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¿Es posible unificar los criterios sobre los que se concibe la psicología?

Suma Psicológica, Vol. 11, No. 1:


Marzo de 2004, 9-28,
ISSN 0121-4381

¿ES POSIBLE UNIFICAR LOS CRITERIOS


SOBRE LOS QUE SE CONCIBE
LA PSICOLOGÍA?

Emilio Ribes-Iñesta*
Universidad de Guadalajara, México

ABSTRACT

It is advocated the existence of diverse psychologies under the same name,


in spite they differ in subject-matter, methods, and application criteria. It
is examined how different problems related with the transmutation of
ordinary language into technical language and the influence of Judeo-
Christian thinkink have determined the prevailing confusion about the
nature of psychology as a scientific discipline.

Kew words: ordinary language, Judeo-Christian thinking, ontological


paradigms, category mistake, mental terms.

RESUMEN

Se plantea la existencia de diversas psicologías bajo un mismo nombre,


que difieren en la formulación de su objeto de conocimiento, métodos y
criterios de aplicación. Se examina cómo diversos problemas relaciona-
dos con la transmutación del lenguaje ordinario en lenguaje técnico y la
influencia del pensamiento judeocristiano han sido determinantes de la
confusión existente respecto de la naturaleza de la psicología como disci-
plina científica.

Palabras clave: lenguaje ordinario, pensamiento judeocristiano,


paradigmas ontológicos, error categorial, términos mentales.

* Dirigir toda correspondencia al autor a: Centro de Estudios e Investigaciones en Comportamiento 12


de diciembre 204 (Col. Chapalita). Apartado Postal 5-374 Zapopan, México 45040. Correo electróni-
co: ribes@cencar.udg.mx

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L
a transición del siglo XIX al si- 1971), han caracterizado el estado de
glo XX, entre otras muchas co- la psicología como el de una discipli-
sas, significó la integración de na multiparadigmática, su circuns-
un conjunto de cuerpos de conocimien- tancia real se ajusta de mejor manera
to, hasta entonces independientes, en a la de un conjunto de disciplinas pa-
ciencias específicas (el surgimiento de ralelas amparadas, ambigua y
la física y la biología, entre otras), y la conflictivamente, por un mismo nom-
transformación de las así llamadas fi- bre o denominación. Al margen de
losofías de la naturaleza y del espíritu otras diferencias que pasaremos a
en campos de conocimiento delimita- examinar en breve, la psicología
dos, con rasgos propios y definitorios “apareció” en el siglo XX con cuatro
de sus programas de investigación teó- caracterizaciones distintas:
rica y empírica. 1) Como el estudio experimental de
La ciencia, como actividad la experiencia subjetiva (fenómenos
profesionalizada, es un fenómeno mentales), y su relación con los pro-
que se inicia en el siglo XX. La blemas de la filosofía tradicional del
profesionalización del ejercicio de la conocimiento y la moral,
ciencia se vio acompañada por la 2) Como la extensión experimen-
institucionalización de su enseñanza tal de los estudios sobre el funciona-
en la Universidad. La Universidad no miento del sistema nervioso y la
sólo se convirtió en la institución que evolución biológica,
arropó y auspició la actividad creativa 3) Como el estudio del comporta-
de los científicos, sino que, al mismo miento de los organismos y de sus
tiempo, la sociedad delegó en ella to- aplicaciones al comportamiento huma-
das y las únicas atribuciones recono- no en sociedad, y
cidas para formar y preparar a los 4) Como el desarrollo de técnicas
nuevos cultivadores de las diversas de medición e intervención relaciona-
disciplinas científicas y sus aplicacio- das con la actividad de los seres hu-
nes profesionales. manos en los campos de la salud, la
En este complejo proceso histórico, educación y las organizaciones.
la psicología surgió como una discipli- Estas cuatro formas distintas de
na con una configuración ambigua, pro- caracterizar a la psicología dieron lu-
ducto de la sinergia de intereses, gar al desarrollo de distintas disci-
propósitos y orígenes diferentes, cuan- plinas reales (no nominales), con
do no incompatibles entre sí. Aunque fundamentos filosóficos diferentes, for-
muchos, abusando de los conceptos de mas variadas de concebir el objeto de
Kuhn (1962), traducción española conocimiento de lo “psicológico”, con-

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cepciones divergentes del método mada psicología. La confusión concep-


apropiado para los múltiples objetos tual y la imprecisión de sus objetivos
de conocimiento planteados, e y límites es el modo de vida que este
implicaciones y propuestas profunda- mito impone a sus practicantes.
mente distintas sobre la aplicación del Es paradójico que en el momento
conocimiento psicológico en la vida histórico en que el conocimiento cien-
social y su relación con los determi- tífico se estructura con base en la es-
nantes de la condición social del ser pecificidad (integrada) de sus objetos
humano. No tiene nada de extraño o de conocimiento y métodos asociados
sorprendente que la confusión concep- (al margen de las relaciones multi e
tual y la inconmensurabilidad de las interdisciplinares que se establecen),
prácticas reales sea la circunstancia la psicología destaque por cubrir bajo
que mejor describe la coexistencia de su nombre a múltiples disciplinas pa-
disciplinas diferentes amparadas bajo ralelas, divergentes muchas de ellas,
un mismo nombre (Wittgenstein, que reclaman, de un modo u otro, la
1953). Las distintas psicologías difie- legitimidad exclusiva del nombre com-
ren en su concepción de qué es lo psi- partido.
cológico, en cómo se estudia, para qué Todas las ciencias conocidas han
y para quién se aplica ese conocimien- sufrido transformaciones profundas a
to, aunque todas ellas se reconozcan lo largo de su desarrollo o evolución
en un mismo nombre certificado so- histórica previa a su configuración
cialmente por la institución autoriza- actual. Aunque algunas ciencias se
da para ello, la Universidad. No es presentan como disciplinas aparente-
correcto, por consiguiente, hablar acer- mente nuevas o jóvenes, todas pue-
ca de “la” psicología, aludiendo a una den rastrearse en distintos
disciplina ideal con propósitos, medios momentos y en distintas formas den-
y fines precisos compartidos por todos tro del desanu-damiento progresivo
aquellos que la practican. Nos enfren- que sufrieron los distintos modos y
tamos, más bien, a un conjunto diver- disciplinas de conocimiento a partir
so, frecuentemente inconmensurable, de una matriz original que integraba
de “psicologías” que, lamentablemen- religión, arte, ciencia, tecnología y
te, solo comparten el nombre. En sen- sentido común. Esa matriz, a la ma-
tido estricto, deberíamos hablar de “las nera de una estructura arquitectóni-
psicologías”, asumiendo sus diferen- ca del conocimiento humano en un
cias irreconciliables, o cuando menos sentido amplio, permanece todavía
evidentes, en cuanto a objeto, método articulando las concepciones del mun-
y aplicaciones del conocimiento. La así do y de la vida social en lo individual y
llamada psicología constituye, en rea- en lo colectivo, de modo infinitamen-
lidad, un pluralismo disciplinar no re- te diversificado, a través de las así lla-
conocido, cuya forma de existencia es madas ideologías. Las ciencias, aún
el mito de una disciplina unificada lla- cuando disponen de premisas y reglas

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especiales como modos de conoci- siempre se refiere, entre otras, a cir-


miento, no están desarticuladas por cunstancias, tendencias, maneras,
completo de las ideologías. Su articu- propensiones y relaciones de las prác-
lación se da en dos niveles: uno rela- ticas de los individuos en una situa-
cionado con los modelos y metáforas ción determinada (Ryle, 1949; Malcom,
raíz que subyacen a la formulación de 1971). Imaginar, pensar, recordar, ra-
los objetos de conocimiento y métodos zonar y muchos otros términos, que
de las disciplinas, y un otro que se tienen sentido sólo en el contexto de
manifiesta en las expresiones indivi- expresiones en situación, no significan
duales de las diversas prácticas ideo- actividades ocultas o entidades mis-
lógicas de lo social por los grupos de teriosas que poseemos pero que so-
científicos y los científicos individua- mos incapaces de identificar. Estos
les (Ribes, Moreno y Padilla, 1996). términos y sus expresiones sólo sig-
Considero que, justamente, al exa- nifican lo que los actos del que habla
minar la imbricación de diversas ideo- y los que escuchan representan como
logías con los distintos intentos por prácticas contextualizadas por una
fundamentar a cada una de las psico- situación. Nadie trata de asir la idea
logías y sus implicaciones, podremos que da vueltas en la cabeza de al-
identificar el origen y razones que fun- guien, o trata de exprimir su lengua
damentan la multiplicidad de monólo- para que salga una palabra, o de asis-
gos, que de manera análoga a una tir al entierro –incluso imaginario–
moderna Torre de Babel, constituyen del amigo muerto en un accidente
el discurso de nuestro proyecto de dis- aéreo durante un sueño. Tampoco
ciplina. nadie tiene frente a sus ojos la fiel
película de una playa de Acapulco
LA PERVERSIÓN DEL LENGUAJE cuando se imagina estar allí, o toma
ORDINARIO
analgésicos para paliar el dolor que
Aunque quizá lo que diga pueda sor- siente por la pérdida de un ser queri-
prender a unos y hasta escandalizar a do. Cuando uno dice que está pensan-
otros, creo que el punto de partida para do, no quiere decir que está involucrado
identificar lo psicológico como fenóme- en un tipo de actividad especial iden-
no son las prácticas del lenguaje ordi- tificable como puede ser tocar el pia-
nario relacionadas con términos y no, y cuando se afirma que se ha
expresiones “mentales”. Sin embargo, perdido la memoria de algo, no se cree
es importante aclarar que no conside- que se ha dejado de tener posesión de
ro que los términos y expresiones men- algo que estaba dentro de uno mismo.
tales, tal como ocurren en el lenguaje Todas las expresiones mentales,
ordinario, tengan relación alguna con en última instancia, constituyen re-
entidades inobservables o trascenden- ferencias de lo que hace o le sucede a
tes. El uso de los términos y expresio- un individuo. Es en este sentido que
nes mentales en el lenguaje ordinario puede afirmarse que lo psicológico,

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como fenómeno, ocurre y se identifi- y expresiones son depende de que lo


ca, en principio, en la dimensión de lo se hace con ellas y mediante ellas en
individual humano, aún cuando se la práctica ordinaria entre individuos.
extiende, con ciertas limitantes, a otras De allí que el sentido del lenguaje no
especies animales. Por ello, aun cuan- pueda aislarse de las prácticas y si-
do se difiera en la naturaleza de lo psi- tuaciones en que ocurren como fenó-
cológico, en su estructura y en las meno vivo. Palabras y expresiones
maneras de poder conocerlo, es incues- tienen tantos sentidos o significacio-
tionable que todas las psicologías par- nes como usos en contexto se puedan
ten del reconocimiento de lo identificar.
psicológico con base en el criterio de Cuando digo que me duele el estó-
individualidad que se manifiesta en mago no uso la palabra doler de la mis-
las expresiones que incluyen térmi- ma manera (y por consiguiente no
nos mentales. Lo psicológico se fun- significa lo mismo) que cuando digo
damenta en las expresiones que me duele el bolsillo o que me due-
personales referidas a un “yo”, y por le haber dicho lo que dije. Cuando
analogía a los “tú” y a los “él” o “ella”, pienso en cómo podré organizar mi
aunque estos términos, fuera de un horario la semana próxima, no supon-
contexto situacional particular, no son go que hago lo mismo que cuando pien-
más que abstracciones de sistemas de so en cómo diseñar un experimento
referencia individual. La materia para separar la tasa local de
cruda de la psicología reside en la reforzamiento de la tasa de respuesta
base del lenguaje ordinario y de las correlacionada, ni tampoco tiene nada
prácticas individuales involucradas que ver con pensar cuánto me gusta-
en cada una de sus expresiones. ría volver a ver a viejos amigos de la
La característica fundamental juventud. Cuando recuerdo que tengo
del lenguaje ordinario es su multi- que pagar un abono bancario en de-
vocidad o polisemia. Las palabras ais- terminada fecha, no interpreto que
ladas per se carecen de significado. Las ocurre lo mismo que cuando recuerdo
palabras siempre forman parte de ex- cómo se llamaba un restaurante que
presiones y es en las expresiones o en me agradó mucho en Luca, o que cuan-
la prácticas que las remplazan y acom- do recuerdo las tablas de multiplicar,
pañan en donde las palabras cobran o recuerdo mi nombre, o bien recuer-
su sentido pleno (Austin, 1962). Las do un argumento acerca de la imposi-
expresiones son siempre componentes bilidad de un lenguaje privado. De igual
de una práctica social, siempre ocu- modo, no incurro en confusiones de lo
rren en situación o contexto, y su sig- que hago y me ocurre cuando imagino
nificado proviene precisamente de su qué podría pasar en este país si nos
uso en contexto en un momento de- gobernara gente inteligente y honesta
terminado y por una comunidad lin- en contraste cuando imagino qué me
güística específica. Lo que las palabras puede pasar si expreso mi opinión de

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cómo debería comportarse un deter- explicitar qué entiende por ese tér-
minado funcionario, o cuando imagi- mino, cómo lo usa y a qué tipo de
no el deleite que me produce un indicadores lo refiere. Esta práctica
determinado platillo acompañado de universal de nuestra disciplina, que
buen vino en un restaurante de Bar- privilegia simultáneamente la herme-
celona. En todos estos ejemplos, pen- néutica y el operacionalismo como
sar, recordar, doler e imaginar hacen instrumentos de validación del voca-
referencia a episodios diferentes, a cir- bulario técnico, refleja exclusivamen-
cunstancias distintas y, de ninguna te la problemática conceptual creada
manera, denotan o describen la ocu- por el trasvase de los términos menta-
rrencia de una actividad especial am- les del lenguaje ordinario en la forma
parada por la misma palabra, que tiene de lenguaje técnico en nuestra supues-
en cada uso un significado y función ta ciencia. Este grave error categorial,
distintas. Esto no tiene nada de extra- se origina en dos perversiones comu-
ño, pues las palabras que se usan en nes en el uso del lenguaje.
las expresiones mentales no son tér- La primera, consiste en suponer
minos técnicos. Son términos del len- que la función básica y definitoria del
guaje ordinario que se usan en el lenguaje es denotar y describir la rea-
contexto de la práctica cotidiana de los lidad, es decir, que el lenguaje consti-
individuos que se relacionan con otros tuye un mapa cognoscitivo de las
individuos y su ambiente. entidades, acontecimientos y propie-
Los términos técnicos, a diferen- dades del mundo. En consecuencia con
cia de los términos ordinarios o no téc- esta posición, se supone que los
nicos, son unívocos. Cuando un sustantivos designan o corresponden
químico habla del peso atómico, todo siempre a entidades u ocurrencias,
el mundo sabe a qué se refiere, y no mientras que los verbos describen ac-
tiene que explicar cómo lo entiende o ciones. Cuando se busca identificar los
lo define. Del mismo modo, cuando un referentes de términos tales como emo-
biólogo habla de un neurotransmisor, ción, inteligencia, memoria y otros si-
no tiene que hacer ninguna aclaración milares, la estrategia consiste en
particular respecto a qué entiende por asumir que se trata de estructuras o
ese neurotransmisor. Sin embargo, un contenidos que corresponden a estruc-
psicólogo, de cualquier orientación dis- turas internas del individuo. De igual
ciplinar, para ser comprendido cada manera se procede con términos como
vez que habla a un auditorio especia- pensar, imaginar, recordar, razonar y
lizado empleando términos tales como otros más, los cuales se supone son
memoria, pensamiento, inteligencia, acciones o actividades inobservables,
imaginación, personalidad, percepción, que tienen lugar de manera oculta tam-
aprendizaje o cualquier otro de los tér- bién en el interior del organismo. En
minos constitutivos del interés de la ambos, la lógica subyacente consiste
psicología, tiene que empezar por en suponer que los referentes de

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sustantivos y verbos son entidades u espectador y protagonista de su propia


ocurrencias y acciones, y que en la vida, desdoblándose en el actor y agen-
medida en que esas ocurrencias y ac- te de los actos. De este modo, el len-
ciones no son directamente observa- guaje ordinario es despojado de toda
bles, deben de tener lugar en el mundo significación práctica y social, y se
interior del individuo, apuntando al le otorga el caracter de evidencia de
sistema nervioso como su sede privi- un mundo interno transmitido al exte-
legiada. De este modo, el individuo rior por una mente cosificada y sus di-
posee en su interior un complejo mun- versas estructuras y funciones a través
do biológico y un complejo mundo psi- del discurso.
cológico (mental), cuyo delicado Recuperar los significados de las
funcionamiento recíproco se desco- expresiones mentales en el lenguaje
noce, pero cuya existencia no se pue- ordinario representa el primer paso para
de desconocer dada la existencia de que se pueda constituir un punto de
palabras que denotan referentes partida libre de confusión conceptual
incuestionables ante la experiencia del para un proyecto de psicología. Los tér-
propia individuo. minos mentales no constituyen térmi-
La segunda perversión en el uso del nos técnicos. Si la psicología, al
lenguaje proviene de asumir que todas abandonar al mito de la coexistencia de
las palabras que usamos legitiman o dos mundos en un mismo individuo, es
justifican la existencia de referentes capaz de construir su propio lenguaje
correspondientes a dichas palabras. De técnico, específico a los acontecimien-
esta manera, se supone que el conte- tos, propiedades y dimensiones que le
nido del discurso es testimonio y evi- corresponde estudiar como disciplina
dencia de las percepciones del propio empírica, entonces se “encontrarᔠcon
sujeto sobre sí mismo. La referencia - las relaciones, tendencias y circunstan-
en el discurso- a términos que son cias referidas como contenidos de las
sustantivos, pronombres y verbos, es expresiones mentales en el lenguaje
concebida como evidencia certera de la ordinario, pero lo hará de manera se-
descripción y, por ende, de la existen- mejante a como lo han hecho otras
cia de entidades, agentes y acciones a ciencias que pueden adecuar o tradu-
las que sólo tiene acceso el propio suje- cir su lenguaje técnico –al menos par-
to. Los términos mentales son cialmente– al de las prácticas del
desvinculados de toda práctica social, lenguaje ordinario. Sólo la psicología
y se convierten en la prueba de la exis- parece haber recorrido históricamente
tencia de acontecimientos y entida- el camino al revés, traduciendo el len-
des internas, no observables por los guaje ordinario a lenguaje técnico.
sentidos, y a los que sólo la propia men-
LA HISTORIA DEL MITO
te tiene acceso como el sujeto real pri-
vilegiado de tal objeto de Esta transmutación del lenguaje
autoconoci-miento. El individuo es ordinario en lenguaje técnico tuvo lu-

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gar en un largo proceso histórico que que tienen lugar en el cuerpo, pero
se inició con la primera formulación que son distintas de sus acciones y a
de la psicología como una disciplina la vez son causa de ellas?
de conocimiento empírica, en los Tra- Aún cuando es muy difícil determi-
tados Acerca del Alma por Aristóteles nar un momento preciso en el que este
(traducción española de 1978). En di- hecho tuvo lugar, es indudable que el
chos tratados, Aristóteles propuso al alma se desnaturalizó, como objeto de
alma como el concepto central de lo estudio científico, con la consolidación
que ahora llamamos psicología, pero del pensamiento judeocristiano como
dicho concepto tenía poco que ver con ideología hegemónica de Occidente. El
la apropiación dualista que tuvo lugar alma recuperó muchas de las caracte-
en el contexto histórico de la domina- rísticas que poseía previamente en el
ción ideológica del pensamiento pensamiento místico pitagórico, y me-
judeocristiano en la cultura de Occi- diante un sistemático trabajo de
dente (Kantor, 1963). El alma para descontextualización, deformación y
Aristóteles no constituía entidad o fraccionamiento de la obra aristotélica,
substancia distinta del cuerpo que te- el concepto de alma fue despojado de
nía vida (que se generaba, se nutría y su significado naturalista y se incor-
se corrompía) y, por consiguiente, no poró a la filosofía teológica de la
podía pensarse en un alma que habi- patrística y la escolástica. Paradójica-
tara en un cuerpo. Para Aristóteles, el mente, Aristóteles –el Aristóteles in-
alma era siempre el alma de un cuer- terpretado por la doctrina cristiana– se
po. No había almas como entidades convirtió en la figura normativa del
particulares independientes de los pensamiento oficial occidental.
cuerpos particulares, ni tampoco exis- Con San Anselmo, el alma adqui-
tía un alma genérica o universal com- rió la categoría de sustancia distinta
partida por los distintos cuerpos de la materia, y con San Agustín, esa
particulares. Para Aristóteles, el alma alma, sustancia espiritual, distinta e
como entelequia de un cuerpo parti- independiente del cuerpo, fue causa
cular, era el conjunto de potencias de primera del cuerpo en tanto que le otor-
dicho cuerpo hechas acto. Desde este gaba la vida. Al abandonar el alma al
perspectiva, el alma, como concepto, cuerpo, éste se corrompía. El alma se
se aplicaba a la descripción de los dis- convertía así en una sustancia, prove-
tintos tipos de organización del movi- niente de Dios, y que con la muerte
miento de los cuerpos vivos como transmigraba hacia Dios nuevamente.
potencias en acto frente a otras enti- Los sentidos, pertenecientes al cuerpo
dades, objetos u organismos. como sustancia material, morían con
Pero, ¿cómo devino esta concepción el cuerpo. El alma poseía la facultad
del alma en la significación que la de la razón y el conocimiento, que en
psicología y la filosofía le otorgan como el caso del conocimiento de lo divino
actividad, proceso o entidad mentales, se daba como revelación.

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Con el Renacimiento renace tam- ¿A qué se refiere Descartes con


bién la psicología, pero excepción he- estas afirmaciones? Descartes inten-
cha de los escritos de Averroes y ta fundamentar un método del cono-
Maimónides en el siglo XII en Córdo- cimiento compatible con el concepto
ba, que prolongan la tradición natu- de Verdad Divina. Para ello, recurre a
ralista de Aristóteles, la tendencia del una argumentación ontológica del co-
pensamiento iniciada con la patrística nocimiento en la que la revelación se
culmina en la consolidación de una da como un proceso exclusivamente
psicología dualista y trascendental. racional. La verdad, como conocimien-
A partir del Renacimiento surgió to, debe igualarse, en principio, con
la necesidad de separar a la ciencia, la idea de perfección. Dios es la per-
como modo de conocimiento, de la teo- fección y, en esa medida, su conoci-
logía como doctrina del ser. Esto obli- miento como idea es verdadero, pues
gó a los pensadores del Renacimiento, como conocimiento racional es algo
y a los que les siguieron, a fundamen- concebido de manera clara y distinta.
tar los criterios de verdad y certeza del Las verdades racionales iniciales, “las
conocimiento en la existencia de una ideas de Dios y del alma, nunca han
entidad espiritual en el hombre (la pasado por los sentidos” (ibíd, p. 23).
mente o razón) que, a la manera de Partiendo del hecho de que los ani-
una luz natural interior, permitía el males carecían de las ideas de Dios y
discernimiento correcto. La operación de perfección, Descartes aceptaba la
de dicha entidad espiritual era prue- naturaleza diferencial del alma de los
ba de la existencia de Dios y de su animales respecto de la de los hom-
perfección, y con ello se garantizaba bres. Mientras que la de los primeros
la verdad del conocimiento empírico era solamente sensitiva, la del hom-
humano como conocimiento por re- bre era racional. La imperfección del
flexión de dicha luz natural interior. hombre radicaba en que era un ser
Descartes elaboró la argumentación compuesto por cuerpo y alma, mien-
y el método que fundamentó a la nue- tras que Dios era sólo espíritu. La Ra-
va ciencia postrenacentista. En El Dis- zón, como espíritu, era lo que
curso del Método expresa que: identificaba parcialmente al hombre
con la divinidad y, por ello, identifi-
“...Dios es el gran legislador, y por eso
cando al espíritu con la forma y a lo
nadie más que él puede establecer
material con lo sensible, el conocimien-
preceptos...Dios nos ha dado una luz
to verdadero sólo podía obtenerse a
natural para distinguir lo verdadero de
partir de la deducción, como regla ba-
lo falso... Tan cierta es la existencia del
sada en las formas y no en los conte-
Ser perfecto como una demostración
nidos sensibles de los objetos. La
geométrica y aún más evidente la pri-
deducción, siendo el método de la geo-
mera que la segunda” (Descartes,
metría, procuraba el criterio racional
1980, pp. 12,19 y 23).
por excelencia: la demostración. La

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deducción, en tanto método geométri- cosa material -de suerte que este yo-
co, se fundamentaba en las formas o lo que es lo mismo, el alma, por el
puras que, desde el punto de vista de cual soy lo que soy, es enteramente
la Razón, constituían lo más claro y distinto del cuerpo y más fácil de co-
distinto. Aún cuando un triángulo pu- nocer que él” (ibíd, p. 21).
diera no existir en la naturaleza, la
triangularidad de un triángulo era algo De acuerdo con este argumento,
cierto e indudable. Su certeza era solo Descartes no solo concebía al hombre
comparable a la de la idea de Dios. como un ser dual, sino que su alma -
Aplicando esta regla al problema de en tanto Razón- constituía su esen-
la propia existencia, Descartes con- cia. El cuerpo era secundario y más
cluyó que: difícil de conocer. El yo era el alma en
tanto razón, alma que no requería del
“...enseguida noté que si yo pensaba cuerpo para existir. En la medida en
que todo era falso, yo, que pensaba, que “...las reglas de la mecánica [que]
debía ser alguna cosa, debía temer al- son las mismas de la naturaleza” (ibíd,
guna realidad; y viendo que esta ver- p. 30), Descartes concibió el funciona-
dad, pienso, luego existo, era tan firme
miento del cuerpo del hombre y de los
y segura que nadie podría quebrantar
animales en forma análoga al de los
su evidencia, la recibí sin escrúpulo
cuerpos celestes e inanimados. La
alguno como el principio de la filoso-
causalidad eficiente, lógica sobre la que
fía que buscaba” (ibíd, p. 21).
se construyó la mecánica renacentista,
La aceptación de la existencia pro- daba cuenta de los movimientos de los
pia a partir del pensamiento como cuerpos animados, incluyendo el del
duda, constituyó el fundamento de hombre. Sin embargo, en el caso del
Descartes para afirmar la dualidad hombre, la existencia del alma, como
esencial del hombre, y construyó el una substancia distinta y autónoma
basamento de la psicología de nues- del cuerpo, no podía explicarse con
tros días: base en los principios de la mecánica.
Para este caso, Descartes utilizó la
“Examiné atentamente lo que era yo, y
metáfora de la óptica. El alma, en la
viendo que podía imaginar que carecía
medida en que era como una luz in-
de cuerpo y que no existía nada en que
terna, reflexionaba sobre sus propias
mi ser estuviera, pero que no podía con-
ideas y aquellas que provenían de los
cebir mi no existencia, porque mi mis-
sentidos. Alma y cuerpo obedecían a
mo pensamiento de dudar de todo
principios distintos. La primera, a las
constituía la prueba más evidente de
que yo existía -comprendí que yo era
reglas de la deducción geométrica en
una substancia, cuya naturaleza o
la forma de un proceso paraóptico
esencia era a su vez el pensamiento, (Turbayne, 1974) y, el segundo, a los
substancia que no necesita ningún lu- principios de la mecánica, que regían
gar para ser ni depende de ninguna a todos los cuerpos de la naturaleza.

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El alma para Descartes era la coherente y disfrazada de cómo las di-


substancia cognoscente, ya sea por versas ideologías han configurado un
medio de los sentidos o a través de su objeto de conocimiento, cuya natura-
propia reflexión. El cuerpo, en cambio, leza, modo de conocimiento e
era la substancia vinculada a la ac- implicaciones morales han servido
ción, al movimiento. De este modo, el para fundamentar, justificar y sancio-
hombre se encontraba formado por nar la práctica social de los individuos
una substancia cognoscente y una (Ribes, 1986).
substancia movible. La interacción La forma en que se caracteriza
entre el alma y el cuerpo fue la aporta- ontológicamente el objeto de conoci-
ción particular de Descartes a la miento de una disciplina matiza, cuan-
refundación de la psicología como dis- do menos, la manera en que se aborda
ciplina empírica. La forma particular el problema del método de conocimien-
de esta interacción, detallada princi- to e, indudablemente, las implicaciones
palmente en el Tratado del hombre y morales que representa la aplicación
en el Tratado de las pasiones del de ese conocimiento. Me limitaré a exa-
alma , consistió en una relación minar el problema del compromiso
paramecánica entre el alma y el cuer- ontológico en las distintas variedades
po. Aun cuando el alma no residía en disciplinares que se amparan bajo el
ni requería del cuerpo para su exis- nombre de psicología, y solo comenta-
tencia, interactuaba con él a través de ré algunas de sus implicaciones
la glándula pineal, en donde, como epistemológicas y morales.
voluntad racional, podría activar a los La formulación de un objeto de co-
espíritus animales del cuerpo para di- nocimiento específico reviste dos di-
rigir sus movimientos y, en donde, a mensiones de compromiso conceptual.
su vez, recibía los influjos del cuerpo El primer compromiso, que determina
en la forma de pasiones. El alma co- en gran medida la forma que asume el
nocía directamente y podía, de mane- segundo, tiene que ver con la defini-
ra paramecánica, afectar los ción misma del objeto que se propone
movimientos del cuerpo. Así se cons- conocer. El segundo compromiso se
tituyó el Mito del Fantasma en la Má- vincula con la selección de las propie-
quina (Ryle, 1949), con un hombre dades del objeto definido, a fin de esti-
escindido en conocimiento y acción, la pular los criterios de conocimiento
supuestamente moderna división en- válidos y pertinentes. Un mismo obje-
tre cognición y comportamiento. to, por su carácter abstracto, contiene
un potencial inespecífico de propieda-
LAS DIMENSIONES ONTOLÓGICA, des analizables. La identificación y
EPISTÉMICA Y MORAL DE LA enumeración de las propiedades que
PSICOLOGÍA
definen el proceso de conocimiento de
La historia de la psicología oficial ese objeto, establece diferencias en-
no es más que una presentación in- tre el objeto ontológicamente definido y

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el objeto epistemológicamente definido. ter de evidencia, así como la natura-


El grado de propiedades compartidas leza de las representaciones concep-
epistemológicamente por dos objetos tuales formuladas o elegidas para
respecto de un mismo objeto, presentar las teorías, todas ellas, son
ontológicamente considerado, determi- extrañas unas a otras entre las diver-
nará la conmensurabilidad y sas teorías de las psicologías, aun
comparabilidad de los datos, así como cuando en ocasiones empleen los mis-
las semejanzas de familia de los con- mos términos en cuanto a la definición
ceptos empleados por cada teoría. Los de su objeto de conocimiento. Térmi-
conceptos y datos de una teoría son nos tales como mente, conducta, mun-
integrables a otra solo en la medida do y aquellos otros derivados o
en que comparten alguna dimensión relacionados con ellos (objeto, estímu-
definitoria respecto del objeto de co- lo, representación, etc.) son, en senti-
nocimiento, ya sea a nivel ontológico o do estricto, homónimos, y constituye
epistemológico. un grave error categorial considerar-
Las psicologías, en la medida en los sinónimos entre los distintos
que difieren en su formulación paradigmas.
ontológica del objeto de conocimiento, Como un ejercicio del análisis que
divergen también total o parcialmente se puede hacer respecto de los com-
en los criterios epistemológicos de promisos ontológicos de las diversas
como abordarlo. La carencia de crite- psicologías, voy a mostrar ocho
rios comunes a nivel ontológico y/o paradigmas ontológicos diferentes con
epistemológico ha determinado direc- los que se puede identificar a psicolo-
tamente que las teorías generales o gías muy diversas. En estos para-
particulares surgidas en el contexto de digmas se destacan cinco conceptos
las distintas psicologías no tengan básicos: mundo, cuerpo, mente, cere-
puntos de contacto conceptual, bro y conducta. Lo importante es re-
metodológico o empírico y, por consi- saltar que las teorías incluidas en cada
guiente, no sean directamente con- uno de los paradigmas proponen he-
mensurables o integrables. De este chos de distinta naturaleza y cómo
modo, las categorías teóricas (Ribes, dependen de ello los métodos, medi-
Moreno y Padilla, 1996) desarrolladas das, criterios de evidencia y de expli-
por las distintas psicologías, se han cación, así como los modelos de
materializado en taxonomías, operacio- representación. El mundo, el cuerpo,
nes, medidas y representaciones que la mente, el cerebro y la conducta cons-
ocupan espacios lógicos y empíricos tituyen cuando menos uno de los refe-
independientes entre sí. Los hechos a rentes de cualquiera de las psicologías.
ser estudiados, las categorías clasifi- Sin embargo, estos términos pueden
catorias propuestas, los criterios de tener significados diferentes en cada
método y procedimiento empleados, el uno de los paradigmas, e incluso pue-
tipo de medidas utilizadas y su carác- den tener interpretaciones específicas

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¿Es posible unificar los criterios sobre los que se concibe la psicología? 21

diversas al interior de cada para- como construcción mental. El mundo


digma. En los esquemas con los que existe como entidad independiente del
d e s cribiremos ocho paradigmas individuo y su mente, pero, como mun-
ontológicos, la mente se identifica por do funcional, es un mundo construido
un triángulo, el mundo por un círcu- por y representado en la mente. Las
lo, el cuerpo por un cuadrado, el cere- representaciones mentales se ajustan,
bro por un rectángulo con líneas con frecuencia, a un modelo o alegoría
oblicuas, y las acciones de cada una de captación, transformación, almace-
de esas entidades por flechas con namiento, fabricación y actuación de
direccionalidad. La continuidad o dis- representaciones (Ribes, 1990a).
continuidad de figuras y flechas indi- El segundo paradigma plantea las
can supraordinación o subordinación relaciones mundo-mente-cuerpo. En
de los factores descritos dentro de los esta formulación, el fenómeno psico-
paradigmas. Cuando las flechas entran lógico consiste en una interacción en-
en o salen de una de las entidades sig- tre el mundo y la mente a través del
nifica que hay un efecto directo o un cuerpo. Aunque la mente es indepen-
origen del efecto en ellas. Cuando las diente del cuerpo como entidad fun-
flechas se inician o terminan en con- cional, requiere de la mediación del
tacto con el límite de alguna de las cuerpo para interactuar con el mun-
entidades, se trata de una acción de do. La interacción entre mente y mun-
caracter secundario. En la Figura 1 se do se da como un reconocimiento del
muestran los diagramas de los distin- mundo por la mente, que se expresa
tos paradigmas. mediante las reacciones (o pasiones) y
El primer paradigma se refiere a acciones del cuerpo frente al mundo.
la relación mente-mundo. En esta for- El mundo afecta a la mente a través
mulación, la psicología se concibe del cuerpo y el cuerpo reacciona ante
como el estudio de la relación entre una el mundo de dos maneras: una auto-
entidad, la mente, y el mundo. La men- mática, de carácter físico-biológica, y
te es contextualizada en un cuerpo, otra, intencional y/o racional, auspi-
pero sus relaciones con el mundo no ciada por las operaciones de la mente.
requieren de ese cuerpo. Su existen- La mente, como arquitectura de ope-
cia puede depender del cuerpo, pero raciones autocontenidas, no es rele-
sus funciones, como relaciones con el vante como objeto de estudio. La
mundo, son independientes del cuer- mente es importante como entidad
po. La mente, desde este punto de vis- interactiva con el cuerpo, el cual le
ta, se estudia exclusivamente como permite reconocer y conocer el mun-
una actividad directa que tiene lugar do (no construirlo), pero del cual regu-
en el tiempo, y sus productos consti- la, a la vez, las reacciones y acciones
tuyen los contenidos que son la repre- frente a ese mundo.
sentación del mundo. El mundo, desde El tercer paradigma es el de las
esta perspectiva, tiene sentido solo relaciones mente-conducta. El fenóme-

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Paradigma 1 Paradigma 2

Paradigma 3 Paradigma 4

Paradigma 6
Paradigma 5

Paradigma 7 Paradigma 8

FIGURA 1. Se representan ocho paradigmas ontológicos diferentes sobre el


fenómeno psicológico. Ver el texto para identificar los distintos símbolos.

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¿Es posible unificar los criterios sobre los que se concibe la psicología? 23

no psicológico se concibe en términos el cerebro, que remplaza a la mente,


de la relación entre la mente y el com- es una estructura del propio cuerpo.
portamiento, contextualizados ambos Solo existe una substancia, el cuerpo,
en un cuerpo; cuerpo que, sin embar- que se diferencia en dos estructuras,
go, carece de representación concep- el cuerpo, como actor, y el cerebro,
tual como parte del objeto de estudio. como director. El cerebro se convierte,
En este paradigma, la mente y la con- de este modo, en un homúnculo den-
ducta actúan respecto del mundo, la tro del propio cuerpo, que conoce al
primera construyendo la imagen o re- mundo y dirige las acciones del cuer-
presentación del mundo y, la segun- po. En este paradigma se da la para-
da, “respondiendo” a esa imagen. La doja lógica de que el cuerpo constituye
conducta constituye simplemente un un órgano del cerebro. El individuo es
componente terminal de la operación su cerebro y el comportamiento es re-
de la mente, sin ninguna atribución ducido a hechos corporales.
propia. La mente es afectada por el El quinto paradigma es el de las
mundo sólo como consecuencia de los relaciones cerebro-mente-mundo. En
efectos del comportamiento. Por ello, este paradigma se concibe a los fenó-
la mente, en este paradigma, es más menos psicológicos como un conjunto
parecida a la del paradigma 1 que a la de relaciones múltiples entre el mun-
del paradigma 2. Es una mente que es do, el cerebro y la mente, los dos últi-
afectada indirecta o débilmente por el mos contextualizados por el cuerpo,
mundo, pero que tiene un papel activo pero sin que el cuerpo, como tal, asu-
en su construcción como representa- ma una representación conceptual
ción y, además, en la actuación del importante más allá de la de un me-
individuo frente a él. diador débil o subordinado en la reac-
El cuarto paradigma es el de las ción y acción ante el mundo. En este
relaciones cerebro-mundo. Este para- paradigma, la interacción fundamen-
digma substituye a la mente por el ce- tal se da entre el cerebro y la mente. La
rebro, manteniendo al cuerpo como mente es concebida en el cuerpo, aun-
mediador necesario para algunas de las que no como una estructura material.
relaciones previstas. En esta formula- Regularmente, se considera que la
ción, el cerebro constituye una enti- mente es una función del cerebro trans-
dad del cuerpo, pero supraordinada a formada en experiencia. El mundo ac-
sus funciones biológicas y físicas ordi- túa sobre el cuerpo y, a través de él,
narias. El cerebro es afectado directa- sobre el cerebro. El cerebro, a su vez,
mente por el mundo y de manera actúa sobre el mundo siempre de ma-
medida por el cuerpo, y actúa sobre el nera mediada, ya sea por el cuerpo, ya
cuerpo y sobre el mundo a través del sea por la mente. La mente sólo es afec-
cuerpo. Las características de este pa- tada directamente por el cerebro.
radigma son muy parecidas a las del El sexto paradigma es el del or-
paradigma 2, con la diferencia de que ganismo reactivo y el mundo. El orga-

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nismo, como individuo biológico que los que el mundo lo está rodeando o
se comporta, substituye a la mente, confrontando sin incorporarlo, ya sea
al cuerpo y al cerebro. El paradigma como cosmos indiferenciado o como
se transforma en una relación entre ambiente estimulante. El organismo,
dos entidades pero, a diferencia del pa- en este paradigma, está continuamen-
radigma 1, la mente es remplazada por te en el mundo y sólo es distinguible,
el organismo como entidad. En la me- no de él, sino en él, como referente de
dida en que el organismo constituye un tipo de análisis específico de ese
la entidad referente de los fenómenos mundo (uno de tantos posibles): el
psicológicos, el objetivo de conocimien- análisis de los fenómenos psicológicos.
to se transforma en una entidad mo- Cada paradigma ontológico impo-
lar y observable cuya función es su ne restricciones al tipo de compromi-
relación con el mundo. sos epistemológicos que puede
El séptimo paradigma es el del or- establecer cada psicología. Esto signi-
ganismo activo y el mundo. En este pa- fica que el método de conocimiento no
radigma, a diferencia del anterior, puede desligarse de la naturaleza de
el organismo es la fuente de acciones, aquello que se conoce, y de cómo se
al margen de las influencias que el relaciona la entidad por conocer con
mundo pueda ejercer sobre él. Los he- otras entidades que la fundamentan.
chos teóricamente significativos son los ¿Cómo identificar un hecho psicológi-
efectos de la acción del organismo so- co? ¿De qué modo podemos tener da-
bre el mundo y los efectos reactivos tos significativos sobre esos hechos?
del mundo sobre el organismo. A dife- ¿Es la psicología una ciencia? ¿Qué
rencia del paradigma 6, aquí el orga- tipo de ciencia es o puede ser? ¿Cómo
nismo es activo y el mundo es reactivo, medir los hechos psicológicos? ¿Es
y a diferencia del paradigma, en vez posible producir experimentalmente
de construirse representaciones o in- los hechos psicológicos y estudiarlos
terpretaciones del mundo, se constru- de manera sistemática? ¿Se pueden
yen circunstancias de interacción. describir los hechos psicológicos en la
El octavo y último paradigma es el forma de enunciados causales? ¿Es
del organismo en el mundo. Este para- posible el conocimiento básico? ¿Qué
digma no propone un organismo se- utilidad tiene el conocimiento básico?
parado del mundo. El organismo, en ¿Son universales los “principios” o le-
este paradigma, está en el mundo del yes” psicológicas? ¿Cómo se relaciona
cual forma parte. El organismo no es la psicología con otras ciencias o pro-
considerado una entidad aislada del fesiones? ¿Puede aplicarse el conoci-
mundo, que tiene contactos intermi- miento psicológico? ¿De qué manera
tentes con sus objetos a través de las puede aplicarse? ¿Tiene la psicología
acciones del uno o del otro. El orga- una metodología propia, específica, o
nismo no es él y el mundo, como ocu- sólo puede apropiarse de las técnicas
rre en todos los otros paradigmas en y procedimientos de otras disciplinas?

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¿Es posible unificar los criterios sobre los que se concibe la psicología? 25

¿Tiene sentido, de no ser la psicología gar como un acto neutral. La neutra-


una ciencia o profesión específicas y lidad no es posible socialmente. Sin
rigurosas, que se ofrezcan programas embargo, sí es posible explicitar y ele-
universitarios de formación en ella? En gir el tipo de paradigma ético que debe
caso de ser conveniente o tener senti- orientar la aplicación del conocimien-
do, ¿cómo debe realizarse esta forma- to psicológico, al margen de su utili-
ción? ¿En dónde puede o debe dad potencial y de su efectividad
insertarse el psicólogo socialmente? cuestionable. La dimensión en la que
Estas y otras preguntas más espe- se ejercita el conocimiento psicológi-
cíficas tienen diferentes respuestas co es de índole moral, y el porqué, el
dependiendo del compromiso para qué, y el para quién deben ser
epistemológico de la teoría y, obvia- los referentes que normen su ejerci-
mente, son el sustrato no explícito que cio. Los problemas psicológicos son en
da cuenta de la diversidad de métodos realidad problemas morales (Ribes,
y criterios sobre cómo estudiar lo psi- 1985, 1990b).
cológico y cómo entenderlo.
Pero, independientemente de que CONSIDERACIONES FINALES
se considere que la psicología consti- La actividad y productos de la ciencia
tuye una ciencia empírica o fundamen- no son neutros ni inocuos. Tienen un
talmente una profesión dirigida a las profundo impacto en nuestras concep-
personas (Ribes, 1982), es evidente que ciones del mundo y de la vida, y en la
de los compromisos ontológicos y forma en que se estructuran las rela-
epistemológicos establecidos por cada ciones sociales, el poder y la riqueza.
una de las psicologías, se deriva La historia nos ha proporcionado ejem-
complementariamente un compromi- plos de la importancia liberadora del
so ético o moral. Los paradigmas conocimiento científico y, por ende, del
ontológico y epistemológico que interés que tienen los poderes sociales
subyacen a cada psicología conllevan por domesticar su razonamiento y con-
un concepción de qué es la persona en clusiones. La física se vio mediatizada
sociedad, del papel de la sociedad, de y hostigada para que no se rompiera
lo bueno y lo malo, de lo correcto y lo con una concepción teológica sobre el
incorrecto, de las responsabilidades y sistema solar y el universo, de la mis-
posibilidades diferenciales de la per- ma manera que la biología se vio, y se
sona, del sentido de su vida en socie- sigue viendo cuestionada, en relación
dad, y del papel que juega el individuo con el origen de la vida y del hombre.
en la reproducción o cambio de su Por ello, no debe sorprendernos que,
manera de vivir y de la de su sociedad. un proyecto de psicología, como cien-
La profesión psicológica, entendida cia del individuo, que está en el centro
como aplicación del conocimiento, se mismo de la problemática del conoci-
ejercita como parte de una intrinca- miento y de la acción social, haya su-
da malla de valores, y nunca tiene lu- frido distorsiones y deformaciones bajo

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los embates de todas las ideologías las otras concepciones existentes. El


sociales interesadas en una aproxima- siguiente paso requiere, necesaria-
ción oficial sobre el porqué y el cómo mente, de un primer acuerdo: inten-
del individuo actuando (Ribes, 1982). tar compartir un objeto de
La única forma de configurar una psi- conocimiento común. Ese es el desa-
cología que no sea una mera ilusión fío y asumirlo requiere, volviendo a la
institucional, es desenterrando los sabiduría del lenguaje ordinario, de
supuestos que animan a las distintas hombres de buena y fuerte voluntad,
psicologías, justificando coherente- en el sentido ordinario de la expresión.
mente la relación entre objeto y méto-
do de conocimiento, planteando las BIBLIOGRAFÍA
relaciones que tiene la disciplina con Aristóteles (1978). Acerca del alma. Madrid: Gredos.
las demás disciplinas científicas, y eva- Austin, J.L. (1962). How to do things with words.
luando las implicaciones que tiene la Oxford: Oxford University Press.
aplicación de su conocimiento para la Descartes, R. (1980). Discurso del Método. México,
D.F.: Porrúa.
vida social. Los fundamentos del co-
Descartes, R. (1980). Tratado del hombre. Madrid:
nocimiento no están fundamentados,
Editora Nacional.
no son falsos ni verdaderos, no están
Descartes, R. (1984-traducción española). Trata-
sometidos a prueba empírica o lógica do de las pasiones del alma. Barcelona: Pla-
directa (Wittgenstein, 1969), pero sí neta.

pueden ser confrontados, valorados y Kantor, J.R. (1963). The scientific evolution of
psychology. Chicago: Principia Press.
examinados con base en sus orígenes
Kuhn, T.S. (1971). La estructura de las revolucio-
y sus implicaciones. No pueden ser re-
nes científicas. México, D.F.: Fondo de Cul-
futados, pero pueden ser escogidos por tura Económica.
su conveniencia con base en algún cri- Malcom, N. (1971). Problems of mind: Descartes to
terio establecido por todos. Esa es la Wittgenstein. New York: Harper Torchbooks.

tarea fundamental de todos aquellos Ribes, E. (1982). El conductismo: reflexiones críti-


cas (capítulos 2 y 6). Barcelona: Fontanella.
que nos reconocemos como psicólogos
Ribes, E. (1985). “¿Conductismo o marxismo? Un
hoy día. El desarrollo y la práctica de
falso dilema”. En: Revista Mexicana de Aná-
disciplinas paralelas no va aportar una lisis de la Conducta, 11, pp. 255-295.
solución adecuada a la condición de Ribes, E. (1990a). Psicología general (capítulo 2).
nuestro proyecto de disciplina. Poco México, D.F.:Trillas.

hay qué compartir y comparar, y mu- Ribes, E. (1990b). Problemas conceptuales en el


análisis del comportamiento humano (capítulo
cho en qué discrepar. El eclecticismo 7). México, D.F.: Trillas.
teórico y el pragmatismo técnico tam-
Ribes, E. (1986). “Historia de la psicología ¿Para
poco son soluciones. Solo prolongan la qué?”. En: Revista Mexicana de Análisis de
ilusión y la confusión. Tenemos que la Conducta, 12, pp. 443-466.

aprender a examinar críticamente Ribes, E., Moreno, R. & Padilla, M.A. “Un análisis
funcional de la práctica científica: extensio-
nuestra propia concepción de discipli- nes de un modelo psicológico”. En: Acta
na para después poder compararla con Comportamentalia, 4, pp. 205-233.

Suma Psicológica, Vol. 11, No. 1: 9-28, mar. 2004, Bogotá (Col.)
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Ryle, G. (1949). The concept of mind. New York: Wittgenstein, L. (1969). On certainty. Oxford: Basil
Barnes & Noble. Blackell.
Turbayne, C.M. El mito de la metáfora. México, D.F.:
Fondo de Cultura Económica.
Wittgenstein, L. (1953). Philosophical investigations. Recibido el 3 marzo de 2004 y aceptado el 8 de marzo
Oxford: Basil Blackwell. de 2004

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