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Composición de la sangre

La sangre es tejido vivo formado por líquidos y sólidos. La parte líquida,


llamada plasma, contiene agua, sales y proteínas. Más de la mitad del
cuerpo es plasma. La parte sólida de la sangre contiene glóbulos rojos,
glóbulos blancos y plaquetas.

Los glóbulos rojos suministran oxígeno desde los pulmones a los tejidos y
órganos. Los glóbulos blancos combaten las infecciones y son parte del
sistema inmunitario del cuerpo. Las plaquetas ayudan a la coagulación de
la sangre cuando sufre un corte o una herida. La médula ósea, el material
esponjoso dentro de los huesos, produce nuevas células sanguíneas. Las
células de la sangre constantemente mueren y su cuerpo produce
nuevas. Los glóbulos rojos viven unos 120 días y las plaquetas viven
cerca de seis. Algunos glóbulos blancos de la sangre viven menos de un
día, pero otros viven mucho más tiempo.

Hay cuatro grupos de sangre: A, B, AB y O. Asimismo, la sangre es Rh


positivo o Rh negativo. Así, si su tipo de sangre es A, es A positivo o A
negativo. Su tipo de sangre es importante si necesita una transfusión de
sangre. Y su factor de sangre puede ser importante si usted queda
embarazada, ya que la incompatibilidad entre su tipo de sangre y el de su
bebé puede crear problemas.
Los análisis de sangre como las pruebas de conteo sanguíneo ayudan a
los médicos a analizar ciertas enfermedades y afecciones. También
ayudan a comprobar la función de los órganos y muestran qué tan bien
están funcionando los tratamientos. Algunos problemas de la
sangre pueden incluir problemas de coagulación, coágulos
sanguíneos y desórdenes plaquetarios. Si pierde mucha sangre, usted
puede necesitar una transfusión.

Patogenicidad
Capacidad de un microorganismo de infectar (invadir y multiplicarse en un
ser vivo), produciendo unos síntomas (enfermedad).

Virulencia
La virulencia es el grado de patogenicidad de un serotipo, de una cepa o
de una colonia microbiana en un huésped susceptible.
En otras palabras, la virulencia está vinculada al grado de
patogenicidad de un microorganismo, es decir, a su capacidad de causar
daño. La resistencia de los microorganismos a los antibióticos implica su
mayor o menor virulencia. Cuando la virulencia logra ser inhibida, se
habla de organismos atenuados
Endotoxina
El lipopolisacárido (LPS), o endotoxina, es un componente mayoritario de
la membrana externa de las bacterias Gram negativas; está compuesto
por una parte lipídica y cadenas características
de oligosacáridos y polisacáridos. Es un estimulante del sistema inmune,
con un potente efecto tóxico y entre otras funciones cumple un papel
principal en la adhesión de las bacterias a las células epiteliales. 1
Una endotoxina es un fracción de lipopolisacárido de la pared celular de
algunas bacterias gramnegativas, que al solubilizarse actúa como una
toxina. Se libera de la bacteria estimulando varias respuestas
de inmunidad innata, como la secreción de citocina, expresión de
moléculas de adhesión en el endotelio y activación de la capacidad
microbicida del macrófago.

Factores enzimáticos
Los factores que afectan la actividad enzimática son:

Efecto del pH
Los cambios en la concentración de iones hidrógeno (pH) influyen
considerablemente en la actividad de las enzimas. Debido a que estos iones
poseen carga, generan fuerzas de atracción y repulsión entre los enlaces de
hidrógeno e iónicos de las enzimas. Esta interferencia produce cambios en la
forma de las enzimas, afectando así su actividad.
Cada enzima tiene un pH óptimo en el que la velocidad de reacción es máxima.
Así, el pH óptimo para una enzima depende de dónde funciona normalmente.
Por ejemplo, las enzimas intestinales tienen un pH óptimo de aproximadamente
7.5 (ligeramente básico). En contraste, las enzimas en el estómago tienen un pH
óptimo de aproximadamente 2 (muy ácido).

Temperatura
La velocidad de las reacciones enzimáticas aumenta, por lo general, con
la temperatura, dentro del intervalo en que la enzima es estable y activa.
La velocidad por lo general se duplica por cada 10°C de aumento térmico.
La actividad enzimática máxima se alcanza a una temperatura óptima,
luego la actividad decrece y finalmente cesa por completo a causa de la
desnaturalización progresiva de la enzima por acción de la temperatura.

A bajas temperaturas, las reacciones disminuyen mucho o se detienen


porque decrece la cinética molecular, pero la acción catalítica reaparece
cuando la temperatura se eleva a valores normales para la enzima. No
olvidar que una enzima humana típica posee su óptimo a 37 º C, en
cambio otros organismos como, por ejemplo, las bacterias termófilas
resistentes a altas temperaturas tienen su óptimo de actividad cercano a
los 80º C

Concentración de sustrato

Principalmente, la velocidad de la reacción o catálisis varía de acuerdo a


la concentración del sustrato.
Al aumentar la concentración de sustrato, la actividad enzimática
aumenta, hasta alcanzar la velocidad máxima, punto donde la enzima se
satura, debido a que las enzimas tienen todos sus sitios activos ocupados

Salinidad
La concentración de sales también afecta el potencial iónico y en
consecuencia pueden interferir en ciertos enlaces de las enzimas, los
cuales pueden formar parte del sitio activo de la misma. En estos casos,
al igual que con el pH, la actividad enzimática se verá afectada.

Concentración del producto


La acumulación de los productos de reacción generalmente disminuye la
velocidad de la enzima. En algunas enzimas, los productos se combinan
con su sitio activo formando un complejo suelto y, por lo tanto, inhibiendo
la actividad de la enzima.
En sistemas vivos, este tipo de inhibición generalmente se previene
mediante una eliminación rápida de los productos formados.
Activadores enzimáticos
Algunas de las enzimas requieren la presencia de otros elementos para
funcionar mejor, estos pueden ser cationes metálicos inorgánicos como
Mg2+, Mn2+, Zn2+, Ca2+, Co2+, Cu2+, Na+, K+, etc.
En raras ocasiones, también se necesitan aniones para la actividad
enzimática, por ejemplo: el anión cloruro (CI-) para la amilasa. Estos
pequeños iones se denominan cofactores enzimáticos.
También existe otro grupo de elementos que favorecen la actividad de las
enzimas, llamados coenzimas. Las coenzimas son moléculas orgánicas
que contienen carbono, como las vitaminas que se encuentran en los
alimentos.
Un ejemplo sería la vitamina B12, que es la coenzima de la metionina
sintasa, una enzima necesaria para el metabolismo de las proteínas en el
cuerpo.
Inhibidores enzimáticos
Los inhibidores enzimáticos son sustancias que afectan negativamente la
función de las enzimas y, en consecuencia, ralentizan o en algunos
casos, detienen la catálisis.
Hay tres tipos comunes de inhibición enzimática: competitiva, no
competitiva e inhibición del sustrato:
Inhibidores competitivos
Un inhibidor competitivo es un compuesto químico similar a un sustrato
que puede reaccionar con el sitio activo de la enzima. Cuando el sitio
activo de una enzima se ha unido a un inhibidor competitivo, el sustrato
no puede unirse a la enzima.
Inhibidores no competitivos
Un inhibidor no competitivo también es un compuesto químico que se une
a otro lugar del sitio activo de una enzima, llamado sitio alostérico. En
consecuencia, la enzima cambia de forma y ya no puede unirse
fácilmente a su sustrato, por lo que la enzima no puede funcionar
correctamente. 
La lecitinasa 
Es un tipo de fosfolipasa que actúa sobre la lecitina . 
Puede ser producido por Clostridium perfringens , Staphylococcus
aureus , Pseudomonas aeruginosa o Listeria monocytogenes . La toxina
alfa de C. perfringens (lecitinasa) causa mionecrosis y hemólisis . La
lecitinasa de S. aureus se usa en la detección de cepas positivas para la
coagulasa, debido al alto vínculo entre la actividad de la lecitinasa y la
actividad de la coagulasa.

Colagenasa

Es una enzima proteolítica, que se obtiene del cultivo de Clostridium


hystolyticum, que no afecta a las células intactas o tejidos. Es un agente
desbridante enzimático capaz de hidrolizar específicamente enlaces
peptídicos de colágeno no desnaturalizado y desnaturalizado.
La coagulasa 
Es una proteína producida por varios microorganismos que permite la
conversión del fibrinógeno en fibrina. En el laboratorio, se usa para
distinguir entre diferentes tipos de Staphylococcus. Un resultado de
coagulasa positivo indica que la muestra contiene Staphylococcus aureus.
Esta proteína también es producida por Yersinia pestis.
La coagulasa reacciona con la protrombina en la sangre. El complejo
resultante se llama estafilotrombina, y permite que la enzima proteasa
convierta el fibrinógeno en fibrina. Esto hace que se coagule la sangre. La
coagulasa está estrechamente relacionada con la superficie de la
bacteria S. aureus y puede revestir su superficie con fibrina al entrar en
contacto con la sangre. Se cree que esta cubierta de fibrina del
estafilococo es capaz de resistir la fagocitosis haciendo esta bacteria
tenga un factor de virulencia mayor. La coagulasa Bound es parte de una
familia más grande de MSCRAMM.

Fibrinolisina
Enzima proteolítica que disuelve la fibrina. Se forma a partir del
plasminógeno presente en el plasma. Se denomina también plasmina.

Cápsula bacteriana
 Es la capa con borde definido formada por una serie de polímeros
orgánicos que en las bacterias se deposita en el exterior de su pared
celular. Generalmente contiene glicoproteínas y un gran número
de polisacáridos diferentes, incluyendo polialcoholes y aminoazúcares.1
La cápsula es una capa rígida organizada en matriz impermeable que
excluye colorantes como la tinta china. En cambio, la capa de material
extracelular que se deforma con facilidad, es incapaz de excluir partículas
y no tiene un límite definido, se denomina capa mucosa o glucocalix.
Ambas se pueden detectar con métodos como la tinción negativa o la
tinción de Burri.
La cápsula le sirve a las bacterias de cubierta protectora resistiendo
la fagocitosis. También se utiliza como depósito de alimentos y como
lugar de eliminación de sustancias de desecho. Protege de la desecación,
ya que contiene una gran cantidad de agua disponible en condiciones
adversas. Además, evita el ataque de los bacteriófagos y permite la
adhesión de la bacteria a las células animales del hospedador
Flora humana normal
Definiciones: El cuerpo humano presenta una gran superficie cutánea y
mucosa por la que entra en contacto con el medio ambiente. En esta
superficie existen diversos sectores, donde residen microorganismos con
diferentes características de humedad, temperatura, pH y disponibilidad
de nutrientes. La flora humana normal es el conjunto de gérmenes que
conviven con el huésped en estado normal, sin causarle enfermedad. Su
composición es característica para la especie humana, tanto en los
gérmenes que la componen como en su número y distribución en el
organismo.

Sitios colonizados y sitios estériles: La flora normal coloniza las


superficies cutáneomucosas. Por otro lado, en el organismo existen
sectores que son estériles en condiciones normales: por ejemplo, pleura,
meninges, cavidad peritoneal, pericardio, etc. Esto debe ser tenido en
cuenta al realizar un estudio microbiológico. Las técnicas empleadas para
obtener una muestra de un sitio con flora son diferentes a las de los
sectores que no la tienen. También son diferentes los medios de cultivo
que se emplearán para sembrar esas muestras (que requerirán a menudo
de medios que inhiban la flora normal) y la interpretación de los cultivos.
Por ejemplo, el aislar un germen del líquido cefalorraquídeo es siempre
patológico si se tomaron las precauciones para no contaminar la muestra;
en cambio, en un exudado faríngeo se aislarán diversos gérmenes y se
deberá valorar en forma cuidadosa cuales son habitantes normales de
ese sector y cuáles no.

Flora basal y flora transitoria: La flora basal es la característica de cada


sector del organismo y está constituida por gérmenes que siempre están
presentes en ese sector. Por ejemplo: Staphylococcus epidermidis en la
piel o E. coli en el intestino. En cambio, la flora transitoria es variable de
un ser humano a otro y está compuesta por gérmenes que colonizan en
forma intermitente un determinado sector. Esta flora transitoria puede
incluir bacterias potencialmente patógenas para el propio individuo u otras
personas que entran en contacto con él.
Importancia de la flora normal: La flora humana normal desde diversos
puntos de vista representa un importante mecanismo de defensa del
huésped. Contribuye al desarrollo de la respuesta inmunológica, como ha
sido demostrado en modelos animales que nacen y son criados en
condiciones de esterilidad (individuos axénicos). Estos animales
presentan un pobre desarrollo de los diversos componentes de su sistema
inmunitario. La flora además ayuda a evitar la colonización de la piel o las
mucosas por bacterias que pueden ser patógenas. Los gérmenes para
iniciar la infección deben, en general, comenzar por colonizar los epitelios.
Allí seguramente compiten con los integrantes de la flora por factores
tales como receptores celulares y nutrientes.
IMPORTANCIA DE LA FLORA NORMAL
Efectos directos
Producción de bacteriocinas
Producción de metabolitos tóxicos Reducción del potencial redox
Consumo de nutrientes esenciales
Competencia por receptores

Efectos indirectos
Aumento de la producción de anticuerpos.
Estímulo de la fagocitosis
Aumento de la producción de interferón.
Deconjugación de ácidos biliares.

Flora normal de la cavidad oral: Existen diversos nichos dentro de la


cavidad oral y pueden reconocerse diferencias si se estudia la flora de
dientes, lengua, mucosa yugal o surco periodontal. La flora oral es de tipo
mixto, con asociación de gérmenes aerobios y anaerobios. Las bacterias
que se adhieren a la superficie dental en forma permanente y a través de
diferentes polímeros de origen bacteriano como dextranos y levanos. El
contenido de gérmenes anaerobios es máximo a nivel del surco gingival.
Los dientes presentan superficies de adherencia que tienen la
particularidad de no renovarse en forma periódica, como lo hacen los
epitelios. Composición: Predominan diferentes especies de Streptococcus
α hemolíticos. Streptococcus mutans y Streptococcus sanguis se hallan a
nivel de la placa dentaria. Streptococcus mitis se adhiere tanto a los
dientes como a las mucosas; S. salivarius predomina en la mucosa
lingual. Entre los gérmenes anaerobios Gram positivos pueden hallarse
Actinomyces sp. A nivel de la placa, y algunas especies de Lactobacillus,
en menor cantidad. La mayoría de los Gram negativos son anaerobios
como Bacteroides del grupo melaninogenicus y especies del género
Fusobacterium. También pueden encontrarse espiroquetas del género
Treponema distintas de T. pallidum. Los cocos Gram positivos anaerobios
pertenecen a los géneros Peptococcus, Peptostreptococcus,
Ruminococcus entre otros. Pueden además aislarse especies de
Mycoplasma y levaduras del género Cándida. Dado que se trata de un
complejo ecosistema, existen también complejas interrelaciones entre los
distintos integrantes. A nivel de la placa dentaria, las bacterias se hallan
en grandes concentraciones, formando micro colonias y disponiéndose en
estratos. La flora de la cavidad oral está involucrada en la patogenia de
enfermedades como la caries y periodontitis. En el desarrollo da la caries
dental intervienen no sólo las bacterias sino también factores como el pH
ácido resultante de la descomposición de hidratos de carbono de la dieta,
etc. La periodontitis resulta de la agresión de la flora normal a los tejidos
de sostén del diente. Los gérmenes de la boca también causan procesos
como abscesos periodontales y de cuello. Pacientes con válvulas
cardíacas patológicas pueden desarrollar endocarditis bacteriana en la
que están implicados Streptococcus α hemolíticos. Esta enfermedad suele
ser una infección endógena, causada por bacterias de la cavidad oral que
pasan al torrente sanguíneo debido a manipulaciones odontológicas, y
colonizan válvulas cardíacas alteradas. La actinomicosis cérvico-facial es
una entidad que reconoce como agente etiológico especies de
Actinomyces provenientes de la boca.

Flora normal del aparato digestivo:


El tubo digestivo alberga un gran número de bacterias. También a este
nivel se pueden reconocer distintos nichos ecológicos. La flora normal
intestinal contribuye a la síntesis de vitaminas K y vitaminas del complejo
B y colabora con procesos digestivos. Además compite con los
microorganismos patógenos por nutrientes y receptores y elabora
bacteriocinas.
Estómago: En condiciones fisiológicas y sin alimentos, el pH gástrico es
extremadamente ácido, alrededor de 2; este pH aumenta aproximándose
a la normalidad al ingerir alimentos.
La densidad de bacterias es relativamente baja y se compone de
gérmenes de la flora oro faríngea que han sido deglutidos como
Streptococcus α hemolíticos, Lactobacillus sp., cocos anaerobios,
Candida sp. y otros gérmenes capaces de resistir el medio ácido.
Intestino delgado: En el duodeno se mantiene el pH que limita el
crecimiento de gérmenes. El peristaltismo representa un mecanismo
importante que mantiene un número bajo de bacterias.
La bilis tiene propiedades antimicrobianas e inhibe de muchos gérmenes.
Otras sustancias, como la lisozima e IgA secretoria, también contribuyen
a mantener un número relativamente bajo de microorganismos. El número
de bacterias aumenta gradualmente hacia el íleon.
En sectores distales del intestino delgado la flora se asemeja a la
colónica.
A nivel del íleon terminal se alcanzan concentraciones de 10 6 a 108
bacterias por ml de contenido intestinal, con predominio de los
anaerobios.
Intestino grueso:
Las bacterias representan aproximadamente el 40% del peso seco de las
materias fecales. El aumento del contenido bacteriano probablemente se
explica por:
-disminución del peristaltismo,
- aumento del pH; cercano al fisiológico,
- disminución del contenido de agua.
Pasando la válvula ileocecal los gérmenes de la flora alcanzan
concentraciones de 107 a 109 bacterias por ml, llegando al máximo en el
recto con 1011 bacterias por ml. Es, sin duda, el mayor y más complejo
ecosistema microbiano del organismo y se estima que a nivel colónico
conviven más de 500 especies diferentes de bacterias, con un predominio
notorio de gérmenes anaerobios. Estos corresponden en su mayoría a
microorganismos de los géneros Bacteroides, y Fusobacterium, entre los
bacilos Gram negativos, y especies de Peptostreptococcus, Sarcina y
Veillonella entre los cocos.
Los bacilos Gram positivos están representados por especies de
Bifidobacterium, Actinomyces, Bacillus, Lactobacillus y Clostridium. Entre
los anaerobios facultativos predominan las enterobacterias, siendo E.coli
la más numerosa, seguida de especies de Klebsiella, Proteus,
Enterobacter y Citrobacter.
De los cocos Gram positivos pueden hallarse especies de Enterococcus,
Streptococcus y Staphylococcus. La adquisición de la flora normal se
inicia en el momento del nacimiento; en el recién nacido los gérmenes
que inicialmente colonizan el tubo digestivo provienen del perineo y de la
vagina de la madre. En general se trata de E.coli, Klebsiella spp. Y
especies de Enterococcus; más raramente especies de Clostridium. En
lactantes alimentados a pecho se aíslan Bifidobacterium spp. Con la
introducción de la alimentación artificial aumenta el número y la diversidad
de los gérmenes. Al año de edad la flora digestiva es idéntica a la del
adulto.
Importancia de la flora digestiva:
- La presencia de la flora determina un correcto desarrollo de la mucosa
intestinal.
- Interviene en el metabolismo de sustancias como el ácido fólico, biotina,
vitaminas B12, K y E.
- Favorece la producción de IgA y contribuye a la inmunotolerancia. Es un
importante estímulo antigénico.
- Interviene en el ciclo enterohepático de drogas como el Cloranfenicol.
- Tiene efecto de barrera, al ocupar nichos ecológicos, impide el
establecimiento de otras bacterias, potencialmente patógenas. Este
fenómeno se conoce como interferencia bacteriana.
- Segrega bacteriocinas, sustancias que son tóxicas para bacterias de
otros géneros.
- La flora normal del tubo digestivo interviene en infecciones oportunistas
o endógenas en circunstancias tales como obstrucciones mecánicas, o
perforación del tubo digestivo. En este caso, los gérmenes pasan al
peritoneo, causando una enfermedad grave.

Flora normal vaginal:


Fue una de las primeras en ser reconocida en 1892 por Döderlein quien
describió el patrón normal que se observa en la mujer en edad genital
activa. La composición de la flora depende del contenido de estrógenos.
El estímulo hormonal determina la proliferación de las células epiteliales
que aumentan su contenido de glucógeno.
Este es utilizado por Lactobacillus spp., siendo el ácido láctico el producto
final del metabolismo que ocasiona un descenso importante del pH. La
acidez resultante inhibe en muchas bacterias. En la mujer en edad genital
activa predominan distintas especies de Lactobacillus, otros bacilos Gram
positivos y menor número de cocos Gram positivos (Streptococcus spp.,
Enterococcus spp., etc.). También pueden encontrarse en bajo número
Actinomyces, bacilos Gram negativos anaerobios como Bacteroides y
distintas especies enterobacterias. Streptococcus agalactiae (grupo B) se
aísla en un porcentaje variable a esta edad. Si bien no suele producir
enfermedad en la mujer, su presencia implica riesgo para el recién nacido,
en el cual puede causar enfermedad severa.
Durante la gestación, a medida que el embarazo progresa, aumenta la
densidad de LactoBacillus y disminuyen los bacilos Gram negativos
anaerobios y facultativos, el resultado es un mecanismo que reduce el
riesgo de bacteriemia grave durante el parto y el puerperio.
También puede aumentar la cantidad de levaduras y, eventualmente,
pueden causar síntomas. En la etapa prepuberal predominan gérmenes
de origen cutáneo y perineal: S. epidermidis, Propionibacterium spp.,
pueden aislarse levaduras en escaso número, al igual que enterobacterias
y algunos bacilos Gram negativos anaerobios.
En la mujer postmenopáusica, al cesar el estímulo hormonal, la flora
retorna al patrón de la infancia. A la flora vaginal se le reconocen
importantes funciones:
- proteger frente a la infección vaginal, en especial en el embarazo,
- suministrar la flora al recién nacido,
- disminuir los riesgos de la madre y del recién nacido en la fase
bacteriémica del parto

Flora del aparato respiratorio: El aparato respiratorio es dividido en dos


sectores anatómicos: alto y bajo. En el sujeto normal solamente el árbol
respiratorio alto (fosas nasales y faringe) presenta flora normal; los senos
paranasales, oído medio, tráquea, bronquios pulmonares y pleura son
estériles.
A nivel de las fosas nasales la estructura anatómica tortuosa hace que la
corriente de aire sea turbulenta. Al chocar contra las mucosas el aire se
calienta y las partículas grandes son retenidas por el mucus y los pelos de
las narinas. En sectores más distantes los gérmenes que ingresan por
esta vía contactan con el tejido linfoideo del anillo de Waldeyer.
El sistema mucociliar, la capa de moco y los reflejos como la tos, el
estornudo y la broncoconstricción son otros mecanismos de defensa
importantes. La mucosa respiratoria también es rica en IgA. A nivel del
tejido pulmonar se encuentran macrófagos alveolares que contribuyen
fagocitando bacterias y otras partículas.
A nivel de la faringe la flora está compuesta principalmente por
Streptococcus α hemolíticos. En las fosas nasales se encuentran
gérmenes de tipo cutáneo: Staphylococcus epidermidis y especies de
Corynebacterium. Alrededor de 20 a 30% de los sujetos son portadores
sanos de S. aureus a nivel nasal. En preescolares es habitual la
colonización por Streptococcus pneumoniae y especies de Haemophilus.
A nivel faríngeo se encuentran además diferentes especies de
Lactobacillus, Propionibacterium, Corynebacterium, Moraxella, etc. Los
anaerobios superan en 10 veces a los aerobios. Se aíslan
Peptoestreptococcus spp., Bifidobacterium spp. y Actinomyces spp.
Los bacilos Gram negativos que se encuentran en general son
Fusobacterium spp. y Bacteroides spp. A nivel de las criptas amigdalinas
se produce acumulación de materia orgánica, disminuye el potencial
redox y el número de anaerobios puede ser muy elevado. Cierto
porcentaje de individuos alberga S. pneumoniae y Haemophillus
influenzae sin que esto signifique enfermedad.
También pueden encontrarse especies no patógenas de Neisseria y
Streptococcus ß hemolíticos no pertenecientes al grupo A. En condiciones
normales no existen bacterias más allá de la glotis.
La flora orofaríngea está implicada en infecciones pulmonares que se
deben a la aspiración de esos gérmenes. En general eso ocurre en
pacientes que tienen alterados sus reflejos defensivos debido a
alteraciones de la conciencia, etc.
Flora normal de la piel: La piel del ser humano es un extenso y
heterogéneo territorio con grandes variaciones en cuanto a estructura y
condiciones ambientales, lo que determina diferencias en la densidad y
composición de la flora, según el área considerada.
La mayor parte de los gérmenes colonizan el estrato córneo, el cual es
relativamente impermeable. Los mecanismos de defensa a nivel de la piel
están representados por:
- el continuo recambio celular de las capas superficiales del epitelio,
- pH bajo debido a metabolitos de las glándulas sebáceas,
- macrófagos de la piel.
La composición de la flora, tanto en sus aspectos cuali como
cuantitativos, puede estar influida por factores tales como clima,
condiciones de higiene, etc. En el personal hospitalario la flora transitoria
puede estar integrada por gérmenes que potencialmente pueden causar
enfermedad a los pacientes. El lavado de manos es la medida profiláctica
más importante.
Composición: Predominan los gérmenes Gram positivos. La flora basal se
compone de Staphylococcus spp. en general S. epidermidis, Micrococcus
spp. y Corynebacterium spp.
Propionibacterium acnes es un bacilo Gram positivo anaerobio que se
encuentra colonizando glándulas sebáceas. Esta bacteria posee lipasas
que degradan los lípidos secretados por esas bacterias. Los metabolitos
resultantes son principalmente ácidos grasos insaturados que tienen
actividad antimicrobiana.
La flora transitoria está integrada por S. aureus y menor cantidad de
bacilos Gram negativos (Enterobacterias, Acinetobacter) en regiones
como axilas, ingle y perineo. La flora cutánea se ve involucrada en
infecciones cuando la piel presenta soluciones de continuidad.
Muchas infecciones como foliculitis o forunculosis tienen origen a nivel de
folículos pilosos o glándulas. Otras infecciones ocasionadas por
gérmenes de la flora son las que se producen al colocar catéteres
percutáneos u otros dispositivos que impliquen ruptura de la barrera
cutánea.
La flora del conducto auditivo externo es similar a la de la piel. El oído
medio es estéril.
Conjuntiva: Carece de una flora basal ya que no se dan interacciones
estables entre esta mucosa y los gérmenes.
El saco conjuntival puede contener cierta cantidad de microorganismos
que proceden de la piel circundante o que provienen de contactos mano-
ojo. La secreción lacrimal efectúa un continuo barrido de las partículas
que se depositan en la conjuntiva. Esta secreción es rica en lizosima,
enzima que destruye bacterias, en especial Gram positivas.
El parpadeo, las pestañas y las cejas contribuyen a evitar el ingreso de
partículas al saco conjuntival. Los gérmenes que pueden encontrarse son
Staphylococcus spp., Corynebacterium spp., Streptococcus α hemolíticos
y Bacillus spp. El uso de lentes de contacto se asocia a la colonización
por bacterias de los géneros Serratia y Pseudomonas.
Los gérmenes de la conjuntiva pueden causar serias infecciones como
úlceras de córnea y endoftalmitis. Estas, en general, están precedidas de
traumatismos de la córnea o perforaciones del globo ocular.
Flora del aparato urinario: Salvo la uretra anterior, el aparato urinario es
estéril. La orina contribuye a mantener la vía urinaria libre de gérmenes,
debido al arrastre, al pH ácido y a su elevada osmolaridad.
El sector anterior de la uretra se coloniza con gérmenes que provienen del
perineo. Esas bacterias son eliminadas al comenzar la micción, lo que se
utiliza para obtener la muestra para urocultivo por chorro medio, evitando
así la presencia de contaminantes. En la mujer, la menor longitud de la
uretra, así como la proximidad del ano explican, al menos en parte, la
mayor incidencia de infección urinaria. La infección del aparato urinario en
general es causada por gérmenes que colonizan primero la zona
circundante y que por vía ascendente llegan a la vejiga o hasta el riñón.
Las causas que favorecen esta enfermedad, son todas las que alteran los
mecanismos de defensa: obstrucción a la circulación de la orina (cálculos,
hipertrofia prostática) malformaciones de la vía excretora, sondas
vesicales, etc.

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