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¿Qué es Estereotipo?

Un estereotipo consiste en una imagen estructurada y aceptada por la mayoría de las


personas como representativa de un determinado colectivo. Esta imagen se forma a partir de una concepción
estática sobre las características generalizadas de los miembros de esa comunidad.
La palabra estereotipo viene del griego “stereós”, sólido, y “typos”, impresión o molde; siendo la
percepción exagerada y con pocos detalles, simplificada, que se tiene sobre una persona o grupo de personas
que comparten ciertas características, cualidades y habilidades, y que buscan “justificar o racionalizar una
cierta conducta en relación a determinada categoría social”.
Por lo general, cuando algún caso se concreta es porque ya fue aceptada por la mayoría como patrón o
modelo de cualidades o de conductas. Los estereotipos son alegatos comunes del pasado. Incluyen una
amplia variedad de alegaciones sobre diversos grupos raciales y predicciones de comportamientos basadas
en el estatus social o la riqueza. Son esquemas de pensamientos o esquemas lingüísticos pre-construidos que
comparten los individuos de una misma comunidad social o cultura.

¿Cómo funcionan los estereotipos?


Existe una tripartición que nos permite entender cómo funcionan los estereotipos en las sociedades.
 Componente cognitivo: Nos permite reconocer un estereotipo, porque encuadra
con conocimientos previos que ya tenemos sobre el mismo, es una categoría que nos permite identificar y
reconocer fácilmente a ciertos grupos.
 Componente afectivo: Por otro lado, también existe un componente afectivo, donde entran en juego los
sentimientos que experimentamos en relación a ese estereotipo, que pueden ser de prejuicio u hostilidad, o
bien, ser positivos.
 Componente comportamental: Finalmente, en todo estereotipo hay un componente comportamental
que supone llevar a la práctica acciones asociadas a esos sentimientos experimentados frente a ciertos
estereotipos. Por ejemplo, cuando se le niega un trabajo a alguien por pertenecer a un grupo determinado.
Estos tres componentes no necesariamente aparecen todos juntos. Uno puede asociar a unos grupos
características negativas sin sentir hostilidad o reticencia hacia el mismo y sin excluirlos de ámbitos sociales
como el trabajo.

Tipos de estereotipos
Existen estereotipos religiosos, como el que dice que los judíos son avaros.
En sus orígenes, el término hacía referencia a la impresión obtenida a partir de un molde
construido con plomo. Con el correr de los años, su aplicación se volvió metafórica y comenzó a utilizarse
para nombrar a un conjunto de creencias fijas que un grupo tiene sobre otro. Se trata de una representación o
un pensamiento inalterable a lo largo del tiempo, que es aceptado y compartido a nivel social por la mayoría
de los integrantes de un grupo.
Los estereotipos pueden ser de tipo “sociales” (de acuerdo a la clase social de la que procedan. Ej:
chetos, flaites, fresas), “culturales” (de acuerdo a las costumbres que tengan. Ej: fascistas) o “raciales” (de
acuerdo al grupo étnico del que formen parte. Ej: judíos, negros).
De todas formas, los estereotipos suelen formarse uniendo estas tres características, por lo que es muy
difícil separarlos completamente unos de otros. Cabe señalar también que existen estereotipos vinculados a
la “religión”, como aquel que define a los judíos como avaros.

Publicidad y estereotipos
Un elemento que afecta considerablemente la manera en la que un grupo mira a otro, es decir que
permite la creación de estereotipos, es la publicidad, porque los inculca en el pensamiento colectivo a
través de los medios. Un ejemplo de esto es la publicidad machista que intenta convencernos, por ejemplo,
de que los autos son para los hombres (es decir que a todos los hombres les gustan los vehículos y a las
mujeres les tienen sin cuidado) y las cremas para el cuerpo son para las mujeres (es decir que a todas las
mujeres les interesa mucho su aspecto físico y a los hombres no les preocupa el suyo).
En la publicidad machista se presenta la imagen de la mujer como la de alguien heterosexual, casada
con un hombre, que realiza las tareas de la casa y cuida de los hijos que ambos tienen en común. Sus
profesiones suelen ser de enfermera, profesora o secretaria (siempre con un jefe, en su mayoría hombre). Y
si no es así, la presentan como un ser frívolo, superficial, tierno, objeto del deseo de los hombres (jamás se
menciona la homosexualidad), culpable de los divorcios y con una gran inestabilidad emocional.
Por su parte, el hombre es un ser fuerte, equilibrado, un padre inequívoco, que se ve rebasado por
los problemas de la casa ( de los que su mujer es culpable) y se refugia en la cerveza con sus amigos o en su
trabajo, para evitar las situaciones que le causan estrés.
Dos estereotipos de una misma sociedad donde el papel que estos cumplen es dividirla: los hombres por
un lado, las mujeres por el otro, los ancianos, los niños, las personas de la ciudad, las de campo, etc. Y así
nos encontramos con una sociedad absolutamente fragmentada por esta manía humana de etiquetarlo y
separarlo todo.
Pese a que con el correr de los años se ha intentado dar una imagen más abierta, basta que nos
sentemos frente al televisor por alrededor de una hora para encontrarnos con que las cosas no han cambiado
tanto y que, en realidad, seguimos tan embadurnados de los estereotipos impuestos por el sexismo como
hace siglos.

Conclusión sobre los estereotipos


Los estereotipos pueden acabar por convertirse en etiquetas peyorativas.
Los estereotipos, en este sentido, son un conjunto de ideas, actitudes y creencias preestablecidas que
son aplicadas, de manera general, a determinados individuos, catalogándolos y encerrándolos dentro de
ciertas categorías sociales, ya sea debido a su nacionalidad, etnia, edad, sexo, orientación sexual o
procedencia.
Por esta razón, las concepciones estereotipadas acerca de las personas pueden llegar a confundirse con
los prejuicios, ideas y opiniones preconcebidas, ya que los estereotipos pueden acabar por convertirse en
etiquetas peyorativas o despectivas que causan un impacto negativo en los demás.

Fuente: https://concepto.de/estereotipo/#ixzz5m14pDGbq

Estereotipos
Todos los países del mundo tienen tópicos y estereotipos. Pero cuando tu población supera los 209
millones de habitantes y tu superficie es aproximadamente 8,5 millones de kilómetros cuadrados, das que
hablar. Hemos escuchado cien mil tópicos sobre como es Brasil: su cultura y su gente, su música, su comida,
sus fiestas y costumbres. ¿Pero de verdad sabemos tanto como creemos o todo se basa en prejuicios y
estereotipos que hemos ido cultivando a lo largo de los años?
Nada te da más visión del mundo que viajar, y Brasil, al igual que muchos países, es percibido como el
país del carnaval, la samba y el futbol. Y aunque muchos tópicos se basan en realidades, no es hasta que te
encuentras en el lugar cuando te das cuenta como es realmente. Hace dos veranos tuve la oportunidad de
realizar un voluntariado gracias a AIESEC en Brasil y derribé alguno de los tópicos que nuestra sociedad ha
formado o, por el contrario, comprobé los que son ciertos.
1.Fútbol: Esto es un tópico y una realidad. Aunque no tengan una liga potente como cualquier europea, el fútbol está en
todos sitios, especialmente cuando concierne a la selección nacional. Durante mi voluntariado, muchos niños llevaban la famosa
verde-amarela (incluso durante días seguidos) y en los ratos libres siempre querían jugar. En cuanto al gran templo, el Maracaná,
me dejó sin palabras. Incluso completamente vacío durante el tour que hicimos, es mucho más grande que cualquier estadio que he
visto. El sueño de muchos brasileños (y probablemente muchos futboleros de todo el mundo).
2.Samba: Esto es un tópico. Claramente la samba es la música oficial y la más famosa originada en Brasil, pero no la única.
Lo que más suena por todas partes (radio, discotecas, tiendas) es otro género: el sertanejo. Seguramente no te sonará el nombre
pero si digo nombres como Michel Teló y su famoso “Ai se eu te pego” todo cobra sentido. Incluso tuve la oportunidad de asistir a
un concierto mientras estaba ahí. Otro estilo muy conocido es el funk. Pero no es el que te imaginas, el funk brasileño es el ritmo
que suena en los fondos bajos, y normalmente está mal visto, como no música de calidad. Finalmente, tenemos la clásica bossa-
nova, que aun no ser popular entre los jóvenes, si lo es para los más mayores que quieran apreciar las glorias del país.
3.Carnavales: Aunque mi estancia fue durante agosto-septiembre y por lo tanto no coincidiendo con la época de Carnavales,
si me contaron que sólo es un gran acontecimiento en Rio, las otras ciudades tienen pequeños carnavales dónde no todo es tan
espectacular.
4.Brasileños/as: Todos tenemos en mente los estereotipos relacionados siempre con los brasileños y brasileñas: grandes
cuerpos en bañador o bikini bañados por el sol tropical. Pero eso no son más que estereotipos. Para empezar no todos son
morenos: dónde vivía yo, antigua colonia alemana, gran parte de la población era rubia con los ojos azules o verdes. Tampoco
todos tienen un cuerpo 10, la comida es muy grasienta, aceitosa y con muchos aliños, y aunque hay platos deliciosos, también son
bastante calóricos.
5.Playas: No he tenido la oportunidad de estar en muchos países tropicales pero las playas brasileñas son espectaculares.
Especialmente en Florianópolis, ciudad en la que estuve. Que fuera invierno era un handicap a la hora de disfrutar de un buen
baño, pero sólo el poder pasear por playas kilométricas y casi desérticas era un placer. Además muchas están unidas a bosques, lo
que le da un aire aún más exótico. También visité Ipanema y Copacabana, míticas playas de Rio de Jainero, pero no era lo mismo
ya que la ciudad es extremadamente turística y las playas no son una excepción.
6.Cristo Redentor: No sé si clasificarlo como tópico o realidad. Presenciar una de las 7 maravillas del mundo moderno es
espectacular y el Cristo Redentor no se queda corto. La estatua es realmente gigantesca y se alza en un montículo que tienes que
acceder a través de furgonetas organizadas. La parte mala es que el recinto que lo rodea es muy pequeño y la cantidad de turistas
que lo rodean hace que su disfrute sea más complicado. Pero así es Rio de Janeiro, una de las ciudades que pasó a estar en la lista
de mis favoritas: porque a pesar del turismo masivo, ha sabido conservar la magia y la esencia de Brasil.
7.Peligroso: Brasil es un país también conocido por su peligrosidad. Los ratios de criminalidad son altos y era uno de los
contras que me planteé al principio. Aun así, la ciudad en la que estaba era de las más seguras del país y nunca tuve malas
sensaciones, incluso de noche. En otras ciudades más al norte es arriesgado, pero paseamos de noche por Rio y São Pablo sin
problema. Creo que la clave está en saber lo que estás haciendo. Peligros existen en todo el mundo, pero nunca se debe generalizar
ni vivir en base de prejuicios.
8.Distancias: Vivimos en Europa, el viejo y pequeño continente. Sobretodo pequeño. En America no miden las cosas por
igual que aquí. Para ellos que podamos viajar país a país en pocas horas les parece fascinante. ¿Barcelona-París en 2 horas?
Imposible. Mi host family era originaria de Porto Alegre, 6 horas en coche al sur de Florianópolis, pero para ellos era como ir un
fin de semana a su segunda residencia. Por el contrario nunca habían salido del país, ni siquiera habían visitado las Cataras de
Iguaçú o Rio de Janeiro.
9.Comida: Como ya he dicho antes la comida brasileña es bastante grasienta y, aunque a veces eché de menos la dieta
mediterránea, algunos platos son deliciosos. La más típica que me encontraba tanto en los comedores escolares como en casa con
mi host family era carne sazonada de algún modo, feijão (típicos frijoles de color morado) y arroz, mucho arroz. En los
supermercados vendían arroz en paquetes de 5 o 10 kilos, nunca había visto nada igual. Otra comida típica es el  pão de queijo o
pan de queso: pequeñas bolitas donde la masa misma está elaborada de queso. Pero aquí no acaba, también hay muchos dulces,
especialmente el brigadeiro: una masa de leche condensada con chocolate que se utiliza en bombones, pasteles y otros tipos de
dulces. También hay helados de açaí, una fruta tropical que sólo crece en el amazonas y que sirven como aquí servimos el yogur
helado. Pero si hay algo a resaltar y que echo mucho de menos son los zumos naturales: todos los sabores que puedas imaginar,
todas las combinaciones, frutas que ni sabía que existían. Y si eres un apasionado de la fruta como yo, aquello es el paraíso en la
Tierra.
10. Divisa: “Al ser Sudamérica, será barato.” Brasil es una economía emergente y se nota. El real brasileño es una de
las divisas más valoradas del sur del continente y lo notamos al cruzar la frontera, tanto con Argentina como Paraguay. Aunque
intercambiamos algunos reales por pesos o guaraníes respectivamente, en tiendas también nos aceptaban reales, ya que son mucho
más valiosos que su moneda local. Actualmente está a 4 reales cada euro, pero cuando yo fui la conversión era 3-1, así que no todo
es tan barato como parece y tienes que tenerlo en cuenta a la hora de gastar.
 Y para terminar, mi consejo personal: no te dejes influenciar por los estereotipos de cada país. Todos
tienen, así como tienes una imagen formada de ellos. Déjate sorprender y seguro que te llevas una sorpresa
agradable.

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