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Fuera de la Iglesia Católica No Hay Ninguna

Salvación En Absoluto
Por Hno. Peter Dimond, O.S.B.

Lista de Secciónes

Introducción
1. La Cátedra de San Pedro sobre Fuera de la Iglesia No Hay
Ninguna Salvación – página 8
2. Las Llaves de San Pedro y su Fe Infalible – página 9
• La Cátedra de San Pedro Dice la Verdad que Cristo Mismo Entregó –
página 11
3. Cree Dogma como fue una vez declarado – página 13
4. Otros Papas sobre Fuera de la Iglesia No Hay Ninguna
Salvación – página 15
5. El Sacramento de Bautismo es la unica Entrada a la Iglesia –
pagina 18
6. La Una Iglesia de los Fieles – página 19
7. Sujeción a la Iglesia/Pontífice Romano – página 22
8. El Sacramento de Bautismo es Necesario para la Salvación –
página 24
9. Agua es Necesario para el Bautismo y Juan 3:5 es literal – p. 25
10. Infantes No Pueden Ser Salvos Sin Bautismo – página 28
11. Los que Mueren en Pecado Original o Pecado Mortal
Descienden al Infierno – página 30
12. Hay Solamente Un Bautismo; No Tres – página 31
13. El Credo Atanasiano – página 33 – y No Hay Ninguna
Salvación para miembros del Islam, Judaísmo, o otras hereticas o
cismáticas sectas no Católicas – página 36
• Específica Enseñanza Católica contra el Judaísmo – página 37
• Específica Enseñanza Católica contra el Islam – página 38
• Específica Enseñanza Católica contra sectas Protestantes y cismáticas
– página 39
• Sobre los bautizados con validez como infantes por miembros de
sectas no Católicas – página 41
14. Bautismo de Deseo y Bautismo de Sangre – Tradiciónes
Erróneas del Hombre – página 42
• Los Padres son unánime desde el principio sobre Bautismo de Agua –
página 43
• Todos los Padres no permanecían consistentes con sus propias
afirmaciónes y la Tradición universal de la necesidad absoluta de
Bautismo de Agua – página 49
• La teoría de bautismo de sangre – una tradición del hombre – página
51
• Dos de las primeras declaraciónes sobre bautismo de sangre – p. 54
• ¿Santos Sin Bautizar? – los Hechos de los Mártires – página 57
• Los Cuarenta Mártires de Sebaste – página 58
• Santa Emerentiana – página 61
• San Alban y su guardia convertido – página 62
• Resumiendo los Hechos sobre Bautismo de Sangre – página 63
• Bautismos Milagrosos – página 64
• La Teoría de Bautismo de Deseo – una tradición del hombre – página
69
• San Agustín – página 69
• San Ambrosio – página 72
• San Gregorio Nazianzano – página 76
◦ San Gregorio Nazianzano y el Breviario Romano – página 77
• San Juan Crisóstomo – página 78
• La Tradición Litúrgica y la Tradición Apostólica de Entierro – página
79
• Papa San Siricio – página 80
• La Edad Media – página 82
• San Bernardo – página 82
• Santo Tomás de Aquino – página 85
• El Concilio Dogmático de Vienne (1311-1312) – página 88
• Santo Tomás de Aquino rechazó "Ignorancia Invencible" – página 88
15. Papa San León el Grande Termina el Debate – página 89
• Papa León el Grande declara infaliblemente que el agua de bautismo
es inseparable del espíritu de justificación
16. Objeciónes Principales:
- Ses. 6, Cap. 4 del Concilio de Trento – página 96
• Aut utilizado para significar “y” en el contexto de Concilios – p. 98
• Un E-Mail interesante sobre este pasaje de Trento – página 100
- El Dogma, Papa Pío IX y Ignorancia Invencible – página 106
• ¿Qué hay del Papa Pío IX? – página 108
• Singulari Quadem (una alocución a los Cardenales) – página 108
• Quanto Conficiamur Moerore – página 111
• Ignorancia Invencible llega a ser una herejía destructiva,
arrasando la necesidad de la Fe Católica en todo mundo – página
115
◦ San Pablo (p. 116), P. Francisco de Vitoria (p. 116), San Agustín y San
Prospero (p. 117) contra Ignorancia Invencible
• Otros Papas y Santos contra Ignorancia Invencible – página 118
◦ Papa Benedicto XIV, Papa San Pío X, Papa Pablo III, Papa Gregorio el
Grande, P. De Smet, Papa Pelagio I, etc. contra Ignorancia Invencible
• La Sagrada Escritura contra Ignorancia Invencible, y evidencia de
la Diseminación Inmediata del Evangelio por todo mundo – p. 121
◦ San Justín Mártir, Hechos de los Apóstoles, las epístolas de San Pablo,
San Ireneo, San Clemente, Tertuliano, etc. sobre la diseminación
inmediato del Evangelio
◦ Hechos 2:47: el Señor añadía diariamente a la Iglesia los que habían de
ser salvos (p. 126)
◦ Evidencia antigua en China y America del Norte y del Sur
• Salvación para los "Ignorantes Invencibles" reducida a su
principio absurdo – página 129
• Jesucristo contra Ignorancia Invencible – página 130
- La Objeción “Interpretación Privada” – página 132
17. Algunas Otras Objeciónes – página 135
• El Catecismo del Concilio de Trento – página 136
• Ses. 7, Can. 4 sobre los Sacramentos – De verdad refuta bautismo
de deseo como puede ser visto cuando está comparado con
cánones dogmáticos similares – página 140
• Papa Inocente II – página 145
• Papa Inocente III – página 147
• San Alfonso de Liguria – página 149
• La Enseñanza de Trento sobre la Necesidad de Penitencia contra
su Enseñanza sobre la Necesidad del Bautismo – página 156
• El Argumento de Silencio – página 159
• El Código de 1917 – página 160
• El Argumento que para algunos es imposible recibir el Bautismo –
página 164
• Los Errores de Miguel Du Bay – página 165
• Como puede ser bautismo de deseo contrario a dogma cuando… –
página 168
• Cornelio el Centurión – página 170
• El Buén Ladrón y los Santos Inocentes – página 171
• La Herejía “No Se Puede Juzgar” – página 172
• La Herejía “Objetivo-Subjetivo” – página 173
• La objeción “Dentro pero no Miembro” del Msgr. Joseph Clifford
Fenton – página 175
• Bayside, Medjugorje, y Otras Apariciónes Falsas – página 178
• El Escapulario Café – página 179
18. El Alma de la Iglesia Herejía – página 180
19. Bautismo de Deseo contra la Enseñanza Universal y
Constante de Teólogos – página 183
• Tuas Libenter y el llamado consenso común de teólogos – p. 184
• Los mismos teólogos que ellos adelantan refutan su posición –
página 189
• Teólogos son unánime que sólo los bautizados de agua forman
parte de la Iglesia – página 191
• Teólogos definen unánime la Iglesia Católica como una unión de
Sacramentos – página 194
• La Tradición Universal sobre el Bautismo afirmada aun por
catecismos hereticos – página 199
• El Catecismo de Baltimore – página 199
• El Catecismo atribuido al Papa San Pío X – página 201
20. Exultate Deo También Termina el Debate – página 204
21. El Nuevo Testamento es Claro que el Sacramento de
Bautismo es Indispensable para la Salvación – página 207
• La Gran Comisión: Mateo 28 y Marco 16 – página 207
• Romanos 5 y 6 – página 208
• I Corintios 12:13 – página 209
• Gálatas 3 - Fe es Bautismo – página 210
• Tito 3:5 - Bautismo Nos Salva – página 212
• Efesios 4:5 – página 213
• Hechos 2 y el Primér Sermón Papal – página 214
• Hechos 16 – El carcelero y toda su casa son bautizados
inmediatamente – página 215
• I Pedro 3:20-21 - Bautismo de Agua y la Arca – página 215
22. Otras Consideraciónes Escriturales – página 217
• El Bautismo de Dios – página 217
• Juan 3:5 contra Juan 6:54 – página 218
23. Toda Verdadera Justicia y las Causas de Justificación – p. 219
• Toda verdadera justicia se encuentra con los sacramentos – p. 219
• Las causas instrumental y eficiente de Justificación – página 220
24. Católicos deben creer y profesar que el Sistema Sacramentál
en total es necesario para la salvación (de fide) – página 221
25. San Isaac Jogues y San Francisco Javier Contra Ignorancia
Invencible y sobre la Necesidad del Bautismo – página 223
26. El Caso de Padre Feeney – página 234
27. Protocolo 122/49 (Suprema haec sacra) – página 238
28. Herejía Antes de Vaticano II – página 248
29. Mystici Corporis – página 253
30. Papa Pío XII, Padre Feeney y el Dogma – página 257
31. El Veredicto ya viene: Boston Acaudilla en un Enorme
Escándalo Sacerdotal que Sacude la Nación – página 264
32. Los Herejes Testifican – página 271
33. Una Nota a Los Que Creen en Bautismo de Deseo – página
276
34. El Resultado Degenerado de Herejía contra este Dogma –
página 279
35. Ataques Recientes – página 284
• Los Errores del presente Centro San Benedicto – página 284
• La Sociedad de San Pío X – página 290 (Contra las Herejías – p. 291;
Carta Abierta a Católicos Confundidos – p. 293; Bombas de Tiempo del
Segundo Concilio Vaticano – p. 293; Obispo Fellay dice que Hindús
pueden ser salvos – p. 294; Bautismo de Deseo – p. 294; ¿Es Feeneyismo
Católico? – p. 298)
• La Sociedad de San Pío V – página 307
• La CMRI – página 313
36. Conclusión – página 316
Apéndice–
• La forma del Bautismo – página 319
• La Profesión de Fe para conversos a la Fe Católica –
página 320
• El Credo de los Apóstoles – página 322
Notas al fin – página 322
INTRODUCCIÓN

El dogma Fuera de la Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación y la necesidad del


Sacramento de Bautismo pueden ser explicados en una página (mira sección 1 y
sección 8). Esto es por que esta verdad es exactamente la misma definida por nuestro
primero Papa:

"...el nombre de Nuestro Señor Jesucristo... Y en ningún otro hay salud; porque no
hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos."
(Hechos 4:10,12).

No hay ninguna salvación fuera de Jesucristo, y la Iglesia Católica es su Cuerpo


Místico. Y porque no hay entrada a la Iglesia Católica de Cristo sin el Sacramento de
Bautismo, esto signífica que sólo Católicos bautizados que mueren en el estado de
gracia (y ellos que se hagan Católicos bautizados y mueran en el estado de gracia)
pueden esperar ser salvos – punto.

“El que en mí no estuviere, será echado fuera como mal pámpano, y se secará; y los
cogen, y los echan en el fuego, y arden." (Juan 15:6)

La unica razón porque este documento que estás mirando es aproximadamente 300
páginas, y examina una variedad de cuestiónes en detalle minucioso, es simplemente
por causa de los ataques casi incessantes contra – y negación casi universal de – estas
verdades de otro modo facilmente expresadas, en nuestro día.

El lector observará que me he desviado para contestar cada una objeción


importante planteada contra el verdadero significado de Fuera de la Iglesia No Hay
Salvación y la necesidad del Sacramento de Bautismo, mientras que las personas que
escriben libros y artículos contra estas verdades casi nunca se apliquen a ningún
argumento de la enseñanza de la Iglesia que adelantamos, simplemente porque no
pueden refutar los hechos.

Algunos de los liberales que lean este documento también pusieren la objeción que
es “amargo” o “incaritativo.” Pero esto no es verdad. El “fundamento de caridad es fe
pura y inmanchada” (Papa Pío XI, Mortalium Animos, #9). Las declaraciónes en este
documento relacionadas a Fuera de la Iglesia No Hay Salvación son hechas de un
deseo de ser fiel a Jesucristo y Su verdad. Un Católico dice la verdad sobre esta
cuestión a su vecino sin compromiso simplemente porque ama a su vecino.

Papa Pío XI, Mortalium Animos (#9), 6 Enero 1928: “Nadie, ciertamente, ignora
que San Juan mismo, el Apóstol de la caridad, el cual en su Evangelio parece
descubrirnos los secretos del Corazón Santísimo de Jesús, y que solía
inculcar continuamente a sus discípulos el nuevo precepto ‘Amaos los unos a
otros,’ prohibió absolutamente todo trato y comunicación con aquellos que
no profesasen, íntegra y pura, la doctrina de Jesucristo: ‘Si alguno venga a
vosotros y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa ni le digais: vaya con
Dios.’ (II Juan 10).”

Un Católico que rehusa denunciar herejía y herejes (cuando es necesario) no se


porta caritativo, sino incaritativo.

Papa León XIII, Sapientiae Christianae (#14), 10 Enero 1890: “Santo Tomás
mantiene: ‘Cada uno es obligado a mostrar su fe, o para instruir y confirmar a
los demás fieles, o para reprimir los ataques de los infieles.’ Ceder el puesto al
enemigo, o callar cuando de todas partes se levanta incesante clamoreo para
oprimir a la verdad, propio es, o de hombre cobarde, o de quien duda la verdad
de lo que profesa creer.”

El lector también notará que toda sección numerada en este documento se propone
ser, en general, completa en si mismo; eso es decir, se puede leer una sección
individual de este documento y encontrar las citaciónes pertinentes de la enseñanza de
la Iglesia sin tener que buscarlas en otra parte del documento.

Animo vigorosamente al lector que lea el entero documento, porque todos los
temas tratados en este documento son importantes, pero, en mi opinión, las secciónes
más importantes de este documento que el lector ciertamente no quiera omitir son: 1, 2,
3, 4, 6, 7, 8, 13, 14, 15, 16, 18, 21, 24, 25, 26, 27, 31, 32, 33, y 34.

El lector verá que las conclusiónes formadas en este documento son formadas en
base de la enseñanza infalible de la Cátedra de San Pedro. Los que rechazan estos
hechos, por siguiente, no simplemente están rechazando mis opiniónes; ellos rechazan
la enseñanza de la Cátedra de San Pedro (la enseñanza dogmática de la Iglesia
Católica).

Papa Gregorio XVI, Mirari Vos (# 13), 15 Agosto 1832: “Con la admonición del
apóstol que ‘hay un Dios, una fe, un bautismo’ (Ef. 4:5) que ellos teman que
idean la noción que el seguro refugio de salvación es abierto a personas de
cualquier religión. Deben considerar el testimonio de Cristo Mismo que ‘los
que no están con Cristo están contra Él,’ (Lucas 11:23) y que dispersan
desgraciadamente que no recogen con Él. Por lo tanto, ‘sin duda, perecerán
eternamente, a menos que mantenieren la fe Católica entera e inviolada’
(Credo Atanasiano).”

- Hno. Peter Dimond, O.S.B. (3 Mayo 2004),


2do edición (14 Sept. 2006)
1. La Cátedra de San Pedro sobre Fuera de la
Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación
Las siguientes declaraciónes sobre Fuera de la Iglesia Católica No Hay Ninguna
Salvación son de la más alta autoridad docente de la Iglesia Católica. Son decretos
Papales ex cathedra (decretos de la Cátedra de San Pedro). Por siguiente, constituyen la
enseñanza provedida a la Iglesia Católica de Jesucristo y los Apóstoles. Tales
enseñanzas son inalterables y son clasificadas como parte del Magisterio solemne (la
extraordinaria autoridad docente de la Iglesia Católica).

Papa Inocente III, Cuarto Concilio de Letrán, Constitución 1, 1215, ex cathedra:


“Hay de verdad una Iglesia universal de los fieles, fuera de que
absolutamente nadie es salvo, en que Jesucristo es ambos sacerdote y
sacrificio.”i[1]

Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 Nov. 1302, ex cathedra:


“Con Fe nos animando estamos obligados a creer y mantener la una, santa,
Católica Iglesia y esa, apostólica, y firmemente creemos y simplemente
confesamos esta Iglesia fuera de que no hay ninguna salvación ni remisión de
pecado... Además, declaramos, decimos, definimos, y proclamamos a toda
criatura humana que ellos de necesidad absoluta para la salvación son
enteramente sujetos al Pontífice Romano.”ii[2]

Papa Clemente V, Concilio de Vienne, Decreto # 30, 1311-1312, ex cathedra:


“Puesto que hay por ambos regulares y seglares, por superiores y súbditos, por
exentos y no exentos, una Iglesia universal, fuera de que no hay ninguna
salvación, por todos quienes hay un Señor, una fe, y un bautismo...”iii[3]

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Ses. 8, 22 Nov. 1439, ex cathedra:


“Todo él que desee salvarse debe, ante todo, guardar la fe Católica; pues, a
menos que una persona guarde esta fe entera e inviolada, sin duda alguna se
perderá para siempre.”iv[4]

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” 1441, ex cathedra:


“La Santa Romana Iglesia firmemente cree, profesa y predica que todos que
están fuera de la Iglesia Católica, no solo paganos sino también Judíos o
herejes y cismáticos, no pueden compartir la vida eterna y irán al fuego
eterno preparado para el diablo y sus ángeles, a menos que estuvieren
juntados a la Iglesia antes del fin de la vida; y que la unidad de este cuerpo
eclesiástico vale tanto para que solo para los que permanecen en ella los
sacramentos de la Iglesia contribuyen a la salvación y ayuno, limosnas, y otras
obras de piedad y prácticas de la milicia Cristiana produjen recompensas
eternas; y que nadie puede ser salvo, no importa cuanto ha dado en limosnas
y aun si haya derramado sangre en el nombre de Cristo, a menos que haya
perseverado en el seno y la unidad de la Iglesia Católica.”v[5]
Papa León X, Quinto Concilio de Letrán, Sesión 11, 19 Dec. 1516, ex cathedra:
“Así que regulares y seglares, prelados y súbditos, exentos y no exentos,
pertenecen a la una Iglesia universal, fuera de que absolutamente nadie es
salvo, y todos ellos tienen un Señor y una fe.”vi[6]

Papa Pío IV, Concilio de Trento, Iniunctum nobis, 13 Nov. 1565, ex cathedra:
“Esta verdadera fe Católica, fuera de que nadie puede ser salvo... Ahora profeso
y verdaderamente mantengo...”vii[7]

Papa Benedicto XIV, Nuper ad nos, 16 Marzo 1743, Profesión de Fe:


“Esta fe de la Iglesia Católica, sin la cual nadie puede ser salvo, y que de motu
propio ahora profeso y sinceramente mantengo...”viii[8]

Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, Sesión 2, Profesión de Fe, 1870, ex cathedra:
“Esta verdadera fe Católica, fuera de que nadie puede ser salvo, que ahora
voluntariamente profeso y verdaderamente mantengo...”ix[9]

2. Las Llaves de San Pedro y su Fe Infalible


Es un hecho de la Historia, la Escritura y la Tradición que Nuestro Señor Jesucristo
fundó su Iglesia Universal (la Iglesia Católica) sobre San Pedro.

Mateo 16:18-19 - “Y también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a
ti daré las llaves del reino del cielo; y todo lo que ligares en la tierra será
ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los
cielos.”

Nuestro Señor constituó San Pedro el primér Papa, le encargó a él Su entero rebaño,
y le dió la suprema autoridad en la Iglesia Universal de Cristo.

Juan 21:15-17 - “Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más
que estos? Dícele; Sí Señor: tú sabes que te amo. Dícele: Apacienta mis
corderos. Vuélvele a decir la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?
Respóndele: Sí, Señor: tú sabes que te amo. Dícele: Apacienta mis corderos.
Dícele la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Entristecióse Pedro de
que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y dícele: Señor, tú sabes todas las cosas;
tú sabes que te amo. Dícele Jesús: Apacienta mis ovejas.”

Y con la suprema autoridad que Nuestro Señor Jesucristo confirió sobre San Pedro
(y sus sucesores, los Papas) viene lo que se llama Infalibilidad Papal. Infalibilidad
Papal es inseparable de Supremacía Papal – no sirviera de nada a Cristo constituir a
San Pedro cabeza de Su Iglesia (como claramente hizo) si San Pedro o sus sucesores, los
Papas, podrían errar en el ejercicio de esa autoridad para enseñar sobre un punto de
Fe. La suprema autoridad tiene que ser infalible sobre materias vinculantes de Fe y
moralidad; de lo contrario no sea ninguna verdadera autoridad de Cristo en absoluto.

Infalibilidad Papal no signífica que un Papa no puede errar en absoluto, y no


signífica que un Papa no puede perder su alma y ser condenado en el Infierno por
pecado grave. Signífica que los sucesores de San Pedro (los Papas de la Iglesia Católica
Romana) no pueden errar cuando enseñan con su autoridad sobre un punto de Fe o
moralidad que toda la Iglesia de Cristo tiene que aceptar. Encontramos la promesa de
la fe infalible para San Pedro y sus sucesores en esta referencia de Cristo en Lucas 22.

Lucas 22:31-32 - “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha


pedido para zarandaros como trigo; Mas he rogado para tí, que tu fe no falte: y
tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos.”

Satanás quería zarandar a todos los apóstoles (plural) como trigo, pero Jesús rogó
por Simón Pedro (singular) que su fe no falte. Jesús está diciendo que San Pedro y sus
sucesores (los papas de la Iglesia Católica) tienen una fe infalible cuando enseñan con
autoridad un punto de fe or moralidad que toda la Iglesia de Cristo debe aceptar.

Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, 1870, ex cathedra:


“ASÍ QUE ESTE DON DE VERDAD Y UNA FE INFALIBLE FUE
DIVINAMENTE CONFERIDO SOBRE PEDRO Y SUS SUCESORES EN
ESTA CÁTEDRA...”x[10]

Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, 1870, ex cathedra:


“... la Sede de San Pedro siempre permanece libre de todo error, según la
divina promesa de nuestro Señor el Salvador hizo al jefe de Sus discipulos: ‘He
rogado para tí [Pedro], que tu fe no falte...’”xi[11]

Y esta verdad ha sido mantenida desde los tiempos más antiguos en la Iglesia Católica.

Papa San Gelasio I, epístola 42, o Decreto de recipiendis et non recipiendis libris,
495: “Por consiguiente, la sede de Pedro el Apóstol de la Iglesia de Roma es
primera, no teniendo ni mancha ni arruga, ni cosa semejante (Ef. 5:27).”xii[12]

La palabra “infalible” en realidad signífica “no puede fallar” o “indefectible.” Por


siguiente, la misma palabra Infalibilidad Papal viene directamente de la promesa de
Cristo a San Pedro (y sus sucesores) en Lucas 22, que Pedro tiene una fe infalible.
Aunque esta verdad era creida desde el comienzo de la Iglesia, fue específicamente
definida como un dogma en el Primero Concilio Vaticano en 1870.
Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, 1870, Sesión 4, Cap. 4:
“...el Pontífice Romano, cuando habla ex cathedra [de la Cátedra de Pedro], eso
es, cuando haciendo el deber del pastor y maestro de todos Cristianos según su
suprema autoridad apostólica explica una doctrina de fe o moralidad para ser
mantenido por la Iglesia universal... opera con esa infalibilidad con que el
divino Redentor deseó que Su Iglesia sea instruido al definir doctrina de fe y
moralidad; y así tales definiciónes del Pontífice Romano de si mismo, pero no
del consenso de la Iglesia, son irrevocables.”xiii[13]

¿Pero como se puede saber cuando un Papa ejerce su Fe infalible para enseñar
infaliblemente de la Cátedra de San Pedro? La respuesta es que sabemos por las
palabras que usa el Papa o por la manera en que enseña. Vaticano I definió dos
requisitos que deben ser cumplidos: 1) cuando el Papa realiza su obligación como
Pastor y Maestro de todos Cristianos según su suprema autoridad apostólica; 2)
cuando explica una doctrina de fe o moralidad para ser mantenido por toda la Iglesia
de Cristo. Un Papa puede cumplir estos dos requisitos en sola una linea, por
anatematizar una opinión falsa (como en muchos Concilios dogmáticos) o por decir
“De nuestra autoridad apostólica declaramos...” o por decir “Creemos, profesamos, y
enseñamos” o por usar palabras de importancia y sentido semejante, que indican que
el Papa está enseñando a toda la Iglesia sobre Fe en una manera definitiva y
obligatoria.

Así que cuando un Papa enseña de la Cátedra de Pedro en la manera estipulada


arriba, no se puede errar. Si podría errar, entonces la Iglesia de Cristo podría estar
oficialmente guiado en error, y la promesa de Cristo a San Pedro y Su Iglesia defectaría
(que es imposible). Lo que es enseñado de la Cátedra de Pedro por los Papas de la
Iglesia Católica es la enseñanza de Jesucristo Mismo. Rechazar lo que es enseñado por
los Papas de la Cátedra de Pedro es simplemente desechar a Jesucristo Mismo.

Lucas 10:16 - “Él que a vosotros oye, a mí oye; y el que a vosotros desecha, a mí
desecha...”

Mateo 18:17 - “Y si no oyere a la iglesia, tenle por pagano y publicano.”

Papa León XIII, Satis Cognitum, 1896:


“... Cristo instituyó un Magisterio vivo, auténtico y además perpetuo... Si en
cierto modo pudiera ser falso, se seguiría de ello, lo cual es evidentemente
absurdo, que Dios Mismo sería el autor del error de los hombres.”xiv[14]

LA CATEDRA DE PEDRO DICE LA VERDAD QUE CRISTO MISMO ENTREGÓ

Las verdades de fe que han sido proclamadas por los Papas hablando
infaliblemente de la Cátedra de Pedro se llaman dogmas. Los dogmas constituyen lo
que se llama el depósito de Fe. Y el depósito de Fe terminó con la muerte del último
apóstol.
Papa San Pío X, Lamentabile, Los Errores de los Modernistas #21: “La
Revelación, que constituye el objeto de fe Católica, no fue completada con los
apóstoles.”xv[15] - Condenado

Esto signífica que cuando un Papa define un dogma de la Cátedra de Pedro él no


hace verdad el dogma, sino proclama lo que ya es verdad, que ya ha sido revelado por
Cristo y entregado a los Apóstoles. Los dogmas por siguiente son incambiables, por
supuesto. Uno de estos dogmas en el depósito de Fe es que Fuera de la Iglesia Católica
No Hay Ninguna Salvación. Ya que esto es la enseñanza de Jesucristo, nadie se
permite disputar o cuestionar este dogma; se debe simplemente aceptarlo. No importa
si no le gusta el dogma, no comprende el dogma, o no ve la justicia del dogma. Si alguno
no lo acepta como verdad infalible, entonces simplemente no acepta a Jesucristo,
porque el dogma viene a nosotros de Jesucristo.

Papa León XIII, Satis Cognitum (# 9), 29 Junio 1896:


“...¿puede ser lícito para alguien rechazar alguna de esas verdades sin por ese
mismo hecho precipitarse en la herejía? – ¿sin separarse de la Iglesia? – ¿sin
repudiar en conjunto toda la doctrina cristiana? Pues tal es la naturaleza de fe,
que nada puede ser más absurdo que aceptar algunas cosas y rechazar otras.
La fe, como la Iglesia profesa, es esa virtud sobrenatural por la que... creemos
que lo que nos ha sido revelado por El es verdadero; y lo creemos no a causa
de la verdad intrínseca de las cosas, vista con la luz natural de nuestra razón
[autór: eso es, no porque a nos parece correcto], sino a causa de la autoridad
de Dios Mismo, que nos revela esas verdades y que no puede engañarse ni
engañarnos... Al contrario, quien en un solo punto rehúsa su asentimiento a
las verdades divinamente reveladas, en realidad abdica de toda la fe, pues
rehúsa someterse a Dios en cuanto a que es la soberana verdad y el motivo
propio de la fe.”xvi[16]

Los que rehusan creer en el dogma Fuera de la Iglesia No Hay Ninguna Salvación
hasta ellos entienden como es justo están simplemente deteniendo su Fe en la
Revelación de Cristo. Los que tienen la verdadera Fe en Cristo (y Su Iglesia) aceptan
Su enseñanza primero y entienden la verdad en ella (i.e. porque es verdad) segundo.
Un Católico no detiene su creencia en la revelación de Cristo hasta puede entenderla.
Eso es la mentalidad de un incrédulo hereje que tiene orgullo insufrible. San Anselmo
resume la verdadera perspectiva Católica sobre este punto.

San Anselmo, Doctór de la Iglesia, Proslogion, Cap. 1: “Porque


yo no busco entender para que puedo creer, mas creo para
entender. Porque esto también creo, que sino creyera, no
entendería.”xvii[17]

Romanos 11:33-35 - “O profundidad de las riquezas de la


sabiduría y de la ciencia de Dios! Cuán incomprensibles son
sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién
entendió la mente del Señor? ¿o quién fue su consejero? ¿O
quién le dió a él primero, para que le sea recompensado?”

Isaías 55:8-9 - “Porque mis pensamientos no son vuestros


pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis
caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos
más que vuestros pensamientos.”

3. Cree Dogma como fue una vez declarado

Hay solamente una manera de creer dogma: como santa madre Iglesia una vez ha
declarado.

Papa Pío IX, Primero Concilio Vaticano, Ses. 3, Cap. 2 sobre


Revelación, 1870, ex cathedra: “Así que también, ése
entendimiento de sus sagrados dogmas debe ser retenido
permanentemente, que Santa Madre Iglesia una vez ha
declarado; y nunca debe ser un retroceso de ése significado
bajo el especioso nombre de un entendimiento más
profundo.”xviii[18]

Esta definición del Primero Concilio Vaticano es de maxima importancia para la


pureza dogmática, porque la manera principal en que el diablo intenta corromper las
doctrinas de Cristo es por provocar hombres a alejarse (moverse lejos) de los dogmas
de la Iglesia como una vez han sido declarados. No hay ningún sentido de un dogma
diferente de lo que las palabras mismas dicen y declaran, así que el diablo intenta
provocar a los hombres “entender” y “interpretar” estas palabras en una diferente
manera que santa madre Iglesia las ha declarado.

Muchos de nosotros han tratado con personas que intentaban encontrar una
explicación convincente para el claro sentido de las definiciónes sobre Fuera de la
Iglesia No Hay Ninguna Salvación por decir, “tienes que entenderlas.” Lo que en
realidad quieren decir es que tienes que entenderlas en una manera diferente de lo que las
palabras mismas dicen y declaran. Y esto es exactamente lo que el Primero Concilio
Vaticano condena. Condena su desvío del entendimiento de un dogma que santa
madre Iglesia una vez ha declarado a un sentido diferente, bajo el especioso (falso)
nombre de un “entendimiento más profundo.”

Además que los que arguyen que debemos “entender” dogmas en una diferente
manera que las palabras mismas dicen y declaran, hay los que, cuando están
presentados con las definiciónes dogmáticas sobre Fuera de la Iglesia No Hay Ninguna
Salvación, dicen, “eso es tu interpretación.” Empequeñecen las palabras de una
fórmula dogmática a nada más que una interpretación privada. Y esto también es
herejía.

Papa San Pío X, Lamentabile, Los Errores de los Modernistas, 3 Julio 1907, #22:
“Los dogmas que la Iglesia profesa como revelados no son verdades caídas
del cielo, sino un tipo de interpretación de hechos de religión, que la mente
humana por un esfuerzo laborioso preparó para si mismo.”– Condenadoxix[19]

Papa San Pío X, Lamentabile, Los Errores de los Modernistas, 3 Julio 1907, #54:
“Los dogmas, los sacramentos, la jerarquía, en lo que concierne ambos la idea
y la realidad, son nada más que interpretaciónes y la evolución de inteligencia
Cristiana, que han aumentado y perfeccionado el pequeño germen latente en el
Evangelio.”– Condenadoxx[20]

Dogmas de la fe, como Fuera de la Iglesia No Hay Ninguna Salvación, son


verdades caídas del cielo; no son interpretaciones. Acusar a alguno que se adhiere
fielmente a estas verdades caídas del cielo de hacer “interpretación privada” es decir
herejía.

El mismo propósito de una DEFINICIÓN dogmática es DEFINIR exactamente lo


que la Iglesia quiere decir por las mismas palabras de la fórmula. Si no haga esto por
estas mismas palabras en la fórmula o documento (como dicen los Modernistas)
entonces haya fallado en su primero propósito – definir – y fuera inútil y sin valor.

Alguno que dice que debemos interpretar o entender el sentido de una definición
dogmática, en una manera que se contradice con su redacción real, está negando el
entero propósito de la Cátedra de Pedro, Infalibilidad Papal y definiciónes dogmáticas.
Está aseverando que definiciónes dogmáticas son inútiles, sin valor, y fatuas y que la
Iglesia es inútil, sin valor, y fatua por hacer tal definición.

También, los que insisten en que infalibles DEFINICIÓNES necesitan ser


interpretados por declaraciónes no infalibles (e.g., de teólogos, catecismos, etc.)
también están negando el entero propósito de la Cátedra de Pedro. Están
subordinando la enseñanza dogmática de la Cátedra de Pedro (verdades del cielo) a la
reconsideración de falibles documentos humanos, así invertiendo su autoridad,
pervertiendo su integridad, y negando su propósito.
Papa Gregorio XVI, Mirari Vos (#7), 15 Agosto 1832: “... nada de las cosas
designadas debe ser disminuida; nada cambiada; nada añadida; mas deben ser
preservadas según ambos expresión y significado.”xxi[21]

Por lo tanto, no hay interpretación “estricta” y “suelta” de Fuera la Iglesia No Hay


Ninguna Salvación, como a los herejes liberales les gusta enfatizar; sólo hay lo que la
Iglesia una vez ha declarado.

4. Otros Papas sobre Fuera la Iglesia No Hay


Ninguna Salvación
Más que las ex cathedra (de la Cátedra de Pedro) declaraciónes de los Papas, un
Católico debe creer también lo que es enseñado por la Iglesia Católica como divinamente
revelado en su Magisterio ordinario y universal (Magisterio = la autoridad docente de la
Iglesia).

Papa Pío IX, Primero Vaticano, Ses. III, Cap. 3, ex cathedra: “Además, por fe
divina y Católica, todas las cosas deben ser creidas que están contenidas en la
palabra escrita de Dios y en la tradición, y las que están propuestas por la
Iglesia, o en una declaración solemne o en su poder enseñador ordinario y
universal, por ser creidas como divinamente reveladas.”xxii[22]

La enseñanza del Magisterio Ordinario y Universal consiste en las doctrinas que


Papas, por su enseñanza común y universal, proponen para ser creidas como
divinamente reveladas. Por ejemplo, en su enseñanza común y universal,
aproximadamente 10 Papas han denunciado el concepto heretico de libertad de
conciencia y adoración como contrario de Revelación. Un Católico no puede rechazar
esa enseñanza. La enseñanza del Magisterio Ordinario y Universal nunca puede
contradecirse con la enseñanza de la Cátedra de Pedro (las definiciónes dogmáticas),
por supuesto, porque ambos son infalibles. Así que efectivamente no es necesario
considerar el Magisterio Ordinario y Universal en relación a Fuera la Iglesia No Hay
Ninguna Salvación, porque este dogma ha sido definido de la Cátedra de Pedro y nada
del Magisterio Ordinario y Universal no puede posiblemente contradecirse con la
Cátedra de Pedro. Así precávese a los herejes que intentan encontrar maneras de negar
la enseñanza dogmática de la Iglesia sobre Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación
por llamar declaraciónes falibles y no Magisteriosas que contradicen este dogma, parte
del “Magisterio Ordinario y Universal,” cuando no son. Esta es una estratagema
ingeniosa de los herejes.

Pero las siguientes referencias de muchos Papas son reafirmaciónes del dogma
Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación. Estas enseñanzas de los Papas son parte
del Magisterio Ordinario y Universal – y así son infalibles – porque reiteran la
enseñanza de la Cátedra de San Pedro sobre el dogma Fuera la Iglesia No Hay
Ninguna Salvación.
Papa San Gregorio el Grande, citado en Summo Iugiter Studio, 590-604:
“La santa Iglesia universal enseña que no es posible adorar a Dios
verdaderamente excepto en ella y asevera que todos que están fuera de ella no
serán salvos.”xxiii[23]

Papa Inocente III, Eius exemplo, 18 Dic. 1208:


“Por el corazón creemos y por la boca confesamos la una Iglesia, no de herejes,
sino la Santa Romana, Católica, y Apostólica Iglesia fuera de que creemos
que nadie es salvo.”xxiv[24]

Papa Clemente VI, Super quibusdam, 20 Sept. 1351:


“En el segundo lugar, pedimos si vosotros y los Armenianos obedientes a vos
creeis que ningún hombre de los caminantes fuera de la fe de esta Iglesia, y
fuera de la obediencia al Papa de Roma, puede al fin ser salvo.”xxv[25]
Papa San Pío V, Bula excomulgando a la heretica Reina Isabel de Inglaterra, 25 Feb.
1570: “La soberana jurisdicción de la una santa Católica y Apostólica Iglesia,
fuera de que no hay ninguna salvación, ha sido dado por Él [Jesucristo], al
Cual todo poder en el Cielo y la Tierra es dado, el Rey que reina en las alturas,
solamente a una persona sobre la faz de la Tierra, a Pedro, príncipe de los
Apóstoles… Si alguno contraviniere esto Nuestro decreto, le obligamos con el
mismo vínculo de anatema.”xxvi[26]

Papa León XII, Ubi Primum (# 14), 5 Mayo 1824:


“Es imposible para el más verdadero Dios, quien es Verdad misma, el mejor,
el más sabio Proveedor, y el Premiador de buenos hombres, aprobar todas
sectas que profesan enseñanzas falsas que frecuentemente son inconsistentes
una a otra y contradictorias, y conferir recompensas eternas sobre sus
miembros... por fe divina mantenemos un Señor, una fe, un bautismo... Esto es
porque profesamos que no hay ninguna salvación fuera de la Iglesia.”xxvii[27]

Papa León XII, Quod hoc ineunte (# 8), 24 Mayo 1824: “Nos dirigimos a todos
vosotros que todavía están separados de la verdadera Iglesia y el camino a
salvación. En este jubilo universal, falta una cosa: que habiendo sido llamados
por la inspiración del Espíritu Celestial y habiendo rompido toda trampa
decisiva, podais acordarse sinceramente con la madre Iglesia, fuera de cuyas
enseñanzas no hay ninguna salvación.”xxviii[28]

Papa Gregorio XVI, Mirari Vos (# 13), 15 Agosto 1832: “Con la admonición del
apóstol que ‘hay un Dios, una fe, un bautismo’ (Ef. 4:5) que ellos teman que
idean la noción que el seguro refugio de salvación es abierto a personas de
cualquier religión. Deben considerar el testimonio de Cristo Mismo que ‘los
que no están con Cristo están contra Él,’ (Lucas 11:23) y que ellos dispersan
desgraciadamente que no recogen con Él. Por lo tanto, ‘sin duda, perecerán
eternamente, a menos que mantenieren la fe Católica entera e inviolada’
(Credo Atanasiano).”xxix[29]

Papa Gregorio XVI, Summo Iugiter Studio (# 2), 27 Mayo 1832:


“Finalmente algunos de estas personas descaminadas intentan persuadir a si
mismos y a otros que hombres no son salvos solamente en la religión
Católica, sino que aun herejes pueden lograr la vida eterna.”xxx[30]

Papa Pío IX, Ubi primum (# 10), 17 Junio 1847: “Puesto que ‘hay una Iglesia
universal fuera de que nadie es salvo en absoluto; contiene prelados regulares
y seglares juntos con los bajo su jurisdicción, todos quienes profesan un Señor,
una fe y un bautismo.”xxxi[31]

Papa Pío IX, Nostis et Nobiscum (# 10), 8 Dic. 1849: “En particular, asegúrense
que los fieles estén profundamente y totalmente convencidos de la verdad de
la doctrina que la fe Católica es necesaria para lograr la salvación. (Esta
doctrina, recibida de Cristo y enfatizada por los Padres y Concilios, está
contenida también en las fórmulas de la profesión de fe utilizadas por Católicos
Latinos, Griegos y Orientales).”xxxii[32]

Papa Pío IX, Índice de Errores Modernos, 8 Dic. 1864 – Proposición 16: “El hombre
puede, en la observancia de cualquier religión, encontrar la via de salvación
eterna, y llegar a la salvación eterna.”xxxiii[33] – Condenado

Papa León XIII, Tametsi futura prospicientibus (# 7), 1 Nov. 1900: “Cristo es la
‘Via’ del hombre; la Iglesia también es su ‘Via’... Por lo tanto, todos que se
propondrían encontrar la salvación aparte de la Iglesia, están descarriados y
se esfuerzan en vano.”xxxiv[34]

Papa San Pío X, Iucunda sane (# 9), 12 Marzo 1904: “Pero al mismo tiempo no
podemos menos que acordar a todos, grandes y pequeños, como hizo Papa San
Gregorio, de la necesidad absoluta de recurrir a esta Iglesia para tener
salvación eterna...”xxxv[35]

Papa San Pío X, Editae saepe (# 29), 26 Mayo 1910: “La Iglesia sola posee junta
con su magisterio el poder de gubernar y santificar la sociedad humana. Por
sus ministros y sirvientes (cada uno en su propia posición y cargo), ella confiere
sobre la humanidad apropiados y necesarios medios de salvación.”xxxvi[36]

Papa Pío XI, Mortalium Animos (# 11), 6 Enero 1928: “La Iglesia Católica está
sola al conservar el verdadero culto. Esta es la fuente de verdad, este es el
hogar de fe, este es el templo de Dios: si algún hombre no entre aquí, o si
algún hombre salga de ella, es un extraño a la esperanza de vida y
salvación.”xxxvii[37]

5. El Sacramento de Bautismo es la unica Entrada a


la Iglesia
La Iglesia Católica siempre ha enseñado que recibir el Sacramento de Bautismo es
la unica via para entrar la Iglesia de Cristo, fuera de que no hay ninguna salvación.

Papa Julio III, Concilio de Trento, Sobre los Sacramentos de Bautismo y


Penitencia, Ses. 14, Cap. 2, ex cathedra: “Pero de hecho este sacramento
[Penitencia] es visto diferir del bautismo en muchos respectos. Porque, aparte
del hecho que la materia y forma, por cuales la esencia de un sacramento es
constituida, son totalmente distintas, ciertamente no hay duda que el ministro
de bautismo no necesita ser un juez, porque la Iglesia no ejerce juicio sobre
nadie que no la ha entrado antes por la puerta del bautismo. Porque ¿qué me
va a mí en juzgar a los que están fuera? (1 Cor. 5:12), dice el Apóstol. Es
diferente para los del hogar de la fe, quienes Cristo el Señor por el lavacro de
bautismo una vez ha hecho ‘miembros de su propio cuerpo’ (1 Cor.
12:13).”xxxviii[38]
Esta definición tiene significancia particular porque prueba que sólo por bautismo
de agua es alguno incorporado en el Cuerpo de la Iglesia. La significancia de esto se
volverá más claro en las siguientes secciónes donde está probado que asociación en el
Cuerpo es necesaria para la salvación.

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22


Nov. 1439, ex cathedra: “Santo bautismo, que es la puerta de
la vida espiritual, mantiene el primér lugar entre todos los
sacramentos; por él somos hechos miembros de Cristo y del
cuerpo de la Iglesia. Y porque la muerte entró al universo por
el primér hombre, ‘sino renazcamos de agua y el Espíritu, no
podemos,’ como la Verdad dice, ‘entrar al reino del cielo’
[Juan 3:5]. La materia de este sacramento es agua real y
natural.”xxxix[39]

Papa Pío XII, Mystici Corporis (# 22), 29 Junio 1943: “En realidad solo ellos
deben ser numerados entre los miembros de la Iglesia que han recibido el
lavacro de regeneración [bautismo de agua] y profesan la verdadera fe.”xl[40]

Papa Pío XII, Mystici Corporis (# 27), 29 Junio 1943: “Él (Cristo) también
determinó que por Bautismo (cf. Jn. 3:5) los que creyeren serían incorporados
en el Cuerpo de la Iglesia.”xli[41]

Papa Pío XII, Mediator Dei (# 43), 20 Nov. 1947: “En la misma manera, que en
realidad el bautismo es la marca distintiva de todos Cristianos, y sirve para
diferenciarles de los que no han sido limpiados en este chorro purificador y
por siguiente no son miembros de Cristo, el sacramento de santos órdenes
diferencia al sacerdote del resto de los fieles que no han recibido esta
consagración.”xlii[42]

6. La Una Iglesia de los Fieles


Papa Inocente III, Cuarto Concilio de Letrán, Constitución 1,
1215, ex cathedra: “HAY DE VERDAD UNA IGLESIA
UNIVERSAL DE LOS FIELES, fuera de que absolutamente
nadie es salvo, en que Jesucristo es ambos sacerdote y
sacrificio.”xliii[43]

La primera definición dogmática de la Cátedra de Pedro sobre Fuera la Iglesia No


Hay Ninguna Salvación (del Papa Inocente III) enseñó que la Iglesia Católica es la una
Iglesia “de los fieles,” fuera de que absolutamente nadie es salvo. ¿Pero quienes son “los
fieles”? ¿Es posible considerar como parte de “los fieles” alguno que no ha recibido el
bautismo? Si consultemos la Tradición Católica, la respuesta es un resonante “no”.

Como muchos de vosotros sabeis, la Misa Católica es dividida en dos partes: la


Misa de los catecúmenos (los que están preparando para recibir bautismo) y la Misa de
los fieles (los bautizados).

En la Iglesia antigua, los catecúmenos sin bautizar (i.e. los que no habían recibido el
Sacramento de Bautismo) tenían que salir después de la Misa de los catecúmenos,
cuando los fieles profesaban el Credo. Los sin bautizar no eran permitidos quedarse
para la Misa de los fieles, porque es sólo por recibir el Sacramento de Bautismo que
alguno se hace uno de los fieles. Esta es la enseñanza de Tradición.

Casimir Kucharek, La Liturgia Byzantina-Eslava de San Juan Crisóstomo:


“En Canon 19 del Sínodo de Laodicea (A.D. 343-381), por ejemplo, leemos:
‘Después de los sermones de los obispos, la oración para los catecúmenos debe
ser dicho solo primero; cuando los catecúmenos han salido, la oración para los
penitentes; y después de estas... deben ser ofrecidas las tres oraciónes de los
fieles...’”xliv[44]
Aquí vemos el Sínodo de Laodicea del 4to siglo afirmando la tradición que
catecúmenos sin bautizar tenían que salir de la Liturgia antes que empezaba la Misa de
los Fieles. Y esta distinción entre la Misa de los Catecúmenos y la Misa de los Fieles era
matéria básica en los ritos antiguos de la Iglesia Católica. Por lo tanto, P. Casimir
Kucharek, en su gran obra sobre la Liturgia Byzantina-Eslava de San Juan Crisóstomo, dice
que la Liturgia de los Catecúmenos es “presente en todos Ritos...”xlv[45] En otras
palabras, todos los ritos Católicos antiguos testimoniaban al hecho que ninguna
persona sin bautizar podría ser considerado como parte de los fieles ¡porque todos
dejaban salir a los catecúmenos sin bautizar antes que empezaba la Misa de los
Fieles!

Así P. Casimir Kucharek además escribe,

“[San] Atanasio menciona que ellos (catecúmenos) no fueron permitidos estar


presente en los misterios, mientras Cirilo de Alexandría habla de su partida
antes de las partes más solemnes del servicio.”xlvi[46]

La Enciclopedia Católica reconoce la misma enseñanza de Tradición.

La Enciclopedia Católica, “Fiel,” Vol. 5, p. 769: “San Agustín (dice): ‘Pide a un


hombre: ¿eres Cristiano? Si sea pagano o Judío, responderá: No soy Cristiano. Pero si
diga: Soy Cristiano, pídele otra vez: ¿eres catecúmeno, o uno de los fieles?’”xlvii[47]
En el tercero siglo, el padre de la Iglesia antigua Tertuliano criticó el costumbre de
ciertos herejes que desatendían esta distinción crucial entre los sin bautizar y los fieles.

La Enciclopedia Católica, “Catecúmeno,” Vol. 3, p. 430: “Tertuliano reprocha a


los herejes de desatenderlo; entre ellos, dice él, ‘alguno no sabe quien es el
catecúmeno y quien el fiel, todos iguales vienen [a los misterios], todos oyen los
misos discursos, y dicen las mismas oraciónes.”xlviii[48]

Finalmente, citaré una oración de la antigua Liturgia Byzantina-Eslava de San Juan


Crisóstomo. La oración fue recitada en la despedida de los catecúmenos antes que
empezaba la Misa de los fieles.

Liturgia Byzantina-Eslava de San Juan Crisóstomo, Despedida de los Catecúmenos:


“Nosotros, los fieles, oremos para los catecúmenos, que el Señor tenga
misericordia en ellos... Señor y Dios, Jesucristo, como la salvación de
humanidad: mira abajo sobre tus sirvientes, los catecúmenos, que inclinan sus cabezas
ante te. En tiempo maduro házlos dignos de los aguas de regeneración, el
perdón de sus pecados, y el manto de inmortalidad. Una ellos a su santa,
católica, y apostólica iglesia, y númeralos entre tu rebaño escogido.”xlix[49]

Aquí vemos que la antigua liturgia rito-oriental de San Juan Crisóstomo hace una
distinción fuerte entre los sin bautizar (los catecúmenos) y los fieles. Confirma que
porque los catecúmenos no están bautizados en los fieles, no están perdonados de
sus pecados ni unidos a la Iglesia Católica. Los sin bautizar no pertenecen a la una
Iglesia de los fieles. Esto es parte de la antigua Fe Católica. Y por supuesto este hecho
no es probado ser parte de la antigua Fe Católica simplemente porque un padre de la
antigua Iglesia lo dijo – ya que una declaración de un padre de la Iglesia antigua
particular no prueba esto definitivamente; sino más bien es probado porque los
testimonios de los antedichos santos están en perfecta harmonia con la clara enseñanza
del culto litúrgico Católico, que divide la Misa de los Catecúmenos de la Misa de los
Fieles. Es, por siguiente, la enseñanza y regla del culto Católico que ninguna persona
sin bautizar debe ser considerada parte de los fieles. Y esto es porque a todos que
murieron sin el Sacramento de Bautismo fue rechazado el entierro Cristiano en todas
partes de la Iglesia universal desde el principio.

Y porque esta era la regla universal de culto en la Iglesia Católica, era la expresión
de la Fe y Tradición universal de la Iglesia Católica.

Papa Pío XI, Quas Primas (# 12), 11 Dic. 1925: “La perfecta armonía de las
liturgias Orientales con las nuestras en esta perpetua alabanza a Cristo Rey
muestra otra vez la verdad del axioma: Legem credendi lex statuit supplicandi. La
ley de fe es indicada por la ley de nuestro culto.”l[50]

Por siguiente, sería contrario a Tradición aseverar que una persona que no ha
recibida el Sacramento de Bautismo pertenece a los fieles.

San Juan Crisóstomo (Hom. in Io. 25, 3), (4to Siglo):


“Porque el Catecúmeno es un extraño a los Fieles... Uno tiene Cristo por su
Rey; el otro pecado y el diablo; la comida de uno es Cristo; del otro, esa carne
que decae y perece... Así que nosotros no tenemos nada en común, en que, diga
me, tuviéremos comunión?... Pues, que prestemos diligencia para que podemos
hacernos ciudadanos de la ciudad arriba... porque si viniere a pasar (¡que Dios
prohibe!) que por la súbita llegada de la muerte salgamos para allá no
iniciados [sin bautizar], aunque tuviéremos diez mil virtudes, nuestra
porción fuere ninguna otra que el infierno, y el gusano venenoso, y fuego
inapagable, y vínculos indisolubles.”

San Ambrosio, (4to Siglo) Obispo y Doctor de la Iglesia:


“Ya empezaré a instruir a vosotros sobre el sacramento que habéis recibido;
cuya natura no era apropriada hablar a vos antes; porque en el Cristiano lo
que viene primero es fe. Y en Roma por esta razón los que han sido
bautizados son llamados los fieles (fideles).”li[51]

Esta enseñanza de Tradición es porque en el Rito Tradicional de Bautismo, es


pedida al catecúmeno sin bautizar que desea él de la santa Iglesia, y responde “Fe.” El
catecúmeno sin bautizar no tiene “la Fe,” así la roga de la Iglesia en el “Sacramento de
Fe” (Bautismo), que solo le hace uno de “los fieles.” Esto es porque el Sacramento de
Bautismo ha sido conocido desde tiempos apostólicos como “el Sacramento de Fe.”

Catecismo del Concilio de Trento, De Bautismo – Efectos de Bautismo:


“... Bautismo ... el Sacramento de fe...”lii[52]

Catecismo del Concilio de Trento, De Bautismo – Efecto Segundo: Carácter


Sacramental: “... Bautismo... Por él somos calificados para recibir los otros
Sacramentos, y el Cristiano es distinguido de los que no profesan la fe.” liii[53]

Papa Clemente VI, Super quibusdam, 20 Sept. 1351:


“... todos que en bautismo han recibido la misma fe Católica...” liv[54]

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Cap. 7 sobre la Justificación, ex


cathedra:
“... EL SACRAMENTO DE BAUTISMO, EL CUAL ES ‘EL SACRAMENTO
DE FE... ESTA FE, SEGÚN LA TRADICION APOSTÓLICA, CATECÚMENOS
RUEGAN DE LA IGLESIA ANTES DEL SACRAMENTO DE BAUTISMO,
cuando piden por ‘fe que presta vida eterna,’ (Rit. Rom., Ordo Baptismi).”lv[55]

Y con estos hechos en consideración (que un catecúmeno “ruega” por la fe porque


no es parte de los fieles), recuerda la definición del Papa Inocente III en el Cuarto
Concilio de Letrán: “Hay de verdad una Iglesia universal de los fieles, fuera de que
absolutamente nadie es salvo...” El Latín original dice: “Una vero est fidelium universalis
ecclesia, extra quam nullus omnino salvatur...” Las palabras Latinas nullus omnino
signífican “absolutamente nadie.” Absolutamente nadie fuera de la una Iglesia de los
fieles es salvo. Ya que la una Iglesia de “los fieles” sólo incluye a los que han recibido
el Sacramento de Bautismo - como muestran tradición apostólica, tradición litúrgica, y
el dogma de la Iglesia - esto signífica que absolutamente nadie es salvo sin el
Sacramento de Bautismo.

7. Sujeción a la Iglesia/Pontífice Romano


La segunda definición de la Cátedra de Pedro sobre Fuera la Iglesia No Hay
Ninguna Salvación vino del Papa Bonifacio VIII en la bula Unam Sanctam.

Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 Nov. 1302, ex cathedra:


“Por Fe animados estamos obligados a creer y mantener la una, santa, Católica Iglesia y
esa, apostólica, y firmemente creemos y simplemente confesamos esta Iglesia fuera de
que no hay ninguna salvación ni remisión de pecado... Además, declaramos, decimos,
definimos, y proclamamos a toda criatura humana que ellos de necesidad absoluta
para la salvación son enteramente sujetos al Pontífice Romano.” lvi[56]
Esto signífica infaliblemente que toda criatura humana debe ser sujeta al Pontífice
Romano para la salvación. Obviamente, esto no signífica que uno debe ser sujeto a un
Antipapa para la salvación, que es lo que tenemos hoy. Signífica que todos deben ser
sujetos al Papa verdadero, si y cuando tenemos uno.

¿Pero como son infantes sujetos al Pontífice Romano? Esta es buena pregunta.
Nota que Papa Bonifacio VIII no declaró que toda criatura humana debe conocer al
Pontífice Romano, sino que toda criatura humana debe ser sujeto al Pontífice Romano.
Infantes son hechos sujetos al Pontífice Romano por su bautismo en la una Iglesia de
Cristo, de que el Pontífice Romano es el cabeza.

Papa León XIII, Nobilissima (# 3), 8 Feb. 1884:


“La Iglesia, custodia de la integridad de la Fe - que, en virtud de su autoridad,
comisionada de Dios su Fundador, debe llamar a todas naciónes al
conocimiento de la sabiduría Cristiana, y que es por siguiente obligada a vigilar
minuciosamente sobre la enseñanza y educación de los niños puestos bajo su
autoridad por bautismo...”lvii[57]

Niños son puestos bajo la autoridad de la Iglesia por el bautismo. Pues, por su
bautismo son hechos sujetos al Pontífice Romano, porque el Pontífice Romano posee la
suprema autoridad en la Iglesia (Primero Concilio Vaticano, de fide). Esto prueba que
bautismo es de verdad el primér componente para determinar si alguno sea sujeto o
no al Pontífice Romano. Si alguno no haya sido bautizado, entonces no puede ser
subjeto al Pontífice Romano, porque la Iglesia ejerce juicio (i.e., jurisdicción) sobre
nadie que no ha entrado la Iglesia por el Sacramento de Bautismo (de fide).

Papa Julio III, Concilio de Trento, Sobre los Sacramentos de Bautismo y


Penitencia, Ses. 14, Cap. 2, ex cathedra: “... porque la Iglesia no ejerce juicio
sobre nadie que no la ha entrado antes por la puerta del bautismo. Porque
¿qué me va a mí en juzgar a los que están fuera? (1 Cor. 5:12), dice el Apóstol.
Es diferente para los del hogar de la fe, quienes Cristo el Señor por el lavacro
de bautismo una vez ha hecho ‘miembros de su propio cuerpo’ (1 Cor. 12:13).”
lviii[58]

No es posible, por siguiente, ser sujeto al Pontífice Romano sin recibir el


Sacramento de Bautismo, porque la Iglesia (y el Pontífice Romano) no puede ejercer
juicio (jurisdicción) sobre una persona sin bautizar (de fide, Trento). Y porque no es
posible ser sujeto al Pontífice Romano sin el Sacramento de Bautismo, no es posible
salvarse sin el Sacramento de Bautismo, porque toda criatura humana debe ser
subjeto al Pontífice Romano para la salvación (de fide, Bonifacio VIII).

8. El Sacramento de Bautismo es Necesario para la


Salvación
Para mostrar además que el Sacramento de Bautismo es necesario para la salvación,
voy a citar muchas otras declaraciónes infalibles de la Cátedra de San Pedro.

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, Ses. 7, Can. 5 sobre el


Sacramento de Bautismo, ex cathedra: “Si alguno dijere que
bautismo [el Sacramento] es opcional, eso es, no necesario
para la salvación (cf. Jn. 3:5): sea anatema.”lix[59]

Esta infalible definición dogmática de la Cátedra de San Pedro condena a alguno


que dice que el Sacramento de Bautismo no es necesario para la salvación. El
Sacramento de Bautismo es necesario para todos para la salvación, primero, porque,
como el Concilio de Trento define, toda la humanidad (excepto la Bendita Virgen
Maria) eran concebidos en un estado de pecado original a raíz del pecado de Adán, el
primér hombre. El Sacramento de Bautismo también es necesario para todos para la
salvación porque es el medio por cual uno es marcado como miembro de Jesucristo y
incorporado en Su Cuerpo Místico. Y al definir la verdad que todos hombres eran
concebidos en el estado de Pecado Original, el Concilio de Trento específicamente
declaró que la Bendita Virgen Maria fue una excepción a su decreto sobre Pecado
Original.lx[60] Pero al definir la verdad que el Sacramento de Bautismo es necesario para
la salvación, el Concilio de Trento no hizo ninguna excepción en absoluto.

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22 Nov. 1439: “Santo
bautismo, el cual es la puerta de la vida espiritual, mantiene el primér lugar
entre todos los sacramentos; por él somos hechos miembros de Cristo y del
cuerpo de la Iglesia. Y porque la muerte entró al universo por el primér
hombre, ‘sino renazcamos de agua y el Espíritu, no podemos,’ como la
Verdad dice, ‘entrar al reino del cielo’ [Juan 3:5]. La materia de este
sacramento es agua real y natural.”lxi[61]

Papa Inocente III, Cuarto Concilio de Letrán, Constitución 1, 1215, ex cathedra:


“Pero el sacramento de bautismo es consagrado en agua por la invocación de
la individida Trinidad – a saber, Padre, Hijo, y Espíritu Santo – y trae
salvación a ambos niños y adultos cuando está hecho correctamente por
alguien en la forma establecida por la Iglesia.”lxii[62]
Papa Benedicto XIV, Nuper ad nos, 16 Marzo 1743, Profesión de Fe: “También
(profeso) que bautismo es necesario para la salvación, y por siguiente, si hay
peligro inminente de muerte, debe ser conferido de repente y sin retraso, y
que es válido si sea conferido con la correcta materia y forma y intención por
alguien, y en algún tiempo.”lxiii[63]

Papa Pío XI, Quas Primas (# 15), 11 Dic. 1925: “De verdad este reino es
presentado en los Evangelios como tal, en que hombres se preparan para entrar
por hacer penitencia; además, no pueden entrarlo excepto por fe y bautismo,
que, aunque un rito externo, sin embargo signífica y efectua una regeneración
interior.”lxiv[64]

Vemos aquí que alguno no puede entrar al reino del cielo sin fe y el rito externo de
bautismo (i.e., el Sacramento de Bautismo).

9. Agua es Necesario para el Bautismo y Juan 3:5 es


literal
“JESUS RESPONDIO: AMEN, AMEN TE DIGO, SINO UN HOMBRE
RENACIERE DE AGUA Y EL ESPÍRITU SANTO, ÉL NO PUEDE ENTRAR AL
REINO DE DIOS.” (JUAN 3:5)

La Iglesia Católica es la custodia y interpretadora de la Sagradas Escrituras. Ella


sola ha recibido el poder y la autoridad para determinar infaliblemente el verdadero
sentido de los textos sagrados.

Papa Pío IX, Primero Concilio Vaticano, Ses. 3, Cap. 2 de Revelación, 1870:
“... Nosotros, renovando el mismo decreto, declaramos esto ser su intención:
que, en cuestiónes de fe y moralidad concerniendas a la instrucción de Doctrina
Cristiana, eso debe ser considerado el verdadero significado de la Sagrada
Escritura que Santa Madre Iglesia ha mantenido y mantiene, cuya cargo es
juzgar concerniendo al verdadero entendimiento y interpretación de las
Sagradas Escrituras; y, por ese razón, no se permite a nadie interpretar la
Sagrada Escritura misma al contrario de este sentido, o aun al contrario del
consentimiento unánime de los Padres.”lxv[65]

Pero toda escritura no es entendida por la Iglesia Catolica en el sentido literal. Por
ejemplo, en Mateo 5:29, Nuestro Señor Jesucristo nos dice que si nuestro ojo nos
scandalice debemos arrancarlo, porque es mejor que él perezca que todo el cuerpo en el
Infierno.

Mateo 5:29 - “Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y
échalo de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que
todo tu cuerpo sea echado al infierno.”
Pero estas palabras de Nuestro Señor no son entendidas literalmente. Sus palabras
están dichas figurativamente para describir una ocasión de pecado o algo en la vida
que puede escandalizarnos y estar un impedimento a nuestro salvación. Debemos
arrancarlo y amputarlo, dice Nuestro Señor, porque es mejor estar sin eso que perecer
totalmente en los fuegos del Infierno.

Por otra parte, otros versículos de la escritura son entendidos por la Iglesia en el
senso literal. Por ejemplo:

Mateo 26:26-28 - “Y comiendo ellos, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y


dió a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed. Esto es mi cuerpo. Y tomando el
vaso, y hechas gracias, les dió, diciendo: Bebed de él todos. Porque esto es mi
sangre del nuevo testamento, la cual es derramada por muchos para remisión
de los pecados.”

Cuando Nuestro Señor Jesucristo dice en Mateo 26:26: “Esto es Mi Cuerpo,” y en


Mateo 26:28: “Esta es Mi Sangre,” Sus palabras son entendidas por la Iglesia Católica
exactamente como son escritas, porque sabemos que Nuestro Señor Jesucristo de
verdad estuvo referiendo a Su Cuerpo y Sangre real, no un símbolo ni una figura.

Pues la pregunta es: ¿Como entiende la Iglesia Católica las palabras de Jesucristo en
Juan 3:5 – Amen, amen te digo, sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu Santo, él no
puede entrar al reino de Dios? ¿Entiende la Iglesia Católica estas palabras como están
escritas o en cualquier otra manera? ¿Entiende la Iglesia Católica estas palabras por
significar que todo hombre debe ser renacido de agua y el Espíritu Santo para ser
salvo, como dice Nuestro Señor? La respuesta es clara: toda definición dogmática, sin
excepción, que la Iglesia Católica ha publicado tratando de las palabras de Nuestro
Señor en Juan 3:5 las entiende literalmente, exactamente como están escritas.

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22


Nov. 1439, ex cathedra: “Santo bautismo, el cual es la puerta
de la vida espiritual, mantiene el primér lugar entre todos los
sacramentos; por él somos hechos miembros de Cristo y del
cuerpo de la Iglesia. Y porque la muerte entró al universo
por el primér hombre, ‘sino renazcamos de agua y el
Espíritu, no podemos,’ como la Verdad dice, ‘entrar al reino
del cielo’ [Juan 3:5]. La materia de este sacramento es agua
real y natural.”lxvi[66]

Esto signífica que la declaración de Nuestro Señor Jesucristo que ningún hombre
puede ser salvo sin renacer de agua y el Espíritu Santo es un dogma literal de la Fe
Católica.
Papa Pablo III, El Concilio de Trento, Can. 2 sobre el Sacramento
de Bautismo, Ses. 7, 1547, ex cathedra: “Si alguno dijere que
agua real y natural no es necesario para el bautismo, y por
ésa razón ésas palabras de Nuestro Señor Jesucristo: ‘Sino un
hombre renaciere de agua y el Espíritu Santo’ [Juan 3:5],
estén distorsionadas a cualquier tipo de metáfora: sea
anatema.”lxvii[67]

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, Can. 5 sobre el Sacramento


de Bautismo, Ses. 7, 1547, ex cathedra: “Si alguno dijere que
bautismo [el Sacramento] es opcional, eso es, no necesario
para la salvación (cf. Jn. 3:5): sea anatema.” lxviii[68]

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, De Pecado Original, Sesión


V, ex cathedra: “Por un hombre el pecado entró al mundo, y
por pecado la muerte... para que en ellos sea quitado lavando
por regeneración, lo que han contraido por generación,
‘Porque sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu, él no
puede entrar al reino de Dios [Juan 3:5].”lxix[69]

Papa San Zosimo, El Concilio de Cartago XVI, sobre Pecado Original y


Gracia: “Porque cuando el Señor dice: ‘Sino un hombre renaciere de
agua y el Espíritu Santo, no entrará al reino de Dios’ [Juan 3:5], que
Católico dudará de que él será un compañero del diablo que no ha
merecido ser un coheredero de Cristo. Porque él que carece la parte
derecha sin duda correrá a la izquierda.”lxx[70]

Papa Gregorio IX, Cum, sicut ex, 8 Julio 1241, a Sigurdo de Nidaros:
“Porque como hemos aprendido de tu informe, tal vez pasa por carestía
de agua, que infantes de tu tierra están bautizados en cerveza,
respondemos a tí en el tenor de los presente que, porque según la
doctrina evangelica es necesario ‘ser renacido de agua y el Espíritu
Santo’ (Jn. 3:5) ellos no deben ser considerados correctamente
bautizados que son bautizados en cerveza.”lxxi[71]
10. Infantes No Pueden Ser Salvos Sin Bautismo
La enseñanza de la Iglesia Católica ya citada muestra que nadie puede ser salvo sin
el Sacramento de Bautismo. Obviamente, por siguiente, esto signífica que niños y
infantes también no pueden irse al cielo sin Bautismo porque son concebidos en un
estado de Pecado Original, que no puede ser quitado sin el Sacramento de Bautismo.
Pero esta verdad de la Iglesia Católica está negada por mucha gente hoy. Ellos miran
la horrible tragedia de los abortos – los millónes de niños masacrados – y concluyen
que estos niños deberían ser destinados al cielo. Pero tal conclusión es heretica. La
peor parte de los abortos es el hecho que estos niños son prohibidos de entrar al cielo,
no que ellos no tienen la oportunidad de vivir en este mundo pagano. Satanás se
deleita en los abortos porque sabe que estas almas nunca pueden irse al cielo sin el
Sacramento de Bautismo. Si niños abortados fuesen directamente al cielo sin el
Sacramento de Bautismo, como muchos creen hoy, entonces Satanás no sería
propagator de abortos.

La Iglesia enseña que niños abortados y infantes que mueren sin bautismo
descienden inmediatamente al Infierno, pero no sufren los fuegos del Infierno. Van a
un lugar en el Infierno llamado el limbo de los infantes. La definición más específica
de la Iglesia probando que no hay ninguna posible manera para un infante ser salvo
sin el Sacramento de Bautismo es la siguiente del Papa Eugenio IV.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Sesión 11, 4 Feb. 1442,


ex cathedra: “En lo que se refiere a niños, de verdad, por causa
de peligro de la muerte, que frecuentemente puede ocurrir,
cuando ningún apoyo puede ser llevado a ellos por otro
remedio que por el sacramento de bautismo, por el cual ellos
están arrebatados de la dominación del Diablo [pecado
original] y adoptados entre los hijos de Dios, ella avisa que
santo bautismo no debe ser aplazado por cuarenta o ochenta
días, ni cualquier tiempo según la observancia de ciertas
gentes...”lxxii[72]

Papa Eugenio IV aquí definió de la Cátedra de Pedro que no hay ningún otro remedio
para que infantes sean arrebatados del dominio del diablo (i.e., pecado original)
distinto del Sacramento de Bautismo. Esto signífica que alguno que enseña
obstinadamente que infantes pueden ser salvos sin recibir el Sacramento de Bautismo
es un hereje, porque él está enseñando que hay un otro remedio por pecado original en
niños distinto del Sacramento de Bautismo.

Papa Martín V, Concilio de Constanza, Sesión 15, 6 Julio 1415 –


Condenando los artículos de Juan Wyclif – Proposición 6: “Los
que afirman que los hijos de los fieles que mueren sin
bautismo sacramental no serán salvos, son estúpidos e
impertinentes por decir esto.”lxxiii[73] - Condenada

Esta es una proposición fascinadora del Concilio de Constanza.


Desafortunadamente, esta proposición no está encontrada en Denzinger, que sólo
contiene algunos decretos del Concilio, pero está encontrada en una colección completa
del Concilio de Constanza. El archihereje Juan Wyclif proponía que ellos (como
nosotros) son estúpidos por enseñar que infantes que mueren sin bautismo de agua (i.e.
sacramental) absolutamente no pueden ser salvos. El fue anatematizado por esta
aseveración, entre muchas otras. Y aquí está lo que dijo El Concilio de Constanza sobre
las proposiciónes anatematizadas de Juan Wyclif, como #6 arriba.

Papa Martín V, Concilio de Constanza, Sesión 15, 6 Julio 1415: “Los libros y
folletos de Juan Wyclif, de maldita memoria, fueron examinados
cuidadosamente por los doctores y maestros de la Universidad de Oxford...
Este santo sínodo, por siguiente, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo,
repudia y condena, por este decreto perpetuo, los antedichos artículos y cada
uno en particular; y prohibe a cada y todos Católicos de ahora en adelante,
bajo pena de anatema, predicar, enseñar, o mantener los dichos artículos o
cualquier uno de ellos.”lxxiv[74]

Entonces los que critican a Católicos por afirmar el dogma que ningún infante
puede ser salvo sin el Sacramento de Bautismo en realidad están proponiendo la
anatemizada herejía de Juan Wyclif. Aquí están algunas otras definiciónes dogmáticas
sobre el tema.

Papa San Zosimo, El Concilio de Cartago, Canon sobre Pecado y Gracia, 417 A.D.
– “Ha sido decidido también que si alguno dijere que por esta razón el Señor
dijo: ‘En la casa de mi Padre hay muchas mansiónes’ [Juan 14:2]: para que sería
entendido que en el reino del cielo será cualquier lugar medio o cualquier
lugar donde vivirán los benditos infantes que salieron de esta vida sin
bautismo, sin el cual no pueden entrar al reino del cielo, que es vida eterna,
sea anatema.” lxxv[75]

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, De Pecado Original, Sesión V, ex cathedra:


“Si alguno dijere que bebés recién nacidos no deben ser bautizados aun si han
sido nacidos a padres bautizados; o dijere que son verdaderamente bautizados
por la remisión de pecados, pero no contraen ningún rastro del pecado
original de Adán que necesita ser limpiado por el lavacro de renacimiento
para que ellos obtengan la vida eterna, con la consequencia necesaria que en
su caso sea entendida una forma de bautismo por la remisión de pecados que
no es verdadera, sino falsa: sea anatema.” lxxvi[76]

Esto signífica que alguno que asevera que infantes no necesitan el “lavacro de
renacimiento” (bautismo de agua) para alcanzar la vida eterna está enseñando herejía.

11. Los que Mueren en Pecado Original o Pecado


Mortal Descienden al Infierno
Como he probado arriba, no hay ninguna posible manera para que los niños sean
liberados de pecado original distinto del Sacramento de Bautismo. Esto, por supuesto,
prueba que no hay ninguna manera para que los infantes sean salvos distinto del
Sacramento de Bautismo. Así las siguientes definiciónes solamente afirman lo que ya
ha sido establecido: que ningún niño puede posiblemente entrar al reino del Cielo sin
recibir bautismo de agua, sino al contrario descenderá al Infierno.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Laetentur coeli,” Ses. 6, 6 Julio 1439, ex
cathedra: “Definimos también que... las almas de los que salen de esta vida en
real pecado mortal, o sólo en pecado original, van directamente al infierno,
pero para sufrir castigos de tipos diferentes.”lxxvii[77]

Papa Pío VI, Auctorem fidei, 28 Agosto 1794:


“26. La doctrina que rechaza como fábula Pelagiana, ése lugar de las regiónes
abajas (que los fieles generalmente designan con el nombre del limbo de los
niños) en que las almas de los saliendo con la sola culpa de pecado original
están castigadas con el castigo de los condenados, excluyendo el castigo de
fuego, como si, por este mismo hecho, que estos que quitan el castigo de fuego
introducieran ése lugar medio y estado libre de culpa y de castigo entre el reino
de Dios y la condenación eterna, como tal de que los Pelagianos hablan en
vano” - Condenada como falsa, impetuosa, perjudicial para escuelas
Católicas.lxxviii[78]

Aquí Papa Pío VI condena la idea de algunos teólogos que infantes que mueren en
pecado original sufren los fuegos del infierno. Al mismo tiempo, confirma que estos
infantes si van a una parte de las regiónes abajas (i.e., el Infierno) llamada el limbo de
los infantes. Ellos no van al Cielo, mas a un lugar en el Infierno donde no hay fuego.
Esto es perfectamente de acuerdo con todas las otras definiciónes solemnes de la
Iglesia, que enseñan que infantes que mueren sin bautismo de agua descienden al
Infierno, pero sufren un castigo diferente de los que mueren en pecado mortal. Su
castigo es eterna separación de Dios.

Papa Pío XI, Mit brennender Sorge (# 25), 14 Marzo 1937: “‘El pecado original’ es
la culpa hereditaria, propia, aunque no personal, de cada uno de los hijos de
Adán, que en él pecaron (Rom. v. 12). Es la perdida de la gracia, y
consiguientemente, de la vida eterna, junta con una propensión al mal, que
cada cual ha de sofocar y domar por medio de la gracia, de la penitencia, de la
lucha y del esfuerzo moral.”lxxix[79]

12. Hay Solamente Un Bautismo, No Tres


Es definido dogma Católico que hay solamente un bautismo. Esto es porque el
dogmático Credo Niceno, historicamente profesado cada Domingo en el Rito Romano,
dice: “Confieso un bautismo para la remisión de los pecados.” Y este dogma que hay un
bautismo para la remisión de pecados viene de Nuestro Señor y los apóstoles. Es
afirmado por San Pablo en Efésios 4:5: “Un Señor, una fe, un bautismo.” Puede ser
posible que hay más que un bautismo para la remisión de pecados cuando Católicos
han orado y creido por 2000 años que hay solamente uno? No.

Papa Pío XI, Quas Primas (# 12), 11 Dic. 1925: “La perfecta armonía entre nuestro
rito y las liturgias Orientales en esta perpetua alabanza a Cristo Rey muestra
otra vez la verdad del axioma: Legem credendi lex statuit supplicandi. La ley de fe
es indicada por la ley de nuestra oración.” lxxx[80]

Por toda la historia muchos Papas han reafirmado expresamente esta ley de fe: que
hay solo un bautismo para la remisión de pecados.

El Credo Niceno-Constantinopolitano, 381, ex cathedra: “Confesamos un


bautismo para la remisión de los pecados.” lxxxi[81]

Papa San Celestino I, Concilio de Éfeso, 431: “Habiendo leido estas santas frases y
nos encontrando de acuerdo (porque ‘hay un Señor, una fe, un bautismo’ [Ef.
4:5]), hemos dado gloria a Dios quien es el salvador de todos...”lxxxii[82]

Papa San León IX, Congratulamur Vehementer, 13 Abril 1053: “Creo que la una
verdadera Iglesia es santa, Católica y apostólica, en que se da un bautismo y la
verdadera remisión de todos pecados.”lxxxiii[83]

Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 Nov. 1302, ex cathedra: “Una es mi


paloma, mi perfecta una... que representa el uno cuerpo místico cuyo cabeza es
Cristo, de Cristo verdaderamente, como Dios. Y en esto, ‘un Señor, una fe, un
bautismo’ (Ef. 4:5).”lxxxiv[84]

Papa Clemente V, Concilio de Vienne, Decreto # 30, 1311-1312, ex cathedra:


“Puesto que hay por ambos regulares y seglares, por superiores y súbditos, por
exentos y no exentos, una Iglesia universal, fuera de que no hay ninguna
salvación, por todos quienes hay un Señor, una fe, y un bautismo...”lxxxv[85]
Papa Pío VI, Inscrutabile (# 8), 25 Dic. 1775: “...Vos exhortamos y avisamos que
seáis todos de una mente y en armonía mientras luchais por el mismo objetivo,
exactamente como la Iglesia tiene una fe, un bautismo, y un espíritu.”lxxxvi[86]

Papa León XII, Ubi Primum (# 14), 5 Mayo 1824: “Por ella estamos enseñados, y
por fe divina mantenemos un Señor, una fe, un bautismo, y que ningún otro
nombre bajo los cielos es dado a hombres excepto el nombre de Jesucristo en
que debemos ser salvos. Esto es porque profesamos que no hay ninguna
salvación fuera de la Iglesia.”lxxxvii[87]

Papa Pío VIII, Traditi Humilitati (# 4), 24 Mayo 1829: “Contra estos sofistas
expertos la gente debe ser enseñada que la profesión de la fe Católica es
exclusivamente verdad, como el apóstol proclama: un Señor, una fe, un
bautismo (Ef. 4:5).” lxxxviii[88]
Papa Gregorio XVI, Mirari Vos (# 13), 15 Agosto 1832: “Con la admonición del
apóstol que ‘hay un Dios, una fe, un bautismo’ (Ef. 4:5) que ellos teman que
idean la noción que el seguro refugio de salvación es abierto a personas de
cualquier religión.”lxxxix[89]

Papa León XIII, Graves de communi re (# 8), 18 Enero 1901: “Por consiguiente la
doctrina del Apóstol, quien nos advierte que ‘Somos un cuerpo y espíritu
llamado a la una esperanza en nuestra vocación; un Señor, una fe y un
bautismo...’”xc[90]

Decir que hay “tres bautismos,” como muchos desafortunadamente hacen, es


herético. Hay solo un bautismo, que es celebrado en agua (de fide).

Papa Clemente V, Concilio de Vienne, 1311-1312, ex cathedra:


“Además, un bautismo que regenera a todos que son
bautizados en Cristo debe ser fielmente confesado por todos
asimismo que ‘un Dios y una fe’ [Ef. 4:5], el cual celebrado en
agua en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
creemos ser comúnmente el perfecto remedio de salvación
para adultos como para niños.”xci[91]

Aquí Papa Clemente V define como dogma que UN BAUTISMO debe ser fielmente
confesado por todos, que es celebrado en agua. Esto signífica que todos Católicos
deben profesar un bautismo de agua, no tres bautismos: de agua, sangre, y deseo.
Confesar “tres bautismos,” y no uno, es contradecir definido dogma Católico. ¿Ellos
que creen que hay tres bautismos (agua, sangre, y deseo) alguna vez preguntaran
porque Papas innumerables han profesado que hay solo un bautismo, y ni solo uno de
ellos se preocupó decirnos de los llamados “otros dos”?

13. El Credo Atanasiano


El Credo Atanasiano es uno de los Credos más importantes de la Fe Católica.
Contiene un sumario bello de la creencia de un Católico en la Trinidad y la
Encarnación, cuales son los dos dogmas fundamentales del Cristianismo. Antes de los
cambios de 1971 en la Liturgia, el Credo Atanasiano, compuesto de 40 declaraciónes
rítmicas, habia sido usado en el Oficio de Dominica por más que mil años. El Credo
Atanasiano propone la necesidad de creer la Fe Católica para la salvación. Termina
con las palabras: “Esta es la Fe Católica. Él que no la crea verdadera y firmemente, no
puede salvarse.” El Credo Atanasiano fue compuesto por el grande San Atanasio
mismo, como el Concilio de Florencia confirma.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Ses. 8, 22 Nov. 1439, ex


cathedra:
“Sexto, ofrecemos a los enviados esa regla compendiosa de la
fe compuesta del más bendito Atanasio, que es la siguiente:
“Todo él que desee salvarse debe, ante todo, guardar la fe
Católica; pues, a menos que una persona guarde esta fe
entera e inviolada, sin duda alguna se perderá para siempre.
– Esta es la fe Católica: adoramos a un solo Dios en la
Trinidad, y a la Trinidad en la unidad; distinguimos entre las
personas, mas no dividimos la sustancia. Porque el Padre es
una persona definida, el Hijo otra y el Espíritu Santo también
otra. Con todo, el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo tienen
una misma divinidad, igual gloria y coeterna majestad ... y en
esta Trinidad, nada precede, nada viene después; nada es
mayor o menor, sino que las tres personas son coeternas y
coiguales la una con la otra, de manera que, como hemos
dicho, adoramos la completa unidad en la Trinidad y la
Trinidad en la unidad. Esto, pues, es lo que debe creer acerca
de la Trinidad quien desee salvarse.
“También es necesario para la salvación eterna creer
fielmente en la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo... el
Hijo de Dios, es Dios y hombre... Esta es la fe Católica. Él
que no la crea verdadera y firmemente, no puede
salvarse.”xcii[92]

La definición arriba del Credo Atanasiano del ecuménico Concilio de Florencia


signífica que este credo califica como una declaración de la Cátedra de San Pedro (una
declaración ex cathedra). Negar lo que es profesado en el Credo Atanasiano es dejar de
ser Católico. El Credo declara que todo él que desee salvarse debe guardar la Fe
Católica y creer en la Trinidad y la Encarnación. Nota la frase, “todo él que desee
salvarse” (quicunque vult salvus esse).

Esta frase es sin duda el producto y inspiración del Espíritu Santo. Nos dice que
todos que pueden “desear” deben creer en los misterios de la Trinidad y la Encarnación
para salvarse. Esto no incluye a infantes y ellos menores de la edad de razón, ¡porque
no pueden desear! Infantes son numerados entre los fieles Católicos, porque reciben el
hábito de Fe Católica en el Sacramento de Bautismo. Pero, siendo menores de la edad
de razón, no pueden hacer ningún acto de fe en los misterios Católicos de la Trinidad y
la Encarnación, un acto que es absolutamente necesario para la salvación de todos
mayores de la edad de razón (para todos que desean salvarse). ¿No es notable como
Dios redactó la enseñanza de este Credo infalible sobre la necesidad de creer en los
misterios de la Trinidad y la Encarnación en una manera que no incluiría infantes? El
credo, por siguiente, enseña que todos mayores de la edad de razón deben tener un
saber y una creencia en los misterios de la Trinidad y la Encarnación para salvarse - sin
excepción. Este credo, por siguiente, elimina la teoría de ignorancia invencible (que
alguien mayor de la edad de razón puede salvarse sin saber de Cristo o la verdadera
Fe) y además hace los que la predican incapáces de profesar este credo con veracidad.

Y el hecho que nadie que desee salvarse puede ser salvo sin un saber y una creencia
en los misterios de la Trinidad y la Encarnación es la razón porque el Santo Oficio bajo
del Papa Clemente XI respondió que un misionero debe, antes del bautismo, explicar
estos misterios absolutamente necesarios a un adulto al borde de la muerte.

Respuesta del Santo Oficio al Obispo de Quebec, 25 Enero 1703:


“Pregunta: Si un ministro es obligado, antes de conferir bautismo sobre un
adulto, a explicarle a él todos los misterios de nuestra fe, especialmente si esté
al borde de la muerte, porque esto posiblemente perturbaría su mente. O, si es
suficiente, si él que esté al borde de la muerte prometere que cuando recupere
de la enfermedad, tendrá cuidado de instruirse, para que pusiere en práctica lo
que ha sido mandado a él.
“Respuesta: Una promesa no es suficiente, mas un misionero es obligado a
explicar a un adulto, aun uno muriendo que no está totalmente incapacitado,
los misterios de fe que son necesarios por una necesidad de medio, como son
especialmente los misterios de la Trinidad y la Encarnación.” xciii[93]

Otra pregunta estuvo puesta al mismo tiempo y contestada en la misma manera.

Respuesta del Santo Oficio al Obispo de Quebec, 25 Enero 1703:


“Pregunta: Si es posible para un adulto crudo y ignorante, como puede ser con
un bárbaro, recibir el bautismo, si a él fuera dado sólo un entendimiento de
Dios y unos de Sus atributos... aunque no crea específicamente en Jesucristo.
“Respuesta: Un misionero no debe bautizar a alguno que no cree
específicamente en el Señor Jesucristo, sino está obligado a instruirle de
todas las materias que son necesarias, por una necesidad de medio, según la
capacidad del uno que recibirá el bautismo.”xciv[94]

El dogma que creencia en la Trinidad y la Encarnación es absolutamente necesaria


para la salvación por todos mayores de la edad de razón es también la enseñanza de
Santo Tomás de Aquino, Papa Benedicto XIV, y Papa San Pío X.

Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica: “Después que gracia había sido
revelada, ambos los eruditos y la gente simple están obligados a fe explícita
en los misterios de Cristo, principalmente en relación a los que son observados
en toda la Iglesia, y proclamados públicamente, tal como los artículos que
refieren a la Encarnación, de que hemos hablado arriba.”xcv[95]

Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica: “Y por siguiente, cuando gracia


había sido revelada, todos fueron obligados a fe explícita en el misterio de la
Trinidad.”xcvi[96]
Papa Benedicto XIV, Cum Religiosi (# 1), 26 Junio 1754:
“No pudimos alegrarse, sin embargo, cuando fue posteriormente reportado a
Nosotros que en el curso de instrucción religiosa antes de Confesión y Santa
Comunión, era encontrado muy frecuentemente que esta gente estaban
ignorantes de los misterios de la fe, aun las materias que deben ser sabidas
por necesidad de medio; consiguientemente estaban inelegibles para recibir los
Sacramentos.”xcvii[97]

Papa Benedicto XIV, Cum Religiosi (# 4), 26 Junio 1754:


“Ved que todo ministro haga cuidadosamente los medidos prescribidos por el
santo Concilio de Trento... que confesores hagan esta parte de su deber cuando
alguno se presenta a su tribunal que no sabe lo que debe por necesidad de
medio saber para salvarse...”xcviii[98]

Ellos mayores de la edad de razón que están ignorantes de estos misterios


absolutamente necesarios de la Fe Católica - estos misterios que son una “necesidad de
medio” - no pueden ser numerados entre los elegidos, como Papa San Pío X confirma.

Papa San Pío X, Acerbo Nimis (# 2), 15 Abril 1905:


“Y así que Nuestro Predecesor, Benedicto XIV, tenía justa causa para escribir:
‘Declaramos que un gran número de los condenados a eterno castigo sufren
ésa eterna calamidad por causa de ignorancia de esos misterios de fe que
deben ser sabidos y creidos para ser numerado entre los elegidos.’”xcix[99]

Así, que los que creen que la salvación es posible para ellos que no creen en Cristo
y la Trinidad (que es “la Fe Católica” definida en términos de sus más simples
misterios) cambien su posición y la alineen con dogma Católico. No hay ningún otro
nombre bajo todo el cielo por cual un hombre es salvo distinto del Señor Jesús (Hechos 4:12).
Que cesen de contradecir el Credo Atanasiano y confiesen que un saber de estos
misterios es absolutamente necesario para la salvación de todos que desean salvarse. Y
que los que creen que Protestantes (i.e., ellos que rechazan la plenitud de la Fe Católica
o uno o más artículos de ella) pueden ser salvos también cambien su posición heretica
y la alineen con este Credo, que declara que todo él que no preserva esta Fe Católica,
sin duda, perecerá eternamente. Esto signífica que todos que mueren Protestantes irán
al Infierno. Católicos deben mantener esto firmemente para que ellos mismos pueden
poseer la Fe Católica y profesar este credo con veracidad como hacían nuestros
antepasados Católicos.

Estos misterios esenciales de la Fe Católica han sido diseminados y enseñados a la


mayoría por medio del Credo de los Apóstoles (que aparece en el Apéndice). Este
credo fundamental incluye las verdades centrales sobre Dios el Padre, Dios el Hijo
(Nuestro Señor Jesucristo – Su concepción, crucifixión, ascensión, etc.) y Dios el
Espíritu Santo. También contiene una profesión de Fe en las verdades cruciales de la
santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados y la
resurrección del cuerpo.
No Hay Ninguna Salvación para miembros del Islam,
Judaísmo o otras hereticas o cismáticas sectas no Católicas
Hasta este punto hemos visto que es un dogma infaliblemente definido que todos
que mueren no Católicos, incluyendo a todos judíos, paganos, herejes, cismáticos, etc.
no pueden ser salvos. Deben ser convertidos para tener la salvación. Ahora debemos
enfocar brevemente en más de lo que la Iglesia dice especificamente sobre algunos de
los prominentes religiónes no Católicas, como el Judaísmo, el Islam, y las sectas
Protestantes y cismáticas Orientales. Esto ilustrará, otra vez, que los que mantienen
que miembros de religiónes no Católicas pueden ser salvos no solamente van contra las
solemnes declaraciónes que ya han sido citadas, sino también las enseñanzas
específicamentes citadas abajo.

ESPECÍFICA ENSEÑANZA CATÓLICA CONTRA EL JUDAÍSMO

Los judíos practican la Ley Antigua y rechazan la Divinidad de Cristo y la


Trinidad. La Iglesia enseña el siguiente sobre la cesación de la Ley Antigua y sobre
todos que lo continuan observando:

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, 1441, ex cathedra:


“La Santa Romana Iglesia firmemente cree, profesa y enseña que la materia
que pertenece a la ley del Antiguo Testamento, la ley de Moisés, cuales son
divididas en ceremonios, ritos sagrados, sacrificios, y sacramentos, porque
fueron establecidas para significar algo en el futuro, aunque estaban apropiadas
para el culto divino en ese tiempo, después que la venida de nuestro Señor
había sido significado por ellas, cesaron, y los sacramentos del Nuevo
Testamento empezaron; y que cualquier persona, aunque después de la pasión,
que puso esperanza en estas materias de la ley y se sometió a ellas como
necesarias parar la salvación, como si fe en Cristo no pudiera salvar sin ellas,
pecó mortalmente. Sin embargo no niega que después de la pasión de Cristo
hasta la promulgación del Evangelio podrían ser observadas hasta fueron
creidas no ser en ninguna manera necesarias para la salvación; pero después de
la promulgación del Evangelio asevera que no pueden ser observadas sin la
perdida de salvación eterna. Todos, por siguiente, que después de ese tiempo
[la promulgación del Evangelio] observan circuncisión y el Sábado y los otros
requisitos de la ley, la santa Romana Iglesia declara alienos a la fe Cristiana y
no en lo más minimo dignos de participar en la salvación eterna.”c[100]

Papa Benedicto XIV, Ex Quo Primum (# 61), 1 Marzo 1756:


“La primera consideración es que las ceremonias de la Ley de Moisés fueron
abrogadas por la venida de Cristo y que ya no pueden ser observadas sin
pecado después de la promulgación del Evangelio.”ci[101]

Papa Pío XII, Mystici Corporis Christi (#’s 29-30), 29 Junio 1943: “Y primero de
todo, por la muerte de nuestro Redentor, el Nuevo Testamento tomó el lugar
de la Ley Antigua que había sido abolida… en la horca de Su muerte Jesús
anuló la Ley con sus decretos [Ef. 2:15]… estableciendo el Nuevo Testamento
en Su sangre derramada por toda la raza humana. ‘En tal medida, entonces,’
dice San León el Grande, hablando de la Cruz de nuestro Señor, ‘fue
efectuada allá una transferencia de la Ley al Evangelio, de la Sinagoga a la
Iglesia, de muchos sacrificios a una Víctima, que, cuando nuestro Señor expiró,
ese velo místico que encerró la parte más recóndita del templo y su secreto
sagrado fue rasgado de arriba abajo.’ En la Cruz entonces la Ley Antiguo se
murió, para ser dentro de poco enterrada y portadora de la muerte…”cii[102]

ESPECÍFICA ENSEÑANZA CATÓLICA CONTRA EL ISLAM

Papa Eugenio IV, Concilio de Basel, Sesión 19, 7 Sept. 1434:


“Además, esperamos que con la ayuda de Dios otro beneficio acumulará a la
comunidad Cristiana; porque de esta unión, una vez que está establecida, hay
esperanza que muchos de la abominable secta de Mahoma fueren convertidos
a la fe Católica.”ciii[103]

Papa Calixto III, 1455, “Juro… exalter la verdadera Fe, y extirpar la diabólica
secta del réprobo y infiel Mahoma [el Islam] en el Este.”civ[104]

La Iglesia Católica considera el Islam una “abominable secta.” [Nota: el Concilio de


Basel es considerado ecuménico y aprobado solamente en las primeras 25 sesiónes,
como señala La Enciclopedia Católica en Vol. 4, “Concilios,” pp. 425-426.] Una
“abominación” es algo aborrecible en la vista de Dios; es algo para que Él no tiene
ninguna estima ni respeto. El Islam rechaza, entre muchos otros dogmas de la Fe
Católica, la Divinidad de Jesucristo y la Trinidad. Sus seguidores están fuera de la
posibilidad de salvación mientras permanecen Musulmánes.

Papa Clemente V, Concilio de Vienne, 1311-1312:


“Es un insulto al santo nombre y una vergüenza para la fe Cristiana que en
ciertas partes del mundo sujetos a príncipes Cristianos en que Sarracenos [i.e.,
los seguidores del Islam, también llamados Musulmánes] viven, a veces
apartados, a veces entremezclados con Cristianos, los sacerdotes Sarracenos,
comúnmente llamados Zabazala, en sus templos o mezquitas, en los cuales se
encuentran los Sarracenos para adorar el infiel Mahoma, invocan y encomian
su nombre en voz alta diariamente a ciertas horas de un sitio alto… Hay un
lugar, además, donde una vez fue enterrado un cierto Sarraceno que otros
Sarracenos veneran como un santo. Esto desacredita nuestra fe y da gran
escándalo a los fieles. Estas prácticas no pueden ser toleradas sin desagradar
a la divina majestad. Entonces, con la aprobación del sagrado concilio,
prohibimos estrictamente tales prácticas en lo sucesivo en tierras Cristianas.
Les encarecemos a príncipes Católicos, uno y todos… Deben quitar este
atentado juntos de sus territorios y tener cuidado que sus sujetos lo quitan, para
que así pueden alcanzar la recompensa de felicidad eterna. Deben prohibir
expresamente la invocación pública del sacrílego nombre de Mahoma… Los
que se atreven a portarse de otro modo deben ser castigados por los príncipes
por su irreverencia, en tal manera para que otros pueden ser disuadidos de tal
audacia.”cv[105]

En tanto que la Iglesia enseña que todos que se mueren no Católicos son perdidos,
tambien enseña que nadie no debe ser forzado a abrazar el bautismo, porque la
creencia es un acto libre de la voluntad.

Papa León XIII, Immortale Dei (# 36), 1 Nov. 1885: “Y, de hecho, la Iglesia suele tener
cuidado para que nadie sea forzado a abrazar la fe Católica contra su voluntad, porque,
como San Agustín sabiamente nos recuerda, ‘El hombre no puede creer de otro modo
que por su propia voluntad.’”cvi[106]

La Enseñanza del Concilio de Vienne que príncipes Cristianos deben hacer respetar
su autoridad civil para prohibir la expresión pública de la falsa religión del Islam
muestra otra vez que el Islam es una religión falsa que conduce almas al Infierno (no al
Cielo) y desagrada a Dios.

ESPECÍFICA ENSEÑANZA CATÓLICA CONTRA SECTAS PROTESTANTES Y


CISMÁTICAS

La Iglesia Católica también enseña que esas personas bautizadas que abrazan sectas
hereticas o cismáticas perderán el alma. Jesús fundó Su Iglesia en San Pedro, como ya
vimos, y declaró que todo él que no oiga la Iglesia sea considerado como el pagano y
publicano (Mateo 18:17). También les ordenó a Sus seguidores que observen “todas las
cosas” que Él ha ordenado (Mateo 28:20). Las sectas cismáticas Orientales (como los
“Ortodoxos”) y las sectas Protestantes son movimientos escindidos que se han
separado de la Iglesia Católica. Por separarse de la una Iglesia de Cristo, se salen de la
vía de salvación y entran por la vía de perdición.

Estas sectas obstinadamente y con pertinacia rechazan uno o más de los dogmas
que Cristo claramente instituyó, como el Papado (Mateo 16; Juan 21; etc.), Confesión
(Juan 20:23), la Eucaristía (Juan 6:54), y otros dogmas de la Fe Católica. Para ser salvo
alguno debe asentir a todas las cosas que la Iglesia Católica, fundado en la Escritura y
la Tradición, ha definido infaliblemente como dogmas de la Fe.

Abajo hay solamente unos de los dogmas infalibles de la Fe Católica rechazados por
Protestantes y (en el caso del Papado) por los “Ortodoxos” Orientales. La Iglesia
“anatemiza” (una forma severa de excomulgación) a todos que obstinadamente
aseveran el contrario de sus definiciónes dogmáticas.

“Para entender la palabra anatema… debemos volver primero al


verdadero significado de herem de que es el equivalente. Herem viene de la
palabra haram, cortar, separar, maldecir, y indica lo que está maldicho y
condenado para ser cortado o exterminado, o una persona o una cosa, y en
consecuencia, lo que al hombre es prohibido usar. Esto es el sentido de
anatema en el siguiente pasaje de Deut., vii. 26: ‘Ni trajeses nada del ídolo en la
casa, no sea que seas anatema como ello. Lo detestares como boñiga, y
aborrecieres absolutamente como impuro y mugriento, porque es una
anatema.’”cvii[107]

Por lo tanto, un Protestante o un “Ortodoxo Oriental” que obstinadamente rechaza


estas enseñanzas dogmáticas está anatemizada y cortado de la Iglesia, fuera de que no
hay ninguna salvación. Es muy interesante que, al expedir estos cánones dogmáticos,
la Iglesia dice: “Si alguno dijere… sea anatema [anathema sit]” a diferencia de “Si
alguno dijere… es anatema [anathema est]”. Esta reserva de “sea” da lugar para esos
Católicos que pueden ignorar un dogma particular y seguiría la enseñanza del canon
tan pronto como le fuera presentado a él. La persona obstinada, empero, que
contradice deliberadamente la enseñanza dogmática de la Iglesia recibe toda la fuerza
de la condenación automática.

El punto aquí es que si alguno podría rechazar estos dogmas y sin embargo
salvarse, entonces estas definiciónes infalibles y sus anatemas adjuntas no tendrían ningún
significado, valor ni fuerza. Pero sí tienen significado, valor y fuerza – son enseñanzas
infalibles protegidas por Jesucristo. Entonces, todos que rechazan estos dogmas están
anatemizados y en vía de condenación.

Papa Pío XI, Rerum omnium perturbationem (# 4), 2 Enero 1923: “El santo no fue
nadie menor que Francisco de Sales… parecía haber sido enviado
especialmente de Dios para contender contra las herejías engendradas por la
Reforma [Protestante]. Está en estas herejías que descubrimos los comienzos
de esa apostasía de la humanidad de la Iglesia, de que los efectos tristes y
desastrosos están deplorados, aún a la presente hora, por toda mente
buena.”cviii[108]

Papa Julio III, Concilio de Trento, Sesión 13, Can. 1 sobre la Eucaristía, ex cathedra:
“Si alguno negare que en el sacramento de la más santa Eucaristía hay
verdaderamente, realmente, y sustancialmente contenida el Cuerpo y la
Sangre junto con el alma y divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y por
siguiente el Cristo entero, sino dijere que Él está en ella como por signa o figura,
o fuerza, sea anatema.”cix[109]

Papa Julio III, Concilio de Trento, Sesión 14, Canon 3 sobre el Sacramento de
Penitencia: “Si alguno dijere que las palabras del Señor Salvador: ‘Recibid el
Espíritu Santo; a los que remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes
los retuviereis, serán retenidos’ [Juan 20:22 f.], no deben ser entendidas del
poder de perdonar y retener pecados en el sacramento de penitencia… sea
anatema.”cx[110]

Papa Julio III, Concilio de Trento, Sesión 14, sobre Extremaunción y Penitencia:
“Estas son las cosas que este sagrado ecuménico sínodo profesa y enseña sobre
los sacramentos de penitencia y extremaunción, y las propone para ser creidas
y mantenidas por todos los fieles de Cristo. Además, los siguientes cánones,
dice él, deben ser observados inviolados, y condena y anatemiza para siempre
a todos que aseveren el contrario.”cxi[111]
Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Cap. 16, ex cathedra:
“Después de esta Católica doctrina de justificación – que, a menos que acepte
fielmente y firmemente, ninguno puede ser justificado – pareció bien al santo
Sínodo añadir estos cánones, para que todos pueden saber, no solamente lo que
deben mantener y seguir, sino también lo que deben rechazar y evitar.”cxii[112]

Papa Pío IX, Primero Concilio Vaticano, 1870, Ses. 4, Cap. 3, ex cathedra: “… todos
los fieles de Cristo deben creer que la Sede Apostólica y el Pontífice Romano
tienen primacía sobre todo mundo, y que el Pontífice de Roma mismo es el
sucesor del bendito Pedro, el jefe de los apóstoles, y es el verdadero vicario
de Cristo y cabeza de la Iglesia entera… Además enseñamos y declaramos que
la Iglesia Romana, por la disposición del Señor, tiene la soberanía de poder
ordinario sobre todas otras… Esta es la doctrina de verdad Católica de que
ninguno puede desviarse y guardar su fe y salvación.”cxiii[113]

SOBRE LOS BAUTIZADOS CON VALIDEZ COMO INFANTES POR MIEMBROS DE


SECTAS NO CATÓLICAS

La Iglesia Católica siempre ha enseñado que cualquier persona (incluyendo a un


seglar o no Católico) puede bautizar con validez si observe la materia y forma correcta
y si tenga la intención de hacer lo que la Iglesia hace.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 1439: “En caso de
necesidad, sin embargo, no sólo un sacerdote o diácono, sino aun un laico o
laica, sí aun un pagano y un hereje pueden bautizar, con tal que preserve la
forma de la Iglesia y tenga la intención de hacer lo que la Iglesia hace.”cxiv[114]

La Iglesia siempre ha enseñado que infantes bautizados en iglesias hereticas y


cismáticas son hechos Católicos, miembros de la Iglesia y subjetos del Pontífice
Romano, aun si la gente que les bautizaron son herejes que están fuera de la Iglesia
Católica. Esto es porque el infante, siendo menor de la edad de razón, no puede ser un
hereje o cismático. No puede tener un impedimento que impediría el Bautismo de
hacerle miembro de la Iglesia.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 7, Can. 13 del Sacramento de Bautismo:
“Si alguno dijere que infantes, porque no tiene fe real, después de haber
recibido bautismo no deben ser numerados entre los fieles… sea
anatema.”cxv[115]

Esto signífica que todos infantes bautizados en cualquier parte, aun los bautizados
en hereticas iglesias no Católicas por ministros hereticos, son hechos miembros de la
Iglesia Católcia. También son hechos sujetos al Pontífice Romano (si hay uno), como
vimos antes en la enseñanza del Papa León XIII. Pues, ¿en que punto llega a ser no
Católico este infante bautizado Católico – cortando su afiliación a la Iglesia y sujeción
al Pontífice Romano? Después que el infante bautizado logra la edad de razón, se hace
un hereje o cismático y corta su afiliación a la Iglesia y corta subjeción al Pontífice
Romano cuando obstinadamente rechaza cualquier enseñanza de la Iglesia Católica o pierde Fe
en los misterios esenciales de la Trinidad y Encarnación.

Papa Clemente VI, Super quibusdam, 20 Sept. 1351: “… Preguntamos: En primér


lugar si vosotros y la Iglesia de los Armenios que vos obedece, creeis que
todos que en bautismo han recibido la misma fe Católica, y después se han
retirado y se retirarán en el futuro de la comunión de esta misma Iglesia
Romana, la cual sola una es Católica, son cismáticos y hereticos, si
permanezcan obstinadamente separados de la fe de esta Iglesia Romana. En
el segundo lugar, preguntamos si vosotros y los Armenios obedientes a vos
creeis que ningún hombre de los caminantes fuera de la fe de esta Iglesia, y
fuera de la obediencia del Papa de Roma, puede por fin ser salvo.”cxvi[116]

Pues, se debe ser claro sobre estos puntos: 1) Todos los sin bautizar (Judíos,
Musulmánes, paganos, etc.) deben entrar en la Iglesia Católica por recibir Bautismo y
la Fe Católica o serán perdidos todos. 2) Entre los bautizados como infantes, son hechos
Católicos, miembros de la Iglesia y sujetos del Pontífice Romano por Bautismo. Cortan
esta calidad de miembro (que ya poseen) solamente cuando rechazan obstinadamente
cualquier dogma Católico o creen algo contrario a los misterios esenciales de la
Trinidad y la Encarnación. En la enseñanza del Papa Clemente VI arriba, vemos este
segundo punto claramente enseñado: todos que reciben la Fe Católica en Bautismo
pierden esa Fe y se hacen cismáticos y hereticos si lleguen a ser “obstinadamente
separados de la fe de esta Iglesia Romana.”

El hecho es que todos Protestantes que rechazan la Iglesia Católica o sus dogmas
sobre los sacramentos, el Papado, etc. se han separado obstinadamente de la Fe de la
Iglesia Romana y por siguiente han cortado su afiliación a la Iglesia de Cristo. La
misma es verdad con los “Ortodoxos Orientales” que obstinadamente rechazan
dogmas sobre el Papado y Infalibilidad Papal. Deben ser convertidos a la Fe Católica
para la salvación.

14. Bautismo de Sangre y Bautismo de Deseo –


Tradiciónes Erradas de Hombre
En este documento, he mostrado que la Iglesia Católica enseña infaliblemente que
el Sacramento de Bautismo es necesario para la salvación. También he mostrado que
es sólo por recibir el Sacramento de Bautismo que uno es incorporado en la Iglesia
Católica, fuera de que no hay ninguna salvación. Yo también he mostrado que la
Iglesia Católica enseña infaliblemente que las palabras de Jesucristo en San Juan 3:5 –
Amen, amen te digo, sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu Santo, él no puede entrar
al reino de Dios – deben ser entendidas literalmente: según están escritas. Esta es la
infalible enseñanza de la Iglesia y excluye toda posibilidad de salvación sin ser
renacido de agua y el Espíritu Santo. Sin embargo, por toda la historia de la Iglesia,
muchos han creido en las teorías llamadas bautismo de deseo y bautismo de sangre:
que el deseo del Sacramento de Bautismo o el martirio por la fe suple por la falta de ser
renacido de agua y el Espíritu Santo. Los que creen en bautismo de sangre y bautismo
de deseo plantean ciertas objeciónes contra la absoluta necesidad de recibir el
Sacramento de Bautismo para la salvación. Pues, para estar completo, voy a responder
a todas las objeciónes principales hechas por propugnadores de bautismo de deseo y
sangre; y durante del proceso, daré un resúmen de la historia de los errores de
bautismo de deseo y bautismo de sangre. Al hacerlo, demostraré que ni bautismo de
sangre ni bautismo de deseo es una enseñanza de la Iglesia Católica Romana.

LOS PADRES ESTÁN UNÁNIME DESDE EL PRINCIPIO

En el primér milenio de la Iglesia vivían cientos de santos que se llaman “Padres de


la Iglesia.” Tixeront, en su Manual de Patrología, lista más que quinientos cuyos
nombres y escritos han venido a nosotros.cxvii[117] Los Padres (o eminentes escritores
antiguos Cristianos Católicos) están unánime desde el principio que nadie entra al cielo
ni es libertado de pecado original sin bautismo de agua.

En la carta de Bárnaba, fechada tan antiguamente como 70 A.D., leemos:

“... descendemos en el agua llenos de pecados y ensucios, y subimos conteniendo fruto


en nuestro corazón...”cxviii[118]

En 140 A.D., el Padre de la Iglesia antigua Hermas cita a Jesús en Juan 3:5, y escribe:

“Ellos necesitaban subir a través del agua, para que se hicieran vivos; porque
no podrían de otro modo entrar en el reino de Dios.”cxix[119]

Esta declaración es obviamente una paráfrasis de Juan 3:5, y así demuestra que
desde el justo principio de la era apostólica era afirmado y enseñado por los padres que
nadie entra al cielo sin ser renacido de agua y el Espíritu basado específicamente sobre la
declaración de Nuestro Señor Jesucristo en Juan 3:5.

En 155 A.D., San Justín el Mártir escribe:

“... están conducidos por nos a un lugar donda hay agua; y allí son renacidos en
el mismo tipo de renacimiento en que nosotros mismos fueron renacidos... en el
nombre de Dios... reciben el lavado de agua. Porque Cristo dijo, ‘Sino seáis
renacidos, no entrareis al reino del cielo.’ La razón de hacer esto hemos
aprendido de los apóstoles.”cxx[120]

Nota que San Justín Mártir, como Hermas, también cita las palabras de Jesús en
Juan 3:5, y basado en las palabras de Cristo enseña que es de tradición apostólica que
absolutamente nadie puede entrar al cielo sin ser renacido de agua y el Espíritu en el
Sacramento de Bautismo.

En su diálogo con Trypho el Judío, también fechado 155 A.D., San Justín Mártir además
escribe:
“... apresúrate de aprender en que manera remisión de pecados y una
esperanza de la herencia... sean tuyas. No hay ninguna otra manera que esto:
reconoce a Cristo, lávate en el lavado anunciado por Isaías [Bautismo]...”cxxi[121]

En 180 A.D., San Ireneo escribe:

“... dando a los discipulos el poder de regenerar en Dios, Él les dijó: ‘Id, y
doctrinad a todas naciónes, bautizándolas...’ Como trigo seco sin humedad no
puede formar una masa o una hogaza, así también, nosotros que somos
muchos no podemos hacernos uno en Cristo Jesús, sin el agua del cielo...
Nuestros cuerpos logran la unidad por el lavado... nuestras almas, empero, por
el Espíritu. Ambos, entonces, son necesarios.”cxxii[122]

Aquí vemos otra vez una clara enunciación de la constante y apostólica Tradición
que nadie es salvo sin el Sacramento de Bautismo, de no menos que el grande padre
apostólico San Ireneo en el 2do siglo. San Ireneo conocía a San Polycarpo y San
Polycarpo conocía al Apóstol Juan mismo.

En 181 A.D., San Teófilo continua la Tradición:

“... esas cosas que fueron creadas de los aguas fueron bendecidas de Dios, para que
esto tambien sea un signo que hombres en un futuro tiempo recibieren
arrepentimiento y remisión de pecados por agua y el lavado de regeneración...”cxxiii[123]

En 203 A.D., Tertuliano escribe:


“... es de hecho prescribido que nadie puede alcanzar la salvación sin
Bautismo, especialmente en vista de ésa declaración del Señor, quien dice:
‘Sino un hombre renaciere de agua, él no tendrá vida’ [Juan 3:5]...”cxxiv[124]

Nota como Tertuliano afirma la misma Tradición apostólica que nadie es salvo sin
Bautismo de agua, basado en las palabras de Jesús Mismo.

Tertuliano escribe además en 203 A.D.:

“Un tratado de nuestro sacramento de agua, por cual los pecados de nuestra
anterior ceguera están quitados lavando ... ni podemos ser salvos en otra
manera, excepto por permanecer permanentemente en el agua.”cxxv[125]

Bautismo también ha sido llamado desde tiempos apostólicos el Sello, el Signo, y la


Iluminación; porque sin este Sello, Signo, o Iluminación nadie es perdonado de pecado
original ni sellado como miembro de Jesucristo.

“... él que nos confirma con vos en Cristo, y que nos ungió, es Dios; Él cual
también nos ha sellado, y dado la prenda del Espíritu en nuestros corazónes.”
(2 Cor. 1:21-22)
Tan temprano que 140 A.D., Hermas ya había enseñado esta verdad – que
Bautismo es el Sello – que fue entregada por los Apóstoles de Jesucristo.

Hermas, 140 A.D.: “... antes que un hombre lleva el nombre del Hijo de Dios, él
es muerto. Pero cuando recibe el sello, pone al lado la mortalidad y otra vez
recibe la vida. El sello, por siguiente, es el agua. Ellos van abajo en el agua
muertos, y salen vivos.”cxxvi[126]

En la obra famosa titulada La Segunda Epístola de Clemente a los Corintios, 120-170 A.D.,
leemos:

“Porque de los que no han retenido el sello de bautismo él dice: ‘Su gusano no
morirá, y su fuego no será extinguido.’”cxxvii[127]

San Efraim, c. 350. A.D.: “... somos ungidos en Bautismo, por cual llevamos Su
sello.”cxxviii[128]

San Gregorio de Nisa, c. 380 A.D.: “¡Apresúrense, O ovejas, hacia el signo de la


cruz y el Sello [Bautismo] que os salvará de vuestra miseria!”cxxix[129]

San Clemente de Alexandrina, 202 A.D.:

“Cuando somos bautizados, somos iluminados. Siendo iluminados, somos


adoptados como hijos... Esta obra es variosamente llamada gracia, iluminación,
perfección, lavado. Es un lavado por cual somos limpiados de pecados...”cxxx[130]

Orígenes, 244 A.D.:

“La Iglesia recibió de los Apóstoles la tradición de dar bautismo aun a


infantes... hay en todos las manchas innatas de pecado, que deben ser quitadas
lavando por agua y el Espíritu.”cxxxi[131]
San Aphraates, el más antiguo de los Padres Syrianos, escribe en 336 A.D.:

“Esto, entonces, es fe: que un hombre cree en Dios ... Su Espíritu ... Su Cristo ...
También, que un hombre cree en la resurrección de los muertos; y además, que
cree en el Sacramento de Bautismo. Esta es la creencia de la Iglesia de
Dios.”cxxxii[132]

El mismo Padre Syriano además escribe:

“Porque de bautismo recibimos el Espíritu de Cristo... Porque el Espíritu es


ausente de todos nacidos de la carne, hasta vienen al agua de
renacimiento.”cxxxiii[133]

Aquí vemos en los escritos de San Aphraates la misma enseñanza de Tradición


sobre la necesidad absoluta de bautismo de agua para la salvación basado en las
palabras de Cristo en Juan 3:5.
San Cirilo de Jerusalén, 350 A.D.:

“Él dice, ‘Sino un hombre renaciere’ – y añade las palabras ‘de agua y el Espíritu’ –
no puede entrar al Reino de Dios... si un hombre sea virtuoso en sus hechos, pero
no recibe el sello por medio del agua, ¿entrará él en el reino del cielo? Una
palabra audaz, pero no mía; porque es Jesús que la ha declarado.”cxxxiv[134]

Vemos que San Cirilo continua la Tradición apostólica que ninguno entra en el
cielo sin ser renacido de agua y el Espíritu, basado otra vez sobre un entendimiento
absoluto de las mismas palabras de Nuestro Señor en Juan 3:5.

San Basilio el Grande, c. 355 A.D.:

“Como es que somos Cristianos? Por fe, todos responderán. Como somos
salvos? Por ser renacidos en la gracia de bautismo... Porque es la misma
pérdida para alguno salir de esta vida sin bautizar, que recibir ése bautismo
de que una cosa de lo que ha sido trasmitido ha sido omitida.”cxxxv[135]

San Gregorio de Elvira, 360 A.D.:

“Cristo se llama Red, porque por Él y en Él los diversos multitudos de gentes


están recogidos del mar del mundo, por el agua de Bautismo y a la Iglesia,
donde está hecha una distinción entre los buenos y los malos.”cxxxvi[136]

San Efraim, 366 A.D.:

“Esto la Más Santa Iglesia Católica profesa. En esta misma Santa Trinidad Ella
bautiza a la vida eterna.”cxxxvii[137]
Papa San Damaso, 382 A.D.:

“Esta, pues, es la salvación de Cristianos: que creyendo en la Trinidad, eso es,


en el Padre, y en el Hijo y en el Espíritu Santo, y bautizados en ella...”cxxxviii[138]

San Ambrosio, 387 A.D.:

“... nadie asciende al reino del cielo excepto por el Sacramento de


Bautismo.”cxxxix[139]

San Ambrosio, 387 A.D.:

“‘Sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu, él no puede entrar al reino


de Dios.’ Nadie es exceptuado: ni el infante, ni el uno prevenido por alguna
necesidad.”cxl[140]

San Ambrosio, De mysteriis, 390-391 A.D.:


“Habéis leido, empero, que los tres testigos en Bautismo son uno: agua, sangre,
y el espíritu; y si quiteis cualquier uno de estos, el Sacramento de Bautismo no
es válido. ¿Porque que es agua sin la cruz de Cristo? Un elemento común sin
cualquier efecto sacramental. Ni por otra parte hay ningún misterio de
regeneración sin agua: porque ‘sino un hombre renaciere de agua y del
Espíritu, él no puede entrar al reino de Dios.’ [Juan 3:5] Aun un catecumeno
cree en la cruz del Señor Jesús, con la cual también es signado; pero, sino sea
bautizado en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, no puede
recibir la remisión de pecados ni ser recipiente del regalo de gracia espiritual.”cxli[141]

San Juan Crisóstomo, 392 A.D.:

“¡Llorad por los incrédulos; llorad por los que no difieren nada de ellos, los que
salen sin iluminación, sin el sello! ... Están fuera de la ciudad real... con los
condenados. ‘Amen, te digo, si alguno no es nacido de agua y el Espíritu, él
no entrará al reino del cielo.’”cxlii[142]

San Agustín, 395 A.D.:

“... Dios no perdona pecados excepto a los bautizados.”cxliii[143]

Papa San Inocente, 414 A.D.:

“Pero lo que Tu Fraternidad asevera que los Pelagianos predican, que aun sin
la gracia de Bautismo infantes pueden recibir los premios de vida eterna, es
muy idiota.”cxliv[144]
Papa San Gregorio el Grande, c. 590 A.D.:

“Remisión de pecado es conferido a nosotros sólo por el bautismo de


Cristo.”cxlv[145]

Teofiláctus, Patriarco de Bulgaria, c. 800 A.D.:

“El que creyere y fuere bautizado, será salvo. No es suficiente creer; él que cree, y
ya no es bautizado, sino está sólo un catecumeno, ya no ha adquirido
completamente la salvación.”cxlvi[146]

Muchos otros pasajes podrían ser citados de los padres, pero es un hecho que los
Padres de la Iglesia están unánime desde el principio de la era apostólica que
absolutamente nadie puede ser salvo sin recibir el Sacramento de Bautismo, basado en
las palabras de Jesucristo en Juan 3:5. El eminente Erudito Patrístico P. Guillelmo
Jurgens, quien literalmente ha leido miles de textos de los padres, fue forzado a confesar
la siguiente (aunque él cree en bautismo de deseo) en su colección de tres volúmenes
sobre los Padres.
P. Guillelmo Jurgens: “Si no fuera una tradición constante en
los Padres que el mensaje Evangélico que ‘Sino un hombre
renaciere de agua y el Espíritu Santo, él no puede entrar al
reino de Dios’ debe ser entendido absoluto, sería fácil decir
que Nuestro Salvador simplemente no estimó pertinente
mencionar las obvias excepciónes de ignorancia invencible y
imposibilidad física. Pero la tradición en realidad existe; y
probablemente sea encontrado tan constante para constituir
revelación.”cxlvii[147]

El eminente erudito P. Jurgens reconoce aquí tres cosas importantes:

1) Los Padres están constantes en su enseñanza que Juan 3:5 es absoluto sin
excepciónes; eso es, absolutamente nadie entra al cielo sin ser renacido de agua
y el Espíritu;
2) Los Padres están tan constantes sobre este punto que probablemente constituye
revelación divina, sin aun considerar la infalible enseñanza de los Papas;
3) La enseñanza constante de los Padres que todos deben recibir bautismo de agua
para salvación en luz de Juan 3:5 excluye excepciónes por los casos de
“ignorancia invencible” y “imposibilidad física.”

Y basado en esta verdad, declarada por Jesús en el Evangelio (Juan 3:5), trasmitida
por los Apóstoles y enseñada por los padres, la Iglesia Católica ha definido
infaliblemente como dogma (como ya hemos visto) que absolutamente nadie entra al
cielo sin el Sacramento de Bautismo.

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, Canon 5 sobre el


Sacramento de Bautismo, ex cathedra: “Si alguno dijere que
bautismo es opcional, eso es, no necesario para la salvación
(Juan 3:5): sea anatema.”cxlviii[148]

Pero, como en muchas otras cuestiónes, todos los padres no permanecían


consistentes con sus propias afirmaciónes de la necesidad absoluta de bautismo de
agua para la salvación.

TODOS LOS PADRES NO PERMANECÍAN CONSISTENTES CON SUS


PROPIAS AFIRMACIÓNES

A pesar del hecho que hay una tradición constante desde el principio que
absolutamente nadie es salvo sin bautismo de agua, todos los padres no siempre
permanecían consistentes con sus proprias afirmaciónes sobre este punto. Y eso es
donde encontramos las teorías de “bautismo de sangre” y “bautismo de deseo,” cada
cual será tratada a su vez. Pero debe ser entendido que los padres de la Iglesia estaban
equivocados y inconsistentes con su propia enseñanza y la Tradición apostólica sobre
muchos puntos – porque eran hombres falibles que cometían muchas faltas.

P. Guillelmo Jurgens: “... debemos acentuar que un texto patrístico particular


[una declaración particular de un padre] nunca debe ser entendido como una
‘prueba’ de una doctrina particular. Dogmas no son ‘probados’ por
declaraciónes patristicas, sino por los infalibles instrumentos enseñadores de
la Iglesia. El valor de los Padres y escritores es esto: que en conjunto [eso es,
en total], demuestran lo que la Iglesia cree y enseña; y otra vez, en conjunto,
[eso es, en total], rinden testimonio al contenido de Tradición, la misma
Tradición que es un vehículo de revelación.”cxlix[149]

Los padres de la Iglesia sólo están un testimonio definitivo a la Tradición cuando


expresan un punto mantenido universalmente y constantemente o cuando expresan
algo que está de acuerdo con dogma definido. Mirados individualmente o aun en
multiplicidad, pueden estar totalmente equivocados y aun peligrosos. San Basilio el
Grande dijo que el Espíritu Santo es segundo al Hijo de Dios en orden y dignidad, en
un horrible y aun herético intento de explicar la Santa Trinidad.

San Basilio (363): “El Hijo no es, sin embargo, secundo al Padre en natura,
porque la Divinidad es una en cada uno de ellos, y claramente, también, en el
Espíritu Santo, aun si en orden y dignidad Él es segundo al Hijo (¡sí, esto
concedemos!), aunque no en tal manera, es claro, que Él fuera de otra
natura.”cl[150]

Cuando San Basilio dice arriba que la Divinidad es Una en Padre, Hijo, y Espíritu
Santo, está afirmando correctamente la Tradición universal y apostólica. Pero cuando
dice que el Espíritu Santo es segundo en dignidad al Hijo deja de permanecer
consistente con esta Tradición y cae en error (herejía material, de hecho). Y los padres
hicieron innumerables errores intentando defender o articular la Fe.

San Agustín escribió un entero libro de correcciónes. San Fulgencio y una multitud
de otros, incluyendo a San Agustín, mantenían que fue cierto que infantes que mueren
sin bautismo descienden a los fuegos del infierno, una posición luego condenada por el
Papa Pío VI. Como Papa Pío VI confirmó, infantes sin bautizar van al infierno, pero a
un lugar en el infierno donde no hay fuego.cli[151]

Pero San Agustín era tan franco en favor de este error que llegó a ser la común y
basicamente indesafiada enseñanza por más que 500 años, según La Enciclopedia
Católica.

La Enciclopedia Católica, Vol. 9, “Limbo,” p. 257: “Sobre la cuestión especial,


sin embargo, del castigo de pecado original después de la muerte, San
Anselmo era unido con San Agustín al mantener que infantes sin bautizar
comparten los positivos sufrimientos de los condenados; y Abelardo era el
primér que rebeló contra la severidad de la tradición Agustina sobre este
punto.”clii[152]
Esto es porque Católicos no forman conclusiones definitivas doctrinales de la
enseñanza de un padre de la Iglesia o un puñado de padres; un Católica sigue la
infalible enseñanza de la Iglesia proclamada por los Papas; y un Católico asiente a la
enseñanza de los padres de la Iglesia cuando están de acuerdo universal y constante
desde el principio y de acuerdo con la enseñanza Católica dogmática.

Papa Benedicto XIV, Apostolica (# 6), 26 Junio 1749: “El juicio


de la Iglesia es preferable a el de un Doctor afamado por su
santidad y enseñanza.”cliii[153]

Errores de las Jansenistas, #30: “Cuando alguno encuentre una


doctrina claramente establecida en Agustín, absolutamente
puede mantenerla y enseñarla, desatendiendo toda bula del
papa.” – Condenado por Papa Alexandro VIIIcliv[154]
Papa Pío XII, Humani generis (# 21), 12 Agosto 1950: “Este
depósito de fe nuestro Divino Redentor ha dado para
interpretación auténtica no a cada uno de los fieles, no aun a
teólogos, sino sólo a la Autoridad Magistral de la
Iglesia.’”clv[155]

La Iglesia Católica reconoce infalibilidad en ningún santo, teólogo, o padre de la


Iglesia antigua. Es solamente un Papa operando con la autoridad del Magisterio que es
protegido por el Espíritu Santo de enseñar error sobre fe o moralidad. Pues, cuando
examinamos y mostramos como eclesiásticos han errado sobre los temas de bautismo
de deseo y sangre, esto es 100% consistente con la enseñanza de la Iglesia, que siempre
ha reconocido que cualquier eclesiástico, no importa qué admirable, puede hacer
errores, aun unos significantes. Finalmente, después de tratar de bautismo de deseo y
sangre, citaré a un Papa, quien también es un Padre de la Iglesia antigua, cuya
enseñanza termina todo el debate sobre el asunto. Ya procedo a tratar bautismo de
sangre y bautismo de deseo.

LA TEORÍA DE BAUTISMO DE SANGRE - UNA TRADICIÓN DE


HOMBRE

Un pequeño número de los padres – aproximadamente 8 de un total de cientos –


son citados en favor de lo que se llama “bautismo de sangre,” la idea que un
catecúmeno (eso es, uno preparando para recibir el Bautismo Católico) que derramó su
sangre por Cristo podría ser salvo sin haber recibido Bautismo. Es crucial notar en el
principio que ninguno de los padres consideró a nadie excepto un catecúmeno como
una posible excepción a la necesidad de recibir el Sacramento de Bautismo; todos
condenarían y rechazarían por herética y extraña de la enseñanza de Cristo la herejía
moderna de “ignorancia invencible” salvando a los que mueren no Católicos. Pues,
de los padres, aproximadamente 8 son citados en favor de bautismo de sangre para
catecúmenos. Y, solo un padre de cientos, San Agustín, puede ser citado enseñando
claramente lo que hoy se llama “bautismo de deseo”: la idea que un catecúmeno
puede ser salvo por su deseo explícito para el bautismo de agua. Esto signífica que con
la excepción de San Agustín, todos los pocos padres que creyeron en bautismo de
sangre en realidad rechazaron el concepto de bautismo de deseo. Mira a San Cirilo de
Jerusalén, por ejemplo.

San Cirilo de Jerusalén, 350 A.D.: “Si cualquier hombre no reciba el bautismo,
no recibe la salvación. La unica excepción es los mártires...”clvi[156]

Aquí vemos que San Cirilo de Jerusalén creía en bautismo de sangre, pero rechazó
bautismo de deseo. San Fulgencio expresó la misma.

San Fulgencio, 523: “Desde ése tiempo en que Nuestro Salvador dijo: “Si alguno
no sea renacido de agua y el Espíritu, él no puede entrar al reino del cielo,’ nadie
puede, sin el sacramento de bautismo, excepto los que, en la Iglesia Católica, sin
Bautismo derraman su sangre por Cristo...”clvii[157]

Aquí vemos que San Fulgencio creía en bautismo de sangre pero rechazó la idea de
bautismo de deseo. Y lo que es irónico y particularmente deshonesto es que los
apologéticos por bautismo de deseo (como los sacerdotes de la Sociedad de San Pío X)
citan estos textos patrísticos (como los dos arriba) en libros escritos para probar
bautismo de deseo, sin señalar a sus lectores que estos pasajes en realidad niegan
bautismo de deseo; porque podemos ver que San Fulgencio, mientras expresa su
creencia en bautismo de sangre, rechaza bautismo de deseo, solamente admitiendo a
mártires por una posible excepción de la ley de bautismo. (Que diría San Fulgencio
sobre la versión moderna de la herejía de bautismo de deseo, también enseñada por
tales sacerdotes de la SSPX, SSPV, CMRI, etc. según la cual Judíos, Musulmánes, y
paganos pueden ser salvos sin Bautismo?)

San Fulgencio, De la Remisión de Pecados, 512 A.D.: “Alguno que está fuera de
esta Iglesia, que recibió las llaves del reino del cielo, está caminando un
sendero no al cielo sino al infierno. No se acerca al hogar de vida eterna; más
bien, se apresura al tormento de muerte eterna.”clviii[158]

San Fulgencio, La Regla de Fe, 526 A.D.: “Ten firmissime y nunca duda en lo más
minimo que no sólo todos los paganos sino también todos los Judíos y todos
los herejes y cismáticos que terminen esta presente vida fuera de la Iglesia
Católica ya irán en el fuego eterno preparado para el diablo y sus
angeles.”clix[159]

Podemos ver que San Fulgencio – como todos los otros padres – habría condenado
severamente a los herejes modernos que mantienen que los que mueren no Católicos
pueden ser salvos.
Pero lo más interesante sobre esto es que en el mismo documento en que San
Fulgencio expresa su error sobre bautismo de sangre (ya citado), él comete un error
diferente y importante.

San Fulgencio, 523: “Ten firmissime y nunca duda en lo más minimo que no
sólo hombres que tienen el uso de razón pero aun infantes que... salen de este
mundo sin el Sacramento de santo Bautismo... serán castigados en el
perdurable tormento de fuego eterno.”clx[160]

San Fulgencio dice “Ten firmissime y nunca duda” que infantes que mueren sin
bautismo “serán castigados en el perdurable tormento de fuego eterno.” Esto es falso.
Infantes que mueren sin bautismo descienden al infierno, pero a un lugar en el infierno
donde no hay fuego (Papa Pío VI, Auctorem Fidei).clxi[161] San Fulgencio así muestra que
su opinión en favor de bautismo de sangre es muy falible por cometer otro error en el
mismo documento. Es muy notable, de hecho, que en casi toda instancia cuando un
padre de la Iglesia o alguien otro expresa su error sobre bautismo de sangre o
bautismo de deseo que la misma persona comete un otro error importante en la
misma obra, como veremos.

Es importante también notar que algunos de los padres usan el término “bautismo
de sangre” para descibir el martirio Católico de uno ya bautizado, no como un posible
remplazo por bautismo de agua. Esto es el unico uso legítimo del término.

San Juan Crisóstomo, Panegírico de San Luciano, 4to Siglo A.D.:


“No sean sorprendidos que llamo martirio un Bautismo; porque aquí también
el Espíritu viene con gran prisa y hay una quita de pecados y una maravillosa
limpieza del alma; y asimismo que los que reciben bautismo están lavados en
agua, también los que están martirizados están lavados en su propia
sangre.”clxii[162]

San Juan aquí está describiendo el martirio de un sacerdote San Luciano, una
persona ya bautizada. No está diciendo que martirio remplace el bautismo. San Juan
Damasceno lo describe en la misma manera:

San Juan Damasceno:


“Estas cosas eran bién entendidas por nuestros santos y inspirados padres -- así
ellos se esforzaban, después de Santo Bautismo, para mantenerse...
desmanchados. Así algunos de ellos también proponían recibir otro Bautismo:
Quiero decir lo que es por sangre y martirio.”clxiii[163]

Esto es importante porque muchos deshonestos eruditos hoy (como los sacerdotes
de la Sociedad de San Pío X) tergiversan la enseñanza sobre este punto; ellos citan un
pasaje sobre bautismo de sangre donde San Juan está simplemente hablando de
bautismo de sangre como un martirio Católico para uno ya bautizado, y ellos lo
presentan como si la persona estuviera enseñando que martirio puede remplazar el
bautismo – cuando tal cosa no está dicha en ningún lugar.
Algunos se pregunten porque el término bautismo de sangre fue usado en absoluto.
Creo que la razón porque el término “bautismo de sangre” fue usado por unos de los
padres era porque Nuestro Señor describió Su sucediendo pasión como un bautismo
en Marco 10:38-39.

[Marco 10:38-39]: “Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del
cáliz que yo bebo, o ser bautizados del bautismo de que yo soy bautizado? Pero ellos le
dijeron: Podemos. Y Jesús les dijo: De verdad, del cáliz que yo bebo, beberéis; y del
bautismo de que soy bautizado, seréis bautizados.”

Vemos en el antedicho pasaje que Nuestro Señor, aunque ya bautizado por San
Juan en el Jordán, refiere a un otro bautismo que Él debería recibir. Esto es Su martirio
en la cruz, no un sustituto por bautismo de agua. Es Su “segundo bautismo,” si
quieres, no su primero. Así, bautismo de sangre es describido por Nuestro Señor en la
misma manera que San Juan Damasceno, no para significar un sustituto bautismo para
una persona sin bautizar, sino más bien un martirio Católico que remite toda culpa y
castigo debido a pecado.

El término bautismo es usado en una variedad de maneras en las Escrituras y por los
Padres de la Iglesia. Los bautismos: de agua, de sangre, del espíritu, de Moisés, y de
fuego son todos términos que han sido utilizado por Padres de la Iglesia para
caracterizar ciertas cosas, pero no necesariamente para describir que un mártir sin
bautizar puede alcanzar la salvación. Lee el versículo de escritura en que el término
bautismo es usado para los antepasados del Antiguo Testamento:

[1 Cor. 10:2-4]: “Y todos en Moisés fueron BAUTIZADOS, en la nube, y en la mar: Y


todos comieron la misma vianda espiritual, Y todos bebieron la misma bebida espiritual:
(y bebían de la piedra espiritual que los seguía, y la piedra era Cristo.)”

Creo que este explica porque un número de padres erraban por creer que bautismo
de sangre suple el lugar de bautismo de agua. Ellos reconocían que Nuestro Señor
referió a Su propio martirio como un bautismo, y ellos concluían erradamente que
martirio por la verdadera fe puede servir para un sustituto por ser renacido de agua y
el Espíritu Santo. Pero la realidad es que no hay ningunas excepciónes a las palabras
de Nuestro Señor en Juan 3:5, como la infalible enseñanza de la Iglesia Católica
confirma. Ninguno de buena voluntad que está dispuesto para derramar la sangre
por la verdadera fe no sea dejado sin estos salvadores aguas. No es nuestra sangre,
sino la sangre de Cristo en la Cruz, comunicada a nosotros en el Sacramento de
Bautismo, que nos libera del estado de pecado y nos permite entrar al reino del cielo
(más de esto luego).

Papa Eugenio IV, “Cantate Domino,” Concilio de Florencia, ex


cathedra: “Nadie puede ser salvo, no importa cuanto ha dado
en limosnas y aun si ha derramado sangre por el nombre de
Cristo, a menos que haya perseverado en el seno y la unidad
de la Iglesia Católica..”clxiv[164]

DOS DE LAS PRIMERAS DECLARACIÓNES SOBRE BAUTISMO DE


SANGRE

De los pocos padres que pueden ser citados en favor de bautismo de sangre siendo
un posible remplazo por Bautismo real, las dos primeras declaraciónes in defensa de la
idea vienen de San Cipriano y Tertuliano.

San Cipriano, A Jubaianus (254): “Catecúmenos que sufren martirio antes que
han recibido Bautismo con agua no son privados del Sacramento de
Bautismo. Más bien, están bautizados con el más glorioso y grandissimo
Bautismo de Sangre...”clxv[165]

Examinemos este pasaje. Al enseñar bautismo de sangre, nota que San Cipriano
comete un error importante en la misma frase. Dice:

“catecúmenos que sufren martirio antes que han recibido Bautismo con agua no son
privados del Sacramento de Bautismo.”

Esto es completamente falso, aun del punto de vista de los propugnadores de


bautismo de sangre/deseo. Todos los propugnadores de bautismo de deseo y sangre
facilmente confiesan que ninguno es un sacramento, porque ninguno confiera el
indeleble carácter del Sacramento de Bautismo. Por siguiente, aun los más vigorosos
propugnadores de bautismo de sangre admitirían que la declaración aquí de San
Cipriano es falsa. Pues, en la misma FRASE en que San Cipriano enseña el error de
bautismo de sangre, comete una falta importante al explicarlo – lo llama “el
Sacramento de Bautismo.” ¿Que más prueba es necesaria para demostrar a los
liberales que la enseñanza de padres individuales no es infalible y no representa la
Tradición universal y aun puede ser peligroso, mantenida obstinadamente? ¿Porqué
citan tales pasajes errados para intentar “enseñar” a los fieles cuando a ellos aun no les
acuerdan?

¡Además, los errores de San Cipriano en este mismo documento (A Jubaianus) no


terminan aquí! En el mismo documento, San Cipriano enseña que herejes no pueden
conferir un bautismo válido.

San Cipriano, A Jubaianus (254): “... respecto de lo que yo pensaría sobre el asunto del
bautismo de herejes... Este bautismo no podemos considerar válido...”clxvi[166]

Esto también es falso, ya que el Concilio de Trento definió que herejes, si observen
las correctas materia y forma, confieren bautismo válido. ¡Pero San Cipriano en
realidad mantenía que fue de Tradición apostólica que herejes no podrían conferir un
bautismo válido! Y esta falsa idea fue opuesta por el entonces Papa (San Stéfano) y
luego condenada por la Iglesia Católica. ¡Tanto por la afirmación que la carta de San
Cipriano A Jubaianus es una cierta representación de Tradición apostólica! De hecho,
San Cipriano y 30 otros obispos declararon en un concilio regional en 254 A.D.:

“Nosotros... juzgando y manteniendo por cierto que nadie más allá del límite [eso es,
fuera la Iglesia] puede ser bautizado...”clxvii[167]

Esto otra vez prueba el punto: Jesucristo sólo dió infalibilidad a San Pedro y sus
sucesores (los Papas).

“Dijo el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandaros


como trigo: Mas yo he rogado por ti, que tu fe no falte: y tú, una vez vuelto,
confirma a tus hermanos.” (Lucas 22:31-32)

Jesucristo no les dió fe infalible a obispos, teólogos o padres de la Iglesia; sólo la dió
a Pedro y sus sucesores cuando hablan de la Cátedra de Pedro o cuando proponen una
doctrina a los fieles por ser creida como divinamente revelada.

Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, ex cathedra:


“Así que este don de verdad Y UNA FE INFALIBLE FUE DIVINAMENTE
CONFERIDO SOBRE PEDRO Y SUS SUCESORES EN ESTA
CÁTEDRA...”clxviii[168]

Un otro padre antiguo que es frecuentemente citado en favor de bautismo de


sangre es Tertuliano. La suya es la más antigua declaración recordada que enseña
bautismo de sangre.

Tertuliano, De Bautismo, 203 A.D.: “Si podrían ser lavados en aqua, ellos
necesariamente deben ser por sangre. Esto es el Bautismo que remplaza lo de la
fuente, cuando no ha sido recibido, y lo restaura cuando ha sido perdido.”clxix[169]

Pero ¿sabes qué? En la misma obra en que Tertuliano expresa su opinión en favor
de bautismo de sangre, también comete un error diferente y importante. ¡Dice que
infantes no deberían ser bautizados hasta que han madurado!

Tertuliano, De Bautismo, 203 A.D.: “Conforme a circunstancia y disposición y


aun edad de la persona individual, puede ser mejor demorar el bautismo; y
especialmente en el caso de niños pequeños... Que vengan, entonces, mientras
maduran...”clxx[170]

Esto se contradice con la universal Tradición Católica, recibida de los apóstoles, y la


siguiente infalible enseñanza de los Papas, que infantes deben ser bautizados lo antes
posible.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, ex cathedra: “Con respecto de niños...


santo bautismo no debe ser demorado...”clxxi[171]
Pero más que esto, en la misma obra De Bautismo, Tertuliano de verdad afirma la
enseñanza universal de Tradición sobre la necesidad absoluta de bautismo de agua, al
contrario de la idea de bautismo de sangre.

Tertuliano, De Bautismo, 203: “... es de hecho prescribido que nadie puede


alcanzar la salvación sin Bautismo, especialmente en vista de ésa declaración
del Señor, quien dice: ‘Sino un hombre renaciere de agua, él no tendrá vida’
[Juan 3:5]...”clxxii[172]

Por lo tanto, los que piensan que bautismo de sangre es una enseñanza de la Iglesia
Católica simplemente porque este error fue expresado por un pequeño número de
padres son simplemente equivocados. Tantos o más padres mantenían que infantes sin
bautizar sufren los fuegos del infierno y que herejes no pueden bautizar válidamente.
La teoría de bautismo de sangre no fue mantenida universalmente ni constantemente
en Tradición Católica y nunca ha sido enseñada ni mencionada por ningún Papa,
ningún Concilio, ni en ninguna Encíclica Papal.

¿SANTOS SIN BAUTIZAR?

Una de las más fuertes objeciónes de propugnadores de bautismo de deseo/sangre


es la afirmación que la Iglesia Católica reconoce a santos que nunca recibieron el
Sacramento de Bautismo. La respuesta a esto es que la Iglesia Católica nunca ha
reconocido que hay santos en el cielo sin bautizar. Unos historiadores han escrito
relatos de las vidas de ciertos santos en que estos santos murieron sin bautismo de agua
- por “bautismo de sangre”; pero las afirmaciónes de estos historiadores no prueban
nada.

No toda la información relacionada sobre las muertes de mártires es exacta. Por


ejemplo, “Según San Ambrosio, Prudentio y Padre Butler, Santa Agnes fue descabezada.
Otros habían dicho que ella [Santa Inez] fue quemada a la muerte. Nuestro punto es que no
toda la información dada en la narrativa del martirio es necesariamente exacta,
consistente, ni completa.”clxxiii[173]

Papa San Gelasio, Decreto, 495: “Asimismo los hechos de los santos mártires...
[cuales] con cautela notable no están leidos en la santa Iglesia Romana...
porque los nombres de ellos que los escribieron están totalmente
desconocidos... no sea que se presente una ocasión de burla.”clxxiv[174]

Papa San Gelasio está diciendo aquí que las obras y los hechos registrados de los
mártires están inciertos. Sus autóres están desconocidos, los relatos pueden contener
errores, y no estaban hasta leidos en la santa Iglesia Romana para evitar posible
escándalo o burla que podrían surgir de algunas declaraciónes falsas contenidas allí.
De hecho, en su obra La Era de Mártires, el afamado historiador de la Iglesia Abad José
Ricciotti dice: “Por guias tenemos documentos apropriados. Estos, sin embargo, como ya
hemos visto, son frecuentemente inciertos y nos llevaría completamente fuera del
camino. Especialmente desconfiables son los Hechos o Pasiónes de mártires.”clxxv[175]
La infalible enseñanza de la Iglesia Católica, por otra parte, es absolutamente confiable,
y nunca ha enseñado que almas pueden ser salvas sin el Sacramento de Bautismo por
“bautismo de sangre.” Por lo tanto, en breve, no hay ninguna prueba que cualquier
santo martirizado por la Fe Católica nunca recibió el Sacramento de Bautismo.

LOS CUARENTA MÁRTIRES DE SEBASTE

Un ejemplo de como los propugnadores de bautismo de sangre erran en esta tema


es su afirmación que el cuadragésimo martir de Sebaste fue sin bautizar. Dicen que fue
sin bautizar, pero que se unió con los otros treinta y nueve mártires y se heló a la
muerte por Cristo en el lago. La realidad es que no hay ninguna prueba que el
cuadragésimo martir de Sebaste fue sin bautizar, cuyo identidad es desconocido. Los
relatos del cuento revelan que él “clamó a gran voz que fue Cristiano,” probablemente
porque ya era un Católico bautizado que estuvo espoleado a martirio por el ejemplo de
los otros treinta y nueve. Además, en la Martirología Romana bajo la fecha del 9 de
Septiembre, leemos:

“En Sabaste en Armenia, San Severiano, un soldado del Emperador Licinio.


Por visitar frecuentemente a los Cuarenta Mártires en la prisión, fue
suspendido en el aire con una piedra atada a las pies por orden del gubernador
Lysias...”clxxvi[176]

Es cierto que Severiano no fue el cuadragésimo martir (de la fecha y las


circunstancias de su muerte), pero vemos de este relato que otras personas y soldados
podrían visitar a los Cuarenta en la prisión. Por siguiente, los Cuarenta Mártires
facilmente podrían haber bautizado a algunos soldados que mostraran interés y
compasión con su causa, incluyendo al uno que se juntó a ellos finalmente (si ya no fuera
bautizado). Así, no hay nada que prueba que el cuadragésimo martir fue sin bautizar,
y sabemos que sí fue de la verdad de nuestra Fe. La misma puede ser dicha en todos los
aproximadamente 20 casos presentados por los propugnadores de bautismo de sangre.

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22 Nov. 1439, ex cathedra: “Y
porque la muerte entró al universo por el primér hombre, ‘sino renazcamos de agua
y el Espíritu, no podemos,’ como la Verdad dice, ‘entrar al reino del cielo’ [Juan 3:5].
La materia de este sacramento es agua real y natural.”clxxvii[177]

Citaré al pie de la letra del Hermano Roberto María, en Padre Feeney y La Verdad
Sobre la Salvación (pp. 173-175), que esclarece parte de la confusión que encierra esta
tema:

“Ya examinamos la evidencia historica presentada por ellos que afirman


que ‘bautismo de sangre’ es un sustituto por, aun mejor que, el sacramento de
bautismo. Esta evidencia es encontrada en los varios escritos que han sido
trasmitidos a nosotros sobre los siglos como está recordada en varias
martirologías, hechos de los martires, vidas de los santos y fuentes similares.
La información más concisa sobre los martires está encontrada en martirologías.
“La presente Martirología Romana es un catálogo de santos honrados
por la Iglesia, no sólo los martirizados por la Fe. Apareció primero en 1584, y
fue derivada de martirologías antiguas que existían en el cuarto siglo, más que
documentos oficiales y inoficiales extraidos de hechos de los martires fechados
del segundo siglo. Ha sido revisada varios veces desde su primera
compilación. Cuando fue designado para revisar los antiguos relatos, San
Roberto Bellarmino mismo tuvo que estar refrenado de demasiados escépticos
supresiónes editoriales.
“Primero, no fue la intención de los que primeramente reportaron las
circunstancias de las muertes de los martires proveer información de que
‘registros bautismales’ luego podrían ser compilados. Si el cronicador no
hace ninguna mención del Bautismo del mártir, no necesariamente signífica
que nunca fue bautizado. Un buen ejemplo es San Patricio. Él no fue un
martir, pero su Bautismo nunca fue recordado. Pero, todavía sabemos
positivamente que recibió el sacramento porque fue un obispo.
“Por siguiente, aun si un cronicador diga positivamente que un martir
no había sido bautizado, debe ser entendido significar que ‘no fue recordado’
por haber sido bautizado. En esos tiempos especialmente, ninguna persona
podría esperar saber con certeza que alguien no había sido bautizado.
“Tercero, si un cronicador diga que un martir fue ‘bautizado en su
propia sangre’, esto no automaticamente precluya (elimine) recibimiento
anterior del sacramento por agua. Cuando Cristo referió a Su sucedenda
Pasión como un ‘Bautismo’, Él ya había sido bautizado por San Juan en el
Jordán.
“Cuarto, ‘bautismo de sangre’ debe ser entendido como el mejor acto de
amor de Dios que un hombre puede hacer. Dios lo recompensa con admisión
directa al cielo por ellos que ya están bautizados y dentro de la Iglesia: sin
purgatorio -- es una confesión perfecta. Si fuera capáz de sustituir por algún
sacramento, sería el sacramento de Penitencia, porque Penitencia no obliga
con una necesidad de medio, sino de precepto solo.
“En su libro Historia de la Iglesia, Padre Juan Laux, M.A., escribe:

‘Si él [el Cristiano] fuera destinado a perder la vida, había sido enseñado
que martirio fue un segundo Bautismo, que quitó lavando a toda
mancha, y que el alma del martir fue seguro en admisión inmediata a la
felicidad perfecta del cielo.’

“Quinto, cuando un martir está llamado un ‘catecúmeno,’ no siempre


signífica que ya no estuvo bautizado. Un catecúmeno era una persona
aprendiendo la Fe, como un estudiante en una clase llamada un catecumenado,
bajo un maestro llamado un catecumenador. Que estudiantes continuaban en
la clase aun después que estuvieron bautizados es confirmado
concluyentemente por estas palabras de San Ambrosio a sus catecúmenos: “Yo
sé muy bien que muchas cosas todavía deben ser explicadas. A vosotros puede
aparecer extraño que no os fue dada una enseñanza completa sobre los
sacramentos antes que estuvisteis bautizados. Sin embargo, la antigua
disciplina de la Iglesia nos prohibe revelar los misterios Cristianos a los no
iniciados. Porque el entero significado de los sacramentos no puede ser
entendido sin la luz que ellos mismos difunden en sus corazónes.” (De los
Misterios y De los Sacramentos, San Ambrosio)

Aunque los sin bautizar nunca fueron considerados parte de los fieles hasta fueron
bautizados (siempre eran requeridos salir antes de la Misa de los Fieles), Hno. Roberto
María está ilustrando que algunas personas recién bautizadas, que todavía estaban
recibiendo instrucción, de vez en cuando estaban llamadas “catecúmenos.”

Papa San Silvestre I, Primero Concilio de Nicea, 325 A.D., Can. 2: “Porque un
catecúmeno necesita tiempo y más probación despues del bautismo...”clxxviii[178]

Según la Tradición, la Iglesia no revelaba ciertas cosas excepto a los iniciados (los
bautizados). Así, después que una persona fue bautizado, él o ella frecuentemente
continuaba la instrucción catecumenal, y por siguiente a veces fue llamada un
“catecúmeno.” El hecho que hay una distinción entre catecúmenos sin bautizar y
catecúmenos bautizados es implícito en la siguiente citación del Concilio de Braga en
572.

Concilio de Braga, 572, Canon xvii: “Ni la comemoración de Sacrificio


[oblationis] ni el servicio de salmodia [psallendi] no debe ser empleado por
catecúmenos que han muerto sin bautizar.”clxxix[179]

Si los describidos como “catecúmenos” siempre fueran sin bautizar, entonces no


sería ninguna necesidad por el Concilio decir que ni salmodia ni sacrificio no debe ser
empleado por catecúmenos “que han muerto sin bautizar.” Por lo tanto, el hecho que
la Martirología Romana describe a unos pocos Santos como “catecúmenos” no prueba
que fueron sin bautizar, aunque el término “catecúmeno” usualmente signífica sin
bautizar. Además, la Martirología Romana no es infalible y contiene errores historicos.

Donald Attwater, Un Diccionario Católico, p. 310: “Una declaración historica en


la ‘Martirología’ como tal no tiene ninguna autoridad... Un número de
artículos en la Martirología Romana son encontrados inaceptables cuando
están probados así.”clxxx[180]

Dom Prosper Guéranger, uno de los liturgistas más celebrados en la historia de


la Iglesia, corrige ciertos errores en el Breviario Romano:

Dom Prosper Guéranger, El Año Litúrgico, Vol. 8 (Sts. Tiburtius, etc.), p. 315:
“La solemnidad del 22 de Noviembre, antes precedida por una vigilia, está
notada en el breviario Romano como el día de su [Santa Cecilia] martirio; es,
en realidad, el aniversario de su basílica magnífica en Roma.”clxxxi[181]

Sigo con la citación de Hno. Roberto María:

“Sexto, en ésos días, un Bautismo formal era un ceremonio muy


impresionante administrado por el obispo. Sin embargo, la Iglesia siempre ha
enseñado que, en caso de necesidad, alguna persona de cualquier sexo que ha
cumplido la edad de razón, Católica o no Católica, puede bautizar por usar las
palabras correctas y proponer hacer lo que la Iglesia propone ser hecho por el
sacramento. Por siguiente, en la Iglesia antigua, Cristianos bautizados y
catecúmenos sin bautizar eran instruidos administrar el sacramento uno a otro,
si y cuando fuera necesario, cada vez que estallaron persecuciónes.
“Sétimo, la salvación fue hecha posible para nosotros cuando, en la Cruz
en Calvario, Nuestro Señor Jesucristo sacrifició Su Santo Cuerpo y Sangre para
expiar nuestros pecados. Por siguiente, un hombre es salvo, no por sacrificar
su propia sangre humana, sino por el sacrificio de la Más Preciosa Sangre
Divina de Nuestro Santo Salvador.
“Lo digamos otra manera: En nuestro opinión, la absolutamente cierta
remisión de pecado original y incorporación en Cristo y Su Iglesia están
efectuados sólo por el agua a que, solo, Cristo ha dado ése poder. La sangre de
un hombre no tiene ningún tal poder. Martirio es el mejor acto de amor de
Dios que un hombre puede hacer, pero no puede sustituir por el sacramento de
bautismo.” - fin de citación

No hay ninguna necesidad por examinar todos los menos de 20 casos individuales
de martirios de santos (de miles) que algunos han dicho que ocurrieron sin bautismo.
Por ejemplo, en el caso de Santa Emerentiana – martirizada mientras oraba
públicamente en la tumba de Santa Inés durante de la persecución de Diocletiano –
alguno podría notar que el relato de su martirio provee una situación que, en si mismo,
sugiere que ella ya fue bautizada; porque no se habría puesto en peligro en tal manera
durante la persecución si no hubiera sido bautizada. O aun si ella no fue bautizada
antes que fue atacada (que es muy improbable), ciertamente podría haber sido
bautizada después del ataque por su madre quien le acompañó (según los relatos) a la
tumba para orar.

Hay tantos relatos que den una impresión drásticamente diferente y tengan un
significado diferente si sólo un pequeño detalle esté omitido. Hay, por ejemplo, el caso
de San Venantio. A los 15 años, San Venantio estuvo llevado ante el gubernador
durante de la persecución del Emperador Decius:

“Uno de los oficiales, de nombre Anastasio, habiendo notado el valor con que él
[San Venantio] sufría sus tormentos, y habiendo visto también un ángel en toga
blanca caminando arriba del humo, y otra vez liberando a Venantio, creyó en Cristo, y
junto con su familia fue bautizado por el sacerdote Porfirio, con quien después
mereció recibir la palma de martirio.”clxxxii[182]

Este cuento interesante nos muestra, otra vez, como Dios trae bautismo a todos Sus
elegidos, pero nota que facilmente podría haber sido entendido mal si un detallo
simple hubiera sido omitido. Si el solo punto sobre como Anastasio y su familia fueron
bautizados por Porfirio hubiera sido omitido, el lector casi por cierto recibiría la
impresión que Anastasio fue un martir por Cristo que nunca recibió bautismo –
recibiendo en cambio “bautismo de sangre.”
El hecho es que no es necesario pasar por todos estos pocos casos y mostrar
que: 1) no hay ninguna prueba que el santo (que ellos afirman fue sin bautizar) no fue
bautizado; y 2) hay muchas explicaciónes de como el santo podría haber sido y sí fue
bautizado. Todo que es necesario para refutar la afirmación que hay santos sin
bautizar es mostrar que la Iglesia ha enseñado infaliblemente que ninguno puede llegar
al cielo sin ser renacido de agua y el Espíritu Santo en el Sacramento de Bautismo.

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, Canon 5 sobre el Sacramento de Bautismo,


ex cathedra: “Si alguno dijere que bautismo [el sacramento] es opcional, eso
es, no necesario para la salvación (cf. Jn. 3:5): sea anatema.”clxxxiii[183]

Sin embargo, un supuesto caso de “bautismo de sangre” es particularmente


interesante.

SAN ALBAN Y SU GUARDIA CONVERTIDO

San Alban era el protomartir de Inglaterra (303 A.D.) El relato de su martirio es


particularmente interesante e instructivo sobre esta tema. En via a su martirio, uno de
los guardias que le guiaba a ejecución fue convertido a Cristo. La Martirología
Romana (un documento falible), y también las Vidas de los Santos de Butler, dice que el
guardia fue “bautizado en su propia sangre.” San Beda el Venerable, un historiador de
la Iglesia, que también tiene un relato del cuento (y que era uno de los
aproximadamente 8 padres que son citados en favor de bautismo de sangre), dice que
el martirio del guardia ocurrió sin “la purificación de Bautismo.” Pero mira esto: en
narrar el cuento de los martirios de San Alban y su guardia, San Beda y Las Vidas de los
Santos de Butler revelan un punto muy importante.

San Beda: “Cuando llegó al cúspide, santo Alban pidió a Dios darle (Alban) agua, y
inmediatamente una perenne manantial borboteó a sus pies...” Butler: “La
conversión repentina de los verdugos causó un retraso en la ejecución. Mientras tanto
el santo confesor (Alban), con la muchedumbre, se fue arriba la colina... Allí Alban
cayendo a rodillas, a su oración una fuente se provinió, con agua de que refrescó su
sed... Junto con San Alban, el soldado, que había rehusado imbuir (manchar) las manos
en su sangre, y se había declarado Cristiano, también fue decapitado, siendo bautizado
en su propia sangre.”clxxxiv[184]

El lector puede ser confundido en este punto, y con toda justicia, pues permíteme
explicar. Tenemos dos (falibles) relatos del martirio de San Alban y su guardia, de San
Beda y las Vidas de los Santos de Butler. Los dos registran que inmediatamente antes
del martirio de San Alban y su guardia, ¡San Alban oró por “agua” que
milagrosamente recibió! ¡San Beda entonces sigue a decir que el guardia murió sin
bautizar! Butler dice que el agua fue solamente para “refrescar” la sed de Alban! Con
todo respeto debido a San Beda y las buenas cosas en Butler, ¿que obvio debe ser? Un
Santo, que tuvo unos pocos minutos por vivir y que tuvo un converso queriendo entrar
la Iglesia de Cristo, ¡no llamaría por agua milagrosa para “refrescar su sed”! Él
obviamente llamó por el agua milagrosa para bautizar al guardia convertido, y Dios lo
proveyó por el converso sincero, porque “sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu
Santo, él no puede entrar al Reino de Dios.” Este es un ejemplo excelente de como los
errores de bautismo de sangre y deseo han sido perpetuados - por trasmitir las
conclusiónes falibles de hombres falibles. Y este ejemplo de San Alban y su guardia,
que en realidad muestra la absoluta necesidad del Sacramento de Bautismo, es
frecuentemente y falsamente usado contra la necesidad del Sacramento de Bautismo.

RESUMIENDO LOS HECHOS SOBRE BAUTISMO DE SANGRE

Como ya dicho, la teoría de bautismo de sangre nunca ha sido enseñada por


ningún Papa, ningún Concilio, ni en ninguna Encíclica Papal. Por lo menos 5 Concilios
dogmáticos de la Iglesia Católica publicaron definiciónes detallados sobre el Bautismo,
y ninguno aun mencionó ni el concepto ni el término Bautismo de Sangre. El Concilio
de Trento tuvo 14 cánones sobre el Bautismo, y Bautismo de sangre no es mencionado
en ningún lugar. Y, de hecho, varias declaraciónes infalibles de los Papas y Concilios
excluyen la idea.

Papa Eugenio IV, “Cantate Domino,” Concilio de Florencia, ex


cathedra: “Nadie puede ser salvo, no importa cuanto ha dado en
limosnas, aun si haya derramado sangre en el nombre de Cristo, a
menos que haya perseverado en el seno y la unidad de la Iglesia
Católica.”clxxxv[185]

¡Papa Eugenio IV explícitamente excluye de salvación aun los que “derraman


sangre por el nombre de Cristo” a menos que estén viviendo en el seno y unidad de la
Iglesia! Y, como ya probado, ¡los sin bautizar no están viviendo en el seno y unidad de
la Iglesia (de fide)! Los sin bautizar no son súbditos de la Iglesia Católica (de fide,
Concilio de Trento, Ses. 14, Cap. 2);clxxxvi[186] los sin bautizar no son miembros de la Iglesia
Católica (de fide, Pío XII, Mystici Corporis # 22);clxxxvii[187] y los sin bautizar no tienen la
marca de Cristianos (de fide, Pío XII, Mediator Dei # 43).clxxxviii[188]

Si “bautismo de sangre” verdaderamente sirviera como un sustituto por el


Sacramento de Bautismo, Dios nunca habría permitido a la Iglesia Católica entender
Juan 3:5 según está escrito en sus decretos infalibles, como Él ha hecho (Papa Eugenio IV,
El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22 Nov. 1439, etc.). Esto es cierto, porque el
entendimiento oficial de la Iglesia de las escrituras no puede errar.

Además, Dios nunca habría permitido al infalible Concilio de Trento


completamente omitir toda mención de esta “excepción” en sus cánones sobre el
bautismo y sus capítulos sobre la justificación como una manera alternativa de lograr el
estado de gracia. Él nunca habría permitido a todas las definiciónes infalibles de Papas
sobre solo un bautismo evitar toda mención del “bautismo de sangre.”

Y Dios no habría permitido al Papa Eugenio IV definir que nadie, aun si haya
derramado sangre en el nombre de Cristo, puede ser salvo a menos que esté en el seno y unidad
de la Iglesia Católica, sin mencionar la excepción de “bautismo de sangre.” Dios nunca
ha permitido que la teoría de bautismo de sangre sea enseñada en un Concilio, por
un Papa, ni en un decreto infalible, sino sólo por falibles teólogos y falibles padres
de la Iglesia antigua. Todo esto es porque bautismo de sangre no es una enseñanza de
la Iglesia Católica, sino la especulación errada de unos pocos padres que también
erraban frecuentemente en los mismos documentos.

BAUTISMOS MILAGROSOS

No sería ninguna necesidad para que Dios salve a alguien por bautismo de sangre
(o “bautismo de deseo”), porque Él puede mantener viva toda alma sincera hasta
reciben el bautismo, como vimos en el caso de San Alban y el guardia convertido. San
Martín de Tours devolvó a la vida a un catecúmeno que había muerto para que
podría bautizarle.clxxxix[189] Santa Juana de Arco devolvó a la vida a un infante muerto
para que ella podría bautizarle.cxc[190] Han sido muchos milagros semejantes. Un
ejemplo impresionante es dicho haber ocurrido en la vida de San Pedro mismo.
Cuando estaba encadenado a un pilar en la prisión Mamertina en Roma, bautizó a dos
de sus guardias, Proceso y Martiniano, con agua que milagrosamente provino de la
tierra entre distancia de mano de San Pedro. Estos guardias también estaban
encarcelados con San Pedro y iban a sufrir ejecución el próximo día porque fueron
conversos. Su deseo de bautismo (bautismo de deseo) y su martirio por la fe (bautismo
de sangre) no iban a ser suficientes. Ellos necesitaron ser bautizados con “agua y el
Espíritu Santo” (Jn. 3:5). Y Dios vió que ellos verdaderamente desideraron el
Sacramento, así que lo proveyó milagrosamente.

La historia también registra que San Patricio - quien mismo levantó a más que 40
personas de la muerte - levantó a un número de personas de la muerte específicamente
para bautizarles, algo que fuera totalmente innecesario si alguno podría ser salvo sin
bautismo. Como un erudito nota,

“En total, San Patricio resucitó a unos cuarenta infieles en Irlanda, uno de que
fue el Rey Echu... Por levantarle de la muerte, San Patricio le instruyó y le
bautizó, pidiendo que había visto del otro mundo. El Rey Echu relató como en
realidad había visto el trono preparado para él en el Cielo por causa de su
vida de estar abierto a la gracia de Dios Omnipotente, pero no fue permitido
entrar precisamente porque aún fue sin bautizar. Después de recibir los
sacramentos... se murió al instante y se fue a su recompensa.”cxci[191]

El mismo erudito además nota:

“Muchos santos parecidos han sido registrado por resucitar a adultos


específicamente y exclusivamente para el Sacramento de Bautismo, incluyendo
a San Pedro Claver, Santa Winifred de Gales, San Juliano de Mans, San
Eleuterio, y otros. Pero aun más han resucitado a infantes pequeños para el
sacramento de salvación: San Gregorio Nazianzano... San Ilario... Santa
Isabela... San Coleta... Santa Francesa de Roma... Santa Juana de Arco... San
Filipe Neri... San Francisco Javier... Santa Gildas... San Gerardo Majella... por
nombrar unos pocos.”cxcii[192]
Uno de los casos más interesantes es el cuento de Agustina, la niña esclava,
relatado en la vida de San Pedro Claver, un misionero Jesuita en Colombia del 17imo
siglo.

“Cuando Padre Claver llegó a su lecho de muerte, Agustina se acostaba fría al


tocar, su cuerpo ya siendo preparado para el entierro. Él oraba al lado de su
cama por un hora, cuando repentinamente la mujer se enderezó, vomitó un
charco de sangre, y declaró cuando estuvo interrogada por ellos que
estuvieron presente: ‘He venido de viajar por un camino largo. Después que había
ido una larga distancia, encontré a un hombre blanco de gran belleza que se puso ante
mí y dijo: Pare! No puedes irse nada más.’... Por oir esto, Padre Claver despejó el
cuarto y se preparó para oir su Confesión, pensando que ella necesitó
absolución por algún pecado que ella haya olvidado. Pero en el curso del rito,
San Pedro Claver fue inspirado realizar que ella nunca había sido bautizada.
El interrumpió su confesión y declinó darle absolución, llamando en cambio
por agua para bautizarle. El dueño de Agustina insistió que ella no
posiblemente podría necesitar bautismo porque había estado en su empleo por
veinte años y nunca había faltado a irse a Misa, Confesión, y Comunión en todo
ése tiempo. Sin embargo, Padre Claver insistió en bautizarle, después del cual
Agustina murió otra vez alegremente y pacíficamente en la presencia de toda
la familia.”cxciii[193]

El gran “Apóstol de las Montañas Rocosas,” P. Pierre De Smet, quien era el


extraordinario misionero a los Indios Americanos en el 19eno siglo, también fue un
testigo – como fueron sus compañeros misioneros Jesuitas – de muchas personas
viniendo al bautismo bajo circunstancias milagrosas.

P. De Smet, 18 Dic. 1839: “Frecuentemente he notado que muchos de los niños


parecen esperar por el bautismo antes de volar al cielo, porque mueren casi
inmediatamente después de recibir el Sacramento.”cxciv[194]

P. De Smet, 9 Dic. 1845: “... más que cién niños y once viejos fueron bautizados.
Muchos de este último [los viejos], quienes estuvieron portados en cueros de
búfalo, parecían sólo esperar por esta gracia antes de irse a descansar en el
seno de Dios.”cxcv[195]

Sobre este tema el lector tambien quisiere ver la sección sobre San Isaac Jogues y
San Francisco Javier luego en este documento.

En la vida del extraordinario misionero irlandés San Columbanus (+ 543-615 A.D.),


leemos de un cuento similar de la providencia de Dios trayendo a todas almas de
buena voluntad al bautismo.

“[Columbanus dijo]: ‘Hijos mios, hoy veréis a un anciano jefe Picto, que
fielmente ha observado los preceptos de la Ley Natural por toda la vida,
llegar en esta isla; él viene para recibir bautismo y morir.’ Inmediatamente,
un barco fue visto llegar con un débil hombre viejo sentado en la proa quien fue
reconocido por el jefe de uno de las tribus aledañas. Dos de sus compañeros le
llevaron ante el misionero, a cuyas palabras escuchó atentamente. El hombre
viejo pidió recibir el bautismo, y inmediatamente a partir de entonces exhaló
su última respiración y fue enterrado en el mismo sitio.”cxcvi[196]

Padre Point, S.J. era un compañero Misionero Jesuita a los Indios con Padre De
Smet en el 19eno siglo. El relata un cuento muy interesante sobre la resucitación
milagrosa para el Bautismo de una persona que había sido instruida en la Fe pero
aparentemente murió sin recibir el Sacramento.

Padre Point, S.J., citado en La Vida de Padre De Smet, pp. 165-6: “Una mañana, al
salir de la iglesia encontré a una mujer India, quien dijo: ‘Fulana no está bien.’
Ella [la persona que no estaba bien] ya no fue una catecúmena y yo dije que me
vaya a visitarle. Una hora luego la misma persona [que vino y le dijo que la
persona no estaba bien], quien era su hermana, vino a mí diciendo que élla fue
muerta. Corré a la tienda, esperando que ella estuviera equivocada, y
encontré a una multitud de relativos alrededor de la cama, repitiendo, ‘Ella es
muerta - ella no ha respirado por bastante tiempo.’ Para asegurarme, me
incliné sobre el cuerpo; no fue ningún signo de vida. Reproché a estas
personas excelentes por no decirme inmediatamente la gravedad de la
situación, añadendo, ‘¡Que Dios me perdone!’ Entonces, bastante
impacientemente, dije, ‘¡Oren!” y todos cayeron en rodillas y oraban
devotamente.
“Otra vez me incliné sobre el suponido cadáver, y dije, ‘El Manto Negro
aquí está: quieres que él te bautice?’ A la palabra bautismo ví un pequeño
temblor del labio inferior; entonces ambos labios movaron, que me hizo
seguro que ella entendió. Ella ya había sido instruida, así que le bauticé, y
ella se levantó de su féretro, haciendo el signo de la cruz. Hoy ella está fuera
cazando y es completamente persuadida que se murió al vez que he
narrado.”cxcvii[197]

Esto es otro ejemplo de una persona que ya había sido instruida en la Fe pero
debería ser resucitada milagrosamente específicamente para el Sacramento de
Bautismo, y la resucitación milagrosa ocurrió al momento que el sacerdote pronunció
la palabra “Bautismo.”

En la vida de San Francisco de Sales también encontramos a un niño


milagrosamente resucitado de la muerte específicamente para el Sacramento de
Bautismo.

“Un bebé, el hijo de una madre Protestante, había muerto sin Bautismo. San
Francisco había ido para hablar a la madre sobre doctrina Católica, y oró que el niño
sería restaurado a la vida por suficiente tiempo para recibir Bautismo. Su petición
fue concedida, y toda la familia se hicieron Católicos.”cxcviii[198]
San Francisco De Sales mismo resumió la bellamente simple verdad sobre este tema
en la siguiente manera, cuando estaba disertando contra los herejes Protestantes.

San Francisco De Sales (Doctor de la Iglesia), La Controversia Católica, c.


1602, pp. 156-157: “La manera en que se deduce un artículo de fe es esto:
la Palabra de Dios es infalible; la Palabra de Dios declara que
Bautismo es necesario para la salvación; por siguiente Bautismo es
necesario para la salvación.”cxcix[199]

Aquí hay otra descripción de un infante que murió sin el Sacramento de Bautismo
y fue resucitado de la muerte por la intercesión de San Stefano.

“En Uzale, una mujer tenía un hijo infante... Desafortunadamente, él se


murió antes que tenían tiempo para bautizarle. Su madre fue abrumada de
pena, más por su privación de Vida Eterna que porque fue muerto a ella.
Llena de confianza, ella trajo el niño muerto y públicamente le llevó a la Iglesia
de San Stefano, el primér martir. Allí ella comenzó orar por el hijo que ya
había perdido. Su hijo se movió, articuló un grito, y repentinamente fue
restaurado a la vida. Ella inmediatamente le trajo a los sacerdotes; y, después
de recibir los Sacramentos de Bautismo y Confirmación, se murió de
nuevo.”cc[200]

En solo los Hechos de los Apóstoles encontramos tres intervenciónes milagrosas


relacionadas al Bautismo – Cornelio el Centurión, el Eunuco de Candacia, y Saúl de
Tarso. Y en todo caso no sólo la providencia de Dios es evidente, sino los individuos
implicados son obligados a recibir el bautismo con agua aunque su intención de hacer
la voluntad de Dios es clara.

La realidad es que Dios mantiene viva toda alma sincera hasta el Bautismo; Él es
Omnipotente y Él ha declarado que nadie entra al cielo sin Bautismo.

Papa Pío IX, Vaticano I, ex cathedra: “Todo que Dios ha traido a


ser Él protege y guberna por Su providencia, ‘que extende de
un extremo del mundo al otro y bien ordena todo’...”cci[201]

De hecho, la primera definición infalible diciendo que los elegidos ven la Visión
Beatífica inmediatamente después de la muerte fue del Papa Benedicto XII en
Benedictus Deus. Es interesante examinar lo que él infaliblemente declara sobre los
santos y mártires que se fueron al cielo.

Papa Benedicto XII, Benedictus Deus, 1336, ex cathedra, sobre


las almas de los justos recibiendo la Visión Beatífica: “Por este
edicto que siempre prevalecerá, con autoridad apostólica
declaramos... los santos apóstoles, los martires, los confesores,
virgenes, y los otros fieles que murieron después de haber
recibido el santo bautismo de Cristo, en quienes no fue nada
para purgar... y las almas de niños saliendo antes del uso de
libre voluntad, renacidos y bautizados en el mismo bautismo
de Cristo, cuando todos han sido bautizados... han estado,
están, y estarán en el cielo...”ccii[202]

Al definir que los elegidos (incluyendo a los mártires) en quienes nada debe ser
purgado están en el cielo, Papa Benedicto XII menciona tres veces que han sido
bautizados. Obviamente, ningún apóstol, mártir, confesor, ni virgen podría recibir la
Visión Beatífica sin haber recibido Bautismo según esta infalible definición dogmática.

LA TEORÍA DE BAUTISMO DE DESEO - UNA TRADICIÓN DEL


HOMBRE

Los que han sido cerebrolavados por apologistas de la teoría de bautismo de


deseo fueren sorprendidos aprender que de todos los padres de la Iglesia, solo 1 aun
puede ser citado por propugnadores de bautismo de deseo como haber enseñado el
concepto. Es correcto, solo uno, San Agustín. Los propugnadores de bautismo de
deseo hacen un intento débil de adelantar un segundo padre, San Ambrosio, como
veremos; pero aun si eso fuera verdad, sólo sería dos padres de cientos que podrían ser
citados como alguna vez haber especulado sobre el concepto de bautismo de deseo.
Por lo tanto, que dijere uno sobre las siguientes declaraciónes de los sacerdotes de la
Sociedad de San Pío X (SSPX), quienes han escrito tres distintos libros sobre “bautismo
de deseo”?

P. Jean-Marc Rulleau (SSPX), Bautismo de Deseo, p. 63: “Este bautismo de deseo


suple por la carencia de bautismo sacramental... La existencia de este modo de
salvación es una verdad enseñada por el Magisterio de la Iglesia y mantenida
desde los primeros siglos por todos los Padres. Ningún teólogo Católico la ha
protestado.”cciii[203]

P. Francois Laisney (SSPX), ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 79, sobre Bautismo de


deseo: “No es solamente la enseñanza común, sino la enseñanza unánime; no
solamente desde la primer parte de este milenio, sino más bien desde el
principio de la Iglesisa...”cciv[204]

Estas declaraciónes son totalmente falsas y son mentiras deplorables, que


completamente tergiversan la enseñanza de Tradición y corrompen la fe de la gente,
como veremos. Los padres son unánime opuestos al concepto que alguien
(incluyendo un catecúmeno) podría ser salvo sin bautismo de agua, como he mostrado.
Pero examinemos la enseñanza del uno padre, San Agustín, que sí expresó creencia (a
veces, por lo menos) en la idea que un catecúmeno podría ser salvo sin el Sacramento
de Bautismo por su deseo de él.

SAN AGUSTÍN (354-430)

San Agustín es citado en favor del concepto de bautismo de deseo, pero por su
propia confesión luchaba con la cuestión, unas veces claramente oponiendo la idea que
catecúmenos sin bautizar podrían lograr salvación, y otras veces la sosteniendo.

San Agustín, 400: “Que el lugar de Bautismo unas veces es suplido por
sufrimiento es apoyado por un argumento sustancial que el mismo Bendito
Cipriano deriva... Considerando esto repetidas veces, encuentro que no sólo
sufrimiento por el nombre de Cristo puede suplir por lo que falta por via de
Bautismo, sino aun fe y conversión de corazón, si... recurso no sea posible a la
celebración del Misterio de Bautismo.”ccv[205]
Hay dos puntos interesantes sobre este pasaje. El primér relaciona a bautismo de
sangre: nota que Agustín dice que su creencia en bautismo de sangre es apoyado por
una inferencia o un argumento que San Cipriano hizo, no por algo arraigado en la
Tradición de los Apóstoles o los Pontífices Romanos. Como ya hemos visto, muchas de
las inferencias de San Cipriano se mostraron ser muy equivocados, por decirlo con
cortesía, como su “inferencia” que fue de “Tradición apostólica” que herejes no pueden
conferir bautismo. Así, San Agustín está revelando por esta declaración un punto muy
importante: que su creencia aun en bautismo de sangre es arraigada en falible
especulación de hombre, no en revelación divina ni infalible Tradición. Éstá
admitiendo que podría ser equivocado y, de hecho, está equivocado.

Segundo, cuando Agustín concluye que también cree que fe (ésa es, fe en
Catolicismo) y un deseo de bautismo podría tener el mismo efecto que el martirio, dice:
“Considerando esto repetidas veces...” Por decir que consideraba esto repetidas veces, San
Agustín está admitiendo que su opinión sobre bautismo de deseo es también algo a que
ha llegado por su propia consideración, no por infalible Tradición o Enseñanza. Es
algo con que por su propia confesión luchaba, y en que contradecía a si mismo, como
será mostrado. Todo esto sirve para probar otra vez que bautismo de deseo, como
bautismo de sangre, es una tradición de hombre, nacida en errada y falible
especulación humana (aunque de unos hombres grandes), y no arraigada en ni
derivada de cualquier Tradición de los Apóstoles o de los Papas.

Interesamente, en la misma colección de obras sobre Bautismo ya citado, San


Agustín hizo un error diferente, que corrigió luego en su Libro de Correcciónes. En esta
colección de obras había declarado originalmente su opinión que el Buén Ladrón que
murió en la Cruz al lado de Nuestro Señor fue un ejemplo de Bautismo de Sangre. Lo
corrigió luego, por notar que el Buén Ladrón no puede ser usado como un ejemplo de
Bautismo de Sangre porque no sabemos si el Buén Ladrón fue bautizado.ccvi[206] Pero en
realidad, el Buén Ladrón no puede ser usado por un ejemplo de bautismo de sangre
primariamente porque el Buén Ladrón murió bajo la Ley Antigua, no la Ley Nueva; él
murió antes que la Ley de Bautismo fue instituida por Jesucristo después de la
Resurrección. Por ésa razón, el Buén Ladrón, como los Santos Inocentes, no constituye
ningún argumento contra la necesidad de recibir el Sacramento de Bautismo para la
salvación.

Catecismo del Concilio de Trento, Bautismo hecho obligatorio después de la


Resurrección de Cristo, p. 171: “Santos escritores son unánime al decir que
después de la Resurrección de nuestro Señor, cuando Él les dió a Sus Apóstoles
el mandato de irse y enseñar a todas naciónes: bautizándolas en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, la ley de Bautismo se puso obligatoria
sobre todos que iban a ser salvos.”ccvii[207]

De hecho, cuando Nuestro Señor dijo al Buén Ladrón, “Este día estarás conmigo en
paraíso,” Jesús no estuvo refiriendo al cielo, mas en realidad al infierno. Como
Católicos saben, nadie entró al cielo hasta después que Nuestro Señor lo hizo, después
de Su Resurrección. En el día de la Crucifixión, Cristo descendió al infierno, como dice
el Credo de los Apóstoles. Él no descendió al infierno de los condenados, mas al lugar
en el infierno llamado el Limbo de los Padres, la antesala de los Justos del Antiguo
Testamento, quienes no podrían entrar al cielo hasta el Salvador venió.

1 Pedro 3:18-19 - “Cristo también murió una vez por nuestros pecados... En que
también viniendo predicó a los espíritus que estuvieron en prisión...”

Para probar además el punto que el Buén Ladrón no se fue al cielo el Día de la
Crucifixión, hay el hecho que el Domingo de Resurrección, cuando María Magdalena
encontró al Señor Resurgido, Él le dijo a ella, “No Me toques, porque ya no he ascendido a
Mi Padre.”

Juan 20:17 - “[El Día de la Resurrección] Jesús dice a ella; María. Ella
doblando, dice a él; Rabboni, (eso es decir, Señor). Jesús le dice; No me toques,
porque ya no he ascendido a mi Padre...”

Nuestro Señor ya no aun había ascendido al Cielo el Domingo de la Resurrección.


Es por siguiente un hecho que Nuestro Señor y el Buén Ladrón no estuvieron juntos en
el cielo el Viernes Santo; ellos estuvieron en el Limbo de los Padres, la prisión
describida en 1 Pedro 3:18-19. Jesús llamó este lugar Paraíso porque Él iba a estar allá
con los justos del Viejo Testamento. Por lo tanto, como San Agustín luego admitió, él
erró al intentar usar el Buén Ladrón por un ejemplo de su punto. Esto prueba otra vez
que sola la enseñanza dogmática de los Papas es infalible, además de la Tradición
universal y constante. Pero San Agustín mismo en muchos, muchos lugares afirma la
Tradición universal de los Apóstoles que nadie es salvo sin el Sacramento de
Bautismo; y, de hecho, negó muchos veces el concepto que un catecúmeno podría ser
salvo sin el Sacramento de Bautismo por su deseo de él.

San Agustín, 395: “... Dios no perdona pecados excepto a los


bautizados.”ccviii[208]

San Agustín, 412: “... los Cristianos Púnicos llaman Bautismo mismo nada
diferente de salvación... ¿De que deriva esto, excepto de una anciana y, como yo
supongo, apostólica tradición, por cual las Iglesias de Cristo mantienen
inherentemente que sin Bautismo y participación a la mesa del Señor es
imposible para todo hombre alcanzar ni el Reino de Dios ni la salvación y
vida eterna? Esto es el testimonio de la Escritura, también.”ccix[209]

San Agustín, 391: “Cuando hubiéremos venido a Su [Dios]


vista, miraremos la equidad del juicio de Dios. Entonces nadie
dirá:... ‘Porque este hombre fue guiado por la dirección de
Dios a recibir bautismo, cuando ése hombre, aunque se
comportaba propiamente como un catecúmeno, fue matado en
un desastre precipitado, y no fue bautizado?’ Busque
premios, y no encontrares nada menos castigos.”ccx[210]

Aquí vemos a San Agustín completamente rechazando el concepto de bautismo de


deseo. ¡Nada podría ser más claro! ¡Él dice que Dios mantiene vivos a catecúmenos
sinceros hasta su bautismo, y que los que buscan por premios en tales catecúmenos sin
bautizar encontrarán nada más que castigos! ¡San Agustín aun hace un punto especial
afirmar que el Todopoderoso no permite que catecúmenos sin bautizar sean matados
excepto por una razón! Los que dicen que San Agustín mantenía bautismo de deseo
están, por siguiente, simplemente no presentando todos los hechos. Se deberían añadir
la reserva que muchos veces él rechazó la idea y estaba por ambos lados de la cuestión.
Por lo tanto, el unico padre que los propugnadores de bautismo de deseo pueden
claramente citar en favor del concepto (Agustín) en realidad negó el concepto de
bautismo de deseo muchas veces.

San Agustín: “Por más progreso el catecúmeno haga, él


todavía lleva el peso de su iniquidad: ni esté quitado de él a
menos que venga al Bautismo.”ccxi[211]

Aquí vemos a San Agustín otra vez afirmando la verdad apostólica que nadie entra
al cielo sin bautismo de agua, y otra vez explícitamente negando el concepto de
bautismo de deseo, por negar que algún catecúmeno puede ser liberado de pecado sin
bautismo. Todo esto muestra que bautismo de deseo no es la Tradición universal de
los Apóstoles; más bien, el exacto opuesto es la Tradición universal de los Apóstoles
y Padres - que ningún catecúmeno no puede salvarse sin bautismo de agua.

SAN AMBROSIO (340-397)

De los cientos de padres de la Iglesia, el único otro que los propugnadores de


bautismo de deseo hasta intentan citar es San Ambrosio. Piensan que en su oración
funeral por su amigo (el Emperador Valentiniano) enseñó que el Emperador (quien
solamente fue un catecúmeno) fue salvo por su deseo de bautismo. Pero la oración
funeral de San Ambrosio por Valentiniano es extremadamente ambigua y puede ser
interpretada en varias maneras. Así que es gratuito de ellos aseverar que ella
claramente enseña la idea de “bautismo de deseo.”

San Ambrosio, Oración Funeral de Valentiniano, 4to siglo: “Pero oigo que vos
apesadumbráis porque él no recibió los sacramentos de bautismo. Me digais:
¿Que más está en vuestro poder que el deseo, la petición? Pero él aun tenía este
deseo por mucho tiempo, para que, cuando hubiere venido a Italia, hubiere
sido iniciado... ¿No tiene, pues, la gracia que deseaba; no tiene la gracia que
solicitó? Y porque él pidió, recibió, y por siguiente es dicho: ‘Por cualquier
muerte el hombre justo será adelantado, su alma estará en descanso’ (Sab. 4:7)...
O si el hecho vos perturbe que los misterios no han sido celebrado
solemnemente, entonces que vos deis cuenta que no aun mártires son
coronados si estén catecúmenos, porque no son coronados si no sean
iniciados. Pero si son lavados en su propia sangre, su piedad y deseo han
lavado a él, también.”ccxii[212]

Reflexionemos por un momento de lo que él ya dijo. Todos los fieles congregados


por el servicio memorial apesadumbran y lamentan. ¿Porque apesadumbran?
Apesadumbran porque no hay ninguna evidencia que Valentiniano, conocido como
catecúmeno, había sido bautizado. Pero si “bautismo de deseo” fuera algo contenido
en el Depósito de Fe y parte de Tradición apostólica, ¿porque apesadumbrarían? ¿No
deseó Valentiniano seriamente el bautismo? Todavía, estos fieles fueron pegados de
pena porque todos habían sido enseñados, y por siguiente creían, que “sino un hombre
renaciere de agua y el Espíritu Santo, él no puede entrar al Reino de Dios” (Juan 3:5). Todos
habían sido enseñados que nadie es salvo sin el Sacramento de Bautismo. Su maestro
era su Obispo, San Ambrosio.ccxiii[213]

Además, la oración funeral de San Ambrosio por Valentiniano es extremadamente


ambigua, que es obvio a todos que la lea arriba. En la oración, San Ambrosio
claramente dice que “mártires no son coronados [eso es, no son salvos] si estén
catecúmenos,” una declaración que directamente niega la idea de bautismo de sangre
y es perfectamente consistente con sus otras declaraciónes sobre la tema, que serán
citadas. Ambrosio entonces enfatiza el mismo punto, por decir otra vez que
catecúmenos “no son coronados si no sean iniciados.” “Iniciación” es un término por
bautismo. Por siguiente, San Ambrosio está repitiendo la verdad apostólica que
catecúmenos que derraman su sangre por Cristo no pueden ser salvos si no sean
bautizados. Entonces procede a decir que si son lavados en su propia sangre, su
(Valentiniano) piedad y deseo han lavado a él también, que parece contradecirse
directamente con lo que ya dijo y parece enseñar bautismo de deseo y sangre, aunque
no es claro, porque no dijo que Valentiniano fue salvo sin bautismo. Pero si éso fuera
lo que San Ambrosio quiso decir, entonces su oración funeral sea desatinada, porque
ya negó claramente dos veces que mártires pueden ser coronados si son catecúmenos.
Y esto es el más antiguo “texto” citado en favor de la idea de bautismo de deseo! Es,
primero, contradictorio; en segundo lugar, es ambiguo; y en tercér lugar, si sea
interpretado por significar que un catecúmeno es salvo sin bautismo de agua, es
opuesto a toda otra declaración que San Ambrosio hizo formalmente sobre la tema.
Pero posiblemente hay otra explicación. San Ambrosio dice que los fieles
apesadumbraban porque Valentiniano no recibió los sacramentos de bautismo.
¿Porque usó el término “sacramentos” en vez de “sacramento”? ¿Estaba lamentando el
hecho que Valentiniano no podría recibir Confirmación y la Eucaristía, que usualmente
fueron administrados juntos con bautismo en la Iglesia antigua? Esto correspondería
con su declaración que la multitud era perturbada porque los misterios no fueron
“solemnemente” celebrados, en otras palabras, con todas las ceremonias formales que
preceden la celebración solemne del bautismo. Exactamente lo que San Ambrosio
quiso decir en esta oración, nunca supiéremos en este mundo, pero estamos permitidos
asumir que no fue su intención contradecir en un elogio emotivo lo que había escrito
con mucho pensamiento y precisión en De Mysteriis y en otros lugares.ccxiv[214]

Interesamente, el famoso teólogo del 12imo siglo Pedro Abelardo, cuya ortodoxia sin
embargo era sospechosa en otros puntos, señala que si San Ambrosio alguna vez
enseñara bautismo de deseo “contradice la tradición sobre esta cuestión,”ccxv[215] sin
mencionar su propia enseñanza repetida de la necesidad del Sacramento de Bautismo,
como veremos abajo.

Y esto es lo que San Ambrosio escribió con mucho pensamiento y precisión, que
elimina el preciso concepto de bautismo de deseo y afirma la Tradición universal de
todos los padres que nadie (incluyendo a catecúmenos) es salvo sin bautismo de agua.

San Ambrosio, De mysteriis, 390-391 A.D.:


“Habéis leido, por siguiente, que los tres testigos en Bautismo
son uno: agua, sangre, y el espíritu; y si quiteis alguno de
estos, el Sacramento de Bautismo no es válido. Porque ¿que es
agua sin la cruz de Cristo? Un elemento común sin todo
efecto sacramental. Ni por otra parte hay ningún misterio de
regeneración sin agua: porque ‘sino un hombre renaciere de
agua y el Espíritu, él no puede entrar al reino de Dios.’ [Juan
3:5] Hasta un catecúmeno cree en la cruz del Señor Jesús, por
cual también es santiguado; pero, sino él sea bautizado en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, no puede
recibir la remisión de pecados ni ser recipiendario del regalo de
gracia espiritual.ccxvi[216]

Aquí vemos a San Ambrosio claramente negando el concepto de bautismo de


deseo. ¡Nada podría ser más claro!

San Ambrosio, Los Deberes del Clero, 391 A.D.:


“La Iglesia fue redimida al precio de la sangre de Cristo. Judío o Griego, no
importa; pero si él haya creido debe circuncidarse de sus pecados para que
puede ser salvo; ...porque nadie asciende al reino del cielo excepto por medio
del Sacramento de Bautismo.”ccxvii[217]

San Ambrosio, Los Deberes del Clero, 391 A.D.:


“‘Sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu Santo, él no puede entrar al
reino de Dios.’ Nadie exceptuado: ni el infante, ni el impedido por cualquier
necesidad.”ccxviii[218]

A diferencia de San Cirilo y San Fulgencio, quienes una vez mencionaron su


creencia que fueron excepciónes a Juan 3:5 en el caso de mártires sólo, San Ambrosio
reconoce ninguna excepción, así excluyendo bautismo de deseo y bautismo de
sangre.

¡Y con eso llegamos al fin de la enseñanza de los padres sobre el llamado “bautismo
de deseo”! Es verdad; uno o por lo más dos padres de cientos, San Agustín y San
Ambrosio, aun pueden ser citados. San Agustín admitió que luchaba con esta cuestión,
contradecía a si mismo sobre ella, y lo más importante, frecuentemente afirmaba la
Tradición universal que nadie – incluyendo a un catecúmeno – entra al cielo sin
bautismo de agua. Y San Ambrosio claramente y repetidamente negó el concepto de
bautismo de deseo muchas veces, por negar que cualquier persona – incluyendo a un
catecúmeno – podría ser salvo sin renacer de agua y el Espíritu en el Sacramento de
Bautismo.

Y cuando estos hechos son sabidos, se puede ver que engañados y descaminados
están muchos llamados Católicos y Católicos Tradicionales hoy quienes están
escuchando a esos maestros mentirosos, de quienes muchos se presentan como
sacerdotes “tradicionales,” quienes rodean el mar y la tierra para intentar pervertir la
enseñanza de Tradición y llevar personas al cielo sin bautismo. Estos maestros
mentirosos están convenciendo a muchos de la ridícula mentira que “los padres fueron
unánime en favor de bautismo de deseo.” Tal afirmación es pura tontería y una
perversión mortalmente pecaminoso de Tradición Católica. Como un autor
correctamente lo dijo:

“Los Padres de la Iglesia, por siguiente, considerados en


total, sólo pueden ser dichos haber verificado
definitivamente la enseñanza oficial y auténtico de la una
verdadera Iglesia que es absolutamente necesario para la
salvación de toda criatura humana ser bautizado en el agua
del sacramento real instituido por Nuestro Señor Jesucristo.
Por otra parte, es intelectualmente deshonesto sugerir el
contrario. Y exaltar las personales opiniones teologicas de
un puñado - aun un puñado impresionante y bien conocido -
al rango de Tradición eclesiástica o aun infalibilidad
magistral es no solamente un ejercicio de petulante juegos
de manos, sino también un tipo de miopía superficial
inconcienciable en algún estudio serio de Teología
Patrística.”ccxix[219]

La Tradición universal de los apóstoles sobre la necesidad absoluta de bautismo de


agua para regeneración y salvación, afirmada por Hermas tan temprano como el 1er
siglo, y repetida por todos los otros, incluyendo a San Justin Mártir, San Teofilo,
Orígenes, Tertuliano, San Basilio, San Cirilo, San Agustín, San Ambrosio, etc., etc. etc.
es resumida en la declaración ya citada de Ambrosio.

San Ambrosio: “Ni por otra parte hay ningún misterio de regeneración sin
agua: porque ‘sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu, él no puede
entrar al reino de Dios.’ [Juan 3:5] Hasta un catecúmeno cree en la cruz del
Señor Jesús, por cual también es santiguado; pero, sino sea bautizado en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, no puede recibir la remisión de
pecados ni ser recipiendario del regalo de gracia espiritual.”ccxx[220]

Esta es la enseñanza unánime de los padres de la Iglesia sobre esta cuestión.

P. Guillelmo Jurgens: “Si no fuera una tradición constante en los Padres que el
mensaje Evangélico que ‘Sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu Santo,
él no puede entrar al reino de Dios’ debe ser entendido absoluto, sería fácil
decir que Nuestro Salvador simplemente no estimó pertinente mencionar las
obvias excepciónes de ignorancia invencible y imposibilidad física. Pero la
tradición en realidad existe; y probablemente sea encontrado tan constante
para constituir revelación.”ccxxi[221]

SAN GREGORIO NAZIANZANO (329-389)

Es pertinente también examinar las enseñanzas de unos de los otros padres. San
Gregorio Nazianzano es uno de los cuatro grandes Doctores Orientales de la Iglesia
Católica. Él explícitamente rechazó el concepto de bautismo de deseo.

San Gregorio Nazianzano, 381 A.D.: “De los que faltan a ser bautizados algunos
son absolutamente animales y bestiales, según si sean necios o malvados. Esto,
pienso, ellos deben añadir a sus otros pecados, que no tienen ninguna
reverencia por este regalo, mas lo consideran como algún otro regalo, por
aceptar si sea dado a ellos, o descuidar si no sea dado a ellos. Otros conocen y
honran el regalo; pero demoran, algunos por causa de descuido, algunos por
causa de deseo insaciable. Aún otros no pueden recibirlo, posiblemente por
causa de infancia, o alguna circunstancia perfectamente involuntaria que les
impede recibir el regalo, aun si lo deseen...
“Si podrías juzgar a un hombre que propone cometer un asesinato, sólo
por su intención y sin cualquier acto de asesinar, entonces asimismo podrías
considerar como bautizado a uno que deseó Bautismo, sin haber recibido
Bautismo. Pero, ya que no puedes hacer el primero, ¿cómo podrías hacer este
último? Yo no puedo verlo. Si prefieres, lo dijéremos así: si en tu opinión
deseo tiene poder igual con Bautismo real, entonces haga el mismo juicio con
respecto a gloria. Entonces tu fueres contento anhelar por gloria, como si ése
mismo anhelamiento fuera gloria. ¿Sufres algún daño por no alcanzar la gloria
real, con tal que tienes un deseo de ella?”ccxxii[222]

¡Tanto para la afirmación que “los padres son unánime” en favor de bautismo de
deseo! Cuando los sacerdotes de la SSPX públicamente aseveran eso ellos están
diciendo exactamente el opuesto de la verdad y están mintiendo descaradamente. Y lo
que hace esta mentira mucho más increible es el hecho que ¡la SSPX cita la declaración
arriba de San Gregorio en paginas 64-65 de su libro, ¿Es Feeneyismo Católico?!

Aquí está lo que la liturgia dice sobre la enseñanza del grande San Gregorio
Nazianzano, quien claramente rechazó bautismo de deseo. Una lección por la fiesta de
San Gregorio Nazianzano (el 9 de Mayo) en el Breviario Romano dice:

El Breviario Romano, 9 Mayo: “[San Gregorio] escribió mucho, ambos en prosa y


verso, de una piedad y elocuencia admirabile. En la opinión de hombres eruditos y
santos, no hay nada encontrado en sus escritos no conforme a verdadera
piedad y fe Católica, ni que alguno podría razonablemente poner en
duda.”ccxxiii[223]

Este hecho bastante importante completamente refuta los propugnadores de


bautismo de deseo/sangre que arguyen que la enseñanza del Breviario prueba que
hombres pueden ser salvos sin Bautismo (que ya vimos que no es verdad). San
Gregorio Nazianzano claramente rechazó bautismo de deseo (vea arriba), ¡y el
Breviario dice aquí que no hay nada en sus escritos no conforme a la religión Católica o
que alguno podría poner en duda! Por consiguiente, si mantengamos la enseñanza del
Breviario ser infalible sobre materias teológicas, entonces tendríamos que rechazar
bautismo de deseo. Como el propugnador de bautismo de deseo Juan Daly lo dijo: “Y
por supuesto teólogos lo consideran imposible que sería error teológico en el Breviario...” (2
Sept. 2006) Parece que este propugnador de bautismo de deseo tendrá que rechazar
bautismo de deseo o revisar sus argumentos (espero el primero). San Gregorio de
verdad fue el único doctor en toda la historia de la Iglesia que fue llamado “el teólogo.”

El famoso Benedictino Abad Prosper Guéranger: “Es Gregorio [Nazianzano]... el


uno de todos los Gregorios quien ha merecido y recibido el glorioso nombre de
Teólogo, por consideración de la rectitud de sus enseñanzas, la sublimidad de sus
ideas, y la magnificencia de su dicción.”ccxxiv[224]

Tanto para la mentira que “los teólogos” son unánime en favor de bautismo de
deseo. ¡El único Doctor en la historia de la Iglesia appellidado “el teólogo”
explícitamente lo rechazó!

SAN JUAN CRISÓSTOMO (347-407)


Además de San Gregorio y los otros, San Juan Crisóstomo nos provee una plétora
de citaciónes explícitamente contra la idea de salvación por catecúmenos sin bautizar
(los que están preparando para recibir el bautismo) por bautismo de deseo. Que
alguien más de catecúmenos sin bautizar podría calificar para la salvación sin antes
recibir el Sacramento de Bautismo no era aun considerado como una posibilidad que
vale la pena refutar en este contexto. (¿Que horrorizados estarían estos padres por la
versión moderna de la teoría de bautismo de deseo, que salva a paganos, Judíos,
herejes y cismáticos?)

San Juan Crisóstomo, La Consolación de la Muerte: “Y bien debería lamentar el


pagano, que no conociendo a Dios, muriendo se va directamente a castigo.
Bien debe el Judío lamentar, que no creyendo en Cristo, ha asignado su alma
a perdición.”ccxxv[225]

Debe ser notado que porque el término “bautismo de deseo” no era usado en ése
tiempo, no se encuentra a San Juan Crisóstomo o cualquier otro padre explícitamente
rechazando ése término. Ellos rechazan bautismo de deseo cuando rechazan el concepto
que catecúmenos sin bautizar pueden ser salvos sin Bautismo, como San Juan
Crisóstomo repetidamente hace.

San Juan Crisóstomo, La Consolación de la Muerte: “Y claramente debemos


lamentar por nuestros propios catecúmenos, si ellos, o por su propia
descreencia o por su propio descuido, se salgan de esta vida sin la gracia
salvadora de bautismo.”ccxxvi[226]

Esta declaración claramente rechaza el concepto de bautismo de deseo.

San Juan Crisóstomo, Hom. in Io. 25, 3: “Porque el Catecúmeno es un extraño al


Fiel... Uno tiene Cristo por su Rey; el otro pecado y el diablo; la comida de uno
es Cristo; del otro, ésa carne que decae y perece... Ya que no tenemos nada en
común, en que, diga me, tuviéremos comunión?... Entonces, que prestemos
diligencia para que podemos hacernos ciudadanos de la ciudad arriba... porque
si viniere a pasar (¡que Dios prohibe!) que por la súbita llegada de la muerte
saliéremos para allá no iniciados, aunque tuviéremos diez mil virtudes,
nuestra porción fuere ninguna otra que el infierno, y el gusano venenoso, y
fuego inapagable, y vínculos indisolubles.”ccxxvii[227]

Esta declaración totalmente rechaza el concepto de bautismo de deseo.

San Juan Crisóstomo, Homilía III. de Phil. 1:1-20: “¡Llorad por los incrédulos;
llorad por los que no difieren nada de ellos, los que salen sin la iluminación,
sin el sello! Ellos verdaderamente merecen nuestra lamentación, merecen
nuestros gemidos; están fuera de la ciudad real, con los culpados, con los
condenados: porque, ‘Amen, te digo, Sino un hombre renaciere de agua y el
Espíritu, él no puede entrar al reino del Cielo.’”ccxxviii[228]
El “sello” es el término de los padres por la marca del Sacramento de Bautismo. Y
aquí vemos a San Juan afirmando la verdad apostólica mantenida por todos los padres:
que nadie – incluyendo a un catecúmeno – es salvo sin ser renacido de agua y el
Espíritu en el Sacramento de Bautismo. San Juan Crisóstomo claramente rechazó toda
posibilidad de salvación para uno que no ha recibido el Sacramento de Bautismo.
Afirmó las palabras de Cristo en Juan 3:5 con un entendimiento claramente literal, que
es la enseñanza unánime de Tradición y la enseñanza de dogma Católico definido.

LA TRADICIÓN LITURGICA Y LA TRADICIÓN APOSTÓLICA DE ENTIERRO

Además de estos claros testimonios de los padres contra la teoría de bautismo de


deseo, posiblemente el más llamativo es el hecho que en la historia de la Iglesia
Católica no hay ni una sola tradición que puede ser citado de orar por – o dar entierro
eclesiástico a – catecúmenos que murieron sin bautismo. La Enciclopedia Católica
(1907) tuvo el siguiente por decir sobre la verdadera Tradición de la Iglesia con
respecto a esto:

“Una cierta declaración en la oración funeral de San Ambrosio


sobre el Emperador Valentiniano II ha sido adelantada como
una prueba que la Iglesia ofrendara sacrificios y oraciónes
para catecúmenos que murieron antes del bautismo. No hay
ningún vestigio de tal costumbre encontrado en ningún
lugar... La costumbre de la Iglesia es mostrada más
correctamente en el canon (xvii) del Segundo Concilio de
Braga (572 A.D.): ‘Ni la comemoración de Sacrificio
[oblationis] ni el servicio de salmodiar [psallendi] no debe ser
empleado para catecúmenos que han muerto sin
bautismo.’”ccxxix[229]

¡Aquí tienes la enseñanza de Tradición Católica! ¡Ningún catecúmeno que murió


sin el Sacramento de Bautismo no recibía oraciónes, sacrificio, ni entierro Cristiano! El
Concilio de Braga, en 572 A.D., prohibió orar por catecúmenos que murieron sin
bautismo. Papa San León el Grande y Papa San Gelasio habían confirmado antes la
misma disciplina de la Iglesia - que era la práctica universal - prohibiendo a Católicos
orar por catecúmenos sin bautizar quienes habían muerto.ccxxx[230] Esto signífica que la
creencia en la Iglesia antigua era que no existe ninguna cosa tal como bautismo de
deseo. La teoría de bautismo de deseo no llegó a ser una creencia difundida hasta la
edad media, cuando Santo Tomás de Aquino y unos otros teólogos eminentes la
hicieron la suya, que les puso a muchos teólogos después adoptar ésa posición por
deferencia a ellos, una posición sobre la posible salvación de catecúmenos que
murieron sin bautismo que fue contrario a la creencia abrumadora y tradición liturgica
de la Iglesia antigua, sin mencionar la posterior enseñanza infalible de la Iglesia sobre
la escritura Juan 3:5.
La verdadera enseñanza de tradición apostólica y Católica sobre este tema es
también vista por la enseñanza de la Liturgia Católica, que todos Católicos adorandos
en la Iglesia antigua confesaban y creían: a saber, que ningún catecúmeno sin bautizar
ni persona sin bautizar fue considerado como parte de los fieles (vea la Sección sobre
“La Una Iglesia de los Fieles”). Que catecúmenos sin bautizar no son parte de los fieles
era mantenido por todos los padres, porque era enseñado a todos Católicos en la
liturgia.

Dr. Ludwig Ott, Fundamentos de Dogma Católico, Calidad de Miembro de la


Iglesia, p. 309: “3. Los Padres ponen un claro límite de separación entre
Catecúmenos y ‘los fieles.’”ccxxxi[231]

Esto signífica que ninguna persona sin bautizar puede ser salvo, porque dogma
Católico ha definido que nadie es salvo fuera de la una Iglesia de los fieles.

Papa Gregorio XVI, Summo Iugiter Studio, 27 Mayo 1832, sobre ninguna
salvación fuera la Iglesia: “Actos oficiales de la Iglesia proclaman el mismo
dogma. Pues, en el decreto sobre fe que Inocente III publicó con el sínodo IV de
Letrán, estas cosas están escritas: ‘Hay una Iglesia universal de todos los fieles
fuera de que nadie es salvo.’”ccxxxii[232]

PAPA SAN SIRICIO (384-398)

En su carta al Obispo de Tarragona en el año 385, Papa San Siricio también muestra
como la creencia en la Iglesia antigua rechazó todo concepto de bautismo de deseo.

Papa San Siricio, Carta a Himerio, 385:


“Como mantenemos que la observancia del santo tiempo
Pascual no debe ser suavizada en ninguna manera, en la
misma manera deseamos que infantes que, por causa de su
edad, ya no pueden hablar, o los que, en cualquier necesidad,
carecen el agua de santo bautismo, sean socorridos con toda
posible velocidad, por miedo que, si los que salen de este
mundo fuesen privados de la vida del Reino por haber sido
negado la fuente de salvación que deseaban, esto conduzca a
la ruina de nuestras almas. Si ellos amenazados de
naufragio, o del ataque de enemigos, o los inciertos de un
sitio, o ellos puestos en una condición desesperada por causa
de una enfermedad física, piden lo que en su fe es su única
ayuda, que ellos reciban al mismo momento de su petición el
premio de regeneración que ruegan. ¡Basta de
equivocaciónes pasadas! De ahora siguiente, que todos los
sacerdotes observen la regla antedicha si no quieran ser
separados de la sólida piedra apostólica en que Cristo ha
fundado su Iglesia universal.”ccxxxiii[233]

Esta citación del Papa San Siricio es llamativa porque otra vez claramente muestra
como la Iglesia antigua rechazó creencia en el concepto de bautismo de deseo. Él
empieza por afirmar que la observación de tiempo Pascual no debe ser suavizada.
(Refiere al hecho que Bautismos estaban históricamente celebrados en el tiempo
Pascual.) Después de afirmar que esta tradición debe ser mantenida, avisa que infantes
y los en cualquier necesidad o peligro deben ser bautizados inmediatamente, por temor
que sean “privados de la vida del Reino por haber sido negado la fuente de salvación
que deseaban.” El Latín del pasaje crítico es: “… ne ad nostrarum perniciem tendat
animarum, si negato desiderantibus fonte salutari exiens unusquisque de saeculo et regnum
perdat et vitam.”ccxxxiv[234]

En otras palabras, ¡el hombre que desea bautismo de agua y roga regeneración
todavía será negado el cielo si no lo reciba! ¡Nada podría rechazar más claramente el
concepto de bautismo de deseo! (Esto también prueba que el retraso al bautizar a
adultos es para instruir y probar a los catecúmenos, no porque era creido que estos
catecúmenos podrían ser salvos sin bautismo.)

Este punto es hecho otra vez por el Papa en la segunda parte de la citación, donde
él dice que cuando esas personas sin bautizar “piden lo que en su fe es su única
ayuda, que ellos reciban al mismo momento de su petición el premio de
regeneración que ruegan.” ¡Esto signífica que recibir Bautismo de agua es la unica
ayuda a salvación para tales personas que desean seriamente recibir Bautismo! ¡No hay
ninguna ayuda a salvación para tales personas por su deseo o martirio, sino sólo por
recibir el Sacramento de Bautismo!
LA EDAD MEDIA

Ya que hemos mostrado que la enseñanza de Tradición definitivamente no favorece


bautismo de deseo, ¿de dónde vino este furor de bautismo de deseo que ahora vemos?
¿Porque llegó a ser una creencia tan difundida más tarde? Nunca ha sido enseñado
por ningún Concilio, definición dogmática ni Encíclica Papal a la Iglesia. Pero la
mayoría de la gente hoy piensan que es una enseñanza de la Iglesia Católica. Como ya
dicho, la teoría viene de la errada enseñanza de San Agustín y un pasaje ambiguo de
San Ambrosio en el 4to siglo. Pero, por causa de la tremenda estatura de San Agustín
como teólogo, muchos en la edad media adoptaron su falible opinión sobre bautismo de
deseo, a pesar del hecho que fue contraria a la abrumadora creencia en la Iglesia
antigua. Y cuando los ilustres San Bernardo y Santo Tomás de Aquino hicieron
bautismo de deseo su propia posición fundada en pasajes de San Agustín y la una
ambigua de San Ambrosio, esto causó a muchos teólogos en la edad media y hasta
nuestro día subsiguientemente adoptar bautismo de deseo por deferencia a su gran
erudición (particularmente de Santo Tomás), una posición sobre la posible salvación de
catecúmenos que murieron sin bautismo que fue contraria a la creencia abrumadora y
tradición liturgica de la Iglesia antigua, sin mencionar la posterior infalible enseñanza
de la Iglesia sobre el Sacramento de Bautismo, Juan 3:5 y Un Bautismo, como veremos.

SAN BERNARDO

San Bernardo, Tractatus de baptismo, II, 8, c. 1130: “Pues, créame, sería dificil
volverme aparte de estos dos pilares – quiero decir Agustín y Ambrosio.
Confieso que, si en error o saber, estoy con ellos; porque creo que un hombre
puede ser salvo por fe sola, con tal que desee recibir el sacramento, en un caso
cuando la muerte sobrecoga el cumplimiento de su religioso deseo, o algún otro
poder invencible sea un obstáculo.”ccxxxv[235]

Hay un número de puntos muy importantes en este pasaje: Primero, vemos a San
Bernardo explícitamente confesando que su creencia en bautismo de deseo es basada
solamente en lo que él piensa que San Agustín y San Ambrosio enseñaron, dando más
crédito a nuestro punto que bautismo de deseo es una tradición de hombre, no una
enseñanza de Dios. Y como ya hemos visto, aun los dos padres que cita (Agustín y
Ambrosio) claramente negaron el concepto por afirmar muchas veces que ningún
catecúmeno puede ser salvo sin el Sacramento de Bautismo. De hecho, como ya dicho
– y vale repetir – Padre Juan-Marco Rulleau (de la SSPX) es forzado a admitir en su
libro Bautismo de Deseo (p. 37) que durante el período de San Bernardo, cuando la idea
de bautismo de deseo realmente empezó a ganar impulso basado en los pasajes de
Agustín y la oración funeral de Ambrosio por Valentiniano, el bien conocido Pedro
Abelardo (cuya ortodoxía sin embargo fue sospechosa en otros puntos) dijo que toda
idea de bautismo de deseo basado en San Ambrosio “contradice la tradición en este
tema.”ccxxxvi[236] Entonces, San Bernardo no está solamente basando su opinión sobre dos
doctores falibles, mas está planteando una opinión que es claramente contraria al
testimonio abrumador de Tradición, como he mostrado.

Segundo, y posiblemente lo más importante, mientras expresa su creencia en


bautismo de deseo, ¡San Bernardo explícitamente admite que puede ser equivocado!

San Bernardo: “Quiero decir Agustín y Ambrosio. Confieso que, si en error o


saber, estoy con ellos; porque creo que un hombre puede ser salvo por fe sola,
con tal que desee recibir el sacramento...”

Pero cuando P. Francisco Laisney de la Sociedad de San Pío X cita este pasaje de
San Bernardo en su libro ¿Es Feeneyismo Católico? (p. 67) deliberadamente omite la
declaración de San Bernardo, “si en error o saber...” Aquí está como va el pasaje en ¿Es
Feeneyismo Católico? (el libro de la Sociedad de San Pío X):

“Créame, fuere difícil separarme de estos dos pilares, por cuales refiero a
Agustín y Ambrosio... creyendo con ellos que personas pueden ser salvos por fe
sola y el deseo de recibir el sacramento...”

Las palabras “si en error o saber” están removidas por P. Laisney y repuestas con
elipses (...). Por supuesto, es perfectamente justificable usar elipses (...) en citar textos,
para omitir partes de la citación que no son cruciales o necesarias en la discusión. Pero,
en este caso, a los lectores del libro de P. Laisney les sirviera bien ver esta admisión
breve y crucial de San Bernardo que podría estar correcto o equivocado sobre bautismo
de deseo. P. Laisney deliberadamente la removió porque sabe que es devastadora a su
argumento que bautismo de deseo es una enseñanza de la Iglesia basado en las opiniónes de
santos. Esta admisión de San Bernardo, de hecho, echa por tierra la tesis del libro de P.
Laisney, así que tuvo que ser desechada. Pero a pesar del intento de P. Laisney de la
SSPX de esconder ésto de sus lectores, el hecho está publicado: San Bernardo admite
que él no aun estaba seguro sobre bautismo de deseo porque la idea no es fundada en
ninguna enseñanza de la Iglesia ni tradición infalible, sino solamente en la opinión de
hombre.

Tercero, como he notado, es un increible hecho que en casi toda instancia en que un
Santo o teólogo expresa su opinión en favor de bautismo de deseo o sangre, él casi
siempre comete un distinto error en el mismo documento (así probando su falibilidad).
En el documento citado arriba, San Bernardo usa la frase “fe sola” tres veces (que fue
condenada aproximadamente 13 veces por el Concilio de Trento en el 16to siglo).

San Bernardo, Tractatus de baptismo, II, 8, c. 1130: “Pues, créame, sería dificil
volverme aparte de estos dos pilares - quiero decir Agustín y Ambrosio.
Confieso que, si en error o saber, estoy con ellos; porque creo que un hombre
puede ser salvo por fe sola, con tal que desee recibir el sacramento, en un caso
cuando la muerte sobrecoga el cumplimiento de su religioso deseo, o algún otro
poder invencible sea un obstáculo... Esto implicó que alguna vez fe sola baste
para la salvación... En la misma manera, fe sola y convertir la mente a Dios, sin
derramar sangre o vertir agua, sin duda trae salvación a uno que tiene la
voluntad pero no el medio... para recibir el bautismo.”ccxxxvii[237]

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Can. 9: “Si alguno dijere que por fe sola el pecador es justificado,
para entender que nada más debe cooperar en el logro de la gracia de justificación, y que no es en ninguna
manera necesario a él ser preparado y dispuesto por la acción de su voluntad: sea anatema.”

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 7, Can. 8: “Si alguno dijere que por los dichos sacramentos de la
Nueva Ley, gracia no está conferida por la obra que ha sido obrado [ex opere operato], sino que fe sola en la
promesa divina basta para obtener gracia: sea anatema.”

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Can. 19: “Si alguno dijere que nada excepto fe es mandado en el
Evangelio... sea anatema.”

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Cap. 11: “Pues nadie debe hacerse ilusiones por causa de fe sola,
pensando que por fe sola está hecho heredero y obtendrá la herencia, aunque no sufre con Cristo ‘para que
fuere también glorificado’ (Rom. 8:17).”

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Cap. 10: “‘Ves, que por obras un hombre es justificado y no por fe
sola’ (Santiago 2:24).”

Estoy seguro que San Bernardo no verdaderamente creía que fe sola justifica y
salva (la doctrina heretica de Luter); ¡pero esta es la frase él usa arriba tres veces! Esto
hace aparecer el punto con claridad cristalina: que si alguno vaya a dogmatizar las
enseñanzas de santos (como a muchos propugnadores de bautismo de deseo les gusta
hacer) y citarlas como textos de prueba, entonces tendrá mucho error y aun herejía. Y
prueba otra vez que las declaraciónes de San Bernardo no son enseñanzas de la Iglesia
Católica, sino opiniónes falibles en que podría estar equivocado (como él mismo
admite) y, en este caso, en que definitivamente está equivocado.

Cuarto, al expresar su opinión sobre bautismo de deseo, San Bernardo dice que uno
puede ser impedido de recibir bautismo por algún “poder invencible.” Esto también es
teológicamente incorrecto. ¡Dios es Omnipotente; Él solo es el “poder invencible”!
Nada puede impedir a Él de conducir un alma de buena voluntad al Bautismo.

Papa Pío IX, Vaticano I, ex cathedra: “Todo que Dios ha traido


a ser Él protege y guberna por Su providencia, ‘que extende
de un extremo del mundo al otro y bien ordena
todo’...”ccxxxviii[238]

Y, irónicamente, por hacer la antedicha declaración sobre un catecúmeno siendo


impedido de recibir bautismo por algún “poder invencible,” San Bernardo también
directamente contradice a San Agustín, el uno que él intenta usar por su falible opinión
sobre bautismo de deseo.

San Agustín, 391: “Cuando hubiéremos venido a Su [Dios] vista, miraremos la


equidad del juicio de Dios. Entonces nadie dirá:... ‘Porque este hombre fue
guiado por la dirección de Dios a recibir bautismo, cuando ése hombre, aunque
se comportaba propiamente como un catecúmeno, fue matado en un desastre
precipitado, y no fue bautizado?’ Busque premios, y no encontrares nada
menos castigos.”ccxxxix[239]

Todo esto prueba que la sanción de San Bernardo por bautismo de deseo era
defectuosa, contradictoria, confesadamente falible y basada solamente en lo que él
creía ser las opiniónes de hombres. No tiene ninguna importancia aun por un
momento contra el indefectuoso, perfectamente consistente, infalible dogma, que
proclama que ningún hombre puede ser salvo sin el Sacramento de Bautismo.

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22


Nov. 1439, ex cathedra: “Santo bautismo, que es la puerta de la
vida espiritual, mantiene el primér lugar entre todos los
sacramentos; por él somos hechos miembros de Cristo y del
cuerpo de la Iglesia. Y porque la muerte entró al universo
por el primér hombre, ‘sino renazcamos de agua y el
Espíritu, no podemos,’ como la Verdad dice, ‘entrar al reino
del cielo’ [Juan 3:5]. La materia de este sacramento es agua
real y natural.”ccxl[240]
Y esta tradición de hombre (bautismo de deseo) ganó más impulso después de San
Bernardo, cuando Santo Tomás de Aquino desafortunadamente la hizo suya, basado
otra vez en las pocas pasajes en San Agustín, la una en San Ambrosio y su propio
razonamiento teológico especulativo.

SANTO TOMÁS DE AQUINO

Santo Tomás de Aquino, a pesar de todo su fabulosa escritura y erudición sobre la


fe Católica, siendo un hombre falible, fue equivocado en muchos puntos, incluyendo
su declaración explícita en la Summa Theologica que “La carne de la Virgen fue concebida
en Pecado Original.”ccxli[241] Un erudito notó que el libro que Santo Tomás estaba
escribiendo cuando se murió fue llamado El Compendio de Teología, en que están
encontrados por lo menos nueve errores explícitos.ccxlii[242] De hecho, “hace más que
treinta años, el Dr. Andre Daignes, Profesor de Filosofía en Buenos Aires, Argentina,
señaló veinticuatro errores formales en la Summa de Santo Tomás.”ccxliii[243] Esto
simplemente prueba otra vez que las especulaciónes teológicas de aun nuestros
grandissimos santos teólogos son sola ésa - especulaciónes falibles. Solo San Pedro y
sus sucesores, los Papas, cuando hablan de la Cátedra de Pedro, tienen la fe infalible.
Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, ex cathedra:
“Pues, este don de verdad Y UNA FE INFALIBLE FUE DIVINAMENTE
CONFERIDO SOBRE PEDRO Y SUS SUCESORES EN ESTA
CÁTEDRA...”ccxliv[244]

En Summa Theologica III, P. 66, Art. 11, Santo Tomás intenta explicar su creencia en
bautismo de deseo y sangre. Intenta explicar como pueden ser “tres bautismos” (agua,
sangre y deseo) cuando San Pablo declara en Efésios 4:5 que hay solo uno. Dice:

“Los otros dos Bautismos están incluidos en el Bautismo de Agua, que deriva su
eficacia, ambos de la Pasión de Cristo y del Espíritu Santo.”ccxlv[245]

Con el debido respeto a Santo Tomás, este es un intento débil de contestar la


objeción de como pueden ser tres bautismos cuando Dios revela que hay solo uno. Es
débil porque Santo Tomás dice que los otros dos bautismos, deseo y sangre, están
incluidos en el bautismo de agua; pero esto es falso, porque uno que recibe bautismo de
agua no recibe bautismo de deseo y bautismo de sangre, aun según los propugnadores
de bautismo de deseo. Por siguiente, es falso decir, como hace Santo Tomás, que los
otros dos bautismos están incluidos en el bautismo de agua; muy ciertamente no están.

Además, al enseñar la teoría de bautismo de deseo, Santo Tomás repetidamente


admitió que ninguno no es un Sacramento.

Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica III, P. 66, A. 11, Respuesta 2: “Según
está dicho arriba, un sacramento es un tipo de signo. Los otros dos [bautismo
de deseo y sangre], sin embargo, son similares al Bautismo de Agua, no, de
verdad, en la naturaleza de signo, sino en el efecto bautismal. Por siguiente no
son sacramentos.”ccxlvi[246]
El fiero propugnador de bautismo de deseo, P. Laisney, admite el mismo en su
libro, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 9:

P. Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 9: “Bautismo de Deseo no es un


sacramento; no tiene el signo exterior requerido en los sacramentos. Los
teólogos, siguiendo a Santo Tomás... lo llama ‘bautismo’ solamente porque
produce la gracia de bautismo... pero no produce el carácter
sacramental.”ccxlvii[247]

Pero el Concilio de Trento (unos pocos siglos después de Santo Tomás, en 1547)
definió infaliblemente como un dogma que ¡EL SACRAMENTO DE BAUTISMO es
necesario para la salvación!

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, Can. 5 del Sacramento de


Bautismo, ex cathedra: “Si alguno dijere que bautismo [el
Sacramento] es opcional, eso es, no necesario para la
salvación (cf. Jn. 3:5): sea anatema.”ccxlviii[248]

¿Pues, a quién se puede seguir, a Santo Tomás o al infalible Concilio de Trento?


Compara los dos:

Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica III, P. 68, Art. 2: “... parece que un
hombre puede obtener la salvación sin el sacramento de Bautismo, por medio
de la santificación invisible...”

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, Can. 5 sobre el Sacramento de Bautismo,


Ses. 7, 1547, ex cathedra: “Si alguno dijere que bautismo [el sacramento] es
opcional, eso es, no necesario para la salvación (cf. Juan 3:5): sea
anatema.”ccxlix[249]

Hay una contradicción obvia aquí. El falible Santo Tomás de Aquino dice que es
posible obtener salvación sin el Sacramento de Bautismo, mientras que el infalible
Concilio de Trento define que el Sacramento es necesario para la salvación. ¿Y que
signífica “necesario”? Según Parte III, P. 68, A. 2, Obj. 3 en la Summa Theologica de
Santo Tomás mismo, “ése es necesario sin cual algo no puede ser (Metaf. V).”ccl[250] Pues,
“necesario” signífica sin cual algo no puede ser. Pues, la salvación no puede ser – es
imposible – sin el Sacramento de Bautismo (de fide, Concilio de Trento). Católicos deben
aceptar esta verdad y rechazar la falible opinión de Santo Tomás en la Summa
Theologica sobre bautismo de deseo.

Papa Benedicto XIV, Apostolica (# 6), 26 Junio 1749: “El juicio de la Iglesia es
preferable a lo de un Doctor afamado por su santidad y enseñanza.”ccli[251]

Papa Pío XII, Humani generis (# 21), 12 Agosto 1950: “Este depósito de fe
nuestro Divino Redentor ha dado por interpretación auténtica no a cada uno
de los fieles, no aun a teólogos, sino solamente a la Autoridad Magistral de la
Iglesia.”cclii[252]

Papa San Pío X, Pascendi dominici gregis (# 45), 8 Sept. 1907: “Ni que decir tiene
que si algo esté encontrado entre los doctores escolásticos que puede ser
considerado como un exceso de sutileza, o que totalmente carece de
probabilidad, no tenemos ningún deseo en absoluto de proponerlo para la
imitación de generaciónes presentes.”ccliii[253]

Y por si acaso alguno arguya que uno puede recibir el Sacramento de Bautismo sin
agua, citaré la definición del Concilio de Trento en Can. 2.
Papa Pablo III, El Concilio de Trento, Can. 2 del Sacramento de Bautismo, Sesión 7, 1547,
ex cathedra: “Si alguno dijere que agua real y natural no es necesario para el
bautismo, y por ésa razón ésas palabras de Nuestro Señor Jesucristo: ‘Sino un hombre
renaciere de agua y el Espíritu Santo’ [Juan 3:5], están distorsionadas a cualquier tipo
de metáfora: sea anatema.”ccliv[254]

EL CONCILIO DOGMÁTICO DE VIENNE (1311-1312)

Habría sido interesante ver, sin embargo, que habría dicho Santo Tomás si había
vivido hasta el dogmático Concilio de Vienne en 1311. Santo Tomás se murió en 1274, 37
años antes del Concilio. El Concilio de Vienne definió infaliblemente como un dogma
que hay sólo un bautismo que debe ser confesado por todos Católicos, y que el uno
bautismo es bautismo de agua.

Papa Clemente V, Concilio de Vienne, 1311-1312, ex cathedra:


“Además, un bautismo que regenera a todos que son
bautizados en Cristo debe ser fielmente confesado por todos
asimismo que ‘un Dios y una fe’ [Ef. 4:5], que celebrado en
agua en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
creemos ser comúnmente el perfecto remedio para la salvación
para adultos como para niños.”cclv[255]

Esta definición es crucial a esta discusión, porque no se puede afirmar un bautismo


de agua y al mismo tiempo agarrarse obstinadamente a la creencia que hay “tres
bautismos,” de cuales dos no son de agua. Ésa es una clara contradicción. Los que
entienden y comprehenden este dogma deben repudiar los llamados “tres bautismos.”

SANTO TOMÁS RECHAZÓ “IGNORANCIA INVENCIBLE”

También es muy importante hacer notar que aunque Santo Tomás de Aquino fue
equivocado sobre bautismo de deseo, él mantenía el dogma Fuera de la Iglesia No Hay
Ninguna Salvación y rechazaba la herejía moderna que personas pueden ser salvos
quienes están “invenciblemente ignorante” de Jesucristo. En muchos lugares Santo
Tomás explícitamente se dirigió a la cuestión de personas en llamada ignorancia
invencible.

Santo Tomás de Aquino, De Veritate, 14, A. 11, ad 1: Objeción- “Es posible que
alguien sea criado en el bosque, o entre lobos; tal hombre no puede saber
nada explícitamente sobre la fe. Santo Tomás responde- Es la característica
de Providencia Divina proveer a todo hombre lo que es necesario para la
salvación... si por su parte no haya obstáculo. En el caso de un hombre que
busca bien y esquiva mal, por la conducción de razón natural, Dios o le
revelaría a él por inspiración interna lo que debe ser creido, o le enviaría
algun predicador de la fe...”cclvi[256]

Santo Tomás de Aquino, Sent. II, P. 1, A. 4, ad 4: “Si un hombre nacido entre


naciónes bárbaras, haga lo que puede, Dios Mismo le mostrará lo que es
necesario para la salvación, o por inspiración o por enviarle un maestro a
él.”cclvii[257]

Santo Tomás de Aquino, Sent. III, 25, P. 2, A. 2, solute. 2: “Si un hombre no tenga
a nadie para instruirle, Dios le mostrará, excepto él culpablemente quiera
permanecer donde está.”cclviii[258]

En la Summa Theologica, Santo Tomás además enseñó la verdad que todos hombres
major de la edad de razón están obligados a saber los misterios principales de Cristo
para la salvación sin excepciónes por ignorancia.

Santo Tomás, Summa Theologica: “Después que gracia había sido revelada,
ambos los eruditos y la gente simple están obligados a fe explícita en los
misterios de Cristo, principalmente en lo que se refiere a los que están
observados en toda la Iglesia, y proclamados públicamente, tal como los
artículos que refieren a la Encarnación, de que hemos hablado arriba.”cclix[259]

Santo Tomás, Summa Theologica: “Y por siguiente, cuando gracia había sido
revelada, todos fueron obligados a fe explícita en el misterio de la
Trinidad.”cclx[260]

Por lo tanto, Santo Tomás, como todos los padres de la Iglesia, rechazó la herejía
moderna de “ignorancia invencible” salvando a los que mueren no Católicos. Su
especulación y enseñanza errada sobre bautismo de sangre/deseo solamente trató de
catecúmenos. Y este punto verdaderamente muestra el dolo de herejes modernos, a
quienes les gusta citar a Santo Tomás de Aquino sobre bautismo de deseo para
justificar de algún modo su idea herética que miembros de religiones falsas pueden ser
salvos por “bautismo de deseo.”

15. Papa San León el Grande termina el debate


Hemos visto que la Tradición no enseña bautismo de deseo y que la infalible
enseñanza de la Iglesia sobre el Sacramento de Bautismo y Juan 3:5 lo excluye. Y
hemos visto que este error era perpetuado en la edad media por pasajes viciadas en los
textos falibles de Eclesiásticos. Ya trataré la declaración posiblemente la más
interesante sobre esta tema, la carta dogmática del Papa San León el Grande a Flaviano,
que excluye el exacto concepto de bautismo de deseo y bautismo de sangre.

Papa San León el Grande, carta dogmática a Flaviano, Concilio


de Calcedonia, 451:
“Que oiga él lo que predica el bendito apóstol Pedro, que
santificación por el Espíritu es efectuada por la rociación de
la sangre de Cristo (1 Ped. 1:2); y que no se salte las palabras
del mismo apóstol, sabiendo que habéis sido rescatados de vuestra
vana conversación, la cual recibisteis de vuestros padres, no con
corruptibles oro y plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como
de un cordero sin mancha y sin contaminación (1 Ped. 1:18). Ni
debe él resistir el testimonio del bendito Juan el apóstol: y la
sangre de Jesús, el Hijo de Dios, nos purifica de todo pecado (1 Jn.
1:7); y otra vez, Esta es la victoria que vence el mundo, nuestra fe.
¿Quién hay que vence el mundo salvo él que cree que Jesús es el Hijo
de Dios? Es Él, Jesucristo, que ha venido por agua y sangre, no en
agua sólo, sino en agua y sangre. Y porque el Espíritu es verdad, es
el Espíritu que testifica. Porque hay tres que rinden testimonio -
Espíritu y agua y sangre. Y los tres son uno (1 Jn. 5:4-8). EN
OTRAS PALABRAS, EL ESPÍRITU DE SANTIFICACIÓN Y
LA SANGRE DE REDENCIÓN Y EL AGUA DE
BAUTISMO. ESTOS TRES SON UNO Y PERMANECEN
INDIVISIBLES. NINGUNO DE ELLOS ES SEPARABLE DE
SU CONEXIÓN CON LOS OTROS.”cclxi[261]

Antes de tratar de la tremenda significación de esta declaración, daré un poco de


historia sobre esta carta dogmática. Esta es la famosa carta dogmática del Papa San
León el Grande a Flaviano, escrita originalmente en 449, y luego aceptada por el
Concilio de Calcedonia – el cuarto Concilio general de la Iglesia – en 451 (citado en
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Prensa de Georgetown, Vol. 1, pp. 77-82). Es uno
de los documentos más importantes en la historia de la Iglesia. Esta es la famosa carta
que, cuando fue leida en voz alta en el dogmático Concilio de Calcedonia, causó a todos
los padres del Concilio (más que 600) levantarse y proclamar: “Esta es la fe de los Padres,
la fe de los apóstoles; Pedro ha hablado por la boca de León.” La carta misma personifica
el término ex cathedra (hablando de la Cátedra de Pedro), como fue probado por la
reacción de los padres de Calcedonia. Esta carta dogmática del Papa León fue
aceptada por el Concilio de Calcedonia en su definición de Fe, que fue aprobada
autorizadamente por Papa León mismo.

Y si éso no fuera suficiente para probar que la carta del Papa León es sin duda
infalible y dogmática, considere el hecho que también fue aprobada por el Papa Vigilio
en el Segundo Concilio de Constantinopla (533)cclxii[262] y por el Papa San Agato en el Tercero
Concilio de Constantinopla (680-681).cclxiii[263] También fue confirmada infaliblemente por
un número de otros Papas, incluyendo a: Papa San Gelasio, 495,cclxiv[264] Papa Pelagio II,
533,cclxv[265] y Papa Benedicto XIV, nuper ad nos, 1743.cclxvi[266]

Por causa de la tremenda significación de la carta del Papa León al presente tema,
citaré una porción del Papa San Gelasio que muestra que nadie puede contradecir, ni
en lo más mínimo, esta epístola dogmática del Papa San León a Flaviano.

Papa San Gelasio, Decreto, 495: “También la epístola de


bendito León el Papa a Flaviano... si alguno arguyere en
relación al texto de esta una aun sobre una iota, y no la
recibiere reverentemente en todo sentido, sea anatema.”cclxvii[267]

Aquí tenemos al Papa San Gelasio hablando ex cathedra para condenar a todo él que
desviare, aun sobre una iota, del texto de la epístola dogmática del Papa León a
Flaviano.

Ahora, en la sección de la carta dogmática del Papa León citada arriba, él trata de
Santificación por el Espíritu. “Santificación por el Espíritu” es el término por
Justificación del estado de pecado. Justificación es el estado de gracia. Nadie puede
llegar al cielo sin Santificación por el Espíritu [Justificación], como todos que se
profesan Católicos admiten. El Papa San León afirma, por la autoridad de los grandes
apóstoles Santos Pedro y Juan, que esta Santificación por el Espíritu es efectuada por
la rociación de la Sangre de Cristo. Es solamente por recibir esta Sangre de
Redención, él prueba, que alguno puede ser cambiado del estado de Adán (pecado
original) al estado de gracia (justificación/santificación). Es solamente por esta Sangre
que Santificación por el Espíritu surte efecto. Este dogma fue definido también por el
Concilio de Trento.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 5, de pecado original, ex cathedra: “Si
alguno aseverare que este pecado de Adán... es quitado o por las fuerzas de
natura humana, o por cualquier remedio diferente del mérito del uno
mediador, nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha reconciliado a Dios en su
propia sangre, ‘hecho hacia nos justicia, santificación, y redención’ (1 Cor. 1:30);
o si negare que el mérito de Jesucristo es aplicado a adultos además de infantes
por el sacramento de bautismo... sea anatema.”cclxviii[268]

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 6, Cap. 3, ex cathedra: “Pero aunque Cristo
se murió para todos, todavía no todos reciben el beneficio de Su muerte, sino
sólo los a quienes el mérito de Su Pasión está comunicado.”cclxix[269]
Es una verdad divinamente revelada que nadie puede ser
liberado del estado de pecado y santificado sin la
aplicación de la Sangre de Redención a él. De esto
ningún Católico puede dudar.
Propugnadores de bautismo de deseo/sangre - y esto incluye también al Centro San
Benedicto, porque ellos también creen en justificación por deseo - arguyen que la
Sangre de Redención, que efectua la Santificación por el Espíritu, es aplicada al alma
por el deseo del bautismo o de martirio, sin bautismo de agua. Recuerda eso:
propugnadores de bautismo de deseo/sangre arguyen que la Sangre de Redención,
que efectua la Santificación por el Espíritu, es aplicada al alma sin bautismo de agua.
¡Pero esto es exactamente el opuesto de lo que Papa León el Grande define
dogmáticamente! Citaré las porciónes cruciales de su declaración otra vez:

Papa San León el Grande, carta dogmática a Flaviano, Concilio de Calcedonia,


451:
“Que oiga él lo que predica el bendito apóstol Pedro, que santificación por el
Espíritu es efectuada por la rociación de la sangre de Cristo (1 Ped. 1:2)... Es Él,
Jesucristo, que ha venido por agua y sangre, no en agua sólo, sino en agua y
sangre. Y porque el Espíritu es verdad, es el Espíritu que testifica. Porque hay
tres que rinden testimonio - Espíritu y agua y sangre. Y los tres son uno (1 Jn.
5:4-8). EN OTRAS PALABRAS, EL ESPÍRITU DE SANTIFICACIÓN Y LA
SANGRE DE REDENCIÓN Y EL AGUA DE BAUTISMO. ESTOS TRES
SON UNO Y PERMANECEN INDIVISIBLES. NINGUNO DE ELLOS ES
SEPARABLE DE SU CONEXIÓN CON LOS OTROS.”cclxx[270]

Papa San León define que en Santificación, el Espíritu de


Santificación y la Sangre de Redención ¡no pueden ser
separados del agua de bautismo! Por lo tanto, no puede
ser ninguna Justificación por el Espíritu y la Sangre sin el
Sacramento de Bautismo.
Esto infaliblemente excluye el preciso concepto de bautismo de deseo y bautismo
de sangre, que es que santificación por el Espíritu y la Sangre sin agua es posible.

En luz de esta carta dogmática, además de los otros hechos ya adelantados,


bautismo de deseo y bautismo de sangre no pueden ser mantenidos; porque estas
teorías separan el Espíritu y la Sangre del agua en santificación.

Y para que nadie intente criticar esta infalible definición por argüir que la Bendita
Virgen María es una excepción a ella, debe ser reconocido que Papa San León está
definiendo sobre santificación/justificación del estado de pecado.
Papa San León el Grande, carta dogmática a Flaviano, Concilio de Calcedonia,
451:
“Que oiga él lo que predica el bendito apóstol Pedro, que santificación por el
Espíritu es efectuada por la rociación de la sangre de Cristo (1 Ped. 1:2); y que
no se salte las palabras del mismo apóstol, sabiendo que habéis sido rescatados
de vuestra vana conversación, la cual recibisteis de vuestros padres, no con
corruptibles oro y plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha y sin contaminación (1 Ped. 1:18). Ni debe él resistir el testimonio del
bendito Juan el apóstol: y la sangre de Jesús, el Hijo de Dios, nos purifica de todo
pecado (1 Jn. 1:7)...”

La Bendita Virgen María no tenía ningún pecado. Ella fue concebida ya en un


estado de santificación perfecta. Ya que el Papa León está definiendo sobre
santificación/justificación de pecado, su definición no aplica en ninguna manera a ella.

Por siguiente, no puede ser ninguna Justificación de un pecador sin bautismo de


agua (de fide). No puede ser ninguna aplicación a un pecador de la Redentiva Sangre
de Cristo sin bautismo de agua (de fide). No puede ser ninguna salvación sin bautismo
de agua (de fide).

Para probar además el punto que esta declaración dogmática específicamente


elimina la entera teoría de bautismo de deseo, nota como Santo Tomás de Aquino (al
enseñar bautismo de deseo) dice exactamente el opuesto de lo que Papa San León el
Grande definió.

Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica III, P. 68, Art. 2: “...un hombre puede
obtener la salvación sin el sacramento de Bautismo, por medio de la
santificación invisible...”

Santo Tomás dice que bautismo de deseo da santificación sin el agua de Bautismo.
¡Papa San León el Grande dice dogmáticamente y infaliblemente que no se puede tener
santificación sin el agua de bautismo! Un Católico debe aceptar la enseñanza del Papa
San León el Grande.

Papa San León el Grande, carta dogmática a Flaviano, Concilio de Calcedonia,


451:
“EN OTRAS PALABRAS, EL ESPÍRITU DE SANTIFICACIÓN Y LA SANGRE
DE REDENCIÓN Y EL AGUA DE BAUTISMO. ESTOS TRES SON UNO Y
PERMANECEN INDIVISIBLES. NINGUNO DE ELLOS ES SEPARABLE DE
SU CONEXIÓN CON LOS OTROS.”cclxxi[271]

La significación de la declaración del Papa San León es extraordinaria. Ella por


supuesto aplasta toda idea de salvación para los supuestamente “ignorantes
invencibles.” Estas almas no pueden ser santificadas y limpiadas por la Sangre de
Cristo sin recibir los salvandos aguas de bautismo, que Dios llevará a todos de buena
voluntad.

El dogma que la Sangre de Cristo está aplicada a un pecador en el Sacramento de


Bautismo fue definido por el Concilio de Trento; sin embargo, la definición no es tan
específica que la del Papa León. La diferencia es que, mientras que la definición de
Trento sobre la Sangre de Cristo declara el principio que la Sangre de Cristo está
aplicada a un pecador en el Sacramento de Bautismo, la definición del Papa León
confirma que esto signífica que la Sangre de Cristo solamente puede ser aplicada a un
pecador por el Sacramento de Bautismo.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 5, de pecado original, ex cathedra: “Si
alguno aseverare que este pecado de Adán... es quitado o por las fuerzas de
natura humana, o por cualquier remedio diferente del mérito del uno
mediador, nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha reconciliado a Dios en su
propia sangre, ‘hecho hacia nos justicia, santificación, y redención’ (1 Cor. 1:30);
o si negare que el mérito de Jesucristo es aplicado a adultos además de
infantes por el sacramento de bautismo... sea anatema.”cclxxii[272]

La declaración del Papa San León también radicalmente confirma el entendimiento


constante de la Iglesia de las palabras de Jesucristo en Juan 3:5 en su senso
absolutamente literal: Sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu, él no puede
entrar al reino de Dios.

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22


Nov. 1439, ex cathedra: “Y porque la muerte entró al universo
por el primér hombre, ‘sino renazcamos de agua y el
Espíritu, no podemos,’ como la Verdad dice, ‘entrar al reino
del cielo’ [Juan 3:5]. La materia de este sacramento es agua
real y natural.”cclxxiii[273]

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, De Pecado Original, Sesión


V: “Por un hombre el pecado entró al mundo, y por pecado la
muerte... para que en ellos sea quitado lavando por
regeneración, lo que han contraido por generación, ‘Porque
sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu, él no puede
entrar al reino de Dios [Juan 3:5].”cclxxiv[274]

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, cánones del Sacramento de


Bautismo, Sesión 7, canon 2, ex cathedra: “Si alguno dijere que
agua real y natural no es necesario para el bautismo, y por ésa
razón ésas palabras de Nuestro Señor Jesucristo: ‘Sino un
hombre renaciere de agua y el Espíritu Santo’ [Juan 3:5],
están distorsionadas a cualquier tipo de metáfora: sea
anatema.”cclxxv[275]

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, cánones del Sacramento de


Bautismo, canon 5, ex cathedra: “Si alguno dijere que
bautismo es opcional, eso es, no necesario para la salvación
(cf. Jn. 3:5): sea anatema.”cclxxvi[276]

Se puede ver la armonía de la declaración dogmática del Papa San León el Grande
con todas estas otras: no hay ninguna salvación sin agua y el Espíritu porque la Sangre
de Cristo - sin cual nadie es justificado - es por si misma inseparable del agua y el
Espíritu.

Los que comprehenden esta declaración del Papa San León deben rechazar toda
creencia en las teorías de bautismo de deseo y sangre. Deben admitir que los teólogos
que creían en bautismo de deseo y sangre estaban equivocados. Deben dejar de creer y
enseñar que Santificación por el Espíritu viene sin el agua de bautismo. Los que se
niegan a hacer esto están obstinadamente contradiciendo la enseñanza de la Iglesia.
Contradecir obstinadamente la enseñanza de la Iglesia es caer en herejía. Caer en
herejía sin arrepentirse es perder la salvación.

Unos posiblemente se pregunten porque unos santos y teólogos enseñaban


bautismo de deseo y sangre aun después del tiempo de la declaración del Papa León.
La respuesta es simple: Ellos ignoraban la definitiva declaración del Papa León
respecto a esto; erraban en buena fe; estaban falibles seres humanos; no conocían que
su posición era contraria a esta infalible enseñanza de la Iglesia Católica.

Pero una vez que alguien realice que esta posición sobre bautismo de deseo y
sangre es contraria a la infalible enseñanza de la Iglesia Católica – como una
consideración cuidadosa de la declaración del Papa León prueba – se debe cambiar su
posición si quiera permanecer Católico y salvar su alma. San Pedro ha hablado por la
boca de León y ha confirmado para nosotros que el Espíritu de Santificación y la
Sangre de redención no pueden ser separados de su conexión con bautismo de agua,
pues debemos alinear nuestra posición con esto o de lo contrario, no tengamos la fe de
Pedro.

16. Objeciónes Principales


SES. 6, CAP. 4 DEL CONCILIO DE TRENTO
OBJECIÓN- ¡En Sesión 6, Capítulo 4 de su decreto sobre Justificación, el Concilio de
Trento enseña que justificación puede ocurrir por el agua de bautismo o el deseo de él!
¡Para que sepas!

RESPUESTA- [Nota Preliminar: Si Ses. 6, Cap. 4 de Trento estuviera enseñando lo que


los propugnadores de bautismo de deseo afirman (que no está), entonces significaría
que todo hombre debe recibir bautismo o por lo menos tener el deseo/voto real de
bautismo para ser salvo. Significaría que sería herejía decir que cualquier persona sin
bautizar podría ser salvo si no tenga por lo menos el deseo/voto de bautismo de agua.
¡Pero 99% de las personas que citan este pasaje en favor de bautismo de deseo no aun
creen que alguno debe desear bautismo para ser salvo! Creen que Judíos, Budistas,
Hindus, Musulmánes, etc. pueden ser salvos que no deseen bautismo de agua. Por lo
tanto, 99% de los que citan este pasaje rechazan aun lo que ellos afirman que está
enseñando. Francamente, este hecho muestra la falacia y la mala voluntad de la
mayoría de propugnadores de bautismo de deseo al intentar citar este pasaje como
estuvieran devotos a su enseñanza cuando, de hecho, no la creen en absoluto y están en
herejía por enseñar que no Católicos pueden ser salvos que no aun desean bautismo de
agua.]

Eso notado, este pasaje del Concilio de Trento no enseña que Justificación puede
ocurrir por el agua de bautismo o el deseo de él. El pasaje dice que justificación en los
impíos NO PUEDE OCURRIR SIN el agua de bautismo o el deseo de él. Esto es
totalmente diferente de la idea que justificación puede ocurrir por el agua de bautismo
o el deseo de él.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 6, Cap. 4: “En estas palabras es insinuada
una descripción de la justificación del impío: como hay una transición del
estado en que nace el hombre hijo del primér Adán, al estado de gracia y de
adopción como hijos de Dios por el segundo Adán, Jesucristo nuestro Salvador;
por cierto, esta transición, una vez que el Evangelio ha sido promulgado, NO
PUEDE OCURRIR SIN el lavacro de regeneración o el deseo de él; SEGÚN
ESTÁ ESCRITO: Sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu Santo, no
puede entrar al reino de Dios (Juan 3:5).”cclxxvii[277]

Primero, el lector debe notar que este pasaje crucial de Trento ha sido
horriblemente maltraducido en Denzinger, las Fuentes de Dogma Católico, citado
arriba.

La frase crítica, “esta transición, una vez que el Evangelio ha sido promulgado, no
puede ocurrir sin el lavacro de regeneración o el deseo de él” ha sido maltraducida para leer:
“esta transición, una vez que el Evangelio ha sido promulgado, no puede ocurrir excepto por
el lavacro de regeneración o el deseo de él...” Esta traducción errónea de la palabra Latin
“sine” (sin) – que está encontrada en el Latín originalcclxxviii[278] – a “excepto por”
completamente altera el significado del pasaje para favorecer del error de bautismo de
deseo. Esto es importante recordar porque esta traducción errónea todavía está usada
todo el tiempo por apologistas de bautismo de deseo (frecuentemente
deliberadamente), incluyendo en publicaciónes recientes de las SSPX y CMRI. Eso
mencionado, procederé a tratar lo que el Concilio en realidad dice aquí.

Viendo una traducción correcta, encontrada en muchos libros, el lector también


debe notar que, en este pasaje, el Concilio de Trento enseña que Juan 3:5 debe ser
entendido según está escrito (Latin: sicut scriptum est), que excluye toda posibilidad
de salvación sin ser renacido de agua en el Sacramento de Bautismo. No hay
ninguna manera en que bautismo de deseo puede ser verdad si Juan 3:5 debería ser
entendido según está escrito, porque Juan 3:5 dice que todo hombre debe ser renacido
de agua y el Espíritu para ser salvo, que es lo que la teoría de bautismo de deseo niega.
La teoría de bautismo de deseo y una interpretación de Juan 3:5 según está escrito son
mutuamente exclusivos (ambas no pueden ser verdad al mismo tiempo) – y todo
defensor de bautismo de deseo admite esto. Eso es porque todos ellos deben – y hacen
– elegir una interpretación no literal de Juan 3:5.

P. Francois Laisney (Creyente en Bautismo de Deseo), ¿Es Feeneyismo Católico?,


p. 33: “El mejor argumento de P. Feeney fue que las palabras de Nuestro Señor,
‘Sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu, no puede entrar al reino de Dios’
(Juan 3:5) signífican la absoluta necesidad de bautismo de agua sin toda
excepción en absoluto... La gran pregunta es, entonces, ¿cómo explicó la Iglesia
estas palabras de Nuestro Señor?”

P. Laisney, un fiero propugnador de bautismo de deseo, aquí admite que Juan 3:5
no puede ser entendido según está escrito si bautismo de deseo sea verdad. Él así
mantiene que el verdadero entendimiento de Juan 3:5 es que no se aplica literalmente a
todos hombres; eso es, Juan 3:5 no debe ser entendido según está escrito. Pero ¿cómo
entiende la Iglesia Católica estas palabras? ¿Que dice el pasaje de Trento que ya hemos
tratado? Dice infaliblemente, “SEGÚN ESTÁ ESCRITO, SINO UN HOMBRE
RENACIERE DE AGUA Y EL ESPÍRITU, NO PUEDE ENTRAR AL REINO DE DIOS.”

Pero ¿qué hay de la afirmación de los de bautismo de deseo?: que el uso de la


palabra “o” (Latin: aut) en el pasaje arriba significa que justificación puede ocurrir por
el agua de bautismo o el deseo de él. Una consideración cuidadosa de la traducción
correcta de este pasaje muestra esta afirmación ser falsa. Suponga que yo dijera, “Esta
ducha no puede ocurrir sin agua o el deseo de tomar una.” ¿Signifique esto que una ducha
puede ocurrir por el deseo de tomar una ducha? No. Signífica que ambos (agua y
deseo) son necesarios.

O suponga que yo dijera, “No puede ser una Boda sin una Novia o un Novio.”
¿Signifique esto que se puede tener una Boda con un Novio y sin una Novia? No, por
supuesto. Signífica que ambos son necesarios para la Boda. Se puede dar cientos de
otros ejemplos. Asimismo, el pasaje arriba de Trento dice que Justificación NO PUEDE
OCURRIR SIN agua o deseo; en otras palabras, ambos son necesarios. ¡No dice que
Justificación sí ocurre o por agua o deseo!

AUT (O) USADO PARA SIGNIFICAR “Y” EN EL CONTEXTO DE CONCILIOS


De hecho, la palabra Latina aut (“o”) es usada en una manera semejante en otras
pasajes en el Concilio de Trento y otros Concilios. En la famosa Bula Cantate Domino
del Concilio de Florencia, encontramos la palabra Latina aut (“o”) usada en un contexto
que definitivamente la hace significar “y”.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” 1441, ex cathedra:


“La Santa Romana Iglesia firmemente cree, profesa y predica que todos que están fuera de la
Iglesia Católica, no solo paganos sino también Judíos [aut] o herejes y cismáticos, no pueden
compartir la vida eterna y irán al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles, a menos
que estuvieren juntados a la Iglesia antes del fin de la vida; y que la unidad de este cuerpo
eclesiástico vale tanto para que solo para los que permanecen en ella los sacramentos de la Iglesia
contribuyen a la salvación y ayuno, limosnas, y otras obras de piedad y prácticas de la milicia
Cristiana produjen recompensas eternas; y que nadie puede ser salvo, no importa cuanto ha dado
en limosnas y aun si haya derramado sangre en el nombre de Cristo, a menos que haya
perseverado en el seno y la unidad de la Iglesia Católica.”cclxxix[279]

Aquí vemos al Concilio de Florencia usando la palabra “o” (aut) para tener un
significado equivalente a “y”. El Concilio declara que no solamente paganos, sino
también Judíos o (aut) herejes y cismáticos no pueden ser salvos. ¿Signífica esto que o
Judíos o herejes serán salvos? No, por supuesto. Claramente signífica que ningún
Judío y ningún hereje puede ser salvo. Por lo tanto, este es un ejemplo de un contexto
en que la palabra Latina aut (o) sí tiene un significado que es claramente “y”. Este
ejemplo absolutamente prueba que la palabra Latín aut puede ser, y ha sido, usada en
solemnes declaraciónes magistrales en la manera que estamos diciendo que ha sido
usada en Ses. 6, Cap. 4 de Trento.

En la introducción al decreto sobre Justificación, el Concilio de Trento estrictamente


prohibe a todos “creer, predicar o enseñar” (credere, praedicare aut docere) de otro modo
que está definido y declarado en el decreto sobre Justificación.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 6, Introducción: “... estrictamente


prohibiendo, que ninguno en adelante se atreva a creer, predicar o enseñar de
otro modo que el que se define y declara en el presente decreto.”cclxxx[280]

¿Signifique “o” (aut) en este pasaje que se prohibe solamente predicar contra el
decreto del Concilio sobre Justificación, pero se permite enseñar contra él? No,
obviamente “o” (aut) signífica que ambos predicar y enseñar son prohibidos, asimismo
que en capitulo 4 arriba “o” signífica que justificación no puede ocurrir sin ambos agua
y deseo. Un otro ejemplo del uso de aut para significar “y” (o “ambos”) en Trento es
encontrado en Ses. 21, Cap. 2, el decreto sobre Comunión bajo ambos especies (Denz.
931).

Papa Pío IV, Concilio de Trento, Ses. 21, Cap. 2: “Por lo tanto, la santa madre
Iglesia... ha decretado que esta se observase como ley, que no puede ser
repudiada o cambiada arbitrariamente sin la autoridad de la misma
Iglesia.”cclxxxi[281]
¿Significa aut en esta declaración que el decreto del Concilio no puede ser
repudiado, pero puede ser cambiado? No, obviamente signífica que ambos una
repudiación y un cambio son prohibidos. Este es un otro ejemplo de como la palabra
Latina aut puede ser usado en contextos que hacen su significado “y” o “ambos”. Y
estos ejemplos, cuando consideramos la redacción del pasaje, refutan la afirmación
de los partidarios de bautismo de deseo: que el significado de aut en Capítulo 4,
Sesión 6 es uno que favorece bautismo de deseo.

Pero ¿porque define Trento que el deseo de Bautismo, junto con Bautismo, es
necesario para la Justificación? Antes no contestábamos esta pregunta tan bien como
pudiéramos, porque pensábamos que Ses. 6, Cap. 4 estaba distinguiendo entre adultos
y infantes. Pero más estudio del pasaje revela que en este capítulo Trento está
definiendo lo que es necesario para la iustificationis impiicclxxxii[282] – la justificación de los
impíos (vea la citación arriba). Los impii (“impíos”) no refiere a infantes - quienes son
incapaces de cometer pecados actuales (Trento, Ses. V, Denz. 791). La palabra “impii”
en Latin es de verdad una palabra muy fuerte, según un latinista a quien consulté, y él
conincidió en que es demasiada fuerte para describir un infante en pecado original
sólo. Unas veces está traducida “malvado” o “pecador.” Por lo tanto, en este capítulo,
Trento está tratando de los mayores de la edad de razón que han cometido pecados
actuales, y para tales personas el deseo de bautismo es necesario para la Justificación.
De hecho, los unos próximos capítulos de Trent sobre Justificación (Caps. 5-7) son
todos sobre Justificación de adultos, ademas demostrando que la Justificación de
pecadores adultos es el contexto, especialmente cuando la palabra impii es considerada.
Eso es porque el capítulo define que Justificación no puede ocurrir sin el agua de
bautismo o el deseo de él (ambos son necesarios).

Catecismo del Concilio de Trento, De Bautismo - Disposiciónes para el Bautismo,


p. 180: “INTENCIÓN - ... En el primer lugar ellos deben desear y proponerse
recibirlo...”cclxxxiii[283]

UN EMAIL INTERESANTE EN RELACIÓN A ESTE PASAJE DE TRENTO

Interesamente, yo casualmente envié por email una pregunta sobre este pasaje del
Concilio de Trento y su uso de la palabra “o” (aut) a una latinista de Inglaterra,
solamente para oir sus pensamientos. Yo no aun conozco a esta persona a quien
pregunté, y no pienso que ella es aun Católica. Ella es una latinista de Oxford Latin y
creo que me contestó honestamente y imparcialmente. Su respuesta es muy interesante
y muy importante, especialmente para esa gente que están convencidos que el Concilio
de Trento enseñó “bautismo de deseo.” Escribí a ella el siguiente:

“El pasaje en Latin es esto: ‘quae quidem translatio ... sine lavacro regenerationis aut
eius voto fieri non potest...’

“Es traducida: ‘Esta transición... no puede ocurrir sin el lavacro de regeneración


o un deseo de él.’
“Esto literalmente dice que la transición no puede ocurrir sin el lavacro de
regeneración o un deseo de él (significando que se debe tener ambos). No dice
que puede ocurrir con cualquier uno, ¿estás de acuerdo? ¿No equivale a decir:
Esta ducha no puede ocurrir sin agua o el deseo de tomar una (significando que
ambos son necesarios); y no equivale a decir: este artículo no puede ser escrito
sin pluma o papel (significando que ambos son necesarios)? Se puede usar aut
en esta manera en Latin, ¿no?

“Tengo mucho interés en todos pensamientos que tienes. Gracias.”

Y ella respondió el 1 Dic. 2003 así:

“¡Esto no es fácil! Es posible entenderla en ambas maneras,


con aut como ‘o’ y como ‘y’.
“Aut como ‘o’ es más común, pero aquí la interpretación
depende de si pienses que el deseo de bautismo es suficiente
solo o si la frase signifique que se necesita el deseo además
del sacramento mismo. ¡Yo dejaré a tí decidir!
Mejores deseos,
Carolinne White
OXFORD LATIN”
La declaración de Sra. White es muy importante y muy interesante porque muestra
que en su opinión profesional como latinista, el pasaje usando “o” (aut)
¡definitivamente puede ser leida como “y,” algo que muchos propugnadores de
bautismo de deseo absolutamente rechazan como imposible! Ella además admite
que la interpretación depende de si alguno crea que el deseo de bautismo es
suficiente – ¡una declaración muy honesta por su parte, yo creo! Y ella dijo esto sin yo
le haber dado el resto del contexto; a saber, donde el Concilio de Trento declara,
inmediatamente después de usar las palabras “o el deseo de él,” que Juan 3:5 debe ser
entendido según está escrito.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 6, Cap. 4: “[Justificación]... no puede


ocurrir sin el lavacro de regeneración o el deseo de él, SEGÚN ESTÁ
ESCRITO: Sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu, no puede entrar al
reino de Dios (Juan 3:5).”cclxxxiv[284]

El punto es, por lo tanto, que, por lo más mínimo, todos los propugnadores de
bautismo de deseo deben admitir que este pasaje puede ser leido en ambas maneras, y
así que el entendimiento depende de si uno crea que el deseo de bautismo es
suficiente o no. Pero si un propugnador de bautismo de deseo admita (como debe en
veracidad) que este pasaje puede no enseñar bautismo de deseo, entonces está
admitiendo que su entendimiento debe ser inferido no solamente del contexto
inmediato (que afirma Juan 3:5 según está escrito y así excluye bautismo de deseo),
sino también de todas las otras declaraciónes sobre Bautismo y Justificación en
Trento. ¿Y qué dicen todos los otros pasajes de Trento sobre la necesidad de
Bautismo? ¿Enseñan un entendimiento susceptible a bautismo de deseo, o excluyen
toda salvación sin bautismo de agua? La respuesta es innegable.

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, cánones sobre el


Sacramento de Bautismo, canon 5, ex cathedra: “Si alguno
dijere que bautismo [el sacramento] es opcional, eso es, no
necesario para la salvación (cf. Jn. 3:5): sea anatema.”cclxxxv[285]

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, De Pecado Original,


Sesión V, ex cathedra: “Por un hombre el pecado entró al
mundo, y por pecado la muerte... para que en ellos sea
quitado lavando por regeneración, lo que han contraido por
generación, ‘Porque sino un hombre renaciere de agua y el
Espíritu, él no puede entrar al reino de Dios [Juan
3:5].”cclxxxvi[286]

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, cánones sobre el


Sacramento de Bautismo, Sesión 7, canon 2, ex cathedra: “Si
alguno dijere que agua real y natural no es necesario para el
bautismo, y por ésa razón ésas palabras de Nuestro Señor
Jesucristo: ‘Sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu
Santo’ [Juan 3:5], están distorsionadas a cualquier tipo de
metáfora: sea anatema.”cclxxxvii[287]

La interpretación de “o” en Sesión 6, Cap. 4 como “y” no es solamente posible


(como admite Sra. White), sino es perfectamente compatible con todas estas
definiciónes infalibles, mientras que la interpretación de “o” para significar bautismo
de deseo es incompatible con todas estas definiciónes, sin mencionar (lo más
importante) las palabras “según está escrito, sino un hombre renaciere de agua y el
Espíritu, él no puede entrar al reino de Dios,” que siguen inmediatamente “o el deseo
de él” y en la misma frase.

La interpretación de “o” para significar bautismo de deseo también es incompatible


con la enseñanza del Concilio de Florencia sobre Juan 3:5, y no puede ser disonancia
entre concilios dogmáticos.

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22 Nov. 1439, ex


cathedra: “Santo bautismo, que es la puerta de la vida espiritual, mantiene el
primér lugar entre todos los sacramentos; por él somos hechos miembros de
Cristo y del cuerpo de la Iglesia. Y porque la muerte entró al universo por el
primér hombre, ‘sino renazcamos de agua y el Espíritu, no podemos,’ como la
Verdad dice, ‘entrar al reino del cielo’ [Juan 3:5]. La materia de este
sacramento es agua real y natural.”cclxxxviii[288]

La interpretación de “o” para significar bautismo de deseo es también incompatible


con la definición extendida del Concilio de Trento solo tres capítulos abajo sobre las
causas de Justificación. Solo tres capítulos luego, el Concilio pone en lista cuatro
causas de Justificación en los impíos.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 6, Cap. 7, las Causas de Justificación:
“Las causas de esta Justificación son: la causa final es la gloria de Dios y de
Cristo... la causa eficiente es verdaderamente un Dios misericordioso... la causa
meritoria es Su muy amado y unigénito Hijo... la causa instrumental es el
sacramento del bautismo, que es el sacramento de fe, sin la cual ninguno ha
logrado la justificación jamás... Esta fe, según la tradición apostólica,
catecúmenos piden de la Iglesia antes del sacramento del bautismo, cuando
piden la fe que confiere vida eterna...”cclxxxix[289]
Al enumerar todas las causas de Justificación, ¿porqué no mencionó el Concilio
la posibilidad de “bautismo de deseo”? Tenía amplia oportunidad de hacerlo,
asimismo que claramente enseñó no menos que 3 veces que las gracias del Sacramento
de Penitencia pueden ser logradas por el deseo de ése Sacramento (Ses. 14, Cap. 4; y
dos veces en Ses. 6, Cap. 14). Pero “bautismo de deseo” no está mencionado en ningún
lugar, simplemente porque no es verdad. Y además es interesante considerar que la
palabra “deseo” aparece no en Capítulo 7 sobre las Causas de Justificación, sino en
Capítulo 4 donde el Concilio trata de lo que no puede faltar en la Justificación de los
impíos (a saber, ni agua ni deseo puede faltar en la justificación de los impíos).

Pero unos dirán: “Veo tu punto y no puedo negarlo, pero ¿porque el pasaje no usó la
palabra “y” en vez de “o”; entonces sería más claro?” Esta pregunta es mejor contestada
por considerar un número de puntos:

Primero, debe ser recordado que el pasaje describe lo SIN CUAL la Justificación
NO PUEDE OCURRIR (i.e., lo que no puede faltar en Justificación); no dice que
Justificación sí ocurre por o agua o deseo.

Segundo, el Concilio no tuvo que usar “y” porque “o” puede significar “y” en el
contexto de palabras dadas en el pasaje, como ya mostrado.

Tercero, los que ponen esta pregunta deben considerar una otra, a saber: ¿porqué en
todo mundo, si bautismo de deseo sea verdad y fuera la enseñanza de Trento, no dijo el Concilio
en ningún lugar (cuando tenía tantas oportunidades de hacerlo) que se puede ser justificado sin
el Sacramento o antes de recibir el Sacramento asimismo que hizo claramente y
repetidamente en relación al Sacramento de Penitencia? Esta asombrosa omisión
(obviamente porque el Espíritu Santo no permitió al Concilio enseñar bautismo de
deseo en sus varias declaraciónes sobre la absoluta necesidad de bautismo)
simplemente confirma los puntos que hice arriba, porque si el pasaje significara
bautismo de deseo, lo diría el mismo.
Cuarto, la pregunta arriba es mejor contestada por un ejemplo paralelo: En 381 el
Concilio de Constantinopla definió que el Espíritu Santo procede del Padre. El
Concilio no dijo que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. La omisión de las
palabras “y el Hijo” (filioque en Latin) hizo que innumerables millónes concluyan
erróneamente que el Espíritu Santo no procede del Hijo, una herejía que luego fue
condenada por la Iglesia. Si el Concilio de Constantinopla simplemente hubiera
incluido ésa pequeña declaración, que el Espíritu Santo también procede del Hijo,
habría eliminado más que mil años de controversia con los Cismáticos Orientales –
una controversia que todavía permanece a este día. Ésa pequeña frase (“y el Hijo”), si
hubiera sido incluida en Constantinopla, ciertamente habría detenido a millónes de
personas de salir de la Iglesia Católica y abrazar la Ortodoxia Oriental, porque los
Ortodoxos Orientales pensaban y todavía piensan que la enseñanza de la Iglesia
Católica que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo es contraria al Concilio de
Constantinopla, que solamente dijo que el Espíritu Santo procede del Padre.

Pues, ¿erró el Concilio de Constantinopla? Por supuesto no. ¿Pero podría ser
Constantinopla más claro por añadir ésa pequeña frase que habría eliminado una
controversia? Absolutamente sí. Pues ¿porqué Dios permitió esta controversia ocurrir,
cuando Él pudo evitarla por simplemente inspirar a los Padres del Concilio de
Constantinopla en 381 a incluir ésa pequeñita frase? La respuesta es que deben ser
herejías.

1 Cor. 11:19: “Porque deben ser también herejías: para que


ellos también, quienes están aprobados, sean manifiestos
entre vos.”

Dios permite surgir herejías para ver quienes creyeren la verdad y quienes no, para
ver quienes vieren la verdad sinceramente y quienes pervierten los hechos para
convenir con sus propios deseos heréticos. Dios nunca permite a Sus Concilios, como
Constantinopla y Trento, enseñar ningún error, pero Él puede permitir la verdad ser
dicha en maneras que dan la oportunidad de torcer y pervertir el significado de las
palabras usadas si algunos deseen (retruécano no propuesto), como hicieron los
Cismáticos Orientales en relación a la omisión de Constantinopla de la frase: y del Hijo.

De hecho, no aun importa si algunos de los Padres Conciliares de Constantinopla


creyeran que el Espíritu Santo no procede del Hijo; y probablemente fueran algunos
que no creyeran que el Espíritu Santo procede del Hijo. Solamente importa lo que el
Concilio de Constantinopla en realidad declaró, una declaración que no dice nada al
contrario del hecho que el Espíritu Santo sí procede del Hijo. Las intenciónes de los
Padres Conciliares de Constantinopla o algún otro Concilio no tienen nada que ver con
Infalibilidad Papal. Todo que importa es lo que el dogma real declara o concluye en
la Profesión de Fe.

Papa Pío IX, Primero Concilio Vaticano, Ses. 3, Cap. 2 de Revelación, 1870, ex
cathedra: “Pues, también, ése entendimiento de sus sagrados dogmas debe ser
retenido permanentemente, que Santa Madre Iglesia una vez ha declarado; y
nunca debe ser un retroceso de ése significado bajo el especioso nombre de un
entendimiento más profundo.”ccxc[290]

Interesante sobre este tema es el hecho que varios Papas señalan que, en el 28vo
canon del Concilio de Calcedonia, los padres de Calcedonia construyeron un canon que
elevó el nivel del Obispo de Constantinopla. Los padres del Concilio de Calcedonia,
por siguiente, propusieron elevar el nivel de la Sede de Constantinopla al construir
Canon 28. Pero el canon fue rechazado por el Papa en su confirmación de los actos
de Calcedonia, y por lo tanto fue considerado sin valor.

Papa León XIII, Satis Cognitum (#15), 29 Junio 1896: “El 28vo Canon del Concilio
de Calcedonia, por el mismo hecho que falta el asentimiento y la aprobación y
de la Sede Apostólica, es reconocido sin valor por todos.”ccxci[291]

Esto muestra que la intención o pensamientos de los padres de un Concilio


Ecuménico no significan nada – son sin valor. Todo que importa es lo que la Iglesia
en realidad declara. Por siguiente, el hecho que unos de los Padres Conciliares de
Trento – y aun eminentes y santos teólogos después de Trento – pensaban que el
antedicho pasaje de Trento enseñó bautismo de deseo no signífica nada; porque los
padres de Calcedonia también pensaron que el Concilio estuvo elevando el nivel de
Constantinopla, cuando no lo hizo; y unos de los padres de Constantinopla
probablemente pensaran que el Concilio estuvo negando que el Espíritu Santo procede
del Hijo, cuando no lo hizo. El punto esencial es que sola las cosas que en realidad
están declaradas por los Concilios importan – nada más. Y el antedicho pasaje de
Trento no enseña bautismo de deseo; no enseña que deseo justifica sin bautismo; y no
contiene error.

El hecho es que Dios se cercioró que las palabras “según está escrito” fueron
incluidos en ésa misma frase para asegurar que el Concilio no estuvo enseñando
bautismo de deseo por su redacción en ése pasaje. El pasaje así enseña – según está
escrito – sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu, él no puede entrar al reino de Dios. Y
si lo que dicen defensores de bautismo de deseo fuera correcto, en realidad
tendríamos el Concilio nos enseñando en la primera parte de la frase que Juan 3:5 no
debe ser entendido según está escrito (deseo unas veces es suficiente), ¡y
simultáneamente contradiciendo a si mismo en la segunda parte de la frase por
decirnos entender Juan 3:5 según está escrito (sicut scriptum est)! Pero esto es
absurdo, por supuesto. Los que obstinadamente insisten que este pasaje enseña
bautismo de deseo están simplemente equivocados y están contradiciendo las mismas
palabras dadas en el pasaje sobre Juan 3:5. La inclusión de “SEGÚN ESTÁ ESCRITO,
sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu, él no puede entrar al reino de Dios (Juan 3:5)”
muestra la perfecta armonía de ése pasaje de Trento con todos los otros pasajes de
Trento y otros Concilios que afirman la absoluta necesidad de bautismo de agua sin
toda excepción.
EL DOGMA, PAPA PÍO IX Y IGNORANCIA INVENCIBLE

OBJECIÓN- ¿Qué hay de Ignorancia Invencible?

RESPUESTA-

2 Corintios 4:3-4: “Que si nuestro evangelio esté encubierto,


está encubierto a los perdidos, en los cuales el dios de este mundo
[Satanás] ha cegado la mente de los incrédulos, para que no les
resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, quien es la
imagen de Dios.”

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 6 sobre la Justificación, Cap. 15: “debe ser
mantenido que la gracia de justificación, aunque recibido, está perdido no sólo por
infidelidad, por cual hasta fe misma está perdida, sino también por algún otro pecado
mortal, aunque fe no sea perdido, así
defendiendo la doctrina de la ley
divina que excluye del reino de Dios no solamente los infieles, sino
también los fieles que son ‘fornicadores, adúlteros, afeminados, los que se echan con
varones, ladrónes, avaros, borrachos, maldicientes, robadores’ [1 Cor. 6:9], y todos
otros que cometen pecados mortales…ccxcii[292]

El dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación ha sido definido


solemnemente por lo menos siete veces por Papas hablando de la Cátedra de San
Pedro. Ninguna vez fueron mencionados ningunas excepciónes sobre “ignorancia
invencible.” De hecho, es exactamente el opuesto: todas excepciónes siempre fueron
excluidas.

Papa Inocente III, Cuarto Concilio de Letrán, Constitución 1, 1215, ex cathedra: “Hay de verdad una
Iglesia universal de los fieles, fuera de que absolutamente nadie es salvo, en que Jesucristo es
ambos sacerdote y sacrificio.”ccxciii[293]

Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 Nov. 1302, ex cathedra:


“Con Fe nos animando estamos obligados a creer y mantener la una, santa, Católica Iglesia y ésa,
apostólica, y firmemente creemos y simplemente confesamos esta Iglesia fuera de que no hay
ninguna salvación ni remisión de pecado... Además, declaramos, decimos, definimos, y
proclamamos a toda criatura humana que ellos de necesidad absoluta para la salvación son
enteramente sujetos al Pontífice Romano.”ccxciv[294]

Papa Clemente V, Concilio de Vienne, Decreto # 30, 1311-1312, ex cathedra: “Puesto que hay por
ambos regulares y seglares, por superiores y súbditos, por exentos y no exentos, una Iglesia
universal, fuera de que no hay ninguna salvación, por todos quienes hay un Señor, una fe, y un
bautismo...”ccxcv[295]
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Ses. 8, 22 Nov. 1439:
“Todo él que desee salvarse debe, ante todo, guardar la fe Católica; pues, a menos que una
persona guarde esta fe entera e inviolada, sin duda alguna se perderá para siempre.”ccxcvi[296]

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” 1441, ex cathedra:


“La Santa Romana Iglesia firmemente cree, profesa y predica que todos que están fuera de la
Iglesia Católica, no solo paganos sino también Judíos o herejes y cismáticos, no pueden compartir
la vida eterna y irán al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles, a menos que
estuvieren juntados a la Iglesia antes del fin de la vida; y que la unidad de este cuerpo eclesiástico
vale tanto para que solo para los que permanecen en ella los sacramentos de la Iglesia
contribuyen a la salvación y ayuno, limosnas, y otras obras de piedad y prácticas de la milicia
Cristiana produjen recompensas eternas; y que nadie puede ser salvo, no importa cuanto ha dado
en limosnas y aun si haya derramado sangre en el nombre de Cristo, a menos que haya
perseverado en el seno y la unidad de la Iglesia Católica.”ccxcvii[297]

Papa León X, Quinto Concilio de Letrán, Sesión 11, 19 Dec. 1516, ex cathedra: “Pues, regulares y
seglares, prelados y súbditos, exentos y no exentos, son miembros de la una Iglesia universal,
fuera de que absolutamente nadie es salvo, y todos ellos tienen un Señor y una fe.”ccxcviii[298]

Papa Pío IV, Concilio de Trento, Iniunctum nobis, 13 Nov. 1565, ex cathedra: “Esta verdadera fe
Católica, fuera de que nadie puede ser salvo... Ahora profeso y verdaderamente mantengo...”ccxcix[299]

Papa Benedicto XIV, Nuper ad nos, 16 Marzo 1743, Profesión de Fe: “Esta fe de la Iglesia Católica,
sin la cual nadie puede ser salvo, y que de motu propio ahora profeso y sinceramente
mantengo...”ccc[300]

Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, Sesión 2, Profesión de Fe, 1870, ex cathedra: “Esta verdadera fe
Católica, fuera de que nadie puede ser salvo, que ahora voluntariamente yo profeso y
verdaderamente mantengo...”ccci[301]

La Iglesia Católica es infalible; Sus definiciónes dogmáticas son infalibles; Papas


hablando de la Cátedra de Pedro son infalibles. Por lo tanto, es muy simple: Si fuera
verdad que llamados “ignorantes invencibles” no Católicos pudieran ser salvos,
entonces ¡DIOS NUNCA HABRÍA PERMITIDO QUE LA IGLESIA CATÓLICA
DEFINA EL DOGMA QUE ABSOLUTAMENTE NADIE PUEDE SER SALVO FUERA
LA IGLESIA CATÓLICA! Pero Dios sí permitió a Su Iglesia infalible definir esta
verdad, QUE ESPECÍFICAMENTE EXCLUYE DE SALVACIÓN TODOS QUE NO
MUEREN CATÓLICOS.

Por lo tanto, la idea que un no Católico quien está ignorante de la Fe puede ser
salvo es herética; es una negación directa del dogma que “nadie,” (Papa Pío IV;
Benedicto XIV; Pío IX) “absolutamente nadie,” (Inocente III) “nadie, aun si derrame la
sangre por el nombre de Cristo” (Eugenio IV) puede ser salvo como no Católico. Es una
negación del dogma que “toda criatura humana” (Bonifacio VIII) debe ser Católico, y
que “solo ellos” (Eugenio IV) entre el seno y la unidad de la Iglesia pueden lograr la
salvación.
Papa Gregorio XVI, Summo Iugiter Studio (#2), 27 Mayo 1832:
“Finalmente, algunos de estas personas descaminadas intentan persuadir a si
mismos y a otros que hombres no son salvos solamente en la religión
Católica, sino que aun herejes pueden lograr la vida eterna.”cccii[302]

Los que insisten que “ignorancia invencible” puede posiblemente salvar una
persona que muere no Católica simplemente se desvian de y niegan la enseñanza
dogmática de la Iglesia Católica.

PAPA PÍO IX Y IGNORANCIA INVENCIBLE

¿Qué hay del Papa Pío IX? ¿No es verdad que él enseñó en dos documentos que
los ignorantes invencibles podrían ser salvos? ¿Que hay de Singulari Quadem y Quanto
Conficiamur Moerore?

Confusión sobre este tema ha aumentado por causa de unas declaraciónes


malentendidas del Papa Pío IX. Cuando analizamos estas declaraciónes, es imperativo
tener presente que, aun si Papa Pío IX había enseñado que los ignorantes
invencibles podrían ser salvos en estas dos ocasiónes, no significaría que tal posición
sea verdad, porque eran documentos falibles que podrían haber contenido error.
Ningún Papa puede cambiar o contradecir dogma. Papa Honorio, quien reinaba en el
7imo siglo, era, de hecho, después condenado por propagar herejía, aunque no en su
capacidad solemne enseñando a la Iglesia universal. Así, nadie, ni aun un Papa, puede
cambiar el dogma que nadie que muere fuera la Iglesia Católica, ignorante o no, puede
ser salvo. Aquí hay unas citaciónes adicionales sobre la ignorancia.

Papa Benedicto XV, Humani Generis Redemptionem (# 14), 15 Junio 1917:


“...‘Ignorancia es la madre de todos errores,’ como el Cuarto Concilio de
Letrán muy verdaderamente observa.”ccciii[303]

Los Errores de Pedro Abelardo, Condenados por Inocente II, 16 Julio 1140, #10:
“Que ellos no han pecado que siendo ignorantes han crucificado a Cristo, y que
todo hecho por ignorancia no debe ser considerado como pecado.” –
Condenadoccciv[304]

SINGULARI QUADEM, UNA ALOCUCIÓN (UN DISCURSO A LOS


CARDENALES)

El primero de los documentos del Papa Pío IX, citado frequentemente por los que
creen en salvación fuera la Iglesia, es Singulari Quadem, una Alocución (un discurso a
los Cardenales) dada el 9 de Diciembre, 1854:

“...los que están afectados de ignorancia de la verdadera religión, si sea ignorancia


invencible, no son sujetos a ninguna culpa en esta materia ante los ojos del
Señor.”cccv[305]
Primér de todo, este es un discurso del Papa Pío IX a los Cardenales. No es una
proclama dogmática, no aun una encíclica, ni aun una encíclica dirigida a la Iglesia
entera.

¿Pero dice Papa Pío IX que los ignorantes invencibles pueden ser justificados y
salvos en su condición? No. Al contrario, dice que los “ignorantes invencibles” no
serán responsables por el pecado de infidelidad, mas sin embargo irán al Infierno. Lee
con cuidado la última parte de la frase, “no son sujetos a ninguna culpa EN ESTA
MATERIA,” eso es, en la materia de infidelidad. Santo Tomás de Aquino explica que
infieles que nunca han oido del Evangelio son condenados por sus otros pecados,
que no pueden ser remitidos sin Fe, no por causa del pecado de infidelidad (o
incredulidad en el Evangelio).cccvi[306] Estos otros pecados de los infieles sirven por la
razón porque Dios no les revela el Evangelio y por último les excluyen de salvación. Si
uno entre ellos, sin embargo, fuera verdaderamente sincero y de buena voluntad, y
cooperara con la ley natural, entonces Dios enviaría un predicador (aun
milagrosamente, si fuera necesario) para traerle la Fe Católica y el Bautismo a él. Papa
Pío IX sigue a decir en la misma Alocución con relación a una persona de buena
voluntad quien está invenciblemente ignorante:

“los regalos de gracia celestial seguramente no les serán negados a los que sinceramente
quieren y oren por el refresco de la luz divina.”

Santo Tomás de Aquino, De Veritate, 14, A. 11, ad 1: Objeción- “Es posible que
alguien sea criado en el bosque, o entre lobos; tal hombre no puede saber
nada explicitamente de la fe. Santo Tomás responde- Es la característica de
Providencia Divina proveer a todo hombre lo que se necesita para la salvación...
con tal que no hay obstáculo por su parte. En el caso de un hombre que sigue el
bien y rehuye el mal, por la dirección de razón natural, Dios o le revelaría lo
que debe ser creido por inspiración interna, o le enviaría un predicador de la
fe...”cccvii[307]

Santo Tomás de Aquino, Sent. II, 28, P. 1, A. 4, ad 4: “Si un hombre nacido entre
naciónes barbaras, haga lo que puede, Dios Mismo le mostrare lo necesario para
la salvación, o por inspiración o por enviarle un maestro.”cccviii[308]

Santo Tomás de Aquino, Sent. III, 25, P. 2, A. 2, solute. 2: “Si un hombre no


tenga nadie para instruirle, Dios le mostrare, a menos que él desee
culpablemente permanecer donde está.”cccix[309]

Por lo tanto, Papa Pío IX no estuvo enseñando que personas ignorantes de la Fe


Católica pueden ser salvos; estuvo, al contrario, diciendo que tales infieles no son
condenados por la materia de infidelidad. El hecho que todos que mueren ignorantes
no Católicos no son salvos es la afirmación de toda la Tradición Católica y todos los
Santos, además de ser la enseñanza dogmática de la Iglesia Católica.
San Alfonso de Liguria, Sermónes (c. +1760): “Cuantos nacen entre los
paganos, entre los Judíos, entre los Musulmánes y herejes, y todos son
perdidos.”cccx[310]

San Alfonso: “Si estéis ignorantes de las verdades de la fe, debéis


aprenderlas. Todo Cristiano debe aprender el Credo, el Padre Nuestro, y el
Ave María bajo pena de pecado mortal. Muchos no tienen ninguna idea de la
Más Santa Trinidad, la Encarnación, pecado mortal, Juicio, Paraíso, Infierno,
o Eternidad; y esta deplorable ignorancia les condena.”cccxi[311]

San Alfonso, Preparación Para La Muerte, (c. +1760): “¡Que agradecidos


debemos ser a Jesucristo por el regalo de fe! ¿Que sería de nos si hubiéramos
nacido en Asia, Africa, America, o en medio de herejes y cismáticos? Él que
no cree es perdido. Esta, entonces, fue la primera y mejor gracia conferida
sobre nosotros: nuestra vocación a la verdadera fe. ¿O Salvador del mundo,
que sería de nos si tú no nos hubieras iluminado? Habríamos sido como
nuestros padres antiguos, quienes adoraron animales y bloques de piedra y
madera: y así todos habríamos perecidos.”cccxii[312]

Aunque Singulari Quadem de Pío IX no enseñó la HEREJÍA que se puede salvarse


sin la Fe Católica por ignorancia invencible, es débilmente redactado. Papa Pío IX no
se debería haber preocupado de intentar satisfacer las mentes hereticas de liberales y
apóstatas que se niegan a aceptar el dogma de la Iglesia. Se debería simplemente haber
repetido el dogma, definido muchas veces, que todos que mueren sin la Fe Católica son
perdidos, y claramente explicado que nadie de buena voluntad será dejado en
ignorancia de la verdadera religión. Pero por causa de su declaración débilmente
redactado, y la siguiente que examinaremos, un verdadero desastre ha resultado. Casi
toda persona que quiere avanzar su creencia heretica que se puede ser salvo fuera la
Iglesia Católica cita esta falible declaración del Papa Pío IX y la otra que
examinaremos.

Lo que es interesante, sin embargo, y además confirma el punto arriba, es que en


Singulari Quadem, después de explicar que los ignorantes invencibles no son culpables
en esta materia, ¡Papa Pío IX declara que un Católico debe mantener un Señor, una Fe y
un Bautismo, y que es ilegal proceder adelante en encuesta! – probablemente en un
intento de estancar el corriente de creencia que alguno podría ser salvo fuera la Iglesia
por “bautismo de deseo.” Las personas que creen en salvación fuera la Iglesia casi
nunca citan esta parte de la alocución.

Papa Pío IX, Singulari Quadem: “Porque, de verdad, cuando


libertados de estas cadenas corpóreas, ‘veremos a Dios como
Él es’ (1 Juan 3:2), entenderemos perfectamente de que cercano
y bello vínculo la divina misericordia y juicio son unidos;
pero, con tal que estuviéremos en el mundo, inclinados por
esta masa mortal que desafila el alma, que sostengamos más
firmemente que, según la enseñanza Católica, hay ‘un Dios,
una fe, un bautismo’ [Ef. 4:5]; es ilegal proceder adelante en
encuesta.”cccxiii[313]

Por siguiente, aun Papa Pío IX, en la misma declaración erradamente citada por los
liberales contra el dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación, amonesta que
tal teorización sobre salvación por otros bautismos y otra fe es ilegal.

QUANTO CONFICIAMUR MOERORE

Papa Pío IX procedió a hablar sobre los ignorantes invencibles otra vez siete años
luego en su encíclica Quanto Conficiamur Moerore, 10 Agosto 1863. Quanto Conficiamur
Moerore no satisface los requisitos de infalibilidad; es dirigida sólo a los Cardenales y
Obispos de Italia.cccxiv[314]

“Y aquí, Hijos amados y Hermanos Venerables, Debemos mencionar otra vez y


censurar un error muy grave en que algunos Católicos están tristemente
captados, quienes creen que hombres viviendos en error, y separados de la
verdadera fe y de la unidad Católica, pueden lograr la vida eterna. De verdad,
esto es ciertamente muy contrario de la enseñanza Católica. Es conocido de nosotros y
vosotros que los que trabajan en ignorancia invencible de nuestra más santa religión Y
QUE FERVIENTEMENTE MANTENIENDO LA LEY NATURAL Y SUS
PRECEPTOS GRABADOS EN LAS CORAZÓNES DE TODOS POR DIOS, Y
SIENDO LISTOS PARA OBEDECER A DIOS, VIVEN UNA VIDA HONESTA Y
RECTA, pueden, por el PODER OPERATIVO DE DIVINA LUZ Y GRACIA, lograr
la vida eterna porque Dios... por ningún medio permitiere que alguien sea castigado con
tormento eterno que no tiene la culpa de pecado deliberado.”cccxv[315]

Primero, nota que Papa Pío IX específicamente condena la idea que un hombre
“viviendo en error y separado de la verdadera Fe” puede ser salvo. ¿Qué, puedo
pedir, es la idea de salvación para los “ignorantes invencibles”? Es, por supuesto, la
idea que un hombre viviendo en error y separado de la verdadera Fe puede ser salvo.
Por siguiente, el mismo concepto de salvación por los “ignorantes invencibles” es
condenado como MUY CONTRARIO DE LA ENSEÑANZA CATÓLICA en este
mismo documento del Papa Pío IX.

Segundo, nota otra vez que Papa Pío IX no dice en ningún lugar que los ignorantes
invencibles pueden ser salvos donde están. Al contrario, está reiterando que los
ignorantes, si cooperen con la gracia de Dios, mantengan la ley natural y respondan a
la vocación de Dios, pueden por el “poder operativo de divina luz y gracia” de Dios [siendo
iluminados por la verdad del Evangelio] lograr la vida eterna, porque Dios ciertamente
traerá todos sus elegidos al saber de la verdad y en la Iglesia por bautismo. Según la
definición específica de la Sagrada Escritura, “luz divina” es la verdad Evangelica de
Jesucristo (la Fe Católica) que traslada los ignorantes de tinieblas.
Efésios 5:8 “Porque antes erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor. Pues
andad como hijos de la luz.”

1 Tes. 5:4-5 “Mas vosotros, hermanos [creyentes], no estáis en tinieblas...


Porque todos sois hijos de la luz.”

Colosenses 1:12-13: “Dando gracias a Dios el Padre quien nos ha hecho aptos
para participar de la porción de los santos en luz: Quien nos ha libertado de
la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.”

1 Pedro 2:9: “Mas vosotros sois una generación escogida... un pueblo adquirido:
para que anunciéis las virtudes suyas, quien que os ha llamado de las tinieblas
a su luz maravillosa.”

2 Coríntios 4:3-4: “Y si nuestro evangelio esté encubierto, está encubierto a los


perdidos, En quienes el dios de este mundo [Satanás] ha cegado la mente de los
incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de
Cristo, el cual es la imagen de Dios.”

2 Timoteo 1:10: “Mas ahora es manifestado por la iluminación de nuestro


Salvador Jesucristo, quien ha destruido la muerte, y ha sacado a la luz la vida y
la inmortalidad por el Evangelio.”

Papa Pío IX, Vaticano I (+1870): “... nadie puede ‘asentir a la predicación del
Evangelio,’ como debe hacer para lograr la salvación, sin la iluminación y
inspiración del Espíritu Santo, quien da a todos una dulzura al acceder a y
creer la verdad.”cccxvi[316]

Entonces, no debemos interpretar las palabras de Pío IX en Quanto Conficiamur


Moerore sobre los ignorantes de buena voluntad siendo salvos por recibir “divina luz y
gracia” contrarias a su claro significado bíblico y Tradicional, que es que divina luz y
gracia es recibida por oir el Evangelio, creerlo y recibir el bautismo. Por siguiente, en
Quanto Conficiamur Moerore, Pío IX dice que la persona sincera, de buena voluntad,
quien está ignorante de la Fe será “iluminada” por recibir la “luz divina” (oir el
Evangelio) y entrará la Iglesia Católica para que puede ser salvo.

Me doy cuenta que Papa Pío IX no fue ni con mucho tan claro que podría haber
sido en la segunda parte de Quanto Conficiamur Moerore. Los herejes han hecho su
agosto con ella, porque piensan que pueden explotar su redacción para favorecer su
herejía que hay salvación fuera la Iglesia. Si Papa Pío IX hubiera repetido fuertemente
las previas definiciónes de los papas, sin cualquier lenguaje ambiguo, él habría evitado
el peligro de modernistas tergiversando sus palabras. Es una lástima porque casi todas
sus declaraciónes sobre este tema sí afirman muy claramente el dogma de la Iglesia sin
toda ambigüedad de que herejes pueden apoderarse.

Papa Pío IX, Nostis et Nobiscum (# 10), 8 Dic. 1849: “En particular, asegúrense
que los fieles estén profundamente y totalmente convencidos de la verdad de
la doctrina que la fe Católica es necesaria para lograr la salvación. (Esta
doctrina, recibida de Cristo y enfatizada por los Padres y Concilios, es también
contenida en las fórmulas de la profesión de fe utilizadas por Católicos Latinos,
Griegos y Orientales).”cccxvii[317]

Papa Pío IX, Ubi primum (# 10), 17 Junio 1847: “Porque ‘hay una Iglesia
universal fuera de que nadie es salvo en absoluto; ella contiene prelados
regulares y seglares junto con los bajo su jurisdicción, todos quienes profesan
un Señor, una fe y un bautismo.”cccxviii[318]

Papa Pío IX - Índice de Errores Modernos - Proposición 16, 8 Dic. 1854: “El hombre
puede, en la observancia de cualquier religión, encontrar la via de salvación
eterna, y llegar a la salvación eterna.” cccxix[319] – Condenada

Nota otra vez que el concepto de salvación para los “ignorantes invencibles” es
condenado aquí. El concepto de salvación para los “ignorantes invencibles,” como es
mantenido por casi todos que lo mantienen hoy, es que unos hombres - incluyendo a
los que observan religiónes no Católicas - pueden encontrar y lograr la salvación en
estas religiónes porque están “sin culpa propia.” Pero esto es heretico y condenado del
Índice de Errores arriba del Papa Pío IX mismo.

P. Miguel Muller, C.Ss.R. fue un sacerdote Católico que vivía durante el tiempo del
Papa Pío IX. Él escribió un famoso libro titulado El Dogma Católico en que defendió la
enseñanza de la Iglesia que una persona “invenciblemente ignorante” de la Fe no
puede ser salvo. También defendió el verdadero sentido de la enseñanza del Papa Pío
IX sobre este tema.

P. Miguel Muller, C.Ss.R., El Dogma Católico, pp. 217-218, 1888: “Ignorancia


inculpable o invencible nunca ha sido y nunca será un medio de salvación.
Para ser salvo, es necesario ser justificado, o estar en el estado de gracia. Para
obtener la gracia santificante, es necesario tener las disposiciónes correctas para
la justificación; cuales son, verdadera fe divina en por lo menos las verdades
necesarias de salvación, esperanza confiada en el Salvador divino, tristeza
sincera por pecado, junto con el firme propósito de hacer todo que Dios ha
mandado, etc. Ahora bien, estos actos sobrenaturales de fe, esperanza,
caridad, contrición, etc., que preparan el alma para recibir gracia santificante,
nunca pueden ser suministrados por ignorancia invencible; y si ignorancia
invencible no puede suministrar la preparación para recibir gracia
santificante, mucho menos puede conferir gracia santificante misma.
‘Ignorancia invencible,’ dice Santo Tomás, ‘es un castigo por pecado.’ (De
Infid. P. x., art. 1).
“Es, entonces, una maldición, pero no una bendición o un medio de
salvación... Por lo tanto Pío IX dijo ‘que, si un hombre fuera invenciblemente
ignorante de la verdadera religión, tal ignorancia invencible no sería pecaminoso ante
Dios; que, si tal persona observaría los preceptos de la Ley Natural y haría la voluntad
de Dios al mejor de su conocimiento, Dios, en su misericordia infinita, le iluminará
a él para lograr la vida eterna; porque, el Señor, quien conoce el corazón y los
pensamientos de hombre, en su infinita bondad, no sufrirá a nadie ser perdido
eternamente sin su propia culpa.’ Dios Todopoderoso, quien es justo, no condena
a nadie sin su propia culpa, pone, por siguiente, tales almas que están en
ignorancia invencible de las verdades de salvación, en la via de salvación, o
por medios naturales o sobrenaturales.”cccxx[320]

En estas lineas bien escritas vemos la afirmación de dogma Católico. Ignorancia


invencible nunca puede salvar a un hombre; los que están invenciblemente ignorantes,
si se esfuerzen para hacer su mejor y sean de buena voluntad, serán iluminados por
Dios de la Fe Católica “o por medios naturales o sobrenaturales”; P. Muller confirma
que Papa Pío IX no estuvo enseñando la herejía que ignorancia invencible justifica y
salva, sino que un alma en tal estado – que es de buena voluntad y sigue la ley natural
– será iluminado por Dios sobre la Fe Católica para que puede ser salvo. De hecho, la
versión de P. Muller de las palabras de Pío IX en Quanto Conficiamur Moerore muestra
más claramente el verdadero significado de Pío IX.

Aunque es claro que estos documentos del Papa Pío IX no enseñaron que
“ignorancia invencible” puede salvar, como P. Muller confirma, esto no es la cuestión
principal en relación a este tema extremadamente importante de la necesidad de la
Iglesia Católica para la salvación. La cuestión principal trata de lo que la Iglesia ha
enseñado infaliblemente, no lo que Papa Pío IX enseñó faliblemente. Ambos estos
documentos fueron falibles, no dogmáticos, ¡y pueden contener error! A los herejes
que creen en salvación fuera la Iglesia les gusta descargar toda la enseñanza dogmática
de la Iglesia sobre esta cuestión y enfocar ad nauseam en lo que ellos piensan que Papa
Pío IX enseñó faliblemente. No hacen caso de todas las definiciónes dogmáticas (ya
citadas en este documento), mientras se proponen tratar de explotar dos falibles
documentos del Papa Pío IX. ¡Oponen su propia tergiversación de unas pocas lineas
de un discurso de Pío IX a los Cardenales y de una carta al Clero de Italia contra las
definiciónes dogmáticas del Cuarto Concilio de Letrán, Papa Bonifacio VIII y el
Concilio de Florencia! Esto es absolutamente absurdo y totalmente deshonesto. Un
sacerdote lo expresó bien:

“Sólo imaginad, mis queridos oyentes, el entero secreto de salvación siendo


omitido en los Evangelios, en las enseñanzas de los Apóstoles, en las
protestaciónes de los Santos, en las enseñanzas definidas de los Papas, en
todas las oraciónes y liturgias de la Iglesia - y imaginad que repentinamente
que se haga claro en una o dos frases descuidadosamente redactadas en una
encíclica del Papa Pío IX, sobre que los Liberales basen su enseñanza que hay
salvación fuera la Iglesia.”cccxxi[321]

La verdad es que los Liberales reconocen lo que está dicho aquí; ellos
comprenden que aun si Papa Pío IX sí enseñara lo que ellos afirman (que no hizo), sus
declaraciónes no fueron infalibles y no sostendrían ningún peso comparadas con las
definiciónes dogmáticas sobre el tema. Pero no les importa eso, porque, como un
sacerdote que cree en salvación fuera la Iglesia me dijo: “Me gusta lo que Pío IX dijo.” Sí,
le gusta lo que él piensa que Pío IX dijo, y no le gusta lo que Dios ha dicho en las
declaraciónes infalibles de la Iglesia.
Eso más o menos resume todo: los que obstinadamente insisten en salvación para
los “ignorantes invencibles” mientras ignoran estos hechos, y obstinadamente citan Pío
IX para intentar probarla, simplemente rechazan dogma, en favor de sus propias
interpretaciónes ingeniadas de declaraciónes falibles, una interpretación que les
conduce a conclusiónes que fueron explícitamente condenadas por Papa Pío IX mismo.
Así, esta gente “eligen” sus ideas hereticas por encima a dogma Católica – herejía, en el
Griego, signífica “elección” – y por hacer esto demuestran mala voluntad y
efectivamente se burlan a Dios. Tales personas son vacíos de la verdadera Fe; no
poseen el regalo de aceptación de la revelación sobrenatural de Dios; ellos afirman que
Jesucristo no es tan importante para que todos mayores de la edad de razón deberían
saber de Él para ser salvos; y quieren la verdad en su propia manera.

San Juan Crisóstomo (+390): “Así los Macabeos son honrados en que
preferieron morir antes que traicionar la Ley... Entonces [en la Ley Antigua] era
suficiente para la salvación conocer a Dios sólo. Ahora no es así; el
conocimiento de Cristo es necesario para la salvación...”cccxxii[322]

IGNORANCIA INVENCIBLE LLEGA A SER UNA HEREJÍA DESTRUCTIVA,


ARRASANDO LA NECESIDAD DE LA FE CATÓLICA EN TODO MUNDO

Generalmente no se oía de la herejía que no Católicos pueden ser salvos por


“ignorancia invencible” de nadie antes del año 1800. Pero gracias al creciendo
modernismo en los 1850s, junto con el secuestrado liberal de las declaraciónes débiles
del Papa Pío IX, la teoría heretica de salvación para los ignorantes invencibles estalló y
llegó a ser la creencia de muchos sacerdotes en la mitad posterior del 19no siglo y la
primera mitad del 20imo siglo. Esto ha culminado en nuestra situación hoy, en que casi
100% de personas que se profesan “Católicos” (y aun “Católicos tradicionales”) creen
que Judíos, Budistas, Musulmánes, Hinduistas, Protestantes, etc. pueden ser salvos.
Podemos dar gracias a la idea heretica de salvación para los “ignorantes invencibles”
por esto, pero será mucho más sobre esto luego en el documento. Herejía y
modernismo fueron tan difundidos aun en el tiempo del Primero Concilio Vaticano en
1870, que San Antonio María Claret, el único santo canonizado del Concilio, sufrió
una apoplegía por causa de las herejías que estuvieron fomentadas. Ninguna de
estas herejías, por supuesto, Dios no permitió ser incluida en los decretos de Vaticano I.

El hecho es que todas culturas están demoníacas y súbditas al dominio del Diablo
hasta están evangelizadas. Esta es la enseñanza incontrovertible de Tradición y
Escritura.

P. Francisco de Vitoria, O.P., un famoso teólogo Dominicano del 16to siglo, resumió
la enseñanza tradicional de la Iglesia Católica sobre este tema muy bien. Esto es como
lo dijo:

“Cuando postulamos ignorancia invencible sobre el tema de bautismo o de la


fe Cristiana, no sigue que una persona puede ser salvo sin bautismo o la fe
Cristiana. Porque los aborigenes a quienes ninguna predicación de la fe o la
religión Cristiana ha venido serán condenados por pecados mortales o por
idolatría, pero no por el pecado de descreimiento. Como Santo Tomás dice, sin
embargo, si hagan lo que está [en su poder], acompañado con una buena vida
según la ley natural, concorda con la providencia de Dios que Él les iluminará
con en lo que respecta al nombre de Cristo.”cccxxiii[323]

Toda la gente que mueren en culturas que nunca han sido penetradas por el
Evangelio van al infierno por pecados contra la ley natural y los otros pecados graves
que cometen – la cual mala voluntad y fracaso de cooperar con la gracia de Dios es la
razón porque Él no les revela el Evangelio. El Primero Concilio Vaticano definió
infaliblemente, basado en Romanos 1, que el uno verdadero Dios puede ser sabido con
certeza por las cosas que han sido hechas, y por la luz natural de razón humana.cccxxiv[324]

San Pablo, Romanos 1:18-20: “Porque manifiesta es la ira de Dios del cielo contra
toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen la verdad de Dios en
injusticia: Porque lo que de Dios se sabe, a ellos es manifiesto. Porque Dios lo
ha manifestado a ellos. Porque las cosas invisibles de Él, desde la creación del
mundo, son vistas claramente, siendo entendidas por las cosas que son
hechas; su eterna potencia y divinidad: de modo que son inexcusables.”

Todos pueden saber con certeza que hay un supremo ser espiritual, Quien es el
Uno Verdadero Dios y el Creador del mundo y todo que contiene. Todos saben que
Dios no es algo que ellos han tallado de madera o jade o piedra. Saben que Dios no es
el árbol que adoran ni el río que adoran ni la piedra ni el serpiente ni la santa rana de
árbol. Saben que estas cosas no son el Creador del universo. Toda tal persona sabe
que está adorando una criatura en vez del Creador. Son, como dice San Pablo en
versículo 20, sin excusa. San Agustín lo explica bien en referencia a personas que
murieron ignorantes de la Fe y sin bautismo.

San Agustín (+428): “... Dios presabía que si hubieran vivido y el evangelio
hubiera sido predicado a ellos, lo habrían oido sin creencia.”cccxxv[325]

Y si alguno aceptase la verdad, si fuera tan honeste intelectualmente para decir,


“Dios, este pedazo de madera no puede ser Tú, revélate a mí,” entonces Dios enviaría
un ángel, si fuera necesario, como Él envió un ángel a Cornelio en Hechos capítulo 10;
y Él lo seguiría con un misionero quien llevaría el evangelio y el Sacramento de
Bautismo.

Juan 18:37: “Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar
testimonio a la verdad: todo aquél que es de la verdad, oye mi voz.”

Papa Pío XI, Quas Primas (# 15), 11 Dic. 1925: “De verdad este reino es
presentado en los Evangelios así, a que hombres se preparan para entrar por
hacer penitencia; además, no pueden entrarlo excepto por fe y bautismo, el
cual, aunque un rito externo, todavía signífica y efectua una regeneración
interna.”cccxxvi[326]
San Agustín (+426): “Por siguiente ambos los que no han oido el evangelio y
los que, lo oyendo, y habiendo sido cambiados para bien, no recibieron
perseverancia... ningunos de estos son separados de aquel terrón sabido como
condenado, ya que todos van ... a condenación.”cccxxvii[327]

San Prospero de Aquitaine (+450): “Ciertamente la variada y indescriptible


bondad de Dios, como hemos probado en abundancia, siempre proveía y
todavía provee para toda la humanidad, para que ninguno pereciendo puede
alegar la excusa que fue excluido de la luz de verdad...”cccxxviii[328]

Romanos 8:29-30: “Porque a los que antes conoció, también predestinó para que
fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo: para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó,
a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.”

Hechos 13:48- “Y los Gentiles oyendo esto, fueron gozosos, y glorificaban la


palabra del Señor: y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.”

Como Católicos, por supuesto, no creemos como el hereje Juan Calvin, quien
mantenía una predestinación según la cual no importa que haga alguno él es
predestinado o al cielo o al infierno. Ésa es una herejía malvada. Al contrario, como
Católicos creemos en el verdadero entendimiento de predestinación, que es expresado
por Romanos 8 y los Padres y Santos ya citados. Este verdadero entendimiento de
predestinación simplemente signífica que el conocimiento previo de Dios de toda
eternidad se cerciora que los que son de buena voluntad y son sinceros serán traídos a
la fe Católica y vendrán a saber lo que deben - y que todos que no son traidos a la fe
Católica y no saben lo que deben simplemente no fueron entre los elegidos.

OTROS PAPAS Y SANTOS CONTRA IGNORANCIA INVENCIBLE

Defensores de salvación para los “ignorantes invencibles” posiblemente sean


inquietados por oir que dos otros Papas, Papa Benedicto XIV y Papa San Pío X,
explícitamente reiteraron el dogma de la Iglesia que hay ciertos misterios de fe de
que nadie que quiere ser salvo puede ser ignorante. Estos misterios son los misterios
de la Trinidad y la Encarnación, como fue definido por el Credo Atanasiano.

Papa Benedicto XIV, Cum Religiosi (# 4), 26 Junio 1754:


“Asegúrense que todo ministro cuidadosamente ejecuta los medios impuestos
por el santo Concilio de Trento... que confesores cumplan esta parte de su deber
cada vez que alguien se presenta a su tribunal que no sabe lo que debe saber
por necesidad de medio para ser salvo...”cccxxix[329]

Papa San Pío X, Acerbo Nimis (# 2), 15 Abril 1905:


“Así que Nuestro Predecesor, Benedicto XIV, tuvo causa justa para escribir:
‘Declaramos que un gran número de los condenados a castigo eterno sufren
ésa calamidad eterna por causa de ignorancia de los misterios de fe que
deben ser sabidos y creidos para ser numerado entre los elegidos.’”cccxxx[330]
Toda persona mayor de la edad de razón debe tener un saber positivo de estos
misterios de Fe para ser salvo. No hay ningunas excepciónes. Y esta verdad de la Fe
Católica es porque veintenas de Papas y Santos han enseñado que absolutamente todo
miembro de ése terrón de humanidad que vive en ignorancia de Cristo está bajo el
dominio del diablo y no será salvo, a menos que sea incorporado en la maravillosa luz
de Cristo por fe y bautismo.

Papa Gregorio XVI, Probe Nostis (# 6), 18 Sept. 1840: “Somos agradecidos por el éxito
de misiones apostólicas en America, los Indios, y otras tierras infieles... Ellos buscan
los que se sientan en tinieblas y la sombra de la muerte para evocarles a la luz y vida
de la religión Católica... Al fin les arrebatan del dominio del diablo, por el lavacro de
regeneración, y les promoven a la libertad de los hijos adoptados de Dios.”cccxxxi[331]

En su Bula Sublimus Dei, Papa Pablo III trata la cuestión de los Indios en el “recién
descubrido” Nuevo Mundo. Hablando en el contexto de los mayores de la edad de
razón, Papa Pablo III declara que son capáces de recibir la Fe, y reitera la enseñanza de
tradición que ninguno de ellos puede ser salvo sin fe en Jesucristo.

Papa Pablo III, Sublimus Dei, 29 Mayo 1537: “El sublime Deus de tal manera
amó al mundo que Él creó el hombre para que podría participar, no sólo en el
bien que disfrutan otras criaturas, sino le dotó de la capacidad de alcanzar la
inaccesible y invisible Bien Supremo y contemplarlo cara a cara; y puesto que el
hombre, según el testimonio de las sagradas escrituras, ha sido creado para
gozar vida y felicidad eterna, los cuales ninguno puede obtener salvo por fe
en nuestro Señor Jesucristo, es menester que él posea la naturaleza y facultades
que le permiten recibir esa fe; y que todo él que es dotado así debe ser capáz de
recibir esa misma fe. Ni sea creíble que alguno posea tan poco entendimiento
para desear la fe y sin embargo carecer de la más necesaria facultad que le
permite recibirla. Por lo tanto Cristo, quien es la Verdad misma, que nunca ha
faltado ni puede faltar, dijo a los predicadores de la fe quienes Él escogió por
ése cargo ‘Id y doctrinad a todas naciónes.’ Dijo todas, sin excepción, porque
todas son capáces de recibir las doctrinas de la fe... En virtud de Nuestra
autoridad apostólica definimos y declaramos por estas presentes cartas... que
los antedichos Indios y otras gentes deben ser convertidas a la fe de Jesucristo
por predicación de la palabra de Dios y por el ejemplo de vida buena y
santa.”cccxxxii[332]

Esto nos muestra, otra vez, que es contrario a la Fe Católica aseverar que almas
ignorantes de los misterios esenciáles de la Fe Católica pueden ser salvas.

El gran “Apóstol de los Montañas Rocosas,” P. Pedro De Smet, quien fue el


misionero extraordinario a los Indios Americanos en el 19no siglo, también fue
convencido - con todos los grandes misioneros Católicos antes de él - que todos los
Indios a quienes él no llegaba serían eternamente perdidos. (Vea también la sección
abajo sobre San Isaac Jogues y San Francisco Javier)
P. De Smet, S.J., 26 Enero 1838: “Sacerdotes nuevos ya serán añadidos a la
Misión Potawatomi, y mi Superior, Padre Verhaegen, me da esperanza que seré
enviado. ¡Que feliz yo sería si podría dedicarme a la salvación de tantas
almas, que perecen porque nunca han sabido la verdad!”cccxxxiii[333]

P. De Smet, S.J., 8 Dic. 1841: “Me duele el corazón por pensar de tantas almas
abandonadas a perecer por falta de sacerdotes para instuirles.”cccxxxiv[334]

P. De Smet, S.J., 9 Oct. 1844: “¡Que emoción a la vista de esta vasta tierra,
donde, por falta de misioneros, miles de hombres se nacen, crecen a la
madurez, y mueren en las tinieblas de infidelidad! Pero ahora por nuestros
esfuerzos, la mayoría, si no todos, sabrán la verdad.”cccxxxv[335]

Esta verdad sobre la salvación es porque San Luis de Montfort dice el siguiente en
su obra maestra Verdadera Devoción a María (que recomendamos con insistencia para
todos):

San Luis De Montfort, Verdadera Devoción a María # 61: “No se ha dado ningún
nombre bajo el cielo, excepto el nombre de Jesús, por cual podemos ser salvos...
Cada uno de los fieles que no está unido a Él como un ramo al tronco de la vid,
se caerá, se marchitará, y será apto sólo para ser desechado al fuego. Fuera de
Él no existe nada sino error, falsedad, iniquidad, futilidad, muerte y
condenación.”cccxxxvi[336]

Esta verdad sobre la salvación es porque Papa Gregorio el Grande respondió en la


siguiente manera después de ver algunos jóvenes de Bretaña no evangelizada en un
mercado de esclavos:

(+6to siglo): “La Bretaña que conoció Gregorio no tenía nada que ver con Cristo.
Un día... Gregorio había visto en un mercado de esclavos un grupo de guapos
jóvenes rubísimos del norte, y preguntó quienes pueden ser. ‘Anglos,’ le
dijeron, de Bretaña. ‘No Anglos, sino ángeles,’ respondió Gregorio,
exclamando que triste era ‘que seres con cara tan brillante sean esclavos del
príncipe de tinieblas’ cuando ‘deberían ser co-herederos con los ángeles del
cielo.’ Y él se resolvió: ‘Serán salvos de la ira de Dios, y llamados la la
misericordia de Cristo.’”cccxxxvii[337]

Papa Gregorio el Grande claramente mantenía que los Anglos no estaban en una
posición para ser salvos, aunque fueron ignorantes del Evangelio. Fueron, como él
dijo, esclavizados al príncipe de tinieblas porque estaban fuera el reino sobrenatural de
Cristo (la Iglesia Católica) y bajo el dominio del Diablo por medio de pecado original.
Por lo tanto, se resolvió enviar San Agustín de Canterbury para evangelizar a ellos y
salvarlos.

Esta verdad sobre la salvación es porque San Francisco De Sales dijo la siguiente en
La Controversia Católica:
San Francisco De Sales, La Controversia Católica (+1672): “Sí, de verdad; porque
fuera la Iglesia no hay ninguna salvación, fuera de esta Arca todos
perecen.”cccxxxviii[338]

San Francisco De Sales, La Controversia Católica (+1672): “...[que] hombres


pueden ser salvos fuera la verdadera Iglesia, que es imposible.”cccxxxix[339]

San Francisco De Sales, La Controversia Católica (+1672): “Quien puede


desmerecer la gloria de tantos religiosos de todos órdenes, y de tantos
sacerdotes seglares, quienes saliendo de su país, se han expuestos si mismos a
merced de viento y marea, para llegar a las naciónes del Nuevo Mundo, para
conducirlas a la verdadera fe, y para iluminarlas con la luz del Evangelio...
entre los Caníbales, Canarianos... Brazilianos, Malayanos, Japonesas, y otras
naciónes ajenas, y se hicieron prisioneros allá, desterrando a si mismos de su
propio primero país para que esta gente pobre no sean desterrados del paraíso
celestial.”cccxl[340]

Esta verdad sobre la salvación es porque Papa León XIII dice que el descubrimiento
de America de Cristóbal Colón condujo a la salvación de cientos miles de mortales que
de otro modo habrían sido perdidos por morir en un estado de ignorancia de la
verdadera fe.

Papa León XIII, Quarto Abeunte Saeculo #1 (+1902): “Por su (Cristóbal Colón)
trabajo un otro mundo emergió del inregistrado seno del océano: cientos
miles de mortales, de un estado de ceguera han sido elevados al nivel común
de la raza humana, sacados de salvajismo a cortesía y humanidad; y, mejor de
todo, por la adquisición de estas bendiciones de las cuales Jesucristo es el
autór, han sido evocados de destrucción a la vida eterna.”cccxli[341]

Esta verdad sobre la salvación es porque Papa Pelagio I, representando la mente y


Tradición de toda la antigua Iglesia Católica, declaró que los que “no sabían la via del
Señor” fueron perdidos.

Papa Pelagio I, Fide Pelagii a Childeberto, Abril, 557: “Ya que confieso que todos
hombres de Adán... entonces se levantarán otra vez y se presentarán ante la
cátedra de juicio de Cristo, para que cada uno recibiere las propias cosas del
cuerpo, según haya hecho, o sea bien o mal [Rom. 14:10; 2 Cor. 5:10]... los
malvados, sin embargo, permaneciendo por su propia elección con vasos de
ira preparados para destrucción [Rom. 9:22], quienes o no sabían la via del
Señor, o la sabiendo la abandonaron cuando fueron cogidos por varias
transgresiónes, Él dará por un juicio muy justo al castigo de fuego eterno y
inextinguible, para que quemen sin fin.”cccxlii[342]

LA SAGRADA ESCRITURA CONTRA IGNORANCIA INVENCIBLE – Y


EVIDENCIA DE LA DISEMINACIÓN INMEDIATA DEL EVANGELIO POR
TODO MUNDO
San Justín Mártir, Diálogo con Trypho el Judío (+155 A.D.): “No
hay ni una sola raza de hombre – o bárbaros o Griegos, o de
cualquier nombre sean llamados, o la gente que vive en
carromatos o los llamados sin hogar o sin rebaño que viven en
tiendas de campaña – entre quienes oraciónes y acción de
gracias no están ofrecidas a Dios el Creador de todo, en el
nombre del Jesús crucificado.”cccxliii[343]

El hecho permanece que Dios ha revelado que todos que quieren ser salvos deben
creer en la Fe Católica (la Trinidad y la Encarnación siendo “la Fe Católica” en sus
misterios más simples - ve el Credo Atanasiano). El hecho que Dios se asegurará que
almas de buena voluntad oirán Su voz y recibirán la Fe Católica no debería ser dificil
aceptar para un Católico. Después de todo, en solo el Credo de los Apóstoles,
Católicos deben profesar su creencia en muchos sucesos sobrenaturales: el
Alumbramiento Virginal, la Resurrección y la Ascensión. Un Católico también debe
creer en la Sagrada Escritura, que es lleno de milagros y fenómenos sobrenaturales.
Transubstanciación (la Verdadera Presencia de Cristo en la Eucaristía) es también un
milagro diario que Católicos Tradicionales creen. Pues ¿porque es difícil creer que
Dios quita la ignorancia de almas de buena voluntad a pesar de donde están, aun
milagrosamente, si sea necesario? El nombre de Jesús es el unico nombre bajo todo el
cielo (Hechos 4:12) por cual se puede ser salvo; y los que entran no por Jesús son
ladrónes y robadores (Juan 10).

Juan 10:1,9: “[Jesús dice] Amen, Amen, os digo: Él que no entra por la puerta en
el corral de las ovejas, mas sube por otra parte, el mismo es ladrón y robador...
Yo soy la puerta.”

En un caso famoso, Ven. María de Agreda es dicha haber bilocado de su convento


en España a las tierras remotas de Tejas para instuir a Indios en la verdadera Fe. “Hay
un gran mural sobre la entrada principal del Catedral de Ft. Worth que retrata esta
larga visitación, además de su enorme original suspendido en la Iglesia de Santa Ana
en Beaumont, Tejas.”cccxliv[344] Sus milagrosas bilocaciónes a America son dichos haber
ocurrido por 11 años (de 1620-1631), desde Tejas a Nuevo Mexico a Arizona, mediendo
más que mil millas.

Es también enseñado en muchos lugares en el Nuevo Testamento que el Evangelio


fue, aun en el tiempo de los Apóstoles, predicado por todo mundo.

Hechos 1:8: “[Jesús dice]... recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá
sobre vosotros; y me sereís testigos en Jerusalén, y en toda Judea, y Samaria, y
hasta lo último de la tierra.”

Colosenses 1:23- “Si empero permanecéis en la fe, fundados y firmes, y


inquebrantables de la esperanza del evangelio que habéis oido; el cual es
predicado en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo soy
hecho ministro.”
Colosenses 1:4-6: “Habiendo oido vuestra fe en Cristo Jesús... la verdad del
evangelio: El cual ha llegado a vosotros, como también a todo el mundo...”

1 Tesalonicenses 1:8: “Porque de vosotros ha sido divulgada la palabra del


Señor, no sólo en Macedonia y en Acaya, sino también en todo lugar...”

Romanos 10:13-18: “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor será
salvo. ¿Cómo, pues invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿O cómo
creerán a aquel de quien no han oido? ¿Y cómo oirán, sin un predicador?...
Entonces fe viene por el oir; y por el oir la palabra de Cristo. Pero yo digo: ¿No
han oido? Sí, de hecho, vuestro sonido salió por toda la tierra, y vuestras
palabras hasta los fines de toda la tierra.”

El Nuevo Testamento es claro que el Evangelio salió a “lo último de la tierra”


(Hechos 1), “toda la creación que está debajo del cielo” (Colosenses 1) y “hasta los fines
de toda la tierra” (Romanos 10). Es bien posible que los Apóstoles fueran
transportados a “lo último de la tierra” para predicar el Evangelio y bautizar en el
mismo vehículo por cual el profeta Elías fue milagrosamente cogido de la tierra - un
carro ardiente.

2 Reyes 2:11: “Y aconteció que, yendo ellos hablando, he aquí, un carro de


fuego con caballos de fuego apartó a los dos: y Elías subió al cielo en un
torbellino.”

De hecho, sabemos que San Felipe el Apóstol fue transportado en una manera
similar a Elias, después que Felipe bautizó al Eunuco de Candace.

Hechos 8:38-39: “Y Felipe mandó parar el carro: y descendieron ambos al agua,


Felipe y el eunuco; y le bautizó. Y cuando habían subido del agua, el Espíritu
del Señor arrebató a Felipe; y no le vió más el eunuco. Y se fue por su camino
gozando.”

Hechos 2 también nos dice que el día de Pentecostés, Judíos de “toda nación bajo el
cielo” (quienes habían venido a Jerusalén por el día de Pentecostés) fueron convertidos
y bautizados.

Hechos 2:1-41: “Y cuando se cumplieron los días de Pentecostés, estaban todos


juntos en un lugar... Moraban entonces en Jerusalén, Judíos, varones
religiosos, de todas las naciónes debajo del cielo. Y hecho este estruendo,
juntóse la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar su
propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: He aquí ¿no son
Galileos todos estos que hablan? ¿Como, pues, les oímos hablando cada uno en
nuestra lengua en que somos nacidos? Partos, y Medos, y Elamitas, y los que
habitamos en Mesopotamia, Judea, y Capadocia, Ponto y Asia, Phrygia y
Pamphylia, Egipto, y las partes de Libia cerca de Cirene, y extranjeros
Romanos, también Judíos, y convertidos, Cretenses y Arabes... Así que los que
recibieron su palabra, fueron bautizados; y fueron añadidas en aquel día como
tres mil almas.”

Después que estas almas de “todas las naciónes debajo del cielo” habían sido
convertidas y bautizadas, regresaron a sus propias tierras y propagaban el Evangelio –
facilitando la diseminación inmediata del Evangelio a tierras distantes por todo
mundo. Eso es porque, por ejemplo, hay evidencia de Cristianismo en Partia
contemporánea con los más antiguos contactos Occidentales en esa región después de
Cristo.

Warren H. Carroll, Una Historia de la Cristiandad, Vol. 1, p. 429: “La importancia


de esta conversión de considerables números de peregrinos [el día de
Pentecostés] quienes estuvieren regresando a sus propias hogares en tierras
distantes y podrían propagar la Fe muchas veces no ha sido notado... Pero este
hecho probablemente explica porque, por ejemplo, hay indicios de
Cristianismo en las regiónes Partas tan antiguos como podemos localizar los
contactos Occidentales con ellas, después de Cristo.”cccxlv[345]

Ya que estas almas habían sido convertidos en una manera poderosa, “atónitos”
(Hechos 2:12) – temor habiendo “venido sobre toda alma: y muchas maravillas y señales
estaban hechas por los apóstoles en Jerusalén, y era gran temor sobre todos” (Hechos 2:43) – se
pusieron fervientes instrumentos apostólicos que Dios usaba inmediatamente para
propagar la Fe y bautizar en sus tierras distantes. Y esto no aun incluye la obra
apostólica que los Apóstoles mismos hicieron en las tierras distantes fuera del Imperio
Romano. San Andrés, por ejemplo, predicaba tan lejos como Ucrania.cccxlvi[346]

Andrés – predicaba en Escitia (Ucrania bárbara) y posiblemente Grecia


Bartolomé – predicaba en Arabia del Sur (y posiblemente India)
Judas Tadeo – predicaba en Mesopotamia (y posiblemente Armenia y Irán)
Mateo – Media o Etiopía
Matías – totalmente desconocido
Felipe – Asia Menor (Frigia)
Simón el Zelote - Irán
Tomás – Partia y Indiacccxlvii[347]

“El hecho más destacado sobre esta lista es que, con la sola excepción de Felipe,
cada uno de estos Apóstoles de cuya obra apostólica aun la más escasa
memoria fue preservada, se fue más allá de los límites del Imperio Romano...
Por lo tanto la verdad parece ser (como habríamos expectado, aunque en
nuestra visión estrecha podemos encontrar difícil creer) que Cristo en realidad
quiso decir exactamente lo que Él dijo cuando habló a los discipulos después
de Su Resurrección de llevar Su mensaje a lo último de la tierra, y no tenía
ninguna intención de esperar para la creación de aviones y televisión para
que se podría hacerlo con más facilidad.”cccxlviii[348]
Esto es porque los celebrados padres de la Iglesia San Justín Mártir (citado arriba),
San Ireneo, San Clemente y muchos otros escriben:
San Ireneo, Contra Herejías, +180 A.D.: “Puesto que la Iglesia, aunque
dispersada por todo mundo aun a los extremos de la tierra, ha recibido de los
Apóstoles y de sus discipulos la fe en un Dios, Padre Todopoderoso...
Jesucristo, el Hijo de Dios... y en el Espíritu Santo... y el alumbramiento de una
Virgen, y la pasión, y la resurrección... Ni creen diferente o tienen otra tradición
las Iglesias entre los alemánes, ni las entre los ibéricos, ni entre los celtas, ni allá
en el Oriente, ni en Egipto, ni en Libia, ni las que han sido establecidas en la
regiónes centrales del mundo. Pero asimismo que el sol... es uno y el mismo
por todo mundo, así que también la predicación de la verdad brilla en todo
lugar y ilumina todos hombres que deseen venir a un saber de
verdad.”cccxlix[349]

San Clemente de Alejandría, Exhortación a los Griegos, c. +190 A.D.: “El Poder
Divino, además, irradiando con una velocidad sin igual y con una
benevolencia fácil de conseguir, ha llenado todo el Mundo de la semilla de
salvación... Reveló si Mismo como el heraldo de verdad, nuestro Mediador y
Salvador...”cccl[350]

También sabemos que el Espíritu Santo específicamente prohibió a los Apóstoles


predicar el Evangelio en ciertos lugares, probablemente por causa de la mala voluntad
que encontrarían.

Hechos 16:6: “Y cuando habían pasado por Phrygia, y la provincia de Galacia,


les fue prohibido por el Espíritu Santo predicar la palabra en Asia.”

Hechos 16:7: “Y como vinieron a Misia, tentaron de ir a Bithynia, y el Espíritu


de Jesús no les permitió.”

Por otra parte, sabemos que el Espíritu Santo específicamente dirigió a los
Apóstoles – por medio de inspiración sobrenatural – predicar el Evangelio en lugares
donde estaban almas sinceras que lo necesitaban, como en Macedonia.

Hechos 16:9-10: “Y una visión fue mostrada a Pablo de noche: Un varón


Macedonio se puso delante, rogándole, y diciendo: Pasa a Macedonia, y
ayúdanos. Y como vió la visión, inmediatamente procuramos partir a
Macedonia, dando por cierto que Dios nos había llamado para que les
anunciásemos el evangelio.”

Hechos 8:26: “Empero el ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y
ve hacia el sur... Y el Espíritu dijo a Felipe: Llégate, y júntate a su carro.”

Todo esto no es para sugerir, por supuesto, que no se debe predicar el Evangelio a
una persona sin inspiración sobrenatural. Es sólo para ilustrar que Dios está
completamente consciente de las almas de buena voluntad y las almas de mala
voluntad; Él está completamente consciente de quienes verdaderamente desean la
verdad del Evangelio y quienes no, y no hay nada parando a Él de llevar Su verdad a
los que son sinceros. ¡El Señor añadirá cada día a la Iglesia los que habían de ser
salvos!

Hechos 2:47: “Y el Señor añadía cada día a la Iglesia los que


habían de ser salvos.” – Comentario Católico de Haydock sobre este
versículo: “Más y más añadió cada día a la Iglesia [como deberían ser salvos], como se
expresa claramente en el Griego.”

San Pablo además dice que hombres (i.e., hombres mayor de razón que quieren ser
salvos) no pueden tener la fe en Cristo que es necesaria para la salvación si no hayan
oido de Él. “¿O cómo creerán a aquel de quien no han oido?” (Romanos 10). Ya que todos
mayores de la edad de razón deben oir la palabra de Cristo para tener la Fe (Romanos
10), ellos deben oir la palabra de Cristo para lograr la salvación, porque nadie es
justificado sin Fe - la una verdadera Fe Católica.

Papa Pío IX, Vaticano I, Ses. 3, Cap. 3, 1870, de Fe: “Mas, porque ‘sin fe es
imposible placer a Dios’ [Heb. 11:6] y lograr la confraternidad de Sus hijos, así,
nadie es justificado sin ella...”cccli[351]

Papa Pío IV, Concilio de Trento, Iniunctum nobis, 13 Nov. 1565, ex cathedra:
“Esta verdadera fe Católica, fuera de que nadie puede ser salvo... Ahora profeso
y verdaderamente mantengo...”ccclii[352]

El hecho que nadie puede ser salvo sin la Fe Católica es ciertamente porque hay
evidencia de la llegada de Cristianismo en el Nuevo Mundo mucho antes que Cristóbal
Colón lo descubrió. San Brendan el Navegante (484-577 A.D.) es dicho haber viajado a
través del Atlantico mucho antes que Cristóbal Colón,cccliii[353] y hay evidencia
arqueológica que ha sido desenterrada para sostener esta afirmación.

Los conquistadores Católicos de América del Norte y del Sur de los siglos
decimoquinto y decimosexto, quienes también derrocaron el satánico Imperio Azteca,
encontraron un abundancia de evidencia de la antigua presencia de Cristianismo en el
Nuevo Mundo.

“Las Indias representaban un tercio de la humanidad; fue, por consiguiente,


imposible teológicamente que ellos no habrían sido evangelizados por un
apóstol de Cristo... Santo Tomás (que predicaba supra Gangem, más allá del
Ganges)... Ya que la evangelización de Santo Tomás fue una parte integral de
revelación, ¿cuáles signos materiales tenemos de su viaje al Nuevo Mundo?
Estas son las marcas indelebles de su [o otro apóstol] presencia: las fuentes
milagrosas y las cruces asombrosas encontradas aquí y allí, de Bahía en Brasil a
Gautulco, la colección de ritos nativos que vagamente evocan Cristianismo –
confesión, ayuno... la creencia en un Dios y creador, en una Virgen que
concebió maravillosamente, en el diluvio universal; la franca interpretación de
símbolos en forma de cruz en los templos y manuscritos... Todo parece
atestiguar los vestigios de un Cristianismo corrumpido por el tiempo. La figura
omnipresente de alguien llamado Zume en Paraguay y Brasil, Viracocha en el
Perú, Bochica en Colombia, Quetzalcoatl en México, Cuculcan entre los Mayas,
es rodeada con un gran número de analogías Cristianas.”cccliv[354]

Evidencia ya ha sido descubrida que Cristianismo llegó a China tan temprano


como el 1er o 2do siglo. “Un Chino profesor de teología dice que la primera Navidad
está representada en el relieve de piedra de la Dinastía Han Oriental (A.D. 25-220).
En la pintura... una mujer y un hombre se sientan alrededor de lo que parece un
pesebre, con supuestamente ‘los tres reyes magos’ viniendo de la izquierda, portando
regalos, ‘el pastor’ les siguiendo, y ‘los asesinos’ en fila, en rodillas, por la
derecha.”ccclv[355] De hecho, ambos San Francisco Javier (1506-52) y P. Matteo Ricci
(1552-1610), dos de las más influyentes misioneros de la Sociedad de Jesús, “afirmaron
en sus escritos que encontraron evidencia sosteniendo que Tomás había viajado a
China sin novedad.”ccclvi[356]

Por lo tanto, por estos cuatro medios el Evangelio fue trasmitido aun a lo último
de la tierra durante el período de la revelación de Jesucristo – i.e. el período cuyo fin es
marcado oficialmente por la muerte del último apóstol: 1) la predicación de los
Apóstoles que cubrió todo el Imperio Romano y vastas partes fuera de él, y la
predicación de multitudes convertidos por ellos; 2) la predicación de todos los
convertidos en Pentecostés, quienes llevaron el Evangelio de vuelta a sus tierras
distantes; 3) el transporte posiblemente milagroso de Apóstoles a tierras distantes
donde almas de buena voluntad podrían ser encontradas, asimismo que Felipe fue
transportado del eunuco (Hechos 8); 4) la directa intervención sobrenatural de Dios
diciendo a la gente lo que deben creer y hacer para ser convertidos a la Fe Cristiana
para ser salvos. Vemos esta directa intervención sobrenatural de Dios para instruir a
almas de buena voluntad en el caso de Cornelio y San Pablo:

Hechos 10:1-5: “Y había un varón en Cesarea llamado Cornelio... Pío y temeroso


de Dios... Este vió en visión manifiestamente... un ángel de Dios entraba a él,
y le decía: Cornelio... Envía pues ahora hombres a Joppe, y haz venir a un
Simón, que tiene por sobrenombre Pedro.”

Hechos 9:3-7: “Y yendo [Saul] por el camino, aconteció que llegando cerca de
Damasco, súbitamente le cercó un resplandor de luz del cielo... Él, temblando,
y temeroso, dijo: ¿Señor, qué quieres que haga? Y el Señor le dice: Levántate y
entra en la ciudad, y se te dirá lo que te conviene hacer.”
También debemos recordar un quinto factor muy importante, que ilustra más
este tema: la enseñanza de Cristo es que una abrumadora mayoría de la humanidad es
de mala voluntad y así condenada. Jesús reveló que pocos encuentran el camino de
salvación en Mateo 713, y los grandes maestros espirituales de la Iglesia Católica han
enseñado que no sólo es la mayoría de la humanidad perdida (i.e., todos que mueren
no Católicos), sino aun la mayoría de los que se profesan Católicos.

Ya que el triste hecho de la historia humana es que pocos son de la verdad –


algo que es descubrido también por leer el Antiguo Testamento y los cuentos sobre que
pocos fueron encontrados dignos de entrar en la Tierra Prometida, y que pocos
permanecían fieles a la ley de Dios en proporción a la supermayoría de aun la gente de
Dios quienes repetidamente cayeron en idolatría – esto ayuda en explicar porque Dios
deja sectores de la población mundial en ignorancia. Es porque no se puede encontrar
un alma de buena voluntad allí. Por lo tanto, las partes del Nuevo Mundo a que el
Evangelio no llegó no lo recibía porque los elegidos no estaban encontrados allá.

Las palabras del Nuevo Testamento sobre el Evangelio siendo predicado en


toda la creación debajo del cielo, y las palabras de Nuestro Señor que los Apóstoles
testimoniarán a Él hasta “lo último de la tierra” en Su mismo último discurso antes de
Su Ascensión, sugeren que posiblemente unos de los apóstoles mismos estuvieron
transportados milagrosamente a lugares en el mundo donde almas de buena voluntad
estuvieron encontradas. Mas a pesar de lo que alguno entiende de las pasajes
escriturales arriba, el hecho es que el Evangelio está predicado donde almas de buena
voluntad están encontradas, y donde no está predicado no hay ninguna salvación.

Tertuliano, Contra los Judíos (+200 A.D.): “¿En quien otro han creido todas
naciónes, si no en el Cristo, quien ya ha venido? Los Partos y los Medos y los
Elamitas, y los que habitan Mesopotamia, Armenia, y Capadocia; y los que
viven en Ponto y Asia, en Phrygia y Pamphylia; caminantes en Egipto y
habitantes de las partes de África más allá de Cirene, Romanos y habitantes
extranjeros; sí, y Judíos en Jerusalén, y otras gentes: ya aun los varios tribus de
Gutlianos, y los muchos límites de los Moros, y todos los confines de España, y
las varias naciónes de Galia; y los lugares de los Britanos, inaccesibles a los
Romanos, pero ya súbditos a Cristo; y de los Sarmatianos y Dacios y Alamanes
y Scytianos, y de los muchos remotos tribus y provincias y islas desconocidos
a nosotros a que apenas podemos enumerar...”ccclvii[357]

San Luis De Montfort, El Secreto del Rosario, c. +1710: “... nadie posiblemente
puede ser salvo sin el saber de Jesucristo.”ccclviii[358]

Lucas 24:47: “Y que sean predicados en su nombre la


penitencia y la remisión de pecados, a todas las naciónes,
comenzando en Jerusalén.”

“... el nombre de Nuestro Señor Jesucristo... Ni hay salvación en cualquier otro.


Porque no hay ningún otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos.” (Hechos 4:12)

SALVACIÓN PARA LOS “IGNORANTES INVENCIBLES” REDUCIDA A SU


PRINCIPIO ABSURDO

La teoría que “ignorancia invencible” salva puede ser refutado también por
reducirla a su principio absurdo, que es esto: Si ser ignorante del Salvador pudiera
hacer a alguno digno de la salvación, entonces Católicos efectivamente hagan un
perjuicio a no Cristianos por predicar Jesucristo a ellos. San Pablo, San Vincente Ferrer,
San Francisco Javier, P. Pedro De Smet, los Mártires Norteamericanos y los otros
innumerables misioneros heroicos en la historia de la Iglesia, quienes sufrieron
penurias incomprensibles para predicar el Evangelio a los paganos ignorantes,
simplemente estaban haciendo a estas personas más culpables ante Dios, según la herejía
moderna de salvación para los “ignorantes invencibles.” Si los misioneros
simplemente se hubiesen quedado en casa, según la herejía de ignorancia invencible,
los paganos sinceros pudiesen ser salvos por nunca haber oido de Cristo por ninguna
propia culpa. Pero por hacer el esfuerzo para predicar Cristo a ellos, como hicieron los
misioneros, ellos estaban – según la herejía de ignorancia invencible – haciendo a estas
personas sin excusa si faltaran a vivir según las obligaciónes del Evangelio o si lo
rechazaran en total. Por siguiente, predicar el Evangelio a los no Cristianos, según la
teoría heretica de “ignorancia invencible,” pone a los paganos en una situación en que
es más probable que fueren condenados. Por lo tanto, la herejía moderna de salvación
por ser “invenciblemente ignorante” efectivamente hace predicar a los paganos
contraproducente para la salvación de almas. Pero tal noción es absurda, por supuesto, y
prueba la naturaleza ilógica y falsa de la herejía de ignorancia invencible.

Pero, de hecho, la herejía se ha puesto tan fuerte hoy en el tiempo de la Gran


Apostasía en que vivimos (Vea Sección 34) que la mayoria de “Católicos” hoy
facilmente profesan que paganos, Judíos, Budistas, etc. que saben del Evangelio y lo
rechazan también pueden ser salvos por “ignorancia invencible.” Pero esto es
solamente el resultado necesario de la herejía de ignorancia invencible; porque si
paganos que nunca han oido de Cristo podrían ser salvos “en buena fe,” entonces
paganos que rechazan a Cristo pueden ser en buena fe también, porque ¿cuánto se
debe oir para perder la “ignorancia invencible”? Una vez que se extravía del principio
- eso es decir, una vez que alguno rechaza la verdad divinamente revelada - que todos
que mueren paganos son ciertamente perdidos sin excepción (Papa Eugenio IV, de fide), las
claras líneas de demarcación están rechazadas, y una zona gris necesariamente se
impone, una área gris según la cual no se puede posiblemente saber ni limitar quienes están
posiblemente en buena fe y quienes no.

Recientemente hablé con un erudito que se considera un “Católico tradicional.”


Esta persona mantiene la herejía de ignorancia invencible. Estábamos tratando de su
creencia que Judíos y otras personas no Católicas pueden ser salvos. En la discusión, él
admitió que mantenía que Judíos que odian a Cristo posiblemente pueden ser salvos.
Antes de admitir eso, sin embargo, dijo: “depende de cuanto él [el Judío] ha oido de Cristo.
Si solamente haya visto un Crucifijo...” Su punto fue que si el Judío solamente hubiera
visto un Crucifijo, pero no hubiera oido de Jesucristo en ninguna manera sustancial, el
Judío posiblemente podría ser salvo en buena fe; mientras si Nuestro Señor Jesucristo
hubiera sido predicado enteramente al Judío, él probablemente no sea en buena fe.
(Como he dicho, el erudito eventualmente admitió que aun en este último caso – el
Judío que totalmente rechaza y/o odia a Cristo – también podría ser en buena fe, pero
trato del argumento que él utilizaba antes de admitir ése punto para ilustrar mi
siguiente punto). El “erudito” efectivamente muestra la absurdez de la herejía de
ignorancia invencible por su argumento; él admite que el Judío que ha visto el
Crucifijo pero no ha oido de Cristo puede ser en buena fe, pero si el Judío haga el
esfuerzo de investigar el uno pendiente en el Crucifijo – o si un amigo le predique a
él el uno pendiente en el Crucifijo – ¡probablemente no sea en buena fe! Por lo
tanto, predicar Cristo crucificado, según este “erudito” que había absorbido
totalmente la herejía de “ignorancia invencible”, no salvaría, mas posiblemente
condenaría al Judío. Pero esto es obviamente falso y heretico.

1 Corintios 15:1-2: “Ahora os declaro, hermanos, el evangelio que os prediqué,


el cual también recibisteis, y en el cual seguis en pie. Por el cual también sois
salvos...”

La otra consequencia heretica de la herejía de ignorancia invencible es que


significaría que infantes también podrían ser salvos sin bautismo, porque infantes son
las personas más “invenciblemente ignorantes” del mundo. Pues, el argumento
saldría, ya que “ignorancia invencible” salva a no Católicos, entonces puede salvar a
los infantes “invenciblemente ignorantes” también. Pero tal idea ha sido condenada
repetidamente por la Iglesia Católica; es una verdad divinamente revelada que ningún
infante puede entrar al cielo sin bautismo de agua (Vea la sección “Infantes No Pueden
Ser Salvos Sin Bautismo de Agua”).

JESUCRISTO CONTRA IGNORANCIA INVENCIBLE

Posiblemente nada en el Nuevo Testamento es más claro que el hecho que Nuestro
Señor Jesucristo es el Hijo de Dios, y se debe creer en Él para tener vida eterna.

Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, para dar Su Hijo
unigénito: para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna.”

Juan 3:36: “Él que cree en el Hijo tiene vida eterna: mas él que es incrédulo al
Hijo, no verá la vida, pero la ira de Dios está sobre él.”

Juan 17:3: “Esta empero es la vida eterna, que te conozcan, el solo Dios
verdadero, y a Jesucristo, el cual has enviado.”

Juan 8:23-24: “Y les dijo [a los Judíos]: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba.
Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso, os dije, que
moriréis en vuestros pecados: porque si no creyereis que yo soy él, en vuestros
pecados moriréis.”

Juan 14:6: “Jesús les dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie viene
al Padre, sino por mí.”

Y Nuestro Señor es claro que los que no conocen a Él no son salvos.

Juan 10:14: “Yo soy el buen pastor; y conozco mis


ovejas, y las mías me conocen.”
No pienso que hay muchas pasajes en el Nuevo Testamento tan destructivas a la
herejía moderna de “ignorancia invencible” como Juan 10:14. Nuestro Señor
claramente y definitivamente nos dice que Él conoce a Sus ovejas y que Sus ovejas
“conocen a Él.” Y si las palabras de Nuestro Señor no fueron suficiente claras, Él sigue
a decir, como está recordado solo dos versículos luego en el Evangelio de San Juan:

Juan 10:16: “También tengo otras ovejas, que no están


de este rebaño; aquéllas también tengo que traer, y
oirán mi voz, y será un rebaño y un pastor.”
¿Podría ser algo más claro? Casi todos teólogos entienden las palabras de Nuestro
Señor aquí sobre las “otras ovejas” por referir a los Gentiles. Nuestro Señor está
diciendo a los Judíos que Él tiene ovejas entre los Gentiles, quienes son de la verdad, y
que Él les traerá en la Iglesia y oirán Su Voz.

Juan 18:37: “Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar
testimonio a la verdad: todo aquél que es de la verdad, oye mi voz.”

LA OBJECIÓN “INTERPRETACIÓN PRIVADA”

OBJECIÓN- Te portas el mismo que un Protestante. El Protestante interpreta


privadamente la Sagrada Escritura, mientras tú interpretas privadamente declaraciónes
dogmáticas.

RESPUESTA- Esta objeción ya ha sido refutado en Sección 3 de este documento,


“Crea Dogma Como Una Vez Fue Declarado.”

Papa Pío IX, Primero Concilio Vaticano, Ses. 3, Cap. 2 de Revelación, 1870, ex
cathedra: “Pues, también, ése entendimiento de sus sagrados dogmas debe ser
retenido permanentemente, que Santa Madre Iglesia una vez ha declarado; y
nunca debe ser un retroceso de ése significado bajo el especioso nombre de un
entendimiento más profundo.”ccclix[359]

Pero hay unos puntos adicionales que refutan y desbaratan la completa tontería y
la mentalidad heretica que está en el corazón de esta objeción. Las personas que hacen
esta aseveración no entienden enseñanza Católica ni lo que constituye fidelidad al
Magisterio. En su Decreto sobre el Sacramento de Órdenes, el Concilio de Trento declaró
solemnemente que ¡los cánones dogmáticos son para el uso de todos los fieles!

Papa Pío IV, Concilio de Trento, Ses. 13, Cap. 4: “Estos son los temas que en
general pareció bien al sagrado Concilio enseñar a los fieles de Cristo en lo que
Empero, ha resolvido condenar
concierne al sacramento de órdenes.
lo contrario en cánones definidos y apropiados en la
siguiente manera, para que todos, haciendo uso de la regla
de fe, con la asistencia de Cristo, pueden reconocer con más
facilidad la verdad Católica en medio de las tinieblas de
tantos errores.”ccclx[360]

La palabra “canon” (en el Griego: kanon) signífica un carrizo; una varilla o barra
recta; un palo de medir; algo que sirve para determinar, trazar, o medir. ¡El Concilio
de Trento declara infaliblemente que sus cánones son varillas de medir para “todos”
para que ellos, haciendo uso de estas reglas de Fe, pueden ser capáces de reconocer y
defender la verdad en medio de las tinieblas! Esta declaración muy importante echa
por tierra la afirmación de los que dicen que usar dogmas para probar puntos es
“interpretación privada.”

Además, si un Católico que sigue exactamente lo que ha declarado la Cátedra


de Pedro (el texto dogmático) no encuentra la verdad, sino haga “interpretación
privada,” como ellos afirman, entonces ¿que se puede seguir? ¿Y quién interpreta la
declaración dogmática? ¿Y quién interpreta la interpretación de la declaración
dogmática? ¿Y quién interpreta la interpretación de la interpretación de la declaración
dogmática? ¿Y quién interpreta la interpretación de la interpretación de la
interpretación de la declaración dogmática? La respuesta es que nunca terminaría, y
nadie podría llegar a ninguna verdad. En ése sistema, el depósito de fe – y las
enseñanzas dogmáticas de la Iglesia – entonces serían nada más que opiniónes
privadas, que es PURO PROTESTANTISMO.

San Francisco de Sales lo explicó bien contra los Protestantes.

San Francisco de Sales (Doctor de la Iglesia), La Controversia Católica, c. 1602, p.


228: “Los Concilios... deciden y definen algún artículo. Si después de todo
esto haya que poner otra prueba antes de recibir su [del Concilio] determinación,
¿no será querida una otra? ¿Quién no querrá aplicar su prueba, y cuándo será
resolvida la cuestión?... ¿Y porqué no una tercera para saber si la segunda sea
fiel? – ¿y entonces una cuarta, para probar la tercera? Todo debe ser hecho de
nuevo, y posteridad nunca confiará en la antigüedad sino saldrá siempre
revolviendo al revés los más santos artículos de fe en la rueda de sus
entendimientos... lo que decimos es que cuando un Concilio ha aplicado esta
prueba, nuestros cerebros ya no tienen que revisar sino creer.”ccclxi[361]

¡La “interpretación” termina con las palabras del dogma mismo! Si no, entonces
nunca termine, como vimos arriba – sólo hay interpretación falible tras interpretación
falible tras interpretación falible tras interpretación falible. Si la responsabilidad no sea de la
definición infalible (la Cátedra de Pedro), entonces no sea de nadie. Le señalé este
hecho a un bastante bien conocido “apologista” de la secta Vaticano II en una llamada
por teléfono. Él argumentó que nuestro uso de la dogmática enseñanza Católica (la
enseñanza de la Cátedra de Pedro) es semejante a “interpretación privada” Protestante.
Dijo esto para intentar defender unas de sus creencias hereticas que se contradicen con
dogma, como su creencia que no Católicos pueden ser salvos. Le dije, “¿entonces
quién interpreta el dogma? ¿Y quién interpreta la interpretación del dogma? Después
que le dije “¿quién interpreta la interpretación del dogma... y quién interpreta la
interpretación de la interpretación ... y quién interpreta la interpretación de la
interpretación de la interpretación...” permaneció en silencio sepulcral por la primera
vez en la conversación. Obviamente no tuvo ninguna respuesta al punto objetivo que
fue hecho, simplemente porque no hay ninguna respuesta. Según la opinión heretica
de enseñanza dogmática que él mantenía, la Fe Católica es nada más que
Protestantismo – interpretación falible, privada, y humana sin la Cátedra de Pedro para
dar la última palabra. La siguiente citación también ilustra este punto muy bien.

“¿Porque sabía Atanasio que tenía razón? Porque se agarraba


a la definición infalible, sin respeto a lo que decían todos los
otros. No toda la erudición del mundo, ni todo el rango de
ministerio, puede sustituir por la verdad de una
infaliblemente definida enseñanza Católica. Hasta el más
simple miembro de los fieles, agarrando a una definición
infalible, sabrá más que el más ‘erudito’ teólogo que niega o
mina la definición. Eso es el entero propósito de la enseñanza
infaliblemente definida de la Iglesia – hacernos
independientes de las meras opiniónes de hombres, por muy
eruditos, por muy alto su rango.”ccclxii[362]

Eso es porque al adherirse a exactamente lo que el dogma “una vez ha declarado”


(Vaticano I) no se entra en Protestante “interpretación privada,” sino se porta más
fielmente a la infalible verdad de Cristo y la directamente infalible manera de saberla
(las definiciónes dogmáticas de la Iglesia). Los que se desvian de la real declaración del
dogma, y el real significado de sus palabras, son herejes Protestantes que entran en
interpretación condenada, pecaminosa, falible y privada, contra las palabras directas
del dogma (contra las definiciónes infalibles) y así destruyen toda fe y hacen
Infalibilidad Papal inútil. Si alguno no podría seguir lo que dice la declaración
dogmática, entonces Cristo simplemente nos diría siempre seguir a los que tienen
erudición o autoridad; Él nunca habría instituido un Magisterio infalible ejercido por los
Papas, que puede clarificar problemas de una vez por todas sin toda posibilidad de
error y indiferente a quien está de acuerdo con y quien disiente de la definición.

¿PERO NO PUEDEN HOMBRES ENTENDER MAL UNA DEFINICIÓN DOGMÁTICA?

Por supuesto sí. Hombres pueden entender mal todo. Si Jesucristo (la Verdad
Misma) fuera aquí hablando a nosotros, muchas personas sin duda entenderían mal lo
que Él dijera, como muchos hicieron cuando vino la primera vez. Asimismo, sólo
porque unos pueden y hacen entender mal lo que declara la Cátedra de Pedro, no
signífica que los que se adhieren fielmente a su definición entran en Protestante
“interpretación privada.” Eso es completamente blasfemo contra la entera institución
del Papado y el entero propósito de definiciónes dogmáticas y la Cátedra de San Pedro.
Las declaraciónes dogmáticas de la Iglesia Católica constituyen la verdad del cielo
siendo declarada a nos directamente por los Papas.

Papa Pío X, Lamentabile, Los Errores de los Modernistas, 3 Julio 1907, #22:
“Los dogmas que la Iglesia profesa como revelados no son verdades caídas
del cielo, sino un tipo de interpretación de hechos de religión, que la mente
humana por un esfuerzo laborioso preparó para si mismo.”- Condenadoccclxiii[363]

Papa Pío X, Lamentabile, Los Errores de los Modernistas, 3 Julio 1907, #54:
“Los dogmas, los sacramentos, la jerarquía, en lo que concierne ambos la idea
y la realidad, son nada más que interpretaciónes y la evolución de inteligencia
Cristiana, que han aumentado y perfeccionado el pequeño germen latente en el
Evangelio.”- Condenadoccclxiv[364]

Papa Gregorio XVI, Mirari Vos (#7), 15 Agosto 1832: “... nada de las cosas
designadas no debe ser disminuida; nada cambiada; nada añadida; sino deben
ser preservadas según ambos expresión y significado.”ccclxv[365]

17. Algunas Otras Objeciónes


Hay un número de otras objeciónes planteadas contra el verdadero sentido del
dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación y la necesidad de recibir el
Sacramento de Bautismo para la salvación. En esta sección, responderé a ellas. Todas
estas objeciónes, por supuesto, son probadas falsas por la enseñanza infalible de la
Iglesia ya examinada; pero, otra vez, por ser completo, cada una será tratada
individualmente.

Lo que los defensores modernos de la falsa doctrina de bautismo de deseo intentan


hacer es juntar una combinación de puntos que aparecen favorecer su posición, pero no
en realidad. Ellos juntan una combinación de declaraciónes falibles (que no prueban su
punto), textos mal entendidos y/o textos mal traducidos (que no dicen lo que ellos
afirman), además de unas otras cosas que no prueban su punto. El seglar mediano, sin
embargo, no teniendo disponibles los hechos o no dispuesto a hacer el esfuerzo para
calar todos los argumentos falsos, puntos tergiversados y razonamiento inválido, sale
con la impresión que “bautismo de deseo” debe ser una enseñanza de la Iglesia. Pero
cuando cada uno de los puntos que los defensores de bautismo de deseo afirman es
examinado individualmente, se puede ver que ninguno prueba la falsa doctrina de
bautismo de deseo en ninguna manera; todos se desmoronan cuando están
escudriñados. Y mientras esta gente entienden mal y tergiversan la enseñanza de la
Iglesia, deshonestamente no aun intentan dirigirse a los varios argumentos de la más
alta autoridad docente de la Iglesia Católica (la Cátedra de Pedro) que muestran que no
hay ninguna cosa como “bautismo de deseo” ni salvación para los que mueren no
Católicos (vea Sección 33). No se dirigen a estos argumentos simplemente porque no
pueden contestarlos.
Porque unas de las siguientes secciónes son más complicadas y técnicas, los que no
necesariamente buscan o no tienen interés en las respuestas a estas objeciónes pueden
saltarse a la próxima sección.

EL CATECISMO DEL CONCILIO DE TRENTO

OBJECIÓN- El Catecismo del Concilio de Trento enseñó que por la determinación de


recibir bautismo se puede conseguir la gracia y rectitud si sea imposible para él recibir
bautismo.

Catecismo del Concilio de Trento, Ordinariamente No Están Bautizados


Inmediatamente, p. 179: “Sobre adultos, sin embargo, la Iglesia no ha sido
acostumbrado a conferir el Sacramento de Bautismo inmediatamente, pero ha
mandado que sea diferido por un cierto tiempo. El retraso no tiene el mismo
peligro que en el caso de infantes, que ya hemos mencionado; si cualquier
accidente imprevisto haga imposible para adultos ser lavado en los aguas
saludables, su intención y determinación para recibir Bautismo y su penitencia
por pecados pasados, les puede conseguir la gracia y rectitud.”ccclxvi[366]

RESPUESTA- El Catecismo del Concilio de Trento no es infalible. Padres John A.


McHugh, O.P. y Charles J. Callan, O.P. escribieron la introducción de una traducción
común a Inglés del Catecismo del Concilio de Trento. Vuestra introducción contiene la
siguiente citación interesante del Dr. John Hagan, Rector del Colegio Irlandés en Roma,
sobre la autoridad del Catecismo.

Catecismo del Concilio de Trento - Quinceavo imprenta, Libros


TAN, Introducción XXXVI: “Documentos oficiales de vez en
cuando han sido publicados por Papas para explicar algunos puntos
de enseñanza Católica a individuales, o a comunidades locales
Cristianas; mientras que el Catecismo Romano comprende casi todo
el cuerpo de doctrina Cristiana, y es dirigido a toda la Iglesia. Su
enseñanza no es infalible; pero ocupa un puesto entre catecismos
aprobados y lo que es de fide.”ccclxvii[367]

El hecho que el Catecismo de Trento no es infalible es probado por el hecho que


errores pequeños pueden ser encontrados en su texto. Por ejemplo:

Catecismo del Concilio de Trento, Libros TAN, p. 243: “Porque la Eucaristía es


el fin de todos los Sacramentos, y el símbolo de unidad y fraternidad en la
Iglesia, fuera de que nadie puede alcanzar gracia.”ccclxviii[368]
Aquí el Catecismo enseña que fuera la Iglesia nadie puede alcanzar gracia. Esto no
es verdad. Gracias predisponentes o prevenientes están dadas a personas fuera la
Iglesia para que pueden volverse a Dios, cambiar la vida y entrar la Iglesia. Sin estas
gracias nadie no se convertiría. Papa Clemente XI en la constitución dogmática
Unigenitus (8 Sept. 1713) condenó la proposición que, “Fuera la Iglesia, ninguna gracia
está concedida.”ccclxix[369] Así que lo que tenemos aquí es un error en el Catecismo de
Trento. El Catecismo probablemente se proponía enseñar que fuera la Iglesia ningún
pecador puede alcanzar gracia santificante, que es verdad, porque fuera la Iglesia
Católica no hay ninguna remisión de pecados (Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam,
1302, ex cathedra).ccclxx[370] Sin embargo, Dios permitió al Catecismo errar en esta
manera porque no es infalible en toda que enseña.

Además, en todo el Catecismo del Concilio de Trento no hay ninguna mención de


los llamados “tres bautismos,” ni de “bautismo de deseo” o “bautismo de sangre,” ni
hay ninguna declaración clara que alguno puede ser salvo sin el Sacramento de
Bautismo. Lo que encontramos, al contrario, es un párrafo ambiguo que parece
enseñar que se puede lograr gracia y rectitud sin bautismo. Pero aun en este párrafo
encontramos errores. Por ejemplo, el pasaje dice que “si algún accidente imprevisto haga
imposible para un adulto recibir bautismo, su intención y determinación para recibir bautismo
le conseguirá gracia y rectitud.”

No hay ninguna cosa como un “accidente imprevisto” que puede hacer


“imposible” recibir bautismo. Esto es claramente erróneo.

Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, Ses. 3, Cap. 1, De Dios el creador de todo:
“TODO QUE DIOS HA TRAIDO A SER ÉL PROTEGE Y GUBERNA POR SU
PROVIDENCIA, que extende de un extremo del mundo al otro y bien ordena todo.
Todo está abierto y expuesto ante Sus ojos, aun lo que llegará a ser por la libre
actividad de criaturas.”ccclxxi[371]

Dios ha mandado a todos hombres recibir bautismo, y Él no manda imposibles.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Cap. 11 de Justificación, ex cathedra:


“... nadie debe valerse de aquella declaración imprudente, prohibida con
anatema por los Padres, que los mandamientos de Dios son imposibles
observar para un hombre justificado. ‘PORQUE DIOS NO MANDA
IMPOSIBLES, pero por mandar te ordena ambos hacer lo que puedes, y pedir
lo que no puedes...”ccclxxii[372]

Por siguiente, la referencia al accidente imprevisto y inevitable en el Catecismo


demuestra, otra vez, que no todo que dice es infalible. Un documento infalible no
podría afirmar que accidentes son imprevistos o inevitables.

Aunque el Catecismo de Trento no es infalible in cada frase, como ya probado,


considerado en total es un Catecismo excelente que expresa la Fe Católica exactamente
y con eficacia. Pero lo más importante, el Catecismo de Trento hace declaración tras
declaración claramente y inambiguamente enseñando que el Sacramento de
Bautismo es absolutamente necesario para todos para la salvación sin excepción, así
repetidamente excluyendo toda idea de salvación sin bautismo de agua.

Catecismo del Concilio de Trento, Comparaciónes entre los


Sacramentos, p. 154: “Aunque todos los Sacramentos tienen
una eficacia divina y admirable, es bien digno de comentario
especial que todos no son de necesidad igual ni de dignidad
igual, ni tienen todos el mismo significado.
“Entre ellos tres son dichos más necesarios que los otros,
aunque en los tres esta necesidad no es del mismo tipo. La
necesidad universal y absoluta de Bautismo nuestro
Salvador ha declarado en estas palabras: Sino un hombre
renaciere de agua y el Espíritu Santo, él no puede entrar al
reino de Dios (Jn. 3:5).”ccclxxiii[373]

¡Esto signífica que el Sacramento de Bautismo es absolutamente y universalmente


necesario para la salvación sin toda excepción! Excluye toda idea de salvación sin
bautismo de agua. También signífica que Juan 3:5 es entendido literalmente.

Catecismo del Concilio de Trento, De Bautismo – Necesidad de


Bautismo, pp. 176-177: “Si el saber de lo que ya ha sido
explicado sea, como es, de máxima importancia para los fieles,
es no menos importante para ellos aprender que LA LEY DE
BAUTISMO, COMO ESTABLECIDA POR NUESTRO
SEÑOR, EXTENDE A TODOS, para que sino sean
regenerados a Dios por la gracia de Bautismo, si sus padres
sean Cristianos o infieles, son nacidos a miseria y
destrucción eterna. Pastores, por siguiente, deben explicar
frecuentemente estas palabras del Evangelio: Sino un hombre
renaciere de agua y el Espíritu Santo, él no puede entrar al
reino de Dios (Jn. 3:5).”ccclxxiv[374]

¡Esto claramente signífica que nadie puede ser salvo sin el Sacramento de Bautismo
y que Juan 3:5 es literal sin toda excepción!

Catecismo del Concilio de Trento, Definición de Bautismo, p. 163: “Sino, dice


nuestro Señor, un hombre renaciere de agua y el Espíritu Santo, él no puede
entrar al reino de Dios (Jn. 3:5); y, hablando sobre la Iglesia, el Apóstol dice,
limpiándola por el lavacro de agua en la palabra de vida (Ef. 5:26). Así que sigue que
Bautismo puede ser correctamente y exactamente definido: El Sacramento de
regeneración por agua en la palabra.”ccclxxv[375]

El Catecismo de Trento también enseña que si hay peligro de la muerte de un


adulto, Bautismo no debe ser diferido.

Catecismo del Concilio de Trento, En Casos De Necesidad Adultos Pueden Ser


Bautizados Inmediatamente, p. 180: “A veces, sin embargo, cuando existe una
causa justa y necesaria, como en el caso de inminente peligro de muerte,
Bautismo no debe ser diferido, especialmente si la persona que será bautizada
esté bien instruida en los misterios de fe.”ccclxxvi[376]

El acostumbrado retraso de bautizar adultos que vemos en historia era para la


instrucción y la prueba de los catecúmenos. Este retraso no era porque era creido que
adultos podrían ser salvos sin bautismo, como ya probado en la sección sobre el Papa
San Siricio.

Catecismo del Concilio de Trento, Bautismo hecho obligatorio


después de la Resurrección de Cristo, p. 171: “Santos escritores
son unánime al decir que después de la Resurrección de
nuestro Señor, cuando Él les dió a Sus Apóstoles el mandato
de irse y enseñar a todas naciónes: bautizándolas en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, la ley de Bautismo se
puso obligatoria sobre todos que iban a ser salvos.”ccclxxvii[377]

Catecismo del Concilio de Trento, Materia de Bautismo -


Aptitud, p. 165: “Sobre este asunto pastores pueden enseñar en
el primer lugar que agua, que es siempre disponible y al
alcance de todos, era la materia más apta de un Sacramento
que es necesario a todos para la salvación.”ccclxxviii[378]

Nota que el Catecismo enseña que agua está “al alcance de todos,” una frase que
excluye la misma noción de bautismo de deseo - que agua no está al alcance de todos.
También nota que ¡el Catecismo declara que el sacramento es necesario para todos para
la salvación! Esto excluye toda noción de salvación sin el Sacramento de Bautismo.
Así que el Catecismo de Trento enseña repetidamente y inambiguamente que es la
enseñanza de Jesucristo y la Iglesia Católica que el Sacramento de Bautismo es
necesario para todos para la salvación. Todo esto es claramente contrario a las teorías
de bautismo de deseo y bautismo de sangre.

Además, el Catecismo también enseña que Cristianos son distiguidos de no


Cristianos por el Sacramento de Bautismo.
Catecismo del Concilio de Trento, De Bautismo - Segundo Efecto: Carácter
Sacramental, p. 159: “En el carácter imprimido por Bautismo, ambos
efectos son ejemplificados. Por él somos calificados para recibir los
otros Sacramentos, y el Cristiano es distiguido de los que no profesan
la fe.”ccclxxix[379]

Los que aseveran que el Sacramento de Bautismo no es necesario para todos para la
salvación (e.g., todos que creen en “bautismo de deseo”) contradicen la enseñanza del
Catecismo de Trento mismo.

Catecismo del Concilio de Trento, Materia de Bautismo -


Aptitud, p. 165: “Sobre este asunto pastores pueden enseñar en
el primer lugar que agua, que es siempre disponible y al
alcance de todos, era la materia más apta de un Sacramento
que es necesario a todos para la salvación.”ccclxxx[380]

SES. 7, CAN. 4 SOBRE LOS SACRAMENTOS – EN REALIDAD


REFUTA BAUTISMO DE DESEO, COMO SE PUEDE VER
COMPARADO CON CÁNONES DOGMÁTICOS SIMILARES
SOBRE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL

OBJECIÓN- En Ses. 7, Can. 4 sobre los Sacramentos en General, el Concilio de Trento


enseña que es posible obtener justificación por los sacramentos o el deseo de ellos.

RESPUESTA- Sesión 7, Can. 4 sobre los Sacramentos en General no dice nada del tipo.
Una traducción poco elegante de este canon, además de la noción equivocada que
Trento enseña bautismo de deseo en un otro lugar (que ya ha sido refutado), ha salido
a esta afirmación errónea. De hecho, veremos que la verdad es exactamente el opuesto
que lo que los propugnadores de bautismo de deseo afirman. Ya vemos el canon.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 7, Can. 4, Sobre los Sacramentos: “Si
alguno dijere, que los Sacramentos de la nueva ley no son necesarios sino
superfluos para la salvación; y que los hombres alcanzan la gracia de la
justificación de Dios sin ellos o el deseo de ellos, por fe sola, aunque no todos
son necesarios para cada individuo; sea anatema.”ccclxxxi[381]
Cuando cuidadosamente se examina este canon, se ve que no declara que o los
sacramentos o el deseo de ellos es suficiente para la justificación; mas condena a los que
dijeren que ni los sacramentos ni el deseo de ellos es necesario para la justificación.
Repito, no declara que cualquier uno es suficiente; sino condena a los que dijeren que
ninguno es necesario. Precisamente, condena a los que dijeren que ninguno es necesario y
que sola fe es suficiente.
Considere el siguiente canon que he compuesto: “Si alguno dijere que la Virgen María
posee el Reinado del Cielo sin el permiso de Dios o ser digna de él, sino asume este Reinado sólo
por usurpación, sea anatema.”

La construcción de frase de este canon imaginario es similar al canon que estamos


considerando. Consíderela cuidadosamente. Después de considerarla, pido: ¿signífica
este canon que la Bendita Madre posee su Reinado solamente por “ser digna de ella”?
No, ella también debe tener el permiso de Dios. El canon no dice que o “ser digna de
ella” o “el permiso de Dios” es suficiente para que María posea el Reinado. Por otra
parte, condena los que dijeren que ni “el permiso de Dios” ni “ser digna de ella” es
necesario. En otras palabras, el canon condena a los que dijeren que ambos el permiso
de Dios y la dignidad de María son inútiles, porque ella asume el Reinado por
usurparlo.

Asimismo, canon 4 arriba no dice que o los sacramentos o el deseo de ellos es


suficiente para la justificación; condena a los que dijeren que ambos los sacramentos y
el deseo son innecesarios para obtener la justificación, porque fe sola es toda que se
necesita. Canon 4 no enseña en ninguna manera la posibilidad de bautismo de deseo.

SE PUEDE VER QUE ESTE CANON EN REALIDAD REFUTA BAUTISMO DE


DESEO COMPARADO CON CÁNONES DOGMÁTICOS SIMILARES SOBRE LOS
SACRAMENTOS EN GENERAL

Además, ya que este canon está anatemizando una posición sobre la necesidad
de los sacramentos en general para la justificación, en lo que no aplica a todos los
sacramentos sobre la justificación entonces debe hacer salvedades en el canon. Es un
canon sobre los sacramentos en general. Para decirlo diferente, el Concilio de Trento no
podría anatemizar la declaración: “Si alguno dijere que se puede obtener la justificación sin
los sacramentos...” – porque, en el caso de un sacramento, el Sacramento de Penitencia,
se puede obtener la justificación por el deseo de él. El Concilio de Trento definió esto
explícitamente no menos que tres veces.

Papa Julio III, Concilio de Trento, Ses. 14, Cap. 4, De Penitencia: “El Concilio
enseña, además, que aunque alguna vez ocurre que esta contrición sea
perfecta por causa de la caridad y reconcilia al hombre con Dios, antes que
este sacramento es verdaderamente recibido, esta reconciliación no debe ser
atribuida a la contrición misma sin el deseo del sacramento que está incluido en
ella.”ccclxxxii[382]

Por lo tanto, ya que se puede obtener la justificación sin el Sacramento de


Penitencia, para tener en cuenta esta verdad en su definición sobre los Sacramentos en
General y la Justificación, el Concilio tuvo que añadir la cláusula “sin ellos o un deseo de
ellos” para hacer su declaración aplicable a todos los sacramentos y su necesidad o carencia
del mismo para la justificación.
Con esto presente, se puede ver claramente que Ses. 7, Can. 4 no asevera ni dice
en ningún lugar que sí se puede obtener la justificación o salvación sin el Sacramento
de Bautismo; trata de un tema diferente en un contexto muy específico.

Para probar además este punto, veremos dos otras definiciónes dogmáticas
(una de Trento y una de Vaticano I) que tratan de los sacramentos en general y la
salvación. Esta comparación corroborará el punto arriba.

►Papa Pío IV, “Iniunctum nobis,” 13 Nov. 1565, ex cathedra: “Yo profeso
también que hay verdaderamente y propiamente siete sacramentos de la Ley
Nueva instituidos por Jesucristo nuestro Señor, y necesarios para la salvación
de la humanidad, aunque todos no son necesarios para cada
individuo...”ccclxxxiii[383]

►Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, Ses. 2, Profesión de Fe, ex cathedra: “Profeso
también que hay siete sacramentos de la nueva ley, verdaderamente y
correctamete llamados así, instituidos por nuestro Señor Jesucristo y
necesarios para la salvación, aunque cada persona no necesita recibir
todos.”ccclxxxiv[384]

Antes que comparamos estas dos definiciónes con Ses. 7, Can. 4 arriba, el lector
debe notar que los Concilios de Trento y Vaticano I definen aquí infaliblemente que
“los sacramentos” como tal (i.e., el sistema sacramental en total) son necesarios para la
salvación del hombre. Ambos definiciónes añaden la reserva que todos los siete
sacramentos no son necesarios para cada individuo. Esto es muy interesante y prueba
dos puntos:

1) Prueba que todo hombre debe recibir por lo menos un sacramento para ser salvo; de lo
contrario, “los sacramentos” como tal (i.e. el sistema sacramental) no podrían ser
dichos necesarios para la salvación. Por lo tanto, esta definición (además de las otras)
muestra que todo hombre debe recibir por lo menos el Sacramento de Bautismo para
ser salvo.

2) Nota que los Concilios de Trento y Vaticano I hicieron un punto especial al definir esta
verdad enfatizar que ¡cada persona no necesita recibir todos los sacramentos para ser
salvo! ¡Esto prueba que donde excepciónes o clarificaciónes son necesarias al definir
verdades, los Concilios las incluyen! (Esto es porque el Concilio de Trento declaró que
Nuestra Señora fue una excepción a su Decreto sobre Pecado Original). Por
consiguiente, si algunos hombres podrían ser salvos sin “los sacramentos” por
“bautismo de deseo,” entonces el Concilio podría y sí haya dicho eso simplemente;
pero no lo hizo. Nada sobre la salvación siendo posible sin los sacramentos fue
enseñado en estas dogmáticas profesiónes de Fe. De lo contrario, la verdad que los
sacramentos son necesarios para la salvación fue definida, con la reserva necesaria y
correcta que todos los siete sacramentos no son necesarios para cada persona.
P. Francisco Laisney (Creyente en Bautismo de Deseo), ¿Es Feeneyismo Católico?,
p. 9: “Bautismo de Deseo no es un sacramento... no produce el carácter
sacramental.”

Ya comparamos estas dos definiciónes con Ses. 7, Can. 4 arriba. Aquí hay las tres:

Papa Pío IV, “Iniunctum nobis,” 13 Nov. 1565, ex cathedra: “Yo profeso también
que hay verdaderamente y propiamente siete sacramentos de la Ley Nueva
instituidos por Jesucristo nuestro Señor, y necesarios para la salvación de la
humanidad, aunque todos no son necesarios para cada individuo...”ccclxxxv[385]

Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, Ses. 2, Profesión de Fe, ex cathedra: “Profeso
también que hay siete sacramentos de la nueva ley, verdaderamente y
correctamete llamados así, instituidos por nuestro Señor Jesucristo y necesarios
para la salvación, aunque cada persona no necesita recibir todos.”ccclxxxvi[386]

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 7, Can. 4, Sobre los Sacramentos: “Si
alguno dijere, que los Sacramentos de la nueva ley no son necesarios sino
superfluos para la salvación; y que los hombres alcanzan la gracia de la
justificación de Dios sin ellos o el deseo de ellos, por fe sola, aunque no todos
son necesarios para cada individuo; sea anatema.”ccclxxxvii[387]

Al comparar estas definiciónes, se nota que Ses. 7, Can. 4 de Trento (la tercera) es
muy similar a las primeras dos definiciónes dogmáticas. De hecho, son casi
exactamente el mismo, pero con dos diferencias que saltan a la vista: en las primeras
dos definiciónes dogmáticas no hay ninguna referencia a “sin ellos o el deseo de ellos,”
y no hay ninguna referencia al tema de justificación. Las primeras dos definiciónes
simplemente tratan de la necesidad de los sacramentos para la salvación, mientras que
la tercera (Ses. 7, Can. 4) trata de un tema adicional: justificación y fe sola, y hace una
declaración adicional sobre él.

Es descaradamente obvio que la frase “sin ellos o el deseo de ellos” (no encontrada
en las primeras dos definiciónes) tiene algo que ver con el tema adicional que está
tratado aquí (justificación y fe sola), que no está tratado en las primeras dos
definiciónes. De hecho, la cláusula “sin ellos o el deseo de ellos” ¡va directamente
después (directamente antes en el Latín) de la referencia a justificación en Ses. 7, Can. 4!
Esto sirve para probar mi punto arriba, que la referencia a “sin ellos o el deseo de ellos”
en Ses. 7, Can. 4 está allí para tener en cuenta la verdad que la justificación puede ser
obtenida sin el Sacramento de Penitencia por el deseo de él, el cual Trento enseña
múltiples veces. Eso es porque esta cláusula “sin ellos o el deseo de ellos” ¡no es
mencionada en las primeras dos definiciónes tratando de los sacramentos y su
necesidad para la salvación! Si bautismo de deseo fuera verdad, la cláusula “sin ellos
o el deseo de ellos” sería incluida en las primeras dos definiciónes citados arriba, pero
no es.

Ses. 7, Can. 4 condena el idea Protestante que se puede ser justificado sin los
sacramentos o aun sin el deseo de ellos, por fe sola. Algunos piden: ¿porqué no
simplemente condenó el idea que se puede ser justificado sin los sacramentos por fe
sola? La respuesta es, como dicho arriba, porque una persona puede ser justificada sin el
Sacramento de Penitencia por el deseo de él! Por lo tanto, Trento condenó el idea
Protestante que alguno puede ser justificado sin los sacramentos o sin el deseo de ellos
por fe sola. Pero una persona nunca puede ser salvo sin incorporación en el sistema
sacramental por el recibimiento de Bautismo. Eso es porque ninguna reserva fue hecha
con relación a esto en ninguna de estas definiciónes. Considerando estos hechos, se
puede ver que este canon no está en ninguna manera enseñando bautismo de deseo.

De hecho, al ver Ses. 7, Can. 4 otra vez, nos damos cuenta de algo más que es muy
interesante. Nota que no solamente la profesión de Fe de Trento y Vaticano I, sino
también Ses. 7, Can. 4 condena a alguno que dijere que los sacramentos de la Ley
Nueva no son necesarios para la salvación. No añade ninguna reserva, excepto que
todos los siete no son necesarios para cada individuo.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 7, Can. 4, Sobre los Sacramentos en
General: “Si alguno dijere, que los Sacramentos de la nueva ley no son
necesarios sino superfluos para la salvación; y que los hombres alcanzan la
gracia de la justificación de Dios sin ellos o un deseo de ellos, por fe sola,
aunque no todos son necesarios para cada individuo: sea anatema.”ccclxxxviii[388]

Después de declarar que los sacramentos son necesarios para la salvación


(bautismo de deseo no es un sacramento), ¡añade al fin la reserva (como hicieron las
otras definiciónes) que todos los siete no son necesarios para cada individuo! Pero no
añade ninguna reserva que la salvación puede ser logrado por el deseo de los
sacramentos en general. Nota que NO DICE:

“Si alguno dijere que los sacramentos de la ley nueva o el deseo de ellos no
son necesarios para la salvación sino superfluos... sea anatema.”

No dice esto en absoluto. El “deseo de ellos” fue asociado con la referencia a la


justificación por la razón tratada arriba. Todo esto sirve para probar otra vez que el
Concilio de Trento no enseñó bautismo de deseo, al contrario de lo que muchisimos
han aseverado.

Algunos posiblemente pusieren la objeción que esto parece bastante


complicado. En realidad no es complicado para alguno que lo considera
cuidadosamente. Y si es complicado, está complicado por los que niegan la sencilla
verdad que alguno debe ser bautizado para ser salvo, y que aseveran con tenacidad
que no es necesario para todos ser renacido por agua y el Espíritu Santo. Los que
entienden mal o se desvian de la sencilla y totalmente simple verdad (definida en los
Cánones sobre el Sacramento de Bautismo) son los que lo hacen complicado y oneroso
refutar sus errores y/o tergiversaciónes de la verdad. Si todos simplemente repitieran y
se adhieran a las verdades definidas en los Cánones sobre el Sacramento de Bautismo
sería muy simple.
El Concilio de Trento tenía toda oportunidad de declarar: “Si alguno dijere que no
hay tres maneras de recibir la gracia del Sacramento de Bautismo, por deseo, por
sangre o por agua, sea anatema,” pero nunca lo hizo. De lo contrario, declaró:

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, Can. 2 sobre el Sacramento de Bautismo,


Ses. 7, 1547, ex cathedra: “Si alguno dijere que agua real y natural no es
necesario para el bautismo, y por ésa razón ésas palabras de Nuestro Señor
Jesucristo: ‘Sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu Santo’ [Juan 3:5],
estén distorsionadas a cualquier tipo de metáfora: sea anatema.”ccclxxxix[389]

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, Can. 5 sobre el Sacramento de Bautismo,


Ses. 7, 1547, ex cathedra: “Si alguno dijere que bautismo [el Sacramento] es
opcional, eso es, no necesario para la salvación (cf. Jn. 3:5): sea anatema.”
cccxc[390]

PAPA INOCENTE II

OBJECIÓN- Papa Inocente II enseñó que un sacerdote podría ser salvo sin el
Sacramento de Bautismo por su deseo de él y su confesión de la verdadera fe
(Denzinger 388):

“A tu encuesta respondemos así: Afirmamos sin vacilar (sobre la autoridad de


los santos padres Agustín y Ambrosio) que el sacerdote que indicaste (en tu
carta) haber muerto sin el agua de bautismo, ya que perseveró en la fe de santa
madre Iglesia y en la confesión del nombre de Cristo, fue libertado de pecado
original y logró la alegría de la patria celestial. Lee (hermano) en el octavo libro
de la Ciudad de Dios de Agustín donde, entre otras cosas está escrito,
‘Bautismo es administrado invisiblemente a él que no desdén de religión sino la
muerte excluye.’ Lee otra vez en el libro del bendito Ambrosio sobre la muerte
de Valentiniano donde él dice la misma. Así, en cuestiónes relacionadas a los
muertos, deberías mantener las opiniónes de los eruditos Padres, y en tu iglesia
debes juntarte en oraciónes y tener sacrificios ofrecidos a Dios para el sacerdote
mencionado (Apostolicam Sedem).”cccxci[391]

RESPUESTA- Primero, no hay ninguna cosa como un sacerdote que no ha sido


bautizado. La Iglesia enseña que él que no ha sido bautizado no puede recibir el
sacerdocio válidamente. Solo este problema demuestra que la declaración arriba no es
infalible. Segundo, ¡la fecha de este documento es desconocida, el autór es
desconocido - no es de ningún modo claro que fue Inocente II - y la persona a quien
es dirigida es desconocida! ¿Podría tal documento alguna vez probar algo? No.
Permanece un misterio porque un documento de tan dudosa autenticidad se llegó en
Denzinger, un manual de declaraciónes dogmáticas. Probablemente es porque
Denzinger fue editado por Carlos Rahner, un hereje notorio, cuyo prejuicio heretico le
causó presentar esta declaración claramente no magistral como Magistral, porque es un
creyente en bautismo de deseo.
Para ilustrar la falta de autoridad magistral de la carta previa presunta del Papa
Inocente II, citaré del libro de Tomás Hutchinson, Deseo y Decepción (pp. 31-32):

“Hablamos sobre la carta Apostolicam Sedem, escrito al mandato del Papa


Inocente II (1130-1143), de una fecha desconocida a un desnombrado obispo
de Cremona. Este último había escrito una encuesta al Papa en relación al caso
de un sacerdote que aparentemente había muerto sin bautizar. Por supuesto,
ha sido definido que, en tal caso, él no fue un sacerdote, porque el sacramento
de órdenes solamente puede ser conferido válidamente sobre los bautizados.

---- Texto de la carta omitido porque ya ha sido citado ----

“Ahora bien, hay más que pocos problemas relacionados a esta carta.
Primero, ella depende completamente del testigo de Santos Ambrosio y
Agustín para su conclusión. Sus premisas son falsas, porque los citados Padres
en realidad no mantenían las opiniónes aquí atribuidas a ellos. (autor: como
fue notado, una mera declaración sentimental y speculativa no prueba que ellos
mantienen esta como enseñanza oficial)...
“Finalmente, hay aun una duda de quien escribió esta carta. Muchas
autoridades la atribuyen a Inocente III (1198-1216). Esta duda es mencionada
en Denzinger. La carta ciertamente no está en armonía con la totalidad de sus
declaraciónes tampoco. En cualquier caso, un intervalo de 55 años separó los
dos pontificados. Así una carta privada de desconocida fecha, autor, y
dirección, basado en premisas falsas y contradiciendo innumerables
documentos irrefutablemente validos y solemnes, es aparentada soportar
todo el peso del Magisterio por sus hombros. Si alguna otra doctrina fuera en
vista, esta misiva (carta) no aun sería considerada. Pero, como veremos,
mistificación y decepción forman parte de la historia de este tema de Salvación.
Posiblemente esta carta fue atribuida a Inocente III por causa de su declaración
que las palabras de consagración en la Misa no deben ser en realidad dichas por
el sacerdote, sino sólo pensadas internamente --- un tipo de Eucaristía de Deseo.
Luego Santo Tomás de Aquino le reprendió sobre este punto.
“Pero Inocente III es verdaderamente la llave para entender la enseñanza
original de la Iglesia sobre este tema. Fue en su tiempo (como siempre hasta
el Segundo Concilio Plenario de Baltimore) prohibido enterrar los sin
bautizar (o catecúmenos o hasta hijos de padres Católicos) en tierra
consagrada. Él explicó la lógica de esta ley, por escribir: ‘Ha sido decretado
por los sagrados cánones que no debemos tener ninguna comunión con los
muertos, si no hemos comunicado con ellos vivos’ (Decr. III, XXVIII, xii).” - fin
de trasunto de Deseo y Decepción.

Estas consideraciónes destituyen todo argumento en favor de bautismo de deseo de


esta carta. La carta, mientras ciertamente no infalible, posiblemente sea una
falsificación.

PAPA INOCENTE III


OBJECIÓN- Papa Inocente III enseñó que una persona que bautizó a si mismo
podría ser salvo por el deseo del Sacramento de Bautismo.

Papa Inocente III, al Obispo de Metz, 28 Agosto 1206: “Respondemos que,


porque debe ser una distinción entre el que bautiza y el bautizado, como es
claramente entendido de las palabras del Señor, cuando dice a los Apóstoles:
‘Id, bautizad a todas naciónes en el nombre etc.,’ el Judío mencionado debe ser
bautizado otra vez por un otro, para que sea mostrado que el bautizado es una
persona, y él que bautiza una otra... Si, sin embargo, tal hombre hubiera muerto
inmediatamente, se habría precipitado a su hogar celestial sin retraso por causa
de la fe del sacramento, aunque no por causa del sacramento de fe.”cccxcii[392]

Esto prueba la teoría de bautismo de deseo.

RESPUESTA- Es verdad que Papa Inocente III aparentemente dijo que una persona
que bautizó a si mismo podría ser salvo por su deseo del Sacramento, pero es falso
decir que esto prueba la teoría de bautismo de deseo. Bautismo de deseo es refutado
por la infalible enseñanza del Papa San León el Grande, el Concilio de Florencia y el
Concilio de Trento sobre la necesidad del Sacramento de Bautismo para la salvación.
Pero la primera cosa que debe ser dicho sobre esta carta de Inocente III es que una carta
al Obispo de Metz no cumple los requisitos de una declaración infalible. Esto es un
hecho que casi nadie disputaría.

Para probar este punto considere la siguiente: En la carta Ex parte tua, 12 Enero
1206, el mismo Inocente III enseña que pecado original fue remitido por el misterio de
circuncisión.
Papa Inocente III, Ex Parte tua, a Andreas, el Arzobispo de Lyons, 12 Enero
1206: “Aunque pecado original fue remitido por el misterio de circuncisión, y
el peligro de condenación fue evitado, sin embargo no era ninguna llegada al
reino del cielo, que hasta la muerte de Cristo estaba trancado a todos.” cccxciii[393]

Esto es definitivamente equivocado, porque el Concilio de Trento definió como un


dogma (Sesión VI, Cap. 1 de Justificación) que “ni aun los Judíos por la misma letra de la
ley de Moisés, podrían lograr su libertad, ni levantarse” de pecado original.cccxciv[394]

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Cap. 1 de Justificación: “... puesto
que todos los hombres [*excepto la Bendita Virgen - como dice Trento en Ses.
V*] habían perdido la inocencia en la prevaricación de Adán, ‘hechos
inmundos’, y (como el Apóstol dice), ‘hijos de ira por naturaleza... pero ni aun
los Judíos por la misma letra de la ley de Moisés, podrían lograr su libertad,
ni levantarse de eso...”cccxcv[395]

En otras palabras, no aun la observancia de Circuncisión y el resto de la Ley


Mosaica permitía a los Judíos ser libertados de pecado original (de fide), al contrario de
lo que enseñó Inocente III en su carta Ex parte tua. Así vemos a Inocente III
enseñando error flagrante en la carta Ex parte tua a Andreas, el Arzobispo de Lyons.
Ya que Ex parte tua es por lo menos tan autoritativa que las dos otras declaraciónes
presuntas de Inocente II y Inocente III, las cuales son frequentemente citadas por
defensores de bautismo de deseo, ella prueba que las otras también son falibles y no
Magistrales. Y esto, para resumir, es la completa extensión de la evidencia que
defensores de bautismo de deseo intentan adelantar del Magisterio Papal: una carta
dudosa presunta de Inocente II – sin fecha o destinatario – y una carta de Inocente III a
un Arzobispo, que está en el mismo órden que Ex Parte Tua que contiene cosas
contrarias a dogma Católico. Por lo tanto, la evidencia en favor de bautismo de deseo
del Magisterio Papal es cero.

De hecho, como ya mencionado, era en el tiempo de Inocente III prohibido enterrar


los sin bautizar (o catecúmenos o aun hijos de padres Católicos) en tierra consagrada.
Y es la enseñanza infalible del mismo Papa en el Cuarto Concilio de Letrán que afirma
la absoluta necesidad de bautismo de agua para la salvación.

Papa Inocente III, Cuarto Concilio de Letrán, Constitución 1, 1215, ex cathedra:


“Hay de verdad una Iglesia universal de los fieles, fuera de que
absolutamente nadie es salvo, en que Jesucristo es ambos sacerdote y
sacrificio.”cccxcvi[396]

“Los fieles” solamente incluye a los bautizados de agua, como sección 6 de este
documento prueba.

Papa Inocente III, Cuarto Concilio de Letrán, Constitución 1, 1215, ex cathedra:


“Pero el sacramento de bautismo es consagrado en agua a la invocación de la
individida Trinidad – a saber, Padre, Hijo, y Espíritu Santo – y trae salvación
a ambos niños y adultos cuando está correctamente administrado por
cualquier persona en la forma promulgada por la Iglesia.”cccxcvii[397]

Y aquí hay una otra declaración del mismo Papa que, aunque no infalible, insiste en
la absoluta necesidad de renacimiento en agua.

Papa Inocente III, carta a Thorias, Arzobispo de Nidaros: “Has preguntado si


niños deben ser considerados Cristianos a quienes, cuando en peligro de
muerte, por causa de la escasez de agua y la ausencia de un sacerdote, la
simplicidad de algunos ha ungido por la cabeza y el pecho, y entre los hombros
con una rociada de saliva por bautismo. Contestamos que porque en
bautismo siempre dos cosas, eso es, ‘la palabra y el elemento’ son
necesariamente requeridos, según lo que dice la Verdad sobre la palabra:
‘Saliendo al mundo etc.’ [Lucas 16:15; Mat. 28:19], y el Mismo sobre el elemento
dice: ‘Sino un hombre etc.’ [Juan 3:5] no deberías dudar que no tienen
verdadero bautismo en que no sólo ambos de los mencionados (requisitos) sino
uno se falta.”cccxcviii[398]

Posiblemente las equivocaciónes del Papa Inocente III en su capacidad falible como
Papa sean la razón porque leemos la siguiente visión sobre él escasamente evitando el
Infierno y siendo supuestamente condenado a sufrir en Purgatorio hasta el fin del
mundo.

“En La Lamentación de la Paloma, San Roberto Bellarmino (+ c. 1600) nos habla de


una persona apareciendo a Santa Lutgarda vestido todo en llama y en gran
dolor. Cuando Santa Lutgarda le preguntó quién era, él le contestó: ‘Soy
[Papa] Inocente III, quien iba a ser condenado al eterno fuego del Infierno
por varios pecados graves, si la Madre de Dios no hubiera intercedido para
mí en mi agonía y obtenido para mí la gracia de arrepentimiento. Ahora soy
destinado a sufrir en Purgatorio hasta el Fin del Mundo, sino me ayudes.
Otra vez la Madre de Misericordia ha permitido a mí venir y pedirte por tus
oraciónes.”cccxcix[399]

SAN ALFONSO DE LIGURIA

OBJECIÓN- San Alfonso enseñó que bautismo de deseo es “de fide” (de la fe). ¡Esto
signífica que bautismo de deseo es dogma!

San Alfonso: “Bautismo de fuego, sin embargo, es la perfecta conversión a Dios


por contrición, o el amor de Dios sobre todo, con el deseo explícito, o el deseo
implícito, del verdadero río de bautismo. Como dice el Concilio de Trento (Ses.
14, Cap. 4), suple el lugar de este último en relación a la remisión de la culpa,
pero no imprime un carácter ni remite toda la deuda de castigo. Se llama fuego
porque es hecho bajo el impulso del Espíritu Santo, a quien es dado este
nombre... Así es de la fe (de fide) que hombres son salvos aun por el bautismo
de fuego, según c. Apostolicam, de pres. non baut. y el Concilio de Trento, Ses.
6, Cap. 4, dónde está dicho que nadie puede ser salvo sin el lavacro de
regeneración o el deseo de él.”

RESPUESTA- Primero, San Alfonso no fue infalible. Es simplemente un hecho que


San Alfonso hizo unas equivocaciónes teológicas, como la siguiente discusión
mostrará. Avanzar la opinión de San Alfonso sobre algún aspecto de la fe como fuera
dogma no es Católico.

Segundo, San Agustín mantenía que fue de fide que infantes sin bautizar sufren los
fuegos del infierno y San Cipriano mantenía que fue de fide que herejes no pueden
bautizar válidamente. Ambos eran absolutamente equivocados.

La Enciclopedia Católica, Vol. 9, 1910, “Limbo,” p. 258: “...Santo Tomás y los


Escolásticos generalmente estaban en pugna con lo que San Agustín y otros
Padres consideraban ser de fide [sobre infantes sin bautizar sufriendo los fuegos del
infierno]...”cd[400]

San Cipriano, 254 A.D.: “Nosotros... juzgando y manteniendo por cierto que nadie
fuera los límites [eso es, fuera la Iglesia] puede ser bautizado...”cdi[401]
Tercero, la raíz del error de San Alfonso sobre bautismo de deseo fue que él
entendía mal Ses. 6, Cap. 4 de Trento (su opinión sobre este pasaje simplemente no se
sostiene bajo escrutinio – ve la discusión de ésa pasaje). Y esta equivocación salió a su
conclusión falsa que bautismo de deseo es una enseñanza de la Iglesia Católica. El
pasaje que San Alfonso pensaba que enseñaba bautismo de deseo no enseña bautismo
de deseo, sino afirma: según está escrito, sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu
Santo, no puede entrar al Reino de Dios.

Cuarto, al enseñar bautismo de deseo, San Alfonso enseñaba que alguno puede ser
santificado por el Espíritu y la Sangre de Cristo sin el agua de bautismo y esto es
contrario a lo que Papa San León el Grande definió infaliblemente. Cuando un
conflicto ocurre entre definiciónes dogmáticas y las opiniónes de Santos, el Católico,
por supuesto, sigue las definiciónes dogmáticas, no importa tan grande o erudito sea el
Santo.

Finalmente, la mayoría de teólogos después de San Alfonso que creían en


“bautismo de deseo” no aun mantenían su opinión que bautismo de deseo es de fide.
La mayoría decían que bautismo de deseo es cerca de la fe, no definido de la fe. Casi
ninguno de ellos decía que es definido de la fe. Este hecho prueba que NO es de la fe,
porque tal discrepancia no existiría entre los teólogos que afirman favorecerla si podría
ser demostrado que bautismo de deseo es de la fe. Aquí hay una admisión de un
defensor de bautismo de deseo:

P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 43: “La existencia de bautismo de


deseo es, por siguiente, una verdad que, aunque no ha sido definido como un
dogma por la Iglesia, es por lo menos cerca de la fe.”cdii[402]

Si el Concilio de Trento enseñara bautismo de deseo, entonces bautismo de deseo


sea un artículo definido de la Fe. Pero el Concilio de Trento no enseñó bautismo de
deseo, el cual es porque P. Rulleau es forzado admitir que no es definido de la fe, sino
sólo (en su vista) “cerca de la fe.” “Cerca de la fe” y “de la fe” no son iguales. P.
Rulleau (un fiero propugnador de la teoría) no estaría encontrado ablandando su
propia posición si podría probar que es de la fe, pero no puede.

Por siguiente, la declaración de San Alfonso está equivocada por varias razónes: 1)
es contraria a dogma definido (Papa San León el Grande y el entendimiento de Trento
de Juan 3:5 según está escrito); 2) su declaración no puede ser probada - ninguna
definición puede ser citada; 3) no es compartida por aun los teólogos que creen en
bautismo de deseo; 4) hay errores en el mismo párrafo en que está declarada.

Examinemos # 4) hay errores en el mismo párrafo en que está declarada. Para sustentar
su posición sobre bautismo de deseo, San Alfonso primeramente refiere a Ses. 14, Cap.
4 del Concilio de Trento. Él dice:

“Como el Concilio de Trento dice (Ses. 14, Cap. 4), suple el lugar de este
último en relación a la remisión de la culpa, pero no imprime un carácter ni
remite toda la deuda de castigo.”cdiii[403]
Esto es absolutamente equivocado. Ses. 14, Cap. 4 del Concilio de Trento no dice
que bautismo de deseo “suple el lugar de este último (i.e. bautismo) en relación a la remisión
de la culpa,” como afirma San Alfonso. Veamos el pasaje:

Papa Julio III, Concilio de Trento, Ses. 14, Cap. 4, sobre el Sacramento de
Penitencia: “El Concilio enseña, además, que aunque alguna vez ocurre que
esta contrición sea perfecta por causa de la caridad y reconcilia al hombre con
Dios, antes que este sacramento es verdaderamente recibido, esta
reconciliación no debe ser atribuida a la contrición misma sin el deseo del
sacramento que está incluido en ella.”cdiv[404]

El Concilio define aquí que contrición perfecta con el deseo del Sacramento de
Penitencia puede restorar al hombre la gracia de Dios antes de recibir el Sacramento.
¡No dice nada de bautismo! La misma premisa de San Alfonso - que bautismo de deseo
está enseñado en Ses. 14, Cap. 4 - es errónea. Trento no dice nada del tipo. Si las
mismas premisas sobre que él argüaba bautismo de deseo estaran defectuosas y
erróneas, ¿cómo puede alguno ser obligado a las conclusiónes que salen de tales
premisas falsas? De hecho, el autor increíblemente deshonesto de la Sociedad de San
Pío X sobre bautismo de deseo, P. Francisco Laisney, ¡no incluye la referencia errónea
de San Alfonso a Ses. 14, Cap. 4 de Trento cuando Laisney cita el pasaje de San Alfonso
sobre bautismo de deseo!cdv[405] Esto es increíblemente deshonesto, por supuesto, pero
Padre Laisney de la SSPX la omite porque sabe que San Alfonso estuvo equivocado al
referir a Trento en ésa manera; y, por siguiente, sabe que echa por tierra su argumento
en favor de bautismo de deseo basado en el obviamente falible San Alfonso.

Y esto muestra otra vez lo que yo estaba demostrando por todo este documento:
que efectivamente todos los santos y teólogos que expresaban creencia en bautismo de
deseo se contradecían con si mismos al explicarlo mientras cometían otros errores en el
mismo documento.

También debe ser notado que, aunque San Alfonso mencionó que creía que un
adulto podría ser salvo por el deseo explícito o el deseo implícito del Sacramento de
Bautismo, él usa la palabra implícito no para significar “no sabido,” sino “no expresado
en palabras” – en otras palabras, un adulto que sabe de Bautismo y lo desea, pero no
expresa este deseo con palabras. San Alfonso, aunque estaba equivocado sobre
bautismo de deseo, no mantenía la herejía moderna de ignorancia invencible – la idea
que un adulto puede ser salvo por bautismo de deseo que no cree en Cristo ni en la
Iglesia y no sabe de Bautismo. San Alfonso correctamente condenaría tal idea como
heretica.

1. San Alfonso: “Ved también el amor especial que Dios vos ha mostrado por
traer a vosotros a la vida en un país Cristiano, y en el seno de la Católica o
verdadera Iglesia. Cuántos nacen entre los paganos, entre los Judíos, entre los
Musulmánes y herejes, y todos son perdidos.”cdvi[406]
Es interesante considerar que cuando las personas que citan a San Alfonso en favor
de bautismo de deseo – y le tratan como fuera infalible – están preguntados si están de
acuerdo con su enseñanza aquí (que todos que mueren herejes, Judíos, Musulmánes, y
paganos se van al Infierno), casi todos evitan la pregunta como la plaga. Evitan la
pregunta porque, en este caso, no se comparten la posición de San Alfonso. Al
contrario, creen que herejes, Judíos, Musulmánes, y paganos pueden ser salvos como
herejes, Judíos, Musulmánes, y paganos y así están en herejía por sola ésa razón.

2. San Alfonso: “Debemos creer que la Iglesia Católica Romana es la única


verdadera Iglesia; por siguiente, los que están fuera de nuestra Iglesia, o si estén
separados de ella, no pueden ser salvos.”cdvii[407]

3. San Alfonso: “Si estéis ignorantes de las verdades de la fe, debéis


aprenderlas. Todo Cristiano es obligado a aprender el Credo, el Padre Nuestro,
y el Ave María bajo pena de pecado mortal. Muchos no tienen ninguna idea
de la Más Santa Trinidad, la Encarnación, pecado mortal, Juicio, Paraíso,
Infierno, o Eternidad; y esta deplorable ignorancia les condena.”cdviii[408]

4. San Alfonso: “¡Que agradecidos debemos ser a Jesucristo por el regalo de fe!
¿Que nos acontecería si hubiésemos nacido en Asia, Africa, America, o entre
herejes y cismáticos? Él que no cree es perdido. Esta, entonces, fue la primera
y mejor gracia conferida sobre nosotros: nuestra vocación a la verdadera fe. O
Salvador del mundo, ¿que nos acontecería si Tú no nos hubiera iluminado?
Seríamos como nuestros padres antiguos, quienes adoraban animales y
bloques de piedra y madera: y así habríamos perecido todos.”cdix[409]

Se puede ver que, aunque San Alfonso estaba incorrecto en su creencia que
bautismo de deseo podría ser eficáz en un adulto que se muere antes de recibir el
sacramento, él condenaba la herejía moderna que afirma que se puede alcanzar la
salvación en una otra religión o sin fe en Cristo y los Misterios Católicos de Fe.

Otro punto que es útil para refutar la objeción basado en la enseñanza de San
Alfonso sobre bautismo de deseo es lo que enseñó San Alfonso sobre el llamado
bautismo de sangre.

San Alfonso, Teología Moral, Lib. 6, nn. 95-97: “Bautismo de sangre es la


derramación de la sangre, i.e. la muerte, sufrida por la fe o por alguna otra
virtud Cristiana. Pues este Bautismo es comparable a Bautismo verdadero
porque, como Bautismo verdadero, remite ambos culpa y castigo así como
fuera ex opere operato... Por lo tanto, el martirio aprovecha también para
infantes por ver que la Iglesia venera los Santos Inocentes como mártires
verdaderos. Eso es porque Suarez enseña correctamente que el pensamiento
opuesto es por lo menos temerario.”

Lo que San Alfonso enseña aquí es completamente erróneo. Él enseña que infantes
pueden ser salvos sin el Sacramento de Bautismo por martirio. Esto es directamente al
contrario de la enseñanza ex cathedra del Papa Eugenio IV en el Concilio de Florencia.
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Sesión 11, 4 Feb. 1442, ex cathedra: “En lo
que se refiere a niños, de verdad, por causa de peligro de la muerte, que
frecuentemente puede ocurrir, cuando ningún apoyo puede ser llevado a ellos
por otro remedio que por el sacramento de bautismo, por el cual están
arrebatados de la dominación del Diablo y adoptados entre los hijos de Dios,
ella avisa que santo bautismo no debe ser aplazado por cuarenta o ochenta días,
ni cualquier tiempo según la observancia de ciertas gentes...”cdx[410]

Papa Eugenio IV aquí define de la Cátedra de Pedro que no hay ningún otro remedio
por el cuál infantes sean rapados del dominio del diablo que el Sacramento de
Bautismo. San Alfonso enseña que hay un otro remedio en el martirio. La opinión
de San Alfonso sobre este tema no puede ser mantenido, porque se contradice con el
Concilio de Florencia. Ahora bien, sabemos que San Alfonso es un Santo en el cielo
porque la Iglesia nos ha dijo esto – de hecho, él es mi favorito escritor espiritual; pero
aquí San Alfonso contradijo la enseñanza solemne del Magisterio: que el Sacramento
de Bautismo es el único remedio para infantes. Debemos concluir, por siguiente, que
San Alfonso no fue obstinado en su enseñanza sobre bautismo de sangre para infantes;
eso es, él no tenía conocimiento que su opinión se contradecía con la enseñanza de la
Iglesia, especialmente la enseñanza del Concilio de Florencia. Sin embargo, si él o
alguien otro mantuviera tal opinión obstinadamente (i.e., después que se le mostrara
que se contradecía con Florencia), entonces tal hombre sería un hereje y fuera la Iglesia
Católica. Esto prueba que es posible por santos brillantes, quienes son aun doctores de
la Iglesia, errar en una manera muy importante sobre ciertos temas de la fe. Otros
santos lo hicieron también, como he mostrado en la sección sobre los Padres.

Otro error que encontramos en el párrafo de San Alfonso es su referencia a los


Santos Inocentes como un ejemplo de bautismo de sangre. Esta es errónea porque
las muertes de los Santos Inocentes ocurrieron antes de la Resurrección de Cristo –
antes que la ley de bautismo fue instituida.

Catecismo del Concilio de Trento, Bautismo hecho obligatorio después de la


Resurrección de Cristo, p. 171: “Santos escritores son unánime al decir que
después de la Resurrección de nuestro Señor, cuando Él les dió a Sus Apóstoles
el mandato de irse y enseñar a todas naciónes: bautizándolas en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, la ley de Bautismo se puso obligatoria
sobre todos que iban a ser salvos.”cdxi[411]

Además, nota que San Alfonso dice arriba que la opinión que bautismo de sangre
no es eficáz en infantes es temeraria (imprudente). En otras palabras, está enseñando
con Suarez que es “imprudente” creer que infantes que mueren sin bautismo
sacramental no serán salvos. Al enseñar esto en realidad propuso el mismo error de
Juan Wyclif anatematizado solemnemente en el Concilio de Constanza.

Papa Martín V, Concilio de Constanza, Sesión 15, 6 Julio 1415 - Condenando los
artículos de Juan Wyclif - Proposición 6: “Los que afirman que los hijos de los
fieles que mueren sin bautismo sacramental no serán salvos, son estúpidos y
impertinentes al decir esto.”cdxii[412] - Condenada

Esta es una proposición fascinadora del Concilio de Constanza. El archihereje


Juan Wyclif proponía que ellos (como nosotros) son estúpidos por enseñar que infantes
que mueren sin bautismo de agua (i.e., sacramental) absolutamente no pueden ser salvos.
Y él fue anatematizado por esta proposición, entre muchas otras. Ya he citado lo que
dijo El Concilio de Constanza sobre las proposiciónes anatematizadas de Juan Wyclif,
como el #6 arriba, pero lo citaré otra vez aquí.

Papa Martín V, Concilio de Constanza, Sesión 15, 6 Julio 1415: “Los libros y
folletos de Juan Wyclif, de maldita memoria, fueron examinados
cuidadosamente por los doctores y maestros de la Universidad de Oxford...
Este santo sínodo, por siguiente, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo,
repudia y condena, por este decreto perpetuo, los antedichos artículos y cada
uno en particular; y prohibe a cada y a todos Católicos de ahora en adelante,
bajo pena de anatema, predicar, enseñar, o mantener los dichos artículos o
cualquier uno de ellos.”cdxiii[413]

San Alfonso es de verdad el autor de mejor éxito de ventas de todo tiempo,


habiendo escrito más que 111 libros, sin incluir sus cartas. cdxiv[414] No es nada
sorprendente que él, un falible ser humano, hizo unas equivocaciónes en materias de
fe. Pero su error sobre bautismo de deseo provino del hecho que erróneamente
pensaba que fue enseñado en Ses. 6, Cap. 4 de Trento. Eso es la razón principal porque
lo creía: pensaba que fue enseñado por Trento y de esta equivocación erróneamente
interpretaba los Cánones sobre Bautismo en Trento (incluyendo el todo-exclusivo
Canon 5) como de tal manera para ser entendidos en luz de bautismo de deseo.

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, cánones sobre el Sacramento de


Bautismo, canon 5, ex cathedra: “Si alguno dijere que bautismo es
opcional, eso es, no necesario para la salvación (cf. Jn. 3:5): sea
anatema.”cdxv[415]

Si San Alfonso hubiera examinado más literalmente Ses. 6, Cap. 4 de Trento, habría
visto que no enseña bautismo de deseo (como tratado en la sección sobre ése pasaje),
sino afirma Juan 3:5 según está escrito.

Es también importante notar que aunque el principio de infalibilidad Papal


siempre era creido en la Iglesia (expresado desde los tiempos más antiguos por tales
frases como en la sede apostólica la religión Católica siempre ha sido preservada inmanchada y
santa doctrina celebrada), no hay duda que después de la definición de infalibilidad
Papal en el Primero Concilio Vaticano en 1870 hay mucho más claridad sobre cuales
documentos son infalibles y cuales no. San Alfonso y otros que vivían antes de 1870
no necesariamente tenían este grado de claridad, que les causó a muchos disminuir
la distinción, en ciertos casos, entre los decretos infalibles de Papas y la enseñanza
falible de teólogos. También les causó ver menos literalmente lo que en realidad dice
el dogma, sino más bien lo que el dogma podría significar en luz de la opinion de
teólogos populares del tiempo.

Por ejemplo, para argüir que bautismo de deseo es de fide, San Alfonso hizo
referencia a la declaración de Inocente III o Inocente II (no aun saben cual uno) sobre el
“sacerdote” que era sin bautizar, que he tratado. Pero obviamente ésa carta de
Inocente (?) o cualquier persona a un Arzobispo no satisfizo los requisitos de
Infalibilidad Papal, y contiene un error claro (referir a una persona sin bautizar como
un “sacerdote”). La falibilidad de este documento no es algo que San Alfonso parece
haber dado mucha consideración. Y esto prueba lo que dije arriba, que las
conclusiónes de San Alfonso son falibles y que no se puede confiar infaliblemente en
ellas.

Cuando Nuestro Señor habló a Pedro sobre el deseo de Sátanas de cerner los
apóstoles (Luc. 22:31-32), le dijo que Él oró para “tí (singular), para que tu (de Pedro) fe no
falle...” No dijo, “mas he orado para todos vosotros, para que vuestra fe no falle.” Sólo a San
Pedro y sus sucesores ha sido prometida una fe infalible, y esta cuando hablan de la
Cátedra de San Pedro (cf. Vaticano I, Ses. 4, Cap. 4, Denz. 1837). Los Papas cuando
hablan con esta fe infalible, como el Papa San León el Grande en su tomo dogmático a
Flaviano, el Concilio de Florencia sobre Juan 3:5, y el Concilio de Trento sobre el
Sacramento de Bautismo (Ses. 7, Can. 5), excluyen toda posibilidad de salvación sin
bautismo de agua y afirman infaliblemente que sino un hombre renaciere de agua y el
Espíritu él no puede entrar al Reino de Dios. Eso es lo que un Católico debe adherirse
a y creer.

LA ENSEÑANZA DE TRENTO SOBRE LA NECESIDAD DE


PENITENCIA CONTRA SU ENSEÑANZA SOBRE LA
NECESIDAD DEL BAUTISMO

OBJECIÓN- Sé que el Concilio de Trento define en Canon 5 sobre el Sacramento de


Bautismo que el Sacramento de Bautismo es necesario para la salvación. Pero el
Concilio de Trento dice la misma sobre el Sacramento de Penitencia.

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, cánones sobre el Sacramento de Bautismo,


canon 5, ex cathedra: “Si alguno dijere que el Bautismo [el sacramento] es
opcional, eso es, no necesario para la salvación (cf. Jn. 3:5): sea
anatema.”cdxvi[416]

Papa Julio III, Concilio de Trento, Ses. 14, Can. 6 sobre el Sacramento de
Penitencia: “Si alguno negare que la confesión sacramental fue instituida por
ley divina o es necesaria para la salvación... sea anatema.”cdxvii[417]

RESPUESTA- Este argumento falla primariamente porque esta traducción de Ses. 14,
Can. 6 sobre el Sacramento de Penitencia no es precisa. El Latín de este canon lee:
Papa Julio III, Concilio de Trento, Ses. 14, Can. 6 sobre el Sacramento de
Penitencia: “6. Si quis negaverit, confessionem sacramentalem vel institutam vel ad
salutem necessariam esse iure divino... a.s.”cdxviii[418]

Esto es más correctamente traducido como está encontrado en Decretos de los


Concilios Ecuménicos por P. Norman Tanner:

“Si alguno negare que la institución de confesión sacramental o su necesidad


para la salvación son de ley divina... sea anatema.”cdxix[419]

Esta traducción es exacta. Y se puede ver que esta traducción tiene un significado
diferente de la primera. Esta condena a alguno que negare que su (i.e., del Sacramento
de Penitencia) necesidad para la salvación es de ley divina, no a alguno que negare que es
necesario para la salvación. “Su” necesidad no es la misma que bautismo; “su”
necesidad es para los que han caido en pecado mortal y no poseen las disposiciónes
requeridas para contrición perfecta. Por lo tanto, en total, este canon (Ses. 14, Can. 6)
no define que el Sacramento de Penitencia es necesario para la salvación; dice algo un
poco – pero apreciablemente – diferente de eso.

Pero propugnantes de bautismo de deseo también citan Ses. 14, Cap. 2 de Trento
para intentar probar el punto.

Papa Julio III, Concilio de Trento, Ses. 14, Cap. 2, De Penitencia: “Este
sacramento de Penitencia, además, es necesario para la salvación de los que
han caido después de bautismo, como bautismo mismo es necesario para los
ya no regenerados.”cdxx[420]

Arguyen que personas que han caido en pecado mortal pueden ser justificados y
salvos sin el Sacramento de Penitencia por contrición perfecta, y por siguiente personas
pueden ser salvos sin el Sacramento de Bautismo, porque Trento dice que la necesidad
del Sacramento de Penitencia para los en pecado mortal es la misma que la necesidad
de Bautismo. Pero este argumento también falla porque sólo dos Capítulos luego el
Concilio de Trento dice explícitamente que se puede ser justificado sin el Sacramento
de Penitencia por contrición perfecta con el deseo de él. No se puede considerar un
capítulo de Trento fuera de contexto.

Papa Julio III, Concilio de Trento, Ses. 14, Cap. 4, De Penitencia: “El Concilio
enseña, además, que aunque alguna vez ocurre que esta contrición sea
perfecta por causa de la caridad y reconcilia al hombre con Dios, antes que
este sacramento es verdaderamente recibido, esta reconciliación no debe ser
atribuida a la contrición misma sin el deseo del sacramento que está incluido en
ella.”cdxxi[421]

El Concilio de Trento claramente enseña tres veces que la gracia del Sacramento de
Penitencia puede ser lograda por el deseo del Sacramento de Penitencia (dos veces en
Ses. 6, Cap. 14; y una vez en Ses. 14, Cap. 4), mientras no enseña en ningún lugar la
doctrina falsa de bautismo de deseo. Esto es un punto importante. Demuestra que,
aun si alguno querría argüir sobre la traducción arriba, hay una clara diferencia entre
lo que Trento enseñó claramente y explícitamente sobre la necesidad del Sacramento
de Penitencia y lo que no enseñó sobre el Sacramento de Bautismo.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 6, Cap. 14 sobre la Justificación: “Así
debe ser enseñado que el arrepentimiento de un Cristiano después de caer es
muy diferente de lo en su bautismo, y que incluye no sola una cesación de
pecados... sino también la confesión sacramental de los mismos, por lo menos
en deseo y para ser hecho en su tiempo, y absolución sacerdotal, además de
satisfacción por ayunar, dar limosnas, orar, y otros ejercicios devotos de la vida
espiritual, de verdad no por el castigo eterno, que es remitido junto con la
culpa o por el sacramento o el deseo del sacramento, sino para el castigo
temporal...”cdxxii[422]

El hecho que Trento claramente enseña por lo menos tres veces que el deseo del
Sacramento de Penitencia es eficáz para la Justificación, mientras que no enseña en
ningún lugar bautismo de deseo, debería informar de algo a propugnantes de
bautismo de deseo; a saber, que bautismo de deseo no es verdad.

Y esto es porque la declaración de Trento en Ses. 14, Cap. 2 sobre la necesidad del
Sacramento de Penitencia no se iguala a las declaraciónes de Trento sobre la necesidad
del Sacramento de Bautismo para la salvación, porque el Concilio claramente aclara su
significado sobre la necesidad del Sacramento de Penitencia solo dos Capítulos luego
por definir que contrición perfecta restaura a tal hombre la Justificación sin el
Sacramento de Penitencia. Aunque cánones dogmáticos son independientes, capítulos
deben ser entendidos en su contexto entero.

Unos propugnadores de bautismo de deseo también citan Ses. 6, Can. 29 del


Concilio de Trento.

Concilio de Trento, Ses. 6, Canon 29 sobre la Justificación: “Si alguno dijere, que
él que ha caido después del bautismo no puede levantarse con la gracia de Dios;
o que verdaderamente puede recobrar la justicia perdida, pero por fe sola sin
el sacramento de Penitencia, contra lo que la santa Romana y universal
Iglesia, instruida por Cristo el Señor y Sus Apóstoles, hasta el presente ha
profesado, observado, y enseñado: sea anatema.”cdxxiii[423]

Arguyen como el siguiente: 1) este Canon condena a alguno que dice que la
Justificación puede ser restaurada sin el Sacramento de Penitencia; y 2) sabemos que la
Justificación puede ser restaurada por el deseo del Sacramento de Penitencia; por siguiente
3) la declaración en Trento sobre la necesidad absoluta del Sacramento de Bautismo
(Ses. 7, Can. 5 sobre el Sacramento) no signífica que deseo de él no puede conferir la
Justificación. Pero, como es el caso con las declaraciónes arribas, este Canon (Ses. 6,
Can. 29) no dice que ellos afirman. No condena a él que dice que la Justificación puede
ser restaurada sin el Sacramento de Penitencia. Condena a alguno que dice que la
Justificación puede ser restaurada por “fe sola” sin el Sacramento de Penitencia. Por lo
tanto, el argumento de los propugnadores de bautismo de deseo – y su intentida
analogía con la enseñanza de Trento sobre la necesidad absoluta del Sacramento de
Bautismo – falla. El hecho permanece que Trento define que el Sacramento de
Bautismo es necesario para la salvación sin condición; y Trento no hace en ninguna
parte la misma definición incondicional sobre el Sacramento de Penitencia.

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, Can. 5 sobre el Sacramento de Bautismo, ex


cathedra: “Si alguno dijere que bautismo [el Sacramento] es opcional, eso es,
no necesario para la salvación (cf. Jn. 3:5): sea anatema.”cdxxiv[424]

EL ARGUMENTO DE SILENCIO

OBJECIÓN- Si sea verdad que no hay ninguna cosa como bautismo de deseo o
bautismo de sangre, entonces ¿porque ningún Papa se surgió para condenar estas
teorías cuando estaban apareciendo en tantos Catecismos en la parte posterior de los
1800s y después?

RESPUESTA- Bautismo de deseo y Bautismo de sangre son mostrados en varias


maneras ser excluidos por la enseñanza infalible de la Iglesia Católica. El hecho que
ningún Papa se surgió para condenar explícitamente las teorías de nombre no cambia
ése hecho. El hecho que ningún Papa desde el final de los 1800s removió estas teorías
de inclusión en Catecismos no prueba nada tampoco. Estaba enseñado en Catecismos
al mismo tiempo que alguno puede ser salvo en una religión no Católica. A mi
conocimiento, la herejía que almas pueden ser salvas en religiónes no Católicas no fue
removida por orden explícito de ningún Papa. ¿Signífica esto que estos Papas creían
en la herejía que alguno puede ser salvo en una religión no Católica? ¿Signífica esto
que está bien creer la herejía que alguno puede ser salvo en una religión no Católica?
Absolutamente no.

Papas son personas muy ocupadas - con montónes de responsibilidades – así se


pueden ignorar lo que está enseñado en la catequesis diocesaria. Confian en sus
obispos para conservar la fe en sus dióceses respectivos, que desafortunadamente no
ocurría en los últimos 100 años. Un ejemplo que es muy interesante considerar en
relación a esto es el hecho que ¡ningún Papa aun ordenó que la opinion de Santo
Tomás de Aquino sobre la Concepción Inmaculada sea removida de la Summa
Theologica, aunque muchos la estaban recomendando constantemente!

Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, Pt. III, P. 14, R. 3, Contestación a


Obj. 1: “La carne de la Virgen fue concebida en pecado original, y por
siguiente contrajo estos defectos. Pero de la Virgen, la carne de Cristo asumió la
naturaleza sin pecado...”cdxxv[425]

Santo Tomás enseñó que María no fue concebida inmaculadamente más que una
vez en la Summa Theologica. Obviamente, lo enseñó antes de la definición de la
concepción inmaculada de María por Papa Pío IX en 1854, pero mantener la posición
de Santo Tomás después de ése tiempo sería heretico. Sin embargo, los Papas desde
1854 constantemente recomendaban la Summa Theologica a seminaristas y sacerdotes
¡sin ordenar que la opinión (ahora heretica) de Santo Tomás sea removida! Esto
prueba que la teoría de bautismo de deseo puede ser contraria a dogma definida – y
aun heretica – y todavía ningún Papa aun la ordenó removida de los Catecismos, por
cualquier razón.

Pero creo que la razón principal porque la doctrina falsa de bautismo de deseo
nunca fue condenada explícitamente de nombre es el hecho que Dios permite surgir
herejías para ver quienes creyeren la verdad y quienes no; y la negación de la
necesidad de Bautismo y la necesidad de la Iglesia Católica es la herejía esencial de la
Gran Apostasía.

1 Cor. 11:19: “Porque deben ser también herejías: para que


ellos también, que son aprobados, se manifiesten entre
vosotros.”

EL CÓDIGO DE LEY CANÓNICA DE 1917

OBJECIÓN- El Código de Ley Canónica de 1917 da Entierro Cristiano a catecúmenos


sin bautizar y enseña bautismo de deseo.

RESPUESTA- Como hicimos notado antes, el Código de Ley Canónica de 1917 no es


infalible. No hay duda que el Código de 1917 no fue una declaración ex cathedra (de la
Cátedra de Pedro) porque no obliga a toda la Iglesia, sino solamente la Iglesia Latina
(no los Ritos Orientales), como estipulado en Canon 1 del Código de 1917.

Canon 1, Código de Ley Canónica de 1917: “Aunque en el Código de ley


canónica se hace referencia frecuentemente a la disciplina de la Iglesia Oriental,
sin embargo, este [Código] aplica solamente a la Iglesia Latina y no obliga a la
Oriental, a menos que trata de algo que, por su naturaleza, aplica a la
Oriental.”cdxxvi[426]

Un papa habla infaliblemente de la Cátedra de Pedro cuando su enseñanza de fe o


moralidad obliga a la Iglesia entera, que el Código de 1917 no hace:

Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, 1870, Sesión 4, Cap. 4:


“...el Pontífice Romano, cuando habla ex cathedra [de la Cátedra de Pedro], eso
es, cuando haciendo el deber del pastor y maestro de todos Cristianos según su
suprema autoridad apostólica él explica una doctrina de fe o moralidad para
ser mantenido por la Iglesia universal... opera con esa infalibilidad...”cdxxvii[427]

Por lo tanto, la proposición del Código de 1917 en canon 737 que Bautismo es
necesario “por lo menos en deseo” para la salvación no es obligatoria a la Iglesia
universal ni protegida por infalibilidad. Respecto a su ley en canon 1239, que a
catecúmenos sin bautizar se puede dar entierro Cristiano, esto se contradice con toda la
Tradición de la Iglesia Católica por 1900 años sobre si a personas sin bautizar se puede
dar entierro Cristiano.

Canon 1239, Código de 1917: “1. Los que mueren sin bautismo no deben recibir
entierro eclesiástico. 2. Catecúmenos que por ninguna propia culpa mueren
sin bautizar deben ser considerados bautizados.”cdxxviii[428]

Desde el tiempo de Jesucristo y durante toda la historia, la Iglesia Católica


universalmente les rehusaba entierro eclesiástico a catecúmenos que murieron sin el
Sacramento de Bautismo, como La Encíclopedia Católica admite:

La Encíclopedia Católica, “Bautismo,” Volumen 2, 1907: “Una


cierta declaración en la oración funeral de San Ambrosio sobre
el Emperador Valentiniano II ha sido propuesto como una
prueba que la Iglesia ofrecía sacrificios y oraciónes para
catecúmenos que murieron antes del bautismo. No hay
ninguna vestigia de tal costumbre encontrada en ningún
lugar... El costumbre de la Iglesia es más correctamente
mostrado en el canon (xvii) del Segundo Concilio de Braga
(572 AD): ‘Ni la comemoración de Sacrificio [oblationis] ni el
servicio de salmodiar [psallendi] no debe ser empleado para
catecúmenos que han muerto sin bautizar.’”cdxxix[429]

Esta es la ley de la Iglesia Católica desde el principio y durante toda la historia.


Pues, ya que este tema es unida a la Fe y no solamente disciplinaria, o la Iglesia
Católica estuviera equivocada desde el tiempo de Cristo por rehusar entierro eclesiástico
a catecúmenos que murieron sin bautismo o el Código de 1917 esté equivocado por darlo a
ellos. Es o uno o el otro, porque el Código de 1917 se contradice directamente con la
ley Tradicional y constante de la Iglesia Católica por diecinueve siglos sobre este punto
que es unido a la Fe. La respuesta es, obviamente, que el Código de 1917 está
equivocado y no es infalible, y la ley de la Iglesia Católica por toda la historia que se
niega entierro eclesiástico a catecúmenos es correcta. De hecho, es interesante notar
que la versión Latin del Código de 1917 contiene muchas notas de pie a Papas,
concilios, etc. tradicionales para mostrar de donde ciertos cánones fueron derivados.
Canon 1239.2 sobre dar entierro eclesiástico a catecúmenos sin bautizar no tiene
ninguna nota de pie, ni a cualquier Papa, ley previa, ni Concilio, ¡simplemente
porque no hay nada en la Tradición que la sostiene!

La Encíclopedia Católica (1907) cita un decreto interesante del Papa Inocente III en
que comentó sobre la ley tradicional, universal y constante de la Iglesia Católica desde el
principio que rehusaba entierro eclesiástico a todos que murieron sin el Sacramento de
Bautismo.
La Encíclopedia Católica, “Bautismo,” Volumen 2, 1907: “La razón de este
reglamento [prohibiendo entierro eclesiástico a todas personas sin bautizar] es
dada por Papa Inocente III (Decr., III, XXVIII, xii): ‘Ha sido decretado por los
santos cánones que no debemos tener ninguna comunión con los muertos, si
no hemos comunicado con ellos vivos.’”cdxxx[430]

El Código de 1917 no es infalible disciplina de la Iglesia tampoco, como probado


por el hecho que contiene una ley que directamente se contradice con la disciplina
infalible de la Iglesia desde el principio sobre un punto unido a la Fe. La Bula real que
promulgó el Código de 1917, Providentissima Mater Ecclesia, no fue firmada por
Benedicto XV, sino por Cardenal Gasparri y Cardenal De Azevedo. Cardenal Gasparri,
el Secretario de Estado, fue el autor y compilador principal de los cánones. Algunos
teólogos también argüirían que solamente disciplinas que obligan la entera Iglesia –
diferente del Código de 1917 – son protegidas por la infalibilidad de la autoridad
gubernadora de la Iglesia, un argumento que parece ser sostenido por la siguiente
enseñanza del Papa Pío XII.

Papa Pío XII, Mystici Corporis Christi (# 66), 29 Junio 1943:


“Ciertamente la Madre cariñosa es inmanchada en los Sacramentos, por los
cuales pare y nutre a sus hijos; en la fe que siempre ha preservado inviolada; en
sus sagradas leyes impuestas sobre todos; en los consejos evangélicos que
recomienda; en esos regalos celestiales y gracias extraordinarias por los cuales,
con fecundidad inagotable, engendra huestes de mártires, virgenes, y
confesores.”cdxxxi[431]

Esto significaría que una ley disciplinaria no es una ley de la Iglesia “Católica” (i.e.
universal) a menos que obligue a la Iglesia entera. Pero en todo caso, el Código de
1917 no disfruta de infalibilidad. Esto es probado además por los siguientes cánones.

1) El Código de 1917 enseña que herejes pueden estar en buena fe.

Canon 731.2, Código de 1917: “Se prohibe que los Sacramentos de la Iglesia
sean administrados a herejes y cismáticos, aun si ellos los pidan y estén en
buena fe, a menos que antes, rechazando sus errors, estuvieren reconciliados
con la Iglesia.”

Un hereje, por definición infalible, es de mala fe y se trae sobre su cabeza castigo


eterno.

Papa San Celestino I, Concilio de Éfeso, 431: “... todos herejes corrumpen las
expresiónes verdaderas del Espíritu Santo con sus propias mentes malvadas y
traen sobre sus propias cabezas una llama inextinguible.”cdxxxii[432]

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” 1441, ex cathedra: “La
Santa Romana Iglesia firmemente cree, profesa y predica que todos que están
fuera de la Iglesia Católica, no solo paganos sino también Judíos o herejes y
cismáticos, no pueden compartir la vida eterna y irán al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles, a menos que estuvieren juntados a la
Iglesia antes del fin de la vida...”cdxxxiii[433]

Papa Gregorio XVI, Summo Iugiter Studio (# 2), 27 Mayo 1832: “Finalmente
algunas de estas personas descaminadas intentan persuadir a si mismos y a
otros que hombres no son salvos sólo en la religión Católica, sino que aun
herejes pueden lograr la vida eterna.”cdxxxiv[434]

Una persona en buena fe que está errando inocentemente sobre un dogma


(libremente y impropiamente llamada un “hereje material” en discusiónes teologicas)
no es un hereje, sino un Católico errando en buena fe. Así la declaración en el Código
de 1917 sobre herejes y cismáticos en buena fe es por cierto errada teológicamente y
prueba que no fue protegido por infalibilidad.

2) ¡El Código de 1917 enseña que Católicos pueden estar presente en formas de
culto no Católicas, incluyendo bodas y funerales no Católicas!

Canon 1258, Código de 1917: “1. No se permite a los fieles por ninguna manera
asistir activamente ni tener un papel en los sagrados [ritos] de no Católicos. 2.
Presencia pasiva o mera material puede ser tolerada por consideración de
honor o ministerio civil, por razón grave aprobada por el Obispo en caso de
duda, en los funerales, bodas, y solemnidades semejantes de no Católicos,
con tal que peligro de escándalo sea ausente.”

Nota: este canon no habla sobre Misas Católicas o culto Católico presidido por un
hereje, sino culto y ritos (falsos) no Católicos o no Cristianos. ¡Esto es atroz! Este Canon le
permite a alguno viajar a y asistir a un Sinagoga Judía o un Templo Budisto o un
Servicio Luterano, etc., etc., etc. por la boda o el funeral de infieles o herejes - ¡con tal
que no participe activamente! Esto es ridículo, porque desviarse para estar presente en
tales servicios no Católicos es un escandalo mismo. Es honrar a una persona que está
pecando contra el Primero Mandamiento. Irse al funeral de un no Católico es implicar
que era alguna esperanza para él de salvación fuera la Iglesia; y asistir a la Boda de un
no Católico es implicar que Dios aprueba su matrimonio fuera la Iglesia. Un Católico
no puede ni participar activamente en culto falso ni desviarse para viajar al culto falso o
la ceremonia no Católica para honrarlo con su presencia “pasiva.” Por siguiente, este
canon también prueba que este Código no es infalible.

El Código de 1917 se contradice con la Tradición inmemorial de la Iglesia sobre


entierro eclesiástico y no sostiene ningún peso por ningún momento contra la
declaración infalible de la Cátedra de San Pedro (que obliga toda la Iglesia) que nadie
puede entrar al cielo sin el Sacramento de Bautismo.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Can. 5 sobre el Sacramento de Bautismo, ex


cathedra: “Si alguno dijere que bautismo [el sacramento] es opcional, eso es,
no necesario para la salvación (cf. Jn. 3:5): sea anatema.”cdxxxv[435]
EL ARGUMENTO QUE PARA ALGUNOS ES IMPOSIBLE
RECIBIR BAUTISMO

OBJECIÓN- Propugnadores de bautismo de deseo aseveran que para algunas


personas es simplemente imposible cumplir el mandamiento de recibir bautismo.

RESPUESTA- Dios no manda imposibles (de fide). Por siguiente, no es imposible para
ningún hombre recibir bautismo.

Catecismo del Concilio de Trento, De Bautismo, Libros TAN, p. 171:


“Santos escritores son unánime al decir que después de la Resurrección de
nuestro Señor, CUANDO ÉL LES DIÓ A SUS APÓSTOLES EL MANDATO
de irse y enseñar a todas naciónes: bautizándolas en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo, LA LEY DE BAUTISMO se puso obligatoria sobre
todos que iban a ser salvos.”

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Cap. 11 sobre la Justificación, ex


cathedra: “... nadie debe valerse de aquella declaración imprudente, prohibida
con anatema por los Padres, que los mandamientos de Dios son imposibles
observar para un hombre justificado. ‘PORQUE DIOS NO MANDA
IMPOSIBLES, sino por mandar te ordena ambos hacer lo que puedes, y pedir
lo que no puedes...’”cdxxxvi[436]

LOS ERRORES DE MIGUEL DU BAY

OBJECIÓN- ¿No fue la idea que catecúmenos no pueden tener la remisión de


pecados condenada en los errores de Miguel Du Bay?

RESPUESTA- ¡No! Y el hecho que ciertos defensores de bautismo de deseo


obstinadamente intentan citar los Errores de Miguel Du Bay en favor de bautismo de
deseo simplemente muestra: 1) su deshonestidad; y 2) su falta de evidencia por
“bautismo de deseo.”

Errores de Miguel Du Bay, Condenados por San Pío V en “Ex omnibus


afflictionibus,” 1 Oct. 1567: “31. Caridad perfecta y sincera, que es de ‘corazón
limpio y buena conciencia y fe no fingida’ [1 Tim. 1:5], puede ser en
catecúmenos además de penitentes sin la remisión de pecados.”cdxxxvii[437] -
Condenado

Errores de Miguel Du Bay, Condenados por San Pío V en “Ex omnibus


afflictionibus,” 1 Oct. 1567: “33. Un catecúmeno vive justamente y rectamente
y santamente, y observa los mandamientos de Dios, y cumple la ley por
caridad, que es recibida solamente en el lavacro de bautismo, antes que la
remisión de pecados ha sido alcanzada.”cdxxxviii[438] - Condenado
Las proposiciónes de Miguel Du Bay arriba son condenadas porque afirman que
caridad perfecta puede ser in catecúmenos y penitentes sin la remisión de pecados.
(Nota: esto no dice nada sí o no sobre si caridad perfecta puede ser en catecúmenos con
la remisión de pecados.) Las proposiciónes de Du Bay arribas son falsas porque no se
puede tener caridad perfecta sin la remisión de pecados.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Cap. 7 sobre Justificación, ex


cathedra:
“Justificación ... no es sólo la remisión de pecados, sino también la santificación
y renovación del hombre interior... Por lo tanto, el hombre por Jesucristo, a
quien está injertado, recibe en la misma justificación junto con la remisión de
pecados todos estos dones infundidos al mismo tiempo: la fe, la esperanza y la
caridad.”cdxxxix[439]

La fe, la esperanza, la caridad y la remisión de pecados son inseparables en una


persona Justificada. Por lo tanto, Miguel Du Bay fue correctamente condenado por su
declaración falsa que catecúmenos y penitentes pueden tener caridad perfecta sin la
remisión de pecados. Su afirmación se contradice con la enseñanza Católica. Y cuando
un Papa condena proposiciónes tales como las falsas proposiciónes de Miguel Du Bay,
condena la entera proposición como tal. Al condenar tal error, ninguna aseveración no
está hecha positivamente o negativamente sobre cualquier parte de la declaración, ni
está hecha ninguna afirmación, positivamente o negativamente, sobre si catecúmenos pueden
tener la remisión de pecados con caridad perfecta, que no es el tema de la declaración de
Miguel Du Bay. Pero sabemos de otras enseñanzas que catecúmenos sin bautizar no
pueden tener la remisión de pecados en absoluto porque están fuera de la Iglesia.

Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 Nov. 1302, ex cathedra: “Con Fe nos
animando estamos obligados a creer y mantener la una, santa, Católica Iglesia y
esa, apostólica, y firmemente creemos y simplemente confesamos esta Iglesia
fuera de que no hay ninguna salvación NI REMISIÓN DE PECADO...”cdxl[440]

Un buén ejemplo que además sirve para mostrar como los defensores de bautismo
de deseo están completamente equivocados al usar a Miguel Du Bay como un
argumento por “bautismo de deseo” está encontrado Denz. 646, un error de Juan Hus,
condenado por el Concilio de Constanza:

Errores de Juan Hus: “#20. Si el Papa sea malvado y especialmente si sea


preconocido (por un reprobado), entonces como Judas, el Apóstol, es del diablo,
un ladrón, y un hijo de perdición, y no es el cabeza de la santa Iglesia
militante, porque no es un miembro de ella.”cdxli[441] - Condenado

Basado en este pasaje, unas personas han concluido erróneamente que el


argumento de Sedevacantistas (que un Papa que llega a ser un hereje pierde su oficio y deja
de ser cabeza de la Iglesia porque no es un miembro de ella) está condenado aquí. Pero el
Concilio de Constanza no condena eso en absoluto; no asevera nada sí o no en relación
a eso. Por otra parte, condena la proposición entera como tal, que afirma que porque un
Papa es malvado (o inmoral) no es el cabeza de la Iglesia porque no es un miembro de
ella. Y esto es falso: sólo porque un Papa es malvado no signífica que no es un
miembro de la Iglesia y por siguiente no es el cabeza de la Iglesia. Los Sedevacantistas,
por otra parte, correctamente señalan que un papa heretico (no mero malvado) no es
un miembro de la Iglesia y por siguiente no puede ser el cabeza de la Iglesia (y así pierde su
oficio automáticamente cuando se hace hereje). Esto es en realidad la enseñanza de la
Iglesia.

Papa Inocente III, Eius exemplo, 18 Dic. 1208:


“Por el corazón creemos y por la boca confesamos la una Iglesia, no de herejes, mas la Santa
Romana, Católica, y Apostólica Iglesia fuera de que creemos que nadie es salvo.”cdxlii[442]

Por consiguiente...

San Francisco De Sales (17imo siglo), Doctor de la Iglesia: “Así no decimos que el Papa no puede
errar en sus opiniónes privadas, como hizo Juan XXII; o ser totalmente un hereje, como
posiblemente fue Honorio. Bueno, cuando [el Papa] es explícitamente un hereje, cae ipso facto
de su dignidad y fuera de la Iglesia...”cdxliii[443]

San Antoninus (1459): “En el caso en que el papa llegaría a ser un hereje, se encontraría a si
mismo, por sólo ése hecho y sin toda otra sentencia, separado de la Iglesia. Una cabeza separada
de un cuerpo no puede, mientras que permanece separada, ser la cabeza del mismo cuerpo de
que fue amputada. Un papa que sería separado de la Iglesia por herejía, por siguiente, cesaría
por ése mismo hecho ser el cabeza de la Iglesia. No podría ser un hereje y permanecer papa,
porque, puesto que está fuera de la Iglesia, no se puede poseer las llaves de la Iglesia.” (Summa
Theologica, citado en Actes de Vatican I. V. Frond pub.)

San Roberto Bellarmino, De Romano Pontífice, II, 30:


“Un papa que es un hereje manifiesto automáticamente (per se) deja de ser papa y cabeza,
asimismo que automáticamente deja de ser Cristiano y miembro de la Iglesia. Por lo tanto, puede
ser juzgado y castigado por la Iglesia. Esta es la enseñanza de todos los Padres antiguos que
enseñan que herejes manifiestos inmediatamente pierden toda jurisdicción.”

San Roberto Bellarmino, De Romano Pontífice, II, 30:


“Porque, en el primér lugar, es probado con argumentos de autoridad y de razón que el hereje
manifiesto es ‘ipso facto’ depuesto. El argumento de autoridad es basado en San Pablo (Tito
3:10), quien ordena que el hereje sea evitado después de dós advertencias, eso es, después de se
ha mostrado manifiestamente obstinado - que signífica antes de toda excomunión o sentencia
judicial. Y esto es lo que escribe San Jerónimo, añadiendo que los otros pecadores están
excluidos de la Iglesia por sentencia de excomunión, mas los herejes se expatrien y se separen a si
mismos por su propio acto del cuerpo de Cristo.”

San Roberto Bellarmino, De Romano Pontífice, II, 30:


“Este principio es de lo más cierto. El no Cristiano en ninguna manera puede ser Papa, como
Cajetan mismo admite (ib. c. 26). La razón por esto es que no puede ser el cabeza de lo que no
es un miembro; pues él que no es Cristiano no es un miembro de la Iglesia, y un hereje
manifiesto no es Cristiano, como enseñan claramente San Cipriano (lib. 4, epist. 2), San
Atanasio (Scr. 2 cont. Arian.), San Agustín (lib. De great. Christ. Cap. 20), San Jerónimo (contra
Lucifer.) y otros; por siguiente el hereje manifiesto no puede ser Papa.”

Papa León XIII, Satis Cognitum (#15), 29 Junio 1896:


“Nadie, por siguiente, a menos que está en comunión con Pedro no puede participar de su
autoridad, porque ES ABSURDO IMAGINARSE QUE UN HOMBRE FUERA DE LA IGLESIA
PUEDE COMANDAR EN LA IGLESIA.”cdxliv[444]
Por siguiente, como podemos ver, la segunda mitad de la declaración condenada
de Juan Hus, “[un Papa] no es el cabeza de la santa Iglesia militante, porque no es un
miembro de ella,” es verdad. Pero la proposición de Hus es condenada tal y como es
porque en el principio aseveró que esta cesación de ser miembro (y por siguiente de ser
cabeza) ocurre por causa de simplemente ser un Papa malvado, que es falso. Por siguiente,
considerada en total, la proposición de Hus, como la de Du Bay, es falsa y así fue
condenada.

Pues, el error de Juan Hus es un ejemplo valioso para demostrar que los defensores
de bautismo de deseo están completamente equivocados otra vez al citar los errores de
Miguel Du Bay como un argumento. Al condenar tal proposición de Miguel Du Bay, el
Papa no hace ninguna declaración positivamente o negativamente sobre si catecúmenos
pueden tener remisión de pecados con caridad perfecta, porque eso no fue lo que aseveró Du
Bay. El hecho es que catecúmenos no pueden tener remisión de pecados en absoluto
porque están afuera de la Iglesia.

Pero los defensores de bautismo de deseo saben que los Errores de Miguel Du Bay
no prueban su punto o lo podrían explicarse si intentaran, así ¿porque algunos de ellos
continuan usando este no-argumento como un argumento? ¡Es simplemente
deshonestidad! Es actualmente un ultraje que obstinadamente intentan aprovecharse
de la ignorancia de seglares por usar estos errores de Miguel Du Bay como un
argumento en favor de bautismo de deseo. La deshonesta CMRI de Spokane,
Washington, por ejemplo, recientemente publicó un folleto y un artículo sobre
bautismo de deseo. El folleto y el artículo no sólo tergiversaron totalmente la
enseñanza del Concilio de Trento en Ses. 6, Cap. 4 (por usar “excepto por” en vez de
“sin”), pero usaron muy deshonestamente los errores arribas de Miguel Du Bay como
una “prueba” de bautismo de deseo. Al usar estas tácticas en su folleto y artículo, la
CMRI engañó a sus lectores que no se preocupan suficiente por la Fe para examinar el
tema con cuidado y sopesar los méritos de su argumento – esos lectores que
simplemente creyeron lo que concluyó la CMRI porque pareció documentado, que es
probablemente un gran número. Esto es como herejes matan almas y las llevan por
mal camino.

CÓMO PUEDE SER BAUTISMO DE DESEO CONTRARIO A


DOGMA CUANDO...

OBJECIÓN- ¿Como puede ser bautismo de deseo contrario a dogma cuando un santo
como San Alfonso creía en él después del Concilio de Trento? Esto le haría un hereje,
que es imposible porque es un santo canonizado.

RESPUESTA- Primero, la clave de herejía es obstinación/pertinacia. Es un hecho que


un hombre (si no es obstinado) podría mantener una posición que es heretica, como la
idea que Cristo sólo tiene una voluntad, sin ser un hereje (a no ser que el hombre se
apartara de la creencia esenciál en la Trinidad y Encarnación; en ése caso, aun si no
fuera obstinado, perdería la Fe Católica). La mayoría de los Católicos tradicionales con
quienes he hablado creían que Cristo tiene solamente una voluntad, no dos. Eso es
herejía condenada por la Iglesia. Cristo tienes dos voluntades (no en conflicto), porque
Él es Dios y hombre. Pues, ¿todos estos tradicionalistas con quienes hablé fueron
herejes? No, porque no fueron conscientes de este dogma, o no lo entendieron por
completo, y no fueron pertinaces y todavía mantenían su creencia esenciál en Jesucristo
como Dios y hombre. Pero si habrían sido pertinaces o obstinados sobre el tema
entonces habrían llegado a ser herejes.

Canon 1325, Código de Ley Canónica de 1917: “Después del recibimiento de


bautismo, si alguno, reteniendo el nombre Cristiano, niege o con pertinacia
algo que debe ser creido de la verdad de fe divina y Católica, [tal uno] es un
hereje.”

El mismo principio podría aplicar no sólo a un dogma de que alguno no es


consciente, sino también a un texto que podría ser entendido mal sobre un tema que
pertenece a dogma o herejía. ¿Hay alguna prueba de esto? Sí.
La mayoría de nosotros sabemos el caso del Papa Honorio I, quien fue condenado
muchos años después de la muerte por (por lo menos) promoviendo la herejía
monotelita (que Cristo tiene sólo una voluntad). Papa Honorio I (630-638) fue
condenado después de la muerte por el Tercero Concilio de Constantinopla en 680. Pero
Papa Juan IV, quien reinó poco después de Honorio, intentó defender las cartas de
Honorio y aun dijo que es “totalmente contrario de la verdad” aseverar que Honorio
enseñó que Cristo tiene sólo una voluntad.

Papa Juan IV, “Dominus qui dixit” a Constantio el Emperador, Respecto al


Papa Honorio, 641: “...Pues, mi antedicho predecesor [Honorio] dijo con
relación al misterio de la encarnación de Cristo, que no eran en Él, como en
nosotros pecadores, voluntades contrarios de mente y carne; y ciertos unos
convertiendo esto a su propio significado, imaginaban que Él enseñó una
voluntad de Su divinidad y humanidad que es totalmente contrario de la
verdad.”cdxlv[445]

Bueno, aquí tenemos un papa Católico defendiendo las dos cartas de Honorio que
luego fueron condenadas por concilios dogmáticos. Esto prueba que se puede
permanecer un Católico (¡aun el papa!) mientras intentando equivocadamente justificar
como Católico algo que, de hecho, merece condenación.

Algunos podrían responder: “bueno, Papa Juan IV vivía antes de la condenación


infalible de las cartas de Honorio fue publicada; eso es porque no fue un hereje por defender
estas cartas que promovían herejía.”

Esta es una respuesta especiosa. El Tercero Concilio de Constantinopla condenó a


Honorio basado en cartas que él escribió durante su reinado. Papa Juan IV estaba
examinando exactamente las mismas cartas y declaraciónes que el Tercero Concilio de
Constantinopla condenó. Pues, examinando exactamente las mismas declaraciónes,
Papa Juan IV (en su calidad falible) y El Tercero Concilio de Constantinopla (en su calidad
infalible) dijeron dos cosas drásticamente diferentes. Esto prueba que se puede
entender mal como Católico algo que, de hecho, es heretico o favorable a herejía y
permanecer Católico, si hay causa legítima de confusión. [Por supuesto, esto no aplica
a puntos abiertamente obvios, como la necesidad que Protestantes se convierten o que
religiónes paganas son falsas (como los antipapas Vatican II niegan), sino solamente a
puntos más sutiles de cuestiónes dogmáticas o temas en que alguna confusión o causa
de confusión podría existir.]

La misma es verdad con bautismo de deseo – o, más preciso, la versión de


bautismo de deseo que ciertos santos mantenían sólo por catecúmenos sin bautizar.
Asimismo que Papa Juan IV entendió mal las cartas del Papa Honorio en buena fe,
estos santos leían mal Ses. 6, Cap. 4 del Concilio de Trento. Pensaban que enseñó
bautismo de deseo, y por siguiente ellos (equivocadamente) enseñaban bautismo de
deseo. Empero, cuando se inspecciona sus argumentos y se examina la enseñanza de
Ses. 6, Cap. 4, se ve que el Concilio de Trento no enseña bautismo de deseo. También
se descubre que bautismo de deseo no coincide con numerosos hechos de la enseñanza
infalible de la Iglesia Católica. Por lo tanto, una vez que se ve estos puntos explicados
con claridad, se le obliga abandonar tal opinión falsa que no está de acuerdo con tantos
hechos. No se puede continuar, en ése punto, insistir que hombres pueden ser salvos
sin Bautismo. Los puntos tratados arriba prueban que un santo o un papa podría leer
mal un texto y, basado en esa falta de leer, enseñar algo que es contrario de la Fe en
buena fe.

Para concluir, si alguno quiera llamar bautismo de deseo una herejía o un grave
error teológico incompatible con dogma, el hecho es que es una opinión falsa que no
puede ser reconciliado con numerosas definiciónes infalibles y ningún Católico debería
mantenerlo en absoluto después de ver estos hechos.

Además, mientras que cualquier idea de bautismo de deseo es falsa, se debe hacer
una distinción muy importante entre la versión de bautismo de deseo mantenido por
ciertos santos (solamente por catecúmenos sin bautizar) y la versión mantenida por
la mayoría hoy (que será tratada más detalladamente luego en el libro). Los santos que
mantenían bautismo de deseo solamente lo aplicaban a catecúmenos sin bautizar que
creían en la Trinidad, la Encarnación y la Fe Católica. Casi todos que lo creen hoy lo
aplican a los que no aun creen en Cristo y/o son miembros de religiónes falsas. Los que
creen en esta última idea (que bautismo de deseo puede aplicar a Judíos o
Musulmánes, etc.) deberían abandonarlo inmediatamente al ver cualquier una de las
definiciónes infalibles sobre Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación. Si no, son
ciertamente herejes que han sido excomulgados automáticamente de la Iglesia. No
se puede creer razonablemente que miembros de religiónes no Catolicas siendo salvos
es compatible con Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación.

Por otra parte, ya que la falsa idea que catecúmenos sin bautizar pueden ser salvos
fue mantenida por ciertos santos y enseñada en la calidad falible de otros textos, los
que mantienen bautismo de deseo como hacían esos ciertos santos (i.e., solamente por
catecúmenos sin bautizar) tendrían más lugar para errar en buena fe (pensando
razonablemente por un tiempo que fue la enseñanza tradicional de la Iglesia) hasta que
todos aspectos del tema fueron presentados a ellos.
CORNELIO EL CENTURIÓN

OBJECIÓN- Hechos 10:47 dice que Cornelio y sus compañeros recibieron el Espíritu
Santo. Esto signífica que fueron justificados sin Bautismo.

RESPUESTA- Hechos 10:47 no dice que Cornelio y sus compañeros fueron


justificados sin Bautismo. Ninguna cosa allí dice que sus pecados fueron remitidos ni
que ellos fueron “salvos,” una frase usada frecuentemente para describir los que han
sido justificado por Bautismo. El contexto de Hechos 10 trata de recibir el Espíritu Santo
por recibir el don de hablar en lenguas, no de recibir la remisión de pecados. Hechos 10:47,
por siguiente, habla sólo de Cornelio y sus compañeros habiendo recibido el don de
lenguas. La descripción “recibiendo el Espíritu Santo” o “siendo lleno del Espíritu
Santo” es en realidad usada frecuentemente en la escritura para describir a una
persona haciendo una profecía pía o recibiendo algún regalo espiritual. No signífica
necesariamente que alguno ha recibido la remisión de pecados. Las siguientes dos
pasajes son ejemplos de la frase “lleno del Espíritu Santo” usada para describir un
regalo espiritual (profecía, etc.), no la remisión de pecados.

Lucas 1:41-42 “Y aconteció, que cuando oyó Isabel la salutación de María, el


infante saltó en su vientre: y Isabel fue llena del Espíritu Santo: Y exclamó con
gran voz...”

Lucas 1:67 “Y Zacarías, su padre, fue lleno del Espíritu Santo, y él profetizó,
diciendo...”

EL BUÉN LADRÓN Y LOS SANTOS INOCENTES

OBJECIÓN- ¿Qué hay del Buén Ladrón y los Santos Inocentes?

RESPUESTA- Esto ya fue tratado en la sección sobre San Agustín, pero será repetido
aquí para los que lo busquen en esta sección de “Otras Objeciónes.” El Buén Ladrón no
puede ser usado por un ejemplo de bautismo de sangre primariamente porque el Buén
Ladrón murió bajo la Ley Antigua, no la Ley Nueva; él murió antes que la Ley de
Bautismo fue instituida por Jesucristo después de la Resurrección. Por ésa razón, el
Buén Ladrón, como los Santos Inocentes, no constituye ningún argumento contra la
necesidad de recibir el Sacramento de Bautismo para la salvación.

Catecismo del Concilio de Trento, Bautismo hecho obligatorio después de la


Resurrección de Cristo, p. 171: “Santos escritores son unánime al decir que
después de la Resurrección de nuestro Señor, cuando Él les dió a Sus Apóstoles
el mandato de irse y enseñar a todas naciónes: bautizándolas en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, la ley de Bautismo se puso obligatoria
sobre todos que iban a ser salvos.”cdxlvi[446]
De hecho, cuando Nuestro Señor dijo al Buén Ladrón, “Este día estarás conmigo en
paraíso,” Jesús no refirió al cielo, sino en realidad al infierno. Como saben Católicos,
nadie entró al cielo hasta lo hizo Nuestro Señor, después de su Resurrección. En el día
de la Crucifixión, Cristo descendió al infierno, como dice el Credo de los Apóstoles. Él
no descendió al infierno de los condenados, mas al lugar en el infierno llamado el
Limbo de los Padres, la sala de espera de los Justos del Antiguo Testimento, quienes no
podrían entrar al cielo hasta después que había venido el Salvador.

1 Pedro 3:18-19 “Cristo también se murió una vez por nuestros pecados... En el
cual también veniendo él predicó a los espíritus encarcelados...”

Para probar además el punto que el Buén Ladrón no fue al cielo el Día de la
Crucifixión, hay el hecho que el Domingo de la Resurrección, cuando María Magdalena
encontró al Señor Resucitado, Él le dijo a ella, “No Me toques, porque aun no he subido a
Mi Padre.”

Juan 20:17- “[En el Día de la Resurrección] Dícele Jesús: María. Volviéndose


ella, dícele: Rabboni, (que es decir, Maestro). Dícele Jesús; No me toques,
porque aun no he subido a mi Padre...”

Nuestro Señor ya no aun había ascendido al Cielo el Domingo de la Resurrección.


Es por siguiente un hecho que Nuestro Señor y el Buén Ladrón no estuvieron juntos en
el cielo el Viernes Santo; estuvieron en el Limbo de los Padres, la prisión describida en
1 Pedro 3:18-19. Jesús llamó este lugar Paraíso porque Él iba a estar allá con los justos
del Antiguo Testamento.

LA HEREJÍA “NO SE PUEDE JUZGAR”

OBJECIÓN- No puedes juzgar si todos no Católicos se van al infierno. No eres Dios.


Debes dejar tales juicios a Él.

RESPUESTA- Dios ya ha revelado Su juicio a nosotros. Decir que alguno no puede


ser seguro o “no puede juzgar” si todos que mueren no Católicos se van al infierno es
simplemente rechazar el juicio de Dios por posiblemente falso - que es herejía y
blasfemia y orgullo del malísimo tipo. Es juzgar pecaminosamente como
posiblemente dignos del cielo los que Dios ha revelado explícitamente que Él no
salvará. Por decirlo simplemente: decir que no se puede juzgar que todos que mueren
no Católicos se van al infierno (dado que Dios ha revelado esto) es juzgar en la manera
más gravemente pecaminosa – en una manera directamente contrario a la revelada
verdad y el revelado juicio de Dios.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” 1441, ex cathedra:


“La Santa Romana Iglesia firmemente cree, profesa y predica que todos que están fuera
de la Iglesia Católica, no solo paganos sino también Judíos o herejes y cismáticos, no
pueden compartir la vida eterna y irán al fuego eterno preparado para el diablo y sus
ángeles, a menos que estuvieren juntados a la Iglesia antes del fin de la vida...” cdxlvii[447]
Y la herejía “No Se Puede Juzgar” es increiblemente difundida hoy. El 15 Dic. 2003
conversé con un “monje tradicionalisto” llamado P. Giardina del Monasterio Cristo
Rey en Alabama. Le pedí si cree que todos que mueren no Católicos no pueden ser
salvos. Dijo que no sabía y no podría juzgar. Entonces le pedí si cree que es posible
que Rabinos que rechazan a Cristo pueden ser salvos, y me dijo que es posible porque
él no puede juzgar. Por rehusar asentir a lo que Dios ha revelado bajo el pretexto de la
herejía “No Se Puede Juzgar,” esta persona cayó en un rechazo del Evangelio y de la
necesidad de Cristo Mismo. Al contrario, el gran San Francisco Javier muestra que un
Católico debe afirmar que todos que mueren fuera la Iglesia definitivamente son
perdidos, como él hace en relación a un corsario pagano que murió en un barco en que
estaba viajando.

San Francisco Javier, 5 Nov. 1549: “El corsario que comandaba nuestro barco
murió aquí en Cagoxima. Él hacía su trabajo para nos, en total, como
queríamos... Él mismo escogió morir en sus propias supersticiónes; no aun
nos dejó la poder de recompensarle por ésa bondad que podemos hacer
después de la muerte a otros amigos que mueren en la profesión de la fe
Cristiana, por encomendar sus almas a Dios, porque el pobre hombre por su
propia mano lanzó su alma en el infierno, donde no hay ninguna
redención.”cdxlviii[448]

LA HEREJÍA OBJETIVO-SUBJETIVO

OBJECIÓN- Por hablar objetivamente, absolutamente no hay ninguna salvación fuera


la Iglesia Católica. Pero por hablar subjetivamente, simplemente no sabemos.

RESPUESTA- Esto es semejante a la herejía “No Se Puede Juzgar.” Los que


propugnan esta herejía niegan la verdad dogmática; porque la Herejía Objetivo-
Subjetivo signífica que el dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación solamente
es verdad “objetivamente,” que necesariamente signífica que no Católicos pueden ser
salvos “subjetivamente,” que signífica que el resultado final es una negación del
dogma definido.

La Herejía Objetivo-Subjetivo es solamente una manera ingeniosa de decir que el


dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación no posiblemente no signífique lo
que dice. Es lenguaje ambiguo diabólico. Es equivalente a aseverar:

“Jesucristo es objetivamente el Hijo de Dios.”

¿Puede un Católico mantener éso? No, no puede, porque Jesucristo no es solo


objetivamente el Hijo de Dios; Él es el Hijo de Dios – ¡punto! ¡Mas esto es exactamente lo
que dicen los que mantienen la herejía Objetivo-Subjetivo! Porque decir que un dogma
(Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación) es sólo verdad objetivamente es decir que
cualquier otro dogma (e.g., Jesucristo es el Hijo de Dios) es sólo verdad objetivamente.
No es posible evitar esto. La Herejía Objetivo-Subjetivo asevera la herejía que dogmas
en realidad no son verdades divinamente reveladas, sino solamente presunciónes o
políticas que seguimos, y esto es Modernismo condenado.

Papa Pío X, Lamentabile, Los Errores de los Modernistas, 3 Julio


1907, #22: “Los dogmas que la Iglesia profesa como revelados
no son verdades caídas del cielo, sino un tipo de
interpretación de hechos de religión, que la mente humana
por un esfuerzo laborioso preparó para si mismo.”-
Condenadocdxlix[449]

Papa Pío X, Lamentabile, Los Errores de los Modernistas, 3 Julio


1907, #26: “Los dogmas de fe deben ser mantenidos
solamente según un sentido práctico, eso es, como normas
preceptivas para actuar, pero no como normas para creer.” -
Condenadocdl[450]

La idea que podemos predicar que no hay ninguna salvación fuera la Iglesia
mientras creemos en el corazón que sí hay salvación fuera la Iglesia o que puede ser
salvación fuera la Iglesia es heretica. Que solamente Católicos pueden ser salvos es
una verdad revelada del cielo que todo Católico debe creer primero, y profesar
segundo.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” 1441, ex cathedra:


“La Santa Romana Iglesia firmemente cree, profesa y predica que todos que
están fuera de la Iglesia Católica, no solo paganos sino también Judíos o herejes
y cismáticos, no pueden compartir la vida eterna y irán al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles, a menos que estuvieren juntados a la
Iglesia antes del fin de la vida...”cdli[451]

Ya que dogmas son verdades caidas del cielo, decir que cualquier dogma (e.g., el
dogma que todos que mueren no Católicos son perdidos) puede tener una realidad
“subjetiva” que es diferente de la verdad revelada es herejía – es una negación de ésa
verdad. Por siguiente, la idea que subjetivamente no Católicos pueden ser salvos es
herejía flagrante; es una negación de la verdad revelada que todos que mueren no
Católicos necesariamente son perdidos.

La misma herejía Objetivo-Subjetivo es enseñada en el libro La Última Guerra del


Diablo, que es promovado por un número de organizaciónes “tradicionales”.

La Última Guerra del Diablo, compilado y editado por “P.” Pablo Kramer, p. 69:
“Esta enseñanza no debe ser entendida por excluir la posibilidad de
salvación para los que no se hacen miembros formales de la Iglesia si, por
ninguna propia culpa, no saben de su obligación objetiva de hacerlo... solo Dios
sabe quienes Él salvará (en tal manera extraordinaria) de la gran masa de
humanidad que no ha profesado externamente la religión Católica.”cdlii[452]

Esto es completamente heretico. Es especialmente pernicioso, de hecho, porque


este libro pretende sostener el dogma Fuera la Iglesia Católica No Hay Ninguna
Salvación y será leido en “círculos tradicionáles” – mientras todo el tiempo rechaza el
dogma. La declaración arriba es una negación de Infalibilidad Papal y una repudiación
de la verdad divinamente revelada que Dios sólo salvará a Católicos y a los que se
hacen Católicos. La declaración heretica arriba literalmente signífica que simplemente
no sabemos si lo que Dios ha revelado es verdad o no. Y otra vez muestra que frecuente y
virulenta es la herejía Objetivo-Subjetivo, siguiendo mañosamente su via a varios
lugares. La verdad remanece, sin embargo, que la Iglesia Católica enseña que ser
miembro de la Iglesia es necesario para la salvación. No enseña en ningún lugar lo que
les encanta decir a los herejes modernos: que ser miembro de la Iglesia es necesario
objetivamente para la salvación.

LA OBJECIÓN “DENTRO PERO NO MIEMBRO” DEL MSGR.


FENTON

OBJECIÓN- En su libro La Iglesia Católica y la Salvación, Msgr. Joseph Clifford Fenton


señala que, mientras que solamente los bautizados son miembros reales de la Iglesia,
alguno puede estar “dentro de” la Iglesia sin ser un miembro. Por lo tanto, los sin
bautizar pueden ser salvos sin ser miembros de la Iglesia Católica porque todavía
pueden ser “adentro”.

Papa Pío XII, Mystici Corporis (# 22), 29 Junio 1943: “En realidad solo ellos
deben ser numerados entre los miembros de la Iglesia que han recibido el
lavacro de regeneración y profesan la verdadera fe.”cdliii[453]

Msgr. Joseph Clifford Fenton, La Iglesia Católica y la Salvación, 1958, p. 10:


“Además, [los Padres del Cuarto Concilio de Letrán] sabían que no hay
ninguna cosa como la calidad de miembro real de la Iglesia militante del
Nuevo Testamento, la verdadera y única ecclesia fidelium [Iglesia de los
fieles], aparte del recibimiento del sacramento de bautismo.”cdliv[454]

LA “INGENIOSA” EXPLICACIÓN DE FENTON

►Msgr. Joseph Clifford Fenton, La Iglesia Católica y la Salvación, 1958, pp. 9-10:
“No es, y nunca ha sido, la enseñanza de la Iglesia Católica que sólo
miembros reales de la Iglesia pueden alcanzar la salvación eterna. Según la
enseñanza del magisterio de la Iglesia misma, se puede alcanzar la salvación y,
de hecho, ha sido alcanzada por personas quienes, al momento de la muerte, no
fueron miembros de esta Iglesia. Así la Iglesia nunca ha confundido la noción
de estar ‘fuera de la Iglesia’ con la de no ser un miembro de esta
sociedad.”cdlv[455]
RESPUESTA- Como la objeción dice, Msgr. Fenton admite que no se puede ser un
“miembro” de la Iglesia Católica sin haber recibido el Sacramento de Bautismo, pero
asevera “ingeniosamente” que estar “dentro de” la Iglesia (que todos necesitan para ser
salvos) no es la misma cosa que ser un “miembro.”

La Iglesia Católica nunca ha enseñado lo que Fenton dice sobre no miembros


siendo dentro de la Iglesia Católica. Esto es precisamente porque él no puede citar
nada del Magisterio Católico Tradicional para soportarlo. Él también asevera la
flagrante falsedad que el Magisterio de la Iglesia ha declarado que la salvación puede
ser y ha sido alcanzada por personas quienes no fueron miembros de la Iglesia. Esto
simplemente no es verdad.

¡Papa Pío XII aplasta el argumento de Fenton y todo su libro por enseñar que la
Iglesia es los miembros!

FENTON CONTRADICHO POR PAPA PÍO XII

Papa Pío XII, Mystici Corporis Christi (#30), 29 Junio 1943: “...fue en el árbol de la
Cruz, por fin, que Él entró en posesión de Su Iglesia, eso es, de todos los
miembros de Su Cuerpo Místico; porque no habrían sido unidos a este Cuerpo
Místico por las aguas de Bautismo excepto por la virtud saludable de la Cruz,
por cual ya habían sido bajo el completo dominio de Cristo.”cdlvi[456]

¡Nota que Papa Pío XII identifica la Iglesia con “todos los miembros de Su
Cuerpo Místico”! Por lo tanto, solamente los miembros están en la Iglesia! Ya que la
Iglesia es LOS MIEMBROS, y no hay ninguna salvación fuera de la Iglesia, no hay
ninguna salvación fuera de ser un miembro. Msgr. Fenton está simplemente
incorrecto.

Para además probar el punto, veamos el Decreto sobre la Justificación del Concilio
de Trento, Cap. 7.

FENTON CONTRADICHO POR EL CONCILIO DE TRENTO

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 6, Cap. 7 sobre la Justificación: “Así el
hombre por Jesucristo, en quien está injertado, recibe en la dicha justificación
junto con la remisión de pecados todos estos dones infundidos a la misma vez: fe,
esperanza y caridad. Porque la fe, a menos que esperanza y caridad sean
añadidas a él, ni se le une a alguno perfectamente con Cristo, ni se le hace un
vivo miembro de su cuerpo.”cdlvii[457]

El hombre justificado es injertado en Cristo. El concepto de ser “injertado” es otra


vez lo de ser miembro: todos los justificados son injertados en Cristo como miembros.
Esto es probado por la declaración del concilio que hacerse un miembro vivo de la
Iglesia no ocurre “a menos que” (“nisi”) esperanza y caridad sean añadidas a fe. Eso
signífica que si y cuando esperanza y caridad estén añadidas a fe, alguno es hecho un
miembro vivo de la Iglesia. Bueno, esperanza y caridad son añadidas a fe en toda
persona justificada.

Una persona recibe simultáneamente fe, esperanza y caridad infundidas en el alma


en el momento de justificación, como dice Trento arriba. Por siguiente, toda persona
que es justificada, ya que todas tienen fe, esperanza y caridad, es hecha un miembro
vivo (“vivum membrum”) de la Iglesia. Esto totalmente contradice la enseñanza de
Msgr. Fenton y Suprema haec sacra, que es que alguno puede ser justificado por
bautismo de deseo (y así tener fe, esperanza y caridad) sin ser un “miembro” del
Cuerpo de Cristo. Msgr. Fenton es simplemente incorrecto.

FENTON CONTRADICHO POR VATICANO I

Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, Ses. 4, Cap. 2: “Por esta razón ‘siempre ha sido
necesario por causa de preeminencia más poderoso que toda Iglesia venga a la
Iglesia de Roma, eso es los que son los fieles en todo lugar,’ para que en esta
Sede, de la cual las leyes de ‘comunión venerable’ emanan sobre todos, ellos
como MIEMBROS asociados en un cabeza, se unen en una estructura
corporal.”cdlviii[458]

Vaticano I define infaliblemente que de la Sede de Roma comunión emana sobre


“todos.” ¿“Todos” que? “Todos” en la Iglesia, por supuesto. Vaticano I: “todos...
como miembros asociados en un cabeza” forman una estructura corporal. ¡Todos en la
Iglesia son “miembros”! Ante esta enseñanza infalible de Vaticano I, el propugnador
de bautismo de deseo que presenta el argumento de Fento es forzado a argüir que
¡comunión no emana de la Sede de Pedro sobre “todos” en la Iglesia, sino solamente
sobre los en la Iglesia que son miembros! – ¡no sobre los “otros” supuestamente
dentros de la Iglesia pero no miembros! Esto es tan ridículo y claramente absurdo que
no necesita más comentario excepto decir: Msgr. Fenton es probado incorrecto otra vez.

Se puede citar otros textos y puntos para refutar además a Fenton, como he hecho
en un artículo largo en nuestro sitio web. (Ése articulo en particular también muestra
que la propia definición de Fento de “miembro” como “parte” sirve para refutar su
afirmación que alguno puede ser dentro de algo sin ser una “parte” de él.) El hecho es
que el argumento de Fenton es totalmente falso y contrario a la enseñanza de estos
Decretos Magistrales. Esto también prueba que la enseñanza de Suprema haec sacra (la
Carta de 1949 contra P. Feeney, a que se adhieren la SSPX, SSPV y CMRI) que Fenton
defiende (y que es tratada detalladamente luego en este libro) es contraria a la
enseñanza de la Iglesia Católica, porque ella enseña la misma cosa sobre la calidad de
miembro de la Iglesia que Fenton.

“Cardenal” Marchetti-Selvaggiani, Suprema haec sacra, “Protocolo 122/49,” 8


Agosto 1949: “Por lo tanto, para que alguno puede obtener la salvación eterna,
no es siempre requerido que sea incorporado en la Iglesia en realidad como
un miembro, sino es necesario que por lo menos sea unido a ella por deseo y
anhelo.”
BAYSIDE, MEDJUGORJE Y OTRAS APARICIÓNES FALSAS

OBJECIÓN- Nuestra Señora misma reveló en Bayside y Medjugorje que no Católicos


pueden ser salvos, así que estás equivocado.

“Nuestra Señora” de Bayside, 14 Agosto 1979: “No juzgad a vuestros hermanos


y hermanas que no han sido convertidos. Porque La Casa de Mi Padre, Mi
Hijo ha dicho repetidamente, recordad siempre - que en la Casa de Mi Padre,
hay muchas moradas en la Mansión, significando fes y credos.”cdlix[459]

RESPUESTA- Nuestra Señora no contradice dogma infalible y la Cátedra de San


Pedro. Decir el contrario es herejía blasfemosa. La declaración arriba supuestamente
de “Nuestra Señora de Bayside,” que en la Casa del Padre hay muchas mansiónes
representando muchos fes y credos, es una de las más hereticas declaraciónes que aun he
visto. Totalmente rechaza dogma Católico, que es la enseñanza de Jesucristo. Esta
herejía en Bayside completamente traiciona el Mensaje de Bayside por una aparición
falsa del diablo.

Papa León XII, Ubi Primum (# 14), 5 Mayo 1824:


“Es imposible para el más verdadero Dios, quien es Verdad misma, el mejor,
el más sabio Proveedor, y el Premiador de buenos hombres, aprobar todas
sectas que profesan enseñanzas falsas que frecuentemente son inconsistentes
una a otra y contradictorias, y conferir recompensas eternas sobre sus
miembros... por fe divina mantenemos un Señor, una fe, un bautismo... Esto
es porque profesamos que no hay ninguna salvación fuera de la Iglesia.”cdlx[460]

El Mensaje de Bayside se contradice con lo que Católicos deben mantener por fe


divina, que hay solamente una fe que conduce al cielo, la Fe Católica, fuera de que no
hay ninguna salvación. Las muchas mansiónes en la casa del Padre a las cuales refiere
Nuestro Señor en el Evangelio representan recompensos diferentes para Católicos que
mueren en el estado de gracia. Los que continuan creer en Bayside y desechan estos
hechos siguen la decepción del diablo; rechazan la Fe Católica y salen de la Iglesia
Católica. Escogen seguir el “Mensaje” de Bayside sobre la enseñanza de la Iglesia
Católica. Los que tienen conocimiento de esta herejía y siguen creer en Bayside no son
Católicos ni seguidores de Nuestra Señora, sino seguidores de la decepción que el
diablo ha construido para ellos.

Y, desgraciadamente, para muchos seguidores de apariciónes falsas como Bayside,


los mensajes falsos llegan a ser su “dogma” y remplazan el verdadero dogma definido
por los Papas.

¿Qué Dice Medjugorje?

“La Madonna siempre recalca que hay solo un Dios y que hombres han
impuesto separación artificial. No se puede verdaderamente creer, ser un
Cristiano verdadero, si no respete otras religiónes también.”cdlxi[461] – “Vidente”
Ivanka Ivankovic

“La Madonna dijo que religiónes están separadas en el mundo, pero la gente de
todas religiónes son aceptadas por su Hijo.”cdlxii[462] – “Vidente” Ivanka
Ivankovic

Pregunta: “Está la Bendita Madre requiriendo a todas personas hacerse


Católicas?” Respuesta: “No. La Bendita Madre dice que todas religiónes son
caras a ella y a su Hijo.”cdlxiii[463] – “Vidente” Vicka Ivankovic

Esto es apostasía total. Es un completo rechazo de dogma Católico; es un completo


rechazo del dogma Fuera la Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación; y es un
completo rechazo de la clara enseñanza del Evangelio sobre la necesidad de creer en
Jesucristo, el Hijo de Dios, para la salvación. Esto prueba que Medjugorje, mismo que
las otras falsas apariciónes modernas, es una decepción del diablo. Los que tienen
conocimiento de estos hechos y se niegan a rechazarla por una aparición falsa rechazan
la Fe Católica.

EL ESCAPULARIO CAFÉ

OBJECIÓN- Nuestra Señora dijo que todo él que muere vestido del Escapulario Café
no irá al infierno. Esto signífica que estás equivocado: no Católicos y los sin bautizar
pueden ser salvos que mueren vestidos del Escapulario.

RESPUESTA- Todos deberían vestirse del Escapulario Café; es un signo de devoción


a Nuestra Señora y un sacramental poderoso. Y nosotros también creimos
originalmente que todo él que muere vestido del Escapulario Café no podría irse al
infierno. Estábamos convencidos que Dios aseguraría que solo Católicos bautizados en
el estado de gracia murieran vestidos de él. Pero al investigar la historia de la promesa
del Escapulario Café, se descubrirá que la Iglesia Católica nunca ha dicho que Nuestra
Señora prometió que todos que mueren vestidos del Escapulario Café no sufrirán
fuego eterno. Refiero el lector a los artículos en La Enciclopedia Católica (Volumen 13)
sobre “Escapulario” y el “Privilegio Sabatino.” La Enciclopedia Católica hace notar que
la promesa que ha sido declarada por la Iglesia en relación al Escapulario Café es el
Privilegio Sabatino, que tiene varios requisitos adjuntados, de los cuales uno es ser un
Católico bautizado que muere en el estado de gracia. Los autores de La Enciclopedia
Católica notan que no ha dicho autorizadamente en ningún lugar un Papa que todo él
que muere con en Escapulario será salvo.

En Las Glorias de María, San Alfonso nos habla sobre el Escapulario.

San Alfonso, Las Glorias de María, p. 272: “... el sagrado escapulario de


Carmelo... También fue confirmado por Alexandro V, Clemente VII, Pío V,
Gregorio XIII, y Pablo V, quien, en 1612, dijo en una bula: ‘Que Cristianos
pueden creer con piedad que la bendita Virgen socorrerá por su intercesión
continua, por sus méritos y protección especial, después de la muerte, y
principalmente el sabado, que es un día consagrado por la Iglesia a la bendita
Virgen, las almas de los miembros de la confraternidad de santa María de
Monte Carmelo, quienes habrán salido de esta vida en el estado de gracia, se
vestido del escapulario, observando la castidad, según su estado de vida,
recitado el oficio de la Virgen, y si no han sido capáces de recitarlo, habrán
observado los ayunos de la Iglesia, se absteniendo de carne los miércoles, salvo
el día de la Navidad.”

San Alfonso aquí pone en lista las promesas del Privilegio Sabatino; no menciona
nada sobre la supuesta promesa que “todo él que muere vestido de este scapulario no
sufrirá fuego eterno.” Él hace notar que se debe ser en el estado de gracia (que
presupone la Fe Católica y Bautismo); se debe ser un miembro de la confraternidad,
etc. Así es posible para una persona morir vestido del Escapulario Café y sin embargo
irse al Infierno, si la persona sea un no Católico o un Católico en el estado de pecado
mortal. Esta es la enseñanza de la Iglesia Católica. Los que dicen algo contrario
simplemente están equivocados.

18. El Alma de la Iglesia Herejía


OBJECIÓN- Es posible ser miembro del “Alma” de la Iglesia sin pertenecer a su
Cuerpo. En esta manera los que mueren miembros de religiónes no Católicas pueden
ser juntados a la Iglesia y salvos, como explica el Catecismo de Baltimore (1921):
P. 512 ¿Cómo son dichos tales personas pertenecer a la Iglesia?

R. Tales personas son dichos pertenecer al “Alma de la Iglesia”; éso es, efectivamente
son miembros de la Iglesia sin saberlo. Los que participan de sus Sacramentos son
dichos pertenecer al cuerpo o parte visible de la Iglesia.

RESPUESTA- El Alma de la Iglesia Herejía es aplastada por un examen de


enseñanza Católica. El Alma de la Iglesia herejía es la que enseña que alguno puede
ser salvo en una otra religión o sin la Fe Católica por ser unido al Alma de la Iglesia,
pero no al Cuerpo. (Esta herejía está desenfrenada y mantenida por multitudes de
“tradicionalistas” y sacerdotes “tradicionales”). Los proveedores de esta herejía son
forzados a confesar que pertenecer al Cuerpo de la Iglesia sólo viene por el Sacramento
de Bautismo.

El “Alma de la Iglesia Herejía” ya será refutada firmemente por un estudio de


varias proclamas magistrales.

Primero, esta herejía proviene de un malentendimiento del verdadero significado


del término “Alma de la Iglesia.” El Alma de la Iglesia es el Espíritu Santo. No es una
extensión invisible del cuerpo místico que incluye los sin bautizar.

Papa Pío XII, Mystici Corporis, 29 Junio 1943: “... León XIII, de memoria
inmortal, en la Encíclica, “Divinum illud,” [lo expresó] en estas palabras: ‘Que
baste decir esto, que, como Cristo es el Cabeza de la Iglesia, el Espíritu Santo
es su alma.’”cdlxiv[464]

Segundo, la Iglesia es esencialmente (i.e., en su esencia) un Cuerpo Místico.

Papa León X, Quinto Concilio de Letrán, Sesión 11, 19 Dic. 1516: “... el cuerpo
místico, la Iglesia (corpore mystico)...”cdlxv[465]

Papa San Pío X, Editae saepe (# 8), 26 Mayo 1910: “... la Iglesia, el Cuerpo
Místico de Cristo...”cdlxvi[466]

Papa León XII, Quod Hoc Ineunte (# 1), 24 Mayo 1824: “... Su Cuerpo
místico.”cdlxvii[467]

Por lo tanto, enseñar que alguno puede ser salvo sin pertenecer al Cuerpo es
enseñar que alguno puede ser salvo sin pertenecer a la Iglesia, porque la Iglesia es un
Cuerpo. Y esto es sin duda HERETICO.

Un hombre puede estar o dentro de la Iglesia o fuera de la Iglesia. Se puede estar o


dentro de o fuera de el Cuerpo. No hay una tercera región en que existe la Iglesia – un
Alma invisible de la Iglesia. Los que dicen que alguno puede ser salvo por pertenecer
al Alma de la Iglesia, mientras no pertenece a su Cuerpo, niegan la unidad indivisa del
Cuerpo y el Alma de la Iglesia, que es paralelo a negar la unidad indivisa de las
naturalezas Divina y Humana de Cristo.

Papa León XIII, Satis Cognitum (# 3), 29 Junio 1896: “Por esta razón, la Iglesia es
llamada muy frecuentemente en las Sagradas Letras un cuerpo, y aun el cuerpo
de Cristo... De aquí se sigue que los que arbitrariamente se imaginan una Iglesia
escondida e invisible están en grave y pernicioso error... Es por cierto
imposible que la Iglesia de Jesucristo sea el uno o el otro, asimismo que el
hombre sea o un cuerpo solo o un alma solo. El conjunto y la unión de
ambos elementos es tan absolutamente necesario a la verdadera Iglesia que la
íntima unión del alma y el cuerpo a la naturaleza humana. La Iglesia no es
algo muerta; es el cuerpo de Cristo dotado de vida sobrenatural.”cdlxviii[468]

La negación de la unidad del Cuerpo y el Alma de la Iglesia conduce a la herejía


que la Iglesia es invisible, que fue condenada por Papas León XIII (arriba), Pío XI cdlxix[469]
y Pío XII.cdlxx[470]

Tercero, la prueba más poderosa contra el “Alma de la Iglesia” herejía sigue


lógicamente de las primeras dos ya tratadas. La tercera prueba es que ¡el magisterio
infalible de la Iglesia Católica ha definido que pertenecer al Cuerpo de la Iglesia es
necesario para la salvación!

Papa Eugenio IV, en su famosa Bula Cantate Domino, definió que la unidad del
cuerpo eclesiástico (ecclesiastici corporis) es tan poderosa como que nadie puede ser
salvo fuera de ella, aun si derrame la sangre en el nombre de Cristo. Esto destruye la
idea que alguno puede ser salvo por pertenecer al Alma de la Iglesia sin pertenecer a
su Cuerpo.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,”


1441, ex cathedra: “La Santa Romana Iglesia firmemente cree,
profesa y predica que todos que están fuera de la Iglesia
Católica, no solo paganos sino también Judíos o herejes y
cismáticos, no pueden compartir la vida eterna y irán ‘al fuego
eterno preparado para el diablo y sus ángeles’ [Mat. 25:41], a
menos que estuvieren juntados a la Iglesia antes del fin de la
vida; y que la unidad de este cuerpo eclesiástico (ecclesiastici
corporis) vale tanto para que sólo para los que permanecen en
ella los sacramentos de la Iglesia contribuyen a la salvación,
y ayuno, limosnas, y otras obras de piedad y prácticas de la
milicia Cristiana produjen recompensas eternas; y que nadie
puede ser salvo, no importa cuanto ha dado en limosnas y aun
si haya derramado sangre en el nombre de Cristo, a menos
que haya perseverado en el seno y la unidad de la Iglesia
Católica.”cdlxxi[471]

Esta definición del Papa Eugenio IV demuele el “Alma de la Iglesia Herejía.” Papa
Pío XI la destruye también.

Papa Pío XI, Mortalium Animos (# 10), 6 Enero 1928: “Puesto


que el cuerpo místico de Cristo, en la misma manera que Su
cuerpo físico, es uno, compacto y bien conjunto, necedad y
fuera de lugar es decir que el cuerpo místico es constituido de
miembros divididos y desperdigados: quien, por siguiente,
no está unido con el cuerpo no es miembro de él, ni está en
comunión con Cristo su cabeza.”cdlxxii[472]

Tanto para el “Alma de la Iglesia Herejía.”

Papa León X, Quinto Concilio de Letrán, Sesión 11, 19 Dic. 1516, ex


cathedra:
“Pues, regulares y seglares, prelados y súbditos, exentos y no exentos,
son miembros de la una Iglesia universal, fuera de que absolutamente
nadie es salvo, y todos ellos tienen un Señor y una fe. Eso es porque es
apropiado que, siendo miembros del uno mismo cuerpo, también
tienen la una misma voluntad...”cdlxxiii[473]
Papa Clemente XIV, Cum Summi (# 3), 12 Dic. 1769: “Uno es el cuerpo de
la Iglesia, cuyo cabeza es Cristo, y todos forman una unidad en eso (el
cuerpo).”cdlxxiv[474]

19. Bautismo de Deseo contra la Enseñanza


Universal y Constante de Teólogos
Recientemente, un artículo fue publicado por P. Antonio Cekada llamado Bautismo
de Deseo y Principios Teológicos. P. Cekada es un sacerdote “tradicionalista” que
correctamente rechaza Vaticano II pero sin embargo mantiene la herejía común a casi
todos hoy: que los que mueren no Católicos pueden ser salvos. P. Cekada es, por
siguiente, una persona que rechaza el dogma Católica que la Fe Católica es necesaria
para la salvación. No sorprendentemente, P. Cekada es también un fiero propugnador
de bautismo de deseo (aunque, como ya dije, P. Cekada mantiene que miembros de
religiónes falsas que no aun desean bautismo pueden ser salvos). Cuando le pregunté por
e-mail si estuvo de acuerdo con la enseñanza común de hereticos, 20imo siglo ante-
Vaticano II teólogos (vea la “Herejía antes de Vaticano II Sección”) que almas pueden
ser salvas “fuera la Iglesia” por “ignorancia invencible,” convenientemente escogió no
responder. Eso es simplemente porque sí cree que los que mueren en religiónes no
Católicas pueden ser salvos y rechaza el dogma definido que declara que no pueden.

En su artículo, Bautismo de Deseo y Principios Teológicos, P. Cekada intenta probar


que Católicos son obligados a la enseñanza “común” de teólogos, según Papa Pío IX en
Tuas Libenter. Además arguye que bautismo de deseo era la enseñanza “común” de
teólogos antes de Vaticano II; y concluye que Católicos son, por siguiente, obligados a
creer en bautismo de deseo bajo pena de pecado mortal. Porque su artículo ha tenido
un poco de influencia sobre Católicos tradicionales, y el tema se relaciona directamente
a un punto principal tratado en este documento (a saber, la enseñanza universal y
constante sobre la necesidad de renacimiento de agua y el Espíritu basado en Juan 3:5), a mí
parece necesario mostrar como P. Cekada ha pervertido completamente los mismos
principios que él aplica, ha engañado a sus lectores y está contradicho por los
autoridades que cita.

TUAS LIBENTER Y EL LLAMADO CONSENTIMIENTO “COMÚN” DE


TEÓLOGOS

En su carta al Arzobispo de Muenchen (Tuas Libenter), en que P. Cekado basa su


argumento, Papa Pío IX dice que escritores Católicos son obligados a aquellas materias
que, aunque no enseñadas por decreto explícito de la Sede Romana, sin embargo son
enseñadas por el Magisterio ordinario y universal como divinamente revelados y
mantenidos por teólogos con acuerdo universal y constante.

Papa Pío IX, Tuas Libenter, Carta al Arzobispo de Muenchen, 21 Dic. 1863:
“Porque, aun si fuera una materia relacionada a ésa subjeción que debe ser
manifestada por un acto de fe divina, sin embargo no debería ser limitada a las
materias que han sido definidas por decretos explícitos de Concilios
ecuménicos, o de los Pontífices Romanos y de esta Sede, sino debería ser
extendida también a las materias que son trasmiditas como divinamente
reveladas por el poder ordinario de enseñar de la Iglesia entera difundida en
todo mundo, y por siguiente, por consentimiento universal y constante
[universali et constanti] son mantenidas por teólogos Católicos pertenecer a
fe.”cdlxxv[475]

Como citado al principio de este documento, fue definido como dogma por el
Primero Concilio Vaticano que el Magisterio ordinario y universal es infalible. En su
carta al Arzobispo de Muenchen, Papa Pío IX enseña que escritores Católicos son
obligados a aquellas materias que “son trasmiditas como divinamente reveladas por
el poder ordinario de enseñar de la Iglesia entera difundida en todo mundo, y por
siguiente, por consentimiento universal y común son mantenidas por teólogos
Católicos pertenecer a fe.” Nota, la obligación a la opinion de los teólogos sólo se
origina del hecho que estas materias ya fueron enseñadas como divinamente
reveladas por el poder ordinario de enseñar de la Iglesia y por siguiente mantenidas
también por acuerdo universal y constante. En su aplicación de esta enseñanza en su
artículo, P. Cekada convenientemente omite el requisito “universal.” P. Cekada
también usa la palabra “común” en vez de la correctamente traducida, “universal y
constante.”

P. Antonio Cekada, Bautismo de Deseo y Principios Teológicos, 1. Principio


General: “Todos Católicos son obligados a adherirse a una enseñanza si
teólogos Católicos la mantienen por consentimiento común, o la mantienen
como de fide, o doctrina Católica, o teológicamente cierta.”

¡Nota que P. Cekada convenientemente ignora el requisito estipulado por Papa Pío IX
que los teólogos deben ser en “acuerdo universal y constante”! Si él había aplicado
fielmente la parte “universal” en todo su artículo, el lector atento y sincero haya
reconocido facilmente el defecto en su argumentación débil. ¿Y es bautismo de deseo
algo que ha sido mantenido por acuerdo universal y constante? Más ciertamente no; de
hecho, es exactamente el opuesto.

P. Guillelmo Jurgens: “Si no fuera una tradición constante en


los Padres que el mensaje Evangélico que ‘Sino un hombre
renaciere de agua y el Espíritu Santo, él no puede entrar al reino de
Dios’ debe ser entendido absoluto, sería fácil decir que
Nuestro Salvador simplemente no estimó pertinente
mencionar las obvias excepciónes de ignorancia invencible y
imposibilidad física. Pero la tradición en realidad existe; y
probablemente sea encontrado tan constante para constituir
revelación.”cdlxxvi[476]

Como podemos ver, ¡exactamente el opuesto de bautismo de deseo es lo que es


enseñado en acuerdo universal y constante! Es la enseñanza universal y constante de
Padres y teólogos Católicos desde el principio que absolutamente nadie puede ser
salvo sin bautismo de agua. Por lo tanto, el mismo principio que P. Cekada intenta
aplicar en favor de bautismo de deseo es utilizado contra él.

P. Antonio Cekada, Bautismo de Deseo y Principios Teológicos, 2. Hecho Particular:


“Pero, teólogos Católicos sí mantienen la enseñanza sobre bautismo de deseo y
bautismo de sangre por consentimiento común, o la mantienen como de fide, o
doctrina Católica, o teológicamente segura. 3. Conclusión (1 + 2): “Por
siguiente, todos Católicos son obligados a adherirse a la enseñanza sobre
bautismo de deseo y bautismo de sangre.”

El hecho que bautismo de deseo sí llegó a ser un error común y casi unánime entre
“teólogos” del 20imo siglo no signífica nada, el cual es porque Papa Pío IX incluyó ésa
importante palabra “universal” en Tuas Libenter, que P. Cekada convenientemente
ignora.

La Enciclopedia Católica, Vol. 9, “Limbo,” p. 257: “Después de gozar de unos


siglos de supremacía indisputada, la enseñanza de San Agustín sobre pecado
original fue primeramente desafiada con éxito por San Anselmo, quien
mantenía que no fue concuspiscencia, sino la privación de justicia original, que
constituye la esencia de pecado heredado. Sobre la cuestión especial, sin
embargo, del castigo de pecado original después de la muerte, San Anselmo
estaba de acuerdo con San Agustín al mantener que infantes sin bautizar
participan de los sufrimientos positivos de los condenados; y Abelardo fue el
primero que se rebeló contra la severidad de la tradición Agustiniana sobre
este punto.”cdlxxvii[477]

La Enciclopedia Católica dice aquí que efectivamente desde el tiempo de Agustín (4to
siglo) hasta Abelardo (12imo siglo) fue la enseñanza común y casi unánime de teólogos
que infantes sin bautizar sufren los fuegos del infierno después de la muerte, una
posición luego condenada por Papa Pío VI. Esto prueba que el error “común” de un
período (o aun por cientos de años) no es la enseñanza universal y constante de la Iglesia
desde el principio. Este solo punto completamente demuela el tésis de P. Cekada.

Además, la herejía que alguno puede ser salvo “fuera” la Iglesia por “ignorancia
invencible” fue también la enseñanza común y casi unánime al principio del 20imo Siglo,
así probando otra vez que la enseñanza común (o error común) de cualquier tiempo
particular no remplaza la enseñanza universal y constante de todos teólogos
Católicos por toda la historia sobre la necesidad absoluta de bautismo de agua para
la salvación.
Catecismo del Concilio de Trento, Bautismo hecho obligatorio
después de la Resurrección de Cristo, p. 171: “Santos escritores
son unánime al decir que después de la Resurrección de
nuestro Señor, cuando Él les dió a Sus Apóstoles el mandato
de irse y enseñar a todas naciónes: bautizándolas en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, la ley de Bautismo se
puso obligatoria sobre todos que iban a ser salvos.”cdlxxviii[478]

Nota que aquí el Catecismo de Trento inculca que la necesidad absoluta de bautismo
de agua para la salvación es la enseñanza unánime de teólogos. ¡Pero éso es la misma
posición que dice el artículo de P. Cekada – en el nombre del consentimiento “común”
de teólogos – es pecado mortal mantener! Se puede ver facilmente de estos hechos
que P. Cekada ha errado en una manera grave y es en realidad completamente
equivocado: ¡la enseñanza universal y constante de teólogos, como dicen P. Jurgens y
el Catecismo de Trento, es la misma posición que él condena! Y su error proviene de
su conclusión falsa que los errores “comúnes” de un tiempo (un tiempo de herejía
difundida y modernismo y apostasía conduciendo a Vaticano II: el período entre
aprox. 1880 y 1960) constituyen la enseñanza universal y constante de teólogos
Católicos de todos tiempos, que es claramente falso. De hecho, es ridículo. Y esto es
porque en su tratamiento de este tema convenientemente omitió la palabra
“universal” del requisito, que haya puesto su razonamiento inválido mucho más fácil
detectar.

Arzobispo Patricio Kenrick (19no Siglo), Tratado sobre el


Bautismo: “Por lo tanto, todos los escritores ilustres de
antigüedad proclamaban en términos incondicionales su (de
Bautismo) necesidad absoluta.”cdlxxix[479]

De hecho, si el error “común” de teólogos de un tiempo particular constituiría una


enseñanza de la Iglesia que se debería seguir, entonces todos Católicos serían obligados
a la herejía de libertad religiosa (además de todas las otras) enseñada por Vaticano II,
porque esta ha sido aceptada por consentimiento “común” de los llamados “teólogos
Católicos” desde Vaticano II. Y esto es porque P. Cekada ofrece la siguiente respuesta
despreciable a ésa misma objeción a su tésis muy obviamente falso.

P. Antonio Cekada, Bautismo de Deseo y Principios Teológicos, Al contestar la


Objeción sobre Vaticano II - D. Teólogos y Vaticano II: “El grupo de teólogos
modernistas Europeos primariamente responsables por los errores de Vaticano
II fueron enemigos de teología tradicional escolástico y habían sido censurados
o silenciados por la autoridad de la iglesia: Murray, Schillebeeckx, Congar, de
Lubac, Teilhard, etc. Cuando las restricciónes fueron quitados bajo Juan XXIII,
ellos podrían difundir sus errores libremente. En todo caso, el hecho que
habían sido silenciados previamente demuestra la vigilancia de la Iglesia contra
error en los escritos de sus teólogos.”
Ah, yo veo, porque P. Cekada juzga que los “teólogos” que fueron “primariamente
responsables” por Vaticano II fueron “Modernistas Europeos” y “enemigos de teología
escolástica tradicional,” él está libre a abandonar su entero tésis que un Católico es
obligado a seguir el consentimiento “común” de teólogos bajo pena de pecado mortal.
¡Que conveniente! El lector debería ver facilmente que por tal declaración P. Cekada
arguye hipócritamente y refuta completamente a si mismo. P. Cekada debe ser muy
dedicado a su herejía para argüir en una manera tan contradictoria. Además, su
afirmación que porque unos de los más radicales de los teólogos de Vaticano II fueron
silenciados, él por siguiente está libre a rechazar el consentimiento común de
“teólogos” despues de Vaticano II, es un argumento desesperado; porque el hecho
permanece que el consentimiento “común” de llamados teólogos “Católicos” desde
Vaticano II era aprobar los documentos hereticos de Vaticano II, aun si unos de los
más radicales fueron tímidamente “silenciados” antes de Vaticano II.

Por lo tanto, como todos con ojos para ver pueden ver, si alguno esté libre a
rechazar el consentimiento “común” de teólogos de Vaticano II porque les juzga
“enemigos de teología escolástica tradicional,” entonces se puede menos mal
abandonar la falible, contradictoria enseñanza de los teólogos antes de Vaticano II
sobre bautismo de deseo, porque es patentemente contraria a “teología dogmática
tradicional” (viz., el dogma definido sobre la necesidad de renacimiento de agua y el Espíritu),
sin mencionar la Tradicion universal de la Iglesia desde el principio sobre Juan 3:5.

Además, si un Católico fuera obligado a seguir la enseñanza “común” de


teólogos de cualquier tiempo particular, y hubiera vivido durante el período Ariano
en el 4to siglo, entonces habría sido obligado por la herejía Ariana (la negación de la
Divinidad de Jesucristo), porque esta fue no solamente la enseñanza común de
teólogos y Obispos supuestos “Católicos” del tiempo, sino casi la enseñanza unánime.

P. Guillelmo Jurgens: “En un momento de la historia de la


Iglesia, sólo unos pocos años antes de la presente predicación
de Gregorio [Nazianzano] (+380 A.D.), posiblemente el
número de obispos Católicos en posesión de sedes, a
diferencia de obispos Arianos en posesión de sedes, fue nada
más que algo entre 1% y 3% del total. Si la doctrina hubiera
sido determinada por popularidad, hoy seríamos todos
negadores de Cristo y opositores del Espíritu.”cdlxxx[480]

P. Guillelmo Jurgens: “En el tiempo del Emperador Valens (4to


siglo), Basilio fue casi el unico Obispo ortodoxo en todo el
Oriente que logró retener custodia de su sede... Si no tenga
ninguna otra importancia para el hombre moderno, un
conocimiento de la historia de Arianismo debe demostrar
por lo menos que la Iglesia Católica no toma en cuenta
popularidad y números al formar y mantener doctrina: de lo
contrario, hace mucho tiempo hubiéramos debido abandonar
a Basilio y Hilario y Atanasio y Liberio y Osio y llamarnos
según Ario.”cdlxxxi[481]

El argumento de P. Cekada, de hecho, eliminaría la posibilidad de una gran


apostasia, y pondría las palabras de Nuestro Señor en Lucas 18:8 (Cuando viniere el Hijo
del hombre, ¿pensáis que Él hallará fe en la tierra?) imposibles, porque todos Católicos
serían siempre obligados a seguir lo que dicen la mayoría de teólogos “Católicos,” no
importa qué heretico sea. Huelga decir, el argumento de P. Cekada es completamente
absurdo, que es obvio al Católico sincero con sentido común.

P. Antonio Cekada, Bautismo de Deseo y Principios Teológicos, B. Prueba del Tésis.


“1. Premiso Mayor. El consentimiento de teólogos en materias de fe y moralidad
es conectado tan íntimamente con la Iglesia enseñadora que un error en el
consenso de teólogos necesariamente conduciría la Iglesia entera en error. 2.
Premiso Menor. Pero la Iglesia entera no puede errar en fe y moralidad. (La
Iglesia es infalible) 3. Conclusión. El consenso de teólogos en materias de fe y
moralidad es un cierto criterio de Tradición divina.”

Hemos visto que esta aseveración de P. Cekada, en su intento de aplicarla a


“bautismo de deseo,” es falsa, ilógica, historicamente ridícula, y facilmente refutada.
Citaré otra vez Papa Pío XII, quien mismo contradice la aseveración arriba.

Papa Pío XII, Humani generis (# 21), 12 Agosto 1950: “Este depósito de fe
nuestro Divino Redentor ha dado para interpretación auténtica no a cada uno
de los fieles, ni aun a teólogos, sino solamente a la Autoridad Magistral de la
Iglesia.”cdlxxxii[482]

Y lo que es irónico y muy importante es que los teólogos falibles a quienes cita P.
Cekada en su artículo no sólo disienten entre si mismos sobre si este llamado
“bautismo de deseo” sea de la Fe o meramente cerca de la fe, mas los “teólogos” a
quienes él cita de verdad prueban la posición de los que rechazan la falsa doctrina
de bautismo de deseo.

LOS MISMOS “TEÓLOGOS” QUE ÉL ADELANTA TAMBIÉN REFUTAN SU


POSICIÓN

Uno de los 25 teólogos ante-Vaticano II que P. Cekada cita en su artículo sobre


Bautismo de Deseo y Principios Teológicos es el teólogo Alemán Dr. Ludwig Ott, cuyo
libro Fundamentales de Dogma Católico es algo popular en círculos Católicos
tradicionales. Dr. Ott fue un hereje modernista que creía en en bautismo de deseo y
salvación “fuera” la Iglesia, como es dicho claramente en su libro (Vea la “Herejía
Antes de Vaticano II Sección”). Mas a pesar de esto, en su cuarto-millión-palabra
compendio (Fundamentales de Dogma Católico), Dr. Ott es forzado a admitir el siguiente
basado en el testimonio abrumador de Tradición Católica y dogma definido.

Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, La


Necesidad de Bautismo, p. 354: “1. Necesidad de Bautismo
para la Salvación- Bautismo de agua (Baptismus Fluminis) es,
desde la promulgación del Evangelio, necesario para todos
hombres sin excepción, para la salvación. (de fide.)”cdlxxxiii[483]

¡Perdóname, pero esta de fide (i.e., de la Fe) enseñanza de la Iglesia Católica sobre la
necesidad absoluta de bautismo de agua para todos sin excepción para la salvación es
precisamente porque Católicos deben rechazar la falsa doctrina de “bautismo de
deseo”! Bautismo de deseo es directamente contrario a la enseñanza de fide arriba:
bautismo de deseo es la idea que ¡bautismo de agua no es necesario para todos hombres sin
excepción para la salvación!

Pero P. Cekada, el hereje ilógico, quiere que creamos que basado en el testimonio
de Ludwig Ott (y otros) debemos aceptar bautismo de deseo bajo pena de pecado mortal,
cuando Dr. Ludwig Ott mismo está afirmando que la necesidad absoluta de bautismo
de agua para todos sin excepción es de fide – ¡la misma verdad que le obliga a uno
rechazar bautismo de deseo! Así, P. Cekada es simplemente refutado y condenado por
el testimonio de los mismos autoridades que él adelanta.

El hecho que Dr. Ludwig Ott inmediatamente procede a contradecir la declaración


arriba sobre la necesidad absoluta de bautismo de agua sin excepción en su libro, y
procede a enseñar bautismo de deseo y sangre en la precisa misma página - cuales
ideas él interesamente no designa de fide (de la fe) sino cerca de la fe – simplemente
muestra que el error común de bautismo de deseo, que se ponía casi unánime entre
“teólogos” como Ott a finales del 19no y al principio del 20imo siglo, simplemente no es
en armonía con la universal, constante (y de fide) enseñanza de la Iglesia sobre la
necesidad absoluta de bautismo de agua sin excepción para la salvación.

Otro ejemplo es el famoso libro, El Catecismo Explicado, de P. Spirago y P. Clarke.


Como el libro de Dr. Ott, El Catecismo Explicado enseñó bautismo de deseo y que hay
salvación “fuera” la Iglesia. Pero a pesar de este hecho, estos “teólogos” (Padres
Spirago y Clarke) fueron compelidos a admitir la siguiente verdad, que es confesada
universalmente por todos supuestos teólogos Católicos.

P. Francisco Spirago y P. Ricardo Clarke, El Catecismo Explicado, 1899, Bautismo:


“3. BAUTISMO ES INDISPENSABLEMENTE NECESARIO PARA LA
SALVACIÓN. Por siguiente, niños que mueren sin bautizar no pueden entrar
al cielo. Nuestro Señor dice: ‘Sino un hombre renaciere de agua y del Espíritu
Santo, él no puede entrar al reino del cielo’ (Juan 3:5). Él no pone ninguna
excepción, ni aun en el caso de infantes... Bautismo es no menos
indispensable en el órden espiritual que agua en el órden natural...”cdlxxxiv[484]
Esto muestra, otra vez, que la enseñanza universal de teólogos es que bautismo de
agua es absolutamente necesario para la salvación, y que las palabras de Nuestro Señor
en Juan 3:5 no tienen ningunas excepciónes. El hecho que Padres Spirago y Clarke
siguen a contradecir esta declaración y enseñar bautismo de deseo (y la herejía de
salvación “fuera” la Iglesia) simplemente muestra su propia inconsistencia – y la
inconsistencia de todos que favorecen bautismo de deseo.
P. Francisco Spirago y P. Ricardo Clarke, El Catecismo Explicado, 1899, Bautismo:
“... para adultos el deseo solo es suficiente, si bautismo real sea
imposible.”cdlxxxv[485]

¿Como puede bautismo de agua ser indispensablemente necesario para la salvación


(como ya nos dijeron), si el deseo de él solo es suficiente en su lugar? Eso es una
contradicción directa. Y alguien que dice que no es simplemente niega la ley de no
contradicción. No se puede decir que:

• Bautismo de Agua es indispensablemente necesario para la salvación

Y al mismo tiempo...

• Bautismo de Agua no es indispensablemente necesario para la salvación (deseo


puede remplazarlo)

Estas dos declaraciónes son contradictorias, pero esto es exactamente lo que la


gente de todo mundo estaban enseñados en Catecismos desde a finales de los 1800s.
Estaban enseñados la verdad (1era proposición), mientras que simultáneamente estaban
enseñados el opuesto de ésa verdad (2da proposición). Esto muestra como – aun en el
tiempo de creciendo apostasia, herejía y modernismo que fue el período desde
aproximadamente 1850 a 1950 – todos teólogos y catecismos todavía afirmaban la
verdad universalmente enseñada sobre la necesidad absoluta de bautismo de agua
para la salvación, aunque no permanecían consistentes con ella.

¡TEÓLOGOS TAMBIÉN SON UNÁNIME QUE SOLAMENTE LOS BAUTIZADOS


DE AGUA FORMAN PARTE DE LA IGLESIA CATÓLICA!

Adicionalmente devastador al artículo de P. Cekada es el hecho que hasta los


teólogos a quienes él cita en favor de bautismo de deseo afirman que es de la Fe que
solamente los bautizados de agua forman parte de la Iglesia Católica, fuera de que no
hay ninguna salvación. Cito a Dr. Ludwig Ott otra vez, en su Fundamentales de Dogma
Católico.

Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, Calidad de Miembro de la


Iglesia, p. 309: “3. Entre los miembros de la Iglesia no deben ser numerados:
a) Los sin bautizar... El llamado Bautismo de sangre y el Bautismo de deseo, es
verdad, remplazan Bautismo por agua (sic) en lo que respecta la comunicación
de gracia, pero no efectuan incorporación en la Iglesia... Catecúmenos no
deben ser numerados entre los miembros de la Iglesia... La Iglesia no reclama
ninguna jurisdicción sobre ellos (D 895). Los Padres trazan una clara línea de
separación entre Catecúmenos y ‘los fieles.’”cdlxxxvi[486]

Aquí vemos a Dr. Ludwig Ott, uno de los “teólogos” citados por P. Cekada para
“probar” bautismo de deseo, claramente afirmando la universal enseñanza Católica
que sola personas bautizadas de agua están dentro de la Iglesia. Dr. Ott no tiene
ninguna problema al admitir esto porque él cree en salvación “fuera” la Iglesia (vea
“Herejía Antes de Vaticano II Sección”).

Pero aquí hay tres admisiónes muy importantes de Dr. Ott, cada una relacionada,
irónicamente, a las tres definiciónes dogmáticas más famosas sobre Fuera la Iglesia No
Hay Ninguna Salvación.

1) La definición más expansiva sobre Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación fue la
del Papa Eugenio IV en el Concilio de Florencia. En esta definición, Papa Eugenio IV
definió infaliblemente que es necesario estar dentro de la unidad del cuerpo
eclesiástico, que signífica que es necesario ser incorporado en el cuerpo eclesiástico
(ecclesiastici corporis).

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” 1441, ex cathedra: “La Santa
Romana Iglesia firmemente cree, profesa y predica que todos que están fuera de la
Iglesia Católica, no solo paganos sino también Judíos o herejes y cismáticos, no pueden
compartir la vida eterna y irán ‘al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles’
[Mat. 25:41], a menos que estuvieren juntados a la Iglesia antes del fin de la vida; y que
la unidad de este cuerpo eclesiástico (ecclesiastici corporis) vale tanto para que solo
para los que permanecen en ella los sacramentos de la Iglesia contribuyen a la
salvación, y ayuno, limosnas, y otras obras de piedad y prácticas de la milicia Cristiana
produjen recompensas eternas; y que nadie puede ser salvo, no importa cuanto ha dado
en limosnas y aun si haya derramado sangre en el nombre de Cristo, a menos que haya
perseverado en el seno y la unidad de la Iglesia Católica.”cdlxxxvii[487]

Favor de enfocar en la necesidad de incorporación en el ecclesiastici corporis (el


cuerpo eclesiástico). Entonces nota que en la citación arriba de Dr. Ott, él admite que
“bautismo de deseo” y “bautismo de sangre” no efectuan incorporación - eso es decir,
¡no se le traen adentro del Mystici Corporis (el Cuerpo Místico)!

Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, Calidad de Miembro de la


Iglesia, p. 309: “3. El llamado Bautismo de sangre y el Bautismo de deseo, es
verdad, remplazan Bautismo por agua (sic) en lo que respecta la comunicación
de gracia, pero no efectuan incorporación en la Iglesia...”cdlxxxviii[488]

Por esta declaración, Dr. Ott admite que “bautismo de deseo” y “bautismo de
sangre” no son compatibles con la definición infalible del Papa Eugenio IV sobre la
necesidad absoluta de incorporación en el Cuerpo eclesiástico (ecclesiastici corporis) para
la salvación. Así, Dr. Ott prueba que bautismo de deseo/sangre no puede ser verdad y
es en realidad contrario a dogma.
2) La segunda definición infalible sobre Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación
fue la del Papa Bonifacio VIII en la Bula Unam Sanctam. En esta definición, Papa
Bonifacio VIII definió infaliblemente que es necesario que toda criatura humana sea
enteramente sujeta al Pontífice Romano (y por lo tanto a la Iglesia Católica) para la
salvación.

Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 Nov. 1302, ex cathedra:


“Además, declaramos, decimos, definimos, y proclamamos a toda criatura humana
que ellos de necesidad absoluta para la salvación son enteramente sujetos al Pontífice
Romano.”cdlxxxix[489]

Hice notar el hecho que sin bautismo de agua nadie es un sujeto de la Iglesia ni del
Pontífice Romano. Cité el Concilio de Trento para probar el punto.

Papa Julio III, Concilio de Trento, Sobre los Sacramentos de Bautismo y Penitencia, Ses.
14, Cap. 2, ex cathedra: “... la Iglesia no ejerce juicio sobre nadie que no la ha entrado
antes por la puerta del bautismo. Porque ¿qué me va a mí en juzgar a los que están
fuera? (1 Cor. 5:12), dice el Apóstol. Es diferente para ellos del hogar de la fe, quienes
Cristo el Señor por el lavacro de bautismo una vez ha hecho ‘miembros de su propio
cuerpo’ (1 Cor. 12:13).”cdxc[490] (Denz. 895)

¡Ahora, nota como Dr. Ott admite que “bautismo de deseo” y “bautismo de sangre”
ni le hacen a alguno un sujeto ni le colocan bajo la jurisdicción de la Iglesia!

Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católica, Calidad de Miembro de la


Iglesia, p. 309: “3. Entre los miembros de la Iglesia no deben ser numerados: a)
Los sin bautizar... Catecúmenos no deben ser numerados entre los miembros
de la Iglesia... La Iglesia no reclama ninguna jurisdicción sobre ellos (D
895).”cdxci[491]

¡Por esta declaración, Dr. Ott admite que “bautismo de deseo” y “bautismo de
sangre” no son compatibles con la definición infalible del Papa Bonifacio VIII sobre la
necesidad absoluta de sujeción a la Iglesia y al Pontífice Romano para la salvación! ¡Dr.
Ott nos muestra que bautismo de deseo/sangre no puede ser verdad (y que es, de
hecho, contrario a dogma), y él aun cita el mismo decreto que cité (D. 895 de Trento)
para probar el punto!

3) La primera definición infalible sobre Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación fue
la del Papa Inocente III en el Quarto Concilio de Letrán. En esta definición, Papa
Inocente III definió infaliblemente que la Iglesia Católica es una Iglesia de “los fieles” y
que fuera de estos “fieles” absolutamente nadie es salvo.

Papa Inocente III, Quarto Concilio de Letrán, Constitución 1, 1215, ex cathedra:


“Hay de verdad una Iglesia universal de los fieles, fuera de que
absolutamente nadie es salvo...”cdxcii[492]

Hice notar que Tradición Católica, Liturgia Católica y todos los padres enseñan que
solamente los agua bautizados forman parte de los fieles. Ahora, nota que en la
citación arriba de Dr. Ott, él admite que “bautismo de deseo” y “bautismo de sangre”
¡no le hacen a uno parte de los fieles! Lo cito otra vez:

Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, Calidad de Miembro de la


Iglesia, p. 309: “3. Catecúmenos no deben ser numerados entre los miembros de
la Iglesia... La Iglesia no reclama ninguna jurisdicción sobre ellos (D 895). Los
Padres trazan una clara línea de separación entre Catecúmenos y ‘los
fieles.’”cdxciii[493]

¡Por esta declaración, Dr. Ott admite que “bautismo de deseo” y “bautismo de
sangre” no son compatibles con la definición infalible del Papa Inocente III sobre la
necesidad absoluta de pertenecer a “los fieles” para la salvación!

Por lo tanto, en un solo párrafo, Dr. Ott hace por lo menos tres admisiónes, basado
en definido dogma Católico, que muestran que bautismo de deseo y bautismo de
sangre no son compatibles con enseñanza Católica; ¡y él hace estas admisiónes sobre
puntos que son centrales a las tres más famosas definiciónes infalibles sobre Fuera la
Iglesia No Hay Ninguna Salvación!

Y esta serie crucial de admisiónes por Dr. Ott – muy devastadoras a la teoría de
bautismo de deseo – me conduce a mi próximo punto: todos los teólogos, basado en el
testimonio de Tradición y la enseñanza Católica, definen la Iglesia Católica en la
misma manera – una unión de fe y sacramentos.

TEÓLOGOS DEFINEN UNÁNIMEMENTE LA IGLESIA CATÓLICA COMO


UNA UNIÓN DE SACRAMENTOS - EL TESTIMONIO DE SAN ROBERTO
BELLARMINO, SAN FRANCISCO DE SALES, EL CATECISMO DE TRENTO Y TODOS
TEÓLOGOS

San Roberto Bellarmino, Doctor de la Iglesia, ha dado una famosa definición de la


Iglesia Católica. La fórmula de San Roberto Bellarmino es reconocido de muchos como
la más precisa definición escolástica de la Iglesia hasta este día.

San Roberto Bellarmino (16to siglo): “La Iglesia es una, no doble, y esta una
verdadera Iglesia [Católica] es la asamblea de hombres unidos en la profesión
de la misma fe Cristiana y en la comunión de los mismos sacramentos, bajo el
dominio de pastores legítimos, y en particular, lo del uno Vicario de Cristo en el
mundo, el Pontífice Romano. La primera parte excluye a todos infieles, los que
nunca estuvieron en la Iglesia como Judíos, Turcos, y paganos, o los que una
vez estaban en ella y luego se cayeron, como los herejes y apóstatas. La
segunda parte excluye a los catecúmenos y excomunicados, porque los
primeros no son admitidos a los sacramentos y los últimos son excluidos de
ellos...”cdxciv[494]
Aquí vemos la definición de la Iglesia que es aceptada por todos teólogos: una
unión de fe y sacramentos. Según esta definición de la Iglesia, no puede ser ningún
bautismo de deseo porque los que no han recibido ninguno de los sacramentos (los
sin bautizar, incluyendo a catecúmenos sin bautizar) no participan de la unidad de
los sacramentos y por siguiente no forman parte de la Iglesia Católica. ¿Podría ser
algo más simple y claro?

Pero es un hecho, que sorprendiere a unos, que San Roberto Bellarmino no


permanecía consistente con su definición de la Iglesia arriba. Él de verdad adoptó la
falsa idea de bautismo de deseo, que llegaba a ser bastante difundida entre teólogos a
finales de la edad media, como traté en la sección sobre la historia de bautismo de
deseo. Pero al adoptar la falsa idea de bautismo de deseo, San Roberto simplemente
falló permanecer consistente con su propia definición de la Iglesia arriba, además de la
definición unánime de teólogos sobre la Iglesia.

Pero esto no fue la única cuestión en que San Roberto no permanecía enteramente
consistente; él falló permanecer consistente en su lucha con la verdadera enseñanza
sobre Limbo, como señala La Enciclopedia Católica.

La Enciclopedia Católica, Vol. 9, 1910, “Limbo,” p. 258: “Es claro que Bellarmino
encontró la situación [sobre Limbo] embarazosa, siendo reacio, como era, a
admitir que Santo Tomás y los Escolásticos estaban generalmente en pugna con
lo que San Agustín y otros Padres consideraban ser de fide [sobre Limbo], y lo que
el Concilio de Florencia parecía haber enseñado definitivamente.”cdxcv[495]

Aquí vemos otra vez que los padres, Doctores y Santos, incluyendo a Roberto
Bellarmino, en realidad se les contradecían con si mismos sobre Limbo, aun lo que
unos mantenían ser de fide. Esto nos muestra otra vez porque Católicos no forman
conclusiónes doctrinales definitivas de la enseñanza de Santos, incluyendo a San
Roberto Bellarmino. Católicos forman conclusiónes doctrinales definitivas de dogma
Católica, y la enseñanza de santos solamente cuando está conforme de dogma. Y la
definición de San Roberto Bellarmino arriba, que excluye a todas personas sin bautizar
de la Iglesia Católica, es consistente con dogma; sus declaraciónes sobre bautismo de
deseo no son.

Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 Nov. 1302, ex cathedra: “... el uno cuerpo
místico ... Y en esto, ‘un Señor, una fe, un bautismo’ (Ef. 4:5). Ciertamente Noe
tuvo una arca en el tiempo del diluvio, prefiguranda una Iglesia... fuera de
que leemos que todo viviente en la tierra fue destruido ... el cual cuerpo él
llamó el ‘Solo uno’ a saber, la Iglesia, por causa de la unidad de la
esposa, la fe, los sacramentos, y la caridad de la Iglesia.”cdxcvi[496]

Aquí vemos que Papa Bonifacio VIII definió como un dogma que la Iglesia es una
unión de Sacramentos. La Iglesia Católica es infaliblemente definida como una unión
de sacramentos por Papa Eugenio IV también.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” 1441, ex cathedra:


“La Santa Romana Iglesia firmemente cree, profesa y predica... que
la
unidad de este cuerpo eclesiástico (ecclesiastici corporis) vale
tanto para que solo para los que permanecen en ella los
sacramentos de la Iglesia contribuyen a la salvación, y ayuno,
limosnas, y otras obras de piedad y prácticas de la milicia Cristiana produjen
recompensas eternas; y que nadie puede ser salvo, no importa cuanto ha dado
en limosnas y aun si haya derramado sangre en el nombre de Cristo, a menos
que haya perseverado en el seno y la unidad de la Iglesia Católica.”cdxcvii[497]

El obvio significado y sentido de este texto dogmático es que la Iglesia Católica es


un Cuerpo eclesiástico y una unión de sacramentos, una unión que “vale tanta.” Esta
es la verdad confesada por todos teólogos. San Francisco de Sales enseña exactamente
la misma verdad.

San Francisco de Sales, Doctor de la Iglesia: “La Iglesia es una


santa universidad o compañía general de hombres unidos y
coleccionados juntos en la profesión de la misma una fe
Cristiana; en la participación de los mismos
sacramentos...”cdxcviii[498]

Aquí vemos que San Francisco de Sales repite la misma verdad y define la Iglesia
en la misma manera. ¡Esto es como todos definen la Iglesia! El Catecismo del Concilio de
Trento afirma la misma enseñanza:

Catecismo del Concilio de Trento, Los Miembros de la Iglesia Militante, pp. 99-100:
“La Iglesia militante es compuesta de dos clases de personas, las buenas y las
malas, ambas profesando la misma fe y participando de los mismos
sacramentos...”cdxcix[499]

¿Es alguna enseñanza más consistente? El Catecismo de Trento concluye:

Catecismo del Concilio de Trento, p. 159: “En el carácter imprimido por


Bautismo, ambos efectos son ejemplificados. Por él somos calificados para
recibir los otros Sacramentos, y el Cristiano es distinguido de los que no
profesan la fe.”d[500]

Pues, otra vez vemos como propugnadores de bautismo de deseo, como P. Cekada,
son completamente equivocados y en realidad pervierten la verdad cuando aseveran
que la enseñanza de teólogos se le obliga a “bautismo de deseo.” Es exactamente el
opuesto. La enseñanza unánime de teólogos se contradice con la falsa doctrina de
bautismo de deseo, por definir la Iglesia como solamente los que han recibido los
sacramentos, la cuál definición es también un dogma (Eugenio IV; Bonifacio VIII, de fide).
Católicos no son obligados a, y de hecho deben rechazar, las falibles declaraciónes y
especulaciónes de hombres, por muy grandes, como San Roberto Bellarmino, cuando
no están en armonía con dogma Católico, sin mencionar cuando contradicen los
mismos principios que afirman en otro lugar.
Y esto es precisamente porque San Roberto Bellarmino completamente no pudo
explicar convincentemente la idea de “bautismo de deseo” cuando él ya había definido
la Iglesia Católica como un cuerpo excluyendo todos sin bautizar. Falló
miserablemente al intentar explicar como catecúmenos pudieran ser salvos cuando
solo personas bautizadas son parte de la Iglesia Católica.

San Roberto Bellarmino, De Ecclesia Militante: “En relación a catecúmenos hay


una mayor dificultad, porque ellos son fieles [tienen la fe] y pueden ser salvos
si mueren en este estado, y todavía fuera la Iglesia nadie es salvo... los
catecúmenos están dentros de la Iglesia, aunque no en hecho real, sino por lo
menos en resolución, por siguiente pueden ser salvos...”di[501]

Nota la dificultad que San Roberto encuentra al intentar explicar bautismo de


deseo; él inmediatamente tiene que transigir y contradecir su propia definición de la
Iglesia.

San Roberto Bellarmino (16to siglo): “La Iglesia es una, no doble, y esta una verdadera Iglesia
[Católica] es la asamblea de hombres unidos en la profesión de la misma fe Cristiana y en la
comunión de los mismos sacramentos, bajo el dominio de pastores legítimos, y en particular, lo
del uno Vicario de Cristo en el mundo, el Pontífice Romano. La primera parte excluye a todos
infieles, los que nunca estuvieron en la Iglesia como Judíos, Turcos, y paganos, o los que una vez
estaban en ella y luego se cayeron, como los herejes y apóstatas. La segunda parte excluye a los
catecúmenos y excomunicados, porque los primeros no son admitidos a los sacramentos y los
últimos son excluidos de ellos...”dii[502]

Primero, la “dificultad” de San Roberto al intentar explicar su (falible) posición que


catecúmenos pueden ser salvos, aunque catecúmenos son excluidos de la Iglesia por su
propia definición, es simplemente porque la idea que una persona sin bautizar puede
ser parte de la Iglesia no es encontrada en ningún lugar en todos los Concilios y las
declaraciónes del Magisterio Papal. La Iglesia Católica ha mantenido y enseñado
exclusivamente que solo los que han recibido el Sacramento de Bautismo son parte de la
Iglesia y ningún decreto dogmático ha enseñado jamás algo diferente.

Y esto es porque San Roberto es constreñido a admitir que catecúmenos no están en


realidad dentros de la Iglesia, pero él arguye que pueden ser salvos por estar en ella en
resolución, pero no en hecho. (Nota: San Roberto estaba aplicando esta idea sólo a
catecúmenos, no a paganos, herejes, y cismáticos, como aman aseverar nuestros
Modernistas hoy día.) Pero al contrario de la aseveración falible y falsa de San Roberto
que catecúmenos pueden ser salvos por estar en la Iglesia “no en hecho real, sino por lo
menos en resolución,” es definido que se debe ser en hecho real parte de la Iglesia. Es
definido que se debe estar “en el seno y la unidad” (Eugenio IV); que se debe ser
incorporado en el “cuerpo eclesiástico” (Eugenio IV); que se debe ser “enteramente
sujeto al Pontífice Romano” (Bonifacio VIII); que se debe estar en la unión de
“sacramentos” y “los fieles” (Eugenio IV; Bonifacio VIII; Inocente III). Y estas cosas
sólo vienen por bautismo de agua, como es atestiguado por la definición de la Iglesia
de San Roberto mismo. Pero al intentar explicar el inexplicable (como bautismo de
deseo es compatible con dogma Católico), y al intentar defender el indefensible (como
catecúmenos sin bautizar pueden estar en una Iglesia definida como una unión de
sacramentos), San Roberto contradijo estos principios y cometió una equivocación.

Segundo, al intentar justificar su creencia errada en bautismo de deseo, San Roberto


dice que catecúmenos son “fieles.” Esto es contrario a los padres y la enseñanza de
Liturgia Católica Tradicional desde tiempos apostólicos, los cuales excluían a
catecúmenos de “los fieles” (como tratado en la Sección sobre “La Una Iglesia de los
Fieles”). También es contrario a las libres admisiónes de propugnadores de bautismo
de deseo como Ludwig Ott, las cuales ya he citado.

Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, Calidad de Miembro de la


Iglesia, p. 309: “3. Catecúmenos no deben ser numerados entre los miembros de
la Iglesia... La Iglesia no reclama ninguna jurisdicción sobre ellos (D 895). Los
Padres trazan una clara línea de separación entre Catecúmenos y ‘los
fieles.’”diii[503]

Ahora el lector otra vez esté descubriendo el tema que he sido mostrando por
todo este examen extensivo de la historia de la cuestión de bautismo de deseo: que
bautismo de deseo es una falible, errada tradición de hombre, que nunca ha sido
enseñado por el Magisterio Papal, que ha ganado impulso basado en los pasajes
falibles y equivocados de unos sin embargo grandes hombres, quienes contradecían a
si mismos y violaban sus propios principios al intentar explicarlo, mientras casi
siempre cometiendo otras equivocaciónes en los mismos documentos.

De hecho, la declaración de San Roberto que catecúmenos son “fieles” también se


contradice con el Catecismo del Concilio de Trento.

Catecismo del Concilio de Trento, Comunión de Sacramentos, p. 110: “El fruto de


todos los sacramentos es común a todos los fieles, y estos sacramentos,
especialmente el bautismo, la puerta, a saber, para que somos admitidos a la
Iglesia, son tantos vínculos sagrados que les ligan y les unen a Cristo.”div[504]

Esto signífica que los que no han recibido los sacramentos no forman parte de los
“fieles,” otra vez al contrario de lo que Bellarmino aseveró en su intento admitido
“difícil” de reconciliar la falsa idea de bautismo de deseo con su propia definición de la
Iglesia Católica, que excluyó a todos sin bautizar. Cuando Santos entran en intentos
“difíciles” de explicar cosas especulativas que no son claramente enseñadas por la
Iglesia, son destinados a cometer equivocaciónes. Y por siguiente Católicos no deben
seguir a San Roberto en este intento “difícil” (o más bién, imposible) de explicar
bautismo de deseo, sino por otra parte deben seguir a San Gregorio Nazianzano
(Doctor de la Iglesia), quien dijo en relación a la idea que se puede considerar como
bautizado él que deseaba el bautismo pero no lo recibió, “No puedo verlo.”dv[505]

San Roberto de verdad erró sobre el tema de bautismo de deseo, asimismo que hizo
sobre Limbo; pero lo que es más importante recordar, como ya dicho, es esto: mientras
el principio de infalibilidad Papal siempre era creida en la Iglesia (expresada desde los
tiempos más tempranos por frases tales como en la sede apostólica la religión Católica
siempre ha sido preservada inmanchada y santa doctrina celebrada), no hay duda que
después de la definición de infalibilidad Papal por el Primero Concilio Vaticano en 1870
hay mucho más claridad sobre cuales documentos son infalibles y cuales no. San
Roberto Bellarmino y otros que vivían antes de 1870 no necesariamente tenían este
grado de claridad, que causaba a muchos ellos diminuir la distinción, en tales casos,
entre los decretos infalibles de Papas y la enseñanza falible de teólogos. También
causaba a ellos no mirar tan literalmente lo que el dogma verdaderamente declara, sino
por otra parte lo que pensaban que el dogma podría significar en luz de la opinión de
teólogos populares del tiempo.

Católicos que viven hoy pueden decir que entienden más sobre Infalibilidad Papal
que los teólogos y doctores en todos tiempos hasta 1870, y que poseen una ventaja al
evaluar esta cuestión no solo porque viven después de la definición de Infalibilidad
Papal, sino también porque pueden reexaminar la entera historia de declaraciónes
Papales de la Iglesia sobre este tema y ver la armonía entre ellas sobre la necesidad
absoluta de bautismo de agua.

TRADICIÓN UNIVERSAL SOBRE EL BAUTISMO AFIRMADA


AUN POR HERETICOS CATECISMOS MODERNOS

Para ilustrar además el punto que la necesidad absoluta de bautismo de agua para
la salvación es la enseñanza universal y constante de todos teólogos aun durante el
tiempo de la apostasía y aun por esas mismas personas que procedían a negar esta
verdad, considerémos, por ejemplo, una edición reciente del Catecismo de Baltimore y
el Catecismo atribuido a Papa San Pío X.

El Nuevo San José Catecismo de Baltimore, N. 2, P. 320- “Porque es necesario


el Bautismo para la salvación de todos hombres? A. Bautismo es
necesario para la salvación de todos hombres porque Cristo ha dicho:
‘Sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu, él no puede entrar al
reino de Dios.’”dvi[506]

Nota que esta edición del Catecismo de Baltimore, el cual enseñó el error de
bautismo de deseo a multitudes (como verémos), reitera la enseñanza universal y
constante de la Iglesia Católica, basado en las palabras de Jesucristo en Juan 3:5, que
Bautismo de agua es necesario para la salvación de todos hombres. El Catecismo
Baltimore, por siguiente, enseña la exacta misma verdad de Fe que ha sido un eco
constante en Tradición Católica desde el principio.

Hermas, 140 A.D., citando a Jesús en Juan 3:5: “Ellos necesitaban subir a través
del agua, para que se hicieran vivos; porque no podían entrar al reino de Dios
en ninguna otra manera.”dvii[507]

San Justin el Mártir, 155 A.D.: “... ellos son conducidos de nosotros a un sitio
donde hay agua; y allí son renacidos en en mismo tipo de renacimiento en que
nosotros mismos fuimos renacidos... en el nombre de Dios... reciben el lavado
de agua. Porque Cristo dijo, ‘Sino fuereis renacidos, no entrareis al reino del
cielo.’ La razón de hacer esto hemos aprendido de los apóstoles.”dviii[508]

Pues, al contrario de creencia popular, los que rechazan “bautismo de deseo” en


realidad siguen la enseñanza del Catecismo de Baltimore sobre la necesidad absoluta
de bautismo de agua. No siguen, empero la enseñanza del falible Catecismo de
Baltimore cuando procede a contradecir esta verdad sobre la necesidad absoluta de
bautismo de agua para la salvación y enseñar bautismo de deseo.

El Nuevo San José Catecismo de Baltimore, N. 2, P. 321- “¿Cómo pueden ser salvos
los que por ninguna propia culpa no han recibido el Sacramento de Bautismo?
R. Los que por ninguna propia culpa no han recibido el sacramento de
Bautismo pueden ser salvos por lo que se llama bautismo de sangre o
bautismo de deseo.”dix[509]

Esta declaración se contradice flagrantemente con la verdad enseñada en P. 320, que


bautismo de agua es absolutamente necesario para todos hombres para ser salvos. En el
Catecismo de Baltimore la gente han sido enseñados dos nociónes directamente
contradictorias una tras otra:

• Bautismo de agua es absolutamente necesario para la salvación de todos;


y...
• Bautismo de agua no es absolutamente necesario para la salvación de todos.
¿Pueden ser verdad las dos al mismo tiempo? No, no pueden. Como un Católico,
se debe seguir la primera declaración, que está de acuerdo con dogma definido y la
Tradición universal desde el principio de la Iglesia, y es basado en la declaración de
Cristo Mismo.

Además, la edición del Catecismo de Baltimore de que estoy citando también hace
las mismas admisiónes devastadoras que Dr. Ott fue forzado a hacer en su discusión de
lo que el llamado “bautismo de deseo” no es.

El Nuevo San José Catecismo de Baltimore, N. 2, P. 321- “Sin embargo, solo


bautismo de agua en realidad hace a una persona ser miembro de la Iglesia.
Él (bautismo de sangre/deseo) podría ser comparado con una escalera por cual
se trepa al Barco de Pedro, como la Iglesia frecuentemente es llamada.
Bautismo de sangre o deseo hace a una persona ser miembro de la Iglesia en
deseo. Estos son los dos cabos de salvamento arrastrandose de los lados de la
Iglesia para salvar a los que están fuera de la Iglesia por ninguna propia
culpa.”dx[510]

Aquí vemos esta edición del Catecismo de Baltimore enseñando que: 1) Bautismo
de deseo no hace a uno ser miembro de la Iglesia; 2) Bautismo de deseo sí hace a uno
ser miembro de la Iglesia en deseo; 3) hay salvación fuera la Iglesia por bautismo de
deseo y sangre.
Las primeras dos declaraciónes se contradicen una a otra, mientras la tercera es
herejía directa contra el dogma que Fuera la Iglesia absolutamente nadie es salvo (Papa
Inocente III, de fide). Por lo tanto, la explicación de “bautismo de deseo” de esta edición
del Catecismo de Baltimore no es solamente falible, sino directamente heretica.

Papa Inocente III, Cuarto Concilio de Letrán, Constitución 1, 1215, ex cathedra:


“Hay de verdad una Iglesia universal de los fieles, fuera de que
absolutamente nadie es salvo, en que Jesucristo es ambos sacerdote y
sacrificio.”dxi[511]

Pero habiendo enseñado que bautismo de deseo “salva” a personas “fuera” de la


Iglesia, esta versión del Catecismo de Baltimore prueba el punto otra vez que bautismo
de deseo es incompatible con dogma definido – sin mencionar su propia enseñanza
sobre la necesidad absoluta de bautismo de agua para la salvación.

EL CATECISMO ATRIBUIDO A SAN PÍO X

El Catecismo atribuido al Papa San Pío X repite para nos la misma enseñanza de fide
de la Iglesia Católica sobre la necesidad absoluta de bautismo de agua para la
salvación.

El Catecismo del Papa San Pío X, Los Sacramentos, “Bautismo,”


P. 16: “P. ¿Es necesario el Bautismo para la salvación? R.
Bautismo es absolutamente necesario para la salvación,
porque Nuestro Señor ha dicho expresamente: ‘Sino un
hombre renaciere de agua y el Espíritu Santo, él no puede entrar al
Reino de Dios.’”dxii[512]

Pues, al contrario de la creencia popular, los que rechazan “bautismo de deseo” en


realidad siguen la enseñanza del Catecismo atribuido al Papa San Pío X sobre la
necesidad absoluta de bautismo de agua. No siguen, empero, la enseñanza de este
Catecismo falible cuando procede a contradecir esta verdad sobre la necesidad absoluta
de bautismo de agua para la salvación.

El Catecismo del Papa San Pío X, Los Sacramentos, “Bautismo,” P. 17: “P. ¿Puede
ser suministrada la ausencia de Bautismo en cualquier otra manera? R. La
ausencia de Bautismo puede ser suministrada por el martirio, que se llama
Bautismo de Sangre, o por un acto de perfecta caridad a Dios, o de contrición,
junto con el deseo, por lo menos implícito, de Bautismo, y esto se llama
Bautismo de Deseo.”dxiii[513]

Esta otra vez es una contradicción total de lo que es dicho en Pregunta 16. Debe ser
notado que este Catecismo, aunque atribuido al Papa San Pío X, no vinió de su pluma
y no fue promulgado solemnemente por él. No hay ninguna Bula Papal de él
promulgando el Catecismo, así es solamente un Catecismo falible que salió durante su
reinado y fue dado su nombre. Mas, aun si San Pío X mismo hubiera escribido las
palabras arriba (que él no hizo), no afectaría nada los puntos que he hecho. Esto es
porque un Papa es infalible solamente cuando está hablando Magistralmente. Este
Catecismo no es infalible porque no fue promulgado solemnemente de la Cátedra de
Pedro o aun específicamente por el Papa. Además, este Catecismo es probado no
infalible por el hecho que ¡enseña la herejía abominable que hay salvación “fuera” la
Iglesia (como mostraré)!

Pero primero citaré donde el catecismo afirma el dogma.

El Catecismo del Papa San Pío X, El Credo de los Apóstoles, “La Iglesia en
Particular,” P. 27: “P. ¿Puede ser salvo alguno fuera la Iglesia Católica,
Apostólica, y Romana? R. No, nadie puede ser salvo fuera de la Iglesia
Católica, Apostólica, y Romana, asimismo que nadie pudo ser salvo del
diluvio fuera de la Arca de Noé, que fue una figura de la Iglesia.”dxiv[514]

Aquí el Catecismo atribuido al Papa San Pío X reafirma el dogma definido. ¡Pero
procede a negar este dogma sólo dos preguntas después!
El Catecismo del Papa San Pío X, El Credo de los Apóstoles, “La Iglesia en
Particular,” P. 29: “P. Pero si un hombre por ninguna propia culpa esté fuera de
la Iglesia, ¿puede ser salvo? R. Si esté fuera de la Iglesia por ninguna propia
culpa, eso es, si esté en buena fe, y si haya recibido el Bautismo, o por lo
menos tenga el deseo implícito de Bautismo; y si, además, busque sinceramente
la verdad y haga la voluntad de Dios lo mejor que puede, tal hombre está
verdaderamente separado del cuerpo de la Iglesia, mas está unido al alma de la
Iglesia y por siguiente está en el camino de salvación.”dxv[515]

¡Aquí vemos este Catecismo falible negando palabra por palabra el dogma Fuera la
Iglesia No Hay Ninguna Salvación! Enseña que puede ser salvación “fuera” la Iglesia,
que directamente niega la verdad que enseñó a la gente en pregunta 27. Esta
declaración es tan heretica, de hecho, que sería repudiada aun por la mayoría de los
astutos herejes de nuestro día, quienes saben que no pueden decir que personas son
salvos “fuera,” así arguyen que no Católicos no están “fuera” sino están “dentros”
en tal manera. ¡Así que aun esos astutos herejes que rechazan el verdadero significado
de Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación deberían admitir que la declaración
arriba es heretica!

Además, nota que el Catecismo atribuido a San Pío X enseña la herejía que
personas pueden ser unidos al “Alma” de la Iglesia, pero no al Cuerpo. Como ya
probado, la Iglesia Católica es un Cuerpo Místico. Los que no son parte del Cuerpo no
son ninguna parte en absoluto.

Papa Pío XI, Mortalium Animos (# 10), 6 Enero 1928: “Puesto


que el cuerpo místico de Cristo, en la misma manera que Su
cuerpo físico, es uno, compacto y aptamente conexo, necedad
y fuera de lugar es decir que el cuerpo místico es constituido
de miembros desunidos y dispersados: quien, por lo tanto, no
está unido con el cuerpo no es ningún miembro del cual, ni
está en comunion con Cristo su cabeza.”dxvi[516]

Esta discusión sobre los Catecismos debería demostrar al lector como la galopante
negación de Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación y la necesidad de Bautismo de
Agua ha sido perpetuada por textos falibles con imprimátur y porque ha sido
absorbida hoy por casi todos que se profesan Católicos. Ha sido perpetuada por
documentos y textos falibles que se contradicen con si mismos, que se contradicen con
dogma definido, y que enseñan herejía, y que - mientras todo - afirman en otro lugar
las verdades inmutables de la necesidad absoluta de la Iglesia Católica y bautismo de
agua para la salvación. Y esto es porque Católicos son obligados a adherirse a dogma
infaliblemente definido, no a Catecismos falibles o teólogos.
Papa Pío IX, Singulari Quadem: “Porque, de verdad, cuando
libertados de estas cadenas corpóreas, ‘veremos a Dios como
Él es’ (1 Juan 3:2), entenderemos perfectamente de que cercano
y bello vínculo la divina misericordia y juicio son unidos;
pero, con tal que estuviéremos en el mundo, inclinados por
esta masa mortal que desafila el alma, que sostengamos más
firmemente que, según la enseñanza Católica, hay ‘un Dios,
una fe, un bautismo’ [Ef. 4:5]; es ilegal procedere adelante en
encuesta.”dxvii[517]

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, Can. 5 sobre el


Sacramento de Bautismo, ex cathedra: “Si alguno dijere que
bautismo [el sacramento] es opcional, eso es, no necesario
para la salvación (cf. Jn. 3:5): sea anatema.”dxviii[518]

20. Exultate Deo también termina el debate


He tratado de la enseñanza del Concilio de Florencia sobre el Bautismo en
secciónes previas; pero, por causa del hecho que la enseñanza de Exultate Deo del
Concilio de Florencia excluye la posibilidad de bautismo de deseo y bautismo de
sangre, quiero mostrar claramente que es infalible y no puede ser contradicho.

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22


Nov. 1439, ex cathedra: “Santo bautismo, que es la puerta de la
vida espiritual, mantiene el primér lugar entre todos los
sacramentos; por él somos hechos miembros de Cristo y del
cuerpo de la Iglesia. Y porque la muerte entró al universo
por el primér hombre, ‘sino renazcamos de agua y el
Espíritu, no podemos,’ como la Verdad dice, ‘entrar al reino
del cielo’ [Juan 3:5]. La materia de este sacramento es agua
real y natural.”dxix[519]

Es importante notar que no todo en la Bula Exultate Deo (el Decreto para los
Armenianos) trata de fe y moralidad para ser creida por la Iglesia universal. Esas
partes no son enseñadas ex cathedra (de la Cátedra de Pedro). Pero esta citación arriba
más ciertamente sí trata de fe y moralidad para ser creida por la Iglesia universal y por
siguiente es enseñada ex cathedra. Algunas personas señalan el hecho que Exultate Deo
no tiene el mismo lenguaje solemne como Cantate Domino del Concilio de Florencia,
que todos estan de acuerdo es infalible. Algunos concluyen, por siguiente, que es
posible que Exultate Deo podría no ser infalible en fe y moralidad. Mas este argumento
es facilmente refutado. La Bula Exultate Deo no sólo fue aprobada por Papa Eugenio IV
y incluida en los decretos del Concilio, mas fue ordenada para los Armenianos como
una profesión de fe, como la verdadera doctrina de la religión Católica. Esto prueba
que es infalible.

Papa León XIII, Paterna caritas (# 2), 25 Julio 1888: “Entonces la


Constitución del Concilio, Exultate Deo, fue publicada por el
Papa, en que él les enseñó todo que él consideraba ser
necesario para el saber correcto de la verdad Católica; y
entonces, los Legados, en el nombre de su Patriarca, y de toda
la raza Armeniana, declararon que ellos recibieron la
Constitución en toda sumisión y prontitud a obedecer,
‘prometiendo en el mismo nombre, como verdaderos hijos de
obediencia, obedecer fielmente los ordenes y mandatos de la
Sede Apostólica.”dxx[520]

Además, Exultate Deo (el Decreto para los Armenianos) fue confirmada
solemnemente por un número de otras Bulas infalibles en el mismo Concilio,
incluyendo Cantate Domino.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” Ses. 11, 4 Feb. 1442,
ex cathedra: “La Santa Romana Iglesia abraza, aprueba y acepta todos otros
sínodos universales que fueron legítimamente convocados, celebrados y
confirmados por la autoridad de un Pontífice Romano, y especialmente este
santo sínodo de Florencia, en que, entre algo otro, uniónes más santas con los
Griegos y los Armenianos han sido logradas y muchas definiciónes más
saludables en relación a cada una de estas uniónes han sido emitidas, como
está contenida en total en los decretos previamente promulgados, cuales son
los siguientes: Letentur coeli; Exultate Deo...”dxxi[521]
En Ses. 13 del Concilio de Florencia, Papa Eugenio IV promulgó una otra Bula –
esta sobre unión con los Syrianos – en que él otra vez aprueba infaliblemente la
doctrina contenida en Exultate Deo (el Decreto para los Armenianos). La Bula termina
con Papa Eugenio IV invocando la ira de Dios sobre todo él que la contradijere. Aquí
está la porción pertinente del texto.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Bula de Unión con los Syrianos, Ses. 13,
30 Nov. 1444: “Eugenius, obispo, sirviente de los sirvientes de Dios, para un
recuerdo eterno... ordenamos y decretamos que él (el arzobispo Abdala) debe
recibir y abrazar, en el nombre de las personas arribas, todo que ha sido
definido y establecido a varios tiempos por la santa Romana Iglesia,
especialmente los decretos sobre los Griegos y los Armenianos (Exultate Deo)
y los Jacobitos, los cuales fueron emitidos en el sagrado concilio ecuménico de
Florencia...”dxxii[522]

Además, Exultate Deo mismo empieza su sección sobre los Sacramentos - en que la
citación sobre la necesidad del Sacramento de Bautismo está contenida - con lenguaje
autoritativo que prueba que ella es la enseñanza infalible de la Iglesia Católica.

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22 Nov. 1439:


“Eugenio, obispo, sirviente de los sirvientes de Dios, para un recuerdo eterno...
para la instrucción más fácil de los Armenianos hoy y en el porvenir reducimos
la verdad sobre los sacramentos de la Iglesia al siguiente esquema
breve.”dxxiii[523]

Por lo tanto, no hay ninguna duda que la enseñanza contenida en Exultate Deo, en
relación a puntos de fe y moralidad para ser creidos por la Iglesia universal, es infalible
y dogmática. No puede contener error. Pues, cuando Exultate Deo define que sino
renaciéremos de agua y el Espíritu Santo, no podemos, como dice la Verdad, entrar al reino de
Dios, esto excluye toda posibilidad de salvación sin bautismo de agua. Lo que es
interesante sobre esta definición en particular es que ella no es simplemente una
citación de Juan 3:5 incorporada en la definición del Concilio. Más bien, es el Concilio
de Florencia enseñando la misma que Juan 3:5, mientras la presenta en sus propias
palabras. Eso es decir, el Concilio de Florencia define la doctrina encontrada en Juan
3:5, no solamente cita la escritura.

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22 Nov. 1439, ex


cathedra: “Santo bautismo, que es la puerta de la vida espiritual, mantiene el
primér lugar entre todos los sacramentos; por él somos hechos miembros de
Cristo y del cuerpo de la Iglesia. Y porque la muerte entró al universo por el
primér hombre, ‘sino renazcamos de agua y el Espíritu, no podemos,’ como la
Verdad dice, ‘entrar al reino del cielo’ [Juan 3:5]. La materia de este
sacramento es agua real y natural.”dxxiv[524]

Mantener que alguno puede entrar al reino del cielo sin ser renacido de agua y el
Espíritu es contradecir esta definición infalible.
21. El Nuevo Testamento es claro que el
Sacramento de Bautismo es Indispensable para la
Salvación
Ya he tratado de Juan 3:5, así que trataré de algunas de la otras pasajes del Nuevo
Testamento que afirman la necesidad absoluta del Sacramento de Bautismo para la
salvación.

LA GRAN COMISIÓN - MATEO 28 Y MARCO 16

Mateo 28:18-20- “Y llegando Jesús, les habló, diciendo: Toda


potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y
doctrinad a todas naciónes, bautizándolas en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; Enseñándolas que
guarden todas las cosas que os he mandado...”

En la precisa última escena recordada en el Evangelio de San Mateo, conocida


como la Gran Comisión – LA PRECISA ÚLTIMA INSTRUCCIÓN QUE DA
JESUCRISTO A LOS APÓSTOLES ANTES DE SALIR DE ESTE MUNDO – Jesucristo
les da dos mandatos a Sus Apóstoles: enseñar a todas naciónes y bautizar. Ya que esto
es el preciso último mandato de Cristo a Sus Apóstoles, estas palabras portan una
significación especial. Esto debería decir algo a todos sobre la importancia del
bautismo. El Sacramento de Bautismo es unido inextricablemente, por Nuestro Señor
Jesucristo Mismo, con el mismo mandato de enseñar a todas naciónes la fe Cristiana.
El Evangelio de San Marco revela la misma verdad en su versión de la escena de la
Ascención, la última escena en su Evangelio.

Marco 16:15-16- “Y él (Jesús) les dijo: Id por todo el mundo, y


predicad el Evangelio a toda criatura. Él que creyere y fuere
bautizado, será salvo; pero él que no creyere, será
condenado.”

Aquí vemos a Nuestro Señor Jesucristo Mismo diciendo que los que son bautizados
serán salvos, claramente indicando que los que no son bautizados no serán salvos.
Pero algunos piden, ¿porque no dijo Nuestro Señor, “él que no creyere y no fuere
bautizado será condenado,” después de decir que él que creyere y fuere bautizado será
salvo? La respuesta es que los que no creen no van a recibir el bautismo, así que no es
necesario mencionar bautismo otra vez. Además, Nuestro Señor dice ésa misma cosa
(que los que no son bautizados no serán salvos) en Juan 3:5.
Así vemos que, en el preciso último mandato de Nuestro Señor a los Apóstoles, la
noción de creer y recibir bautismo son envolvidos juntos; son una y la misma
fórmula que es necesaria para la salvación. Creer y recibir el Sacramento de Bautismo
son uno y el mismo suceso salvador.

San Francisco Javier, 31 Dic. 1543: “Después de todo esto él [uno de los
paganos] me pidió en mi turno explicar los misterios principales de la religión
Cristiana, prometiendo guardarlos secreto. Y respondí, que no le diría ninguna
palabra sobre ellos sino me prometiera antes publicarlos por todas partes
[decirlos a todos] que le diría de la religión de Jesucristo. Él hizo la promesa, y
entonces expliqué cuidadosamente a él aquellas palabras de Jesucristo en que
nuestra religión es resumida: ‘Él que creyere y fuere bautizado será salvo’
(Marco 16:16).”dxxv[525]

ROMANOS 5 Y 6

En Romanos capítulos 5 y 6 encontramos a San Pablo explicando como hombres se


nacen en el estado de pecado original, porque el pecado del primér hombre, Adán, ha
causado a sus descendentes nacer desprovistos del estado de gracia. San Pablo además
explica que Cristo nos reconcilia a Dios, remove nuestro Pecado Original y nos hace
miembros de la familia de Dios. En Romanos 6:2, San Pablo dice que Cristianos ya
están muertos al pecado. Y en Romanos 6:3, San Pablo explica como ha sido
efectuado esta muerte al pecado.

Romanos 6:3-4 “¿O no sabéis que todos nos que somos


bautizados en Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte?
Porque somos sepultados juntos con Él a la muerte por el
bautismo.”

En este lenguaje muy fuerte, San Pablo y la infalible palabra de Dios identifican el
Sacramento de Bautismo como el medio por cual alguno ha muerto al pecado.
También identifican el Sacramento de Bautismo como el medio por cual alguno es
incorporado en Cristo Jesús.

EL CONCILIO DE TRENTO CONFIRMA ROMANOS 6:4

Según la declaración infalible de San Pablo en la Sagrada Escritura, la Iglesia


Católica ha definido que no hay ninguna condenación en ellos que son sepultados
juntos con Cristo por el Sacramento de Bautismo a la muerte.

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, De Pecado Original, Sesión


V, ex cathedra: “Porque sino un hombre renaciere de agua y el
Espíritu Santo, él no puede entrar al reino de Dios [Juan 3:5]...
Porque en ellos que son renacidos, Dios no odia nada, porque
‘no hay ninguna condenación, a los que son verdaderamente
sepultados juntos con Cristo por bautismo a la muerte’
(Rom. 6:4)...”dxxvi[526]

Y aquí hay un otro Concilio regional que, aunque no dogmático, enseña la misma
verdad que la declaración dogmática arriba: a saber, que sólo por ser sepultado por el
Sacramento de Bautismo a la muerte, se puede esperar tener remisión de pecado,
incorporación en Cristo y salvación.

San Remigio, Obispo de Lyons, Concilio de Valence III, 855, Can. 5: “Asimismo
creemos que debemos mantener más firmemente que toda la multitud de los fieles,
regenerada ‘de agua y el Espíritu Santo’ (Juan 3:5), y por esto verdaderamente
incorporada en la Iglesia, y según la doctrina apostólica bautizada en la
muerte de Cristo (Rom. 6:3), en Su sangre ha sido absuelta de los
pecados...”dxxvii[527]

1 CORÍNTIOS 12:13

1 Coríntios 12:13- “Porque en un Espíritu fuimos todos


bautizados en un cuerpo, o Judíos o Griegos, o siervos o
libres; y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.”

Aquí vemos a San Pablo y la palabra de Dios enseñando vigorosamente que alguno
se viene en contacto con el Cuerpo de Cristo y el Espíritu Santo por el Sacramento de
Bautismo.

EL CONCILIO DE TRENTO CONFIRMA 1 COR. 12:13 - NO BAUTISMO DE AGUA, NO


MIEMBRO DEL CUERPO

Basado en este mismo texto [“Porque en un Espíritu fuimos todos bautizados en un


cuerpo”], la Iglesia Católica enseña infaliblemente que sólo por el Sacramento de
Bautismo es uno incorporado en el Cuerpo de la Iglesia.

Papa Julio III, Concilio de Trento, sobre los Sacramentos de Bautismo y


Penitencia, Ses. 14, Cap. 2, ex cathedra: “... la Iglesia no ejerce juicio sobre nadie
que no la ha entrado antes por la puerta del bautismo. Porque ¿qué me va a mí en
juzgar a los que están fuera? (1 Cor. 5:12), dice el Apóstol. Es diferente para ellos
del hogar de la fe, quienes Cristo el Señor por el lavacro de bautismo una vez
ha hecho ‘miembros de su propio cuerpo’ (1 Cor. 12:13).”dxxviii[528]

Es un dogma, basado en 1 Coríntios, que los que no han recibido el lavacro de


bautismo están “fuera” la Iglesia; no son “miembros de Su cuerpo”; no son “del hogar de la
fe”; y la Iglesia no ejerce ningún “juicio” sobre ellos. Ya he tratado de la significación
profunda de esta declaración dogmática en sección 7 sobre “Sujeción al Pontífice
Romano,” pero repetiré eso aquí muy brevemente para el lector. Es de fide que toda
criatura humana debe ser sujeto a la Iglesia para ser salvo, porque toda criatura
humana debe ser sujeto al Pontífice Romano para ser salvo.

Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 Nov. 1302, ex cathedra:


“Además, declaramos, decimos, definimos, y proclamamos a toda criatura
humana que ellos de necesidad absoluta para la salvación son enteramente
sujetos al Pontífice Romano.”dxxix[529]

Y si la definición de Trento arriba sobre 1 Cor. 12:13 prueba que nadie puede ser
sujeto a la Iglesia sin bautismo de agua (como sí hace), esto signífica que nadie puede
ser salvo sin bautismo de agua. Todas personas son hechos sujetos a la Iglesia (y por
siguiente al Pontífice Romano) solamente por recibir el Sacramento de Bautismo.

Papa León XIII, Nobilissima (# 3), 8 Feb. 1884:


“La Iglesia ... es por siguiente obligada a vigilar minuciosamente sobre la
enseñanza y educación de los niños puestos bajo su autoridad por
bautismo...”dxxx[530]

GÁLATAS 3 - FE ES BAUTISMO

En Gálatas 3 encontramos uno de las partes más famosas de la enseñanza de San


Pablo sobre fe.

En Gálatas 3:23 él dice: “Empero antes que vinió la fe...”


En versículo 24 él dice: “para que fuésemos justificados por fe...”
En versículo 25 él dice: “Pero después que la fe ha venido...”
En versículo 26 él dice: “Porque todos sois hijos de Dios por fe, en Cristo Jesús.”

Pero ¿qué quiere decir San Pablo aquí por esta discusión extendida sobre “fe”?
¿Qué quiere decir él cuando dice, “Porque todos sois hijos de Dios por fe, en Cristo Jesús”?
La mayoría probablemente piensan que San Pablo habla aquí de creer que Jesús es el
Hijo de Dios. Esto, por supuesto, es indispensable, mas ¡no es aun mencionado por San
Pablo! Al contrario, San Pablo explica exactamente que él quiere decir por “fe en Cristo
Jesús” – muy naturalmente en la corriente de su epístola – en el mismo próximo
versículo (versículo 27).

Gálatas 3:27: “Porque todos vosotros que habéis sido


bautizados en Cristo, de Cristo os habéis vestido. No hay
Judío ni Griego; no hay siervo ni libre; no hay varón ni
hembra. Porque todos sois uno en Cristo Jesús.”

Este capítulo de la Escritura muy interesante debería dar un mensaje a Protestantes


y Católicos mismos. San Pablo y la palabra de Dios enseñan claramente lo que ha
mantenido la Iglesia Católica por 2000 años: que es por medio del Sacramento de
Bautismo de alguno recibe fe. Eso es porque el Sacramento de Bautismo ha sido
llamado desde tiempos apostólicos, “el Sacramento de Fe,” como ya fue mencionado
en la sección sobre “La Una Iglesia de los Fieles.” Y eso es porque solo los bautizados
de agua son llamados los fieles.

San Ambrosio, (4to Siglo) Obispo y Doctor de la Iglesia:


“... porque en el Cristiano lo que viene primero es fe. Y en Roma por esta
razón los que han sido bautizados son llamados los fieles (fideles)... fue
porque creisteis que recibisteis el Bautismo.”dxxxi[531]

San Agustín (+405): “Eso es porque [en Bautismo] respuesta es


hecha que el párvulo cree, aunque ya no tiene ninguna
conciencia de fe. Respuesta es hecha que tiene fe por causa
del Sacramento de fe (Bautismo).”dxxxii[532]

San Agustín (+405): “Aunque el párvulo ya no tiene esa fe que


reside en la voluntad de creyentes, el Sacramento de ésa
misma fe ya le hace uno de los fieles. Puesto que respuesta es
hecha que ellos creen, son llamados fieles no por algún
asentimiento de la mente a la cosa misma sino por recibir el
sacramento de la cosa misma.”dxxxiii[533]

Por consiguiente, San Pablo estaba enseñando en Gálatas 3 que el Sacramento de


Bautismo es certeza entera de fe en Cristo Jesús, porque sin él no tienes la fe y no estás
entre los fieles.

EL CONCILIO DE TRENTO CONFIRMA GÁL. 3, QUE FE = BAUTISMO

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Cap. 7 sobre la


Justificación, ex cathedra: “... la causa instrumental [de
Justificación] es el Sacramento de Bautismo, que es el
‘Sacramento de Fe,’ sin la cual ninguno ha logrado la
justificación jamás... Esta Fe, según la Tradición Apóstolica,
los Catecúmenos ruegan de la Iglesia antes del Sacramento de
Bautismo, cuando piden ‘fe que da vida eterna,’ (Rit. Rom.,
Ordo Baptismi).”dxxxiv[534]

TITO 3:5 - BAUTISMO NOS SALVA

En Tito 3:5 encontramos una de las más fuerte de todas las pasajes en la Sagrada
Escritura sobre la necesidad del Sacramento de Bautismo.
Tito 3:5- “No por obras de justicia, que nosotros hemos hecho, sino
por su misericordia, él nos salvó, por el lavacro de
regeneración, y renovación del Espíritu Santo...”

Aquí, San Pablo y la infalible palabra de Dios nos dicen que ¡el lavacro de
regeneración (el Sacramento de Bautismo) nos salva! Esto signífica que el agua (el
lavacro) y el Espíritu (renovación del Espíritu Santo) en el Sacramento de Bautismo es
el medio por cual somos justificados y salvos.

Lo que es muy interesante sobre este pasaje es que la palabra de Dios nos dice que
no es “por las obras de justitia que nosotros hemos hecho” que somos salvos. En otras
palabras, no es por nuestro deseo o nuestra sangre o nuestra contrición que somos
salvos, sino por el Sacramento mismo que Cristo instituyó (el lavacro de regeneración y
renovación del Espíritu Santo).

EL CUARTO CONCILIO DE LETRÁN DEFINE LA VERDAD DE TITO 3:5

Papa Inocente III, Cuarto Concilio de Letrán, ex cathedra: “Pero el sacramento de


bautismo es consagrado en agua a la invocación de la Trinidad indivisa – a
saber, Padre, Hijo y Espíritu Santo – y trae salvación a ambos niños y adultos
cuando es hecho correctamente por alguien en la forma especificada por la
Iglesia.”dxxxv[535]

San Agustín (+412): “Es algo excelente que los Cristianos Punicos llaman
Bautismo mismo nada diferente de salvación... ¿De dónde se derive esto?
excepto de una antigua y, como supongo, apostólica tradición...”dxxxvi[536]

San Fulgencio (+512): “Porque él es salvo por el Sacramento de


Bautismo...”dxxxvii[537]

EFÉSIOS 4:5 – Un Espíritu – Un Cuerpo – Una Fe – Un Señor – Un Bautismo.

Efésios 4:3-6: “Solícitos a guardar la unidad del Espíritu en el


vínculo de paz. Un cuerpo y un Espíritu; como sois llamados
en la esperanza de vuestra vocación. Un Señor, una fe, un
bautismo. Un Dios y Padre de todos...”

Aquí San Pablo (en la infalible palabra de Dios) describe la unidad en la Iglesia de
Jesucristo. Y ve la lista que él da: Un Señor, Una Fe, Un Dios, Un Padre. Y situado
inmediatamente allí con “Señor” y “Fe” y “Dios” y “Padre” es Bautismo. Esto nos dice
que San Pablo ve Bautismo como lleno de importancia; de hecho, como teniendo una
importancia en función de la unidad del Cuerpo de Cristo equivalente a cosas que
nadie puede disputar: un Señor, una Fe, un Dios. Esto es porque es por este Bautismo
que somos unidos a Dios y al Cuerpo de la Iglesia. Negar que los miembros del
Cuerpo de Cristo tienen este uno Bautismo es equivalente a negar que tienen un Señor
y una Fe.

San Jerónimo (+386): “El Señor es uno y Dios es uno... Además la fe es dicha
ser una... Y hay un bautismo, porque es en una y la misma manera que somos
bautizados en el Padre y en el Hijo y en el Espíritu Santo.”dxxxviii[538]

Lo interesante sobre esta citación de San Jerónimo es que él hace notar que el “un
bautismo” compartido por todos en la Iglesia (según Efésios 4:5) no es simplemente
uno en términos del número de bautismos, sino es “uno” en relación a la manera en
que todos han sido bautizados: todos han sido bautizados en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo en el Sacramento.

Y tan esenciál y inextricablemente unida con la Fe Cristiana es la necesidad del


Sacramento de Bautismo que San Aphraates, el más antiguo de los Padres Syrianos,
escribió en 336:

“Esto, entonces, es fe: que un hombre cree en Dios ... Su


Espíritu ... Su Cristo ... También, que un hombre cree en la
resurrección de los muertos; y además, que cree en el
Sacramento de Bautismo. Esta es la creencia de la Iglesia de
Dios.”dxxxix[539]

EL CONCILIO DE VIENNE CONFIRMA LA VERDAD DE EF. 4:5

Papa Clemente V, Concilio de Vienne, Decreto # 30, 1311-1312, ex


cathedra:
“... una Iglesia universal, fuera de que no hay ninguna salvación, para todos
quienes hay un Señor, una fe, y un bautismo...”dxl[540]
Papa Clemente V, Concilio de Vienne, 1311-1312, ex cathedra: “Además, un
bautismo que regenera a todos que son bautizados en Cristo debe ser fielmente
confesado por todos asimismo que ‘un Dios y una fe’ [Ef. 4:5], que celebrado
en agua en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo creemos ser
comunmente el perfecto remedio de salvación para adultos como para
niños.”dxli[541]

Vemos que todos que son parte de la Iglesia Católica tienen el uno Bautismo de
agua.

HECHOS 2 Y EL PRIMÉR SERMÓN PAPAL


En Hechos capítulo 2 encontramos la escena de Pentecostés, el día natal de la
Iglesia del Nuevo Testamento. Y allí encontramos recordados muchos sucesos
extraordinarios, incluyendo el primér sermon en la Iglesia del Nuevo Testamento por
el primér Papa, San Pedro.

Hechos 2:37-38- “Entonces oído esto, fueron compungidos de


corazón, y dijeron a Pedro, y a los otros apóstoles: Varones
hermanos, ¿qué haremos? Mas Pedro les dijo: Hagad
penitencia, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para el perdón de los pecados; y recibiréis el
regalo del Espíritu Santo.”

Aquí vemos la palabra de Dios y el primér papa enseñando la necesidad del


Sacramento de Bautismo para la remisión de pecados, como proclamada en el preciso
primér sermón en la Iglesia Católica.

EL CREDO NICENO-CONSTANTINOPOLITANO CONFIRMA HECHOS 2

Conforme a esta declaración infalible de la palabra de Dios, que se debe recibir el


Sacramento de Bautismo para la remisión de pecados, la Iglesia Católica ha definido
que hay un bautismo dado para la remisión de pecados.

El Credo Niceno-Constantinopolitano, ex cathedra:


“Confesamos un bautismo para la remisión de
pecados.”dxlii[542]

HECHOS 16 – EL CARCELERO Y TODO SU CASA SON BAUTIZADOS


INMEDIATAMENTE DESPUÉS QUE ÉL PREGUNTA QUE DEBERÍA
HACER PARA SER SALVO

Hechos 16:26-33: “Entonces fue hecho de repente un gran terremoto, de


tal manera que los cimientos de la cárcel se movían; y inmediatamente
todas las puertas se abrieron, y las prisiones de todos soltaron. Y
despertado el carcelero, como vió abiertas las puertas de la cárcel,
sacando la espada se quería matar, pensando que los presos se habían
huido.
“Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal; que
todos estamos aquí. Él entonces pidiendo luz, entró dentro, y
temblando, derribóse a los pies de Pablo y de Silas. Y sacándolos fuera,
les dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo? Y ellos
dijeron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo tú, y tu casa. Y le
predicaron la palabra del Señor, y a todos los que estuvieron en su casa.
Y tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó los azotes; y
fue bautizado él, y toda su casa inmediatamente.”

Lo interesante sobre este capítulo es lo que el autór de los Hechos de los Apóstoles,
San Lucas, decidió incluir. Al dar el relato del carcelero que fue convertido
milagrosamente después del terremoto en la prisión, San Lucas da solamente las
detalles más breves – las partes más necesarias del cuento. San Lucas anota que el
carcelero preguntó a Pablo y Silas que es menester que haga para ser salvo. San Lucas
anota vuestra respuesta muy breve: “Cree en el Señor Jesús, y serás salvo tú, y tu casa.”
Mas nota que San Lucas, antes de pasar a otro tema, se asegura de mencionar que el
carcelero y toda su casa fueron bautizados inmediatamente. Esto nos muestra otra
vez que recibir bautismo es necesario para todos para la salvación. El hecho que el
carcelero y su familia fueron bautizados inmediatamente fue un detalle que San Lucas
consideró crítico para incluir en un cuento sobre las cosas esenciáles que el carcelero y
su familia tenían que hacer para ser salvos.

1 PEDRO 3:20-21 - BAUTISMO DE AGUA Y LA ARCA

1 Pedro 3:20-21: “... cuando una vez esperaban la paciencia de


Dios en los días de Noé, cuando se aparejaba la arca; en la
cual pocas, eso es, ocho almas fueron salvas por agua. Al
cual bautismo siendo de la misma forma, ahora os salva
también...”

Esta es también una de las pasajes más fuertes de toda la Sagrada Escritura sobre la
necesidad del Sacramento de Bautismo. Nota la fuerza de la aseveración de San Pedro
aquí. El bautismo ahora os salva. Y él habla de Bautismo de Agua (el Sacramento),
por supuesto, porque ¡él atrae una analogía entre los aguas del Bautismo y los aguas
del Diluvio! San Pedro compara recibir el Sacramento de Bautismo de Agua a estar en
la arca de Noé. Como nadie escapó la muerte física fuera de la arca de Noé en el
tiempo del diluvio (solamente ocho almas sobrevivieron el diluvio por estar plantadas
firmemente en la arca), ¡asmismo ahora nadie evita la muerte espiritual o es salva de
pecado original sin el Sacramento de Bautismo!

PAPA BONIFACIO VIII CONFIRMA LA ARCA - BAUTISMO DE AGUA - DILUVIO


CONEXIÓN DE 1 PEDRO 3

Como dice San Pedro en 1 Pedro 3:20-21, que en los días de Noé ocho almas fueron
salvas del agua por subir a la arca, y ahora el Sacramento de Bautismo siendo de la
misma forma (esa es, de agua) ahora nos salva también, asimismo la Iglesia Católica ha
definido como un dogma que entrar en la Iglesia es tan necesario para la salvación
como estar en la arca fue necesario para salvarse de la muerte. Y la unica manera de
entrar la Iglesia es por el uno bautismo de agua.

Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 Nov. 1302, ex cathedra:


“el uno cuerpo místico ... Y en esto, ‘un Señor, una fe, un
bautismo’ (Ef. 4:5). Ciertamente Noe tuvo una arca en el
tiempo del diluvio, prefiguranda una Iglesia... fuera de que
leemos que todo viviente en la tierra fue destruido ... el cual
cuerpo él llamó el ‘Solo uno’ a saber, la Iglesia, por causa de la
unidad de la esposa, la fe, los sacramentos, y la caridad de la
Iglesia.”dxliii[543]

Nota como Papa Bonifacio VIII define la unidad de la Iglesia como la unidad de
“los sacramentos,” que signífica que nadie puede estar dentro de la Iglesia sin haber
recibido por lo menos el primero de los sacramentos: el Bautismo.

San Maximo el Confesor (+ c. 620): “El diluvio de aquellos días fue, como digo,
una Figura de bautismo. Porque eso fue prefigurado entonces que ahora es
cumplido; eso es, asimismo que cuando los fuentes de agua inundaron,
iniquidad fue puesto en peligro, y justicia sola reinó: pecado fue arrasado en el
abismo, y santidad elevado al cielo. Entonces, como dije, eso fue prefigurado
que ahora es cumplido en la Iglesia de Cristo. Porque como Noé fue salvo en
la Arca, mientras la iniquidad de hombres fue ahogado en el Diluvio,
asimismo por los aguas de bautismo la Iglesia está portada cerca del
cielo...”dxliv[544]

22. Otras Consideraciónes Escriturales


Además de la enseñanza infalible del Magisterio Católico, hay varias otras cosas de
la Sagrada Escritura que son interesantes para considerar en relación al presente tema.

EL BAUTISMO DE DIOS

Al fin de la Misa en el Rito Romano es recitado el Último Evangelio. Estas palabras


profundas encontradas en el primér capítulo del Evangelio de San Juan son muy
poderosas, pegando al lector por las profundidades de su sabiduría y sentido. Está en
estas mismas palabras que encontramos un argumento provocativo contra bautismo de
deseo:

Juan 1:12-13- “Mas a todos que Le recibieron, les dió potestad de ser
hechos hijos de Dios; a los que creen en Su nombre: LOS CUALES
SON NACIDOS, NO DE SANGRE, NI DE LA VOLUNTAD
DE LA CARNE, NI DE LA VOLUNTAD DEL HOMBRE,
SINO DE DIOS.”

El contexto del pasaje trata de “llegar a ser los hijos de Dios,” lo que San Pablo
llamó “adopción de hijos” (Rom. 8:15). Esto es el término teológico y escritural para la
Justificación, el estado de gracia santificante (Trento, Ses. 6, Cap. 4).dxlv[545] El término
signífica la transición de ser un hijo de Adán (el estado de pecado original) a llegar a
ser un hijo adoptado de Dios (el estado de gracia santificante). Papa San León el
Grande, de hecho, confirma que este pasaje del Evangelio de San Juan habla de llegar a
ser un hijo de Dios por el Sacramento de Bautismo.

Papa San León el Grande, Sermón 63: De la Pasión (+ c. 460


A.D.): “... desde el nacimiento de bautismo una multitud
interminable se nace a Dios, de la cual es dicho: Los cuales son
nacidos, no de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la
voluntad del hombre, sino de Dios (Jn. 1:15).”dxlvi[546]

Pues mientras que Dios, por San Juan, está describiendo el “renacimiento” de
hombre al estado de gracia en Bautismo, Él habla de los que son nacidos, “NO DE
SANGRE, NI DE LA VOLUNTAD DE LA CARNE, NI DE LA VOLUNTAD DEL
HOMBRE, SINO DE DIOS”! La “voluntad de la carne” es deseo. La “voluntad del
hombre” es deseo. “Sangre” es sangre. En mi opinión, lo que Dios dice aquí en este
mismo versículo es que para llegar a ser un hijo de Dios – para ser justificado – no es
suficiente ser renacido de sangre o deseo (i.e., bautismo de sangre o deseo). Se debe ser
renacido de Dios. La única manera de ser renacido de Dios es ser bautizado con agua
en el nombre de Dios: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mt.
28:19).

JUAN 3:5 CONTRA JUAN 6:54

Algunos escritores han intentado refutar una interpretación literal de Juan 3:5 por
apelar a las palabras de Nuestro Señor en Juan 6:54: “Amen, amen os digo: Excepto
comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vos.” Ellos
arguyen que el lenguaje en este versículo es el mismo que en Juan 3:5, y sin embargo la
Iglesia no entiende Juan 6:54 literalmente – porque infantes no necesitan recibir la
Eucaristía para ser salvos. Pero el argumento se falla porque a los propugnadores de
este argumento se les escapaba una diferencia crucial en la redacción de estos dos
versículos.

Juan 6:54- “Amen, amen os digo: EXCEPTO (VOSOTROS)


comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre,
no tendréis vida en vos.”
Juan 3:5- “Amen, amen te digo, SINO UN HOMBRE renaciere
de agua y el Espíritu Santo, él no puede entrar al reino de
Dios.”

Nuestro Señor Jesucristo, hablando sobre la necesidad de recibir la Eucaristía en


Juan 6:54, no dice: “sino un hombre comiere la carne del Hijo de hombre...” Dice:
“Excepto (vosotros)...” Sus palabras, por lo tanto, son claramente dirigidas a las
personas a quienes estaba hablando, no a todo hombre. Porque las personas a quienes
estaba hablando podrían a la larga recibir la Eucaristía, deberían hacerlo para ser
salvos. Esto aplica a todos que pueden recibir la Eucaristía, eso es, todos que oyen ése
mandato y pueden cumplirlo, el cual es lo que enseña la Iglesia. Mas en Juan 3:5,
Nuestro Señor inequívocamente habla de todo hombre. Esto es porque la enseñanza
magistral de la Iglesia Católica, en toda instancia misma en que ha tratado de Juan 3:5,
lo ha entendido según está escrito.

La diferencia en la redacción de estos dos versículos verdaderamente muestra la


inspiración sobrenatural de la Biblia y la necesidad absoluta de bautismo de agua para
todo hombre.

23. Toda Verdadera Justicia y las Causas de


Justificación
TODA VERDADERA JUSTICIA SE ENCUENTRA CON LOS
SACRAMENTOS (de fide)

En el Prólogo a Ses. 7 del Decreto del Concilio de Trento sobre los Sacramentos hay
una declaración muy importante.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 7, Prólogo, ex cathedra:


“Para la terminación de la saludable doctrina de Justificación...
ha parecido apto tratar de los más santos sacramentos de la
Iglesia, por los cuales toda verdadera justicia o empiece, o
siendo empezada sea aumentada o siendo perdida sea
restaurada.”dxlvii[547]

El Concilio de Trento define aquí que toda verdadera justicia (gracia santificante) o
empiece o sea aumentada o sea restaurada por los sacramentos. Yo repito, toda
verdadera justicia o empiece o sea aumentada o sea restaurada por los sacramentos.
Esto signífica que toda verdadera justicia debe ser por lo menos uno de los tres:
empezada por los sacramentos, aumentada por los sacramentos o restaurada por los
sacramentos. ¡Mas el teoría de bautismo de deseo es que algunas personas pueden
tener una verdadera justicia (gracia santificante) que es ninguno de los tres arriba!
Ellos arguyen que algunas personas pueden tener justicia verdadera que es: 1) no
empezada por los sacramentos, sino antes; y tampoco 2) no aumentada por los
sacramentos (porque la persona muere antes de irse a los sacramentos); y 3) no
restaurada por los sacramentos (por la misma razón que # 2). Por lo tanto, el teoría de
“bautismo de deseo” propone una verdadera justicia que no es empezada ni
aumentada ni restaurada por los sacramentos. Mas tal idea es contrario a la enseñanza
arriba de Trento, y por siguiente tal “verdadera justicia” que ellos proponen no puede
ser verdadera justicia. Esto muestra otra vez que bautismo de deseo no es una
verdadera enseñanza, sino una falsa enseñanza espolvoreada de contradicciónes contra
verdades infalibles como la arriba.

San Ambrosio (+ 390): “... cuando el Señor Jesucristo estaba a punto de darnos
la forma de bautismo, Él vinió a Juan, y Juan le dijo a Él: Yo debería ser bautizado
de tí, ¿y vienes a mí? Y Jesus respondiendo le dijo: Súfrelo estar así para ahora.
Porque así nos conviene cumplir toda justicia (Mt. 3:14-15). Ved como toda justicia
apoya sobre bautismo.”dxlviii[548]

LAS CAUSAS INSTRUMENTAL Y EFICIENTE DE JUSTIFICACIÓN

Hemos visto como el Concilio de Trento define que el Sacramento de Bautismo es


necesario para la salvación. Hemos visto como, en toda instancia misma (eso es,
cuatro), el Concilio de Trento infaliblemente declara que Juan 3:5 aplica literalmente y a
todo hombre. Hemos visto como aun el pasaje que propugnadores de bautismo de
deseo piensan equivocadamente favorecer su posición (Ses. 6, Cap. 4), en realidad
excluye bautismo de deseo por declarar que Juan 3:5 debe ser entendido según está
escrito. Ahora trataré brevemente de dos otros puntos en este venerable Concilio.

En Ses. 6, Cap. 7, el Concilio de Trento define cuales son las causas de Justificación
en los impíos. Justificación es el término para el estado de gracia santificante. Si deseo
o sangre fuera una causa de Justificación, como arguyen los propugnadores de
bautismo de deseo, entonces pensarías que serían mencionados en el capítulo sobre las
Causas de Justificación, ¿no? ¿Porque no está mencionado ninguno en Capítulo 7
sobre las causas de Justificación?

Lo que sí encontramos mencionado es que el Sacramento de Bautismo es la causa


instrumental de Justificación.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Cap. 7, ex cathedra:


“... la causa instrumental [de Justificación] es el Sacramento
de Bautismo, el cual es ‘el Sacramento de Fe;’ sin la cual
ninguno es justificado jamás...”dxlix[549]
En este Capítulo, el Concilio de Trento listó en total 5 causas de Justificación, cuatro
de cuales son Dios o los atributos de Dios, y una de las cuales (el instrumento de ésa
Justicia) es el Sacramento de Bautismo.

Si fueran excepciónes a la verdad que el Sacramento de Bautismo es la causa de


Justificación en los impíos, como afirman los propugnadores de bautismo de deseo,
entonces las excepciónes habrían sido incluidas por el Concilio, asimismo que el
Concilio específicamente declaró en su decreto sobre Pecado Original que María no fue
incluida en su definición sobre Pecado Original.

Concilio de Trento, Ses. 5, #6: “Este santo Sínodo sin embargo


declara que no es su intención incluir en este decreto, donde
está tratado el pecado original, la bendita y inmaculada
Virgen María...”dl[550]

La Virgen María es excluida también en Ses. 6 de Trento por el contexto, porque el


entero decreto en Ses. 6 trata de la Justificación del impío/pecador. El contexto de los
“impíos,” pues, no incluye a María porque ella nunca fue impía - estaba siempre en un
estado de santificación perfecta. Pero el punto es que el Concilio necesitó especificar
que María no fue incluida en su definición sobre Pecado Original en Ses. 5 y hizo así,
demostrando de este modo que si sean algunas excepciónes a una declaración
dogmática siempre serán mencionadas en el decreto; porque una declaración
infalible no puede declarar lo que es falso.

Además, mira lo que dice el Concilio de Trento sobre la causa eficiente de


Justificación en los impíos.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Cap. 7, ex cathedra:


“... la causa eficiente [de Justificación] es un Dios
verdaderamente misericordioso quien gratuitamente ‘lava y
santifica’, ‘signando y ungiendo con el Espíritu Santo...”dli[551]

Esto es muy interesante. Trento define aquí que la causa eficiente de Justificación
en los impíos es Dios que lava y santifica, signando y ungiendo. Nota el término
signando. Este término (signando) es una clara referencia al carácter o marca del
Sacramento de Bautismo; porque el “signo” de Bautismo viene solamente con el
Sacramento de Bautismo, como todos admiten. Cito a P. Laisney de la SSPX otra vez.

P. Francisco Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 9: “Bautismo de Deseo no es


un sacramento... no produce el carácter sacramental.”

Por siguiente, si Trento defina que la causa eficiente de Justificación es Dios que
signa, esto signífica que la causa eficiente de Justificación es Dios que nos signa en el
Sacramento de Bautismo. Y no se puede tener el efecto (Justificación) sin la causa (Dios
signando en el Sacramento de Bautismo).

24. Católicos Deben Creer y Profesar que el Sistema


Sacramental en total es Necesario para la Salvación (de
fide)
Un otro aspecto muy importante a este tema es la Dogmática Profesión de Fe
publicado por el Concilio de Trento y por Concilio Vaticano I. Ambos Concilios
declararon infaliblemente que el Sistema Sacramental en total es necesario para la
salvación, y esta verdad debe ser profesada y creida por todos Católicos y por
conversos.

Papa Pío IV, “Iniunctum nobis,” 13 Nov. 1565, ex cathedra: “Yo


profeso también que hay verdaderamente y propiamente
siete sacramentos de la Ley Nueva instituidos por Jesucristo
nuestro Señor, y necesarios para la salvación de la
humanidad, aunque todos no son necesarios para cada
individuo...”dlii[552]

Nota que Papa Pío IV en “Iniunctum nobis,” la Profesión de Fe del Concilio de


Trento, declara que “los sacramentos” como tal (i.e., el sistema sacramental en total) son
necesarios para la salvación del hombre, mas añade que todos no son necesarios para
cada individuo. Esto es muy interesante y prueba dos puntos:

1) Prueba que todo hombre debe recibir por lo menos un sacramento para ser salvo;
de lo contrario, “los sacramentos” como tal (i.e. el sistema sacramental) no podrían ser
dichos necesarios para la salvación. Por lo tanto, esta definición (además de las otras)
muestra que todo hombre debe recibir por lo menos el Sacramento de Bautismo para
ser salvo.

2) Nota que el Concilio de Trento (y Vaticano I abajo) hizo un punto especial al


definir esta verdad enfatizar que ¡cada persona no necesita recibir todos los
sacramentos para ser salvo! ¡Esto prueba que donde excepciónes o clarificaciónes son
necesarias al definir verdades los Concilios las incluyen! Por siguiente, si algunos
hombres pudieran ser salvos sin “los sacramentos” por “bautismo de deseo” entonces
el Concilio pudiera y sí haya dicho eso simplemente.

Pero nada sobre salvación siendo posible sin los sacramentos fue enseñado en estas
dogmáticas profesiónes de Fe. Al contrario, la verdad que los sacramentos son
necesarios para la salvación fue definida, con la limitación necesaria y correcta que
todos los 7 sacramentos no son necesarios para cada persona.
El Primero Concilio Vaticano repitió la misma Profesión de Fe, la cual es un dogma.
Él hizo esta Profesión en la misma primera declaración sobre Fe de Vaticano I.

Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, Ses. 2, Profesión de Fe, ex


cathedra: “Profeso también que hay siete sacramentos de la
nueva ley, verdaderamente y correctamete llamados así,
instituidos por nuestro Señor Jesucristo y necesarios para la
salvación, aunque cada persona no necesita recibir
todos.”dliii[553]

Por muy arduamente alguno se esfuerze evitarlo, “bautismo de deseo” es


incompatible con esta verdad, una verdad que debe ser profesada y creida por
Católicos y por conversos de herejía. De hecho, este dogma destruye el teoría de
bautismo de deseo.

P. Francois Laisney (Creyente en Bautismo de Deseo), ¿Es Feeneyismo Católico?,


p. 9: “Bautismo de Deseo no es un sacramento... no produce el carácter
sacramental.”

25. San Isaac Jogues y San Francisco Javier Contra


Ignorancia Invencible y sobre la Necesidad de
Bautismo
En esta obra sobre Fuera la Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación y la
Necesidad del Sacramento de Bautismo, no podría omitir una sección sobre las vidas
increibles de dos de los más ilustres misioneros en la historia de la Iglesia, San Isaac
Jogues (misionero del 17imo siglo a los Salvajes Norteamericanos) y San Francisco Javier
(misionero del 16avo siglo al Oriente). Las tribulaciónes de San Isaac Jogues para traer el
Evangelio a los salvajes Norteamericanos, y el increible éxito de San Francisco Javier al
traer el Evangelio a India, Japón y las locales por ahí, son simplemente maravillosos.
Pero lo más obvio sobre ambas sus vidas es que fueron animados por exactamente los
mismos sentimientos y creencia en relación a los salvajes a quienes viajaban.
Ambos fueron absolutamente convencidos que todos los hombres y mujeres salvajes
sin excepción que murieron sin el saber de Jesucristo no serían salvos y serían perdidos
eternamente. Es, de hecho, imposible para una persona sincera leer las vidas de estos
misioneros y todavía creer en la idea de salvación para los “ignorantes invencibles,”
simplemente porque sus vidas ilustran más profundamente la enseñanza innegable de
toda la Tradición Católica que todas las almas que mueren ignorantes del Evangelio y
los misterios principales de la Fe Católica (la Trinidad y la Encarnación) son perdidas.
Toda idea que estas almas podrían ser salvos ignorantes de Cristo fue un mundo
extranjero a ellos, una vista retorcida y corrupta del mundo sobrenatural. Si ellos
hubieran creido en “ignorancia invencible” nunca hayan hecho lo que hicieron.
En sus vidas encontramos también sucesos notables relacionados a personas
recibiendo el Sacramento de Bautismo, sucesos que demuestran otra vez la verdad del
dogma recibido de Jesucristo Mismo: Sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu Santo,
él no puede entrar al Reino de Dios (Juan 3:5). Ya miraremos algunos sucesos y citaciónes
diferentes de sus vidas.

SAN ISAAC JOGUES CONTRA IGNORANCIA INVENCIBLE

San Isaac Jogues y sus compañeros estaban predicando el Evangelio a los más
salvajes de los paganos Norteamericanos en las áreas de Canada y Nueva York. Al
intentar traer el Evangelio (la Fe Católica) a este tipo de paganos, Isaac Jogues y sus
compañeros afrontaban penurias increibles y arriesgaban captura y tormentos
inconcebibles en las manos de los salvajes. Y esto es exactamente que pasó cuando San
Isaac Jogues, San Rene Goupil y compañeros fueron capturados por los salvajes
Iroquois en una jornada misionera en 1642:

La Vida de San Isaac Jogues, pp. 219, 221: “Los verdugos escogieron a Rene Goupil
por la próxima víctima. Ellos aserraron el pulgar de su mano derecha con una
cáscara de ostra. Tanta sangre salió a chorros que temieron que él muriera
[querían tormentarle más o canjearle]... Entonces se volvieron a Couture... Le
agujerearon a él con leznas y estacas puntiagudas, trincharon retazos de su
carne, le quemaron con teas y hierros brillandos, hasta que se cayó exánime
bajo sus crueldades... Uno de ellos descubrió [luego] que dos dedos de Couture
habían sido dejados intactos... Sobresaliendo de ira... empezó a aserrar el índice
de su mano derecha con el filo serrado de una cáscara. Él apretó con toda su
fuerza sobre la carne y la rasgó, pero no pudo partir los tendones... Frenético,
agarró el dedo y lo torció hasta que lo arrancó, arrastrando con él un tendón
tan largo como la palma.”dliv[554]

¿Pero porqué se sentían obligados San Isaac Jogues y sus compañeros a sujetarse a
la posibilidad de caer en las manos de estos salvajes? ¿Qué fue el propósito? La
respuesta es que supieron que no fue ninguna cosa como “salvación para los
ignorantes invencibles.” Supieron que si estos salvajes no vinieren a saber de Jesucristo
y la Trinidad (la Fe Católica) y ser bautizados ellos serían perdidos eternamente sin
cualquier duda.

La Vida de San Isaac Jogues, p. 197: “Ellos arrancaron a Ondessonk [San Isaac
Jogues] y le batieron con furia demente, con garrotes y mosquetes, sobre la
cabeza y los hombros, hasta que se hundió a la tierra. Le patearon y saltaron
sobre él hasta que fue insensato. Los cuatro Iroquois salieron, mas otros
siguieron la venganza sanguinaria. Dos hombres más jovenes, especialmente,
agarraron sus brazos y apretaron sus uñas entre las dientes. Se esforzaron y
arrastraron hasta que sacaron las uñas de sus fosas. Pusieron cada uno de sus
dedos en la boca y los molieron y trituraron con los dientes hasta que los
dedos fueron una jalea de sangre y carne y astillas de hueso.”dlv[555]
San Isaac Jogues y sus compañeros fueron expuestos a muchas otras cosas,
incluyendo frío inconcebible:

San Isaac Jogues: “De verdad, bajo la influencia de ése terrible odio de los
salvajes, yo sufría más que se puede decir del frío, del desprecio de los más
bajos de ellos, del furioso mal genio de las mujeres... Gran hambre, también,
tenía que aguantar. Porque casi toda la carne de venado, y por la caza ellos
comen casi nada más, fue ofrecida en sacrificio a los demonios, pasé muchos
dias sin comer... Yo sufría mucho del frío, in medio de las nieves profundas, sin
algo para vestirme excepto una capa corta y raída... Aunque ellos tenían
cueros de venado en abundancia, muchos de que no estaban usando, no me
daban ninguno. Unas veces, por una noche extremadamente amarga,
tiritando del frío, yo cogí uno de los cueros en secreto; tan pronto como ellos
lo descubrieron, se surgieron y lo quitaron de mí. Eso muestra que
terriblemente mucho ellos me odiaban... Mi piel fue hendida abierta del frío,
por todo el cuerpo, y me causaba dolor intenso.”dlvi[556]

Sin embargo, después de todo esto, ¡San Isaac Jogues todavía rehusó escapar de
estos salvajes cuando primeramente tuvo la oportunidad! Él quería remanecer y
bautizar a infantes muriendos, y instruir y bautizar a los adultos paganos que
escucharen. ¿Porque? Si él hubiera salido de la gente, ciertamente los que fueran
sinceros serían salvos por ser ignorantes “por ninguna propia culpa,” ¿no? Al fin y al
cabo, no habrían sido culpables si Isaac Jogues hubiera dicho que no pudo aguantar
esto nada más. ¡No! San Isaac supo que no era ninguna salvación para ellos sin la
presencia de la Iglesia bautizanda y el saber de la Fe Católica. La siguiente citación es
una de las más interesante que alguna vez se ve contra la idea heretica de salvación
para los “ignorantes invencibles.”

San Isaac Jogues: “Aunque, en toda probabilidad, yo podría escapar [de los
Iroquois] o por los Europeanos o por los otros salvajes viviendo alrededor de
nosotros, si lo deseaba, decidí vivir sobre esta crúz en que Nuestro Señor me
había puesto en compañia con Si Mismo, y morir con la ayuda de Su gracia...
¿Quién podría instruir a los prisioneros que estaban constantemente
atraidos? ¿Quién podría bautizarles cuando estaban muriendos, y
fortalecerles en sus tormentos? ¿Quién podría verter los sagrados aguas
sobre las cabezas de los niños? ¿Quién podría ocuparse de la salvación de los
adultos muriendos, y la instrucción de los en buena salúd? De veras, creo que
sucedió no sin una providencia singular de la Bondad Divina, que me caí en las
manos de estos mismos salvajes... Estos salvajes, tengo que confesar,
maldispuestamente y reaciamente me han perdonado la vida hasta ahora, por
la voluntad de Dios, para que así por mí, aunque indigno, ellos podrían ser
instruidos, podrían creer, y ser bautizados, cuantos que son preordenados
para la vida eterna.”dlvii[557]

¿Podría alguna declaración de un Santo refutar mejor la herejía de salvación para


los “ignorantes invencibles”? San Isaac sabía que los salvajes que no llegaban a saber
la Fe Católica y ser bautizados simplemente no fueron preordenados para la vida
eterna.
Romanos 8:29-30- “Porque a los que antes conoció, Él también predestinó para que
fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo: para que Él sea el primogénito
entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que
llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.”

Como Católicos, por supuesto, no creemos como el hereje Juan Calvin, que
mantenía una predestinación según la cual no importa que haga alguno él es
predestinado o al cielo o al infierno. Ésa es una herejía malvada. Al contrario, como
Católicos creemos en el verdadero entendimiento de predestinación, que es expresado
por San Isaac Jogues y Romanos 8 arriba. Este verdadero entendimiento de
predestinación signífica simplemente que el conocimiento previo de Dios de toda
eternidad se cerciora que los que son de buena voluntad y sinceros serán traídos a la fe
Católica y vendrán a saber lo que deben – y que todos que no son traidos a la fe
Católica y no saben lo que deben simplemente no fueron entre los elegidos.

Hay un otro cuento interesante en la vida de Jogues que confirma esto. Después de
tener mucho éxito al convertir a la gente de varios lugares, él y sus compañeros
empezaron a estar excluidos de todos los pueblos en una cierta sección de los salvajes
paganos. El diablo había convencido a los salvajes paganos en esta área – y la idea
estaba propagando – que la presencia de los misioneros fue la razón porque estaban
hambruna y enfermedad entre ellos. Por lo tanto, siendo totalmente agotados y
excluidos de cada choza en la área, y helando del frío y muriendo por un lugar para
descansarse y calentarse, continuamos el cuento:

La Vida de San Isaac Jogues, pp. 145-146: “...vagando de lugar a lugar, y en todos
encontrando golpes y amenazas y odio, Jogues y Garnier vinieron a un pequeño
racimo de cabañas en el corazón de las colinas. Ambos fueron agotados por la
terrible exposición al frío y por la carencia de comida. Se forzaron si mismos
sobre una de las cabañas y fueron recibidos a regañadientes. Jogues se sentió
febril y enfermo por todo el cuerpo. Él no pudo moverse de su colchoneta.
Entonces vino un mensajero de uno de los pueblos en que ellos habían sido
acogidos por su venida a la tierra Petun. El corredor les dijo que algunos de las
personas que estaban enfermos les rogan regresar.
“Fue una llamada de Dios. Ellos no podrían no obedecerla. Para completar
la viaje de treinta y cinco millas en luz del día, empezaron a las tres de la
mañana. Todo el campo fue pálido de nieve en el amanecer, y el aire de las
montañas fue dolorosamente frío. Jogues ya estaba agarrado por la fiebre y
inestable sobre sus pies. Patinaban laboriosamente sus raquetas de nieve sobre
la costra crepitanda de la nieve helada. Frecuentemente, se paraban por aliento
en agotamiento insoportable.
“Pero tenían que abreviar los descansos, por temor que se morieran del frío.
Su unica comida, un terrón de pan de maíz aproximadamente del tamaño del
puño, fue tan duro como hielo. Llegaron al pueblo a altas horas de la noche,
cubiertos de sudor y aun medio-helados, ellos dijeron. Los enfermos ya
estaban vivos. Ellos fueron bautizados. ‘Algunas almas erradas del camino
aquí y allí, quienes son puestos por el camino al cielo cuando están a punto
de ser tragadas del infierno,’ fue su comentario, ‘merecen mil veces más que
estos trabajos, porque estas almas han costado al Salvador del mundo mucho
más que éso.’”dlviii[558]

Como dice San Isaac Jogues, él sabía que si él no llegara a estas personas, instruirles
y bautizarles serían “tragadas del infierno.” Eso es porque se forzó a si mismo en el
mismo momento que había encontrado un poco de descanso y calor hacer la viaje de
treinta y cinco millas, aunque él estaba padeciendo hambre, helando y agotado – una
viaje que casi le mató. Hay un otro cuento interesante que ilustra la misma verdad.

“Cuando el amanecer goteó a través de los abetos, ellos [Jogues y Garnier]


salieron por el sendero, ya cubierto de nieve. Alguna distancia adelante,
allende un campo libre, notaron unas cabañas. Las familias, ellos encontraron,
ya estaban abandonando las chozas y saliendo al pueblo Petun más cerca,
porque no tenían ni maíz ni cualquier otra comida... Ellos [Jogues y Garnier] se
juntaron al grupo y viajaron todo el día... ‘No tuvimos ningún plan particular
de irse a este pueblo [que nombremos] Santo Tomás en vez de algún otro,’
ellos notaron, ‘mas porque habíamos aceptado que compañía los salvajes
ofrecían, y porque les seguimos por allí, no hay duda que lleguemos donde
Dios nos estaba conduciendo para la salvación de una alma predestinada que
esperaba nada más que nuestra llegada para morir a sus sufrimientos
terrenales.’ Ellos habían terminado la cena y estaban conversando con sus
anfitriónes, cuando un hombre joven entró y les pidió a los Negromantos visitar
a su madre que fue enferma. ‘Vamos para allí,’ ellos exclaman, ‘y encontramos
a la pobre mujer en sus últimas extremidades. Ella fue instruida, y felizmente
recibió, con la Fe, la gracia de Bautismo. Poco después de éso, ella [murió y]
se miró a si mismo en la gloria del cielo. En todo ese pueblo fue solamente
esa una que necesitó nuestra ayuda.”dlix[559]

SAN FRANCISCO JAVIER CONTRA IGNORANCIA INVENCIBLE

San Francisco Javier fue discutiblemente el más grande misionero en la historia de


la Iglesia después del Apóstol Pablo. El fue responsable por el bautismo de millónes en
el Oriente. Como San Isaac Jogues, él fue firmemente convencido de la verdad Católica
que no hay ninguna cosa como “salvación para los ignorantes invencibles.”

San Francisco Javier, 31 Dic. 1543: “Ahora en estas partes [de India] hay un
número muy grande de personas que tienen solamente una razón para no
hacerse Cristianos, y esa es que no hay nadie para hacerles Cristianos.
Frecuentemente viene a mi mente irse por todas las Universidades de Europa,
y especialmente la de París, gritando en todos lugares como un loco, y
diciendo a todos los eruditos hombres allá cuya erudición es tan mucho más
fuerte que su caridad, ‘¡Ah! ¡Que multitud de almas es por vuestra culpa
excluida del cielo y cayendo al infierno!’... Ellos trabajan noche y día para
adquirir saber... pero si gastarían tanto tiempo en lo que es el fruto de toda
erudición sólida, y serían tan diligentes al enseñar a los ignorantes las cosas
necesarias a la salvación, estarían mucho mejor preparados para dar cuenta de
si mismos a nuestro Señor cuando les dirá: ‘Da cuenta de tu
mayordomía.’”dlx[560]

Aquí vemos que San Francisco Javier dice que estos paganos ignorantes en India
facilmente se harían Cristianos si fuera alguien para instruirles, ¡y sin embargo irán al
infierno si no oyeren de la Fe! Esto totalmente elimina la idea de salvación para los
“ignorantes invencibles” o salvación por “bautismo de deseo implícito.”

San Francisco Javier, 20 Enero 1545: “Porque Su Alteza [Juan III Rey de
Portugal] entiende bien que Dios requerirá de Usted una cuenta de la salvación
de tantas naciónes, que están listos para seguir la mejor via si alguien les
muestre, pero mientras, por carencia de un maestro, yacen en tenebras ciegas,
y la suciedad de los pecados más graves, ofendiendo a su Creador, y echando
temeraria sus propias almas a la miseria de muerte eterna.”dlxi[561]

¡Aquí otra vez vemos a San Francisco Javier eliminando toda idea de salvación para
“los ignorantes invencibles,” excluyendo de salvación aun esas almas ignorantes que él
pensaba abrazarían la Fe si la fueran enseñadas!

San Francisco Javier, Mayo, 1546: “En esta isla de Amboyna los paganos son
mucho más numerosos que los Musulmanes, y hay un odio amargo entre los
dos... Si estuvieran personas aquí para enseñarles la religión verdadera, se
juntarían al rebaño de Cristo sin mucha dificultad, porque tienen mucho
menos objeción al nombre de Cristo que él de Mahoma... Escribo todo esto a tí
con tanto largor para que puedes compartir mi solicitudo, y concebir, como es
simplemente justo, un dolor inmenso por la perdición miserable de tantas
almas que están pereciendas diaramente, totalmente desprovistas de
apoyo.”dlxii[562]

San Francisco Javier, 28 Enero 1549: “Intento escribir lo que he encontrado, no


sólo a India, sino a las Universidades de Portugal, de Italia, y sobre todo de
París, y amonestarlas, mientras se dedican si mismos corazón y alma a estudios
eruditos, no pensar de si mismos ser tan libres y soltados de responsibilidad
para no preocuparse en absoluto de la ignorancia de los paganos y la
perdición de sus almas inmortales.”dlxiii[563]

San Francisco Javier, 29 Enero 1552: “Nada me conduce a suponer que hay
algunos Cristianos acá [en China]... si los Chinos aceptaren la fe Cristiana, los
Japonesas dejarían las doctrinas que les han enseñado los Chinos... Estoy
empezando a tener grandes esperanzas que Dios proveyere en breve entrada
libre a China, no sólo a nuestra Sociedad, sino a religiosos de todos Órdenes,
para que un campo amplio sea descubierto a hombres píos y santos de todos
tipos, en que sea gran espacio para devoción y ardor, al evocar a hombres ya
perdidos a la vía de verdad y salvación.”dlxiv[564]
En todas estas citaciónes vemos otra vez que San Francisco Javier, como San Isaac
Jogues y todos los Santos, totalmente rechazaba la idea heretica que almas ignorantes
del Evangelio pueden ser salvos.

SAN ISAAC JOGUES SOBRE LA NECESIDAD DE BAUTISMO DE AGUA

En la vida de estos misioneros extraordinarios, también encontramos muchas


citaciónes y ocasiónes que confirman la necesidad absoluta de bautismo de agua para
la salvación. Como en la vida del gran misionero P. De Smet, ambos hombres veían el
suceso notable que muchos de la gente a quienes llegaron para bautizarles murieron
casi inmediatamente después. Ellos veían esto claramente como un signo que Dios
había preservado las vidas de estas personas hasta pudieron recibir ése Sacramento
más necesario.

La Vida de San Isaac Jogues, p. 92: “Entonces, más que todo [concluyeron los
paganos], los Negromantos causaron a la gente morir por verter agua en las
cabezas; casi todos que bautizaron murieron poco después.”dlxv[565]

La Vida de San Isaac Jogues, p. 136: “P. Lalemant [uno de los compañeros y
superiores de Jogues] confiesa: ‘Sucedió muy frecuentemente, y ha sido
notado más que cien veces, que en esos lugares donde fuimos más acogidos,
donde bauticemos más personas, fue allí, de hecho, donde ellos murieron
más. Al contrario, en las cabañas a que fuimos rehusado la entrada, aunque
ellos fueron enfermos al extremo, por fin de unos días se vió a toda persona
prosperamente curada.’”dlxvi[566]

La Vida de San Isaac Jogues, pp. 97-98: “[San Juan] De Brebeuf y Jogues esperaban
para que la histeria pase. Ellos tuvieron la consolación de bautizar a unas
almas y enviarlas a Dios. Una fue una india que había resistido todos sus
intentos de hablar con ella hasta inmediatamente antes de su fin, cuando ella
rogó ser bautizada. Otra fue un valiente joven que ávidamente deseó el
bautismo, mas cuyos parientes le resguardaban contra el acceso de Echon [De
Brebeuf] y Ondessonk [Jogues]. De Brebeuf esperaba hasta que los parientes
estuvieron ausentes de la cabaña y entonces vertió las aguas salvandas sobre su
cabeza un momento antes que su suegra volvió para prevenirle.”dlxvii[567]

La Vida de San Isaac Jogues, p. 142: “No hay escasamente nada de maíz en este
pueblo de Ehwae, y sin embargo, casi cada día unos Attiwandarons llegan,
grupos de hombres, mujeres, y niños, todos pálidos y desfigurados... Huyendo
de la hambruna, encuentran aquí la muerte; más bien, aquí encuentran una
vida bendita, porque aseguramos que ninguno muera sin bautismo. Entre estas
personas fue un niño pequeño de casi un año, que asemejaba más un
monstruo que un ser humano. Él fue felizmente bautizado. Dios preservó su
vida sólo por un milagro, parecía, para que podría ser lavado en la sangre de
Jesucristo y podría bendecir Sus misericordias siempre.”dlxviii[568]
La Vida de San Isaac Jogues, p. 279: “... en Febrero él caminó las seis millas al
pueblo más cerca, donde los mohicanos estaban celebrando su festival y
juegos del invierno... paseó por las cabañas, buscando los enfermos y los bien
dispuestos. En una casa descubrió a cinco bebés, todos peligrosamente
enfermos. Les bautizó, sin llamar la atención, y tres días después, dice P.
Lalemant, ‘él oyó que estos pequeños inocentes ya no más estuvieron en la
tierra de los muriendos [fueron muertos]. Que admirabile golpe de
predestinación para esos pequeños ángeles.”dlxix[569]

La Vida de San Isaac Jogues, p. 199: “Rene llamó la atención de Padre Jogues a
uno de los hombres viejos [un indio que fue capturado con ellos]... El hombre
ya no había sido bautizado, y posiblemente podría suceder que él fuere la
víctima escogida por los iroquois para un sacrificio de sangre antes que salieren
del campamento. Ondessonk [P. Jogues] persuadió al hombre viejo aceptar
bautismo... Los mohicanos terminaron su concilio y la división de la ganancia...
El hombre viejo a quien P. Jogues ya había bautizado rehusó moverse de donde
se sientó... Él [el hombre viejo] apenas había terminado de hablar [rehusando
moverse] cuando uno de los valientes destrozó su cráneo y cortó su cuero
cabelludo. Padre Jogues regocijó en la tristeza, porque los aguas de bautismo
apenas habían secado sobre su cabeza.”dlxx[570]

La Vida de San Isaac Jogues, pp. 122-123: “En Teanaustayae, Jogues presenció una
tortura y una conversión que sobrepasó todo humano. Un jefe de la nación
Oneida de la Confederación Iroquois, junto con once guerreros, iba a ser
ejecutado. El jefe escuchó a los Negromantos Ondessonk [Jogues] y Echon,
declaró que deseó ser bautizado, y exhortó a sus seguidores seguir su ejemplo.
Despues que habían sido infligidas las crueldades ordinarias,
inmediatamente antes de los asesinatos, el jefe fue bautizado Pedro. De uno
en uno, sus compañeros, también bautizados, sucumbieron al fuego y los
cuchillos. Pedro se quedó solo sobre la plataforma. Fue cortado su cuero
cabelludo, y él fue mutilado y chamuscado por todo el cuerpo.
Repentinamente, como fue inspirado, atacó a sus perseguidores hurones... Los
hurones le arrojaban en una fogata grandissima. Él se surgió de las llamas, con
antorchas llameandas en los manos, y embistió sobre sus enemigos. Ellos se
retiraron mientras él corrió hacia las palizadas para incendiar el pueblo. Le
talaron a él con un garrote y amputaron sus pies y manos. Entonces, le llevaron
sobre nueve fuegos diferentes... Finalmente le trituraron bajo un tronco de árbol
volcado, todo en fuego. Logrando salirse, él se arrastró por codos y rodillas,
tirandose una distancia de diez pasos hacia sus perseguidores. Se retiraron ante
él como ante un demonio. Uno, por fin, le taló y cortó su cabeza.”dlxxi[571]

Los misioneros fueron convencidos que fue sólo porque Pedro había recibido el
Sacramento de Bautismo que tuvo la fuerza milagrosa para sufrir todas estas torturas
increibles, sobrevivir y todavía moverse contra sus perseguidores.

La Vida de San Isaac Jogues, pp. 298-299: “Una vez, cuando él había entrado una
cabaña en uno de los pueblos para preguntar sobre los enfermos, Jogues oyó su
nombre llamado de la oscuridad de un rincón. Pasando allí, encontró a un
hombre joven gravemente enfermo. ‘Ondessonk,’ exclamó el enfermo hombre
joven, ‘¿no conoces a mí?’
‘No recuerdo haber visto a tí nunca,’ respondió P. Jogues.
‘¿No recuerdes bien el favor que hice para tí por tu entrada a la tierra de los
Iroquois?’ preguntó el hombre.
‘¿Pero que favor hiciste para mí?’ preguntó Jogues, confundido.
‘¿No recuerdes el hombre que cortó tus vínculos, en el tercero pueblo de los
Iroquois Agnieronon, cuando fuiste al fin de tu fuerza?’ continuó él.
‘Por supuesto recuerdo eso muy bien. Ese hombre me puso endeudado con él
muchisimo. Nunca he podido agradecerle. Ruego te, dame algunas noticias de
él, si le conoces.’
‘Fue yo, mismo, que lo hizo. Yo que compadeció de te y te soltó.’...
Padre Jogues dijo al hombre muriendo sobre Dios, de la felicidad en la próxima
vida con Dios para los que creyeron, de lo que fue necesario creer para ser
bautizado y hecho felíz siempre después de la muerte. El hombre escuchó con
atención. Con sinceridad profunda, rogó el bautismo y la felicidad que
Ondessonk le prometía. Padre Jogues vertió sobre su cabeza el agua de
salvación. Mientras que él oraba al lado de la colchoneta, unas horas
después, el hombre murió pacíficamente.”dlxxii[572]

BAUTISMOS ASOMBROSOS

Especialmente en la vida de San Isaac Jogues, encontramos cuentos increibles de él


bautizando a personas bajo circunstancias asombrosas y/o milagrosas. Estos cuentos
muestran también la verdad del dogma, Sino un hombre renaciere de agua y el Espíritu
Santo, no puede entrar al reino de Dios (Juan 3:5).

La Vida de San Isaac Jogues [cuando estaba cautivo entre los iroquois mohicanos],
p. 272: “Los campamentos por la noche estaban al aire libre, en una cañada en la
nieve. Él no tenía pelajes, como los otros, para protegerse, y no podía mover
el corazón de nadie en el grupo a prestarle algo encubrimiento, aunque
portaban varias pieles por los despojos de la caza...
“Por la vía, tuvieron que cruzar una garganta de una corriente rápida
montañesa. El puente fue un tronco de árbol extendido unos pies sobre los
aguas remolinosos y profundos. Fue inestable con musgo resbaloso. Una del
grupo fue una mujer embarazada, que también portaba un bebé en la canasta a
espaldas y estaba cargada además con los utensilios del campamento. La
correa de la cuna estuvo por su frente, y los manojos estaban fijados por sus
hombros. La india empezó a trepar a través del árbol, mientras que Padre
Jogues esperaba para seguirle. Ella perdió el equilibrio y se cayó en los
rápidos volteandos. El equipaje sujetado a los hombros le pesó a ella al lecho,
la correa que sostenía la cuna se descolgó del frente al cuello y le estaba
estrangulando.
“En el mismo momento, Padre Jogues saltó en la garganta y la corriente
fría. Vadeando y nadando, peleó su progreso a la mujer, soltó los manojos y la
cuna, y arrastró a ella y al bebé a la ribera. Tuvo buen cuidado para bautizar al
bebé antes que le levantó del agua. Los mohicanos hicieron un fuego
rugiendo y revivieron a la mujer, que fue entumecida casi a la muerte. Le
permitieron a Ondessonk [P. Jogues] calentarse y aun le encomendaron, porque
realizaban que la mujer habría sido ahogada salvo su apoyo. Ella se recuperó,
pero el niño recién bautizado se murió dentro de unos días.”dlxxiii[573]

Este cuento fascinador nos muestra como el Todopoderoso puede y sí hace traer al
bautismo toda alma que Él quiere. Si la mujer no hubiera caido en los aguas helados,
San Isaac no habría tenido la oportunidad de bautizar a su bebé. Es muy obvio que
Dios lo dispuso para que este niño pequeño recibió el Sacramento inmediatamente
antes que Él le trajo del mundo.

La Vida de San Isaac Jogues, p. 225: “Dos de los hurones, aprendió Jogues, iban a
ser quemados a la muerte esa noche en Tionontoguen. Él se quedaba con
ellos por la plataforma y concentraba sus súplicas sobre ellos. Finalmente
consintieron. Casi ése momento, los mohicanos tiraron a los prisioneros un
poco de maíz crudo que había sido arrancado nuevamente. Las cáscaras [del
maíz] estaban mojadas de las lluvias recientes. Padre Jogues cuidadosamente
recogió las preciosas gotas de agua sobre una hoja y las vertió por las cabezas
de los dos neófitos [conversos nuevos], bautizándoles en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo. Los mohicanos comprendieron que su [de Jogues]
acto quiso traer felicidad a estas víctimas odiadas. Se mostraron violentos por
su audacia y le derribaron con golpes, amenazando matarle con los hurones...
Esa noche los dos hurones [a quienes él había bautizado] fueron quemados
sobre el fuego.”dlxxiv[574]
Si las cáscaras de maíz no hubieran sido tiradas en ése mismo momento, Jogues no
habría tenido el agua para bautizar a los dos indios. Y, como notado en su vida, San
Isaac Jogues siempre instruía a los paganos sobre lo imprescindible que deberían saber
para el bautismo (e.g., la Trinidad y la Encarnación).

Juan 3:5,7 - “[Jesús dijo] Amen, amen te digo, sino un hombre renaciere de agua y
el Espíritu Santo, él no puede entrar al reino de Dios... no te maravilles de que te
dije: Os es necesario nacer otra vez.”

OTRAS CITACIÓNES DE JOGUES Y JAVIER SOBRE EL BAUTISMO

En la vida de San Isaac Jogues, hay un relato fascinador de la captura de su grupo


por los salvajes iroquois. En él encontramos la descripción del foco de Jogues sobre
bautizar un indio huron sin bautizar que les acompañaba. Aquí está el relato de
cuando su grupo fue atacado repentinamente y inesperadamente por los salvajes
iroquois, quienes querían capturarles y torturarles:

La Vida de San Isaac Jogues, p. 205: “El más devoto de todos fue Atieronhonk,
quien Jogues había bautizado en la primera descarga. El hombre no salía de
su asombro. [Dijo Atieronhonk]: ‘Debe ser confesado que estas personas que
vienen para instruirnos no tienen ninguna duda de las verdades que nos
enseñan. Debe ser que solo Dios es su recompensa. Hay Ondessonk [Isaac
Jogues]. Él se olvidó de si mismo en el momento de peligro. Él pensó
solamente de mí, y me habló de hacerme Cristiano. Las balas de mosquete
volaban al lado de nuestras orejas, la muerte estuvo ante nuestros mismos
ojos. Él pensó solamente de bautizarme, y no de salvar a si mismo. Él no
temió la muerte. Pero él [Jogues] sí pensó que yo habría sido perdido por
siempre si hubiera muerto sin bautismo.”dlxxv[575]

Hay abajo un otro relato interesante de un indio llamado Ahatsistari, que fue
convertido por San Isaac Jogues y sus compañeros. Ahatsistari se dirigió a San Isaac
Jogues y San Juan De Brebeuf como el siguiente:

La Vida de San Isaac Jogues, p. 168: “Yo tengo la fe muy profunda en el corazón, y
mis hechos durante el invierno pasado lo ha probado suficientemente. En dos
días saldré por el camino de guerra. Si fuere matado en batalla, díganme:
¿dónde se fuere mi alma si me rehuseis el bautismo? Si mireis en mi corazón
tan claramente como el gran Señor de nuestra vida, yo sería ya numerado entre
los Cristianos; y el miedo de las llamas del infierno no me acompañaría, ya que
voy a enfrentar la muerte. No puedo bautizar a mi mismo. Todo que puedo
hacer es declarar con suma honradez el deseo que tengo de él. Después que
hago esto, si quemare mi alma en el infierno, vos llevaren la culpa. Cualquier
cosa que decidais hacer, sin embargo, siempre oraré a Dios, porque conozco a
Él. Tal vez Él tuviere misericordia de mí, porque decis que Él es más sabio que
vos.”dlxxvi[576]

Es obvio que Ahatsistari no había sido enseñado “bautismo de deseo.” Él entendía


que él iría al infierno si muriera sin el Sacramento de Bautismo. Poco después de este
discurso, Ahatsistari fue bautizado solemnemente.

San Francisco Javier, Mayo, 1546: “Aquí hay en total siete pueblos de
Cristianos, para todos cuales me fui y bauticé a todos los infantes recién nacidos
y a los niños aun no bautizados. Muchisimos de ellos murieron poco después
de su bautismo, para que fue suficiente claro que su vida había sido
preservado por Dios solamente hasta la entrada a la vida eterna sea abierta a
ellos.”dlxxvii[577]

San Francisco Javier, Feb, 1548: “La cosa que quiero encomendar a ustedes más
que todas es que empleen diligencia y vigilancia especial en el bautismo de
niños pequeños, para no dejar a cualquier niño recién nacido no regenerado en
el lavacro salvador de Cristo en ninguno de los pueblos... Busquen y pregunten
para si mismos, y bauticen con sus propias manos todos que encontraren
desprovistos de ése Sacramento más necesario.”dlxxviii[578]

La Vida de San Isaac Jogues, p. 94: “Una vez, Padre Jogues encontró a un salvaje
llamado Sonoresk bien dispuesto y suficientemente instruido, quien estaba
asiendo su último aliento. Por toda la noche el hombre seguía repitiendo
‘Rihouiosta’ (Yo creo). Ondessonk [San Isaac Jogues] le bautizó a él, y el
hombre se recuperó repentinamente. Él proclamó que el bautismo le curó: el
agua que había sido vertido sobre la cabeza por Ondessonk [Jogues] había
fluido por su garganta, para que él no sentía ninguna pena más. Su regocijo en
esta vida no fue largo, sin embargo, porque murió el próximo día.”dlxxix[579]

26. El Caso de Padre Feeney


Herejes y modernistas resisten la verdad, asimismo que resisten a Él que es la
Verdad (Jn. 14:6). Y porque resisten la verdad resisten hechos, porque hechos divulgan
la verdad sin toda mezcla de error. Uno de los hechos que resisten los modernistas y
herejes más que todos, es el hecho que la Iglesia Católica ha enseñado infaliblemente
que Fuera la Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación y que Juan 3:5 debe ser
entendido según esta escrito y que el Sacramento de Bautismo es necesario para la
salvación (Trento, Ses. 7, Can. 5 sobre el Sacramento).

Entonces ¿qué hacen estas personas con estos hechos les mirando fijamente a la
cara? Recurren a atacar el reportero de estos hechos (argumentum ad hominem), que les
permite ignorar los hechos mismos. El episodio de Padre Leonard Feeney, S.J. es un
buen ejemplo.
El dogma Fuera la Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación en realidad no tiene
nada que ver con Padre Leonard Feeney. (De hecho, yo nunca había oido de P. Feeney
cuando vine a la misma conclusión – basado en dogma Católico – que el Sacramento de
Bautismo es absolutamente necesario para la salvación y que todos que mueren no
Católicos son perdidos.) Tiene que ver con la enseñanza de la Cátedra de San Pedro,
como he mostrado, que es la enseñanza auténtica y infalible de Cristo. Rechazar este
dogma Católico es rechazar a Cristo Mismo.

Papa León XIII, Satis Cognitum (# 5), 29 Junio 1896: “Al contrario, quien en un
solo punto rehusa su asentimiento a las verdades divinamente reveladas, en
realidad abdica de toda la fe, porque rehúsa someterse a Dios en cuanto a que
es la soberana verdad y el motivo propio de la fe.”dlxxx[580]

Padre Feeney se hizo famoso por su postura pública por el dogma Fuera la Iglesia
Católica No Hay Ninguna Salvación en los 1940’s y 1950’s. La mayoría se fallan
realizar que, en ése tiempo, los obispos del mundo no estaban de ninguna manera
tradicionalistas acérrimos. La mayoría de los obispos del mundo ya habían abrazado
la herejía de indiferentismo, que explica porque casi todos firmaron los documentos
hereticos de Vaticano II un poco tiempo después. Habían abrazado la idea heretica que
“ignorancia invencible” salva a los que mueren no Católicos, como he tratado en ciertas
secciónes previas. Esto es porque facilmente se puede detectar herejía contra el dogma
en la mayoría de manuales y textos teologicos empezando tan temprano que a finales
del 19no siglo. De hecho, en su tiempo, Padre Feeney escribió a todos los obispos del
mundo sobre el dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación y recibió solamente
tres respuestas positivas. En otras palabras, sólo tres de los obispos del mundo en ése
tiempo manifestaron una creencia positiva en el dogma Fuera la Iglesia Católica No
Hay Ninguna Salvación tal como había sido definido. No es de extrañar que Vatican II fue
aprobado con casi nada resistencia del Episcopado.
Padre Feeney creía y predicaba el dogma – como había sido definido –
públicamente en Boston. Él creía y predicaba que sino un hombre abrazare la Fe
Católica – si sea o Judío, Musulman, Protestante o agnóstico – perecerá eternamente en
el Infierno. Muchos se convirtieron, y muchos estaban enojados. Él tenía no pocos
enemigos, especialmente entre el aumentando modernista, políticamente correcto y
transigido clero.

Uno de sus enemigos mayores fue el Arzobispo de Boston, Richard Cushing, un


hombre del año de B’nai Brith (Francmasónes Judíos), y alguien que llamó el dogma
Fuera la Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación “tonterías.” En Abril de 1949,
Cushing silenció a P. Feeney y puso al Centro San Benedicto (el apostolado afiliado con
P. Feeney) en entredicho. La razón dada por Cushing fue “desobediencia,” pero la
razón real fue la postura pública de Padre Feeney por el dogma Fuera La Iglesia
Católica No Hay Ninguna Salvación. No fue debido a la postura de Padre Feeney
contra la teoría de bautismo de deseo, porque esta no fue publicada por la primera vez
hasta 1952. El descontento de Cushing con P. Feeney fue basado estrictamente en la
postura de Padre Feeney por el dogma definido que sólo Católicos – y los que se hacen
Católicos – pueden ser salvos.

Cushing tenía aliados con otros clérigos hereticos en Boston, el area donde estalló la
controversia. Padre Juan Ryan, S.J., jefe del Instituto de Educación Adulta del Colegio
de Boston, dijo en el otoño de 1947: “No me acuerdo con la doctrina de Padre Feeney
sobre salvación fuera la Iglesia.”dlxxxi[581] Padre Stephen A. Mulcahy, S.J., Decano del
Colegio de Artes y Ciencias del Colegio de Boston, lo llamó: “La doctrina de Padre
Feeney que no hay ninguna salvación fuera de la Iglesia.”dlxxxii[582] Y Padre J.J.
McEleney, S.J., Provinciano de la Provincia Nueva Inglaterra de la Sociedad de Jesús,
dijo a Padre Feeney en una entrevista personal, que él fue ordenado transferirse al
Colegio Santa Crúz por causa de “Tu doctrina.”dlxxxiii[583] Padre Feeney respondió
rápidamente, “¿Mi doctrina sobre qué?” A que contestó P. McEleney, “Lo siento, no
podemos tratar de eso.”

Exactamente del principio, estos clérigos caidos juntaban la cuestión con Padre
Feeney en vez de la verdadera fuente de que vino. Eso les permitía enfocar sobre
Padre Feeney, y ignorar a Jesucristo, cuya doctrina esta era.

Papa Pío IX, Nostis et Nobiscum (# 10), 8 Dic. 1849: “En particular, asegúrense
que los fieles estén profundamente y totalmente convencidos de la verdad de
la doctrina que la fe Católica es necesaria para lograr la salvación. (Esta
doctrina, recibida de Cristo y enfatizada por los Padres y Concilios, está
contenida también en las fórmulas de la profesión de fe utilizadas por Católicos
Latinos, Griegos y Orientales).”dlxxxiv[584]

Estos herejes fallaban realizar que empequeñecer un dogma definido a alguna


invención de Padre Feeney es blasfemo y gravemente deshonesto. Mas no se burle de
Dios. Vemos la misma cosa hoy, especialmente galopante entre llamados
tradicionalistas. Pero regresaré a este punto.
El 2 de Diciembre, 1948, el Presidente del Colegio de Boston, Padre William L.
Keleher, S.J., mantuvo una entrevista con el Dr. Maluf, quien fue un aliado de Padre
Feeney en la postura por el dogma. P. Keleher dijo:

“Padre Feeney vino a mí al principio de esta situación y a mí me habría gustado hacer


algo excepto que no podía acordarme con su doctrina sobre la salvación... Él (P. Feeney)
seguía repitiendo tales frases como ‘No hay ninguna salvación fuera la Iglesia
Católica.’”dlxxxv[585]

Cuando respondió Maluf (un miembro de la facultad del Colegio de Boston) que
esta “frase” es un dogma definido, P. Keleher dijo:
“los teólogos del Seminario San Juan y el Colegio Weston disienten de la doctrina de
Padre Feeney sobre la salvación de no Católicos.”dlxxxvi[586]

Pues tienes acá el caso de Padre Feeney en pocas palabras. Padre Feeney
mantenía, como había sido definido, que no hay ninguna salvación para los que
mueren no Católicos. Sus adversarios, incluyendo a P. Keleher (Presidente del Colegio
de Boston), el Arzobispo de Boston, los sacerdotes del Colegio de Boston, y los
“teólogos” del Seminario San Juan, mantenían una doctrina diferente “sobre la
salvación de no Católicos.” Esto fue la batalla. Esto fue la linea de división. Alguno
estaba o por un lado o el otro. Alguno o creía que no hay salvación para los que
mueren no Católicos o creía que sí hay salvación para los que mueren no Católicos.
Permíteme acordar brevemente al lector por cuál lado se encontrará la Iglesia Católica.

Papa Gregorio XVI, Summo Iugiter Studio (# 2), 27 Mayo 1832:


“Finalmente, algunos de estas personas descaminadas intentan persuadir a si
mismos y a otros que hombres no son salvos solamente en la religión
Católica, sino que aun herejes pueden lograr la vida eterna.”dlxxxvii[587]

Un sacerdote Jesuita de la nueva religión de Vaticano II describe hábilmente como


fue la escena cuando “el Caso de Herejía de Boston” (i.e., si sólo los que mueren
Católicos podrían ser salvos) estalló a la vista pública durante la Semana Santa de 1949.

Mark S. Massa, “S.J.”, Católicos y Cultura Americana, p. 31: “El Caso de


Herejía de Boston estalló a la vista pública durante la Semana Santa de
1949. Los despedidos de los discípulos de Feeney del Colegio de
Boston ganaron la primera página de las noticias por todo el Noreste:
los Tiempos de Nueva York comenzó una serie sobre Feeney y su grupo, y
las revistas Newsweek, Life, and Time pusieron de relieve artículos sobre
los “disturbios” de Boston. Posiblemente el más solemne día santo del
calendario Católico, Viernes Santo, Feeneyistas (sic) se pusieron de pie
fuera de parroquias de Boston portando carteles avisando de la
inminente subversión de doctrina verdadera por los mismos líderes de la
Iglesia y vendiendo la última edición de De los Tejados. Como ha
observado un estudiante del suceso, la cuestión de salvación
remplazaba a los Red Sox por la tema de conversación en los bares de
Boston, y todo espiado en un cuello Romano se hizo una pista
potencial en el cuento. El único análogo [cosa comparable] de que
historiadores de la Iglesia podrían imaginar fue Constantinopla en el
cuarto siglo, donde muchedumbres tumultuosas habían batallado en
las calles sobre la definición de la divinidad de Jesús, y frases
teologicas Griegas se hacían las lemas de equipos de carro.” dlxxxviii[588]
El 13 de Abril, 1949, P. Keleher (el Presidente del Colegio de Boston) despudo al Dr.
Maluf, James R. Walsh y Charles Ewaskio de la facultad del Colegio de Boston por
acusar al colegio de herejía contra el dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna
Salvación. En su declaración del 14 de Abril a la prensa explicando la razón de sus
despedidos, P. Keleher dijo:

“Ellos continuaban hablando en clase y fuera de clase sobre temas contrarios de


la enseñanza tradicional de la Iglesia Católica, ideas conducentes a fanatismo y
intolerancia. Su doctrina es errada y como tal no podía ser tolerada en el
Colegio de Boston. Ellos fueron informados que tienen que poner fin a tal
enseñanza o salir de la facultad.”dlxxxix[589]

No se puede menos que notar la lengua doble de P. Keleher: estos hombres fueron
despedidos por ideas conducentes a intolerancia, que no podían ser toleradas. Si
intolerancia sea la doctrina falsa aquí, como indica P. Keleher, entonces él está
condenado por su propia boca. Además, no se puede pasar por alto la aseveración
desvergonzada de P. Keleher que “Su doctrina (i.e., el dogma definido solemnemente
que los que mueren no Católicos no pueden ser salvos) es errada.” Por esta
declaración Keleher asevera que la doctrina de la Iglesia (sobre ninguna salvación fuera
la Iglesia) es errada y por ninguna manera la suya. Esto fue el tipo de carácter heretico,
anti-Católico que estaba confabulado con Arzobispo Richard Cushing en el esfuerzo de
estrujar la predicación de P. Feeney del dogma.

Esto fue el principio del fin, como quien dice, como será visto cuando miremos que
ha resultado en Boston por causa de su traición al dogma Fuera la Iglesia No Hay
Ninguna Salvación.

27. Protocolo 122/49 (Suprema haec sacra)


Casi cuatro meses después del silenciamiento de P. Feeney en Abril por Richard
Cushing, el Arzobispo apóstata de Boston, el Santo Oficio publicó un documento el 8
de Agosto, 1949. En realidad, el documento fue una carta dirigida al Obispo Cushing,
y firmada por Cardenal Marchetti-Selvaggiani, conocida a la mayoría como Protocolo
122/49. También es llamada Suprema haec Sacra y la carta Marchetti-Selvaggiani. Es
uno de los documentos más cruciales en relación a la apostasía moderna de la fe.
Protocolo 122/49 no fue publicado en los Actos de la Sede Apostólica (Acta Apostolicae
Sedis) sino en El Piloto, el órgano de noticias del Archidiócesis de Boston. Ten presente
que esta carta fue publicada en Boston, porque la significación de esto se pondrá más
clara en la Sección: “El Veredicto ya viene: Boston Acaudilla en un Enorme Escándalo
Sacerdotal que Sacude la Nación.”

La ausencia de Protocolo 122/49 de los Actos de la Sede Apostólica prueba que él


no tiene ningún carácter vinculante; eso es decir, Protocolo 122/49 no es una enseñanza
infalible o vinculante de la Iglesia Católica. Protocolo 122/49 no fue firmado por Papa
Pío XII tampoco, y tiene la autoridad de una correspondencia de dos Cardenales
(Marchetti-Selvagianni que escribió la carta, y Cardenal Ottaviani que también la
firmó) a un arzobispo - que es nada. La carta, de hecho, y por decirlo simplemente, es
llena de herejía, engaño, ambigüedad, y traición. Inmediatamente después de la
publicación de Protocolo 122/49, La Telegrama Worcester imprimió un titular típico:

VATICANO FALLA CONTRA DISIDENTES DE BOSTON –


[Vaticano] Mantiene Ninguna Salvación Fuera Iglesia
Doctrina Ser Falsadxc[590]

Esto fue la impresión dada a casi todo el mundo Católico por Protocolo 122/49 –
la carta Marchetti-Selvaggiani. Protocolo 122/49, como dijo sin rodeos el titular arriba,
mantuvo la “Ninguna Salvación Fuera la Iglesia Doctrina” ser falsa. Por esta carta
fatídica, los enemigos del dogma y de la Iglesia aparecían haber sido vindicados y los
defensores del dogma parecían haber sido vencidos. El problema de los vencedores
aparentes, sin embargo, era que este documento no fue nada más que una carta de dos
Cardenales hereticos del Santo Oficio, quienes ya habían abrazado la herejía adoptado
luego por Vaticano II, a un Arzobispo apóstata de Boston. Algunos podrían ser
sorprendidos que describo al Cardenal Ottaviani como heretico, porque él es
considerado por muchos haber sido ortodoxo. Si su firma sobre el Protocolo no es
suficiente prueba de su herejía, considera que él firmó todos los documentos de
Vaticano II y se alineaba si mismo con la revolución después de Vaticano II.

Es interesante que aun Msgr. Joseph Clifford Fenton, el bien conocido director de
La Revista Eclesiástica Americana antes de Vaticano II, quien fue desafortunadamente un
defensor de Protocolo 122/49, fue forzado a admitir que no es infalible:

Msgr. Joseph Clifford Fenton, La Iglesia Católica y la Salvación, 1958, p. 103:


“Esta carta, conocida como Suprema haec sacra [Protocolo 122/49]... es una
autoritaria [sic], aunque obviamente no infalible, documento. Eso es decir, las
enseñanzas contenidas en Suprema haec sacra no deberían ser aceptadas
como infaliblemente verdades basado en la autoridad de este documento en
particular.”dxci[591]

En otras palabras, según Fenton, la enseñanza de Suprema haec sacra no es infalible y


debería ser encontrada en documentos más antiguos; pero no es, como veremos.
Fenton es simplemente incorrecto cuando dice que Suprema haec sacra es sin embargo
autoritario. Suprema haec sacra no es ni autoritario ni infalible, sino heretico y falso.
Ya que a casi todo mundo fue (y es) dada la impresión que Protocolo 122/49
representó la enseñanza oficial de la Iglesia Católica, él constituyó la traición al mundo
de Jesucristo, Su doctrina y Su Iglesia, una traición que tenía que occurir antes de la
apostasía total de Vaticano II. Por Protocolo 122/49 y la persecución de P. Feeney, al
público fue dada la impresión que la Iglesia Católica ya había volcado un dogma de
20 siglos de la fe: que la Fe Católica es definitivamente necesaria para la salvación. Y
hasta este día, si alguno pregunte a casi todo sacerdote llamado Católico en el mundo
sobre el dogma Fuera la Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación, él sería
contestado con una referencia a la controversia de Padre Feeney y Protocolo 122/49,
aun si el sacerdote no puede identificar o recordar los nombres y fechas específicos.
Ensáyalo, yo sé de experiencia. Efectivamente todos los sacerdotes del Novus Ordo
que saben algo del tema usarán Protocolo 122/49 y la “condenación” de P. Feeney para
justificar su creencia heretica, Anti-Católica, Anti-Cristo, Anti-Magistral que hombres
pueden ser salvos en religiónes no Católicos y sin la Fe Católica. Estos son los frutos
del infame Protocolo 122/49. Y por sus frutos les conoceréis (Mt. 7:16).

Ya miremos unos extractos del Protocolo:

Suprema haec sacra, Protocolo 122/49, 8 Agosto 1949: “Pues, entre las cosas que la
Iglesia siempre ha predicado y nunca cesará predicar es contenida también ésa
declaración infalible por cuál somos enseñados que no hay ninguna salvación
fuera de la Iglesia.
“Sin embargo, este dogma debe ser entendido en aquel senso en que la
Iglesia misma lo entiende.”dxcii[592]

Lo paremos aquí. Ya es claro que el autor del Protocolo está preparando la mente
del lector para aceptar algo diferente que simplemente “ésa declaración infalible por
cuál somos enseñados que no hay ninguna salvación fuera de la Iglesia.” El autor
claramente se mueve con cuidado a una explicación de la frase “Fuera la Iglesia No
Hay Ninguna Salvación” diferente de lo que las palabras mismas dicen y declaran. Si
el autor no estuviese preparando al lector para aceptar un entendimiento diferente de
lo que las palabras mismas del dogma dicen y declaran, entonces él simplemente haya
escribido: “Este dogma debe ser entendido como la Iglesia lo ha definido, exactamente
como dicen y declaran las palabras.”

Compara el intento del Protocolo de encontrar una explicación convincente para el


dogma con el tratamiento del Papa Gregorio XVI del mismo tema en su encíclica
Summo Iugiter Studio.

Papa Gregorio XVI, Summo Iugiter Studio, 27 Mayo 1832, sobre ninguna
salvación fuera la Iglesia: “Finalmente, algunos de estas personas
descaminadas intentan persuadir a si mismos y a otros que hombres no son
salvos solamente en la religión Católica, sino que aun herejes pueden lograr la
vida eterna... Sabeis que afanosamente Nuestros predecesores enseñaban ése
artículo de fe que estos se atreven negar, a saber, la necesidad de la fe Católica y
de unidad para la salvación... Omitiendo otras pasajes pertinentes cuales son
casi innumerables en los escritos de los Padres, Laudamos a San Gregorio el Grande
quien testifica expresamente que ESTA ES DE VERDAD LA ENSEÑANZA DE
LA IGLESIA CATÓLICA. Él dice: ‘La santa Iglesia universal enseña que no es
posible adorar a Dios verdaderamente excepto en ella y asevera que todos que están
fuera de ella no serán salvos.’ Actos oficiales de la Iglesia proclaman el mismo
dogma. Pues, en el decreto sobre fe que Inocente III publicó con el sínodo IV
de Letrán, estas cosas están escritas: ‘Hay una Iglesia universal de todos los
fieles fuera de que nadie es salvo.’ Finalmente el mismo dogma es también
mencionado expresamente en la profesión de fe propuesta por la Sede
Apostólica, no solamente la que todas iglesias Latinas usan, sino también la
que... usan otros Católicos Orientales. No mencionamos estos seleccionados
testimonios porque pensáramos que estuvierais ignorantes de ése articulo de
fe y necesitados de Nuestra instrucción. Lejos de Nosotros sea tener tal
absurda y insultante sospecha sobre vosotros.. Pero estamos tan preocupados
por este dogma serio y bien conocido, que ha sido atacado con tan notable
audacia, que no pudimos contener nuestra pluma de reafirmar esta verdad
con muchos testimonios.”dxciii[593]

Papa Gregorio XVI no dice, “Sin embargo, este dogma debe ser entendido en aquel senso
en que la Iglesia misma lo entiende,” como el heretico Protocolo 122/49. No, él afirma
inequívocamente que ESTA ES DE VERDAD LA ENSEÑANZA DE LA IGLESIA
CATÓLICA. Por toda la encíclica, Gregorio XVI no falta a afirmar repetidamente el
significado verdadero y literal de la frase Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación,
sin limitación ni excepción, como había sido definido. Padre Feeney y sus aliados en
defenso del dogma estaban reiterando exactamente lo que Gregorio XVI enseñó
oficialmente arriba. No se necesita un científico de cohete para comprender que si
Protocolo 122/49 fue escrito para “corregir” el entendimiento de Padre Feeney sobre
Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación (como fue), entonces Protocolo 122/49
también estaba “corrigiendo” el entendimiento del Papa Gregorio XVI y todas las
declaraciónes infalibles sobre el asunto por 20 siglos.

También, nota que Papa Gregorio XVI refiere a la definición dogmática del Cuarto
Concilio de Letrán para justificar su posición y entendimiento literal de la fórmula Fuera
la Iglesia No Hay Ninguna Salvación. Por todo el documento, Protocolo 122/49 no
hace ninguna referencia a ninguna de las definiciónes dogmáticas sobre este asunto.
Esto es porque Papa Gregorio XVI, siendo un Católico, supo que el único
entendimiento de un dogma que existe es lo que Santa Madre Iglesia una vez ha
declarado; mientras que los autores del Protocolo, siendo herejes, no creían que un
dogma debe ser entendido exactamente como una vez fue declarado. Éso explica
porque Papa Gregorio citó exactamente lo que Santa Madre Iglesia una vez ha
declarado y los autores del Protocolo no hicieron esto.

Papa Pío IX, Primero Concilio Vaticano, Ses. 3, Cap. 4, De Fe y Razón: “Pues,
también, ése entendimiento de sus dogmas sagrados debe ser retenido
perpetuamente, que Santa Madre Iglesia una vez ha declarado; y nunca debe
ser una retrocesión de ése significado bajo el especioso nombre de un
entendimiento más profundo.”dxciv[594]
Si el entendimiento del dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación no fuera
claro de la enseñanza de la Cátedra de Pedro (las definiciónes infalibles sobre el tema),
¡entonces una carta de 1949 del Cardenal Marchetti-Selvaggiani ciertamente no lo nos
diere! Y si ningunas excepciónes ni limitaciónes de este dogma fueron entendidos en el
tiempo de las definiciónes – ni en el tiempo del Papa Gregorio XVI – entonces es
imposible que excepciónes vinieren a ser entendidas después de ése punto (e.g., en
1949), porque el dogma ya había sido definido y enseñado mucho antes.
Descubrimiento de un nuevo entendimiento del dogma en 1949 es una negación del
entendimiento del dogma como había sido definido. Mas definir dogma nuevo es
verdaderamente lo que intentó hacer el Protocolo. Sigo con el Protocolo.

Suprema haec sacra, Protocolo 122/49, 8 Agosto 1949: “Pues, entre los
mandamientos de Cristo, ése uno no ocupa el mínimo lugar por cuál somos
mandados ser incorporados por el Bautismo en el Cuerpo Místico de Cristo, el
cual es la Iglesia, y permanecer unidos a Cristo y a Su Vicario... Por lo tanto,
nadie será salvo que, sabiendo la Iglesia haber sido divinamente establecida
por Cristo, sin embargo rehusa someterse a la Iglesia o retiene obediencia del
Pontífice Romano, el Vicario de Cristo en el mundo.”dxcv[595]

Aquí el Protocolo empieza emprender su nueva explicación del dogma Fuera la


Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación, pero en una manera diabólicamente
ingenioso. La ambigüedad está en el hecho que esta declaración es verdad: nadie que,
sabiendo la Iglesia haber sido divinamente establecida, sin embargo rehusa someterse a Ella y al
Pontífice Romano será salvo. Mas a todos leyendo este documento es también dada la
clara impresión que algunas personas, quienes desconocidamente han faltado a
someterse a la Iglesia y al Pontífice Romano, pueden ser salvos. ¡Esto es heretico y
efectivamente se lo haría contraproducente convencer a alguien que la Iglesia Católica
es divinamente establecida!

Compara la definición dogmática de la Iglesia Católica con la adición al dogma de


Protocolo 122/49.

El Dogma:

Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 Nov. 1302, ex cathedra:


“Además, declaramos, decimos, definimos, y proclamamos a toda criatura
humana que ellos por necesidad absoluta para la salvación son enteramente
sujetos al Pontífice Romano.”dxcvi[596]

La Adición de Protocolo 122/49:

Suprema haec sacra, Protocolo 122/49, 8 Agosto 1949: “Por lo tanto, nadie será
salvo que, sabiendo la Iglesia haber sido divinamente establecida por Cristo, sin
embargo rehusa someterse a la Iglesia o retiene obediencia del Pontífice
Romano, el Vicario de Cristo en el mundo.”dxcvii[597]
El lector puede ver facilmente que el significado propuesta por Protocolo 122/49 es
un desvío del entendimiento del dogma que Santa Madre Iglesia una vez ha
declarado. Nadie puede negar esto. El dogma de la necesidad de sumisión al Pontífice
Romano para la salvación se ha tornado de aplicación a toda criatura humana (Bonifacio
VIII) a los “sabiendo la Iglesia haber sido divinamente establecida” (Protocolo 122/49), otra
vez lo haciendo necio convencer a alguien que la Iglesia es divinamente establecida.
Sigo con el Protocolo:

Suprema haec sacra, Protocolo 122/49, 8 Agosto 1949: “En su infinita misericordia
Dios ha dispuesto que los efectos, necesarios para salvarse, de ésas ayudas a
salvación que son dirigidas al propósito final del hombre, no por necesidad
intrínseca, sino solamente por institución divina, pueden ser obtenidos también
en ciertas circunstancias cuando ésas ayudas están usadas solamente en deseo y
anhelo...
“El mismo en su propio grado debe ser aseverado de la Iglesia, en la
medida en que ella es la ayuda general a la salvación. Por lo tanto, para que
alguno puede obtener la salvación eterna, no es siempre requerido que él sea
incorporado en la Iglesia en realidad como un miembro, sino es necesario
que por lo menos sea unido a ella por deseo y anhelo.”dxcviii[598]

Aquí se detecta otra negación del dogma como fue definido, y un desvío del
entendimiento del dogma que Santa Madre Iglesia una vez ha declarado. Compara la
siguiente definición dogmática del Papa Eugenio IV con estos párrafos de Protocolo
122/49, especialmente las porciónes subrayadas.

El Dogma:

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” 1441, ex cathedra:


“La Santa Romana Iglesia firmemente cree, profesa y predica que todos que
están fuera de la Iglesia Católica, no solo paganos sino también Judíos o herejes
y cismáticos, no pueden compartir la vida eterna y irán ‘al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles’ [Mat. 25:41], a menos que estuvieren
juntados a la Iglesia antes del fin de la vida; y que la unidad de este cuerpo
eclesiástico (ecclesiastici corporis) vale tanto para que solo para los que
permanecen en ella los sacramentos de la Iglesia contribuyen a la salvación, y
ayuno, limosnas, y otras obras de piedad y prácticas de la milicia Cristiana
produjen recompensas eternas; y que nadie puede ser salvo, no importa cuanto
ha dado en limosnas y aun si haya derramado sangre en el nombre de Cristo, a
menos que haya perseverado en el seno y la unidad de la Iglesia
Católica.”dxcix[599]

¡Vemos que Protocolo 122/49 (citado arriba) está negando la necesidad de


incorporación en el ecclesiastici corporis, que es herejía!

Fue necesario estar en el “seno y unidad” de la Iglesia (Eugenio IV), pero ahora “no
es siempre requerido ser incorporado en la Iglesia en realidad como un miembro” (Protocolo
122/49). El dogma definido de INCORPORACIÓN y en realidad permanecer en el
cuerpo eclesiástico (ecclesiastici corporis) ha sido negado. ¡Esto es herejía!

No hay ninguna manera en todo mundo que la enseñanza de Protocolo 122/49 sea
compatible con la enseñanza del Papa Eugenio IV y Papa Bonifacio VIII. Aceptar, creer
o promover el Protocolo es actuar al contrario de estas definiciónes.

Sigo con el Protocolo:

Suprema haec sacra, Protocolo 122/49, 8 Agosto 1949: “Sin embargo, este deseo no
siempre necesita ser explícito, como es en catecúmenos; pero cuando una
persona está envuelta en ignorancia invencible, Dios acepta también un deseo
implícito, llamado así porque está incluido en esa buena disposición de la alma
por cual una persona quiere que su voluntad sea conformada a la voluntad de
Dios.”dc[600]

Aquí la herejía se presenta sin rodeos. Personas que no mantienen la Fe Católica –


que están “envueltas en ignorancia invencible” – también pueden ser unidas por deseo
“implícito,” con tal que “una persona quiere que su voluntad sea conformada a la
voluntad de Dios.” Y acuerdo al lector que Protocolo 122/49 fue escrito en
contradistinción específica a la declaración de P. Feeney que todos que mueren no
Católicos son perdidos. Eso es decir, el Protocolo fue escrito para distinguir
específicamente su propia enseñanza de la afirmación de P. Feeney que todos que
mueren no Católicos son perdidos, que muestra que el Protocolo estaba enseñando que
personas que mueren no Católicos y en religiónes falsas pueden ser salvas. Pues, la
declaración arriba del Protocolo es muy obviamente, y nada distinta de, la herejía que
se puede ser salvo en cualquier religión o en ninguna religión, con tal que la moralidad
sea mantenida.

P. Michael Muller, C.Ss.R., El Dogma Católico, pp. 217-218: “Ignorancia


inculpable o invencible nunca ha sido y nunca será un medio de salvación.
Para ser salvo, es necesario ser justificado, o estar en el estado de gracia. Para
obtener la gracia santificante, es necesario tener las disposiciónes correctas para
la justificación; eso es, verdadera fe divina en por lo menos las verdades
necesarias de salvación, esperanza segura en el Salvador divino, sincera tristeza
por pecado, junto con el firme propósito de hacer todo que Dios ha mandado,
etc. Pues, estos actos sobrenaturales de fe, esperanza, caridad, contrición, etc.,
que preparan la alma para recibir la gracia santificante, nunca pueden ser
suplidos por ignorancia invencible; y si ignorancia invencible no puede
suplir la preparación para recibir la gracia santificante, mucho menos puede
conferir la gracia santificante misma. ‘Ignorancia invencible,’ dice Santo
Tomás, ‘es un castigo por pecado.’ (De Infid. Q. x., art. 1).”dci[601]

Compara el pasaje arriba del Protocolo con las siguientes definiciónes dogmáticas.

El Dogma:
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Sesión 8, 22 Nov. 1439, “El Credo
Atanasiano”, ex cathedra: “Todo él que desee salvarse debe, ante todo, guardar
la fe Católica; pues, a menos que una persona guarde esta fe entera e inviolada, sin
duda alguna se perderá para siempre.”dcii[602]

Papa Pío IV, Concilio de Trento, “Iniunctum nobis,” 13 Nov. 1565, ex cathedra:
“Esta verdadera fe Católica, fuera de que nadie puede ser salvo... Ahora
profeso y verdaderamente mantengo...”dciii[603]

Papa Benedicto XIV, Nuper ad nos, 16 Marzo 1743, Profesión de Fe: “Esta fe de
la Iglesia Católica, sin la cual nadie puede ser salvo, y que de motu propio
ahora profeso y sinceramente mantengo...”dciv[604]

Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, Sesión 2, Profesión de Fe: “Esta verdadera fe
Católica, fuera de que ninguno puede ser salvos, que ahora espontáneamente
profeso y sinceramente mantengo...”dcv[605]

Sigo con el Protocolo:

Suprema haec sacra, “Protocolo 122/49,” 8 Agosto 1949: “Al fin de la misma carta
encíclica, invitando muy cariñosamente a unidad los que no pertenecen al
cuerpo de la Iglesia Católica (qui ad Ecclesiae Catholicae compagnem non
pertinent), él menciona los que son ‘ordenados al Cuerpo Místico del Redentor
por un tipo de deseo y intención inconsciente,’ y no excluye estos en ninguna
manera de salvación eterna, pero, de lo contrario, asevera que están en una
condición en que ‘no pueden ser seguros sobre su propia salvación eterna,’
porque ‘todavía permanecen privados de tantos y tan grandes socorros
celestiales, cuales se puede gozar solamente en la Iglesia Católica.’”dcvi[606]

Al dar su falso análisis de la encíclica del Papa Pío XII Mystici Corporis, Suprema
haec sacra enseña que personas que “no pertenecen” al Cuerpo de la Iglesia pueden ser
salvos. Lo interesante sobre este pasaje heretico en Protocolo 122/49 es que aun Msgr.
Fenton (uno de sus defensores más grandes) admite que no se puede decir que el
Alma de la Iglesia es más extenso que el Cuerpo.

Msgr. Joseph Clifford Fenton, La Iglesia Católica y la Salvación, 1958, p. 127: “Por
supuesto la más importante y más frecuentemente empleada de todas las
explicaciónes inadecuadas de la necesidad de la Iglesia para la salvación fue
la que enfocaba en una distinción entre el ‘cuerpo’ y la ‘alma’ de la Iglesia
Católica. El individuo que trataba de explicar el dogma en esta manera
generalmente designaba la Iglesia visible misma como el ‘cuerpo’ de la Iglesia y
aplicaba el término ‘alma de la Iglesia’ o a gracia y las virtudes sobrenaturales o
a cualquier descabellada ‘Iglesia invisible.’ ...fueron varios libros y artículos
afirmando que, mientras que el ‘alma’ de la Iglesia fue en tal manera no
separado del ‘cuerpo,’ fue en realidad más extenso que este ‘cuerpo.’
Explicaciónes de la necesidad de la Iglesia construidas en términos de esta
distinción fueron inadecuadas y confusas al mejor, y muy frecuentemente
infectadas con error grave.”
Por lo tanto, decir que no es necesario pertenecer al Cuerpo, como Suprema haec
sacra (el Protocolo) hace, es decir que no es necesario pertenecer a la Iglesia. Por
consiguiente, por su declaración arriba, Protocolo 122/49 enseñó la herejía que no es
necesario pertenecer a la Iglesia Católica para ser salvo, la misma cosa denunciada
por Pío XII.

Papa Pío XII, Humani Generis (# 27), 1950: “Algunos dicen que no son obligados
a la doctrina, explicada en Nuestra Carta Encíclica de pocos años antes, y
basada en las fuentes de revelación, que enseña que el Cuerpo Místico de Cristo
y la Iglesia Católica Romana son uno y el mismo. Algunos reducen a una
fórmula vacía la necesidad de pertenecer a la verdadera Iglesia para lograr la
salvación eterna.”dcvii[607]

Esto es importantísimo, porque prueba que la enseñanza de Suprema haec sacra –


y por siguiente la enseñanza de Msgr. Joseph Clifford Fenton que la defendía – es
heretica. Ambos niegan la necesidad de “pertenecer” a la verdadera Iglesia para lograr
la salvación eterna.

Papa León X, Quinto Concilio de Letrán, Sesión 11, 19 Dic. 1516, ex cathedra:
“Pues, regulares y seglares, prelados y súbditos, exentos y no exentos,
pertenecen a la una Iglesia universal, fuera de que absolutamente nadie es
salvo, y todos ellos tienen un Señor y una fe. Eso es porque es apropiado que,
como pertenecen al uno mismo cuerpo, también tienen la una misma
voluntad...”dcviii[608]

Menos de tres meses después que fue publicada parte de la carta Marchetti-
Selvaggiani en El Piloto, Padre Feeney fue expulsado del Orden Jesuita el 28 de
Octubre, 1949. Padre Feeney resistía fuertemente los intentos de los herejes de pegarle
y hacerle someterse a la herejía que no Católicos pueden ser salvos. Sobre la carta del 8
de Agosto de Marchetti-Selvaggiani (Protocolo 122/49), Padre Feeney dijo
correctamente: “puede ser considerada haber establecido una política de dos aspectos
para propagar error.”

La realidad fue que la expulsión de Padre Feeney del Orden Jesuita no tuvo
ninguna validez. Los hombres que le expulsaron y los clérigos que eran contra él
fueron expulsados automáticamente de la Iglesia Católica por adherirse a la herejía que
los que mueren no Católicos pueden ser salvos. Esto es similar a la situación en el 5to
siglo, cuando el Patriarca de Constantinopla, Nestorius, empezó a predicar la herejía
que María no fue la Madre de Dios. Los fieles reaccionaron, acusaron a Nestorius de
herejía y le denunciaron por un hereje que estaba fuera la Iglesia Católica. Y luego
Nestorius fue condenado del Concilio de Éfeso en 431. Esto es lo que dijo Papa San
Celestino I sobre los que habían sido excomulgados por Nestorius después que él
empezó a predicar herejía.

Papa San Celestino I, 5to Siglo:


“La autoridad de Nuestra Sede Apostólica ha determinado que el obispo,
clérigo, o simple Cristiano que había sido depuesto o excomulgado por
Nestorius o sus seguidores, después que este último empezó a predicar
herejía no será considerado depuesto ni excomulgado. Porque él que había
desertado de la fe con tales predicaciónes, no puede deponer ni remover a
nadie en absoluto.”dcix[609]

Papa San Celestino confirma autorizadamente el principio que un hereje público


es una persona sin toda autoridad de deponer, excomulgar o expulsar. La citación
está encontrada en De Romano Pontífice, la obra de San Roberto Bellarmino. Esto
explica porque toda la persecución contra Padre Feeney (expulsión, entredicho, etc.) no
tenía ninguna validez, porque él tenía razón y los que eran contra él eran equivocados.
Él defendía el dogma que no hay ninguna salvación fuera la Iglesia, mientras sus
opositores defendían la herejía que hay salvación fuera la Iglesia.

San Roberto Bellarmino (1610), Doctor de la Iglesia, De Romano Pontífice: “Un


papa que es un hereje manifiesto automáticamente (per se) deja de ser papa y
cabeza, asimismo que automáticamente deja de ser Cristiano y miembro de la
Iglesia. Por lo tanto, él puede ser juzgado y castigado por la Iglesia. Esta es la
enseñanza de todos los Padres antiguos que enseñan que herejes manifiestos
pierden inmediatamente toda jurisdicción.”

La situación entre Padre Feeney y los herejes de Boston continuaba sin cambiar
hasta el 14 de Septiembre, 1952. En este momento, Richard Cushing, el “Arzobispo” de
Boston, exigió que Padre Feeney retracte su “interpretación” del dogma – que signífica
retractar el dogma – y haga una profesión explícita de sumisión a la carta Marchetti-
Selvaggiani (Protocolo 122/49). Con cuatro testigos, Padre Feeney se presentó ante
Cushing. Le dijo que su única opción fue declarar la carta de Marchetti-Selvaggiani
“absolutamente escandalosa porque fue francamente heretica.” Esto es exactamente
lo que habría dicho Papa Gregorio XVI sobre la horrible carta Protocolo, asimismo que
cualquier Católico.

En su conferencia, P. Feeney le pidió al “Arzobispo” Cushing si él estaba de


acuerdo con la carta de Marchetti-Selvaggiani del 8 de Agosto, 1949. Respondió
Cushing, “No soy teólogo. Todo que sé es lo que soy dicho.” Esta respuesta evasiva y
reservada muestra los verdaderos colores de Cushing, este hereje, pastor falso y
enemigo de Jesucristo. Si creyera Cushing que alguno fuera obligado a la carta,
entonces debería haber respondido sin vacilar que estaba de acuerdo con ella. Pero ya
que no quería defender la carta en ningunos de sus detalles, especialmente sus
negaciónes de dogma, respondió por evadir la cuestión. Esta evasión prohibió a P.
Feeney de ponerle en la encrucijada y condenarle con el dogma que fue negado. Padre
Feeney acusó a Cushing de faltar en su deber y se salió.

28. Herejía antes de Vaticano II


Para reconocer enteramente la controversia de Padre Feeney se debe entender que
la negación de la fe que combatía Padre Feeney estaba firmemente establecida en los
años antes de Vaticano II. La mayoría de la gente que se consideran ser “Católicos
tradicionales” tienen la impresión falsa que “si pudiéramos (al menos) revertir a lo que
creían la gente en los 1950’s, todo sería bien.” No, no sería. La mayoría de los sacerdotes y
obispos en los 1940’s y 1950’s ya habían perdido la fe y habían rechazado
completamente el dogma solemnemente definido que no hay ninguna salvación fuera
la Iglesia Católica. Es simplemente un hecho que herejía contra el dogma Fuera la
Iglesia No Hay Ninguna Salvación estaba enseñada en la mayoría de seminarios en los
1940’s y 50’s. De hecho, la avería de la fe empezó mucho más temprano que los 1940’s
o 50’s.

Nuestra Señora de La Salette, Francia, 19 Sept. 1846: “En el


año 1864, Lucifer junto con un gran número de demonios
serán soltados del infierno; ellos pondrán fin a fe poco a
poco, aun en los dedicados a Dios. Les cegarán en tal manera,
para que, sino sean benditos con una gracia especial, esta
gente se tomarán el espíritu de estos ángeles del infierno;
varias instituciónes religiosas perderán toda fe y perderán
muchas almas... Roma perderá la fe y se convertirá en la sede
del Anticristo... La Iglesia será en eclipse...”

Como dije antes en este documento, San Antonio María Claret, el único santo
canonizado en el Primero Concilio Vaticano, sufrió una apoplejía por causa de las
doctrinas falsas que estaban propuestas aun entonces, las cuáles nunca vinieron en el
Concilio. La desmantelación paso a paso de la Fe Católica por Lucifer empezó, no en
1964, sino en 1864, mucho antes de Vaticano II. Ya miraremos unos ejemplos de herejía
flagrante en libros ante-Vaticano II con Imprimátur (i.e., la aprobación de un Obispo).

1. La Enciclopedia Católica, Vol. 3, “Iglesia,” 1908, G. H. Joyce: “La doctrina


es resumida en la frase, Extra Ecclesiam nulla salus (Fuera la Iglesia no hay
ninguna salvación)... Ciertamente no signífica que ningunos pueden ser
salvos excepto los que están en comunión visible con la Iglesia
Católica. La Iglesia Católica siempre ha enseñado que nada más es
necesario para obtener la justificación que un acto de caridad perfecta y
de contrición... Muchos son alejados de la Iglesia por ignorancia. Esto
puede ser el caso de algunos entre los que han sido criados en
herejía... Pues, aun en el caso en que Dios salva a hombres aparte de
la Iglesia, Él lo hace por las gracias actuales de la Iglesia... En la
expresión de teólogos, ellos pertenecen a la alma de la Iglesia, aunque
no a su cuerpo.”dcx[610]

Lo que tenemos aquí, en La Enciclopedia Católica, en el año 1908, en un libro con el


Imprimátur de Juan Farley, el Arzobispo de Nueva York, es herejía flagrante. El autor,
G.H. Joyce, completamente rechaza el dogma como ha sido definido. Él aun emplea la
“Alma de la Iglesia Herejía” que es completamente heretica (como mostré en la sección
“La Alma de la Iglesia Herejía”). El dogma definido que declaró que solamente ellos
en la Iglesia Católica pueden ser salvos, ha cedido a la herejía que Dios salva a hombres
“aparte de la Iglesia.”

Papa León XIII, Tametsi futura prospicientibus (# 7), 1 Nov. 1900: “Pues todos que
se proponen encontrar salvación aparte de la Iglesia, están descarriados y se
esfuerzen en vano.”dcxi[611]

Mas a estos herejes, este dogma ya no signífica que fuera la Iglesia no hay ninguna
salvación, sino, al contrario, que no Católicos son salvos en sus religiónes falsas pero
por la Iglesia Católica. La necesidad de fe y unidad Católica para la salvación ha sido
totalmente rechazada.

Papa Gregorio XVI, Summo Iugiter Studio, 27 Mayo 1832:


“Finalmente, algunos de estas personas descaminadas intentan persuadir a si
mismos y a otros que hombres no son salvos solamente en la religión Católica,
sino que aun herejes pueden lograr la vida eterna... Sabeis que afanosamente
Nuestros predecesores enseñaban ése artículo de fe que estos se atreven
negar, a saber, la necesidad de la fe Católica y de unidad para la
salvación.”dcxii[612]

Y esto prueba que el dogma que los que mueren no Católicos no pueden ser salvos
estaba negado públicamente aun tan temprano que 1908.

2. Mi Fe Católica, un Catecismo por Obispo Louis LaRavoire, 1949: “La


Santa Misa puede ser ofrecida para los vivos de cualquier credo. Puede
ser ofrecida para Católicos muertos. El sacerdote no puede ofrecer la
Misa públicamente para muertos no Católicos, pero las personas que
oyen la Misa sí pueden.”dcxiii[613]

Aquí encontramos más herejía clara en un Catecismo escrito por el Obispo de


Krishnager, Louis LaRavoire. Este Catecismo es todavía promovido hoy por muchos
llamados “Católicos tradicionales.” Por permitir oraciónes para muertos no Católicos,
Louis LaRavoire niega el dogma que todos que salen de la vida no Católicos son
perdidos.

Papa Clemente VI, Super quibusdam, 20 Sept. 1351:


“En el segundo lugar, pedimos si vosotros y los Armenianos obedientes a vos
creen que ningún hombre de los caminantes fuera de la fe de esta Iglesia, y
fuera la obediencia al Papa de Roma, puede ser salvo al fin.”dcxiv[614]

3. Catecismo de Baltimore No. 3, 1921, Imprimátur del Arzobispo Hayes de


Nueva York: “P. 510. ¿Alguna vez es posible que alguno sea salvo que
no sabe que la Iglesia Católica es la verdadera Iglesia? R. Es posible
que alguno sea salvo que no sabe que la Iglesia Católica es la
verdadera Iglesia, con tal que ésa persona (1) ha sido bautizado
válidamente; (2) firmemente cree la religión que él profesa y practica
es la verdadera religión, y (3) muere sin la culpa de pecado mortal en
la alma.”

Aquí encontramos herejía flagrante en el Catecismo de Baltimore, publicado con


Imprimátur en 1921. Los autores de este Catecismo heretico son tan atrevidos para
aseverar que la salvación de un no Católico no es solamente posible, sino dependente
en si el no Católico “firmemente cree que la religión que él profesa y practica es la
verdadera religión.” Pues si estés firmemente convencido que Mormonismo es la
verdadera religión, entonces tienes una buena posibilidad de salvarse, según el
Catecismo de Baltimore; pero si no estés firmemente convencido de esto entonces la
posibilidad es menor. Esto hace una tontería absoluta del dogma: un Señor, una fe y
un bautismo (Ef. 4:5).

Papa Gregorio XVI, Mirari Vos (# 13), 15 Agosto 1832: “Con la admonición del
apóstol que ‘hay un Dios, una fe, un bautismo’ (Ef. 4:5) que ellos teman que
idean la noción que el seguro refugio de salvación es abierto a personas de
cualquier religión. Deben considerar el testimonio de Cristo Mismo que ‘los
que no están con Cristo están contra Él,’ (Lucas 11:23) y que dispersan
desgraciadamente que no recogen con Él. Por lo tanto, ‘sin duda, perecerán
eternamente, a menos que mantenieren la fe Católica entera e inviolada’
(Credo Atanasiano).”dcxv[615]

Las palabras de Gregorio XVI en Mirari Vos pudieran haber sido escritas
específicamente a los autores del Catecismo de Baltimore; y de verdad fueron dirigidas
a otros herejes en su día que propusieron la misma cosa. Nota que lejos se ha
apartado el Catecismo de Baltimore del dogmático Credo Atanasiano, que afirmó
Gregorio XVI, que dice que todo él que quiere salvarse debe guardar la Fe Católica.
Los autores del Catecismo de Baltimore no pudieran, en su imaginación más
descabellada, fingir creer en ésa dogmática profesión de fe.

El lector también debería notar que Papa Gregorio XVI enseña que los que nunca
han sido Católico son perdidos, además de Católicos que salen de la Iglesia.

El Catecismo de Baltimore rechaza las palabras de Jesucristo, quien declaró que “él
que no cree será condenado” (Marco 16:16). La edición revisada de las Escrituras de los
autores del Catecismo de Baltimore debería decir: “él que cree firmemente en religiónes
falsas no será condenado.”

4. Fundamentales de Dogma Católico, de Ludwig Ott, Imprimátur 1954, p. 310:


“La necesidad de pertenecer a la Iglesia no es solamente una necesidad
de precepto, sino también de medio, como muestra claramente la
comparación con la Arca, el medio de salvación del diluvio bíblico... En
circunstancias especiales, a saber, en el caso de ignorancia invencible o
de incapacidad, afiliación real de la Iglesia puede ser remplazada por el
deseo de la misma... En esta manera los que están en punto de hecho
fuera de la Iglesia Católica también pueden lograr la salvación.”dcxvi[616]

Que lástima que la Iglesia Católica fue suficientemente estúpida para definir más
que siete veces que fuera la Iglesia Católica absolutamente nadie es salvo, porque
(como revela el “grande” Ludwig Ott) “los que están en punto de hecho fuera de la Iglesia
Católica también pueden lograr la salvación.” Que lástima que la Iglesia no poseía esta
iluminación profunda, que ella no sabía que lo que había enseñado “infaliblemente”
por todos estos años era en realidad exactamente el opuesto de la verdad.

De verdad, lo que dice Ludwig Ott arriba es equivalente a declarar que la Bendita
Virgen María fue concebida en Pecado Original. No hay ninguna diferencia en
absoluto. Si la Iglesia define que fuera la Iglesia absolutamente nadie es salvo (Papa
Inocente III, etc.), y yo asevere que “los que están en punto de hecho fuera de la Iglesia
Católica pueden lograr la salvación,” entonces hago exactamente la misma cosa que si
declararía que la Virgen María fue concebida en algún pecado, cuando la Iglesia dijo
que ella no tuvo ningún pecado. Yo diría exactamente el opuesto que lo que la Iglesia
había definido infaliblemente, y esto es precisamente lo que hace Ludwig Ott.

Pero poco después de negar explícitamente el dogma que nadie puede ser salvo
fuera la Iglesia, nota que dice Ludwig Ott:

Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, p. 311: “Es la convicción


unanime de los Padres que la salvación no puede ser lograda fuera de la
Iglesia.”dcxvii[617]

“Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; No, no; porque lo que es más de estos, de mal procede.” (Mt.
5:37). ¡De una página a la próxima, Ludwig Ott contradice a si mismo sobre si los que
están fuera la Iglesia Católica pueden lograr la salvación! Él aun usa exactamente el
mismo verbo – “lograr” – en ambas frases, mas con el opuesto significado de una a la
próxima: 1) los “fuera de la Iglesia pueden lograr la salvación”; 2) “la salvación no
puede ser lograda fuera de la Iglesia.” Su hablar no es de Dios, sino del diablo. Negro
es blanco y blanco es negro; bien es mal y mal es bien; verdad es error y error es
verdad; salvación puede ser lograda fuera la Iglesia y salvación no puede ser lograda
fuera la Iglesia.

Para los herejes ante-Vaticano II que condenaban a Padre Feeney y despreciaban el


dogma Fuera la Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación, no hay problema creer
que hay salvación fuera la Iglesia Católica, mientras creer simultáneamente que no hay
salvación fuera la Iglesia Católica. No hay problema para esta gente porque son de mal
(Mt. 5:37).

Papa Clemente V, Concilio de Vienne, Decreto # 30, 1311-1312, ex cathedra: “...


una Iglesia universal, fuera de que no hay ninguna salvación, para todos suyos
hay un Señor, una fe, y un bautismo...”dcxviii[618]
Los que aceptan obstinadamente la herejía contenida en estos libros ante-Vaticano
II – como Fundamentales de Dogma Católico de Ludwig Ott – con toda justicia deben
temer, como dice Papa Gregorio XVI, porque sin duda heredarán un lugar en el
Infierno si no se arrepienten y se convertieren.

5. El Catecismo Explicado, Rev. Spirago y Rev. Clark, 1898: “Sin embargo, si


un hombre, por ninguna propia culpa, se quede fuera la Iglesia, él
puede ser salvo si lleve una vida con temor de Dios; porque tal hombre
es por todo intento y propósito un miembro de la Iglesia
Católica.”dcxix[619]

Según esto, no es solamente posible salvarse fuera la Iglesia (que es una negación
directa del dogma), sino es efectivamente posible ser, “por todo intento y propósito,”
un miembro de la Iglesia Católica ¡mientras aun se queda fuera de Ella! Esto es tan
heretico y contradictorio que no vale más comentario, excepto decir que lo que
propone aquí El Catecismo Explicado – que un hombre puede ser salvo fuera la Iglesia
con tal que dirige “una vida con temor de Dios” – es exactamente lo que condenó Papa
Gregorio XVI en Mirari Vos: que un hombre puede ser salvo en cualquier religión, con
tal que la moralidad sea mantenida.

Papa Gregorio XVI, Mirari Vos (# 13), 15 Agosto 1832: “Esta opinión retorcida
está difundida por todos lados por el fraude de los malvados que afirman que
es posible obtener la eterna salvación de la alma por la profesión de
cualquier tipo de religión, con tal que se mantenga la moralidad... ‘sin duda,
perecerán eternamente, a menos que mantenieren la fe Católica entera e
inviolada’ (Credo Atanasiano).”dcxx[620]

Yo podría continuar con ejemplos de textos con imprimátur ante-Vaticano II que


contienen herejía, pero el punto debería ser obvio: la negación del dogma Fuera la
Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación estaba firmemente establecida en la mente
de la mayoría de sacerdotes y obispos antes de Vaticano II, así que la oposición que
experimentaba Padre Feeney al defender esta verdad en los finales de los 1940’s y
1950’s no viene como sorpresa. La Gran Apostasía estaba firmemente establecida en
los 1940’s y 50’s, en realidad habiendo empezado del medio a los finales de los 1800’s, y
Padre Feeney estaba intentando reprimir esta corriente de apostasía por cortar sobre su
causa fundamental: la negación de la necesidad de la Iglesia Católica para la salvación.

29. Mystici Corporis


Algunos tienen la falsa impresión que la horrorosa herejía ante-Vaticano II, que fue
catalogada arriba, también fue enseñada por Papa Pío XII en su encíclica Mystici
Corporis. Esto no es verdad. El pasaje que a los herejes les encanta citar de Mystici
Corporis es débil, pero no heretico. Es traducido fielmente como la siguiente:

Papa Pío XII, Mystici Corporis, 29 Junio 1943, Hablando sobre no Católicos:
“[Deseamos que] cada uno de ellos... cooperen generosamente y con voluntad
propia con los impulsos internos de gracia divina y tengan cuidado para
arrancarse de esas condiciones, en que no pueden ser seguros (Ing. secure) sobre
su salvación eterna. Porque, aunque podrían ser dirigidos [o ordenados] al
Cuerpo Místico del Redentor, por un cierto deseo y intención inconsciente,
todavía permanecen privados de tantos y tan grandes socorros celestiales,
cuales se puede gozar solamente en la Iglesia Católica.”dcxxi[621]

Primero de todo, este pasaje de Mystici Corporis ha sido traducido incorrectamente


por muchos para debilitar más y para distorsionar las palabras reales de Pío XII. La
frase (ab eo statu se eripere studeant, in quo de sempiterna cuiusque propria salute securi esse
non possunt) que es traducida correctamente como “...arrancarse de esas condiciones, en
que no pueden ser seguros sobre su salvación eterna,” ha sido traducida mal como
“miren por retirarse de ése estado en que no pueden ser sin duda (Ing. sure) sobre su
salvación.”dcxxii[622] Esta traducción mala da la clara impresión que no Católicos tienen
una remota posibilidad de lograr la salvación donde están.

Es muy interesante que aun un heretico defensor de Protocolo 122/49, Msgr.


Fenton, admite que “sin duda” es una traducción gravemente engañosa.

Msgr. Joseph Clifford Fenton, La Iglesia Católica y la Salvación, 1958, p. 88:


“Muchas de las traducciónes publicadas de Mystici Corporis Christi emplean la
expresión ‘en que no pueden ser sin duda sobre su salvación’ al traducir esta
frase al Inglés. Esta terminología es ambos inexacta y gravemente
engañosa.”dcxxiii[623]

Fenton sigue a notar que la mala traducción da la impresión que Católicos pueden
ser sin duda sobre su salvación, que es una herejía condenada por el Concilio de Trento
(Trento, Ses. 6, Cap. 9).

La otra parte de Mystici Corporis que ha sido traducida mala por muchos para
además debilitar y para distorsionar las palabras reales de Pío XII es la frase, en Latín:
“quandoquidem, etiamsi inscio quodam desiderio ac voto ad mysticum Redemptoris Corpus
ordinentur.” Ha sido traducida mala por muchos así: “Pues aunque insospechadamente
son relacionados en deseo y resolución al Cuerpo Místico del Redentor...” Esta es una
traducción errónea deliberada que altera el significado de las palabras de Pío XII.
Citaré al Hno. Roberto María en Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación para explicar
porque esta traducción es incorrecta.

“La palabra abusada es ordinentur. El libro, un Diccionario Latín-Inglés de


Santo Tomás de Aquino, por Roy J. Deferrari, nos da los siguientes significados
del verbo Latín ordino: ‘Ordino, are, avi, atum – (1) ordenar, poner en órden,
arreglar, ajustar, disponer, (2) inclinar...”
“Ya que el Papa usa el modo subjuntivo para expresar una contingencia de
incertidumbre, no un hecho, la traducción debe leer:
‘Pues, aunque podrían ser dispuestos a (o ordenados a) el Cuerpo místico
del Redentor, por un cierto inconsciente deseo y resolución...’
“En otras palabras, la única cosa este ‘cierto inconsciente deseo y
aspiración’ (inscio quodam desiderio ac voto) posiblemente esté haciendo
para estos no Católicos es ponerles en orden para la entrada en, o el regreso a,
la Iglesia. En ninguna manera dice el Papa, como hecho, que ellos son
‘relacionados’ al Cuerpo Místico del Redentor, mucho menos ‘unidos a él
[Cuerpo].’”dcxxiv[624]

Hno. Roberto María astutamente ha indicado como es falso decir que Pío XII
enseñó que algunos no Católicos son “relacionados” a la Iglesia por deseo inconsciente;
y que Pío XII ciertamente no enseñó que algunos no Católicos son “unidos” a la Iglesia.
Pero esto es como se encuentra Mystici Corporis traducido en muchos artículos,
especialmente los escritos por sacerdotes que niegan el dogma Fuera la Iglesia No Hay
Ninguna Salvación.

Aunque la observación importante arriba muestra que equivocado es el tratamiento


de Mystici Corporis de los herejes modernos, no hay duda que la declaración de Pío XII
en el pasaje arriba – aun traducido correctamente – está todavía patéticamente débil, y
abre la puerta para que los herejes liberales aseveren que él aprobó la herejía que no
Católicos pueden ser salvos por su inconsciente deseo de la fe Católica. Su debilidad
muestra la mente de un hombre que permitía herejía contra el dogma Fuera la Iglesia
No Hay Ninguna Salvación correr desenfrenadamente en los seminarios, textos
teologicos y Catecismos durante su reinado, aun si no fuera enseñada explícitamente
por él. A Pío XII no le convino hablar sobre el supuesto inconsciente deseo y
aspiración de no Católicos, aunque si él no aseverase que tales podrían ser salvos.
Todos saben que aun la mención de tal cosa causa a modernistas salivar como perros
sobre una comida sabrosa. Pío XII debería dirigirse a no Católicos en la manera del
Papa León XII, y debería haber reafirmado en la manera de Gregorio XVI que no
Católicos ciertamente perecerán si no mantuvieren la fe Católica.

Papa León XII, Quod hoc ineunte (# 8), 24 Mayo 1824: “Nos
dirigimos a todos vosotros que ya están removidos de la
verdadera Iglesia y el camino de la salvación. En este
regocijo universal, se falta una cosa: que habiendo sido
llamados por la inspiración del Espíritu Celestial y habiendo
rompido toda trampa decisiva, pudiereis acordarse
sinceramente con la madre Iglesia, fuera de cuyas enseñanzas
no hay ninguna salvación.”dcxxv[625]

Papa Gregorio XVI, Mirari Vos (# 13), 15 Agosto 1832: “Por lo tanto, ‘sin duda,
perecerán eternamente, a menos que mantenieren la fe Católica entera e
inviolada’ (Credo Atanasiano).”dcxxvi[626]

Una fuerte reafirmación de la enseñanza Católica como esto por Pío XII habría
eliminado todas las alegaciónes de los herejes contra el dogma por referencia a su
encíclica. Sin embargo, aquí hay unas otras declaraciónes del Papa Pío XII dignas de
notar.

Papa Pío XII, Mystici Corporis (# 22), 29 Junio 1943: “En realidad solo ellos
deben ser numerados entre los miembros de la Iglesia que han recibido el
lavacro de regeneración y profesan la verdadera fe.”dcxxvii[627]

Papa Pío XII, Mediator Dei (# 43), 20 Nov. 1947: “En la misma
manera, que en realidad el bautismo es la marca distintiva de
todos Cristianos, y sirve para diferenciarles de los que no se
han sido limpiados en este chorro purificador y por siguiente
no son miembros de Cristo, el sacramento de santos órdenes
diferencia al sacerdote del resto de los fieles que no han
recibido esta consagración.”dcxxviii[628]

Estas dos declaraciónes excluyen la idea que alguno puede ser salvo por aun un
deseo explícito de bautismo, porque afirman que los que no han recibido el Sacramento
de Bautismo no son Cristianos ni miembros de la Iglesia ni miembros de Cristo. (Los
que no son Cristianos ni miembros de la Iglesia ni miembros de Cristo no pueden ser salvos.)

Juan 15:6- “Si alguno no se halle en Mí, será echado fuera como rama, y se
secará, y le cogerán, y le echarán en el fuego, y se quemará.”

En realidad, si alguno admita que la citación arriba de Mediator Dei es magistral (y


así infalible), ella sola elimina toda teoría de bautismo de deseo, porque asevera que
la diferenciación entre los que han recibido la marca del bautismo (y son miembros de
Cristo) y los que no han recibido la marca del bautismo (y por siguiente no son
miembros de Cristo) es tan pronunciada como la diferenciación entre los que se han
hecho sacerdotes por ordenación y los que no. En otras palabras, según la declaración
del Papa Pío XII en Mediator Dei, aseverar que alguno podría ser un Cristiano o un
miembro de Cristo sin la marca del bautismo (que es lo que asevera la teoría de
bautismo de deseo) es semejante a aseverar que alguno podría ser un sacerdote sin
ordenación.

Además, en Humani Generis en 1950, Papa Pío XII verdaderamente puso el dedo
directamente sobre la herejía trabajando contra Fuera la Iglesia No Hay Ninguna
Salvación.

Papa Pío XII, Humani Generis (# 27), 1950: “Algunos dicen que
no son obligados a la doctrina, explicada en Nuestra Carta
Encíclica de pocos años antes, y basada en las fuentes de
revelación, que enseña que el Cuerpo Místico de Cristo y la
Iglesia Católica Romana son uno y el mismo. Algunos
reducen a una fórmula vacía la necesidad de pertenecer a la
verdadera Iglesia para lograr la salvación eterna.”dcxxix[629]

Papa Pío XII condena aquí la exacta herejía común a todos los herejes modernos
que niegan este dogma. ¡Ellos reducen el dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna
Salvación a una fórmula vacía por decir que no signífica lo que dice!

También debe ser notado que aunque Papa Pío XII no enseñó que no Católicos
podrían ser unidos a la Iglesia y salvos por un “cierto inconsciente deseo y resolución,”
si lo hubiera hecho, habría sido enseñando herejía – una herejía refutada por sus
proprias declaraciónes arriba. Como nos dice San Pablo, “Mas aun si nosotros, o un
ángel del cielo, os predicare otro evangelio de lo que os hemos predicado, sea anatema” (Gál.
1:8). El problema con Papa Pío XII, empero, no fue primariamente lo que él dijo sobre
este dogma, sino lo que no dijo, y más específicamente, lo que permitió por silencio,
negligencia (y posiblemente por apoyo directo) pasar al dogma Fuera la Iglesia No Hay
Ninguna Salvación y a Padre Leonard Feeney, S.J. Lo que él permitió pasar fue un
crimen tan grave que no puede ser medido. Lo que él permitió pasar resultaría ser un
escándalo incalculable a los fieles y un impedimento a la salvación de millónes de
almas en su día, y por una generación venidera.

30. Papa Pío XII, Padre Feeney y el dogma


Una de las razónes porque el heretico y nocivo Protocolo 122/49 ganó tanto
impulso en la mente de tantos obispos y sacerdotes, y pudo literalmente destruir por
completo la creencia del dogma (que los que mueren no Católicos son perdidos) en casi
todo el mundo Católico, fue porque ellos pensaban que tenía la aprobación por lo
menos tácita del Papa Pío XII. De verdad el documento afirma que él sí lo aprobó. La
última palabra es que él no lo firmó, ni lo promulgó en ninguna manera que habría
afectado infalibilidad. No fue aun publicado oficialmente. Y obviamente ningún Papa
podría haber firmado este documento, porque el Protocolo es muy heretico, como he
mostrado.

Si Papa Pío XII estuviera de acuerdo con el Protocolo y la persecución de Padre


Feeney por predicar el dogma, entonces simplemente fuera un pecador mortal contra
la Fe. Si se hubiera presentado en favor del Protocolo y contra P. Feeney entonces
habría sido un hereje. Esto es simplemente un hecho. Si Papa Pío XII habría negado el
dogma – como hicieron los sacerdotes del Colegio de Boston, por ejemplo – y asentido
a la represión de la predicación apostólica de él por Padre Feeney, entonces Pío XII se
habría hecho un hereje y un enemigo de la fe.

Si Papa Pío XII pensara que Padre Feeney estaba predicando su propia doctrina al
aseverar exactamente lo que aseveró Papa Gregorio XVI en Summo Iugiter Studio y lo
que la Cátedra de Pedro ha definido dogmáticamente (que todos que mueren no
Católicos son perdidos), entonces él no entendiera la primera cosa sobre la Fe Católica
– y de verdad no la poseyera.
Se debe recordar que no toda decisión de un papa es infalible. Al estudiar errores
papales por toda la historia como parte de los preparativos para su declaración de
infalibilidad papal, los teólogos de Vaticano I encontraron que más que 40 papas
mantuvieron opiniónes teológicas erradas. En un caso bien conocido de error papal,
Papa Juan XXII mantuvo la opinión falsa que los justos del Antiguo Testamento no
reciben la Visión Beatífica hasta después del Juicio General.dcxxx[630]

Tal vez el caso más claro de error papal en la historia de la Iglesia es el “Sínodo del
Cadáver” de 897. Esto fue donde el cuerpo muerto del Papa Formoso – quien a decir
de todos fue un papa santo y dedicado – fue condenado después de la muerte por Papa
Esteban VII por un número de supuestas violaciónes de ley canónica.dcxxxi[631] Esta
condenación del Papa Formoso por Papa Esteban VII fue anulada por Papa Teodoro II
y Papa Juan IX, mas favorecida por Papa Sergio III.dcxxxii[632] Esto debería nos muestra
muy claramente que no toda decisión, discurso, opinión o juicio de un papa es
infalible. Un papa es infalible cuando habla de la Cátedra de Pedro o reitera lo que la
Iglesia siempre ha enseñado en su Magisterio ordinario y universal.

Papa Honorio I fue condenado por el III Concilio de Constantinopla por como
mínimo favoreciendo la herejía monotelita (la creencia que Cristo tenía solamente una
voluntad) en dos cartas al Patriarca Sergio. Así que asimismo que Papa Honorio I (625-
638) fue condenado por favoreciendo herejía por el III Concilio de Constantinopla y otros
Concilios ecumenicosdcxxxiii[633], Papa Pío XII también habría caido en herejía si
mantuviera que no Católicos podrían ser salvos y apoyara la persecución de Padre
Feeney por afirmar que no podrían.

Recuerda, Pío XII no fue de ningún modo un acérrimo tradicionalista. Sus


reformas, omisiónes y faltas pavimentaban el camino para Vaticano II. Unas pocas
cosas que Pío XII hizo son:

• Él promovió a Annibale Bugnini, el autor de la Misa Nueva, y empezó la


reforma litúrgica con su permisión por reformas en los Ritos de la Semana
Santa. Un buén número de escolares litúrgicos piensan que las reformas de la
Semana Santa fueron terribles. Un ejemplo es la permisión para distribuir la
Santa Comunión el Viernes Santo. El decreto del Santo Oficio bajo Papa Pío X
Sobre Comunión Frecuente cita al Papa Inocente XI que condenó tal práctica.
• Él promovió a hombres como Giovanni Montini (luego Pablo VI) y Angelo
Roncalli (luego Juan XXIII), sin las cuales promociónes estos hombres nunca
pudieran tener la influencia ni causar la destrucción inmensurable que hicieron.
• Él dijo que evolución teística podría ser enseñada en escuelas Católicas (Humani
Generis, 1950), que es no menos de ridículo – y discutiblemente heretico.
• Él enseñó que control de la natalidad podría ser usado por parejas por medio
del método de ritmo (o Planificación Natural de la Familia), que es una
frustración y una subordinación del primario propósito del acto de matrimonio –
la concepción.
• Él permitió la persecución y subsecuente excomulgación de Padre Leonard
Feeney, si por complicidad voluntaria o negligencia, por hacer lo que todo
sacerdote Católico debe hacer: predicar el Evangelio, defender la fe y adherirse
a dogma definido.

Este último crimen fue lo más grave. Con la persecución de Padre Feeney, las
“autoridades” en Boston y Roma no sólo no ayudaban a Padre Feeney en su lucha para
convertir a no Católicos, ¡sino en realidad le pararon! Piensa bien de eso: Los hombres
que deberían fomentar la salvación de almas y conversión a la verdadera fe en realidad
lo hicieron el máximo difícil que fue posible que Padre Feeney lo hiciera. Ellos hicieron
su tarea de pronunciar el mensaje salvador de Cristo – que la salvación sólo viene por
ser miembro en la Iglesia que estableció Él – tan dura que podrían, mientras dando a
millónes de no Católicos la falsa impresión que estaban bien en el estado de
condenación en que existían. Richard Cushing, el apóstata Arzobispo de Boston, quien
silenció primero a Padre Feeney – no sobre bautismo de deseo, sino sobre extra
ecclesiam nulla salus (fuera la Iglesia no hay ninguna salvación) –se jactó ante la muerte
que él nunca había hecho un converso en toda su vida.dcxxxiv[634]

Fue el 24 de Septiembre, 1952 que Padre Feeney dirigió una carta larga y detallada
a Pío XII. La carta pasó sin respuesta. Pero un mes después (en una carta fechada el 25
de Octubre, 1952) el Cardenal Pizzardo del Santo Oficio le convocó a él a Roma. El 30
de Octubre, 1952, Padre Feeney envió una respuesta a Pizzardo, pidiendo una
declaración de los cargos contra él - como requerida por la Ley Canónica. El 22 de
Noviembre, 1952, respondió Pizzardo:

“Tu carta del 30 de Octubre muestra claramente que estás evitando la cuestión...
Deberías venir inmediatamente a Roma donde estarás avisado de los cargos
puestos contra tí... Si no te presentares ... antes del 31 de Diciembre este acto de
desobediencia fuere publicado con las sanciónes canónicas... El Delegado
Apostólico ha sido autorizado para proveer por los gastos de tu viaje.”dcxxxv[635]

El 2 de Diciembre, 1952, Padre Feeney respondió:

“Su Eminencia parece haber malinterpretado mis motivos al responder a su


carta del 25 de Octubre, 1952. Yo había presumido que su primera carta
serviera de una citación canonica para presentarme ante Su Sagrado Tribunal.
Como una citación, sin embargo, es fatalmente defectuosa bajo las normas del
Canon 1715 especialmente porque no me informó de los cargos contra mí. Este
canon requiere que la citación contenga por lo menos una declaración general
de los cargos. Bajo las normas del Canon 1723 todas medidas basadas en una
citación tan sustancialmente defectuosa son sujetas a una denuncia de ser
nulas.”dcxxxvi[636]

Este cambio de cartas entre Padre Feeney y Pizzardo es muy interesante y valioso
para nuestra discusión. Primeramente, muestra que el deseo de Padre Feeney fue
operar entre los confínes de la ley, mientras que Pizzardo y los del Vaticano mostraban
una flagrante despreocupación de la ley, aun en la manera de convocarle a Roma. La
Ley Canónica estipula que un hombre convocado a Roma debe ser informado por lo
menos en general de los cargos puestos contra él, y Padre Feeney citó los cánones
pertinentes. Pizzardo y sus cohortes constantemente ignoraban estas leyes.

El 9 de Enero, 1953, Pizzardo respondió a la carta del 2 de Diciembre, 1952 de P.


Feeney:

(9 En. 1953) “Al responder a tu carta del 2 de Diciembre 1952 pidiendo


explicaciónes adicionales... el Santo Oficio te comunica aquí los órdenes
recibidos de Su Santidad, que tú debes presentarse a esta Congregación antes
del 31 de Januario 1953, bajo pena de excomulgación incurrida
automáticamente (ipso facto) en caso de fallar presentarse la fecha indicada.
Esta decisión de Su Santidad ha sido hecha después de la llegada de los últimos
documentos del Centro San Benedicto.”dcxxxvii[637]

Otra vez, las leyes canónicas que requiriendo una razón por la convocación
fueron totalmente ignoradas. Pero esto fue simplemente lo normal en el caso de Padre
Feeney: Justicia, dogma y la comisión de Cristo de predicar el Evangelio y bautizar
fueron ignorados y pisoteados. No se puede evitar notar el tono molestado de la carta
del Cardenal. No hay casi ninguna duda que Pizzardo también creía que no Católicos
podrían ser salvos como no Católicos, y por lo tanto no estaba nada preocupado que el
caso de Padre Feeney no fue tratado en una manera justa.

Sin haber recibido una razón por su convocación a Roma como fue requerida,
Padre Feeney justiticablemente remanecía en los Estados Unidos, sabiendo que su
negativa de presentarse en Roma antes del 31 de Januario podría atraer sanciónes
canónicas espurias sobre su cabeza. Pero antes de éso, el 13 de Januario, 1953, P.
Feeney “envió una carta larga y fuerte al Cardenal para protestar la siguiente:

a) Violación del ‘secreto del Santo Oficio’ por filtrar su correspondencia a la


prensa pública.
b) Las repetidas amenazas del Cardenal de imponer sanciónes sin o
acusaciónes o medidas, como requeridos por los Cánones.
c) La diseminación de Protocolo 122/49 como una declaración doctrinal de la
Santa Sede, sabiendo que nunca fue publicado en el Acta Apostolicae Sedis
(Actos de la Sede Apostólica).dcxxxviii[638]
Padre Feeney terminó esta última comunicación al Cardenal Pizzardo con una
declaración de indignación justa:

“Yo impugno gravemente ambas la buena fe y la validez de cualquier intento


de excomulgarme porque me atrevió llamar a tu atención la sustancia de este
decreto, y porque me atrevió insistir en mis derechos bajo él en ambas mis
cartas del 30 de Octubre y el 2 de Diciembre, 1952.”dcxxxix[639]

El 13 de Febrero, 1953, el Santo Oficio publicó un decreto declarando Padre Feeney


“excomulgado”. Leyó según lo siguiente:
“Puesto que el sacerdote Leonard Feeney, un residente de Boston (Centro San
Benedicto), quien por mucho tiempo ha sido suspendido de sus deberes
sacerdotales por causa de grave desobediencia de la Autoridad de la Iglesia,
siendo impasible ante advertencias repetidas y amenazas de incurrir la
excomulgación ipso facto, no se ha sometido, los Más Eminentes y Reverendos
Padres, encargados de salvaguardar materias de fe y moralidad, en una Sesión
Plenaria el Miércoles, 4 Febrero 1953, le declararon excomulgado con todos los
efectos de la ley.

“El Jueves, 12 Febrero 1953, Nuestro Más Santo Señor Pío XII, por Divina
Providencia Papa, aprobó y confirmó el decreto de los Más Eminentes Padres, y
ordenó que sea hecho una materia de ley pública.

“Dado en Roma, en la Oficina General del Santo Oficio, 13 Febrero 1953.”

Marius Crovini, Notario


AAS (16 Febrero 1953) Vol. XXXXV, Página 100

En luz de los hechos arriba, esta excomulgación es una atrocidad y sin todo valor.
Padre Feeney fue culpable de nada: Él no negó ninguna doctrina, y se actuaba
estrictamente según la ley. Fue los que perseguían a Padre Feeney por enseñar que
todos que mueren no Católicos no pueden ser salvos quienes fueron excomulgados
ipso facto.

Se debería recordar que, aunque la “excomulgación” originó de clérigos hereticos


oponiendo la predicación de P. Feeney del dogma, la “excomulgación” misma no
menciona nada de doctrina. Sólo menciona “grave desobediencia de la Autoridad de
la Iglesia.” Esto es un punto importante, porque oimos a muchos hoy, quienes son
ignorantes de los hechos del caso, aseverando erradamente que Padre Feeney fue
excomulgado por enseñar que no Católicos no pueden ser salvos. Tales individuos no
saben de que hablan. No hay ninguna duda que el dogma que los que mueren no
Católicos no pueden ser salvos fue la razón porque la controversia de Padre Feeney
estalló – la cuál culminó en su “excomulgación” – pero la excomulgación misma no
menciona nada de doctrina. Por siguiente, aun si uno creyera que esta
“excomulgación” fue válida (que es absurdo), no constituiría ningún argumento contra
la enseñanza que los que mueren no Católicos no pueden ser salvos porque: 1) doctrina
no es mencionada en absoluto en la excomulgación, y 2) esta enseñanza es un dogma
definido. Pues entiendan los hechos todos que van ha hablar sobre este tema.

Pero la enseñanza que nadie puede salvarse fuera la Iglesia Católica


definitivamente fue excomulgada de la mente del público por causa de la 1953
“excomulgación” de Padre Leonard Feeney, S.J. Con esta, Jesucristo fue públicamente
traicionado al mundo por dar a todo mundo la impresión que no fue necesario
pertenecer a la una Iglesia que Él estableció – ¡y que verdaderamente fue castigable
proponer el contrario!
Recientemente llamé a casi 15 iglesias Vaticano II/Novus Ordo y les pedí si aceptan
el dogma Católico Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación. Todas o lo rechazó de
plano o colgó el teléfono. Los pocos sacerdotes que dieron una respuesta coherente a
mi pregunta sobre el dogma inmediatamente dijeron “éso es herejía” o palabras del
sentido (significando que Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación es herejía); y
todos hicieron referencia a la “excomulgación” de P. Leonard Feeney, S.J. para
“sustanciar” su punto. Yo podría haber llamado a 200 de estas iglesias Vaticano II y
habría recibido las mismas respuestas. Esto es simplemente porque es un hecho que
efectivamente todo sacerdote Vaticano II/Novus Ordo hoy, además de casi todo
sacerdote “tradicionalista” hoy, cree que almas pueden ser salvas en cualquier religión,
incluyendo a Judíos que rechazan a Cristo.

No hay duda que el papel que hizo Papa Pío XII en el caso de Padre Feeney fue
crucial: crucial a la verdadera esencia de la Fe Católica, crucial a lo que pasare poco
después en Vaticano II, y crucial a la salvación de millónes de almas. Fue crucial
porque si Papa Pío XII hubiera venido a la defensa de Padre Feeney en los primeros
1950’s, y reafirmado que todos que mueren no Católicos son perdidos (y por
siguiente deben ser convertidos), nunca habría sido un Vaticano II. Eso es verdad.
No hay duda que el apóstata Segundo Concilio Vaticano nunca podría haber sido sin la
condenación de Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación (por la condenación de P.
Feeney) poco antes. Los que rechazan este hecho no tienen ningún concepto de
realidad. Más que 90% de las herejías Vaticano II y post-Vaticano II tratan
directamente o indirectamente con la negación de la necesidad de la Iglesia Católica y
la negación del mal de religiónes no Católicas. Si hubiera sido una solemne, pública
afirmación del dogma en los 1950’s por Papa Pío XII – como exhibía Padre Feeney –
para que fuera claro a todos que Padre Feeney tenía razón al decir que no Católicos no
pueden ser salvos como no Católicos, entonces los herejes de Vaticano II nunca podrían
salir impune con el decreto sobre ecumenismo (Unitatis Redintegratio), el decreto sobre
religiónes no Católicas (Nostra Aetate) o el decreto sobre libertad religiosa (Dignitatis
Humanae), entre otros, todos cuales dan alabanza y estima a religiónes falsas o aseveran
que miembros de otras religiónes pueden ser salvos.

Sin la clara indicación que es falso mantener que todos que mueren no Católicos son
perdidos (que es dogma Católico), Vaticano II, la reforma liturgica y todos los otros
horrores que vemos ahora no habrían sido posibles.

Desafortunadamente, Pío XII fue el hombre que ejecutó esta tarea. Pío XII fue el
hombre durante su reinado el mundo empezó a creer que fue equivocado creer que
sólo Católicos pueden ser salvos. Él sirvió, o a sabiendas o no, por el Judas que
traicionó a Cristo a los Judíos para que podrían crucificarle. El dogma fue traicionado
al mundo para que el Diablo podría crucificar toda la estructura de la fe en Vaticano II.

Entonces cuando miran la gente iglesias yermas; líneas de confesión vacías; casi
nada asistencia en la Misa; sacerdotes homosexuales en la iglesia Novus Ordo; menos
de 25% creencia en la Eucaristía; galopantes escándalos sexuales; misas de payaso,
misas de chico, misas de globo; 50% de “Católicos” votando en favor de los abortos;
constante sincretismo interreligioso en el Vaticano; chicas topless en “Misas Papales”;
sumos sacerdotes de vudú predicando en la Iglesia de San Francisco; Buda sobre
“altares Católicos”; ignorancia casi universal sobre la enseñanza de la Iglesia;
inmoralidad y perversión casi universales; educación sexual en escuelas “Católicas”;
universidades “Católicas” negando la Inerrancia de la Escritura; universidades
“Católicas” promoviendo a personas en favor de abortos; la grandisima difundida
apostasía de la enseñanza de Cristo de todo el tiempo; y un paganismo casi universal,
pueden dar gracias a la condenación de Padre Feeney, que fue un componente
necesario para causar todo esto.

La “condenación” de P. Feeney – combinada con Protocolo 122/49 – aseguró que


ni un solo seminario en el mundo después de 1953 enseñaba el dogma que solo
Católicos pueden ser salvos. Y con la idea que los que mueren no Católicos pueden
ser salvos muy arraigada y universal, fue solamente un poco tiempo hasta el mundo
empezó a comprender que creer la religión Católica y practicar la moralidad Católica
no tienen ningún valor, porque miembros de otras religiónes también tienen la
salvación. El precioso don de la verdadera fe fue desbaratado, y la afirmación de la
Iglesia Católica de ser la única verdadera religión fue matada en las mentes del
público, porque se podría salvarse en otras religiónes. Fue simplemente lógico que
poco después de la “excomulgación” de Padre Feeney, la enseñanza Católica cedió a
una apostasía universal entre Católicos – con Vaticano II el vehículo para perpetuarla.

Los que deploran unas, muchas o todas las cosas mencionadas arriba, pero
condenan, desprecian o odian a Padre Feeney, son ciegos. Ellos se quejan de las
llamas y el humo, pero no entienden que su misma actitud es lo que encendió el fuego.
No pueden comprender los efectos simples de la desbaratación de la Fe, y la negación
de ése dogma más crucial que solo Católicos pueden ser salvos. Y esta cuestión no
solamente implica las muchas consequencias prácticas de negar el dogma que solo
Católicos pueden ser salvos. Implica primariamente las consequencias por la Fe,
porque el dogma Fuera la Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación no es
solamente algo según el cual Católicos deben vivir, sino algo que deben
primariamente creer. Papa San Pío X condenó la siguiente proposición Modernista el
3 de Julio, 1907 en “Lamentabili Sane”:

“Los dogmas de fe deben ser mantenidos solamente según un senso práctico,


eso es, como normas preceptivas de acción, pero no normas de creer.”-
Condenadodcxl[640]

La idea que podemos predicar que no hay ninguna salvación fuera la Iglesia,
mientras creemos en el corazón que sí hay salvación fuera la Iglesia, es heretica. Que
solo Católicos pueden ser salvos es una verdad revelada del cielo que todo Católico
debe creer primero, y profesar segundo.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” 1441, ex cathedra: “La
Santa Romana Iglesia firmemente cree, profesa y predica que todos que están
fuera de la Iglesia Católica, no solo paganos sino también Judíos o herejes y cismáticos,
no pueden compartir la vida eterna y irán al fuego eterno preparado para el diablo y sus
ángeles, a menos que estuvieren juntados a la Iglesia antes del fin de la vida; y que la
unidad de este cuerpo eclesiástico vale tanto para que solo para los que permanecen en
ella los sacramentos de la Iglesia contribuyen a la salvación, y ayuno, limosnas, y otras
obras de piedad y prácticas de la milicia Cristiana produjen recompensas eternas; y que
nadie puede ser salvo, no importa cuanto ha dado en limosnas y aun si haya derramado
sangre en el nombre de Cristo, a menos que haya perseverado en el seno y la unidad de
la Iglesia Católica.”dcxli[641]

Esta verdad fue arrancada de los corazónes y las mentes de casi todo el mundo
Católico con la condenación de Padre Feeney, quien fue su propugnador más público.
Y fue permitido ocurrir por la negligencia y debilidad de Pío XII.

31. El Veredicto ya viene: Boston Acaudilla en un


Enorme Escándalo Sacerdotal que Sacude la Nación
Sacerdote Novus Ordo P. Mark S. Massa, “S.J.”, Católicos y Cultura Americana, p.
31, DESCRIBIENDO CUANDO ESTALLÓ LA CONTROVERSIA EN BOSTON
SOBRE EL DOGMA, FUERA LA IGLESIA NO HAY NINGUNA SALVACIÓN:
“El Caso de Herejía Boston estalló a la vista pública durante la Semana Santa
de 1949. Los despedidos de los discípulos de Feeney del Colegio de Boston
ganaron la primera página de las noticias por todo el Noreste: los Tiempos de
Nueva York comenzó una serie sobre Feeney y su grupo, y las revistas Newsweek,
Life, and Time pusieron de relieve artículos sobre los “disturbios” de Boston...
Como ha observado un estudiante del suceso, la cuestión de salvación
remplazaba a los Red Sox por la tema de conversación en los bares de Boston,
y todo espiado en un cuello Romano se hizo una pista potencial en el cuento.
El único análogo [cosa comparable] de que historiadores de la Iglesia podrían
imaginar fue Constantinopla en el cuarto siglo, donde muchedumbres
tumultuosas habían batallado en las calles sobre la definición de la divinidad
de Jesús, y frases teologicas Griegas se hacían las lemas de equipos de
carro.”dcxlii[642]

Como he documentado en las secciónes previas, estuvo en Boston donde P.


Leonard Feeney, S.J. fue perseguido - el uno sacerdote en los 1950’s que públicamente
había señalado con precisión y opuesto la negación del dogma, Fuera la Iglesia No Hay
Ninguna Salvación. Estuvo en el Archidiócesis de Boston donde fue publicado el
heretico Protocolo 122/49. Estuvo en Boston donde P. Feeney fue silenciado y
entredicho, que finalmente condujo a su “excomulgación” espuria por clérigos
hereticos en Roma. Y está ahora en Boston que se sienten los efectos de la ira de
Dios.
BOSTON CONSIDERA BANCARROTA - El Archidiócesis de Boston según se
informa está considerando presentarse en el Tribunal de Bancarrota EE.UU.
sino mejoraren las perspectivas de una conciliación mediada, reportó el Boston
Globe el 1 de Dic... Una vocera dijo que el archidiócesis tiene que considerar
todas sus opciónes mas dijo que no hay un horario para decidir sobre presentarse
en bancarrota. (Registro Nacional Católico, 8-14 Dic. 2002, p. 1.)

ARCHIDIÓCESIS DE BOSTON VENDE O HIPOTECA


PROPIEDAD UNA VEZ INTOCABLE PARA PAGAR
CONCILIACIÓN DE ESCÁNDALO SEXUAL
La Prensa Asociada

BOSTON (AP) – EL ESCÁNDALO SEXUAL EN EL ARCHIDIÓCESIS


DE BOSTON HA SACUDIDO LA IGLESIA CASI LITERALMENTE A
SUS CIMIENTOS.
Para ayudar a pagar la conciliación de $85 millónes alcanzada con más
de 500 víctimas de sacerdotes acosadores sexuales a niños, el
archidiócesis ha hipotecado su misma sede de poder -- el Catedral de la
Santa Cruz -- y está poniendo en venta la residencia del arzobispo, una
mansión del estilo Renacimiento Italiano que fue un símbolo de la
grandeza y autoridad de la iglesia. Docenas de iglesias también están
esperadas a ser cerradas en una acción por lo menos acelerada por el
escándalo. (18 Dic. 2003)

“Y cumpliráse mi furor, y haré que repose en ellos mi enojo,


y tomaré satisfacción: y sabrán que yo Jehová he hablado en
mi celo, cuando habré cumplido en ellos mi enojo.
“Y te tornaré en desierto y en oprobio entre las gentes que
están alrededor de ti, a los ojos de todo transeunte. Y serás
oprobio, y escarnio, y escarmiento, y espanto a las gentes que
están alrededor de ti, cuando yo hiciere en ti juicios en furor
y indignación, y en reprensiones de ira. Yo Jehová lo he
hablado...” (Ezekiel 5:13-15)
Noticias CBS - Miembros del clero y otros en el Archidiócesis de Boston
probablemente acosaron sexualmente a más de 1.000 personas por un
periodo de seis decenios, dijo el abogado general de Massachusetts el
Miércoles, llamando el escándalo tan enorme que él “raya en el
increible.” ... El puro número de alegaciónes de abuso documentadas
por investigadores en Boston aparece sin precedentes, aun entre un
escándalo que ha tocado dióceses en casi todo estado y ha impulsado a
casi 1.000 personas a presentarse con alegaciónes nuevas por toda la
nación en el año pasado. (CBSNews.com, 23 Julio 2003)

NOTICIAS ABC, 9 Sept. – El Archidiócesis de Boston y los abogados de


víctimas de abuso sexual de sacerdotes anunciaron hoy que alcanzaron
una conciliación de $85 millónes, el más grande pago público en el
escándalo de acosación sexual de niños que ha sacudido la Iglesia
Católica Romana. (ABCNews.com, 9 Sept. 2003)

Boston fue el insigne lugar donde fue descubrido el enorme escándalo sexual, y
Boston fue el epicentro del terremoto espiritual. ¡Boston se hizo literalmente “el
escarnio,” “el oprobrio,” “el escarmiento” de la prensa y del mundo! ¿Por qué? La
respuesta es obvia a los que tienen ojos para ver (Ezekiel 5).

La gente y el clero de Boston odiaban, perseguían y maldecían (“excomulgaban”) el


verdadero significado del dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación y al
sacerdote que fielmente lo defendía. Por consiguiente, Dios tornó en desierto su casa y
la dió a una legión de diablos. No hay duda que el escándalo en otras partes de la
falsificada, no Católica, secta de Vaticano II era y es increiblemente difundido y
horrible, pero Boston (sin duda) fue por mucho el más notorio. Ellos recibieron su
pandilla de sacerdotes “no Feeneyistas” por cierto, exactamente como deseaban.
Recibieron sus sacerdotes que creían en “bautismo de deseo” y “ignorancia invencible”
por cierto.

Los herejes de Boston no querían la verdad de Nuestro Señor Jesucristo y Su


dogma de la necesidad absoluta de la Fe Católica y el Bautismo para la salvación, así
que Dios les permitió tener su propia pandilla de sacerdotes apóstatas y pervertidos
– exactamente como querían.

Esto verdaderamente debería infundir miedo en los corazónes de los –


especialmente muchos de los “tradicionalistas” – que profesan oponer esta apostasía y
todavía odian este dogma, desprecian y se burlan a P. Leonard Feeney, y a otros que
mantienen fielmente la enseñanza de la Iglesia sobre este tema. Tales personas se
hacen odiosos a Dios y fueron una de las causas primarias de esta apostasía, una
apostasía que es manifestada por el increible escándalo entre los no Católicos,
falsificados sacerdotes Vaticano II. El hecho que el Archidiócesis de Boston tuvo que
hipotecar su misma Catedral y la residencia del Arzobispo por causa del abuso
sexual de sus sacerdotes es muy simbólico. No es un accidente. Muestra como los
que niegan el dogma Católica de la salvación pierden su lugar en la Iglesia de Cristo y
no tienen ninguna autoridad en absoluto. El Señor ha hablado, y hecho en Su furor
que repose en ellos Su enojo.

¿PREDIJO P. FEENEY LA PERDIDA DEL PAPA?

Antes de comenzar con este punto, necesito recordar al lector que no somos
“Feeneyistas” y que yo nunca había oido de P. Leonard Feeney cuando vine a la misma
conclusión de la necesidad absoluta de bautismo de agua basado en la enseñanza
dogmática de la Iglesia Católica. No nos acordamos con unas conclusiónes de P.
Feeney sobre la justificación (creemos que él estaba equivocado en buena fe sobre estos
puntos).

En las siguientes pasajes del libro de P. Feeney, Pan de Vida – que es compuesto de
los sermones de P. Feeney antes de Vaticano II – él conecta la consiguiente perdida del
papa (i.e., lo que hemos experimentado con el reinado de los Antipapas Vaticano II)
con la negación del dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación. Como he
mostrado, innumerables herejes que negaban este dogma estaban atrincherados en
altos puestos de la Iglesia antes de Vaticano II, y estaban enseñando que hombres
podrían ser salvos en religiónes falsas. P. Feeney parecía profetizar que es por causa de
esta herejía que Dios permitirá venir la Gran Apostasía y la perdida del papa (i.e., lo
que hemos experimentado con el reinado de los Antipapas Vaticano II).

P. Leonard Feeney S.J., Pan de Vida, pp. 32-33: “Tenemos Protestantes en una
colocación-religión que nunca sabe como llamarse de una semana a la próxima,
que nunca sabe que le dijere su nuevo ministro de capítulo a capíto de la
Sagrada Escritura. Tenemos Unitarianos que no tienen ninguna fe en el Jesús
asegurado, creciendo más indefinido sobre que quiso decir el Cristianismo. Y,
por supuesto, tenemos Judíos evitando la Fe, fugandose de ella, fingiendo no
oir el nombre de Jesús – fingiendo que la Navidad no es el nacimiento de
Jesucristo, y consiguiendo que los líderes de ciudades quiten ‘Feliz Navidad’
(Ing. ‘Merry Christmas’) del frente del ayuntamiento y sustituyan ‘Saludos de la
Estación,’ (‘Season’s Greetings’) porque la palabra ‘Cristo’ (‘Christ’) en
‘Navidad’ (‘Christmas’) les molesta. Todo esto, tan horrible que es, estoy
preparado para sobrellevar.
“Pero imaginad un sacerdote de la Santa Romana Iglesia Católica, ordenado
por los sucesores de los Apóstoles – dedicado al Nombre y propósito y Sangre y
vestiduras de Jesús – sentando en el Colegio Harvard semana tras semana y
escuchando conferencias de religión en términos invisibles. Y imaginad ellos
regresando, entonces, a su gente y diciendoles de la ‘alma de la Iglesia,’ de
‘salvación fuera la Iglesia por sinceridad’ – aparte de las enseñanzas y los
Sacramentos de Jesucristo; y llamando este arreglo ‘Bautismo de Deseo’...
¿Que tipo de enseñanza es eso? Eso es Navidad sin el pesebre: Viernes Santo
sin cualquier Dios sangrando; Domingo de Pascua sin cualquier Caro y Sangre
veniendo del sepulcro. Eso es la Fe Cristiana sin cualquier Papa – ¡el más
visible líder religioso del Mundo!”
P. Feeney, escribiendo el pasaje arriba antes del Segundo Concilio Vaticano,
predijo la perdida eventual del papa por causa del gran número de herejes entre la
estructura de la Iglesia que negaban la necesidad de la Iglesia para la salvación. ¡Esta
es una perspicacia asombrosa!

P. Feeney también nota que esta herejía contra el dogma de salvación y la


necesidad del Bautismo conduce a “Viernes Santo sin cualquier Dios sangrando.” Sólo
mira las Iglesias Novus Ordo para ver se éso ha sido cumplido. P. Feeney sigue a decir
en el mismo capítulo:

P. Feeney S.J., Pan de Vida, p. 42: “Cuando reconvenga el Concilio Vaticano,


suplico con humildad a nuestro Santo Padre, el Papa (Pío XII), que él
inmediatamente hiciere acopio de sus poderes plenipotenciarios de declaración
infalible para aclarar la desenfrenada confusión de predicación visible (por
parte de sus sacerdotes y obispos) sobre una Iglesia invisible - o de lo contrario
las puertas del Infierno casi hubieren prevalecido sobre nos. El más visible
soberano del mundo, nuestro Santo Padre, en su vestidura blanca y zuchetto
blanco, bien podría quitar su tiara triple y bajarse de su trono dorado, y dejar
el Cristianismo a los arreglos de comité a cuales está entregado en el America
de hoy, si continuemos predicando ‘Bautismo de Deseo.’”

Como se ve en nuestra película Vaticano II: Concilio de Apostasía, esta declaración


subrayada arriba – la perdida de la tiara papal – ¡en realidad ocurrió cuando el
Antipapa Pablo VI alegremente entregó la tiara papal y el pectoral papal a los
representativos de las Naciónes Unidas quienes en seguida la vendieron a un
mercader Judío!

Cuando Antipapa Pablo VI entregó la Tiara Papal, fue simbólico de la rendición


de la autoridad Papal (aunque él no tenía nada para rendir porque fue un Antipapa).
Mas fue simbólico de que los enemigos de la Iglesia, y los herejes no Católicos, habían
sido permitidos hacerse con la estructura física de las iglesias y crear una falsa, no
Católica secta (la secta Vaticano II). Esta perspicacia de P. Feeney sobre la Tiara Papal
es tan correcta que Dios debería haber puesto estas palabras en su boca. Pero sólo
demuestra otra vez que cuando está negado la necesidad de la Iglesia el resto de la Fe
se hace vacío. Esto es porque los que piensan que la cuestión de la Misa es la cuestión
principal, y donde verdadera está la batalla, están equivocados. La batalla empieza con
y se centra en este dogma, porque si la necesidad de la Fe Católica sea negada entonces
todo más se hace vacío.

Al avisar de los castigos graves y resultas funestas que seguirían la negación de este
dogma, P. Feeney solamente fue repitiendo los avisos de papas anteriores como el Papa
Gregorio XVI.

Papa Gregorio XVI, Mirari Vos (#14), 15 Agosto 1832: “Esta escandalosa fuente
de indiferentismo da origen a esa proposición absurda y errada que afirma que
libertad de conciencia debe ser mantenida para todos.”dcxliii[643]
Un cierto escritor que se considera a si mismo un “Católico tradicional,” pero niega
el verdadero significado del dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación, ha
dicho que la enseñanza sobre ignorancia invencible no mató las misiónes; la enseñanza de
Vaticano II sobre ecumenismo y libertad religiosa lo hizo. Lo que este hereje falla darse
cuenta es que la herejía de salvación para no Católicos por “ignorancia invencible” dió
origen a la enseñanza heretica de libertad de religión y conciencia, como señala arriba
el Papa Gregorio XVI. Los documentos hereticos de Vaticano II sobre libertad
religiosa, ecumenismo y libertad de conciencia no fueron el comienzo de la herejía, sino
el resultado de la negación del verdadero significado del dogma de la salvación.

Pero en tanto que Papa Gregorio XVI había avisado de esto, P. Feeney vivía en las
fases tempranas de su cumplimiento, las fases finales culminando con, entre otras
cosas, el enorme escándalo sacerdotal documentado arriba en la falsa secta Vaticano II.
P. Feeney fue la persona que Dios usó para anunciar al mundo antes de la revolución
Vaticano II que esta cuestión fue central y si ella continuara ser negada, el fin ya
llegaría y la Gran Apostasía llegaría a pasar. P. Feeney añadió el siguiente prólogo a la
edición de 1974 de su libro Pan de Vida.

P. Feeney S.J., Pan de Vida: PRÓLOGO A LA EDICIÓN DE 1974: “La situación


triste de la Fe en America y en todo mundo les está partiendo el corazón a
Católicos verdaderos. Las puertas del infierno casi han prevalecido contra la
Iglesia. Es porque Católicos han soltado la doctrina de la Iglesia sobre la
salvación que todo el resto está siendo quitado de nosotros. Esto es lo que
causa la enfermedad del mundo, y es aun más verdad decirlo hoy que cuando
lo dije veinticinco años antes.
“Mi mensaje hoy es exactamente el mismo que la que he dado por el pasado
cuarto de siglo. Es permanentemente parte de la enseñanza infalible de la
Iglesia Católica Romana, contra que Nuestro Señor ha prometido que las
puertas del infierno nunca prevalecieren.”

P. Feeney, en 1974, ve todas estas cosas siendo quitadas de Católicos,


principalmente porque negaban el dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación
y no les importaban las verdades divinamente reveladas de la Fe. Vemos esto hoy no
sólo en la secta Vaticano II, sino en el movimiento Católico tradicional. A muchas
personas asistiendo a la Misa Latina hoy no les importan lo que en realidad cree el
sacerdote; solamente les importa que él dice una Misa válida y no la inválida Novus
Ordo. No les importa que el sacerdote mantiene que Judíos que rechazan a Jesucristo
Mismo pueden ser salvos, mientras fingen tener una gran devoción a la Misa que
instituyó Cristo. Estas personas están en desobediencia grave a la verdad de Dios y su
sacrificio en la Misa no da ninguna fruta, porque están en rebelión a Su palabra
divinamente revelada.

1 Reyes 15:22-23: “Y Samuel dijo: ¿Desee Jehová holocaustos


y víctimas, y no más bien que sea obedecida la voz de
Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios;
y prestar atención que ofrecer el sebo de carneros. Porque
como pecado de adivinación es la rebelión: y como crimen
de idolatría negarse a obedecer. Por cuanto tú desechaste la
palabra de Jehová, también Jehová te ha desechado de ser
rey.”

Este pasaje de la escritura no tiene que ver con obediencia a una presunta autoridad
en la Iglesia; tiene que ver con la obediencia a la Palabra de Dios – Fe en Su palabra
revelada. Y la advertencia escalofriante arriba en 1 Reyes 15 fue hecho por el profeta
Samuel al Rey Saul, quien había ofrecido sacrificio en violación directa de la palabra de
Dios. Saul había intentado complacer a Dios con su sacrificio, mientras estuvo
simultáneamente contraviniendo la hablada palabra de Dios. El sacrificio del Rey Saul,
por lo tanto, fue completamente rechazado por Dios y Saul mismo fue desechado por
el Señor. Las palabras dichas por Samuel al Rey Saul podrían ser dichas a la
multitud de falsos “Católicos,” que rechazan la voz de Dios (Su dogma revelado que
no hay ninguna salvación fuera la Iglesia Católica). Y porque ellos no aceptan Su
Palabra en esta cuestión, mientras piensan que pueden complacer a Él por ofrecer
sacrificio en la Misa Latina tradicional, su sacrificio en la Misa Latina Tradicional no
les aprovechará y será rechazado por Dios. Porque ellos rechazan la “voz de Jehová” –
el significado verdadero y definido de Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación –
Dios rechaza sus sacrificios y ofrendas.
Y es precisamente por esta razón que Dios permitió que los Edificios, Seminarios y
Escuelas Católicos sean sacados y confiscados por una falsa secta no Católica (la secta
Vaticano II / Novus Ordo), con sacerdotes apóstatas, pervertidos, una falsa “Misa” (la
Nueva Misa) y un Antipapa apóstata (Juan Pablo II) – que dirige un Vaticano que
considera todas religiónes como verdaderas; declara que Judíos no necesitan
convertirse a Cristo para salvarse; que Cismáticos Orientales no deben ser convertidos;
que el Concilio de Trento ya no condena a los Luteranos; que el Islam debe ser
protegido; etc., etc. etc. Dios les desechó a la multitud de profesos “Católicos” porque
ellos desechaban y condenaban Su verdad sobre la salvación; y Él cedió sus posesiónes
a una legión de diablos, asimismo que desechó a Saul de ser Rey.

32. Los Herejes Testifican


En las secciónes precedentes, he detallado la historia de la controversia de P.
Feeney en los finales 1940’s y 1950’s, que fue precedida por una apostasía del dogma
Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación que empezó en el 19no siglo – pisándole los
talones de declaraciónes malentendidas y falibles del Papa Pío IX sobre “ignorancia
invencible” y la explosión de la falsa doctrina de “bautismo de deseo.” He señalado
que esta herejía (de salvación fuera la Iglesia / “ignorancia invencible” salvando a los
que mueren no Católicos) está mantenida ahora casi universalmente por llamados
Católicos y “tradicionalistas.” Y esta herejía está conduciendo al Infierno a almas
innumerables. Abajo, el lector encontrará unos testimonios hechos por ciertos
enemigos de la Fe que facilmente admiten que el nuevo, heretico “entendimiento” de
Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación que se hizo extendido en el 20imo siglo antes
de Vaticano II fue contrario a la dogmática enseñanza Católica y 2000 años de
Tradición Católica.

UN PROTESTANTE TESTIFICA

La siguiente citación es de un autor Protestante. Favor de notar cuidadosamente


como este hereje Protestante relaciona el éxito final del falso ecumenismo con Papa Pío
IX y lo que él cree ser su enseñanza que puede ser salvación fuera la Iglesia Católica.
También el Protestante, por supuesto, lauda a Juan XXIII (el iniciador de Vaticano II) y
a Pablo VI que lo llevó a término. No sorprendentemente, sus supremos elogios van al
apóstata Juan Pablo II, el terminador del trabajo del falso Segundo Concilio Vaticano,
quien ya dirige la falsa secta Vaticano II.

Juan McManners, Un Autor Protestante, La Historia Ilustrada de Cristianismo


Oxford: “Sin embargo la clima ecuménica tenía consecuencias en las iglesias
europeanas. Fueron mucho más listas para compartir sus altares uno a otro, y
aun los edificios de sus iglesias, y cooperar en empresas sociales comúnes. Esta
diferencia fue más notable en la Iglesia Católica Romana. Desde la
Contrareforma Roma enseñaba que ella sola era la iglesia... En el
decimonoveno siglo, cuando el Catolicismo se estaba centralizando todavía
más en Roma, Papa Pío IX admitió que hombres podrían ser salvos fuera la
iglesia por medio de ‘ignorancia invencible’ de la verdadera fe. Esto fue una
gran concesión de caridad en la tradición de pensamiento. Cuando el
movimiento ecuménico creció a ser fuerte, Papa Pío XI rehusó formalmente
participar (1928), no sea que su participación insinue un reconocimiento que la
Iglesia Católica Romana fuera solamente una de un número de
denominaciónes. La misma encíclica prohibió a Católicos Romanos participar
en conferencias con no Católicos Romanos. Todo esto empezó a cambiar
después de la Segunda Guerra Mundial. Pero fue la ascensión del Papa Juan
XXIII en 1958 que empezó a trasformar el ambiente. Parte de su propósito al
convocar el Segundo Concilio Vaticano fue cerrar las separaciónes en el Oriente
y Occidente, y él continuaba reconociendo a los Protestantes del Occidente
como hermanos. Una encíclica de 1959 saludó a no Católicos como ‘hermanos y
hijos separados’. En 1960 el papa fundó una Secretaría de Unidad Cristiana. En
el mismo año él recibió al Arzobispo Fisher de Canterbury. En 1961 él permitió
a observadores Católicos Romanos asistir a la conferencia del Concilio Mundial
en Delhi. Su sucesor Pablo VI llevó más adelante esta actitud nueva y mucho
más caridadosa. En 1965 se acordaron él y el Patriarca de Constantinopla
Atenagoras en una declaración conjunta deplorando las excomulgaciónes
mutuas de 1054 que habían manchado sus historias antiguas como iglesias. En
1967 él encontró al Patriarca otra vez, el año después que había encontrado al
Arzobispo Ramsey de Canterbury. La doctrina que Católicos Romanos no
pueden compartir en oficios religiosos con otros Cristianos finalmente fue
matada por el Polaco Papa Juan Pablo II cuando en 1982 se fue al Catedral de
Canterbury con el Anglicano Arzobispo Runcie de Canterbury... Todo esto fue
parte de la venida del papado hacia el mundo.”dcxliv[644]
Aquí lo tienes directamente de la boca del Protestante. Él relaciona la enseñanza
que hay salvación fuera la Iglesia Católica al futuro éxito del falso movimiento
ecuménico (el movimiento para respetar y unir con religiónes falsas). Este hereje
Protestante también elogia al Papa Pío IX, porque cree que Papa Pío IX inició la nueva
herejía de salvación fuera la Iglesia Católica en las mentes y almas de Católicos.
(Recuerda, en la sección sobre Papa Pío IX señalamos como todos los herejes modernos
intentan usar sus dos declaraciónes falibles – que no enseñaron que no Católicos
pueden ser salvos sin la Fe Católica – para justificar su negación total de este dogma.)
Pues, aun los Protestantes pueden ver que el permiso de la idea de “ignorancia
invencible” fue una “gran concesión” (una nueva idea contraria de dogma Tradicional)
en la tradición de pensamiento.

UN JUDÍO TESTIFICA

La Semana Judía, “Tres Fes y un Rayo de Esperanza,” Gary Rosenblatt –


Redactor y Editor, 8/29/2003: “Durante las conferencias interactivas llegué a
realizar que doloroso y difícil ha sido para la Iglesia Católica, empezando con
Vaticano II en los primeros 1960s, enfrentarse a su vergonzoso tratamiento de
los Judíos y, por consiguiente, reversar una posición de varios siglos de
antigüedad que la salvación del hombre sólo puede venir por Jesús.
“...En un caso menos conocido, Ricardo Cardenal Cushing excomulgó a
un sacerdote de Boston, Leonard Feeney, en 1953, por predicar que todos no
Católicos fueren al Infierno. Aunque las palabras de Padre Feeney fueron
basadas en el Evangelio, el Cardenal Cushing las encontró ofensivas, en gran
parte porque su hermana se había casado con un Judío, dijo Carroll, y el
Cardenal había llegado unido a la familia, sensibilizándole a la perspectiva
Judía hacia el proselitismo.”

Aquí vemos que el Judío, Gary Rosenblatt, reconoce que la controversia de P.


Feeney concernó si o no sea necesario ser Católico para ser salvo. Él explica que P.
Feeney fue “condenado” por enseñar (la verdad dogmática) que todos que mueren no
Católicos se irán al infierno. Esto corrobora el hecho que los que oponían a P. Feeney
mantenían que sí puede ser salvación fuera la Iglesia, mientras los que defendían a P.
Feeney defendían el dogma Católico Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación.

UN SACERDOTE “JESUITA” DE LA NUEVA RELIGIÓN VATICANO II


TESTIFICA

La siguiente es una citación de un sacerdote heretico que es miembro de la secta


Vaticano II. Su nombre es P. Marco Massa, “S.J.” Es un llamado Jesuita de la nueva
secta Vaticano II y él admite que el nuevo, heretico entendimiento del dogma Fuera
la Iglesia No Hay Ninguna Salvación que se hizo extendido empezando alrededor
del año 1900, es una nueva revelación que no fue aceptada como normal hasta el
vigésimo siglo. El testimonio de P. Massa es especialmente interestante simplemente
porque él es un hereje franco que cree que dogmas pueden cambiar, así que no tiene
problema al dar un cuento justo de lo que concernó la controversia de P. Feeney: la
negación del dogma tradicional Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación. Los otros
herejes que niegan este dogma son obligados a usar todos tipos de explicaciónes
arteras, porque ellos profesan creer que dogmas no pueden cambiar. Pero P. Massa no
tiene problema con admitir lo que de verdad ocurrió sobre este tema.

P. Marco S. Massa, “S.J.”, Católicos y Cultura Americana, p. 21: “ ‘La primera


señal de su acercanda condenación es que Notre Dame tiene Protestantes en su
equipo de fútbol (americano).’ - Un Feeneyista en un juego de Fútbol
Americano de Notre Dame, 1953 -
“En la tarde del 4 de Septiembre, 1952, los lectores del Piloto de Boston – la
voz del Archidiócesis Católico Romano – encontraron en la primera página de
su semanario normalmente sobrio el texto de la carta incisiva del Santo Oficio
en Roma. El texto, fechado el 8 de Agosto, se dirigió a un grupo de Católicos
de Boston que bién habían armado una bronca sobre la antigua máxima
teologica extra ecclesiam nulla salus (“fuera la iglesia no hay ninguna
salvación”) - una frase que se remonta a San Cipriano en el tercero siglo y uno
de los pilares de ortodoxia para creyentes Cristianos.
“La carta misma fue de verdad un suceso ambivalente... concedió que una
persona podría estar ‘en la iglesia’ por un más que ‘implícito deseo’ – una
interpretación que había logrado un estado casi normativo entre teólogos
Católicos antes de mediados del vigésimo siglo, aunque nunca ha sido
interpretado así oficialmente por Roma.”dcxlv[645]

P. Massa refiere aquí a Protocolo 122/49, la carta escrita contra P. Feeney en 1949,
publicada en El Piloto, que he tratado detalladamente. P. Massa admite que Protocolo
122/49 (que es la norma de creencia de casi todos llamados “tradicionalistas” hoy) “fue
en realidad un suceso ambivalente.” Ambivalente signífica teniendo dos significados o
nociónes contradictorios. Y él bién tiene razón. La carta afirmó mantener Fuera la Iglesia
No Hay Ninguna Salvación mientras negándolo completamente. Además P. Massa
admite que este entendimiento (heretico) de Fuera la Iglesia No Hay Ninguna
Salvación como expresado en el Protocolo (a saber, que no Católicos pueden ser salvos
por “ignorancia invencible”), había logrado el estado normativo en la mente de
“teólogos Católicos” a mediados del vigésimo siglo antes de Vaticano II. Sigo con su
testimonio.

P. Marco S. Massa, “S.J.”, Católicos y Cultura Americana, p. 27: “La mensaje de


Feeney – que la tradición Católica se hizo sobre y contra una bancarrota cultura
post-Protestante tambaleándose al borde de anarquía intelectual y aniquilación
física – llegó a orejas dispuestas. Antes de los finales 1940s el centro [de P.
Feeney] contó con doscientos conversos...”dcxlvi[646]

P. Marco S. Massa, “S.J.”, Católicos y Cultura Americana, pp. 32-33: “Por razónes
estrictamente teológicos, la enseñanza de Feeney no fue tan escandalosa o
patológica que puede parecer al mirador de la realidad Católica post-
Vaticano II. Propagandistas Católicos en Contra-Reforma Europa ciertamente
habían creido que sus opositores Protestantes, no menos que infieles
Musulmánes, estaban fuera del alcance de gracia [gracia santificante], y una
interpretación rigurosa de la frase de Cipriano descubre claramente los motivos
de mucha de la actividad misionera entre los siglos decimosexto y vigésimo. La
urgencia de ‘agarrar almas’ de las garras del infierno estimulaba al Jesuita
Francisco Javier en India... a irse para predicar el evangelio a la ‘gente que
ambulaban en tinieblas’ (Isa. 9:2)...
“Mucho antes de 1965, por otra parte – ciertamente antes del fin de la
década después de la Segunda Guerra Mundial – la mayoría de Católicos
Norteamericanos habían cesado creer que sus buenos vecinos Protestantes y
Judíos se fueren a perdición eterna después de la muerte, invenciblemente
ignorantes o no. Leonard Feeney había reconocido tan temprano que 1945
está revolución quieta pero muy importante en el pensamiento Católico sobre
las fronteras entre Católicos y cultura Norteamericana. Por la verdad, la
perspicacia de Feeney salva el Caso de Herejía de Boston de ser ópera cómica y
lo hace un episodio importante en la experiencia Norteamericana.”dcxlvii[647]

P. Massa admite aquí que la mayoría de “Católicos” mucho antes de Vaticano II


habían cesado de creer que no hay ninguna salvación fuera la Iglesia Católica (i.e., que
los que mueren no Católicos no pueden ser salvos), y que eso es porque P. Feeney
encontraba tanta resistencia al reafirmar esta verdad dogmática.

P. Marco S. Massa, “S.J.”, Católicos y Cultura Americana, p. 34: “La interpretación


rigurosa de Feeney de extra ecclesiam nulla salus [fuera la Iglesia no hay
ninguna salvación] posiblemente estuvo más cerca de su significado
mantenido por Papa Inocente III en el decimotercero y San Francisco Javier
en el decimosexto siglos que la de sus opositores Católicos ‘liberales’ que
encontraban su enseñanza aborrecible. De verdad, en la edad entre la
Reforma y Vaticano II, ‘la iglesia’ en declaraciónes dogmáticas oficiales había
significado exactamente lo que dijo Feeney...”dcxlviii[648]

Aquí vemos a P. Massa admitiendo que “la enseñanza de P. Feeney” fue


exactamente lo que había declarado la Iglesia en declaraciónes dogmáticas oficiales.

P. Marco S. Massa, “S.J.”, Católicos y Cultura Americana, p. 35: “La iglesia se


encontró en una situación sin salida, tratando de retener sus derechos de
verdad inequívoca y a la misma vez censurar a uno que había proclamado esa
verdad un poco demasiado literalmente... La línea divisoria entre los salvos y
los condenados había movido (o posiblemente había sido movida) para incluir
a otros (eso es, la mayoría de Americanos) que no tenían ningún deseo,
implícito o otro, de juntarse a la comunión Romana.”dcxlix[649]

P. Massa admite aquí que la línea divisoria de los que podrían ser parte de la
Iglesia (y por siguiente ser salvos) había sido movida; él además admite que la nueva
(heretica) definición de la línea (de Protocolo 122/49, etc.) incluyó a personas que no
tenían ningún deseo ni intención de hacerse Católicos Romanos (i.e., no Católicos).

P. Marco S. Massa, “S.J.”, Católicos y Cultura Americana, p. 35: “...Posiciónes


doctrinales que habían sido consideradas rigurosas pero no obstante
ortodoxas en un momento más temprano de la historia Católica
Norteamericana ahora fueron vistas estar inaceptables - creencias que ahora
declaró el colectivo ser desviadas y aun peligrosas a la comunidad. La
conciencia colectiva había cambiado, la frontera entre lo que constituyó ‘dentro’
y ‘fuera’ había movido o había sido reducida a escala, y la interpretación oficial
de que significó estar ‘fuera la iglesia’ había cambiado con ella. ...”dcl[650]

P. Marco S. Massa, “S.J.”, Católicos y Cultura Americana, p. 37: “El Caso de


Herejía de Boston prefiguró una futura Católica que seguiría la via trazada por
los a quienes llamó Feeney ‘liberales acomodaticios.’ Esto puede parecer una
visión penetrante del obvio hoy, ya seguramente al otro lado de Vaticano II,
pero no estaba siempre tan obvia. Fue un tiempo, antes del día de Knute
Rockne, cuando se expectaba que todos del equipo de fútbol americano Notre
Dame serían buenos Católicos.”dcli[651]

P. Massa concluye su capítulo sobre la controversia de P. Feeney por admitir que


prefiguró una nueva “futura Católica” que fue cumplida después de Vaticano II. Así él
corrobora nuestro punto: que sin la negación de este dogma nunca podría haber
ocurrido Vaticano II.

33. Una Nota a Los Que Creen en Bautismo de


Deseo
Al tratar este dogma crucial de la fe, sentí que fue importante dirigir algo a los que
creen en bautismo de deseo, para resumir ciertos puntos.

Primero, con los hechos propuestos, debéis admitir que bautismo de deseo nunca
ha sido enseñado infaliblemente. Las únicas dos citaciónes del Magisterio infalible que
aun intentáis presentar (Ses. 6, Cap. 4 de Trento y Ses. 7, Can. 4 de Trento) no favorecen
la teoría de bautismo de deseo, como he mostrado en este documento. Y eso vos deja
con nada. De hecho, vuestro “mejor” pieza de evidencia (Ses. 6, Cap. 4) en realidad se
contradice con la teoría de bautismo de deseo, por definir que Juan 3:5 debe ser
entendido según está escrito.

Sin embargo, a pesar de este hecho, muchos vosotros (de hecho, la mayoría de
vosotros sacerdotes “tradicionales”) continuan afirmando que bautismo de deseo es
algo que todo Católico debe creer. Muchos de vosotros aun retenéis los sacramentos
de los que no lo aceptan. Ya que sabéis que no podéis probar que bautismo de deseo es
un dogma, debéis parar de hacer esta aseveración falsa. Debéis dejar de condenar el
entendimiento de la Iglesia que Juan 3:5 debe ser entendido según está escrito, y que
hay sólo un bautismo de agua, o sin duda iréis al Infierno.

Y los que continuan haciendo declaraciónes o publicando libros o folletos sobre


bautismo de deseo, obstinadamente diciendo que hombres pueden ser salvos sin el
Sacramento de Bautismo, están contradiciendo dogma hereticamente y pueden sentir
el castigo de la anatema de Can. 5.
Papa Pablo III, El Concilio de Trento, Can. 5 sobre el Sacramento
de Bautismo, Ses. 7, 1547, ex cathedra: “Si alguno dijere que
bautismo [el Sacramento] es opcional, eso es, no necesario
para la salvación (cf. Jn. 3:5): sea anatema.”dclii[652]

Segundo, casi todos vosotros que creéis en bautismo de deseo mantenéis que él
aplica a los que no saben de Cristo, la Trinidad ni la Iglesia Católica. La mayoría de
vosotros admitéis facilmente que este “bautismo de deseo” salva a miembros de
religiónes no Católicos, incluyendo a Protestantes. Esto es completamente heretico y
es un pecado mortal continuar lo manteniendo o predicando.

Esta versión retorcida de bautismo de deseo nunca fue mantenida por ningún
santo, que es porque no podéis citar a santos que enseñaban que miembros de
religiónes no Católicos pueden ser salvos o que bautismo de deseo aplica a los que no
saben de Cristo ni la Trinidad. Esta versión retorcida de bautismo de deseo es
totalmente heretica y fue una invención de herejes liberales de los 19eno y 20imo siglos.
Ha sido perpetuado por catecismos hereticos y Protocolo 122/49, que habían sido
expuestos en este documento.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Ses. 8, 22 Nov. 1439:


“Todo él que desee salvarse debe, ante todo, guardar la fe Católica; pues, a
menos que una persona guarde esta fe entera e inviolada, sin duda alguna se
perderá para siempre.”dcliii[653]

Por último, me dirigo a todos que creen en bautismo de deseo, ambos la versión
mantenida por santos y la versión inventada por modernistas. La enseñanza del Papa
San León el Grande, el Concilio de Florencia, los Cánones sobre el Sacramento de
Bautismo, y el entendimiento de la Iglesia de Juan 3:5 prueban que la teoría de
bautismo de deseo es contraria de dogma Católico y no puede ser enseñada bajo
ninguna forma. Ya que obstinación es la clave de herejía, no hay duda que creencia en
la versión de los santos de bautismo de deseo (sólo para catecúmenos) ha sido mantenida
en buena fe por muchos de vosotros, además de muchos otros clérigos y laicos por
toda la historia. Nadie puede disputar esto. Mas cuando los hechos son demostrados
claros e innegables, como son, para que la teoría de bautismo de deseo puede ser
demostrado innegablemente en desacuerdo con dogma Católica, no se puede continuar
mantenerlo y enseñarlo legalmente.

Papa San León el Grande, carta dogmática a Flaviano, Concilio de Calcedonia,


451:
“Que oiga él lo que predica el bendito apóstol Pedro, que santificación por el
Espíritu es efectuada por la rociación de la sangre de Cristo (1 Ped. 1:2)... Es
Él, Jesucristo, que ha venido por agua y sangre, no en agua sólo, sino en agua y sangre.
Y porque el Espíritu es verdad, es el Espíritu que testifica. Porque hay tres que
rinden testimonio - Espíritu y agua y sangre. Y los tres son uno (1 Jn. 5:4-8).
EN OTRAS PALABRAS, EL ESPÍRITU DE SANTIFICACIÓN Y LA
SANGRE DE REDENCIÓN Y EL AGUA DE BAUTISMO. ESTOS TRES
SON UNO Y PERMANECEN INDIVISIBLES. NINGUNO DE ELLOS ES
SEPARABLE DE SU CONEXIÓN CON LOS OTROS.”dcliv[654]

Como ya dicho, esta es la famosa carta dogmática de Léon el Grande a Flaviano


que fue aceptada por el dogmático Concilio de Calcedonia, y recibida por los padres de
este gran concilio con el grito famoso: “Esta es la fe de los Padres, la fe de los Apóstoles;
Pedro ha hablado por la boca de León.” Ella enseña que Justificación de pecado (el Espíritu
de Santificación) es inseparable de bautismo de agua. Pero seguir aferrado a
“bautismo de deseo” es mantener el opuesto: que santificación es separable del agua de
bautismo. Mantener bautismo de deseo, por siguiente, es contradecir la declaración
dogmática del Papa León el Grande. Y los que obstinadamente contradicen la
declaración de León, aun con respecto a una iota, se harán herejes anatematizados.

Papa San Gelasio, Decreto, 495: “También la epístola de bendito León el Papa a
Flaviano... si alguno arguyere en relación al texto de esta una aun sobre una
iota, y no la recibiere reverentemente en todo sentido, sea anatema.”dclv[655]

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22 Nov. 1439, ex


cathedra: “Y porque la muerte entró al universo por el primér hombre, ‘sino
renazcamos de agua y el Espíritu, no podemos,’ como la Verdad dice, ‘entrar
al reino del cielo’ [Juan 3:5]. La materia de este sacramento es agua real y
natural.”dclvi[656]

Las siguientes once argumentos de la enseñanza infalible de la Cátedra de San


Pedro (además de otros) han sido presentados en este documento. Cada uno mismo de
las siguientes puntos es una verdad de Fe divinamente revelada (un dogma), no una
opinión falible de algún teólogo. Estos puntos refutan la idea de bautismo de deseo. Y
ningún defensor de bautismo de deseo puede contestar ninguno de ellos.

1) La Iglesia Católica enseña que el Sacramento de Bautismo es necesario para


la salvación (de fide, Trento, Ses. 7, Can. 5).
2) Sino seamos renacidos de agua y el Espíritu, no podemos entrar al cielo (de
fide, Florencia, Exultate Deo).
3) La Iglesia entiende Juan 3:5 literalmente cada vez, según está escrito (de fide,
Trento, Ses. 6, Cap. 4) y sin todas excepciónes (de fide, Florencia: Denz. 696; y
Trento: Denz. 791, 858, 861).
4) El Espíritu de Santificación, el Agua de Bautismo y la Sangre de Redención
son inseparables (de fide, Papa San León el Grande).
5) Todos Católicos deben profesar sólo un bautismo de agua (de fide, Clemente V,
Concilio de Vienne).
6) Absolutamente no hay ninguna salvación fuera de la una Iglesia de los fieles
(de fide, Inocente III, Cuarto Concilio de Letrán), que incluye solamente a los
bautizados de agua.
7) Toda criatura humana debe ser sujeto al Pontífice Romano para ser salvo (de
fide, Bonifacio VIII, Unam Sanctam), y es imposible ser sujeto al Pontífice Romano
sin el Sacramento de Bautismo (de fide, Trento, Ses. 14, Cap. 2).
8) Hay que pertenecer al Cuerpo de la Iglesia para ser salvo (de fide Eugenio IV y
Pío XI), y sólo los bautizados de agua pertenecen al Cuerpo de la Iglesia.
9) La Iglesia es definida como una unión de sacramentos (de fide, Eugenio IV,
Cantate Domino; Bonifacio VIII, Unam Sanctam), que signífica que sólo los que han
recibido el Sacramento de Bautismo pueden estar dentro de la unidad de la
Iglesia.
10) Toda verdadera Justificación se encuentra con los Sacramentos (de fide,
Trento, Ses. 7, Prólogo al Decreto sobre los Sacramentos).
11) Los Sacramentos como tales son necesarios para la salvación, aunque todos
no son necesarios para cada individuo (de fide, Profesiónes de Fe de Trento y
Vaticano I; y la Profesión de Fe para conversos), que signífica que se debe recibir
por lo menos un Sacramento (Bautismo) para ser salvo pero no es necesario
recibir todos.

34. El Resultado Degenerado de Herejía contra este


Dogma
La herejía que “ignorancia invencible” salva a los que mueren no Católicos y que
no Católicos pueden ser salvos por “bautismo de deseo” frecuentemente resulta
rapidamente en apostasía de Cristo Mismo. El famoso sacerdote irlandés, P. Denis
Fahey, es un ejemplo que viene al caso.

P. Denis Fahey, La Realeza de Cristo y la Conversión de la Nación Judía (1953), p. 52:


“Los Judíos, como una nación, objetivamente se proponen dar a la sociedad una
dirección completamente opuesta al orden que quiere Dios. Es posible que un
miembro de la Nación Judía, que rechaza a Nuestro Señor, puede tener la
vida sobrenatural que Dios quiere ver en todo alma, y así estar bueno con la
bondad que quiere Dios, pero objetivamente, la dirección que él se propone dar
al mundo es opuesta a Dios y a ésa vida, y así no es buena. Si un Judío que
rechaza a nuestro Señor sea bueno en la manera que exige Dios, es a pesar del
movimiento en que él y su nación están ocupados.”

Aquí vemos al famoso sacerdote irlandés P. Denis Fahey, cuyos escritos son
laudados por muchos que se llaman “Católicos tradicionales,” enseñando que Judíos
que rechazan a Nuestro Señor Jesucristo pueden “tener la vida sobrenatural que Dios
quiere ver en todo alma” (i.e., el estado de gracia) y por siguiente pueden ser salvos.
Esto es de verdad una abominación. Nota como la declaración de P. Fahey se
contradice directamente con la palabra de Dios.

1 Juan 5:11-12: “Y esto es el testimonio, que Dios nos ha dado la vida


eterna. Y esta vida está en su Hijo. Él que tiene al Hijo, tiene vida. Él
que no tiene al Hijo, no tiene vida.”

La palabra de Dios nos dice que él que no tiene al Hijo no tiene vida. P. Denis Fahey
nos dice que un Judío que rechaza al Hijo tiene vida: “un miembro de la Nación Judía, que
rechaza a Nuestro Señor, puede tener la vida sobrenatural...” Por hacer tal declaración, P.
Fahey revela (desafortunadamente) que él no fue un Católico, sino un hereje flagrante.
Posiblemente si P. Fahey hubiera dedicado más tiempo a aprender la verdad de
Jesucristo, Su Evangelio y Sus dogmas, en vez de escribir volúmenes grandes sobre
“las fuerzas de naturalismo organizado,” él habría descubrido que el foco principal de
todo el Evangelio – y la misma verdad central del universo junto con el dogma de la
Trinidad – es que Jesucristo es el Hijo de Dios, y que hay que creer en Él para tener
vida eterna.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado su Hijo


unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna.” (Juan 3:16)

“Él que cree en el Hijo tiene vida eterna; mas él que es incrédulo al Hijo,
no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:36)

Aseverar que se puede lograr la salvación mientras rechazar a Jesucristo es decir


que se puede lograr la salvación mientras rechazar a la salvación misma. Es uno de las
peores herejías que se podría decir.

“Esta empero es la vida eterna: que te conozcan, el solo Dios verdadero, y


Jesucristo, quien has enviado.” (Juan 17:3)

“Y les dijo [a los Judíos]: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba. Vosotros sois
de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso os dije que moriréis en
vuestros pecados: porque si no creyereis que soy él, en vuestro pecado
moriréis.” (Juan 8:23-24)

“Amen, Amen, os digo: Él que no entra por la puerta en el corral de las ovejas,
mas sube por otra parte, el tal es ladrón y robador... Yo soy la puerta.” (Juan
10:1, 9)

“Jesús les dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre,
sino por mí.” (Juan 14:6)
“Y cuando él [el Paráclito] viniere, redargüirá al mundo de pecado, y de
justicia, y de juicio. De pecado ciertamente: porque no han creido en mí.” (Juan
16:8-9)

“Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a
la verdad: todo aquél que es de la verdad, oye mi voz.” (Juan 18:37)

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Ses. 8, 22 Nov. 1439, ex cathedra: “Todo él
que desee salvarse debe, ante todo, guardar la fe Católica; pues, a menos que
una persona guarde esta fe entera e inviolada, sin duda alguna se perderá para
siempre.- Esto es lo que la fe Católica enseña: adoramos a un solo Dios en la
Trinidad, y a la Trinidad en la unidad... Esto, pues, es lo que debe creer acerca
de la Trinidad quien desee salvarse.
“También es necesario para la salvación eterna creer fielmente en la
Encarnación de nuestro Señor Jesucristo... el Hijo de Dios, es Dios y hombre...-
Esta es la fe Católica. Él que no la crea verdadera y firmemente, no puede
salvarse.”

Pero P. Fahey se había imbuido de la herejía que los que mueren no Católicos
pueden ser salvos, que fue galopante a la vuelta del siglo, como he mostrado. Él ya se
había imbuido de la herejía que Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación no en
realidad signífica que fuera la Iglesia no hay ninguna salvación. Por rechazar el
verdadero significado del dogma, y por mantener que no Católicos pueden ser salvos,
fue poco tiempo hasta que concluyó P. Fahey (como hizo arriba) que personas pueden
ser salvos en cualquier religión – incluyendo a Judíos que rechazan al Salvador Mismo.
Esto demuestra que los que ven este dogma y creen que aun uno pagano, Budista,
Musulmán, Judío, etc. puede ser salvo sin convertirse a Cristo en realidad mantienen
que un no Católico posiblemente puede ser salvo en cualquier religión que sea, como
confirma la siguiente declaración del Arzobispo Lefebvre.

Arzobispo Marcel Lefebvre, Contra las Herejías, p. 216: “Claramente, ciertas


distinciónes deben ser hechas. Almas pueden ser salvas en una otra religión
que la religión Católica (Protestantismo, Islam, Budismo, etc.), pero no por
esta religión. Pueden ser almas que, no conociendo a Nuestro Señor, tienen por
la gracia del buén Señor, buenas disposiciónes interiores, que se someten a
Dios... Pero algunas de estas personas hacen un acto de amor que
implícitamente es equivalente a bautismo de deseo. Es solamente por este
medio que pueden ser salvos.”dclvii[657]

Nota la palabra “etc.” ¡La palabra “etc.” signífica “y el resto, y continuando así”!
Obispo Lefebvre dice que hay muchas otras religiónes en que hombres pueden ser salvos.
Esto es herejía completa y total. Obispo Lefebvre creyó que hombres pueden ser salvos
mientras adoran dioses falsos y muchos dioses (Budismo, Hinduismo). Mas esto
simplemente ilustra que todos que creen que la salvación es posible para miembros de
religiónes no Cristianos sin los misterios principales de la Fe Católica (la Trinidad y
Encarnación) están admitiendo que una alma puede ser salva en cualquier religión que
sea: Islam, Budismo, etc. Muestra como los que rechazan el verdadero significado de
Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación y la necesidad de fe en Cristo y la Trinidad
rechazan toda fe y en realidad no tienen fe en absoluto.

Papa León XIII, Satis Cognitum (# 9), 29 Junio 1896:


“...¿puede ser permitido a alguien rechazar alguna de esas verdades sin
precipitarse por ese mismo hecho en la herejía? – ¿sin separarse de la Iglesia?
– ¿sin repudiar en conjunto toda la doctrina cristiana? Pues tal es la
naturaleza de la fe, que nada puede ser más imposible que creer esto y dejar de
creer aquello... Al contrario, quien en un solo punto rehusa su asentimiento a
las verdades divinamente reveladas, en realidad rechaza toda fe en absoluto,
porque rehusa someterse a Dios en cuanto a que es la soberana verdad y el
motivo propio de la fe.”dclviii[658]

P. Fahey y Obispo Lefebvre no te podrían decir que alguno que muere un Satanista
es ciertamente perdido. Ellos mantenían claramente que es posible para cualquier otro
(incluyendo a Judíos que rechazan al Salvador Mismo) salvarse sin la Fe Católica y en
religiónes falsas. Si Judíos, Budistas, Hindús y Musulmánes pueden ser salvos en
sus religiónes falsas y sin la Fe Católica – como dicen – entonces, según ellos, un
Satanista también podría ser salvo sin la Fe Católica y en su religión falsa; tendrían
que admitir que simplemente no sabemos porque él podría estar en buena fe también.

Pues, por mantener que salvación es posible para los que mueren miembros de
religiónes no Católicas, P. Fahey, Obispo Lefebvre y toda otra persona que está
aferrada a esta herejía cree que salvación es posible en cualquier y toda religión.

Papa Pío IX, Qui Pluribus (# 15), 9 Nov. 1846:


“Retorcida también es esa teoría espeluznante que no
importa a que religión se pertenece, una teoría mucho en
desacuerdo aun con la razón. Por medio de esta teoría, esos
hombres astutos removen toda distinción entre virtud y vicio,
verdad y error, acción honorable y detestable. Pretenden que
hombres pueden lograr la salvación eterna por la práctica de
cualquier religión, como si alguna vez podría ser cualquier
compartimiento entre justicia y iniquidad, cualquier
colaboración entre luz y tinieblas, o cualquier acuerdo entre
Cristo y Belial.”dclix[659]

Papa Pío IX, Índice de Errores Modernos, 8 Dic. 1864 – Proposición 16: “El hombre
puede, en la observancia de cualquier religión, encontrar la via de salvación
eterna, y llegar a la salvación eterna.”dclx[660] – Condenado

Obispo Lefebvre, Discurso dado en Rennes, Francia: “Si hombres sean salvos
en Protestantismo, Budismo o Islam, son salvos por la Iglesia Católica, por la
gracia de Nuestro Señor, por las oraciónes de los dentro de la Iglesia, por la
sangre de Nuestro Señor como individuales, posiblemente por la práctica de su
religión, posiblemente por lo que entienden en su religión, mas no por su
religión...”dclxi[661]

Esto debe dar un mensaje a los que llaman este tema puramente “teórico.” Este
tema no es puramente “teórico”; influye en la vida espiritual de una persona en
incontables maneras. La negación de este dogma corrumpe la fe al núcleo, y
totalmente pervierte la creencia en Jesucristo Mismo como el salvador del mundo.
Corrumpe toda la manera en que se ve el mundo sobrenatural.
(Hechos 4:12): “... el nombre de Nuestro Señor Jesucristo... Ni
hay salvación en cualquier otro. Porque no hay ningún otro
nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos
ser salvos.”

POR SUS FRUTOS LES CONOCERÉIS – LOS FRUTOS


DE BAUTISMO DE DESEO
En Monasterio Santísima Familia, hemos conversado personalmente con cientos de
personas sobre la cuestión de bautismo de deseo y Fuera la Iglesia No Hay Ninguna
Salvación y miles han contactado con nosotros. De los muchos cientos personas con
quienes hemos hablado sobre la cuestión de bautismo de deseo, puedo decir con toda
franqueza que aproximadamente 5 o 10 en realidad afirmaron que sólo aplica a los que
desean bautismo de agua (catecúmenos). Los otros (casi 100%) creían que “bautismo
de deseo” salva a Judíos, Budistas, Hindús, Musulmánes, paganos y aun no Católicos
que rechazan a Cristo. ¿Porqué es que efectivamente toda persona que cree en
bautismo de deseo rechaza la enseñanza de la Iglesia Católica (Papa Eugenio IV,
Concilio de Florencia, de fide) que todos que mueren no Católicos no son salvos?

Y de las aproximadamente 5 o 10 personas que puedo recordar creyendo en


bautismo de deseo sólo para catecúmenos, efectivamente todas esas personas fueron
forzadas a admitir que catecúmenos sin bautizar están “fuera la Iglesia.” Pues, aun
esas 5 o 10 personas estaban abrazando una posición que hay salvación “fuera” la
Iglesia o salvación para personas que no están en el “seno y unidad” de la Iglesia, que
es heretica. Esto muestra que una persona de buena voluntad, fiel a la enseñanza
dogmática Católica, verá que la Iglesia Católica no enseña bautismo de deseo en
absoluto cuando todos los hechos son presentados a él.

De hecho, una persona que asiste a la Sociedad de San Pío X nos llamó
recientemente y me dijo que su Abuela Metodista fue salva por “bautismo de deseo.”
Dije al hombre que aun si bautismo de deseo fuera verdad (que no es), no salvaría a
Metodistas (herejes) que ya están bautizados. Pero él no se acordó, y luchó aun más
vigorosamente por su herejía. ¡Entonces él procedió a decirme que fui en herejía por
aseverar que no hay ninguna salvación fuera la Iglesia! Y la posición heretica de este
hombre simplemente refleja la posición común de muchos “tradicionalistas” hereticos
que frecuentan las Misas Latinas en todo mundo, además de efectivamente todo
miembro del Novus Ordo.

35. Ataques Recientes


Recientemente, han sido un número de ataques específicos contra la enseñanza de
la Iglesia Católica sobre la necesidad de bautismo y la Fe Católica para la salvación.
Una refutación de los argumentos propuestos en estos ataques, además de los dogmas
pertinentes a cuáles estos ataques son opuestos, son encontrados en este documento.
Sin embargo, sentí que fue importante analizar unos grupos en particular, y sus errores
respecto a este tema.

LOS ERRORES DEL PRESENTE CENTRO SAN BENEDICTO

El Centro San Benedicto fue fundado por P. Feeney antes de Vaticano II. Como he
documentado, fue un faro de verdad sobre el dogma de salvación cuando estalló la
controversia de P. Feeney en Boston. Pero el hecho que P. Feeney defendía
fuertemente esta verdad sobre la salvación en su día no signífica, por supuesto, que
todo que dijo sobre el tema fue contundente ni correcto. Él era, de hecho, equivocado
en su creencia que catecúmenos pueden ser justificados (puestos en un estado de
gracia) por el deseo de bautismo de agua. P. Feeney sabía que la Iglesia Católica
enseña infaliblemente que ningún catecúmeno puede ser salvo sin bautismo de agua
(Concilio de Trento, Can. 5 sobre el Sacramento), pero él pensaba erradamente que el
Concilio de Trento enseñó que catecúmenos podrían ser justificados por el deseo de
bautismo, aunque no lo hizo (Ve la sección sobre Ses. 6, Cap. 4). Esta posición
equivocada, que yo creo era mantenido por él en buena fe y que él cambiaría si se fuera
presentado hoy con la evidencia y el argumento mostrando que Trento no enseña que
catecúmenos pueden ser justificados, le hizo incapaz de explicar la situación del
catecúmeno llamado “justificado” que no había sido bautizado.

P. Feeney, Pan de Vida, p. 137:

“P. ¿Alguien puede ser salvo hoy sin Bautismo de Agua?


R. Nadie puede ser salvo sin Bautismo de Agua.
P. ¿Son salvos los almas de los que mueren en el estado de justificación, si no
han recibido Bautismo de Agua?
R. No. No son salvos.
P. ¿Dónde van estas almas si mueran en el estado de justificación pero no
hayan recibido Bautismo de Agua?
R. No sé.
P. ¿Van al Infierno?
R. No.
P. ¿Van al Cielo?
R. No.
P. ¿Hay algunos almas tales?
R. ¡No sé! ¡Ni sabes tú!
P. ¿Que dijéremos a los que creen que hay almas tales?
R. Debemos decir a ellos que hagan prevalecer la razón sobre la Fe, y las leyes
de probabilidad sobre la Providencia de Dios.”

P. Feeney estaba cogido en un dilema insoluble por causa de su posición


equivocada y incorrecta que un catecúmeno puede ser justificado sin bautismo de
agua. Y este pasaje de su libro ha sido un verdadero festín para los herejes liberales, y
ellos literalmente vierten páginas de tinta señalando alegremente que P. Feeney era
contradictorio en este punto. Por hacer esto, sin embargo, solamente muestran su
profunda mala voluntad y su inclinación a malo; mientras que P. Feeney sí hizo una
equivocación sobre este punto de Justificación (creo en buena fe), los herejes liberales
que fingen preocupación por integridad doctrinal por señalar esta equivocación ¡no
aun creen que se debe ser un Católico ni creer en Cristo para salvarse! Mantienen
que Judíos, paganos, herejes, cismáticos pueden ser salvos todos sin bautismo o la Fe
Católica. Pues, para decirlo simplemente: los herejes liberales tratan de encubrir su
propia creencia heretica que no Católicos pueden ser salvos por enfocar página tras
página tras página sobre esta una equivocación de P. Feeney, mientras
deshonestamente fallan dirigirse al punto principal de P. Feeney, que fue que ellos
niegan el dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación y son herejes completos y
pervertidos doctrinales.

Por lo tanto, no te engañes de los sacerdotes y obispos hereticos que fingen dar un
curso completo sobre el error sobre Justificación de P. Feeney sin tratar de sus propias
creencias sobre si no Católicos pueden ser salvos; simplemente están encubriendo su
propia herejía horrible. Obispo Clarence Kelly de la Sociedad de San Pío V, por
ejemplo, produjo un documento largo y dió una presentación amplio enfocando sólo
en el error sobre Justificación de P. Feeney, ¡mientras ninguna vez trató de su propia
creencia abominable y heretica que Judíos, Budistas, Hindús, Musulmánes y
Protestantes pueden ser salvos sin la Fe Católica (pero más sobre la SSPV luego)!

El error sobre Justificación de P. Feeney, sin embargo, se ha hecho un gran


problema para algunos; a saber, los miembros presentes del Centro San Benedicto en
Nuevo Hampshire. Los miembros presentes de ambos Centros San Benedicto se
declaran estar en comunión con la secta Vaticano II y obispos que completamente
rechazan Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación. Están, por siguiente (y muy
desafortunadamente) en herejía por obstinadamente declararse en comunión con
herejes que niegan este y otros dogmas. Además de esto, el Centro San Benedicto de
Richmond, NH rehusa obstinadamente corregir el error de P. Feeney sobre
Justificación ¡y aun nos condena como “heretico” por nuestra posición!

En Mayo de 1999, el Centro San Benedicto (Richmond, NH) nos acusó en su boletín
de mantener una “herejía extraña.” Ellos mantienen que aunque bautismo es
absolutamente necesario para la salvación según la ley divina, se puede ser
regenerado (justificado/renacido) por el mero deseo de bautismo. Siguen la errada
conclusión de P. Feeney en este respecto. Creen en un bautismo de deseo que justifica
pero no salva, y llaman nuestra vista que no hay ninguna justificación en absoluto sin
bautismo heretica. La falsedad de tal aseveración por el presente Centro San Benedicto
en Nuevo Hampshire se pone muy clara cuando este tema está examinado más
profundamente. Por ejemplo, nos acusan de mantener una “herejía extraña” cuando
esta fue la enseñanza de San Ambrosio (sin mencionar dogma Católica, como
veremos).

San Ambrosio, De mysteriis, 390-391 A.D.:


“Habéis leido, por siguiente, que los tres testigos en Bautismo son uno: agua,
sangre, y el espíritu; y si quiteis alguno de estos, el Sacramento de Bautismo no
es válido. Porque ¿que es agua sin la cruz de Cristo? Un elemento común sin
todo efecto sacramental. Ni por otra parte hay ningún misterio de
regeneración sin agua: porque ‘sino un hombre renaciere de agua y el
Espíritu, él no puede entrar al reino de Dios.’ [Juan 3:5] Hasta un catecúmeno
cree en la cruz del Señor Jesús, por cual también es santiguado; pero, sino él sea
bautizado en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, él no puede
recibir la remisión de pecados ni ser recipiendario del regalo de gracia
espiritual.”dclxii[662]

Lo asombroso de esto es que el Centro San Benedicto (Richmond, NH) aun cita este
mismo pasaje de San Ambrosio en su libro para probar su posición (e.g., Padre Feeney y
la Verdad sobre la Salvación, p. 132). Así esta posición – que no se puede ser justificado
sin bautismo – está propugnada como verdad por el Centro San Benedicto cuando
citan a San Ambrosio; mas en su boletín llaman esta misma posición una “herejía
extraña” porque tienen ganas de atacar al Monasterio Santísima Familia. ¡Que
increíble hipocresía!

Esto signífica que el Centro San Benedicto mantiene que, por el mero deseo de
bautismo, se puede: ser renacido; ser adoptado como hijo de Dios; ser regenerado;
tener perdonado el pecado original; tener perdonados los pecados actuales; ser unido
con Cristo; poseer las virtudes infundidas de fe, esperanza y caridad; recibir la
aplicación de la Sangre de Cristo; y recibir el Espíritu de Santificación. Esto es lo que
efectua Justificación en el alma, según la enseñanza infalible de la Iglesia Católica. Y
todo esto puede ocurrir por el mero deseo de bautismo, según el Centro San Benedicto,
a pesar de que ellos mantienen que esta misma persona debe recibir el Sacramento de
Bautismo para ser salvo.

Como ya dicho, no hay duda que muchos miembros del Centro San Benedicto,
incluyendo a Padre Feeney mismo, mantenían esta errada posición en buena fe en el
pasado. Malentendían la enseñanza del Concilio de Trento en Ses. 6, Cap. 4 sobre la
Justificación. Pensaban que este Capítulo estuviera enseñando que Justificación puede
ocurrir por el deseo de bautismo (y sabían que Trento excluyó la posibilidad de
salvación sin recibir el bautismo en realidad), entonces concluían que justificación puede
ocurrir por el deseo del Sacramento de Bautismo, pero que salvación puede venir sólo
de recibir Bautismo en realidad. Sus escritos son llenos de la distinción entre
justificación y salvación.

Aunque esta posición errada posiblemente haya sido un intento sincero de


mantener la enseñanza de la Iglesia sobre la necesidad de Bautismo para la salvación
(frente a lo que pensaban equivocadamente ser la enseñanza de la Iglesia sobre deseo
siendo suficiente para justificación), hay muchos problemas con esta explicación.

1) Trento no enseña que el deseo de bautismo es suficiente para la Justificación. Esto


ha sido mostrado en este documento. Y esto fue la causa fundamental de su creencia
errada.
2) En la Justificación, el Espíritu de Santificación y la Sangre de Redención no pueden
ser separados del agua de bautismo (de fide). Como ya ha sido mostrado, Papa San
León el Grande elimina la entera teoría del Centro San Benedicto.

Papa San León el Grande, carta dogmática a Flaviano, Concilio de Calcedonia,


451:
“Que oiga él lo que predica el bendito apóstol Pedro, que santificación por el
Espíritu es efectuada por la rociación de la sangre de Cristo (1 Ped. 1:2)... Es Él,
Jesucristo, que ha venido por agua y sangre, no en agua sólo, sino en agua y sangre. Y
porque el Espíritu es verdad, es el Espíritu que testifica. Porque hay tres que rinden
testimonio - Espíritu y agua y sangre. Y los tres son uno (1 Jn. 5:4-8). EN OTRAS
PALABRAS, EL ESPÍRITU DE SANTIFICACIÓN Y LA SANGRE DE
REDENCIÓN Y EL AGUA DE BAUTISMO. ESTOS TRES SON UNO Y
PERMANECEN INDIVISIBLES. NINGUNO DE ELLOS ES SEPARABLE DE
SU CONEXIÓN CON LOS OTROS.”dclxiii[663]
Es dogma definido que nadie puede ser Justificado sin la Sangre de Redención
(Trento, Ses. 5 y 6, Denz. 790; 795). Papa San León define que en Santificación, el
Espíritu de Santificación (Justificación) y la Sangre de Redención son inseparables
del agua de bautismo. Esto signífica que no puede ser ninguna Justificación – ninguna
aplicación de la Sangre de Redención – sin bautismo de agua (de fide). No puede ser
ninguna Justificación por deseo.

El Centro San Benedicto mantiene que un pecador puede tener el Espíritu de


Santificación y la Sangre de Redención por deseo, sin bautismo de agua, y así ellos
contradicen expresamente esta declaración dogmática.

3) Fuera la Iglesia no hay ninguna remisión de pecados (de fide). El Centro San
Benedicto mantiene que un catecúmeno sin bautizar está fuera de la Iglesia Católica
(que es correcto, porque sólo el Bautismo le haga miembro). Prueba que esto es su
creencia está encontrada en página 77 de su libro, Padre Feeney y la Verdad sobre la
Salvación. Pero mientras profesan que es sólo por Bautismo que alguno puede estar
dentro de la Iglesia, mantienen que un catecúmeno sin bautizar puede tener la
Justificación (remisión de pecados y gracia santificante) por su deseo de bautismo,
mientras todavía se queda fuera de la Iglesia. Esto es directamente contrario a la
definición ex cathedra del Papa Bonifacio VIII abajo. Por siguiente es herejía decir, como
hacen ellos, que alguno que está fuera de la Iglesia puede tener sus pecados remitidos.

Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 Nov. 1302, ex cathedra:


“Con Fe nos animando estamos obligados a creer y mantener
la una, santa, Católica Iglesia y esa, apostólica, y firmemente
creemos y simplemente confesamos esta Iglesia fuera de que
no hay ninguna salvación NI REMISIÓN DE
PECADO...”dclxiv[664]
Algunos defensores del Centro San Benedicto han argüido que solamente el fin de
la Bula Unam Sanctam es solemne (y así infalible), no la parte citada arriba. Esto es un
intento desesperado de defender su posición falsa sobre la Justificación, y es probado
falso por Papa Pío XII.

Papa Pío XII, Mystici Corporis Christi (# 40), 29 Junio 1943: “Que Cristo y Su
Vicario constituyen un solo Cabeza es la enseñanza solemne de Nuestro
predecesor de memoria inmortal Bonifacio VIII en la Carta Apostólica Unam
Sanctam; y sus predecesores nunca han cesado de repetir la misma.”dclxv[665]

Papa Pío XII refiere a la parte de Unam Sanctam que los defensores del Centro San
Benedicto arguyen no ser solemne (infalible), y él dice que es “solemne” (infalible).
Esto demuestra que la parte de la Bula citada arriba es de verdad solemne y infalible.
De hecho, el párrafo de Unam Sanctam a que refiere Pío XII en Mystici Corporis
incorpora lenguage aun menos solemne que el párrafo citado arriba sobre fuera la
Iglesia no hay ninguna remisión de pecados. Lo esencial es que la enseñanza de la
Bula sobre Fe es una declaración ex cathedra que nadie puede negar. El Centro San
Benedicto la niega por su posición que catecúmenos pueden ser justificados fuera la
Iglesia.

4) Los Justificados son herederos según la esperanza de vida eterna (de fide). La Iglesia
enseña que alguno que es justificado es un heredero al cielo. Esto signífica que si
alguien muere en un estado de Justificación irá al cielo. El Centro San Benedicto
enseña que alguno puede ser justificado sin bautismo, pero tal persona todavía no es
heredero al cielo porque ya no ha recibido bautismo. Esta posición se contradice con
dogma.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Sesión 6, Cap. 7 sobre la Justificación, ex


cathedra: “Justificación ... no es mera remisión de pecados, sino también la
santificación y renovación del hombre interior por el recibimiento voluntario de
la gracia y dones, por los cuáles un hombre injusto llega a ser un hombre
justo, y de ser enemigo llega a ser amigo, para que sea ‘un heredero según la
esperanza de vida eterna’ [Tit. 3:7].”dclxvi[666]

La verdadera posición es que toda persona verdaderamente justificada es en


realidad un heredero al cielo (de fide) y irá al cielo si se muera en ese estado, porque
solamente los bautizados son verdaderamente justificados de pecado.

5) Los Justificados han cumplido enteramente la ley divina y han merecido el cielo
según su estado de vida (de fide). Este uno realmente aplasta la posición del Centro San
Benedicto.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 6, Cap. 16: “... por eso DEBE SER
CREIDO QUE NADA MÁS ES NECESARIO A LOS JUSTIFICADOS PARA
SER CONSIDERADOS HABER SATISFECHO TOTALMENTE LA LEY
DIVINA, según este estado de vida, por las obras que han hecho en él y para
verdaderamente haber merecido la vida eterna por ser obtenida en su propio
tiempo (si hubieren partido de esta vida en gracia) ...”dclxvii[667]

La posición del Centro San Benedicto es que una persona justificada sin bautismo
todavía no está en un estado digno de salvación y ya no ha merecido el cielo. Él todavía
necesita satisfacer la ley divina que requiere bautismo, según ellos. Recuerda, ellos
enfocan constantemente sobre la distinción entre justificación y salvación. Mas el
Concilio de Trento contradice esto por aseverar que los justificados han satisfecho
totalmente la ley divina y han merecido la vida eterna por ser obtenida en su propio tiempo
(si hubieren partido de esta vida en gracia). Nada más es necesario para que se van los
justificados al cielo; solamente necesitan mantener el estado de Justificación y morir en
él. Esto no es consistente con la posición del Centro San Benedicto, pero es consistente
con la enseñanza de la Iglesia (e.g., Papa San León el Grande) que ningún pecador
puede ser justificado sin el Sacramento de Bautismo. Esta citación de Trento realmente
echa por tierra la posición del Centro San Benedicto.

6) La posesión de fe, esperanza y caridad se le hace miembro del Cuerpo de Cristo (de
fide). De la definición de Trento sobre la Justificación del pecador, se aprende que no
es posible para un pecador poseer las infundidas, sobrenaturales virtudes de fe,
esperanza y caridad sin ser miembro del Cuerpo de Cristo. Estas virtudes están
infundidas en el momento de Justificación.

Papa Pablo III, Concilio de Trento, Ses. 6, Cap. 7 sobre la Justificación: “Así el
hombre por Jesucristo, en quien está injertado, recibe en la dicha justificación junto
con la remisión de pecados todos estos dones infundidos a la misma vez: fe, esperanza y
caridad. Porque la fe, a menos que esperanza y caridad sean añadidas a él, ni
se le une a alguno perfectamente con Cristo, ni se le hace un vivo miembro de
su cuerpo.”dclxviii[668]

Esto signífica que si esperanza y caridad sean añadidas a fe, fe sí se le une a alguno
perfectamente con Cristo y se le hace miembro vivo del cuerpo de Cristo. Esto no
concorda con la posición del Centro San Benedicto, porque ellos mantienen que es
posible que esperanza y caridad sean unidas con fe en un catecúmeno justificado que
no es un miembro del cuerpo de Cristo.

Porque estos errores que he describido tratan de puntos más finos de esta cuestión,
no hay duda que muchos partidarios del Centro San Benedicto han mantenido – y
algunos posiblemente ya mantengan – estos errores en buena fe, mientras afirmando el
dogma que la Fe Católica y Bautismo son necesarios para la salvación. Sin embargo, no
pueden legalmente mantener estos errores después que han sido mostrados a ellos. Y
desafortunadamente, los presentes líderes del Centro San Benedicto, además de
muchos de sus afiliados, miembros y escritores, rehusan corregirse, y deben ser
considerados hereticos. Además, llaman sobre sus cabezas condenación confirmada
cuando condenan la enseñanza de la Iglesia describida arriba como una “herejía
extraña,” como hicieron en su boletín. Oramos que los asociados del Centro San
Benedicto cambien su posición sobre estas materias, además de su lealtad heretica a la
secta Vaticano II, porque han sufrido persecución injusta de herejes que odian el
dogma Fuera la Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación y la doctrina de Nuestro
Señor Jesucristo sobre la necesidad del Bautismo.

LA SOCIEDAD DE SAN PÍO X

OBJECIÓN- La Sociedad de San Pío X ha publicado numerosos libros y artículos que


muestran que bautismo de deseo es la enseñanza de la Iglesia Católica, como Bautismo
de Deseo de P. Juan-Marco Rulleau y ¿Es Feeneyismo Católico? de P. Francisco Laisney.

RESPUESTA- Ya he mostrado que la enseñanza del Papa San León el Grande, el


Concilio de Florencia sobre Juan 3:5, y el Concilio de Trento sobre Juan 3:5 y el
Sacramento de Bautismo (entre muchas otras cosas) refutan toda afirmación que se
puede lograr la salvación sin bautismo de agua. Pero me dirigiré a los libros de la
Sociedad de San Pío X en este respecto. La Sociedad de San Pío X (SSPX), fundada por
el difunto Arzobispo Marcel Lefebvre, ha difundido herejía públicamente sobre la
necesidad de la Iglesia Católica para la salvación, y ha atacado con tenacidad heretica a
Católicos que defienden la infalible enseñanza de la Iglesia sobre la necesidad del
Bautismo. Los argumentos que propone la Sociedad de San Pío X son refutados en este
libro. Pero para exponer completamente la herejía – y deshonestidad asombrosa – que
es facilmente detectada es sus obras, examinaré unos de sus libros detalladamente.

Daré una breve perspectiva general de las herejías en los escritos del Arzobispo
Lefebvre, seguida con un descubrimiento más profundo de las obras recientes de la
SSPX.

• Contra las Herejías, del Arzobispo Marcel Lefebvre:

1. Página 216: “Aparentemente, ciertas distinciónes deben ser hechas. Almas


pueden ser salvos en una otra religión que la religión Católica
(Protestantismo, Islam, Budismo, etc.), mas no por esta religión. Pueden ser
almas que, no conociendo a Nuestro Señor, tienen por la gracia del buén Señor,
buenas disposiciónes interiores, que se someten a Dios... Pero unas de estas
personas hacen un acto de amor que implícitamente es equivalente al bautismo
de deseo. Es solamente por este medio que pueden ser salvos.”dclxix[669]

2. Página 217: “No se puede decir, entonces, que nadie es salvo en estas
religiónes...”dclxx[670]

3. Páginas 217-8: “Esto es entonces lo que dijo Pío IX y lo que condenó. Es


necesario entender la formulación que fue empleada muy frecuentemente por
los Padres de la Iglesia: ‘Fuera la Iglesia no hay ninguna salvación.’ Cuando
decimos eso, es creido incorrectamente que pensamos que todos los
Protestantes, todos los Musulmánes, todos los Budistas, todos que no
pertenecen públicamente a la Iglesia Católica se van al infierno. Pues, repito,
es posible para alguien ser salvo en estas religiónes, pero son salvos por la
Iglesia, y así la formulación es verdad: Extra Ecclesiam Nulla Salus. Esto debe
ser predicado.”dclxxi[671]

Lo que vemos aquí del fundador de la Sociedad de San Pío X es herejía flagrante.
Él contradice directamente el dogma solemnemente definido que Fuera la Iglesia
Católica No Hay Ninguna Salvación. Algunos partidarios de la Sociedad de San Pío X
han tratado de defender estas palabras hereticas del Arzobispo Lefebvre por hacer
notar que, aunque sí dijo que hombres pueden ser salvos en otras religiónes, recalcó
que es por la Iglesia Católica.

Esta respuesta es un intento patético de defender el indefensible. De hecho, los que


intentan defender a Lefebvre en esta manera en realidad se burlan a Dios. Yo podría
decir que todos hombres se van al cielo (salvación universal), pero todos hombres se
van al cielo “por la Iglesia Católica.” ¿Esto cambia la herejía? No, por supuesto. Pues,
no importa como Lefebvre trataba de explicar o justificar su herejía; ¡sin embargo
estaba enseñando que almas pueden ser salvos en religiónes no Católicas, que es
herejía!

El dogma de la Iglesia Católica no meramente afirma que “nadie es salvo excepto por
la Iglesia Católica”; dice que nadie es salvo fuera la Iglesia Católica y que nadie es salvo
sin la Fe Católica. Esto signífica que nadie puede ser salvo dentro de religiónes no
Católicas. Los defensores de la SSPX necesitan meterse esto en la cabeza. El dogma de
la Iglesia Católica excluye la idea que cualquier persona es salvo en una otra religión.

Papa Gregorio XVI, Summo Iugiter Studio (# 2), 27 Mayo 1832:


“Finalmente, algunos de estas personas descaminadas intentan persuadir a si
mismos y a otros que hombres no son salvos solamente en la religión
Católica, sino que aun herejes pueden lograr la vida eterna.”dclxxii[672]

Ya que él estaba enseñando que hombres pueden ser salvos en una otra religión, el
énfasis de Lefebvre que todos son salvos por la Iglesia Católica no es a propósito. Las
palabras del Papa Gregorio XVI en Summo Iugiter Studio citadas arriba podrían ser
dirigidas específicamente al Obispo Lefebvre y la Sociedad de San Pío X.

Obispo Lefebvre, Sermón en la primera Misa de un sacerdote recientemente


ordenado (Ginebra: 1976): “Somos Católicos; afirmamos nuestra fe en la
divinidad de Nuestro Señor Jesucristo; afirmamos nuestra fe en la divinidad de
la Santa Iglesia Católica; pensamos que Jesucristo es la unica via, la unica
verdad, la unica vida, y que no se puede ser salvo fuera de Nuestro Señor
Jesucristo y por siguiente fuera de Su Esposa Mística, la Santa Iglesia Católica.
Sin duda, las gracias de Dios son distribuidas fuera de la Iglesia Católica, pero
los que son salvos, aun fuera de la Iglesia Católica, son salvos por la Iglesia
Católica, por Nuestro Señor Jesucristo, aun si no lo saben, aun si no sean
conscientes de esto...”dclxxiii[673]

Aquí Lefebvre niega el dogma palabra por palabra.


Obispo Lefebvre, Alocución dada en Rennes, Francia: “Si hombres sean salvos
en Protestantismo, Budismo, o Islam, sean salvos por la Iglesia Católica, por la
gracia de Nuestro Señor, por las oraciónes de los en la Iglesia, por la sangre de
Nuestro Señor como individuales, posiblemente por la práctica de su religion,
posiblemente de lo que entienden en su religión, mas no por su
religión...”dclxxiv[674]

Nota otra vez, de hecho, como dijo Obispo Lefebvre que hombres pueden ser
salvos por la práctica de religiónes falsas.

Papa Pío IX, Qui Pluribus (# 15), 9 Nov. 1846:


“Retorcida también es esa teoría espeluznante que no importa a que religión
se pertenece, una teoría mucho en desacuerdo aun con la razón. Por medio de
esta teoría, esos hombres astutos removen toda distinción entre virtud y vicio,
verdad y error, acción honorable y detestable. Pretenden que hombres pueden
lograr la salvación eterna por la práctica de cualquier religión, como si alguna
vez podría ser cualquier compartimiento entre justicia y iniquidad, cualquier
colaboración entre luz y tinieblas, o cualquier acuerdo entre Cristo y
Belial.”dclxxv[675]

• Carta Abierta a Católicos Confundidos, del Arzobispo Marcel


Lefebvre:

Páginas 73-74: “¿Signífica esto que ningún Protestante, ningún Musulmán,


ningún Budista o animista será salvo? No, sería un segundo error pensar eso.
Los que gritan por intolerancia en la interpretación de la fórmula de San
Cipriano Fuera la Iglesia no hay ninguna salvación, también rechazan el Credo,
“Acepto un bautismo para la remisión de pecados,” y son insuficientemente
instruidos sobre que es bautismo. Hay tres maneras de recibirlo: el bautismo de
agua; el bautismo de sangre (lo de mártires que confesaron su fe cuando
todavía fueron catecúmenos); y bautismo de deseo. Bautismo puede ser
explícito. Muchas veces en Africa oí uno de nuestros catecúmenos decir a mí,
“Padre, bautíceme ahora mismo porque si me muriere antes que Ud. venga
otra vez, fuere al infierno.” Yo le dije, “No, si no tengas ningún pecado
mortal en tu conciencia y si desees bautismo, entonces ya tengas la gracia en
tí...”dclxxvi[676]

Aquí encontramos más herejía contra el dogma Fuera la Iglesia Católica No Hay
Ninguna Salvación del Obispo Lefebvre.

• Bombas de Tiempo del Segundo Concilio Vaticano, de P.


Schmidberger de la SSPX:

P. Schmidberger (SSPX), Bombas de Tiempo del Segundo Concilio Vaticano, 2005, p.


10: “Señoras y señores, es claro que los seguidores de otras religiónes pueden
ser salvos bajo ciertas condiciónes, es es decir, si estén en error
invencible.”dclxxvii[677]

¡P. Schmidberger dice que “es claro” que los seguidores de religiónes no Católicas
pueden ser salvos! No, lo que es claro es ¡que directamente la declaración arriba niega
dogma Católico! Esta es más herejía flagrante enseñada en un folleto muy bien
difundido de la SSPX.

• Obispo Fellay dice que Hindús pueden ser salvos:

Obispo Bernardo Fellay, Superior General de la SSPX, Conferencia en Denver, Co.,


18 Feb. 2006: “Sabemos que hay dos otros bautismos, lo de deseo y lo de
sangre. Estos producen una conexión invisible pero real con Cristo pero no
producen todos los efectos recibidos en el bautismo de agua... Y la Iglesia
siempre ha enseñado que hay personas que estarán en el cielo, quienes están
en el estado de gracia, quienes han sido salvos sin conocer la Iglesia Católica.
Sabemos esto. Y todavía, ¿cómo es posible si no se puede ser salvo fuera de
la Iglesia? Es absolutamente verdad que serán salvos por la Iglesia Católica
porque serán unidos a Cristo, al Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia
Católica. Empero, permanecerá invisible, porque esta conexión visible es
imposible para ellos. Considera un Hindú en Tibet que no tiene ningún
conocimiento de la Iglesia Católica. Él vive según su conciencia y las leyes
que Dios ha infundido en su corazón. Puede ser en el estado de gracia, y si
muera en este estado de gracia, irá al cielo.”dclxxviii[678]

Esta es más herejía flagrante. Hindús, a propósito, adoran muchos dioses falsos;
están no solamente sin la Fe Católica necesaria para la salvación, sino idólatras.

• Bautismo de Deseo, de P. Juan-Marco Rulleau (SSPX):

Recientemente, la Sociedad de San Pío X (SSPX - Lefebvristas) publicó dos libros


atacando la enseñanza de la Iglesia sobre el Bautismo. Ellos pasan tiempo tratando de
encontrar maneras para que algunos sean salvos sin bautismo – pero en vano.
Bautismo de Deseo de P. Juan-Marco Rulleau fue publicado por la SSPX en 1999, y ¿Es
Feeneyismo Católico? de P. Francisco Laisney fue publicado en 2001. Examinaré
ambos estos libros detalladamente. Dividiré la examinación de estos libros en temas
separadas de omisiónes, mentiras, contradicciónes y herejías. Esto permitirá al lector
identificar la deshonestidad y heterodoxia de estos autores y el grupo que representan.

Empezaré con el libro Bautismo de Deseo de P. Rulleau.

OMISIÓNES:

• El libro Bautismo de Deseo de P. Juan-Marco Rulleau finge ser una examinación de la


enseñanza de la Iglesia sobre que es necesario para la salvación: la necesidad de
bautismo, la necesidad de fe en Jesucristo, etc. Pero asombrosamente, ¡en todo el
libro, el autor no cita una (repito, ni aun una) de las ex cathedra (infalibles)
declaraciónes Papales sobre Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación!
¿Supongo que él no las sentía pertinentes? Probablemente no sentía que fueron
pertinentes porque no las cree.

• A pesar de tener una entera sección sobre la necesidad de fe explícita en oposición a


fe implícita en Jesucristo (pp. 53-62), P. Rulleau falta a citar, en todo el libro, el
Credo Atanasiano, el dogmático símbolo de fe que definió que fe en Jesucristo y la
Trinidad es necesaria para todos que desean salvarse. Si él simplemente hubiera
citado este credo, P. Rulleau podría haber resolvida toda la cuestión que él pasa
páginas examinando. Desafortunadamente, él no cita el Credo, probablemente
porque no lo cree.

• Cánones 2 y 5 de los Cánones sobre el Sacramento de Bautismo del Concilio de


Trento no son citados en todo el libro. Esto es interesante, porque se creería que lo
que definió el Concilio de Trento sobre la necesidad de bautismo posiblemente
surgiría en un libro sobre la necesidad de bautismo.

Nota que las omisiónes principales de Padre Rulleau pertenecen a la enseñanza


dogmática de la Iglesia: sobre ninguna salvación fuera la Iglesia, sobre fe en Jesucristo
y la Trinidad, sobre la necesidad del Sacramento de Bautismo. La Sociedad de San Pío
X, desafortunadamente, no tiene interés en lo que la Iglesia enseña dogmáticamente.

HEREJÍAS:

Mientras faltando a citar dogmas claves, P. Rulleau sí sentió importante mencionar


que:

• es un error atribuir infalibilidad a todos documentos del Magisterio (p. 9). — herejía.
• fe justificante puede venir de los elementos Cristianos presentes en religiónes falsas (p. 61).
— herejía.
• es difícil decir si la creencia en un Dios recompensador es todo que es necesario para ser
salvo (p. 63) — herejía.
• no puede ser reconocido que fe justificante ocurre normalmente en todas tradiciónes
religiosas (p. 63), que insinua que puede ocurrir en toda tradición religiosa, pero no
normalmente. — herejía.
• Bautismo de Deseo puede ocurrir entre paganismo (p. 64). — herejía.

MENTIRAS:

• P. Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 63: “Este bautismo de deseo suple por la carencia
de bautismo sacramental... La existencia de este medio de salvación es una verdad
enseñada por el Magisterio de la Iglesia y mantenida desde los primeros siglos por
todos los Padres. Ningún teólogo Católico la ha impugnado.”dclxxix[679]
¡Esta es una mentira absoluta! Como he mostrado, toda la Iglesia antigua rechazó
la idea que un catecúmeno sin bautizar podría ser salvo por su deseo de bautismo,
incluyendo a los 1 o 2 padres que parecían contradecir a si mismos sobre el tema. Esto
es porque, en toda la Iglesia antigua, oración, sacrificio, y entierro Cristiano no fueron
permitidos para catecúmenos que murieron sin bautismo. Aseverar, ante estos hechos,
que “ningún teólogo la ha impugnado” es atroz – como probado en la larga sección
sobre “Bautismo de Deseo y Bautismo de Sangre: Tradiciónes Erradas de Hombre.”

• En página 39, P. Rulleau tergiversa el pasaje crucial del cuarto capítulo del Decreto
sobre Justificación del Concilio de Trento: “y esta traducción después de la
promulgación del Evangelio no puede ser hecho excepto por el lavacro de
regeneración o un deseo de él...”dclxxx[680] El original Latín de este pasaje de Trento
no se traduce a, “excepto por el lavacro de regeneración o un deseo de él...” Se
traduce a, “... sin el lavacro de regeneración o un deseo de él...”

Introducir “excepto por” en vez de “sin” cambia todo el significado del pasaje para
favorecer bautismo de deseo (como mostrado en la Sección sobre Ses. 6, Cap. 4 del
Concilio de Trento). Hacerlo adrede es un pecado mortal. P. Rulleau posiblemente
haya hecho una equivocación inocente (por citar esta traducción horriblemente
engañosa de Denzinger), pero el hecho es que la Sociedad de San Pío X en total
continua usando esta traducción horriblemente engañosa todo el tiempo para engañar
sus lectores aun después que han sido notificados de ella. P. Pedro Scott, anterior
Superior del Distrito Estadounidense de la SSPX, en un reciente Boletín Regina Coeli,
tergiversó este pasaje otra vez en la misma manera para favorecer bautismo de deseo.
Este tipo de tergiversación obstinada de la enseñanza de la Iglesia es mortalmente
pecaminosa.

CONTRADICCIÓNES:

El tratamiento de P. Rulleau de Santo Tomás de Aquino es donde su deshonestidad


realmente empieza a brillar.

• En página 11, P. Rulleau hace la declaración absurda: “Francamente, rehusar a


Santo Tomás de Aquino es rehusar el Magisterio de la Iglesia.”dclxxxi[681]

Santo Tomás es uno de los doctores más grandes en la historia de la Iglesia y uno
de los hombres más brillantes que aun ha vivido; pero es bien conocido que él erró
sobre un número de puntos, como fue tratado en la sección sobre “Santo Tomás de
Aquino.” Santo Tomás no creía que María fue concebida inmaculadamente (cf.
Summa Theologica, Pt. III, P. 14, Art. 3, Respuesta a Obj. 1). Según la aseveración
absolutamente ridicula de P. Rulleau, ¡creer en el dogma de la Concepción Inmaculada
es rehusar el Magisterio, porque Santo Tomás no lo creía! Tal posición es equivalente a
herejía. ¿Porque asevera P. Rulleau tales tonterías? Simplemente porque Santo Tomás
creía en bautismo de deseo y P. Rulleau quiere probar que ése hecho sólo requiere que
Católicos se someten a él. Pero nota como, cuando presentado con una doctrina de
Santo Tomás que P. Rulleau no está listo aceptar, él rápidamente abandona su
principio ridiculo que “rehusar a Santo Tomás de Aquino es rehusar el Magisterio de la
Iglesia.”

• P. Rulleau, Bautismo de Deseo, pp. 56-57: “De este estudio aparece que Santo
Tomás opta por la necesidad de un acto de fe explícita en la Encarnación y la
Trinidad, y, más generalmente, en los misterios de fe. A la pregunta de como un
hombre puede ser salvo si no haya sido evangelizado por misioneros, él responde
que Dios lo atende por dar una inspiración interior o por enviar un misionero.
¿Como debería ser interpretada esta doctrina de Santo Tomás? Que peso debería
ser dada. Los teólogos no han sido unánime.”dclxxxii[682]

En este párrafo, P. Rulleau está analizando la clara enseñanza de Santo Tomás que
nadie puede ser salvo sin fe explícita en Jesucristo y la Trinidad – en otras palabras,
ninguna salvación para los ignorantes invencibles y ninguna salvación para los de
religiónes no Católicas.

Santo Tomás, Summa Theologica: “Después que gracia había sido revelado,
ambos los eruditos y los simples son obligados a fe explícita en los misterios
de Cristo, principalmente con respecto a los que están observados en toda la
Iglesia, y proclamados públicamente, como los artículos que refieren a la
Encarnación, de que hemos hablado arriba.”dclxxxiii[683]

Santo Tomás, Summa Theologica: “Y por siguiente, cuando gracia por fin había
sido revelada, todos fueron obligados a fe explícita en el misterio de la
Trinidad.”dclxxxiv[684]

Respecto a la objeción sobre alguno que nunca hubiera oido de Cristo, Santo Tomás
responde:

Santo Tomás de Aquino, Sent. II, 28, P. 1, A. 4, ad 4: “Si un hombre, nacido entre
naciónes bárbaras, haga lo que puede, Dios mismo le mostrará lo necesario
para la salvación, o por inspiración o por enviar un maestro a él.”dclxxxv[685]

Santo Tomás de Aquino, Sent. III, 25, P. 2, A. 2, solut. 2: “Si un hombre no


tendría nadie para instruirle, Dios le mostrará, a menos que él desee
culpablemente remanecer donde está.”dclxxxvi[686]

Santo Tomás de Aquino, De Veritate, 14, A.11, ad 1: objeción- “Es posible que
alguno sea criado en el bosque, o entre lobos; tal hombre no puede saber
nada explícitamente sobre la fe. Respuesta- Es la característica de Providencia
Divina proveer a todo hombre lo que es necesario para la salvación... siempre
que no sea obstáculo por su parte. En el caso de un hombre que busca bien y
rehuye mal, por la dirección de razón natural, Dios o le revelaría por
inspiración internal lo que debe ser creido, o le enviaría algún predicador de
la fe...”dclxxxvii[687]
Santo Tomás refutó repetidamente y inequívocamente la herejía que “ignorancia
invencible” salva. Afirmó que fe explícita en los misterios de la Trinidad y la
Encarnación es absolutamente necesaria. Si P. Rulleau sea honesto, él no debería
rechazar esta posición de Santo Tomás, porque eso sería, según sus propias palabras,
“rehusar el Magisterio de la Iglesia.” Pero no, P. Rulleau demuestra notable
deshonestidad por preguntar:

“¿Como debería ser interpretada esta doctrina de Santo Tomás? Que peso
debería ser dada. Los teólogos no han sido unánime.”dclxxxviii[688]

¡Tanto para “rehusar a Santo Tomás de Aquino es rehusar el Magisterio de la Iglesia”! P.


Rulleau rapidamente abandona esta posición cuando se encuentra con una doctrina de
Santo Tomás con que él y sus compadres hereticos no se acuerdan. La Sociedad de San
Pío X rechaza la necesidad de fe explícita en la Trinidad y Encarnación – como prueban
las citaciónes de Lefebvre – así que en un acto de hipocresía asombrosa, ¡ellos
abandonan a Santo Tomás cuando él enseña esto, y obligan otros a la opinión de Santo
Tomás cuando él enseña bautismo de deseo!

• ¿Es Feeneyismo Católico?, de P. Francois Laisney (SSPX)

Publicado en 2001, el libro de P. Laisney fue una obra maestra de engaño. Hay
cosas asombrosamente y increíblemente deshonestas en su libro, que serán expuestas
en la sección “Mentiras”.

HEREJÍA:

• En página 21, P. Laisney hace comentarios sobre la necesidad de fe explícita en


Jesucristo: “... cuanto es exactamente necesario saber explícitamente no ha sido resolvido.”
Esta declaración claramente da a entender que no ha sido resolvido si es necesario
para la salvación creer en la Más Santa Trinidad y que Jesucristo es Dios y hombre,
que es una negación del Credo Atanasiano, amén de la enseñanza de Santo Tomás
de Aquino que ellos se profesan amar tanto.

MENTIRAS:

• P. Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 47: “Además, el mismo Concilio de Florencia,


en el mismo decreto para los Jacobitos (parte de la bula Cantate Domino) menciona
bautismo de deseo.”dclxxxix[689] ¡Esto es una mentira total! El Concilio de Florencia no
hace mención en absoluto de bautismo de deseo y P. Laisney sabe esto! El hecho
que Laisney puede escribir tal cosa – y el hecho que la Sociedad de San Pío X la
pública – es abominable. Esto es un señal horrible para la SSPX. Engaño de esta
magnitud revela que ellos están por el lado del diablo.

• Como si su horrible mentira arriba no fuera suficiente mala, P. Laisney comete otra
mentira igualmente horrible en la próxima página respecto al Concilio de Florencia:
“Así que lejos de ser contra Bautismo de Deseo, el mismo Concilio de Florencia, la misma
bula Cantate Domino, lo enseña por ser ‘otro remedio’ que permite una tardanza para
catecúmenos adultos por las razónes dadas por Santo Tomás.”dcxc[690] Este raya en pecado
que clama al cielo. Laisney no sólo asevera otra vez la flagrante falsedad que
bautismo de deseo es enseñado por el Concilio de Florencia, mas ¡él aun añade que
Florencia lo enseña como otro remedio, poniendo “otro remedio” entre comillas!
¡Esto es completa mentira! Este tipo de deshonestidad es inconcebible. Y entonces
P. Laisney sigue a escribir que Florencia permitió una tardanza en bautizar a
catecúmenos adultos por las razónes dadas por Santo Tomás. ¡Mas el Concilio de
Florencia no menciona nada de catecúmenos adultos! P. Laisney está literalmente
añadiendo cosas al Concilio que no están allí. ¡Despiértense, partidarios de la
SSPX!

• Después de citar el documento Quanto Conficiamur Moerore del Papa Pío IX (tratado
en la sección “El Dogma, Papa Pío IX y Ignorancia Invencible”), P. Laisney escribe:
“Este pasaje del Papa Pío IX muestra claramente: 1) bautismo de deseo no es opuesto
al dogma fuera la Iglesia Católica no hay ninguna salvación, 2) bautismo de deseo no es sin
luz y gracia divina... 3) bautismo de deseo es incompatible con indiferencia a Dios...”dcxci[691]
El documento Quanto Conficiamur Moerore no menciona nada en absoluto sobre
bautismo de deseo. No menciona ni el concepto ni el término. Pero Laisney, sin
vergüenza (y aparentemente sin conciencia), no vacila de mentir en tres puntos
diferentes, por aseverar que Pío IX revela tres aspectos diferentes de bautismo de
deseo. Este tipo de mentiras tiene efectos verdaderamente diabólicos, porque los
laxos lectores de los libros de P. Laisney, que no poseen los recursos para verificar
sus fuentes, se quedarán con la impresión que P. Laisney debe ser correcto. Esto es
como herejes matan almas.

• En página 38, P. Laisney dice: “Ex ipso voto, el mismo término usado por el
Concilio de Trento, así dando a Santo Tomás de Aquino la aprobación de un Concilio
infalible. Algunos seguidores de Padre Feeney afirman que el Concilio de Trento no sostuvo
esta enseñanza de Santo Tomás sobre bautismo de deseo... Vemos aquí que falsa es esta
afirmación.”dcxcii[692]

El argumento de P. Laisney aquí es que el Concilio de Trento usó el mismo término


que usó Santo Tomás (ex ipso voto) al definir sobre la necesidad de bautismo. Por
siguiente, según él, abrazó la enseñanza de Santo Tomás sobre bautismo de deseo. El
problema para P. Laisney, sin embargo, es que ¡el Concilio de Trento no usa el
término “ex ipso voto” en ningún lugar con respecto a bautismo o justificación (y,
según mi conocimiento, en ningún lugar en absoluto)! El término usado en Ses. 6, Cap.
4 (el pasaje que Laisney equivocadamente cree que favorece su vista) no es ex ipso voto,
sino “aut eius voto.” Además, el término usado en Ses. 7, Can. 4 (que Laisney también
cree equivocadamente que favorece su vista) no es ex ipso voto tampoco, sino “aut
eorum voto.” ¿El hecho que él atribuye un término a Trento, que no está encontrado en
Trento, importa para nada a él? Aparentemente no.

Como son usados en sus respectivos contextos, los términos que Trento sí empleó
no favorecen bautismo de deseo, como es mostrado en las secciónes sobre la enseñanza
de Trento en este documento. Pero esto es un otro ejemplo de como P. Laisney siente
que él puede simplemente añadir términos a Trento según su propio capricho. Él
permanece ajeno al hecho que es un pecado mortal atribuir a sabiendas a documentos
infalibles cosas que muy ciertamente no están allí. El conocimiento de Latín y
familiaridad con la cuestión de Laisney son tales que no hay excusa para él sobre la
base de una equivocación inocente.

• Similar a la última mentira, en página 49, P. Laisney escribe: “La expresión muy
famosa ‘re aut voto - en hecho o en deseo’ fue usada dos veces por el Concilio de
Trento, una vez en la explicación (‘capítulo’) explícitamente aplicada a la necesidad de
bautismo y una vez aun en un canon ex cathedra sobre la misma necesidad de sacramentos
en general.”dcxciii[693]

En la última mentira que expusimos, P. Laisney estaba afirmando que el término


usado por Trento fue ex ipso voto. Aquí él decide decir que Trento usó la expresión “re
aut voto” (“en hecho o en deseo”) en Ses. 6, Cap. 4 y Ses. 7, Can. 4. ¿Cuál una es, Padre
Laisney?

¿Es “re aut voto” o “ex ipso voto”? Supongo que la contestación es: cualquier
conviene mejor con P. Laisney. El problema para P. Laisney – y esto parece ser un
problema constante – es que Trento no usa tampoco el término “re aut voto” en
cualquier de estas pasajes! P. Laisney otra vez ha añadido a un documento infalible y
deliberadamente tergiversado su enseñanza.

• En páginas 85-86, P. Laisney escribe: “La doctrina de bautismo de sangre y


bautismo de deseo es inseparablemente unida por la Iglesia al dogma fuera la
Iglesia no hay ninguna salvación. Pertenece al entendimiento muy verdadero de ése
dogma, tanto para que si alguno la niege, ya no mantiene ése dogma en el mismo senso y las
mismas palabras como que lo mantiene la Iglesia.”dcxciv[694]

Primero de todo, es irónico que P. Laisney usa el término “inseparablemente


unida,” porque fue Papa San León el Grande que definió que la santificación de un
pecador ¡es inseparablemente unida a bautismo de agua!

Papa San León el Grande, carta dogmática a Flaviano, Concilio de Calcedonia,


451:
“Porque hay tres que rinden testimonio – Espíritu y agua y sangre. Y los tres son uno
(1 Jn. 5:4-8). EN OTRAS PALABRAS, EL ESPÍRITU DE SANTIFICACIÓN Y
LA SANGRE DE REDENCIÓN Y EL AGUA DE BAUTISMO. ESTOS TRES
SON UNO Y PERMANECEN INDIVISIBLES. NINGUNO DE ELLOS ES
SEPARABLE DE SU CONEXIÓN CON LOS OTROS.”dcxcv[695]

Pues mientras que P. Laisney delira sobre que inseparablemente unidos son
bautismo de deseo y bautismo de sangre al dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna
Salvación, en realidad usa el mismo lenguaje que la declaración del Papa San León,
mas con precisamente el opuesto significado. Él asevera que la idea que el Espíritu de
Santificación puede ser separado del agua de bautismo es “inseparablemente unido” a
dogma Católica; mientras que Papa San León define dogmáticamente que el Espíritu de
Santificación es inseparablemente unido a bautismo de agua.

Además de esto, ¿que más puede ser dicho sobre la aseveración, “La doctrina de
bautismo de sangre y bautismo de deseo es inseparablemente unida por la Iglesia al
dogma fuera la Iglesia no hay ninguna salvación”? La unica cosa que se me ocurre es,
“¿Ah sí?” ¿Es eso porque en no menos que siete declaraciónes ex cathedra sobre “el
dogma fuera la Iglesia no hay ninguna salvación,” la “doctrina de bautismo de
deseo/sangre” no es mencionada hasta una vez? ¿Es eso porque en todos los Concilios
de la historia de la Iglesia ni una mención es hecha de cualquier término? Sí, las
“doctrinas” de bautismo de deseo y bautismo de sangre son tan inseparablemente
ligadas al dogma Fuera la Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación que ninguno de
los muchos Papas que definieron este dogma se tomó la molestia de mencionarlas. La
declaración de P. Laisney es simplemente otra mentira.

• En página 87, Laisney asevera que “ni un solo uno” se oponía a bautismo de deseo,
aparentemente con respecto a santos y Papas.

In otras palabras, según P. Laisney, ¡ni un solo santo o Papa en la historia de la


Iglesia negó la existencia de bautismo de deseo! Esta es la misma mentira que P.
Rulleau aseveró en su libro. Entonces mi pregunta es: ¿Estos hombres tienen
conciencias? P. Laisney sabe que San Gregorio Nazianzano específicamente negó el
concepto de bautismo de deseo (Ve “Bautismo de Deseo y Bautismo de Sangre:
Tradiciónes Erradas de Hombre”), que hace su declaración otra mentira. Y sabemos
por hecho que P. Laisney sabe esto, porque ¡el pasaje de San Gregorio está citado en
páginas 64-65 de su libro!

CONTRADICCIÓNES:

Padre Laisney justifica su creencia en bautismo de deseo exclusivamente por la


enseñanza de santos. Es sobre esta misma autoridad que él intenta justificar obligar
otros a bautismo de deseo.

• En su libro (pp. 58-60), P. Laisney asevera que negar la aceptación de San Cipriano
de bautismo de sangre es tergiversar el dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna
Salvación. Por siguiente, él cita a San Cipriano para “probar” su posición. Pero,
como he mostrado en la sección sobre los Padres, en el mismo documento de San
Cipriano, que Laisney cita para justificar su afirmación, San Cipriano enseña que
bautismos hechos por herejes son inválidos – una idea que ha sido condenada
infaliblemente.

Por lo tanto, si P. Laisney fuera lógico, él debería enseñar que Católicos son
obligados a creer que bautismos celebrados por herejes son inválidos, porque San
Cipriano enseña esto en el mismo documento en que él enseña bautismo de sangre.
Pero no, P. Laisney no enseña esto y por consiguiente contradice su propia línea de
raciocinar. De hecho, el rechazo de la validez de bautismos celebrados por herejes no
es el único error que comete Cipriano en el documento antedicho. Él también enseña
que bautismo de sangre es un sacramento,dcxcvi[696] una posición que es negada
universalmente por todos apologistas modernos de bautismo de deseo, incluyendo a
Laisney mismo.dcxcvii[697]

• En página 68, P. Laisney cita a San Bernardo para justificar bautismo de deseo.
Pero, como he mostrado, en el mismo documento citado por Laisney, San Bernardo
no sólo admite que puede ser equivocado, mas dice esto: “Esto insinuó que tal vez
fe sola sería suficiente para la salvación, y que sin ella, nada sería
suficiente.”dcxcviii[698]

Pero siendo el notable hipócrita que es, P. Laisney no dogmatiza la equivocada


declaración de San Bernardo arriba, sino solamente las pasajes de San Bernardo que a
él le gustan: las pocas sobre bautismo de deseo. Y Laisney acorta de la citación la
parte donde San Bernardo admite que se podría ser equivocado (ve la sección sobre
San Bernardo en este documento para el tratamiento detallado). Asimismo, cuando el
increíblemente deshonesto P. Laisney cita a San Alfónso, él no incluye la referencia
errada de San Alfónso a Ses. 14, Cap. 4 porque sabe que San Alfónso fue absolutamente
equivocado sobre este punto.dcxcix[699] Además, cuando cita a San Roberto Bellarmino
sobre la Iglesia, ¡Laisney no incluye donde dice San Roberto Bellarmino que
catecúmenos no son parte de la Iglesia!dcc[700]

Como he dicho, al estudiar las citaciónes de santos y teólogos que Laisney adelanta
como “textos de prueba” por bautismo de deseo, he encontrado que en casi todo caso,
el mismo santo o teólogo hace otro error importante en el mismo documento. Por
ejemplo:
• En página 34 de su libro, P. Laisney cita el comentario de Cornelio a Lápide sobre
Juan 3:5: “Él que está contrito por sus pecados, quiere bautismo, y no puede
recibirlo por falta de agua o ministro, es renacido por resolución y deseo de
bautismo. El Concilio de Trento explica este versículo explícitamente así en
Sesión 7, Canon 4 sobre los Sacramentos en General.”dcci[701]

Aquí Cornelio a Lápide comite una equivocación grave. Dice que el Concilio de
Trento “explícitamente” explica Juan 3:5 en Ses. 7, Can. 4 para favorecer la idea de
bautismo de deseo. Pero Ses. 7, Can. 4 no menciona Juan 3:5 en absoluto. Juan 3:5 no
es aun mencionado en todo el decreto sobre los Sacramentos en General, así que muy
ciertamente no explica Juan 3:5 “explícitamente” para favorecer bautismo de deseo.

Pero este caso es muy útil para esta discusión por esta razón: Puesto que Lápide
comite un gran error garrafal sobre la enseñanza de Trento sobre Juan 3:5 (de hecho, la
declaración de Lápide no estuvo al alcance), entonces es obvio que él es vulnerable a
otros errores. Citar tales pasajes de teólogos como si “confirman” dccii[702] el llamado
bautismo de deseo, como hace Laisney, es ridículo. Lápide no estuvo aun al alcance
sobre lo que él quería expresar; pero, según la Sociedad de San Pío X, debemos asentir
a toda frase suya como expresión de dogma infalible.

Creo que hay un razón porque Dios permitió a estos santos y teólogos errar
repetidamente y sobre varios temas al explicar bautismo de deseo: para mostrar que
ellos no son infalibles. P. Laisney y la SSPX muy ciertamente no entienden esta
mensaje. Ellos continuan en su campaña diabólica para denunciar a todos que
entienden Juan 3:5 “según está escrito” (Trento, Ses. 6, Cap. 4) y que el Sacramento de
Bautismo es necesario para la salvación (Trento, Ses. 7, Can. 5 sobre el Sacramento de
Bautismo).

CONTRADICCIÓNES ASOMBROSAS:

Además de las contradicciónes ya expuestas, hay otras que deben ser consideradas
en el libro de la SSPX ¿Es Feeneyismo Católico? El hecho que un sedicente “sacerdote
Católico tradicional,” P. Laisney, puede mentir sobre el Concilio de Florencia como
hace, pone no sorprendente encontrar a él contradicciendo a si mismo en muchos
lugares.

• En página 22, Laisney dice el siguiente: “Nota que un infante, ya no teniendo el


uso de su razón, no tiene ninguna otra posibilidad para ser salvo además del
recibimiento real del sacramento de bautismo, i.e., bautismo de agua.”dcciii[703]

Esta declaración es bien verdad, fundada sobre dogma solemnemente definido (Ve
la sección “Infantes No Pueden Ser Salvos Sin Bautismo”). Pero vea esto:

• P. Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 77: “Él interesamente expone extensamente la


enseñanza común que bautismo de sangre aplica también a infantes (e.g., los que
sufren el martirio con sus padres).”dcciv[704]

¿Necesito decir más para probar que P. Laisney es un mentiroso y un hipócrita


asombroso, que contradice a si mismo flagrantemente entre sólo unas pocas páginas?
Página 22 de su libro dice que no hay “ninguna otra posibilidad” para la salvación de
infantes que por bautismo de agua. Página 77 enseña muy claramente que “bautismo
de sangre” aplica a infantes. ¡Tanto para su declaración en página 22! Pero se hace
peor cuando consideramos que dijo Laisney sobre la definición del Concilio de
Florencia que declara que ningún infante puede posiblemente ser justificado sin el
Sacramento de Bautismo.

• En página 47, P. Laisney cita la definición dogmática del Concilio de Florencia:


“Con respecto a niños, de verdad, por causa del peligro de muerte, que
frecuentemente puede ocurrir, cuando ninguna ayuda puede ser traida a ellos por
otro remedio que por el sacramento de bautismo, por cuál están agarrados del
dominio del Diablo y adoptados entre los hijos de Dios, él aconseja que santo
bautismo no debe ser aplazado por cuarenta o ochenta días, o algún tiempo según
la observancia de ciertas personas...”dccv[705]

Un número de cosas son importantes sobre el tratamiento de P. Laisney de esta


definición dogmática. Primero es el hecho que P. Laisney hace un punto especial notar
que Florencia mencionó solamente niños en este pasaje. Él concluye que mientras que
no hay ningún otro remedio para niños más que el Sacramento de Bautismo, hay otro
remedio por pecado original para adultos (bautismo de deseo). Él trata de reafirmar
esta posición por señalar que el pasaje arriba de Florencia es una citación de Santo
Tomás de Aquino, quien (en el documento citado) sigue a enseñar que hay otro
remedio para adultos. El problema para P. Laisney es que el Concilio de Florencia no
incorporó el párrafo de Santo Tomás sobre la existencia de otro remedio para adultos,
sino paró la citación de él después de decir que no hay ningún otro remedio para
infantes.

Este hecho debería poner a pensar a P. Laisney. ¿Porqué permitió el Espíritu Santo
al Papa Eugenio IV y el Concilio de Florencia incorporar el pasaje de Santo Tomás
sobre infantes, y no su enseñanza en el mismo próximo párrafo sobre bautismo de deseo?
¿Porque Dios no permitió al Concilio simplemente continuar con la citación sólo un
corto párrafo más, que habría hecho claro de una vez por todas que bautismo de deseo
fuera una enseñanza de la Iglesia? Es obvio que el Espíritu Santo quiso en el
Concilio la enseñanza de Santo Tomás sobre el Sacramento de Bautismo siendo el
único remedio para infantes, y que Él no quiso en el Concilio la enseñanza de Santo
Tomás que bautismo de deseo es otro remedio para adultos. Esto es porque el uno
párrafo aparece y el otro no.

Pero lo que en realidad aparece en el Concilio de Florencia y lo que no aparece no


importa a P. Laisney, porque cuando él encuentra que algo no está en un Concilio que
quiere ser allí, simplemente lo añade él mismo. En este caso, Laisney decide crear su
propia definición por añadir el párrafo de Santo Tomás que Florencia muy
específicamente no incorporó. Cito a él otra vez:

• P. Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 47: “Además, el mismo Concilio de Florencia,


en el mismo decreto por los Jacobitos (parte de la bula Cantate Domino) menciona
bautismo de deseo.”dccvi[706]

• P. Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 48: “Así que lejos de ser contra Bautismo de
Deseo, el mismo Concilio de Florencia, la misma bula Cantate Domino, lo enseña por
ser ‘otro remedio’ que permite una tardanza para catecúmenos adultos por las
razónes dadas de Santo Tomás.”dccvii[707]

Lo siento, P. Laisney, pero el Concilio de Florencia no mencionó bautismo de deseo,


y no permitió una tardanza para catecúmenos por las razónes dadas de Santo Tomás.
Y muy ciertamente no enseñó que bautismo de deseo es “otro remedio” para
catecúmenos adultos. Estos pensamientos de Santo Tomás no fueron incorporados en
el Concilio; mas porque tú quieres muchísimo que sean allí, no pudiste abstenerse de
añadirlos. Por lo tanto, no informas honestamente sobre la enseñanza de la Iglesia
sobre el tema de Bautismo, como afirmas, sino mientes sobre el contenido de las
declaraciónes más altas del Magisterio, porque estás predispuesto y obsesionado de
modo incontrolable en tu busqueda para probar que personas pueden ser salvos sin
bautismo. Lo que sí definió Florencia, de hecho, elimina toda posibilidad de salvación
sin bautismo de agua.

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22 Nov. 1439, ex


cathedra: “Santo bautismo, que es la puerta de la vida espiritual, mantiene el
primér lugar entre todos los sacramentos; por él somos hechos miembros de
Cristo y del cuerpo de la Iglesia. Y porque la muerte entró al universo por el
primér hombre, ‘sino renazcamos de agua y el Espíritu, no podemos,’ como la
Verdad dice, ‘entrar al reino del cielo’ [Juan 3:5]. La materia de este
sacramento es agua real y natural.”dccviii[708]

Pues, vamos a reconsiderar las asombrosas contradicciónes de P. Laisney sobre si


un infante puede ser salvo sin el Sacramento de Bautismo. Si P. Laisney lo hiciera un
punto especial mentir que Florencia enseñó que hay otro remedio para adultos, basado
(aunque ilógicamente) sobre el hecho que Florencia sí enseñó que no hay ningún otro
remedio para infantes, entonces por lo menos se pensaría que P. Laisney vaya a ser
consistente con el hecho que no hay otro remedio para infantes distinto del
Sacramento de Bautismo, ¿no? En otras palabras, no hay ninguna manera en todo mundo
que P. Laisney, si sea honesto, podría enseñar que hay otro remedio para infantes más
que el Sacramento de Bautismo. Después de todo, este hecho (que infantes no tienen
ningún otro remedio más que el Sacramento) es la base sobre que su mentira (que sí
hay otro remedio para adultos) es fundado. ¡Pero no! P. Laisney no aun cree que
infantes no tienen ningún otro remedio, mas por otra parte mantiene que infantes
pueden ser salvos sin el Sacramento de Bautismo, según página 77 de su libro.

Esto demuestra que el énfasis de P. Laisney (en páginas 47-48 de su libro) que
Florencia definió que para niños no hay “ningún otro remedio” más que el Sacramento
de Bautismo fue hecho por una calculada razón. Fue hecho con la esperanza de ser
capáz de probar que hay otro remedio para adultos – bautismo de deseo. Su énfasis
sobre este punto fue solamente porque pensó que favorecería bautismo de deseo. Toda
su discusión sobre como Católicos deben ser fieles a la definición de Florencia fue una
farsa y una decepción. Escucha a este hipócrita explicando como nadie puede negar el
pasaje de Florencia sobre que no hay ningún otro remedio para infantes más que
bautismo, ¡que él mismo niega en su libro!

• P. Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 48: “Así que lejos de ser contra Bautismo de
Deseo, el mismo Concilio de Florencia, la misma bula Cantate Domino, lo enseña por ser
‘otro remedio’ que permite una tardanza para catecúmenos adultos por las razónes dadas de
Santo Tomás. Y para que ningún seguidor de P. Feeney diga que este pasaje no es
infalible, se debe considerar que el párrafo sobre bautismo de que se toma ella
empieza con las mismas palabras que él sobre la Iglesia: ‘[La Santa Iglesia
Romana] firmemente cree, profesa, y enseña que...’ Por consiguiente ambos
párrafos tienen el mismo grado de autoridad.”dccix[709]

“Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas... Así que testimonio dais contra vosotros
mismos... Serpientes, generación de víboras, ¿cómo evitaréis el juicio del infierno?” (Mt. 23: 23,
31, 33). La actividad de P. Laisney es la de una serpiente, la misma serpiente que es
responsable por la terrible decepción en su libro. P. Laisney está condenado por sus
propias palabras. Contradice lo a que admite estar obligado, y que se esforzó mucho
para enfatizar. Pero las penas prestadas para enfatizar este dogma – que infantes no
tienen ningún otro remedio que bautismo de agua – no fueron prestadas de un espíritu
de fidelidad a la enseñanza de la Iglesia, sino sólo en el intento desesperado de tratar
de probar la falsa doctrina de bautismo de deseo.

Y irónicamente, mientras Laisney afirma su falsa posición por la enseñanza de


Tradición, es Tradición que muestra que bautismo de agua es la única ayuda (i.e., el
único remedio) para la salvación para todos, aun adultos que lo desean.

Papa San Siricio, Carta a Himerio, 385:


“Como mantenemos que la observancia del santo tiempo Pascua en ninguna
manera debe ser suavizada, en la misma manera deseamos que infantes que,
por causa de su edad, ya no pueden hablar, o los que, en cualquier necesidad,
necesitan el agua de santo bautismo, sean socorridos con toda posible
velocidad, por miedo que, si los que salen de este mundo fueren privados de
la vida del Reino por haber sido rehusados la fuente de salvación que
desearon, esto conduzca a la ruina de nuestras almas. Si ellos amenazados de
naufragio, o del ataque de enemigos, o los inciertos de un sitio, o ellos
puestos en una condición desesperada por causa de una enfermedad física,
PIDAN LO QUE EN SU FE ES SU ÚNICA AYUDA, que reciban al mismo
momento de su petición el premio de regeneración por cuál ruegen. ¡Basta de
equivocaciónes pasadas! De ahora siguiente, que todos los sacerdotes
observen la regla antedicha si no quieran estar separados de la sólida piedra
apostólica en que Cristo ha fundado su Iglesia universal.”dccx[710]

Se podría continuar exponiendo los libros de la Sociedad de San Pío X, pero lo que
ya ha sido mostrado debe ser suficiente para establecer que ellos no mantienen la
enseñanza de la Iglesia, por decirlo con buenos modales. Nadie puede dar ni un
céntimo de apoyo financiero ni a esta heretica Sociedad ni al Centro San Benedicto
ni a cualquier otro sacerdote o grupo que no mantiene la enseñanza de la Iglesia
sobre la necesidad absoluta de bautismo y la necesidad absoluta de la Fe Católica
para la salvación, que desafortunadamente incluye a casi todo sacerdote hoy.
Alguno que sostendría obstinadamente a tal sacerdote, después de dar cuenta de su
posición heretica, participaría en su herejía y se pondría en el camino al Infierno.

Además, en luz de la declaración dogmática del Papa San León el Grande contra
los conceptos de bautismo de deseo y bautismo de sangre, la enseñanza del Concilio de
Florencia sobre Juan 3:5, y la enseñanza del Concilio de Trento que el Sacramento de
Bautismo es necesario para la salvación (Ses. 7, Can. 5), nadie puede aun sostener a un
sacerdote que cree en la teoría de bautismo de deseo explícito (aunque ése sacerdote
podría estar en buena fe hasta que la enseñanza de la Iglesia esté mostrada a él). El
primer deber de todo Católico es mantener la fe. No se puede comprometer ningún
punto de la fe por sostener a un sacerdote que no mantiene la fe entera e inmanchada.

Desafortunadamente, la Sociedad de San Pío X no está sola entre “tradicionalistas”


hereticos. Es un hecho que casi todo sacerdote en el mundo hoy, incluyendo a casi
todo sacerdote “tradicional,” niega la necesidad de bautismo para la salvación, y
mantiene que personas que mueren no Católicos pueden lograr la salvación. Esta falta
de fe es explicada por el hecho que vivimos en los últimos días del mundo, los tiempos
de la Gran Apostasía antedicha en la Sagrada Escritura.

LA SOCIEDAD DE SAN PÍO V

En nuestras revistas anteriores hemos notado el hecho desafortunado que los


sacerdotes de la Sociedad de San Pío V se adhieren a la herejía que no Católicos pueden
ser salvos sin la Fe Católica. Se adhieren a la misma herejía expresada por el Arzobispo
Lefebvre y los libros de la SSPX, además de la herejía expresada en el 1949 Protocolo
122/49 contra P. Leonard Feeney (ya expuesta en este documento). Los sacerdotes de la
SSPV también son defensores vigorosos de la falsa doctrina de bautismo de deseo.
Ellos consideran bautismo de deseo un dogma definido. P. Baumberger de la Sociedad
de San Pío V (SSPV) dijo en la presencia del superior de nuestro Monasterio que
Budistas pueden ser unidos a la Iglesia Católica. Esto es lo que sus sacerdotes
obstinadamente mantienen y creen; es desafortunado, mas sin lugar a dudas es verdad.
Y por causa de esto, hemos notado que ningún Católico consciente es esto puede
financiar a ellos bajo pena de pecado mortal.

Había sido nuestra posición en el pasado (una posición fundada en el principio de


Epieikeia y Santo Tomás, entre otras cosas) que, a pesar de los graves problemas con la
SSPV, un Católico podría aprovechar los sacramentos de la SSPV si el Católico no se
acordaba con ellos (por supuesto) ni les apoyaba en ninguna manera (por supuesto).
Empero, esto ya no está una opción. No se debe asistir más a las Misas SSPV aun sin
darles apoyo porque empezando algún tiempo en 2003 los sacerdotes de la SSPV
empezaron a hacer anuncios constantemente antes de sus Misas tradicionales (¡y
parece estar ocurriendo en todas las capillas casi toda semana!) que todos que se
adhieren a los “errores de P. Feeney” no deben recibir la Santa Comunión. Ellos
refieren a la creencia de P. Feeney, que es la enseñanza infalible de la Iglesia Católica
Romana, que nadie puede ser salvo sin el Sacramento de Bautismo.

Papa Pablo III, El Concilio de Trento, cánones sobre el Sacramento de Bautismo,


canon 5, ex cathedra: “Si alguno dijere que el Bautismo [el sacramento] es
opcional, eso es, no necesario para la salvación (cf. Jn. 3:5): sea
anatema.”dccxi[711]

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22 Nov. 1439, ex


cathedra: “Santo bautismo, que es la puerta de la vida espiritual, mantiene el
primér lugar entre todos los sacramentos; por él somos hechos miembros de
Cristo y del cuerpo de la Iglesia. Y porque la muerte entró al universo por el
primér hombre, ‘sino renazcamos de agua y el Espíritu, no podemos,’ como la
Verdad dice, ‘entrar al reino del cielo’ [Juan 3:5]. La materia de este
sacramento es agua real y natural.”dccxii[712]

La SSPV por siguiente está anunciando públicamente y notoriamente a todos que si


crean en el infalible dogma arriba de la Fe Católica, no son Católicos y no pueden
recibir la Santa Comunión. Cuando sacerdotes hagan anuncios públicos que son
hereticos, que imponen la creencia heretica sobre las personas asistiendo a la Misa,
entonces un Católico debe no asistir a la Misa ni recibir la Santa Comunión de tal
sacerdote. Hacerlo sería una negación de la Fe Católica. Por recibir Comunión de un
sacerdote SSPV que ha hecho tal anuncio, alguno estaría tácitamente (en silencio) se
indicando estar de acuerdo con la posición heretica del sacerdote.

Esto no es necesariamente el caso con otros hereticos independientes sacerdotes


“tradicionales” que no han hecho anuncios como esto y mantienen sus posiciónes
hereticas más privadamente; y de hecho, muchos de los hereticos independientes
sacerdotes “tradicionales” no son notorios sobre sus herejías, así que recibir Comunión
de ellos (con tal que no se les apoye ni acuerde) no es una negación ni un compromiso
de la Fe. Pero la SSPV se ha puesto si mismo en otra categoría – la categoría de herejes
notorios que imponen su herejía sobre la gente asistiendo a sus Misas – que pone
prohibidos sus Misas y sus sacramentos. Publicamos esta advertencia sobre la SSPV en
el Verano de 2003 y ellos respondieron en la edición del Otoño 2003 de su revista. Su
respuesta fue muy reveladora y confirmó exactamento lo que dijimos sobre ellos.

LA SSPV RESPONDE

La SSPV respondió a nosotros en la edición del Otoño 2003 de su publicación.


Refiriendo a Hermano Miguel Dimond y yo como “Hermanos Adustos” en la página
preliminar de su edición, P. Jenkins de la SSPV escribe:

La SSPV, El Católico Romano, Otoño, 2003, página preliminar: “La controversia


trata de la enseñanza de la Iglesia sobre ‘Bautismo de Deseo.’ Los Hermanos
Adustos intentan hacer aparecer que sacerdotes Católicos tradicionalistas
están negando la doctrina Católica que fuera la Iglesia no hay ninguna
salvación, pero ningún sacerdote Católico tradicional está disputando la
necesidad de ser miembro de la Iglesia para la salvación.”

¿De verdad? Recuerda esa afirmación (“ningún sacerdote Católico tradicional está
disputando la necesidad de ser miembro de la Iglesia para la salvación”) estimado lector. Y
recuerda que he notado que la cosa que más caracteriza la negación de Fuera la Iglesia
No Hay Ninguna Salvación es deshonestidad. Recuerda que hemos visto que los herejes
sobre este punto hablan de ambos lados de la boca con una satánica doble lengua: un
minuto dicen que la Iglesia es necesaria y el próximo lo niegan; un minuto dicen que
no hay ninguna salvación fuera la Iglesia y el próximo encuentran una explicación
convincente para el opuesto. Pues ya observa los herejes trabajando. Observa como
los herejes de la SSPV enseñan en página 1 de su edición Otoño 2003 exactamente la
misma cosa que niegan en la página preliminar. En páginas 1-8 de esta misma edición,
la SSPV imprime un artículo de Francisco Fenton que explica lo que ellos consideran el
verdadero significado de Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación.

La SSPV, El Católico Romano, Artículo de Fenton, Otoño, 2003, p. 1: “Es una


doctrina de nuestra fe que ‘fuera la Iglesia no hay ninguna salvación.’ Esta no
signífica, sin embargo, ni que a un individual es asegurado la salvación eterna
simplemente porque es miembro de la Iglesia Católica Romana, ni que no
puede ser salvo porque no es miembro real del cuerpo de la Iglesia.”
¿Entendiste esto? Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación “no signífica... que él
no puede ser salvo porque no es miembro real del cuerpo de la Iglesia.” ¡Pero en la
página preliminar de esta edición, P. Jenkins nos dijo por parte de la SSPV que ningún
sacerdote tradicional “está disputando la necesidad de ser miembro de la Iglesia para
la salvación”! ¡Ellos aseveran aquí la exacta herejía – palabra por palabra – que
afirmaron rechazar en la página preliminar! La declaración aquí en página 1 de su
publicación (que personas que no son miembros de la Iglesia pueden ser salvos) así
prueba que su declaración en la página preliminar (que nadie está disputando la
necesidad de ser miembro de la Iglesia para la salvación) ¡fue una completa mentira!
Confirma lo que hemos dicho todo el tiempo sobre estos herejes deshonestos. Los
sacerdotes de la heretica Sociedad de San Pío V son hechos tan ciegos por su negación
de esta verdad que no pueden ver que están contradiciendo a si mismos palabra por
palabra, en unas pocas páginas y en la misma edición en que pretenden clarificar su
creencia como de acuerdo con la enseñanza Católica.

Por consiguiente, como he dicho, es un hecho que la SSPV rechaza el dogma Fuera
la Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación y mentiran cada vez que profesan
mantener la enseñanza Católica sobre la necesidad de ser miembro de la Iglesia para la
salvación. De verdad creen y mantienen obstinadamente que Budistas, Judíos, Hindu,
etc. pueden ser salvos sin la Fe Católica. De hecho, el mismo artículo en su edición del
Otoño 2003 procede a negar el dogma flagrantemente una y otra vez.

La SSPV, El Católico Romano, Artículo de Fenton, Otoño 2003, p. 5: “Un no


Católico, entonces, quien, por ninguna propia culpa grave, no es miembro
formal de la Iglesia en el momento de la muerte, ciertamente no va a perder
su alma por esa causa.”

La SSPV, El Católico Romano, Artículo de Fenton, Otoño 2003, p. 6: “Entonces,


¿es verdad y un artículo de fe que ‘fuera la Iglesia no hay ninguna salvación’?
Si, es. ¿Signífica esto que una persona, no importa que encomiable vida haya
hecho, será perdido eternamente que, por ninguna propia culpa grave, no es
un miembro real de la Iglesia en el momento de la muerte? No, no lo
signífica.”

Aquí otra vez aseveran palabra por palabra la herejía que afirmaron rechazar en la
página preliminar. Es muy apropiado aquí, en vista de esta declaración horriblemente
heretica, citar la enseñanza del Papa Gregorio XVI en Mirari Vos para condenar esta
atroz y difundida herejía.

Papa Gregorio XVI, Mirari Vos (# 13), 15 Agosto 1832: “Ahora consideramos otra
fuente abundante de los males de que la Iglesia está aquejada ahora: el
indiferentismo. Esta opinión retorcida está difundida por todos lados por el
fraude de los malvados que afirman como posible obtener la eterna salvación
del alma por la profesión de cualquier tipo de religión, con tal que se
mantenga la moralidad. Ciertamente, en una cuestión tan clara, ahuyentareis
este mortal error muy lejos de la gente comprometida a vuestro cuidado. Con
la admonición del apóstol que ‘hay un Dios, una fe, un bautismo’ (Ef. 4:5) que
ellos teman que idean la noción que el seguro refugio de salvación es abierto a
personas de cualquier religión. Deben considerar el testimonio de Cristo
Mismo que ‘los que no están con Cristo están contra Él,’ (Lucas 11:23) y que
dispersan desgraciadamente que no recogen con Él. Por lo tanto, ‘sin duda,
perecerán eternamente, a menos que mantenieren la fe Católica entera e
inviolada’ (Credo Atanasiano).”dccxiii[713]

Pero la edición del Otoño 2003 de la SSPV ya no ha terminado de negar este dogma.

La SSPV, El Católico Romano, Artículo de Fenton, Otoño 2003, p. 7: “Con la


estricta, literal interpretación de esta doctrina, sin embargo, tengo que
discrepar, porque si lea y entienda correctamente los estrictos intérpretes, en
ningún lugar es hecho indulgencia por ignorancia invencible, conciencia, o
buena fe por parte de los que no son miembros reales o formales de la Iglesia en
el momento de la muerte. Es inconcebible a mí que, de todos los miles de
millones de no Católicos que han muerto en los pasados diecinueve y medio
siglos, ninguno fuera en buena fe en este tema, y si fueran, simplemente me
niego a creer que el infierno sea su destino eterno.”

Esto es herejía descarada contra el dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna


Salvación. Permíteme resumir brevemente, empero, su edición del Otoño 2003 sobre
este punto:

• Al responder a nuestra advertencia sobre ellos, la SSPV asevera en la página


preliminar que han sido malrepresentados y que nadie esta “disputando la
necesidad de ser miembro de la Iglesia para la salvación,” mientras que en la
misma edición de su revista imprimen un artículo que procede a aseverar
explícitamente no menos de 3 veces que personas pueden ser salvos que no son
miembros de la Iglesia Católica.
• La SSPV, según página 5 del Artículo de Fenton en su publicación, mantiene que no
Católicos pueden ser salvos.
• Lo encuentran “inconcebible” y “se niegan a creer” que todos que mueren no
Católicos van al infierno (p. 7), que es exactamente lo que la Iglesia Católica ha
definido infaliblemente.
• Ellos “discrepan” con la “estricta, literal” interpretación de este dogma (p. 7), que
es decir, ellos rechazan el dogma como santa Madre Iglesia lo ha declarado
(Vaticano I).

Papa Pío IX, Primero Concilio Vaticano, Ses. 3, Cap. 2 sobre Revelación, 1870, ex
cathedra: “Así que también, ése entendimiento de sus sagrados dogmas debe
ser retenido permanentemente, que Santa Madre Iglesia una vez ha declarado;
y nunca debe ser un retroceso de ése significado bajo el especioso nombre de un
entendimiento más profundo.”dccxiv[714]
Por sólo estas razónes, nos alegramos que la SSPV intentó responder a nuestras
acusaciónes de herejía contra ellos; porque al hacerlo probaron que nuestras
acusaciónes están 100% correctas y se condenaron a si mismos de su propia boca.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” 1441, ex cathedra:


“La Santa Romana Iglesia firmemente cree, profesa y predica que todos que
están fuera de la Iglesia Católica, no solo paganos sino también Judíos o
herejes y cismáticos, no pueden compartir la vida eterna y irán al fuego
eterno preparado para el diablo y sus ángeles, a menos que estuvieren
juntados a la Iglesia antes del fin de la vida; y que la unidad de este cuerpo
eclesiástico vale tanto para que solo para los que permanecen en ella los
sacramentos de la Iglesia contribuyen a la salvación y ayuno, limosnas, y otras
obras de piedad y prácticas de la milicia Cristiana produjen recompensas
eternas; y que nadie puede ser salvo, no importa cuanto ha dado en limosnas
y aun si haya derramado sangre en el nombre de Cristo, a menos que haya
perseverado en el seno y la unidad de la Iglesia Católica.”dccxv[715]

Obispo Kelly (el líder de la SSPV), que también mantiene que miembros de
religiónes no Católicas (Protestantes, Budistas, Judíos, etc.) pueden ser salvos sin la Fe
Católica, es tan heretico, de hecho, que él escribió la siguiente el 25 de Sept., 2003, a una
persona a quien conocemos:

Obispo Clarence Kelly de la SSPV, Carta a Tim Whalen, 25 Sept. 2003: “Al
contrario de lo que piensan muchos, la controversia suscitada por P. Feeney y
ahora por los Diamonds (sic) no es de verdad sobre el dogma que fuera la
Iglesia no hay ninguna salvación. Eso es la tapadera para lo que en realidad
están enseñando que es su propio dogma que fuera Bautismo de Agua no hay
ninguna Salvación.”

¡Obispo Kelly llama el dogma que alguno se debe ser bautizado con agua para la
salvación nuestro propio dogma!

Juan 3:5,7 - “[Respondió Jesús:] Amen, amen te digo, sino un hombre renaciere de
agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios... No te maravilles de que
te dije: Os es necesario nacer otra vez.”

Obispo Kelly es tan heretico que es refutado aun por el Dr. Ludwig Ott, como fue
citado.

Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, p. 354: “1. Necesidad de


Bautismo para la Salvación- Bautismo de agua (Baptismus Fluminis) es, desde
la promulgación del Evangelio, necesario para todos hombres sin excepción,
para la salvación. (de fide.)”dccxvi[716]

Obispo Kelly es una abominación.


Papa Pablo III, El Concilio de Trento, cánones sobre el Sacramento de Bautismo, canon 5, ex
cathedra: “Si alguno dijere que bautismo es opcional, eso es, no necesario para la salvación (cf.
Jn. 3:5): sea anatema.”dccxvii[717]

Papa Eugenio IV, El Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 22 Nov. 1439, ex cathedra: “Santo
bautismo, que es la puerta de la vida espiritual, mantiene el primér lugar entre todos los
sacramentos; por él somos hechos miembros de Cristo y del cuerpo de la Iglesia. Y porque la
muerte entró al universo por el primér hombre, ‘sino renazcamos de agua y el Espíritu, no
podemos,’ como la Verdad dice, ‘entrar al reino del cielo’ [Juan 3:5]. La materia de este
sacramento es agua real y natural.”dccxviii[718]

Ya que los sacerdotes de la SSPV predican y imponen su herejía notoriamente por


medio de anuncios en sus capillas, ningún Católico no debería recibir ningún
sacramento de ellos ni asistir a sus Misas en absoluto (y por supuesto nadie puede
apoyarles en ninguna manera bajo pena de pecado grave).

LA CMRI

Desafortunadamente, los sacerdotes de la CMRI (Congregación de María Reina


Inmaculada) también rechazan el verdadero significado del dogma Fuera la Iglesia No
Hay Ninguna Salvación. También se adhieren a y promueven el heretico Protocolo
122/49 y mantienen que los que mueren no Católicos pueden ser salvos.

La CMRI recientemente publicó un folleto defendiendo “bautismo de deseo” que


implementa argumentos todos cuales han sido refutados rigurosamente en este libro.
Ellos usan una combinación de textos falibles (que no prueban el punto), textos
malentendidos (que no dicen lo que afirman) y textos erróneamente traducidos para
inculcar su posición falsa. De hecho, ellos escandalosamente usan todavía la “excepto
por” traducción mala de Ses. 6, Cap. 4 de Trento que ha sido tratado en este libro.
También no dicen en su folleto deshonesto y facilmente refutado que mantienen que es
posible para Judíos, Musulmánes, Budistas, etc. ser unidos a la Iglesia y salvos.

En la edición del Invierno 1992 de El Reinado de María (la publicación de la CMRI),


la CMRI imprimió un artículo llamado “La Salvación de Los Fuera de la Iglesia.”dccxix[719]
Esta es una negación palabra por palabra del dogma Fuera la Iglesia No Hay Ninguna
Salvación. Es equivalente a publicar un artículo llamado “El Pecado Original Que
Tuvo María.” El artículo, por supuesto, inculca la herejía que no Católicos pueden ser
salvos sin la Fe Católica. Y esta es su posición hasta el día de hoy.
En el Invierno de 1996, El Reinado de María (publicación de la CMRI) destacó un
otro artículo heretico llamado “La Trampa de Boston,” del Obispo Roberto
McKenna.dccxx[720] Obispo McKenna cree que almas que mueren no Católicas pueden ser
salvas; él también cree que no es heretico creer que Judíos que rechazan a Cristo
pueden estar en el estado de gracia, como fue confirmado en un intercambio de cartas
que yo tenía con él en la primavera de 2004. Irónicamente, la tesis del Obispo
McKenna en el artículo es que esta “herejía” de negar “bautismo de deseo” y
“ignorancia invencible” fue la trampa del diablo que fue sembrada en Boston, cuando
la verdad es en realidad exactamente el opuesto. Obispo McKenna y la CMRI (quienes
imprimieron su artículo heretico porque creen el mismo que él) están comiendo sus
palabras [“la trampa de Boston”] ahorita por causa del escándalo en Boston. Pero
veremos un pasaje de su artículo.

Obispo Roberto McKenna, “La Trampa de Boston,” imprimido en la Revista de


la CMRI El Reinado de María, Vol. XXVI, No. 83: “La doctrina, entonces, de
ninguna salvación fuera la Iglesia debe ser entendida con el sentido de fuera
la Iglesia a sabiendas... Pero, pueden objetar, si tal sea el sentido del dogma ya
tratado, ¿porqué las palabras ‘a sabiendas’ no forman parte de la formula,
‘Fuera la Iglesia ninguna salvación’? Por la sencilla razón que la adición no es
necesaria. ¿Como podría alguno saber del dogma y no estar fuera la Iglesia a
sabiendas? El ‘dogma’ no es tanta doctrina intencionada para la instrucción
de Católicos, porque es simplemente una consequencia lógica de la afirmación
de la Iglesia ser la verdadera Iglesia, sino más bien una advertencia solemne y
sustancial para el provecho de los fuera la una arca de salvación.”dccxxi[721]

Con toda franqueza, esta debe ser una de las más hereticas declaraciónes alguna
vez hecha por un persona se fingiendo un Obispo Católico tradicional. Como se puede
ver claramente de estas palabras, Obispo McKenna (como casi todo sacerdote
moderno) rechaza el verdadero significado de este dogma y mantiene que no Católicos
pueden ser salvos sin la Fe Católica. En un intento desesperado de defender su versión
heretica de Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación, McKenna por su admisión
debe cambiar el entendimiento de la formula dogmática proclamada por los Papas.
Nos dice que el “verdadero” significado del dogma es que sólo los que están fuera la
Iglesia “a sabiendas” no pueden ser salvos. ¿De veras? ¿Dónde estuvo aun mencionada
esa reserva en las definiciónes dogmáticas sobre este tema? ¡En ningún lugar!

Papa Inocente III, Cuarto Concilio de Letrán, Constitución 1, 1215, ex cathedra: “Hay de verdad una
Iglesia universal de los fieles, fuera de que nadie es salvo en absoluto, en que Jesucristo es ambos
sacerdote y sacrificio.”dccxxii[722]

Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 Nov. 1302, ex cathedra:


“Con Fe nos animando estamos obligados a creer y mantener la una, santa, Católica Iglesia y esa,
apostólica, y firmemente creemos y simplemente confesamos esta Iglesia fuera de que no hay
ninguna salvación ni remisión de pecado... Además, declaramos, decimos, definimos, y
proclamamos a toda criatura humana que ellos de necesidad absoluta para la salvación son
enteramente sujetos al Pontífice Romano.”dccxxiii[723]
Papa Clemente V, Concilio de Vienne, Decreto # 30, 1311-1312, ex cathedra: “Puesto que hay por
ambos regulares y seglares, por superiores y súbditos, por exentos y no exentos, una Iglesia
universal, fuera de que no hay ninguna salvación, por todos quienes hay un Señor, una fe, y un
bautismo...”dccxxiv[724]

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Ses. 8, 22 Nov. 1439:


“Todo él que desee salvarse debe, ante todo, guardar la fe Católica; pues, a menos que una
persona guarde esta fe entera e inviolada, sin duda alguna se perderá para siempre.”dccxxv[725]

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” 1441, ex cathedra:


“La Santa Romana Iglesia firmemente cree, profesa y predica que todos que están fuera de la
Iglesia Católica, no solo paganos sino también Judíos o herejes y cismáticos, no pueden compartir
la vida eterna y irán al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles, a menos que
estuvieren juntados a la Iglesia antes del fin de la vida; y que la unidad de este cuerpo eclesiástico
vale tanto para que solo para los que permanecen en ella los sacramentos de la Iglesia
contribuyen a la salvación y ayuno, limosnas, y otras obras de piedad y prácticas de la milicia
Cristiana produjen recompensas eternas; y que nadie puede ser salvo, no importa cuanto ha dado
en limosnas y aun si haya derramado sangre en el nombre de Cristo, a menos que haya
perseverado en el seno y la unidad de la Iglesia Católica.”dccxxvi[726]

Papa León X, Quinto Concilio de Letrán, Sesión 11, 19 Dec. 1516, ex cathedra: “Así que regulares y
seglares, prelados y súbditos, exentos y no exentos, son miembros de la una Iglesia universal,
fuera de que absolutamente nadie es salvo, y todos ellos tienen un Señor y una fe.”dccxxvii[727]

Papa Pío IV, Concilio de Trento, Iniunctum nobis, 13 Nov. 1565, ex cathedra: “Esta verdadera fe
Católica, fuera de que nadie puede ser salvo... Ahora profeso y verdaderamente mantengo...”dccxxviii[728]

Papa Benedicto XIV, Nuper ad nos, 16 Marzo 1743, Profesión de Fe: “Esta fe de la Iglesia Católica,
sin la cual nadie puede ser salvo, y que de motu propio ahora profeso y sinceramente
mantengo...”dccxxix[729]

Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, Sesión 2, Profesión de Fe, 1870, ex cathedra: “Esta verdadera fe
Católica, fuera de que nadie puede ser salvo, que ahora voluntariamente profeso y
verdaderamente mantengo...”dccxxx[730]

Reconociendo que su entendimiendo va contrario de las claras palabras de las


definiciónes dogmáticas sobre el tema – de las cuales ninguna aun mencionó “a
sabiendas” y todas eliminaron todas excepciónes – Obispo McKenna intenta encontrar
una explicación convincente para el problema.

Obispo Roberto McKenna, “La Trampa de Boston,” imprimido en la Revista de


la CMRI El Reinado de María, Vol. XXVI, No. 83: “El ‘dogma’ no es tanta doctrina
intencionada para la instrucción de Católicos... sino más bien una advertencia
solemne y sustancial para el provecho de los fuera la una arca de
salvación.”dccxxxi[731]

El dogma Fuera la Iglesia Católica No Hay Ninguna Salvación, según McKenna y la


heretica CMRI que imprimió este artículo en su revista (Vol. XXIV, No. 83), no es una
verdad del cielo, ¡sino una advertencia o admonición escrita para no Católicos! Estas
son tonterías y absoluta herejía.
Papa Pío X, Lamentabile, Los Errores de los Modernistas, 3 Julio 1907, #22: “Los
dogmas que la Iglesia profesa como revelados no son verdades caídas del
cielo, sino un tipo de interpretación de hechos de religión, que la mente
humana por un esfuerzo laborioso preparó para si mismo.”dccxxxii[732]-
Condenado

Dogmas son verdades caidas del cielo que no pueden contener error en absoluto.
No son meramente declaraciónes humanas, escritas para advertir a no Católicos, que
son sujetas a corrección y reservación. Dogmas son infalibles definiciónes de la verdad
que nunca pueden ser cambiados ni corregidos, y no tienen ninguna necesidad de ser
cambiados ni corregidos porque no pueden contener error en absoluto. Dogmas están
definidos para que Católicos deben saber lo que deben creer como verdad de
revelación divina sin toda posibilidad de error, que es exactamente el opuesto de lo
que aseveran McKenna y la CMRI.
Y esto es posiblemente lo más importante sobre la herejía del Obispo McKenna y la
CMRI: los negadores de dogma están revelando por tal ridícula argumentación que su
“versión” de este dogma es incompatible con las palabras de la definiciónes
dogmáticas; porque si su versión fuera compatible con las definiciónes dogmáticas
ellos nunca estarían forzados a hacer declaraciónes hereticas como las citadas arriba.

También he hablado con sacerdotes y religiosas de la CMRI quienes me dijeron que


creen que miembros de religiónes no Católicas, incluyendo a Judíos, pueden ser salvos.
Por lo tanto, es irónico que los sacerdotes de la CMRI en realidad no creen en bautismo
de deseo porque no creen que alguno debería desear bautismo para ser salvo. Es un
hecho demostrable, facilmente establecido por simplemente preguntar a cualquier de
sus sacerdotes, que los sacerdotes de la CMRI se adhieren al heretico Protocolo 122/49
y creen que ignorancia invencible puede salvar a miembros de falsas, no Católicas
religiónes y a personas que no creen en Jesucristo. Desafortunadamente, ellos son
herejes completos. Esta herejía es mantenida por casi todos sacerdotes hoy.

36. Conclusión
En este documento he mostrado que es la infalible enseñanza de la Iglesia Católica
– y por siguiente la verdadera enseñanza de Jesucristo – que sólo los que mueren
Católicos bautizados pueden ser salvos. Alguno que se niega a aceptar esta enseñanza
no es un Católico. El hecho que la mayoría del mundo se niega a aceptar esta
enseñanza no nos debería desanimar. Esto ha sido predicho y Dios todavía está con Su
Iglesia, aunque ha sido reducida a un remanente de Católicos fieles.

P. Guillelmo Jurgens: “En un momento de la historia de la


Iglesia, sólo unos años antes de la presente predicación de
Gregorio [Nazianzano] (+380 A.D.), tal vez el número de
obispos Católicos en posesión de sedes, a diferencia de
obispos Arianos en posesión de sedes, fue nada más que algo
entre 1% y 3% del total. Si la doctrina hubiera sido
determinado por popularidad, hoy fuéremos todos
negadores de Cristo y opositores del Espíritu.”dccxxxiii[733]

P. Guillelmo Jurgens: “En el tiempo del Emperador Valens (4to


siglo), Basilio fue casi el unico Obispo ortodoxo en todo el
Oriente que logró retener custodia de su sede... Si no tenga
ninguna otra importancia para el hombre moderno, un
conocimiento de la historia de Arianismo debe demostrar
por lo menos que la Iglesia Católica no toma en cuenta
popularidad y números al formar y mantener doctrina: de lo
contrario, hace mucho tiempo hubiéramos debido abandonar
a Basilio y Hilario y Atanasio y Liberio y Osio y llamarnos
según Ario.”dccxxxiv[734]

Si la herejía Ariana en el 4to siglo fue tan mal que aproximadamente 1% de los
obispos con jurisdicción permanecieron Católicos y 99% se hicieron Arianos, y la Gran
Apostasía precediendo a la Segunda Venida de Cristo es predicha ser aun peor – la
peor apostasía de todo tiempo (2 Tes. 2) – entonces alguno no debería ser incrédulo del
hecho que hay casi ningunos sacerdotes auténticamente Católicos en el mundo hoy que
creen en el verdadero significado de Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación y la
necesidad del Sacramento de Bautismo.

Lucas 18:8 “Empero cuando el Hijo del hombre viniere,


¿hallará fe en la tierra?”

Deberíamos surgir adelante en defensa de esta fe y conservarla inmanchada.


Deberíamos informar en caridad a los no Católicos que Dios pone en nuestra via que
tienen que abrazar la Fe Católica – la tradicional, histórica Fe Católica – si quieren ser
salvos. Y deberíamos informar a los que se profesan Católicos, pero no creen en estos
dogmas, como están en error para que pueden ser corregidos.

Creemos en este dogma solamente porque es la verdad de Jesucristo. Y porque


amamos a no Católicos y tenemos verdadero interés para su felicidad eterna como sus
verdaderos amigos, les decimos que no pueden obtener felicidad eterna excepto en la
Iglesia Católica (la Iglesia Católica tradicional, no la secta Novus Ordo/Vaticano II).

Lucas 12:4-5: “[Jesús dice] Mas os digo, amigos míos: No temáis de los que
matan el cuerpo, y después no tienen nada más que hacer. Mas os enseñaré a
quien temáis: temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder
de echar en la Gehenna: así os digo: a este temed.”

Por fin, no se puede comprometer esta fe a ningún precio. No se puede apoyar


financialmente a cualquier sacerdote que no mantiene que solamente Católicos
bautizados pueden ser salvos, que incluye a casi todo sacerdote hoy. No se puede
apoyar financialmente ni dar estipendios de Misa a cualquier sacerdote que acepta
bautismo de deseo o la herejía de salvación para los “ignorantes invencibles.” No se
pueder juntarse ni estar afiliado con cualquier sociedad religiosa que no preserva y
defende públicamente este dogma y todas las enseñanzas de la Iglesia.

Un Católico no debería asistir a funerales de defunctos no Católicos, porque esto


implica que no Católicos pueden ser salvos, que es herejía. Un Católico no debería
asistir tampoco a funerales de “Católicos” que fueron conocidos por negar este dogma
o por apoyar obstinadamente a los que lo negaban. Además, un Católico no debería
asistir a las Bodas de no Católicos ni de miembros del Novus Ordo, porque esto da
escándalo y da la impresión a los no Católicos casandos que les apruebas donde están.
Ni debería un Católico asistir a la Boda de una persona que se proclama un “Católico
tradicional” pero apoya obstinadamente las posiciónes hereticas o grupos hereticos
expuestos en este documento. Hacerlo sería un escándalo y un compromiso de la Fe.

En el día del Juicio Final, Dios separará los que hubieren conservado la verdadera
fe y el estado de gracia de los que no lo hubieren hecho. Los que hubieren profanado
esta fe tendrán que ponerse en fila con los condenados. Por siguiente los que, sabiendo
estos hechos, continuen apoyar financialmente, aun en la más pequeña manera, grupos
que creen en bautismo de deseo o salvación para los “ignorantes invencibles” o que
niegan cualquier otra enseñanza de la Iglesia, pueden esperar ponerse en fila detrás de
los condenados que hubieren profanado la fe el día del Juicio Final.

La Iglesia enseña que en una necesidad como la que tenemos hoy, alguno puede
recibir los Sacramentos de un sacerdote válidamente ordenado que mantiene una
posición heretica (si el sacerdote no predica notoriamente ni impone esa herejía), pero
no se puede apoyarle financialmente ni comprometer la fe. Poner dinero en la bandeja de
un sacerdote o grupo que no sostiene la fe es negar la fe. Darles donaciónes es negar la
fe. Obviamente, la Fe Católica no nos prohibe comprar libros Católicos (etc.) de un
grupo que puede ser heretico, pero no se debería donar a tal grupo ni aun darles
estipendios de Misa. Si sea una cuestión de comprometer la fe o asistir a la Misa y
recibir la Comunión, se debe parar asistir a la Misa y recibir la Comunión, porque se
puede salvarse sin asistir a la Misa y recibir la Comunión, especialmente en un caso de
necesidad; pero nunca se puede salvarse sin la verdadera fe.

Apoc. 2:10 “Se fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida.”

Apoc. 14:12 “Aquí está la paciencia de los santos, quienes guardan los
mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.”

Apoc. 3:11 “He aquí, yo vengo presto; retén lo que tienes, para que ningún
hombre tome tu corona.”

APÉNDICE –
LA FORMA DEL BAUTISMO
Y LA PROFESIÓN DE FE PARA CONVERSOS A LA
FE CATÓLICA

Bautismo y Bautismo Condicional: La forma de bautismo es: “Te bautizo en el


nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” Agua debería ser vertido por la
frente de la persona mientras que se pronuncia esta forma.

Si hay cualquier duda sobre la validez de tu bautismo, la forma condicional de


bautismo es: “Si eres bautizado, no te bautizo otra vez, pero si todavía estás sin bautizar
[vierte agua por la cabeza, se asegurando de que toca la piel] te bautizo en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo.” Ya que no remanece casi ningún sacerdote
verdaderamente Católico hoy, se puede conseguir el bautismo condicional de un
amigo Católico, y se puede bautizar sus propios hijos.
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Exultate Deo,” 1439: “En caso de
necesidad, empero, no sólo un sacerdote o diácono, sino aun un seglar o laica, sí
aun un pagano y un hereje puede bautizar, con tal que preserve la forma de la
Iglesia y tenga la intención de hacer lo que la Iglesia hace.”dccxxxv[735]

Además de recibir el bautismo, los que quieren convertirse a la Fe Católica


deberían hacer la profesión de Fe para conversos abajo. Si hay una secta específica a
que perteneciste, añade al fin que también rechazas ésa secta heretica.

Si eres una persona que ha sido parte de la apostasía Vaticano II/Novus Ordo,
también deberías hacer ésa misma profesión de Fe del Concilio de Trento. Si fueron
dogmas particulares que negaste (como Fuera la Iglesia No Hay Ninguna Salvación),
entonces añade al fin de la profesión que rechazas todo contrario de ése dogma
particular. Los que salen del Novus Ordo (la Nueva Misa) también necesitan hacer
una confesión (a un sacerdote ordenado válidamente, quien fue ordenado en el rito de
ordenación tradicional) que asistieron a un servicio no Católico y por cuanto tiempo
asistieron. Si participaron en otras cosas en la Nueva Misa (e.g. fueron un ministro
laico, se vistieron sin recato, etc.) o aceptaron falso ecumenismo o negaron algún otro
dogma, estas materias deberían ser mencionadas también en Confesión. Esto debería
ser hecho antes de recibir Comunión en la Misa Tradicional (si hay una a que es
admisible asistir en tu región).

Un converso bautizado debería hacer una confesión a un sacerdote ordenado


válidamente mencionando todos pecados mortales que ha cometido, incluyendo su
pertenecer a y/o propagar una secta no Católica. Contacta con nosotros para más
información sobre este tema.

Profesión de Fe Católica

Promulgada solemnemente por Papa Pío IV y el Concilio de Trento

● Yo, Nombre., con fe firme, creo y profeso todas y cada una de las cosas que se
contienen en el Símbolo de la fe usado por la Santa Iglesia Romana, a saber:
● Creo en un solo Dios Padre Omnipotente, creador del cielo y de la tierra, de todo lo
visible y lo invisible; y en
● un solo Señor Jesucristo, Hijo de Dios unigénito, y nacido del Padre antes de todos
los siglos, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no
hecho, consustancial con el Padre; por quien fueron hechas todas las cosas;
● que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, descendió de los cielos, y se
encarnó de la Virgen María por obra del Espíritu Santo, y se hizo hombre;
● fue crucificado también por nosotros bajo Poncio Pilatos, padeció y fue sepultado; y
● resucitó el tercer día según las Escrituras, y subió al cielo,
● está sentado a la diestra del Padre, y otra vez ha de venir con gloria a juzgar a los
vivos y a los muertos, y su Reino no tendrá fin.
● Y creo en el Espíritu Santo, Señor y vivificante, que del Padre y del Hijo procede; que
con el Padre y el Hijo conjuntamente es adorado y conglorificado; que habló por los
profetas.
● Y creo en la Iglesia, una, santa, católica y apostólica.
● Confieso un solo bautismo para la remisión de los pecados, y espero la resurrección
de los muertos y la vida del siglo venidero. Amén.
● Admito y abrazo firmísimamente las tradiciones de los Apóstoles y de la Iglesia y las
restantes observancias y constituciones de la misma Iglesia.
● Admito igualmente la Sagrada Escritura conforme al sentido que sostuvo y sostiene
la santa madre Iglesia, a quien compete juzgar del verdadero sentido e interpretación
de las Sagradas Escrituras, ni jamás la tomaré e interpretaré sino conforme al sentir
unánime de los Padres.
● Profeso también que hay siete verdaderos y propios sacramentos de la Nueva Ley,
instituídos por Jesucristo Señor Nuestro y necesarios, aunque no todos para cada uno,
para la salvación del género humano, a saber: bautismo, confirmación, Eucaristía,
penitencia, extremaunción, orden y matrimonio; que confieren gracia y que de ellos, el
bautismo, confirmación y orden no pueden sin sacrilegio reiterarse.
● Recibo y admito también los ritos de la Iglesia Católica recibidos y aprobados en la
administración solemne de todos los sobredichos sacramentos.
● Abrazo y recibo todas y cada una de las cosas que han sido definidas y declaradas en
el sacrosanto Concilio de Trento acerca del pecado original y de la justificación.
● Profeso igualmente que en la Misa se ofrece a Dios un sacrificio verdadero, propio y
propiciatorio por los vivos y por los difuntos, y que en el santísimo sacramento de la
Eucaristía está verdadera, real y sustancialmente el cuerpo y la sangre, juntamente con
el alma y la divinidad, de nuestro Señor Jesucristo, y que se realiza la conversión de
toda la sustancia del pan en su cuerpo, y de toda la sustancia del vino en su sangre;
conversión que la Iglesia Católica llama transustanciación.
● Confieso también que bajo una sola de las especies se recibe a Cristo, todo e íntegro,
y un verdadero sacramento.
● Sostengo constantemente que existe el purgatorio y que las almas allí detenidas son
ayudadas por los sufragios de los fieles;
● igualmente, que los Santos que reinan con Cristo deben ser venerados e invocados, y
que ellos ofrecen sus oraciones a Dios por nosotros, y que sus reliquias deben ser
veneradas.
● Firmemente afirmo que las imágenes de Cristo y de la siempre Virgen Madre de
Dios, así como las de los otros Santos, deben tenerse y conservarse y tributárseles el
debido honor y veneración;
● afirmo que la potestad de las indulgencias fue dejada por Cristo en la Iglesia, y que el
uso de ellas es sobremanera saludable al pueblo cristiano.
● Reconozco a la Santa, Católica y Apostólica Iglesia Romana como madre y maestra
de todas las Iglesias, y...
● Igualmente recibo y profeso indubitablemente todas las demás cosas que han sido
enseñadas, definidas y declaradas por los sagrados cánones y Concilios ecuménicos,
principalmente por el sacrosanto Concilio de Trento (y por el Concilio ecuménico
Vaticano, señaladamente acerca del primado e infalibilidad del Romano Pontífice); y, al
mismo tiempo,
● todas las cosas contrarias y cualesquiera herejías condenadas, rechazadas y
anatematizadas por la Iglesia, yo las condeno, rechazo y anatematizo igualmente.
● Esta verdadera fe católica, fuera de la cual nadie puede salvarse, y que al presente
espontáneamente profeso y verazmente mantengo, yo el mismo Nombre. prometo,
voto y juro que igualmente la he de conservar y confesar íntegra e inmaculada con la
ayuda de Dios hasta el último suspiro de vida, con la mayor constancia, y que cuidaré,
en cuanto de mí dependa, que por mis subordinados o por aquellos cuyo cuidado por
mi cargo me incumbiere, sea mantenida, enseñada y predicada: Así Dios me ayude y
estos santos Evangelios.dccxxxvi[736]

CREDO DE LOS APÓSTOLES

Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su


único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo: nació
de Santa María Virgen: padeció bajo el poder de Poncio Pilatos: fue crucificado, muerto
y sepultado: descendió a los infiernos: al tercer día resucitó de entre los muertos:
ascendió a los cielos: está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso, desde allí
ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa
Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección
de la carne y la vida eterna. Amén.

Permiso concedido por hacer copias de este libro o citar secciónes de él, pero
el nombre del autor debe ser dado.

Más copias están disponibles del Monasterio Santísima Familia.

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edición primera, 2004; edición segunda, 2006.

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Notas al Fin

* La primera vez que cualquier fuente está citada en estas notas, se da su


completa información, incluyendo editorial, año, etc. La segunda y siguientes
veces que una fuente está citada, sólo se da el titulo y página.
i[1]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Sheed & Ward y Georgetown University Press [Prensa de la Universidad de
Georgetown], 1990, Vol. 1, p. 230; Denzinger 430.
ii[2]
Denzinger, Las Fuentes de Dogma Católica, B. Herder Book Co. [Compañía de Libros B. Herder], Edición Trigésima,
1957, 468-469.
iii[3]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 386.
iv[4]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, pp. 550-553; Denzinger 39-40.
v[5]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 578; Denzinger 714.
vi[6]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 646.
vii[7]
Denzinger 1000.
viii[8]
Denzinger 1473.
ix[9]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 803.
x[10]
Denzinger 1837.
xi[11]
Denzinger 1836.
xii[12]
Denzinger 163.
xiii[13]
Denzinger 1839.
xiv[14]
Las Encíclicas Papales, de Claudia Carlen, Raleigh: The Pierian Press [La Prensa Pieran], 1990, Vol. 2 (1878-1903), p.
394.
xv[15]
Denzinger 2021.
xvi[16]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), p. 394.
xvii[17]
P. Christopher Rengers, Los 33 Doctores de la Iglesia, Rockford: IL, Tan Books [Libros TAN], 2000, p. 273.
xviii[18]
Denzinger 1800.
xix[19]
Denzinger 2022.
xx[20]
Denzinger 2054.
xxi[21]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 236.
xxii[22]
Denzinger 1792.
xxiii[23]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 230.
xxiv[24]
Denzinger 423.
xxv[25]
Denzinger 570b.
xxvi[26]
Citado por Rev. Dr. Nicholas Sander, El Ascenso y Crecimiento del Cisma Anglicano, Rockford, IL: Tan Books, 1988,
pp. 301-304.
xxvii[27]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 201.
xxviii[28]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 207.
xxix[29]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), pp. 237-238.
xxx[30]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 229.
xxxi[31]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 289.
xxxii[32]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 297 y nota a pie #4.
xxxiii[33]
Denzinger 1716.
xxxiv[34]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), p. 474.
xxxv[35]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 22.
xxxvi[36]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), pp. 121-122.
xxxvii[37]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 318.
xxxviii [38]
Denzinger 895; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 704.
xxxix[39]
Denzinger 696; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 542.
xl[40]
Denzinger 2286.
xli[41]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), p. 42.
xlii[42]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), p. 127.
xliii[43]
Denzinger 430.
xliv[44]
P. Casimir Kucharek, La Liturgia Bizantina-Eslava de San Juan Crisóstomo, Combermere, Ontario, Canada: Alleluia
Press [Prensa Alleluia], 1971, p. 475.
xlv[45]
P. Casimir Kucharek, La Liturgia Bizantina-Eslava de San Juan Crisóstomo, p. 326.
xlvi[46]
P. Casimir Kucharek, La Liturgia Bizantina-Eslava de San Juan Crisóstomo, p. 100.
xlvii[47]
La Enciclopedia Católica, “Fiel,” Volumen 5, Robert Appleton Company, 1909, p. 769.
xlviii[48]
La Enciclopedia Católica, “Catecúmeno,” Volumen 3, 1908, p. 430.
xlix[49]
P. Casimir Kucharek, La Liturgia Byzantina-Eslava de San Juan Crisóstomo, p. 458.
l[50]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 273.
li[51]
Los Sermónes Dominicales de los Grandes Padres, Regnery, Co.: Chicago, IL, 1963, Vol. 4, p. 5.
lii[52]
Catecismo del Concilio de Trento, Tan Books [Libros TAN]: Rockford, IL, 1982, p. 184.
liii[53]
Catecismo del Concilio de Trento, p. 159.
liv[54]
Denzinger 570a.
lv[55]
Denzinger 799-800.
lvi[56]
Denzinger 468-469.
lvii[57]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), pp. 86-87.
lviii[58]
Denzinger 895; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 704.
lix[59]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
lx[60]
Denzinger 792.
lxi[61]
Denzinger 696; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 542.
lxii[62]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 230; Denzinger 430.
lxiii[63]
Denzinger 1470.
lxiv[64]
Denzinger 2195; Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 274.
lxv[65]
Denzinger 1788.
lxvi[66]
Denzinger 696; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 542.
lxvii[67]
Denzinger 858.
lxviii[68]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
lxix[69]
Denzinger 791; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, pp. 666-667.
lxx[70]
Denzinger 102, adición autentica a Can. 3.
lxxi[71]
Denzinger 447.
lxxii[72]
Denzinger 712; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 576.
lxxiii[73]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 422.
lxxiv[74]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, pp. 421-422.
lxxv[75]
Denzinger 102, adición autentica a Can. 2.
lxxvi[76]
Denzinger 791.
lxxvii[77]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 528; Denzinger 693.
lxxviii[78]
Denzinger 1526.
lxxix[79]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 530.
lxxx[80]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 273.
lxxxi[81]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 24.
lxxxii[82]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 70.
lxxxiii[83]
Denzinger 347.
lxxxiv[84]
Denzinger 468.
lxxxv[85]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 386.
lxxxvi[86]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 174.
lxxxvii[87]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 201.
lxxxviii[88]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 222.
lxxxix[89]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), pp. 237-238.
xc[90]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), p. 481.
xci[91]
Denzinger 482.
xcii[92]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, pp. 550-553; Denzinger 39-40.
xciii[93]
Denzinger 1349a.
xciv[94]
Denzinger 1349b.
xcv[95]
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, Pt. II-II, Q. 2., A. 7.
xcvi[96]
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, Pt. II-II, Q. 2., A. 8.
xcvii[97]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 45.
xcviii[98]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 46.
xcix[99]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 30.
c[100]
Denzinger 712.
ci[101]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 98.
cii[102]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), p. 42.
ciii[103]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 479.
civ[104]
Von Pastor, Historia de los Papas, II, 346; citado por Warren H. Carroll, Una Historia de la Cristiandad, Prensa
Cristiandad, Vol. 3 (La Gloria de la Cristiandad), p. 571.
cv[105]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 380.
cvi[106]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), p. 115.
cvii[107]
Nuevo Adviento Enciclopedia Católica, newadvent.org, “Anathema.”
cviii[108]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 242.
cix[109]
Denzinger 883.
cx[110]
Denzinger 913.
cxi[111]
Denzinger 910.
cxii[112]
Denzinger 810.
cxiii[113]
Denzinger 1826-1827.
cxiv[114]
Denzinger 696.
cxv[115]
Denzinger 869.
cxvi[116]
Denzinger 570b.
cxvii[117]
Tixeront, Manual de Patrología, St. Louis, MO: B. Herder Book Co., 1951.
cxviii[118]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Collegeville, MN, La Prensa Litúrgica, 1970, Vol. 1: 34.
cxix[119]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 92.
cxx[120]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 126.
cxxi[121]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 135a.
cxxii[122]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 219; 220.
cxxiii[123]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 181.
cxxiv[124]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 306.
cxxv[125]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 302
cxxvi[126]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 92.
cxxvii[127]
Padres Apostólicos, traducción de Kirsopp Lake, Cambridge, MA: Prensa de la Universidad de Harvard, Vol. 1, p.
139.
cxxviii [128]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 712.
cxxix[129]
Patrologiae Cursus Completus: Series Graecae, 46:417b, P. J.P. Migne, Paris: 1866; citado en Michael Malone, El
Unigénito, Monrovia, CA: Catholic Treasures, 1999, p. 175.
cxxx[130]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 407.
cxxxi[131]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 501.
cxxxii[132]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 681.
cxxxiii[133]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 683.
cxxxiv[134]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 810a.
cxxxv[135]
Los Sermónes Dominicales de los Grandes Padres, Vol. 3, p. 10.
cxxxvi[136]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 899.
cxxxvii[137]
Los Sermónes Dominicales de los Grandes Padres, Vol. 2, p. 51.
cxxxviii[138]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 910r.
cxxxix[139]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 1323.
cxl[140]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 1324.
cxli[141]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 1330.
cxlii[142]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 1206; Los Padres Nicenos y Post-Nicenos, New York: Charles Scribner’s
Sons, 1905, Vol. XIII, p. 197.
cxliii[143]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 1536.
cxliv[144]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 2016.
cxlv[145]
Los Sermónes Dominicales de los Grandes Padres, Vol. 1, p. 89.
cxlvi[146]
Los Sermónes Dominicales de los Grandes Padres, Vol. 2, p. 412.
cxlvii[147]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3, pp. 14-15 nota a pie 31.
cxlviii[148]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
cxlix[149]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1, p. 413.
cl[150]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 940.
cli[151]
Denzinger 1526.
clii[152]
La Enciclopedia Católica, Volumen 9, “Limbo,” 1910, p. 257.
cliii[153]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 29.
cliv[154]
Denzinger 1320.
clv[155]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), pp. 178-179.
clvi[156]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 811.
clvii[157]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 2269.
clviii[158]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 2251a.
clix[159]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 2275.
clx[160]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 2271.
clxi[161]
Denzinger 1526.
clxii[162]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 1139.
clxiii[163]
Barlam y Josaphat, Woodward & Heineman, trad., pp. 169-171.
clxiv[164]
Denzinger 714.
clxv[165]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 598
clxvi[166]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 593.
clxvii[167]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 591.
clxviii[168]
Denzinger 1837.
clxix[169]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 309.
clxx[170]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 310a.
clxxi[171]
Denzinger 712; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 576.
clxxii[172]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 306.
clxxiii[173]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y La Verdad Sobre la Salvación, p. 176.
clxxiv[174]
Denzinger 165.
clxxv[175]
Abad Giuseppe Ricciotti, La Edad de Mártires – Cristianismo de Diocletiano a Constantino, Tan Books [Libros Tan],
Originariamente publicado 1959, reimprimido 1999, p. 90.
clxxvi[176]
La Martirología Romana, Fitzwilliam, NH: Públicaciónes Loreto, p. 203 (9 Sept.)
clxxvii[177]
Denzinger 696; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 542.
clxxviii[178]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 6.
clxxix[179]
La Enciclopedia Católica, “Bautismo,” Volumen 2, 1907, p. 265.
clxxx[180]
Donald Attwater, Un Diccionario Católico, Tan Books [Libros TAN], 1997, p. 310.
clxxxi[181]
Dom Prosper Guéranger, El Año Litúrgico, Fitzwilliam, NH: Loreto Publications, 2000, Vol. 8, p. 315.
clxxxii[182]
Dom Prosper Guéranger, El Año Litúrgico, Vol. 8, p. 521.
clxxxiii[183]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
clxxxiv[184]
Citado por Hno. Robert Mary, Padre Feeney y La Verdad Sobre la Salvación, Winchester, NH: St. Benedict Center
[Centro San Benedicto], 1995, pp. 184-186.
clxxxv[185]
Denzinger 714.
clxxxvi[186]
Denzinger 895; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 704.
clxxxvii[187]
Denzinger 2286.
clxxxviii [188]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), p. 127.
clxxxix[189]
P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, Kansas City, MO: Prensa Angelus, 1999, p. 36; Sulpicius Severus, Vida
de San Martin, 7, 1-7.
cxc[190]
Padre Albert J. Herbert, Resucitado de los Muertos, Rockford, IL: Tan Books [Libros TAN], 1986, nota a pie al lado de
p. 93.
cxci[191]
Michael Malone, El Unigénito, p. 384.
cxcii[192]
Michael Malone, El Unigénito, p. 385.
cxciii[193]
Michael Malone, El Unigénito, p. 386.
cxciv[194]
P. E. Laveille, S.J., La Vida de P. De Smet, Rockford, IL: Tan Books, 2000, p. 93.
cxcv[195]
P. E. Laveille, S.J., La Vida de P. De Smet, p. 172.
cxcvi[196]
Citado por Michael Malone, El Unigénito, p. 364; Malone cita El Catequista, de Rev. Canon Howe, cf. 9no ed.,
London: Burns, Oates, and Washbourne, 1922, vol. 1, p. 63.
cxcvii[197]
P. E. Laveille, S.J., La Vida de P. De Smet, pp. 165-166, nota a pie 7.
cxcviii [198]
Introducción a La Controversia Católica por San Francisco De Sales, Tan Books [Libros TAN], 1989, p. lv.
cxcix[199]
San Francisco De Sales, La Controversia Católica, pp. 156-157.
cc[200]
Citado por Michael Malone, El Unigénito, p. 386; tomado de Rev. Canon Howe, El Catequista, London: Burns, Oates,
and Washbourne, Edición Decima, 1922, Vol. 2, cf. pp. 596-597.
cci[201]
Denzinger 1784.
ccii[202]
Denzinger 530.
cciii[203]
P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 63.
cciv[204]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, Prensa Angelus, 2001, p. 79.
ccv[205]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 1630.
ccvi[206]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 69.
ccvii[207]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 171.
ccviii[208]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 1536.
ccix[209]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 1717.
ccx[210]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 1496.
ccxi[211]
Citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 33.
ccxii[212]
Citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, pp. 30-31; también por P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo
Católico?, p. 61.
ccxiii[213]
Hno. Robert Mary, P. Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 132.
ccxiv[214]
Hno. Robert Mary, P. Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 133.
ccxv[215]
P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 37.
ccxvi[216]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 1330.
ccxvii[217]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 1323.
ccxviii [218]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 1324.
ccxix[219]
Michael Malone, El Unigénito, p. 404.
ccxx[220]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 1330.
ccxxi[221]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3, pp. 14-15 nota a pie 31.
ccxxii[222]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 1012.
ccxxiii[223]
Dom Prosper Guéranger, El Año Litúrgico, Vol. 8, p. 478.
ccxxiv[224]
Dom Prosper Guéranger, El Año Litúrgico, Vol. 8, p. 475.
ccxxv[225]
San Juan Crisóstomo, “La Consolación de la Muerte,” Sermónes Dominicales de los Grandes Padres, vol. IV, p. 363.
ccxxvi[226]
San Juan Crisóstomo, “La Consolación de la Muerte,” Sermónes Dominicales de los Grandes Padres, vol. IV, p. 363.
ccxxvii[227]
Hom. in Io. 25, 3 = PG 59 151-152; citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 34.
ccxxviii[228]
Los Padres Nicenos y Post-Nicenos, Vol. XIII, p. 197.
ccxxix[229]
La Enciclopedia Católica, “Bautismo,” Volumen 2, 1907, p. 265.
ccxxx[230]
J. Corblet, Histoire du sacrement de bapteme, (Paris: Palme, 1881), pp. 155-56; citado por P. Jean-Marc Rulleau,
Bautismo de Deseo, p. 36.
ccxxxi[231]
Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, St. Louis, MO: B. Herder Book, Co., 1954, p. 309.
ccxxxii[232]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 230.
ccxxxiii[233]
P. Jacques Dupuis, S.J. y P. Josef Neuner, S.J., La Fe Cristiana, Sexta Edición Revisada y Aumentada, Staten
Island, NY: Alba House, 1996, p. 540.
ccxxxiv[234]
Latín encontrada en Enchiridion Symbolorum redactada por Denzinger-Schonmetzer, Edición Latín, 1962, no.
184.
ccxxxv[235]
Citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 37.
ccxxxvi[236]
Citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 37.
ccxxxvii[237]
Citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 37.
ccxxxviii[238]
Denzinger 1784.
ccxxxix[239]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 1496.
ccxl[240]
Denzinger 696; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 542.
ccxli[241]
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, Pt. III, Q. 14, Art. 3, Respuesta a Obj. 1.
ccxlii[242]
Michael Malone, El Unigénito, p. 395.
ccxliii [243]
Michael Malone, El Unigénito, p. 70.
ccxliv[244]
Denzinger 1837.
ccxlv[245]
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, Parte III, P. 66, A. 11.
ccxlvi[246]
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, Parte III, P. 66, A. 11, Respuesta 2.
ccxlvii [247]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 9.
ccxlviii[248]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
ccxlix[249]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
ccl[250]
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, Parte III, P. 66, A. 2, Obj. 3.
ccli[251]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 29.
cclii[252]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), pp. 178-179.
ccliii[253]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 92.
ccliv[254]
Denzinger 858.
cclv[255]
Denzinger 482.
cclvi[256]
Citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, pp. 55-56.
cclvii[257]
Citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 55.
cclviii[258]
Citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 55.
cclix[259]
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, Pt. II-II, P. 2., A. 7.
cclx[260]
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, Pt. II-II, P. 2., A. 8.
cclxi[261]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 81.
cclxii[262]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 112.
cclxiii[263]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 127.
cclxiv[264]
Denzinger 165.
cclxv[265]
Denzinger 246.
cclxvi[266]
Denzinger 1463.
cclxvii[267]
Denzinger 165.
cclxviii[268]
Denzinger 790.
cclxix[269]
Denzinger 795.
cclxx[270]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 81.
cclxxi[271]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 81.
cclxxii[272]
Denzinger 790.
cclxxiii[273]
Denzinger 696; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 542.
cclxxiv[274]
Denzinger 791; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, pp. 666-667.
cclxxv[275]
Denzinger 858.
cclxxvi[276]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
cclxxvii[277]
Denzinger 796; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 672.
cclxxviii [278]
Latín encontrada en Enchiridion Symbolorum redactada por Denzinger, Edición Latín, 1937, no. 796.
cclxxix[279]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 578; Denzinger 714.
cclxxx[280]
Denzinger 792a.
cclxxxi[281]
Denzinger 931.
cclxxxii[282]
Latín encontrada en Enchiridion Symbolorum redactada por Denzinger, Edición Latín, 1937, no. 796.
cclxxxiii[283]
Catecismo del Concilio de Trento, p. 180.
cclxxxiv[284]
Denzinger 796; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 672.
cclxxxv[285]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
cclxxxvi[286]
Denzinger 791; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, pp. 666-667.
cclxxxvii[287]
Denzinger 858.
cclxxxviii[288]
Denzinger 696; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 542.
cclxxxix[289]
Denzinger 799-800.
ccxc[290]
Denzinger 1800.
ccxci[291]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), p. 402.
ccxcii[292]
Denzinger 808.
ccxciii[293]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 230; Denzinger 430.
ccxciv[294]
Denzinger 468-469.
ccxcv[295]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 386.
ccxcvi[296]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, pp. 550-553; Denzinger 39-40.
ccxcvii[297]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 578; Denzinger 714.
ccxcviii[298]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 646.
ccxcix[299]
Denzinger 1000.
ccc[300]
Denzinger 1473.
ccci[301]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 803.
cccii[302]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 229.
ccciii[303]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 157.
ccciv[304]
Denzinger 377.
cccv[305]
Denzinger 1647.
cccvi[306]
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, Pt. II-II, P. 10., R. 1.
cccvii[307]
Citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, pp. 55-56.
cccviii [308]
Citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 55.
cccix[309]
Citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 55.
cccx[310]
Sermónes de San Alfonso de Liguria, Tan Books, 1982, p. 219.
cccxi[311]
Michael Malone, El Digesto Apostólico, Monrovia, CA: Catholic Treasures, Edición Condensada, 1994, p. 159.
cccxii[312]
San Alfonso María De Liguria, Preparación para la Muerte, version íntegra, Padres Redentoristas: Brooklyn, NY,
1926, p. 339.
cccxiii[313]
Denzinger 1647.
cccxiv[314]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 369.
cccxv[315]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 370.
cccxvi[316]
Denzinger 1791.
cccxvii[317]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 297 y nota a pie 4.
cccxviii[318]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 289.
cccxix[319]
Denzinger 1716.
cccxx[320]
P. Michael Muller, C.Ss.R., El Dogma Católico, Nueva York: Benziger Bros., 1888, pp. 217-218.
cccxxi[321]
P. Leonard Feeney, Pan de Vida, Cambridge, MA: Centro San Benedicto, 1952, p. 53.
cccxxii[322]
Los Sermónes Dominicales de los Grandes Padres, Vol. 1, p. 42.
cccxxiii[323]
De Indis et de Iure Belli Relectiones, red. E. Nys, tr. J.P. Bates (Los Clásicos de Ley Internacional), Washington,
1917, p. 142. Citado por Francis A. Sullivan, Salvación Fuera la Iglesia?, Eugene, OR: Wipf y Stock Editores, 1992, p. 70.
cccxxiv[324]
Denzinger 1806.
cccxxv[325]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 1997.
cccxxvi[326]
Denzinger 2195; Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 274.
cccxxvii[327]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 1946.
cccxxviii[328]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3: 2047.
cccxxix[329]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 46.
cccxxx[330]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 30.
cccxxxi[331]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 260.
cccxxxii[332]
http://www.papalencyclicals.net
cccxxxiii[333]
P. E. Laveille, S.J., La Vida de P. De Smet, p. 80.
cccxxxiv[334]
P. E. Laveille, S.J., La Vida de P. De Smet, pp. 139-140.
cccxxxv[335]
P. E. Laveille, S.J., La Vida de P. De Smet, pp. 139-140.
cccxxxvi[336]
San Luis De Montfort, Verdadera Devoción a María, Bay Shore, NY: Los Padres Montfort, 1946, # 61.
cccxxxvii[337]
Warren H. Carroll, Una Historia de la Cristiandad, Prensa Cristiandad, Vol. 2 (La Construcción de la Cristiandad),
p. 197.
cccxxxviii [338]
San Francisco De Sales, La Controversia Católica, p. 59.
cccxxxix[339]
San Francisco De Sales, La Controversia Católica, p. 74.
cccxl[340]
San Francisco De Sales, La Controversia Católica, p. 200.
cccxli[341]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), p. 285.
cccxlii[342]
Denzinger 228a.
cccxliii[343]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 144a.
cccxliv[344]
Michael Malone, El Unigénito, p. 329.
cccxlv[345]
Warren H. Carroll, Una Historia de la Cristiandad, Prensa Cristiandad, Vol. 1 (La Fundación de la Cristiandad), p.
429, nota 9.
cccxlvi[346]
Warren H. Carroll, Una Historia de la Cristiandad, Vol. 1 (La Fundación de la Cristiandad), p. 435, nota 47.
cccxlvii[347]
Warren H. Carroll, Una Historia de la Cristiandad, Vol. 1 (La Fundación de la Cristiandad), p. 406.
cccxlviii [348]
Warren H. Carroll, Una Historia de la Cristiandad, Vol. 1 (La Fundación de la Cristiandad), p. 406.
cccxlix[349]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 191-192.
cccl[350]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 405.
cccli[351]
Denzinger 1793.
ccclii[352]
Denzinger 1000.
cccliii [353]
La Enciclopedia Católica, “Brendan,” Volumen 2, 1907, p. 758.
cccliv[354]
Francis Anson, Guadalupe: Que Dicen Sus Ojos, Manila: Sinag-tila Publishers, Inc., 1994, p. 62.
ccclv[355]
Wang Shanshan, “¿Piedras Indican Conexión Cristiano más Temprano?”, Diario Chino,
http://www2.chinadaily.com.cn/english/doc/2005-12/22/content_505587.htm
ccclvi[356]
http://www2.chinadaily.com.cn/english/doc/2005-12/22/content_505587_4.htm
ccclvii [357]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 320a.
ccclviii[358]
San Luis De Montfort, El Secreto del Rosario, Tan Books, p. 65.
ccclix[359]
Denzinger 1800.
ccclx[360]
Denzinger 960.
ccclxi[361]
San Francisco De Sales, La Controversia Católica, p. 228.
ccclxii[362]
La Última Guerra del Diablo, compilado por Pablo Kramer, Publicaciónes Buén Consejo, 2002, p. 183.
ccclxiii[363]
Denzinger 2022.
ccclxiv[364]
Denzinger 2054.
ccclxv[365]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 236.
ccclxvi[366]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 179.
ccclxvii[367]
El Catecismo del Concilio de Trento, Introducción, XXXVI.
ccclxviii [368]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 243.
ccclxix[369]
Denzinger 1379.
ccclxx[370]
Denzinger 468-469.
ccclxxi[371]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 806; Denzinger 1784.
ccclxxii[372]
Denzinger 804.
ccclxxiii[373]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 154.
ccclxxiv[374]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 176-177.
ccclxxv[375]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 163.
ccclxxvi[376]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 180.
ccclxxvii[377]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 171.
ccclxxviii[378]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 165.
ccclxxix[379]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 159.
ccclxxx[380]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 165.
ccclxxxi[381]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 684; Denzinger 847.
ccclxxxii[382]
Denzinger 898.
ccclxxxiii[383]
Denzinger 996.
ccclxxxiv[384]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 803.
ccclxxxv[385]
Denzinger 996.
ccclxxxvi[386]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 803.
ccclxxxvii[387]
Denzinger 847.
ccclxxxviii[388]
Denzinger 847.
ccclxxxix[389]
Denzinger 858.
cccxc[390]
Denzinger 861.
cccxci[391]
Denzinger 388.
cccxcii[392]
Denzinger 413.
cccxciii[393]
Denzinger 410.
cccxciv[394]
Denzinger 793.
cccxcv[395]
Denzinger 793.
cccxcvi[396]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 230; Denzinger 430.
cccxcvii[397]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 230; Denzinger 430.
cccxcviii[398]
Denzinger 412.
cccxcix[399]
P. Christopher Rengers, Los 33 Doctores de la Iglesia, p. 504.
cd[400]
La Enciclopedia Católica, Volumen 9, “Limbo,” 1910, p. 258.
cdi[401]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 591.
cdii[402]
P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 43.
cdiii[403]
P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 40.
cdiv[404]
Denzinger 898.
cdv[405]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 77.
cdvi[406]
Sermónes de San Alfonso de Liguria, Tan Books, 1982, p. 219.
cdvii[407]
San Alfonso María De Liguria, Instrucciónes sobre los Mandamientos y Sacramentos, G. P. Warren Co., 1846. Trad. P.
P. M’Auley, Dublin, p. 57.
cdviii[408]
Michael Malone, El Digesto Apostólico, p. 159.
cdix[409]
San Alfonso María De Liguria, Preparación para la Muerte, version íntegra, p. 339.
cdx[410]
Denzinger 712; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 576.
cdxi[411]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 171.
cdxii[412]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 422.
cdxiii[413]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, pp. 421-422.
cdxiv[414]
P. Christopher Rengers, Los 33 Doctores de la Iglesia, pp. 623-624.
cdxv[415]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
cdxvi[416]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
cdxvii[417]
Denzinger 916; también Los Cánones y Decretos del Concilio de Trento, Tan Books, 1978, p. 102.
cdxviii [418]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 712.
cdxix[419]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 712.
cdxx[420]
Denzinger 895.
cdxxi[421]
Denzinger 898.
cdxxii[422]
Denzinger 807.
cdxxiii[423]
Denzinger 839.
cdxxiv[424]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
cdxxv[425]
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, Pt. III, P. 14, A. 3, Respuesta a Obj. 1.
cdxxvi[426]
El Pio-Benedictino Código de Ley Canónica de 1917, traducido por Dr. Edward Von Peters, Ignatius Press, 2001,
Canon 1, p. 29.
cdxxvii[427]
Denzinger 1839.
cdxxviii[428]
El Pio-Benedictino Código de Ley Canónica de 1917, p. 451.
cdxxix[429]
La Enciclopedia Católica, “Bautismo,” Volumen 2, 1907, p. 265.
cdxxx[430]
La Enciclopedia Católica, “Bautismo,” Volumen 2, 1907, p. 267.
cdxxxi[431]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), p. 50.
cdxxxii[432]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 74.
cdxxxiii[433]
Denzinger 714.
cdxxxiv[434]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 229.
cdxxxv[435]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
cdxxxvi[436]
Denzinger 804.
cdxxxvii[437]
Denzinger 1031.
cdxxxviii[438]
Denzinger 1033.
cdxxxix[439]
Denzinger 799-800.
cdxl[440]
Denzinger 468-469.
cdxli[441]
Denzinger 646.
cdxlii[442]
Denzinger 423.
cdxliii [443]
San Francisco De Sales, La Controversia Católica, pp. 305-306.
cdxliv[444]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), p. 401.
cdxlv[445]
Denzinger 253.
cdxlvi[446]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 171.
cdxlvii [447]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 578; Denzinger 714.
cdxlviii[448]
La Vida y Cartas de San Francisco Javier por Henry James Coleridge, S.J. (Originalmente publicado: London: Burns
and Oates, 1874) Segunda Reimpresión, Nuevo Delhi: Servicios de Enseñanza Asianos, 2004, Vol. 2, p. 281.
cdxlix[449]
Denzinger 2022.
cdl[450]
Denzinger 2026.
cdli[451]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 578; Denzinger 714.
cdlii[452]
La Última Guerra del Diablo, compilado y editado por Pablo Kramer, p. 69.
cdliii[453]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), p. 41.
cdliv[454]
Msgr. Joseph Clifford Fenton, La Iglesia Católica y la Salvación, Westminster, Maryland: La Prensa Newman, 1958,
p. 10.
cdlv[455]
Msgr. Joseph Clifford Fenton, La Iglesia Católica y la Salvación, pp. 9-10.
cdlvi[456]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), p. 43.
cdlvii[457]
Denzinger 800.
cdlviii[458]
Denzinger 1824.
cdlix[459]
Nuestra Señora de las Rosas (Libro Azul), los “mensajes” de Bayside, publicado por Apóstoles de Nuestra Señora,
Inc., Lansing, MI, 1993, p. 81.
cdlx[460]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 201.
cdlxi[461]
Las Apariciónes de Nuestra Señora de Medjugorje, Franciscan Herald Press, 1984.
cdlxii[462]
Las Apariciónes de Nuestra Señora de Medjugorje, Franciscan Herald Press, 1984.
cdlxiii[463]
Janice T. Connell, Las Visiónes de los Niños, Las Apariciónes de la Bendita Madre en Medjugorje, Prensa San Martín,
Agosto, 1992.
cdlxiv[464]
Denzinger 2288.
cdlxv[465]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 639.
cdlxvi[466]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 117.
cdlxvii[467]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 205.
cdlxviii[468]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), p. 388.
cdlxix[469]
Papa Pío XI, Mortalium Animos (# 10), Jan. 6, 1928.
cdlxx[470]
Papa Pío XII, Mystici Corporis Christi (# 64), June 29, 1943.
cdlxxi[471]
Denzinger 714; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 578.
cdlxxii[472]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 317.
cdlxxiii[473]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 646.
cdlxxiv[474]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 160.
cdlxxv[475]
Denzinger 1683.
cdlxxvi[476]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3, pp. 14-15 nota a pie 31.
cdlxxvii[477]
La Enciclopedia Católica, Volumen 9, “Limbo,” 1910, p. 257.
cdlxxviii [478]
Catecismo del Concilio de Trento, p. 171.
cdlxxix[479]
Arzobispo Patricio Kenrick, Tratado sobre el Bautismo, Baltimore: Hedian y O’Brien, 1852, pp. 84-85; citado por
Michael Malone, El Unigénito, p. 394.
cdlxxx[480]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2, p. 39.
cdlxxxi[481]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2, p. 3.
cdlxxxii[482]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), pp. 178-179.
cdlxxxiii[483]
Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, p. 354.
cdlxxxiv[484]
P. Francisco Spirago y P. Ricardo Clarke, El Catecismo Explicado, Rockford: IL, Tan Books, p. 579.
cdlxxxv[485]
P. Francisco Spirago y P. Ricardo Clarke, El Catecismo Explicado, p. 579.
cdlxxxvi[486]
Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, p. 309.
cdlxxxvii[487]
Denzinger 714; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 578.
cdlxxxviii[488]
Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, p. 309.
cdlxxxix[489]
Denzinger 468-469.
cdxc[490]
Denzinger 895; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 704.
cdxci[491]
Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, p. 309.
cdxcii[492]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 230; Denzinger 430.
cdxciii[493]
Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, p. 309.
cdxciv[494]
De Ecclesia Militante, Libro III, Cap. 2, opera omnia, Nápoles 1872, p. 75; citado en parte por P. Laisney, ¿Es
Feeneyismo Católico?, p. 76.
cdxcv[495]
La Enciclopedia Católica, Volumen 9, “Limbo,” 1910, p. 258.
cdxcvi[496]
Denzinger 468.
cdxcvii[497]
Denzinger 714; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 578.
cdxcviii[498]
San Francisco De Sales, La Controversia Católica, p. 161.
cdxcix[499]
El Catecismo del Concilio de Trento, pp. 99-100.
d[500]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 159.
di[501]
De Ecclesia Militante, Libro III, Cap. 2, opera omnia, Nápoles 1872, p. 75; citado en parte por P. Laisney, ¿Es Feeneyismo
Católico?, p. 76.
dii[502]
De Ecclesia Militante, Libro III, Cap. 2, opera omnia, Nápoles 1872, p. 75; citado en parte por P. Laisney, ¿Es
Feeneyismo Católico?, p. 76.
diii[503]
Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, p. 309.
div[504]
El Catecismo del Concilio de Trento, p. 110.
dv[505]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 1012.
dvi[506]
El Nuevo San José Catecismo de Baltimore, No. 2, Nueva York: Co. Publicaciónes de Libros Católicos, 1962-1969, p.
153.
dvii[507]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 92.
dviii[508]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 126.
dix[509]
El Nuevo San José Catecismo de Baltimore, No. 2, 1962-1969, p. 153.
dx[510]
El Nuevo San José Catecismo de Baltimore, No. 2, p. 153.
dxi[511]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 230; Denzinger 430.
dxii[512]
El Catecismo del Papa San Pío X, Prensa Angelus, 1993, p. 71.
dxiii[513]
El Catecismo del Papa San Pío X, Prensa Angelus, 1993, p. 71.
dxiv[514]
El Catecismo del Papa San Pío X, Prensa Angelus, 1993, p. 31.
dxv[515]
El Catecismo del Papa San Pío X, Prensa Angelus, 1993, pp. 31-32.
dxvi[516]
Las Encíclicas Papales, Vol. 3 (1903-1939), p. 317.
dxvii[517]
Denzinger 1647.
dxviii[518]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
dxix[519]
Denzinger 696; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 542.
dxx[520]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), p. 188.
dxxi[521]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, pp. 580-581.
dxxii[522]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 589.
dxxiii[523]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 541; Denzinger 695.
dxxiv[524]
Denzinger 696; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 542.
dxxv[525]
La Vida y Las Cartas de San Francisco Javier by Henry James Coleridge, Vol. 1, p. 162.
dxxvi[526]
Denzinger 791-792.
dxxvii[527]
Denzinger 324.
dxxviii [528]
Denzinger 895; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 704.
dxxix[529]
Denzinger 468-469.
dxxx[530]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), pp. 86-87.
dxxxi[531]
Los Sermónes Dominicales de los Grandes Padres, Vol. 4, p. 5.
dxxxii[532]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3:1424.
dxxxiii[533]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3:1425.
dxxxiv[534]
Denzinger 799-800.
dxxxv[535]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 230; Denzinger 430.
dxxxvi[536]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3:1717.
dxxxvii[537]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 3:2251a.
dxxxviii[538]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 1368.
dxxxix[539]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 1: 681.
dxl[540]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 386.
dxli[541]
Denzinger 482.
dxlii[542]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 24.
dxliii[543]
Denzinger 468.
dxliv[544]
Los Sermónes Dominicales de los Grandes Padres, Vol. 2, p. 93.
dxlv[545]
Denzinger 796.
dxlvi[546]
Los Sermónes Dominicales de los Grandes Padres, Vol. 2, p. 151.
dxlvii[547]
Denzinger 843a.
dxlviii[548]
Los Sermónes Dominicales de los Grandes Padres, Vol. 4, p. 8.
dxlix[549]
Denzinger 799.
dl[550]
Denzinger 792.
dli[551]
Denzinger 799.
dlii[552]
Denzinger 996.
dliii[553]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 803.
dliv[554]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues (Edición Original: Harper y Hermanos, Nueva York
y Londres, 1935), Edición Nueva, San Francisco: Prensa Ignatius, 2002, pp. 219, 221.
dlv[555]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, p. 197.
dlvi[556]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, pp. 267-268.
dlvii[557]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, p. 300.
dlviii[558]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, pp. 145-146.
dlix[559]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, p. 141.
dlx[560]
La Vida y Cartas de San Francisco Javier por Henry James Coleridge, Vol. 1, pp. 155-156.
dlxi[561]
La Vida y Cartas de San Francisco Javier por Henry James Coleridge, Vol. 1, p. 265.
dlxii[562]
La Vida y Cartas de San Francisco Javier por Henry James Coleridge, Vol. 1, p. 380.
dlxiii[563]
La Vida y Cartas de San Francisco Javier por Henry James Coleridge, Vol. 2, p. 87.
dlxiv[564]
La Vida y Cartas de San Francisco Javier por Henry James Coleridge, Vol. 2, p. 348.
dlxv[565]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, p. 92.
dlxvi[566]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, p. 136.
dlxvii[567]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, pp. 97-98.
dlxviii[568]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, p. 142.
dlxix[569]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, p. 279.
dlxx[570]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, p. 199.
dlxxi[571]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, pp. 122-123.
dlxxii[572]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, pp. 298-299.
dlxxiii[573]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, p. 272.
dlxxiv[574]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, p. 225.
dlxxv[575]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, p. 205.
dlxxvi[576]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, p. 168.
dlxxvii[577]
La Vida y Cartas de San Francisco Javier por Henry James Coleridge, Vol. 1, p. 375.
dlxxviii[578]
La Vida y Cartas de San Francisco Javier por Henry James Coleridge, Vol. 2, p. 23.
dlxxix[579]
Francis Talbot, Santo Entre Salvajes: La Vida de San Isaac Jogues, p. 94.
dlxxx[580]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), p. 394.
dlxxxi[581]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 13.
dlxxxii[582]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 13.
dlxxxiii[583]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 14.
dlxxxiv[584]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 297 y nota a pie 4.
dlxxxv[585]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 16.
dlxxxvi[586]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 16.
dlxxxvii[587]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 229.
dlxxxviii [588]
P. Mark Massa, Católicos y Cultura Americana, Nueva York: Co. de Publicaciónes Encrucijada, 1999, p. 31.
dlxxxix[589]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 18.
dxc[590]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 21.
dxci[591]
Msgr. Joseph Clifford Fenton, La Iglesia Católica y la Salvación, p. 103
dxcii[592]
La Traducción Oficial a Inglés de Protocolo 122/49, citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 69.
dxciii[593]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), pp. 229-230.
dxciv[594]
Denzinger 1800.
dxcv[595]
La Traducción Oficial a Inglés de Protocolo 122/49, citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 70.
dxcvi[596]
Denzinger 468-469.
dxcvii[597]
La Traducción Oficial a Inglés de Protocolo 122/49, citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 70.
dxcviii [598]
La Traducción Oficial a Inglés de Protocolo 122/49, citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 70.
dxcix[599]
Denzinger 714; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 578.
dc[600]
La Traducción Oficial a Inglés de Protocolo 122/49, citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 71.
dci[601]
P. Michael Muller, C.Ss.R., El Dogma Católico, pp. 217-218.
dcii[602]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 551.
dciii[603]
Denzinger 1000.
dciv[604]
Denzinger 1473.
dcv[605]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 803.
dcvi[606]
Citado y traducido por Msgr. Fenton, La Iglesia Católica y la Salvación, p. 102.
dcvii[607]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), p. 179; Denzinger 2319.
dcviii[608]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 646.
dcix[609]
Citado por San Roberto Bellarmino, De Romano Pontífice, II, 30.
dcx[610]
La Enciclopedia Católica, Vol. 3, 1908, “Iglesia,” pp. 752-753.
dcxi[611]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), p. 474.
dcxii[612]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), pp. 229-230.
dcxiii[613]
Mi Fe Católica, un Catecismo por Obispo Louis LaRavoire, Kenosha, WI: Mi Casa Misionera, 1949, p. 272.
dcxiv[614]
Denzinger 570b.
dcxv[615]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), pp. 237-238.
dcxvi[616]
Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, pp. 310.
dcxvii[617]
Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, pp. 310-311.
dcxviii [618]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 386.
dcxix[619]
Rev. Spirago y Rev. Clark, El Catecismo Explicado, p. 246.
dcxx[620]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), pp. 237-238.
dcxxi[621]
Traducido por Msgr. Joseph Clifford Fenton, La Iglesia Católica y la Salvación, p. 85.
dcxxii[622]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 153.
dcxxiii[623]
Msgr. Joseph Clifford Fenton, La Iglesia Católica y la Salvación, p. 88.
dcxxiv[624]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 154.
dcxxv[625]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 207.
dcxxvi[626]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 238.
dcxxvii[627]
Denzinger 2286.
dcxxviii[628]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), p. 127.
dcxxix[629]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), p. 179; Denzinger 2319.
dcxxx[630]
La Enciclopedia Católica, Vol. 8, p. 433.
dcxxxi[631]
Warren H. Carroll, Una Historia de la Cristiandad, Vol. 2 (La Construcción de la Cristiandad), 1987, p. 387.
dcxxxii[632]
Warren H. Carroll, Una Historia de la Cristiandad, Vol. 2 (La Construcción de la Cristiandad), 1987, p. 388-390;
J.N.D. Kelly, Diccionario de Papas de Oxford, Prensa de la Universidad Oxford, 1986, pp. 116-117, 119.
dcxxxiii[633]
Por ejemplo, Segundo Concilio de Nicaea (787), Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 135; y el Cuarto
Concilio de Contantinopla (869-870), Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 162.
dcxxxiv[634]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 37.
dcxxxv[635]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 22.
dcxxxvi[636]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 23.
dcxxxvii[637]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 23.
dcxxxviii[638]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 25.
dcxxxix[639]
Hno. Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 25.
dcxl[640]
Denzinger 2026.
dcxli[641]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 578; Denzinger 714.
dcxlii[642]
P. Mark Massa, Católicos y Cultura Americana, p. 31.
dcxliii [643]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), pp. 239.
dcxliv[644]
La Historia Ilustrada de Cristianismo Oxford, por John McManners, cap. 10, “El Movimiento Ecuménico,” Oxford,
NY: Prensa de la Universidad Oxford, 1990, p. 373.
dcxlv[645]
P. Mark Massa, Católicos y Cultura Americana, p. 21.
dcxlvi[646]
P. Mark Massa, Católicos y Cultura Americana, p. 27.
dcxlvii [647]
P. Mark Massa, Católicos y Cultura Americana, pp. 32-33.
dcxlviii[648]
P. Mark Massa, Católicos y Cultura Americana, p. 34.
dcxlix[649]
P. Mark Massa, Católicos y Cultura Americana, p. 35.
dcl[650]
P. Mark Massa, Católicos y Cultura Americana, p. 35.
dcli[651]
P. Mark Massa, Católicos y Cultura Americana, p. 38.
dclii[652]
Denzinger 861; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 685.
dcliii[653]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, pp. 550-553; Denzinger 39-40.
dcliv[654]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 81.
dclv[655]
Denzinger 165.
dclvi[656]
Denzinger 696; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 542.
dclvii[657]
Arzobispo Marcel Lefebvre, Contra las Herejías, Prensa Angelus, 1997, p. 216.
dclviii[658]
Las Encíclicas Papales, Vol. 2 (1878-1903), p. 394.
dclix[659]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 280.
dclx[660]
Denzinger 1716.
dclxi[661]
Citado en Hno. Roberto María, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 213.
dclxii[662]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2: 1330.
dclxiii[663]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 81.
dclxiv[664]
Denzinger 468-469.
dclxv[665]
Las Encíclicas Papales, Vol. 4 (1939-1958), p. 45.
dclxvi[666]
Denzinger 799.
dclxvii[667]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 678; Denz. 809.
dclxviii[668]
Denzinger 800.
dclxix[669]
Arzobispo Marcel Lefebvre, Contra las Herejías, p. 216.
dclxx[670]
Arzobispo Marcel Lefebvre, Contra las Herejías, p. 217.
dclxxi[671]
Arzobispo Marcel Lefebvre, Contra las Herejías, p. 217-218.
dclxxii[672]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 229.
dclxxiii[673]
Hermano Robert Mary, Padre Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, pp. 213-214.
dclxxiv[674]
Citado en Hno. Robert Mary, P. Feeney y la Verdad Sobre la Salvación, p. 213.
dclxxv[675]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), p. 280.
dclxxvi[676]
Arzobispo Marcel Lefebvre, Carta Abierta a Católicos Confundidos, Prensa Angelus, pp. 73-74.
dclxxvii[677]
P. Franz Schmidberger, Bombas de Tiempo del Segundo Concilio Vaticano, Prensa Angelus, 2005, p. 10.
dclxxviii [678]
El Angelus, “Una Charla Oida por Todo Mundo,” Abril, 2006, p. 5.
dclxxix[679]
P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 63.
dclxxx[680]
P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 39.
dclxxxi[681]
P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 11.
dclxxxii[682]
P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 56-57.
dclxxxiii[683]
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, Pt. II-II, P. 2., A. 7.
dclxxxiv[684]
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, Pt. II-II, P. 2., A. 8.
dclxxxv[685]
Santo Tomás de Aquino, Sent. II, 28, Q. 1, A. 4, ad 4; citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p. 55.
dclxxxvi[686]
Santo Tomás de Aquino, Sent. III, 25, Q. 2, A. 2, solut. 2; citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, p.
55.
dclxxxvii[687]
Santo Tomás de Aquino, De Veritate, 14, A. 11, ad 1; citado por P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, pp. 55-
56.
dclxxxviii[688]
P. Jean-Marc Rulleau, Bautismo de Deseo, pp. 56-57.
dclxxxix[689]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 47.
dcxc[690]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 48.
dcxci[691]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 52.
dcxcii[692]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 38.
dcxciii[693]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 49.
dcxciv[694]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, pp. 85-86.
dcxcv[695]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 81.
dcxcvi[696]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 59.
dcxcvii[697]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 9.
dcxcviii[698]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 68.
dcxcix[699]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 77.
dcc[700]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 76.
dcci[701]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 34.
dccii[702]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 34.
dcciii[703]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 22.
dcciv[704]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 77.
dccv[705]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 47.
dccvi[706]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 47.
dccvii[707]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, p. 48.
dccviii [708]
Denzinger 696; Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 542.
dccix[709]
P. Francois Laisney, ¿Es Feeneyismo Católico?, pp. 48-49.
dccx[710]
P. Jacques Dupuis, S.J. y P. Josef Neuner, S.J., La Fe Cristiana, p. 540.
dccxi[711]
Denzinger 861.
dccxii[712]
Denzinger 696.
dccxiii[713]
Las Encíclicas Papales, Vol. 1 (1740-1878), pp. 237-238.
dccxiv[714]
Denzinger 1800.
dccxv[715]
Denzinger 714.
dccxvi[716]
Dr. Ludwig Ott, Fundamentales de Dogma Católico, p. 354.
dccxvii[717]
Denzinger 861.
dccxviii[718]
Denzinger 696.
dccxix[719]
El Reinado de María, Vol. XXIV, No. 70, Spokane, WA, Invierno, 1992, p. 10 ff.
dccxx[720]
El Reinado de María, Vol. XXVI, No. 83, pp. 4-5.
dccxxi[721]
El Reinado de María, Vol. XXVI, No. 83, pp. 4-5.
dccxxii[722]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 230; Denzinger 430.
dccxxiii[723]
Denzinger 468-469.
dccxxiv[724]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 386.
dccxxv[725]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, pp. 550-553; Denzinger 39-40.
dccxxvi[726]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 578; Denzinger 714.
dccxxvii[727]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 1, p. 646.
dccxxviii[728]
Denzinger 1000.
dccxxix[729]
Denzinger 1473.
dccxxx[730]
Decretos de los Concilios Ecuménicos, Vol. 2, p. 803.
dccxxxi[731]
El Reinado de María, Vol. XXVI, No. 83, pp. 4-5.
dccxxxii[732]
Denzinger 2022.
dccxxxiii[733]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2, p. 39.
dccxxxiv[734]
Jurgens, La Fe de los Padres Antiguos, Vol. 2, p. 3.
dccxxxv[735]
Denzinger 696.
dccxxxvi[736]
Denzinger 994-1000.

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