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A través de la historia desde que la ciencia y la medicina han realizado sus

investigaciones acerca del cuerpo humano, los primeros apuntes han sido que el hombre y
la mujer tienen una notable diferencia en su estructura física, sin embargo a lo largo del
tiempo se han realizado varios nuevos aportes a esta proposición con los cuales se ha
concluido que también tienen una gran diferencia en su cerebro, tanto en tamaño como en
la forma en la que procesan la información y perciben los estímulos del ambiente; ahora
bien, estos comportamientos son influenciados directamente por nuestro sistema
neuroendocrino y las hormonas que secreta, definiendo así ‘que los hombres se comporten
como hombres y las mujeres como mujeres’, sin embargo no es correcto afirmar que el
comportamiento masculino es exclusivo para los hombres y que el comportamiento
femenino es exclusivo de las mujeres. Entonces, ¿es posible ser ‘mujer siendo hombre’? se
evaluarán situaciones en las cuales el sexo y la identidad de género de un sujeto pueden ser
factores que determinen cambios en
Es necesario identificar desde una primera instancia, que existen características
femeninas y masculinas desde el momento de la fertilización. Tenemos los cigotos como
estructura principal del desarrollo de los mamíferos, en estos se encuentran los
cromosomas. El ser humano posee 23 tipos de cromosomas, al momento de la fecundación
se transmiten la mitad de cromosomas del macho y la hembra, de esta manera, el gen del
hombre será el decidirá el sexo del cigoto. La hembra posee el tipo de cromosomas
sexuales de tipo XX, mientras que el macho posee cromosomas sexuales de tipo XX y XY.
El gen XY será el que determina que el cigoto sea macho, teniendo en cuenta esto, al
momento de fecundación habrá la misma cantidad de cromosomas XX y XY, pero el
primer espermatozoide con el gen XY (masculino) será el que fertilice el óvulo. Desde este
primer momento, podemos afirmar que es el punto de partida para organizar las
características de género. Se formarán los primeros rasgos sexuales y característicos del
sexo. Podemos mencionar ciertos rasgos importantes en la formación como la segregación
de hormonas sexuales. Se tiene la creencia errónea de que los andrógenos sólo la segregan
los hombres y que los estrógenos solo lo segregan las mujeres. Ambos, macho y hembra
producen estas sustancias gracias a las gónadas, los testículos y ovarios.
Sin embargo, si ahondamos más a fondo sobre la anatomía humana encontraremos
otras diferencias no tan evidentes en el cerebro pero que serán determinantes para el
comportamiento sexual, cognitivo y social del individuo. En estudios acerca de diferencias
sexuales en mamíferos se han encontrado, afirma Gil Verona (2003), importantes
diferencias estructurales: en el hipotálamo, el cuerpo calloso y la comisura anterior En el
hipotálamo, se encontraron los núcleos dimórficos sexuales tras realizar experimentos en
ratas “se han descrito diferencias sexuales en dichos núcleos en el ser humano, describiendo
que es dos veces mayor y contiene aproximadamente el doble número de células en seres
humanos varones jóvenes que en mujeres.” (Gil Verona, 2003). Por otro parte podemos
encontrar el locus coeruleus que hace parte de las estructuras dimórficas sexuales. Esta
estructura resulta ser más grande y con mayor número de neuronas en las mujeres que en
los hombres. De esto que podamos identificar que “el surco postcentral en el hemisferio
izquierdo poseen una mayor cantidad de sustancia gris en distintas zonas encefálicas” (Gil
Verona, 2003).
Tradicionalmente siempre se ha pensado que el sexo condiciona al género de una
persona, y si en décadas pasadas cuando la humanidad era más intolerante solo se concedía
la idea de tipo dimorfistas (varón-mujer), pero ‘’ en la actualidad adoptar posturas
simplistas y dicotómicas de oposición de sexo frente a género, entendiendo que sexo hace
referencia a los aspectos biológicos de dimorfismo sexual, es decir macho frente a hembra;
mientras que género agrupa los aspectos psicológicos, sociales y culturales, es decir, lo que
en una determinada sociedad se considera describe y prescribe como propio y diferencial de
ser hombre o mujer. Tal oposición entre biología y cultura tan vigente en la tradición no
sólo es simplista, sino falsa’’ (García, 2003, parr.1).Esto lo que permite es un polimorfismo
sexual, es decir, que no sola conciba el mundo solo como hombres y mujeres, sino que
también incluya a minorías como los homosexualidad, la bisexualidad y el cambio de sexo.

Claramente, lo anteriormente planteado es un reto para la idea de que el hombre es


hombre y la mujer es mujer, y que la idea de un punto medio o de hasta ser ambas cosas sea
algo inconcebible. Pero lo que demuestra la naturaleza es que no hay algo explícito. Hoy en
día se concede la idea de feminidad y masculinidad no como antónimos si no como los
extremos opuestos de una línea, y que una persona pueden estar en un extremo como en
otro, o por el contrario en algún punto intermedio entre ambos (Pinel, 2007).

El experimento de inyección perinatal en cobayas de Phenix y colaboradores en


1959, demostró que la conducta sexual de machos y hembras podría ser alterada con
exposición o inhibición de testosterona, haciendo que cobayas masculinas se feminicen y
que hembras de la misma especie se masculinicen. Esto da que pensar, no será que lo que
mismo sucede con las personas homosexuales, que simplemente en alguna etapa del
desarrollo los hombre homosexuales estuvieron faltos de testosterona o en el caso de las
mujeres faltas de estradiol. Sin embargo nos han hecho las suficientes investigaciones hacia
el tema, por lo que todavía existe la pregunta.

La investigación en neuroendocrinología sugiere que los efectos hormonales


prenatales, y quizás algunos postnatales, puedan formar el desarrollo de la
orientación sexual. Aunque la evidencia indica tendencias claras, la investigación
que intenta mostrar diferencias persistentes entre hombres homosexuales y
heterosexuales ha sido inconsistente. De Igual manera, los trabajos realizados en el
campo de la genética, aunque arrojan luces sobre los genes que pueden estar
involucrados en la transmisión de información genética para la orientación sexual,
no son concluyentes. Todavía hay muchas inconsistencias en los estudios realizados
en este campo, como el hecho de que la región Xq28 del cromosoma X se relacione
con la conducta homo-sexual de los varones, pero no de las mujeres (Soler, 2005).

Lo que hay que tener muy en claro es que la apariencia física, la orientación sexual
y la identidad sexual, se desarrollen de forma independiente. ‘’Por ejemplo, piénsese en los
transexuales: por definición, tiene al aspecto corporal de un sexo, y la identidad sexual de
otro, pero la orientación de su orientación de su atracción sexual es una cuestión
independiente’’ (Pinel, 2007, p.378). ‘’ es incuestionable que las experiencias y
aprendizajes en entornos socioculturales reestructura y reorganiza el cerebro, recablea las
redes neurales, como han dejado establecido estudios de cerebros de personas con
profesiones tan distintas, como taxistas, pianistas, violinistas, etc. ’’ (García, 2003, parr.51)

Continuando con la línea anterior, podemos añadir que aunque acertada, no tiene en
cuenta la teoría evolutiva, en la cual, la selección natural debido a procesos de adaptación y
evolución, tuvo que a haber favorecido la heterosexualidad, ya que garantiza la
reproducción y la propagación de los genes. Entonces teniendo en cuenta lo anterior,
¿porque existen otros tipos de orientaciones sexuales, como la homosexualidad, la
bisexualidad?, y no solo hay que preguntarnos por su aparición, sino también ¿por qué se
ha mantenido en el tiempo? (Soler, 2005).

Este tema ha llamado la atención de la comunidad científica, en especial a los


investigadores de corte evolucionistas, debido a que este tema recurre a conceptos más
complejos como moralidad, subjetividad y cultura; lo que dificulta tener una visión
acertada y verás. Debido a la complejidad de los factores que influyen en su desarrollo, es
necesario que ciencias como la biología, la sociología, la psicología y la antropología se
unan para explicar su origen y explicar cómo es posible encajar esta pieza con la teoría
evolucionista.

La primer explicación que le dieron fue de tu tipo patológico, en donde se afirmaba


la homosexualidad era resultado de influencias patógenas en la niñez en las que se
involucraba a ambos padres y cuyo tratamiento resultaba infructuoso (Bullough, 1994); y
de esta manera se pensó hasta los años 60s. En tiempos más modernos sea estado
estudiando la homosexualidad, mediante el estudio de los genes y su relación con la
orientación sexual.
REFERENCIAS
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homosexualidad. Yepes LE, Téllez-Vargas JE, Alarcón R. Avances. Bogotá: Asociación
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