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Recinto de Aguadilla
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Puerto Rico, mi isla bella, la cual este año le toco enfrentar uno de los fenómenos más
poderoso huracán María entro a Puerto Rico como un huracán categoría 4 con vientos de 155
millas por hora. No hace falta conocer demasiado sobre fenómenos atmosféricos ni sobre la
historia de Puerto Rico para saber, que un huracán con dicha magnitud causaría estragos y que
dejaría a nuestra isla destrozada. Así mismo fue, Puerto Rico formo un papel protagonista en la
catástrofe de María, llevándose consigo gran parte de la belleza de nuestra isla y dejando a miles
sin hogar.
Durante la lucha luego del huracán María, no solo se perdieron hogares, sino que también
hogares, se notó sin duda alguna la gran falta de comida, las filas inmensas en los
supermercados, la falta de luz, la falta de agua etc. los cuales fueron tema principal durante estos
meses y la mayor preocupación de los puertorriqueños. Fue un gran impacto y de gran sorpresa
para mi dicho suceso ya que vivimos en un mundo en donde no nos falta nada, y ver como de
Una de las cosas más importantes que aprendí fue a valorar todo lo que tengo ya que
millones de personas alrededor de la isla no tuvieron la misma dicha que yo en cuanto a sus
hogares. Me partía el corazón ver noticas e incluso vecinos que lo perdieron absolutamente todo,
y eso no lo es todo, las cosas se obtienen con esfuerzo y sudor de las personas, entonces, ¿Cómo
volver a construir lo que con tanto trabajo lograste? Esa era mi mayor pregunta, y creo que la de
todos luego del huracán. Era escalofriante ver cuanta gente dormía afuera, sin techos, cuanta
gente pedía ayuda porque no tenían ni un centavo para comer, incluso personas que tenían dinero
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En cuanto a alimentos todo estaba escaso, al no haber gasolina en abundancia, los
donde conservar los alimentos así que era muy difícil encontrar comida para subsistir. Las filas
inquietud de las personas por llevarle el pan a la casa a sus seres. A parte de ser desesperante,
resulto ser una rutina, en donde se compraba por día lo que se iba a consumir para así conservar
A pesar de que fue difícil y fuerte, también se debe mirar el lado positivo de lo que nos
dejó el huracán María, conocí y compartí con muchos vecinos que no sabía que tenía, valoré más
las cosas que tenía y lo más importante, me uní mas a mi familia. Todas las noches nos
reuníamos para dialogar, no solo del huracán, sino de la vida y del pasado, y fue así como
aprendí muchas cosas sobre mis pasadas generaciones. Creo que sin duda esto fue lo mejor que
me trajo el huracán, unión familiar, gracias a esto, en la época de fiesta, se sentía la felicidad, ya
que a pesar de todo la familia es la que siempre esta, y la que se debe cuidar siempre.
No importa lo que diga la gente, esta catástrofe nos enseno a todos una cosa, a estar
siempre preparados y a valora cada cosa que tenemos, no solo lo material, sino lo espiritual. A ti,
juventud que me lee, para nuestra generación el suceso fue aún más fuerte ya que en nuestros
tiempos nos llenamos de lujos y tenemos cada cosa que queremos, al ver como todo se va en un
segundo nos hace recapacitar y a madurar como futuro que somos. María nos dejó a Puerto Rico
sin abastos e hizo de nosotros un lugar lleno de tristeza, pero con el favor de Dios nuestra estrella