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Colección

Argumentos
RI ZOMA

Gilles Deleuze
Colección dirigida por Félix Guattari
Juan de Dios González Ibarra

10 2 Fontamara
Titulo original : Rhiiome
Traducción: David A. Rincón

Primera edición: 2009

NOTA EDITORIAL

Desde la Ilustración el razonamiento cartesiano ha


imperado; de esta forma, en el mundo occidental esta
manera de pensar mayoritariamente se ha dado en la
elaboración de conocimiento, la construcción del pensa-
miento y la producción de tecnología. Esta lógica binaria
a partir de absolutos, optó por la exclusión del término
medio, ofreciéndole al mundo en general, y al científico
en particular, una manera de aprender y vivir dentro de
premisas limitadas a lo falso o verdadero. Sin embargo,
estos postulados han sido criticados por varios y diversos
pensadores y científicos, entre ellos B. Roussel, Poincaré,
Deleuze, Guattari, Foucault, Derrida, Lyotard, Badiou,
Morin, Stengers, Zadeh, Kosko, etcétera.
Así, en 1965, Zadeh desarrolló una nueva teoría, que
rompía con la lógica binaria y dicotómica, basada en la
premisa de V o F, poniendo a consideración del mundo
de la física y de las matemáticas la propuesta de una ló-
gica multivalente, teniendo como principios lo V y F. Se-
Reservados todos los derechos conforme a la ley
gún él, su proposición coincide con lo que se nos presen-
ta a los humanos como realidad. Como era de esperarse
© Distribuciones Fontamara, S. A. estas ideas generaron controversias y rechazo por parte
Av. Hidalgo No. 47-b, Colonia del Carmen
del mundo académico. Posteriormente, en 1988, Bart
Deleg. Coyoacán, 04100, México, D. F.
Kosko retomando el trabajo de Zadeh, lo llevó al área
Tels. 5659.7117 y 5659.7978 Fax 5658.4282
tecnológica, ya que, al igual que Zadeh, no tuvo ningún
Email: fontamaramx @ yahoo.com.mx
ISBN 978-968-476-769-0
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Impreso y hecho en México
Printed and made in Mexico
filosofía se ha ocupado siempre de conceptos, y hacer fi-
losofía es intentar crear o inventar conceptos; pero hay
varios aspectos posibles en los conceptos. Durante mu-
cho tiempo, los conceptos se han utilizado para determi-
nar lo que una cosa es (esencia). Por el contrario, a noso-
tros nos interesan las circunstancias de las cosas -ten qué
caso, dónde y cuándo, cómo?, etc.-. Para nosotros, el
concepto debe decir el acontecimiento, no la esencia. De RizoMA
ahí surge la posibilidad de introducir en filosofía proce-
dimientos novelescos muy simples. Por ejemplo, un con-
cepto como el de ritornelo debe decirnos en qué casos ex-
perimentamos la necesidad de canturrear. Cada anillo o Escribimos el Anti-Edipo entre dos; como cada uno de
cada meseta debe, pues, trazar un mapa de circunstan- nosotros éramos varios en total fuimos muchos. Aquí nos
cias, y por eso cada una tiene una fecha. Lo que interesa valimos de todo cuanto nos unía, de lo más próximo a lo
a los autores son aquellos modos de individuación distin- más lejano. Hemos distribuido hábiles seudónimos a fin
tos de las cosas, las personas o los sujetos: la individua- de que nadie nos reconozca. ¿Porqué hemos conservado
ción, por ejemplo, de una hora del día, de una región o nuestros nombres? Por hábito, únicamente por hábito;
un clima, de un río o un viento, de un acontecimiento. El para, a su vez, hacernos también irreconocibles. No para
título Mil Mesetas remite a estas individuaciones que no hacernos imperceptibles nosotros mismos, sino todo
son las de las personas o las cosas y una buena manera de aquello que nos hace actuar, sentir o pensar. Y además
comenzar esa obra es su Introducción o Rizoma. porque es muy agradable hablar como todo el mundo y
decir: ha salido el sol, cuando todos sabemos que es una
DAVID A . RINCÓN PÉREZ manera de hablar. No llegar al límite de ya no decir yo,
México D. F., agosto de 2009 sino al extremo en el que decirlo ya no tenga importan-
cia alguna. Ya no somos nosotros mismos, cada uno reco-
nocerá a los suyos; hemos sido ayudados, absorbidos,
multiplicados.
Ya casi no se habla de psicoanálisis; sin embargo, aún
hablamos, inclusive, demasiado, nada más de eso. Nos
fastidiaba, sin embargo éramos incapaces de cortar por
lo sano. Los psicoanalistas y principalmente los psicoa-
nalizados nos hartan demasiado. Era preciso que, por
nuestra cuenta, precipitáramos esta materia que nos con-
tenía -sin crearnos ilusiones acerca del alcance real de tal
operación-; era necesario que le comunicáramos una ve-

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locidad artificial que fuera capaz de llevarla hasta el rom- planos, los cuales, indudablemente, forman una especie
pimiento o hasta nuestro derrumbamiento. Terminemos, de organismo, o bien una totalidad significante, o bien
no hablaremos más de del psicoanálisis después de este una determinación atribuible a un sujeto, pero no menos
libro. A nadie se hará sufrir más, ni a ellos ni a nosotros. hacia un cuerpo sin órganos que no cesa de deshacer el or-
Es curioso cómo las objeciones que se nos hacen sean re- ganismo, de hacer pasar y circular partículas asignifican-
tardadas. Cuando usted intenta nadar en un arroyo le co- tes, intensidades puras, de atribuirse los sujetos a los cua-
locan grilletes a sus pies: ¿ha pensado en ello; qué hace les no deja más que un nombre, como trazo de una
con eso? ¿es usted muy congruente? ¿no ve la contradic- intensidad.
ción acaso? También dulzura de nunca responder. Sólo ¿Cuál es el cuerpo sin órganos de un libro? Hay va-
hay algo peor que las objeciones y refutaciones de las ob- rios, según la naturaleza de las líneas consideradas, se-
jeciones, esto es, la reflexión, el retorno a... Por ejemplo, gún su contenido o densidad específica, según su posibi-
en un libro, el regreso a otro interior: y ¿qué hay de eso? lidad de convergencia en un "plano de consistencia" que
¿ha comprendido bien a Freud? y ¿su último libro, ha asegure su selección. Tanto aquí como allá lo esencial son
cambiado usted? Analizar la situación ¡qué horror! las unidades de medida: cuantificar la escritura. No hay di-
Un libro no tiene objeto ni sujeto, está elaborado con ferencia alguna entre aquello de lo que un libro habla y el
materias diversamente formadas, de fechas y velocidades modo en cómo está hecho. Un libro tampoco tiene obje-
diferentes. Desde el instante en que se le atribuye el libro to. En calidad de composición, él mismo está en conexión
a un sujeto, se descuida el trabajo de las materias y el ex- con otros cuerpos sin órganos. Nunca hay que preguntar
terior de sus relaciones. Se crea un Dios bueno para mo- lo que quiere decir un libro, significado o significante,
vimientos geológicos. Al igual que en todas las cosas, en tampoco se debe tratar de comprender nada en un libro,
un libro hay líneas de articulación o de segmentariedad, tan solo hay que preguntarse con qué funciona; en co-
mapas, territorialidades; pero también líneas de fuga, nexión con qué hace pasar o no intensidades, en qué
movimientos de desterritorialización y de destratifica- multiplicidades introduce y metamorfosea la suya, con
ción. Las velocidades comparadas de flujo según esas lí- qué cuerpos sin órganos hace converger el suyo. Un libro
neas llevan en sí fenómenos de retraso relativo, de visco- únicamente existe por el exterior y en el exterior.
sidad o, por el contrario, de precipitación y de ruptura Dado que un libro por sí mismo es una pequeña má-
(efectivamente, nuestra traba ha sido el psicoanálisis, de quina, cabe preguntarse: ¿qué relación, a su vez mesura-
ahí la necesidad de cortar). Todo esto, líneas y velocida- ble, tiene esa máquina literaria con una máquina de gue-
des medibles, constituye una composición maquínica. Un li- rra, una máquina de amor, una máquina revolucionaria,
bro es precisamente una composición y, como tal, es in- etc., y con una máquina abstracta que las genera? Con fre-
atribuible. cuencia se nos ha reprochado que acudamos a los litera-
El libro es una multiplicidad, aunque todavía no se tos. Sin embargo, cuando se escribe, la cuestión verdade-
sabe lo que implica lo múltiple, cuando él deja de ser atri- ramente importante consiste en saber con qué otra
buido, es decir, cuando es elevado al estado de sustanti- máquina puede y debe ser conectada la máquina literaria
vo. Una composición maquínica es orientada hacia los para que funcione. Kleist y una loca máquina de guerra,

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Kafka y una increíble máquina burocrática... (¿y, supo- turaleza y arte? Uno se convierte en dos: siempre que en-
niendo, después de todo, que uno se convirtiera en ani- contramos de nuevo esta fórmula -ya fuera estratégica-
mal o vegetal gracias a la literatura -que no es lo mismo mente enunciada por Mao, ya fuese entendida lo más
que literariamente-, acaso no se convierte uno en animal "dialécticamente" posible, estamos ante el pensamiento
antes que nada por la voz?). La literatura es una compo- más clásico y más razonable, el más viejo y fatigado.
sición, nada tiene que ver con la ideología; no hay ni ja- La naturaleza no actúa así: en ella hasta las raíces son
más ha habido ideología. pivotantes, con una abundante ramificación lateral y cir-
Nosotros no hablamos de algo diferente: multiplicida- cular, no dicotómica. El espíritu está retardado sobre la
des, líneas, estratos y segmentariedades, líneas de fuga e naturaleza. Incluso el libro, como realidad natural, es pi-
intensidades, las disposiciones maquínicas y sus diferen- votante; con su eje y las hojas alrededor. Pero el libro,
tes tipos, los cuerpos sin órganos y su construcción, su se- como realidad espiritual, el Árbol o la Raíz, en tanto que
lección, el plan de consistencia,' las unidades de medida imagen, no deja de desarrollar la ley de lo Uno que se
en cada caso. Los estratómetros, los deleómetros, las unidades convierte en Dos, luego Dos que deviene en cuatro... La
CsO de densidad, las unidades CsO de convergencia no sola- lógica binaria es la realidad espiritual del árbol-raíz. In-
mente cuantifican la escritura, sino que la definen como cluso una disciplina tan "avanzada" como la lingüística
algo que siempre es la medida de algo distinto. Escribir conserva como imagen base ese árbol-raíz que la vincula
no tiene nada que ver con significar, sino con medir, car- a la reflexión clásica (así Chomsky y el árbol sintagmático
tografiai; incluso los futuros parajes. da comienzo en un punto S, para luego proceder por di-
Un primer tipo de libro es el libro-raíz. El árbol es ya cotomía). Eso es tanto como decir que este pensamiento
la imagen del mundo, también la raíz es la imagen del jamás ha comprendido la multiplicidad: para llegar a
árbol-mundo. Es el libro clásico como bella interioridad dos, mediante un método espiritual, se requiere de una
orgánica, significante y subjetiva (los estratos del libro). fuerte unidad principal supuesta. Y con respecto al objeto,
El libro imita al mundo, como el arte a la naturaleza, por según el método natural, sin duda se puede pasar direc-
procedimientos que le son propios y que llevan a buen tamente del Uno al tres, cuatro o cinco, pero a condición
término lo que la naturaleza no puede o ya no puede ha- de siempre disponer de una fuerte unidad primordial,
cer. La ley del libro es la reflexión, el Uno se torna en esto es, la del pivote que soporta las raíces secundarias.
Dos. ¿Cómo la ley del libro iba a estar en la naturaleza, si Esto en realidad es lo mismo: las relaciones biunívocas
es ella la que preside la división entre mundo y libro, na- entre círculos sucesivos no tan sólo han logrado rempla-
zar la lógica binaria de la dicotomía. La multiplicidad no
1 Se ha traducido plan de consi.slance (o de inmanence) por plan de consisten- es mejor comprendida por la raíz pivotante o por la raíz
cia. (o de inmanencia), para mantener la oposición entre ese plan y el plan de or- dicotómica. Una actúa en el objeto, mientras que la otra
ganización y de desarrollo (de trascendencia). Pero no hay que olvidar que
lo hace en el sujetó. La lógica binaria y las relaciones
plan, en francés, significa ala vez "plan" y "plano", y que siempre que Deleuze
habla de plan de consistance (o de inmanence) también está hablando de un pla-
biunívocas siguen dominando el psicoanálisis (el árbol
no, puesto que, según él, ese "plan de consistencia" es un plano en sentido del delirio en la interpretación freudiana de Schreber), la
geométrico [N. del E.]. lingüística, el estructuralismo y hasta la informática.

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El sistema raicilla, o raíz fasciculada, es la segunda fi- múltiples", sólo rompen efectivamente la unidad lineal
gura del libro, de la cual nuestra modernidad se apoya de la palabra y hasta de la lengua, estableciendo una uni-
con agrado. En este caso, la raíz primordial ha abortado, dad cíclica de la frase, del texto o del conocimiento. Los
o bien se ha destruido en su extremidad, en ella se va in- aforismos de Nietzsche únicamente rompen la unidad li-
jertando una multiplicidad inmediata y cualquiera de las neal del saber remitiendo a la unidad cíclica del eterno
raíces secundarias que experimentan un gran desarrollo. retorno, presente como un no-sabido en el pensamiento.
Ahora la realidad natural aparece en el aborto de la raíz Lo que viene significando que el sistema fasciculado ver-
principal, pero su unidad subsiste como pasado o futuro, daderamente no rompe con el dualismo, con la comple-
como posible. Y cabe cuestionarse si la realidad espiritual mentariedad de un sujeto o de un objeto, de una reali-
y razonada no compensa este estado de cosas manifes- dad natural y de una realidad espiritual: la unidad nunca
tando, a su vez, la exigencia de una unidad secreta aún deja de ser combatida y obstaculizada en el objeto, mien-
más comprensiva, o de una totalidad más extensa. Véase, tras que un nuevo tipo de unidad triunfa en el sujeto. El
si acaso, el método del cut-up de Burroughs: el plegado mundo ha perdido su pivote, el sujeto ya ni siquiera puede
de un texto sobre otro, constitutivo de raíces múltiples y dicotomizar, pero accede a una unidad más elevada, de am-
hasta adventicias (diríamos un esqueje), implica una di- bivalencia o de sobredeterminación, en una dimensión
mensión suplementaria a la de los textos considerados. siempre suplementaria a la de su objeto.
Precisamente en esa dimensión suplementaria del plega- El mundo se ha vuelto un caos, pero el libro sigue
do es donde la unidad continúa su trabajo espiritual. En siendo una imagen del mundo, caosmos-raicilla, en vez
ese sentido, la obra más resueltamente fragmentaria pue- de cosmos-raíz. Rara mistificación la del libro, tanto más
de también ser presentada como la Obra total o el Gran completo cuanto más fragmentado. De todos modos, que
Opus. En su mayoría, los métodos modernos perfectamen- idea más insulsa la del libro como imagen del mundo.
te valen para hacer proliferar las series o para permitir el Ciertamente no basta con decir: ¡Viva lo múltiple!, aun-
crecimiento de una multiplicidad en una dirección, por que sea muy difícil lanzar esta exclamación. Ninguna ha-
ejemplo lineal, en tanto que una unidad de totalización bilidad tipográfica, léxica o incluso sintáctica, bastará
se afirma tanto más en otra dirección, la de un círculo o para hacerla comprender. Lo múltiple hay que hacerlo,
un ciclo. Siempre que una multiplicidad se encuentre in- pero no añadiendo siempre una dimensión superior,
cluida en una estructura, su crecimiento queda compen- sino, por el contrario, de la forma más simple posible, a
sado por una reducción de las leyes de combinación. fuerza de sobriedad, al nivel de las dimensiones de que
Los abortadores de la unidad son aquí manifiestamente se dispone, siempre `n menos 1' (sólo así, sustrayéndolo, es
creadores de ángeles,' doctores angelici, puesto que afir- como lo Uno forma parte de lo múltiple); sustraer lo único
man una unidad propiamente angélica y superior. Las de la multiplicidad a constituir: escribir a n-1.
palabras de Joyce, precisamente llamadas "de raíces A este tipo de sistema podría denominársele rizoma.
Un rizoma como tronco subterráneo se distingue radical-
2 En el texto original, hay un juego de palabras entre avorteurs y faiseurs
mente de las raíces y las raicillas. Los bulbos, los tubércu-
d'anges, que en francés son sinónimos [N. del E.]. los, son rizomas. Aunque hay plantas con raíz o raicilla

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que, desde cualquier otro punto de vista, pueden ser con- lengua, se continúa estando en el interior de las esferas
sideradas como rizomorfas. Cabría preguntarse, pues, si de un discurso que implica todavía modos de disposición
la botánica, en su especificidad, no es completamente rizo- y tipos de poder sociales y privados.
morfa. Hasta los animales lo son cuando van en manada, La gramaticalidad de Chomsky, el símbolo categórico
las ratas son rizomas. Las madrigueras lo son en cuanto a S que domina todas las frases, antes de ser un marcador
todas sus funciones de hábitat, provisión, desplazamiento, sintáctico es un marcador de poder: construirás frases
evasión, guardia y de ruptura. En sí, el rizoma posee muy gramaticalmente correctas, dividirás cada enunciado en
diversas formas, desde su extensión superficial ramifica- sintagma dominial y sintagma verbal (primer dicoto-
da en todos los sentidos, hasta sus concreciones en bul- mía...). Para tales modos lingüísticos no habrá reproche
bos y tubérculos; cuando las ratas se deslizan unas enci- de que sean demasiado abstractos, sino por el contrario,
ma de otras. En el rizoma hay lo mejor y lo peor: la papa que no sean lo suficientemente capaces de alcanzar la
y la grama, la mala hierba. Animal y planta, la grama es el máquina abstracta que realiza la conexión de una lengua
crab-grass. Estamos conscientes de que no podremos con- con contenidos semánticos y pragmáticos de los enuncia-
vencer a nadie si no enumeramos algunos caracteres ge- dos, con las disposiciones colectivas de enunciación, con
nerales del rizoma. toda una micropolítica del campo social. Un rizoma no
cesaría de conectar eslabones semióticos, organizaciones
de poder, circunstancias en relación con las artes, las
1 Y 2. PRINCIPIOS DE CONEXIÓN Y HETEROGENEIDAD ciencias y las luchas sociales.
Un eslabón semiótico es como un tubérculo que aglu-
Cualquier punto del rizoma se puede conectar con tina muy diversos actos lingüísticos, pero también per-
otro cualquier, y debe hacerlo. No es igual con el árbol ni ceptivos, mímicos, gestuales, cogitativos: no hay lengua
la raíz, que siempre fijan un punto, un orden. A la mane- en sí como tampoco universalidad del lenguaje, sólo hay
ra de Chomsky, el árbol lingüístico, todavía comienza en abundantes dialectos, de patois, de argots, de lenguas es-
su punto S y procede por dicotomía. Por el contrario, en peciales. No existe el locutor-oyente ideal, así como tam-
un rizoma cada rasgo no remite forzosamente a un rasgo poco se cuenta con una comunidad lingüística homogé-
lingüístico: eslabones semióticos de cualquier naturaleza nea. Ajustándose a la fórmula de Weinreich, la lengua es
están ahí conectados en formas de codificación muy dis- "una realidad esencialmente heterogénea".s No hay len-
tintas, eslabones biológicos, políticos, económicos, etc., gua madre, sino toma el poder de una lengua dominante
poniendo en práctica no sólo regímenes de signos distin- en una variedad política. La lengua se estabiliza en torno
tos, sino también estatutos de estados de cosas. Efectiva- a una parroquia, un obispado o una capital. Hace bulbo,
mente, las disposiciones colectivas de enunciación funcionan evoluciona por tallos y flujos subterráneos, a lo largo de
directamente en las disposiciones maquínicas, y no es po-
sible establecer un rompimiento radical entre los regíme-
nes de signos y sus objetos. En lingüística, aun cuando se 3 Cfr . Fran4oise Robert , "Aspects sociaux du changement dans une gram-
pretenda ceñirse a lo explícito y no suponer nada de la maire générative ", núm. 32, diciembre 1973, p. 90.

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los valles pluviales o de las líneas de ferrocarril, se des- otra marioneta según otras dimensiones conectadas a las
plaza por manchones de aceite.' En la lengua siempre se primeras:
pueden efectuar desajustes estructurales internos; es
esencialmente lo mismo que la búsqueda de raíces. Esto llamémosles trama a los hilos o varillas que activan a las mario-
netas. Podríamos objetar que su multiplicidad reside en la per-
no se trata de un método popular, el árbol siempre tiene
sona del actor que la proyecta en el texto. Está bien, pero sus
algo de genealógico. Por el contrario, un método de tipo
fibras nerviosas forman a su vez una traína. Y ellas penetran a
rizoma sólo puede analizar el lenguaje descentrándolo
través de la masa gris, la cuadrícula, hasta lo indiferenciado...
sobre otras dimensiones y otros registros. Una lengua El juego es semejante a la pura actividad de los tejedores, la
nunca se encierra en sí misma, a no ser que sea en una que es atribuida por los mitos a las Parcas y a las Normas.'
función de impotencia.
Una composición es exactamente ese aumento de di-
mensiones en la multiplicidad que cambia necesariamen-
3. PRINCIPIO DE MULTIPLICIDAD te de naturaleza a medida que crecen sus conexiones. En
un rizoma no hay puntos o posiciones, como sucede en
Únicamente cuando lo múltiple es tratado efectiva- una estructura, un árbol, una raíz. En un rizoma sólo hay
mente como sustantivo, multiplicidad, deja de tener rela- líneas. Cuando Glenn Gould apresura la ejecución de un
ción con lo Uno como sujeto o como objeto, como reali- fragmento musical, no es que actúe sólo como virtuoso,
dad natural o espiritual, como imagen y mundo. Las sino que transforma los puntos musicales en líneas, ha-
multiplicidades son rizomáticas y denuncian las pseudo- ciendo proliferar el conjunto.
multiplicidades arborescentes. No hay unidad que sirva El número ha dejado de ser un concepto universal que
de pivote en el objeto o que se divida en el sujeto. No hay mide elementos según su posición en una dimensión
unidad, ni siquiera para abortar en el objeto o para "re- cualquiera, para convertirse en una multiplicidad varia-
aparecer" en el sujeto. ble según las dimensiones consideradas (primacía del
Una multiplicidad no tiene ni sujeto ni objeto, sino campo sobre el conjunto de números vinculados a ese
únicamente determinaciones, grandezas, dimensiones campo). No tenemos unidades de medida, sino única-
que no pueden aumentar sin que ella cambie de natura- mente multiplicidades o variedades de medida. La no-
leza (las leyes de combinación crecen, pues, por medio ción de unidad únicamente aparece cuando se produce
de la multiplicidad). Los hilos de la marioneta, en tanto en una multiplicidad una toma del poder por el signifi-
que rizoma o multiplicidad, no remiten a la voluntad su- cante, o un proceso correspondiente de subjetivización:
puestamente única del artista o del titiritero sino a la por ejemplo la unidad-pivote que funda un conjunto de
multiplicidad de las fibras nerviosas que forman, a su vez, relaciones biunívocas entre elementos o puntos objetivos,
o bien lo Uno que se divide siguiendo la ley de una lógica
4 Cfr. Bertil Malmberg, les nonvelles tendances de la linguistique, PUF pp. 97
y ss. (trad . en español : Los nuevos caminos de la lingüística, México, Siglo XXI Cfr Ernest Junger, Approches, drogues et ivresse, Table ronde, pp. 218 y
Editores , 1971 , p. 72). 304.

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binaria de la diferenciación en el sujeto. La unidad cons- dad de una sustancia o de un sujeto. El libro-máquina de
tantemente actúa en el seno de una dimensión vacía, su- guerra frente al libro-aparato de Estado. Las multiplicida-
plementaria a aquella que pertenece al sistema conside- des planas de n dimensiones son asignificantes y asubjetivas;
rado (sobrecodificación). Mas, precisamente, un rizoma éstas son designadas por los artículos indefinidos, o más
o multiplicidad no se deja codificar, no dispone nunca de bien partitivos (es grama, rizoma...).6
dimensión suplementaria al número de sus líneas, es de- No debemos preguntarnos, sobre todo, lo que una
cir, a la multiplicidad de números destinados a esas lí- multiplicidad significa ni a quién se atribuye, si no que,
neas. Todas las multiplicidades son planas en la medida tratándose de una multiplicidad cualquiera, por ejem-
en que todas ellas llenan, ocupan, todas las dimensiones: plo, FASCISMO -horrenda multiplicidad-, definida por
así pues, hablaremos de un plan de consistencia de las mul- sus líneas o dimensiones -exhibidas, precisamente, en el
tiplicidades, aunque dicho "plan" sea de dimensiones plano de la consistencia-, nos podemos preguntar según
crecientes según el número de conexiones que se esta- qué dimensión significa esto o aquello, según que línea
blezcan en él. se atribuye a un individuo, a un grupo o a una formación
Las multiplicidades se definen por el exterior: por la social. Pues existe un fascismo individual, uno de grupo y
línea abstracta, línea de fuga o de desterritorialización otro de formación social. Y, justamente, tales distinciones
según la cual transforman su naturaleza al conectarse con no son pertinentes, sino secundarias y derivadas con res-
otras. El plan de consistencia (cuadrícula) es la parte ex- pecto al estudio directo de multiplicidad.' Es necesario
terior de todas las multiplicidades. La línea de fuga seña-
la, a un tiempo, la realidad de un número de dimensio- 6 El partitivo francés du, du chiendeni, du rhizome, en español no es traduci-
nes finitas que la multiplicidad ocupa efectivamente; la ble, de ahí que no aparezca en: es grana, rizoma. (N. del E.)
imposibilidad de toda dimensión suplementaria sin que 7 Método: no se debe buscar un género común del que los fascismos, e in-
cluso los totalitarismos, fueran las especies. Tampoco se debe buscar una espe-
la multiplicidad se transforme siguiendo esa línea; la po-
cie propia de los fascismos, o bien al fascismo alemán, que sería diferente de
sibilidad y la necesidad de allanar todas esas multiplici- todas las otras. Al contrario, a cualquier nivel de generalidad o de especifici-
dades en un mismo plan de consistencia o de exterioridad, dad que se tome el concepto, se le considerará como una multiplicidad defini-
cualesquiera que sean sus dimensiones. da por sus dimensiones (hay toda clase de fascismos alemanes en la misma
El libro ideal sería, pues, aquél que expone todo en época, con "corrientes" de derecha y corrientes de izquierda, líneas de masa,
líneas de fuga, grandezas urbanas y grandezas rurales, etc.). J. P. Faye lo ha se-
ese plan de exterioridad, en una sola página, en una mis-
ñalado de una manera que nos parece definitiva. La significación tomada por
ma zona: acontecimientos vividos, determinaciones his-
el fascismo en tal momento, así como su atribución, dependen de las dimen-
tóricas, conceptos reflexionados, individuos, grupos y siones que predominan sobre las otras, de las líneas que se desarrolla en detri-
formaciones sociales. Kleist inventa una escritura de este mento de las otras. Las cuestiones de significación y de atribución siempre son
tipo, un encadenamiento interrumpido de afectos, con secundarias en relación a un concepto cualquiera, considerando, en primer
velocidades variables, precipitaciones y transformacio- lugar, con una multiplicidad. sea una proposición de tipo: "Ninguna forma de
supervó es inferible de un individuo a una sociedad dada". Es un mal método,
nes, siempre en relación con lo externo. Anillos abiertos.
no hay ninguna forma de concepto cuyo contenido se atribuiría exclusivamente
También sus textos se oponen, desde todo punto de vista, (o en principio) o bien a individuos, o bien a colectividades. Si el concepto de-
al libro clásico y romántico, constituido por la interiori- signa verdaderamente una multiplicidad se atribuye a las sociedades siguien-

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golpear fuerte con el martillo, aplanar para convertirnos
fascistas. Hemos sido conceptualizados como fascistas,
en forjadores del inconsciente.
pero jamás lo seremos suficientemente; estamos concier-
tes a tal extremo, nosotros al menos, de que el fascismo
no es aquél de otros solamente. Los grupos y los indivi-
4. PRINCIPIO DE RUPTURA ASIGNIFICANTE
duos contienen microfascismos que no buscan sino cris-
talizarse. Por supuesto, la grama también es un rizoma.
Frente a los cortes excesivamente significantes que se-
Lo bueno y lo malo sólo pueden ser el producto de una
paran las estructuras o atraviesan una. Un rizoma puede
selección activa y temporal a volver empezar.
ser roto, interrumpido en cualquier parte, mas siempre
¿Cómo no iban a ser relativos los movimientos de des-
vuelve a brotar según esta o aquella de sus líneas, incluso
territorialización y los procesos de re territorialización,
otras. Es imposible acabar con las hormigas, puesto que
perdurablemente unidos, incluidos unos en otros? La or-
estas forman un rizoma animal que aunque se destruya
quídea se desterritorializa formando una imagen, una
en su mayor parte, no deja de reconstituirse. Todo rizoma
calca exacta de la avispa; mas, la avispa se reterritorializa
comprende líneas de segmentariedad según las cuales está
en esa imagen. No obstante la avispa se desterritorializa,
estratificado, territorial izado, organizado, significado,
convirtiéndose en una pieza del aparato de reproducción
atribuido, etc.; pero también líneas de desterritorializa-
de la orquídea; sin embargo ella reterritorializa a la orquí-
ción por las cuales huye sin cesar. Hay fractura en el rizo-
dea al transportarle el polen. La avispa y la orquídea hacen
ma cada vez que de las líneas segmentarias surge violen-
rizoma, en tanto que heterogéneas. Podría decirse que la
tamente una línea de fuga, que también forma parte de
orquídea imita a la avispa, cuya imagen reproduce de for-
ese rizoma. Esas líneas remiten constantemente las unas
ma significante (mimesis, mimetismo, señuelo, etc.). Mas
a las otras. Por esa razón nunca debe presuponerse un
eso sólo es válido a nivel de los estratos -paralelismo entre
dualismo o una dicotomía, aún bajo la forma rudimenta-
dos estratos de tal forma que la organización vegetal de
ria de lo bueno y lo malo.
uno imita a la organización animal del otro-. Al mismo
Se puede producir una ruptura o trazar una línea de
tiempo se trata de algo completamente distinto: nada ab-
fuga, pero siempre se correrá el riesgo de que en ella re-
solutamente de imitación, sino de captura del código,
aparezcan organizaciones que reestratifiquen el conjun-
plusvalía de código, aumento de valencia, verdadero de-
to, formaciones que reintegren el poder a un significan-
venir, devenir avispa de la orquídea, devenir orquídea de
te, atribuciones que reconstituyen un sujeto -todo lo que
la avispa, asegurando cada uno de esos devenires la deste-
se quiera, desde reapariciones edípicas hasta concreciones
rritorialización de uno de los términos y la reterritoriali-
zación del otro, encadenándose los dos devenires y alter-
do tales de sus líneas , a grupos y familias según tales otras, a individuos según nándose según una circulación de intensidades que
tales otras también; y cada cosa a la cual se atribuye es, a su vez , una multipli- impulsa la desterritorialización cada vez más lejos.
cidad . Si no, se trata de un mal concepto ( se habría sospechado esto para el su- No hay imitación ni semejanza, sino estallido de dos
peryó, así como para la mayor parte de los conceptos psicoanalíticos que pro-
series heterogéneas en una línea de fuga compuesta de
ceden por concentraciones falsas, así como por diferenciación falsa).
un rizoma común, que ya no puede ser atribuido ni so-

36 1 37
metido a significante alguno. Rémy Chauvin claramente otro, ni éste tampoco es la copia del primero (un devenir
babuino en el gato no significaría que el gato "haga" el
dice: "Evolución a paralela de dos seres que absolutamen-
te no tienen nada que ver el uno con el otro".' Desde una babuino).
generalidad puede ser que los esquemas de evolución Por nuestro lado, hacemos rizoma con nuestros virus,
tengan que abandonar el viejo modelo del árbol y de la o más bien son nuestros virus los que nos obligan a hacer
rizoma con otros animales. Como opina Jacob, las trans-
descendencia.
En ciertas condiciones, un virus se puede conectar a ferencias de material genético por virus u otros procedi-
células germinales y transmitirse, él mismo, como gen ce- mientos, las fusiones de células procedentes de especies
lular de una especie compleja; más aún, podría propa- diferentes, tienen resultados análogos a los de los "amo-
garse, pasar a las células de una especie totalmente dis- res abominables" tan estimados en la Antigüedad y la
tinta, pero no sin llevarse "informaciones genéticas" Edad Media.` Comunicaciones transversales entre líneas
procedentes del primer huésped (por ejemplo las recien- diferenciadas enmarañan los árboles genealógicos. Bus-
tes investigaciones de Benveniste y Todaro de un virus de car siempre lo molecular e incluso la partícula submole-
tipo C, en su doble conexión con el ADN del babuino y el cular con la que nos enlazamos . Evolucionamos y mori-
ADN de algunas clases de gatos domésticos). Los esquemas mos más de nuestras gripes polimórficas y rizomáticas
de evolución ya no sólo obedecerían a modelos de des- que de nuestras enfermedades hereditarias o de enfer-
cendencia arborescente, yendo del menos al más diferen- medades que tienen en sí su propia descendencia. El ri-
ciado, sino también a un rizoma que actúa de inmediato zoma es una antigenealogía.
en lo heterogéneo y que salta de una línea ya diferencia- De igual modo sucede con el libro y el mundo: el libro
da a otra." Una vez más, evolución aparalela del babuino no es una imagen del mundo, según una muy arraigada
y del gato, donde ni uno es evidentemente el modelo del creencia. Hace rizoma con el mundo; hay una evolución
aparalela del libro y el mundo, el libro asegura la deste-
rritorialización del mundo, pero el mundo efectúa una
8 Cfr. Rémy Chauvin , Entretiens sur la sexualité , Plon, p. 205.
9 Sobre los trabajos de R. E . Benveniste y G. _l. Todaro, cfr. Yves Christen ,
reterritorialización del libro que, a su vez, se desterrito-
" Le role des virus dans l'evolution", en La Recherche , núm. 54, marzo 1975, p. rializa en sí mismo en el mundo (si puede y es capaz). El
271: "Los virus pueden transportar , después de una integración-extracción en mimetismo es un mal concepto, dependiente de una ló-
una célula, a consecuencia de un error de escisión , fragmentos de ADN de su gica binaria, para fenómenos de muy diferente naturale-
huésped y transmitirlos a nuevas células : ese es, por otra parte , el fundamento
za. El cocodrilo no reproduce un tronco de un árbol, ni el
de lo que se denomina engineering genética . De ahí resulta que la información
genética propia de un organismo podría transmitirse a otro gracias a los virus.
camaleón reproduce los colores de su entorno. La Pante-
Si nos interesamos por las situaciones extremas , podemos perfectamente ima- ra Rosa no imita ni reproduce nada, pinta el mundo de
ginar que esa transferencia de información podría ser efectuada de una espe-
cie más evolucionada hacia una menos evolucionada o generadora de la ante-
cias ) los esquemas de matorral o en árbol que en la actualidad se utiliza para
rior. Ese mecanismo actuaría , pues, en sentido contrario del que utiliza la
representar la evolución'.
evolución clásicamente. Si estos pasos de información hubiesen tenido una
10 Cfr. Francois Jacob, La logique du vivant, Gallimard, pp. 312-333 (trad.
gran importancia , se hubiera llegado, en ciertos casos, a sustituir por esque-
en español, La lógica de lo viviente, Barcelona , Laia).
mas reticulares ( con comunicaciones entre ramificaciones según sus diferen-

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su color, rosa sobre rosa, ese es su devenir-mundo, para La música no ha cesado de introducir sus líneas de
convertirse ella misma en imperceptible, asignificante, fuga como otras tantas "multiplicidades de transforma-
labrar su ruptura, su propia línea de fuga, llevar hasta el ción", aunque para ello haya tenido que invertir sus pro-
final su "evolución aparalela". pios códigos que la estructuran o la arborifican; por eso
Sabiduría de las plantas: incluso cuando ellas tienen la forma musical, hasta en sus roturas y proliferaciones,
raíces, siempre hay un exterior donde hacen rizoma con es comparable a la mala hierba, un rizoma.12
algo: con el viento, con un animal, con el hombre (y tam-
bién un aspecto por el cual los animales crean rizoma y los
hombres, etc.). "La embriaguez como irrupción triunfal 5 Y 6. PRINCIPIOS DE CARTOGRAFÍA Y CALCOMANÍA
de la planta en nosotros". Seguir siempre el rizoma por
ruptura, extender, prolongar, alternar la línea de fuga, va- Un rizoma no obedece a ningún modelo estructural
riarla hasta crear la línea más abstracta y más tortuosa de o generativo. Es tan ajeno a toda idea de eje genético, co-
n dimensiones, con las direcciones fracturadas. Conjugar mo también de estructura profunda. Un eje genético es
los flujos desterritorializados. Seguir las plantas, comen- como una unidad pivotal objetiva sobre la cual se organi-
zando por fijar los límites de una primera línea según cír- zan estadios sucesivos; una estructura profunda es más
culos de convergencia alrededor de singularidades sucesi- bien como una serie cuya base puede descomponerse en
vas y luego ver si en el interior de esa línea se establecen constituyentes inmediatos, mientras que la unidad de
nuevos círculos de convergencia con nuevos puntos situa- producto pasa a otra dimensión, transformacional y sub-
dos fuera de los límites y en otras direcciones. jetiva. Así no se sale del modelo representativo del árbol o
Escribir, construir rizoma, incrementar su territorio de la raíz pivotante o fasciculada (por ejemplo el "árbol"
por desterritorialización, extender la línea de fuga hasta chomskyano, asociado a la serie de base, y representando
lograr cubrir todo el plano de consistencia en una má- en el proceso de su engendramiento desde una la lógica
quina abstracta. binaria), variación sobre el pensamiento más caduco.
El eje genético o la estructura profunda son para no-
Comienza por acercarte a tu primera planta y observa atenta- sotros, ante todo, principios de copia, reproducibles hasta
mente cómo corre el agua a chorros a partir de ese punto. La el infinito. La lógica del árbol es una lógica de la copia y de
lluvia ha debido transportar las semillas lejos. Sigue los surcos la reproducción. Tanto en la lingüística como en el psi-
que el agua ha abierto, así conocerás la dirección de su desem-
coanálisis tiene por objeto un inconsciente representati-
bocadura. Es ahora cuando debes buscar la planta que en esa
dirección está más alejada de la tuya. Todas las que crezcan en-
vo, cristalizado en complejos codificados, dispuesto so-
tre esas dos son tuyas. Más adelante, cuando éstas últimas espar-
zan a su vez sus granos, podrás, siguiendo el curso de las aguas
12 Cfr. Pierre Boulez, Par volonté el par hasard, ed. Du Seuil, p. 14: "la planta
a partir de cada una de esas plantas, ampliar tu territorio."
usted en cualquier terreno y, de repente prolifera como la mala hierba", y pas-
sim, sobre la proliferación musical, p. 89: "una música que flota, donde la pro-
11 Cfr. Carlos Castaneda , I:herbe du diable el la petite fiomée, ed . Du Soleil noir, pia escritura va unida, aporta para el instrumentista una imposibilidad de
p. 160 (trad . al español, FCE.) mantener una coincidencia con un tiempo pulsado".

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bre un eje genético o distribuido sobre una estructura Contrariamente al psicoanálisis, a la competencia psi-
sintagmática. Tiene como finalidad la descripción de un coanalítica, que ajusta cada deseo y enunciado sobre un
estado de hecho, la reestabilización de relaciones inter- eje genético o sobre una estructura sobrecodificadora, y
subjetivas o la exploración de un inconsciente presente, que prolonga hasta el infinito calcos monótonos de los
oculto en los oscuros rincones de la memoria y del len- estadios en ese eje o los componentes en esta estructura,
guaje. Consiste, entonces, en calcar algo que se da por el esquizoanálisis rechaza toda idea de fatalidad calca-
hecho completamente, a partir de una estructura que so- da, sea cual sea el nombre que se le dé: divina, anagó-
brecodifica o de un eje que soporta. El árbol articula yje- gica, histérica, económica, estructural, hereditaria o sin-
rarquiza copias, las copias son como las hojas del árbol. tagmática. Es evidente que Melanie Klein no comprende
Otra cosa es el rizoma, mapa y no copia; hacer el mapa nada del problema de cartografía de uno de sus pacien-
y no la copia. La orquídea no reproduce la copia de la tes infantiles, el pequeño Richard, y se conforma con tra-
avispa, hace mapa con la avispa en el seno de un rizoma. zar copias prefabricadas -Edipo, el buen y el mal padre,
Si el mapa se opone a la copia es precisamente porque la mala y la buena madre- mientras que el niño trata con
está enteramente dirigido hacia una experimentación desesperación continuar una realización que el psicoaná-
que actúa sobre la realidad. El mapa no reproduce un in- lisis desconoce totalmente. 13
consciente cerrado sobre sí mismo, lo construye. Contri- Las pulsiones y objetos fragmentarios no son ni esta-
buye a la unión de los campos, a levantar el bloqueo de dios sobre el eje genético, ni posiciones en una estructura
los cuerpos sin órganos, a su mayor apertura sobre un profunda; son opciones políticas para problemas, entra-
plano de consistencia. Forma parte del rizoma. El mapa das y salidas, callejones sin salida que el niño vive políti-
es abierto, capaz de ser conectado en todas sus dimensio- camente, es decir, con toda la fuerza de su deseo.
nes, desmontable, alterable, susceptible de recibir frecuen- Sin embargo, ¿no estaremos restaurando un simple
temente modificaciones. Puede ser roto, alterado, adapta- dualismo, al oponer los mapas y los calcos como un lado
do a diversos montajes, iniciando por un individuo, grupo bueno y uno malo? ¿No es lo correcto que un mapa pue-
o una formación social. Puede dibujársele en un muro, da ser copiado? ¿No es lo propio de un rizoma cruzar raí-
concebirlo como una obra de arte, construirlo como una ces o confundirse con ellas a veces? ¿Acaso un mapa no
acción política o como una meditación. conlleva fenómenos de redundancia que son como sus
Puede ser una de las características más importantes propias copias? ¿No tiene una multiplicidad sus estratos
del rizoma la de tener siempre múltiples entradas; en ese donde que se enraízan unificaciones y totalizaciones, ma-
sentido, la madriguera es un rizoma animal que presenta sificaciones, mecanismos miméticos, tomas de hegemo-
una clara distinción entre la línea de fuga como vía de nías significantes, atribuciones subjetivas?
desplazamiento y los estratos de reserva o de hábitat (v. ¿No van a reproducir, incluso las líneas de fuga, gra-
gr. el ratón almizclero). Contrariamente a la copia, que cias a su eventual divergencia, las formaciones que tenían
siempre vuelve "a lo mismo", un mapa tiene entradas
múltiples. Un mapa es cuestión de ejecución, en tanto que 1 -1 Cfr . Mélanie Klein , Psychanalyse d'un enfant, trad. del francés por Tchou
la copia remite siempre a una presunta competencia. (El papel de los mapas de guerra en las actividades de Richard).

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grafía del pequeño Hans, pero siempre y únicamente
por función deshacer o cambiar? Mas lo contrario tam- para ajustarla a una foto de familia.
siempre hay
bién es verdad, es una cuestión de método: Véase lo que hace Melanie Klein con lo mapas geopo-
que volver a colocar la copia sobre el mapa. Y esta operación
líticos del pequeño Richard: saca fotos, hace copias;
no es en absoluto simétrica de la precedente. Porque, ri- adóptese la pose o sigase el eje, estadio genético o desti-
gurosamente, no es preciso que una copia reproduzca el no estructural; el rizoma propio se romperá; nos dejará
mapa. Es más bien como una foto, una radiografía que vivir y hablar a condición de cerrarnos cualquier salida.
empezaría por elegir o aislar lo que pretende reproducir, Cuando un rizoma está bloqueado, arborificado, ya no
con la ayuda de medios artificiales, con la ayuda de colo- hay nada que hacer, el deseo no pasa, pues es siempre ri-
rantes u otros procedimientos de contraste. Es siempre el zomáticamente como el deseo se produce y mueve. Cada
imitador quien crea su modelo y lo atrae. vez que el deseo sigue un árbol tienen lugar repercusio-
La copia ha convertido ya el mapa en imagen, ha nes internas que lo hacen fracasar y lo conducen a la
transformado ya el rizoma en raíces y raicillas. Ha organi-
muerte; pero el rizoma actúa sobre el deseo por impulsos
zado, estabilizado y neutralizado las multiplicidades se- exteriores y productivos.
gún sus propios ejes de significación y subjetivación. Ha Es por eso tan importante intentar la otra operación,
generado, estructuralizado el rizoma, y la copia sólo se inversa pero no simétrica: volver a conectar las copias so-
reproduce a sí misma cuando cree reproducir otra cosa. bre el mapa, relacionar las raíces o los árboles con un ri-
Por eso es que es tan peligroso. Inyecta redundancias y zoma.
las propaga. Lo que la copia reproduce del mapa o del ri- Estudiar el inconsciente, en el caso del pequeño Hans,
zoma son únicamente los puntos muertos, los bloqueos,
sería mostrar cómo éste intenta constituir un rizoma con
los gérmenes de pivote o los puntos de estructuración del la casa familiar, pero también con la línea de fuga del edi-
rizoma. Véase el psicoanálisis y la lingüística: el primero
ficio, de la calle, etc.; mostrar cómo al estar bloqueadas
nunca ha sacado del inconsciente más que copias o fotos,
esas líneas, el niño se hace enraizar en la familia, fotogra-
la segunda, copias o fotografías del lenguaje, con todas las fiar bajo el padre, calcar sobre el lecho materno; después,
traiciones que eso implica (no es extraño que el psicoaná- cómo la intervención del profesor Freud asegura tanto la
lisis haya unido sus suerte a la de la lingüística). tanto la toma de poder del significante como la subjetiva-
Obsérvese lo que ocurría con el pequeño Hans, den- ción de los afectos; cómo el niño ya no tiene otra salida
tro del más claro ejemplo del psicoanálisis infantil: no han más que huir bajo la forma de un devenir animal apre-
de po-
cesado de romperle su rizoma, de borrarle su mapa, hendido como vergonzoso y culpable (el devenir-caballo
nérselo al derecho, de bloquearle cualquier salida, hasta del pequeño Hans, su verdadera opción política).
hacerle desear su propia vergüenza y su culpabilidad, Mas siempre habría que resituar los puntos muertos
hasta conseguir enraizar en él la vergüenza y la culpabili- sobre el mapa y, de- este modo, abrirlos a las posibles lí-
dad, fobia (se le corta el rizoma del inmueble, después el neas de fuga. Lo mismo ocurriría con un mapa de grupo:
de la calle, se le enraíza en el hecho de los padres, se le mostrar en qué punto del rizoma se forman fenómenos
"enraíza " sobre su propio cuerpo, bloqueándolo con el de masificación, de burocracia, de leadership, de "fascisti-
profesor Freud). Freud considera explícitamente la carto-

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zación", etc., qué líneas subsisten a pesar de todo que, árbol-raíz, una raicilla, la que inicia la producción del ri-
aun subterráneamente, siguen haciendo rizoma oscura- zoma.
mente. El método Deligny: efectuar un mapa de los ges- La contabilidad y la burocracia proceden por copias;
tos y movimientos de un niño autista, combinar varios pero también pueden ponerse a surgir, a lanzar tallos de
mapas para el mismo niño, para varios niños... 14 Es cier- rizoma, como en una novela de Kafka. Un rasgo intensivo
to que una de las características esenciales del mapa o del se pone a trabajar por su cuenta; una percepción alucina-
rizoma es tener entradas múltiples, incluso se considera toria, una sinestesia, una mutación perversa, un juego de
que se puede entrar en él por el camino de las copias o imágenes se liberan, y la hegemonía del significante se
por la vía de los árboles-raíces, pero tomando en cuenta pone en entredicho. Las semióticas gestuales, mímicas,
las precauciones necesarias (también aquí habría que re- lúdicas, etc., recuperan su libertad en el niño y se liberan
nunciar a un dualismo maniqueo). Por ejemplo, a menu- de la "copia", es decir, de la competencia dominante de
do nos vemos obligados a caer en atolladeros, a pasar por la lengua del maestro -un acontecimiento microscópico
poderes significantes y afecciones subjetivas, a apoyarnos altera por completo el equilibrio del poder local-. Así,
sobre formaciones edípicas, paranoicas o todavía peores, los árboles generativos, construidos según el modelo sin-
así como sobre territorialidades rígidas que hacen posi- tagmático de Chomsky, podrían abrirse en todos los sen-
bles otras operaciones de transformación. Es probable, tidos, hacer a su vez rizoma.''
incluso, que el psicoanálisis sirva, muy a pesar suyo, des- Ser rizomorfo es producir tallos y filamentos con as-
de luego, de punto de apoyo. En otros casos, por el con- pecto de raíces, o mejor aún, que se conectan con ellas al
trario, hay que apoyarse directamente en una línea de penetrar en el tronco, libres para servir a nuevos usos ex-
fuga que permite fragmentar los estratos, romper las raí- traños. Estamos cansados del árbol. No debemos creer ya
ces y efectuar nuevas conexiones. Hay, pues, composicio- en los árboles, en las raíces o en las raicillas, nos han he-
nes muy diferentes, mapas-copias, rizomas-raíces, con coe- cho sufrir demasiado. Toda la cultura arborescente se
ficientes de desterritorialización variables. basa en ellos, desde la biología hasta la lingüística. No
Existen, en los rizomas, estructuras de árbol o de raí- hay nada más bello, más amoroso, ni más político que los
ces, e inversamente, la rama de un árbol o la división de tallos subterráneos y las raíces aéreas, lo adventicio y el
una raíz pueden ponerse a brotar en forma de rizoma. rizoma. Amsterdam, ciudad totalmente desenraizada,
Aquí el punto de localización no depende de análisis teó- ciudad rizoma, con sus canales-tallos, donde la utilidad
ricos que impliquen universales, sino de una pragmática se conecta con la mayor locura, en relación con una má-
que componga las multiplicidades o los conjuntos de in- quina de guerra comercial.
tensidades. En el corazón de un árbol, en el interior de
una raíz o en la axila de una rama, puede formarse un
nuevo rizoma. O bien es un elemento microscópico del 15 Cfi: Dieter Wunderlich, "Pragmatique, situation d'énonciation et
Deixis", en Langages , núm. 26, junio 1972, pp. 50 y ss. (Las tentativas de Mac
Cahiers de L'Immtuable 1, Recherches, Cawley, de Shadock y de Wunderlinch para introducir " propiedades pragmáti-
14 Cfr. Fernand Deligny, " Voix et voir",
cas" en los árboles Chomskyanos).
núm. 8, abril 1975.

46 1 47
El pensamiento no es arborescente, el cerebro no es La memoria corta incluye el olvido como proceso; no
una materia enraizada ni ramificada. Las erróneamente se confunde con el instante, sino con el rizoma colectivo,
llamadas "dendritas" no aseguran la conexión de las neu- temporal y nervioso. La memoria larga (familia, raza, so-
ronas de un tejido continuo. Lo discontinuo de las células, ciedad o civilización) copia y traduce, pero lo que traduce
el papel de los axones, el funcionamiento de la sinapsis, continúa actuando en ella a distancia, a contratiempo, in-
la existencia de microfisuras sinápticas, el salto de ese tempestivamente, no instantáneamente.
mensaje por arriba de esas fisuras, convierten al cerebro El árbol o la raíz inspiran una triste imagen del pensa-
en una multiplicidad inmersa en su plan de consistencia miento que no cesa de imitar lo múltiple a partir de una
o en su guía, todo un sistema aleatorio de probabilida-
unidad superior, de centro o segmento. En efecto, si consi-
des: uncertain nervous system. deramos el conjunto de ramas-raíces, el tronco desempe-
Muchas personas tienen plantado un árbol en la cabe- ña el papel de segmento opuesto para uno de los subcon-
za, pero en realidad el cerebro es más una hierba que un
juntos recorridos de abajo arriba: tal segmento será un
árbol. "El axón y la dentrita se enrollan uno en otro como
"dipolo de unión", para diferenciarlo de los "dipolos uni-
la enredadera en el espino, con una sinapsis en cada dades" que forman los rayos que emanan de un solo cen-
espina".` Y lo mismo puede decirse de la memoria... tro.'7 Pero las uniones pueden proliferar como en el siste-
Los neurólogos, los psicofisiólogos, distinguen una ma raicilla, sin que por ello se salga del Uno-Dos y de las
memoria larga y una memoria corta (del orden de un mi- multiplicidades tan sólo aparentes. Las regeneraciones,
nuto). Ahora bien, la diferencia entre ellas no es sólo cua- las reproducciones, los retornos, las hidras y las medusas
litativa: la memoria corta es de tipo rizoma, diagrama,
mientras que la larga es arborescente y centralizada (huella,
engramma, foto o copia). La memoria corta no está en 17 Cfr. Julien Pactote, Le réseau arborescent ,
schéme primordial de la pensée,
modo alguno sometida a una ley de contigüidad o de in- Hermann, 1936. Este libro analiza y desarrolla diversos esquemas de la forma
arborescente, que no es presentada como un simple formalismo , sino como
mediatez a su objeto, puede ser a distancia; manifestarse
"fundamento real del pensamiento formal". Lleva hasta las últimas consecuen-
o volver a manifestarse tiempo después, pero siempre en cias el pensamiento clásico . Recoge todas las formas del Uno-Dos ,
teoría del
condiciones de discontinuidad, de ruptura y multiplici- dipolo . El conjunto tronco-raíces -
ramas da lugar al siguiente esquema:
dad. Es más, las dos memorias no se distinguen como
dos modos temporales de aprehender la misma cosa; no
perciben lo mismo, el mismo recuerdo, ni tampoco la
/,segmento opuesto
misma idea. Esplendor de una idea corta (concisa): se es-
cribe con la memoria corta, así pues, con ideas cortas, in-
cluso si se lee y relee con la memoria larga de los amplios
conceptos.
Más recientemente, Michel Serres analiza las variedades y secuencias de
árboles en los diversos campos científicos: cómo el árbol se forma a partir de
16 Cfr. Steven Rose, Le cerveau conscieni , ed. Du Seuil , p. 97, y, sobre la me-
una "red" (La traduction, Minuit, pp. 27 y ss.;
Feux et signaux de brume, Grasset,
moria , pp. 250 y ss. pp. 35 y ss.).

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tampoco nos permiten salir de ahí. Los sistemas arbores- esta sociedad de parejas: maestro, confesor, médico?
centes son sistemas jerárquicos que implican centros de -ideas que por otro lado no tienen nada que ver con los
significado y de subjetivación, autómatas centrales como axiomas de partida-", ¿el amigo del género humano, o
memorias organizadas. bien el filósofo tal y como aparece en el pensamiento clá-
Esto es así porque los modelos correspondientes son sico, incluso si representa la unidad abortada que no vale
tales que un elemento sólo recibe informaciones de una más que por su propia ausencia o de su subjetividad, al
unidad superior, y una afectación subjetiva de vínculos decir: Yo no sé nada, No soy nada?). A este respecto los au-
preestablecidos. Esto se puede observar en los problemas tores hablan de teoremas de dictadura. Éste es el princi-
actuales de la informática y de las máquinas electrónicas, pio de los árboles raíces, o la salida, la solución de las rai-
que todavía siguen utilizando el esquema de pensamien- cillas, la estructura del Poder. 18
to más caduco, en la medida en que confieren el poder a A estos sistemas centrados, los autores oponen siste-
una memoria o a un órgano central. Así, en un excelente mas acentrados, redes de autómatas finitos en los que la
artículo que denuncia "la imaginería de la arborescencia comunicación se da entre dos vecinos cualquiera, donde
de mando" (sistemas centrados o estructuras jerárqui- los tallos o canales no preexisten, en los que los indivi-
cas), Pierre Rosenstiehl y ,Jean Petiot señalan: duos son todos intercambiables, se definen únicamente
por un estado en un momento determinado, de tal mane-
Aceptar la primacía de las estructuras jerárquicas significa pri-
ra que las operaciones locales se coordinan y que el resul-
vilegiar las estructuras arborescentes. [...] La forma arbo-
rescente acepta una explicación topológica. [...] En un sistema
tado final global se sincroniza independientemente de
jerárquico, un individuo sólo admite un vecino activo, su su- una instancia central.
perior jerárquico. [...] Los conductos de transmisión están Una transducción de estados intensivos sustituye a la
preestablecidos: la arborescencia preexiste al individuo, que topología, y "el grafo que regula la circulación de infor-
se integra en ella en un lugar preciso [significado y subjetivi- mación es, en cierto modo, lo contrario del grafojerárqui-
zación]. co... No hay razón alguna para que el grafo sea un árbol"
(Nosotros llamábamos mapa a este grafo).
A propósito de esto, los autores señalan que, incluso
cuando se cree haber conseguido una multiplicidad, pue- Problema de la máquina de guerra o del Firing Squad: ¿será
de ocurrir que dicha multiplicidad sea falsa -lo que noso- necesario un General para que n individuos lleguen al
tros llamamos tipo raicilla- porque su presentación o mismo tiempo al estado fuego? La solución sin General la
enunciado aparentemente no jerárquica sólo admite de proporciona una multiplicidad acentrada que compren-
hecho una solución totalmente jerárquica: por ejemplo,
el famoso teorema de la amistad: "si en una sociedad dos in-
18 Cfr. Pierre Rosenstiehl y Jean Petitot, "Autoniate asocial et systémes
dividuos cualquiera tienen precisamente un amigo co-
acentrés", en Concmunications , núm. 22 , 1974. Sobre el teorema de la amistad,
mún, entonces siempre existirá un individuo que será
cfr. H. S. Wilf, The Friendship Theorem in Combinatoria) Mathematic.s, Welsh Acade-
amigo de todos los otros" (como dicen Rosenstiehl y Peti- mic Press; y sobre un teorema del mismo tipo, llamado de indecisión colectiva,
tot, ¿quién es el amigo común: "el amigo universal de cfr. K. J. Arrow, Choix collectif et preférences individuelles, trad . fr. Calmann-Lévy.

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de un número finito de estados y señales de velocidad el poder de los psicoanalistas sobre los psicoanalizados y
homóloga, desde el punto de vista de un rizoma de gue- de las sociedades de psicoanálisis sobre los psicoanalis-
rra o de una lógica de guerrilla, sin copia de un orden tas. Así, el margen de maniobra del psicoanálisis queda
central. Incluso queda demostrado que tal multiplicidad, muy reducido.
composición o sociedad maquínicas, rechaza como "in- Tanto en el psicoanálisis como en su objeto, siempre
truso social" cualquier autómata centralizador, unifica- hay un general, un jefe ( el general Freud). Por el contra-
don` De ahí que N siempre sea n-1. rio, tratando el inconsciente como un sistema acentrado,
Rosenstiehl y Petitot insisten en esto, es decir, sobre es decir, como una red maquínica de autómatas finitos
que la oposición centrado-acentrado es menos válida por (rizoma), el esquizoanálisis es capaz de llegar a un estado
las cosas que designa que por los modos de cálculo que completamente distinto del inconsciente. Y las mismas
aplica a las cosas. Unos árboles pueden corresponder al observaciones sirven para la lingüística; Rosenstiehl y
rizoma, o, inversamente, brotar en forma de rizoma. Petitot consideran, sensatamente, la posibilidad de una
Generalmente es verdad que una misma cosa admite "organización acentrada en una sociedad de palabras".
dos modos de cálculo o dos tipos de regulación, aunque Tanto para los enunciados como para los deseos, la
no sin cambiar singularmente de estado en uno u otro cuestión no estriba en reducir el inconsciente, en interpre-
caso. Tomemos, una vez más, como ejemplo, al psicoaná- tarlo o hacerlo significar según un árbol. Lo fundamental
lisis: no solamente en su teoría, sino también en su prác- es producir el inconsciente, y, con él, nuevos enunciados,
tica de cálculo y de tratamiento. El psicoanálisis somete otros deseos: el rizoma es precisamente la producción del
al inconsciente a estructuras arborescentes, a grafos je- inconsciente mismo.
rárquicos, a memorias recapituladoras, a órganos centra- Resulta curioso corroborar cómo el árbol ha domina-
les, falos, árbol-falo. A este respecto, el psicoanálisis no do la realidad occidental y todo el pensamiento occiden-
puede cambiar de método: sobre una concepción dicta- tal, de la botánica a la biología, pasando por la anatomía,
torial del inconsciente funda su propio poder dictatorial: mas también por la gnoseología, la teología, la ontolo-
gía, toda la filosofía...: el principio-raíz, tierra, raíz y fun-
damentos.
ro La característica principal del sistema acentrado es que en él las inicia-
Occidente tiene una relación privilegiada con el bos-
tivas locales se coordinan independientemente de una instancia central, reali-
zándose el cálculo para el conjunto de la red (multiplicidad). "Por esto es que, que y con la tala; los campos conquistados al bosque se
el único lugar en el que puede constituirse un fichero de personas es en las pueblan de gramíneas , objeto de una agricultura de fa-
propias personas , las únicas capaces de llevar su descripción y de tenerla al milias de tipo arborescente; la ganadería, a su vez desple-
día: la sociedad acentrada natural rechaza como intruso social el autómata gada en el barbecho selecciona las razas que forman toda
centralizador" (1bíd. p. 62). Sobre "el teorema de Firing Squad", Ibíd. pp. 51- una arborescencia animal.
57. puede suceder incluso que los generales, en su sueño de apropiarse de las
Oriente presenta otro rostro: la relación con la estepa
técnicas formales de guerrilla, recurran a mzdtiplicidades 'de módulos sincróni-
cos' 'a base de numerosas células ligeras, pero independientes ', que sólo impli- y el huerto ( en otros casos con el desierto y el oasis) más
can, teóricamente, un mínimo de poder central y de "relevo jerárquico": así bien que con el bosque y el campo; una agricultura de tu-
Guy Brossollet, Essai sur la non-bataille, Berlín, 1975. bérculos que procede por fragmentación de los propios

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individuos; una separación, una exclusión de la ganade- Henry Miller:
ría que queda confinada en espacios cerrados o arrojada
a la estepa de los nómadas. La China es la mala hierba en el huerto de berzas de la Humani-
Occidente, agricultura de una familia seleccionada dad [...]. La mala hierba es la Némesis de los esfuerzos huma-
con muchos individuos variables; Oriente, horticultura nos. De todas las existencias imaginarias que prestamos a las
plantas, a los animales y a las estrellas, quizá sea la mala hierba
de un reducido número de individuos remitiendo a una
la que lleva su vida más sabia. Bien es verdad que la hierba no
gran gama de "clones". ¿No existe en Oriente, sobre todo produce ni flores, ni portaaviones, ni Sermones de la Montaña
en Oceanía, un modelo rizomático que se opone desde [...]. Pero, a fin de cuentas, la hierba siempre tiene la última
todo punto de vista al modelo occidental del árbol? palabra. A la larga todo vuelve al estado China. Es lo que los
Haudricourt, incluso, ve en ello una de las razones de historiadores llaman habitualmente las tinieblas de la Edad
la oposición entre las morales y las filosofías de la tras- Media. No hay más salida que la hierba [...]. La hierba sólo
cendencia, tan estimadas en Occidente, y las de la inma- existe entre las grandes áreas no cultivadas. Llena los espacios
vacíos. Crece entre, y en medio de otras cosas . La flor es bella, la
nencia en Oriente: el Dios que siembra y siega, por opo-
berza útil, la adormidera nos hace enloquecer. Pero la hierba
sición al Dios que horadada y desentierra (horadar contra
es desbordamiento, toda una lección moral.`''
sembrar).20
Trascendencia, enfermedad propiamente europea.
¿De qué China hablará Miller, de la antigua, de la ac-
Tampoco la música es la misma, allí la tierra no tiene la
tual, de una imaginaria, o tal vez de otra que formaría
misma música. Tampoco es, en absoluto, la misma sexua-
parte de un mapa cambiante?
lidad: las semillas, incluso reuniendo los dos sexos, some-
América ocuparía un lugar aparte. Naturalmente,
ten la sexualidad al modelo de la reproducción; el rizoma, América no está exenta de la dominación de los árboles y
por el contrario, es una liberación de la sexualidad, no so-
de una búsqueda de raíces. Esto lo vemos hasta en la lite-
lamente con relación a la reproducción, sino también con
ratura, en la búsqueda de una identidad nacional e inclu-
relación a la genitalidad. Entre nosotros el árbol se ha
so de una ascendencia o genealogía europeas (Kérouac
plantado en los cuerpos, ha endurecido y estratificado
parte en búsqueda de sus antepasados). No obstante,
hasta los sexos. Hemos perdido el rizoma o la hierba.
todo lo importante que ha sucedido, procede por rizoma
americano: beatnik, underground, subterráneos, bandas y
pandillas, presiones laterales sucesivas en conexión in-
mediata con un exterior. Diferencia entre el libro ameri-
20 Sobre la agricultura occidental de las gramíneas y la horticultura orien- cano y el libro europeo, incluso cuando el americano se
tal de tubérculos, sobre la oposición sembrar-horadar, y sobre las diferencias
con relación a la domesticación animal, cfr. Haudricourt "Domestication des
da a la búsqueda de árboles. Diferencia en la concepción
animaux, culture des plantes et traitement d'autrui" ( L'Homme, 1962) y del libro Hojas de hierba. Pero en América hay distintas
"Eorigine des clones et des clans" (I:Homme, enero, 1964). El maíz y el arroz no direcciones: es en el Este donde se lleva a cabo la búsque-
sol: objeciones : son cereales " adaptados tardíamente por cultivadores de tu-
bérculos" y tratados en forma parecida; es muy probable que el arroz haya apa-
recido como una mala hierba en los canales de riego. 21 Henry Miller, Hanilet, Corréa, pp., 48-49.

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da arborescente y la vuelta al Viejo Mundo; pero el Oes- Francia eligen el lis, porque es una planta de raíces pro-
te, con sus indios sin ascendencia, su límite siempre escu- fundas que fija los taludes.
rridizo, sus fronteras móviles y desplazadas, es rizomático. ¿Ocurre esto mismo en Oriente? Desde luego, es muy
Todo un "mapa" americano al Oeste, donde hasta los ár- fácil, sin duda, presentar un Oriente inmanente y rizo-
boles hacen rizoma. mático; pero allí el Estado no actúa según un esquema
América ha invertido las direcciones: ha situado su arborescente que correspondería a clases preestablecidas,
Oriente al Oeste, como si la tierra se hubiera vuelto re- arborificadas y enraizadas; es una burocracia de canales,
donda precisamente en América; su Oeste coincide con por ejemplo el famoso poder hidráulico de "propiedad
la franja misma del Este.22 (El intermediario entre el Oc- débil" donde el Estado engendra clases canalizantes y ca-
cidente y el Oriente no es la India, como suponía Hau- nalizadas (cfr. lo que nunca ha sido refutado en la tesis de
dricourt, es América la que hace de pivote y de mecanis- Wittfogel).
mo de inversión). El déspota actúa allí como un río, no como una fuente
La cantante americana Patti Smith canta la Biblia del que todavía sería un punto, punto- árbol, o raíz; más que
dentista americano: No busques la raíz, sigue el canal... sentarse bajo el árbol, abraza las aguas; hasta el propio
¿No habría también dos burocracias, incluso tres (o árbol de Buda se convierte en rizoma. El río de Mao y el
aún más)? La burocracia occidental: su origen agrario, río de Louis. ¿América no desempeña una vez más un
catastral, las raíces y los campos, los árboles y su papel de papel de intermediaria?
fronteras, el gran censo de Guillermo el Conquistador, la América actúa mediante exterminios, liquidaciones
feudalidad, la política de los reyes de Francia, asentar el internas (no únicamente de indios, sino también de gran-
Estado sobre la propiedad, negociar las tierras mediante jeros, etc.). Y por sucesivas oleadas de inmigraciones ex-
la guerra, los procesos y los matrimonios. Los reyes de ternas. Ahí, el flujo del capital produce un inmenso canal,
una cuantificación de poder, con quanta inmediatos, donde
22 Cfr. Leslie Frieldler, Le retoardu Peau -rouge [tr. Fr. Seuil ]. En este libro hay cada uno, a su manera, se aprovecha de la circulación del
un bello análisis de la geografía , de su papel mitológico y literario en América, flujo-dinero (de ahí el mito-realidad del pobre que se con-
y de la inversión de las direcciones . Al Este, la búsqueda de un código específi- vierte en millonario y de nuevo volver a convertirse en
camente americano , y también de una recodificación con Europa (Henry Ja- pobre): todo se reúne en América, a la vez árbol y canal,
mes, Eliot, Pound, etc .); en el Sur la sobrecodificación esclavista , con su propia
raíz y rizoma. El capitalismo universal no existe en sí; el
ruina y la de las plantaciones en la Guerra de Secesión ( Faulkner, Caldwell); la
capitalismo está en la encrucijada de toda clase de for-
descodificación capitalista que procede del Norte ( Dos Passos , Dreiser); por
otra parte , el papel del Oeste, como línea de fuga , en el que se conjugan el via-
maciones, por naturaleza siempre es neo-capitalismo;
je, la alucinación, la locura, el indio, la experimentación perceptiva y mental, desafortunadamente inventa una versión oriental y otra
la movilidad de fronteras , el rizoma ( Ken Kesey y su "máquina de niebla"; la occidental, y su modificación de ambas.
generación beatnik , etc.). Cada gran autor americano hace una cartografía, in- De todas formas, con estas distribuciones geográficas
cluso por su estilo; contrariamente a lo que ocurre entre nosotros, hace un
no vamos por un buen camino. ¿Estamos en un atollade-
mapa que se conecta directamente con los movimientos sociales reales que
atraviesan América. Por ejemplo , la localización de las orientaciones geográfi-
ro? Qué más da, si se trata es de mostrar que los rizomas
cas en toda la obra de Fitzgerald. tienen también su propio despotismo, su jerarquía pro-

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pia; que son más duros aún, está muy bien , porque no pero enemigo completamente necesario, el mueble que
hay dualismo, nada de dualismo ontológico aquí y allá, ni constantemente desplazamos.
dualismo axiológico de lo bueno y lo malo, ni tampoco Resumamos los caracteres principales de un rizoma:
mezcla o síntesis americanas . En los rizomas hay nudos A diferencia de los árboles y sus raíces, el rizoma co-
de arborescencia y brotes rizomáticos en las raíces. Es necta un punto cualquier con otro punto cualquiera, y
más, hay formaciones despóticas , de inmanencia y de ca- cada uno de sus rasgos no remite necesariamente a ras-
nalización , propias de los rizomas. En el sistema trascen- gos de la misma naturaleza; el rizoma pone en juego re-
dente de los árboles existen deformaciones anárquicas, gímenes de signos muy distintos e incluso estados de no-
raíces aéreas y tallos subterráneos. signos.
Lo primordial es que el árbol - raíz y el rizoma-canal El rizoma no se deja reducir ni a lo Uno ni a lo Múlti-
no se oponen como dos modelos: uno actúa como mode- ple. No es lo Uno que se convierte en dos, ni tampoco
lo y copia trascendentes , incluso si engendra sus propias que devendrá directamente tres, cuatro o cinco, etc. No
fugas ; el otro actúa como proceso inmanente que destru- es un múltiple que deriva de lo Uno, ni al que lo Uno se
ye el modelo y bosqueja un mapa; aunque si constituye le añadiría el (n+l ). No está compuesto de unidades, sino
sus propias jerarquías , aunque suscite un canal despóti- de dimensiones, o más bien de direcciones cambiantes.
co. No se trata , pues, de tal o cual lugar sobre la tierra, ni No tiene ni principio ni fin; siempre tiene un medio por
de tal o cual momento en la historia , y mucho menos de el que crece y desborda. Constituye multiplicidades li-
tal o cual categoría del espíritu . Se trata del modelo que neales de n dimensiones, sin sujeto ni objeto, que pue-
no cesa de constituirse y destruirse, y del proceso que no den distribuirse en un plano de consistencia del que
cesa de extenderse, interrumpirse y recomenzar. siempre se sustrae lo Uno (n-1). Una multiplicidad de
¿Otro o un nuevo dualismo? No. Problema de la escri- este tipo no varía sus dimensiones sin cambiar su propia
tura: siempre se necesitan expresiones inexactas para de- naturaleza y metamorfosearse.
signar algo exactamente ; y no porque necesariamente Contrariamente a una estructura que se define por un
haya que pasar por ellas, no porque sólo se pueda proce- conjunto de puntos y posiciones, de relaciones binarias
der por aproximaciones : la inexactitud no es de ningún entre esos puntos y relaciones biunívocas entre esas posi-
modo una aproximación; al contrario , es el paso exacto de ciones, el rizoma sólo está compuesto de líneas: líneas de
lo que se hace . No invocamos un dualismo más que para segmentariedad, de estratificación, como dimensiones,
rechazar otro. Si recurrimos a un dualismo de modelos es pero también líneas de fuga o de desterritorialización
para llegar a un proceso que rechazaría todo modelo. como dimensión máxima según la cual, siguiéndola, la
Siempre se requieren correctores cerebrales para des- multiplicidad se metamorfosea cambiando de naturale-
hacer los dualismos que no hemos querido hacer, pero za. Pero no deben confundirse tales líneas, o lineamien-
por los que necesariamente pasamos; lograr la fórmula tos, con las filiacioñes de tipo arborescente, que tan sólo
mágica que todos buscamos : PLURALISMO = MONISMO, son uniones localizables entre puntos y posiciones.
pasando por todos los dualismos que son el enemigo, Por oposición al árbol, el rizoma no es objeto de re-
producción: ni reproducción externa como el árbol-ima-

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gen, ni reproducción interna como la estructura-árbol. El considerarlas en un plan de inmanencia según su valor
rizoma es una antigenealogía, una memoria corta o anti- intrínseco.23 Por ejemplo, en la medida en que un libro
memoria. El rizoma procede por variación, expansión, está formado por capítulos, tiene sus puntos culminan-
conquista, captura, inyección. tes, sus puntos de terminación. ¿Qué ocurre, por el contra-
Contrariamente al grafismo, al dibujo o a la fotogra- rio, cuando un libro está formado por mesetas que comu-
fía; por oposición a las copias, el rizoma se remite a un nican unas con otras a través de microfisuras, como
mapa que debe ser producido, construido, siempre des- sucede en el cerebro?
montable, conectable, alterable, modificable, con entra- Nosotros llamamos meseta a toda multiplicidad conec-
das y salidas múltiples, con sus líneas de fuga. Son las co- table con otras por tallos subterráneos superficiales, a fin
pias lo que hay que volver a colocar sobre los mapas y no de formar y extender un rizoma.
a la inversa. Contrariamente a los sistemas centrados (in- Escribimos este libro como un rizoma, lo compusimos
cluso policentrados), de comunicación jerárquica y de de mesetas. Si le hemos dado una forma circular, sólo fue
vínculos preestablecidas, el rizoma es un sistema acentra- por broma. Al levantarnos cada mañana, cada uno de no-
do, no jerárquico y no significante, sin General, sin me- sotros se preguntaba qué mesetas iba a escoger, y escribía-
moria organizadora o autómata central, definido única- mos cinco líneas aquí, diez líneas por allá... Hemos tenido
mente por una circulación de estados. Lo que está en experiencias alucinadoras, hemos visto a las líneas, como
juego en el rizoma es una relación con la sexualidad, pequeñas hormigas, dejar una meseta para dirigirse a
pero también con el animal, el vegetal, la política, el li- otra. Hemos trazado círculos de convergencia. Cada me-
bro, con las cosas de la naturaleza y del artificio, muy dis- seta puede ser leída por cualquier sitio, y ponerse en re-
tinta de la relación arborescente: todas los tipos de "de- lación con cualquier otra. Para lograr lo múltiple se re-
venires". quiere un método que lo haga efectivamente; ninguna
Una meseta no se encuentra ni al principio ni al final, astucia tipográfica, ninguna habilidad léxica, mezcla o
siempre está en medio. Un rizoma está formado de me- creación de palabras, ninguna audacia sintáctica pueden
setas. Gregory Bateson utiliza la palabra "meseta" (pla- reemplazarlo.
teau) para designar algo muy especial: una región conti- En efecto, a menudo todo eso sólo son procedimien-
nua de intensidades, que vibra sobre sí misma, y que se tos miméticos destinados a diseminar o dislocar una uni-
desarrolla evitando cualquier orientación hacia un punto dad mantenida en otra dimensión para un libro-imagen.
culminante o hacia un fin externo. Bateson pone como Tecnonarcisismo. Las creaciones tipográficas, léxicas o
ejemplo la cultura balinesa, en la que los juegos sexuales sintácticas sólo son necesarias si dejan de pertenecer a la
madre-hijo, o bien las disputas entre hombres, pasan por forma de expresión de una unidad oculta, para conver-
esa extraña estabilización intensa. "Una especie de mese-
ta continua de intensidad sustituye al orgasmo", a la guerra
23 Bateson, l*ers une écologie de l'esprit (t. I, ed. du Seuil, pp. 125-126). 1-lay
o al punto culminante. Un rasgo deplorable del espíritu que señalar que la palabra "meseta" se emplea clásicamente en el estudio de
occidental consiste en relacionar las expresiones y las ac- los bulbos, tubérculos y rizomas: cfr. Uictionnaire de botan ¿que de Baillon, artículo
ciones con fines externos o trascendentes, en lugar de "Bulbe".

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tirse ellas mismas en una de las dimensiones de la multi- En resumen, consideramos que la escritura nunca se
plicidad considerada . Nosotros conocemos escasos logros hará suficientemente en nombre de un exterior. El exte-
en este género . 24 Por nuestra parte , nosotros tampoco lo rior carece de imagen, de significación o de subjetividad.
hemos conseguido . Sólo hemos empleado palabras que a El libro composición con el exterior contra el libro-ima-
su vez funcionaban para nosotros como mesetas: RIZO- gen del mundo, el libro-rizoma, y no el libro dicotómico,
MÁTICO, ESQUIZOANÁLISIS, ESTRATOANÁLISIS, PRAGMÁTI- pivotante o fasciculado. No hacer nunca raíz, ni plantar-
CA, MICROPOL.ÍTICA. la, aunque sea muy difícil no caer en esos viejos procedi-
Estas palabras son conceptos, pero los conceptos son mientos.
líneas, es decir, sistemas de números ligados a tal o cual "Todas las cosas que se me ocurren no se me presen-
dimensión de las multiplicidades (estratos , cadenas mo- tan por su raíz, sino por un punto cualquiera situado en su
leculares , líneas de fuga o ruptura, círculos de conver- parte media. Traten pues, de retenerlas, que alguien tra-
gencia , etc.). En ningún caso aspiramos al título de una te de coger esa brizna de hierba que sólo empieza a cre-
ciencia. Nosotros no conocemos ni la cientificidad ni la cer por la mitad del tallo, y no la suelte".25 ¿Por qué es
ideología , sólo sabemos de composiciones . Tan sólo hay tan difícil eso? Realmente ya es una cuestión de semiótica
composiciones maquínicas de deseo , así como composi- perceptiva. No es fácil percibir las cosas por el medio, ni
ciones colectivas de enunciación . Nada de significancia ni por arriba o por abajo, o inversamente de izquierda a de-
de subjetivación : escribir a n (toda enunciación individua- recha, o viceversa: inténtenlo y verán cómo todo cambia.
lizada permanece cautiva de las significaciones dominan- No es sencillo ver la hierba en las palabras o en las cosas
tes, todo deseo significante remite a sujetos dominados). (del mismo modo, Nietzsche decía que un aforismo debe-
Una composición en su multiplicidad actúa forzosamente ría ser rumiado, toda meseta es inseparable de todas las
a la vez sobre flujos semióticos, flujos materiales y flujos vacas que la pueblan, y que también son las nubes del cielo).
sociales ( independientemente de la recuperación que Se escribe la historia, pero siempre se ha escrito desde
puede hacerse de todo eso en un corpus teórico y científi- el punto de vista de los sedentarios, en nombre de un
co). Ya no se está ante una tripartición entre un campo de aparato unitario de Estado, al menos posible, incluso
realidad, el mundo , un campo de representación, el li- cuando se habla de los nómadas. Lo que no existe es una
bro, y un campo de subjetividad , el autor. Una composi- Nomadología, justo lo contrario de una historia. Sin em-
ción pone en conexión determinadas multiplicidades bargo, en este campo, también hay grandes logros, por
pertenecientes a cada uno de esos órdenes, de suerte que ejemplo, a propósito de las Cruzadas de niños: el libro de
un libro no tenga su continuación en el libro siguiente, ni Marcel Schwob que multiplica los relatos como otras tantas
tiene su objeto en el mundo , ni su sujeto en uno o varios mesetas de dimensiones variables. El libro de Andrzejews-
autores. ki, Las Puertas del Paraíso, convierte una frase ininterrum-
pida en flujo de niños, flujo de marcha con estancamien-
24 Así, Jóelle de la Casiniére , Absolnment nécessaire (ed. de Minuit ), que es
to, estiramiento, precipitación, flujo semiótico de todas
un libro verdaderamente nómada. En la misma dirección, cfr. las investigacio-
nes del Monfaucon Research Center. 25 Kafka, Diarios, Grasset, p. 4 (trad. al español, Lumen, p.12).

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las confesiones de niños que vienen a sincerarse al viejo ¿Cómo puede encontrar el libro un exterior satisfacto-
monje que encabeza el cortejo, flujo de deseo y sexuali- rio con el que pueda componer en lo heterogéneo más
dad, iniciando cada uno la aventura por amor, y más o bien que un mundo a reproducir? Cultural, el libro es
menos directamente llevados por el oscuro deseo póstu- forzosamente una copia: primeramente una copia de sí
mo y pederástico del Conde de Vendóme, con círculos de mismo, copia del libro precedente del mismo autor, co-
convergencia -lo importante no es que los flujos hagan pia de otros libros cualquiera que sean sus diferencias; re-
"Uno o múltiplo", ese ya no es el problema: hay una com- producción infinita de conceptos y palabras dominantes,
posición colectiva de enunciación, una composición ma- reproducción del mundo presente, pasado o venidero.27
quínica de deseo, incluidos el uno en el otro y enlazadas Pero el libro anticultural todavía arrastra un gran las-
con un prodigioso exterior que de todos modos hace tre cultural; sin embargo, hará de él un uso activo de olvi-
multiplicidad-. Y más recientemente, el libro de Armand do y no de memoria, de subdesarrollo y no de progreso a
Farrachi sobre la IV Cruzada, La dislocación, en el que las desarrollar, de nomadismo y no sedentarismo, de mapa y
frases se distancian y se dispersan, o bien se atropellan y no de reproducción. RIZOMÁTICA = ANÁLISIS POP, aunque
coexisten, y las letras, la tipografía, se ponen a danzar, a el pueblo tiene algo más que hacer que leer, incluso si los
medida que la Cruzada delira.26 cuadernos de cultura universitaria o de pseudocientifici-
Estos libros son algunos modelos de escritura nómada dad continúan siendo demasiado penosos o pesados.
y rizomática. La escritura sigue una máquina de guerra y Pero, sépase, la ciencia sería una cosa completamente loca
líneas de fuga, abandona los planos, las segmentarieda- si la dejaran hacer, véase las matemáticas , que no son una
des, la sedentariedad, el aparato de Estado. Pero, ¿Por qué ciencia, sino un prodigioso argot, y además nomádico. In-
todavía se necesita un modelo? ¿No es todavía el libro una cluso en el dominio teórico, y sobre todo en él, cualquier
"imagen" de las Cruzadas? ¿No sigue existiendo una uni- argumento precario y pragmático vale más que la repro-
dad oculta, como unidad pivotante en el caso de Schwob, ducción de conceptos, con sus cortes y sus progresos que
como unidad abortada en el caso de Farrachi, como uni- nada cambian. La imperceptible ruptura, antes que el cor-
dad del Conde mortuorio en el caso más hermoso de Las te significante. La historia jamás ha comprendido el no-
Puertas del Paraíso? ¿Es necesario un nomadismo más pro- madismo, el libro nunca ha tenido el exterior.
fundo que el de las Cruzadas, el de los verdaderos nóma- Escribir para los que no saben leer: las gentes ríen so-
das, o bien el nomadismo de los que ya ni siquiera se mue- carronamente "son los peores universitarios, no se dan
ven, y que ya tampoco imitan nada, sólo componen? cuenta de las palabras que utilizan y de su chantaje al sa-
ber?", nosotros no respondemos, no tenemos el mismo
26 Marcel Schwob, La cruzada de los niños, 1896 ( trad . al español, Barcelo- concepto del libro, nunca nos hemos citado a nosotros
na, Tusquets); Jersy Andrzejewski, Las puertas del paraíso, 1959 (trad. al espa- mismos, nunca hemos entonado el canto de la vanguar-
ñol, México, Joaquín Mortíz) (tr. francesa Gallimard); Armand Farrachi, La dis-
location, Stock, 1974. A propósito del libro de Schwob, Paul Alphandéry decía
27 Cfr. La humorada de Foucault : ¿ qué sucede cuando uno ya no ( se) repi-
que la literatura, en algunos casos, podía renovar la historia e imponerle "ver-
te? "En ese momento ellos repiten , repiten el lenguaje mismo" en Nietzsche, ca-
daderas líneas de investigación " ( La chrétienté et l'idée de croisade , t. II, Albin Mi-
hiers deRoyaumont , Minuit, p. 196.
chel, p. 116).

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dia estilo Bouillant Achille o Tel Quel. Entonces, No nos totalidad orgánica, tampoco es una unidad de sentido.
molestes, Edith Piaf. Qué placer si la gente nos dice: nos Cuando le preguntamos a Michel Foucault qué es para él
decepcionan, se han vuelto locos. Y si dicen: no se renue- un libro, responde: es una caja de herramientas. Proust, que
van, tanto mejor también. Estamos en otra parte. ¿Qué pasa, sin embargo, por altamente significante, decía que su
es lo que hacen los nómadas? Ellos inventaron una má- libro era como las gafas: Vean si les conviene, si perciben gra-
quina de guerra contra al aparato de Estado. Totalmente cias a ellas lo que de otro modo no hubieran podido percibir.» si
diferente al aparato de Estado. Rizoma de una máquina no dejen mi libro, busquen otros que le irían mejor. Encuentren
de guerra contra el árbol-Estado. La arborescencia es pre- trozos de libros, los que les sirvan o los que les vayan.
cisamente el poder de Estado. Nosotros ya no leemos ni escribimos a la antigua usan-
A lo largo de la historia el Estado ha sido el modelo za. No hay muerte del libro, sino otra forma de leer. En
del libro y del pensamiento: el logos, el filósofo-rey, la un libro no hay nada que comprender, pero sí mucho que
trascendencia de la idea, el interior del concepto, la re- aprovechar. Nada a interpretar ni a significar, pero mu-
pública de los espíritus, el tribunal de la razón, los fun- cho que experimentar. El libro debe formar máquina con
cionarios del pensamiento, el hombre legislador y sujeto. alguna cosa, debe ser una pequeña herramienta en un
El Estado pretende ser la imagen interiorizada de un or- exterior. No representación del mundo, ni mundo con
den del mundo y enraizar al hombre. Pero la relación de estructura significante. El libro no es árbol- raíz; es pieza
una máquina de guerra con el exterior no es otro "mode- de un rizoma, meseta de un rizoma para el lector al que
lo", es una composición que hace que el propio pensa- conviene. Las combinaciones, las permutaciones, las uti-
miento se vuelva nómada y el libro una pieza para todas lizaciones no son nunca interiores del libro, sino que de-
las máquinas móviles, un tallo para un rizoma (Kleist y penden de sus conexiones con tal o cual exterior. Sí, to-
Kafka frente a Goethe). men de él lo que quieran. Nosotros no pretendemos
La mayoría de los libros que citamos son libros ama- hacer escuela; las sectas, las capillas, las iglesias, las van-
dos por nosotros (a veces, por razones secretas o perver- guardias y retaguardias, son todavía árboles que tanto en
sas). Importa poco que unos sean bastante conocidos, su elevación como en sus caídas ridículas aplastan todo lo
otros poco conocidos y otros olvidados. Sólo quisiéramos que de importancia ocurre.
citar con amor. No pretendemos constituir una Suma o Escribir a n, n-1, escribir con slogan: ¡Hagan rizoma y
reconstituir una Memoria, sino más bien proceder por ol- no raíz, no planten nunca! ¡No siembren, horaden! ¡No
vido o sustracción; hacer de esta manera un rizoma, ha- sean ni uno ni múltiple, sean multiplicidades! ¡Hagan la
cer máquinas sobre todo desmontables, formar medios línea, nunca el punto! La velocidad transforma el punto
que dejen un instante ora sobrevivir esto, ora aquello: en línea.28 ¡Sean rápidos, incluso sin cambiar de lugar!
cuadernos desmenuzables en las sopas. Mejor todavía, un
libro funcional, pragmático; escojan lo que quieran.
El libro ha dejado de ser un microcosmos, a la manera 28 Cfr. Paul Virilio, "Véhiculaire ", en Nomades et vagabonds, 10-18, p. 43:
clásica o a la manera europea. El libro no es una imagen sobre la aparición de la linealidad y el transtorno de la percepción por la ve-
del mundo y menos aún un significante; no es una bella locidad.

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Línea de suerte, línea de cadera,29 línea de fuga. ¡No sus- tología, destituir el fundamento, anular fin y comienzo.
citen un General en ustedes! Nada de ideas justas, justo Han sabido hacer una pragmática. El medio, no es una
una idea (Godard). Tengan ideas cortas. Hagan mapas, y media, sino, al contrario, el sitio por el que las cosas ad-
no fotos ni dibujos. Sean la Pantera Rosa, y que sus amo- quieren velocidad. Entre las cosas no designa una rela-
res sean como el del la avispa y la orquídea, el gato y el ción localizable que va de lo uno a lo otro y recíproca-
babuino. Se dice del viejo hombre-río: mente, sino una dirección perpendicular, un movimiento
transversal que arrastra a la una y a la otra, arroyo sin co-
He don't plant tatos mienzo ni fin que socava las dos orillas y adquiere veloci-
Don't plant cotton dad en el medio.
Them that plants them is soon forgotten
But old man river he just keeps rollin along.

Un rizoma no empieza ni acaba, siempre está en me-


dio, entre las cosas, inter-ser, intermezzo. El árbol es filia-
ción, pero el rizoma tiene como tejido la conjunción
"y...y...y...... En esta conjunción hay fuerza suficiente para
sacudir y desenraizar el verbo ser. ¿Adónde vas? ¿De dón-
de partes? ¿A dónde quieres legar? Todas estas preguntas
son inútiles. Hacer tabla rasa, partir o repartir de cero,
buscar un principio o un fundamento, implican una falsa
concepción del viaje y del movimiento (metódico, peda-
gógico, iniciático, simbólico... ).
Kleist, Lenz o Büchner tienen otra manera de viajar
y de moverse, partir en medio de, por el medio, entrar y
salir, no empezar ni acabar.30 La literatura americana,
y anteriormente la inglesa, han puesto todavía más de
manifiesto ese sentido rizomático, han sabido moverse
entre las cosas, instaurar una lógica del Y, derribar la on-

29 En español , se pierde la rima que existe en francés , entre ligue de chan-


ce, ligue de hanche. Por otra parte, estas frases forman parte del estribillo de una
Pierrot le jou (N.
canción que Ana Karina canta en la película de J. L. Godard,
del E.).
30 Cfr. J. C. Bailly, La légende disersée , 10-18: la descripción del movimiento
en el romanticismo alemán , pp. 18 y ss.

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