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NORMAS.
En este tema, hay que considerar también el art. 30 CN que explica cómo se
reforma la Constitución y del que se desprende su carácter rígido pues la
Constitución solo puede ser reformada por el procedimiento allí consagrado;
admitir la validez de leyes o tratados contrarios a la Constitución importaría
dejarla de lado, modificarla por un mecanismo distinto al regulado en la propia
Constitución. En definitiva, leyes y tratados deben ser consecuentes con la
Constitución.
Evolución jurisprudencial.
A decir verdad lo que había era una omisión legislativa porque faltaba la
norma reglamentaria pero esa omisión fue interpretada por la Corte como si
hubiera norma contraria pues la falta de norma reglamentaria también llevaba
al incumplimiento de la Convención Americana de DDHH que reconocía ese
derecho de rectificación o de respuesta. Equiparó la falta de reglamentación
con la reglamentación contraria, atento que en ambos supuestos, importaban
negar una norma contenida en un tratado del que la Nación es parte.
¿Los tratados por encima de la Constitución?: Con este fallo, la Corte, deja
de lado su jurisprudencia (sentada en “Martin” y en “Esso” de los años ’60) y
decide ubicar a los tratados por encima del derecho interno. Ahora bien:
¿esto implicaba que los tratados estaban también por encima de la
Constitución?; la duda surge porque en su sentencia la Corte refiere al
derecho interno y la Constitución es también derecho interno.
Luego, pocos meses antes de la reforma constitucional del ’94, la Corte ratifica
su doctrina sentada en “Ekmekdjian c/Sofovich” y en “Fibraca” en el caso
“Hagelin Ragnar” y lo propio hace en un caso originado poco tiempo antes de
la reforma pero que se resuelve después de ella, en el caso “Cafés la Virginia
S.A.”, en el que se discutía la validez de una resolución del Ministerio de
Economía dictada en el marco de una delegación hecha por el Código
Aduanero en el PE.
Esta norma guarda estrecha relación con los arts. 31, 28 y 27 pues repercute
en el principio de supremacía y en la ubicación de los tratados en que la Nación
es parte respecto de la misma Constitución y en relación a las leyes.
Entiéndase bien: todos los tratados –cualquiera sea la materia que regulen-
tienen superioridad a las leyes.
La norma implica asumir esa nueva realidad que ya está en marcha y así –el
inc. 24- enumera las condiciones o requisitos relativos que deben cumplirse
para hacer funcionar esta competencia como por ej. que la delegación (de
competencias y de jurisdicción ) se hace a favor de organismos
supranacionales y no de otros Estados; debe haber reciprocidad e igualdad; se
exige el respeto del orden democrático y de los DDHH por parte de los Estados
miembros, etc.
La jerarquía de las normas de organismos supranacionales: Ahora: ¿qué
jerarquía tienen las normas que puedan dictar esos organismos
supranacioneales?: tienen jerarquía superior a las leyes. Se consagra que las
normas que forman el derecho comunitario emanadas de los órganos de las
organizaciones comunitarias como podría ser por ej. una ley dictada por el
Parlamento del Mercosur estarán por encima de las leyes internas. se refiere
al derecho comunitario derivado, no ya al tratado de integración mismo que por
supuesto como todo tratado, está también por encima de las leyes y por debajo
de la Constitución..