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DISCURSO

GRADUACIÓN
Sr. Director y autoridades de mi querido COLEGIO..................................................,
maestras y maestros del Centro de educativo, maestros nuestros, Prof.
Tutor ......................, amigo y guía del último destino de este viaje, compañeros de este
viaje maravilloso del saber y queridos padres nuestros que hoy presencian este último día
en el lugar que albergó nuestras dudas e inquietudes, nuestras ansias de saber y conocer
no solamente de materias sino de convivencia estudiantil y de la vida misma.
Hoy, después de nueve años, nos decimos adiós, pero es un adiós que no significa un
"hasta nunca", sino que va lleno de un eterno "hasta luego" que refleja esperanza,
ilusiones, deseos, sueños, anhelos y por qué no, también miedos.
"¿A qué le temes?", le pregunté a alguien hace unos días.
Y él me contestó:
Yo creo que le tengo miedo a lo mismo que la mayoría de mis compañeros: le temo a todo
lo que viene. Que si son siete u ocho materias distintas con maestros nuevos; que si hago
amigos o no; que si llego a reprobar; que si no comprendo mis cambios en esta etapa de la
adolescencia; que si me llego a perder en el camión cuando vaya de regreso a casa
después de la preparatoria; que si los nuevos compañeros se llegan a burlar de mí si en
clase contesto algo equivocado; que si esto, que si lo otro... Y podría continuar con la lista
de lo que muchos tenemos miedo; pero creo que hay algo todavía más importante: una
ilusión que lo compensa todo: Crecer.
Dar un paso hacia una nueva etapa, que no precisamente tiene por qué ser mala, sino que
también creo, será una época cargada de nuevos aprendizajes, intelectuales, pero también
para la vida diaria; llena de nuevas personas que serán sus guías, sin dejar a un lado las
enseñanzas de quienes hoy quedan en el pasado; de nuevos compañeros, que quizá
algunos se conviertan en nuevos amigos, sin olvidar las picardías de Juan, los consejos de
Ana, la nobleza de María, las risas interminables de Karen y, la madurez de Armando, la
unión del grupo, los enojos sin malicia de Karla, o cada una de las características de a los
que hoy les digo un "adiós", disfrazado de "hasta luego". O un "hasta luego" con antifaz de
un "hasta siempre", porque estoy seguro que siempre nos llevaremos en nuestros
corazones y mentes.
Esta mañana, jóvenes, amigos, confidentes, cómplices, almas gemelas; esta noche
culmina lo que hace nueve años comenzó; esta mañana quedarán sellados con un abrazo
largo y unas cuantas lágrimas, tantos días de juegos, de cantos, de operaciones básicas,
de exámenes, de pleitos ingenuos, de goles metidos, de triunfos y derrotas, de risas y
llantos, de esfuerzos, de gritos y regaños, de sensaciones de nervios, alegrías y miedos.
Esta mañana también se define si se acaba nuestra amistad o se hace más fuerte. A partir
de esta mañana, al salir de aquí, saldrán al mundo, pero no indefensos, saldrán revestidos
con una armadura de acero que son nuestros valores y unas magníficas armas pulidas con
conocimientos, los mismos que adquirieron en esta Institución, en la cual se han preparado
para salir al campo de batalla.
Y por esto, hoy, me es importante mencionar un agradecimiento.
Principalmente a sus padres, porque de no haber sido por ellos, no hubiese sido posible
que se les impartiera esta educación.
A sus maestros, por haber sido sus guías e impulsores a través del tiempo, por las
enseñanzas que han dejado en sus mentes y la formación de sus almas.
A nuestras autoridades educativas, por siempre estar al pendiente de su éxito académico, y
a todo el personal de la Institución por colaborar en su crecimiento individual, como seres
humanos y estudiantes.
Gracias, porque por todos ellos, algún día seremos hombres y mujeres de bien, llenos de
éxito profesional y una gran plenitud en el interior.
Gracias a todos, pero sobre todo a Dios, quien nos da la vida y hace posible todo.
Hasta siempre, amigos, hasta siempre en nuestro corazón. Levántense hoy en señal de
triunfo, en señal de nuevos anhelos y metas cumplidas. Levántense hoy para darle el
aplauso merecido y rendirle homenaje a quienes, junto con nosotros, han hecho posible
todo esto: nuestros padres
Adiós, hasta luego; sigan en el camino, porque la vida no termina aquí; la vida apenas
comienza si ponen el corazón en ella.
¡Gracias y que Dios los bendiga!

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