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Resulta complicado definir el término psicosis y con frecuencia se usa de manera incorrecta, no solo en
los medios de comunicación, sino desafortunadamente también entre los profesionales de la salud
mental. El concepto de psicosis está rodeado de estigma y miedo, y a veces incluso se llega a utilizar el
término peyorativo “loco” para psicosis. Este capitulo no pretende enumerar los criterios diagnosticas
de cada uno de los trastornos mentales en los que la psicosis es la característica definitoria o una
característica asociada. Se recomienda al lector acudir a los textos habituales de referencia como el DSM
(Manual Diagnóstico y Estadístico) de la Asociación Americana de Psiquiatría y la CE (Clasificación
Internacional de Enfermedades) para obtener esta información. Aunque aquí nos centramos en la
esquizofrenia, también trataremos la psicosis como síndrome asociado a una gran variedad de
enfermedades, todas susceptibles de ser tratadas con fármacos antipsicóticos.
Tabla 4.1 Trastornos en los que la psicosis Tabal 4.2 Trastornos en los que la psicosis es una
es la Característica definitoria. Característica asociada.
Esquizofrenia Manía
Trastorno psicótico inducido por sustancias Depresión
Trastorno esquizofreniforme Trastornos cognitivos
Trastorno esquizoafectivo Demencia de Alzheimer
Trastorno delirante
Trastorno psicótico breve
Trastorno psicótico compartido
Trastorno psicótico debido a enfermedad medica general.
En la psicosis paranoide, el paciente puede presentar proyecciones paranoides, una actitud beligerante
y hostil o grandiosa y expansiva. Las proyecciones paranoides incluyen preocupación por creencias
delirantes; estar convencido de que la gente habla de uno; creer que uno está siendo objeto de
persecución o conspiración; o creer que la gente o fuerzas externas pueden controlar las acciones
propias.
En la psicosis desorganizada/excitada, hay desorganización conceptual, desorientación y excitación. La
desorganización conceptual se caracteriza por dar respuestas que son irrelevantes o incoherentes, por la
pérdida del hilo argumental el empleo de neologismos o la repetición de ciertas frases o palabras.
La psicosis depresiva se caracteriza por retraso psicomotor, apatía y por la presencia de autocastigo con
ansiedad y culpa. El retraso psicomotor y la apatía se manifiestan por enlentecimiento del discurso,
indiferencia acerca del futuro de uno mismo, hipomimia, enlentecimiento de los movimientos,
deficiencias de la memoria reciente, bloqueos del discurso, apatía hacia uno mismo o los problemas
propios, aspecto desaliñado; discurso en tono bajo o susurrante y falta de contestación a preguntas. El
autocastigo ansioso y culpa consiste en la tendencia a culparse o condenarse a uno mismo, presentar
ansiedad ante temas concretos, expectación aprensiva de eventos futuros, actitud de menosprecio de
uno mismo manifestada como humor depresivo, expresión de culpa o remordimientos, preocupación
por ideas de suicidio, ideas no deseadas o miedos específicos y sentimientos de insignificancia o
pecaminosos.
Los síntomas positivos son bien conocidos porque resultan dramáticos, suelen ser el motivo para llevar
a un paciente a atención médica profesional y también dan lugar a intervenciones legales; además, son
el objetivo principal de los tratamientos farmacológicos antipsicóticos. Los síntomas negativos se
enumeran en las Tablas 4-4 y 4-5. Clásicamente, se distinguen cinco tipos de síntomas negativos, y todos
comienzan con la letra “A”.
Alogia: disfunción de la comunicación; restricción en la fluidez y productividad del pensamiento y del
discurso. Afecto aplanado o embotado: restricción en el rango e intensidad de la expresión emocional.
Aislamiento social: reducción del impulso social e interactivo. Anhedonia: reducción de la habilidad para
experimentar placer. Abulia: reducción del deseo, motivación o persistencia; restricciones en la
iniciación de conductas orientadas a un objetivo.
Esquizofrenia: el fenotipo.
Aunque se pueden emplear escalas formales para la medición de síntomas negativos en estudios de
investigación, en la practica clínica puede ser más útil identificar y monitorizar los síntomas negativos
rápidamente mediante simple observación (Figura 4-2) o mediante preguntas simples (Figura 4-3). Los
síntomas negativos en la esquizofrenia pueden ser primarios o secundarios. Los síntomas negativos no
solo son parte del síndrome de la esquizofrenia también pueden constituir un pródromo (señal o
malestar que precede a una enfermedad) que comienza con síntomas subsindrómicos que no cumplen
criterios diagnósticos de esquizofrenia y que ocurren antes del inicio del síndrome completo. Los
síntomas negativos prodrómicos son importantes para detectar y monitorizar a tiempo pacientes de alto
riesgo e iniciar el tratamiento al primer signo de psicosis. Los síntomas negativos pueden, además
persistir entre los episodios psicóticos una vez que la esquizofrenia ha comenzado y limitan el
funcionamiento social y ocupacional en ausencia de síntomas positivos.
Aunque los actuales antipsicóticos tienen un efecto muy limitado para tratar los síntomas negativos, las
intervenciones psicosociales junto a los antipsicóticos pueden ser útiles en la reducción de los síntomas
negativos. Incluso la posibilidad de instaurar tratamiento para los síntomas negativos en la fase
prodrómica de la esquizofrenia puede retrasar o prevenir el inicio de la enfermedad, pero esto es
todavía materia de investigación.
A veces, puede ser difícil delimitar exactamente en qué medida los síntomas proceden de una disfunción
cognitiva formal o se deriva, en cambio, de una disfunción afectiva o de los síntomas negativos, pero la
investigación está intentando localizar las áreas especificas de disfunción cerebral para cada campo
sintomático en esquizofrenia con la esperanza de poder desarrollar mejores tratamientos para los
síntomas negativos, cognitivos y afectivos de la esquizofrenia, que frecuentemente no se tienen en
cuenta. Los síntomas cognitivos de la esquizofrenia son la limitación de la atención y la limitación para el
procesamiento de información, manifestado como alteraciones de la fluidez verbal (capacidad para
producir lenguaje espontaneo), dificultades en el aprendizaje de series (de una lista de elementos o de
una secuencia de eventos) y limitación en la función ejecutiva (problemas que requieren fijar la atención
de una manera mantenida, concentración, priorización y modulación del comportamiento en función de
normas sociales). Es importante reconocer y monitorizar los síntomas cognitivos de la esquizofrenia
porque por sí mismos están fuertemente correlacionados con la verdadera funcionalidad en el mundo
real, incluso más que los síntomas negativos.
Sin embargo, como estado primario deficitario, los síntomas negativos son bastante exclusivos de la
esquizofrenia. Ciertamente, la esquizofrenia no es el único trastorno con síntomas cognitivos. El
autismo, la demencia posictus (vascular o multi-infarto), la enfermedad de Alzheimer y otras muchas
demencias orgánicas (demencia por cuerpos de Lewy/parkinsoniana), demencia frontotemporal/de Pick,
etc.) también pueden estar asociadas a disfunciones cognitivas similares a las observadas en la
esquizofrenia. Sin embargo, el humor deprimido, el humor ansioso, la culpa, la tensión, la irritabilidad y
la preocupación acompañan frecuentemente a la esquizofrenia.
Los síntomas agresivos pueden coincidir en parte con los síntomas positivos, pero específicamente
acentúan los problemas de control de impulsos. Entre ellos se encuentran: la hostilidad manifiesta,
como el maltrato verbal o físico, o incluso el ataque; comportamientos orientados a autolesionarse,
incluyendo el suicidio y el incendio provocado u otros daños a la propiedad; la falta de contención
sexual. Estos síntomas también están asociados al trastorno bipolar, la psicosis infantil, trastorno
borderline, abuso de drogas, TDAH, trastornos conductuales en niños, etc.
Todos los fármacos antipsicóticos conocidos capaces de tratar los síntomas positivos de las psicosis son
bloqueadores del receptor D2 de dopamina. Los fármacos antipsicóticos se exponen en el Capitulo 5.
Estas observaciones han sido formuladas en una teoría conocida como "hipótesis dopaminérgica de la
esquizofrenia". Quizás una denominación más moderna seria "hipótesis dopaminérgico-mesolímbica de
los síntomas positivos de la esquizofrenia”, dado que se sabe que es específicamente la hiperactividad
en esta vía dopaminérgica la que media la producción de los síntomas positivos en la psicosis (Figura
4-13). Teóricamente, la hiperactividad de la vía dopaminérgica mesolímbica explicaría la producción de
síntomas positivos en la psicosis, ya sean estos síntomas parte de la enfermedad de la esquizofrenia, de
psicosis inducidas por sustancias o síntomas positivos que acompañan a una manía, depresión o
demencia. La hiperactividad de las neuronas dopaminérgicas mesolímbicas puede, además tener un
papel importante en los síntomas de agresividad y hostilidad en la esquizofrenia y enfermedades
relacionadas, especialmente si el control serotoninérgico de la dopamina es deficitario en pacientes que
presentan falta de control de los impulsos. Aunque se desconoce que es lo que produce está
hiperactividad de la dopamina, las teorías actuales afirman que se trata de la consecuencia de una
disfunción en el córtex prefrontal y en la actividad glutamatérgica hipocampal.
Figura 4-15. Vía mesocortical al córtex prefrontal ventromedial. Se cree que las proyecciones
dopaminérgicas mesocorticales, especialmente al córtex prefrontal ventromedial (CPFVM), median los
síntomas negativos y afectivos asociados a la esquizofrenia (A). Se cree que estos síntomas son
producidos por hipoactividad de está vía (B)
Glutamato
En los últimos años, el neurotransmisor glutamato ha alcanzado un importante papel a nivel teórico en
la fisiopatología de la esquizofrenia. Ahora, además, es uno de los objetivos en la creación de nuevos
agentes psicofarmacológicos para futuros tratamientos de la esquizofrenia. Para comprender las teorías
acerca del papel del glutamato en la esquizofrenia y cómo el sistema glutamatérgico podría aportar
importantes objetivos de nuevos tratamientos farmacológicos para la esquizofrenia, es necesario revisar
la regulación de la neurotransmisión glutamatérgica. El glutamato es el neurotransmisor excitador más
importante del sistema nervioso central, considerándose a veces el "interruptor general" del cerebro, ya
que es capaz de excitar y encender virtualmente todas las neuronas del SNC. Así, la síntesis,
metabolismo, regulación de receptores y las vías clave del glutamato son críticas para el correcto
funcionamiento del cerebro y serán revisadas aquí.
Receptores de glutamato
Varios tipos de receptores glutamatérgicos incluyendo la bomba de recaptación presináptica
neuronal (transportador de aminoácidos excitadores o TAAE) y el transportador de glutamato
en las vesículas sinápticas (vGluT). Los receptores de glutamato metabotrópicos están presentes tanto
en las neuronas presinápticas como en las postsinápticas y están acoplados a proteínas G. Existen 8
subtipos de receptores de glutamato metabotrópicos organizados en 3 grupos. ¿Dónde se localizan los
receptores de glutamato metabotrópicos de cada grupo y cuál es su función?
- GRUPO I = Postsinápticamente interactuando con otros receptores postsinápticos de glutamato, como
receptores de canal iónico regulado por ligando, facilitando y potenciando la neurotransmisión
excitadora glutamatérgica.
- GRUPO II y III = Presinápticamente, función autorreceptora para bloquear la liberación de glutamato.
Las sustancias que estimulan estos autorreceptores presinápticos como agonistas reducen la liberación
de glutamato y son potencialmente útiles como anticonvulsivantes y estabilizadores del humor, también
protegen contra la excitotoxicidad del glutamato. Los ionotrópicos se localizan Postsinápticamente y
trabajan juntos para modular la neurotransmisión postsináptica excitadora desencadenada por el
glutamato.
- Los receptores AMPA y kainato se encargan de la neurotransmisión excitadora rápida, pues permiten
que el sodio penetre en la neurona y la despolarice.
Figura 4-30.
Hipótesis de la hipofunción del receptor NMOA y los síntomas positivos de la esquizofrenia parte 1,
(A) Las proyecciones glutamatérgicas córtico-troncoencefálicas se comunican directamente con la vía
dopaminérgica mesocortical en el área tegmental ventral (VTA) para regular la liberación de dopamina
en el nucleus accumbens. (B) Si existe hipoactividad de los receptores NMOA en las interneuronas GABA
corticales, la vía córtico-troncoencefálica a la VTA estará hiperactivada, dando lugar a una liberación
excesiva de glutamato en la VTA. Esto dará lugar a una estimulación excesiva de la vía dopaminérgica
mesolímbica, y así a una liberación excesiva de dopamina en el nucleus accumbens. Está es la base
biológica teórica para la hiperactividad de dopamina mesolímbica que estaría asociada con los síntomas
positivas de la psicosis.
Figura 4-31. Hipofunción del receptor NMDA y síntomas positivos de esquizofrenia, parte 2. Los
receptores NVDA hipofuncionales en las sinapsis glutamatérgicas del hipocampo ventral también
pueden contribuir a la hiperactividad de dopamina mesolímbica. (A) El glutamato liberado en el
hipocampo ventral se une al receptor NMDA en una interneurona GABAérgica, estimulando la liberación
de GABA, GABA se une a los receptores en una neurona glutamatérgica piramidal que se proyecta al
nucleus accumbens, esto inhibe la liberación de glutamato aquí. La relativa ausencia de glutamato en el
nucleus accumbens permite una activación normal de la neurona GABAérgica que se proyecta al globus
pallidus, lo que a su vez permite la activación normal de una neurona GABAérgica que se proyecta al
AVT. Esto da lugar a una activación normal de la vía dopaminérgica mesolímbica desde el AVT al nucleus
accumbens. (B) Si los receptores NMDA de las interneuronas GABA del área ventral hipocampal son
hipoactivas, se sobreactivará entonces la vía glutamatérgica al nucleus accumbens, dando lugar a una
liberación excesiva de glutamato en el nucleus accumbens. Esto llevará a la estimulación excesiva de
neuronas GABAérgicas que se proyectan al globus pallidus, lo que a su vez inhibirá la liberación de GABA
desde el globus pallidus al AVT. Esto producirá la desinhibición de la vía dopaminérgica mesolímbica y
así una liberación excesiva de dopamina en el nucleus accumbens.
Relación de la hipótesis de la hipofunción NMDA en esquizofrenia con la hipótesis dopaminérgica en
esquizofrenia: síntomas negativos
Regulación glutamatérgica de las neuronas dopaminérgicas mesocorticales: Las neuronas
glutamatérgicas en la vía córtico-troncoencefálica que regulan las neuronas dopaminérgicas del AVT,
que se proyectan únicamente al córtex prefrontal (vía dopaminérgica mesocortical) son DIFERENTES a
las que regulan las neuronas dopaminérgicas del AVT que se proyectan al nucleus accumbens como a la
vía dopaminérgica mesolímbica. Así diferentes poblaciones de neuronas glutamatérgicas regulan
diferentes poblaciones de neuronas dopaminérgicas.
Figura 4-32. Hipofunción del receptor NMDA y síntomas negativos de esquizofrenia. (A) La proyección
de glutamato troncoencefálico cortical se comunica con la vía dopaminérgica mesocortical en el área
ventral tegmental (AVT) vía interneuronas GABA inhibitorias, regulando así la liberación de dopamina en
el córtex prefrontal. (B) Si los receptores NMDA de las interneuronas GABA corticales son hipoactivos,
entonces la vía córtico-troncoencefálica al AVT quedará hiperactivada, dando lugar a una liberación
excesiva de glutamato en el AVT. Esto dará lugar a una estimulación excesiva de las interneuronas
GABAérgicas del tallo cerebral, que a su vez producirá la inhibición de las neuronas dopaminérgicas
mesocorticales. Esto reduce la liberación de dopamina en el córtex prefrontal y es la base biológica
teórica de los síntomas negativos de psicosis.
Figura 4-36. Modelo de estrés-diátesis en esquizofrenia. La esquizofrenia puede ocurrir como resultado
de factores tanto genéticos (natura) como epigenéticos (nurtura). Es decir, un individuo con múltiples
factores de riesgo genético, combinados con múltiples estrés que provoquen cambios epigenéticos,
podría no tener suficientes mecanismos de seguridad para compensar el procesamiento de información
ineficiente dentro de un circuito genéticamente “desviado”. EL circuito pudría ser compensado de
manera fallida mediante una hiperactivación, o podría fallar totalmente y no activarse en absoluto. En
ambos casos, el endofenotipo biológico anómalo estaría asociado a un fenotipo conductual anómalo y
así a síntomas psiquiátricos como alucinaciones, delirios y trastorno del pensamiento. Esta activación del
circuito anormal sería detectable con un escáner cerebral funcional y los síntomas psiquiátricos se
manifestarían en la entrevista clínica.
Otro aspecto importante de la fortaleza sináptica es que probablemente determine si una sinapsis
determinada es eliminada o mantenida. Específicamente, una sinapsis "fuerte" con neurotransmisión
NMDA eficiente y muchos receptores AMPA sobrevive, mientras que una sinapsis "débil" con pocos
receptores AMPA podría ser objetivo de eliminación (Figura 4-39). Esto normalmente configura los
circuitos del cerebro de modo que las sinapsis más importantes no solo son reforzadas, sino que
también sobreviven el proceso continuo de selección, manteniendo las sinapsis más eficientes y de uso
más frecuente, mientras que se eliminan las sinapsis ineficientes y menos utilizadas. Sin embargo, si las
sinapsis fundamentales no son adecuadamente reforzadas en la esquizofrenia, esto podría dar lugar a su
eliminación de manera errónea, causando desconectividad que interrumpa el flujo de información
desde unos circuitos que se verían desprovistos de conexiones sinápticas allí donde la comunicación
tiene que ser eficiente (Figura 4-39). La eliminación competitiva de sinapsis "débiles" pero criticas
durante la adolescencia podría incluso explicar por qué la esquizofrenia tiene su aparición en este
momento.
Figura 4-37. Esquema del neurodesarrollo. Aquí se muestra el proceso del desarrollo cerebral. Tras la
concepción, las células madre se diferencian en neuronas inmaduras. Las que son seleccionadas migran
y entonces se diferencian en diferentes tipos de neuronas, tras lo cual tiene lugar la sinaptogénesis. La
mayor parte de la neurogénesis, selección neuronal y migración neuronal tiene lugar antes del
nacimiento, aunque se pueden formar nuevas neuronas en algunas áreas cerebrales, incluso en adultos.
Después del nacimiento, la diferenciación y mielinización de neuronas, así como la sinaptogénesis
continúan a lo largo de la vida. La reestructuración del cerebro también tiene lugar a lo largo de la vida,
pero es más activa durante la infancia y adolescencia en un proceso conocido como eliminación
competitiva. Los genes fundamentales que participan en el proceso de neurodesarrollo incluyen DlSC1
(afectado en la esquizofrenia 1), ErbB4, neurregulina (NRG), disbindina, regulador de lo proteína G de
señalización 4 (RGS4), activador de D-aminoácido oxidasa (DAOA) y genes para AMPA.
Figura 4-38. Múltiples genes susceptibles convergen en sinapsis NMDA en la esquizofrenia. Existe una
potente convergencia de genes susceptibles para la esquizofrenia a partir de la conectividad,
sinaptogénesis y neurotransmisión en las sinapsis glutamatérgicas y específicamente en los receptores
NMDA. Los genes susceptibles mostrados en este esquema incluyen los que afectan a distintos
neurotransmisores implicados en la modulación de los receptores NMDA, concretamente glutamato,
ácido α-aminobutírico (GABA), acetilcolina (ACh), dopamina (DA) y serotonina (5HT). Es decir, las
anomalías en genes para los distintos neurotransmisores que regulan receptores NMDA podrían tener
acciones posteriores sobre el funcionamiento del glutamato en los receptores NMDA. Así, los genes que
regulan estos neurotransmisores también darían lugar a susceptibilidad para esquizofrenia. La idea clave
es que cualquiera de estos genes susceptibles podría conspirar para causar una hipofunción del receptor
NMDA, lo que daría lugar a una potenciación anormal a largo plazo (LTP), una plasticidad sináptica y
conectividad anormal, fuerza sináptico inadecuada, y/o desregulación de receptores AMPA (α-amino-3-
hidroxi-5-metil-4-isoxazol-ácido propiónico). Cualquier combinación de suficientes factores de riesgo
genético con suficiente estrés o riesgo ambiental dará lugar a la manifestación de la susceptibilidad para
esquizofrenia como la enfermedad de esquizofrenia con presencia de síntomas sindrómicos plenos.
Figura 4-4. Genes de riesgo y eficiencia del procesamiento de información en la esquizofrenia. Se han
identificado varios genes que podrían conllevar un riesgo de procesamiento de información ineficiente
en la esquizofrenia. Los genes individuales con el mayor riesgo podrían ser el alelo Val de catecol-O-
metiltransferasa (COMT-Val) y el alelo T de metileno tetrahidrofolato reductasa (MTHFR-T). El riesgo
puede ser incluso mayor para individuos con múltiples genes de riesgo y en particular para pacientes
con el alelo COMT-Val y otro gen de riesgo.
Quizá el mayor riesgo haya sido observado en individuos que tienen los genes de riesgo neurregulina 1
(NRG1), ErbB4 y AKT.
Resumen.
En este capitulo se ha desarrollado una descripción clínica de la psicosis, con especial énfasis en la
enfermedad psicótica que conocemos como esquizofrenia. Se ha explicado la hipótesis dopaminérgica
de la esquizofrenia y su relación con la hipótesis de la hipofunción del receptor NMDA en la
esquizofrenia. Ambas son las hipótesis más importantes para la explicación de los mecanismos que
subyacen en los síntomas positivos, negativos, cognitivos y afectivos de la esquizofrenia. Se han descrito
las principales vías cerebrales dopaminérgicas y glutamatérgicas. La sobreactivación del sistema
dopaminérgico mesolímbico puede mediar los síntomas positivos de la psicosis y puede estar vinculada
a una hipofunción de los receptores glutamatérgicos NMDA en interneuronas GABA que contienen
parvalbúmina localizadas en el córtex prefrontal e hipocampo. Una hipoactivación del sistema
dopaminérgico mesocortical puede dar lugar a los síntomas cognitivos y afectivos de la esquizofrenia y
podría estar vinculada también con la hipofunción de los receptores NMDA en las diferentes
interneuronas GABA. Se ha descrito la síntesis, el metabolismo, la recaptación y los receptores de
dopamina y glutamato. Los receptores de dopamina-2 son el objetivo de todos los fármacos
antipsicóticos conocidos. Los receptores glutamatérgicos NMDA requieren la interacción no solo con el
neurotransmisor glutamato sino también con los cotransmisores glicina o D-serina. La desconectividad
de las sinapsis que contienen receptor NMDA provocada por influencias genéticas y ambientales /
epigenéticas es una hipótesis principal de la causa de la esquizofrenia, incluyendo su hiperactividad
glutamatérgica aguas arriba y la hipofunción del receptor NMDA, así como sus aumentos aguas
abajo de dopamina mesolímbica y descensos de dopamina mesocortical. Existe toda una gama de genes
que provocan susceptibilidad que regulan la conectividad neuronal y la formación de sinapsis que
también aumentan el riesgo de esquizofrenia y convergen en la sinapsis glutamatérgica que contiene
receptor NMDA como hipotético centro biológico del fallo en esquizofrenia. El malfuncionamiento de los
circuitos neuronales en pacientes esquizofrénicos puede ser demostrado mediante pruebas de imagen,
como la vinculación de síntomas cognitivos al córtex prefrontal dorsolateral y la relación entre los
síntomas de desregulación emocional con la amígdala. Los efectos de los genes de riesgo sobre el
funcionamiento eficiente de los circuitos cerebrales también pueden ser observados mediante técnicas
de neuroimagen, incluyendo la interacción epistásica de dos o más genes de riesgo.