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Lopez Núñez Alan Eduardo 29/11/2019

Carl Orff
Carmina Burana
Bournemouth Symphony Orchestra
Director, Richard Hickox

En esta ocasión Carl Orff llega con un arsenal completo de instrumentos y coros para su
impresionante y emocional obra, de los cuales participan de la familia de los cordofonos :
 Violines Primeros
 Violines Segundos
 Violas
 Violonchelo
 Contrabajos

Los instrumentos de viento y aliento:


 3 Oboes
 3 Flautas
 3 Clarinetes
 2 Fagots
 1 Contrafagot
 4 Cornos
 3 Trompetas
 3 Trombones
 1 Tuba
 1 Flautín

Los instrumentos percusión:


 1 Gong
 5 Timbales más uno pequeño
 1 Celesta
 2 Pianos
 3 Glockenspliele
 Xilófono
 Castañuelas
 Pandereta
 Sonajero
 Triangulo
 Platillos
 Platos
 1 Tamtam
 Campanas
 Campanas Tubulares
 Tambor Vasco
 2 Redoblantes
 Bombo.

Por ultimo pero no menos importante, la parte vocal:

 Soprano Solo
 Barítono Solo
 Gran Coro
 Pequeño Coro
 Coro de Niños

Carmina Burana es una obra cuyas notas fueron musicalizadas por el maestro Orff
basándose en textos medievales, pero las compuso con instrumentos actuales. El inglés
Philip Ticket, dijo que Orff estaba mal e hizo un trabajo extraordinario, buscando los
instrumentos de la época y, basándose en una forma de escritura musical antigua…
Prácticamente "Re-hizo" la Carmina Burana, como debía haberse escuchado en su forma
original.

Lo interesante de sus cantos es que combinaban dos cosas que no coexistían en ningún
otro lugar: tomaron como base la solemne música religiosa escrita en latín y la
combinaron con textos profanos que hacían referencia a los placeres mundanos: la
comida y la bebida, el amor y la desilusión, el dinero, el humor, la pasión y demás cosas
suculentas que la sociedad y la Iglesia no aceptaban. El resultado fue por demás exitoso y
prueba de ello son los miles de compendios que se hicieron de estos poemas. Uno de
estos, el encontrado en la abadía de Benediktbeuern, Alemania, fue el elegido por Carl
Orff para ser musicalizado y que en 1936 se estrenó en la obra que hoy todos conocemos
como Carmina Burana.

A grandes rasgos, podríamos dividir Carmina Burana en tres grandes secciones: la


primavera, la taberna y la corte de amor. Cada una de estas partes tiene una esencia
diferente que podría parecer obvia, pero no nos dejemos engañar: muchos de estos
textos son en realidad una sátira, una burla a esa seriedad  y a ese pudor impuesto por la
Iglesia como veremos a continuación.

Comencemos con la primera sección, “Primo Vere” o bien, “La Primavera”. Los ocho
cantos que la componen nos describen a las flores abriéndose en los campos, el
revolotear de las aves, el sol cálido sobre los animales pero ¿y si en realidad éste florecer
no se refiere sólo a la naturaleza sino a los  jóvenes que despiertan a ese primer amor?
La primera intervención del solista en “Omnia Sol Temperat” justo nos hace pensar en ello
cuando nos dice: “…en tu propia primavera es leal y correcto poseer a tu amante. Ámame
fielmente, piensa que confío en ti con todo mi corazón, con toda mi voluntad”. Después de
esto, los coros nos ofrecen la perspectiva de las doncellas y de los jóvenes en los cuáles
se manifiesta ese juego seductor, esa invitación al coqueteo que incluso se refuerza con
dulces melodías femeninas de voces libres que contrastan con las palabras rítmicas y
ansiosas de los caballeros.
La segunda sección, “In Taberna” es aún más interesante y entretenida, tanto para el
público como para los cantantes. Imaginemos  una cantina a altas horas de la noche, con
alcohol disponible para todos, risas y música de fondo; entonces alguien se levanta y sin
tapujos hace una fuerte declaración: “Voy sobre un camino escabroso como cualquier
joven, sumergido en la depravación y olvidando la virtud, ávido de placer”.  Acto seguido,
un abad se levanta, toma la palabra y aunque uno se imaginaría que nos regañaría por no
frenar nuestros impulsos, hace todo lo contrario y nos invita a alabar al placer y la bebida.
Finalmente, como personas obedientes que somos, levantamos nuestro tarro y brindamos
por todos: por las mujeres y los hombres, por los blancos y los negros, los sabios e
ignorantes, por los pobres y los ricos, brindamos por el cantinero y para confirmar la
parodia, ¡hasta por el Papa brindamos! Es por esto que ésta sección de Carmina Burana
resulta tan divertida de cantar; nos podemos dar el lujo de desprendernos un poco de la
técnica operística, de la seriedad de una sala de concierto e imaginar (¿o recordar?)
situaciones similares.

La última parte, “Cour d’amour” es la más compleja de relatar. Tal vez la primera idea que
llegue a nuestra mente sea alguna romántica declaración de amor, pero si leemos entre
líneas podemos ver que algunas cosas se prestan a doble sentido y así confirmamos que
aquellos goliardos antes mencionados tenían una mente más pecadora de lo que
creíamos. Ésta sección inicia con un coro que normalmente es cantado por niños y que
dice lo siguiente: “El amor vuela por todos lados y es capturado por el deseo, los hombres
y las mujeres copulan merecidamente”. Aunque hay diferentes formas de traducir el texto
original en latín, ¿se imaginan a un inocente pequeño diciendo esas cosas? ¡Qué
escándalo! También en ésta última sección tenemos el mayor número de participaciones
solistas, quienes nos describen el sentir de una joven pareja que está a punto de
consumar su amor. El hombre se pregunta si los dioses harán realidad su deseo de
romper los lazos virginales de su amada, a lo cual ella termina accediendo en el precioso
y muy difícil solo de “Dulcissime”. Ésta parte concluye con el solemne coro “Ave
formosissima”, en el cuál podríamos pensar que se hace una alabanza a una diosa o a
una virgen pero en realidad, a quien se venera es a la mujer misma, a su cuerpo y a ese
placer generoso que ofrece. Ya sea que terminemos en un estado de shock, de sorpresa
o de júbilo al concluir éste coro, seremos regresados súbitamente al inicio, a ese famoso
“O fortuna”. ¿Por qué? Justamente para recordarnos que la vida, el placer y el amor son
parte de un ciclo que siempre continúa.
la obra nos hace reflexionar sobre la vida tan cambiante como la luna, girando como una
rueda, en ocasiones benévola y en ocasiones cruel. Si bien es un texto poderoso, hay
muchísimas cosas deliciosas y mil más escondidas en ésta obra monumental, muy densa
y al mismo tiempo es un deleite para el oído y el cerebro para quienes disfrutan y
comprenden más conscientemente el mensaje completo, emocionalmente una completa
reflexión sumergida en un mar de emociones muy fuertes.

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