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Sesión n° 5

Tema: Ética de organizaciones, empresas y administración pública.

Integrantes:
Carmen Lucila Espinosa
Elisabet Arrieta Rodríguez
Jesica Hernández Acosta
Dina Luz Rodríguez
Dalila Benítez Díaz

La ética es asunto de responsabilidad, es asumir voluntariamente la capacidad y el


deber de responder ante los demás por nuestros actos y nuestras decisiones.
Dentro de la vida pública podemos distinguir tres sectores en los cuales es
necesario trabajar decididamente por la incorporación de actitudes éticas: las
organizaciones, las empresas y la administración pública.

En primera instancia están las organizaciones, estas como tal no son sujeto moral,
pero si las personas encargadas de tomar decisiones sobre la orientación de las
actividades, teniendo en cuenta la razón de ser o misión de la institución. Cuando
todos los miembros de una organización tienen conciencia de la razón de ser de la
institución y actúan con responsabilidad se constituye una cultura organizativa.

Por otra parte están las empresas, habitualmente se piensa en la empresa como
un negocio, sin embargo la empresa como organismo de la sociedad se ve
obligada cada día más por la ciudadanía a actuar éticamente si quiere sobrevivir

Finalmente está la administración pública, la cual ha caído en descredito debido a


la corrupción de muchos funcionarios, por lo que requiere ser reorientada con
criterios éticos, guiándonos a partir de principios y valores y además actitudes
como desinterés, responsabilidad, honestidad, integridad, objetividad y liderazgo.
ACTIVIDAD

1. Pongan algunos ejemplos de organizaciones que según ustedes no


tengan un comportamiento moral aceptable y otros que si lo tengan.

2. Seguramente cada uno pertenece a una organización. Exprese como


cree que podría mejorar la moral institucional de dicha organización.

3. Elabore un breve ensayo sobre la moralidad del funcionamiento público


en las instituciones del estado.

4. Finalmente formulen algunas propuestas que si se tomaran en cuenta


podrían ayudar a elevar la moralidad en el desempeño de los cargos
públicos.

1.
2.
3. MORALIDAD DEL FUNCIONMIENTO PÚBLICO EN ALGUNAS
INSTITUCIONES DEL ESTADO
La ética tiene un importante impacto público en la estabilidad y
sostenibilidad del orden social y democrático, pues si el vínculo de
confianza entre ciudadanos e instituciones se rompe y las personas no se
sienten representadas o protegidas por las organizaciones, se pueden
sentir inclinados a apoyar iniciativas políticas no democráticas.

Se necesita tener muy claro la meta por la que cobra sentido la


administración pública. Es curioso, pero el déficit ético que enfrentan los
organismos públicos en general está muy relacionado con una cierta
desconexión con los objetivos centrales de estas instituciones.

La administración pública existe para servir al interés general; es decir, para


promover y proteger el ejercicio de los deberes y derechos de la
ciudadanía. En otras palabras, como si se tratase de un organismo
diseñado para servir al interés de unos pocos.

La ética de las instituciones públicas no es subjetiva, no se restringe a la


intuición y los valores personales. Las organizaciones, como las personas,
tienen una ética y un clima moral y, en el caso de la administración pública,
los principios que deben servir de referencia para la toma de decisiones
surgen del conjunto de valores mínimos de ciudadanía a partir de los cuales
cobra sentido la democracia.

Por esa razón, es esencial que los profesionales de la administración se


formen y se entrenen en el razonamiento ético propio de la actividad
vinculada a la gestión pública. Un razonamiento de carácter intersubjetivo,
con unos principios mínimos, que pueden ser compartidos por la ciudadanía
en general y que deben ser encarnados por las organizaciones.

Es primordial que los funcionarios públicos, que son la esencia de las


instituciones, conozcan estos temas y los pongan en práctica. Así a la hora
de tomar decisiones tendrán al interés general y a los valores democráticos
como referencia para la acción.

Efectivamente, la eficacia y la justicia son los atributos con los que se


espera que la administración pública cumpla su función. Para ello se
requieren medios técnicos y humanos. Cuentan entre los primeros: un
diseño institucional ordenado, bien reglamentado y gestionado por
objetivos. Una correcta implantación y regulación de la carrera
administrativa, donde el mérito sea el criterio para el ascenso y un conjunto
de medidas destinadas a garantizar que el trabajo se realice de forma
adecuada.

Ahora bien, las herramientas técnicas sin marcos éticos para integrarlos en
la cotidianidad institucional están ciegas; por esa razón, es menester añadir
la ética a la técnica, entendida, no como un catálogo de buenas intenciones
sino como una brújula para razonar correctamente y tomar decisiones bien
fundamentadas.

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