Está en la página 1de 13

Las fuentes de energías renova-

bles para la producción de biogás


En este material descubriremos la importancia de las energías renovables,
especialmente de la derivada de la biomasa, para la producción de biogás, y
estudiaremos las tecnologías de la biodigestión tanto a nivel mundial como en
el ámbito local.

¿Qué son las energías renovables?


A lo largo de miles de años, el hombre ha contado con su propia fuerza
muscular (energía endosomática) y la de los animales como única fuente de
energía. Después del descubrimiento del fuego, comenzó a emplear la madera
para proporcionar calor, luz y cocinar los alimentos. Posteriormente, utilizó los
hornos para fabricar y trabajar con los metales (cobre, bronce o hierro), o bien
cocer arcilla para la obtención de ladrillos y utensilios culinarios. De este modo,
el combustible se utilizaba para generar calor a baja temperatura y
proporcionar confort en los hogares de la población, o bien a alta temperatura
para la producción de luz y provocar cambios físicos y químicos que hacían
más útiles a ciertos materiales.
Con el avance de la ciencia, el descubrimiento y explotación del carbón
mineral, el gas natural y el petróleo, la utilización a gran escala de combustibles
fósiles y nucleares dio origen a la sociedad industrializada.
El uso de la energía está íntimamente ligado a la mayor parte de las actividades
esenciales para el crecimiento y desarrollo, como la preparación, distribución
y conservación de los alimentos, la construcción, la industria, el transporte, las
comunicaciones, etc. (FUNIBER, 2018)1.
Como los combustibles fósiles tienen su origen en la acumulación de grandes
cantidades de restos orgánicos en un período de miles de millones de años,
usualmente se los conoce como no renovables. Contrario a esto, las fuentes
renovables de energía tienen su origen en ciclos más cortos de regeneración
continuos basados, en su mayor parte, en la energía del Sol, disipándose a
través de los ciclos naturales.
A su vez, a diferencia de las fuentes de energía no renovables, se caracterizan
por estar geográficamente bien distribuidas, ser inagotables, con impacto
ambiental prácticamente nulo y por no contribuir a la emisión de ningún tipo
de gases o subproductos residuales.2
La biomasa es una fuente de energía renovable, y puede definirse como toda
materia orgánica resultante, directa o indirectamente del proceso de
fotosíntesis. Siguiendo esa definición, los árboles, plantas, animales e incluso
las personas somos consideradas biomasa. En general, para su

1
Carpeta de Trabajo: Curso Biomasa - Maestría Energía Renovable – FUNIBER, 2018
2
FUNIBER, 2018.

1
aprovechamiento energético, solemos asociarla a la madera y distintos tipos
de residuos domésticos, agrícolas y ganaderos.

En la Argentina, la gran mayoría de la energía consumida es de origen fósil (88


%), siendo las principales fuentes el petróleo y el gas natural.3
En el ámbito rural, el escenario energético presenta algunas características
particulares (Battista y Justianovich, 2015, 2016). Según los datos del Censo
Nacional de Población, Hogares y Vivienda 2010, el 8,97% de la población
Argentina habita el espacio rural (casi 3.780.000 pobladores), donde se
accede a leña o carbón, electricidad o Gas Licuado GLP (dependiendo el caso)
como fuente de energía para calentamiento de agua.4

Energía desde Biomasa. Medición de biomasa forrajera en ensayo a campo de EEA


de Concepción del Uruguay. Fuente: Banco de Imágenes INTA.
El mismo Censo, indica que el 97% de los hogares en Argentina tiene acceso a
la red de energía eléctrica5. En este contexto, la problemática del acceso a la
energía parecería quedar con poco sustento. Sin embargo, en la práctica se
ponen en evidencia las fallas de la actual matriz de energía y principalmente,
de su distribución en el territorio. Si dejamos de lado lo cuantitativo y ponemos
en juego la calidad, encontramos que, a muy cortas distancias de los grandes
centros urbanos del país, existen serios problemas con la calidad del servicio
(intermitencias, baja tensión, picos de tensión, con todos los problemas
asociados que ello genera).
En síntesis, la calidad recibida y la percibida6 por parte de la población rural no
siempre es buena y trae consigo problemas que terminan afectando la calidad

3
IEA, 2011d, Secretaría de Energía de la Nación, 2012.
4
De los 12.174.069 hogares existentes en el país, el 97.7% (11.898.143) están conectados a la red de electricidad,
128.802 generan su propia electricidad, y 147.124 no tienen acceso. Traducido a habitantes (multiplicado por 3.5) da un
aproximado de 965.471 sin acceso a la red de electricidad. En base a datos del CNHPyV 2010.
5
Estimaciones en base al Censo Nacional de Hogares, Población y Vivienda (INDEC, 2010): Cuadro H11. Total del país.
Hogares por tipo de vivienda, según tenencia de electricidad.
6
“Entre las muchas formas de concebir la Calidad y más allá de su versión normalizada, la bibliografía diferencia entre
“Calidad objetiva y “Calidad percibida”. La primera tiene que ver con aspectos objetivos. La segunda, se refiere a la
respuesta subjetiva de las personas con respecto a los artefactos y es, por ello, un fenómeno totalmente relativo que se
2
de vida y la economía familiar: equipos que se queman, falta de suministro que
impide realizar labores diarias, consecuentes baja en la producción, entre
otras. A su vez, alcanzar un alto grado de cobertura no implica necesariamente
niveles significativos de consumo7.
El World Energy Outlook califica el acceso a la energía con condiciones
adicionales, al referirse a un mínimo de consumo eléctrico y a la disponibilidad
de fuentes de cocción seguras8. El acceso a equipamiento modernizado
permite satisfacer en mayor cantidad y calidad la demanda, pero este último
factor difícilmente puede ser cotejado por medio de estadísticas. La calidad
aproxima el concepto de acceso al llamado pobreza energética: un insuficiente
nivel de satisfacción de los servicios energéticos básicos.
Frente a este cuadro, un estudio reciente avanza en la caracterización de los
usos y prácticas en torno a la energía en el ámbito rural y periurbano de la
región pampeana (Battista et al, 2017). Entre los aspectos destacados, se
observa que las familias productoras acceden a la energía a partir de
estrategias de diversificación: un mismo requerimiento energético es cubierto
con distintas fuentes y artefactos, dependiendo del momento del año y
disponibilidad de los recursos.
El modelo de generación de energía concentrado y dependiente podría ser
complementado y/o reemplazado por uno descentralizado, diversificado en
fuentes y renovable:

Figura 1. Modelos de generación y fuentes de energía.


Fuente: CIPAF (2017).

Muchos autores sostienen que el modelo de “Energías Renovables


Distribuidas”9, además de presentar ventajas ambientales, contribuye al

define entre los juicios de valor. Calidad percibida es el juicio del usuario sobre la excelencia o superioridad de una
entidad en su conjunto, es una forma de actitud, semejante pero no equivalente, a satisfacción, y resultante de la
comparación entre las expectativas y percepciones de los usuarios a lo largo de la vida del artefacto o del uso del servicio
(Prasuraman, Zeithmal y Berry 1985)” Bernatene, 2009.
7
CAF, 2013.
8
(W(CAF, 2013; Kozul, 2011; WEO, 2015)EO, 2015)
9
La Generación Distribuida de energía aparece como solución a los problemas de energización rural, dando solución a
la demanda de poblaciones dispersas: definida como la generación de potencia eléctrica mediante canales de distribución
que puede incluir al usuario como generador, con rangos variables entre 1 W y 300 MW (Ackermann et al., 2001).
Adicionalmente, otros aspectos que caracterizan la Generación Distribuida es el uso localizado, próximo al lugar de
generación, lo que supone un menor impacto ambiental evitando costos de transporte (Ackermann et al., 2001; Vezzoli,
3
desarrollo económico, potenciando la aparición de mercados
descentralizados, creación de empleo y la introducción de capital en las
comunidades.10
Por otro lado, la intensificación en la producción y el consumo de combustibles
fósiles, tanto a nivel mundial como local, ha desencadenado diversas
problemáticas sobre el medio ambiente (lluvia ácida, contaminación
atmosférica, efecto invernadero) y la economía global (fluctuaciones de
precio, concentración del recurso, conflictos entre países).11
Los problemas antes descritos impactan sobre la población en general, y en
particular en el ámbito agrario, donde a su vez se suman la gestión del agua y
los residuos tanto domésticos como de las producciones agropecuarias. La
población rural se caracteriza por ser de tipo dispersa, es decir, se localiza por
fuera de los pueblos y por lo tanto no está abastecida por las redes de servicios
de agua corriente y cloaca. Por ello, recurren a diversas estrategias para
acceder al agua y disponer las aguas residuales y residuos generados. Las
fuentes de agua empleadas para el abastecimiento de los hogares y las
actividades productivas varían según la región, e incluyen el agua subterránea
(acuíferos), agua superficial (arroyos, ríos) y agua meteórica (agua de lluvia).
A los fines didácticos se realiza una categorización de las fuentes de agua, pero
en realidad forman parte del ciclo hidrológico por lo que estos
compartimentos guardan estrecha relación (Figura 2).

Figura 2. Ciclo hidrológico.


Ciclo hidrológico donde se observa los cambios de estado del agua y la relación
entre las fuentes de agua subterránea, superficial y meteórica. P: precipitación; Ev:
evaporación; T: transpiración; Evt: evapotranspiración.
Fuente: Auge (2005).

et al., 2014). Cuando este concepto se asocia con fuentes renovables de energía es comúnmente definido como Energías
Renovables Distribuidas (Ceschin y Harrison, 2016).
10
Ceschin y Harrison, 2016; Chaurey et al., 2012.
11
IEA, 2011a; IEA, 2011b, IEA, 2011c.
4
Por otro lado, las aguas residuales y residuos orgánicos domésticos y de las
actividades productivas, están compuestos por materia orgánica, nutrientes
y/o microorganismos patógenos, en distintas proporciones según el tipo de
residuo. El correcto tratamiento de depuración o estabilización de estos
residuos es indispensable para evitar la contaminación de las fuentes de agua.
El agua que forma los acuíferos se recarga por el agua de lluvia que infiltra y
queda retenida en los poros de los sedimentos del subsuelo (arenas, limos)
(Figura 3). La profundidad de los acuíferos es variable según la zona.

Figura 3. Esquema de la recarga de acuíferos y zonificación del suelo y subsuelo.

Las precipitaciones (fuente meteórica) recargan los acuíferos a través de la


infiltración descendente, pasando por una zona no saturada (poros con aire y
agua) hasta la zona saturada (poros llenos de agua). El techo de la zona
saturada indica el nivel de la napa freática
Los principales procesos que alteran la calidad del agua subterránea se deben
al ingreso de sustancias y microorganismos por infiltración, y entre ellos
destacan los nitratos, que son el producto de la degradación de materia
orgánica como estiércol, materia fecal y sustratos ricos en proteína, así como
microorganismos patógenos (virus, bacterias, entre otros).
Las aguas superficiales pueden contaminarse por el arrastre de sustancias y
microorganismos por escorrentía. Se conoce como eutrofización al proceso de
enriquecimiento de nutrientes, en especial nitrógeno y fósforo, de los cuerpos
de agua superficial derivados de las actividades humanas. El aporte de
nutrientes provoca un crecimiento desmedido de algas, que disminuye el
ingreso de luz en profundidad impidiendo la fotosíntesis de otras plantas. A su
vez, la degradación de las algas por parte de las bacterias y organismos
descomponedores que viven en el fondo consume oxígeno del agua, que
queda menos disponible para el resto de los organismos que vive en el cuerpo
de agua.

5
En este escenario las energías renovables se presentan como una oportunidad
para diversificar las fuentes de energía, y en particular la tecnología de biogás,
con un doble sentido: el tratamiento de efluentes y/o la generación de energía.

¿Qué es la energía derivada de la biomasa?


¿Qué tipos de biomasa son útiles para producir energía? ¿Qué se puede
hacer con cada tipo?

El término de biomasa, en sentido amplio, se refiere a cualquier tipo de


materia orgánica que haya tenido su origen inmediato como consecuencia
de un proceso biológico. Así pues, el concepto de biomasa comprende tanto
a los productos de origen vegetal como a los de origen animal. El
denominador común por el que ambos reciben el nombre único de biomasa
es porque la materia orgánica proviene, directa o indirectamente, del
proceso de fotosíntesis: por ello, la biomasa se presenta de manera periódica
y no limitada en el tiempo y, por tanto, de forma renovable.

Figura 4: La biomasa dentro del contexto de las energías renovables.


Fuente: IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) - Unión
Europea.

En la actualidad, se ha aceptado el término biomasa para denominar al grupo


de productos energéticos y materias primas de tipo renovable que se originan
a partir de la materia orgánica formada por vía biológica. Quedan excluidos de
este concepto, los combustibles fósiles o los productos orgánicos derivados
de ellos, aunque también tuvieron un origen biológico en épocas remotas.12

12
FUNIBER, 2018.

6
Biogestor en base a gestión de residuos y efluentes en sistemas agropecuarios.
Fuente: Banco de Imágenes INTA.

La energía derivada de la biomasa surge como una de las alternativas para


reemplazar, en forma parcial, los derivados del petróleo. Esta se caracteriza
por ser renovable, ya que proviene de la transformación de la energía solar en
energía química realizada por las especies vegetales durante la fotosíntesis. Es
además un recurso de producción local, lo que conlleva a la independencia con
otros países y posee bajo impacto ambiental.13
Puede ser transformada en una amplia variedad de productos de interés
energético, proporcionando energía en forma directa a través de la
combustión o bien por compuestos originados por su transformación. Un
ejemplo de ello son los biocombustibles, que pueden ser sólidos (leña, astillas,
paja, bagazo, pellets, briquetas, carbón vegetal), líquidos (los aceites
vegetales, biodiesel, bioetanol) y gaseosos (biogás, hidrógeno, gas de
gasógeno) siendo las principales aplicaciones energéticas: la calefacción, la
generación de electricidad y carburante en los motores de combustión
interna.14
Para comprender los procesos de generación de la energía derivada de
biomasa, es importante diferenciar los tipos de biomasa de acuerdo al
porcentaje de humedad que contienen, en biomasa seca y biomasa húmeda: si
el tenor es menor al 60 %, se la considera seca –residuos industriales agrícolas
y forestales–; en tanto, si la biomasa presenta más del 60 % de humedad, es
considerada húmeda –efluentes con alta carga orgánica, tales como los que
provienen de criaderos de animales–. Según el tipo de biomasa, se requieren
procesos tecnológicos diferentes para su conversión y utilización en la
producción de energía.

13
Michelena y Martín, 2002.
14
Vega et al., 1983; Fernández, 2003.

7
Figura 5: Procesos de transformación de biomasa a energía.
Fuente: PROBIOMSA.

La producción de energía derivada de la biomasa conlleva múltiples impactos


positivos.
A nivel socioeconómico:
- Moviliza inversiones para la generación de energía térmica y eléctrica.
- Convierte toneladas de residuos en materias primas con valor
energético.
- Promueve la creación de nuevos puestos de trabajo y mejora las
condiciones socioeconómicas de poblaciones rurales y
energéticamente vulnerables.
- Permite ahorrar millones de pesos sustituyendo la importación de
combustibles fósiles.
- Fomenta la investigación y el desarrollo tecnológico.

En el plano energético:
- Diversifica la matriz energética.
- Promueve la seguridad energética a través de energía firme.
- Contribuye a dar cumplimiento con la Ley N.° 27 191 de energías
renovables.

En lo referido al cuidado ambiental:


- Disminuye la contaminación en suelos y agua.
- Ayuda a mitigar y adaptarse al Cambio Climático.
- Reduce la emisión a la atmósfera de gases contaminantes.

8
Figura 6: Fuentes de Biomasa en Argentina.
Fuente: PROBIOMSA.

La biomasa para producción de biogás


Existen además diversas fuentes de biomasa para la obtención de energía que
se pueden clasificar según su origen en:
 Biomasa natural: es la que se produce en ecosistemas naturales.
 Biomasa residual: la cual incluye los residuos forestales y agrícolas, los
residuos sólidos urbanos y los residuos biodegradables (efluentes
ganaderos, lodos de depuradoras, aguas residuales urbanas,
industriales, etc.).
 Cultivos energéticos: son los realizados con el único objeto de su
aprovechamiento energético.
 Excedentes agrícolas: los productos agrícolas que no son empleados
por el hombre.
La biomasa con alto grado de humedad puede transformarse por degradación
biológica, mediante procesos anaeróbicos, en metano o etanol, consiguiendo
aumentar el valor energético de la biomasa de 16 kJ/g a 30 kJ/g en el caso de
etanol y a 56 kJ/g en el de metano.
Las técnicas más desarrolladas son, por un lado, la digestión anaeróbica de
biomasa con alto contenido en celulosa (basura, plantas acuáticas y residuos
agrícolas, ganaderos e industriales) para la generación de metano, y por otro,
la fermentación de materiales azucarados o amiláceos para la producción de
etanol. En contraste con la digestión anaeróbica que emplea materias primas
de escaso valor, la fermentación alcohólica utiliza como substratos productos
de alto valor económico.
9
Durante la digestión anaeróbica de la biomasa, mediante una serie de
reacciones bioquímicas, se genera el biogás, el cual, está constituido
principalmente por metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2). Este biogás
puede ser capturado y usado como combustible y/o electricidad. De esta
forma, la digestión anaeróbica, como método de tratamiento de residuos,
permite disminuir la cantidad de materia orgánica contaminante,
estabilizándola (bioabonos) y al mismo tiempo, producir energía gaseosa
(biogás).
El proceso de biodigestión es muy versátil debido a la variedad de fuentes de
biomasa que se pueden utilizar durante el mismo. Una aplicación estándar de
estos sistemas puede contribuir a la generación de energías limpias y, en
algunos casos, al autoabastecimiento energético de muchas actividades
productivas. La generación de energía a través de la gestión apropiada de la
biomasa húmeda tiene innumerables beneficios ambientales, económicos y
sociales:
- Uso de energía sustentable renovable.
- Reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (CH4).
- Reducción de la contaminación de cuerpos de agua y de la
proliferación de vectores de enfermedades. Mejora de las condiciones
higiénicas y sanitarias de la zona.
- Independencia en el abastecimiento de energía, reemplazando total o
parcialmente a los combustibles fósiles.
- Fomento del desarrollo regional, mediante nuevas actividades y
técnicas agropecuarias.
- Aprovechamiento de los subproductos derivados de la producción
agroalimentaria.
- Beneficios económicos para productores locales e inversores.
- Contribución al arraigo de las poblaciones rurales al promover nuevas
actividades económicas.
- Generación de infraestructuras y servicios para satisfacer las
necesidades básicas de los productores y habitantes.
- Especialización de la mano de obra.
- Mejora de la sustentabilidad de los sistemas productivos.

La tecnología de la biodigestión a nivel mundial y


en el ámbito local
El Biogás se encuentra ampliamente difundido en el mundo. Con decenas de
millones de biodigestores instalados en China15 e India; una capacidad eléctrica
en Alemania de 3,5 GW generando 24.000GWh16 (6,8 millones de hogares
alemanes): el doble de la potencia instalada y del volumen de energía eléctrica
generada por toda la capacidad nuclear de Argentina; servicios públicos de
transporte a BioGNC en Suecia; inyección de Biogás a la red de gas natural
(GN).

15
The Future of Biogas in China. Li Jingming Secretary-General, China Biogas Society Biogas World Berlin, Germany
April 1, 2014: https://www.dbfz.de/fileadmin/user_upload/Vortraege/BiogasWorld2014/02_Jiming.pdf

16
Fuente: https://www.german-energy-solutions.de/GES/Navigation/DE/Home/home.html

10
En el ámbito local, un relevamiento impulsado por INTI detalla que “si bien
existe evidencia de la utilización de la biodigestión anaeróbica en el territorio
nacional desde hace más de 20 años, la tecnología de biogás aún no logra
alcanzar un nivel de madurez acorde a la potencialidad que tiene en el país.
Uno de los principales motivos es la falta de articulación entre una oferta sin
validar y una demanda escéptica o desinformada para considerar como una
alternativa energética”.17
Sobre un total de 60 plantas relevadas (105 detectadas), el 52,4% se
encuentran en el ámbito rural. A su vez la participación de las plantas de
pequeña escala en el sector es del 49%. En el ámbito privado, el 85,3% destinan
los equipos para tratamiento de efluentes y sólo un 6% para fines energéticos.
En el ámbito público, el 54,2% de las plantas resuelven el tratamiento y el 33,3%
se utiliza con fines educativos. Aparecen una serie de falencias en relación a
los materiales constructivos y seguimiento de los biodigestores: del total, el
40% no utiliza el biogás generado, los materiales usados no se corresponden
a los requerimientos técnicos del proceso, muy pocas instalaciones cuentan
con aislación térmica y control de la temperatura (56,3% no controla) y
agitación (48,3% no realiza agitación), entre otros. Existe muy poco
conocimiento sobre la composición del biogás, dado que el 61,3% no posee
sistema de purificación.18
En este sentido, si bien puede asumirse que el funcionamiento (en términos
puramente técnicos) de una gran cantidad de artefactos que aprovechan las
energías renovables (como los biodigestores) está científicamente probado,
apoyado en datos certeros sobre los beneficios de su incorporación al
medioambiente, su expansión en los sectores rurales está condicionada por la
falta de nexos dentro de lo que podemos llamar “Sistema tecnológico”,
constituido por Actos, Actores y Artefactos. ¿Cuán maduro está el Sistema
tecnológico del biogás en la argentina? Los datos de INTI nos indican que el
sistema del biogás todavía no ha madurado en nuestro país.
Para comprender mejor esta idea, a continuación, presentamos un esquema
del Sistema Tecnológico del gas natural, sistema que sí se encuentra
consolidado en Argentina. Lo construimos a partir de suponer la demanda de
energía para “calentar agua” en cualquier vivienda:

17
INTI, 2016.
18
Resultados Relevamiento Nacional de Biodigestores:
http://www.bioeconomia.mincyt.gob.ar/presentaciones/2016/Silvia-Ermeninto.pdf

11
Figura 7: Sistema tecnológico del gas natural.
Fuente: Battista y Justianovich (2015).

Como se aprecia en la Figura 7, el Sistema Tecnológico del gas natural es


inmenso. Queda definido por el conjunto de artefactos (calefones,
termotanques, etc.) que operan bajo un mismo principio, incluyendo a todos
los fabricantes, todos los diseños, todos los materiales y procesos, el conjunto
de usuarios que han aprendido las prácticas de uso, sistemas de transporte
que garantizan la distribución del combustible, una industria de la reposición
de partes que asegura la durabilidad y permanencia de los artefactos, oficios
y empleos que resuelven su mantenimiento, instituciones que definen y
regulan las normativas de instalación y funcionamiento de los artefactos del
sistema, carreras académicas vinculadas que incluyen -o no- en su currícula el
estudio de estos sistemas (carreras como ingeniería, arquitectura, el diseño
industrial, etc.) y profesionales que luego lo reproducen en el planeamiento de
infraestructura. Este enfoque corre la mirada del diseño de productos de
manera aislada (por ejemplo, un calefón solar-eléctrico) hacia el diseño de
sistemas tecnológicos que posibiliten resolver el problema de acceso a la
energía.19

19
Battista y Justianovich, 2015.

12
Referencias bibliográficas:
- Auge, M. (2005). Perforaciones hidrogeológicas. Curso para
perforistas.
- Battista, E.; Justianovich S.; Ocampo F.; Zanovello L. (2017) Usos
energéticos de la Agricultura Familiar Pampeana: una caracterización
para pensar políticas de acceso a la energía en el ámbito agrario. XL
Reunión de Trabajo de la Asociación Argentina de Energías Renovables
y Medio Ambiente Vol. 5, pp. 07.95-07.104, 2017. ISBN 978-987-29873-
0-5
- Battista, E. y Justianovich, S. H. (2016). ¿Energía para qué? Hacia una
matriz renovable y diversificada en el medio rural. Memorias II
Congreso Latinoamericano de Ecodiseño ECODAL, 2da edición, pp.
210-219. Bogotá: Colombia.
- Battista, E. y Justianovich, S. (2015). De la frontera del artefacto a la
del sistema tecnológico. El diseño y las energías renovables en el
ámbito rural. 2do Congreso Latinoamericano de Diseño en
Universidades Públicas Latinoamericanas, DISUR. Buenos Aires:
Argentina.
- Bernatene, M.d.R. (coord.) (2009) Vivir con un emprendimiento.
Indicadores para la evaluación integral de áreas administrativas,
relaciones laborales, diseño, producción y desarrollo local. 3 edición,
pp. 71-72. Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Bellas Artes.
La Plata: Argentina.
- Bravo, V., Di Sbroivacca, N., Dubrovsky, H., Gallo Mendoza, G., Kozulj
R., Nadal G., y Pistonesi, H. (2005) RETs I Final Report on Renewable
Energy Technologies in Argentina, pp. 12-37. Fundación Bariloche,
Mendoza: Argentina.
- Cadena, C. (2006). ¿Electrificación o Energización? Mediante energías
alternativas en zonas rurales. Avances en Energías Renovables y Medio
Ambiente Vol. 10: 83-90. Impreso en la Argentina. ISSN 0329-5184
- CAF (2013) Energía: una visión sobre los retos y oportunidades en
América Latina y El Caribe. Serie hacia una nueva agenda energética
para la región, Caracas: CAF. Retrieved from
http://scioteca.caf.com/handle/123456789/607
- Censo Nacional de Hogares, Población y Vivienda (INDEC) 2010. 14.
INDEC, Censo Nacional de Población, H. y V. (2010). Cuadro H11. Total,
del país. Hogares por tipo de vivienda, según tenencia de electricidad.
Recuperado de http://www.censo2010.indec.gov.ar/
- FUNIBER (2018) Carpeta de Trabajo: Curso Biomasa - Maestría Energía
Renovable.
- García Ochoa, R. (2014). Pobreza energética en América Latina.
Documento de proyecto. Comisión Económica para América Latina y
el Caribe CEPAL, pp. 7-18. Santiago de Chile: Chile.
- Kozulj, R. (2011), Energía y pobreza: un análisis de nexos complejos.
Voces del Fénix 10;2, 108-115.
- WEO (World Energy Outlook) (2015). Methodology for Energy Access
Analysis, pp. 8-24.

13

También podría gustarte