Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Art 1 Marcha Intro PDF
Art 1 Marcha Intro PDF
ISSN: 1578-908X 45
a
Departamento de Medicina Física y Rehabilitación. Hidrología Médica. Facultad de Enfermería, Fisiotera-
pia. Universidad complutense de Madrid.
b
Escuela de Enfermería de la Cruz Roja Española. Universidad Autónoma de Madrid.
Departamento de Enfermería. Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Pología. Universidad Complutense de
c
Madrid.
* Autor de correspondencia E-mail: pmcasas@enf.ucm.es. Tel. 913947274.
Recibido: 02/02/2014
Aceptado: 03/04/2014
46 ACCIÓN PSICOLÓGICA, junio 2014, vol. 11, n.o 1, 45-54. ISSN: 1578-908X
cortical control on the innate neuromotor pat- 1992; Dal Molin, 1994; Metcalfe y Clark, 2000).
terns to develop different forms of locomotion Por este motivo, es imprescindible llevar a
until achieving independent gait. These ideas cabo en la valoración infantil una serie explo-
are not new but they are currently being re- raciones que permitan conocer en cada niño el
viewed and have encouraged numerous chan- desarrollo de las diferentes habilidades percep-
ges in the study of child development. Conside- tivas, cognitivas y motoras, ligadas al proceso
ring gait acquisition as a learning process in de maduración progresiva del sistema nervioso
changing situations allows to understand gait central (Portellano, 2007). Asimismo, resulta
as an action which involves the acquisition of necesario conocer la elaboración individual de
new knowledge and interaction capabilities. los diversos procesos a partir de las diversas
This paper summarizes the main body of experiencias vividas desde el nacimiento, dada
knowledge about this learning process and in- la importancia vital de la experiencia en el de-
tends to highlight gait alterations as indicators sarrollo infantil (Adolph, Vereijken y Shrout,
of development difficulties, requiring interdis- 2003; Joh y Adolph, 2006; Thelen, Schöner,
ciplinary assessment and therapeutic ap- Scheier y Smith, 2001; Zelazo, 1983).
proach.
Este trabajo tiene como objetivo exponer
Keywords: Gait; children; development; as- las diferentes teorías sobre el desarrollo de la
sessment. marcha infantil, que desde una perspectiva
histórica y también neurofisiológica pueden
subdividirse en tres corrientes claramente dife-
Introducción: Complejidad del patrón renciadas. A través de su lectura, el lector po-
drá comprender cómo desde una concepción
de marcha e implicaciones puramente neuromotora se han integrado co-
de su evaluación nocimientos y experiencias que conducen a
considerar la marcha como una actividad de
La marcha es una actividad altamente com- aprendizaje en situaciones de constante cam-
pleja por la dificultad para mantener el equili- bio. Por ello, resulta un excelente indicador del
brio que implica, lo cual requiere la considera- desarrollo de los sistemas perceptivos, cogniti-
ción de una gran cantidad de informaciones vo y motor, con influencia también de aspectos
relativas al propio cuerpo y al ambiente. Ade- emocionales y sociales (Adolph, 2008; Berger y
más, estas informaciones son cambiantes y de- Adolph, 2007). Las aportaciones recogidas en
ben ponerse en relación con las de referencia el presente trabajo invitan a destacar la impor-
para cada persona, a fin de resultar útiles para tancia de evaluar en todos los niños el patrón
el control motor (Adolph, 2008; Shumway- de marcha como indicador de posibles dificul-
Cook y Woollacott, 2007). tades en el desarrollo, para lo cual resulta fun-
Los sistemas motor y perceptivo se desa- damental conocer los procesos subyacentes a
rrollan en los niños de forma interdependiente, la organización y ejecución de la marcha y sus
a través de la exploración. De este modo, las posibles modalidades, que se exponen a conti-
diversas estructuras implicadas en el control nuación.
motor, tanto centrales como periféricas, expe-
rimentan un progresivo desarrollo y una inte-
gración funcional que da lugar a comporta- El desarrollo de la marcha infantil,
mientos cada vez más complejos y desde los patrones reflejos al control
coordinados (Bril y Ledebt, 1998; Zwart, Lede- voluntario
bt, Fong, De Vries y Savelsbergh, 2005). La al-
teración de uno de estos sistemas o de ambos y Desde el nacimiento del niño, cuando em-
la consecuente formación deficitaria del esque- pieza a patalear, comienza un período de unos
ma corporal podrían resultar factores limitan- doce meses en el que estos movimientos, apa-
tes para el desarrollo de un patrón de marcha rentemente indiferenciados, aleatorios y sin
correcto y adaptable (Assaiante y Amblard, objetivo, se transforman para permitir la apa-
ACCIÓN PSICOLÓGICA, junio 2014, vol. 11, n.o 1, 45-54. ISSN: 1578-908X 47
Se puede considerar entonces que el desa- (Brenière y Bril, 1998). Sin embargo, el control
rrollo de la marcha corresponde a un proceso de la cabeza, la integración de los parámetros
de aprendizaje progresivo para producir y mo- corporales y el desarrollo de ajustes posturales
dular fuerzas de propulsión y afrontar situa- anticipatorios necesitan de al menos 8 años de
ciones de desequilibrio dinámico durante el experiencia de marcha para desarrollarse y,
acto de caminar (Bril y Brenière, 1992). Este además, la experiencia de actividades de loco-
aprendizaje, estrechamente relacionado con la moción tiene un papel determinante en el con-
experiencia, puede realizarse a partir del pro- trol del movimiento de los miembros inferiores
gresivo control descendente, teoría demostra- y del equilibrio hasta, al menos, los 10 años de
da por algunos de los estudios ya mencionados edad (Assaiante y Amblard, 1996; Hirschfeld y
y también por la progresiva disminución en los Forssberg, 1992; Ledebt y Brenière, 1994; Le-
niños de la variabilidad de la posición del pie debt, Bril y Brenière, 1998; Roncesvalles, Woo-
durante la fase de balanceo al caminar en una llacott y Jensen, 2001). En este proceso largo y
cinta de marcha, relacionada con la madura- progresivo, el control postural antigravitatorio,
ción del control corticoespinal de los músculos el equilibrio y la coordinación de movimientos
dorsiflexores del pie (Petersen, Kliim-Due, Far- requieren una considerable integración de los
mer y Nielsen, 2010). En relación con estos componentes sensoriomotores junto con la in-
conceptos, también el desarrollo de una mar- tención motivacional para conducir el movi-
cha con choque de talón a partir de la marcha miento, con las funciones superiores gober-
con el apoyo preferente de la punta del pie se nando dicha respuesta (Clark et al., 1988;
considera el resultado de adaptaciones postu- Leonard, 1990).
rales y motoras a partir del desarrollo central
(Forssberg, 1985; Kamm et al., 1990).
En cuanto a la evolución de este control Integración entre percepción y acción
central, Bril y Brenière establecieron un proce-
so de adquisición de la marcha en dos fases; la Como se ha expuesto anteriormente, el de-
primera corresponde al aprendizaje de los re- sarrollo motor temprano se produce a partir de
querimientos posturales de la marcha, de 3 a 6 una organización prefuncional en el sistema
meses después del comienzo de la locomoción nervioso central del niño para el movimiento,
independiente, y la segunda, que dura varios mediante patrones neuromotores elementales,
años, está destinada a un fino ajuste de la mar- con un alto grado de estereotipia, que se acti-
cha que se estabiliza hacia los 7-8 años, edad van bajo condiciones específicas en todos los
en la que el control del desplazamiento del niños. Estos patrones elementales representan
centro de gravedad y el patrón de activación movimientos complejos primordiales que
muscular adulto son completos (Bril y Breniè- anuncian la posterior aparición de actividades
re, 1992; Bril y Ledebt, 1998; Cavagna, Fran- más desarrolladas, como arrastrarse, gatear,
zetti y Fuchimoto, 1983; Ledebt, Bril y Wiener- sentarse y caminar (Figura 1). De este modo,
Vacher, 1995). Posteriormente las mismas los patrones neuromotores innatos están orga-
autoras determinaron que la capacidad postu- nizados ya desde antes del nacimiento, propor-
ral necesaria para controlar el equilibrio con la cionan un sustrato a partir del cual se desarro-
musculatura de los miembros inferiores no se llan los movimientos controlados y favorecen la
consigue antes de los 4-5 años de marcha inde- ejecución de patrones de movimientos rítmi-
pendiente, es decir, a los 5-6 años de edad cos, tanto en el tiempo como en el espacio.
50 ACCIÓN PSICOLÓGICA, junio 2014, vol. 11, n.o 1, 45-54. ISSN: 1578-908X
Pero aunque estos patrones primitivos racción recíproca entre las características del
marquen el comienzo de algunos actos moto- entorno y sus demandas, las necesidades del
res, en conjunto, el desarrollo motor depende niño y el desarrollo sensoriomotor, que propi-
de otros factores tales como la biología, el cia la evolución constante del comportamiento
comportamiento y el entorno del niño, pues a partir de acontecimientos externos o genera-
éste responde en cada momento a las deman- dos por el propio niño (Figura 2). Por ejemplo,
das y características del exterior y del propio se ha referido que las informaciones recibidas
cuerpo, combinadas entre sí (Adolph y Avolio, al asumir una postura vertical podrían fomen-
2000; Angulo-Kinzler, Ulrich y Thelen, 2002; tar el interés del niño en eventos distantes y
Fogel y Thelen, 1987; Kamm et al., 1990; Leo- proporcionarle la motivación para dar sus pri-
nard, 1990). Existe constantemente una inte- meros pasos independientes (Zelazo, 1983).
ACCIÓN PSICOLÓGICA, junio 2014, vol. 11, n.o 1, 45-54. ISSN: 1578-908X 51
Desde mediados de la década de los 80, el 1998). A partir de estos presupuestos teóricos,
estudio de la adquisición de las habilidades mo- se ha demostrado que diversas informaciones
toras ha experimentado un renacimiento bajo sensoriales pueden generar desde etapas tem-
una nueva corriente que enfatiza la naturaleza pranas los cambios en la estrategia motora,
multicausal, fluida, contextual y auto-organiza- condicionados por las variaciones del entorno y
da del cambio del desarrollo, la unidad de la del propio cuerpo. La exploración permite el
percepción, acción y cognición y el papel de la control prospectivo de la marcha desde los pri-
exploración y selección de informaciones y es- meros pasos, aunque su control adaptativo re-
trategias en la aparición de nuevos comporta- quiere de un largo proceso de aprendizaje de la
mientos (Thelen, 1995). A la vez que la transi- relación entre la información percibida y las
ción a la marcha independiente produce consecuencias para el control del equilibrio
cambios significativos en la forma en que los ni- (Adolph, 2008; Adolph y Avolio, 2000; Adolph,
ños se relacionan con su entorno, este hito del Eppler, Marin, Weise y Wechsler, 2000; Berger y
desarrollo se concibe como un proceso de inte- Adolph, 2007; Joh y Adolph, 2006; Lam, Wolst-
gración durante el cual el niño tiene que apren- enholme y Yang, 2003). Este proceso de apren-
der a ajustar las sinergias posturales para man- dizaje puede estar limitado por la capacidad
tener el equilibrio en las fases dinámicas de cognitiva (Leonard, 1990; Zelazo, 1983), ade-
apoyo mono y bipodal (Bril y Ledebt, 1998; más de por un déficit en la recogida de una o
Clearfield, Osborne y Mullen, 2008). Para ello, varias modalidades sensoriales o la dificultad en
todas las aferencias que recibe han de diferen- su integración (Williams et al., 2010).
ciarse y seleccionarse previamente, especial- En conjunto, durante el desarrollo infantil
mente en situaciones de conflicto sensorial en se produce un progresivo control de los distin-
las que la información no es congruente, proce- tos sistemas implicados en la marcha, que
so en el que resulta fundamental el desarrollo promueve una evolución del patrón de marcha
de cada modalidad, pues los cambios en uno o en el que la experiencia ha demostrado ser el
más de los sistemas sensoriales podrían subya- factor con mayor influencia, lo que apoya la
cer a los cambios comportamentales que ocu- teoría del aprendizaje instrumental (Adolph et
rren durante el desarrollo motor (Bril y Ledebt, al., 2003; Joh y Adolph, 2006; Zelazo, 1983).
52 ACCIÓN PSICOLÓGICA, junio 2014, vol. 11, n.o 1, 45-54. ISSN: 1578-908X
to walk. Neurosci Biobehav Rev Neuroscience & I. The effects of posture on spontaneous kic-
Biobehavioral Reviews, 22(4), 555-563. king. Journal of Motor Behavior, 26(4), 303-312.
Cavagna, G. A., Franzetti, P. y Fuchimoto, T. (1983). Joh, A. S. y Adolph, K. E. (2006). Learning from
The mechanics of walking in children. Journal falling. Child Dev, 77(1), 89-102.
of Physiology 343, 323-339. Kamm, K., Thelen, E. y Jensen, J. L. (1990). A dina-
Clark, J. E., Whitall, J. y Phillips, S. J. (1988). Hu- mical systems approach to motor development.
man interlimb coordination: The first 6 months Physical Therapy, 70, 763-775.
of independent walking. Developmental Psycho- Lam, T., Wolstenholme, C. y Yang, J. F. (2003). How
biology, 21, 445-456. do infants adapt to loading of the limb during
Clearfield, M. W., Osborne, C. N. y Mullen, M. the swing phase of stepping? Journal of Neuro-
(2008). Learning by looking: Infants’ social physiology, 89, 1920-1928.
looking behavior across the transition from Lamb, T. y Yang, J. F. (2000). Could differents di-
crawling to walking. Journal of Experimental rections of infant stepping be controlled by the
Child Psychology, 100, 297-307. same locomotor central pattern generator? Jour-
nal of Neurophysiology, 83, 2814-2824.
Cooke, D. W. y Thelen, E. (1987). Newborn step-
ping: A review of puzzling infant co-ordination. Ledebt, A. y Brenière, Y. (1994). Dynamic implica-
Developmental Medicine & Child Neurology, tions of anatomical and mechanical parameters
29(3), 399-404. in gait iniciation process in children. Human
Movement Science, 13, 801-815.
Cherng, R. J., Liang, L. Y., Chen, Y. J. y Chen, J. Y.
(2009). The effects of a motor and a cognitive Ledebt, A., Bril, B. y Brenière, Y. (1998). The build-
concurrent task on walking in children with up of anticipatory behaviour. An analysis of the
developmental coordination disorder. Gait & development of gait iniciation in children. Expe-
Posture, 29, 204-207. rimental Brain Research, 120(1), 9-17.
Dal Molin, G. (1994). Il cammino: studiarlo per Ledebt, A., Bril, B. y Wiener-Vacher, S. (1995).
poterlo rieducare [Gait: study to be able to re- Trunk and head stabilization during the first
educate]. Riabilitazione e apprendimento, 3/4, months of independent walking. NeuroReport,
153-162. 6, 1737-1740.
Leonard, E. L. (1990). Early motor development
Fogel, A. y Thelen, E. (1987). Development of
and control: Foundations for independent wal-
early expressive and communicative action.
king. In G. L. Smith (Ed.), Gait in Rehabilita-
Reinterupting the evidence from a dynamic
tion. Clinics in Physical Therapy (pp. 121-140).
systems perspective. Child Development, 23, 747.
New York: Churchill Livingstone.
Forssberg, H. (1985). Ontogeny of human locomo-
Metcalfe, J. S. y Clark, J. E. (2000). Sensory infor-
tor control. I. Infant stepping, supported loco-
mation affords exploration of posture in newly
motion, and transition to independent locomo- walking infants and toddlers. Infant Behavior &
tion. Experimental Brain Research, 57, 480-493. Development, 23, 391-405.
Hirschfeld, H. y Forssberg, H. (1992). Development Petersen, T. H., Kliim-Due, M., Farmer, S. F. y Niel-
of anticipatory postural adjustements during sen, J. B. (2010). Childhood development of
locomotion in children. Journal of Neurophysio- common drive to a human leg muscle during
logy, 68, 542-549. ankle dorsiflexion and gait. Journal of Physiolo-
Ivanenko, Y. P., Dominici, N., Cappellini, G. y gy, 588(Pt 22), 4387-4400.
Lacquaniti, F. (2005). Kinematics in newly wal- Portellano, J. A. (2007). Neuropsicología infantil.
king toddlers does no depend upon postural sta- Madrid: Síntesis.
bility. Journal of Neurophysiology, 94, 754-763.
Roncesvalles, M. N. C., Woollacott, M. H. y Jensen, J.
Jensen, J. L., Schneider, K., Ulrich, B. D., Zernicke, L. (2001). Development of lower extremity kine-
R. F. y Thelen, E. (1994). Adaptative dynamics tics for balance control in infants and young chil-
of the leg movement patterns of human infants: dren. Journal of Motor Behavior, 33(2), 180-192.
54 ACCIÓN PSICOLÓGICA, junio 2014, vol. 11, n.o 1, 45-54. ISSN: 1578-908X
Schneider, K., Zernicke, R. F., Ulrich, B. D., Jensen, theory of infant perseverative reaching. Journal
J. L. y Thelen, E. (1990). Understanding move- of Behavioral and Brain Science, 24(1), 1-34.
ment control in infants through the analysis of Thelen, E., Ulrich, B. D. y Niles, D. (1987). Bilateral
limb intersegmental dynamics. Journal of Motor coordination in human infants: stepping on
Behavior, 22(4), 493-520. a split-belt treadmill. Journal of Experimental
Shumway-Cook, A. y Woollacott, M. H. (2007). Mo- Psychology: Human Perception and Performance,
tor Control: Translating Research Into Clinical 13(3), 405-410.
Practice. Philadelphia: Lippincott Williams y Williams, C. M., Tinley, P. y Curtin, M. (2010).
Wilkins. Idiopathic toe walking and sensory processing
Sundermier, L., Woollacott, M. H., Roncesvalles, N. disfunction. Journal of Foot and Ankle Research,
y Jensen, J. (2001). The development of balance 3, 16-20.
control in children: comparisons of EMG and Yang, J. F., Lam, T., Pang, M. Y. C., Lamont, E.,
kinetic variables and chronological and develop- Musselman, K. y Seinen, E. (2004). Infant step-
mental groupings. Experimental Brain Research, ping: a window to the behaviour of the human
136, 340-350. pattern generator for walking. Canadian Journal
of Physiology andPharmacology, 82, 662-674.
Thelen, E. (1995). Motor development. A new
synthesis. American Psychologist, 50(2), 79-95. Zelazo, P. R. (1983). The development of walking:
New findings and old assumptions. Journal of
Thelen, E. y Cooke, D. W. (1987). Relationship bet- Motor Behavior, 15(2), 99-137.
ween newborn stepping and later walking: A
new interpretation. Developmental Medicine & Zelazo, P. R. y Leonard, E. L. (1983). The dawn
Child Neurology, 29(3), 380-393. of active thought. In K. W. Fisher (Ed.), Le-
vels and Transitions in Children’s Development
Thelen, E., Kelso, J. A. S. y Fogel, A. (1987). Self- (pp. 37-50). San Francisco: Jossey-Bass.
organizing systems and infant motor develop-
Zwart, R., Ledebt, A., Fong, B. F., De Vries, H. y
ment. Developmental Review, 7, 39-65.
Savelsbergh, G. J. P. (2005). The affordance of
Thelen, E., Schöner, G., Scheier, C. y Smith, L. B. gap crossing in toddlers. Infant Behavior & De-
(2001). The dynamics of embodyment: a field velopment, 28, 145-154.