VIERNES 06:00-09:00AM ALBEIRO CARRENO SANTIAGO CODIGO:241351
EN LO PROFUNDO DEL ALMA ESPANTAN
Empezar diciendo que en lo profundo del alma espantan, es como si mencionáramos que por parte de esas personas que nos inspiran la reconciliación, la paz y la armonía, yace un caótico acontecimiento, un vil suceso de la historia de un municipio de sangre roja, El Carmen. Y no es más que hablar de una historia que para mi gusto fue de mucha sorpresa, pero para empezar abarcar este suceso, empecemos a hablar de la violencia a nivel nacional. Todo radica desde el momento en que uno de los grandes caudillos del partido liberal (cuando existía fervor y lealtad por los partidos tradicionales), Jorge Eliecer Gaitán, fue asesinado en la ciudad de Bogotá, generando desde aquel momento hasta nuestros días una desatada ola de violencia tan fuerte, que sin lugar a duda la región del Catatumbo no fue ajena a tal difícil y sangrienta revuelta ocasionada a partir de este magnicidio. Dia tras día y según la historia contada se vivía una tensión tan fuerte en el país, y en cualquier parte de la región, que tanto era el recelo por ser de un partido u otro, que se empiezan a matar unos con otros, dejando consolidado zonas fuertes en la trascendencia conservadora y así como a su vez de matices liberales. La región del Catatumbo logro consolidar un poderío latente y coercitivo en cabeza del partido conservador, pero esto no era en su totalidad, pues resulta que uno de los municipios de la zona, llamado el Carmen, fue el único que fortaleció y formalizo el liberalismo dentro esta zona, hasta que un día, en el alma de muchas personas de este bello municipio, se sintió espantada. Todo esto lo abordamos desde el momento en que la prospera y comercial región carmelitana, empezó a escuchar que venían unos grandes e ilustres personajes enviados por la iglesia católica en cabeza en un mencionado Monseñor Salazar y el mismo gobernador de Norte de Santander de aquel entonces llamado, Lucio Pabón Núñez. Estos personajes iban era en aras de acabar con la fiebre fuerte e impenetrable de los liberales, que hasta el momento no habían podido derrocar. Luego de grandes anuncios y que se presumiera que venía una imagen de la Virgen con pajaritos a su alrededor acompañada de una ilustre y muy respetada presencia de personas del gobierno, toda y en su gran mayoría la población sale a su encuentro, con bombos y platillos pues su inclinación fervorosa siempre había sido tan grande que para las cosas que le agradaban a Dios ellos estaban allí. Pero para su sorpresa no todo era como lo pintaban. Cuentan los que sobrevivieron, que esas palomitas que iban a su encuentro, no fueron nada más y nada menos que puras ráfagas de plomo que empezó a penetrar las almas puras, honestas y nobles de aquellos carmelitanos. Fue sangre por un lado y sangre por el otro, nadie de los allí presentes sobrevivió a excepción de los que pudieron huir por el gran monte santo o por las riveras de algunos afluentes de la región. Esto conllevo a que dicho municipio fuera saqueado por aquellas personas llenas de odio hacia el liberalismo, pues sus residentes ya estaban muertos en su mayoría. Llegan allí, personas de Convención, Ocana Teorama y otros municipios más a llevarse la riqueza propia de este rincón de Colombia, a acabar con los devotos liberales y enriquecerse a costillas de una prosperidad que hasta el momento fue prospera y reluciente. De allí y desde ese momento este crimen de lesa humanidad fue solamente un rumor, o quizás quedo en el recuerdo, porque la impunidad cobijo este horrible y fatídico suceso que enluto a los carmelitanos y que nunca tuvo una respuesta o una reparación integral de este magnicidio. Desde aquel entonces surge ese refrán o dicho popular '’a robar al Carmen’’, todo en razón del vil saqueo que vivió el municipio del Carmen. Además, se dice que toda esta tragedia tuvo también, un momento decisorio, y no fue ni más ni menos que justo cuando llegan estos personajes ilustres a la plaza de dicho municipio, un ciudadano de apellido Meneses levanta la voz y grita a los cuatro vientos su apoyo fiel y hasta la muerte al liberalismo, lo que genera que con mayor razón arrebaten con la vida de los allí presentes y por consiguiente derrumben la estatua del caudillo liberal y dejen en la ruina toda su economía y actividad comercial. El resultado de ese día y sus siguientes, fue miedo, fue zozobra, fue terror, fue una vida diferente a la que antes se respiraba allí. El municipio del Carmen ya no volvió a ser el mismo prospero, comercial y alegre pueblo de antes, pues el recuerdo los marca en sus memorias y el apoderamiento de una sociedad corrupta y ambiciosa sosegó miles y miles de sueños de grandes personas que la región no alcanzo a ver nunca jamás. Hoy para mí, es muy duro encontrar que este tipo de sucesos suceden en una región como lo es mi bella zona del Catatumbo. Duele saber que de la noche a la mañana todo este suceso haya estado confabulado hasta por el mismo sacerdote de aquel entonces, todo por el constante repudio hacia un partido, un partido que al igual como el de él, defendían sus ideales, que no entiendo, pero que si ocasiono que en lo más profundo de esa parte inherente al ser humano, el alma, alimentada por lo más bello y hermoso que son las gracias de Dios, hubiesen espantos, pero no como lo que tal vez escuchamos de vez en cuando, sino espantosos sucesos sacado de una cruel película de terror llevada a la vida real, para que hoy en día, un bello municipio o pueblo como desee llamar, se encuentre en un atraso y en un estado de ánimo por así decirlo, no como el mismo que tenía antes. Lo que si se, y para mis adentros que gracias a la labor de las personas que rescatamos las memorias historias de Colombia y la región, hoy estos sucesos no se quedan en el olvido y que podamos decir hoy mañana y siempre, como lo dicen el refrán, el pueblo que no conozca su historia está condenado a repetirla, y que no se repetirá más nunca, puesto que siempre pero siempre a pesar de las tormentas hay que ver el lado positivo de las circunstancias así sean negativas o positivas, y resaltando, que lo más importante no es lo que haya pasado, sino que como región, como municipio, podemos demostrar que no solo es guerra, sino que hay y se construye paz desde la cultura, el amor y el sentido de pertenencia que siempre tendremos por esta bella región, tanto como por el municipio del Carmen como a su vez por todos los demás municipios de la región del Catatumbo.