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Números interesantes

¿Existe algún número que no tenga alguna particularidad que lo convierta en


“interesante”? Los llamados números interesantes se originan en la costumbre -bastante
común- que tienen los aficionados a las matemáticas de encontrar propiedades curiosas en
ciertos números. Aquellos que las poseen se consideran interesantes, y los que no,
aburridos. La paradoja que hoy nos ocupa trata justamente sobre la existencia (o no) de
tales números.tales números.

Piensa en un número entero cualquiera. ¿Ya está? ¡Bien! Supongamos que tu cerebro,
haciendo gala de una enorme capacidad para seleccionar valores numéricos al azar ha
elegido el 25. ¿Es ese número un número interesante? Los matemáticos, y también los
aficionados a los pasatiempos relacionados con esa rama de la ciencia, consideran
interesantes a los números que poseen alguna cualidad que los hace únicos, que los eleva
sobre el infinitamente grande conjunto de los números que no destacan por absolutamente
nada. No existe un criterio universal para determinar si un numero es o no interesante, pero
en general, cuando alguien dice “el numero x es interesante por tal o cual razón”, el resto
de los interesados rápidamente cae en la cuenta de que, en efecto, “x” tiene suficiente
mérito para pertenecer al club de los números interesantes.

¿Existe algún número que no tenga alguna particularidad que lo convierta en


“interesante”?

La Paradoja de los números interesantes, justamente, se desliza por una resbaladiza


senda cuya base es la ambigua propiedad "ser interesante". En efecto, tal calificativo no
tiene una entidad matemática inequívoca, que sea lo suficientemente precisa y objetiva
como para poder ser utilizada sin dudar como un criterio válido para dividir en dos a un
conjunto de números. Si uno intentase dividir un grupo de números utilizando la propiedad
“ser un número par”, podría rápida y claramente establecer dos grupos, uno formado por
los pares y otro por los no pares (impares). Lo mismo ocurre con la propiedad "ser un
número primo" y muchas otras. “Ser interesante”, por el contrario, depende de la
apreciación personal de cada uno. A pesar de ello, veremos que la paradoja tiene sentido.
Un ejemplo clásico de un número interesantes es el 1729. Aunque a primera vista no tiene
nada de particular, es el protagonista de una anécdota en la que participan dos geniales
matemáticos: el británico Godfrey Harold Hardy y el indio Srinivasa Aaiyangar
Ramanujan.

Una vez, en un taxi (en inglés taxicab) de Londres, a Hardy le llamó la atención su número
de coche, el 1729. Debió de estar pensando en ello porque entró en la habitación del
hospital en donde estaba Ramanujan tumbado en la cama y, con un "hola" seco, expresó su
desilusión acerca de este número. Era, según él, un número aburrido, agregando que
esperaba que no fuese un mal presagio. No, Hardy, dijo Ramanujan, es un número muy
interesante. Es el número más pequeño expresable como la suma de dos cubos positivos de
dos formas diferentes.
En efecto, como el increíble indio calculó mentalmente, 1729 puede expresarse como 1 al
cubo + 12 al cubo, o 9 al cubo + 10 al cubo. Esta es una propiedad bastante extraña, solo
la comparten los llamados “números taxicab”, de los cuales solo se conocen los primeros 5
integrantes de la lista: 2, 1729, 87539319, 6963472309248 y 48988659276962496. Del
sexto solo se ha calculado que es menor o igual que 24153319581254312065344.

La paradoja, a pesar de estar basada en una propiedad ambigua, existe.

Volviendo a nuestro numero elegido al azar, el 25, podríamos decir de el que es especial
por que se trata del cuadrado más pequeño (5 al cuadrado) que puede ser escrito como la
suma de dos cuadrados: 3 al cuadrado + 4 al cuadrado. Supongamos que no tenemos la
habilidad necesaria para encontrarle alguna propiedad a todos los números naturales, y
decidimos separarlos en dos grupos, uno compuesto por los números “aburridos”, y otro
por los “interesantes”. Imaginemos que el primer numero al que no le podemos encontrar
ninguna particularidad es el 33. Eso, automáticamente, lo convertiría en un numero
muy interesante, ya que se ha convertido en “el número más pequeño que no tiene
ninguna particularidad”. Esa característica lo transforma en “interesante”, y por lo tanto
debe ser trasladado al otro conjunto. Eliminado el 33, seguramente otro número ha pasado a
ocupar su lugar, convirtiéndose en el nuevo “número más pequeño que no tiene ninguna
particularidad”, por lo que también deberíamos moverlo al otro conjunto. Eso puede
repetirse infinitamente, y acabar con un conjunto de “números interesantes” compuesto por
todos los que teníamos al principio, y otro que está vacío. Esto nos obliga a concluir que no
existen números que no son interesantes. Por otra parte, es válido preguntarse que
pueden de tener de interesantes los integrantes de un conjunto que reúne a la totalidad de
los números que existen. En efecto, una característica que es compartida por absolutamente
todos no tiene nada de especial. La paradoja, a pesar de estar basada en una propiedad
ambigua, existe.

Algunos aficionados a las matemáticas la pasan realmente bien buscando que tiene de
interesante cada número. Erich Friedman, un profesor de matemáticas de la Universidad de
Stetson ha elaborado una lista con las particularidades de cada uno de los números enteros
comprendidos entre 0 y 9999. ¿Te animas a encontrar un número realmente aburrido?

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