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CONCEPTO DE AGUA
Se conoce como agua dulce al agua que contiene una cantidad mínima de sales
disueltas (a diferencia del agua de mar, que es salada). A través de un proceso de
potabilizació n, el ser humano logra convertir el agua dulce en agua potable, es decir,
apta para el consumo gracias al valor equilibrado de sus minerales.
El agua es un bien jurídico de utilidad pú blica. Son aguas pú blicas las que nacen
en los terrenos particulares y salen del predio de donde nacen, asimismo son aguas
publicas todas aquellas que corren por los cauces naturales.
Son aguas privadas las que pertenecen a los propietarios de las heredades donde
cayesen o donde entrasen y puedan disponer libremente de ellas, es decir, aquellas
que nacen y mueren en una misma heredad.
Pero que es el agua, es una sustancia cuyas moléculas está n formadas por la
combinació n de un á tomo de oxígeno y dos de hidró geno, líquida, inodora, insípida e
incolora. Es el componente má s abundante de la superficie terrestre y, má s o menos
puro, forma la lluvia, las fuentes, los ríos y los mares; es parte constituyente de todos
los organismos vivos y aparece en compuestos naturales.
¿Se trata de un cauce pú blico o privado? Esta pregunta surge con cierta
asiduidad cuando el usuario se enfrenta a situaciones relacionadas con el uso del agua
o con actuaciones en o cerca del dominio pú blico hidrá ulico. Las consecuencias de
encontrarnos en uno u otro caso tienen vital importancia.
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En primer lugar, hay que mencionar que un cauce pú blico conlleva un dominio
(propiedad) pú blico del mismo, así como una limitació n o incluso una prohibició n de
actuaciones cerca del mismo. Todo ello reviste especial trascendencia cuando en una
finca de nuestra propiedad situada a menos de 100 metros de un cauce pretendemos
realizar obras, trabajos, siembras o plantaciones. Actuaciones en general que pueden
estar literalmente prohibidas o en su caso, necesitar de una autorizació n expresa de la
Administració n Hidrá ulica si nos encontramos ante un cauce de naturaleza pú blica. Y
no só lo nos encontraríamos ante prohibiciones o limitaciones en el actuar del
propietario colindante al cauce o de un tercero, sino que su incumplimiento puede
conllevar severas sanciones administrativas, por lo que se ha de ser especialmente
cauteloso ante estas situaciones.
¿Cuá ndo nos encontramos, por tanto, ante un cauce de uno u otro tipo? Para
determinar la naturaleza privada de un cauce habrá que formularse, conforme a la
legislació n vigente en Españ a, una serie de preguntas y en funció n de las respuestas
objetivas a las mismas, llegar a una u otra conclusió n.
Procede entonces verificar la propiedad privada de todas y cada una de las fincas
que lindan con el cauce, o por las que el cauce transcurre, desde su origen hasta su
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final. Una vez pueda ser esto comprobado, si el cauce atraviesa alguna finca de
Dominio Pú blico entonces ese cauce será pú blico.
Podemos concluir, por tanto, que un cauce será de cará cter privado só lo en el
caso de que por el mismo discurran ocasionalmente aguas pluviales, siempre que
desde su origen atraviesen ú nicamente fincas de dominio particular.
El cará cter privado de dicho cauce faculta a los titulares de las fincas por las que
discurre a tener un mayor margen de actuació n sobre el mismo y en sus cercanías que
si se tratara de un cauce pú blico, sometido a prohibiciones y limitaciones severas. Sin
embargo, esa mayor libertad de actuació n se encuentra asimismo limitada por cuanto
el dominio privado de estos cauces no autoriza para hacer en ellos labores, ni
construir obras que puedan hacer variar el curso natural de las aguas o alterar su
calidad en perjuicio del interés pú blico o de tercero, o cuya destrucció n por la fuerza
de las avenidas pueda ocasionar dañ os a personas o cosas. Pero tal prohibició n es só lo
para los supuestos indicados, dejando por tanto un margen de actuació n sin
sometimiento a prohibició n o limitació n segú n sea la distancia al cauce. Cuestió n ésta
de la que puede depender que una misma actuació n sea o no sancionable por la
Administració n.
En este contexto, son bienes de dominio pú blico del Estado las bahías, puertos, y
ancladeros; los ríos y todas las aguas que corran por sus cauces naturales y los
mismos cauces; los lagos navegables y sus á lveos y los canales. Los bienes del dominio
pú blico del Estado son inalienables, imprescriptibles e inembargables. Las personas
particulares tienen el uso y goce de tales bienes, pero estará n sujetas a las
disposiciones del Có digo Civil y a las leyes o reglamentos de naturaleza
administrativa.
Así también, son bienes de dominio pú blico municipal, los que en cada municipio
está n destinados al uso y goce de todos sus habitantes, como ser: los ríos, lagos, y
arroyos comprendidos en las zonas urbanas del municipio, que sirven al uso pú blico, y
sus respectivos lechos; son a su vez inalienables, imprescriptibles e inembargables.
(Ley 3966/10).
Finalmente podemos afirmar que son aguas publicas las aguas que corren por
sus cauces y esos mismos cauces pertenecen al dominio pú blico, los habitantes no
pueden usarla a discreció n si no que de acuerdo a las prescripciones administrativas.
Por su parte, son aguas privadas las que brotan de fuentes existentes en terrenos
privados y de vertientes que nacen y mueren dentro de una misma heredad.
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En todos los países del mundo se utiliza el agua de los ríos para regadío de
cultivos agrícolas, en especial del arroz. El agua es uno de los recursos naturales que
forman parte de los factores de la producció n, que son los bienes naturales, el trabajo
y el capital.
La Ley de Recursos Hídricos es bien clara en ese sentido. Señ ala que ademá s de
la licencia ambiental, los productores deben contar con las reservas de agua para
alimentar los cultivos y bombear solamente en caso de necesidad.
La producció n sustentable se basa en el uso racional de los recursos y cuidado
del ambiente. La naturaleza sabia no perdona los atropellos, prueba de ello es el
desorden climá tico. Tanta polució n ambiental, deforestació n, secado de humedales y
fuentes de agua hacen que tengamos un desequilibrio ecoló gico, causado por la
irresponsabilidad del hombre y la falta de control de las instituciones encargadas de
velar por su protecció n.
HIDROGRAFIA
enorme riqueza bioló gica y actú a como el regulador del sistema hidroló gico de la
cuenca del Plata. El gran Chaco es el segundo bioma en superficie de la América del
sur, corresponde a un á rea aluvial que se sitú a al Oriente de la Cordillera de los Andes,
constituida por la deposició n de sedimentos esencialmente de los ríos Bermejo y
Pilcomayo, de los cuales el primero es responsable del 90% de los sedimentos que se
depositan en la boca del Paraná . Las cuencas de los ríos Paraguay y Paraná son las má s
importantes del sistema del Plata, con un á rea de drenaje de 2.605.000 Km2 que
representa el 84% del total de la cuenca del Plata.
DISPONIBILIDAD HÍDRICA
HIDROLOGÍA SUBTERRÁNEA
Por otro lado, la concesió n de aguas en el Paraguay cae bajo la jurisdicció n del
Ente Regulador de Servicios Sanitarios del Paraguay (ERSSAN) para el caso de agua
potable y alcantarillado y la Secretaría del Ambiente para el uso agrícola (riego)
ERSSAN., en este caso, la SEAM implementó la resolució n 553/03, para catastrar a los
usuarios del agua a nivel nacional de una manera má s ordenada. Sin embargo, los
otros usos, no cuentan con un ente regulador.
Todo ello, saca a relucir que entre las instituciones, no existen mecanismos
efectivos de coordinació n, que les permitan proteger los recursos con efectividad, y se
toman decisiones imposibles de ser llevadas a la prá ctica. Hoy, esta situació n, hace que
no existen las garantías que contempladas en la propia Constitució n Nacional,
referente a la calidad de vida ó ptima, de un ambiente saludable y ecoló gicamente
equilibrado, en condiciones de igualdad.
GESTIÓN
En general, esta problemá tica del sector hídrico puede deberse a varios factores
como ser la participació n deficiente de los organismos del Estado como operador de
los sistemas, la falta de una armonizació n de la legislació n existente, así como la
ausencia de un modelo de gestió n integral, bajo una política nacional de recursos
hídricos.
INSTITUCIONES COMPETENTES
Es una sociedad anó nima instaurada a partir de una institució n estatal. Tiene
varios objetivos a saber: – La provisió n de servicios de agua potable para ciudades con
població n mayor a 10.000 habitantes, incluyendo la captació n y tratamiento de agua
cruda, almacenamiento, transporte, conducció n, distribució n y comercializació n de
agua potable. – La disposició n de los residuos de tratamiento. – La provisió n de
servicios de alcantarillado, incluyendo su recolecció n y tratamiento.
Es una entidad autá rquica con personería jurídica, dependiente del Poder
Ejecutivo, establece entre sus facultades y obligaciones regular la prestació n del
servicio, supervisar el nivel de calidad y de eficiencia del servicio, proteger los
intereses de la comunidad y de los usuarios, controlar y verificar la correcta aplicació n
de las disposiciones vigentes en lo que corresponda a su competencia. Es la autoridad
de aplicació n de la Ley 1615/00 del marco regulatorio y tarifario de los servicios de
agua potable y alcantarillado.
Los Municipios
Las Gobernaciones
1. Legislació n nacional:
f) Tratado de Yacyretá .
g) Tratado de Itaipú .
3. La Constitució n Nacional.
Ley Nº 1897 /94 Orgá nica Departamental. Visió n de los Recursos Hídricos en
Paraguay.
Có digo Penal.
Art.2004.- Las aguas pluviales pertenecen a los dueñ os de las heredades donde
cayesen, o donde entrasen, y pueden disponer libremente de ellas, o desviarlas, en
detrimento de los terrenos inferiores, si no hay derecho adquirido en contrario.
Art.2005.- Los dueñ os de terrenos en los cuales surjan manantiales, podrá n usar
libremente de ellos y cambiar su direcció n natural, sin que el hecho de correr sobre
los fundos inferiores conceda derecho alguno a sus propietarios. Cuando sean aguas
que corran naturalmente, pertenecen al dominio pú blico, y el dueñ o del terreno sobre
el cual corran no podrá cambiar su direcció n. Le será permitido, sin embargo, usar de
tales aguas para las necesidades de su heredad.
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Art.2006.- Los terrenos inferiores está n sujetos a recibir las aguas que
naturalmente descienden de los terrenos superiores, sin que para eso hubiese
contribuido el trabajo del hombre. No pueden ser ellas empleadas en forma que
perjudique a las heredades inferiores. El propietario superior no puede hacer acto
alguno que agrave la sujeció n del fundo inferior.
Art.2009.- El dueñ o del terreno inferior no puede hacer dique alguno que
contenga o haga refluir sobre el terreno superior, las aguas, arenas o piedras que
naturalmente desciendan a él, y aunque la obra haya sido vista y conocida por el
dueñ o del terreno superior, puede éste pedir que el dique sea destruido, si no hubiese
comprendido el perjuicio que sufriría, y si la obra no tuviese veinte añ os de existencia.
Art.2010.- El que hiciere obras para impedir la entrada de aguas que no está
obligado a recibir en su terreno, no responderá por el dañ o que tales obras pudieren
causar.
Art.2014.- Ni con licencia del Estado podrá n los ribereñ os extender sus diques
de represas, má s allá del medio del río o del arroyo. Tampoco les será permitido, sin el
consentimiento de los otros ribereñ os, represar las aguas de los ríos o arroyos, de
manera que las alcen fuera de los límites de su propiedad, hagan má s profundo el
cauce en el curso superior, inunde los terrenos inferiores o priven a los vecinos del
uso de ellas.
APROVECHAMIENTO INDUSTRIAL
Se entiende por usos industriales del agua los que realizan aquellas industrias
que, por su singularidad, tamañ o y suministro, generalmente individualizado
(independiente, desde luego, de las redes urbanas de abastecimiento), hacen que deba
analizarse de un modo diferente y separado a los usos domésticos. Se trata por tanto
de grandes fá bricas, polígonos industriales, importantes y específicos usuarios
industriales del agua tales como centrales térmicas o nucleares, etc. Los consumos de
las pequeñ as industrias que forman parte de los asentamientos urbanos (talleres, etc.)
con suministro directo desde redes municipales está n computados en los usos
domésticos del agua.
En cualquier caso, el uso industrial del agua es, en general, un uso consuntivo y
prioritario. No obstante, dentro de los usos industriales del agua hay que exceptuar de
dicho cará cter consuntivo el volumen de agua utilizado para refrigeració n de
instalaciones industriales, incluidas centrales térmicas y nucleares en circuito abierto,
que siendo un uso industrial, no tiene ese cará cter consuntivo, pues no disminuye ni la
cantidad ni la calidad del recurso (la refrigeració n en circuito cerrado sí tendría
cará cter consuntivo).
en plantas má s modernas el vapor está siendo sustituido por agua caliente, que
presenta menores costes de instalació n en sus circuitos. La circulació n de agua fría es
el sistema má s comú n de enfriamiento en la industria. Es este un uso sin excesivas
exigencias de calidad y normalmente se satisface mediante bombeo desde una
corriente o depó sito abundante, con devolució n a dicha fuente del agua calentada. En
industrias costeras el papel de ese gran depó sito lo puede cumplir el mar, con tal de
que se resuelvan los problemas de corrosió n producidas por el agua marina.
Otro tipo de industrias hacen uso del agua como vehículo o como trasporte,
como es el caso de las industrias de mercancías que se mueven utilizando el barco o
las gabarras para operar en los ríos.
Otras industrias utilizan el agua para generar electricidad. Por ejemplo está el
caso de la energía limpia obtenida de las mareas, o de la energía nuclear que utiliza
grandes depó sitos de agua para almacenar residuos radiactivos.
Se sabe que existe una isla del tamañ o de Texas llena de productos de desechos
procedentes de la industria y que flota en el pacífico.
ENERGIA HIDROELECTRICA
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A finales del siglo XIX, la energía hidroeléctrica se convirtió en una fuente para
generar electricidad. La primera central hidroeléctrica se construyó en Niagara Falls
en 1879. En 1881, las farolas de la ciudad de Niagara Falls funcionaban mediante
energía hidroeléctrica. En 1882, la primera central hidroeléctrica del mundo comenzó
a funcionar en Estados Unidos en Appleton, Wisconsin.
Una central hidroeléctrica clá sica es un sistema que consiste en tres partes: una
central eléctrica en la que se produce la electricidad; una presa que puede abrirse y
cerrarse para controlar el paso del agua; y un depó sito en que se puede almacenar
agua. El agua de detrá s de la presa fluye a través de una entrada y hace presió n contra
las palas de una turbina, lo que hace que éstas se muevan. La turbina hace girar un
generador para producir la electricidad. La cantidad de electricidad que se puede
generar depende de hasta dó nde llega el agua y de la cantidad de ésta que se mueve a
través del sistema.
Otro má s consiste en hacer en el río una presa pequeñ a y desviar parte del
caudal por un canal con menor pendiente que el río, de modo que unos kiló metros
má s adelante habrá ganado una cierta diferencia de nivel con el cauce y se hace caer el
agua a él por una tubería, con una turbina.
Principalmente:
El á rea de influencia de una represa se extiende desde los límites superiores del
embalse hasta los estuarios, las zonas costeras y costa afuera, e incluyen el embalse, la
represa y la cuenca del río aguas abajo. Hay impactos ambientales directos asociados
con la construcció n de la represa (por ejemplo, el polvo, la erosió n, problemas con el
material prestado y con los desechos), pero los impactos má s importantes son el
resultado del embalse del agua, la inundació n de la tierra para formar el embalse, y la
alteració n del caudal de agua aguas abajo. Estos efectos ejercen impactos directos en
los suelos, la vegetació n, la fauna y las tierras silvestres, la pesca, el clima y la
població n humana del á rea.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS
Ventajas
Ademá s, los embalses que se construyen para generar energía hidrá ulica:
Las plantas hidrá ulicas también tienden a tener vidas econó micas má s largas
que las plantas eléctricas que utilizan combustibles. Hay plantas hidrá ulicas que
siguen operando después de 50 a 99 añ os. Los costos de operació n son bajos porque
las plantas está n automatizadas y necesitan pocas personas para su operació n normal.
Desventajas
Cambia los ecosistemas en el río aguas abajo. El agua que sale de las turbinas
no tiene prá cticamente sedimento. Esto puede dar como resultado la erosió n de los
má rgenes de los ríos.
Cuando las turbinas se abren y cierran repetidas veces, el caudal del río se
puede modificar drá sticamente causando una dramá tica alteració n en los ecosistemas.
Se pueden ver afectadas por casos de fenó menos climá ticos como por
ejemplo El Niñ o.
Medidas de mitigació n
internacionales de crédito, que son en ú ltima instancia quienes financian los grandes
proyectos hidroeléctricos.
DERECHO AMBIENTAL
RECURSOS NATURALES
DERECHO DE MINERIA
DERECHO MINERO
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El derecho minero o derecho de minería es la rama del Derecho que regula las
actividades que el hombre desarrolla en torno a la industria minera.
El profesor chileno Samuel Lira Ovalle lo define como «el conjunto de normas
jurídicas que establece la forma de constitució n, conservació n y extinció n de las
concesiones de exploració n y de explotació n mineras y regulan las relaciones de los
particulares entre sí en todo lo relativo a la industria minera».
A su turno el distinguido tratadista Juan Luis Ossa Bulnes define dicha á rea del
Derecho como «el conjunto de principios y preceptos especiales que definen cuá les
sustancias minerales son susceptibles de aprovechamiento por cualquier persona y
regulan la constitució n, naturaleza, ejercicio y extinció n de las concesiones exclusivas
para explorar o para explotar dichas sustancias, así como algunos de los actos,
contratos y litigios que se refieren a esas concesiones».
La minería en el Paraguay.
El Paraguay, con un enorme potencial geoló gico, con la misma geología de los
países que hoy son grandes productores, está abierto a la inversió n nacional y
extranjera con sus extensas regiones precá mbricas y grandes provincias alcalinas
inexploradas.
Estos recursos, está n apoyados por una població n de gente joven, con un 70% de
menos de 30 añ os edad, con tasa de ausentismo laboral de solo 2,8%. Con el
propó sito de incentivar la participació n privada en el desarrollo de la industria
minera del país, se procedió a la revisió n de los conceptos geoló gicos regionales que
involucran al territorio paraguayo, de manera a ubicar y delimitar las á reas con
potencial minero, y a la revisió n y actualizació n de la legislació n minera de manera a
modernizar y adecuarlo a la inversió n nacional e internacional.
En la actividad econó mica, existen nuevas leyes que reducen la injerencia del
estado en su funció n empresarial, dando un papel má s relevante a la iniciativa
privada. Esto, está demostrado con la Ley 60/90 de Inversiones Privadas, la que
otorga amplias exoneraciones fiscales y facilidades administrativas y legales a las
inversiones extranjeras y nacionales.
La ley regulará el régimen econó mico que contemple los intereses del Estado, los
de los concesionarios y los de los propietarios que pudieran resultar afectados.
CAMINOS.
Es toda vía que se construye para transitar. Pueden ser de dominio
pú blico o de dominio privado, segú n se haya construido a expensas del erario, pú blico
o nacional, provincial o municipal, o a expensas de los particulares en terrenos que a
estos pertenezcan y sin que ese cará cter particular se altere por el hecho de que sus
dueñ os permitan su uso o goce a todas las personas. Los caminos pú blicos son bienes
pú blicos.
RUTAS NACIONALES.
Segú n datos oficiales del añ o 2014, en el país existen 32.207 kiló metros de
caminos y rutas (entre nacionales, departamentales y municipales), tanto en la Regió n
Oriental como Occidental. De este total, 5.474 kiló metros corresponden a pavimentos,
9,72 kiló metros son adoquinados, 1.501 kiló metros está n empedrados, 1.012
kiló metros son enripiados y 24.209 kiló metros son caminos de tierra
Longitud
Nro. Nombre Oficial Orientación Inicio – Final
(km)
Tienen el cará cter de bienes de dominio y uso pú blico y gozan del cará cter
de inembargables, imprescriptibles e inalienables, así como pueden ser objeto
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SERVIDUMBRES
SERVIDUMBRE PREDIAL
Por exigir siempre una cosa inmueble o predio sobre la que recaiga, igual que
servidumbre real.
referían a poder pasar o traer agua por el fundo vecino, entre otras ventajas de
marcado cará cter agrícola, o de si versaban sobre comodidades de una edificació n que
se imponen al vecino. Principalmente, ha sido la primera jurisprudencia clá sica
romana la que se encargó de la casuística de las servidumbres, postura que le supuso
una serie de críticas por parte de personas no juristas, como es el caso de Ciceró n, que
consideraban esas cuestiones como ridículas.