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Índice de contenidos
Introducción
Unidad
Unidad
Unidad
Versión digital de la Unidad
Carpeta de trabajo Unidad
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2
ISBN 978-987-3706-18-9
ISBN: 978-987-3706-18-9
Íconos
LL
Leer con atención. Son afirmaciones, conceptos o definiciones destacadas
y sustanciales que aportan claves para la comprensión del tema que se
desarrolla.
PP
Para reflexionar. Propone un diálogo con el material a través de preguntas,
planteamiento de problemas, confrontaciones del tema con la realidad,
ejemplos o cuestionamientos que alienten la autorreflexión.
CC
Cita. Se diferencia de la palabra del autor de la Carpeta a través de la inser-
ción de comillas, para indicar claramente que se trata de otra voz que ingre-
sa al texto.
Ejemplo. Se utiliza para ilustrar una definición o una afirmación del texto
principal, con el objetivo de que se puedan fijar mejor los conceptos.
AA
Para ampliar. Extiende la explicación a distintos casos o textos como podrían
ser los periodísticos o de otras fuentes.
KK
Actividades. Son ejercicios, investigaciones, encuestas, elaboración de cua-
dros, gráficos, resolución de guías de estudio, etcétera.
SS
Audio. Fragmentos de discursos, entrevistas, registro oral del profesor expli-
cando algún tema, etcétera.
EE
Audiovisual. Videos, documentales, conferencias, fragmentos de películas,
entrevistas, grabaciones, etcétera.
II
Imagen. Gráficos, esquemas, cuadros, figuras, dibujos, fotografías, etcétera.
WW
Recurso web. Links a sitios o páginas web que resulten una referencia den-
tro del campo disciplinario.
OO
Lectura obligatoria. Textos completos, capítulos de libros, artículos y papers
que se encuentran digitalizados en el aula virtual.
RR
Lectura recomendada. Bibliografía que no se considera obligatoria y a la que
se puede recurrir para ampliar o profundizar algún tema.
Línea de tiempo. Se utiliza para comprender visualmente una sucesión cro-
nológica de hechos.
4
5
Índice
El autor.................................................................................................. 9
Introducción.......................................................................................... 11
Problemática del campo........................................................................ 11
Reflexiones acerca del aprendizaje en un entorno virtual.......................... 12
Mapa conceptual.................................................................................. 13
Objetivos del curso................................................................................ 15
1. El Estado y el derecho...................................................................... 17
Objetivos ............................................................................................. 17
1.1. El Estado ...................................................................................... 17
1.1.1. El proceso histórico de conformación del Estado ................... 21
1.1.2. Elementos del Estado........................................................... 24
1.1.3. Formas de Estado y de gobierno............................................ 26
1.2. El derecho..................................................................................... 30
1.2.1. Normas morales y jurídicas................................................... 32
1.2.2 Derecho en sentido objetivo y subjetivo.................................. 35
1.2.3. Derecho público y privado. Ramas del derecho....................... 36
1.2.4. Derecho interno e internacional............................................. 39
1.2.5. Fuentes del derecho............................................................. 40
1.2.6. Sistemas jurídicos................................................................ 52
1.2.7. Jurisdicción y competencia.................................................... 56
Referencias bibliográficas...................................................................... 59
El autor
Introducción
Mapa conceptual
El Estado y el derecho
Objetivos
Al concluir el estudio de esta unidad, el estudiante estará en condiciones de:
CC
[…] Ahora bien: convivencia y sociedad son términos equipolentes. Sociedad
de Platón y fundador, en Atenas,
es lo que se produce automáticamente por el simple hecho de la convivencia.
de la escuela filosófica El Liceo.
De suyo e ineluctablemente, segrega ésta costumbres, usos, lengua, derecho, Consideraba a la política como rea-
poder público. Uno de los más graves errores del pensamiento ‘moderno’, cu- lización del bien, ubicándola como
yas salpicaduras aún padecemos, ha sido confundir la sociedad con la asocia- la ciencia soberana cuyo fin es el
verdadero bien supremo del hombre.
ción, que es aproximadamente lo contrario de aquella. Una sociedad no se
Para este pensador, los hombres por
constituye por acuerdo de las voluntades. Al revés: todo acuerdo de volunta- naturaleza se ven arrastrados a la
des presupone la existencia de una sociedad, de gentes que conviven, y el asociación política y la ciudad es
acuerdo no puede consistir sino en precisar una u otra forma de esa conviven- la comunidad más perfecta. Autor
de diferentes obras, entre las que
cia, de esa sociedad preexistente. (Ortega y Gasset, 1998: 101) se destacan: la Política, la Ética
Nicomaquea y la Metafísica.
Ya desde la antigüedad Aristóteles propició esta perspectiva del hombre como
zoon politikon (que puede traducirse como “animal social”). Para este pensa-
dor, quien vive fuera de la sociedad es, o bien un ser superior, o bien un ser
inferior. Así lo expresa en una de sus obras más reconocidas, la Política:
CC
La ciudad es la comunidad, procedente de varias aldeas, perfecta, ya que po-
see, para decirlo de una vez, la conclusión de la autosuficiencia total, y que tie-
ne su origen en la urgencia del vivir, pero subsiste para el vivir bien. Así que to-
da ciudad existe por naturaleza, del mismo modo que las comunidades
CC
Suprema de Justicia de la Nación […] una comunidad, determinada objetivamente por el nacimiento o su asimi-
desde 1983. Autor de diferentes lación y subjetivamente por nexos sociológicos, como el lenguaje, la religión,
obras relativas al derecho y la
los usos, costumbres y hábitos de vida, y psicológicos como la voluntad de
política, entre las que se desta-
can: Derecho Político y Teoría de pertenencia y conciencia de poseer un origen, un destino común, que se re-
la política. suelven en determinadas formas de vida en común, cooperación y solidaridad.
No predominan en ella los factores naturales, sino los culturales. Adicionando
el factor natural del nacimiento a los restantes factores socioculturales, com-
prendemos la realidad de la comunidad nacional en cuanto formación social.
(Fayt, 2003:47)
CC
Española, proviene del latín status El primer autor que empleó la palabra Estado en su acepción actual fue
y presenta diferentes significados; Nicolás Maquiavelo (1469-1527), al comenzar su célebre obra El Príncipe con
entre ellos: “conjunto de los órga-
estas palabras: ‘Todos los Estados, todos los dominios que han tenido imperio
nos de gobierno de un país sobe-
rano”. (DRAE, 2001:989) sobre los hombres, han sido repúblicas o principados’ (es decir, monarquías).
Hasta entonces y desde la antigua Roma, el Estado era llamado República (del
latín res publica, cosa pública). Por su parte, en la antigua Grecia, el Estado era
llamado polis (la famosa ciudad-estado de aquella época). (Torré, 2003:549)
CC
El Estado se nos presenta como una comunidad políticamente organizada en
un ámbito territorial determinado. En su significado moderno, es una unidad
política, con instituciones objetivas diferenciadas que declaran y sostienen el
derecho y aseguran el orden mediante el monopolio de la obligatoriedad incon-
dicionada. Una entidad soberana y abstracta, a quien se confía la titularidad
del Poder. Lo específico de la realidad estatal está constituido por las relacio-
nes políticas. De ellas provienen el mando y la obediencia, la cooperación y
disyunción, la distinción entre gobernantes y gobernados y las formas efectivas
de dominación, como cristalización y síntesis de la actividad humana orientada
a la organización y ordenamiento de la vida social. (Fayt, 2003:129).
CC
Una nación podría estar repartida entre varios Estados (tal el caso de los ale-
manes en el siglo pasado), o que varias naciones coexistan en un mismo
Estado (caso del imperio austrohúngaro). En un sentido temporal, la nación y
el Estado podrían surgir al mismo tiempo (tal el caso de Inglaterra), o la nación
puede preceder al Estado (el caso de Israel), o bien el Estado preceder a la na-
ción (sin duda, el caso de la Argentina).
CC
[…] Doctrinariamente, la nación definida como comunidad se encuentra entre
que ha legado su impronta en
las formas de “sociabilidad espontánea”. La nación no puede organizarse, no nuestro país. Fue docente, inves-
puede adquirir estructuras que la institucionalicen, no se convierte en Estado. tigador, académico, asesor de la
La nación no tiene ni puede tener poder, no se politiza, no es una persona mo- Convención Nacional Reformadora
Constituyente de 1994. Entre
ral ni jurídica, ni un sujeto de derechos. […] no solo afirmamos que nación y
sus obras, pueden mencio-
Estado son diferentes, sino que agregamos: la nación no deviene Estado. narse el Tratado Elemental de
(Bidart Campos, 2001:408) Derecho Constitucional Argentino
y el Manual de la Constitución
reformada.
que realizaron su unificación cientos de años antes que Italia y Alemania se ven afectados
por intentos desmembradores de distinto alcance (Escocia, Córcega, País Vasco, Cataluña,
etc.), con base, y mayor o menor fundamento según los casos, en la teoría alemana o estática
que es generadora de múltiples problemas por el carácter excluyente que conlleva. Desde
esta perspectiva, el principio de las nacionalidades ha pasado a ser considerado como un
principio reaccionario y ha dejado de legitimar jurídicamente determinadas aspiraciones
nacionalistas. (García Ruiz, 2007:55-57)
PARA REFLEXIONAR
LECTURA OBLIGATORIA
1.
Esta ha sido materia de investigación afrontada por numerosos expertos de diversas cien-
cias, ya que, a la hora de estudiar las distintas sociedades habidas a lo largo de la historia
los científicos han considerado frecuentemente importante atender a su forma de gobier-
no, a su organización política, que en ocasiones era ya en la antigüedad muy completa y
compleja, como sucedió en el Imperio Romano. Sin embargo la doctrina mayoritaria de la
Teoría del Estado ha producido un consenso acerca de que el Estado propiamente dicho
solo surge a partir del Renacimiento… Las formas de organización política anteriores a la
eclosión del pensamiento renacentista en la Edad Moderna, las consideramos así de natu-
raleza preestatal, pese a que obviamente su evolución permitió modos de organización
jurídico-política que contribuyeron a lo que puede denominarse la formación del Estado.
Las formas preestatales más interesantes se dieron en las organizaciones políticas de
la antigüedad bajo las que llegaron a vivir un elevado número de súbditos; allí solemos
encontrar organizaciones complejas y sutiles. Ya en el cuarto año antes de la era cristiana,
hay configuraciones preestatales del máximo interés en la Mesopotamia y Egipto. Pero de
las primitivas formaciones de los Estados solo nos interesa destacar los aspectos relevantes
para el estudio del Estado moderno. El despotismo en la mayor parte de los “Estados
orientales” o, en ocasiones, su carácter teocrático (caso paradigmático es el de la organi-
zación política de que por entonces se dotaba el pueblo de Israel) no impidió nunca la
existencia de un ordenamiento jurídico.
De la ciudad estado helénica… hay que distinguir su tipo ideal que nos llega a través de
las obras de Platón y de Aristóteles, quienes manifiestan que la persona no se pertenece,
sino que pertenece a la polis. Es por tanto una concepción de desvalimiento del individuo
frente a la organización política a la que pertenece. Y, de otra parte, su reconstrucción por
aquellos autores posteriores que resaltan que la libertad en Grecia significaba participación
en el poder del Estado, a diferencia de la libertad en los sistemas demoliberales que se
ejerce frente al Estado.
Es menester recordar en términos escuetos, que en Grecia —y más concretamente en
la obra de Aristóteles— encontramos la cuna de la tesis patriarcal sobre la aparición del
Estado, conforme a la cual la organización política dotada de poder sobre los súbditos
dimana de la asociación de familias con propósitos defensivos comunes. Esta aportación,
a la que se adherirá el gran pensador de la República romana, Cicerón, pone las bases de
dos afirmaciones que han retornado numerosas veces con fuerza, a través de los siglos, en
la Historia del pensamiento político. Nos referimos, de un lado al contractualismo, que
Rousseau llevará más tarde a sus últimas consecuencias, y, de otro, a la tesis del origen del
Estado al servicio de la defensa y seguridad de las personas, brillantemente desarrollada,
en su día, por Hobbes.
En Roma la concepción de la civitas será bien distinta a lo largo de su historia, y cabe
afirmar que, al ciudadano, stricto sensu, se le reconoce una personalidad independiente
frente a la organización política, sobre todo durante la República, ya que durante el
Imperio ello se reduce a la esfera del derecho privado.
La historia de la Edad Media es la de un largo proceso a través del cual una serie de
formaciones políticas primitivas —que suponen un paso atrás respecto de la cultura
política griega y romana—, que inicialmente no tenían vinculación con un territorio fijo,
asentadas en la realidad social del feudalismo y de la dualidad poder civil del Rey - poder
espiritual de la Iglesia, van progresando lentamente en la escala de la organización pública,
pasando por unas ciudades fuertes que recuerdan a las polis griegas, hasta desembocar a
fines del siglo XV y comienzos del XVI en lo que se denominará Estado Moderno.
[…] En la Edad Media cristiana, el origen y la transformación de los Estados se entien-
den, por la escolástica tomista sometidos al derecho e incluso en ocasiones precisan del
arbitraje o autorización de la más alta autoridad terrestre, el Papa. Posteriormente para
el derecho natural, la cuestión del origen y transformación de los Estados seguirá siendo
una cuestión jurídica.
Si durante el Medioevo, juristas, filósofos y teólogos insistieron, como ya hemos apun-
tado sobre el origen jurídico del Estado y si el derecho natural protestante, que alimenta
buena parte del absolutismo se apegó a la misma tradición, siglos después, numerosos
autores —quizá sea preciso destacar tanto a Hegel como Stahl— negarán con contun-
dencia las doctrinas sobre el origen jurídico de los Estados. Surgirán toda una serie de
doctrinas que coinciden en insistir en el carácter fáctico del proceso de formación de los
Estados y en la extensión o reducción de sus respectivos territorios.
Este largo proceso al que hemos hecho breve alusión permitió que en la monarquía
absoluta de comienzos de la Edad Moderna se conjugaran tres elementos que permitieran
hablar de Estado propiamente dicho, a saber, un poder soberano sobre un pueblo y un
territorio. (Álzaga Villaamil y otros, 2011: 65-67)
CC
[…] Solo nos corresponde acentuar la idea de que no estamos en presencia
de un modelo petrificado, sino ante un sistema que, aun admitiendo siempre
los postulados teóricos del Estado de derecho (proclamación y garantía de los
derechos y libertades de los individuos; representación popular a través de un
parlamento electo; sumisión de la administración al principio de legalidad, que
es expresión de la voluntad parlamentaria, y aplicación de la doctrina de sepa-
ración de los poderes, especialmente en lo concerniente a la independencia de
los tribunales, solo sometidos al imperio de la ley) ha conocido y, sigue vivien-
do, una profunda evolución en su desarrollo. (Álzaga Villaamil y otros, 2011:70)
CC
[…] La comunidad de personas políticamente organizadas, que denominamos
Estado, necesita para su existencia de un conjunto de personas que conviven,
que llamamos pueblo, de un territorio cierto y de una organización especializa-
da que ejerza el poder político. (Molas, 1998:24)
xx
La República Popular China, con una población de 1.351 millones de habi-
tantes, y la India, con 1.237 millones, son los estados más poblados del
planeta. En cambio, el Estado de la Ciudad del Vaticano posee unos
900 habitantes.
II
2.
CC
La forma de Estado afecta al estado mismo como estructura u organización
política. Es la forma del régimen, que responde al modo de ejercicio del poder,
y a la pregunta de “¿cómo se manda?”. En cambio, la forma de gobierno es la
manera de organizar uno de los elementos del estado: el gobierno. Responde
por eso a la pregunta de “¿quién manda?”. Mientras la forma de gobierno se
ocupa de los titulares del poder y de la organización y relaciones de los mis-
mos, la forma de estado pone necesariamente en relación con dos elementos
del Estado: uno de ellos es siempre el poder, y los que entran en relación con
él son la población y el territorio. (Bidart Campos, 2005:431)
Formas de Estado
Existen diferentes combinaciones entre los elementos que conforman el
Estado, de ellas, a su vez, derivan diversas formas de Estado. Estas pueden
ser clasificadas, para Molas (1998:29), de la siguiente manera:
PARA REFLEXIONAR
Forma de Estado
WW <http://es.wikipedia.org/wiki/Forma_de_Estado>
Forma de Gobierno
<http://es.wikipedia.org/wiki/Forma_de_gobierno>
LECTURA RECOMENDADA
RR
Hauriou, M. (2003), Principios de Derecho Público y Constitucional, Editorial Comares
SL, Granada, pp. 391 a 471.
EE
<http://www.youtube.com/watch?v=HGOaj_IetHY>
3.
1.2. El derecho
Si bien para algunos autores, como se ha señalado, el derecho es considerado
como un elemento del Estado, para otros, en cambio, “es una de las manifes-
taciones del Estado” (Torré, 2003:557).
Lo que es evidente es que no puede concebirse un Estado sin la existencia
de su ordenamiento jurídico, es decir, carente de derecho.
CC
En efecto, las comunidades políticas organizadas en forma de Estado se rigen
por un conjunto de normas de aplicación sobre el ámbito territorial en que es-
tán asentadas, conjunto de normas que es distinto (no en el sentido de dife-
CC
El sistema de normas coercibles que rigen la convivencia social. (Torré,
2003:24)
El citado autor explica que, a partir de esta definición, se pueden observar los
diferentes elementos que caracterizan al derecho:
LECTURA RECOMENDADA
RR
Sandler, H. R. (1999), Los problemas sociales y el orden jurídico, en Filosofía Jurídi-
ca, problemas sociales y derecho correcto, Departamento de Publicaciones Facultad de
derecho UBA, Buenos Aires, pp. 31-70.
CC
La norma jurídica es un enunciado lingüístico de alcance general (aunque no
necesariamente universal), producido por una instancia competente (no nece-
sariamente política) para ello, que pretende fuerza obligatoria y que puede te-
ner como contenido cualquier descripción, mandato, prohibición o permisión
susceptible de determinar la conducta de los destinatarios de la norma.
(Carrasco Perera y otro, 2013:23)
CC
Consecuencia jurídica o efecto jurídico normal. Tiene una doble manifestación:
primeramente, origina un deber general de obediencia y colaboración de todos
los miembros de la comunidad jurídica, que son destinatarios de la norma; en
segundo lugar, supone el reconocimiento de las relaciones jurídicas protegidas
por la norma (de los deberes y facultades en que dichas normas se tradu-
cen)… Consecuencia jurídica extraordinaria: sanción. En caso de incumplimien-
to de lo prescripto por la norma, es decir, cuando el destinatario de la norma
incumple su consecuencia jurídica, se conecta la sanción, se sanciona. Da lu-
gar a la eficacia sancionadora de las normas jurídicas. (Ruiz Huidobro,
2010:36-37)
El problema de la distinción entre moral y derecho es una de las más delicadas cuestiones
que se presentan a la filosofía del derecho y ha dado lugar a una de las grandes contro-
versias del pensamiento contemporáneo, […] al hablar del derecho natural. La dificultad
consiste en que no se trata de conceptos perfectamente independientes, separados entre
sí por una línea definida. No solo aparecen frecuentemente entremezclados, no solo se
influyen recíprocamente, sino que, a nuestro entender, la moral es un ingrediente nece-
sario de lo jurídico.
Ello no significa, sin embargo, que no se pueda establecer una distinción entre la
norma jurídica y la puramente moral.
a) Tanto la moral como el derecho son normas de conducta humana; pero la moral valo-
ra la conducta en sí misma, plenariamente, en la significación integral y última que tiene
para la vida del sujeto; en cambio, el derecho valora la conducta desde un punto de vista
relativo, en cuanto al alcance que tenga para los demás. El campo de imperio de la moral
es el de la conciencia, es decir, el de la intimidad del sujeto; el área sobre la cual pretende
actuar el derecho es la de la convivencia social.
Tanto la moral como el derecho se encaminan hacia la creación de un orden. Pero
el de la moral es el que debe producirse dentro de la conciencia; es el orden interior de
nuestra vida auténtica. En cambio, el orden que procura crear el derecho es el social, el
de las relaciones objetivas entre las gentes.
No ha de creerse, sin embargo, que la moral se ocupa únicamente del individuo, de
la intimidad de su conciencia y, a la inversa, que el derecho desdeña todo lo que no sea
el campo de las relaciones sociales. La moral no opone al individuo a la sociedad; por el
contrario, reputa al hombre como un ser eminentemente sociable y lo valora como tal;
en buena medida, los actos humanos se juzgan moralmente según su alcance exterior, su
valor social: el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones.
La moral gobierna la conducta social del hombre mediante dos virtudes, la caridad y
la justicia. Y, por su parte, el derecho más de una vez penetra al fondo de las conciencias
y juzga las intenciones.
b) La moral es autónoma, es decir, se la impone el individuo a sí mismo, surge de una
convicción propia, exige una íntima adhesión a la norma que cumple. No importa que
las normas hayan sido establecidas por un proceso racional íntimo, o que deriven de una
fuente externa (revelación religiosa, tradición, mandato paterno, etc.), porque en estos
últimos casos, aunque el contenido de las normas morales no haya sido hallado por su
sujeto, este estima que es bueno y obligatorio cumplir con ellas. Aun en tales casos, la
moral tiene que descansar en una convicción del sujeto.
En cambio, el derecho es heterónomo, le es impuesto al individuo por el Estado,
con total independencia de lo que íntimamente piense aquel. No importa que el sujeto
estime buena o mala la norma jurídica; de todas maneras, le es obligatorio cumplirla.
Concretando: la norma moral se la impone el individuo a sí mismo; la jurídica le es
impuesta por el Estado.
c) Del carácter diferencial aludido en el párrafo anterior surge este otro: la moral supo-
ne y requiere libertad en su cumplimiento, pues para que una conducta pueda ser objeto
de un juicio moral es preciso que el sujeto la realice por sí mismo, que responda a una
posición de su propio querer. En cambio, la norma jurídica es obligatoria; los individuos
no pueden negarse a cumplirla, pues, si lo hicieran, el Estado los obligaría a cumplirla
coactivamente; y si el cumplimiento fuera ya imposible, aplicará, también coactivamen-
te, una sanción.
Lo dicho en los párrafos anteriores no significa, en modo alguno, negar la existencia
de sanciones en caso de violación de normas puramente morales. Esas sanciones suelen
4.
A su vez, cada uno de ellos cuenta con diferentes campos o ramas; se trata
de especialidades que se encuentran diferenciadas entre sí.
Cuando hablamos del derecho en sentido subjetivo, por su parte, podemos
referirnos a aspectos diferentes como:
a) El poder de exigir de otro el cumplimiento de aquello a lo que se ha obli-
gado. Si contrato un viaje con determinadas características a un agente de
viajes, este deberá cumplir con los servicios comprometidos; si acordé la
CC
[…] el derecho público es el derecho del Estado, tiene por objeto las relacio-
nes de la vida pública, constitutivas de la organización y de la actividad del
Estado, organismo político que protege actualmente la vida civil en los pueblos
civilizados. (Hauriou, 2003:1)
CC
El derecho privado tiene por objeto las relaciones de la vida civil y mercantil,
que están, actualmente, bajo la protección del Estado, pero que, en otras épo-
cas históricas, han estado bajo la protección de organizaciones políticas de
otro género: clanes, tribus, señoríos feudales. (Hauriou, 2003: 1)
Si bien todas las ramas que conforman el derecho público tienen una raíz
común, en la actualidad han alcanzado un grado de autonomía suficiente que
permite diferenciarlas entre sí.
Hemos dicho que el derecho público es, simplificadamente, el derecho que se refiere a
la organización del Estado y sus poderes. Pero hay que tener en cuenta que el Estado ha
sido un ente en permanente transformación desde sus inicios […] y, por eso, sus trans-
formaciones son también las del derecho público.
Inicialmente, bajo la denominación de derecho público vamos a tener una especie de
cajón de sastre en el que tenían cabida todas las normas, escritas o no, relativas al ejercicio
del poder del Estado. Sin embargo, esas normas sufren una evolución constante al socaire
de las transformaciones del Estado. Por ello, claramente se van a ir distinguiendo, casi
desde los comienzos del Estado, al menos cuatro ámbitos dentro del derecho público que
darán lugar al desgajamiento de otras tantas ramas del derecho: el relativo, específicamen-
te, al ejercicio del monopolio de la acción punitiva que ostenta el estado y que pasará
a llamarse derecho penal; el relativo a la administración de justicia o derecho procesal; el
relativo a la hacienda del Estado que se llamará Hacienda pública o derecho financiero y
tributario; del derecho público inicial subsistirá, después de estas separaciones, un núcleo
restante —e históricamente más importante porque se refiere al ejercicio en general del
poder de gobernar— y al que, para no seguir llamándolo derecho público, porque sería
un elemento de confusión ya que tendríamos que hablar de derecho público en general
y de derecho público en sentido estricto, hemos denominado desde hace varios siglos,
derecho político.
Posteriormente, cuando el Poder Ejecutivo del Estado empieza a distinguirse entre
Gobierno y Administración Pública, se evidenciará un quinto ámbito al desgajarse del
derecho político el llamado derecho administrativo.
[…] Pero ese resto va a tener un momento clave en su evolución al producirse la
gran y definitiva transformación del Estado como consecuencia de las grandes revolu-
ciones liberales del siglo XVIII. El Estado dejará de ser Estado Absoluto y empezará el
llamado Estado Liberal. Y en nuestra terminología hablaremos de Antiguo Régimen y
su sustitución por el Nuevo Régimen. Y lo que va a caracterizar a este es acabar con el
régimen político de la monarquía absoluta, limitando la potestad real y dando lugar a
un régimen en el que el elemento decisivo no será ya la voluntad del Monarca sino una
ordenación por el derecho del ejercicio del poder mediante un conjunto de normas que
se incorporan a un documento al que se otorga gran importancia y al que conoceremos
como “Constitución”. De ahí que más que hablar de derecho político empezaremos a
hacerlo de derecho constitucional.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que organizar el poder puede hacerse de muchas
formas. Lo que va a caracterizar al movimiento liberal es que esa organización debe res-
ponder a un criterio esencial: el de reconocer y preservar la existencia de unos derechos
irrenunciables del individuo, que pasa de ser súbdito a ser ciudadano. Se va a producir así un
movimiento circular entre dos principios básicos: el de asegurar la libertad del ciudadano y
el de la necesidad de que la comunidad política en que este se inserta, es decir el Estado, sea
lo suficientemente organizada como para asegurar las condiciones mínimas necesarias para
una vida social en libertad. Será a partir de ese momento cuando de verdad podemos hablar
de la existencia de un primer concepto de derecho constitucional. (García Ruiz, 2007:16-18)
Al igual que el derecho público, en el caso del derecho privado también existe
una raíz común y la evolución histórica ha dado lugar a las diferentes ramas
que hoy conocemos.
En Roma, jus civile significaba el derecho propio de un pueblo independiente, por oposi-
ción a jus gentium, que comprendía las reglas comunes a todos los pueblos, y a jus natura-
le, que eran aquellas reglas elementales que derivaban de la naturaleza misma del hombre.
A medida que el vasto imperio fue asimilando más y más los pueblos conquistados
y les concedió la ciudadanía, el jus civile de Roma, llamado también derecho quiritario,
fue desalojando a los otros derechos nacionales hasta convertirse en la ley común de todo
el imperio.
A la caída de este, la expresión jus civile designaba el derecho romano, público y priva-
do. Poco a poco, sin embargo, aquellas palabras tomaron un sentido distinto: comenzaron
a designar al derecho privado, por oposición al público. Esta desviación se explica de una
manera muy simple, al decir de Ripert. El jus civile, tal como los estudiosos lo encontra-
ron recopilado en la codificación de Justiniano, comprendía a la vez normas de derecho
público y privado; pero a la caída del imperio, los textos sobre la organización estatal y su
administración no tenían ninguna utilidad.
Como consecuencia de ello, los jurisconsultos no acudían a las compilaciones de
Justiniano sino para buscar las reglas de derecho privado; de ahí que, poco a poco, derecho
civil vino a significar derecho privado.
Con el avanzar de los siglos, el progreso de la técnica de las comunicaciones, el aumen-
to del tráfico mercantil y del intercambio entre las pueblos fue creando la necesidad de
desglosar, de aquel tronco común que era el derecho privado o civil, algunas ramas que
escapaban a sus moldes, un poco estrechos. Así fue como se separaron el derecho comer-
cial y el procesal.
Mucho más reciente es la separación de la legislación rural. Durante el siglo pasado, el
desarrollo del maquinismo y de la gran industria dio lugar a los nuevos y complejísimos
problemas surgidos del trabajo y con ellos se produjo la segregación del derecho obrero.
(Borda, 1996:19-20)
CC
Julio César Cueto Rúa (1920- La palabra ‘fuente’ proviene del latín: fon, fontis, que en su primera acepción
2007). Jurista y pensador argen- alude al manantial de agua que brota de la tierra, pero que también identifica
tino. Dedicó su vida académi- el aparato o artificio que hace salir el agua en las plazas o jardines. Es decir
ca al estudio de la Filosofía del
que encontramos fuentes de origen natural y también otras creadas por el
Derecho y el Derecho compa-
rado. Fue docente, investigador hombre. Por extensión, y en un sentido figurado, fuente significa aquello que
y académico. Autor, entre otras es principio, fundamento u origen de algo. (Palazzo, 2003: 1)
obras, de Fuentes del derecho y
El Common Law.
De acuerdo con Cueto Rúa (1994:13), la palabra fuente puede aludir: al origen
del derecho, es decir, las causas que lo han creado; a su manifestación, como
una expresión concreta de este; a la autoridad de la que emana; o, por último,
puede tener el significado de fundamento de validez de las normas jurídicas,
donde las inferiores encuentran su basamento.
Para Borda (1996:35), en tanto, la expresión “fuente del derecho” tiene
Guillermo Antonio Borda (1914- tres sentidos diversos:
2002). Jurista argentino. Dedicado
especialmente al estudio del dere- a) filosófico: busca averiguar cuál es la razón suprema que le da origen, citan-
cho civil. Fue docente, investigador,
do en esta línea el Preámbulo de la Constitución Nacional, donde se invoca
académico, Ministro del interior y
miembro de la Corte Suprema de “la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia”;
Justicia de la Nación. Integró la b) histórico: hace referencia a los antecedentes patrios o extranjeros que sir-
Comisión Reformadora del Código ven de base para el ordenamiento jurídico, donde se destacan el derecho
Civil, cuyo trabajo se plasmó en la
sanción de la Ley Nacional 17711. romano, el derecho español, el Código Napoleónico, etcétera;
Entre sus obras, pueden mencio- c) normativo: se trata de las normas o preceptos del derecho positivo, del
narse el Tratado de Derecho Civil y que nacen los derechos y obligaciones de las personas.
el Manual de Derecho Civil.
Esta división clásica de las fuentes ha creado y sigue creando graves dificultades teóricas.
El pensamiento rector parece haber sido el de considerar fuentes formales solo a las nor-
mas jurídicas generales mediante las que se establecen obligaciones, emanadas de auto-
ridad competente y en las que se pueda subsumir lógicamente a las normas de inferior
jerarquía normativa. En este sentido, fuente formal es sinónimo de normatividad general.
[…] De acuerdo con este criterio, fuentes formales solo serían aquellas normas obliga-
torias emanadas del legislador (leyes), o extraídas de las costumbres, o explicitadas de las
sentencias a las que se ha conferido carácter obligatorio de manera general o, en algunos
casos muy excepcionales, a las enunciadas por los juristas, a quienes se ha investido del
privilegio de hablar de manera obligatoria.
En cambio, fuentes materiales serían todos aquellos factores reales que gravitan sobre
el ánimo de los jueces, los legisladores, los funcionarios administrativos, inclinando su
voluntad en un sentido determinado en el acto de crear una norma jurídica.
[…] Es sencillo advertir cómo esta clasificación complica toda la teoría de las fuentes,
porque si hubiéramos de considerar fuentes materiales a todos los factores reales que gra-
vitan sobre la voluntad de los órganos comunitarios, no podríamos limitar la nómina a
la doctrina y la jurisprudencia, como se ha hecho tradicionalmente, sino que deberíamos
incluir también los estímulos ambientales y los factores de predisposición subjetiva que,
de hecho, hacen sentir su influencia en el espíritu del órgano.
Serían fuentes materiales, en este sentido, los prejuicios, las tendencias, la confor-
mación mental, las creencias, la concepción filosófica, los complejos, las motivaciones
ocultas, y las reacciones impulsivas propias de la persona que ha de resolver el conflicto.
De la misma manera lo serían, la constelación de prácticas, usos y tradiciones sociales,
los intereses grupales en colisión y la posición adoptada a su respecto, consciente o incons-
cientemente, por los diversos órganos comunitarios, las pretensiones invocadas por las partes
litigantes, y la posición social y política de todos los afectados por el litigio, incluyendo a
quien ha de decidirlo. (Cueto Rúa, 1994: 25-26)
En síntesis: las fuentes del derecho son criterios a los que se recurre
Ley
La ley es considerada como una importante fuente del derecho y, teniendo en
cuenta las características del sistema jurídico argentino, de tradición romanis-
ta, podríamos afirmar que esta ha alcanzado un cierto grado de preeminencia.
No obstante ello, es importante señalar que históricamente no ha tenido la
primacía que actualmente posee y que en algunos casos específicos la ley
cede su preponderancia frente a otras fuentes del derecho.
CC
La ley es la expresión conceptual de un órgano o funcionario de la comunidad
mediante la cual se establece una relación general entre ciertos hechos, por un
lado, y una conducta que debe ser cumplida, por el otro. (Cueto Rúa, 1994: 35)
ley desechado en todo o en parte por el Poder Ejecutivo carece de efecto jurí-
dico en aquellas normas observadas. No obstante, estas objeciones pasan
nuevamente al Congreso de la Nación y, en caso de ser ratificadas por mayo-
ría de dos tercios de votos en cada Cámara, el proyecto de ley vuelve al Poder
Ejecutivo, quien debe promulgarlo.
Para que una norma jurídica general obligatoria (ley) tenga efecto jurídico
es necesaria su publicación, luego de sancionada y promulgada. Esta función
se encuentra a cargo del Poder Ejecutivo y se lleva a cabo mediante la inser-
ción del texto aprobado en el Boletín Oficial. La excepción estaba dada por las
llamadas leyes secretas, normas que por carácter de seguridad eran sancio-
nadas en sesiones reservadas por las Cámaras del Congreso y no se publi-
caban; no obstante, la Ley nacional 26134 prohíbe el dictado de normas que
revistan tal carácter.
La falta de conocimiento de la ley no exime de responsabilidad frente a
actos contrarios a esta; así se prescribe: “la ignorancia de las leyes no sirve
de excusa, si la excepción no está expresamente autorizada por la ley” (artí-
culo 20 del Código Civil).
En este aspecto, el Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación, en
trámite ante el Congreso de la Nación durante el 2014, y que propicia la uni-
ficación de ambos códigos, mantiene la presunción, aunque con una sutil
modificación referida a que la excepción a la ignorancia tiene que encontrarse
incorporada en el ordenamiento jurídico. Así se señala: “la ignorancia de las
leyes no sirve de excusa para su cumplimiento, si la excepción no está auto-
rizada por el ordenamiento jurídico” (artículo 8 del Proyecto de Código Civil y
Comercial de la Nación).
CC
Desde el punto de vista de la experiencia social, de la práctica de los
Tribunales, de la conducta de los legisladores, del entendimiento colectivo, una
ley que jamás ha sido aplicada no es ley. Es un mero conjunto de palabras ca-
rentes de valor normativo. Es inválida, por carecer de un mínimo de vigencia.
(Cueto Rúa, 1994: 65)
CC
A partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplicarán aún a las consecuen-
cias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes. No tienen efecto re-
troactivo, sean o no de orden público, salvo disposición en contrario. La re-
troactividad establecida por la ley en ningún caso podrá afectar derechos
amparados por garantías constitucionales. (Artículo 3 del Código Civil)
el instrumento más potente y adecuado para conformar la vida humana a las exigencias
de los grandes principios de la igualdad, la fraternidad y la libertad. La inteligencia se
encuentra en condiciones de crear y establecer un sistema perfecto de leyes que permita
prever y resolver con justicia, sin excepción, todos los conflictos que pueden surgir en el
seno de la sociedad.
Con la Revolución francesa triunfa el racionalismo iluminista. El hombre va a realizar
libremente su destino. Serán abolidas las aberraciones de la alambicada tradición medie-
val. Las corporaciones, los feudos, los privilegios serán suprimidos, por ser contrarios a la
igualdad y por obstaculizar el libre y pleno despliegue de la libertad individual.
La inteligencia humana se encuentra en condiciones de elaborar un sistema lógicamen-
te coherente de normas que se integren entre sí de tal manera que no quede situación o
circunstancia al margen de las previsiones legislativas. Ese Código traducirá los grandes
ideales de la Revolución francesa y permitirá la coexistencia pacífica y armónica de los
individuos.
Con esta concepción ideológica predominante se inició la tarea de preparación del
Código por una serie de grandes juristas franceses, tarea a la que no permaneció ajeno el
propio Napoleón Bonaparte.
[…] Con esta obra se inicia en Occidente el gran movimiento hacia la codificación
privada. El ejemplo cunde y se comparten las esperanzas. Se cree en la posibilidad de un
sistema cerrado, dotado de perfección por ser el producto deliberado de la razón humana
y aplicarse a seres intrínsecamente racionales. No se duda del poderío de la inteligencia.
Todos comprenderán los Códigos. Se simplificará el trabajo de los jueces y de los abogados.
Se facilitará el desarrollo de las transacciones económicas, y se organizará la vida social en
torno a cánones de una absoluta evidencia por su intrínseca racionalidad. Hoy ya no com-
partimos ese optimismo. Sabemos de sus exageraciones y hemos padecido los inconvenientes
derivados de su extrema adhesión a los principios del racionalismo iluminista. (Cueto Rúa,
1994:69-71).
xx chos sustantivos reconocidos por las leyes a las personas: Código Civil,
Comercial, Penal y de Minería. […] son dictados por el Congreso
Nacional. Los Códigos de forma son los que indican la manera de hacer
valer ante la justicia los derechos reconocidos por las leyes de fondo: son
los Códigos de Procedimiento, cuya sanción está reservada a las provin-
cias. (Borda, 1996:43).
WW <http://www.infojus.gov.ar/home;jsessionid=u9y5vc4xn2cjvip2cmjy4
r9w?0>
Comentario sobre el Proyecto de Modificación del Código Civil por
el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo
Lorenzetti.
<http://www.youtube.com/watch?v=4wI0acWz8L0&list=PLFBCC4F
2046C397AF&index=1>
LECTURA OBLIGATORIA
5.
Costumbre
La costumbre es la más antigua de las fuentes del derecho; la primera en
surgir, considerada históricamente. Con respecto a ella, se ha señalado:
CC
La costumbre es un hecho social susceptible de percepción. Consiste en la rei-
teración de una determinada conducta, cuando los miembros de un grupo so-
cial enfrentan las mismas circunstancias. (Cueto Rúa, 1994: 81)
Conforme a los principios básicos del positivismo legislativo que reinara casi sin disputa
a lo largo del siglo XIX en Europa continental y en Latinoamérica, se ha pretendido rele-
gar la costumbre como fuente del derecho, a una posición secundaria. Esta pretensión se
vio favorecida por la ineficacia de la costumbre para hacerse cargo de los innumerables
problemas que planteaba la Revolución industrial, la expansión de los mercados requeri-
dos por la creciente producción europea, la formación de nuevas nacionalidades y la crisis
ideológica que surge con el socialismo y el marxismo. En esas circunstancias, la ley pasó
a ocupar un primer plano como instrumento de orientación del proceso social y como
técnica adecuada para lograr la realización de los valores sociales. Pero el hecho contin-
gente de que a lo largo de los siglos XIX y XX, en algunos países europeos y latinoame-
ricanos, la ley escrita se haya constituido en la principal fuente del derecho, no autoriza
la generalización en que ha incurrido el racionalismo jurídico, tanto en su versión exegé-
tica como en la dogmática, al afirmar que la ley, como fuente, se sobrepone siempre a la
costumbre, o aunque la costumbre como fuente no puede tener otro valor que el que le
reconozca la propia ley.
El jurista interesado en una conceptuación general del derecho no puede adoptar un
punto de vista tan limitado.
El Código Civil, al referirse a esta fuente del derecho, señala que: “los usos y
costumbres no pueden crear derechos sino cuando las leyes se refieren a ellos
o en situaciones no regladas legalmente” (artículo 17). Es decir que el ordena-
miento jurídico rechaza la posibilidad de una costumbre que invalide a la ley.
En este aspecto, el Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación acla-
ra esta norma, señalando que: “Los usos, prácticas y costumbres son vincu-
lantes cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o en situaciones
no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a derecho” (artículo
1º del Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación).
Jurisprudencia
La jurisprudencia es el resultado de la labor de los jueces, en ejercicio de su
función de resolución de los conflictos que se suscitan entre diferentes inte-
grantes de la comunidad social. En tanto fuente del derecho, se ha afirmado:
CC
Por jurisprudencia se acostumbra entender tanto un conjunto de casos decidi-
dos por los tribunales en sentido concordante y uniforme sobre un mismo pro-
blema de derecho, como la sentencia dictada por un Tribunal de última instan-
cia. (Cueto Rúa, 1994:28)
el criterio que se debe adoptar sobre un punto en el que se suscita una diver-
gencia de opinión. El criterio adoptado es obligatorio para todos los tribunales
de la misma jurisdicción y con competencia en la materia.
A los anteriores se suma el recurso de casación, que permite a un tribunal Abordaremos la cuestión de la
de última instancia denominado Corte o Cámara de Casación revisar y anular jurisdicción y la competencia en
las sentencias de los tribunales inferiores, en la medida en que estas no se el punto 1.2.7 de esta unidad.
adecuen a la doctrina sentada por aquel y que se considera aplicable al caso.
La resolución se limita a anular la decisión del tribunal inferior e indicar cuál
es el derecho aplicable, devolviendo las actuaciones para que se dicte una
nueva decisión conforme a derecho.
Finalmente, encontramos el recurso extraordinario ante la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, mediante el cual se asegura la supremacía de la
Constitución Nacional y de la legislación federal frente a la provincial. A través
de este remedio procesal, este Tribunal, último intérprete de la Constitución
Nacional, asegura que su interpretación y la de las leyes sean uniformes en
todo el país.
Doctrina
La doctrina es también considerada como una fuente del derecho, aunque
algunas veces ha sido cuestionada su posición como tal. Se trata de la opinión
que emiten juristas con prestigio en una materia y que es empleada como
un elemento que ayuda cuando se han de resolver conflictos que suscitan la
aplicación del derecho. Puede ser definida como:
CC
Las opiniones de los jurisconsultos o juristas que constituyen un criterio de ob-
jetividad al que acuden los órganos de la comunidad o los integrantes del gru-
po social, para justificar el criterio seguido. (Cueto Rúa, 1994: 178)
PARA REFLEXIONAR
LECTURA OBLIGATORIA
6.
7.
Busque a través de Internet, o en una biblioteca especializada en dere-
cho, diferentes textos jurídicos e identifique en cada caso a qué fuente
del derecho corresponden.
CC
Son aquellos en los que la principal fuente del derecho es la legislación (en
sentido amplio: constitución, ley, decreto, etc.), como sucede por ejemplo en la
República Argentina. Esto implica decir que las demás fuentes del derecho es-
tán subordinadas a la legislación que, en algunos casos, lo establece taxativa-
mente. (Torré, 2003:395)
CC
Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten por
el Congreso y los tratados con las potencias extranjeras son la ley suprema de
la Nación; y las autoridades de cada provincia están obligadas a conformarse
a ellas, no obstante cualquiera disposición en contrario que contengan las le-
yes o constituciones provinciales, salvo para la Provincia de Buenos Aires, los
tratados ratificados después del Pacto de 11 de noviembre de 1859. (Artículo
31 de la Constitución Nacional)
CC
Si una cuestión civil no puede resolverse, ni por las palabras, ni por el espíritu
de la ley, se atenderá a los principios de leyes análogas; y si aún la cuestión
fuere dudosa, se resolverá por los principios generales del derecho, teniendo
en consideración las circunstancias del caso. (Artículo 16 del Código Civil)
CC
En términos muy generales, y con carácter preliminar, puede decirse que el
common law es un derecho de origen judicial. Cuando el common law es aplica-
ble, la fuente normativa a la que deben acudir los jueces para resolver los ca-
sos litigiosos que se encuentran sometidos a su consideración son sentencias
dictadas por otros jueces en casos similares. (Cueto Rúa, 1997:22)
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Cueto Rúa, J. (1997), El Common Law. Su estructura normativa. Su enseñanza, Edito-
rial Abeledo Perrot, Buenos Aires, pp. 19-47.
CC
[…] la potestad conferida por el Estado a determinados órganos para resolver
mediante la sentencia las cuestiones litigiosas que les sean sometidas y ha-
cer cumplir sus propias resoluciones. (Alsina, 1941:543)
CC
Ahora bien, a efectos de cumplir con esta función, el Poder Judicial se vale de
un sistema de tribunales y juzgados titularizados por magistrados investidos
de los siguientes poderes:
Decisión: para resolver definitivamente y con fuerza obligatoria el caso puesto
en su conocimiento.
Coerción: para reunir todos los elementos probatorios necesarios y hacer efec-
tivas cada una de las medidas dictadas en el proceso.
Ejecución: para imponer el cumplimiento de cualquier mandamiento judicial,
valiéndose incluso de la fuerza pública, si fuera necesaria.
Le corresponde al juez encontrar, más allá de lo expresado por las partes, las
normas que, según su criterio, contemplen el caso a resolver; “interpretar el
alcance de tales normas de acuerdo con las concepciones predominantes en la
sociedad en el momento de la aplicación de ellas y decidir si la norma aplicable
no contradice el espíritu o la letra de otras de jerarquía superior” en un marco
de equidad (agregaríamos nosotros). (Casanova Ferro, 2004)
CC
Medida de jurisdicción asignada a un órgano del Poder Judicial, consistente en
la determinación genérica de los asuntos en los cuales es llamado a conocer,
en razón de la materia, cantidad y lugar. (Couture, 2004:174)
c) Por el territorio: se relaciona con el ámbito espacial dentro del que el juez
ejerce sus funciones. Un juez solo puede tener competencia en un ámbito
territorial determinado.
d) Por el valor: determina la competencia de un tribunal a partir de la cuantía
del monto reclamado o la posibilidad o no de apelar una sentencia.
e) Por el grado: se refiere al nivel del juez que interviene. En este caso puede
tratarse de primera instancia, de segunda instancia —las llamadas Cáma-
ras de Apelación o de Casación— y la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, en el nivel nacional.
f) Federal u ordinaria: según corresponda intervenir a tribunales federales o
locales.
Referencias bibliográficas
Objetivos
Al concluir el estudio de esta unidad, el estudiante estará en condiciones de:
2.1. La Constitución
Si bien la existencia de instrumentos constitucionales puede ser encontrada
en la antigüedad, recién en el Estado liberal es posible apreciar la primera
expresión histórica del Estado constitucional.
La transición del Estado absoluto al Estado liberal y el surgimiento del
Estado constitucional son producto de un cambio profundo en el contexto téc-
nico y económico (la revolución en las matemáticas, la física, la química, la
cirugía y la medicina, que trae aparejados los primeros inventos modernos y
da lugar a un incipiente capitalismo industrial); en el contexto social (la con-
solidación de la burguesía como clase social emergente y el aumento demo-
gráfico); en el contexto ideológico (la aparición de doctrinas filosóficas libera-
les cuyas influencias llegarán hasta nuestro tiempo) y en el contexto histórico
(las grandes revoluciones liberales, dirigidas y auspiciadas por la burguesía)
(García Ruiz, 2007:42-47).
El Estado constitucional, consecuencia de aquel contexto y de un cambio
filosófico que provoca una ruptura con la teoría del origen divino del poder,
reemplazándola por la del origen popular, basa su estructura (Bilbao y otros,
2010:109) en los siguientes principios:
gobierno. A través del contrato se logra la vida social, renunciando a su poder a favor de
la comunidad. El poder político surge de un segundo pacto donde las mayorías lo delegan
al Estado, pero con la posibilidad de revocarlo si se violan las condiciones por las cuales
fue otorgado: la preservación de la propiedad, la libertad y la seguridad. Promueve ade-
más la división de poderes para evitar el absolutismo y la conculcación de las libertades
individuales. Entre sus obras, se destaca el Segundo tratado sobre el gobierno civil.
CC
Un complejo normativo establecido de una sola vez y en el que de una manera
total, exhaustiva y sistemática se establecen las funciones fundamentales del
Estado y se regulan los órganos, el ámbito de sus competencias y las relacio-
nes entre ellos. (García Pelayo, 1987:34)
LECTURA OBLIGATORIA
1.
ley divina, conteniendo una fuerte carga ética o moral, cuya actualización era realizada a
través de los profetas.
En la antigüedad clásica va a predominar, como ya pusiera de relieve el propio Jellinek,
la idea de una constitución en sentido material. Así en Grecia, podemos encontrar la
distinción, ya establecida por Aristóteles, entre politeia, nomos y psefisma (Constitución,
ley y decreto). La primera aparece como un elemento configurador de la polis, viniendo
a significar la ordenación del Estado, la organización de sus diferentes magistraturas.
Pero al propio tiempo adquiere un cierto carácter permanente e inmutable (Isócrates),
convirtiéndose en la forma de vida —en el alma— de la polis, en el ethos de un pueblo,
acentuando así su característica de Constitución material. Carácter permanente que, en
buena medida, también va a afectar al nomos, para quien se predica también esta con-
dición a fin de substraerlo de los vaivenes de la asamblea. Finalmente, la Constitución
aparecerá como una técnica de limitación del poder, proclamándose la igualdad de todos
los hombres libres ante la ley (isonomía)…
La aportación del mundo romano, a través del concepto de rem publicam constituere,
no significa un elemento de ruptura con la tradición helénica. El Estado se entenderá
como algo preexistente al pueblo y la Constitución como uno de los elementos de aquel,
siendo considerada como un instrumento eficaz para organizar la comunidad política…
En suma, se acepta una idea, que sería posteriormente divulgada en los procesos revolu-
cionarios liberales: la Constitución alude a la idea de instituir y crear un Estado, que se
apoya así en una norma, fundamental. La constitutio alude, pues, a una norma solemne.
Asimismo, los romanos distinguían la constitución del concepto de lex publica, que se
identifica con el nomos griego. Es decir, ya en el mundo antiguo aparecen algunas ideas
que se desarrollarán más tarde con el movimiento liberal, no ignorando el concepto de
Constitución, aunque esta no pueda identificarse con la concepción actual.
Va a ser, sin duda, en la Edad Media, cuando el concepto de Constitución adquiera un
nuevo significado. En efecto, el concepto de Ley Fundamental o leges imperii (Bodino) debe
ser considerado como el auténtico antecedente del concepto moderno de Constitución,
pues a través de ella se fija la unidad política estatal por encima del rey y de las demás
leyes. El contenido de la Ley Fundamental, que en un principio estaba integrado por las
reglas de sucesión monárquicas, por la necesidad de convocar a los diferentes estamentos
y por la imposibilidad de enajenar el patrimonio real, fue posteriormente identificándose
con la idea de limitación del poder, que cristalizará en las teorías del ius resistendi… Bajo
estas ideas habría que mencionar las cartas medievales —que eran concesiones por parte
del soberano a determinados estamentos y corporaciones—, los Fueros, las Bulas, los
Estatutos, etc.
Estas ideas serán desarrolladas posteriormente. Así, para el absolutismo, la Ley
Fundamental es algo inviolable y superior, cuya finalidad es organizar el ejercicio del
poder político. Se trata de una norma que tiene una fuerza superior a la de las demás
leyes, viniendo a significar un límite a la soberanía real. Son, pues, normas inderogables
‘que atañen al estado y fundación del reino’ (Bodino). O dicho en otras palabras, el rey
puede hacer la ley, modificarla, derogarla si quiere, pero no puede prescindir de ella. Se
trata de un límite al poder real, pero no sirve de fundamento al mismo, pues este radica
en el principio de la soberanía divina.
Por su parte, el iusnaturalismo racionalista configurará a la Constitución como la
expresión del pacto social, entendido como acuerdo general de sus miembros (Althusius,
Pufendorf, Locke, Rousseau…), produciéndose la distinción entre pacto social y acto
constitucional. Mediante el primero, la sociedad civil se convierte en sociedad estatal.
Mediante el segundo, se produce la organización de esa sociedad estatal. Con ello, se
admite la posibilidad de que la Ley Fundamental, al ser la expresión del pacto social del
que surge el Estado, sea alterada por el pueblo.
Pero será el movimiento liberal el que, recogiendo y sistematizando algunas ideas
anteriores, establezca las bases del concepto moderno de Constitución, cuya finalidad
fundamental va a consistir en asegurar la libertad del ciudadano frente al poder político,
a través de una serie de principios y técnicas, entre los cuales destacan el respeto a los
LECTURA RECOMENDADA
RR
Ackerman, M. (2005), “El constitucionalismo social en Latinoamérica”, en Revista
Latinoamericana de Derecho Social, Buenos Aires, pp. 3 a 14.
2.1.2. Clasificación
La doctrina se ha encargado de establecer una pluralidad de clasificaciones
de las Constituciones con base en diferentes criterios, la mayoría de las cua-
les, actualmente, solo poseen un valor académico. En tal sentido, podemos
distinguir (Álvarez Conde, 2005:179):
CC
Decir que hay contenidos pétreos en nuestra constitución significa afirmar que
mientras se mantenga la fisonomía de nuestra comunidad y mientras la estruc-
tura social subyacente siga siendo fundamentalmente la misma, no podrán ser
válidamente alterados o abolidos por ninguna reforma constitucional. Podrán
acaso ser objeto de modificación y reforma, pero no de destrucción o
supresión.
Entre los contenidos pétreos citamos: a) la democracia como forma de estado,
basada en el respeto y reconocimiento de la dignidad del hombre, de su liber-
tad y de sus derechos; b) el federalismo como forma de estado, que descen-
traliza al poder como base territorial; c) la forma republicana de gobierno, como
opuesta a la monarquía; d) la confesionalidad del estado, como reconocimien-
to de la Iglesia Católica en cuanto persona de derecho público. (Bidart Campos,
2001:294)
CC
Viene bien aclarar que, si por Constitución entendemos el derecho constitucio-
nal material, no hay ninguna Constitución ideológicamente neutra. La neutrali-
dad o asepsia ideológica acaso puede darse solo y excepcionalmente en
Constituciones escritas que solo reglamentan mínimamente los contenidos del
poder (derecho constitucional del poder), omitiendo declaraciones, principios,
CC
La relación entre la norma que regula la producción de otra norma y la norma
derecho, en el que este cobra
producida conforme a esa determinación puede representarse mediante la autonomía respecto de toda con-
imagen espacial de la supra y subordinación. La norma que regula la produc- sideración moral, sociológica, polí-
ción es una norma superior, mientras que la producida conforme a esa deter- tica o ideológica. Autor, entre otras
obras, de la Teoría pura del dere-
minación es la norma inferior. El orden jurídico no es un sistema de normas si- cho (1934) y de la Teoría general
tuadas en un mismo plano, ordenadas equivalentemente, sino una del derecho y del Estado (1945).
construcción escalonada de diversos estratos de normas jurídicas. Su unidad
está configurada por la relación resultante de que la validez de una norma, pro-
ducida conforme a otra, reposa en esa otra norma, cuya producción a su vez
está determinada por otra; un regreso que concluye, a la postre, en la norma
fundante básica propuesta. (Kelsen, 2005:232)
CC
Consecuentemente luce un orden jerárquico en la estructura federal, que, de-
tino. Convencional Nacional
jando de lado las competencias no delegadas, resulta que tanto en las delega-
Constituyente (1949), presiden-
te de la Asociación Argentina de das cuanto en las concurrentes, el Estado federal tiene supremacía sobre las
Derecho Constitucional. Autor de provincias miembros. (Spota, 1992:903)
diversos artículos de Derecho
Constitucional y Ciencia Política.
Entre sus obras pueden mencio-
narse: Lo político, lo jurídico, el La reforma constitucional de 1994 ha incorporado importantes modificacio-
derecho y el poder constituyen- nes al sistema jerárquico de normas dentro de la Constitución Nacional, de
te y Origen y naturaleza del poder acuerdo con lo prescripto en el artículo 75º inciso 22, y ha otorgado, tal
constituyente.
como indicáramos oportunamente, jerarquía constitucional a determinados
Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos, a la vez que establece
un proceso especial para que los demás tratados y convenciones de derechos
humanos puedan alcanzar este reconocimiento.
Por otra parte, a partir de la reforma de 1994, los restantes tratados interna-
cionales que no tengan jerarquía constitucional, tienen prelación jerárquica por
sobre las leyes. (artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional). Esta condi-
ción fue receptada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con carácter La palabra “prelación” procede
previo a la reforma constitucional, en la sentencia de 1992, “Ekmekdjian, del latín praelatĭo y hace referen-
cia a la prioridad o predilección
Miguel A. c/ Sofovich, Gerardo y otros s/ recurso de hecho”. con que se tiene que atender
un determinado asunto frente
a otro, con el que se establece
una comparación. En el derecho,
El caso Ekmekdjian c/ Sofovich tiene su origen en la acción de amparo interpuesta por la prelación se pone en práctica
Miguel Ekmekdjian y dirigida contra el conductor Gerardo Sofovich, para que se diera a la hora de aplicar o seguir una
lectura a una carta documento que contestaba los agravios vertidos por Dalmiro Sáenz cierta fuente. Estas fuentes son las
que permiten el desarrollo de las
sobre Jesucristo y la Virgen María en el programa televisivo de Sofovich, que habían ofen-
normas jurídicas que se aplican
dido las creencias religiosas del demandante. en un Estado: la prelación entre
Ante la negativa de Sofovich de dar lectura a la misiva, Ekmekdjian interpuso la una u otra fuente (que puede ser
citada acción, basándose en el derecho de réplica consagrado en el artículo 14º de la un reglamento, una ley, una doc-
Convención Americana sobre Derechos Humanos - Pacto de San José de Costa Rica trina, un tratado, una costumbre,
(tratado internacional ratificado por la República Argentina e incorporado al derecho etc.) determinará el ordenamiento
jurídico del territorio.
interno por Ley 23054) y en el artículo 33° de la Constitución Nacional (que recepta los (Fuente: <http://definicion.de/
derechos implícitos). prelacion/>)
Tanto el juez de primera instancia como la Cámara Nacional de Apelaciones recha-
zaron la demanda, sosteniendo que no había lugar al derecho a réplica por no haber
mediado una afectación a la personalidad, y que dicho instrumento legal no podía ser
considerado como derecho positivo interno, dado que aún no había sido reglamentado
el procedimiento para su ejercicio.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, luego de reafirmar la trascendencia cons-
titucional de la libertad de prensa y de analizar la naturaleza del derecho de respuesta o
rectificación, hace lugar al recurso extraordinario, dejando establecido que el derecho de
réplica integra el ordenamiento jurídico argentino. Funda su sentencia, asimismo, en el
artículo 31° de la Constitución Nacional y en lo establecido por la Convención de Viena
sobre el derecho de los tratados (Tratado Internacional también ratificado por nuestro
país), donde se confiere primacía al derecho internacional sobre el derecho interno.
En consecuencia, resolvió hacer lugar al requerimiento del demandante ordenando
dar lectura a la primera hoja de la carta del actor, en la primera de las audiciones que, con
ese nombre u otro similar, condujera el demandado.
En términos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación: “Que la Convención de Viena
sobre el derecho de los tratados —aprobada por Ley 19865, ratificada por el Poder Ejecutivo
nacional el 5 de diciembre de 1972 y en vigor desde el 27 de enero de 1980— confiere primacía
al derecho internacional convencional sobre el derecho interno. Ahora esta prioridad de rango
integra el ordenamiento jurídico argentino. La convención es un tratado internacional, constitu-
cionalmente válido, que asigna prioridad a los tratados internacionales frente a la ley interna en
el ámbito del derecho interno, esto es, un reconocimiento de la primacía del derecho internacional
por el propio derecho interno.”
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA OBLIGATORIA
CC
Si por “poder” entendemos una competencia, capacidad o energía para cumplir
un fin, y por “constituyente” el poder que constituye o da constitución al estado,
alcanzamos con bastante precisión el concepto global: poder constituyente es la
competencia, capacidad o energía para constituir o dar constitución al Estado,
es decir, para organizarlo, para establecer su estructura jurídico-política.
El poder constituyente puede ser originario y derivado. Es originario cuando se
ejerce en la etapa fundacional o de primigeneidad del Estado, para darle naci-
miento y estructura. Es derivado cuando se ejerce para reformar la constitución.
(Bidart campos, 2001: 373)
WW ción de 1826
<http://www.biblioteca.jus.gov.ar/constituciones-argentina.html>
CC
No se puede exigir racionalmente política que no emane de una constitución
escrita. ¿Qué hay, en efecto, en una constitución? Hay dos cosas: primero, los
principios, derechos y garantías, que forman las bases y el objeto del pacto de
asociación política; segundo, las autoridades encargadas de hacer cumplir y
desarrollar esos principios. De aquí, la división natural de la constitución en
dos partes. (Alberdi, 1998)
WW de 1853
<http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/5/2113/17.pdf>
II
LECTURA OBLIGATORIA
2.
CC
mán, considerado como uno de Desde un punto de vista puramente teórico —y con ello entramos en el tema
los más influyentes constitucio- propiamente dicho— una constitución ideal sería aquel orden normativo con-
nalistas modernos. Su clasifica-
formador del proceso político, según el cual todos los desarrollos futuros de la
ción de las Constituciones ha
sido uno de sus mayores aportes. comunidad, tanto de orden político como social, económico y cultural, pudiesen
Se destaca su obra: Teoría de la ser previstos de tal manera que no fuese necesario un cambio de normas con-
Constitución (1959). formadoras…(Loewenstein, 1986:164)
•• al artículo 3º, que establecía que las autoridades que ejercían el gobierno
federal residieran en la ciudad de Buenos Aires que se declaraba Capital
de la Confederación por una ley especial, eliminando esa mención;
•• al artículo 4º, limitando la facultad del Congreso de la Nación para estable-
cer derechos de exportación hasta 1866;
•• al artículo 5º, suprimiendo la obligación de las provincias de asegurar la
gratuidad de la educación primaria y eliminando la imposición de que las
Constituciones provinciales fueran revisadas por el Congreso de la Nación
antes de su promulgación;
•• al artículo 6º, modificando las condiciones para la intervención federal en
el territorio de las provincias;
•• incorporando al artículo 12º la imposibilidad de conceder preferencias a un
puerto respecto de otro, por medio de leyes o reglamentos de comercio;
•• al artículo 15º, que ratificaba la abolición de la esclavitud, se agrega que
los esclavos que de cualquier modo se introdujeran, quedaban libres por
el solo hecho de pisar el territorio de la República;
•• al artículo 18º, eliminando la mención a “las ejecuciones a lanza y cuchillo”
abolidas en el texto de 1853;
•• al artículo 30º, suprimiendo la necesidad de que transcurrieran diez años
desde la jura de la Constitución para su reforma;
•• al artículo 31º —que establecía que las autoridades de cada provincia
estaban obligadas a conformarse a la Constitución, las leyes que dictara el
Congreso en su consecuencia y los tratados con las potencias extranjeras,
no obstante cualquier disposición en contrario que contuvieran las leyes
o constituciones provinciales—, incorpora una excepción para la Provincia
de Buenos Aires, referida a los tratados ratificados después del Pacto del
11 de noviembre de 1859;
•• a partir del artículo 31º, incorpora cuatro nuevos artículos: el que prohíbe al
Congreso Federal el dictado de leyes que restrinjan la libertad de imprenta
o establezcan sobre ella la jurisdicción federal; el que reconoce los dere-
chos implícitos; el que prohíbe a los jueces federales serlo al mismo tiempo
de los tribunales de provincia; el que establece las denominaciones, tanto
para la designación del gobierno y territorio de las provincias como para la
formación y sanción de las leyes;
•• al artículo 34º, modificando la composición de la Cámara de Diputados;
•• al artículo 36º, incorporando nuevos requisitos para ser elegido diputado;
•• al artículo 41º, modificando los sujetos pasibles de ser sometidos a juicio
político y sus causales;
•• al artículo 43º, incorporando nuevos requisitos para ser elegido senador;
•• al artículo 51º, que establecía que solo el Senado podía iniciar el proceso
de reforma de la Constitución, eliminándolo;
•• al artículo 64º, relativo a las facultades de legislación por parte del Congre-
so de la Nación, modificando:
-- su inciso 1º, que establecía las potestades en materia aduanera, facul-
tando a establecer derechos de exportación solo hasta el año 1866, en
el que debían cesar como impuesto nacional, no pudiendo serlo tampo-
co provincial;
-- el inciso 9º, que fijaba la facultad de crear y suprimir aduanas, estable-
ciendo que no podían suprimirse las aduanas exteriores que existían en
cada provincia al tiempo de su incorporación;
-- el inciso 11º, que determinaba la potestad nacional para dictar los Códi-
gos de Fondo, estableciendo que tales códigos no debían alterar las
jurisdicciones locales y que su aplicación correspondería a los tribunales
federales o provinciales, según las cosas o las personas cayeren bajo
sus respectivas jurisdicciones; se fija también el principio de ciudadanía
natural, en materia de ciudadanía y naturalización;
-- y el inciso 28º, que facultaba a la revisión de las Constituciones Provin-
ciales y a su reprobación, si no eran conformes con los principios y dis-
posiciones de la Constitución, eliminando esa potestad;
•• al artículo 83º, que fijaba las atribuciones del presidente de la Confederación:
-- eliminando el inciso 20º, que autorizaba al Poder Ejecutivo, aun estan-
do en sesiones el Congreso, en casos urgentes en que peligrara la tran-
quilidad pública, a usar sobre las personas de la facultad limitada en el
artículo 23º (arrestar o trasladar a personas, durante el estado de sitio,
de un punto a otro de la Confederación, si ellas no prefiriesen salir fuera
del territorio argentino), dando cuenta al Congreso en el término de diez
días desde que comenzó́ a ejercerla;
-- y modificando el inciso 23º, para facultar al presidente a llenar las vacan-
tes de los empleos que requieran el acuerdo del Senado y ocurran duran-
te su receso, por medio de nombramientos en comisión, que expirarán al
fin de la siguiente Legislatura;
•• al artículo 86º, eliminando la facultad del presidente de otorgar mandato
o brindar consentimiento a los ministros para tomar resoluciones fuera de
lo concerniente al régimen económico y administrativo de sus respectivos
departamentos;
•• al artículo 91º, eliminando la mención del número de jueces y fiscales que
debían integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y suprimiendo
también la referencia a su residencia en la Capital;
•• al artículo 97º, suprimiendo la competencia de la Corte Suprema de Justi-
cia para intervenir en los conflictos entre los diferentes poderes públicos
de una misma Provincia y en los que se susciten entre un vecino de una
provincia y esta, y agregando que respecto de las leyes de la Confederación
la competencia de la Corte Suprema y de los tribunales inferiores debe res-
petar las jurisdicciones locales, conforme lo establecido en el inciso 11º
del artículo 64º;
•• al artículo 101º, por el que las provincias hacen reserva del poder no dele-
gado por la Constitución en el Gobierno federal, agregando la mención a
aquellos poderes que expresamente se hayan reservado por pactos espe-
ciales al tiempo de su incorporación;
•• al artículo 103º, suprimiendo la obligación de las provincias de remitir al
Congreso, para su examen, la Constitución que dicten.
CC
Estábamos en guerra con el Paraguay. Se necesitaban fondos; si bien es cierto
que en 1860 se incorporaron a los canales que dan fondos al Tesoro Nacional
los derechos de exportación, se puso una limitación en el tiempo. Hasta el año
1866. En el año 1866 se necesitó contar con ese aporte para el Tesoro
Nacional. Y se llamó a la Convención Reformadora, que dejó sin efecto aquella
limitación. (Spota, 1981).
CC
Como se trataba de una época de gobierno de facto, en la que la disolución de
las cámaras del Congreso impedía su funcionamiento, el acto declarativo de la
necesidad de la reforma no podía ser cumplido por su órgano natural, confor-
me al art. 30° de la constitución. Es así como el 12 de abril de 1957, el poder
ejecutivo provisional, en uso de facultades revolucionarias, emite el Decreto
CC
La obligación de aprobar o rechazar cerradamente el “núcleo de coincidencias
básicas” originó no solo una fuerte impugnación política por parte de los sec-
tores ajenos al acuerdo, sino que también motivó tal vez el más importante de-
bate jurídico en la Convención cuando, al discutirse el reglamento del cuerpo,
se analizaron profundamente las facultades de las convenciones constituyen-
tes con relación a las atribuciones del Congreso al dictar la ley declarativa de
la necesidad de la reforma. Este debate actualizó un clásico de la literatura
constitucional argentina. (Natale, 2000: 221)
PARA AMPLIAR
AA <http://www1.hcdn.gov.ar/dependencias/dip/Debate-constituyente.
htm>
LECTURA OBLIGATORIA
3.
CC
Como es sabido, la Ley 13233 fue impugnada en el Congreso y luego ante la
propia Convención, por su sanción legislativa sin el recaudo de los ‘dos ter-
cios’ de los miembros de ambas Cámaras, ya que solo contó con el voto de los
dos tercios de los ‘miembros presentes’. (Vanossi, 2005:301)
•• en el artículo 32º se establece que, para ejercer empleos y funciones públicas, civiles o
militares, se debe jurar ser fiel a la Patria y acatar la Constitución;
•• en el artículo 34º, se determina que podrá declararse asimismo el estado de preven-
ción y alarma, en caso de alteración del orden público que amenace perturbar el nor-
mal desenvolvimiento de la vida o las actividades primordiales de la población y que
una ley determinará los efectos jurídicos de tal medida; pero que esta no suspenderá,
sino que limitará transitoriamente las garantías constitucionales en la medida que sea
indispensable;
•• en el artículo 35º, establece que los derechos y garantías reconocidos por esta
Constitución no amparan a ningún habitante de la Nación en perjuicio, detrimento
o menoscabo de otro y que los abusos de esos derechos que perjudiquen a la comu-
nidad o que lleven a cualquier forma de explotación del hombre por el hombre con-
figuran delitos que serán castigados por leyes;
•• en el artículo 37º, que declara los derechos del trabajador, de la familia, de la ancia-
nidad, de la educación y la cultura;
•• en el artículo 38º, que declara la función social de la propiedad privada,
•• en el artículo 39º, que declara que el capital debe estar al servicio de la economía
nacional y tener como principal objeto el bienestar social;
•• en el artículo 40º, que establece que la organización de la riqueza y su explotación
tienen por fin el bienestar del pueblo, dentro de un orden económico conforme a los
principios de la justicia social; que el Estado puede intervenir en la economía y mono-
polizar determinada actividad; que a excepción de la importación y exportación, que
estarán a cargo del Estado, toda actividad económica se debe organizar conforme a la
libre iniciativa privada, siempre que no tenga por fin ostensible o encubierto domi-
nar los mercados nacionales, eliminar la competencia o aumentar usurariamente los
beneficios; que los minerales, las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de car-
bón y de gas, y las demás fuentes naturales de energía, con excepción de los vegetales,
son propiedad imprescriptibles e inalienables de la Nación, con la correspondiente
participación en su producto de las provincias; que los servicios públicos pertenecen
originariamente al Estado y bajo ningún concepto pueden ser enajenados o concedi-
dos para su explotación y que aquellos que se hallen en poder de particulares deben
ser transferidos al Estado, mediante compra o expropiación con indemnización previa;
•• en el artículo 42º, modifica la relación entre el número de diputados y de habitantes;
•• en el artículo 44º, modifica a seis años el mandato de los diputados;
•• en el artículo 47º, establece la elección directa de los senadores;
•• en el artículo 49º, reduce el mandato de los senadores a seis años;
•• en el artículo 51º, establece que solo el Senado inicia las reformas de la Constitución;
•• en el artículo 64º, establece que cada una de las Cámaras puede solicitar al Poder
Ejecutivo los informes que estime conveniente respecto a las cuestiones de compe-
tencia de dichas Cámaras y que este podrá optar entre contestar el informe por escri-
to, hacerlo personalmente su titular o enviar a uno de sus ministros para que informe
verbalmente;
•• en el artículo 62º, elimina la limitación de los eclesiásticos regulares para ser miem-
bros del Congreso;
•• en el artículo 68° faculta al Congreso:
-- inciso 5°, a crear y suprimir bancos oficiales y legislar sobre el régimen bancario,
crédito y emisión de billetes en todo el territorio de la Nación y determina que
en ningún caso los organismos correspondientes podrán ser entidades mixtas o
particulares;
-- inciso 7°, a establecer el presupuesto de la Nación por períodos de uno a tres años;
-- inciso 11°, a dictar, además de los Códigos preexistentes, el Aeronáutico, el
Sanitario y el de Derecho Social;
-- inciso 13°, a dictar una legislación exclusiva sobre los servicios públicos de pro-
piedad de la Nación, o explotados por los órganos industriales del Estado nacio-
nal, o que liguen la Capital Federal o un territorio federal con una provincia, o
dos provincias entre sí, o un punto cualquiera del territorio de la Nación con un
Estado extranjero;
-- inciso 14°, a establecer el régimen de las aguas de los ríos interprovinciales y sus
afluentes;
-- inciso 16°, a proveer: a la higiene, moralidad, salud pública y asistencia social;
al progreso de la ciencia, establecimiento de otros medios de transporte aéreo y
terrestre; a la colonización de tierras provenientes de la extinción de latifundios,
procurando el desarrollo de la pequeña propiedad agrícola en explotación y la crea-
ción de nuevos centros poblados con las tierras, aguas y servicios públicos que sean
necesarios para asegurar la salud y el bienestar social de sus habitantes; a la intro-
ducción y establecimiento de nuevas industrias;
-- inciso 23°, a dictar leyes especiales sobre expropiaciones y requisiciones en tiem-
po de guerra;
-- inciso 28°, a sancionar el régimen impositivo del distrito federal y fijar el presu-
puesto de gastos de su administración;
-- inciso 29°, a dictar la ley para la elección de presidente, vicepresidente, senadores
y diputados;
•• en el artículo 69º elimina las limitaciones al inicio de leyes por parte de ambas
Cámaras;
•• en el artículo 71º establece que se reputa aprobado por el Poder Ejecutivo todo pro-
yecto no devuelto en el término de veinte días hábiles;
•• en el artículo 77º elimina la posibilidad de ser elegido presidente a los hijos de ciuda-
danos nativos nacidos en país extranjero;
•• en el artículo 78º posibilita la reelección del presidente y vicepresidente sin que medie
el intervalo de un período;
•• en el artículo 82º establece la elección directa del presidente y vicepresidente;
•• en el artículo 83º faculta al presidente de la Nación a:
-- inciso 2°, ejercer la policía de los ríos interprovinciales;
-- inciso 3°, a poder delegar las funciones de jefe inmediato y local de la capital de la
Nación en la forma que determinen los reglamentos administrativos;
-- inciso 13°, a hacer sellar moneda y fijar su valor y el de las extranjeras;
-- inciso 19°, a declarar el estado de prevención y alarma en uno o varios puntos
del país en caso de alteración del orden público que amenace perturbar el normal
desenvolvimiento de la vida o las actividades primordiales de la población por un
término limitado y dar cuenta al Congreso;
-- inciso 23°, a proveer lo conducente al ordenamiento y régimen de los servicios
públicos;
•• en el artículo 91º establece que los jueces de los tribunales inferiores deben ser juzga-
dos y removidos en la forma que determine una ley especial, con sujeción a enjuicia-
miento por los propios miembros del Poder Judicial;
•• en el artículo 92º establece que para ser miembro de la Corte Suprema de Justicia se
requiere ser argentino nativo, abogado graduado en universidad nacional y contar con
diez años de ejercicio;
•• en el artículo 95º establece que la Corte Suprema de Justicia conocerá, como Tribunal
de Casación, en la interpretación e inteligencia de los códigos dictados por la Nación,
y que la interpretación que haga de los artículos de la Constitución por recurso
extraordinario, y de los códigos y leyes por recurso de casación, será aplicada, obliga-
toriamente por los jueces y tribunales nacionales y provinciales.
Incorpora asimismo algunas Disposiciones Transitorias:
•• la primera, en la que designa provisoriamente los departamentos que tienen a su cargo
el despacho de los negocios de la Nación, hasta tanto el Congreso sancione la ley orgá-
nica de los ministerios;
•• la segunda, que establece la entrada en vigencia de la Constitución;
•• la tercera, relativa a la jura de la Constitución,
•• la cuarta, que exige un nuevo acuerdo del Senado para todos los puestos que exigen tal
requisito (incluidos los jueces de la Corte Suprema de Justicia y de los demás tribuna-
les inferiores de la Nación y los embajadores y ministros plenipotenciarios);
•• la quinta, que autoriza a las legislaturas provinciales a reformar totalmente sus consti-
tuciones respectivas, con el fin de adaptarlas a los principios, declaraciones, derechos
y garantías consagrados en la Constitución;
•• la sexta, relativa a la unificación de los mandatos legislativos.
PARA AMPLIAR
La Constitución de 1949
EE
<http://www.youtube.com/watch?v=0Yv2ynayGew>
LECTURA RECOMENDADA
RR
Sampay, A. (1963) La Constitución Nacional de 1949. Ediciones Relevo, Buenos Aires,
pp. 9 a 21.
4.
Entre las temáticas abordadas en esta reforma podemos considerar las modificaciones
siguientes:
•• al artículo 41º, que establece la elección de los diputados juntamente con la del pre-
sidente y vicepresidente de la Nación y su reelegibilidad indefinida;
•• al artículo 45º, que determina los sujetos pasibles de ser sometidos a juicio político
y sus causales;
•• al artículo 46º, que establece que el Senado se compondrá de tres senadores de cada
provincia y tres de la Capital Federal, elegidos en forma directa por el pueblo de cada
una de ellas, en la oportunidad prevista para la elección del presidente y vicepresidente
de la Nación, correspondiendo dos senadores a la mayoría y uno a la primera minoría;
•• al artículo 48º, que fija en cuatro años la duración del mandato de los senadores y su
reelegibilidad indefinida;
•• al artículo 55º, que amplía las sesiones ordinarias del Congreso, permitiendo disponer
su prórroga por un plazo no mayor de treinta días corridos y la convocatoria extraor-
dinaria a solicitud de la cuarta parte de los miembros de cada Cámara;
•• al artículo 56º, que determina que el cuórum para sesionar se formará con la cuar-
ta parte de sus miembros y se mantiene el de la mayoría absoluta para la sanción de
las leyes;
•• al artículo 67º inciso 19°, que permite al Poder Ejecutivo enviar para su aprobación el
presupuesto por ejercicios de más de un año de duración, pero en ningún caso exce-
der el período de su mandato;
•• al artículo 68º, que determina que la iniciativa de las leyes de presupuesto y minis-
terios corresponde exclusivamente al Poder Ejecutivo; el Congreso puede disminuir
Asimismo, impone las siguientes modificaciones: artículo 67º inciso 18, elimina la facultad
del Congreso de efectuar el escrutinio por dimisión del presidente o vicepresidente de la
República, y deja sin efecto la aplicación de los artículos 82º, 83º, 84º y 85º de la Consti-
tución Nacional.
El caso Marbury versus Madison tiene su origen en una petición a la Corte Suprema
de los Estados Unidos, por parte de William Marbury, en la que solicitaba se ordenara
al Secretario de Estado James Madison la entrega de su designación como Juez de Paz.
Marbury había sido designado en 1801 Juez de Paz por el presidente de los Estados
Unidos saliente, John Adams, y su nombramiento confirmado por el Congreso. Poco
antes de dejar su cargo, Adams firmó la comisión (documento que permitía al juez asumir
su puesto), pero el entonces Secretario de Estado, John Marshall, encargado de certificar el
documento, extendiendo sobre él el sello oficial, y de entregar las comisiones, no alcanzó
a hacerlo. Dado que sin este documento se privaba a Marbury de su derecho a ejercer
el cargo, este último reclamó la entrega de la comisión al nuevo Secretario de Estado,
Madison; y, ante su negativa, acudió a la Corte Suprema.
El ahora designado presidente de la Corte Suprema, John Marshall, escribió el pro-
yecto de sentencia y fue el encargado de dar a conocer el fallo. Resolvió el caso mediante
la formulación de tres preguntas:
c) pero que la sección 13 del Acta Judicial de 1789, que había otorgado a la Corte
Suprema el poder de emitir mandamientos de este tipo, excedía la competencia dada
a la Corte por el Artículo III de la Constitución y, por lo tanto, era nula y sin valor.
La Corte Suprema resolvió no hacer lugar a la petición de Marbury, ya que entendía
que la sección 13 de la ley del Congreso Federal (Acta Judicial de 1789) que autorizaba
a emitir mandamientos a otros poderes, cuando se acudía a ella en instancia originaria,
era contraria a la Constitución.
En este fallo, la Corte Suprema estableció el rol del Poder Judicial, el derecho de la
Corte a la revisión judicial y la supremacía de la Constitución. En términos de la propia
Corte Suprema:
“Hay solo dos alternativas demasiado claras para ser discutidas: o la Constitución controla
cualquier ley contraria a aquella, o la Legislatura puede alterar la Constitución mediante
una ley ordinaria. Entre tales alternativas no hay términos medios: o la Constitución es la ley
suprema, inalterable por medios ordinarios; o se encuentra al mismo nivel que las leyes y de tal
modo, como cualquiera de ellas, puede reformarse o dejarse sin efecto siempre que al Congreso
le plazca. Si es cierta la primera alternativa, entonces una ley contraria a la Constitución no
es ley; si en cambio es verdadera la segunda, entonces las constituciones escritas son absurdos
intentos del pueblo para limitar un poder ilimitable por naturaleza.
Ciertamente, todos aquellos que han elaborado constituciones escritas las consideran la ley
fundamental y suprema de la Nación, y, consecuentemente, la teoría de cualquier gobierno de
ese tipo debe ser que una ley repugnante a la Constitución es nula.
[…] El Poder Judicial de los EE. UU. entiende en todos los casos que versen sobre puntos
regidos por la Constitución.”
WW Madison”.
<http://upauderecho2.blogspot.com.es/2008/04/marbury-vs-madison.
html>
Estructura Contenido
Preámbulo Ideología y los principios fundamentales
Primera Parte Derechos y garantías de la Constitución
Capítulo Primero Declaraciones, derechos y garantías
Capítulo Segundo Nuevos derechos y garantías
Segunda Parte Relativa a las autoridades de la Nación
Título Primero Acerca del Gobierno Federal
Sección Primera Organización del Poder Legislativo
Capítulo Primero Cámara de Diputados
Capítulo Segundo Cámara de Senadores
Capítulo Tercero Disposiciones comunes a ambas Cámaras
Capítulo Cuarto Atribuciones del Congreso
Capítulo Quinto De la formación y sanción de las leyes
Capítulo Sexto Auditoría General de la Nación
Capítulo Séptimo Defensor del Pueblo
Sección Segunda Poder Ejecutivo
Capítulo Primero De su naturaleza y duración
Capítulo Segundo Elección del presidente y vicepresidente de la Nación
Capítulo Tercero Atribuciones del presidente de la Nación
Capítulo Cuarto Jefe de Gabinete y Ministros del Poder Ejecutivo
Sección Tercera Poder Judicial
Capítulo Primero Naturaleza y duración
Capítulo Segundo Atribuciones del Poder Judicial
Sección Cuarta Ministerio Público
Título Segundo Gobiernos de provincia
Disposiciones Transitorias Disposiciones con vigencia temporal limitada
CC
Pese a que en todo régimen político y toda constitución material anida una
ideología que se compone de un repertorio de creencias, doctrinas y valoracio-
nes sobre lo que se representa que ese régimen debe ser, no es sencillo cono-
cer la ideología en cada uno. En primer lugar, hay constituciones escritas que
no formulan expresamente una profesión de ideología. En segundo término,
puede ocurrir que la formulada no coincida con la real. En tercer lugar, la ideo-
logía disimulada que es dable inducir de lo que con habitualidad y ejemplari-
dad se hace en cada régimen, exige datos empíricos no siempre ni fácilmente
accesibles. Por ello, casi es necesario detectar las tipologías ideológicas sobre
a base de las normas escritas, con todos los riesgos que eso presupone.
(Bidart Campos y otro, 2000).
CC
A la parte dogmática le hemos dado el nombre de derecho constitucional de la
libertad, porque allí se centraliza un núcleo que coincide con el de la democra-
cia, al conferir instalación a la persona, de acuerdo con su dignidad, su liber-
tad y sus derechos.
La filosofía de la Constitución que resuelve de ese modo el estatus personal
del ser humano en el estado, pone en intersección a la defensa y promoción de
sus derechos y libertades con la limitación del estado y del poder para seguri-
dad de las personas.
En este sentido, la parte dogmática no se incomunica con la parte orgánica,
sino, todo lo contrario, guarda con ella una relación inescindible. (Bidart Campos,
2001:473).
Derechos civiles y so- Reconocimiento de su preexistencia étnica y cultural, respeto a su identidad, educación bilingüe,
ciales de los pueblos reconocimiento de la personería jurídica, posesión y propiedad comunitarias, participación en la
indígenas gestión referida a sus intereses (Art. 75 inc. 17)
Investigación, desarrollo científico y tecnológico, formación profesional de los trabajadores,
participación de la familia y la sociedad en la educación, igualdad de oportunidades, no dis-
criminación, gratuidad y equidad en la educación pública estatal, autonomía y autarquía de
Derechos culturales
las Universidades Nacionales, identidad y pluralidad cultural, libre creación y circulación de las
obras de autor, protección del patrimonio artístico y de los espacios culturales y audiovisuales
(Art. 75 inc. 19)
Desarrollo humano, progreso económico con justicia social, generación de empleo, defensa del
Derechos civiles y
valor de la moneda (Art. 75 inc. 19)
económicos
CC
Las garantías constitucionales son el soporte de la seguridad jurídica; no en
vano se define a las garantías, en un sentido lato, como el conjunto de seguri-
dades jurídico-institucionales deparadas al hombre. Las garantías existen fren-
te al estado, en cuanto son medios o procedimientos que aseguran la vigencia
de los derechos. (Bidart campos, 2001:286)
Ley y juicio previos en materia penal, jueces naturales, acceso a la justicia, exen-
ción de declarar contra sí mismo, debido proceso, defensa en juicio, inviolabilidad
del domicilio, de la correspondencia y los papeles privados, prohibición de la pena
Garantías de muerte por causas políticas, prohibición de tormentos y azotes, régimen carce-
lario para seguridad y no para castigo (Art. 18).
Amparo, Habeas Data, Habeas Corpus, secreto de fuentes de información perio-
dística, acciones de clase (Art. 43).
El Poder Legislativo
El Congreso de la Nación está constituido por la Cámara de Diputados y la
Cámara de Senadores.
La Cámara de Diputados se compone de los representantes elegidos direc-
tamente por el pueblo de las provincias, de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires y de la capital (en caso de un futuro traslado), que se consideran a este
fin como distritos electorales de un solo Estado. La elección de los diputados
es por simple pluralidad de sufragios y la duración del mandato es de 4 años.
Son requisitos para poder ser electo diputado: ser argentino, tener al menos
25 años y 4 años de ejercicio de la ciudadanía y ser nativo de la provincia
donde es elegido o tener 2 años de residencia en ella.
La Cámara de Senadores se compone de tres senadores por cada provin-
cia y tres por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los senadores son repre-
sentantes de las provincias, elegidos en forma directa y conjunta, correspon-
diendo dos bancas al partido político que obtenga el mayor número de votos,
y la restante al partido político que le siga en número de votos. Cada senador
tiene un voto y la duración del mandato es de 6 años. El vicepresidente de la
Nación es el presidente de la Cámara de Senadores, y en tal condición tiene
voz en las sesiones y vota en caso de empate. Son requisitos para poder ser
electo senador: ser argentino, tener al menos 30 años y 6 años de ejercicio de
la ciudadanía, ser nativo de la provincia o tener 2 años de residencia en ella.
El artículo 75 de la Constitución Nacional establece las atribuciones del
Congreso de la Nación, sin perjuicio de que existen algunas que son propias
de una Cámara determinada. Por ejemplo, la Cámara de Diputados tiene la
iniciativa en materia de leyes de contribuciones y reclutamiento de tropas (artí-
culo 52 de la CN) y acusa en el juicio político (artículo 53 de la CN). En tanto,
la Cámara de Senadores es la encargada de juzgar en el juicio político a los
acusados por la Cámara de Diputados (artículo 59 de la CN).
Los artículos 77 a 84 de la Constitución Nacional establecen el procedimien-
to para la formación y sanción de las leyes por parte del Congreso de la Nación.
El Poder Ejecutivo
El presidente de la Nación es elegido en forma directa, al igual que el vice-
presidente, mediante el sistema de doble vuelta o balotaje. La duración en
el mandato es de 4 años, pudiendo ser reelegido por una vez. Son requisitos
para ser electo en ese cargo: la edad mínima de 30 años, ser argentino o
hijo de ciudadano nativo y contar con 6 años de ciudadanía, en caso de haber
nacido en el exterior.
Las atribuciones del Poder Ejecutivo se encuentran establecidas en el artí-
culo 99 de la Constitución Nacional.
Entre las nuevas atribuciones del Poder Ejecutivo se encuentran el dictado
de los decretos de necesidad y urgencia (DNU) y la delegación legislativa. En
lo que respecta a los decretos de necesidad y urgencia, la Corte Suprema de
Justicia de la Nación ha sentado jurisprudencia en diferentes fallos sobre las
limitaciones a dichos instrumentos.
El presidente de la Nación se encuentra secundado en su labor por los
ministros, que tienen a su cargo el despacho de los negocios de la Nación, y
por el Jefe de Gabinete de Ministros, figura creada en la reforma constitucio-
nal de 1994 y cuyas funciones se encuentran fijadas en el artículo 101 de la
Constitución Nacional.
El Poder Judicial
La Corte Suprema de Justicia está integrada por abogados, que cuentan con
no menos de ocho años de ejercicio en su profesión, y son elegidos por el
Poder Ejecutivo de la Nación, con acuerdo del Senado por dos tercios de
sus miembros presentes. Tienen inamovilidad en sus cargos y solo pueden
ser removidos mediante juicio político. Los jueces de los Tribunales Inferiores
(Jueces de Primera Instancia y miembros de las Cámaras de Apelación) son
elegidos por el Consejo de la Magistratura, tienen inamovilidad en sus cargos
y solo pueden ser removidos mediante un jurado de enjuiciamiento integrado
por legisladores, magistrados y abogados de la matrícula federal.
La Corte Suprema de Justicia y los Tribunales Inferiores tienen a su cargo
el conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos rela-
cionados con la Constitución y por las leyes de la Nación, entre otros, y sus
atribuciones se encuentran descriptas en el artículo 116 de la Constitución
Nacional.
El Consejo de la Magistratura, figura creada por la reforma constitucional
de 1994, tiene a su cargo la selección de los jueces y la administración del
Poder Judicial. Está integrado por miembros del Poder Legislativo, jueces y
abogados de la matrícula federal.
Acompañando al Poder Judicial se encuentra el Ministerio Público, órgano
independiente con autonomía funcional y autarquía financiera, que tiene por
función promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad y de los
intereses generales de la sociedad, en coordinación con las demás autorida-
des de la República. El Procurador General de la Nación y el Defensor General
de la Nación integran el Ministerio Público.
Órganos extrapoder
La Auditoría General de la Nación es un órgano técnico que, con autonomía
funcional, asiste al Poder Legislativo de la Nación en el control externo del
sector público nacional en sus aspectos patrimoniales, económicos, financie-
ros y operativos. El presidente de este órgano es designado a propuesta del
partido político de la oposición que cuente con mayor número de legisladores
en el Congreso. Sus atribuciones se encuentran establecidas en el artículo 85
de la Constitución Nacional.
El Defensor del Pueblo de la Nación es un órgano independiente, instituido
en el ámbito del Congreso de la Nación, que actúa con plena autonomía fun-
cional, sin recibir instrucciones de ninguna autoridad. Su misión es la defensa
y protección de los derechos humanos y demás derechos, garantías e intere-
ses tutelados por la Constitución, además del control del ejercicio de las fun-
ciones administrativas públicas. Es designado y removido por el Congreso con
el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de cada una de
las Cámaras. Goza de las inmunidades y privilegios de los legisladores. La
duración en el cargo es de cinco años, pudiendo ser designado nuevamente
por una sola vez.
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Bidart Campos, G. (2005), Manual de la Constitución Reformada, Ediar Sociedad
Anónima Editora, Buenos Aires.
5.
6.
LL
Una Constitución democrática tiene como centro al sistema de derechos
humanos. La democracia es la forma de organización político-jurídica que
instala a la persona humana con reconocimiento, tutela y promoción de su
dignidad, su libertad y sus derechos. Después viene todo lo demás, en orden
a satisfacer ese modo de situación de las personas en la comunidad política:
las garantías, la separación de los poderes, el poder limitado y controlado,
etc. (Bidart Campos, 1995:22)
CC
Tenía el constituyente ante sí diversas alternativas con respecto a los tratados
de derechos humanos: podría haber guardado silencio; o establecido el valor
supraconstitucional; o haber ratificado la vieja tesis de que tenían valor de ley;
o consagrando la tesis de la Corte Suprema en “Ekmekdjian c/ Sofovich” (ED,
148-354) del valor supralegal e infraconstitucional; sin embargo, descartó to-
dos esos caminos y optó por brindar a aquellos tratados status constitucional.
Pero, además de una mención genérica, prefirió ser preciso enumerando los
diez Tratados, Convenciones y Declaraciones más importantes y relevantes
que sobre derechos humanos tenía suscriptos la Argentina. Ello, a su vez, pro-
dujo un impacto renovador en la dimensión axiológica del texto Constitucional
de 1853. (Vigo, 1999:1409)
“Una norma legislativa posterior sería igualmente ineficaz para apartarse de sus normas, en
tanto el país no retire su adhesión y sometimiento al derecho supranacional: si el Congreso
quiere apartarse de las normas supranacionales a las que válidamente se sometió, debe pre-
viamente retirarse de esa comunidad jurídica internacional, conforme al procedimiento
allí establecido. Sería un paso atrás hacia la barbarie, muy difícil de realizar por nuestro
país en el actual contexto internacional (…)
CC
La reforma constitucional de 1994 introdujo un nuevo capítulo con el título de
“Nuevos derechos y garantías”, en el que se reconocen (i) el derecho de resis-
tencia a los gobiernos de facto; (ii) el derecho de iniciativa popular; (iii) el dere-
cho a un ambiente sano y (iv) el derecho de consumidores y usuarios a su pro-
tección. Además, en ese mismo capítulo se introduce la regulación de ciertas
garantías, como el recurso de amparo, el hábeas corpus y el hábeas data, así
como otras disposiciones que poco tienen que ver con derechos y garantías.
Por otra parte, en el artículo 75, referido a las atribuciones del Congreso de la
Nación, se establecen ciertas precisiones sobre el derecho de aprender, ya re-
conocido en el artículo 14 del texto de 1853, y en el inciso 23 se establece,
hablando de DH, el derecho del niño y de la madre en situación de desamparo
a recibir protección a partir del momento del embarazo. Algunos autores afir-
man que en este último inciso, vinculándolo a la incorporación de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos por el inciso 22 del mismo
artículo, se establece inequívocamente el reconocimiento del derecho de todo
ser humano a la vida a partir del momento de la concepción. (Massini, 2008:72)
WW <http://www.gordillo.com/pdf/der_hum/der_hum.pdf3>
CC
Pondremos énfasis en dicho pacto, por ser el único que cuenta con un tribunal
supranacional. Ello no cambia la obligatoriedad que todos tienen en el derecho
interno, pero fuerza es reconocer que desde un punto de vista práctico no es lo
mismo que la interpretación del tratado termine en el propio país, o pueda con-
tinuarse ante un tribunal internacional o supranacional. No es lo mismo intro-
ducir el caso federal para ocurrir en su oportunidad por ante la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, sea por violación a la Constitución o a los tratados,
que introducir también el caso supranacional para ocurrir en su oportunidad
por ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. (Gordillo,
2013:VI-14-15)
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Bidart Campos, G. (1995), “Los Derechos Humanos y la Reforma Constitucional
de 1994”, Revista Hechos y Derechos, Instituto de Promoción de Derechos Humanos,
Buenos Aires, pp. 21 a 25.
7.
Referencias bibliográficas
Objetivos
Al concluir el estudio de esta unidad, el estudiante estará en condiciones de:
CC
[…] la relación jurídica es el vínculo que une a dos o más personas respecto
de determinados bienes o intereses, estable y orgánicamente regulada por el
derecho, como cauce para la realización de una función social merecedora de
tutela jurídica. (Rivera, 2004:301)
a) el sujeto activo,
b) el sujeto pasivo, En la presente unidad en el punto
c) el objeto, 3.2 y 3.3 abordaremos el tema de
d) la causa. las personas de existencia visible
y las personas de existencia ideal.
CC
Los derechos políticos son los que cuadran al titular en razón de su calidad de
ciudadano o miembro de una cierta comunidad política.
Los derechos civiles son los que pertenecen al titular en razón de ser simple-
mente habitante, v.g., el derecho de entrar, permanecer y transitar libremente
en el país, de usar y disponer de la propiedad, de asociarse con fines útiles, etc.
Estos derechos civiles son los que la Constitución Nacional declara y protege en
La patria potestad es el conjunto los art. 14 a 20. (Llambías, 1995:240)
de deberes y derechos que corres-
ponden a los padres sobre las
personas y bienes de los hijos,
para su protección y formación
Por su parte y de acuerdo con el mismo autor, los derechos civiles se pueden
integral, desde la concepción de dividir en tres categorías diferentes:
estos y mientras sean menores de
edad y no se hayan emancipado. a) Los derechos de la personalidad son aquellos relativos a la persona en
(Artículo 264 del Código Civil). La
Ley 23264 establece que su ejer- sí misma, como el derecho al nombre, las acciones de estado, etcétera.
cicio es compartido, en principio, b) Los derechos de familia son los que se otorgan al titular en razón de su
por ambos padres. carácter de miembro de la familia, como los derechos conyugales, los
referentes a la patria potestad, los derechos alimentarios entre parientes,
etcétera.
c) Los derechos patrimoniales son los que tienen un valor pecuniario e integran
el patrimonio de las personas. Pueden subdividirse en tres subcategorías:
I) Los derechos reales,
En la unidad 4, en el punto 4.1,
II) Los derechos personales, también denominados derechos de crédito
abordaremos el tema de las
obligaciones. u obligaciones,
III) Los derechos intelectuales.
CC
Son personas todos los entes susceptibles de adquirir derechos o contraer
obligaciones. (Artículo 30 del Código Civil)
CC
Todos los entes que presentan signos característicos de humanidad, sin distin-
ción de cualidades o accidentes, son personas de existencia visible. (Artículo
51 del Código Civil)
CC
Desde la concepción en el seno materno comienza la existencia de las perso-
nas; y antes de su nacimiento pueden adquirir algunos derechos, como si ya
hubiesen nacido. Esos derechos quedan irrevocablemente adquiridos si los
concebidos en el seno materno nacieren con vida, aunque fuera por instantes
después de estar separados de su madre. (Artículo 70 del Código Civil)
chos diferentes al hijo mayor respecto de sus hermanos y admitía la figura del
mayorazgo, que implicaba que los títulos y bienes pasaban del padre a este.
Tal circunstancia, en la actualidad y al desaparecer aquella figura, ha perdido
importancia, máxime cuando por disposición del Código Civil “la filiación matri-
monial y la extramatrimonial, así como la adoptiva plena, surten los mismos
efectos conforme a las disposiciones de este Código”(artículo 240 del Código
Civil). Además, debemos considerar lo dispuesto en la Ley 23264 de filiación El instituto de la adopción con-
y patria potestad, que equipara en sus derechos a los hijos matrimoniales y siste en la incorporación de una
persona a una familia a la que no
extramatrimoniales al señalar que “siempre que en el Código Civil, leyes com- pertenece por razones de sangre.
plementarias u otras disposiciones legales se aluda a los hijos naturales, La adopción puede ser plena, lo
extramatrimoniales o ilegítimos en contraposición o para discriminar derechos que permite alcanzar a la perso-
o deberes respecto a los hijos legítimos, la situación de aquellos deberá ser na adoptada la condición de hijo
matrimonial del adoptante. Puede,
equiparada a la de estos, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 240 también, ser simple; en este caso
del Código Civil” (artículo 21 de la Ley 23264). es pasible de ser revocada, es
Pese a la igualdad de derechos entre todos los hijos, puede haber casos decir, dejada sin efecto.
en los que resulte vital determinar cuál de estos ha nacido con anterioridad y
reviste la condición de hijo mayor; por ejemplo, cuando se estipula una dona-
ción a favor de este. Si se trata de un parto donde nace más de un hijo vivo,
para evitar conflictos, el legislador optó por una solución simple: “[…] los naci-
dos son considerados de igual edad y con iguales derechos para los casos de
institución o substitución para los hijos mayores” (artículo 88 del Código Civil).
El Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación efectúa importan-
tes modificaciones en la materia, ya que introduce los aspectos relativos al
empleo de técnicas de reproducción humana asistida, otorgando efectos jurídi-
cos para el caso del embrión implantado en el cuerpo de la mujer. Así, señala:
“La existencia de la persona humana comienza con la concepción en el seno
materno. En el caso de técnicas de reproducción humana asistida, comien-
za con la implantación del embrión en la mujer, sin perjuicio de lo que prevea
la ley especial para la protección del embrión no implantado” (artículo 19 del
Proyecto de CCCN). Mantiene las presunciones sobre los períodos máximos y
mínimo de embarazo y sobre el nacimiento con vida. También la adquisición
irrevocable de los derechos y obligaciones del nacido con vida y su condición
de no existente si naciera sin vida, tanto sea concebido o implantado en la
mujer (artículos 20 y 21 del Proyecto de CCCN). Por otra parte, regula el proce-
so de gestación por sustitución (artículo 572 del Proyecto de CCCN) y estable-
ce reglas generales relativas a la filiación por técnicas de reproducción huma-
na asistida (artículo 560 a 564 del Proyecto de CCCN).
EE
la Nación, Ricardo Lorenzetti, de aspectos relativos a la filiación y adop-
ción incorporados al Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación.
<http://www.youtube.com/watch?v=q2Di1CsLkbw&list=PLFBCC4F
2046C397AF>
PARA REFLEXIONAR
1.
CC
Termina la existencia de las personas por la muerte natural de ellas. (Artículo
103 del Código Civil)
CC
El fallecimiento de una persona se considerara tal cuando se verifiquen de mo-
do acumulativo los siguientes signos, que deberán persistir ininterrumpida-
mente seis (6) horas después de su constatación conjunta:
a) Ausencia irreversible de respuesta cerebral, con pérdida absoluta de
conciencia;
b) Ausencia de respiración espontánea;
c) Ausencia de reflejos cefálicos y constatación de pupilas fijas no reactivas;
d) Inactividad encefálica corroborada por medios técnicos y/o instrumentales
adecuados a las diversas situaciones clínicas, cuya nómina será́ periódi-
camente actualizada por el Ministerio de Salud y Acción Social con el ase-
soramiento del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e
Implante (INCUCAI).
2.
Atributos de la personalidad
Toda persona de existencia visible, por el solo hecho de su concepción, posee
una serie de atributos jurídicos que son inseparables de ella. Son cualidades
intrínsecas y permanentes que constituyen la esencia de la personalidad.
Estos son: los derechos de la personalidad, el nombre, el estado, la capacidad
y el domicilio.
Los atributos de la personalidad tienen las siguientes características:
Nombre
Es el modo en que se identifica a una persona. Se caracteriza por ser inaliena-
ble e imprescriptible y en principio es inmutable; no obstante, bajo especiales
circunstancias, puede ser modificado.
En nuestro país, la así llamada Ley 18248 y sus modificatorias establecen
el régimen legal del nombre. Se emplea el término “así llamada
El nombre se adquiere por la inscripción en el acta de nacimiento y está ley”, en lugar del habitualmente
empleado “ley”, por tratarse de un
conformado por el nombre de pila o prenombre y el apellido.
decreto ley del gobierno de facto
El nombre de pila es de libre elección por los padres o quien estos desig- sancionado y promulgado por el
nen y se encuentra sujeto a algunas limitaciones: no debe ser extravagante, Presidente de la Nación.
ridículo, contrario a nuestras costumbres ni extranjero —salvo aquellos per-
tenecientes a los padres o los castellanizados, o cuando se trate de hijos de
funcionarios extranjeros—; no se admiten los apellidos como nombre, los pri-
meros nombres idénticos de hermanos vivos o que esté integrado por más de
tres nombres. Asimismo, pueden inscribirse nombres aborígenes o derivados
de voces aborígenes autóctonas y latinoamericanas.
El apellido depende de las circunstancias del nacimiento:
d) los hijos no reconocidos por ninguno de los padres deben ser anotados
con un apellido común.
3.
Estado
El estado, en tanto atributo de la personalidad, es definido como un conjunto
de cualidades que determinan la situación individual o familiar de una persona.
El estado se puede identificar en diferentes situaciones:
PARA REFLEXIONAR
Capacidad
Se llama capacidad a la aptitud de la persona para adquirir derechos y contraer
obligaciones. La capacidad se puede relacionar con el goce de los derechos
o puede vincularse a la posibilidad de ejercicio. En el primer caso, se la deno-
mina capacidad de derecho y en el segundo, capacidad de hecho. Cuando
una persona carece de capacidad se la denomina incapaz.
CC
La capacidad de derecho es la aptitud para ser titular de derechos y obligacio-
nes. (Borda, 1996:230)
CC
La capacidad de hecho es la aptitud para ejercer derechos y contraer obligacio-
nes. (Borda, 1996:232)
a) Son incapaces absolutos: las personas por nacer, los menores impúberes
(menores de 14 años), los sordomudos que no saben darse a entender por
escrito, los dementes declarados en juicio, los penados por más de tres
años con pena de reclusión o prisión.
b) Son incapaces relativos los menores adultos (mayores de 14 y menores
de 18). La incapacidad culmina cuando se alcanza la mayoría de edad a
los 18 años o mediante la emancipación (por matrimonio o por habilita-
La emancipación consiste en la
ción de edad).
habilitación otorgada a aquellos
que no han alcanzado la mayoría
de edad, que les permite alcanzar Texto de la Ley 26579 de Modificación de la Mayoría de Edad
la plena capacidad para el ejer-
cicio de determinados derechos.
En nuestro país se obtiene cuan-
do un menor contrae matrimonio
WW <http://www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/ane-
xos/160000-164999/161874/norma.htm>
Domicilio
Se denomina domicilio al asiento jurídico de la persona, es decir, el lugar en
que la ley establece la sede del sujeto de derecho, con la finalidad de producir
en él ciertos efectos jurídicos.
El domicilio puede clasificarse en:
CC
El domicilio real de las personas es el lugar donde tienen establecido el asien-
to principal de su residencia y de sus negocios. (Artículo 89 del Código Civil)
El domicilio real se caracteriza por ser: voluntario, y por tanto puede ser elegi-
do libremente; es mutable, es decir que puede ser cambiado tanta veces como
se desee; y además es inviolable y se encuentra protegido por la garantía
constitucional contenida en el artículo 18 de la Constitución Nacional.
CC
El domicilio legal es el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en con-
tra, que la persona reside de una manera permanente para el ejercicio de sus
derechos y el cumplimiento de sus obligaciones, aunque de hecho no esté allí
presente. (Artículo 90 del Código Civil)
El domicilio legal, a diferencia del real, se caracteriza por ser: forzoso, ya que
ha sido impuesto por la ley; ficticio, ya que la persona puede no vivir en él, y
excepcional, puesto que solo se emplea en los casos que establece la ley.
Dentro de los tipos de domicilio especial, a su vez, podemos distinguir el
domicilio contractual y el domicilio procesal o constituido.
Juan Pérez reside, junto con su grupo familiar integrado por su espo-
El patrimonio
El Código Civil adopta la siguiente definición de patrimonio:
CC
El conjunto de los bienes de una persona constituye su patrimonio. (Artículo
2312 del Código Civil).
CC
Todos los entes susceptibles de adquirir derechos, o contraer obligaciones,
que no son personas de existencia visible, son personas de existencia ideal, o
personas jurídicas. (Artículo 30 del Código Civil)
a) Las asociaciones y las fundaciones que tengan por principal objeto el bien
común, posean patrimonio propio, sean capaces por sus estatutos de
adquirir bienes, no subsistan exclusivamente de asignaciones del Estado
y obtengan autorización para funcionar.
Entre las personas de derecho privado sin ánimo de lucro, encontramos a las
asociaciones y las fundaciones, que se caracterizan por:
CC
Habrá sociedad cuando dos o más personas se hubiesen mutuamente obliga-
do, cada una con una prestación, con el fin de obtener alguna utilidad aprecia-
ble en dinero, que dividirán entre sí, del empleo que hicieren de lo que cada
uno hubiere aportado. (Artículo 1648 del Código Civil)
CC
Habrá sociedad comercial cuando dos o más personas en forma organizada,
conforme a uno de los tipos previstos en esta ley, se obliguen a realizar apor-
tes para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o servicios partici-
pando de los beneficios y soportando las pérdidas. (Artículo 1 de la Ley 19550)
WW <http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/ane-
xos/25000-29999/25553/texact.htm>
Asociaciones
Existen diferentes clases de asociaciones tales como cooperadoras, mutuales
o asociaciones sindicales, que a la vez cuentan con objetivos de naturaleza
diferente (religiosa, deportiva, etcétera).
La distribución de las funciones se realiza a través de órganos específicos:
Los derechos de los miembros se establecen en los estatutos, al igual que las
obligaciones, que también se recogen en reglamentos. La calidad de miembro
de una asociación se adquiere por haber participado del acto constitutivo o por
haberse incorporado posteriormente y puede perderse por razones diversas
como la renuncia, expulsión o muerte.
Todos los actos de la asociación se encuentran sometidos a control judicial.
Fundaciones
Consisten en entidades que se crean persiguiendo una finalidad altruista y
son dotadas de un patrimonio por la voluntad de su fundador, que es quien
establece el objetivo que procuran alcanzar.
La así llamada Ley 19836, que establece el régimen para el desenvolvi-
miento y control de este tipo de personas jurídicas de derecho privado, las
define.
CC
Las fundaciones a que se refiere el artículo 33 del Código Civil son personas
jurídicas que se constituyen con un objeto de bien común, sin propósito de lu-
cro, mediante el aporte patrimonial de una o más personas, destinado a hacer
posible sus fines. Para actuar como tales deberán requerir la autorización pre-
vista en el artículo 45 del citado Código. (Artículo 1 de la Ley 19836).
Independencia de personalidad
Las personas jurídicas de derecho privado son consideradas personas ente-
ramente diferentes de sus miembros, que cuentan con un patrimonio diferen-
ciado del de aquellas, por lo que no están obligados a satisfacer las deudas
de la corporación. Sin embargo, en el caso de las sociedades civiles y comer-
ciales, los socios responden, aunque en forma limitada, por las deudas de la
persona jurídica.
Capacidad
Estas personas poseen capacidad para adquirir derechos y contraer obligacio-
nes, del mismo modo que las personas de existencia visible. Tienen derecho
a la protección del Estado, a que se evite lesionar su imagen, al ejercicio de
derechos reales, a la adquisición de derechos intelectuales, patentes y mar-
cas, etc. Sin embargo, a diferencia de las personas de existencia visible, que
pueden ejercer todos aquellos actos no prohibidos por la ley, las personas
de existencia ideal solo tienen capacidad para realizar aquellos referidos a
los fines de la institución. A esto se lo denomina principio de la especialidad
(artículo 35 del Código Civil).
Estatutos
Son las reglas sobre las cuales se estructura la organización y la vida de las
personas jurídicas de derecho privado, ya sea que se trate de fundaciones,
asociaciones o sociedades. En ellos está determinado el fin u objeto de la
entidad, su nombre, domicilio, sus órganos de gobierno, los derechos y debe-
res de sus miembros, formación e inversión del patrimonio, la disolución y
destino de los bienes.
Forman la ley fundamental de este tipo de personas jurídicas, cuyas activi-
dades deben ajustarse a sus disposiciones.
Representación
Los representantes o administradores de las personas jurídicas de derecho
privado tienen la capacidad para contratar en su nombre, dentro de los límites
de su mandato. Estas personas son responsables por los daños que causen
quienes las dirijan o administren en ejercicio u ocasión de sus funciones.
Fin de su existencia
Existen causales que determinan el fin de existencia que, según Llambías
(1995:104), son comunes a toda clase de persona jurídica de derecho privado:
5.
CC
Los objetos inmateriales susceptibles de valor, e igualmente las cosas, se lla-
man bienes. (Artículo 2312 del Código Civil)
CC
Se llaman cosas en este Código, los objetos materiales susceptibles de tener
un valor. Las disposiciones referentes a las cosas son aplicables a la energía y
a las fuerzas naturales susceptibles de apropiación. (Artículo 2311 del Código
Civil)
3.3.1. Clasificación
El Código Civil establece la siguiente clasificación para las cosas
i) Principales, son aquellas cosas que tienen una existencia propia, con pres-
cindencia de las demás que la conforman. Un ejemplo de cosa principal es
el diamante de un anillo.
j) Accesorias, son las que tienen existencia determinada por otra cosa de la
cual dependen. Un ejemplo de cosa accesoria es el engarce de un anillo.
De acuerdo con nuestra ley, las cosas accesorias son clasificadas como
la principal, de la cual dependen, y se les aplican los mismos efectos
jurídicos.
Las cosas también pueden ser clasificadas en relación con las personas; a
partir de ello, encontramos:
a) Bienes del dominio público del Estado: son aquellos que se caracterizan
por la posibilidad de aprovechamiento y goce directo por el pueblo y se
encuentran enumerados en el artículo 2340 del Código Civil:
1. Los mares territoriales hasta la distancia que determine la legislación
especial, independientemente del poder jurisdiccional sobre la zona
contigua;
2. Los mares interiores, bahías, ensenadas, puertos y ancladeros;
3. Los ríos, sus cauces, las demás aguas que corren por cauces naturales
y toda otra agua que tenga o adquiera la aptitud de satisfacer usos de
interés general, comprendiéndose las aguas subterráneas, sin perjui-
cio del ejercicio regular del derecho del propietario del fundo de extraer
las aguas subterráneas en la medida de su interés y con sujeción a la
reglamentación;
4. Las playas del mar y las riberas internas de los ríos, entendiéndose por
tales la extensión de tierra que las aguas bañan o desocupan durante
las altas mareas normales o las crecidas medias ordinarias;
5. Los lagos navegables y sus lechos;
6. Las islas formadas o que se formen en el mar territorial o en toda
clase de río, o en los lagos navegables, cuando ellas no pertenezcan a
particulares;
7. Las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra
pública construida para utilidad o comodidad común;
8. Los documentos oficiales de los poderes del Estado;
9. Las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos de interés
científico.
b) Bienes del dominio privado del Estado: son aquellos sobre los que el Esta-
do ejerce un derecho de propiedad y están determinados por el artículo
2342 del Código Civil:
1. Todas las tierras que, estando situadas dentro de los límites territoria-
les de la República, carecen de otro dueño;
2. Las minas de oro, plata, cobre, piedras preciosas y sustancias fósiles,
no obstante el dominio de las corporaciones o particulares sobre la
superficie de la tierra;
3. Los bienes vacantes o mostrencos y los de las personas que mueren
sin tener herederos;
4. Los muros, plazas de guerra, puentes, ferrocarriles y toda construcción
hecha por el Estado o por los Estados, y todos los bienes adquiridos
por el Estado o por los Estados por cualquier título;
5. Las embarcaciones que diesen en las costas de los mares o ríos de la
República, sus fragmentos y los objetos de su cargamento, siendo de
enemigos o de corsarios.
c) Bienes de los particulares: son las cosas que, de acuerdo con lo precep-
tuado en el artículo 2347 del Código Civil, no pertenecen al Estado nacio-
nal o provincial, a los municipios o a las iglesias, sean estas personas de
existencia visible o personas jurídicas.
6.
3.4.1. Hechos humanos voluntarios e involuntarios
Para que un hecho humano sea considerado voluntario debe reunir ciertas
características o condiciones, tanto internas como externas.
En cuanto a las condiciones internas, el acto debe realizarse con:
CC
Son los actos voluntarios lícitos, que tengan por fin inmediato establecer entre
las personas relaciones jurídicas, crear, modificar, transferir conservar o aniqui-
lar derechos. (Artículo 944 del Código Civil)
c) Cargo o modo, es una obligación accesoria para el que recibe una
liberalidad.
Los vicios de los actos jurídicos son: el error, el dolo, la violencia, la lesión,
la simulación y el fraude.
El error
El error consiste en un saber equivocado; sin embargo, de acuerdo con nues-
tra legislación, no todo error implica la nulidad de un acto jurídico. Para que
el error imponga como remedio la nulidad del acto, es necesario que sea
excusable y esencial.
El error excusable es aquel que implica que haya existido una razón para
errar. Por el contrario, si el error se debe a negligencia de la parte al realizar
el acto, este es inexcusable y no es declarado nulo.
Para que el error sea esencial, debe recaer sobre:
a) la naturaleza del acto: cuando una de las partes entiende que está ven-
diendo una excursión y la otra, que se la ofrecen gratuitamente.
b) el objeto del acto: cuando el agente de viajes vende un viaje a Pinamar y
el adquirente entiende que se lo vendió a Florianópolis.
c) la persona del otro contratante: cuando se le encarga una joya a quien
se cree un orfebre famoso y en realidad se trata de un homónimo (alguien
que tiene el mismo nombre).
CC
La ignorancia de las leyes o el error de derecho en ningún caso impedirá los
efectos legales de los actos lícitos, ni excusará la responsabilidad por los ac-
tos ilícitos. (Artículo 923 del Código Civil).
El dolo
Se considera dolo, como vicio de los actos jurídicos, a cualquier artificio o astu-
cia utilizada para inducir al error a una parte y hacerla celebrar un acto jurídico.
Debe ser grave; por ejemplo, no alcanza con que un vendedor exagere las
ventajas de una cosa. Por otra parte, al analizarlo se deberá tener en cuenta
la condición de la víctima. Además, tiene que ocasionar un daño importante.
El Código Civil lo define en su artículo 931:
CC
Acción dolosa para conseguir la ejecución de un acto, es toda aserción de lo
que es falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o ma-
quinación que se emplee con ese fin. (Artículo 931 del Código Civil)
Para que el dolo sea considerado como un vicio del acto jurídico y este pueda
ser anulado, es necesario probar, de acuerdo con lo establecido en el artículo
932 del Código Civil, la concurrencia de las siguientes circunstancias:
La violencia
Para estar en presencia de la violencia, como vicio de los actos jurídicos, es
necesario que el consentimiento sea obtenido bajo presión física (intimidación
física irresistible) o moral (amenazas).
La violencia física es la ejercida directamente sobre la persona al momen-
to de realizar el acto, como cuando se apunta a la persona con un arma para
obligarlo a hacer algo.
CC
Habrá falta de libertad en los agentes, cuando se emplease contra ellos una
fuerza irresistible. (Artículo 936 del Código Civil)
CC
Habrá intimidación, cuando se inspire a uno de los agentes por injustas ame-
nazas, un temor fundado de sufrir un mal inminente y grave en su persona, li-
bertad, honra o bienes, o de su cónyuge, descendientes o ascendientes, legíti-
mos o ilegítimos. (Artículo 937 del Código Civil)
La lesión
Se entiende que existe lesión, como vicio de los actos jurídicos, cuando las
prestaciones recíprocas en un acto presentan una notoria desigualdad, como
cuando una de las partes exige una cuantiosa suma de dinero para ofrecer un
servicio de alojamiento, aprovechando la necesidad de la otra. En este caso,
la parte perjudicada puede solicitar la nulidad del acto o su reajuste.
CC
También podrá demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos
cuando una de las partes explotando la necesidad, ligereza o inexperiencia de
la otra, obtuviera por medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente
desproporcionada y sin justificación. (Artículo 954 del Código Civil)
La simulación
La simulación, como vicio de los actos jurídicos, consiste en encubrir el carác-
ter jurídico de un acto bajo la apariencia de otro, como cuando se dona un bien
a una persona pero se documenta el acto como una compraventa.
Cuando la simulación no perjudica a terceros es considerada lícita; es
decir, solo se puede declarar la nulidad de un acto de esta naturaleza cuando
se prueba el perjuicio.
CC
La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter jurídico de un acto ba-
jo la apariencia de otro, o cuando el acto contiene cláusulas que no son since-
ras, o fechas que no son verdaderas, o cuando por él se constituyen o transmi-
ten derechos a personas interpuestas, que no son aquellas para quienes en
realidad se constituyen o transmiten. (Artículo 955 del Código Civil)
El fraude
El fraude consiste, en tanto vicio de los actos jurídicos, en la salida de un
bien del patrimonio de una persona ocasionando perjuicio a sus acreedores.
Para encontrarnos en presencia de este vicio, es necesario que se den dos
condiciones:
CC
Todo acreedor quirografario puede demandar la revocación de los actos cele-
brados por el deudor en perjuicio o en fraude de sus derechos. (Artículo 961 El acreedor quirografario es aquel
del Código Civil) que no tiene garantías específicas
que respalden la recuperación del
crédito, el cual solo está garanti-
zado por el patrimonio del deudor.
Nulidad de los actos jurídicos
Se considera a la nulidad como la sanción legal que priva a los actos jurídicos
de efecto. Esta debe ser dictada por el juez y en principio vuelve las cosas
al mismo o igual estado en que se hallaban antes de la realización del acto.
Dentro de los actos que pueden ser sometidos a esta sanción, encontra-
mos dos tipos:
a) Actos nulos: son aquellos que no necesitan de una investigación por parte
del juez para declarar su nulidad, ya que el vicio en ellos es manifiesto,
como aquel celebrado por un menor de edad (incapaz de hecho) o con inca-
pacidad de derecho en los celebrantes (un religioso que compra un auto-
móvil a nombre propio) o aquellos cuyo objeto esté prohibido por la ley o
sea contrario a la moral y las buenas costumbres (un contrato de viaje cuyo
objeto sea la prestación de servicios de turismo sexual).
b) Actos anulables: son aquellos que, para que sea declarada su nulidad, exi-
gen la valoración judicial, como los realizados por dementes no declarados
en juicio o actos viciados por error, dolo, violencia, fraude o simulación.
LECTURA OBLIGATORIA
Referencias bibliográficas
Objetivos
Al concluir el estudio de esta unidad, el estudiante debe estar en condiciones de:
4.1. Obligaciones
Al hacer referencia al derecho en sentido subjetivo, se lo ha identificado como
la facultad genérica de exigir a otro un determinado comportamiento.
Si avanzamos sobre ese aspecto, podemos afirmar que a esa facultad se
opone, como la otra cara de la misma moneda, el deber de otra persona de
realizar la conducta que le sea exigida.
Cuando observamos el vínculo al que hicimos referencia, desde el punto
de vista del deudor, nos encontramos frente a una obligación.
La obligación puede ser definida como:
CC
Relación jurídica en virtud de la cual un sujeto (deudor) tiene el deber jurídico
de realizar a favor de otro (acreedor) determinada prestación. (Alterini y otros,
1997:11)
4.1.1. Elementos
A partir de la definición de obligación, se pueden identificar los siguientes
elementos constitutivos:
4.1.2. Fuentes
Al referirnos a las fuentes del derecho, señalamos que en una de sus acepcio-
nes se trata de las causas que lo han creado; en cuanto a las obligaciones,
pueden identificarse diferentes fuentes clásicas.
Las anteriores son las fuentes tradicionales de las obligaciones, pero existen
también otras fuentes, que han sido incorporadas a la legislación civil más
recientemente y que han cobrado gran trascendencia, modificando su régimen
jurídico:
4.1.3. Clasificación
El Código Civil regula el régimen de las obligaciones; sin perjuicio de ello,
existen normas que surgen del Código de Comercio y leyes especiales que
también lo hacen.
Existen distintos criterios que permiten la clasificación de las obligaciones
(Alterini y otros, 1996:393-397), a saber:
CC
cuando el Estado no cobra duran- Las obligaciones son civiles o meramente naturales. Civiles son aquellas que
te el tiempo estipulado por la ley dan derecho a exigir su cumplimiento. Naturales son las que, fundadas solo en
una multa o un tributo y pierde la el derecho natural y en la equidad, no confieren acción para exigir su cumpli-
posibilidad de hacerlo. En cam-
bio la adquisición de un derecho miento, pero que cumplidas por el deudor, autorizan para retener lo que se ha
por el paso del tiempo se deno- dado por razón de ellas […]. (Artículo 515 del Código Civil)
mina prescripción adquisitiva, tal
como sucede cuando una perso-
na ejerce actos de posesión sobre
Una obligación civil es la que emana, por ejemplo, de un contrato rea-
un inmueble por un determinado
tiempo y bajo las condiciones que
establece la ley, luego de los cua-
les adquiere la propiedad del bien.
xx lizado de acuerdo con las prescripciones de la ley y que aún es exigi-
ble. Por su parte, ejemplos de obligaciones naturales son: aquellas que
en sus orígenes son obligaciones civiles, pero no son exigibles por la
prescripción liberatoria; las que nacen en actos jurídicos a los que les fal-
tan las solemnidades que la ley exige para que produzcan efectos civiles
o las deudas de juego.
CC
La obligación es condicional, cuando en ella se subordinare a un acontecimien-
to incierto y futuro que puede o no llegar, la adquisición de un derecho, o la re-
solución de un derecho ya adquirido. (Artículo 528 del Código Civil)
La obligación es a plazo, cuando el ejercicio del derecho que a ella correspon-
de estuviere subordinado a un plazo suspensivo o resolutorio. (Artículo 566 del
Código Civil)
De acuerdo con la índole del contenido: Los intereses pueden ser de tres
tipos diferentes: compensatorios,
•• Obligaciones de medios: son aquellas en las que el deudor se compro- los que debe el deudor por el uso
mete a la realización de una actividad mediante la cual habitualmente se del capital; moratorios, los que se
alcanza el resultado esperado por el acreedor, aunque no está garantizado pactan frente a la demora en el
por el deudor; cumplimiento de la obligación, y
punitorios, impuestos como san-
•• Obligaciones de resultado: en este caso, el deudor promete un objetivo ción frente al incumplimiento de
determinado. la obligación.
4.1.4. Efectos
El principio general es que las obligaciones tienen efecto —es decir, implican-
cias jurídicas— solo entre las partes.
CC
Las obligaciones no producen efecto sino entre acreedor y deudor, y sus suce-
sores a quienes se transmitiesen. (Artículo 515 del Código Civil)
Esto implica que los terceros, es decir, aquellos ajenos a la relación obligacio-
nal, no son alcanzados por sus efectos ni pueden ser perjudicados por ella. La
excepción hecha en el caso en que “si en la obligación se hubiere estipulado
alguna ventaja en favor de un tercero, este podrá exigir el cumplimiento de la
obligación” (artículo 504 del Código Civil).
Las obligaciones presentan efectos tanto respecto del deudor como del
acreedor.
El deudor tiene determinados derechos destinados a facilitar el cumplimien-
to de la obligación, allanando los obstáculos que se presenten para ello y libe-
rándolo definitivamente de la deuda una vez cumplida. Estos derechos son:
El acreedor, por su parte, cuenta con una serie de potestades cuyos efectos
llevan, de manera directa o indirecta, a la satisfacción del interés contenido
en la obligación. Entre los derechos del acreedor, están:
4.1.5. Modos de transmisión
La transmisión en cualquier acto jurídico consiste en la sustitución de alguno
de los sujetos que intervienen en la relación jurídica.
En aquellos casos en que se hace referencia a la transmisión de las obli-
gaciones, se señala que:
CC
En la esfera obligacional, consiguientemente, la transmisión supone una suce-
sión (o transmisión) en la calidad de acreedor o de deudor, permaneciendo in-
tacta la relación en sí misma. (Alterini y otros, 1997:549)
4.1.6. Extinción
La extinción de una obligación implica que finaliza la relación existente entre
el deudor y el acreedor. El Código Civil, en su artículo 724, señala que las
obligaciones se extinguen por diversas razones:
CC
Las obligaciones se extinguen:
Por el pago.
Por la novación.
Por la compensación.
Por la transacción.
Por la confusión.
Por la renuncia de los derechos del acreedor.
Por la remisión de la deuda.
Por la imposibilidad del pago.
(Artículo 724 del Código Civil).
xx paga su precio.
xx pectivos daños, acuerdan que cada uno de ellos se hará cargo de los arre-
glos correspondientes a los automotores propios.
xx cobrar la deuda.
CC
Para quienes sostienen que los valores éticos son parte del sistema jurídico,
la responsabilidad en estos casos tendrá carácter de sanción, pues es la con-
secuencia jurídica de haber incumplido un deber y significa un disvalor para
quien es pasible de ella. En cambio, para quienes sostienen la teoría pura del
derecho sin dejarla penetrar por valores morales, será simplemente el antece-
dente que marca como consecuente el deber de satisfacer al acreedor no ya
en especie sino en equivalente. (O’Donnell, 2004)
c) origen: en el primer caso, nace de un acto lícito (el contrato o acto equiva-
LECTURA OBLIGATORIA
1.
4.2. Contratos
Los contratos son un tipo de acto jurídico y, en la vida diaria, son una de las
fuentes más usuales que dan origen a innumerables obligaciones.
Se caracterizan por ser actos jurídicos plurilaterales (es decir que debe, al
menos, haber dos partes para su formación); tienen la condición de ser actos
de carácter patrimonial, ya que poseen un contenido económico, y la virtuali-
dad de crear obligaciones entre quienes participan en ellos.
La palabra contrato deriva etimológicamente “del participio latino contrac-
tus –a, -um”, que “se sustantivizó en contractus, -us, de donde proviene el tér-
mino contrato, pero el verbo no se especializó en este sentido, sino que con-
servó su acepción concreta de ‘traer una cosa junto a otra’ o ‘acercar dos
cosas entre sí’”. (Couture, 1991:176)
En el derecho argentino, la definición de contrato se encuentra receptada
en el Código Civil.
CC
Hay contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una declara-
ción de voluntad común, destinada a reglar sus derechos. (Artículo 1137 del
Código Civil)
4.2.1. Elementos
La existencia de un contrato impone, al menos, que el acto cuente con los
siguientes elementos:
4.2.2. Clasificación
De manera similar a los actos jurídicos, existen diferentes modos de clasificar
los contratos:
Unilaterales o bilaterales
Son unilaterales aquellos contratos en los que solo una de las partes se obli-
ga hacia la otra, sin que esta quede obligada. En cambio, los bilaterales son
aquellos en los que las partes se obligan recíprocamente.
Onerosos o gratuitos
Son onerosos los contratos en los que existe un sacrificio para obtener una
ventaja concedida por la otra parte. Gratuitos, en cambio, son aquellos en los
que solo una de las partes realiza la prestación.
xx préstamo gratuito.
Reales o consensuales
Son contratos reales los que se perfeccionan por la entrega de una cosa.
Consensuales, en cambio, son aquellos que solo exigen para su formación el
consentimiento de las partes.
Nominados o innominados
Son contratos nominados o típicos aquellos cuyas cláusulas esenciales se
ajustan a un tipo determinado. Habitualmente sus requisitos se encuentran
determinados en los diferentes Códigos o en leyes especiales. Innominados o
atípicos, en cambio, son los que no responden a un tipo establecido en la ley.
Formales o no formales
Son contratos formales aquellos cuya validez depende del cumplimiento de
determinadas formas establecidas por la ley. Los contratos no formales, en
cambio, no dependen, para ser válidos, del cumplimiento de formalidad alguna.
Aleatorios o conmutativos
Son contratos aleatorios aquellos en los que las obligaciones dependen de
que se produzca un acontecimiento incierto al momento de realizar el contrato.
En los contratos conmutativos, en cambio, las obligaciones son ciertas, deter-
minadas y conocidas por las partes al momento de su realización.
Comerciales o civiles
Son contratos comerciales aquellos cuyo objeto es considerado un acto de
comercio o los realizados con habitualidad por personas que reúnen la con-
dición de comerciantes. Los contratos civiles, en cambio, son regulados por
el Código Civil.
4.2.3. Formación
La formación del contrato exige la realización de dos actos por parte de los
contratantes, para que aquel se considere perfeccionado: es necesaria la
existencia de la oferta por una de las partes y, además, se debe contar con
la aceptación de la otra.
La oferta consiste en la proposición que hace una de las partes, dirigida
a la otra, tendiente a la celebración del contrato. La oferta debe encontrarse
dirigida a una persona o personas determinadas y contener todos los antece-
dentes necesarios para la formación del contrato.
La aceptación de la oferta cierra el acuerdo entre las partes y da por con-
cluido el contrato. Para que la aceptación produzca efectos jurídicos, debe
efectuarse en los términos en que la oferta fue producida y en el plazo en que
esta se encontraba abierta.
LECTURA OBLIGATORIA
2.
CC
[…] derecho real es el que crea entre las personas y la cosa una relación di-
recta e inmediata, de tal manera, que no se encuentran en ella sino dos ele-
mentos: la persona, que es el sujeto activo del derecho, y la cosa, que es el
objeto […](Nota del título IV, Libro III del Código Civil)
CC
Derecho real es un derecho absoluto, de contenido patrimonial, cuyas normas
sustancialmente de orden público establecen entre una persona (sujeto activo)
y una cosa determinada (objeto) una relación inmediata que, previa publicidad,
obliga a la sociedad (sujeto pasivo) a abstenerse de realizar cualquier acto
contrario al mismo (obligación negativa) naciendo para el caso de violación una
acción real y que otorga a sus titulares el ius persequendi (derecho de persecu-
ción) y al ius preferendi (derecho de preferencia). (Allende, 1967: 18)
Veamos algunos ejemplos en los que se puede ejercer un derecho real, donde
se advierte cómo estos no se encuentran alejados de nuestra vida diaria:
4.3.2. Enumeración
El primer aspecto que pone de relieve el Código Civil, en la regulación de los
derechos reales, es que estos solo pueden ser creados por ley.
CC
Los derechos reales solo pueden ser creados por la ley. Todo contrato o dispo-
sición de última voluntad que constituyese otros derechos reales, o modificase
los que por este Código se reconocen, valdrá solo como constitución de dere-
chos personales, si como tal pudiesen valer. (Artículo 2502 del Código Civil)
Este principio es llamado numerus clausus, es decir que los derechos reales
constituyen un número cerrado: solo pueden ser creados y reglados por el
legislador y su contenido no queda librado a la voluntad de las partes.
Existe una excepción a este principio, según la cual el uso y el derecho de
habitación son regidos por los títulos que los han constituido o, en su defecto,
por las disposiciones del Código Civil (artículo 2952 del Código Civil).
El Código Civil enumera los siguientes derechos reales:
CC
Son derechos reales:
1 - El dominio y el condominio;
2 - El usufructo;
3 - El uso y la habitación;
4 - Las servidumbres activas;
5 - El derecho de hipoteca;
6 - La prenda;
7 - La anticresis.
(Artículo 2502 del Código Civil)
CC
En resumen: no solo en el Código Civil se contemplan los derechos reales, sino
también en otras leyes, como la de propiedad horizontal (13512); las 928 y
9643, que reglamentan los warrants; la 19550, de emisión de debentures; el
Código de Comercio (art. 580 y sig., relativo a la prenda comercial; art. 1351/67
sobre hipoteca naval); el Código Aeronáutico, que crea la hipoteca sobre aerona-
ves (arts. 52 a 57); la Ley 14394, cuyos art. 34 a 50 reglamentan el “bien de fa-
milia”; la Ley 9644 de Prenda Agraria y la 12962 sobre Prenda con Registro, et-
cétera. Y esa posibilidad encuadra dentro del art. 2502 del Cód. Civ., que,
repetimos, se refiere a cualquier ley. (Mariani de Vidal, 2004:67)
a) El dominio “es el derecho real en virtud del cual una cosa se encuentra
sometida a la voluntad y a la acción de una persona” (artículo 2506 del
Código Civil).
b) El usufructo “es el derecho real de usar y gozar de una cosa, cuya pro-
piedad pertenece a otro, con tal que no se altere su substancia” (artículo
2807 del Código Civil).
xx hacer uso de este, pero sin poder obtener otro beneficio, como alqui-
larlo a un tercero.
f) La prenda es aquel derecho real que se constituye cuando “el deudor, por
una obligación cierta o condicional, presente o futura, entregue al acree-
dor una cosa mueble o un crédito en seguridad de la deuda” (artículo 3204
del Código Civil).
Cuando una persona que ha contraído una deuda entrega una joya
rés, estos documentos y sus renovaciones deben ser firmados por el ano-
tador de hipotecas, para ser tomados en cuenta del crédito hipotecario; y
con ellos el deudor o un tercero, cuando estuviesen pagados en su totali-
dad, puede solicitar la cancelación de la hipoteca. El anotador de hipotecas
debe mencionar la fecha del acto de donde se derivan esos instrumentos”.
e) La hipoteca naval, regulada en la Ley de Navegación, y que puede defi-
nirse como “el derecho real que se constituye sobre una embarcación de
más de 20 toneladas, en garantía de un crédito en dinero, sin que aquel
se desplace al acreedor”.
f) La hipoteca aeronáutica, establecida en el Código Aeronáutico y regulada
en sus artículos 52 a 57, donde el derecho real de garantía se establece
sobre la aeronave o sus motores sin desplazamiento de estos al acreedor
hipotecario.
g) Debentures, reglamentados por la Ley de Sociedades Comerciales 19550,
que son títulos de determinados tipos de sociedades que establecen un
derecho real de garantía para sus tomadores.
h) La prenda con registro, concebida en el Decreto Ley 15348/46 como
garantía del pago de cierta suma de dinero o del cumplimiento de cualquier
clase de obligaciones a las que se les fije un valor, o del precio o saldo de
mercaderías vendidas. Los bienes sobre los cuales recaiga la prenda que-
darán en poder del deudor o un tercero; afecta bienes muebles o semo-
vientes y frutos o productos, aunque estén pendientes, o inmuebles por su
destino, que deben inscribirse en un registro especial.
4.3.3. Clasificación
Los derechos reales pueden ser clasificados de la siguiente manera:
a) Sobre la cosa propia o sobre cosa ajena:
Si la titularidad del derecho real y la propiedad de la cosa pertenecen a la
misma persona, estamos frente a un derecho real sobre cosa propia; allí
podemos ubicar al dominio (titularidad de una sola persona sobre una cosa)
y al condominio (titularidad de varias personas de una cosa).
Si la titularidad del derecho real la tiene una persona diferente del propieta-
rio de la cosa, decimos que existe un derecho real sobre cosa ajena, como
en el caso del usufructo, del uso o habitación, de la hipoteca, de la prenda,
de la servidumbre.
b) De disfrute o de garantía:
Si el contenido del derecho real se refiere al uso y goce de las cosas,
decimos que hay un derecho real de disfrute, en el que podemos ubicar al
dominio y el condominio, el usufructo, el uso o habitación y las servidumbres
activas.
Si el contenido del derecho real garantiza una deuda, estamos en presen-
cia de un derecho real de garantía, donde se encuentran: la hipoteca, la
prenda y la anticresis.
c) Accesorios y principales:
Si el derecho real reviste el carácter de garantía de un crédito, estamos
en presencia de un derecho real accesorio, en este grupo se ubican: la
hipoteca, la prenda y la anticresis.
El resto de los derechos reales enunciados en el artículo 2503 del Código
Civil son derechos reales principales.
LECTURA OBLIGATORIA
3.
Entre TURISMO SUR S.A., por una parte, con domicilio según sus
estatutos en la calle Roca 333, constituyéndolo a los fines del presente
en Av. Santa Fe 245 de Capital Federal representada en este acto por
Referencias bibliográficas
Derecho administrativo
Objetivos
Al concluir el estudio de esta unidad, el estudiante debe estar en condiciones de:
CC
[…] la actividad de los órganos superiores del Estado en las relaciones que ha-
cen a la subsistencia de las instituciones que organiza la Constitución, y a la
actuación de dichos órganos como representantes de la Nación en el ámbito
internacional. (Cassagne, 2011:49)
CC
[…] cada uno de ellos tiene su propia esfera de acción, pero no están entera-
docente y académico universi-
tario. Fue ministro, diputado y mente separados, porque se combinan y se complementan entre sí: son coor-
senador nacional y gobernador dinados. Los tres representan la soberanía de la Nación para sus objetos prin-
de la provincia de La Rioja. En cipales; sus facultades derivan directamente de la Constitución, y en su
materia de Derecho, se destacó
ejercicio, de la Ley: y ambas han establecido poderes estrictamente legislati-
como un estudioso del derecho
público, en particular el consti- vos, estrictamente ejecutivos y estrictamente judiciales; pero en el cumplimien-
tucional. Entre sus obras jurídi- to de sus funciones necesitan en muchos casos, unos y otros, ejercitar pode-
cas sobresale el Manual de la res de naturaleza distinta de los que le son exclusivos: la línea divisoria no se
Constitución Argentina.
halla precisamente demarcada. (González, 1951:311)
RR
Gordillo, A. (2012)Tratado de derecho administrativo y obras selectas, Tomo V, Fun-
dación de derecho administrativo, Buenos Aires, Capítulo III. del Tribunal Administrativo
del Banco Interamericano de
Desarrollo y Magistrado del
Tribunal Administrativo del Fondo
Monetario Internacional. Entre
sus obras se destaca el Tratado
5.1.2. Criterios para distinguir la función administrativa de Derecho administrativo y
Derechos Humanos.
De entre las diversas funciones ejercidas por los poderes del Estado, la que
quizás ha generado mayores dificultades para su identificación es, precisa-
mente, la función administrativa.
De acuerdo con Cassagne (2011: 34-37), la doctrina ha planteado diver-
sos criterios para distinguir cuándo se está en presencia de la función
administrativa.
CC
De todo ello se desprende que podemos definir claramente las funciones legis-
lativas y jurisdiccional mediante la unión de los criterios orgánico y material; y
que por exclusión, con criterio negativo, podemos entonces definir a la función
administrativa. La función legislativa sería la producción de normas jurídicas
generales realizada por el Poder Legislativo; la función jurisdiccional sería la re-
solución con fuerza de verdad legal de contiendas entre partes, realizada por
el Poder Judicial (es decir, por órganos independientes y relativamente esta-
bles); la función administrativa sería ‘toda la actividad que realizan los órganos
administrativos, y la actividad que realizan los órganos legislativo y jurisdiccio-
nales, excluidos respectivamente los actos y hechos materialmente legislati-
vos y jurisdiccionales.’ Dicho de otra forma, ‘es administración todo lo que no
es, orgánica y materialmente a la vez, ni legislación ni jurisdicción.’ (Gordillo,
2012: III.8)
WW <http://www.gordillo.com>
LECTURA OBLIGATORIA
CC
La distinción entre acto y hecho no siempre es fácil, en la práctica, por cuanto
el hecho también es, en alguna medida, expresión de voluntad administrativa;
pero, en líneas generales, puede afirmarse que el acto se caracteriza porque
se manifiesta a través de declaraciones provenientes de la voluntad adminis-
trativa y dirigidas directamente al intelecto de los particulares, a través de la
palabra oral o escrita o de signos con un contenido ideográfico (el gesto del
agente de tránsito al elevar el brazo para detener el tránsito; las señales usua-
les de tránsito, tales como flechas, círculos, etc.); el hecho, en cambio, carece
de ese sentido mental y constituye nada más que una actuación física o mate-
rial. (Gordillo, 2013a: X-2)
Los actos y los hechos pueden, a su vez, ser jurídicos o no, en la medida en
que produzcan un efecto jurídico respecto de un sujeto de derecho: es decir,
que genere el nacimiento, modificación o extinción de un derecho o deber
jurídico respecto de aquel.
Son ejemplos de actos no jurídicos los informes que producen los técni-
Por último, se puede afirmar que existen diferentes tipos de actos realizados
en ejercicio de la función administrativa, dentro de los que producen efectos
jurídicos. Aquel acto en el que la administración manifiesta su voluntad de
común acuerdo con otro sujeto, con el objeto de reglar sus derechos, es
denominado contrato administrativo. Cuando el acto consiste en una mani-
festación unilateral de la voluntad de la administración y esta crea una norma
Se hará referencia a los contratos de carácter general, se está en presencia de un reglamento administrativo.
administrativos en el punto 5.3 de Finalmente, cuando se trata de un acto de alcance particular, que produce
la presente unidad. efectos jurídicos de forma directa, se hace referencia a este como un acto
administrativo.
elegir entre diferentes maneras de actuar; en este caso, se dice que se está
en presencia de facultades discrecionales de la administración. De cualquier
manera, la discrecionalidad no puede confundirse con arbitrariedad, ya que
todo acto debe ser motivado, expresando las razones que llevaron a tomar la
decisión.
1.
CC
[…] aquella parte del derecho público interno que regula la organización y las
funciones de sustancia administrativa, legislativa y jurisdiccional del Órgano
Ejecutor y de las entidades jurídicamente descentralizadas, las funciones admi-
nistrativas de los restantes órganos que ejercen el poder del Estado
(Legislativo y Judicial) y, en general, todas aquellas actividades realizadas por
personas públicas o privadas a quienes el ordenamiento les atribuye potesta-
des de poder público derogatorias o exorbitantes del derecho privado, aun
cuando no sean personas administrativas. (Cassagne, 2002: 110)
[…]un elemento de síntesis que refleja el primer objeto de estudio de esta rama del dere-
cho es ‘el ejercicio de la función administrativa’. Esta perspectiva de síntesis abarca: el
estudio del sujeto que ejerce dicha función, o sea la administración pública centralizada
y descentralizada, a través de sus órganos jurídicos (con los consiguientes principios de
competencia, jerarquía, delegación, etc.), de los agentes que se desempeñan en esos órga-
nos y estructurada en forma de administración central (centralizada o desconcentrada), o
descentralizada (entes autárquicos, empresas del Estado, sociedades anónimas con parti-
cipación parcial o total del Estado, etc.), con más la figura del ente independiente regu-
lador de servicios públicos que dimana del art. 42 de la Constitución.
También puede a veces la función pública ser delegada o atribuida a personas no
estatales y aparece en ese caso el fenómeno de las personas públicas no estatales (algunas
sociedades de economía mixta, corporaciones profesionales, etc.), o a personas que ejercen
un monopolio o privilegio para la explotación de un servicio público, aspectos que entran
también dentro del objeto del estudio del derecho administrativo.
Forman parte del ejercicio de la función administrativa el estudio de las formas jurí-
dicas que dicho ejercicio presenta, es decir, los hechos, actos, contratos y reglamentos
administrativos, el procedimiento administrativo, la licitación pública, las audiencias
públicas, los servicios públicos; el análisis de algunas falsas facultades, ‘potestades’, o
seudo ‘poderes’ que se le atribuyen por parte de alguna doctrina: ‘potestad jurisdiccional
de la administración’, ‘poder de policía’, ‘zona de reserva de la administración’, ‘actos de
gobierno’, etcétera.
Es indispensable el estudio de los límites sustantivos y adjetivos de tales facultades,
como contrapartida necesaria al ejercicio del poder en un Estado de derecho. Entre los
límites sustantivos, cabe mencionar los principios jurídicos superiores del orden cons-
titucional y supraconstitucional: razonabilidad, no desviación de poder, imparcialidad,
buena fe, no autocontradicción, adecuación de medio a fin, sustento fáctico suficiente,
motivación adecuada, procedimiento regular previo a la emisión del acto, etcétera.
Entre los límites adjetivos o procedimentales, encontramos los recursos y remedios
del procedimiento administrativo (recursos de reconsideración o revocatoria, jerárqui-
co, jerárquico menor, alzada, reclamación administrativa previa, denuncias, etc.) y las
acciones y recursos del proceso judicial (acción ordinaria, acción de amparo, amparo
por derechos de incidencia colectiva, amparo por mora de la administración, habeas
data, interdictos, recursos especiales de apelación; en el orden provincial, acciones de
plena jurisdicción, de anulación, de interpretación, etc.); por último, la sanción por el
agravio causado, a través de la responsabilidad de los funcionarios públicos (civil, penal,
administrativa, política) y del Estado (responsabilidad extracontractual por hechos y actos
ilícitos de sus agentes).
A ello cabe agregar la intervención que pueda tomar el Defensor del Pueblo de la
Nación en virtud de la legitimación constitucional que le otorga el art. 86 para actuar en
justicia, sin perjuicio de sus funciones como mediador o persuasor ante las autoridades
públicas y los particulares que ejercen funciones administrativas públicas.
Es también de interés el estudio de los medios materiales puestos a disposición de esa
actividad, a través del crédito público, el dominio público y privado del Estado: en general,
el estudio de la propiedad en su relación con la función administrativa, sea a través de la pro-
piedad pública, sea a través de las limitaciones que el Estado impone a la propiedad privada
(meras restricciones, servidumbres administrativas, ocupación temporánea, expropiación,
etc.), sea a través de vinculaciones contractuales de contenido económico (los contratos
administrativos). (Gordillo 2013a: 5-I-II)
prerrogativas a favor del Estado. Han sido denominados principios del pasado
(Gordillo, 2013a:II-5) y tienen una influencia importante aun en etapas presen-
tes, aunque sus efectos se han morigerado. Estos principios son:
CC
De acuerdo con la distribución de competencias que emerge de la Constitución
Nacional, los poderes de las provincias son originarios e indefinidos (artículo
121), en tanto que los delegados a la Nación son definidos y expresos (artícu-
lo 75). (Fallos 304: 1186)
LECTURA OBLIGATORIA
LECTURA RECOMENDADA
RR
Gordillo, A. (2013a) Tratado de derecho administrativo y obras selectas, Tomo I, Fun-
dación de derecho administrativo, Buenos Aires, Capítulo V.
CC
El contrato administrativo, como categoría jurídica peculiar del derecho público,
es una creación del Consejo de Estado francés y responde a la idea de que los
particulares colaboren con la misión que persigue la administración mediante
la institución contractual que, correlativamente, le garantiza al contratista priva-
do la intangibilidad de sus derechos económicos. (Cassagne, 2005:62)
CC
[…] el acuerdo de voluntades, destinado a establecer una relación jurídica,
crear, conservar, modificar, transferir o aniquilar derechos, entre un órgano del
Estado, en ejercicio de las funciones administrativas que le competen, con otro
órgano administrativo, o con un particular, o con un administrado, para satisfa-
cer finalidades públicas. (Etchebarne Bullrich, 1986: 945)
Las condiciones por las que se rige la formación del contrato y su posterior
ejecución se encuentran determinadas en un instrumento denominado “plie-
go de bases y condiciones”, que constituye un conjunto de cláusulas fijadas
de forma unilateral por el Estado. En este se fija también, de acuerdo con lo
establecido en la normativa de contrataciones, el procedimiento que se ha de
seguir en la selección del proveedor y que, entre los más usuales, puede ser:
licitación pública, licitación privada, concurso público, iniciativa privada, con-
tratación directa, etcétera.
En suma, los contratos que celebra la administración tienen todos un régimen en parte
de derecho público, pero que no es uniforme; todos pueden ser denominados ‘contratos
administrativos’, pero no tienen igual régimen jurídico entre sí, pues existen gradaciones
en cuanto a la intensidad del régimen de derecho público.
Si antiguamente podíamos encontrar dos categorías bien definidas y totalmente opues-
tas de contratos de la administración, los civiles y administrativos, hoy, en cambio, encon-
tramos un acercamiento de los extremos, que no alcanza a ser total y que deja subsistentes
matices susceptibles de agrupación en tres grandes conjuntos. Dentro de esa zona cubierta
por los contratos administrativos corresponde ubicar, como más próximos al derecho
administrativo clásico de fines del siglo pasado y comienzos del presente, a las concesiones
y licencias de servicios públicos en condiciones monopólicas o de exclusividad, al contrato
de empréstito público interno y, en menor medida, a la concesión de obra pública. Se
trata de la aplicación más intensa del derecho público.
Un segundo grupo se integra con el contrato de función pública, la concesión y el
permiso de uso del dominio público y privado del Estado; en menor grado, los contratos
de suministros y obra pública.
Más cerca del derecho privado encontramos al contrato de compraventa de inmuebles,
al de locación y luego a los demás contratos: cesión, permuta, donación, préstamo, etc.,
que, bueno es reiterarlo, no se mantienen siempre con sus típicos caracteres civilistas, pero
tampoco dan una licencia para el abuso y la arbitrariedad administrativas.
El contrato de crédito externo, enteramente sometido al derecho privado de la juris-
dicción en que se celebra y ejecuta el contrato, está por el momento excluido de nuevas
contrataciones, lo cual parece un paso necesario para al ajuste de las cuentas públicas.
(Gordillo, 2013: XI-43)
2.
CC
[…] una institución, con un régimen jurídico peculiar de derecho público, desti-
nada a regir las actividades de prestación tendientes a satisfacer necesidades
de interés general que asumió el Estado y que este pasó a prestar, en forma
directa o indirecta. (Cassagne, 2002b:289)
CC
[…] toda actividad cuyo cumplimiento debe ser regulado, asegurado y fiscaliza-
do por los gobernantes, por ser indispensable a la realización y al desenvolvi-
miento de la interdependencia social y de tal naturaleza que no puede ser ase-
gurado completamente más que por la intervención de la fuerza gobernante.
(Meillan Gil, 1997: 82)
a) El primer período comprende los años entre 1880 y 1930; en él, práctica-
mente todos los servicios públicos, a excepción del correo y el ferrocarril,
se encontraban prestados por empresas privadas, bajo el régimen de con-
cesión de servicios públicos (electricidad, gas, agua, etcétera).
b) El segundo período abarca desde 1930 hasta 1943; se caracteriza por el
estancamiento económico y social, por la aparición de ideas intervencio-
nistas y el comienzo de la quiebra del sistema de la concesión de los prin-
cipales servicios públicos.
c) El tercer período se extiende desde 1946 hasta finales de la década de
1980; en él se realizó la nacionalización generalizada de los principales
servicios públicos, que pasaron a ser prestados por empresas públicas.
Este período se caracteriza por servicios ineficientes y abultados déficits de
exploración, con tarifas políticas y elevada ocupación de personal.
d) El cuarto período da comienzo en 1989, fecha en la que se inicia la refor-
ma del Estado, la privatización de empresas públicas, la desregulación y
desmonopolización de actividades, aparecen los marcos regulatorios de los
servicios públicos y se crean los entes reguladores.
LECTURA OBLIGATORIA
3.
CC
Conviene recordar que en Argentina la responsabilidad contractual del Estado
siempre fue admitida. Las razones fueron de índole jurídica y práctica. En el
primer sentido cabe recordar que existen disposiciones —en el Código Civil y
en las leyes específicas— que regulan las contrataciones públicas y que impo-
nen el deber de cumplir los acuerdos como a la ley misma. Por otra parte, de
no existir el deber de reparar las consecuencias dañosas del incumplimiento
nadie hubiera contratado con el Estado, con lo que se hubieran generado com-
plicaciones insalvables en el desempeño de sus funciones. (Botassi, 2011:471)
a) Rige la responsabilidad del Estado por los daños que su actividad o inacti-
vidad produzca a los bienes o derechos de las personas.
b) Determina que las disposiciones del Código Civil no son aplicables de
manera directa ni subsidiaria a la materia. La sanción pecuniaria disuasiva
(astreintes) es improcedente contra el Estado, sus agentes y funcionarios.
c) Exime de responsabilidad al Estado cuando el daño se produzca por caso
fortuito o fuerza mayor, por el hecho de la víctima o de un tercero por quien
aquel no debe responder.
d) Precisa los requisitos necesarios de la responsabilidad del Estado por acti-
vidad e inactividad ilegítima: 1) daño cierto debidamente acreditado por
quien lo invoca y mensurable en dinero; 2) imputabilidad material de la
actividad o inactividad a un órgano estatal; 3) relación de causalidad ade-
cuada entre la actividad estatal y el daño; 4) falta de servicio consistente
en una actuación u omisión irregular de parte del Estado.
e) Establece los requisitos de la responsabilidad estatal por actividad legíti-
ma: 1) daño cierto y actual debidamente acreditado por quien lo invoca y
mensurable en dinero; 2) imputabilidad material de la actividad a un órga-
no estatal; 3) relación de causalidad directa, inmediata y exclusiva entre
la actividad estatal y el daño; 4) ausencia de deber jurídico de soportar
el daño; 5) sacrificio especial en la persona dañada, diferenciado del que
sufre el resto de la comunidad, configurado por la afectación de un dere-
cho adquirido.
Referencias bibliográficas