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Territorios 37 / Bogotá, 2017, pp.

17-40
ISSN: 0123-8418
ISSNe: 2215-7484

Ciudades y conflictos en América Latina: ayer, hoy, mañana (II)

Capitalismo, refundación y conflicto.


La disputa por el espacio-tiempo urbano
en Córdoba, Argentina
Capitalism, Refoundation and Conflict. The Dispute for Urban
Space-time in Cordoba, Argentina
* Licenciada en Comuni-
Capitalismo, refundação e conflito. A disputa pelo espaço-tempo cación Social, doctoranda
con mención en Ciencias
urbano em Córdoba, Argentina Sociales y Humanas. In-
tegrante del programa
de Ideología y Prácticas
Sociales en Conflicto del
Cecilia Michelazzo* Centro de Investigaciones
y Estudios sobre Cultura
Katrina Salguero Myers** y Sociedad (ciecs) de la
Universidad Nacional
de Córdoba y el conicet.
Docente de la Facultad de
Ciencias de la Comuni-
cación, Universidad Na-
cional de Córdoba. Áreas
de estudios: juventudes,
segregación urbana, sen-
sibilidades sociales, acción
Recibido: 30 de abril de 2016 colectiva, conflicto social.
Aprobado: 12 de abril de 2017 Correo electrónico: cecilia-
michelazzo@hotmail.com
Doi: http://dx.doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/territorios/a.4833 ORCID: http://orcid.
org/0000-0001-5624-9786
** Licenciada en Comu-
Para citar este artículo: nicación Social, maes-
Michelazzo, C., & Salguero, K. (2017). Capitalismo, refundación y conflicto. La disputa por el espacio-tiempo tranda en Comunicación
urbano en Córdoba, Argentina. Territorios, (37), 17-40. Doi: http://dx.doi.org/10.12804/revistas.urosario. ⇒
edu.co/territorios/a.4833

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Resumen
Palabras clave En el presente artículo analizaremos las dinámicas de la disputa por el espacio-tiempo urbano
Segregación, clases en la ciudad de Córdoba, Argentina. Para ello estudiamos el caso de dos barrios lindantes con la
sociales, conflicto, zona céntrica de la ciudad: Alberdi y San Vicente. Unidos ambos por ser lugares históricos, con
ordenamiento urbano, diversidad étnica, social y económica; estos territorios están actualmente en una disputa por la
experiencias sociales. definición de las modalidades y actores que pueden vivir en ellos.
En el vasto campo de estudios urbanos, hemos situado nuestros intereses e interrogantes en
las maneras en que Córdoba ha sido modificada por la convergencia de políticas públicas e inter-
venciones privadas que reordenan el espacio en sentido clasista.
Analizaremos, así, los procesos de refundación temporal y espacial de estos barrios que los
actores “desarrollistas” y empresariales han iniciado, en convergencia con las políticas públicas y
los conflictos que se desenvuelven con los habitantes que intentan defender un modo de vida en
el territorio.
Pretendemos preguntarnos por las lógicas de reproducción del capital en las ciudades peri-
féricas y por las dimensiones materiales, significantes y sensibles que estructuran las experiencias
sociales posibles.

Abstract
Keywords In this article we will analyze the dynamics of the dispute that takes place for urban spacetime, in
Segregation, social class, the city of Cordoba, Argentina. For such a goal we will study the case of two neighborhoods that
conflict, urban order, border the downtown area of the city: Alberdi and San Vicente. Tied to each other for having
social experiences. a similar history, holding antique buildings, and for their ethnic, social and economic diversity;
these territories are currently in dispute regarding the definitions of the ways and actors that can
live in them.
In the vast field of urban studies, we have placed our interest and interrogations in the ways
that Cordoba has been modified by the convergence of public policies and private actions that
commands space in a class separation direction.
We will analyze the processes of time and space refoundation in these neighborhoods, started
by “urban developers” and corporate actors, in convergence with public policies, carrying conflicts
with the inhabitants that try to defend a certain way of life in the territory.
We examine the logics of capital in peripheral cities, and the material, signifying and sensible
dimensions that structure possible social experiences.

Resumo
Palavras-chave No presente artigo analisaremos as dinâmicas da disputa pelo espaço/tempo urbano na cidade de
Segregação, classes sociais, Córdoba, Argentina. Para isto estudamos o caso de dois bairros limitantes com a zona central da
conflito, ordenamento cidade: Alberdi e San Vicente. Unidos ambos os dois por ser lugares históricos, com diversidade
urbano, experiências étnica, social e econômica; estes territórios estão atualmente em uma disputa pela definição das
sociais. modalidades e atores que podem viver neles.

territorios 37
18 Cecilia Michelazzo, Katrina Salguero Myers

No vasto campo de estudos urbanos, temos situado os nossos interesses e interrogantes nas y Cultura Contemporánea.
maneiras em que Córdoba tem sido modificada pela convergência de políticas públicas e inter- Becaria conicet - unc .
venções privadas que reordenam o espaço em sentido classista. I­ntegrante del programa de
Analisaremos assim, os processos de refundação temporal e espacial destes bairros que os atores Ideología y Prácticas Socia-
“desenvolvimentistas” e empresariais têm iniciado, em convergência com as políticas públicas, les en Conflicto, Centro de
e os conflitos que se desenvolvem com os habitantes que tentam defender um modo de vida no Investigaciones y Estudios
sobre Cultura y Sociedad
território.
(ciecs) de la Universidad
Pretendemos perguntar-nos pelas lógicas de reprodução do capital nas cidades periféricas e Nacional de Córdoba y el
pelas dimensões materiais, significantes e sensíveis que estruturam as experiências sociais possíveis. conicet . Áreas de estu-
dios: segregación urbana,
conflicto social, clases, edu-
cación secundaria en ciu-
dades. Correo electrónico:
Introducción es también nodal: dónde estamos, cómo
katrimyers@hotmail.com
cabemos y nos ordenamos unos al lado ORCID: http://orcid.
Preguntarnos por la vida en las ciudades, de otros, por dónde circulamos las perso- org/0000-0001-5624-9786
sus conflictividades y sus transformaciones nas y los objetos de los que nos valemos 1
Córdoba es la segunda ciu-
significa preguntarnos por los rasgos, cam- para la reproducción social, qué formas dad con mayor población de
bios y tensiones que organizan los espacios, —materiales—, construimos para habitar, la Argentina, con 1 330 023
habitantes, según el Censo
tiempos y sentidos en los que la mayoría circular, pasear. Así, las reflexiones sobre Nacional de Población del
de los habitantes del mundo con-vivimos: las ciudades contemporáneas nos llevan a año 2010, está ubicada en
vivimos con otros y compartimos, o no, los interrogar temporal y espacialmente las el centro del país y es capital
bienes comunes que constituyen nuestras formas de ser/estar juntos, de ser/estar de la provincia homónima.
condiciones materiales de vida, sean na- en sociedad, en ciudades capitalistas en las
turales o socialmente producidos. Desde que “la luchas de clases” se expresa en la
la fundación de las reflexiones modernas desigual apropiación de, y disputa por,
sobre lo social, la pregunta ronda el cómo el espacio urbano, y en los sentidos que
y por qué convivimos y qué principios de- reproducimos en dichas prácticas.
berían ser los que ordenen esa convivencia En el presente trabajo vamos a analizar
y la “distribución” de los bienes comunes: el caso de la ciudad de Córdoba1 (Argen-
¿la libertad?, ¿la igualdad?, ¿la propiedad?, ¿la tina), en torno a dos barrios lindantes al
justicia?, ¿el merecimiento?, ¿el progreso? centro: barrio Alberdi y barrio San Vicente.
La dimensión temporal de la pregunta El caso propuesto al análisis nos permite
social es clave: cómo convivimos hoy, de reflexionar sobre lo particular y lo general
qué modelos y matrices venimos y cuáles en el debate sobre “lo urbano”. En lo par-
son las que estamos perfilando como ten- ticular, los casos presentan relevancia por
dencia a futuro. ¿Qué organiza el tiempo su densidad de análisis: actores, conflictos,
común?, ¿qué “carriles” y velocidades dis- relaciones diacrónicas con las transforma-
ponen o impiden choques y detenimientos? ciones en Córdoba y espacios en disputa.
La dimensión espacial de esta pregunta En lo general, develan ciertas dinámicas territorios 37
Capitalismo, refundación y conflicto 19
2
En el marco del progra- de la acumulación capitalista y de la orga- la planificación del transporte y la obra
ma de Ideología y Prácti-
nización clasista de la sociedad que enten- pública vial, como también las políticas
cas Sociales en Conflicto el
proyecto “Embellecimiento demos son relevantes para la construcción de seguridad (detenciones arbitrarias de
estratégico de la ciudad: de una mirada crítica. Así, recuperamos jóvenes de sectores populares que ingresan
identificación y caracteri- una premisa de Harvey, quien, retomando al centro, generación de cuerpos especiales
zación de patrones de circu- el pensamiento de Marx, sostiene no se de Policía para “prevención” y para “tu-
lación en Córdoba Capital”
dirigido por la Dra. Ma- puede explicar una formación social solo rismo”), políticas de fomento al turismo,
ría Belén Espoz Dalmasso desde las lógicas generales del capital, sino políticas culturales, entre muchas otras. Las
y codirigido por la Dra. que se deben estudiar sus particularidades investigaciones2 que venimos realizando
María Eugenia Boito de históricas sin abandonar esas leyes genera- dan cuenta de que el objeto central de las
Universidad Nacional de
Córdoba de 2014 a 2015. les inherentes al sistema de reproducción actuales políticas del gobierno provincial
Con anterioridad: “Urba- social (Harvey, 2012). y municipal, es la fragmentación del espa-
nismo estratégico, experien- En el vasto campo de estudios sobre cio en términos de circuitos particulares
cias de habitabilidad, cir- ciudades, hemos situado nuestros intereses estructurados por experiencias desiguales
culación y desplazamiento
en la ciudad. Indagación e interrogantes en las maneras contempo- de clase. De allí la referencia a los análisis
sobre vivencias/experiencias ráneas en que Córdoba ha sido modificada de Walter Benjamin sobre las reformas de
de las clases subalternas, por la convergencia de políticas públicas, Haussman en París en la noción de urba-
Córdoba (2012-2013)” que, asociadas con intervenciones privadas, nismo estratégico (Boito, 2 013; Boito &
dirigido por la Dra. Ma-
ría Eugenia Boito y codi- reordenan el espacio en sentido clasista. Espoz, 2 014a; Boito & Espoz, 2014b)
rigido por la Dra. María Cuando decimos esto, hablamos de que la que enfatiza la intencionalidad política
Belén Espoz Dalmasso; unión entre carne y piedra en las urbes —es de los diseños urbanos en miras a ocluir
“Urbanismo estratégico y decir entre cuerpos, personas y materialida- la emergencia del conflicto social y regular
segregación clasista. Identi-
ficación y descripción de al-
des que delimitan los espacios y trayectos, las interacciones entre clases.
gunas imágenes y vivencias accesos e interacciones posibles, en senti- Empezaremos reconociendo las trans-
de las alteridades de clase en do de Sennett (2003)— se relaciona con formaciones y disputas puntualizadas en
el espacio urbano cordobés.” distintas políticas para las clases sociales, este trabajo, ubicándolas en el marco de
dirigido por la Mg. María
Eugenia Boito, de 2010 a
orientadas (en sentido hegemónico) hacia un proceso urbano mayor de refundación
2011 y “Subjetividades y la segregación socio-espacial. Se trata, desde de espacios, tiempos y experiencias, para
contextos de pobreza. De- nuestra lectura, de políticas deliberadas luego detallar características de los barrios
construcción de políticas ha- de separación de los sujetos según clase que otorguen densidad al caso propues-
bitacionales en el traslado
de familias a las nuevas ciu-
y de reducción de instancias de encuen- to. Por último, presentamos un análisis
dades/barrio de Córdoba” tro entre clases. Esta políticas ocupan un que atraviesa y es atravesado por el río
dirigido por la Dra. Ana amplio espectro que va desde políticas de Suquía y por la circulación de personas y
Levstein y codirigido por la ordenamiento residencial (planes habita- mercancías; ambos como síntomas de las
Lic. María Eugenia Boito
de 2005 a 2006.
cionales, normativas de edificación y de transformaciones estudiadas y de la fluidez
tipologías por sector, acuerdos con gru- y de la direccionalidad de las dinámicas
pos empresarios legalizados por la figura capitalistas contemporáneas.
territorios 37 de “Convenios Urbanísticos”, etc.) hasta
20 Cecilia Michelazzo, Katrina Salguero Myers
La estrategia metodológica ha seguido secundarias: informes y trabajos de inves- 3
En el marco del proyecto de
transferencia de resultados
ese mismo recorrido de aproximaciones tigadores locales, documentos de políticas
de investigación “Territo-
y distanciamientos sucesivos y comple- públicas urbanas, información de la prensa rio, convivencia e identi-
mentarios. Aproximaciones a los sentidos gráfica y publicidades de emprendimientos dad en Alberdi” dirigido
y experiencias de los sujetos que habitan inmobiliarios4. Procuramos de esta manera por María Eugenia Boito,
los barrios y distanciamientos para com- “captar” las particularidades que asume avalado y financiado por
el Ministerio de Ciencia y
prenderlas en sus atravesamientos por las la operatoria de la acumulación capitalista y la Tecnología de la provincia
dinámicas estructurales del capital; apro- segregación en el espacio urbano cordobés, de Córdoba.
ximaciones a las acciones de resistencia y desde aquel doble enfoque que nombrába- 4
Como mencionábamos
conflictividad y distanciamiento para reco- mos: reconociendo tanto las dimensiones anteriormente, este trabajo
nocer los discursos y acciones hegemónicas “macro” del fenómeno, como las viven- integra un abordaje colec-
tivo mayor, en algunos de
que con ellas se tensionan; aproximación cias, materialidades y prácticas concretas y cuyos resultados parciales se
a los cuerpos vivos y distanciamiento para situadas que organizan este estar juntos/ ha profundizado en diver-
leer los flujos de capitales. separados en la ciudad. sas fuentes, y también en las
En este artículo vamos a referenciar experiencias de actores que
habitan otros sectores de la
principalmente datos construidos mediante 1. Barrios San Vicente y Alberdi: ciudad: desde 2005 sobre el
la observación participante en las reunio- refundados en el orden urbano plan habitacional “Mi Ca-
nes y actividades públicas e internas de sa, Mi Vida” y focalizando
las dos organizaciones que articulan la Resulta difícil hablar de estos barrios co- en algunas de las ciudades
barrio resultantes del mis-
disputa por el territorio en los barrios re- mo pasibles de ser fundados. Ambos, San mo, inclusive sobre villa
feridos: Multisectorial Defendamos Alber- Vicente y Alberdi, son barrios lindantes La Maternidad, la única
di, durante 2014 y 2015, Red de Vecinos al centro de la ciudad, antiguos lugares villa (de más de ochenta)
y Asociaciones de San Vicente, durante residenciales con huellas de esa historia: que resistió el “traslado”,
ubicada en “la entrada” de
2015 y 2016, pero también entrevistas en casonas viejas, familias “tradicionales”, fá- San Vicente. Luego anali-
profundidad con informantes claves —co- bricas y talleres de principios del siglo pa- zando transformaciones en
rredores inmobiliarios con actuación en la sado, que les valen el nombre de “barrios la zona céntrica y edificios
zona, habitantes “históricos”, participantes pueblo” (ver figura 1). Estos barrios cor- públicos en el marco de los
festejos por el Bicentenario
de dichas organizaciones y referentes de dobeses cuentan con historiadores propios, de Independencia (2010),
instituciones de los barrios—. En el caso relatores del pasado común y anécdotas barrios periféricos construi-
de Alberdi se contó con información sis- que unieron a los residentes y los unen dos por ayuda mutua en
tematizada a partir de una serie de talleres al presente: corsos, huelgas, estudiantes, cooperativas asistidas por
otras políticas de vivienda
que se organizaron en conjunto con la terratenientes, clubes, molinos, río. en los 90, barrios pericen-
Multisectorial Defendamos Alberdi sobre ¿En qué sentido decimos que San trales sometidos a diversos
los ejes comunicación y cultura barrial, or- Vicente y Alberdi son “refundados” en- niveles de “gentrificación”
ganización y participación, migraciones y tonces? Como bien Derrida nos recuerda entre ellos Alberdi y San
Vicente, también Güemes
convivencia3. Dicho trabajo de campo de (1997) la posibilidad misma de aconteci- ⇒
orientación socio-etnográfica se comple- miento tiene siempre algún rasgo de con-
menta con el análisis de datos de fuentes servación y alguno de fundación. ¿De qué y territorios 37
Capitalismo, refundación y conflicto 21

y San Martín y la villa El Figura 1. Córdoba y sus “barrios pueblo”
Tropezón que ha venido
sufriendo varias etapas de
intentos de desalojo por una
obra vial de gran escala. La
opción metodológica es prin-
cipalmente cualitativa,
retomando y constando la
convergencia de resultados
con análisis demográficos y
de indicadores como permi-
sos de construcción, exten-
sión de suelo urbanizado,
etc. de otros trabajos (como
Marengo, 2013, Molinatti,
2013; Capdevielle, 2014;
Peralta & Liborio, 2014).
El trabajo socio-etnográfico
—observación participan-
te, entrevistas en profundi-
dad, encuentros expresivos
creativos— se complementa
con análisis de políticas pú-
blicas urbanas (Plan Di-
rector de Córdoba 2020,
lineamientos del IPLAM —
Instituto de Planificación
del Área Metropolitana—,
el programa habitacional
“Mi Casa, Mi Vida”) en-
tre las que incluimos las
de Seguridad y Turismo, Fuente: Gentileza de Ailen Suyai Pereyra, sobre plano de la Municipalidad de Córdoba (2016).
su presentación mediática
y publicidad de empresas
constructoras. sobre qué puede construirse, fundarse y o de transformar relaciones de derecho,
acontecer como disrupción “lo nuevo” y en consecuencia de presentarse como
sino de lo que previamente existe? Sea en teniendo derecho al derecho” (Derrida,
su negación, en su ocultamiento, en su 1997, p. 90). Luego continúa: “esa violen-
destrucción o en su reconocimiento; el cia es ciertamente legible, incluso inteligi-
acontecimiento emerge del continuo del ble, puesto que no es extraña al derecho”
tiempo como refundación, como naci- (p. 90). Así, el autor argelino-francés ex-
miento sancionado y siempre arbitrario de plica la aporía del acontecimiento: lo que
algo que ya había nacido. “El Estado tiene al fundar lo nuevo es solo inteligible si se
miedo de la violencia fundadora, esto es, conserva lo antiguo para su interpretación.
territorios 37 capaz de justificar, de legitimar (begrüden)
22 Cecilia Michelazzo, Katrina Salguero Myers
En este sentido, toda fundación de un ­ articularidades localizadas de dicho pro-
p 5
En un sentido distinto,
Benjamin señala el ínti-
nuevo orden —social, urbano, de inteligi- ceso, es un concepto que reinstala la polí-
mo lazo entre la construc-
bilidad, etc.— supone, hasta cierto punto, tica en el debate sobre lo urbano. Consta- ción y la destrucción, al
la destrucción creativa: la destrucción del tamos, al igual que los autores citados, que proponer que quien quiere
régimen anterior, de lo existente, de lo los desplazamientos, recambios poblacionales crear siempre destruye; hay
visible, de lo presente5 para la refunda- y procesos de renovación de ciertos espacios un momento de barbarie
como limpieza del terreno
ción de lo novedoso, siempre con algún benefician a las clases dominantes —que para la generación de lo
escombro de pasado. En nuestro análisis reservan para sí “las mejores ubicaciones”, nuevo. Sin embargo aquí
de las ciudades, este proceso de destruc- pero también “las mejores inversiones” —y siguiendo con Benja-
ción creativa se da, en el ordenamiento que garantizan el incremento de su ca- min— la destrucción como
catástrofe con relación a las
urbano, en un sentido clasista. Implica en pital— en detrimento de las dominadas, condiciones de existencia y
términos generales, que los borramientos, sobre las cuales se ejercen distintos tipos las posibilidades vitales de
relocalizaciones forzosas, desplazamientos de violencias. los miembros de las clases
y desposesiones se producen para las cla- En Argentina, algunas de esas manifes- subalternas, es construida
y percibida como un simple
ses sociales subalternas; mientras que las taciones concretas y situadas de la lucha de “dato” mediante procesos de
relocalizaciones volitivas, la acumulación clases y de los —emparentados— procesos mediatización que se des-
de capital y el desenvolvimiento de zonas de de gentrificación se han organizado en tor- tinan a la “ciudadanía”.
placer y de libertad se dan para otras. no a villas y asentamientos precarios rebe- 6
También Janoshka & Se-
¿En qué sentido hablamos, entonces, lados contra sus relocalizaciones/desalojos quera (2014) analizan las
tramas entre securitización
de ordenamiento clasista del espacio urba- ya sean compulsivos o “consensuados” a y gentrificación.
no? En un sentido materialista, ­situado y través de algún plan habitacional. Otras
relacional —puesto que clases refiere, ne- se dieron, también, en torno al rechazo
cesariamente, a lucha de clases—. La perti- de los vecinos a recibir esos nuevos habi-
nencia epistémica y política de esta noción, tantes “relocalizados”. Otros conflictos
en su desigual atravesamiento de los grupos se expresan en torno a la posibilidad de
y los sujetos empíricos y al expresarse en circular por el espacio público, las calles,
conflictos de maneras novedosas, requiere el centro (en relación a las detenciones
de la escucha y de la visión atenta para con- arbitrarias de la Policía a los jóvenes de
siderar las condiciones de observabilidad de sectores subalternos)6. En otros casos se
estas formas/contenidos de lo conflictual. dan por la conservación de edificios his-
Esta desigual y situada existencia de tóricos y por la defensa del patrimonio
grandes conceptos como lucha de clases cultural de sus barrios, pero también por
está en sintonía con lo que otros autores la conservación de sus espacios de vida con
plantean sobre, por ejemplo, la gentrifica- ciertas características.
ción. En esta dirección proponen Janosh­ Es este último el caso que abordamos
ka & Sequera (2014) una rearticulación aquí, siendo el de dos barrios de la ciudad
crítica del concepto gentrificación para de Córdoba que presentan rasgos históri-
América Latina puesto que, a pesar de las cos, geográficos y demográficos similares: territorios 37
Capitalismo, refundación y conflicto 23
7
Mencionaremos brevemen- Alberdi y San Vicente. Estos territorios de íconos identitarios de cada barrio. En
te algunas características
sociales se configuran como espacios en el caso de San Vicente, fue la resistencia a
de las acciones colectivas que
expresan este conflicto en los disputa. La “refundación” es, entonces, la demolición de la casona del Sindicato
barrios analizados, que no la sanción de un “nuevo barrio” acorde, de Conductores de Trenes “La Fraterni-
son objeto específico de este claro está, a las necesidades del capital. dad”, en 2009; en Alberdi, fue la oposi-
trabajo, pero sin embargo Esta refundación no deja de ser conflictual ción a la demolición de la chimenea de la
entendemos que expresan
rasgos y dinámicas del y siempre abierta. antigua Cervecería Córdoba, en 2010.
conflicto por el espacio, que La disputa adquiere, solo de a momen- Ambos grupos se formaron por la resis-
exceden los barrios referi- tos, los rasgos y las dinámicas de “protesta tencia a un acontecimiento emergente: el
dos y sus objetos de protesta social”, mediante acciones que instalan en “¡Alto!”, “¡Ya Basta!”, “Paren de demo-
e intervención.
las calles recursos expresivos que impugnan ler”. La voluntad colectiva de detener el
8
Es interesante la reivin-
dicación de un “tiempo” los impactos de las tendencias socioeconó- avance del proyecto desarrollista, el deseo
común, en el caso de Alber- micas y sociourbanas que modifican la vida de irrumpir en el desarrollo “pacífico” del
di, en la marcha con que barrial. Pero esta disputa se hace visible a modelo hegemónico de ciudad, unifica
cada año se conmemora la través de diferentes modalidades que evi- ambos procesos.
demolición de la chimenea
de la antigua Cervecería dencian cierta experiencia y expectativa de Con numerosas diferencias entre sí,
en 2016 se hizo “sonar” el clase que oscila entre mantener/modificar los objetivos de estas organizaciones con-
silbato de la fábrica, soni- en un sentido distinto a las mencionadas vergen, sin embargo, en la voluntad de
do presente en los recuerdos tendencias, la vida en el territorio7. Por lo sostener/promover una “forma de vida de
y relatos de muchos de los
habitantes del barrio.
dicho, el objeto del conflicto se caracteriza barrio”, un objetivo difuso, pero claramen-
también por la indefinición, al ser configu- te opuesto a la privatización de la vida de
ración en proceso; presente tensionado en los complejos cerrados de departamentos
resultantes de la disputa social. Sin embar- y asociado a la reivindicación de lo común:
go, el principal eje de conflictividad es la espacios comunes8, públicos, de encuentro,
resistencia a esta refundación del territorio el patrimonio arquitectónico, histórico y
de vida. Esta se manifiesta más claramente cultural, la posibilidad de participar en las
en la obstrucción colectiva-corporal de decisiones sobre la planificación del barrio
demoliciones, pero hunde sus raíces en que habitan y la posibilidad de continuar
procesos aún más complejos que rechazan habitándolo, frente a formas más o menos
la refundación significante del barrio y las veladas de expulsión, desde desalojos a
experiencias que hacen posibles; y que se casas de inquilinato, alquiladas por piezas
expresan en la voluntad de “seguir siendo a inmigrantes de países limítrofes a causa
barrio”. de la venta de dichos inmuebles para su
La Red de Vecinos y Asociaciones de demolición y posterior edificación, típi-
San Vicente y la Multisectorial Defenda- camente en Alberdi, hasta la expulsión
mos Alberdi surgen de la voluntad co- “light” (Carman, 2011b) mediante el au-
lectiva de detener el avance y la violencia mento de impuestos, servicios y precios de
territorios 37 “desarrollista” expresada en la demolición los bienes que se comercializan.
24 Cecilia Michelazzo, Katrina Salguero Myers
Estos dos grupos, constituidos como Figura 2. Volante producido por la Multisectorial Defendamos Alberdi
actores en conflicto, tienen reuniones se-
manales, agendas comunes de actividades,
proyectos e intervenciones en el espacio
público. Algunas acciones son defensivas,
cuando se trata de amenazas o ejecuciones
de demolición o desalojo, en las que no
solo se pone el cuerpo sino que se movi-
lizan todos los recursos legales y técnicos
disponibles. Otras acciones, en cambio,
son propositivas, destinadas a revitalizar
aquello común que se reivindica: inter-
venciones artísticas en el espacio público
—cine al aire libre, organización en festejos
de carnaval—, murales, reparación o cons-
trucción de plazas, “canchitas”, recorridos
o caminatas por los hitos del patrimonio
histórico del barrio, propuestas de talleres
y actividades con vecinos, etc. En ambos
casos se busca cuestionar en el sentido co-
mún las ideas de “progreso” y “desarrollo”
y los vínculos anónimos, deshistorizados y
mercantilizados entre vecinos. Cuestionan,
así, las matrices de sentido que legitiman y
dan sustento a las intervenciones públicas
y privadas desarrollistas, incluso la abso-
luta potestad de los propietarios de los
inmuebles para demoler o construir, ya sea
dentro o fuera de la normativa, entendien-
do que todo lo precedente afecta el “bien
común” del barrio (ver figura 2). En esta
disputa las organizaciones han emprendido
y emprenden proyectos comunicacionales,
revistas como La Chimenea en Alberdi y Fuente: Multisectorial Defendamos Alberdi (2016).

el Portal de San Vicente, blogs, Facebook,


programas de radio semanales como “La San Vicente, visitas guiadas en autobús o
Chimenea” en Alberdi o “Vecinos en Red” a pie para difundir la historia del barrio,
en la Radio Comunitaria la 5ta Pata, en entre muchas otras. territorios 37
Capitalismo, refundación y conflicto 25
A pesar de las diversas, intensas y crea- tradicionales (casonas, fábricas, etc.) y con
tivas acciones de resistencia, el avance del ello el borramiento de las condiciones ma-
negocio inmobiliario no se ha detenido en teriales que permitían ciertas maneras de
sus acciones de despojo y ocupación terri- significar y vivir en el barrio, así como la
torial. El rol del Estado es fundamental: presencia de actores/clases que van desa-
adaptando normativas, incumpliendo el pareciendo, expulsados o desalojados de
deber de defender incluso lo que sí está maneras más o menos sutiles, más o me-
reconocido legalmente como “patrimo- nos explícitas, más o menos dulcificadas,
nio”, negociando con los inversores “re- “alienados” de la posibilidad de habitar/
tribuciones” ad hoc para suplir las faltas circular por estos escenarios.
legales, como obligándolos a conservar la Como hemos mencionado, sobre es-
fachada de un edificio antiguo para demo- tas demoliciones de lo “tradicional”, se
lerlo, permitiendo la destrucción de otro construyen edificios o complejos de apar-
inmueble bajo la promesa de instalación tamentos, pensados principalmente como
de un “museo del barrio” o “espacios cul- “inversiones”. Constituyen unidades ha-
turales” de distinto tipo. En este sentido bitacionales y espacios de consumo para
existen más leyes que protegen las facha- clases altas, que modifican las maneras de
das que a los ocupantes desalojados. Cabe vivir/sentir/habitar y tramar las memorias
decir, sin embargo, que la mayoría de los individuales y colectivas con las vivencias
desalojos ocurren en la invisibilidad y sin del presente.
mayores resistencias, puesto que se trata Los cambios clasistas para la reproduc-
de grupos empobrecidos o inmigrantes, ción del capital son materiales; pero esto
a veces indocumentados. De más está de- no solo se objetiva en los edificios que se
cir, por otro lado, que sobre “lo común”, derrumban o los nuevos que se construyen
sobre la “forma de vida de barrio” no hay sobre los escombros, sino también en la
legislación que la defienda. naturaleza sensible de las prácticas de los
Las transformaciones en barrio San sujetos que viven o dejan de vivir en ellos,
Vicente y Alberdi (lejos de ser exclusivas en los haceres y sentidos de quienes habitan
de la ciudad de Córdoba) exponen el lugar y circulan; en lo que se facilita o se prohíbe
de lo urbano como el tiempo y el espacio hacer en los lugares “refuncionalizados”.
para la reproducción ampliada del capital Es, al fin de cuentas, la resemantización de
(Harvey, 2004). Allí, el reordenamiento la vida en el territorio lo que está en pugna.
hegemónico intenta imponer nuevas for- En líneas generales, el hecho de cons-
mas de apropiarse del espacio, como mer- tituirse como una zona atractiva para los
cancía acumulable, desplazando a las y los inversores, ser barrios con importante pa-
habitantes. La expresión más clara de esto trimonio histórico y arquitectónico de la
en los casos estudiados es, como veníamos ciudad y tener una población heterogénea
territorios 37 refiriendo, la destrucción de edificaciones tanto en términos étnicos como de ­grupos
26 Cecilia Michelazzo, Katrina Salguero Myers
económicos9, se traduce en diversas ex- tos ­habitantes de los barrios, la identidad 9
“Entendemos que existen
territorios en la ciudad de
presiones de conflictividad. Cada eje de barrial y la memoria colectiva.
Córdoba que se construyen
conflictividad puede ser, además, ambiguo: A pesar de sus similitudes, el desarrollo en la co-presencia de suje-
el patrimonio arquitectónico, histórico, inmobiliario ha sido desigual entre ambos tos que habitan condiciones
es un valor identitario defendido por las barrios: en Alberdi el avance de la ciudad socio-económicas disímiles,
organizaciones, pero es también un va- “refundada”, “embellecida” está mucho y se distinguen en sus diná-
micas y configuraciones de
lor agregado para el mercado, un “plus más consumado que en San Vicente. En- las «comunidades valladas»
cultural” que atrae inversores y desarro- tendemos que esto se debe a dos dimen- (Harvey, 2008). Esta ca-
llo turístico. En convergencia con lo que siones del espacio: cómo se relaciona cada tegoría intenta construir
han señalado Thomasz (2014) y Carman barrio con el centro, por un lado, y a dónde lugares conceptuales desde
los cuales estudiar los espa-
(2011b) para ciertos barrios porteños, a nos lleva atravesarlo, por otro. Alberdi pre- cios urbanos que no pueden
veces el argumento cultural y patrimo- senta una continuidad geográfica fluida con entenderse como cerrados y
nial se vuelve en contra de los habitantes la zona céntrica: todas las calles que corren homogéneos” (Salguero,
de sectores subalternos. Bajo el discurso de este a oeste por el centro de la ciudad 2015, p. 204).
legitimante de “recuperación” para “la llevan hacia Alberdi. Pero además, la Ave-
10
Como ocurre también,
veremos más adelante, con
ciudad” de su patrimonio cultural10, se nida Colón es un corredor que conecta el el río como “patrimonio” en
los despoja de su territorio y se convierten centro con la zona oeste y noroeste, que es este caso “natural”.
las “fachadas” en piezas de conservación un área de gran crecimiento poblacional y
o museo, que además aumentan el valor de desarrollo de emprendimientos habita-
de la mercancía “barrio” nombrada ahora cionales y comerciales para clases altas, así
como “ubicación”. como camino a countries y barrios cerrados
De este modo la lógica del patrimonio de distinto tipo, puesto que en esa zona
(revitalizada como tendencia en nuestra comienzan las sierras.
ciudad por los menos durante la última San Vicente, en cambio, presenta hoy
década) encuentra coincidencias profundas un desarrollo inmobiliario significativa-
con la racionalidad del turismo (en la que mente menor. Por la doble dimensión que
también coinciden Estado/Mercado) y, en proponíamos, San Vicente colinda con el
cierta manera, puede ser interpretada como centro hacia el este y se conecta solo por la
la materialización de una visión museística confluencia del Boulevard Perón y la calle
de la cultura que prioriza “pasado/con- Agustín Garzón. Esta área fue fuertemen-
servación” para el consumo antes que la te intervenida por el Estado y el Mercado
“creatividad del presente cultural” que desde 2004: por el desalojo de villa La
actualizan los habitantes de los barrios. Maternidad y la construcción de la nueva
Se plantean así ciertas ambivalencias en terminal de ómnibus y complejos comer-
torno al sentido del patrimonio, pues- ciales y habitacionales. Sin embargo, la villa
to que mientras es objeto de apropiación nunca pudo ser desalojada del todo por la
como valorizador y como adorno para el resistencia de un grupo de sus habitantes y
mercado y el turismo; condensa para cier- no se pudo concretar la destrucción de los territorios 37
Capitalismo, refundación y conflicto 27
11
Frase de un corredor in- rasgos y las dinámicas que particularizan pasa por Alberdi, el Centro y luego San
mobiliario de la empresa
la vida de las clases subalternas en la zona. Vicente —todos al sur del río—. Resulta
Silvestre, de barrio San
Vicente. Pero además, en la segunda dimensión re- un hilo conductor de los espacios bajo
lacional que proponíamos, “San Vicente análisis, pero además se constituye como
no lleva a ningún lado”11: como corredor síntoma de dos tendencias urbanas en re-
de circulación, San Vicente lleva a barrios lación a la naturaleza y los espacios verdes:
humildes y villas de Córdoba. en un caso se lo ha trabajado como lugar
a revalorizar, como espacio de goce y co-
2. El río como dimensión de nexión con lo natural-deseado (ver figuras
disputa y como síntoma 3 y 4); en el otro, el río es su antítesis: el
basural irregular pero permitido, el lugar
El río Suquía atraviesa la ciudad de Cór- del abandono, el lugar del tránsito veloz
doba de oeste a este. En ese recorrido, y en actitud de huida (ver figuras 5 y 6).

Figura 3. Torres del Río. Emprendimiento inmobiliario a la vera del río Suquía

territorios 37 Fuente: Grupo ESMAR (2016).

28 Cecilia Michelazzo, Katrina Salguero Myers


Figura 4. Río Suquía en la zona céntrica 12
Isla en el río en la que se
realizan ferias y que con-
centra mucha de la activi-
dad recreativa de la zona;
lugar también de encuentro
de la comunidad peruana
los días domingo.
13
En Espoz, Michelazzo &
Sorribas (2010) presenta-
mos un análisis de la cons-
trucción mediática de este
valor en las páginas insti-
tucionales de los principa-
les “desarrollistas urbanos”
de la ciudad y en el diario de
mayor tirada en la provin-
cia. En Boito & Michelazzo
(2014) analizamos cómo
las referencias a lo “verde”
o lo “natural” aparecen
entre los principales valo-
res que los habitantes de las
ciudades barrio otorgan a
los espacios que elegirían
Fuente: Nicolás Bravo (2013). para vivir, que consideran
los más lindos de la ciudad
En el caso de Alberdi (así como del ­rentables ­emprendimientos inmobiliarios y los que eligen para pasear,
Centro y también más hacia el oeste), el con el valor agregado de la vista al río, en a partir de una encuesta
realizada en 2013.
río Suquía viene siendo objeto de inter- un momento en que se valora y publicita el 14
Sobre el plan “Mi Casa,
venciones orientadas al “saneamiento” y “retorno a lo natural” en las opciones habi- Mi Vida” que implementó
“recuperación” por parte de los sucesivos tacionales ofrecidas por el mercado13. Pero el gobierno provincial desde
gobiernos desde el retorno de la democra- las posibilidades de vivir en contacto con el 2003 como política expul-
cia (década del ochenta), que implicaron “verde”, la naturaleza y el río se reservan sógena y segregacionista
hemos trabajado en pro-
desplazamientos y traslados de las pobla- a quienes puedan sostener económica- fundidad. Ver por ejemplo
ciones populares asentadas en sus orillas. mente la rentabilidad de los “desarrollos”, a Boito & Espoz (2014a;
En un primer momento se construyó una donde ya los habitantes históricos fueron 2014b) y Boito & Miche-
vía rápida de circulación de automóvi- trasladados compulsivamente a la perife- lazzo (2014).
les, la Avenida Costanera. Entre esta y ria, vía plan habitacional a gran escala14.
el río se parquizaron algunos sectores, Mientras que el análisis que realiza María
entre ellos “La isla de los patos”12, en Al- Carman (2011a) para el caso de las zonas
berdi. En los primeros años de este siglo ribereñas de Buenos Aires, hace énfasis en
se permitieron construcciones en altura los usos de la “cuestión ambiental” para
en los márgenes, habilitando grandes y configurar conflictos por el espacio urbano, territorios 37
Capitalismo, refundación y conflicto 29
Figura 5. Viejas fábricas abandonadas en San Vicente urbanas a disposición —casa, recreación,
circulación—.
Si las clases más altas se mudan a “la
naturaleza” en los countries y barrios pri-
vados de la periferia —movimiento favo-
recido también por la construcción de
vías rápidas de acceso en automóvil— los
sectores económicos medios y medios-altos
encuentran en los grandes complejos a ori-
llas del Suquía, el contacto con “lo verde”
sin alejarse del centro.
Una mirada sobre estas operatorias
Fuente: Elaboración propia (2014).
de “recuperación” del río —tal es la de-
en este caso “la naturaleza” se presenta nominación oficial— nos permite notar
directamente como plus a las mercancías de manos de quién se “recupera” y para

Figura 6. Avenida Costanera en San Vicente

territorios 37 Fuente: Elaboración propia (2014).

30 Cecilia Michelazzo, Katrina Salguero Myers


quiénes es lo recuperado. En ese sentido tacionales y edificios en altura, se pueden
podemos destacar un conflicto desatado en ver basurales y viejos edificios de fábricas
barrio Alberdi los primeros días de junio abandonadas.
de 2015: la Municipalidad arrasó con una San Vicente fue, durante parte del
canchita de fútbol comunitaria ubicada a s. XX, un importante polo de talleres y
metros del puente Tablada, en el marco ­pequeñas fábricas (D’Amico, 2008), que
del “rediseño” y ampliación de la Aveni- con las transformaciones neoliberales de los
da Costanera Ramón Mestre. Vecinos y últimos cuarenta años dejaron de existir. El
vecinas del lugar, con apoyo de la Multi- polo económico de la zona no se concentra
sectorial Defendamos Alberdi, cortaron ya en la producción y manufactura, sino en
la calle tres días consecutivos sin obtener la comercialización: la calle San Jerónimo
ninguna respuesta de las autoridades mu- es un centro comercial de relevancia, con
nicipales. Los miembros de esta instancia comercios, entidades bancarias y depen-
de resistencia y lucha colectiva reclamaron dencias públicas de todo tipo.
su derecho a participar de las decisiones Entendemos que ambas formas de
en torno a las modificaciones en su barrio relación con el río Suquía, desde la po-
(“Vecinos reclaman contra la demolición lítica urbana estatal y privada, resultan
de una cancha”, 2015). Finalmente, los convergentes: el uso/consumo de la na-
funcionarios municipales se presentaron y turaleza embellecida como derecho acce-
firmaron un compromiso de reconstruir la sible a ciertos grupos socioeconómicos;
canchita, modificando unos metros tanto el ­padecimiento/huida de la naturaleza
su ubicación inicial como el proyecto de abandonada y contaminada para otros.
ensanchamiento de la avenida. En este sentido, es posible reconocer
Este hecho de protesta expresa una de una tendencia clara respecto al acceso al
las direccionalidades que organiza la acción hábitat y a la naturaleza según posibilida-
colectiva en este escenario urbano: de lo des económicas: para los grupos más aco-
que se trata es de mantener “el modo de modados, un hábitat renovado y lleno de
vida barrial”. opciones mercantiles para ser consumidas;
En el caso de San Vicente, el río pre- la naturaleza como entorno protegido y
senta una lógica de apropiación y des- embellecido para el ocio y el disfrute. Para
valorización opuesta pero convergente. los grupos empobrecidos, el hábitat es una
Desde el final de la zona céntrica, el curso política compulsiva y la naturaleza es un
de agua cordobés está abandonado de la entorno hostil e inhabitable.
política pública: no cuenta con márgenes, En la línea de reflexiones que veni-
ni parquización, ni iluminación; la avenida mos proponiendo y que retomaremos en
Costanera como vía rápida que costea el el apartado siguiente, el río como recurso
río Suquía está en terribles condiciones. En común cobra existencia y habilita el en-
sus márgenes, en lugar de complejos habi- cuentro y experiencias de placer cuando territorios 37
Capitalismo, refundación y conflicto 31
está asociado a la producción de valor, de refundación necesita del abandono de lo
ganancia de algún tipo. En este caso, al re- no-rentable y la Red de Vecinos intentó su
valorizar áreas para la inversión inmobiliaria transformación en espacio de uso vecinal.
y para el comercio de alquileres, el río y
su entorno son revitalizados, iluminados, 3. Tránsito turístico y tránsito de
“recuperados”. En los casos en que eso consumo. El capital “ordena”
no sucede, en que el espacio no genera
riquezas inmobiliarias, ni comerciales, ni Además del rol de la naturaleza como ele-
de tránsito —porque ya habíamos visto mento valorizador o desvalorizador del
que “no lleva a ninguna parte”— la natu- espacio urbano, agregamos una dimensión
raleza es abandonada de toda regulación que ya Foucault (2011) en sus clases com-
e inversión. piladas en el libro Seguridad, territorio y po-
Una experiencia de acción colectiva blación desarrollaba: la íntima vinculación
en este contexto se desarrolló en el 2011, entre ciudades, seguridad y circulación.
cuando la Red de Vecinos de San Vicente El problema de la circulación en sentido
junto a otros actores de la zona, cons- amplio implica para Foucault el “despla-
truyeron una plaza en la vera del río y zamiento, intercambio, contacto, forma
realizaron una obra de arte en el puente de dispersión y también de distribución”
Yapeyú —que cruza el río Suquía unien- (p. 85). Afirma que el problema entonces
do San Vicente y Yapeyú—. En este caso, es ¿cómo deben circular o no circular las
la intervención actuaba sobre la ausencia cosas? Esto incluye cuerpos, mercancías,
estatal, sobre la degradación del espacio alimentos, ideas, enfermedades, etc.
natural y de lo público. En el mundo moderno, y particular-
Podríamos concluir, en este sentido, mente en la vida urbana, el tránsito de
que para los actores hegemónicos —el personas y de mercancías define la dinámica
Estado y las empresas desarrollistas— la general del consumo y abastecimiento de
naturaleza existe como pieza para la repro- las industrias, las tendencias migratorias, la
ducción del capital o no existe. Sin embar- “seguridad” mundial y local, etc. En este
go, para quienes habitan esos territorios, sentido, mirar las dinámicas de circulación
todo existe aunque no haya acumulación en la ciudad nos acerca a conocer más del
de capital. La refundación conflictiva de la orden de la vida urbana. Al interrogar las
que hablábamos adquiere, en este sentido, formas de ser/estar en las urbes y los en-
manifestaciones diferenciales que no por cuentros/desencuentros que se proponen,
ello niegan su efectividad: en Alberdi la las vías de tránsito son claves.
refundación del vínculo con el río Suquía Venimos trabajando, además, una hi-
requería el borramiento del espacio de jue- pótesis: la circulación hoy se relaciona con
go popular “de potrero” y la Multisectorial experiencias subjetivas de velocidad, de no-
territorios 37 logró su relocalización; en San Vicente la
32 Cecilia Michelazzo, Katrina Salguero Myers
implicamiento, de fugacidad, de circular la sociabilidad y apropiación del espacio
y no detenerse. (público/compartido) urbano.
Por ello, proponemos repetir el ejer- De la misma manera podemos obser-
cicio de análisis y mirar ahora las vías de var en las publicidades de las empresas las
circulación y las experiencias posibles en imágenes de esta privatización de la vida,
el tránsito por los barrios propuestos. El vida puertas adentro, siempre protegida.
caso de Alberdi, se presenta como una La noción de entorno de clase y círculo de
refundación turística del espacio. Esto pro- encierro que venimos trabajando, expresa
pone un tránsito y circulación ordenado su pertinencia:
por la contemplación del turista: distante,
desimplicado, observador de algo que le La construcción de entorno/clasista/requie-
es anónimo, hermoso y ajeno. Pero ade- re de determinadas condiciones de realiza-
más, y para muchos de los habitantes —no ción, que fundamentalmente implican una
turistas— de complejos habitacionales de modificación de la experiencia; es decir, y
Alberdi, la circulación misma se desalienta en primera instancia como hemos visto ya,
por la construcción de entornos de encierro. una remodelación de espacio y tiempo como
Un empresario define la zona dicien- vectores que enmarcan y modelan aquello
do: “Un millón de m2 de desarrollos en que vivenciamos. En cuanto al espacio, la
más de cincuenta y cinco torres, será la condición inicial y fundacional es lo que
postal obligada de Córdoba” (“Iniciaron Virilio denomina el vaciamiento de la calle.
la obra de nueve mil millones de pesos”, Para precisar: entornos enclasados requie-
2014, párr. 8). Caído en desuso el co- ren de la reorganización del alojamiento/
rreo, una postal es una imagen para que desalojamientos de las clases en el territorio
se lleve el turista visitante; una especie urbano (Boito, 2013, p. 199).
de souvenir visual propio del capitalismo
en su fase espectacular, en su operatoria Las imágenes con que se publicitan
en territorios neocoloniales (Scribano & estos complejos habitacionales son expre-
Boito, 2010). Estos empresarios, que se sivas de las experiencias a las que disponen:
atribuyen el hecho y derecho de hacer la círculos de encierro voluntario, entornos
ciudad, la proyectan como imagen para el “sin afuera”, puesto que lo necesario y lo
turista, pero no solo para el que viene a deseable está al alcance de la mano. Así,
“vacacionar” sino que de alguna manera todas las opciones posibles, como narra
proponen y disponen formas de estar en uno de los spots, “estar, no estar, quedarme,
la ciudad para sus habitantes: contribu- irme” (Bestard & Checchi, 2014a) , que-
yen a establecer un tipo de experiencia dan incluidas en la posibilidad de residir y
que tiene más que ver con pasar-tomar consumir en un complejo cerrado, ya que,
imágenes-mirar que con la posibilidad de como se alegra el protagonista de otro de
territorios 37
Capitalismo, refundación y conflicto 33
los spots, “¡afuera no hay nada!” (Bestard Por allí transita el transporte urbano de
& Checchi, 2014b). pasajeros. Por allí se concentran los locales
En San Vicente el espectáculo para la comerciales y administrativos, las ferias de
experiencia del turista no resulta la fuerza ropa y los puestos de películas, verduras y
ordenadora de los espacios y los cuerpos tortillas. Por esa calle están las plazas pú-
como lo es en Alberdi. No hay “belleza” blicas y, por todo ello, circula la mayoría de
para el mercado, ni objeto para publicitar las personas. Para ellas, el capital propone
en las enormes cartelerías. De hecho: no el consumo de mercancías diarias, ofertas
hay enormes cartelerías. En este sentido, de camas, bolsas de golosinas, sillas caño,
San Vicente no pudo ser “refundado” de ropa de bebé, zapatillas y electrodomésti-
la manera en que lo fue Alberdi. cos. Un consumo a baja escala de vivien-
El desplazamiento de grupos sociales da y de vidrieras. Es este consumo el que
para la construcción de un entorno clasista ordena la circulación por la zona: fugaz,
se consuma, aunque con miras a sectores de desencontrada, individual, que dirige las
menores recursos. En las ciudades del ca- miradas hacia los márgenes del espacio
pital, todos tienen un espacio y un rol que público marcado por las vidrieras: todos
ocupar. Si entendíamos que la segregación miran para afuera, a donde están los objetos
urbana se materializaba enclasando cuer- deseados en exposición, no hacia adentro,
pos en sectores delimitados del espacio; el donde están la otras personas, los vecinos.
espectáculo, el comercio, la circulación y De lo que antes era un polo de pe-
la destrucción creativa se adecúan al nivel queñas industrias, San Vicente se tornó
de reproducción del capital esperable para un polo comercial con emprendimientos
estos grupos humanos. inmobiliarios de baja gama. Esos empren-
Se cuentan, en San Vicente, alrededor dimientos junto a la valorización comercial
de veinticinco construcciones nuevas de y a la inversión pública y privada en cier-
edificios. La más alta, sobre la calle San tas áreas del barrio, lo sitúan dentro y no
Jerónimo, cuenta con solo ocho pisos. Los fuera de las tendencias contemporáneas de
nuevos edificios en San Vicente están lejos reordenamiento urbano.
de los complejos enrejados con spa y fa- El embellecimiento, la “puesta en va-
chada natural o de antigüedad que Alberdi lor”, la “recuperación” del espacio en la
ofrece. Sintomáticamente, San Vicente se ciudad, han implicado siempre restricción
vio poblada de una publicidad llamativa y control sobre la circulación. El sector pri-
en diciembre de 2015: una invasión de vado avanza sobre los espacios públicos co-
ofertas para demoliciones. mo espacios de consumo. Avanza también
La calle San Jerónimo es la columna sobre el patrimonio tangible, demoliendo,
vertebral del barrio, pero también de la ocultando, transformando edificaciones
zona que involucra a diez barrios más y de valor histórico y arquitectónico. Es un
territorios 37 uno de los polos de pobreza más grandes. leitmotiv de este cruento proceso de con-
34 Cecilia Michelazzo, Katrina Salguero Myers
formación de ciudades como espectáculo puede ser destruido o transformado. Todo 15
“And if various move-
ments of an analogous kind
turístico y como círculo de consumo la eso es, para el autor inglés, “lo común”.
can be found elsewhere, it is
inclusión de proyectos para la creación de Las ciudades son, así, una producción not simply out of some fealty
“centros culturales”, “museos” o “centros común y necesariamente social. Emergen, to Lefebvre’s ideas but preci-
comerciales” con toque de antigüedad. en ellas, actores de clase que materializan sely because Lefebvre’s ideas,
Como explica María Carman (2011b), “se la disputa en el presente. Tal como hace like theirs, have primarily
arisen out of the streets and
reivindica el patrimonio para todos pero se una década en Córdoba esa conflictividad neighborhoods of ailing ci-
altera la naturaleza social de sus habitan- estaba protagonizada por el gobierno pro- ties” (Harvey, 2012, p.
tes” (p. 266). Se trata del más clásico —y vincial y las villas desalojadas; hoy están XII).
burdo— ejercicio de trabajo ideológico: en el centro de la disputa los grupos em- 16
Esta idea se plasma tam-
se propone como universal lo que en la presariales desarrollistas y los grupos de bién en las publicidades de
las empresas y en los videos
práctica implica la posibilidad para algunos vecinos de barrios “tradicionales” como institucionales de la cá-
particulares —siempre determinados por la San Vicente y Alberdi. El objeto de la con- mara empresarial que las
posición de clase en la estructura social—. tienda parece ser la vida misma, compren- agrupa ( ceduc ), como
dida como modo de vida, y regulada por hemos analizado en Espoz,
Michelazzo & Sorribas
Conclusiones sobre el capitalismo las condiciones urbanas de reproducción (2010) Es particularmen-
en las ciudades: el desalojo, social (vivienda, servicios, espacios verdes, te significativa una pu-
la refundación, la ganancia circulación, cultura, identidad). blicidad de GAMA S.A.,
Julieta Capdevielle (2013) reconstruye donde lo que se muestra es
un recorrido por un paisaje
Como habitantes de las ciudades, nada de cómo los empresarios se relatan así mis- en apariencia desierto, en
lo que analizamos desde el rol de cientistas mos y muestra, a través de entrevistas en medio del cual la empresa
nos resulta del todo ajeno. Ni los cuerpos profundidad a los desarrollistas urbanos, construye y funda “de la na-
regulados ordenados, ni las expropiaciones cómo “las empresas se adjudican explícita- da” una ciudad completa
de torres.
de tiempo y espacio, ni las experiencias de mente su (legítima) capacidad de intervenir
lo masivo y lo anónimo, ni los circuitos en las decisiones públicas sobre el uso del
cerrados de circulación, ni el refugio en espacio sustentado en un conocimiento
la naturaleza embellecida, ni la huida de la específico del que el resto de la pobla-
naturaleza abandonada. ción está desprovisto” (Capdevielle, 2013,
Al decir de Harvey (2012), son las p. 12). Asimismo, la investigadora analiza
ideas que emergen en las calles y los barrios cómo las empresas más grandes —las que
de las doloridas urbes las que dibujan los manejan más recursos y realizan proyectos
trazos más gruesos sobre qué son y debe- de mayor envergadura, las que acceden a
rían ser nuestras ciudades y, sobre todo, los “convenios urbanísticos” para construir
la vida en las ciudades15. No sería, así, la más allá de la normativa— conciben su ac-
genialidad de algún autor sino la vida en la cionar como “hacer ciudad”, “transformar
ciudad y los intereses contrapuestos los que ciudad”, “reformar la ciudad”, “generar
definen sus batallas, los que marcan lo que un punto de inflexión en la trama ­urbana”,
merece ser defendido y abandonado, lo que etc.16. Decíamos que estas transformacio- territorios 37
Capitalismo, refundación y conflicto 35
nes intentan refundar los espacios: sancio- Es en la tensión entre valor de uso y valor
nar la llegada de algo nuevo, que no esta- de cambio de la tierra, la vivienda, la ciu-
ba, y así construir con lo viejo un “nuevo dad y no en la categorización de inquilinos
tiempo en un nuevo espacio”. o propietarios o grupos medios o bajos,
Sin embargo, la producción y la apro- donde reconocemos la lucha de clases en
piación de lo común, como hemos visto, y por la ciudad. Es, de este modo, en la
se presenta como parte de la lucha de cla- relación conflictiva entre la reproducción
ses. Por eso, reconocimos que en las ex- vital y su contradicción con la acumulación
periencias de resistencia nombradas de la de capital y el embellecimiento estratégi-
Multisectorial Defendamos Alberdi y de la co, donde radica la disputa. La coyuntura
Red de Vecinos de San Vicente, de lo que económico-política y los múltiples facto-
se trata es de con-mover el marco formal res que confluyeron en la última década y
(ideológico) de los derechos individuales/ media para trazar la sobreacumulación; la
privados, subvertir la lógica de derecho reproducción ampliada del capital en las
anónimo y genérico, del valor cambio de ciudades a través de la construcción de
las cosas; instituyendo una mirada del es- viviendas suntuarias para sectores de altos
pacio vital en su valor de uso, del tiempo ingresos; los desalojos que se necesitaron
como detenimiento, y lo común como para realizar tales construcciones y las re-
todo aquello que puede ser producido sistencias dispersas que se generaron en
como tal. aquel contexto; los mercados locales para
En esta línea, la pregunta por “los grupos diferenciales; la trama de identida-
comunes” en Harvey (2012) nos devuel- des y lógicas de acción y organización ba-
ve a la crítica radical de la revoluciones rriales; son todas líneas de fuerza que hacen
burguesas que hiciera Marx en La cuestión la ciudad hoy. Es dentro de esas relaciones
judía: “Ninguno de los llamados derechos y atravesada desigualmente por el conflic-
del hombre sobrepasa, pues, al hombre to capital-trabajo en que la apropiación-
egoísta, al hombre tal como es, miembro desposesión-significación-destrucción de
de la sociedad civil, al individuo cerrado los comunes se dirime.
sobre sí mismo, reducido a su interés pri- Como suele sucedernos en la búsque-
vado y a su arbitrio particular, separado da de la comprensión crítica del mundo,
de la comunidad” (Marx, 2005, p. 40). volvemos a Marx para pensar los límites
Estas impugnaciones a la semantización de lo pensable y volvemos también a su
de la ciudad y los derechos, como ten- explicación del funcionamiento del capital:
dencias existentes en el espacio/tiempo aquel recorrido que partía de un D-M (di-
presente, pueden actualizarse a partir de nero- mercancía) inicial; al que luego se le
identificar el carácter de relación —no de invertía una mercancía especial llamada FT
sustancia— del capitalismo en tanto lógica (fuerza de trabajo) junto a la Mp (materia
territorios 37 dominante que marca cuerpos y territorios. prima); para llegar a tener un D’-M’ mayor
36 Cecilia Michelazzo, Katrina Salguero Myers
a los anteriores. Y de ahí, la apropiación de ocultamiento. No hay magia alguna. 17
De esto tratan los Con-
venios urbanísticos, instru-
de la plusvalía y la explotación como con- Hay trabajo invertido y trabajadores, hay
mento legal que permite ne-
tracaras del proceso en términos clasistas. capitales diferenciales, poder y cuerpos gociar al Municipio con las
En la diacronía de lo social urbano en puestos a funcionar en pos de un objetivo. empresas constructoras para
Córdoba, podemos pensar en este circuito Así, la denominada sin vueltas “plus- realizar obras por fuera de
partiendo de los desalojos compulsivos valía urbana” no esconde nada, sino que se la normativa a cambio de
una "plusvalía urbana"
que garantizaron aquella mercancía/tierra manifiesta pornográficamente: por ejem- que la empresa paga al Es-
originaria; en la fuerza de trabajo invertida plo, cuando se construye un centro cultural tado, generalmente en for-
en las refundaciones urbanas; y en la “plus- en un lugar que no debía ser demolido ma de obras. Así termina
valía urbana” de la que se apropian ciertas según normativas urbanas. Los empresa- ocurriendo que, en general,
las obras de retribución al
clases y de la que otras son desposeídas. rios lo construyen como forma de pago, Estado benefician en reali-
Sin pretender ser esquemáticas ni ignorar como “multa” por haber destruido parte dad a las propias empresas
las complejidades, el circuito del capital del patrimonio común en Alberdi. Esa aumentando aún más sus
propuesto por Marx sigue iluminando porción de la ganancia —pagada al Estado ganancias, mejorando la
accesibilidad vial de las edi-
aristas nuevas para mirar objetos contem- por excederse de la normativa17— en el ficaciones, o, como en este
poráneos, al menos conmoviendo nuestros mismo acto aumenta la ganancia: se hace caso, otorgando un plus de
marcos de aprehensión de la realidad: nos del espacio un nuevo negocio. valor “cultural” a sus obras.
recuerda que la primera mercancía-dinero En esta línea, entendemos que las dis-
(D-M) del ciclo surge de una desposesión putas por la ciudad, las apropiaciones de
(Harvey) o una acumulación originaria la naturaleza y los derechos de fundación
(Marx). No con esto decimos originaria y refundación de lo urbano, así como los
como arjé (origen, inicio), sino que el conflictos —más explícitos o más inters-
ciclo es iniciado una y otra vez, y siem- ticiales— que emergen por la voluntad
pre supone la existencia de una propiedad de disputar las capacidades de reproducir
privada mercantilizada que fue apropiada la vida —en sus dimensiones materiales,
anteriormente —sea por la fuerza como significantes y sensibles— no deben ser
en un desalojo, sea por un acuerdo como en reducidas o encorsetadas a una lectura mar-
una compra—. El circuito del capital nos xista de la lucha de clases; pero difícilmente
recuerda, también, que la refundación ur- pueden leerse prescindiendo de ella. Es en
bana no se efectúa sin trabajadores y traba- el seno del sistema capitalista periférico, y
jadoras, sin una clase que vende su fuerza por ello en el seno de una configuración
de trabajo (FT) para reproducir sus con- clasista de lo histórico-social, que estos
diciones de vida cobrando un salario. Esa fenómenos emergen.
misma fuerza de trabajo es la que hace que Nos queda la tarea de avanzar en la
el dinero-mercancía resultante tenga más construcción de una vertiente posible para
valor. Marx nos recuerda, así, que no hay una crítica radical al presente: develando
alquimia en la reproducción ampliada del en lo que se muestra cosificado y concluso,
capital más que como operación ideológica fundado y natural; aquello ha sido produ- territorios 37
Capitalismo, refundación y conflicto 37
cido por el trabajo y la lucha. Trabajo que Territoriales, Universidad Nacional de
implica también la labor de las ciencias y los Córdoba, Córdoba.
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