RESEÑA DE “LOS VERDUGOS VOLUNTARIOS DE HITLER”; editorial Taurus; edición 1997, Madrid, INTRODUCCION.

AUTOR: LEANDRO URRICELQUI.

Daniel Goldhagen, el autor de este libro, es un escritor estadounidense y ex profesor asociado de ciencias políticas y
sociología de la Universidad de Harvard. Escribió tres libros: “Los verdugos voluntarios de Hitler” en 1996, “La Iglesia
católica y el Holocausto en 2002 y también ha escrito “Peor que la guerra” en 2009 que examina el fenómeno del
genocidio. En 1977, Goldhagen ingresó a la Universidad de Harvard, donde permaneció por unos veinte años, como
estudiante de pregrado, posgrado y luego como profesor asistente en el Departamento de Estudios Sociales y de
Gobierno.

En esta introducción del libro el autor comienza dando un ejemplo sobre un militar genocida. Daniel señala que este
militar actúa por convicción y no por miedo a un castigo de los superiores que le habían dado la orden al militar. Este
ejemplo fue utilizado por el autor para introducir el propósito de su libro: comprender las acciones y la mentalidad
de las decenas de millares de alemanes corrientes que se convirtieron en genocidas asesinos. De todas formas señala
que tanto por la naturaleza de este fenómeno que era muy nueva y por la incapacidad de la teoría social precedente
para analizar el hecho y su futuro, el holocausto se presenta como una dificultad teórica. Con el fin de responder el
cómo y el por qué sucedió este genocidio divide al éxito nazi en tres temas: los perpetradores del Holocausto, el
antisemitismo alemán y la naturaleza de la sociedad alemana.

Al primera tema, Daniel, le da mucha importancia debido a que señala que de las pocas investigaciones que se
realizaron, se sabe poco de los perpetradores, muchas son falsas o mitos. Para él es fundamental estudiar a estos
actores y sus actos, ya que muchos estudios indican que los individuos respondieron a las órdenes de los altos
dirigentes. Para el autor es fundamental saber por qué acataron las órdenes, por qué mataron. Los perpetradores
antes que ser genocidas eran alemanes comunes y corrientes, es decir, no siempre fueron parte de las SS. Como
consecuencia, se propone explicar cuál fue el impulso que los llevó a matar judíos. Para esto nos dice que para
entender el porqué de sus acciones, primero debe explicar a la sociedad alemana, es decir, describir su vida
cotidiana. A partir de aquí comienza a hablar del segundo tema, algo que caracteriza a la sociedad alemana en su
conjunto, que es el antisemitismo.

Para Goldhagen, las creencias antisemíticas que los alemanes tenían sobre los judíos constituyeron la causa básica
del Holocausto, es decir, explica la voluntad de los perpetradores de matar y tratar brutalmente a los judíos. Esta es
la conclusión del libro, nos adelanta, la de que fue gracias al antisemitismo como alemanes “comunes” llegaron a
asesinar judíos. Agrega como esto da cuenta de que la visión del mundo de la sociedad de aquellos tiempos que era
común, es decir, “la pureza racial” era algo que estaba presente en el sentido común alemán de principios de siglo
XX, presente en la naturaleza de la sociedad alemana.

Luego de esto plantea cinco explicaciones del porqué del accionar genocida y las denomina insostenibles ya que
caracterizan a los perpetradores como carentes de sentido moral y que ninguna considera importante la identidad
de las víctimas, es decir, que sean judíos. Para el autor, la explicación debe tener en cuenta la capacidad que tenían
los genocidas de comprender la importancia y la moralidad de sus acciones, debe considerar como esencial las
creencias y valores de los autores y por último, reconocer el carácter esencial del antisemitismo. Más adelante añada
que el medio psicológico social en el que desarrolla el genocidio también es esencial para comprender las pautas de
las acciones nazis. Entonces, para finalizar, Daniel Goldhagen considera que los estudios o análisis sobre el
Holocausto no deben quedarse en el aspecto de la matanza de los judíos sino intentar ver el cómo y porqué. Para él
hay un marco social que lo permite y avala.