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MODELO COMPORTAMENTAL COGNITIVO

PROFESORA:
YADIRA MARTÍNEZ DE BIAVA

ESTUDIANTE:
EUCARIS MAJUL CORONADO

UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR

2020-1
Aaron T. Beck
Nació en Providence, Rhode Island, el 18 de julio de 1921, el menor de cinco hijos. Sus dos
padres eran inmigrantes judíos rusos en los Estados Unidos. Dos de los hermanos de Beck
habían muerto antes de su nacimiento, un hermano mayor en la infancia y una hermana
también mayor de gripe en 1919. Como resultado de estas tragedias, la madre de Beck
estuvo crónicamente deprimida durante varios años y se volvió sobreprotectora de su hijo
menor. Beck llegó a pensar que él era un reemplazo para su hermana, y que su madre
estaba decepcionada de que él no fuera una niña.

Beck desarrolló varias fobias en el curso de su infancia. Uno era una fobia a la sangre y a


las lesiones, que surgió debido a su experiencia con la cirugía de su brazo roto a los siete
años. Durante el entrenamiento médico de Beck, años más tarde, tuvo que luchar contra la
ansiedad y la tendencia a sentirse mareado mientras ayudaba con las operaciones. Se
enfrentó a su fobia a la sangre al exponerse gradualmente a las vistas y los sonidos de una
sala de operaciones, y al mantenerse ocupado mientras ayudaba con la cirugía.

Una segunda fobia fue el miedo a la asfixia, que aparentemente fue causada por un caso
grave de tos ferina, asma crónica infantil y un hermano mayor que solía molestar a Beck
poniéndole una almohada sobre la cara. El miedo de Beck a la asfixia también surgió en
forma de fobia de túnel; sentiría opresión en el pecho y dificultades para respirar mientras
conduce por un túnel. Además, desarrolló miedo a las alturas y a hablar en público.
Sostiene que fue capaz de superar estos miedos al trabajarlos cognitivamente. Beck también
se basó en sus propias experiencias al escribir su primer libro sobre la depresión, que
publicó en 1967. Beck estaba ligeramente deprimido mientras escribía el libro, pero
consideraba el proyecto como una especie de autotratamiento

Aportación a la Psicología

Beck es ampliamente reconocido como el padre de la terapia cognitiva. La American


Psychologist lo nombró uno de sus cinco psicólogos más influyentes de todos los tiempos.
Además de sus escalas de valoración, Beck ha publicado más de 600 artículos y 25 libros
profesionales a lo largo de su carrera. También ha recibido numerosas distinciones por su
trabajo, incluyendo cinco títulos honorarios, el premio Lienhard del Instituto de Medicina
por su desarrollo de la terapia cognitiva, y el Premio de Salud Kennedy Comunidad.
La organización cognitiva según el modelo de Beck

El modelo propuesto por Beck afirma que ante una situación, los individuos no responden
automáticamente, sino que antes de emitir una respuesta emocional o conductual perciben,
clasifican, interpretan, evalúan y asignan significado al estímulo en función de
sus supuestos previos o esquemas cognitivos (también llamados  creencias nucleares).

Los esquemas cognitivos

En la teoría de Beck, los procesos cognitivos son los mecanismos de codificación,


almacenamiento y recuperación de la información existentes en las estructuras
cognitivas (esquemas). Por tanto, se incluyen entre los procesos cognitivos: la percepción,
la atención, la memoria y la interpretación. En el procesamiento de la información pueden
producirse errores en cualquiera de sus fases que tienen como consecuencia una alteración
o distorsión en la valoración e interpretación de los hechos, lo que el autor llama
“distorsiones cognitivas”.

Las estructuras cognitivas de organización de la información en la memoria son


los esquemas, que representan el conjunto de experiencias previas y actúan como moldes
que dirigen la atención, influyen en la interpretación de los acontecimientos y facilitan el
recuerdo.

Para Beck, “los esquemas son patrones cognitivos estables que constituyen la base de la
regularidad de las interpretaciones de la realidad. Las personas utilizan sus esquemas para
localizar, codificar, diferenciar y atribuir significaciones a los datos del mundo”. En otras
palabras, los esquemas son construcciones mentales subjetivas, más o menos estables, que
actúan como filtros a la hora de percibir el mundo por parte del individuo.

Los esquemas provienen en gran medida de experiencias previas de aprendizaje (en


general, tempranas) y pueden permanecer latentes hasta ser activadas por un evento
significativo que interactúa con ellos. Este es uno de los conceptos más importantes que ha
aportado la psicología cognitiva, y aunque que fue introducido originalmente
por Frederick Bartlett para referirse a procesos relacionados con la memoria en el contexto
social, y también fue utilizado, entre otros, por Jean Piaget en el ámbito educativo, Beck
(junto con Ellis) lo introdujo en el ámbito psicoterapéutico.

Las creencias

Las creencias son los contenidos de los esquemas, y son el resultado directo de la relación


entre la realidad y éstos. Es todo aquello en lo que uno cree, son como mapas internos que
nos permiten dar sentido al mundo, se construyen y generalizan a través de la experiencia.
Beck distingue dos tipos de creencias:

Creencias centrales o nucleares: Se presentan como proposiciones absolutas, duraderas y


globales sobre uno mismo, los demás o el mundo. Por ejemplo, “soy un incompetente”.
Representan el nivel cognitivo más profundo, son difíciles de cambiar, dan el sentido de
identidad y son idiosincrásicas.

Creencias periféricas: Son influidas por las nucleares, por tanto, están ubicadas entre las
éstas y los productos cognitivos o pensamientos automáticos. Consisten en actitudes, reglas
y presunciones (o supuestos). Por lo tanto, influyen en la forma de ver la situación, y esa
visión influye en cómo se siente, actúa o piensa un individuo.

Los productos cognitivos

Los productos cognitivos hacen referencia a los pensamientos e imágenes que resultan de


la interacción de la información proporcionada por situación, los esquemas y creencias y de
los procesos cognitivos. Los contenidos de los productos cognitivos suelen ser más
fácilmente accesibles a la conciencia que los esquemas y los procesos cognitivos.

El modelo explicativo de la depresión de Beck

Para Beck, los trastornos psicológicos derivan de distorsiones cognitivas (errores en los
procesos cognitivos), que son maneras equivocadas de pensar que aparecen en forma de
pensamientos automáticos (productos cognitivos) ante determinadas situaciones, y que
provocan estados emocionales negativos y conductas inadecuadas. Por tanto, estas
distorsiones cognitivas son provocadas por creencias irracionales o supuestos personales
aprendidos en el pasado, que condicionan inconscientemente la percepción e interpretación
del pasado, presente y futuro.

Las personas que sufren depresión se vuelven vulnerables ante ciertas situaciones, y es


importante entender que en esta teoría no se plantea que las cogniciones sean la causa de la
depresión o de otro trastorno emocional, lo que realmente se postula es la primacía de los
síntomas: la activación de esquemas negativos y las distorsiones cognitivas consiguientes,
serían el primer eslabón de la cadena de síntomas depresivos.

La tríada cognitiva en las personas con depresión

Cuando una persona se enfrenta a una determinada situación, el esquema es la base para
transformar los datos en cogniciones. Puesto que los esquemas que se activan en una
determinada situación van a determinar el cómo responde esa persona, en las personas que
padecen un trastorno depresivo se activarán esquemas inadecuados.

Por tanto, el primer síntoma depresivo es la activación de esquemas cognitivos relacionados


con la visión de uno mismo, el mundo y el futuro. Las personas con esquemas negativos o
tendencia a cometer errores de procesamiento serán más proclives a padecer trastornos
depresivos.

La  tríada cognitiva se refiere a tres esquemas característicos que inducen al individuo
depresivo a percibirse a sí mismo, al mundo y al futuro desde un punto de vista negativo.
De estos tres patrones cognitivos se derivan el resto de síntomas depresivos que sufre.

El esquema característico que sufren las personas deprimidas, y que Beck denomina la
triada depresiva, consiste en una visión negativa de:

Sí mismo: las personas que padecen depresión suelen considerarse deficientes e inútiles.
Atribuyen los errores que cometen a un defecto físico, mental o moral suyo, y piensan que
los demás les rechazarán.

Del mundo: Se sienten como derrotados socialmente y no están a la altura de las


exigencias, ni tienen la capacidad de superar los obstáculos.

Del futuro: La persona que padece depresión piensa que esta situación no se puede
modificar, por lo que seguirá así siempre.

Distorsiones cognitivas

Los esquemas negativos activados en los individuos depresivos les llevan a cometer una


serie de errores en el procesamiento de la información que facilitan los sesgos y permiten al
depresivo mantener la validez de sus creencias. Beck enumeró una serie de distorsiones
cognitivas, son las siguientes:

Abstracción selectiva: se trata de prestar atención a un solo aspecto o detalle de la


situación. Los aspectos positivos se suelen ignorar, dando más importancia a los aspectos
negativos.

Pensamiento dicotómico: los acontecimientos se valoran de forma extrema: bueno/malo,


blanco/negro, todo/nada, etc.

Inferencia arbitraria: consiste en sacar conclusiones de una situación que no están


apoyadas por los hechos, incluso cuando la evidencia es contraria a la conclusión.

Sobregeneralización: consiste en extraer sin base suficiente una conclusión general de un


hecho particular.

Magnificación y Minimización: tendencia exagerar lo negativos de una situación, un


suceso o un cualidad propia y a minimizar lo positivo.

Personalización: hace referencia a la costumbre de relacionar los hechos del entorno con
uno mismo, mostrándose susceptible.
Visión catastrófica: adelantar acontecimientos y, de entre las distintas opciones, pensar
que siempre va a ocurrir lo peor.

Deberías: consiste en mantener reglas rígidas y exigentes sobre cómo deben suceder las
cosas.

Etiquetas globales: consiste en poner etiquetas globales a nosotros mismos o a los demás
sin tener en cuenta otros matices.

Culpabilidad: consiste en atribuirse a uno mismo o a los demás toda responsabilidad de los
acontecimientos, ignorando otros factores que contribuyen a los mismos.

Pensamientos automáticos

Por tanto, al activarse estos esquemas característicos de las personas depresivas, los


productos cognitivos serán desadaptativos y negativos. 

Los pensamientos automáticos 

Son los diálogos internos, pensamientos o imágenes que aparecen ante una situación
determinada, y los pacientes suelen considerarlos afirmaciones verdaderas no
distorsionadas. Éstos muestran una serie de características y son las siguientes:

 Son mensajes o proposiciones específicas referidas a una situación concreta


 Siempre serán creídos, independientemente de que sean irracionales o no
 Son aprendidos
 Entran de forma espontánea en la conciencia, dramatizando y exagerando lo
negativo de la situación
 No son fáciles de detectar ni controlar, pues aparecen en el flujo del diálogo interno

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