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UNIDAD III.

Tema 9.

PLANIFICACION DE LA ALIMENTACIÓN DEL ADOLESCENTE.

ADOLESCENCIA. CONCEPTO.

Etimológicamente, el termino adolescencia procede del vocablo latino adolescere,


que significa “cambio”. Gil (2010)
Se define como el periodo de vida entre los 12 y los 21 años de edad. Se trata de
un momento de profundos cambios biológicos, emocionales, sociales y cognitivos
en los que el niño se desarrolla para volverse un adulto. Brown (2006)
La pubertad es el período de rápido crecimiento durante el cual el niño se
desarrolla físicamente para evolucionar a la condición de adulto y adquiere
capacidad de reproducción sexual. Se inicia con el aumento de la producción de
hormonas de la reproducción, es decir, de estrógenos, progesterona y
testosterona, y se caracteriza por la manifestación externa de los caracteres
sexuales secundarios. Mahan & Escott-Stump(2013)

Los acontecimientos somáticos que caracterizan la pubertad son los siguientes:


Adrenarquia o aparición de vello axilar y sexual, en ambos sexos; telarquia o
desarrollo, mamario (crecimiento testicular en los varones) y menarquía o
aparición de la menstruación en la mujer (eyaculación en los varones) Gil (2010)

CLASIFICACIÓN.

1. La adolescencia temprana tiene lugar entre los 13 y los 15 años


2. La adolescencia media se registra entre los 15 y los 17 años,
3. La adolescencia tardía tiene lugar entre los 18 y los 21 años
Mahan & Escott-Stump(2013)
MODIFICACIONES ANATOMO-FISIOLÓGICAS DEL ADOLESCENTE.
La adolescencia se caracteriza por ser un periodo de aceleración global del
crecimiento y de la maduración, con gran desarrollo de las estructuras y órganos
corporales, en especial de los influenciados por las hormonas sexuales.
Las niñas, generalmente, presentan el brote de crecimiento puberal unos 2
años antes que los niños. En la mayoría de ellas, esta situación biológica
comienza entre los 10 y los 14 años y finaliza hacia los 15 años. Los varones, sin
embargo, presentan el brote puberal entre los 12 y los 17 años, culminando la
pubertad hacia los 18 años.
Como resultado de estas diferencias madurativas, las niñas, a una misma edad,
crecen y se desarrollan más rápidamente que los varones, mostrando cambios de
peso y talla más precozmente. Los varones crecen más lentamente en un principio
pero luego presentan un “estirón puberal” mayor que las mujeres
El patrón típico de composición corporal:
Sexo femenino se caracteriza por un aumento de la cantidad de grasa corporal
según avanza el grado de maduración sexual, independientemente de la edad
cronológica, así como por un incremento del cociente del perímetro de la
cadera/perímetro de la cintura, hombros más estrechos que los hombres y piernas
más cortas con relación al tronco.
Sexo masculino la grasa corporal de los varones disminuye con el avance de la
pubertad, aumenta el porcentaje de masa corporal magra, presentan hombros
anchos y piernas largas en relación con el tronco.
El momento del inicio de la pubertad y, en consecuencia, el pico de crecimiento
del adolescente o “estirón puberal”, muestran gran variabilidad entre individuos,
siendo su valor promedio de unos 9,5 cm/año en los niños y 8,5 cm/año en las
niñas. Gil (2010)
En los chicos durante la fase de aceleración del brote de crecimiento puberal se
ganan unos 13 – 15 cm de altura y de unos 11 cm en chicas.
El pico máximo de crecimiento en chicos, se alcanza por un volumen testicular de
unos 15 ml y un desarrollo genital estadios 3 y 4 de Tanner, y en las chicas se
inicia antes de la aparicion del botón mamario y el pico máximo de crecimiento
puberal, se alcanza para un estadio 3 del desarrollo mamario.
En el caso de las chicas, la menarquía se produce frecuentemente al año
siguiente del pico de crecimiento máximo, ocurriendo a partir de entonces un
crecimiento mínimo (0,5 cm) y mayor deposición de tejido adiposo en zonas
características de distribución “ginoide” de la grasa corporal y una disminucion de
la masa magra. Por el contrario los chicos continúan creciendo después del pico
máximo de crecimiento. Mataix (2009)
En cuanto al peso, el niño presenta un incremento constante a lo largo de la
infancia (2,3 – 2,7 kg/año), mientras que este valor aumenta en la pubertad
estimándose un promedio de incremento de 16 y 19 g en chicas y chicos
respectivamente. Mataix (2009)
La edad de desarrollo, valorada según la maduración sexual y/o la edad ósea, es
una base más exacta que la edad cronológica para la estimación de los
requerimientos nutricionales y el estudio del estado nutricional de los
adolescentes, debido a la existencia de un periodo más prolongado de maduración
ósea en los hombres que en las mujeres, con mayor aumento del tamaño del
hueso y del grosor de la cortical. Gil (2010)

EVALUACIÓN NUTRICIONAL.
Se basa en la anamnesis y la exploración física, con el fin de evaluar el estado de
nutrición normal y/o detectar los signos y síntomas asociados con desnutrición,
tanto por defecto como por exceso. Los datos que aporta la valoración clínica
deben interpretarse junto con los obtenidos de la historia dietética, la
antropometría y el laboratorio. Gil (2010)
Anamnesis
Debe incluir datos específicos sobre las enfermedades anteriores del adolescente
y de su familia. Conviene hacer preguntas específicas en relación con la
desnutrición presente o pasada. Además, especialmente a esta edad, se debe
obtener información sobre la descripción de los factores ambientales y sociales en
los que se desenvuelve, hábitos individuales y de su grupo, la percepción que
tiene de su propia imagen corporal, el grado de satisfacción personal y en
referencia a sus logros, si le gustaría cambiar algo sobre su figura, si realiza algún
tipo de dieta, deporte o ejercicio físico habitual, etc.
Encuestas dietéticas para conocer ingesta de alimentos.
La valoración nutricional clínica por signos físicos se basa en la observación de
aquellos cambios clínicos relacionados con una ingesta dietética inadecuada,
mantenida en el tiempo, y que pueden detectarse en tejidos epiteliales
superficiales, en especial en la piel, pelo y uñas; en la boca, en la mucosa, lengua
y dientes; o en órganos y sistemas fácilmente asequibles a la exploración física
tales como el tiroides o el esqueleto.
La exploración antropométrica o mediciones corporales (peso, talla, perímetro del
brazo, perímetro de la cintura y pliegues cutáneos bicipital, tricipital, subescapular
y suprailíaco), así como los índices calculados a partir de estos [ejemplo: índice de

masa corporal (IMC): peso/talla2, etc.]


De manera específica, en este grupo de edad y para cada sexo, se recomienda
que los parámetros se pongan en relación con el grado de maduración sexual o
con la edad ósea, más que con la edad cronológica. Entre los sujetos de una
misma edad cronológica puede haber amplias diferencias antropométricas según
el grado de maduración en el que se encuentren. Gil (2010)

DESARROLLO PSICOMOTRIZ DEL ADOLESCENTE.


El desarrollo cognitivo y emocional se comprende mejor cuando se considera
dividido en tres períodos: adolescencia temprana, adolescencia media y
adolescencia tardía. Cada período tiene características únicas en términos de
capacidad de síntesis de la información y de aplicación de conceptos de salud, y
ello tiene relación directa con los métodos utilizados para proporcionar
asesoramiento nutricional y diseñar los programas educacionales.
La adolescencia temprana tiene lugar entre los 13 y los 15 años y se
caracteriza por los siguientes aspectos
• Preocupación por el tamaño y la forma del cuerpo, así como por la imagen
corporal como resultado del rápido crecimiento y del desarrollo que experimenta el
niño
• Mantenimiento de la confianza y del respeto por los adultos como figuras de
autoridad; sin embargo, tal actitud decrece durante esta fase de desarrollo
psicosocial
• Fuerte influencia de los iguales, especialmente en aspectos relacionados con la
imagen y el aspecto corporal, siendo la presión de los iguales máxima en torno a
los 14 años
• Deseo de autonomía, aunque todavía se solicita la aprobación de los padres
para las decisiones importantes y aún se busca la seguridad de los progenitores
ante situaciones de tensión
• Ampliación de la capacidad cognitiva, incluido el razonamiento abstracto.
La adolescencia media se registra entre los 15 y los 17 años, y tiene las
siguientes características:
• Persistencia de la influencia del grupo de iguales; sin embargo, los adolescentes
se ven condicionados en su comportamiento por un menor número de individuos,
a quienes están unidos más estrechamente
• Menor confianza en la autoridad y en la sabiduría de los adultos
• Cuestiones de imagen corporal menos pronunciadas a medida que el
adolescente va encontrándose más cómodo con la forma y talla de su cuerpo,
cada vez más parecido al de un adulto
• Mayor independencia financiera, emocional y social, que conduce a una
capacidad mayor de toma independiente de decisiones en relación con la ingesta
de comidas y bebidas
• Importante desarrollo cognitivo, pues el razonamiento abstracto está cerca de su
desarrollo completo y el egocentrismo disminuye
La adolescencia tardía tiene lugar entre los 18 y los 21 años, y se caracteriza
por los siguientes aspectos:
• Razonamiento abstracto plenamente desarrollado; sin embargo, los adolescentes
retoman patrones de pensamiento menos complejos cuando están sometidos a
tensión
• Desarrollo de orientación al futuro, que es necesario para comprender el vínculo
entre el comportamiento actual y los riesgos crónicos para la salud
• Desarrollo de independencia social, emocional, económica y física de la familia
cuando el adolescente abandona el hogar familiar para ir a la universidad o por un
trabajo de jornada completa
• Desarrollo de un conjunto central de valores y creencias que guían las decisiones
morales, éticas y de salud Mahan & Escott-Stump (2013)

REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA, NUTRIENTES Y AGUA DEL


ADOLESCENTE.
Los objetivos nutricionales durante la adolescencia se deben ajustar a la velocidad
de crecimiento, al estado de maduración puberal y a los cambios en la
composición corporal que se producen durante este periodo de la vida. Las
necesidades nutricionales difieren según el sexo y el grado de madurez. Gil (2010)
ENERGIA
Existen numerosas ecuaciones que permiten el cálculo del gasto energético en
reposo en niños y adolescentes, teniendo en cuenta el peso corporal, la actividad
física y la velocidad de crecimiento. En nuestro medio se recomienda el uso de
las propuestas por la FAO/OMS/UNU o las publicadas por Schöfield (que incluyen
el peso y la talla); estas últimas fueron adaptadas y mejoradas a partir de las
primeras para niños y adolescentes.
La distribución calórica a lo largo del día debe ser similar a la siguiente:
desayuno, 20-25% de las calorías totales; comida, 30-35% de las calorías;
merienda, 15-20% de las calorías; cena, 25% del total consumido en el día. Esta
última se debe considerar como una comida de seguridad, que aporte los
nutrientes que puedan haber sido deficitarios durante el día.
Grasas
Parte importante del aporte energético lo representa el aporte de grasas, 9 kcal
por gramo. Se recomienda una ingesta inferior al 30% de la ingesta energética,
aunque si la distribución cualitativa de las grasas es adecuada, con una ingesta
elevada de grasa monoinsaturada, se podría aceptar hasta un 35%.
Proteínas
Deben aportar entre el 10 y 15% del total de las calorías, CANIA (2009)
Las ingestas recomendadas se calculan en función de la velocidad de crecimiento
y la composición corporal, aconsejando unas cifras medias de 45 g/ día y 59 g/día
para los adolescentes varones de 9 a 13 años o de 14 a 18 años,
respectivamente, y de 44 g/día y 46 g/día en el caso de mujeres. Conviene aclarar
que, en general, la ingesta proteica real en adolescentes, como en el resto de la
población, es superior a las ingestas recomendadas. Gil (2010)
Los Carbohidratos: Deben aportar diariamente el 55% de las calorías totales.
Los carbohidratos complejos deben cubrir alrededor del 50% del total de la
energía diaria y el azúcar o carbohidratos simples no deben exceder el 10% del
aporte calórico total. CANIA (2009)

La ingesta de fibra de los jóvenes es baja, debido a que comen pocos cereales
integrales, frutas y verduras. Se considera que los valores adecuados de ingesta
de fibra en la adolescencia son de 31 g/día para chicos entre 9 y 13 años, 38 g/
día para chicos de 14 a 18 años, y 26 g/día para chicas de 9 a 18 años. Estos
valores derivan de cálculos que sugieren que una ingesta de 14 g/1.000 cal
proporciona una protección óptima frente a la enfermedad cardiovascular (ECV) y
el cáncer. Mahan, L. Escott-Stump, S., (2013)

Vitaminas
Como consecuencia de las necesidades aumentadas de energía, los
requerimientos de tiamina, riboflavina y niacina experimentan también un incre-
mento, puesto que intervienen en el metabolismo intermediario de los hidratos de
carbono. También son más altas las demandas de vitamina B12, ácido fólico y
vitamina B6, necesarias para la síntesis normal de ácidos nucleicos y para el
metabolismo proteico.

El rápido crecimiento óseo exige cantidades elevadas de vitamina D y calcio, y


para mantener la normalidad estructural y funcional de las nuevas células se
requieren mayores cantidades de vitaminas C, A y E.

Minerales: Los que presentan mayores problemas en los adolescentes son el


calcio, el hierro y el zinc. El crecimiento y los cambios en la composición cor poral
que se producen en la adolescencia justifican la ingesta recomendada de 1.300
mg/día de calcio. Durante esta época de la vida se necesita ingerir más cantidad
de calcio que durante la niñez o en la etapa adulta. El pico de tasa máxima de
depósito de calcio se alcanza a la edad de 13 años en las chicas y de 14,5 años
en los chicos, coincidiendo con el pico máximo de crecimiento,
Otro nutriente importante durante la adolescencia es el hierro. Los adolescentes
necesitan un aumento en la ingesta de hierro debido, por un lado, a la mayor
cantidad de hemoglobina provocada por la expansión del volumen de sangre, por
otro, a la mayor cantidad de mioglobina originada por el aumento de la masa
muscular, y también, finalmente, por el aumento de otras enzimas como los
citocromos que acompañan al incremento del ritmo de crecimiento. A esto se
añade, en las mujeres, la instauración de la menstruación que provoca pérdidas
añadidas.
El zinc también requiere especial atención durante la adolescencia debido al gran
número de enzimas implicadas en la expresión genética. Ello justifica su
importancia en los procesos de crecimiento y maduración y explica también el
efecto inmediato de su deficiencia sobre el crecimiento y la reparación tisular.

IMPORTANCIA DE LA ALIMENTACIÓN DEL ADOLESCENTE.

La nutrición tiene un gran papel en la regulación del crecimiento y mineralización


del esqueleto. Su papel se considera doble ya que por una parte proporciona los
nutrientes claves para el suministro de energía y la formación de estructuras y por
otra parte interactúa con hormonas como GH y gonadotropinas que a su vez
determinan los niveles IGF- I y esteroides gonadales respectivamente.

Un ejemplo evidente es el aporte insuficiente de nutrientes inhibe la secreción de


gonadotropinas impidiendo o retrasando la aparición del desarrollo puberal,
condicionando incluso una menor ganancia de altura durante esa época de la
vida. A si se puede observar en caso de anorexia nerviosa, enfermedad
Inflamatoria intestinal. Mataix (2009)

Debido a los cambios físicos y psicológicos que pueden afectar el bienestar


nutricional del adolescente, este periodo constituye un reto en el desarrollo
humano, durante el cual se deben asegurar los aportes nutricionales adecuados y
adoptar las estrategias necesarias para corregir las conductas de alimentacion
inadecuadas que con frecuencia se presentan a esta edad.
Un adecuado aporte nutricional es importante con el fin de prevenir el desarrollo
de enfermedades crónicas no transmisibles como son el cáncer, enfermedades
cardiovasculares y osteoporosis, entre otras. CANIA (2009)

Bibliografía

Gil A. Tratado de Nutrición: Nutrición Humana. 2da Edición. Madrid, España:


Editorial Médica Panamericana; 2010.

Brown J. (2006) NUTRICION EN LAS DIFERENTES ETAPAS DE LA VIDA. 2DA


Edición. Mc Graw Hill. México

Mahan, L. Escott-Stump, S., (2013) Nutricion y Dietoterapia de Krause 13. a


edicion. McGraw-Hill Interamericana

CANIA (2009). Nutrición en pediatría tomo I. 2 da Edición. Caracas: Empresas


Polar. 2009.

Mataix Verdú, J.,& Salas Salvado, J. (2009) Tratado de Nutrición y Alimentacion.


Tomo II. Madrid: España Océano/ergon

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