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Siembra de palma de aceite en sitio definitivo

Introducción
El establecimiento del cultivo es una fase importante del proceso productivo, pues a
partir de su oportuna proyección se toman decisiones para fijar la inversión
presupuestal y se establecen las estrategias productivas a implementar durante la vida
útil de la plantación. Esta etapa comprende las operaciones para implementar la
plantación en el sitio definitivo, que implica la preparación y acondicionamiento del
terreno, y finalmente el trasplante, por lo cual, es necesario planificar adecuadamente,
para establecer una población de plantas con capacidad de producir frutos de
excelente calidad y altos rendimientos.

1. Reconocimiento del terreno


Antes del establecimiento del cultivo se debe planear oportunamente las
diferentes
actividades con 3 o 4 meses de anticipación, verificando que el terreno
reúna las
condiciones ideales para el desarrollo eficiente de las plantas.
1.1 Condiciones climáticas
Inicialmente se evalúan las condiciones climáticas de la zona como son:
temperatura,
humedad relativa, precipitación y brillo solar; de acuerdo, con las
necesidades requeridas
por la palma de aceite; teniendo en cuenta que estos factores son decisivos
pues inciden
directamente en el desempeño del cultivo y no se pueden modificar.
1.2 Observación del terreno
Por otra parte, se debe realizar un reconocimiento ocular del terreno para
identificar
cauces naturales, topografía, tipo de vegetación existente (bosque primario
o secundario),
información que indicará el manejo posterior de limpieza y adecuación.
1.3 Planos topográficos
Se recomienda contar con los planos topográficos del área a producir, con la
ubicación de
las principales fuentes hídricas o cauces, áreas de bosque, información de
planimetría y
altimetría, en el que se evidencien las áreas y pendientes del terreno, de tal
manera, que
facilite el proceso de planificación y diseño de la plantación (vías, drenajes,
sistemas de
riego, tamaño de lotes y forma de siembra).
En cuanto a las características topográficas, se deben preferir tierras planas
a ligeramente
onduladas, para mejores rendimientos. Los terrenos con pendientes
pronunciadas
generan un aumento en los costos de producción, pueden producir erosión,
dificultan las
labores de mantenimiento y supervisión del cultivo, además, de incidir en el
rendimiento
de este.
1.4 Análisis de suelos
También se debe realizar un estudio de caracterización de los suelos, de
acuerdo con
las recomendaciones del asistente técnico, mediante el cual, se identifican
las áreas
con condiciones físico-químicas similares también llamadas “unidades de
manejo
agronómico”; de las cuales se extraen las respectivas submuestras de suelo
para luego
conformar una muestra, de tal manera que se cubra toda el área del terreno.
Dentro de las características físicas del suelo es importante conocer la
profundidad
efectiva del perfil, la textura de los diferentes horizontes, la estructura, la
presencia

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