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ADAPTACIONES DEL SISTEMA CARDIOVASCULAR AL EJERCICIO

El entrenamiento cardiovascular crea varias adaptaciones al ejercicio modificando:

 EL tamaño cardiaco
 El volumen sistólico
 La frecuencia cardiaca
 El gasto cardiaco
 El volumen sanguíneo

A largo plazo, hay un aumento del tamaño del corazón (hipertrofia). Sobre todo del musculo de las
paredes cardiacas y de la cavidad del ventrículo izquierdo. El musculo cardiaco eleva su capacidad
de contracción y elasticidad, con lo que puede recibir más volumen de sangre durante el llenado
ventricular (además este tipo de deportistas tienen un mayor valor sanguíneo) y, en consecuencia
habrá un aumento de volumen sistólico.

Al tener un mayor volumen sistólico son necesarios menos latidos para <<mover>> la misma
cantidad de sangre. Por esta razón, la FC basal y la FC reposo deberían ser menores con
aproximadamente 10 semanas de entrenamiento moderado. La disminución de las frecuencias
cardiacas anteriores también puede estar producida porque el ejercicio promovería el sistema
nervioso autónomo parasimpático en los momentos de descanso brotando así aún más el corazón.
Así, la FC basal puede reducirse hasta llegar incluso a rodar las 40-50 puls/min. También la FC de
entrenamiento, ante las mismas intensidades, necesitará menos latidos. Esto se puede observar
repitiendo un mismo entrenamiento cardiovascular (misma intensidad, velocidad de ejecución,
duración, etc.) al cabo de un buen tiempo de entrenamiento. Di hay adaptación, se realizara con
menos pulsaciones que antes de estar entrenando. La FC basal permanece más o menos estable.

El tiempo que tarde el corazón (la FC) en volver al ritmo de reposo después de un ejercicio se
llama periodo de recuperación de la frecuencia cardiaca. Una persona entrenada se recupera
mucho más rápidamente; mas o mejor entrenada, por lo que se puede usar para ver la adaptación
al entrenamiento de un mismo individuo; pero no es fiable para comparar personas diferentes,
puesto que otros factores influyen como, por ejemplo, ambientes cálidos o grandes alturas, que
pueden enlentecer esta recuperación.

La FC se combina con el volumen sistólico para lograr un gasto cardiaco adecuado en cada
momento. En reposo, tato una persona entrenada como una no entrenada necesitan un gasto
cadiaco de 5 Lat/min. El deportista tiene mas volumen sistólico, por lo que con una FC de reposo
menor a la de una persona no entrenada podrá llegar al mismo gasto cardiaco. En ejercicio
máximo ambos necesitaran mucho mas gasto cardiaco debido a que el consumo de oxigeno se
incrementa y, para conseguirlo, ambos aumentaran la frecuencia cardiaca y el volumen sistólico.
Ahora bien, una persona no entrenada no podrá aumentar su volumen sistólico hasta valores tan
altos como los de u deportista y, por ello, su frecuencia cardiaca se disparará pudiendo llegar a
niveles máximos y, por lo tanto, peligroso. Una persona entrenada tiene un volumen sitolico
máximo suficiente alto como para conseguir un gasto cardiaco elevado aumentando su frecuencia
cardiaca sin llegar a valores peligrosos.

El entrenamiento induce una serie de adaptaciones fisiológicas, morfológicas y funcionales sobre


el sistema cardiovascular, que pueden variar según la influencia de varios factores tanto
constitucionales (superficie corporal, sexo, edad, y factores genéticos) como externos (intensidad,
duración, y tipo de ejercicio). Es el entrenamiento de resistencia, el que induce unas adaptaciones
morfológicas y funcionales más relevantes sobre el corazón y el sistema circulatorio. Aumentando
la capacidad de transporte de O2 mediante adaptaciones centrales y periféricas. Se discuten en
este capítulo las características principales de estas adaptaciones.

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