se lanza un dardo, Estos rayos de fuego, que nosotros lla-
son dos formas de un mismo verbo, si gídos«apariencia», «aspecto maríamos físicos, transportan consigo los sentimientos, pasiones,
visible» significa también «carácter propio», «forma inteligible»,es
es estados de ánimo, que nosotros llamaríamospsíquicos, de la perso-
porquerel conocimiento interpreta”
AYEXPTESAAte través-delmundo na que está mirando. Efectivamente, esos mismos verbos sé cons-
delavisión. Conocerestpuestuña formadeveér. En segundo lugar, truyen con complemento directo de términos que significan te-
veryvivirson también] . Raraestarivivohacefalta rror, ferocidad, furor mortífero. Lamiradaycuandoalcanzaalobje-
laluzdelzolyalavez servisible alos ojós.de todos. MOnTsigniber torletransmiteloguetónsumiráda experimentaqu
yis h
1 «L'áme du monde» en Le Temps de la Réflexion X, París, 1989,
p. 123. 2 Revue des Études Grecques, 1960, pp. 40-70.
OLOLLLLLLILLILIIIIIIILIIIIIIIIII0
24/Jean-Pierre Vernant El hombre griego/25

Por supuesto que el lenguaje poético tiene sus propias reglas y Nuestra mirada opera en cl mundo donde encuentra su lugar
convenciones. Pero esta concepción de la mirada hunde en la cul- como un fragmento de este mismo mundo.
tura griega unas raíces lo bastante profundas como para que.apa- Por €so no puede extrañar leer en Plotino (siglo 11 d.C.) que
rezca además traspuesta en ciertas observaciones, desconcertantes cuando percibimos un objeto por medio de la vista
para nosotros, de un filósofo como Aristóteles. En su tratado De in-
somniis, el maestro del Liceo sostiene que si la vista es afectada por está claro que siempre lo vemos allí donde se encuentra y que proyectamos
su objeto «aquélla ejerce también cierta acción sbbre éste» como sobre él (prosbálomen) por medio dela visión. La impresión visual ocurre
hacen todoslos objetos brillantes, porque regresa'a la clase de co- directamente en el lugar en que se encuentra el objeto; el alma ve lo que
sas brillantes y dotadas de color. Y aduce como prueba el quesi las está fuerade ella... Porque no tendría necesidad de mirar fuerasi ella tuvie-
mujeres se miran a un espejo en el periodo de la menstruación, la ra dentro la forma del objeto que está viendo; miraría sólo la impronta que,
desde fuera, ha entrado en ella. Además, el alma asigna una distancia al ob-
superficie bruñida del espejo se cubre con una especie de vaho de
jeto y sabe decir a qué distancia lo ve; ¿cómo iba a ver separadade ella y le-
color sangre, esta mancha impregna tan-profundamente los espe- jos de ella un objetoque está en ella? Por otra parte sabe expresarlas dimen-
jos cuando están nuevos que dificilmente se puede borrar (De in- siones del objeto exterior; sabe que tal objeto, por ejemplo el cielo, es gran-
somniis, 2, 459b, 25-31). de. ¿Cómo iba a seresto posible dado que la impronta que hay en ella no
Sin embargo quizá sea en Platón donde este «parentesco» entre puedesertan grande como el objeto? Porfin, y es la principal objeción, si
la luz, el rayo de fuego emitido porel objeto y el que el ojo proyecta nos limitamos a captar la impronta de los objetos que vemos no podremos
hacia fuera, se afirme con más rotundidad como causa de la visión. ver los objetos mismos, sino sólo imágenes, sombras y así los objetos mis-
En efecto los dioses crearon mos serán otra cosa, otra cosa será lo que veamos (Enéadas, 1V, 6, 1,
14-32).
los ojos portadores dela luz (phosphóra ómmata)... de manera que el fuego
puro que reside dentro de nosotros y que es hermano (adelphós) del fuego Se ha citado este texto tan largo porque pone derelieve la dis-
exterior discurriera a través de los ojos de una forma suave y continua... así tancia que nos separa de los griegos en lo que la vista se refiere.
pues cuando hay luz del día (methémerinón phós) en torno a la corriente de Hasta que el campo interpretativo en que los griegossituaronla vi-
la visión, entonces lo semejante encontrándose con lo semejante y uniéndo- sión haredió su lugar a otro enteramente distinto no pudieronsus-
se estrechamente con aquél constituye un único cuerpo apropiado en la di-
citarse problemas como los relativos a la percepción visual tal y
recciónde los ojos, dondela luz que surge del interior choca con la que vie-
como se discuten en época moderna, en particular el de la percep-
ne de los objetos exteriores. Se forma así un cuerpo enteramente sensible a
las mismas impresiones debido a la semejanza de sus partes (Timeo, 45b ción de la distancia, donde interviene la visión estereoscópica, o
y siguientes). como el dela persistencia del tamaño aparente de los objetos con
independencia de su lejanía, que implica una multitud de factores.
Todo se regula desde el punto y hora en que nuestra mirada se pa-
Resumiendo, en lugarde tres instanciasdistintas: realidadfísi- sea por entre los objetos en el mundo al que ella misma pertenece,
ca, Órgano sensorial y actividad mental, para explicar la visión en- arrastrándonos luego hasta la inmensidad del cielo. La dificultad,
contramos una especie de brazo luminoso que, a partir de los ojos, en este contexto, no estriba en comprender cómo se produce el
se extiende como untentáculo y se prolonga fuera de nuestro orga- que nuestra vista sea lo que es, sino cómo podemos ver de otra for-
nismo. Debido a la afinidad entre los tres fenómenos, todos igual- ma lo que existe, o ver el objeto en un lugar distinto al que realmen-
mente consistentes en un fuego purísimo que ilumina sin quemar, te se encuentra, por ejemplo en un espejo.
el brazo óptico se integra en la luz del día y en los rayos emitidos ¿Qué fórmula elegir para caracterizar este peculiar estilo de «es-
porlos objetos. Unido a éstos, constituye un cuerpo (sóma), perfec- tar en el mundo»? Lo mejor, sin duda, es dar una respuesta en nega-
tamente continuo y homogéneo, que pertenece sin solución de tivo respecto a nuestra manera de ser, En este sentido el hombre
continuidad a nosotros mismos y al mundo físico. Podemosasi to- griego no está desligado del universo. dosgriegos”evidentemente,
car el objeto externo, allá donde se encuentra, por muy lejos que Sabiangueexisteurianaturaleza humaña» y no dejaron de refle-
sea, proyectando hasta él una pasarela extensible hecha de una ma- xionar sobre los rasgos que distinguen al hombre de los demásse-
teria común a lo que se está viendo, a quien ve y a la luz que permi- res, objetos inanimados, animales y dioses.«Perovélreconocimientor
te ver. deestrespecificidad noSeparaal hombre delmundo; no lleva a le-
,
26/Jcan-Pierre Vernant El hombre griego/27

vantar, frente al universo en su conjunto, un ámbito de —Así, cuando un ojo contempla otro ojo, cuando fija su mirada cn esta
realidad
irreductible a otro distinto y radicalmente al margen de su forma parte del ojo, que es la mejor porque es la que ve, se ve a sí mismo. [...] Tam-
de existencia: Hombreysú-pensamientoñoconstituyencensítm bién el alma, si quiere conocerse a sí misma, tiene que mirar a otra alma y
£mundocompletamenteseparado. delresto. en este alma el lugar donde reside su facultad privativa, la inteligencia, o
cualquier otro que le sca semejante (Alcibíades, 133a-b).
“Bernar d Groethuysen, refiriéndose al sabio en la antigliedad,
escribía que éste nunca se olvidaba del mundo, que pensaba y obra-
ba porrelación al cosmos, que formaba parte del mundo, en suma, ¿Cuáles son estos objetos semejantes a la inteligencia? Formas
que era cósmico (Anthropologie Philosophique, París, Gallimard, inteligibles, verdades matemáticas, o incluso, segúnel pasaje segu-
1952, p. 80). o ramente interpolado que Eusebio menciona en su Preparación
DeLitidividuogricgopodemosdecir que, de forma menos refle- evangélica inmediatamente después del texto que sé acaba de cifar:
xiva y teórica, tambiénterarespontáneamentescósmito. la divinidad, porque «al mirar al dios nos servimos del espejo más
Cósmico no significa perdido, inmerso en el universo; sin em- bello incluso de las cosas humanas que tienden a la virtud del alma,
bargo, esta implicación del sujeto humano en el mundo supone y así podremos vernos y conocernos mejor a nosotros mismos».
parael individuo una particular forma de relación consigo mismo Pero sean cualesquiera estos objetos: el alma de otra persona, esen-
y de relación con otro. La máxima de Delfos «Conócete a ti mismo» cias inteligibles, dios, siempre que fijemos la mirada, no en ella,
no preconiza, como tenderíamos a suponer, un repliegue sobresí sino fuera, es decir en otro ser que sea afín, nuestra alma podráco-
mismo para alcanzar, mediante introspección y autoanálisis, un Nocerse a sí misma como el ojo puede ver en el exterior un objeto

AA
«yo» escondido, invisible para cualquier otro, y que se plantearía iluminado en razón de la afinidad natural entre la mirada yla luz,
como un puro acto de pensamiento o comoel ámbito secreto de la de la similitud completa entre lo que ve y lo que es visto. De igual
intimidad personal. El cogito cartesiano, el «pienso luego existo», modo, lo que somos, nuestro rostro y nuestra alma, lo vemosy co-
no resulta menos ajeno al conocimiento que el hombre griego tie- nocemosal mirarel ojo yel alma de otro. Exidentidadidexcadar
ne de sí mismo que a su propia experiencia del mundo. Ninguna de scmañifiestarenelrcomercioconerotroramraves del trucadamira-
las dos se plantea en la interioridad de su conciencia subjetiva. das él ercambiorde palabras,
Par ilo«Eonóceteatimismorsignificaconocetuslímites, En este punto, como en su teoría de la visión, Platón nos parece
sábetequeer: un-hombrermortalmointentes:igualartezcontlos: que es un buen testimonio. Inclusosi, al situar el alma en el centro
diósess Incluso para el Sócrates de Platón, que reinterpreta la fór- de su concepción dela identidad de cada uno, marca un hito cuyas
mula tradicional y le da un alcance filosófico nuevo cuandole hace consecuencias serán con el tiempo decisivas, Platón no se sale del
decir: conoce lo que verdaderamente eres, lo que hay en ti de tú marco en que se inscribe la representación griega del individuo.
mismo, es decir tu alma, tu psykhé; no se trata en absoluto de inci- En primer lugar, porque este alma, que somos nosotros, no expresa
tar a sus interlocutores para que vuelvan su mirada hacia el inte- la singularidad de nuestro ser, su fundamental originalidad, sino
rior de sí mismos para descubrirse en el interior de su «yo». Si exis- O_o
que, al contrario, en tanto que daímón, es impersonal o supraper-
te una evidencia indiscutible es desde luego que el Ojo no se puede sonal ma; incluso estando en nosotros, estárm Hláderoso-
mirar a sí mismo, necesita siempre dirigir sus rayos hacia un objeto ladeaseguráar¡nuestraparticularidad
situado en el exterior. Del mismo modoel signo visible de nuestra rarnos.de élparaintegrarnos.enelor-
identidad, el rostro que ofrecemos a la mirada de todos para que demtosmico ydivino. En segundo lugar, porque ellconocimiento
nos reconozcan, ñunca nos lo podemos contemplar sino cuando deunoTMismnoy 1 -cónuno.mismo:nossiempre:puedenes
buscamos enlos ojos de otro el espejo que nos envía desde fuera táablecerser Eta i O que:quedan-prisio:
nuestra propia imagen. Oigamosel diálogo de Sócrates con Alci- él “del ver;ycdelser.visto«del yo-y.del-otro,
bíades: quécoñistituye in elémentocaracterísticodelas cultiras de la ver-
gúenzael"honor-enoposición alas ¿ulturas dela:culpa"y-del de-
—Cuando miramos el ojo de alguien que ténemos delante, nuestro ros- Ber. Vergijenza y honor, en vez de sentimientos de culpabilidad y
tro se refleja como si fuera un espejo, en lo que se denomina pupila, el que de obligación que necesariamente hacen referencia, en el sujeto
mira aquí ve su'imagen. moral, a su íntima conciencia personal. Aquichay:quélte ñ
—Escierto. ' : : > términogriego: timéDesignaliidéadovalór»"que'se
28/Jean-Pierre Vernant El hombre griego/29

' lerecónoceaunindividuo, hacerefe erenciatamtoalostesgossotia: Nos gobernamos con libertad no sólo en lo que se refiere a nuestra vida
lessúidentidad=-nombre, filiación, origen, posición en el gru- política, sino también en lo que concierne a la recíproca suspicacia de las
Po con los honores que le corresponden, privilegios y considera- relacionesde la vida cotidiana: no sentimos envidia del vecinosi se compor-
ción que tiene derecho a exigir— comoasusop: ta como mejor le agrada, ni añadimos incomodidades que, aunque sean ino-
adpersonal,
elvomúntodecualidadesyméritos (belleza, vigor, valentía, noble- cuas, resultan penosas de ver. Y al conducirnos de manera tolerante en lo pri-
za en el comportamiento, dominio de sí) qúe en su rostronmodalés, vado tampoco transgredimos, más que nada por miedo (Tucídides 2, 37, 2-3).

Aspectomanifiestan a'losojós de:todos"su"perténenciala:la élite Ebindividuococupapueseraciodadamiguaunlugarpropio y


de Tos"kaloikagalhoi.105' hermosos ybuenos, losiáristoi,.loséxcé- Estezaspecto privado-de lá existenciahalla si prolongación: en:la
lentes. ntelectual- y artística donde cada uno afirma su convicción
Entúnarsoticuadcompetitiva:donde.para.sé. econocido:hay para actuar de maneradistinta y mejor que'sus predecesores y veci-
quéprevalecer sobre los-rivalesenunavompetitión incesante por nos, enelderechopenaldonde cada uno tiene que responder de
l 1 ada unosehallaexpuesto alamirada delotro;cádatino sus propiasfaltas en función del grado mayor o menor de culpabili-
€ Esta.imirada: Enrealidadiinoesto que losde- dad, éne
entidaddeumindividuócoincide consuvaloración mento, éMelcamporeligioso;donde son los individuos quienes, en
social£desde la burla al aplauso, desde el desprecio a la admira- la práctica del culto, se dirigen a la divinidad. Pero este individuo
ción. Si el valor de un hombre está hasta tal punto viñculado a su no aparece nunca ni como depositario de derechos universales ina-
reputación, cualquier ofensa pública a su dignidad, cualquier ac- lienables, ni como una persona, en sentido moderno del término,
cióno palabra que atente contra su prestigio serán sentidos por la dotada de una vida interior específica, o sea del mundo secreto de
víctima, hasta que'hg'se reparen abiertamente, como una manera su subjetividad, originalidad fundamental de su yo. Se:trata-de-una-
de rebajaro intentaraniquilar su propio ser, su virtud íntima, y de fórimacesencialmente:social-delvindividuo señalada:por:el-deseode
consumar su degradación. Deshonrado;.at ido: últistrarse; deradquirirantelos ojos.dí "PrO| guales, porsu es-
baterpagar elultrajeasu Sfeñsorrenuncia,conlá pérdida depres- tilo devida, sus méritos, su magnanimidad, sus éxitos, larsuficiénte
gio a su fiméa surenombre; Su-rango,sus privilegios. Excluido fama-comopara-tré :
de los antiguos lazos de solidaridad, expulsado del grupo de sus múnde toda la ciudadesdecir que todaGrecia. Asimismoel indi-
iguales ¿qué le queda? Rebajado a un plano inferioral del plebeyo, viduo, cuando afronta el problema de su muerte, no puede poner
/ o sea el del kakós, que incluso conserva su lugar en las filas del pue- su esperanza en la existencia en el otro mundo taly como era cuan-
blo, quien ha perdido su timé se encuentra —como vemos en el do estaba vivo, con su singularidad, bajo la forma de un alma pro-
¡ Caso de Aquiles ofendido por Agamenón— errante, sin patria, ni pia que le pertenezca a él exclusivamente, ni tampoco puede poner
¡ raíces, como un exiliado despreciable, como algo nulo, por usar sus esperanzas en la resurrección de su cuerpo. ¿De qué medio se
| los mismos términosdel héroe (Ilíada, 1, 293 y 9, 648); comodiría- puede entonces disponer para que unascriaturas efímeras, conde-
| mos hoy, un hombre así no existe, no es nadie. nadas a la decadencia de los años y la muerte, puedan conservar en
Sobre este punto, sin embargo, parece necesario hacer referen- el más allá su nombre, su fama, la imagen de su belleza, de su ju-
cia a un problema. Los valores aristócráticosdela competición por ventud, su valorviril y su superioridad? En una civilización del ho-
lA gloñacontinúan estándo-vigentes-en-la-Alenas democrática-dél nor donde cada uno, durante su vida, se identifica con aquello que ¡
Siglo laivalidadseejerceemreciudadanoscoñisideradosigua- los demás ven y dicen de uno, donde se es más cuanto mayor es la ;
les enel planopolíticó. No son iguales en tanto que sujetos de dere- gloria que a uno le rodea, sólo se continuará existiendo si subsiste |
chos de los que toda persona debe naturalmente disponer.«Cada una fama imperecedera en lugar de desaparecer en el anonimato |
RR : . A
noesigualtsemejante a los demás ruddesuplena participa” del olvido. Paralelhombr 'o=muerte:significalapresen'
O AN Ae
ción en losasuntos comunes del grupo. Pero fíera de estos imtere- ciapermanenteen lamemoriasocialde aquel qu bandonado
sestcomiunest al lado del sector público, existenenreltcomporta- datuzdelsolHamemoria
(mientopersonalyem lasrelacionessocialesun espacio-privado en 7 i Ppoétas.repe-
(etqié Elindividuo es quien marca la pauta: Enel elogio de Atenas tidoindchñidamente gEneracióntras-generació y mónumento-fa-
que Tucídides atribuye a Pericles, éste afirma: néráio:eriparaSúbrelatumbaz—
g do funcionacomouna,
instituciónque-aseguraladeterminados individuoselprivilegio
.
30/Jcan-Pierre Vernant El hombre griego/31

¿Retórica? Sólo en parte, sin duda, desde.luegomo es pura retó-


rica. El discurso encuentra fuerza y apoyo en una conifiguración de
HOPAMZA
de|todos
parasiempre, en lugar del paraíso reservado aa la identidad en la que cada00aparece comocinseparable-dedos
los justos, la certeza,para quien haya sabido merecerla, de una pe-
É idad delos
rennidad implantada en el mismo corazón de la existencia social €iudádanios:! Hombregri
griego; eraquellozgueloconvierteencindi-
de los vivos, viduocontinúa estando«inserto :tanto: enslo;social:como;en, el
Emlatradición-é :el“guerreroquecomoAq Ecosriios.
douná
vida”
Tbrevey:serdeditirenterament De la libertad de los antiguos a la de los modernos, de la demo-
ebcampo-debatallaendafiordesued € cracia antigua a la de hoy, del ciudadano de la pólis al hombre
una«muertehermosa»-una dimensión.Herdica aalaqueñolle:pue- como sujeto de derechos, pasando de Benjamin Constant a Moses
dé afeciarelolvido¿Como señaló Nicole Loraux, la:ciudad recupe- Finley y a Marx, hay todo un mundo que ha cambiado. Pero no se
ra, de manera especial, este tema en la oración fúnebre por aque- trata sólo de una transformación de la vida política y social, de la
Jlos ciudadanos que eligieron morir porsu patria. En lugar de opo- religión y la cultura; el hombre no ha seguido-siendo lo que era ni
nerse, Mortalidadeimmortalidadoseasocianyseinterpenetran-en en su modode ser él mismo ni en sus relaciones con los demás y
la
peronzd alerosos; dé-est
estos
agar ándres. Ya con el mundo.
en el siglo vt, Tirteo en sus poemas celebraba como «el bien co-
mún para la ciudad y para todo el pueblo» al combatiente que su-
piera resistir firmemente en la primera fila de la falange. Si cae
frente al enemigo, «jóvenes y viejos lo lloran por igual y todala ciu-
dad se aflige con grave lamento... nunca perecerán su noble gloria,.
ni su nombrey, aunque yazca bajo tierra, es inmortal» (fr. 9 D, 27
ss., C. Prato). A comienzosdel siglo 1, Gorgías encuentra a su vez
en esta asociación paradójica de lo mortal y lo inmortal motivo
para satisfacer su gusto por las antítesis: «Aunque hayan muerto, su
recuerdo no murió con ellos sino que es inmortal, aunque residan
en cuerpos que no sean inmortales, este recuerdo de aquellos que
no están ya con vida no deja de vivir.» En su Epitafio en honor de
los soldados atenienses caídos durante la guerra llamada de Corin-
to (395-386), Lisias (2, 78-81) recupera este tema y lo desarrolla en
una forma mejor argumentada:

Si después de haber escapado de los peligros del combate pudiéramos vol-


vernos inmortales, se podría entender que los vivos lloraran a los muertos.
Pero en realidad nuestro cuerpo resulta vencido por las enfermedades, y la
vejez y el genio que le tocó en suerte nuestro destino no se deja doblegar.
Por eso tenemos que considerar dichosos entre todos los hombres a estos
héroes que acabaron sus días luchando por la más noble y grande de las
causas y que, sin aguardar una muerte natural, eligieron la muerte más her-
mosa. Su memoria no puede envejecer y sus honores son objeto de envidia
para todos.La naturaleza quiere que los lloremos como a mortales, pero su
virtud prefiere que se les cante como a inmortales... Yo, por mi parte, consi-
dero dichosa su muerte y los envidio. Sí merece la pena nacer, corresponde
sólo a aquéllos de entre nosotros que, habiéndoles dado el destino un cuer-
po mortal, dejaron un recuerdo inmortal de su valor.
OLOPLCEOLILOIAIILIILIOLIIILLILIIDIADO

Capítulo primero ' :


EL HOMBRE Y LA ECONOMIA
Claude Mossé
_
nos oncnnacnao
copa (detalle)
«Pintor de la Fundición»: Taller de broncistas,

E conennonan
sin embargo, limita el sentido que el filósofo quería dar a esta fór.
mula; conella Aristóteles daba a entender que lo que distinguía al
griego de los demás hombres era el hecho de vivir en el seno de
estaa forma ¡Superior de organización humana
que era
ra la ciudad.

comun idelFoikono-
mía, efaantetodo.a an
déad u-propie-
dado que nosotros llamamos la economía, essdecir el conjunto de
fenómenos relativos a la producción y cambio de bienes materia-
les, no había adquirido entre los antiguos griegos la autonomía que
la caracteriza en el mundo moderno a partir del siglo xvi. Como
señala Karl:Polanyi, laeconomiazstibatodaviaambedaedestos”
integradaeprlocsocialylopolítico.
Es precisamente esto lo que hace peligrosa la tarea del histo-
riador que intenta situar al hombre griego en un contexto econó-
mico y descubrir, tras el homo politicus a los filósofos, y tras el
homo oeconomicus al que producía, cambiaba, gestionaba o inclu-
so especulaba con la intención, para unos, de acumular bienes y
fortuna, y para otros, de asegurarse el sustento cotidiano. Este in-
tento es arriesgado no sólo porque las fuentes disponibles sonfrag-
mentarias y no nos permiten reconstruir con exactitud las difcren-

35
!

36/Claude Mossé El hombre y la economia/37

tes actividades económicas que caracterizaban al mundo de las cederites para-láexportación” Pero más allá de estas consideracio-
ciudades griegas. Sobre todo porquedos:griegos, al no separar estas nes muy generales, ¿de qué elementos se dispone para intentartra-
actividades de lo que constituía todo un modode vida del que ellos, zar la fisonomía del campesino griego?
con su diversidad, eran parte integrante, nunca sintieronla necesi- Algunas representaciones figuradas en los vasosy algunas terra-
dad de describirlas. Antes bien, sezaplicarona-la-descripción-de-la cotas nos permiten entrever el trabajo de los campesinos: bien em-
únicaacóvidad.que/con laguerra yla política, les parecía digna de puñando un simple arado de madera, detipo dental, provisto o no
un Hombrelibre: el trabajodela tierra. Y si, como se verá, dispone- de una reja metálica, bien recogiendo aceitunaso pisando uva. Es-
mos de algunas informaciones más precisas sobreartesanía” rel tas representaciones no nos dan, sin embargo, ninguna informa-
eomterci áritimo, susceptibles de iluminar lo que se adivina gra- ción exacta sobre el estatus social de los que se dedicaban a estas
cias a los objetos procedentes de las excavaciones arqueológicas actividades. Para eso debemos acudir a las fuentes literarias. Afor-
(fragmentos de cerámica, monedas, etc.), se debe a que estas activi- tunadamente, ¿Taciasalasrazomes”
dades TOñocierónen"Atenas” yespecialmenteenel sigloTO0h i Sinarinmspir:
¡portante desarrollo; que a la vez implicaba protestas entre los que, laTGTecidiant
porejemplo se dedicaban al comercio marítimo, protestas que oca- Hesiódo; Th
sionaron procesos cuyoslitigios han llegado hasta nosotros. ñosrevelarlagravísima“crisis”del Fundo:griegóauf
Conviene desde luego repetirlo, hasta el punto que parece a vura.Cterisis precursora de las violentas luchas que marcan la his-
priori paradójico: ¿Iimund ri dade toria del siglo siguiente, iodejarderdescribir larvidacoridiamadel
campesino;beocio;;las:relaciones:amistosas-u-hostiles:gue;tenía
coW3ús vécinos, y lasdistintas actividades que jalonaban elaño. En
primer lugar, la época del laboreo, cuando el campesino apareja la
yunta de bueyes y el arado y prepara la tierra para la sementera.
cada uno sus medios de vid: Viene luego el tiempo en que «la grulla, desde lo alto de las nubes,
dEépoca"clásita lanza su reclamo de cada año, Da la señal para la siembra y anuncia
campesinos,rlo que explica la importancia, en el curso
o de la histo. la llegada del lluvioso invierno». El invierno constituye para el

A
[ ría, de los problemas agrarios y de los conflictos provocados por el . campesino la ocasión para reparar sus aperos. Entonceshombres
| problema de la propiedad, que desgarraban a las ciudades. El ideal y acémilas viven encerrados en la casa para protegerse del soplo de
de autarquía que defenderán en el siglo 1v los filósofos en sus cons- Bóreas, el gélido viento del Norte que viene de Tracia. Pero cuando
trucciones utópicas es la traducción de esta realidad: ¿elthombre florece el cardo, canta la cigarra, significa que viene el gozo del ve-
griego
vivia enprimerlugar.delproductod surtierrazyzelrbuen rano:
[uncionamiento:de”la-ciudad“exigia-que-todos los quectormaban
entonces las cabras están más gordas, el vino es.mejor, las mujeres son más
aesuvierandotadosdeése
producto. ardientes y los hombres másflojos. Sirio les abrasa la cabeza y las rodillas, el
Era
Eraal el vínculo”entrelatierra y el ciudadano que, en numerosas calorles seca la piel. Ojalá pudiera tener la sombra de una roca, vino de Bi-
os
propictanios.ppodianserciudadanos y que, en to- blos, una hogaza bien tierna y leche de cabras que ya no crían, con la carne
Ll s'podíian:poseer,tierras. de una ternera sin parir, bien alimentada en el bosque, o cordetos de la pri-
Con todo ¡estatierrarnoeraprecisanentefértil.
todo,yest era precisamente ter -yelmund mun mera camada. (Trabajos y días, 585-592.)
go'siemprefue dependiente sparasualimentación:con
cereale: de
das importaciones de grano procedentes deEgipto,Cirenáica? - Pero hay que pensar también en volver a la cosecha y ordenar
PontoElúxiño. Unicamente algunas ciudades del Peloponeso y las luego a los esclavos «pisar el trigo sagrado de Deméter». Tras lo
ciudades coloniales de Occidente disponían de una producción ce- cual se pondrá el grano en los recipientes que se alinearán en la
realista suficiente para cubrir sus necesidades. Sin embargo, «emo: casa, se apilaránel forraje y la paja para los animales. Llegará luego
dosiitiosisexiaba unteshiérzo.por;arrancardezun:suelozrelativa- el tiempo de la vendimia y de la produccióndel vino, «don de Dio-
“además de:lasfrutas ylegumbres:típicasde:los niso, rico en alegrías».
da-Sólolawvidy:eLoli- El poema de Hesíodo se ha interpretado a menudo como un gri-
NO daban lúgar.aiuna producciónmás. importañite, posibilitando-ex- to de revuelta contra «los reyes devoradores de presentes», como la
38/Claude Mossé
El hombre y la economía/39
expresión de la miseria campesina en la Beocia de finales del siglo
vit. Y es muy cierto que en el poema hay muchas alusiones a la mi- bre la extensión geográfica de este tipo de campesinado, a la vez
seria y al hambre de aquel que, por no habertrabajado bien y haber que sobre la duración real de esta sociedad campesina en el curso
descuidado sus deberes para con los dioses, se ve obligado a pedir- de la historia griega. Atenas, por supuesto, nos ofrece una vez más
le prestado al vecino o bien a mendigar. Pero la vida campesina el modelo: emancipada porlas reformas de Solón, el campesinado
descrita en el poema es la de una hacienda relativamente impor- ático constituyó, en efecto, la base de esta democracia que se esta-
tante, Hay numerososservidores, variedad de cosechas cuidadosa- blece con Clístenes yse refuerza con Efialtes y Pericles. Por supues-
mente almacenadas. Además, el interlocutor, real o imaginario, to, quedan muchosinterrogantes en lo que se refiere al reparto de
del poeta, ese hermano al que se dirige, dispone de excedentes que, la tierra y el modo de vida de esta población rural. Las investigacio-
cuando llega la época de la navegación, carga en una gran nave. nes másrecientes confirman la enorme parcelación del suelo enel
Por supuesto, la navegación es peligrosa, pero también resulta ser Ática, lo que no significa necesariamente la ausencia de grandes
una fuente de provecho y el que se dedica a ella puede acrecentar propiedades que concentraban en manos de un mismo individuo
su fortuna. A'través del poema se va dibujando pues la imagen de bienes dispersos, en el seno de un mismo demo o entre diferentes
un campesinado relativamente acomodado, que es difícil saber si demos. Los escasos sondeosrealizados en la campiña ática no per-
corresponde a una realidad datada y localizada con precisión, o míten concluir la existencia de granjas aisladas. El asentamiento
bien responde a un ideal que toma elementosde la realidad para reagfupado en pueblos, que constituían porlo general el centro de
construir una representación de la vida campesina más adecuada un demo, parece haber sido la forma dominante de establecimien-
para satisfacer a los dioses. - to agrario, lo que corresponde bien a determinadas constantes del
Tras siglos después de Hesíodo, el poeta cómico Aristófanes nos paisaje mediterráneo. Esta sociedad campesina ática no es del todo
presenta una imagen algo diferente. Ya no se trata de Beocia sino autosuficiente, contrariamente a lo que afirma Dicearco en Los
de Atenas, y de Atenas en la época de la Guerra del Peloponeso, acamienses. En otra comedia de Aristófanes, el héroe, también
cuando los campos son periódicamente devastados porlas incur- campesino, manda asuesclavo a comprar harina. Lo que hemos
siones de los ejércitos peloponesios. El campesino de Aristófanes, dicho antes sobre lanecesidad de importar grano implica, en efec-
como el de Hesíodo,tampoco es un “desheredado; prókhós. Posee to, que muchos campesinos no recolectaban suficiente trigo para
también algunos esclavos, y, aunque la guerra le haya obligado a brir susnecesidadesy lasde su oíkos, mujeres, hijos y esclavos.
refugiarse en la ciudad, intramuros, no deja por ello de añorar, Peroel teatro de Aristófanes, así como las indicaciones de Tucí-
como el Diceópolis de Los acarnienses, su pueblo, donde, «nunca dides, muestran que da Guerra del Peloponesoinfligió un duro gol-
se me ha dicho “compra carbón, vinagre, aceite”, donde descono- pe a esta pequeña sociedad campesina ateniense, “obligándoles a
cía la palabra “compra”, sino que usaba siempre de lo suyo», En abandonar cásas y campos. Las últimas comedias de Aristófanes, la
cuanto a Estrepsiades, que ha cometido el error de casarse con una Asamblea de las mujeres y el Pluto, resultan elocuentes a este res-
mujer de la ciudad, evoca con nostalgia, en Las nubes, su vida de pecto. Praxágora, la revolucionaria que quiere poner el poder en
campesinode antaño, «tan agradable, bien enguarrado... Tumbado manos de las mujeres, justifica poner en común todos los bienes,
a la bartola, rebosante de abejas, ovejas y de orujo», y el tiempo en evocando incluso a los que ni siquiera tienen un puñado de tierra
que podía oler «el vino nuevo, los cañizos de quesos, la lana, la donde hacerse enterrar. Y Crémilo, el campesino del Plato, repro-
abundancia». Es una imagen idílica de una vida campesina que de- cha a Pobreza (Penía) la miseria que ésta inflige a los campesinos

il
bía ser menosfácil y próspera de lo que pretendía el poeta cómico, que sólo tienen harapos para vestirse y «hojas de nabo seco» para
pero que sin embargo traduce una realidad: la importancia en una. comer. Sin embargo, en Atenas, esta miseria campesina no condu-
ciudad como Atenas de los campesinos, estos autourgoí, propieta- cirá a ese tipo de reivindicaciones revolucionarias, reparto de tie-
rios dé la tierra que trabajaban en condiciones a veces difíciles, rras y abolición de deudas, que se encuentran en otras partes del
dispusieran, por lo demás, de algunos. esclavos que. tenían mundo griego. Hoy no se sostiene ya casi la tesis según la cual la
dos lostrabajos más duros. Este pequeño y medio campesi- Guerra del Peloponeso habría provocado en Atenas un fenómeno
nado propietario era el que formaba la masa de la población de la de concentración de tierras, aunque un pasaje del Económico reve-
ciudad, y en sus filas era donde se reclutaban los hoplitas sobre los le que hubiera sido posible, como hace el padre de Iscómaco, elin-
que se apoyaba la seguridad de la ciudad. Queda preguntarnos so- terlocutor de Sócrates, especular con tierras compradas cn baldío
y revendidas después de haberlas vuelto cultivables.
0000B0000000IOIIOIADEIAIIAIDIIIAIDAIIDA
El hombre y la economía/41
40/Claude Mossé
bíainiciado a mediadosdelsiglovn, y que continuó durante dossi-
Efectivamente, sizpara“el pequeñocampesino-dél:Atica la agri-
glos, cóndujo a laereación de nuevas ciudades,cuya khóra, o cam:*
culturaconstituía un.medio.para-asegurarse.la subsistencia coti-
piña, se repartió entre colonos, expulsados a menudo de su ciudad
diana, para.el propietario de un bien-más importante podía ser una de origen debido a la stenokhóría, o escasez de tierra,'Las investiga-
“fuente de.ingresos. Como se ha hecho notar antes,da"gran-propie:
ciones realizadas por los arqueólogos en Italia meridional, en Sici-
dad; ] Atica; estabaintegradala mayoríade las vecés por parce- lia y en Crimea, con la especial ayuda de la fotografía aérea, hanin-
las dispersas, bien en el interior de un mismo demo, bien en demos
tentado aclarar el modo de distribución del suelo en algunas de es-
distintos y vecinos. Sinemibargo;existían propiedades más exten-
tas ciudades coloniales. Textos más tardios, como el decreto de
sas; como la que describesiémofonte:en el Económico, nuestra ter- fundación de la colonia de Brea, en el Adriático, o el relato de la
cera fuente para conocer la vida rural en Grecia, o la de Fenipo, el
fundación de Turios, en el sur deItalia, relatado por DiodoroSículo,
propietario que conocemos por un discurso del corpus de Demós-
indican la importancia de esta distribución del suelo, confiada a
tenes. Mientras el propietario de parcelas dispersas confiaba la're: magistrados especiales, geómetras y geónomos. Pero a partir de
valorización de'las mismas a esclavos de confiariza que, una vez
aquí se plantean sin embargo muchos problemas: ¿trabajaban los
realizada la cosecha, reembolsaban a su dueño la apoforá, en dine-
“colónos sus propios kléroi, es decir, sus lotes, o bien los explotaban
ro o en especie, el propietario de una finca extensa y devn solo té- a través de indígenas más o menos esclavizados, como los cilirios
rfeno tenía que estar en posesión de un equipo de trabajadores de de Siracusa, y se limitaban a percibir las ganancias? En cualquier
condición servil bajo las órdenes de un intendénte, también él fre- caso, algo de esto debía de suceder en las cleruquías atenienses, un
cuentemente un esclavo. Por un fragmento de los Memorabilia (los
tipo de colonias militares instaladas porlos atenienses en el territo-
Recuerdos de Sócrates) del mismo Jenofonte se sabe que un hom- rio de algunos de sus más reacios aliados. A propósito de los colo-
bre libre podía verse obligado por su propia pobreza a aceptareste nos establecidos en Mitilene, en la isla de Lesbos, después de haber
típode trabajo. El kalokagathós del Económico es, evidentemente, sometido a sus habitantes que habían intentado sustraerse a la
la imagen ideal del perfecto ciudadano propietario, y, excepto la alianza con Atenas, Tucídides precisa que «los lesbios continuaron
alusión a las especulaciones de su padre, no se aprecia que la bue-
trabajando ellos mismos la tierra, comprometiéndose a pagar a los
na gestión de la finca tuviera como fin una ambición cualquiera! clerucos una suma de dos minas anuales porlote».
por obtener un provecho con la comercialización de los productos
¡Al'margen:del-»mundo. «colonial, numerosas"ciudades"tuvierón
de la finca. La cosecha de cereales, de vino y aceituna se destinaba
¿asimisino'que apoyarse.“énun.can ¡pesinado: propiétaTio. De otra
a quedar almacenada en las reservas de la casa.de' Iscómaco. Sin m
forma se entenderíamal laiimportancia de las reivindicaciones por
embargo éste, como Critobulo, el primer interlocutor de Sócrates de tierras en las luchas que desgarraron las ciudades en-
el reparto
en el diálogo, es un ciudadano rico, que debe ofrecer sacrificios a
tre los siglos vn y rv, e incluso más adelante. Si Atenas, lo hemos vis-
sus conciudadanos de demo, sufragar eisphoraíy liturgias, cargas
“to, conoció un relativo equilibrio durante todo este periodo gracias
que recaían sobre los másricos, lo que implica que una parte de la
a las reformas de Solón, en otros sitios las cosas fueron de manera
cosecha de la finca producía rentas en metálico. El alegato contra distinta. Elmovimientaque Zondujoalsurgimiento-delastiranías
Fenipo confirma que la agricultura podía ser, para un gran propie- enuna gran parte del mundo griego entre mediados del siglo vu yz
tario, una confortable fuente de recursos. Fenipo vendía su made- «fines del siglo vi parece estar.muy vinculadoal desigual reparto de
ra, su trigo, su vino aprovechando inclusolas dificultades de avi- la propiedadterritorial, yel'démos sobre él quesegún la tradición,
tuallamiento que conocía Atenas a finales de la década de los trein-
se apoyaronla mayoría de.estos tiranos era primero un démos ru»
ta, en el siglo 1v a.C., para especular con los precios de estos dos úl- ¿ral; Por otra parte, no es una casualidad que los teóricos que, a par-
timos productos. Quizá se trate, no obstante, de un fenómeno nue-
tirde finales de! siglo v, elaboraron proyectos de ciudades ideales,
vo, característico del final de siglo; volveremos sobre el tema. se preocuparan ante todo del problema de la organización de la
Elmodeloateniensedeuna”cláselcampesina”propietaria-am- khóra y de la distribución de las tierras. Aristóteles, por su parte,
pliamente-dominante —un comentario de Dionisio de Halicarnaso veía en lo que un historiador contemporáneo ha llamado «la repú-
da a entenderque sólo cinco mil atenienses de los 25.000 o 30.000
blica de los campesinos» el modelo de ciudad más cercano a la ciu-
con que contaba la ciudad a comienzos delsiglo Iv no> poseían tie-
dad ideal.
rras— seguramente; estab:
ba-muy.ext
Pero losteóricos: políticos:del siglo;rv¿mencionaban;también
mundo griego. Elrdilatadóm"movimiento
ov de:colonizaciónquesse has
a
42/Claude Mossé
El hombre yla economia/43
comio Unsjemploeentre:las ciudades del "mundo real, aquellacque.
Jenofonte, al evocar esta prohibición, ¿pensaba sólo en Esparta,
Esparta Esparta también era una ciudad de ter ratenientes. Sime o estaba expresando un deseo que era el de toda una intelligentsia
bárgóestos -propietários nó.eran campesinos. Los que en Lacónia)y aristocrática frente a una realidad bien distinta? No hay duda de
Mesenia cultivaban la tierra eran los ilotas, campesiños sometidos que errunrciertonúmerode-ciudades-había-artesanos-en el seno dese
que los demás griegos consideraban como esclavos, pero esclavos desdeluego:no habiassido
idosiempreasí.En
distintos de los que conocían en sus propias ciudades. Del mismo tiourgol aparecén.como especialis-
origen, hablando la misma lengua, representaban para los esparta-
nos un peligro permanente, y sus revueltas jalonan la historia de la “retribución, evidentemente considerada natural. Eran, por
ciudad lacedemonia. En relación con ellos son muchos los puntos tanto, ajenos a la comunidad que estaba formando la naciente ciu-
oscuros que aún quedan. En concreto desconocemossi la tasa que dad. Asimismo hay que pensar que una]part
pagabana su dueño era fija o proporcional a la cosecha, si estaban
aislados en los kléroi de sus patronos o si formaban comunidades artan sólo el lecho que Odiseo fabricó con sus propias ma-
en aldeas específicas. Los mesenios se emanciparonde la tutela es- nos, o los consejos de Hesíodo parala fabricación del arado. Las te-
partana en el siglo 1v con la ayuda del tebano Epaminondas. Los ilo- las se hilaban y tejían igualmente en casa porla dueña y sus criadas.
tas de Laconia continuaron sojuzgados, con excepción de los que, a Sin
embargo algunos
oficios:ibanaconve!
lo largo de las revoluciones espartanasdel siglo 11 a.C., fueron libe-
rados para proveer a los reyes reformadores de los soldados que
necesitaban para resistir a los macedonios y sus aliados aqueos. erasla construcción naval."Despuéstnaturalmeñte” el trabajo
Así, Hbrezozd: diente seNMOMbrEIER egorapáreceprimero: jiedra y.del mármo cuando las ciudades comenzaron a le-
Th tampesiñoquecultivaSu própiatierra o14 delos que son vantar monumentosreligiosos o públicos y a decorarlos con bajo-
riás”poderosos”
os:queéél: 1 hace: a area
otros;perodestodos rrelieves y estatuas.
Una vez más, es evidentemente cn Atenas donde disponemos de
la información másrica relativa, por un lado, a la situación de los
artesanosy, por otro, a la importancia de las actividades artesana-
les.Atenas
se convieite-mu
muy-pronto.entunaimportante:centro-de la
los grandes vasos del Dipilón son una prueba
Iperiodo-dedatiranía de losPisistrátidas
ser propietarios; Sinoque amenudo había que serpropietario paray
poder serciudadano.; cúandosedesarrolla en Atenas in artesanádo cada véz más imipor-
Ser“compreñde.enentónices quelosoficiosartesanaleshayan sido tante; favorecidoporda política de.lós tiranos, quienes emprenden
un vasto programa de obras públicas, emiten las primeras mone-
tenidos en poca: estima: En el Económico, Jenofonte hace decira
das y, por tanto, comienzan a explotarsistemáticamente los yaci-
Sócrates
mientos de plomo argentífero del Laurión, inauguran al fin una po-
lítica marítima que anuncia la que volverán a emprenderunsiglo
Los oficios llamados artesanales (bánausoi) están desacreditados y es
muynatural que sean muydespreciados en las ciudades. Arruinan el cuerpo más tarde Temistocles y Pericles. No es una casualidad que en la se-
de los obreros que los ejercen y de los que los dirigen obligándoles a llevar gunda mitad del siglo vi la cerámica ática de figuras negras, prime-
una vida casera, sentados a la sombra de su taller e incluso a pasar todoel ro, de figuras rojas, después, aparezca por todo el Mediterráneo,
día junto al fuego. Los cuerpos, de esta manera, se reblandecen, las almas se pasando a destronar definitivamente a la cerámica corintia. ¿Cuán-
hacen también másflojas. Sobre todo estos oficios, llamados de artesanos, tos artesanos había entonces en Atenas y cuál era su condición? Es
noles dejan ningún tiempolibre para ocuparse también de sus amigos y de difícil responder a esta pregunta. Se ha sugerido que en el siglo y,
la ciudad, de manera que estas gentes aparecen como individuos mezqui- en el momento de mayor producción de vasos de figuras rojas, no
nos, ya sea en relación con sus amigos, ya sea en lo que toca a la defensa de habia más de cuatrocientos obreros ceramistas. Más arriba se ha
sus respectivas patrias. Por eso, en algunas ciudades, sobre todo en las que
adelantado la cifra de cinco mil ciudadanos privados de tierra a
pasan por belicosas, se lega hasta prohibir a todos los ciudadanoslos ofi-
principios del siglo 1v. Pero no tados eran necesariamente artesa-
cios de artesanos. (6, 5-7.)
nos o comerciantes. Por otra parte, muchosde estos artesanos eran
.
44/Claude Mossé El hombre yla economia/45

sin duda extranjeros llegados a Atenas para ejercer allí su una parte se reembolsa al amo. Algunos de estos esclavos eran, sin
oficio,
atraídos por las ventajas que les ofrecía una ciudad rica y duda, esclavos públicos a los que la ciudad concedía un subsidio
poderosa.
La tradición además pretendía que Solón había sido el
DOCCOL

promotorde para su sústento.


una llamada a la mano de obra extranjera. No hay que olvida Los esclavos constituían en cambio lo esencial de la mano de
r tam-
pacó que una parte de esta mano de obra artesanal estaba integra obra en las minas del Laurión. Como se ha visto antes, 'la:explota-
-
da poresclavos que trabajaban con sus patronosen los talleres o
en ciónde las minas se había iniciado en época muy antigua, pero su»
las obras de las construcciones públicas. Las. actividades artesana- impulso real'había comenzado precisamente a partir de mediados”
les:sobre tlasFque*ienemos ¡mayorginformaciónisonlas que,.de un del siglov1, cuando Atenas comenzó a acuñar las monedas que Maá-
modo u otro; estában bajo el control de la ciudad;como por ejem” brían de ser.las más preciadas en el mundo egeosDesde el siglo v en:
plo lsTonstruteciónés públicas?Se nos han conservado numerosas “adelante, con el descubrimiento de los ricos yacimientos de Maró-
cuentas que permiten seguir muy de cerca la organizaciónd Y industria minera conoce un impulso que.sólo se detendrá
el tra-
bajo. La decisión de acometer la construcción de un edificio públi- enlos últimos años.de la Guerra del Peloponeso? cuando la ocupa- ¡
co, religioso o cívico, dependía en efecto de un voto de la asamblea ción dela fortaleza de Decelia por los espartanos favorezca la fuga '
del pueblo, Una comisión de epistates establecía el pliego de condi- de los 20.000 esclavos que trabajaban en las minas y en lostalleres
ciones y cerraba una serie de contratos particulares con los contra- de superficie.
tistas. El presupuesto descriptivo o syngraphé se sometía luego a la otación de las minas volvió a recuperarse con cierto vi>
asamblea. Si se aprobaba se designaban uno o varios arquitectos gora partirde mediadosdel siglo Ivy es precisamente en esta épo-
encargados de coordinar las diferentes operaciones. Así se designó cacuando se conoce mejor su funcionamiento. En efecto, das mi»
a Calicrates e Ictino para el Partenón o sólo a Calícrates para nas eran;propiedad estatal:y'el Estado las concedía:a:particulares”
la
construcción de los Muros Largos que unían Atenas con ¿mediante él.pago de una renta=Por lo menos esto:es lo que se des-
El Pireo.
Estos arquitectos recibían un salario apenas superior al de "prende de las inscripciones, datadal casi todas en el tercer cuarto
los
obreros cualificados que trabajaban a pie de obra y que eran los en- del siglo 1v y que ofrecen las cuentas de los polétaí, magistrados en-
cargados de reclutar a los canteros, escultores, carpin cargadosde la asignación de concesiones. Se ha defendido con fre-
teros, herre-
ros. Resulta reveladora esta uniformidad de los salarios, evaluados cuencia la existencia de minas privadas, pero faltan pruebas con-
a menudo globalmente para una tarea determinada, que no sólo no cluyentes al respecto. En cambio, un reciente estudio ha demostra-
distinguía poco o nada al arquitecto del obrero, síno incluso al ciu- do que los concesionarios eran frecuentemente personas cuyos
, dadano o al meteco del esclavo. Este tratamiento refleja el hecho bienes patrimoniales estaban ubicados en los demos cercanosal
ide querel trabajo no se concebía como una actividad mensurable distrito minero. Subsisten sin embargo numerosos puntos oscuros
[como tal ni como productora de bienes, sino como un «servicio», en lo que se refiere a la naturaleza de la renta pagada porlos conce-
ino es casual que el término misthós sirva para designarel salario sionarios y a la frecuencia de los pagos. Porel contrario, parece se-
; que retribuye una actividad pública, incluido el servicio militar, y guro que la gestión de las minas constituía para los concesionarios
j un trabajo productivo, ni que el total de estos diferentes misthoí se una fuente de sustanciosas ganancias, de manera que la renta paga:
aproxime mucho, con una variación como mucho de uno a tres, da poréstos parece haber sido generalmente muy modesta. Sobre
por ejemplo, tres óbolos es el salario de un juez y una dracma o 76 precios de arriendo conocidos porla epigrafía, 22 son de veinte
dracma y media es el de un prítane o de un arquitecto. Las inscrip- dracmas, 30 de ciento cincuenta dracmas. Demóstenes menciona,
ciones permiten conocen el respectivo lugar de los ciudadanos, por otra parte, una concesión que comprende tres grupos separa-
metecosy esclavos entre los obreros que trabajan en las obras y de- dos y cuyo valor total alcanza los tres talentos, pero la interpreta-
más construcciones públicas. Durante el año 409, en la obra del ción del texto es dudosa. En el opúsculo de las Rentas (De vectigali-
Erecteón encontramos 20 ciudadanos sobre 71 contratados, y en- bus) Jenofonte evoca los ejemplos de tres ricos atenienses: Nicias,
tre los obreros que trabajaban en las columnas, 7 ciudadanos, 6 Hiponico y Filemónides que sacaban importantes rentas con el al-
metecos y 21 esclavos. En 329, en las obras de Eleusis hay 9 ciuda- quiler de esclavos mineros. Nicias es el célebre político y estratega
danos sobre 27 contratados y 21 ciudadanos sobre 94 obreros espe- de la Guerra del Peloponeso y que encontró la muerte en la expedi- .
cializados. Los demás son metecos o esclavos, Estos últimos traba- ción Sicilia, En el siglo w, los descendientes de Niciasfiguran en-
jan con sus amos y reciben en principio el mismo salario del que tre los concesionarios de minas, lo cual permite suponer que no se
t
El hombre y la economía/47

46/Claude Mossé
ciudad es presa de todotipo de dificultades. Problema éste sobre el
contentaba con alquilar su mano de obra esclava, sino que también que se volverá más adelante.
tenía intereses en la explotación de las mismas minas. Hiponico Silaindustiamineraydatransfermación-de.minel
,
hijo de Calias, pertenecía a una de las familias más ricas de Atenas. alarvezzalazciudadyporzel:control:que:éstanejerce y-losimpuestos
ferenteae
Enel siglo 1v, uno de sus descendientes posee propiedades en Besa, querecaudary:atos:ciudadanos:más ctostlasituaciónes:di
en el distrito minero. Las listas de concesionarios, lo mismo que erloquecon citie aoras activid ades artesanal esqiré nos:so'
los discursos de los oradores, indican que la mayor parte de los que ñocidastporlastfuentes. Ea=construcción:mavalxsezhalla,tambié
medi-
tenían intereses en las minas pertenecían a lo que el historiador in- porsupuesto, estrechamente:controlada:porla:ciudad; en la
comisa-
glés J. Davies ha Hamado las «Athenian propertied families». Inclu- da.en que el Consejo elegía trienalmente a los triéropoioí,
na-
so el litigante del Contra Fenipo, que se queja de las desgracias de "rios encargados de adjudicar públicamente la construcción de
su tiempo, reconoce haber amasado una fortuna con la explota- ves. simembargo-los:astillerostestaban-muy-dispersosy-la.mano zde
us-
ción de una concesión en el Laurión. Yel rico Midias, el rival de obralaintegrabar 'equeñosrartesanoslibres-yesclavos ¿rarind
Demóstenes, obtenía también una parte de sus ingresos de la explo- madramasernana industriaantigua? querexigía:por:parte delos
tación de minas, puesto que el orador lo acusa de haberse aprove- quezaellassexdedicabanamaimportamite inv AEinmaterias-pris
chado de su trierarquía para procurarse madera para entibar las enmanoobra? Ciudadanosy metecos trabajaban codo con
fuen-
galerías de las minas de plata. codo a juzgar poralgunas indicaciones suministradas porlas
tes. Así, el meteco Céfalo, padre del orador Lisias, que se estableció
Sin embargo, lárindustriamineramo:xcomprendíasóloJa:extraceo en Atenas aconsejado por Pericles, poseía untaller con ciento vein-
(ción.de.minerale3. Las excavaciones efectuadas en el distrito mine- te esclavos. Cuando bajo la tiranía de los Treinta los agentes de los
ade-
ro, especialmente en la región de Tórico, han permitido revelar, en oligarcas fueron a detener a sus híjos, encontraron en la casa,
, Oro, plata,
la superficie, la presencia de talleres de transformación. Dichosta- más de los ciento veinte esclavos, setecientos escudos
lleres podían ser propiedad de un concesionario, pero también cobre y joyas. A comienzos del siglo tv, el padre de Demóstenes te-
trein-
pertenecera otros. Un discurso del corpus de Demóstenes, el Con- nía un taller para la fabricación de cuchillos que empleaba a
ra Panténeto, alude a una díké metalliké, una demanda minera diri- ta esclavos y que producía una renta anual de 3.000 dracma s. De-
presenc ia de mar-

e
gida contra un tal Panténeto que se había presentado como com- móstenes menciona en la heredad de su padre la
al.
prador de un taller minero en Maronea y de 30 esclavos por la fil y hierro, materiales necesarios para esa actividad industri
suma de 10,500 dracmas. No cs seguro que Panténeto fuera tam- Otro fabricante de armas muy conocido era el banguerode origen
ción de
bién concesionario: él, por medio de sus esclavos, hacía reducirel servil, Pasión, que legó en herencia un taller para la fabrica
zquizá rlan diversi ficada
mineral que otros extraían. Se puede pensar que los propietarios escudos. Vatindustriarderarmasinoestaba
a escena a fa-
de talleres eran también, porlo general, propietarios del suelo. Lo como pretende Aristófanes, cuando, en La paz, saca
qe?
cual explica por qué laindustriarminrerafuezun-terrenozextinsivos bricantes de cascos, penachos, espadas y lanzas. EStoioquita-
cdefen sadeta
dedosciudadanosy:lamtáyoriadelasvecestleciodadanos:acomo: enestractividadparticularmenteimportante
:espes
(ados»Un discurso de Hipérides, el Pro Euxenipo, menciona las ciudadrpudieratestar:bastantezavanzado-wntciertogradozde
fortunas hechas por algunos concesionarios de minas: 60 talentos cistizaciónaCéfalo y Pasión sólo fabricaban escudos, el padre de
por Jenofon-
poruntal Eutícrates, 300 talentos por Epícrates de Palene y sus so- Demóstenes; armas cortantes, un cierto Pistias, citado
..Ciu-
cios, que se contaban entre los más acaudalados(plowsiótatol) de la te en las Menorables, tenía fama por la calidad de sus corazas
ciudad. La confiscación de la fortuna de Dífilo, que se había enri- dadanos:ometecosMosquesededicaban:alafabricacióndeaiivas
quecido explotando en las minas de plata las pilas de mineral reser- eran*«pues”hombrescricos. Perozestostadinerados” rantrabája-
vadas como apoyo, supuso para la ciudad una suma de 160 talen- dorestsercomentaban:condirig ifieltr abajond esusesc lavóso Fmás
tos. Estas considerables sumas confirman que Tótimastderplata frecuentementes como hacían los grandes propietarios terrate-
AMYECUr lasegundamitadiadlsiglotuna aclvidad nientes, confabamestdirecciónauncadamimstrador; tambiér
tel
¡7 amenyriquerlossexplotadorescontesionimosmacibammde tó. De este modo, Afobo, que había sido encarg ado
esclavooliber
estáunasgananciassustanciosás. Sin embargo, conviene recordar porel padre de Demóstenesde dirigir el taller de fabricación de'cu-
in-
una vez más que estas considerables fortunas no se encuentran chillos, reducido, tras su venta, a la mitad de los esclavos que lo
más que en un momento dado de la historia de Atenas, cuando la
48/Claude Mossé El hombre y la economia/49

tegraban, aseguró su gestión durante cierto tiempo para confiarlo, váisosno sería muchomiás estimado que las otras actividadesarte-
luego, a unlíberto, llamado Milias, y por fin a otro tutor, Terípides. gsarrales:tasí Demóstenes echa en cara a su adversario Esquines,
Cabe suponerque Pistias, el fabricante de corazas citado por Jeno- como indicio de su origen plebeyo, el hecho de que su hermano ha-
fonte, dirigía personalmente su taller y velaba por la calidad de los bía ejercido este oficio. Evidentemente rió es posible enumerar. to-*
productos que de él salían. Por otra parte, éstos «talleres» no erarr dos:lós.pequeñosoficios queque--pululaban en una ciudad como Ate»
sólo'unidades de producción. Situados por lo. general en la casa de
su propietario eran también puntosdeventa. Se comprende así en- cos
por.esclavos, ¿como ese perfumero que tenía suvenda en el
tonces por qué Jenofonte tenía el mismo desprecio por los oficios ágora
ydel que se habla en el discurso de Hipérides Contra Atenó-
manuales (banausikoi), los obreros que los ejerciari y por quienes iñguir un hombrelibre de un esclavo no era fácil'al ves?
los dirigían. El propietario dé un taller de esclavos metalúrgicos, € erá'similar, como nota el autor anónimo de la Constitu-
aunque fuese un,rentista.igual. que.un;propietario terrateniente, ción de los atenienses. Tomando la expresión de Jenofonte ¿lósques
pertenecía.a la,misma.categoría-social.que el-pequeño.artesano ¿crafí ciudadanos encontraban tiempo para «ocuparse:de la ciudad
Que trabajaba con sus manos. Aristóteles, que negabaal artesano la
cualidad de ciudadano en la ciudad ideal, admitía sin embargo que
pudiera haber artesanos ciudadanos en la ciudad oligárquica, por- la-vidade la ciudad; almenostomo miembros de la Ssamblea por
que entre cllos había hombresricos, Y el oradorpara el que Lisias que si no no se comprenderíanlas críticas de los adversarios de la
compuso el discurso contra la propuesta de Formisio afirma que democracia, ni tampoco la observación que hace Sócratesal joven
entre los cinco mil ciudadanos que habrían sido privadosde la ciu- Cármides cuando dudaba si tomar la palabra ante la asamblea:
dadanía porque no poseían tierras, había numerosos ricos. Sabe- «¿Quiénes son los que te.intimidan? Bataneros, zapateros, carpin-
mos que muchosde estos ricos artesanos (bánarnsoi) accedieron a teros, herreros, labriegos, tenderos, traficantes que sólo piensan en
la dirección de la ciudad durante el último tercio del siglo v y se vendercaro lo que compran barato; porque todosesos tipos son los
atrajeron el sarcasmo de un autor como Aristófanes. Los «curtido- que componen la asamblea popular.» Conviene darse cuenta de
res» Cleón y Anito y el «alfarero» Hipérbolo no eran evidentemente que en esta enumeración, los campesinos aparecen citados en me-
trabajadores manuales. Al igual que los «metalúrgicos» preceden- dio de un conjunto de artesanos y comerciantes. Y hay que recor-
tes, se limitaban a dirigir, o más seguramente a percibir las rentas dar que Aristóteles prefería la democracia campesina porque los
de sus talleres de esclavos. agricultores, al estar retenidos por sus labores cotidianas, frecuen-
Sin embargo hay que evitar imaginarse al artesanado ateniense” taban menos las asambleas.
como una actividad reservada a:los esclavos que trabajaban: para ! Esta democracia rural, en el ánimo del filósofo, era evidente-
hombres
libres. y.acaudalados” Muchos artesanos libres, porsu- mente opuesta a la democracia ateniense, aunque Aristóteles,
puesto,trabajaban con sus manosen las tiendas que bordeaban el cuando generaliza sobre la democracia radical, no mencione a Áte-
ágora o en lostalleres del Cerámico, Silos curtidoresceran por.lo nas. ¿Pero podemos hacerlo mismo yaplicar el modelo ateniense a
E añ-que:sus:escilavos trabajaran el cuero otras ciudades como Corinto, Megara, Mileto o Siracusa? Las fuen»
en"brutó Tos zápateros,' en cambio, eran pequeños artesanos que. tes arqueológicas:indican que éxistió realmente una actividad arte
arabajaban por_enCargó, como ese zapatero representado en un importante en numerosas ciudades marítimas*Pero la mayo-
vaso mientras está midiendo en el
pie de su cliente la sandalia que ría de las veces es obligado reconocer nuestro desconocimiento so-
aquél acaba de terminar. ¡Ló mismoocurre€on los alfareros que se brela estructura de estas actividades y sobre el estatus social de los
concentraban alnoroeste del "ágora, ¿ran pequeñosartesanos. Al- que a ellas se dedicaban. Sabemos que Corinto exportaba vasos,
gunas representacionésfiguradas permiten hacerse una idea de lo que Siracusa era famosa por la calidad de sus monedas y Mileto por
que eran estos pequeñostalleres. El alfarero trabajaba personal- la de sus telas finas. Podemos pues pensar que en estas ciudadesy-
mente en el torno, mientras sus esclavos modelaban la arcilla, pre- en otras másexistiría un artesanado comparable con el de Atenas,
parabanla laca y el barniz, metían los vasos y vigilaban la cocción, pero nosfaltan informacionesde las fuentes literarias y epigráficas
Sin duda muchostalleres tendrían hornos comunes. El'alfareroel* que es, precisamente, lo que si abunda para Atenas. Unicamente
in hombres libres.
05-que:-firmabah su trabajo? Séguramente conocemos un poco mejor las construcciones públicas gracias a
habriaentre:ellós extranjeros; yeloficio delalfárero.o de pintorde las inscripciones. Estas nos descubren, en todas las grandes obras,
50/Claude Mossé
El hombre yla economía/51

A
condiciones de trabajo análogas a las que se encuentran en Atenas
para los trabajos en la Acrópolis o en Eleusis, lo cual no debe sor- septeñtrional yoriental del Mediterráneo. Es inútil volver sobre el
prendersi tenemos en cuenta que frecuentemente los equipos ylas falso problema del origen comercial o agrario de estas «colonias».
cuadrillas se desplazaban de una obra a otra, incluso también los Se ha hablado ya de la stenokhoría,.es decir, la falta de tierras que
artistas, individualmente. Pensemos enFidias, que trabajó en Olim- obligó a uná partedeJos miembros dé la Comunidad urbanaa lan-
pia, o en los viajes de Praxíteles en el siglo 1v. squedapor:mar, de nuevas tierras?Pero además de,
El hombre griego es así también un artesano. Y como tal goza, gue estas/expediciones, organizadas a menudo porla ciudad con la
como bien lo ha demostrado Pierre Vidal-Naquet, dé un estatus ApróbBación y los consejos del clero délfico, suponían. un,mínimeo>
ambiguo. Como” poseedorde una, ték/ime; se hace ¡indispensable de conocimientosmaritimossla dimensión comercial io.podía-.es
pará:liberar,a los:hombres.de la.dureza propia.de:la:naturaleza. (tarausentesPor, tinladossetrataba de conseguir determinadas ma»
Pero como se encierra precisamente en eso, .no puede acceder, a 5 primas. de las-que los-griegos escaseaban: Niérroy estaño en
una:tékhnessuperior como esla tékhneé politiqué. Sólo Protágoras admi- primer lugars+Por,otro7.€l establecimiento de griegos enel sur de:
tía que todos podían poseer la ciencia del político. No hay que olvi- ¿Talia en Jas:costas:de"laGalia o lá Península Ibérica o en Siria y a
dar que la teoría desarrollada por el filósofo de Abdera era sobre la orillás delPonto.Euxino, ño púdo pot menos de producir-un-desá?
que se fundaba la democracia, en cuyo seno, como repite el Sócra- rrollode intercambios: quezno-por:darsé entré citidades mádits y»
tes de Jenofonte, artesanos y comerciantes compartían junto con ciudadeshijas;era Aienor»Las excavaciones realizadas por los ar-
los campesinos el poder de decisión en las asambleas. queólogos en Pitecusas (Ischia) han demostrado la importancia de
Todo esto nos conduce al tercer. aspecto de la actividad econó- las factorías metalúrgicas donde se transformaba el mineral impor-
Mica del hombre griego: la actividad comercial: Sobre este punto, tado seguramente de Etruria. La fundación de Marsella a comien-
los debatesentre los modernos han sido de gran envergadura, y zos del siglo vi a.C. en un emplazamiento que, evidentemente, no
también sobre él nuestra información no ha dejado de crecer, a tra- daba acceso ricas tierras de cultivo, pero que sí era la desemboca-
vés de los progresos de la investigación, arqueológica fundamen- dura natural de ríos de la Galia por donde llegaría el estaño de las
talmente. Que desde muy tempraño hubo intercambios en el mun- misteriosas islas Casitérides, es bastante significativo desde este
dorgriego:lo demuestra la difusión misma. de;la cerámica.: Desde punto de vista, Como también es significativa la instalación, desde
ép icénica, vasos fabricadosen el ¿ontiñente griego llegaban el siglo vn de una factoría griega en Náucratis, en Egipto, lugar en
alItalia méridiónaly a Oriente. El Húundimiento.de los palacios níi- el que los comerciantes llegados de Grecia o de las ciudadesgrie-
cénicos puso fin a esté tráfico?y cuando se habla de los comercian- gas de Asia Menor podían adquirir el trigo del valle del Nilo para re-
tes en los poemas homéricos, se trata sobre todo de fenicios o de venderlo en las ciudades del Egeo.
esos misteriosostafios de los que se habla en la Odisea «Enel muñ- Aunque-la-existencia-de:un'comercio marítimo griegoven-época
do de los:héroes, como recordó Finley, lóstintercambios revelán » arcaica:estun: fenómeno tcuestionable*subsisten“dósproblemas.
sobretodo. prácticás de regalo y'cóntia:regalo,:algoajeno al:co: i uiénesfueronlos promotoresyqué lagar ocupaba o
me propiamente dichoSSin embargo Hesíodo en Trabajos y ibaaocupariamoñeda:en este comercio? Lo primero ha suscitado
días evoca las navegaciones de su padre, empujado por la necesi- respuestas a menudo contradictorias. Para algunos, y el ejemplo
dad de surcar los mares en una «negra nave» para ira buscar un be- que hemosvisto del padre de Hesíodo puede ser una buena ilustra-
neficio más o menosaleatorio para acabar instalándose en Asera. ción, elrcomercio era:un-asunto de marginados, :campesinos age"4
El comercio por mar (emporíé) nos lo presenta el poeta como un biadosporlas"deudas, hijos menores excluidos de la herenciáfam
remedio para escapar de «las deudas y el hambre amarga», como liar que, al no poder vivir del producto de una propiedadfamiliar,
un recurso que aún puede procurar un beneficio (kérdos), a condi- se echaban al mar con la esperanza de obteneralgunas ganancias
ción de tener la precaución de navegar sólo durante los cincuenta vendiendo caro lo que se habían procurado a unprecio ventajoso.
días —en pleno verano— en que el mar no es demasiado peligroso. Para otros.encambioz y aquí otra vez puede traerse a colación a He-
Es evidente, porlo tanto, que desde“el siglo-viu les griegospartici- síodo cuando invita a Perses a hacerse a la mar para darsalida a los
parón en el despertar de los intercambios ennel MeditorráncorAquip excedentes de su cosecha, comerciar implicaba por uña parte estar
coriviene, evidentemente-recordar.lo que tradicionalmente se. enz» en posesión.de un barco y, porotra;de una carga que imtercambiars
tiende“porcolo. a, .el asentamiento de griegos en:las orillas Por.csa-razón los primeros «comerciantes» sólo podían ser los que
ostemabantel poder en*las ciudades, personas que:vivieran.a fin
AA AA AAA AAA AAA AAA AAA AAA AX

52/Claude Mossé El hombre y la economía/53

tientpo.de lasrentas de sus tierras y de los beneficiosque les asegu> comprobamos que las primeras. monedas aparecen en el mundo
raba la posibilidad dedisponerde excedenteseSe cita al respecto al griego sólo a finales del siglo var, es decir, un siglo más tarde del ini-
hermano de Safo, la poetisa, que navegaba porcuenta propia y que cio de los intercambios en el Mediterráneo. Por otra parte, el estu-
frecuentaba la colonia de Náucratis, el caso de los foceos que co- dio de los tesoros monetarios ha demostrado que, porslormenos>
merciaban utilizando las rápidas naves pentecóntoros que los ile- hasta elsiglo va:C.plá circulación de-moneda*t—sobre todo de mo-
vaban hasta las costas de la Península ibérica. Enralgunasciudades, neda ateniense— estuvorelativantente limitadara fuera de su/espa-
costeras de Asia Menor, en Mileto, Halicarnaso, Focea, en algunas cia de.emisión? Sin negar que la moneda haya tenido un papel im-
islas del Egeo como Samos, Quíos o Egina debió'exis portante en los intercambios, especialmente a partir de época clá-
sica, hoy se insiste.más en.sus otras funciones: fiscales, militares
Les, :pero.más aventurerayamás. preocupada: por,realizar —muchas emisiones tenían por objeto el pago de la soldada a ejér-
Negocios.arriesgándose ainavegal. ! citos mercenarios— y también políticas, enla medida en querla
Quizá no sea necesario tener que elegir entre estas dos imáge- moneda es un signo de independencia y emblema de la ciudad. Sin
nes del comerciante griego de época arcaica. El comercio, cuyo ca- embargo, autiqu moneda no se inv pará respondera'las»
rácter aventurero no se puede por menosde señalar, pudo haberse necesidades-del intercambio, sí que con. el paso del tiempo se con-
ejercido. tanto por parte de propietarios ricos y poderosos como virtió en ¡él-instrimento privilegiado del comercio? Y esto se de-
por parte de marginados impulsados.por la. necesidad. Debido a muestra con lo que conocemos del comercio ateniense en época
que la navegación estaba sometida al capricho de los vientos y tem- clásica gracias a los discursos del corpus demosténico en particu-
pestades, lo mismo podía constituir una fuente de beneficios que lar, y también por otros textos literarios sobre este terreno que in-
acarrearla ruina de los que se aventuraban. La historia, narrada sisten en el predominio de Atenas, sobre lo cual conviene volver
por Heródoto, de Coleo de Samos que, desviado por una tempestad una vez más.
cuando iba a Egipto, seguramente para procurarse trigo, y que fue A partir. del siglo vi se desarrolla el comercio ateniense. La tradi-
a parar, después de un increíble periplo, a las costas de Andalucía, ción atribuía a Solón una reforma de los pesos y medidasyla adop-
puede que sea imaginaria, pero refleja muy bien los peligros de este ción de un nuevo patrón monetario. Hoy sabemos que lasprimeras»
comercio a la ventura y sus incertidumbres, así como la condición monedas-áteniensesp acuñadas con el emblema de la lechuza de
sumamente variada de los que a él se dedicaban. Se comprendeasi Atenea, no:somaniteriorescalassegunda mitad del siglo Yi a.C*Preci-
cómo es imposible dar una respuesta definitiva al segundo proble- samente en este periodo la difusión de vasos de figuras negras sali-
ma del que antes se ha hablado, el del lugar que ocupaba la circula- dos de los talleres del Cerámico alcanza su mayordesarrollo y, bajo
ción monetaria en los intercambios. Se sabe que teliproblema-del el impulso de los Pisistrátidas, Atenas empieza a volverse hacia el
origen de Ja monedahasuscitado modernamente-muchos debatesa Ponto Euxino y los estrechos para asegurarse el avituallamiento de
sobre todo a partir de dos textos de Aristóteles. El primero,enel li- cereales que necesita la ciudad con una población en aumento. En
bro 1 de la Política, sévinculaexplicitamente lainvención de lamos el siglo v, la construcción de un puerto militar y también comercial
ñeda-con:;las-necesidades del intercambio: «cuando se desarrolló en El Pireo, el desarrollo de una poderosa flota, así como el domi-
—escribe— la ayuda que se prestan los diversos países porla im- nio que, en visperas de las Guerras Médicas”ejerce Atenas sobre las
portación de productos deficitarios y la exportación de productos ciudades del Egeo, contribuyen a contertir El Pireo en una especie
excedentarios, el uso de la moneda se introdujo como una necesi- de pivote sobre el que gravitan-lós intercambios en el Mediterrá-
dad». Elsegundo,texto, tomado del V libro de la Erica a Nicómaco, neo. «Vemos —dice Tucídides en boca de Pericles— cómo llegan a
pone:en cambio el acento-en elaspecto de la moneda-como instruzy nuestra ciudad todos los productos de toda la tierra y disfrutamos
mentodemedidadel valor.delosbienesintercambiados,indispen- los bienes que aquí se producen para deleite nuestro no menos que
sable paramantenerla igualdad enilas relaciones-de reciprocidad» los bienes de los demás hombres.» El autor anónimo del libelo oli-
enelserode lacomunidad. cíivicasDesdeliego;settrata todavíade gárquico conocido corel título de Constitución de los atenienses
intercambioss*porque Aristóteles cita como ejemplo la relación es- repite como.un.ecó:
tablecida entre un arquitecto y un zapatero, pero se aprecia bien
queeste tipo de intercambio tiene bastante poco que ver conel de- Sólo los atenienses pueden reunir en sus manoslas riquezas de los grie-
sarrollo del comercio marítimo. Si nos atenemos a los hechos, gosy de los bárbaros. Si un Estado es rico en madera adecuada para la cons-
El hombre yla economia/55
54/Claude Mossé

ción en orden de importancia lo constitulanos, OS, que prox


trucción de barcos, ¿dónde los venderá si no se entiende conel pucbio que cedían en.su mayoría delas regiones orientales, Caria yCilicia, rer
es dueño del mar? Y si una ciudad es rica en hierro, en cobre, en lino ¿dón-
giónes del Poñito;y támibién del norte del Egeo, especialmente Tra>
de irá a venderlo si no se entiende con el dueño del mar? Ahora bien, preci-
cia. Atenas; comño.se ha visto.antes tenía también quéiinportar;hies
samente es con estos productos con los que construyo mis barcos. De un
país saco la madera, de otro el cobre; aquél me suministra lino, aquél otro
rro y cobre: Ademásilós :comerciantesquesdesembarcaban sus»
cera. (2, 11.) mercancíasen-el Pireo no dejaban dedescargar. próductos de lujo:
télas finas,perfumes, especias, vinos, etc. Atenas can nbio no sólo
Tres cuartos de siglo más tarde, Jenofonte repite lo mismo en su reexportaba al resto del mundo egeo una parte de las mercancías
opúsculo Sobre las rentas (De vectigalibus): que entraban enElPireo, sino que también exportabavino, aceite,
mármolysobretodo, como indicaba Jenofonte en el pasaje antes
Nuestra ciudad es la que ofrece a los comerciantes mayores satisfaccio- mencionado, plataacuñada, Es muyimportante señalar que el pro-
nes ybeneficios. En primerlugar, dispone para las naves de los abrigos me- blema no estribaba en lo que nosotros llamamos hoy equilibrio del
jores y más seguros donde, una vez anclados, pueden descansarsin temor comercio exterior y que exportar plata acuñada no era signo de dé-
pese al mal tiempo. En la mayoría de las ciudades, los comerciantes se ven ficit comercial. Por otro lado la ciudad sólo intervenía para regla-
obligados a tomar un cargamento ensuviaje de vuelta, porque la moneda mentar la entrada'ysalida del puerto, para vigilar que las transac-
de estas ciudades no tiene curso enel extranjero. Por el contrario, en Átenas
pueden llevarse, a cambio de lo que han traido, la mayor parte de las mer- el
cancías cuyas gentes necesitan, o si no quierenllevar esa carga, pueden ex-
portardinero y hacerasí un buen negocio; porque en cualquiersitio que lo
mercio detrigoera objetode.una reglamentación a la que alu-
vendan consiguen mucho más que la suma de origen. (3, 1-3.) den algunos textos y que también se ve confirmada porla existen-
cia de magistrados especiales para la vigilancia de este comercio,
los sitofitaces (sytophíilakes). Sin embargo, 'éstalreglamentación,
Como se puede apreciar, Jenofomeino- sólo. subraya :el:papeb cuya finalidad era asegurar el avituallamiento de la ciudady evitar
central:de:Atenas:y su-puerto en:el:comercio.mediterráneo y las» la especulación que podían ejercer determinados comerciantes en
ventajás de.su situación geográfica («dispone de todos los vientos, épocas de dificultad, sólo fue verdaderamente eficaz a partirdel si-
bien para importarlo que necesita, bien para exportar lo que quie- glo w, cuando Atenas había perdido una parte de su poderen el
ra»),-sino que además-lo relaciona.con la preeminetñiciat rercial» Egeo.
de¡Atenas-por.el ivalorde su.monedas Si se intenta delimitar lo que era el mundo de los comerciantes,
Podemos hacernos una idea de los productos implicados en el mundo del empórion, conviene desembarazarse de muchas ideas
este comercio, 'Entre' las importaciones figuraban, como ya se ha preconcebidas. El comerciante ateniense no es ni un rico importa-
indicado, Jos cereales indispensables para alimentar a la pobla- dor ni un humilde meteco. Ciúdadanosy extranjeros se codeaban
en los muelles del Pireo y en la gran sala donde se exponían las
cialmente. Eltrigo venia*de Egipto, de Siciliaspero sobre todo de mercancías. En lo alto de la escala social encontramosa estos ciu-
las regiones septentrionales delrMar.NegrosDe creer en una afir- dadanos ricos que prestaban al por mayor, pero.que con mucha
mación de Demóstenes, másdela mitad del trigo importado procer frecuencia quedaban al margen de la transacción en sí; sólo inter-
día del Ponto Euxiñopylos decretos honoríficos en honor de los re- venían cuando el negocio les venía mal y si se encontraban priva-
yezuelos locales indican que los comerciantes llegados de Atenas dos de los clovados intereses que implicaba el préstamo marítimo,
se beneficiaban en el Ponto de condiciones particularmente favo- Algunos eran igualmente propietarios de minaso talleres, como el
rables. Asimismo, Atenas importaba madera para la construción de padre de Demóstenes, o políticos como el propio Demóstenes, o
sus barcos, friadera-que venía esencialmente:del norte de Grecia ya antiguos comerciantes retirados de sus negocios como el encausa-
de Macedonia. Amdócides, durante sus años de exilio como conse- do en el discurso Contra Diogitón de Lisias. A menudo el negocio se
cuencia de su condena por haberparticipado en el asunto de la mu- trataba por intermediación de un banquero ante el que se deposita-
tilación de los Hermes, se dedicó al comercio de madera para la ba el contrario, la syngraphré, que vinculaba al acreedory su O $us
construcción, y Demóstenes acusaba a Midias de haberse aprove- deudores, y que eventualmente podía presentarse ante los tribuna-
chado de su posición de trierarca para importar madera pava enti- les en caso de litigio. Los comerciantes propiamente dichos, los +
barlas minas de plata del Laurión. El tercerproducto de importa-
0000

56/Claude Mossé El hombre y la economia/57

| émporoi, son o bien ciudadanos, o bien extranjeros de paso o resi-


mercancías. De igual modo es imposible evaluar, aunque sea de
dentes. Por:lo"general.son:persoñas de=condición-feláativamente forma aproximada, el volumen de productos intercambiados y
imodesta, obligados a endeudarse para poder comprar un carga- que, por fuerza, tenía que variar de un año a otro. No hay que olvi-
mento, con la esperanza de que los beneficios que puedan realizar
dar, por último, que a finales del. siglo 1v.numerosos'intercambios
¡les permitan, una vez saldada la deuda y los intereses, conservarlo se hacianpor.vías que escapaban al.comercio propiamente dicho.
i suficiente para volver a hacerse a la mar con una nueva carga. Des- Esto, que funcionaba para intercambios a nivel local, valía también
de luego la mayoría de estos émporoi navegaban por su cuenta. So- para intercambios a grandes distancias.
lamente los más ricos pueden confiar el cargamento a un emplea- No se ha hablado todavía de la función de los banqueros en el
do, por lo general de condición servil, y quedarse en tierra. Algu- seno del mundo del empórion. Antes vimos que el banquero servía
nos de estos émporoi son dueños de su propio barco, peróla mayo- a veces de intermediario entre el prestador y el comerciante, con-
ría tiéneg que pagar el importe de su pasaje y el de su cargamento. servando en particular el contrato que fijaba las modalidades del
en el barco de un armador, de un naúkléros; que Pp logeneral se préstamo. El término «banco», con el que traducimos el griego trá-
ponede acuerdocom.varios comerciantes para un viaje, por ejem- peza, no debe llamarnos a engaño.:Los banqueros no desempeña-
plo, al Ponto a Sicilia. Los discursos del corpus demosténico per- ban en el mundo de las ciudadesgriegas una función comparable a
miten así revivir todo un mundo de comerciantes, patronos de bar- la de un banco moderno, es decir la de un organismo de crédito
co, agentes más o menos honrados, dispuestos a alquilar sus servi- susceptible de financiar inversiones productivas. La mesa del ban-
cios a unou otro. Lasdificultades dela navegación Jos:peligros de y» quero era ante todo una mesa de cambista en la que el comerciante
-naufragioode-ataquespiratashacian.muy arriesgadas estas empre: extranjero que estaba de paso podía procurarse unas monedas lo-
sasmarítimasaPoco a poco se fue elaborando un derecho que ase- cales y hacer que le valoraran las monedas extranjeras que traía.
guraba al prestador de garantías en forma de hipoteca sobre el bar- Sin embargo, seguramente después de finales del siglo v, y en Ate-
co o sobre la carga. Pero en caso de naufragio, el acreedor perdía nas porlo menos, los banquerostambién recibían dinero en depó-
todos sus derechos yel deudor se veía libre de su deuda. De ahí los sito, dinero que en seguida entregaban a sus clientes si éstos que-
naufragios fraudulentos, motivo de procesos dondees difícil saber, rían hacer un empréstito, no sólo con fines comerciales, pero que»
con la sola lectura de los discursos, de qué lado está la razón. Des- noutilizaban, parece; por propia“iniciativa. Esta función de inter-
pués de mediadosdel siglo rv estos procesos se beneficiaban de un mediarios y de cambistas permitía sin duda realizar sustanciosos
procedimiento acelerado ante el tribunal presidido por los tesmo- beneficios, pero sin hacer de ellos «gente influyente», por utilizar
tetes y, rasgo característico de la importancia del comercio maríti- una expresión reciente aplicada a un banquero del siglo pasado. Y
mo, los extranjerosy hasta los esclavos, utilizados a menudo como de hecho, los banqueros, cuyos nombres nos transmiten las fuentes
agentes comerciales, podían promover una acción sin recurrira la eran en su mayoría antiguos esclavos. Pasión, el más conocido de
mediación de un «patrón» que fuera ciudadano. Sin embargo, a los estos banqueros de origen servil, era seguramente un hombrerico.
extranjeros, por parte de sus socios, siempre se les trataba con cier- Y resulta significativo que, una vez liberado, se convirtiera en ciu-
ta desconfianzay, ante los tribunales, sin que se pueda hablarde xe- dadano en circunstancias mal conocidase invirtiera una parte de
nofobia, no era extraño escuchar de un ciudadano reprochar a su su fortuna en tierras. Esto permitió a su hijo Apolodoro hacer de
adversario el origen como un insulto. Hay que señalartambién que gentleman farmer, dejando al ex-esclavo Formión la gestión del
éstas asociacionesetitre prestadores; émporoi y.1aúkleroi; eran. fre- banco y preferir los onerosos gastos de quien quería hacer carre-
cuentemente:efimeras; se establecían sólo por la duración de un ra política a los beneficios que permitían las operaciones de
viaje de ida y vuelta hacia el Ponto o Sicilia, Egipto o Marsella. Por” cambio.
lotantorayque desechar de una vez portodasla idea de unaclase Antes de dejar el mundo del comercio nos queda decir algo so-
mercantil controlando el comercio ateniense. ¿Qué sucedía enton- bre los intercambios locales. Dada la naturaleza del paisaje griego y».
ces? Tenemosque confesar nuestra casi completa ignorancia. Pero lo intrincadode sucrelieve, los intercambios porvía terrestre eran
podemos suponet-que:én lasgrandes ciudades maritimashabía for- relativamente limitados. Siempre era más fácil embarcarlas mer-
mas análogas de actividades mercantiles de las que la ciudad, cancías, incluso para un trayecto corto, y tomar. la vía marítima.
como tal, permanecía al margen, aungue en general, en todas par- Los intercambios, escasos de una ciudada otra, eran por el contra-
tes, se recaudaran impuestos sobre la entrada y salida de naves y rio frecuentes en el interior del territorio de una misma ciudad, es
LLLLIILIÓAO
El hombre yla economía/59
58/Claude Mossé
de con-
ma de un diálogo socrático, es primordialmente un manual
decir entrela ciudad y el campo. Los campesinosde la khóra acu- to hombr e honrad o. Pero la preocu pación
sejos para uso del perfec
díán a la ciudad para venderlos excedentes de que podían disponer a raciona l la adminis tración .del. patrim o:
por.organizar, de maner
pára adquirir lo que solamente el artesánadoó urbano podía ofrécer- lizació n de los esclav os para tareas concret as,
nio, con una especia
mejor.
les. Así, Aristófanes se burla de la madre de Eurípides porque iba al refleja:una mentalidad :mueva, el:deseo:de producir, más.y,
mercado a vender perejil de su huerto. Pero, junto a los pequeños ente, aunque el tratado Sobre las rentas tiene como finali-
Igualm
vióbolo coti-
campesinos que se desplazaban para acudir al mercado, o que en- dad el sueño utópico de asegurar a cada ateniense su
hombre, de un
viaban a su mujer o a un esclavo, había también enel ágora vende- diano con el alquiler, mediante un óbolo diario, por
se propo-
doresrprofesionales, los kápelor ridiculizados en las comedias de número de esclavos triple de) de ciudadanos, no obstante
ciudad,
Aristófanes y que procedían evidentemente de las capas más po- ne una revalorización de la minería a cargo de la propia
cual Jenofo nte ob-
bres de la población. También en este caso concurrían ciudadanos destinada a aumentar la producción de plata! la
forma ilimitada. En
y extranjeros, estos últimos con frecuencia eran metecos instala- serva que puede aumentarse el volumen de
e reve-
dos de modo permanente en Atenas. De seguir creyendo a Aristófa- este sentido nos suministra una indicación que sencillament
a una percep-
¡ Mes, entre los kápéloi también había mujeres, vendedoras de cintas, la sentido común, pero que al mismo tiempo expres

cOPOVOPLOLLLLICILILLIL
Propone au-
¡ perfumes, flores, etc. A veces estas mujeres, como la madre de un ción realista y nueva de los fenómenos económicos.
y, conse-
personaje del corpus de Demóstenes, se veían obligadas, bien por mentar el número de esclavos para trabajar en las minas
misería, bien por la ausencia de un marido retenido lejos porla cuentemente, la cantidad de mineral extraíd o e indica:
| puerro. a actividades consideradas poco dignas para una mujer li-
Si el nú-
Con los mineros no pasa como conlos trabajadores del cobre.
cobre se devalúa ny los obreros de-
Este cuadro de las actividades económicas del hombre griego merode éstos aumenta, los trabajos del
Y hasta sucede lo
limitado esencialmente al ejemplo que nos suministra Atenas, que- jan su oficio. Lo mismo ocurre con los obreros del hierro.
cuando el trigo y el vino abundan , el precio de estos productosbaja y
daría incompleto si no nos refiriéramos, para terminar, a una acti- utismo
de la tierra y
el cultivo no rinde nada; por eso muchos abandonan el trabajo
vidad comola pesca, que no entra ni en el artesanado ni en el co- la usura. Por el con-
se dedican al comercio al por mayor yal por menor oa
mercio. Desgráciadámente es muy poco lo que sabemosde los pes- trario, cuanto más mineral se descubre y más abundante es la
plata, a más
cadores, que debieron ser muchos en una tierra tan volcada al mar. trabajadores atrae la mina. (4, 6.)
Sólo sabemos que Había-pesquetías importantes en.-algunas zonas
s preocu-
del.mundogriegorcomo la región del Ponto Euxino, de donde pro- Este texto es interesante porque revela a la vez nueva
pensa-
cedían ingentes cantidades de salazón. Sin embargo ignoramos paciones por parte de los teóricos y también los límites de su
todo respecto de la organizaciónde la actividad pesquera, de la que onte conoce la ley de la oferta y la deman -
miento económico. Jenof
sólo cabe suponer que tendría en:general:un-carácter artesanalte implic a. Pero no se pregu nta por qué
da y las especulaciones que
de la
individiial:» esta ley no es válida para la plata. Asimismo, el célebre pasaje
ón de los oficio s en las grand es ciudad es
Este apresurado repaso de las actividades económicas del hom- Ciropedia sobre la divisi
bre griego confirma la validez del modelo elaborado por el gran pción cualit ativa de la produ cción que
demuestra más una conce
le-
historiadoringlés Moses Finleyen su libro sobre la economía anti- una apreciación de las leyes del mercado. Y sin embargoestas
gua. Sin embargo conviene preguntarse ahora sobre la permanen- l todo, ya que esta divisi ón se pone en rela-
yes nos son ignoradasde
tratado de es-
cia en el tiempo de este modelo, Efectivamente, en muchas ocasio- ción conla demanda. En cuanto al Económico, un
inte-
nes parece que el siglo tv; preséñtado frecuentemente como unsi- cuela aristotélica transmitido de manera compuesta, el mayor
glo“de crisis y declive,Jo cual es cierto a nivel político en ciudades segund o libro , no sólo porqu e nos sumini stra una
rés reside en el
arse ren-
como Esparta o Atenas, presentá$si no transformaciones reales en serie de anécdotas sobrelas mil y una maneras de procur
de la ciudadal
las manifestaciones de la vida económica, por lo menos una valoriz* tas, sino porque la noción de oíkonomía se amplía
corres-
zación más efectiva de lós problemas planteados porla producción reino y porque las estratagemas fiscales que la ilustran no
y el intercambio de bienes? Ya hemos aludido a diferentes tratados .
ponden ya a la gestión de un oíkos.
de Jenofonte como el Económico o Sobre las rentas, a los que ha- ¿Acaso esta presencia másrealista de los hechos relativos a ceo-
el ori-
bría que añadir el segundo libro del Económico atribuido a Aristó- nomía, los escritos teóricos —los análisis aristotélicos sobre
teles. Desde luego el primero de estos tratados, presentado en for-
000000000000000000000000000IOIODBIEOIDO
60/Claude Mossé El hombre y la economia/61

« gen de la moneda y sobre la crematística van en la misma direc- más pobres que, con la pérdida del imperio y.de las cleruquías, se
ción—, indica un cambio de mentalidades en lo que se refiere a los habían visto-privados de las numerosas ventajas que antes recibían
protagonistas económicos? ¿De qué amplitud? Hay que ser pruden- en forma depagas; de botín:o-deasignacionesdetierras; esta gente
tes en la respuesta porque, como parece, se sitúa a diversos niveles. en lo sucesivo tenía que esforzar:se por vivir con su escaso peculio y
En primer lugar —y naturalmente esto concierne una vez más a conalgunasdelas distribucionesdel teórico (t0 ¡heórikón), o sea el
Atenas— parece claro que $€ lia renunciado definitivamente arese subsidio que se otorgaba con ocasión de los festivales dramáticos y
modo de apropiación de bienes que remonta a la noche de los tiem- que se convirtió, según dice Demóstenes, en una especie de ayuda
pos, es decirda explotación delos más débiles. Atenas? privada de económica para los más indigentes. Pero ese reproche también s
su imperio;se ve'porelloprivada de los ingresos que sacaba en forz dirige a los ricos, más preocupadosporganar dinero que porinter-
made111ibutos y costasdejusticia,sin tóntar.con-lastierras.config> venir en los debates políticos, convertidos cada vez más en algo
cadas alosaliados.más reacios. Como señalan Isócrates y Jenofon- propio de profesionales del discurso o de técnicos en cuestiones
te, Atenassólo puede ya vivir de la explotación de sus aliados. Ne- militares o en finanzas. En relación con todo esto disponemos de
una fuente preciosa, el teatro de Menandro, representante de la co-
buenfuncionamiento dé las instituciones.El siglo Iv ve, pues, desa- media nueva, discípulo de la escuela peripatética, cuya acmé se si-
trollarse. en Atenas un principio de organizaciónifiscal y se incre- túa en los dos últimos decenios del siglo 1v, cuando Atenas, vencida
menta la exacción sobre los más ricos. Como.no.sabepensar que y controlada por una guarnición macedonia, había dejado de ocu-
éstos redujerán su modo de vida tradicional -—muy al contrario, el par el primerplano en el Egeo. En las comedias de Menandro nun-y
lujo privado, si hacemoscaso a las fuentesliterarias y también a los ca aparece la menor alusión a los acontecimientos políticos. Los;
testimonios arqueológicos, no deja de afianzarse—- hay_quepensar héroes que saca a escena son jóvenes ricos, enfrentados con sus pa-!
necesariamente-en encontrar nuevas fuentes de ingresos. Unade dres que se indignan porsu vida disoluta y las intrigas sentimenta-
eHas.escel:préstámo marítimo. con. intereses usurarios: 'PérO esto les en las que se involucran. Estos «burgueses» obligados a viajar
implica ladispovibilidad de dinero líquido, .es decir de'excedentes,, con frecuencia por sus negocios y con cuyo regreso, a menudo, se *
Dicho de otra forma, aunque no se conceptualice la relación entre urde la acción, Suelen teneresclavos, ricas mansionesy, cuando al ,
crecimiento de la producción y crecimiento de las rentas, aunque final de la obra todo se soluciona con la boda tan ansiada, se movili-
se piense primero en aumentar el número de esclavos más que en za a todoslos sirvientes, se llama a un cocinero famoso para prepa-.
perfeccionarlas técnicas de producción, en la práctica se termina rar los banquetes nupciales. Estamoslejos del mundo campesino |
por producir más..Desde luego hay que evitar la generalización a vivaracho y altamente politizado de Aristófanes. Cuando a veces se A
l partir de indicaciones fragmentarias. Pero en el 'tercer.cuarto. del» '
siglo.1vsse daiñ indudable despertar dela industria minera» Encon-
tramos 'esarróllo-no-menos.real.de las actividades. del puerto
del'Pireo? que obliga a la ciudad a conceder una mayor atención a
los asuntos comerciales y a prever un procedimiento más rápido
para las cuestionesrelativas al empórion. Y aún hay algo mássigni-
ficativo, la importancia creciente de las magistraturas financieras y
rmalmente campesinos— están en un: i
oplano a no ser que se descubra que son de un origen dis-;'
tinguido. Se afirma constantemente la importancia del dinero, dej'
la riqueza que permite a los jóvenes mantener cortesanas y a éstas |
comprarsu libertad. Por supuesto hay que evitar ver en el «pueblo ;.
de Menandro» una imagen exacta de la realidad social contempo- Y
ránea. Sin embargo, esto no quita que se perfilen los rasgos de una i'
el papel que están llamados a desempeñaral frente de la ciudad los sociedad nueva, distinta, y que será la de la época helenística. |
«técnicos» en materia financiera como Calístrato, Eubulo y sobre Seríatexagerado :y. aventurado, decir,que:elrhombre :griego.se»
todo Licurgo, encargado de la dioíkésis, es decir de la administra- convirtió afinales del siglo-1yen un homo oeconomicus..Pero pue-
ción de toda la ciudad, verdadero administrador que no dudaba en «de afirmarsesin: dudar. dermasiado que.no.esexactamente-el 2001?
llevar ante los tribunales a los concesionarios de minas no honra- politikón+que Aristóteles intentaba en.vano hacer.renacer>Por su-
dos o imprudentes. Tambiénhay.que mencionar el reproche:repe- puesto, elmundo griego, parcialmente sometido, estodavía esen-
tido por.los:oradores dela segunda mitad de esesiglo: el creciente cialmente unmundo.constituido por ciudades, donde la vida polítis
desiñterés de los ciudadanos'por los asuntos de la.ciudad que va pa ¿ca subsiste sólo de mariera formal:Maslas conquistas de Alejandro
rejo .conzuna:mayor.preocupación .por.los «asuntos. privados (tds abrieron a los griegos un mundo inmenso que habrán de adminis-
dia)? Seguramente esé reproche -podía:hacerse a-losciudadanos» trar bajo la égida de los soberanos macedonios que se repartieron
ssscrcrscriso
62/Claude Mossé
El hombreyla economia/63
los despojos. Aunque hayque evitaraplicara la economía helenísti-
al Greek Tra-
ca la amplitud de desarrollo que Rostovtzeff creyó descubrir, ello Too» Lowxy, S., The Archaeology of economic Ideas. The classic
no quita que se creara entonces un auténtico mercado mediterrá- dition, Durham, 1987,
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COLOIOLOOLOOILLIOLLILILLIICILIIIIIIIDA

Yvon Garlan
EL MILITAR
Capítulo segundo
Elchombi TicEo estuvoseguramenteshabituadozala:guerrazy
faeircliso.belidosórEsto puede demostrarse sin dificultad y de di-
versas maneras. Enla medida en que nuestra documentación lo
permita, se podrá contabilizarla frecuencia de las guerras para per-
catarse, por ejemplo, que la:Aténascolásicaserdedicóataguerrazdos
añosdecadattresesiovdisfmutarmuncardelda:pazsdurantexdiezzaños
segtñidó alo'quehay-queañadird nseguridad:crónicaprovocadas
somenoslegalesdeniolenciatentierra:y>
mucho-umástaún*porimaniactos de represalia, derecho de naufra-
gio, piratería privada, semipública o de carácter francamente esta-
an. ArqueológicamenterhablandO xMabrárquerrecordarapáralela-
'entedasfontificaciones:costosamenteevantadas.alrededor-dedes
principales.centros:derrcsidertiaydepoderítratando de imaginar
lo que representaba antiguamente el hecho de vivir en una ciudad
«cerrada»), y otras de diversa índole que se encontraban en el cam-
po (torres. dei vigilancia y para habitar, puestos de control, refu-
gios), sinzolvidar:queda:grantmayorizdenmonumentosy-obras-der
Heracles disparando, figura de mármol de Egina (frontón oriental). arte:quezornabamlos:grandessañitiarios:yas:plazaspúblicas:eran
Primer cuarto del siglo v ofrendaslewvencedores: La documentación:epigráficaidemostrará
: delos atadospor.los.que,se-ponía

treintaraños;como:silapázsesintierades
entrada:como:algo«débil:9
sezconcibiera"como:zunarespeciezde:"prolongacióndezuna-tregu:
Sóloa los historiadores griegos la guerra les parece verdadera-

67
68/Yvon Garlan El militar/69

mente un asunto digno de memoria. La guerra procura el tema uni- o menos, para las guerras hechas contra los bárbaros, guerrasjus-
ficadorde sus obras (las Guerras Médicas para Heródoto, la Guerra tas por definición. Las guerras llevadas de esta manera no suponen
del Peloponeso para Tucídides, el imperialismo romano para Poli- ningún deshonor por el derramamiento de sangre ni exigían nin-
bio) o regula, por lo menos, sus relatos de los acontecimientos. En, gún rito de purificación final de Jos combatientes. Semejantes «le-
la existencia:cotidiana, la guerra es una preocupación. constantes yes»; consideradas comunes para los griegos, o sea para el conjun-
para:losciudadanos; participar.en ellaes una obligación que, en, to de la humanidad, contribuían, pese a su imprecisión y las nume-
Atenas, comprendía desde. los. diecinueve .hasta .los cincuenta y rosas excepciones de que fueron objeto, a reducir,el alcance de los
nueve años de edad(en el ejército activo hasta los cuarenta y nue- «córiflictos.*
ve, luego se pasaba a la reserva); decidir sobre la guerra constituye: Porotra parte, imaginar que la guerra inflamó siempre la totali-
en.cuálquiersitioilalatribución -míñima-de las asambleas popula- dad del mundo griego supondría ceder a un error de enfoque. No
res? Laimposición del medelo guerrero se conforma.a todos los ni: hay que olvidar nunca que, por simples razones documentales, el
véles y en todos los terrenos: .en la vidafamiliar, en las pinturas de hombre griego que nos es familiary del que ante todo vamosa ha-
los vasos áticos donde aparece la imagen del soldado, es la-figura blar, es el de Atenasy, en menor medida, el de la Esparta clásicas, y
central en torno.a la.cual.se organizan las relaciones internas del que se vio implicado en grandes enfrentamientos de carácter impe-
oíkos,:en la. vida religiosaplas divinidades del Olimpo están dotadas» rialista, pero no el de la Grecia «profunda» repartida en más de un
cada una de una función militar. específica; en lá vida-moral, el va: millar de pequeñas ciudades que, en general, llevaron una existen-
lor.de:un hombre debien (agathós), su aretérconsiste antetodo en, cia modesta al margen y fuera del alcance de las grandes potencias.
el valor.razonado que manifiesta tanto.en su-fuero interno.como lu- Lo que aquí podemos entreverson conflictos localizados que opo-
chando contra las pasiones mezquinas:o como en el campo de bata- nían entre sí a ciudadeslimítrofes con objetivos y medios muy limi-
Ha donde le aguarda la «hermosa muerte», lo único con.un signifi tados. A pesar de su multiplicidad, estos conflictos sólo debian pro-
¡cadó social. A vocar débiles desgarros, pronto reparados, en un tejido finamente
A pesar de su activismo guerrero, el hombre griego sin embargo urdido. Lo mismo sucedería con los diversos actos de «pirateria».
no puede definirse comoun homo militarissi se entiende por ello La conclusión de alianzas podía, desde luego, ensanchar los desga-
una persona que gusta de la violencia porla violencia, indiferente- rros; pero incluso en este caso debemostener cuidado con exage-
mente de las formas que revista y de los objetivos que se per- rar los efectos, en la medida en que, por regla general, se limitaban
sigan. sólo a contribuir con el envío de un contingente de socorro para la
¡ La guerra civil (srásis) que opone entre sí a los miembros de una defensa del territorio de los aliados y no implicaban la apertura de
imisma comunidad política, concebida a imagen de la familia, se hostilidades directas contra los agresores. Nada indica, por ejem-
¡consideraba unánimemente como desastrosa e ignominiosa. Sólo plo, que la época arcaica fuera globalmente tan belicosa como las
ise valoraba la guerra (pólemos) intercomunitaria, y no de una ma- épocas siguientes. Todasestas limitaciones, de hecho o de derecho,
¿nera incondicional. La guerra desenfrenada y salvaje, la de los lo- nos ayudan a comprenderque la omnipresencia-de:la guerra en
| bos, se consideraba desde luego como unatransgresión escandalo- ningún modo significa que el conjunto de Grecia se. haya encontra-
isa (hybris) de las normas de convivencia, dicho de otra forma, de do.en:permanente conflicto a:sangre y. fuego.»
¡ justicia, que los hombres debían de respetar tanto entre ellos como Aula visión militarista:de:la historia griega se.opone, en fin,.el,
| respecto de los dioses. Por el contrario, da vetdadera póleños nos eminente lugar.reservadoa la alabanza de la paz enla opinión pú-
podía prescindir. de determinadas reglas: declaración de guerra blica y en la-obra de los teóricos. Se podría manejar un vasto florile-
con la debida forma, realización de satrificios adecuados, respeto. gio, muy repetitivo, desde Homero hasta el final de ta épocahete-
| de determinados lugaresJos santuarios), personas (heraldos, pere- nística, de textos que celebran los beneficios de la paz. Encontra-
¡erinos, suplicantes) y actos relacionados con-los. dioses (juramen- mos siempre cl mismo tópico: la-paz:significa. abundancia, vida
| tos); respetar.la:autorización. dada.al. vencidospara.retirar. a:sus agradable; alegría, el goce de los placeres sencillos de la existencia;
i muertos y; en.cierta. medida, había que abstenerse de.crueldades la-guerra es abstinencia, esfuerzo (pónos), dolor.y aflicción *Parale-
* gratuitas. Esto es verdad sobre todo para las guerras entre griegos, lamente, en el plano conceptual, encontramos la siguiente afirma-
criticadas por principio —sin efecto aparente— hasta el siglo 1v ción de Platón: «es preciso que cada uno pase en paz la mayor y me-
por los apóstoles del panhelenismo; pero es igualmente cierto, más jor parte de suvida» (Leyes, VII, 803d), o esta otra de Aristóteles: «la
000000000000000000000000000000000090
El militar/71
70/Yvon Garlan
ticias; o que, al ser actualmente víctima de una injusticia hay que hacerla
paz esel fin último de la guerra, y el ocio el del negocio» (Política, guerra por uno mismo o porlos bienhechores, o socorrer a los aliadosvícti-
VI, 1334a), lo cual les impedía hacer un modelo de Esparta donde masde una injusticia, bien sea por interés de la ciudad, por su gloria, por su
se invertía esta relación. poder, o por cualquier otra razón de este tipo. Cuando incitaimosa la gue-
A la luz de lo anterior ¿puede deducirse que se enfrentaron y rra, hay que presentar el mayor número posible de estos pretextos
triunfaron sucesivamente ambas corrientes, de belicistas y pacifis- (14252).
tas igualmente convencidos, por razones de principio, de la justeza
absoluta de su respectiva causa? Desde luego que no. Primero, sen- A juzgar por lo que nos dicen los historiadores griegos a propó-
cillamente, porque las estimaciones más tajantes sobre este punto sito de las ofensas oficialmente invocadas porlos beligerantes con
o bien se tratan sólo de declaraciones de circunstancias, refutadas ocasión de cada conflicto, hay que reconocer que no faltaba imagi-
a veces en el mismo autorpor aseveraciones en sentido contrario, naciónal respecto y que no se vacilaba en recurrir a cualquier me-
o bien aluden únicamente a la oportunidad de tal o cual guerra dio: agresión territorial, ataquesa las vías de avituallamiento, viola-
pero no sobre la guerra en sí (poreso no tenemosnoticia de ningún ción de acuerdos, establecimiento de regímenes odiosos, cual-
ateniense que, en el siglo v a.C., se opusiera al imperialismo como quier forma de amenaza real o potencial, sacrilegio, ofensas para
tal). Luego, porque la paz sólo se la consideraba desde el punto de ensuciar la gloria de una ciudad, todo valía para invocar el dere-
vista personal, hedonista y, hasta podría decirse, existencial, sin cho que a unole asistía y para defenderse... con el alaque a ser po-
ninguna consideración de carácter propiamente humanitario y sin sible.
ningún deseo de ver cambiaren este aspecto las bases de la socie- Los historiadores griegos intentaron poner un poco de orden en
dad o la naturaleza del hombre. La paz constituye tan sólo el resul: este heterogéneo arsenal de argumentosy de argucias y de introdu-
tado;particularmente-agradable; que-debe coronar.las pruebas de » cir algo de perspectiva: Heródoto combinandode diferentes mane-
la guerra.La paz se corresponde con la ocasión en que el campesi- ras la voluntad divina, la venganza de las ofensas sufridas en un pa-
no experimenta el placer de cosechar y consumirlos frutos de sus sado más o menos lejano y los cálculos políticos; Tucídides desig-
durostrabajos. Sentejante concepto de.lapaz no contradice,para nando, másallá de los «motivos de resentimiento y controversias»
nada: la:necesidad la:racionalidad: y -la-grandeza-de-la:guerra; al acumulados en vísperas de la Guerra del Peloponeso, el «motivo
contrario, tiendea justificarla asignándole como fin último la.feli- másauténtico y menos confesado», constituido porel temorde los
cidad > espartanos ante el crecimiento del poderío ateniense; Polibio dis-
Funesta en.sí:sriisma, -la-guerrá socializada puede.así. cargarse» tinguiendo entre las causas profundas de un conflicto, su pretexto y
positivamente con:tódos los valores que-invoca.la.élite.cívica., su punto de partida. Pero todas estas reflexionesfallan en algún as-
pecto y no conlucen nuncaa enjuiciar de manera explícita las cau-
sas del fenómeno de la guerra en cuanto quetal.
Las causas de:la guerra Sin embargo, unjuicio como este no falta en la literatura griega.
Aparece esencialmente, pero no sólo, en Platón y Aristóteles, los
«Porque si alguien piensa que conviene hacer la guerra a los cuales no excluyeron la guerra (tampoco la esclavitud) de sus res-
que obran justamente, por lo menos no lo confesaría» declara Alci- pectivos proyectos de sociedades ideales y no pudieron tampoco
bíades que no pornada había asistido a la escuela de los sofistas, en evitar la explicación de su existencia. Las respuestas que dan son
el diálogo platónico que lleva su nombre (109c). convergentes y poseen una aparente simplicidad: la:causa. de la
A partir de este principio complementario de las «leyes» recor- guerra sería el“deseo de «téner más», de adquirir, según el primero,
dadas antes, o mejora partir de esta petición de principio que nada riquezasy evenitiial mente esclavos; para el segundo, esclavos sobre
tiene de específicamente griego, se desarrolló toda una casuística todo, y, para ambos, procurarse alimento en el mundo animaly en
que desembocaba en la composición de repertorios de pretextos, elrestadio precívico de la humanidad»y(una vez desaparecida la
como el que propone cl autor aristotélico de la Retórica a Alejan- abundancia natural de la edad de oro la sencillez de las costum-
dro a principios del siglo ma.C. bres primitivas). Entiendo que las palabras «riquezas» y «esclavos»
puedentener un sentido más o menos metafórico. Pero eso no mo-
Después de habersido víctima de injusticias en el pasado, hay, con las difica en absoluto la perspectiva global de nuestrosdosfilósofos: la,
circunstancias favorables, que castigara los que hayan cometido estas injus-
, 72/Yvon Garlan
El militar/73

guerralaconsideran:esencialmente:elartedéadgu:
arel azary
za:suplementarios-para-vivir-bajo-formarde:subsisteniciarde de competición, con todos los riesgos que pueden suscit
cieron
ode-apentesdaproducción:comorla:paz:estellantededisfrutarde el talento relativo de los protagonistas. Tal y como lo recono
nesrin ternac io alesp
ttodozeso?9 los propios historiadores griegos, las elacio
yd: conom iazau m
Los historiadores modernos se encuentran, portanto, anteel si- con todas sus vicisitudes, estárpues«preñadas
zaditerénte?
guiente dilema: el de atribuir a la guerra en la antigua Grecia una quelaparterqueremergeporlo gent armdenaurale
n, endurecer:da-oposi-
única causa de naturaleza económica o causas múltiples y hetero- Sólo-esta=manerande-vercevitaxen mi opinió
noecon ómicas :de-la-guerra. El
géneas (políticas, religiosas, ideológicas, económicas). La mayoría, ción:entrelása ausaseconémicas
s, se in-
haciendo del eclecticismo virtud, han optado poresta última solu- complejo político-militar, con los valores que le son propio
las
ción, aun a riesgo de admitir la importancia de las condiciones y “serta así lo mejorposible en las estructuras socioeconómicasde
consecuencias económicas de la guerra y, en ocasiones también, a ciudades griegas.
reservas de recuperar una unidad de explicación subsumiendo la
diversidad de los motivos de resentimiento bajo una misma pulsión
profunda, como el espiritu agonal de los griegos, o sea la combati- is combatientes
vidad natural de la especie humana. Pero ¿acasoñes un buen: méto-
-
do zanjarasí, abruptamente, la documentación antigua, rechazan- Cualesquiera que fuesen las causas proclamadas de un conflic
do con ello un punto de vista en beneficio del otro? ¿no sería mejor to, lo que parece en todo caso haber contado sobre todo a los ojos
tas e
intentar comprender su coexistencia distinguiendo los niveles de los interesados eran sus previsibles repercusiones, concre
en que se sitúan uno y otro en el conjunto de las estructuras so- inmediatas, sobre sus condic iones de vida.
o*
ciales? Enlamejor:delashipótesistladeiinaguerraofensivayvietori
Poresa razón conviene que recordemos primero, en términos sarsecalculabanlosberéficiosque:podiansacarsexmotanto.enfor-
muy generales, el cometido fundamental que tuvo en el mundo mardedimeroccuamodebotindelomásdiverso: prisioneros, a los
griego la presión física y jurídica, calificada generalmente como * quese prefer ía liberar median te pago de rescate o venderlosa trafi-
extraeconómica: por una parte, en el interior de las ciudades, la cantes de esclavos antes que servirse de ellos para engrosar la pro-
presión derivada de la extorsión provocada por un exceso de pro- pia reserva de población servil; ganado capturado en los campos;
ducción que permite a los ciudadanosrealizarse como tales en de- productos de las cosechas hechas o por hacer; objetos preciosos
uti-
trimento de una mano de obra dependiente; por otra, en el exterior (metal labrado o acuñado, tejidos) y hasta toda clase de objetos
ín, al
de las ciudades, bajo forma de una expansión que constituye el litarios (herramientas, mobiliario, etc.). Elreparto.de:este:bot
más o me-
principal modo de crecimiento económico y la vía principal para que pueden añadírsele conquistas territoriales y tributos
resolverlas contradicciones internas. Todo se realiza en virtud de nos regulares, constituíanproblema-t: encialy:siempre-delicado,
an-
una «ley», nunca puesta en duda, según la cual elrderechodelven- demesólvér, como lo demuestran los tratados con que sé regula,
ticipadamente, la distribución a prorrateo entre los aliados de sus
poderarsezdelapersona los-biénes:d
contingentes o en función de la naturaleza, mueble o inmueb le, de
tulodepropiedad?
los bienes capturados. Desgraciadamente no se conoce demasi ado
En este contexto, algo característico de las sociedades precapi-
talistas (y que se halla, por ejemplo, en siglos pasados en las de la cómo se realizaba en detalle el reparto, una vez deducidaslas par-
zona sahelonigeriana), lASThocionesdeiquezaypoderme podian» tes de honor eventualmente concedidas a los combatientes más va-
staríntimay orgánicamente:unidáseSuamalgama lerosos así como las armas, riquezasy, en ocasiones, tierras consa-
% entido-griegozdel tér gradasa tal o cual divinidad en forma de primicias y diezmos. Pare-
minotelartedeviviRendacpólis)icadacunordeestosconceptos3e ce que :alrEstadolezcorrespondianrespecialmente (además de los
¡ presemacortrecuencia conlatformmaádelotroy:sematerializa:pon tributos y los territorios conquistados) losmetales:preciosos*fruto
+ prediaciónsoya? De este modose vantejiendo una serie de intrigas del-pillajezo-de-la-venta:de-pr 'Srerosárlos:soldados:les:tocaban:
originales que proliferan en la esfera política (en el sentido moder- losibienes:de:consumo=y-de:equipo;-a-5us-] sobjetos.de-calidad,
no, limitado, del término) y que se alimentan con todas las formas aunque no fuera más que por compen sardel dinero desembolsado
de sublimación que engendran el sentido del honor y la voluntad para mejorar la soldada de sus tropas o para asegurarsu armamen-
to y mantenimiento. Es muy difícil saber con precisión cuánto in-
El militar/75 *
74/Yvon Garlan

variabamsegún-laidea:quesettuviera:delosintereses-superiores-de,
tentaba aprovecharse de las circunstancias cada una
de las partes tderciudad:Durantermucho tiecmpopen un marco de vida más o me-
para sobrepasar sus derechos y en qué medida debie
ron variar los nos autárquico, serintentórteriminarilormásirápidamentezposible
Usos según las épocas y según las ciudades. Así, en Espar
ta la cos- contlasiicursiónesmediantela-apertura:de-negociaciones.o.pro-
tumbreera que un reyrecibiera el tercio del botín so-re-
obtenido bajo su vocandosunmabatalladecisivacencampo-abierto» A:esto:se:opuso
o quenoformaran=parte-dezlas-declaracio
nessoficiales, sueltanventePericlesal:-printipio:dela:Guerradel-Peloponese, e
4 «estas perspectivasde enriquecimiento individual-y-colec
ti gran daño de los invasores capitaneados por Arquidamo, rey de Es-
cuando parecían razonablemente concebibles, empu
jabartan parta, y con granirritación de los atenienses que a duras penasse
cuerrateinfluianipoderosMENE moratidelas:ropas. Este dejaron persuadir para replegarse masivamente tras los Muros Lar-
f a> caso de Atenas en 414-a,C. cuando parte la expedición
a Si- gos, que unían la ciudad con El Pireo, se les hizo ver que era la úni-
cita:
ca forma, aunque dolorosa, de salvar lo esencial, es decir el impe-
Todos por igual —cuenta Tucidides (VI, 24, 3)— fueron rio marítimo de Atenas. Podrían señalarse otros ejemplos dela es-
presa del deseo
de partir: los Mayores porque pensaban que un ejército trategía «al estilo de la de Pericles» por parte de ciudades plena-
tan numeroso, una
de dos, o bien sometería el territorio contra el que zarpaba
n, o, por lo me-
mente interesadas o que se veían obligadas porun tercero a sacrifi-
Ros, no podria ser derrotado; la juventud, por afán de ir lejos, car la defensa del territorio por la de las fortificaciones urbanas,
ver y conocer
y Porque confiaban volver sanosy salvos; y la gran masa de soldado igual gue, después del siglo v, se continuó recurriendo de vez en
s porque
esperaban traer de momento dinero y conseguir además (para cuando a batallas planificadas. Sinrembargorenconjunto-tendiósa
el Estado)
una potencia que les garantizara una soldada indefin
ida prevalecerunaestraitepiamássutilycomplejaque:pretendí
liarambostimperativos.dela:defensa:la-del:territorio:se-garantizaza
o sea, salarios militares y también salarios civiles que
se pagaban a bajen la medida de lo posible,ecconlda.construcción:de-fortificacios
los ciudadanos por ejercer magistraturas diversa
s. nescrurales y lerrealizaciónide:escaramuzas:quenob-comprometie-
Sin embargo, eszen:situaciones”opuestasdonderlas:motiva
cio: randasseguridaddelmucieourbano: Esta era una estrategia dificil
mes-deos:combatientesnosthansidodescritasx Ona Frecuencias de acometer, como se puede verporla lectura del Poliorcético, pe-
euando-sextratabaparacellos-desrechazarzuna“inva
siónzenemiga-ys queño manual compuesto por Eneas Táctico a mediados del siglo
garantizarssutpropiarsalvación»
: w, donde vemos ciudadanos desesperadosantes de irse individual-
. Lo:príi 'eces.lo-único-que-estaba.cn juego.endas:opera: mente a sus respectivas propiedades en el campo para salvarlo sal-
Clonesimilitarescerare erritorio:en:quejlos:: vable, impacientes luego por pelearse con el enemigo, aun a riesgo
devastaban:todoloquetécnicamente podía uezademás,les:pa- de caer en emboscadas, antes de que sus jefes consiguieran reagru-
reciazpoliticamenteadecuado? Cualquier ciudad reaccionaría
en- parlos en formaciones de combate e inrpartirles las precauciones
tonces vivamente, á no ser que no pudiera por razones puram
ente más elementales.
materiales, porque la mayoría de los ciudadanos era más o menos
En última instante, no quedaba otra posibilidad que la de asegu-
propietaria de tierras, incluso en una ciudad tan «merca
ntil» como rara toda costa la protección de la aglomeración urbana, cuyasfor-
Atenasa finales del siglo v a.C. Todoataquealterritoriopprovota
ba: tificaciones, cada vez más necesarias por las mutaciones militares
RUEs:UNaTUPtUFAIMÁS:OMENOSPra sequilibrioreconómicoxy, del siglo 1v, no dejaron desde entonces de crecer en potencia y
de rechazo, del:equilibridsociatdrlacomuon: dque:corría-el ries-y complejidad para poder adaptarse al grado de perfeccionamiento
gordexconvertifFso-CAviclimadehambre o porlo menosde disen-
de las máquinas de asedio y al desarrollo de la práctica del asalto.
siones internas entre los que sufrían tal situación ylos
que no. Era SoloESpartá-Se pretiará;hasta:el:comienzo-de:época-helenística,
tanta la importancia de este problema que los legisla
dores, para de poder prescindir de tales ingenios y derdeber:suzseguridad:a»
mejor asegurar la concordia entre los ciudadanos,
podían procurar ¿unazcoronarde:guerreros-yno,desladrillos»s(Plutarco, Moralia,
que sus propiedades fueran equitativamente repartidas
en relación 228e). Extremo en el que coincidía también Platón al consentir
con las fronteras para que así todos se sintieran
igualmente impli- como mucho en la adaptación con fines defensivos de la pared ex-
cados en su defensa. También influía.en este sentido el
conjunto de terior de las casas de la periferia, pero no porAristóteles, que debía
los valoros sóciales, especialmente los religio
sos, vinculados a fa expresar. mejor la opinión general: «porque pensar que las ciuda-
posesión de la tierra. des no deben rodearse de murallas equivale a buscarun territorio
Prescindiendo:de-la-relación-puntual-de-fuerzasrlag
ol
OOOALOIILIIIIILIIAAICAIAIBAIIAIIIIAIDA
El militar/77
76/Yvon Garlan

ón que sembró Cadmo, ances-


fácil de invadiry a allanar los lugares montañosos; es como si no se cir los nacidos de los dientes del drag
en Orcómeno de Beocia, los
rodeara de murallas a las viviendas particulares por temor a que tros de la nobleza tebana), los Flegieos
uide o la de los Gigantes
sus habitantes se hagan cobardes» (Política, VH, 1331a). 3 Egeidas de Esparta, los Geneneos en Cólq
de la función guerrera porre-
Todavía más que una batalla con un plan organizado, un asedio enemigos de los dioses. La dualidad
n se despliegue por sí misma
es una prueba crucial que moviliza todas las energías de los comba- lación a la función de soberanía, segú iento
rdinada al mantenim
tientes y del conjunto de los habitantes: porque una toma porasalto o que acepte colaborar en posición subo
nada o desordenada, servi-
suponía las matanzas ciegas y saqueos inherentes a este género de del todo, o que se ejerza de manera orde cles y de Aqui-
Atenea, de Hera
operación, y a menudo también la aniquilación de la comunidad rá para explicarla antítesis de Ares y
e la raza de bronce y la de los hé-
porquedar reducida a la esclavitud. Una vez más, gracias al tratado les, o la oposición hesiódica entr ubrir
clásica, se pensará en desc
de Eneas Táctico, podemos medirla angustia y grado de exaltación roes. Fosilizada en un rito de época
o en la ofrendaal joven cre-
de los sitiados, asícomo lo ingenioso de las medidas tomadasen ta- tal o cualtripartición significativa: com
, de una armadura y de un
les circunstancias: no únicamente contra el enemigo exterior, sus tense por su amante de uná copa
máquinas y tretas, sino también contra el enemigo interior, es de- buey.
oria griega, desde las tablillas
cir los opositores al régimen dispuestosa traicionar para ganar En Pero lo que predomina en la hist
un clima de extrema tensión, el sentimiento patriótico se identifi- y los poemas homéricos del siglo vin
micénicas del siglo x1n a.C.
concentraciói n de las capacid.
caba entonces plenamente, en el corazón de los ciudadanos, con ta a.C., es algo muy diferente: es una la jerarquía.so-
n

bili dade s-m itare


>
sen- la:c úspi de de
salvaguardia inmediata de su persona, su familia su posición social des y resp onsa
campo de-batallade sempeña
y sus bienes. : SE “Enmanosde una élite que enel en materia»
función
En:las: motivaciones de los combatientes :¡prevalece+pues-une yfunció determinante; proporcional'a su
as Á esta élite le corr espo nde alardear, en pri-
concepción«material», concreta yemotiva a lavez; de la patria, lo política y económic
su valor, mientras que el
cual evidentemente no quiere decir que fueran incapaces de ele- mera fila, de su riqueza, de su poder y de
plano, en formación compacta,
varse, por encima de sus intereses personales, a un nivel másalto pueblo se limita a iren un segundo
campeones. Clase que tie-
de abstracción. Respecto a nuestros contemporáneos, especial- para apoyary aplaudir las hazañas de los
.los dioses que los asisten,,
mente habituados a una mayormistificación en este punto dicha ne el privilegio de lás armas forjadas.por
delos .carros:de-guerra
motivación podrá quizá pareceralgo limitada. Sepamos al menos delosiescudos.gigamtescos'y'sobre todo
Homero— de manera abe-
saborear su frescura y autenticidad. . Gsin perjuicio de servirse de ellos —en
sporte!). Casta quese lleva la>
rrante o como simples medios de tran iosos.»
ivas y objetos prec
mejorparte de “botín:comúnpbellas:caut
los umbrales de la histo-
Funciónunilitar y situación. socials Las sociedades aristocráticas situadas en
hegemonía global y fun-
ría griega estaban, pues, sometidas a una
las virtudes guerreras eran las
Una concepción semejante tenía como corolario, al revés de los cionalmente indiferenciada, aunque
an con mayor autonomía.
quesuele ocurrir en nuestrosdías, elhecho de que las obligaciones más apreciadas y las que se expresab
iada en el siglo vs, conduce
amilitares de los.miembros de la.comunidad eran en principio, proo La formación de las ciudades, inic
relaciones comunitarias.
«porciónales'a su situación social.» o op progresivamente a la fijación de nuevas
en detalle, no modificó
Podemos encontrar en Grecia algunas huellas y restos de la triz Pero'esta mutación, que se sigue muy mal
iones militares entre los
«ple funcionalidad indoeuropeactan bien analizada por G. Dumézil, el principio de distribución de las func
ensanchando más o menos:
que concibe el orden cósmico y el'orden social cómo el resultado miembros de un cuerpocivil que se irá
que se adopte.
de La superposición-de tres funciones de soberanía, de.fuerza y de: a lo largo de los siglos según el régimen
e es soldado en la medi da en que se es ciudada-
fertilidad. En el universo mítico, en particular, podemosasí distin- En lo sucesivo.s
fuerza armadaconstituía, no
guir divinidades como Aresy Atenea, cuyos atributos primitivos en- no y no a la inversa. El ejercicio de la ctos
de los diferentes aspe
lazan con la segunda función, numerosos héroes como Heracles el origen, sino la expresión privilegiada
el prim er nivel venia determina-
Tideo, Parténope y Aquiles, cuyas gestas ilustran el destino del gue- de la cualidad de ciudadano. Así,
de los indi viduos para dotarse per-
rrero, así como de las colectividades de carácter netamente mili- do por la capacidad económica
uado . Pero , en sí, esta capacidad
tar, como las de «Hijos de la siembra» en Tebas (hoi Spartoí, es de- sonalmente del armamento adec
POVOCLOLOLIOLICLCILOCIOLCICLLLOICLIAIAA
78/Yvon Garlan El militar/79

¿no determinaba el rango civil. Por eso en Atenas la clasificación del recluta-
novación técnica y táctica coincide con una extensión
censataria de los ciudadanosy las atribuciones políticas correspon- e de cse ar-
miento a todoslos que estaban en condiciones de dotars
dientes se fundaban en la importancia de sus rentas y no en crite- ación del cuerp o cívi-
mamentoy, por tanto, con una relativa ampli
rios de carácter militar: sencillamente resultaba natural que deter-
co másallá de los límites de la aristocracia tradicional.
minado servicio sólo fuera exigible a los que ocupaban determina- siendo
La protohistoria de este tipo de falange de hoplitas sigue
do lugar en el censo. Esparta, en torno la cual se crearáen el siglo dos del síglo
muy controvertida. ¿En qué fecha aparece, a media
esenta
vi? ¿De repente o después de un periodo de tanteos? ¿Repr
tv una exagerada fama militarista, no cra una excepción a este res-
pecto. Lo que, en Esparta, condiciona la entrada enel cuerpo de las modal idade s de com-
una revolución completa en relación con
los «pares» (hómotoi), es (además del nacimiento) la posesión de cuenc ia de las mutac iones
bate precedentes? ¿Fue causa O conse
un gran terreno cultivado por los ilotas y la posibilidad, que se deri- del surgimiento de
sociopolíticas contemporáneas y, en concreto,
va de ello, para invertir una parte proporcional en las comidas en Aristóteles, ha-
la tiranía? ¿Qué ocurrió con la caballería que, según
común; el comportamiento en el combate sólo se tenía en cuenta ras ciudad es aristocráticas?
bía sido el arma favorita de las prime
como elemento negativo, es decir, como origen de la descalifica- que conti núan plante ándose los
Estas son algunas de las preguntas
ción soctal. Resulta significativo que cuandola Esparta helenística me limit o a record ar aquí para
historiadores modernos y que yo
quiere poner remedio a su «oligantropía», mediante la integración periodo mucho me-
centrarme en lo que sucede en época clásica,
enel ejército de algunosilotas, el criterio para procederal recluta- jor documentado. o
yáligeró. |
miento será censatario y no en función de la valentía.
ElamñameniodelHóplita, con el tiempo;se simplificó
Veamos ahora, una vez establecido este principio, cómo se re- eron los brazal es, las musler as o quijotes,
Por lo general desapareci
fleja concretamente en la vida militar. ín antifi echas, así como la segun da lanza utiliza-
el tonclete o faldell
las repres enta-
da como jabalina, elementos que a veces figuran en
uye por una
ciones arcaicas. La coraza modelada de bronce se sustit
Elcon junto?
casaca de lino o cuero reforzada con piezas metálicas.
El modelo hoplita
ante,:de al
siri embargo; seguía requiriendo uba inversión import
imadamente
La manifestación más evidente del proceso de formación de menos cien dracmasáticas, lo que representaba aprox
la ciudad es la aparición de un nuevo tipo de combatiente: el ho- cualif icado. En la
(el salario trimestral dé pl nmobreromedianamente
plita. sólo podía exigirse a
Atenas delsiglo v, un esfuerzo económico así
La protección del hoplita está asegurada por las grebas, un cas- prime ras clases
ciudadanos que pertenecieran a una de las tres
co y una coraza de bronce, así como por un escudo circular de 80 a zeugitas, constituía el
censatarias, entre las que la tercera, la de los
90 cm de diámetro, hecho también de bronce o de un armazón de í, en el interior del
grueso de los efectivos. Criterios de selecciónas
, por lo me-
madera o mimbre y recubierto de piel. La principal originalidad de cuerpo civil, debían de existir un poco en todas partes
este hóplon, que constituirá el arma emblemática de los hoplitas, a, a los que preci-
nos allí donde esto no se limitaba, como en Espart
consistía sin embargo en no colgarse del cuello por una correa, samente estaban en condiciones de armarse
como hoplitas.
sino por llevarse en el antebrazo izquierdo, embrazado por una batalla con un?
La pruéba decisiva que los'aguardaba.era una
abrazadera central de bronce y una correa periférica como aside- igual que el certa-
plan-preconcebido, que solía denominarse agón,
misma ma-
ro. De esto se derivaban dos consecuencias esenciales. Por un lado
men atlético y que globalmente estaba organizada de la
el hoplita sólo disponía de su brazo derecho para manejar sus ar: niveles de pro-
nera, con sacrificios preliminares (con diferentes
mas ofensivas: una lanza de madera, de una longitud aproximada delimi tado, y acciones de
gresión), enfrentamiento en un campo
de 2,50 mm, provista de una punta y de un contrapeso de hierro o de con frecue ncia análog as (coro-
gracias acompañadas de ofrendas
bronce, así como una espada corta para la lucha cuerpo a cuerpo. ollába 'lealm ente, confo rme a?
nas, trípodes). El combaté se desarr
sorpresa.»
_prácticas huy,ritualizadas, sin buscar ningún efecto
Por otro, la protección de su flanco derecho, relativamente descu-
bierto, tenía que asegurarse por. un compañero de fila dentro de convenido con
“Una vez que, más o menos tácitamente, se había
m-
el enemigo un punto de encuentro, muy igualado, como poreje
«una falange suficientemente compacta (habida cuenta asimismo
de la limitación de visibilidad y agilidad de los combatientes im- se forma ba la falang e con varias filas
plo una llanura labrantía,
colectiva y :
puesta porel casco y la coraza). Hay que admitir que esta doble in-
(ocho porregla general) para poder ejercer una presión
80/Yvon Garlan
El militar/81

asegurar que se cubrían automáticamente los vacíos. Los


interva- resentaba-con-sus-armas£trajes:dezcampaña
O —que oni si-Z
| los entre los combatientes eran menores de un metro, de manera uno n abaco,
quiera tenían el aspecto e uniformes, salvo las túhicas rojas que
; que un ejército de dimensiones medianas, por ejempl
o 10.000 llevaban los espartanos— yetectosapersonalesreargados¿enqunas
hombres, se extendía unos 2,5 km. En las alas tomaban posiciónal-
gunos contingentes de tropas ligeras y de caballería que
mulajolevados:porimescl ¡Fapturarconlarvida-civil:erazve
se encar- deramentezmínima:
gaban de oponerse a cualquier intento de desbordamiento
y de e laratmósfera ETE mabarentelejereitotampocordistabasm ucho
contribuir, al principio y al final de la batalla,'a créar confusión en
dedavidarabirral=Elarte:derla:persuasiónsé-ejercia comoerela
las lineas enemigas. Después de asegurarse con un último sacrifi-
asamblearenformá de extrortacionesimuyclarasdirigidas:al:frente>
cio el favor divino, se iniciaba, en dirección al enemigo, distant
e delastropasinmediatamenteantesdelataquesEl mando supremo
unos centenares de metros, una marcha ordenada que solía termi-
recaía sobre magistrados elegidos por todo el pueblo, como los
nara pasoligero: los espartanosla realizaban en medio de unsilen
- diez estrategos atenienses, que a menudo actuaban colegiadamen-
cio impresionante, sólo al son de la flauta, mientras que otros la
te, y sus principales ayudantes, los taxiarcos, puestos a la cabeza de
acompañaban con fanfarrias a base trompetas, gritos y peanes de
los contingentes de las diferentes tribus, salvo en Esparta donde el
ataque en honor de Ares Enialio.. El choque se producía frontal-
mando recaía en los reyes o en algunos de sus parientes, rodeados
mente y sólo daba lugar a unas pocas maniobras laterales, además
por los «compañeros de tienda» que comprendían, entre otros a
de que la falange tenía una tendencia natural a ávanzar oblicua-
los polemarcos elegidos y puestos a la cabeza de los diferentes regi-
mente hacia la derecha, por la sencilla razón de que cada uno
de mientos. Una vez más la excepción es Esparta cuyo ejército, según
sus componentes tendía a desviarse imperceptiblemente porel
dice Tucídides (V, 66, 4) «está compuesto poco más o menos por
lado opuesto al escudo en la dirección de su compañerode fila.
mandos jerarquizados», los oficiales subalternos en principio eran
Salvo porrotura accidental del frente, era enlas alas donde se
deci- pocos, se mantenían durante el combate en la primera linea de sus
día el resultado de la batalla: la primera ala derecha que conseg
uía unidades, llevaban sólo unas pocas insignias distintivas (penachos
mantenerse provocaba poco a poco la dislocación de la falange
o plumas en el casco) y sus funciones no se prorrogaban automáti-
contraria. Los jefes no podian modificar realmente el curso de los
camente de una campaña a otra, no formaban portanto ninguna
acontecimientos, porfalta sobre todo de tropas de reserva,
con lo casta profesional. Los hombres de la formación, dotados de armas
que seguían el pánico, el desconcierto y una breve caza de los
fugi- idénticas, integraban unidades intercambiables, con excepción de
tivos. La batalla concluía, por parte del vencedor, con un peán
de los más jóvenes, que eran colocados en las primerasfilas, y los más
victoria en honorde Dioniso y Apolo, con la erección de un trofeo
motivados, por ser los más interesados en el éxito de la operación,
en el campo de batalla (un simple armazón de madera decorado
que ocupaban el ala derecha. En éstas condiciones, lazobédiéncia
con armas arrebatadas al enemigo), con el permiso para retirar
a resencialmrente:eneliconsenso: los castigos, sobre todode
sus muertos y, de regreso a casa, con las preces acompañadas de sa-
tipo corporal, estaban condicionados a un juicio en la debida for-
crificios y banquetes. ma ante un tribunal del ejército o, a ser posible, ante los tribunales
PlifAs, destinada a producir rápidamente un jui- ordinarios de la ciudad. ,
apelación, se resolvía a menudo en una mañana y sólo man- El valor de los hoplitas no era así fruto de una disciplina propia-
neamentea nosalgjadosde-Sustocupe mente militar y, mucho menos, como hemos visto, de una pasión
ciones-cotidianas, dado que sobrevenía al término de unabre
vé guerrera que no deja sitio para el miedo (como lo pruebala pronti-
campaña,de unosdías o, como mucho, de unas semanas; con buen
tud en admitir la derrota). Con vistas sobre todo a garantizarlaco-
juicio da abanten-buenatemporadarde:mane- hesión de la falange, lor:st En e haa Ad a
ra:qu saerscaprópiar-de
das deleremigo, de esta manera las preocupaciones por la.inten-
y7pi Enpermanece
dencia se reducían al mínimo: bastaba pedir a los movilizados que
seinculcabapermanentementeadosHomicióiesparta: Z
se presentaran con algunas provisiones para el camino y, para lo
derodala-organizacióncomunitariadesovidacotidiana? Encáte-
demás, contar con el' producto del pillaje o con la presencia espon-
nasistreforzabarigualmentemedianterelreagropamientorderlos»
tánea de comerciantes encandilados por él negocio. ampocofe
combatientestertribus, es decir en trittyes (la tercera parte de una
requeríamucha-preocupaci Onzporalarimpedimentazryatatielcada
tribu). Podían así actuar plenamente en el seno de la falange rela-
82/Yvon Gartan El militar/83

ciones naturales de ayuda fundadas en el parentesco, lás batallas llevadas según un plan previo que decidieron el cursos
la amistad y
la vecindad. «de lahistoria?
Quizá porinsistir demasiado en Jos aspectos lúdicos y gregarios
de la batalla de hoplitas corramosel riesgo de olvidar la violen
cia
de los choques individuales a que aquélla daba lugar, con pérdid Las"obligaciones militares.alo largo
as
relativamente importantes estimadas en un 14 por100 porpar y:aloanchod ala:socidl
te de
los vencidos y en un5 por100 por parte de los vencedores. La pelea
estaba muy lejos de empujarse a codazos, como en la mélée del El resto de las demás formas de participación en la vida mili-
rugby; para Tofitenetó repeler a la fila del adversario, los'hoplitas tar de la ciudad se sitúan en ambas partes del eje que hemos exa-
fenían que lúchar cuerpo a cuerpo.con su enemigo inmediato co minado.
ladanza y luego con la espada.:En el momento más agudo de la bas En Grecia;la ballo.era un signoevidentede 1i-.
7 i des ponía así en-unaserjede.com-e queza-ypertenecerá la.caballería.era una distinción socialyincluso
¡ferencia con la edad heroica es que los hopli- en las regiones de vastas llanuras, como Tesalia, Beocia o Campa-
tenían. que: ir..ellos autónomameñte en pos de.la hazaña, nia, más propiciasa la cría caballar. En Atenas, parece que durante
como el caso de aquel espartano que quiso redimirse en Platea por mucho tiempo se contó al respecto con la buena voluntad de los jó-
haber sobrevivido en las Termópilas acusado por sus compat venes aristócratas que tenían los medios suficientes para mantener
riotas
de haber «abandonado la fila como un loco» porque «busca una cabalgadura y el tiempo necesario para practicar la equita-
ba
abiertamente la muerte para escapar a la vergúenza que pesaba ción, al menos tanto para la parada y la victoria en los concursos
so-
bre él», se encontró privado de honores (Heródoto, TX, 71). como para la guerra. Debido a los consejos de Pericles,dósateniem
Como
buen ciudadano, tendría que haber sometido su acción a cierta sesrarmediados:del siglo!v.se:dotaron:de'una caballería: regular,
dis-
ciplina moral (sóphrosgne) y tenido en cuenta los intereses de su compuesta de 500 y luego de 1.000 ciudadanos (así como de 200 ar-
colectividad. queros a caballo), a menos que esto no sucediera antes, a comien-
Al modelo representado por la figura del hoplita, rigurosamen- zos de ese siglo, cuando los vasos nos presentan las primeras esce-
te definido por relación al plano político y con tendencia a hacer nas de examen para ingresar en la caballería. Ouizácelú co'méritor
valer la preeminencia de determinada élite social, conviene darle dexPericlesfuerarinstitucionalizar:el sistemade:reclutamieñt
unos límites temporales. Aun cuando se continuaran celebrando gent épocacclásica Elsistemaz onsistía:en la:entrega de uña de»
más que nunca los méritos de este tipo de combatientes, en par- i dinero a:una selección: de jóvenes'prote-
ticular en las personas de los combatientes de Maratón/desdefimal rasclases censatarias (sobretodode lá se-
es>
del siglov se comienza efectivámenrite a hacer.éxtensivo el véclute gunda;que recibíaprecisamenteelnómibre de hippeís; caballeros);
miento, de hecho si no de derecho: en Esparta, a algunosde la clase esta suma bastaba o, por lo menos, ayudaba para la adquisición de
de los inferiores; en Atenas, a lostetes, que constituían la cuarta y un caballo adecuado para el combate, cuya revaluación periódica
última categoría censataria. Por otra parte, en el plano militar, la se hacía constar en láminas de plomo, que han aparccido en gran
falage hoplita (que, a decir verdad, raramente había intervenido número en el ágora. cediatademásiunarsubvencióndiaria
sola, como en Maratón) tuvo que contarcada vez más con la infan- 'aselrmantenimiento del:caballo.-El enrolamiento en el cuerpo
tería ligera y sobre todo con el cuerpo semiligero de los peltastas, “caballeria quedabaastreñervado aélite censatariadetermi-
antes de tener que admitir su inferioridad ante la falange macedó- nada, cuyo prestigio quedó de manifiesto en el friso interior del
nica. Simultáneamente crecía en el arte militarla importancia de Partenón hacia 440, antes de sufrirla restauración democrática de
la sorpresa, de la astucia, de la traición, de la habilidad técnica. Los 401, a pesar de los alegatos públicos de Jenofonte hacia 360.
contemporáneos fueron muy conscientes de ello, como Deméste- Desde“elpurito de vistaomilitar;la caballería griega siempre fue
nes que, en el año 341, en su Tercera Filípica (47-50), reconocía limitada debido a su incapacidad.de abrir. brecha en la.formación
amargamente esta evolución. Sin embargo, hay que evitar pasarde dehoplitaszAunque la Caballería disponía de lanzas cortas que po-
¿Un extremoa otro: lá iñifantería de hoplitas contiñtará siendo" has: dían usarse como jabalinas, provista a veces de espuelas y corazas
¡ta En las ciudades helenisticas, un armá noblé por.excelencia;. y due ligeras, pero privada deestribosy de sillas rígidas y con la desventa-
tante untiempo continuará desempeñando. un pápel ésenciál en ja añadida porla ausencia de herraduras en las cabalgaduras,la ca,
,1000 COIILIOIAICEIAAAIACAIIIIIAEABIIAIIDA
El militar/85
84/Yvon Garlan

ro, sino que consiste en


balleríasólo podía, por.lo.general, servir para tareas de explorar El arco no es la prueba de bravura para un guerre
su puest o y en ver, sin bajar ni desvia r la mirada, moverse
ciónyhostigamiento; con unos efectivos equivalentes a lo sumo, quedar firme en
159-164).
en la mayoría de las ciudades, a la décima parte de una falange. Los ante él un campo de lanzas enhiestas (Heracles,
espartanos fueron especialmente remisos en esta materia porque
con la multi-
esperaron al año 424 para dotarse de una caballeria de 400 ji- A partir de la guerra del Peloponeso, y sobre todo
ydeunescudope:
netes. plicación de los peltastas armadosdejabalinas
en ocasiones, las
los ateriiensésmás ricos, pertenecientes en su ¡mayoría a la pri- ueño(pélta), sehizo cada vez más evidente que,
en numerosas
mera categoríacensataria de los pentacosiomedimnos,«tenían opas ligeras podían aventajar a los hoplitas y que
ección de límites te-
específica contribuir al_armamento_nayal. En un circunstancias se imponía su utilización (prot
aban a este
principio, quizáprocuraran ellos mismoslos barcosen el marco, rritoriales, guerra de asedio). Los prejuicios que rode
ncia de los hechos
muy mal conocido, de las naucrarías y, después de la instauración tipo de tropase fueron así disipando con la evide
:
de la trierarquía, cuidaban del mantenimiento y funcionamiento _pero sin llegar a desaparecer totalmente.
rosque,
de las trirremes construidas por el Estado. Esta liturgia, asumida A las mismas categorías sociales pertenecían los reme
aban la propu lsión de
periódicamente en función de las necesidades, resultabamuyone- arrinconados en sus bancos de boga, garantiz
clase de los tetes ate-
rosa porquealcanzabaaveces casi las6.000dracnias. Huboasí que las trirremes antes y durante el combate. La
pofsi sola apenas
habilitar la manera de repartir mejor la carga: primero, al final de nienses, destinados a servir como remeros, que
naves, se vio r6-
hubiera conseguido llenar doscientas o trescientas
s extra njero s. De su capaci-
asignándosela a los grupos llamados simorías, Las demás exaccio- forzada por la presencia de numeroso
del abord aje con el espolón, que
nes con finalidad militar recaían sobre numerosos zeugitas: en dad de maniobra dependía el éxito
, ya que la dece na de hoplitas
principio se trataba de contribuciones (eisphoraí) excepcionales, era el fundamentodela táctica naval
sólo serví a para compl etar los efec-
pero que se fueron haciendo más o menos regulares a partir de la embarcados en cada trirreme
ros llegaron a consti-
Guerra del Peloponeso y cuya percepción se facilitó, a partir de tos del abordaje. Se puede decir que los reme
el desar rollo del imper ialismo maritimo
378-377, mediante la creación de las simorías, basadas en las simo- tuir una pieza maestra en
la prest igios a victo ria de Salamina en
rías de los trierarcos, donde los fiadores eran los más ricos. A partir ateniense inaugurado con
gozar on de una buen a reput ación en la opi-
de la segunda mitad del siglo 1v se contó igualmente con donacio- 480. Sin embargo, no
en vísperas de
nes voluntarias (epidóseis) procedentes de las mismas categorías nión de los aristócratas, como se ve porla expresada
enses del
sociales, recompensadas con hermososdecretos honoríficos. Estas la guerra del Peloponeso en la Constitución de los ateni
n. Otras ciudades,
eran las principales posibilidades internas de financiación militar «viejo oligarca» O, más tarde, en la obra de Plató
ctivas flo-
en las ciudades cuyos ingresos regulares dejaban poco saldo. como Esparta, se contentaron con embarcar en sus respe
es rurales
Muchosciudadanos atenienses que pertenecian alla última cla- tas a remeros que no eran ciudadanos, como dependient
s helenística, tu-
seCensataria (más dela mitad de la-ciudadaniaysólo-podianprestar o extranjeros, y pocas fueron las que, como la Roda
la marina.
jersonal, limitado durante mucho tiempo adas-áarmal vieron en la más alta estima el hecho de servir en
giadas. Este'era'él'dáso de las trópas ligerásstanzado-
querós y honderos; cuya intervención al margén
dela talarige de hoplitas fue, hasta el siglov; de póta eficacia; ade-» Los'márginales.de la ciudad
más de que su forma de actuar a distancia estaba moralmente deva-
luada, hasta el punto de que la encontramos prohibida en alta épo- La ley de proporcionalidad entre la función military el estatus
ca arcaica en un acuerdo entre los calcideosy los eretrios cuando social se pone de manifiesto además si extendemosla investigación
se peleaban por la llanura de Lélanto. Los arqueros, en particular, a los límites del cuerpo social.
tuvieron muy mala fama desde Homero a Eurípides; un personaje Los que tenían mayor afinidad con los ciudadanoseran los hijos
de este dramaturgo estigmatiza a Heracles en estos términos: menores porque eran ciudadanos en potencia, educadosy tratados
como tales, Situados como estaban entrela infancia y la edad adul-
za
Nunca embrazó un escudo con su izquierda ni hizo frente a una lanza, ta, en Grecia como en otras partes, asimilados tanto a la naturale
ente
sino que con el arco, el arma más cobarde, siempre estaba presto parahuir. comoa la cultura, en una fase de transición marcada fuertem
86/Yvon Garlan
El militar/87
porantiguosritos de iniciación, se los dedicaba a ejercicios que lo
mísmo los oponían que los preparaban para el combate de hopli- ción que tenían de entablar pleitos excepto porlo que afectaba al
tas. El primero de estos aspectos ha llamado mucho la atención de derecho familiar. En tiempo de guerra, sólo son parcialmente com-
los historiadores modernos, a la luz de numerosos paralelos etno- batientes porque su función comola de las clases entre los 50 y 58
lógicos procedentes de otras sociedades arcaicas, como las africa- años, se limita teóricamente a la defensa del Atica.
nas del siglo xix. La misma posición antitética de los jóvenes con relación a los
Esto se aprecia muy bien en la educación espartana(agógé) que, adultos se encuentra en otras partes bajo formas más o menos eva-
durante másde diez años, multiplicabapara los jóvenes agrupados nescentes y a diversos niveles. Reaparece, porejemplo, enla distin-
en «rebaños» pruebas de endurecimiento y simulacrosdecombate ción (típicamente platónica) entre la caza nocturna con trampa,
acudiendo sobre todo a la astucia. Al término de esc periodo de red y nasa, recomendada a unos, y la caza de montería y con vena-
prueba, los mejores ¿¡rénes pasaban entonces porla institución de blo, reservada a los demás. Aflora a menudo también enel universo
la krypteía. Los kríptes, es decir los «escondidos» o «clandestinos», mítico, rico en adolescentes perpetuos, inmaduros e indómitos por
| eran enviados en p invierno a las más remotas regionesdel te- no haber conseguido integrarse en el mundode los adultos, como,
rritorio, sin provisiones y armados con un simple puñal, conla por ejemplo, la figura de Hipólito. Otro buen representantede esta
consigna de no dejarse ver, alimentarse a base de pequeños hurtos juventud, que lleva hasta el límite la afirmación de su especificidad
y de dedicarse por la noche a la caza de ilotas, a quienes los éforos antes de fundirse en la comunidad, es el héroe ateniense Melanto,
habían declarado previamente la guerra. Durante esta fase de se- es decir el «Negro», que triunfa por emplearla astucia (apáte) so-
gregación, previa a su integracióndefinitiva en la sociedad de adul- bre el tebano Janto, el «Rubio», en un combate singular porla po-
tos, se comportaban, por así decir, como antihoplitas. sesión de una pequeña franja fronteriza: de aquí toma el nombre la
EnfAtenas; óveñes pasiban a. manos del Estado más tarde fiesta de las Apaturias (derivado etimológicamente de la palabrá
que en Esparta; sólo al fiñaldela adolescencia: Quedaban entonces apáte), durante la cual los adolescentes de dieciséis años, al alcan-
sometidosa la efebía, cuya existencia debe remontarse porlo me- zar la madurezfisiológica, eran presentadosa las fratrías de sus pa-
nos a principios de época clásica, bajo la forma de un único año de dres y ofrecían como sacrificio sus cabelleras.
formación reservada a las tres primerasclases censatarias. La efe- El resto de la población tenía como característica común la de
bía nos es mejor conocida en fecha muyposterior, tras su reorgani- estar privado de todo derecho político y de no formarparte de la
zación y reforzamiento por Epícrates hacia 335-334, en un momen- ciudad en el estricto sentido del término. Pero estos no-ciudadanos
to en que Licurgo se esfuerza por restaurar una potencia militar constituían sin embargo un elemento indispensable para la super-
muy comprometida después de la derrota de Queronea ante los vivencia de la ciudad, lo mismo que compartían indirectamente en
macedonios (338). Un capítulo de la Constitución de los atenienses tiempo de guerra los éxitos y sobre todo los fracasos. Por tanto, no
de Aristóteles (cap. XLII) y algunas inscripciones nos permiten podían vivir completamente al margen delas actividades militares.
descubrirlos principales aspectos de su funcionamiento. Aquí la De hecho si no de derecho, pasiva o activamente, de forma más o
efebía concierne al conjunto de los hijos de ciudadanos con inde- menosregulat y siempre en una posición subordinada, este tipo de
pendencia de su condición censataria, entre los 19 y los 20 años de población estaba implicado según las modalidades concretas que
edad. Durante el primeraño, los efebos, después de haber recorri- dependían, para cada categoría, de su distancia variable, o mejor
do los santuarios, permanecían de guarnición en El Pireo donde re- de su posición original con relación al cuerpo social.
cibían una completa instrucción militar: manejo de armas de ho- Así es comio en Atenas los ciudadanos domiciliados que, de al-
plita, tiro.con-arco, lanzamiento de jabalina, manejo de la catapul- guna mancra,se habían integrado y alcanzado la privilegiada situa-
ta. Al año siguiente, pasabanrevista y recibían del Estado el escudo ción de metecos contribuían, en unidades separadas, sólo a la de-
y la lanza de hoplita, antes de hacer marchasporel Ática y de per- fensa del territorio (como hoplitas o como infantería ligera según
manecer en guarniciones fronterizas fortificadas. Los jóvenes se sus rentas, pero no como caballería) y servían sobre todo en la flota
encontraban así, de una manera menos marcada que los criptas la- como remeros o como marineros especializados, pero no como pi-
cedernonios, especialmente marginados, igual que lo estaban en el lotos. Asimismo estaban sujetos a las eisphoraí, a las que contri-
plano político, aunque figuraran ya inscritos en los registros de los buían en una sexta parte, pero no Jes afectaba la trierarquía, dado
demos, debido a su ausencia de la asamblea populary a la prohibi- que implicaba el mando de una trirreme. En el ejército lacedemo-
nio entraban, por su parte, contingentes de hoplitas periecos así
DOCCOL 0000000000000000090900
El militar/89
88/Yvon Garlan

rida por un entrenamiento específico y situarse únicamente bajo el


como exploradores denominados esciritas
(skirítai), enrolados signo del amateurismo. , :
en undistrito de la montaña conquistado antaño a Tegea
por Es- Se trata de un lugar común en la retórica oficial de los discursos
parta. fúnebres, que tiende particularmente a reabsorberla función béli-
El papel militar de los esclavos consistía norma
lmente en ase- ca en la función política. El mejor ejemplo lo encontramos, al co-
gurar, tanto en el seno del ejército, como de la vida
civil, el servicio mienzodela guerra del Peloponeso, en Pericles, que declara orgu-
personal de sus amos. Solamente en algún momen
to crítico, en- lloso: «Porque confiamos no tanto en los preparativos y estratage-
tiéndase desesperado, se podía armar a algunos deello
s. Las dispo- mas cuanto en nuestra firmeza de ánimo a la hora de actuar» (Tucí-
siciones adoptadas en este sentido variaban, por
una parte, según dides, IL, 39, 1). o
la situación de los interesados, y sobre todo según quese
tratase de De todaslas condiciones sociales que predisponen parael ejer-
esclavos-mercancía de tipo ateniense o de poblacione
s indígenas cicio delas armas, ala que más valor se le daba era a la de agricul-
reducidasa la esclavitud como los ilotas espartanos
. Porotra parte, tor.:La agricultura pasaba por ser la mejor.iniciación para la gue-
dependían de la honorabilidad de la función que les había
sido con- rra+por diversas razones, expuestas en particular por Jenolonte en
fiada: remeros o infantes ligeros más que hoplitas. En funci el libro V del Económico. Ante todo la posesión de la tierra «incita a*
ón de
[ Esto se procedía o no a su manumisión, antes o después de ila defensa del territorioxon las armas porque las cosechas que pro-
las ope-
i raciones, En suma, resulta significativo que los ilotas, consi
dera- duce están al alcance de todos y a merced del más fuerte»; porque
dos especialmente sediciosos, fueran mucho mássolicit la agricultura .«nos enseña a mandar a los demás», inculcando el
ados que
los esclavos atenienses: el hecho es que el recuerdo de sentido del orden, la oportunidad, la justicia y la piedad; en último
haber sido
antes un pueblo libre explica a la vez su espiritu de revue lugar porque «hace vigoroso al cuerpo»: En este aspecto, la agricul-=
lta así
como su relativo grado de cualificación militar. tura conjugaba:sus.efectos con los de.Ja caza, considerada en la
:
y Incluso las mujeres de origen ciudadano, aunque el valor fuera Ciropedia (1, 2) como «el más.auténtico entrenamiento para la,
¡por definición una cualidad esencialmente mascu
lina, tuvieron guerras:
* más o menos relación con la guerra, ya fuera como víct
imas ejem-
¡ plares que encarnabanlas posibilidades últimas de La caza efectivamente habitúa a levantarse temprano, a soportar el frío y
perpetuación
¡ de la comunidad y que mejor sabían conjurar, con sus el calor, adiestra en la marcha y la carrera, obliga a lanzarla jabalina ola fle-
lamentos, cha contra los animales cada vez que aparece uno; forzosamente además
| preces yestímulo a los soldados, la aniquilación de
aquélla; ya fue- templa el alma cuando, comosuele suceder, un animal valiente hace frente
y ra como combatientes improvisadas luchando, de forma
entera- y hay que acertarle si se acerca y esquivarlo si se echa encima. Es, pues, difi-
' mente excepcional, porla protección de sus hogares.
En estas oca- cil encontrar en la guerra una situación que no se presente durante la
siones las vemos provistas de armas apropiadas a su condi
ción(¡a caza.
veces hasta con utensilios de cocina!) y usando todo tipo de
antifi-
cios, no precisamente propios de hoplitas, inspirados en su Por. el contrario, los oficios artesanales «arruinan el cuerpo de
natura-
leza femenina. Sólo en el mundo mítico de las Amazonas o en los obreros que los practican y de los que los dirigenrobligándolos
el
mundo utópico de la República de Platón encontramosla transf a una vida doméstica, sentados a la sombra de sus talleres, e inclu-
or-
mación de mujeres-soldados; pero se trata entonces de una conve so a pasar a veces todo el día junto a la lumbre: de esta manera Jos
r-
sión condicionada bien por una parcial desexualización (por cuerposse debilitan y las almas también se vuelven más cobardes»,
ejem-
plo, el hecho de la ablación del seno derecho para manejar el hasta el punto de que estas personas «pasan por ser unos pobres de-
arco),
bien limitada a las virgenes (parthénoi) que no han encon
trado aún fensores de su patria» (Económico, IV). Estas consideraciones
en el matrimonio la realización normal de su propi ideológicas se reflejan en ocasiones en las instituciones: si es cier-
a naturaleza.
to, por ejemplo, que para ser elegido estratego en Atenas hacía falta
estar en posesión de tierra dentro de las fronteras.
El militar por afición: Otra condición para ese tipo de elección parece haber sido
(aunque no se sabe bien en qué medida y hasta cuándo fue respeta-
Un reparto semejante de funciones militares según la situación da) que el candidato fuera igualmente padre de familia. La-preocu:
en el cuerpo social, y que se encuentra además en todas partes aun pación porpreservar la libertad de los hijos daba desde luego a un:
con formasvariables, parece prescindir de toda calificación adqui-
2
ICIIAAAA
90/Yvon Garlan El militar/91

soldado una razón más para pelear, como sostiene Platón (Repúbli- retirarse de mil modoso saltar enel
aire
ca, V, 467a) «todo ser vivo combate mejor cuando están presentes es la que imita hacerse a un lado o o tiro, y por otra
da ante cualquier golpe
o echarse tierra de quien se guar mientos opues-
aquellos alos que ha engendrado». Alrealizarse plenamente su ser ciones de los movi
parte se esfuerza también en hacer imita
social, un ciudadano llegaba a un grado supremo de responsabili: a actit udes ofensivas como en los lanza-
tos a aquéllos, de los que dan lugar de golpes (Leyes,
dad y de disponibilidad que lo predisponía para el sacrificio porla » la descarga de todo tipo
mientos de flechas o jabalinas o
supervivencia de la comunidad) como fue el caso de los padres de VII, 815a).
familia que los espartanos incorporaron, en 480, en la unidad de
a visión hasta el absurdo.
élite de trescientos hombres enviados a las Termópilas. Al amáfew? Sin embargo conviene evitar llevarest
s: el constante interés de todos
rismo de los ejecutores correspondía el de los que tomaban las de- Siempre hubo en efecto sus antídoto
las razones de fondo que ya se
por las operaciones militares, por

csPOPPOPOLIOLLILOLILLLLILL
cisiones y losjefes. Los miembros de la asamblea ateniense que de-
general adquirida a fuerza de
cidían, hasta lós'menorces detalles; sobre el curso de las operacio- han mencionado, y la competencia
armente en Atenas, por el
nes carecían de la correspondiente competencia militar. La mayo- experiencia (como se prueba, particul
s, tendian a concentrarse de
ría de los estrategos, por Jo menos en el siglo v, tampoco tenían hecho deque los altos cargos militare
limitado de grandes familias).
mucha más, dado que debíar'su eleccióna la fama que se hubieran manera hereditaria en un número
contempla el mado de com-
labrado en los debates de la asamblea, o en otro sector de la vida No olvidemos tampoco que sólo se
persa Feraulas en la Ciropedia de
, pública, como fue el caso de Sófocles. Hasta el final derépoca clási- bate hoplita: sólo a él se refiere el
| ca, los responsables militares fucron consecuentemente, en su in- Jenofonte (11, 3, 9) cuando dice:
¡ mensa mayoría; ricos notables que tenían por tradición familiar un o
cimiento natural (de la lucha), com
¡sentido innato «del mando y podían .ocasivnalmente contribuir al: todos los hombres poseen un cono mane rad e pelea r, sin ha-
cada uno su
“mantenimiento de tropas: Se puede, por ejemplo, comprobar que también los demás animales conocen conlos
la naturaleza, como atacar el buey
el 61 por 100 de los estrategos atenienses conocidos figuran en el berlo aprendido de otro, sino de Todo s estos anima-
í con los colmillos.
catálogo de grandes propietarios. cuernos, el caballo a coces y el jabal sin habe r acud ido a nin-
que deben y eso
les saben guardarse de los peligros
Correlativamente, los historiadores modernos han insistido en gún maestro.
el lugar ocupado en el aprendizaje militar por las diversas prácticas que las cosas eran muy distin-
En cambio, nadie habria negado
sociales de caráctercultural y religioso, características de aquellos arar y, sobre todo, enla mari-
tas en lo relativo a las armas para disp
ciudadanos que no estaban apremiados por la necesidad y podian «era una cuestión de oficio».
na que, según Tucídides (I, 142)
disfrutar de suficiente tiempolibre (skholé). En primer lugar figu- cios que llevan a pensar que
Por otra parte, son muchos los indi
raban las pruebas atléticas que se preparaban en las palestras y tar no estaba tan desatendido
en la vida real el entrenamiento mili
gimnasios, tradicionalmente muy vinculados a la vida militar, y aristocracia. Incluso enla Atenas
como afirman los ideólogos de la
que figuraban en el programa de los concursos organizados en el bir cierto grado de formación du-
delsiglo v los hoplitas debían reci revistas
marco de los santuarios cívicos o panhelénicos: carreras (una de periódicamente llamados a
rante su efebía y eran además es de
ellas con armas de hoplita), saltos, lanzamientos y pancracio. Un
donde se verificaba el buen estado de los equipos personal
campeón en esta especialidad era necesariamente un excelente se realizarían maniobras en orden
combate y donde, seguramente,
soldado, como indica una anécdota de Diodoro de Sicilia relativa a incluso el recurso a instructores
cerrado. Algunos preconizaban iante sa-
Milón de Crotona: «Este hombre, seis veces vencedor en Olimpia ad en ciudad a enseñar, med
profesionales que iban de ciud
tan valiente guerrero como buen atleta, fue al combate, se dice, ci de las armas de hoplitas: este
fiendo las coronas olímpicas y llevando los atributos de Heracles lario, en palestras privadas el manejo si-
en Arcadia hacia mediados del
arte, la hoplomakhía, se inventó a forma
la piel de león y la maza; artífice de la victoria, se ganó la admira: ia y táctica (entiéndasel
glo vi. Otros profesores, de estrateg
ción de sus conciudadanos» (X11, 9, 6). En Esparta, también los que y de alinear las tropas en la bata-
de ejercerla función de estratego
habían ganado una corona en los juegos combatian al ladó mismo ates, según los Recuerdos de Só-
del rey. A todo esto se añadían danzas procesionales con armamen- lla) figuraban en el círculo de Sócr a que los espar-
r caso, No hay dud
to de hoplita y otros tipos diferentes de danzas con armas, entrelas crates de Jenofonte. En cualquie cia-
hacia este género de sofistas espe
que la más célebre era la pírrica. Según Platón: ! tanos, pese a su desconfianza los aten iens es en el
ron más que
lizados en el arte militar, se ejercita

|
92/Yvon Garlan
El militar/93

oficio de las armas, con gran desprecio de Pericles que, en su ora- la figura del mercenario tuvo un gran auge apartir de la ae
ción fúnebre, se burla de «éstos
que, desde niños, practican con Peloponeso, en beneficio primero de los sátrapas persas e! sa
difícilentrenamiento el valor propio de un
adultos» (Tucídides 11, 39, Menor, y del conjunto del mundo griego y su periferia A s é
1). Desgraciadamente ignoramosca
si todo de los métodos utiliza- famosa expedición de los Diez Mil que nos relata Jena! on e e
dos porestos «técnicos de la guerra»,
como loscalifica Jenofonte, Anábasis es algo característico de esta época. A lo lar go de o ol
salvo que daban gran importancia a las
evoluciones tácticas, entre siglo 1v, decenas de miles de griegos de todo origen pariciparo a
las que figuraba una peculiar contrama
rcha que se conoce con el esta actividad en calidad de hoplitas, peltastas e infantería ige .
nombre de «laconia».
: Junto con sus compañeros procedentes de los Balcanes, seme
Conviene sobre todo subrayar que a loia
rgo-de la época clásica ñaron un papel esencial en la conquista del Imperio persa por ?
se concedió cada vez
: más 5im 1mportancia alos aspectos técn
icos del , jandro y aún más en la instauración de los reinos ptenisico o
arts militar.Esta evolución esya sensible cuando
$e compara a Hé- Las causas de la figura del soldado mercenarioson mú ip es y
ródoto, en el que la tékhné apenas ocup
aba lugar entre la astucia y complejas. Las principales debieron ser aquellas que AE sacan
la fuerza, conTucídides, en el que la técnica, aliad
a con la inteli- al individuo a dejar su patria, ya fuera porque se hallara! esar i a
gencia, aparece en la práctica del mand
o. Ex el siglo 1v; las: mañni- lada, principalmente por culpa de la guerra, ya porque la persona
lestacione s de la técnica militar son demasiad
o «numerosas como i
se viera proscrita de su tierra o porque se encontrarar reducido
i a la
para enumerarlas aquí todas: aparició
n de tratados técnicos relati- indigencia bien por motivo de la superpoblación, por catástrofes
vos sobre todo a la guerra de asedio, como
el Poliorcético de Encas naturales o bien por un cambio de régimen sociopo Ítico, E ,
Táctico; insistencia de Platón sobr
e la necesidad de ejercicio s mili- mercenario también podía dejarse arrastrar por los caminos e la
tares, conforme a una tendenci
a atestiguada en numerosas aventura y con la perspectiva de obtener enel extranjero un sustan-
des, especialmente en Tebas en époc ciuda-
a de Epaminondas y de Pelópi- cioso provecho porsu cualificación militar (hoplitas poponesiós.
das, prioridad de la experiencia en la
elección de los estr rategos, arqueros cretenses, peltastas tracios) y beneficiarse así de la ge
como vemos enla Política de Aristótele
s y en un opúsculo anónimo rosidad de un empleador victorioso y afortunado. ,
del principio de época helenística (el
tratado De eligendis magistra- La masiva utilización de mercenarios porparte de las ciudades
tibus) que cita como ejemplos «alg
unas pequeñas ciudades bien re- tuvo sus consecuencias para esas mismas ciudades: acentuación
glamentadas» en donde «se eligen
tres de entre los que ya han ejer- técnica de las operaciones militares; dificultades financieras; pro
cido la magistratura de estrateg
o y dos Más jóvenes»; especializa- pensión de las ciudades a desembarazarse de las tareas Menos
ción de los estrategos atenienses
en div ersas esferas de actividad y atractivas, como expediciones lejanas, servicios de guarnición, re-
distinción creciente entre ellos y
los o radores, los hombres de la surgimiento de las tiranias; desestabilización de las relaciones in
guerra y los de la asamblea, que actúa
n frecuentemente en conni- ternacionales tradicionales en beneficio de Estados con más re-
vencia; etcétera.

Desde este doble punto de vista, el auge de los mercenarios en,


el siglo tv tuvo mucha importancia en lo que tradicionalmenteses
¿Los mercenarios
ha dado én llamar. «crisis» de lá ciudad*wPero, para no rebasar le-
masiado el marco que nos hemosfijado, vamos a limitarnos aquía
Dentro-de-la-evolución.que acabam
os de describir interviener precisar las razones por las cuales las ciudades aceptaron recurrir
un fenómeno que, a primeravista, pare
ce totalmente incompatible 3 rcenarios.
con las profundasraíces cívicas de
la función militar. Se trata de las : na razón estriba sin duda en la personalidad de los pro-
utilización por.parte de las ciudades
, de mercenarios o, dicho de;> pios mercenarios. En:la-medida en:que provenían. de ambientes
¿otra manera, de profesionales de la guer
ra que porunsalario se po- griégos o helenizados, no se los consideraba como enteramente ex:
nen alservicio de una Potencia extranje
ra.» tranjeros (algo similar a los mamelucos en el Imperio oomano)-
“Desde la época arcaica, hubo griegos,
originarios sobre todo de Muchostenían la esperanza de recuperar en sus respectivas ciuda-
Jonia, que alquilaron sus servicios com
o «hombres de bronce» a des el rango de ciudadanosal final de su peregrinar. Durante su pe-
soberanos orientales o que, incluso
en la misma Grecia, formaron riodo de actividad, encontramos que con frecuencia intentan re-
parte de la guardia de los tiranos. Desp
ués de un periodo de calma, producir el modelo cívico bajo diferentes formas, haciéndose con-
_
El militar/95
94/Yvon Garlan
yectos contemporáneosde sociedades ideales con una base funcio-

AIO
ceder el derecho de ciudadanía por sus buenosy leales servicios; nal, más que contentarnos con ver un resurgimiento de la antigua
usurpándolo en las ciudades conquistadas o en las de sus propios ideología indoeuropea o una imitación de un modelo egipcio. Á la
empleadores; a veces incluso fundando por su cuenta ciudades clase de los guerreros se le asigna siempre una posición axial. En
nuevas, en la mejor tradición colonial; o, simplemente, creando Hipódamo de Mileto, la clase militar coexiste con otras dos, la de
todo tipo de asociaciones a base de profesionales que actuaban

pOLOLOLILLILLLLCILLLILLIIIICII
los artesanosy la de los agricultores, y su subsistencia está asegura-
como pequeñas ciudades, con empleo de decretos honoríficos, en- da por la tierra pública. Mucho más célebre es la República platóni-
vío de embajadores, etc. Resulta muy significativo a este respecto ca donde la élite de los guerreros, alimentada por la masa anónima
que Jos piratas, que presentan muchas analogías con los mercena- de los productores reducidos al estado de dependientes, lleva una
rios, a menudo también se dotaran de un modelo estatal mediante vida comunitaria enteramente subordinada a los intereses de la
la utilización de estructuras ya existentes o bien creándose otras ciudad bajo la guía de los más sabios.
nuevas. Estas diversas tendencias hacia el profesionalismo militar nos
! En sentido inverso, hay que decir que elsoldado-ciudadano obligan a no endurecer demasiado el contraste entre mercenarios
siempreuvoalgo:demercenario. Pafaambosplasguerradebíasers y soldados-ciudadanosasí como a no disociarlos, al final de este ca-
! vidad-lucrativa¡por lo que parece percibían la misma sol- pítulo, en el estudio de los problemas planteados por la integración
¡dada y la misma parte del botín. Pordo-que:serefiere áliprimerorelw armónica de la función guerrera en el marco político.
: ardor;patriótico:podiaresfumarse:cuando-era-enviadora;socorrer:a:
inarpotencia-extranjera: 10 son pocos los casos en que no se sabe
j muy bien si las tropas auxiliares pelean como aliados o como mer- (Elmililaryl
i cenarios. Elssistema-regular,de.reclutamiento-podíaenfinstender.
achacer:de-ciertos:ciudadanosverdáderos:profesionales-de-la-gue- Desde este punto de vista, latinsúbordiña enicrónicaldezlos»
rraves:el:casorderAtenasyantes:deque:comenzasearecurriralarmor mercenariosno-es elínico- “dedificultad. Sus émulos de ori-
vilización«por:turno»delas-diferentes:clases.de-edadydurante mu- gen ciudadano, los «escogidos», no tuvieron, en la mayoría de los
cho tiempo se había confiado la composición del catálogo de ciu- casos, nada más urgente que el deseo de imponer su ley a sus com-
dadanos movilizados a los estrategos, los cuales tenían todo el inte- patriotas. Pero sólo se trata de las manifestaciones más espectacu-
rés en conceder prioridad a los voluntarios y a tener muy en cuenta lares de la tendencia, digamos estructural, de los representantes de
las aptitudes individuales. la fuerza armada para intervenir directamente enla vida interior
Arparirdefinales"del-siglovasistimosttambiénalaconsti de las ciudades, en ausencia de cualquier otra fuerza organizada
ciontentdsterminadas:ciudadestdctumpequeñoejércitorperma- susceptible de Hacer triunfar los intereses propios de una categoría
nemeFcompuestoa-menudo-por-30076117000"ciudadanosescogí! o de asegurar el mantenimiento del orden público.
dosque éraniporastdecirtmercenanos-delinterior». Los argi- ro disensióntintestiñaque sejconvirtieraTemguerya'e 158
vos, por ejemplo, seleccionaron en 422 a «mil conciudadanos, los traducicespontáneamentern términosanilitaresypor medio de
la
más jóvenes, más robustos y más ricos, a los que se dispensó de división de los soldados en dos campos opuestos según unalínea de
cualquier otro servicio y se mantuvo a costa del Estado y se les pi- fractura que pasaba, por regla general, porlos diferentes cuerpos
li-
dió entregarse a un entrenamiento continuo» (Diodoro(de constituidos: caballeros contra hoplitas, hoplitas contra infantes
XII, 75, 7). Más célebre es el «batallón sagrado» de Tebas que fue geros y marineros. La habilida d de los gobernan tes consiste preci-
reorganizado en 379 por Górgidas: «en el que hizo entrar a tres- samente en impedir a los facciosos organizarse en este plano, con-
cientos hombres escogidos a los que el Estado aseguraba la forma- siguiendo desarmarlos de manera preventiva o alejándolos provi-
ción y el mantenimiento y que estaban acuartelados en Cadmea» uni-
sionalmente bajo cualquier pretexto, dispersándolos dentro de
(Plutarco, Pelópidas, XVUI, 1). En esta misma época, la líga arca- ndoles reclutar mercenar ios, etc. El enfren-
dades leales, prohibié
dia estaba igualmente dotada de «guardianes públicos» denomina- tamiento se desarrollaba normalmente en la ciudad a partir de los
dos eparitas, mientras se multiplicaban un poco portodas partes ) y
lugares naturales de reunión (ágora, acrópolis, teatro, gimnasio
los soldados de élite llamados epílektoi, cuyo estatus y régimen de terminaba con la matanza o el destierro de los vencidos que podían
reclutamiento. desconocemos, . continuar la lucha instalándose en una ciudad extranjera en un *
En este contexto histórico es donde tenemosque situar los pro-
96/Yvon Garlan
El militar/97

puesto fronterizo desde donde podian controlar una parte del terri-
torio. Son ilustrativos los acontecimientos ocurridos en Átenas en conviene lo mismo; así, una acrópolis les conviene á una oligar-
411: con ocasión del levantamiento contra los oligarcas de la ciu- quía y una monarquía; al régimen democrático le conviene una lla-
dad apoyados porla clase de los caballeros, los hoplitas y marine- nura, y al aristocrático, ninguna de ambas cosas, sino más bien va-
ros estacionados en Samos procedieron a sustituir a sus propios es- rias fortificaciones» (Política, VII, 1330b). .
trategos antes de establecerse en El Pireo o de imponeral final la Debido a las limitaciones propias del ante militar, no siempre
restauración de la democracia. : era fácil establecer una armonía semejante, en particular para los
Lo que en ocasiones prendía la mecha era precisamente una oligarcas: recurrir a los pobres para constituir su propia infantería
modificación fortuita de la relación de fuerzas en el interior del ligera «es como constituirla contra sí mismos. Pero, dado que exis-
ejército. Así es como en época del sitio de Mitilene, en 427, la per- ten diferencias de edad y que unos son de edad madura y otros, jó-
sona que ostentaba el poder, un tal Salaito, «repartió armamento venes, necesitan enseñar a sus hijos aún jóvenes los ejercicios de
hoplita al pueblo, equipado hasta entonces con armasligeras, para estas tropas ligeras, poco armadas, para que se habitúen a tales
marchar contra los atenienses; pero el pueblo, cuando recibió las prácticas» (VL, 1321a). En caso de desequilibrio, estructural o for-
armas de hoplita, dejó de obedecer a los magistrados y empezó a tuito, lo que prevalece es el factor militar: porque «para gente ca-
reunirse en gruposy a exigir que los notables les ¡mostraran y repar- paz de recurrira la fuerza y resistir es imposible tener que soportar
tieran entre todos los víveres que tenían» (Tucídides, MI, 27, 2-3). el ser sólo subordinados[...]. Aquellos que son dueños de las armas
Pero también ocurría que los efectos se dejaran sentir en un plazo tienen también en su poder el mantener o no el régimen» (VI,
más o menoslargo sin que se desencadenarala violencia. Veamos 1329a).
algunos ejemplos tomados de la Política de Aristóteles: Todas estas extralimitaciones, más o menoslegales y regulares,
del militar en la política y el cuidado que pone Aristóteles en conju-
EnTarento, la derrota y la muerte de numerosos notables a manos de los rarel peligro, encajan bien con nuestro concepto inicial sobre la
yápigas, poco después de las Guerras Médicas, la democracia moderada guerra en la Grecia antigua. En la medida en que los principales
[politeía] fue sustituida por la democracia radical [démokratía]... en Atenas,
modos de explotación y desarrollo reposan esencialmente en el
a consecuencia de las derrotas de la infantería, el número de ciudadanos
uso del condicionante extraeconómico, la guerra no podía figurar
destacados disminuyó porque los soldados se reclutaban según un catálogo
durante la Guerra del Peloponeso (V, 1303a). sólo como un fenómeno racional, estrechamente ligado al naci-
miento del orden garantizado por la justicia, como ya en los oríge-
Anteriormente, en Atenas, siempre actuó a favor de la democra- nes testimoniaba el combate arquetípico entre los diosesy los gi-
cia el hecho de que «el pueblo, al que se debía la supremacía en el gantes y que hizo surgir al cosmos del caos. La gúetra era la gran b
mar durante las Guerras Médicas, tuviera motivo de orgullo y to- partera-de:lascomunidades políticas. Era;por, tanto; mormal-que: |
mara porjefes a viles demagogos, a pesar de la oposición de la gen- éstasestuvieran permanentementeagitadas en-swinterior yamenas|
te honrada»(TI, 1274a), lo cual se reproducirá en el siglo 1v cuando zadasrexteriormentepor la fuerzaszarmada:
los tetes se integren enel ejército de hoplitas.*
La continua atención que Aristóteles muestra sobre este punto
prueba que no se trata de simples epifenómenos de carácter pato-
lógico, como tienden a pensarlos historiadores modernos, Auñquié>
losdiferentesregimenes reposaramsobre criterios de fortunay dis» REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
tinción Sen:cada:casonecesitaban velar porque se estableciera una»
No es éste el. lugar adecuado para ofrecer una abundante bibliografía.
estricta-correspondencia:entre-las funciones políticas y :militares *
Fácilmente puede establecerse una a partir de un determinado número de
ddedosciudadanos:-una oligarquía debía de apoyarseenlarcabatle- estudios generales.
ría yuna politeía estar compuesta de hóplitas (o reservar, como los Entre los manuales de inspiración factual y positivista, aparecidos prin-
malios, el ejercicio de las magistraturas a quienes estaban en edad cipalmente en Alemania en el siglo x1x y principios del xx, los más adecua-
de combatir), mientras-que:una democracia.sóló podía: contar;con dos para utilizar son los de H. Delbriick, Geschichte der Kriegskunst im Rah-
lainfanterialigera yda marinería: Esto valía igualmente en materia men der politischen Geschichte, 1, 1900 (nueva edición de K. Christ en 1964;
de fortificaciones, en las que «no a todos los regímenes políticos les trad. ingl. 1975) y de J. Kromayer y G. Veith, Heerwesen und Kriegfúhrung
der Griechen und Rómer, en W. Otto, Handbuch der Atertumswissenschaft,
98/Yvon Garlan El militar/99

IV, 3, 1928; véase también P. Coussin, Les institutions militaires et navales land warfare as symbolic expression», Past € Present, 110 (1988), pp. 3-8; P.
des anciens:Grecs, 1932. Krentz, «The Nature of Hoplite Battle», Classical Antiquity, 4 (1985), pp. 50-
Algunas síntesis más recientes proponen una interpretación más «socio- 61; F. Lissarrague «Autour du guerrier» en La cité des images, 1984, pp. 35-
lógica» de la guerra: F. E, Adcock, The Greek and Macedonian Art of War, 47; D. Miculella «Ruolo dei militari e consensopolitico nella polis aristoteli-
1957: J.-P. Vernant (ed.), Problémesde la guerre en Gréce ancienne, 1968; Y. ca», Studi Classici e Orientali, 34 (1984), pp. 83-101.
Garlan, La guerre dans V'Antiquité, 1972 (trad. ingl. 1975; trad. ital. 1985); P. Tengoel placer de agradecer a P. Ducrey, R. Lonis y P. Vidal-Naquet el
Ducrey, Guerreet guerriers dans la Gréce antíque, 1985 (trad. ingl. 1986 con haber querido participar cn la crítica de mi manuscrito.
abundantes ilustraciones). A lo que hay que añadir R. Lonis, «La guerre en
Gréce. Quinze années de recherche: 1968-1983», Revue des Etudes Grec-
ques, 98 (1985) pp. 321-379.
Numerosas obras más especializadas tienen, en mayor o menor medida,
esta nueva orientación: AA.VV. Armées et fiscalité dans le monde antique,
1977; J. K. Anderson, Military Theory and Practice in the Age of Xenophon,
1970; A. Aymard, Etudes d'histoire ancienne, 1967, pp. 418-512; A. Brelich,
Guerre, agoni e culti nellaGrecia arcaica, 1961; P. Brun, Eisphora, Syntaxis,
Stratiotika, 1983; P. Ducrey, Le traitement des prisonniers de guerre dans la
Gréce antique, 1968; Y. Garlan, Recherches de poliorcétique grecque, 1974:
Guerre et économie en Gréce ancienne, 1989; P. D. A. Garnsey y C.R. Whitta-
ker (ed.), Imperialism in the Ancient World, 1978; P. A. L. Greenhalgh, Early
Greek Warfare, 1973; V. D. Hanson, Warfare and Agriculture in Classical
Greece, 1983; The Western Way 0/ War, Infantry Battle in Classical Greece,
1989; V. llari, Guerra e diritto nel mondo antico 1,1980; M. Launey, Recher-
ches sur les années hellénistiques, 1949-50 (reimpr. 1987, con epílogo de Y.
Garlan, Ph. Gauthier y Cl. Orrieux); J. F. Lazenby, The Spartan Army, 1985;
P. Leriche y H. Tréziny (ed.), La fortification dans l'histoire du monde grec,
1986; E. Lissarrague, L'autre guerrier, Archers, Peltastes, Cavaliers dans U'i-
magerie attique, 1990; R. Lonis, Les usages de la guerre entre Grécs et Barba-
res, 1969; Guerre et religion en Gréce a l'époque classique. 1979: N. Loraux,
L'invention d'Athénes. Histoire de V'oraison funébre dans la cité classique,
1981 y numerososartículos sobre la ideología bélica; L. P. Marinovi¿, «Le
mercenariat grec au 1Ve siécle avant notre ére et la crise de la polis» (en
ruso), 1975 (trad. fr. 1988); J. S. Morrison y R. T. Williams, «Greek Oared
Ships 900-322 B.C.», 1968; W. K. Pritchett, «The Greek State at War», 1-14,
1971-85; A. Schapp, «La duplicité du chasseur», 1989; A. M. Snodgrass,
«Arms and Armour of thc Grecks», 1967; M. Sordi (ed.), «Le pace nel mondo
antico», 1985; P. Vidal-Naquet, «Le chasseur noir», 1981, pp. 123-207; «The
black hunter revisited» Proc. Cambr. Philol, Soc. 212 (1986) 126-144 (cfr.
Mélanges P. Lévéque, 11, 1988).
Para una mejor aproximación sobre el problema, véase E; Ciccotti, La
guerra e la pace nel mondo antico, 1901; M. 1. Finley, «Empire in the Greco-
Roman World», Greece € Rome, 25 (1978) pp. 1-15; «War and Empire» en
Ancient History, 1985 (trad. al. en Historische Zeitschrift, 259 [1984] pp. 286-
308; trad. ital. en Prometeo, diciembre 1984, pp. 72-79; trad. fr. en Sur 'His-
toire Ancienne [1987] pp. 125-153); fuera del mundo clásico: J. Bazin y E.
Terray, Guerres de lignage et guerres d'État en Afrique, 1982; Cl. Meillas-
soux, Anthropologie de Pesclavage, 1986; W. V. Harris (ed.), The Imperialism
of Mid-Republican Rome, 1984.
Entrelos artículos recientes debo señalar: W. R. Connor, «Early Greek
OCOOLLLLILCILIILLILIILICLIIIIIIIIP

Capitulo tercero
HACERSE HOMBRE
Giuseppe Cambiano
ADA DADA DAA DADA
«¿Cuál es el ser de voz única que tiene dos, cuatro ytres pies?»
Al responder«el hombre» Edipo había resuelto el enigma de la es-
finge. El cambio en las formas de locomoción parecía la señal evi-
dente de las tres etapas cruciales de la vida humana: la infancia, la
madurezy la vejez. POSiCiómeretiarque muchos filósofos desde
Platón y Aristótelesen adelantehzhabrían considerado como un

énnacido, tan cercano a la


situ
situación animaldel caadrupedosade:
aconvertirs Imentezenzun:hombre. ¿ANarural
escapand nada:
iBU=Cansada
y pOrpanos
promat”

ionnadandodcranainalahigie alo que se añadía la


impotencia terapéutica de buena parte de la medicina antigua. En
Eretria entre fines del siglo vin y comienzos del vr la distancia en-
tre el niño y el adulto estaba también subrayada por el hecho*de
que hasta los 16 años a los muertos se los sepultaba por el método
de inhumación en tumbas, mientras que los adultos eran incinera-
dos y sometidos, por tanto, a un proceso queratificaba su paso de la
naturaleza a la cultura.
Pero no era sólo la naturaleza la que actuaba como sistema se-
lector de supervivencia. Nac: ucnas:condiciones:físicas:per-
mitidescaparalaeliminaciónala:quenosedodabacorecurritcen
dosscasos dedeformidad?tcasosinterpretados:por:los:padresy>-por
toda]lscomunidadiom asuertedecastigodivinodemalauguzs"

103
0
0 yo

o 104/Giuseppe Cambiano Hacerse hombre/105


o
(ri0>En Esparta la decisión de permitir vivir al recién nacido estaba quirió mayores dimensiones. Hacia 270 a.C. el poeta Posidipoafir-
o reservada a los miembros más ancianosde la tribu (phylé) a la que maba: «Cualquiera, aunque sea pobre, cría a un hijo varón, pero a
0 pertenecía el padre. El recién nacido que pareciera deforme o frá- una hija, aunque sea rico, cualquiera la expone.»
gil podía ser abandonado en las cercanías del monte Taigeto. En Un niño expósito podía se:recogido porotros, que tenían la po-
0 Atenasy otras ciudades, se recurría al método de la exposición del sibilidad de:tratarlo como:libre o como-esclavo, ¡aunque tratarlo
0 recién nacido en una vasija de barro o en otro recipiente lejos de su comolibre.no significaba adoptarlo como hijo.:En el dere ho ático
casa, a menudoen lugares inhóspitos, fuera de la cludad, donde po-
0 día morir de hambre o ser despedazado por las fieras, ano ser que
la adopción era una transacción entre el adoptante y el padreo Lú-
tór del'adoptádo, poro general:con-la finalidad de asegurarse un
O alguien lo recogiera. Núólotsezexponía!a“niños deformes?sino heredero varón::La práctica más extendida probablemente reducía
o también:a:veces;a:recién, nacidosen buenas condicionesfísicas: al expuesto a la condición de esclavo para tenerlo al propio servi-
Los espectadores de las representacionestrágicas o de las come- cio —en el caso de las hembras también para prepararlas para la
O dias de Menandro podían con frecuencia contemplar en escena ca- prostitución— o paravenderlo en el momento oportuno. Eliano
0 sos de niños expuestos y luego reencontrados: el propio Edipo ha- menciona una ley de Tebas que prohibía a los ciudadanos exponer
bía sufrido esta suerte. Para restringir los nacimientos Aristóteles a sus propios hijos y obligaba a los padres pobres a llevaral recién
0 prefería el aborto a la exposición, pero recalcaba la necesidad de nacido, varón o hembra, a los magistrados, quienes lo confiaban a
o una ley que prohibiera criar hijos deformes. En Atenas la decisión quien estuviera dispuesto a desembolsar una suma minima estable-
cida. Cono compensación a los gastos de crianza el que lo adquiría
0 de exponer al hijo estaba en manos del padre, mientras que en la
ciudad cretense de Gortina se preveía que una mujer de condición podía luego utilizarlo como esclavo.
0 libre, si tenía un hijo después del divorcio, debía llevarlo en presen- En da: Grecia antiguahacerse un hombre.no equivalía simple-
0 cia de testigos a casa del ex maridoy si éste lo rechazaba, estaba en
manosde ella la decisión de exponerlo o criarlo. Antiguamente, en
meénñte a hacerse adultorLa condición de los padres era fundamen-
tal para decidir quién podía y quién no podía hacerse realmente un
o Atenas el padre debió tenerel derecho-de vendera-sus propios hi» hombre. Nosólo:las aristocracias-sino :también:1á3.d cracias
0 OS para saldarsus deudas” Está práctica fue prohibida por Solón y ban una limitación numérica del“cuerpo!civi
Adexposición.se convirtió en un instrumento alternativo, especial- parael:queel criterióde:inclusióncravelmacimiento.En Atenas
1d ; mente”para Jos.más pobres..En la Perikeiroméne de Menandro, un esto estaba sancionado por una ley propuesta por Pericles en 451-
O. padre cuenta cómo expuso a suhijo y a su hija, al morir su mujer de 450 a.C. según la cual sólo quien era hijo de padre y madre atenien-
¿ parto y haber él empobrecido repentinamente a causa del naufra- ses podía gozar del derecho de ciudadanía. Esta ley fue reestab]Jeci-
: glo de una carga en el Egeo. da en 403-402, después de un periodo derelajación durante la gue-
POCODOUOOLTLIIAA

No existen datos numéricos seguros, pero es posible que la ma- rra del Peloponeso. Ya Adam Smith hizo depender las restricciones
yor,parte de los: niñosexpuestos.fueran ilegítimos más que legíti- atenienses a la hora de conceder el derecho de ciudadanía de la
mos, es decir, bastardos nacidos de padres de nacionalidad mixta o exigencia de no reducir el número de ventajas económicas que de-
fuera de un matrimonio regular, y en particular hijos de esclavas. rivaban de los tributos que Atenas recibía de otras ciudades. Obvia-
Es difícil también que entre los pobres la exposición afectase al pri- mente, también-os esclavos tenían- padres, pero.no tenían. derecho»
merhijo legítimo varón, mientras que la exposición de recién naci- aunadescendenciarreconocida? Una buena parte de ellos prove-
dos de sexo femenino debió ser mayor. No hay que olvidar que en nían de países bárbaros, pero también era posible que personasli-
Atenas las hijas para encontrar marido debían recibir una dote, al bres de origen griego acabasen como esclavos. kaguerrapespecial-
contrario de lo que ocurre en las descripciones homéricas y entre mente, podia ser.fuente-de-esclavitud: la práctica más difundida en
las familias aristocráticas de época arcaica, donde el futuro esposo el caso de las ciudades conquistadas cra la de matar a los varones
¡ era quien debia ofrecer regalos al padre de la esposa. La'exposición adultos y hacer esclavos a mujeresy niños, Así hizo, durante la gue-*
«era, por.tanto; an. modo de evitar tin exceso de hembras:casaderas, rra del Peloponeso, Atenas con los habitantes de Mitilene, Torone,
? que habrían supuesto una grave carga económica para-el padre. En Sición y Melos. Avecesilá firma de tratados de paz-preveía la Festi-
época helenística, sobre todo, con el descenso de la natalidad, al tiición de:niños hechos esclavos.:Pero-la-exhortación-hecha.por
que atribuye Polibio la decadencia de Grecia, y con el prototipo de Platón: o.Isócratesta*los griegos para:que-no esclavizarán.a otros
familia constituida por un solo hijo, la exposición de hembras ad- griegos confirma que esta-práctica nó había desaparecido en-el si
AA DAA DAA AAA AAA AAA AAA XXX XXXXXXMXXX)
106/Giuseppe Cambiano Hacerse hombre/107

«glo 1v a.C..Ya en siglos anteriores niños y muchachosde hermoso Her muestran a un buen número de niños trabajando y no se puede
aspecto provenientes de las ciudades jónicas conquistadas porlos excluir que al menos en parte algunasse refieran a esclavos. Un ar-
Persas tenían la posibilidad de convertirse en eunucos. Heródoto tesano podía también comprar esclavos para adiestrarlos, sobre
contaba que Periandro, tirano de Corinto, por venganza había en- todo si no tenía hijos a quienes transmitir el propio oficio: Así les
viado a Sardes, a la corte de Alciates trescientos muchachos, hijos sucedió enel siglo 1v a Pasión y Formión, quienes se volvieron tan
de los principales ciudadanos de Corcira, para ser castrados; pero hábiles en la profesión bancaria gue fueron redimidos y se convir-
en una etapa del viaje, en Samos, éstos habían sido salvados porlos tieron a su vez en propietarios de banco. En el discurso de Demós-
habitantes de la isla y habían sido devueltos a su patria. Una suerte tenes Contra Neera se habla de la liberta Nicarete, quien había
menosfeliz les tocaba a muchachos que iban a parar a manosdel compradosiete niñas pequeñas, valorando atentamente sus cuali-
comerciante de esclavos Panonio de Quíos, de quien también He- dadesfísicas, las había criado y luego las había adiestrado en el ofi-
ródoto cuenta que procedía a castrarlos personalmente para des- cio de la prostitución, haciéndolas además pasar por sus propias hi-
pués llevarlos a Sardes o Efeso y venderlos a los bárbaros por un jas para sacarles más dinero a sus clientes, después de lo cual las
precio elevado. había vendido a todas en bloque. .
En las ciudades griegasser esclavo significaba estar excluido de Pero las actividades artesanales no estaban exclusivamente en
la participación en la vid política, de muchos derechosciviles y de: manos de los esclavos. Muchos extranjeros y también ciudadanos,
| buena parte delas fés jvidades.religiosas de. la ciudad, así como sobre todo los menos pudientes, desempeñaban personalmente es-
; también de las palestras y gimnasios, en los que tenía lugar la edu- tas actividades. Sus hijos podían recibir instrucción gimnástica y
cación de los futuros jóvenes ciudadanos. Hacerse adulto no supo- elemental, pues los salarios de los maestros no eran muyelevados,
nía para un esclavo un salto cualitativo ni una preparación gradual, pero, como decía Protágoras en el diálogo platónico homónimo,
como sucedía en el caso de los hijos de los ciudadanostibres. Si el los hijos de los ricos entraban antes en la escuela y salían más tar-
adjetivo andrápodon, «hombre pie», usado para designar al escla- de. Aristóteles afirmó claramente que los pobres, por estar despro-
vo, tendía a asimilarlo a la condición de los cuadrúpedoso fetrápo- vistos de esclavos, se veían forzados a servirse de las mujeres y los
da, el término país, con el que era llamado con frecuencia, subra- niños como esclavos que les ayudasen en los trabajos. También
yaba la perenne condición de inferioridad del esclavo. Como dice paratos:hijos.de»estos ciudadanos más pobres hacerse :hombre
Aristófanes en Las avispas «es justo llamar país a quien recibe gol- coincidía de hecho con:la realización de actividades artesanales o
pes, aunque sea un viejo». En-Atenas se podían inlligir_legítima- de trabajo en el campo, aunque ello, sobre todo en ciudades demo-
: Mente penas corporales a esclavos y niños, pero no a adultos libres: cráticas, no les sustraía el derecho de participar. en:la vida polí!
Sólo los esclavos pedagogos, que acompañabana los hijos del amo tica.»
a casa del maestro, podían indirectamente aprender a lecr y a escri, Esto valía también para sectores como lamedicina. En un breve
¿bir asistiendo a las clases. Pero porlo genera) la única instrucción escrito del Corpus Hippocraticumtitulado Ley posteriora la segun-
que un esclavo podía recibir estaba ligadaal tipo de trabajo y servi- da mitad del siglo 1v, se afirma que para llegar a ser médico hay que
cto que desen aba para el amo; en un abanico que iba de los ser- aprender desde joven (paidomathía), al contrario de lo que ocurría
vicios domésticos menos gravosos al más duro trabajo en las mi- en época imperial con un médico empapado de conocimientosfi-
nas, reservado exclusivamente a los esclavos y al que también se losóficos y científicos como Galeno, que inició su aprendizaje en la
dedicaban niños, no sólo en las minas de Nubia, de las que habla medicina hacia los 16 años. A menudo casa y taller del artesano
Diodoro Sículo, sino también en las atenienses de Laurión. Aristó- coincidían y alli tenía lugarla transmisión de los secretos del ofi-
teles menciona a un maestro que bajo salario enseñó en Siracusa a cio, especialmente de padre a hijo. Tenemos noticia de auténticas y
los esclavos la ciencia de los trabajos domésticos, incluido proba- verdaderas dinastías de pintores y escultores. El juramento hipo-
blemente el arte culinario, dada la gran reputación de la cocina si- crático incluye entre otras cosas el propósito de transmitir ense-
ciliana. Un amo podía enviar a sus jóvenes esclavos a:talleres arte: ñanzas escritas y orales a los propioshijos, a los hijos del maestro y
sanales para aprender un oficio, del que luego obtenía ganancias. a los alumnosque siguieran el juramento. Si no se tenían hijos o no
Pero quizá la práctica más difundida era el aprendizaje en cone- mostraban éstos un talento especial —como fue el caso, según Pla-
xión con el trabajo en el taller del amo. Tal aprendizaje se debia ini- tón, de los hijos del escultor Policleto— existía la posibilidad de
ciar enseguida: pinturas de cerámica ateniense con escehas adoptar como herederos los hijos de parientes o amigos, o de re-
de ta-


Hacerse hombre/109
108/Giuscppe Cambiano

futuro esposo, cuando por lo ge-


cibir como aprendices a los hijos de ciudadanos libres que no te- del contrato de matrimonio con el
del padre o tutor de la muchacha. Para
neral esta tarea era asunto
nían suficientes medios de subsistencia, o también de comprares- gas de condición libre elcon-
clavos y adiestrarlos. En cualquier caso, ¿Lúnicomodo de apren> la mayor parte de las muchachas grie
a ltas ara algo queestab
irs en¡adu
vertirse
a marcado po: laetapa decisir
de: ficiopasabaporélMaller y no se realizaba'a travésde lós ca- ía entre ni-
alésinstiticionales de-uña: instrucción “impartida-por-laciudad» nio: La diferencia de condición que exist
rnativa refl ejad a en Las
Comoren el:cáso"dé:lós esclavos"o los metecóosel “aprendizaje: y niñas está bien expresada por una alte s:pe queños
ia Hós niño
precoz pretendíaseparar de sus coetáneos a los hijos de ciudádas Memorables de Jenofonte: ¿a“quién conf :ser custo-
vadashijas vírgenes para
nos pobres para:vincularlos.inmediatamente a un mundo adultos n!el : caso -de las
iderarcorrespondia'e
sin:atravesár o atravesando:sólo.de forma limitad3.un itinerario thénos) aludía en pri-
gen».
gradual de integración.en el tejido social,político y militar'De:esto io más que'a la verdas
estabaexenta ura ciudadtomo Espárta,que delegaba íntegra tadoque precedía al matrimon
ía ¡
cas Una ley atribuida a Solón establec
susactiv iborales a los ilotas y periecos. Pero, por.lo ge- enía rela cion es sexu ales
neral; el aprendizaje de estas actividades no estaba incluido dentro que el padre descubría que su hija mant
co era el embarazo—
dela paídeía y. del proceso que conducía aconvertirse en hombre*S antes del matrimonio —y el signo inequívo
a ser vendida. Para ella
Es útil recordar que el término paidiá, «juego», formado a partir de ésta dejaba de pertenecer a la familia y podí
io, de ahi la importancia
la palabra país «niño», era antónimo de spoudé, «actividad seria de se cerraban las perspectivas de matrimon
ción de las condiciones de
adultos», y no de términos que designaban actividades laborales. de la custodia como garantía de preserva
La habilidad del pequeño Fidípides para construir casitas, barcos y acceso al matrimonio.
an' gran .parte de sta
carretillas estaba considerada por su padre en la parodia de las Nu- ssde sunacimiento las jóvenestranscurri
de su.m adre o esclava3 El ur-
bes de Aristófanes como un buen indicio de sus aptitudes para reci- vi Fencasa confiadas a los:cuidados
ción de la póli s —documenta-
: bir una educación superior y de sus aptitudes para convertirse en banismo, crecientea partir de la crea
d del siglo vi— dete rminó un sensi-
un buen artesano. En Las leyes en cambio, Platón consideró a este ble no antes de la segunda mita
mujer al interiorde la
tipo de juegos como una imitación de las actividades artesanales ble desplazamiento de las actividades de la
libe rtad de movi mientos en el exte-
que se ejercitarían ya como adultos y como una preparaciónade-
estaban obligadas /a salir de casa
cuada paraellas. Pero, a su juicio, esto tenía muy poco que ver con
sea vender.tEn casa, las jóvenes
la paideía: no por casualidad en Las leyes actividades agrícolas y ar- as del hilado y la prepa- :
, tesanales eran dejadas por entero en manos de los esclavos y de los aprendíanbien pronto las tareas doméstic
ades religiosas de la ciu-1
extranjeros. Según Plutarco, ningún joven de buena familia debió ración de la comida. Tan sólo las festivid
los simposios, vedados t
envidiar a Fidias. Sólo en época helenística está documentada en el dad eran una ocasión parala salida, pero no
as, danzarinas O flautis- :
curriculum educativo la presencia del dibujo, pero no hay que pen- a todas las mujeres que no fueran cortesan
varones, estas festivida-
¿sar en un adiestramiento confines profesionales..Cónteñidosy mé- tas. Al contrario de lo que ocurría con los ón
ntosde iniciaci
todos de lás artes podían serobjeto de conocimiento también por des de la Atenasclásica no coincidían con mome
. Laimiciación se lleva”
pártedeaquellós que.nolasibán a ejercer: Asi ociirría en-elcaso des ala vida adulta para grupos enteros de edad an es-
la:mreditina; considerada por Platón y Aristóteles como digna de ba acabosólo paragruposrestringidos demuchachas queer
ión.al matrimo”
conocerse, pero sólo para dar juicios fundados acerca de ella o E das pata representarel itinerario de preparac
para utilizarla desde el punto devista teórico, más que para hacer- ñio. Así, cada año, con ocasión de lasAr
nio
de edad da-
se un médico. cogidas de noble familia entre los siete y los once años
la Panatencas a la
El sex ótrofactordecisivo para detérminar quién-podía ser ban comienzo cerca de nueve meses antes de
a Atenea. La
ciudadanoadúltoensentidopleno:las mujeres estábañ excluidas. confección del peplo que con tal ocasión será ofrecido
confección del peplo por parte de muchachas está documentada
.Naturalmente existían algunas excepciones, sobre todo en época honor de
helenística y fuera de Atenas; en Atenas;.en general y.en particular, también en otros lugares, por ejemplo en Argos y en
tejían el quitón con-
_ enla ciudad no.como. ciudadana; sino Hera; quizá también en Esparta las muchachas
En los meses que prece-
como hija omújer.deciudadano: Solamente de época helenística sagrado cada año a Apolo en las Jacintias.
un
“se tiene noticia de alguna muchacha que se ocupa personalmente dían alas Panateneas las dos muchachas seleccionadas llevaban
110/Giuseppe Cambiano Hacerse hombre/111

régimen de vida especial yal final se despojaban de sus vestiduras y lejos de la concepción difundida entre el mundo masculino la sen-
de sus collares de oro. ls? foriaspasaban porser una etapa de tencia expresada en algunos versos de Menandro: «¿enseñara una
í 2850 € Iniciación: las muchachas aprendian el trabajo propio de la mujera leery a escribir? ¡qué error más grande! Es como alimentar
mujer, el hilado y el tejido, y se preparaban para ser esposas y ma- con otro veneno a una horrible serpiente». 1 ia émépoca hele-
dres, asumiendo la tarea de llevar sobre la cabeza porla noche, des- " nísticareltanalfal tismo parece: más: difundi do entre las -mujeres
de la acrópolis hasta un jardín dedicado a Afrodita, un cesto cuyo queentrel os hombres, ateniéndon osal porcentajed e lasmujere s
contenido debían ignorar y que era depositado en un lugar subte- que recurrían a otros para escribir. En Teos existia una escucla fre-
rráneo del que salían llevando otros objetos sagrados envueltos en cuentada por alumnos de ambossexos y en Pérgamo tenían lugar
un paño. En el cesto estaban el simulacro del niño Erictonio yla competicionesde recitación poética y de lectura para muchachas,
serpiente, que simbolizaban la sexualidad y la generación. Entre pero no eran fenómenos frecuentes e incluso la educación gimnás-
mil ares démuthachastan sólo doseran escogidas: lo queantigua. tica era prerrogativa esencialmente masculina. 14"Excepción má
mentecoñistituíaquizá el. paso colectivo de iodo unBFUpo de edad _notória estaba constituida porEsparta? dofide:las niñas, tan bier?
a nueva condición a trávés de una fase de Ségrégac ón de la co: 2limentadascomo63 niños;en lugar dé ser adiestradas
para tejery.
ñ ad'yde unaprueb
' a, en ép clásicasé transformó
fe en una» ¡prepara rlá comida; quesiem pre quedaro n cómo ocupaci ones ser:
representación $ ibólica? Tenemosnoticia de casos de sacerdocio Nilesynop ropias delasm ujeres; eranpre paradas bienpro ntó pará”
(
confiado lo a muchac has en edad prematrimonial en Arcadia y Calau- ejercitars e, desnuda s y a la vista incluso de los'homb res? ema ca-
ria; las jóvenes de Locris estaban incluso obligadas a un servicio de FI “Jalucha; el lanzamiento dé disco y el dejabalina*No sabemos
porvida en el templo de Atenea.
2 Pero:por;| generalrla:paz si fue este ejemplo espartano el que indujo a instituir en los juegos
chachasen ritos. tareas religiósas estaba lig; de Olimpia carreras pedestres femeninas, si bien en días distintos
N:relació de aquellos de los grandes juegos. Según Pausanias en estas carre-
ras participaban tres grupos de edad distintos y no sabemos si en
. elacióncon-lás ellas tomaban parte también muchachas atenienses.
'aúronias: algunas niñas de edades comprendidas entre ¡Fodavía más ratoy difícilera-paralas jóvenes-adquirir una iris-
los cinco y los diez años se debían consagraral servicio de Artemis ¡trucción'superior: UnaTxcepción eseltcaso-de:la:hetera Aspasia
en el santuario de Braurón, en las afueras de Atenas, por un perio- próxima aPericles y significativamenteunia-extrañijéva, nó Uña ciar
do desconocido para nosotros. En recuerdo de la osa predilecta de es igualmente unaexcepción el- círculo de-Safo 1 Lesbos
Artemis, que fue asesinada cuando iba a refugiarse en su templo C zos'delisiglóvr:a.Csrdel que no existen paralelos docu-
estas muchachas eran llamadas «osas» y expiaban dicho sacrilegio mentados para la Grecia clásica entre los siglos v y iv. Se trataba de
con su servicio. Al propio tiempo, ellas representaban el recorrido una asociacióh cultural en la que muchachas de Lesbos y también
de la osa desde una condición salvaje, de la que se liberaban para de ciudades de la costa jónica se ejercitaban en la danza y el canto,
prepararse a cohabitar con el esposo e integrarasí la sexualidad en aprendían a tocarla lira y a participar en festividades religiosas y
la cultura. quizá en certámenes de belleza, adquiriendo las cualidades reque-
Procesiones, danzas y coros de muchachas eran elementos ridas para matrimonios con personajes nobles. Estó parece.confir-
esenciales de muchasfestividades ciudadanas. En el siglo 1v a.C. en mar,lamayorlibertadde la:quedebieron:gozar.lasmuchachas. de»
la procesión de las Panateneas cien muchachas escogidas entre las noble familia:enla:época arcaica-en relación con la tan caracterís:
familias más nobles llevaban los aparejos para el sacrificio. Pero ficasegregacióndela1Atenasclásic En dicho círculo se desarro-
para un gran número de jóvenes atenienses la participación con- [fában también vínculos homoeróticos, que para la Esparta del si-
sistía quizá más en ser espectadoras de las festividades que prota- glo vn a.C. están documentados en los partenios de Alemán, pero
gonistas. * ello no implica que allí se efectuase también una educación sexual
prematrimonial. -
Enla vida de lasmuc hachas . griega s de condic ión libre el.matr i-
aspi dían Sirrelatos de la tradición mítica, vinculadaa mionioera el decisivo ritual de paso: Con el matrimonio-la mujer,
ipi ososllevados a cabo por la ciudad, y de ellas podían» másque el hombre;realizaba un cambio radical de situación: Con
n aprender a leeryescribiriPero no debía estar muy ¡vertirse.enadulta y no ser.ya párthénos coincidía para ella conel,
AAA
112/Giuseppe Cambiano Hacerse hombre/113
DLOVOCCOLOLILILLLLILICIIIIIIICIAIIAI

osa”y madre de fúturos ciudadanos varones? Al contr marido, y consumaban el matrimonio. En su propio desarrollo es-
ario
que los varones, las hembras:por lo generál nO
permanecían duran» pacial la ceremonia nupcial aparecía como un tránsito de casa a
: teiiucho tiempoen casa del Padre, sino que sé.
casaban pronto, a casa, más que del espacio privado de la casaal espacioamplio y pú-
¡ Ménudoantes dé los dieciséis años, y con homb
res al menos diez blico de la ciudad: cónsu mobilidad,lámuchacha permitíala insti-
* áños mayores que ellás.:La promesa de matrimonio
tenía lugar.to- tución de unlazo entre dosfamilias”
davía antes?para la hermana de Demóstenes
, hacia los cinco años. : ¿El matrimonio es, para la muchacha, lo que la guerraes para el
La ley de Gortina, en Creta, fijaba el inicio
de la edad núbil en los joven» (Vernant). En unasituación de guerras y amenazas conte
doce años. La diferencia de edad no contribuía
:a potenciar los nuas de guerra, factor también decisivo de prosperidad o deca en
vínculos afectivos e intelectuales entre los espos
os. Jenofonte atri- cia económica, la posesión de capacidades militares era esencial.
buyóla ausencia de educación en las mujeres a
la edad precoz en la Para tos varones,hijos de ciudadaños'hacerse hómbres significaba
que se casaban. Pára comprender lás caracteristicas
delmátrimo- e s:y"padrescpero'sóbre todo Convertirse, en
nio:ateniense hay:que recordar que era ún contrató
entre-dos hom- citidadanos:en-cóndiciones de “defendersu “propia” ciudad «y de
bres, el padre o tutor y.el futuro maridoxParalas mujer
es, porel a y elcombatehoplítico, prietas las
contrario, significaba sustancialmente la transferen
cia de la casa -nos.hasta el siglo 1v'A.C:,a un ejército
del padre a la del marido, significaba ir de la segre
gación existente 3 ebian mostrar las mismas dotes
en la primera a la segregación enla segunda, y de lá
tutela del uno a e firmeza y jalentiaqueconsentian:fegirla Ciudad en tiempó de
la del otro en cada tránsacción jurídica. En Egipto, que
alos ojos de paz Estó'servíaparatodaslascitidades; prescindiendo delrégimen
Heródoto y de Sófocles se presentaba como la antíte
sis por exce- srocrático'o democrático. Pero sobre todo después desu victo:*
lencia del mundo griego, eran, porel contrario,
las mujeres las que sobre Atenas enlaguerradel Peloponeso” Esparta surgió a 0jOs4
salían de casa en busca de alimento, mient
ras que los hombres se de varios intelectúales como modélo"de ciudad capaz de préparav
quedaban tejiendo. La futura esposa se prepa
raba para el día de la -méjor” o: 'enes paralaguerra. Jenofonte atribuía esta suprema-
boda ofreciendo a Artemis sus juegos infantiles
y cortándose el “cía al carácter público de la educación espartana, que sustraía la
pelo, señal de su abandono de la adolescencia. En
Trezén consagra- formación de los muchachos a las competencias yal arbitrio de la
ban también su cinturón a Atenea Apaturia.
familia. Los recién nacidos eran inmediatamente sometidos a la
Enla víspera de la bóda los futuros esposos se
purificabán. para prueba y templados por las nodrizas que los lavaban con vino y no
la concep: ión deumaprole excelente,y el padre
-de la.novia ofrecía con agua, porque los esfermizos habrían tenido convulsiones. Las
“sacrifició/a Zeus, Hera "Artemis, Afrodita y Peitó. La
ceremonia? nodrizas y no las madres procedían a su crianza, sin envolver en pa-
propiamentedichaconcebida tómo itinerario
de.la muchacha des-» ñales, acostumbrándolos y una alimentación austera, anotener ca-
de latasa del pádre á la del marido, confirmaba
-que la verdadera prichos y a no temerla oscuridad y la soledad. Un-cierto.grado de
protago del tituál depasoy cambio de estado era precisamen? idealización caracteriza:loscuadros de.la educación espartana di-
te"lamújer*El comienzo consistía en un banquete
en casa del pa- señada por Jenofonte o Plutarco, pero:eraindudable-que su finali-
dre, donde un muchacho pasaba entre los comen
sales llevando dadreratelireforzamiento y :Elladiestramiento:físico desde:la «más.
pan y pronunciando la frase: «han ahuyentado el mal,
han encon- tiernarinfancias El cambio decisivo tenía lugar a partir de los siete
trado el bien». El pan simbolizabala transición de
un régimen sal- años, cuando los varones eran reagrupados en escuadrones o agé-
vaje a uno civilizado. Al banqueteasistía la muchacha
cubiérta con lai —término que comúnmente designaba a los rebaños de anima-
un velo y rodeada de amigasy sólo al final mostraba
el rostro a los les necesitados de guía-—, acostumbrados a la vida en común fuera
presentes. Después de cantos de himeneo, libac
iones y felicitacio- de casay sujetos a la agogé, al adiestramiento para conseguir disci-
nes, el cortejo nocturno alumbrado con antorchas
acompañaba a plina, obediencia y combatividad. Estaban sólo exentos los herede-
la muchacha, que en carro llegaba a casa del espos
o, en la que en- ros del trono, pero se recordaba que Agesilao se habíasometido a
traba llevando una criba de cebada, que prefi
guraba su nueva acti- todo esto para aprender también él a obedecer. Someterse ala ago-
vidad de preparadora de cómida. Junto al hogar
de la nueva casa gé capacitabapara convertirse en homoioi o «semejantes»,es decir,
ella recibía ofrendas de dulces y de higos secos
, que sancionaban ciudadanos-de pleno «derecho, exentosde toda.actividad laboral,
su integración en la casa. Sucesivamente los dos Cspos
os entraban Dé la agogéestaba por sú puesto excluidosilotas y periecos:dos ni-
en la cámara nupcial, en Cuya puerta hacía guard
ia un amigo del ñoseran rasurados y acostumbrados a caminar descalzos; a los
114/Giuseppe Cambiano Hacerse hombre/1 15

doce años se ponían una vestimenta idéntica para todaslas estacio- ¡ón teníaJugar;con-la-llas
nes del año y dormían sobre jergones de cañas cortadas con sus litezde:efebo:
propias manos. En las Gimnopedias, fiestas celebradas en pleno ve-
rano, realizaban ejercicios en el ágora, desnudósbajo un sol abra-
sador. Recibían igualmente una alimentación escasa, para adies- doe De día tenían
trarlos a procurársela con astucia, robando sin ser descubiertos, que ocultarse y no dejarse sorprender y de noche realizaban una
pues en caso contrario eran fustigados. La Sediendiase adquirias auténtica labor policial en los enfrentamientos con los ilotas, a los
Porm disde
uns depremi Osy castig :ada-unardelas» que tendían emboscadas. No hay que olvidar que los espartanos
adultos tenían la obligación de participar todos los días en las co-
midas comunitarias entre hombresy no residían habitualmente en
las tierras de su propiedad.
a

nt gracióntenelcuerpo”social1i-Per: todo:esto
staba
acompañadoxdela exigenciapropiaaiclos gruposcmilitares»
de:sejeccionarJos-mejores:paraelkmando-y:de:constituir:cuerpos:
eescógidos. Con dicha finalidad se producían las competiciones en- atañía a individuos aislados, sin equipo de armas, y asumía la forma
tre miembros del mismo grupo de edad, durante el desarrollo de de pol cacería, fuera de los terrenos cultivados. Estezeracel=-mo:
las festividades, y en particularla institución tan típica de los com- madodelabandono
acia elapreparas
bates ficticios.
La música no estaba ausente en la instrucción de los mucha- cám sOmEtidosa"
adas
lppreia-PScableencuadrados” en
chos. En las Gimnopedias tenían lugar competiciones de darizas” el COerpozescopidordeiosttrescientos
cabaWerostquezcombatíam
corales, a veces con máscaras, para ambossexos, al igual que ocu- pie?
rría ya a partir del siglo vn en las Carneas en honorde Apolo. Enlas - EnmEspartárno:amerotransicióradavidaadoltascuyomos
Jacintias se ejecutaban coros de niñosy adolescentes. Pero la:-partes il-precisaracomportaba-una-continuidad-ma-
centraldela agogé estabaocupadamásque porlla:enseñanzadela lamdrantenoriprecisamenteporlacómponen-
lectura ya escroturá:por.lOs jercicios:gimnásticos que-prepafa- cEmiliticeistentcenitodaslastfases. «Es dificil decir si la edad
bansambiénparalas:competiciones» Notesteasualidadiquecermnias adulta en Esparta es una infancia prolongada o másbiensi la infan-
fasemásantiguadelosjuegos olimpicosmuchosdelos vencedores" cia no es más que un adiestramiento prematuroa la vida del adulto
ficranespartanos.'A la misma altura que los agones yla guerra es- y del soldados (Vidal- Naquet). Elmatrimenio-era-considerado-obli-
taban los combatesficticios, que ritualizaban la agresividad y se ex- gatorio, cómo condición esencial para la reproducción de 155 fútu-
presaban dentro de una complementariedad entre cooperación y ros soldados, y estaban previstas sancionespara los célibes; pero:el
enfrentamiento. En una isla formada porel río Eurotas cercana al ntacintomió-hozcraspara-losjóvenestúncrito-de:pasoque:señalase-e):e
templo de Artemis, divinidad particularmente ligada al mundo de finaldeldaradolescencia-yda:adopciónde inmuevo modode:wvidarias»
la adolescencia y a la tensión entre lo salvaje y lo doméstico, tenía ceremoniamupcialitentadugaramediante:elrrapto-de:latesposa: La
lugar un combate entre dos equipos de jóvenes, a cada uno de los muchacha era rasuradaal cero, se vestía con ropa masculina y
cuales se asignaba por sorteo uno de los dos puentes de acceso a la hacía recostarse
:sobre un jergón sola en la oscuridad. :
isla. La noche anterior, cada uno de los equipossacrificaba un pe- eboauponiaoma] «eparación:paradadunción-der
rro a Ares, dios de la guerra; a continuación se hacía luchar entre sí pl) muchacharsuponiasuna-preparación:paracelzmatri?
a dos jabalíes y se hacían pronósticos acerca de los futuros vence- monio;"=quezerarconsumadorrápidamente,strastlorcualrelresposo
dores. La competición comenzaba al alba y consistía en ocupar la abandonabaalaesposayvolvía:a:dormitceoisuscompañeros.cAba
isla y en cazar a los adversarios arrojándolos al agua, en una mezcla TE de loque ocurriaenAtenasretoikosnoteniaaquitimpors
de combate hoplítico de escuadras y lucha salvaje, pues todo estaba neluso después de la boda el esposo, hasta más o menos los
permitido, hasta mordiscos y golpes en los ojos. treinta años, como ocurría también cn Creta, llevaba una vida.en
lA —
Perolaauténticainiciación,
==
en-sus-Momentos de
sepan aciónay común con los miembros de su propio grupo de edad ytenia con su
mn

116/Giuseppe Cambiana Hacerse hombre/117

esposa encuentros sólo ocasionales de finalidad prócreadora, de una vida de agregación, típica de la iniciación. Aclá vuelta a la ciu-
tal modo que incluso estaba permitido que otrosla fecundaran.Las” dad el muchacho recuperabala libertad después de haber recibido
comidas'comunitarias y-la"Convivencia prolongada entre varones» como regalo, un equipo militar, un buey y una copa, ,El sacrificaba
se saldaban en lasociedad espartana.conla función pedagógica des el buey a Zeusy realizaba una fiesta con el grupo que lo había escol-
sempeñada pór_lásrelaciones:homoeróticas? En los convivios de tado a la vuelta, declarando su satisfacción o insatisfacción por el
los adultos, participaban también paídes que aprendían los com- periodo de intimidad pasado con el amante. ¿No encontrar un
portamientos y los discursos relativos al hombre adulto libre, in- amante éra algo poco conveniente para los muchachosde noble fa-
cluso a través del vehículo de estas relaciones. —* milia: Equivalía al reconocimiento de la falta de Cualidades que ha-
La práctica de los convivios estaba muydifundida en el mundo bilitabanpara entraren el grupo de los adultos guerreros, simboli-
¡griego? Está documentada también en Mileto, Turios, Mégara, Te- zadopor el regalo delas armas después de la iniciación homose-
basy otras ciudades, y en particular en Creta, donde la homosexua:: xtíal. Los raptados gozaban además de puestos de honor en los co-
lidad desempeñaba un papel esencial en el paso a' la edad adulta, ros y en los gimnasiosy, como digno de distinción, llevaban el ves-
De Créta ya los antiguos hacían derivar muchas delas instituciones tido recibido de su amante. De tal modo entraban a formarparte de»
rtáanas. Aquí la división en grupos de edad era esencial para la la élité constituida:por los llamados kleinof, «insignes».
"organización de la sociedad. y para la: reproducción del cuerpo es- Respecto a estos modelos educativos Atenas podía aparecer ya a
cogido de los aristócratas guerreros del poder,a través del adiestra- ojos de los propios antiguosel lugar en el que los padres podían de-
miento y la cóoptación dé nuevos miembros: También en Creta, cidir sobre los caminos que tenían que atravesarsus propios hijos
trás un periodo de permanencia bajo el gobierno de las mujeres, para convertirse en hombres. Esto es sólo verdad en parte, pues
losniños participaban en los convivios en los que participabael pa- también la vida del niño y del adolescente estaba presa en una espe-
dre; sentados en el suelo y sirviendo las mesas de los adultos. -Se» sa red de festividades religiosas en las que la ciudad celebraba sus
instruían en la lectura, la escritura y la música y, bajo la dirección» propios valores, implicando en su aparato de consenso a todala co-
del paidonómos, se adiestraban en la gimnasia y los combates ficti- munidad. El autor de la Constituciónde los atenienses lamentaba el
cios..A'los diecisieté años cada uno de los paídes de las mejores fa- excesivo número defiestas en Atenas, superior al de cualquierciu-
milias reclutaba.en torno a sí a otros coetáneos para formar las agé- dad griega y el hecho de que los sacrificios de muchasvíctimas per-
laí3 en las que eran alimentados a expensasde la ciudad. A la cabeza mitiese dar de comera todo el démos, incluso a los pobres. EnAte-
de cada una estaba casi siempre el padre del muchacho que había nas, no obstante, el padre-no tuvo jamás el derecho de vida o. muer-»
:formado el grupo:*él los conducía de caza, guiaba sus ejercicios e ¡te respectoa su hijo, aunquea él le correspondía la decisión de ad-
impartía los castigos. En los diez años de permanencia en una agélé mitirlo en la familia así como el derecho, hasta la mayoría de edad,
y hasta aproximadamente los veintisiete, antes de entrar en el gru- de transferirlo. -otra familia mediante el procedimiento de la adop-
po de los hombres maduros —llamado hetairia— y de comer con ción, o de asignarlo-a un tutor en caso de que él muriera. Huérfano
ellos en común y dormiren el andreion, «la casa de los hombres», era considerado, en primer lugar, todo aquél al que se le había
los muchachos se adiestraban también en las danzas pírricas con muerto el padre.
armas. En'Creta la relación homosexual entre un:muchacho y ún Entre el quinto y el décimo día después del nacimiento de un
amante mayor.era una etapa esencial para convertirse.en hombre, varón tenían lugar, en presencia de los miembros de la familia, las
pero adoptaba.la:forma-no del cortejo'sino del.rapto.ritual: El Anfidromias, en las que el neonato era llevado en brazos y corrien-
amante que pretendía realizar el rapto informaba a Jos amigos del doalrededor del hogar de la casa, como signo de su admisión en
muchacho tres días antes. Estos decidían consentir o impedir el ella. El décimo día tenían lugar un sacrificio y un banquete y al
rapto según el rango del amante. La condición positiva era que éste niño se le imponía un nombre. Los primeros años era confiado a
fuera igual o superior en rango al muchacho. Ental caso el raptor, los cuidados de su madre o de una nodriza, porlo general una es-
acompañado de sus amigos, podía llevar al muchacho fuera de la clava, mientras que el padre pasaba la mayorparte de la jornada
ciudad, al campo, donde tenían lugar banquetes y cacerías —el de- fuera de casa. Heródoto alababa la costumbre persa de no admitir
porte típico de los héroes, modelo de los efebos— durante dos me- al hijo a la vista del padre antes de los cinco años para evitar que
ses, transcurridos los cuales ya no estaba permitido retener al mu- una posible muerte prematura del niño produjera doloral padre.
chacho. Era éste el momento de la segregación, acompañado de Juegosy relatos de la tradición mítica llenaban la jornada de los
F
118/Giuseppe Cambiano Hacerse hombre/119

por Homero,
niños; éstos, en las Antesterias o fiestas en honor de Dioniso, eran nes comprendían pruebas en gran parte ya conocidas
el salto de
involucrados directamente en unrito centrado en la apertura de además del pentatlón, que incluía la lucha, la carrera,
o de jabali na. No
las jarras y en la cata del vino nuevo. En estas fiestas tenían lugar longitud, el lanzamiento de disco y el lanzamient
ón, mien-
competiciones para niños por encima de los tres años. En el segun- se tiene, en cambio, noticia de competiciones de nataci
carrer as en armas O
do día de las fiestas, el llarnado día de los jarros, estos niños reci- tras que están ampliamente documentadaslas
oforia s oO carrer as
bian como regalo carritos o figuritas de animales en terracota así a caballo, además de las espectaculares lampad
institui-
como también un pequeño jarro con el que participaban en la com- de relevos con antorchasen las fiestas en honor de Teseo,
petición coronadosde flores. El acceso al vino representaba el pri- das hacia el 475 a.C.
ciudad:
merpaso hacia la integración en el mundo de los adultos, que tenía Pero elagón eraunarealidad que sobrepasaba la propia
nosy suscit aba el
en el simposio del que estaban excluidas las mujeres, una de sus abria tambiéñ a los jóvenes espacios extraciudada
es griega s, especi al-+
manifestaciones principales. En la tumba de los niños muertos an- sentido de la competición con las otras ciudad
s y Olímpi cos, donde
tes de los tres años se ponía un pequeño jarro, como para simboli- mente en los juegos Píticos, Istmicos, Nemeo
da
zar una realización simbólica al menos en el más allá. se introdujeron las competiciones para jóvenes ya en la segun
ión del pancra cio, una mezcl a
También la iniciación en los misterios de Eleusis estaba abierta mitad del siglo va a.C., con la exclus
el 200 a.C. En
a los niñosy entre los cargos honoríficos estaba aquí previsto el lla- de lucha y boxeo, que sólo Jes estuvo permitido hacia
las
madopaís aph' Restías, el hijo proveniente del hogar de la ciudad, Olimpia, la tarde del segundo día de los juegos tenían lugar
legítimos de
que pertenecía a una familia noble ateniense y era elegido anual- competiciones reservadas a los adolescentes, hijos
mente para ser iniciado a expensas de la comunidad y obtener asi ciudadanos griegos libres, de edad compr endid a entre los doce y
siemp re era fácil decidi r sobre la edad
para la ciudad el favor de Deméter, Otros dos jóvenes, escogidos dieciocho años, si bien no
porsu nacimiento y riqueza llevaban en procesión en las Oscofo- centif icados de nacimi ento. Natur almen-
real, pues no existían los
rias en honor de Dioniso ramas de vid repletas de uvas, vistiendo mayor es posibi lidade s de adiest ramien to
te, los aristócratas tenían
ropa femenina, según un procedimiento típico de los ritos de paso, compe ticio nes ecuest res, dado lo costos o del
preparatorio; las
Sólo a al-
que mientras dramatizaba cl accesoa la virilidad atenuaba al mis- equipo, permanecieron siempre como exclusivas de ellos.
riva-
mo tiempola transición al nuevo estado mediante un vínculo con gunos jóvenes prometedores las ciudades o bien protectoresp
la condición «femenina» de la infancia, vivida en la propia casa, en dinero para su entren amient o. En los jue-
dos les proporcionaban
es, aun-
un mundo de mujeres que estaba a punto de ser abandonado. Una gos;los participantes pertenecían á todóslos estratos social
al
función análogatenía el corte de pelo, consagrado a Artemis en las que.no para todoslos jóvenes el deporte cra componente habitu
Apaturias, a la edad de dieciséis años, cuandoel padre jurabala le- de sus actividades.
gitimidad de su hijo antela fratría. — Hi combatearistocrático de la época arcaica era una prueba de
Las festividadés tenían un ingrediente esencial en los agones de valor individual; mientras que el combate hoplítico había introdu-
gimnasia yen los musicales, que teníari también:la función de de: cido el trabajo, en equipoy la cooperación como elementos decisi-»
er aquel
mostrar ante :los:adultos :las capacidades adquiridas. ¿Los agones» vos: En cierta medida, las competiciones venian a absorb
+eran un instrumento mediante el cual la ciudad controlaba en los> e agonal indivi dual ya ausent e o secun dario en las guerra s. Eb
talant
prime ros
distintos grupos de edad entre los que eran distribuidas las compe- objetivo"de:las: competiciones no era el de establecer
ticiones la existenciá de las coridiciónes para la propia reproduc- puestos; sino él de vencer individualmente frente a los adversarios
ción ysupervivencia. ¿Así en Atenas en época clásica, durante las y compa: irlaigloria de la victoria con la propia familia yla propia
Oscoforias 3edisputaban competiciones de carreras en un recorri- ciudad“Idéntico carácterera propio también de las competiciones
do de siete kilómetros, realizadas pordiez parejas de adolescentes =que se desarrollaban en muchos lugares del mundo griego. Tene-
de las mejores familias. Cada pareja representaba a una de las diez. mosnoticia de un naufragio ocurrido hacia fines del siglo v a.C. en
tribus en las que se dividía la ciudad, que, por lo tanto, resultaba la el que perecieron treinta y cinco muchachos de Mesenia, compo-
verdadera protagonista de la competición; ésta terminaba con la nentes de un coro que se dirigía a Regio, a quienes los mesenios en
procesión de los diez vencedores. Pero las competiciones atléticas señal de luto dedicaron en Olimpia estatuas de bronce e Hipias de
para los tres grupos de edad, niños, adolescentes y adultos, fueron Elide les dedicó una inscripción. :
introducidas en 566-565 a.C. en las Panateneas. Dichas competicio- En el momento én quela funciónmilita r dejó de ser prerro gati*
AA A
120/Giuseppe Cambiano Hacerse hombre/121

Va sólo de las clases aristocráticas yse delineó la nueva figúrá


del más fácil tener relaciones con jóvenes esclavas quitaba valor a di-
ciudadano hoplita-la necesidad del entrenamiento gimnástico sis!
chas relaciones y les reducía el alcance emotivo, Aunque no hay
y ¡temático emergió a primer plano.*Er el siglov1
a.C! casi en todos que excluir las relaciones homosexuales entre varones coetáneos,
* Jos lugafes de Grecia comenzaron a surgir gimnasios y palestr
as. la norma suponía un desnivel de edad entre el amante y el mucha-
Jiiñto conel teatro, el gimnasio se convirtió en un edificio típico cho amado. Esta simetría hacía posible, de una parte, la distinción
de
las ciudades griegas. Cuando con las conquistas de Alejandro
los entre papel activo y pasivo, no sólo en sentido físico, y. de otra, la
griegos se asentaron en Egipto y Oriente, el gimriasio dimensión pedagógica de la relación. El gimnasio podía ser fre-
se convirtió
en signo de identidad respecto a las poblaciones indígenas, En Je- cuentado por los muchachos y además porlos Ciudadanos libres
rusalén el sumo sacerdote Jasón, deseoso de integrarse en la cultu-
adultos que disponían de mucho tiempo libre, es decir, desahoga-
ra de los dominadores, fundó con el permiso del rey Antíoco Epífa- dos y de buena familia. Estos podían ver a los jóvenes ejercitarse y
nes un gimnasio para muchachos hebreos. En el gimnasio conversarentre ellos para suscitar interés. El cortejo es a menudo
a partir
de los doce años, y quizá antes, los muchachos se adiestraban bajo descrito por los antiguos con metáforas de la caza: una presa se
la guia de un maestro, el pedotriba, en todos los ejercicios gimnás hace respetar y admirar cuando no se deja capturarinmediatamen-
-
ticos que encontraban un lugar en los agones ciudadanos te. El muchacho debía mostrar ponderación y poner a prueba a su
o supra-
ciudadanos. Se movían con el cuerpo desnudo, untados con aceite amante tentando su carácter. La pasividad constitutiva del amado
y con acompañamiento musical. En época helenística en Pelenas no debía transformarse en esclavitud. De este modo se constituían
no se podía estar inscrito entre los ciudadanos si no se había fre- modelos de conducta que tendían a la formación del futuro ciuda-
+cuentado el gimnasio. Pero por lo general la asistencia al gimnasio dano libre en su capacidad de mandary ser mandado. El mucha:
¿no estabaprescrita por ley; frecuentarlo, no obstante, creaba una cho de condición libre que se prostituia por dinero estaba excluido
"indudable distinción social. No era por casualidad que en Atenas a de la comunidad porque aceptaba el papel pasivo del prostituto,
¿los esclavos les estuviera prohibido practicar gimnasia y ungirs que generalmente era un esclavo o un extranjero. En'Atenasesta-
e en
¿las palestras. Esto les impedía adiestrarse también para un eventual ban previstas penas para padres, parientes y tutores que por dinero
uso de las armas. En una ley atribuida a Solón esto acompañaba prostituían a un:niñólibre y también para quieri compraba sus far
a
la prohibición para los esclavos de tener relaciones homosexuales vores: Con el despuntarde la barba el múchacho abandonaba el eS.
con muchachos de condición libre. En una ley de Berea de media- tatús de amado; conver"ido en adulto podría asumirel de amante,
dosdel siglo 1a.C. la prohibición de frecuentarlos gimnasios se ha-
DOPCOCIOOLOLICIOS

incluso después del matrimonio? La relación homosexual no esta-


bía extendido también a los esclavos manumitidos y a sus hijos, a ba, por tanto, vista y considerada en oposición a la heterosexual: si*
los individuos disminuidos, a los que se prostituían o ejercian acti- ésta permitía en-el:matrimonio la reproducción física de futuros
vidades comerciales, a los borrachos y alos locos. Esto servía tam- ciudadanoslibres, la dimensión pedagógica de la relación homose-
bién paraevitarlas relaciones pederásticas indignas de hombresli- xual contribuía a la formación m ral.eintelectual. o
bres. Indudablemente larhomosexualidad tenía- en lacomimidad “ Erotro lagarqueenAtenas y En otras ciudades acogía, quizá por
unfuerte peso: de acentuado carácter militar, comúocurría en Cre- delanterdél gimnasio;aloshijos de los ciudadanoslibres erá el diz
ta-o Esparta o en la Tebasdel siglo tv a.C:> donde el amante entrega- daskaleión, escuela dónde se aprendía a'leer.y escribir, La exis-
ba como presente a su amado el equipo de guerra en el momento te á documentada ya para comienzosdel siglo v
en que a éste se le confería la efebía. En Tebasel llamado batallón a.C., cuando en Quíosel techo de una escuela se hundió matando a
sagrado estaba precisamente constituido por estas -parejas de ciento diecinueve niños que estaban aprendiendo los gránmmata.
amantes. Pero tambiénsentomimidadescomo Atenas/la"relación Estas muertes en masa de niños eran recogidas con particular
homosexual desempeñaba uñafunción decisiva”para-la introduc- preocupación, porque privaban de golpe a pequeñas ciudadesgrie-
ción en la vida adulta; Una vez abandonadala casa de las mujeres, gas de generaciones de repuesto. En el mismo siglo el atleta Cleo-
el muchacho pasaba buena parte de su jornadaen el gimnasio y es medes de Astipalea, privado del premio de los juegos en los que
aquí donde se producía el primerdesarrollo de su vida sexual. Difi- participaba por haber causado la muerte de su adversario, abatió
cilmente un joven ateniense podía tener ocasión de encuentros se- furiosola pilastra que sostenía el techo de una escuela donde se en-
xuales con muchachas o mujeres de condiciónlibre, especialmen- contraban cincuenta niños. También Tucidides cuenta que los tra-
te aquellas de clase más desahogada. Por otra parte, el que fuera cios hicieron irrupción en la escuela más frecuentada de Micaleso
122/Giuseppe Cambiano Hacerse hombre/123

ados
Pero no existían maestros autorizados, designados o control
porla ciudad en base a requisitos de competencia o ala concesión
>
de todos modos podían reci-
A a detítulos. Elúnico:controldela:ciudad brelarescuelaeradetipo»
MR adres ianaeñviarlós alosgrammalistai y?
E spedotril por periodos variables, según las propias condicio- cimien-
a
s económicas Entrelosdeberesdebtutor de onRutrmanoromte: ne jounaccorrecta:base-pedagógica:
de
«Cursos “estaba el deleducarlo pagando losgastos? Enrebdida kaletornrel; choaprendía-a-leersyza ese birey !
; Elrcuid enc ocurría en |
aprendiamúsicátpero no con fines profesionales, como
a
Él caso de los escribas orientales. Con la extensión de la escritura
le
14 O Ss pobres» LoS únicos huérfanosprivis
tijos-de-los-caídos-enla:guerrarparalosquezÁte- para leer
la redacción de leyes y decretos de la ciudad, la capacidad
ple-
Apr rtirdemediadosatel sigl :Crula-manutención y. podía parecer relevante para llegara ser ciudadano en sentido
educación a“expensas de laciudadhastaque alcanzaserviacedad. no. Aprender a leer en voz alta, pasando de las letras a las silabas y
: adulta? El decreto de Teozótides extendió temporalmente este de- aprender a eséribir siguiendo los
de éstas a las palabras, y después
+ recho también a los hijos de los atenienses que habían sufrido el y
mismos pasos podía requerir todavía más años. Á continuación,
y
* muerte violenta bajo la tiranía de los Treinta. Con ocasión de las
muchacho seejercitaba en el aprendizaje de niemoria de versos
grandes Dionisíacas, antes de las representaciones trágicas, los poetas, especialmente de Homero, que i
fragmentos más anplios de
huérfanos de los caídos eran presentados al pueblo y un heraldo fúe siempre considerado como punto de referencia sin parangón
anunciaba que sus padres habían muerto porvalientes y que la pó- para proporcionar modelos de conducta y una reserva de valores.
lis los criaría como hijos. A continuación los huérfanos tenían dere- ausentes)
Las lenguas extranjeras estuvieron, en cambio, siempre
cho a los primeros puestos enel teatro. Era una evidente medida del:
de las preocupaciones pedagógicas de los griegos. En un papiro
política dirigida a asegurar la cohesión social y el compromiso mi-
siglo m a.C. destinado a una escuela, aparecen también ejerciciosi
litar, pero esta medida permitía también a algunos miembros de la de nivel!
aritméticos elementales. Pero la instrucción matemática
clase inferior de los tetes acceder a una instrucción que habitual- o las me-:
superior, más allá de la solafinalidad práctica del cálculo
_ mente sólo podían recibir.de manera integral los hijos de los ciuda- res-:
didas, permaneció siempre circunscrita a un círculo bastante
- danos másricos. También Alejandro dispuso que a los huérfanos tringido de especialistas.
de los macedonios caídos les fuese entregada la paga del padre. Al- El aspecto competitivo penetró también en este.tipo
de instruc-
gunas inscripciones de época helenística informan de ofertas de sobre
ción y no sólo:en la gimnasia. Son numerosas las noticias,
particulares a las ciudades de Teos y Mileto con el fin de pagar el sa- lectura yrecita-
todo de época,helenística, de competiciones de
lario de los maestros para todos los niños de condición libre yenel de cálculo.
ción; en Magnesía tenía lugar también una competición
siglo u a.C. los reyes de Pérgamo enviaron dinero y grano a Rodas Este tipo de competiciones solían coincidir a menudo confestivi-
Todo
para pagar estos gastos. Pero son ejemplos casi excepcionales, pues
dades religiosas celebradas en el gimnasio o en la ciudad.
látcostumbredaj bararlos:padrestlarinicistivarde=procurarlesrins: esto era válido especialmente para el otro ingrediente fundamen-
la
suspropioshij lainstrucciónnoera:perseuunfactor tal, junto con la gimnasia, en la formación de los muchachos,
de-promociómsocial tambiénlos hijos de los metecos podíanreci- música, que era componente esencial para los coros y las danzas en
birla y ello no modificaba su estatus jurídico. ocasión de las festividades, tanto en Atenas como en
Esparta. En
i Mandar a unhijo a la casa particular de un maestro —y no a un Arcadia, según Polibio, la música acompañaba a la educación hasta
lu- +
i edi io público construido a expensas de la ciudad, como era el
los treinta años. La enseñanza de la música consistía en primer
gimnasio— era algo ligado en cierto modo a la tradición mítica Junto a i
gar en tocarla cítara y en el canto acompañado de la cítara.
al|
la cítara estaba el aulós, un instrumento de viento más semejante
que describía al héroe enviado fuera de su casa porun tutor como
es el caso de Aquiles porFénix. Pero el didaikaletontení óboe que la flauta; perola citara dejaba libre la boca para cantar;
gativade acogermuchosalumnosbajoladirección:de:un= mientras que el aulós deformaba el rostro hasta hacer que a un;
1
aristócrata como Alcibíades le pareciese indigno de un hombre
* macstro*El muchacho era acompañado por un esclavo del padre
el pedagogo, que debía vigilarlo y podía castigarlosi era necesario.
bre, por cuanto que privaba de la palabra. Apolo vencía a Marsias.,,
uso
En Atenas estaba prohibido que se cerraran después del ocaso. el virtuoso del aulós, no sólo en el mito: ya en el siglo 1v a.C. el
IIIIIIIIIIPP
124/Giuseppe Cambiano
Hacerse hombre/125

de este instrumento fue dejado


progresivamente a los profesio La inscripción en el demosy, por tanto, el ingreso a sítalo meno»
El aprendizaje de un instrumen nales.
to y del canto, tan important en la ciudadanía era un paso bastante delicado y precedía a 2» es
el culto y la auto e para
celebración de la ciudady, portant
gración de los más jóvenes en o, para la inte- tación del.sérvicio militar como efebo bajo: la ió. Se
ella, era de oído, sin texto escrito. cósmetesy de diez sofronistas, uno portribu. La asamblea pros da
Con ocasión de las competiciones, los coro
s de los muchachos a la elección de dos pedotribas, un maestro de armas, oro ro
eran instruidos por maestros bajo
la supervisión de coregos, ciud con arco, otro de lanzamiento de jabalina y otro de catapa para
danoselegidos para tal fin, de edad superior a los a-
lo suficientemente ricos para sobr cuarenta años y la instrucción de los efebos. Con ocasión de la festivida e me
ellevar los gastos de la instruc- mis Agrotera los efebos participaban en una oa y So a
ción y de los Preparativos; los cor
egos ponían también a disposi- tuario de Aglauron prestaban el juramento de defender a la p A
ción su propia casa para el adiestra
miento. : sus fronterasy sus instituciones y de no abandonar a su compa o
Gimnasia y música eraningredientes
reconocidos por.la ciudad de fila. De allí se dirigían a El Pireo, donde prestaban senicio .
: parael adiestramiénto del ciudad
ano como modelo de hombre. El» guardia en dos fortalezas. En el segundo año de servicio tenía usas
* momento inmediatamente anteri
or alpaso a'la Condición adulta una revista de los efebos ante la asambleaen el teatro de Diomiss ,
dOCCCLOLLLLIILIIIIIIII

: €ra la efebía. En Atenas a part


ir de 338 a.C. la institución del donde demostraban lo que habían aprendido en el adiestramien o
bía “—queprobablemente era de a efe-..-
origen anterior— se codificó” militar. Asignándoles el escudo y la lanza, la ciudad pr esaba su
como forma de servicio militar? Dur
aba dos años y era obligatoria paso a la condición adulta del hoplita. Bajo el mando de los este
para todoslos hijos legítimos de los
atenienses, cualquiera que fue- gos procedían a patrullar por el territorio del Ática, a pare mb
ra de condición social, a quienesl
a ciudad proporcionaba el sus- ción enlas fortalezas y a defender las sesiones de la asam , a +
tento. Pero en relación con el per
iodo anterior, inscripcionesdat tiendo la clámide negra. El:sérvicio de patrulla en zonas mo er-
bles entre el 261 y el 171 a.C. regist a-
ran un fuerte descenso en el nú- zas, en los márgenes dela ciudad, incluso con extranjeros, ON
mero de los efebosde veinte a cuarenta por año, en
media precedente de cerca de relación con la 'ba al efebo eñ una zoná intermedia antes de ocupar comociuda da
seiscientos cincuenta poraño. no de pleno derécho el espacio central de la ciudad, quizá a modo
este periodo el servicio se redu En
jo a un año; ya no era obligato de recuerdo o como herencia de una época de iniciación repanica
para todos ni siquiera a cargo rio
de la ciudad, de forma que los según las distintas clases de edad a pesar de que ya había presta
pobres quedab más
an automáticamente excluidos En el Mosctebos
también los efebos, junto con el ciudad Tos siglós 1-1 ac. j o del hoplita.
estaban plenamente integrados en %
ano rico puestoal frente de las festividades de
laéfebía, contribuían en los gastos.
En una épocaen la que el peso la ciudad' participaban en sacrificios y agones y, en par de ar,
político y militar de Atenasse enc
ontraba disminuido por necesi: prestaban servicio de escolta en el transporte de objetos sagrados 0
dad lá efebía fue adquirierido
cada vez más carácter de inst de estatuas de divinidades en ocasión de procesiones, según nine
Cultural de aparato, atrayendo itución
también bajo el dominio romano rarios canónicos que atravesaban espacios simbólicos de la ciu a .
extranjerós proven a
ientes de Oriente y de halia: A'partir
este proceso condujo a-un'aumeñto de 16] a.C, Esto no ocurría sólo en Atenas: se tiene noticia de la difusión de la
-en el númerode los efébos.» efebía en un centenar de ciudades heleniísticas. La urna que conte-
¡Pero en épo ca de Aristóteles la efebía atañía exclusivamente
iciudadanos: aquellos jóvenes que hab a los nía las cenizas de Filopemen, asesinado en 183 a.C. por los mese-
ían cumplido dieciocho años nios, fue llevada en procesión hasta Megalópolis porel futurohisto-
eran inscritos en el registro del
demos, la circunscripción territo- riador Polibio, entonces joven efebo de noble familia. o
"rial a la que pertenecíael padre. A la
asamblea de los demotes le co- Pero. sobre todo.a partir del siglo 11 a.C. el aspecto militar de la
rrespondía decidir
con vato secreto sobre la regulari
del nuevo ciudadano y sobre su dad de la edad ¿cfebía:fuerdotado en:una:medida cad vez mayor de una.instruc-
legítima descendencia de padre “ción de tipo superior> El gimriásio continuaba siendo el centro de
madre aten ienses. A continuación el consejo con y
zaba, si era irregular, esta insc
firmab a o recha- la vidaefébica. Atenas tenía tres fuera de la ciudad, el Liceo, la Aca:
ripción, que a veceslos tuto
dían tener interés en posponer o los tute res po- demiay el Cinosarges. Hacia fines del siglo mac, se unieron a és"
lados en anticipar. El joven tos otros dos, el Tolemeon y el Diogeneion, quizá erigidos en honor
rechazado volvía a la clase de los paíd
es, pero podía también dirigir de benefactores privados, Pero en estos gimnasios no se desempeza
su apelación al tribunal, arriesgá
ndose, en caso de condena, a ser ñaba sólouna actividad de adiestramiento gimnástico. Tenían tam-
vendido como esclavo.
bién lugar las lecciones y conferencias de filósofos y rétores y quizás
126/Giuseppe Cambiano Hacerse hombre/127

de médicos. En el siglo 1 a.C. también un astrónomo dio conféren- delessofistaspodíaparecerprecipitadaemrelació -


cias en el gimnasio de Delfos. Entre el 208 y el 204 se erigió en el ió eberespropiosaclás distintas etapas dela
Tolemeon unaestatua al filósofo estoico Crisipo, que quizá impar- amicipabialaedadjuvemilelaprendizaje ye
Lió allí sus enseñanzas. Una nueva dimensión se incorporaba así de ejercicio“d
C “saberhablár2que de Homero en adelante venía siendo
forma institucional a la vida de los jóvenes atenienses y también a considerado como propio —junto a la valentía en la guerra— del
la de los extranjeros que en número creciente llegaban a Atenas hombre hecho y derecho, si no del anciano: y el principio de la ve-
para escucharlas lecciones de los filósofos y los rétores. Con ella jez era momento culmen para la atribución del poder entodas las
-
hacía su apariciónel libro: bibliotecas de efebos están documenta- ciudades griegas. Ebovendebíaantciodoadiestrarse para comba
das para Teos, Cos y Atenas. Un decreto ateniense de 117-116 a.C. (trelsaberHablarvení aconertie iporconle experienciarlaens
cablecía que los efebos de cada año debían hacer una donación ñanza-delos'sofistasparectarencambio-quererquemarétapas. Los
con-
e libros. descalabros y la derrota de Atenas en la guerra del Peloponeso
tribuían a debilitar la autoridad de las genera ciones más viejas y de
as se ha-
, El reconocimiento público del alcance pedagógico de la filoso- los canales pedagógicos tradicionales sobre los que aquéll
fía, la retórica y en general de una instrucción superior, ademásdel bían cimentado para hacer que loshijos fueran semejantes a los pa-
v a.C.
libro, parael itinerario que llevaba a hacerse hombre no es un he- dres. Un típico tema de debate en la segunda mitad del siglo
sa.
cho obvio; para comprender su significado hay que dar un paso era si de malos padres podían nacer hijos mejores y vicever
-
atrás. Aunque ya hacia fines del siglo vi a.C. Jenófanes de Colotón El enfrentamiento de generacioneses el tema central de Las mu-
,
había protestado contra la injustificada primacía conferida a la bes de Aristófanes. Aquí, Sócrates aparece asimilado a los sofistas
,
gimnasia, que a sus ojos no contribuía al buen ordenamiento y al por ser capaz de enseñar astronomía, geometría y cosas divinas
bienestar de la ciudad, ebueñapañedelasciudades griégasclas pero también de hacer objeciones y de hacer prevalecer los argu-
mentos más débiles. Pero a diferencia de los sofistas itinerantes él
A pr a
i fSTinación delciodadanosoldaido:serepiporammequilibrio:sustan:,
! pS dd comelcambiord: las" era colocado en un «pensadero» situado en el terreno de la ciudad
: désde la: “C nte papel centraldela palabra, es- y porello era a lav “másfamiliar y más peligr Por frecuentar
¡ pecialmente en las ciudades democráticas, como instrumento para sus clases el joven Fidipides podía poner objec s a su padre Es-
o
| tomar decisiones, imponer puntosde vista o triunfar en los proce- trepsiades: «de pequeño tú me pegabas, ¿por qué no puedo hacerl
SOS, esteEquilibrió.cómenzó-arresquebrajarse: yo ahora contigo? También yo he nacido libre». Earedad-dejaba ;de-
a
Endaregundamitadidelisigl serjumifactorzdesd ¿erenciación? Precisamente en esta comedi
comosignoy factordeestecambio. Ellos no impar íah enseñanza Aristófanes expresaba el modo en el que los partidarios del tiempo
regular y continuada en un lugar estable, sino que iban de ciudad pasado contraponian la antigua paideía a la nueva a través de la an-
en ciudad pronunciando discursos demostrativos para” captar títesis entre el gimnasio y el ágora. Exanúguapaideía-det-gimnasios
stósyHe-
alumnos e impartiendo cursos de clases, sobre todo para aprender gimnicomusical a macia alosmuchachos:pudorososrobu
ie-
a hablar en público de un modo convincente.£Setratabarenqgran lesatasifadicionés! ella había hecho a los hombres que combat
ron en Maratón. LARDEVATEMCAmb: nena ducentro en-erágor ey
PACAoralqueponiaenevidenciaiasdiferen- s
ciasdelenguajesfiguras retóricasyestiloJperoquenorechazabael emos paños yquesellenabanac plesconteseaejandovacía
palestras:sallí aprendían no la medida, sino a cultivar la lengua y a
SENOREINEIpENEraImipls
aplicarjestos. conocimientos al tratamienode” pollticostét
sdeEdosemostrab
i
| an s a
ostraba
atento también a los contenidosde las disciplinas especiales, de la
hacerla crecer hasta llegar a enfrentarse a los padres. En Las ranas
Aristófanes imputaba a Eurípides la enseñanza de la charla, talia,
astronomía a la matemática, que precisamente en aquella época que habia vaciado las palestras, y en los Caballeros el salchichero
iba estructurándose y asumiendo forma de manual con la obra de señalaba en el ágora el lugar en que se educó, entre risas y un [o-
destino
, Hipócrates de Quíos. BTenseñan: elos sofistas:cra-privada. llón tal, que un rétor le había podido predecir su futuro
- ifiipartiaprevio.pago: De hccho, sólo podíaser seguidaporlosj ve como demagogo. En el discurso Contra Alcibíades de Andócides
se
¿ hes de las familias más pudientes: S"Gbjetivo CÓRsistia esencial: aparecía también la oposición entre gimnasios y tribunales, que
: en taormación des sucrgobicríorLos jóvenes,. sobre traducía en la inversión de los debere s de cada edad: los viejos
todo, se veían extraordinariamente atraídos por ello.AEñ3ERAÑZA combatian y los jóvenes hablaban al pueblo. El modelo de esta in-
o
Hacerse hombre/129
128/Giuscppe Cambiano

para los hombres adultos. En un muchacho podían contribuir a su


versión estaba esbozado en Alcibíades, que aparecía también en
paideía, pero a condición de que fueran luego abandonadas; en
Tucídides como campeón de la igualdad entre jóvenes y viejos,
cambio, en un ciudadano adulto o anciano parecían indignas por-
opuesto al viejo Nicias, con ocasión de la decisión sobre la expedi-
que lo inducíana situarse en los márgenes de la ciudad y a cuchi-
ción militar contra Siracusa.
chear en una esquina con tres o cuatro muchachos, en lugarde es-
El retrato de Sócrates trazado por Aristófanes en Las nubes era
tar en su centro, méson, en el ágora, donde los hombres dan lo me-
también avanzadilla de otro cambio importante. En la comedia el
jor de sí mismos, es decir, en la realización de las tareas políticas.
viejo Estrepsiades está irónicamente representadó en el acto de fre-
En efecto, la escuela filosófica aparecía, incluso ante el Platón de la
cuentarel pensadero de Sócrates, Una de las diferencias máslla-
República, como un lugar donde ponerse a resguardo de la mala
* mativas entre la figura del filósofo Sócratesy la de los sofistas —tal
educación impartida por la ciudad y los sofistas, que no hacía otra
y como aparece sobre todo en Platón— consistía precisamente en
cosa más que replantear los valores dominantesen ella y, por tan-
el hecho de que la enseñanzafilosófica era extendida también la
to, perpetuar su enfermedad. También fisicamente las escuelas fi- |
fedad adulta y prácticamente no tenía fin. La escuela filosófica que
losóficas tuvieron por lo general sedes lejanas del centro de la
instituyó Platón en el siglo iv a.C., no en el ágora sino cerca del gim-
ciudad. .
nasio de la Academia, no estaba basada en distinciones de edad, Un
Invirtiendo el punto de vista corriente Platón excluía de la ciu-
antecedente de la misma, la comunidad de los pitagóricos de Cro-
dad justa un aprendizaje precoz de la parte más compleja de la filo-
tona, dirigió sus preocupaciones tambiéna los adultos distinguien-
sofía, la dialéctica, que habría podido ser usada —como ocurría
do —sobre el modelo de las iniciaciones religiosas a los miste-
con los sofistas— para contradecir y poner en discusión los valores
rios— dos niveles progresivos de iniciación en los contenidos cada
de la tradición; preveía como edad adecuada para iniciar el estudio
vez más complejos del saber. En los diálogos platónicos Sócrates es
de la filosofía los treinta años, después de haberestudiado amplia-
presentado sucesivamente como un joven, un adulto y un anciano
mente las disciplinas matemáticas. Esto no significa que la Acade-
que está siempre deseando aprender, de tal modo que el citarista
mia platónica no admitiese alumnos de edad inferior a los treinta
Cono, con quienél solía estar, era objeto de risas como maestro de
años, sino que la Academia no estaba situada en una ciudad justa.
viejos. Sócrates está, además, rodeado de discípulos adultos, como
También Aristóteles había sido consciente de una disparidad de ni-
el ya maduro Critón. En la Apología la actividad de Sócrates apare-
veles en las capacidades de aprendizaje, reconociendo quelos jóve-
ce como una suerte de paideía permanente para todas las edadesy
nes, si bien podían con facilidad convertirse en buenos matemáti-
para todos los ciudadanos, dirigida a una continua mejora del
cos, no estaban tan capacitados para conseguir la sabiduría capaz
alma. Los acusadores de Sócrates, Meleto en la Apología y Anito en
de guiar en los asuntos de la vida o la competencia en investigacio-
el Menón consideraban verdaderos educadores de los jóvenes a los
nes de filosofía de la naturaleza, pues en estos camposse necesita-
ciudadanos atenienses que se sentaban en la asamblea, el consejo o
ba mucha experiencia en los detalles, experiencia que sólo el tien-
los tribunales. De ese modo, por otra parte, en el Protágoras el so-
po podía procurar. Es interesante que los Caracteres de Teofrasto
fista tejía el elogio del aparato educativo ateniense. A una Atenas de
ridiculicen la figura del opsimathés, es decir, aquel que se pone a
escuela de democracia y de justicia Platón oponía la tesis radical de
aprender muy tarde, también se ridículiza el «juvenilismo» en los
que los mismosciudadanosatenienses, lejos de ser educadores de-
adultos que querían todavía hacer gimnasia, correr y danzar con
bían ser educados. La trasposición del modelo de la dietética médi-
los muchachos pero que callan por completo en lo que se refiere a
ca del cuerpo al alma permitía a Platón concebirla filosofía como
la enseñanza superiorya la filosofía. Emgeneral-los filósofosanti,
una técnica educativa de prevención y terapia indispensable para
guscompar “Siempre lla convicción expresada.por Epicuro!
todas las edades.
' alíninguna'edades inadefuadá para ocuparse de la sa:
Enla República las ciudades históricamente existentes, Atenas
Judde almaxes”décirdpara: filosofar,y
en particular, aparecían incluso como corruptorasde las naturale-
zas dotadas de disposiciones filosóficas. Una verdadera ciudad, se-
5delodé hombre, a veces en competencia
gún Platón, debería ocuparse dela filosofía, al contrario de lo que
'dél ciudadano. Esta:operación:se hacía
ocurría de hecho, Según una concepción difusa —que Platón hace
sible gracias'a a:inclusióndentro de .este nuevo modelo y gra-
expresar a Calicles en el Gorgias y a Adimanto en la República— las
discusiones filosóficas eran adecuadas para los muchachos y no
000PLOEOOOILOIOAICLIOLIOCIICICIICIOIOICÓIA
130/Giuseppe Cambiano Hacerse hombre/131

moral del
el hoplita: resistencia, autocontrol y cooperación. En el Fe- correr un itinerario que ya enel siglo v a.C. había llevado a Anaxá-
'"dón Sócrates es representado sereno frente a la muerte, sin renegar gorasa patadas a Atenas desde su ciudad natal, Clazómenas. Los,
de la filosofía, precisamente como el=]hoplita sabía afrontarla com- estoicosllegaban ál punto de teorizar, sobre, la compatibilidad del
batiendo por la patria. La integraciónde lamoral militar dentro de ejercicio de lefilosofíaintlúsocon la conidición: de esclavo.
la moralfilosóficacelebró su triunfo enel estoicisrito, con la figura»,
del o insensible á lós sufrimientos e inalterable frentea los gol- En medio de esta variedad de presupuestos y de la instauración
«pesdela fortuna. Incluso la función procreadorapos podíaser reab- delas distintas corrientesfilosóficas, la filosofía se decantaba como »
sorbida y traspuesta a otro nivel: en Platón se expresaba por medio la viamásadecuada para cumplir el-objetivo de hacerse hombre”
de la metáfora del alma grávida de saber e inducida a dar luz gra- Pero "hacerse hombre-yanosignificaba simplemente convertirse
cias a las hábiles preguntas filosóficas. La Esciicla filosófica se con- rén ciudadanó. La ciudad no podía seguir este impulso quellevaba a
vertía enel ligar de reproducción y perpetuación dé uh nuevo mo- la filosofía a huir de ella, ni la dicotomía entre llegar a ser ciudada-
délo'de hombre: A Platón, esto le permitía recuperar, por medio de
Pido no y llegar a ser filósofo. El punto culminante de esta fuga llegó con
su noción de érós entendido como vehiculo de ascenso filosófico y los cínicos, pero a través de un cambio radical en la imagen dela
por tanto como instrumento esencial para convertirse en hombre, infancia. La mayor parte de los filósofos, excluyendoa los cínicos,
aquella relación entre adulto y joven constitutiva en el mundo grie- compartió la concepción corriente del niño como ser privado de
go de la dimensión pedagógica de la relación homosexual. Pero le razón y de habla, concepción ampliamente documentada desde
permitía también no tener que poseer más una rígida distinción ra- Homerohasta los oradores del siglo 1v a.C. Precisamente estas ca-
dical de función entre los sexos. Tanto en la República como en las racterísticas del niño hacían particularmente delicada su situación
¡Leyes varones y hembras atraviesan un común itinerario educativo y hacían necesaria una intervención desde el principio, si se desea-
para llegar, ya como adultos, a las mismas funciones: esto era váli- ba que llegara a la condición de hombre. Para Platón hacía falta, in-
do no sólo para la músicay la gimnasia, sino también para el adies- cluso, una especie de gimnasia intrauterina indirecta a través de
: tramiento militar y el filosófico. En las Leyes la diferencia destaca- los movimientos ejecutados por la madre y seguidamente una vida
"ble entre los dos sexos parecía consistir en el hecho de que las mu- transcurrida no sólo en el claustro de la casa y formas de juego que
jeres se casaban al menosdiez años antes que los hombresy acce- imitasen y prefigurasen actividadesy dotes de la vida adulta. Sólo la>
dían a los cargos públicos diez años después que los hombres, ha- paideíap incluso para Platón, «podía levar,a convertirse:en:Hhom->
cia los cuarenta años. bres: aquí insertaba él la exigencia de una educación pública —co-
La presencia de mujeres está documentada para la Academia mo en Esparta, pero sin el desarrollo unilateral de la gimnasia-—
platónica y para la escuela de Epicuro, además de para los cínicos, impartida para todos y que indujese la lectura yla escritura y la in-
pero es dificil afirmar si ellas también enseñaban o escribían; de terpretación de la cítara y la danza.
cualquier modo, se trata de casos raros. Pese a las declaraciones Presupuestos muy similares esperaban también en la discusión
platónicasla filosofía siguió siendosier nh úna gran parteuñas sobre la paídeía ciudadana inicida por Aristóteles en la Política.
actividad masculina. Aristóteles desactivó los aspectos más explosi- Pero, en la línea de las consideracionesde la literatura médica, el
vosde la polémica platónica contra la ciudadhistórica para llegar a prestaba másatención a las condiciones fisiológicas de la naturale-
ser hombre, es decir, buen ciudadano, y para poder estar habilitado za infantil. Dentro de un cuadro de la naturaleza articulado según
para gobernar la ciudad no es necesario hacerse filósofo. Esto no una escala continua de complejidad creciente, que culmina enla fi-
quita que también para Aristóteles la filosofía representase el me- gura del hombre adulto caracterizado porla plena racionalidad y
jortipo de vida y que para acceder a ella no fuese necesario ser ciu- por la posición erecta, el niño se le representaba a Aristóteles
dadano y, portanto, titular de los derechos y deberespolíticos de la como peligrosamente cercano a la animalidad, como probaba su
ciudad en la quese desarrollaba la actividad filosófica.(Elaprendi- condición de «enano», con las partes superiores más desarrolladas
zajé yel ejercicio dela filosofía eran plenamenteocompatibles tam- que las inferiores y obligado por ello a una locomoción a cuatro pa-
bién con?la condi L 5teco, como era evidente en el caso de tas semejante a la de los animales. A esta desproporción entre las
Aristóteles, originario de Estagira, y de muchos filósofos de la edad partes se vinculaba también el hecho de que el calor producido por
helenística, venidos de distintas ciudades del mundo griego para los alimentos ingeridos era llevado hacia la parte alta y ello provo-
estudiary luego establecerse y enseñar en Atenas, volviendo a re- caba que los niños pequeños durmieran la mayorparte del tiempo
LICIIIIIIIIA
132/Siuseppe Cambiano Hacerse hombre/133

y que sólo hacia los cuatro o cinco años comenzaran asoñar. En los las escudillas y los recipientes, reflejan una inversión respecto a
primeros cuarenta días el neonato, según Aristóteles, cuando está este punto de vista así corno el rechazo de la ciudad y de las necesi-
despierto no llora ni ríe ni siquiera percibe las cosquillas, es decir, dades artificiales generadas porella para volver a las solas funcio-
está privado de los rasgos típicos que diferencian al hombre adulto nes esenciales determinadas porla naturaleza No-casual qué'En el:
de los otros animales. El alma de los pequeños hombres futuros cinismo.junto al niño, séan losanimales losque se constituyan en *
nodifiere, en el primer periodo de su vida, de la de los animales:el modelo para convertirse en áuténtico |hombre, una figuraBastante
niño, como el animal, no puede decirse propiamente que sea feliz y rara, según Diógenes. Se'elabórabaasí_Una imagen positiva del
capaz de actuar, cosa que requiere cl uso del razanamiento y de la niñobueno, capazde enseñara volver:a serlo otravez incluso al"
capacidad de deliberar. En cambio, al contrario que los animales, adulto corrompido porla vidade las ciudades.
el niño es susceptible de un proceso de desarrollo y de alejamiento z “delniñobueno yc y deUha.naturaleza humana
de esta conditión animal, tanto en la relación entre sus partes su- originaria: incorrúpta, también fue elaborada.por los estoi-
periores y las inferiores,-que llegan a equilibrarse, como en la ar- cos, aunque encontrabaen ellos la constatación de la estupidez y>
ticulación delas facultades psíquicas. Es dentro de este itinerario na- la maldad de la.mayor.parte.de los: hombresadultos..Al revisar el
DOVELOLIOLLILIILIICIII

tural, que va delas potencialidades de Ja vida infantil a la actualiza- delicado punto de la contribución enel proceso de corrupción de
ción de las dotes humanas enel adulto, donde podía insertarse la la obra de madres y nodrizas, que con los baños calientes elimina-
actividad educativa, dirigida a secundar este desarrollo regular. ban de los cuerpos de los pequeños aquel tónos, aquella tensión
; *Nadie —concluía Aristóteles en la Etica a Nicómaco, expresando que debía, en cambio, caracterizar toda la vida moral del adulto y
el punto de vista más ampliamente dilundido— escogería vivir que originaban la falsa opinión de la coincidencia del bien con el
- toda la vida con la razón (diánoia) de un niño.» placer, los estoicos, o al menos alguno de ellos, podían evitar el
Precisamente a una posición de este tipo parecen aproximarse imputar directamente a la ciudad la responsabilidad de la corrup-
las posturas más radicales del cinismo. Un presupuesto de ellas era ción. El estoicismo, másbien, se integraba siempre en las institu-
el abandono de aquella aplicación metafórica de las edades de la ciones de la ciudad. Aunque fue bajo inspiración del rey Antígono
vida humana a la «historia» del género humano que había llevado a Gonatas, Atenas llegó a emitir un decreto en honor del fundador de
Esquilo en el Prometeo a designar a los hombres —en su condición la escuela estoica, Zenón, por haber educado bien «a los jóvenes
anterior al regalo que les hizo Prometeo del conocimiento de los que se confiaban a él para ser instruidos en la virtud y en la mode-
astros, las estaciones, la navegación, las letras del alfabeto, la medi- ración» y por haberlos guiado «a las metas más altas poniendo a to-
cina y la adivinación y, en general, de todaslas tékhnai— con el dos como ejemplo su propia vida». Pese al brevísimo paréntesis del 1 |
apelativo ya homérico de «infantes» (népioi), es decir, incapaces de 307, cuándo un decreto dispuso a expulsar a los filósofos, Atenasy , :
hablar. La postura cínica, en cambio, se ¡gurába: como una.de- los filósofos de las escuelas se reconciliaron pronto. Larinclusión;.
+ liberadaregresión ala infancia,párálela á únretorno dela cultura. de laenseñanza delaTilosofía-enel periododel servicio efébico era iz
“ala máturaleza*Es cierto que alguna excepción a la imagen negati- elsignode feconocimiento, por parte dela ciudad,de la importan-,,
va del niño podía encontrarse ya antes de los cínicos. Así, el homé- rciardelarmisma la paideía juvenil:
rico Himno a Hermes ya había trazado el retrato del dios niño pre- “En cierta medida parecia
haberse realizado el sueño platónico
coz, ladrón y hábil engañador, capaz de inventar la citara utilizan- de unafilosofía Como parte integrante de la-ciudad,aun permane-
do el caparazón de una tortuga. Pero incluso aquí el modelo positi- “ciendo tomo dominante la dimensión privada de su enseñanza, a la
vo estaba también presentado a partir de las dotes más caracteristi- que accedían también los extranjeros. Pero en el momeéñto.en que
cas y usuales de la edad adulta y, además, se trataba siempre de un de filosofía”estaba institucionalmenté: reservada a los efebos, este
dios. "suenoRueradic
Eu imente abandonado. Buena parte de las directri-
Los Conceptos de inocencia, espontáneidad:y simplicidad del cés filosóficas, y en primer lugar el propio Platón, estaban de
i parecían estar difurididos én la mentalidad común, ni tam- acuerdo en admitir que para hacerse filósofo hacía falta un apren-
dizaje largo, al que sólo pocos estaban en disposición de someterse.
Esto no significa que para los filósofos los demás adultos no estu-
do el ejemplo de los niños que bebían en el cuenco de la mano o vieran necesitados de educación. En las Leyes Platón había recono-
que metían lentejas en el pan, se veía impulsadoa tirar y despreciar cido en la ciudad misma, con sus instituciones, sus normas y sus
134/Giuseppe Cambiano Hacerse hombre/135

mitos, contados primero por las nodrizas y luego constantemente cepción muscular» de las facultades psíquicas (Finley) y de un pro-
rememorados por los ancianos mitólogos, el instrumento con cel grama gimnástico de adiestramiento mental. Pero estas actividades
que toda la ciudad, en todas sus clases de edad, realizaba el encan- como tales estaban más bien dirigidas a los jóvenes y no a los adul-
tamiento (epódé) a sí misma, interiorizando y aceptando los valores tos. Para estos últimos conservaba, en cambio, pleno valorla filo-
sobre los que se regía su existencia. También Aristóteles reconocía sofía que él enseñaba, mucho más viril que la aprendida porlos
que los más, cuya vida estaba fundada sobre los páthe, por lo gene- paídes en las escuelas. Según Isócrates, una ciencia capaz de deter-
ral no podían ser persuadidos porla fuerza del lógos y de la ense- minar con exactitud cómo se debe hablar y actuar es inalcanzable
ñanza y reconocía en las leyes el instrumento educador permanen- para la naturaleza humana. El saber hablar, deliberar y actuar en
te del mismo mundo de los adultos, pues éstas estaban dotadas de interés de la comunidad a la que él enseñaba consistía, en cambio,
una fuerza mayory suscitaban menor hostilidad en lo que respecta en la capacidad de distinguir por medio de opiniones propias lo
a prescripciones impuestas por individuos particulares. que es preferible en relación con cada circunstancia particular. La,
Arteras; de hecho; podía acogerala filosofía no tanto como mo: gretóricas como arte del decir; despojada de los usos desaprensivos
delosupremo de vida húmaná, cuañdó como actividad propedéuti- con fines personales y plenamente integrada en el horizonte de va-
caencaminada ala formación de aquel tipo de hombre.que conti» lores de los sectores más pudientes, capaz de dirigirse al pasado
:arnándose; aunque en.medida cadá vez más simbólica, histórico para planificar el futuro, capaz de suministrar ejemplos
' del:ciudadano-soldado> La línea vencedora era la ex- morales y dejustificar decisiones políticas, podía:volver a plantear
présada porlos Calicles y los Adimanto, reformulada con particu- el-modelode hombre en el bueñ ciudadano y.presentarse a sí mis-
t lar vigor por Isócratesen el siglo 1v a.C. En el Areopagítico, escrito macomo camiñioprivilegiado para. irse £n honibre: LosÉi-
¿poco antes de mediados de siglo, había contrapuesto la antigua lésofos,¿por lo que a ellos respecta; sin renunciar a la primacía de
? educación preventiva a la nueva, que una vez más tenía su centro la vida filosófica, destinada a poco, desde el momento en que acep-
i en el ágora y en las casas de juego atestadas de tocadorasde flauta. taban integrar su actividad en el tejido de la ciudad de Atenas ata:
; La educación antigua estaba basada en el reconocimientode las di gbaban por adherirse de hecho a la solución de Isócrates y por/átes
ferencias suciales-y de la ecesidad:de disciplinar.laspasiones juv: “huar aquella incompatibilidad entré retóricayfilosofía que a veces:
syo entarlas hacia paciónes nobles; dirigiendo a aquéllos se-habíátadicalizado en las páginas platónicas y que ya Aristóteles
conuna situ menos favorable“hacia éltrabajo del.campoyal había alentado. Cuando ¡6n2155/4.C* los atenienses enviaron una
: comercio, para:sustraerlos:del-ocio, cáiisa principal: de-las:málas» embajada a Roma para hacerse perdonar una multa, fueron envia-
cioñes y; en. cambio.alos más favorecidos, a lahípica;alagimna- dos para discutirsu causa ante el senado los representantes de tros
¡sia,la»cinegética:y "la filosofía. 4 escuelas filosóficas: el académico Carnéades, el peripatético Critó-
+ Isócrates pretendía hacer propia la línea educativa que él atri- lao y el estoicó Diógenes de Babilonia. LoSmejores
oradotes etan'
buía a la antigua paídeía, dirigiéndose a una élite lo suficientemen- filósofos. Ela
anta en la
a yret
retórica
ricaya. había dejado
te rica como para poder pagar sus costosos cursos, que duraban un y. la for=»
promedio de tres o cuatro años. Hacia el final de su vida él mismo le lo óvenes de lasclases elevadas:delassociedad griega y
5 =
romana
constataba que en el arco de unos cuarenta y cinco años estos cur-
sos habían sido frecuentados porun centenar de alumnos, una bue-
na parte de los cuales se convirtió en personajes ilustres de la vida
política no sólo ateniense. Pero lo que él llamaba filosofía no coin- ¡REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
cidía con la de los socráticos, la de Platón y la Academia. Esta últi-
ma, que él identificaba con discusiones sobre el númerode los en- ANDERSON, W.D., Ethos and Education in Greek Music, Cambridge (Mass.),
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136/Giuseppe Cambiano Hacerse hombre/137

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vOCPOLOCIIIOLLILLLLIICICICIAIAAAAAIAe.
Capítulo cuarto
EL CIUDADANO
Luciano Canfora
DOPOVLELILILIIS 0000000000000000900.00

«Pintor de Amasis»: Cortejo nupcial, lekito tdetálle) .


Introducción

Erelsiglovra:C enmuchas ciudadesgriegasdlasaristocracias,


sostenidas'porlas:a masespartanasFAplastaron:aaddosllamadostirar
1035 asuricromel:COMO
AyEMOSTcnianpor,
por)
pepular: 7 nothabíazs
¡SidO-OMÉ ¡nariamenterunrdemagogo, Sin
embargo, ennla tradición literario-política llegada hasta nosotros, la
"imagen dela tiranía recibió una connotación definitivamente de
* valor negativo, y se ha llegado incluso a confundir con la noción de
dominio oligárquico (como en adelante veremos). .
Epiceitroy prototipo
dezlas”:Asturraciasgriogasiuencomo es
sabido, Esparta: Aquidamóción
deélite:dostespartiatas):coincideze
comlamTocióndebres? y por tanto de ciudadanos de pleno dere-
cho (cfr. Pp. 133 ss.). Eldomimiodetsararisorraciapertectardedi
merlúgara iiuddelz-guerraFsc. apoya emunotas
bleDasamen Eclasesia Ependientes(perieco 1
dadrlibresfes clavoscoincide
aquiten
TEMESPArATCONl:
al Eos
Era a
comoun: auténticaguerra:«simbólicamente, pero no tanto, los éfo-
ros espartanos «declaran la guerra» cada año la os hilotas, y jóvenes
espartiatas hacen su aprendizaje como guerreros dedicándose al
deporte de la caza nocturna de los ilotas, cuya muerte tiene tam-
bién —además del deseado efecto aterrador— su evidente signifi-
cadoritual y sacrificial. Elciudadanorelespartiatayelmacho;.debe
¿prender 3obre:todolamat
142/Luciano Canfora El ciudadano/143

A. H. M. Jones observó en una ocasión que los aristócratas ate- No sin motivo será precisamenteesta aristocracia la protagonis-
nienses, incluso manifestando continua admiración porel sistema ta de la experiencia política de la que se tratará en las siguientes pá-
espartano (baste recordar el nombre de Critias y también de su so- ginas. Si se quisiera encerrar en una fórmula la característica de se-
brino Platón), difícilmente se habrían adaptado a una comunidad mejante predominio duradero, podría indicarse la causa en la ca-
así de cerrada y espiritualmente estéril. El primertexto conservado pacidad de renovarse y de cooptar. En este terreno es precisamen-
de prosa ática, la Constitución de los atenienses, transmitido entre te la aristocracia modelo, la espartana, la que se ha demostrado,
los opúsculos de Jenofonte (pero ciertamente no escrita por él), como prueban los hechos, la de menor amplitud de miras.
abre, porasí decir, esta serie de tributosal ideal espartano. El autor
lamenta, por ejemplo, el duro trato que se puede infligir a los escla-
vos en Esparta, del mismo modo que auspicia un régimen político,
la eunomía («el buen gobierno»), en el que el pueblo ignorante e in-
Los:griegosy.losotros
competente, y por tanto nolegitimado para desempeñarel poder, «Entonces las ciudades no eran grandes, sino que el pueblo vi-
sea «reducido a la esclavitud». : vía en el campo ocupado en sus labores», éste es el cuadro socioe-
Sin embargo, en Atenas, este ideal, tan querido para la aristo- conómico en el que Aristóteles coloca la formación de las tiranías
cracía (cualquier cosa menos resignada y desarmada) no ha tenido en el libro quinto de la Política (1305a 18). «Dada la magnitud de la
nunca una realización concreta. O mejor, la ha tenido, y ha fra- ciudad, no todos los ciudadanos se conocían entre ellos»: es uno de
casado, en los dos periodos brevísimos de 411 y de 404-403, enel los factores materiales que Tucídides aduce para explicar el clima
momento en que las derrotas militares sufridas por Atenas en el de sospechasy la dificultad de relaciones que se creó en Atenas en
largo conflicto con Esparta hicieron parecer posible la instaura- los días en los que se incubaba el golpe de estado oligárquico de
ción también en Atenas del «modelo de Esparta». ¿Por qué este fra- 411 a.C. (VIII, 66, 3). La ciudadaarcaica es pequeña,y.esto hace que
: caso, si puede hablarse de fracaso? Precisamente “Elrautoride:lar la: democracia dir taraccir,la participación de todos los «ciu-
¡Constiticiónaclosatenieúsésta pesar dé que.pone en-evidenciael dadanos»en las decisiones, tenga-éxito necesariamente. Un éxito
principal defecto.de:la democracia (el acceso de.incompetentes,a que no se puede contrastar, sobre todo desde que una parte cada
los:cargospúblicos)no deja derecomcter que en Atenasel pueblo vez mayorde «ciudadanos» (o aspirantes a tales) converge hacia el
ja aslosieseñores»:l0s más delitados cáfgos militares:Laaristo- ágora y ya no permanece enclavada en el campo, absorbida corn-
crácialateniense, en realidad, sejhaadaptado (como veremos, en pletamente porel trabajo agrícola.
páginas siguientes) a un istema:político abiertola democracia Hasta ese momento, la situación es la descrita por Aristóteles
asambleísta— queharcolocadoel problema:capitalidela ciudada: («el pueblo vivía en el campo ocupadoen sus labores»), el enfrenta-
¿níasobre bases muevas» miento por él poder es patrimonio de algunos «señores». Estos se-
Estacaristocracia habíaconservado, portanto, en una situación ñores tienen el privilegio de llevar las armasy así ejercenla hege-
política más movida que la de Esparta, unñalegitimación paraa di- monía: un privilegio que podemos observar concretamente en los
rección del Estado, fúridadá'enila p sión'de-déterminadas com- ajuares funerarios de Jas tumbas áticas (en las antiguas tumbas de
) no“sólo bélicas) ,y:en'laduradera: préemiñeñcia-de sus los demos de Afidna, Torico y Eleusis los nobles están sepultados
propios valores, sancionada también por. el lenguaje político: sóph- con las armas, los villanos carecen de ellas). La sideroforía, el uso
ros$ne,además. de «sabiduría» quiere decir «góbierño oligárquico» bárbaro de ir armado, «es signo de nobleza —escribió Gustave
(Tucídides, VII, 64, 5). Glotz— que'el aristócrata porta hasta en la tumba».
En la Europadel siglo xvi, basta la Revolución Francesa e in- Enesta fase arcaica, las formas de gobierno determinadas porla
cluso después, era frecuente la asociación Roma-Esparta. No esta- alternancia en el poder de los señores —aristocracia, tiranía, «inte-
ba totalmente infundada. Ya Polibio se la había planteado en térmi- rregno» de un «mediador» (aisymnétes, diallaktés)—, aunque estén
nos de comparación constitucional, y había intuido en el sistema indicadas con denominaciones diferentes debidas con frecuencia
político romano un equilibrio perfeccionado entre los poderes al punto de vista del que escribe, son en realidad difíciles de distin-
(cfr. pp. 153 5s.). A él no se le escapaba que la bisagra de ese equili- guir unas de otras. Baste pensar en el devenir de la Lesbos de Alceo
brio era una aristocracia, coincidente con el órgano mismo (el y en figuras como la de Pítaco, diallaktés en la furiosa contienda en-
se-
nado) a través del cual ejercía el poder. tre clanes aristocráticos, que es etiquetado por Aleco como «tiva-
144/Luciano Canfora . El ciudadano/145

no», aunque haya sido después asurnido en el empireo de los «siete los tiranos de Jonia e instauraba democracias en las ciudades» (VI,
sabios» junto a su homólogo ateniense Solón. Aquellos que Alceo y 43). Incluso poresta noticia Heródoto teme la incredulidad de los
los otros que comoél etiquetaban como «tiranos» eran, según Aris- griegos, desde el momento en que «no han creído que [en la erisis
1 tóteles, los que asumían la «guía del pueblo» (prostátai toú démou). que siguió a la muerte de Cambises] Otanes hubiera propuesto para
, Estos gozaban —escribe Aristóteles en el pasaje antes citado— de los persas un régimen democrático».
la confianza del pueblo, y la «garantía» (pístis) de esta confianza era No veo por qué Heródoto no había de sercreído. La preciosa se-
| «el odio contra los ricos»: odio que —explica Aristóteles— tomaba rie de noticias que él da aproxima mucho a griegos y persas: dos
¡ cuerpo porejemplo en la masacre de los animales de los ricos, sor- mundosentre los que un abismo ha sido colocado por la autorre-
; prendidosjunto al rio por el «tirano» Teágenes de Mégara, hombre
AXXXXXAMXMXMX XA XIX XAXIDX o]

presentación ideológica que los griegos han dado de sí mismos,


| de confianza del pueblo. Por otra parte, así era Pisístrato, que es pero que en la práctica concreta eran mucho más próximosy en-
mencionado por Aristóteles en el mismo contexto. trelazados, incluso en la experiencia política. Prueba de ello es la
Pero la paralizadora fatiga en el campo (askholía) dejó de serlo naturalidad con la que entran en el mundo persa políticos como
en un momento dado: gentuza que antes no conocía justicia ni ley Temístocles, Alcibíades y Lisandro, y antes que ellos los Alemeóni-
, Tse lamenta Teognis (circa 540 a.C.) — y quese yestía con pieles das, aunque Heródoto se esfuerce por poner un velo patriótico $0-
3 de cabra, afluye ahora a la ciudad y cuenta más que los propios no- bre estos hechos (V, 71-73; VI, 115 y 121-124). Noes arriesgado sos-*
bles, reducidos a condiciones miserables. Antes —anota con la- tener, por tanto, que el propio lenguaje usado por Otanes(hipótesis
mentos Teognis— esa gentuza vivía fuera de la ciudad, o mejor, se- democrática), Megabiza (hipótesis oligárquica) y Darío (hipótesis
gún la despreciativa expresión teognidea, «pacíia» fuera de la ciu- monárquica, la victoriosa) en el contestado debate constitucional
dad. Ahora han entrado y el rostro de la ciudad ha cambiado(1, 53- herodoteo (MT, 80-82) fuera familiar incluso a los nobles cultos per-
56). Es evidente queélsaltoa uñágestión directa de lacomunidad, sas, y no exclusiva posesión de la experiencia política griega.
da*democracia diréecta'.nace precisamente entonces, con;el:ere-
¿ciente gravitar de los villanos dentro del círculo urbano:-conforme
se atenúa la asklolía se produce el salto a la democracia. El fenóme- El ciudadano-guerrero +
noes posiblepor el hecho de que la comunidad es pequeñayla al-
iva al poder, personal está, por así decir, a mano..No hay por La antigua” democraciá.es.por“tánto,el:régimen en,el que se
qué fabular acerca de una innata inclinación de los griegos hacia la cuentan todos los que tienen la ciudadanía,entanto que tienen al
democracia, incluso si, probablemente, los propios griegos han ceso"ala asamblea donde sé toman las decisiones.-El problemaes:
reivindicado tal mérito frente al gran universo que ellos llamaban ¿ tienelaciudadaniá.en la ciudad antigua?-Si consideramosel
«bárbaro». ejemplomás conocido, y ciertamente el más característico, Ate-
En ellentó proceso-de constituir una «tendenciaa la isonomía» nas, constatamos que quienés poseen este bien inestimable són re”
en elmundogriegoentre lossiglos vin y v a:C..el hilo conductor fue Jativamente pocos: los varones adultos, en tanto que hijos de padre
Aa'¿Rrmación della-«presencia política» (C. Meier) por.parte.de to- $ madre. tenienses, libres de nacimiento. Esta es la limitación más
dos lós individuos en“armásy por tanto'«ciudadanos».3 fuerte, si se piensa que, también según los cálculos más prudentes,
; La idealización de este mecanismo ha producido el lugar co- la relación libres-esclavos era de uno a cuatro. Después, hay que
| mún de los griegos «inventores» de la política. Un griego de Asia considerar el número nada despreciable de nacidos de sólo padre o
| como Heródoto, que tenía en cambio una notable experiencia del madre «pura sangre» en una ciudad abierta al comercio y a conti-
! mundo persa ha intentado sostener (aunque —como observa— nuos contactos con el mundo externo. Hay que recordarporúlti-
«no ha sido creido») que también en Persia a la muerte de Cambi- mo que, al menoshasta la época de Solón (siglo vi a.C.), los dere-
| ses (momento en que en Atenas todavía gobernaban los hijos de Pi- chos políticos plenos —que constituyen el contenido de la ciuda-
| sistrato) fue consideradala hipótesis democrática «de poneren co- dania— no se conceden a los pobres, y los modernosdiscuten sí en
mún la política» (es mesón katatheinai tá prégmata), como él expre- realidad ya Solón habría extendido a los pobres el derecho de acce-
* sa (11, 80). Heródoto recuerda también que cuando Dario marcha- so a la asamblea, como sostiene Aristóteles en la Constitución de
ba contra Grecia, en 492, su allegado y colaborador en la empresa, los atenienses. En una palabra, la visión: dela ciudadariía se con-
Mardonio, al costerar Jonia yendo hacia el Helesponto, «abatía a densa en:la edad clásica en la identidad ciudadano-guerrero:-Es ,
Am
146/Luciano Canfora El ciudadano/147

ciudadaño, es decir, forma_párté de la comunidad de. pleno dere- para ser exprimidos como esclavos. Vínculo de solidaridad con los
cho, a través delayparticipación en las:asambleás decisorias,quien, . aliados-súbditos se consideraba la extensión, inchuso en comunida-
está.en condicionesde ejercitarla principal función delosvarones., des aliadas, del sistema democrático. Esto significa que, pese al
adultos ibres: la guerraaDel trabajo sé ocupan sobre todo losescla- aprovechamiento imperial por parte de Atenas, siempre había una
vos y:éx cierta miedida:las mujeres. parte social, en las comunidades aliadas, que encontraba más con-
Dado que duramte mucho tiétpo ser guerrero compoTtaba tam- veniente la alianza con Atenas que cimentarse con la adopción del
bién disponer de los medios precisos-para proveérse de la armadu- sistema político del Estado-guía. En definitiva, ¿había;una parte
ra personal;:la:noción de ciudadano-guerrero sé.identificó con;la social dela: democrácia inclusoenlas: «ciudades súbditas. de»
-de
: pFopietario, que que p: poseía unos ciertos ingresos
E (por
p lo general in- Átenas. T
7 T
mobiliarios) y que ponía a disposición del potencial guerrero los
medios para armarse a su propia costa. Hasta ese momento, los no
propietarios estuvieron en una condición de minoría política y ci- Porotra parte, dentro del. Estado=guía; laampliación de la-ciuy
vil no'muylejana de la condición servil. Casi-un siglo“después de dadanía alospobres ha determinado una importante dinámica en
Solón; con la orientación de Atenas hacia el mar. y el nacimientode elvértice del sistema: los grupos dirigentes; los que porla elevada
MN una flota. de guerra estáble, y con'la victoria sobre_los persas, lue colocación social desempeñan también la educaciónpolítica, po-
necesaria uña masiva mano de.obra bélica: los marineros, a los que seen el arte de la palabra yportanto, guíanla ciudad, seidivid
1 i Sí miismos»: Ahí está el cambio;él acon-
: tecimiento.
topolítico-militar, que ha determiñado —enlas democra- enel cuallos.pobrés son-la pane miyoriláñia. Desta importarite
a

ciasmarítimas— la ampliación delaciudadanía a los pobres (los ¡Parte de los zseñores» (grandes familias, ricos hacendados yricos
thétes), que ascienden Así,finalmente, ala dignidad de ciudádaños- caballeros, etc.) que: aceptan: el: sistema;¡SUtge: la..«clase,«polí car.
guerreros, precisamente en cuanto marineros, en el caso de Ate-
nas, de la más potente flota del mundo griego. No es casualidad que uña dialéctica política frecuentemente fundada en el enfrenta-
en el pensamiento político de un áspero crítico de la democracia, miento personal, de prestigio; en cada uno está presente la idea,
como el anónimo de la Constituciónde los atenienses (quizá identi- bien clara en toda la acción política de Alcibíades, de encarnarlos
ficable con Critias) los modelos pólítico-estatales. se dividen en dos intereses generales, la idea de que la propia preeminencia en la es-
categorías aL L6): Losque hacenla guerrapor, mar: Atenas y sus cena política sea también el vehículo de la mejor conducciónde la
comunidad. Por el contrario, uha-minoríá de «señores»-ho acepta:
¡tados afines): e£lsistema: organizados en formaciónes más o menos secretas:(las
Lo que llamadas Aetáiríai) constituyen -uná. perenne. dmenáza=potencial
cor simo “el mo o de sus beneficiarios: Por esa razón, cuandolos parael sistema; cuyasfisuras espían, especialmente en los momen-
atenienses, o mejor, algunos de los doctrinarios ateniensesintere- tos de dificultad militar: Son dosamados «oligarcañ». No es que
sados en el problema de las formaspolíticas, intentaban aclararla proclamen aspirar al gobierno de una reducida camarilla (ellos ob-
diferencia entre su sistema y el espartano, terminaban por indicar viamente no se autodefinen «oligarcas», hablan de «buen gobier-
elementos no sustanciales, como por ejemplo la reiterada contra- no», sóphrosínt, etc.): propugñan la drástica reducción de la «citt-
posición tucidídea entre los espartanos «lentos» y los atenienses «dadánías, una reducción que excluya del principio del beneficio
«rápidos» (L, 70, 2-3; 8, 96, 5). Puede incluso suceder, recorriendo de la ciudadanía a los pobres y vuelva a poner.a.la.comúnidad
la literatura política ateniense, que se encuentrensignos de la «de- cnelestado en el que sólo los «Ciudadanos» de pleno derecho sean
mocracia» espartana, y el propio Isócrates, en el Areopagítico, llega los«capaces dde armarse a su propia costam El mismo término olí-
a proclamar la identidad profunda del ordenamiento espartano yel goi —observa Aristóteles— crea confusión: no se trata, de hecho,

A
ateniense (61). de que sean «muchos» o «pocos» los que intentan el acceso a la ciu-
La ampliación.de la ciudadanía —quesesuele definir-«demio: dadanía, sino de que sean los hacendados o los pobres, el número
cracias— está intrínsecamente conectada eñ.Atenas con el naci- respectivo es «puro accidente» (Política, 1279b 35), y de todas lor-
miento del imperio márítimo: imperio que los propios marineros mas «también en las oligarquías está en el poder la mayoría»
democráticos conciben en genera] como un universo de súbditos (1290a 31).
OCOOOOLOLILLLOLOICICIILLIILICIIIIIIIAA

148/Luciano Canfora
El ciudadano/149
A pantirde esta página aristotélica, Arthur Rosenberg formula una analo- [orma que los átimoi caídos en su momento «en losartificios de Frí-
gía moderna muy esclarecedora: «La aplicación de las definicionesaristoté- nico» (uno de los principales inspiradores del golpe de estado de
licas al presente llevaría a resultados muy singulares, pero también muy 411), sean reintegrados con el pleno título de la ciudadanía (Ranas,
realistas: la Rusia soviética de 1917 y de 1918 sería una democracia, la ac- 686-705). Y cuando en 404 los oligarcas vuelvenal poder bajo la
tual República francesa sería una oligarquía. Ambas valoraciones no sona-
égida espartana, no sólo instauran un cuerpo cívico todavía más
rían ni como alabanza ni como censura, sino que serían la simple constata-
restringido (3.000 ciudadanos de pleno derecho) sino que favore-
ción de un hecho.» á
Fundándose en cálculos muy discutidos y, portanto opinables, aunque cen el éxodo de los demócratas, de los populares, de los que por ra-
¿ siempre indicativos, Rosenberg ponía el acento en el hecho de que —preci- zonespolíticas o de clase estaban ligados al sistema democrático:
: samente en el caso de Atenas— la preeminencia numérica de los pobres incluso a costa de «despoblar» el Atica, como subraya Sócrates en
respectoal resto del cuerpo social no era un dato asumible: «la relación nu- un dramático coloquio con el propio Critias y con Caricles, referi-
mérica entre pobres y propietarios era sólo de 4 a 3. Por ello, habria bastado do por Jenofonte en los Memorables (1, 2, 32-38).
a estos últimosatraer a su partido con cualquier artificio a una parte, inclu- Dispuestos a tomarlas armas unos contra otros para disputarse
so pequeña, de la clase pobre, para conquistarla mayoría en la asamblea po- el bien precioso de la ciudadanía, los ciudadanos «pura sangre» ess
pular». Rosenberg ponía de relieve también el papel de una clase interme- «tán todos de acuerdoen excluir cualquier hipótesis de extensión de
dia, definida porél como «la pequeña clase media» (der kleine Mittelstand), ciudadanía hacia el:exterior, fuera de la comunidad» Sólo en mo-
en la dinámica sociopolítica ateniense: el apoyode esta clase amplía mucho
mentos de gravísimo peligro y de auténtica desesperación han in-
la base de clase de la democracia, pero puede disminuir, como se ve en mo-
mentosdecrisis. Es una clase constituida esencialmente por pequeños pro-
tuido la potencialidad existente en la ampliación radical de la ciu-
pietarios (el Diceópolis de los Acarnienses es quizá un símbolo). No yerra dadanía. Después de la pérdida de la última flota agrupada al final
Rosenberg cuando observa que, para esta clase, la democracia «significó el del demoledorconflicto con Esparta (Egospótamos, verano 405),
accesosin restricciones a las conquistas culturales, y la posibilidad de resar- los atenienses conceden —gesto sin precedentes— la ciudadanía
cirse, asumiendo de cuando en cuando un cargo público, de la fatiga coti- ática a Samos, la aliada más fiel: cumplen así el tardío y desespera-
diana del trabajo». . do intento de «reduplicarse» como comunidad. La efímera medida
Cuando, con la derrota militar de Atenas en el enfrentamiento con la (Tod, GHI, 96) fue obviamente arrollada porla rendición de Atenas
monarquía macedonia (guerra lamíaca, a fines del siglo tw), los propieta-
(abril, 404) y porla expulsión, pocos meses después, de los demó-
rios, sostenidos porlas armas de los vencedores, excluirán porfin de la ciu-
cratas de Samos por parte del victorioso Lisandro (Jenofonte, Helé-
dadanía a 12.000 pobres (Diodoro Sículo, 18, 18, 5 y Plutarco, Foción, 28,7),
es decir, aquellos que están por debajo de las 2.000 dracmas, semejante de- nicas, 2, 3, 6-7); pero fue propuesto de nuevo, porla restaurada de-
rrota temporal del sistema democrático se consumaráen el aislamiento de mocracia, en el arcontado de Euclides (403-402), en honor de los
"los pobres: la «clase media» está en aquel momento con Foción, con Dema- demócratas samios desterrados (Tod, GHI, 97). Setenta años más
_des y con los otros «reformadores» filomacedonios. tarde, cuando Filipo de Macedonia derrotó en Queronea a la coali-
ción capitaneada por Atenas (338 a.C.), y parecía por un momento
Es sintomático del papel central de la ciudadanía el hecho de que el vencedor, conocido por ser capaz de reducir a escombros
que, conseguido durante algún mes el poder, los oligarcas atenien- las ciudades vencidas, estuviera marchando hacia Atenas, práctica-
ses redujeran como primera medida el número de los ciudadanos a _ mente desprotegida, un político demócrata, pero tan «irregular»
5.000 y que, en el plano propagandístico, intentaran en un primer en la formación de tropas como extravagante en su conduc
ta vital,
momento calmara la flota, sosteniendo que en el fondo, en la prác- Hipérides, propuso la liberación de ciento cincuenta
mil esclavos
tica, nunca semejante número de personas tomaba parte real en las agrícolas y mineros(fr. 27-29 Balfi-Jensen). Pero acabó
en los tri-
asambleas decisorias (Tucídides, 8, 72, 1), y que, al contrario, reto- bunales, a causa de semejante iniciativa «ilegal», por obra
de un en-
mada la delantera, los demócratas hayan por su parte privado en furecido líder, Aristogitón, que se alzó en nombre de la
democracia
masa de la ciudadanía a aquéllos a los que había sostenido el expe- contra la indebida ampliación de la ciudadanía. Y el
argumento
rimento oligárquico, reduciéndolos al rango de ciudadanos «dis- aducido PorAristogitón fue, en aquella ocasión,
el tópico de la ora-
minuidos» (átimol). toria democrática ateniense: que «los enemigos de
la democracia
El fenómeno es tan imponente que un gran autor de teatro, mientras hay paz respetan las leyes y son forzad
os a no violarlas
Aristófanes, aprovecha esa especie de zona franca del discurso po- pero cuando hay guerra encuentran fácilmente
cualquier tipo de
lítico que es la parábasis, para lanzar un llamamiento a la ciudad de pretexto para aterrorizar a los ciudadanos afirma
ndo que no es po-
150/Luciano Canfora El ciudadano/151

sible salvar la ciudad» si no se lanzan «propuestas ilegales» (Jander, expropiación sino como forma de castigo por determinadosdeli-
Oratorum Fragmenta, 32). tos: ha dejado que los ricos continuaran siéridolo pero tiene sobre .-
Acfines del siglo Y, éXactamente en:¿los últimos tiéinta años, se sus éspaldas una enorme cárgaá social.»
había abiérioen. el.mundoEfiego "una fase conflictiva. muy san-
¿grienta:suna guerra general;que había implicado a casi todas las El capitalista —eseribió con una terminología muy cficaz Arthur Rosen-
ciudades dejando poco espacio a los neutrales —una guerra no berg— era como una vaca lechera, que la comunidad ordeñaba con cuida-
sólo entre Esparta y Atenas, sino entre dos formacionesgravitantes do hastael fin. Hacía falta al mismo tiempo preocuparse de que esta vaca re-
en las respectivas órbitas—, ¡a -lavez que-una guerra civil, conse- cibiese por su parte un sustancioso forraje. El proletario ateniense no obje-
cuencia inmediata y obligada de aquel conflicto general. Se trata taba nada si un fabricante, un comerciante o un armador ganaba en el ex-
de un caso en el que guerra externa y guerra civil se alimentan mu- tranjero todo el dinero posible, así podría pagar más al Estado.
tuamente, en el que el régimen vigente en cada ciudad cambia se-
gún se coloque en un campo o en el otro y, por cada cambio de ré- “Por. esto, deducía correctamente Rosenberg, el interés —queel
gimen, masacres de adversarios y exilios en masa marcan la alter- «proletario» ateniense compartía conel «capitalista» — del aprove-
nancia en el poderlas dos facciones. La guerra civil había llegado chamiento de los áliados y, en general, de una política exterior im!
al corazón de uno de los Estados-guía, Atenas, que de hecho, por perialista.»
unos meses en 411 (nada menosque siete años antes de la derrota
definitiva) vio a los oligarcas llegar al poder y en breve perderlo, Las voces que se alzaban contra una política de rapiña se apagaron, y así
arrollados porla reacción patriótico-democrática de los marinos los pobres atenienses; en el periodo en que ostentaron el poder, apoyaron
sin reservas los.planes imperialistas de los empresarios. Es significativo que
que se constituyeron en Samosen anti-Estado respecto a la ciudad
Ateñas; precisamente después dela subida al poder:del proletariado, se lan=» ¡
madre, caída en manos de los «enemigos del pueblo». La:guerta zase a dos ve |
(
largá/guerra civil tuvo en 404 un epílogo que parecía definitivo: la> quista de os planes de Atenas n ¿
derrota militar de Atenas y su completa renuncia al imperio y a la ¡la propia Grecia para anular la competencia cor, ¡1
flota, el humillante :ingreso, bajo un gobierno todavía más feroz. mercia que suponían lás repúblicas de Egina y.de Corinto;
mente oligárquico (los «Treinta»), en el grupode aliados de Espar-
ta. Ahora bien, el dato más significativo de toda la historia de aque- . Rosenberg sobreentiende aquí la tesis, que no hay que infrava-
lla época es que, después de ni tan siquiera un año,-había caído el lorar, del enfreñtamienitó Comercial entre Atenas y Corinto!las dos
régimen de los Treinta y los propios espartanos se encontraban fa- máximas potencias marítimas, como causa-fundameñtal de la gue-
voreciendola restauración democrática en la derrotada ciudad ad- rradel Peloponeso:
versaria.,El Atica se había negado a la «laconización»: la elección Para conquistar el prestigio y el consentimiento popularlos se-
que se consolidó a partir de Clístenes, se había convertido por tan- ñores que guían el sistema gastan generosamente su dinero no sólo
to en una estructura profunda de la realidad política ateniense; el. en liturgias sino también en espléndidos gastos de los cualesel de-
sistema basado en la garantíaa los pobres de participar en la ciuda- mos pueda disfrutar directamente: es el caso de Cimón —el an-
danía se había revelado más fuerte y duradero que el propio nexd tagonista de Pericles—, que quiere abrir sus posesiones al pú-
(originario) entre democracia y.poder marítimo. blico.

Hizo abatir iescribe de él Plutarco— las empralizadas de sus campos,


La:«vaca:lechera» y para que estuviera permitido a los extranjeros y a los ciudadanos que lo de-
searan recogerlibremente los frutos del tiempo. Cada día hacta preparar en
su casa una comidasencilla pero suficiente para muchos comensales: a ella
Uno de los factores fundamentales que cimentan el pacto entre
no los pobres y los señoreses la «liturgia», la contribución más o me-
podían accedertodoslos pobres que quisieran, los cuales de este modo, libe-
rándose del hambre sin esfuerzo, podían dedicarsu tiempo a la actividad po-
nos espontánca,.con frecuencia muy consistente, que se exige a los lítica (Cimón, 10).
ricos para el funcionamiento de la comunidad: del dinero necesa-
rio para prepararlas naves a los abundantes fóndos para las fiestas Aristóteles (fr. 363 Rose) precisa que este tratamiento Cimón lo
y el teatro estatal. El régimen «popular» antiguo no ha conocido la reservaba no a todos los atenienses indistintamente, sino a aque-
POLLA 00

El ciudadano/153
152/Luciano Canfora

las arcas del Estado. La imagen consolidada en la tradición es que,


llos de su demo. A solventar el problema de la comida diaria contri-
así, Pericles «corrompió» a las masas introduciendo compensacio-
iS ps buía también la práctica de las fiestas, ocasión en la que los pobres
nesestatales por la participación en los espectáculos y porla parti-
tenían fácil acceso al consumo, no habitual y casual de la carne. El
cipaciónen los tribunales, además de otras compensaciones públi-
llamado «viejo oligarca», autor putativo de la Constitución de los
cas y fiestas. laadopción mática. de estás. formas de salario es-
atenienses, no perdona este parasitismo al pueblo y lo denuncia ex-
tatal hataracterizadola democracia ateniense en el periodo de su»
plícitamente en su opúsculo: «la ciudad sacrifica muchas víctimas
mayor Borecimiénto, consolidando la imagen dé underrios dedica-»
con cargo al gasto público, pero es el pueblo el que come y se re-
do a la política, á la actividad jurídica y-a'la-práctica social del tea-
parte las víctimas» (2, 9). Cimón proporcionaba también vestidos:
tro y delasfiestas, pero liberado, en amplia medida, del trabajo ma-
«cuando salía —cuenta Plutarco— lo acompañaban siempre jóve-
terial: e incluso el periodo de mayorafluencia de esclavos, cuando
nes amigos muy bien vestidos: cada uno de ellos, si la comitiva en-
—sostenía Lisias— hasta el más miserable de los atenienses dispo-
contraba algún anciano mal vestido, cambiaba gon él el manto;
nía al menos de un esclavo (5, 5). :
gesto que parecía digno de respeto».
Pero los grandes insthumentos de la «demagogia» periclea fue-
Pericles no podía afrontar tanta esplendidez. Su estirpe cierta-
ron el desenfadado uso personalde la caja federal y la no menosde-
mente no era menos importante que la de Cimór;, que era hijo de
senvuelta política de obras públicas..Los ataques de los adversarios
Milcíades, el vencedor de Maratón, y de Egesípeles, princesa tra-
incidían sobre este punto precisamente: «clamaban porque la
cia. Porparte de madre (Agariste), Pericles descendía de Clístenes,
transferencia del tesoro común de Delos a Atenas era un abuso,
quien -—con ayuda deEsparta— había expulsado de Atenas a los Pi-
que suscitaba maledicencias y prejuicios respecto al buen nombre
sistrátidas y había insituido la geométrica democracia ateniense
de los atenienses»; Pericles replicaba «explicando a los ciudadanos
fundadasobrelas diez tribus territoriales con las que había sido so-
que no debían dar cuenta a los aliados del uso del tesoro federal,
cavado el sistema de las tribus gentilicias. También era cierto que
desde el momento en que combatían para ellos y mantenían aleja-
se decía que el clan familiar había establecido contactos con los
dos a los bárbaros». Teorizaba también que dinero, una vez aporta-
persas en tiemposde la invasión de Darío: la invasión que precisa-
do, es de quien lo recibe, y encontraba más que legítimo el uso de
mente Milcíades, el padre de Cimón, había parado. Era una estirpe
ese dinero en obras públicas -——una vez provistas las necesidades de
ilustre pero discutida, entre otras cosas por el modo sacrilego con
la defensa común—: ¿por qué no habría de emplearse el dinero en
el que había liquidado, en una época que Heródoto y Tucidides in-
obras públicas que «una vez terminadas, se traducen en gloria eter-
dican de diferente modo, la intentona tiránica del gran deportista
na, y mientras se realizan se revelan como concreto bienestar para
Cilón, Una estirpe que se había arruinado en un largo exilio, humi-
los ciudadanos?». Y explicaba que las obras públicas podian consti
llada por la derrota, abocada a corromper el oráculo délfico para
tuir el motoryel epicentro de todo el sistema: «éstas suscitaban ac-
obener la ayuda de los espartanos; pero en su momento, a la muer-
tividad de todo tipo y las necesidades más variadas: necesidades
te de Pisistrato, preparada para descender a pactos con los hijos del
que, despertando todas las artes y moviendo todas las manos, dan
tirano, tanto que el propio Clístenes había sido arconte en 525-
de comer, gracias a los salarios, a casi toda la ciudad; lo que signifi-
524.
ca —concluía— que la ciudad,'mientras se adorna, se nutre» (Plu-
Naturalmente Pericles conocía bien las etapas y trucos de una
tarco, Pericles, 12). Existia-en Pericles —según Plutarco— la idea
carrera. Cuando Esquilo pone en escena Los persas (472 a.C.), la
de'una participación -de-tódos en el bienestar generado por el impe-
tragedia que exaltaba a Temístocles (todavía no desterrado), fue él
rio: si los jóvenes en edad militar se enriquecían en las campañas
quien corrió con los gastos para preparar el coro (1G, 1/111, 2318,
militares, la masa de los trabajadores no encuadradosen el ejército
col. 4, 4). Poco después desapareció de la escena Temístocles, y Pe-
no debía permanecer excluida del provecho, ni participar sin tra-
ricles se acercó progresivamente a Efialtes, quien propugnaba la
bajar. Y así hizo pasar porla asamblea proyectos grandiosos cuya
plena ciudadanía para los pobres. En un principio quiso también
l competir con Cimón en esplendidez. «Pero Cimón —observa Plu- ejecución «exigía mucho tiempo y muchas categorías de artesa-
| tarco— lo superaba porla entidad de las sustancias, gracias a las
nos»: de este modo «los ciudadanos que se quedaban en casa goza-
ban de la utilidad pública no menos que las tripulaciones, que las
¡ cuales podía conquistarse las simpatías de los pobres» (Pericles, 9).
! Entonces Pericles —precisa Plutarco— emprendió el camino dela guarniciones, que los ejércitos en campaña». Y Plutarco añade
¿ aquí una descripción impresionante del múltiple tipo de mano de
? «demagogia», pasó a decretar subvenciones en dinero a cargo de
bocorcoVccOc cnc... ssccrrc...o
154/Luciano Canfora El ciudadano/155

obra ocupada en esta ola «eroosveltiana» de obras públicas: carpin- Estaidea-del-EstadotiereralgimasTonsecuencias;por:ejemplo,


teros, escultores, forjadores, cinceladores, tintoreros, orfebresy to- cuando-la-comunidad-está-dividida-porla-stásis;porda: uchacivil,
reutas, pintores, tapiceros, grabadores, porno hablar de las catego- condición nada insólita (excepción hecha de las comudidades par-
rias de trabajos relacionados con la importación y transporte de las ticularmente estables, como Esparta: virtud sobre la que insisten,
materias primas, de los armadores a los marineros, pilotos, corde- admirados, Tucídides, 1, 18 y Lisias, Olimpiaco, 7). Entoncespuede
leros, curtidorcs, mineros, etc.; «todo arte asumió el papel de un ocurrirqueuna:partedel Estido se constituyaemamt tadomy:se
general y bajo cada una, en buen orden de combate, estaba la masa prot exEstadorúnico pdegiti mo —llaman do la atención sobre
de los obreros manuales». El proyecto originario del Partenón, una mayor coherencia respecto a una no «constitución heredada»
concebido por Calicrates, el arquitecto ligado a Cimón (que con el (pátrios politeía) nunca bien precisada. Es lo que se verifica en 411
botín de la batalla de Eurimedonte había hecho construir ya el cuando, después de un siglo desde la caída de los Pisistrátidas (es
muro meridional de la Acrópolis) fue abandonado, y Calícratesli- Tucídides [8, 68, 4] quien observa esta secular herencia de la demo-
cenciado y confiado el papel de constructor jefe a Ictino, quien cracia), en una Atenas sacudida por la catástrofe siciliana, cuando
—según Vitrubio-—— escribió precisamente un tratado sobre la los oligarcas, tendentes desde siempre a crear insidias contra el
impre-
construcción del Partenón (De architectura, 7, pr. 16). odiado sistema, toman el poder. Pero se encuentran ante la
No faltaron chanzas de cómicos (Cratino, fr. 300 Kock), sarcas- vista reacción de la flota que estaba en Samos —es decir, de la base
mo de panflctistas, ataques de políticos. Los oradores «próximos a social de la democracia, en armas a causa de la guerra—: la flota se
Tucídides de Melesia ——escribe Plutarco— clamaban contra Peri- constituye en un contra-Estado, elige sus generales, no reconoce a
cles en asamblea sosteniendo que despilfarraba el dinero público y aquellos que tienen el cargo bajo la oligarquía, y proclama que cla
disipaba los ingresos». La reacción de Pericles es emblemática. guerra continúa» mientras los oligarcas no intenten otra cosa que
Preguntó en asamblea, dirigiéndose a todos, side verdad había gas- el acuerdo con Esparta. En los fundamentosde esta iniciativa está
tado mucho. Todos en coro contestaron: «¡Muchísimo!», y Pericles porun lado la firme convicción de que el Estado sonlas personas, y
dijo: «Bueno, que lo cargén todo a mi cuenta, pero las inscripcio- porel otro el radical convencimiento, presente en la ideología de-
nes volivas [en las que se indicaba el nombre de quienhacía la de- mocrática, según el cual —como proclama Atenágoras el siracusa-
dicación] las haré a mi nombre» (Plutarco, Pericles, 14). La jugada no en un discurso reescrito por Tucídides— «el demos es todo»(6,
tuvo el efecto deseado: Pericles fue autorizado a recurrir sin pro- 39): sofisma, si se quiere, basado también en el equívoco léxico
blemas a las arcasestatales, o porque fue admirada su gencrosidad donde «demos» es tanto la facción popular como su base social, e
—observa Plutarco— o quizá porque el pueblo no toleraba no incluso la comunidad en su conjunto. Sofisma que ha disfrutado de
refie-
compartir con él la gloria de aquellas obras. cierta eficacia demostrativa, en tanto en cuanto también él se
re a la concepción personal del Estado.
Larconcepciónipersonal:del-Estado En 404-403, en el curso de la más grave y larga guerra civil que
haya conocido el Ática, se llega en un momento concreto a una di-
La:concepciómsegúnlacual-el-Estado-son:lasipersonasidotadas visión tripartita. En primer lugar está el dominio delos Treinta,
a
de:ciudadania7quelos:ingresos-del-Estado:sonttout:court-susingres tendentes a hacer en el Ática una Laconia agrícola y pastoril ajena
sOs+que Pericles pueda hacer con los ingresos federales aquello los intereses marítimos(es sabida la anécdota plutarqu ea [Temísto -
que Cimón intentaba hacer con su poco común riqueza personal, cles, 19, 6] según la cual Critias quiere que el béma desde el que ha-
sontotrosttantos;síntomas-dezunazidearepersonals:deliEstadorrde: blan los oradores «fuera girado hacia la tierra»), indiferentes total-
una-concepciónsegúnaccualelEstado-nottienetunapersonalidad: mente al éxodo de los populares y demócratas forzado por la victo-
jurídicatautónomaimásallá-de-las:personas;-sino-que-coincide.con. ria oligárquica y es más: autores de este éxodo. Pero los demócra-
las-propiaspersonas; os ciudadanos? laidea con cuyafuerza tas, dispersos por Beocia y Megáride, enseguida, después de alguna
Temistocles «transporta» Átenas a la isla de Egina cuando se apro- «victoria militar, se agrupan, se atrincheran en El Pireo, donde
xima la invasión persa, es la teoría que Nicias, asediador ya asedia- constituyen la contra-Atenas democrática, mientras los oligarcas,
do en Siracusa, formula para reanimary responsabilizar a sus mari- sacudidos porla derrota, se dividen en dos troncos, con dos sedes
neros: «Los hombres son la ciudad, rio los murosni las naves vacías distintas y dos gobiernos distintos: uno en Atenas y otro en Eleusis.
de hombres» (Tucídides, 7, 77, 7). Y cuando los Espartañiós impongan la pacificación, es decir, el re-
156/Luciano Canfora
El ciudadano/157

greso de los demócratas basado en la restauración de la vieja


cons- que,,como Alcibíades o como el «viejo oligarca» o incluso Polibio,
titución democrática a cambio del compromiso deno proced
era no'comparten-en absolutola formulacióndel partidodemotrático,»
depuraciones o venganzas, se sancionará —yestará en vigoral A RÁ A
gu- según elcuali«el"demos-es todo».
nos años— que en Eleusissiga existiendo una república oligárq
ui-
ca, en la cual encontrará refugio quien no esté dispuesto
a aceptar
el compromiso de la pacificación.
labtracaradesemejan téconcepción delEStádo'secaptaenEl
mómento-de-la-rupturadel-patto:es decircuando.él exiliado,
ex: Pero“si ¿el demos esttodo», sizel puebloen cuanto.conjunto des
pulsadoyent valiciómcomel enemigo dela ciudad:para regre- ciudadanos que constituyen el Estado está por entinva detoda ley,
sara ella, EFpresupuesto del que parte es que noes:elEstad
o (enti* en cuanto:que él mismo:es fuente de toda ley; la única ley posible es..
dad:suprapersonal; abstracta)rsino-otros ciudadanos-quienes —como proclama con dureza «la masa» (pléthos) en un momento
han
provocadozla:proscripción. Quienzlozpadecerconsiderasinicua ro delicado del célebre proceso contra los generales vencedores de la
icala-fied rent «guerrapersonal contrasuciudad paras Arginusas (Jenofonte, Helénicas, 1, 7, 12)— «que el pueblo haga lo
y-se-sane lá injusticia=Por ello Alcibíades quequiéra»r(que es la misma fórmula con la que el Otanes herodo-
se pasa a los espartanos y se desfoga con ellos coritra el sistema po- teo [3, 80] define el poder del monarca). Pero selpueblo está más
lítico ateniense (Tucídides, 6, 89, 6), y cuando —años después— alládelaleyrlaleynopuede considerarse inmutable, independien,,>
regrese, su apología consistirá en la quisquillosa reivindicación «e dela voluntad popular; sino-que; porel:contrario:se:adecuará a*
de
sus propias razones y en la denuncia del error sufrido no porel Es- ella:incluso sirecambiar:las leyes» (kineín tots nómous):es “tam-
tado, sino por «aquellos que lo habían proscrito» (Jenofonte, Helé- bién) una-deudaclásica de tos demócratas asus tradicionales ene-
nicas, 1, 4, 14-16). Y por esto el «viejo oligarca» se complace de la migo:
circunstancia de que Atenas no sea una isla: porque —obse
rva—, Paraambos es:sano inivocárla «constitución herédada»(pátrios
si por desgracia Atenaslo fuese, los oligarcas «no podrian
traicio- *politeía): Según Diodoro Sículo (14, 32, 6, Trasibulo, el promotor
nar y abrir las puertas al enemigo»(2, 15).
de la guerra civil contra los Treinta, había proclamado que no ha-
Así, la propia noción de «traición» se relativiza. Cuando
, más de bría acabado la guerra contra los Treinta «hasta que el demos no
dos siglos más tarde, Polibio reflexione sobre la experiencia políti- hubiera recuperado la pátrios politeía». Por su parte, los Treinta
ca griega, de cuyos últimos extremos él mismo había sido partici- —según Aristóteles— hacían gala de perseguirla pátrios politeía
pe, manifestará una cierta intolerancia precisamente hacia esta
no- (Constitución de los atenienses, 35, 2). Uno perseguía la restaura-
ción de la «traición»: ción de la democracia radical, los otros mantenían que llevaban a
Frecuentemente me asombro —escribirá— porlos errores que los hom- cabo su programa derribandoel pilar de la democracia radical, y
bres cometen en'muchos camposy de forma especial cuando arremeten por tanto —explica Aristóteles— las leyes con las que Efialtes ha-
contra los «traidores», Por ello —prosigue— aprovecho la ocasión para de- bía anulado el poder del Areópago y puesto en marcha, de este
cir dos palabras sobre este asunto, si bien yo no ignoro que se trata de mate- modo, la democracia radical. Trasímaco, el sofista de Calcedón al
ria difícil de definir y de valorar. No es fácil de hecho establecer quién debe que Platón en la República atribuye la teoría brutal según la cual
verdaderamente definirse como «traidor». justicia es el derecho del más fuerte, ponía de relieve la contradie-
ción y conseguía motivo de ironía respecto a la oratoria política:
Después de lo cual, vanaliza, por así decir, el concepto detrai-
«en la convicción de sostener los unos argumentoscontrarios a los
ción, observando que ciertamente no lo es el «establecer nuevas
de los otros, no se dan cuenta [los oradores] de que miran hacia
alianzas»; por el contrario —observa— «aquellos que, según las
idéntico resultado y de que la tesis del adversario está incluida en
circunstancias, han hecho pasara sus ciudades a otras alianzas ya
el discurso de uno» (Dionisio, Sobre Demóstenes, 3 = 1, pp. 132-134
otras amistades» con frecuencia han sido beneméritos de sus ciu-
Usener-Radermacher). ETE
dadesy portanto no tiene sentido la forma demosténica de etique-
programático"hay-obviamenteuisigno”del fenómeno genefal; se:
tara diesto y siniestro con el epíteto de «traidor» a los adversarios gún:elcualda-democraci cuando-«habla»acaba:casisiempre por
políticos (18, 13-14). Lara; -essóló una maneraunilateral-de, amoldarsealaideología dominante. Asirelrecursoal pasadocómo.
juzBar.un comportamiento político: eflacópticaclaro, de-aquellós» auun-dato de-por sí positivo (no porazar el primer «fundador» de la
158/Luciano Canfora El ciudadano/159

democracia acababa siendo el mismísimo Teseo) se cónjuga.con la bres.a modificara la ligera las leyes es un mal, está claro que con-
connotación negativa de la alteración de las leyes vigentes (preci- vendrá dejar en vigor normas claramente defectuosas: porque no
samente kirieín): Pero semejante. propósito de.fijación choca, o habrá ventaja que compense la desventaja de que se genere la cos-
puede chocar, contaexigencia de poner el demos por.encima de tumbre de desobedecera las leyes.»
las leyesúnico"árbitFOde su-Eventual:modificación>
Por. otra parte, una modificación de la ley se produce de todas
formas,.en el tiempo:tanto: más cuanto que, observa Aristóteles; el Libertad/democracia? tirania/oligarquía
fin que todos persiguen no.es «la.tradición», (tó pátrion)- ¿ino «el
bien»:(Política, 1269a 4). Y es un fenómeno alarmante, en general Cua «describir el sistema político. ateniense,el:Peri-
> e
para el pensamiento conservador: de los pitagóricos (Aristóxeno, cles tucidíideo inslaura uná contraposición entre:«democracias y
fr. 19 Miller) a las Leyes platónicas (722 D), incluso si a Platón no «libertads: a falta de otro término —dice— estamos acostumbra:
se le oculta la inevitabilidad del cambio (769 D). Kineín es palabra dos a definir este régimen como.democracia porqueincluye en la
bifronte: indica tanto.la alteración como el desarrollo (Isócrates, politeía a muchos, pero se trata de un sistema político libre (elew-
Evágoras, 7), y por,.tanto acaba coincidiendo corsla noción de epi- théros de politeúomen)! Democracia y libertad son colocadaspor el
dosis (= progreso, en referencia a las distintas tékhnat), fenómeno orador, en cierto sentido, comoantítesis. En realidad, la oración
inevitable, porasí decirlo, como teorizan Isócrates en el pasaje del fúnebre no es propiamente aquel «monumento a la democracia
Evágoras y Demóstenes en un célebre boceto de historia del arte ateniense» que una parte de los intérpretes ha sostenido reconocer
militar (Filípica tercera, 47, donde kekenésthai y epidedokénai son (entre estos intérpretes está también Platón, que porello lo quiso
sinónimos). Fenómeno inevitable, si se ve en un arco de tiempo parodiar en el cpitafio que Aspasia pronuncia en el Menexeno). El
muy extenso, incluso en lo que se refiere a la ley, por muy peligroso elogio de Atenas que contiene el epitafio pericleo nos llega a través
que pueda ser —lo pone de relieve Aristóteles— crear cl preceden- de un doble filtro: el primer filtro es el propio género literario de la
te de la modificabilidad de la ley, dejar que la gente se acostumbre oración fúnebre, inevitablemente panegirístico; el segundo está
a la idea de que la ley puede ser modificada (Política, 2, 1268b 30- constituido porla persona del orador, Pericles como era valorado
1269a 29). por Tucidides, un politico que a juicio de su historiador había des-
En unexcursus en el que la evidente evocación a célebres y fá- naturalizado efectivamente el sistema democrático manteniendo
cilmente reconocibles expresiones de la «arqueología» tucidídea! viva sólo la parte externa. La propia palabra que usa (demokratía)
intenta denotarla amplitud del tiempo considerado como «teatro» no es un término característico del lenguaje democrático, que,
del cambio, Aristóteles proporciona una especie de arkhaiología como sabemos, es más usual demos en sus varios significados(esti-
suya del derecho, homóloga a la más general «arqueología» tucidí- pica la fórmula de la parte democrática [ein tón démon = abatir, o
dea: un texto éste del que se aprecianel eco y la eficacia —a pocos intentar abatir, la democracia). Demokratía es originariamente un
decenios de la difusión de la obra tucididea— en el proemio de término violento y polémico («predominio del “demos»).acuñado
Éforo (fr. 9 Jacoby) y, precisamente, en este notable excursus aris- por.los enéinigos del orden democráti no es una palabra de la
totético. La conclusión a la que Aristóteles llega encierra en sí mis- convivencia. Expresa la preponderancia (violenta) de una parte y”
ma el reconocimiento de aquella sintesisde-innovación y conser; estaparte se puede designarsólo con un nombre de clase, tanto es
vación que hace del derecho uña construeción única, la única car así que
Aristóteles —con extrema claridad— formula el paradógi-
paz-de dar equilibrio a:lá transformación. Aristóteles se esfuerza co exemplum fictum segúnel cual el predominio —en una comuni-

A
también en individualizar una medida, un criterio que consienta dad de 1.300 ciudadanos— de 300 pobres(si es que llegan) contra
valorar hasta qué punto y cuándo innovar y cuándo en cambio, a todos los demás es nada menos que una «democracia». Comsidera=s
pesarde que los defectos sean visibles, renunciar a la innovación. da desde esta óptica, la democracia acaba asumiendo connotacio-
Es un criterio empírico y genérico: «Cuando la mejora prevista sea nes propiasde la tiranía: en primer lugar porla reivindicación por
modesta, en consideración al hecho de que acostumbrar a los hom- parte del démos de un privilegio propio del tirano: estar.por enci-
ma de la ley, poieín ho ti boúletai. >
1 Pása gár héHellas esidephórei (Tucidices, 1,6); semeion phaié tisán (1, En el lenguaje político ateniense, sin embargo, se afirma tam-,
6; 10; 21): ep' autón tón érgón (1, 21): dia khrónou pléthos (1, Y). bién otra constelación terminológica y conceptual: la que identifi-
000000000000000000000000900000009000

160/Luciano Canfora El ciudadano/161

ca libertad y democracia por una parte, y oligarquía y tiranía por cracia es.la:que él llamapoliteía, la democracia irrespetuosa con la
otra..De nuevo otra vez es Tucídides quien nos proporciona la do- libertades.en cambio,.como era de esperar, la demokratía.
cumentación, en el capítulo del libro octavo (8, 68) en el que hace Pero es una distinción que está ya implícita en el agón constitu-
un balance del significado y de las consecuencias del golpe de esta- cional herodoteo, en cuyas tres intervenciones (o más correcta-
do oligárquico de 411. Un golpe de estado efímero y violento, san- mente su suma) serpentea el presupuesto de que toda forma políti-
griento pero sobre todo inesperado -——anota Tucídides: la primera co-constitucional degenera en su,peor, aspecto y. que. ta] proceso

e
experiencia oligárquica después de cien años desde la expulsión de degenerativo:poneen movimiento un ciclo en el que, histórica-
los tiranos. Y Tucídices comenta, después de haber trazado un bre- mente, de una constitución sepasaa otra, En esté sentido, la inter-
ve retrato lleno de admiración de los tres principales artífices del vención másclara y más importante es la de Darío, quien establece
golpe de Estado: «Ciertamente, sólo personas de este nivel podían explícitamente la cuestión del desdoblamiento de cada forma polí-
realizar una empresa tan grande: quitar al pueblo de Atenasla li- tica en su forma «ideal» poruna parte y en su verificación concreta,
bertad cien años después de la expulsión de los 'tiranos.» En este porotra.
caso es evidente que Tucídides identifica el régimen democrático
conla noción de libertad, de la misma manera que en el libro sexto
(donde recuerda los temores difundidos porAterías porel escánda- La 'teoría «cíclica»
lo misterioso de la mutilación de los Hermas— definía como «oli-
gárquica y tiránica» con conjura que los demócratas atenienses te- Darío observa, de hecho, que cada.úna de las tres formas políti-
mían que se escondiera tras el horrible y en apariencia inexplica- cas obtiene, en el ámbito del debate, dos caracterizaciones opues-+
ble escándalo. Aquí, la agrupación de los conceptos es el espejo tas. Otanes esboza todos los defectos tópicos del poder monárquico
perfecto de lo que encontramosen el libro octavo: por un lado la li- y exalta, en pocas pinceladas eficaces, la democracia; inmediata-
bertad =-democracia (abatirala: democracia,significaquitár a-loS mente después, Megabizos declara aprobarla crítica al poder mo-
atenienses-a libertad que habían conquistado con la-expulsión de nárquico pero demuele la imagen positiva de la democracia y exal-
lostiranos), pórotro la tiranía oligarquía (una conjura que busca ta el predominio dela aristocracia; después de lo cual el propio Da-
el gobiernode unos pocos, es decir, otra vez el derribo de la demo- río se dispone a desvelar las taras del gobierno aristocrático y vuel-
cracia, y al niismo tiempo «oligárquica» y «tiránica»). Unlenguaje ve al punto de partida, dándole la vuelta radicalmente, con un elo-
que chirría con el dato (histórico) según el cual los principalesartí- gio del poder monárquico. Precisamente, porque tiene delante el
ficesdela caidadelatiranía habían sido los aristócratas con-sus cuadro completo de las seis posiblesvaloracionesde lostres siste-
aliados espartanos,mientras la forma En que la democracia arcaica mas, Darío abre su intervención diciendo que «érreldiscurso» (3,
sehabía manifestado había sido precisamente. latiranía.» 80, 1: tói lógói: esta lectura, que es la correcta, nos la da sólo la tra-
24 aparente aporíatiene una solución bastante simple que nos dición indirecta, representada por Estobeo) lostres:regirmenes son »
vuelvea conducir al compromiso del que surge la democracia en «excelentes»: desvela, portanto, que de cada uno de los tres mode-
la Grecia de época clásica: el compromiso entre señores y pueblo, los existe una variante positiva, aquella en la que funcionan en esta-
gestionado con la cabeza; la cultura política, el lenguaje de los se: do puro los presupuestos «teóricos» (esto es lo que significa tói ló-
ñores que dirigen la ciudad democrática: Pará éstos;:lademocracia 201) sobre el que cada uno de los tres modelos se funda. Esto impli-
esun régimen apetecible mientras sea «libertad (no por azarPeri- ca —y Darío lo dice inmediatamente después— que, al:menos en
cles usa con indiferencia la palabra demokratía y al mismo tiempo lo queserrefierealaaristocraciay a la democracia, sus caracteristi-
reivindica que el ateniense es un régimen «de libertad»): un régi-
men, en. consecuencia; depurado de.todo residuo tiránico: la:pr
"práctica.
¿Aquí éstá el origen empírico de aquella clasificación sistemáti- PeroDarío va másallá: ofrece dos modelos de trasváse constitu:
ea “—própia.de los pensadores griegos— cuyo objetivo cra redupli- ciónal de iina-forma a'ótra. Observa que, en la práctica, las demo-
carlasformas políticas. en dos subtipos cada vez, uno buenoy otro cracias realizadas en efecto y las aristocracias «reales». llegan am-
malo. Es una respuesta, a la aporía mencionada, que el pensamien: ¿bas a tal desorden civil que fuerzan el surgimiento del monarca. Ele
lo griego concibe muy pronto. La vemos teorizada en Aristóteles, poder monárquico brota de una stasís, frecuentemente sangrienta,
quien precisamente usa dos términosdistintos: la'«buena» demo= que sigue al fracaso práctico de cada una de las otras dos formas de
162/Luciano Canfora kl ciudadano/163"

gobierno, Porotraparte,:el propio Daríono puede ignorarel hecho de indagación y de especulación de los pensadores que siguieron»
de que también una mala monarquía puede darlugarala stasis: al desde el tardopitagórico Ocelo Lucano a Polibio, en los cuales la
día siguiente de la catástrofe de Cambises (perfecta encarnación indagación empírica se conjuga con la idea filosófica del «regreso»,
del tirano) y de la guerra civil causada por el usurpador (cl «falso de una sanacíclosis». .
Esmerdis»), los dignatarios persas se preguntan sobre qué forma Correctordel eterno-repetirse-del ciclo es la constitución «mix-
política se puede dar a Persia después del naufragio de la monar- tá» éma-Que, encérrando eh-sí los elementos. mejores de los
quía; y se preguntan porotras posibles soluciones constitucionales tres modelos, se propone contemplar. (o.se hace la ilusión) anulan-
porque la monarquía ha desembocado en aquellos desenlaces de- do los eféctos destructivos y autodestructivos que, casi per se, cada,
sastrosos. Portanto, está tlaro qué, no sólo para Darío sino porel uno de:ellós-produce*La intuición de una forma «mixta» como
propio contexto en el que tiene lugarel debate, de cada forma polí- algo muy positivo está ya apuntada, rápida pero claramente, por
tico-constitucional'Se pasa a laotra, y ademásatravés del dolorosó Tucídides (8, 97), donde el historiador se para singularmente a elo-
paso_delastasis, dela guerra civil. giar el efímero sistema político que se alirmó en Atenas a la caída
Darío es el vencedor, pero lo es en el plano histórico, no en el de los Cuatrocientos. En realidad, aquel sistema —el llamadorégi-
plano dialéctico. Desde el punto de vista de la forma demostrativa, men de los Cinco mil— tiene bien poco de «mixto»: es una delas
sus argumentos se añaden a los desarrollados porlos interlocuto- que Aristóteles habría llamado oligarquías, porque están fundadas
res que le han precedido, no los anulan. En el plano dialéctico, el sobrela limitación de la ciudadanía a partir del censo. Y de hecho,
debate no tiene ni vencedores ni vencidos. Y no puede ser de otra también las:otras:hipótesis: de: constitución: «mixta» —las cuales
forma, puesto que este resultado «abierto» corresponde al cíclico irritaron al propio Aristóteles y sobre todo sus alumnos (de Teo-
sucederse de una «constitución» a otra, sobre las ruinas y gracias a frasto o Dicearco y a Estratón)—.están todas caracterizadas porla
los defectos de la otra, según un proceso que no puede tener fin, retirada del:trazo ¡primordial de la democracia; es_decir, la:plena
que no puede ver una etapa conclusiva. También por este motivo ciudadanía para los pobres? y.por tantoson-esencialmente oligar”
es justo decir que del debate herodoteo parten todoslos desarrollos quías: Es nada menosque el tema de la constitución «mixta» el que
sucesivos del pensamiento político griego. Cuando Tucídides, en la domina la reflexión griega sobre todo en época helenística y roma-
realidad de la narración, se encuentre frente al problema bastante na. Frente a la original y compleja solución que la polis Roma daba
singular del rápido fracaso de un gobierno oligárquico —el de los al problema de la ciudadanía y de su combinación conla exigencia
Cuatrocientos— a pesar de estar constituido, como él mismo recal- de un poder fuerte y estable, Polibio sostiene que ha encontrado en
ca, por «personas de primer orden», no puede hacer otra cosa que Roma el modelo práctico y duradero. El libro sexto de sus Histo-
recurrir a la explicación ya proporcionada en términos generales rias, no porazar colocado despuésdel relato de la durísima derrota
por Darío sobre las causas del fracaso de toda aristocracia, por de Canas, para aclarar las razones porlas que Roma había sobrevi-
«buena» que sea: llama en causa la rivalidad entre los cabecillas, vido a aquella derrota, está consagrado porentero a la morfología
todos de óptimo nivel pero todos inclinados a conseguir una posi- de la constitución romana como ejemplo perfecto de constitución
ción preeminente (3, 89, 3). También él se expresa con palabras «mixta».
que hacen referencia al paso de una forma constitucional a otra, Pero con Polibio es justo que se acabe la exposición intentada
destinada también ésta a sucumbir, de nuevo en un «segmento» del hasta aquí de la «idea griega de la política». En contacto primero
«ciclo»: «así —observa— se arruina una oligarquía surgida de la con las grandes monarquías helenísticas y después conla polis ro-
crisis de la democracia». mana, el pensamiento griego —que entonces es ya un solo pensa-
Esa imagen del flujo del proceso político-constitucional domi- miento helenístico-romano— ha tomado nuevos caminos. Ahí em-
na la reflexión que siguió: desde el octavo libro de la República de pieza otra historia.
Platónal tercero de la Política de Aristóteles, quien adorna su análi-
sis con una riquísima ejemplificación sacada de su incomparable
conocimiento de los acontecimientos político-constitucionales de
centenares de póleis griegas (158 Politeíai, de las cuales nos ha lle-
gado casi entera la que se refiere a Atenas).Intentar:establecer se-
-gún qué sucesióñ, por lo general, se produce el paso fue el objeto»
164/Luciano Canfora

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lente antología.de textos que llega hasta la edad tardoantigua).
RosENBERO, A., Demokratie und Klassenkampj im Altertum (1921), traduc-
«Soy partidario de que un solo hombreno llegue a contar en lo su-
ción italiana en L. Canfora, /I comunista senza partito, Sellerio, Palermo, cesivo con un poder absoluto sobre nosatros, pues ello ni es grato
1984, pp. 81-184. ni correcto. Habéis visto, en efecto, a qué extremo llegó el desen-
— «Aristoteles iiber Diktatur und Demokratie», en Rheinisches Musetón, 32 freno de Cambises y habéis sido, asimismo, participes de la insolen-
(1933), pp. 339-361. + “cia del mago. De hecho, ¿cómo podría ser algo acertado la monar-
Rousseau, J.-J,, Nota 1* a la Dédicace del Discours sur V'inégalité parmi les quía, cuando, sin tener que rendir cuentas, le está permitido hacer
hommes (1754), en Oeuvres Completes, vol. 111, Gallimard, Paris, 1964, lo que quiere? Es más, si accediera á ese poder, hasta lograría des-
p. 195. [Hay ed. cast: Discurso sobre el origen de la desigualdad de los viar de sus habituales principios al mejor hombre del mundo, ya
hombres, Madrid, 1973.] que, debido a la prosperidad de que goza, en su corazón cobra
VaTin, C., Citoyens etnon-cytoyens dans le monde grec, Paris, Sedes, 1984.
aliento la soberbia; y la envidia es connatural al hombre desde su
_ Wei, R., Philosophie et histoire. La vision de l'histoire chez Aristote, en La
origen. Con estos dos defectos, el monarca tiene toda suerte dela-
politique d'Aristote, «Entretiens Hardt», XI, Ginebra, 1964, pp. 159-
189. eras; en efecto, ahíto como está de todo, comete numerosos e in-
Von WILAMOWITZ-MOELLENDORFF ÚU., «STAAT UND GESSELLSCHAFT DER GRIECHEN», sensatos desafueros, unos por soberbia y otros por envidia. Con
Die Kultur der Gegenwart, 1V, 1, Teubner, Leipzig, 1923. todo, un tirano debería, al menos, ser ajeno a la envidia, dado que
indudablemente posee todo tipo de bienes; sin embargo, para con
sus conciudadanos sigue por naturaleza un proceder totalmente
opuesto: envidia a los más destacados mientras están en su corte y
se hallan con vida, se lleva bien, en cambio, con los ciudadanos de

165
166/Luciano Canfora El ciudadano/167

peorralea y es muy dado a aceptar calumnias. Y lo más absurdo de mantendrían en el mayorde los secretos las decisiones relativas a
todo: si le muestras una admiración comedida, se ofende por no re- los enemigos. En una oligarquía, en cambio, al ser muchoslos que
cibir una rendida pleitesía; mientras que, si se le muestra una ren- empeñan su valía al servicio de la comunidad, suelen suscitarse
dida pleitesía, se ofende tachándote de adulador. Y voya decir aho- profundas enemistades personales, pues, como cada uno quiere
ra lo másgrave: altera las costumbres ancestrales, fuerza a las mu- ser porsu cuentael jefe e imponersus opiniones, llegan a odiarse
jeros y mata a la gente sin someterla a juicio. En cambio, el gobier- sumamente unosa otros; de los odios surgen disensiones, de las di-
no del pueblo tiene, de entrada, el nombre más hermoso del mun- sensiones asesinatos, y de los asesinatos se viene a parar a la mo-
do: isonomía; y, por otra parte, no incurre en ninguno de los desa- narquía; y en ello queda bien patente hasta qué punto eséste el me-
fueros que comete el monarca: las magistraturas se desempeñan jor régimen.
porsorteo, cada uno rinde cuentas de su cargo y todas las delibera- Por el contrario, cuando es el pueblo quien gobierna, no hay
ciones se cometen a la comunidad. Por consiguiente, soy de la opi- medio de evitar que brote el libertinaje; pues bien, cuando en el Es-
nión de que, por muestra parte, renunciemos a la monarquía exal- tado brota el libertinaje, entre los malvados no surgen odios, sino
tando al pueblo al poder, pues en la colectividad reside todo. profundas amistades, pues los que lesionan los intereses del Estado
actúan en mutuo contubernio. Y este estado de cosas se mantiene
81 Esta fue, en suma, la tesis que propuso Otanes. En cambio así hasta que alguien se erige en defensor del pueblo y pone fin a se-
Megabizo solicitó que se confiara el poder a una oligarquía en los mejantes manejos. En razón de ello, ese individuo, como es natu-
siguientes términos: «Hago mías las palabras de Otanes sobre abo- ral, es admirado por el pueblo; y en virtud de la admiración que
lir da tiranía; ahora bien, sus pretensiones de concederel poderal despierta, suele ser proclamado monarca; por lo que, en este pun-
pueblo no han dado con la solución más idónea, pues no hay nada to, su caso también demuestra que la monarquía es lo mejor. Y, en
más necio e insolente que una muchedumbre inepta. Y a fe que es resumen, ¿cómo —pordecirlo todo en pocas palabras— obtuvi-
del todo punto intolerable que, quienes han escapado a la insolen- mos la libertad? ¿Quién nosla dio? ¿Acaso fue un régimen demo-
cia de un tirano, vayan a caeren la insolencia de un vulgo desentfre- crático? ¿Una oligarquía, quizá? ¿O bien fue un monarca? En defi-
nado. Pues mientras que aquél, si hace algo, lo hace con conoci- nitiva, como nosotros conseguimosla libertad gracias a un solo
miento de causa, el vulgo ni siquiera posee capacidad de compren- hombre, soy de la opinión de que mantengamos dicho régimen e,
sión. En efecto, ¿cómo podría comprenderlas cosas quien no ha independientemente de ello, que, dado su acierto, no deroguemos
recibido instrucción, quien, de suyo, no ha visto nada bueno y las normas de nuestros antepasados; pues no redundaría en nues-
quien, análogamente a unrío torrencial, desbarata sin sentido las tro provecho».
empresas que acomete? Por lo tanto, que adopten un régimen de-
mocrático quienes abriguen malquerencia para con los persas; no- Trad. de Carlos Schrader, Madrid, Gredos, 1979.
sotros, en cambio, elijamos a un grupo de personasde la mejorva-
lía y otorguémosles el poder; pues, sin lugar a dudas, entre ellos
también nos contaremosnosotros y, además, cabe suponer que de Concesión de la ciudadanía ateniense a los samios (405 a.C.)
las personas de másvalía partan las más valiosas decisiones». Esta
fue, en suma, la tesis que propuso Megabizo. Cefisofonte de Peania en funciones de secretario.
En tercer lugar, fue Darío quien expuso su opinión en los si- Para los $amios que estuvieron al lado de Atenas.
guientes términos: «A mi juicio, lo que ha dicho Megabizo con res- Decisión idel Consejo y de la Asamblea Popular.
pecto al régimen popular responde a la realidad; pero no así lo con- La tribu Crecrópide ocupabala pritanía, Polimnis ejercía de se-
cerniente a la oligarquía. Pues de los tres regímenessujetos a deba- cretario, Alexias de arconte, Nicofonte de Atmonia de presidente.
te, y suponiendo que cada uno de ellos fuera el mejor en su género Propuesta de Clisofo y los demás prítanes:
(es decir, que se tratara de la mejor democracia, de la mejor oligar- Alabar a los embajadores samios y a aquellos que llegaron los
quía y del mejor monarca), afirmo que este último régimen es neta- primeros y a los que han llegado ahora a la Asamblea, así como a
mente superior. En efecto, evidentemente no habría nada mejor los estrategosy a todos los demás samios, porque sonvalientesyes-
que un gobernante único, si se trata del hombre de másvalía; pues, tán dispuestos a actuar para lo mejor. Alabar su acción porque ac-
con semejantes dotes, sabría regir impecablemente al pueblo y se tuaron de modo beneficioso para Atenas y para Samos. Para pre-
IIIOICO
168/Luciano Canfora El ciudadano/169

miarel bien que han hechoa los atenienses, los atenienseslos tie- obras que, una vez terminadas, les dieran gloria eterna y que, du-
nen en gran consideración y proponen lo siguiente: rante su ejecución, procuraran el bienestar; pues gracias a estas
Es decisión del Consejo y de la Asamblea que los samios sean obras, nacerían todo género de industrias y una infinita variedad de
atenienses y que asuman la ciudadanía en la forma que másles empleos, que, despertando ¿das las artes y poniendo en movi-
agrade, Que esta decisión sea aplicada del modo más provechoso miento todos los brazos, procuraríansalarios a casi toda la ciudad,
POVOVOLOOLIOLIOLILIICIIICILIII

para ambas partes, como ellos dicen; cuando llegue la paz, enton- la cual, con sus propios recursos, se embellecería y al mismo tiem-
ces se podrán emprender deliberaciones comúnes sobre otros po se alimentaría.
asuntos. Mientras, continúan disfrutando de sus leyes con plena au- Pues a los que tenían edad y vigor para la guerra las expedicio-
tonomía y todo lo demáslo siguen haciendo según los juramen nes militares les procuraban abundantes recursos procedentes del
tos y
los acuerdos en vigor entre atenienses y samios. tesoro común; y para la masa jornalera que no formaba parte de los
[..] l contingentes militares, Pericles, que no quería que estuviera priva-
da de ingresos, pero tampoco que los recibiera sin trabajary ocio-
Tod, Greek Historical Inscriptions, núm. 96. sa, presentó al pueblo la propuesta de grandes proyectos de cons-
Trad; de P. Bádenas. trucciones y planes de trabajos que requerirían numerosos artesa-
Nosy cuya realización exigiría mucho tiempo, para que, no menos
que los que navegaban o los que estaban en guarniciones y los que
Plutarco, Vida de Pericles partían en las expediciones, la población que residía siempre en
casa tuviera un motivo para sacar provecho de los fondos públicos
12. Pero lo que mayor placer dio'a los atenientes y más contri- y recibir una parte de. ellos. Había como materias primas piedra,
buyó al embellecimiento de Atenas, lo que más boquiabiertos dejó bronce, marfil, oro, ébano, ciprés; como oficios que trataran y ela-
alos demás hombres, y lo único que atestigua que no son mentira boraran estas materias primas, carpinteros, modeladores, herre-
s
aquel famoso poder de Grecia y su antigua prosperidad, esla edifi- ros, canteros, batidores de oro, ablandadores de marfil, pintores,
cación de monumentos. De todas las medidas políticas de Pericles damasquinadores, cinceladores; como transportistas y proveedo-
,
esto es lo que sus enemigos miraban con peores ojos y lo que más res de estos materiales, mercaderes, marinerosy pilotos, por mar,
denigraban en las asambleas. En ellas gritaban que el pueblo tenía y, portierra, carreteros, propietarios de parejas de tiro, arrieros,
mala reputación y era objeto de difamaciones por habertraído a cordeleros, hilanderos, talabarteros, peones camineros, mineros.
Atenas de Delosel tesoro común de los griegos, y que lo que podía Cada oficio, además, disponía, como un general dispone de un ejér-
haber sido para él contra los que le acusaban el más decoroso de cito propio, de una masa asalariada de peones, que constituían el
los pretextos, que por miedoa los bárbaros habían sacado deallí el instrumento y el cuerpodestinado a su servicio. Gracias a ello, las
tesoro común para custodiarlo en lugar seguro, incluso eso Peri- múltiples ocupaciones distribuían y diseminaban el bienestar, por
cles se lo había quitado: «Y Grecia tiene la impresión de estar sien- decirlo en una palabra, entre todas las edades y condiciones.
do victima de una terrible injuria y de una tiranía manifiesta, por-
que ve que con los tributos con los que se la fuerza a contribuir Plutarco, Vidas paralelas.
para la guerra nosotros recubrimosde oro y embellecemos nuestra Trad. de Emilio Crespo, Barcelona, Bruguera, 1983.
ciudad, como una mujer presumida, rodeándola de piedras precio-
sas, estatuas y templos de mil talentos.»
Explicaba, en consecuencia, Pericles al pueblo que del dinero Pseudo-Jenofonte, Constitución de Atenas, 2, 19-20
no tenían que dar ninguna cuenta a los aliados, porque hacían la
guerra por ellos y tenían a raya a los bárbaros; los aliados no apor- Yo afirmo, en efecto, que el pueblo de los Atenienses conoce
taban ni caballos ni naves ni hoplitas, sólo contribuían con dinero, -qué ciudadanos son superiores y quiénes inferiores; y, al conocer-
cosa que no es de los que lo dan, sino de quienes lo reciben, con tal lo, aprecian a los que son propiamentepartidarios y seguidores su-
de que procurenlos servicios en cuyo pago lo han recibido. Era yos, aunque sean inferiores, y odian especialmente a los superiores
preciso, ahora que la ciudad estaba suficientemente provista de las * Pues, no creen que la virtud de éstos contribuya a su propio bien,
cosas necesarias para la guerra, dirigir sus abundantes recursos a sino a su mal. Y contrario a esto es, el que algunos, que son verda-
170/Luciarto. Canfora
El ciudadano/ 171

deramente del Pueblo, no lo son por naturaleza.


Yo comprendo la na, la gimnasia y en general todaslas artes y facultadesse hian aleja-
democracia del propio pueblo pues es totalmente
comprensible do de su formatradicional, de modo que, si la política se ha de con-
que procure su propio bien; pero quien, no siendo
del pueblo, es- siderar como una de ellas, es claro que conella tendrá que ocurrir
cogió vivir en una ciudad democrática más que en una
oligárquica, lo mismo. Podría decirse que los mismos hechos Jo muestran, pues
está dispuesto a delinquir y sabe que el que es malo
tiene másposi- las leyes antiguas son demasiado simples y bárbaras: así los griegos
bilidades de pasar inadvertido en una ciudad democrátic
a que en iban armadosy se compraban las mujeres, y todo lo que aún queda
una oligarquía.
de la legislación antigua es sobremanera simple, como la Jey que
Así que, respecto a la república de los Atenjenses
no apruebola existe en Cime sobreel asesinato, según la cual si el acusador pre-
forma de gobierno; pero, una vez que decidieron ser
demócratas, senta cierto número de testigos de entre sus propios parientes, el
me parece que conservan bien la democracia
empleando los me- acusadoserá reo de asesinato. Pero en general los hombres no bus-
dios que yo he expuesto.
can lo tradicional sino lo bueno, y es verosímil que los primeros
hombres, ya fueran nacidos de la tierra o supervivientes de algún
cataclismo, fueran semejantes no sólo a los hombres vulgares ac-
Pseudo-Jenofonte, Constitución de Atenas,
1, 14-15 tuales, sino incluso a los necios, como se dice efectivamente de los
que nacieron de la tierra; de modo que es absurdo persistir en sus
De una sola cosa están faltos; pues si los Atenienses fueran
los opiniones. Pero aparte de estas razones tampoco es mejor dejar in-
dueños del mar viviendo en una isla, ellos podrían
hacer daño, si variables las leyes escritas, porque lo mismo que en las demás ar-
quisieran y en cambio no soportarlo, mientras manda
ran en el mar tes, es también imposible en política escribir exactamente todo la
y, ni sería sagrado su propio territorio ni invadi
do porlos enemi- referente a su ordenación, ya que forzosamente las normas escritas
gos; ahora bien, los agricultores y Ticos Átenie
nses adulan a los serán generales y en la práctica no se dan más que casos singu-
enemigos más, pero el pueblo, puesto que sabe bien que
no incen- lares.
diarán ni devastarán nada suyo, vive sin temor y sin adular
les. Ade- De estas consideracionesresulta manifiesto que algunas leyes, y
más, también estarían apartados de otro temor, si
vivieran en una en determinadas ocasiones, deben ser susceptibles de cambios,
isla; nunca la ciudad sería traicionada por unos pocos,
ni abiertas pero desde otro punto de vista esto parecerá requerir mucha pre-
sus puertas, ni invadida por sus enemigos. En efecto ¿cómo
podría caución. Cuando la mejora sea pequeña y en cambio pueda sertu-
sucederesto si vivieran en una isla? A su vez, nadie se
sublevaría nesto que los hombres se acostumbren a cambiarfácilmente las le-
contra el pueblo, si vivieran en una isla; pues, si se sublev
aran se yes, es evidente que deberán pasarse poralto algunos fallos de los
sublevarían poniendo su esperanza en que los enemigos
acudirían legisladores y de los gobernantes, pues el cambio no será tan útil
portierra.
como dañino el introducir la costumbre de desobedecer a los go-
bernantes. La comparación con las artes es también errónea; no es
Aurelia Ruiz Sola, Las constituciones griegas, Madrid, Akal,
1987. lo mismo introducir cambios en un arte que en una ley, ya que la
ley no tiene otra fuerza para hacerse obedecer queel uso, y éste no
se produce sino mediante el transcurso de mucho tiempo, de modo
Aristóteles, Política, 1268b-1269a
que el cambiar fácilmente de las leyes existentes a otras nuevas de-
bilita la fuerza de la ley. Pero aun si pueden cambiarse, ¿podrán
Algunos se preguntan si es perjudicial o conveniente
para las cambiarse todas y en todos los regímenes, o no? ¿Podrá cambiarlas
ciudades cambiar las leyes tradicionales en el caso de
que haya otra cualquicra, o sólo algunos? Todas estas cuestiones tienen gran im-
mejor. Por eso no es fácil asentir sin más a lo antes dicho, si
no con- portancia. Dejemos, pues, esta investigación por ahora: no es de
viene cambiarlas. Puede ser que algunos presenten la abolic
ión de este lugar.
las leyes o del régimen como un bien para la comunidad,
Puesto
que hemos hecho mención de este tema, será mejor detalla
rlo un Trad. de Julián Marías, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1951.
poco más. Tiene, como hemosdicho, dificultades, y podría parece
r
que es mejor el cambio; es indudable al menos que tratándose
de
las otras ciencias es convenienteel cambio; por ejemplo,
la medici-
El ciudadano/173
172/Luciano Canfora

rme, yo trataré de
Tucídides, 2, 37 esos males, si vosotros estáis dispuestos a segui
en nuestro tiempo; para ello
no permitir que sobrevenga ninguno
mayoría, de que castiguéis a
Tenemos un régimen político que no emula las leyes de otros procuraré convenceros a vosotros, ala
los en flagrante
pueblos, y más que imitadores de los demás, somos un modelo a se- los que urden tales maquinaciones, no sólo al coger
casos en que tie-
guir. Su nombre, debido a que el gobierno no depende de unos po- delito (pues es difícil sorprenderlos), sino en los es
frente al enemigo
cos sino de la mayoría, es democracia. En lo que goncierne a los nen la intención, pero no | os medios (pues
diendo sólo a lo que
asuntos privados, la igualdad, conforme a nuestras leyes, alcanza a preciso defenderse por anticipado, no aten
por no ser el pri-
todo el mundo, mientras que en la elección de los cargos públicos hace sino también a sus proyectos, sobre todosi
el prim ero enrecibir el
no anteponemoslas razonesde clase al mérito personal, conforme mero en ponerse en guardia se va a ser
consiste en descubrir-
al prestigio de que goza cada ciudadano en su actividad; y tampo- daño); y en cuanto a los oligarcas, mi misión
será la mejor
co nadie, en razón de su pabreza, encuentra obstáculos debido a la los, vigilarlos y amonestarlos, pues pienso que ésta
oscuridad de su condición social si está en condiciones de prestar manera de apartarlos del mal cami no. :
as veces,
un servicio a la ciudad. En nuestras relaciones con el Estado vivi- Y bien, he aquí una pregunta que me he hecho much
¿Tener ya el poder?
mos como ciudadanos libres y, del mismo modo, en lo tocante a las ¿qué es lo-que queréis vosotros, los jóvenes?
o de que voso-
mutuas sospechas propias del trato cotidiano, nosotros no senti- ¡Pero si no es legal! Y la ley se estableció por el hech
s, y no para despojaros
mos irritación contra nuestro vecino si hace algo que le gusta y no tros no estáis capacitados para ejercer cargo
que no queréis
le dirigimos miradas de reproche, que no suponen un perjuicio, de este derecho teniendo capacidad paraello. ¿O es
sería justo que
pero resultan dolorosas. Si en nuestras relaciones privadas evita- la igualdad de derechos con la mayoría? ¿Y cómo
chos?
mos molestarnos, en la vida pública, un respetuoso temor es la aquellos que son iguales no gozaran de iguales dere
e ni equitativa y
principal causa de que no cometamosinfracciones, porque presta- Se dirá que la democracia no es ni inteligent
mejores para
mos obediencia a quienes se suceden en el gobierno y a las leyes, y que aquellos que poseen el dinero son también los
principalmente a las que están establecidas para ayudar a los que ejercer el poder con másac iert o. Pero yo afirm o en primerlugar
unto de los ciuda danos , mient ras que
sufren injusticias y a las que, aun sin estar escritas, acarrean a que se llama «pueblo» al conj
desig na una parte ; despu és, que los ri-
quien las infringe una vergiienza por todos reconocida. el término «oligarquía» sólo
para darlos
cos son los mejores guardianes del dinero, pero que
mos a los intel igent es, y que para decidir lo
Trad. de J. J. Torres Esbarranch. mejores consejos tene
ía; estos elemen-
mejor después de haber escuchado está la mayor
tienen una parte
tos indistintamente, por separado o en conjunto,
cipe de
Tucídides, 6, 38-39 igual en la democracia. La oligarquía, en cambio, hace parti
, no se limita
los riesgos a la mayoría, pero respecto a los beneficios
con todo y se lo
Pero esto, como os he dicho, los atenienses lo saben y estoy se- a querer llevarse la mayorparte, sino que arrambla
tener los pode-
guro de que se cuidan de sus intereses; es aquí donde hay unos queda. Este es el régimen que entre vosotros desean
men en una
hombres que inventan historias que no existen ni pueden existir. Y rosos y los jóvenes, pero es imposible imponerese régi
POCOLOIVIA

yo me doy perfecta cuenta de que lo que estos hombres desean, no gran ciudad.
ahora por primera vez sino desde siempre, es asustaros a vosotros,
al pueblo, con cuentos de esa clase o todavía más perversos, o con Historia de la Guerra del Peloponeso,
,
sus acciones, a fin de hacerse ellos con el dominio de la ciudad. Y Trad. de J. J. Torres Esbarranch, Madrid, Gredos, 1990-1992
temo ciertamente que un día, a fuerza de intentarlo, lleguen a con-
seguirlo; porque nosotros somos incapaces de ponernos en guar-
dia antes de padecer el daño y de reaccionarcontra ellos al darnos
cuenta de sus maquinaciones. Por esto precisamente nuestra ciu-
dad está pocas veces tranquila y soporta muchas disensiones y un
mayor númerode luchas en su interior que contra sus enemigos, y
a veces incluso tiranías e injustos regímenes personales. De todos
Capítulo quinto
EL HOMBRE
Y LA VIDA DOMESTICA
James Redfield
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O Fuentes: la presencia de una ausencia
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El desaparecido Arnaldo Momigliano se encargó de enseñarnos
0 que la historia no trata de las fuentes. La historia es una interpreta-
Oo ción de aquella realidad de la que las fuentes son segni indicativi o
frammenti. Es obvio que nuestro proceder implica el examende las
O fuentes, pero lo que buscamos es contemplar a través de ellas no
0 ml sólo la realidad que representan sino también la que no aciertan a
o representar, la que representan malamente e, incluso, la que ocul-
!
tan. Estas enseñanzas de Momigliano resultan especialmente valio-
0 sas cuando nos las tenemos que haberconel asunto que nos ocupa,
0 ya que los griegos de la época clásica casi no nos han dejado fuen-
)
tes respecto de su vida doméstica.
O En primerlugar, contamos con pocostestimonios extraoficia-
O les de este periodo, entendiendo porextraoficial cartas personales,
documentos de negocios, material de archivos y pruebas presenta-
Oo das en procesos civiles. En vez de esto lo que tenemos son repre-
0 sentaciones oficiales: imágenes de bulto o pintadas, narraciones li-
O Relieve en terracota procedente de Locri. Segundo cuario del siglo v terarias, relatos históricos, análisis filosóficos y discursos públicos
que han pasado a la posteridad corno modelosde retórica. Nos en-
O contramos con los griegos, por decirlo así, vestidos con sus mejo-
res galas; no les cogemos desprevenidos, sino que les vemostal
0 ; como ellos eligieron representarse a sí mismos. Estas representa-
Oo ciones, además, con pocas excepciones, son representacionesde la
vida pública. La historia, tras haber alcanzado su canonización con
O ¡ Tucídides, se ocupó casi en exclusiva de la política y de la guerra.
o
177
_
eanonncondonnnsnenonecnnnosorionss
178/James Redfield El hombre y la vida doméstica/179

La tradición filosófica, de Pitágoras en adelante (con la importante cabo porla gente en lo que toca a su propia representación nos
excepción de Aristóteles), fue en general hostil a lo doméstico; la dice mucho, tanto por lo que oculta como porlo que revela.
unidad familiar es contemplada como un mundo de emocionali-
dad fluctuante, tendencias antisociales y motivacionestriviales. La
acción pública tiene más posibilidades de ser moral ya que, al ser La supre ióndelo doméstico
visible, está sujeta a valoración por parte del público.
La vida pública se desarrolla en un espacio público? Esta regla Vamos a comenzarpor una ausencia obvia pero, a la vez, intri-
tiene un curioso reflejo en el arte que se encargaba de representar gante: los griégos de la épocaclásica no nos han dejado historias de
para el público ateniensela experiencia privada y las relaciones do- amoór“Nuestro escenario más familiar, aquel que comienza con un
méslicas, es decir, el drama. Tanto en la tragedia como en la come- «chico-encuentra-chica» y termina con unayvivieron felices y co-
dia la escena se alza en el exterior; ya sea en la calle o en lo que mieron perdices», no es representado en la literatura griega antes
haga las veces de ésta. Los personajes salen de la casa o de su equi- del Díscolo de Menandro, puesto en escena el año 316 a.C., sicte
valente (la tienda de Ayante, la cueva del Cíclope) y no es raro que años después de la muerte de Alejandro Magno. Por supuesto, es
nos proporcionen algunas explicaciones como, por ejemplo, por posible que algunas obras perdidas —la Andrómaca de Eurípides
qué han salido fuera para hablar de sus planes secretos o lamentar por ejemplo— hayan seguido ese esquesa, y hay algunas excepcio-
sus más íntimas penas. La represeñtación sen otras palabras:se re- nes entre las obras que se nos han conservado que, en su mayor
presenta a sí misma como revelación de algo normalmente oculto. parte, tienen que vercon los dioses: por ejemplo, Apolo cortejando
Esto nos ayuda a comprender.por qué las relaciones domésticas en a Cirene en la Pítica novena de Pindaro y la alusión de Homero a las
“el drama son representadas en todá ocasión como anoimales; rotas» aventuras prematrimoniales de Zeus y Hera «cuando se fueron a la
gen plena ensis.En tanto que el drama es una representación de la cama juntos burlando la vigilancia de sus padres» (Híada, 15, 296).
vida: doméstica es-también:una especie de escándalos» Pero, en general, la regla es válida y lo que resulta más llamativo es
Múchos de los personajes del drama son mujeres. En la vida real que, a diferencia de la ficción naturalista, las historias de amorse
era algo digno de una mujer ateniense que nada pudiera saberse so- cuentan en todaslas literaturas del ancho mundo y que, además, en
bre ella (como señala el Pericles de Tucídides);las ¡mujeresque ve: ellas, se han basado clásicos tan diferentes como La historia de
mos en escenaestán ya, en cierto modo, deshonradas o corren eb Genjií o Sakuntala. Las historias de amor constituyen también una
riesgode estarlo cuandoel públicolas ve(precisamente porque las parte importante del acervo común de los cuentos populares in-
puede ver). Lo que suele estar oculto, cuando se saca a la luz, evi- doeuropeos, ya se trate de la historia del hijo más joven que gana en
dentemente está fuera de lugar. premio a la bella princesa o de la desventurada doncella rescatada
Losgriegosde la época clásica no crearon la clase de ficción na- por su rutilante caballero.
turalista que tan rica fuente resulta para la vida doméstica en la Los griegos, por supuesto, también contaban historias de este
época moderna. Ciertamente, podemos deducir algunas cosas de tipo; por ejemplo, la historia de cómo Jasón obtuvo a Medea o Pé-
las representaciones que tenemos; nuestra perspectiva se parece lope a Hipodamía. Pero cuando las narrán, en época clásica, no lo p.
bastante a las obras de teatro, en las que, a veces, se abre una puer- Exactamente como-historias de amof. Veamos un ejemplo,
h: CEN
ta y un mensajero aparece, o bien un personaje mira dentro y nos Píndaro nos cuenta las historias de estos dos personajes, Pélope y
cuenta lo que sucede en ese mundo cerrado e invisible. Sobre la Jasón. Pélope, en la primera Olímpica, es un pretendiente, pero no
base de tales indicacionesy fragmentos es posible escribir descrip- le vemoscortejando a Hipodamía sino que, másbien, ella es el pre-
ciones de «la vida doméstica de la Grecia antigua». De hecho, esto mio en su contienda con Enomao, padre de ésta. Jasón, en la cuar-
ya se ha llevado a cabo. El presente estudio, sin embargo, sigue una ta Pítica, es cierto que hechiza y seduce a Medea, peroella no esel
estrategia diferente. Será una investigación sobre la idea de lo do- premio que persigue, es el instrumento mediante el cual lleva a
méstico entre los griegos (especialmente tal como podemostrazar- cabo una tarea que le permite recobrar su patrimonio.
la a partir de los mitosy ritos), y más específicamente sobre el lugar En otras palabras, Jasón no va buscando una novia sino que lo
que esta idea ocupa dentro de la ideología de la ciudad-estado. Des- que busca es su herencia. lá herencia el aspecto de la vida fami-
de el punto de vista de esta investigación la ausencia de testimonios liar preocupaalaficción clásica. Por ejemplo, Hemóny Antí-
es en si misma un testimonio importante. La selección llevada a gona, en la Antígona, són una pareja que mantiene relacionesfor-
180/James Redfield El hombre y la vida doméstica/181

males —el amordel uno por la otra es decisivo para la trama de la vivir por siempre e intentó mataral niño. El resultado fue Ciro el
pieza— pero el dramaturgo no los lleva a escena juntos; Antígona Grande y el Imperio persa. Errores que a un nivel doméstico cau-
másbien viene a ser para Hemón algo por lo que discutir con su pa- san una tragedia, a nivel de la historia del mundo obran prodi-
dre. Clitemnestra mata a un marido y se agencia otro, pero su tra- gios. .
gedia radica en sus relaciones con Orestes, quien debe matar a su El problema dela Heréncia es un mediode reHlexiónar sobre el”
madre para recuperar sus derechossobre el reino de su padre. Lue- problema de la cultura y la naturaleza:-mediantela herencia]noso-"
go tenemosa Edipo, cuyas desgracias comenzaron el día en que su tros,que somos organismos perecederos —«criaturas de undía»,
padre intentó matarle cuando era niño y que, por éllo (de modoac- como nos llama el poeta— t0inámos Jás.medidas para transmitir
cidental), ha recobrado su patrimonio al matar a su padre y conver- unrordercultural duradero. Estolo podemos conseguirsólo si lo-
tirse en esposo de su
uu madre. Los problemasse-presentan-cuando ETamos vencernuestro egoísmo; entendido así, el 8rdercoltirab
viene aser el:regalo' que cada generación: hace ala siguiente. Los,
Igualmente, la disputaeentre Pélopeyy Enómaose tornó sangrienta griegos, entanto que concebían:la familia en los términos de este
porque Enomao no quería permitir el matrimonio de su hija; por problema;ta:vieron desdeel punto de vista de-la.ciudad-estadoEb
ello, retaba a cada uno de sus pretendientes a una carrera de ca- fin dela familia, desde el punto de vista político, es transmitir pró-
rros. Le daba al contrincante una ventaja y luego”le alcanzaba con piedad. y papcles sociales. de formá. que el:orden. político-perviva
sus maravillosos caballos y le apuñalaba por la espalda. De esta ma- trasla muerte de los individuos. En“términos de: naturaleza; el pa?
nera, llegó a matar a doce jóvenes. Pélope, que hacia el númerotre- percivico delas mujeresera producir ciudadanos, es decir, herede-
ce, se las arregló (por diferentes medios en las diferentes versio- ros varones, párá las:anidades familiares que componenlas ciuda:
nes) para matar a Enomaoy así ganó en premio a Hipodamía. des; :en terminos-de cultura; las mujeres funcionaban como pren-
En una versión Enomao deseaba desposar a la propia Hipoda- das enuna. transacción. éntre el suegro y el yerno;-una-transacción
mía y este motivo incestuoso debe considerarse como latente en to- conocida comolá engyé o engvésis>Se trataba de un acuerdo entre
das las demás. Casarse-con la propia
hija es lo mismo que matar.al el padre de la novia o su tutor legal y su pretendiente, porel cual la
rgsea;una negativa
adéjarla
a marchar; apermitir:que la gerre- autoridad sobre aquélla se transfería de uno a otro. Los mismos tér-
minos se usaban también cuando se daba algo en prenda comoga-
cOmO":“doninmontales ño:tienen:este:problema,0+ rantía. Láventregarde:la mujer, por lo tanto, fuelúñaseñal de un
jnminmortalestienen-este problema al revés. La Teo- vinculo entre tos dos hombres; el de más edad daba a la joven como
Pu
gonía de Hesiodo nos cuenta con detalles cómo los dos dioses ma- prenda usando la vozactiva del verbo, el más joven la recibía en la
yores, Urano y Crono, cada uno en su momento, no consiguieron voz media (engyómai; cfr. Heródoto VI, 130, 2). Lamujer; pues, no
impedirla sucesión; finalmente Zeus, el tercero en la línea de des- “era parte_de:la transacción.»
cendencia, estábiliza el cosmos. Lo consigue tragándose, más que La fórmula ática era: «Te doy en prenda a mi hija para engen-
OCENAS

desposando, a su primera esposa Metis; porello, Atenea nació de la drar hijos legítimos y, con ella, una dote de (tanto y más cuanto)»
cabeza de Zeus (y fue así leal por completo a él, en su calidad de pa- (Menandro 435 K, Díscolo, 842 ss.). El padre entregabaasu hijay>
dre y madre) , mientras que el nacimiento del hijo que debía ser daba también, con ellá, una dote? Formalmente, la dote nunca fue
mejor que su padrese evitó. Elpoder.arerño de Zeus;en otras pala- propiedad del marido pero era éste quien la tenía y la administraba
táraseguradoporunahijaeternamente virgen y un hijo que, para sus hijos, debiendo ser devuelta en el caso de queel matrimo-
nio fracasase; de todas maneras, con mucha frecuencia hubo de
ser, sin la menorduda, algo especialmente atractivo ya que el mari-
do.tenía la administración de ella en tanto que el matrimonio dura-
se. Elnuevoyerno no tenía que ofrecer nada a cambio; en la épica
Y MivVerso: Un cjemplolegendario es Astiages el medoa quien muchas
veces se oye hablar de un regalo hecho a la novia, pero¿el ,»
un sueño le reveló que el hijo de su hija le reemplazaría como rey intercambio matrimonial clásico fue recíprocoúnicamente dentro
(Heródoto, 1, 108). En vez de alegrarse por un sueño que le prome- del contexto de una reciprocidad generalizada; el padre debía en-
tía una generación de más en el poder (iba a ser reemplazado no wegar.a.su/hija. Porque, tiempoatrás, había recibido a'la hija de
por su hijo sino por su nieto), procedió como si pensara que iba a gtro,¿Laúnica condición estipulada de la transacción era «para en
,
182/James Redfield El hombre y la vida doméstica/183

«gendrar hijos legítimos». La compensacióndel suegro estribaba en» ello se interesa profundamente por las historias que narran los por-
la perspectiva detenernietos. De nuevo tenemosaquí que el punto menores de hacer la corte a una mujer; el novio, porsu parte, espe-
de mira es la herencia. El matrimonio es concebido como elmedio: ra ser admiradoyesta es la razón de que le gusten las historias en
porel cual un hombre puedetenerdescendientes mediante su hija: las que el novio llega luchando hasta su novia, Si la historia es una
“Elyerno; aa bio, ¡adquiere ciertos derechos sobre- su suegro.. de aquéllas en que la novia es el premio concedido al más valeroso,
“— Nopuede decirseque los matrimonios griegos fueran «concer- la razón de cllo estriba en que la mujer desca ser apreciada de for-
tados»si lo que entendemospor ello es que había un acuerdo entre ma extraordinaria y el hombre aspira al mérito. Si en la historia la
los padres de la novia y del novio. Los griegos nunca reconocieron novia es una víctima rescatada, esto significa que las mujeres de-
nada semejante a la patria potestas romana, por la cual los hijos ben ser protegidas y los hombres lo bastante fuertes para hacerlo.
adultos estaban bajo la autoridad del padre en tanto que éste vivie- Enlas historias unosyotros viven felices por siempre, como si, una
ra; por ello, el pretendieñte, como varón adulto libre que era, nego-, vez narrada la historia, todo lo demás cayera de su peso; las histo-
ciaba por su novia ei.su propio nombre, Casatse fue una forma de rias son realmente descripcionesde la felicidad matrimonial.
adquisición; una parte de la «tercera función»; Hermes, el patrón Laausencia de historias de amor.en la litératura griega es, por
del traslado de la novia desde su antigua casa a la nueva, es también lo tanto, úri asp icia de cualquier.représentación po-
el dios del comercio, del robo y de los objetos encontrados. Glau- ¿itivadel matrimonio: Las mujeresda lástragedias, por ejemplo, o
cón, en la República de Platón, habla del matrimonio como si fuera bien Son víctimas maltrabas, como Ifigenia o lo, o'bienfurias ven-
un tipo de comercio; el hombre injusto, nos dice, gadoras, como es el caso de Clitemnestra y Medea; no es raro que,
como Deyanira y Antígona, se las arreglen para serambas cosasa la
desea [...] tomar luego esposa de la casa que desee, casar a sus hijos con vez. ¡El matrimonio mássatisfecho en toda la tragedia es probable-
quien quiera, tratar y mantener relaciones con quiense le antoje y obtener mente (hasta el momento de la verdad) Edipo y su madre! En Aris-
de todo ello ventajas y provechos (362b)*. tófanes encontramos un poco más de equilibrio. El héroe de Los
acarnienses aparece con su mujer y lo mismo hace, durante mucho
Todo lo dicho sitúa al matrimonio sin la menor ambigiiedad en más tiempo, el héroe del Pluto: sin embargo, la única escena real-
un mundo riasculinode transacciones públicas, de rivalidad por el mente notable entre un hombre y su esposa es la de Lisístrata,
honoryla Eánancia) hasta el punto de que, concebido asírel matri. cuando Mirrina niega sus favores a su esposo. De los autores dra-
«monio:deja de'ser entendidocomo'algo centrado en la relación pri- máticos que nos han llegado, Eurípides parece haber sido el más ¡
vada entre un hombre y. ana mujer: Otra consecuencia de esto, en interesado en'el matrimonio; la /figenia en Aulide trata de una boda ¡
mi-opinión, fue:la ausencia de historias de amor. (que es ciertamente un sacrificio humano disfrazado): la Andróma-
Las historias cuyo temaes el cortejo —esto debe quedar claro— ca y el Orestes terminan con esponsalesy la Helena y la Alcestis con
en realidad son historias acerca del ideal de relación matrimonial, la reunión de marido y mujer. Pero de éstas sólo la Alcestis puede
ya que el precio que uno paga por casarse nos proporciona una va- ser considerada como una pieza sobre el matrimonio: lo que en
loración del estado de casado, y un relato de los pasos desde la sol- ella se deplora es la ausencia de la felicidad matrimonial.
tería al matrimonio es una manera de hablar sobre las diferencias Sin embargo, sidel drama retornamos a la épica? lo que tene-
entre los dos. Digámoslo de una manera mástécnica: una historia mos es útia impresión completamente diferente. La Odisea, des-
de amor establece la estructura ideal del matrimonio en términos pués de todo;trata de la reconstrucción de un matrimonio, y un
de una serie de acontecimientos ideales. Tales historias no necesi- matrimonio fue también el casus belli de la Guerra de Troya; la ac-
tan reflejar ninguna práctica de cortejo real; esto explica por qué ción de la Ilíada, además, nos cuenta la pérdida y recuperación de
aquéllas son tan populares en las culturas —las del sur de Asia, por una mujer por Aquiles, quien precisamente señala el paralelismo:
ejemplo— en las que, prácticamente, todos los matrimonios son
«concertados» yla noviay el novio no se ven hasta el día de la boda. ¿O es que sólo de todos los humanos aman a sus esposaslos Atridas? No,
No obstante, la novia tiene la esperanza de que se la valorará y por cierto, que no hay hombre generoso y en su juicio, que no quiera a la suya y
della cuide (IHíada, IX, 340-342)*.
* La traducción que utilizamos es de M. Fernández Galiano (Madrid,
1949). (N. del 1.) * La traducción es de D. Ruiz Bueno (Madrid, 1956).

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DOCOLLOLOLIOLILOLLCOLILLILLILICICIIIOO

184/James Redfield El hombre y la vida doméstica/185

Con Príamo y Hécuba, Héctor y Andrómaca, Alcínoo y Arete, Enla tragedia, quefue un arte ciudadano,los temasdomésticos
Odiseo y Penélope —por no hablar de Zeus y Hera— teñéemos en: se presemiañ enel:
“elcontexto
xtodela sotiedad heroica, una:sociedaden
Homero unacompleta galería de parejas y, en general,la represen: partéimagina a, en parterecordada los
de tiempos anteriores a la
tación positiva del matrinionio, Es únicamenteénlla literatura pos- ciudad- estado,xiñía'éépocaenla que, cómo nos.es dado ver en.la épi-*
éñ cuando
Gr este tema desaparece. » ¿Ca,'l mul eres eran: mucho rm visibles. e independientes.“La sor
“Eiando, finalmente, "llegamos al Díscolo, lo que se nos ofrece ciedadT lerdica es. regida por.-monarquíasy las familias:en cuestión
en él, además, no es el primerintento de ensayo de una historia de en;las. tragedias son.las. familias:de los reyes.y principes; algunas
amor; se trata ya de un ejemplo desarrollado del género con su sin- piezas muy antiguassitúan la acción en el Este, lo cual no debe ser
cero y apasionadojoven héroe, su virginal doncella recluida, su pa- tomado como un artificio muy diferente ya que tambiénel Este era
dre irascible y su historia de ordalías y malentendidos superados. monárquico.,Lastragediasreflejan así las ansiedades de la ciudad>
Es como si tales historias hubiesen estado presentés de un modola- estado .En.transformación? Los problemas domésticos de las fami-
tente portodas partes, suposición que es confirmada por la obser- lias reales tienen una obvia importancia política. Por ello, lanarra-
vación de que, ya en la Odisea VI y VII, existe una historia de amor ciónde historias heroicas legó á ser.tentre otras cosas) una mane:
latente. La visita de Odiseo a los feacios es presentada de forma cui- ra de:reflejar:las implicaciones políticas del:ámbito doméstico:
dadosa y bastante explícita a fin de que no se identifique con un es- temarecurrente en estaspiezas es la:amenaza del-poderf
cenario subyacente, dentro del cual el hermoso extranjero de ¿Menino, el riesgo deque los hombres puedan perder el control so-
bre sus mujeres. Este peligro, además, tiene su contrapunto cómi- j
allende los mares se casa con la hija del rey y hereda el reino. Este
esquema alternativo de la historia está en la mente de todos los per- co en las fantasías aristofánicas de una actuación política de las-
sonajes y, además, fue familiar, sin lugar a dudas, tanto al poeta mujeres. Sea de forma trágica o cómica,el poder femenino es trata-
como a su auditori10. do siempfe como una. inversión de la naturaleza de las cosas, una.
Esta nociónde
matrimonio,como. ténta latente 0o+lo que es lo inversión, además, producida.por la locura y la debilidad de los.
mismo, Feprimido— en'lá"Culturagriega, es Confirmada, además; hombres? Ya se trate de la viciosa Clitemnestra, de la apasionada
hecho-deque los'autores queofrecenn la visión más natu.ralis- Antígona o de la juiciosa Lisístrata, laexigencia de poderpor parte **
ta de la vidalmatrimonial són Aristófanes” (porejemplo,en lanarra- dele
la-mujerestómada invariablemente, inclusg por/las propias mu-
ciónde Estrepsíades de su noche de boda y ej chismorreo de las jeres, :como un'sigho de-que-algo hacidoterriblemente maál+El-po:
mujeres en Lisistrata) y Héródoto, en este último, a menudo, los he- der legítimoen
en la'ciudad-estado —estó es loque elteatroles decía
chostienen lugar en el exótico Oriente (comenzando con Candau- alos griegos— fue el poder.de los hombres:y este poder. legitimo
les de Lidia), pero también en tierras griegas. Aristófanes yHeródo- ñóestabadel; todoseguro.
sados autoresdel'canon- que, evidentemente, se. muestran Las leyendas griegas hablan también.de mujeres completamen:
másdispuestos a'discútir asuntós suprimidos de losgénerosliter:a- te”,fuerá.delcontrol:son.'lastménades;, .literalmente:las t«locass.
rios másrespetables; uno y otro, por ejemplo, discuten con todali- Abandonanla ciudad y vagan por las montañas en un éxtasis lleno
bertad a propósito de cosas que jamás se mencionan en Homero, de violencia; viven entre prodigios, juegan con serpientes, despe-
entre otras la orina y los genitales femeninos. dazan animales vivos con sus manos desnudas y pueden vencer a
Esto nos lleva auna cuestión odosduranteze 1 los hombres en combate. Normalménte;son seguidoras de Dioni-
SO, que se divierte con ellas tal como Artemis lo hace con sus nin-
exactámerite el "mismo-a216:aro dél-cuajlla”ciudad-estado; Lan fas. Mientras las ninfas, sin embargo, son inmortales, las ménades
cionózcomo ura!“estructuraautosúficiente —o, al menos, indepen- son mortales, las mujerese hijas de la gente corriente, y el menadis--
diénte— paralavida de los griegos. Antes de Homerodifícilmente mio noés unáforinañormalde religiosidad; por el contrario; en las
existió; después de Alejandro sobrevivió sólo como una unidad ad- leyendas; riuy amenudo .esuncastigoque cae sobre las comunida:
ministrativa y social bajo el dominio de los monarcas helenísticos y des que seresisten aldios*Es típica la historia de la llegada de Dio-
sus sucesores. LA"ciudad-estado; además, es el tipo de vida:más ca- niso a Argos, donde no se le honróy, por ello, volvió locas a las mu-
facterístico de:los griegos clásicos y.el.que mejor-les. caracteriza. jeres; «éstas se llevaron a sus criaturas a las montañas y comieron
Por tanto; hablar, de«el-Hombre. doméstico entre:los .griegos».e5 la carne de sus propioshijos» (Apolodoro, Biblioteca, 3, 5, 2, 3).-El
preguntarse porla relación entré lo doméstico y la ciudad“estado; mienadismo.es'la'negación.-de+la maternidad -y-de laherencia;:es
00000000OIOOILOOICICLIOICICICICICIÓOA
186/James Redfictd El hombre y la vida doméstica/187

una plaga como el hambre, la sequía o la peste y, como éstas, sólo a Dioniso, pero el dios, por artes mágicas, consigue escapar tras ha-
puede. ctirarse estableciendo -alguna: relación “adecuada: con el ber hecho temblar todo el palacio; nubla luego la mente de Penteo
dios. + y le lleva a las montañas vestido con ropas de mujer; allí su propia
Argos es también el escenario de las historias sobre las hijas de madre le despedaza.
Preto, contadas en numerosas versiones, aunque, sin embargo, en Las bacantes es una pieza negra; los personajes no parecen
todas ellas, las muchachas se vuelven locas. Unas vecesellas tam- aprender nada excepto que dios (pese a no ser bueno) es grande.
bién se han resistido a Dioniso; otras es Hera la diosa a la que han Hay en la obra una alabanza de la embriaguez y del éxtasis, pero
ofendido. Enla versión de Hesíodo (Fragmenta Hesiodea, 130-133 esta alabanza se ve recortada por la acción dél drama, que desplie-
M-W) se vuelven arrogantes por los muchos pretendientes que tie- ga ante nuestros ojos los catastróficos resultados de un éxtasis y
nen y, en su arrogancia, ofenden a Hera: ésta las convierte en seres una embriaguez a los que no se le ponen los límites debidos. Mu-
de lujuria incontenible y luego las castiga conla lepra y la pérdida chos han pensado que el mensaje de esta obra es, pura y simple-
de su cabello. Más tarde, se curan al ser expulsadas de la Argólide. mente, el terror.
En una versión próxima a la anterior hacen que todaslas argivas se Debemos tener en cuenta, sin embargo, que Dioniso, que como
vuelvan locas junto con ellas y maten a sus hijos; entonces Melam- dios transforma de forma característica sus apariciones y cuyos de-
po y Bias las expulsan a un reino vecino y matan a una de las tres votos experimentan alteraciones de sus estados de conciencia, es
duranteel viaje; a las otras dos las curan y se casan conellas. Luego también el dios del teatro. En Las bacantes esta conexión es casi ex-
Preto se reparte la Argólide con sus dos yernos (Apolodoro, Biblio- plícita; el propio dios tiene un papel en la pieza y laboriosamente
teca, 2, 2, 2, 2-8). . viste a su víctima. La obra, además, era semejante a todas las trage-
Enla versiónde esta historia ofrecida por Hesíodo, ese poderfe- dias representadas en un festival de Dioniso. Al ser puesta en esce-
menino que se sale de todo cauce es, explícitamente, un poder se- . na, además, el coro de ménades fue representado por hombres,
xual; la arrogancia de las muchachas les viene de haber sido muy como lo fueron también todos los personajes; el público fue tam-
cortejadas, de su condición de casaderas. Hera las castiga doble- bién, probablemente, exclusivamente masculino. La obra repre-
mente: colocando su sexualidad más allá de todo control y, luego, sentaba la disolución de la ciudad, pero la representación cra un
quitándoles todo su atractivo. Enla historia de Melampo, la cura acto organizado público y, a la vez, religioso. Enel festival —esta es
tiene lugar mediante la expulsión de las muchachas; el resultado mi opinión—, los atenienses alcanzaban una excelente relación
(con el sacrificio de una de las tres) es, a la vez, un matrimonio yun con el dios y la conseguían mediante la exclusión de las mujeres,
acuerdo político. En el marco del orden doméstico y cívico así es- que estaban presentes sólo representadas. El festival es así, dentro
tablecidos, las mujeres dejarán de matar a sus hijos y la legítima he- de la pieza, cqmo una alternativa a la pieza, un antídoto frente al te-
rencia podrá continuar de nuevo. Todos viviránfelices en adelan- rror que la obra produce. Cualquiera que echara una mirada al tea-
te. Consideradas en conjunto, las historias de las hijas de Preto pa- tro vería que, a pesar de todo, los hombres controlaban cada de-
recen decira los griegos que el matrimonio; al desviar el poder se:. talle. :
xual de,las mujeres hacia la herenciayrestfingeeste poder. y asegu- De manera aun más general, podemos observar que el.drama,
ra asi,tanto, el orden ciudadano como la adecuada relación con el ateniense permite la:representación de la vida doméstica como
dios. algo separado de la inmediata experiencia por una triple barrera.
"La mejorrepresentación literaria del menadismo son Las ba- Lo doméstico es representado en público (pory para hombres); es
cantes de Eurípides. En esta obra el menadismo es de nuevo un cas- representado como si tuviese lugar en público (la escena se ubica
tigo por haberse resistido a Dioniso, cuya divinidad Penteo, el rey en la calle); es transformado porque se representa como si hubiese
de Tebas, se niega a admitir (Dioniso es, de hecho, primo carnal de ocurrido en los tiempos heroicos o bien, en la comedia, mediante
Penteo ya que es hijo de Zeus y de Sémele, hermana de la madre de la caprichosa suspensión del tiempo; el espacio,'la causa y el efec-
aquél). El dios, porlo tanto, hace que las mujeres de Tebas se vayan to: En virtud de estas tres separaciones podemos medir la necesi-
a las montañasy allí vivan como salvajes atacando poblaciones y dad quelos atenienses tenían de proteger al público de la intrusión
matando niños. En Tebas son reemplazadas por las mujeres asiáti- delo doméstico en la realidad, mientras que la existencia de las
cas que Dioniso ha traido consigo; es el dios quien se cuida de ellas piezas nos da la medida de la necesidad correlativa de interpretar
haciéndose pasarporsu propio sacerdote. Penteo intenta arrestar esta realidad a la luz de las necesidades del público. La supresión
188/James Redfield El hombre y la vida doméstica/189

" de lo doméstico expulsándolo de la conciencia pública, que es lo se salir a la calle. Eran miembrosde la unidad familiar pero no de
que acarrea la ausencia de una ficción de tipo naturalista, puede la ciudad;'ú al menos lo eran dela ciudad sólo indirectamente; es
ser cónsiderada.como una condición cultural previa.de la ciudad-s cierto que en ésta se encontraban en su propia casa, pero no lo es
estado; aun cuando-(o, incluso más, por ello) está reálidad'se reafir-m menos que río eran miémbros del público.
me entonces'a'sísmisma de-imiariéra estilizada.+ tico, precisamenite, es lo que formaban los ciudadanos y
lá_vida ciudadana “consistía; muy en concreto y literalmente ha-
blando, en. retiñiones.públicas en la,«asamblea, en el «teatro, con
y La exclusión de la mujer chodelos ciudadanos F
om mr A tómar parte:en estos acontecimien*
La'pólis.o ciudad-estado: griega puede ser. definida. como una tos públicos,” si no'tomo actorés, al menos como público.:No tomo
corporación política basadaen.da idea de ciudadanía; es decir,-se en consideración aquí situaciones sociales a medio camino entre
el libre y el esclavo, por ejemplo loslibertos y los residentes extran-
sinun Superior jurídico. A losindividuosles ha sido conferida la au? jeros; por muy importantes que puedan haber sido en la práctica,
tóridad ho como algo inherente a la persona (como en los regíme- no desempeñaban, sin embargo, más que un mínimo papel dentro
nes monárquicosy feudales) 'siño comp inherente'al cargo (incluso de la teoría de la ciudad-estado. Este derecho era la dimé del ciuda-
si el cargo se ejerce de por vida). Los ciudadanos. pueden dejar el legitima” pretensión a ser. «estimado»? Uñasa
sanción. fami-
cargo sin que ello entrañe una pérdida de posición y, de hecho, liar en la jurisprudenciaática.es la atimía, consistente
en-la pérdida
como ejemplo típico, esto es lo que hacen: los ciudadanos —y esto de estós derechosa apareceren la vida pública; eraura especie de
es caracteristico— son capaces de ostentar un cargo y luego dejár- exiliointerior, más o mends como una persona proscrita en Surá-
selo a otro; son capaces, sirviéndonos de la formulación griega, de frica, y:reducía a:los.ciudadanos al :nivel. de;una:¿mujer.o.de:un
«mandary ser mandados». Desde-un punto devista sociológico, la niño..
ciudad consiste en. unapluralidad de pequeñas unidadesfamiliares o Nortodós lós ciudadanos de pleno derecho eran iguales; lo eran
relaciónadas:por medio de"úna reciprocidad «generalizada (hos- sólo eni'tanto que"podían hacer apariciones públicas: Estasapari-
pitalidad mutua, intercambio matrimonial bilateral generalizado, ciones tomaban siempre la forma de una competición llenade riva-
etc.); desdeel punto de vista económicoes una sociedad basada en lidád cuyo resultado erá, másbien, establecerla desigualdad :
lá própiédad privada,-en la que la riqueza está en manos de nume- ¿ciudadanos*La competición podía tomar simplementela formade
rosos individuos, aunque sujeta a un impuesto sobre el capital en un despliegue de riqueza. En el caso de un rito, la superioridad
momentos de necesidad pública. Los propios griegos, en estos tres consistía en ser elegido para desempeñaren él un papel principal;
niveles, contrapusieron su sociedad al modelo oriental, según el cuando se trataba de un juego, escalar o perderposiciones depen-
cual la autoridad pertenecía al rey (a menudo también sacerdote o día del resultado. En el debate públicoy en el teatro, la relación en-
dios), los honores fueron otorgados por el trono y el excedente era tre el ofrecerse a la vista de los demásy la posición era más comple-
mantenido en el palacio o templo para su redistribución rutinaria o ja; los actores, por ejemplo, dejaron de ser especialmente estima-
bien en casos de necesidad. dos tan pronto como los poetas cesaron de representar ellos mis-
Nuñicalos ciudadanosgriegós constituyéron.el grueso dela po- mos los papeles principales. Algunos papeles políticos que tenían
blación:én general; de hecho, muy probablemente, no hubo ciu- un alto grado de ofrecimiento visual a los demás, el de demagogo
dad-estado alguna en la que su número llegase a la cuarta parte de por ejemplo, no eran estimados. Sin embargo, el espacio público
los habitantes. Los Tiudadanos de pleño derechó-eran-obiéntódos: continué ofreciendo a los hombres oportunidades para hacerse
dosadultosvaroneslibres'(en cuyo caso el régimen era una demo- acreedores de estima (ariprepées que dice Homero); aquí la comu-
€racia) obien algunos deellos.(elegidos de entre los miembros de nidad se reunía y, en el proceso, fue diferenciando a sus miembros.
ciertas familias o en vírtud de unas ciertas caracteristicas de sus Los griegos; en general]fueron dela Opinión. de que “sólo Partici-
propiedades, o ambas cosas a lavez),
la eñ tuyo'caso-el régimen era ¿pandoen uría comunidadc: suya, formada poriguales que ri-
comolast
funaoligarquíasTántoen
un caso.como en
otro, lás1mujeres, los.ni- “yaliZaban
envre
sí, podíano llegar aser un ser húmanioen el pleno
ñosy losesclavos"estabanexcluidos. Su lugar estaba en casa, de Sentido de la palabra. Por eso,sólo los varones podían ser, eñ senti-
puertas para dentro, a menos que tuvieran un trabajo queles hicie- ¿doestricto, s$ eres humapos,
190/James Redfield El hombre yla vida doméstica/191

La competición privilegiada fue la guerra, en la que los hom- para tener una opinión sobre la dirección de la guerra. La idea se
bres se distinguían desinteresadamente por el'bien de la comuni- hace general cuando Telémaco adapta la frase (Odisea, 1, 358): le
dad. En Homerola guerra es concebida como una especie de juego dice a su madre que se vuelva a las habitaciones de las mujeres ya
consistente, como así es, en combates singulares de los que salen que «hablar en público es cosa de hombres». La irracionalidadde
vencedores y perdedores individuales. La guerra de la época clási- su pretensión masculina a un monopolio de la inteligencia política
ca pudo no ser —y probablemente ninguna guerralo ha sido nun- cra evidente para Aristófanes, cuya Lisístrata nos cuenta con triste-
ca— competitiva desde el punto de vista individual en este sentido; za cómo la frase llega con prontitud a los labios del varón ateniense
la noción de competición se adaptó a las tácticas colectivasde la la- cuando su mujer manifiesta interés en los asuntos públicos:
lange por el procedimiento de convertirla batalla en una competi-
ción en firmeza, competición en la que un hombre ganaba al no Nosotras, en las primeras fases de la guerra y durante un tiempo, aguan-
contarse entre los perdedores, al no ceder ni un ápice de terreno. tamos, por lo prudentes que somos, cualquier cosa que hicieraís vosotros
Quienes rompían las filas eran marcados de por vida y llevaban Jos hombres —la verdad es que no nos dejabais ni rechistar—, y eso que
agradarnos, no nos agradabais. Pero nosotras estábamos bien informadas
crueles nombres locales: el ateniense era un «tiraescudo» y el es-
de lo vuestro, y, por ejemplo, muchas veces, estando en casa, nos enterába-
partano un «temblón». El castigo oficial era la atimía. De esta ma-
mos de una mala resolución vuestra sobre un asunto importante. Y des-
nera, la firmeza en el campode batalla five una especie de califica- pués, sufriendo por dentro, os preguntábamos con una sonrisa: «¿Qué cláu-
«ción Competitiva:mínima para la vida pública, del mismo modo sula habéis decidido, hoy, en la Asamblea, añadir en la estela en relación
quela instrucción miilitar.fue la iniciación oficial a la condición de > con la tregua?» —«¿Y eso a tí, qué?», decía el marido de turno. «¿No te calla-
hombre adultos rás?» —yyo me callaba(...] Pero cada vez nos enterábamosde una decisión
““pesde:Homero en adelante-la comunidad política griega fue vuestra peor que la anterior. Y, luego, preguntábamos: «Marido, ¿cómo es
coricebida como un8EFUPOde guerreros autogobernado; los gue- que actuáis de una manera tan disparatada?» Y él, echándome una mirada
rreros son:hombres-y, porello;-la comunidad política consiste en atravesada, me decía enseguida que si no me ponía a hilar, mi cabeza iba a
hombres. Además, la gúuctra,.en el sentido de combate activo, es gemir a gritos. «De la guerra se ocuparán los hombres» (Lisístrata, S06-
Paralos jóvenes; siempre existió una tendencia a excluir a los vie-
520)*.
jos, aunque se aceptaba que su experiencia podía ser valiosa, Nés-
La exclusión de las mujeres de la vida pública ateniense refleja»
tor debe recordara su auditorio que también él fue un guerrero an-
el tipo de circiilafidad típico de los sistemas culturales.s¿Por qué
taño. Hay algunas indicaciones de que los viejos tendían a ser rele-
las mujeres no toman parte enla vida pública? Porque ellas no ha-
gados a sus casas, como Laertes cn la Odisea se retira a su granja a
cenla clase de cosas que conformanla vida pública. ¿Por qué las
trabajaren el jardín; es en la vejez, según nos dice el Céfalo de Pla-
mujeres no hacen esas cosas? Porque estas cosas no son adecuadas
tón, cuando nos es dado comprender cuánta verdad hay en el pro-
para que las mujeres las hagan. Las premisas se demuestran a sí
verbio que reza « el rico tiene muchos consuelos» (Platón, Repúbli-
mismas.
ca, 329c).'Losviejos, en otras palabras, se retiran a disfrutar de sus
Sin embargo, parece poco probable que Lisístrata (que fue re-
propiedades, ya no pueden .tomar parté activa en la competición
presentada, como Las bacantes, por y para hombres) estuviese tan
por los honores que es la vida en el ámbito público. Néstor, de he-
fuera de la realidad como para ser sólo un objeto de curiosidad; la
cho;con un cierto tonodefensivo, nos dice que, para un viejo, es
pieza nos muestra que los hombres atenienses sabían que sus espo-
thémis, o sea una convención aceptada, permanecer en casa y ente-
sas tenían opiniones políticas y sugiere que las mujeres, en ocasio-
rarse de lo que pasa por otros; ya no puede ir de acá para allá (Odi-
nes, incluso fueron tan lejos como para expresarlas, Lá supresión”
sea, 1, 186-188).

A
griega de las mujeres —aun en Atenas, donde, en algunos aspectos,
Del. mismo:modo que la guerra define lo que es:un.hombre,
llegó máslejos que en ninguna otra parte—ño fue del todo com-
también la hombría eslaccualidadnnecesaria para la guerra y la vidas
pleta. No se fomeñtó”la educación de.las mujeres, pero tampoco
pública en general. «La guerra escosa de hombres» dice el prover-
fue'prohibida; mientras que las mujeres fueron apartadas de aque-
biogriego y esto significa algo más que el simple hecho de que los
MHastártes que requerían una actuación pública (y sus labores arte-
hombres son los que llevan a cabo el combate real. Cuando Héctor
emplea esta frase con Andrómaca (Ilíada, VI, 492) lo que quiere de-
cir es que, puesto que ella no es un guerrero, no está cualificada * La traducción es de E. García Novo (Madrid, 1987).
192/James Redfield El hombre y ta vida doméstica/193

sanas se limitaron á tejer), oimos hablar ciertamente de un buen res, los matrimoniosy la procreación de los hijos deben, conforme
número de mujeres que fueron poetisas líricas. También podían al proverbio, ser todos comunes entre amigos en el mayor grado
hacer apariciones en público de diversos tipos; sabemos de cerlá- posible» (423€ - 424a). Que «todas las cosas de los amigos son co-
menesatléticos —no en Atenas, cierto es, pero sí en Esparta sobre munes» fue un proverbio pitagórico; los pitagóricos intentaban
todo y no sólo aquí— y, en lo que toca la esfera de los ritos, tenían perfeccionar su comunidad haciendo comunes sus propiedades.
una cierta igualdad con los hombres. Las mujeres de Atenas no es- No está claro si alguna vez llegaron a pensar extender esta regla a
tuvieron tan apartadas como para no ser representadas, porejem- las mujeres; de todas formas,-es claro para Sócrates que la elimina-
plo, en el friso del Partenón y, en la vida real, los ritos, muchasve- ción.de la propiedad privada no bastaría; la ciudad nunca puede
ces, daban a los hombres la oportunidad de echar una ojeada a las llegar a seruna comunidad perfecta en tanto quelos legisladores
mujeres de otras familias. Sí un joven encontraba a una chica atrac- téngan suspropios hijos y, por ello, un: interés privado en el bienes,
tiva, podía (tras las pesquisas adecuadas) proponerse a sí mismo, tar de -una personas en. particular.
como yerno, al padre de ella. Si las negociaciones llegaban a buen AY comienzo del libro quinto el auditorio de Sócrates le pide
término, la muchacha dejaba a su familia. En Atenas, el mito eleusi- que prosiga; la comunidad de mujeres, como decimos, tiene un
no de Demétery Perséfone hablaba de la despedida entre madre e «interés humano»: así acontece conlo relacionado con el sexo. La
hija —y de la necesidad de que ambas continuasen en contacto—, respuesta de Sócrates»se articula en.dos partes. En primer lugar,
pero la partida de la hija era una pérdida también para el padre. La defiende la idea de admitir a las mujeres enla vida política y tam-
dote, ciertamente, daba forma material a su continuado interés por bién en las filas de los legisladores; luego, pasa á enfrentarse con la
ella y a su preocupación por sus nietos. stiónde:la familia. 7
El hecho de que él' parentesco griego, aunqueformalmente pa, La utopía ha de ser una comunidad fundada en la naturaleza;
trilineal; fuese:bilateral; de un modo:latente:indica que, para los podria parecer que hombres y mujeres debían tener dentro de
mujeres eran personas, La objetivación de las mujeres
“griegos; las'n aquélla un tratamiento diferente ya que son claramente diferentes
entre ellós jamás llégó A Sercompleta, tal como, por ejemplo, sabe- pornaturaleza. Pero a esta objeción, que él mismo ha suscitado,
mos que ocurría entre los zulúes. Entre éstos, se nos dice que las responde Sócrates diciendo que pensarasí sería malinterpretarcl
mujeres eran retenidas en las casas de los reyes como meros obje- significado adecuado de «naturaleza». La intópiáa consiste en un es-..
tos sexuales y con vistas a la producción y cuidado de niños. Los tado en el que la autoridad pertenece alos que son capacesde te-
griegos, por el contrario, aunque no pudieron librarse de tener ner una educación especifica; las únicas diferencias naturales que
mala conciencia por ello, se limitaron a excluirlas de la vida ciuda- tienen importancia son'las que tienen que ver cón aquella parcela
dana, de nosotros que es susceptible de educación, cuyo nombre, para
De hecho, es muy posible que esta mala conciencia haya sido Sócrates, es psykhé; el alma-Que las mujeres traigan al mundoni-
precisamentesu contribucióna la «cuestión femenina», tal como ños y, en cambio, los hombres no, es un hecho que tiene que ver
se revela en la historia de Occidente..Parece qué la'ciudad-estado, con el cuerpo, dándose por supuesto que esta diferencia no tiene
entanto que excluía alas. mujeres, despertó desde el comienzo la conexión alguna con una diferencia por sexos en cuanto a la capa-
fantasía de unaciudadalternativa de mujeres, una fantasia a la que cidad psíquica.
se le dióforma ritual en las Tesmoforias, cuando las mujeres, du- Tampoco es que Sócrates considere que los hombres y las muje-
rante un tiempo, se retiraban y formaban una especie de ciudadri- res son iguales psicológicamente; al contrario, su argumento de
tual sólo de ellas. En la comedia esta fantasía también tiene su sitio; que no existen unas habilidades privativas de las mujeres, y, porlo
la acción política de las mujeres es una inversión fantástica, pareci- tanto, tampoco habilidades propias en exclusiva de los hombres, se
da a la conquista del cielo o a la vuelta a la vida de los muertos. funda en la pretensión de que los hombres son mejores que las mu-
Pero, ciertamente, lá fantasía en cuestión nos es conocida mucho jeres en todo, incluso en los telares y las cocinas (455 c-d). Sin em-
mejora partirde la tradiciónfilosófica; especialmente a partir de la bargo, esto no excluye la posibilidad de que algunas mujeres pue-
utopia de Sócrates en la República. dan estar mejor dotadas que algunos hombresy tener la capacidad
Cuando Sócrates desarrolla su utopía nota en un determinado adecuada para la educación más elevada; y estas mujeres deberian
pasaje que los guardianes, educados en la moderación, porsí mis- ser admitidas en las filas de los mejores. Es obvio que en éstas ha-
mosllegarán al convencimiento «de que la posesión de las muje- brá menos de aquéllas que hombres.
194/James Redfield El hombre y la vida doméstica/195

Puesto que estas capacidades son masculinas de un modo ca- propuestas —ya sean hechas por Sócrates en el diálogo o bien sea
racterístico, las mujeres que destaquen serán aquéllas que sean lo Platón quien las haga por medio de aquél—, éstas nos permiten,
másparecidas alos hombres. Sócrates ha afirmado ya que las muje- sin embargo, mediantela interpretación de sus inversiones, cxage-
res que sean admitidas a la educación más elevada habrán de hacer raciones y negativas, trazar un croquis de lo que fue la ciudad-
todo lo que los hombres hacen, incluyendo «el manejo de las armas estado. Lo que aparece ante nuestros ojos es una vida dividida en
y la monta de caballos» (452c). En particular (y aquí Sócrates co- uná esfera pública, donde los hombres se exhiben a si:mismos al
mienza a sentir miedo de hacer el ridículo), tendrán ellas que ha- servicio de los válores comunes, y un espacio privado ácerta del
cer ejercicios desnudas, igual que los hombres, y no únicamente «cual, tal vez, cuáñito menosse diga mejores; se trata de un «espacio
las jóvenes, sino también las viejas. Después de todo, nos dice, todo de desaparición» donde se engendranlos niñosy tienen lugarotras
esto, desde un punto de vista cultural, es relativo y no hace tanto cosas que no merecen que el estado les preste atención. Lá esfera
tiempo que los griegos pensaban que era vergonzoso que los varo- pública es masculina, es una estera de palabras € idéas, caracteriza-
nes se desnudasen en público, tal como los bárbaros piensan en la da por una competición abierta en busca de honores, es decir, el
actualidad; «entonces lo ridículo que veían los ojos se disipó ante reconocimiento de los que son iguales a uno mismo. Aquí el Tuer-
lo que la razón designaba como más conveniente» (452d) y, así, po, de manera caracteristica, queda al desnudo;esta «desnudez he-
ocurrirá también en este caso. roica» (que en el arte, aparte de losejercicios atléticos, se extendía
En esta fantasía, la diferencia entre mujeres y hombres se re- a los varones jóvenes en general), presenta a la personá como una
suelve por entero en una sola dirección: algunas mujeres «aptas criatura en su mínima expresión, una.merfáa unidad social.que se
parala gimnástica y la guerra» (456a) llegan a ser, como podríamos «afirma a sí.misma? Envla competición, en estas rivalidades, estas
decir, hombres honorarios. Las mujeres educadas de este modo, personas consiguenciertas diferencias; por.lo tanto,su comunidad
además, serán slas mejores de todas» (4566). Dicho de otro modo, se basa en su inicial semejanza (en Esparta, los ciudadanoseran lla-
Sócrates afirma que lo mejor que una mujer puede.llegar.a ser est mados hómoioi, «semejantes»). Lás mujeres eran excluidas por el
un hombre: mismo principio porel que Sócrates las incluía, o sea, el principio
Pasa luego Sócrates a trazar su programa para la eliminación de «de que la semejanza (en los aspectos importantes, fueran éstoslos
la familia. Se ha dicho ya que los guardianes no tendrán ni familias que fuesen) es el principio del estado: En concreto, esta señiéjanza
ni propiedades privadas; ahora prosigue diciéndonos cómo deben fue llevada a la práctica, en la mayorparte de las ciudades griegas,
ser criados igual que ganado y sus hijos criados todos ellos en co- por medio de la participación'en un entrenamiento y organización
mún. Los pasajes más escandalosos de la República están en esta militar comunes cuyo núcleo era un cuerpo de soldados hoplitas,
sección, especialmente el permiso acordadoal incesto y al asesina- con idénticoequipo e instrucción, éficaz no en tanto que jerarquía
to de niños porrazones de eugenesia. Sócrates, aquí, lleva a su má- organizada sino como:masa uniforme:
xima expresión la antipatía filosófica hacia lo doméstico. Enel ámbito privado, por el contrario, primó ladiferencia;.la fe-
Poñe'múcho cúidado-Sócrates en negarlé cualquier. valor.a la» minidad adquirió un valor específico aquí ya que hombres y muje-
feminidad per'3e. El hecho de que las mujeres tengan niños y los res se relacionaban entre sí, en el matrimonio, a través de su dife-
amamanten (460d) ha de ser considerado como una especie de rencia. La casa no fue un lugar de rivalidad sino de cooperación, no
obstáculo físico al que hay que asignarle alguna importancia aun- fue un lugarde ideas sino de cosas, fue un lugar de posesiones, de
que, en la medida de lo posible, debe ser superado y minimizado. adornos y de muebles en vez de honores. El tuerpo aquí—y esto es
La pareja exhibición de los sexos en ejercicios que requicren des- caracteristigo— se adorna; es el lugar primario tanto de la produc-
nudez es crucial ya que enseñará a los guardianes a no considerar ción como del consumo, el lugar donde el ciudadano entra en con-
que las diferencias sexuales son cosa de importancia. El argúnien- tacto con su yo natural y con la tierra. La fantasía socrática va diri-
to de Sócrates no es un argumeñto contfa lá exclusión de las muje- gida precisamente a cortar esta conexión con la tierra, a negarle
res del ámbito político sino, másbién, a favor de una ampliación de una personalidad al cuerpo y al yo natural.
éste a (algunas de) las mujeres; su condición de hembras ha de ser»
“excluida de toda consideración, nó hay que pennitir que sea utili:
zadaen su'contra y esta es lá mariéra de incluirlas.
— Por mucha ironía que se ponga al tomar en consideración tales
DOCOLOOOILIOIOSIILIIO 0000000000080000
196/Jarmes Redfield El hombre y la vida doméstica/197

partano que los otros. Estezconjuntode:varones“ "por-una

educación quefue también unainiciacióny era a un tiempoel ejés-


Hasta aquí nos hemos ocupado de la desaparición de la esfera citó (o, al menos, las unidadesde élite y los cuerpos de oficiales) y,
doméstica; no de su falta de importancia en la práctica, sino de su el 'gobiernoxdeEsparta: Dicho de otro modo, lostespartanoshicie:
insignificancia teórica, como si la ciudad-estado quitase de en me- ronde laresfera política un muñdo de-hombres cerrado fexchisivo
dio la vida privada de las familias para así seguir con su propia re- délos"que Hábí edi
presentación de sociedad autosuficiente organizada en torno a la Eos espartanos, (adentásestuvieronal níargen de la esfera.eco-*
rivalidad competitiva de iguales, todos ellos capacidados en la mis- nómica:Se suponía que no debían acumular riqueza. No trabaja-
ma medida. Este modo de ver las cosas nos sugiere un paralelismo ban y pasaban sus vidas, cuando no estaban en guerra, cazando y
etnográfico con una sociedad de hombres australiana donde los va- danzando. Se les prohibía, además, administrar sus propiedades.
rones se reúnen en secreto para complacerse en los poderes espe- atrabajada porilotas que podían servasesinado3 sin cas:
ciales de su sexo; o, más bien, dado que en la ciúdad-estado griega tigo algúño.(una vez al año los espartanos declaraban la guerra a
no setrata de reunirse en secreto sino de dejarse ver, se podría su- sus ilotas), pero no se les podía desahuciar; lo mismo que tampoco
gerir un paralelismo con la aldea de los Bororo,descrita por Lévi- podía subirseles la renta. Los:espartanosylosilotas:se:encontraban”
Strauss. Nos encontramos aquí con un círculo de chozas en el bos- trabados en unaguerra fría, casi ritual (que, con harta frecuencia,
que. En el centro de este círculo se halla la casa de los hombres se convertía en violencia generalizada). Su relación con las fuerzas
donde viven los varones adolescentes; ninguna mujer se acerca por productivas les obligó a mantener su organización military, al mis-
allí excepto el día en que busca marido. En el caso de que una joven mo tiempo, les aseguró la separación de la naturaleza; sus rentas fi-
se extravíe por casualidad en aquella zona, es muy posible que sea jas les mantenían por arte de magia, sin que tuviesen que preocu-
violada. Dentro de ese círculo central, además, los hombres cele- parse porello. Liberados de sus necesidades:materiales:fueron:li-»
bran losritos de la tribu, en particular sus funerales, que son acom- bres para gobernar.sus vidas por:el patriotismo y la piedad..En su
pañados por danzas y juegos y contemplados porlas mujeres desde calidadide ciudadanos 'varones libres tuvieron el privilegio de la
fuera del circulo; no se apartan éstas de las chozas que delimitan el más 'altarconsideración:
área central separándola del bosque. El círculo, en otras palabras, Eos'propios-espartanos dieron pábulo al mito:de que su: socie-
es un espacio cultural; está habitado sólo por hombres, quienestie- dad en cierto sentido, era'algo-primitivosú guerra perpetuá con
nen el privilegio de ser el sexo dotado de cultura. Las mujeres habi- los ilotásritualizaba.el mito de'Su llegada, en un principio, «como
tan en el lindero entre cultura y naturaleza y dan a luz, lo cual es el ungrupode conquistadores que sometió, al mismotiempo, el país
modo natural de producir personas; los hombres, en cambio, se en- y a sus fuerzas productivas aborígenes. Fuese cual fuese la base real
cargan de la muerte, lo que no es sino el modo de transformar a de este mito (y, desde luego, no fue sólida), deberíamos llamarla
una persona en un recuerdo o, lo que es lo mismo, en el más per- atención también sobre el hecho de que los espartanos, igualmen-
fecto hecho cultural: en una idea. te, tuvieron un mito acerca de su propia sociedad que se oponía al
La ciudad-estado griega que más se aproximó a este modelo fue anterior, un mito que hacía de ésta el resultado de un proyecto pre-
Esparta (especialmente en lo que toca a sus funerales reales y a sus vio obra del legislador Licurgo. Según esta historia, hubo un tiem-
numerosos cultos dedicados a los muertos) y, precisamente, fuetal» po en que Esparta era la peor de las sociedades, pero llegó a ingre-
'spartanade:unmundodehombrescerrado-lo-que: sar en el grupo de las mejores con su propio esfuerzo, limitándose a
hizo désEspanta"el prototipo» no exento de singularidad por otra vencer sus propias tendencias negativas; si entre las ciudades-
parte, deciudadléstadoelogiadaportodosypOrminguñoimitada) estados no hubo ninguna que no fuera pía y patriótica, esto se de-
comodijo Jenofonte. Los-espártañóstrasumlárgoperiodo:deins- bió a una reacción frente a su experiencia del impío individualis-
trucciónmilitar (largo no porque durase más que en otras partes mo. Este mito también fue ritualizado en la educación espartana; fi-
sino porque comenzaba muchoantes) Adóptabandemodopermaá- jándonos en el rigor de ésta, podemos hacernos una idea de las
fientelavidade un ejércitoemcampaña. Comían juntos en el seno fuerzas a las que se pretendía vencer. Estas fuerzas, en Esparta, es-
de sus unidades militares, iban a casa sólo para dormir y su alimen- tuvieron localizadas en las unidades familiares privadas, en las que
to y ropa eran más o menos uniformes. Además, pasaban la vida en cada espartano había nacido y a las que cada espartano, con su ma-
una constante competición intentando mostrarse cada uno más es- trimonio, tendía a reconstruir.
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198/James Redfield El hombre y la vida doméstica/199

Las sociedadestribales que, como los Bororo, asocian explícita- La separaciónde los varones espartanos de sus casas fue carac:-
mente a las mujeres con la esfera natural y encierran a los varones terísiica:déunactapa de la vida (aunque ésta fuese larga): Hástalos:
dentro de un medio cultural protegido, suelen ser matrilocales. antesde quela
¡sieteaños, trucción de los niños comenzase;ses
Los adolescentes varones que habitan en la casa de los hombres lo los criaba en casa y; dado que era necesario que los mayores, in-
hacen, una vez abandonada la choza de sus madres, mientras toda- cluidos sus hermanos mayores, tuviesen que estar en otra parte,
vía no han ido a la de sus esposas; y puesto que el poblado de los Bo- eran criados la mayoría de las veces por mujeres. Luégo seles ex-
roro está dividido espacialmente en dos mitades exógamas, todos pulsaba a un mundó masculino de ascetismó y competición, y bien
ellos están literalmente a medio camino de su paso desde un lado podemosatribuir a lo abrupto de este cambio el rígido y, a pesar de
del poblado —donde habita la mitad a la que pertenecen sus ma- todo, dudoso autocontrol de los espartanos; con todasu disciplina
dres— al otro, en el que entrarán a formarparte de la mitad a la (a tenor de como les vemosactuarenlos relatos históricos), fueron
que pertenecen sus esposas; es a ésta a la que pertenecerán sus hi- sin embargo, en comparación con el resto de los griegos, los más
jos. En sociedadesde este tipo, las mujeres suelen encargarse de su- dados a accesos de ira y violencia.
ministrar el sustento básico haciendo acopio de él o cultivándolo La unidad familiar originaria, por supuesto, continuó existien-
en sus huertos (mientras que los alimentos «especiales», es decir, do y representando un papel —no sabemos cuán pequeño— ensus
los que se hallan arraigados en el ámbito cultural de una manera vidas; si el padre de un espartano moría, entonces éste pasaba a ser
más profunda y están asociados con ceremonias, son suministra- el responsable de sus hermanas. Luego, a una cierta edad, se supo-
dos por los hombres por medio de la caza). Los lazos matrimonia- nía que debía casarse; en efecto, a causa de que la población ciuda-
les son relativamente débiles; el hombre es libre de volverse con su dana iba disminuyendo, el:matrimonio.era obligatorio. De este
madresi las cosas no van bien y.los niños son criadospor la familia modo, se agenciaba una esposay, luego, hijas y, entonces, tenía que
de la madre, especialmente por su hermano. Es verdad que, en Es-» negociar matrimonios. A falta de oportunidades comerciales,
parta, los
loslazos matrimonialesfueron felativamente débiles; tene- nos dice Aristóteles, el intercambio matrimonial llegó a ser un iim-
mosalgún material anecdóticoreferente a esposas compartidas o ¡portante medio de adquirir propiedades (Política, 1270). Además,
tomadas en préstamo, y las parejas no parecen haber creado un ho- las oportunidades de un espartanopara casarse y dar en matrimo-
gar en común antes de que los niños estuviesen en el mundo. Los fi- nio —esto es evidente— se adecuaban de forma notable a su éxito
lósofos elogiaron todo esto (cfr. Jenofonte, La República de los la- en el terreno de la competición masculina; Jenofonte habla de los
cedemonios, 1, 5-9); en efecto, la popularidad de Esparta en la tradi- inconvenientes que el cobarde sufre; todos lo desprecian
ción filosófica puedeser atribuida, en buena parte, a la ilusión que
daba de una vida totalmente entregada al estado sin lazos domésti- y debe mantener a las mujeres que de él dependen en casa y soportarque le
acusen de cobarde, teniendo que versu hogar sin esposay sufrir el castigo
cos. Sin embargo, Esparta no fue una utopía ya que, como los filó-
por esto también (La República de los lacedemonios, 9, 5).
sofos admitieron, fue solamente una ilusión. Es precisamente a
causa de esto.que Sócrates, en la República (548a-b), distingue a Es-
parta (a la que califica de «timocracia») de su utopía. Lásociedad No es extraño que las mujeres espartanas se destacasen en
espartamía s€ basabaen la propiedad Privada y cuandola propiedad » imponer a sus hombres el código del guerrero: «con tu escudo o
déun espartano ya no bastaba para pagarlo que debía a la sociedad» sobre él».
de
h hombres, entonces su ciudadanía dejaba de existir:(los no-
El efecto del régimen espartano sobre las mujerés fue ambiguo.
espartanos no podían comprar su ingreso en aquélla y el número Compartían, éstas el aislamiento de los hombresde la esféra econó-
de ciudadanos decrecía sin parar). En Esparta, cualquier necesi- mica y no trabajaban; «fueron las únicas, entre todas las mujeres
dad imprevista de la ciudad era cubierta mediante impuestos sobre
griegasde clase alta, a las que nadie imaginaba empleando su tiem-
po en tejer. Las energías liberadas parece que fueron absorbidas
el capital, igual que en otras ciudades griegas; la gente acumulaba
riqueza y ésta traía consigo una posición. Además, esta propiedad por las elaboradas disposiciones rituales que sustentaban y daban
forma a cada aspecto de la vida espartana; lag mujeres (allí como en
estaba en manosde las familias del tipo griego normal, es decir, pa-
otros lugares de Grecia) consiguieron enel ritual una igualdad que
trilineales y patrilocales s espartanos, cn otras palabras, ro eli-

*
minaron el tipo €omúñ de vida doméstica; simplemente dieron un” se les negaba eñ otros ámbitos. Los ritos espartanos, además, eran,
más que el resto de los griegos al quitarla de la vista: sobre todo, atléticos y las mujeres espartanas eran legendarias por
PO

pocoscocVnO creces rrcsscrr e...

200/James Redfield El hombre la vida doméstica/201

sus condicionesatléticas, desde las muchachas de la época arcaica zulú», que eliminaría a las mujeres convirtiéndolas en objetos o
que, en los poemas de Alemán, «corren como lo hacen los caballos animales domésticos, fue también inviable por la misma razón.-Un
en los sueños», hasta la Lámpito de Aristófanes que era capaz de ciudadano libre tenía un origen legítimo, lo que quiere decir que
ahogara un toro. «Para caballos, Tesalia; para mujeres, Esparta», sumadre había sido uña mujzr libre: Los hijos de las concubinas no
dice el proverbio griego. eran ciudadanos o, igual que ocurría con los extranjeros, había que
Por otra parte, sees negó la participación en la esfera política; concederles la ciudadanía. Una mujer libre era aquella que había
la leyenda dice que Licurgo les pidió que participaran sometiéndo- sido transferida á ¿il marido por un hombrelibre; que era su padre
se a las leyes, pero que ellas rehusaron (Aristóteles, Política, 1270 (o tutor). Por ello, la legitimidad del hijo fue en parte un regalo del
a). Las mujeres, por tanto, tenían la culpa y, como se aferraron a abuelo paternoy el hoñor y la dignidad dela familia fue depositado
continuar con «la peor de las sociedades» que existía antes de la tanto en las hijas como _en-los hijos.
ley, se convirtieron enel vehículo de todas las tendencias negativas La sociedad:que' sostenía-a-la Ciudad-estado.fue una.sociedad >
de la cultura espartana. Frente a la disciplina y el'ascetismo de los. conpropiedad privada y reciprocidad generalizada; por ello, la «so-
hómbres se contrapuso el desordeny el lujo de las múijeres. Esparta» iución Bororo», segúnla cual las mujeres, actuando de mediadoras
fue la única ciudad de Grecia en la quelasmújerespodían heredar entre la cultura y la naturaleza, envían fuera a los hombresy reci-
y tener propiedades;paradójicamente ésta fue ota marca de su ex- ben otros varones a cambio, tampoco fue viable. Esta solución ha-
clusión. Los hombres habían abandonado las familias en sus ma- bría implicado la pérdida del control ejercido por los varones so-
nos, asegurándose su propia superioridad (así parece) al dejarle a bre las unidadesfamiliares o, al menos, la pérdida de la herencia a
las mujeres una emocionalidad fluctuante, tendencias antisociales través de los varones. El'ciudadano libre- griego fue-en-todas partes
y motivaciones triviales. ¿ ll señot. de una unidad familiar, incluso en Esparta: En-la sociedad
griega la primacía de losvarones fue oranipresente; el matrimonio»
fuépáatrilocal,.del mismo modo que la herencia fue patrilineal y las
Ka”contradictoria posición de la mujeres, autoridad patriarcalsCon todo, los varones nunca fueron más que
O- i FEPTT
«la mitad del estado» (Aristóteles, Política, 1269b). Cuantás. veces,
Esparta fue el modelo más exagerado de ciudad-estado y, por» séprivó de rélieve a las mujeres;otras tantas se reafirmarón ellas a
£llo, las cóntradicciónes de ésta aparecen en aquélla también de sí mismas; no eran herederas (salvo en Esparta), pero su nacimien-
manerasingular. Estas contradictiones.se centran en la «cuestión to libre”confería legitimidad. Tampoco eran ciudadanasy, sin em-
femenina», Los ciudadanos constituían un-cuerpo de hombres cu-> bargo, la ciudad era úna Comunidad -de hombres y mujeres libres.-
yas .rélaciones: estaban. definidas -por una-competición»abierta; No tenían propiedades (salvo en Esparta), pero, porasí decirlo, ani-
eran; por tanto, una clase.en rivalidad consigo misma que, sin em- maban éstas ya que una casa sin una mujer estaba vacía. En el cen-
bargo, teni mantener las condiciones'de'supropia'competi-> tro simbólico de las habitaciones de la mujer se encontraba el le-
«ción..Estas Condiciones se mantuvieroíi pór medio.del parentesco, cho matrimonial; pertenecía éste al hombrey estaba destinado a su
que estructuraba a una sociedad, estable en cierto modo, dentro de esposa. En la ceremonia matrimonial el novio tomaba a la novia de
la cual podía tener.lugar.la rivalidad,. Por ello, lá solución utópica, la muñeca y la acompañaba al interior de la casa y al lecho. En la
(por mucho que, en teoría, fascinara a los griegos) no fue viable;-lan Odisea la patrilocalidad es simbolizada por el lecho que Odiseo ha
eliminación dé las familias, como ya vio Aristóteles (Política, 1262 fabricado con sus propias manos, y tiene una marca secreta: está li-
b), agravaría-lá rivalidad.en vez de .mitigarlaElciudadano tenía teralmente enraizado en la tierra. En Alcestis (1049-1060) Admeto
que adoptar una perspectiva más amplia e interesarse porel bien considera el problema —según piensa él — de una cautiva que He-
común ya que le preocupaban 'lás generaciones futuras. Se repro- racles le ha dejado; si la acomoda en las habitaciones de los hom-
ducía a sí mismoa travésde sus hijosy de sus nietos y también a tra- bres, le harán proposiciones deshonestas, perosi la lleva a las habi-
vés de los hijos de su hija. Cadá ciudadano nacía en una familia y, taciones de las mujeres, entonces ¡tendrá que dormir con él! La
en su mádurez, daba origen a otra. Pára los giiegos-la hérencia im- partida de Alcestis ha dejado un sitio libre en el lecho que Admeto
plicaba intercambio matrimonial. continúa utilizando.
La solución utópica, como vimos en el proyecto de Sócrates, Los griegos no tomaron medida alguna para agasajar a los hués-
eliminaría a las mujeres convirtiéndolas en hombres; la «solución pedes femeninos; se daba por sentado que las mujeres no viajaban.
0900000000000 00000000000000000000000.
202/James Redfield El hembre yla vida doméstica/203

Sinembargo, en la relación matrimoniales la mujer, no el hombre, er efectivo el matrimonio que cónsumarlo y, para. ello, la pala-, ¿
2 é vida debía separarse de una unidad bra griega es gámos: !
fáarniliar ycolocarse en el htrode otra dondeella;unaintrusa, se El momento de la consumación, la noche de bodas (que podía |
transformaba en guardiánde tódo'lo'encerrado,'lo protegido y lo tener lugar mucho tiempo después de la engy2), era normalmente A
que estéen €l interior. De este modo,en la mitología, se identifica el pretexto para una celebración cuyo nombre era-gámos también. |
con Hestia, la diosa del hogar, que-es la única que, en el mito de Aunque esta celebración no era obligatoria, podemos pensar que
Platón (Fedro, 247a), no se une a Zeus cuandoéste atraviesa los cie- muy pocas novias griegas de buena familia se habrian pasado sin
ella. Este acontecimiento se asemejaba.mucho. a.miestra idea de
¿Sin embargo,la relación de la esposa con el hogares ambigua; una boda;había una granfiesta, la gente se emborrachaba, se brin-
según pareceselritual que la recibía en la casa (Jámblico, Vida de daba, se cantaba y el padre de la novia se gastaba lo que no tenía,
Pitágoras, 84) río la asociába ton el hogar sino que establecía su se- Péro no éra úna boda, en el sentido de que los novios no intercatíi-
paración de él.:La pureza del hogar es:enemiga de. la sexualidad; biaban promesa algunani había sacralización de la pareja. La pare-
Hesíodo aconseja a la pareja que no tenga relaciones'ante el fuego ja, o lá novia sóla, podía visitar un templo el día antes para despe-
(Trabajos y días, 7-33 ss.). En la mitología Hestia no es una novia dirse de su doncellez y buscarla protección del dios para su nueva-
sino, más bien, una eterna virgen; Zeus le concedió el privilegio de vida, pero eh el gámos en concreto los dioses no estaban más pre-»
permanecer por siempre en su casa «en vez del matrimonio» sentes que en cualquier otra fiesta. El gámos celebraba, y ritualiza-
(Himno a Afrodita, 28). Hestia. desenipeña el papel delahija a la que ba así, la iñiciación sexualde la novia, que fue también la etapa más,
séle permite ecer.con su padrey, de hecho, la hija virgen es importante de su-iniciación a.lá-vida adulta.
la más genuina hipóstasis de Hestia. La mayor parte de los festejos teníarl lugar en la casa del padre
Es característico de los dioses el hecho de. que puedan desempe- de la novia; el novio podía dormir allí la noche antes. La novia era
ñarpor siempre unpapelque;para los mortales,tiene que ser tran- engalanada con todo esmero. El momento-más importante de estas
sitorio. Los griegos daban por sentado. que todas las mujeres se ca- étapaera la celebración.de las añakalyptéria, es decir; cuando-la
sárian;-lahija virgen se transforma en una novia y toma la custodia
nporal del hogarhasta qiié traiga al mundo una nuevahija virgen »
fruto"de su carne: En. esta alteración de ¡papeles encoritramos la vaba á su tasa a pie o en un carro tirado por mulas; este trayecto se:
iñestabilidad esencial delas mujeres: Pára los griegos. la perfección hacía con el acompañamiento de antorchasy al son de las flautas.
La nynipheútria iba con ellos; la madre de la novia les había despe->
Pérdeste momeñto es efímero, no sólo porque la edad y la muerte dido, lá ¡Madre del. novio les.récibia.-Trastuña ceremonia de .reu-
(que alcanzan también a los varones) son universales sino también nión, lá :nympheútria acompañaba a la pareja al lecho. Al día si-
porqué sú propio:papel:(a diferencia de del joven guerrero, su guiente, podía haber otra procesión, las epaúlia, cn la que los ami-
equivalente masculino) es un papel pára otro; cúanto imás valiosa gos y parientes de la novia le llevaban su ajuar a su nueva casa.
séa, tanto imás casadera y, por.tanto, más ineludible será su pérdi- La 'engjé era una transacción entre hombres y centrada en:el
ésta
da, y también ántes.-Elmomentomás ambiguo para una mujer es novio, á quien se felicitaba porsu éxito al conseguir úna novia;
presente. El gámos estaba dirigido sobre»
también el momento de su.rcalización: cuarido se convierte en. ni siquiera tenía que estar
Novia... : todo porMujeres y apuntaba a la novia y a sus galas. -Erá ella la es.
específi-
"La ámbigua posición de la nóvia es señalada por el hecho de que tella del momentocicrtamente; algunos ritos accesorios
los griegos tenían dos tipos de boda y, normalmente, sé servían de cos como, porejemplo, el baño previo, podían aplicarse a la pareja
sólo
los dos..De uno de ellos, la engyé, ya hemos hablado. A veces se le o solo a la novia según las diversas comunidades, pero nunca
llama erróneamente «esponsales»; pero esta traducción es equivo- al novio. Era por causa de la novia que el novio no recibía tantas
cada en dos sentidos ya que los esponsales son una transacción en- atenciones; después de todo, el cambio de vida era mucho mayor
tre los futuros novio y novia y son previos a la boda. La engjé fue para aquélla. La engyé era la ceremonia del traspaso, el gámos el ri->
una transacción entré el suegro y el yerno,y ella mismafue la boda. tual de la trarisfóormación.-En la engy2 el matrimonio cra contem-
' No se requería ninguna ceremonia para legitimar alos hijos o ha- plado desde el punto devista de la ciudad, como un lazo de unión
vista
| cerdefinitivos los acuerdosfinancieros. Nó quédaba otra tosa para» entré líntas paternas; en el gámosse le veía desde el puntode
pocos UOOC ecc ces. .erss rc...

204/James Redfield £l hombre y la vida doméstica/205

de la unidad familiar, como el establecimiento en el centro de la los dioses. El-matrimonio es el resultado de nuestra conexión con.
casa de un nuevo principio para una familia. La mujer adquiría una* ellos (Pandora fue el' regalo de-Zeus) y es una muestra de nuestra
nueva posición.con obligaciones y deberes específicos. separaciónde éllos (el'regalo.iba dirigido a hacer daño). Los dos
implican engaño, aunque de forma diferente. Enla historia del sa-
crificio, Prometeo*en beneficio nuestro, intentó engañar.a Zeus;
¿Hombres y mujeres? éste, a pesar de que no resultó engañado, nos castigó por su inten,
: tó..Cuando Prometeo -hubo-superado este castigo .Zeus,le envió
La novia por antonomasia es Pandora; su historia vale la pena otro, esta.vez engañándonos: La historia del sacrificio implica una
contarla aquí con cierta detención ya que sitúa el matrimonio en el especie de prueba de fuerza con los dioses, un acto, de nuestra par-,
contexto de un relato mítico de carácter general acerca de la rela- te, de lo que los griegos llaman pleonexía, es decir, «pretenderte-
ción con el orden natural. Sigo a Hesiodo, combinando sus dos ver- ner más de lo que a uno le ha tocado en suerte».-En'la historia del
siones (Teogonía, 507-612 y Trabajos y días, 42-105). matrimonio los dioses nos-vencen;mosotros somos las víctimas, y
Al principio, nos dice el poeta;la vida-era fácil: un hombre por el mal nos llega como consecuencia de nuestra flaqueza.
día vivir durante un año con el trabajo de un día y hombresy. dioses La historia de Pandora és una historia de la caída;.es decir, tal
celebraban .fiestas juntos: Uri día, en.una delas fiestas, Prometeo como en el Génesis, se trata de una caída en la naturaleza y en to-
dispuso las porciones de carne engañosamente; tomó la carne y la dos los infortunios que componen la herencia de la carne: enfer-*
piel y las metió en el estómago del animal, al tiempo que apilabalos medad, trabajo y muerte? En ambashistorias son las-mujereslas,
huesos en un gran montóncubierto de grasa. Zeus se quejó de que que traen consigo la caída; ellásson él emblema de nuestra condi
el reparto no era proporcional; Prometeo le invitó a elegir. Zeus ción ñatural ya que son ellas las creadoras de la carne. El padre,
¡ (aunque sabía que le estaban engañando) cogió el montón:más+ después de todo, con nada contribuye al hijo a excepción de con
¿grande y ésta es la razón de que los griegos, cuando hacen sacrifi- una información genética; la substancia es toda de 'la.madre.
* cios, asignen a los dioses los huesos y la grasa (que se quemaban) Pandora fue la primera mujer; «de ella viene la raza de las feme-
mientras que se reservan para sí las partes comestibles y aprove- nilesmujeres» (Teogonía, 590). Lo mismo que trajo la muerte al+
chables de los animales. El sacrificiosporlo tanto, es ambiguo;por mundo, así también trajo el nacimiento: No hay explicación alguna
un'lado, restablece una conexión entre hombres y dioses (conti- en Hesiodo acerca de cómo los hombres vieron la luz antes de que
húa nuestra fiesta con ellos), y por otro, reconstruye el momento hubiera mujeres; tal vez nacieron de la tierra o, mejor, probable-
: de nuestra separación de los dioses (continúa el sacrificio realiza: mente vivieron desde siempre. No se necesita explicación dado
dodela:misma manera que-hizo enfadar a Zeus). que, en este tiempo primordial, la edad de oro, los hombres no te-
Zeus, después, se llevó el fuego e hizo imposible que se pudiera nian ninguna relación con la naturaleza; eran seres culturales pu-
sacrificar causandoasí la separación total. Prometeo, al robarlo, se ros. El mito, en otras palabras, se basa en una inversión conceptual y
tomó la revancha y restableció la conexión pero por medio de un no muy diferente de la que encontramos en las historias acerca de
acto de desafio. Zeus, al purito, recurrió a la astucia. Hizbuna her- la «condición natural» de la Ilustración. En ambos casos lo que,
mósa joven de barro; todos los dioses la engalanaron y, cómo reci” desde el punto de vista del desarrollo, va primero es colocado en
bi regalos de todósellos,.la Hamarón Pandora, «regalos de todas" segundo lugar. En Rousseau, unos individuos autónomos preexis-
partes»¿Lá envió después tomo obséquio'a Epimeteo, el hermano tentes se unen para formar una comunidad (¿Pero en qué lengua
de Prometeo.*A Epimeteo le habían advertido"que no aceptase nin- discutirían el «Contrato Social»?). En'Hesíodo,-del mismo modo,
gún regalo de Zeus, pero cuando se enfrentó a los encantos de Pan- los hombres primero existen, más adelante adquieren.una biolo-
dora se olvidó de ello. La llevó a su casa y, conella, también un re- gía. En Rousseau la inversión se da en la relación entre el individuo
cipiente que ésta había traído. Cuandoélla'lo'abrió salieron volan: y el grupo; en Hesiodo.se da entre hombres y mujeres. La culftura*
do.todos-los'males: enfermedad:«trabajo, -disensión. de los varones es colocada antes que la mediación de la hembra en”
Epimeteo no sólo albergó a'Pandora; también se casó con ella. tre cultura y- naturaleza. .
Cuantoera de ella —lo que trajo consigo— pasó a ser suyo.-En:la' í ¡Hesíodo coloca la historia de Pandora en el contexto de su ex-
narración que Hesíodo hace de la historia el matrimonio es parale-» plícita misoginia general: «Quien confía en una mujer se confía a sí
l0'al sacrifició. Los dos representan nuestra ambigua relación con> mismo al engaño»(Trabajos y días, 357). Las mujeres, nos dice, son
206/1ames Redfield El hombre y la vida doméstica/207

como los zánganos, que se sientan en la colmena durante todo el mosas y un natural ladrón» (Trabajos y días, 78). Zeus da instruc-
día y dejan que las abejas les alimenten (Teogonía, 594-600). Esto es ciones a Afrodita para que derrame gracia sobre su cabeza y«a la
economíade la mala; el trabajo doméstico y artesano de las muje- dorada Afrodita le mandó rodear su cabeza de gracia, irresistible
res de una granja griega ha debido haber pagado con creces su ma- sensualidad y halagos cautivadores» (Trabajos y días, 66). De he-
nutención. Pero también es mala zoología, como el propio Hesio- cho, la orden es cumplida por las Horasy las Gracias y porPito (la
do sabe. Los zánganos (sus pronombres en el texto así nos lo re- persuasión personificada); todas cllas le hacen entrega de unos
cuerdan) son machos, mientras que las abejas trabajadoras son pendientes de oro y lo coronan con flores de primavera.
hembras; en efecto, Simónides de Amorgos, el otro gran misógino Los atractivos de una mujer son, de un modo muy caracteristi-
arcaico, tomó como modelo para la mujer buena (rara) a la abeja co, poikiloi, es decir, abigarrados; implican esta superficie comple-
trabajadora. Pero, tal vez, lo que Hesíodo quiere expresar exacta- ja y movediza que, en la cultura griega, es característica de las co-
mente es esta inversión, pues entre la cultura y la naturaleza los pa- sas engañosas y llenas de artimañas. Una joya de mujer es la repre-
peles de los sexos se invierten. Err la naturaleza los machoscasi es- sentación concreta de sus modales mimosos. Todo el mundo de las
tán de más; en la cultura las hembras, si es que ño son superfluas; mújeres, con su cestería, sus muebles, su cerámica pintada y sus te-
son en todo caso una prueba del fracaso de la cultura en conseguir. jidos, es un enredo pará el hombre; este aspecto simbólico es repre-
su independencia de la naturaleza. Vemos aquí, interpretada a un sentado en la curiosa escena en Esquilo en la que Clitemnestra in-
nivel económico, la misma condición terrenal que antes vimos a duce a Agamenón a caminarsobre un tejido bordado antes de que
unnivel político: después de todo, el ciudadano griego nacía en ella misma le asesine. El mejor símbolo es la guirnalda de Afrodita,
una familia, creaba otra y, políticamente, dependía de la posesión un tejido bordado que contiene «amor, deseo y cortejo, seducción
de una unidad familiar. que se apoderaincluso de la mente de los más sensatos» (Ilíada, 14,
_ Si la taída es en la naturaleza, la aspiración a.la redención es. 216-217). El adorno de la novia incluía una guirnalda; de hecho, un
una coridición puramente cultural: En estos términos podemos » eufemismo para la consumación del matrimonio fue «deshacerla
comprender.la aspiración griega a tratar la vida pública como si, guirnalda». La guirnalda, como las joyas, es un símbolo del poder se-
fuese la vida toda; a los espartanos, con su aislamiento de la esfera xual. La novia, en otras palabras, se adorna de manera qué pueda-*
económica, $e los piiede considerar como representando una fan- seducir al'nóvio para que acceda al.mattimonio.
tasía de la edad de org:sin trabajo, sin mujeres. Mediante la inclu- 7 Enla /líada Hera toma prestada la guirnalda de Afrodita a fin de
sión en el gobierno de sus reyes divinos se agenciaron realmente poder seducir a su marido. El poder de Afrodita se extiende incluso
un modo de celebrarfiestas con los dioses. sobre Zeus «que es el más grande y el que participa de la mayor
En Esparta también,dicen, el estádo habría sido perfecto si no, timé» (Himno a Afrodita, 37). Zeus se desquita haciendo a Afrodita
hubiera sido porlas mujeres. Sonlás mujeres las que hacen lá ri: víctima de sú propio poder, ya que se cnamora de Anquises. Las»
queza importarite allí (más que el honor), ya que, como dice Áris- mújeresestán también sometidas al poder sexual; son a la Vez se-
tóteles, ductoras y seducibles. Enlas historias lo normal es que sea el hom-
bre quien lleve la iniciativa; tal como Teseo sedujo a Ariadna así
están totalmente controlados por sus mujeres, tal como sucede en las ra- pudo encontrar el camino a travésdel laberinto, así también Jasón
zas más militaristas y guerreras... Es evidente que no cra tonto quien contó
sedujo a Medea y Pélope a Hipodamia. La mujer casadera es sobre,
el primero la historia y emparejó a Ares y a Afrodita (Política, 1269b).
todo el puntb débil del sistema. Se puede notar que, en ambas di-
recciones,“la sexualidad de la mujer sirve para recortar. el poder
Las múijeres són peligrosas porque son atractivas (y fueron espe- masculiño; $u condición de deseable conquista al pretendiente,,
cialmente peligrosas en Esparta porque fueron especialmente mientras que su propio deseo anula su sentido del deber para con
atractivas para los espartanos). Pandora, igualmente, es más que su padre. En la versión más corriente dela historia de Hipodamia y
poderosamente atractiva; es «puro engaño, contra el que los sercs Pélope ambas cosas están en juego. Hipodamía ama a Pélopey, por
humanosestán inermes» (Teogonía, 589). ello, colabora con él contra su padre; el carro de éste se estropea
El poder de Pandorale ha sido conferido por las prendas que la porque Mírtilo, su auriga, reemplaza uno de los pernos por otro fal-
adorñan..Atenea le concede el arte de tejer (un atractivo en una so hecho de cera y Mirtilo actúa así, pérfidamente, porque o bien
mujer; véase Hlíada, 9, 390). Hermes le da «mentiras y palabras mi- Pélope le ha prometido los favores de Hipodamia en su noche de
A
LOCOELIOICOILLILILONLLILICICLILIIOIIIIAIIA
208/James Redfield
El hombre yla vida doméstica/209

* bodaso bien ha sido esta última quien se los ha prometido, El prototipode lánovia labandoñadá escHera, tuya rabia colma
En esta
última versión, la novia se sirve del único Poder que tiene, el universo mítico (contra Troya, Heracles, lo, Leto, contra cual-
su atrac-
tivo sexual, para separarse de su padre y unirse al esposo que quiera que Zeus haya amado alguna vez). En el Himno a Apolo (300-
desea.
En el mito, porSupuesto, todo está llevado a la exageración:
el pa- 355) su rabia contra Zeus por poner en el mundo a Atenea le lleva a
dre quiere casarse con su hija y matar a todos los pretendientes; dar a luz —sexualmente también— a Tifón. En Hesiodo (Teogonía,
es
traicionado porsu propio sirviente, al que su hija se entrega 820-868) Tifón fue el último monstruo que Zeus tuvo que vencer
en se-
creto, y, finalmente, muere. Enla vida real el padrey el novio,
por para establecer su poder. La lucha continuó en la generaciónsi-
lo general, llegarían a un acuerdo; el padre únicamente se sentiría guiente sin embargo; descendencia de Tifón fue la Hidra de Lerna,
un poco triste al perdera su hija, los miembros de la unidad fami- vencida por Heracles con la ayuda de Atenea (Teogonía, 313-318).
liar que animaban a la joven a casarse estarían motivados por un El'estéril matrimóniosin'amordeZeus y Hera'es la clave parala ye
afecto completamente normal hacia ella y, en fin, los favores de estabilidad:delcosmos;.es evidente que Zeusharrotoelcicio de ge-=
su
noche de boda le serían prometidos —y contcedidos— a su
novio. . embargo, nosotros no somos dioses y, en la tierra, sucedejusta-
La historia de Hipodamía representa a la noviacomo una parti- mente lo contrario; miestrasuopervivencia.se basá sólo"en*ir mu-
cipante activa en el contrato matrimonial. Es cierto que.érila vida riendoy dando pasó a nuestrossucesores, que se crían en los matri-
diarialas atenienseseran consultadas y consentíañ en su matrim monios fértiles (y todavía mejor en los matrimonios llenos de
o-
nio:sabemos, por ejemplo, que existían promneéstriai, es amor). Enelmatrimonio:el padre esreemplazado porel marido y
decir, co-
rreveidiles o.Casamenteras, que ibán de acá para'allí'entre la gente así es como debe ser. El ejemplo másclaro es probablemente la his-
joven..El Sócrates de Jenofonte nos dice: toria de Hipermestra, una de las hijas de Dánao, a las que su padre
Le oi cierta vez a Aspasia que decía que las buenas casament les prohibió casarse con sus pretendientes egipcios; finalmente,
eras, llevan-
do noticia de los unos a los otros, mientras sea con
verdad, son muy hábiles cuando fueron forzadas a casarse, se les dijo que apuñalasen a sus
en juntar hombres en parentesco, mas que mentir no maridos en el lecho de boda. La única que desobedeció esta orden
quieren en sus alaban-
zas, pues saben que los que se descubren engañados fue Hipermestra; «la sedujo el deseo», como Esquilo nos dice (Pro-
se cogen odio entre
ellos y a la par a la que les arregló la boda (Recuerdos, meteo, 853). Su padre la persiguió más tarde por su ofensa contrael
2, 6, 36).
patriarcado. Para conseguir su absolución, acusada de no haber
Es chocante que la casamentera sea una mujer y que
Sócrates matadoa su esposo, fundó el santuario de Artemis Pito (Pausanias,
oiga hablar de ella a Aspasia, que es su contacto con el mundo 11,21, 0.
de
las mujeres. El matrimonio, laengye puede Contratarst-éntreh
om” Contoda probabilidad estos acontecimientos se representaron
£bres, pero son:los poderes de"las-mújeres los que hacén queest en la última pieza de la trilogía de Esquilo Las Danaides, cuya pri-
o
¿£uñcione, enespecialios de la más mujer de todas lasdiosas; Afro" mera pieza son Las suplicantes. El único fragmento que conserva-
edita, mosde la tercera tragedia de esta trilogía es un parlamento de Afro-
“Enel matrimonio el poderde Afrodita separa a la joven desupa- dita, recitado seguramente en defensa de Hipermestra:
dre y la une'á su esposo. Ási es como debeser. Eh lodaslas historias
que hemós tenido en cuenta Gasón, Teseo, Pélope) se da por hecho El casto cielo ama penetrarel suelo;
que el padre pierde a su hija; el joven, al seducir a la hija, persigue y a la tierra el amor toma por mor del matrimonio.
unfin justo. Mástarde, por supuesto, tanto Jasón como Teseo La lluvia, cayendo desde el cielo que aguas mana,
aban-
donan a sus novias, pero se da por sentado que esto no hace a la tierra concebir. Y alumbra ésta, para los mortales,
suele suce- pastos para corderos y el sustento de Deméter.
der. Lás novias abandonadas enel mito griego son poderósás;-figu-
ras"péligrosas; Ariadna y Medea consiguen casi una apoteosis. La estación de los árboles de perfección se llena por la boda
que a la tierra riega. De todoello, en parte, soy yo la causa
Ariadna (en la mayor parte de las versiones) se casa con
Dioniso;
Medea (en Eurípides), tras asesinar a los hijos de Jasón
se marcha (apud Ateneo, 600b)
en un veloz carro.
Que una mujer ame a su marido, dice Afrodita, es muy natural.
* La traducción es de A. García Calvo (Madrid, 1967). Silas mujeres son las pruebas de nuestra caída en la. condición na-
9000000000000000000000OIEIIDIDIIIAAAA
210/James Redfield

turalideberíamosyrecordar-que'setratadelamismanaturaleza:qUEm
Gosalimentinias:amujere ze -larvez-la-solución;
sÓ -marca:de-nuestracondición:demortalesy raltiemporhacen
posible:
e-quelavida“sigarliteralmente hablando, consufertilidadiy
-poder:de:sentir:e.
1 -asscrzelpoder;paraoe
inbiársedeunHogarzOO uevasTcasas.
Afrodita dice de sí misma: «en parte soyyo la causa» (paraítios)
de las bodas del cielo y la tierra. Esta palabra, en sentido jurídico,
significa «cómplice»; podría también traducirse como «cataliza-
dor» o «mediador». ka“diferencia:entrezvarones-y-hembras:es, ha-
blando desde la perspectiva social, liTMás-:importante:delas-dife-
nque en estadiferenciallevia ca 1AMOL-CS, Capítulo sexto
"sociedad. EL ESPECTADOR Y EL OYENTE
Asiria Elodomeésticorparaldosgricgos”fuettambién
Gmrreconocimiento desecretó
su poder.:Silos:varones:ppedían:para
Charles Segal
si:espacio"público-y-valores:culturalesyTohaciamsabiendorque:estos
sólo
podiaserlamitad delevento: Cádaditotomia —entre público
y privado, macho y hembra, cultura y naturaleza— va-adompañada
deuna mediación. Enel ritual podemosverlo en el hecho de que la
boda es doble: la engyé y el gámos. En el mito lo vemosen el eterno
combate juguetón entre Zeus y Afrodita. Enlaciudad:éstado-es el"
jugoqueexisteentrelaleyelámor*
rors.
pOPrOrVVrVVrcCcrrr rc rrrrcrrrccco

Visión, monumento, memoria.

Los griegos son una raza de espectadores. Curiosos por natura-


leza los unos acerca de los otros, y también para con las diferencias
entre ellos mismosy el Otro (el no-griego o «bárbaro»)/30n buenos,
observadores y buenos narradores.de historias. Ambasvirtudes re-
súltantevidentes, aquí y allá, en lós dos grandes narradores a.co-
mienzos y finales de la época arcaica: Homero: que compuso oral-
Mieñi2"y recitaba sús grandes póemas épicos a fines del-siglo vi»
a.C”, y Heródoto, que escribió surelato de las Guerras Médicas de
los años 80 del siglo v a.C. y,:a la par que éste, sú amplio compendio
¿de las"civilizaciones vecinas:
Los dos autores están fascinados por los detalles visuales que
tienencabida en la superficie del mundo y ambosse deleitan apre-
hendiendo con palabras la inmensa variedad de la conducta huma-
na: trajes, hablas, ritos y cultos a los dioses, sexo, matrimonio, la fa-
milia, la guerra, la arquitectura y otras muchas cosas. Ambos tam-
bién.son conscientes del poder.de seducción dela curiosidad” el
déseo“acver.y saber. La- Odisea comienza con un héroe qué«vio
ciudades de muchos hombres y conoció su manera de pensar» (1,
2). Al principio de su Historia Heródoto narra la historia de
Sofilos: Cortejo de las bodas de Peleo, fragmentos de dinos
Candaules y Giges, un cuento que gira en torno al poder dela yi-
sión, la secreta contemplación del cuerpo de una mujer, por medio
de la cual el rey lidio Candaules quiso mostrara su lugarteniente la
extraordinaria belleza que poseía en la persona de la mujer a la que
amaba (1, 8, 2). Heródoto, de hecho, hace que Candaules comien-

213
OCOOHKIOCOLILILICILICICICICICILILIIIAA
214/Charles Segal El espectadory el oyente/215

ce su historia con la siguiente generalización: «La gente confía El monumento solo, aunque es algo que «se ve de lejos», no pue-
menosen los oídos que enlos ojos» (1, 8, 3). Pero en la historia que,
de hablar. Requiere el acompañamiento de la voz de un hombre,
de esta manera, desarrolla es la visión la que se encarga de abrir la que el poeta aporta mediante el discurso de Héctor. La situación es
puerta a los desastres entremezclando amor, voyeurismo, abuso de
aquí la misma que encontramos en las primitivas estatuas dedica-
confianza, vergiienza y engaño. En Homero, el impacto visual de la das cuyasinscripciones prestan voz a la muda piedra al decir: «Yo
belleza de una mujer es igualmente poderoso ytiene también con- soy la tumba, monumento o copa de tal y tal». Un monumento al
secuencias desastrosas. Cuando los viejos de Troya «vieron a Hele- que lé falte esa voz se olvida al instante; no tiene historia alguna
na llegar a la torre» la compararon a una diosa inmortal y, por un que ofrecernos, no tiene kléos (fama, de kljein, «oír») al que «pres-
momento, dudaron si pensar que valía la pena guerrear porella ten oído» los hombres del futuro. Es meramente un objeto inerte,
(Ilíada, 3, 154-60). como lo es la piedra qué sirve delímite en la carrera de caballos de
los juegos fúnebres celebrados en honor de Patroclo, simplemente
Ante escenas como éstas nosotros, el público, nos transforma-
mos, en efecto, en espectadores del poder dela visión en sí misma. La
«la tumba de un mortal fállecido hace tiempo» (Híada, 23, 331).
Tanto Homero como Heródoto, por seguir con nuestros dos ejem- es la misma que
frase que aquí se usa para designar el monúmento
plos, intensifican y amplían la visión del mundo de su público£El)>
Héctor emplea enel libro 7; pero éste no tiene ninguna historia
guerrero TOméricose yergueamemosatros. la recurrencia delay. que contar, ningún recuerdo que evocar y, así, permanece mudo,
form! 180-maravillosovers=ihaimaidéstha, simplemente un objeto ante el que los carros pasan veloces.
Ciertamente, +SUcor isual*está rodeado porel resplan-
Lo queesredigno-de;recordarseperduraFalser«ól do»=como PP
dordel metal brillante, llama la atención por el terrible penacho y
(EIESS+El peor destino que puede acontecer a un hombre en Home-
plumasde su casco y, con frecuencia, sede ve moviéndose rápida y
ro es morir akleés, sin dejar la historia que podría preservar su me-
poderosamente, lo que invita a compararle con los impresionantes
moria en una comunidad de hombres. Hubiera sido mejor, nos
fenómenos visuales de la naturaleza tal como los grandes animales,
dice Telémaco en el primer libro de la Odisea, que Odiseo hubiera
los pájaros de presa, el fuego o un relámpagoen el cielo.«18ródoto, muerto en Troya ya que, entonces, «todos los aqueosle habrían
be-
de manera similar, seler escribe-lo que estidigno
dé ver- cho una tumba y habría conseguido fama (kléos) para su hijo». Así
se»raxiothécton=Suobracomourtodo“esuna:«exhibición»" 2d
también geelqué-dirán»de-unhombre:ensucito id puedelegarza
mostración»rapódeixisAl, 1). Aligualque-H ar 8 cert Jásico paralaacción como en la fatal decisión de
pódototambiende preservarlos:grandesheches-d:eda-humanidad “Hedior deenbrentarse a Aquiles en combate (Híada, 22, 105-108).
portador amtonómasia rasgo:de
encunequivalente-Verbalidelrmonumento.
Heródoto se cuenta todavía dentro dela primera generaciónde TOCQUEMASsepreocupadey
escritores que compusieron una vasta obra en prosa y, por ello, de- rela Sn coña voz-de- la:comu nida :
jaron estas huellas conmemorativas del pasado en forma de cscri- Esta función del «oído» como mecanis mo de control social, sin
tura. Pero, paroret poetaoralstambiémlapreservación delosgran-
embargo, es sólo una pequeña área de la experiencia acústica que
des"hechosradica-potencialmente-enlos:dominios:tanto delavista
RA y yqULÓ-ádáCO>A AA la épica tóma en consideración. Homero y Hesíodo se explayan
amo-del didoF Héctor, al retar a losjefes griegos en Ilíada, 7, pro-
con evidente placer acerca de la dulzura y claridad de la voz y de la
mete que el recuerdo de su oponente vivirá bajo la forma 'de un
lira. Cantar, narrary oír historias constituyen una parte importante
«hito que se ve delejos»: su monumento funerario (séma) en cl He-
de la acción dela Odisea. En la Ilíada, Aquiles se encuentra «delci-
lesponto. Aquí, inspirará éste otras palabras cuando «alguna vez
tándóse el árimo con la sonora fórminge, bella, primorosa» en el
quizá diga uno de los hombres venideros, surcando con su nave, de
momento de la visita de la embajada (9, 186ss.); es éste un raro
muchas filas de remeros, el vinoso ponto: “De un hombrees este
ejemplo de canto en solitario. Hay emoción también en los dos pas-
túmulo, muerto hace tiempo, al que, como un bravo que era, mató
iores del Escudo de Aquiles, que «se deleitan con susflautas» sin sa-
el esclarecido Héctor.” Así dirá alguien alguna vez, y mi gloria nun-
bér queel destino les tiene reservada una emboscada (18, 52555.).
ca perecerá» (7, 88-91)*. -
Las grandescrisis son señaladas por medio de poderosos sonidos:
el tronar de Zeus al final del canto 7 de la flíadao el grito de dolor de
* La traducción de la que nos servimos es la de E. Crespo Giiemes (Ma-
Aquiles porla muerte de Patroclo que Tetis oye en las profundidades
drid, 1991).
del niar (líada, 17,35), o su grito enel foso gue resuena como una
:

216/Charles Segal El espectador y el oyente/217

trompeta en torno a una ciudad asediada (Híada, 18, 207s8.). Al na- dumbre de ciudadanos. Este espectáculo del propio rey como la
* rrarla historia de su asesinato a manos de Clitemnestra, Agamenón realización viva y personal de la ciudad perfectamente ordenada es
añade el patético detalle de «oír» la voz de Casandra cuando fue algo característico de la mentalidad social de una cultura oral, don-
asesinada a su lado en el preciso momento en que él mismo expira- de las normas y los ideales se encarnan en situaciones públicas
ba (Odisea, 11, 421ss.). concretas que implican un contacto cara a cara.
¿Larsupervivencia én la memoria "depénde del oído; pero eén'la ¿Conseguirre
reconocimiento:Públicoes-llegar,aser,un _objeto de,
épica;al igual que en Ertragedia,es el ójo el que pérmite eljúego de » ón;
nradestaca: se»entre lamultitud como ekprepés:Este
Sciónes másfuerte yecomplejo: El reconocimiento entre Odiseo esel fin al que todos aspiran y que los poetas encarecen. El hombre
yy Penélope, largamente pospuesto, tiene lugar a través de un deli- de estado tiene ante sí el ideal del rey de Hesíodo en la asamblea;
cado juego de miradas cuando él, sentado frentea ella, baja la vista las muchachas en las danzas corales tienen el módelo de las jóve-
(23, 91), mientrasque ella, sentadaen silencio, le ¡mira ora directa- nes en las Canciones de muchachas (Parthenia, 1, 40-49); y, porsu-
mente, ora a sus ropas (94ss.) y se proteje a si misma de la impa- puesto, los atletas en los juegos tienen sus esperanzas puestas en la
ciencia y cólera de Telémaco explicando que ni puede dirigirse a clase de celebridad que Píndaro describe cuando promete haceral
aquél directamente ni «mirarle abiertamente a;su rostro» (105- vencedor «porlas coronas que ha logrado y aún más por obra de
107). mis cantos, admirado (thaetón) entre los de su edad y los másvie-
La visión domina también la escena culminánte de la llíada. jos, y objeto de deseo (mélema) para las jóvenes muchachas» (Píti-
Priamo y Aquiles intercambian miradas sorprendidas y llenas de ca, 10, 57-59)*. Erlartragedia”sin;embafgo,+como veremos más
admiración (24, 629-634). Pero la visión en este pasaje muestra adelante, singularmzarse cómoun espectáculo es partede la:ambi-
igualmente lo precario de este momento en el que el tiempo pare- guareláción del héroe cón la sociedad; yla sorprendida miradadel
ce no correr. Príamo pregunta por el rescate de su hijo «para que lleña de admiración; se tranisforma.en_tuna mirada de
yo pueda verle con mis ojos» (24, 555). Aquiles, al igual que Home- T perplejidad ycompasión.
ro, sabe cuán abrumadoras pueden llegar a ser las reacciones ante Laspruebasatléticasse cuentan entre Jos.más importantes es-
una visión de tal estilo y, por ello, ordena que el cuerpo de Héctor pectáculos de la antigua Grecia” Incloyen éstas no sólo los cuátro
sea lavado en un lugar retirado, «para evitar que Príamo viera a su des festivales panhelénicos.=Olímpicos,”Píticos;.Neméos.re
hijo, no fuera a ser que no refrenarala ira en el afligido pecho al ver Ístinicos— sino también“numerosos juegos-locales en ciudades in-
DOCCOL. ...o

a su hijo, y que perturbara el corazón a Aquiles, y éste lo matara, y dividuales tales como los juegos Yolaeos, en Tebas, o los Panatenai-
de Zeus violara los mandatos» (24, 583-586). cos en Atenas. Las odas de Píndaro y Baquilides que celebran victo-
rías en estos juegos presentan al vencedor comola viva imagen del
héroe ideal| según se reflejae:
ennlos mitos paradigmáticos que narran
¿Especráculos“degloria: rey; guerrero;atletas
Celen plina; un: -nérgico”proceder; la complacencia-en co”
Dadoquelapoesíagriega está profundamente enraizada en las rrer riesgos y lamoderación en la exuberancia del éxito. El famoso
funciones comunitariasde la canción, la historia y cl cuento dentro Auriga de Delfos,
enbronce;que conmemora una
victoria a princi-
de una cultura oral; lá5 ocasionesde su ejecución pueden transfor- pios de los años 70 del siglo v a.C., es una representación escultóri-
Marsé Ellasmismases
en espectáculos del orden social, hechosvisi- ca de muchas de esas cualidades. Las odas triunfales buscan crear
¿blesanié unamultitudFeunida; La Teogonía«de Hesiodo, por éjem- un «monumento» en palabras, que tenga la solidez, la belleza y la
blo, describe al rey juzgando en la asamblea, donde «todos fijan en permanencia de la escultura aludida. De ahí que sea frecuente la
él su mirada cuando interpreta las leyes divinas con rectas senten- comparación de la oda con un templo o un tesoro (por ejemplo,
cias» y «cuando sedirige al tribunal, como un diosle propician con Olímpica, 6; Pítica, 6 y 7; véase Nemea, 5).
dulce respeto»* (84-86, 91ss.; cfr. Odisea, 8, 171-173). Hesiodo dis- Lo"que-la-familiahacé por losvencedores privade es loque las
tingue la dulce y persuasiva voz de su soberano con una especial ciudades-éstados llevan¿Cabo por si mismas en lague arerigien-
atención, pero también le muestra moviéndose entre la muche-
* La traducción de Pindaro que utilizamos es la de P. Bádenas-A. Ber-
* Citamos porla traducción de A. Pérez Jiménez (Madrid, 1978). nabé (Madrid, 1984).
218/Charles Segal El espectadory el oyente/219

de anotar
do monumentos dedicados en «santuarios panhelénicos_como lla (7, 212; 8, 86), acompañado porun secretario que ha
a cabo hazaña s dignas de menció n (8,
ol mpia O Delfos. Estos sepulcrosvieneñ a ser casi un teatro delas el nombre de los que lleven
des, Heródo to compo ne su obra en la
irivalidades. y hostilidades entre las ciudades: : 88, 2). Al igual que Tucidi
o Como implica esta última idea, el espectáculo más grande y que papel de especta dordel rey, que viene a ser
época de la tragedia. El
ha-
más afecta ala ciudad esla guerra. Ya en la Hlíada la guerra Es un es- igual al del pueblo ateniense contemplando a su ejército partir
a años despué s, oculta su trágica ceguer a en lo
pectáculo no pequeño y el público de Homero comparte la pers- cia Sicilia casi sesent
pectiva de los dioses cuando, desde el Olimpo, contemplan los que toca al significado real de los aconte cimien tos.
acontecimientos que se suceden en la llanura de Troya. El'fiñál:de lá guerra es tán espectacular. cómo su comienzo, el
de
| En lá guerra laciiidad presenta dupropio poder como un espec- trofeo se alza en el campode batalla. Hay también procesiones
y prisio-
'táculo tanto pará sí misma coitio pára otros estados. la partida de guerreros victoriosos, con su botín de armaduras, equipo
tingranejército, con sus armasrelucientes, animales de carga y ca- neros; lo normal -esque se aparte un diezmo como ofrend a yotiva,
rio panheté-
rretas, los que seguían al campamento, las provisionesy el equipo para que sea visible a todos en un templo de un santua
a
erá un impresionante espectáculo que proporcionaba a los ciuda: Áñico. Andando el tiempo, a los caídos se les.erigen monuniéentos,
fúnebr e
danos uria visión única de sú.propio podery recúrsos-Tucidides lósvaliéntes Se les conceden recompensás y un discurso
se pue-
ensu descripción del embarque de la expedición que marchó a Si. muy elaborado tiene lugar en honorde los muertos. Como
sa
cilia en el año 416 a.C. (6, 2, 1-2), nos da un vigoroso relato de una dever en la famosa descripción del discurso fúnebre de Pericle
que Tucídi des
escena de este estilo y de la excitación emocional que podía des- finales del primer año de la Guerradel Peloponeso
áculos pú-
pertar. El más austero de todos los escritores griegos clásicos nos nos ha dejado, este acontecimiento es uno de los espect
antes del discur-
permite, por un momento, contemplar la guerrá como un grande y blicos más impresionantes de la ciudad. Dos días
dispue stos en una
trágico desfile de la gloria ateniense, brillante pero predestinado al so, los huesos de los guerreros muertos eran
aba luego una gran pro-
fracaso. tienda para su exhibición pública. Se celebr
s, mar-
Incluso aquí no estamos todavía demasiado lejos del mundo de cesión en la que los familiares, tanto hombres como mujere
la épica. Podemos compararesta descripción de un acontecimien- chaban delante de las carretas que llevab an los ataúdes de madera
los huesos
to contemporáneo, por ejemplo, con la descripción que Píndaro de ciprés. Se dirigían a las afueras de la ciudad, donde
común (Tucídi des, 2, 34). Como
nos ofrece de la partida de los míticos argonautas desde Yolco (Píti- recibían sepultura en una tumba
famo-
ca, 4, 191-198): “una parte más de la ceremonia de enterramiento, un orador
so pronunciaba el discurso fúnebr e.
a-
Laderrota de la ciudad es un espectáculo de otró tipo, pr£sent
Y una vez que hubieron suspendido las anclas por cima del espolón, to-
mando en sus manos una copa de oro, el jefe, en popa, invocaba al padre de o en Los persas de Esquil o y Las tro-
do poderosamente como teatr
los uránidas, Zeus, cuya lanza es el rayo, a los embates de las olas de raudo al mo-
caminary a los vientos, a las noches y a las sendas de la mar, así comoa los yanas y Hécuba de Eurípides. En la pieza de Esquilo, vemos
ado su ejér-
días bonancibles y a la benévola moira del regreso. Desde las nubesle repli- narca vencido volver entre gemidos y lamentos, derrot
s. La bri:
có el estrépito propicio del trucno y le llegaron, brillantes, los desgarrados cito, y sus ropas, espléndidas antaño, ahora hechas jirone
este momeét ito su verdade rosign ifica-
resplandores del relámpago. llantez de la partida revela en
una escena análog a como contra ste
do.;También Pindaropinta
reputa ción que la victori a depara : a los venci-
El espectáculo de poderío marcial que Píndaro presenta presta frente a la alegría y
al regre-
más atención, naturalmente, a los dioses y a la naturaleza que a los dos —viene a, decir— no les espera un grato retorno, «ni
barcos y al equipo. sar junto a su madre, el dulce reir suscitó benevolencia en torno
andan a
La narración que Heródoto nos ofrece de la partida del magno suyo. Por el contrario, por callejas, lejos de sus enemigos,
de
ejército de Jerjes por tierra tiene también las características pro- hurtadillas mordidos por el fracaso» (Pítica, 8, 83-87). ¿Envez
ión de obje-
pias de un espectáculo (7, 187), reforzadas porel papel que Jerjes disfrutarde la fama (kléos) del vencedor y de su condic
a-
desempeña, literalmente hablando, de mero espectadorde la bata- tó de contemplación, er su calidad de thaetós o ekprepés, «admir
lla. En Abidos hace levantar un trono de piedra blanca para verdes- do» y idéstacado», el perdedor ha-de sufrir ocultación y olvido.
Esquilo,
de él sus fuerzas marítimas y terrestres al mismo tiempo (7, 44). En En los embarquesde aciago final de un gran ejército,
interés
las Termópilas y en Salamina se convierte en espectador de la bata- Heródoto y Tucídides muestran también el omnipresente
060000090000 Pasto. Jam ¡doo Ch
ombtre 229

4
q
"Lsuos y Feruamade 2, A.
220/Charles Segal El espectadory el oyente/221

griego en la peligrosa seducción de las emociones de las


masas,Los La importancia de las experiencias visuales en tales ritosse.des-
Eriegos, aunque la época primitiva no tenía nada comparable a las prende del hiécho de que el iniciado era llamado epóptes,.es.decir,
clusiones de sangre de las carreras circenses de la Roma imperi «El-que contempla»”
al o
de Bizancio, se:dieron cuenta del:poderoso efecto que un:esp
ec-
tácúló podía crear eri uná multitud? Cuando el trágico Frínic
o pre-
¡sentó su pieza La tama de Mileto en el 493 a.C., los atenie
nses le im- ¿Conocimiento auditivo y visual. -
¡Pusieron una multa de mil dracmas porque les había hecho
recor-
¿dar los sufrimientos de sus compañeros los jonios. «El teatro rom- A finales del siglo vua,C.los griegos habían desarrollado el sila-
¿pió a llorar», escribe Heródoto (6, 21). El pasaje indica el compro- bario semítico del norte-hasta conseguir una escritura alfabética
¿miso emocional del público ateniense con la representación trági- mucho más apropiada a su propio lenguaje que lo habíasido el sila-
¡ ca; pero muestra también el reconocimiento de que la emoci bario micénico. Sin'émbargo, a caúsa de los siglos de cultura oral
ón co-
lectiva pertenece a una categoríá especial.
dDOGOLÓOOIIIIIOIIIIILIIII..

' prétedentesy de la limitada tecnología dela escritura, la palabra


La palabra que los primitivos autores griegos empleanpara hablada (y cantada) cóntinuó ócupando.un lugar privilegiado. Los
las
reuniones públicas "con vistas a táles espectáculos 2s.agón, que tié-> poetas pueden imaginar aun la felicidad más excelsa en términos
ne también el significado secundario de-«certámen»; éste, cierta- aurales. En la Odisea la cima dela gloria heroica es la canción de
mente, llegará a serel significado principal más adelante..Los las musas, «con su hermosa voz», que, en el funeral de Aquiles,
grie-:
g0s gozán.cónla competición y,así, estructuran con frecuericia sus mueveal llanto a todo el ejército griego (24, 60-62). Peleo y Cadmo,
¿reuñiones» como «certámenes». Hesíodo compitió en uno de este como paradigmas de «la más alta bienaventuranza», ya que ambos
tipo en los juegos funerarios del rey Alcidamante con un se casaron con diosas, «oyeron a las musas(...] cantar y danzar
poema, tal
vez la Teogonía, y ganó un trípode (Trabajos y días, en la montaña y en Tebas de siete puertas» (Píndaro, Pítica, 3,
650-659). Pla-
lón enumera, entre los «certámenes» que «proporcionan placer 88-91).
a
los espectadores», la comedia, la tragedia, la música, la Pesera lo importanteque la experiencia auditiva es para la me:
gimnasia,
las carreras de caballos y el recitado rapsódico (Leyes, moria y la transmisión de la culiura, el pensamiento griego, se incli-
2, 653a-b). En
Las jóvenes que cantan la Canción de las muchachas (Partenio) na'por. corisiderar.la.visión como el'ámbito primario del:conoci-
de
Alcmán establecen una competición una con otra (Alemá miénto.E) incluso, dela emoción, tal como hemos visto en Home-
n, frg. 1
PMGO). La poesía de Safo y Alceo a finales del siglo vu a.C. indica ro. El ojo és el lugar del deseo, .que-los.poetas consideran:bien
que hubo concursos de belleza de mujeres en su isla de Lesbos como una emanación de la mitada del ser amado obien situado en
.
En un ámbito mucho más solemne, los cultos mistéricos, en es- elojo deb objeto de amor. «Quien contempla los rayos que, entre
pecial los de Eleusis, representan dramas religiosos de muerte y fulgores, salen de los ojos de Teóxeno y no se ahoga en olas de de-
re-
novación .que'revélan al iniciado un oculto saber. acerca del,má seo» —escribió Píndaro en su exuberante encomio dirigido a este
s-
fallá yde este modo, le ofrecén consuelo en lo tocante a su destino joven corintio— «es que tiene su negro corazón forjado en helado
-
después de la 'muerte.:Dado que estos ritos eran secretos,
los deta- fuego, en bronce o acero» (frag. 123 Snell-Maelher).
lles exactos no son claros; pero, con toda seguridad, las representa- Etsujeéto cognoscente se construye como alguien que ve; lo des:
cionesiban acompañadas de música y de poesía hímnica, Un pasaje conocido es tambiér.ló:ño visto2ya sea la oscuridad cubierta de
al final del Himno homérico a Deméter nos ofrece al Menos
una in- niebla tras el sol poniente (Odisea, 10, 190; 11, 13ss.) o las profun-
dicación de lo que el espectador de tales ritos podía ganar: didades del Hadesbajo la tierra (Eurípides, Hipólito, 190ss.). Estar
vivo es«Vér.la luz del sol»: Laomisión yel olvido; léthé ¡pertenecen
¡Feliz aquel de entre los hombres que sobrela tierra viven que
llegó a con- alioscuridad; dondé lagloria o.la fama se encuentra rodeada por.
templarlos! Masel no iniciado en losritos, el que de ellos no partici
pa, nun- un resplandor(áglaía). Las dos piezas dedicadas a Edipo por Sófo-
ca tendrá un destino semejante, al menos una vez mucrto, bajo
la sombria ti- cles están construidas en torno a la ecuación siguiente:,conoci-_
niebla”,
miento es a visión, como ceguera a ignoráncia. Para Platón,tono-
cer el mundo suprasensible de las formas es tener una visión del
* La traducción de los Himnos que utilizamos es de A. Bernab
é Paja- mundo luminoso y eterno que está por encima de los fenómenos
res (Madrid, 1978),
terrenales, cambiantes y cubiertos de nubes (véase Fedón, 109b-
)JO0O00OPIOBAAIAIABEIEAIAICIIIAÓICIIIIIIIAAVA
222/Charles Segal
El espectadory cl oyente/223
110c; República, 9, 5864). «Cada alma humana» —escribe
en el Fe- nant, 1982, pp. 102-118, 120-121). De esta manera, conforman un
dro— «ha contemplado el Ser» (tethéatai tá ónta, 249€). Continúa «espectáculos (theóoría) para la mente mejorque para el sentido de
con su famoso mito del carro del alma, para combinar los dos
as- la vista. Con el fin de presentarla claridad sinóptica de su concep-
pectos de la visión: visión como fuente de deseo y como
fuente de ción del universo, Anaximandro, por ejemplo, dibuja su imagen del
conocimiento. La visión que las-almastienen de las formaslas
llena mundo en una tablilla (pírax) o, incluso, fabrica una esfera, un mo-
de deseo y, a la vez, les proporcionael conocimiento
de su verdade- delo, tal vez, en tres dimensiones, del mismo modo que el geógrafo
“rá patria (250a-252b). — milesio Hecateo lleva a cabo un mapa (12 A 1 y A 6 Diels-Kranz, to-
Desde siis primerosorígenes hastá el neéoplatonismoel filósofo mado de Eratóstenes, Estrabón y Diógenes Laercio)-Esteproceso,
* «levanta su vísta» hacía los misterios del cielo y, al
tiempo, percibe qué esdecisivo pata el desarrollo de la ciencia occidental, no sólo
lo que yace oculto «en lasprofundidades»”como dice
Demócrito fecmplaza el mjthosporél lógossino que sustituye también la.ima-
(68 B117 FVS). La parodia de Aristófanes en Las nubes
Se encarga finería. antropomórfica por -una «teoría» (theóría) más abstracta.
de ofrecernos juntas ambas formas de esta búsqueda visiona Aunque la trágedia opera con el material que el mito le ofrece,
ria de
lo remoto y lo invisible. Mientras que los discípulos clavan la
vista está endeuda también, deformaindirecta, con la «visión» racioña-
en la tierra, Sócrates está colgado dentro de una cesta y, listadelatheóría, que deriva de la filosofía jónica, ya que presupo-
por ello,
mejorala sutileza de sus pensamientos acerca de tá he una:hoción Subyacente de descubrimiento y desplieguevisual
metéora, las co-
sas del cielo (227-234). Sufre además la pérdida de un «profu
ndo de un naciente orden del mundo, dentro de un espacio geométrico
pensamiento» cuando una lagartija hace sus necesidades
en su neutro dondelas relacionesentre fuerzas. en conflicto y energías
boca mientras «investigaba el curso y los desplazamientos
de la puedén examinarse y comprenderse. Por supuesto, las representa-
Juna, y al estar con la boca abierta mirando hacia arriba» ciones coralesy rituales desempeñan también un importante papel
(171-
173)* en los orígenes y naturaleza del espectáculo dramático, como se
o La imaginación paródica de Aristófanes oculta aquí mostrará más adelante; no obstante, los fines de la tragedia, como
una Cuali-
dádesencial de los filósofos presocráticos que se encuentran la forma de la ciudad-estado que la cobija, deben muchísimo a esta
tras el
«Sócrates» de Las nubes; se trata de,úna pasión .por.la confianza en el poder de la mente para dar forma la fheoría y or-
.claridad
Msial (del mundo 'fenoménico. Paára'ios fisicos jonios. delos ganizar tanto el mundofísico como el humano en términos de mo-
si-
¿glos'v1 y y a.C., desde Anaximandro, pasando por Anaxágoras delos visuales de inteligibilidad.
y De-
mócrito, él mundo en. sí. se transforma en.un espectáculo, Eh'una Aristófanes se mofa de la distancia que existe entre la realidad y
$isión de orden entendido a partir de la aplicación sistemática de la la mirada del filósofo dirigida a los objetos remotos. Pero este en-
razón. Pará este proceso y sus resultados los presocráticosse sirven cuentro entre lo tangible ylo distante es también un aspecto de lo
del_verbo.!heoréír, cuya.ráiz es théa, «visión». Thería implic que Eric Havélock llamada «revolución de la escritura». Esta tran-
a la
misma ¡identificación de conocimiento con visión que sición. coimienzá-en el siglo vr y'se intensifica en-el.v.+El conoci-
se.expresa
¿en elverbo ¿conocer», oída (de la raíz vid— ;«ver»). Estos pensado- nñéento auditivo depende del contacto directo, personal, entre ha-
fes emplean la palabra theóría para observar. los cielos, «contem- blante y oyente, entre lengua y oido. El conocimiento visual permi-
plando los efectos y esencia del número» (Filolao, 44 B 11 Diels- te, A mayordistancia, una relación especulativa e impersonal con
Kranz), «viendo» el carácter de las vidas humanas (Demócrito, 68 la“información, especialmente cuando ésta sé transmite a través
B 191) y «viendoel orden (ráxis) por doquier en todo el universo» del-mensaje escrito de-un hablante que no está físicamente -pre-
(Anaxágoras, 59 A 30, citado por Aristóteles). sente» : -
Al'concebir el:universó domo un todo visualmente: inteligible Los productos orales (como los pvemas homéricos) dán énfasis
(como este último pasaje implica), los presocráticos abandonan o» al «placer» mediante detalles específicos. y la claboración orna-
“tonvierten en metáforala mitica reálidad de las puertas, los muros, mental de los acontecimientos. Lá escritura estimula una mentali-
las raíces.o las fuentes de la cosmología hesiódica (Teogonía, 726- dad más en armonía con lo abstracto, lo concéptuály lo universal
757, 775-779, 807-819) y, en vez de ello, empiezan a cofitar mejor que con lo cóncretoy lo particular. Mientras que la palabra
con Fe-
laciones espaciales abstractas basadas en la geometría (véase Ver- hablada es invisible y desaparece conel hálito que la porta, la escri-
turafija los detalles de manera que la crítica y la comparación pue-
* La traducción es de E. García Novo (Madrid, 1987).
den llevarse a cabo. La tradicióñ oral tolera fácilmente múltiples»
224/Charles Segal EJ espectadory el oyente/225

primera
versiones de historias; el carácter definitivo de la escritura desarro- (cfr. 879ss.). El ocultamiento y la revelación de Fedra en la
, pero la no-
lla una noción más exclusiva de la verdad comoalgo unitario, difí-. escena se desplazan a la escritura en su última acción
ahora en engaño
€il'y álcánzable sólo a través'de un-proceso de indagación y exa-. bleza inicial de su renuencia se ha transformado
men. Así; en Ta poesía griega primitiva, la verdad, alétheia,se asocia criminal. A través de esta asociación (que no es la única en esta tra-
no, el secret o (sexual ), la
con«lo que ño sé olvida» (a-léthe) antes que con la «exactitud» o la gedia) entre la escritura, el cuerpo femeni
lo que está oculto «dentr o», la tra-
“werificabilidad.- , maquinación y la revelación de
su capaci dad para expon er asunto s su-
Paralos historiadores Heródoto y Tucídides, el rumor, akoé, es. gedia de Eurípides afirma
o
potencialmente engañosoy requiere, además, una verificación por: mamente privados y los más ocultos secretos del alma en el ámbit
medio de la visión, preferiblemente. la de uno mismo. Tucídides público, teatral. :
La condición de:eng añosas de las aparie ncias externas.en la.
abre su Historia llamándose a sí mismo «escritor». Al compararsu
o
concepción acerca de cómo ha de escribirse la historia con traba- tragedia Se asienta'sobre.una-larga- tradición .en-el pensamient
,griego. «Aquél me resul ta igual de odioso que las puerta s de Hades »
jos anteriores, contrapone sus propios esfuerzos en pos de la «exac-
titud», a través de un «penoso» examen, a la popularidad fácil de “dice Aquiles en la Ilíada dirigi éndose a Odise o— «el que oculta
de
«lo mítico», que se «oye» por mero «placer» en un «certamen que en sus mientes una cosa y dice otra» (9, 312ss.). Los disfraces
sólo mira al momento presente» (1, 22). Aunque Tucídides es muy este segundo héroe en la Odisea suscitan también la cuestión de la
distinto de Platón, sin embargo comparte con aquél, siguiendo una relación entre un cambio de forma externa y la forma persistente
línea de pensamiento que viene desde la tradición oral, la opinión (si es que existe alguna) de lo que «somos». ¿Qué marca puede fijar
de que el ojo es superior al oído. nuestra identidad si buena parte de ella cambia o permanece ocul-
Estos conflictos adoptan muchas formas en la tragedia, como ta? Odiseo se disfraza con éxito ante su mujer pero no puede ocul-
veremos con mayor detención más adelante.¿La tragedia no sólo tar a su vieja niñera la antigua marca que data de su adolescencia.
o-
nos ofrece juntas tanto la experiencia auditiva como la visual en su Por supuesto, Homero no enlaza conscientemente tales cuesti
compleja y contradicioria construcción delaverdad: tambiénlla: nes, pero lo cierto es que éstas se hallan implícitas en la presenta-
¿ma la atención sobre el encuentro, intercambio y choque de per- ción de su héroe de mil facetas y disfraces, lleno de métis, y en la
£<epciones sensoriales.-El insulto de Edipo al ciego Tiresias, «eres consiguiente astucia de su esposa, siempretejiendo y destejiendo.
un ciego de oidos, de mente y de ojos» (Edipo rey, 371), refleja algo Mucho más tarde, Platón especuló con las feas señales que el mal
de este cruce entre voz y visión en las paradojas del conocimiento y deja en el alma de un tirano corrupto (Gorgias, 524c ss.; véase Re-
el error que se hallan en esta pieza. Hécuba, en Las rroyanas de Eu- pública, 588c ss.). Invisibles durante su vida, son puestas al descu-
rípides, acrecienta lo patético de sus sufrimientos diciéndonos bierto ante los jueces del Infierno. Esta misma preocupación por
cómo no sólo «oyó» la muerte de Príamo sino que «con mis propios reconocer el ser intimo oculto mediante la apariencia externa ca-
ojos le vi asesinado ante el altar del palacio y vi también la ciudad racteriza la discusión de Sócrates con un famosoartista (recogida
conquistada» (479-484). En la Electra de Sófocles, el relato oral de porJenofonte) sobre cómo pintarel carácter o éthos de un hombre
la muerte de Orestes (aunque reforzado por el testimonio físico (Recuerdos, 3, 19).
que representa la urna con sus cenizas) desafía a la verdad de lo
que Crisótemis ha visto con sus propios ojos (833ss.).
Explorando tales contrastes, la'tragedia nos habla de mil mane-7 La magia del placer: representación, y emoción
rasacerca dela discrepancia entre lo que unoesy lo que uno,-por
. fiera, parece sel En el Hipólito de Eurípides vemos ante nosotros Énla cultura griega primitiva, los espectáculos cuya importan-,
al joven inocente (legalmente), condenado porun terrible delito cia esmayorni son objetos de la naturaleza ni tampoco son el alma
merced a las tablillas escritas que Fedra ha dejado tras su suicidio. húmana individual: lo más importante són lás reuniones.comunita-
Esta pieza es particularmente interesante para el papel de la escri- riáspara festivales, "música, certámenesatléticos y ritos religiosos.
tura como unreflejo textual de esta inversión femenina de la ver- Incluso en la Edad del Bronce los frescos de los palacios minoicos
dad y la apariencia. La obra pone en relación la inversión de la rea- en Creta y en Tera describen reuniones públicas en los patios de los
lidad y la apariencia con el poder para acallar la voz de la verdad grandes palacios y sus áreas colindantes. Homero conserva el re-
que posee la mentira escrita, «silenciosa», de las tablillas de Fedra cuerdode tales festivales en un símil gue compara una danza coral
DOCO0OAIDIOIIAICIAAAIIAAAIIAIADIIIOIIIIAAA
226/Charles Segal El espectadory el oyente/227

en el Escudo de Aquiles con las danzasen el palacio de Ariadna en comparael efecto a una piedra imán que atrae anillos de hierro.La,
Cnosos (¿Híada, 18, 590-592). En la Odisea existe una escena similar fuerzamagnética Múye del propio poeta hasta el rapsoda y continúa*
de jóvenes danzando en el palacio de Alcinoo (8, 256-265). hasta el público (533d, 535€). El'mismo tecitador cuando está to-*
La reunión de los jonios en Delos descrita en el himno homéri- talmente ifimerso en sú arte, se «halla fuerade sí» (535b). «Cuando
co a Apolo esel festival perfecto y, por extensión, la representación recito algo que mueve a compasión los ojos se me llenan de lágri-
perfecta; crea un espectáculo lleno de encanto, térpsis, no sólo mas; y cuando lo que recito asusta o es terrible, del miedo se me po-
para el dios sino también para los mortales que participan en él nen los pelos de punta y mi corazón da saltos» (535c).
(146-155). Parece identificar el poeta la térpsis que su canción pro- El sofista Gorgias, a finales del siglo v, considera estas respues-
duce conel efecto acumulativo del festival como un todo, Además tas afectivas como el resultado especial del poderaural de la poe-
del «boxeo, la danza y la canción» (149), existe también el placer sía. En su elogio del poder del lenguaje, en su Helena, escribe que
que los ojos sienten cuando «uno ve la gracia que adorna todo» «en aquellos que la escuchan (la poesía] infunde un escalofrio de
(153) y «llena de placer su corazón al contemplar a los hombres y a temor, compasión entre lágrimas y un anhelo que busca el dolor»
las mujeres de hermososcintos, sus veloces navíos y todas sus pose- (9). Estás respuestas fisiológicas al lenguaje confirmanlo que pode-
siones» (153-155). El pasaje es un precioso testimonio de época ar- ños inférir, tanto de opiniones tardías como de los trágicos mis-
caica acerca del efecto combinado del placer visual y acústico en mos, at e las respuestas emocionales. que la tragedia suscita.
los grandesfestivales y también sobre la especial admiración que a Las crisis que se suceden en las piezas producen reacciones violen-
los griegos merecieron los poderes miméticos de la voz. El autor tas de escaálofrios; temblores, erizamiento def cabello, afasia, vérti-
del himno distingue la habilidad vocal de las muchachas delias 80, martilleo y vucleos del corazón, helados estremecimientos en
como un espectáculo en sí mismo, «una gran maravilla cuya fama el vientre y una tensión general en el cuerpo.
nuncase extinguirá»; consiste aquélla no sólo en el «hechizo» de su El auténtico poder de-la-Poesía para-mover las ¿mociones la
canción sino también en su habilidad para imitar «las voces de to- tfansforma tanto én un peligro comoen una bendición. Como «en-
dos los hombres y el sonido de las castañuelas» (156-164). canto» o «hechizos lleva acabó úna especie de magia y Gorgiasla
La actuación oralCondute a su público a una respiiestatotal, fí- describe asi en la Helena (10, 14). Thélxis; el término para este «he-
sica y emociónál así como intelectual. La poesía recitada y/o canta- chizo», sirve para describir lo mismo el canto de las sirenas que la
«dá en tales circunstancias implica una relación intensamente per- seductora magia de Circe en la Odisea. Píndaro nos cuenta cómo
¿enal entre poeta y público. Cuando Aquiles le habla a Tetis de su las figuras mágicas en forma de sirenas que se hallabanen los fron-
disputa con Agamenón, en el primer libro de la Hlíada, repite lo que tones del templo de Apolo en Delfos cantaban tan dulcemente que
ya hemosoido; pero, contándole sus sufrimientos a su madre en un los hombres olvidaban sus familias y se consumían, cautivados por
relato en primera persona, se da la satisfacción de comunicarse la canción, dé modo que los dioses tuvieron que destruir el templo
con este oyente que le es próximo y está lleno de compasión porél. (Peán, 8, frag. 52 i, Snell-Machler).
El resumen que Odiseo hace de sus aventuras a Penélope tras su Cuandoios griegos buscan represeñtarel engaño y la seducción.
reunión en Odisea 23 es un episodio del mismo tipo. Tales escenas, tambiénen formade visiones, imágenesy faritasmas, la magia de la
que implican narración y audición de ésta, tal vez puedan conside- pálabra hablada puede producir una belleza de cautivador exterior:
rarse idealmente como análogas o como modelos de la relación que, de hecho, esconde mentiras.:Al igual que la Pandora de Hesío-
que el bardo espera crear entre él mismo y su público. Como lón do, las historias pueden estar «embellecidas con mentiras varia-
señala de manera harto grosera en el pequeño diálogo platónico das» que «rebasan a veces la verdad» (Pindaro, Olímpica, |, 28ss.).
que lleva su nombre, «si les hago llorar yo me reiré puesto que ga- Odiseo goza de una reputación mejorque la de Ayante a causa de la
naré dinero; pero si hago que se rían, entonces seré yo quien llore habilidad de Homero; Píndaro, en Nemea, 7, nos dice «pues por :
ya que perderé dinero» (Jón, 535€). encima de ficciones y artificios de altos vuelos hay algo solemne,
Platón considera peligrosa esta liberación de la emoción y, por mas la poesía engaña con historias seductoras. Ciego tiene el co-
eso, excluye a los poetas de su república ideal; pero el lón nos da razón la más nutrida asamblea de varones. Pues si le hubiera
una idea de cómo podría ser una actuación de este tenor. Vemos al sido dado saber la verdad, no se habría atravesado el pecho con
rapsoda llevando a cabo un casi hipnótico ensalmo sobre su públi- la bruñida espada, irritado por causa de las armas, el valeroso
co al presentarles las escenas épicas de su narración (5350). Platón Ayante».
IAIDO
228/Charles Segal El espectador y el oyente/229

La imágen de la poesía primitiva que mejor nos muestra los peli- victoria. En el lugar del poder de la poesía para excitar emocional-
PLOVOECOLLIOLIIOLILLLIILICILICLICLICIIC

gros de la magia aural de la canción esla de las sirenas.s.Al permitir- mente, Platón podría haber colocado —y así lo da a entender— el
nos que olvidemos nuestras penas, como Hesíodo reclama para su diálogo filosófico, que vendría a ser la «poesía» apropiada para el
poesía (Teogonía, 54ss.), la canción puede borrar también Ja me- estado ideal diseñado de acuerdo con presupuestos filosóficos. En
moria que nos une al pásado y nos confiere nuestra identidad hu- las Leyes establece que «la más noble musa es aquella que propor-
mana, La paradoja de un poder de recordar que trae consigo olvido ciona placer a los mejores hombresy a los que tienen una adecua-
es ya un rasgo de la poesia de Hesiodo.*Pero en el caso de las sire- da educación». La elección de los jueces de las tragedias por sorteo
nas, la paradoja nos lleva a un conjunto de rasgos contradictorios es el signo de una «infame teatrocracia en vez de una aristocracia»
que niegan el propósito de la canción. Las sirenas conocen todo lo (Leyes, 3, 701a). Los filósofos-legisladores son «los poetas de la más
que ha sucedido en Troya y, ciertamente, «cuanto sucede sobre la noble y mejortragedia», pues su estado idea] es la «imitación (mí-
tierra fecunda» (Odisea, 12, 188-191); a pesar de esto, su isla está mésis) de la vida más noble y mejor», encarnandoasí «la tragedia
rodeada por las putrefactas pieles y huesos de hombresy se ubica más verdadera de todas (Leyes, 7, 817b).
lejos de las comunidades humanas cuya memoria tiene su significa- Dejando a un lado la importancia que tienen'en lo que toca a la
do y función (12, 45-47). concepción de Platón de su propio papel edúativo, estas observa-
Semejantes a los «encantadores» de oro de Píkdaro, a cuyo son ciones pueden leerse históricamente comowuna indicación, de ma-
los hombres «se consumían lejos de sus esposase hijos»; lassirenas nera retrospectiva, del papel"¿eñtraldelteatro la comunidad
homéricas son musas pervertidas. Pretenden poseer una memoria áteniense y de la importancia-de la respuesta del público. El espe-
quéloabarca todo, pero su poder de memoria coexiste de forma cial orgullo que Atenas sentía por sus espectáculos es confirmado
anómala con los más horribles signos de decadencia mortal, la an- igualmente por las observaciones atribuidasa Pericles en el discur-
títésis de la divina inmortalidad de la fama que es «imperecedera» so fúnebre de Tucídides. Enél, Pericles alaba a Atenas por su abun-
(kléos áphihitonj: Reconociendo quelos efectos de su magia son dancia de solaz paralas fatigas diarias, consistente en «certámenes
mayormente físicos, hay que decir. que.su «hechizo» o thélxis es (agónes) y festivales a lo largo de todo el año», cuyo «disfrute» (térp-
sólo momentáneo; resuena en el oído, pero no. mora en los labios sis) aleja las penas (2, 38, 1). Prosigue comparando Atenas con Es-
del hombre.:Es puramente acústico.y, así, Odiseo puede neutrali- parta en lo que se refiere a la apertura, que no impide «ningún co-
zarlo porel simple expediente físico de colocar cera en las orejas nocimiento o visión» (espectáculo, théama) en tanto. que no sirva
de sus compañeros y atar su propio cuerpo al barco. directamente de ayuda al enemigo (2, 39, 1). La lengua de Tucídi-
Lo 'que, para:los.poetas primitivos, fue un hechizo. mágico,se des es general y un tanto vaga, pero los espectáculos cívicos con re-
transforma.en una habilidad técnica en cuantolas artes del lengua. presentaciones dramáticas bien podian ser incluidos en ese théa-
je se profesionalizan y racionalizan a finales del siglo vi y principio, ma del que Pericles habla; igualmente, pudo estar pensando en
del v. Profesores de retórica tales como Protágoras, Gorgias y Pró- ellos cuando, en su más famosa frase, con toda brevedad sentenció:
dico enseñaron tales habilidades por dinero; y Gorgias, en su Hele- «Resumiendo, afirmo que la ciudad toda es escuela de Grecia» (2,
na, tímidamente, dio más explicaciones acerca de las afinidades L D*.
entre este arte y los hechizos mágicosy las drogas. Los que estaban
dispuestos a pagarlos precios podían, así, adquirir este.atte de per-
Espectáculo dramático: orígenes y carácter-
súuadir a unamasa de oyentes, jugando con sus sentimientos. Según
Tucidides, Pericles consiguió parte al menos de su poderpolítico
Pése a que Homero quiere que «veamos»los grandes hechos del
gracias a su habilidad para influir sobre la multitud (2, 65, 9). Histo-
mundo” épico con ojos de «asombro» (thaúma, thámbos), no alber-
riadores y autores dramáticos de este periodo muestran una nueva
ga la menordida de que la palabra hablada (y cantada) es el verda-
sensibilidad hacia la masa y sus emociones: pánico, histeria, impul-
«dero vehículo de la comunicación y el recuerdo. Como. lá escritura
sos repentinos de generosidad o de compasión. llega a sér cada vez más importanteen Grecia desde finales del si-
El teatro, más.aun que la asamblea o los tribunales de-justicia,
glo vua.C; en adelante, esta relación entreel ojo y el oído cambia.
es el lugar donde las emociones de las:másas encuentran su-más
completáliberación. Frínico, como hemosvisto, excitó las emo-
ciones equivocadas y fue multado en vez de obtenerla corona de la * La traducción es de A. Guzmán Guerra (Madrid, 1989).
230/Charles Segal El espectadory el oyente/231

A'fines del siglo vi y principios del v, poetas como Simónides, Pín- Este pasaje, muyinfluido por el estoicismo platonizante, asigna
daro y Baquílides, áunqúe todavía reconocíanabiertamente (y, a efectivamente a la humanidad lo que, enel pensamiento griego ar-
veces, de hecho las tenían) conexiones personales con.si1s patro- «caico y clásico, es prerfogativa de los dioses:'serel lejano especta-
nos, se movian-sin embargo hacia una concepción más profesional - dorde los súfrimientos y conflictos de la vida humana. Similares
¿de su arter Escribir. por. encargo y a sueldode gentede.muthas par-> también la perspectiva de la sabiduría divina del filósofo en el epi-
tes del muñido griego les hizo que se separaran de la inmediatez in- cureísmo (véase Lucrecio, Sobre la naturaleza de las cosas, 2,
líérente a'lá actilación cara a cara más que el poetaoral de tipo ho- 1-13). Tanto el'público de la épica como el de la tragédid poseen”
fmérico. Esta relación mucho máslibre con la actuación oral apare- algode ésta privilegiada perspectiva;figuradamente en-la épica, en
ce también en las metáforas visuales que Píndaro y Baquilides in- que elomnisciente narrador en tercera persona nos hace pat-
ventan para su canción. Frente a la imaginería vocal de Homero y tícipes en secreto de lo que los dioses ven y conocen, ¿másliteral:
Hesiodo, estas figuras, a menudo, tienen poco o nada que ver con entes sin embargo, enla tragedia, puesto que estamos sentados.
la situación en que la actuación tiene lugar o incluso con la voz o la £n un lugar por, encima de la accióny- miramos hacia-clla desde.
música. La oda es una estatua, una guirnalda, un tapiz bordado, un una distancia casi olímpica, porno decir con un olímpico distan-
templo, una rica libación de vino, un fresco manantial de agua, fMo- ciamiento. Emlarépicay enla tragedia este.espectáculo-del sufri-
res, fuego, alas. El poeta mismo puede ser un águila que vuela alto miento.humanorsólo, intensifica, la.conciencia:de los límites que
en medio del cielo, un arquero o un lanzadorde jabalina que dispa- ¿Circundanlavida de los mortales. La visión filo. a, sin.embargo,
ra el proyectil de una canción, unviajero en un ancho camino o un lo que.pretende,precisamente,-es trascender.esos límites.
pasajero en un navío que surca los mares. Aunquelos orígenesde la tragedia permanecen en la oscuridad,
Cuando Simónides afirmó que la «pintura es pocsía callada, la llenos de controversias, la conexión que Aristóteles estableció en-
poesía, pintura que habla» (Plutarco, Sobresi los atenienses fueron tre tragedia y ditirambo es ampliamente aceptada (Poética, 4, 1449
más ilustres en guerra o en sabiduría, 3, 346 F), puso la poesía en re- a). Al principio, resentación coral*lleña.de excitación:enr
lación no conla actuación oral sino con la experiencia visual en un honor de Dionis rambo, a finales del siglo vi, parece haber-
terreno bastante diferente. Estamos tentados de relacionar la cone- se transformado en algo más tranquilo, más lírico, que narraba mi
xión analógica entre lo visual y lo acústico de Simónides con la in- ¡tos sobre los dioses ys más tarde, sobre los héroes..Las conexiones
teracción de sonido y espectáculo que la tragedia estaba empezan- entre la tragedia y Dioniso fueron un problema incluso para los an-
do a desarrollar por la misma época, sobre todo habida cuenta de tiguos; de ahí que el proverbio «Esto nadatiene que ver con Dioni-
que Simónides, en muchos sentidos, es un precursor del sofista via- so» se interpretase como una crítica que señalaba la grandísima
jero y de su libertad de especulación racional. distancia que,hay entre la tragedia y el culto directo del dios en su
Enlatragedia, la organización del material riarrativo de los mi- principal festival, las Grandes Dionisias, la más importante de las
£10s medianteun texto escritohace posible uña narrativa visual ocasiones para las representaciones dramáticas. Aunque lAtrage-
tada de una nueva fuerza, y entrelaza voz y visión en nuevasy com- ¿día tiene sus primeros comienzosbajo la tiranía de Pisístrato (534
plejas” elaciones:CSn éste cámbio de énfasis, metáforas debespec-" a.C. es la fecha tradicional), entrá en fintionaniieñto. y se perfec-
táculo O del teatro desciiben la experiencia humana en géheral. ¿cioría bajola nueva democracia de principios delsiglo v. La asocia:
Platón sugiere en el Filebo que la vida no es sino tragedia o comedia ción “de Dióniso Con el cultópopular másbienque con las triadicio-
(50b), tal vez la primera formulación en la literatura occidental de nes aristocráticas puede haber estimulado su crecimiento.

l
la analogía entre el mundo y la escena hecha famosa porel melan- Dioniso es un dios de la vegetación, especialmente del vino y de
cólico Jacques en Shakespeare (Como gustéis, 1, vii). Epicuro seña- su férméntado producto; está también asociado conla locuray.el.
ló «pues bastante gran teatro somosel uno para el otro» (citado por 4éxtasis religioso. Aparece frecuentemente en los vasos conuna cor-
Séneca, Carta, 7, 11). En su formulación más amplia, «Longino», te de sátiros, criaturas con patas de cabra, mediohombres, medio-
en el tratado De lo sublime, tal vez a finales del siglo 1 a.C., com- bestias, que dan rienda suelta a su naturaleza animal en la embria-
para el universo entero a un gran espectáculo al que el hombrelle- guez, los gestos obscenos y un apetito sexual indiscriminado. Las
ga como unespectador privilegiado y en el que reconoce la grande- danzas de sátiros, según Aristóteles, contribuyeron tambiénal de-
za a la que está destinado por el infinito alcance de su pensamiento sarrollo de la tragedia (Poética, 4, 1449a) y, en las Dionisias, una
(c. 35). pieza ligera, con un coro de sátiros, era presentada junto conlas
DO
ÓGCOCOIEICOLLLI
232/Charles Segal El espectador y cl oyente/233

tres tragedias de cada uno de los dramaturgos que participaban en gica», que consiste en encontrar placer en el sufrimiento (véase
el concurso. Acompañando también a Dioniso, y en-una-estrecha Eurípides, Medea, 190-203 y Las bacantes, 815).
(aunque no necesariamente armoniosa) relación:con los sátiros, La tragedia no sólo confiere a los viejos mitos una sorprendente
están las ménades (literalmente «locas»); ellas:personifican tam- representación corpórea, ta::-hién los enfoca de nuevo en situacio-
bién, entotal:sumisión al dios y a su culto, una liberación, sin-la nes de crisis. En contraste conla relajada y expansiva narración de
menorinhibición, de la energía emocionaly fisica. la épica oral, la tragedia selecciona episodios individualesde crisis
Las asociaciones de Dioniso-con lo irracional, con la locura, y concentra la suerte de una casa o ciudad en una acción unificada
coñ lás mujeres, con la danza Hena de excitación y la música y con. con todo rigor, que se extiende dentro de un espacio y tiempolimi-
la inestabilidad de la línea divisoria entre bestia, hombre y dios son todos. /
¿mportantes parala tragedia. La asociación de Dioniso con la más- Todos los componentesdela tragedia se encuentran con facili-
cara es un nexó aún más inmediato:Dioniso, de hecho, recibe cul- dad en la poesía del pasado:los recitadós poéticos de los discursos
to a menudo bajo la forma de una máscara, colgada unas veces de del mensajero; las canciones corales de alegría, lamento o de ejem-
un árbol o de un pilar, y otras adornada con hiedra, la planta sagra- plos míticos que sirven de admonición, y, hasta cierto punta, inclu-
da del dios. lá máscara hace posible la representación mimética de so el diálogo.. Pero estos elementos alcanzan tina nueva fuerza
los mitos en forma dramática. El actor enmascarado puede tam- cuando actúan todos unidos en el nuevo conjunto que es la trage-»
bién explorar la fusión entre diferentes identidadés, estados de ser, «dia. Esquilo emplea la simetría del refrán coral o responsorio para
categorías de experiencia: masculino y femenino, humano y bes- sugerir el terror de una muchedumbre asustada, como ocurre en
tíal, divino y humano, extraño y amigo, foráneo y del lugarLa más- Los siete contra Tebas (150-180). En Los persas, combina el res-
cañá es, asi, algo central én la experiencia dramática, como un sig- ponsorio lírico del lamento con el espectáculo visual del rey venci-
pOoc0cr.. ee... co... .o

no del deseo del público de someterse a la ilusión, juegoy ficción y do, mostrándonossus ropas hechas harapos para retratarel impac-
de colocar energía emocional en lo que lleva la marcade ficticio Y. to de la derrota en la comunidad toda (Los persas, 906-1077). La
á la vez, de Otro. La miráda frontal de la máscara, según una suge- identificación del público del teatro con la amenazada ciudad me-
rencia de Vernant, es también la manera de representar la presen- diante la representación mimética del peligro da a tales escenas
cia de la divinidad entre los hombres. una intesidad superior a cualquier otra de la lírica coral.
Por todas estas razones, Dioniso es el dios bajo cuya advoca- La antigua Vida de Esquilo acentúa su poder de ékplexis, de
ción, de la manera más natural, la tragedia encontró su lugary, «golpear» al público con poderososefectos visuales. Cuando las fu-
Pudo tomar su forma caracteristica: la atmósféra preñada de emo- rias hacían su aparición en Las euménides —cuenta la Vida— los
ción de un espectáculo mimético;:ta identificación intensa con el niños se desmayaban y las mujeres abortaban. La exactitud de la
mundo dé ilusión creado y puesto en escena por.actores enmasca- anécdota es dudosa, pero, probablemente, refleja el espíritu de su
rados;la capacidad de enfrentarse con la alteridad de lo bestial y lo arte. Sus efectos acústicos son igualmente poderosos: están las da-
divino en la vida humana y de reconocer la irracionalidad y emo- naides, que gritan de miedo en Las suplicantes; tenemos los miste-
cionalidad asociada con la hembra en una sociedad dominada por riosos ototototoi pópoi dá / ópollon ópollon, mitad terror, mitad
el macho; y, finalmente, la apertura a las más vastas cuestiones de profecía, de Casandra (Agamenón, 1072ss.); los gemidos y gruñidos
importancia, hecha posible por la presencia de los dioses en los de las furias cuando el fantasma de Clitemnestra las despierta al
asuntos humanos como agentes visibles. El hechizo de la máscara principio de Las euménides (119ss.), sin olvidarnos, además, del so-
dionisíaca, en dosis.controladas, libera de los miedos, la ansiedad y nido que el grito á á e e de lo representa, cualquiera que éste sea,
la irracionalidad que hay bajo la brillante superficie de la Atenas.de. cuando ella, empujada porlos aguijones de los tábanos, entra enes-
Pericles... . cena (Prometeo encadenado, 566).
“La tragédia define de nuevo el papel del espectador. En vez del Sófocles y Eurípides son más sosos, pero también ticnen su es-
deleite o térpsis del recitado épico o de la actuación coral, la trage” fínge silbadora (Euripides, Edipo, frg. 1 Austin), sus vociferantes
dia implica a su público en una tensión entre el esperado placer de héroes (Sófocles, Las traquinias, 805, 983-1017; Eurípides, Hera-
asistir a un espectáculo trabajado en sus más minimos detalles yel cles, 869ss.), sus enfermos que se lamentan y gritan (Sófocles
dolor que sus contenidos nos producen. Aquí y allá los propiostrá- Electra, 826-830, 840-845; Filóctetes, 730-757). En el otro extremo,
gicos llaman la atención sobre esta contradicción, la «paradoja trá: ambos trágicos pueden también usar el silencio como un efecto
234/Charles Segal El espectadory el oyente/235

igualmente poderoso. Aristófanes se ríe de los largos silencios de ción del canto de los pájaros (ya el poeta arcaico Alemán preten-
sólo el sim-
los protagonistas de Esquilo en sus escenasiniciales (Las ranas, día ser capaz de imitarlo [frags. 39 y 40 PMG] ), aunque
aú kikkaba íñ en nuestr os manuscri-
91 1-920). Los mutis silenciosos de Yocasta, Deyanira y Eurídice (en ple torotorotoratorotix / kikkab
.
Edipo rey, Las traquinias y Antígona respectivamente) son la calma tos es testigo del alegre: experimento (cfr. 223ss., 260ss., 310ss.)
ominosa antes de que la tormenta del desastre estalle. En Edipo en doble sentido , innume rables juegos de pala-
Chistes, palabras de
n numero-
Colono, Sófocles, de una forma que mantiene en suspenso, deja al bras llenanlas piezas de Aristófanes. Los nombres ofrece
por
viejo Edipo sin hablar durante un centenar de versos, hasta que ca- sas ocasiones para chistes, muchos de ellos obscenos, como,
lentada a fuego lento, su cólera estalla contra su hijo Polinices en ejemplo, aquél que hace de un demo ático una comunidad
de mas-
terribles insultos y maldiciones (1254-1354). Sirviéndose de la en- stios y anaphl án, Las ranas, 427).
turbadores (Anafli
los Tes"
tonces todavía reciente innovación del tercer actor, Esquilo debe Palabra?música:y:movimientomuyprobal ecmenteeran
haber asombrado a su público en el Agamenón cuando Casandra, ponsablesdelretectorfurrdamentaladedantra diasy éste está de
a la óp-
silenciosa durantela larga escena entre Agamenón y Clitemnestra, acuerdo con el papel de segunda fila que Aristóteles asigna
lanza de repente sus terribles gritos de desesperación y profecía. icos cuentan
sis, al espectáculo, en su Poética. Los autores dramát
En ta siguiente pieza de la trilogía, Pílades es mantenido en silencio rtarcarros 0
con cierta maquinaria escénica. La grúa podía transpo
podía traer
del mismo modo hasta el momento culminante en que proporcio- héroes voladores, Persco por ejemplo. El ekkyklema
na a Orestes, en la terrible crisis de su decisión, el estímulo crucial una acción
ante la vista los resultados de la acción (normalmente
para matara su madre; son los tres únicos versos que recita en la casa. Esquilo,
llena de violencia) en el escondido interior de la
dramáti-
pieza (Las coéforos, 900-902). como ya hemosseñalado, fue el más audaz de los autores
AA “cos que hemos conservado en inventar efectos deslum
Eeniguayespectáculotrágicos el espectáculo. Eenerál, sin embargo, lEscenografíade las pie-
ióde:un”.
jonal-querealista-y se:sirva e
Ely gnificantedel” e;losaspectos-que*
=
aso de accesorios así €
harER eécorados simples.”
másinteresarala
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El Tén Os éticos cruciales comojústiciás merealizada por figuras enmias carada
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AO e “pronuncia=
bondad, noblezao pureza sonconsta raídosarcolación-y vestidos debe"habersido-bastante-estilizada y lavo
A ad
vede La paradoja de una «piedad impíia» esel meollode Ajr- Y dasde forma qué_alcanzaserr sus
tígona, El significado de «juicio prudente» (sophrosy ne) y «sabidu- . licluñoentre lOs musicoser xr:
a propó-
ría» (sophía) está en el centro de Hipólito y Las bacantes de Eurípi- giados elm vimiento ylos gestos. Pausanias, por ejemplo,
des respectivamente. Obras como el Agamenón de Esquilo y Edipo bre llamad o Pronom o, nos dice que
sito de un flautista de renom
rey, Las equinias y Filóctetes de Sófocles deben mucha de su fuer- «porla formá de su expresión facial y por el movimiento dé todo su
za al hecho de que son uñáindagaciónsobrelos fallos délacomu- cuerpo hacía disfrutar al público del teatro» (9, 12, 6).
,
nicación ño sóloentre hombressimo tam ere ombresydia Los efectos visuales de Sófocles y Eurípides, en cierto.sentido
una
Ses Lastambigucdad parece que se relacionan con los temas básico s de las piezas de
minanlosracontet manera mucho más cabal que los de Esquilo y. además, expresan
mejor el modo de ser de los personajes y las situaciones de los pro-
tagonistas: la ceguera de Edipo en las dos tragedias que tratan de
Las
este personaje, la ropa de Penteo vestido como una ménade en
do” ci ¡poto digno-de-confianza.> bacantes, la miseria y enfermedad de Filóctetes. Eurípides, fre-
Que los problemas del lenguaje ydela significaciónson impor- cuentemente, lleva la acción al máximo de sufrimiento y horror y,
tantesse deriva del hecho de que nos topamos con ellos en la esce- entonces, da fin a la pieza abruptamente mediante la aparición de
na trágica no menosque en la cómica. Las nubes de Aristófanes ex- una divinidad (el llamado deus ex machina). Sófocles utiliza este
trae gran parte de su humor de la iniciación de Estrepsíades a las recurso sólo uná vez y de una mancra muy diferente: en el Filocte-
sutilezas de losestudios sofísticos de gramática, género y morfolo- tes, Heracles baja del Olimpo; se trata de la viva voz. y la encarna-
gía. Los placeres auditivos que la comedia produce no se limitan a ción personal del heroismo y la generosidad que han estado laten-
la voz humana. El coro de Las aves debió ser una notable evoca- tes en el héroc enfermo y amargado que es Filóctetes. :
236/Charles Segal El espectador y el oyente/237

Las frecuentes parodias de los efectos visuales de la traged


que Aristófanes lleva a cabo nos indican lo mucho que
ia Los acontecimientosmás violentos y dolorosos del drama grie-
el público go se narran en los discursos hechos por.los mensajeros, a los que
ateniense se acordaba de aquéllos. Paralelamente,
en cierto'senti- ¿ya se ha aludidó, en vez de mostrarse en escena: el asesinato a ma-
do, Sófocles y Eurípides se hacen eco de escenas de Esquil
o, espe- "nos de Clitemnestra de su marido y la muerte que a ésta le infligen
cialmente de la Orestíada, en sus versiones del mito. En Las
traqui- sus propios hijos; el descuartizamiento de Penteo; la comida en que
nias, la entrada del cortejo de Heracles con Yole, la
cautiva que Ticstes devora a sus hijos; el envenenamiento de sus víctimas por
permanece ensilencio, es un eco visual de la entrad
a de Agamenón Medeay, más tarde, la matanza de sus propios hijos con la espada,
con Casandra en el Agamenón, un recurso que proyecta la
sombra etc. En la tragedia, sin embargo, estos acontecimientos nopertene-
de la asesina Clitemnestra sobre la leal y paciente Deyani únicameñte al Feino del:lenguaje: y esto por. tres.razones. En
ra, en
todo similar a Penélope. : . 'brimer lagar, "el público ve pronto los resultados. de las. acciones
Electra de Eurípideses tal vez la pieza más rica en ecos visual violentas qué acaba de vír:'los cuerpos de Agamenón y Casandra
es
de las escenas de Esquilo. En esta pieza, Electra atrae Sacados del interior del palacio medianteel ekkYklemña; la entrada
a Clitemnes-
tra al interior de su casa para matarla, con el pretex
to de que ella, del ciego Edipo o de Polimestor (en la Hécuba, de Eurípides), O
casada con un modesto granjero, ha dado a luz y;necesita
que le cuando Agave exhibe la cabeza cortada de Penteo en Las bacantes.
ayuden en losritos de purificación. Con su llegada enun En seguñdolúgar, la narración se desdobla a menudo enla presen-
carro, ele-
gantemente vestida y acompañada por las esclavas
capturadas en cia de dos o:-más figuras que reaccionan de manera exactamente
Troya como sus criadas, Clitemnestra representa aqui el papel opuesta: En la Electra de Sófocles, por ejemplo, Electra y Clitem-
del
Agamenón lleno de hybris de la pieza de Esquilo,
mientras que estra responden de formaantitética a las (falsas) noticias acerca
Electra, atrayendo con engañosa la poderosa figura de la muerte de Orestes. En Las traquinias, como en el Edipo rey,
al interior de
o su casa con vistas a ejecutar una horrible e impura
venganza, no un discurso del mensajero tiene un significado para un protagonis-
hace otra cosa que desempeñarel papel que su madre
o tenía en Aga-
menón. Enambas'Electras;la de Sófocles y la de Eurípides;
ta varón (Hilo y Edipo respectivamente), pero otro muy distinto
para una figura femenina, que, entonces, hace mutis llena de silen-
los ecos
o eescémidos piiéden sugerir el cumplimiento de la justici
a retributi- ciosa pena y se encamina al suicidio (Deyanira y Yocasta).
va;pero también implican lacontinuaciónde la mancha impur
o lafamilia y el perpetuarse de la criminal violencia. ;
a en ¿Emúltimo lugar, y lo que es más importante, la narración de la
7 violencia que tiene lugar.entre bastidores llama la atención sobre
0 loque10se ve-Asissele:concede una posición privilegiada a este
0 “Espectáculo y narración y espectáculo invisible mediante el procedimiento de quitarlo de la»
vista::Se puede decir que un espectáculo negativo de esta índole
9 Latragediayincluso cuando su forma como espectáculose desa- ” crea una contraposición entre los acontecimientos que se ven a la
0 «trolla del todo,-1o llega a romper. por.complétó con la tradicióny
4 Oral. Los largos parlamentos del mensajero que, conharíaflécuen”
clara luz del día que reina en la orquesta y aquéllos otros que se
0 cia, narran los acontecimientos culminantes de la tragedia serian
ocultan entre bastidores. Estos últimos adquieren: de'éste:modo..
una dimensión .añadida de misterio, horror y fascinación por el
0 familiares a un público acostumbrado a la ininterrumpida narratí- simple hecho de tener lugar fuera de la escena. Este espacio eritre
va en verso propia de la poesía épica. El espíritu de tales narracio
O nesen la tragedia, sin embargo, es bastante diferente del de la épi-
- bastidores; que amenudo representa el interior de la casa o pala-
ciofunciona como el espacio de lo irracional o lo demoníaco, las
o ca. La batalla entre Eteocles y Polinices en Las fenicias de Euripi- áreas de experiencia o los aspectos de la personalidad ocultos, 0s-
des (1359-1424), por ejemplo, se basa muy de cerca en los heroico
0 encuentrosde la llíada, pero en vez de la clara y precisa distinci
s
ón
curosy terribles; Así, por ejemplo, es el palacio al que Clitemnestra
atrae con engaños a Agamenón para asesinarle, o la casa en la que
0 de amigo y enemigo,el relato trágico nos habla de la maldición, la Deyanira guarda y emplea la venenosa sangre del Centauro, la tien-
o mancha y la fusión/confusión de dos hermanos que ni pueden es-
tar juntos en paz ní tampoco separarse de forma tajante con
da en la que Hécuba y sus mujeres matan a los hijos de Polimestory
ciegan al padre o, finalmente, la prisión subterránea en donde la
Le guerra. Porello, la fórmula homérica de «morder el polvo con
una
los aparición de Dioniso, en figura de toro, comienza a minar la autori-
O dientes» al morir se combina aquí con el motivo trágico del asesi-
nato en la familia y no se diferencia claramente (1243ss.).
«dad racional de Penteo.
0 El discurso del mensajero del Edipo rey, la más famosa de tales

Me
a 238/Charles Segal
El espectadory el oyente/239

narraciones en la tragedia griega, explo


ta abundantemente este
contraste entre lo que se «oculta» y lo que
se «hace visible». La reti- ¿a tragedia, espectáculo de la ciudad,
cencia o incapacidad para relatar «las
cosas más dolorosas» (1228-
1231) envuelve la escena en una sugestiva Aunque la tragedia se ocupa más o menos directamente de lo
semioscuridad. La «me-
moria» del mensajero nos permite seguir a Yoca marginal, lo desconocido, lo irracional, cáda parte de la represen-
sta al interior de su
habitación, que ella, en otra ocasión, nos tación teatral es un reflejo de la sólida posición que aquélla ocupa
impidió ver al cerrar sus
Puertas (1246). La barrera —literalment en la ciudady en las instituciones democráticas de ésta. Era uno de
e hablando— que consti-
tuyen las puertas cerradasy la barrera figurada los principales magistrados quien seleccionaba a los tres trágicos
que viene a serel ti-
tubeante recuerdo y relato del mensajero mant cuyas Obras habían de representarse en los festivales ciudadanos
ienen invisibles los
últimos momentos de su agonía, pero la oímos «llam de lás Dionisias y las Leneas. A diferencia de lo que ocurreenel tea-
ar» al difunto
Layo y evocar, con su propia «memoria», los mome tro romano,los actores y los miembrosdel coro eran ciudadanosy,
ntosde la con-
cepcióny del nacimiento cuyos horrores ahora le a principios del siglo v, los propios autores actuaban ensus piezas,
rodean en ese es-
pacio cerrado. Los jueces eran ciudadanos elegidos por sorteo de cada una de las
El clímax de la parte narrativa asignada al mens diez tribus.:El própio teatro era un edificio público y en él; al día si-
ajero se encuen-
tra en una misteriosa e inexplicada revelación cuan guiente de terminarlas Dionisias, la asamblea se reunía para deci-
do «alguna divi-
nidad muestra (a Edipo) el camino» (1258). Con dir si el festival había tenido una dirección adecuada, Junto con las
gritos terribles
destroza éste las puertas cerradas de la habitación representaciones dramáticasde las Dionisias, además, se exhibía el
de Yocasta per-
mitiéndonosver el horrendo espectáculo del cuer tributo pagado por los aliados, se proclamaban los benefactores de
po de ella balan-
ceándose colgado de sus lazos. La oculta «visi la ciudady, a los huérfanosde los ciudadanos muertos en combate,
ón del dolor» se reve-
la finalmente (1253ss., 1263ss,), pero sólo a los se les hacía desfilar vestidos con su equipo militar facilitado por el
ojos de los que es-
ián dentro del palacio (y dentro de la narración) estado. Como sugieren Tucídides en el discurso fúnebre de Peri-
, no a los del públi-
co que está enel teatro. «Terribles fueron las cosa
s que hubo que cles y Aristófanes en Los acarnienses (496-507)las Dioñisias eran
ver tras esto», continúa diciendo el mensajero (1267 una ocasión para que la ciudad se exhibiese a si misma ante sus
) volviéndo a
Edipo quien, ahora, porfin «la ve», grita y se hiere aliados y ciudades vecinas, ofreciéndose como un espectáculo.
los ojos con las
fíbulas de sus ropas (1266ss.). Sin embargo, la tragedia no es una parte más de este espectácu-
El expediente, utilizado repetidas veces, que consi to ciudadano ya que, cón su extraordinaria apertura, permite a la
ste en impe-
dir del todo o parcialmente Ja contemplación de algo
es apropiado ciudadreflejar lo que está en conflicto con sus ideales, lo que tiene
para un espectáculo demasiado terrible de narrar o que ser reprimido o excluido y lo que teme o juzga como ajeno,
de ser mostra-
do al público. Pero la tensión entre una narración de lo desconocido; lo Otro,en suma. Es así como podemos comprender
que €svisi- *
ble y de lo que está oculto, de lo que se oye y de lo que Ja dramatización, muchas veces repetida por los trágicos, del poder
se ve, se re-
suelve en el completo espectáculo visual de Edipo que, y la cólera de las mujeres dentro de la familia (Orestíada de Esqui-
ahora, ha
pedido que se abran las Puertas «para mostrar al lo, Las traquinias de Sófocles, Medea, Hipólito y Las bacantes de
pueblo entero de
Tebas» la impura mancha que esél (1287-1289). El narra Eurípides), con sus inversiones de los papeles sexuales y la trans-
dor suple
las indicaciones escénicas: «Esas Puertas se están formación de poderosos gobernantes en parias vencidos, agobia-
abriendo y pron-
to veréis un espectáculo tal (théama) que incluso quienl dos por los sufrimientos (Edipo, Jasón, Heracles, Creonte, Penteo,
e odie sen-
tirá piedad» (1295ss.). La aparición de Edipo, consciente
mente tea- etc.). Eurípides pudo idealizar Atenas como la justa y piadosa de-
tral, permite que las emociones reprimidas hasta
entonces encuen- fensora del 'débil (Los heráclidas, Suplicantes). Sófocles hizo lo
tren su público y su expresión común en los gritos
del coro cuando mismo en su Edipo en Colono. Pero Eurípides pudo también escri-
éste, al igual que el público, ve finalmente con sus bir obras como Hécuba y Las troyanas, criticando implícitamente
propios ojos lo
que se ha venido dejando a un lado, hasta ahora,
comouna pura ex- la brutalidad de la política bélica de la ciudad. Los persas de Esqui-
periencia oral/aural. «¡Oh desgracia terrible de ver
para los hom- lo pudieron presentar a los invasores vencidos bajo una óptica de
bres! ¡Oh lo másterrible que he encontrado nunca
!» comprensión. La comedia pudo expresar sin ambages el ansia de
paz en obras como Los acarnienses, La pazo Lisístrata, satirizar ins-
tituciones tales como los tribunales de justicia o la asamblea (Las
anna a |
240/Charles Segal El espectadoryel oyente/241

“avispas, Las asambleístas) o bien parodiara figuras públicas como momento (como es el teatro moderno), sino que'se limitán alos
Cleón (Los caballeros). dosfestivales ciudadanos de Dioniso y tienen lugar dentro del am-
La tragedia pudo llevar a escena, de manera simbólica, debates biente carnavalesco asociado con este dios.
contemporáneos acerca de la moral en general y cuestiones políti- La tragedia, sobre todo, crea un sentimiento de comunidad den-
cas tales como las restricciones sobre el Areópago en Las euméni- tro del teatro y dentro de la ciudad. Aquí los espectadores-
des de Esquilo. Pero su significado cívico y político podía ser tam- ciudadanos, pese a sus diferencias, se tornan conscientes de su soli-
bién más difuso e indirecto. El papel de Odiseo en eel Ayante de Só- daridad dentro del marco ciudadano y dentro de la construcción,
focles, porejemplo, valora el compromiso democrático por enci- cívica también, que los ha reunido. Sus espectadores se hacen es-
ma del autoritarismo aristocrático y la intransigencia. La tragedia pectadores unosde otros en tanto que ciudadanos, así como espec-
suscita también preguntas sobre los peligros inherentesal ejercicio tadores de la propia representación. La comunidaddel teatro forja
del poder(Los persas, Orestíada, Antígona), pone de manifiesto las lazos de emoción compartida y compasión universal. Al final del
desastrosas consecuencias de la división o de la discordia dentro Hipólito de Eurípides, por ejemplo, la pena sentida por la muerte
de la ciudad (Los siete contra Tebas, Las fenicias) o demuestrala del hijo de Teseo es «una pena común» que se extiende sobre «to-
existencia de una estructura moral básica que subyace a los aconte- dos los ciudadanos» (1462-1466), pese al hecho de que Hipólito ha
cimientos humanos cuando vemosla lenta, dificultosa y a menudo renunciado a las obligaciones políticas y elegido a cambio pasa-
dolorosa actuación de la justicia a lo largo de muchas generacio- tiempos privados como la caza y los deportes. Esta conmemora-
hes, como ocurre en las trilogías de Esquilo. ción cívica, además, es el consuelo que una comunidad humana es
Miéntras la actuación de la lírica coral tiende a reforzar las tra- capaz de ofrecer, en contraste con el ritual privado y cultual con el
diciones y los valores de las familias aristocráticas, la relativamen- que su diosa, Artemis, honrará su memoria (1423-1430). ,
te nueva forma del espectáculo dramático es la forma distintiva de La tragedia no sólo aplica el espejo distanciador del mitoa los
:la polis democrática. En efecto, con su marco ciudadano, su es- problemas contemporáneos, también refleja alguna de las más im-
tructura de debate dialéctico y las relaciones constantemente cam- portantes instituciones de la ciudad. De éstas, las que más tienen
biantes entre el héroe individual y la comunidad representada por que ver con la tragedia son los tribunales de justicia. Diez de los es-
el coro, la tragedia es la forma artística adecuada para que la demo- pectadores, elegidos por sorteo, son ciertamente los jueces de la
cracia la haya promovido tras sus orígenes en la época de Pisístra- pieza. Los veloces intercambios verbales entre antagonistas en la
to. El carácter aristocrático del individualismo, el honor personal y tragedia se parecen a la argumentación e interrogatorios de los tri-
la excelencia competitiva expresada en la poesía épica están aún bunales. Las tragedias, en efecto, hacen que sus públicos, en cierto
muy presentes en el siglo v a.C.. Comoresulta claro a partir de sentido, sean jueces de complejas cuestiones morales en las que,
Obras como Los siete de Esquilo, el Ayante y el Filóctetes de Sólo- ambas partes invocan la justicia, y lo bueno y lo malo resultan difí-
cles o el Heracles de Eurípides, una de las funcionesde la tragedia ciles de distinguir. El debate entre Hécubay Polimestor en la Hécu-
«es volver a examinar tales actitudes a la luz de la necesidad que una ba; porejemplo, es, de hecho, una situación jurídica (1129ss.). Po-
sociedad democrática tiene de compromiso y cooperación. demos pensar también en la escena del proceso de Las euménides
Los mitos presentadosporla tragedia ya no reflejan los valores de Esquilo yen la parodia de un tribunal que hay en Las avispas de
tradicionales de una remotae idealizada época.-En vez de esto, se "Aristófanes. Incluso los autores posteriores alaban las tragedias
transforman en el campo de batalla de los conflictos contemporá- por su viva aproximación al debate legal (véase, por ejemplo, Quin-
neos dentro de la ciudad: concepciones más antiguas de una ven- tiliano 10, 1, 67ss.).
A

ganza de sangre se enfrentan al nuevo legalismo cívico (Orestíada); La tragedia, aún más claramente que porasignarculpas y casti-
las obligaciones de la familia se contraponen a las de la ciudad (An- gos; se interesa por el problema de la decisión. Casi todaslas piezas
tígona); aparte de eso, tenemoslos conflictos entre sexosy entre ge- que nos han llegado nos muestran a su protagonista atormentado
neraciones (Alcestis, Medea y Las bacantes de Eurípides) y las dife- poruna difícil elección entre alternativas en conflicto o bien com-
rencias entre autoritarismo y orden democrático (Las suplicantes prometido en una decisión entre la seguridad y una acción peligro-
de Esquilo, el Ayante y el Edipo en Colono de Sófocles) *Pór estas sa o de incierto resultado. «¿Qué voy a hacer?» (tí drásó); es un grito
razones, también las representacionestrágicas son concebidas no que se repite una y otra vez en momentos de crisis. Figuras como
como un entretenimiento del que se puede disfrutar en cualquier, Medea, Fedra u Orestes dudan, vacilan, cambian sus decisiones. La
e
OODLE
242/Charles Segal El espectador y el oyente/243

intransigencia puede ser tan desastrosa como la vacilación o los en las balanzas, las «aladas» sutilezas euripideas de Persuasión
cambios continuos, según nos muestrael Filóctetes de Sófocles. Ca- pierden frente al peso de los carros de Esquilo, la Muerte ylos ca-
sos como el cambio de situación de Creonte en la Antígona O la ve- dáveres (1381-1410). Es un supremorasgo de ironía el hecho de
hemente cólera mostrada por Edipo frente a Tiresias en Edipo que Dioniso elija a Esquilo sirviéndose de un verso de Eurípides a
rey ponen en escena ante la audiencia no sólo la capacidad destruc- propósito de la separación entre «lengua» y «pensamiento» (Las ra-
tiva de las disputas familiares sino también las consecuenciasde las nas, 1471; cfr. Hipólito, 612).
decisiones imprudentes, irascibles o equivocadas. Tales dramatiza- Puede parecer paradójico asociarla tragedia, que tan poderosa-
ciones de la decisión, cambios, rigidez y cosas semejantes podrían mente combina el espectáculo visual, la música y la poesía para
ser un atractivo para la experiencia que el público tenía tanto de las" ofrecérselo a una excitada y, a menudo, ruidosa multitud de miles
asambleas comodelos tribunales. El relato que Tucídides hace de de personas, con la comunicación austera y monocroma que se
cómo los atenienses cambiaron de forma de pensartras la condena suele asociar con las silenciosas cartas. Con todo,€l poderde la es-
de los mitilenos muestra lo mucho que, en la vida real, podía critura, que latetras la escena, posibilita la organización de la vista,
dependerde tales deliberaciones y cambios de actitud (Tucídi- “lavozyel oído dentro de una representación multi-media. El fre-
des 3, 36). cuente uso de las imágenessinestésicas y su explícita orquestación
de la experiencia visual y acústica en momentos del máximo dra-
matismo llama la atención sobre esta interconexión de los diferen-
Tragedia y escritura, tes sentidos.
Tanto el espacio gráfico de la escritura como el espacio teatral
Es posible que los trágicos hayan compuesto grandes porciones del drama dependen de Ja creación de un campo de actividad sim-
de sus obras dentro de su cabeza, tal como hacían los poetas orales, bólica en el que las más ínfimas señales pueden tener una gran im-
y que, luego, oralmente, las hayan hecho aprendera los actores y al portancia. Aquí, la atención se concentra sobre un campo limitado /
coro. Sin embargo, la ientalidad propia dequienes saben leer yes- y voluntariamente reducido. Esté microcosmos es el modelo de un
cribir y la producción de textos parecen ser requisitos casi indis- ámbito, mucho más amplio,fya sea el de la sociedad, ya el del uni-
pensables para la estructura de la tragedia, que no es sino la con- “verso entero. La escritura y la tragedia necesitáñ una actividad in-
“centración, siguiendo un plan previo, de una acción compleja den- .terpretativa enfócada sobre una determinada área. Ambas depen-
tro de una compleja estructura formal que se despliega en un espa- den déla habilidad para operar dentro de un sistema de convencio-
tio geométrico, convencional y simbólico,A nes para reconocer e interpretar signos y para poner losjuntos ehel
Las ranas de Aristófanes, representada en el año 405 a.C., esce- ¿orden adecuado, «eligiendo lo nuevo mediante lo viejo», según
nifica el choque entre las concepciones nuevasy viejás acerca de la “afirma Yocasta a propósito de Edipo en Edipo rey, 916 (la frase se
poesía y de la representación. Esquilo acusa a su rival más joven refiere también a la habilidad de Edipo para resolver acertijos). En
que él, Eurípides, de dar al traste con la vieja moralidad mediante griego sleer» es «reconocer», anagignóskeín, que es tambiénla pa-
sus sutilezas intelectuales, paradojas y exhibiciones de mujeres in- labra que emplea Aristóteles para el momento crucial de la trage-
morales (véase 1078-1088). El poeta más viejo, más próximo a la dia, el «reconocimiento» o anagnórisis.
cultura oral del pasado, está también más cerca de una correspon- La única fuerza de la tragedia puede deberse ta) vez a su apari-
dencía mucho más directa entre la palabray la cosa y, a la vez, más ción en ese momentode transiciónde la cultura griega en el que el
próximo al papel del poeta como portavoz de los valores de la co- poder de los mitos no está aún erosionado por la mentalidad crítica
munidad (1053-1056). El arte de Eurípides se asocia con el movi- _¿Que aparece con la escritura, el pensamiento abstracto y las filoso-
miento sofístico, con libros, ligereza aérea y con la facilidad para 7 fías éticas sistemáticas. La comedia siguió siendo una forma artísti-
retorcer argumentos que la lengua posee. Se presenta como si se- _Ca vital e innovadora ya bien entrado el siglo 1v,.en parte porque
parase el lenguaje y la rcalidad («la vida no es la vida»). El lenguaje “Menandro y sus seguidores fueron capaces de cambiar el enfoque
de Esquilo, en cambio, posee la terrosa consistencia física que la de la comedia antigua y dirigirlo sobre asuntos más privadosy do-
voz tiene en la cultura oral y sus manifestaciones proceden de los mésticos, fueron capaces de inspirarse en la emocionalidad de los
«intestinos», el «diafragma» y la «respiración» (844, 1006, 1016). argumentos de reconocimiento del último Eurípides y capaces
En la llamada «Batalla de los prólogos», en la que Jos versos se pesan también de desarrollar un estilo al tiempo coloquial y elegante.
El espectador y el oyente/245
244/Charles Segal

Una transformación de esta índole, sin embargo, no infundió nue- REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
va vida a la tragedia, al menos porlo que podemoscolegir de lo que
ha quedado de ellas. Las tragedias compuestas después del si- AbraDos, F. R:, Fiesta, comedia y tragedia, Barcelona, 1972.
glo v a.C. no parecieron dignas de ser conservadasy ninguna ha so- Connor, W. R., «Early Grcck Land Warfare as Symbolic Expression», Past
brevivido. and Present, 119, pp. 3-29, 1988.
Derienne, Marcel, Les Maítres de vérité dans la Gréce ancienne, 2, ed., Pa-
LOVCPOECOSCLLOOLLILLLILLLIILICIIT.

La tragedia del siglo v a.C. fue capaz de combinarla seriedad


rís, 1973. [Hay ed. cast.: Maestros de la verdad en la Grecia antigua, Ma-
moraly religiosa y la imaginación mítica de la épica oral con la ex- drid, 1986.]
ploración intelectual de una época de extensión de la alfabetiza- — L'invention de la mythologie, París, 1981. [Hay ed. cast.: La invención de
ción que ensayaba atrevidas conceptualizaciones en torno al hom- la mitología, Barcelona, 1985.]
bre y la naturaleza en el terreno de la ciencia, la medicina, la filoso- — y Versanr, Jean-Pierre, Les ruses de l'intelligence. La Metis des Grecs, Pa-
fía, la historia, la geografía y otros campos. -En tragedia, lo mismo rís, 1974, [Hay ed. cast.: Las artimañas de la inteligencia, Madrid, 1988.]
que en filosofía, pensamiento y visión alcanzan el reino de lo des- Epen, Kathy, Poetic and Legal Fiction in the Aristotelian Tradition, Prince-
conocido. Esquilo compara el «profundo pensamiento» con la ton, 1965.
zambullida de un buceador «en las profundidades» o intenta com- Euse, 6. F., The Origin and Early Formof Greek Tragedy, Cambridge, Mass,
prenderla mente de Zeus, que es «una visión insondable», algo que 1965.
escapa a la comprensión humana (Las suplicantes, 407ss. y 1057; GentiL1, Bruno, Lo spettacolo nel mondo antico, Roma-Bari, 1977.
— Poesia e pubblico nella Grecia antica, Roma-Bari, 1984.
véase Los siete, 593ss.; Agamenón, 160ss.).
Gorbut, Simon, Reading Greek Tragedy, Cambridge, 1986.
La maravillosa representación visual que la tragedia nos ofrece — «The Great Dionysia and Civic Ideology», Journal of Hellenic Stedies,
de los antiguos mitos parece otorgar un papel especial a las apa- 107, pp. 58-76, 1987.
riencias externas de la percepción sensorial; no obstante, explora Havenock, Eric A., Preface to Plato, Cambridge, Mass., 1963.
constantemente la separación que existe entre lo externo y lo inter- — Cultura orale e civilta della scrittura, tr. ital. del anterior, con introduc-
no, entre la palabra y el hecho, entre la apariencia yla realidad. Su ción de B. Gentili, Roma-Barj, 1973,
inmensa capacidad de poder para representar, combinando pala- — The Literate Revolution in Greece and is Consequences, Princeton,
bras, música, danza y gestos miméticos, pone de.relieve realmente 1982.
la dificultad de encontrar la verdad última y los inconvenientes, en — The Muses Learn to Write, New Haven, 1986.
HerINoTON, C, J., Poetry into Drama, Sather Classical Lectures, 49, Berkeley-
realidad los dolores, con que nos topamos en nuestro intento de
Los Angeles, 1985.
comprenderla compleja naturaleza de la conducta del hombre, los
Knox, Bernard M. W., «Silent Reading in Antiquity», en Greek, Roman and
caminos de los dioses, los términosy limites de nuestra condición Byzantine Studies 9, pp. 421-435, 1952.
mortal. — Word and Action: Essays on the Ancient Theatre, Baltimorc, 1979,
Pese a que su ambiente sea diferente, los poetas trágicos son Lonco, Oddone, Tecniche della comunicazione nella Grecia antica, Nápoles,
hermanos de espíritu de aquellos filósofos que, como Heráclito, 1931.
Demóscrito y Platón, sabian que hay en la superficie del mundo más Loraux, Nicole, Fagons tragiques de tuer une fermmne, París, 1985.
engaño que verdad y se esforzaban por comprender porqué la vida Picxarn-CAMBRIDGE, A. W., Dithyramb, Tragedy and Comedy, 23. ed. rev. por
es como es, por qué existe el sufrimiento, cómo la justicia y la ac- T. B.L. Webster, Oxford, 1962.
ción moral pueden realizarse dentro de la sociedad y qué orden su- — The Dramatic Festivals of Athens, 23. ed. rev. por J. Gould y D. M. Lewis,
Oxford, 1968. :
perior, si es que hay alguno, hace inteligible nuestra existencia*Las >
Pucci, Pietro, Hesiod and the Language of Poetry, Baltimore, 1977.
áragedias siguieron escribiéndose y representándose después del RomiLty, Jacqueline de, La craínte et l'angoisse dans le théátre d'Eschyle, Pa-
siglo v, pero la energía creativa, la preocupación ética y la explora- rís, 1958.
ción teológica que produjeron las grandes obras se encaminaban, SecaL, Charles, Tragedy and Civilization: An Interpretation of Sophocles,
yahacia la filosofía y la historia. Los espectadores de Esquilo y Só- Martin Classical Lectures, 26, Cambridge, Mass., 1981.
focles son ahora también lectores de Platón y Aristóteles. — Dionysiac Poetics and Euripides' Bacchae, Princeton, 1982.
— Pindar's Myihinmaking: The Fourih Pyihian Ode, Princeton, 1986.
— La musique du Sphinx. Puésie et structure dans la tragédie grecque, París,
1987.
9000000000000 000000000000000IOIBO
246/Charles Segal

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SvENBRO, Jesper, La parole et le marbre, Lund, 1976.
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THALMANN, W. G., «Specch and Silence in the Oresteia», en Phoenix, 39,
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VrGErrI, Mario ed., Introduzione alle culture antiche. Vol. 1. Oralitá, scrittu-
ra, spettacolo, Turin, 1983. o.
VERNANT, Jean-Pierre, Mythe el pensée chez les Greos, Paris, 1965. [Hay
ed, cast.: Mito y pensamiento en la Grecia antigua, Barcelona, 1985.]
— Les origines de la pensée grecque, 24, ed.. París, 1982.
— La mort dansles yeux, París, 1985, [Hay ed. cast.: La muerte en los ojos,
Barcelona, 1986.] Capítulo séptimo
— y Vipat-Naquer, Pierre, Mythe et tragédie en Grece ancienne, Paris, 1972 EL HOMBRE Y LAS FORMAS
[hay ed. cast.: Mito y tragedia en la Grecia antigua, Madrid, 1987].
— Mythe et tragédie, vol. 2.9, Paris, 1986. [Hay ed. cast.: Mito y tragedia en la
“DE SOCIABILIDAD:
Grecia antigua, vol. 2, Madrid, 1989.] Oswyn Murray
Wwyarr, Willian F. Jr., «Homer in Performance: /liad 1, 348-427», Classical
Journal, 83, pp. 289-297, 1987-1988.
Zerri1n, Froma 1., «Playing the Other: Theater, Theatricality, and the Femi-
nine in Greek Drama», en Representations, 11, pp. 63-94, 1985.

| Las notas, con toda intención, son breves y están dirigidas exclusiva-
mente a remitiral lector al tratamiento más autorizado o reciente de las di-
versas cuestiones. Unabibliografía detallada paracada uno de sus aspectos
se puede encontrar en Detiennc-Vernant (1979) (a cargo de Svenbro), en
Schmitt-Pantel (1987) y en Murray (1989a).

|
Atribuido a un seguidor de Eufronio probablemente el joven Eutímides:
Muchachossaltando al sonde la flauta , peliké, técnica átic, a de figuras rojas.
El hombre es un animalsocial; el hombre griego esuna criatura
de la pólisesto es lo que significa la famosa definición de Aristóte-

Finales del siglo vi


les de su hombre como «un animal de pólis por naturaleza» (Políti-
ca, 1253a). Pero la definición de Aristóteles estaba embutida den-
tro de una teoría ético-biológica en la que, parasertótalmente hu-
manósúno debía ejercitar al máximotódas las posibilidadesinhe-
rentes a.la.naturaleza humana, y en la que unajerarquía ética otor-
gaba primacía al pensamiento frente a las emociones! Porlo tanto,
su percepción de la pólis como la forma de organización social en
la que las posibilidades del hombre podian desarrollarse de mane-
ra más completa, hizo que las pretensionesde la religión, lafamilia
yel reino de lo emocional a ocupar un lugar dentro del orden supe-,,
rior de la política quedaran en un segundo plano.
La historia del estudio de la organizaciónsocial griega ha sido la
de una lucha más o menos consciente para huir de esta concepción
aristotélica de la sociedad griega y encontrar una imagen que haga
menoshincapié en el fenómeno único dela pólis e intente «despo-
litizar» al hombre griego, es decir, ver las formas griegas de organi-
zación social como emparentadas con las que solemos encontrar
en otras sociedades primitivas. En muy pocas palabras, ésta viene a
ser la historia del estudio de la ciudad griega desde Fustel de Cou-
langes (1864) hasta hoy día?.
La relación entre el hombrey la sociedad es dinámica en todas
las sociedades: cada época concreta del hombre tiene un pasado y

2 Fustel de Coulanges (1864).

249
OILILLICIO.0000
250/Oswyn Murray
El hombre y las formas de sociabilidad/251
un futuro:
O; y No exis
i te un hombre grii ego sin
bres
esgrieos E como Jacob
o una sucesión de hom:- que lá redistribución de este excedente, mediante banquetes o fies-
Burckharat los retrató en
distin u el cuarto vo- tas religiosas, cree con su usoritualizado un patrón de trato social
Griechische Kulurgeschichtes. Siguiendo
s Eré cuatro tipos ideales, » su ejemplo que impregne las otras relaciones dentro de la sociedad. En par-
o cuatro ñ edades del hom
80: «hombre heroico», «l 1 ticular, algunos productos relativamente escasos se transforman en
, «hombre agonal», «hombr
«hombre cosmopolit.
lie icon
íti y símbolos privilegiados de posición social; el banquete se ritualiza-
: a». Por supuesto ste que que tales
talese ion
distinci
e as poco precisas carecen distinciones crono-.Y entonces y sirve para definir.la comunidad como un todo o una cla-
de validez absoluta; pero son
a osoa di necesa se dentro de ésta. En Grecia, los productos más importantes son la _
Piano algún tipo de análisis :
. .

Lp diacrónico pode-- carne y el vino, que se reservan para ocasiones especiales y se con-
er tas
: relaciones Sssincróni cas que
oor rato social. . Trazar dan origen
¡ a las sumen.en rituales especiales también.
trato z desarro]
7 rollos a lo largo
sl a toria cultural dando go de desigl
siglos es fal-
: La carne es un alimento sagrado, reservado a los dioses y a una
primacía a la causalidad por enci- época más antigua de héroes; como es normal en un producto que
pa : aqunción, e Insistir en
las continuidades es igno rar los se encuentra en las colinas y montañas de Grecia aunque no es
10s fundamentales
! cam- *
que tie nen lugar tras la par
de las instituciones. j abundante, se consume sobre todo en celebraciones religiosas y
pantalla del enaeje y está vinculada al sacrificio de la ofrenda que se quema; los dioses
reciben el aromade las entrañas, mientras que los humanos disfru-
Formas de trato social y com tan del banquete en común de las partes comestibles del animal,
ensaliar
recién sacrificado y cocido para que, así, esté más tierno. Estasce-

LOPOCOVOLILILILILALLILLI
a El fenóeno que supone el lébraciones son bastante corrientes; se estructuran de acuerdo con
trato social puede ser tenido un complejo calendario de fiestas y sirven para expresar el sentido
pa des e Iversas perspectivas; en
pero tal vez sea útil presentar- de comunidad: que anima.al grupo de fieles en una experiencia
mer Sa relación
con la economía. Trásta fachada
A
delas nas
a 5:sociales
: laten relácion
compartida de placer-y de festividad, que incluye tanto a dioses
r es económicas
ómi expresadas
expresad:
r
ibución desigual por r como a hombres. El culto a los dioses es ocasión para el disírute y
de bienes. Unanálisis marxista
considerará la liberación de todo trabajoque, como es de esperar, incluye a la
comunidad por entero o bien a un subgrupo natural incluido a su
vez en ella (por ejemplo, los adolescentes o las mujeres) y, a veces,
incluso abre sus puertas al forastero y al esclavo.
El alcohol es, en gran medida, una droga social, cuyo uso ritual
Cia de activi
ivi dades
e socii ales como el don, la
:tiene que ver bien con la cohesión de un grupo cerrado, bien con la
fiesta, el consumo hecho liberación catártica de las tensiones sociales en un carnaval de per- |
misividad. El poderdel vinoyla necesidad de un control social de-
$u 150están claramente señalados en la cultura griega. Los bárba-
ros se permiten beber de forma desordenada (y excesiva); el griego,
en cambio, se distingue por su consumo ritualizado del vino, mez-
las que estructuran la socied clado con agua y bebido en un contexto especificamente social.
ad.,
dDa la prii macia Í de la tier
Porrazonesde las que se hablará más adelante, el Viño'v aser
lerr.ra y sus productos en la
Ñ ajese excedente agrícola historia pri- ¿án mecanismo para la creación de pequeños gruposespecializados
el que con mayor frecuenci
para construir la sociedad y su cor a se usa «en una función que se relaciona con la guerra, la política o el pla”
respondiente cultura. Es pic " cer: El empleo del vino como un mecanismo de liberación es me-
; ó
“nos obvio, pero, Ciertamente, se da en diversos rituales que tienen.
3 Jacob Burcokhardt (1898-1902 );
9 (volumen 4) siguen siendo
- á
J; los párra fos ertin es í6
que ver con Dioniso. Las mujeres, excluidas del uso social del vino
la mejor exposición mal ao y. portanto, caracterizadas como inclinadas a beber secreta y de-
gricgos (fiestas y formas de come ci
soci al entón
re los
nsalí 2) que yo conozco.
véase también Von der MihIHl Para el simposio sordenadamente, adoran a Dioniso en ritos en los que todas las re-
a va (1957).
.
Véase, por ejemplo, Engels
(1891); Veblen (1899); Sah
lins (1972) 5 Detienne-Vernant (1979).
IIO
252/Oswyn Murray El hombre y las formas de sociabilidad/253
LOVOOCOLILILLILILOLLILLIOILIILLIICII

glas quedan sin valor: la víctima sacrificial es despedazada en vez El hombre heroico
de ser sacrificada con un cuchillo, luego se la come cruda en vez de
asarla o cocerla y, finalmente, el vino se bebe sin mezcla y desorde- El mundo que los poemas homéricos dibujan se estructura en
nadamente. Nohay aquí, sin embargo, expresión de un trato social les de la
torno a ritos de comensalía. Las características esencia
sino, más bien, laliberación de aquellas tensiones creadas por lós ¿asa de un basileús heroico 30n el mégaron o sala de banquetes y el
ser
propios ritos que acompañan al trato social. . " almacén, donde se guarda el excedente de esta sociedad para
La importancia de la comensalía y de los ritás en torno alali- empleado en banquetes o en el ofrecimiento de regalos a huéspe-
-
mento y la bebida en la cultura griega se refleja en los testimonios des de la misma clase. Odiseo, disfrazado de mendigo, cree recono
con que contamos para su estudio. Desde Homero en adelante la cersu propia casa basándose en el empleo que de ella se hace para
poesía griega se mantiene en el ámbito del banquete y especial- la actividad de la comensalía: «Me parece que muchos hombres se
mente en su desarrollo arcaico, el sympósion: tanto en lo que toca a están banqueteando dentro, pues se levanta un olor a grasa y resue-
su acompañamiento musical, como a su metro y ásunto a tratar,la na la lira, a la que los dioses han hecho compañera del banquete.»
su cla->
poesía griega primitiva debe ser considerada en relación con su la (Odisea, 17. 269-71)*. El basileús agasaja a los miembrosde
gar de representación, ya sea la fiesta religiosa (debemos incluir quiere esto decir, en un mundo de
se «con banquetesprestigiosos»;
aquí la lírica coral, que era danzada y cantada por gruposde jóve- re autorid ad y prestigi o. El grupo
"honor competitivo, que así adquie
nes de ambossexos), ya sea el grupo aristocrático:de bebedores (la distinguido de esta manera es un grupo de guerreros, cuya posi-
te la
elegía yla lírica monódica). El'arte de la cerámica griega y de la dión social se expresa, y cuya cohesión se mantiene, median
pintura de vasos iba dirigido, en primer lugar, a las necesidades de actividad de celebrar banquetes. En un sentido sigue siendo un rito
y for-
tales grupos; formas y decoración reflejan los mismos intereses so- social, que tiene que ver con los procesos de autodefinición
ciales que la poesía arcaica.La regulación de la comensalía pública una élite aristoc rática; pero esta éli-
mación de grupospor parte de
y privada en los periodosarcaico y clásico, mediante series de re- guerrer os cuya funció n es proteg er la so-
te es también una clase de
glas y privilegios escritos en forma de leyes o decretos, revela cuán ciedad.
importante era la comensalía dentro de las actividades de tales aso- Tal como ocurre con los símiles de Homero, las mentiras de
claciones. Posteriormente, el desarrolló de unaliteratura filosófica Odiseotal vez sean mucho más verdaderasque la narración ficticia
de la comensalía en el mundo clásico y postelásico creó una visión en la que están incrustadas, ya que (como si se tratase de un segun-
pro-
idealizada de una institución social, tal vez ya no tan central como do nivel en la ficción) van dirigidas a recordar al público sus
había sido en otro tiempo, pero que aún conservaba el carácter de plas experiencias vitales. La interacción entre banquetes y activi-
característica de la cultura griega con tanto vigor como para atraer dad militar, tanto pública como privada, está ilustrada a la perfec-
la atenciónde los escritores anticuarios de los periodos helenístico hijo ile-
ción por el relato que Odiseo lleva a cabo de su vida como
a,
y romano. El banquete de los sofistas de Ateneo, una enciclopedia gítimo de un noble cretense, que fue despojado de su herenci
de la comensalía griega de finales del siglo n d.C., refleja su argu- pero que, mediante su arrojo, consiguió un puesto entre los aristó-
mento estructurándose como si fuera una conversación en un cratas como guerrero profesional: acabó haciéndose rico con las
deipnon, en el que el contenido se ordena de acuerdo con las actívi- ganancias de las expediciones a ultramar. Se trata aquí de aventu-
dades de los imaginarios participantesS. ras privadas; pero, cuando la Guerra de Troya tuvo lugar, fue el
pueblo quien le aclamó como su líder, «no había medio de negarse,
nos lo impedían las duras habladurías del pueblo». Despuésde la
guerra volvió a sus empresas privadas: «Equipé nueve naves y en
seguida se congregó la dotación. Durante seis días comieron en
mi casa mis leales compañeros; les ofrecí numerosas víctimas
para que las sacrificaran en honor de los dioses y prepararan co-
mida para si» antes de que zarparan hacia Egipto (Odisea, 14,
199-258).
ción$ aParala historia
Murray del estudio de la comensalia a griega
(19890). griega véase
vé miiiintroduc-
* La traducción es de J. L. Calvo Martínez (Madrid, 1976).
ad/255
El hombre y las formas de saciahilid
254/Oswyu Murray

etos, a menudo
Entalesrelatos, se presentan dos tipos de aventuras: en primer se les da muerte como ofrenda hecha a dioses concr
festivo o alguna cclebra-
lugar, las <correrías privadas de una élite de guerreros, compuesta en alguna ocasión especial, como un culto
asada en asadoresy la co-
de líderes aristocráticos y «compañeros» de la misma clase, cuyos ción de importancia familiar. La carne es
la que los varones partici-
lazos de lealtad se forjan en la actividad del banquete en común y mida se celebra en unasala (mégaron) en
muros, con mesitas ante
competitivo; de otro lado, el derecho del «pueblo» a invitar a esta pantes se alinean sentados a lo largo de los
; a veces , se hace mención de
clase de guerreros a que asuma el liderazgo en una guerra más se- ellos, una para cada dos comensales
en gener alfse subraya la igual-
ria. La expedición contra Troya es un ejemplo de expedición públi- porciones o sitios de honor, pero,
otro. Él Coñvi dado que no ha sido
ca, con banquetes ofrecidos a los participantes a expensas públicas dad tanto en un aspecto como en
a arist ocrac ia o un mendi go, recibe
y con multas también públicas para aquellos que rehúsen ir. Deñ- invitado, sea un compañero del
y se sirve del kratér o
trode la comunidad, la posición se determina por el alimento; en “también su parte. El vino se mezcla'con agua
,
el famoso discurso que Sarpedón dirige a Glauco, afirma aquél que “cratera.
humana, expresada
dos campeones, honrados «con asientos de honor [...] y más copas Nos ofrece el poeta una imagen de felicidad a a sí
de este ritual se coloc
en Licia» y un témenos, tienen la obligaciónde luchar por su comu- en unritual de trato social; en el centro
to másdelicioso que
nidad; si así lo hacen, dirá el pueblo: «A fe que no sin gloria son cau- mismo: «No creo yo que haya un cumplimien
o y los convidados es-
dillos en Licia nuestros reyes, y comen pingúe ganado y beben se- cuando el bienestar perdura en todoel puebl
en orden, y junto a
lecto vino, dulce como miel. También su fuerza es valiosa, porque cuchan lo largo del palacio al aedo sentados
escanciador trae y lle-
luchan entre los primeros licios.» (Híada, 12, 310-329). ellos hay mesas cargadas de pan y carne y un
lo escancia en las copas.
La liada tiene como motivo principal la cólera de Aquiles, que va vino que ha sacado de las crateras y
5-10). Es una imagen que
se expresa mediante su abandono y su negativa a participar en los Esto me parece lo más bello» (Odisea, 9,
banquete e imagen ex-
ritos de comensalía; la Odisea contrapone dos modelos de comen- pretendeser, al mismo tiempo, imagen del
, el bardo homérico es, él
salia, uno el del mundo ideal de los feacios, y otro el de los preten- presada dentro del banquete; en efecto
dentro de la narración, lle-
dientes, en Itaca, donde el colapso de los valores sociales se expre- mismo, el cantor con sulira que, desde
trar cierta dificultad
sa por medio de la infracción de aquellas normas de comensalía va a cabo la propia narración. Podemos encon
épica dentr o del banquete,
que implican reciprocidad y competición: «salid de mi palacio y ante la noción de ejecución poética poesía
que creamos que su
preparaos otros banquetes comiendo vuestras posesiones e invi- pero está claro que Homero pretende
tándoos en vuestras casas reciprocamente», dice Telémaco a los es el acompañamiento de la euphrosjne.
na del banquete enla
pretendientes (2, 13955.). De hecho, la falta de los pretendientes ra- Si la Híada expresa la función social exter
la Odíse a es una épica interna,
dica en que usurpan las prerrogativas de una clase de guerreros en organización de la actividad militar,
para la fiesta . Cada episodio
ausencia del jefe. construida como un entretenimiento la comensa-
con la experiencia de
, La compleja relación de este retrato poético con cualquier rea- de losviajes de Telémaco se sella
de) el banquete. La narración
lidad histórica no nos interesa. L0spoemashoriéricos presentan» lía: toda acción lleva hacia (o lejos ción en
nta como una actua
una imagen de una sociedad del pasado que, a la vez, establece una central de los viajes de Odisco se prese
s opues tas de comensalía, como las
imagen mental «contemporánea» e influye sobre el futuro desarro- el banquete, que incluye forma
los Cíclopes, Circe y el otro
Mo de la comensalía griega. Es verdad, sin embargo, que esta ima- que se dan entre los comedores deloto,
del porquerizo se opone al
gen, muy probablemente, cs parcial, ya que ignora los tipos de tra- mundo. En Itaca, el modesto banquete
que despojan la casa del héroe
to social que el pueblo practicaba, en especial en relación con la perversofestín de los pretendientes,
esta épica de comensalía es
¿fiesta religiosa. ausente. El núcleo de la acción final en
a la mesa, mientras se
Sin embargo, las características de esta imagen mental son im- destrucción de los pretendientes sentados
canta en el banquete, evoca
portantes para el desarrollo del trato social griego. El'deípnon o dedican a banquetear. Cuando el poeta
los propios oyentes que-
dáís és precedido por un sacrificio en el que a las víctimas animales el horror imaginado de otro banquete, y
que se llena de la oscuri-
dan implicados en la acción; es su sala la
sangre cuando estallan los
* La traducción es de E. Crespo Giiemes (Madrid, 1991). dad de la noche y su comida la que gotea
las vigas del techo se Menan
7 Sobre el banquete homérico y su funciónsocial véase Finsler (1906) gemidosy los lamentos, y los muros y
).
Jcanmaire (1939), cap. 1, y Murray (1983). : con salpicaduras de sangre (Odisea, 20, 34555.
A

COLOLOOILOLIILILLICIOIIOILLLILIIIIIIA

256/Oswyn Murray . El hombre y las formas de sociabilidad/257

La Odisea crea desde su propio lugarde ejecución una estructu- griega porque condiciona la organización misma del grupo ciertas
ra narrativa, implicando a su público en la propia acción de la épi- restricciones. Los participantes, recostados, uno o dosen cada lecho
ca: se trata de una ejecución poética destinada al banquete, que ex- a lo largo de las paredes de la sala, establecían una disposición del
trae su narración del banquete; así, el público participa dentro de «espacio simposiaco» que determinaba el tamaño del grupo”. ¿El
la propia narración: tanto el poeta como el público son parte de un mégaron"setranistormó+en-el andrón, una habitaciónespecífica,
acontecimiento doble, narrado y objeto de experiencia a la vez. El mente diseñadapara contener un número determinado-de lechos,wr
papel de esta poesía dentro del mundo de la comensalía es expre- “amenudo con la puerta desplazada hacia laizquierda de la habitación
sar, de cara a los participantes, el significado del ritual social en para, así, dejar espacio a las diferencias entre el largo de los lechos
que se hallan implicados. y su pie; y mucho más importante, el tamaño del grupo está limita-
Deesta manera, elbanquéte heroico presenta ya la mayorparte, do por la facilidad con que se pueda ir de unlado a otro del salón:
delos rasgos básicos que distinguen los ritos griegosde comensa- las dimensiones normales permiten que haya siete,once o quince le-
lía posteriores. Pórzuh lado, está conectado “externamentecon la chos; el grupo, por lo tanto, esan grupo restringido de entre catorss
función social de la guerra; por_otro,'su finalidad intrínseca es el ce ytreinta participantes vaForié -
Placer (euphrosine). En la poesía heroica posee.una forma de dis- —Estádisposición del espacio puéde serrastreada de manera más clara
curso adaptada a la ejecución dentro de un contexto de comensalía en el desarrollo de la arquitectura pública y religiosa del periodo
y capaz de autorreflexión acerca de las actividades que tienen lugar clásico y a través de su empleo en la arquitectura de las tumbas
en el propio banquete. Todavía, sin embargo, la imagen que se nos etruscas, donde es uno de los más claros indicadores arqueológi-
presenta está sólo parcialmente relacionada con las necesidades cos de la existencia de influencias griegas sobre las costumbres de
de la comunidad, y muchas de las características específicas de los comensalía en otras culturas antiguas. Pero su mayor interés radi-
rituales griegos posteriores de socialización se encuentran au- ca, ciertamente, en que son parte de un desarrollo más amplio que
sentes. lleva a la formación de pequeños gruposy a la elaboración deritua-
les especializados.
Uno de estosrituales tiene que ver con la separación del alimen-
El hombre arcaico,
Pili, to y la bebida. comensalia griega de la época histórica tiéne dos
a
¿Partes;laprimera es el deipnon, enel quese consumen alimeñtosy
bebidas, la segunda y posterior es el sympósion; eriel'que:loque,
terísticas distintivas de la Comensalía griega en la épo- prima esla ingestión de vino, con acompañamiento de pasteles li-
cahistórica;-se trata de lápráctica de recostarse, en vez deestar geros.,Prácticamente no hay discusión en lo que toca al deípnon
sentados, y de la separación entre celebrar un banquete y beber.. antes del periodohelenístico: parece haber sido algo sin complica-
Losdosrasgosfórman parte de desarrollos más amplios dentro de ción y haber carecido de ritualización fuera dela esfera de los ta-
+

la comensalía griega de la época arcaica. búes especificos de ciertas celebraciones religiosas. La eláabora-
“El que los comensáles estén recostados como parte de un con- cióndel desarrollo y del ritual social pertenece.al sympósion.
junto de costumbressociales está atestiguado pór vez primera en *”Entornoal sympósion se desarrolló un complejo mobiliario. El
Samaria, porel profeta Amós, en el siglo vur a.C. (Amós, 6, 3-7); y andrón podía estar provisto de mueblesfijos, algo para cubrir el
puede muy bien ser una costumbre adoptada por los griegos a par- suelo, y desagúes; la klíne y las mesitas laterales, con frecuencia, es-
tir de sus contactos con la cultura fenicia. El más antiguo testimo- taban hechas con mucho arte y decoradas con incrustaciones; ha-
nio explícito de que los comensales se reclinaban no lo tenemos en bía cojines de elaborada factura y también ropa para taparse. Una
Grecia hasta finales del siglo vny lo vemosen el arte corintio y en la elevada proporción de los tipos de cerámica de calidad de los pe-
poesía de Alcmán; pero la práctica se puede retrotraer más de un riodos arcaico y clásico primitivo son, en concreto, tipos destina-
siglo antes3, Representa un cambio fundamental en la comensalía dos al sympósion. Por ejemplo, la cratera para mezclar agua y vino,

pero daré argumentos en apoyo de una fechaen el siglo vm en un artículo,


$ Véase Dentzer (1971) sobre los orígenes; aboga este autor por una fe- en preparación, sobre la Copa de Néstor.
cha dentro del siglo vn para la introducción de la costumbre en Grecia, 9 Para el concepto de espacio simposiaco véase Bergquist (1989).
258/Oswyn Murray El hombre y las formas de sociabilidad/259

la psictera (psyktér) para enfriar la mezcla, los coladores y jarros una clase de poetas profesionales, Mimnermo y Anacreonte entre
para distribuirla y una inmensa variedad de tazas para la bebida en otros, que suministraron un nivel de dicción poética más sofistica-
sí, cada una con sus diferentes nombresy funciones especializadas. do y sutil sirviéndose de la misma técnica, pero dotando al poema
Las imágenes de estos vasos nos ofrecen un comentario visual acer- personal de referencias genéricas!!.
ca de las percepciones y actividades de la clase social que tomaba Lco5 temasde esta poesía reflejanlos intereses del grupo social y
parte en el simposio. Escenas heroicas, escenas de guerra y escenas de Su estilo de vida aristocrático. De acuerdo con el testimonio vi-
tomadasdel repertorio poético son comunes, como también lo son sual de la cerámica, los comensalesse interesan porlas hazañas he-
escenas de la vida aristocrática que nos muestran deportes, caza, , Foicas, la guerray el amor homosexual. Son comunes los himnos a
hípica y cortejo homosexual. Frente a esto, escenas de trabajo o las - dioses concretos apropiados para el simposio, lo mismo en serio
actividades de las mujeres de los ciudadanos son raras, como lo son que paródicos, pero, con todo, no hay apenas referencias al ritual
también las escenasde ritos religiosos. Se da un énfasis particular, religioso existente; la familia y las mujeres libres de la ciudad están
por supuesto, a las representacionesdivinas, heroicas y contempo- ausentes; la expresión del deseo sexual es franca yestá dirigida ha-
ráneas de la actividad simposíaca: la imaginería refleja casi toda la cia las esclavas y el personal encargado de entretenera los asisten-
gama de actividades asociadas con el simposio, desde la más deco- tes. La polémica política y las instigaciones a la acción política se
rosa:hasta escenas de abierta sexualidad y excesos propios de bo- extienden desde la defensa de la nave del estado hasta las invitacio»
rrachos. Este comentario metasimposíaco sobreel simposio refleja nes a la guerra civil.
'a través de la imaginería la autoabsorción que se encuentra tam- Témas como éstos se basan en la creación de un grupo ético, un
bién en la poesía simposíaca; la iconografía que desarrolló es, cier- mundo en el que los participantes se encuentran unidos por la leal
tamente, compleja y sofisticada '0. tad (pístis) y los valores comunes. La actividad es consciente de sí
La poesía, cantada con acompañamiento musical, fue un ele- misma y aparece un vocabulario de compañerismo en el beber,
mento clave en el simposio. Se desarrollaron dos tipos principales simbolizado por la mistna palabra sym-pósion. Este lenguaje en-
que corresponden más o menosa los dos tipos de acompañamien- cuentra su más rica expresión en la poesía de Alceo, compuesta
to musical. La flauta doble (aulós), fue el instrumento propio del para su ejecución en las reuniones de grupos de compañeros(he-
campode batalla y también de la poesía elegíaca en particular; en- taíroi), entre la aristocracia de Mitilene, en torno al 600 a.C.-El ara-
tre los instrumentos de cuerda, la kithára homérica cedió su lugar biente es aún «homérico» en muchos aspectos, la gran casa res-
al bárbitos, de sonido más profundo: según la tradición este instru- plandece con las armaduras de bronce; pero «un 'nuevó estilo de
mento fue inventado por Terpandroy es el favorito para el canto de euphrosfne se deja ver cn el énfasis que se pone en el «vino, las mu-
la poesía lírica; además, es la divisa de todo poeta simposíaco pro- jeres y la canción», (unidos aquí porvez primera). LePftinción del:
fesional como, por ejemplo, Anacreonte. Lasformas poéticas refle- grupono es yala de una guerra externa en un entorno estable, sino
jaban la competición espontánea y la creación que se esperaba de la de una unidad parala acción, dentro dela pólis; e defensa de los
poetas aficionados: el distico elegíaco es especialmente apropiado "privilegiosde “clase: lá guerra en perspectiva es una guerra civil, la
para la ronda, es decir, un tema que es recogido y desarrollado por invitación va dirigida a la unidad interna de un grupo que actúa
cada participante sucesivamente; el skólion es un desarrollo más contra el tirano. Alceo no intenta persuadir a un público más am-
cuidado. Los poemaslíricos breves con repetición de versos, canta- plio, su llamadase dirige a los que ya están dentrodel grupo, a los
dos siguiendo una melodía sencilla, sugieren una manera similar que comparten:sus valores y sus fines. Una actividad así es caracte-
de actuación. Los poetas líricos más antiguos, como Arquiloco, Al- rística de la historia primitiva de la pólis y demuestra, dentro de la
ceo y Safo, compusieron y cantaron sus propios poemasen un pri- esfera aristocrática, la completa fusión del trato social conlas for-
mer momento; y la elegía parece que, por lo general, permancció masde acción política; el liderazgo de la comunidad pertenece por
dentro de la esfera de los aficionados. Portales razones, la emoción derecho propio a Alceo y a sus aristocráticos compañeros, pero les
personal, la experiencia personal discutida in propria persona y la ha sido arrebatado: debe ser recobrado por medio de la guerra civil
exhortación directa al público son comunes: el poeta, a menudo, e, incluso, con la ayuda del dinero de los bárbaros, Una fusión tán
emplea la primera o segunda persona. En el siglo vi se desarrolló íntima de comensalía y política se cifra en la concepción aristocrá-

to Lissarrague (1987). 11 Rejtzenstein (1893); Gentili (1984).


ICICIIAO
260/Oswyn Murray El hombre y las formas de sociabilidad/261

-tica del simposio como una organización exclusiva dedicada a el que se creó en Esparta en el periodo arcaico, aproximadamente
mantener el dominio de una clase social sobre el mundo más am- en la misma época en que se adoptaron las nuevas tácticas hoplitas
plio de la pólisi?.- : de una formación militar en masa. La comensalía espartana puede
A lo largode los siglos vir y vI, este mundo aristocrático se vio haber derivado de prácticas dorias, como las que encontramos en
amenazado, al quedar marginado por nuevos desarrollos políticos, Creta; pero fueron radicalmente transformadas en las instituciones
DOCLOIOLOOLILLLILICIOIILILIILCIC

económicos y militares. La comensalía arcaica respondió a la deca- sociales y militares de Licurgo. Tras pasar por el rigurososistema
"dencia de la aristocracia y a la creciente importancia de la pólis de de clases según su edad llamado agógé, el joven ciudadano adulto
dos maneras, haciendo hincapié en los dos aspectos opuestos de la cra elegido para formar parte de un syssítion, un grupo de guerre-
comensalía griega. : ros que se ocupaba básicamente de la práctica del diario banquete
La"comensalía militar de tipo homérico pudo combinarse con en común enel phidition; a cada miembrose le pedía que aportara
las instituciones comunales masculinas como las que se encuen- una cantidad determinada de alimento y vino procedente de sus
tran en la sociedad tradicional de Creta, donde la continuidad y tierras; en caso de no poder hacerlo, esto suponía la pérdida de su
“adaptación resultan especialmente claras. Aquíla comunidad mas- condición de miembroy, porlo tanto, la pérdida de todos sus dere
culina se organizó en grupos, con una «cabaña.de hombres» (an- chos de ciudadano. La relación entre comensalía y organización
dreión) para la comida en común: el alimento era proporcionado militar es descrita por Heródoto: Licurgo creó las leyes de Esparta,
por lá ciudad, tomándolo ésta de la tierra común, así como me- «posteriormente [...] instituyó los reglamentos militares (las eno-
diante contribuciones individuales. La continuidad de tales cos- motfías, triécadas y syssitias) y, además, los éforos y los gérontes»
tumbresse ve ilustrada por el hecho de que Y (Heródoto, 1, 65). Con estas agrupaciones, que tenían como base
sentadosen vezderecostadossemantuvo?su importancia parala las quincenasy las treintenas de hombres, luchó el ejército esparta-
definición de la comunidad viene dada por la cuidadosa separación no a lo largo de la época arcaica y clásica.
que se hace de los visitantes en una «mesa de forasteros» especial, Estos númerosreflejan la organización arcaica del espacio sim-
dedicada a Zeus Xenios. Tras la comida, se discutían asuntos públi- posíaco, basado en siete o quince lechos: el testimonio literario ex-
cos, «se narraban hazañas de guerra y se alababa a los valientes plicito más primitivo del simposio, el que encontramos en Alemán,
para que fuesen un ejemplo de valor para los jóvenes». La pederas: se refiere al contexto espartano y atestigua la disposión de aquél,
tia fue ritualizada comounrito de iniciación y el amantele regala- que contaba con siete lechos. La comida espartana sigue la división
ba al amado tres regalos propios de la edad viril: un manto, un buey griega clásica en dos partes, llamadas aquí aíklon y epaíklon. Am-
y una copa para beber, todo lo cual era un símbolo de su admisión bas incluyen contribuciones obligatorias y son, por lo tanto, ele-
dentro de la comunidad adulta!3, mentosoriginales en el ritual. En el sistema de valores espartano,
Probablemente, la función social más antigua de la poesía ele- sin embargo, el aíklon era portador de una serie de referencias sim-
gíaca fue la de reforzar los valores del guerrero mediante la exhor- bólicas a su continuidad en relación con formas más primitivas, y
tación, en vez de hacerlo a través del procedimiento indirecto de la también de pretensiones a la igualdad y a una austeridad inaltera-
descripción, empleado en la poesía heroica; ya este cambio de- ble: los componentes de la comida estaban fijados y consistían en
muestra una tensión y un intento de reforzarlos valores tradiciona- pasteles de cebada, cerdo cocido y el famoso caldo negro esparta-
les y la conducta que es característica de una sociedad en transi- no. Frente a esto, el epaíklon presentaba una serie de diferencias en
ción: «¿Hasta cuando permaneceréis sin obrar? ¿Cuándo, oh jóve- lo que toca a riqueza, posición y habilidad, mediante una gama de
nes, llegaréis a tener un corazón valeroso? ¿No tenéis vergúenza de contribuciones posibles; por tanto, acabó produciendo una forma
vuestros vecinos poresa falta de ánimo?»*, dice Calino de Efeso. La de simposio más elaborada que la normal, que hacía uso de una se-
elegía de guerra recrea la imagen heroica para un grupo militar rie de alimentos adicionales, en especial carne no procedente de
más amplio, ahora al servicio de la pólis, los sacrificios sino de la caza. A pesar de los intentos atenienses del
El mejor ejemplo de esta «institucionalización» del banquete es siglo 1v porsugerir una abstinencia espartana o, al menos, una mo-
deración en la bebida, está claro que el vino desempeñó un papel
12 Róosler (1980). importante en el ritual!'s,
13 Ateneo 4, 143; 11, 782; Jeanmaire (1939), cap. 6.
* La traducción es de F. Rodríguez Adrados (Madrid, 1956). 14 Ateneo 4, 138-142; Bielschowsky (1869); Nilsson (1912).
262/Oswyn Murray El hombrey las furmas de sociabilidad/263

Esteimodel icomensalialestá echamentesasociad dádonoinvitadoquese.


púlishoplitacomouna-scofradía-deguerreros» (Max tenteses"corriente-endalitoratura imposia
Weber): se diferencia delmodelo homérico en que hace universal conocen desde el periodo arcaico; el másfam .
una prerrogativa aristocrática; del modelo dorio, en que aísla y fa- que consistía en arrojar las últimas gotas
«de vino de la copa a un
vorece la función militar. No es sorprendente, portanto, que el blanco; se decía que había sido inventado en Sicilia. El brindis de
poeta espartano Tirteo fuese a la vez uno de los másfieles imitado- los compañeros que participaban fue también un rasgo común al
res de Homeroy el perfeccionador de un nuevo género de elegía que se debe la existencia en muchas copas de una inscripción con
militar?5, el nombre de un hombreyel adjetivo kalós. La próposis, o reto que
(Eldesarrollo'opuestodela comen lía griega one elénfasisgo- entrañaba una competición, fue un rasgo que, corriendo el tiempo,
bresuaspectóimiernodeencarnación: elprincipio delplacerPor mereció la opinión desfavorable de los moralistas, que contrapu-
táMto podria servir.comovehículoque-Uñaaristocracie sieron la indulgencia ateniense a propósito de tales estímulos para
ginadaserretirasetatun mundo deleuphrosinélespeciallyph beberlargo y tendido, con su ausencia en Esparta. El elemento
Los simbolos de una clase privilegiada y acomodada incrementa- competitivo es característico de tales actividades en la época del
ron su importancía en el periodo arcaico; cuando la guerra y el hombre agonal.
control político dejaron de ser un derecho propio de los miembros Escrelareadelascxualidaddonde tacomensallagriegacrestil-
de esa clase, el deporte y el simposio fueron elaborados de forma taimáschocante. Por supuesto, la homosexualidad fue natural en el
que sustituyesen a aquéllos. Esto se ve muy bien, sobre todo, enel mundo masculino del grupo de guerrerosy, a menudo, fue institu-
mundo colonial del oeste griego, donde una nueva aristocracia de cionalizada como parte de los ritos de iniciación que estaba previs-
colonos primitivos se esforzó por definirse a sí mismosen el trans- to que el joven adulto soportase. Hay una elevada dosis de idealiza-
cursodel siglo vn: las costumbres simposíacas tuvieron allí una im- ción y de sublimación en cl vínculo creado enlos rituales de corte-
portancia especial y fueron sucesivamente aceptadas por las na- jo entre el joven erastés y el adolescente erómenos, que (como ocu-
cientes noblezas italiana y etrusca como los simbolos necesarios de rría en los ritos cretenses) podía conseguir su acceso oficial al *
la vida aristocrática!*. mundo adulto de la comensalía mediante este episodio amoroso.
El placer provenía en especial de la elaboración de los rituales, Hasta que no alcanzabanla plena condición militar adulta no se les
el desarrollo del lujo y del confort, la sofisticación creciente en los permitía a los chicos recostarse en el simposio, sino que debían-
entretenimientos, poéticos y de otro tipo, y la liberación de la se- permanecer sentados junto a su padre o su amante. La expresión
xualidad de sus restricciones sociales, Por otro lado, el consumo de del amor homosexual dentro del contexto simposiaco resulta así,
alimentos y vino no parece haber sido alterado: frente al mundo muy a menudo, idealizada y tiene que ver más con la búsqueda o la
del Imperio persa, las formas griegas de comensalia permanecie- competición que conla conquista; permanece dentro del marco de
ron simples, la tryphé se expresó por medio de la elegancia y el refi- una «educación sentimental» y está directamente conectada con
namiento y no mediante el exotismo de los manjares o un consumo otras áreas de la vida del joven adulto tales como el mundo del de-
excesivo de éstos. El ritual simposiaco y la poesia hansido ya discu- porte. Enla terminología de Michel Foucault, está «problematiza-
tidos de una manera general; nos queda ahorala cuestión de los en- da», obligada a estaral servicio de las necesidades más amplias de
tretenimientos que nada tenían que ver con la poesía. la comunidad'3.
Tasartesdirigidasa-entretener Elclementodesexial ibre-deriva:dela-presenciarerel sim-
textosiniposiaco. essimpleg
-9.eincluían:ani-
e poñio arcaicodeservido sclavos y animadores. El mito de Zeus
madores profesionales como mueres flautistas, bailarinas, acróba- y Ganimedes expresa la relación tradicional entre los participan-
tas, artistas de mimo y comediantes; en la época clásica había em- tes, varones todos, y el muchacho que permanece junto a la cratera
presarios con equipos de animadores, y un adiestramiento en las y escancia el vino. Por supuesto, la presencia de dos tipos distintos
artes simposíiacas estaba al alcance de cualquier esclavo joven y de amor homosexual, en relación con el muchacho libre y con el
atractivo deuno u otro sexo. JAfigúradelbutóno-ákleroz;clicon esclavo, complica nuestra percepción del fenómeno; las caracte-

15 Bowie dos. 17 Ribbeck (1883); Fehr (1989); Pellízer (1989).


15 Ampolo (1970-1971); D'Agostino (1977). 18 Foucault (1984).
IIIIIIIIIIIIIIIA

264/Oswyn Murray
El hombre y las formas de sociabilidad/265

rísticas de la sexualidad dirigida hacía los esclavos pueden enten- tramoscomina


poesiaamorosaquevadirigida-a-mujeresjóvenes”
derse mucho mejor, por lo tanto, cuando ésta toma como objeto a sexuales; poesía que nada tiene que ver
las mujeres. con las pautassociales vistas, despreocupada, libre de complica-
Las:¡mujerestibresdelaciodadjamásestuvierompresentescen ciones, fugaz y satisfecha sin mayores problemas £mrlaquersólo»
los-sympósiargriegos; incluso carecemos de testimonios que pue- latesurlamento:.que:lajuventud.se.pasa:ynuest
danssugerírnos que colaboraban en los banquetes de esponsales y monalessehacezevidente: >
en los fúnebres, dos áreas con las que, tradicionalmente, las muje- De esta manera,£ Emundodetsim si6CréÓUAorden separado
res se relacionan directamente. Sus"propiasreuniónesteniían-que yajenoarias
reglas accomunidádMásamplia;
con-suspropios
verzcorrlas Í stas rituales; de las que los hombres, normalmente, valores"alternat O: Larliberaci niritualrderlas sinhibiciones,me-
dián eoholnecesitábaSuspropiasreglasdestina-
ajosos; en la únicaa ocasión en que podemos vislumbrar:una Espe dasiimantenernequilibrio
entre
ordén y y desorden *A menudo se
ciede comunidad femenina —setrata de la poesía de Safo—-, todo elegía un symposiárkhos o basileús para controlar la mezcla del
ños resulta altamente problemático y parece sugerirnos una de- vino; la costumbre está regulada estrictamente y los participantes
pendencia de las formas masculinas de comensalía!. Con todo, cantan o hablan por turno; a cada cratera mezclada se le asigna un
Atrod vez3esueleninve? carácterdiferente; como señala el poeta cómico Eubulo:
cárenlapoesíasimposiácadesdeelvestimón ntiguozla 11a- Yo sólo mezclo tres crateras para quienes son moderados; la primera es
DOCOLVLOLOOLILLILLICIC

madaCopadeNéstorsenelsiglovmn.-bas únicasmujeres.que.esta-
parala salud, y es la que primero se beben. La segundaes para el amor y el
barr]presentes
entales-celebraciones-eranjóvenescesclavas; a me- placery la tercera para el sueño; cuando se han bebido ésta, quienes pasan
nudo recibían una formación como animadoras, bailarinas, acró- por juiciosos se van a su casa. La cuarta cratera ya no es nuestra sino de la
batas y músicas; lo mismo que los chicos que desempeñaban tam- hybris, la quinta del alboroto, la sexta de la procesión de los borrachos yJa
bién estas ocupaciones, eran elegidas por su juventud y belleza y séptima del ojo a la funerala. La octava esla de los tribunales, la novena la
parece que, con frecuencia, actuaban casi desnudas;al igual que dela bilis y la décima la de la locura y la de tirar todo el mobiliario» (Eubulo
les ocurría a los jóvenes, las chicas solían acabar en los lechos de apud Ateneo 2, 36).
y los invitados. En el caso de las mujeres (no en el de los mucha-
chos), algunas-de-éstaspedian-adquirir:unapositión:especial:al-ger Erpoetararcaico

y fantel:nombre:deHeteras
ompañeraconstante-de:ano 0:másinvitados:yrencesteicaso;re- poesía “es” por, tantostie dacon laCostum:

ys¿Jrónica a los hetaíroi, que no eran otros que los miembrosde pleno
fhetairai):¿se trata de una referencia breadécuadiCoind
nessobre dere ,
en elsimposio
y lenade prescripe
¡deberesilla mera descripción de un simposio
¡ derecho del grupo de hombres que celebraba el simposio. Las hete- Alemán es también preseriptiva con respecto al orden del ritual;
en
Í ras, con frecuencia, dominaban una gran variedad de técnicas para Jenófanes, igualmente, describe y aboga por un modelo de ritual
: entretener y parece que no era raro que sus dueños fuesen, a la vez, simposíaco del cual se excluyen tanto la poesía heroica como la
: dos o más hombres?, conversación acerca de la guerra civil, cediendo éstas el turno al
Estis:pr:
prácticastsocialesrson:las:guerdanarlarpoesía amorosa elogio del valor. El corpus teognideo contiene multitud de pasajes
que tienen que ver con la conducta adecuada en el simposio y las
zellalaTománticaintensidadde-inamor. hómosexual relaciones apropiadas entre los participantes; en estos pasajes se da
qué
¡cepersonalizado y dirigido-normalmente:hacia un”-miembro= un énfasis especial a los lazos de amor y de confianza. Larpoesia»
joventderlamismaclasersocialrestáamor.se:representarcomorro monóditagriega ductodel!Siiposioy.
coristimado, relacionado más con la búsqueda de un puro ideal de séntauna.complej ede: reflexiones sobrelas-diversas-formas
belleza que con la satisfacción sexual, capaz de despertar las emo- que
eadoptareltrato-sotialien]dEepotanarcaicaa
ciones más profundas de amor y de celos.£OFOtro lado, nos encop-
——, e del simposioalas
quetienen lugar fueradeélsonlaconfianza 310
[3 Calame (1977). .
juramentos: Los problemas de en quién hay que confiary de la ver-
20 La mejor exposición dela vida de una hetaira es el discurso de Demós- dad quese revela al beber son temas importantes en la poesía de
tenes Contra Neera, 59; véase también Atenco, libro 13. Teognis; los grupos de hetatroi de Alceo se juramentan para llevara
266/Oswyn Murray El hombre y las formas de sociabilidad/267

rse en otro
cabo una empresa particular. l4unidaddelgrupossctiene-porun yy. ¡frILasfiestas especificamente religiosas deben estudia
imperativomorababsoluto:inclusoen: Esiglovtraicionarlacom lugar?2s,
ni-
hiarizadepositadalEnunoequivaleAparri dio? según lo que Andó- Enefecto, dacomensaliareligiósatienequeveñ.con. lacomu
en tanto
cides nos dice?!. inasmanera-de-+reforzartales.lazos-esacudir a una azdcomouniodo; lasfiestas se relacionan conlos dioses
con la regu-
que protectores y garantes de la comunidad y también
l : Un compromisosolidaridad? Estas actitudes reflejan lación del orden de las estaciones de las que aquélla depende. Lap
as tensiones entre el grupo y la comunidad más amplia. comensaliarentaestera religiosa;esactividadpublicaysuo"
en el que
| EsXgondicta «desorderiada: dentrodel grup calmentezuña” denacióncorrespondeal.orden. vigente enlasociedad!
les como prerrog ativa del
pt eparación:pararlaexhibiciónde un 'tomportamiento-propio de los sacerdotes reciben porciones especia
l che queva dirigido contrala comuñidad:imásamplia-en el cargo, mientras que l6g miembrosdelacomunidadS onto isidera?
dellkómos Cuando el simposio terminaba, los participantes dostodosiguales. sícrecientednterés,porotanto; radicaenla»
adornados con guirnaldas, solían desfilar en procesión por las ca:
lles, bastante bebidos, bailando en un violento desorden, insultan- ferencia cortod
do deliberadamente a cuantos encontraban a su paso y atacando y lado” a coitoen cue
En la fiesta
dañando las propiedades de los demás en una demostración de po- tión! Dos ejemplós espartanos bastarán para mostrarlo.
a, se alza-
der social y de desafío a la comunidad2. doria más importante, las Carneias, celebradas en Espart
un ban-
TalesactitudespudieronMevarunadegislaciónrepresiva-p: ban nueve «sombrajos» o refugios en los que celebraban
ndades »o fratria s repres en-
nartedelapólisarcaica.En Mitilene, por ejemplo, ollegisladorde. quete nueve hombres, con tres «herma
rellejo
cretó una multa del doble para los delitos cometidos bajo los efec- tadas en cada uno de los sombra jos; esta dispos ición es un
s subordi-
tos del alcohol; en Atenas, Solón atacó la conducta de los ricos y de la organización social originaria en tres tribusy fratría
ción simból ica de una forma espart ana de co-
dentro de la ley de Aybris creó un delito público que englobaba los nadas: es una renova
ión de
actos encaminados a deshonrara la víctima, lo cual es un reflejo mensalía anterior a la pólis, que trae a la memoria la fundac
o centro pre-
del mundo simposíaco en lo que toca a la atención que éste presta- la comunidad. Además, ciertas fiestas en el antigu
comida espe-
ba a los derechos de las mujeres e incluso de los esclavos. Otras ciu- espartano de Amiclas y en otros lugares incluian una
de
dades regularon la edad para beber?». cial para extranjeros llamada kópis; construían junto al templo
cual-
Apolo refugios con lechos hechos de maleza, en los cuales
fuesen
quierforastero podía recostarse; a todos los que llegaban,
Em estos itosaristocráticos.de.trato.social.los diostsporsu” pasteles redon-
espartanos o de fuera, se les servía carne de cabra,
puestostienenun papel. La celebración puede serparte de un de- taalctvi-
dosy otros alimentosigua! de sencillos. Loexelusivodelri
terminado acontecimiento religioso, pues el deípnon suele ir pre-
igiosoespecial. Múltiples
codeEspartadescansaenun-contexto.relalía
cedido por un sacrificio y termina con una libación, hecha con religiosa más o menos
variaciones del fenómeno de la comens
vino no mezclado, en honor del Agathós Daímon. El simposio pro- cada ciu-
similares podrían ser traidas a colación tomándolas de
piamente dicho comienza con la distribución de guirnaldas a los o imagina-
dad; tanto el traer a la memoria ritos primitivos reales
forasteros
rios como el problema que plantea la hospitalidad de los
invitados, libaciones en honor de Zeus Olímpico, los héroes y Zeus
Soter; además, se canta un peán dirigido a los dioses. Durantelgl tos tienen que ver con un
son temas recurrentes; algunos de estosri
actorDionisoyAfroditasomlos diosesinvocadostommásfrecuep- periodo de rgtiro de la ciudad a un santua rio cercan o; los que se de-
ciaporlosbebedoresPAlfinal tenía lugar una libación enhonorde se en celebr acione s en
sarrollan dentro de la ciudad pueden dividir
Zeus Téleios. Sin embargo, pesaesterrpresenciarritualslos:di5ses” del recinto del
que la carne sacrifical debe ser consumida dentro
permanecen:enrun”segundo plano -se-tratardeunrac ecimiento carne se consum e en unlu-
templo y aquellas otras en las que esta
rprofanofundamentalmente, tánto.en sufine comoen sudisco
gar diferente?.

religiosas, Ger-
ides.1, 51: 2, 7; véase más adelante n. 36. 24 Véase Nilsson (1932) para el simposio; para las fiestas
22 Lissarrague (1989). net (1928); Goldstein (1978).
23 Murray (1989). 25 Ateneo 4, 138-139; Bruit (1989).
DOCOCOOOILOLIOLICICICICILILIIIIIIIIIAA

268/Oswyn Murray El hombre y las formas de sociabilidad/269

Kascparaciónsimposioaristocrático.y.fi tasysacrificiós=manifestaronsumittendericialaid vergersen:la


fuecompleta. lóStiranosaristocráticosdelaépoca artaica, en su creación deAun sentidode yl . adoroHelEmikón) Com
,
propio estilo de vida simposíaco, bústabarespecialmenteii sie sesióndc¿uma samgreccomúnunalengua- común;centros e
o

ficar elelemenñtodelujo exhibición alavezxquedesarrollar nes re stumbre


oe
scomunes» (Heródoto,
vas formasfiestaspúblicasque tuviesencomomodéld:sucon” E
87144).
ce le.un-mundoheroico4Así, Clístenes de Sición creó una
mezcla única de simposio y agón aristocrático con juegos y ban-
quetes públicos, en un certamen, cuyo premio era la mano de su £ETHombrepolíticoy
hija, que terminó, tras durar un año, conel sacrificio de cien bue-
A A .
Lasformasde trato social qué distinguen al periódo.clásico son
. Y
yes y un banquete para los pretendientes y para todos los sicionios mn

(Heródoto, 6, 126ss.): el banquete de los pretendientes, al menos, s defor


desarrollosy adaptacionea tores; fundamentalmen-
AA
adoptó la forma de un abundante simposio. Una interrelación de contextosocialel quecambia y tambiérclarelación entre él”
ta — _
te esel
este tipo parece haber sido común en época de Pindaro, quien tato soc alylapólis Para elHombre clásico, en palabras de Aristó-
> E Ha — ——— .
compuso sus odas de victoria para atletas aristocráticos en rela- Ple
teles, «todasrlasformas de asociación (koinónia), parecen formar
A
cióncon celebraciones que parecen haber combinado tanto la fies- parte-dela asociación poli
embargo, incluso esta politización de las formas sociales no es en-
E —— A ros 22 z
ta pública como el banquete privado celebrado con motivo de la
victoria?6. teramente nueva; y la diferencia estriba másen la complejidad de
aquellosquedeseabanproclamarsurepodio almundo» las interrelaciones entre tipos diferentes de asociación que en la
10rm a”pólislohicieronformandogrupos)definidostambién»
pór_diversosritosde“comensalia$Así, lospitigóricos;a principios
del siglo v, desarrollaron una forma de vida basada en la separa-
ción de la comunidad mediante una serie de complejas prohibicio- P—— : :
sin embargo, son importantes. Los orígenes
nes enlo tocante a los alimentos, y una vida común que comenzaba | se han colocado a menudoen la concepción de un «hogar común».
con una regla de silencio, vigente por un periodo de cinco años: su Elculto de Hestia y la existencia de un «hogar común» parala pólis
insensata concepción de la pureza ritual «puede interpretarse son fenómenos extendidos portoda Grecia (si es que no son univer-
A EA dei-fuegó
como un movimiento de protesta contra la pólis establecida. Sus sales) ¿ElMogardalciudadsevincualaalTexistencia
- Sa — A MN comumnid: dr]
tabúes dietéticos ponen en entredicho la forma más elemental de eternoy, ambosofrecen=unaimagen»simbólicade:la“comunidad”)r
comunidad, la comunidad de la mesa; rechazamelmitualqueestá política comoun grupodefamilia: tal como la novia toma fuego
enel centro delareligión-tradicional,la.comidasacrificial??. Sin “del hogar paterno para llevarlo a su nueva unidad familiar, así los
embargo, £mitos, especialmente sus casas de reunión,(soh, en colonizadores tomaban fuego de la ciudad madre para su nueva
esencia, inversiones delasformás.de comensalia.aceptadas? Du- fundación. Estezimbolisimó puede ser.muybiemuño delossignos
rante algún tiempo, los pitagóricos controlaron Crotona; pero, al mágsantiguosdeunañacientetc econcienciá como póli
final, sus conciudadanosse vengaron prendiendo fuego a sus casas 10 el fuego como el hogar se custodian en un santuario O edificio
de reunión y asesinando a los miembros de la secta. público y se encuentran bajo el control directo de los magistrados
La experiencia religiosa concentrada en la pólis es también de la primitiva ciudad aristocrática, en contraste con otras formas
compartida por los griegos en general y transferida a los grandes de culto de la ciudad que son administradas por colegios sacerdo-
festivales en los que, en la época arcaica, participaban diversas ciu- tales que pertenecen a grupos hereditarios"EnAtenasy, a menudo,
dades, encontrándose ellos mismos en conexión bien con juegos en otros lugares, elzhogarcomún estuvolocalizado/emeltprita-
(Olímpicos, Istmicos, Nemeos) o bien con oráculos (Delfos); pu- PEO, LERMA Obcial:del”
peoretredifició pal.magistrado elzzarco [eE
dieron éstos tender a unir pretendidos grupos naturales como los nimo).
dd . E A
jonios (el Paníonion en Priene, o Delos). Pero todosymedianefiesyr Unafañicióndel
paran oon pritaneorelacionadatonl
¡oTE1AcIonada a antenorfuelarde
t
ser-ellugarprincipalda comensaliapúblicasios otros arcontes te-
PA O et
26 Van Groningen (1960).
27 Burkert (1985), p. 385. 28 Gernet (1952); Malkin (1987), cap. II.
El hombre y Jas formas de sociabilidad/27 1
270/Oswyn Murray

res-
nían también lugares del mismo estilo para comer, pero eran de tivo del término «parásitos» deriva de este uso oficial y es una
aristocr ática de que los que
menor importancia. Aquí los arcontes, en su calidad de gobernado- puesta popular a la tradicional práctica
res de la ciudad, agasajaban a los invitados de ésta; esta práctica ocupaban cargos públicos comiesen también a expensas del erario
pretende derivarse ininterrumpidamente desde el más antiguo es- público, El carácter aristocrático de tal forma de comensalía está
tilo heroico de comensalía, que se vio afectado cuando la labor de bien subrayado en una cita poética:
agrupación llevada a cabo por Teseo tuvo como consecuencia la
abolición de los pritaneos locales y el establecimiento de uno cen- Cuando la ciudad honra a Heracles con brillantez y celebra sacrificios
echándolos a
en todos los demos, nunca convoca para estos sacrificios,
tral en Atenas. VAnifistitociónesaristocrática; el ritual no implica
suerte, a los parásitos del dios ni tampoco elige gente al azar, sino que selec-
comida común o representativa alguna sino una comida honorífica citu-
ciona con cuidado, de entre los ciudadanos nacidos a su vez de padres
de una élite. Gomer, aneo-es; realmenter ltohoñor: que posean propieda des y hayan llevado una vida
dadanos, a doce hombres
gue ciuda tica puedeDlorgaryesun-honor.alquenin” intachable (Diodoro de Sinope apud Ateneo, 6, 239d).
gún membroordimario deldémos puede-aspirar» Esta es la fuerza
que late tras la petición irónicaeinsultante de Sócrates, basada en Larpráct icacde-ccomeos ritaneo
r¡erebpprian ,esmuña instituc2ión primitiva
E r ener eS
su convicción de que, en vez de un castigo, se le debía ofrecerco- deljestado; ristocráticoaconservada y desarro llada en el periodo
mér gratis de por vida en el pritaneo (Apología, 36)%. clásico como parte de un sistema de honores . Pero?
19
De hecho, el derecho a comer permanentemente eneste lugar forma comensatíacompartidaponla. omunidadpolítica
está en manos de una élite de corte aristocrático, definida porley; unrtodosya fuese directa o simból icamen te por medio de la selec-
una ley ateniense de mediados del siglo v, conservada fragmenta- A de los representantes del pueblo. El único ejemplo en contra
a cabo por
riamente, lista como gente con este derecho a los que llevan el títu- de esto que conocemos, la comida en el pritanco llevada
lo de sacerdotes de los misterios eleusinos, a los dos descendientes el pueblo de Náucrat is en ciertas fiestas (Ateneo , 4, 149ss.), se re-
más próximosde los tiranicidas Harmodio yAristogitón, a los «ele- fiere a una pólis excepcional, creada a partir de comunidades que
gidos por Apolo», a los que han ganado una de las prucbas más im- ya existían separadamente. EStetipodecomensalicaponl iantor
portantes de los cuatro grandes juegos internacionales y (probable- representarunayadaplació delasfcostumbresparistocráticasral
mente) a los generales (1G, 13, 131); los arcontes habrán estado mundo dela pólist Encuentra además su expresión arquitectónica
también en esa lista. Aparte de esto, una invitación a comer en el en los hestiatória oficiales y públicos, hileras de habitaciones para
y en
prtaneo fue una especie de xenía ofrecida a los embajadores ex- comidas simposíacas que se hallan en centros ciudadanos
del si-
tranjeros, a las embajadas que retornaban a Atenas y a aquéllos a santuarios de importancia como Braurón, desde mediados
quienes la ciudad deseaba honrar de forma especial. Estos privile- e: estaban reserva dos segura mente parala s comi-
glo vi en adelant
antes y
glos se ampliaron y usaron con mayorfrecuencia en el siglo 1v, y das oficiales de una élite de magistrados, invitados import
entraron a formar parte de los honores normales votados por la sacerdotes?!.
asamblea para los benefactores de la ciudad; por ejemplo, aquéllos Eresadoatenionseposeía otrocentró de.comidaspúblic
ción de
a los que se les concedía la ciudadanía eran invitados a comer al eralvendaderamente democrático» En su calidad de institu
de la
pritaneoy, a fines del siglo 1v, se podía otorgara alguien un dere- un consejo anual elegido por sorteo para preparar los asuntos
a la vez de
cho de sítésis permanente e, incluso, en ocasiones, hereditario. asamblea, había cincuenta prífanes que se encontraban
r en
Las leyes religiosas de la Atenas de época clásica contienen tam- servicio y, porlo tanto, se les asignaba una cocina y un comedo
inadec uada
bién un número de referencias a otras personas con derecho de sí- la Tolos. Este edificio circular tiene una configuración
n y no puede
tésis en el pritaneo o en otro lugar; se les llama con el nombretéc- para un banquete en el que los participantes se recline
requeri-
nico de parásitos (parásitoi) y, a menudo, parecen ser ayudantes haber albergado el número de lechos que se debía haber
s para uso popu-
oficiales de los arcontes, de los sacerdotes o de un culto religioso do; su arquitectura nos recuerdalas skiás O refugio
particular; los parásitos del arconte basileo se clegían de entre los lar fucra de los muros de los santuarios y sugiere un tipo de distin-
demos oficiales del Ática; cran responsables de la administración
de los diezmos de cebada ytenían un edificio propio. El uso despec- 6, 23485,
30 Véase la erudita discusión acerca del parásitos en Ateneo
29 Miller (1978); Henry (1983). a Bórker (1983).
DOLLLVLOLLLLILLLIILILIICICIIIIIIIIIAP
_ 272/Oswyn Murray E) hombre y las formas de sociabilidad/273

ción entre comensalía sentada y recostada. A los miembros del la ampliación de los rituales más importantes del banquete%.
consejo se les proveía de carne sacrificial, pero también de unas Como resultado de este largo proceso, la fusión entre las institucio-
dietas en metálico. Es característico que no poseamos ninguna in- nes ciudadanasy el trato social que se expresa en los banquetesre-
formación detallada sobre esta forma de comensalía práctica no ligiosos es casi completa y todos los grupossociales, privados y pú-
honorífica. blicos, como los mencionados en la ley de Solón, incluso dirigen
tadodemocrático ateniense nuncadesarrolló ritos univer: sus asuntos siguiendo el modelo de la asamblea de Atenas, con ofi-
mensalía tal como los de Esparta. Sinembar;go. «los le- ciales, propuestas y decretos sobre organización interna o en ho-
isladores [...] dictaron reglas para las comidas de las tribus y de- nor de «benefactores» y procedimientos oficiales de contabilidad,
mos y tiasos y fratrias y orgeónes» (Ateneo, 5, 1863): los detalles a menudo inscritos en piedra; todo funciona como si estos grupos
para la regulación de las fiestas estatales muestran con qué ampli- fueran ciudades en miniatura dentro de la ciudad.
tud legistó el pueblo ateniense hasta crear una compleja red de cos- Las grandes fiestas comunes de Atenasilustran la complejidad
tumbres de comensalía que expresaba el sentir de una comunidad deestas relaciones. Uñade lásTiturglasimportantesTesdecirdédasp
política unida por un ritual religioso. Se pueden. distinguir cinco ob igaciones periódicasque
quets
tenían”los
130ricosde"Atenas? fuélaJive
grandes etapas en este proceso, aunque es casi imposible determi- glad
hest
nar cuándo se introdujeron determinadas prácticas, La leyes de So- hrosdde sy tribuCAQFanTETsFesvalesda15D Dionisiás yy las. Pariáte-
lón, a principiosdel siglo vr, establecían reglas para el pritaneo y tal néas> Parece que el sacrificio de la ciudad proveía de carne para
vez el consejo, lo mismo que para los banquetes privados aristocrá- una gran distribución ya que, por ejemplo, en las Dionisias del año
ticos y los religiosos; se reconocía ya una amplia gama de asocia- 334-333 a.C., llegaron a sacrificarse un tota! de 240 vacas, La distri-
ciones: buciónse organizó por demosen el Cerámico, tal vez junto al Pom-
peion, a las puertas de la ciudad, donde las grandes procesioneste-
Si un demo o phrátores u orgeónes a gennétai o grupo de bebedores o nían su lugarde salida: en este sitio se han descubierto tanto habita-
asociaciones funerarias o cofradías religiosas o piratas o comerciantes esta- ciones para comidas oficiales como huellas de banquetes popula-
blecen una reglamentación entre sus miembros, ésta será de obligado cum- res35, La liturgia, que consistía en ofrecer comidasa la tribu, fue
plimiento a menos que entre en conflicto conlas leyes públicas (citado en probablemente parte de esta celebración y, mientras la ciudad
Digesto, 47, 22, 4).
aportaba la carne, el rico de turno se ocupaba de organizarel resto
de la ceremonia. Igualmente, enel festival de mujeres de las Tes-
Las actividades de los tiranos al organizar algunos de los gran- moforias, se elegian como presidentas dos viudas de hombres ri-
des cultos atenienses, los misterios de Eleusis, las Panateneasy las cos, las cuales tenían que proporcionarel alimento para las fiestas
Dionisias habrán tenido algún efecto sobre el sacrificio comunita- organizadas en los demos. De esta manera, elcpuebloexigiaatosri-
rio y el banquete. Más importante fue la organización porClístenes cosstomopartede:sus-deberes-civicosiqueproporciónaran:comi-
(508-507 a.C.) de una red deinstituciones oficiales locales, demos ec idadamiá alque aquéllos
perteneciarm»
y fratrias, que regulabanel acceso al cuerpo ciudadano poniéndolo Delmismo-estiló era el deberque tenían hombrerico de agas
bajo la supervisión general de la ciudad; todasellas tuvieron (o ad- arados dese
miembros democuandocelebrabaúnbañquetede>
quirieron pronto) ritos de comensalía. A finales del siglo v, las leyes esponsales» Pero, fundamentalmenteslos ritos de pasodeltiudada-
religiosas de Atenas fueron codificadas por vez primera por Nicó- noten nse setentraronlá fratría ydentro de una serie de ban-
maco; a este periodo deben pertenecer la mayorparte delas citas quetes relacionados conla vieja fiesta jonia de las Apaturias. Había
que conservamosde leyes refcridas a asociaciones religiosas. Fi- funcionarios públicos que vigilaban el banquete y tenian la obliga-
nalmente, la restauración de las costumbres religiosas tradiciona- ción de proporcionarparte del alimento; pero la carne debe haber
les asociada con el político demócrata conservador Licurgo (338- venido delossacrificios ofrecidos por los padres en nombre de sus
322 a.C.) trajo consigo una reorganización financiera y religiosa y
34 Sobre las reformas de Licurgo véase Schwenk (1985); Humphreys
(1985). .
32 Schmitt Pantel (1980); Cooper y Morris (1989). 35 Sobre el Pompeion como «Fesiplatz», véase Hocpfner (1976),
33 Véase el discurso de Lisias Contra Nicómaco, 30. pp. 16-23.
Pe
/275
274/Oswyn Murray El hombre y las formas de sociabilidad

hijos. TresceremoniassacrificialesenlasApaturiasmarcanlas:eta> guir magistraturas, Sus reuniones,


llevan a cabo las hetaireíai para conse ponen a tiro de
de flautistas no se
pta ón del joven: ateniense alestado.adulio completo: banquetes y kómoi-qon acompañamiento
1730).
pr ”, cuando tiene lugarsu primera introducción en el grupo; aquéllos ni siquiera en sueños (Teeteto,
elkouúreioh, en la pubertad, 7Jasgameltai; en el matrimonio; cada
una de estas ocasiones se caracteriza por una fiesta ofrecida a los erda base parauna”
compañeros miembrosde la fratría y es este acontecimiento públi- asesin ato s callejerosrde: sus»
evoluciónoligárguicas al” ssel iréc tivo spara impolpe.dx: e
cionar osz cu
ypor 2
Spro
ae
aquí cómo Y i perchcconalgps
pertenecen al grupo
dponentesy
ésta
Eo a
doen clañ
A o41 a.6. El desarrollo de la actividad
política elitis-
sis se vio ayudado por el papel
familiar sevhanitransformadoporlazaccióndelaciudad:en-una Ta dentro de la ley hasta llegara la stá
miso de solidaridad (véase set-
prácticainiversal3» ahior E que desempeñó la pístis O compro ticosfue-
de óponentespolí
ciudadania? pra). Enelaño311:2.0., 105 asesiñatos
made -pís tis; ygya en el 415 a.C. la siste-
Todasestasmanipulaciones-deJa comensalíadentro de:ta Ate- romdescritos-como-una for
licos, situados a las puertas
nas"democrática son. testimonio.de un+largo proceso-de, politiza; mática mutilación de losHermes itifá obra de heterías
ideró como la
o pa Eo: tumb: mento in ás.en el trato de los hogares atenienses, se cons
ón; las inve stigaciones subsiguientes re-
social
A *quétuvolugardentro dela pólis ya desarrollada; pueden ser que planeaban la revoluci
os aristocráticos que cometían
consideradas, en parte, como la continuación de costumbres más velaron la existencia de varios grup
los misterios eleusinos en los
antiguas y, en parte también, como la diseminación ciudadana de deliberado sacrilegio al representar cracia bsi-
restaurada:demo
costumbres antes confinadas a clases determinadas o a unas deter- simposios. Nada? ienederaroquela
idaspara derro-
minadas ocasiones. h mibieseformalmentelas heieriasconstitu
26); los juramentos de los
Por supuesto, lactomensalía privada s gar ardemocratía (Demóstenes, 46,
mpósip: ésteContinuósiend dérado n una promesa explícit
O-sien o considerado dádanos de otras ciudades contiene
(synomosía). En Atenas, sin em-
comioparte r tomaré parte en una conspiración
pcional: normalmente, los ata-
retrato de su héroe populachero Filocleón en Las avispas en el que bargo, ésta fue una cláusula exce
ra ylos sacrilegios menores
lo pinta como alguien que desconoce la manera correcta de com- ques bajo los efectos de la borrache
r sagrado a la vera del camino o
portarse en el simposio, al que hay que enseñarle cómo recostarse (como orinarse en cualquier luga
del sacrificio asignada a los
y mantener una conversación educada; retrata finalmente su parti- robar y comerse la porción de carne
io; algunos grupos se dedica-
cipación exageradamente entusiasta en la reunión y cómo se llevó dioses) fueron los límites del sacrileg
homéricos, dándose a sí mismos
a la flautista y hubo de regresar a casa perseguido por airados ciu- ron también a parodiar los tíasos
reuniones en días de mal agie-
dadanos cuya propiedad había dañado durante su kómos de borra- nombres obscenos y celebrando sus
cho (Las avispas; 1131-1264, 1292-1449). ro36,
jo:d era actividadinormalide
EstosgriposaristocráticoscombiñabanCostumbies-simposta- E “sacuvidad-anormalresumrefle
privadasosemipúblicas parrel
cascomar dades políticas. enel seno.de-asociaciones políticas.:0 loS”tiasos;y"0rgé 'ÓNTES? asociaciones
esto, habían existido desde
heterías (hefairetaiJFforganizadas para «intervenir en los procesos cultoadioses concretos, que, por supu
en la ley de Solón; nde-épez
en las elecciones de magistrados» (Tucídides, 8, 54); un político de siempre y ya habían sido reconocidas
Tult o deloshéroes-mendresy
mocrático como Pericles o como Cleón, cuyo poder descansaba en carelósitaproliferaronjunto < vel os de
la asamblea, aparece retratado como alguien que evitaba los lasdeidades extranje La actividad básica de todos los grup
tras un sacrificio, se ordenaba
sympósia, ya que éstos tenían connotaciones políticas aristocráti- éste estilo era lá comida común que, .
s según cada culto, aunque, nor-
cas. Platón describe a los verdaderos filósofos como aquellos de acuerdo con prácticas concreta ribe los fi-
n. Aristóteles desc
que malmente, incluía deipnon y sympósio
s com o «honrar a los dioses y con-
nes de tales sacrificios y reunione
y pasa luego luego a cla-
desde su juventud no conocenel camino de la plaza ni dónde se encuentra seguirrelajación y placer para si mismos»,
el tribunal ni la asamblea del pueblo ni ningún otro edificio público de la ial-
es y su papel politico véase espec
ciudad en el que se.celebren reuniones. En lo que se refiere a las leyes de- 36 Sobre las asociaciones ateniens
(1989b).
cretos, sean éstosleídos o escritos, ni los ven ni los oyen, y los esfuerzosque mente Calhoun (1913); Murray
POCOIVOCIILILIOIILIIICILLILICICICIIANS

El hombrey las formas de sociabilidad/277


276/Oswyn Murray
s autores, junto con los vetra-
sificarlos como realizados con vistasal placer (Etica a Nicómaco, 8 una prueba de su carácter mo ral. Esto
a nos ofrece, son los precurso-
1160a). Otros grupos admiten una clasificación atendiendo a su tos de simposiós que la poesía ar caic
ium, establecido por Platón y
función: el éranos fue en un principio un banquete organizado so- res del género filosófico del Sympos a s, los rituales
bre la base de contribuciones compartidas y se transformó, con el Jenofonte en sus retratos de Só crates. En estas obr
n
y su conducta determina
tiempo, en una importante institución para la ayuda mutua me- que animan el discurrir del simp osio Pues =inc luso gp
de la discusió n.
diante el préstamo de dinero sin interés a sus miembros; a menudo tanto la estructura como los tema s todo ).es "el
amor (elamor. Eomosérua lls obr e
se centraba en un culto e incluía banquetes comunes. Igualmente emtrelosfilósofos“el 0Py Platón,
úni cua
cotemaade cu tard iscusiónen uns
grupos funerarios aseguraban una sepultura digna a sus miembros A visi ón míst ica del poder del
después de su muerte pero, durante su vida, llevaban a cabo una gracias a su habilidad para evocar una a del sim-
prens ión de la atmó sfer
amor, muestra al menos su com
función social entre ellos. ce una comprensión igual-
De hecho, lamuertefueunárearproblemática» Entgeneralmlar posio. Mástarde, en Las leyes, nos ofre
de la comensalía para influen-
mente profunda del poder de | vino y
comensalia-nolegamásall. delartumbajpero fueron tan impor- hacia fines sociale 38
tantes estos ritos en vida que algunoscultosintentaron-forjar con ciar las almas de los hombres y llevarlas
onales deamor-y
eptos/la.creenciaen unsimposioetertio? Platón des- Resuttarasízque-lasrelacionespers
fas
me
sonpára_los- EHrosien pc AN omenossociales» ATisióte
cribe las doctrinas órficas en estos términos: : clamistadF"
amistadentérmino po. social pues «cada 10rTt
s de gru
los
e
> ociación»enumera
implicaas la amistad de los parientes y de
los transportan con la imaginación al Hadesy alli los sientan a la mesay or- adanos, entre los mie mbros
camaradas, la que existe entr e los ciud
se expresa mediante lazos
ganizan un simposio de justos, en el que les hacen pasar la vida entera coro-
de la tribu, compañeros de viaj ey la que
nados y beodos, cual si hubiera mejor recompensa de la virtud que la em- AA ay
briaguez sempiterna (República, 2, 363c-d)*. auna deA¿stas implica asociación (0
mismos términos; ” cOmo.ún a.Kol óntaen

ml A
_ El motivo fundamental para hacerse iniciar en los misterios de síimisma a su-vezrsezompone de unared.de koinónía
serencuen tra ceñida
Eleusis fue, ciertamente, que éstos proporcionaban una garantía a Nicómaco, 8, 1261b). Larvidardelhombre-
rmediode
de vida simposíaca tras la muerte. Pero tales creencias sirven úni- ¿Siempr vs de compañerismoque se “expresanpo
la comensal
fitos, sociales, amenudomaniféstados. mediante
AAA
camente para hacer hincapié en la séparación general que existe
religl deportelaeducación y la;
entre los placeres sociales de la vida y su ausencia una vez muertos. pero que. incluyen ambiénla
como la descrita, en Lérmi-
Sólo los héroes podían escapar de su hado mortal, y en la época he- fgucrrasQué significa una clase de vida mente
nos prácticos, es una cuestión que se encuentra admirable
lenística fue éste un factor importante enla difusión del culto de la tuvo lugar el año 404 aC.,
muerte heroizada?? expuesta en una famosa alocución que
ElTemaolitera rio autoconscientedelacom erigs durante la guerra civil:
a OO oo 7 A
doclásicoritnde a hacer.caso-omiso. dela dimensión religiosa yose qué queréis matarnos? Si no-
interesa fundamentalmentepor.elsignificadosocial del fito El pri- Ciudadanos, ¿por qué nos Exp ulsáis? ¿por
hicimos ningún mal, al contr ario, participamos con voso-
mer intento de escribir biografías, llevado a caboporlónde Quios sotros nunca os
sacrificios y de las fiestas más hermo-
tros de los ritos más sagrados, de los
asigna un lugar importante a los diversos hombres ilustres con que los y compañeros de armas y
sas, fuimos compañeros de coros, condiscipu
se ha encontrado en los simposios y juzga su carácter de acuerdo ros por tierra y por maren defen-
muchas veces con vosotros corrimos pelig
con ello. Un aspecto favorito fue, ya en esa época, lo tocante a las común y de nuest ra libert ad, la de ambos partidos. Por los
sa de la salvación
costumbres extranjeras como medio de mostrarla «alteridad» de madres, por nuestro parentesco por
dioses de nuestros padres y de nu: estras
¿(He

ad —pues muchos participamos de


, br

los bárbaros (Heródoto y El cíclope de Eurípides), que no com:- sangre o afinidad y por nuestra amist
E

prenden las reglas de la comensalía civilizada. Las costumbres de todo ello mutuamente— respet a: d alos dioses y hombres y cesad de ofender
*.
las diversas comunidades griegas son analizadas por Critias como a la patria» (Jenofonte, Helénicas, 2, 4, 20-22)
s

en filosofía y literatur a véase


y Sobre el pretendido motivo artístico del Totenmahl, es fundamental la 38 Para el género literario del simposio
san (1989).
crítica de Dentzer (1982). Martin (1931); para Platón véasi e Tecu
* La tradu cción es de O. Gu ntiñ as Tuñón (Madrid, 1977).
* La traducción es de M. Fernández Galiano (Madrid, 1969).
IICIOIOACII
278/Oswyn Murray
El hormubre y fas formas de sociabilidad/2/9

PEnuArsociedad ¡berto da aihrscitn lin as


O Dean tal liber tad de expresión del:indivi-
do,
tómuchasCostumbresgriegas tardías (como, por ejemplo, el co-
a sentido actualTo existe ya que éstees-con
_ a siderado siem- mer recostado), se-concibió siemprezenima escalá miúchomayores
pr comotn anirral 5sotiO
al;munca estáa solas con su propia alma,
Sin- embargo, existe una diferencia entrelasso Eli iSaristocráticaquecom
O! a e a o ciedades Créadas enr tá amenudocón:múchos invitados? el alimento previsto era mu-
fOYno auna concepciónunific ada dé la comensalia;,AE: S
como es Espar> cho más abundante y, además, los macedonios fueron célebres por
ta-y-P
O el-coI
mplejO
o mundode¿€Áten
Atena
as:
s; asíasí ni
piensa Aristótele
óteless cuando, su mucho beber, Algunas prácticasiradicionales revelanlaforma
riticanido las simplezas del ideal platónico de
Ja comunidad consi- enqueadaptaronclascostumbres griegas; por ejemplo, la regla de
derada como una familia universal, nos dice
lo siguiente: que un hombre debe haber dado muerte a su primerjabalí en una
cacería antes de que le sea permitido recostarse en vez de sentarse
¿Cuál es la mejor manera de usarla palabra «mio»
? ¿Que cada uno de un (lo que refleja la distinción griega común entre adultos y chicosjó-
grupo de doscientos o trescientos deba emplearla
con el mismo significado venes), o bien el empleo de la trompeta para señalar el final del
o bien, tal como hacemos en las ciudades
en la actualidad, que a la misma
persona uno la llame «mi hijo», otro «mi hermano», deípnony el principio del simposio%. La disposición del comedor
otro «mi sobrino», y lo
mismo se pueda hacer con
respecto a otras relaciones de sangre, afinid para tan grandes celebraciones es poco clara; muchosdelos gran-

LOOCOLIOLLLICICICICLICIC
ad o
matrimonio, segúnsea quien hable, e incluso le pueda
llamar alguien tam- des edificios que hemos encontrado en el periodo helenístico tie-
bién «mi compañero de tribu»? (Política, 2, 1262a
8-13). nen rasgos que sugieren un conjunto casi independiente de grupos
recostados dentro de una sala. Los problemasde reconciliarla tra-
_Eselrconceptodeindividio el quetalta-c dición griega de la igualdad entre los participantes con las realida-
vAtenasiio el de sui:
bértad. ExXistespues, una libertad personal, uñiaCapaci des de una corte real se ejemplifican mediante dos típos de anécdo-
dad pará qué
cadact ¡ivacomoquieras que es parte del ideal aleni tas opuestos: el primera de ellos hace hincapié en la tradicióndel
enseucon-
siste-enlalibertad-de elegir entre lamultiplicidad «lenguaje libre» (parrhesía) por parte de los cortesanos en el simpo-
delazos:sociales
que-coiñici nenparte,«y encontrar así un puesto indivi sio y en la aceptación de una igualdad dentro del banquete por par-
dual para
uno mismo mediante una especie de libertad que te del buen rey; el segundo describe pendencias, peleas de borra-
se limita a llenar
losespacios que quedan vacíos en la compl chos e incluso asesinatos perpetrados porel rey inflamado de real
icada estructura, cuna»
«ibertadinte sals eh :Sumiz? Siguesiendoéstansiniembargo cólera, la corrupción del podery también la imposibilidad de que
una libertadsociatizada, ura libertadqueresaliadela seguridadde> exista verdadero compañerismo entre quienes no son iguales.
estartoneciado-con.m hoslugares3o. Exvésteselestilo entretenimientoque caracteriza alaccorte
o
s] a sindud a-con-unamezcla-de:costumbrespersás?
ElHombre helenístico? Elirey.y:50s oficialmente llamadosramigos»-constituíanun- grupo,
que7confrecuenciócomianjuntos y:dabantambién-abundantes»
Dosformas Contrapuestasdeorganizaciónssocialh exhibicionespúblicas"delujoreal;-ta lujo (tryphé) se:convirtió; si
an-dominade: guiendoelmode irtud-realras celebra-
em elmundohelenísticoy han dejado sentir sus efecto
senlos rítua- cionesde fiestas fuéron verdaderamente espectaculares; se ha con-
les del trato social; fueron éstas la:cortaridarde
dosreimosdedos servado una larga descripción de una de ellas, ofrecida por Tolo-
Diádocosy3u3s ofi alessubordinados:poruntado>yrdeomaparter
la transformacióndelos: tuales Cívicos-anteriores.e meo Filadelfo en Alejandría (Atenco, 5, 196ss.)*1; incluida la fiesta
n la organizas una extraordinaria procesión y un simposio real celebrado en un
cióncolonialexelusivadelapólisp que se exten
dió alolargo ya an- pabellón levantado al efecto, que es descrito como capaz de alber-
cho del antiguo Imperio persa desde Afganistán
yel norte de la Ih- gar 130 lechos dispuestos en círculo. El edificio estaba decorado
dia hasta Egipto y el norte de Africa.
Ni Lacomensaliareal macedomiarenlaquesebasa con pinturas, colgaduras, obras de arte y armas ornamentales ca-
ardelos reinos racterísticas de las habitaciones en que se celebraban simposios;
delosDiádocosreflejabarradici Ones: griegas much
úmásanti guas: doscientos invitados fueron colocados en un centenar de lechos de
en muchos aspectos, recuerdáal mundohomérico
y, aunque-adop-

. 39 La discusión sobre la libertad del individuo en 40 Para los sympósia macedonios véase Tomlinson (1970), Borza
la antigua Grecia co-
mienza con Constant (1819), (1983).
41 Studniczka (1914).
IAAA 280/Oswyn Murray El hombre y las formas de sociabilidad/281

oro, con doscientas mesitas de tres patas también de oro. Las copas formasde trato social a este aspecto de la pólis, serjun:ciudadano
. de oro con piedras preciosas incrustadas que se usaron se expusie- eirizépocahelenísticasimembargorera:pertenecer. tecul
POVCOVOVOLILLILLLILLIILLILILIOILCTII

ron en un lecho especíal y el valortotal de estos objetos se cifró en tural:helénica; entornoaestanueva coño nagla ciudadanta
diez mil talentos de plata (en torno a 300.000 kg.). Por desgracia, el se desarrollaron-nuevas formasdetrato'social; yelbanquete-ciuda.»
banquete en cuestión no es descrito ni tampoco lo es la forma exac- danosufrióunaremodelacióncomoExperienciacolmarats.
ta en que se distribuyó la enorme cantidad de vino y de animales En este proceso la educación tuvo gran importancia. Yacemla;
para el sacrificio que se exhibió en la procesión; sin embargo, pese
a todo este elemento maravilloso, la ceremoniase estructuró de
Atenas-detinalesdel'siglo1vrelaccesoabcuerpo deciudadanosh
biarsidoorgamizad edianterun;periodo-oticialrdeziniciación el:
acuerdo con los ritos tradicionales de la comensalía griega. Otros fi Irduvante-elcualtodos los ciudadanos varones en
soberanos no podían rivalizar tal vez con la riqueza de los Tolo-
meos, pero su propia vida cortesana tomaba comio modelo el mis-
mo estilo simposíaco y ofrecieron igualmente una ostentación pa-
recida en sus fiestas. : tuarseren!
Enla esfera privada, Ateneo describe también la fiesta de espon- impartía una educación oficial en el gimnasio bajo'un funcionaria
sales de un noble macedonio de gran fortuna (4, 128ss.), también estatal, el gimnasiarco; el derecho a participar en esta instrucción
de estilo griego, pero con entretenimientos y regalos de utensilios estaba profundamente vinculado a la ciudadanía, de modo que,
de oro y plata tan abundantes que «los invitados están buscando por ejemplo, muchasde las disputas que tienen que ver con las pre-
ahora casas, tierras o esclavos para comprarlos», Con frecuencia se tensiones de las comunidades judías a obtener una ciudadanía de
afirma que los utensilios de mesa de oro y plata fueron raros en la pleno derecho dentro de una ciudad griega se expresan en lérmi-
época clásica y se hicieron comunes sólo en el periodo helenístico; nos de un derecho de acceso al gimnasio y tocan los consiguientes
y, ciertamente, el acceso más fácil a los metales preciosos que tu- problemasde tener que estudiar textos literarios no judios y hacer
vieron los macedoniostiene que habersido la causa de estas cos- ejercicios desnudos. La institución del gimnasio fue común en am-
tumbres diferentes, especialmente después que las conquistas de plias áreas y a lo largo de largos periodos de tiempo: la misma co-
Alejandro hubiesen abierto las puertas de las reservas de oro yplata lección de 140 preceptos de origen délfico se ha encontrado en el
del Imperio persa. Incluso se ha sugerido que la decadencia de los gimnasio de Ai Khanum en Afganistán, en la isla de Tera en el mar
patrones artísticos de la cerámica pintada griega podría estar rela- Egeo, en Asia Menor y en Egipto. Grupos de ephéboi varonesy néot,
cionada contal cambio. Pero si bien es verdad que, en la época clá- por tanto, proliferaron dentro de una naciente estructura de clases
sica, el metal precioso estuvo reservado, sobre todo, para usosreli- basadas en la edad dedicándose especialmente a actividades pro-
gjosos, y que el lujo se extendió más y más mucho tiempo después, pias de la juventud como el deporte y la caza. :
tampoco habría que exagerar el alcance del cambio en la época he- Elsistemalitúrgicodelaépocaclásicatambién sedesarrolló. en
lenística: en el siglo 1 a.C., Juba de Mauritania afirmó que «hastael cuantotaricanoblezafueanimadaporos honorespúblicos a com"
periodo macedonio (inclusive) la gente se servía en las comidas de petit? encargospúbli cosreligiosos; mediante-actos-de «evergetis;ye
objetos de cerámica» (Ateneo, 6, 229c) y que el uso de plata y oro mo»remfavor¡delipueblo;rel testimonio más común de formas de
era una reciente innovación romana“. trato social en esta época consiste en un decreto que establezca
Las nuevas ciudades griegas de la época helenística fueron una fiesta religiosa de la que ha de encargarse un rica euergétés o
asentamientos coloniales en un paisaje nativo indiferente y, en 0ca- bien en una votación para conceder honores en pago de unosactos
siones, hostil; sus instituciones reflejaban un deseo de mantenery de beneficencia ya realizados. Estos actos de beneficencia pública,
reforzar su identidad colectiva y cultural: mientras que en el perio- con frecuencia, son similares a la obligación de sftésis que se le
do griegoclásico el hombre había encontrado su verdadera expre- exigía al rico en Atenas, al estar unidos al desempeño de cargos
sión en la acción política y, por lo tanto, tendía a subordinar otras particulares o la celebración de fiestas, particulares igualmente;
pero estos actos también se desarrollaron y fueron mucho másle-
42 Estas breves notas no hacen justicia a la contraversia de gran alcance
que hoy día existe en torno a la relación entre plata y cerámica, comenzada 43 Para esta sección véase especialmente Schmitt Pantel (1987), parte
por Vickers (1985). tercera,
sociabilidad/283
El hombre ylas formas de
282/Oswyn Murray
s: bía
ores:ha e sti
habi exi so do
een époép cas< anteriore
unmsentds decomuñidad : qu merament e N O a
l; considerar tales prácticas :
jos cuando los ricos buscaron conmemorarse a sí mismos median-
era nat úra
te una beneficencia funeraria o de otro tipo como, por ejemplo, la Jeman
de- ma ne ra Me
rla nov eda d exp res ada en su un
distribución periódica al pueblo de aceite o alimento, o bien un desde continuidad es ignora e
su fun ció n. o
banquete en memoria de ellos*, Gran parte de esta actividad tenía lización y en dad ;ec onó nies an nn
sar act ivi
lugar en relación con el gimnasio así como con otros espacios pú- A aciacionesthasadas.en 0, frente al mu nd o roma no y
blicos y santuarios. EStefenómeñodeevergetisito no implica una 1 rtodaslas'époc ido te
dem asi de l
ada
dieval,mo PA ece
no par sa que 1 hayan ten
a la ciudad d bajome ,
caída en una especie de clientelismo, en la que los pobres depen- a
a soc ial : tal vez se eso un COS
den de los ricos, sino que, más bien, esurñaexpresióndeina. coma- importancia en la estructur de la na:
ni el asii gnado a las ¡vidades comerciales y J
2 activi o
nidaddeValoresque ésesperadatadave? (al menos en términos bajjo o niv io na n las a
política. A veces, se menc
ideológicos), ¿£ ofrecida
trecida de:buengradoccomo;unntento.de.suavis
moun; ¿deSuavi ción de la economía a la mo broncista s y ce ra ps s
s grupos co asta €
zarglaírica divisoria económicaque, cada vez más, separaba a los dades culturales de cierto : ará
.
n en la esf
a
era púb lic a
ing res
nobles adinerados del común de los ciudadanos; el espíritu públi- pero estas asociaciones no la importancia de
las aso-
En un
y ano. E poc a antt ertor .
Y a €po
co, cuyo lugar en la política había sido negado, se expresó ahora per Y odo rom a dela es:
ver con la técnica se
mediante un gasto elevado, con carácterritual, en beneficio de la ciaciones que tienen que que se ha an fu no:
profesionales
te a aquellas actividades A
comunidad. Los beneficiados por estas donaciones podían ser un cis amente Por el hecho de que
grupo exclusivo, funcionarios, cancilleres o sacerdotes; también tructura ciudadana; pre io, o e ma
on un culto a Asclep
podían ser miembros de una subclase del cuerpo ciudadario como, rantes, los médicos tuvier de
c tosíí m mism o: A 0
mente Cos), , un con Amcep
ió n (especial
ció i a
por ejemplo, la tribu del benefactor. Pero, muy:aimenudolos rega-
o hip ocr áti co» que, po el
su tacionesalasdemotenias(demolloiniai)sed íama profesión y el «jurament e ca
ca! hele o
nist ic av ra re . ||
tem r
pra na co mo € I 1 lo 7v. La épo
sig
lácomunidad comoodo? Las restricciones puestasa esta gene- cha tan : nessddee d fe- !4
p
tai de Dioniso», asociacio
1 nto de«Los tekhniitai 5 de 1
rosidad varían; a veces son todos los que tomanparte en una fiesta mie dis: emin adades s Aporcia
ivi dade s se encuentran
i nales cuyas activi
religiosa, otras veces son únicamente los ciudadanos varones de la sio
o, como ocu C rre cona la e e en
pólis. Los esclavos nunca se incluyen explícitamente y las mujeres egas. Este fenÓómeno,
dades grileg de áreas con r
" i ados de reside i ntes extra njeros
reciben solamente regalos, nunca invitaciones a comer. Sin em- ió no> de la estruc C tura ade l la pó-
da n
Atenas
U Sy S yCRenOtotr" os lugareres,s, €: es expresión an
bargo, lo normal es que la invitación englobe a las siguientes perso-
si dad de formas n sociales que la
is sin
lis si o de la necesi n co
nas: «todos» los ciudadanos varones, los residentes extranjeros y
gen militar, a menudo co
las visitantes y, en ocasiones, formando una categoría especial, los Igualmente, grupos de ori ecue a ncia ia natural del em es que
nacion i al esp; ecífic ifi o, fuer on una cons n es, e
q
«romanos» (es decir, los italianos). Estastinvitacionesrexpresan É ia y de otr: otraass?region
de mercenari1 os pro; venien i tes de Campan
muy¡bterlosesfuerzosidelapólisporintegrarseenunacomunidady> n imp on
anía como premio O bie
cotraral¡más'ampliatde'priegosPya que, ciertamente, la invitación podían obtenerla ciudad
aES
signoel parónadicion
A
no se dirige más que a los griegos aunque, como en una categoria señ anz a
y

n Lrorganiz
> lis. _—
aci
!
ón del aen pañ ern tsS5
especial, se incluyen en ella los romanos; si bien, como esclaro, los opiieedadadesde S co s com
mu une
me sy com
com
or,rgamzj aci1 ónc ATCuit a E! apr
Ul ual prop f
ciudadanos de otras ciudades griegas eran bienvenidos, no pasaba ma- a-o viejo cua dro de la
; S5ez vid rmedio-de latomensalíasEl conferen-
lo mismo con la población campesina nativa, que estaba excluida tes es
Sócrarat PI
pin do
tad o por por Pla
a tón,5 cono
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losofí p olac
a en épo a ca de de Sóc
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de tales invitaciones. Dezeste,»modoyensuma;las-nuevas.ciudades - as e
cas la ari
. rs - al 0 lA ep 1 úbli ani nes prii vadas en las erl
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delprvondo, 2rHegojpretendianterearemediantelformas culturales? ió el ]paso a establ ble o edi
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nas el
, nú
: (la Aca c demc ia deo
manentes asocia i dos con g imnasios e ;€
tua rio s (el -
Lic eo e Aristótelo es)
44 La importancia del evergetismo es el asunto estudiado por Veyne cio ¡ s púb licos (la Es
ábli E siva) o san tan DA
grupo de amigos que com par
(1976): véase especialmente la segunda parte. Sobre el evergetismo el cul-
¿leo de cada escuela fue un que pos e
to funerario, véase Schmitt Pantel (1982). El caso más extremode esta for- nes y la enseñanza y
de un edificio para reunio
ma de comensalía es el culto real instituido por el rey Antíoco de Comagene
A barth (1890), Poland
a finales del siglo 1a.C., quien estableció una serie de banquetes en cimas de profesionales véase Zic
montañas deshabitadas en honorde sí mismo y de sus antepasados; a todos 45 Para asociaciones
sus súbditos se les ordenó que asistieran. (1909).

|
El hombre y las formas de sociabilidad/285
284/Oswyn Murray

dedicados a un uso común, aunque el titular de la propiedad en REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS


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Brurr,L.
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vos de ambos sexos. Estaban organizados jerárquicamente, como BurckHaroT, J., Griechische Kulturgeschich te, Berlín, 1898-1902 [hay ed.
una secta mística, en tres niveles: profesores, ayudantes y alumnos. cast.: Historia de la cultura griega, 5. vol. Barcelo na, 1974].
and Classic al, Oxford, 1985. :
De esta manera, aunqu habíanretirado delmundo” óli Burxer T, W., Greek Religio n, Archaic
jeunes filles
losdiscipulosde-E; picuro"no pudieronescapar de sus s'soc Carame, C., «La fonction du choeur lyrique» en Les choeurs de
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CaLmou
ée á celle des modern es» en
Esta huida fue conseguida sólo por los Cínicos, cuyo retiro su- Constanr, B., «De la liberté des anciens compar
de M.
De la liberté chez les modernes: écrits politiques, París, 1980, ed.
ponía un rechazo total de todas las restricciones sociales; su con-
Gauchet.
cepción de la vida simple, sin embargo, no consiguió un nuevo ,
Coorex, F. y Morr3s, S., «Dining in round buildings» en Murray (1989a)
marco para la libertad del individuo puesto que se limitó a ser una 1989. . .
mera imagen negativa de las formas de trato social de las que bus- D'Acostino, B., «Grecs el “indigénes” surla cóte tyrrhénienne au VII siécle:
s ESC, 32,
caban escapar. La obra filosófica más interesante de los primeros la transmission des idéologies entre élites sociales», en Annale
años del helenismo, la República, escrita en su fase «cínica» por el 1977, pp. 3-20. : o
ogique,
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ideal que se opone al de la República de Platón; en la obra de Ze- 1971, pp. 215-258.
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a

I PIP
DOLOELPOLLLILLLIIIIIIIIIIIIIIIII

Capítulo octavo -
EL HOMBRE Y LOS DIOSE
Mario Vegetti
Cuenta Aristóteles que el viejo sabio Heráclito «dirigiéndose a
aquellos huéspedes que deseaban hacerle una visita, pero que, una
vez que entraban, se quedaban viendo que se calentaba pronto la
estufa de la cocina, les invitó a entrar sin dudarlo: “Y. ambién aqui,
dijo, hay dioses”» (De partibiis animaliton, 1, 5).
La anécdota aristótelica es, por diversos motivás, significativa y
útil para comprenderla actitud religiosa del hombre griego. Humi-
na en primerlugarel carácterdifuso de la experiencia de lo «sagra-
do», su proximidad a los tiemposy a los lugares de la vida cotidia-
na. Elhogar:domésticosertormoalicualdafamilia-sereúne-pararco-
citrar:y:consumirdercomidarestá;por ejemplo, Cónsagiadoamunardi-
vinidad=Hestiaque:protege-la-prososperidad:yJa-continuidad-degla
vidarfamiliafiflada nuevo nacido es llevado alrededor del hogar,
para sancionar también religiosamente su introducción en el espa-
cio doméstico.
Enla agudeza'de Heráclito esta difusión de lo sagrado se prolon-
ga en una relación de lamiliaridad con los dioses que caracteriza
ampliamente la experiencia religiosagrie
griega:-dTdivi
vinidadnorestáde-
JOSMESINACTES decime
sequencaracter
zaccadarmome Ú (ys:
le>puede encontrartan a menudoen sus imágenes,e enlas prácticas
culturales que se le dedican, en las narraciones familiares y públi-
cas en las que se dibujan las tupidas tramas de una simbolización
significativa de la existencia, que la pregunta sobre por qué los
griegos creían en sus dioses parece mal hecha. Mabríamos de pre-
Atenea lamentándose, relieve de mármol
de la Acrópolis, guntarnos, más bien, cómo habría sido posible que no creyeran en
. Segundo cuarto del siglo v
291
DOCOESPLOCOLILOLILILILICIIIICICILICICIOS

292/Mario Vegetti
El hombre y los dioses/293

los dioses, ya que esto habría implicado la negación de una amplia Este sistema de ausencias se prolonga en unsilencio particular,
parte de la experiencia vital cotidiana. perobastante significativo. En el conjunto de las creenciasy los re-
Al sentido de difusión delo sagrado y de famili con los latos en torno a la divinidad, no tienen ningún papel! central —y de
diosesse suma, en elcontextoaristotélico de laanécdota, unáter. hecho no existen, si no en corrientes marginales y sectarias, como
cera característica, que tiene que ver directamente con la actitud veremos—los que se refieren a la creación del mundo y de los
intelectual de los filósofos para con la esfera de lo divino. LEozdivino» hombres; en la experiencia común, Por tanto, siempre-] habido
seidentificacadavez-más?-con“el:Principio: lag
de
deregularidad DelamismaformanOexiste nadarsimilar:alaidea
d de-
e-unpecado
Trecho la agudeza deHeráclitopa
para
legitimizar el estudio teórico de 15*(con las excepciones ya apuntadas), del cual los hombres
la naturaleza viva, en ámbito ciertamente menos noble que el del tengan que ser purificados y salvados: á MEnosque:se-manche-com
cielo y los astros, más cercano a la divinidad, pero-gobernado siem- inaculpaot con "espetífica,:elhombregriegos"
pre porleyes de orden y de valor, y por tanto tantbién él «lleno de Ti omotal puedelibremente ácceder'a 1ás
dioses»). Esta actitud filosófica no contrasta, al menosen el signifi- sagradasPan marginal es, al menosen el nivel de la reli-
cado de fondo, con las características de la experiencia religiosa giónpública, la cuestión de la supervivencia del alma y de su salva-
común, aunque los prolonga en una nueva concepción que trans- ción ultraterrena, aunque tiende a emerger, como veremos, en el
forma la proximidad y la familiaridad de lo divino en su inmanen- ámbito de los cultos mistéricos e iniciáticos.
cia al orden del mundo. Este conjunto de consideraciones negativas hace difícil hablar
Todas estas características de la experiencia religiosa griega Positivamente de una «religión» griega, al menos en el sentido en
se analizarán más adelante. Sin embargo, para comprender el as- que el término es usado en el ámbitodelas tradiciones monoteís-
pecto fundamental y aparentemente contradictorio, el ser una ex- sorfaltatengriego=una--palabra* cuyo-campo.,semántico
periencia difundida y omnipresente de la existencia, pero al mismo
propiamente
alteFmino-sreligión»” Laque
más Aproxi-
tiempo «ligera», por decirlo así, no opresiva psicológica y social- 7 "esdefinidapor el sacerdote Eutifrón, el protagonista
mente, en primerlugar habrá que proceder a alguna delimitación del homónimo diálogo platónico, como”«el*cuidado»(1herapeia)»
negativa. En definitiva, habrá que aclararlo que la religión griega quelos hombrestienenparaz 'sdiosts»
eimán,Eutlrón.
128,
no fue. Estareligiosidad € eenmila]puntual observanciade!
del C

Uña eligión sin:dogmas-y-sin+iglesta y eSyvóti-


n valor. EIA débil tiene el equivalente griego del
En primer lugar,lareligióngrieganosebasaen ingumarelevazy término «fe». En la lengua común, le xpresiónucret a
ción«positiva»? concedida directamente por la divinidad a los oustheoús) noSighifica tanto (comoocurrirá enel
hombres, y por tanto ño
tieneningún profetafundador, de las gran- or y m. uro
¡rolenguaje filosófico) una convicción racionalre-
des religiones monoteístas del Mediterráneo,y i lativa a su existencia, como «respetar nrarada:divinidaden tas
rosagrádó que enuncie las verdades reveladas y constituya el prácticasdé
culto: homizeinequivaldrá en definitiva a therapeñein,
principiode un sistema teológico. Larausencia-delbibro-comporta dedicara.“la divinidadlos oportunos. cuidadosrituales.
laparalela"3useñicia.de ungrupode intérpretesespecializados: no Elbnúcleord“dedacrelación entreHombres ¡nidaddela =reti-
ha habido nunca en Grecia unaacasta sacerdotal permanentey pro- gión»yd“dela sferde-os--griegos-parececa
consisticen taobservancia
fesional (elaccésoafunciones sacerdotales en principio estaba delos cultos
ydelos.ritósprescritos
porla tradición? Sin embargo,
abierto a cualquier ciudadano y por lo general era transitorio) y esto nodebe hacerpensar en una ritualización obsesiva e invasora
tanto menos una iglesia unificada, entendida como aparato jerár- “de laexistencia. El sarcástico retrato de la superstición (disidaimo-
quico y separado, legitimado para interpretar1las verdadesreligio- nía) que el filósofo Teofrasto traza en sus Caracteres (16) a fines del
sas y administrar las prácticas del culto. 4 do nunca dog,” siglo 1v a.C., está probablemente inspirado en una actitud difundi-
fíasdefescuya observancia fuera impuestay vigilada, y cuya trans- da: el supersticioso es aquel que vive en la aflicción de un perpetuo I
gresión diera lugar a las figuras de la herejía y la impiedad. temorala potencia divina y dedica de forma ridicula gran parte de
294/Mario Vegetti El hombre ylos dioses/295

. Su existencia al esfuerzo de hacérsela grata a través de losritos, al temoralo


divino. desenvoltura Fespecioa elloquedanTpor tanto,
intento maniático de evitar la impiedad y de purificarse de cual- EstrecHimentrelazados
ente enlaractituddireligiósadalosgrapos;
quierculpa posible. Pero se trata, precisamente, de un «carácter» cada acentuación excesiva de uno u otro aspecto conduciría radi-
de comedia: la sátira teofrastea no deja ninguna duda sobreel he- calmente a una mala interpretación.
cho de que la obsesión del ritual no fue ni difundida ni apreciada Esta peculiaridad sólo puede ser explicada remontándose a la
en el contexto de la religiosidad griega. Esto no significa, natural- génesis y a la articulación de las figuras de lo sagrado y de lo divino
mente, que no existiese un profundo y radical temora la divinidad en la tradición cultural griega, que en ciertos aspectos no tiene pa-
y a su capacidad de castigarlas culpas de los hombres golpeándoles ralelos en otros universos religiosos.
alo largo de su existencia e incluso de su descendencia. Este temor
está bien atestiguado en toda la experiencia cultural griega del si-
glo y y, todavía en el siguiente, Epicuro, un filósofo casi contempo- LO SaTror
ráneo de Tcofrasto, pensaba que uno de los deberes fundamentales
de la filosofía, si se quería restituir la serenidad a la vida de los hom- Hierós, «sacro», es una palabra griega quizá conexa con una raíz
bres, debía consistir precisamente en liberarle de este miedo del indoeuropea que tiene el valor de «fuerte». LATexp titcg
castigo divino. delosacroen.generál (no distinta, en este caso, de otras culturas)
El conjunto de estas actitudes, en su complejidad, puede estar nació probablementeronlaapreciación?dela presenciadepoten-
bien representado por una anécdota ingenua narrada porel histo- clas"sobrenmaturalesentlugares:arcanos (Bosques, fuentes, grutas,
riador Heródoto, que escribe en el siglo v pero se refiere a la histo- montañas), EnTfenóntenosInmatoralesiimistenososiyJtemibles (el
ria del tirano ateniense Pisíistrato (mitad del siglo vi). Heródoto rayo, la tormenta), grmomentoscruciales:deda existencia(la vida,
cuenta una estratagema de Pisíistrato para reconquistar el poder la muerte). Estarexperienciaprimariaselravemdoaricolandoder-
perdido en Atenas: envió una muchacha con el aspecto y la arma- putsendosuirecciónes divergentes táungieno-opuestas=Porzuro
dura de la diosa Atenea, hacia la acrópolis montada en un carro, ladorlozsacr seterritorializa? ligándose
hizo que la precedieran heraldos que instasen al pueblo a acoger de marcados porconfines precisos, delamamifertaciónae
nuevo al tirano, reconducido a la ciudad porla propia diosa protec- tGral? estoslúgares, de ahora en adelante dedicados a unculto de
tora de la pólis. La astucia tuvo éxito y Heródoto se sorprende de la las potencias que residen en ellos, Setransforman'progresivamente
ingenuidad de los atenienses, que «eran considerados» —como ef
samuarios(témengi)»que pueden alojar templos consagrados a
otros griegos o más— «astutos y exentos de la ingenua candidez de las divinidades verdaderasy propias,obienpuedemdelimitarotros
los bárbaros» (1, 60). espaciosdedevocióna(por ejemplo las ninfas de las fuentes, o bien
La anécdota puede ser leída según dos perspectivas distintas, lás tumbasde los«hérves», con frecuencia sepulturas de origen mi-
Porunlado, la familiaridad de los griegos con sus dioses y el hábito cénico convertidas en talismanes que garantizanla prosperidad de
del contacto cotidiano con sus imágenes, explican cómo los ate- familias y comunidades, como la legendaria «tumba de Edipo» en
nienses pueden haber «creído», como evidencia inmediata que no el suburbio ateniense de Colono). Estadetimitación:dedos:espactos
tenía sentido poner en duda, en la comparsa de Atenea a la cabeza ¡ones que
del cortejo de Pisístrato, o al menos cómo han podido sensatamen-
te mostrarse unos a otros que creían en esto. Pero hay otro aspecto ¿pen primer lugarel receptáculo. de la eventual
que subraya el carácter «ligero» de esta creencia y, por tanto, no imagen divina, pero también de las ofertas votivas que se le dedi-
desmiente, sino que confirma la habitual incredulidad atribuida can y de sus ministros. POrrextensiónz
MTESaCIOESerárCOnS iderado
por Heródoto a los griegos. La misma familiaridad que induce a
«creer» permite tambiéna Pisístrato y a los suyos urdir el embrollo omo las víctimas Sacrificiales, lasformas tradicionales
reproduciendo la semblanza de la diosa, sin excesivo temor a co- del Tito y sus oficiantes. EStaltermiorializaciónide1o sagrado;siny
RR
meter un sacrilegio y a exponerse a la ira divina. La divinidad está embargo,noasúmenunca.en Greciaforma, conocida en otros
demasiado cercana a los hombres, demasiado disponible a la rela- lugares, deltábúrztas prohibiciones no excluyen nunca la relación
ción con ellos, para no acabar alguna vez transformada en objeto con los hombres, ni la visita, aunque esté regulada, sino que la
de juego, de engaño, de tramasastutas/Credulidad.cincredú comportan estructuralmente, puesto que iSHaysacralidadsin:cula

0.0
OVCOLELOLIOIIICICILILICILILLILIOIIIADO

296/Mario Vegetti El. hombre y los dioses/297

to.colectivo. El respeto constituído porlo sagrado no se transforma del año. Elacóntecimiéntositual ren el que se celebray se asegura
nunca en el terror sin palabras y sin aparición que les acompaña en la buena relación entre hombre y potencias divinas, estambién
otras culturas. : turalmente, án momento. cúspidedelaconvivenciaemtre los] m>
Por.otro lado=sacro»=ahoraensentido amplio, no intensivo bres”delaautocelebracióndecomun Sácompañan siem-
sino extensivo— és pará los-griegostodo-aquello-que'surge"de lás pre al rito los acontecimientos más significativos de la civilización
potencias sobrenaturales, y en.modoespecifico de-las.voluntades” griega, del banquete en común los juegos deportivos, de las dan-
divinasPSácroTambiénpor tantoelordentdélarmaturaleza, la zas a las procesiones o a las representaciones teatrales.
sucesión de las estaciones, de las cosechas, del día y la noche;:y» Si el rito —y en primer lugarel rito sacrificial— garantiza la
Gro buena marcha dela relación entre los hombres y lo sagrado, este
sión regular de las generaciones garantizada por los matrimonios, rela nipuede”porrel contrario; sercalteradayturbadar
de los nacimientos, de los ritos de sepultura y de yeneración de los uede eurrirque-los hombres invadan elespacio delosagra- /
difuntos, la permanencia de las comunidades políticas y del siste- olensusprivilegios o infrinjanlas-normas divinas queregulan
ma de poderes. elordem social Esto sucede, por ejemplo, en la /líada cuando los!
Emambasacepcioneslaexpenernciadelosagrado griegos reducen la esclavitud la hija de un sacerdote de Apolo,
fadeina potencia, o un"conjunto”de'potenciasquei Criseida, que está consagrada al dios por nacimiento y es parte de
losprot: elavida ye 3 sus propiedades; esto sucede cuando Edipo lleva a cabo su gesto
serinexc "tanto benévolo (principio de orden y de ar- parricida, manchándose con la sangre de Layo; tambien sucede
monía natural y social), gomo-perturbador (violento, destructivo, cuando, en tiempos históricos, la familia de los Alcmeónidas mata
en la tempestad, en la enfermedady en la muerte). La lengua griega a Cilón y sus secuaces que se habían refugiado en el templo de Ate-
seguirá llamando «sacra» a la más incomprensible y perturbadora nea (Heródoto, 5, 71). En todos estos casos Hayutontaminación:
enfermedad: la epilepsia. La-actitud-hacia-esta-esfera-de:poteneia (miasma) ycomtaminaciónthay cada vezque: ngentosijura? |
sobrenaturalestarárorientadata"propiciar:elcarácrterbemévolo ya n shechosenrombredolos dioses"que sederramasangrehus '
a olentiamegativa, y hay que verla, como en las pala- mana, oqueno"serrespetarrias reglas :detrito? Latontaminmación-es»:
bras del sacerdote Eutifrón en Platón, como «el cuidado de lossier- ulpá vamás-alladelímitesde ordenjuridico ymoral: | .
vos para con los señores» (Eutifrón, 13d). Elritopropiciatorio—un recla ala venganza divina sobre e colpábleysedifomdrenceres- ||
acto individual y colectivo que puede, y debe, ser eficaz si se hace paciosinvolucrando'ala"comun adquelo racoge»(son el ejército !
1
correctamente según el procedimiento establecido por la tradi- griego y la ciudad de Tebas, con la «peste» enviada porlos dioses,
ción que se supone que es grata a la voluntad a la que se dirige— quienes pagan las culpas de Agamenón y de Edipo), ytambiémenels:
consistesobrettodoendarofrendavotivaracómpañadapor.lainyó” tiemposcomo en el caso de las familias trágicas de los Labdácidasy
caciónyla oración» Para los griegos, incluye la donación de rique- de los Atridas. ideadebemíasmatiencnposible:origen-mater ial,
zas, de libaciones, de prestigiosos edificios de culto, pero en su nú- denotando la suciedad, el enfangamiento, lamanchade quienv ver
cleo está la ofrenda alimentaria, el sacrificio animal. Según lasdivi- Bajofuerade losestándard-impuestospor:sucomunidadosocial:
nidades y los ambientessociales, Elsacribicio.como veremos, Hue se hace visible, crudamente, en las manosdel homicida manchad
as
de-asumirdiversasformas: enttodoslóscasos expresatatrenuncia, de sangre, en las llagas de que se cubre el que puede imaginarse
-grupohhurmano;imapartede susrrecursosalimenta- como afligido por un castigo divino. Lasuciedadmatrerialoñigina-
as'poteniciasdivi masTque gra- faende-amoralizarse pasañdó-aserunametáforala «culpay
A ——
ciasaeste/ecuúidado». tendrían. queresultar aplac as"y:bemévola: ición divina”. Elafertadonopuedeacercarse ao. sagra-
fimeñtedispuestas-hacia-los-hombres. y debe ser expulsado de su ida
Iriportancia-decisiva-tiene-parala-eficaciadelritohayque Fe-
A = -_—
petirlo, qí atforma y.en los.momentos.sancióna* hmakós que preser i
dospor.el.usotradicional:.Bor consiguiente, el calendario griego ? vac "la-comunidad-elis>
está en el origen del conjunto de las reglas rituales, sobre todo, y ge:a. uno de.. us-miembros marginalesrafligido-por:de
formacio es |
los nombres de los meses quedarán para siempre conectadosa las fisicaso-psiquicas,lo expulsa"acompañándo Procesió
n Tas |
ceremonias de culto que deben ser desarrolladas en él ese periodo púeriasdelaciudad;páraquesezexpulsadojuntoala
scontaminacho- !
276/waro vuegunr tá hombre y los dioses/299

nesque”"pueden es sentésenel gruposocial (un eco literario Laépica-nace del:fondode relatos míticos tradicionales-sobre |
dé esigritual sin duda hay que verlo en la expulsión de Edipo, rey las divinidades ylas potencias:sobrenátiiralés que habitanel:mun:
parricida e incestuoso, de la ciudad de Tebas, con el que se conclu- do ylo dominan;Anónimos, difundidos, repetidos y aprendidos de
ye el Edipo rey sofocleo). generación en generación, estos relatos —una especie de amplio
Del mismo modo que la idea de la contaminación tiene oríge- catálogo del imaginario religioso— forman el conjunto del saber
" A
nes materiales ue siendo Material. En. suforma ritual, el proce- social sobre los dioses, inmediatamente creíble y persuasivo, no
cuestionable, precisamente por ser anónimos, porsu difusión enel
tiempo y en espacio y por la antigúiedad inmemorial de sus oríge-
nes. Pero por estas mismas características, el politeísmo que emer-
ge de la masa enredada de los relatos míticos es caótico, confuso,
carente de una forma comprensible y controlable «a primera vis-
pa, ¿Onfenómenos,potencial:a ¡ente-contaminantes-como elna- ta». Larintervenciónde la poésiaépica *—la Híada en primerlugar, !
rte,el sexóg laenfermedad.Platón prescribe,en aunque no faltaran posiblemente precedentes micénicos— sobre:
el noveno librode las Leyes, este ritual incluso en los casos de homi- este material es sobre todo una operación de selección y de. orde-
cidio involuntario o legítimo. Habrá que purificarse después de nación; es la impresión de una forma orgánica y visible parala esfe-
una relación sexual, antes de acercarse a actos de culto, y también ra de lo divino, que desde ese momento queda marcada de forma
se purificará la casa en la que produzca un nacimiento o una defun- indeleble. EStá'aquispues, emalpoliteísmo aritropomórfico y orde-
ción. En los casos más graves de míasma, el rito se realizará según nádo:según precisas relaciones funcionales y de poderde la llía-
los preceptos de un dictamen, solicitado a los sacerdotes de Apolo, da— elsignodeuna extraordinaria revoluciónintelectal;que for-
que es el dios purificador (kathartés) por excelencia. jarlareligióngriega enlaque acabaría poiser.su forma histórica.
Erlaconciencia Feligiosa y moral de las sectas; prolongada lue- La poesía épica, sin embargo, mantiene, y refuerza con la eficacia
go en el pensamiento filosófico, del que hablaremos más abajo,.-la» de la granliteratura, el carácter fundamental de los relatos míticos.
idea de lapurifi ta paralelamente a laconcepción Larépica estun relato que narra los hechos y las gestas de los dioses,
deta culpa contaminañte”comoalgoinherente a la condición.bu-
Mana: todalavida se comprenderá entonces como un ejercicio de
purificación de la corporeidady de los vicios ligados a ella, hasta la : Epersonajestnarrativosey no “abstracciones
preparación de la disolución salvadora del elemento espiritual, el conceptuales o metafísicas ni figuras totémicas. Cuando Hesiodo
alma, de sus lazos terrenales. Pero este desarrollo extremo de la intente posteriormerite poner orden en el universo religioso homé-
concepción del míasma y de la kátharsis tendrá que ver siempre rico, componiendo conla Teogonía lo que es el primer, y en el fon-
con minorías religiosas e intelectuales marginales, aunque influ- do el único, «manual» religioso griego, no podrá hacer otra cosa
yentes, respecto a la vida religiosa de la sociedad griega. que partir de esta'experiencia de base: las relaciones entre los dio-
ses-personajes no estarán ordenadas segúnla trama de los concep-
s-dioses;:los¿poetas la.ciudad tos y de las construccionesteológicas, sino según el orden genealó-
— a O
gico de las generaciones y de las reciprocidades del poder, que es
Los elementostrazados hasta aquí no son específicos de la cul- propio de nexos entre individualidades singulares, vivas y activas.
tura griega, porque en formas bastante similaresse encuentran enla ex- Elgestofundador de la épica; su mirada configuradoradel uni?
periencia religiosa de otros pueblos de cultura tradicional, y ni si- versodeladivinidad:en'forma“derelató antropomórficohay que
quiera pueden constituir el perfil y el cuadro unitario de un autén- ponerlo:en-conexión conlá cúlturadelaaristocracia empeñada er
tico universo religioso. Estaespecifidady estaunificación Teligiósa la empresa<
esadelacolonización de Asiá Menor? Esta aristocracia se
son"másbien ún producto”de:dos!factoresculturales peculiarmen- celebrarasíimisma-en da-épica? sus propios orígenes y sus propios
a poesíaépica-en primerlugar (donde juegan un papel héroes, y al Tiismotiempo- da forma a sus propiasdivinidades;-pory»
decisivo la Ilíada de Homero y la Teogonía de Hesiodo) y, en segun- médió.de una "proyección sus:diosesino derivan, como escribe
do lugar, lá guración:artística, que desde e; te punto de Snell, del culto o de la enseñanza de los sacerdotes, sino que «Son»
creados conelcanto,junto con'los diosess»
OCOS

300/Mario Vegetti El hombre y los dioses/301

La dimensión de proyección de la formación de un universo di- mejantesfábulas, no sea que engendren en los jóvenes
una gran fa-
vino en la poesía épica, y en el mismo contexto los héroes aristo- cilidad para el mal» (391€ ss.). El Platón educador
proponía enme-
cráticos, define de forma duradera sus caracteres simbólicos. l dar las páginasreligiosas de la épica, o mejor
, echara Homero y sus
dioses;tomoloshéroes;representadosenel limitemáximodese secuaces de la nueva pólis, con todos sus
peligrosos poemas
siExCElencia(arcte)por ezayinteligenciazfuerza y:porla per- (República, libro 10). Peroel programa de Platón
no tendría éxi-
petua flor de estas dotes: la“ihmortal dadEsta:comportatambiénse to, y la experiencia religiosa de los griegos
seguiría siendo mo-
inmediatamente, como es natural, unattrascendertcia:de-ta:condi- delada por los textos de la poesía épica, que
inauguraron su cul-
ciónhumana; un-umbralinsuperable-que:separa-alosdioses-de-los» tura.

bé todavia-más.delo queporsu excelencia "éstos están separe Elpoliteísmoantropomórfico (donde se ve


a la divinidad sobre
dos"derlos-hombres> . . o todo como el Personaje concreto de un relato,
y despuésse le hace
Mes umbralestá impuesto por el carácter de proyección que visible mediante la representación que lo ilustra
) comportaunasée?
gobierna el mundo imaginario poético productivo de las divinida- ride comecuencias: mportañtes. Por una
parte, excluyela omnñis
des homéricas, que tiende, sin embargo, a ser franqueado Cconti- potenciay:en cierto sentido también laormn
isciériciPtanto de cada
nuamente por el mismo gesto intelectual que lo ha determinado. divinidad como de su rey, Zeus. Donde hay
omnipotencia no hay
El acto que configura el universo divino permanece sartístico», y relato, claro está puesto que éste exige una
pluralidad de sujetos
por consiguiente en alguna medida «artificial»; su origen estetizan- agentes, cuya fuerza y cuyas intenciones
se limitan y se condicio-
te y tranquilizador establece una relación especular entre la natu- han recíprocamente, produciendo la trama
narrativa: Zeus no po-
raleza mortal del héroe aristocrático y la inmortal de sus dioses. En día decidir inmediatamente y por sí solo el
fin de la guerra de
Troya, sin superar enfrentamientos
primer lugar, erumbral-se atraviesa-enlagencalogía, quegarantizar , recurrir a compromiso
s,
ados héroes una descenden un 'ntesco divino-gracias-a:la urdir planes complejos, por mucho que fuera
el más fuerte de los
uñiónrepetidade-diosesdiosas conmórtales, de mde"se:! dioses.
fan lasfami jasdelá aristocracia griega»Luego:hay:vínico os:cons- Porotra parte, loquesepara-adiosesy
hombres-essobre-todo su
tántes-entre-dioses yhombres, que aquéllos frecuentan, estando li- fáerza: aquéllos son, con mucho, «los
más fuertes». Esto se deduce
gados por vinculos de parentesco, de afecto o de aversión, y sólo tanto por la experiencia primaria de
la existencia de potencias so-
porla necesidad de exigir continuamente los honores que se les de- brenaturales que obran en el mundo,
como por el hecho poético
ben en tanto en cuanto son señores de la exorbitante potencia..Se» de las representaciones de la divinida
d a través de una proyección
produce-ese-entrelazamientoyesarimbricació y al límite de las cualidades herBicas. 03 diose
s»se distinguen por el
mundo-detos"dioses yelmundo de:los:hombres:que es una car acte- dominio específico en el que se ejercita su pode
r, aunque por lo ge-
neral, no tratándose de abstraccione
rística sobresaliente de la llíada y después del mundo imaginario s conceptuales sino de
perso-
religioso de los griegos. Surge de aquí también la costumbre de un najes concretos, somtiguras-plurifanciona
les?ciyospoderesser.
comercio con los dioses, una familiaridad con su presencia, una tiendenmfrecuenciararun: =»multiplici
dadrde:sectorestontralas
atribución a ellos de relaitones peculiarmente humanas: los dioses zándose Y superponiéndosezentre“elloso En este mun
doimaginario
puedenherir a los dioses y ser golpeados en el campo de batalla, religioso, como ha escrito Dumézil, «con
ceptos, imágenes y accio-
nes se articulan y forman con sus nexos
conocen el amor, los celos, la envidia y cualquier otra pasión pro- una especie de redes en las
que, en principio, cada materia de la expe
pia de los hombres. Todo esto hace que los dioses, aunque sean te- riencia humana debe es-
tar tomada y distribuida»,
midos por su excelente potencia, puedan ser vistos también con
ironía y a veces con el sarcasmo que se atribuye a las debilidades de Estapluralidadde-funciones-se-expres
los hombres; de este modola Ilíada, que es el poema fundador de apt!ativos específicos-conlos:cualessez a:endamultiplicidad-de»
atompaña elnombre:dey
cada-divinidad: a través de los que se le invoca
un universo religioso, se ha podido definir también, paradójica- en relación con los
distintos campos en los que ejercitan
mente pero no sin motivo, como «el másantirreligioso de todoslos su podery su tutela. Así, hay
un Zeus delos juramentos, un Zeus de los
mas» (P. Mazon). confines, un Zeus protec-
abla bien plaión, cuando deplorabaen el tercer libro de la tor de los suplicantes y de los huéspede
s, un Zeus de la lluvia y del
República que a los dioses de la Ilíada se les representara atrapados rayo. Rerozirasesta pluralidaddsfunc
iones aura dale os.man"
por la risa y el llanto o por el deseo erótico: «Hay que acabar con se- generan dp a
adtocal' suindividualidadque LSUTA dios. Os-m
noderiva de su:coloca-
302/Mario Vegetti El hombre y los dioses/303

ción:en uns stema teológico, sino de la trama narrativa que le iden; con armadura hoplítica, Atenas es ademásla prónakhos, guía y pro-
tibica.como:personaje: (hay excepciones, sin embargo, cuando el tectora armada. Con esa doble atribución, Atenea está asociada al
nombre de uno de los diosesdel Olimpjo homérico se superpone a papel de divinidad políade de la pólis ateniense, es decir, de diosa
figuras culturales preexistentes que oponen resistencia a la identi- especificamente ligada al destino de la ciudad, y objeto de una par-
ficación: es el caso de Artemis, virgen y cazadora en el universo ticular veneración porella (hay muchas divinidades políades feme-
poético pero ligada a un culto de la diosa madre de origen oriental, ninas, como Hera en Samos y Artemis en Efeso: esto se puede expli-
por ejemplo en Efeso). car porsu valor de nodrizas, garantes de la fecundidady de la pros-
Esta unidad focal puede verse surnariamente en las doce gran- peridad de la población. al que se puede sumarel de protectoras ar-
des divinidades del Olimpo, Zeuses el principio de la soberanía le- madas).
gal, que une ensíla fuerzayla justicia y actúa como garante univer- Deentre los otros hijos de Zeus, Apolo desempeña un papel ex-
sal del orden del mundo yde la sociedad gracias a su potencia supe- traordinario. Gran divinidad solar. también con origen guerrero,
rior. Porotra parte, es ésta la razón del poder de Zeus, que no es Apolo asumió siempre más el carácterde dios de la luz, purificador
primigenio sino conquistado gracias a una serie de gestas heroicas. y sanador. Dotado del don principal de la sabiduría, Apolo conoce
Según la genealogía de Hesíodo (siglos vin-v1 a.C.), Zeus habria el futuro y por tanto preside los grandes santuarios oraculares,
puesto a una dinastía divina de orígenes nocturnosy caóticos, cul- como el de Delfos. Ligado a la música ya la poesía, y por tanto a la
minada por su padre, Crono, que acostumbraba a devorara sus hi- dimensión cultural esencial enla civilización griega, y garante de
jos. Sustraido a la furia paterna gracias a la astucia de su madre la armonía, de la belleza, del orden del mundo definido estética-
Rea, Zeus depuso a Crono, convirtiéndose en el rey de los dioses. mente. Apolo permaneció como la divinidad «filosófica» por exce-
La nueva dinastía, celeste y olímpica afirmó defitinivamente su po- lencia. Por todas estas razones, en época histórica su prestigio os-
dergracias a la guerra victoriosa sostenida por Zeus contra divini- cureció algunas veces al de Zeus.
dades ctónicas y primitivas como Jos Titanes, ligados al mundo Con Apolo forma pareja, en el polo opuesto, otra gran divinidad
caótico de Crono. Con la llegada de Zeus a la realeza, se obtiene fi- antigua griega (pero a la que los griegos atribuían origen oriental),
nalmente una separación entreel cielo y la tierra, la luz y las tinie- Dioniso. Dios del vino, Dioniso está ligado a la experiencia de la
blas, y se garantiza la armoniosa sucesión de las generaciones. Su embriaguez, del delirio, de la locura, domina la zona oscura que
esposa, Hera, en tanto que garante del matrimonio regular, de la precede al orden de la existencia civilizada, donde se establecen
unión capaz de generar una descendencia legítima en el ámbito de vínculos muy próximos entre hombres, animales y naturaleza. Su
la familia, está ligada'a la existencia misma de. la sociedad humana culto, que prefiere la montaña yel bosque y atrae hacia él a muje-
y de la civilización, a la que ella impide caer de nuevo en la fiereza res y bárbaros, es con frecuencia apreciado como subversordel or-
carente de reglas del estado natural. den constituido porla pólis. Dioniso está marginado en la poesía
El hermano de Zeus, Posión, es una divinidad antigua y potente épica, donde prevalece la imagen heroica de la divinidad, pero se
de cláro origen micénico. En el mundo homérico está, en cierto convierte en la divinidad protectora de la poesía trágica. Con fre-
sentido, marginado: si a Zcus le corresponde el señorio sobre el cuencia se le ve opuesto al orden y la armonía propias de Apolo,
cielo y la tierra, a Posidón le queda el poder sobre los abismos ma- con la figura del Otro —el otro aspecto de lo sagrado, no estable y
vinos y el subsuelo, lo cual le hace el señorde la tempestady del te- regular sino sorprendente e inasible. Sin embargo la experiencia
rremoto. Divinidad temible, Posidón, como protector de los mari- religiosa trabajó asiduamente para una integración de estos dos as-
nos, siempre estará muy cerca de esta dimensión fundamental de pectos sin conflictos. En su santuario de Delfos, Dioniso fue vene-
la experiencia griega. rado junto a Apolo;como hermano, en la religión de la ciudad, se
Entre los tipos de Zeus, la predilecta es Atenea, la muchacha tendió a dejar a Digniso en su lugar y su papel específico enla fies-
que él ha generado directamente sin intervención femenina y que ta, en los momentos carnavalescos donde domina el vino, y sobre
representa, por eso mismo, en el ámbito de su sexo el principio pa- todo en los festivales teatrales, llamados a hacer comprensible y
triarcal, el valor masculino en la medida en que puede ser compar- aceptable en el orden social la alteridad dionisíaca ylas dimensio-
tido con la mujer. En este sentido, Atenea es depositaria de la inteli- nes de la experiencia que representa.
gencia práctica que preside tanto el trabajo de los artesanos como Tres divinidades femeninasy tres masculinas completan el pan-
el típicamente fernmenino del tejido. Representada por lo general teón griego. Artemis, hermana gemela de Apolo, es una diosa vir-
304/Mario Vegeni El hombre y los dinses/305

, como
gen y muchacha ligada a los espacios externosde la ciudad de Ares. Dios de la guerra, temible divinidad de los campos de bata-
y flechas: lo con- lla, Ares está ligado especialmente al valor heroico de los comba-
el bosque en el que se complace cazando con arco
trario que Atenea, instalada en el centro de la
ciudad con su arma- tientes homéricos, en su dimensión de furory de impulso homicida
los ri
dura hoplítica. Artemis está ligada al culto femenino, preside incontrolado. .
s a la de muje-
tos de las jóvenes y su paso de la condición de vírgene Además de los doce grandes dioses, el panteón griego natural-
entos.
res casadas, protegiendo.además los partos y los nacimi mente cuenta con otras divinidades. Algunas de estas divinidades
ta, diosa del sexo y de la
Muy distinta es la naturaleza de Afrodi menores son bastante antiguas, como el ya citado Hades, dios de
a con lás grand es diosas
generación probablemente emparentad los infiernos y de los muertos, Hestia, Eros y Perséfone. Otras se su-
ión con la experi encia del de- man, en época clásica, siguiendo un proceso de conceptualización
orientales de la fecundidad. En conex
ajena a la este-
sco erótico (de hecho es madre de Eros), Afrodita es moralizante del universo religioso propio de la época arcaica, pro-
e y pri-
ra familiar y conyugal: ligada a las dimensiones incontrolabl ceso que tiene un trasfondo jurídico y político. Conforme va pare-
defini da en cierto s aspect os por ciendo inadecuado, en su personificación narrativa e iconográfica,
mordial de la sensualidad, está
matri monia l regula r que Hera repre: para expresar la creciente complejidad de la experiencia social, se
oposición, a la reproducción
senta. o integran figuras que no derivan de la formación poética originaria
leza,
Ligada a la fertilidad de la tierra y a los ciclos de la natura del mundo de los relatos míticos, sino directamente desde la abs-
o ser asocia da a Dionis o. Sin embar - tracción, desde la sublimación de valores y problemas de la nueva
Deméter puede por este motiv
ión al vino, en el cultivo realidad colectiva. Asi aparecen divinidades como Dike, la Justicia,
20, sudominio está conectado, por oposic
la. En la
de los cereales, y tiene su origen en la civilización agríco imaginada como hija de Zeus para representarla directa implica-
hija de Demét er raptad a por Hades en el ción de la garantía de los valores ético-políticos de la coexistencia
historia de Perséfone, la
las tinieblas, y social; o también Eiréné, la Paz, una divinidad que expresala nece-
mundo subterráneo, en el reino de la muerte y de
ención de su madre , reinte grada ala luz del sol sidad de armonía dentro y fuera de la pólis; o más tarde Tykhe, la
después, por interv
ones, de la siem- Fortuna, cuyo culto será bastante importante en época helenística
cada primavera, se celebra la sucesión de las estaci
el ciclo de los
bra a la recolección, pero también, genéricamente, como respuesta a la difundida experiencia de inseguridad personal
eruna divi- y colectiva.
nacimientos y muentes. Estos aspectos hacen de Demét
La historia de
nidad particularmente ligada a los cultos fenéninos. También emtépotahelenísticarloscontactostonculturaspe li-
os, un papel
Demétery Perséfone les asigna además, como verem giosas-distintas-dela-griegapen especial la egipcia, implicaránciain
central en los misterios eleusinos. corporaciónde;divinidades”extranjeras-al-panteón-griego.:lasicuas”
carácter muy
La terna masculina, cuenta con una divinidad de les'serámasimiladas, sin embargo, a las tradicionalmente familia-
A HE NA : a
del mensaje-
particular, como es Hermes, qué personifica la figura res porlaivia delsincretismozasíi, Amónse unificará con Zeus, y a
s y a los espa-
ro y del viajero; divinidad móvil, ligada a los camino veces será venerado con nombre doble, Isis se unirá a Deméter y
entre el mundo de
cios abiertos, Hermes indica además el tránsito Osiris a Dioniso.
deber de condu cir al Péro antesde4odo'estozlas viejas divinidades del Olimpo homé-
los vivos y el de los muertos, ya que tiene el
idad para los cambi os
más allá a las almas de los difuntos. Su capac ricoexperimentaron otratransformación decisiva:
un dios fundador daserrelhorizontedelapótistconvirti
y contactos, su movilidad de viajero, hacen de él
de comu-
tanto de los comercios como de la cultura en cuanto arte sentantesdeuna religión cívica ypolitizáda-La aparición de un or-
nicación y de comprensión entre los hombr es. . ganismo social y político que lo comprende todo enel horizonte de
nal ligada a los la Grecia clásica, un organismo capaz de reestructurar la experien-
Enel polo opuesto está Hefesto, divinidad artesa
ión de
espacios cerradosdel taller y de la Fragua del herrero, expres cia colectiva y las modalidades de vida pública y privada, como fue
dora y cread ora de Ja técnic a. En el culto de la pólis, no podía dejar de afectar también a las formas de relación
la potencia transforma
está asocia do con frecue ncia a Atenea . Sin entre hombres y dioses, y al papel de estos últimos respecto de la
los artesanos, Hefesto
ima la crea-
embargo, su esposa es Afrodita, una unión que aprox existencia humana. Lasdivinidadesolímpicasserán integradas en»
ción sexual de la naturaleza a la productividad artificial
de la técni- losespacios
socialesdela vidapublica, llamadas Aprestarsusservizp»
ca. Pero Afrodita no hace caso de este vínculo matrimonialy prefie- ciosa larpólisdeloshombresFcomo un ciudadano en activo más.
primordial y guerrera Estelservicio”—que será recompensado con prácticas cultuales,
re, en lugar del laborioso Hefesto, la fuerza
El hombre y los dioses/307
306/Mario Vegetti

queapartirdeahora estarán reguladas: degisladasyfinanciadaspor Elsacrificioaladiviiidad-olímpicacconstituye:enverdad:ebnto-


da:comunidad política consistirá ante todo en asegurarla protec- mentofocal de lo que Platón llama «daramistadentredidsesy hiom-
cióny la prosperidad parala pólis (tarea asignada en primer lugar a ¿bres» (Simposio, 188c) y, portanto, también de la amistad política
las divinidades políades) y además en aconsejar, asistir y garantizar entre los hombres que aquélla tiene que garantizar. Detrás de la
las actividades. No hay guerra y fundación de colonias, promulga- praxis sacrificial está naturalmente, como se ha dicho, el acto de
ofrenda votiva a las potencias divinas. Pero en la elaboración mito-
ción de leyes o tratados, estipulación de matrimonios o contratos,
lógica de los griegos, en su ritualización del sacrificio, hay algo que
que no venga sometida a la protección de una divinidad, cuya aten-
ción es reclamada con los oportunosgestos de culto y las necesa-
es más específico. Ségimelmito,sen ellorigenddelsacrificioto:que-»
hayes umengañourdido:por:Prometeo) quien había asignado a los
prácticas sacrificiales. Sobre todo, noexisteactode.conviven:
hombres la carne comestible del animal, dejando a los dioses sólo
partes no comestibles, destinadas a ser quemadas y transformadas
la 47 ue'se" Sperargracianye
en humo. Este engaño-puso-fin-al-originario-compartirla-mesa-en-
Laconciudadaniedehombresadioscaencuenamarlogarse
trehombresy:"dioses;yasignóalos:dos:gruposunrégimen.a valimen;,.
léfic"enTaresidenciaquelaciudadasigna asus
divinidades.-a-tra-
icidisitonhumo yaromasparalos dioses inmortales, y para los |
hombres alimentación cárnica, ligada a la mortalidad. ElTcorte
dad, en el corazónde su espacio público y bienvisible desde cual-
marcado-por.Proracteonose-elimina-errelacto sacrificial —no se
quierlugar de la pólis, el templo está abierto al público y constituye
puede volver a compartirla mesa como se hacía en origen—
una propiedad común de los ciudadanos. La comunidad cultural
que acude al templo y a las prácticasrituales que allí se desarrollan
2 ly;-por.Su
«rparterlos”hombr a
se identifica con el cuerpo cívico y constituye un momento rele-
vante de su contacto, puesto que la unidad de los ciudadanos está
¡orizadosaalaalimentacióncarnicarpporquesealimentanideanima-
[és
cuyatmuerte:setegitimaenvirtudidelaconsagración al culto:diz
cimentada en ella y garantizada porsu relación común con la divi-
vino;yno contamina» Por:esoabritosacrificialdle sucedeel banque;y
nidad. Así, Hestia, la divinidad que preside el hogar común depólis,
le-el reparto”dela Ctarhé sancione y
puede seridentificada con la «legalidad misma» de la ciudad (Jeno-
fonte, Helénicas, 2, 3, 52).
Precisamente poreste motivo, las funciones sacerdotales, los
colegi erdotes (hiereís)que administran los templos y go- desarrolllantencunsmarcofestivo” las Panateneas. atenienses, por
biernan el culto no pueden ser considerados como funciones pro-
ejemplo, que están representadas en losfrisos del Partenón, repre-
fesionales permanentes y como estructuras separadas del cuerpo
sentan uno de los más extraordinarios ejemplos de autocelebra-
cívico. Losrcargos-sacerdotales ¿ComozlasimTagistraturasEson:Ccob
ción del cuerposocial, de espectacularización de la concordia y de
frecuenciaporelección :o-por:sorteo Jpór.Otraparte;somlospro-
la armonía que rein'an tanto entre sus miembros como entre ellos y
pios magistrádosdelapólis, como los arcontes atenienses o los éfo-
sus dioses. «Los dioses compadecidos del género humano, que re-
ros espartanos, quienes desarrollan
directamentefuncionessagra»
sulta tan sujeto a miseria —escribe Platón—, han dispuesto para
Idas*Perozinchusorcuando:hayzsacerdoresthereditarios? como los
ellos unos relevos de las penalidades, que son los periodos de sus
que corresponden a las familias atenienses de los Buzigi y los Pra-
fiestas, y les han dado como compañerosen la celebración deellas
xiárgidas, esfánsometidosdetodasformasal-controlpúblico-delas
a las Musas, a Apolo Musagueta y a Dioniso» (Leyes, 2, 653d). Una
rgólis dado que son tesoreros del culto y de la propiedad divina, y
tregua no pequeña, ciertamente, si se piensa que en la Atenas del si-
por tanto común, tienen que rendir cuentas de su conducta a la
glo v se dedicaban a las diversas fiestas que acompañaban a los ri-
ciudad al final de su mandato, que de todas formases temporaly re-
tos sacrificiales casi cien días al año.
vocable. Ni siquiera se puede pedir al sacerdote —dado el carácter
El'carácter:público;festivo y-ssolar. delsacrificio ofrecido-4-18s
¡ de la religión griega— ninguna cualificación especial de tipo teoló-
gico, aparte del patrimonio mítico-ritual conocido por todos los
afpectós
delosfitos sacrificialesdedicados a láspotenciasinferio-
ciudadanos. Desde el punto de vista moral, será suficiente que es-
resttónicas; relacionadasconel mundodelos Muertos; que per-
ténexentosdecontaminación yquecumplanlasnecesarias prácticas
sistertambiénenTu pólis clásica,aunquesea una po:
ide purificación antes de acercarse a los ritos y a los sacrificios,
0000000000000 0CPOLLLOLLICLILIILIO

308/Mario Vegerti El hombrey los dioses/309

nalvh lo
generalrsedesarrollanenleoscuridadnocturna? no con siÑo,fen principio y de hecho, másampliosqueellos” ya que la esfe-
un altar clevado y bien visible para todos, sino directamente sobre ra de los iniciados potenciales y efectivos supera ampliamente los
la tierra desnuda. Norinalmentese practicaelholocauste, es decir, límites de.una participación en la ciudadanía. Esto significa que-se»
la combustión de todo el cuerpo de la victima sacrificial, de modo dirigenialhombre entantoquehombre más queal polítés; yque in-
que no quedan partes disponibles para el banquete en común. Así vierten en una esfera de experiencias más profundas, más radica-
“pues, setrataemconjunto,de un.ritualapotropaico7de-conjuroy les, más difundidas que aquella que concierne a la autorrepresen-
deaversión
más-quede'contactopacificaciónarmóniosáentre tación y la garantía del cuerpo cívico de la pólis.
elrgrupohumano
y Ías divinidades
qlquedoproteger” La necesidad de un procedimiento complejo de iniciación y el
Este ladoroscuró itosaciificialensombrece unadimensión” secreto que rodea los cultos mistéricos no implican una selección
delaexpenienciareligiósagriega, un nudo de problemasexisten- entre los posibles participantes, sino que másbien se dirigen al ca-
cialesénrelación cone miedo a la-muerte, al temor. inspirado.por rácter profundo, no expresable, terrorífico de la dimensión de ex-
Tareligión olímpica —tanto en periencia a la que se dirigen. Es posible que la raíz más remota de
su
primitivo lado «heroico» como en su posterior metamorfosis la religiosidad mistérica resida en los festivales. prehistóricos de
política — nopuede!dar"su "respuestatrañquilizadorarnizofrecer: exorcismo de la muerte, en las inefables experiencias de salida de
formasde EOMPrEnSIÓNcontrol
y “EmEStEterreno'—el difícil terre- la corporeidad y de inmortalidad que quizá se verificaban en ellos
nodel destino individual y de la angustia asociada a su precarie- mediante el uso de drogas alucinógenas. Por lo que respecta a los
dad— s entranloslímites-deuunareligiosidadligada"porente- griegos, tenemos raras noticias (porque el secreto iniciático ha
sido, por lo general, mantenido sorprendentemente) sobre los mis-
Estará, entonces, integrada con las formasdistintas de relación con terios de Elcusis, celebrados en el ámbito de la pólis ateniense
lo sagrado, que constituyen un lado subterráneo, pero por muchos (aunque existián otros importantes cultos mistéricos, como los de
motivos no menos importante, de la religiosidad del hombre Samotracia). Céefitrocde-las-celebraciones-eleusinás eralahistoria
griego. de"Deméter.yPerséfonereferencia clara al hecho de la muerte y
del renacimiento propio del ciclo vegetal; pero también, además
de esto, a la dimensión de la generación sexual y de la esperanza de
Los misterios y las sectas» una salvación y de un rescate de la muerte que se encuentra en el
— al”
límite de toda experiencia individual
Eldios-delosinfiernos yde lossmuertos;Hades;espara losgries «Lovisto”dicho
y Hecho»en losmisterios —según la expresión *
madivinidad siñtemploysiñ culto. Precisamente éste depla: canónica que define el ritual— sesculminarátentunarvisión?
amúentodelaesfera visible:olímpica; junto con el terror suscitado uñaSeriedevisiones.capacesde evocardirectáamente:o simbólica
por el mundo de lo invisible, de lo indecible, de lo que contamina, ménterel-sexo,la-muerte;el renacerdeprovocaruna-experienci
suscitalanecesidaddeunacexperiencia religiosa-distintaatejada: deren Srprimordialen:losppresentes
r (el núcleo del ritual se desa-!
espacios
delos: ydelos modos-del-cuito-público-y -diurno>Apartip
del STE ad de-las antorchas), y despuéscapaz-de'sanarla'propia-experienci:
comla"epifaniartranquilizadorarderlarsalvación:9:delifuevomac i-
i
aystéria derivado”myste3finiciado, y expresa el secreto que ro- 14
dea a estos cultos, la obligación que se hace a sus participantes, los micritó;capazde «purificar»-a:los-espectadores-actores,
iniciados, de guardar silencio sobre lo que se hace y se ve en los En tanto queprofunda y radical, porestardirigida al hombre en ¡
cultos). Hay que aclarar, de todos modos, un equívoco que fácil- cuanto tal y noal ciudadano, lx
experienciade loscultos mistéricós |
mente se puede asociar al carácter iniciático y secreto de los cultos
mistéricos. Estos no están reservados a una minoría exclusiva y pólisateniense tutela” protege y administra los: Misterios elcusinós,
sectaria: tod ¡dadano:puede:seriniciadoy”porlogeneral:to.e3; que no producen un tipo de hombre ni una forma de vida extraños
incluso son admitidos sujetos que por lo general está excluidos en a los de la comunidadpolítica, ya que la iniciación en los misterios
los cultos olímpicos de la pólis como los extranjerosy los esclavos no conduce ni exige una existencia distinta de la de sus conciuda-
y, naturalmente tambiénla
las mujeres. danos (también iniciados, por lo general). Eos-misteriosalcanzan»
Los”cultosmis másireducidosiquerlos: cívicos, deestemodo
unaesfera-de experiencia yde-problemas psicológi-
»-
34U/MArto vegern El hombre y los dioses/311

0000000000000
cOs y religiosos"a-los que los cultos públicos dela pólis no propor estas minorías sectarias, ligadas a grupos sociales y experiencias
culturales extrañas a la pólis? en primer lugaryseyechaza.elcarác?”
terviolento,el aspecto cruentoy- micida que'serecoñocdecomio
central'entapolitizacióndelavida: Laciudad se muestra estructu-
ralmente ligada a la exclusión y a la opresión de grupos sociales
Esdistinto:el.caso. delas sectas sapienciales-religiosas;ren las completos, a la guerra entre diversas comunidades, a la stásis y al
que se expresa el aspecto místico o, comohasido dichoquizá me- pólemos, ligada al asesinato (phónos) que inevitablemente acompa-
jor, «puritano» de la religiosidad de los griegos. ña a estos fenómenos. En una palabra, la ciudad está indisoluble-
Elmovimientorórfico —de Orfeo, legendario cantor, poeta y mente ligada a la memoria de la violencia heroica de la Ilíada, y
teólogo al que se atribuía un descenso a los infiernos— nace:de:la: está marcada incluso en su práctica religiosa. Posición central ocu-
Grecia delsiglo vra.C-enlosmismosambientesculturales y socia: pa aquí el sacrificio cruento, la muerte del animal, el derramamien-
les eñlos quese habian desarrollado los cultos dioñiísiacos: Aquí se to de su sangre: se trata de un conocimiento difundidu en estas for-
a asumir
acogieron, probablemente, los ecos de la tradición chamánica que mas de religiosidad puritana, destinada, como veremos,
se originó en el mundo escita, como las creencias indoiranias so- también las formasde la teoría, que la posibilidad latente en todo
bre la inmortalidad. Desde el punto de vista social, estos movimien- sacrificio es el asesinato, que la violencia, una vez desatad a, no
tos religiosos de protesta parece que se refieren a las áreas de ex- puede ser reglamentaday contenido en su simbolismo sacrificial.
clusión y de desagrado producidas por la formación del universo "socialrestárpúr:tamto,cóntaminada'poruna"tulpa! de
politizado delas ciudades: mujeres, extranjeros, comunidadesperi- que-prolongay.perpetúa.otra doble culpa-más-antiguaque
sangr lapropia
féricas, figuras de intelectuales marginados. Desde el punto de vis- marca existencia de. lahumanidad-por.unaparte yla de
ta psicológico, los movimientos sectarios recogen las mismas exi-
gencias procedentes de los estratos más individuales y profundos
de la experiencia religiosa, que actúan también en elrito mistérico, taneshabían atraído al dio
dando, sin embargo, respuestas más explícitas, más articuladas tan- añagaza, lo habían asesinado, cocinado y comido. De las cenizas de
to en el plano religioso como en el intelectual, proponiéndose en los Titanes, golpeados por el rayo de Zeus que les castigaba poresta
definitiva como una integración, pero también comounaalternati- primigenia teofagía, nacieron los primeros hombres, manchados
varradical'alaforma dela religiosidad: olímpica ciudadana? desde el comienzo por esta contaminación atroz. Pero la culpa ori-
Estaralternativasé configura en primer lugar como-la propuesta ginal se multiplica en cada existencia individual: según Empédo-
deun mododevida dóntrapuestoal del citidadano: Se articula en cles, un sabio de comienzos delsiglo v ligado tanto a la religiosidad
una serie compleja de obligaciones y prohibiciones, la primera la órfica como a la filosofía pitagórica, cada vida está ligada a la pre-
de no comer carne, de la que veremosel sentido religioso; pero sencia en un cuerpo mortal de un alma-démon inmortal, de origen
más importante todavía que el contenido de estas obligaciones y divino pero expulsada de su sede celeste por causa de un asesinato
prohibiciones es su capacidad de establecer una regla minuciosa y o de un perjurio (B 115 Diels-Kranz), y obligada a pagar su culpa a
de inducir en los iniciados un ansioso celo de observancia y de dis- través dela inferior existencia terrena hombres estár
ciplina. Laregla y lá disciplina en sí mismas garañtizan la purezade aplastada bajo pesode esta Wipléculpa que marcalápropia éxis-
los miembros de la secta? confirman su diferencia con los demás, tencia de lahumanidad” ladelasociedad política yla decada indi?
con los profanos, con su mundo impuro y contaminado. El modo viduo; El tastigo-dela:culpa consiste er la violencia quecontamina
de vida escrupulosamente construido y observado por las sectas cadaacción-de lavida, en el dolor, enla opresión: y enla angustia
constituye el principio de exclusión que separa los pocos que han quelaacompañan; en la funestaespera de la muerte. Perohay una*
emprendidola vía de la purificación y de la salvación partiendo de hacia:la salvación? hacia una felicidad inmorial capaz de saltar”
la irreductible multitud de los impíos, el mundodela ciudad triun- los mismisimos límites de la condición humana. Consisterentuna”
fante que cree:ser capaz de segregar a los débiles y los marginados doble estrategia. Enprimer. lugar;setrata de contraponer.ala cor-
y que en cambio es rechazado y excluido, gracias a la elección sec- poreidad contaminada y al elelemento divino einmortal que
taria. : háynosotros, el'almaz(la fuerte concepción del alma nace de la
Pero, ¿cómo se forma el rechazo de la ciudad y de su religión a cultura griega, precisamente dentro de este contexto religioso y sa-
0000606000000 000OOOLOLOLICTLICIAOLICIDO
El hombre y los dioses/313
312/Mario Vegetti

ganización del mundo divino como un paso del caos originario al


piente). Hay:que liberar
elalma; desatarlade losvínculos dela cor:
orden realizado en el reinado de Zeus (donde podía reconocerse la
idad: Alrmismo tiempoy hay:que purificar.el. alma -de-la culpas
sociedad de los héroesy luego la sociedad política), para los órficos
“hechocaerdesdé su condición de démoón divinó hastacen:
hay una decadencia desde el orden inicial, simbolizado por la uni-
n_tuerpo;la atadura a la corporcidad se utiliza como un
dad del Principio primordial —la plenitud del huevo cosmogóni-
instrumento necesario para pagarla culpa, respecto a la cual re-
- co, la indistinción de la noche— al desorden de la multiplicidad y
presenta el castigo. Para ambos objetivos ificación:de lá cor-
de la diferencia, con el conflicto y la violencia que conllevan. Hay,
poreidád ypurificacióndel'alma— lá vidat e
sin embargo, un nuevo orden, que se expresa con el advenimiento
¡ únejercicio de s: rificio dé renuncia, de ascetistrio:: yA
de Dioniso, su «pasión» —en la acción teófaga de los titanes— y su
rigidastodas las teglas que definen el modo de vida sectario: Lapri-
definitiva recomposición. En el hombre, el equivalente a la historia
meray fundamental renuntia, desde.elpunto.de vista:simbólico; es» !
de Dioniso se expresa a través de la contaminación originaria, la
dadela alimentacióncáríticaconellala delsacrificioque defor»
purificación y la salvación del alma. '
ma'indisoluble le acompaña en la religión. de la ciudad::esta doble
En" elrhorizontereligioso del orfi ¡Dioniso-juega:un :papel
renuncia significa el rechazo de la violencia, del asesinato, del de- (
tán importante como“eldeApolo;si nomayor: La relación que exis-
rramamiento de sangre que contaminan la existencia humana. Le
te entre el puritanismo ascético y vegetariano del orfismo y la de-
acompaña toda una serie de reglas de asistencia, a partir del con-
senfrenadaliberación de los ritos báquicos propios del dionisismo
trol de la sexualidad, que significan el rechazo de la mezcla del
constituye un serio problema de interpretación. Sin duda, tienen
alma con el cuerpo. En el diálogo platónico que másrepresenta la
en común referencia a estratos sociales marginales y la forma de
tradición órfica y pitagórica, el Fedón, la vida queda claramente ca-
cultura y de religiosidad de protesta, alternativas a las «oficiales»
| racterizada como ejercicio de preparación a la muerte:
de la sociedad de la pólis. Pero ademásde esto, elorfismio hia:visto
«Purificación (kátharsis) ¿no es, por ventura, lo que en la tradi-
probablementeenDioniso ál dios.de lainocencia originátiay:per-
ción se viene diciendo desde antiguo, la separación del alma lo más
didazde la pacificación entre hombrés y émtre hombresy.naturale-
posible del cuerpoy el acostumbrarla a concentrarse y a recogerse
za que las violentas sociedad de la guerra y de la política habían
en sí misma, retirándose de todas las partes del cuerpo, y viviendo
puesto en crisis. Ciertamente, Ja:inovcenciardel:dionisisño "lleva
enlo posible tanto ahora como después sola en sí misma, desligada
1 nápurificacióndela condición históricade loshombres
del cuerpo como de una atadura? [...] ¿Y no se da el nombre de
yaciasabajos, en dirección a un regreso a la inocencia natural de la
muerte a eso precisamente, al desligamiento y separación del alma
animalidad, mientrás'que la7de los órficosestá dirigidamásbieh”
con el cuerpo?» (967c-d).
hácialloalto; hacia la recuperación por parte del alma de una con-
Lá'salvación individual esparaael orhsmo esencialmentesalvá-
dición divina: pero los-dos-aspectos han podido-ser:experimenta!
ción1 del alma mgre lapráctica:derunaapurificación»
dos comoexpresiónes.de un rechazo común, déuñacomúnaspira-
cióñ atun orden yuna paz quelareligiónde la”política no podía ga»*
rfismo esem.
primerlugarApolokathárt
SER Liberada del cuerpo; el almapurificada puederegre» pri
La referencia a Apolo —dios de la sabiduría además de dios de
sarala
beatitud de su originariacondición divina-los adeptosdela
la pureza— domina en cambio en la tradición filosófica que, desde
secta solían llevarse a la tumba tablillas áureas o de cuerno (como
los pitagóricos hasta Platón, retoma y elabora teóricamente el
las encontradas en Locris, en Magna Grecia y en Olbia, en las cos-
mensaje religioso del orfismo.
tas del Mar Negro), que atestiguan la purificación producida e in-
Entre lossiglos'1vyv;los pitagóricos desarrollanlaconcepción
vocan a los dioses de ultratumba para que el alma del difunto sea
órficadelasalvación"encuna" elaboradadoctrina“del:ciclodela?”
acogida junto a ellos. reencarnaciones del almaEsta, como démon inmortal, pasa a tra-
Los órficos fundaron esta fundamental concepción del alma y |
vés de una serie de encarnaciones en diversos cuerpos mortales, de
de su salvación sobre una teogonía que se opone a la de Hesíodo, :
condición superior o inferior según el nivel de purificación conse-
del mismo modo que el rechazo del sacrificio cruento se oponía a |
guido enla vida precedente. Al fin, el alma podrá separarse definiti-
las prácticasreligiosas de la pólis. Conocemosesta teogonía órfica
vamente del ciclo de los nacimientos para regresar a lo divino de
de modo fragmentario (entre otras cosas gracias a un papiro en-
donde procede (según una versión de la doctrina), o bien, podrá
contrado recientemente en Derveni). Si Hesíodo presentaba la or- |
314/Mario Vegetti El hombre ylos dioses/315

BOOCOICPEIDAIIIAIICAIAICAIACIIAICIIAA
reencarnarse en las formas de vida más altas concedidas al hom-
tivos a la dimensión histórica, política e intelectualmente goberna-
bre, las del reyjusto y sobre todola del sabio, que ya asume —como
ble de la vida. En cierto sentido, Aristóteles podía todavía conside-
ocurre definitivamente en la reelaboración platónica de esta tradi-
rar en la Poética los hechos del mito como acontecimiento (genó-
ción— el aspecto del filósofo.Por otra parte,ya. enlos agóricos mena) realmente ocurrido (1451b pp. 15ss.), pero sólo en cuanto
leTpurifitación ascéticaFexigidayporla”tevidaórlica“st-va” configu- que pertenecientes a una dimensión espacio-temporal no homogé-
manera
“ando-de distinta? a las abstinencias y a las renuncias nea y ajena respecto a aquélla en la que se desarrolla la experiencia
se-suma-la-formamás?;aladela
rituales EA pun onzapolinea»: 12 histórica y sobre la que han tomado sus instrumentosintelectuales.
E ¿nalasasabiduriateónicaalestudió delosr Lacrsisd3lacigenciamiticapel/comienzo
desu
tension
conda
áspuros delconocimiento. Matemática, geometría, armo- racionalidad.político-filosóficaTquetreinalémila midasotial-derlos
nía, astronomía, cosmología, filosofía —el campo de la pura teo- hombresrseverifi porel contrario, cuando-la:ssegundarti
ría— integran en parte, y en cierto sentido relegan a un segundo invadir:elespaciodelaprimeraobientuandolápropia creenciase
plano, los aspectos propiamenterituales y religiosos de las prácti- dispoñeen-una- dimensiónespaciotemporalino alejada respecro”a
cas de purificación del alma; y por otro adquieren ellas mismas un Aarhiste :
valorreligioso, una consagración apolínea, que harán de la forma apúmerade estas
colisiones csesproduceccuandorla"formarde
de vida del sabio y del teórico la más alta y más grata a los dioses. racionalidadsapiencialyluegofitosóficarforzáda porsu creciente
Esta tradición alcanzará incluso a un pensador«laico» como Aris- capacidad de abstracción, tiefdT3invadiFel oOespaciónmoco”
tóteles, quien en las últimas páginas de su Etica de Nicómaco (10, idiarodelrrmito: En este enfrentamiento impar, la imagen religiosa
7-9) desgranará un verdadero himno a la perfección, a la beatitud, antropomórfica del mito revela inmediatamente su falta de ade-
a la proximidad a lo divino que corresponden a la forma devida fi- cuación intelectual, su naturaleza poética e ingenuamente proyec-
losófica. tada. Ya en el siglo vi Jenófanes señalaba de forma impía este as-
Enel cursode este camino, la relación entre la actitud de los sa- pecto: «Los mortales opinan que los dioses han sido generados y
bios, de los filósofos, de los intelectuales y las creencias religiosas que tienen un modo de vestir, voz y aspecto» (B 14-Diels-Kranz);
no siempre será, sin embargo, de integración y de desplazamiento «por otra parte, si tuvieran manoslos bueyes, los caballos y los leo-
progresivos, como sucede con la corriente minoritaria y sectaria nes, o fueran capaces de pintar y de hacer con sus manos obras de
que va desde el orfismo al pitagorismo y a Platón. Esta relación es- arte como los hombres, los caballos representarían imágenes de
taba destinada a conocerfrecuentemente momentos de conflicto y dioses y plasmarían estatuas similares a caballos y los bueyes a bue-
de crisis. yes» (B 15 Diels-Kranz); «los etiopes afirman que sus dioses son
chatosy negros, los tracios que son de ojos azules y de cabello roji-
zo» (B 16 Diels-Kranz).
LENTAdclareligiónyladivisiómaealas2reencias Estarcríticadevastadora-del-antropomvorfismoxmiticordejárelies- |.
paciolibreydisponibie:paradainvasiónadelacabstrácción:filosó!
Pararlos
griegos,Jaexperienciareligiosa+siempre::-sezdesplazó ¿CamyAhí instalará Parménides, justo después de Jenófanes, su ser
haciardos7p planosidistintostperoresirechamenteIMErCONE ados; uno, inmóvil, necesario (el estado opuesto de la variopinta capaci-
Por.un.Olado;Elmito
colidiaholyporoto! comosu nivel de sentido y dad narrativa propia del mundo mítico); despuésde él, «otro» nivel
de inteligibilidad, elcónjúnto delosrelatostiíticosmás 0menos superior del mundo será ocupado paco a poco por otras configura-
directamenteligados a exigencias profundasde-garantía-delórdén ciones teóricas, hasta la teología cosmológica de Aristóteles, que
delmundodessentidoyvalordela expeñenciózocialeimdividual. aceptará en la Metafísica echar un vistazo retrospectivo sobre sus
Larobservántia:delrrito:exigereralgunarmedidarlazereenciazensel precursores. «Los originarios y hombres más antiguos han com-
universo del mito -éstasolo-es posiblea su vez—en un panorama prendido estas tosas en la forma del mito, y de esta forma las han
intelectual que se convierte cada vez más complejo, más rico en transmitido a la posteridad, diciendo que estos cuerpos celestes
problemas, en instrumentos y en retos— médiantesunzdesplaza- son divinidades y que la divinidad circunda toda la naturaleza.»
ito chaciaunespacioyurtiempo distintos respectoados-histé- Hasta aquí Aristóteles es comprensivo e indulgente. Pero inmedia-
iales”Requiere, por tanto, la inscripción en un registro "tamente después agrega: «Lo demás (los nombres y los relatos de
autónomo de verdad, no comunicador y no vinculado con los rela- los dioses] se incluyó después, también de forma mítica, para per-
o
0
o . 316/Mario Vegetti El hombre y los dioses/317

o
suadir a la mayoría y para imponer obediencia a la ley y por moti- mendar los viejos textos de modo edificante, y expulsar después de
e vos de utilidad. De hecho, dicen que los seres divinos son parecidos la pólis a los poetas para siempre. Mientras se piense que «Homero
0 a los hombres o a otros animales, y añaden otras cosas, que derivan ha sido el educador de Grecia y que, por lo que atañe a la conducta
de aquéllasy son muy similares a ellas» (12, 8). Aristóteles separa, y cultura de la vida humana, es digno de que lo estudiemos, hasta el
O por tanto, netamente un núcleo de verdades, un «pecio» de la sabi- punto de ordenar toda la existencia de acuerdo con la norma de
o duría antiquísima —la fe en la divinidad de los astros— dela confi- vida que encontramosen tal poeta», Platón piensa que no habrá ni
guración mítico-poética, del antropomorfismo narrativo en torno una buena formade vida ni una ciudad justa, ya que, añade, «si das
o al cual se había artículado
l: la reli ión de los griegos ¡Unarvez-que-ha» entrada a la musa voluptuosa, en la lírica o en la épica, rcinarán en
o tu ciudad el placer y el dolor en lugar dela ley y de la norma que en
cada caso reconozca la comunidad como la mejor» (República, 10,
e Laprimera es de tipo
político: losadiosesdt
delacreencia pp. 606a ss.).
o ¡dóinventados —en su versión moralizante de garantes Larnuevazciudad-debe-rechazar:lanegativazTEligióriammitológica
de lajusticia— paf érmatdadeyyalosvaloressocia- derl33poetas? por sus efectos perversos sobre la educación de los
o leStenlas mentesd ¿que hubieran transgredido una y ciudadanos, además:debe-foridarsúspropiasinstitucionesy-su-pro*
o los otros no hubieran sentidoel temor al castigo divino. En esto, pigceducaciónaenuna nueva teologíaque respondaradiciadosdeta
o Aristóteles había sido precedido, hacia fines del siglo v, por el sofis-
ta del partido oligárquico Critias, quien había escrito: «Creo que un . logisstundada sobre la creencia en la divinidad de los astros, y en la
0 hombreastuto y sabio de mente inventó para los hombres el terror existencia de una providencia divina que garantice el orden del
0 a los dioses, para que los malvados temieran también por aquello cosmosy, por lo tanto, sea normativaparalaexistencia humana?
que hacían, decían o pensaban de modo oculto [...] Así, pienso, al- Estamueva teglogía¿flosófica, bastante más pobre en contenidos
O guien persuadió al principio a los hombres de que los dioses exis- narrativos e imaginados
re Féspecto de la «poética», pero mucho más
0 ten» (B 25 Diels-Kranz). Y después de Critias y Aristóteles, una lar- exigente en términos de obligaciones normativas y educativas y
mucho más rica en temas dogmáticos, sentirálatentacióntecur
0 ga tradición filosófica, de Epicuro a Lucrecio, se esforzó en con-
vencera los hombres de que temer al castigo de los dioses era un rentesde:Hotassezdeun aparatodecontrol yde Conistricción, a mes
0 absurdo. S y la-IglesiaTApazt imponerla onodo-
o “segunda explicacióninstrumentat-del-mito-está-en-su-int ETlartransgresión”»Asi, Platón pensará en dotarla teo-
raciónalegórica, que tiene también una ampliatutradición, desde logía formulada en el décimo libro de las Leyes de un órgano de
0 los sabios presocráticos hasta los filósofos estoicos y neoplatóni- control, el Consejo nocturno, que estuviera en condiciones de cas-
9 cos. Ségúnestatradición”elmitoexpresariadeformapoétiga, para tigar con la.muerte al culpable de impiedad (Leyes, 10, 12); y aúnel
uso de mentes simples y como adorno, un núcleodeverdades
filo- historiador Cleantes, en el siglo 11 a.C., propondrá procesar por im-
o sóficasquese puedenleerdetrás-de-élyasi, el carro de Apolo repre- piedad ante un tribunal panhelénico al astrónomo Áristarco, que
0 sentaría el movimiento del Sol, la justicia de Zeus la existencia de había puesto en duda la posición central de la Tierra (y con ella la
razón providencial que constituye la legalidad dela naturaleza, las de los hombres y sus dioses) en el sistema de los astrosy de los pla-
0
=-

generaciones de diosesel orden se constitución del cosmos, etcé- netas.


0 tera. Efentealozd. tosimpulsós disgregadores —sectariosy filo-
Si la primera forma de colisión entre creencias mítico- sóficos— 14polisreaccionade-diversás maneras en defensadejla
0 religiosas y racionalidad filosófico-política se produce cuandola religión-y-del-Panteón--que-la instituye 131funda? Se adoptan, como
0 segunda invade, en virtud de su potencia de abstracción, el remoto se HaVisto"formaselásticasdeintegracióndel dionisismo en el ám-
bito dela religión cívica, que consienten al mismo tiempo un con-
0 espacio de las primeras, lásegundarcolisión:ti
cuanido son las Creencias;con capacidad:d condicionar. la”vida trol de su potencial destructivo y un abundante uso de su relación
0 b: satravé
través"de”la:educación;tas:que violanlas” con «otra» dimensión de lo sacro (al contrario de lo ocurrido en
0 Roma, la pólis griega no se lanzará nunca a la prohibición de los ri-
mía los efectos deformantes de la poesía «teológica» de Homero y tos báquicos, puesta en escena por Eurípides en Las bacantes por
o de sus seguidores, y proponía al legislador de la nueva ciudad en- obra del rey Penteo, atrozmente castigado por el dios a causa de su
0
318/Mario Vegetti El hombre y los dioses/319

XX XA XXXIX XXXIX XXIMDXAXIXxX1IX1


impiedad). Los órficos fueron rechazados y mantenidos en una gro la democracia ateniense. Esto significa, en sustancia, que la ob-
condición marginal y sin clase social de magos purificadores, mís- servancia de la religión olímpica y de su ritual estaba muy preveni-
ticos en olor de charlatanería, itinerantes de ciudad en ciudad, de da en solidaridad con la existencia de la pólis y de su orden político;
Casa en casa, que proponensuslibros y sus ritos extraños, y como «creer en los dioses» significaba en primer lugar no tanto un acto
mucho instalados en comunidades extremadamente periféricas espiritual de fe o un obsequio teológico, sino un sentimiento inme-
respecto al universo de las grandes póleis. El caso de los pitagóri- diato de pertenencia a la comunidadpolítica, y al fin era equivalen-
Cos es distinto: en la medida en que intentaron transformaren la te a ser un buen ciudadano ateniense, o espartano o de otros lu-
Magna Grecia su anomalía religiosa en un régimen político orien- gares.
tado al puritanismode la secta, fueron expulsados —-como ocurrió Precisamente poresto la pólis se reservó siempre el derecho de
en Crotona quizá hacia mediados del siglo v a.C.— en un pogrom legislar sobre el culto de los dioses y sobre la composición del pan-
sangriento. Acto seguido, la diáspora pitagórica en Grecia decayó a teón: la admisión de nuevos dioses, como ocurrió con el ingreso de
un rango no distinto del que marginó al orfismo, aunque intlectual- Asclepio en Atenas en 420 a.C., y masivamente en época helenística
mente fuera mucho másinfluyente. Ñ con el reconocimiento de divinidades de origen oriental o ligadas
La actitud de la pólis y de su religión respecto al reto filosófico al culto de los nuevos monarcas, no violaba el orden y la estabili-
presenta caracteres complejos y de no fácil interpretación. Privado dad de la ciudad si se sancionaba comunitaria y públicamente. De
como estaba de una ortodoxia de difícil interpretación, lapólis ig- forma semejante la pólis regulaba y ponía bajo su garantía los mo-
norá_hor,ló general las provocaciones y lastransgresionesfilosób- mentos de integración religiosa interciudadana y panhelénica,
5; por lo demás restringidas a una exigua minoría de intelectua- como las ligas religiosas (anfictionías), los juegos olímpicos, la
les sin incidencia política efectiva. Sin:embargo;existen en época aceptación de la autoridad del sacerdocio délfico sobre toda una
clásica al menos:«dos
vistosas excepciones a esta actitud; 103 pro serie de acontecimientos públicos. Estos momentos de religiosi-
dad panhelénica, aunque estuvieran siempre regulados por la pó-
(400 a.Cciy ontra Sócrates; en 399a.C> El primero fue acusado de lis, hacían que la aceptación de la religión olímpica, de su panteón
¡haber negado la divinidad delosastros y en particular del Sol, figu- y de sus ritos significase, además de que uno era ciudadano de su
¡ra apolínea por excelencia, interpretándolos como agregaciones pólis, que uno era griego; es decir, en el fondo, que se era hombre
| de materia incandescente, y fue castigado con el exilio. Sócrates, en sentido total. Se comprende entonces que el rechazo de esta co-
| como es sabido, fue inculpado de deformara la juventud ateniense, munidad religiosa pudiera comportar, para la conciencia común,
i negando además las divinidades de la pólis e importando nuevos una autoexclusión del cuerpo cívico, de la civilización helena, del
dioses, de naturaleza quizá órfica (el «démon») y cosmológica (las mismo consorcio humano que se identificaba con ella, al margen
1 «nubes» de las que hablaba Aristófanes en su sátira). Porestas acu- de las degeneraciones bárbaras. Pero, puesto que esta aceptación
saciones, Sócrates fue condenado a la pena de muerte, que él re- era pública y sé acababa en la esfera pública no comportando ni
| chazó convertir en un exilio, como hubiera estado en su derecho una fe a nivel de'conciencia ni una ortodoxia teológica en el pensa-
hacer. miento, era posible una división de los niveles de creencia que de
Al contrario delo que podrían hacer pensar, estos dos procesos hecho se
se produjo progresivamente. «CreerrentaTe! olimpicaTy
—-que introdujeron en los filósofos una cierta actitud de prudencia Ñmuó significando, paratodos, aquella
observancia-de los-ritos
respecto a la pólis, tanto que Platón, como alumno de Sócrates, yaquellaparticipación:en el sabe: ativo-de los-mitos
prefirió un exilio temporal, y que Aristóteles pudo tener para si una marca depertenencia auna:comuni ad; a una-culturap|
repetición del proceso de Sócrates— no significan la existencia de auna civilización, junto con el uso de la lengua griega, el conoci-
una intolerancia religiosa en la ciudad, lanzada hasta la persecu- miento de Homero y de los usos que constituían la vida social./En>
ción de las herejías. Tanto el proceso a Anaxágoras como el de Só- otro"nivel estaCreencia pudo cscoexistirperfectamente; €como ocu-
crates hay que verlos como episodios de la lucha política que se de-
sarrollaba en la ciudad: con Anaxágoras, que quería golpear en el con
gel MOnGIEÍsmo oyelinmanentismopropios:de
y la teología filosó-
ambiente político-intelectual cercano a Pericles, y con Sócrates un fica
dapoco
que appocopenetró en los estratoscultos dela”Sociedad
miembro eminente de ese grupo oligárquico que tenía a Critias a (tendiendo a identificar cada vez más los dioses con el primer dios,
su cabeza y que conel golpe de estado de 404 había puesto en peli- y éste, como ocurre con los estoicos, con el principio racional de
boco.s. 0000000000000 0OOIOLILIIAADO
320/Mario Vegetti
El hombrey los dioses/321

orden y sentido inmanente a la naturaleza del mundo), o como NiussoN, M. P., Geschichte der griechischen Religion, 2 vols, Munich, 1967-1974.
ocurrió conel escepticismo religioso muy presente entre los inte- [Hay cd. cast., Historia de la religiosidad griega, Madrid, 1970.]
lectuales. Orro W., Die Gótter Griechenlands, Bonn, 1929.
El politeísmo tolerante de los mitos y los ritos, excepto en las PLaces, E., DES, La réligion greci: e, Paris, 1969.
exigencias políticas y sociales a las que estaba indisolublementeli- Rubuaror, J,, Le délit réligieux dans la cité antique, Roma, 1981.
gado, convivió mucho tiempo, en la conciencia de los griegos, con SaBBaTuccr, D., Saggio sul misticismo greco, Roma, 1965.
las más intrépidas experiencias intelectuales en campo teológico, Sissa, G.-DETIENNE, M., La vie quotidienne des Dieux grecs, Paris, 1989. (Hay
ético y científico. Al menoshasta la aparición de nuevas formas re- ed. cast.: La vida cotidiana de los dioses griegos, Madrid, 1990.]
ligiosas, dotadas de una fuerte carga de ortodoxia teológica y de SneLz, B., Die Entdeckung des Geístes, Hamburgo, 1963,
UNTERSTEINER, M., La fisiología del mito, Florencia, 1972.
una institución eclesiástica con poderes coercitivos, que atacó di-
Vecern, P., L'etica degli antichií, Roma-Bari, 1989.
rectamente tanto al primero como a las segundas. Pero, con todo
VERNANT, J.-P, Les origines de la pensée grecque, Paris, 1962.
esto, estamos ya fuera de la experiencia como a las 'segundas. Pero, — Muyihe el pensée chezles Grecs, Paris, 1972. [Hay ed. cast.: Mito y pensa-
con todo esto, estamos ya fuera de la experiencia religiosa de los miento en la Grecia antigua, Barcelona, 19852.]
griegos, aunque los nuevos monoteísmos, del judaico y cristiano al — Mythe etsociétéen Greceancienne, Paris, 1974.(Hayed.cast.: Mito y pensa:
islámico, acudieran endistinta medida a sus elabofacionesteológi- miento en la Grecia antigua, Madrid, 1987.]
cas y a su pensamiento salvífico del alma. — Réligions, Histoires, Raisons, Paris, 1979,
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MOMIGLIANO, A.-HUMPHREYS, $. C., Saggi antropoligici sulla Grecia antica, Bolo-
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OOOLLLPLLLVLLOCILLIIIILLILLLIIITIIÓAO
Capítulo noveno
EL RUSTICO.
Philippe Borgeaud
OCENCIA

El rústico, el primitivo, el mal educado, el destripaterrones, el


salvaje, el bestial, tantas figuras que abundan y fascinan en la imagi-
nación de los griegos. Figuras importantes en la medida en que de-
sempeñan, en este plano de lo imaginario, una función escénica a
partir de la cual los inventores de la paideía se entregan al placer
de reflexionar sobre las condiciones en que emerge un equilibrio
civilizador. Elrrústicointeresaalaciudadenlamedida-enla-que;
er

Todo comienza con los relatos más antiguos, con la epopeya.


Odiseo, dejado por los feacios en una playa de laca, aparece en-
vuelto en una niebla que le impide reconocersu patria. Es enton-
ces cuando aparece un pastorcillo, parecido al hijo de un rey apa-
centando sus rebaños. En realidad se trata de Atenea, ella es la can-
sante de la bruma y quien le indica el camino de la realidad. El ca-
Cegamiento de Polifemo, fragmento de una crátera argiva de Argos. mino transcurre porlas tierras de Eumeo, el «porquerodivino», el
Mediados del siglo vn a.C. cual realizará por su huésped un primer sacrificio en honorde las
ninfas y de Hermes cerca de un famoso antro. Encontramos pues
una obertura pastoral en estos encuentros graduales con el univer-
so humano. Rústico fiel y piadoso, muy civilizado (es un esclavo,
desde luego, pero de origen noble), Eumeo acoge a su amo (aun-
que no lo reconoce) con una actitud favorable que no tuvieron los
anteriores protagonistas con los que se encontró Odiseo lo largo
de su viaje!.

1 Con excepción de los feacios, por supuesto, que actúan como media-
dores entre el otro mundo, el del periplo de lo inhumano, y el mundode Ita-

325
0OPOVLPPPLIOOLIOLILOLILOLIIIIIIIIIIIIDÓA
326/Philippe Borgeaud El rústico/327

Enla Odisea el monstruo surge como una figura anunciadora Sin embargo, Odiseo desembarca en el ámbito de un ser primi-
de aquello que la ciudad, recién constituída, se esforzará porelimi- genio. Polifemo, lejos de sus congéneres, es un salvaje entre salva-
nar con el fin de lograr una mejor imageny, también, de diferen- jes, una especie de díscolo avant la lettre*. «Pacta sus ganados apar-
ciarse mejor, Hay por tanto que seguir, con el escolar griego que te, sin trato con otros cíclopes»*. Es todo lo contrario de un huma-
aprende de memoria el relato épico, el periplo de Odiseo, su reco- no, de uno que vive de pan. Pero en su antro los zarzos están reple-
rrido «exterior». Hace falta el encuentro con Polifemo?. En el mun- tos de quesos, los rediles llenos de corderillosycabritos, la leche
do de los cíclopes, no se da la oposición entre el campo y la ciudad, recién ordeñada rebosa en vasijas de metal. Al igual que sus congé-
eso llegará más tarde. Se trata, primero, de una oposición entre la neres sabe hacer fuego. Un fuego que no sirve parael sacrificio y|
pequeña isla y la tierra de los Cíclopes. La isla donde desembarcan que sólo parece arderpara indicar que en ese mundo extraño apa-
Odiseo y sus compañeros, los primeros seres humanos en pisar su recenciertos rasgos emblemáticos de la humanidad. Falsa aparien-
suelo: «una isla [...] boscosa y en ella se crían las cabrassalvajes in- cia que se pone de manifiesto con el comportamiento de Polifemo:
contables*, únicos habitantes, ademásde las ninfas, absolutamente se come crudos a los compañeros de Odiseo al tiempo que riega
fuera del alcance de los cazadores. No hay evidentemente campos con leche tan canibalesco festín. Acabará siendo vencido portres
labrados ni sembrados. Es un medio no humano. Enfrente, a una argucias que remiten, cada una a su manera, a imperativos de la ci-
distancia que alcanza la voz, se halla la isla donde habitan los cíclo- vilización: vino puro, de procedenciadivina, que le es ofrecido por
pes. Aunque sonhijos de Posidón, ignoran el arte de la navegación. Odiseo y conel que el ciclope se emborracha mientras devora su
Cerca de los dioses, sin nada por que preocuparse, viven sin necesi- comida propia de una fiera (conjunción de aspectos no por másci-
dad de plantios ni labranza, dedicados sólo a la cría de ganado me- vilizados menos humanos); una estaca de olivo (el árbol de Ate-
nor. No encontramos ya una naturaleza totalmente virgen en esa nea), desbastada, endurecida al fuego y manejada por el jefe del pe-
pequeña isla, pero tampoco estamos ante un universo realmente queño grupo de marineros de Itaca, estaca con la que el ciclope
compatible con el del hombre. El vino, porejemplo, se extrae de vi- será cegado; por último, la trampa verbal (sustitución del nombre
des silvestres. Los cíclopes son «unos seres sin ley. Confiando en de Odiseo por el de «Nadie») que impide al cíclope cualquier co-
los dioses eternos, nada siembran ni plantan, no labran los campos municación social. Polifemo, privado de la vista, del lenguaje («Na-
[...] Los ciclopes no tratan en juntas ni saben de normasde justicia dic» le ha herido), después de su encuentro con Odiseo, de rústico
[...] cada cual da ley a su esposa y sus hijos sin más y no piensa en se convierte en un ser brutaly violento, cuyo lamento sólo es escu-
Jos otros.» Nos hallamos en lo que mástarde, a partir del siglo v chado porun dios, su padre Posidón, señor del turbulento mun-
a.C., acabará por considerarse como unestado pre-político, carac- do marino, que toma el relevo de su hijo y arrebata al astuto
terizado porla dispersión de pequeños hábitats3. La ausencia de re- Odiseo.
glas sociales y de religión (por tanto ausencia también de hospitali- Polifemo no.desaparece de la escena literaria, y con razón. Ade-
dad) es la norma en este mundo reducido, cercano a la edad de oro más de en Eurípidess, lo volvemos a encontrar en la poesía alejan-
y de sus ambigúedades. drina, bajo los rasgos del pastor enamorado de Galatea, torpe, con-
movedor, con una monstruosidad que se ha convertido en una acti-
tud digna de lástima. Por medio de un juego de palabrasse hace re-
ca: cfr. Pierre Vidal-Naquet, «Valeurs religieuses et mythiques de la terreet lacionáar el nombre de Galatea con los gálatas, con lo que se atribu-
du sacrifice dans l'Odyssée, Annales ESC 5 (1970) 1278-1297, ye a Polifemo la paternidad de los galos, mecanismo porel que la
2 Odisea 9, pp. 105:ss. angustia griega se las ingenia para ridiculizar a estos invasores bár-
3 Cfr. Platón Leyes, 680b cuando cita el pasaje de la Odisea relativo a las baros, a los queíun pánico irracional llegará a expulsarlos de Delfos
costumbres de los cíclopes. Para el desarrollode las ideas griegas sobre los
y alejarlos a Asia Menor. Es interesante observar cómo la fuerza
orígenes de la civilización véase especialmente Thomas Cole, Democritus
and the Sources of Greek Anthropology, publicado por la American Philolo-
gical Association, Press of Western Reserve University, 1967; y también Sue
Blundell, The Origins of Civilization in Greek and Roman Thought, Croom % Odisea 9, p. 188.
Helm, Londres-Sidney, 1968 (con bibliografia). 5 En cuyo drama satírico titulado El Cíclope saca a escena, en torno al
* La versión citada de la Odisea corresponde a la de J. M. Pabón, Ma- monstruo, un coro encabezado porSileno.
drid, 1982. * Se refiere al personaje de la comedia homónima de Menandro.
. 328/Philippe Borgeaud El rústico/329

bruta (y negativa además de divina) de Polifemo estaba avocadaa ca al universo presentado en la Teogonía, que en época helenística
transponerse en un registro bucólico ambiguo. Lejos de constituir se convierte en un personaje casi conmovedor aunque mantenga
unatraición, una humillación, esta reinterpretación responde por su papel de adversario de Zeus, una figuraa la que su ingenuidadlo
el contrario a una expectativa: los griegos del siglo 11 no hicieron conduce a la ruina en un contexto casi pastoril. Después de neutra-
otra cosa que reconocer algunos valores del espacio pastoril, rea- lizar a Zeus en un primer combate, se encuentra efectivamente
firmados constantemente en su propia tradición. El monstruo ho- confrontado con sus adversarios menores (Pan, Cadmo o Hermes y
mérico era ya un rústico. Egipán) que consiguen engañarlo con argucias elementales. Con-
Losgálatas (descendientes, como se ha señalado, de Polifemo), vertido así en una especie de rústico, el monstruo cosmogónico
cuando resultaron vencidos por un dios cabrero (Pan, el responsa- distrae, por ejemplo su atención, en medio de un paisaje bucólico,
ble del pánico), son interpretados de una forma pastoril; mientras porun apetitoso aroma de pescado, o porla música del caramillo.
que su derrota en Asia Menor, cuando fueron rechazados por los Por un instante se olvida la gravedad de la amenaza que pesa sobre
soberanos de Pérgamo, tendió a ser interpretada, con una visión el orden universal en beneficio de una pugna pastoril en la que el
cosmogónica, como una repeticiónde la Gigantomaquia. Esta con- monstruo, al igual que un salvaje, se deja atrapar en la trampa de
currencia de los temas pastoriles y cosmogónicos, por asi decir una los deseos. Zeus se aprovecha de ello y recupera la ventajaf. ¿Nos
violencia entre rústicos, requiere una explicación.Idilio y recuer- hallamos ante una edulcoración del mito o ante un puro juego esté-
do épico se alternan, son dos visiones de una misma cosa. Es la am- tico? Eso sería demasiado sencillo. Lo que de hecho ocurre es que
bivalencia del monstruo, risible e inquietante a la vez. se traslada lo pastoril, la «rusticidad», al concepto de amenaza cós-
La consideración de otro tipo de tradición, épica también en mica. Elrrústico:nosetidentificaicontelmonstruo*cosmogónico
origen, pero que arranca de un punto de vista cosmogónico, invita peroconvierte;
se alfiñalideunprocesoquenoessóloliterarioen*
a ciertas observaciones comparables. Todo empieza así con la Teo- sulhéredero”lógico. Bajo apariencias anodinas, encontramos el re-
gonía de Hesiodo que nos lleva a examinar otro personaje más ines- conocimiento de una nueva función añadida a la imagen pastoril.
perado en ese contexto: Tifón. El proceso que describe Hesíodo se El rústico, con su inevitable e indispensable presencia, cumple, en-
inserta en un nivel cósmico y divino simultáneamente, en cl que, a tre otras, la tarea de asegurarla dinámica del equilibrio: una resis-
través del tamiz genealógico y de los conflictos de sucesión, se pasa tencia, una amenaza, un devenir que no cesa de obligar al humano,
de unas formidables entidades primigenias (la Tierra, el Caos, al animal político, a una redefinición en su diferencia respecto de
Eros, el Tártaro) a la instauración definitiva de una soberanía (la de los dioses y los animales.
Zeus) conquistada en una reñida lucha. Esta soberanía, definida Sabemos que la situación es análoga en el plano heroico y hu-
como garantía de un equilibrado reparto entre potencias rivales, mano: el espacio no se abre de repente a la empresa reservada a los
pero en lo sucesivo limitadas, se confirma también, en el relato he- mortales; la khóra queda por dejar de ser salvaje, por «pacificarse».
siodico, como una victoria sobre una potencia del desorden, un De ahi los trabajos y padecimientos del héroe, como los de Hera-
enemigo surgido en el momento en que podía creerse en el equili- cles y Teseo. El peligro desde luego nuncallegará a estar totalmen-
brio recién alcanzado. Zeus tiene entonces que librarse de Tifón, te conjurado: el extranjero, el bárbaro, el «otro» son los que ocu-
surgido de la Tierra primigenia como una amenaza recurrentetras pan las fronterasy, a veces, simplemente zonas todavía incultas de
la victoria sobrelos titanes. La Tierra, instancia primordial, alum- un territorio por lo demás delimitado. En el seno de lo político,
bra este monstruo de Tifón sin perder su fecundidad cosmogónica. algo cercano a Zeus, Atendojo Apolo, la salvaje Madre de los dioses?
Pueden así surgir de ella alternativas al orden olímpico aunque sea se sienta en su trono flanqueada porleones junto al Consejo de los
en calidad de hipótesis inquietantes. Sin embargo lo que sale de
aquí no basta en lo sucesivo. Zeus, vencedor de Tifón, devora a Me-
$ Cfr. Marcel Detienne y Jean-Pierre Vernant, Les ruses de Vintelligence.
tis con lo que desde ese momento se asegura el no ser ya derroca- La métis des Grecs, París, Flammarion, 1974, pp. 115-121. [Hayed. cast.; Las
do. Su poder reposa en la asimilación de una potencia que consti- artimañasde la inteligencia, Madrid, 1988]; Philippe Borgeaud, Recherches
tuye, para toda la tradición griega, el mejor antídoto contra los im- sur le dieu Pan, Ginebra, Bibliotheca Helvetica Romana XVII, 1979, pp.
pulsos de violencia. 171-173,
Desde este punto de vista nos interesa el destino literario de Ti- 7 El autor de estas líneas tiene en curso un libro sobre la Madre de los
fón. Es un monstruo, cuya derrota en un tipo de combate que abar- . dioses.
P
330/Philippe Borgeaud El rústico/331

Quinientos; mientras que Dioniso en su boukolefon («santuario Se encontraban agobiados y soportaban mal el tener que abandonarca-
sas y santuarios que siempre habían sido suyos de padresa hijos desde los
del boyero») vela por la ciudad de Atenas.
tiemposdela antigua forma de constitución política; tenían que cambiar su
Enel libro l de su Historia de la guerra del Peloponeso, Tucídi-
modo de vida y cada uno debía abandonaralgo que no era otra cosa que su
des traza un bosquejo histórico de la evolución de la ciudad en el propia ciudad!0.
Ática, para explicar la conmoción que originó, en 431, el desplaza-
miento de la población del campo a la ciudadde Atenasy al inte- En el famoso discurso que relata Tucídides, Pericles describe la
rior de los Muros Largos que unían ésta con El Pireo. Evidente- verdadera naturaleza de este cambio de mentalidad bajo la forma
mente, es falso imaginar que Atenas fuera hasta entoncesla única de un programa de acción política y estratégica.
aglomeración urbana del Atica. Muchas localidades e incluso ciu-
dades de relativa importancia (por ejemplo Tórico o Maratón) exis- Noesel usode las casas y de la tierra que tanto estimáis al encontraros
tían desde hacía mucho. El famoso «sinecismo» (syroikismós), tipo privadas de ellas lo que define vuestro poder, tampoco es natural afligirse
de reagrupamiento cuya iniciativa se atribuye a Teseo en la tradi- porello, conviene mejor considerar todo eso —a la vista de vuestra poten-
ción mitológica, supone la existencia de una pluralidad de estable- cia— como el jardín o el lujo de un rica que uno desdeña!!.
cimientos de carácter urbano. El reagrupamiento fue primero ad-
ministrativo. La ciudad de Atenas, convertida en centro político y Eltidealde una*Atenas esencialmenteagricoladdesde luego se
comercial y, en ciertos aspectos, también religioso no reunía en su trataba de una vocación másteórica que real), rural Mes
s pues
seno al conjunto de la población. La mayoría de los ciudadanos duda
permanecía, por supuesto, domiciliado en sus propios demos, obe- deldes ño maritimo y
comercsal: Losvalorees (míticos) de la tierra )
| deciendo a ancestrales costumbres económicas y religiosas. La continuarán desde luego reivindicando su función ideológica,
pérdida de autonomía no significaba la de los rasgos específicos. pero
elcen
el centro
se halla, en1adelante,enotro sitio. Laciudad;ytavida ;
En el siglo 1 de nuestra era, Pausanias señala que, además de los
dano-labrado», el cual, desplazado físicamente porla guerra, en

ePPPPLLELILILILAS
dioses y los héroes, todavía se conservaban en los demos tradicio-
nes distintas de las reservadas a los visitantes de la Acrópolist. Por Mé nuevoentorno, puede sentirse ciertamente desconcertado
ello Tucídides, al definir la situación existente en vísperas de la Confrecuenciateste hecho adoptaaspectos dé conflicio generacio»”
guerra del Peloponeso, precisa que «la mayoría (de los atenienses) gal*como, porejemplo, el que opone el «razonamiento justo»e «in-
de época antigua y posterior hasta hoy han nacido y vivido, debido justo» en La nubes de Aristófanes. Cuandoel rústico, un viejo, ina-
a la costumbre, en los campos(en toís agrois)»*. Los «campos» de- daptable, se halla en oposición su hijo, discípulo de los sofistas (o
signan aquí todo el espacio que no es la ciudad de Atenas propia- de Sócrates considerado comcomoo tal). Laretó ¡cad dé la
mente dicha, lo que equivale a decir tanto los poblados como lasal- rusticidad opuesta á encuentra
deas, los demos como las tierras de labor, o sea todo el espacio de lóricaeliugarg rpadecuado-para: sristaliZar:
trabajo agrícola, El viejo Estrepsíades, desesperado con la educación de su hijo,
La"fecha-del-431rseñalauñaruptura fundamental enlaHistoria” se entrega a una elocuente anámnesis:
deglogimaginariozantiguo» Los atenienses lo comprobaron muy
¡Ay! ¡Ojalá haya perecido de mala manera la casamentera que hizo que
pronto. Conrel:aabandonodelos
campos (momentáneo, es cierto,
me casara con tu madre! Yo, que llevaba una vida tan agradable de campesi-
pero lo suficientemente lar;g0 como para tener la impresión de la
no, bien enguarrado, sin saber lo que era la escoba, tumbadoa la bartola,
que la situación se eternizaba), se con abejas, ovejas y orujo a rebosary yo, un campesino, tuve que casarme
ci6idelmundo? Varias comedias de Aristófanes y algunascélebres con la sobrina de Megacles, hijo de Megacies, con una señoritinga de ciu-
páginas de Tucídides lo muestran sin ambages: fue realmente un dad, una cursi, una«encesireada»?*. El día de la boda, reclinado a la mesa
traumatismo cuyo síntoma más espectacular lo constituye la peste
de 430:
19 Tucídides 2, 16, 2 [trad. esp. de P. Bádenas).
1 Tucidides 2, 62, 3 [trad. esp. de P. Bádenas].
3 Pausanias 1, 26, 6. * Juego de palabras sobre Césira, una ateniense, prototipo de altivez y
2 Tucídides 2, 16,1 (trad. esp. de P. Bádenas]. coquetería.

bos
DAL DADA AAA
a 332/Philippe Borgeaud El rústico/333

con ella, yo olía a vino nuevo, a cañizos de quesos, a lana, a abundancia y nodriza, administradora, compañera de trabajo, guardiana, hija y
ella a perfume, azafrán, a lametoneslascivos, a despilfarro, a gula...12. hermana» (Fr. 294).
La"óposición:campo/ciudadapareceasi-como-unainvención
En su enfrentamiento con las Nubes filosóficas, Estrepsiíades es delsigloy!5 "surgida "de:la particularisimasituación creadá por.la”
tachado evidentemente de rústico (ágroikos) desconcertado, torpe uerra delPelopoñiesó. Hasta ese momento el ciudadano ateniense
y maleducado. Sólo sería el absurdo superviviente de otra época habitaba,por lo general, fuera de Atenas, en los demos, y sólo se
que huele a rancio, si porotra parte no tuviera el: privilegio de re- traslada a la ciudad para asuntos económicos, políticos o religio-;
presentarciertos valores fundamentales: ! sos. La vida del ateniense estaba vinculadaal trabajo de la tierra. En i[
la ciudad coincidía, es cierto, con artesanos y comerciantes, pero]
Por lo que es tener un alma curtida y ser de un escrupuloso que no pega este tipo de economía desempeñaba para él una función menor.
ojo, y con un estómago frugal y hecho las privaciones, que sólo cena hier- Así es como, en el plano arqueológico, empieza a entreverse una
bajos, en confianza, no te preocupes, por todo eso podría hacer de yun-
quel3, evolucióndel hábitat. Hasta finalesdel3 d.€ clas casas lujosas”

Conviene recordar,con la tradición griega, que esunaguerralo»" individuo puede hacerostentación de su riqueza y originalidad.
que
e hay enel origendelá
lá toma deconcien e la oposiciónentre Cuando-nos-aproóximamos-al centro político-religioso, es-decir, das
privadas se vnelven
mássencillas”por relación a
convencional. Habría que hacer aquíreferencia a la historia ante- a iministativos-o:religiosos.«Esta:sencillo
rior. Mostrar cómo se pasó dela situación descrita en la epopeya,
donde cada señorreina sobre un ámbito relativamente autárquico, esta "situación cambia: los propietarios terraienienes. incluso los
de tipo familiar, a una situación en la que las tierras, convertidas en pequeños, disponende residencias en la ciudady sólo pasan enel
propiedad de una oligarquía urbana, son cultivadas por una mano campo algunos periodos; las residencias en el exterior son enton-
de obra servil que termina por sublevarse; situación que, por lo ces más sencillas, en cierto modo secundarias'6, Los:habitantes
que se refiere a Mégaraen el siglo vi a.C., nosla ilustra un Teócrito permanentesdel-campo;que todavía siguen porsupuesto existien- |,
impresionado por la idea de que los «siervos», los míseros desarra- en errlo sucesivo enrústicos, son los ágroikoi delos)
pados, pudieran introducirse en la ciudad y tomar el poder!*. El qué$se burlala
comedia nueva.Un buenejemplo de esto es el per-
cambio que sucede a finales del siglo v a.C., a partir de la larga ex- sonaje de Cnemón, el Díscolo o Misántropo puesto en escena por
Menandro*.
periencia ateniense (en donde las etapas de Solón yluego de Clíste-
nes son decisivas), es el de la situación en que tiene lugarla oposi- Todo esto parece explicarse, de entrada, por la etimología,,e1>
ción entre rústico y ciudadano: reflexión sobre el fondo de una ágroikos, es propiamente el que habitaenel agrós; es decir, en grie-
guerra que afecta por igual a uno y otro, simultánea y solidaria- go homérico, las tierras de pasto, o en los campos incultos, los cua-
mente; esta oposición se convierte en un instrumento que autoriza les se disting de la ároura, la tierra labrada. Elderivido4e
pensaren el espacio político, en el equilibrio y la salud social. La £o3,ausentede de la-e opeya, aparece:emel siglo y? Vierrearcoincidi
paz y la risa que ésta permite volver a descubrir, conservarán por entoncescon
otroderivado más antiguoágrios$que aparece1Ós
bastante tiempo, en el legado de esta memoria, un franco y buen poemas homéricos aplicado «entre otras cosas al mundode losci-
aroma a granja. Georgia, la personificación de la «Agricultura», clopes, y duesignifica «salvaje, feroz». En un estudioyyaclásico,
aparece en escena en Aristófanes y se presenta en estos términos:
«Soy la nodriza universal de la Paz. Se puede contar conmigo como 15 Cfr. Francois Hartog, «De la bétise et des bétes» Le Temps de la Rófle-
xion, 9 (1988), p. 60: «Se puede plantear la hipótesis de una correlación en-
12 Aristófanes, Las nubes, pp. 41-42 (trad. P. Bádenas 1. tre los sentidos y los valores de la palabra ágroikos y las formas como se ha
13 Aristófanes, Las nubes, pp. 420 ss. (trad. P. Bádenas]. percibido y contempladola cuestión de las relaciones entre el campoy la
14 Teognis 1, 53-57. En Pindaro también ela tierra agrícola (sólo se con- ciudad desde mediados del siglo y al 11 a.C.»
templa) en tanto que propiedad de una clase aristocrática y fuente de rique- 16 Fabrizio Pesando en Oikos e ktesis, Perusa, Qasar, 1987, pági-
zas, ño en tanto que objeto de trabajo» (Nathalie Vanbremeersch, «Terre ct nas 20-25,
* Cfr. Menandro, Comedias por P. Bádenas, Madrid, 1986.
x

travail agricole chez Pindare» Quaderni di Storia 25 (1987), p. 85.2


0900OOPOOLOILAILIELILLLLILIICIIAd
334/Philippe Borgeaud El rústico/335

Chantraine demostró cómo ágrios tomó el sentido de «feroz» por reconoce por la apariencia de su indumentaria: vestido con una
resultado de una atracción del vocabulario (independiente pero * piel de cabra o de borrego (diphthéra), tocado con un gorro de cue-
homófono) del mundo de la caza, donde hallamos los términos ro a la moda beocia (kyné) y calzado con botas (kabartínai) cuando
agréó «atrapar» y ágra «caza, montería»!”. Así pues la oposición se no con albarcas remendadas con alfileres. Lleva un corte de pelo
sitúa primero entre el espacio en que el pastor coincide con el ca- desmañado, se afejta mal que bien con el cuchillo que le sirve para
zador (en los confines, en las fronteras y másallá del territorio deli- esquilara las ovejas. Siempre se alude a la mugre que lleva y el he-
mitado) yel espacio de la labranza. Enel siglo v a.C. esta oposición dor que despide!'s.
se desplaza convirtiéndose en una oposición entre el espacio exte- La oposición mayor que comprende todas las demásesla que se /
rior, globalmente considerado, y el espacio urbano. Sétrataderuna establece entre el campoy la ciudad. Ágroikosseopone efectiva-|
evoluciónhistórica(yeconómica)queconduce-asíde la.epopeya:a nienteaasteioz bano»)»Mientras que el asteíos se muestra inte- |
Jazcomedia:y ligente, rápido, elegante,con buen gusto, al ágroikossólo se le atri-
Elmon:
monstruo hom tiado”másallá di buyen cualidades negativas: estupidez, torpeza, rusticidad, choca-
rrería!*. Sin embargo, conviene matizar. Al igual que la urbanidad,
cuando se mantienen dentro de ciertos límites, aparece como una
nos y la Ciudad;seaparece comopersonaje cualidad mayor, es obligado reconocerque el ágroikos, cuando no |
iminal,; Un , con todo lo que ello implica de ambigiedad. cae en la caricatura, se muestra como el depositario de antiguos va- ¡
Ño debe se extrañar pues que desde entonces Pan, divinidad rústi- lores (algo que, como hemos visto, se destaca particularmente en '
ca y bestial, fuera considerado en Atenas como hijo de Hegmes el Aristófanes). El valor y el buen sentido aparecen de su parte. Inclu-
barquero. so cuando pierde importancia económica, conserva un privilegio
Habría que demostrar cómo coexisten diferentes niveles de simbólico, el de situarse en la intersección entre lo salvaje ylo civi-
simbolización. La ausencia del término ágroikos de la tragedia, por lizado, y el de conocer porlo tanto los caminosde la urbanidad, los
ejemplo, resulta significativa. La tragedia permanece fiel al mensa- senderos que llevan del desorden al orden o a la inversa?,
je de los antiguos relatos tradicionales y de los cultos que seguían Y es que este personaje-ocupa;demaneraideal;uñaposición12
practicándose sin interrupción, en los que la tierra cultivada, así minal entrelassfronterass (eskhia urbano(ásty);én-
como la viticultura, garantizaban la civilización. En un sistema se- tre,el:corazón:31os.límites del territoriodelimitado(lakhóra).
mejante es imposible situar la imagen del primitivo o del salvaje Aristóteles opone el exceso de elegancia, que a cada paso de- ;
junto al arado. Porel contrario, se la reconoce mejor dentro de la semboca en el humor (el defecto de bormolokhía, propio de algunos
visión de los cazadores y pastores. La comedia, al depender menos ciudadanos), a la rudeza del gañán que todo se lo toma en serio y
del mito, inventa la figura del rústico, bajo la imagen del campesi- que nunca ríe (el defecto de la agroikía)?!. Ambas actitudes son dos
no ligado a su demo (que eR todo menos una tierra inculta). Desde polos, dos exceses. El rústico, porfalta de matices no admite ni gas-
entonces, el rústico no puede construirse de una sola pieza.
El personaje del ágroikos aparece por primera vez en la literatu-
18 O. Ribbeck presenta y analiza toda esta información en «Agroikos.
ra en una obra del siracusano Epicarmo y luego en Alífanes. Son Eine ethologische:Studie», Abhandlungen der koniglichen sáchsischen Ge-
sólo indicios ultrafragmentarios, pero de gran interés, queFefor- sellschaft (phi.-hist.Klasse) vol. 10, fasc. 8, 1885, pp. 1-68.
zándose hasta desembocar en una auténtica retórica de la agroikía, 19 El catálogo de estas oposiciones tradicionales está elaborado por
centrada en lo que acaba por ser un «tipo» o «carácter». De Aristó- K. 3, Dover, Greek Popular Morality in the Time of Plato and Aristotle, Ox-
fanes a Quintiliano, pasando porTeofrasto, el retrato del rústico se ford, 1974, pp. 112-114 («Town and Country»); para la oposición campo/
perfila primero a grandes rasgos de oposiciones binarias: el ágroi- ciudadcfr. Victor Ehrenberg, The People of Aristophanes. A Sociologyof Old
kos prefiere el tomillo de su campo a la mirra de los refinamientos Attic Comedy, Oxford, 1951, pp. 82-94.
de la ciudad, prefiere dirigirse en voz alta a sus esclavos en vez de la 20 Esta problemática está admirablemente definida, partiendo de leyen-
das de origen bucólico, por Francois Frontisi, «Artémis bucolique», Revue
discrección adecuada las sutilidades de la política. También se le
de l'histoire des religions 198 (1981) 29-56; cfr. del mismo autor, «L'hommec,
le cerf et le berger. Chemins grecsdela civilité» Le Temps de la Réflexion, 4
17 P. Chantraine, Etudes sur le vocabulaire grec, París, Klincksieck, 1956,
(1983) 53-76.
Pp. 34-35.
21 Aristóteles, Magna moralia, 1193a.
990.
s El rústico/337
336/Philippe Borgeaud
OOOLOGOPLOLIOLOLILOLLCIILLILIIOIIIIIS

de acceso en la roca viva y haciendo plantary consagrar un bosque-


tar bromas nique se las gasten sin enojarse. El ciudadano, converti-
cillo para las ninfas, las Diosas. Un siglo más tarde el lugar seguía
do en una persona aguda cae en lo bufonesco y bromea continua-
considerándose un santuario, en el que Pan, hijo de Hermes, se ha-
mente. La vivacidad de ingenio (la eutrapelía) es una «violencia
bía reunido con las ninfas y Apolo?5, asi como otras diviriidades
educada» (pépaideuméne Hybris)2. Elágroikospuedeefectivamen
«menores» típicamente tesalias (Asclepio, Quirón, Heracles). A la
tezzo
-“confundirse-con
cl-salvaje,-elBrutal"elágrios”Contiene-dentro
derecha de la entrada, una inscripción da la palabra a la divinidad
anapare
de violeñcia,.de-/
-hsbris,¿que:reclama ser.civilizada
(ho theós), sin precisar, sin designar quién habla, una voz anónima
mesticada'*Sin embargo uméxceso educación de:urbanidad,
surgida del paisaje agreste invita al caminante (el visitante que vic-
queolvidarael-puntode:origenyconstituiría”otra-amenaza: Javani-
ne de la ciudad) al homenaje ritual: depositar una ofrenda, sacrifi-
dad'delTefñamiento, lujo exagerado, o,demasiadafinura de espíritu.
car un animal, un paréntesis de paz y de alegría en medio del duro
Un justo medio, esa «violencia educada» evita ambos escollos. La
clima de guerras intestinas que por entonces reinaba en Tesalia.
cual, en Aristóteles, permite calificar un aspecto fundamental de la
El Dios:
risa: ni reir en vano, es decir a cada momento, ni la risa chocante
¡Salve paseantes, quienquiera que seáis, hembra o macho, hom-
del campesino en la comedia antigua.
bres vu mujeres, muchachos y muchachas! Este lugar es un santuario
La risa, al quedar, como aqui, definida en su doble relación con
de las, ninfas, de Pan y de Hermes, del soberano Apolo, de Heracles y
la agroikía y con una educación dela violencia, puede proceder de
sus compañeros, esta gruta pertenece a Quirón, Asclepio e Higía.
los poderes de un dios. La risa de Pan, macho cabrío y cabrero, re-
De ellos, por Pan nuestro señor, es todo lo santo que hay aquí: los
suena como la señal del retorno de las fuerzas de la vida tras la agi-
árboles, las tablas votivas, las estatuas y las múltiples ofrendas. Las
tación de la guerra. Risa inquietante, en este señordel pánico, que
ninfas hicieron que Pantalces, un hombre de bien, descubriera este
revela la conjuncióndel sexo con el miedo, en un contexto en el
lugary velara por él. El fue quien plantó los árboles y quien se esfor-
que lo humano se confunde con lo animal. El paisaje donde estalla
2ó con sus manos. Como recompensa, ellas le concedieron una lar-
esta risa, el mundo imaginario griego, es el que corresponde al
ga vida sin tropiezos. Heracles le dio la energía y la virtud, la fuerza
camporetirado, cercano a las fronteras o montañas donde los reba-
con la que pudo tallar las piedras para hacer accesible este lugar;
ños de ovejas o de cabras se guarecen en cuevas, arrasfitrando con-
Apolo, hijo de aquél y Hermes le dieron la salud para toda su noble
sigo al pastor que se funde con la imagen del espacio pre“político,
vida; Pan le dio la risa, el buen huanor y una justa hgbris; Quirónle
en una Arcadia concedida como umbral del espacio civilizado*%.
concedió ser prudente y buen cantor.
Un ejemplo, entre tantos otros, en que puede observarse la difu-
Pero ahora, acompañados de la buena fortuna, penetrad en el
sión a partir del siglo v, es la gruta de Farsalo. A hora y media de ca-
santuario, haced sacrificios a Pan, haced vuestras plegarias, ale-
mino de la ciudad, en dirección oeste, la entrada de la cueva se
gráos: aquí hallaréis pausa para todos los males, obtendréis en suer-
abre a unos metros de la base de una pared rocosa, hacia la cima de
te bienes yel fin de la guerra?.
una colina. Durante los primerosdecenios del siglo v, un tal Pantal-
La risa (gélos), el buen humor (euphrosfne) y la violencia domi-
ces habilitó la gruta y el espacio aledaño, tallando unos escalones
nada por la justicia (hybris díkaia) fueron los dones que el dios ca-
brero concedió a Pantalces; anuncian, en el plano de la práctica re-
22 La fórmula aparece en la Retórica de Aristóteles, 1389b 11, la entrape-
ligiosa, dentro de este culto de los campos practicados por los ciu-
lía no sólo es el don del buen humor. Como indica su etimología ( < trépó),
se trata de una cualidad de la inteligencia que permite respondery darla dadanos, la definición de la eutrapelía aristotélica (pepaideuméne
vuelta a una situación. Podría traducirse como «sentido del humor»si se re- hybris).
conoce el aspecto performativo que implica en ella el dominio de la métis, «Sabemos que lasotiedad:priegapartirae:finatesdelisiglory
analizado por M. Detienne y J. P. Vernant, op. cit, n. 7. aCrevolucionahaciauna negaciónpoliticadelrnústico: Aristóte-
23 Así es como Aristóteles, en la Etica a Nicómaco (1128a) da el testimo- les?” llegará incluso a desear que se aparte al campesino de la ciu-
nio de una historia dela risa, de la comedia antigua a la nueva. Paralas rela-
ciones entre urbanidad, rusticidad, risa equilibrada y el ridículo de la feal- 25 Conforme al conjunto tradicional heredado del modelo ateniense.
dad, remito al estudio de Maurice Olender, «Incongru comme Priape. 26 Supplementum epigraficumgraeciumnvol. 1, núm, 248; cfr. D. Compa-
Amorphia et quelques autres mots de la laideur», de próxima aparición en retti en Annuario della Scuola archaeologica di Atene 4-5 (1922) pági-
N. Loraux y Y. Thomas (ed.), Le corps du citoyen, Paris, E.H.E.S.S. nas 147-160.
24 Sobre Pan, la cueva y Arcadia, cfr. Ph. Borgeaud, op. cit., n. 7. 27 Política 1, p. 8.
335/FnOIMPpt Bofgtaua

pOcococrCLVC.......o co.o..e..ec..c..e.nss..cióno
AO
dad, en tanto que ciudadano, en beneficio de los esclavos y de los e
trabajadores inmigrados. Esta devaluación y ocultación del ágroi-
kos no significa el abandono de un espacio que, simbólicamente, LOS AUTORES
sigue siendo productorde deseosy tensiones, pero también de civi-
lización. Así es cómo el culto en las grutas del dios Pan, emblema
de la Arcadia primitiva, la de los comedores de bellotas más viejos
que la luna, se desarrolla precisamente con el progreso de la urba- 4

nización. Al tiémpo que el campesinado, bajo su aspecto más técni- |


i
i
co, entra en la literatura?8. Por lo que se refiere a los terrenos pan-
tanosos, a las laderas de los montes, a las zonas boscosasy salvajes
o, porel contrario, a las áridas y secas, donde se practica la cría de
cabras, la caza, la pesca, la recogida de carbón o la vigilancia efébi-
ca de las fronteras, siguen siendo objeto de un discurso mítico, in-
cluso cuando su situación haya cambiado desde hace tiempo: no se
trata ya de khórai érémoi, de desiertos, de tierras de nadie, sino que
se encuentran siempre integrados en un conjunto de prácticas ri-
tuales «que perpetúan la memoria del proceso de constitución de
la unidad territorial y política de las ciudades»?”,
Pure Borceauo ha escrito Recherches sur le dieu Pan (Paris, 1979), La
mémoire de religions (Labor et Fides, 1988).

en la
Giuserpe CamBIANo (Turín, 1941), es profesor de Historiá de la Filosofía
Universidad de Turin. Ha publicado Platone e le tecnique (Turín, 1971), La
filosofia in Grecia e a Roma (Bari, 1987) e H sapere degli antichi (Bani,
1988).

Luciano Canrora (Bari, 1942), es profesor de Filología Clásica en la Universi-


dad de Bari y directorde la revista Ouaderni di Storia. Ha publicado Totalita
della sto-
e selezione nella storiografía classica (Bari, 1972); Feorie e Tecnica
1974); La biblioteca scompars a (Palermo, 1987); Le
riografia classica (Bari,
(Bari,
vie del classicismo (Bari, 1989) y Storia della letteratura greca
1990). " :

Haute-Bretagne
Yvon GarLaN (1933) imparte clases en la Universidad de
1984); Gue-
(Rennes). Ha publicado: Gli schiavi nella Grecia antica (Milán,
, 1985); Guerre el économi e en Grece
rra e societá nelmondo antico (Bolonia
ancíenne (1989).

is).
.Cuaune Mossk enseña historia en la Universidad de París VIII (Saint-Den
Ha publicado recientem ente: La femme dans la Grece antique (París, 1983).
28 Para la génesis de esta literatura, véase el documentadísimo libro de [Hay ed. cast.: La mujer en la Grecia clásica, Madrid, 19907; la Gréece archat-
Stella Georgoudi, Des chevaux et des berufs dans le monde grec. Réalités et (Brusclas,
que, d'Homére á Eschyle (Paris, 1984); Le procés de Socrate
représentations animalitres á partir des livres XVI et XVII des Géoponiques, 1986).
Paris-Atenas, 1990.
29 Expresión tomada de la importante obra de Giovanna Daveiro Roc- del año
Oswvx Murray (1937), fue decano de la British School de Roma
chi, Frontiera e Confini nella Grecia antica, Roma, «L.'Erma» di Bretschnei- delle origini (Bolonia, 1983). (Hay ed.
1989 al 1990, Ha publicado La Grecia
der, 1988, p. 31. cast., La Grecia arcana, Madrid, 19881.)

339
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.
340/Los autores

JaMes ReorieLD (Chicago, 1935) da clases en el Department of Classical Lan-


guages and Literatures de la Universidad de Chicago. Ha publicado, además
de numerosos artículos y ensayos en obras colectivas: Nature and Culture in
the Hliad: The Tragedy of Hector (Chicago, 1975).

CharsEs Secar (Boston, 1936) es profesor de Literatura clásica y comparada


en la Universidad de Princeton. Ha publicado: Dionysiac Poetics and Enuripi-
des' Bacchae (Princeton, 1982), Orpheus: the Myth of the Poet (Baltimore,
1989). :
Mario Vecersi (Milán, 1937) enseña Historia de la Filosofía Antigua en la
Universidad de Pavía. Ha publicado: 1! coltello e lo stilo (Milán, 1979); Tra
Edipo e Eunclide (Milán, 1983) y L'etica degli antichi (Bari, 1989).

Jzan PIERRE VERNANT(Provins, 1914) es profesor honorario del College de


France. Destacan, entre sus obras, Mito e tragedia nell'antica Grecia (con P.
Vidal-Naquet, Turín, 1977); Mito e pensiero presso i greci (íbid., 1978); Mira «
societá nell'antica Grecia (ibid., 1981); Le astuzie dell'inteligenza nelPantica
Grecia (con M. Detienne, 19422) y varias contribuciones a las obras a cargo
respectivamente de C. Calame, L'amore in Grecia (1988%), y M. Bettinini, La
maschera, il doppioe el ritratto (1991). [Hay ed. cast., Mito y pensamiento en
la Grecia antigua, Madrid, 19872.]

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