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LA ARQUITECTURA.
Los romanos emplearon en sus construcciones el arco, la bóveda y la cúpula
que adoptaron de los etruscos, mismos que mezclaron con los elementos
decorativos de la arquitectura griega.
La arquitectura romana se caracteriza por la monumentalidad y utilidad publica
de sus construcciones. Roma y el imperio se llenaron de circos, teatros,
anfiteatros, termas, carreteras, foros, basílicas, arcos, entre otros.
Los romanos se preocuparon por el adorno y la higiene de sus ciudades para lo
cual construyeron plazas, foros, mercados, baños públicos, acueductos,
viaductos, puentes, alcantarillado, cuyos restos perduran aun en el resto de
Europa.
El principal Anfiteatro de Roma fue:
EL COLISEO ROMANO
El Coliseo Romano es un gran anfiteatro el cual fue construido para dar favores
a los buenos luchadores legendarios, además de celebrar la gloria del Impero
Romano. El Coliseo se encuentra situado en el centro de Roma. Su estructura
en el interior era de madera cubierta de arena, por debajo se extendía un
laberinto de pasillos divididos en varios pisos, donde se ubicaban las mazmorras
y las jaulas de los animales. La zona de graderíos era llamada Cavéa, estaba
dividida en tres sectores superpuestos, mas un cuarto graderío de madera para
los espectadores de pie. Cada uno de los sectores estaban reservados para las
diferentes clases sociales. En su parte más alta, el Coliseo tiene el Velarium
una gran carpa que protegía a los espectadores del sol. El podio es la zona
donde se sentaban el emperador y los principales miembros de la sociedad
romana.
LA ESCULTURA
Los emperadores y los generales romanos levantaron arcos y columnas en
memoria de sus triunfos, bellamente decorados con relieves y estatuas que
recordaban sus hazañas.
Durante la República prevaleció en la escultura romana la rigidez de la tradición
etrusca. Los romanos trataron de imitar las reproducciones artísticas o de
poseer las estatuas, pinturas y obras de arte de Grecia y Asia Menor.
ARCO DE CONSTANTINO
El Arco de Constantino se encuentra situado al lado del Coliseo Romano. Se
construyó en honor de Constantino en el año 315 d.C., 22 años antes de la
muerte del emperador para conmemorar su victoria frente al emperador
Majencio en la batalla del Puente Milvio. La mayoría de las estatuas y relieves
que componen el Arco se aprovecharon de monumentos anteriores y se pueden
observar desde relieves de Marco Aurelio a estatuas de prisioneros dacios
extraídas del foro de Trajano. Otros relieves también se hacen referencia a la
victoria de Trajano frente a los dacios.
LA PINTURA
La pintura romana se reconoce por los frescos que decoraban las casas de
Pompeya y de algunas tumbas. La pintura no es simple imitación de de la
griega, sino tiene originalidad por lo cual puede compararse.
El mosaico o decoración con ladrillos esmaltados, originario de Oriente alcanzo
gran uso en Roma y en todo el Imperio, sirvió para representar escenas de gran
índole, con técnica semejante a la de la pintura.
LA TECNICA
Las ciencias puras no fueron cultivadas en Roma, la tecnología en cambio
estuvo adelantada por su carácter práctico y utilitario .
Sus construcciones colosales, sus extensas calzadas, sus puentes y
acueductos, sus murallas dan testimonio de sus conocimientos en la técnica
arquitectónica, en la metalurgia y en la hidráulica
Acueductos
Roma tenía siete colinas y once acueductos. La grandeza de la ciudad crecía
proporcionalmente al agua que entraba en ella. Cuando los bárbaros cortaron su
suministro, Roma cayó.
Hay puntos en la ciudad donde todavía hay restos de los gigantescos arcos de
estas obras de ingeniería. La grandeza de Roma también esta patente en los
restos de los acueductos del sudeste de Roma.
Los acueductos eran canales construidos en cemento a prueba de agua y están
cubiertos con losas de piedra. Manteniendo una inclinación constante respecto
al suelo, transportaban el agua que recogían de las colinas hasta la ciudad.
Para que el agua tomara presión y se almacenara en grandes depósitos
construidos junto al manantial.
Cuando el agua llegaba al centro de Roma abastecía las fuentes y edificios
públicos. Los romanos destinaban una gran parte de erario público para el
mantenimiento de las instalaciones, para así garantizar el abastecimiento
constante de agua fresca y limpia.
Durante su mayor esplendor, Roma disponía de abundante agua fresca y limpia;
sin embargo durante los asedios de los bárbaros sufrió frecuentes cortes de
suministro de agua, hasta que se seco.
Acueducto romano
o Nerva (96-98)
o Trajano (98-117)
o Adriano (117-138)
o Antonino Pio (1138-161)
o Marco Aurelio (161-180)
Son los Emperadores Antoninos conocidos como los cinco emperadores buenos ya
que además de ser consecutivos en sus mandatos resultaron muy positivos en el
Imperio aumentando las posesiones imperiales. Ganaron muchas de las campañas
militares en las que participó Roma, que llevaron al Imperio al cenit de su extensión
bajo el mandato de Trajano en el 117, el segundo de los cinco emperadores. El
periodo de estos emperadores llegó a casi 100 años (96-180).
Tras Marco Aurelio llegó al poder el cruel hijo de este, Cómodo que terminó
asesinado por su guardia pretoriana, y que ponía fin a la dinastía Antonina. tiene el
“honor” de ser el único miembro de esa dinastía no considerado dentro de los
“Emperadores buenos“.
Espectacular retrato ecuestre de Marco Aurelio, último emperador ‘bueno’
Roma, como la mayoría de los pueblos de la antigüedad adoptó una religión politeísta, que
contaba con dioses para todos los romanos, y con una religión familiar, que nucleaba a sus
miembros, en torno a la adoración de sus antepasados muertos. La prédica de Cristo fue
rechazada en Roma, al punto de costarle la vida al propio Jesús, y sus seguidores fueron
perseguidos y condenados por la mayoría de los emperadores.
Nerón, fue uno de los emperadores que más se ensañó con los cristianos, que no adoraban a
los dioses locales, y se negaban a reconocer al emperador como un ser divinizado. Las ideas
de caridad e igualdad cristianas, parecían oponerse al espíritu guerrero y jerárquico de los
romanos. Por estas causas, acusó a los cristianos del incendio de Roma, ocurrido en el año
64.
Los emperadores Trajano y Adriano, fueron más tolerantes con el cristianismo, con la
condición de que no violaran las leyes romanas.
En el año 285, Diocleciano, persiguió al cristianismo considerándolo una amenaza para el
imperio. Esta nueva religión que primero fue adoptada por los grupos sociales más humildes,
comenzó a ser predicada por todos los sectores de la sociedad. La explicación puede
encontrarse en la crisis que se vivía en esos momentos, tanto en materia de seguridad, como
económica y de valores espirituales. El cristianismo ofrecía una nueva oportunidad de
reivindicación moral y religiosa.
Diocleciano privó a los cristianos de todos sus derechos, quemó copias bíblicas y demolió
iglesias. Esta hostilidad cesó recién con el decreto de indulgencia, de Galerio del 30 de abril
del año 311, donde se reconoció a los cristianos existencia legal.
El emperador Constantino, en el año 324, asumió el poder total de Roma, atribuyendo su
asunción a fuerzas divinas. Un panegirista galo, anunció que el nuevo emperador había tenido
una visión de Apolo, en un santuario de la Galia. La visión era de una cruz encima del Sol,
seguida de las palabras “con ésta vencerás”. A la noche siguiente, Cristo se le apareció en un
sueño, mostrándole el sentido de lo que había vislumbrado.
La tarde anterior a la batalla del puente Milvio, el 28 de octubre del año 312, tuvo otro sueño,
donde se le ordenó pintar en los escudos de sus tropas el monograma cristiano. Al vencer a
Majencio, y con ello acceder al poder en todo occidente, relacionó ese triunfo con la
simbología usada. Como tributo a su victoria, erigió un arco en roma, donde se escribió que el
tirano Majencio había sido derrotado “por inspiración de la divinidad y su grandeza de
espíritu”, refiriéndose al propio Constantino.
En el año 313, se promulgó el edicto de Milán, por parte de Constantino I, a cargo del Imperio
Romano de Occidente y Licinio, del de Oriente.
En esa fecha el Imperio estaba compuesto por
50.000.000 de habitantes de los cuales los
cristianos representaban el 10 %. Las
propiedades de los cristianos que les habían
sido confiscadas les fueron devueltas. El
cristianismo comenzó a convivir en un pie de
igualdad con el paganismo.
Luego de vencer a Licinio en Adrianópolis, se
apoderó, en el 324 de todo el imperio.
Reconoció públicamente sus errores y la
salvación que Dios le había concedido.
Estos hechos hicieron sospechar a los opositores de Constantino que su conversión obedecía
a razones de expiación de pecados por la cruel e injusta muerte de sus familiares.