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Práctica Vl
Semestre Vl
Desarrollo infantil es entendido como esa acción de potenciamiento de todas las capacidades que
tiene el niño en todas sus dimensiones, por ello es de vital importancia el rol de la familia de los
docentes y de la comunidad en este proceso desde la perspectiva del cuidado; cuidado que va
más allá de un acción asistencialista. Es por ello que debemos recurrir a una estrategia que
contribuya a la significación del futuro hombre y por ende al sostenimiento de la nación al
desarrollo social, a la erradicación o mitigación de las fracturas sociales por una Colombia más
educada debemos poner los ojos en los niños.
Cuidado es una acción que va mas allá vista desde el desarrollo integral del niño de protegerle en
la cotidianidad evitando que no ocurra un daño físico o moral. Es un conjunto de acciones, como:
escuchar, mimar, abrazar, dar un tetero, cambiar un pañal entender sus emociones, preverle
brindarles un apoyo.
Por eso se hace necesario una práctica de cuidado donde niños y niñas sean autónomos capaces
de expresar libremente sus emociones y sentimientos sin dejar a un lado la importancia de los
valores que nos edifican como seres pertenecientes a una sociedad humana. Tolerantes ante una
sociedad cambiante, comprendiendo que somos pares en la convivencia.
Por tal razón debemos hablar de una pedagogía del cuidado. La construcción de este nuevo
enfoque educativo tiene que ser colectiva incorporando la diversidad de justicia y la igualdad una
pedagogía para superar un mundo en crisis; ambiental, de derechos humanos, social, económica,
política etc. que generan exclusión y que afecta de diferente forma.
Una pedagogía que nos lleve a cambiar nuestro quehacer pedagógico dentro del aula llámese
institución, colegio, centro infantil, salas maternales y demás; ya que el cuidador no se ha
apropiado del sentido sensible de esas prácticas, detrás de las cuales hay oportunidad para la
formación humana y sensible del sujeto, desdeñando su dimensión social personal. La práctica
pedagógica está concebida actualmente a conductuar a niños y niñas llevándolos acciones
mecanizadas, acciones a las que se les debe dotar de sentido. Llamamos acciones mecanizadas a
los procesos institucionalizados es decir, aquellos regulados planificados intencionados que
llevan a cabo dentro de los centros infantiles.
Debido al nuevo rol de la mujer frente a la crisis económica debe laborar y buscar donde sean
asistido sus hijos. Por tanto estas prácticas ya no se ejercen tanto en la familia si no en las
instituciones por lo cual se habla de una pedagogía del cuidado y de la crianza.
Ha avanzado tanto la ciencia, la política pública que las apuestas del estado demostrando que los
niños deben incluirse en los entornos intencionados para potenciar su desarrollo. Es por estas
razones que la crianza se ha inmiscuido es decir se ha insertado a la escuela de tal manera que se
habla de una pedagogía intencionada que la ejerce la maestra. Las maestras comprenden,
escuchan, observan y dan significado a las acciones de los niños y las niñas, responden con
abrazos, caricias, sonrisas, gestos; les miran a los ojos cuando les hablan y se ponen a su altura.
Objetivos generales:
Objetivos específicos:
Justificación
“Los primeros años de vida del niño son cruciales para el desarrollo y la organización de las estructuras
cerebrales, las cuales en el momento del nacimiento se encuentran aún en proceso de formación. No solo
en el sentido intelectual, sino también en cuanto al desarrollo moral y el aprendizaje de normas, los
primeros cinco años de vida constituyen un periodo crítico para el moldeamiento de las predisposiciones
innatas. Está demostrado que los factores como el afecto, el acompañamiento, la nutrición, el sueño y la
higiene ejercen un factor importante sobre este proceso de desarrollo, en especial durante la etapa
comprendida desde el nacimiento hasta los 6 años. Sin embargo, la primera infancia es una de las
poblaciones más vulnerables del país” (Amar Amar, 2016).
En este proceso, las condiciones en las que ocurra el desarrollo serán resultado de las prácticas de cuidado
en su familia y entorno, emprendidas desde sus saberes y experiencias cotidianas, pero que pueden ser
potencializadas en la búsqueda de mejores opciones de crecimiento de los niños y las niñas. Estas
condiciones van desde la seguridad alimentaria hasta la garantía de un entorno seguro, afectuoso, donde la
convivencia no sea una utopía sino un compromiso de todos los actores sociales (Amar y Madariaga,
2008).
Ahora bien, aunque el cuidado y acompañamiento del proceso desarrollo desde la infancia deben
ser liderados fundamentalmente por los padres, muchas veces estos requieren de apoyo para
poder cumplir con esta función, debido a la vulnerabilidad que presentan. De acuerdo con la
Fundación Bernard Van Leer (1986), para que el aprendizaje de los niños sea efectivo, el proceso
debe estar en sintonía con el conjunto de sus experiencias cotidianas, de manera que, si se espera
que los niños se desarrollen como adultos creativos y aptos para abordar los problemas de la vida,
deben ser criados en una atmósfera de afecto y cuidado.[ CITATION INF16 \l 9226 ]
“Se entiende por cuidado aquel conjunto de prácticas que, realizadas en el contexto de crianza y
crecimiento de los niños, influye de manera directa sobre el desarrollo de su potencial en las
diversas dimensiones que componen al ser humano” (Amar y Madariaga, 2008).
Se hace importante ejercer prácticas de cuidado teniendo en cuenta que no solo es cuidar por
cuidar que va más allá de la acción; el afecto y las condiciones adecuadas que el niño y la niña
recibe de sus principales cuidadores y las experiencias de formación en los primeros años de vida
son fundamentales para su desarrollo y desenvolvimiento en su vida, social, emocional,
cognitiva y afectiva.
Por tal razón se nos haría correcto hablar de una Pedagogía del Cuidado. Puesto que la Educación
persigue, entre otros fines, el de avanzar y transmitir a las generaciones próximas los grandes
valores. Así mismo, (Nell Noddings, 2004) nos dice que lo más importante de la escuela es lograr
que los alumnos y alumnas se sientan queridos por lo tanto crezcan llegando hacer personas
cariñosas, que aman y sean amadas. Esta es la clave de cualquier educación exitosa.
De acuerdo a lo anterior, Noddings hace énfasis también en la tarea que desempeña el hogar
como base de la educación de todo niño y niña la cual se complementa en las instituciones
educativas, por eso la autora hace énfasis en el objetivo: de cuidar, acompañar, proteger, y velar
por el bienestar de los niños y niñas dentro de las familias y de las comunidades.
Soto y Violante (2008: 25) comprenden la crianza como un “proceso educativo característico de
los niños en sus primeros años”, a cargo de padres, madres y/o adultos cuidadores que
desempeñen, en el seno familiar, las funciones del cuidado, la socialización y la adquisición de la
identidad de las niñas y los niños, lo que incluye alimentar, nutrir y ayudar a crecer. Este proceso
tiene especial incidencia en el desarrollo infantil por el vínculo afectivo que construye la niña y el
niño con quienes lo promueven, de tal manera que entre más oportuna y pertinente sea la
comprensión y respuesta a sus necesidades, hay mayores posibilidades de proponer interacciones
para propiciar el desarrollo integral. Durante el desarrollo de las actividades (alimentación,
higiene, juego y sueño), se transmite a los niños el conjunto de saberes sociales propios y
valorados por la comunidad, al mismo tiempo que se ayuda a los pequeños a conquistar su
autonomía. Entonces cambiar a un bebé conversando con él, haciéndole cosquillas, nombrándolo
y tocándoles sus manos y pies, sonriéndole mientras espera que el adulto lo limpie es una
situación educativa.
En esa medida, las maestras, los maestros y los agentes educativos requieren ser afectuosos, tener
buena escucha, ser observadores sensibles, sostén y acompañamiento de niñas y niños a través de
la creación de escenarios, contextos, experiencias y prácticas cotidianas que permitan el goce y
disfrute de las actividades rectoras de la primera infancia. Así mismo, los educadores deben
favorecer la transmisión del acervo cultural de una generación a otra (Rodríguez de Pastorino, en
Soto y Violante, 2008).
Marco de antecedentes
Título del trabajo: Pedagogía del cuidado: una pedagogía que involucra la convivencia y la paz
Se trabajó directamente con los docentes de los grados jardín y transición logrando así un
acercamiento de los niños con su entorno a través de la labor de docentes y padres.
Para evidenciar la problemática de falta de cuidado con el entorno y consigo mismo y con los
demás, se aplicaron cuestionarios a docentes y niños como punto de partida para el diagnóstico,
con el objetivo de indagar acerca de los temas: pedagogía del cuidado, competencias ciudadanas
e investigación acción.
A través de las observaciones, se pudo establecer que las docentes no inculcan a los niños la
necesidad de compartir, respetar, y cuidar a sus compañeros y entorno, de esta manera es notorio
que el que hacer docente en este sentido del cuidado se debe trabajar y reforzar un poco más para
apuntar a un buen manejo pedagógico. Ya que algunas veces en acciones tan simples como
saludar al compañero respetar las cosas de los demás, resulta un poco complicado si no se ha
hecho una sensibilización y una concientización sobre la importancia de cuidar a los demás así
mismo y al entorno.
Por tal razón se expuso a las maestras la situación problema encontrada por medio de un mapa
conceptual el cual resumía de manera clara y sencilla lo expuesto anteriormente. Luego de
explicarles estas falencias se concluyó que la problemática que habían arrojado las observaciones
era la falta de conciencia y compromiso de poner en practica la pedagogía del cuidado y se les
formula la pregunta problema que guio la presente investigación: ¿Cómo mejorar la práctica
docente en la institución Happy Day’s de tal manera que en su quehacer tengan encuentra la
pedagogía del cuidado?
Conclusiones
Cuando se brinda educación con afecto, cariño, amor y cuidado se puede llegar fácilmente a una
convivencia humanizante y democrática.
(Recuperado de https://intellectum.unisabana.edu.co/bitstream/handle/10818/2475/121914.pdf?
sequence=1)
Autores: YESSICA Andrea Guarnizo Ramírez, Erika Astrid Patiño Suarez, Derly Jasbleydy
Piedrahita Parra
Universidad pedagógica nacional facultad de educación departamento de psicopedagogía
licenciatura en educación infantil Bogotá 2014
Investigación acción
Esta propuesta está guiada por el enfoque pedagógico socio-afectivo, puesto que permite llevar
una metodología de trabajo lúdica, participativa, y cooperativa.
Espacio divertido donde los niños tengan la oportunidad de expresar libremente sus sentimientos,
con el fin de hacerlos visibles y reconocer cómo se sienten. Disposición del lugar: Pegaremos
papel craff en el suelo en el cual estarán plasmados rostros que reflejan diferentes emociones
como alegría, tristeza, llanto, además colocaremos a disposición de los niños pinturas de varios
colores y pondremos música instrumental para que los niños puedan relajarse y sentirse más a
gusto en el desarrollo de la acción.
Consideramos que esta acción nos permitió conocer las emociones individuales de los niños,
además el hecho de que hubo personas ajenas en el salón no impidió que ellos se expresaran
libremente, pues consideramos que esto también se debe en gran parte a la actitud que cada una
de nosotras refleja hacia los niños.
Conclusiones
Recuperado de http://repositorio.pedagogica.edu.co/bitstream/handle/20.500.12209/2442/TE-
16879.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Referencias