Valentina, que Vivian en la Villa de Venecia, a ellas dos les
gustaba ir al lago valencia a ver los pájaros, pues era una de sus aficiones favoritas. Un día ellas se encontraron con un niño de nombre Víctor, quien les enseño a volar cometa, mientras él les enseñaba, una de las cometas voló lejos de la Villa, por eso tuvieron que ir en busca de ella. Empezaron buscando cerca al barrio, donde no hallaron nada, entonces decidieron caminar por el resto de la Villa, entraron a un pasaje peligroso y allí se toparon con una víbora venenosa que tenía en la punta de su cola la cometa, esto causo pavor a los niños, a lo que decidieron alejarse de allí y buscar la forma de quitar la cometa. Pensaron por horas la forma de distraer a la víbora para así quitarle la cometa sin causarle daño y tampoco vulnerar su bienestar. Consiguieron hojas de agave para distraer a la víbora, mientras el valiente Víctor le quitaba la cometa de la punta de su cola. Y así fue, Valentina y Violeta le dieron de comer a la víbora estas hojas, mientras que Víctor en un acto valeroso y cuidadoso arranco la cometa de la cola de la Víbora.
Al terminar el día los niños quedaron satisfechos por volver a
casa con su cometa y por la valiente hazaña de Víctor frente a la víbora, por esto, lo invitaron a su casa a comer un pastel de uvas.