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MACHISMO QUE AFECTA A LOS HOMBRES

Podemos decir que en una sociedad patriarcal, machista y misógina los


beneficiados son los hombres pues ante la falsa creencia de ser “superiores” a las
mujeres, viven bajo un estricto número de normas que la sociedad les ha
impuesto. La masculinidad es frágil, muy frágil. Desde niños se les ha enseñado a
no llorar “porque solo las niñas lloran”, a reprimir sus sentimientos o sino serán
señalados de no ser niños. Así mismo se les enseña a "no sentir", y si se llegan a
sentir se les enseña a reprimir y a no mostrar lo que se siente, haciendo que todas
estas emocionas se vuelvan una carga para la persona que las oculta.

En la crianza de las hijas e hijos el estereotipo dicta que es deber exclusivamente


de la mujer, dejando al padre fuera de su deber de la paternidad. Dentro del
concepto de “masculinidad” que los roles de género nos han impuesto se alienta a
una paternidad fría, distante y autoritaria con uso de la violencia para imponerse
por encimas de todos (sobre todo a la mujer que se le ve como un objeto de
pertenecía del hombre) dando como consecuencias que los niños cuando crezcan
aborrezcan el comportamiento de sus padres hacia sus madres, llegando a sentir
rencor por ambos progenitores uno por el trato y la impotencia del dolor de su
madre, y por el otro lado el ver la forma en la que aún sigue al lado de esta
persona.

Entre más mujeres más hombre es una frase que todos hemos escuchado al
menos una vez que promueve la promiscuidad sexual del hombre parece ser una
de las tantas “normas” para llegar a ser considerado “masculino”. La presión
cercana de algunos miembros de familia del sexo masculino para iniciar la vida
sexual, puede llegar a tal punto que para convertirse en hombre son presionados
hasta ser llevados a tener relaciones sexuales por primera vez en algún prostíbulo
o con mujeres con este fin, reforzando falsas imágenes de mujeres como objetos
sexuales. Llegando a impedir el disfrute de este momento con alguien o momento
en que realmente desearía haberlo realizado.

A la hora de ir hacer sus chequeos de salud, también es un problema, la


“masculinidad” se les presenta sin signos de debilidad e ir al médico no es algo
que el concepto impuesto por los roles de género acepte. El uso de sustancias
dañinas es un estereotipo de género que vemos reflejados hacia la “masculinidad”,
algo enfermizo y perjudicial a la salud que aun así los hombres se ven en hacer
uso de estas ya sea por la influencia e insistencia de ciertos grupos de amistades
o un intento de escapar de la presión social. Retomando el hecho que desde niños
se les obliga reprimir sus emociones al crecer puede llegar a buscar un escape en
medio de estas sustancias, más comúnmente en el alcohol llegando a ser más
profundos o violentos.

Un factor a considerar también es que se vuelven objetos económicos, en la


sociedad actual el que no pueda ofrecer nada se vuelve blanco de marginación de
otros hombres, y hasta de algunas mujeres que esperan que el hombre cumpla
con los roles de género.

En momentos donde niños son ultrajados o un familiar cercano, ellos suelen callar
por consecuencia no llegan a recibir el ayuda ni tratamiento adecuado. En la
cultura patriarcal que vivimos los niños y menores de edad suelen ser
sexualizados, por efecto desgraciadamente llegan a ocurrir estos casos. Las
secuelas de estos actos es algo que marcan la vida ya sea de manera emocional,
física o psicológica llegando a crear graves problemas en la salud mental de los
individuos afectados.

Muchos hombres dejan de hacer cosas o no prueban algo por el simple hecho que
no es “masculino” o no es lo “suficientemente masculino”, pero más bien por temor
de ser rechazados por la sociedad.

Estas acciones se dan por la falsa creencias que la sociedad nos impone y
nosotras y nosotros las aceptamos ya sea de manera consciente o inconsciente.
Una forma de romper con ellas e identificarlas es a través de leer, empezar a
cuestionar aquello que vemos “normal”.

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