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Dirección General de Educación Superior Tecnológica

Unidad 3: Control de la contaminación del aire

Ingeniería y gestión ambiental


Ingeniería Bioquímica

Elaborado por:
16460096 | Pizano Gómez Mariana Estefanía

Profesora: Fernando Nieves Ventura

Villa de Álvarez Colima a 20 de abril de 2020.


CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE
3.1 Química del aire
El aire es una mezcla de gases incoloros, inodoros e insípidos, formando
moléculas diatómicas, que no reaccionan a temperatura ambiente. Cumple
funciones de protección de los rayos solares y de otros elementos foráneos como
los meteoritos.
El aire está compuesto por diversos elementos gaseosos, que normalmente no
pueden ser diferenciados, ni percibidos por separado. Sin embargo, es posible
licuar el aire en laboratorios, es decir, hacerlo líquido, y proceder a separar sus
componentes. De esa forma se obtienen muchos de los elementos empleados en
la industria química. Sus propiedades y composición varían de acuerdo a la altura
y a la región terrestre donde se mida. Además, brinda a la dinámica química del
planeta un conjunto de elementos indispensables de naturaleza gaseosa, como el
oxígeno para la respiración, y permite que se produzca el ciclo hidrológico:
El oxígeno puede formar óxidos a altas temperaturas. Se une a la hemoglobina en
los glóbulos rojos para ser transportados a las células.
Nitrógeno es fundamental en el ADN, lo absorben las bacterias convirtiéndolos en
nitratos (NO3) y amonio (NH4+) y lo asimilan las plantas. El nitrógeno es eliminado
en forma de amoniaco por los peces, como urea por los mamíferos y como ácido
úrico por las aves.
El dióxido de carbono es liberado por bacterias, material en descomposición y por
todos los organismos eucariontes como producto de su respiración celular. Las
plantas, mediante la fotosíntesis, absorben este compuesto para transformarlo en
azúcar.
3.1.1 Composición química del aire
Los primeros que fueron conociendo exactamente la composición química del
aire fueron los científicos Lavoisier, Priestley y Cavendish allá por el siglo XVIII.
Comprobaron que se trataba de una mezcla de oxígeno y nitrógeno. Otros más
tarde descubrieron que había amoníaco y dióxido de carbono (CO2). A finales del
siglo XIX Ramsay y otros descubrieron la presencia de gases raros o nobles en
pequeñísimas proporciones.

Para dar con más exactitud los porcentajes presentamos la siguiente composición
en porcentaje de volumen de los gases en el aire:
En la tabla podemos ver los elementos principales del aire, como lo es el
nitrógeno, el argón y el oxígeno. Se hallan además, en concentraciones variadas,
el ozono (O3) y algunos óxidos de nitrógeno formados por descargas eléctricas.
Algunos compuestos sulfurados o de azufre y vapor de agua, los cuales suman
para completar el porcentaje total. Esto explica la variación (aunque sea pequeña)
de la composición gaseosa del aire. Por ejemplo, en zonas o ciudades más
contaminadas, habrá mayor concentración de algunos compuestos gaseosos.

3.1.2 Contaminantes atmosféricos más representativos: CO2 y CO, partículas


sólidas y líquidas, ozono, compuestos: azufrados, carbonados y
nitrogenados.
Normalmente, los productos contaminantes se encuentran mezclados en el aire.
Su naturaleza es muy diversa, aunque algunos destacan por su elevada
proporción en el aire o por sus efectos. Por otra parte, muchos reaccionan entre sí
o con las otras sustancias presentes en la atmósfera, como el vapor de agua, y
originan nuevos contaminantes. Así diferenciamos los contaminantes primarios,
emitidos directamente por una fuente, de los secundarios, producto de reacciones
ulteriores. El tiempo que un contaminante permanece en el aire se conoce con el
nombre de tiempo de residencia. Este tiempo es más o menos largo según el tipo
de contaminante y el estado de la atmósfera. Para los gases, el tiempo de
residencia depende de su capacidad de reacción, los más reactivos permanecen
menos tiempo en el aire. Para las partículas depende de su medida.

Partículas sólidas: incluyen emisiones de motores diesel, polvos minerales, polvos


y humos metálicos, nieblas ácidas (ácido sulfúrico), hollín, etc.

Partículas líquidas o gaseosas: incluyen compuestos azufrados (SO 2, SO3, entre


otros), monóxido de carbono, compuestos nitrogenados (NO, NO2), compuestos
orgánicos (ej: hidrocarburos, compuestos orgánicos volátiles, hidrocarburos
aromáticos policíclicos, aldehídos), compuestos halogenados, etc.

Las unidades con las que se miden las partículas son microgramos de
contaminante por metro cúbico. En el caso de los gases, las unidades son las
partes por millón. Dentro de los compuestos de azufre, los óxidos se originan en
las combustiones de combustible fósiles que contienen azufre, como es el caso
del carbón, el petróleo y algunos derivados. Las principales fuentes son las
centrales térmicas, diversos procesos industriales, el tránsito automovilístico y
ciertas calefacciones.

Los óxidos de carbono son una familia de contaminantes. Los principales son
el monóxido de carbono (CO) y el dióxido de carbono (CO2). El monóxido de
carbono se produce por la combustión incompleta de combustibles orgánicos, es
decir, en una situación de falta de oxígeno que imposibilita la oxidación completa a
CO2. Los máximos productores son los automóviles y los procesos en los que
intervienen las combustiones. El monóxido de carbono es una sustancia altamente
tóxica porque se combina con la hemoglobina de la sangre e impide el transporte
de oxígeno a los tejidos, y por tanto la respiración. El dióxido de carbono es un gas
que se encuentra normalmente en la atmósfera en una concentración media del
0,03%. Se produce de forma natural en la respiración de los seres vivos y en las
combustiones. Se consume por la fotosíntesis de las plantas. Además, el dióxido
de carbono tiene una participación determinante en el calentamiento del planeta,
ya que absorbe la radiación infrarroja proveniente del sol y de los océanos. Este
fenómeno se conoce con el nombre de efecto invernadero.

El ozono (O3) es una molécula triatómica formada por átomos de oxígeno. Es un


alótropo del oxígeno mucho más reactivo que el oxígeno diatómico (O 2). Es un
poderoso oxidante que reacciona rápidamente con otros compuestos químicos, es
inestable cuando se encuentra en altas concentraciones. Bajo condiciones
atmosféricas normales, el ozono decae a oxígeno diatómico en un lapso de
aproximadamente 30 minutos. En 1840, el químico alemán Christian Friedrich
Schönbein le dio el nombre de ozono, de la raíz griega ozein (olor), debido a su
olor característico. El ozono es un componente natural de la atmósfera que se
encuentra en bajas concentraciones y es vital para la vida. La mayor parte del
ozono se encuentra en la parte superior de la atmósfera en una región de la
estratósfera, a más de 20 km de la superficie, llamada ozonósfera en donde se
concentra más del 90% del ozono atmosférico y forma una capa que limita el
ingreso de radiación ultravioleta proveniente del Sol. Al nivel de la superficie, el
ozono en altas concentraciones es un contaminante del aire que provoca efectos
nocivos en la salud humana, las plantas y los animales. Tiene además una
contribución al calentamiento global.
Los óxidos de azufre (SOX) se forman por la combustión del azufre presente en el
carbón y el petróleo. Los SOX forman con la humedad ambiente aerosoles,
incrementando el poder corrosivo de la atmósfera, disminuyendo la visibilidad y
provocando la lluvia ácida.

Los óxidos de nitrógeno (NOX) se producen en la combustión de productos fósiles,


destacando los vehículos, carbón y quemas de madera. La producción de
fertilizantes y explosivos, tabaco y calderas generan emisiones importantes de
NOX. El monóxido de nitrógeno (NO) y el dióxido de nitrógeno (NO 2) requieren
especial atención. El NO se oxida formando NO2, mientras que el NO2 es
precursor del esmog fotoquímico.

3.2 Efectos en los seres vivos


Muchos contaminantes son cancerígenos. Las personas que inhalan estos
venenos se encuentran en un mayor riesgo de asma y daños en el sistema
reproductivo. Según la Agencia de Protección Ambiental de los EE.UU., los
defectos de nacimiento también pueden ser causados por la contaminación del
aire. Un estudio de 1995 encontró un vínculo entre la contaminación atmosférica y
el aumento de las muertes derivadas de problemas cardiovasculares y
respiratorios. Los humanos no son los únicos seres vivos afectados por los
contaminantes tóxicos del aire. Algunas toxinas, como el mercurio, se depositan
sobre las plantas y en las fuentes de agua que luego son consumidos por los
animales. Los efectos en la salud de estos venenos entonces se magnifican en la
cadena alimentaria. Los animales que están en la cima de la cadena alimenticia
terminan con las mayores concentraciones de toxinas en sus cuerpos.

Así pues, los principales síntomas respiratorios debidos a la contaminación son


tos, respiración silbante, mucosidades excesivas en vías respiratorias, etc. estos
síntomas corresponden a enfermedades como bronquitis, asma, enfisema, cáncer,
etc. En suma, los pulmones son el órgano humano más afectado por la
contaminación del aire, especialmente por la presencia de partículas sólidas que,
si son de tamaño muy pequeño no son retenidas en las vías previas y llegan hasta
los alvéolos de los pulmones causando su obstrucción y degradación.

La deficiente oxigenación de los glóbulos rojos puede causar alteraciones


cardiovasculares como estrechamiento de las arterias coronarias, riesgo de
formación de coágulos, alteración de la placa ateroesclerótica, etc. En general
estos daños causados a las personas pueden suponerse también en mayor o
menor medida infligidos a los animales y seres vivos en general.

Dado que las personas compartimos nuestro tiempo en estancias interiores (la
mayor parte del tiempo) y en el exterior, conviene distinguir entre la calidad del
aire interior y exterior. Mientras que reducir la contaminación del aire exterior es un
problema social, que nos atañe a todos, reducir la contaminación del aire interior
en viviendas y locales es un problema de responsabilidad individual, nos
corresponde individualmente a nosotros tener un aire interior de buena calidad
utilizando los modernos sistemas de renovación y filtrado del aire.

En los animales no existen muchos estudios sobre este tema, pero lo lógico es
pensar que, si los seres humanos sometidos a contaminantes durante tiempo
prolongado o a altas concentraciones sufren una serie de problemas, los animales
también los sufran. El contaminante más estudiado en este aspecto es el flúor, la
forma más común de contaminarse un animal es por ingestión. Este problema se
denomina fluorosis y se ha detectado en animales que toman su alimento en
lugares cercanos a ciudades o a cierto tipo de industrias.

Se llama contaminantes a las sustancias puras o compuestas cuya presencia en


el medio ambiente (agua, aire, tierra, etc.) deteriora la calidad del mismo,
constituyendo un peligro para la vida tal y como la conocemos.

Normalmente se distingue entre contaminantes primarios y secundarios para


diferenciar a las sustancias nocivas para el ecosistema que producen daño
directamente (primarios) al estar presentes en el medio, de los que se forman
indirectamente mediante reacciones químicas imprevistas en el medio, fruto de la
presencia de otras sustancias.

En otras palabras, un contaminante primario es emitido directamente al ambiente,


mientras que un contaminante secundario se genera en él, como consecuencia de
reacciones químicas presentes. A menudo pueden ir juntos, los primarios y
secundarios, ya que las reacciones químicas que los primeros producen suelen
tener a los secundarios como consecuencia, generando así más daño todavía o
durante un mayor período de tiempo.

3.2.1 Efectos tóxicos de los contaminantes primarios sobre los seres vivos
Al haber una sobrecarga de CO y CO2 en el ambiente estos inhabilitan el
transporte de oxígeno hacia las células al secuestrar la hemoglobina presente en
los glóbulos rojos, una exposición prolongada puede provocar mareo, dolor de
cabeza, inconsciencia e incluso una intoxicación mayor que puede llevar a la
muerte. En las plantas y algas marinas puede llegar a un punto de quiebre donde
las plantas ya no son capaces de procesar más CO2 e incluso llegan a liberar el
que tienen atrapado. Las altas concentraciones de SO2 y NO2 en el aire irritan las
vías respiratorias provocando a largo plazo bronquitis, traqueítis e incluso
neumonía. La capa de ozono de la tierra está disminuyendo por la presencia del
cloro fluoro carbonos y los hidro fluoro carbonos en la atmósfera. A medida que la
capa de ozono se vuelve más delgada, deja pasar más radiación dañina al
planeta. Esta radiación está directamente vinculada con serios problemas en la
piel y con el calentamiento global. Las partículas de PM10 y PM2.5 agravan
enfermedades respiratorias cardiovasculares, el asma, reducen la función
pulmonar e incluso desarrollar diabetes.

3.2.2 Efectos tóxicos de los contaminantes secundarios sobre los seres


vivos
La contaminación fotoquímica se produce como consecuencia de la aparición en
la atmósfera de sustancias denominadas oxidantes. Éstas se originan al
reaccionar entre sí los óxidos de nitrógeno, los hidrocarburos y el oxígeno en
presencia de la radiación ultravioleta de los rayos de sol. La formación de los
oxidantes se ve favorecida en situaciones estacionarias de alta presión
(anticiclones) asociados a una fuerte insolación y vientos débiles que dificultan la
dispersión de contaminantes primarios.

El ozono (O3) es, desde el punto de vista toxicológico, el más importante de estos
contaminantes. Dado que los contaminantes primarios procedentes de las
emisiones de los automóviles reaccionan con él, puede encontrarse a
concentraciones considerables incluso en zonas alejadas de las fuentes de
emisión, y son, a menudo, más altos los niveles en los alrededores de las grandes
ciudades que en el interior de las mismas.

3.3 Índices e indicadores de la calidad del aire


La atmósfera es una mezcla de gases y aerosoles. La creciente presencia de
sustancias contaminantes en la atmósfera producto de diferentes procesos
naturales y antropogénicos, está asociada con efectos negativos en el entorno y,
principalmente, en la salud humana. Los contaminantes denominados criterio,
entre los cuales están el Monóxido de Carbono (CO), Dióxido de Azufre (SO2),
Ozono (O3), y Material particulado (PM10 y PM2.5), son regulados con el objetivo
de establecer niveles permisibles que protejan el medio ambiente y el bienestar de
la población.
El 18 de febrero de 2020, entró en vigencia la NOM-172-SEMARNAT-2019, que
establece los lineamientos para el cálculo y difusión del Índice de Calidad del Aire
y Riesgos a la Salud (“Índice Aire y Salud”), con el objetivo de informar de manera
clara y oportuna el estado de la calidad del aire, los probables daños a la salud
que ocasiona y las recomendaciones para reducir la exposición de los grupos
sensibles y la población en general. El Índice Aire y Salud, suple al Índice de
Calidad del Aire (NADF-009-AIRE-2017) antes conocido como IMECA, hay
similitudes y diferencias entre ambos índices.
El Índice Aire y Salud, ayudará a homologar el cálculo y la difusión de los niveles
de contaminación en México y siendo de observancia obligatoria en todas las
zonas metropolitanas, ciudades y municipios del país que cuenten con estaciones
de monitoreo de calidad del aire e informen a su población a través de esta
herramienta.
Es probable que en la Ciudad de México, se observen más tonos rojos y morados
con el Índice Aire y Salud, debido a que tiene valores más estrictos, esto no
significa que las concentraciones de los contaminantes en la ciudad hayan
aumentado o empeorado la calidad del aire.
El índice de calidad del aire consiste en un valor adimensional, calculado a partir
de información procedente de la legislación vigente relacionada con los distintos
contaminantes atmosféricos, cuyo principal objetivo es facilitar a la población la
comprensión de la información relacionada con la contaminación del aire.
El valor del índice de la calidad del aire (ICA) se mide en una escala que va desde
0 y >500 y que establece seis categorías de peligrosidad, de modo que cuanto
mayor sea el índice, peor será la calidad del aire.
A nivel cualitativo, el rango del ICA está dividido en seis tramos:
 Buena: Color verde (ICA de 0 a 50)
 Moderada: Color amarillo (ICA de 51 a 100)
 Dañina a la salud para grupos sensibles: Color naranja (ICA de 101 a 150)
 Muy dañina a la salud: Color morado (ICA de 201 a 300)
 Peligrosa: Color marrón (ICA superior a 300)
El nuevo Índice Aire y Salud relaciona la concentración de cada contaminante
criterio con una categoría de calidad del aire, asignando un nivel de riesgo y las
recomendaciones para la protección de los grupos sensibles y la población en
general.
El Índice Aire y Salud asigna la categoría Aceptable cuando la concentración
máxima de cualquiera de los contaminante reportados por la estación es menor o
igual al valor límite de la Norma Oficial Mexicana por lo que se considera
satisfactorio y con un nivel de bajo riesgo para la salud cuando las
concentraciones correspondan a las categorías Buena y Aceptable, sin embargo,
para cualquier categoría superior existirá algún tipo de riesgo.
Es importante mencionar que en el Índice Aire y Salud se calcula un indicador
estadístico específico (promedio móvil de 8 horas, promedio horario, NowCast,
etc.) para cada uno de los seis contaminantes criterio: dióxido de azufre, monóxido
de carbono, dióxido de nitrógeno, ozono y partículas suspendidas PM10 y PM2.5;
a esta concentración se le asigna una categoría dentro de cinco bandas de color
similar al Índice anterior de calidad del aire: verde, amarilla, naranja, rojo y
morado, y señala el nivel de riesgo para la salud.
Las partículas finas (PM 2.5) son el contaminante más perjudicial. En términos
económicos, la mala calidad del aire repercute muy negativamente en la
productividad de los trabajadores, incrementa los gastos médicos, afecta y daña el
suelo, los cultivos, bosques, ríos y lagos.

Tabla 1. Índice Aire y Salud, información y recomendaciones.


3.4 Efectos globales en el planeta

Los efectos de la contaminación atmosférica recaen sobre animales,


cosechas, ciudades, bosques y ecosistemas acuáticos.

El aire contaminado que flota en la superficie de la tierra es arrastrado por el


viento y la lluvia hacia otras zonas. Las nubes y las altas temperaturas también
contribuyen a que la contaminación se disperse y llegue a grandes distancias,
alejado del punto de origen.

La exposición continúa a estos contaminantes del aire puede llegar a provocar


afecciones cardiovasculares como el infarto. Algunos científicos afirman que existe
una relación directa entre el aumento de las partículas contaminantes de las
ciudades y el engrosamiento de la pared interna de las arterias. La contaminación
atmosférica perjudica de forma grave a la salud cardiovascular, siendo uno
indicador comprobado de la arteriosclerosis.

Las comunidades más vulnerables frente a la contaminación atmosférica


son los niños, los ancianos, las embarazadas y los enfermos de las vías
respiratorias.

Estudios confirman que los grupos de personas que viven cerca de zonas
urbanas, con mucho tráfico, presentan más síntomas de enfermedades
respiratorias y altas posibilidades de sufrir infartos. Los casos de niños con
bronquitis y lento crecimiento pulmonar se han encontrado entre los que habitan
en grandes ciudades. Estos estudios han descubierto que algunas mujeres
embarazadas, que viven en zonas contaminadas, tuvieron bebés con menos peso
de lo esperado.
 Efectos a corto plazo: irritación de ojos, nariz y garganta, infecciones
respiratorias, ataques de asma, cambios en el bombeo del corazón.
 Efectos a largo plazo: desarrollo pulmonar en niños muy lento,
enfermedades respiratorias crónicas, enfermedades del corazón, cáncer de
pulmón.

Efectos de la contaminación atmosférica en invierno y en verano

En invierno, la contaminación atmosférica se produce por estancamiento del aire.


Este fenómeno ocurre cuando los contaminantes, procedentes de la combustión
como el SO2, una de las causas del clima extremo, y otras partículas en
suspensión, se acumulan en la atmósfera.
En verano, la contaminación del aire afecta sobre manera en los días calurosos y
soleados. Durante estos días se producen reacciones fotoquímicas de gases
como el óxido de nitrógeno y los hidrocarburos. Ellos contribuyen a la formación
de un contaminante muy perjudicial para salud como es el ozono y de otras
sustancias tóxicas.

Incremento del efecto invernadero y el cambio climático

La quema de combustibles fósiles provoca un aumento considerable de las


concentraciones de CO2 en la atmósfera, uno de los principales gases de efecto
invernadero (GEI).

La acumulación de GEI en la atmósfera dificulta el escape de la radiación infrarroja


emitida por la superficie terrestre hacia el exterior, lo que provoca un aumento de
la temperatura global. La concentración de CO2 en la atmósfera ha aumentado
significativamente desde la época preindustrial. Según datos del Observatorio
Mauna Loa (Hawai) que registra mediciones de CO2 desde 1958, en 1960 la
concentración de CO2 en la atmósfera era de 317 ppm, mientras que en 2009 la
concentración subía hasta 387 ppm.

Las zonas del planeta más vulnerables al cambio climático son las latitudes más
septentrionales, a causa de la circulación general atmosférica y las condiciones
físicas del globo. Si bien es cierto que la temperatura media del planeta durante el
siglo XX ha variado 0.6° C, no se han producido las mismas variaciones en todas
partes. Según el IV Informe del GIECC (Grupo Intergubernamental de Expertos
sobre el Cambio Climático), en Alaska, entre 1970 y 2004, se ha registrado un
incremento de 2-3.5 °C.

El incremento de la temperatura global podría derivar en alteraciones en las


corrientes marinas a gran escala, interconectadas con posibles deshielos polares,
especialmente en el Ártico, alteración de los regímenes de lluvias, disminución de
los glaciares, aumento del nivel del mar, etc. En general, el aumento del efecto
invernadero implicará un cambio en las condiciones climáticas globales, con
grandes repercusiones ecológicas, sociales y económicas; es lo que conocemos
con el nombre de cambio climático.
Destrucción de la capa de ozono

La capa de ozono se sitúa a una altitud de entre 15 y 40 km y protegela superficie


terrestre de la radiación ultravioleta procedente del Sol (rayos UVA, UVB y UVC).
Sin ella, los efectos sobre los seres vivos son muy perjudiciales, ya que produce
quemaduras, depresiones del sistema inmunológico y afecciones en los ojos, y
altera las células hasta producir cáncer de piel. Se calcula que una pérdida del 1%
de la capa de ozono provoca un aumento del 2% de los casos de cáncer de piel.

A partir de los años ochenta, por efecto del uso de clorofluorocarbonos (CFC)
como propulsores de aerosoles, refrigerantes en aparatos de aire acondicionado,
disolventes y plásticos expandidos, se detectó que el ozono en la estratosfera
estaba disminuyendo de forma evidente sobre la Antártida y, en menor medida,
sobre el Ártico, lo que provocaba un aumento de las alteraciones de la piel sobre
el ganado y los habitantes de las regiones más cercanas.

Entonces se habló de la existencia de un "agujero" en la capa de ozono. Sin


embargo, en realidad la capa de ozono no tiene un agujero, sino que la
concentración de ozono disminuye y la ozonosfera queda debilitada, con lo que
deja pasar la radiación ultravioleta que es perjudicial.

Para frenar la destrucción de la capa de ozono, en 1987 se aprobó el Protocolo de


Montreal, un acuerdo internacional que prohibía el uso de CFC. Esto ha permitido
una lenta recuperación del ozono estratosférico, aunque la persistencia de estos
gases hace que la capa de ozono todavía siga debilitándose durante el invierno de
los respectivos hemisferios.

Actualmente, en sustitución de los CFC se emplean otros compuestos menos


nocivos para el ozono, como los hidrofluorocarburos (HCFC) y los
perfluorocarburos (PFC); por el contrario, estos gases favorecen el efecto del
cambio climático.

A pesar de los avances, hoy sabemos que los CFC no son las únicas sustancias
responsables de la destrucción de la capa de ozono. Otros compuestos que
contienen cloro, los óxidos de nitrógeno o el bromuro de metilo (un plaguicida
agrícola) también destruyen el ozono.
Lluvia ácida

El uso de combustibles fósiles, sobre todo carbón de mala calidad, emite una gran
cantidad de SO2 y NOxa la atmósfera. La reacción de estos compuestos con el
vapor de agua presente en la atmósfera forma los ácidos nítrico (H2NO3) y
sulfúrico (H2SO4) que, al precipitar, provocan la acidificación del suelo y las aguas.

Así, el pH del agua de lluvia, que en circunstancias normales es ligeramente ácido


(entre 5.5 y 5.7), en condiciones de lluvia ácida se sitúa por debajo de 5.0.

La lluvia ácida obstruye los poros de las hojas que capturan el CO 2, altera los
componentes del suelo (lo que hace que los árboles crezcan debilitados) y
destruye la biodiversidad de los medios acuáticos. Dado el carácter corrosivo de
los ácidos, el patrimonio arquitectónico también puede quedar afectado y, en
concentraciones muy altas, se pueden producir afecciones respiratorias en las
personas.

Contaminación del aire urbano: niebla contaminante fotoquímica


En las ciudades se concentran múltiples actividades que generan emisiones de
gases y partículas contaminantes (transporte, industria, calefacciones, etc.). Estos
materiales emitidos se encuentran en la atmósfera, donde producen varias
reacciones entre ellos.
En los momentos de mayor calma atmosférica es cuando más tiempo hay para
que tengan lugar estas reacciones. La energía solar favorece las reacciones, así
como la presencia de partículas en el aire (incluidas las gotas de agua) que actúan
de catalizadores. Como resultado de ello se produce lo que se conoce como
niebla contaminante fotoquímica. Los elementos clave de la niebla contaminante
son la luz solar, las partículas y los óxidos de nitrógeno.
Los efectos de la niebla contaminante se deben no solo a los contaminantes
primarios (es decir, los emitidos por la actividad del ser humano), sino muy
especialmente a los contaminantes secundarios(los que se forman como resultado
de las reacciones químicas que se producen en la atmósfera).
Entre estos contaminantes secundarios se encuentran substancias como los
aldehídos, el ozono o los nitratos de peroxiacil, responsables delos problemas
respiratorios e inflamatorios del aire urbano contaminado.
La niebla contaminante produce irritación de las mucosas, por este motivo origina
problemas respiratorios y, en condiciones extremas, puede causar enfermedades
graves e, incluso, la muerte. Los habitantes de las grandes ciudades son los más
vulnerables a los efectos de esta contaminación. Según la Organización Mundial
de la Salud (OMS) cada año mueren más de 2 millones de personas a causa de la
contaminación derivada del tráfico y de los procesos industriales.
3.5 Dispositivos de control de la contaminación del aire
La contaminación atmosférica es la presencia en el aire de materias o formas de
energía que implican riesgo, daño o molestia grave para las personas y seres de
la naturaleza popular, así como que puedan atacar a distintos materiales, reducir
la visibilidad o producir olores desagradables.
3.5.1 Dispositivos de control
Los siguientes instrumentos son utilizados comúnmente como dispositivos de
control de contaminación en la industria o en vehículos. Pueden transformar
contaminantes o eliminarlos de una corriente de salida antes de ser emitidos a la
atmósfera.
 Precipitadores electrostáticos
 Filtros de aire
 Carbón activado
 Intercambiadores de calor
 Convertidores catalíticos
 Recirculación de gases de escape
 Desulfuración de los gases de escape y otros scrubbers
 Columnas incineradoras
3.5.2 Colectores
Colectores inerciales (ciclón)
Dispositivo que utiliza las fuerzas centrífugas para separar las partículas más
pesadas de aquellas moléculas de gas que son más ligeras.
El aire cargado de polvo entra tangencialmente por la parte superior cilíndrica. La
corriente de aire sigue una trayectoria en espiral que primero se dirige hacia el
fondo del tronco de cono, ascendiendo después por el centro del mismo. El aire,
una vez depurado, abandona el ciclón por la parte superior. Las partículas
separadas se descargan por el fondo del ciclón.
Colectores húmedos
Tienen por objeto aumentar el tamaño de partícula por medio de agua o gotas de
suspensión, ya que es más fácil recolectar partículas más grandes.
La eficiencia del colector puede ser de 95% cuando el diámetro de la partícula es
menos a 5 milímetros.
Colectores de tela
Estos equipos se utilizan para extraer partículas secas de corrientes gaseosas
secas y a baja temperatura (de 0 a 275°C).
3.5.3 Filtros
Un filtro de aire es un dispositivo que elimina partículas sólidas como por ejemplo
polvo, polen y bacterias del aire. Los filtros de aire encuentran una utilidad allí
donde la calidad del aire es de relevancia, especialmente en sistemas de
ventilación de edificios y en motores tales como los de combustión interna,
compresores de gas, compresores para bombonas de aire, turbinas de gas y
demás.
Algunos edificios, así como aeronaves y otros entornos creados por el hombre (ej.
satélites o lanzaderas espaciales) utilizan filtros a partir de espuma, papel plegado,
o fibra de vidrio cruzada. Otro método usa fibra o elementos con carga eléctrica
estática, que atraen las partículas de polvo. Las tomas de aire de motores de
combustión interna o de compresores suelen usar fibras de papel, espuma o
algodón. Los filtros bañados en aceite han ido desapareciendo. La tecnología para
los filtros en las tomas de aire de turbinas de gas ha avanzado significativamente
en los últimos años, gracias a mejoras en la aerodinámica y dinámica de fluidos de
la parte del compresor de aire de las turbinas de gas.
3.5.4 Precipitación electrostática
Los precipitadores o descontaminadores electrostáticos (o ESP por sus siglas en
inglés) son dispositivos que se utilizan para atrapar partículas mediante su
ionización, atrayéndolas por una carga electrostática inducida. Se emplean para
reducir la contaminación atmosférica producida por humos y otros desechos
industriales gaseosos, especialmente en las fábricas que funcionan con
combustibles fósiles.
Los descontaminador electrostáticos son dispositivos de filtración altamente
eficientes, que mínimamente impiden el flujo de los gases a través del dispositivo,
y pueden eliminar fácilmente finas partículas como polvo y humo de la corriente de
aire.
3.5.5 Criterios para la selección de los dispositivos de control de la
contaminación
Previa la instalación de un equipo para el control de la contaminación atmosférica,
se deben tener en cuenta los siguientes criterios:
FACTOR CONSIDERACIONES
General Eficacia de captura
Normas Oficiales Mexicanas
Coste inicial
Tiempo de vida y valor residual
Costes de operación y mantenimiento
Requisitos de potencia
Peso y requisitos de espacio
Material de construcción
Fiabilidad
Garantías del equipo y del fabricante
Gas portador Temperatura
Presión
Humedad
Densidad
Viscosidad
Punto de rocío de materiales
condensables
Corrosividad
Inflamabilidad
Toxicidad
Proceso Caudal y velocidad del gas
Concentración de contaminantes
Variabilidad de caudales, temperatura,
etc.
Contaminante (particulado) Distribución de tamaños de partícula
Forma de las partículas
Tendencia a la aglomeración
Corrosividad
Abrasividad
Tendencia higroscópica
Pegajosidad
Inflamabilidad
Toxicidad
Resistividad eléctrica
Reactividad
Contaminante (gaseoso) Corrosividad
Inflamabilidad
Toxicidad
Reactividad
Tabla 2. Factores a considerar en el diseño de ECC.
3.6 Alternativas para la minimización de la generación de los contaminantes
del aire
Según la ONU:

 Usa transporte público o comparte coche, muévete en bicicleta o


simplemente camina.
 Cámbiate a un vehículo híbrido o eléctrico y cuando cojas un taxi, intenta
que sea eléctrico.
 Apaga el motor del coche cuando estés parado.
 Reduce tu consumo de carne y productos lácteos; ayudarás a reducir las
emisiones de metano que emite el ganado.
 Composta alimentos orgánicos y recicla la basura no orgánica.
 Cámbiate a sistemas y equipos de calefacción de alta eficiencia para el
hogar.
 Ahorra energía; apaga las luces y los aparatos electrónicos cuando no los
estés utilizando.
 Nunca quemes basura; contribuirías a aumentar la contaminación del aire.
 Elige pintura no tóxica.
 Disminuye el uso de plásticos para cuidar los océanos.
MARCO LEGAL

Constitución

Por un lado, el párrafo quinto del Artículo 4 establece el derecho de toda persona
a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar; y por su parte el Artículo
27 establece las bases de la regulación de los recursos naturales, de los
elementos naturales y de los asentamientos humanos.

En materia de aire, la Ley General del Equilibro Ecológico y la Protección al


Ambiente (LGEEPA) es reglamentaria del Artículo 27 constitucional en materia de
preservación y restauración del equilibrio ecológico, y tiene como objetivos
establecer las bases para la prevención y el control del aire, agua y suelo.

Son competencia de los Estados las fuentes fijas que funcionen como
establecimientos industriales y las fuentes móviles que no sean de jurisdicción
federal (Artículo 7, fracción III, de la LGEEPA); y competencia de los municipios
las fuentes fijas que funcionen como establecimientos mercantiles y de servicios
(Artículo 8, fracción III, de la LGEEPA).

De conformidad con el Artículo 112 de la LGEEPA, los Estados y Municipios


tienen las siguientes atribuciones:

I. Controlar la contaminación del aire en los bienes y zonas de jurisdicción


local, así como en fuentes fijas que funcionen como establecimientos
industriales, comerciales y de servicios;
II. Aplicar los criterios generales para la protección a la atmósfera en los
planes de desarrollo urbano de su competencia, definiendo las zonas en
que sea permitida la instalación de industrias contaminantes;
III. Requerir a los responsables de la operación de fuentes fijas de jurisdicción
local, el cumplimiento de los límites máximos permisibles de emisión de
contaminantes;
IV. Integrar y mantener actualizado el inventario de fuentes de contaminación;

La regulación de la contaminación atmosférica se hace desde dos perspectivas


regulatorias:

a. Instrumentos de regulación directa: NOMs (Artículos 37 y 37 Bis de


la LGEEPA); inventario de fuentes emisoras; Registro de Emisiones
y Transferencia de Contaminantes (RETC); permisos; autorizaciones
con límites de emisiones (transferibles); vigilancia e inspección.
b. Instrumentos de regulación indirecta: programas de reducción de
emisiones; apoyo técnico a gobiernos locales en elaboración de
programas; aplicación de nuevas tecnologías; y los instrumentos
económicos, fiscales, financieros y de mercado previstos en el
Artículo 22 en las áreas prioritarias señaladas en el Artículo 22 Bis
de la LGEEPA.

Los instrumentos de regulación directa para el control de la contaminación


atmosférica son los siguientes:

a. Normas Oficiales Mexicanas: las NOMs se clasifican en las


aplicables a: (i) fuentes fijas, llevando a cabo la regulación de
procesos así como estableciendo límites de emisión de
contaminantes; y (ii) fuentes móviles, que establecen principalmente
límites de emisión, de acuerdo con las características de la fuente de
que se trate.
b. Obligaciones de Control, Medición y Reporte: (i) empleo de equipos
que controlen la emisión de contaminantes; (ii) integrar un inventario
de emisiones; (iii) medición de emisiones; (iv) reporte de emisiones a
través de la Cédula de Operación Anual (COA).

Programas de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire (ProAire): constituyen


uno de los principales instrumentos desarrollados para revertir las tendencias de
deterioro de la calidad del aire en las principales ciudades de México. Los ProAire
incorporan medidas concretas para el abatimiento y control de las emisiones de
contaminantes, se fundamentan en la relación existente entre la emisión de los
contaminantes por las fuentes que los producen, el impacto que ocasionan en la
calidad del aire y sobre la salud de las personas.

 La LGEEPA establece que las autoridades deben ejecutar


coordinadamente programas de reducción de emisiones contaminantes a la
atmósfera provenientes de las fuentes de jurisdicción federal; esto es, la
SEMARNAT en coordinación con otras dependencias del gobierno federal
son responsables de implantar programas para disminuir las emisiones de
las industrias de jurisdicción federal y de los vehículos automotores nuevos
en planta. La LGEEPA establece el enfoque de coordinación de los tres
niveles de gobierno para elaborar los ProAire, ya que si bien cada nivel de
gobierno tiene sus responsabilidades claramente definidas, es necesario
concurrir para establecer programas integrales con objetivos comunes y
congruentes.
 El propósito fundamental de la elaboración de un ProAire, es reducir las
emisiones de las principales fuentes de contaminación, o prevenir futuras
contingencias que provoque cualquier deterioro ambiental y de salud a la
población. La SEMARNAT ha atendido los problemas de contaminación
atmosférica en zonas urbanas mediante la elaboración de estos ProAire, de
manera coordinada con autoridades estatales, municipales y con la
participación de los sectores académico, privado y no gubernamental de
cada ciudad.
 Actualmente existen 11 (once) ProAires vigentes—para las ciudades de
León, Salamanca-Celaya-Irapuato, Toluca, Tijuana, Puebla, Distrito
Federal, Mexicali, Jalisco, Comarca Lagunera, Querétaro y San Luis
Potosí—que cubren el 46.5% de la población urbana, encontrándose en
elaboración los relativos a las ciudades de Oaxaca, el Estado de Hidalgo y
el Estado de Tlaxcala, mismos que beneficiarán a 4.5 millones de personas.

Protocolo de Kioto.

a. Establece metas vinculantes de reducción de las emisiones para 37 países


industrializados y la Unión Europea, reconociendo que son los principales
responsables de los elevados niveles de emisiones de GEI que hay
actualmente en la atmósfera, y que son el resultado de quemar fósiles
combustibles durante más de 150 años.
En este sentido el Protocolo tiene un principio central: el de la
«responsabilidad común pero diferenciada».
b. Tiene como objetivos principales la cuantificación y reducción de emisiones
antropógenas de los gases de efecto invernadero con miras a reducir el
total de sus emisiones de esos gases a un nivel inferior en no menos de 5%
al de 1990 en el periodo de compromiso comprendido entre el año 2008 y el
2012, demostrando avances concretos al año 2005.
c. Establece el mecanismo cap and trade, por virtud del cual se autoriza a las
Partes para que, a efecto de cumplir los compromisos de reducción de
emisiones, las Partes incluidas en el Anexo I podrán transferir a cualquiera
otra de esas Partes, o adquirir de ellas, las unidades de reducción de
emisiones resultantes de proyectos encaminados a reducir las emisiones
antropógenas por las fuentes o incrementar la absorción antropógena por
los sumideros de los gases de efecto invernadero en cualquier sector de la
economía.

NOM 025-SSA1-1993. 26 de septiembre de 2005.

NOM 020-SSA1-1993. 30 de octubre de 2002.

NOM 021-SSA1-1993. 23 de diciembre de 1994.

NOM 022-SSA1-1993. 8 de septiembre de 2010.

NOM 023-SSA1-1993. 23 de diciembre de 1994.

NOM 026-SSA1-1993. 23 de diciembre de 1994.


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