Está en la página 1de 10

TRABAJO DE

INFORMATICA

FABIAN HERNANDO VERA CARRILLO


CODIGO:1005061425
LITERATURA
1. LITERATURA..........................................................................................................................1
1.1 LITERATURA PRE-HISPANICA........................................................................................4
1.2 .1 LITERATURA BARROCA.............................................................................................6

TABLA DE ILUSTRACIONES
Ilustración 1 LITERATURA.............................................................................................................4
Ilustración 2LITERATURA PREHISPANICA.....................................................................................7
Ilustración 3LITERATURA BARROCA.............................................................................................9

1. LITERATURA
Según la definición de la Real Academia Española (RAE), la literatura es el «arte de la
expresión verbal»3 (entendiéndose como verbal aquello «que se refiere a la palabra, o se
sirve de ella»4) y, por lo tanto, abarca tanto textos escritos (literatura escrita) como
hablados o cantados (literatura oral). En un sentido más restringido y 'neotradicional' (ya
que las primeras obras literarias fueron compuestas para ser cantadas y/o recitadas), es la
escritura que posee mérito artístico y que privilegia la literariedad, en oposición al lenguaje
ordinario de intención menos estética y más práctica. El término literatura designa
también al conjunto de producciones literarias de una lengua, de una nación, de una época
o incluso de un género (la literatura griega, la literatura del siglo XVIII, la literatura
fantástica, etc.) y al conjunto de obras que versan sobre un arte o una ciencia (literatura
médica, jurídica, etc.). Es estudiada por la teoría literaria.

Hasta el siglo XVII, lo que actualmente denominamos «literatura» se designaba como


poesía o elocuencia. Durante el Siglo de Oro español, por poesía se entendía cualquier
invención literaria, perteneciente a cualquier género y no necesariamente en verso,
entendiéndose por tal tres tipos fundamentales de "poesía / literatura": la lírica (propia del
canto, en verso), la épica (propia de la narración, en verso largo o prosa) y la dramática (en
diálogo)5. A comienzos del siglo XVIII se comenzó a emplear la palabra «literatura» para
referirse a un conjunto de actividades que utilizaban la escritura como medio de
expresión. A mediados de la misma centuria Lessing, publica Briefe die neueste Literatur
betreffend, donde se utiliza «literatura» para referirse a un conjunto de obras literarias. A
finales del siglo XVIII, el significado del término literatura se especializa, restringiéndose a
las obras literarias de reconocida calidad estética. Este concepto se puede encontrar en la
obra de Marmontel, Eléments de littérature (1787), y en la obra de Madame de Staël, De la
littérature considéré dans se rapports avec les institutions sociales.

En Inglaterra, en el siglo XVIII, la palabra «literatura» no se refería solamente a los escritos


de carácter creativo e imaginativo, sino que abarcaba el conjunto de escritos producidos
por las clases instruidas: cabían en ella desde la filosofía a los ensayos, pasando por las
cartas y la poesía. Se trataba de una sociedad en la que la novela tenía mala reputación, y
se cuestionaba si debía pertenecer a la literatura. Por eso Eagleton sugiere que los criterios
para definir el corpus literario en la Inglaterra del siglo XVIII eran ideológicos, circunscritos
a los valores y a los gustos de una clase instruida. No se admitían las baladas callejeras ni
los romances, ni las obras dramáticas. En las últimas décadas del siglo XVIII apareció una
nueva demarcación del discurso de la sociedad inglesa. Eagleton nos cuenta que surge la
palabra «poesía» como un producto de la creatividad humana en oposición a la ideología
utilitaria del inicio de la era industrial. Tal definición la encontramos en la obra A Defence
of poetry (1821) de Shelley. En la Inglaterra del Romanticismo, el término «literato» era
sinónimo de «visionario» o «creativo». Pero no dejaba de tener tintes ideológicos, como
en el caso de Blake y Shelley, para quienes se transformó en ideario político, cuya misión
era transformar la sociedad mediante los valores que encarnaban en el arte. En cuanto a
los escritos en prosa, no tenían la fuerza o el arraigo de la poesía; la sociedad los
consideraba como una producción vulgar carente de inspiración.

En busca de la definición de los conceptos «literatura» y «literario», surgió la disciplina de


la teoría de la Literatura, que empieza por delimitar su objeto de estudio: la literatura. No
hay una definición unívoca del término, ya que dependerá del crítico literario que la
defina, como así también de la época y del contexto que la define. Sin embargo, los
primeros estudiosos que se preocuparon por el estudio de esta disciplina son los llamados
formalistas rusos.

A comienzos del siglo XX, el Formalismo ruso se interesa por el fenómeno literario, e
indaga sobre los rasgos que definen y caracterizan dichos textos literarios, es decir, sobre
la literaturidad de la obra. Roman Jakobson plantea que la literatura, entendida como
mensaje literario, tiene particularidades de tal forma que la hacen diferente de otros
discursos; ese interés especial por la forma es lo que Jakobson llama «función poética»,
por la que la atención del emisor recae sobre la forma del mensaje (o, lo que es lo mismo,
hay una «voluntad de estilo» o de estilizar el lenguaje por parte del escritor). En efecto,
hay determinadas producciones lingüísticas cuya función primordial es proporcionar placer
literario, un deleite de naturaleza estética, producido por la belleza, en relación con el
pensamiento aristotélico. El lenguaje combinaría en sus elementos más simples dos tipos
de elementos: redundancias, recurrencias o repeticiones rítmicas formales y de contenido
semántico, esto es, analogías, por un lado, y por el otro, desvíos de la norma, para alejarse
del lenguaje común, causar extrañeza, renovar: la llamada anomalía; de ese modo se
impresiona la imaginación y la memoria y se llama la atención sobre la forma del mensaje,
su peculiar forma expresiva. De ambas tendencias, la rítmica o repetitiva es popularizante,
y la segunda, por el contrario de sesgo aristocratizante.

El lenguaje literario sería uno estilizado y con una trascendencia particular, destinado a la
perdurabilidad; muy diferente de las expresiones de la lengua de uso común, destinada a
su consumo inmediato. La literatura, por otra parte, exige por tradición un respaldo
sustentable: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha no habría podido escribirse si
no hubieran existido antes los libros de caballerías.
Wolfgang Kayser, a mediados del siglo XX, planea cambiar el término «Literatura» por el de
Belles Lettres, diferenciándolas del habla y de los textos extraliterarios, en el sentido de
que los textos literario–poéticos son un conjunto estructurado de frases portadoras de un
conjunto estructurado de significados, en el que los significados se refieren a realidades
independientes del que habla, creándose así objetividad y unidad propias.

Raúl H. Castagnino, en su libro ¿Qué es la literatura?, indaga sobre el concepto y cómo se


extiende a realidades como la escritura, la historia, la didáctica, la oratoria y la crítica.
Según Castagnino, la palabra literatura adquiere a veces el valor de nombre colectivo
cuando denomina el conjunto de producciones de una nación, época o corriente; o bien es
una teoría o una reflexión sobre la obra literaria; o es la suma de conocimientos adquiridos
mediante el estudio de las producciones literarias. Otros conceptos, como el de Verlaine,
apuntan a la literatura como algo superfluo y acartonado, necesario para la creación
estética pura. Posteriormente, Claude Mauriac propuso el término "aliteratura" en
contraposición a «literatura» en el sentido despectivo que le daba Verlaine. Todas estas
especificaciones hacen de la literatura una propuesta que depende de la perspectiva desde
la que se enfoque. Así, Castagnino concluye que los intentos de delimitar el significado de
«literatura», más que una definición, constituyen una suma de adjetivaciones limitadoras y
específicas.

Si se considera la literatura de acuerdo con su «extensión y su contenido», la literatura


podría ser universal, si abarca la obra de todos los tiempos y lugares; si se limita a las obras
literarias de una nación en particular, es Literatura nacional. Las producciones,
generalmente escritas, de un autor individual, que, por tener conciencia de autor, de
creador de un texto literario, suele firmar su obra, forman parte de la literatura culta,
mientras que las producciones anónimas fruto de la colectividad y de transmisión oral, en
ocasiones recogidas posteriormente por escrito, conforman el corpus de la literatura
popular o tradicional.

Según el «objeto», la literatura será preceptiva si busca normas y principios generales;


«histórico-crítica» si el enfoque de su estudio es genealógico; «comparada», si se atiende
simultáneamente al examen de obras de diferentes autores, épocas, temáticas o contextos
históricos, geográficos y culturales; «comprometida» si adopta posiciones militantes frente
a la sociedad o el estado; «pura» si sólo se propone como un objeto estético; «ancilar», si
su finalidad no es el placer estético sino que está al servicio de intereses extraliterarios.

Según los «medios expresivos y procedimientos», Castagnino propone que la literatura


tiene como formas de expresión el verso y la prosa y sus realizaciones se manifiestan en
géneros literarios, universales que se encuentran, más o menos desarrollados, en
cualquier cultura; «lírico», «épico» y «dramático». Manifestaciones líricas son aquellas que
expresan sentimientos personales; épicas, las que se constituyen en expresión de un
sentimiento colectivo manifestado mediante modos narrativos, y dramáticas, las que
objetivan los sentimientos y los problemas individuales comunicándose a través de un
diálogo directo. A estos géneros literarios clásicos habría que añadir además el didáctico.

El teórico Juan José Saer postula que la literatura es ficción; es decir que todo lo que
leemos como literatura no tiene referencia directa en el mundo real.6Lo literario sólo
existe en relación con el texto en el cual aparece. Pero la literatura, aunque resulte
paradójico, es profundamente verdadera: su autenticidad para por reconocerse como
ficción y hablar de lo real desde allí (¿?). Saer afirma además, «que la verdad no es
necesariamente lo contrario de la ficción», y que cuando optamos por la práctica de la
ficción no lo hacemos con el propósito turbio de tergiversar la verdad. En cuanto a la
dependencia jerárquica entre verdad y ficción, según la cual la primera poseería una
positividad mayor que la segunda, es desde luego, en el plano que nos interesa, «una mera
fantasía moral».

El fenómeno literario ha estado siempre en constante evolución y transformación, de tal


modo que el criterio de pertenencia de una obra a la literatura puede variar a lo largo de la
historia, según varía el concepto de «arte literario».

Desde este punto de vista, la literatura es un arte. Una actividad de raíz artística que
aprovecha como medio el lenguaje, la palabra que se convierte en viva por medio de
escritos. Por lo tanto, es una actividad que no discrimina género, ni motivos, ni temáticas.

Ilustración 1 LITERATURA

1.1 LITERATURA PRE-HISPANICA


Es difícil rastrear los orígenes de la literatura prehispánica dado que, luego de la
Conquista, se destruyó gran parte del patrimonio cultural de la población nativa.
En general, dado su carácter eminentemente oral, se asume que esta literatura se
desarrolló en paralelo a la evolución de las grandes civilizaciones mesoamericanas y
andinas.
Azteca
Los aztecas llegaron al centro de México desde el norte en los años 1200. Según sus
leyendas, provenían de una tierra llamada Aztlán; de allí su nombre. Eran varios
grupos, incluidos los colhua-mexica, los mexicas y los tenochca.
A principios de la década de 1300 estos grupos formaron una alianza y fundaron una
ciudad-estado llamada Tenochtitlán, hoy Ciudad de México. Este pueblo llegó al poder
y conquistó un gran imperio durante el siglo XV.
La civilización azteca contaba con un sistema de escritura parecida al de los maya. Los
aztecas escribieron su literatura en códices, libros que se doblaban como un abanico, y
el papel se elaboraba con fibra vegetal de agar.
Mayas
El período Clásico maya (250-950 d. C.) vio la consolidación del poder en las grandes
ciudades de los mayas yucatecos, como Chichén Itzá y Uxmal. En este periodo se
produjeron los increíbles avances culturales por los que son famosos.
En el siglo VII, cuando la literatura inglesa apareció por primera vez, los mayas tenían
una larga tradición de inscribir adornos, vasijas de cerámica, monumentos y las
paredes de templos y palacios
Además, habían empezado a escribir libros. Su sistema era una combinación de
símbolos fonéticos e ideogramas, y representaba por completo el lenguaje hablado en
la misma medida que el sistema de escritura del Viejo Mundo.
Inca
La civilización inca floreció en el antiguo Perú entre 1400 y 1533 d. C. Este imperio se
extendió a través de América del Sur occidental, desde Quito en el norte a Santiago de
Chile en el sur.
A diferencia de los mayas y aztecas, no tenían un sistema de escritura. Sin embargo, los
incas parecen haber tenido una tradición de literatura prehispánica oral bien
desarrollada, tal como atestiguan los pocos fragmentos que sobrevivieron.

Características de la literatura prehispánica


A pesar de que en Mesoamérica textos sagrados, rituales poéticos y dramáticos se
habían transmitido en parte por medio de la escritura jeroglífica y pictográfica, toda la
literatura prehispánica se considera oral.
Esta se transmitía sobre todo de manera memorística de generación en generación.
Tomó su forma escrita propiamente cuando se produjo la Conquista española y se
introdujo el sistema alfabético.
Por otra parte, salvo en algunos casos —especialmente en territorio mexicano—, los
textos conservados no se le atribuyen a ningún autor. Así pues, otra característica
común de la literatura prehispánica es su anonimato.
Además, los textos no son originales, en tanto que se trata de reelaboraciones
realizadas bajo la influencia de la Iglesia católica y los españoles.
Azteca
El fin de la literatura prehispánica azteca era preservar el saber acumulado a través de
las generaciones; por ello abarcaba todos los aspectos de la vida. Entre estos aspectos
incluía la medicina, la historia, el derecho, la religión y los rituales.
En cuanto a los géneros, la poesía era el más importante. Todos los poemas tenían un
trasfondo esotérico. La prosa tenía un propósito mayormente didáctico y el teatro se
llevaba a cabo en forma de danzas rituales y canciones.
Maya
Luego de la Conquista, parte de la literatura prehispánica maya se transcribió usando
el alfabeto latino. La mayoría de estas obras son textos en prosa que tenían la finalidad
de preservar el legado histórico de su cultura.
Aparte de eso no se conservó mucho de la poesía maya, y el teatro formaba parte de
sus rituales religiosos. Así como la azteca, este último consistía en danzas y cantos de
naturaleza ritual.
Inca
La literatura prehispánica inca privilegiaba la poesía. La mayor parte eran poemas
narrativos que trataban sobre religión, mitología e historia. Estos se debían memorizar
palabra por palabra, y debían repetirse en reuniones públicas.
Esta poesía no era muy elegante, pero expresaba su mensaje de manera breve y
directa. Los poetas incas no utilizaron estructuras poéticas, como la rima, las
secuencias de ritmo específicas o la métrica.
Otro tipo de literatura inca consistía en oraciones e himnos, piezas dramáticas y
canciones. Las oraciones y los himnos daban elegantes alabanzas a las deidades incas,
muy similares a los himnos del Antiguo Testamento.
Asimismo, las piezas dramáticas se presentaban como parte de las danzas públicas y se
intepretaban por uno o dos actores; luego respondía un coro. Estas y los mitos
probablemente enfatizaban los temas religiosos.
Temas de los que se escribían
El tema religioso es una constante en la literatura prehispánica. Estas civilizaciones
eran politeístas y panteístas. Es decir, creían en muchos dioses y los equiparaban con
el universo y la naturaleza.
Los aztecas, mayas e incas compartían muchas creencias, deidades y rituales comunes.
Su religión estaba enraizada tanto en la tierra como en el cielo, los ritmos de las
estaciones y los movimientos del Sol, la Luna y las estrellas. Por tanto, también había
similitudes en los temas tratados en sus obras literarias.
Azteca
En la literatura prehispánica azteca predomina el tema de la lucha encarnizada y
violenta de los dioses. Los poetas mostraban su respeto a las divinidades a través de su
arte; con ello buscaban aplacar su furia.
Otros tópicos comunes eran la creación del universo, la exaltación de los héroes, la
amistad, el amor, la vida y la muerte.
Maya
Uno de los temas tratados en la literatura prehispánica maya era la creación del
mundo. Un ejemplo de esto es su obra más representativa, el Popol Vuh o Libro
Sagrado del maya-k’iche’.
Además, muchas de sus obras hablan de eras cósmicas, del héroe cultural Quetzalcoatl
y del origen del maíz.
Inca
Aparte del tema religioso, mucha de la poesía inca trataba sobre las actividades
agrarias: siembras, cosechas, fertilidad de los campos y otros. De este tipo de poesía se
encargaban especialmente los poetas imperiales.
Por otro lado, los poetas populares escribían sobre temas más individuales, como la
pérdida de un amor. El tema militar, de batallas y victorias también era muy popular.
Autores y obras destacadas
Azteca
Nezahualcóyot
Conocido como el rey poeta de Texcoco, Nezahualcóyotl destaca como representante
de la literatura azteca. 36 de sus composiciones poéticas se conservan en varias
colecciones de manuscritos de cantares prehispánicos.

Ilustración 2LITERATURA PREHISPANICA

1.2 .1 LITERATURA BARROCA

La literatura del Barroco, o literatura barroca, es un estilo literario europeo que se desarrolló
durante el siglo XVII en España . Se caracteriza por el triunfo de la ornamentación, los juegos
de palabras, la búsqueda de la emoción y el placer estético. A diferencia del Renacimiento, el
Barroco se caracteriza por la idea del desengaño y por el pesimismo. Las temáticas frecuentes
en esta literatura son la vida como lucha, sueño o mentira y la fugacidad de los hechos
humanos, plasmadas en un estilo suntuoso y recargado. La literatura barroca hace uso
desmedido de la adjetivación, el hipérbaton, la elipsis, la metáfora, la perífrasis, la antítesis y
las alusiones mitológicas.

La literatura barroca se manifestó en diferentes maneras, desde el Eufuismo de los poetas


ingleses, el Preciosismo en Francia, el Marinismo en Italia, la Primera y Segunda escuela de
Silesia en Alemania y el Conceptismo y Culteranismo en España. Entre los escritores barrocos
están, en español Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Sor Juana, Bernardo de Balbuena
Miguel Hidalgo; en catalán Francesc Fontanella, Francesc Vicenç Garcia, Josep Romaguera; en
portugués António Vieira, Gregório de Matos, Francisco Rodrigues Lobo; en inglés, los poetas
metafísicos John Donne, George Herbert, Andrew Marvell, Henry Vaughan, y en alemán
Andreas Gryphius y Angelus Silesius.

En España el Barroco coincide con el Siglo de Oro. Dominan los temas amorosos, del honor, los
religiosos (con la contrarreforma en marcha) y la sátira. En poesía la polémica entre
Conceptismo y Culteranismo alterna con el descubrimiento de nuevas formas estróficas y la
continuación del soneto renacentista. La novela vive una época de máximo esplendor, con las
obras de Cervantes y gran cantidad de subgéneros (donde destaca la novela picaresca). En el
teatro predominan las comedias y los "autos sacramentales" o dramatizaciones de pasajes
bíblicos. Pedro Calderón de la Barca mezcla las normas de la comedia con los temas graves y
hace evolucionar la tragedia hispánica.

La comedia burlesca barroca en lengua catalana contenía una serie de elementos singulares y
característicos que la evidenciaban como un subgénero teatral diferente de lo que hasta ahora
se había clasificado como "comedia de enredo". La comedia burlesca es la parodia de las
comedias barrocas castellanas, es decir, una burla de los tópicos, personajes y de los recursos
de la "comedia nueva" que promovió Lope de Vega en su tratado Arte nuevo de hacer
comedias en este tiempo (1609). La deformación de todos estos elementos tan característicos
de la escena española, los tópicos y los recursos escénicos eran entendidos por el público de la
época como una manera exagerada e incoherente de romper el modelo más habitual del
teatro castellano. Los personajes nobles son ridiculizados, actúan de una manera inesperada
por el público, utilizan un lenguaje grosero, juegos de palabras que crean situaciones ridículas,
no faltan las descripciones escatológicas y grotescas ni los dobles sentidos obscenos. Incluye
obras como La gala està en son punt (1625) de autor anónimo, y La infanta Tellina i el rei
Matarot y Los amors de Melisenda del fraile Francesc Mulet.
Ilustración 3LITERATURA BARROCA

También podría gustarte