Lectura
Introdúcete en la escena, piensa que a esta
cena estás invitada tú, y tienes un lugar cerca
de Jesús.
San Juan 13,21-33.36-38
En silencio reflexiona:
¿Cuáles son los personajes?¿Qué dialogo
tienen con Jesús?
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¿Qué gestos encuentras en la escena?¿Qué
valor tienen?
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Meditación:
Imagínate allí, sentada en la mesa durante la
Última Cena, eres testigo del diálogo, de los
gestos, del silencio y la tensión, es más Jesús
dice esas palabras por ti y lo que puedes
llegar a hacer tanto de bien o de mal según
vivas tu libertad.
Meditemos en estas actitudes:
Traición y desconfianza ante lo que vendrá,
la traición de Judas y el abandono de los
apóstoles.
Y por otra parte el amor de Jesús, que es fiel
y no teme, la traición de Judas es para Jesús
el inició de su glorificación, porque no
tendría tanto merito dar la vida por aquellos
que nos aman y son fieles, la auténtica
glorificación es dar la vida incluso por
aquellos que nos traicionan, esa es la esencia
del amor.
¿Con qué actitudes mías puedo
comportarme como Judas o Pedro?
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Con el apóstol Juan acerquémonos al
corazón amante de Jesús, para comprender
la inmensidad de su amor.
¿Cuándo te sientes cerca de Cristo? ¿Cómo
puedes afinar el oído del corazón y de la
inteligencia para saber discernir lo que es la
voz de Dios y lo que es tu propia voluntad?
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Con nuestra Madre Teresa
Piensa en aquello que nos propone nuestra
Madre Teresa, como el comportamiento
que asume Cristo ante una traición de Judas
o una negación de Pedro, o la compañía
sólo por momento de los apóstoles, que a
veces puede ser nuestra actitud, hoy con
Madre Teresa asumamos una actitud más
evangélica y concreta:
“Si pudiéramos decir: ¡Señor, hazme ver mi alma en
su estado actual! si en este momento me llamaras a
Juicio... ¿qué vería…? ¿mi voluntad está dueña de
todo (como es su obligación) ..., o es esclava…, llena
de trabas...,llena de adherencias... y no puede
funcionar con la libertad debida? ¡Señor, dame luz,
para mi examen interior! Me parece que esto debe
entrar en las peticiones que Nuestro Señor nos
aconseja, cuando dice:“Pedid y recibiréis” ¡Señor,
déjame que me conozca ...! Después de esta oración
sincera, viene a veces un pecado, una caída... Señor
¿cómo me dejaste…? dirá mi alma... y el Señor le
contestará: ¿Y no me dijiste que hiciera que te
conocieras ...? Ahí tienes lo que quieres. Así se
conoce el alma: con la experiencia, no con teorías. Me
entristezco, me desespero, porque me tachan, porque
piensan mal de mí... ¿eso es malo…? No. Pero es
natural, y yo me creía
sobrenatural; creí que
amaba la calumnia y
quizás en mi oración yo
había dicho: ¡Señor, que
yo sea calumniada por tu
amor!” Ascética II, 188-
189
¿A qué me llaman las palabras de nuestra
Madre Teresa? ¿Qué actitudes asume ante lo
que me pueda suceder?
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Oración:
Ahora, estás junto a Jesús, compartes su pan,
has prometido seguirle. ¿Qué tienes que
decirle hoy? Habla a Aquel que te amó
primero y que está dispuesto a seguir
amándote no por lo que le ofrezcas sino
porque te amó antes de que le puedas
corresponder.
Contemplación:
Fija tu mirada en Cristo y reconoce lo cerca
que estás de Él y Él de ti y repite con gratitud
Señor, que me conozca y tenga la voluntad
de orientar todo mi ser a Ti
Acción:
Todo esto ¿A qué nos mueve?
Asume una posición concreta, no puedes
quedarte pasiva y decir que eres así y nunca
cambiarás, arrastrando actitudes que sabes
debes evangelizar, redimir asumiendo las
actitudes de Cristo.
Hoy te invito a asumir un compromiso
serio, permanente y por amor.
Escribe aquello que vivirás de cara a Dios.