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Trastorno de Espectro Autista (TEA) según el DSM-5

(Clasificado dentro de los Trastornos del Neurodesarrollo)

Criterios diagnósticos 299.00 (F84.0):

A. Dificultades persistentes en cuanto a la comunicación e interacción social en


múltiples contextos, manifestadas por los siguientes síntomas:
1. Déficits en la reciprocidad socioemocional: imposibilidad de mantener una
conversación normal, compartir intereses, emociones o afecto, iniciar y
responder a las interacciones sociales.
2. Déficits en la comunicación no verbal: anomalías en el contacto visual y
lenguaje corporal, déficits en la comprensión y uso de gestos, ausencia de
expresiones faciales y comunicación no verbal.
3. Dificultades para desarrollar y mantener relaciones sociales: dificultades de
adaptación de conducta en diferentes contextos, juego simbólico, hacer amigos,
ausencia de interés en los compañeros.

B. Patrones restrictivos, repetitivos y estereotipados de conductas, actividades e


intereses, manifestados por al menos dos de los siguientes síntomas:
1. Conductas motoras o verbales estereotipadas.
2. Adherencia excesiva a rutinas y patrones de comportamiento ritualistas.
3. Intereses restringidos.
4. Hiper o hiporreactividad sensorial, o intereses sensoriales inusuales.

En ambos criterios se debe especificar la severidad de los diferentes síntomas:

Nivel de Comunicación social Patrones conductuales restrictivos, repetitivos y


severidad estereotipados
Déficits de comunicación social notables. Dificultades para Inflexibilidad conductual que interfiere
Nivel 1. iniciar interacciones, y respuestas atípicas. Ej. Persona significativamente en uno o más contextos. Los
Requiere que habla pero no es capaz de mantener una problemas de organización y planificación impiden ser
apoyo conversación y le cuesta hacer amistades. independientes.
Importantes dificultades en la comunicación verbal y no Inflexibilidad conductual, dificultad para hacer frente a
Nivel 2. verbal, incluso con ayuda; limitada capacidad para iniciar los cambios, comportamientos repetitivos y
Requiere un interacciones, y respuestas reducidas. Ej. Persona que restringidos que interfieren en el funcionamiento en
apoyo habla con oraciones sencillas, interacción limitada a una variedad de contextos. Angustia ante cambios.
substancial intereses restringidos y con pobre comunicación no verbal.
Severas deficiencias en la comunicación verbal y no Inflexibilidad conductual, extrema dificultad para hacer
Nivel 3. verbal, interacciones sociales muy limitadas y respuestas frente a los cambios, comportamientos repetitivos y
Requiere un mínimas. Ej. Persona que posee pocas palabras e restringidos que interfieren en todos los contextos.
apoyo muy ininteligibles, raramente inicia las interacciones y cuando Angustia elevada ante cualquier cambio.
substancial lo hace es para satisfacer sus necesidades.
C. Los síntomas deben estar presentes desde la infancia temprana (aunque puede
que no se manifiesten plenamente hasta que las demandas sociales excedan las
capacidades limitadas, o puede que estén enmascarados por estrategias
aprendidas en la edad adulta).

D. Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en la vida social, laboral


o en otras áreas de funcionamiento importantes.

E. Estas alteraciones no son debidas a una discapacidad intelectual o a un retraso en


el desarrollo global. La discapacidad intelectual y el TEA concurren con frecuencia.
Para hacer diagnósticos comórbidos, la comunicación social debe estar por debajo
de lo esperado para el nivel de desarrollo general.

Nota: Los individuos diagnosticados en el DSM-IV con trastorno autista, Asperger o


trastorno generalizado del desarrollo no especificado, deben ser diagnosticados como
TEA.

Las personas que presentan un déficit importante en la comunicación social, pero cuyos
síntomas no cumplen los criterios para ser diagnosticados de TEA, deben ser evaluadas
para ver si presentan algún tipo de trastorno de la comunicación social.
Cabe especificar si se presenta:

Con o sin deterioro intelectual


Con o sin trastorno del lenguaje
Asociado con una condición médica, genética o factor ambiental conocido
(Utilizar el código adicional para identificar la condición médica o genética asociada.)
Asociado con otro trastorno del neurodesarrollo, mental o de comportamiento
(Utilizar el código adicional para identificar dichos trastornos)
Con catatonia (código 293.89 [F06.1])

Procedimientos de registro:

Se debe especificar cuando el trastorno de espectro autista está asociado con otro tipo de
trastorno. También se debe especificar el nivel de severidad tanto en comunicación social
como en patrones conductuales repetitivos y estereotipados. A continuación, se debe
indicar si el trastorno se presenta con o sin deterioro intelectual y/o del lenguaje. En caso
de deterioro del lenguaje, cabría señalar el nivel de funcionamiento verbal. Si también se

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encuentra presente algún síntoma de catatonia, de debería especificar separadamente
como “catatonia asociado con trastorno del espectro autista”.

Especificadores:

Los especificadores de severidad mostrados en la tabla deben ser usados para indicar el
nivel de afectación en cada una de las áreas. Esta clasificación no se debe utilizar para
determinar el derecho a la prestación de servicios, sino que se deben considerar otros
aspectos, teniendo en cuenta las necesidades individuales de cada sujeto. Es necesario
tener en cuenta el perfil intelectual para la interpretación de las funciones de diagnóstico.
También son necesarias las estimaciones tanto de las habilidades verbales como de las no
verbales, así como del lenguaje tanto expresivo como receptivo.

Características diagnósticas:

Las características esenciales del trastorno del espectro autista se basan en dificultades
persistentes en cuanto a la comunicación e interacción social (criterio A), y patrones
repetitivos y estereotipados de conductas, actividades e intereses (criterio B). Estos
síntomas deben estar presentes desde la primera infancia y deben entorpecer el
funcionamiento diario (criterios C y D). La etapa en la que el déficit se hace evidente
variará de acuerdo con las características del individuo y su entorno. Las manifestaciones
también varían mucho en función de la gravedad, el nivel de desarrollo, y la edad
cronológica. Este trastorno engloba trastornos mencionados anteriormente como el
autismo infantil temprano, autismo infantil, autismo de Kanner, autismo de alto
funcionamiento, autismo atípico, trastorno generalizado del desarrollo no especificado,
trastorno desintegrativo y trastorno de Asperger.

Es preferible que el diagnóstico esté basado en diferentes fuentes de información,


incluyendo observaciones clínicas, historia familiar y, a ser posible, autoinforme.

El criterio E especifica que los déficits de comunicación social, aunque algunas veces
están relacionados con discapacidad intelectual, no están en consonancia con el nivel de
desarrollo personal.

Actualmente hay disponibles instrumentos de diagnóstico conductual estandarizados con


buenas propiedades psicométricas. Además, las entrevistas con cuidadores, cuestionarios
y medidas de observación clínica pueden mejorar la fiabilidad del diagnóstico.

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Características asociadas de apoyo al diagnóstico:

Muchos individuos con TEA también tienen discapacidad intelectual, déficits motores o
trastorno del lenguaje. En aquellos que presentan una inteligencia media o incluso alta
también se observa un perfil desigual de habilidades. La autolesión, ansiedad y depresión
también son comunes. El periodo de riesgo de comorbilidad con la catatonia parece ser
mayor en los años de la adolescencia.

Cuestiones diagnósticas relacionadas con la cultura:

Existen diferencias culturales en cuanto a las normas de interacción social, la


comunicación no verbal y las relaciones, pero las personas con TEA presentan déficits
notables independientemente del contexto cultural. Lo que sí puede estar condicionado es
la edad en el reconocimiento o diagnóstico.

Cuestiones diagnósticas relacionadas con el sexo:

El TEA es cuatro veces más frecuente en hombres que en mujeres. Las mujeres tienden a
ser más propensas a presentar discapacidad intelectual, lo que sugiere que puede que
éstas pasen desapercibidas debido a las dificultades subyacentes de la misma
discapacidad.

Prevalencia:

En los últimos años, se considera que afecta al 1% de la población, con estimaciones


similares en muestras tanto de niños como de adultos. No está claro si el aumento de
diagnósticos se debe a los criterios utilizados para incluir los casos subliminales, al
aumento de la concienciación, las diferencias metodológicas entre los estudios, o a un
verdadero aumento en la frecuencia del TEA.

Desarrollo y evolución:

Se debe considerar la edad de aparición de los síntomas. Suele ser durante el segundo
año de vida pero puede que aparezcan antes de los doce meses si el retraso es severo, o
que se detecte con posterioridad si es leve. En algunos casos se observa una regresión de
ciertas habilidades que ya tenían adquiridas.

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Los primeros síntomas suelen estar relacionados con retrasos en el desarrollo del
lenguaje, falta de interés social, patrones de juego extraños y comunicación inusual. Estos
son más marcados durante la edad escolar.

No es un trastorno neurodegenerativo, aunque es permanente. Solo una minoría de


individuos consiguen vivir y trabajar independientemente durante la edad adulta. Aun así,
estos individuos son vulnerables a las relaciones sociales y presentan problemas en
aspectos organizativos, además de que son propensos a la ansiedad y a la depresión.

Las manifestaciones son más evidentes durante el periodo de desarrollo, ya que las
intervenciones y ayudas posteriores puede que enmascaren estas dificultades en ciertos
contextos. No obstante, los síntomas permanecen, causando un deterioro significativo en
la vida social y laboral del sujeto.

Factores de riesgo:

Factores ambientales. Una variedad de factores de riesgo no específicos, tales como la


edad paterna avanzada, el bajo peso al nacer, o la exposición fetal al valproato, pueden
contribuir al riesgo de TEA.

Factores genéticos y fisiológicos. Estimaciones de heredabilidad entre el 37 y el 90%,


sobre la base de las tasas de concordancia gemelas. En la actualidad, alrededor del 15%
de los casos parece estar asociado con una mutación genética.

Consecuencias funcionales:

En niños, el déficit social y comunicativo puede dificultar el aprendizaje. En casa, la


inflexibilidad a las rutinas y la aversión a los cambios, además de la sensibilidad sensorial,
pueden interferir en la comida y el sueño. Las habilidades adaptativas suelen están por
debajo del CI. Dificultades en planificación, organización y cambios de rutinas impactan
negativamente en el logro académico, incluso para estudiantes con una inteligencia
normal. En la vida adulta, problemas de independencia y pobre funcionamiento psicosocial.
Las consecuencias funcionales durante la vejez aún se desconocen, pero la soledad y los
problemas de comunicación pueden tener consecuencias para la salud.

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Diagnóstico diferencial:

Síndrome de Rett. Fase de interacción social regresiva entre 1 y 4 años. Después de este
periodo, muchos individuos mejoran su comunicación social.

Mutismo selectivo. Habilidades comunicativas apropiadas, sin afectación de la reciprocidad


social y sin presentar comportamientos repetitivos y estereotipados.

Trastornos del lenguaje y trastornos de la comunicación social. No suele estar asociado


con problemas en la comunicación no verbal o con la presencia de comportamientos
repetitivos y estereotipados.

Discapacidad intelectual sin TEA. Cuando no hay discrepancia entre el nivel de


comunicación social y otras habilidades intelectuales.

Trastorno de movimientos estereotipados. Independiente del lenguaje.

TDA-H. Cuando el déficit de atención o la hiperactividad supera el límite comparando la


edad mental de los sujetos.

Esquizofrenia. Alucinaciones e ideas delirantes.

Comorbilidad:

El TEA está frecuentemente asociado con discapacidad intelectual y trastornos del


lenguaje. Muchos sujetos también presentan síntomas psiquiátricos (alrededor del 70%
presentan un trastorno mental comórbido, y el 40% presentan dos o más). También
pueden presentar TDAH, DEA, ansiedad, depresión u otros trastornos del neurodesarrollo.
Son comunes aspectos como la epilepsia, problemas del sueño y estreñimiento. El
trastorno por evitación de restricción del consumo de alimentos también es bastante
común.

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