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Introducción
La aparición de este documento ha venido acompañada de la publicación de los currículos
de las otras materias religiosas que se imparten en el contexto escolar, religión Islámica y
Evangélica y ha traído consigo un buen revuelo mediático como suele ser costumbre,
siempre que se habla de religión católica.
A lo largo de las siguientes páginas vienen descritos los rasgos fundamentales del currículo,
así como las intenciones con las que ha sido elaborado, con una clara intención de servir
de ayuda a todos los profesores que están ejerciendo su tarea docente en el aula
enseñando esta asignatura. Se presentan sistemáticamente los contenidos, criterios de
evaluación y estándares de aprendizaje en un recorrido vertical de primero a sexto poniendo
empeño en destacar el deseo salvífico de Dios para con todos los hombres de todos los
tiempos y de todas las épocas.
concurso, dada la coletilla que acompañaba a la ley: “esta evaluación se realizará en los
mismos términos y con los mismos efectos que el resto de las áreas aunque su nota no se
tendrá en cuenta cuando los expedientes entren en concurrencia”.
Esta aparente ventaja, no le es tanto si se tiene en cuenta que la asignatura de Religión en
ningún caso está sometida a los criterios de evaluación externa, lo que, en definitiva, la
recluye de nuevo en una evaluación ad intra.
2. Un cambio de currículo
Este currículo es el fruto de un laborioso trabajo con el que la Iglesia ha intentado describir,
a través de un documento educativo y siguiendo los parámetros estructurales de la reforma
educativa, las claves que permiten trabajar el mensaje cristiano en el ámbito escolar de la
escuela del siglo XXI. Se trata de un currículo renovador respecto a la organización de los
contenidos, que rompe con un modelo curricular que se había venido manteniendo para las
aulas desde la LOGSE en 1990.
Elaborar un currículo de religión es una tarea lenta y compleja, pues se trata de enmarcar
bajo las concreciones de una normativa escolar, ciertamente rígida, aspectos de un
mensaje que le sobrepasa, pero que son necesarios para que el Evangelio tenga cabida en
el ámbito escolar con pleno derecho.
2.1. Estructura curricular
Un documento pedagógico es un tipo de fuente escrita que se ajusta con todo el rigor científico
a un contenido que tiene vigencia en un territorio concreto. En el caso de este currículo de
Religión el dominio del documento es todo el territorio nacional, sin que exista ninguna
posibilidad de que las administraciones autonómicas incidan en él.
Para poder llevar a cabo su estudio y, dado que se trata de un documento pedagógico, es
aconsejable que nos aproximemos, en primer lugar, a su organización interna, pues será a
partir de ella como comprenderemos las claves de su desarrollo y las intenciones educativas
que se encuentran implícitas.
En el currículo se incorporan los nuevos elementos curriculares que presenta la Ley:
contenidos, criterios de evaluación y estándares de aprendizaje; se da prioridad, como en
toda la organización curricular, a una clasificación y secuenciación de contenidos, que busca
presentar el mensaje cristiano desde el encuentro entre Dios y el hombre.
2.1.1 La Introducción
La introducción del documento pretende sentar las bases sobre las que se apoya el desarrollo
del currículo. Partiendo de una justificación de la asignatura que garantiza su presencia en el
aula pretende evidenciar el sentido que tiene esta materia en un ámbito académico. Define,
además, de manera razonada, la estructura curricular dando las ideas vertebradoras de los
bloques de contenido y, por último, pretende explicar las claves didácticas y metodológicas
para el trabajo de aula.
El currículo1 de Religión, como documento público, quiere dejar claros los fundamentos que
sustentan la presencia y legitimidad de la asignatura en la escuela, evitando así las constantes
críticas que sitúan la clase de Religión como un favor o un privilegio del Estado a la Iglesia
católica. Pretende enfatizar el valor de la asignatura desde la contribución que la religión hace
a la personalización del hombre. Es obvio que la persona humana posee tanto una dimensión
espiritual como una dimensión religiosa que deben ser desarrolladas si queremos que se
alcance una educación integral.
1 El currículo de cualquier materia escolar viene determinado por la autoridad administrativa competente. La
LOMCE en su capítulo I artículo 3 define competentes para ello el Estado, las Administraciones educativas y
los propios centros, excepto en materia religiosa donde se reconoce a la Autoridad religiosa dicha tarea.
T.4 El currículo de Religión en Educación Primaria
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Pedagogía y Didáctica de la Religión en la escuela primaria
Curso académico 2019-2020
Cada vez con más frecuencia se habla de una calidad educativa que, por supuesto, tiene
siempre como punto de mira la educación integral, pero sin embargo no se ha profundizado
tanto en la raíz que permite que esa educación pueda abarcar al alumno en su globalidad.
Hoy apostamos por una escuela tecnológica, eminentemente práctica que busca siempre la
utilidad para poder responder a las necesidades sociales, pero a la vez, aparcamos todos
aquellos aspectos que dan unidad a la persona que se educa y que la hacen dueña y
protagonista de su historia. Este trágico dilema es el resultado de olvidar que la dimensión
espiritual es la que otorga unidad personal al ser humano y que sin cultivo de lo religioso el
hombre se queda cojo en la proyección de su espíritu (BARRIO, 2010, pp. 297-98).
La presencia de la religión en la escuela no es sólo un derecho reconocido por el Estado a los
creyentes, es además una necesidad para el proceso de personalización de todos aquellos
que opten por reconocer la presencia de un Dios que salva. Toda persona intenta dar un
sentido a su vida en orden a lograr la felicidad; entre los múltiples sentidos es posible
reconocer la acción de un Dios que ama al hombre hasta el extremo y busca su salvación;
esto, al menos objetivamente hablando, puede ser también un sentido de la vida.
La formación integral conlleva el desarrollo de todas las capacidades inherentes al ser
humano, también la capacidad transcendente que permite al hombre vivir en lo profundo. Es
una capacidad básica del individuo que impulsa a la búsqueda del sentido último de la vida,
intrínseco al ser humano.
Es cierto que la enseñanza de la religión da claves para interpretar el patrimonio cultural del
mundo en que se vive y, que además ayuda a desarrollar el sentido crítico que permite
enjuiciar las situaciones cotidianas, insertándose en la sociedad con un sentido cristiano.
La religión aparece enraizada en lo más profundo del ser, pero el alumno puede también ir
descubriéndola en las huellas de la cultura y de la tradición en la que vive. Puede ir
comprendiendo los símbolos y signos del entorno, así como el proceso de humanización que
el ser humano ha sufrido a lo largo de la historia a través de las religiones y, más
concretamente, en el encuentro con modelos de referencia como los que aparecen en la
Biblia, como la persona de Jesucristo u otros testigos de la comunidad cristiana.
En la introducción también se reconoce la justificación legal, nacional e internacional, que
apoya y legitima en España la presencia de la enseñanza religiosa en un contexto educativo.
Se reconoce que la presencia de la formación religiosa y moral católica tiene una larga
tradición en el sistema educativo español, avalada y reconocida en la Constitución española
(art. 27.2 y 3) y garantizada por el Acuerdo suscrito entre el Estado español y la Santa Sede
sobre Enseñanza y Asuntos Culturales, firmado el 3 de enero de 1979, en el que se reconoce
el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones.
La Disposición adicional segunda responde al derecho de los padres a la formación religiosa
y moral de sus hijos, según sus convicciones, estableciendo la religión como área o materia
en los niveles educativos. Propone su oferta como obligatoria para los centros y con carácter
voluntario para los alumnos2.
Así mismo, esta introducción reconoce el derecho que corresponde a la Iglesia para
determinar el currículo propio de esta enseñanza. Y ratifica cómo el desarrollo de dicho
currículo favorece la calidad de la educación al ofrecer una síntesis básica y global del
mensaje cristiano, adecuada a la edad del alumno, y que permite responder al desarrollo de
la dimensión espiritual de la persona.
2.1.2 Justificación de la estructura del currículo en la Introducción
Intentando clarificar desde el principio la organización curricular, el documento en su
introducción justifica la división del contenido en cuatro bloques, que pretenden recoger el
saber antropológico cristiano acumulado a lo largo de los siglos.
Al igual que en los currículos referidos a las otras asignaturas, es necesario establecer relación
entre los contenidos de Religión, los objetivos de etapa y el desarrollo de las competencias.
No sirve con organizar el contenido religioso, si no se encuentra un vínculo entre éste y las
metas propuestas en la etapa de Primaria.
Estrictamente hablando, los contenidos del currículo de Religión no se formulan de manera
competencial, aunque didácticamente se ha intentado evitar el carácter estático del contenido
dándole a lo largo de la etapa un sentido de proceso, que partiendo del sentido religioso del
hombre, en continuidad con el estudio de la revelación y su plenitud en la persona de
Jesucristo, terminara con la presencia actual de Jesucristo en la Iglesia. De esa manera es
posible que el alumno pueda conocer y comprender, desde la cosmovisión cristiana, el mundo
y su sentido lineal temporal hasta llegar a la plenitud en el final de los tiempos.
La distribución del contenido tiene un fuerte sentido cristocéntrico. Lejos de una finalidad
catequética o de adoctrinamiento, la enseñanza de la religión católica lo que pretende es
ilustrar a los estudiantes sobre la identidad del cristianismo y la vida cristiana.
La intención de esta organización, tanto en Primaria como en Secundaria, intenta poner de
manifiesto la profunda unidad y armonía de la iniciativa creadora y salvífica de Dios.
El primer bloque parte de los datos más evidentes haciéndose así más cercano al niño. Desde
la constatación de la realidad de las cosas y de los seres vivos, entre los que destaca de
manera especial el hombre. En un segundo paso, se propone la toma de conciencia sobre el
origen de las cosas y de las personas y la pregunta ineludible por la presencia de Dios en el
origen de la realidad.
La iniciativa creadora de Dios establece una relación de amistad entre Él y el hombre. La
Biblia, con sus relatos de la Creación y el Paraíso, ejemplifica bellamente la finalidad de la
creación del hombre y la mujer, y la del mundo entero para su servicio.
El hombre rechaza a Dios y, como consecuencia, siente su limitación y su finitud que le
impiden la total felicidad. El ser humano añora la plenitud y busca de algún modo restablecer
la relación con Dios. Esta necesidad del bien, el deseo de Infinito que caracteriza al ser
humano, se expresa en las religiones como búsqueda del Misterio.
A esta búsqueda humana Dios responde manifestándose en la historia. Para ello elige un
hombre, Abrahán, del que formará el pueblo de Israel, con quien establece una alianza en el
monte Sinaí. A través de hechos y palabras Dios se da a conocer a los hombres de ese
pueblo. La Biblia recoge esta relación entre Dios y su pueblo y, su enseñanza para que el
pueblo viva una vida santa.
La historia de Israel ejemplifica la traición y rebelión de los hombres ante la iniciativa amorosa
de Dios y, al mismo tiempo, pone en evidencia la constante fidelidad divina. La promesa de
un salvador se cumplirá en Cristo Jesús.
Jesús, el Hijo de Dios, se hace presente en la historia para llevar a cabo la misión
encomendada por el Padre. Jesús desvela el misterio humano y lo lleva a su plenitud, además
de manifestar el misterio de Dios.
Los que participan de la vida de Cristo forman la Iglesia. Generada por la acción de Jesucristo
a través de los sacramentos, se pone en el mundo como inicio de un mundo nuevo, de una
cultura nueva. La Iglesia es la prolongación de Cristo en el tiempo y el espacio.
La vida eclesial es alimentada y servida mediante los diferentes sacramentos instituidos por
Jesucristo, está ritmada por los tiempos litúrgicos, se expresa en la oración comunitaria y la
caridad, fructifica en la generación de una civilización del amor.
Los cuatro bloques de la asignatura de Religión incluyen los conceptos, procedimientos y
actitudes que contribuyen a la consecución de los objetivos propuestos para primaria.
3 “Se adopta la denominación de las competencias clave definidas por la Unión Europea. Se considera que ‘las
competencias clave son aquellas que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personal, así
como para la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo’. Se identifican siete competencias clave esenciales
para el bienestar de las sociedades europeas, el crecimiento económico y la innovación, y se describen los
conocimientos, las capacidades y las actitudes esenciales vinculadas a cada una de ellas.” Real Decreto
126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico de la Educación Primaria.
4 Papa Francisco: “No conviene olvidar la importancia que tiene una cultura marcada por la fe, porque es cultura
evangelizada, más allá de sus límites, tiene muchos más recursos (…) Una cultura popular evangelizada contiene
valores de fe y de solidaridad que pueden provocar el desarrollo de una sociedad más justa” (EG, 68).
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5 Medard Kehl propone como método para conocer la realidad el de «comprensión» caracterizado por un
proceso de interacción mutua entre sujeto cognoscente y objeto. A este respecto comenta: “cuando quiero
comprender algo, no sólo penetro cognoscitivamente en un objeto que está ante mí en una actitud puramente
pasiva y objetiva, sino que al mismo tiempo hay algo que acontece en mí mismo, a saber, me dejo introducir
en el «ámbito de influencia» de la realidad que he de conocer, me dejo afectar personalmente por su valor,
pongo en entredicho mis pre-juicios, me abro a nuevas y futuras experiencias con él y como hombre me dejo
transformar por él”. Kehl. M. (2002). Introducción a la fe cristiana. Salamanca: Mensajero. p. 18.
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va diciendo “sí” a ese camino hacia la felicidad completa. No se trata de cambiar la cristología
sino de enfocarla desde esa acción trinitaria original que muestra su proyecto amoroso con el
hombre desde la creación a la plenitud de los tiempos.
Cuando Jesús vuelve de nuevo al Padre es en la Iglesia donde se hace visible ese regalo de
Dios para con el género humano. La Iglesia, no es sin más una comunidad de creyentes que
tienen un modelo de vida concreto, es una obra del Espíritu a través de la cual es posible la
salvación, realidad concreta a través de la cual Dios actúa en la creación. Los Sacramentos
son momentos visibles de ese encuentro en Dios y el hombre, que transformado por la gracia
cambia de vida y se comporta de una manera particular, que es posible reconocer desde
fuera.
Bibliografía
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BENEDICTO XVI (2012). Audiencia General de 12 de diciembre
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CURRÍCULO DE RELIGIÓN CATÓLICA. Resolución 11 febrero 2015. BOE 24/02/2015
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GALVAN, J. M. (2006). Anuario filosófico. Roma: Pontificia Università della Santa Croce
MORAL, C. (coor). (22012). Didáctica. Teoría y práctica de la enseñanza. Madrid: Pirámide
PONTIFICIO CONSEJO JUSTICIA Y PAZ (2005). Compendio Doctrina Social de la Iglesia. Roma: Editrice
ZABALZA, M. A. (82000). Diseño y desarrollo curricular. Madrid: Narcea