Está en la página 1de 6

INCAPACIDAD PARA SER COMERCIANTES: -

La constitución consagra como uno de los tantos derechos inherentes a la


personalidad humana, la libertad del trabajo, en la cual está comprendida la
capacidad de goce del derecho de hacer comercio (extranjeros y
nacionales).

El comerciante debe tener la capacidad necesaria para obligarse y enajenar.


Es necesario ser mayor de edad y encontrarse en pleno ejercicio de sus
derechos. Por tanto, para una persona ser comerciante debe reunir los
siguientes requisitos:

-Capacidad de ejercicio de los actos que la ley considere comerciales,


-Realización habitual de esa actividad,
-Ejercerla en nombre propio.

Capacidad: Es la aptitud para poder realizar algo. En nuestro derecho rige


el principio de que la capacidad es la regla y la incapacidad la excepción,
consagrado en el artículo 1123 del código civil, que prescribe que
cualquiera puede contratar si no es declarado incapaz por la ley. En tal
sentido, existen personas que por su condición no pueden contratar (menor
de edad, enajenados mentales, presos etc.); asimismo se les prohíbe el
ejercicio del derecho comercial, estas personas reciben el nombre de
incapacitados, tales como:

1-Los Interdictos Judiciales


2-Los Interdictos Legales.

Interdictos Judiciales, son personas mayores de edad que han sido


privadas de la disposición y administración de sus bienes por sentencia que
avala su estado de imbecilidad, demencia o furor y que se haya colocado
bajo tutela.

Interdictos Legales, se les denomina así a las personas que han sido
condenadas a una pena que quita la libertad, por consecuencia es privada
del ejercicio de sus derechos civiles y políticos.
EL MENOR COMERCIANTE: -
Existen personas que por su condición no pueden ejercer el comercio, a estos no
escapan los menores de edad, ya que, la ley trata de proteger su patrimonio. Sin
embargo, la misma ley ha establecido que un menor de edad puede ejercer el comercio
siempre y cuando cumpla con las condiciones siguientes:

1-Ser Emancipado:

La ley 4999 del año 1958 en su artículo 2 establece que la emancipación puede ser:

a) Expresa, cuando resulta de la autorización del padre o de la madre, o a falta del


padre o madre, por acuerdo del consejo de familia, homologado (aprobado) por el
tribunal de primera instancia en atribuciones civiles.

b) Como Resultado del Matrimonio, al casarse el menor pierde esa condición, es


liberado de la patria potestad o la tutela, adquiere el gobierno de su persona, el goce y
administración de sus bienes dentro de los límites establecidos por la ley.

2-Tener diecisiete (17) años de edad cumplidos

3-Registrar y fijar públicamente el documento de autorización en el Tribunal de


Comercio del lugar donde el menor quiera establecer su domicilio.

CAPACIDAD DEL MENOR DE EDAD PARA EL COMERCIO:


Requisito exigido por el artículo 2 del Código de Comercio: Art. 2. - (Mod. por el art. 2
de la Ley No. 4999 del 19 de septiembre de 1958. G. O.8287).

Todo menor emancipado, del uno o del otro sexo, de diecisiete años de edad cumplidos,
que quiera usar de la facultad que le concede el art. 487 del Código Civil de ejercer el
comercio, no podrá comenzar las operaciones comerciales, ni ser reputado mayor en
cuanto a las obligaciones que haya contraído por acto de comercio:

Si no ha sido previamente autorizado por su padre, o por su madre en caso de muerte,


interdicción o ausencia del padre, o a falta de padre y madre, por acuerdo del consejo de
familia homologado por el Juzgado de Primera Instancia en sus atribuciones civiles; si
además el documento de autorización no ha sido registrado y fijado previamente en el
Tribunal de Comercio del lugar en que el menor quiera establecer su domicilio.

Ámbito de la Capacidad:

Artículo 6 del Código de Comercio- Los menores de edad, autorizados como queda
dicho, pueden comprometer e hipotecar sus bienes inmuebles pueden también
enajenarlos, pero conformándose a las formalidades prescritas por los arts. 457 y
siguientes del Código Civil.
Art. 457.- El tutor, aunque sea el padre o la madre del menor, no puede contratar en
empréstito por cuenta del pupilo, ni enajenar e hipotecar sus bienes e inmuebles, sin que
preceda a estos actos una autorización del consejo de familia. Esta autorización no se
dará nunca si no reconoce por causa una necesidad absoluta o una utilidad evidente. En
el primer caso, el consejo de familia no concederá su autorización, sino después de
haberse hecho constar, en cuenta sumaria presentada por el tutor, que el dinero, muebles
y rentas del menor, no bastan a cubrir sus necesidades.

El consejo de familia indicará en todo caso, los bienes y muebles que hayan de venderse
con preferencia, y todas las demás condiciones que considere oportunas.

Art. 458.- Los acuerdos del consejo de familia que se refieran a este objeto, no se
ejecutarán sino después de haber pedido y obtenido el tutor su aprobación ante el
tribunal de primera instancia; éste resolverá en cámara de consejo y previo dictamen
fiscal.

Art. 459.- La venta se hará en pública subasta, presidida por un miembro del Tribunal
de Primera Instancia, o por un Notario comisionado al efecto, en presencia del pro-tutor;
a ella deben preceder edictos fijados en la forma de costumbre en el Municipio. Cada
uno de estos edictos será firmado y visado por el Presidente del Ayuntamiento en cuyo
término se fije.

Art. 460.- Las formalidades exigidas en los artículos 457 y 458 para la venta de los
bienes del menor, no son aplicables al caso en que por sentencia de un tribunal se
hubiere acordado la licitación de bienes pro-indivisos a instancia de los copropietarios.
Solamente, aun en este caso, la licitación no podrá hacerse más que en la forma
prescrita por el artículo precedente: se admitirán en ella necesariamente los extraños.

Art. 461.- El tutor no podrá aceptar ni repudiar una herencia perteneciente al menor, sin
estar autorizado para ello por el consejo de familia. En todo caso no se hará la
aceptación, sino a beneficio del inventario.

Art. 462.- Cuando la herencia repudiada a nombre del menor no fuere aceptada por otra
persona, podrá ser adquirida de nuevo, bien por el tutor autorizado al efecto por nuevo
acuerdo del consejo de familia, o por el menor cuando llegue a la mayor edad; pero en
estos casos debe recibirse en el estado en que se encuentre, y sin facultad de impugnar
las ventas u otros actos ejecutados legalmente durante el tiempo en que estuvo sin
aceptarse la herencia.

Art. 463.- El tutor no podrá aceptar las donaciones hechas al menor, sin estar autorizado
por el consejo de familia. Producirán respecto del menor, los mismos efectos, que si se
hubiesen hecho a una persona mayor de edad.
Art. 464.- El tutor no podrá entablar demandas relativas a los derechos inmobiliarios
del menor, ni asentir a las demandas relativas a los mismos derechos, sin autorización
del consejo de familia.

Art. 465.- La misma autorización será necesaria al tutor para provocar una partición;
pero podrá, sin necesidad de aquella, contestar a demandas de particiones propuestas
contra el pupilo.

Art. 466.- Para que la partición produzca respecto del menor todos los efectos que
tendría si se refiriese a mayores de edad, deberá practicarse judicialmente y previa
tasación hecha por peritos nombrados por el tribunal de primera instancia donde se haya
abierto la sucesión.

Los peritos, después de prestar ante el presidente del mismo tribunal, u otro juez
delegado por éste, el juramento de desempeñar bien y finalmente su encargo,
procederán a la formación de lotes, que se sacarán por suerte, a presencia de un
miembro del tribunal o un notario designado por éste, y que hará la entrega de los lotes.
Cualquiera otra partición se considerará provisional.

Art. 467.- El tutor no podrá celebrar transacciones en nombre del menor, sin haber sido
autorizado por el consejo de familia, asesorado del dictamen de tres abogados
designados por el fiscal del tribunal de primera instancia. La transacción no será válida
sino después de haber sido confirmada por el tribunal de primera instancia, previo
dictamen del fiscal.

Art. 468.- El tutor que tenga motivos graves de queja sobre la conducta del pupilo,
podrá dar conocimiento de estos hechos a un consejo de familia y, si por éste se le
autoriza, solicitar la reclusión del menor conforme a la establecido sobre este punto en
el título de la patria potestad.

2. Pérdida de capacidad.
El pude obligarse, efectuar préstamos y enajenar valores mobiliarios, siempre que sus
compromisos no sean extraños al comercio. Sin embargo, para la enajenación de los
bienes inmuebles se deben cumplir las formalidades establecidas en el art 457 del
Código Civil, relativos al menor.
MUJER CASADA COMERCIANTE: -

En virtud de la ley 390 del 14 de diciembre del año 1940, fueron derogados los artículos
4 y 5 del código de comercio, en los que se establecía que la mujer casada no podía
ejercer el comercio sin la autorización de su marido y obligar también a este si existía la
comunidad de bienes.

Al entrar en vigencia dicha ley, le ha conferido capacidad civil a la mujer casada para
que pueda actualmente ejercer el comercio sin la necesidad del consentimiento de su
esposo (dentro de los límites establecidos por la ley), en tal sentido, puede la mujer
casada:

-Disponer de los bienes que provienen de su trabajo personal y las economías que de
este provengan,

-Puede comprometer, hipotecar y enajenar (pasar a otro el dominio de una cosa) sus
bienes inmuebles; sin embargo, si se ha casado bajo el régimen dotal sus bienes dotales,
no los puede enajenar, sino en los casos determinados y con las condiciones prescritas
por el código civil.

Bienes Dotales: Conjunto de bienes entregados por la mujer o por un tercero


(generalmente los padres de ella) al marido para que los administre, ayudando de este
modo a subvenir (sostener) las necesidades del hogar, es en principio inalienable y el
marido debe restituirla en el momento de la separación.

1. Ley 390 del 14 de diciembre de 1940

La ley 390 del 14 de diciembre de 1940, atribuye capacidad a la mujer casada para
ejercer el comercio, al derogar el art. 4 del Código de Comercio que exigía el
consentimiento del marido para ello.

Art. 1.- Se declara que la mujer mayor de edad, sea soltera o casada, tiene plena
capacidad para el ejercicio de todos los derechos y funciones civiles, en iguales
condiciones que el hombre.

Las restricciones a la capacidad civil de la mujer, que puedan resultar del hecho del
matrimonio, no se derivarán sino de las disposiciones que la ley pueda dictar
expresamente en ciertos casos. En consecuencia, de lo que se proclama en esta Ley y sin

perjuicio de los otros efectos que implícitamente puedan resultar de la misma, se dictan
las siguientes modificaciones:
Art. 4.- Quedan abrogados los artículos 217 al 225, 399, 400, 905, 934 y 1029 del Cód.
Civil, y los Arts. 4 y 5 del Código de Comercio. Art. 5.- Bajo todos los regímenes y so
pena de nulidad de cualquier cláusula, contraria contenida en el contrato de matrimonio,
la mujer casa- da, tiene sobre los productos de su trabajo personal y las economías que
de éste provengan, plenos derechos de administración y de disposición. Ella puede hacer
uso de esto para adquirir inmuebles o valores inmobiliarios, y puede enajenar los bienes
así adquiridos, así como tomar a préstamo sobre los mismos, e hipotecarlos. Las
valideces de los actos hechos por la mujer estarán subordinados solamente a la
justificación hecha en un acto de notoriedad, o por cualquier otro medio mencionado en
la convención, de que ella ejerce personalmente un trabajo, oficio o profesión distintos
del de su esposo, y no quedará comprometido a la responsabilidad de los terceros con
quienes ella ha tratado ofreciendo esta justificación.

Art. 6.- Los bienes reservados a la administración de la mujer podrán ser embargados
por sus acreedores. También podrán serlo por los acreedores del marido con quienes
haya tratado éste en interés de ambos esposos, siempre que, de acuerdo con el régimen
adoptado, debieren hacer estado, antes de la presente ley, en manos del marido. La
prueba de que la deuda ha sido contraída por el esposo en interés de ambos debe ser
suministrada por el acreedor. El marido no es responsable, ni sobre los bienes ordinarios
de la comunidad, ni sobre los suyos propios, de las deudas y obligaciones contraídas por
la mujer cuando no lo han sido en interés común aun cuando ella haya actuado dentro de
la capacidad que le confiere la ley.

Art. 7.- En caso de litigio, la mujer podrá, tanto frente a su marido como frente a
terceros, establecer por todos los medios legales de prueba, incluso por medio de
testigos, pero no por la reputación pública, la consistencia y el origen de los bienes
reservados.

2. Ámbito de la capacidad:

Art. 7. Las mujeres casadas que ejerzan el comercio públicamente, pueden asimismo
comprometer, hipotecar y enajenar sus bienes inmuebles.

Sin embargo, sus bienes dotales, cuando se han casado bajo el régimen dotal, no pueden
ser hipotecados ni enajenados, sino en los casos determinados y con las formalidades
prescritas por el Código Civil.

También podría gustarte