Está en la página 1de 4

Reflexiones sobre la lingüística de Bloomfield,

Trubetzkoy, Jakobson y Hjelmslev

Durante el paso de esta cuarentena (apenas una semana) me he puesto a


reflexionar sobre las aportaciones de estos hombres. Mejor dicho, de la
lingüística en general. Cómo, con el paso de los años, se han ido descubriendo
nuevas cosas y cómo cada una de las ideas tanto de lingüistas como de
estudiosos de la lengua han dado mucho qué pensar. Me parece maravilloso lo
que la lengua puede hacer reflexionar a las personas, y más a los que se
dedican específicamente a ella.

Bloomfield me dejó muy sorprendida con su postura sobre la lingüística.


Dice, sin reparos, que ésta se observa, se analiza y se ve. Dado que es
estructuralista parte de dos posturas: la primera el mentalismo, que se refiere a
la interpretación y comprensión mediante fenómenos psíquicos, que me deja
pensando en la lengua y su característica social y antropológica. La segunda
es el mecanicismo, el lenguaje automático, que si bien no me queda muy claro,
sigue la corriente conductista.

Bloomfield al igual que Saussure se interesa por la lengua y no por el


habla. Que me recuerda a “la gran falacia”, esto de darle más importancia a lo
escrito que a la oralidad. Creo que si bien no es lo mismo, tiene mucho que ver.
En lo personal, creo que la lengua es un ser vivo que está en constante
cambio, y este cambio se manifiesta a primera instancia en la oralidad,
después se nota en la escritura. Por lo tanto es igual de importante el habla que
la lengua.

Por su parte Trubetzkoy, que fue el principal participante del Círculo de


Praga junto con Jakobson, empieza a interesarse por la fonología y la fonética
y aporta diversas ideas a este tema. Con su definición de fonema nos deja en
claro que no sólo una imagen acústica perteneciente a la faz del significado
sino que es una unidad distintiva de la palabra. Dice que cada palabra se
conforma de tantos fonemas como sea necesario y en un orden que le permita
distinguirse de otra palabra.

Ya desde los antiguos griegos se empezaba a vislumbrar el significado


de fonema y debo admitir que no tan alejado de lo que hoy conocemos como
fonema. Esto quiere decir que hasta nuestros días las enseñanzas de estos
personajes griegos y demás, influyen de manera directa a nuestros estudios.

Truvetzkoy también se atreve a dividir los estudios de la lingüística y


esta división me parece acertada, además de reconocer que en la actualidad
se siguen distinguiendo estas ramas. Habla de la semántica; la fonología, que
define como la ciencia que estudia los sonidos de la lengua; la fonética, que es
la ciencia que estudia los sonidos del habla, junto con su definición de fonema,
que aclara como la unidad mínima distintiva no significativa.

Todas sus aportaciones han sido importantes para la historia de la


lingüística, que incluso Jakobson, su colega, se atrevió a decir que fue la mayor
inteligencia de esta ciencia.

Por su parte Jakobson, que muchos, consciente e inconscientemente


conocemos, ha sido un parteaguas para la lingüística y para el desarrollo de
esta. Si bien, muchos de sus estudios y aportaciones hacen mucho ruido
actualmente, en su momento no sonaban tan descabellados. Se dio a la tarea
de diseñar un esquema de la comunicación. Y a su vez su vez estableció las
funciones del lenguaje. Sin embargo, al día de hoy se tienen muchas
objeciones sobre este esquema y las funciones que contiene, pues muchas de
las cuestiones que implica la comunicación no quedan dentro de él.

Algo que llama mucho mi atención sobre las ideas de Jakobson es el


decir que la lengua como sistema funcional ha de tenerse en cuenta en el
estudio de los estados de lengua pasados, puesto que éstas evolucionan con el
tiempo o se deterioran. Por lo tanto, Jakobson habla de no separar estas
lenguas y de sentar unas sobre las otras, a manera de tener una guía de lo que
son y lo que fueron.
Jakobson era una persona muy interesada en la literatura y dedicó la
mayor parte de su vida académica a ésta. También era una persona muy
metódica, y decía que el procedimiento es el único héroe de la literatura. Y
sinceramente, esto es algo en lo que concuerdo con él. Por tanto que
queramos creer que la literatura es inspiración divina, hay en ella una cualidad
que la hace requerir de un método para poder funcionar.

Por otro lado, hablando de Hjelmslev me sorprendió con su aporte sobre


la “glosemática” que habla de la lengua como un fin en sí misma y no como el
medio.

La glosemática debe servir para analizar todas las lenguas naturales,


dice Hjelmslev. Para mí, esta idea suena un poco extraña ya que creo que
todas las lenguas son diferentes y no considero que haya lenguas naturales ya
que todas parten del acto social. Además, puede resultar contra producente
sólo estudiar la forma y no centrarse en absoluto por la función. Aunque debo
admitir que aún no me queda muy claro todo esto de la glosemática.

En fin, cada uno de estos personajes me parecen interesantes, aunque


difiera en algunas de sus ideas. Sin embargo, eso me agrada ya que pasa lo
mismo con el lenguaje, con la lengua, la oralidad y la escritura. Con forme cada
uno de nosotros cambiamos y nos adaptamos a nuestro entorno, estas
estructuras van cambiando. También pasa lo mismo con las ideas de los
lingüistas o de cualquier estudioso que se centre en una ciencia, ya sean
exactas o no.

Espero la retroalimentación de Bloomfield y de Hjelmslev para


comprender un poco más sobre ellos y poder seguir con estas reflexiones que
no me llevan a ningún lado pero que están haciendo más interesante mi
cuarentena. Quizá al terminarse este periodo pueda hablar de ellos y de sus
aportes sin un signo de interrogación en la cara.
Ana Dariela López Chacón, 26 de marzo del 2020

También podría gustarte