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Apellidos y nombre: Morales Antrás, Álvaro

Opción 3. ¿debe un abogado liquidar IVA y tributar por IRPF por servicios
gratuitos prestados a amigos y familiares?
En el presente caso encontramos con una compañera que de forma ocasional
condiciona los honorarios al resultado del pleito, dando lugar a una consulta que
resuelve dos cuestiones en torno a dos impuestos. La cuestión se plantea en torno a la
prestación gratuita de servicios a un amigo o familiar y a sus efectos sobre el IVA y el
IRPF.
En relación al IVA, la SG se ubica dentro de la estructura de la prestación de
servicios, en concreto, sobre el autoconsumo de servicios.
Entiende por ello sujeta la prestación a título gratuito a amigos y familiares, por
tratarse de una operación asimilada vía art. 12.3 LIVA. Nos hallamos, pues, en un
supuesto de autoconsumo externo, lo que produce al sujeción.
Cuestión distinta sería aquella en que, como indica, ocasionalmente vincula el
cobro de honorarios al resultado del pleito. En caso de no percibir dichos honorarios,
nos encontramos ante la provisión de un servicio que responde a una estrategia
comercial de la empresa, correspondiendo con sus fines y, por tanto, no calificable
como autoconsumo por no encontrarse sujeta.
Por tanto, nos encontramos que para la SG la prestación a título gratuito a un
amigo o familiar que no puede pagar los honorarios es un caso típico de autoconsumo,
sujeto y no exento a IVA.
Respecto al IRPF, responde al hecho imponible y el art. 28.4 establece una regla
de cálculo que admite prueba en contrario, pero que optará por el valor de mercado
en caso de que el servicio sea gratuito o el precio notoriamente inferior.
Como comentario a la cuestión, cabe señalar en primer lugar la procedencia de
ambos gravámenes a la luz de la interpretación del principio de capacidad económica
por parte de la doctrina del Tribunal Constitucional, pues nos hallamos en un caso de
manifestación de riqueza y la consecuente exigencia lógica de “buscar la riqueza allí
donde la riqueza se encuentra” que preceptúa el artículo 31 CE.
En este sentido, resulta manifiesto en la consulta que el amigo o familiar “no
puede satisfacer sus honorarios”, situación ante la que, sin embargo, el ordenamiento
jurídico prevé la justicia gratuita. De esta forma, permite a la abogada vincular el cobro
de los honorarios al resultado del pleito, de la misma forma que al cliente tener
acceso a los servicios jurídicos por dos vías que, en ninguno de los dos casos, le
supondrán un coste.
A partir de aquí, como propuesta de lege ferenda sería interesante el
reconocimiento de una exención a efectos de IVA, con base en la capacidad económica
del prestatario del servicio, para los casos en que el autoconsumo externo se realice
con un familiar directo, es decir, cónyuge y familiares hasta el segundo grado de
consanguinidad o afinidad (hijos, padres, hermanos, nietos, abuelos, cuñados, suegros
e hijos adoptivos). Es decir, que en caso de probar que el prestatario del servicio
jurídico sea familiar y no alcance determinados umbrales de renta, se podría plantear
dicha exención sobre el IVA, lo que presentaría sin embargo dudas en torno al principio
de igualdad en materia tributaria. Por tanto, se podría realizar una modificación en la
Ley 1/1996, de 10 de enero, de asistencia jurídica gratuita, para acoger la posibilidad
de elección en este caso excepcional.
Respecto al IRPF, me parece sin embargo acertada la decisión del legislador al
respecto.

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