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CÁTEDRA DE PEDAGOGIA

Departamento de FORMACION DOCENTE


UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO

FICHA DE CATEDRA: Juan Amos Comenio (1592-1670)

Autora: María Silvia Serra

Cronología

1592 Nace Comenio


1596 Nace Descartes
1599 Los jesuitas implantan una ratio que norma la
vida de las escuelas (Ratio Studiorum)
1600 Ejecución de Giordano Bruno
1602 Se publica “La ciudad del sol” de Campanella.
1610 Galileo descubre el telescopio. Se inventa el
microscopio.
1614 Publicación de los primeros manifiestos
rosacruces.
1618 Comenio es expulsado de su Recatolización de la Bohemia y expulsión de los
tierra reformadores. Ratichius (Ratke) redacta el
memorial para las escuelas de la región.
1626 Culmina la redacción de la
Didáctica Checa (Magna).
1630 Bacon publica “La nueva Atlántida”
1633 Galileo es condenado
1637 Se publica “El discurso del método” de Descartes.
1643 Inicia también “El novísimo
método de las lenguas” del cual
la Didáctica Analítica es un
fragmento.
1644 Inicia su obra más importante:
La consulta universal para la
enmienda de los asuntos
humanos.
1651 Se publica el “Leviatán” de Hobbes.
1658 Publica “El mundo sensible en
imágenes”.
Se acerca a los jesuitas para
generalizar la reforma de las
escuelas
1670 Muere en Amsterdam

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Juan Amos Comenio (1592-1670) es considerado el padre de la escuela moderna, el
primero que se ocupó de una manera sistemática de pensar alrededor de la educación
escolar, desde donde construyó respuestas para los problemas de su época.

La época

Comenio habita el pasaje entre el Medioevo y la Modernidad, pasaje que se ha descrito


como vuelco o trastocamiento de un orden establecido, que generalmente se nos
presenta como en fuerzas contradictorias y excluyentes (como por ej. oscurantista /
luminosa-racional-científica, con respecto al conocimiento), pero que tiene matices y
procesos de mucha mayor complejidad.
La atmósfera de transición que vive Comenio está marcada por el resquebrajamiento de
las dos instituciones políticas que regulaban las relaciones sociales: la Iglesia Católica y
el Imperio. Ni el nuevo orden en ascenso, ni los nuevos grupos sociales, como la
burguesía, se constituyen sin rastros del medioevo, sin diferencias internas. La
transición se marca en sus coetáneos, incluso en la contemporaneidad con otros
precursores de la Modernidad.
Es tiempo de convulsiones, guerras religiosas, desterritorializaciones, revueltas,
reformas, donde a la vez que se hacía necesario pensar, constituía una condena.
Comenio, como pensador con una cosmovisión religiosa y evangélica, se inscribió en
los pensadores que percibieron la crisis y la fractura de la moralidad de la Iglesia
Medieval y salieron a buscar alternativas que permitieran instaurar una nueva moral
social, delegada en el incipiente Estado. Tarea que de a poco trascendió a teólogos y
religiosos para acceder al ámbito de los hombre laicos.

Las fuentes de su pensamiento

El territorio de La Bohemia tuvo en su momento cierta tolerancia y libertad religiosa,


pero desde 1526 se vio afectada por monarquías que respondían a los Habsburgo, y que
empezaron a desplegar en esa época estrategias de recatolización que, al final del siglo,
se convirtieron en persecución y exilio hacia los sectores disidentes representados por la
Iglesia Checa Reformada. Comenio era parte de esta iglesia. Fue dirigente y teólogo,
más tarde obispo (el último) de los Hermanos Bohemios, orden perteneciente a la
Iglesia Checa Reformada. Esta Iglesia es fruto de un movimiento llamado husismo
(Hus, 1369-1415), y constituyó la primera gran reforma europea, anterior a la luterana
(principios del siglo XVI).
Aunque el husismo es fundamentalmente religioso, propone cierto horizonte político: el
rechazo a la riqueza, la vida en común, la erradicación de las diferencias sociales, en fin,
formas de vida propias del colectivismo. Por otra parte, rescata las identidades
culturales y lingüísticas.
La apuesta que el husismo hizo por la lengua y la cultura checa (en cambio del latín) es
tanto uno de los motivos de la reforma como un principio de la universalidad que
Comenio propuso a la escuela. Aunque posteriormente en la medida en que crecen
como iglesia, reconocen el valor del latín como universal y hacen uso de él, pero no
abandonan el valor de la lengua vernácula.
Otra de las fuentes de su pensamiento lo constituye el pensamiento utópico, el que abre
un horizonte universal donde la construcción de un mundo diferente trasciende los
principios religiosos y se constituye en ejercicio de imaginación política. Comenio se
basa fundamentalmente en el diálogo que establece con la obra de Tomaso Campanella,

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La ciudad del Sol, y del pastor luterano J. V. Andreä, Reipublicae christianopolitanae
descriptio, e incorpora su cosmovisión a sus escritos.
Los rosacruces también marcan su obra. La aparición de los manifiestos marca a
Comenio, especialmente en su perspectiva mística y milenarista. Estos manifiestos
constituyen un proyecto de reforma universal a través de la sabiduría universal y la
búsqueda de la unidad, dentro de un original y complicado universo de símbolos y
cuestiones místicas.
Como hombre en transición, Comenio articula la visión religiosa, desde donde pretende
volver a los orígenes, a la verdad revelada presentes en las Escrituras. Pero tiende un
puente y se inserta en la modernidad con una mentalidad secularizada, con visos de
laicidad, en la medida en que asume su vida y opta frente a su mundo, y logra proyectar
un programa de restauración a partir de la pansofía (saber todos/universal), hasta el
punto que en algún momento propondrá la búsqueda de una lengua universal con
intenciones pacifistas.

Su obra

La obra de Comenio es vasta aunque mucha de ella ha permanecido sin traducir hasta
entrado el siglo XX.
En Didáctica Magna, la obra pedagógica más conocida (traducida al español por
primera vez en el año 1922), la idea central que presenta es la de procurar el orden
(natural y por lo tanto racional) en los haceres relacionados al enseñar y aprender. Para
Comenio esto tiene que ver con la esencia de lo humano: “Ser criatura racional es ser
observador, denominador y clasificador de todas las cosas; esto es conocer y poder
nombrar cuanto encierra el mundo entero, como se dice en el Génesis 2,19”.
De algún modo, se vislumbra aquí la operación cartesiana de que el orden implica
sometimiento de la realidad. Para Comenio “El fundamento de la reforma de las
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escuelas es procurar el orden del todo”. Aunque sus presupuestos estaban ya en los
jesuitas, Comenio sintetiza una fractura.
En la Didáctica Magna, se destacan señales de pasaje entre el Medioevo y la
Modernidad, que pueden verse en:
- Una dimensión profundamente religiosa del hombre, pero que a la vez necesita de la
vida terrena como preparación para acceder a la vida verdadera (Ver caps. I a III)
- Un principio de educación ligado a la idea de formación (bildung), preferentemente
situada en la infancia, que es propia de la condición humana sin diferencia de sexo o
condición social, educación que debe tener lugar en la escuela (Cap. VI a X).
- el principio de enseñar todo a todos. Parte de un diagnóstico muy negativo de la
sociedad, y supone que esta idea tan abarcativa iba a lograr un comportamiento que
permitiera superar los males sociales, integrándola y unificándola. Diferencia al padre
del maestro, instala la discusión acerca de la escuela pública, más allá de la del hogar
(ver capítulos XXVIII y XXIX), y le otorga sentidos diferenciados. El criterio es la
utilidad, que requiere algún tipo de contrato entre la familia y los maestros, contrato
que posteriormente será hegemonizado por el Estado.
- un modo particular de entender el tiempo. Si la concepción religiosa del tiempo es
tránsito y espera terrenal del tiempo permanente e infinito de la eternidad, las
transformaciones que se estaban operando en la vida cotidiana hacen que el tiempo pase

1 Narodowski, M. : Infancia y poder. Aique, Bs. As., 1994.

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a ser otra cosa: tiene valor, debe ser marcado con exactitud. Comenio propone en su
obra pedagógica modos específicos de marcar el tiempo en la escuela 2 :
• hay un tiempo para el trabajo y otro para el descanso: “Gran parte de la buena
organización de las escuelas será la acertada distribución del trabajo y del reposo, o
sea de las labores y de las vacaciones y recreos”.
• el tiempo de la formación constituye una totalidad: “emplearemos todo el tiempo de
la juventud para la educación completa, esto es, desde la infancia hasta la edad viril,
veinticuatro años distribuidos en períodos determinados. En esto procederemos de
conformidad con las enseñanzas de la naturaleza. Demuestra la experiencia que el
hombre alcanza el maximum de su estatura hacia los veinticinco años, y después sólo
tiende a robustecerse”.
• el ciclo escolar tiene un tiempo: No comenzar la labor de la escuela sino una vez al
año, de igual modo que el sol, una vez al año (en la primavera), empieza a ejercer su
operación en los vegetales”.
• la jornada escolar tiene un tiempo de distribución: “Las horas de la mañana son las
más adecuadas para los estudios (porque la mañana asemeja la primavera; el
mediodía el verano; la tarde el otoño y la noche el invierno”

Comenio, por otra parte, profundiza la reflexión acerca de la relación contenidos y


método en la educación. En la Didáctica Analítica, publicada n 1643, se ve la influencia
del Discurso del Método de Descartes, especialmente al retomar la segunda regla (de las
cuatro reglas para la dirección del espíritu enunciadas por Decartes), proceder de modo
analítico, desglosando y dividiendo en cuantas partes sea necesario para investigar la
verdad.
En los puntos de 1 al 41 (escogidos para esta selección) es posible visualizar con
claridad lo que él denomina enseñanza, el papel del maestro, en qué consiste la función
de aprender, y algunas pautas de tratamiento del material a enseñar.

2 Aguirre Lora, María Esther (1997): Calidoscopios Comenianos. CESU / Plaza y Valdés,
México, 1997. Pp. 59 y stes.

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