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Unidad 3

1 //Escenario
Escenario26
Lectura fundamental
Fundamental

Los procesos
Etapas de un de
planrazonamiento
de comunicación
estratégica

Contenido

1 Introducción

2 Razonamiento deductivo y razonamiento condicional

3 Razonamiento inductivo

4 Funcionamiento cerebral y razonamiento

Palabras clave: razonamiento deductivo, razonamiento inductivo, modus ponens, modus tollens, inferencia, analogía.
1. Introducción

Piense por un momento en lo siguiente: ¿qué pasará con el planeta si todos continuamos generando
desperdicios y no se encuentran soluciones para transformarlos?, ¿qué pasará si la población sigue
creciendo y generando más basuras? Al involucrarse en estas reflexiones podemos decir que usted
está razonando, más específicamente, utilizando un razonamiento condicional bajo la forma ‘si…
entonces’. En el entorno educativo utilizamos constantemente diferentes tipos de razonamiento,
debido a que muchas de las cosas que aprendemos no se derivan de nuestra experiencia directa
sino de información sobre la cual reflexionamos, es decir, proceden de nuestro razonamiento (Tapia,
2000). Por esto es importante comprender la manera en que se da este proceso y los fallos que se
pueden cometer. Constantemente, en su carrera de psicología, usted utiliza diferentes formas de
razonamiento que han sido estudiadas por los psicólogos cognitivos. En esta Lectura fundamental
abordaremos los estudios sobre los principales tipos de razonamiento: deductivo e inductivo, e
identificaremos sus características generales.

2. Razonamiento deductivo y razonamiento condicional

Existen numerosos procesos cognitivos que han sido objeto de estudio, por ejemplo, la toma
decisiones y la solución de problemas. Estas operaciones involucran la tarea de pensar, y uno de los
tipos de pensamiento es el razonamiento. El razonamiento es el proceso por el cual se establecen
conclusiones de principios y de la evidencia (Wason y Johnson-Laird, como aparece en Sternberg &
Sternberg, 2012). Cuando razonamos nos movemos desde lo que ya sabemos para inferir una nueva
conclusión o para evaluar una conclusión propuesta. El razonamiento es con frecuencia dividido en
dos tipos: deductivo e inductivo. Como lo señalan Nickerson, Perkins y Smith (1990), aunque razonar
tiene una importancia fundamental tanto en las actividades cotidianas como en las académicas y
científicas, con frecuencia cometemos errores cuando lo llevamos a cabo. Tales errores permiten
también comprender mejor la manera como el razonamiento funciona y los factores que le afectan.

Es preciso señalar que la diferenciación entre razonamiento deductivo e inductivo tiene una gran
influencia de los estudios clásicos en Grecia, en los que se consideraba que la lógica correspondía al
proceso a través del cual se piensa correctamente.

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En cuanto al razonamiento deductivo, este es definido como el proceso de razonamiento desde
una o más afirmaciones generales, considerando que son conocidas, para llegar a una conclusión
lógicamente cierta (Johnson-Laird, como aparece en Sternberg & Sternberg, 2012). El
razonamiento deductivo está basado en proposiciones lógicas. Una proposición es una afirmación, la
cual puede ser falsa o verdadera; por ejemplo: los estudiantes de psicología virtual son inteligentes.
Los estudiantes de psicología virtual no usan zapatos. Y así cualquier afirmación que se pueda realizar
sobre un estado de cosas en el mundo.

En un argumento lógico, las premisas son las proposiciones acerca de las cuales se hace el argumento.
A la psicología cognitiva le interesan aquellas proposiciones que parecen estar involucradas en los
procesos para que las personas establezcan conclusiones. Algunas de esas conclusiones estarán bien
razonadas, otras no.

Uno de los tipos de razonamiento deductivo más importante y más presente en la vida cotidiana
es el razonamiento condicional. Piense en todas las afirmaciones que usted utiliza con la forma
‘si… entonces’. Por ejemplo, “si los estudiantes trabajan honestamente, entonces serán buenos
profesionales”. En estos razonamientos condicionales, las personas establecen conclusiones bajo
la forma lógica si p->q. La preposición condicional afirma que si la condición antecedente p se
encuentra, entonces el evento consecuente q la sigue.

Por ejemplo, “si las personas reciclan adecuadamente, entonces el material se podrá reutilizar”.
Bajo algunas circunstancias, si se ha establecido una preposición condicional, se puede establecer
una conclusión bien razonada. El conjunto usual de preposiciones condicionales de las cuales se
pueden establecer conclusiones bien razonadas es ‘si p entonces q. p entonces q’. Esta inferencia
ilustra la validez deductiva, es decir que sigue lógicamente las proposiciones en las cuales está
basada (Sternberg & Sternberg, 2012). Por ejemplo, las siguientes preposiciones son lógicas: “Si
los estudiantes usan camisas blancas, entonces su desempeño en los exámenes será mejor”; “los
estudiantes usan camisas blancas. Entonces, su desempeño en los exámenes será mejor”. Como
usted puede darse cuenta, este argumento puede ser lógico, pero no necesariamente es verdadero.
Se puede llegar a conclusiones deductivas válidas que son completamente falsas con respecto al
mundo. Que la conclusión sea verdadera dependerá de la veracidad de las premisas. Es decir, una
cosa es la solidez lógica de un razonamiento y otra que este sea verdadero o falso.

El conjunto de proposiciones y conclusión que hemos mencionado ‘si p entonces q. p entonces q’


conforma un argumento, y a este tipo de argumento condicional se lo denomina argumento modus
ponens. En el modus ponens se afirma el antecedente (p). Por ejemplo, tomando el argumento “Si usted
es músico, entonces usted tiene una banda de rock. Tú eres músico. Entonces, tienes una banda de
rock”. Como se observa en este caso, se afirma el antecedente (X es músico), lo que lleva a la realización
de la inferencia. El conjunto de proposiciones para el argumento modus ponens se muestra en la tabla 1.

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Tabla 1. Proposiciones que conforman los argumentos ‘modus ponens’ y ‘modus tollens’

Proposición Condición
Tipo de argumento Inferencia
condicional existente

Modus ponens- p→q q


p
afirmación del Si tú eres una madre, Entonces, tú tienes
Inferencias antecedente Tú eres una madre
entonces tienes un hijo un hijo
deductivamente
válidas Modus tollens- p→q ~p
~q
negación de la Si tú eres una madre, Entonces, no eres
consecuencia No tienes un hijo
entonces tienes un hijo una madre
p→q ~q
Negación del ~p
antecedente Si tú eres una madre, Entonces, tú no tienes
Tú no eres una madre
Falacias entonces tú tienes un hijo un hijo
deductivas p→q P
Afirmación de Q
la consecuencia Si tú eres una madre, Entonces, tú eres
Tú tienes un hijo
entonces tú tienes un hijo una madre
Fuente: elaboración propia. Traducido de Sternberg & Sternberg (2012)

Además del argumento modus ponens, es posible establecer una conclusión bien razonada de una
proposición condicional, dada una segunda proposición diferente: ‘Si p, entonces No q. Entonces
no p’. En esta forma, la inferencia también es deductivamente válida. Este conjunto particular de
proposiciones y su conclusión se denomina argumento modus tollens. En este caso se niega una
consecuencia. Por ejemplo, modificando el ejemplo anterior, “Si usted es músico, entonces usted
tiene una banda de rock. Ramiro no es músico. Entonces, Ramiro no tiene una banda de rock”.
En la tabla 1 se muestran las dos condiciones en las cuales una conclusión bien razonada puede ser
alcanzada y también, las dos condiciones en las cuales una conclusión no puede alcanzarse.
Como ilustran los ejemplos, algunas inferencias basadas en el razonamiento condicional son falacias,
es decir, llevan a conclusiones que no son válidas deductivamente. Cuando se usan proposiciones
condicionales, no es posible generar conclusiones deductivamente válidas basadas en la negación de
la condición antecedente o en la afirmación del consecuente. Usando el mismo ejemplo, “Si usted
es músico, entonces usted tiene una banda de rock”, no es posible confirmar o refutar la proposición
basados en negar el antecedente. “Ramiro no es un músico. Entonces Ramiro no tiene una banda de
rock”. Incluso si es cierto que Ramiro no es un músico, no podemos concluir que no tiene una banda
de rock. De manera similar, no podemos deducir una conclusión válida afirmando la consecuencia.
“Ramiro tiene una banda de rock. Entonces Ramiro es músico”. Incluso si Ramiro es músico, es
posible que no tenga una banda de rock, sino de otro ritmo o que no tenga una banda.

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2.1. El razonamiento en el laboratorio y en la vida cotidiana

Los psicólogos cognitivos han diseñado maneras de estudiar el razonamiento deductivo. Para ello han
construido tareas que usualmente se proponen en el laboratorio y se manipulan para identificar de qué
manera funciona el razonamiento. Uno de los ejemplos más famosos de este tipo de tareas es la de
selección de Wason, utilizada para estudiar el razonamiento condicional. Se trata de un conjunto de
cuatro tarjetas que se presenta a los participantes. Cada tarjeta tiene dos caras: en una tiene un número
y en la otra, una letra. El participante puede ver las cartas como aparece en la figura 1, con dos números
y dos letras. Estas letras son una consonante y una vocal. Los números son pares e impares.

Figura 1. Ejemplo de conjunto de tarjetas utilizadas en la tarea de selección de Wason


Fuente: elaboración propia

A cada participante se le dice una afirmación condicional. Por ejemplo: ‘Si una carta tiene una
consonante en un lado, entonces tiene un número par por el otro lado’. Su tarea es determinar si la
afirmación condicional es verdadera o falsa. El participante debe voltear el número exacto de cartas
necesario para probar la afirmación condicional. Esto significa que el participante no debe voltear
ninguna carta que no sea válida para probar la afirmación. En el caso del ejemplo, ¿cuáles cartas
voltearía usted?

Esta tarea requeriría de dos de las pruebas (modus ponens: afirmar el antecedente, y modus tollens:
negar el consecuente) para lograr la respuesta correcta. Es decir, para evaluar la deducción, el
participante debe voltear la carta que muestra una consonante para ver si tiene un número par
en el otro lado. Con ello el participante afirma el antecedente (el argumento modus ponens).
Adicionalmente, el participante debe voltear la carta que muestra el número impar (no un número
¿par?) para ver si tiene una vocal (no consonante) en el otro lado. Entonces el participante niega la
consecuencia (el argumento modus tollens). La otra posible prueba (negar el antecedente y afirmar el
consecuente) son irrelevantes (Sternberg & Sternberg, 2012).

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Los resultados de esta tarea muestran que la mayoría de las participantes responden de manera
errada desde el criterio lógico (López y Lagos, 2016). Aunque la mayoría de las personas parecen
aplicar fácilmente el argumento modus ponens, no ocurre lo mismo con el argumento modus
tollens, ni reconocen las falacias que se mencionaron en la tabla 1. Incluso tomar cursos de lógica o
entrenarse en este tipo de tareas parece no tener el efecto esperado en el desempeño en este tipo
de tareas. Numerosas explicaciones se han planteado para tratar de entender por qué las personas no
responden de manera correcta a estas tareas.

Se ha establecido que en la vida cotidiana este tipo de problemas no se manejan de manera abstracta,
sino que tienen información adicional, usualmente contextual, por lo cual las personas otorgan
diferentes sentidos a la situación. En este sentido, autores como Griggs y Cox (como aparece en
Sternberg & Sternberg, 2012) variaron la tarea de selección de Wason y pidieron a los participantes
que supusieran que eran policías. Como policías, estaban intentando hacer cumplir la aplicación de la
ley de edad legal para el consumo de bebidas alcohólicas. La regla particular que ellos tenían que hacer
cumplir era: “Si una persona está bebiendo una cerveza, entonces la persona debe ser mayor de 19
años”. A cada participante se le presentaron las siguientes cuatro cartas:

(1) beber una cerveza

(2) beber una coca-cola

(3) 16 años de edad

(4) 22 años de edad

¿Qué cartas escogería usted? Al participante se le indicaba que debía seleccionar la o las cartas
que necesitaba voltear para determinar si una persona estaba quebrantando la ley o no. Es muy
interesante identificar que la mayoría de los participantes no habían respondido correctamente la
tarea de Wason, pero en este caso 72 % respondió adecuadamente seleccionando las cartas 1 y 3. En
otro estudio, Kirby (como aparece en Sternberg & Sternberg, 2012) demostró que las creencias de
plausibilidad influyen en si las personas escogen el argumento modus tollens (negar la consecuencia).
Así, en una modificación de la tarea de beber mostró que cuando la prueba implica verificar si
un joven de 18 años está bebiendo cerveza, es mucho más probable que las personas prueben el
argumento modus tollens que cuando tienen que comprobar si un niño de 4 años lo está haciendo.
Sin embargo, el argumento lógico es el mismo en ambos casos.

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Parece entonces que existen diferencias en las maneras en que las personas utilizan el razonamiento
deductivo, dependiendo de si se trata de situaciones abstractas en laboratorio o si se trata de
situaciones en el contexto de la vida real. Para explicar la manera como funcionan las deducciones
en el mundo real, se ha sugerido el concepto de razonamiento pragmático. Los esquemas de
razonamiento pragmático son reglas o principios generales de organización relacionados con
objetivos de tipo particular, tales como permisos, obligaciones o causalidades. Algunas veces estos
esquemas son referidos como reglas pragmáticas, las cuales no son abstractas como las reglas de
la lógica formal. Estas reglas son suficientemente generales y amplias, así que pueden ser aplicadas
a una gran variedad de situaciones específicas. Creencias previas, en otras palabras, importan para
el razonamiento (Evans y Feeney, como aparece en Sternberg & Sternberg, 2012). Asimismo, el
razonamiento puede verse afectado por otros factores como la perspectiva; por ejemplo, si se trata de
los policías o de los consumidores de alcohol.

2.2. El razonamiento desde el punto de vista evolutivo

Desde el punto de vista de la hipótesis evolutiva, la cognición humana ha sido el producto de millones
de años y su naturaleza es predominantemente adaptativa. De esta manera se buscarían aquellas
habilidades, en este caso de pensamiento, que les ofrecerían a los seres humanos ventajas seleccionadas
naturalmente en la adaptación a los diferentes ambientes a través del tiempo. Cummins (2004) señala
que, para ganar comprensión sobre la cognición humana, es necesario mirar el tipo de adaptaciones
que habrían sido más útiles en el pasado distante. Así, hipotetizamos sobre cómo los humanos
cazadores y recolectores habrían pensado durante millones de años de tiempo evolutivo que precede al
relativamente reciente desarrollo de la agricultura y al muy reciente de las sociedades industrializadas.

De acuerdo con Cosmenides (citado por Sternberg & Sternberg, 2012), los humanos tendríamos
algunos dispositivos innatos, producto de la evolución, que funcionan como esquemas de adquisición
que facilitan capturar rápidamente información a partir de nuestras experiencias y organizarla en
estructuras significativas. En la visión de Cosmenides, estos esquemas son altamente flexibles y
especializados para seleccionar y organizar la información que nos ayudará más efectivamente en la
adaptación a las situaciones que enfrentamos. Una de las adaptaciones distintivitas mostradas por
los humanos cazadores y recolectores ha sido en el área del intercambio social. Hay dos tipos de
inferencias en particular que los esquemas de intercambio social facilitan: inferencias relacionadas con
relaciones costo-beneficio e inferencias para ayudar a las personas a detectar cuándo alguien está
engañando en un intercambio social particular. En tiempos anteriores, detectar que alguien engaña
podría hacer la diferencia entre la vida y la muerte (Sternberg & Sternberg, 2012).

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2.3. Razonamiento silogístico: silogismos categoriales

En el razonamiento deductivo también se encuentran los silogismos, los cuales consisten en que se
establece una conclusión a partir de dos premisas dadas. El tipo de silogismo más reconocido es el
silogismo categorial:
La estructura de estos silogismos permite pertenecer a una categoría A por pertenecer a otra categoría
B, que es a su vez una subcategoría de la categoría A. Según sean las premisas (particulares o generales,
afirmativas o negativas) y según estén ordenadas puede ser más o menos difícil determinar si la
inferencia es aceptable o no. (Tapia, 2000, p. 99).

Para establecer si la conclusión se deriva lógicamente de las premisas, la persona debe determinar la
membresía de los términos a la categoría. Un ejemplo de silogismo categorial sería el siguiente:
Todos los psicólogos son psicólogos cognitivos.
Todos los psicólogos cognitivos son músicos.
Entonces, todos los psicólogos son músicos.

Como en casos anteriores, que la conclusión siga lógicamente las premisas no significa que sea
verdadera. Cuando las premisas son falsas, la conclusión es falsa. La conclusión para este silogismo se
sigue lógicamente de las premisas.
En los silogismos, las premisas pueden ser de cuatro tipos (Sternberg & Sternberg, 2012):

• Afirmaciones universales: afirmaciones de la forma ‘Todos los A son B’ algunas veces son
referidas como los afirmativos universales porque hacen una afirmación positiva acerca de todos
los miembros de una clase (universal).

• Negaciones universales: declaraciones negativas acerca de todos los miembros de una clase
(por ejemplo, “Ningún psicólogo cognitivo es flautista”).

• Declaraciones afirmativas particulares: afirmación positiva acerca de algunos de los miembros


de una clase (por ejemplo, “Algunos psicólogos cognitivos son zurdos”).

• Declaraciones negativas particulares: declaración negativa acerca de algunos de los miembros


de una clase (por ejemplo, “Algunos psicólogos cognitivos no son médicos”).
En todas las clases de silogismos, algunas combinaciones de premisas llevan a conclusiones que no
son válidas lógicamente; por ejemplo, las conclusiones derivadas de dos premisas particulares o con
dos premisas negativas no son válidas lógicamente. En situaciones en las que se trata de deducir
conclusiones a partir de estas premisas, las personas también tienen más dificultad, lo cual se
evidencia en que trabajan más lentamente y cometen más errores.

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Para entender la manera en que las personas resuelven los silogismos se han planteado diversas teorías. La
concepción más aceptada señala que lo hacen usando un proceso semántico (basado en el sentido) con
base en modelos mentales. La idea de que el razonamiento sigue procesos semánticos o de significado es
diferente a aquella que afirma que sigue procesos sintácticos (o de reglas) como son los propios de la lógica
formal. Un modelo mental es una representación interna de información que corresponde análogamente
con lo que está siendo representado (Johnson-Laird, citado por Gutiérrez, 2004).
Es más probable que algunos modelos mentales lleven a conclusiones válidas que otros. En particular,
algunos modelos mentales podrían no ser efectivos en rechazar una conclusión inválida. Por ejemplo,
en el estudio de Johnson-Laird se pidió a los participantes describir sus conclusiones y sus modelos
mentales para el silogismo “Todos los artistas son apicultores. Algunos de los apicultores son
ingeniosos. ¿Todos los artistas son ingeniosos?”. La figura 2 muestra dos modelos mentales diferentes
para este silogismo. La selección de un modelo mental podría afectar la habilidad para alcanzar una
conclusión deductiva válida. Debido a que algunos modelos son mejores que otros para resolver
algunos silogismos, es más probable que una persona alcance una conclusión válida deductivamente
usando más de un modelo mental. En la figura, el modelo mental mostrado en (a) podría llevar a la
conclusión deductivamente inválida de que todos los artistas son ingeniosos. En el modelo (b) se
observa que la conclusión de que algunos artistas son brillantes no puede ser deducida a partir de solo
esta información. Específicamente, quizás los apicultores que son ingeniosos no son los mismos que
son artistas (Sternberg & Sternberg, 2012).

Figura 2. Modelos mentales que representan un silogismo en el estudio de Johnson-Laird


Fuente: Sternberg & Sternberg (2012)

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Otro factor que parece afectar el establecimiento de conclusiones válidas es la memoria de trabajo
requerida para razonar sobre el silogismo, es decir, si requieren un mayor número de modelos
mentales para ser resueltos.

3. Razonamiento inductivo
El razonamiento inductivo es el proceso de razonamiento de hechos u observaciones específicas para
lograr una conclusión probable que explicaría los hechos (Tapia, 2000). La característica fundamental
que distingue el razonamiento inductivo del deductivo es que en el razonamiento inductivo nunca
alcanzamos una conclusión lógicamente cierta. Solo logramos conclusiones particularmente bien
sustentadas o probables. Con el razonamiento deductivo, por el contrario, lograr conclusiones
lógicamente ciertas, es decir, deductivamente válidas, es posible (Sternberg & Sternberg, 2012).

Lo interesante de las inferencias inductivas es su existencia. Estas inferencias permiten hacer


predicciones de hechos con base en las experiencias vividas. Pero como el futuro no ha pasado, ¿cómo
podemos predecirlo? Por ejemplo, en un problema de series de números 5, 10, 15, X, la mayoría de las
personas remplazarían el signo X con un 20. Sin embargo, no tenemos ninguna seguridad de que este
sea el número que siga en el patrón. Es posible que lo escojamos porque es el patrón más simple, pero
podría subyacer una fórmula matemática diferentes, por ejemplo 5, 10, 15, 30, 35, 40, 80, etc.

Como se deduce de las afirmaciones previas, el razonamiento inductivo establece las bases del
método empírico. En este no podemos utilizar el razonamiento deductivo porque no podemos decir
que todos los casos observados pertenecen a una categoría, ya que siempre es posible que aparezca
un nuevo evento diferente. Por ejemplo, usted podría decir que todos los cisnes que ha visto son
blancos. Sin embargo, usted no puede concluir entonces que todos los cisnes son blancos porque el
siguiente cisne puede ser negro. En realidad, los cisnes negros existen (Sternberg & Sternberg, 2012).

En la investigación, cuando rechazamos la hipótesis nula (la hipótesis de no diferencia), usamos el


razonamiento inductivo. Nunca sabemos con seguridad si acertamos al rechazar la hipótesis nula. Los
psicólogos cognitivos probablemente estén de acuerdo en por lo menos dos razones por las cuales
las personas usan el razonamiento inductivo. Primero, les ayuda a ser cada vez más capaces de dar
sentido a la gran variabilidad del ambiente con el que se enfrentan. Segundo, también les ayuda a
predecir eventos en el ambiente y así reducir su incertidumbre.

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Es posible que como seres humanos contemos con un esquema de adquisición innato que nos
predisponga a hacer este tipo de inferencias, aunque es claro que las inferencias no lo son. Logramos
inferencias por generalización de algunas comprensiones amplias de un conjunto de ejemplos
específicos, pero también, a medida que incluimos observaciones adicionales, ampliamos nuestra
comprensión de las regularidades de los eventos. Podemos también inferir excepciones especializadas
para comprensiones generales. Por ejemplo, después de observar muchos mamíferos, podemos inferir
que los mamíferos viven en la tierra. Pero después de conocer una ballena, podríamos adicionar a
nuestro conocimiento generalizado excepciones especializadas para mamíferos marinos.

3.1. Inferencias causales

Una manera de estudiar las inferencias inductivas es estudiar las maneras como las personas infieren
las causas de los eventos. El filósofo David Hume observó que es más probable que infiramos
causalidad cuando observamos covariación a través del tiempo: primero pasa una cosa, entonces otra.
Si vemos dos eventos que aparecen juntos suficientemente, podemos llegar a creer que el primero
causa el segundo (Sternberg & Sternberg, 2012).
Esta tendencia del pensamiento hace que se cometa uno de los errores más frecuentes no solo en la
vida cotidiana, sino en las ciencias: establecer causas cuando solo se presentan correlaciones, es decir,
las denominadas correlaciones ilusorias. Ante dos eventos que van juntos, el primero podría causar el
segundo; el segundo, el primero o podría haber un tercer factor involucrado que cause los dos, por
lo cual a partir de correlaciones no es posible establecer causalidad. En las supersticiones podemos
ver un ejemplo claro de las correlaciones ilusorias. Algunas personas suelen salir el 31 de diciembre
a las doce de la noche y dar la vuelta a la manzana con una maleta para que el siguiente año puedan
viajar. De esta manera, la causa del viaje es el ritual que se realizó. Si la persona viaja, entonces además
puede darse un sesgo de confirmación, es decir, cuando el evento se da se fortalece la creencia de
que el agüero fue la causa del viaje.
El sesgo de confirmación puede tener un gran efecto en la vida cotidiana. Por ejemplo, podemos
sentir que no somos apropiados para un trabajo, pero al sentirlo elevamos nuestra ansiedad y
nuestro desempeño empeora. Al tener un mal desempeño ‘confirmamos’ que ese trabajo no es
para nosotros. Este sesgo se ha denominado en psicología profecía de autorrealización. También
en el campo educativo se ha observado esta profecía de autorrealización o sesgo de confirmación.
La investigación ha mostrado que las expectativas de los docentes se relacionan con el desempeño
de los estudiantes. Así, los profesores tienden a dar mejor retroalimentación, dedicar más tiempo y
tener mejores relaciones con aquellos estudiantes que consideran mejores. Estas características de la
relación profesor-estudiante pueden llevar a que tales estudiantes aprovechen mejor las actividades
de aprendizaje y, por lo tanto, ‘confirmen’ la expectativa docente al contar con un mejor desempeño.

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3.2. Razonamiento por analogía

El razonamiento inductivo podría ser aplicado a un rango más amplio de situaciones que aquellas
que requieren inferencias causales. Por ejemplo, el razonamiento inductivo podría ser aplicado al
razonamiento por analogía. Este pensamiento se da cuando usamos información de un dominio
(la fuente de la analogía) para ayudar a resolver un problema en otro (el objetivo). (Hardman, s.
f.). Piense en un ejemplo de problema de analogía: la pintura es al albañil lo que la madera es al (a)
fontanero, (b) alfarero, (c) carpintero, (d) cerrajero. En el razonamiento por analogía, la persona
debe observar el primer par de ítems (‘pintura’ y ‘albañil’, en este ejemplo) y debe inducir de estos
una o más relaciones (en este caso, uno de los materiales de trabajo). El razonador debe entonces
aplicar la relación dada en una segunda parte de la analogía. En este ejemplo, la respuesta correcta
es ‘carpintero’ dado que la madera es su principal material de trabajo. Algunos investigadores han
usado la metodología de tiempos de respuesta para identificar la manera como las personas trabajan
con inducciones. A partir de estos trabajos se ha identificado que la mayor parte del tiempo usado
en resolver una analogía se emplea en codificar los términos y responder, la menor parte del tiempo
se utiliza en el razonamiento. En ocasiones, cuando las personas desconocen el significado de los
términos o estos son complejos, resolver la analogía toma más tiempo.

Las analogías son útiles en la vida diaria cuando hacemos predicciones acerca de nuestros ambientes.
Nosotros conectamos nuestras percepciones con nuestras memorias por medio de analogías. A
través de ellas se activan conceptos y elementos almacenados en nuestra mente que son similares
con lo que ocurre en la actualidad. A través de esta activación, podemos hacer predicciones de lo que
es probable en una situación dada (Bar, citado por Sternberg & Sternberg, 2012).

Los expertos con frecuencia usan analogías durante el proceso de solución de problemas, y las analogías
han estado involucradas en numerosos descubrimientos científicos. Sin embargo, estudios de solución
de problemas con novatos muestran que con frecuencia tienen dificultad en el reconocimiento de
que un problema puede ser usado para resolver otro. Un problema que ha sido estudiado por varios
investigadores es el de la radiación de Duncker (como lo menciona Fuente de la, 1992). En este
problema, un doctor tiene un paciente con un tumor maligno. El paciente no puede ser operado, pero
el doctor puede usar un tipo particular de rayo para destruir el tumor. Sin embargo, el rayo también
puede destruir el tejido sano. Con una baja intensidad los rayos no dañarían el tejido sano, pero
tampoco destruirían el tumor. ¿Qué puede hacerse para destruir el tumor? Solo el 10 % de las personas
maneja una solución espontáneamente generada a este problema. En dos artículos, Gick y Holyoak
(1980,1983) exploraron las condiciones bajo las cuales los participantes resolverían el problema de la
radiación exponiéndose a una analogía. A algunos participantes se les presentó la siguiente historia:

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“El general

Había un pequeño país donde gobernaba un dictador desde su fortaleza, la cual estaba situada en el
centro de la nación y circundada por granjas y pequeños poblados. Desde todas las partes del país
partían caminos hacia la fortaleza. Un general rebelde había jurado tomar la fortaleza para derrocar al
dictador. Sabía que con un ataque conjunto de todos sus soldados podía conquistarla. Entonces reunió
a su ejército a la cabecera de una de las rutas preparándolos para lanzar un ataque directo, pero el
general se enteró de que el dictador había puesto minas en cada uno de sus caminos. Las minas estaban
colocadas de modo que podían pasar sobre ellas pequeños grupos de hombres sin ningún peligro, puesto
que el dictador necesitaba que sus tropas y trabajadores entraran y saliesen de la fortaleza. Ahora bien,
cualquier grupo un poco grande, podría hacer estallar las minas, y esto no solo cortaría el camino, sino
que destruiría muchos poblados cercanos. De aquí que tomar la fortaleza parecía imposible. Pero al
general se le ocurrió un plan simple: dividió a su ejército en pequeños grupos, y mandó a cada uno de
ellos a un camino diferente. Cuando todos estuvieron preparados, dio la señal y cada grupo avanzó por
una ruta distinta. El avance se realizó de modo que el ejército completo llegó a la fortaleza al mismo
tiempo. De esta forma, el general tomo la fortaleza y derrotó al dictador. (Fuente de la, 1992, p. 38).

Con esta información, ¿podría ahora usted pensar en una solución análoga para el problema del médico?

Leer esta historia llevó a que una proporción ligeramente alta de las personas pensara en una solución
convergente, aunque no mucho más alta (cerca del 30 %). Cuando se les dio una pista de que la
historia podía ser usada en la solución del problema, pero sin hacer explícita la referencia a una posible
analogía, entonces la solución fue de un 92 %. Las soluciones también se facilitaron cuando se pedía
a los participantes leer dos y no solo un problema análogo (Hardman, s. f.). Vale la pena señalar
que la mejor solución al problema de la radiación, que implica la transferencia de la analogía, es la
de “aplicar rayos de más baja intensidad en diferentes direcciones. Los rayos convergerán sobre el
tumor alcanzando en este punto la intensidad suficiente para destruirlo sin afectar a los tejidos sanos”
(Fuente de la, Baillo, Gabucio & Tubau, 1989, p. 15).

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4. Funcionamiento cerebral y razonamiento
Los procesos de razonamiento involucran el córtex prefrontal. Además, el razonamiento involucra
áreas cerebrales asociadas con la memoria de trabajo, tales como los ganglios basales. Dado que el
razonamiento implica la integración de información, la memoria de trabajo tiene un papel fundamental
en él y, por tanto, las zonas cerebrales que la sustentan. Diversas investigaciones han demostrado que
cuando a una persona se le presenta una afirmación que tiene que ser recordada o usada para razonar, el
procesamiento del cerebro difiere de alguna manera. Eso significa que habría más que codificación para
recordar cuando una persona sabe que tendrá que razonar sobre una afirmación. En particular, para el
razonamiento silogístico, el lóbulo frontal lateral izquierdo (áreas de Broca 44 y 45) es más activo que
cuando una afirmación solo necesita ser recordada. Esta activación no puede ser encontrada para el
procesamiento de las premisas condicionales. Cuando las personas están involucradas en la integración
de la información (resolver problemas de razonamiento silogístico y condicional), el córtex fronto-lateral
izquierdo tanto como los ganglios basales están activos para el razonamiento condicional y silogístico.
Sin embargo, el razonamiento silogístico también involucra la activación del córtex parietal lateral, y el
córtex ventral fronto-lateral izquierdo. Entonces, los razonamientos condicional y silogístico involucran
diferentes partes del cerebro (Sternberg & Sternberg, 2012).

Cómo mejorar...
Esta lectura incluye un número importante de conceptos. Al finalizar, usted
debe tener los siguientes conceptos claros:
• Razonamiento deductivo • Modelo mental

• Razonamiento inductivo • Heurístico

• Razonamiento condicional • Sesgo

• Razonamiento pragmático • Inferencias causales

• Esquemas de adquisición • Analogía

• Silogismo categorial
Construya un glosario con estos conceptos y dé un ejemplo de cada uno. De
esta manera, se asegurará de su recordación.

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Referencias
Cummins, D. D. (2004). The evolution of reasoning. En J. P. Leighton & R. J. Sternberg (Eds.), The
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POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 15
INFORMACIÓN TÉCNICA

Módulo: Psicología Cognitiva


Unidad 3: Modelos de memoria a largo plazo y razonamiento
Escenario 6: Los procesos de razonamiento

Autor: Olga Lucía González Beltrán

Asesor Pedagógico: Óscar Salazar


Diseñador Gráfico: Walter Rodríguez B.
Asistente: Julieth Ortiz

Este material pertenece al Politécnico Grancolombiano.


Prohibida su reproducción total o parcial.

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