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Haciendo Fenomenologia R8 PDF
Haciendo Fenomenologia R8 PDF
Lester Embree
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“La!blusa!amarilla”!
Obra!de!Augusto!Eguiluz!
Copyright!©!Todos!los!derechos!reservados!!
PORTALdeARTE.cl!
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3
por
Lester EMBREE
Florida Atlantic University
2012
Embree@fau.edu!
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Traducido del Inglés por Luis Román Rabanaque
No dude en compartir este pequeño libro con sus colegas y especialmente con los
estudiantes.
¡Los comentarios y sugerencias para mejorarlo son bienvenidos!
www.reflectiveanalysis.net
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Introducción
análisis reflexivo por su cuenta y luego se reúnen con un profesor que procede de
manera socrática. Los parágrafos en los capítulos de este pequeño libro están
numerados a fin de facilitar la discusión en las clases.
Y a medida que la habilidad propia y la confianza crecen, uno debería
procurar componer un análisis reflexivo propio y compartirlo con colegas en
sintonía. La modesta colección presente es de tal tipo. Soy autor de diez AR aquí y
promuevo que esta colección pueda ser copiada para el uso de estudiantes y
colegas interesados. Estos AR fueron escritos para ocasiones diferentes y tienen
importantes superposiciones de contenido, de manera que los capítulos pueden ser
enseñados por separado y espero que ello no resulte demasiado distractivo. Los
primeros dos capítulos son más extensos que los restantes y podría resultar
interesante retroceder y estudiarlos nuevamente antes de haber tratado los demás.
No soy ciertamente la única persona que ha ensayado hacer realmente
fenomenología. Permítaseme por ello pedir a los lectores que me envíen no sólo
cualquier AR nuevo que hayan escrito sino igualmente cualquier AR hallado en la
obra de otras personas (y no sólo en los gigantes de nuestro pasado); ello puede
hacerse en lenguas distintas del inglés pues la enseñanza se efectúa en las lenguas
locales, a la que pueden ayudar los AR en lengua local. Mi ambición consiste en
publicar más colecciones, especialmente las realizadas por otras personas.
Como probablemente sepa el lector, he publicado ya dos textos que
contienen AR y que pueden ser utilizados (los asteriscos más abajo designan las
publicaciones disponibles en Amazon.com y/o Kindle):
Contenido
Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
VI. Figuración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
I.
11. Tres preguntas podrían guiar al oyente o al lector para buscar por sí
mismos lo que se ha esbozado hasta ahora:
(1) En el rememorar y respectivamente en el esperar, ¿pueden meramente
advertirse tan sólo cosas-en-cuanto-previamente-encontradas y cosas-a-ser-
encontradas, o bien es preciso advertir también los encuentros pasados y futuros y
las actitudes de encuentro correlativas de ellos?
(2) Es bastante sencillo reconocer que las valoraciones no sólo son positivas
y negativas sino a veces también neutrales; por ejemplo, mientras que nuestro
cuadro podría ser un poco atractivo y las arrugadas ropas de cama, un poco feas, la
pared en el rincón de la habitación podría no tener para nosotros un valor positivo
o negativo. Si ello es así, ¿existen estas mismas tres “modalidades” análogas, como
podría llamárselas, en los casos del querer y el creer?
(3) En el pensamiento tradicional la imaginación se considera como una
facultad mental a la par de la sensación, la memoria, la emoción, la volición, etc.
Creo que esto es falso. ¿No es cierto acaso que podemos no solamente fingir que
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Para un análisis reflexivo efectuado por Cairns que va más allá del ensayo presente y describe
síntesis intentivas de varias clases véase Dorion Cairns: “The Theory of Intentionality in
Husserl,” Journal of the British Society for Phenomenology, 32 (1999), pp. 116-124.
15
18. Y en tercer lugar se puede considerar que nuestro curso fluye desde el
futuro a la derecha, atraviesa el ahora y desaparece en el pasado a la izquierda.
(Tomamos “naturalmente” este fluir temporal como parte de la espacio-
temporalidad de la naturaleza experienciada, mas se trata de una creencia que
puede ser cuestionada).
19. Una vez introducidos el enfoque y los conceptos, el oyente o el lector de
este ensayo puede advertir que es posible realizar investigaciones de esa manera
anticuada que William James llamaba introspectiva en 1890. En realidad se pueden
desarrollar muchas más cosas a partir de aquí, pero se puede comenzar por el
requisito de una psicología introspectiva o, mejor, fenomenológica.
20. En la mayor parte de la investigación anterior, si bien no en toda, se ha
usado la primera persona (“nosotros” y “nuestro”). No se trata meramente de una
cuestión de estilo. La escena de la cama, la pared, el cuadro, etc. es originalmente
para nosotros objetiva o, dado que la palabra está sobrecargada de connotaciones,
podemos decir más bien que es “pública”. En otras palabras, es vista o es al menos
visible por más de una persona. Se presenta aquí la fascinante cuestión de cómo las
personas que encuentran o que son capaces de encontrar la escena se experiencian
también unos a otros y conforman por ende una intersubjetividad o, hablando
menos técnicamente, un grupo que comparte el encuentro. Así “nosotros”
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darla vuelta de modo que aquello apresentado afuera se presente mientras que la
cara antes presentada se apresente. Sobre esta base y sin entrar en el problema de
cómo se la establece originalmente, podemos decir que el cuerpo de otra persona,
incluyendo sus posturas, gestos, productos, etc., apresenta su vida mental, si bien
en este caso no hay para nosotros un punto de vista desde el cual lo apresentado
pueda presentarse tal como siempre se puede presentar para ella.
24. Es preciso decir también algunas cosas acerca de la ilustración empleada
aquí. Para mí al escribir este ensayo es algo percibido directamente, como lo son
también los encuentros que he descrito. Mas para el oyente o el lector de este
ensayo se trata desde luego de una fotografía y nuestras descripciones son palabras,
y yo he sacado ventaja del hecho de que estamos entrenados para poner en tales
casos el foco no las representaciones sino en aquello que es representado. Al
analizarlo reflexivamente, se puede observar que el “experienciar representacional”
tiene una estructura estratificada en la que el infraestrato es intentivo de la
representación (la palabra o pintura) y el superestrato es intentivo de la cosa que la
representación representa. Así puede decirse globalmente que se trata de una
experiencia indirecta aun cuando esta estructura sea pasada por alto. Y esta
descripción, como las otras ofrecidas aquí, debería ser confirmada, corregida si es
necesario y extendida por el oyente o por el lector mediante sus propios análisis
reflexivos.
25. Deberíamos asimismo decir alguna cosa respecto de las actitudes,
comenzando por aquella que introdujimos al comienzo de este trabajo. Tanto las
actitudes no reflexiva como reflexiva pueden ser llamadas “contemplativas” u
“observacionales” porque en ellas simplemente miramos e informamos lo que
vemos. En cuanto tales estas dos actitudes contrastan con otras dos clases que
también poseen especies. La clase más fundamental de actitud es “práctica” y en
cuanto tal se ocupa de lo que sucede (happens), buscando a menudo ejercer
influencia sobre ello mas a veces procurando dejar que algo suceda. Mientras que
el pensar y el experienciar predominan en las actitudes contemplativas, la volición
o el querer predominan en las actitudes prácticas. Una tercera clase de actitud tiene
como rasgo predominante el valor y podría llamársela la actitud de “disfrute” o
recreación. La determinación de las especies de estas tres clases de actitudes es
otro ejercicio para cuya realización el oyente o el lector podrían querer emplear
análisis reflexivos.
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!
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19
II.
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1.—La compleja cuestión del Otro o, mejor, de los “Otros”, ha sido por
mucho tiempo tema de la fenomenología. Alfred Schutz, por ejemplo, se interesa
especialmente por el modo como los otros interpretan sus propias acciones, a sí
mismos, mutuamente, sus acciones, sus grupos, sus productos y sus situaciones. En
contraste, Edmund Husserl se centra en el modo como los Otros son constituidos
originariamente por un sí mismo mediante transferencia de sentido y apresentación
en la pasividad primaria. El tema del presente análisis puede ubicarse entre los
intereses de Husserl y de Schutz. Se dará simplemente por supuesto que nosotros
encontramos siempre ya Otros y que por abstracción podemos dejar de lado el
modo como los Otros interpretan sus propias acciones, productos, etc. En lugar de
ello el interés aquí radica en si, y en qué respectos, los Otros pueden en general ser
observados reflexivamente. La importancia de esta cuestión debería hacerse más
clara a medida que la exposición avance.
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Se puede advertir que se evita aquí la expresión usada por Husserl, Einfühlung, que literalmente
se traduce al castellano como “empatía”. La razón es que parece haber fenomenólogos que se
han deslizado de la significación técnica, esencialmente cognitiva, a la significación ordinaria y
predominantemente afectivo-valorativa por la cual mediante sentimientos se empatizan los
sentimientos del Otro.
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Sería preciso hacer explícito que la reflexión sobre los Otros tiene una
función cognitiva o epistémica. Mientras que siempre encontramos ya a los Otros
en la vida cotidiana, la reflexión sobre los Otros viene por añadidura y no sólo
tiene el componente de creencia como predominante sino que también, en lo que
respecta al experienciar, puede ser perceptivo y rememorativo de maneras fictas
tanto como serias. Más significativo es, quizás, el hecho de que el percibir o el
rememorar los encuentros y las cosas-en-cuanto-encontradas en los Otros son
aquello que puede justificar la creencia no sólo en los casos reales presentes y
pasados, o sea, en los hechos, sino igualmente en los eidê o esencias universales. Si
bien no fueron elaborados metodológicamente, los casos aducidos más arriba
querían clarificar las especies eidéticas y el género de la reflexión sobre los Otros.
29
III.
INTRODUCCIÓN
participación del “yo” en el estrato operativo del encuentro, mas para los
propósitos presentes puede desatenderse ese lado de la situación sobre la que se
reflexiona). Y para los propósitos presentes será asimismo necesario abandonar la
actitud natural o, mejor, mundana.
ENCUENTRO EN GENERAL
9.—Como parte del esfuerzo por conseguir un permiso de obra para realizar
algunos trabajos en mi casa, recientemente obtuve de la oficina de permisos en mi
ciudad una copia de un mapa y un plano del terreno. Parece mostrar lo que uno
vería desde alguna posición sobre la propiedad si se removieran el tejado de la casa
y los árboles. Tiene líneas y da las distancias de la cerca, la calle y los muros
alrededor de y entre las habitaciones dentro de la casa. También se indica la
dirección al norte. Es en blanco y negro y no se han dibujado muchas cosas tales
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como las ventanas, los muebles, los árboles y el césped. No tengo dudas acerca de
que es proporcionalmente exacto en cuanto al área y la estructura.
10.—Este mapa es una clase de “representación pictórica” de mi casa y del
terreno anexo a ella. En base a verlo puedo experienciar mi casa de una manera
bastante inusual. Para comenzar se trata de un caso de experiencia indirecta y,
analizado reflexivamente, se puede advertir que posee dos estratos, por un lado un
ver el papel con líneas dibujadas inmediatamente delante de mí y, sobre esta base,
otra experiencia de la disposición de mi casa y del terreno. Puesto de una manera
más precisa, encuentro el retrato y sobre la base de encontrarlo encuentro mi casa,
aunque indirectamente y no directamente, como es usual.
11.—¿Qué otra cosa descubre el análisis reflexivo en un caso como éste?
Para comenzar no sólo veo la hoja de papel con líneas, palabras y números escritos
sobre ella sino que también creo en ella como una cosa física sobre el escritorio
delante de mí, y la valoro positivamente como una representación exacta y en
verdad fascinante. Tiene además un uso práctico para mí y para mis albañiles al
señalar en qué lugares las autoridades de la ciudad permiten hacer obras.
12.—Mas aquello que está representado por este retrato también es
encontrado. La primera cosa que hice fue seguir con la vista las rutas a través del
edificio desde la puerta de entrada, pasando por el recibidor hasta la cocina y el
comedor, y de allí a los dormitorios y finalmente saliendo por la puerta trasera
hasta el jardín. Estas rutas son prácticas. Hasta cierto punto se las experiencia de
manera mnémica, mas se las experiencia también de una manera ficta que es tanto
expectativa como perceptiva y mnémica, sin duda porque se trata de algo
profundamente familiar. Una parte del plano de la casa familiar representado es su
comodidad, es decir, el modo como es valorada positivamente por mí. Es
concebible que alguien sin familiaridad con estas cosas pueda valorar
negativamente algún aspecto u otro, por ejemplo que el segundo cuarto de baño se
halla muy próximo al recibidor.
13.—El infraestrato de este encuentro es predominantemente visual mas
también secundariamente táctil mientras recorro o soy consciente de poder recorrer
con mi dedo sobre el retrato el modo como uno podría desplazarse dentro o
alrededor de la edificación en la que vivo. Pero cuando no estoy distinguiendo y
analizando reflexivamente este infraestrato es el lugar retratado lo que es temático.
Se puede bien decir que se “pasa por alto” que se trata de un lugar retratado y que
no hay una conciencia explícita de que el encuentro es indirecto o representativo.
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Aquello que difiere de lo usual es, como mencionamos, el punto de vista desde lo
alto sobre la propiedad y la omisión del techo y los árboles.
pueda dar a entender que yo lo amaba y que por ende tenía para mí un valor
positivo. Puedo mencionar además su papel como compañero, al que
posteriormente llegué a comprender que mi madre consideraba como una
protección para mí que era niño –era un perro muy protector según puedo recordar
ahora—lo cual era algo práctico y volitivo al menos para ella, mientras que para mí
era simplemente útil para divertirnos juntos y, desde luego, era una realidad
psicofísica en la que sin duda creíamos los dos.
20.—Hay otros dos por así decir tipos puros de experiencia indirecta. Uno
tiene lugar mediante palabras y el otro, mediante indicaciones. Espero que el lector
serio de las presentes observaciones, descriptivas en su mayoría, no las siga
ciegamente sino que procure observar reflexivamente si las cosas acerca de las
cuales estoy hablando son tal como digo que son. Por ejemplo, el creer, el valorar y
el querer en significaciones amplias, ¿son componentes distinguibles en los
encuentros? (Incluyo de paso el calificativo “en la significación amplia” porque se
puede discernir dichos componentes no sólo en las operaciones en las que un “yo”
obra activa o pasivamente, sino del mismo modo en los encuentros habituales e
incluso en los automáticos, en lo que Husserl llama sekundäre y primäre
Passivität).
21.—Por otra parte, ¿tienen el creer, el valorar y el querer en sus
significaciones amplias modalidades positivas, negativas y neutrales? ¿Pueden
hallarse entonces nueve ejemplos claros que abarcan desde la creencia positiva en
la silla percibida al otro lado de la sala, pasando por el intento de prevenir
empaparse bajo la lluvia mediante el uso de un paraguas, hasta la apatía relativa al
resultado de alguna competencia deportiva? Y además, ¿son el percibir, el
rememorar y el esperar distinguibles según sus objetos se hallen en el ahora, en el
pasado o en el futuro de los encuentros de ellos, y no comparten el hecho de que
son directamente intentivos de sus objetos? Al reflexionar sobre este breve
ejercicio uno debería ser capaz de diferenciar el oír los sonidos o el ver las
manchas, el pensar las significaciones que portan y las cosas que son aquello a lo
que se refieren las expresiones significantes. Se trata entonces de otra especie de
encuentro indirecto. En ella el percibir y el pensar en los que se constituye la
expresión normalmente son pasados por alto y lo que se tematiza son las cosas
referidas, más aún en tal caso no son tematizadas en-cuanto-cosas-referidas.
Únicamente gracias al análisis reflexivo se advierte cuánta estratificación implica
escuchar o leer acerca de las cosas. En realidad, cuando uno escucha o lee acerca
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de las cosas simplemente encuentra las cosas referidas y pasa por alto el creer-en,
el agradar o desagradar e incluso el sentirse inclinado a apoyar u oponerse a su
acontecer, o al menos esto es lo que pasa con los textos serios. La literatura de
ficción es otro caso ligeramente diferente que puede ser ignorado aquí. Y la
segunda especie de encuentro indirecto puede llamarse “encuentro lingüístico”,
siempre que el uso de un lenguaje artificial como, por ejemplo, el de los símbolos
matemáticos, sea considerado como lenguaje.
22.—Existe una tercera especie de encuentro indirecto que puede llamarse
“encuentro indicativo”. Tuve un colega en una universidad en la que daba clases
cuyo horario se superponía más o menos con el mío y con el que disfrutaba charlar
acerca de los variados eventos de la vida universitaria y del ancho mundo. De
camino a mi oficina habitualmente yo salía del ascensor, daba vuelta a la esquina y
miraba si había luz bajo su puerta. Si la había era una indicación confiable de que
se encontraba allí y yo usualmente golpeaba entonces a su puerta y conversábamos
un rato.
23.—Ahora bien, la luz bajo la puerta de mi colega no es una expresión
verbal. Tampoco se parece a lo que representa tal como ocurre con una fotografía.
Sin embargo, al analizarla reflexivamente puedo hallar la misma clase de
estratificación que hallo en los encuentros lingüístico o pictórico. Se halla el
percibir la luz bajo la puerta y sobre su base se halla el encuentro del colega en su
oficina. Los encuentros pictórico e indicativo difieren del encuentro lingüístico en
el hecho de que no incluyen necesariamente significaciones, y difieren uno del otro
en el hecho de que la reflexión puede revelar semejanzas entre la pintura y la cosa
pintada, mientras que mi colega, por ejemplo, no se asemeja a una franja de luz
que brilla bajo la puerta.
24.—Este análisis ha procurado centrarse en casos simples, mas
patentemente hay casos compuestos puros y mixtos. En un caso compuesto
puramente lingüístico uno habla, comprende, escucha o escribe acerca de una
representación lingüística y hay entonces una representación lingüística de una
representación lingüística. Una representación pictórica de una representación
pictórica es igualmente posible. En cuanto a los casos compuestos mixtos, puede
haber una fotografía mía escudriñando la luz bajo la puerta de mi amigo que es
descrita en palabras y, por consiguiente, una pintura de un caso de encuentro
indicativo puede ser encontrada lingüísticamente. A fin de advertir que esas
complejidades no necesitan ser estáticas es preciso tan sólo considerar el encuentro
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por medio de las películas y el video, donde las cosas son encontradas
indirectamente a la vez en base a las palabras, las pinturas y la música que indica
estados de ánimo. Y a su vez estos encuentros poseen siempre componentes de
creencia, valoración y volición que pueden discernirse reflexivamente en ellos.
*
* *
25.—Permítaseme concluir haciendo referencia a mi observación inicial.
Para los bosquimanos del Kalahari, por ejemplo, al menos antes de que la
civilización los alcanzara y cuando eran todavía inocentes respecto de los
materiales escritos, las fotografías, la radio y la televisión, podría hacer sucedido
que el encuentro indirecto tuviera lugar solamente mediante el habla, las huellas de
los animales, quizás trazos en el suelo y, por supuesto, las vidas mentales
apresentadas de los otros animales humanos y no humanos; para la gente de las
sociedades industrializadas, por el contrario, el peso abrumador de la familiaridad
con las cosas en el mundo procede por encuentro indirecto mediado por los libros y
revistas, la radio, las películas y la televisión, y esta es la razón por la cual vale la
pena ensayar un análisis reflexivo como éste, que desde luego puede corregirse y
refinarse en análisis reflexivos ulteriores. Y, podría añadir, el encuentro indirecto
es mucho más propenso al error y a la decepción que el encuentro directo.
38
IV.
Perfecta irreflexividad
primero se halla al reflexionar son las actitudes, y ellas se caracterizan antes que
nada por sus componentes posicionales. Si se pregunta a un estudiante no graduado
varón por su actitud hacia el fútbol profesional, típicamente responde que le
agrada. No se trata de un sentimiento pasajero sino una actitud permanente y tiene
más carácter valorativo que perceptivo.
5.—Una investigación y reflexión ulteriores revelan con facilidad que un
estudiante así ha encontrado el jugar ese juego de manera principalmente
representacional mirando televisión, y que se trata de una observación social de
jugadores y por ende, precisamente en estos dos respectos nuevamente no es un
acto de percepción sensible. Por otro lado, la primera cosa que él destaca es el
componente afectivo positivo del agrado. Correlativamente es probable que diga
también: “el fútbol profesional es bueno”.
6.—Las actitudes afectivas se pueden clasificar de diversas maneras. Por
ejemplo se las puede clasificar de acuerdo con la temporalidad del objeto. En
nuestro ejemplo del fútbol la temporalidad es vaga, es decir, es indeterminado si la
referencia a los juegos es ahora, pasada, futura o en todos esos tiempos. No
obstante, cuando se reflexiona resulta claro que los juegos de fútbol, cuando tienen
lugar, tienen lugar en el tiempo. Se puede recordar con agrado tal o cual juego o,
de modo más indeterminado, simplemente que el fútbol se jugaba mucho más
maravillosamente en algún tiempo pasado.
7.—La nostalgia, el arrepentimiento, la culpa, la vergüenza y el orgullo son
actitudes afectivas retrospectivas fácilmente ilustrables. Las actitudes hacia el
futuro incluyen la esperanza, el miedo y la angustia. Y además de actitudes
prospectivas y retrospectivas hay actitudes hacia objetos en el ahora. Si se
interroga a un estudiante mientras está observando el juego probablemente
responda que le agrada lo que está viendo.
8.—Hay otras actitudes posicionales hacia objetos en el tiempo. Las
actitudes del tipo práctico o volitivo pueden ser negativas al estar dirigidas a
esfuerzos para destruir, prevenir, disminuir, etc., o positivas al estar dirigidas a
esfuerzos para crear, preservar, aumentar, etc. Es interesante sin embargo el hecho
de que no hay actitudes prácticas directamente intentivas de objetos presentes o
pasados, aunque se las puede intencionar indirectamente en forma positiva cuando
se quiere su preservación o su restauración.
9.—Si uno ha quedado expuesto a mucha ciencia naturalista y a la filosofía
reciente, probablemente tienda no sólo a ser naturalista sino también a tener una
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dicho frecuentemente o por lo que siempre se ha esperado que dijera. Mas también
puede dirigirse a esta actitud y observarla y analizarla, aunque sea breve y
superficialmente, y producir así, con la justificación de una cantidad módica de
evidencia, la afirmación “Me gusta” o la afirmación correlativa equivalente “Es
bueno”.
15.—Los intelectuales, especialmente en las humanidades y en algunas
escuelas de pensamiento en las ciencias sociales, habitualmente reflexionan mucho
y quizás no aprecien que un científico natural usualmente no lo haga. Un
astrónomo, por ejemplo, no se preocupa regularmente por el modo como se le
aparecen las estrellas y son puestas por él, o cómo son percibidas con o sin los
instrumentos por medio de los cuales se percata de aquellos. Luego están las
características de creencia constituidas en componentes dóxicos de su vida
consciente, los estados de cosas estelares constituidos en su pensamiento y el
hecho de que algunos objetos pueden ser tácitamente buenos o malos o, al menos,
atractivos, poco atractivos o feos.
16.—Junto a esta irreflexividad en ciertos tipos de ciencia hay una
irreflexividad de la vida cotidiana. Cuando uno está conduciendo el coche puede
desde luego reflexionar acerca del hecho de que la carretera se presenta como
correlativa del encuentro que uno tiene con ella, especialmente si uno se aburre
durante la conducción (¡e influenciado por la fenomenología!), pero se trata de
algo inusual. Lo usual es ignorar o pasar por alto no sólo el encuentro y sus
componentes sino también el objeto-en-cuanto-encontrado. En el centro de
atención se hallan entonces simplemente la carretera y los otros coches. Aquello
que se evidencia cuando se reflexiona es una actitud perfectamente irreflexiva.
17.—¿Es posible percatarse de algo sin un sentido del tiempo, sin
percatación de objetos como ubicados en el tiempo, como presentes, pasados o
futuros, o como marchando en el tiempo, sea que permanezcan iguales o que sean
cambiantes? Para el presente autor es algo difícil de hacer. Se halla demasiado
habituado a reflexionar. Mas reconoce que su tendencia a reflexionar es
inusualmente fuerte y también habitual. Y sin embargo tiene confianza en que
podría capacitarse por su cuenta o ser capacitado por otros para ser perfectamente
irreflexivo a propósito y, además, serlo en una actitud especial que se dirige
exclusivamente a los objetos ideales, tales como 1+2=3, que no son temporales.
Tal posibilidad es clara.
42
V.
INTRODUCCIÓN
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
3
Legado de Dorion Cairns, p. 037275. Citado a partir de aquí con los numeros de seis dígitos
entre paréntesis dentro del cuerpo de texto.
43
3.—Un ejemplo corriente nos será útil y puede, primero que todo, ayudar a
clarificar el marco conceptual general. Aquí puedo rememorar algo que sucedió
cuando tenía más o menos nueve años. Sucedió quizás un mes después de que
recibiera un magnífico perro de la perrera de aproximadamente dos años de edad y
que ya tenía el nombre de Skipper, que rápidamente aceptó que ésta era su nueva
familia y al que podía soltarse en el vecindario y esperar que regresara a casa para
la hora de la cena, pero que tendía a permanecer en el frente de nuestra casa y,
como decía mi madre, “veía pasar el mundo”.
4.—Lo que rememoro de modo especialmente vívido es una vez que Skipper
me vio caminando por la calle volviendo de la escuela, se precipitó sobre mí
ladrando, gimoteando y meneando la cola con tanta fuerza que casi se cayó, y
finalmente me tiró al suelo en un intento por lamerme la cara. Desde luego que yo
tenía una familia que indudablemente me quería, mas ésta ha sido siempre la
expresión más grande de amor incondicional que puedo rememorar. Él y yo fuimos
compañeros durante una década hasta que un coche lo atropelló durante mi
ausencia en la Infantería de Marina. He rememorado muchas veces el modo como
fui recibido aquella tarde de camino a casa volviendo de la escuela hace unos
sesenta y cinco años.
5.—En sus dispersas observaciones en torno a la rememoración mi maestro
Cairns tomaría un ejemplo semejante y lo limitaría a la rememoración del percibir
sensible de una cosa física (011120, cf. 011066). Hacerlo sin duda simplifica el
caso, pero creo importante dejar claro desde el comienzo que lo que hallamos
cuando reflexionamos sobre nuestras vidas mentales puede ser llamado encuentro
de cosas culturales (y en mi ejemplo se trata de una cosa cultural animada, un perro
querido). Aunque en ocasiones voy a hablar de “procesos intentivos”, el
equivalente que Cairns finalmente prefirió para el término “Erlebnisse” de Husserl,
expresión que también acepto, no debería olvidarse que los “encuentros”, como yo
prefiero decir, incluyen no sólo el experienciar (del cual el percibir sensible es una
de las especies más significativas) sino también los componentes téticos o
posicionales que pueden denominarse, en significaciones amplias, creer, valorar y
querer, y que igualmente pueden llamarse dóxicos, páticos y prácticos. Si se habla
con Cairns únicamente del percibir sensible y de las cosas físicas, se han abstraído
una buena cantidad de cosas.
6.—Correlativamente, en sus análisis de aquellas cosas que encontramos
como objetos culturales concretos Cairns hace abstracción de las cosas físicas,
44
de donde estoy escribiendo ahora, no hay nada semejante a una breve película que
se proyecta “en mi cabeza”, como dicen algunos, simultáneamente con la
operación de rememoración. Fenomenológicamente no puedo hallar ninguna
imagen de la memoria ni en el ahora, ni en mi cabeza ni en ninguna otra parte.
muchos automóviles que he tenido desde los quince años, se trató de una operación
activa de rememoración. Hay pues una diferencia entre las rememoraciones que
buscan o exploran el pasado propio y los recuerdos que sobrevienen y a veces
estimulan operaciones.
16.—En quinto lugar, lo que se rememora es rememorado en un ambiente
cultural con dimensiones espaciales, temporales y causales, tal como ocurre con los
ambientes esperados y los percibidos, que son mundanos y por ende algo más que
naturaleza. Experienciamos las cosas no sólo como habiéndose presentado ellas
mismas sino también como apresentando mucho más, lo que incluye tiempos,
lugares y causas más allá de lo que habíamos encontrado con anterioridad y que
por ende no podemos recordar, así como las cualidades táctiles y los sonidos de
cosas que fueron únicamente vistas. Si mantenemos otras cosas igual, existe una
semejanza entre las cosas que son anteriores en el pasado para el rememorar y las
que están espacialmente lejanas para el percibir. Hay además una similitud entre el
ubicar las cosas en relación con otras cosas y el fechar las cosas en relación con lo
que se rememora como simultáneo, anterior y posterior inmediata y mediatamente,
así como trascendente e inmanente en la vida mental.
17.—En sexto lugar, Cairns observa que la secuencia de hechos puede ser
rememorada únicamente en el orden concreto en el que aconteció originalmente y
en consecuencia no puede serlo marcha atrás, por así decirlo, si bien es posible
rememorar tramos separados fuera de su orden original (037279), como por
ejemplo puedo recordar primero a Skipper corriendo hacia mí y luego en segundo
término puedo recordarlo advirtiéndome y comenzando a correr. Añadiría que con
frecuencia vale la pena comparar lo rememorado con lo esperado y que una serie
esperada de acontecimientos, como subir una escalera, se puede esperar en
cualquier orden, especialmente si se la figura (si bien es posible también esperar de
manera ciega aunque seria). Sin embargo, algo pasado puede ser figurado en
cualquier dirección. La espera a menudo refleja especularmente a la rememoración,
hay, por ejemplo, una espera primaria y una secundaria, mas no siempre, por
ejemplo, se puede recorrer algo esperado tanto hacia atrás como hacia adelante.
Además es posible rememorar la espera, esperar un recuerdo, esperar una espera,
rememorar un recuerdo, figurarse recordando una percepción seria, etc., etc. En
realidad con cada operación de rememoración hay siempre un horizonte de
rememoración previamente actualizada y actualizable en el futuro, así como de
otros encuentros del mismo “recollectum”.
49
RELEVANCIA EPISTEMOLÓGICA
caso, la rememoración, y tal vez el análisis que hicimos más arriba sea suficiente
para comenzar. A menudo las breves y dispersas observaciones de Cairns
comparan y contrastan útilmente –para dar los títulos completos— el encuentro
rememorativo y el encuentro perceptivo. Así los dos incluyen un experienciar
directo de las cosas intencionadas en ellos, mas el percibir es original y el
rememorar es derivado (031518). Además, ambos son “protodóxicos”, es decir, tal
como el percibir es un creer, el rememorar es igualmente un creer. En otras
palabras, la percatación de lo que aparece inmediatamente funda y motiva un creer
positivo simple que se mantiene a menos que sea modalizado como una duda o
como un descreer.
20.—A fin de poder ir más allá de una justificación prima facie, o sea, de
mostrar la justificación o injustificabilidad de algo rememorado, puede apelarse a
más y mejores ejemplos de rememoración y/o de percepción en algunos casos
(011151). Hay siempre el impulso por tornar más claro lo oscuro. La
rememoración reiterada, incluso años más tarde, es confirmatoria. Se asemeja al
caso en el que lo esperado se confirma o se cancela cuando la cosa esperada llega a
ser impresional o es rememorada claramente. Cuando se cancela una creencia en el
pasado, hay la creencia en algo que es de otra manera. El peso de lo presentado
originariamente en la percepción supera el peso de lo rememorado cuando entran
en conflicto, mas lo rememorado parece pesar más que lo apresentado (010946).
21.—Puede haber ilusiones en la rememoración del mismo modo que las
hay en la percepción (011336), si bien las cosas inicialmente se aceptan como
verídicas y únicamente se reconocen como ilusorias en base a más recuerdos y
quizás incluso al encuentro perceptivo. En este último respecto, podría haber
encontrado al comienzo a Skipper corriendo a saludarme y luego verlo al final
pasar de largo y saludar a su antiguo dueño que se aproximaba a mis espaldas. En
lo que concierne a una ilusión en el recuerdo, no he podido pensar el caso en el que
Skipper recuerda que me está saludando, mas si uno recordara haber puesto un
billete de cien dólares en el monedero que uno usa siempre y luego no hallara el
billete allí cuando nadie tuvo acceso al monedero, el recuerdo sería declarado
ilusorio. Fuera de las ilusiones y otros problemas, el rememorar se justifica
críticamente por medio de más y más rememoración confirmatoria y hasta en
ocasiones de manera intersubjetiva, con lo cual queda entonces justificado
objetivamente.
51
VI.
Figuración
Todo a lo largo del universo de los procesos mentales posibles hay una clase de procesos
fictos (procesos de la fantasía, procesos como-si) que se corresponde con cada clase
particular de procesos no fictos. Luego: las percepciones fictas corresponden a las
percepciones; las rememoraciones fictas, a las rememoraciones: los procesos de
pinturidad (picture-c’ness) ficta, a los procesos de pinturidad. Del mismo modo: el
agrado ficto corresponde al agrado y el querer ficto, al querer (Dorion Cairns, 15 de
diciembre de 1959).
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
7
Algunas veces tanto “figuración” como “fingimiento” incluyen una intención de engañar, por
ejemplo, si uno finge que le agrada el jefe al que uno desprecia, mas aquí excluimos la
significación con esta intención. “Figuración” en esta acepción no-engañadora tiene lugar en
forma adjetiva en: Dorion Cairns, “Perceiving, Remembering, Image-Awareness, Feigning
Awareness,” en F. Kersten y R. Zaner, ed., Phenomenology: Continuation and Criticism: Essays
in Memory of Dorion Cairns (The Hague: Martinus Nijhoff, 1973).
54
como calificativo, como sucede en el epígrafe más arriba, mas “serio” parece
funcionar bien en la mayoría de los contextos.
6.—En la psicología tradicional de las facultades, así como en el inglés o el
castellano ordinarios, la imaginación es considerada como una capacidad o
facultad mental entre otras y, en realidad, es puesta a la par de los sentidos, la
memoria, el juicio, las emociones, la voluntad, etc. La tesis sostenida aquí y en el
pasaje citado tomado de una lección de mi maestro Cairns dice que se trata de un
error y que a cada tipo de intención seria le corresponde una versión ficta. Puedo
así fingir, por ejemplo, que Marilyn Monroe fue mi compañera en el baile de
egresados de la secundaria, lo que significa que recuerdo fictamente algo que no
puedo recordar real o, mejor, seriamente.
7.—A fin de sustentar esa tesis quiero describir un número de ejemplos de
clases de figuración y objetos-en-cuanto-fictos e invitar al oyente o lector de esta
exposición a intentar la verificación de mis descripciones. En términos
metodológicos, pido la realización de análisis reflexivos y, más allá de eso, que mi
oyente o lector cuente con lo que técnicamente se llama “epoché fenomenológico-
psicológica, reducción y purificación”. Dicho de manera simple, se puede por
ejemplo creer en fotones, ondas de sonido, procesos neurológicos, etc., y en las
maneras como ellos afectan al menos a la percepción sensible, mas a fin de
centrarse más efectivamente en los diversos tipos de figuración o fingimiento y sus
correlatos fictos o cuasi-reales, es mejor hacer provisionalmente abstracción de
tales factores.
8.—LOS SENTIDOS. Aceptando para los propósitos presentes que hay
cinco sentidos y, puesto que los seres humanos somos “animales visuales”, vamos
a comenzar con la VISTA, centrándonos en el proceso intentivo, es decir, en el ver,
más que en la capacidad. Mucha gente parece considerar a todo fingir una cuestión
de figuración visual, lo que constituye un completo error. ¿Se puede figurar un
gato sentado sobre un libro al otro lado del escritorio frente al cual uno está
sentado? Mucha gente llamaría a lo que uno se figura en ese caso una “imagen
visual”, mas sabemos ya que no lo es puesto que lo figurado no representa alguna
otra cosa, de manera que la llamaré una cosa ficta, fingida o cuasi-real, además de
reconocer que no está en el lugar de otra.
9.—OÍDO. Supongamos ahora que uno se figura un gato ficto que ronronea.
Podemos centrarnos en la “figuración auditiva”, quizás con los ojos cerrados, y
también fingir que nos balaceamos hacia adelante y hacia atrás. ¿No es posible
55
acaso hallar apariciones auditivas fictas que se tornan más fuertes o más débiles
mientras que el ronroneo mismo no lo hace? Quizás las cosas sean semejantes en el
caso del olor ficto del gato. En cuanto al gusto y al tacto, en ellos se requiere el
contacto y me parece tan difícil decir de qué modo siente gusto un gato como decir
cómo siente los olores. Mas puedo con facilidad figurarme el TACTO ficto si finjo
que acaricio táctilmente el suave pelaje del gato. Los sonidos fictos y los tactos
fictos son claramente diferentes de las vistas fictas y es por ende claro que no toda
figuración es visual.
10.—REMEMORACIÓN. Si al ver, oír, oler, gustar y tocar se los
denominara tipos de percibir, podría resultar más fácil advertir el rememorar ficto
no sólo de perceptos fictos pasados sino también de percepciones pasadas
figuradas, tales como mi ver figurado de mi cita figurada para el baile y ya
mencionada más arriba. Hoy puedo fingir recordar mi alegría por la cita ficta.
11.—ESPERA. Probablemente sea más frecuente para la mayor parte de la
rememoración ficta la figuración de procesos futuros y de lo intencionado
figuradamente en ellos. ¿Se puede figurar en forma de espera el gusto de algo en la
próxima comida, quizás al mismo tiempo que estamos decidiéndonos en el
restaurant y figurar además el gusto futuro figurado? ¿No hay acaso versiones
fictas de tipos serios de rememoración y espera, al igual que de percepciones, las
que pueden especificarse también con respecto a los cinco sentidos mencionados?
13.—REFLEXIONAR. A su vez, aquello que puede llamarse reflexionar o,
mejor, “percibir reflexivo serio de procesos intentivos”, no es sensible y lo hemos
indicado ya en los casos de percepciones pasadas y futuras serias o fictas. En otras
palabras, hay un percibir no sensible. Quizás hayamos expresado ya lo suficiente
como para invitar a la observación reflexiva y el análisis de múltiples tipos de
figuración que corresponden a los procesos intentivos serios vinculados a los
sentidos corporales y a la reflexión sobre ellos. ¿No es posible acaso percibir
figuradamente procesos intentivos?
13.—La vida mental incluye muchas más cosas que el percibir. Si arriba se
ha interrogado lo suficiente a los procesos no representativos o, mejor, “procesos
intentivos presentativos”, por ejemplo el percibir, rememorar y esperar, como para
estimular al oyente o lector a buscar por sí mismo y ganar así evidencia del modo
como son las cosas en cuestión, puede entonces pasarse ahora a la “experiencia
representativa”. Puede tratarse de indicaciones, pinturas o textos. No parece haber
un título tradicional en la psicología tradicional de las facultades para la capacidad
56
o capacidades aludidas aquí. Los procesos intentivos de estos tres tipos incluyen
dos estratos.
14.—EXPERIENCIA INDICATIVA. En base a ver el ceño fruncido en el
rostro de alguien puedo apercibir en el Otro el proceso intentivo de desaprobación
de algo. Puesto que no hay semejanza entre una configuración facial vista y un
proceso intentivo, la experiencia es “indicativa”, es decir, el ceño fruncido indica
los procesos intentivos de desaprobación. Para el propósito general del presente
análisis se puede plantear ahora simplemente la pregunta acerca de si es posible o
no figurarse un ceño fruncido y con él aquello que indica en Otro.
15.—EXPERIENCIA PICTÓRICA. Si hay por el contrario alguna
semejanza entre la representación y la cosa representada, puede hablarse de
“experiencia representativa pictórica”. A menos que se considere que esta
expresión se refiere únicamente a los casos visuales, tenemos el ejemplo de oír a
alguien cantando en una grabación de audio por la radio y de experienciar
apresentativamente el sentimiento detrás de la voz del Otro. Y así como ello puede
suceder para los casos serios, ¿no es posible con facilidad figurarse un sonido que
“pinta” la emoción de Otro?
16.—EXPERIENCIA LINGÜÍSTICA. Por otra parte, experienciamos
“expresiones lingüísticas” provenientes de los Otros. A veces experienciamos el
pensamiento del Otro en base al oír serio de sonidos, al ver marcas o señas y, con
el lenguaje Braille, al tocar puntos en relieve. Las representaciones de estos tipos
pueden ser serias mas, ¿no podemos también figurarlas? Especialmente en el caso
de las expresiones lingüísticas, la manera como indican el pensamiento y la
producción de sonidos, marcas, señas y puntos Braille son una cosa, y aquello a lo
que las expresiones se refieren, por ejemplo, cuando nombran, es otra cosa.
17.—Si se ha expresado preliminarmente lo suficiente acerca de la
experiencia representativa y presentativa, tanto ficta como seria, quedan todavía
por analizar los tipos serios y fictos de lo que los fenomenólogos llaman
“posicionalidad”.
18.—CREENCIA. A menudo, si no usualmente, en la psicología tradicional
de las facultades el “juicio” es principalmente una cuestión de creencia. Pueden
creerse proposiciones y testimonios, mas aquí pondremos el foco en el “creer en”
objetos. Según parece es usual que uno crea de modo serio y positivo, mas también
se puede descreer seriamente que, por ejemplo, la luna está hecha de queso, y se
puede descreer figuradamente en la silla sobre la que uno está sentado. Para poder
57
advertir estas formas fictas y serias de creencia es preciso reflexionar sobre dichos
tipos de creencia. Y ello a su vez requiere distinguir el componente de creencia de
la experiencia presentativa y representativa, por un lado, y el de las otras formas de
posición, por el otro. En cuanto a la tesis general de esta investigación, la
imaginación no es una capacidad a la par del juicio o la creencia sino que hay un
creer ficto paralelo al creer serio, del mismo modo que hay un presentar y un
representar fictos paralelos a la especie de experiencia seria.
19.—EMOCIÓN. En sus lecciones Cairns emplea el ejemplo de la vecina de
al lado. ¿Se puede fingir amarla incluso si uno lo la ama? Se trataría de una
emoción positiva de tipo ficto. Por desagradable que resulte, ¿no se puede acaso
fingir que se odia, por ejemplo, a la propia madre? Y junto a estos procesos
emocionales positivos y negativos, ¿no se puede ser apático respecto, por ejemplo,
de los candidatos políticos?
20.—VOLICIÓN. Hay formas positivas, negativas y neutrales, tanto fictas
como serias, no sólo de la emoción y la creencia sino también del querer
voluntario. Así es posible esforzarse seriamente por lavar los platos y quemar la
basura, en un caso un querer positivo los platos limpios y en el otro un querer
negativo de basura destruida. Y si éstos pueden ser casos de querer serio, ¿no
pueden figurarse también versiones fictas de ellos, tal vez fingiendo, en contraste,
que rompemos los platos sucios y lavamos la basura? Por otro lado tenemos el
movimiento de los planetas alrededor del sol, otro ejemplo que recuerdo de las
lecciones de Cairns. Aquí se puede ser volitivamente neutral y no procurar ni
ayudar ni estorbar a los movimientos planetarios.
*
* *
21.—Este análisis puede ser continuado, comenzando quizás por los fines y
los medios fictos en relación con el querer y por los valores fictos intrínsecos y
extrínsecos en relación con el valorar, mas probablemente se ha ofrecido ya lo
suficiente como para mostrar que la llamada imaginación no es una capacidad a la
par de los sentidos, la creencia, la emoción y la voluntad, sino que la palabra
denota versiones figuradas que son paralelas al percibir, el creer, el sentir y el
querer. Ahora bien, para poder estar de acuerdo con esto es preciso mirar por sí
mismo y observar reflexivamente.
58
VII.
9.—Se puede pensar que esta formulación es extraña porque lleva al lector
inmediatamente a preguntar: ¿útil para qué y/o para quién? Quizás “bueno” no es
un término tan tendencioso, por así decirlo, como “útil”, debido a que es más
familiar o se refiere con facilidad a un contenido que tiene una característica
posicional, o sea, un valor intrínseco, pero en realidad hace referencia a cuestiones
de valor extrínseco. Necesitamos reconocer tanto los usos como los valores
intrínsecos y extrínsecos, incluso si su empleo lingüístico no nos resulta familiar y
por ende nos parece extraño.
10.—Los “Eses” o proposiciones cognitivas, es decir, las proposiciones de la
forma “S es P”, pueden ser sometidas a comprobación. De este modo, si y sólo si el
estado de cosas es tal como se afirma, por ejemplo que sea algo útil para la salud y
para el planeta que Tomás tome las escaleras, entonces la afirmación es verdadera.
Es posible que esta consideración haga también más atractiva a la expresión
“proposición cognitiva”. Mientras que sus proposiciones equivalentes son
únicamente cognitivas, las normas valorativas y los imperativos volitivos no lo
son, pues las normas pueden afectar el curso de los acontecimientos si se las acepta
o se las rechaza, al igual que los imperativos si se los obedece o no.
11.—Parece posible construir un cuadrado de oposición para los deberes tal
como Husserl lo hizo para el caso de los tener-que, mas una solución al problema
de la derivación requiere investigar por debajo del nivel lógico, y como punto de
partida para ello son suficientes las proposiciones de las formas positivas universal
y particular.
12.—No es un asunto claro para este autor si la vida consciente incluye
siempre la predicación o incluso el pensamiento, aunque ciertamente incluye
siempre la creencia, la valoración y el querer. Así puede volverse temático para
nosotros el hecho de que nuestro amigo Tomás toma rutinariamente las escaleras
en lugar del elevador. (Se puede comenzar la reflexión con un caso de la vida de
61
otro, en vez de la vida propia.) Difícilmente dudaríamos del hecho de que una
persona con experiencia que ingresa a una cierta situación, quizás a un edificio de
oficinas, cree que tanto las escaleras como el elevador conducen a los pisos
superiores. Si dejamos de lado los casos en los que el piso adonde se va es
relativamente alto, digamos tres o más pisos arriba, ¿qué elementos comprende el
tomar las escaleras?
13.—Considerado reflexivamente, el encuentro escalera versus elevador es
un asunto sobre el cual se puede reflexionar noemáticamente de manera seria o
ficta, es decir, la alternativa-encontrada-en-cuanto-encontrada, así como
noéticamente se halla el encuentro de la alternativa escaleras/elevador en cuanto
intentivo. Si bien volveremos sobre este aspecto más tarde, en este momento no
resulta relevante saber si el encontrar es un Akt o, mejor dicho, una operación en la
que está incluido el yo, o si es una operación de la pasividad secundaria o, mejor
dicho, habitual. En todo caso es posible distinguir abstractamente cuatro estratos
correlativos noéticos y noemáticos en el encuentro observado e interrogado
reflexivamente: percatación, creencia, valoración y volición.
13.—La percatación o, mejor, experiencia en la que es encontrada la
alternativa elevador/escaleras es la percepción sensible. Es poco lo que se necesita
repetir aquí respecto de la fenomenología de la percepción sensible y los objetos en
cuanto percibidos. Algo más interesantes resultan la creencia y los objetos en
cuanto creídos. En ausencia de suficiente motivación contraria, se cree con certeza
positiva en lo percibido sensiblemente. En la mayoría de los casos las personas con
experiencia perciben que los elevadores y las escaleras se dirigen del primer piso o
de la planta baja a las partes del objeto perceptivo que no aparecen, o sea, a los
restantes pisos del edificio, tal como puede ocurrir cuando, al aproximarse a un
edificio por el frente, se percibe que posee otros lados que no aparecen. A la vez,
se cree que el elevador y las escaleras conducen a, o sea, son vías hacia otros pisos
y, con ello, hacia otras salas y habitaciones dentro del edificio.
14.—Hablando estrictamente, no deben utilizarse expresiones tales como
“elevador”, “escaleras”, “edificios”, “pisos”, “salas” y “habitaciones” para
describir lo que es encontrado en cuanto encontrado en el estrato abstracto de
percatación que es la percepción sensible, puesto que se trata de nombres de
objetos funcionales, de uso o, mejor, culturales, los cuales, hablando de nuevo
estrictamente, indican el estrato del querer, y dicho estrato es parte de lo que se ha
abstraído en el presente análisis; una vez dicho esto, empero, la confusión debería
62
caso los medios son objetos con uso extrínseco en relación a los propósitos, fines u
objetos con uso intrínseco. Dicho de diferente manera, algunas cosas, tales como
los corazones y los planetas más saludables, se quieren por sí mismas y el uso de
otras cosas, tales como elevadores y escaleras, se quiere por cosas de la primera
clase, es decir, los fines o propósitos, cosas que tienen un uso intrínseco
correlativo. La similitud estructural entre el querer y lo querido-en-cuanto-querido,
así como entre el valorar y lo valorado-en-cuanto-valorado, con frecuencia parece
inducir a su confusión, pero se puede mantener la diferencia entre ambas mediante
una reflexión y una terminología cuidadosas. (No es necesario ocuparse aquí de la
interesante cuestión de si hay características de creencia intrínsecas y extrínsecas
en los objetos en cuanto encontrados, es decir, objetos creídos en función de sí
mismos y objetos creídos en función de objetos creídos en función de sí mismos, o
sea, efectos y causas o viceversa.)
19.—Los usos extrínsecos pueden ser inmediatos o mediatos, y asimismo
múltiples. Así, para la persona que ingresa al edificio, tomar las escaleras (o el
elevador) es el medio inmediato para llegar a un cierto piso de la construcción, el
corredor es un medio mediato, y habitación hacia la que se transita es otro medio
mediato cuando el fin es la visita a una persona ubicada allí, mas la salud del
visitante y del planeta son también fines. No es preciso ocuparse aquí de la
cuestión del fin humano último. Las escaleras pueden caracterizarse también como
un medio para llegar al corredor, que es entonces el fin inmediato, pero a menudo
se requiere diferenciar fines relativos y últimos, así como preguntar por el alcance
de la acción, o sea, la persona que toma las escaleras, ¿lo hace para llegar al
corredor, a la habitación o para encontrarse con la otra persona? Se pueden trazar
distinciones análogas con respecto al valorar y a los valores intrínsecos y
extrínsecos, en lugar de hacerlo con el querer y con los usos de fines y medios
empleados en su constitución.
20.—En virtud de ciertos cambios de actitud que no es menester investigar
aquí, la vida no predicativa puede originar proposiciones. Éstas pueden ser
proposiciones cognitivas del tipo original que comienza con la creencia en el
objeto y sus determinaciones naturalistas, tales como su forma o su actividad
animada, o bien pueden ser valorativas, por ejemplo:
científicamente que tomar las escaleras en lugar del elevador produce en verdad
efectos adversos sobre el corazón, entonces la mayoría de las personas enteradas de
ello comenzaría a tomar más frecuentemente el elevador; algunos podrían incluso
afirmar que este nuevo querer está justificado por la valoración justificada por la
nueva y mejor justificada creencia.
25.—Si la creencia en que tomar las escaleras en lugar del elevador conduce
a la salud cardíaca y ambiental justifica intrínsecamente la valoración de dichos
efectos, y por ende extrínsecamente la preferencia por la escalera, y si la valoración
justificada justifica a su vez el querer, se podría hablar entones de la derivación de
la justificación del querer inmediatamente a partir del valorar, mediatamente a
partir de la creencia, y últimamente a partir de los tipos de percatación, o sea, de
evidencia. Y si las proposiciones volitivas y valorativas surgen de los encuentros
de objetos en los cuales predominan los factores de querer y valorar, del mismo
modo como las proposiciones cognitivas surgen de los encuentros en los que
predominan las creencias, entonces podría hablarse de una derivación de deberes y
tener-que a partir de los Eses por medio de la reflexión sobre la vida consciente
antepredicativa. Quizás haya sido una percepción vaga de esta posibilidad lo que
motivó el intento de derivar por medios meramente lógicos las proposiciones
valorativas y volitivas a partir de las cognitivas en las tendencias filosóficas en las
que la filosofía es lógica aplicada.
26.—Puede añadirse que la verdad no es la justificación, que la palabra
“salud” tiene connotaciones valorativas de las que, con todo, se puede hacer
abstracción, y que la elección en cuanto volitiva puede distinguirse de la
preferencia en cuanto valorativa. Vale la pena reiterar que las personas con
autoridad a menudo emplean la expresión “tener-que” cuando se refieren, sin
embargo, a imperativos y, por ende, quieren decir “deber”. Además, mientras que
uno puede, en cuanto yo, ocuparse de ejecutar lo que pueden llamarse
“operaciones”, la mayor parte de la vida consciente es habitual en los individuos y
tradicional en los grupos, y puede por consiguiente haber esfuerzos por alterar lo
que Husserl llama “pasividad secundaria” de modo tal que quede mejor justificada,
o sea, que la cultura resulte más justificada o más racional. Finalmente,
agreguemos que es posible hablar de tomar las escaleras a la vez como algo bueno
y útil, e igualmente como correctamente bueno y/o útil, a fin de expresar que
detrás de tales afirmaciones hay una justificación, o bien la expresión “tener-que”
frecuentemente connota también eso.
66
*
* *
27.—En suma, mientras que los tener-que y los deberes no pueden derivarse
de los Eses lógicamente, tales proposiciones pueden indicar valoraciones y
voliciones justificadas derivadas a partir de creencias justificadas
fenomenológicamente.
67
VIII.
!
La justificación de normas analizada reflexivamente
INTRODUCCIÓN
3.—Es algo improbable que el oyente o el lector del presente análisis haya
estado en combate, mas es probable que haya visto material de noticieros o
representaciones en películas de ficción referidos a situaciones como la siguiente, y
68
con facilidad puede figurarla como posibilidad. En una batalla con armas de fuego
hay dos grupos de guerreros al alcance uno del otro, que disparan fusiles y se
cubren detrás de cosas como rocas y árboles. Los miembros de cada grupo buscan
matar a los miembros del otro grupo, y su motivación es, por lo menos, la de
“matar o morir”. A fin de apuntar y disparar los fusiles con efectividad, un
guerrero tiene que exponer parte de su cabeza y con ello tiene que correr el riesgo
de que lo alcance una bala. Hacer esto es valiente. Mantener la cabeza gacha y no
disparar, o bien disparar el fusil propio al aire, son acciones cobardes.
Aparentemente, la cobardía puede comprenderse y excusarse en el caso de los
guerreros que se hallan en su bautismo de fuego, o bien que sufren de algún tipo de
lesión mental o física. Mas para el caso de los guerreros saludables y
experimentados, queda claro lo que es ser valiente y ser cobarde.
4.—Referirse a un ejemplo como éste es centrarse en cosas situadas por
debajo del estrato de la vida mental donde se forman y conectan las proposiciones,
mas los tipos pertinentes de cosas referidas son co-intencionados –los tipos son
esencias universales no clarificadas o eidē—, de modo que el ejemplo tiene
implícitamente un alcance general. Los eidē, dados vagamente en anticipación,
pueden clarificarse mediante la libre variación en la fantasía, mas parecen ser estar
bastante claros para los propósitos presentes. Y en base al encuentro de un ejemplo
así de valentía (o de cobardía) guerrera uno puede pensar y expresar las
proposiciones siguientes: “un guerrero tiene que ser valiente” y “un guerrero
valiente es bueno”, así como poner o afirmar su equivalencia. (También se puede
formular: “un guerrero no debe ser cobarde” y “un guerrero cobarde es malo”, mas
en lo que sigue mi exposición dará prioridad a la valoración positiva).
5.—Para poder afirmar que “un guerrero valiente es bueno” se necesita, en
primer lugar, ser capaz de reconocer a un guerrero y a la clase de conducta
considerada valiente. Cubrirse, disparar y ser alcanzado por un disparo son
conductas de guerrero, y exponerse al fuego enemigo a fin de disparar tiros bien
dirigidos es una conducta de guerrero valiente. Se puede afirmar la valentía de un
guerrero y luego puede predicarse del contenido llamado “guerrero valiente” un
valor positivo objetivado o “bondad”. Esto no es difícil de advertir, así como
tampoco parece serlo la equivalencia entre una proposición de esa estructura y la
proposición: “un guerrero debe ser valiente”, en cuanto a que se refiere al mismo
contenido y es equivalente, aunque no idéntica, a la primera proposición. Tal vez
sea ésta la razón por la que Husserl no prosigue el análisis de esta cuestión.
69
el ámbito noemático pueden discernirse cosas tales como maneras de darse, valores
y usos, mas aquí voy a centrarme en el lado noético, aunque de ningún modo en
forma excluyente.
9.—Para analizar el constituirse de una cosa se toma la cosa encontrada (o
intencionada) puramente posible como índice del modo como se constituye, y
luego se reflexiona sobre encuentros serios o fictos de ella. Tomar como índice las
proposiciones que ofrece Husserl llevaría a un análisis reflexivo del pensar y
juzgar correlativos. Es mejor tomar como índice un caso al que las proposiciones
puedan referirse, como por ejemplo el de un guerrero en una batalla. Hay allí al
menos un caso figurado reflexivamente de encuentro de un guerrero que es
valiente (o cobarde). Dicho encuentro puede ser experienciado directamente en la
batalla por los camaradas que observan su conducta o bien pueden encontrarlo
indirectamente los miembros de un comité de condecoraciones (o de una corte
marcial), que dependen del testimonio de los camaradas miembros de su pelotón,
así como de otros datos que hoy en día pueden incluir videos satelitales.
10.—Me parece que para un análisis de este tipo es suficiente una taxonomía
algo simplificada de los componentes de los procesos intentivos. En dicha
taxonomía hay dos géneros de componentes.8 En el nivel del experienciar se halla
el experienciar indirecto por parte del comité de condecoraciones (o de la corte
marcial), y esto es lo que hace que su encuentro sea indirecto. El encuentro por
parte de los camaradas miembros del pelotón en la batalla es relativamente directo,
y ciertamente es perceptible externamente, aunque sólo de manera apresentativa.
(Dudo en llamar a este experienciar “empatía”, pues he advertido que esta palabra
afecta a muchos husserlianos anglohablantes, quienes parecen considerar esta
“experiencia-de-otro”, como prefiero llamarla, como un proceso
predominantemente valorativo y no experiencial). El guerrero se encuentra
también a sí mismo mediante la experiencia de sí y por cierto de una manera
presentativa.
11.—La segunda clase de componente discernible en una Erlebnis es tético
o posicional y, dejando a un lado el problema del desear, hay tres especies, que
pueden llamarse creer, valorar y querer. (El hecho de que dichas posiciones, al
igual que las experiencias, pueden ser primaria o secundariamente pasivas además
de ser Akte, es algo que no tomamos en cuenta para los presentes propósitos). No
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
8
Véase Apéndice II.
71
LA CUESTIÓN DE LA JUSTIFICACIÓN
Las personas son siempre motivadas por los encuentros pasados a comportarse y a
valorarse a sí mismos y a los otros de maneras diversas. Éste es el momento en el
cual el examen crítico necesita considerar no sólo la motivación, sino también el
carácter fundado (foundedness) del componente de valoración en el evidenciar y,
correlativamente, el valor y la donación de la cosa valorada discernibles
reflexivamente. Si uno es un ardiente pacifista no trata de matar a otros aun cuando
los otros estén tratando de matarlo a uno. El valorar la conservación de la vida
propia por los otros puede ser un motivo poderoso, y por parte del guerrero puede
estar relacionado sólo débilmente con el evidenciar la necesidad de disparar más
efectivamente contra el enemigo.
15.—En este contexto tiene al menos la misma importancia el hecho de que
el valorar que realizan los camaradas miembros del pelotón y el comité de
condecoraciones (o la corte marcial) no sólo está motivado por el evidenciar la
conducta del guerrero, sino también está fundado firmemente en dicho evidenciar.
Hablando en términos más coloquiales, estos otros pueden basar su valoración en
un serio o ficto “ver realmente” cuál fue la conducta en la situación. (Hay aquí una
segunda norma que se refiere al modo como están obligados a proceder quienes
juzgan, que parece analizable en términos similares y que no desarrollaremos en
este lugar). Y sobre la base de dicho valorar justificado los jueces pueden proceder
a construir y expresar proposiciones de dos clases, así como la equivalencia entre
ellas, como hace Husserl en los Prolegomena. En otras palabras, es correcto que
los guerreros tengan que ser valientes en lugar de cobardes. Y con ese tener-que así
justificado, un fenomenólogo constitutivo puede proceder a investigar un “deber”,
o sea, un imperativo u orden, mas ello se encuentra más allá de los objetivos de
esta breve reflexión, que ha procurado únicamente mostrar el modo como se
constituyen y justifican los tener-que.
16.—En suma, el presente análisis acepta la tesis de Husserl según la cual un
tener-que o norma implica un juicio de valor y procede a tomar un referente
puramente posible de un juicio semejante como índice para mostrar los
componentes de encuentro en los cuales el referente se constituye
antepredicativamente, incluyendo en especial el evidenciar y el valorar, para
examinar, finalmente, el modo como el evidenciar puede justificar el valorar en el
que se constituye el valor atribuido.
73
APÉNDICE I
“’Un guerrero debe ser valiente’ significa más bien: sólo un guerrero
valiente es un ‘buen’ guerrero; y esto implica que un guerrero que no sea valiente
será un ‘mal’ guerrero, puesto que los predicados de bueno y malo se reparten la
extensión del concepto de guerrero. Porque este juicio de valor es válido, tiene
razón todo aquel que exija de un guerrero que sea valiente. Por el mismo motivo es
deseable, loable, etc., que lo sea. Y lo mismo en otros ejemplos. ‘El hombre debe
amar al prójimo’, es decir, quien no lo haga no es un hombre ‘bueno’; y es eo ipso
un hombre ‘malo’ (en este respecto). ‘Un drama no debe disolverse en episodios’;
de lo contrario, no es un ‘buen’ drama, no es una ‘verdadera’ obra de arte. En todos
estos casos hacemos depender nuestra valoración positiva, la concesión de un
predicado de valor positivo, del cumplimiento de una condición, cuyo
incumplimiento trae consigo el predicado negativo correspondiente. En general
podemos considerar como iguales, o al menos como equivalentes, estas fórmulas:
‘un A debe ser B’ y ‘un A que no es B es un mal A’ o ‘sólo un A que es B es un
buen A’.” [Edmund Husserl, Investigaciones lógicas, trad. de M. García Morente
y J. Gaos (Madrid: Alianza Editorial, 1982), vol. I, p. 60)].
74
APÉNDICE II
Desiderativo (?)
no querer
Volitivo neutralidad
querer
Poner
disvalorar
Valorativo “apatía”
valorar
descreer
“Dóxico” neutralidad
Encontrar creer
“pensar”
“Experienciar” “lingüístico”
Indirecto pintar
indicar
percibir
Directo rememorar
esperar
75
IX.
pie de página y otro aparato semejante relevante para la erudición y que en su lugar
invoca únicamente la autoridad de las cosas mismas. El autor de un análisis
reflexivo apela al lector para confirmar, corregir y/o extender el análisis mediante
su propia reflexión sobre cosas del mismo tipo.
5.—Además, un análisis reflexivo se escribe con la terminología técnica más
simple que sea posible y es conciso, por lo general con una extensión de unas tres
mil palabras. Un texto semejante no sólo puede ser estudiado por los alumnos antes
de su discusión en clase sino que puede ser leído en congresos por los colegas
profesionales en aproximadamente treinta minutos, lo que da luego tiempo para
discutir y para hacer una breve pausa antes de la siguiente sesión de una hora.
6.—Finalmente, mientras que en el contexto de una conferencia profesional
se puede contar con las preguntas de los colegas, puede ayudar a los profesores
confeccionar grupos de preguntas y distribuirlas por anticipado de tal modo que los
estudiantes puedan preparar respuestas que sirvan de punto de partida para las
discusiones en clase. Yo incluí preguntas en mi librito pero creo que los profesores
deberían preparar sus propias cuestiones a fin de acomodarse a sus situaciones
pedagógicas. Además los estudiantes quedan impresionados con los análisis
reflexivos que su profesor ha preparado por sí mismo, de modo que es algo
recomendable.
7.—A continuación se me ocurrió aproximarme a cerca de una docena de
colegas que tenían familiaridad con mi texto por la lectura, la reseña crítica y/o la
traducción y los invité a componer análisis para otro libro de texto del que podrían
aprender los estudiantes. Varios de estos colegas me informaron, empero, que este
desafío a ocuparse de la investigación fenomenológica les había resultado difícil, y
dos de ellos me pidieron sugerencias para proceder. El presente análisis es mi
intento por cumplir con ese pedido. Describo en él el modo como compongo los
análisis reflexivos, si bien debo enfatizar que se trata de meramente de mi manera
y no de la única manera de hacerlo.
8.—Paso 1. ¡Hallar un tema! Si uno está formado en una disciplina hay
temas sobre los cuales reflexionar que emergen del propio campo, mas hablando
muy en general, vivimos en mundos socioculturales y éstos tienen muchos
aspectos, grandes y pequeños, que invitan a la reflexión. Con respecto a la
enfermería en la conexión anterior, por ejemplo, un tema famoso consiste en la
diferencia entre el cuidar y el curar, aunque este asunto, por lo demás excelente, es
demasiado amplio para los propósitos presentes. Necesitamos aquí un tema más
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que, por alguna razón, uno no reacciona con respecto a esa desvalorización. Podría
entonces hacerse una aproximación a la cuestión acerca de qué cosa podría impedir
la voluntad-contra aquello que uno sigue desvalorizando.
19.—Para mí al menos, hay tres cosas que es preciso evitar cuando se
reflexiona. Una es la consideración extensa de lo que otros han dicho respecto del
tema. Por supuesto que hemos siempre aprendido muchas cosas de otros y estamos
entonces gustosamente bajo su influencia, y los eruditos pueden con frecuencia
discernir los efectos de tales influencias en nuestros análisis. En un análisis
reflexivo, sin embargo, no se deberían usar los nombres de otros (¡como yo acabo
de hacer!) a fin de persuadir al lector u oyente acerca de alguna cosa. Tal vez no
sea posible evitar completamente la alusión a los otros, mas en un análisis
reflexivo el autor habla por sí mismo acerca de las cosas en cuestión en lugar de
exponer lo que otros han dicho. Guiar a los estudiantes a ensayar sus propias
investigaciones es además algo más prioritario que impresionar a los colegas
profesionales.
20.—Otra cosa que me parece mejor evitar es buscar una tesis de la cual se
puedan deducir consecuencias de manera lógica. En mi opinión al menos un
análisis reflexivo no es sensu stricto una argumentación sino una narración
descriptiva al final de la cual el lector no posee una conclusión deducida sino que
ha obtenido evidencia más profunda respecto de la cosa en cuestión. Al igual que
la erudición en torno a lo que otros han expresado, el evitar lo que puede llamarse
la “caza de premisas” y “crítica lógica” puede contrariar nuestra formación, si bien
sugiero que hay un tercer enfoque en el que ni la forma lógica ni las opiniones de
otros ocupan un lugar central. El interés se puede centrar en las cosas en cuestión,
o sea, en la actitud de tolerancia o el encuentro de residencias permanentes y
temporarias.
21.—La tercera cosa que me parece que es útil evitar en la ponderación es
apurarse a emplear el conjunto de distinciones hechas en mi libro, algo que puede
resultar extraño que sea dicho por el autor de un libro, pero soy consciente del
hecho de que los resultados fenomenológicos se refinan en última instancia
partiendo de encuentros de cosas en el mundo de la vida, de que posiblemente no
puedo haber reconocido todas las diferencias importantes entre las cosas, de que el
lenguaje técnico se refina análogamente a partir del lenguaje ordinario, y de que no
debería considerarse ningún análisis como definitivo. Mi libro de doscientas
páginas tan sólo esboza la superficie y siempre es preciso cavar más hondo.
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anfitrión. Además se puede hallar por reflexión que la casa donde uno vive ha sido
por largo tiempo aceptada volitivamente de una manera rutinaria.
25.—Para usar un sinónimo interesante, se puede decir que las cosas en esta
significación amplia son “usadas”. Una residencia puede así usarse para descansar
en ella y también para prepararse a salir hacia otros lugares y por ende puede servir
como medio para los fines ulteriores de un esfuerzo mayor, y puede también usarse
como el fin inmediato del movimiento inicial o subsiguiente que hace uno en el
contexto de dicho esfuerzo. La reflexión descubre que las cosas-en-cuanto-
queridas poseen características que pueden llamarse usos intrínsecos y extrínsecos.
26.—Como dijimos, usamos a veces los lugares no sólo como residencias
permanentes sino como residencias temporarias. Esto se puede relacionar con la
tecnología específica. Un buque puede tener un puerto de residencia y utilizar otro
puerto temporariamente. Ocurre algo similar con los aviones y los aeropuertos y
con los garajes en la casa y en el trabajo para los automóviles. Y las residencias, si
no todos los lugares, contienen rutas para moverse entre ellas. Si analizamos
reflexivamente el modo como encontramos lugares en general y residencias
permanentes y temporarias en particular, podemos hallar y describir muchas cosas
acerca del encuentro y de la cosa-en-cuanto-encontrada correspondientes.
_____________________________________________________________
Figura 1.
Lugares
etc. Quizás la cosa más importante en relación con el enfoque que me parece seguir
es que la puesta por escrito y el examen en términos de las siete preguntas
formuladas en el paso 7 sólo prestan su ayuda después de que la ponderación está
básicamente terminada.
33.—Su manera de proceder es seguramente distinta de la mía. ¿Está usted
tan sorprendido como yo respecto de todo lo que puede decirse con alrededor de
tres mil palabras? Se puede esperar que los estudiantes dominen esa cantidad antes
de llegar a clase el día siguiente para su discusión entre ellos y con el profesor. Si
se puede proporcionar suficiente práctica concreta junto con el estudio
metodológico, podemos no sólo llenar un semestre de clases sino también
posiblemente producir nuevos fenomenólogos que mostrarían merecer tal título al
componer sus propios análisis reflexivos.
COMENTARIOS ADICIONALES
arriba al menos en una epoché, una reducción y una purificación psicológicas, pues
en ninguna parte hago alusión al hecho de que lo experienciado puede ser
explicado en términos de fotones, ondas de sonido y otros factores de interés
central para la psicología fisiológica y la ciencia naturalista.
36.—De manera similar no planteo la cuestión de la derivación de la
fenomenología egológica a partir de la fenomenología intersubjetiva, ni aludo
tampoco al método de Abbau-Aufbau. Salvo por una alusión al origen del querer
pasivo secundario en las operaciones volitivas activas y pasivas, el análisis
precedente es una pieza de fenomenología estática.
37.—Por su parte la mayoría de los colegas en nuestra tradición
simplemente da por sentado que la fenomenología trata acerca de la conciencia
humana individual. Podría haber analizado, aunque no lo hice, el modo como las
vidas individuales se distinguen de las vidas de los otros en los grupos en los
cuales vivimos originalmente, o de qué modo se diferencia la vida humana de la
vida no humana.
38.—Aquí y en otros análisis reflexivos me apoyo también implícitamente
en el método eidético y tampoco digo mucho acerca de lo que se trata. El hecho de
que me apoyo en él queda indicado porque aquello que trato de comunicar no se
refiere meramente a alguna cosa particular, como tal o cual hotel en esta o aquella
ciudad, sino incluso en el nivel más específico a cualquier hotel en cualquier lugar
por el que se ha viajado y en el que se ha permanecido por un corto tiempo. De
manera más general, hay eidê de las residencias permanentes y temporarias. La
descripción que hace Husserl de la ideación y del poder aclaratorio de la libre
variación en la fantasía es la mejor metodología que ha sido desarrollada en este
sentido hasta el momento. Mas estoy convenido también de que los seres humanos
adultos normales idean espontáneamente en forma regular y no sólo expresan con
frecuencia conceptos acerca de esencias universales sino que igualmente
comprenden dichos conceptos con facilidad. Hacer hincapié en este procedimiento
distraería de las cosas fundamentales para este enfoque básico que espero que los
estudiantes puedan aprender.
39.—Las cosas fundamentales son el reflexionar sobre, el analizar y el
describir en términos específicos y generales los encuentros y las correlativas
cosas-en-cuanto-encontradas que corresponden a un tema. Una vez que ha sido
aprendido esto pueden tomarse en consideración procedimientos adicionales que
podrían seguirse.
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X.
INTRODUCCIÓN
acerca de tal o cual aspecto de aquello que tal o cual gigante fenomenológico en el
pasado ha escrito o dicho acerca de una cosa u otra. Lamentablemente algunas de
esas reuniones no parecen más que grupos de estudio bíblico en los que uno u otro
gigante del pasado son considerados como si fueran dioses. El enfoque general
adoptado puede llamarse con generosidad “erudición” y los productos literarios
incluyen estudios comparativos, ediciones, interpretaciones, reseñas y
traducciones. Ciertamente la erudición es muy necesaria en la tradición
fenomenológica en razón de la dificultad de comprensión que ofrece la mayoría de
los gigantes del pasado. En parte esto ocurre porque hay poca terminología en
común, no sólo las mismas palabras sino los mismos conceptos. Y si se consideran
los problemas más importantes, como por ejemplo la experiencia de los Otros,
rápidamente se advierte que hay bastante poco acuerdo entre los gigantes del
pasado y por ende, quizás, los estudios comparativos son lo más necesario en lo
que respecta a la erudición. Sin embargo hay que decir la verdad y las obras de
erudición son tan sólo contribuciones a la literatura secundaria. Tratan acerca de la
fenomenología pero no se meten en ella. Lamentablemente sus autores a menudo
no comprenden esto aunque es una característica de grandeza en aquellos que se
estudian.
5.—Probablemente se alienta más la producción de erudición en los
estudiantes graduados y en los académicos principiantes. Si se hallan mortalmente
sujetos al juicio de otras personas, especialmente de quienes provienen de escuelas
de pensamiento no fenomenológicas, es más seguro hablar acerca de lo que pensó
un gigante creíble del pasado que sostener abiertamente una posición original en la
propia disciplina en torno a un problema o un método. Por ejemplo, la lógica tiene
a lo sumo una importancia marginal en el método fenomenológico aunque es un
punto central para lo que ha investigado Edmund Husserl, mas decir esto a un
filósofo analítico puede hacer que instantáneamente pierda su atención respecto de
lo demás que uno tiene para decir. O bien incluso decir que uno se apoya
fundamentalmente en la observación reflexiva de los procesos mentales, o que se
interesa profundamente en el hecho de que los individuos son miembros de grupos
sociales, puede hacer que uno sea rechazado por introspectivista o sociologista –
cuál puede ser peor para la mayoría de los filósofos anglosajones es algo difícil de
decir. De modo que la erudición es más segura cuando uno es vulnerable. Y la
buena erudición es más fácil de apreciar desde otros puntos de mira.
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UN POCO DE INTERROGACIÓN
#18. ¿Cómo algo puede aparecer más grande y más ruidoso cuando
disminuye la distancia entre él y el organismo propio?
#19. Si prescindimos de la mediación del lenguaje, ¿cómo se puede estar
seguro de que los Otros perciben la misma cosa?
#20. ¿Cómo se puede estar seguro de que una cosa no está viva? Si no se
puede, ¿por qué no?
93
Observación final:
finis